El hombre como ser que se cuestiona

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Universidad Iberoamericana A.C. Libro “Ese maldito yo” Emile M. Cioran Ensayo final: “El hombre como ser que se cuestiona” Nombre del alumno: Raquel Cabrera Jiménez Materia: Persona y humanismo Profesor: José Alejandro Flores Rodríguez Fecha de entrega: 26 de noviembre de 2014

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Universidad Iberoamericana A.C.

Libro “Ese maldito yo” Emile M. Cioran

Ensayo final: “El hombre como ser que se cuestiona”

Nombre del alumno: Raquel Cabrera Jiménez

Materia: Persona y humanismo

Profesor: José Alejandro Flores Rodríguez

Fecha de entrega: 26 de noviembre de 2014

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INTRODUCCIÓN

Desde tiempos remotos el hombre se ha caracterizado por cuestionarse, por preguntarse

acerca de sí mismo y de lo que ocurre a su alrededor; por intentar entender lo que es y lo

que lo rodea. Y tal vez sea esta capacidad reflexiva lo que constituye la esencia de la

humanidad.

Si el hombre no se cuestionara, jamás habría descubierto cómo prender fuego y no habría

salido de las cavernas, no se habría preguntado por el funcionamiento de los artefactos y no

habría inventado los utensilios, jamás habría descubierto la manera de sembrar y cosechar,

y por consiguiente nunca se habría asentado en comunidades fijas. Si no se cuestionara, el

hombre jamás habría reflexionado sobre la importancia de las relaciones y no habría

inventado la comunidad y sus extensas y complejas instituciones.

Si el hombre no se cuestionara no sería, en efecto, hombre.

El libro de “Ese maldito yo” de Emile M. Cioran, es una de esas pruebas de que el hombre

nunca ha dejado de preguntarse por su existencia, por su razón de ser y de existir. El libro

habla sobre la vida y sobre la necesidad de la muerte para reafirmarla, habla también del

tiempo, la edad, la divinidad, la religión, la razón y sobre nuestro destino. Es, en resumidas

cuentas, un análisis sobre la existencia misma. Y es una reflexión poco positiva, cargada de

un pesimismo producto de sus circunstancias sociales y reflejo de las preguntas que desde

siempre, han acosado al hombre.

Es a partir de este libro que elaboraremos el presente ensayo, para hacerlo hablaremos en

primera instancia de la historia y evolución del cuestionamiento humano; posteriormente

tocaremos la necesidad de estas preguntas para la constitución del yo, Para en última

instancia hablar sobre la relación de las preguntas humanas y la vida cotidiana de la

sociedad y sobre la integración de valores simbólicos y éticos que podemos obtener a partir

de este texto. Sosteniendo, en todo momento y como premisa fundamental, que es este

cuestionamiento lo que constituye la esencia del ser humano.

DESARROLLO

La historia del cuestionamiento humano…

Imposible saber en qué momento histórico el hombre empezó a cuestionarse sobre sí

mismo o sobre los demás. Sostengo, al igual que Sartre, que la existencia precede a la

esencia; el hombre debió primero cuestionarse sobre lo que pasaba a su alrededor antes de

cuestionarse sobre su propio yo, lo que ya es una postura internalizada y consciente. Pero

independientemente de cuál de estas preguntas haya venido primero, lo cierto es que el ser

humano ha intentado dar respuesta a estas interrogantes, desde los primeros momentos en

los que se puede encontrar registro histórico.

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Ya los griegos presocráticos intentaban descubrir el principio al que se reducía este mundo;

se cuestionaban también sobre el hombre y la razón. Para los griegos el ser humano es un

objeto de estudio, pero visto como “él” y no como “yo”, no internalizan aún ese consciente

que había de venir en épocas posteriores (Beorlegui, 1999, pp. 218).

Este cuestionamiento fue evolucionando a través de diversas épocas, que esencialmente

podrían ser clasificadas en el periodo agustino, el medievo, el periodo renacentista, la

modernidad y la ilustración, hasta llegar a nuestros días. Para M. Buber, estas mismas

épocas se podrían clasificar en: “Épocas tranquilas, en las que el hombre cree poseer un

conocimiento de sí no problemático, y épocas de crisis, en las que el ser humano se vuelve

problemático para sí mismo,” (Beorlegui, 1999, pp. 217).

Para Buber es en las épocas de crisis cuando el pensamiento, en especial el antropológico

avanza. Haciendo una reflexión sobre el libro de Emile M. Cioran, es visible que él traviesa

por un periodo de crisis donde se es ajeno al mundo en el que vive, lo embarga un

sentimiento de soledad que lo orilla a la reflexión porque no se encuentra a gusto con nada

y porque pareciera no pertenecer a ningún sitio.

“Yo soy diferente de todas mis sensaciones. No logro comprender cómo. No logro ni

siquiera comprender quién las experimenta. Y por cierto, ¿quién es ese yo del comienzo de

mi proposición?” (Cioran, 1897, pp. 16). Durante todo el libro, y a través de sus aforismos,

Cioran se pregunta sobre él por qué de su existencia de la existencia de la humanidad en

general y el lugar que cada persona ocupa en el tiempo y el espacio, sin encontrar para esto

una respuesta que le satisfaga completamente; esto nos habla de una visión de sí mismo

problemática, que podemos ver no es única del autor, sino también de más autores y sobre

todo en épocas de transición y cambio como lo fue el renacimiento, la ilustración o una

época como la de Cioran, las Guerras Mundiales, en donde el hombre fue testigo de lo peor

de sí mismo.

Siguiendo esta línea sobre el cuestionamiento humano, podemos ver que el hombre, así

como se cuestiona sobre los acontecimientos y el mundo que lo rodea, también se cuestiona

el papel que el mismo ocupa en estos acontecimientos; lo que hizo surgir, a principios del

siglo XX, a la antropología filosófica, que le pone un nombre formar al estudio acerca del

ser humano (que como ya hemos visto son de más antigua aparición). Estos estudios surgen

como intento de responder a la cuestión sobre la esencia de la condición humana, de la

delimitación de este como tal y de la búsqueda de su identidad (Beorlegui, 1999, pp. 218).

Del punto anterior podemos decir que a pesar de que durante toda su vida Emile M. Cioran

rechazó ser un filósofo e incluso un escritor, en este libro es posible decir que Cioran busca

lo mismo que los antropólogos filosóficos, se pregunta acerca del ser humano y de los

temas que a él atañen. Su escritura, es símbolo inequívoco de la importancia que como para

muchos, tienen estos temas para él.

atraviesa

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Por último en este apartado, podemos ver cómo, a lo largo del libro, de Cioran también se

cuestiona algunas de las preguntas que a lo largo del tiempo han sido fundamentales en la

vida del hombre. Sobre esto el autor se cuestiona acerca de la verdad y la trascendencia. De

la primera, el problema más fundamental y sobre el que se apoya cualquier reflexión

ulterior acerca del hombre (Bazdrech, 2000, pp. 20) se pregunta si tiene algún objeto

estudiarla, si puede en verdad llegar a ser conocida, o debiera por el contrario, perseguirse

otras cuestiones. De la segunda, la pregunta por el sentido y el valor definitivo de nuestra

realidad (Bazdrech, 2000, pp. 22). Cioran se cuestiona sobre su destino y el valor de su vida

y el de la de los demás, en este mundo.

Las preguntas en la constitución del yo…

Ahora bien ¿Por qué es importante todo este cuestionamiento, en especial dentro del libro

de Cioran? Es importantes para la constitución de nuestra persona, es decir del “yo.”

Durante todo el libro Cioran busca definir su presencia en el mundo, su objetivo máximo es

el autoconocimiento. Una meta que busca a través de saber no sólo quién es, sino también a

qué ha venido y cuál es su destino en el mundo. En este sentido yo estoy de acuerdo con el

autor pues parte del entendimiento que nosotros podemos adquirir de nosotros mismos, es

decir nuestra identidad no la obtenemos solo de nuestra relación interior sino también de

nuestra relación con el exterior, en mi vida diaria creo que me resultaría muy difícil

entenderme sino entendiera también que soy parte de un todo y que así como, podría ser

capaz de alterarlo, él puede, de echo alterarme a mí.

A través de los aforismos con los que está construido el libro podemos ver como el autor

busca esta dualidad de entenderse a sí mismo y el lugar que ocupa en el exterior. De esta

manera a lo largo del libro podemos encontrar frases como: “Me disponía a salir cuando,

para arreglar la bufanda, me miré en el espejo. De repente, un indecible terror: ¿quién es?

Imposible reconocerme. A pesar de identificar mi abrigo, mi corbata, mi sombrero, no

sabía quién era yo, pues yo no era yo. Ello duró bastantes segundos: ¿veinte, treinta,

cuarenta? Cuando logré encontrarme, el terror persistió, hasta el punto de tener que

esperar, para salir, a que consintiera en eclipsarse.” (Cioran, 1897, pp. 147) En las que el

autor, busca entenderse a sí mismo y frases como:

“Cada vez que el futuro me parece concebible, tengo la impresión de haber sido visitado

por la Gracia.” (Cioran, 1897, pp. 37), En las que Cioran se cuestiona su relación con el

mundo exterior.

En este sentido con lo que no puedo estar de acuerdo, con el autor es con el sentido tan

pesimista con el que enmarca cada una de sus palabras. Es cierto que el mundo es trágico y

muchas veces desolador, que es difícil entender a qué venimos o nuestro lugar en el mundo,

pero pienso que hay una razón por la cual estamos aquí, y esa razón muchas veces no nos

las tiene que dar alguien más sino que es producto de nuestra propia creación.

cómo

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El cuestionamiento nos ayuda a plantear una base sobre la cual ir construyendo la nuestra

esencia como personas, cómo lo hagamos muchas veces depende de nosotros. Por eso, tras

leer el libro, yo pienso que el cuestionamiento es esencial para la vida del hombre, solo así

logramos ir más allá de nuestras propias capacidades y trascender, solo así logramos dar

sentido a lo que nos rodea y a nosotros mismos, pero también pienso que muchas veces las

respuestas que demos a nuestros cuestionamientos dependen de nosotros mismos, y del

modo en el que estemos dispuestos a vivir, ejemplo claro de esto podemos verlo en frases

posteriores del autor cuando, ya en el final de su vida, pero estando enamorado, ve las cosas

de una manera mucho menos negativa.

Las preguntas humanas en la vida cotidiana de la sociedad y los valores éticos y

simbólicos.

De lo ya dicho también podemos decir que, con sus reflexiones, el autor busca una osmosis

entre su manera de pensar y el mundo en el cual vive, busca creo, un sentido a la vida y al

porqué está en este mundo, a través de este cuestionamiento el autor intenta explicarse así

mismo su destino y el objeto de su existencia.

En este sentido el autor tiene reflexiones cargadas de un existencialismo pesimista, que lo

lleva a cuestionarse si su vida tendrá o no alguna utilidad y ha plantease el sentido de la

humanidad en general, es por esto que creo que el aforismo más relevante que tiene en este

sentido es su reflexión final:

“Después de todo, yo tampoco he perdido el tiempo, yo también me he zangoloteado como

todo hijo de vecino en este universo descabellado.” ((Cioran, 1897, pp. 199) para mi este

aforismo quiere decir que a pesar de todas sus ideas pesimistas, de todos los lúgubres

pensamientos que pudiera tener, aun así, su reflexión más grande y única conclusión a cada

una de sus ideas es que debe seguir viviendo, que él también se ha dejado arrastrar por la

locura de la vida y que, a pesar de todo, no ha encontrado idea ni lo suficientemente

pesimista, ni desalentadora, para dejar de vivir, que en el fondo el también disfruta la vida y

que el mundo en el cual vive no es tan malo como cabría pensar.

Las personas somos una unidad psicosocial y espiritual destinada al autodesarrollo y

construcción de nosotros mismos a través de la interacción con nuestra realidad

circundante, especialmente con nuestros semejantes (Domínguez, 2010, pp.44) esta

interacción y autoconstrucción es lo que nos ayuda a ser más humanos y a convivir mejor

con los demás, yo creo que esto es parte de lo que busca el autor a través de toda la obra,

irse construyendo a partir de la interacción de él con el mundo que lo rodea, a la par que se

conoce a sí mismo, a pesar de que al autor no le gustaba mucho la convivencia con los

demás, él siempre buscó entender el papel que ocupaba en el universo y en el momento en

el cual le tocó vivir.

vive;

a

. Para

JOSE ALEJANDRO FLORES RODRIGUEZ
JOSE ALEJANDRO FLORES RODRIGUEZ: revisar gramática, en el uso del artículo.
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Por último y siguiendo la línea de la importancia del cuestionamiento en el libro de Cioran

podemos hablar ahora de los valores tanto éticos como simbólicos que se pueden integrar

con este libro. En este punto me parece importante integrar el valor de la trascendencia

como valor simbólico y el valor de la libertad, como valor ético.

Primero que nada podemos decir que el valor de la trascendencia es un valor que a pesar de

ser simbólico es algo que el ser humanos siempre ha buscado explicarse, es también y como

ya se ha visto una de las preguntas fundamentales que se hace el ser humano, es un valor y

una pregunta que nos cuestiona sobre el sentido y el valor definitivo de nuestra realidad

(Bazdrech, 2000, pp. 22). Este valor es especialmente significativo en nuestra sociedad y

cultura porque nos ayuda a buscar la perpetuación, a buscar ir más allá de nosotros mismos

y no conformarnos con lo que tenemos, sino nos importara nuestra trascendencia

dejaríamos de innovar, de inventar y finalmente de ser. Con sus aforismos Cioran también

se hace la pregunta por su propia trascendencia y siembra en el lector la duda de qué será de

la suya y al menos en mi caso, plantea la necesidad de trascender de una manera que sea

útil para los que me rodean.

Hablando del valor ético que me resulta significativo es el valor de la libertad, creo que

Cioran se pregunta mucho por qué significa este concepto, que él lo ve como algo más

importante que la verdad, pero casi tan difícil de alcanzarla como esta última, yo en este

sentido estoy de acuerdo con el autor, pues muchas veces estamos determinados por

acontecimientos externos que nos impiden tomar decisiones que sean enteramente nuestras,

la sociedad, la cultura que nos rodea influye en nuestra manera de pensar y de actuar hasta

que ya no somos enteramente libres. En este sentido cabría mencionar aquí una limitante al

cuestionamiento humano, podemos cuestionarnos sobre infinidad de cosas, que después

iremos respondiendo o iremos averiguando, pero, sobre la libertad se puede pensar muchas

cosas, pero, no se puede, en ninguna instancia construir.

Conclusión:

Para finalizar este texto debemos decir que el ser humano es un ser que se cuestiona, que se

pregunta, todo el tiempo, ¿El por qué esta aquí? ¿Cuál es su destino? ¿Cuál es su propósito

de las personas que lo rodean?, es un ser que nace de la pregunta y probablemente muera en

ella.

A lo largo del texto hemos visto un poco la historia del cuestionamiento humano, de la

constitución del yo y la integración de los valores, a través de este cuestionamiento y de

cómo estas preguntas, están aún en los hechos más cotidianos de nuestra vida, hemos visto

como el hombre se construye a través de su cuestionamiento.

Podemos por lo tanto decir que el cuestionamiento es parte esencial del ser humanos, es lo

que lo hace serlo, en realidad, lo que lo diferencia de cualquier otro ser que habite en este

mundo y lo que lo dota de su particularidad distintiva, pero debemos decir por último que,

JOSE ALEJANDRO FLORES RODRIGUEZ
JOSE ALEJANDRO FLORES RODRIGUEZ: Sería muy valioso haber argumentado esta afirmación. La libertad está vinculada con otros valores, por lo que incluso tiene la no restricción de ser construida. ¿te refieres acaso a su carácter esencial para la persona, que no requiere de construirse para ser por sí mismo?
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aunque la reflexión sea inherente al ser humano, este no debe en ningún momento olvidarse

de vivir, porque es la vida misma, la pregunta esencial que debe responderse.

Bibliografía

Beorlegui, C. (1999). Antropología filosófica: nosotros urdimbre solidaria y

responsable. País Vasco: Universidad de Deusto.

Bazdrech, J.E. (2000). Cuadernos de reflexión Universitaria: ¿Cómo hacer operativa

la formación humanista en la universidad? México: UIA.

Domínguez, P.H. (2010). Persona y humanismo: algunas reflexiones para la

educación en el siglo XXI. México: UIA