EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera...

6
1 Qué pasa 1 Cultura EL HO OR según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de los soldados no rt eamericanos en la rcel de Abu Ghraib} en Ir a k. A punt o de celebrar sus 80 os} el pintor habla con Qué Pasa sobre esta muestra} que se inaugura el15 de marzo en el Museo de la Memoria. [Po r Yen ny Cáceres] Fueron catorce meses conviviendo con el horror . Desde que leyó el primer artículo sobre los a busos e n Ira k en el New Yorker, en el 2004, hasta que salió del encierro de su tall er en París. Ese tiempo le tomó al pintor colombiano Fernan- do Botero c rear un a serie de óleos y dibujos sobre las torturas de los so ldados no rteame rica nos en la cárcel de Abu Ghraib. Son imágenes duras. Las mi smas figuras vo- lumétricas y robustas que se han conve rt ido en el se llo de su trabaj o, sólo que ahora vemos a un ho mbr e desnudo, ven- dad o, acosado por unos perros feroces, sa ngra nd o. Hombres obligados a vestir sostenes. Y unos torturadores que portan unos asépticos guantes. El rost ro del horror. Los mu seos n orteamericanos le dijeron qu e no. A Botero, al rey de las subastas, a l arti sta latinoameri ca no vivo me- j or cotiza do del mercado (en noviembre p asa do un a esc ultura suya se vendió e n casi dos millones de dólares), favorito de los coleccioni stas, cuyas obras es tán en el MoMA y que vivió en Nueva Yo rk en los años 60. A ese Bo- tero le dijeron que no. Cuando Botero exhibió por primera vez la se rie de Ab u Ghraib en la galería Marlborough de Nueva York, en el 2006, recibieron mails, ll ama dos y ca r- tas de reclamo. Ycuando quiso exponer en otro lugar estas obras, ningún museo en Estados Unidos se interesó. Harley Shaiken se e nte de este rec hazo leyen do el New York Times. Profesor de la Unive rsidad de Berke- ley, en California, y director del Cent ro de Es tudi os Latinoamericanos de esa institució n, se co mun icó con Botero para ll evar la se ri e de Abu Ghraib a su univer - sida d. Junto a Beatriz Manz, académica chilena de Berkeley, logra r on organi za r la mu es tra en un ti e mpo récord, en men os de dos meses. La exhibición fue un éx ito. "El último día le mandé un mensaje, conmovida y con lágrimas en los ojos, ex presán- do le lo qu e había significa do para Berkeley haber te nido estas obras aquí, le expresé que e ra un día muy triste", dice Beatriz Manz. La respuesta de Botero fu e inesperada. Ha- 5-1·551

Transcript of EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera...

Page 1: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de

1 Qué pasa 1 Cultura

EL

HO OR según Botero

Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de los soldados norteamericanos en la

cárcel de Abu Ghraib} en Ira k. A punto de celebrar sus 80 años} el pintor habla con Qué Pasa sobre esta muestra} que se inaugura

el15 de marzo en el Museo de la Memoria.

[Por Yenny Cáceres]

Fueron catorce meses conviviendo con el horror. Desde que leyó el primer artículo sobre los abusos e n Ira k en e l New Yorker, en el 2004, hasta que salió del encierro de su taller en París. Ese tiempo le tomó al pintor colombiano Fernan­do Botero crear una serie de óleos y dibujos sobre las torturas de los soldados norteamericanos en la cárcel de Abu Ghraib. Son imágenes duras. Las mismas figuras vo­lumétricas y robustas que se han convertido en e l sello de su trabajo, sólo que ahora vemos a un hombre desnudo, ven­dado, acosado por unos perros feroces, sangrando. Hombres obligados a vestir sostenes. Y unos torturadores que portan unos asépticos guantes. El rostro del horror. Los museos norteamericanos le dijeron que no. A Botero, al rey de las subastas, a l artista latinoamericano vivo me­jor cotizado del mercado (en noviembre pasado una escultura suya se vendió e n casi dos millones de dólares), favorito de los coleccionistas, cuyas obras están en el MoMA y que vivió en Nueva York en los años 60. A ese Bo-

tero le dijeron que no. Cuando Botero exhibió por primera vez la serie de Abu Ghraib en la galería Marlborough de Nueva York, en e l 2006, recibieron mails, llamados y car­tas de reclamo. Y cuando quiso exponer en otro lugar estas obras, ningún museo en Estados Unidos se interesó. Harley Shaiken se e nteró de este rechazo leyendo e l New York Times. Profesor de la Univers idad de Berke­ley, en California, y director del Centro de Es tudios Latinoamericanos de esa institución, se comunicó con Botero para llevar la serie de Abu Ghraib a su univer­sidad. Junto a Beatriz Manz, académica chilena de Berkeley, lograron organiza r la muestra en un tiempo récord, en me nos de dos meses. La exhibición fue un éxito. "El último día le mandé un mensaje, conmovida y con lágrimas en los ojos, expresán­dole lo que había s ignificado para Berkeley haber tenido estas obras aquí, le expresé que era un día muy triste", dice Beatriz Manz. La respuesta de Botero fue inesperada. Ha-

~ fCIIIIuru 5-1·551

Page 2: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de
Page 3: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de

1 Qué pasa 1 Cultura

bía decidido donar las obras a Berkeley. Y es justamente esta universidad norteamericana la que escogió al Museo de la Memoria para exhibir por primera vez en Sudamérica esta exposición. La muestra, apoyada por la Fundación CorpArtes, permitirá que desde el l5 de marzo se exhiban en Santiago 35 obras, entre óleos y di­bujos, de la serie de Abu Ghraib. Así explica Manz esta decisión: "Chile ha demostrado que tiene madurez y con­fi anza en s í mismo al tener un museo dedicado a la memoria. No cualquier país lo hace. Sólo países avanzados (por ejemplo, Alemania) lo han hecho, con la seguridad que se puede avanzar reconociendo su historia". Apunto de cumplir 80 años, en abril, Botero no podrá ve­nir a la ina uguración en Santiago. Este año se viene agitado y con celebraciones. México le rendirá un home­naje con la mayor retrospectiva de su obra, que se abre a fines de marzo en e l Palacio de Bellas Artes. Ahora está en Mónaco, en uno de los varios ta lle res que tiene repar­tido en lugares como Nueva York, París y Pietrasanta,en 1 talia. Es fácil imaginarlo en la tranquilidad de su ta ller, trabajando todas las tardes, puntualmente, de tres a ocho. Aunque dice que está ocupado, se da el tiempo para conversar por teléfono, y se queja de que cada vez está más sordo, cuando pide que le repitamos una pregunta. No ha olvidado su última exposición en Santiago, el 97 en e l Museo de Bellas Artes, y la escultura de un caballo que donó. "Mi obra tuvo una muy buena aceptación, por eso le hice ese regalo a la c iudad, porque me emocionó que la exhibición había tenido mucho público", dice. Pero toda esa placidez se rompe cuando recuerda Abu Ghraib. Y la indignación y e l horror se vuelven a cruzar en sus palabras. -En el 2006, cuando expuso esta serie en Estados Uni­dos, algunos lo acusaron de antiamericano. ¿Qué opina del recelo que generó e sta exposición en Es­tados Unidos? -La verdad es que privadamente pudo haber sido, pero públicamente no fui acusado de nada. Lo que pasa es que la exposición ya había sido expuesta en Roma, en Mi­lán, e n Alemania, e n varios museos europeos y después se ofreció a varios museos americanos. Y claro, ningún museo aceptó. -¿Fue por razones políticas?

~~ 1 C11/turu 56· 571

-Bueno, no sé qué pudo pasar. Lo más probable es que haya sido por presiones políticas. Pero afortunadamente el pro­fesor de la Universidad de Berkeley Harley Shaiken y la profesora de Humanidades Beatriz Manz se enteraron que existía esta serie y me escribieron una carta diciendo que ellos querían llevar esta exposición a la Universidad de Ber­keley. Obviamente yo acepté, estaba muy complacido de que se pudiera ver esto en Estados Unidos y, sobre todo, en una universidad que tiene una tradición tan grande de liberalis­mo y de ideas avanzadas. Ellos lograron hacer esta exposición allá y tuvo bastante éxito, en las facultades yen los alumnos tuvo una acogida muy buena, a tal punto que por eso y de­bido a la amistad que tengo con ellos decidí donar estas obms al museo de la Universidad de Berkeley. "Debo decir que el período de Bush es uno de los perío­dos más negros que uno pueda recordar, porque se estableció la tortura como una política oficia l, lo que es gravísimo, no hay palabras para describir la seriedad de eso", reflexiona ahora e l artista. "Cuando apareció el a r­tículo en e l New Yorker, pues e l mundo se horrori zó de saber lo que estaba pasando en la cárcel de Abu Ghraib y en muchas cárceles, es decir, que estaban torturando, igualmente como había torturado Saddam Hussein y de una forma ta l vez más despiadada, porque no era sola­me nte dolor físico, sino que era la humillación. Y claro, mucha de esa gente era inocente, había seguramente al­gunos terroristas, pero mucha gente fue a dar a la cárce l porque estaba cerca de un ate ntado y fue a dar aGuan­tánamo. Mucha de esa gente la han tenido que soltar después de años de tortura, porque no encontraron nin­guna acusación que hacerle. Fue muy escandaloso porque un país que se presenta como modelo y defensor de la li­bertad y de la compasión, pues no mostró ni compasión ni deseo de libertad ninguno". -Usted vivió varios años en Estados Unidos, Uue cho­cante ver este cambio? -La verdad es que en los Estados Unidos hay libertad de expresión, uno puede decir y opinar lo que quiera, pero tal vez por eso mismo esa fa lta de libertad, esa opresión, produjo un choque a todo e l mundo. Yo viví en los Esta­dos Unidos muchos años, yo nunca he sido fanático del gobierno norteamericano, tal vez porque en América La­tina hemos sufrido mucho con los Estados Unidos en esta

Page 4: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de

,

{

1

)

1

Page 5: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de

1 Qué pasa 1 Cultura

especie de influencia excesiva que ha existido en todos los sentidos, ha habido muchas dictaduras apoyadas por los norteamericanos, pues nunca he sido fanático de esas políticas de extensión o de colonialismo inte lectual o po­lítico que han existido a través de muchos años, con todos estos gobiernos que fueron apoyados y manteni­dos en el poder por los Estados Unidos. En América Latina tenemos el recuerdo de todo eso. -Cuando presentó la exposición en Berkeley, una de las cosas que llamaron la atención es que la serie finalmen­te no es tan documental, sino que usted trabajó a partir de mucho material que leyó. -Bueno, obviamente conocí las fotos que hicieron los mismos soldados americanos, pero claro, no se tra taba de copiar las fotos, porque las fotos ya existían, pero s í me di cuenta cómo era el ambiente de la cárcel mirando esas fotos. Y después lo que hice, leyendo todas esas cosas que habían sucedido ahí, fue que con mi imaginación vis ua­licé lo que leía e hice esa serie, que está más inspirada en los textos que en las fotos. -¿Cree que el rol del artista debe ser el rescate de la me­moria de su época? - o, e l rol del artista es pintar bien. La obligación pri­mera que tiene un pintor es pintar bien. De pronto hay cosas que uno revisa porque no se pueden dejar pa-

~ fCIIIIuru 58·59)

sa r e n s il e nc io. No es que la obligación sea es ta r revisando todas las injusticias del mundo, porque en e l mundo son demasiadas las injusticias. Uno ve en el periódico todos los días las miserias en África, en Af­ganistán, ve todos los ho rrores que está n pasando en todas pa rtes. Pero ése no es el oficio del artista, e l ofi­cio del artista es hace r e l a rte como mejor pueda. Y después claro, hay temas que lo apas io nan a uno. Pin­té tragedias a propósito de la violencia en Colombia con e l tema de la droga, pinté una serie sobre los dictado­res y las juntas militares en los años 60. De pronto hay cosas que a uno lo horrori zan y uno se concentra en eso. Yo también he pintado una serie muy grande sobre e l ci rco. Y tambié n me obses ioné con la tauromaqu ia. No tiene que ser necesariamente un te ma dramático o po­lítico, puede ser otra cosa.

PARA NO OLVIDAR

-Esta serie ha sido comparada con el Guernica de Pi­casso. ¿Qué le parece esta comparación? -Bueno, me parece desproporcionada porque yo pienso que Guernica es la obra maestra del siglo XX. Y yo he he­cho mi serie no para tratar de compe tir con Picasso ni con nad ie, sólo tratando de competir conmigo mismo. Pero sí regis tra como Guernica un acto inaceptable de la hu-

Page 6: EL HO ORclasarchive.berkeley.edu/.../news/Botero-QuePasa-03-06-12.pdf · según Botero Por primera vez llega a Sudamérica la serie de Fernando Botero que retrata las torturas de

manidad o de la polít ica. Yo espero que pase como sucedió con Guernica, que estas cosas de las torturas no se olvi­de n y se recuerden. La fuerza del arte es hacer recordar cuando los periódicos no hablan, cuando la gente no re­cuerda el arte tiene la capacidad de hacer recordar a lgo que sucedió. Por ejemplo, Guernica fue un pequeño epi­sodio de la Segunda Guerra Mundial, un bombardeo que hubo sobre la población civil por los alemanes. Y por e l cuadro Guernica todo el mundo sabe que hubo ese bom­bardeo. Todo el mundo se acuerda de los fusilamientos por el cuad ro de Goya. Mi aspiración sería que estos cua­dros sirvan para recordar esto que sucedió, tan horrendo, que fue la tortura en la cárcel de Abu Ghraib y en tantas otras cárceles, para no dejar olvidar. .¿Qué opina del a rte contemporáneo, que parece cada vez más alejado del público? -La verdad es que sí, hay un divorcio entre público y arte porque cada vez el arte es más oscuro, cada vez necesita más explicación, que haya un profesor que esté contan­do por qué es importante lo que uno está viendo. Yo no creo en ese tipo de arte. Cuando uno se para ante un Tiziano, ante un Velázquez, nadie tiene que estar expli­cándome por qué es importante o qué significa, yo estoy viéndolo, yo estoy gozándolo. Todas mis pinturas las he hecho de esa forma, mis cuadros no necesitan explicación.

11111111111111111111111111111111111111 1111111 11111111111111111

"La fuerza del arte es hacer recordar.

~li aspiración es que estos cuadros

sirvan para recordar esto que sucedió,

tan horrendo, que fue la tortura en la

cárcel de Abu Ghraib y en tantas otras

cárceles, para no dejar olvidar".

Sin ninguna prete nsión, debo decir que lo que yo hago ha tenido un impacto universal, he expuesto en todo e l mundo con gran éxito, en Japón, en Corea, en Buenos Ai­res, en México. En México tuve 216 mil visitantes en la exposición que hice el año 2000. Es decir, lo que yo hago tiene comunicación masiva con el público, no solamen­te latino. En Estocolmo, tuve 100 mil visitan tes en una ciudad de un millón de habitantes. Y bueno, yo espero que esta exposición e n Chile tenga la misma acogida que han tenido mis otras exposiciones. .¿cómo se toma esto de cumplir 80 años? -Sí, los 80 es a lgo serio. Bueno, me los tomo con resigna­ción y con deseos de poder seguir pintando lo más que pueda, porque lo más difícil es morirse sin poder pintar, porque ahí está el placer. Pero bueno, estoy tratando de durar aquí lo más que pueda. . ¿y sigue con la misma rutina de trabajo? -Hace poco tuve un desmayo en Colombia, pero fue la altura que me afectó, no fue mayor cosa, me caí, melle­varon al hospital, pero bueno, estaba a 2.300 metros. Pero me he sentido bien últimamente y sigo trabajan­do más que nunca. Yo trabajo todos los días, y yo diría que más hoy en día, todos los días de la semana, inclu­yendo sábado y domingo, porque me d a un placer enorme pintar. Vivo pintando.•