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Seix Barral Biblioteca Formentor Emmanuelle Laborit El grito de la gaviota

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  • Emmanuelle es sorda de nacimiento y no ha conocido otra cosa que el silencio. Para evadirse de esta prisin, Emmanuelle grita. Gritos de gaviota, dicen sus padres. A los siete aos Emmanuelle descubre el lenguaje de signos. El mundo se abre entonces frente a ella y se convierte en una nia alegre. Sin embargo, en la ado-lescencia su vida se tambalea: al desasosiego de la edad se le aade la rebelda contra la negativa de la sociedad a aceptar su lenguaje.

    Esta narracin autobiogrfica cuenta la historia de una joven que a los veintids aos ha conocido ya la so-ledad absoluta, la duda y la desesperacin, pero tam-bin la dicha, la solidaridad y la fama. La infancia y la ju-ventud de Emmanuelle son el relato de una lucha por so-brevivir en un mundo diferente y por el reconocimien-to de los derechos de tres millones de sordos franceses, hasta conseguir que, en 1991, se ensee en los centros de educacin el lenguaje de signos. Y es tambin la historia de la batalla personal para encontrar su lugar en el mun-do, que la llevar a convertirse en una reputada actriz.

    El grito de la gaviota es un clsico de la literatura de testimonio que veinte aos despus de la primera pu-blicacin en Espaa sigue fascinando a los lectores: Un libro maravilloso y memorable, Booklist; Una voz extre-madamente interesante, valiente, jovial, resuelta y sagaz, Publishers Weekly.

    Emmanuelle LaboritNaci en 1973 en Pars. Sorda de nacimiento, consigui abrirse camino en el mundo del teatro y el cine. En 1993 obtuvo el Premio Molire de revelacin teatral por su interpretacin del papel de Sarah en la comedia Les Enfants du silence. Es la primera actriz sorda que ha recibido en Francia un galardn semejante. Es embajadora de la Lengua de Signos Francesa, miembro de la Junta de Honor de la Coalicin Francesa para el Decenio de la Cultura de la Paz y la No Violencia y oficial de la Orden de las Artes y las Letras francesa.El grito de la gaviota, escrito con la colaboracin de Marie-Thrse Cuny, fue galardonado con el Prix Verit y ha sido publicado en ms de diez idiomas.

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    anuelle Laborit El grito de la gaviota

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    INSTRUCCIONES ESPECIALES

    FORRO TAPA

    GUARDAS

    12 mm.

    Diseo de la coleccin: Departamento de Artey Diseo, rea Editorial Grupo PlanetaFotografa de la cubierta: Arnaud /Baumann /Sipa Press /EFE

    Seix Barral Biblioteca Formentor

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    Emmanuelle LaboritEl grito de la gaviota

    Emmanuelle LaboritEl grito de la gaviota

    10117664

    pvp 15

    ,00

    13,3 x 23 cm. - RSTICA CON SOLAPAS

    SELLO Seix barral (b. breve)COLECCIN

    FORMATO

    SERVICIO

    CARACTERSTICAS

    2 Negros + Pantone 187C

    FAJA (Pantone 187C) P.Brillo

    IMPRESIN

    PAPEL

    PLASTIFCADO

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    Folding 240grs

    Brillo

    DISEO

    EDICIN

    24-11-2014 Marga

    PRUEBA DIGITALVLIDA COMO PRUEBA DE COLOREXCEPTO TINTAS DIRECTAS, STAMPINGS, ETC.

    La Estrella de Ratner Don DeLillo

    Muerte por agua Kenzaburo O

    La historia silenciosa Horowitz, Derby y Moffett

    28 das David Safier

    La verdad y otras mentiras Sascha Arango

    La pandilla de Asakusa Yasunari Kawabata

    El hurfano Adam Johnson

    Amado mo Pier Paolo Pasolini

    Transatlntico Colum McCann

    Crnica de un vendedor de sangre Yu Hua

    Muerte entre lneas Donna Leon

    Otras obras publicadas en esta coleccin

  • Emmanuelle Laboritcon la colaboracin de Marie-Thrse Cuny

    El grito de la gaviota

    Traduccin del francs porMara Jos Bux-Dulce Montesinos

    Seix Barral Biblioteca Formentor

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  • Ttulo original: Le cri de la mouette

    ditionsRobertLaffont,Paris,1994 porlatraduccin,MaraJosBux-DulceMontesinos,1995 EditorialPlaneta,S.A.,2015

    SeixBarral,unselloeditorialdeEditorialPlaneta,S.A.Avda.Diagonal,662-664,08034Barcelona(Espaa)www.seix-barral.eswww.planetadelibros.com

    Diseooriginaldelacoleccin:JosepBagAssociats

    Primeraedicin:enerode2015ISBN:978-84-322-2424-9Depsitolegal:B.25.205-2014Composicin:VctorIgual,S.L.Impresinyencuadernacin:HuertasIndustriasGrficas,S.A.Printed in Spain-ImpresoenEspaa

    El papel utilizado para la impresin de este libro es cien por cien libre de cloro y est calificadocomopapel ecolgico.

    Nosepermitelareproduccintotaloparcialdeestelibro,nisuincorporacinaunsistemainformtico,nisutransmisinencualquierformaoporcualquiermedio,seasteelectrnico,mecnico,porfotocopia,porgrabacinuotrosmtodos,sinelpermisoprevioyporescritodeleditor.Lainfraccindelosderechosmencionadospuedeserconstitutivadedelitocontralapropiedadintelectual(Art.270ysiguientesdel CdigoPenal).DirjaseaCEDRO(CentroEspaoldeDerechosReprogrficos)sinecesitafotocopiaroescanearalgnfragmentodeestaobra.PuedecontactarconCEDROatravsdelawebwww.conlicencia.comoportelfono enel917021970/932720447.

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    CONFIDENCIA

    Las palabras son una cosa rara para m desde la in-fancia. Digo cosa rara por lo que tuvieron de extrao alprincipio.

    Qu queran decir aquellos gestos de la gente quehaba a mi alrededor, con sus bocas en forma de crculo,o estiradas enmuecas diferentes, con los labios enposicio-nes curiosas? Yo notaba alguna cosa distinta cuando setrataba de clera, de tristeza o de contento, pero el muroinvisible que me separaba de los sonidos correspondien-tes a dicha mmica era a la vez de vidrio transparente y decemento. Me agitaba a un lado de ese muro, y los demshacan lo mismo al otro lado. Cuando intentaba reprodu-cir sus gestos como un monito, no eran palabras, sino le-tras visuales. A veces me enseaban una palabra o una s-laba o dos slabas que se parecan, como pap, mam,tata.

    Los conceptos ms sencillos eran an ms misterio-sos. Ayer, maana, hoy. Mi cerebro funcionaba en el pre-sente. Qu significaban el pasado y el futuro?

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  • 8Cuando comprend, con ayuda de los signos, que elayer estaba detrs de m y el maana delante de m, di unsalto fantstico. Un progreso inmenso, que difcilmentepueden imaginar los que oyen, habituados como estn aor desde la cuna las palabras y los conceptos repetidosincansablemente, sin ni siquiera darse cuenta.

    Despus comprend que otras palabras designaban alas personas. Emmanuelle era yo. Pap era l. Mam eraella. Marie era mi hermana. Yo era Emmanuelle, yo exis-ta, tena una definicin y, por lo tanto, una existencia.

    Ser alguien, comprender que se est vivo. A partir deah pude decir YO. Antes deca ELLA al hablar de m.Yo buscaba el lugar en el que me encontraba en este mun-do, quin era y por qu. Yme encontr. Me llamo Emma-nuelle Laborit.

    Enseguida pude analizar poco a poco la correspon-dencia entre los actos y las palabras que los describan,entre las personas y sus acciones. De repente, el mundome perteneci y yo form parte de l.

    Tena siete aos. Acababa de nacer y de crecer a lavez, de golpe.

    Senta tanta hambre y tanta sed de aprender, de cono-cer, de comprender el mundo, que despus ya no he deja-do de tenerlas. Aprend a leer y escribir la lengua france-sa. Me convert en una charlatana, curiosa de todo,expresndome en otra lengua como una extranjera bilin-ge. Pas el bachillerato, como casi todo el mundo. Y tuvems miedo al escrito que al oral. Eso puede parecer cu-rioso para un ser que tiene dificultad en oralizar las pala-bras, pero escribir sigue siendo un ejercicio difcil.

    Cuando decid escribir este libro, algunas personasme dijeron:

    No lo conseguirs.

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  • 9Oh, s! Cuando decido hacer alguna cosa, llego hastael final. Yo quera llegar. Haba decidido llegar. Emprendmi pequea obra personal con la obstinacin que me espropia desde siempre.

    Otras personas, ms curiosas, preguntaron cmo ibaa hacerlo. Escribir yo? Explicar lo que quera escribir auno que oyera, el cual traducira mis signos? Hice las doscosas. Cada palabra escrita y cada signo de palabra se en-contraron hermanados. En unas ocasiones se acoplabanmejor que en otras.

    Mi francs es un poco escolar, como una lengua ex-tranjera aprendida, desgajada de su cultura. Mi lenguajede signos es mi verdadera cultura. El francs tiene el m-rito de describir objetivamente lo que quiero explicar. Elsigno, esa danza de palabras en el espacio, es mi sensibili-dad, mi poesa, mi yo ntimo, mi verdadero estilo. Losdos mezclados me han permitido escribir este relato demi vida de joven en algunas pginas; de ayer, cuando meencontraba detrs de este muro de cemento transparente,a hoy, cuando lo he franqueado. Un libro es un testimonioimportante. Un libro va por todas partes, pasa de manoen mano, de espritu en espritu, para dejar un rastro. Unlibro es una manera de comunicarse que raramente esdada a los sordos. En Francia tendr el privilegio de ser laprimera, tal como fui la primera actriz sorda que recibiel Molire de teatro.

    Este libro es un regalo de la vida. Me va a permitirdecir lo que he callado siempre, tanto a los sordos como alos que oyen. Es un mensaje, un compromiso en el com-bate por el lenguaje de los signos, que separa todava amuchas personas. En l utilizo la lengua de los que oyen,mi segunda lengua, para expresar mi certeza absoluta deque el lenguaje de los signos es nuestra primera lengua, la

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    nuestra, la que nos permite ser seres humanos comuni-cantes. Para decir tambin que los sordos no deben re-chazar nada, que pueden ser utilizadas todas las lenguas,sin gueto ni ostracismo, a fin de acceder a la VIDA.

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    EL GRITO DE LA GAVIOTA

    Daba gritos, muchos gritos, y gritos verdaderos.No porque tuviera hambre o sed, o miedo, o dolor,

    sino porque empezaba a querer hablar, porque queraescucharme y los sonidos no me salan.

    Vibraba. Saba que gritaba, pero los gritos no querandecir nada para mi madre o mi padre. Eran, segn de-can, gritos agudos como de ave marina, como los de unagaviota cernindose sobre el ocano. Entonces me apoda-ron la gaviota.

    Y la gaviota gritaba por encima de un ocano de rui-dos que ella no oa, y ellos no comprendan el grito de lagaviota.

    Mam explica: T eras un bebmuy hermoso, nacis-te sin dificultades, pesabas tres kilos quinientos gramos,llorabas cuando tenas hambre, reas, balbucas como losotros bebs, te divertas. Nosotros no lo comprendimosen seguida. Te habamos considerado buena porque dor-mas a pierna suelta en una habitacin situada al lado delsaln donde la msica sonaba a todo volumen las noches

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    defiestaconlosamigos.Ynossentamosorgullososdetenerunbebtranquilo.Tehabamosconsideradonor-mal, porque volvas la cabeza cuandohaca ruidounapuerta.Nosabamosquenotabaslavibracinporelsuelosobre elque jugabasypor losdesplazamientosde aire.Igualmente,cuandotupadreponaundisco,bailabasallmismo,entuparque,balancendoteyagitandolaspier-nasylosbrazos.

    Estoy en la edad en la que los bebs se divierten ju-gandoenelsuelo,agatas,ycomenzandoaquererdecirmamopap.Peronodigonada.Percibo,pues,lasvibra-cionesatravsdelsuelo.Notolasvibracionesdelamsi-caylaacompaosoltandomisgritosdegaviota.Esoesloquemehandicho.

    Soy una gaviota perceptiva, tengo un secreto, unmundoparam.

    Mispadresvienendefamiliademarinos.Mimadreeshija,nietayhermanademarinosde losltimosquecruzabanelCabodeHornos.Porconsiguiente,me lla-marongaviota.Eramudaogaviota?Estecuriosopareci-dofonticomehacesonrerahora.*

    El primero que dijo: Emmanuelle grita porque no oyefuemitoFifou,elhermanomayordemipadre.

    Mi padre explica:Fue el primero que nos puso la mosca detrs de la

    oreja.Una escena se fijpara siempre enmimemoria,

    comounaimagenquesedetienedicemimadre.Mis padres prefirieron no creerlo. Hasta tal punto

    que,porejemplo,nosupehastamuytardequemisabue-

    * Juego de palabras entre muette (muda)ymouette (gaviota).(N. de la t.)

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    los paternos se casaron en la capilla del Instituto nacionalde jvenes sordos de Burdeos, del cual era director elsuegro de mi abuela! Lo haban olvidado! Para escondersu inquietud, quizs para no mirar la verdad a la cara. Enresumen, estaban orgullosos de no tener una pequeafastidiosa que les despertase a primera hora de la ma-ana. Entonces tomaron la costumbre de bromear lla-mndome la gaviota, para no expresar su temor por midiferencia.

    Dicen que se grita lo que se quiere callar. Yo deba degritar para intentar or la diferencia entre el silencio y migrito. Para compensar la ausencia de todas esas palabrasque yo vea moverse sobre los labios de mi madre y de mipadre, y cuyo sentido ignoraba. Y comomis padres calla-ban su angustia, yo tena que gritar tambin por ellos.Quin sabe!

    Mam explica:El pediatra me tom por loca. l tampoco lo crey.

    Siempre esta historia de las vibraciones que t percibas.Pero cuando se daba una palmada a tu lado o detrs de ti,no volvas la cabeza en la direccin del ruido. Se te llama-ba y t no respondas. Y yo, yo me daba cuenta muy biende estas cosas extraas. Parecas sorprendida hasta elpunto de sobresaltarte cuando yo llegaba a tu lado, comosi me hubieras visto en el ltimo segundo. Pens de entra-da en problemas psicolgicos, porque el pediatra no que-ra creerme cuando te visitaba todos los meses.

    Yo le haba pedido una entrevista para participarlemis temores una vez ms. l me dijo brutalmente: Se-ora, le aconsejo muy de veras que se haga visitar!.

    Y en este punto cerr la puerta expresamente, y

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    como t te volviste, por casualidad o porque habas nota-do esas vibraciones, o simplemente porque su comporta-miento te pareca curioso, grit: Ya ve que es absurdo loque dice!.

    Le tengo rabia. Y me tengo rabia a m misma porhaberle credo. Despus de esta visita comenzamos contu padre un perodo de angustia y de observacin perma-nentes. Silbbamos, te llambamos, se daban portazos, sete miraba cuando palmoteabas, cuando te agitabas comosi bailaras con lamsica... Creamos que s, despus crea-mos que no. Estbamos perplejos.

    A los nueve meses te llev a ver a un especialista quedijo inmediatamente que habas nacido sorda profunda.El choque fue brutal. Yo no poda admitirlo y tu padretampoco. Nos dijimos: Es un diagnstico equivocado.Es imposible. Fuimos a ver a otro especialista, y tena-mos tantas esperanzas de que ste sonriera y nos manda-ra a casa tranquilizndonos...

    Nos encontramos con tu padre en el hospital Trous-seau. T estabas sobre mis rodillas, y all comprend. Enla sesin de tests se te hizo escuchar sonidos muy fuertesque me destrozaron los tmpanos y a ti te dejaron impasi-ble como el mrmol.

    Le plante tres preguntas al especialista.Hablar?S, pero tardar mucho tiempo.Qu hay que hacer?Ponerle un aparato, una reeducacin ortofnica

    precoz, sobre todo nada de lenguaje de gestos.Podemos reunirnos con adultos sordos?Eso no sera aconsejable. Ellos pertenecen a una

    generacin que no ha conocido la reeducacin precoz.Usted quedara desmoralizada y decepcionada.

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    Tu padre estaba abrumado y yo llor. De dnde ve-na esa maldicin? Herencia gentica? Una enferme-dad padecida durante el embarazo? Me senta culpable, ytu padre tambin. Buscamos en vano quin haba podidoser sordo en la familia, de una u otra parte.

    Comprendo el shock que mis padres recibieron. Lospadres culpabilizan siempre, siempre buscan un culpable.Pero hacer responsable al otro, el padre o la madre, de lasordera del hijo es terrible para ste. No debe hacerse.Param sigue sin saberse. No se sabr nunca. Seguramen-te es mejor as.

    Mi madre explica que no saba qu hacer conmigo.Me miraba, incapaz de inventar lo que fuera para crearun lazo entre nosotras. A veces ni siquiera llegaba a jugar.Nome deca nada. Mi madre pensaba: No puedo decirlete quiero porque ella no me oye.

    Se encontraba en un estado de conmocin. Como te-tanizada. Ya no poda reflexionar.

    Desdemi infancia los recuerdos son extraos. Un caos enmi cabeza, una serie de imgenes sin relacin entre s,como secuencias de una pelcula puestas una tras otra,con largas bandas negras, grandes espacios perdidos.

    Entre los cero y los siete aos mi vida est llena delagunas. No tengo ms recuerdos que los visuales. Comolos flashbacks, imgenes cuya cronologa ignoro. Creoque no hubo en absoluto idea del tiempo enmi cabeza enese perodo. Porvenir, pasado, todo se encontraba en unamisma lnea del espacio-tiempo. Mam deca ayer... y yono comprenda dnde estaba el ayer, qu cosa era el ayer.El maana, tampoco. Y no poda preguntarlo. Me sentaimpotente. No era nada consciente del tiempo que pasa-

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    ba. Haba la luz del da, lo negro de la noche, eso eratodo.

    No consigo poner fechas en este perodo hasta lossiete aos. Ni poner en orden lo que hice.

    El tiempo estaba inmvil. Yo perciba las situacionesen el mismo lugar. Quizs hay recuerdos enterrados enmi cabeza, pero sin nexos de antigedad entre ellos, y nopuedo encontrarlos. Los acontecimientos, debo decir lassituaciones, las escenas, porque todo era visual, las vivacomo una situacin nica, la del ahora. Al intentar resol-ver el rompecabezas de mi tierna infancia para escribir,no encontr, pues, ms que trozos de imgenes.

    Las otras percepciones se encuentran en un caos inac-cesible al recuerdo. Estaban enterradas en ese perodo enel cual me fui defendiendo, no s cmo, con la ausenciade lenguaje, el desconocimiento de las palabras, la sole-dad y el muro del silencio. Mam explica:

    T estabas sentada en la cama, me veas, con sor-presa, desaparecer y volver. No sabas adnde iba, a la co-cina, por ejemplo; era una imagen de mam que desa-pareca, despus de mam que volva, sin relacin entrelas dos.

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    aida.gimenoTexto escrito a mquinaSeguir leyendo