EL FUEGO DE DIOS - Obras Misionales Pontificias | … · Yo no soy Isaías ni Jeremías ni ninguno...

EL FUEGO DE DIOS

EL FUEGO DE DIOSJaume Reynés Matas, msscc

El fuego de Dios

© Jaume Reynés Matas

© Publicaciones Misioneros de los Sagrados Corazones

1º edición: Mayo, 1984, Santo Domingo

2ª edición ampliada

Fotografía de portada: Jaume Falconer, “Montaña de Randa”

Fotografía contraportada: Raphel Pherrer, “el autor ante el monumento del Fundador en Lluc”

Depósito legal: PM. 645-2010

Impresión: Gràfiques Gelabert. C/. Renou, 60 - 07420 Sa Pobla - Mallorca

Impreso en España - Printed in Spain

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CONTENIDOPRESENTACION (por Josep Amengual i Batle, Superior Gen.) ........ 13-161- INFANCIA ................................................................................................................................................... 17-25 Carnet de identidad NOTAS DEL P. JOAQUIM: Cierto sentido espiritual A todo me lanzaba La vocación es un camino PREDICACIÓN: Quería ser un santo

2 -JUVENTUD ................................................................................................................................................ 27-34 Estudios NOTAS DEL P. JOAQUIM: Juventud, la edad más peligrosa pero también la más fervorosa La profecía Carta a los jóvenes

3 -SACERDOTE ........................................................................................................................................... 35-41 NOTAS DE PRENSA: El clero mallorquín Primeros años de apostolado NOTAS DEL P. JOAQUIM: Persistente búsqueda del encuentro con Dios Carta a Sor Soledad

4 -FILlPENSE .................................................................................................................................................. 43-544.1 Hombre de contemplación NOTAS DEL P. JOAQUIM: El reino de Dios está dentro de vosotros4.2 Hombre de acción Notas de prensa PREDICACIÓN: “Sitio. Tengo sed!”4.3 El Obispo Cervera y su proyecto restaurador NOTAS DEL P. JOAQUIM: Hubiera sido resistir la voluntad de Dios Carta de despedida al P. Francesc Molina, superior del Oratorio

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5 -EL DESIERTO DE SAN HONORATO............................................................ 55-665.1 Dios habla en el desierto NOTAS DEL P. JOAQUIM: Solo con Dios solo Carta a la Abadesa de las capuchinas5.2 El desierto florecerá NOTAS DEL P. JOAQUIM: Los planes de Dios Dejar hacer a Dios Notas de prensa5.3 La semilla de mostaza Carta del Obispo de Mallorca NOTAS DEL P. JOAQUIM: El nombre de nuestra Congregación5.4 Los profetas vienen del desierto PREDICACIÓN: Yo no soy Isaías ni Jeremías ni ninguno de los profetas

6 -LLUC ................................................................................................................................................................. 67-796.1 Interpretación histórica: Un socorro para tiempos difíciles Cartas del Obispo a los señores curas NOTAS DEL P. JOAQUIM: El competente socorro6.2 Lluc: Una cuestión “vidriosa y arriscada” NOTAS DEL P. JOAQUIM: Somos peregrinos Dios sigue actuando Notas de prensa6.3 El Gólgota del P. Joaquim Cartas con aroma Notas de prensa: Manifiesto a los peregrinos

7 -LA REAL ....................................................................................................................................................... 81-887.1 La verdad está en el desierto Cartas con aroma7.2 Es preciso salir del desierto NOTAS DEL P. JOAQUIM: La difícil situación de La Real Cartas con aroma

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7.3 En La Real se siente a Dios, pero no como en San Honorato Cartas con aroma

8 -IDEARIO ESPIRITUAL .......................................................................................................... 89-100EL FUEGO DE DIOS PARA LA VEJEZ DEL MUNDO (Espiritualidad de los Ss. Corazones) 1. Tesoro de la Iglesia 2. Áncora para el naufragio 3. Respuesta de Dios al mundo actual 4. El fuego de Dios 5. Credo de los misioneros de los Ss. CorazonesEL PRIMER MANDAMIENTO (Buscar primeramente el Reino de Dios) 1. Una Historia de Salvación 2. Denuncia de la idolatría 3. Amar con todo el corazón 4. La primacía del Reino (Contemplación y apostolado)EL BACULO y LA HIEDRA (Servicio a la Iglesia Local) 1. El Ob. Cervera “Segundo Fundador” 2. El carisma de “diocesaneidad”COMO LOS PRIMEROS CRISTIANOS (Testamento del Fundador) 1. Escándalo 2. El amor de Dios revelado en los últimos tiempos 3. Modelo de cristianos: Un solo corazón

9 -ESCONDIDO EN LA LLAGA DEL SAGRADO CORAZON ......... 101-109 1. Deseo mucho irme al cielo 2. De la firme esperanza 3. Como viese acercarse mi muerte 3. Muerto en el Señor

10 -CARNET DE IDENTIDAD: MISIONEROS DE LOS SAGRADOS CORAZONES (por Jesús Alegría Iturralde, msscc) ........................... 111-114 Mi nombre Mi nacimiento Mi realidad Mi profesión Mi distintivo Mi espiritualidad Mi especial propósito

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Mi mensaje Mi obligación Mi preferencia Mi estilo de predicación Mi alimento para el camino Mi estilo de vida Mi esperanza

11 -LA OBRA DEL P. JOAQUIM ROSSELLO .......................................... 115-133 Nuestro Álbum de familia (por Manuel Soler Palà, msscc)1. PERSONAJES: Joaquim Rosselló, fundador Joan Perelló, obispo Jaume Rosselló, misionero Bartomeu Susama, servidor Beato Simó Reynés y compañeros, mártires Vicente Yábar, itinerante Francisco Fernández, promotor de los indígenas Santos Ganuza, expulsado con los refugiados2. FUNDACIONES: En Mallorca En Roma y en Bélgica En España (Península) Argentina (Delegación del Plata) Delegación del Caribe Delegaciones africanas3. MINISTERIOS. Misiones populares Ejercicios Parroquias Enseñanza Seminarios Publicaciones4. BROTES PARA LA ESPERANZA Misioneros y mártires Los Laicos Misioneros La Fundación Concordia5. NI ARROGANTES NI VERGONZANTES Deseos de renovación Confesantes contracorriente

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Para componer esta obra se han tenido en cuenta:

En primer lugar, los escritos del P. Joaquim (publicados para uso interno de la Congregación) y las siguientes biografías y estudios:

A. Thomàs, Un gran Misionero (Palma, 1929)

J. Nicolau Bauzà, Un hombre que creyó en el amor (Palma, 1968)

J. Amengual i Batle, Columna y antorcha de la Iglesia de Mallorca (Madrid, 1996)

M. Soler Palà – J. Amengual Batle, Un misionero de corazón (BAC, Madrid 1997)

J. Amengual Batle, “Meditación sobre el sentido de la fundación de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María (Mallorca), en el Centenario de la muerte del P. Joaquim Rosselló i Ferrà, su Fundador” en http://www.msscc.es/BL3/BL3-V09-0013.pdf

Para hacerlo más actual, se han adaptado ligeramente la puntación y algunas grafías hoy en desuso (como el nombre de “Lluc” que antes se escribía con h final)

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PRESENTACIÓN

DEL AUTOR, UN VIEJO AMIGOEs un motivo de alegría corresponder a la invitación del autor para

presentar la segunda edición de su libro El fuego de Dios. La primera surgió en República Dominicana, cuando él trabajaba directamente en el Noviciado de la Congregación.

Antes de proseguir, deseo evocar unos recuerdos de los años de estudios en Roma. Ambos concluimos la Licencia en Teología en la Facultad homónima de la Universidad Gregoriana, con algunos años de diferencia. Luego, a mí me encaminaron hacia la especialización en Historia de la Iglesia, mientras Jaume entraba en el recinto un tanto misterioso del Pontificio Instituto Bíblico.

Jaume ya había mostrado cualidades pedagógicas en el Escolastica-do, llamado Schola Christi, durante los años en los que cursábamos la Filosofía y Teología. Su creatividad era sorprendente y sus creaciones literarias nunca pasaron sin comentarios.

He mencionado los estudios institucionales y de especialización, como pretexto para explicar el trasfondo del libro que presento, y de folletos y algún estudio mayor que nuestro autor ha producido. Sus estudios académicos constituyen la espina dorsal de la formación aca-démica de una persona. Son la garantía de que es capaz de vertebrar sus conocimientos y de poder articular su propio pensamiento.

El P. Jaume Reynés estudió para formarse y estudió para la vida. He recordado muchas veces las tardes de los sábados de aquellos años de finales de los 60, cuando las librerías de Roma estaban abiertas al público. Con frecuencia salíamos los dos, o con otros compañeros más, a visitar sus escaparates para seguir de alguna manera lo que se produ-

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cía en los años de inmediato postconcilio. La biblioteca universitaria, como es obvio, no daba cabida a estos recursos. Había que ir a las de los centros de estudios pastorales o catequéticos. Jaume se detenía a hojear materiales de catequesis, de la más diversa proveniencia y des-tino. Raras veces los presupuestos permitían adquirir tales novedades, pero es un hecho que el estudio ya se orientaba a la misión.

Y DEL LIBRO, SEGUNDA EDICIÓNEste libro que presento tiene, por tanto, sus antecedentes meto-

dológicos en los años de formación institucional de una persona que mostraba saber por dónde podía discurrir su misión. Nada de forma-ción compartimentada. Aquella pasión por acercar al pueblo lo que se elabora en las universidades le llevó a producir este libro, con inten-cionalidad pedagógica y formativa.

Sus once capítulos pueden agruparse en tres secciones principales. Los siete primeros y el noveno tienen un enfoque biográfico, que ayuda a captar los rasgos principales del apóstol del Fuego de Dios, que fue el P. Joaquim Rosselló i Ferrà. No se trata de una biografía clásica, sino de un ensamblaje ordenado y coherente de datos, de textos propios del P. Joaquim, y de puntos de vista sobre él y acerca de su ambiente emi-tidos por personas diversas. Tienen la primacía sus cartas, los sermones y las notas autobiográficas.

El capítulo octavo es un ensayo de síntesis de las principales líneas de la espiritualidad del P. Rosselló. Destaca el fuego de Dios, manifes-tado en su manera de entender la devoción a los Corazones de Jesús y de María. Es decir, a esta manera de centrar en el corazón la persona de Jesús y de María, siguiendo una visión antropológica, presente en las diversas culturas.

Subraya el rasgo eclesiológico que rigió al P. Fundador, hasta el sacrificio, y que heredó la Congregación, de servir en y desde la iglesia local, sobre todo en el espacio diocesano. Es una vocación muy diversa de los institutos llamados internacionales o de los llamados movimien-tos, de nuestros días.

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El sentido evangélico de la espiritualidad del P. Joaquim se plasma en su pasión por crear una nueva comunidad apostólica, destacando como mandamiento primordial el que heredó del Corazón de Jesús, es decir: el Mandamiento Nuevo.

Los dos últimos capítulos aprovechan el aporte de otros dos congre-gantes y sirven para tipificar a la Congregación. En lo que llama “Car-net de Identidad”, el P. Jesús Alegría recogía los rasgos más relevante de la vida de un misionero de los Sagrados Corazones.

Finalmente, el P. Manuel Soler presenta en “Nuestro Álbum de Fa-milia” unas instantáneas sobre personas, fundaciones, ministerios y actitudes de cara al futuro, esperanzado y arriesgado.

Cualquier persona que quiera acercarse al P. Joaquim Rosselló y a la Congregación que él fundó, podrá encontrar las puertas abiertas con estas pautas. Conocerá al Fundador, su ambiente de los años de la Restauración eclesiástica y política del s. xix, siglo que no lo polarizó por la reacción ni por la mirada atrás. Sabrá que los pasos principales de la Lectio divina ya inspiraban a los predicadores durante siglos. Apreciará cómo en los claustros femeninos había mujeres de recia es-piritualidad, a las cuales el P. Rosselló sabía acompañar con ternura cercana y con criterios evangélicos.

Queda claro que el misionero que prendió el fuego de Dios se formó primero con sacrificio y abnegación. Era pobre y nunca quiso ser rico. Permaneció fiel a su cuna, el entresuelo de una casa señorial, y jamás renunció al entresuelo.

La soledad, para el crecimiento en la profundidad del corazón, apa-rece descrita por el P. Rosselló con el cariño de quien se siente un ama-do en las manos de Dios. Rasgos históricos y trazos autobiográficos crean un cuadro que incita a tomar un camino como el que emprendió el hijo de unos campesinos, convertidos en criados de una casa de la ciudad. No era una huída, sino una búsqueda del Dios, absoluto para quienes le aman. Soledad para la relación personal, de corazón a co-razón.

La manera de ser presbítero tampoco le vino impuesta. La descubrió hasta sus años más maduros. Tocaba servir a un altar, al culto. Pero

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esto no le bastó. De joven se convirtió en el apóstol de los jóvenes. Podríamos continuar diciendo que luego pasó a ser el misionero de los adultos. Pero siempre se mantuvo como el organizador de asociaciones juveniles y para adultos, y en permanente acompañante de jóvenes y mayores.

Este libro es, por tanto, una introducción a la biografía del P. Joa-quim y a la historia y espiritualidad de la Congregación de Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, que fundó, desde el ángu-lo de la manera de entender a estos corazones, desde el amor ardiente, que viene del Espíritu.

Josep Amengual i Batle Superior General

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CARNET DE IDENTIDADJOAQUIM ROSSELLÓ i FERRÀ, fundador de los misioneros de los

Sagrados Corazones, nació en Palma de Mallorca (España) el 28 de junio de 1833.

Sus padres fueron Gabriel y María Anna, unos humildes sirvientes de la noble familia Gual de Torrella.

Bautizado el mismo día de su nacimiento, le impusieron una leta-nía de nombres del santoral: Joaquín, José, Ignacio, Pedro, Antonio de Padua y León. Durante mucho tiempo lo llamaron con el cariñoso di-minutivo de “Ximet” y luego de “Xim” o “Joaquim” en la edad adulta (“Joaquinito”, “Quincito”, Joaquín en mallorquín).

Creció en una familia numerosa de ocho hermanos, que la vida acabó dispersando por el mundo: Dos murieron en Cuba y otro en Francia.

Tres veces salió de su isla mediterránea; las tres con motivo de una peregrinación religiosa a Tierra Santa, a Roma y a Lourdes.

Fue uno de esos mallorquines de vocación monacal, amantes de la paz del claustro, del chirriar de las cigarras y del silencio dorado.

Y, sin embargo, fue padre de una gran familia de hombres y mu-jeres buscadores del Reino, servidores en las pequeñas Iglesias locales o misioneros en la Iglesia universal.

NOTAS DEL P. JOAQUIM(Nuestro protagonista nunca llevó un diario íntimo o una agenda personal, como se

acostumbra hoy. Pero desde la atalaya de su ancianidad, entre 1897-1902, escribió algunas Notas referentes a la Congregación que fundó, que desvelan aspectos muy interesantes de su biografía,

de su itinerario espiritual, de cómo la Providencia guió sus pasos)

Nota II: Cierto sentido espiritual “Era aún muy chico y, si bien, tuve como los demás mis travesuras y debilidades

propias de la edad, conservaba no obstante cierto sentido espiritual que me impul-saba siempre a respetar y amar aquellas personas que por su modestia, compostura y trato, reconocía ser siervos de Dios…

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Además, gustaba muy mucho en esta edad frecuentar aquellas Iglesia en las que observaba ser los sacerdotes más ejemplares y edificantes, y que celebraban con mayor recogimiento el Santo Sacrificio de la Misa. A ellas me dirigía e iba todos los días muy de madrugada para asistir al Sto. Sacrificio, y tener mi oración mental.

Igualmente frecuentaba también mucho las consabidas Iglesias un hermano lego de la Compañía de Jesús; que tenía por nombre D. Gregorio Trigueros, natural de Madrid (de mucho talento y habilidad para atraer a la juventud)...

Sucedió con ese buen Hermano que, como hubiese notado que frecuentaba yo mucho las mencionadas Iglesias, y que, muy joven y estudiante aún, me pasaba largas horas arrodillado en oración delante del Tabernáculo; un día, al verme salir de una de esas Iglesias, se acercó a mí, me saludó y comenzó a hablarme...

Cuanto bien hizo a mi alma ese buen Hermano lego y relego, como él mismo por humildad se añadía, sólo Dios lo sabe, que se valió de él para destetarme del mundo, y aficionarme a la perfección; sólo a él debo después de su Divina Majestad, que fue el que me lo deparó, no haberme corrompido en mi juventud; el haberme apartado de ciertos compañeros que quizá me hubiesen arrastrado y llevado no sé adonde; el que desde muy jovencito me diese al ejercicio de la oración mental, lec-tura cotidiana, práctica de exámenes general y particular, frecuencia de sacramen-tos; y que no diese en tan peligrosa edad funestas caídas en materia de impureza, como lo veía en los otros”.

Nota III: A todo me lanzaba“Como tuviese en Santa Clara una pariente muy inmediata, religiosa profesa de

aquel convento, a quien de cuando en cuando visitaba; ésta con el correspondiente permiso de su abadesa, vino a veces a poner en mis manos ciertos libros ascéticos, como el P. Rodríguez, Temporal y Eterno, Flos Sanctorum del P. Ribadaneyra, o vidas de los Santos; cuyas lecturas suscitaron en mí tan vivos deseos de la vida espiritual y una tan fuerte inclinación de imitar, en sus virtudes, a esos grandes héroes de nuestra sacrosanta religión, que, sólo de considerar ser mi vida tan imperfecta y diferente de la de ellos, se encendía en mi pecho un tal ardor, y sentía en mi alma un tan fuerte im-pulso a imitarlos, hasta en sus extraordinarias penitencias, que a todo me lanzaba…

De ahí el privarme muchos días del almuerzo, que escondía, para darlo al primer pobre que hallase en la calle, cuando salía para ir a la escuela, o a otra parte; de ahí el ce-ñirme por la cintura una cuerda con gruesos nudos tan apretadamente, que me entraron de manera dentro de la carne, que cuando quise, por haberla llevado mucho tiempo, no me la podía arrancar; de ahí el buscarme cilicios y disciplinas, y entregarme de tal modo a la maceración de la carne, y de mi mal inclinado cuerpo, que todo (por lo que leía ha-cían los santos, siendo en todo su vida los más tan inocentes) me parecía poco o nada.

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Eso fue lo que en breve me redujo a tal estado de flaqueza y agotamiento de fuerzas, que puedo decir, que pasé de un extremo a otro; antes por lo robusto y obeso de mi cuerpo, se admiraban mis condiscípulos, y hasta mi profesor; y luego después, por lo adelgazado, y quebrantada salud, a que me veía reducido, se compadecían; como que ignoraban la causa de tan repentino cambio. Mas Dios quiso poner fin a mis imprudencias, y sacarme de mis errores relativamente a imprudentes mortificaciones y extraordinarias penitencias…

Mi profesor de latinidad y primer año de retórica me privó en absoluto de todo, principalmente de todo lo relativo a asperezas, fuesen ayunos, cilicios, etc. y que, en adelante, no pudiese practicar ninguna penitencia sin previo permiso de mi director.

Con estas determinaciones y acertados consejos, puesto de acuerdo con los pa-receres tanto de mi profesor de latinidad y primer año de retórica (el franciscano exclaustrado Fr. Jaume Rosselló Arrom), como de mi confesor ordinario (D. Lluc Juan), procuré corregir mi error, y valerme de los medios que juzgué más eficaces para la reparación de mis fuerzas y quebrantada salud”.

TRABAJO SOBRE EL TEXTO(Las vidas de las personas espirituales, leídas atentamente, pueden servirnos para ilu-

minar nuestro propio camino vocacional. Es evidente que un niño no tiene todavía una vocación deci-dida, pero sí gérmenes de vocación. Son semillas de la vida cristiana, sembradas en el bautismo, que, bien cuidadas, florecerán en una vocación laical, religiosa, misionera que dé mucho fruto. Añadimos algunas pautas en los capítulos de las Notas del P. Joaquim referidas a su infancia y juventud que nos sirvan de ejemplo para este trabajo del texto)

• ¿CómoinfluyólafamiliaenlavocacióndeXimet?Desermenosmodesta,hubieratenidolaposibilidad de ingresar en una orden religiosa, alejado de Mallorca y de su vocación de fundador deunaCongregaciónmallorquina.¿Dequémanerahaninfluidolascircunstanciasdetufamiliaentudesarrollo?

• ¿Cuáles fueron las trespersonasquemás influyeronensu infancia?¿Cuáles son lasque teayudaronatienlainfanciaadescubriraDioscomoPadreyAmigo?

• ¿Quiénfuesuayoespiritual?¿Tienesalgúnacompañanteespiritualqueteoriente?

• ¿Quégérmenesdevocacióndescubrieronentiycómoteayudaronacultivarlos?

• ¿Cómoescogíaasusamigos?

• Parábolade lacomunicación:Vivimosenelsiglode lacomunicación.Todosqueremosestarbien comunicados y con alta calidad (móviles, ordenadores, consolas, iPod para descargar y reproducirmúsicadealtafidelidad…)XimetRossellóeraunniñoquesiemprellevabalosauri-culares puestos.

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LA VOCACIÓN ES UN CAMINO“El proceso de la vocación se confunde con la misma

experiencia espiritual del hombre. Tiene su origen en el descubrimiento de Dios como una Persona viva y cercana, estrechamente ligada al decurso de nuestra propia vida. Si entonces se sale para caminar en su presencia (cfr. Gn 17,1), en un diálogo de continuas llamadas y respuestas, se encuentra en estado de vocación.

Dios llama a seguir avanzando a medida que se le responde; y es en esta respuesta que el hombre se siente llamado. Cuando deja de responder, deja de estar en pos-tura de vocación y disponibilidad.

Es por tanto un camino que no acaba sino a la hora de la muerte, cuando llegaremos todos a aquella ciudad edificada sobre cimientos, cuyo constructor es Dios (Hb 11, 10)” (Documento sobre Pastoral de la Vocación cris-tiana, 5).

Lo más importante: “Escuchar la Palabra de Dios, como el pequeño Samuel, discerniendo en los acontecimientos grandes y pequeños, en las exigencias y deseos de nuestra época, los signos de su Presencia y de su Plan salvífico”. Formarse un corazón generoso y libre, indispensable para “ofrecerse y correr el riesgo de una vocación comprome-tida” (L.c., 13).

PREDICACIÓN: Quería ser un santo(ElpequeñoXimetteníasushéroes,losamigosdeDios.Cuandopredicamosdeunsanto,exal-

tamos en él las virtudes que nosotros más admiramos. Fijémonos, por ejemplo, como hablando desanVicenteFerrer,unsantomuypopularenlaCoronadeAragón,Joaquimseretratabaasímismo:Cómo fue su infancia y su juventud; lo que soñaba ser en su vida sacerdotal y misionera)

SermóndeSanVicenteFerrer,predicadoenSantaCatalinadeSena,Palma,el09/05/1856 ó 86: Fuit homo missus a Deo. Fue un hombre enviado de Dios (Jn 1, 6).

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•Respuesta de Dios a la Iglesia No hay que temer: la Iglesia, hermanos, ha sido siempre perseguida, lo es hoy

y lo será todos los siglos. Mas nunca han prevalecido contra ella las puertas del infierno. Está escrito que el que vela sobre ella no duerme ni dormita jamás, ha dicho el Profeta: Non dormitabit neque dormiet qui custodit Israel (Sl 120,4). Y jamás también la Divina Providencia se ostentó más admirable en favor de ella que cuando a la vista de los hombres corría al parecer más inminente peligro… la inmaculada esposa del Cordero…

•Infancia: Comunicación con Dios AlnacimientodeVicente…sepreguntatodaValenciaconmovida:quéángel,

qué niño es éste que se nos ha nacido; Juan vuela a la soledad y al retiro, y aVicenteseleencuentrasiempreenloslugaresmásrecónditosyapartadospara entregarse a sus solas a la íntima comunicación con Dios. La infancia deVicentefueentodoangelicalcomoladelBautista,nadahuboenellade atolondramiento, nada de pueril, como Dios le deparaba para que fuera elocuente predicador, sus más frecuentes entretenimientos ya en la tierna edad de siete años, era reunir muchos niños, para enseñarles lo que sabía del Catecismo, y para predicarles desde un pequeño púlpito, o bien de una silla, o bien de una mesa se lo hacía provisional.

Desde su infancia se dedica de tal modo a la oración que viene a hacerse en él habitual este piadoso ejercicio; y de modo que en todas partes sabe recogerse para tener su oración, tanto en su casa como en el templo, tanto en el campo como en la ciudad, tanto en poblado como en lugar desierto, por doquier le acompaña el espíritu de oración de tal manera eleva su alma a Dios que se halla continuamente anegado y absorto en la inmensidad de su divinas perfecciones.

•Castidad eminente DeahíelqueadelantasetantoVicenteentodaslasvirtudes,enlacastidad

y pureza de cuya fragancia según Catalina de Sena, se deleita Dios y sus ángeles, y fue tan especial en nuestro Santo esta virtud, que según está contenidoenlabuladeCanonizaciónconsiguióVicenteporgracialoquelos ángeles lo gozan por naturaleza.

•Modestia, perfume de Jesucristo La modestia y compostura fue tal en nuestro santo, que todo predicaba en

él, cual en su Santo Domingo; por doquier dejaba ir la fragancia, el buen olor de Jesucristo según S. Pablo (2Cor 2,15)... Predica con sus ojos siempre bajos y serenos, con su hablar siempre grave y mesurado, con todo su contingente

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más de ángel que no de hombre... Su silencio mayormente cuando permane-cía en el convento fue continuo y nunca hablaba ni con los de casa, ni con los extraños a no ser preguntado y eso aún de cosas que perteneciesen a la gloria de Dios y al bien de las almas.

•Penitencia, pobreza, obediencia En sus penitencias seguía siempre el espíritu de su Santo Fundador, iba ves-

tido de cilicio, tomaba cada día tres disciplinas de sangre, ayunaba todos los días no comiendo más que una vez; dormía sobre la dura tierra teniendo poralmohadaunapiedraycuandomásalgunasveceslaSagradaBiblia.Suespíritu de pobreza no le permitía poseer nada ni tener apego a nada; fue en extremo obediente, jamás quiso hacer su voluntad, y en su apostolado se sujetaba siempre al parecer de sus compañeros a no ser que Dios le revelase lo contrario.

•Caridad como un fuego Su caridad volcanizaba continuamente su pecho de modo que rompió varias

veces sin casi advertirlo en amorosos requiebros y tiernísimos afectos con su bondadoso Dios, y se sentía movido a recorrer el mundo para dar a conocer su nombre, para convertir pecadores, para salvar, si le fuere posible, todas las almas.

•Gran predicador Cometido a Vicente por sus superiores, el cargo de predicador, e instado

porelmismoJesucristoacumplircontanexcelenteministerio,Vicentesepresentaanteelmundo,cualsifueraotroElíasuotroJuanBautista,supa-labra viva y eficaz penetra hasta lo más interior de los corazones, dividiendo cualespadadedosfiloselalmadelespíritu.AélacudencomoalBautistamagistrados, militares, gente del pueblo que movida por sus predicación a emprender una vida nueva, exclaman con aquellas palabras del sagrado texto: quid faciemus? Quid faciemus?Dinos,Vicente,dinosquéquieresquehagamos, prontos a cumplirlo.

•Imitar a los santos Esforcémonos todos en imitar las virtudes, su humildad, su pureza, su morti-

ficación, su caridad, su espíritu de oración, su celo por la gloria de Dios y del prójimo, para que imitadores suyos en la tierra merezcamos después ser sus eternos compañeros en la bienaventuranza del Cielo.

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Así sea, Divino Jesús, para que allí, descorrido ese velo eucarístico que ahora os oculta a nuestras miradas, os veamos cara a cara y cual sol esplendente y claro por los siglos de los siglos. Amén.

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ESTUDIOSEn unos años en que el analfabetismo masculino llegaba al menos

al 75%, Ximet fue un niño privilegiado. Es muy verosímil que hiciera sus estudios primarios en la barriada de sant Jaume donde vivía. Fruto de la política centralista de los reyes borbones, creció con un deficiente conocimiento de la lengua e historia propias, pero no le impidió ser un famoso predicador “capaz de encender el lentisco verde”.

A los 14 años manifestaba su inclinación al sacerdocio, pero D. Gabriel Rosselló (que cobraba un sueldo de 2 a 3 libras mensuales, equivalentes a algo menos de 10 ptas.) no podía dar carrera a ninguno de sus hijos. Ximet trabajó durante año y medio, primero en una cho-colatería y luego de carpintero.

A los 16 años consiguió una beca, probablemente del señor de la casa, D. Joaquín Gual, lo que le permitió hacer sus estudios en el semi-nario, en régimen externo, como los alumnos pobres.

Al principio sus calificaciones fueron modestas: Un “benemerits” (7) en 4º de Humanidades (1852-1853). “Meritus” (6) en Iº-IIº de Fi-losofía (1853-1855). Otro “benemeritus” rascado (7) en Iº de Teología (1855-1856).

Para que se pudiera ordenar de Subdiácono, su protector le creó un beneficio en la parroquia de Santa Creu, con 33 libras (3 más de lo que antiguamente ganaba su padre).

En IIº-VIIº de Teología, coronando ya sus estudios, siempre sacó las notas óptimas de “Meritissimus” (9). Se preparó para ser más pastor que teólogo, más experto en el estilo cordial de las Confesiones de San Agustín que en las elucubraciones de la Suma de Santo Tomás.

“Vidaazarosayangustiada llevóelSeminariodeMallorcaduranteelsigloXIX,pendienteentodomo-mento de las vicisitudes que los fuertes vaivenes de la política imponían a la Iglesia… Una vida agitada, muy poco favorable a los estudios y menos aún a la vida de piedad. Incluso en los breves intervalos en que se pudo enseñar con normalidad, tenía necesariamente que repercutir en sus aulas la agitación política. Era

Notasde prensa

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imposible permanecieran totalmente aisladas de las polémicas entre liberales y realistas, entre moderados y progresistas, entre cristinos y carlistas que agitaban constantemente el país, y cuyas consecuencias tan de cerca tocaban a la Religión.

Preocupación grave y constante debió ser el Se-minario para los Prelados de entonces, que se encon-traban sin medios económicos y sin libertad moral par atender debidamente a la formación de los futuros ministros del Señor” (Un hombre que creyó en el amor, 29-30).

NOTAS DEL P. JOAQUIM

Nota V: Juventud, edad la más peligrosa pero también la más fervorosa

“La época más peligrosa para un joven, debemos confesarlo, es aquella en que se dedica a los estudios, o tal vez a aprender algún arte u oficio. Pocos son los que en época tan azarosa no naufraguen en el tempestuoso y bravo mar de este mundo. Las causas principales de estos naufragios suelen ser la inexperiencia propia de esa edad, el roce de compañeros malos y corrompi-dos, la violencia y el empuje de las pasiones que comienzan a querer explotar, máxime la de la lujuria; la lectura de novelas amorosas e impuras, libros de texto, que los dan muy malos a veces en ciertas aulas, y explicaciones de profesores saturados de impiedad, que existen por desgracia en nuestros días en las universidades de Europa. ¡Pobre juventud! ¡Desgraciado joven en época tan fatalísima para él, si carece de un apoyo, de un buen amigo, cristiano y virtuoso! A no habérmelo deparado Dios, ruin y mal inclinado como me reconocía, miserablemente hubiera también sucumbido. Mas quiso el Señor, y eso al principio ya de mi carrera, antes que naufragara, previniendo esa mi necesidad, proveerme de una tal áncora de salvación, de un virtuoso amigo, o no sé si diga de un cuidadoso Ayo, por el oficio que ejerció conmigo, por los buenos consejos y espirituales servicios, que me prestó; hago relación al buen lego D. Gregorio Trigueros.

De esa gracia, que juzgo recibí del bondadoso Corazón de Jesús en aque-lla mi tierna edad, me parece debió arrancar el que en ninguna época de mi

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vida, cual en la de mis estudios, sintiese mayor fervor y devoción en el servicio de Dios, y, el que perseverase en este mismo estado de fervor durante la larga carrera de mis estudios, que terminé con el séptimo año de Teología. Tiempo en que por los regular los estudiantes, por virtuosos que sean, experimentan mayor sequedad de espíritu.

A esa no interrumpida amistad, atribuyo igualmente en mí, la práctica de las devociones arriba expresadas; el ejercicio de la oración mental, la presen-cia de Dios, el horror al pecado, y principalmente al de la impureza, el huir las ocasiones de pecar... A ese buen amigo y a su estrecha y perseverante amistad juzgo deber, después de Dios, el que en mi edad juvenil, (sin reparo a lo que pu-diesen decir mis compañeros de estudios) frecuentara tanto los sacramentos, mayormente el de la Eucaristía, que recibía casi todos los días previo permiso de mi confesor. A él la perseverancia en la meditación cotidiana, que nunca dejé por mucho que tuviese que hacer y lecciones que aprender, media hora al menos por la madrugada; y, no la prolongaba, según eran mis deseos, por no faltar a mis obligaciones de estudiar lo que mandaban los profesores. Mas, por las tardes en alguna de las Iglesias arriba mencionadas, en ocasión de la visita al Stmo. Sacramento, que no dejaba nunca, la prolongaba algo más de una o dos horas, que me parecían un momento; tal era en aquella edad el consuelo interior que Dios me comunicaba. A él el no gustar de leer novelas, de cuyas lecturas veía tan engolosinados a muchos de mis condiscípulos, sino libros de ascética, cuya lectura veía serme más conveniente por estimularme a la virtud y perfección cristiana. A él por último el huir siempre de jóvenes disipados e impúdicos, cuya compañía viene a ser el escollo de la inocencia y el primer lazo de que se sirve Satanás para arrastrar innumerables almas al infierno.

Sobre todo, debo añadir, que arrancó igualmente de esa virtuosa y no interrumpida amistad la instalación de nuestro Instituto de los Sagrados Co-razones de Jesús y de María en Mallorca. Pues que, en las conversaciones, que con harta frecuencia teníamos, casi nunca dejaba de apuntar algo de la con-veniencia de instalar una Congregación de sacerdotes, cuya profesión fuese la de propagar la devoción a tan Santísimos Corazones. Y, lo que a mi, lo repetía a otros clérigos estudiantes y a sacerdotes, al tener ocasión de hablar con ellos; añadiendo además, que, si llegaba a instalarse recorriendo los Padres de ésta los pueblos de esta Isla, pronto se verían muchos isleños encendidos en el fuego de la divina caridad”.

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TRABAJO SOBRE EL TEXTO:Comparalajuventudaunatravesíaenbarco.¿Porquénaufraganlosjóvenessegúnel

P.Joaquim?¿Tepareceunavisióndemasiadopesimistaoconocescasosparecidos?

¿Cuálfuesu“áncoradesalvación”?

¿Porquéladescribe,porcontraste,comosuépocamásdichosayllenadefervor?

¿Describiríastujuventudconunaplantillaparecida:lecturas,profesores,amigos,consequedadofervordeespíritu,quéoraciónpersonal,frecuenciadesacramentos,proyectosmisioneros?

Lee la Carta a los Jóvenes(alfinaldeestecapítulo):¿Quéopinasdelostreslazosquedescribe?¿Ydelostressecretosparavenceraltiranoquenosquiereavasallar?

Nota XII: La profecía“No pocas veces recordé los pronósticos que acerca de ello me hacía el bendito

Hermano Trigueros… Al pedirle consejo si entraría, o no, en la Compañía, puesto que me sentía como llamado a abrazar el Instituto, me contestó que no convenía

-Y¿porqué?,lerepliqué.

- Porque Dios le tiene destinado para otra cosa.

-Y¿aqué?

- Para Misionero de los Sgdos. Corazones.

Otro día, atravesábamos juntos la calle de S. Jaime y deteniéndonos un rato antes de despedirnos…, saca un libro de la faltriquera… Empieza a leer, y pasadas algunaslíneas,topóconunacláusulaquedecía:VendrátiempoenqueDiosen-viará al mundo Misioneros que propaguen y den a conocer la Devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

¿DeJesúsúnicamente?,lerepliqué,¿odelosSagradosCorazones?

Se abstuvo algunos momentos en contestarme, y añadió luego:

- De los Sagrados Corazones.

-Y,¿quiénesvanaseréstos?,leinterrogué.

Ysecoyaceleradamentemecontesta:-Vd.seráunodeellos”.

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CARTA A LOS JÓVENES“Confidite, ego vici mundum. Tened confianza, yo vencí al mundo” (Juan,

16,33).

La Providencia de Dios ha dispuesto, queridos jóvenes, que os dirija hoy la palabra, en mi edad madura. Hoy y no hace 10 años, porque, fundado sobre la base de la experiencia adquirida, comprendo mejor que vuestro corazón es un misterio, misterio que yo ni siquiera había imaginado que existiera.

Muchas son y variadas las tentaciones del corazón juvenil, mas todas las re-duzco a tres que llamo principales: la de amar, la de gozar y la de sobresalir.

Figuraos sino a un joven lanzado en brazos de esta pasión a la edad de catorce o quince años, cuando se le acaba de descorrer el misterioso velo que iba encubrien-dosupuerilmirada.¿Cuáljuzgáisessuprimerpensamientoenedadtanpeligrosa?Eldeemanciparse,sustraerseatodaautoridad.Vedle,¡quéextrañaagitación,quéaltiva frente! ¡Cómo serpenteando el cuerpo con ridículos meneos se pasea porloslugaresdemayorpublicidadparaservistoyamado!¡Quétristesnaufragiossepueden contar en esa prematura tempestad de las pasiones! Contemplad al que da al traste con todo, entregándose en brazos del mundo que al principio se lo hace ver todo de color de rosa, cual los encantados palacios de las mil y una noche para hundirle pronto en la mendicidad y en la vileza. Y a cuántos se ha visto, lejos de la casa paterna, darse a la vida lujuriosa; se tiene noticia de que van mendigando unmendrugodepanfaltándolestalvezloquenoalhijopródigo,¡labellotadeloscerdosparasaciarsuhambre!Ah,pobrejuventud,y¡adóndeteconducelainex-periencia!¡Cómosetevuelventiranosesasdossimpáticaspasiones:delamorydelgoce, de amar y gozar!

Os decía también que existe en el corazón del joven otra tendencia, otra loca pasión, la pasión de sobresalir entre sus compañeros para captarse la admiración delpúblicoqueloobserva.Vedlosaesosjóvenes…Vedlosquépagadosestándesímismos, cuán adictos a su parecer, cómo ambicionan los primeros puestos, cómo huyen de la sujeción y l a obediencia; vedles de cuánta discusión son ya ellos la cau-sa. Sí, tantos trastornos, tantas revoluciones, tantas guerras, tantas herejías, todo, todo en una palabra ha tenido principio en ese deseo desmedido, en esa loca pasión de gloria que incesantemente arde, se ceba y se desarrolla en el corazón del jove.

Preguntémosle ahora a Luís Gonzaga, un joven santo, modelo de la juventud. Tú,esforzadoadalid,vencistealmundo,¿quiénloduda?Di,pues,anuestrosjóvenesde qué armas te serviste para alcanzar tan completa victoria. Amados jóvenes, oíd las palabras que os dirige vuestro patrono: No temáis, tened confianza, que yo ven-

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cí al mundo. Y lo vencí por medio de tres armas poderosas, que pueden pareceros anacrónicas y ridículas: la oración, la mortificación y la obediencia. No penséis que son las flechas de una tribu contra el láser de la guerra de las galaxias. Tienen un secreto escondido que deberéis descubrir…

Sin la oración, seréis como el soldado que pierde la comunicación con el Alto Mando y con los compañeros de cuadrilla. Jamás triunfareis de vuestros enemigos, inútiles serán vuestros propósitos, sin ejecución vuestras revoluciones, vanas todasf vuestras empresas.

La mortificación puede traducirse por el duro entrenamiento de los atletas. Un joven tan delicado como Luís, podía pasar días y más días ayunando. Dominaba sus sentidos (sus ojos, el oído, los labios, sus manos). Se hizo un fuerte y aguerrido atleta.Quécontrasteentreel jovenGonzagayel jovendenuestrosdías;elunoinocente, de continuo dado al dominio del cuerpo y de la mente, el otro, entregado al sensualismo.

La obediencia tiene otro nombre: disponibilidad para realizar el Plan salvador, entrega hasta la muerte para las misiones más arriesgadas, presente en la frontera que nadie se atreve a cruzar. Luís obedeció, puede decirse, como su Jesús, hasta la muerte...

¡Alerta!Esavozdealertaqueosdirigedesdearribavuestropatrono,suenesiempre en vuestro oído, hijos míos. No temáis en vuestras luchas, no seáis en los combates cobardes. Tened confianza que yo vencí al mundo y lo vencí con la ora-ción, con la mortificación y con la obediencia, medios de que también vosotros os habéis de valer para triunfar de tan cruel tirano.

Vuestroamigo,

Joaquim Rosselló i Ferrà, presbítero

[Carta inspirada en el sermón de la fiesta de los Congregantes de San Luís Gonzaga,enBunyola,08/07/1877,conligerasactualizaciones]

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3SACERDOTE

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El 21 de marzo de 1858, poco antes de cumplir los 25 años, Joa-quim Rosselló fue consagrado sacerdote al servicio de la Iglesia de Mallorca.

Estaba cursando el IIIº de Teología, le faltaban cuatro años para terminar la carrera. Desde entonces alternó sus estudios en el Semina-rio con el rezo coral que le exigía su beneficio en la parroquia de Santa Cruz y con el fogoso apostolado de un sacerdocio recién estrenado.

ELCLEROMALLORQUÍN

“El cura mallorquín, como el de España en general, es, en el más riguroso sentido de la frase, hombre del pueblo. La mayoría ha sido reclutado entre los cam-pesinos; los habitantes de Palma rara vez escogen el estado eclesiástico. Su nivel de vida sigue siendo, casi siempre, el mismo que tiene la clase de donde han salido. Considerados en general hay que decir que son honrados y virtuosos. Se les puede clasificar en dos grupos: los anticuados y los modernos. Los últimos son fáciles de reconocer por vestir elegantemente y por su trato amable; los primeros parecen espectros del siglo XVI. Es en estos últimos muy típico a su costumbrede no salir solos después de las nueve de la noche; si tienen necesidad de salir después de esta se hacen acompañar por algún pariente o amigo, y si no le en-cuentran llaman al sereno para que les acompañe.

Las costumbres de los eclesiásticos mallorquines son muy sencillas. Se les encuentra en su habitación, rodeados de gatos, fumando su cigarrillo; son muy pocos los que mascan tabaco o toman rapé. Por las tardes de invierno se ven numerosos curas siguiendo el soleado camino que rodea las murallas y, en verano, por los baluartes que miran al mar, respirando la fres-ca brisa del atardecer” (Archiduque Luis Salvador: Las Baleares, 113).

Notasde prensa

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PRIMEROS AÑOS DE APOSTOLADO Joaquim Rosselló no fue un “capellà de carrera curta” (sacerdotes

que abreviaban sus estudios en 3 cursos de Humanidades, 1 de Filoso-fía y 2 de Dogmática y Moral).

No fue un “capellà de missa i olla” (que pasaban de la misa a la mesa, del mal rezar al buen yantar).

Ni cabe tampoco en los tipos descritos por el Archiduque: Campe-sinos de sotana raída, trabajando su huerta; o ciudadanos desocupa-dos, entreteniéndose en largos paseos con el breviario bajo el brazo.

Fue un apóstol creativo y moderno:

La devoción al Corazón de Cristo, todavía poco conocida en Ma-llorca, ya había arraigado en su interior, y él buscó nuevos espacios para difundirla. Miembro del grupo informal del Hermano Gregorio Trigueros, popularizó la práctica de los primeros viernes, la hora santa, la fiesta litúrgica, etc. Reunió a muchos en una Cofradía del Sagrado Corazón.

Desde 1855 pertenecía a la Escuela de Cristo, una Hermandad de santificación para eclesiásticos y laicos de espíritu fuerte. Se reunían los jueves en la iglesia del Temple para orar, escuchar una plática espi-ritual y disciplinarse ante la presencia del Crucificado, motivados por el pensamiento de la muerte. Siendo aún joven sacerdote, fue elegido por seis veces consecutivas Presidente de la Hermandad.

La catequesis infantil le proporcionaba un gozo particular, pero los jóvenes eran sus predilectos. “El P. Rosselló era más amigo de los jóvenes que de los de más edad si cabe”, declarará Arnau Mir Solive-llas en el Proceso de Beatificación. Un año después de su ordenación, asociado con Josep Nadal (“barbero, fervoroso y entusiasta católico”) y algunos curas jóvenes, importarán desde la parroquia de Gràcia (hoy integrada en Barcelona), la Corte Angélica de San Luís Gonzaga. “Una de aquellas piadosas Asociaciones que, acomodadas al espíritu y cir-cunstancias de la época, tiende al santo y laudable objeto de regenerar a la juventud por medio de una educación, a la vez social y religiosa”. La propagaron por las parroquias foráneas de Mallorca con el nombre

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de “Los Luíses” (Lluïssos), y nuestro novel sacerdote se significó tanto que recibió el apodo de “Luis de los tiempos modernos”. Más tarde, cuando los jesuitas se estabilizaron, acabarían absorbidos por las Con-gregaciones Marianas.

A mitades del s. XIX, la diócesis contaba con unos 700 presbíteros, y se comprendre que la familiaridad se redujera a los compañeros de curso y a los que habitaban en una misma comarca. La mayoría de ellos vivía de su beneficio, ajenos a la tarea pastoral. En las parroquias la predicación estaba en manos de los párrocos.

En ese mundo, D. Ximet rompió sus primeras lanzas en lo que sería después la tónica de su apostolado: Estrechar las relaciones entre los presbíteros y desarrollar un sacerdocio más misioneros, dedicado a la predicación de misiones populares.

Buscaba el Dios vivo, que había escuchado en su juventud como el pequeño Samuel, crecía en su presencia y el pueblo sabía que Dios lo acompañaba (cfr. 1Sam 3).


Nota VI. Persistente búsqueda del encuentro con Dios“Es gracia especialísima la que Dios concede a un alma, al llamarla a la

soledad y al retiro… Esta gracia, aunque indignísimo de ella, paréceme que me la concedió Dios en mi temprana edad; y si luego no correspondí, juzgo que no fue por falta de voluntad en mí, sino fuerza del ineludible deber de mantener a mi madre pobre y anciana, que, poco después de haber ascendido yo al sa-cerdocio, enviudó, sin que heredara de mi difunto padre lo suficiente para su mantenimiento.

La Compañía de Jesús, me atraía sobremanera y llamaba mucho mi aten-ción; pero el ligamen de los votos me impedía el poder conciliar una cosa con otra; abrazar tan santo Instituto y poder al mismo tiempo socorrer a mi anciana madre, cosa que parecía exigírmelo hasta la misma conciencia. Mas, como se acababa de restablecer en Palma la Congregación de S. Felipe Neri, y con harta frecuencia visitaba su Iglesia, y hablase con los PP. de la misma; me enteré y supe que era cosa sustancial del Instituto, y que hasta lo tenían por regla, el no poderse ligar con votos; y eso me hizo optar por entrar allí, si bien sin sentirme llamado a la mencionada Congregación; sí sólo para vivir retirado del mundo, y poder al mismo tiempo cumplir con el deber aludido”.

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•D. Gabriel Rosselló fallecía de pulmonía el 6 de diciembre de 1859, pobre como había vivido. Dª. María Anna quedaba viuda a los 62 años, al cuidado de Joaquím, que no podía retirarse a la Compañía de Jesús, como era su de-seo. Entonces decidió entrar en la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri.

•ElP.MiguelRosselló,quefuesusecretario,dicequeélmismosecomparabacon la paloma del diluvio que, no hallando dónde posar el pie, se volvió al arca.

•Esimportantequeestudiemoselorigendesumisión.CuandoelP.Joaquimrevisa más tarde dónde nació su espíritu misionero, no dudará en conec-tarlo con el Fuego interior que devoraba al divino Maestro, cuando afirma: “Fuego he venido a encender en la tierra” (Lc 12,49). “La fuente de la mi-sión no mana del miedo de que los hombres se condenen, o de la ambición restauracionista de buscar el crecimiento de la Iglesia, o al afán de vencer a los enemigos, sino en el Corazón de Jesús, que arde de amor al Padre y a los hombres, y debe comunicarles la felicidad de Dios... No fue solamente ni primeramente la carencia de evangelizadores, sino anteriormente fue la experiencia del amor ardiente del Corazón la que le dispuso para la misión” (J.AmengualBatle,Meditación sobre la Fundación, 39).

CARTA A SOR SOLEDAD(El P. Joaquim compartirá más tarde “el secreto del Rey” con esta monja del conven-

to de Santa Magdalena, que aspiraba a vivir como una Solitaria entregada a su Esposo Jesucristo)

Rda. Sor Soledad: Recibí tu muy atenta carta de felicitación por las próxi-mas Pascuas de Navidad. Te agradezco tu atención, y más porque juzgo, dedu-

ciéndolo de ella, que me debes tener muy presente en tus oraciones.

En el contenido de esta última carta he leído desprendidas de tu pluma algu-nas reflexiones que mucho me han complacido por considerar que empiezas ya a conocer lo que es el mundo y nuestra vida en el mismo y que no hay como adherir-nos a Dios, único que puede hacernos felices en el tiempo y en la eternidad.

¡Ay!SorSoledad,ydecuántapazhubierasgozadosiempreenestamiserablevida, si siempre hubieses pensado lo mismo y profundizado en el abismo de estas verdades. Por nada a veces, nos inquietamos y perdemos la tranquilidad, porque nos olvidamos de Dios y de que nuestra vida en el mundo no es más que un tránsito.

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¿Dequénosserviráenlahoradelamuerte…habernosagitado,trabajadoyocupado puestos honoríficos y empleos que nos son agradables en el Convento, si alfinperdemoselalma?

¡Ay!,¡yquéhoras,quizás,hemosperdidoquelashubiéramospodidoemplearen íntima comunicación con Dios y ganar infinitos grados de gracia, acá en este mundo, que después nos fueran recompensados con otros tantos grados de gloria en el otro!

Soledad, aún hay tiempo de recompensar quizás el que habrás perdido en bagatelas y en tonterías de refinado amor propio, enemigo que llevamos dentro de casa y que se encubre no pocas veces con la careta o disfraz de que tenemos o no tenemos razón de tales o tales otros asuntos que llevamos entre manos.

¡Ay!,simuchasalmasreligiosasdifuntaspudiesenvolveralmundo,quédife-rente sería su vida, qué penitencias emprenderían, qué silencio guardarían, cuánto se darían a la oración y retiro de su celda.

Emplea bien el tiempo, Sor Mª. Soledad, que nos insta ya la hora de la muerte; hazahoraloquequisierashaberhechoentonces.VivemuyunidaconDios.SeatuvidalamismavidadeJesús,hastaqueconSanPablopuedasdecir:“Vivoyo,masno soy yo quien vive, es Cristo que vive en mí. Vivo ego, sed jam non ego, vivit vero in me Christus” (Gal 2,20).

Felicita de mi parte a la Superiora en primer lugar, a la Rda. Madre Sor María At.Vich,aSorMartaydemásRda.Comunidad.

Y tú recibe las felicitaciones que te deseo en los Sagrados Corazones de Jesús y de María. Me encomiendo a las fervorosas oraciones de todas.

Joaquín Rosselló (Santuario de Nuestra Señora de Lluc, 22/12/1902).

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4FILIPENSE

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Perteneció a la Congregación filipense desde el 30 de septiembre de 1864 hasta el 21 d abril de 1890. Un retiro temporal que duró 26 años…

En una plática de 1875 se expresaba así: “¡Oh Congregación, Con-gregación del Oratorio!, habla tú por mí, háblanos en este instante y dinos a cuántos desde tu fundación primera en Roma, no diste armas y enseñaste el modo de saber pelear y triunfar de sus enemigos, y del mundo y sus vanidades y del demonio y sus astucias y de la carne y sus impuros deleites!

A cuántos no sacaste del cieno del pecado, y del lodazal degradan-te de la corrupción y del vicio! A cuántos no supiste dar medios para poder perseverar fácilmente hasta la muerte, en el bien comenzado! Oh, yo me congratulo, aunque indigno, en ser contado en el número de tus hijos, adiestrarme en tu escuela, para que pueda yo también adiestrar a otros muchos, en la milicia cristiana.

¡Oh! y en nuestra Mallorca también tuvimos la dicha de ver pe-netrar esta Congregación. En nuestro dorado suelo, tuvieron nuestros mayores la ventura de verla instalar en el año 1712, y de verla nosotros restaurada en 1853; después de tantos ataques con que intentó des-truirla el infernal enemigo”.

4.1 HOMBRE DE CONTEMPLACIÓNNOTAS DEL P. JOAQUIM

NOTA V: ”El reino de Dios está dentro de vosotros”

“En la Congregación de S. Felipe me sentía mucho mejor que en medio del mundo, que en el seno de la familia. Allí guardaba retiro en mi aposento el tiempo que mis ocupaciones de mi ministerio me lo permitían. Amaba a los Padres y Her-manos como la verdadera caridad lo exige; y por ellos era también correspondido. Trabajaba en el confesionario, en el púlpito, dentro y fuera de casa; daba ejercicios espirituales, iba con otros a dar misiones; y puedo decir que, a pesar de mis trabajos, vivía siempre retirado, y sentía en mi alma establecido el reino de Dios, que consiste en la paz y gozo del Espíritu Santo”.

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Todas las tardes, por espacio de unos diez años, hasta que murió, le visitaba el Hermano Trigueros. Hablaban de Dios, oraban y contemplaban, sirviéndose mu-chas veces de alguna flor que el buen anciano había recogido por el camino. En su habitación se hizo abrir un ventanillo, desde el cual, puesto de rodillas, entraba en comunicación directa y adoraba el Santísimo.

El Hermano Damián (que ingresó el mismo día en la Congregación) ofrece un testimonio de primera mano sobre el espíritu contemplativo del P. Joaquim. “Era su vida una oración continua. A las cuatro de la madrugada a menudo ya había hecho la hora de meditación, y llamaba más tarde a los novicios y Hermanos y volvía a hacerla con ellos. Mientras sus piernas se lo permitieron siempre estaba en la iglesia de rodillas. Parecía tener el don de lágrimas”.

YéstedelmarquésdeVivot:“Enlosinsomniosquehabitualmentepadecía(porlo menos cuando su permanencia en S. Felipe) me contó que su alivio era pasearse porlaazoteacontemplandolasestrellas.¡Cuántabellezadescubriríamossiaquellascifras de Dios nos revelasen los coloquios del fervoroso Padre!”.

4.2 HOMBRE DE ACCIÓNEscribe su primer biógrafo, el P. AntonioThomàs: “En realidad

nunca fue la suya una vida puramente interior. Su celo abrasado nun-ca estuvo ocioso. Su bello ideal era la vida mixta. La vida interior, como alma de la activa, y ésta, como complemento de aquélla. Si su alma bella suspiraba por Dios, por su trato íntimo con Él; si buscaba la soledad y amaba el retiro, era todo para mejor disponerse para la vida exterior o el apostolado” (Un gran Misionero, 79).

Dos pestes de cólera azotaron Palma en 1865 y 1870. En menos de una semana la población huyó de la ciudad, despavorida. “Las man-zanas de casas quedaron desiertas. Calles donde no se oían más pasos que los del sacerdote llevando el viático, y de los camilleros llevando un colérico al Hospital. A todas horas veíase a una persona corriendo en busca de un médico o de un sacerdote. Y apenas la noche cubría con su negro manto la ciudad, retemblaban los edificios al paso de ca-rros recogiendo cadáveres para el cementerio”. El P. Joaquim pidió una sábana a su madre, por si le llegaba el momento de la sepultura, y se lanzó a asistir a los apestados hasta que el cólera fue vencido.

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En San Felipe, fue maestro de novicios, pero además atendió con solicitud el ministerio que ofrecía aquella iglesita tan concurrida. “Si pudiéramos entrar en el claustro de S. Felipe Neri, por la tarde y por la mañana, veríamos al P. Roselló, fatigado de sus tareas apostólicas; aquellos pocos momentos que le quedaban libres, se rodeaba de algu-nos jovencitos, se paseaba con ellos y con conversaciones familiares les hablaba del Reino de Dios y sembraba ya en aquella tierra virgen su espíritu de vocación al Sacerdocio. Tenía un cuidado especialísimo de escoger para eclesiásticos aquellos niños que con el tiempo habían de ser buenos operarios en la viña del Señor. Vencía todas las dificultades que pudiesen oponerle, la pobreza, y él con su caridad y confianza en Dios encontraba para su manutención y costeaba con los frutos de sus sudores apostólicos las aulas y vestidos de los pobres jovencitos, que sabía preparar para el Sacerdocio. A cuántas madres de familia decía: este hijito vuestro el Señor lo escoge para Sí. No se lo impidáis y tened confianza en Dios que todo lo puede” (Mn. Gabriel Comas).

Su confesonario se convirtió en un centro de dirección espiritual para mucha gente. Los aspirantes al sacerdocio fueron “las verdaderas pupilas de sus ojos”. Nadie sabe cómo se las arreglaba para ayudarlos espiritual y económicamente. “Introdujo la frecuencia de los sacra-mentos en el Seminario de Mallorca. Era tal la corriente jansenista, que impedía a los jóvenes, aspirantes al sacerdocio, se acercasen con frecuencia a confesar y comulgar, siguiéndose de aquí gravísimas con-secuencias” (Testimonio de Mn. Bartomeu Pastor Parera). Dedicaba mucho tiempo a las religiosas. El obispo, que las conocía bien, le es-cribiría años más tarde al respecto. “Son las monjas lo mejor que nos queda en la Iglesia, y es preciso cultivar tan buena tierra, a fin de que dé más fruto día por día” (Carta del 2.5.1893).

Formó toda una generación de sacerdotes, buscando remedio efi-caz a los males de la sociedad.

Se hicieron famosos sus Ejercicios Espirituales para tiempo de car-naval. Fue, sobre todo en estos años de filipense, cuando se convirtió en un gran misionero popular, conocido en toda la isla. Llegó a ena-morarse tan profundamente de este estilo evangelizador, que dio un aire de misión a todo lo que predicaba. “Distintas veces, para ponde-

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rarnos cuanto deseaba diésemos importancia a las misiones, dijo con aplomo y aparente severidad: que si algún día viniésemos a tener en menos la predicación misional, sus huesos se levantarían en la misma tumba para protestar contra tal aberración” (Un gran Misionero, 128).

“Una de las primeras asociaciones de varones restablecidas en la Iglesia de Mallorca es la del Oratorio Parvo u Oratorio Seglar de San Felip Neri. Se confía al P. Joaquim la puesta en marcha de la agrupa-ción juvenil del Oratorio, cuyo fin genérico consiste en la formación y la piedad de los jóvenes (1865). Sigue una larga lista, y, por cierto, de gran interés, dado el papel que están llamados a desempeñar algunos de ellos en la Iglesia de Mallorca, así como por la cercanía que tendrán con el P. Rosselló. De entre los primeros siete admitidos uno es presbí-tero y tres seminaristas, entre los cuales el futuro rector del Seminario de Mallorca, Mn. Miquel Maura i Montaner. Rastreando las admisiones de diversas fechas, topamos (el 8 de junio de 1873) con Josep Aubab i Bujosa, que será filipense, novicio del P. Joaquim, hombre influyente en la diócesis y gran predicador. En otras fechas damos con nombres tales como Pere Joan Campins Barceló, futuro obispo de Mallorca. Con el posterior Vicario General de la diócesis, a la vez que gran historiador y folclorista, Mn. Antoni Maria Alcover, y con Francesc Solivellas i Company, con posterioridad cofundador d ela Congregación.

En la agrupación, cuando ya no es Prefecto el P. Rosselló, entran también los futuros obispos Gabriel Llompart, Antoni Massane, Josep Miralles, así como el muy elogiado poeta y gran predicador Mn. Mi-quel Costa i Llobera. Estos y otros nombres honran a la congregación filipense, pues contribuyen a una importante revitalización de la Igle-sia de Mallorca” (Un misionero de corazón, 89-90).

D. Bartomeu Ferrà ha descrito las diligencias enque se desplazaban los misioneros: “Un armatoste de madera agrietada, sobre unos muelles con todas las hojas rotas- Lleva barro en demasía, pues no se limpia más que cuando llueve a cántaros. Los banquillos del interior estuvieron, en algún tiempo, forrados. Ahora, ni poco ni mucho, y fortuna tendríamos si las maderas aguantaran.

Notasde prensa

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En el pescante iban tres personas y un guardia civil, además del cochero. Arriba, por lo menos iban cinco personas. Duranbte el viaje, que duró cinco horas, la señora del perrito contó cuánto había pasado durante el cólera, el marinero demostró que, sin é, perdían los españoles en El Callao, el cochero explicó las virtudes y vicios de sus caballos, la nodriza peleaba por poner a buen recaudo al nene, y el sacerdote aguantaba lo mejor posible el breviario, un bastón y el sombrero de teja” (Coses nostres).

ElObispodeBarcelonayluegoArzobispodeMa-llorca, D. José Miralles Sbert, describe así al P. Rosselló predicador:

“La majestuosa hermosura corporal de que Dios le dotó unida a su ingénita pulcritud, y a cierta no estudiada elegancia, juntándose a naturalísima, y en nada afectada gravedad, constituían el mejor exor-dio de sus sermones. El auditorio no apartaba de él la vista, desde que le veía salir de la sacristía hasta que empezaba, y a medida de irle contemplando, se recogía devotamente, y se hallaba, casi sin advertirlo, dispuesto a recoger la benéfica lluvia de su palabra. No iba a oírsele por curiosidad, sino a aprender sanos documentos y a aprovecharse para mejorar de vida. Su voz era agradabilísima, de tanto timbre como poten-cia, de inflexiones cada vez más empapadas de unción, y con frecuencia sobrado elevadas, aunque sin llegar al grito destemplado y estridente y su gesto y adema-nes eran traducción exacta de lo moderado de su per-sona. Las materias que trataba con preferencia, casi con exclusivismo, eran las de índole moral. Acaso, por exceso de quehaceres, resultaba algo vacío de fondo, y no revelaba gran suma de conocimientos, sino una plenitud de convicciones, que suplía la escasez doc-trinal, logrando el superior efecto de hacer olvidar su personalidad, y fijar la atención exclusivamente en el asunto expuesto y comentado; con lo cual dicho se está que nada había en él de artificioso, ni efectista, y que al subir a la Cátedra del Espíritu Santo, no se

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proponía sino bajar de ella para sentarse enseguida en el confesonario, y cosechar, con gratitud para Dios y confusión de sí mismo, el fruto intentado en sus tareas oratorias”.

PREDICACIÓN: Sitio! Tengo sed! (Jn 19, 28) (Sermones sobre la siete Palabras que habló Jesucristo en la Cruz)

1º El que en el principio de la creación separó de la tierra las aguas y a éstas llamó mar, por su abundancia (Gn 1, 9-10). El que de cuando en cuando hace bajar del cielo abundante lluvia para fertilizar los campos. El que para vestir de verdor dilatadas praderas hace que por ellas crucen mansamente innumerables arro-yuelos de cristalina agua; El que desata las fuentes; El que hace correr precipi-tadamente los ríos; El que a su voluntad, cuando le place, inunda la tierra, tiene sed: “Sitio”, y no hay quien humedezca sus labios, siquiera con una gotica de tan abundante y ordinario licor.

2º El Mayordomo del patriarca Abraham en su sed pide de beber a la doncellita Rebeca,hijadeBetuel,einmediatamenteinclinaelcántaroparaquebeba,di-ciendo:“Bibe,Dominemi”(Gn24,18);apenasélhubobebido,cuandoleofrecetambién de beber a sus camellos… Y para dar de beber a Jesús que muere de sed yexclama:“Sitio”,nadieleofrece,niaúnunsorbitodeaguaselepresta¡Quécrueldad!

3º Refiere la Sagrada Escritura que el Real Profeta David suspiraba por un vaso deaguade lacisternadeBelén: “Quismihidaret,exclama,potumaquaedecisternaquaeestinBethlem”.Yvedqueporcasualidadlooyentresfortísimossoldados, los que, depuestas sus armas, corren inmediatamente a la ciudad, exponiendo su vida (2 Sm 23,15)… Y Jesús, superior al Rey David, dice que le abrasa la sed: “Sitio”, y nadie se toma la pena de alargarle un vasito de agua; ni siquiera sus discípulos se presentan para prestarle este favor.

4º Pedro,Jaime,Andrés,¿porquéabandonáisasíavuestroMaestro,dóndeestáis?Él tiene necesidad de vosotros, que alguno le alivie su sed; venid pronto, corred, no tengáis miedo de exponer vuestra vida… Nadie oye…

5º En tiempo que Jesús, su Maestro, era vitoreado y pasaba haciendo bien a todos y atraía tras sí innumerable gente, ellos también con gusto seguíanle, le rodea-ban todos, cosidos parecían estar de su túnica; mas hoy, luego que le vieron en manos de sus enemigos, condenado a muerte, pendiente de una cruz, huyen de Él, hacen como si nunca le hubiesen conocido, cobardemente le abandonan.

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6º ¡Ay,hermanos,elmundo,siempreelmismo!;escenaeséstaquelavemosrepro-ducida a cada paso, y mayormente en nuestra época tan fecunda en deslealtad e infidelidades. Cuando rodea la gloria, o cuando se ve sentado a uno en el poder, ¡quéchusmadeamigosydeaduladoreslesiguenpordoquier!,yleatormentany no le dejan vivir, pidiendo ora tal puesto, ora tal empleo... Mas el verle caído, comoelhumodesaparecen,todosestosfingidosamigosyaduladores...¡Cuánpocohayquefiardeloshombres!¡Quéingratosloshombres!y¡cuánacertada-mente dijo el Espíritu Santo: “maldito el hombre que pone su confianza en otro hombre: maledictus homo qui confidit in homine!” (Jr 17,5).

7º No,nadatenéisqueesperar,¡ohbuenJesús!,deloshombres,anoservinagrede su malicia e ingratitud, del cual es símbolo el que ahora os propina uno de vuestros verdugos, en cumplimiento de lo que está escrito en el libro de los Sal-mos: “Et in siti mea potaverunt me aceto” (Sl 68,22). Mas, permitidme, Señor, a vista de tanta dureza de parte de los hijos de Adán, que invoque, para que os alivien en vuestra sed, a los elementos que, a pesar de su insensibilidad, están conmovidos al ver padecer y sufrir tanto a su Creador. Sol, luna, estrellas, peñas-cos,fuentes,ríos,prestadaguaavuestroCreador…¿Quéoigo?contestanqueno de ellos es de quien aguarda alivio en su sed el Cristo del Señor, sino de los hombresporquienespadece,deloshombrescuyasalmasquieresalvar.¿Oíste?Luego quien dará almas a Jesús refrigerará su sed. Apóstoles, emprended pronto vuestras excursiones por el mundo, traed almas a Jesús y refrigeraréis su sed. Varonesapostólicos,Titos,Timoteos,Policarpos,Ireneos,conquistadalmasaJe-sús.Domingos,Loyolas,Borjas,Javieres,convertid,envuestrasmisiones,infielesy salvad pecadores; y sus lágrimas de penitencia y sus almas apagarán la sed de Jesús:“Sitio!”aún;¿mássed,Señor?Sí,aúnmássed...Élnoshaamadohastael fin, y muere al fin de amor, tiene sed de amor. Al pie de la cruz, Señor, tenéis tres fervorosos amantes que os pueden prestar de esta agua del amor; vuestra Madre,Juan,eldiscípuloamado,laMagdalena.“Sitio!!”;¿aúnmássed,Señor?Gertrudis, Catalina de Sena, Teresa de Jesús, Magdalena de Pazzis, Gonzagas, EstanislaosdeKostka¿Dóndeestáis?Presentadvuestroscorazonesabrasadosde amor, que ésta es el agua que desea Jesús para apagar su sed. “Sitio”, her-manos, lágrimas de contrición, amor y más amor para refrigerar la sed de Jesús. [predicadoenLlucmajor1891]

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4.3 EL OBISPO CERVERA Y SU PROYECTO RESTAURADOR


NOTA VI: Hubiera sido resistir la voluntad de Dios“Mas, el fallecimiento de mi madre cambió del todo mi modo de ser en la

Congregación de S. Felipe. Reapareció en mí, y con mayor viveza, la idea que antes tanto me preocupaba, de retirarme del todo del mundo, de ligarme con votos, de vivir en mayor soledad y retiro, etc... Mi zozobra y lucha interior era continua. Me preocupaba mucho la idea del Instituto que debiera abrazar... Y, sobre todo… era la resonancia que había de causar en el público, mi salida de la Congregación de S. Felipe, por ser tan conocido en Mallorca en razón del continuo ejercicio de mi ministerio.

Mientras me estaba así luchando y en la mayor oscuridad… publicóse una peregrinación española a los Lugares Santos; me propuse y determiné formar parte de ella, con el doble motivo de venerar esos lugares santificados tantas veces por las sacrosantas plantas del Señor, y tener en este viaje ocasión de consultar con algún sabio director y siervo de Dios ese negocio que tanto me preocupaba.

Cumplí en ambas cosas; visité los Santos Lugares, en que sentí fortificárseme mi fe; y obtuve de un monje del monte Carmelo de la Orden de descalzos de Sta. Teresa el consejo, que juzgué muy prudente, y que tanto deseaba… Me aconsejó que, como Dios me llamaba a más perfección, no era ni podía considerarse fuese falta el salir de la Congregación del Oratorio; pero que cuidase en abrazar un Insti-tuto u Orden religiosa de vida mixta, contemplativa y activa; no fuera que llegase a fastidiarme la vida puramente contemplativa, habiéndome empleado tanto tiempo en el ministerio de la predicación y confesionario. Con este consejo, que me pareció del todo acertado, y dado por un monje que hacía tiempo llevaba vida retirada y espiritual en la montaña Santa del Carmelo, descansé.

Regresando a Mallorca, después de mi viaje a Tierra Santa, me persuadí (tal era la repugnancia que sentía de salir de S. Felipe) que en el Oratorio podía asimismo conciliar las dos vidas contemplativa y activa, y con eso evitaría el que se hablase de mí; pero como el pensamiento de vida más solitaria me perseguía por todas partes, no lo pude resistir y tuve al fin que resolverme. El sacrificio me fue muy costoso; pero por sus resultados me convencí que resistir por más tiempo a la voluntad de Dios, hubiera sido poner obstáculos a las disposiciones de la divina Providencia”.

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“La primera idea de la fundación le viene al P. Fundador desde su infancia, y la congregación debía asumir un carisma misionero, abrasado del amor de los Sdos. Corazones. Esta forma de espiritualidad le fue transmitida por el madrileño Hno. Gregorio Trigueros. Será una constante la referencia que hará el P. Fundador al fuego del amor de los Sdos. Corazones...

Otro componente de su ideal va surgiendo a partir de la experiencia en el Oratorio, que es fuertemente comunitaria, y de la inmensidad de la misión. El reto misionero que le brindan las masas de la Ciudad y de los pueblos le hacen ver que sobrepasa la buena voluntad de unos presbíteros amigos, que conjunta esfuerzos periódicos, por lo cual urge crear una Congregación de sacerdotes que vivan en comunidad, y se dediquen a la misión itinerante, con un estatuto sólido, que es el que da la comunidad.

De aquí que pertenece a la buena interpretación histórica precisar que el acendrado y original carácter comunitario y familiar de la Congregación se generó durante la larga experiencia del P. Joaquim en el Oratorio filipense” (J. Amengual Batle,Meditación sobre la fundación).

CARTA DE DESPEDIDA AL P. FRANCESC MOLINA,

SUPERIOR DEL ORATORIO

Rdo. P. Francisco Molina, Prepósito de la Congregación del Oratorio.

Mi venerado Padre: Supongo que el Sr. Obispo le habrá comunica-do ya mi resolución. Siento el pesar que le habrá causado; pero no he podido resistir más tiempo el fuerte impulso que, hace más de treinta años, aún antes de entrar en la Congregación, me empuja a que me re-tire en alguna Cartuja o soledad en donde pueda detenidamente llorar mis pecados y vivir únicamente para Dios.

La lucha que he tenido que sostener durante tan largo tiempo en contra de ese llamamiento, puedo decir que ha sido sin tregua, y más de una vez me hubiera rendido, si el poco personal de que constaba años pasados nuestra amada Congregación y el bien de que privaba a las almas que lo frecuentaban, no me hubiesen impedido el pasar ade-lante. Pero hoy, que veo vencidos estos obstáculos, por haber, gracias a Dios, aumentado sobremanera el número de Congregantes, me ha

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parecido no debía resistir por más tiempo a tan declarada vocación; y que debía, previo el consejo de personas competentes e imparciales, en la realización de semejante asunto pasar adelante en dar este paso.

Recordará, mi venerado Padre, la advertencia que le hice al supli-carle mi entrada en la Congregación. Fue ésta: Que mi vocación era de vivir retirado en alguna soledad o claustro religioso, no de abrazar el Instituto de S. Felipe; pero, como circunstancias de familia me im-pedían el poder alcanzar lo más, me contentaba en poder obtener lo menos. Y añadí, lo que tal vez recordará, que, si libre de semejantes compromisos, pasase a abrazar algún orden religioso, no lo tomase a mal... Esto supuesto, mi respetado P. Francisco, y presunto su permiso, habiendo ya obtenido el del Sr. Obispo, con honda pena en el alma y sintiendo rodar, mientras esto escribo, las lágrimas por mis mejillas, paso a despedirme de V. R., de mis amados Padres, Novicios y Herma-nos de la Congregación. Y quiero que conste una vez más (por si acaso alguien lo sospechara) que si me voy de la Congregación, no me voy por disgusto alguno que haya recibido en ella, sino impulsado por la muy fuerte vocación a la soledad y retiro que he sentido siempre y ma-yormente siento en la actual época en que abunda en el mundo tanto la corrupción de costumbres y confusión de partidos.

No puedo ser más largo, mi estimado Padre, porque la ternura em-barga mi pecho y aún anubla y entorpece mi mente, y digo la verdad, que, a no ser tan poderoso y fuerte el llamamiento de Dios al retiro, jamás me hubiera sentido con fuerza bastante para dar este tan peli-groso paso que ha de ser estrepitoso.

En otra ocasión y con otra carta ya indicaré lo que se deba ha-cer de mis libros y humildes muebles de mi habitación. Oren por mí, que yo jamás me olvidaré en mis oraciones y sacrificios de mi amada Congregación de San Felipe, ni de los Padres y Hermanos que la com-ponen…

De V. R. S. S. Q. B. S. M. Jq. Rosselló, Pbro. 19/04/1890

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5EL DESIERTO

DE SAN HONORATO

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5.1 DIOS HABLA EN EL DESIERTOLos primeros meses transcurridos en San Honorato entre el 19 de

abril y el 17 de agosto de 1890 (de la subida a la fundación) fueron su luna de miel.

El P. Joaquim Rosselló pastoreaba el rebaño de su pueblo; un día penetró en el desierto hasta llegar a la montaña de Randa, el monte de Dios. Allá se le apareció el Señor en una zarza ardiente, y quedó marcado por el fuego (cfr. Ex 3,1-2). Contempló el Amor divino con-centrado en el Corazón de Jesús y de su Madre, los dos brillaban como “focos de ardentísima caridad y amor” (NC 98), como imán irresistible (PE, día 6).

Como Moisés, “vio la espalda del Señor”, y durante toda su vida predicó que “el Señor es clemente y misericordioso” (cfr. Ex 33,18-23).

Su alma mística comprendió, como Elías, que “non in commotione Dominus” (1 Re 19,11): En el silencio de que se goza en estas escarpa-das rocas y empinados cerros, se deja sentir mejor la presencia de Dios que no entre ña agitación y sagacidad que reina en las capitales” (Carta al Obispo Cervera, mayo 1890).

Escuchó la Palabra de Dios, como Amós, y ya no pudo dejar de predicar: “Ruge el león, ¿quién no temerá? Habla el Señor, ¿quién no profetiza?” (Am 3,8).

El viento arrastraba ecos de los diálogos de Ramón Llull entre el Amigo y su Amado: “Subióse el corazón del Amigo en las alturas de su Amado, porque no tuviese embarazo de amarle en el abismo de este mundo, y cuando estuvo con su Amado, contemplólo con dulzura y placer. Pero el Amado lo hizo bajar a este mundo para que le contem-plara con tribulaciones y penas que da el amor” (Libro del Amigo y Amado, 55).

Pensaba haber alcanzado la cumbre de la montaña. San Honorato era “el desierto de Randa” que, por magia del Obispo Cervera y del P. Joaquim, se convertía en “el monte Tabor”, el monte de la Transfigu-ración.

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Nota IX. Solo con Dios solo“De mí puedo decir que no recuerdo haber pasado días de tanta felicidad… El

considerarme solo con Dios solo, en la cima de aquel solitario monte, todo lo dulcifi-caba. En mi alma sobreabundaba el consuelo, hasta tal punto que con nadie cambiara mi suerte, ni con reyes, ni emperadores, ni con obispos, ni hasta con el Papa. Sólo al lanzar las miradas, en las horas del recreo, sobre aquellas inmensas llanuras, términos de Llucmayor, Campos, Porreres, hasta Santanyí; eran tales los sentimientos de gozo, y afectos de ternura que sentía brotar en mi corazón, que, constreñido a desahogarme, me veía precisado, las más veces sin poderme contener, a prorrumpir en aquel hermo-so cántico: Benedicite Omnia opera Domini Domino, laudate etc.(Dn 3,57) y, al fijarme en aquellas viviendas o rústicas casas de los predios que por entre las frondosidades de aquella amena y dilatada campiña se descubren, y figurarme que podía ser alber-garan alguna alma justa e inocente, brotaban de mis ojos tiernísimas lágrimas, y de mis labios las palabras de ese encantador e inimitable salmo, por lo lacónico, y extenso al mismo tiempo, pues que abarca todo el mundo: Laudate Dominum omnes gentes, Laudate eum omnes populi. Quoniam... (Sl 117, 1)”.

CARTA A LA ABADESA DE LAS CAPUCHINAS“Paso mis horas de oración y estudio, y en todas partes y por do-

quier vuelva la vista, no veo más que a Dios, no oigo otra cosa que la voz de Dios, que en el fondo de mi alma me dice: Ámame que yo te he amado y te amo… Ámame que son muy pocos, hoy día, los que me aman, aun entre aquellos

que, por razón de su estado, viven a mí consagrados. Ámame que tengo sed de amor, y no sé ya a dónde acudir para que se me la apague.

Encomiéndeme a Dios, porque aún algo más oigo en el fondo de mi alma que lo que le he indicado: Oigo que Dios quiere servirse de ese vil instrumento tan gastado ya por los años y trabajos que lleva encima, por no sé qué para su gloria, y que me tiene enterrado ahora aquí, como un grano de trigo dentro de la tierra, para que, quizás un día brote de él alguna espiga. El Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María… lo van pronto a descubrir” (12.08.1890).

Reglas MSSCC, art. 54-56:

“Porque Dios nos ama nos atrae, nos lleva al desierto y nos habla al corazón” (Os 2,16).

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Entendemos por espiritualidad del desierto la experiencia de un encuentro personal con Dios que nos santifica, pasándonos de la es-clavitud a la libertad, y nos constituye Comunidad a favor de todos los pueblos.

Conforme a la experiencia de Israel, de Jesús y de San Pablo en la Biblia, de Ramon Llull y de nuestro Fundador en el monte de Randa, también nosotros somos convocados en el desierto porel Espíritu.

Allá Dios nos habla en la pobreza del silencio y de la desins-talación. Ruge el león, ¿quién no teme? Habla el Señor, ¿quién no profetiza? (Amós 3,8). Si no conocemos las palabras de Dios, ¿qué predicamos?”

5.2 EL DESIERTO FLORECERÁ¿Qué es lo que iban a revelar pronto los Sagrados Corazones?


Nota VI: Los planes de Dios“El hombre propone y Dios dispone. ¡Cuánta verdad entraña este axioma español!

Muchas veces se ve que el hombre echa sus planes, sin saber a donde va, ni a donde le lleva Dios; y su divina Majestad, que todo lo prevé: Fortiter et suaviter se sirve de esos mismos planes, para la realización de lo que en su alta Providencia tiene dispuesto.

Nota VIII: Dejar hacer a DiosDurante esa época que acabo de describir, la más feliz de mi vida, como queda

expresado, porque cuanto menos gozaba de vida material, sobreabundaba más en mí la del espíritu, el pensamiento de la fundación de un nuevo Instituto no se alejaba de mi mente ni un instante siquiera… pero no me sentía con fuerza bastante para acome-ter tan gigantesca empresa, tan superior a mi ingenio y talento. Me acobardaba sobre todo la extrañeza, que de preciso había de causar en Mallorca semejante novedad… (Hasta que) comprendí que era oponerme a la voluntad de Dios el no pasar adelante en la fundación de la Congregación… y me resolví a dejar hacer a Dios, expresión de que usaba mucho S. Ignacio en todas sus valiosas empresas”.

El P. Joaquim buscaba fuera, en otras Congregaciones (jesuitas, cartujos, pasionistas, franciscanos, ligorinos…) la espiritualidad que

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guiaría la nueva etapa de su vida. La halló dentro, en el proyecto con que Dios había dirigido su vida desde la infancia: Una nueva Congre-gación basada en el principio dinámico de los SS. Corazones, en la comprensión misionera del sacerdocio y en el servicio diocesano.

•La situación mallorquina no era propicia para estegénero de aventuras. El obispo Cervera era discutido y contestado desde la prensa. Uno de los puntos po-lémicos era precisamente “el restablecimiento de las órdenes religiosas que Mallorca nunca solicitó…; el levantamiento de una casa de recreo bien innecesaria para los seminaristas y otra de retiro y oración para satisfacer los antojos y devaneos… de un buen hom-bre o místico fin de siècle (nuestro P. Joaquim)” (Carta pública al Prelado, firmada por un Católico a secas, y recogida en Una epístola y varios escritos, Palma 1896, p.28).

• El4.9.1890(unos15díasdespuésdelafundación)elperiódico El Isleño denunciaba “ese renacimiento mo-nacal”:

“A la orden de los PP. Jesuitas que vuelven a tener desde hace años acá su residencia; a los Congrega-cionistas o Paúles de la Misión, a los PP. Del Orato-rio de San Felipe Neri, a los Carmelitas del arrabal de SantaCatalina,alosHermitañosdeValldemosaydeRanda (a quienes puede añadirse desde ahora los del bosque de Esporlas…), hay que agregar los Misioneros de los Sagrados Corazones, recién instalados con toda solemnidad en el monte de Randa; los Agustinos que acaban de tomar posesión del convento y templo del Socorro de esta capital; mientras se anuncia con más o menos visos de seguridad para dentro de poco, la reinstalación de los Dominicos en Manacor, de otros Agustinos en Felanitx, etcétera, etc.

Dándose finalmente como cosa resuelta o poco menos por nuestro celosísimo Prelado el establecimiento en el santuario de Nuestra Señora de Lluc… una comuni-dad de Carmelitas calzados.

Notasde prensa

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Alcanzamos, pues, una época de exhuberancia y ufa-nosa eflorescencia religioso-monástica, a que no es-tábamos acostumbrados los mallorquines desde la suspensión de los conventos” (l.c. 150-151).

• ElP.Joaquimvivíaapartadodeperiódicosynoticias,ayuno de política y lejos del mundillo clerical. Pero la polvareda de críticas y murmuraciones llegó hasta San Honorato: “faltaba el sello propio de toda obra de Dios…, al cundir la noticia de que se hacían ya prepa-rativos para la instalación canónica de una nueva Con-gregación en S. Honorato de Randa… todo el mundo iba arrojando sus dicterios contra esa empresa, contra el Obispo, el Penitenciario, y no digo nada, contra mi misticismo, que decían haber declinado en chifladura” (Nota XI).

• LeeprimerolarespuestavalienteyserenadelP.Ros-selló:¿Quiénnosabequeloqueeslocuraalavistade los hombres es tenido por harta cordura delan-te de Dios? (Carta a la Abadesa de las Capuchinas,12.08.1890).

• AhoraunfragmentodelaflamantecartaPastoralso-bre la Iglesia y las Órdenes Religiosas de D. Jacinto Maria Cervera:“En estos momentos de lucha entre la verdad y el error, entre el bien y el mal, entre Jesucris-to y Belial, debemos acordarnos de que llevamos lamitra en la cabeza, el báculo en la mano y la cruz en el pecho… No, no es posible que el Obispo calle cual mudo centinela… Hay en nosotros cierta apostasía en retroceder ante los enemigos de Dios, y de nuestras almas, ante las amenazas de simples periodistas que se han atrevido a decir, y escrito está que vosotros, oh sacerdotes del Señor, estais con los libre-pensadores… Nos protestamos indignados… Sí, protestamos mil ve-ces contra esa calumnia vil… Protestad también voso-tros…Y si alguna vez os sentís desfallecer… no olvidéis que para alentaros tenéis una arma invencible: la ora-ción… Orad, y no temáis” (Boletín Oficial 30, 1890). Esto es precisamente lo que hacía el P. Rosselló en su desierto.

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5.3 LA SEMILLA DE MOSTAZAEl Obispo Cervera “como saben todos los que lo conocieron y tra-

taron, por nada se arredraba, ni nada le causaba miedo”, y superó todos los obstáculos prontamente.

Reunió el pequeño grupo que serían “las primeras piedras” de la Congregación proyectada en San Honorato:

P. JOAQUIM ROSSELLÓ, superiorP. GABRIEL MIRALLES, maestro de noviciosP. FRANCESC SOLIVELLAS, ecónomoNovicio JULIÁ MUT, para sacerdoteNovicio AGUSTÍ MASPONS, para hermano coadjutor

Ya imaginaba la nueva Congregación como un instrumento pasto-ral al servicio de la restauración de su diócesis.

CARTA DEL OBISPO DE MALLORCA“Reverendo y muy querido P. Rosselló: Adelante. El misterioso grano

de que habla el Evangelio está echado. Nada más débil, humilde ni pequeño, que aquella celestial semilla arrojada sobre el campo de la Iglesia. Largo tiempo vegetó sin crecer; pero el germen de vida que en sí contenía, hizo la obra de

Dios indestructible, y cuando menos se esperaba, tomó de repente impetuoso vuelo. Adelante,pues,ynodesconfíeV.

Nuestra aspiración no ha de limitarse a dar incremento a la obra que nos ocupa; pretendamos también restituir a esta Diócesis el antiguo espíritu religioso, restablecer la santidad de los primeros tiempos, restaurar el edificio social, purificar las costumbres y renovarlas por la piedad cristiana; formando para conseguirlo, sa-cerdotes capaces de comunicarse con Dios por medio de la oración en esa soledad” (Palma, 6 Mayo de 1890).


NOTA XII: El nombre de nuestra Congregación“También S. E. I., aprobó por ser de su agrado, el Título que convenimos dar al

nuevo Instituto, que fue el de Congregación de PP. Misioneros de los Sgdos. Cora-zones de Jesús y de María.

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La principal causa de tomar el expresado Título para nuestra Congregación, fue el dar la coincidencia, si no diga providencia, de que, hallándome en el pequeño coro del Oratorio de S. Honorato, dando gracias después de la celebración de la Sta. Misa, y orando por el consabido objeto, levanté la vista, y vi pintados en la bóveda del mismo coro juntos los dos Sagrados Corazones, y, a esto añadido la devoción que desde mi infancia les profesaba, reconcentrado en mí mismo, me hizo exclamar: ése y no otro debe ser el nombre de nuestra Congregación.

Si mal no recuerdo, cumplirían como unos veinte años, que una devota señora ya anciana, en este mismo día, por ser el de mi Santo, me hizo el obsequio de rega-larme un grupo, no muy grande, consistente en dos figuras, la una de Jesucristo, y de su Madre Santísima la otra, ambas ostentando en medio de su pecho su sagrado Corazón rodeado de llamas, y colocadas sobre una plateada nube que les sirve de trono, en cuyos arreboles se descubren dos serafines que asoman sus flamigerantes cabezas; cuyo grupo, como se colocase en un altar de las capillas laterales de S. Ho-norato, me hizo pensar y hasta creer, ser este regalo providencial, hecho por impulso del cielo, dispuesto por Dios que todo lo prevé y dispone.

Además debo advertir que no pocas veces, recordé, viendo pasar adelante y como que tocaba ya a su fin esta empresa, los pronósticos que acerca de ello me hacía el bendito Hermano Trigueros…”

El P. Joaquim saltaba de gozo, reconociendo con humildad: “Obra de Dios, y no mía. A Domino factum est illud” (Nota I). Se estremecía ante la grandeza de la misión confiada y solicitaba ayuda espiritual para poder llevarla a término: “El Sr. Obispo nos ha concedido el poder añadir a los tres votos aún un cuarto que es el de propagar por todos los medios posibles la devoción a los dos Sacratísimos Corazones. Pi-dan el Señor que todos seamos un fuego y que desde este monte lo vayamos extendiendo por toda la Isla y más allá de ella, pegando y encendiendo llamas en todos los corazones” (Carta a la Abadesa de las Capuchinas dos días antes de la fundación, 15.08.1890)

5.4 LOS PROFETAS VIENEN DEL DESIERTOEl Fuego estaba prendido y la Semilla enterrada. Nacía la Congre-

gación de misioneros que tanto había soñado el Hermano Trigueros para “meter fuego” en los corazones de los hombres.

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El 17 de Agosto de 1890 el obispo, revestido de pontifical, erigió canónicamente el nuevo Instituto misionero. Desde el principio los mi-sioneros fueron una “comunidad de sacerdotes seculares que vivían en comunidad”, que combinaron la vida contemplativa y apostólica.

“Esta fraternidad y cercanía al presbiterio es un aporte que, de mo-mento, no tiene otro paralelo conocido. Congregaciones misioneras, del Corazón de Jesús o de María, hubo muchas. Menos fueron las que llevaban el título de los SS. Corazones, como muestran las historias de la Iglesia y de la vida religiosa que citamos. Y con esta marcada diocesaneidad, hasta el momento, no conozco ninguna... Es, por tanto, en esta etapa cuando la visión del P. Fundador sobre su Congregación cobra los rasgos más dinámicos, a partir de un acento especial en el fuego de los Sdos. Corazones, en la invitación a una más ardiente mi-sión, en la formación de oasis de espiritualidad con presencia laical, y en hacer causa común con el clero diocesano, para seguir la marcha que ya Pío X marcaba en la renovación pastoral y espiritual del pres-bítero.

Lo importante no son las expresiones sobre los “simples sacerdotes seculares”, que son los congregantes ordenados, ya que según en qué términos hablara no podía decir otra cosa. La novedad estriba en las muestras de cercanía, de fraternidad, solidaridad y compañerismo, y en remarcar el rechazo a la exención de la obediencia al obispo. También interesa recobrar cómo sintonizaba con el movimiento del clero hacia la vida común, manifiesto ya con ocasión del concilio Vaticano I” (J. Amengual Batle, Meditación sobre la fundación, 64-65).

El P. Joaquim reflexionaba su trayectoria a la luz de los profetas.

En la fundación del Instituto, vino a acontecerle lo de JONÁS. Todos los caminos llevan a Nínive, si es Voluntad del Señor.

El Señor, como dice OSEAS, llevó esta Congregación de sacerdotes al desierto para hablarle al corazón y hacer con ella una Alianza de amor.

Como JEREMÍAS, se había querido refugiar en la soledad. De ahí se sentía arrancado por los cabellos y enviado a predicar, lo mismo que ISAÍAS o PABLO.

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Yo no soy Isaías, ni Jeremías ni ninguno de los profetas (Sermón del P. Joaquim en el comienzo de las misiones po-pulares)

“Ad omnia quae mittam te ibis: et universa quaecumque mandadero tibi lo-queris. A donde yo te envíe, irás; lo que yo te mande, lo dirás” (Jer 1,7)

Agua para su cabeza y una fuente de lágrimas para sus ojos, clamaban los an-tiguos profetas al ver los escándalos que se cometían dondequiera. Adentrarse en el desierto, enterrarse en una cueva suplicaban al Señor, cuando presecenciaban tan-tas prevaricaciones. Calibraban muy bien la gravedad de las ofensas cometidas…

Veíanaloshombresenlodadosdevicios,sordosyciegos,quesenegabanarecapacitar.Noqueríanescucharlos.Ydeaquí:“¡Quiéndieraaguaamicabezayamis ojos una fuente de lágrimas, para llorar día y noche a los muertos de mi pueblo! ¡Quiénmedieraposadaeneldesiertoparadejaramipuebloyalejarmedeellos!”(Jer 8,25-9,1).

Pero Dios, que quería enviarlos a predicar al pueblo, los sacaba a menudo de sus escondrijos, les hacía abandonar el desierto, y les ordenaba a pesar de su resis-tencia: “A donde yo les envíe, irán y dirán lo que yo les mande” (Jer 1,7).

“¡Ay,Señor!”,replicabaJeremías,“nomeescucharán;meperseguirán”.“Nolestengas miedo, que yo estoy contigo” (Jer 1,8).

Y a Isaías, sacándolo de su retiro, purificados sus labios con un ascua, lo envia-ba a misionar: “Escuchen, que habla el Señor: He criado y educado hijos, y ellos se han rebelado contra mí” (Is 1,2: cfr. 6).

Amados cristianos, verdaderamente yo no soy Isaías, ni Jeremías ni ninguno de los profetas. Puedo decir con San Pablo: “Nadie más pecador que yo” (1 Tim 1,15). Sin embargo, analizando la realidad de nuestros días; viendo la gran corrupción que invade las clases sociales y que nadie se da por aludido, escuchando su divina Palabra, he pedido frecuentemente, como los amigos profetas, agua para mi cabeza y una fuente de lágrimas para mis ojos, etc.

Hace mucho que rogaba al Señor poder retirarme al desierto, un pequeño cobijo sobre un monte. Lo había alcanzado, finalmente, queridos cristianos. Pero Dios, por boca del que está en su lugar, vence mi repugnancia, y me obliga a bajar de tanto en tanto, diciéndome: “A donde yo te envíe, irás; no les tengas miedo; lo que yo te mande, lo dirás”

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Y vedme aquí, queridos oyentes, ocupando este púlpito como enviado de Dios ensantamisión.Y¿paraquiénvienelasantamisiónaestepueblo?¿Vieneparalosjustos?¿Vieneparalosimpíos,paraaquellasovejasdescarriadas,separadasdeDiosydelaIglesia?Paratodosviene:Paralosjustos,porquedeellosestáescrito:“Sieljusto comete maldad, no se tendrá en cuenta la justicia que hizo” (Ez 18,24 No se sabesicitaprecisamenteestetexto).Vieneparalosindiferentesytibiosparaquenocaigaenaquellacondena:“Ojaláfuerasfríoocaliente”(Ap3,15).Vieneparalos pecadores, porque ellos son los enfermos del alma que necesitan médico (Mt 9,12).VieneparalosqueyasehanapartadodelaIglesia,porquedeellosdiceelEvangelio: “Tengo otras ovejas que no pertenecen a este corral; a ésas tengo que guiarlas para que escuchen mi voz y se forme un solo rebaño con un solo pastor” (Jn 10,16).

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6LLUC

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6.1 INTERPRETACIÓN HISTÓRICA: UN SOCORRO PARA TIEMPOS DIFÍCILES

CARTAS DEL OBISPO A LOS SRES. CURAS El 29 de agosto escribe el obispo la primera. Acaba de regresar

de su “reciente viaje al santo monte de Randa con el objeto de establecer ca-nónicamente en aquel histórico desierto la Congregación de misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y María, y a la vez hacer ejercicios espirituales…

Ha llegado, Señor cura, el tiempo en que obispo, párrocos y clero todo, recojamos el guante arrojado por la secta insolente”.

¿QuiénquerráevitarsefatigasparallevaracabolarestauracióndeEspaña?

Con su estilo retórico, pinta un cuadro de historia reaccionaria y romántica de “nuestra católica y amada España, que dominó todos los mares y dictó leyes en dos mundos… Nuestra condolida madre patria está hoy en decadencia… Tu perdición, ¡oh,Españamuyamada!,hasalidode timisma…España llora,estáafligidísima,no ve el remedio para sus hondas desgracias, porque hijos ingratos han alejado a su madre amorosa del camino de aquellas tradiciones santas, de aquella política sapientísima en que informaban su gobierno y administración sus católicos reyes, desde los tiempos remoto del gran Recaredo hasta hace pocas décadas…

Mi mayor afán (es) que los párrocos y el clero todo de la diócesis empleen todo su celo, toda su actividad y todas sus fuerzas intelectuales en la defensa de la ver-dad católica, en la moralización de los pueblos y en la salvación de las almas…

Tengamos compasión, Señor cura, de esa pobre juventud, generación desven-turada, colonia errante por la soledad infinita de la duda, que busca, como Israel, un lugar de descanso, pero abandonada, sin profeta, sin guía, sin estrella, sin saber siquiera en donde levantar una tienda en la inmensidad del desierto” (Boletín Oficial 30 (1890) 231-240).

La Carta 3ª trata “sobre los inmensos males que la prensa impía hace a la Reli-gión y cuáles sean los periódicos cuya lectura está prohibida a los católicos.

Hoy, como en los días del diluvio, el cielo está encapotado; grandes y negras nubes sombrean la tierra… Ha llegado el tiempo de decidirnos: O con los hombres enemigos de Cristo, o con Cristo; o con la Iglesia católica de la que somos ministros y con el Romano Pontífice nuestro supremo Jerarca, o con los que los combaten insidiosa e hipócritamente… Espiritualicémonos más cada día… Comprended bien que el sacerdote católico no debe ser hombre de partido, para que sea el hombre de todos… El sacerdote debe retirarse al interior del templo… Allí por medio de la

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oración se preparará para las grandes batallas que está llamado a reñir contra el error y la impiedad; y desde allí saldrá lleno de fuego santo y de valor apostólico para decir sin miedo, sin respetos y con evangélica fortaleza a los nuevos Herodes que por medio de la prensa irreligiosa matan las almas de pequeños y grandes: No os es lícito, non liceo vobis” (Boletín Oficial 30(1890)327-343).

Estas orientaciones episcopales debieron marcar, sin duda algu-na, el espíritu de los misioneros congregados en San Honorato. El P. Joaquím leía los signos de los tiempos con una visión fatalista de la historia muy parecida a la del obispo: “¡Qué feliz fuiste, España, mien-tras te guareciste bajo el manto y amparo de María; qué mártires sur-gieron de tu tierra, siempre fecunda; qué sabios doctores de la Iglesia, consultores de los mismos Papas; qué multitud inmensa de Santos en todos los siglos! ¡Qué desgracia la de España, desde que fue invadida en mala hora por el liberalismo!... Pero, girad página y ved qué desgra-ciada España, desde que en mala hora invadida por el liberalismo se ha debilitado su fe, se ha entibiada su devoción a María, se ha hundido en su impiedad; casi diré que es incrédula! … Ay, ¡dejemos correr un negro velo sobre la historia contemporánea de España” (Sermón de la Inmaculada).


El competente socorro“Hechos históricos nos hacen ver palpablemente cuan alta y sabia es la provi-

dencia de Dios en orden a su Iglesia. No ha habido época azarosa por donde haya tenido que atravesar esa inmaculada esposa del Cordero, que el buen Padre de familias, Jesucristo, su divino Fundador, no la haya auxiliado, enviándole a debido tiempo, según lo hayan requerido sus necesidades (con la fundación de algún Orden Religioso), su competente socorro. En la actual, que va atravesando, época por cier-to fatalísima, época de corrupción en muchos de sus hijos, y, hasta diré, de ateísmo por las innumerables defecciones que se notan en personalidades harto conocidas, por pertenecer a la alta sociedad: época en la que, por el aire inficionado de falsa li-bertad y vicios, se hace más difícil el que hasta el clero secular, que vive en contacto con el gran mundo, se conserve, al par que sabio, también piadoso; en que los más de los eclesiásticos viven en la tibieza, y no pocos, por desgracia, enfangados en el hediondo barro de la corrupción, ha querido el bondadoso Señor, como en épocas anteriores, obrar en su Iglesia de la misma manera, enviándole el competente so-

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corro, cual el de la fundación de este simpático Instituto de la Congregación de PP. Misioneros de los Sgdos. Corazones de Jesús y de María”.

• El librodelDr.SardàiSalvanyEl liberalismo es pecado tenía un gran éxito. El P. Rosselló instaba a los congregantes para que se aso-ciaran a la lucha de la Compañía de Jesús en contra de “semejante monstruo de más de siete cabezas, resumen de cuantas herejías ha vomitado el infierno”. Su campo de batalla preferido será “la mora-lización de los pueblos y la salvación de las almas”.

• “LaCongregaciónseinsertabaenelamplioabanicodeserviciosquelos institutos religiosos prestaron a una Iglesia, en la cual sólo se predicaba en los domingos y fiestas de precepto, por falta de reli-giosos. Que después de Pío X las cosas empezaran a cambiar, y que desde mitad del s. XX se intensificara la predicación parroquial, se debe, en buena parte, a la aportación de los religiosos... Que el clero diocesano haya salido de su situación anterior, causada por el siste-ma beneficial, es un inmenso don del Padre. Sin embargo no era así en el s. XIX, aunque un buen observador pueda enumerar un listado envidiable de grandes presbíteros. Si no hubiera habido párrocos que desearon la renovación de sus feligresías, los misioneros popu-lares hubieran surgido en vano. La biografía del P. Joaquim sería impracticable sin estos excelentes pastores, en medio de las cuales él fue considerado como “pilastra, columna y antorcha” de la Iglesia” (Meditación sobre la Fundación, 68).

6.2 LLUC: UNA CUESTIÓN “VIDRIOSA Y ARRISCADA”


Nota XIV: Somos peregrinos “Mientras vivimos en este mundo, dice S. Pablo, peregrinamur a Domino (2Cor

5,6): no somos sino peregrinos, y en calidad de tales, no hay que fijarse en nada sino en Dios, principio de donde procede todo don perfecto, todo pensamiento santo, y quien en su alta providencia, señala al hombre el derrotero que debe seguir, mien-tras su estancia en la tierra.

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El que piensa hallar en este mundo las delicias del Tabor como S. Pedro, se engaña; porque, como para él pasó instantáneamente la celeste visión, para éste también se desvanecerá pronto lo que no fue más que una ilusión, por no decir en-gaño. Cosa muy parecida sucedió al que deja escritas las presentes notas”.

Nota XI: Dios sigue actuando “Convocada una junta de personas competentes para juzgar sobre el asunto,

habían sido de parecer que, atendidas las circunstancias y modo de ser del Colegio, no veían ser posible plantear allí otra

Comunidad religiosa que la de la Congregación de los Sgdos. Corazones, que acababa de fundarse en S. Honorato de Randa, por ser diocesana y de hijos de Ma-llorca. Además, me añadió que cuantos habían tenido noticia de esta determinación, la habían aprobado. Tírios y Troyanos (usó de esta frase) fuesen los que fuesen...

En la tarde del mismo día regresé a S. Honorato; referí a mis compañeros, los PP. Miralles y Solivellas, el resultado de mi entrevista… La sorpresa que también se llevaron fue algo más que regular: No obstante, nos resolvimos dejar hacer a Dios, expresión de que usaba con frecuencia S. Ignacio, poniéndolo todo en sus manos.

La noche inmediata, fue para los tres harto borrascosa; la mayor parte de ella pasamos sin dormir, orando al Señor por el buen resultado de tamaño asunto. Al le-vantarnos por la mañana, (sin duda Dios no dejaría de oír nuestra humilde plegaria) hubo en nosotros tal uniformidad de pareceres, que convenimos en no resistir a la voluntad divina manifestada de un modo tan palpable: Por lo que, en el mismo día, escribimosunacartaalPrelado:Que,enteradosporelSr.Provisordeltrasladodenuestra Congregación de S. Honorato de Randa el Santuario de Nuestra Señora de Lluch, si bien era harta la repugnancia que sentíamos en ejecutar semejante dispo-sición, no obstante estábamos dispuestos y prontos a ejecutar en todo sus órdenes, como que le reconocíamos como nuestro Superior y Prelado”.

Uno de los problemas más espinosos planteados al obispo Cervera era el asunto de Lluc.

LLUC está enclavado en la Sierra Norte de Mallor-ca. Guarda una imagen morena de Nuestra Señora, venerada en la isla desde el s. XIII. A lo largode lahistoria, hubo familias que dotaron el Santuario de un rico patrimonio, capaz de sostener una Colegia-ta de sacerdotes canónigos y una escolanía de niños cantores, llamados blauets (de blau=azul) por el color celeste de las sotanas.

Notasde prensa

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El Santuario venía arrastrando una crisis aguda a todos los niveles. El edificio y las instituciones estaban ruinosos. El Colegio de sacerdotes, decaído y enfrenta-do entre sí y con las autoridades. Los niños, desatendi-dos. Los peregrinos, descuidados.

D. Jacinto Mª., tajante como siempre, había enfren-tado el problema removiendo personas y cancelando nombramientos. El antiguo párroco llevó el pleito ante la Santa Sede. El obispo hizo gestiones para instalar una comunidad castellana de carmelitas, y la prensa lo acusó de colonialista.

Decía El Isleño, el periódico más leído de las islas: “La cuestión de Lluc es al presente… algo así como vidrio muy frágil o como delicada flor de estufa… La cuestión de Lluc es arma de muchos filos que por do-quier puede herir…” (09.09.1890).

“Lluc tiene su historia, tiene su tradición especial y arraigadísima entre los pueblos todos de Mallorca… Lluc ha sido, es y ha de ser siempre una fundación mallorquina por los cuatro costados. Y el día en que deje de serlo, lluc ya no será más Lluc; podrá ser otra cosa; pero el clásico y tradicional lluc mallorquín ha-brá desaparecido para siempre… Aquel bello ideal reli-gioso, tan fervorosamente proclamado por centenares de católicos mallorquines, a raíz de la solemne co-ronación pontificia de la Moreneta; aquel bello ideal dehacerdeLlucelMontserratdelasBaleares,quedadesvanecido y es imposible ya… La patriótica aspira-ción de hacer de Lluc la casa payral de los católicos mallorquines… no será ya posible ni tendrá razón de ser” (11.10.1890).

“A ningún Prelado mallorquín” se le hubiera ocu-rrido semejantes innovaciones.

El Noticiero profundizaba la misma acusación: “En Mallorca abundan los sacerdotes distinguidos por su virtud, su talento y su ciencia. Tal vez ninguna pro-vincia de España pueda gloriarse de tener un clero tan ilustrado como la nuestra; quizá ninguna pueda con-

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tar tan gran número de verdaderas lumbreras en las ciencias eclesiásticas. Pero, desgraciadamente, quizá en ninguna otra provincia tiene tan práctica aplica-ción el dicho nemo propheta in patria sua (nadie es profeta en su patria)”.

A este punto el Obispo, contra todo pronóstico, echó mano del “competente socorro” de la nueva Congregación diocesana. El 06.05.1891 la pequeña Congregación se trasladaba a Lluc. En contrapartida a tal sacrificio, el mismo día pedían su ingreso dos semi-naristas teólogos: Miquel Rosselló , que sería después secretario del P. Joaquim, y Joan Perelló, que le suce-dería en el cargo de Prior de Lluc, de Superior General yseríaconsagradoObispodeVic(Cataluña).

Diez días después, El Isleño publicaba el siguiente comentario: “Hace ya días que supimos que en virtud de mandato terminante, el P. Joaquín Rosselló y otros Misioneros de los Sagrados Corazones, instalados no ha mucho en el monte de Randa (donde iban a reali-zar tan grandes cosas) habían pasado a instalarse en Lluc; algunos de ellos contra su voluntad, en previsión acaso de males y disgustos.

Esta nueva resolución se nos antoja tanto o más que otras desacertada, ilegal y fuera de camino… Es decir, que la cuestión de Lluc, sobre la cual parece que pesa un fatal sino, todavía va a traer cola… mucha cola, si Dios no lo remedia” (16.05.1891).

El anónimo “católico a secas” volvía a la carga, poniendo en duda las facultades mentales, la buena voluntad y hasta la salvación eterna del P. Rosselló: “… y llovían ya por todas partes cartas y circulares en demanda otra vez del vil metal para la recomposición y arreglo de nueva casa, en el monte de Randa, que V.E.creyóhacíannecesarialosantojosqueunbenditovarón tuvo de santificarse en el retiro y la soledad por la oración. Y el buen hombre, mientras se recauda-ban en el mundo algunas cantidades por el conocido procedimiento de donativos obligados, fuese a vivirla;

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instalóenellaV.E.,canónicamente,segúnasísedijoen suBoletín, ciertaorden religiosa,no sabemosdeque Santo fundador, ni nos importa el nombre; consa-gróle a seguida Superior de la misma, y a poco, le tras-ladaba con sus nuevos y contados hijos y hermanos al monasterio de Lluc, precisamente en los momentos en que era más candente la atmósfera que en aquel sitio se respiraba, y mas viva y empeñada la contienda en la prensa suscitada con motivo del nuevo destino que a aquel piadoso lugar tratábase de darle. Pero ni esto, que tan violento ha de ser para todo espíritu que del bullicio del mundo huye, ni el no poder ya llevar a tér-mino su resolución de santificarse en la soledad, que días antes le hiciera abandonar a sus hermanos y se-pararse de una Congregación perfectamente canónica y estimada, ni los votos de pobreza, abstinencia y de perpetuo aislamiento que en la casa de Randa acabara de pronunciar, fueron parte a perturbar la dichosa cal-ma y dulce complacencia con que el afortunado Supe-rior juntamente con sus hermanos sentaron sus reales en aquel monasterio, pareciéndole bien verse único árbitro del santuario, gratísima la administración de los bienes con que está dotado, cosa muy natural res-tablecerse de nuevo al mundo con todos esos honores, cargos y distinciones, y andando no a pié, como suelen andar los frailes, sino en coche, que es el más cómo-do andar, según escribía Sancho a su cara consorte Panza.¿Cabe,concibenadie,Sr.Obispo,mayorsumade antojos, veleidades y miserias en personas que por ineludible deber y por su carácter venían obligadas a ser firmes en sus propósitos, veraces en sus demandas yfielesasusvotos?¡Pobrehombre,ypobreJoaquín!¡Quéespectáculomástristeelqueestáisdando!Losmás indulgentes están dudando del correcto estado psicológico de vuestras facultades, y es por esto que temenmuchísimoporvuestrasalvación.¡Pobrehom-bre, y pobre Joaquín, metido a director y haciendo de Mecenas!Unciegoguiandoaotrocierto¡cielos,quéespectáculo!”

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6.3 EL GÓLGOTA DEL P. JOAQUIMEl P. Joaquim duró 12 años en Lluc, diez de los cuales en el cargo

de Prior. Renovó prácticamente todo el Santuario: La hospedería, el camarín donde se venera la Virgen, la devoción y la pastoral del pue-blo peregrino.

CARTAS CON AROMA•DesdeToledoescribíaD.RamónGarcés,antiguosecretariodelObispoCer-

vera: “Con el placer de siempre he recibido su carta, llena de esos sentimientos, verdad que no es fácil encontrar en estos tiempos de inconstancias y veleida-des.CartascomoladeV.metraenelambientedeMallorca,alaquenopuedoolvidar, pero me lo traen saturado de oxígeno y perfumes de otros tiempos que pasaron; me lo traen purificado de los miasmas de miserias y rebajamientos para que mis pulmones lo aspiren y de ellos se llenen; me lo traen con aromas y recuerdos del Santuario de Lluc, que son las aromas más excelentes y los re-cuerdos más gratos” (02/05/1905). Las cartas del P. Joaquim guardan un aroma querido y familiar. Purifican y oxigenan el espíritu.

• UnañodespuésdesuentradayapodíaescribiraD.EnricReig,VicarioGeneralyfuturo Cardenal de Toledo: “La justicia y la paz se comienzan ya á tomar asiento en esta Sta. Casa.

¡Diosquieraquesedenprontoelósculo tandeseadoyqueseaduradero!...“(20/06/1892).

• EnLluc,comoenSanHonorato,sualmaseguíaenamoradadelDiosquehablaen el desierto. Escribe a la Abadesa de las Capuchinas:

“Cuando no nos turban la paz las bandadas de peregrinos, estamos como en un paraíso como lo estarían aquellos monjes de la Tebayda, porque en la soledad se siente mucho a Dios en el fondo del alma y se disfruta no poco de sus dulces ca-ricias.¡Oh,cuánpococonoceelmundoloqueeslasoledad!¡Cuánpococonocey aprecia la paz que en la soledad se disfruta! Sin duda si lo supiesen y expe-rimentasen, se irían despoblando las babilónicas capitales de este prevaricador mundo a las que, al parecer, Dios les va volviendo las espaldas, y suspirarían por ir a morar en los bosques de empinadas montañas, cuya quietud no se siente turbada a no ser por los encantadores trinos de los ruiseñores y melodiosos cantos de inocentes avecillas!” (21/12/1892).

La pequeña Congregación de Misioneros iba creciendo como una de esas en-cinas lucanas: Pequeña de ramaje, pero de tronco fuerte y sombra preciada.

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“Aunque la Ermita de San Honorato fue, y será siempre, la cuna humilde y bien amada de la Congregación, no hay que dudar que el Santuario de Ntra. Sra. De Lluc vino a ser el centro y base natural de la misma” (A. Thomás). Por esta causa la Moreneta fue nombrada patrona principal de la Congregación.

• Llucfue,tambiénysobretodo,elGólgota(osea,elmonteCalvario)delP.Joa-quim. Así lo reconoce el Obispo Cervera, en una carta fechada en San Honorato: “Monte Tabor, Agosto 30/97.

Rdo. y amado P. Rosselló: Acaban de entregarme su jeremiana cartadeVd.,fe-chada hoy en ese su Gólgota, y me alegro de que la llaga de la pierna no ofrezca cuidado. Esto es lo principal. Por lo demás no debe Vd. apurarse, y lleno deconfianza en la Providencia soporte con frente serena, sin vivacidad ni enojo, las contradicciones que pueda ofrecerle el cargo, y las amarguras que la maldad de los hombres, sin pudor ni conciencia, nos hacen sentir hoy en nuestro corazón”.

¿AquésereferíaelObispo?

A la larga lucha entre la Iglesia y el Gobierno, por la incautación del patrimonio (en fincas y posadas) de los bienes de Lluc. Desde 1845 había una Real Orden que pendía como espada de Damocles sobre el Santuario.Durante 25 años se había logrado detenerla. Pero en el verano de 1897 se aplicó la sentencia. El P. Joaquim, que llevaba varios años diabético, “lleno de santa indignación” formu-ló “la más enérgica protesta contra semejante atropello” con un Manifiesto a los Peregrinos que reproducimos más adelante.

Se orquestó una campaña de calumnias en contra del Obispo, del Prior y de los administradores. D. Jacinto Maria respondió declarando excomulgado al Mi-nistro y a los ejecutores del expolio: “Si al Sr. Ministro le tiene sin cuidado la excomunión, no nos sucede otro tanto: antes la persecución y el proceso y el martirio” (Boletín Oficial 26(1897)264-265). Su valiente circular fue reproduci-da a nivel nacional y llegaron adhesiones de todas partes.

• ElObispoconfesabaenunacartadeagradecimiento:

“Mucho he sufrido con motivo de ese hecho arbitrario y a todas luces ilegal, pero siento la satisfacción del deber cumplido. Mas por cumplir con el deber, se han acumulado sobre mí maldiciones, calumnias, amenazas y todo género de denuestos… Así que fue conocida por el Gobierno mi circular… se pensó por algunos en la confiscación de temporalidades, destierro, y no sé qué más. Nada turbó sin embargo, mi tranquilo espíritu… Y si con la muerte misma fuere ame-nazado, con la ayuda de Dios le saldría al encuentro con calma y serenidad… Permaneceré ahora y siempre, firme y decidido en mi puesto de honor…; no he quemado ni quemaré un solo grano de incienso al ídolo de la popularidad; jamás

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he permitido que mi báculo pastoral o la cruz se rebajara hasta la abyección, a la injusticia o a las preocupaciones de la época” (Boletín Oficial 37(1897)334-335).

• El14denoviembredeestemismoañosucorazóndejabadelatir,fatigadodetantas peleas.

El P. Rosselló salió de su mutismo, publicando las cuentas de la administración y la cantidad que la Congregación de Misioneros de los SS. Corazones cedía generosamente al Colegio.

“Sólo en honor de la verdad he tomado la pluma y para amordazar a los impru-dentes calumniadores, que de manera tan indigna se conducen. Otra prebenda no deseo, y de esto me es testigo el mismo Prelado, que el permiso de retirarme de nuevo al Ermitorio de San Honorato, a una vida de soledad y abstracción completa de las criaturas, donde me prepare para el viaje a la eternidad, que veo avecinarse presurosa”.

En 1901, a los diez años de su traslado a Lluc, cuatro años después del falleci-miento del Obispo Cervera, y con la salud minada por la diabetes, renunció al Priorato.

MANIFIESTO A LOS PEREGRINOS (colgado en las puertas de la iglesia el 19.09.1897)

«A los peregrinos.- Mallorca entera lo sabe. Por un acto de fuerza mayor, atropellando los sagrados derechos de la Iglesia e infringiendo las mismas leyes y procedimientos civiles, este venerando Santuario de

Ntra. Sra. de Lluc, objeto especial de la devoción de los católicos mallorquines, ha sido despojado del patrimonio con que la piedad y munificencia de vuestros ma-yores lo había dotado.- En un momento ha sido destruida la obra de varios siglos. Los donativos acumulados por una larga serie de años para mantener el esplendor delcultodelaSantísimaVirgen,conservarlaIglesiaenquesevenerasubenditaimagen y atender a las necesidades de los fieles, que aquí acuden de todas partes en romería, han sido incautados por el Estado, sin que las activas gestiones practicadas por nuestra primera Autoridad Eclesiástica hayan podido evitar los actos de verda-dera vejación que para posesionarse de las propiedades pertenecientes al Santuario se han empleado.- Contra semejante extralimitación de los que ejercen el poder no nos quedaba más recurso que el de protestar enérgicamente; y hemos protestado. En nombre de los derechos de la Iglesia, conculcados sin consideración; en nombre de las leyes concordadas con la Santa Sede, menospreciadas sin respeto; en nombre

Notasde prensa

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de los sentimientos religiosos del pueblo mallorquín, heridos sin piedad; en nombre de la tradición secular, siempre venerable; en nombre del derecho de propiedad, reconocido y proclamado en todas las naciones cultas, hemos hecho constar opor-tunamente nuestra solemne protesta, y queremos ahora renovarla y hacer pública, a fin de que jamás pueda decirse que la Casa Solariega de los devotos de la Madre de Dios, que el Santuario predilecto de los piadosos mallorquines ha sido despojado de sus bienes, que eran los bienes de los pobres, sin que se levantara una voz de dolor y angustia para reprobar el atentado y lamentar las funestas consecuencias de tan inmensa desgracia.- Acaso sea imposible impedir que en un plazo no muy lejano el augusto recinto en que plugo a la Reina del cielo erigir entre nosotros el trono de sus misericordias quede convertido en montón de ruinas; acaso no podrá evitarse que enmudezcan los sagrados cánticos con que celebramos, penetrados de profunda gratitud, las bondades de Ntra. Sra. Madre, y falten los recursos con que hasta el presente han sido atendidos sus amantes hijos cuando en continua pere-grinación venían a visitarla. Inútil consideramos decirlo, por todos los medios que nos sugiera el celo y la caridad de nuestros corazones trataremos de hacer frente a las apremiantes necesidades creadas por la expoliación que acaba de realizarse; y mientras se mantengan en pie las paredes de esta Santa Casa, para todos los pe-regrinos estarán abiertas sus puertas y bajo su techo encontrarán todos albergue; mientras se conserve la ropa de cama, aquí podrán abrigarse; mientras haya una go-tica de aceite que repartir, dispuestos estamos a cederla generosamente; mientras dispongamos de los indispensables recursos, seguirán en este Colegio los pobres y desvalidos niños de la Escolanía (Blauets) recibiendo gratuitamente la educación y enseñanza que la penuria de sus padres no pueden proporcionarles.- Pero si a pesar de nuestra ilimitada confianza en la Providencia, que sabe multiplicar los subsidios de la caridad, nos viéramos algún día precisados a interrumpir la obra benéfica, a que nos consagramos, si la fuerza de las circunstancias nos obligara a abandonar el solitario retiro que habíamos buscado a la sombra del altar de Nuestra Madre Santísima, quedaríanos el consuelo de haber agotado todos los medios de que dis-poníamos para conservar hasta el último momento el culto, la devoción y el amor a la Reina de Mallorca, y con el corazón transido de amargura, dejaríamos estos sitios, santificados por la fe de tantas generaciones, abominando la malicia de los hombres pero compadeciendo y perdonando a los que han tenido la imponderable desgracia de haber sido sus instrumentos.

JOAQUÍNROSSELLÓ,PBRO.Prior

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7LA REAL

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7.1 LA VERDAD ESTÁ EN EL DESIERTO

CARTAS CON AROMAA finales de 1893 escribía un observador atento del desarrollo de la Con-

gregación:“NopuedeV.R.figurarselomuchoquemealegréalverelnotableincremento que va tomando esa Congregación de los SS. CC. y cómo ese peque-

ño grano de mostaza arrojado un día como al acaso sobre la elevada cima de un monte árido y seco, después de echadas hondas raíces, va saliendo ya a flor de tierra, dejando ver en lontananza los sazonados y copiosos frutos de bendición que más tarde ha de producir en esa bendita tierra mallorquina” (J. Pons, SJ 19.12.1893).

El P. Joaquim, exhortando a la Abadesa de las Capuchinas al fervor de la na-vidad, constata:

“Así nos lo proponemos nosotros, los PP. HH. Congregantes y musiquillos de la Escolanía de este Colegio de Ntra. Sra. de Lluc; pues que a ello nos invitan y esti-mulan las gaitas de nuestros campesinos, los balidos de las ovejas, los trinos de las aves, los tollorotos de los pastores y aún las cúpudas y frondosas encinas de estos bosques y soledades de Lluc y de Escorca... Oren por esta nuestra Congregación que creo que Dios tiene destinada para algo... va poquito a poco aumentando: Humili-tate vult crescere.

Cuando vino a visitar el Santuario Ntro. Prelado, vistió a dos jóvenes escolares y los tonsuró: Por lo mismo, consta ahora de cuatro sacerdotes, un diácono, un subdiácono, dos tonsurados aún no profesos, dos hermanos legos profesos; cinco postulantes para legos y que viven ya con nosotros, dos sacerdotes jóvenes que piden y que pido oren por su vocación...” (20.12.1893).

El Obispo Cervera, mientras tanto, ampliaba la Casa de Ejercicios de san Ho-norato:

“El día de la Ascensión del Señor a los cielos y hora de las 7 de la tarde subí yo a este elevadísimo monte, que está cerquita de ellos. En este Tabor he reparado las fuerzas gastadas en la campaña que hice en los pueblos que me había propuesto visitar, y me encuentro ya dispuesto para emprender nuevos trabajos y reñir otras batallas.

Las obras de esta Jerusalén marchan... Nada, esto vendrá a ser una galería del cielo, y como los bienaventurados, desde ella podremos ver y nos ser vistos.

Mañana por la tarde regresaré a Palma, y después del Corpus subiré a ese Monserrat de Lluc con el objeto de admirar sus progresivas mejoras” (27.05.1895).

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Pocos meses después remachaba el mismo clavo: “Aquí me vine... con el objeto de disfrutar unos pocos días de la paz que sólo lejos de los hombres puede uno encontrar...Dediferentesprocedenciaspuderecoger6000rls.[?],conloscualesalimentaré esas obras que costarán más de lo que creí en un principio. Parece que Vd.losientayhastarevelatenerciertaenvidieja,comosiestonotuvieseyaparaVd.elinterésprimitivo.Nodebeolvidar,queéstaeslaCasaMadredesuCongrega-ción, y a la madre no se le economiza cariño” (01.10.1895).

Un año más tarde D. Jacinto Maria escribía esta frase lapidaria: “A pesar de mis reiteradas resistencias... fui elegido Senador por nuestra provincia eclesiástica... Prefiero Lluc y Randa a Madrid, en donde todo es farsa y mentira. La verdad está en el desierto, lejos de los hombres y más cerquita de Dios” (30.04.1896).

El P. Joaquim estaba por aquel entonces ocupado en la restaura-ción del Santuario lucano. Por encima de todas las cosas del mundo, también él había buscado la verdad y al Dios que habla en el desier-to.

No es extraño, pues, que en cuanto pudo, reabriera la comunidad de San Honorato. El 7 de Enero de 1896 despidió desde Lluc un viejo carretón, en donde iban el P. Miquel Rosselló, como superior, un diá-cono, dos hermanos coadjutores y algunos aspirantes.

7.2 ES PRECISO SALIR DEL DESIERTO“Hacía tiempo, casi a raíz del traslado de la Congregación desde

San Honorato al Santuario de Lluc,que tanto el P. Rosselló como el Sr. Obispo, sentían la casi necesidad de tener en Palma una Residencia, no sólo para contribuir a la propaganda de la devoción a los Sagrados Corazones, y coadyuvar por ende a la moralización de la Capital, sino también para tener una Casa más céntrica” (A. Thomás).

Cuando ya todo parecía arreglado, el Obispo les escribió: “Es pre-ciso moverse y salir del desierto para trabajar en la llanura” (Carta 25.04.1897), y vuelve a pedir “competente socorro” a la Congregación para arreglar la situación difícil de La Real.

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NOTAS DEL P. JOAQUIMNota XV: La difícil situación de La Real.

“Corría el año 1897. En el Secar del Real hubo no sé que cuestión entre el Sacerdote que regía y administraba los santos sacramentos en la Iglesia de S. Bernardoylasgentedeaquelcaserío.ElSr.Obispotuvoqueintervenir;ynosiendoacatada, como debía serlo su autoridad por algunos propietarios de aquella comar-ca, se vio en la precisión de hacer uso de sus derechos, y por de pronto destituyó desucargoalsacerdoteVicario;yparacastigodelosmoradoresdelSecar,mandócerrar la Iglesia con pena de cesación a Divinis, de modo que ni siquiera se permitía celebrar en los días festivos. Al cabo de un par de semanas proponiéndose el Prelado abrirla de nuevo y restablecer en ella el culto público, habló (teniendo con él una entrevista) con el P. Superior de la Congregación de los Sagrados Corazones para pedirle dos Sacerdotes, al menos, y un lego de la Congregación a fin de enviarlos allí, y encargarse de la administración de los Sacramentos, por tiempo indetermina-do, pero que juzgaba no sería muy larga su permanencia en aquel lugar…

Una vez establecidos allí los padres con el hermano lego, comenzaron sus tra-bajos, cultivando la viña, por tanto tiempo inculta, de aquel caserío, hasta que el Sr. Obispo Cervera dispusiese otra cosa”.

(El relevo se complicó con la repentina muerte del Obispo. Elegido sucesor D. Pere Joan Campins) “fuimos de nuevo a visitarle, y pedirle atendiese a nuestra súplica de relevar pronto a los padres del Real, pues las circunstancias de la Con-gregación así lo exigían; primeramente por tener que ir otra vez a continuar nuestra residencia en S. Honorato de Randa que fue su cuna, y, en segundo lugar, porque no teniendoenS.Bernardoasignaciónalguna,nideGobierno,nideCuriaEclesiástica,ni de nadie, hallándose en tal premura, en estado tan precario, no podían mante-nerse decentemente, ni vestirse cual correspondía a su clase tres o cuatro hombres, sin verse algún día expuestos a que les falte qué comer, y de qué vestir”.

CARTAS CON AROMAA los tres años de interinidad, el P. Joaquim insistió. El Obispo dio

una respuesta muy meditada y razonada con tres clases de argumentos: 1º. “La obra de restauración moral que tanto ha adelantado” no puede sufrir retro-cesos.- 2º. Hay que buscar un arreglo económico, “sin sacrificios ostensibles del

pueblo” y sin que “sea gravosa a la Congregación”. Si ésta se retira, “esta cuestión es tan vidriosa que… producirá seguramente graves y desagradables conflictos.- 3º. La Congregación está llamada a servir en los lugares más necesitados. “La escasez de personal, ni es extrema ni duradera. Mirando el bien verdadero y positivo de las

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almas, y el mayor servicio de la Iglesia, no hay duda que es más fácil atender a las necesidades de Palma que a las de aquella comarca, cuyos habitantes, delante de Dios valen tanto como los palmesanos, encontrándose sin los medios de santifica-ción que sobreabundan en la ciudad” (14.04.1901).

El Obispo propuso, sin carácter de mandato, que se aceptara este ministerio de un modo definitivo.

El P. Joaquim no podía rehusarse, pues seguía basándose en sus principios perennes: “Ignoramos lo que Dios tiene dispuesto sobre este particular; pongámos-lo en manos de la Divina Providencia. Dios tiene sus planes formados en todas las cosas;y¿quiénsabeelquetieneformado,nopermitiendoalmenosporahora,queabandonemoselReal?LediréconSanIgnaciodeLoyola:DejarhaceraDios.

En lontananza veo, y no sé que veo sobre ese Monasterio del Real; quizás Dios tiene un proyecto algo grande para nuestra Congregación; quizás que venga a ser un día el Centro o Seminario donde se formen los celosos, los más celosos Misione-ros de los Sgdos. Corazones de Jesús y de María; quizás el punto donde arranque la reforma del Clero” (Carta a F. Solivellas, M. SS. CC.- 03.11.1900).

Los congregantes “convinieron… no resistir, ni impugnar más la voluntad de S. E. I… considerando aquel antiguo Monasterio de Ber-nardos como una de nuestras Residencias”.

7.3 EN LA REAL SE SIENTE A DIOS, PERO NO COMO EN SAN HONORATO

Las obras de la casa duraron muchos años, pero valió la pena.

CARTAS CON AROMAEl Obispo Campins podía escribir: “No puede dudarse que Dios ha pre-

miado los sacrificios hechos en bien de aquella población diseminada, prepa-rando a la Congregación una Residencia permanente y espaciosa, donde pueden formarse los postulantes y novicios, dedicarse al retiro o al descanso los PP.

Misioneros y congregarse también los reverendos sacerdotes y aun aquellos segla-res que se acogen gustosos á la soledad, para practicar los ejercicios espirituales” (08.09.1907).

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El P. Joaquim no perdía ocasión de atizar la conciencia misionera de sus hijos: “Nuestra misión no debe consistir en recorrer algunos pueblos de esta Isla, espar-ciendo, una que otra vez, la divina semilla del Evangelio; en predicar algunos triduos con sus panegíricos; en confesar y perder tiempo algunas veces, a cuatro beaticas; bueno será al fin todo eso; pero no basta, es preciso hacer más, es preciso aven-tajarnos al enemigo, trabajar muchísimo más que él trabaja para perder las almas, nosotrosparasalvarlas”(AM.Rosselló,M.SS.CC.-00.08?.1905).

Los congregantes dedicaban sus mejores energías a las misiones populares. Al P. G. Miralles se le llamaba “facedor de monjas”. Los PP. Miquel Rosselló y Antoni Thomás escribían en la prensa católica.

ElP. JaumeRosselló (Apóstolde lasBaleares) fuepioneroenelapostoladocastrenseyenlosejerciciosparahombresenLaReal.Quedaunacartaenlaqueco-menta al Fundador las dificultades de tal empresa: “En cuanto a obreros que puedan practicar en el Real los santos ejercicios no sé, P. Superior, qué más hacer. Invité a algunos de Felanitx muy buenos y muy amigos, desearían muchísimo venir pero son pobres, tienen que trabajar, apenas pueden comer y... rogo te habe me excusatum (Mt 22,1-14). Invité a los de la Puebla y todos están ocupados en los quehaceres del campo, rogo te... , sólo uno me dio algunas esperanzas, el de la vocación religiosa queV.R.yasabe.

Invité a D. Arnaldo Ramis de Sineu y en primer lugar no sabe de donde sacar el dinero para la manutención y para el jornal que perderán durante la semana, y aunque esto tuviera no sabe como llevarlos al Real (a Lluc sí y que lo desea como una expedición, pasearse por aquellos bosques, contemplar aquellos panoramas, beber las aguas frescas de aquellas fuentes y después una o dos pláticas durante el día y con esto tal vez arrastraría a 10 ó 12). Rogo te...

Enunapalabra,nosémáshombressegurosqueuncomerciantedeBuñola,católico de fibra y apóstol incansable y fervorosísimo que está dispuesto a sufrir quebrantos y a perderlo todo mientras así pueda adelantar un poco siquiera por el camino de la virtud… Los hombres o no pueden retirarse porque son pobres o están enfermos, o no quieren retirarse porque la soberbia les ciega y la codicia les arrastra y el sensualismo los tiene sumergidos en un charco de inmundicia, duros como la peña, hastiados de todo lo bueno, de todo lo santo, de todo lo que huele a piedad ydevoción.¡Todoestáperdido,perosobretodo,loshombres!Mas,paraconsuelosuyo, quiero manifestarle que de nuevo he restablecido la reunión de hombres que solíamos tener todos los domingos en la sacristía de S. Cayetano; vienen de 10 a 16, la mayor parte soldados…” (00.08.1907).

El P. Fundador dejó el santuario de Lluc para residir en La Real, a finales de 1903.UnayotravezpresentósurenunciaalcargodeVisitador,perosinéxito.A

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medida que pasaban los años, y se le apagaba la vista y le flaqueaban las piernas, su alma suspiraba por el Señor que había “visto” en la soledad del monte.

“AquímeestoyenS.BernardodelRealhartobien;peronotantocomoallíenmi amada soledad del monte de Randa. Se siente, asimismo, en éste del Real, algo de la presencia de Dios; pero como se siente en San Honorato de Randa, hay una distancia inmensa. Si ésta fuera la voluntad de Dios, no hubiera lugar como aquél para santificarme. No obstante me conformo; porque comprendo que el P. Rosselló no es lo que en otro tiempo joven, sano, robusto y capaz de vivir en cualquier parte y de emprender viajes, aunque fuesen prolongados; sino ya un pobre anciano, acha-coso, mugriento, etc., etc. que debe estarse rodeado de cuidados, si algo le quieren alargar y conservar la vida; pero, por todo, sea Dios bendito, con tal que, por su misericordia, me perdone y me salve” ((Carta al P. Joan Perelló, 03.10.1901).

ElP.Thomás,quefuetestigodesusúltimostiempos,escribe:“TeníaelP.Vi-sitador un pesadísimo insomnio, y me dijo con ánimo humilde: Yo me levanto a las doce o a la una, o cuando veo que no puedo dormir, y ya que los santos pasaban gran parte de la noche en oración, me entretengo en cantar salmos, y miro estos achaques como misericordias de Dios que así quiere purgarme. La mesa es para mí un martirio. Casi nunca como nada con gusto. En nada tomaba gusto de cuanto puede ofrecerle esta vida, ni en dormir, ni en comer, ni en pasear, y que sólo aquieta su alma cuanto hace para prepararse a una buena muerte”.

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8IDEARIO ESPIRITUAL

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EL FUEGO DE DIOS PARA LA VEJEZ DEL MUNDO

Espiritualidad de los SS. Corazones

El Fundador centró su espiritualidad en que Dios es amor (1 Jn 4,8) y por ello desea atraer a todos hacia sí para comunicarles su felicidad eterna. Jesús vino a prender este fuego en la tierra (Lc 12,49). Nuestra Congregación se siente convocada por el Padre en la dinámica de esta tradición espiritual (Reglas, art. 7).

1. TESORO DE LA IGLESIA“El verdadero tesoro (está) escondido a los del mundo en el misterioso campo

de los SS. Corazones... No quiero correr más tras las bagatelas de este mundo...; vosotros seréis mi riqueza, mi oro y mi plata...” (Piadosos Ejercicios, día 19).

2. ÁNCORA PARA EL NAUFRAGIO“La devoción de los SS. Corazones es el áncora de salvación que Dios depara

a los hombres en tan calamitosos tiempos” (Carta a la Abadesa de las Capuchinas, 16.3.1892).

El Inmaculado Corazón de María es “nuestra áncora de salvación en el borras-coso mar de este mundo, nuestra estrella polar” (Piadosos Ejercicios, día 13).

3. RESPUESTA DE DIOS AL MUNDO ACTUALLos SS. Corazones son la respuesta del amor de Dios para la vejez del mundo.

Para estos últimos (tristísimos, azarosos, calamitosos) tiempos, cuando el fue-go iba ya a extinguirse por completo (Idea muy repetida en su predicación y escri-tos, por ej. Piadosos Ejercicios, día 2)

4. EL FUEGO DE DIOS“Acércate muchas veces a esos dos fuegos de amor divino, los SS. Corazones

de Jesús y de María, para que calienten e inflamen tu corazón” (Carta a Sor Mª. Soledad, 22.12.1902).

“iQuéincendiosdeamorlosincendiosenqueseabrasabaeltiernecitoCorazónde Jesús estando aún en el seno de su Madre!” (Piadosos Ejercicios, día 6).

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“¡Ay, y cuán pocos verdaderos amantes tiene el divinísimo corazoncito denuestro Emmanuel! A pesar de que él vino para encender en sagrado fuego a todos los corazones de los hombres!” (Carta a la Abadesa de las Capuchinas, 23.12.1897).

“Divina Caridad, fuego sagrado, que ardes incesantemente en los SS. Corazo-nessinconsumirtejamás.Ven,venyabrasamiheladopechoyconsumeenéltodala escoria de los vicios y desarreglados afectos a las criaturas, que es lo que impide el acercarse y unirse a su Criador” (Piadosos Ejercicios, día 10).

“Los Sagrados Corazones serán en adelante todo nuestro imán, el punto cén-trico do converjan todos los afectos de nuestra alma; nuestro lugar de refugio du-rante la vida, nuestro solaz en la hora de la muerte, nuestra recompensa y corona en la patria del cielo” (Piadosos Ejercicios, día 6).

(Dios ha dispuesto) “que esa Congregación se apropiara el título de los SS. Corazones, porque como son ellos los focos de ardentísima caridad y amor, al acer-carse a ambos los sacerdotes, que quizás vivieran años y más años en la tibieza, faltos de amor a Dios y al próximo, se encendieran y abrasasen en sus ardentísimas llamas; para que ellos después encendieran en ese divino fuego los corazones de los hombres... “Fuego he venido a encender en la tierra, y qué quiero, sino que se encienda!

De la devoción a los SS. Corazones nada tengo que advertiros: ya sabéis que estamos obligados por voto a darla a conocer, a extenderla por todas partes, a ha-cer, si posible fuese, que el mundo todo se consagrase a ellos. Son el centro de la más ardiente caridad, el foco del amor más puro, al cual deben acudir, y acudirán, .sin duda, a no tardar muchos años, aquellos cristianos flojos en el servicio de Dios, fríos, más diré, helados en cuanto atañe a la caridad con Dios y con el prójimo; y les moverá el desengaño, y les empujará la persuasión de que, en ninguna parte, sino en esos Corazones, centros de amor divino, podrá rehacerse y encenderse de nuevo en el fuego de amor tan santo su corazón gastado por la profanidad del vicio y des-ordenado amor a deleznables criaturas” (Testamento, págs.98 y 704-705).

“Pidan al Señor que todos seamos un fuego y que desde este monte lo vayamos extendiendo por toda la isla, y más allá de ella, pegando y encendiendo llamas en todos los corazones” (Carta a la Abadesa de las Capuchinas,75.08.1890)

5. CREDO DE LOS MISIONEROS DE LOS SS. CORAZONES“Hacemos un acto de fe en los Corazones traspasados de Jesús y de María:Creemos que Dios no nos envía a condenar a nadie.Creemos en el poder del amor que sirve hasta la muerte.Creemos que la salvación nos llega por la cruz y la glorificación del Señor.

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Esta fe es el principio dinámico que penetra, orienta y da sentido a nuestra vida” (Reglas, art. 75)

EL PRIMER MANDAMIENTOBuscar primeramente el Reino de Dios

1. UNA HISTORIA DE SALVACIONEl P. Joaquim se estremecía cuando predicaba la justicia divina, obligada a cas-

tigar el pecado con penas temporales y eternas: Repasaba los innumerables ejem-plos del Antiguo Testamento (el castigo de los Ángeles, la desobediencia de Adán y Caín, los castigos de Sodoma y Gomorra, del pueblo israelita en su travesía por el desierto, las muertes trágicas de Datán y Coré, de los hijos de Helí, del rey Saúl, de Absalón o de la reina Jezabel), el mismo Jesucristo como abandonado por su Eterno Padre en la cruz (Piadosos Ejercicios, días 8- 9).

2. DENUNCIA DE LA IDOLATRÍAEn su predicación de misionero popular enseñaba la primacía del primer man-

damiento y denunciaba las idolatrías.

“En estos últimos tiempos en que los hombres, dominados por la ambición y el interés, e, inspirados por Satanás, exclaman lo que gritaron los judíos: “Nolumus hunc regnare super nos”. No queremos que éste reine” (Triduo del Corazón de Jesús en Porreres).

“¿Conoceránalmundoesosgrandeshombresdeestado,quesacrificansufey religión por la política y que a pesar de la voz interior de su conciencia que los reprende con seguridad; en teoría profesan una doctrina que por ciertos compromi-sosdejarándecumplirenlapráctica?¿Loconocenesosgrandescapitalistas,cuyostemplos por ellos frecuentados no son los del Crucificado, sino esos soberbios edi-ficiosquesucodicialevantaraalDiosbancoybolsa?¿Loconocentantosytantas,que por seguirle se ven sujetos, unos a mendigar…, a parar en los hospitales otros, enfermos por sus mismas maldades, a llenar las cárceles, castigados por sus críme-nes,averseencerradosenoscurosmanicomiosotros,porsufrenéticosarrebatos?(Piadosos Ejercicios, día 8).

“Muchísimos hoy día se han convertido de cristianos en paganos; testigos, esas escenas anticristianas y provocativas que se exponen en nuestros teatros; esa inmoralidad de costumbres que cunde por todas partes; esos trajes inmodestos; esosopíparosbanquetespresididosmásbienporeldiosBaco,queporelDiosdelCalvario” (Piadosos Ejercicios, día 15).

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Cuando toda carne, como en los primeros siglos del mundo, ha vuelto a romper sus diques y a cubrir la faz de la tierra el más abominable de todos los vicios (Pia-dosos Ejercicios, día 18).

Y, sin embargo, creía que había que predicar más el cielo que el infierno, más la misericordia que la condena: “Es una verdad de fe, que Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se convierta y viva (Eze 33,1). No he venido, decía el Divino Sal-vador Cristo Jesús a los escribas y fariseos, a buscar a los justos sino a los pecadores (Mt 9,13; Mc 2,17), los que están enfermos (Lc 5,31), misericordia quiero y no sa-crificio (Mt 9,13 51; Lc 9,59). Y a los discípulos que le rogaban mandase bajar fuego del cielo para castigo de los de Samaria, les dijo: no sabéis a que espíritu pertene-céis, no vine a perder sino a salvar (Lc 9,55). Mas, en donde mejor se ve la paciencia del Corazón de Jesús y aún del Corazón de su Inmaculada Madre en tolerar a los pecadoresesenlacimadelGólgota(Lc23,24)…¿Quiénnosellenarádeesperanzapor pecador que haya sido, en los divinos Corazones, que con tanta eficacia piden perdón por sus atormentadores, que continúan frenéticos insultando, blasfemando aúnlaSacrosantavíctimaquemuereportodos?”(Piadosos Ejercicios, día 9). Se con-movía contando el dolor de David por la muerte de su hijo: “Fili, Absalon; Absalon, fili mi” (2Re19,4).“¡Oh!ysiesopasaenelcorazóndeunpadre,sibiencortadoalamedidadelcorazóndeDios(Sal37,12),¿quépasaráenlosSacratísimosCorazonesde Jesús y de María, padres tan buenos, tan santos, tan divinos, tan amantes de los pecadoressushijos, tandeseososdesubienysalvación?...Oídquépalabrastandulces; qué voces tan consoladoras nos dirige aún hoy desde el sagrario, como las dirigiese antes de su encarnación, por boca de uno de sus profetas: “No, no quiero la muerte del pecador sino que se convierta y viva. Nolo mortem peccatoris sed magis ut convertatur et vivat” (Eze 33,11); en cualquier día el pecador clame a mí le oiré. No tardes en convertirte al Señor (Ecl 5,8). Y en el Santo Evangelio dice: venid a mí los que andáis cargados y trabajados y yo os aliviaré (Mt 11,30). Y en los Hechos de losApóstolesseleequedijoJesúsaSaulo:Saulo¿porquémepersigues?aloquecontestó:¿YquiénsoisvosSeñor?“Ego sum Jesus quem tu persequeris” (Hch 9,4-6). Y ved ahí a Saulo instantáneamente convertido en Pablo. El antes perseguidor de la Iglesia es propagador y defensor de la fe; el poco ha, blasfemo del dulcísimo nombre de Jesús en su más elocuente y celoso panegirista. El antes pecador, cambiado en Apóstol (Gal 2,17; 1 Tm 1,15)” (Piadosos Ejercicios, día 10). “La parábola del hijo pródigo y la alegría que tuvo su padre, cuando la vuelta de ese ingrato y desatento (Lc15,11);ladelBuenPastorcargandosobresusespaldasalaovejadescarriadaal hallarla entre peñascos y riscos (Lc 15,4); la de la mujer del dracma perdido que convida a sus amigas y vecinas a que se congratulen con ella, al hallarla (Lc 15,8); y otras más que nos refiere el Santo Evangelio, manifiestan hasta la evidencia la acogida que los pecadores hallaban, y el consuelo en que quedaban inundadas sus almas, cuando arrepentidos acudían a llamar a las puertas de su compasivo Cora-zón, para alcanzar perdón y misericordia” (Piadosos Ejercicios, día 12).

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El P. Joaquín estaba convencido de que Dios dirigía la Historia “fortiter et sua-viter” (con mano poderosa y corazón compasivo) y de que intervenía en su vida con gracias extraordinarias (Cfr Notas, 11, 24, 30-32, 36, 49).

Siempre se orientó por el lema ignaciano: “Dejar hacer a Dios”. (Notas 61, Carta al P. F. Solivellas 3.11. 1900).

Tenía puesta su confianza en el Señor: “No perdamos del todo la confianza. Quiencuidadelasavesdelcielo,cuidarátambiéndenosotros”(A los PP. de LIuc, 27.08.1901).

3. AMAR CON TODO EL CORAZON“¿Quiénes son los. que, cumpliendo este precepto, amen verdaderamente a

Dioscontodosucorazón,contodasualmaycontodassusfuerzas?”SólolosSS.Corazones (Piadosos Ejercicios, día 3).

“El amor no puede ser correspondido sino con amor. Por lo que, si queremos agradecidos corresponder al deífico Corazón, debemos amarle, pero no con un amor cualquiera, sino con un amor que excluya todo otro amor... Dios quiere el corazón entero, no lo quiere dividido, porque toda división es para él insuperable obstáculo” (Piadosos Ejercicios,día 4).

4. LA PRIMACÍA DEL REINO (Contemplación y apostolado)El P. Joaquim tuvo la intuición de que las sucesivas generaciones girarían sobre

el eje de las relaciones: “Como en todos los siglos, mayormente en el que atrave-samos, casi todos los hombres se desviven y estimulan mutuamente a contraer y estrechar relaciones con toda clase de personas que, a todo conducen menos al trato y comunicación con Dios. La divina Providencia que, siempre vela sobre la humanidad, y no deja piedra por mover para encaminarla al cumplimiento de su fin: por unos caminos y medios que en manera alguna sabe uno explicar, ha dispuesto en estos azarosos tiempos promover una Congregación de Sacerdotes, cuyo objeto fuese, primeramente formar su espíritu en la soledad en donde según Oseas Dios se comunica al alma (cf. Os 2,16); para después procurar en cuanto les fuese posible, mediante la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, la conversión de los pecadores; haciéndoles entrar de nuevo en el trato y comunicación con su divina Majestad, de la que se habían emancipado” (Introducción a las Reglas de 1890).

Sentía el Reino de Dios presente entre nosotros. Lo buscaba en el retiro, esta-blecido en el alma. Como dice el Kempis: “Consiste en la paz y gozo en el Espíritu Santo”. (Notas, 28).

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Con esta convicción fue un hombre de continua y profunda oración. Como primera finalidad de su Instituto señaló la búsqueda del Reino por la vía de unión y contemplación. (Reglas 96, art. 1).

La vida apostólica, en consecuencia, es “prender este fuego” en todos los hom-bres, “haciéndolos entrar de nuevo en el trato y comunicación con su divina Majes-tad, de la que se habían emancipado” .

Cuando se altera el equilibrio y la unidad entre los dos polos contemplativo y apostólico, peligra el futuro de la Congregación:

“Juzgo, y en eso deseo paréis mientes, que os fijéis muy mucho que la causa principal de este decaimiento de espíritu... está en el desequilibrio de las ocupacio-nes materiales a que os dais, respectivamente de los ejercicios de piedad y obser-vancia de las reglas que veo en muchos ocupan el segundo lugar, y no el primero, comonosloadviertenlasreglas:“QuaeriteprimumregnumDei..(buscadprimeroelreino de Dios)... y que atropellemos a cuanto debe contribuir a formar en nosotros un espíritu religioso, por atender a lo demás y a negocios y a bagatelas, que nos hacen perder mucho tiempo, y en lo que venimos a sacar muy poco provecho, tanto en lo material, como en lo espiritual. Años pasados veía un porvenir halagüeño para nuestra Congregación en cuanto al fervor de espíritu, pero hoy, como veo el vuelo que va tomando lo material sobre lo espiritual en los más de nuestros individuos congregantes, me parece que si no procuramos haya en nosotros algo de reforma, o sea reacción, preveo cierto abandono de Dios”. (Carta al P. F. Solivellas, 26 junio 1903).

Nuestra consagración está dinamizada por la esperanza. Hicimos profesión de buscar en primer lugar el Reino de Dios y de construir su justicia. Pero no andamos agobiados, seguros de que el resto se nos dará por añadidura (Reglas, art. 76).

EL BÁCULO y LA HIEDRAServicio a la Iglesia Local

1. EL OBISPO CERVERA “SEGUNDO FUNDADOR”La Congregación de misioneros de los SS. Corazones consideraba al Obispo

Cervera “Segundo Padre Fundador y decididísimo Protector”.

Le unieron con el P. Joaquim lazos de íntima amistad. En la correspondencia aparecen frecuentes recibos de perdices, tordos, conejos, quesos y frutas.

“Mil gracias por el obsequio de las fresas, que son tan buenas y aromáticas como aromático y buenísimo es el Prior de Lluc” (Carta del 27 Mayo 7893).

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2. EL CARISMA DE “DIOCESANEIDAD”Las relaciones entre la Congregación y su Pastor superaron las coyunturas y

amistades personales.

El famoso Antoni Ma. Alcover, vicario general, expresaba así el afecto que sentía por la Congregación: “Está llamada a hacer mucho bien a Mallorca” (Carta al P. Joaquim 27 junio 1898).

La Congregación nació como parte integrante del plan diocesano, al servicio de la iglesia local. Repetidas veces fue “competente socorro” en “cosas y ocasiones apuradas y de importancia”.

“En ellos tuvo el Rdmo. Cervera como un Cabildo regular que no pontificaba con él en las grandes solemnidades, pero, en cambio, servíale para todos los sacrifi-cios de la obediencia y del apostolado”. (D.Joan Ma. Thomás).

Esta nota de “diocesaneidad” se convirtió en parte integrante del carisma de los misioneros.

El Obispo Campins lo hizo notar, cuando consiguió la Aprobación Pontificia de la Congregación:

“Habiendo demostrado (a lo largo de su historia) nuestra profunda estima a esta Congregación Diocesana de Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, plúgonos atraer hacia ella la mirada siempre benéfica del Sumo Pontífice, y a este fin le referimos los grandes merecimientos que avaloran su historia, cuando aún está en sus comienzos... Nos prometemos que esta Congregación mallorquina recordarásiemprelealmentesuprimerorigen”.(CartaalP.FundadoryVisitadordela Congregación, 8 Septiembre 1907).

El P. Joaquim respondió comprometiéndose para el futuro:

“Nuestra Congregación, débil como la hiedra, desea vivir arrimada al báculo de su obispo; no con ánimo de gravarle, sino deseosa, en la corta medida de sus fuerzas, de prestarle auxilio y refrigerio en la asistencia de las ovejas que el Espíritu Santo le señaló para apacentar.

Así hasta hoy ha vivido esta Congregación desde su nacimiento, y en los días adelante no de otra manera desea vivir”. (Al Ob.Campins, 1 Noviembre 1907).

Los Misioneros de los Sagrados Corazones, aunque vivamos en una comunidad religiosa y separados del mundo, no por eso buscamos exenciones ni nos desen-tendemos de las diócesis. Antes al contrario, hemos sido fundados para formar una Congregación presbiterial que se encarne lenamente en las iglesias locales.

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Porque pertenecemos a un único presbiterio en orden a construir, santificar y regir el Pueblo de Cristo, nuestra Congregación desea auxiliar a los obispos en la medida de lo posible. Ayudamos y animamos también a nuestros amados compa-ñeros en el sacerdocio.

Todos nuestros ministerios deben estar marcados por este carácter sacerdotal de la Congregación. En consecuencia, preferimos los ministerios propios de la vida apostólica, sobre todo la predicación de la divina Palabra.

Nuestra inserción en la iglesia local reclama que asumamos muy en serio todos los valores humanos, culturales y religiosos del pueblo en que vivimos. Así expresa-mos la catolicidad de la Iglesia” (Reglas, arts. 67-70)

COMO LOS PRIMEROS CRISTIANOSTestamento del Fundador

1. ESCÁNDALOEl P. Joaquim se escandaliza del fuerte contraste existente entre la comunidad

primitiva y la iglesia del siglo diecinueve. Pide a los cristianos que se sientan obser-vados por “esa nube ingente de testigos” (Heb 72,7).

“¿QuédiríanlosfielesdelosprimitivostiemposdelaIglesia,aquelloscelosí-simos discípulos del crucificado..., qué dirían si volviesen a ese mundo o asomaran porunosmomentos sucabezayviesena loscristianosdenuestrosdías...? ¡Ah!,desearían, sin duda, para no ver tanta inmoralidad y desatino en ideas y en costum-bres, cerrar de nuevo sus ojos y volver cada cual a su respectivo descanso”.(Piadosos Ejercicios día 72).

El juicio resultante condena a la generación presente: “Muchísimos hoy día se han convertido de cristianos en paganos... Nos hemos olvidado hasta de nuestra profesión!, de que somos discípulos de un Dios crucificado, de un Dios que murió por nosotros, que confirmó y selló con su sangre esta doctrina; de que no tenemos aquí ciudad permanente, sino que vamos en dirección a otra; que no nacimos para las cosas temporales, sino para las eternas” (Piadosos Ejercicios, día 72).

2. EL AMOR DE DIOS REVELADO EN LOS ULTIMOS TIEMPOSEs en esta “tristísima época” cuando el Señor revela los secretos de su amor

porque ha decaído el fervor primitivo:

“No fue en los primeros siglos de la Iglesia, cuando los primeros cristianos estaban encendidos de .amor a Dios y al prójimo. Prueba de ello es la alegría con

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que padecían por Dios los tormentos más atroces (“ibant gaudentes a conspectu” Hech5,47. Salieron contentos de los tribunales). Prueba lo que afirma el Espíritu Santo sobre el grado tal de unión cordial en el amor que los unía (“erant cor unum et anima una” Hech 4,32. Un solo corazón y el mismo espíritu). Ha sido en estos úl-timos tiempos, en la época tristísimo que atravesamos, cuando a excepción de unos poquitos, los más no saben lo que es amor a Dios y al prójimo. En esta tristísima época, cuando ya no se ama al Creador, sino a su vil criatura, no se anhela el cielo, sino el bienestar de la tierra, no se pone el corazón en el tesoro de la gracia, sino en intereses terrestres y en vanas riquezas”. (Triduo del Corazón de Jesús).

3. MODELO DE CRISTIANOS: UN SOLO CORAZONLa vida de “aquellos celosísimos discípulos del crucificado... era vida de des-

prendimiento, vida de mortificación, vida fortalecida en la cotidiana recepción de los Sacramentos, pues que según se desprende de los Hechos de los Apóstoles: “Quotidieperseverabantinfractionepanis”.CadadíatomabanporalimentolaSa-grada Eucaristía” (Piadosos Ejercicios día 12).

Presenta este modelo sobre todo a los religiosos.

A las capuchinas: “Les aseguro que si todas no formarais más que un solo corazón y una sola alma, por la caridad fraternal y por el incendio del divino amor, ese claustro sería un cielo en la tierra” (15 Agosto 1890).

Lo deja a sus hijos en Testamento:

“Como en los primitivos cristianos, sea tan estrecho el lazo de caridad que os una que, como de ellos, puedan decir también de vosotros los que os traten, sirvién-dose de aquella hermosa frase del Espíritu Santo: “Erant cor unum et anima una”. En estos religiosos no hay sino un solo corazón y una sola alma.

Amaos mutuamente, como los SS. Corazones de Jesús y de María os aman. Amaos os ruego, y sintiéndome en estos momentos movido de aquella ternura pro-pia de un padre con sus hijos, cuando ve acercarse su última hora, amaos mutua-mente, os repito; y recordad siempre que este fue el último precepto de obediencia que os impuse al morir y que ese amor fraternal os dé a conocer en todas partes”

“Nos recordaba que así como en nuestro escudo están unidos los Sagrados corazones, así también nosotros debemos estar unidos” (H. Rafel Malondra).

“Así llegamos al mandamiento del amor, que tiene como modelo a los SS. Co-razones que nos aman. Hasta el P. Fundador proponía como imagen del amor mutuo la representación de los Sdos. Corazones, que figuraba en el escudo que llevaban los congregantes. Una representación que imitaba el medallón de la bóveda del coro de la ermita de Sant Honorat, que le inspiró el título de la Congregación. La con-

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templación de esta representación conduce a la identificación de sentimientos con los Sdos. Corazones, los cuales culminan en el amor. Amor que, en los misioneros, se convierte por si mismo en llamada comprensible y atrayente para los demás, que podrán reconocer a quienes buscan el auténtico discipulado de Jesús.

Este valor misionero del amor, ya declarado por Jesús, aparece como multipli-cador de la primera comunidad, que tenía un solo corazón y una sola alma. Gracias a su testimonio feliz Dios iba aumentando el número de los creyentes (Hch 2,47: Alababan a Dios y se ganaban la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los que quería salvar).

Esta multiplicación de discípulos de los Sdos. Corazones será la bendición con la que, al siglo de su paso al Padre, nos enriquecerá el P. Joaquim Rosselló i Ferrà, nuestroFundador”(J.AmengualBatle,Meditación sobre la Fundación 70).

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9ESCONDIDO EN LA LLAGA DEL SAGRADO CORAZÓN

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A medida que pasaban los años y decaía el cuerpo, crecía el espí-ritu y la mística del P. Joaquim.

Su ilusión era “una vida escondida con Cristo en Dios”, o como repetía, “vivir escondido en la llaga del Sagrado Corazón”.

“Envidiaba San Buenaventura el hierro de la lanza que había te-nido la dicha de abrir el pecho Sagrado, y absorto decía: Si yo hubiera estado en su lugar, jamás hubiera querido salir de allí.

Igualmente digo lo de este santo, Corazón divino, porque mis de-seos no son otros que llevar en adelante una vida escondida (Col 3,3}” (Piadosos Ejercicios, día 30).

1. DESEO MUCHO IRME AL CIELOPodemos seguir su itinerario hasta el final, repasando su correspondencia:

(Comentando la muerte de Sor Manuela, capuchina):

“...NoledoyaV.R.nialasdemáshermanaselpésameporsemejantemuerte,sino el pláceme, o sea la enhorabuena, por tener una intercesora más en el cielo... Oh, dichosa ella, que habrá llegado ya a la perfecta unión con el Amado y estará en posesión eterna del Dios de los consuelos; pues a El buscaba en este mundo, más bien que a los consuelos de Dios...” (Carta a la Abadesa de las Capuchinas, Lluc 16.03.1892).

(Al P. Gabriel Miralles después del primer ataque de diabetes que le sorprendió predicandoenBinissalem)

“Mi salud buena y con harto apetito. Dios a todos bendiga y salve. Deseo mu-cho irme al cielo... De todos PP.y HH. affmo. padre y S.s., que les ama en los Sagrados CorazonesdeJesúsydeMaría,JoaquínRosselló,Pbro”(Binissalem,19.10.1895)

(El 2 de Noviembre sufrió en Lluc un segundo ataque. Tratando con el Ob. Cer-vera de la reinstalación de la comunidad en San Honorato)

“...Como no me cabe duda, porque hartas pruebas me tiene dadas de ello, que nos ama y ama a la congregación de los Sagrados Corazones, estoy decidido a obe-decerleentodo,porqueentodoveotraslucirseenV.E.elmuchobienquenosquierey amor que nos profesa y el celo que le abrasa por la propagación de nuestro Insti-tutoqueloesigualmentedeV.E.l.,pueslereconocemostodosporsuFundador.

Mi enfermedad sigue mejorando, casi diría va desapareciendo por completo. El día de la Purísima prediqué ya del Misterio, y pude confesar bastante, sin sentirme

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molestopornada.¿ylabolaquesecorríaporésadequeerayadifunto?...Mepa-recequeDiosmequiereconservarlavidaparaconV.E.I.,cooperealbiendelaCon-gregaciónyasupropagación,primeroporlasBalearesydespués...“(00.12.1895).

(Muy afectado por la incautación de los bienes de Lluc y la muerte del Obispo, confiesa a las Capuchinas)

“...he sufrido mucho esta temporada, pues entre la incautación de los bienes de laVirgen,protestascontraelGobierno,expedientesdepleitos,recursosalaSantaSede y al Consejo de Estado; añadiéndose además las llagas malignas y cancerosas que se me abrieron en mi pierna... y, por último, la tan sentida por mí, por lo mucho que nos comunicábamos, muerte del Sr. Obispo, no sé cómo le hubiera podido llevar sin un auxilio especial de la divina gracia. He conocido, sin duda, que Dios y nuestra MadreAmantísimalaVirgenInmaculadadeLlucmeayudaban,porque,apesardetanta borrasca, nunca he perdido la paz interior...

Nadahaydesólido,anoserlavirtud,elamordeDios.Buscasiempreelretiroyhabita, si quieres adelantar mucho y en breve, por el camino de la perfección, dentro las llagas de Cristo y mayormente dentro de la de su Corazón, donde no llegan los tiros del enemigo infernal... Acuérdate de aquel “todo se pasa” de Sta. Teresa y que “Dios no se muda” (A la Abadesa, Lluc 26.11.1897).

(Renuncia al cargo de Prior, exponiendo las razones al Obispo)

“1º) El haberse cumplido diez años, que pesa sobre mí el referido cargo, que, comoaV.E.nolesondesconocidosmigenioycarácter,fácilmentepuedejuzgarcuanto, durante este largo período de tiempo, he tenido y tengo que violentarme, aún para su exacto y debido cumplimiento. 2º) Mi edad algo avanzada, de setenta años aproximadamente. 3º) Mi escasa salud minada por la crónica dolencia de la diabetis, que estoy sufriendo hace algunos años, la que me pone a veces en estado tal de debilidad e impotencia que, hay día, en que apenas puedo tragar bocado de carne, única comida a que se me precisa. 4º) Las impresiones fuertes y desagrada-bles que, con la venta decretada ya de los bienes que constituyen el patrimonio de laVirgen,voyasufrir,yque,porordenfacultativadeboatodotranceevitar,anoexponerme a un nuevo ataque de la referida enfermedad...” (Escorca, 22.08.1901).

(A la Abadesa de las Capuchinas)

“Anosotros¿quénossucederáentantasvueltasyrevueltasdeGobiernosypersecucionescontranosotrosporelmerohechodeserreligiosos?..Consuélense,pues, y consolémonos todos, al recordar aquello de San Pablo que no tenemos aquí ciudad, patria permanente y duradera por muchos años, sino que vamos en busca deotra...V.R.nosedescuidedeorarpormíafindequenuncasalgadelallagadelSagrado Corazón de Jesús” (Escorca, 14.08.1902).

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(EnLaRealhacelebradolasBodasdeOrosacerdotales;agradecelasfelicita-ciones)

“Celebré mis bodas de Oro por las cuales debo infinitas gracias al Señor que me ha concedido lo que a tan pocos concede, pero esto mismo me avisa que el ocaso de mi existencia se acerca, aunque no me pesa al pensar que perderé la vida, sino que se me cambiará por otra mejor.

EstosmismossentimientosdeseoparaV.R.yComunidad;seanmuyobservan-tes, que esto será lo que más nos favorecerá en el Divino Tribunal. Abandonemos el pasado a la misericordia divina, el porvenir a la Providencia y consagremos el presente al santo amor” (A la Abadesa de las Capuchinas, La Real 9 Abril 1908).

2. DE LA FIRME ESPERANZA En los Piadosos Ejercicios podemos imaginar el tono esperanzado y consolador

de su predicación acerca de la muerte:

“Deseaba el apóstol San Pablo con vivas ansias, salir de este desierto para habitar con Cristo en la patria de la dichosa eternidad, y por eso clamaba noche y día con estas palabras: “Cupio dissolvi et esse cum Christo” Deseo desligarme de este mundo para habitar con Cristo (Fil 1,3).

Al llegar al término de su vida se consolaba diciendo: Se acabó mi carrera: “Cursum consumavi”, he conservado la fe “fidem servavi”, en lo demás confío que el justo juez me ceñirá la corona de justicia que se le está reservada: “In reliquo depo-sita est mihi corona iustitiae” (2Tim 4,8). Así también deben animarse y henchirse el pecho de confianza los verdaderos devotos de los Sagrados Corazones, de poseer en el cielo en recompensa de sus sacrificios y de cuanto hayan hecho para extender su culto una inmensa gloria…

Los que corren en la lid, decía el mencionado Apóstol, corren todos, pero uno solo alcanza el premio, corred vosotros de modo que lo podáis alcanzar: “Sic currite ut comprehendatis” (1Cor 9,24). Ellos se mortifican, se abstienen de todo y eso para arrebatar una corona que pronto se aja: “ut corruptibilem coronam accipiant”. Mas nosotros si nos mortificamos, si peleamos, es para obtener otra de sí incorruptible: “Nos autem incorruptam”…

Con un premio que consiste en Dios mismo: “Ero merces tua magna nimis” dijo Jehová al patriarca Abraham; yo seré tu recompensa sumamente grande (Gen 15,1).

Conunparaísoy¡quéparaíso!,ellugarenqueDiosreside...lugardedelicias,ciudad sumamente grande e indeciblemente hermosa, cuyos muros de purísimo oro, según la simbólica descripción del Evangelista en el Apocalipsis (Apoc 21), cuyas

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puertas cierran preciosas margaritas; sus calles terso cristal; su templo el cordero; sus moradores, ángeles, arcángeles, tronos, dominaciones... multitud de almas y de santos que exceden todo guarismo.

¡Quéparaíso!Undíasinnoche,unaperpetuaprimaveraquepareceasfixianteverano y de riguroso invierno, una eternidad dichosa que jamás ha de tener fin.

¡Quéparaíso!Lapatriadelosbienaventurados,deliciosovergelendondeja-más se mengua, ni se acaba la fruta del árbol de la vida, lugar que entraña en sí todo bien imaginable con exclusión de todo mal…

Sí, cristianos, trabajemos, sudemos, valgámonos de todos los medios que están a nuestro alcance para dar a conocer; para hacer amar a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, para extender por todas partes si posible fuere su devoción, pues es voluntad suya; como lo han revelado tantas veces a varios santos devotos siervos suyos, vinculando a ella tantas y tan solemnes promesas.

Trabajemos, sudemos por un tan noble objeto, porque cuando nada alcanza-mos de los hombres por su dureza y rebelión a la gracia, no por eso se frustrará el fruto de nuestro cansancio y sudores, antes bien podemos esperar la gracia de llevar una vida más interior, más abrasada en caridad, en celo por el bien de las almas, una vida que será un día recompensada con una gloria imperecedera, con una gloria propia de los que llevan una vida escondida con Cristo en Dios (Col 3,3).

Afectos.

Espera, espera alma mía en los Sacratísimos Corazones, que de ellos ha de venir la recompensa de cuanto hicieras para propagar su culto.

Pronto pasarán las lluvias de tus sudores, el infierno de tus trabajos y congojas y aparecerá para ti la perpetua primavera de un hermoso cielo en donde no hay días desapacibles ni noches tenebrosas ni acongojan trabajos, ni abate la tristeza, ni hiela el frío, ni asfixia el calor, ni amedrentan los peligros, porque todo eso habrá pasado con la vida mortal, y nada de eso tiene entrada en aquel lugar de descanso, de eterna alegría, de imperturbable paz.

Allá en perenne seguridad te saciarás y embriagarás en el torrente de las divi-nas delicias, rejuvenecida con una juventud eterna, resplandeciente, inmortal.

Allí resplandecerán más que el sol y brillarán como estrellas en perpetuas eter-nidades (Dan 12,3), allí veréis a Dios cual es en sí (1Cor 13,12) y lo contemplaréis cara a cara en los maravillosísimos resplandores de su inmensa Majestad. (Piados Ejercicios, día 25º)

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3. COMO VIESE ACERCARSE MI MUERTE(De las Encomiendas y Exhortaciones que dejó como Testamento)

“Como viese acercarse mi muerte e ignorase si iría precedida de larga y penosa enfermedad, o causada por algún accidente repentino, dispuse dejaros por escrito las encomiendas y exhortaciones que en aquella última hora deseara podéroslas hacer de viva voz, a fin de que quedaran más vivamente estampadas en las telas de vuestro corazón y frescas siempre, por su recuerdo, en vuestra memoria. Porque ¿quiénloduda,queloqueunpadremoribundoencomiendadevivavozasusama-dos hijos, que llorosos rodean su cama, cual si en ella se hallasen cosidos, queda máshondamenteestampadoensuinterioreindelebleenelfondodesusalmas?

Amaos mutuamente, como los SS. Corazones de Jesús y de María os aman. Amaos os ruego, y, sintiéndome en estos momentos movido de aquella ternura pro-pia de un padre con sus hijos, cuando ve acercarsesu última hora, amaos mutua-mente, os repito; y recordad siempre que este fue el último precepto de obediencia que os impuse al morir y que ese amor fraternal os dé a conocer en todas partes por verdaderos discípulos del Corazón de Aquél, que dijo a sus Apóstoles:”In hoc... En esto conocerán que son Discípulos míos, en que e tienen amor” (Juan 13,35).

“Tempus resolutionis meae instat: Insta ya el momento de la muerte” (2 Ti-moteo 4, 6).

Heterminadoenestemundomisencillayoscuramisión... ¡Ay,quealtenerque separarme de Padres tan buenos y sufridos conmigo, de Hermanos tan llenos de caridad en el servicio nuestro y del colegio, siento enternecerme el corazón y arrasarse en lágrimas mis ojos! Mas un pensamiento me consuela, y es el de la confianza de que nos veremos unidos en el cielo, en donde por estar lejos de allí, muy lejos la muerte, ya no habrá jamás separación, y se enjugará toda lágrima (Apocalipsis 21,4).

Termino en daros con toda la efusión de mi espíritu la santa bendición” (Notas, 86, 106-108).

4. MUERTO EN EL SEÑOREl P. Joaquim se había emocionado muchas veces recordando la muerte de

Santa Gertrudis la Grande. Cuando “bajó Jesucristo acompañado de su Madre y de innumerables santos a su pobre y desmantelada celda y al acercarse al momento de expirar, puesto a la cabecera de su cama, abre con ambas manos la llaga de su Corazón, y el alma de Gertrudis... bajo la forma de linda avecilla... se introdujo en ella” (PiadososEjercicios,día 27).

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LosSS.Corazoneshabíanescuchadoalfinsupetición:”¡Quepuedaentrardon-de entró el alma inocente y pura de Gertrudis!”.

(Evocación publicada por D. Lorenzo Riber, antiguo blavet y académico de la Lengua)

“HamuertoenelSeñorelMuyRdo.P.JoaquínRossellóyFerrá,FundadoryVi-sitador de la Congregación Diocesana de los Misioneros de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Con el P. Rosselló se ha extinguido serenamente una vida de intenso apostola-do, una vida, que, según la promesa divina, ha sido colmada con longura de días, y que difundió siempre en torno de sí el buen olor de Cristo-Jesús.

La nieve de setenta y cinco años blanqueaba augustamente en su cabeza. Nació en 28 de junio de 1833, y fué ordenado Presbítero el 21 de marzo de 1858. El año próximo pasado, en igual día del mes de marzo, festejóse con una sencilla e íntima fiesta de familia, de la noble familia que se sentía feliz en torno de su ancianidad nevada y pura, de la familia carnal, de quien, como Melquisedech, no tuvo ni padre, ni madre, ni genealogía, y de la familia espiritual de los Misioneros, enrojecidos en la fragua de su amor a Dios y a los hombres; el año próximo pasado festejóse, como digo, el cincuentenario jubiloso de su ordenación sacerdotal, en que se acercó al altar de Dios, a Dios que alegró su juventud.

¡Quévidatansencillaytanllena!Enelsigilodelconfesonarionutriólarga-mente con la manteca y la miel de sus consejos y de su doctrina una larga genera-ción de cristianos, que por él aprendieron a reprobar el mal, a elegir el bien; ¡Misio-nero! su lengua era más penetrante que una espada de dos filos, y rajaba los cedros, y penetraba en la división del alma.

Quienestoescribe, recuerdatodavía,conunasensacióncasi física la terribleeficacia de su palabra, cuasi apocalíptica que fulguraba como una hoja de acero frío, y suscitaba sobre las carnes el espeluzno, y las sujetaba a los mandamientos con el clavo del temor de Dios. ¡Fundador! ha visto su ancianidad coronada con los retoños ardientes de la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María.

Ultimamente, en un ángulo del Monasterio de Lluc o en el de La Real, aguar-daba la suprema visita de la muerte. Su vejez transcurría extática; parecía no tener nada de los días que pasan o de las horas que vuelan, del tiempo pasajero, sin cesar reemplazado: llevaba en sí mismo algo de eternidad. Y fué en la madrugada de ayer, que la muerte, que él veía acercarse de día en día, blanca como una paloma, ha abatido el vuelo sobre su celda, y ha libertado a aquella alma apostólica de la cárcel y de los hierros de su cuerpo, puro y blanco, como esplendorado por el albor del día eterno.

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¡Moriaturanimameamortejustorum,etfiantnovissimameahorumsimilia!”(GACETA DE MALLORCA el 21 de Diciembre 1909)

Mossén G. Thomàs Siquier, sacerdote que se dirigió largos años con él, resumió en una frase lo que podría ser el epitafio del P. Joaquim Rosselló: “Parecía que ardía con el fuego del amor de Dios”.

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10CARNET DE IDENTIDAD:

MISIONEROS DE LOS SAGRADOS CORAZONES

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MI NOMBRENuestra Congregación ha sido recibida en la Iglesia con el nombre de Misione-

ros de los SS. Corazones de Jesús y de María.

MI NACIMIENTOFue el 17 de agosto de 1890 en San Honorato de Randa, -Mallorca- bajo la

autoridad del Obispo Jacinto Ma. Cervera. Los sacerdotes Joaquim Roselló, Francesc Solivellas y Gabriel Miralles, el seminarista Julià Mut y el postulante de ermitaño Agustí Maspons fueron los primeros congregantes.

MI REALIDADEmpezamos por una humilde aceptación de nuestro pequeño Instituto. Somos

pocos e insignificantes. Pero creemos que Dios ha puesto su carisma en nuestras manos, como el granito de mostaza del día de la fundación. No nos avergonzamos de nuestras limitaciones, y rehusamos los desmedidos sueños de grandeza que nos impidan afrontar el presente con valentía.

MI PROFESIONHicimos profesión de buscar en primer lugar el Reino de Dios y de construir

su justicia.

MI DISTINTIVOLa intensa caridad fraterna es el distintivo de nuestra vida. Es el anhelo y exi-

gencia de quien nos fundó: Amémonos como los SS. Corazones de Jesús y de María nos aman. Como en los primeros cristianos sea tan estrecho el lazo de caridad que nos una que,como en ellos, puedan descubrir en nosotros, quienes nos traten, un solo corazón y el mismo espíritu.

MI ESPIRITUALIDADEl Fundador centró su espiritualidad en que Dios es Amor y por ello desea

atraer a todos hacia sí para comunicarles su felicidad eterna.

El signo más expresivo de este amor es Jesucristo en la cruz con el corazón traspasado, y María, aguantando de pie en el Calvario, con el corazón lacerado en la hora del mayor amor.

MI ESPECIAL PROPÓSITOHacemos el especial propósito de impregnarnos de la espiritualidad de los SS.

Corazones y transmitirla en nuestra vida consagrada y misionera.

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MI MENSAJEEl amor que Dios nos tiene es la buena noticia del Evangelio. Nos lleva a dar la

vida por los hermanos y a proclamar la esperanza del Reino, que engendra frater-nidad entre los hombres.

MI OBLlGACIÓNDe la devoción a los SS. Corazones nada tengo que advertiros: ya sabéis que

estamos obligados por voto a darla a conocer, a extenderla por todas partes, a hacer, si posible fuere, que el mundo todo se consagrase a ellos (P. Fundador).

MI PREFERENCIAPreferimos los ministerios propios de la vida apostólica, sobre todo la predica-

ción de la Divina Palabra.Tenemos un oído atento y gran disponibilidad para correr a los lugares más

necesitados, dejando en segundo término aquellas iglesias que puedan desenvol-verse por sí mismas.

MI ESTILO DE PREDICACIÓNLo señala el Fundador: Predicación sencilla, no afectada ni valiéndoos de pala-

bras altisonantes y frases pomposas.El Espíritu nos otorga la fuerza de predicar la Palabra con total libertad, sin

miedo a la coacción externa ni pusilanimidad interior.

MI ALIMENTO PARA EL CAMINOLa Palabra e Dios,leída y meditada asiduamente, es viático para nuestro cami-

no, guía para penetrarnos de los sentimientos de Jesús, buscar la voluntad de Dios y animarnuestroinisterio.SinoconocemoslaspalabrasdeDios,¿quépredicamos?

MI ESTILO DE VIDALa sencillez, el espíritu de comprensión de fraterna acogida en un ambiente de

verdadera familia.Sea en el templo, en el altar, en casa del enfermo o al ir por la calle, en cada

uno de nosotros, no debe verse sino la persona misma de Cristo.

MI ESPERANZAEl pensamiento y la confianza de que nuestra vida religiosa se prolonga en la

patria del cielo, en donde, por estar lejos de allí, muy lejos, la muerte, ya no habrá jamás separación y se enjugará toda lágrima.

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11LA OBRA DE

P. JOAQUIM ROSSELLÓ

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1936

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Los miembros del XI Capítulo General y Especial (años 1969-70) enviaban una síntesis de los principios doctrinales y de los anhelos que movían el Instituto a todos los congregantes. La titulaban así: El verdadero rostro de nuestra Congregación de Misioneros de los SS.CC. En la pág. 11 hacían una declaración de sencillez y realismo que no ha perdido su vigencia:

Empezamos con una pública aceptación de nuestro humilde Instituto. Somos pocos e Insignificantes; estamos pasando, ade-más, una seria crisis de crecimiento. Pero cree mos que Dios ha puesto su carisma en nuestras manos como el granito de mostaza de que hablaba el obispo el día de la fundación. No nos aver-gonzamos de sus limitaciones. Y rehusamos los desmesurados sueños de grandeza que nos impiden afrontar el presente con valiente realismo.

Y bien, la sencillez, aparte de ser una virtud evangélica, tiene sus ventajas. Los Misioneros de los SS.CC. nos conocemos casi todos per-sonalmente. Sabemos de la historia de nuestros herma nos, hasta somos capaces de adivinar la preocupación que dibujó cierta arruga en un rostro con nombre y apellido. Y tenemos nuestro álbum estrictamente familiar en el que el tiempo ha puesto su pátina amarilla en muchas fotos, pero que continúa siendo el nuestro. De dimensiones reducidas, apto para los comentarios de una sobremesa dominical.

Un álbum en el que ya hay blancos y de color. Gente que habla en catalán, en castellano, en vasco, en francés, en kinyarwanda y en ewondo. Unos están en la retaguardia administrando exquisi tamente los fondos de las misiones. Otros pasan horas y horas entre estanterías de libros escribiendo sobre historia, teología o divulgación de la fe. Hay quien se desplaza en vigorosas camionetas por las lomas de Repú-blica Dominicana y quienes aconsejan a los fieles desde un despacho. Quienes se mueven entre nieves y vientos en la Patagonia y quienes disfrutan de la calma de la montaña de Randa.

Una familia variopinta, con carismas tan diversos que, a veces, resulta difícil dar con el denominador común. Porque de la tarea de párroco a la de formador, desde mantener un blog en la web a recoger plantas endémicas, desde escribir sobre historia, enseñar teología o

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cuidar a los mayores, hay unos trechos que se hace cuesta arriba fran-quear. Sin embargo, hay elementos en común. Por ejemplo, la espiri-tualidad del Corazón de Jesús y de María, el sentido de la fraterni dad y las ganas de dar a nuestro mundo una buena cura de huma nidad.

PERSONAJESJoaquim Rosselló, Fundador. En lu gar pre-

eminente está la fotografía del Fundador, con sotana, faja y bonete, al uso de la época. Una infancia movida por el instinto de lo divino, una juven tud piadosa. Una madurez fecun da en la que engendra una Congre gación y la dota de la espirituali dad del amor, del gusto a la sole-dad, de las ganas de trabajar por el Reino de Dios. Nació el 28 de Ju nio de 1833 y murió el 20 de Diciembre de 1909.

Joan Perelló, Obispo. No obstan te nuestra pequeñez también tene-mos un obispo en la familia. Era Superior General de la Congregación al morir el Fundador. Pío XI le con fió la sede episcopal de Vic en tierras catalanas. Hombre de una piedad y compostura pro verbiales. Es cribió un librito, fruto de su con tacto con el Fundador, en el que quiso poner a flote su espíritu. En visión retrospectiva se detecta, sin embargo, una lectura borrosa del talante y espiritualidad del P. Joaquín. A propósito de Generales, recordamos los que hasta ahora han desempeñado este servicio. Añádanse a los dos primeros los siguientes: PP. Jaume Rosselló, Josep Pons, Gas par Munar, Miquel Gual, Rafel Carbo-nell, Victoriano Zapelena, Juan Zubitegui, Pedro Mª. Aznárez,y Josep Amengual.

Jaume Rosselló, Misionero. Que ría ser santo desde niño. Fue el ter-cer General. Su recuerdo está vinculado a la predicación de las misio-

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nes populares. Apóstol de las Baleares, lo llamaban. Tempe ramento impresionable, resuelto, impetuoso. De imaginación fácil, en ocasiones cargaba las tin-tas, es pecialmente al hablar de los noví simos. Con sólo anunciar su pre sencia se llenaban los templos. Con él es de justicia recordar a tantos congregantes que han dedicado años y más años predi cando mi-siones en Mallorca, la Península y América. Destaca el P. Gabriel Miralles, Cofundador, de temperamen-to muy jovial.

Bartomeu Susama, Servidor. Hermano Coadjutor, encajó a la per-fección en la Vida Consagrada, como si se hubiera inventado a su medida. Innumerables mallorquines le conocían por su entrega y dis-ponibilidad a la hora de atender a los peregrinos que visitaban el Santuario de Lluc. Las devociones las repartía entre la Eucaristía, el Via Crucis y la Virgen. Típico cam pesino -de Ariany-, nacido en 1865, cultivó la vida religiosa con la misma ilu-sión de quien espera una cosecha abundante. Pocas ideas, pero macizas. Con él hay que recordar a los Hermanos de nuestra Congregación. De la mayoría deben alabarse parecidas virtudes: disponibilidad, servicio, oración. Quien en la cocina, quien en la huerta, en el andamio o en la carretera.

Beato Simó Reynés y compañeros, Mártires. Son los primeros congregantes beatificados, presentados como modelos e interceso-res de la Iglesia, título de honor de nuestra familia. El P. Simó Reynés vivía en la casa del Coll (Barcelona) junta mente con el P. Miquel Pons y los Hnos. Francesc Mayol y Pau Nogue ra. Los cuatro congregantes pa garon su tributo de sangre a la incivil gue rra civil (1936-39), llena de malen tendidos, guerra que jamás debió de tener lugar. Los presbíteros

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ofrecie ron el sacrificio cruento de sus vidas para ratificar la verdad de la hostia que consagraban. El Hno. Francesc hizo su último acto de entrega ante los fusiles que le disparaban. Y el Hno. Pau, con una juventud apenas estrenada, decía adiós a este mundo y llegaba, por atajos inusuales, a los brazos del Padre.

Vicente Yábar, Itinerante. Uno de los cuatro Congregan-tes que inaugu raron el trabajo del Instituto en el Caribe en fe-brero de 1954. Murió de acci-dente de carretera en 1977. El accidente remite, por asocia-ción de ideas, a otro pare cido: el del P. Joan Horrach. También él formó parte de los cuatro y mu rió al cabo de un año en las mismas circunstancias. Se gas-taron y des gastaron, como S. Pablo, por el bien de las almas. El P. Vicente predicó más de 50 misio-nes. Su palabra caía mansa y tenazmen te como la lluvia de Mayo en los campos de la República Do minicana.

Francisco Fernández (Paco), promotor de los indígenas. Naci-do en Barcelona (1932), incultura-do en Italia (1960-1979), misionero en La Patagonia argentina (1979-1987). Uno de los que abrieron surcos en la Delegación del Plata. El P. Paco descubrió en la inmensa parroquia de Ingeniero Jacobacci (54.000 kms2), en la provincia de Río Negro, la misión sin fronteras. Implantando el proyecto liberador de Medellín, optó preferencialmente por el milenario pueblo mapuche, y consiguió levantar una extensa red de colaboradores misioneros en-tre el laicado y las comunidades religiosas. Truncado por un cáncer de

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huesos fulminante, a los 56 años (1988), nos hizo descubrir lo más im-portante: identificarse con los sentimientos del Traspasado en la cruz. Sus restos esperan la resurrección en el cementerio de Lluc.

Santos Ganuza, expulsado con los refugiados. Bebió desde su in-fancia navarra, el ardor misionero de san Francisco Javier. Para noso-tros representa una legión de misioneros evangelizadores y promotores de los pueblos caribeños (República Dominicana y Puerto Rico) y afri-canos (Ruanda, Tanzania, Camerún). El P. Santos lo ha hecho con un estilo netamente evangélico: compartiendo la suerte del pueblo pobre, expulsado por la tiranía de Trujillo en S. Domingo (1960), o la de los refugiados ruandeses en Tanzania (1994). No ha dudado en levantar la voz denunciando la violación de los dere-chos humanos ante los tribunales internacio-nales. El único vivo de esta lista de Personajes, nuestras generaciones jóvenes lo respetan como anciano cargado de sabiduría y que to-davía conserva el ardor juvenil.

(El álbum sigue, pero pasamos a otro apartado protagoniza do por pare-des de ladrillo, por claustros y también por humildes casas de madera).

FUNDACIONES• En Mallorca.San Honorato, el Santuario de Lluc, el monasterio de La Real y la casa de S.

Cayetano fueron escenario de la vida del Fundador. Desde entonces continúan vin-culados a la Congregación.

San Honorato ha acogido varios noviciados y también ha estado desha bitado algunas temporadas. Gracias a la soledad sonora que retumba en el ambiente y a

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la panorámica de que goza se ha convertido últimamente en casa de contempla-ción. Constituye un modesto punto de referencia para el diálogo interreligioso en Mallorca.

Lluc ha contemplado peregrinaciones rebosantes de fe, ban dadas de jóvenes excursionistas, largas caravanas de turistas. Acaba de celebrar el 125 aniversario delaCoronacióndelaVirgenmorene ta (1884-2009) con toda solemnidad. En las montañas que lo rodean late el corazón mariano de Mallorca y resuenan los can-tos de los escalones llamados blauets.LaVirgendeLlucestambiénpatronadelaCongrega ción.

La Real. La Congregación se hizo cargo de esta parroquia -ex monasterio de cistercienses- por indicación del Obispo y en difíciles condiciones. Casa de grandes dimensiones y con más de siete siglos de historia sobre las columnas del claustro. Ha cobijado entre sus muros a novicios, estudiantes, ejercitantes y miembros de convivencias varias. Es la sede la biblioteca balear con valiosas obras del celebrado Ramón Llull que habitó este lugar.

Los Sagrados Corazones en Palma. Fue deseo del Fundador tener una casa en Palma a fin de encontrar hospedaje cuando los Misioneros bajaran de Lluc a la ciudad para diversas gestiones. La casa ha sido como el cuartel donde se retiraban algunoscongregantesdespuésdelasincursionesapostólicas.Quieneslahabitarontrabajaron también en catequesis y liturgia. Actualmente acoge a un buen grupo de congregantes mayores y es la sede del Procurador de Misiones.

El Colegio de Sóller (Sagrados Corazones). Con esta casa comenzó el ministerio de la enseñanza, de modo expreso, en la Congregación. Era en Septiembre de 1920. Poco a poco el Centro se ha ido ampliando, adaptando a las exigencias legales y le-vantando la calidad de su enseñanza. Sóller, valle de naranjos, rodeada de montañas escarpadas, fue la primera residencia fundada tras la muerte del Fundador.

• En Roma y en BélgicaLa Congregación deseaba formar en algunas especialidades eclesiásticas a sus

jóvenes presbíteros. De ahí que pensara en una residencia céntrica en Roma, a la sazón centro indiscutible de los estudios bíblicos, morales y teológicos. Se fundó la casa de S. Celso (1924), a la vez se prestaba atención a la Iglesia anexa y a otras parroquias de la ciudad.

Con el paso de los años pareció bien dirigir la parroquia de Ntra. Señora de Fátima y S. Andrea, situadas en barrios periféricos, de mayoría inmigrante. Poste-riormente, al menguar las vocaciones, se dejaron estas parroquias en manos del Vicariato.

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EnelCapítulode1975laDelegaciónafricanapedíaabrirunpisoenBruselasque en nada atara ni cargara a la Congregación Se esperaban del mismo bue-nos servicios: formación permanente de quienes llegan del África, posibilidades de aprender francés y antropología africana, etc. También prestó buenos servicios a los inmigrantes españoles, aunque se cerró, como era previsible, al cabo de los años.

• En España (Península)En una zona periférica y montañosa, de gente humilde -emi grada en su mayor

parte- se nos ofreció la Parroquia de Ntra. Señora del Coll (1927). Se ha atendi-do conjuntamente con un colegio adyacente, el cual ha ido creciendo en calidad. Actualmente la casa acoge a congregantes jóvenes que se especializan en alguna disciplina.

Eran tiempos de economía difícil, pero las penalidades pare cían poner alas a los deseos de extender el Reino. En el puebleci to navarro de Artajona se fundó uncentrovocacional(1936)queinicialmentecoincidióconelSantuariodelaVir-gen de Jerusa lén. Al poco tiempo se construyó un enorme y solemne edificio con claustro y torres incluidas. Muchos sudores costó la tarea. Una parte notable de los congregantes estudiaron de niños en el lugar. Más tarde se adquirieron unos pisos enPamplonacomoapoyoalCentroVocacionaldeArtajona,perosecerraronalospocos años. En cambio nos hicimos cargo de la parroquia de Ansoáin, casi en la misma ciudad de Pamplona, en vistas a una mayor encarnación en la iglesia local.

En1944seempezóaejercerelministerioparroquialenValencia,concreta-mente en S. Pedro Pascual. La cara del barrio ha cambiado mucho en el transcurrir de los años. Se ha levantado un moderno templo. Casi simultáneamente al trabajo parroquial se inició el de la ense ñanza en el Colegio del mismo nombre. Hay que citar igualmente la parroquia de María Medianera en un barrio contiguo, que en-cierra toda una historia de idas y veni das al ayuntamiento para conseguir, al menos, un solar. La gente es en general pobre y producto de la emigración. El ambiente parroquial resulta muy familiar e incide en algunos grupos juveniles.

La Congregación abrió una casa para universitarios en Madrid el año 1949. Cinco años más tarde se daban clases en unos bajos del barrio La Concepción. En 1955 colocaba la primera piedra de un vasto y solemne edificio -el mayor de nues-tro Instituto- el Obispo Perelló. Muchos congregantes han vivido entre esas pare des. La capilla aneja pasó a ser parroquia, muy concurrida por cierto. El Colegio recibió el nombre de Obispo Perelló (COP).

En Madrid se asentó la Casa Generalicia tras peregrinar por Mallorca y Roma. Después de pasar por dos distintos domicilios madrileños, finalmente se instaló en el último piso del mencionado Colegio.

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• Argentina (Delegación del Plata)El Capítulo de 1975 hacía un análisis de la realidad antes de hablar de las dis-

tintas casas de la Congregación. De Argentina de cía entre otras cosas: frustración política unida a una cierta es peranza de liberación. Desde entonces ha pasado por diversas etapas: recuperación de la democracia, inflación extrema, imposiciones de los organismos financieros, etc.

LosprimeroscongregantestrabajaronenelSeminariodeRíoIV(desde1941)yen una parroquia en la misma ciudad (1946). Cuando los sacerdotes diocesanos se capacitaron para tomar su di rección, soplaban también vientos misioneros que nos impulsa ban hacia el Sur. La Congregación dejó estos dos ministerios con la sensa-ción del deber cumplido, pero con nostalgia.

Actualmente estamos presentes en tres lugares. En la populo sa barriada de LuganoenBuenosAires:parroquiadeJesúsSalvador(1970).OtraparroquiaenLaPatagonia:ladelaVirgendeLuján(Valcheta,RíoNegro).HemosdejadolaParroquiade la Exaltación de la Cruz (Ing. Jacobacci, Río Negro) que dirigíamos desde el año 1976. Sin duda una de las pa rroquias más extensas del mundo. Se echó mano de la mayor generosidad hasta que reconocimos que los km2 y las condiciones de vida nos desbordaban. Pero, a cambio, hemos levantado una humilde residencia en el barrio 22 de enero, lugar humilde, fruto de la emigración, y muy apto para la inserción. Allá acaban la teología algunos estudiantes que prontamente recibirán el orden presbiteral.

Cuando los del Plata celebraban los cuarenta años de estancia en el país se escribió un folleto para su feliz memoria y para dar a conocer su trabajo entre con-gregantes y amigos. Se decía:

El escenario donde sucede todo eso es la Capital y el de sierto. Lo que les pasa a los Misioneros de los SS. CC. es algo que sería pintoresco si no resultara tan grave. A unos -los de Buenos Aires- les falta espacio y les sobran personas. Están agobiados por las colas que se forman ante el despacho, los centenares de niños y adolescentes que van al catecismo, por el culto... y por tantas otras cosas más. Todo sucede en un es pacio vital mínimo. El templo, los locales, son de caricatura. Al mismo barrio (40.000 habitantes) se le da la vuelta en una escasa media hora.

A los otros -los de Patagonia- les sobran tierras y les faltan hombres. Tie-nen que montarse en el coche o el furgón y rodar horas y horas por los caminos a la búsqueda de los pe queños núcleos de población desparramados por muchí-simos kilómetros a la redonda.

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• Delegación del CaribeEn 1954 llegaban los pioneros de la República Dominicana. Se establecieron

en los lugares ásperos y necesitados de la Línea Noroeste, cerca de la frontera con Haití. Se hicieron cargo de los territorios extensos. Pero no interesaban las penali-dades. Se lee en el libro primero de Actas de Santiago Rodríguez:

Sean ante todo alabados los Sagrados Corazones de Jesús y de María porque en sus inescrutables designios quisieron tras plantar hasta esas tierras dominica-nas la semilla humilde de nuestra congregación y así depararnos campo ancho y dilata do para extender y encender el amor y el reinado de los SS. Corazones.

Actualmente continuamos trabajando en la Línea Noroeste, concretamente enMontecristi.Hemosidodejandoparroquiasqueatomizabanlacomunidad:VillaVásquez,Guayubín,SantiagoRodríguez.TambiénestamospresentesenelvalledelCibao, fértil como un paraíso, en el que habitan las gentes más religiosas del país: Fantino y Santiago de los Caballeros. Las últimas funda ciones, aunque ya hace bas-tantes años de ello, en la capital: parroquia de Santa Rosa y Altagracia de He rrera. La primera abarca un territorio muy heterogéneo. Una ur banización tirando a bien y un barrio decididamente marginado. La segunda está enclavada en uno de los sectores que han crecido irracionalmente a causa de la inmigración y la corrupción. En el mismo sector está la Casa de formación que en los últimos años acoge a es-tudiantes procedentes del continente africano.

La mayoría de los congregantes que trabajan en R. Dominicana son nativos. La pastoral vocacional floreció tiempo atrás, pero actualmente la Delegación se empo-breció, pues han descendido mucho los que llaman a la puerta y, además, un buen número de quienes habían profesado escogieron otros caminos.

Pero El Caribe tiene tres peñones y en todos ellos se instaló la Congregación. En Cuba el año 1957. Debía suspenderse nuestra estancia en Sagua la Grande (Co-legio y parroquia) por mor de la aventura castrista cuatro años después. En Puerto Rico nos instalamos en 1960. Celebramos medio siglo en la isla. También hemos ido construyendo, dirigiendo y luego dejando parroquias de acuerdo a las eventualida-des y circunstancias. De las cinco parroquias que un tiempo estuvieron asignadas a la Congregación sólo seguimos en dos de ellas: Santiago Apóstol y San Juan BautistadelaSalleenSierraBayamón.Unamargointerroganteplaneasobrelaislapuertorriqueña si no entran nuevas vocaciones.

• Delegaciones africanasEl impulso misionero estaba ya muy vivo en los años del es colasticado lucano,

allá por los cincuenta. Deseos de fundar en África no faltaron en ningún momento,

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pero las cir cunstancias de orden práctico iban retrasando el día. Cuando la sociedad estaba más en crisis y la escasez de vocaciones empezaba a alarmar... entonces los pies de los mensajeros de los SS. CC. se posaron sobre este continente gigante.

Nos estrenamos, más que en misiones vivas, en misiones incandescentes, el año de gracia 1968 en Ruanda. Nos hicimos cargo de las parroquias de Kiziguro y Rúkara.UnaterceracasaparalosestudiantesseubicóenButare.Aconteciólate-rrible guerra de 1994 causando desolación por doquier y con graves consecuencias que todavía perduran. La Congregación quiso entonces asentar el pie también en otro país africano.

Se dejó la parroquia de Rúkara y se fundó en Camerún. Ahí dirigimos una pa-rroquia en Yaoundé, Notre Dame du Lac, y acompañamos a un buen grupo de estu-diantes en un edificio cercano. También se fundó en Zamengoé, a pocos kilómetros de la capital, donde se ha levantado un gran Centro para la promoción de los valores y el desarrollo de la espiritualidad. En el mismo solar se ha erigido un prenoviciado. OtroprenoviciadoseasientaenKiziguroyunnoviciadoenButare.ActualmenteRuanda y Camerún son los semilleros de vocaciones. Los congregantes de proce-dencia africana constituyen un notable porcentaje. La presencia de congregantes españoles en África es sólo testimonial.

MINISTERIOSNuestra Congregación nació en una montaña y no por azar. La

montaña, como símbolo de la soledad y la cercanía de Dios, se insi-nuaba en los sueños del P. Joaquín antes de la fundación. La montaña llenaba de gozo los días del Fundador mientras re sidió en ella. De nue-vo la montaña era motivo de nostalgia cuando hubo que abandonarla atendiendo a los requerimientos del obispo.

La infancia marca decisivamente la vida de una persona, di cen los psicólogos. Lo cual vale también para la vida de los Institutos. Por algo todos ellos van a la búsqueda de las fuentes en cuanto la modorra del tiempo y la rutina se apodera de sus miembros.

La montaña modeló para siempre la espiritualidad de los con-gregantes. Aun en medio de la activi dad más trepidante intentan fa-vorecer la oración contemplativa y silenciosa. La meditación extensa al nacer el día es un referente innegociable. Lo consideramos incluso

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como uno de los primeros ministerios de la Congregación. Lo cual no obsta para que el Instituto sea de vida activa, pues así lo modelaron las circunstancias y así lo aceptó el Fundador.

• Misiones popularesA ellas se dedicó mayormente el Instituto acabado de nacer. A las puertas del

75 aniversario se manejaban las siguientes estadísticas aproximadas. Se predicaron unas 190 en Mallorca. Unas 20 en otras regiones de España. Unas 65 en países lati-noamericanos:Venezuela,Argentina,RepúblicaDominicana,PuertoRico,Hondurasy Nicaragua.

Con el paso del tiempo cambiaron las circunstancias y nece sidades de la so-ciedad. La Congregación se dedicó a otras ocupa ciones que parecieron igualmente urgentes y poco a poco men guó ese tipo de predicación. Sin embargo se mantienen algunos rescoldos, sobre todo en países americanos. Y no dejamos de estar atentos por si este ministerio volviera a tener demanda bajo nuevas formas, más en conso-nancia con los tiempos que vivimos.

• EjerciciosEl de los ejercicios fue otro ministerio paralelo al de las mi siones. Las casas en

que se han predicado mayor número son las de San Honorato y La Real. El balance que se realizaba en el 75 aniversario ascendía a 2.510 tandas predicadas por los Mi sioneros de los SS. CC. Un promedio de 33 por año. Aun que también ha dismi-nuido ese apostolado, debido a una menor demanda y a la escasez de vocaciones consagradas, algunos congregantes siguen ejerciéndolo. Es de notar el interés del P. Joaquim de predicarlos a los sacerdotes. Una jugosa anécdota: en una de las tandas predicadas por el P. Miralles, se decidieron por la vida consagrada dieciocho chicas. El método generalmente adop tado por los primeros Misioneros era el ignaciano.

• ParroquiasEn la actualidad estamos al frente de las siguientes parroquias en R. Dominica-

na: S. Fernando (Montecristi), Sdos. Corazones (Fantino), Sta. Rosa (Santiago), Sta. RosayVirgendela.Altagracia(Sto.Domingo).Conesteministeriosueleejercersealgún otro: colegios, publicaciones, enseñanza, retiros…

EnPuertoRicosiguenenpieS.JuanBautistadelaSalleySantiagoApóstol.AmbasenBayamón.EnArgentina:VirgendeLuján(Valcheta)yJesúsSalvador(Bs.Aires). En Ruanda Ntra. Sra. del Perpetuo Socorro (Kiziguro) y en Camerún Notre Dame du Lac (Yaoundé). Por supuesto que la lista aumentaría si dejáramos constan-cia de las Iglesias no parroquiales que dirigen los Misioneros SS. CC.

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Hay quien sostiene que las parroquias han tomado un relieve desproporciona-do en la Congregación. Sin embargo ofrecen buenas posibilidades para desarrollar nuestra espiritualidad: la colaboración con el obispo diocesano, con los sacerdotes seculares y la encarnación con las gentes del lugar. Todas ellas líneas bien definidas en las presentes Reglas.

• EnseñanzaCuando la naciente Congregación se decidió a dejar San Ho norato e ir a Lluc se

encontró con una escolanía a la que atender en sus estudios. Fue la primera expe-riencia de enseñanza. Una opción más explícita la representó la fundación en Sóller. Luego afrontamos la escuela parroquial de Ntra. Sra. del Coll y Artajo na. También otroscentrosqueluegoabandonamos:LaGlevaenVic,LamiarritaenNavarra,Ta-lavera de la Reina en Toledo, Sagua en Cuba...

MadridyValenciasonlosdoscolososdelaenseñanza.Losalumnossecuentanpor miles. Pero la problemática legal, sindical y burocrática, va adquiriendo unos niveles preocupantes. Por si fuera poco las circunstancias sociales en España no son nada pro picias para los colegios privados y con ideario religioso. Todo lo cual, junto con la mengua de vocaciones, ha propiciado que se haya ido dejando la gestión de los colegios -que no la titularidad- en manos de laicos competentes.

• SeminariosElSr.ObispoLeopoldoButelerquería suSeminarioen lanuevaDiócesisde

RíoIV.Elclerosecularerainsuficienteycarecíadelapreparaciónadecuadaparahacerse cargo de la dirección y profesorado. La Congregación fue invitada a realizar ese ministerio, tan en connivencia con los deseos fundacionales: ayu dar a los sacer-dotes y a los candidatos. Humanidades, Filosofía, Teología... poco a poco se fueron montando las estructuras bá sicas del Seminario. Durante treinta años se ejerció la labor.

A lo largo de varios cursos se fue fraguando la experiencia de un Seminario intercongregacional -la Congregación fue la que más empujó y más personal pres-tó- en Santiago (Rep. Domini cana). Aun cuando las orientaciones de la jerarquía del país hi cieron que se desbaratara, se pudieron recoger buenos frutos.

En el Centro de Estudios Teológicos de Mallorca casi siempre ha habido algún profesor de la Congregación. Lo ha habido también en el Seminario de Sto. Domingo (Rep.Dominicana)yocasionalmenteen laFacultadTeológicadeDeusto (Bilbao)y el Centro Teológico de los Dominicos del Caribe (P. Rico). Ese ministerio es con-gregacional por partida triple: responde a la predicación de la Palabra, forma a los candidatos al sacerdocio y supone una ayuda directa al Obispo.

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• PublicacionesEse apostolado resulta un tanto anárquico. Las publicaciones han surgido la

mayor parte de las veces de plumas espontáneas. Si el Fundador no tuvo mucha fortuna en sus incursiones lite rarias -no obstante ser autor de algunos párrafos de calidad- otros congregantes han intentado la aventura con más éxito.

Por supuesto hay que hablar de escritos de carácter congre gacional, comen-zando la lista por los P. Miguel Rosselló y A. Tho más, primer biógrafo del Fundador y aquienhabríaquehacerlemayorjusticia.Varioscongreganteshandedicadonota-bles energías al cultivo de la investigación histórica. La teología ha encontrado con-gregantes dispuestos a pu blicar tesis, manuales y artículos. La divulgación de la fe en catecismos y periódicos no está ausente. La botánica, el latín, la ar queología, la novela y hasta la poesía: he ahí temas y géneros que algún congregante ha tocado y en ocasiones con mucho acierto. Algunas composiciones musicales de congregantes se han popu larizado mucho, sobre todo desde Lluc. El que canta ora dos ve ces. De acuerdo. Ahí va una propuesta semejante: el que escri be predica tantas veces como ejemplares multiplica la imprenta.

BROTES PARA LA ESPERANZA• Misioneros y mártiresCuatro religiosos del Instituto cayeron abatidos por las balas en aquella locura

colectiva que fue la guerra civil del año 1936. Con ellos, dos religiosas que velaban en la cabecera de los enfermos y enseñaban a los niños las primeras letras: Las franciscanas hijas de la misericordia Catalina Caldés y Miquela Rullán. La señora Prudencia Canyellas, viuda, fue capaz de morir por ceder un rincón de la casa a unos clérigos acosados. La tragedia hermanó a los caídos con lazos de sangre.

Mil veces atestiguado está que se trataba de personas sencillas, sin ambiciones ysininiciativasdegrandesvuelos.VivíanenelanonimatoenunbarrioobreroyperiféricodeBarcelona.Losreligiosospresbíterossededicabanaministeriospas-torales más bien modestos: catequesis a los niños, celebración de sacramentos... Los coadjutores realizaban tareas domésticas y llevaban a cabo cuanto se les en-comendaba.

Personas como las que nos ocupan dan credibilidad a la Iglesia. Los mártires son necesarios -como era necesario que muriera el Hijo del Hombre- para demostrar que la evan gelización, la lucha y el compromiso de la Iglesia no permanecen al nivel de las meras palabras.

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• Los Laicos MisionerosNo deseamos vivir la espiritualidad

del corazón en un rincón y en exclusiva. Sería tanto como negarla. Al contrario, lo que uno aprecia, lo comparte y entonces multiplica el gozo. Por eso deseamos an-dar cogidos de la mano con quienes de-sean compartir nuestro modo de mover-nos y actuar en la vida.

Desde los inicios de la Congregación se mimaron las asociaciones relacionadas con los SS. Corazones. Pero sólo fue hacia mitad de la década de los ochenta cuando cuajaron los primeros grupos de Laicos MisionerosenR.Dominicanadeacuerdoa las líneasdelVaticano IIy loqueyarealizaban otras Congregaciones.

En el Capítulo de 1993 se abordó el tema reconociendo que abríamos una nueva dimensión del carisma y que la invitación a grupos de Laicos para unirse a nuestra espiritualidad e incluso a nuestra tarea, si era factible, ya no se trataba de un asunto opinable, sino de una decisión formal. Desde entonces se han ido confor-mando pequeños grupos aquí y allá. Compartimos con ellos la espiritualidad, pero también la amistad. En los Estatutos se lee:

Los Laicos Misioneros de los Sagrados Corazones (L.M.SS.CC.) hemos recibido del Corazón de Jesús el don de la vocación laical y la participación en la espiri-tualidad sacricordiana y misionera del P. Joaquim Rosselló (art. 1). Y también: Los L.M. nos definimos contemplativos del Traspasado (art. 10).

• La Fundación ConcordiaLos miembros de los Misioneros SS. Corazones acudimos a unos países que

tienen muchas urgencias de tipo económi-co, de salubridad y vivienda… No podemos quedarnos con las manos cruzadas frente a estas dificultades que abultan el vientre de los niños, envejecen a deshora a los varones y cargan de tristeza los ojos de las mujeres.

Para organizar las ayudas y ordenarlas debidamente la Congregación se ha hecho con un instrumento, la Fundación Concordia.

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Una organización sin ánimo de lucro, con la finalidad de lograr un desarrollo inte-gral de las capas sociales más desfavorecidas en donde está presente la Congrega-ción (Latinoamérica, África y España), mediante la asistencia social, la formación humana y la sensibilización. Su actuación se basa en los principios del humanismo cristiano y la concordia entre las personas.

El Gobierno es ejercido por un Patronato constituido en total por siete miem-bros, cinco de los cuales forman parte de la dirección de la Congregación.

Concordiatieneactualmente5RepresentacionesenEspaña(Madrid,Barce-lona,Mallorca,NavarrayValencia)yvariasDelegacionesenlospaísesenlosqueactúa (República Dominicana, Ruanda, Camerún y Argentina).

NI ARROGANTES NI VERGONZANTES• Deseos de renovaciónResulta inevitable: el paso del tiempo le pone pátina a los cuadros, telarañas

a los techos y anemia a los colores. Los Insti tutos religiosos no viven al margen del espacio y el tiempo. Por eso también ellos se encuentran, a temporadas, con los rescoldos del espíritu fundacional cubiertos de ceniza. Se impone una lim pieza a fondo. Los reformadores -personas o capítulos- son ne cesarios. Ir a las fuentes constituye un gesto muy saludable. Una buena operación de limpieza es del todo razonable.

AlConcilioVaticanoIInolepasódesapercibidalaproblemáticadelaVidacon-sagrada. En uno de sus mejores documentos dio las pautas de revisión y el marco de unas nuevas Reglas. El Capítulo especial de nuestra Congregación se tomó a pecho el trabajo de hurgar en pozos cegados y desconchar capas de lastre.

El logro fue digno de todo encomio: unas declaraciones so bre los puntos bá-sicos que despojaba al Instituto de malentendi dos y lo dejaba como sacado del horno. Le seguían diez capí tulos que iban poniendo puntos y más puntos sobre las íes. Aca baba con una síntesis ágil de los principios que mueven la Con gregación: El verdadero rostro de nuestra Congregación.

Todo ello se editó en un libro digno, de tapas verdes. Desde entonces se le co-noce como el libro verde.Colordeesperanza,elverde,fueelregalodelXICapítulo(1969-70). A partir de es tos documentos se elaboraron las Reglas con cariño, con detención, con competencia. Era el año 1975 cuando un librito ligero, de contenido espiritual atractivo, sustituía ad experimentum las anteriores Constituciones que guardaban un parentesco cercano con el Código de Derecho Canónico.

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El experimento aca bó felizmente en el Capítulo del año 1981. Se volvieron un poco más gruesas, tal vez menos ágiles, pero ciertamente más completas. Roma las ratificó definitivamente con modificaciones insignificantes. Ahí estamos. Con unas Reglas que fueron de verdad el fruto de trabajo comunitario, aprobadas práctica-mente por unanimidad y satisfaciendo a todos.

Para celebrarlo y aprovechar el momento se publicó un libro de comenta-rios y estudios acerca de las mismas. En su confección participaron una docena de con gregantes. Los artículos son desiguales, pero algunos de induda ble calidad. Se trata de una publicación apta para profundizar las Reglas, sus presupuestos y hasta dotado de cuestionarios para el diálogo y las evaluaciones que hagan al caso. Lo conocemos co mo el libro azul.

El instrumento más eficaz para una vida consagrada renova da lo indican las mismas Reglas:

Cada casa elabora un proyecto comunitario, en donde se concretan• Lacomunióndefe(momentosdeoración,lecturaespiritualycelebraciones).• Lacomunióndevida(revisióndelasrelacionesfraternas,delacomuniónde

bienes y de la formación perma nente).• Lacomunióndeministerio(programaciónyrevisióndelapastoral).

Este proyecto es aprobado por la Delegación y revisado con mucho interés por la comunidad y, en sus visitas, por el Delegado y el Superior General. (art. 20).

El proyecto comunitario no se queda en meros principios doctrinales. Para eso ya están las Reglas. Su propósito es concre tar. Hay que traducir a la praxis los principios. Una praxis vital, articulada, eminentemente comunitaria. Por tanto el proyecto no equivale a un horario, aunque la falta de creatividad o de buen gusto pudiera confundirlo con él.

• Confesantes contracorrienteLos Misioneros de los SS. Corazones vamos caminando por este mundo como

presbíteros y/o religiosos y en este caminar esperanzado tenemos como focos de ardentísima caridad a Jesús con el corazón abierto y, a su la do, María con el corazón atravesado, como predijo Simeón.

El Fundador nos pide que nuestra vida arda en este fuego y que luego lo vaya-mos extendiendo por todas partes encen diendo llamas en los corazones (Art. 84).

• LosMisionerosdelosSS.CC.hacemosunactodefeenloscorazonestraspa-sados de Jesús y de María:

• CreemosqueDiosnonosenvíaacondenaranadie.Creemosenelpoderdelamor que sirve hasta la muerte. Creemos que la salvación nos llega por la cruz y la glori ficación del Señor.

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• Estafeeselprincipiodinámicoquepenetra,orientaydasentidoanuestravida (Art. 15).

Hasta hacemos un acto de fe en que otros jóvenes y adultos quieran recoger la antorcha. Ello a pesar de que nuestros tiempos -empapados de un agresivo laicismo en muchos países- tratan de ignorar, sino de apagar el fuego. Sea cual sea la situa-ción, sin embargo, mantenemos un firme principio: no queremos actuar de modo arrogante ni de modo vergonzante, simplemente queremos ser una congregación confesante.

EL FUEGO DE DIOS - Obras Misionales Pontificias | … · Yo no soy Isaías ni Jeremías ni ninguno...

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