El Expositor Bautista

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Dios quiere que todo bien venga a tu casa. Seamos sabios, demos a Dios la honra debida.

El secreto para El secreto para El secreto para la bendición la bendición la bendición

familiarfamiliarfamiliar

Año CIV - Número 6Julio 2013ISSN 0327-2222Registro de la propiedad intelectual Nº 278.901

Editor responsable:Néstor O. Golluscio

Secretario de redacción:Roberto Martín

Administración:Isabel Sadoski

Impreso por:Grancharoff impresoresTel: 4684-1551www.grancharoff.com

Redacción:Virrey Liniers 42, piso 5 (1174) Buenos Aires Argentina Tel/fax: 4864-2711 (Línea rotativa)E-mail: [email protected]: 2.600 ejemplares© 1999 El Expositor Bautistawww.ceba.sion.com

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El Expositor Bautista es una publica-ción mensual de la Confederación Evangélica Bautista Argentina.El Expositor Bautista respeta la opi-nión de sus colaboradores y no debe su po ner se que siempre comparte el contenido de los artículos que publica.El Expositor Bautista se reserva la deci-sión de publicar cualquier artículo. Todo artículo cuya publicación se solicite, debe llegar firmado por el autor o la persona que lo envía.El Expositor Bautista no se hace responsable por ninguno de los servicios y/o productos que se ofrecen en sus avisos pu blicitarios. Toda responsabilidad está a cargo del avisador.Para publicitar en este medio, diri-girse a nuestro Departamento de Publicidad.

Contenido

julio 2013

Editorial04 Unarealidadque

preocupaydueleEscribe Néstor Golluscio

Tema de tapa06 Elsecretoparala

bendiciónfamiliarEscribe José Luis Cinalli

10 Volviendoelcorazónaloshijos

12 ¿Quévalortieneelpadre?Escribe René Zanetti

Historia16 El9deJulioynosotros

Escribe Arnoldo Canclini

Eclesiología18 Ministeriosala

intemperieEscribe Néstor Golluscio

20 UnaIglesiadealtoimpactoEscribe Hugo O. Márquez

Realidad nacional22 ¿Quépodemoshacer

loscristianos?Escribe Juan Carlos Kolln

Sociedad25 Operaciónanticristo

Escribe Rubén Panotto

Marketing26 Lomásdifícil:

DelegarfuncionesEscribe Juan José Romero Crusat

28 Trabajoenequipo…¿Seguro?Escribe Juan José Romero Crusat

Testimonios30 Milagroenla

avenidaRivadaviaEscribe Roberto Martín

Noticias33 ACIERAinforma

Por último34 Laesperanza

Escribe Jorge Ferrari

foto: stock.xscng

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El Expositor Bautista > julio 2013

Editorial >

Una realidad Una realidad Una realidad Una realidad Una realidad Una realidad que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa que preocupa

y dueley dueley dueley dueley dueley duele

En mis años de estudiante en el Seminario Bautista, recuerdo que en una de las materias dictadas por

nuestro querido profesor Pr. Ignacio Loredo, relacionadas con la admi-nistración eclesiástica, él nos había fi jado una consigna. Consistía en que cada estudiante le hiciera una encuesta a algún pastor en ejercicio, de la zona de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires, para determinar cuáles eran las prioridades que los siervos de Dios fi jaban en sus propios ministerios.

Luego de hacer la encuesta, nos encontramos en una de las clases y evaluamos las respuestas. En mi curso, unánimemente los pastores habían fi jado –luego de su relación con Dios– a la familia como su más

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julio 2013 < El Expositor Bautista

Editorial •

Presidente de la Confederación Evangélica Bautista

Pr. Néstor Golluscio

alta prioridad. Había una grata sensa-ción en la clase de que, gracias a Dios, los pastores tenían bíblicamente enfocadas sus prioridades.

Lo curioso es que treinta años después muchos hijos de aquellos pastores (recuerdo sus nombres) hoy están alejados del Señor y de la comu-nión con su iglesia. Por ejemplo, los hijos del pastor que yo entrevisté, hace años que no se congregan. Eso me llamó poderosamente la atención, porque si eso es así en los siervos de Dios que están a cargo de las congre-gaciones, ¿cuál será la realidad de los hermanos en general?

Muy pero muy lejos esté de mí, con esta ref lexión, abrir ningún tipo de juicio, ni sobre mis colegas, ni sobre mis hermanos que están pasando por esta situación.

Pero, al mismo tiempo, creo que es válido que nos hagamos algunas preguntas: • ¿Es verdaderamente la familia

nuestra primera prioridad luego de nuestra relación con Dios? ¿Los pastores somos emocionalmente “bígamos”, es decir, casados al mismo tiempo con nuestra esposa y con el ministerio?

• ¿Creemos que, porque el Señor nos llamó a nosotros al ministerio pas-toral, “automáticamente” también llamó a nuestra esposa y nuestros hijos, y como resultado de ello le exigimos a nuestra familia –con tono demandante– actitudes y

hechos que ni siquiera nosotros nos atrevemos a llevar?

• ¿Condenamos a nuestra familia a vivir con grandes carencias sociales y económicas que necesariamente no condicen con la de los otros miembros de la iglesia?

• ¿Permitimos que un sistema guber-nativo eclesial perverso condicione nuestro sostenimiento económico y permita que los más groseros “espí-ritus de manipulación” fomenten amargura que avance sobre nues-tras familias? Créanme, mis hermanos, que

las preguntas anteriores no son el resultado de una mente iluminada, ni mucho menos fantasiosa. Son el producto de atender, aconsejar y ministrar a decenas de hijos de pas-tores en sus dolores, frustraciones y desencantos. Hijos que aman a sus padres, pero que al no percibir aque-llas prioridades en orden, eligieron el camino del alejamiento como un grito silencioso o –si me permiten– como un “piquete espiritual” ante lo que han considerado una injusticia.

Creo que aún hay esperanza para cambiar esta realidad, no solo en la vida de las familias pastorales, sino en la de todos los hogares con la misma situación. Con mucha humildad y respeto les presento las siguientes sugerencias:• Ore fervientemente a favor del hijo

o la hija alejada (la oración efi caz del justo sigue pudiendo mucho).

• Pídale perdón a su hijo –si el Espí-ritu Santo le da convicción– al que, por la razón que sea, usted no le dio la prioridad necesaria.

• Reorganice su tiempo y su agenda. Su esposa y sus hijos son induda-blemente el tesoro más precioso que Dios le ha otorgado. Esté con ellos, pasee con ellos, invierta en ellos. No lo dude: ellos son más importantes que la opinión del más importante miembro de la iglesia. Son ellos los que estarán con usted en el momento más difícil de su vida y no “ese miembro prominente”.

• Si su hijo se acaba de alejar de la comunión con el Señor o cayó en algún pecado, rápidamente busque rodearse de gente misericordiosa, amorosa y que entienda la gracia de Dios. Los legalistas y “santos” pueden resultarle una verdadera complicación.

• Considere seriamente –si usted es pastor y no lo tiene todavía– tener a un pastor que, de manera per-manente y no circunstancial, tenga paternidad espiritual y mentoreo sobre su vida. Eso sí, fíjese que quien lo pastoree esté un poco mejor que usted en el área en la que le pide ayuda, lo que normalmente se llama autoridad.La familia es algo demasiado

maravilloso para entregársela al enemigo. Luchemos por ella con-fi ando en el poder del Señor.enemigo. Luchemos por ella con-

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El secreto para El secreto para El secreto para la bendición la bendición la bendición

familiarfamiliarfamiliarDios quiere que todo bien venga a tu casa.

Seamos sabios, demos a Dios la honra debida.

Pastor Iglesia de la Ciudad, Resistencia, Chaco.

Dr. José Luis Cinalli

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“E n otra ocasión Jesús expulsaba de un hombre a un demonio que lo había dejado mudo.

Cuando salió el demonio, el mudo habló, y la gente se quedó asombrada. Pero algunos dijeron: ‘Éste expulsa a los demonios por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios’. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Como él conocía sus pensa-mientos, les dijo: ‘Todo reino dividido contra sí mismo quedará asolado, y una casa dividida contra sí misma se derrumbará. Por tanto, si Satanás está dividido contra sí mismo, ¿cómo puede mantenerse en pie su reino? (...)

Pero si expulso a los demonios con el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el reino de Dios…’” (Lucas 11:14-20, NVI).

La divisiónEl relato, claramente, indica que

Jesús echó fuera un demonio. Pero, sus detractores dijeron que el poder para liberar venía de Satanás. El Maestro se defendió diciendo que si su poder provenía del infierno, el diablo se estaría autodestruyendo. Y luego asoció al diablo con la palabra división.

Es interesante observar que en el pasaje aparece tres veces la palabra dividir. Porque esa es la estrategia satánica: separar. Satanás intenta dividir reinos, naciones, empresas, instituciones, iglesias, matrimonios y familias. Nota lo que dice: “Y una casa dividida contra sí misma, cae”. El diablo buscará entrar a tu casa y saquear todo lo que tengas, especial-mente tu familia.

Los hijosEl libro de Éxodo relata la escla-

vitud de Israel en Egipto. Faraón

encarna la figura de Satanás, y el pueblo de Israel, una representación de los cristianos. Según el relato bíblico, Faraón no quería dejarlos ir bajo ningún punto de vista. Entonces, Dios envió plaga tras plaga. Pero, aun así, el corazón del monarca se endureció más y más. Y después de tantas calamidades, él le ofreció a Moisés que fueran al desierto a adorar a Dios, pero sin los hijos: “El rey mandó llamar a Moisés y Aarón, y les dijo: ‘Está bien, vayan a adorar a su Dios. Pero antes, díganme quiénes van a ir’. Moisés le contestó: ‘Debemos ir todos nosotros (...) Iremos con todos nuestros jóvenes y ancianos, con nuestros hijos e hijas, y también nos llevaremos nuestras ovejas y vacas’. Con tono burlón, el rey le dijo: ‘¡Ah sí, cómo no! (...) ¿Acaso creen que voy a dejar que se lleven a sus niños? ’” (Éxodo 10:8-10, TLA).

Satanás, intenta dividir reinos, naciones, empresas, instituciones, iglesias, matrimonios y familias.

El diablo sabe que si logra tener a nuestros hijos, nos tiene a nosotros también. Si nuestros hijos no per-manecen en el camino del Señor, ese dolor nos roba la paz y la energía espiritual. Desde siempre la estrate-gia diabólica ha sido tomar la vida de los niños. • Intentó abortar el plan de Dios de

traer un libertador, tramando la muerte de Moisés. ¡Pero no pudo!

• Intentó destruir al Mesías por medio de Herodes. ¡Pero no pudo!

• Intentó robar el futuro de Israel quedándose con los niños. ¡Pero no pudo!Él intentará robarte. Intentará

destruir lo más precioso que tienes. ¡Pero no podrá! Tus hijos le per-tenecen al Señor, y el diablo no

podrá arrebatarlos. ¿Puedes creerlo? Decláralo ahora mismo y en voz alta: ¡Mis hijos pertenecen a Dios. Ellos tienen un sueño por cumplir y nadie abortará el futuro glorioso que les espera en esta vida!

Los matrimonios¿Qué es lo que intentó hacer

Satanás? Dividir las familias. Como no pudo, Faraón le hizo otra oferta: “Pero no va a ser como ustedes quieran. Si realmente quieren adorar a su Dios, vayan sólo los hombres...” (Éxodo 10:11, TLA). Si no puede robar tus hijos, intentará destruir tu matri-monio. Debes mantenerte alerta y cuidar el vínculo con tu cónyuge. Tu matrimonio debe ser una prioridad para ti. Pasa tiempo de calidad con los tuyos. Crea el hábito de orar juntos. El legado más valioso que tú puedes dejar a la próxima generación es el tiempo compartido con Dios y con ellos. Eso no tiene precio.

Tu matrimonio debe ser una prioridad para ti.

Los recursos¿Qué es lo que intentó hacer Sata-

nás? Dividir los matrimonios. Como no pudo, apeló a su última estrategia: que vayan todos, pero que se queden los animales. “Cuando el rey vio esto, llamó a Moisés y le dijo: ‘¡Vayan a adorar a su Dios! Pueden llevarse a sus niños, pero dejen aquí sus ovejas y vacas’” (Éxodo 10:24, TLA). ¿Para qué servían los animales? Para ofre-cerlos en sacrificio a Dios. Faraón quería quitarles los recursos mate-riales con los que ellos disponían para adorar al Señor. Atención: si el diablo no puede destruir tu familia, intentará quitarte los recursos que tengas para servir mejor a Dios. ¡Pero

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no podrá! Porque, todo lo que tienes le pertenece a Él, y si Él te prospera, será para que lo sirvas mejor.

A través de los años hemos visto muchas personas que se acercan a Dios solo para ser prosperados, es decir, usan al Señor para obtener riquezas. Pero luego, cuando la obtienen, se alejan de la fuente de toda bendición. Dios nos prospera para que sirvamos más y mejor. Y Él seguirá prosperándonos en la medida que mantengamos nuestra relación con el dinero bajo su soberanía.

No debes conformarte a la triste realidad de que el diablo te robe algo que Dios te ha dado a ti. La familia, el trabajo, las posesiones y el minis-terio son regalos del Señor para tu vida. ¡Cuídalos! ¡Valóralos! No dejes que el infi erno te los quite. Pelea, lucha por ellos. ¡Dios te honrará!

En el libro de Job vemos algo pare-cido; dice: “Aún estaba éste hablando, cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió…” (Job 1:16). Job tenía otros animales, entre ellos, camellos. Pero solo las ovejas se quemaron. ¿No servían las ovejas para ofrecer adoración a Dios y ofrenda por sus hijos? “… Se levan-taba muy temprano y le presentaba a Dios una ofrenda por cada uno de sus hijos. Job hacía esto pensando que tal vez sus hijos podrían haber ofendido a Dios o pecado contra él. Para Job, esto

era una costumbre de todos los días”, (Job 1:5, TLA). Este hombre tenía diez hijos y todos los días presentaba un animal como ofrenda por cada uno de ellos. Una simple cuenta nos indica que eran diez animales por día, y 3.650 por año. El versículo 3 dice que su hacienda era de 7.000 ovejas, es decir que ¡Job ofrendaba a Dios más de la mitad de su capital para la bendición de sus hijos...!

La familia, el trabajo, las posesiones y el ministerio son regalos de Dios para tu vida.

Entonces, ¿quién intentó robarle el capital que Job tenía para adorar al Señor y ofrendar para bendición de sus hijos? Satanás. El pasaje indica además que “Fuego de Dios cayó del cielo…”. ¿Fuego de Dios? Advirta-mos que no era Dios quien le estaba robando, sino Satanás. Pero ¿por qué dice entonces “fuego de Dios”? Porque quien traía el mensaje creyó que si “venía del cielo”, era de Dios. La falta de conocimiento acerca de cómo es el Señor lo hizo errar en su conclusión.

Notemos que Job aún tenía una revelación parcial de Dios. Job 1:21 dice: “… Jehová dio, y Jehová quitó…”. Pero, esto no es verdad. Dios da, pero no quita. Juan 3:16 dice: “Dios dio a su hijo unigénito”.

Al fi nal, Job reconoce que hablaba lo que no sabía: “Yo hablaba lo que no entendía; cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía (…) De oídas te había oído; más ahora mis ojos te ven…” (Job 42:3-5).

La falta de conocimiento acerca de cómo es Dios lo hizo errar

(a Job) en su conclusión.

“Y darás el dinero por todo lo que deseas, por vacas, por ovejas, por vino, por sidra, o por cualquier cosa que tú deseares; y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia”, (Deuteronomio 14:26). Debemos sembrar con propósito. Cuando entregas tu siembra debes tener en mente el propósito de esa siembra. Uno debería tomar ejem-plo de Job y sembrar por los hijos; Job lo hacía todos los días. Cuando Abraham recibió la noticia de que tendría un hijo hizo ofrenda (Génesis 18:1-10).

¿Cómo termina la historia? El diablo no tuvo la victoria. Dios bendijo a Job con el doble de lo que había tenido. Porque es una realidad que Él quiere bendecir a tu familia. El Señor quiere traer una nueva revelación sobre tu vida. Él quiere que todo bien venga a tu casa. Seamos sabios, demos a Dios la honra debida.Seamos sabios, demos a Dios la

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Volviendo el corazón Volviendo el corazón Volviendo el corazón Volviendo el corazón Volviendo el corazón Volviendo el corazón a los hijosa los hijosa los hijos

La delicada tarea de ser padres

“É l irá primero, delante del Señor, con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres

con los hijos y guiar a los desobedientes a la sabiduría de los justos. De este modo preparará un pueblo bien dis-puesto para recibir al Señor” (Lucas 1:17 NVI).

Cuando el ángel Gabriel anuncia a Zacarías el ministerio de Juan, le predice que hará volver los corazones de los padres a los hijos.

La profecía de Malaquías decía: “Hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres” (4:6). Sin embargo, cuando el ángel cita a Malaquías, lo hace solo en su primera parte, y no en la segunda. ¿Por qué? La razón es simple. Cuando el corazón de los

padres se vuelve de veras a los hijos, entonces necesariamente el corazón de los hijos se volverá a los padres.

La responsabilidad es de los padres

La mayor responsabilidad es de los padres. La primera generación determina la reacción de la segunda. La pérdida más grande en los hijos se ocasiona cuando los padres no saben sembrar en ellos la semilla de la verdad. Durante al menos quince años los hijos están a entera disposi-ción de sus padres, con una mente dócil, receptiva, con un corazón sensible, y los padres pueden sembrar en ellos todo lo que quieran, sea amor u odio.

¿Qué hicimos nosotros, como

padres, en esos quince años? Los hijos fueron una “tabla rasa”, recibieron todas las infl uencias nuestras, sin restricciones. Si no supimos sembrar en ellos la buena semilla, debemos arrepentirnos y dar el primer paso. Al fracasar en esta labor, y al comen-zar a cosechar el fruto amargo de la apostasía y la rebeldía de nuestros hijos, debemos ser los primeros en comenzar a recuperar las cosas.

Alguien podrá tal vez decir: “Yo me he vuelto a mi hijo, pero mi hijo no se vuelve a mí”. Es que la semilla que se sembró por largos años tiene que dar fruto todavía. “El que siem-bra para su carne, de la carne segará corrupción” (Gálatas 6:8). Usted tiene que segar todavía todo lo que sembró, mientras espera en la misericordia del Señor. Solo le cabe inclinar la

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cabeza delante de Él y pedir que la mala cosecha termine pronto. Pero, sin duda, va a venir el día en que usted ganará el corazón de su hijo. Los padres deben arrepentirse ante Dios de sus malas obras, y luego hacer lo mismo ante sus hijos. Ellos tienen que buscar delante del Señor la forma cómo recuperar el lugar que ellos abandonaron de su corazón, para luego sembrar, si ello es aún posible– la semilla de la verdad.

En los tiempos de Juan el corazón de los padres estaba distanciado de los hijos, y la primera cosa que se debía hacer era producir un vuelco a favor de ellos.

Tal panorama no difi ere mucho de la situación actual. La indife-rencia y rebeldía de los hijos hoy es simplemente la consecuencia de un desinterés y de una displicencia de los padres hacia los hijos. Su “no estoy ni ahí” de ahora, fue precedido de un “no estoy ni ahí” de ayer por parte de sus padres en cuanto a obedecer al Señor en lo tocante a su responsa-bilidad con sus hijos.

En Proverbios hay por lo menos quince lugares en que se dan instruc-ciones para los padres en cuanto a la crianza de sus hijos. ¿Qué de estos pasajes? ¿Los conocen los padres creyentes…? (Proverbios 10:5; 13:24; 15:20; 17:2; 17:25; 19:18; 19:26-27; 20:7; 20:11; 22:6; 22:15; 23:13-14; 23:26; 28:24; 29:15,17) ¿Y Efesios 6:4, y Colosenses 3:21?

Abraham y ElíHay dos ejemplos del Antiguo

Testamento que son polos opuestos en este asunto. Uno es Abraham, el otro es Elí.

“Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer, habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él

todas las naciones de la tierra? Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová...” (Génesis 18:17-19).

El Señor razona consigo mismo acerca de si encubrir o no a Abraham lo tocante a Sodoma y Gomorra, sabiendo de antemano que él va dirigir a sus hijos correctamente. ¡Es por causa de la fi delidad de Abra-ham como padre que Dios le confía un secreto importante! El patriarca había de ordenar que guarden el camino del Señor. Era enérgico en esto. ¿Qué vemos luego en Isaac su hijo? Su carácter es uno de los más preciosos de toda la Biblia. Esperó pacientemente los tiempos para su vida. Era pacífi co en grado sumo, y muy sumiso. Abraham nos muestra un positivo ejemplo de cómo se enseña a los hijos.

Veamos ahora el caso de Elí. El Señor le habla a Elí de esta manera: “¿Por qué habéis hollado mis sacrifi cios y mis ofrendas, que yo mandé ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándoos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo Israel?” (1 Samuel 2:29). Una de las causas de la caída de Elí como sumo sacerdote, fue que había honrado a sus hijos más que al Señor. ¡Qué terrible cosa! Aquí los hijos son un problema que impide que un hombre de Dios pueda desarrollar su ministerio.

En 1 Samuel 3:13 el Señor agrega: “Y le mostraré que yo juzgaré su casa para siempre, por la iniquidad que él sabe; porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado”. Aquí hay un secreto que Dios no quiere revelar (“ la iniquidad que él sabe”), y que ha provocado su molestia. Los hijos de Elí han blasfemado a Dios y él no los ha estorbado. ¿Qué signifi ca que un padre estorbe a un hijo? Si alguien quiere salir por una puerta,

y otro lo estorba, entonces no podrá salir por allí. Estorbar es impedir que alguien haga algo. No signifi ca aconsejar simplemente, sino impe-dir que algo ocurra.

Elí sabía de los horribles pecados que sus hijos cometían en la puerta misma del tabernáculo. El problema es que solo les aconsejaba, pero no los estorbaba. Sus consejos podían ser muy buenos, pero no eran escu-chados. Él decía a sus hijos: “¿Por qué hacéis cosas semejantes? Porque yo oigo de todo este pueblo vuestros malos procederes. No, hijos míos, porque no es buena fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces le juzgarán; mas si alguno pecare contra Jehová, ¿quién rogará por él? Pero ellos no oyeron la voz de su padre” (1 Samuel 2:23-25). Consejos y advertencias los hubo, pero Elí no fue capaz de decidirse a estorbar a sus hijos; antes bien, los honró más que al Señor. Y esa fue la causa de su caída.

Es necesario que nosotros enseñe-mos esto, porque vemos a cada paso padres demasiado consentidores de sus hijos, padres que dan diez veces una orden y las diez veces sus hijos las desobedecen sin que nada ocurra. Eso no puede ser. Eso no es un rasgo de amor o de misericordia por parte nuestra, sino de desobedien-cia al Señor.

La obra restauradora de nuestros días, igual que en los días de Juan, apunta a la normalización de las relaciones familiares. Como conse-cuencia de que los padres se vuelvan a los hijos, el corazón de los hijos será sanado y serán recuperados de su rebeldía, y su corazón s e volverá fértil para la semilla de la Palabra de Dios.

Adaptado de revista Aguas Vivas, Nº 1, 2000. EEB

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¿Qué valor ¿Qué valor ¿Qué valor ¿Qué valor ¿Qué valor ¿Qué valor

“É l hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no

sea que yo venga y hiera la tierra con maldición (Malaquías 4: 6).

“…la cual mandó a nuestros padres que la notifi casen a sus hijos; para que lo sepa la generación veni-dera (…) a fi n de que pongan en Dios su confi anza, y no se olviden de las obras de Dios…” (Salmos 78: 5-7).

Todavía recuerdo las frías noches en medio del campo donde se estaba cosechando el maní. Miraba a través de una ventanita la luna refl ejarse sobre la escarcha en los campos. Luego vendría el desayuno aún de noche, alrededor de un fuego y una gran sartén o paila llena de bifes con cebollas. ¡Qué exquisitez! Todos los presentes éramos “hombres”. Para ese entonces mi edad oscilaba entre los 7 y 10 años. Yo tenía el privilegio de estar entre ellos en virtud de que mi padre era el maquinista. Su tarea consistía en que la máquina cosecha-dora funcionara de maravillas.

Estos recuerdos son los que a menudo aparecen en mi mente

relacionados con la presencia de mi padre. Su cercanía, su mano revol-viéndome el cabello, sus frases con un toque de humor, sus “cuentos de otros tiempos”, su olor a hombre… Era mi papá, y yo, su hijo. Yo me identifi caba como hombre con mi padre. Él tenía un apellido y yo el mismo que él. Me gustaba oírlo hablar de nuestros ante-pasados, padres, tíos, abuelos. Perte-necíamos a una familia. Eso nos unía y nos hacía sentir dignos herederos de ese apellido. Éramos parte de algo más grande y trascendente.

En aquellos días no sabía que lle-garía el momento en que yo también sería un padre.

Trasvasaría de esa paternidad a mis hijos. Una honra que nos une y nos hace fuertes. Mis abuelos, mi padre, yo, mis hijos y ahora los hijos de mis hijos…

¿Qué valor tiene un padre para sus hijos?

¿Hasta dónde estamos marcados a fuego por nuestro padre? Tal vez ausente o presente.

¿Hay alguien en el mundo con más infl uencia en la formación de un hombre que la presencia de su padre?

¿Hasta dónde estarán siendo afec-tados los niños criados en un hogar que fue abandonado por su padre? Por favor hombres, no seamos hipó-critas mirando al costado.

La Biblia es muy amplia en darnos información de los resultados de los padres y el destino de sus hijos des-pués de ellos. Todo es causa y efecto. Un padre es el mejor predictor de lo que será la próxima generación. Para bien o para mal.

¿Será tan así? Sí, absolutamente. No exageramos.

¿Será que aún no hemos cuantifi -cado la responsabilidad que tenemos por el futuro de nuestros hijos? Esto lo vemos cuando el profeta Mala-quías termina con una de las admo-niciones más serias jamás dichas de la que tengamos noticia. Por sus alcances. Por sus consecuencias.

La observación está directamente dirigida a los actores de la historia. Padres e hijos y sus relaciones. La Tierra (planeta habitado) es o será seriamente dañada por lo que ocurra entre los “corazones de los padres y los hijos” y viceversa. Hay una suerte de maldición pendiente si los padres

Varones de pacto - Ministerios para hombres, Córdoba, Argentina.

René Zanetti

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no “se vuelven a sus hijos”. La sepa-ración entre ellos tiene trágicas con-secuencias. Impensable calamidad. Terrible futuro. Oscuros días para la humanidad.

La ausencia del padre es la maldición de nuestros días.

No hay dudas. La ausencia del padre es la maldición de nuestros días.

La famosa brecha generacional es lo peor que nos puede ocurrir. Alguna nefasta fuerza oculta se activa ante la ausencia de los padres. Una autoridad y un poder destructivo queda liberado para apoderarse y asediar a las familias, cuando ha sido relevado de sus funciones el varón, cabeza, autoridad y protector de la familia. Mujeres, hijas, hijos, nietos, quedan a merced de esta malvada fuerza implacable y asoladora.

Ahora el infi erno baja libremente a la Tierra. Viene a herirla, a causar el mayor estrago, el mayor dolor.

La destrucción está dirigida al marco de referencia que es el hogar.

Este marco que trae seguridad, es un padre y una madre unidos. Cada niño nace con una serie de derechos. El primero de estos derechos es que sus padres estén y sean su ejemplo de amor y convivencia. Nadie en el mundo tiene el derecho de traer una criaturita a la vida y luego no ser absolutamente responsable por ella. Los padres deben guiar, guar-dar y gobernar. El hombre es el que carga con la mayor responsabilidad. Ningún hombre tiene el derecho de embarazar una mujer y luego no hacerse responsable. Para eso Dios lo hizo hombre.

El Dr. Edwin Cole nos enseñó que: “El mayor regalo que puede hacer un padre a sus hijos es amar a la madre de ellos”.

Cada padre que abandona a su esposa e hijos, abre la puerta para que su familia quede vulnerable a un proceso de destrucción sistemático e inexorable. Esta aparente y engañosa libertad que un hombre se toma, en la práctica, es un acto que demuestra su máxima cobardía. No es de hombres abandonar a la madre de sus hijos, es de cobardes.

Entre sociólogos, agentes de segu-ridad, educadores, economistas hay una creciente preocupación por el ambiente social de nuestras ciudades en las naciones más destacadas del mundo. Estudios hechos en diversos países revelan datos de dolorosa actua-lidad. (Ver cuadro en página siguiente)

El mayor regalo que puede hacer un padre a sus hijos es

amar a la madre de ellos.

Las conclusiones f inales son aterradoras: los hijos criados sin la presencia del padre, son los más proclives a involucrarse en delincuen-cia, drogas, embarazos adolescentes, violencia callejera, asesinatos, etc. Todo indica que un niño criado sin la seguridad y el afecto de su padre, será fácilmente infl uenciado para alejarse de su familia y asociarse con jóvenes delincuentes. Detrás de cada uno de estos delincuentes, hay un padre que dejó su hogar. El varón es el responsable último. Siento tener que decírtelo una vez más. No hay atenuantes de ningún tipo.

La ausencia del padre es la maldición de nuestros días.

tiene el padre?tiene el padre?tiene el padre?

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¿Qué podemos hacer?¿Hay algo consistente que nos

ayude a cambiar esta realidad en nuestra sociedad? ¡Sí, podemos hacer y mucho!

Junto con mi esposa somos padres de seis hijos. Estamos persuadidos, más que nunca, de que Dios está con y por nosotros. Dios es Padre. Nosotros derivamos nuestra paternidad de “su paternidad”. La Biblia es un manual práctico de enseñanzas de cómo ser padres. Son puras ventajas. Es más fácil ser buen padre que un mal padre.

Permíteme darte algunas ideas prácticas que tal vez te ayuden.

Algunas ideas prácticas.

Si actualmente eres un padre:• Ocupas un lugar clave para ser un

factor de bendición de parte del Señor. Acepta este privilegio y la responsabilidad que esto implica.

• Haz todo lo posible por acercarte a tu esposa e hijos. Ellos te están necesitando y no saben cómo decírtelo.

• Acepta que tus hijos tienen o tendrán “algunas ideas diferentes” a las tuyas. Decide aceptarlos y acompáñalos en su maduración.

• Busca alguna excusa para decirles que los aprecias. Corre a darles un fuerte abrazo. Repítelo hasta que

sea parte de tu trato diario. Dios está con ustedes.

Si eres un hijo:• Busca otras formas de acercarte a

tu padre. Ya no lo critiques más. Simplemente decide respetarlo y sé muy agradecido.

• Perdona a tu padre. Tal vez se equi-vocó muchas veces y lo único que él necesita es un hijo que lo perdone. Si te abandonó y ya no lo tienes; igual bendícelo de todo tu corazón.

• Toma la decisión de prepararte para ser un buen padre de tus hijos en el futuro. Estudia, ora y decide. Haz un pacto con Dios: Nunca abandonarás o te separarás de tu esposa e hijos.

• Te dispones a ser un colaborador del Señor en esta tarea de bendecir las generaciones futuras.

Es más fácil ser buen padre que un mal padre.

Retomo los recuerdos de mi niñez… Miro los años pasados y solamente quedan en mi memoria los tiempos que pasábamos juntos con mi padre, cuando me llevaba de la mano a la iglesita de mi pueblo… Nuevamente su mirada, sus bigotes, sus alpargatas, sus interminables charlas… Le estoy tan agradecido...

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Gracias Señor por mis padres. Gracias porque hoy soy padre. No vuelvo atrás. Mi destino es glorioso. Gracias porque seré parte de los que bendecirán la Tierra. Gracias porque para siempre serás mi Padre.

¡Padre nuestro que estás en los cielos...! ¡Abba Padre...! Un fuerte abrazo... Papá.

Estadísti cas para una maldición

Hijos criados en hogares con el padre ausente • 61% de las familias hoy no tienen al padre

presente.• 63% de los suicidios de jóvenes vienen de

estos hogares.• 90% de los niños sin hogar y que se escapan

de su casa.• 85% de los niños con desórdenes de

conducta.• 80% de los violadores.• 71% de todos los expulsados de las escuelas.• 75% de los adolescentes pacientes de Cen-

tros de abuso de drogas.• 70% de los jóvenes en instituciones peni-

tenciarias juveniles.• 85% de los jóvenes puestos en prisión.

NOTA: Estas estadísticas corresponden a fuentes variadas de EE.UU. mencionadas en el libro: Hombres-G: La estrategia fi nal, de G.F. Watkins (Editorial Way of Life, Perú). EEB

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Más de treinta años sirviendo a las iglesias evangélicas.

Fábrica de sillas y mesas

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El Expositor Bautista > julio 2013El Expositor Bautista > julio 2013

Historia >

Para dar un mensaje no importan las fuerzas con que se cuenta, sino la trascendencia de lo que se debe dar.

El 9 de Julio y nosotrosEl 9 de Julio y nosotrosEl 9 de Julio y nosotrosEl 9 de Julio y nosotrosEl 9 de Julio y nosotrosEl 9 de Julio y nosotros

Quien más, quien menos, todos sabemos qué pasó el 9 de julio de 1816 en Tucumán: un grupo de

representantes de las provincias se reunieron en esa ciudad norteña para declarar solemnemente que ya no nos reconocíamos como súbditos espa-ñoles. Después de todos estos años, es hora de repensar lo que eso tiene que ver con nosotros. Por supuesto, fue sustancialmente un hecho polí-tico, pero también es lícito tratar de releerlo con los ojos de la Iglesia.

Cuando se reunieronAl decir que “se reunieron”, no

estamos diciendo cosas fáciles. Para empezar, no se reunieron todos, ya que no quisieron ir cuatro provincias, que estaban bajo el control de José G. de Artigas. Tal vez nadie lo recuerde ahora y eso nos demuestra que no debemos poner demasiado énfasis en divisiones circunstanciales o promovidas por personalidades fuertes. No faltaba mucho para que el caudillo oriental desapareciera de la escena y eso es lo que siempre ha pasado con los caudillos desde Gedeón hasta Mussolini.

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Historia •

decisión tardaron años en verse, pero sin ese paso nunca se habrían visto. No pensaban todos de la misma manera. Algunos querían una repú-blica federal y otros, unitaria. Algu-nos más pensaban en una monarquía encabezada por algún segundón de las dinastías europeas o un descen-diente de los incas y de todo ello se burlaba el periodismo. Unos eran sacerdotes y otros eran liberales casi incrédulos. Unos eran vehementes oradores y otros quedaron callados. Algunos querían reunirse en Buenos Aires y otros en el interior. Pero todos estuvieron de acuerdo en la palabra clave de entonces: libertad.

Sin embargo, no bastaba con declararla, sino que había que comenzar por detallarla. Por eso, dijeron que éramos independientes del monarca español y de su metró-poli. Y cuando algunos comenzaron a rumorear sospechosas alianzas con otras potencias, agregaron “y de toda otra dominación extranjera”.

Libertad plenaCon las ideas de entonces cuando,

salvo Estados Unidos, solo había monarquías, aquello era revoluciona-rio, pero democrático. Aunque ellos eran criticados por ser “los doctores”, tenían conciencia de que actuaban en nombre de “los pueblos”, como era la disyuntiva de entonces. Pensar en ser mandados por el corrupto Fer-nando VII, que gobernaba España, era inadmisible. Quienes tenemos ideas democráticas no podemos admitir monarcas. Nadie diga que es Dios quien nos gobierna porque eso se refi ere a la fuente de autoridad (o de libertad) y no a su régimen

de aplicación. En 1816, siempre se comenzaba apelando a Dios, como consta en nuestra Constitución, pero no se olvidaba que a ellos y a nosotros concierne aplicar esa autoridad (y libertad) “para nosotros, para nues-tros hijos y para todos los que quieran habitar el suelo argentino”.

Era también la libertad de España. Aquella nación representaba el pasado con sus luces y sus sombras. Para ellos era lo que es el mundo para la Iglesia. Cuando decían “metró-poli”, pensaban en el oscurantismo, en la opresión, en la discriminación, en la explotación de las riquezas. Era necesario librarse de todo ello, aunque sabían que costaría sacrifi cios y sangre y, por eso, comprometieron su honor y sus fortunas, lo que no era poco decir cuando las tropas enemigas estaban a relativamente pocos kilómetros.

Unos días después comprendie-ron que eso no bastaba. Además del pasado del que se libraban, en el futuro cercano y remoto se presenta-ban otros peligros. Cuando llegaron los invasores ingleses, Belgrano había dicho: “El amo viejo o ninguno”. Ahora ellos decían que no querían amo alguno. Con el correr de los años, hemos sido amenazados por muchas “potencias extranjeras”, sea como país, sea como iglesias. Ideolo-gías siempre nacidas en tierras lejanas se nos han metido para dividirnos. Costó mucho, pero al fi n una Cons-titución hizo nacer el país.

Repetimos que hemos olvidado casi todos sus nombres. Pero lo que importa es que no olvidemos sus principios de libertad frente a “reyes”, a naciones o a cualquier fuerza extraña que quiera dominarnos.

Pero además, eso implica que el deseo de todos –incluso los ausentes– era subrayar la unidad. No estaba claro cuáles eran los límites de lo que representaban; más aún, había algunos delegados de la actual Boli-via, territorio que casi una década después resolvió dejar esa unidad. No estaban las provincias del Noreste y la Patagonia, porque no existían, pero que no por eso son menos argentinas.

La declaración fue hecha en nombre de las “Provincias Unidas de Sud América”. Eran provincias porque eran entidades políticas dife-renciadas, pero eran unidas porque eso les daba una identidad ante el resto del mundo. Lo llamativo es que pretendieran ser de Sud América, cuando nadie se los había encargado y cuando las tropas españolas ocupa-ban casi todo el continente, excepto parte de la actual Venezuela. Tenían una vocación amplia y generosa y por eso San Martín urgió desde Mendoza para que se diera aquel paso y así poder ir legítimamente a libertar a Chile y Perú. Era algo muy similar a lo que llamaríamos “espíritu misio-nero”, o sea, la convicción de que nuestra misión incluye aun las tierras más cerradas a nuestro mensaje de libertad.

La fuerza del mensajePara dar un mensaje no impor-

tan las fuerzas con que se cuenta, sino la trascendencia de lo que se debe dar. Al fi n y al cabo eran una veintena de personas de una decena de provincias, la mayoría de cuyos nombres son poco recordados. Pero hicieron algo que todos reconocemos y disfrutamos. Los resultados de su

Pastor e historiador.

Arnoldo Canclini

a naciones o a cualquier fuerza extraña EEB


MINISTERIOS MINISTERIOS MINISTERIOS MINISTERIOS MINISTERIOS MINISTERIOS

A LA A LA A LA

Eclesiología >

A LA A LA A LA

INTEMPERIEINTEMPERIEINTEMPERIE

“N o descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profe-cía con la imposición

de manos del presbiterio” (1 Timoteo 4:14).

“Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos” (2 Timoteo 1:6).

Los últimos 25 años en la obra evangélica argentina en general, y en la obra bautista en particular, han sido tiempos de profundos cambios eclesiológicos. La manera de entender la gobernabilidad de la iglesia local, las metodologías ministeriales, el uso de los dones espirituales, la vigencia de los mismos y la administración eclesial en general, han sufrido importantes ajustes que en el desa-rrollo práctico muestran una inten-sísima diversidad que no siempre es comprendida y aceptada.

Todos sabemos que el Señor no les dio a sus discípulos un manual de eclesiología para realizar la misión de la Iglesia, sino la garantía de la presencia del Espíritu Santo quien los guiaría a toda verdad y les enseñaría todas las cosas, aparte de recordarles lo que el mismo les había enseñado (Juan 16:25).

Dentro de los nuevos –por lla-marlos de alguna manera– términos semánticos que se utilizan en relación a los ajustes eclesiológicos, hay uno que no siempre es bien entendido, y

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19Eclesiología >>

que por tener diferentes acepciones produce confusiones en el Cuerpo de Cristo que, lógicamente, no siempre edifi can. Me estoy refi riendo al tér-mino “cobertura”.

En nuestro ambiente, el término “cobertura”, en líneas generales, implica una relación con alguien o con algo que, de alguna manera, se hace responsable de ese ministerio, sea este una iglesia local o un siervo en particular. El denominaciona-lismo histórico, aun con sus dife-rentes variantes, ha operado cons-ciente o inconscientemente como “cobertura” de las congregaciones e instituciones que pertenecen a una determinada denominación. Esa “cobertura” muchas veces tomó formas legales, institucionales y jurídicas (como es el caso de la Confederación Evangélica Bautista) debido al ordenamiento jurídico de los países en donde operan esas denominaciones, ya que en cues-tiones de orden administrativo los ministerios no podrían operar sin esta.

Pero en la actualidad, y como resultado de los cambios eclesiales que oportunamente mencioné, y como una necesidad ministerial, espiritual, emocional y psicológica, está apareciendo una cobertura que va más allá de lo institucional o administrativo. Es la acción de hombres con un llamado de Dios que hacen una tarea de consejería,

orientación, mentoreo, estímulo y oración sobre otros hombres con ese mismo llamado. Pastores que pasto-rean pastores.

¿Por qué en un sector importante de nuestra obra existe una resisten-cia a esta tarea? Sin pretender ser el dueño de la verdad, interpreto que parte de la respuesta es la mala apli-cación de la autonomía de la iglesia local. Aun con las lógicas diferencias de matices, como bautistas creemos en la autonomía de gestión de la iglesia local, sin la posibilidad de que ningún organismo externo –ni mucho menos el Estado– pueda reemplazar la gobernabilidad autó-noma de la iglesia. Pero este prin-cipio, que en sí mismo es bueno, neotestamentario y saludable, puede tornarse nocivo si se interpreta como una puerta abierta al “aislacionismo” al “independentismo”, a la terrible tentación ministerial de no relacio-narme con nadie, de no rendirle cuentas a nadie, etc., etc.

En nuestro país, en todas las denominaciones cristianas, existen ministerios sin cobertura real, o sea, “ministerios a la intemperie”. En algunos casos, porque las mismas organizaciones y misiones que los enviaron los abandonaron luego de un tiempo. No tengo la menor duda de que quienes los llevan a cabo son hombres y mujeres llamados por Dios a la obra ministerial. Pero, por diferentes razones, están a la

intemperie. De la misma manera que en una habitación o una casa cuando por alguna eventualidad se “vuela el techo” ese espacio queda a la intemperie y sufre las consecuencias de la lluvia, el frio, la nieve, etc., etc. Así existen hoy ministerios que están sufriendo la soledad, la angustia, el cansancio, y que necesitan cobertura para que no sigan sufriendo una experiencia que jamás estuvo en los diseños del Señor.

Si con una actitud de amor, humildad, servicio, entrega, dispo-sición y tolerancia, no asumimos de una manera doble (los que necesitan cobertura y los que están dispuestos a darla) este llamado, les estaremos dando acceso a “otras coberturas” extrañas, foráneas, y en muchos casos desequilibradas, que fi nalmente heri-rán a los ministerios que pretendían sanar.

Creo honestamente que el pastor Timoteo tenía “cobertura”, ya que la Palabra de Dios lo afi rma de manera explícita en los textos que encabezan este artículo. Como denominación, pongámonos los “pantalones largos” en este tema. Ya somos grandecitos para dar los pasos necesarios para que se terminen los “ministerios a la intemperie”; ya es tiempo de aban-donar el temor a los que serían cam-bios paradigmáticos. Son necesarios hacerlos, si queremos experimentar y apreciar el avance sostenido del Reino de Dios.y apreciar el avance sostenido del

EEB

Presidente de la Confederación Evangélica Bautista.

Pr. Néstor Golluscio

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Eclesiología >>

Una Iglesia de Una Iglesia de Una Iglesia de Una Iglesia de Una Iglesia de Una Iglesia de alto impactoalto impactoalto impacto

Hay un toque que necesitamos de Dios para recrear una nueva conciencia de nuestra vida y nuestra misión.

Si hay algo de lo que estoy seguro, en cuanto al enfo-que del ministerio, es que: “Dios no me ha llamado a

conservar lo que hemos alcanzado, sino a conquistar lo que nos falta”. Lo alcanzado incluye lo que hoy somos como denominación, como genera-ción del siglo XXI y como expresión local de la Iglesia. Esa actitud pasto-ral, de guardar lo que tenemos, de hacer lo que siempre hicimos, yo la llamo: “el síndrome de Gedeón”, quien creía que lo mejor que podía hacer era esconder de sus enemigos, los madianitas, los pocos granos de su cosecha.

Obviamente que Gedeón no tenía una visión de conquista, ni de avance, ni de alcanzar nuevas metas, ni de ampliar los límites. Él no se estaba planteando vencer a sus enemigos sino solamente sobrevivir de la manera menos dolorosa posible. Su política era salvar lo poco que le quedaba, conservar lo que tenía.

Él necesitaba un cambio de mentalidad, necesitaba nuevos

paradigmas que lo llevaran a actuar en forma diametralmente opuesta. Gedeón necesitaba dejar de ser:• Alguien que guarda lo poco en un

lugar seguro, para ser alguien que se arriesga por alcanzar todo lo que le ha sido prometido.

• Alguien atado por los miedos y temores, para ser alguien que infunde temor y miedo al enemigo.

• Alguien que cree que los días más gloriosos están en su pasado, para ser alguien que cree que lo mejor y lo más grande de Dios está en los días por venir.

• Alguien que se siente pequeño en el cumplimiento del propósito de Dios, por alguien que debía experimentar el respaldo, apoyo y cobertura del Señor.

• Alguien que cumple los manda-tos de sus padres terrenales, para cumplir el mandato de su Padre Celestial.

• Alguien que repite lo que hacían las generaciones pasadas, para ser alguien que asume la tarea de su generación.

Me llama poderosamente la atención cómo Dios trabaja sobre la autoestima y la negación de los hom-bres que Él ha llamado al ministerio: • A Moisés le destruye el argumento

de que es torpe de palabras, con el cual quería evitar asumir la gran-diosa misión que le tenía asignada.

• A Jeremías lo reprende por tra-tarse a sí mismo de niño débil e indefenso y le habla acerca de la tremenda fortaleza que venía sobre su vida y el gran desafío que iba a enfrentar.

• A Gedeón lo llama de una manera que jamás él había pensado de sí mismo, le dice “varón esforzado y valiente”.Hay un toque que necesitamos

del Señor para recrear una nueva conciencia de nuestra vida y nuestra misión. La Iglesia lo necesita, nues-tras ciudades lo están necesitando. Hoy no es sufi ciente con cuidar el rebaño de Jetro, Dios nos manda a la ciudad, a enfrentar a los faraones. Hoy no es sufi ciente con guardar los granos, hay que levantarse y

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Eclesiología •

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El Expositor

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Tel/Fax: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Cel.: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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Cheques o giros postales: a nombre de Convención Evangél ica Bautist a Argentina, Virrey Liniers 42, 5° piso, (1174) Ciudad de Buenos Aires. Tel /Fax.: (011)4864-2711;

e-mail: [email protected]

Bautista

enfrentar a los madianitas. Tanto Moisés o Gedeón, como Jeremías, fueron empujados por el Espíritu de Dios a una nueva actitud. Tuvieron que abandonar su posición cómoda, el lugar y el trabajo conocido, e ir a nuevos horizontes y a nuevos desa-fíos. Tuvieron que cambiar la actitud pasiva, defensiva y tomar una actitud proactiva.

Es que en cada tiempo, cuando el vino ha perdido el poder del fer-mento, el Señor levanta una nueva cosecha y produce un Vino Nuevo que requiere de Odres Nuevos. A Dios no le da igual cualquier igle-sia, Él hizo diferencia entre iglesias tipo “odres viejos” y las tipo “odres nuevos”. • Las primeras son adoradoras del

pasado, mientras que las segundas son hacedoras de historia.

• Las primeras quieren satisfacer a las generaciones pasadas, las segun-das quieren alcanzar a las nuevas generaciones.

• Las primeras se sienten perturbadas por el cambio, las segundas están dispuestas a cambiar con tal de ser efectivas.

• Las primeras son nostálgicas, las segundas son soñadoras.

• Las primeras son conformistas con lo recibido y lo hecho, las segundas son disconformes, insatisfechas, insaciables, porque quieren más de Dios.El Señor no se conformó con las

excusas de Moisés, ni de Gedeón ni de Jeremías. Los reprendió, los sacu-dió, los desafi ó y les hizo ver que era posible la misión que les encomen-daba. Estos tres líderes afectaron su tiempo, su generación, impactaron fuertemente sobre la historia, dejaron una marca profunda.

Estoy convencido de que nos hace falta tanto un liderazgo como una Iglesia de alto impacto en varias áreas del ministerio:

• Una Iglesia de alto impacto en el cielo, por medio de una alabanza poderosa.

• Una Iglesia de alto impacto en la sociedad, predicando con exce-lencia un Evangelio de poder.

• Una Iglesia de alto impacto en el infi erno, porque ejerce la autori-dad y el poder de Cristo.

• Una Iglesia de alto impacto en la vida de las personas, por el amor, el servicio y la humildad.

• Una Iglesia de alto impacto frente a los desafíos de una socie-dad sin Dios.

Un barco puede estar tranquilo, a salvo y sin riesgo en el muelle. Pero no es para eso que se hizo el barco…

Las primeras son nostálgicas, las

Iglesia Jesús es Rey, Neuquén, Argentina.

Pr. Hugo O. Márquez

salvo y sin riesgo en el muelle. Pero no EEB

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Realidad nacional >

¿Qué podemos ¿Qué podemos ¿Qué podemos hacer los cristianos?hacer los cristianos?hacer los cristianos?Alrededor del año 587 a.C.

los babilonios invadieron Judá destruyendo Jerusalén y el templo hecho por Salo-

món. Fueron tres las campañas mili-tares contra Judá, llevando cautivos cierto número de judíos a Babilonia. En la primera deportación se llevaron a Daniel, Sadrac, Mesac y Abed Nego.

Unos 70 años después, Ciro, rey persa que había derrotado a Babilo-nia, autorizó a los judíos para regresar a Jerusalén y reconstruirla junto con el templo, bajo la dirección de Zorobabel.

Al ser reconstruido el templo, los sacrifi cios y ofrendas también fueron restaurados, y por un tiempo parecía que la situación había mejo-rado y Judá volvía a ser la nación bendecida por Dios. Pero el pueblo volvió a cometer los pecados por los que el Señor había juzgado a sus antepasados; se descuidó el templo, los sacrifi cios y las ofrendas cesaron, comenzaron a adoptar prácticas reli-giosas y costumbres de las naciones vecinas relacionándose y emparen-tándose con ellas.

La situación religiosa, social y política en Jerusalén se tornó deplo-rable; las murallas seguían destruidas permitiendo la violación del Día de Reposo por los pueblos vecinos (13:16).

Mientras tanto, un judío llamado

Nehemías, estando en Persia, oyó hablar de la triste situación de su patria (1:3) y sintió que debía hacer algo. Este sentimiento lo conmovió hasta el llanto (1:4). Sabemos por la historia que él no era débil ni llo-raba por cualquier cosa, pero sintió una pesada carga que lo llevó a un período de ayuno y oración profun-damente preocupado por su nación.

Pero el pueblo volvió a cometer los pecados por los que Dios había

juzgado a sus antepasados.

Quisiera que pensemos ahora en nuestra patria y nuestros gobernantes en general. Nos estamos apartando cada vez más de Dios y su Palabra,

aun de los principios mencionados por los forjadores de nuestra nación en su declaración: “... invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia…”, con leyes que abiertamente van en contra del Señor y su justicia. Matrimonios del mismo sexo, derecho de adopción a favor de estos mal llamados “matrimonios”, abortos no punibles ya concedidos en algunos casos y tal vez pronto legalizados en general como ocurre con la eutanasia, despenalización del consumo y venta de marihuana, etc.

La ley 26.657, mal llamada “contra la xenofobia”, apoya estos actos promoviendo y alentando expre-siones agraviantes con solicitadas y denuncias en contra de las personas o instituciones que, sin condenar a los

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Realidad nacional >>

Consideraciones sobre la realidad nacional basadas en la lectura del libro de Nehemías.

“atados” a esos conceptos errados, les ofrecen ayuda afirmando que Dios en Cristo puede liberarlos, haciéndoles ver que esto no es lo que Él espera de una nación que dice ser cristiana.

Cito como ejemplo en nuestra provincia, Misiones, el caso contra los pastores Silvia y José Luis Cinalli, invitados por la Municipalidad de Oberá a dar un taller sobre Abuso Infantil, los días 12 y 13 de abril de 2013, que dio lugar a repudios, solici-tadas y manifestaciones en contra por el solo hecho de que en su Facebook “los Cinalli” ofrecen ayuda restau-radora en Cristo a homosexuales y lesbianas que lo soliciten, aunque esto no tenía nada que ver con el taller que realizarían.

En los diarios que leí –Primera

Edición y El Territorio (12/04/13)– cada uno dedicó una página para sacar a la luz y resaltar las críticas y acusaciones del INADI, la Aso-ciación de Lesbianas, Gais y Tran-sexuales (LGBT), y otros. Leandro Kibysz impulsó una campaña digital para cancelar el taller, y a las pocas horas ya contó con 2.500 adherentes. Según Kibysz, cada uno se transfor-maba en un mail enviado a las direc-ciones personales de la Sra. Mirta Hartfield, directora de Cultura de la Municipalidad de Oberá, y el Sr. Ricardo Rindfleisch, su intendente, pidiendo la cancelación del evento.

Wladimir Pérez, delegado del ASFCA y Kibysz, en una solicitada, afirmaron que el taller infringía la ley 26.657 y promovía e incitaba a la

intolerancia, el odio y el crimen. “La organización de los derechos huma-nos” también se declaró en contra con acusaciones erróneas.

Tengo 81 años, y estoy cansado de escuchar manifestaciones de esta organización “benéfica” que siempre sale en defensa de revoltosos, agita-dores y hasta asesinos; pero jamás oí de “las obligaciones humanas” que deberían ser tenidas en cuenta y formar parte de esta organización. Rechazaron de plano el taller que trataría uno de los f lagelos más duros de nuestra sociedad, el “abuso infantil”.

Apenas unos días después, surgió el problema en Pozo Azul, sobre el desalojo a familias asentadas en tierras que tal vez habían ocupado ilegítimamente, pero que aunque durante años estuvieron edificando casas, galpones, criando animales etc., tuvieron que abandonar todo quedando a la vera de la ruta y nadie de esta organización “benéfica” se acercó a ofrecerles ayuda u orienta-ción a su problema para solucionarlo.

Para comprender en parte el com-portamiento de estos “defensores” de los actos desviados y aberrantes, le invito a leer con atención Romanos 1:18-32.

Como saben que algunos homo-sexuales y lesbianas sufren en esa situación y buscan liberación, a

Iglesia Evangélica Bautista en Eldorado, Misiones.

Juan Carlos Kolln

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Realidad nacional •

través del temor y engaños insisten en ocultarles la ayuda, cumpliéndose así lo que dice el fi nal del versículo 32: “sabiendo que el castigo que Dios impone a estos delitos es la muerte, sin embargo, continúan convir-tiéndolas o incitando a otras a cometerlos también” (Biblia al Día).

Frente a estos atropellos y proble-mas, los cristianos no podemos usar la violencia ni los enfrentamientos. Tal vez deberíamos ocupar más tiempo en la oración y ayuno con sincera afl icción constante en nuestra vida privada, no solo participar de manifestaciones o veladas de oración conjuntas donde algunos creyentes asisten por compromiso, pero en sus oraciones privadas no lo hacen y oran como se hace en general: “Dios bendice a nuestros gobernantes”.

Usted, estimado lector o lectora, ¿cree que el Señor puede bendecir a quienes practican coimas, robos, mentiras, falsas promesas, sobornos, acomodos políticos en la designa-ción de cargos públicos e injusti-cias? La Biblia ordena orar por los gobernantes “para que vivamos con tranquilidad y reposo en toda piedad y honestidad” (1 Timoteo 2:2), no pedir que Dios los bendiga en sus pecados, ya que mientras los sigan practicando no podremos vivir en tranquilidad y reposo. Debemos orar que Él les hable, les muestre sus pecados y, si no obedecen, que los castigue.

Nehemías oró y ayunó (1:4), sintió tanto dolor que afectó su salud. Él reconocía que Dios era poderoso y podía hacer todo; se aferró a sus promesas de que Judá debía ser de bendición a los demás pueblos. La preocupación por su país lo consu-mía, le destrozaba el corazón, perdía

el sueño, los que lo conocían se daban cuenta de ello (2:2). Entonces, ¿qué hizo? No se escapó yendo a Jerusalén, no inventó algún motivo para irse de Persia, no permitió que sus respon-sabilidades diarias lo distrajeran de la carga de su corazón, simplemente esperó en el Señor hasta que Él le indicó con claridad qué hacer.

¿… Dios puede bendecir a quienes practican coimas, robos, mentiras,

falsas promesas, sobornos, acomodos políticos en la designación de cargos públicos, e injusticias?

Nehemías tuvo que esperar cuatro meses (1:1; 2:1) para tener respuesta. Era el copero del rey cuyos antepasa-dos habían destruido a Jerusalén y su templo, destrozando sus murallas, las que él quería reconstruir. Sabía que sin la intervención divina era imposible que el rey le autorizara ir a reconstruir la muralla y el estado espiritual de su pueblo que rompían su corazón (1:10-11). Dios contestó su oración y el rey Artajerjes autorizó a Nehemías a cumplir su deseo pese a todos los problemas que tuvo que enfrentar venciéndolos con la ayuda del Señor.

Primero, fueron resueltos los problemas internos (5:1-13), luego los externos (4:1; 3:11,12). Y en

cincuenta y dos días fueron restau-rados los muros (6:15).

Protegidos desde lo exterior comenzaron, junto a Esdras, la res-tauración y reforma espiritual, social y política interior (cap. 8 y 9). El capítulo 10 describe la promesa pac-tada y fi rmada por los dirigentes del pueblo de volver y permanecer en los caminos de Jehová, rompiendo todos los vínculos, parentescos y prácticas religiosas con los pueblos vecinos.

Como nación, estamos en las mismas condiciones religiosas, socia-les y políticas de Judá: la muralla de la ética, moral, justicia y honestidad está destruida y debemos tratar de reconstruirla.

…la muralla de la ética, moral, justicia y honestidad está destruida y debemos tratar de reconstruirla.

En el aspecto interior, la pobreza, miseria, desdicha de los margina-dos son graves. Pero, lo más grave, el mayor problema, son nuestros gobernantes, que con su soberbia y orgullo, sin tomar en cuenta a Dios y su Palabra, arrastran al pueblo a aceptar y aplaudir sus actos corruptos en resoluciones y leyes alejadas del Señor y su voluntad, a cambio de falsas promesas y algunas dádivas de dinero mal habido y ajeno.

Frente a esta situación, ¿qué podemos hacer los cristianos? Lo que hizo Nehemías: sentir nuestra responsabilidad personal como una carga que afecte nuestra vida; clamar a Dios en ayuno y oración pidiendo que Él n os muestre cómo obrar y cómo esperar en Él.que Él n os muestre cómo obrar y

EEB

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Sociedad >•

Operación AnticristoOperación AnticristoOperación AnticristoOperación AnticristoOperación AnticristoOperación Anticristo

Hace pocos días, el papa Francisco arremetió contra los corruptos, declarando que son “el Anticristo”,

“un peligro, porque son adoradores de sí mismos, solo piensan en ellos y consideran que no necesitan de Dios”.

Si bien la profecía bíblica describe a una persona como la encarnación del Anticristo, también menciona una serie de características de aque-llos que adoptarán su perfi l, aunque no lo relacionen con un poder supe-rior, subyugante y dominante.

Ricardo Gondim, escritor resi-dente en San Pablo (Brasil), declara que el peor de los males que acosa y destruye a personas, familias, empre-sas y naciones es la maledicencia, la calumnia, el chisme. Alguna dosis de verdad deberíamos atribuirle al citado autor, cuando vemos que en canales de TV, revistas y literatura de actualidad predominan y abun-dan productos, propuestas, mensajes donde la difamación, la sospecha y la calumnia tienen cabida.

El que calumnia y maldice no queda satisfecho con solo arruinar una reputación sino hasta aniquilar la historia misma de la persona en cuestión. El calumniador hurga en la intimidad ajena para destruir lo que él no tiene. Se alimenta de noticias estancadas, como una hiena en busca de carroña. La calumnia se nutre de situaciones que deberían

permanecer en el mar del olvido. El calumniador/a no inventa, más bien agranda, apelando a su especialidad de imaginar, usando la insinuación y la sospecha: “por algo será...”.

A esta altura del relato, cada cual habrá aumentado su lista de nombres a quienes les asignan este perfi l. Nuestros referentes, como ciudadanos, siempre han estado entre los líderes sociales, del arte, la religión, los gobernantes, etc. No obstante, hoy la difamación y la mentira han invadido la vida y costumbres de quienes debieran ser imitados, principalmente por las nuevas generaciones.

E l / l a c a l u m n i a d o r /a e s escurridizo/a, utiliza el discurso fl o-rido, grandilocuente, “épico” para solaparse de sus actos fallidos. “Divide y reinarás” es la consecuencia de los chismes desparramados, que cubren el alma mezquina del detractor. Como indica José Ingenieros, el que calum-nia “busca empañar la reputación del otro para disminuir el contraste con la propia”. El calumniador/a necesita cómplices y solo opera en grupo, con individuos de corazones diminutos, donde desparrama el virus de la noti-cia imprecisa y la promesa que nunca se cumple. Luego se limita a controlar que su maquinación corra sospechosa por boca de los simplones y aplaudi-dores insensatos. El calumniador/a espera la caída de quien, en el fondo, admira. Después de la desgracia del

otro, cree que no existe nadie más por encima de él/ella.

Algunas conclusionesLa “lengua” es un fuego, muchas

veces inf lamado por el mismo infi erno. Para acabar con alguien no hace falta más que una simple insi-nuación y un gesto de vacilación. La intención del maldiciente es escuchar el secreto y dejar en el aire el interro-gante: “¿Será, te parece que fue así?”.

El libro de los Proverbios es termi-nante cuando detalla las conductas que despiertan la ira de Dios: “Los ojos soberbios, la lengua mentirosa, las manos que derraman sangre ino-cente, el corazón que trama planes perversos, los pies que corren con rapidez hacia el mal, el testigo falso que dice mentiras y el que siembra discordias entre sus hermanos”.

En tiempos difíciles para la vida de los argentinos, sus familias y descen-dencias, la demanda trascendente es: rechazar la mentira, proponerse vivir en la verdad, exigirnos a nosotros y a nuestros líderes conductas decentes y bienhechoras, y oponernos a todo canto de sirena que nos cautive para robar nuestros sueños, nuestra fami-lia y sus valores universales. Si todos aportamos con nuestra honestidad, tendremos victoria sobre la Opera-ción Anticristo.(*) Orientador Familiar. Publicado con permiso

del autor. [email protected]

Rubén Panotto (*)

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Marketing >

Algunas ideas del ámbito empresarial que pueden aplicarse a organizaciones cristianas como convenciones,

asociaciones, hogares e iglesias locales.

Lo más difícil: Lo más difícil: Lo más difícil: Delegar funcionesDelegar funcionesDelegar funciones


aplicarse a organizaciones cristianas como convenciones, asociaciones, hogares e iglesias locales.

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Marketing >>

Los empresarios se quejan cons-tantemente de la “resistencia al cambio” que encuentran en sus empleados, que supone

una enorme traba para la evolución de la empresa y la adaptación de la misma al momento “que toque”. Sí, claro, pero… ¿y ellos qué? ¿Acaso un empresario no tiene una enorme resistencia a delegar funciones? Pues ese también es un cambio, y bas-tante difícil de abordar a juzgar por los comentarios que lo reafi rman. Veamos este asunto dando una visión “psicológica” del tema, pues me temo que este enfoque es el más válido para superar esta enorme traba.

Detrás de la delegación de fun-ciones se encuentra un sentimiento muy poderoso: el miedo. Miedo a que otras personas no ejerzan sus tareas con la misma responsabilidad que uno mismo. Miedo a que otras personas no sepan entender el know how(*) del empresario y produzcan una alteración sustancial de los valo-res de la compañía. Miedo a perder el control y emprender un camino hacia un precipicio. Miedo, miedo, miedo.

Todos los miedos están justifi -cados, pero no por ello podemos permitir que nos bloqueen y frenen el cambio. Cuando un empresario se siente desbordado, el miedo sola-mente le sirve para consolidar una situación que no es buena ni para la empresa ni para él como persona. ¿Qué hacer en este caso? Vencer al miedo. Algo muy fácil de decir pero muy difícil de hacer.

Una sugerencia: la empresa es una suma de funciones (administrativa, producción, comercial, recursos

humanos…), algunas de las cuales añaden valor al producto fi nal y otras no. Todas son necesarias, eso sí, pero no todas son útiles para el crecimiento de la empresa. Por ejemplo, la función administrativa hay que hacerla y de ella depende el correcto engranaje del resto de piezas del puzzle empresarial. Eso sí, de cara al cliente la gestión administrativa tiene una importancia menor que la gestión en la producción (la calidad fi nal del producto, los ajustes en el plazo de entrega…), por lo que la repercusión en la imagen de valor de la empresa depende más de la segunda función que de la primera. Si tuviéramos que delegar responsa-bilidades, ¿por cuál de esas dos empe-zaríamos? Esta puede ser una buena metodología para diferenciar entre lo delegable y lo crítico: determinar qué funciones añaden valor a la compañía y cuáles no.

El sentido común nos dice que a la hora de delegar responsabilidades se debe empezar por aquellas que no aportan valor a la empresa de cara al cliente. Por ejemplo, la gestión fi nanciera, aun siendo importante, no añade valor al producto fi nal. Un empresario (de una PyME, se entiende) puede hacer con ella dos cosas: buscar a un buen director fi nanciero, de confi anza, y delegar en él toda la gestión económica o externalizar esta función. ¿Cómo vencer el miedo a esta pérdida de poder? Mentalizándose de que lo que se saca por un lado (lo que se delega) permitirá a quien asumía esa tarea tener más tiempo para dedicarlo a las otras tareas críticas. Eso cambia

Marketing.

Juan José Romero Crusat

el planteamiento mental: donde antes se veía una amenaza (pérdida de una función) ahora se ve una oportuni-dad de desarrollo del verdadero valor de la compañía (mayor dedicación a las tareas importantes).

Si poco a poco voy realizando esa transición, al fi nal del trayecto el empresario se encontrará totalmente enfocado a las tareas críticas de su empresa y se habrá sacado de encima funciones que le consumían tiempo pero que no reportaban valor al nego-cio. Su tiempo será más productivo y su satisfacción también, por no hablar del aumento de competitivi-dad que pueda derivarse al enfocar los recursos hacia las auténticas fun-ciones que añaden valor al cliente.

La frase que resume todo esto es sobradamente conocida: “Quien mucho abarca poco aprieta”. El secreto está en saber soltar partes sin que ello suponga un remordimiento de conciencia, y ello pasa por delegar funciones que no aportan valor al negocio y centrarse en las realmente importantes. Es un cambio psicoló-gico enfocado a vencer los miedos y encontrar oportunidades donde antes solo se veían problemas.

(*)Adaptado de www.inyes-latino.comKnow how es una expresión inglesa

usada en el mundo de la publicidad y el marketing para indicar que un profesio-nal o una marca tiene experiencia en su campo y sabe realizar una tarea debido a que lleva mucho tiempo haciéndola. Su traducción literal es saber cómo, aunque sería mejor traducirla como saber hacer o mejor aun, conocimientos prácticos.

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Trabajo en Trabajo en Trabajo en equipo… ¿Seguro?equipo… ¿Seguro?equipo… ¿Seguro?

El trabajo en equipo, una

alternativa que, como todo, tiene

sus pros y sus contras.

Marketing.

Juan José Romero Crusat

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Marketing •

A la hora de resolver ciertos problemas de a lcance tenemos varias alternati-vas: delegar en una per-

sona la responsabilidad de la toma de decisiones o formar un equipo multidisciplinar que estudie el caso y proponga una solución. Me temo que en la actualidad se abusa demasiado del trabajo en equipo, una alternativa que, como todo, tiene sus pros y sus contras. Hoy hablaré de los contras, porque los pros son sobradamente conocidos.

1. Decisiones de consenso.

La primera consideración que tenemos que contemplar es que las decisiones de los equipos suelen ser decisiones de consenso. Dicho de otro modo, se suele huir de los extremos y buscar una alternativa que contente a todos. ¿Es eso lo que estamos buscando? En ocasiones sí y en ocasiones no. Supongamos que lo que necesitamos es una propuesta para una estrategia de producto. Habrá personas más imaginativas y arriesgadas y otras más clásicas y con-servadoras. Si la resolución intenta contentar a todos… ¿no podríamos pensar que se trata de una solución “mediocre” en el sentido de que des-precia lo mejor de ambos extremos? Desprecia las soluciones originales que podrían suponer una ventaja frente a los competidores y también las soluciones tradicionales de las que se sabe que siempre (?) funcio-nan. Una alternativa para evitar este problema es usar otras herramientas, como pedir a cada participante que proponga sus ideas al coordinador de modo individual y luego sea este el que tome la que crea más pertinente; con las matizaciones que considere

(incluso con incorporaciones de varias personas) pero sin tener que optar por una decisión de consenso.

2. Agilidad en la toma de decisiones.

Esta es la segunda cuestión. Cuanta más gente impliquemos en el desarrollo de una propuesta, más riesgo tendremos de convertir el pro-ceso en un “paseo de rinocerontes”. Si el objetivo es obtener una respuesta rápida, debemos valorar si la meto-dología de trabajo en equipo es una buena alternativa y, en caso afi rma-tivo, vigilar mucho la cantidad de componentes que integran el equipo.

3. Lugares donde prefi eren vivir los vagos.

Otro problema suele ser que los equipos de trabajo son los “lugares en donde prefi eren vivir los vagos”. Cuando ponemos a diez personas a tirar de una cuerda, ¿cómo tenemos la seguridad que todos se esfuerzan lo mismo? Yo he sido testigo de reuniones en las que ciertos partici-pantes llegan con un trabajo previo realizado –unas anotaciones, unos bocetos– y otros llegan con las manos en los bolsillos dispuestos solamente a escuchar lo que los otros ya pensaron.

No quiero con este post decir que los equipos de trabajo no son una buena solución para tomar decisio-nes. Por favor, no malinterprete mis palabras. Simplemente quiero llamar la atención de sus inconvenientes, que los tienen exactamente igual que cualquier otra herramienta.

Un ejemplo real.Finalizaré con un ejemplo real

que tuve que “padecer” hace seis

meses. Resulta que se formaron unos grupos de trabajo con el objetivo de resolver una serie de problemas. El directivo correspondiente decidió que yo coordinaría uno de los grupos, y lo primero que hicimos fue decidir un calendario de trabajo que nos permitiera tener las soluciones en el plazo estipulado. Nuestro equipo estaba integrado por cinco miem-bros, y la metodología consistía en aportar una propuesta cada uno, compartirlas y tomar un día para resolver el problema. El primer caso no fuimos capaces de solucionarlo en el plazo previsto porque uno de los miembros no realizó su aporte, lo que nos bloqueó todo el desarrollo. Intu-yendo que la situación se iba a repetir, planteamos el problema al directivo y solicitamos la exclusión de la persona “morosa”. Por suerte aceptaron nues-tra propuesta y pudimos continuar sin más contratiempos.

Les pregunto… ¿se imaginan si no hubiéramos podido excluir a esta per-sona? Tendríamos que haber seguido por nuestra cuenta, ignorándolo, pero eso sí, el resultado fi nal fi guraría como consecuencia del trabajo de los cinco, incluso del que nos falló. Trabajo de unos, mérito de todos.

El trabajo en equipo es una metodología más,

no una obligación.

Lo más importante es no olvidar nunca que el trabajo en equipo es una metodología más, no una obli-gación. Hay varias alternativas para solucionar problemas, y se debe optar por cada una en función del objetivo que se persiga. Esta es, al menos, mi impresión.

Adaptado de Industria y Estrategia,www.inyes-latino.com

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Testimonios >

Milagro en la Milagro en la Milagro en la avenida Rivadaviaavenida Rivadaviaavenida Rivadavia

Historia reciente de la que por casi 100 años fue la tradicional librería del mundo bautista en la Argentina.

Un poco de historia

Hace poco más de diez años la Casa Bautista de Publicaciones (CBP), de El Paso, Texas, dio instruc-ciones de cerrar la librería bautista que funcionaba en la Av. Rivadavia al 3400. Luego de que estuviera cerrada durante un año y medio, la CBP sugirió a la Confederación Evan-gélica Bautista (CEB) que se hiciera cargo de ella, pero esta consideró la tarea incompatible con sus funcio-nes. Entonces, desde la misma CEB sugirieron el nombre del pastor Juan Calcagni para que se hiciera cargo de la sucursal en Buenos Aires, ya que lo conocían por su trabajado con la Confederación durante seis años.

Secretario de Redacción. Texto y fotos.

Roberto Martín

“Los años 2001 y 2002 eran muy difíciles –relata Calcagni–. Luego de algunas dudas, con Gabriela, mi hija, aceptamos el desafío”. Pero, hacerse cargo de la librería, solo signifi caba liquidar lo que quedaba de merca-dería, y nada más. Aun así, y con el panorama bastante oscuro, comen-zaron a solicitar materiales a otras casas editoras. Mientras que el edifi cio frente a la estación Loria del subterrá-neo quedaba vacío, la Confederación Evangélica Bautista le ofreció a Juan y Gabi usar el tercer piso de su cede en Virrey Liniers 42, CABA.

“Y allí comenzamos nuevamente con la librería. No teníamos dinero, no teníamos cartel, no teníamos

vidriera, nada –cuenta Calcagni–.Y mandábamos correos a las iglesias bautistas invitándolas a visitarnos”. Hoy la empresa tiene un listado de contactos que puede ser la envidia de muchos.

El hoyEl esfuerzo pronto dio sus frutos,

a tal punto que lograron trasladarse nuevamente a Rivadavia 3474. Hoy el local está muy bien surtido, con un capital importante en libros y otros materiales, provenientes de las editoriales más renombradas.

“Lo que heredamos y aprendimos de Juan (Calcagni) –dice Santiago

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Testimonios >>

invitó a Expolit, en Miami, EE.UU. Asistimos Gabriela, Santiago y yo, entre otros. Y en una reunión muy concurrida nos distinguieron como el “Distribuidor de mayor creci-miento en el año 2012 en la región de América del Sur’”.

Crisis y bendición“Cuando nos enteramos de las

nuevas disposiciones para impor-tar implantadas por el Gobierno Nacional, al principio nos quedamos ‘helados’”, dice Gabriela Calcagni. El tema era realmente muy complejo para la librería y no se sabía cómo abordarlo. Tanto esfuerzo… Una pri-mera solución fue producir algo en la Argentina. Y con esa idea, desde hace dos años están elaborando su propia línea de productos, que ya cubre el 20% de toda la facturación.

“Además –continua Gabi – el Señor le dio un giro inesperado a

las cosas, y como resultado durante 2012 importamos el doble de lo que habíamos ingresado durante 2011, cuando en principio las perspectivas nos indicaban que importaríamos solo el 50%”.

“Debemos dar las gracias a la editorial cristiana ACES por su soli-daridad –agrega Santiago–, porque al tener cupo de importación a favor lo compartió con nosotros. Además, un milagro del Señor fue el llamado desde la Cámara del Libro para ofrecernos más cupo aun. ‘Queda un sobrante de cupo –nos dijeron–, y de todas las editoriales queremos dárselo a ustedes’”.

El futuroEl equipo está enfocado en seguir

desarrollando y creciendo con sus pro-pios productos que tienen un enorme potencial. La serie “Semillitas” para niños, el calendario y la agenda “Todo

Vázquez, yerno de Juan– es a trabajar bien, con honestidad, cumpliendo con todo. Y esto es lo que nos per-mitió ganar cada vez más confi anza con nuestros proveedores”. Aunque arrancaron trabajando solo con la editorial Mundo Hispano, hoy ya cuentan con un catálogo con más de 6.000 productos: materiales de vida cristiana, estudio bíblico, adultos, jóvenes y niños, hasta “regalería” en general, procurando cubrir todas las necesidades de una iglesia local. Hoy se importan productos de editoria-les como Portavoz, Nelson, Bíblica Internacional, Unilit, Life Way, Hollman y otras.

Un premio merecido“Durante estos años, hemos

recibido varios reconocimientos a nuestra labor –cuenta Juan–. Pero este último premio nos llena de orgullo. La editorial Portavoz nos

Gabriela Calcagni

Santiago VázquezJuan Calcagni

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Testimonios •

es Posible” son productos magnífi cos. Pero, el sueño que vienen acariciando desde algún tiempo es volver a editar libros. “Tenemos un proyecto factible e inminente de reeditar libros, por ejemplo del Dr. Arnoldo Canclini”, comenta Gabi. También piensan en reeditar algunos de los buenos títulos de ABAP, que la gente sigue solicitando.

Santiago reconoce que, a pesar de las difi cultades, “lo que el Señor nos permitió lograr es traer libros y ponerlos en las manos de las per-sonas, además de hacer nuestros propios productos y llenar algunos huecos que a la Iglesia le estaba fal-tando en el rubro literatura”.

Pero, hurgando un poco entre los sueños de Juan, Gabi y Santiago, descubrimos algo que es, como dicen los afi cionados al fútbol, “jugar en primera”: el sueño de exportar

sus productos desde la Argentina hacia el mundo. Tal vez, en primera instancia, a los países limítrofes, y luego avanzar hasta donde el Señor diga. “Anhelamos convertirnos en un punto de producción de materiales cristianos”, agrega Santiago.

A su imagen“Tradicionalmente, y durante casi

100 años, esta fue la librería del mundo bautista; vendíamos casi exclusivamente productos de la Casa Bautista de Publicaciones”, relata Calcagni. Pero, en Texas se dieron cuenta de que la palabra bautista encasillaba demasiado a la gente, y otros grupos evangélicos compraban muy poco o no compraban por esa razón. Entonces pensaron en cambiar el nombre de la empresa por Mundo Hispano, para que se entendiera que

los productos eran para todos los creyentes en Cristo.

Y en la Argentina el cambio también llegó. La librería dejó de ser representante exclusivo de Casa Bautista de Publicaciones/Mundo Hispano, pasando a distribuir pro-ductos de todo el espectro editor evangélico internacional. Además, “ahora nuestra librería se llama A su imagen. Refl ejando el amor de Dios. Gran compromiso para nosotros, y este es nuestro desafío”, comentó Juan.

ConclusiónY el milagro en la avenida

Rivadavia se produjo. Con mucha oración y mucho esfuerzo la librería está en marcha, para honra y gloria del Señor, y para servicio a todo el pueblo cristiano. del Señor, y para servicio a todo el

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Personal de librería

Con Semillitas

Vista parcial de la librería

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Noticias >•


26 de junio

Día Internacional de Día Internacional de Día Internacional de la la la Lucha contra el Uso Lucha contra el Uso Lucha contra el Uso Lucha contra el Uso Lucha contra el Uso Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfi co Indebido y el Tráfi co Indebido y el Tráfi co

Ilícito de DrogasIlícito de DrogasIlícito de DrogasEn el Día Internacional de

la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfi co Ilí-cito de Drogas, la Alianza

Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) una vez más adhiere y llama a la sociedad toda a tomar conciencia del daño que causan las drogas ilícitas, la necesidad de prevenir su uso, como así también ayudar a impedir que haya personas que se benefi cian con su tráfi co.

Como en años anter iores, ACIERA, en nombre de las miles de iglesias que representa en el país, se pliega a este día en la lucha para la prevención poniendo en alto los valores bíblicos del cuidado de la vida. En este sentido, respaldamos la

tarea de la Red Nacional Cristiana de Rehabilitación, capacitación y prevención de las adicciones, Pro-grama Vida. Esta red de más de 100 centros de labor a favor de la vida en todo el territorio nacional desarrolla su actividad en colaboración con las iglesias y comunidades terapéuticas con base de fe evangélicas.

ACIER A también adhirió al Precongreso Internacional de Pre-vención de Adicciones en Pob la-ciones Vulnerables, organizado por el Gobierno de la provincia de San Juan, la Universidad Nacional de San Juan, la Municipalidad de Rawson y la Fundación MancomunYdad. El mismo se llevó a cabo en el auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca

Nacional, contando con la partici-pación del Pr. Christian Hooft en representación de ACIERA, quien expuso sobre la labor evangélica en el tema de adicciones.

Rogamos a Dios por aquellas personas que fueron alcanzadas por este fl agelo, para que puedan encon-trar oportuno socorro a los pies de la Cruz y que, mediante centros de rehabilitación integral puedan inser-tarse nuevamente en la sociedad con sobriedad y conciencia plena, para ayudar a otros y prevenir con mayor compromiso con la vida.

Consejo Directivo de ACIERA www.ACIERA.org

26/06/2013

Día Internacional de Día Internacional de Día Internacional de

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Por último >•

La esperanzaLa esperanzaLa esperanza

“P or lo cual, queriendo Dios mostrar más abundantemente a los herederos de la promesa

la inmutabilidad de su consejo, inter-puso juramento; para que por dos cosas inmutables, en las cuales es imposible que Dios mienta, tengamos un fortí-simo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y fi rme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo,

donde Jesús entró por nosotros como precursor, hecho sumó sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec” (Hebreos 6:17-20).

Cuán grande y signifi cativa es la esperanza que tenemos en Cristo Jesús. El Hijo de Dios se hizo hombre, se humilló a sí mismo, se hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz, para darnos vida plena, completa, abundante.

El mundo está en problemas; “vaya novedad”, pensará usted. Cada

día se escucha de más violencia, muerte, destrucción. La maldad no se detiene, la gente sufre, carece de fuerzas para encontrar esperanza, los poderosos oprimen, la injusticia se impone.

En Génesis 6:5 leemos: “Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del cora-zón de ellos era de continuo solamente el mal”. Tremendo lo que Dios observa y defi ne sobre el hombre.

Este desorden en el corazón de las personas hoy permanece en la misma condición que hace miles de años atrás.

La sociedad está enferma por el pecado, y la Biblia, en la carta a los Hebreos, nos sostiene por la esperanza que solo se encuentra en Jesucristo.

Viendo tantas cosas que destruyen al hombre, los hijos de Dios conta-mos con un mensaje de esperanza, de vida, trascendente, que viene del Padre de las Luces, quien nos ama con amor eterno, que nos hace hijos de Él.

En medio de tanta pobreza espi-ritual, ¡¿cómo no ser testigos del amor de Dios, mostrando un cora-zón trasformado por la gracia del Señor, para bendición de muchos?! Prediquemos el Evangelio en todos los ámbitos donde nos movemos; la gente necesita la Palabra de gracia, de misericordia, de amor, que solo se halla en el encuentro personal con Jesucristo.

La vida es el valor más preciado de las personas; demos testimonio de la esperanza eterna que es Jesús.Dios nos bendiga.

Secretario Ejecutivo de la Confederación Evangélica Bautista

Jorge Ferrari

EEB

El Expositor Bautista

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