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PLIEGO Osoro tiene un plan: ilusionar a Madrid Formar misioneros para enviarlos a la misión EL SÍNODO CAMBIA EL PASO Del 31 de octubre al 6 de noviembre de 2015. Núm. 2.962 · 4 e RUBÉN SALAZAR. Cardenal arzobispo de Bogotá y padre sinodal El diálogo vence a las presiones en el debate sobre la familia 153858 VidaNueva.es “Se han combinado bien los extremos”

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PLIEGO

Osoro tiene un plan: ilusionar a Madrid

Formar misioneros

para enviarlos a la misión

el sínodo cambiael Paso

Del 31 de octubre al 6 de noviembre de 2015. Núm. 2.962 · 4 e

RUBÉN SALAZAR. Cardenal arzobispo de Bogotá y padre sinodal

El diálogo vence a las presiones en el debate sobre la familia

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VidaNueva.es

“se han combinado bien los extremos”

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VidaNueva.es

5Editorial

7 Entre Marta y MaríaY ahora, manos a la obra, por María Álvarez de las Asturias

8A fondo Abrazo a las familias

18Iglesia en España Manuela Carmena desafía el laicismo de Podemos con su asistencia a la misa de la Almudena

23PLIEGO Formar misioneros para enviarlos a la misiónIsidoro Sánchez

32En vivo La última escuela de Don Bosco

34Iglesia en el mundo Amerindia convoca en Brasil el II Congreso Continental de Teología

42Cultura El violinista que hipnotiza a los niños

44Cine Little Boy

45Libros. Edición especial mensual

50La última Los terrores del pasado, por Jesús Sánchez Adalid

▶sumario

31/10-6/11/2015 NÚMERO 2.962

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Portada: El Papa abandona la sesión final del Sínodo de Obispos sobre la Familia. CNS/Paul Haring

JOSÉ BELTRÁN

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miércoles. Veo más mendigos que nunca en los aledaños a San Pedro. O han aumentado en número o no se les esconde. Francisco ha hecho mucho por lo segundo. Dignificándoles, evitando el descarte silencioso.

jueves. Diversos encuentros en torno a la Via della Conciliazione. Tiempo para hablar del Sínodo. Pero cuando explico que vengo de Madrid, todos mis interlocutores, sea cual sea su latitud, lanzan idénticas dudas: “¿Rouco sigue en el pisito?”. “¿Qué hace Martínez Camino? ¿Dónde le mandan?”. Evoco a Manolo Tena: “Y yo no sé qué contestar…”.

viernes. En pleno arranque laicista de sondeo, el Rey premia la labor de los Hermanos de San Juan de Dios. Y con ellos, a todos los religiosos. “Sin su entrega, sin su misericordia, todos estaríamos un poco más solos, un poco más desprotegidos”. Palabras de Estado.

sábado. En casa de los Beltrán Aragoneses dejamos caer que “somos propensos”, cuando en realidad queremos decir que “somos torpes”. Lo vuelvo a confirmar. Me voy con mis sobrinos a los columpios. Y me llevo un golpe en la cara. Dos puntos en urgencias. En ningún momento me ha dolido. Palabra. Por eso interroga la sensación de dolor y preocupación de los demás al ver la sangre, la herida… Diferencia entre realidad y percepción. Mi mirada. La mirada del otro sobre mí. ¿Sinestesia?

lunes. Mi amigo Juan saluda al Papa. En el encuentro con los gitanos. Espontáneos con él frente al encorsetamiento de otros laicos. Cante jondo. Alma jonda.

N o t a s a l p i e

6 CARLOS AMIGO 6 JOSÉ LORENZO 11 MARíA MARCELA MAZZINI 19 JOSÉ LUIS CORZO 36 JOSÉ MARíA AvENdAñO 45 JOSÉ L. CELAdA

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El Sínodo de la Familia ha concluido. Con la Relatio finalis aprobada por unanimidad, el compromiso de la Iglesia para responder desde

el Evangelio a los signos de los tiempos se intensifica, con lo que ello implica. Acostumbrados a sínodos en los que los documentos conclusivos llegaban prác-ticamente elaborados a faltas de citas y precisiones de última hora, el cambio de método propuesto de Francisco ha supues-to un salto cualitativo en esta dinámica.

Aumentar las reuniones en los círculos menores ha permitido desactivar los ata-ques monolíticos de quienes pretendían convertir el Sínodo únicamente en un al-tavoz de la indisolubilidad del matrimonio –estratagema que el Papa desactivó con los motus propios y su discurso inicial–, dedicando todas y cada una de las sesiones a reiterar la verdad de la familia cristiana, pero ajena a la realidad que afrontan en su día a día los padres, madres, hijos y abuelos del siglo XXI. Si bien es cierto que en un primer momento costó activar el engranaje, las suspicacias ante estos odres nuevos se diluyeron cuando el debate en los círculos se puso en marcha.

Desde ahí, las posturas enfrentadas ini-ciales se diluyeron para la mayoría, dando

paso al diálogo, a la negociación. Cuando se verbaliza la cultura del encuentro, unos y otros dejan sus postulados aparentemente irreconciliables en aras del consenso. Ahí radica precisamente el éxito de la Relatio finalis y, por tanto, del Sí-nodo. Todo el que ha queri-do ha aportado, apostillado y votado. Ninguna opinión y argumento se han queda-do fuera.

De uno y otro lado habrá quien considere que el re-sultado es tibio, ambiguo o superficial en los asuntos más delicados, como los di-vorciados vueltos a casar y los homosexuales, que son además los que han logra-do un menor respaldo en votos, aun dentro de la unanimidad. Sin embargo, una lectura profunda del texto dice mucho del cambio de actitud, del uso del lenguaje para sustituir la condena por la acogida, la penitencia por la reconcilia-ción, el juicio por la misericordia. Incluso, con respecto a los documentos de partida, el Catecismo y la Familiaris Consortio de Juan Pablo II. Y todo, sin quebrantar la doctrina. O mejor, respetándola con un

abrazo de misericordia a quienes se sienten excomulgados, analizando caso a caso su realidad.

La apuesta por los círculos menores ha permitido que, más allá de los asuntos

mediáticos, se ahondara en preocupaciones acuciantes. Véanse los matrimonios con dote en África o las lagunas en la formación prematrimonial en Europa.

El Papa ha huido en su pontificado de la tentación de las camarillas. También de la querencia de los líde-res a aislarse para escuchar solo el eco de su voz o la de sus consejeros. Frente a ello, ha escuchando con respeto a todos, incluso a

quienes se lo han faltado a él. Francisco se jugaba en este Sínodo su apuesta por la colegialidad, la descentralización y la integración de la diversidad eclesial que trae como equipaje desde Buenos Aires y Aparecida. Ante el órdago de quienes pu-sieron en riesgo la comunión, y a la espera de una futurible exhortación apostólica, el respaldo a la Relatio finalis es ya un salto de madurez para toda la Iglesia.

▶Editorial

Un salto de madurez para la Iglesia

Los odres nuevos de este Sínodo han propiciado el diálogo y el encuentro frente a los intentos de romper la comunión

Volver a ilusionar, en una Iglesia en salida que rehuye muros y aduanas y que quiere, con humildad, pero sin complejos, hablarle al hombre y a la mujer de hoy

con su lenguaje para decirles que hay una buena noticia que merece la pena ser compartida. Un año después de su toma de posesión como arzobispo de Madrid, este es el deseo que Carlos Osoro quiere plasmar en un plan de evan-gelización que ya está echando a andar, y que quiere ser la plasmación diocesana de la Evangelii gaudium de Francisco. A esa reilusión contribuirá el hecho de, que para poner en marcha este programa, se haya pedido de manera inequívoca la colaboración de todos los fieles. A nadie se excluye en este proceso –que se abrirá oficialmente coincidiendo con la apertura del Año de la Misericordia– para que todos puedan ayudar a renovar las estructuras, estilos y métodos pasto-rales de una Iglesia que había dado signos de agotamiento.

Cuestión de respeto a las creencias de la mayoría de los ciudadanos de quien es re-gidora. Un criterio que no tiene que ver con

confesionalismos, sino con el sentido común, es el que ha llevado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, a asistir el 9 de noviembre a la misa de la Almudena en el que renovará el tradicional Voto de la Villa. Es la suya una postura valiente en tiempos en que la “nueva política”(como la de su partido) desenfunda viejas fórmulas que más que incidir en la separación Iglesia-Estado, directamente buscan una traumática ruptura. Se trata de respetar unas tradiciones que, gusten o no, siguen teniendo un gran arraigo popular y que no comprometen a quien, como representante público, asiste, pues no se les obliga a comulgar.

Carmena va a misa Osoro tiene un plan

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Han concluido las sesio-nes de la XIV Asamblea General Ordinaria del

Sínodo de los Obispos, don-de se ha tratado acerca de La vocación y misión de la familia en la Iglesia y en el mundo con-temporáneo. Durante casi un mes, patriarcas y cardenales, arzobispos y obispos, sacerdo-tes y religiosos, familias y ex-pertos, auditores y delegados fraternos han presentado sus opiniones, dialogando y deba-tiendo sobre un tema esencial en la vida y acción pastoral de la Iglesia.

Al final de las sesiones han puesto en las manos del Santo Padre sus propuestas y deseos. Ahora, según costumbre, es más que posible que el papa Francisco publique una exhor-tación postsinodal con aquello que considere oportuno ofre-cer a toda la Iglesia como magisterio pontificio sobre la familia. Han terminado las sesiones de la Asamblea, pero

el Sínodo continúa, ya que es una institución permanente instituida por Pablo VI.

Viene ahora un período de reflexión, no exento de críti-ca, sobre lo que se ha dicho y pensado en la Asamblea Gene-ral, en los discursos y homilías del Santo Padre. De lo que se oyó en el aula sinodal y de lo

que se decía en la calle; de las expectativas y de las desilu-siones de quienes esperaban aquello que la Iglesia no podía ofrecer; de quienes juzgaban que se había ido demasiado lejos y de los que opinaban que se había quedado corto; de los que pensaban que el Sínodo era un parlamento con su presidente, sus partidos, su

dad, de situaciones difíciles, de la importancia religiosa y social de cuanto afecta a esa “comunidad de vida y amor” que es la familia, que afecta a la madurez personal, a la educación, a la práctica de la caridad fraterna, a la vida de fe, a la comunión con la Iglesia, a la misión evangelizadora, a la santidad de la vida…

Cuando parecía que bajaba el interés por las asambleas sinodales, el tema de la familia ha provocado una remarcable atención, lo cual demuestra que cuanto afecta a la familia es algo esencial para la vida, presente y futura, de la huma-nidad entera, más allá de los convencimientos religiosos, de las estructuras sociales y de las diferentes culturas. Desde el Concilio Vaticano II a la actual Asamblea, hemos experimentado de manera cada vez más intensa la necesidad y la belleza de “caminar juntos” (papa Francisco).

gobierno y su oposición, con sus votaciones y aprobación o repulsa de proyectos de ley.

El papa Francisco lo ha dicho de forma muy clara: “El Sínodo no es un congreso, ni un parla-mento o un senado donde hay que ponerse de acuerdo. El Sí-nodo es una expresión eclesial, es la Iglesia que camina junta

para leer la realidad con los ojos de la fe y con el corazón de Dios”.

La Asamblea General del Sínodo ha dejado, sin duda, una serie de importantes y muy positivas y esperanzadas inquietudes, pues ha señalado la indiscutible importancia del matrimonio, de la familia, de la doctrina y de la sacramentali-

Obispos convertidos a la misericordia

Termina la Asamblea, continúa el Sínodo

Esta asamblea ha dejado una serie de importantes y muy positivas y esperanzadas inquietudes

Hay un cierto escepticismo en torno a las conclusiones emanadas de este Sínodo sobre la Familia recién clausurado. Sin

embargo, creo que sí han cambiado varias cosas, y de relevancia, y me parece lo de menos que ninguna aparezca entre los 94 puntos que le han hecho llegar a Francisco. De las aulas sinodales han salido los obispos dando un paso más en la conversión pastoral con la que se presentó este Papa, y ahora los prelados han avanzado en su conversión a la misericordia. Atrás queda la idea de uniformidad como prueba de toque de un trágala revestido de comunión. De ese Sínodo salen erosionadas por la colegialidad las capas más superficiales de su ser como obispo, dejando al aire las posturas enfrentadas, dispu-tas e incluso las malas artes, que las ha habido.

No pocos se han sentido escandalizados porque esas divisiones hayan sido aireadas. ¿Es malo que haya opiniones distintas, si son propuestas desde la comunión y no desde la coerción? ¿No es preferible y más sana una asamblea que habla que otra que intriga y precocina, a la espera de un simple horneado que le dé el color final de la comunión sin fisuras?Una comunión que ha durado hasta que ha ve-nido otro papa que ha pensado que estaría bien revisar algunas cosas porque la gente sencilla, en el fondo, no podía respirar con tanta norma. Por ello, resulta muy llamativo que ahora los obispos, sin cambiar la doctrina, con un simple cambio de actitud, se muestren más receptivos al dolor de las familias en sus diversas manifes-taciones, que entiendan sin mayor dificultad

que abrirse a la misericordia basta para sanar tantas heridas, que se cambien expresiones que excluyen por otras que acompañan, que descubran que el reproche es más laborioso que el abrazo paternal, que es más fácil retirar del camino las piedras que perseverar en cada vez más alambicadas formulaciones del no… Esto, y más, se ha hecho en los círculos menores y uno se pregunta cómo es que no se había planteado antes si ahora quienes repetían los anatemas acogen estas formulaciones pastorales como algo completamente evangélico…Sí, las familias han salido ganando de este Sínodo. Pero también los obispos, que ya no necesitarán esforzarse en parecer infalibles. Aunque también aquí, habrá que verlo caso por caso.

CARLOS AMIGO. Cardenal arzobispo emérito de Sevilla

con la mirada puesta

JOSÉ LORENZO. Redactor Jefe

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Al comienzo del Sínodo, Thomas Reese, columnista de National Catholic Reporter, pronosticó que la Asamblea estaba condenada al fracaso. En su profetizada frustración, argüía que el tema de la familia era demasiado amplio como para abordarlo; que la diversidad cultural de los padres sinodales podía ser un obstáculo como para llegar al consenso; que el vasto número de charlas, reuniones y documentos suponían una dificultad metodológica; que era demasiada la división de opiniones en las cuestiones pastorales objeto de renovación; y que la significativa ausencia de teólogos, a diferencia del Concilio, de ningún modo podría ser positiva.Una vez acabado el Sínodo, podemos decir que el analista no se equivocaba al finalizar su artículo: “Quizás el Sínodo no esté condenado al fracaso, pero quedará inconcluso”.En la Relatio final del Sínodo no se habla de la comunión a los divorciados vueltos a casar, pero sí de una mejor integración en la comunidad cristiana, pues “pueden vivir y madurar como miembros vivos de la Iglesia” (n. 84). No se habla de divorcio, pero sí de una simplificación de los procedimientos en quienes “han vivido una experiencia matrimonial infeliz” (n. 82). Afronta, de manera constructiva, las uniones de hecho o el matrimonio civil, ya que “la decisión de vivir juntos es signo de una relación que quiere realmente orientarse a una perspectiva de estabilidad” (n. 71). Quizá con mayor dureza se han tratado las uniones entre homosexuales, pero se ha subrayado el rechazo de “todo tipo de discriminación injusta” (n. 76).En la crónica del Concilio Vaticano II del nº 494 de Vida Nueva, se citaban algunos temas cuyos textos finales caerían en una inconcreción que Pablo VI tendría que afrontar con sufrimiento durante su pontificado. De modo similar, en el Sínodo, no aterrizar en lo concreto ha sido clave para que los textos fueran aprobados con mayoría de dos tercios. ¿Será Francisco quien tenga que discernir sobre las imprecisiones del Sínodo? ¿O resolverá la praxis de los textos sinodales con una definitiva llamada a la descentralización? Sin lugar a dudas, estamos “en vísperas de grandes decisiones”.

H a c e 5 0 a Ñ o s …

Luz después del Sínodo

Jesús Sánchez Camacho

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Ha terminado el Sínodo de los Obispos: durante tres semanas, la atención de la Iglesia y

de gran parte de la sociedad se ha centrado en la familia, que está pidiendo que se le dé el protagonismo que merece en todos los ámbitos.

En estas semanas hemos sido testigos de quejas y dificultades debido a los problemas a los que se enfrentan las familias, que a veces parecen sin solución, a la urgencia de cambiar la situación actual y a la dificultad de ponernos de acuerdo para hacer las cosas juntos sin imponer los propios criterios.

Sin embargo, el resultado final del Sínodo es todo menos pesimista o desesperanzado; es lógico que haya habido tensiones, pero me quedo con lo positivo: todos los padres sinodales han podido expresar sus preocupaciones, inquietudes y dificultades (también ante la opinión de otros padres). Y han llegado a un texto aprobado por amplia mayoría; los padres de todas las “sensibilidades” se han manifestado satisfechos del trabajo realizado y del texto final.

Pero no solo ellos: toda la Iglesia ha seguido los trabajos del Sínodo, y se percibe un interés por el matrimonio y la familia que va a exigir cambios concretos en la pastoral no solo familiar, sino general: desde la forma en que anunciamos el Evangelio hasta el cuidado de cada situación personal concreta, necesitan un replanteamiento para adecuarse al espíritu que emana del texto final.

Texto que es un grito de esperanza frente al pesimismo del pensamiento contemporáneo: se vuelve a reconocer explícitamente que la familia es lo más importante para la inmensa

mayoría de los hombres y mujeres de todo el mundo; y se vuelve a reafirmar que no solo es posible, sino un don de Dios, la familia fundada en el matrimonio indisoluble.

Los padres sinodales piden también tomar medidas para mejorar la situación del matrimonio y de la familia; y hay ayudas concretas que han demostrado su eficacia y que se pueden poner en práctica hoy mismo:• Formar personas con una

preparación adecuada para una específica pastoral matrimonial y familiar, incluyendo la formación para el amor con contenidos afectivo-sexuales y de psicología basados en la antropología cristiana; y reforzar la formación

en Derecho Canónico para poder cumplir lo que establecen las conclusiones del Sínodo y el motu proprio Mitis Iudex Dominus Iesus de reforma del proceso de nulidad sobre acompañamiento y solución de las situaciones irregulares.

• Creación/refuerzo de una red de centros diocesanos, con personas de cualificación técnica suficiente, a los que derivar a las familias en dificultad, cuando ha estallado un conflicto o existe una situación de especial complejidad; y completarlo con una atención parroquial a las familias para un acompañamiento cercano y de ayuda en el día a día, que permita detectar problemas más serios para derivarlos a la ayuda específica adecuada.Son aspectos de acompañamiento

a la familia conectados entre sí; y un primer paso para otras reformas necesarias. Lo importante es que, con el Sínodo, ya tenemos señalado un camino: es cuestión de voluntad, de tomar la decisión y empezar a andar.

Y ahora, manos a la obra

El texto final del Sínodo es un grito de esperanza frente al pesimismo

entre MARtA y MARíAMARíA ÁLvAREZ dE LAS AStuRIAS. Defensora del Vínculo y Promotora de Justicia del Tribunal Eclesiástico de Madrid

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Antonio PelAyo. RomA

Después de tres semanas de intenso trabajo (y de una innegable tensión entre quienes defendían posiciones más enconadas), se ha cumplido el deseo del Papa: se ha dialogado con coraje, humildad y oración. El Sínodo sobre la Familia se cierra con la Iglesia adaptando su caminar “al paso de los últimos”.

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▶ ▶

a todas las familiasABRAZO

Lógicamente, esta era una breve síntesis de su visión de lo vivido por la Iglesia durante los 21 días que ha durado esta XIV Asamblea General del Sínodo de los Obispos. Al clausurar sus trabajos el sábado 24, fue bastante más explícito y entró más en materia.

La primera parte de su dis-curso la dedicó a explicar lo que ha significado para la Iglesia concluir este Sínodo: “Cierta-mente, no significa haber con-cluido con todos los temas inhe-rentes a la familia, sino que se ha tratado de iluminarlos con la luz del Evangelio, de la Tradi-ción y de la historia milenaria de la Iglesia, infundiendo en ellos el gozo de la esperanza sin caer en la cómoda repetición de lo que es indiscutible o ya se ha dicho”.

“Seguramente –prosiguió en su análisis–, no significa que se hayan encontrado so-luciones exhaustivas a todas las dificultades y dudas que desafían y amenazan a la fa-milia, sino que se han expuesto dichas dificultades y dudas a la luz de la fe; se han examinado atentamente, se han afrontado sin miedo y sin esconder la ca-beza bajo tierra. (…) Significa haber dado prueba de la viva-cidad de la Iglesia católica, que no tiene miedo de sacudir las conciencias anestesiadas o de ensuciarse las manos discu-tiendo animadamente y con franqueza sobre la familia. (…)

Este Papa no es amante de hacer balances y rehuye de cualquier forma de

triunfalismo. El domingo 25 de octubre, hablando a la mul-titud reunida en la Plaza de San Pedro después de la solemne misa de clausura del Sínodo sobre la Familia, dijo Francisco con absoluta sencillez: “Invito a todos a dar gracias a Dios por estas tres semanas de intenso trabajo, animado por la oración y por un espíritu de verdadera comunión. Ha sido fatigoso, pero ha sido un verdadero don de Dios que seguramente dará muchos frutos”.

“La palabra sínodo –añadió– significa ‘caminar juntos’. Y lo que hemos vivido ha sido la experiencia de la Iglesia en ca-mino, en camino especialmente con las familias del Pueblo San-to de Dios esparcido por todo el mundo”. “Es un pueblo –dijo más adelante, comentando las lecturas de la liturgia do-minical– que no excluye a los pobres y a los desventajados; es más, los incluye: ‘Entre ellos están el ciego y el cojo’. Es una familia de familias en la que el que camina con fatiga no es marginado, dejado atrás, sino que consigue seguir el paso de los demás porque este pueblo camina al paso de los últimos; como sucede en las familias y como nos enseña el Señor, que se ha hecho pobre con los pobres, pequeño con los peque-ños, último con los últimos”.

Significa haber tratado de ver y leer la realidad o, mejor dicho, las realidades de hoy con los ojos de Dios para encender e iluminar con la llama de la fe los corazones de los hombres en un momento histórico de desaliento y de crisis social, económica y moral y de predo-minio de la negatividad”.

Evangelio “adoctrinado”El discurso fue leído inme-

diatamente después de que los padres sinodales hubiesen vo-tado el documento final, con los resultados que comentaremos más adelante, y que revelaron algunas divisiones entre ellos. Sin aludir a ellos, Francisco hizo estos comentarios: “Sig-nifica haber dado testimonio a todos de que el Evangelio si-gue siendo para la Iglesia una fuente viva de eterna novedad contra quien quiere ‘adoctri-narlo’ en piedras muertas para lanzarlas contra los demás”.

“Significa –y en este párra-fo puso un énfasis particular– haber puesto al descubierto los corazones cerrados que a menudo se esconden incluso dentro de las enseñanzas de la Iglesia o detrás de las buenas intenciones para sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a veces con superioridad y su-perficialidad, los casos difíciles y a las familias heridas. (…) Significa haber intentado abrir los horizontes para superar la hermenéutica conspiradora

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o un cierre de perspectivas para defender y difundir la libertad de los hijos de Dios, para transmitir la belleza de la novedad cristiana, a veces cubierta por la herrumbre de un lenguaje arcaico o simplemente incomprensible. En el curso de este Sínodo, las distintas opi-niones que se han expresado libremente (y, por desgracia, a veces con métodos no del todo benévolos) han enriquecido y animado sin duda el diálogo, ofreciendo una imagen viva de una Iglesia que no utiliza ‘módulos impresos’, sino que toma de la fuente inagotable de su fe agua viva para refrescar los corazones resecos”.

Una sana inculturaciónSiguen a continuación unos

párrafos para explicar el sen-tido de la “inculturación” de la que habló el Concilio Vaticano II. “Hemos visto –aclaró a este propósito– que lo que parece normal para un obispo de un continente puede resultar ex-traño, casi como un escándalo, para el obispo de otro continen-te; lo que se considera violación de un derecho en una sociedad, puede ser precepto obvio e in-tangible en otra; lo que para unos es libertad de conciencia, para otros puede ser simple-mente confusión. En realidad –y esta es su conclusión refe-rida a los trabajos sinodales–, las culturas son muy diferentes entre sí y todo principio general necesita ser inculturado si quie-re ser observado y aplicado. (…) La inculturación no debilita los valores verdaderos, sino que muestra su verdadera fuerza y su autenticidad porque se adaptan sin mutarse, es más, transforman pacífica y gradual-mente”. Y aquí citó al cardenal Georges Cottier, teólogo de la Casa Pontificia con Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Reservando para el final sus afirmaciones fundamentales,

sin señalar a nadie (aunque era evidente a quién dirigía sus palabras), dijo un solem-ne Jorge Mario Bergoglio: “La experiencia del Sínodo también nos ha hecho comprender me-jor que los verdaderos defen-sores de la doctrina no son los que defienden la letra, sino el espíritu; no las ideas, sino el hombre; no las fórmulas, sino la gratitud del amor de Dios y de su perdón. Esto no significa en modo alguno disminuir la importancia de las fórmulas, de las leyes y de los manda-mientos divinos, sino exaltar

la grandeza del verdadero Dios, que no nos trata según nuestros méritos ni tampoco conforme a nuestras obras, sino única-mente según la generosidad sin límites de su misericordia. Significa superar las tentacio-nes constantes del hermano mayor y de los obreros celosos. Más aún, significa valorar más las leyes y los mandamientos creados para el hombre, y no al contrario”.

Pero, en mi opinión, la frase definitiva de este gran discur-so es la siguiente: “El primer deber de la Iglesia no es distri-

buir condenas o anatemas, sino proclamar la misericordia de Dios, de llamar a la conversión y de conducir a los hombres a la salvación del Señor”. Y, como si quisiera corroborar este aserto y protegerse de quien pudiera acusarle de discontinuidad doc-trinal, citó al beato Pablo VI, a san Juan Pablo II y al papa emérito Benedicto XVI.

Como hemos dicho, en esa memorable sesión de la tarde del sábado 24, los padres si-nodales votaron la Relación final. La comisión redactora la formaban diez personas pre-sididas por el relator general, el cardenal Peter Erdö; el secreta-rio general del Sínodo, Lorenzo Baldisseri; el secretario espe-cial, Bruno Forte; y siete pa-dres sinodales nombrados por el Papa en representación de los cinco continentes (dos para América) y un religioso, el pre-pósito general de la Compañía de Jesús, Adolfo Nicolás. No es cierto, como algunos han escri-to, que en sínodos anteriores se hubiese votado la composición de la comisión redactora del documento final (confundién-

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SÍNODO DE LA fAmiLiA

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dose tal vez con los redactores del Mensaje dirigido al Pueblo de Dios, que sí eran elegidos por la Asamblea).

El documento en cuestión consta de 94 números y está dividido en tres partes: la Igle-sia a la escucha de la familia, la familia en el plan de Dios y la misión de la familia. En su versión italiana ocupa 33 páginas, muy densas, tanto ti-pográfica como doctrinalmente. Los padres votantes eran 265; por lo tanto, la mayoría de dos tercios se situaba en 177 votos. Prácticamente, todos los pun-tos fueron aprobados con un número insignificante de votos negativos. Estos se hacen más numerosos a partir del número 69, que trata sobre “la familia y el acompañamiento pastoral”; en un solo caso (el número 80, que trata el tema de las familias monoparentales) se alcanzó la mayoría absoluta requerida por un solo voto; el número 84 (los bautizados divorciados y vuel-tos a casar civilmente) alcanzó 72 votos contrarios, y el número 86, que aborda el argumento del acompañamiento y dis-

A los que son padres y madres, seguro que les ha pasado alguna vez lo si-guiente: el hecho de ver claramente que deberíamos hacer algo como

familia. Ese algo puede ser un hecho simple, como ir a visitar a la abuela el domingo, o algo importante, como mudarse de ciudad. Tú lo ves claro, pero los demás no. No están de acuerdo o preferirían ir de visita el sábado en vez del domingo. Mudarse a otra ciudad en vez de la que tú propones. Entonces, se te plantean dos caminos: vas solo o sola a visitar a la abuela, impones tu decisión de padre o de madre res-pecto de la mudanza, o te sientas a conversar a ver qué y cómo piensan y sienten los otros, por qué sienten y piensan así, qué otras alter-nativas plantean.

El segundo, obviamente, es el camino más lar-go, más difícil y menos seguro desde el punto de vista de tu opinión, porque no sabes en qué de-rivará esa apertura de mentes y corazones. Pero es el más amoroso (en el sentido profundo de la palabra) y el más evangélico. Además, el que dejará a todos más satisfechos y convencidos de la decisión tomada, porque las decisiones, además, hay que sostenerlas en los hechos. Si se sigue ese camino, se hará lo que la familia en cuestión quiera o pueda, buenamente, hacer en esa circunstancia.

Eso ha sido este Sínodo de la Familia. El Papa ha querido escuchar a las familias, y lo hizo a través de las dos consultas realizadas antes de la sesión extraordinaria de octubre de 2014 y de la sesión ordinaria que acaba de finalizar. Se puso a la escucha de los pastores, también en las dos antedichas sesiones sinodales. De

ese caminar juntos, que es lo que significa la palabra “sínodo”, resultaron muchas cosas: laicos y pastores nos conocimos mejor, todos nos anoticiamos de realidades desconocidas, intentamos aprender a escucharnos, nos es-forzamos en abrir mentes y corazones a otras perspectivas… También como fruto de ese pro-ceso sinodal de más de dos años, se escribió un documento final (la llamada Relatio sinodi).

Al volver a su tierra, cada participante del Sínodo seguramente encontrará que a algunos de sus hermanos y hermanas el texto les resultará insuficiente como palabra de los obispos frente a determinadas situaciones que nos preocupan y apremian. A otros, en cambio, les parecerá que ha ido demasiado lejos en algunas cuestiones. Y a otros, finalmente, les parecerá que no dice nada nuevo.

Pienso que la Relatio se parece a esa con-versación familiar del comienzo: pusimos en común y avanzamos lo que pudimos. Avanzamos exactamente al paso que podíamos dar todos, y el acuerdo se expresó en la mayoría cualificada que obtuvo el documento. ¿Es el mejor texto del mundo? Lejos está de ello, pero es el mejor texto que consensuaron todos los padres sino-dales como representantes de su tierra y de su gente, con contextos ricos y variados. Tiene la riqueza del caminar juntos y del buscar juntos el camino. En esto el papa Francisco nos da el ejemplo. Tal vez después de todo este proceso, él también escriba un documento, pero nos dice con su palabra y su ejemplo de escucha y de paciencia que confía en la presencia del Espíritu Santo en su Iglesia, esta familia tan particular que formamos todos y todas nosotros.

Sobre decisiones familiares y sinodalidad

María Marcela Mazzini. ProfesorA de lA PontificiA UniversidAd cAtólicA ArgentinA y AUditorA en el sínodo

EN primErA pErSONA

Homilía de Francisco en la misa de clausura, en VidaNueva.es/Especiales

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Francisco, rodeado de varios padres sinodales africanos

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cernimiento de las personas en situaciones “irregulares”, también fue rechazado por 64 votos.

A este propósito, cabe desta-car que no puede prescindirse de una consideración: los vo-tos negativos no tienen por qué proceder exclusivamente de los sectores, digamos, más con-servadores que se opondrían a lo que consideran aperturas injustificadas, sino que, en algunos casos –y nos consta por testimonios personales–, provienen de quienes juzgaban insuficiente el texto propuesto. Por lo tanto, hay que ser cautos a la hora de usar los cálculos matemáticos para valorar el volumen de la “oposición” a la línea preponderante entre los padres sinodales.

Ante la imposibilidad de transcribir ni siquiera una pequeña parte del documento final, nos parece útil recoger algunas frases de los números que tratan las cuestiones más

espinosas y que habían hecho surgir, aquí y allá, un número mayor de expectativas.

“Los bautizados –se escri-be de un modo detallado en el número 84– que están di-vorciados y vueltos a casar civilmente deben ser mejor integrados en la comunidad cristiana en las diversas for-mas posibles, evitando ocasio-nes de escándalo. La lógica de la integración es la clave del acompañamiento pastoral para que no solo sepan que perte-necen al Cuerpo de Cristo que

es la Iglesia, sino que puedan tener una feliz y fecunda expe-riencia. Están bautizados, son hermanos y hermanas, el Es-píritu Santo vuelca sobre ellos dones y carismas para el bien de todos. Su participación pue-de expresarse en diversos ser-vicios eclesiales; es necesario también discernir cuáles de las diversas formas de exclusión actualmente practicadas en el ámbito litúrgico, pastoral, educativo e institucional pue-dan ser superadas. No solo no deben sentirse excomulgados,

sino que pueden vivir y madu-rar como miembros vivos de la Iglesia, sintiéndola como una madre que les acoge siempre, les cuida con afecto y les ani-ma en el camino de la vida y del Evangelio. Esta integración es necesaria igualmente para el cuidado y la educación cris-tiana de sus hijos, que deben ser considerados lo más im-portante. Para la comunidad cristiana, atender a estas per-sonas no es un debilitamiento de la propia fe y del testimonio sobre la indisolubilidad matri-

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SÍNODO DE LA fAmiLiA

EL ANÁLiSiS

Mario ICETA “tratamos de hacer un servicio práctico y huir de la ‘teología de salón’”

El obispo de Bilbao, Mario iceta, uno

de los tres prelados españoles participantes en el sínodo de la familia, atiende a Vida Nueva a su llegada a españa desde roma. durante la conversación, el responsable de la subcomisión de familia y vida del episcopado español subraya que “los obispos han pedido más concreción sobre los divorciados vueltos a casar”. Asimismo, asegura que los padres sinodales han elaborado el documento final bajo un clima de “profunda comunión”.

¿Qué balance hace tras finalizar el Sínodo?sin duda, un balance muy positivo. el documento final cuenta con propuestas muy buenas para que ahora sea el Papa quien dirija un documento al Pueblo de dios de la forma que estime más oportuna. se trata de un texto que se ha trabajado bastante y siempre bajo un clima de comunión. Ha habido un diálogo honesto y sincero en el que también se han visto diferencias entre las diócesis y sus diferentes preocupaciones en lo que a la pastoral familiar

se refiere. Hemos puesto todo nuestro empeño en ofrecer un servicio al santo Padre y a la iglesia para poder responder a los desafíos que hoy tiene la familia con un lenguaje renovado. Habla de un clima de comunión, pero, al comienzo del Sínodo, la filtración de la carta de algunos cardenales al Papa dio la sensación de que las aguas estaban revueltas…la carta ni la conozco, ni ha estado en mis manos, ni sé de qué iba. la inmensa mayoría estábamos instalados en la idea de trabajar y

aportar. esa carta es una cuestión particular que no tiene por qué afectar a los 270 padres sinodales que estábamos trabajando, ni a los auditores y teólogos, que en total sumábamos 335. creo que ha sido un tema que en el sínodo no ha tenido mayor repercusión.¿Se sentía esa libertad de los padres sinodales para hablar de lo que

creían más conveniente sin ningún miedo?sin lugar a dudas. cada uno ha hablado con total libertad. subrayo la fecundidad de los círculos menores porque no había limitación de tiempo. en los círculos, formados por entre 20 y 24 obispos, vivimos un debate rico e intenso. en mi grupo, que éramos 24, la propuesta que aprobamos con menos votos fue con 21. se ha tratado de aunar posturas y criterios compartidos. en total, hemos ofrecido 1.355 aportaciones que dan lugar al documento

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monial: más bien, la Iglesia expresa con esta atención su amor”.

El número 85 se abre con una cita de la Familiaris Consortio de san Juan Pablo II sobre el dis-cernimiento necesario en estos casos y, a continuación, afirma: “Corresponde a los presbíteros acompañar a las personas inte-resadas en el camino del discer-nimiento según las enseñanzas

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de la Iglesia y las orientaciones de los obispos. En este proceso será útil hacer un examen de conciencia, reflexión y arre-pentimiento. Los divorciados vueltos a casar deben pregun-tarse cómo se han comportado con sus hijos cuando la unión conyugal entraba en crisis, si han intentado la reconciliación, cómo es la situación del cónyuge abandonado, qué consecuencias

tiene la nueva relación respecto al resto de la familia y de la co-munidad de fieles, qué ejemplo está ofreciendo a los jóvenes que se preparan para el matri-monio. Una sincera reflexión puede reforzar la confianza en la misericordia de Dios que no se niega a nadie”.

“Además –se prosigue–, no puede negarse que, en algunas circunstancias, ‘la imputabili-

dad y la responsabilidad de una acción pueden ser disminuidas o anuladas’ a causa de diversos condicionamientos. En conse-cuencia, el juicio sobre una si-tuación objetiva no debe llevar a un juicio sobre la ‘imputa-bilidad subjetiva’ (Pontificio Consejo para los Textos Legisla-tivos, declaración del 24 de ju-nio de 2000). En determinadas circunstancias, las personas en-cuentran grandes dificultades para actuar de modo diverso. Por eso, aun sosteniendo una norma general, es necesario reconocer que la responsabili-dad respecto a determinadas acciones o decisiones no es la misma en todos los casos. El discernimiento pastoral, te-niendo también en cuenta la conciencia rectamente formada de las personas, debe hacer-se cargo de estas situaciones. También, las consecuencias de los hechos llevados a cabo no son necesariamente las mismas en todos los casos”.

“tratamos de hacer un servicio práctico y huir de la ‘teología de salón’”final, aprobado en conjunto y compartido por todos los obispos, lo que demuestra que el espíritu estuvo presente.Han tenido la oportunidad de escuchar testimonios de familias invitadas. ¿Qué les han aportado? los testimonios siempre nos ayudan y nos bajan a pie de calle. Han sido testimonios que han aportado mucho sobre la vida familiar, con sus luces y con sus sombras, que nos permiten contrastar nuestras ideas con la experiencia directa.

¿Queda reforzada la familia cristiana tras el Sínodo?la palabra acompañamiento ha sido la que más se ha repetido. nos tenemos que hacer presentes al principio del matrimonio, con los primeros hijos, en todas las situaciones dolorosas…Uno de los temas más recurrentes es el del caso de los divorciados vueltos a casar. Se ha hablado de atender caso a caso…en este asunto, tenemos que referirnos a tres palabras concretas:

participación, acompañamiento y discernimiento. Hay que hacerlos partícipes, que no se sientan solos, sino acogidos. Pero el Papa lo dejó claro el primer día: “la doctrina no se toca”. este aspecto, recogido en el documento, fue el que más votos en contra tuvo, porque se pedía mas concreción. Francisco aportará ahora claridad al texto. Ha sido su primera vez en una asamblea sinodal. ¿cómo lo ha vivido?Ha sido una experiencia muy fructífera. Hemos vivido este tiempo en comunión y con una

gran colegialidad. Poder compartir con un obispo alemán, otro nigeriano y otro canadiense es una experiencia hermosa de colegialidad. Además, hemos podido trabajar conjuntamente en libertad. Al fin y al cabo, se trata de hacer un servicio práctico, que no se quede en una reflexión de ‘teología de salón’. Hemos vivido en poco tiempo dos asambleas sinodales consecutivas dedicadas a la familia cristiana. ¿Qué ha cambiado?Hay ahora una toma de conciencia nueva por

parte de la iglesia sobre la belleza de la vocación del matrimonio y de la familia. tenemos que responder a nuevos desafíos que con el tiempo han aparecido. la sociedad camina velozmente y la iglesia tiene que proponer la Palabra de dios a la familia con un lenguaje renovado. la iglesia tiene que reflexionar constantemente sobre cómo ajustar su trabajo a la misión que le ha sido encomendada con una actitud de profundo servicio a los hombres y mujeres de hoy.

José loRenzo

imagen de uno de los dos círculos menores de lengua española

el Sínodo en cifras, en VidaNueva.es/Especiales

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El documento que hemos muy parcialmente transcrito fue puesto a disposición de los pe-riodistas hora y media después de su sufragio, con los votos que habían recogido cada uno de sus números. Conscientes del carácter consultivo del Sínodo, los autores de la Relación final concluyen así su trabajo: “Pedi-mos humildemente al Santo Pa-dre que valore la oportunidad de ofrecer un documento sobre la familia para que, en ella, Iglesia doméstica, resplandezca siem-pre Cristo, luz del mundo”. No es difícil pensar que Bergoglio no se hará de rogar y, dentro de unos meses, tendremos entre las manos algún documento que concrete algunos de los puntos dejados por los sinodales a la última y suprema decisión del Pontífice.

Consenso finalEn la conferencia de prensa

que acompañó la entrega del documento y del discurso final del Papa, el cardenal Damasce-no Assis, arzobispo de Apareci-da (Brasil) y uno de los cuatro presidentes delegados de esta Asamblea Ordinaria, resaltó que la atmósfera reinante du-rante estas tres semanas –tanto en la congregaciones como en los llamados círculos menores– había sido óptima y así había sido relativamente fácil llegar a un “documento de consenso”.

En la mañana de ese mismo día, el arzobispo de Viena, el cardenal Christoph Schönborn, explicó la “desilusión” que iba a producir en muchos observa-dores la escasez del tratamiento dado al tema de la homosexua-lidad. En efecto, en el número 76 se escribe: “La Iglesia hace conforme su actitud a la del Señor Jesús, que, con un amor sin límites, se ha ofrecido por todas las personas sin excepcio-nes. Respecto a las familias que viven la experiencia de tener en su seno personas con tenden-

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SÍNODO DE LA fAmiLiA

Después de tres intensas semanas atendiendo a todo lo que llegaba cada día del sínodo, en los últimos días la Relación final se convirtió en una de esas obsesiones de periodistas: ¿se publicará? ¿no se publicará? ¿Cuándo se publicará? esta última cuestión es vital para un portal digital, y no es hasta después que uno no cae en la cuenta de que, más importante que la inmediatez, es la Relación en sí misma. Hemos guardado espacio para profundizar en un texto que aborda no solo el importante asunto de la acogida a divorciados, sino también, por ejemplo, el contexto político, cultural y socioeconómico de las familias. Así, el sínodo hace un nuevo llamamiento a las autoridades civiles para “empeñarse seriamente en este bien social primario”, y reclama políticas de apoyo y aliento, “sobre todo a las más desfavorecidas” (número 12).la Asamblea ha hablado mucho sobre los migrantes, refugiados y perseguidos. en la Relación se pide “una pastoral específica” no solo con las familias que emigran, sino con los miembros que se quedan en el lugar de origen; una pastoral que debe realizarse “respetando su cultura y su formación religiosa y humana” (n. 23).Una de las quejas en los primeros días de los trabajos fue si las problemáticas tratadas eran demasiado occidentales. Para demostrar que la reflexión fue amplia, el mensaje final recoge asuntos como la poligamia, los matrimonios arreglados o los matrimonios mixtos (n. 25). no se aportan soluciones, pero se señala, en este último caso, que “pueden ser una oportunidad para promover el espíritu de diálogo ecuménico e interreligioso” (el tema se vuelve a tratar en los nn. 72-74).no podía faltar en un documento de este tipo la doctrina: “la familia basada en el matrimonio

del hombre y la mujer es un lugar magnífico e insustituible para el amor personal que transmite la vida” (n. 4). ni la referencia a uno de los asuntos que ocupó más debates justo antes del sínodo, la indisolubilidad (n. 48) y su correspondiente llamada a los motus proprios del papa Francisco para facilitar los procesos de nulidad “a tantos fieles que han vivido una experiencia matrimonial infeliz” (n. 82).sugerencia recurrente en varios círculos menores fue la necesidad de utilizar un lenguaje más positivo para hablar de las familias. se hace cuando se aborda su “verdad y belleza”: “Con íntima alegría y profundo consuelo, la iglesia mira a las familias que son fieles a las enseñanzas del evangelio, agradeciéndoles y animándolas por el testimonio que ofrecen” (n. 51); cuando se califica a las familias numerosas como “una bendición” (n. 62); o cuando se reconoce que “la escuela católica desarrolla una función vital de ayuda a los padres” (n. 68).los obispos demandan una “formación más adecuada” para sacerdotes, religiosos y agentes de pastoral, y sugieren “la presencia de los laicos y las familias, en particular presencia femenina”, en la preparación de los presbíteros (n. 61). Recuerdan la política de “tolerancia cero” hacia la violencia de género y los abusos (n. 78). y, entre las “situaciones complejas”, aportan una mirada positiva hacia los matrimonios civiles, uniones de hecho y parejas que viven sin casarse. “todas estas situaciones han de ser afrontadas de manera constructiva” (n. 70). la familia cristiana, se recuerda y anima hacia el final, “no puede evangelizar sin ser evangelizada” (n. 89). Próxima obsesión: la exhortación postsinodal de Francisco.

María GóMez

La ReLación finaL, más aLLá de Los divoRciados

Síntesis de la relación final, en VidaNueva.es/Especiales

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cias homosexuales, la Iglesia vuelve a repetir que todas las personas, independientemente de su tendencia sexual, deben ser respetadas en su dignidad y acogidas con respeto, con el cuidado de evitar ‘toda marca de injusta discriminación’. (…) Resérvese una atención espe-cífica también al acompaña-miento de las familias en las que viven personas con tenden-cias homosexuales. Acerca de los proyectos de equiparar al matrimonio las uniones entre personas homosexuales, ‘no existe fundamento alguno para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el diseño de Dios sobre el matri-monio y la familia (Declara-ción de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre per-sonas homosexuales, n. 4)”. “El Sínodo –concluye este apar-tado– considera en todo caso inaceptable que las Iglesias lo-cales sufran presiones en esta materia y que los organismos internacionales condicionen sus ayudas financieras a los países pobres a la introducción de leyes que instituyan el ‘ma-

trimonio’ entre personas del mismo sexo”.

En declaraciones al diario La Repubblica, el cardenal aus-tríaco, moderador del grupo germánico y gran mediador entre las tendencias opues-tas que se daban dentro de él, afirmaba: “Ha habido una clara decisión en la Relación final de no afrontar la cuestión homosexual. Son situaciones que necesitan otro lenguaje, definiciones adecuadas. Y su definición del matrimonio no puede ser aceptada por no-sotros. Comprendo que deba ser ordenada bajo el aspecto jurídico, pero no por nosotros aquí en el Sínodo. No era el tema central”.

Con los precedentes que he-mos señalado, es lógico ima-ginar que se llegó a la misa de clausura con un generalizado espíritu de satisfacción. Así me lo manifestaron diversos car-denales significativos. George Pell, autor de la famosa carta de los 13 cardenales al Papa, me reconoció que estaba “con-tento, porque creo que todos nos hemos escuchado y hemos llegado a un documento acep-table para todos”. El secretario general, Baldisseri, no dejó de lanzar un dardo amistoso a los informadores: “¿Ha visto? El Sínodo ha salido mucho mejor de lo que algunos llevaban pre-diciendo desde el principio. No

ha sido siempre fácil, pero

lo hemos logrado”. Estaba más exultante aún el arzobispo de Tegucigalpa, Óscar Rodríguez Maradiaga: “Estoy impresiona-do por tan buenos resultados; me sucede que, tras vivir acon-tecimientos como los que he-mos vivido en este Sínodo, creo cada vez más firmemente en la acción del Espíritu Santo” .

En su homilía, hábilmente, Francisco no quiso volver a re-petir algunas de las ideas que ya había expuesto la víspera e hizo una glosa “bergogliana” de las lecturas de la liturgia dominical: “Las situaciones de miseria y de conflicto son para Dios ocasiones de misericordia. Hoy es tiempo de misericordia”. Aludió como de pasada a las tentaciones de los discípulos de Cristo en el episodio de la curación del ciego de Jericó: “Estamos como aquellos discí-pulos, pero no pensamos como Jesús. Se está en su grupo, pero se pierde la apertura de cora-zón, se pierde la maravilla, la gratitud y el entusiasmo, y se corre el peligro de convertirse en ‘habituales de la gracia’. (…) Una fe que no sabe radicarse en la vida de la gente permanece árida y, en lugar de oasis, crea otros desiertos”.

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cuando los italianos quieren calificar algo como una metedura de pata, un disparate, un error garrafal, utilizan –no se sabe muy bien por qué– esta denominación

zoológica. Se la han aplicado por ejemplo a la noticia publicada por un diario local que hablaba de una supuesta enfermedad del Papa; se daban todos los detalles y, como es lógico, la “información” dio la vuelta al mundo. Además de los rotundos desmentidos vaticanos, llegaron enseguida las rectificaciones de alguno de los “protagonistas” (un médico japonés especialista en neurocirugía). Pero la pregunta que subsiste es la siguiente: ¿quién y con qué intenciones sacó a pasear esta búfala?

BÚfaLa por Antonio Pelayo

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Un día después de la misa presidida por el Papa con la que concluyó la

Asamblea sinodal dedicada a la familia, el cardenal colombiano Rubén Salazar Gómez, arzobis-po de Bogotá y presidente del Consejo Episcopal Latinoame-ricano (CELAM), explica a Vida Nueva que las tres semanas de reflexiones han supuesto una “riqueza inmensa” que va a provocar “una renovación” tanto de la Iglesia como de la sociedad. Para que se convierta en realidad este cambio, será determinante el eventual texto que Francisco escriba utilizan-do las conclusiones del Sínodo. “Espero que el Papa nos rega-le una exhortación apostólica postsinodal. Él podrá darnos una visión de conjunto”.

¿Qué sabor de boca le queda tras el fin del Sínodo?

Un sabor de satisfacción pro-funda, pues el trabajo ha sido sumamente fructífero. La Rela-ción final del Sínodo es amplia, profunda y, sobre todo, con un sentido pastoral muy intenso. Eso es lo que necesitábamos. El trabajo ha valido la pena.

¿Qué sensibilidades parti-culares respecto a la situación de la familia en Colombia y de Latinoamérica ha trasladado al Aula sinodal?

Nuestra situación en América Latina respecto a la familia y al matrimonio es muy compleja. Sabemos bien que allí tenemos unas naciones pluriculturales con situaciones muy diferentes las unas de las otras y que, por lo tanto, en muchas ocasiones no es fácil lograr una visión de conjunto. Uno de los princi-pios fundamentales aflorados en el Sínodo es la necesidad del acompañamiento permanente a las parejas y a las familias. La gran tarea de la Iglesia a partir de este Sínodo es acompañar a los matrimonios y a las parejas.

Esto nos va a facilitar inmen-samente el trabajo en América Latina: vamos a poder tener en cuenta todas esas particulari-dades culturales y sociales que tenemos.

El punto más polémico del documento final es el apartado 85, en el que se afronta la cues-tión de los divorciados vueltos a casar y se marca el camino para su eventual readmisión a la comunión. Resulta signi-ficativo que solo por un voto obtuvo las dos terceras partes de los sufragios necesarios para ser aprobado.

Indudablemente era un pun-to sumamente delicado, porque en ese apartado se trataba de ver el acompañamiento espe-cial que hay que hacer con las parejas de divorciados que se han vuelto a casar. Este es un punto muy álgido, difícil y con-trovertido. La forma como que-dó plasmado en esa Relación final es muy satisfactoria. Que haya tenido dos tercios de los votos es muy importante. ¿Qué se busca allí? Sencillamente, que se haga ese acompaña-miento individualizado, muy cercano, que tenga en cuenta

las circunstancias de cada uno de los matrimonios y de cada una de las familias y que, por lo tanto, a la luz de un largo discernimiento, se pueda llegar a una inserción cada vez más profunda en la vida de la Iglesia de estas parejas de divorciados vueltos a casar.

¿Qué lectura hay que hacer de que casi un tercio de los pa-dres sinodales hayan votado en contra del punto 85? ¿Es una oposición a la línea de Francisco?

No creo en absoluto que sea una oposición a la línea del

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DARÍO MENOR. ROMA

salazarArzobispo de bogotá y presidente del CelAM

Rubén

“La gran tarea tras el Sínodo es acompañar a los matrimonios”

SÍNODO DE LA fAmiLiA · la entrevista

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Papa. Sencillamente, muchos no estaban de acuerdo con la manera concreta en que se re-dactó y se plasmó la idea. En muchos otros artículos hubo también votos negativos. Eso no significa que hubiera oposi-ción al magisterio de Francisco. De hecho, al final del Sínodo, y esto es sumamente importante, cuando el Papa pronunció su discurso de clausura, hubo una verdadera ovación. Fue muy hermoso ver cómo todos los obispos nos pusimos de pie y le aplaudimos durante varios minutos.

¿Para los divorciados vueltos a casar será ahora más fácil sentirse plenamente parte de la Iglesia católica?

Indudablemente, aunque nunca lo han dejado de ser. San Juan Pablo II lo afirmó explícitamente, lo repitió luego Benedicto XVI y ahora Francis-co también ha sido enfático al respecto: estas parejas no están fuera de la Iglesia, pertenecen a ella. Indudablemente, su gra-

do de participación en la vida de la Iglesia no es pleno, pero precisamente con ese apartado se busca que, a través de un discernimiento claro de todas estas situaciones, se pueda llegar a una inserción muchí-simo más fuerte y profunda en la vida de la Iglesia.

¿Cómo ha sido la negocia-ción, si es que la ha habido, para alcanzar un acuerdo de dos tercios de la Asamblea respecto a esta espinosa cues-tión? ¿De qué manera se logró superar la confrontación an-terior manifestada por varios cardenales?

No ha habido ninguna nego-ciación. En los 13 círculos me-nores se trabajó el tema. Todos pudieron expresar libremente sus puntos de vista. Luego, las intervenciones en el Aula nos dieron a todos una claridad bastante grande sobre las di-ferentes posiciones, sobre los diferentes principios, los crite-rios que se estaban proponien-do. Al final, el equipo redactor que había sido nombrado por el Papa, que hizo un trabajo excelente, logró una fórmula muy acertada que combina muy bien los extremos de las posi-ciones y obtuvo un equilibrio que, en el fondo, va a permitir que todos caminemos por la misma senda.

En el círculo menor de lengua alemana estaban encuadrados

algunos de los cardenales con posiciones más contrapuestas, pero sus miembros alcanzaron un acuerdo que luego parece haberse extendido al resto del Sínodo. ¿Ha habido un liderazgo teológico del grupo germánico?

Indudablemente en el círculo menor germánico se logró un acuerdo sumamente importan-te, porque allí estaban los expo-nentes de las posiciones tal vez más contrarias. Sin embargo, el tema del acompañamiento y del discernimiento afloró desde el primer momento en el Sínodo y podemos decir que fue siempre un patrimonio común de todos los padres sinodales. Por ese motivo no creo que sea algo ex-clusivo de los alemanes, sino que se trata de un sentimiento general de toda la Iglesia. Hay que acompañar a todas y a cada una de las parejas y hacer un discernimiento muy preciso de cada una de las situaciones, porque cada pareja tiene sus propias dificultades, sus pro-pias necesidades y hay que acercarse a ellas con profun-do respeto. Ya lo dijo el papa Francisco de una manera muy explícita.

¿Cree que las recomenda-ciones votadas en el Sínodo se mantendrán durante las próximas décadas o son solo parte de un camino que la Igle-sia seguirá recorriendo?

Seguimos en camino. En la Iglesia, toda la reflexión teoló-gica y pastoral es permanente. Seguramente, poco a poco se irá haciendo una mayor luz so-bre todas estas circunstancias que no son fáciles de discernir. Pero, bajo la guía del Papa y con el maravilloso acervo de la doctrina de la Iglesia y a la luz del Evangelio, vamos a poder seguir adelante comprendiendo cada vez mejor qué es lo que el Señor quiere en nuestro trabajo concreto.

Visión de conjunto¿Espera ahora que el Papa re-

coja todas las recomendaciones del Sínodo y elabore con ellas un texto magisterial?

Espero que el Papa nos re-gale una exhortación apostó-lica postsinodal. Estoy ansioso por recibirla, porque creo que solamente el Santo Padre con su magisterio podrá iluminar muchos aspectos que durante el Sínodo no se alcanzaron a iluminar. El Papa podrá darnos una visión de conjunto, una visión mucho más orgánica e integral de todos los aspectos de la vida de la familia y del matrimonio.

¿Cuáles es el principal men-saje que deja el Sínodo?

Haber vuelto a poner en pri-mera página toda la maravi-llosa teología del matrimonio y de la familia como una mues-tra del amor misericordioso de Dios, que se plasma en el amor de los esposos. También el subrayar la importancia de la familia como la célula funda-mental en la vida de la Iglesia y de la sociedad. Esa reflexión sobre la familia basada en el matrimonio tiene una riqueza inmensa, que va a suponer una renovación de nuestra Iglesia y de nuestras sociedades.

¿Es usted optimista respecto al impacto que puede tener el Sínodo?

Indudablemente, sí.

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todo sobre el sínodo, en VidaNueva.es/Especiales

“RECIBIREMOS AL PAPA EN COLOMBIA CON INMENSO CARIÑO”

En varias ocasiones se ha hablado de un viaje del papa Francisco a Colombia. Aunque nunca se ha confirmado. De ahí la cautela con la que el cardenal rubén salazar responde cuando se le pregunta si esta visita se realizará, finalmente, en el primer semestre de 2016: “Espero que el Santo Padre vaya a Colombia cuando a él le parezca que es el momento oportuno. Eso lo dejamos totalmente en sus manos. Él, como pastor de la Iglesia universal, tiene muy claro cuándo es el momento oportuno para cada una de las Iglesias locales. Nosotros lo recibiremos con inmenso cariño y estaremos siempre dispuestos a acogerlo y a hacer que esa visita sea lo más provechosa posible para nuestra patria”.

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Un año después de su toma de pose-sión como arzobispo de Madrid (25 de octubre de 2014), Carlos Osoro se

ha pateado ya buena parte de la archidióce-sis, reuniéndose con todos aquellos que se lo han solicitado (que han sido muchos) y también con quienes no, pues no rehuye el contacto con la gente. Con la más sencilla. Atendiéndola no solo de palabra, sino de obra, ayudando, por ejemplo, a repartir algunas noches alimentos en las barriadas más castigadas por la marginación. Y tam-bién con quienes dirigen las instituciones públicas al más alto nivel. Incluso con la prensa, que le busca pues ha encontrado en él una voz amable y acogedora. “Se está moviendo de una manera impresionante”, dicen quienes trabajan codo con codo con el arzobispo. “Y la gente lo valora y se está ilusionando”, añaden, aunque tampoco faltan sacerdotes un tanto escépticos por un activismo que entienden que no acaba de concretarse en nada (le achacan acudir allí a donde le llaman, lo que le restaría tiempo para el gobierno pastoral).

Pero lo cierto es que un año después, su primera petición, “traducir la Evangelii gaudium del papa Francisco para Madrid”, avanza a buen ritmo, según señala el res-ponsable de materializar ese deseo en un Plan Diocesano de Evangelización (PDE), Carlos Aguilar. En al actualidad, se está en la fase de presentación del plan y en la constitución de los grupos de trabajo, que están abiertos a todos, a partir de los 16 años. La puesta en marcha oficial será el 12 de diciembre, en la catedral de La Almudena, coincidiendo con la apertura del Año de la Misericordia. Los grupos, que estarán formados por entre 10 y 15 personas, empezarán sus trabajos en enero de 2016. Y en junio de 2018, las propues-tas recabadas se ofrecerán al arzobispo. “Don Carlos busca que este plan sea algo discernido entre todos los fieles en vez de darles a ellos un plan ya elaborado. Él

quiere que, a la luz de la Palabra de Dios, sean las comunidades las que reflexionen, en la línea de la exhortación pastoral del Papa, qué respuestas podemos ofrecer y qué tenemos que cambiar. De ahí el lema que nos anima: Entre todos, con todos, para todos”, señala a Vida Nueva el vicario de Evangelización.

Renovación y animaciónAguilar hace hincapié en que la archi-

diócesis no parte de cero, que sus límites geográficos encierran una realidad ecle-sial y evangelizadora de sus comunida-des “bastante viva”. Pero el reto en este momento, según añade, es “la renovación y animación, contando con ese capital ya adquirido”. “Se trata de tener claro que la de Madrid tiene que ser una Iglesia en salida, una comunidad de puertas abiertas y no una aduana, un lugar en el que se pueda vivir. Y conseguir que el Evangelio suene otra vez a buena noticia en el mundo de hoy, entre nuestros contemporáneos, no a algo ya sabido. La Iglesia debería volver

a ser ese punto de referencia y volver a ilusionar, conseguir ser una instancia que tenga algo que decir y proponer”.

En realidad, estos retos aparecían ya en las directrices evangelizadoras que regían en la Iglesia que pastoreó durante las dos últimas décadas el cardenal Antonio María Rouco Varela, y que querían traducirse en lo que se llamó “nueva evangelización”. ¿Cuál es entonces la diferencia con lo que se quiere hacer ahora? “La diferencia

Osoro impulsa grupos de trabajo plurales para esbozar el programa de evangelización

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▶IGLESIA EN eSPAÑA

Poco a poco, Carlos Osoro va dejando su impronta en la archidiócesis madrileña. Se confirma que el suyo es un cambio tranquilo –“demasiado tranquilo”, apostillan algunos curas–, como quiso dejar claro con los nombramientos de vicarios, un juego de equilibrios para no herir sensibilidades. Pero sí que se percibe ya esa transformación “en su manera de hacer, en la cercanía con la gente, con los sacerdotes”, apunta uno de ellos, que recalca

cómo el arzobispo “se encuadra claramente en la línea de Francisco”.Otro rasgo que se destaca en este año es el de “la acogida”. “Osoro acoge a todo el mundo, lo cual es una ventaja para los que con él hemos sido acogidos”, indica otro sacerdote, aunque subraya el peligro que puede haber por la amalgama de sensibilidades que coexisten en las dependencias curiales. “Tiene las ideas claras y es muy receptivo”, se subraya también del

pastor cántabro. Aunque para certificar el mayor cambio en este período, se mira hacia lo que se está haciendo en la pastoral social, en la vicaría que dirige José Luis Segovia. “Actúa con plena libertad y confianza del arzobispo”, señalan, quizás con la clara conciencia de que para volver a ilusionar a los hombres y mujeres de hoy, lo primero que hay que hacer es salir a su encuentro y abrazarlos con las problemáticas que traen consigo.

El arzobispo dEl cambio tranquilo

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La Iglesia de Madrid tiene un plan para “volver a ilusionar”

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–responde Aguilar– es precisamente esta situación: que realmente es diferente, por-que es plural y nosotros hemos estado habituados a vivir en una situación de prevalencia y dominio. Y ahora somos uno más en una sociedad plural, por lo que hemos de ubicarnos en esa novedad. Y tengo la sensación de que eso no lo sabe-mos hacer del todo. No podemos pretender ser lo únicos ni que nos den a nosotros la voz y la importancia”. “El problema –abunda– es querer repetir estereotipos de otras épocas. Estamos en otro contexto sociopolítico, religioso y social, y en él te-nemos que saber hacernos presentes, con humildad, pero también con valentía, sin miedo a perdernos siendo como somos y presentando nuestra oferta en un mundo lleno de ofertas. Vivimos en un contexto de una amplia libertad en donde podemos desarrollar lo que somos y proponerlo, con toda sencillez. Ese es el reto”.

Escuchar al mundo de hoyNo oculta el vicario de Evangelización

que hay dificultades en ese camino. Uno, “el de saber utilizar los lenguajes de hoy, porque tenemos muy interiorizada una metodología que nos lleva a la rutina e inercia de hacer lo de siempre. Y lo de siempre ya no puede ser, sino que hemos de atrevernos a transformar todo este modo

de hacer las cosas”. Y otra dificultad viene de las inercias personales, esas que estaban instaladas hasta no hace mucho en una parte de la Iglesia madrileña, recluida en los cuarteles de invierno porque se sentía perseguida fuera de sus muros. “Es cier-to –apunta al respecto el sacerdote– que ha podido haber cierto sentimiento de victimismo, pero siempre hemos tenido esa necesidad de salir, de no encerrarnos, como nos enseña el Evangelio. Lo que ha podido pasar en algunas personas y co-munidades es que han tenido miedo a no saber o a cómo hacer en estos contextos, miedo a dialogar con el hombre y la mujer de hoy. Otros, quizás, hayan podido tener la tentación de pensar que daba igual cómo fuese el mundo de hoy porque lo que había que hacer era decirle lo de siempre y de la manera en que se había dicho siempre. El reto está en escuchar al hombre y al mundo de hoy y tratar de hablarle con los medios de hoy, para lo que es necesario que per-damos el miedo. Porque sí que ha habido un cierto miedo a no saber proclamarle a nuestros contemporáneos el Evangelio, que es el de siempre, aunque el vigor y los métodos tiene que ser nuevos, como decía Juan Pablo II. Y el miedo ha ido por barrios y personas, aunque no creo que sea hoy la tónica dominante”.

JOSé LOrenzO

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Me aburre tanto discutir sobre la clase de Religión, que me obligo yo solo –entre

bostezos– a repetir lo de 1975, cuando empezaba a explicarla en Magisterio y veía venir el desastre. La inercia de los protagonistas eclesiales y políticos se me hace insoportable (y no solo a mí): jamás otra alternativa que la sota o el rey. Para unos, es catequesis y debe salir de la escuela; para otros, elegirla es un derecho constitucional de los padres. Y dale, molino. No puede ser verdad –me digo somnoliento– que el PSOE cuelgue ahora en su programa electoral eliminar la Religión de la escuela. No puede haber crecido tanto su ignorancia ni la de sus presuntos votantes. ¿Se creerá alguno que tal cosa identifica a la izquierda necesaria hoy en este país? ¿Y qué tiene eso que ver con la laicidad escolar? Se les murió a los socialistas Luis Gómez Llorente y ya no han vuelto a leer sus escritos.Y es imposible que –Evangelio en mano y Francisco papa– no haya más argumento episcopal que el derecho de los padres a dar a sus hijos una educación conforme a sus creencias. Pero ¿dónde?, ¿en esa clase precisamente? ¡Así nos luce el pelo! La fe de nuestros chicos no brilla mucho, pero la ignorancia general juvenil sobre religión se ha hecho muy espesa; ahora que habría que distinguir chiítas y sunitas, católicos de sacristía y de periferia. ¡Ya podíamos haber ofrecido esa clase a los hijos de todos! – Pero ¿sería catequesis o mera cultura religiosa? El tedio de galgos o podencos espanta al caballo entre sota y rey: ni adoctrinamiento escolar ni antiguallas culturales; nos falta conocer mejor el fenómeno humano. Si la catequesis se fija en Dios, que esa clase describa con respeto a quienes creen en Él en cualquier religión. A los cristianos también nos hace falta.

Falta el caballo

JOSÉ LUIS COrzO

Osoro, en una vigilia con jóvenes en la catedral de la Almudena

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Manuela Carmena no se fuga de misa. La alcaldesa de Madrid asis-tirá el próximo 9 de noviembre

a la celebración de la Misa Solemne de la Festividad de la Almudena, según ha confirmado Vida Nueva. La representante de Ahora Madrid ha decidido asistir al acto en el que renovará el tradicional Voto de la Villa. La presencia de Carmena en este contexto la desmarca de otros miembros de su propio partido, que han decidido no asistir a ningún tipo de ceremonia católica debido a su raíz laicista. La alcaldesa, pese a pertenecer a un partido de reciente crea-ción y a la denominada “nueva política”, parece que no tiene intención alguna de abandonar las tradiciones populares de los madrileños.

El arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, oficiará la misa en honor a la patrona que, como cada año, tendrá lugar a las 11:00 horas en la plaza Mayor. A continuación, su imagen irá en procesión hasta llegar a la plaza de la Almudena. Allí se instalará una plataforma que acogerá la ofrenda floral en honor a la Virgen. En ella, se ofrecerán, además, alimentos no perecederos, porque “María nos abre y nos regala la puerta de la misericordia, que es el mismo Jesucristo, y nos anima a acoger con entrañas frater-

nas a todos, especialmente a quienes en este momento están más necesitados, y nos invita a asumir en nuestra vida este compromiso esencial para la renovación y misión de la Iglesia”, subraya el arzobispo en una carta pastoral.

Osoro ha querido animar a todos los madrileños a sumarse a “esta maravillosa fiesta” a través de un vídeo. Del mismo modo, remarca en su escrito que “estamos invitados, en este día grande para todos los madrileños, a celebrar la fiesta de nuestra Madre. Madrid venera desde tiempo inme-morial como patrona a la Virgen María y, de forma especial, desde el año 1085, en el que se encontró su imagen en el muro

de la Cuesta de la Vega, de donde toma su nombre de Almudena”. En esta ocasión, el lema escogido para celebrar la festividad es María, Madre de Misericordia, siguiendo así al papa Francisco, que ha llamado a celebrar el Año de la Misericordia.

El origen de la fiesta, que se remonta a 1646, no va a dejar este año de tener representación por parte del consistorio, como sí ha ocurrido en las fiestas patro-nales de otras ciudades españolas ante la llegada de nuevos grupos de gobierno. Como continúa la carta de monseñor Osoro: “Desde el año 1646, en el que el pueblo de Madrid y su Concejo hizo el llamado Voto de la Villa, como acción de gracias a la Virgen por haberla salvado de tantas calamidades, los madrileños siguen fieles a dicho Voto: ‘asistir a la festividad de Nuestra Señora de la Almudena... perpe-tuamente por siempre jamás’”. Y es que las graves inundaciones del 7 de agosto de 1645 finalizaron, según los cronistas, tras la intercesión de la Virgen.

La tradición centenaria ha pesado más para la alcaldesa que la convicción religio-sa. Por eso, con el mismo respeto con el que ha acudido a otras celebraciones católicas –como el Día de los Abuelos, organizado por el Padre Ángel en la parroquia de San Antón, en el barrio de Chueca– Carmena ha recogido la invitación realizada por el Arzobispado de Madrid, porque, como reza la carta del arzobispo: “En esta ocasión os convoco de nuevo a celebrar, como familia diocesana, este día en torno a la Virgen María. Os llamo a todos, pues la Virgen no tiene ni pone fronteras, todos son sus hijos”.

rubén Cruz

Carmena renovará el Voto a la AlmudenaLa alcaldesa desafía el laicismo de Podemos al asistir a los actos en honor a la patrona

ribó arrincona a la virgEn dE los dEsamparados

el alcalde de Valencia, Joan Ribó, ha prohibido al cardenal Cañizares que realice la Misa de todos los Santos en el cementerio municipal, ya que “está en suelo público”. Además, la pasada semana el alcalde obligó a los funcionarios del cementerio general de Valencia a retirar toda la simbología cristiana de las instalaciones –lo que incluye ocultar las imágenes de la Virgen de los Desamparados (patrona de Valencia)–. Con una clara intención de dejar a la Iglesia al margen de la vida pública, el líder de Compromís también prohibió el pasado 27 de octubre la misa del Día de la Policía Local de Valencia, que coincide con la festividad del Ángel Custodio. Hasta este año, los agentes se habían encomendado en este día a su patrón para volver a casa tras cada jornada de trabajo. el consistorio mantiene que, de esta manera, se ofrece una “mejor imagen” de la policía, porque cree que se da un tratamiento de proximidad y humanidad.

Manuela Carmena, durante una conferencia de prensa

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▶IGLESIA EN eSPAÑA

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La Orden Hospitalaria de los Hermanos de San Juan de Dios recogió el 23 de octubre el premio Princesa de Asturias

de la Concordia 2015. Felipe VI destacó de los religiosos que “conocen muy de cerca el dolor humano, desempeñan una labor abnegada, pero inherente a su razón de ser, a su fe, a su sentido del deber. Por eso, además, su ejemplo sublime de com-pasión y caridad, de generosidad y alegría, es una llamada de alerta constante para todos nosotros”. El galardón, que la orden “no esperaba en absoluto”, servirá para ayudar económicamente (50.000 euros) a los hospitales de Liberia y Sierra Leona que lucharon contra la epidemia de ébola.

El galardón ayuda a dar más visibilidad a la labor misionera de la orden...

Todos los premios ayudan a conocer y dar mayor visibilidad social a la orden y su misión. De hecho, este último año, la orden ha recibido un buen número de ellos, incluido el premio Ciudadano Euro-peo 2014, que ha reconocido la misión de la orden y especialmente la realizada en Liberia y Sierra Leona a raíz de la epidemia de ébola. Todos los premios que hemos re-cibido pertenecen a las personas enfermas, marginadas, en riesgo de exclusión social, inmigrantes y refugiados que buscan una

vida digna fuera de sus países. Ellos son los que sufren anónimamente y a ellos nos debemos. Ojalá este reconocimiento sirva para sensibilizar y favorecer una actitud de mayor acogida y hospitalidad en la sociedad. Para nuestra Familia Hos-pitalaria de San Juan de Dios (hermanos, profesionales, voluntarios y amigos) es un reconocimiento que agradecemos profun-damente. Lo recibimos con sencillez, como una institución de la Iglesia católica a la que pertenecemos, y reconocemos que es un desafío que nos exige empeñarnos y comprometernos cada día más en el servi-cio a los más desfavorecidos de la sociedad.

‘Paremos el ébola’¿A qué proyectos se destinarán los

50.000 euros del premio?El dinero se destinará a los hospitales

de Monrovia (Liberia), Lunsar y Lungui (Sierra Leona), que sufrieron la epidemia de ébola y tuvieron que cerrarse temporal-mente. Desde su reapertura, unos meses después, la orden, con la ayuda de otras organizaciones y gracias a los recursos conseguidos con la campaña ‘Paremos el ébola’, está manteniendo económicamente estos centros y tendremos que seguir apo-yándoles todavía durante un tiempo, hasta

que termine definitivamente el ébola y llegue la total normalidad a dichos países.

El premio tiene dos nombres propios: Miguel Pajares y Manuel García Viejo...

Los hermanos Miguel Pajares y Manuel García Viejo, por el hecho de ser españo-les y con motivo de su repatriación, son muy conocidos en la sociedad española. Su testimonio y ejemplo, permaneciendo junto a los contagiados hasta contagiarse y morir, es un signo profético lleno de hos-pitalidad que a muchos nos impresiona. Por otro lado y más allá de polémicas, lo cierto es que su repatriación contribuyó de forma importante a tomar conciencia de la seriedad del problema del virus por parte de la sociedad europea y occidental. A partir de ese momento comenzaron a ponerse más medios para frenar la epi-demia. Quiero también recordar junto a estos dos campeones de la hospitalidad y del servicio desinteresado a los demás a los religiosos de nuestra orden Patrick y George, a la religiosa misionera de la Inmaculada Concepción que colaboraba en nuestro hospital de Liberia, Chantal, y a los trece profesionales colaboradores de los hospitales de Liberia y Sierra Leona. Todos ellos africanos. Todos ellos igual-mente merecedores.

¿Cree que la actuación ante el ébola ha sido crucial para obtener el galardón?

Seguramente sí, porque los aconteci-mientos ocurridos tuvieron mucha repercu-sión en los medios y mucha gente conoció la orden por primera vez entonces, o le ayudó a conocerla mejor. Es probable por tanto que el punto de partida fuese este hecho. Creo también que quien se interesó por la orden a partir del ébola y pensó en proponerla para este premio, cuando tuvo la oportunidad de conocer más pro-fundamente la institución, su historia, su trayectoria y la misión que realiza en España, tanto en el campo de asistencia sanitaria como en el de la acción social, se dio cuenta probablemente de que la pre-sentación de la candidatura debería tener mayor amplitud. Pienso que la armoniza-ción de estos dos aspectos fundamentan la concesión del premio.

rubén Cruz

“Los 50.000 euros del premio irán a los hospitales de Liberia y Sierra Leona”

Jesús

EtayoSuPerIOr generAL De LA OrDen HOSPITALArIA De SAn JuAn De DIOS

Jesús etayo, junto a Don Felipe y Doña Letizia

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PLIEGO

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2.xxx. x-x de mes de 2010PLIEGO

“Todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero ¿cómo van a invocarlo sin creer en él? ¿Cómo van a creer en aquel

de quien no han oído hablar? ¿Cómo van a oír sin nadie que les anuncie? ¿Cómo van a llegar a anunciarles

si no se les envía? Como dice la escritura: ¡Hermosos son los pies de los que anuncian la Buena Noticia!” (Rom 10, 13-15).

foRmAR misioneRosPARA enviARlos A lA misiÓn

IsIdoRo sánChezMisionero del Instituto español de Misiones extranjeras (IeMe).

Responsable de Formación

2.962. 31 de octubre al 6 de noviembre de 2015

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PL

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Mucho más que una aventura

1. La germinación de la vocación misionera

el humus apropiado en el que puede germinar una vocación misionera es el de la propia experiencia cristiana de haber sido amado y salvado por dios sin merecerlo: “¡Me amó y se entregó por mí!” (Gal 2, 20). La alegría que ese descubrimiento genera en el creyente se vuelve contagiosa y se transforma en impulso de expandir esa buena noticia (vocación misionera) para que otros lleguen a experimentar ese mismo gozo: “si alguien ha acogido ese amor que le devuelve el sentido de la vida, ¿cómo puede contener el deseo de comunicarlo a otros?” (eG 8), dice el papa Francisco. La vocación misionera está ya en el don de la fe

cristiana infundida en el bautismo y alimentada en la Palabra y en la eucaristía. en la raíz de toda verdadera vocación misionera estará siempre esa experiencia de encuentro con dios. Por eso entendemos que el primer aporte de las comunidades cristianas al fomento de las vocaciones misioneras es el de ser ámbitos en los que se viva la alegría de la fe: la parroquia, la comunidad o la congregación son los espacios de fomento de esa alegría que se agranda por la fuerza de la vivencia de la pertenencia a la comunidad de los seguidores del Resucitado. La vocación misionera no es la ocurrencia heróica de un personaje solitario, sino el fruto que aflora en el propio huerto de la comunidad. Y, cuando a veces brota

INTRODUCCIÓN

“¿Qué pasos debo dar para hacerme misionero? ¿Podría darme orientación sobre esto?”. Algunos correos y llamadas de personas inquietas nos llegan de vez en cuando con esta solicitud. Y la pregunta no es improcedente ni molesta, sino justa y acertada. La pregunta refleja en quien la hace la intuición o la convicción de que nadie deberá marchar a la misión a la buena de dios, como si se tratara de un asunto sin apenas trascendencia. Algo más que unas vacunaciones previas o un repelente de mosquitos habrá que procurar a quien marcha a la misión ad gentes, ya que la misión es mucho más que una aventura a la que uno se lanza por un impulso espontáneo o porque la sangre se lo pide.

en este Pliego pretendo responder a quienes se hacen esta pregunta y a cuantos debemos hacérnosla obligatoriamente como una cuestión que atañe tanto a quienes marchamos a la misión como también a quienes apoyamos a los que parten a ella. en la Iglesia, unos y otros necesitamos hablar y aclarar medianamente esto, porque el encargo de ir al mundo entero está en el programa que Jesús presenta a toda la comunidad de sus seguidores.

I. EL PROCESO DE UNA VOCACIÓN MISIONERA

en un espacio de tiempo más largo o más corto, según se precise, toda vocación misionera ha de hacer necesariamente un recorrido procesual que comprende tres etapas o momentos: momento de germinación, momento de maduración y momento de preparación específica para la misión. este camino progresivo, con sus respectivas etapas, implica tanto al que se hace misionero como también a la propia comunidad eclesial desde la que el misionero va a ser enviado.

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la escuela de formación misionera en madrid acaba de cumplir sus 25 primeros años de andadura en la tarea de preparar a los misioneros antes de partir hacia sus destinos.

en 1991, los obispos de la Comisión episcopal de misiones y los otros organismos misioneros de la iglesia en españa crearon

una institución que han cuidado y sostenido a lo largo de este tiempo. Preparar misioneros y enviarlos es una encomienda

irrenunciable de la iglesia, como se nos ha vuelto a recordar en la reciente celebración del Domund. el autor nos ofrece ahora información detallada de tan importante quehacer al servicio

de la misión, de los logros obtenidos y de los retos que hoy deben afrontar, porque la iglesia ha de ser siempre misionera.

Sesión formativa sobre África en la sede del IEME

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sorpresivamente por otro lado, hay que trasplantar de inmediato esa semilla en germen a la parcela comunitaria. es la comunidad la que ofrece las condiciones para que ese germen de vocación misionera pueda emerger y prosperar debidamente. La vocación misionera tiene su primera expresión de recién nacida en el impulso de cualquier cristiano a salir para llevar a otros la noticia del evangelio, pero la comunidad cristiana es la cuna en la que debe colocarse de inmediato a ese recién nacido.

2. La maduración de la vocación misionera

Quien ha sentido que dios le llama a partir a la misión no debe ocuparse en preparar su marcha, sino en reforzar la pertenencia a su propia comunidad. es su comunidad de origen la que ha de ayudarle pacientemente a hacerse misionero, a desarrollar y a madurar esa opción y a discernir si ese impulso procede del espíritu o es un mero impulso de “la carne”. La semilla de esa incipiente vocación misionera tiene que arraigar y crecer en ese huerto de la propia comunidad cristiana durante el tiempo necesario. es ella la que le proporcionará la poda que pueda necesitar de su ramaje excesivo o desfavorable a la producción del buen fruto. Quien ha sentido el impulso de marchar lejos tiene que empezar con los de cerca a entrenarse en la fraternidad y en el servicio y la entrega a los demás; tiene que dejar toda pretensión de querer ser el héroe y el salvador, para aprender a escuchar más y a hablar menos, a interiorizar, a orar, a implicarse responsablemente y a celebrar la gracia de la salvación de dios derramada en el mundo día a

día. La comunidad suya es la que le ayudará a discernir sobre su vocación y a madurar en sus actitudes hasta llegar a ser el servidor solícito que agarra la toalla y la palangana para lavar los pies, tantas veces lastimados, de los otros. Y será esa comunidad la que le ponga en contacto en su momento con otras instancias misioneras de su Iglesia local y, muy en concreto, con la delegación diocesana de Misiones para que pueda ultimar su discernimiento vocacional misionero.

3. La preparación específica para la misión

Tras ese recorrido de las dos etapas anteriores, será finalmente su obispo –en el caso de los laicos y de los sacerdotes diocesanos– quien confirme esa vocación misionera, o sus superiores provinciales –en el caso de los religiosos y religiosas–. Cuando esa hora llega, es momento de apurar el paso y no mirar atrás, porque se abre otra puerta por la que ha de entrar decididamente en la última fase preparatoria previa al envío a la misión. el que va a marchar necesita ahora un tiempo intensivo de reflexión teológica y de interiorización para comprender el sentido de la misión en la Palabra de dios y en la consideración de la Iglesia; necesita también claves que le ayuden a situarse ante la complejidad del mundo y de los mecanismos que lo hacen más humano o más inhumano, para no hacerse ingenuamente cómplice de los poderes que pintan a color sus intenciones y despojan de sus derechos a los pequeños; necesita, igualmente, abrir su mente y ensanchar su corazón ante la multiplicidad de culturas y de religiones, para poder descubrir los valores de la mismas y acoger

las semillas de bien que el Verbo único de dios dejó a su paso entre ellas; necesita, finalmente, unas pautas y un nuevo talante espiritual que le ayuden a ubicarse después con respeto y con capacidad de admiración entre hermanos de pensamientos y costumbres tan diferentes.

esta fase de preparación es imprescindible, pero no está normalmente al alcance de la parroquia, ni de la diócesis ni de la congregación el poder ofrecerla. Por eso los obispos y los responsables de la animación misionera en la Iglesia unen sus esfuerzos para garantizar este imprescindible servicio mediante las Escuelas de Formación Misionera, que abren sus puertas a quienes se alistan para partir a la misión como laicos misioneros, como religiosos o religiosas y como sacerdotes. Las prisas por partir a la misión no deben privar al nuevo misionero de esta importante fase de su preparación. son a veces los sacerdotes los que consideran que pueden prescindir de ella, porque sus estudios de teología y su experiencia pastoral acumulada les parecen suficiente preparación. Y no es así, ya que ese salto a la misión ad gentes les ubica en otra tierra, también sagrada, ante la que es preciso volver a descalzarse. ni siquiera la escuela de Formación Misionera va a cerrar su proceso formativo, porque en la misión, al tiempo que lo aprendido se pone en práctica, el espíritu en ese nuevo escenario acompaña y conduce a la comunidad misionera a afrontar nuevos retos, y a reajustar y a completar su comprensión del proyecto de dios en Cristo. La praxis misionera es también escuela viva de reformulación de la misión.

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Luis Miguel, misionero de Ciudad Real, de visita a la comunidad cristiana de Batuk (Togo)

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prisioneros a Jerusalén a los que allí se habían constituido en seguidores del nazareno. Y en el camino hacia damasco, una experiencia interior muy especial le dejó descolocado (ver hch 9, 1-30; 22, 5-16; 26, 9-18; Ga 1, 15-17). Le pareció escuchar con persistencia una voz que le decía: “saulo, ¿por qué me persigues?”. Ante aquella especie de sonsonete reiterado, terminó gritando: “Pero, ¿quién eres?”, y sintió que la voz le respondía: “Yo soy Jesús, a quien tú persigues”. este fue el germen, el momento primero del proceso que es

fundamentalistas radicales, de los que él formaba parte. su convicción más profunda era que en la observancia escrupulosa de la Ley judía estaba la salvación. Al conocer que otros judíos se habían constituido como comunidad de seguidores del nazareno muerto en fecha reciente y afirmaban que las promesas de salvación de Israel tenían en él su cumplimiento, se transformó en perseguidor de este nuevo grupo y se hizo agente acreditado del orden con autorización para apresarlos. Con ese fin salió hacia damasco para traer

II. EL CAMINO GRADUAL DE CONVERSO A MISIONERO EN LA HISTORIA DE PABLO DE TARSO

Antes de ampliar algo más lo que se refiere a esta tercera etapa de preparación específica misionera previa a la partida a la misión, nos detenemos a verificar en la propia persona de Pablo estos tres momentos del proceso de la configuración misionera cristiana.

Saulo de Tarso era un hombre religioso, pero perdido en el fanatismo sectario judío de los fariseos

PL

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I. Lo que dicen los papasLos papas del siglo XX se han ocupado una vez y otra de que el misionero parta hacia la misión con un bagaje espiritual, moral e intelectual y técnico acorde a su condición:▪ Benedicto XV en su carta apostólica Maximun illud (30-11-1919), nn. 40-74, pide a los misioneros:⇢ Honda conciencia de la gran-

deza de su vocación y profunda convicción de que es Dios y no el misionero quien llama y quien salva.

⇢ Inserción en el nuevo país al que llega y encarnación en el mismo como su nueva patria, superando toda tentación co-lonialista.

⇢ Acomodación a las condicio-nes de pobreza en las que ca-mina su gente y disponibilidad a entregar su propia vida por la causa del Evangelio.

⇢ Seria preparación teológica y en todo el vasto campo cultural.

⇢ Conocimiento de la lengua de sus gentes y capacidad para transmitir el mensaje directamente sin necesidad de intérprete.

⇢ Vida de fe y conducta irre-prochable, trato afable y res-peto paciente a los procesos de conversión de sus nuevos hermanos.

▪ Pío XII en su encíclica Evangelii Praecones (2-6-1951), nn. 19-21:

⇢ Remarca la necesidad de esta formación específica.

⇢ Señala los mismos contenidos apuntados por Benedicto XV.

⇢ Abre el horizonte del saber al equipamiento en otros ámbitos como: medicina, agricultura, etnografía e historia y geogra-fía del lugar.

▪ Los papas Pablo VI y Juan Pablo II abordan también el tema, res-pectivamente, en la exhortación apostólica Evangelii nuntiandi (8-12-1975) y en la encíclica Re-demptoris missio (7-12-1990), y en sus contenidos subrayan lo ya propuesto años antes por el Concilio Vaticano II en el decre-to Ad gentes.

II. Lo que dice el Concilio▪ El Concilio Vaticano II en el decreto Ad gentes (7-12-1965) sobre la actividad misionera de la Iglesia, en su capítulo IV (nn. 23-27), aborda cuanto

corresponde a la preparación del misionero, y el programa es extenso:⇢ La vocación misionera ad gen-

tes es una vocación especial que exige una preparación específica propia.

⇢ Esta vocación misionera con-lleva entrar en la vida y la mi-sión del Hijo de Dios que se anonadó tomando la forma de siervo (Flp 2, 7). Esta identi-ficación misionera con Él de-manda renuncia de sí mismo y de lo que se tiene y un serio empeño de hacerse todo para todos (1 Co 9, 22).

⇢ De esa identificación con Cris-to emana la necesidad de dar testimonio de Él viviendo el Evangelio, siendo paciente y bondadoso y estando movido por el amor sincero y la dispo-nibilidad a dar la vida.

⇢ El talante del misionero debe caracterizarse por la capaci-

dad de tomar iniciativas y por la perseverancia ante las dificultades provocadas por la soledad, el cansancio o el trabajo sin resultados inme-diatos.

⇢ También al misionero le han de caracterizar la apertura de mente, la generosidad de corazón, la adaptación a las costumbres y condiciones de ese pueblo al que ha llegado y el espíritu de unidad y con-cordia con los otros hermanos con los que comparte el tra-bajo en la misión.

⇢ Ha de adaptarse a vivir con poco y a caminar ligero de equipaje.

⇢ Ha de ser persona de oración. La Sagrada Escritura y el es-tudio a fondo del Misterio de Cristo alimentarán su fe y su ser de testigo y misionero. En su misma entrega diaria al tra-bajo misionero se irá fortale-ciendo su corazón enriquecido en un amor creciente a Dios y a los hermanos.

⇢ El conocimiento de las cultu-ras, las religiones, la historia y la situación actual de los pueblos constituye otra parte imprescindible en su progra-ma de formación. Esas áreas de conocimiento, lo mismo que la de las lenguas nativas, encontrarán en el propio país de destino el espacio más ade-cuado para su asimilación.

LA FORMACIÓN MISIONERA EN EL MAGISTERIO OFICIAL DE LA IGLESIA

Prudencio Rodríguez en una catequesis de adultos en Guatemala

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descubrimiento de Jesucristo y llamada a la fe. Momento decisivo.

Y saulo, perdido como un ciego en aquella ciudad e incapaz de descifrar aquella experiencia interior, siente que lo que se le indica y procede es contactar con aquellos a los que venía a prender y a llevar a los tribunales y ponerse en sus manos. Ananías y los de la comunidad de damasco se acercan a la casa en la que saulo está recluido y le recogen y le acogen entre ellos, aunque con gran desconfianza todavía por cuanto han oído sobre él. es con ellos, en la comunidad, donde saulo comienza a ver y a entender. Y descubre a Jesús como su salvador, y es bautizado, y se transforma, y comienza a dar la cara por él enfrentándose a los judíos y dando abierto testimonio de Jesucristo. es en la comunidad de los seguidores de Jesús donde saulo madura en su fe, porque la comunidad (damasco, Jerusalén y Antioquía) es el humus en el que la semilla de la fe se desarrolla y el creyente se capacita para realizar su vocación. este momento segundo, etapa decisiva para la maduración, lo vive saulo de Tarso con los hermanos en la fe de esas tres comunidades.

en la última comunidad, la de Antioquía, es donde saulo da el paso al tercer momento, el de la confirmación y la preparación para la misión. saulo estaba entregado a la comunidad y formaba parte del equipo de profetas y maestros responsables de aquella floreciente Iglesia. La alegría que viven los de Antioquía en su salto del paganismo a la fe en Jesucristo se torna para ellos necesidad imperiosa de salir y llevar a otros ese gozo. Y toman la decisión de enviar a algunos a anunciar a Jesucristo por otros lugares.

Los escogidos son Bernabé y saulo. La reflexión comunitaria, la oración y el ayuno son elementos de su programa formativo (hch 13, 1-3). saulo y Bernabé parten finalmente hacia la misión. navegan hasta Chipre y salamina y de salamina a Antioquía de Pisidia. en cada una de esas ciudades visitan las sinagogas y animan a los judíos a descubrir y a aceptar que el salvador prometido ya ha venido y ha dado la vida por todos: Jesús de nazaret (hch 13, 4-43).

en el íter de estos misioneros se refleja con toda claridad que en la realización de la misión su preparación misionera se incrementa y completa. el espíritu les irá llevando a entender que el señor los eligió para anunciarle como Salvador de judíos y gentiles (hch 13, 44-52). Y esto choca frontalmente con la ciega convicción de aquellos primeros cristianos aferrados a la idea de que los gentiles, al no ser judíos, no podían ser beneficiarios de la elección y de la salvación de dios. Ahora, en la misión, el judeocristiano saulo de Tarso descubre que el espíritu está indicando que también a los otros dios los llama y les salva en Cristo Jesús que murió por todos. Y la Iglesia habría de acoger a unos y a otros. sin embargo, una parte significativa e importante de la comunidad madre en Jerusalén se aferra al mantenimiento de las viejas barreras que dificultan el acceso a la fe de quienes no son judíos. ¿Qué hacer para que esos hermanos, con tan fuerte peso en las decisiones de la Iglesia, entiendan la novedad del evangelio? Pero el espíritu santo está conduciéndolo todo y es quien abre camino para que se haga la luz en sus mentes (hch 15, 1-33).

III. PREPARAR MISIONEROS, ¿CÓMO?

solo la vivencia gozosa de la fe genera misioneros, porque la misión consiste en la decisión de llevar a otros la alegría de creer en Jesucristo experimentada en la propia existencia personal y comunitaria. Una Iglesia lánguida y triste no puede estallar en misión porque no tiene ninguna noticia emocionante para dar a nadie. si no es maravilloso para nosotros que dios nos haya amado sin medida hasta dar la vida por nosotros, ¿a qué vamos a salir corriendo a anunciarlo por todas partes? solo el gozo de la fe nos lleva a la misión. esa es la fórmula secreta misionera.

1. Las escuelas de formación misionera

en el deseo de ayudar a sus misioneros a partir gozosos a la misión, la Iglesia ha creado espacios de mutua animación y de responsable preparación para la apasionante tarea de la misión ad gentes: las escuelas de preparación misionera. Las escuelas de formación misionera son normalmente fruto del empeño y el esfuerzo unificado de las diócesis, las congregaciones religiosas y las asociaciones misioneras que buscan preparar con seriedad a los destinados a la misión. en las escuelas de formación misionera confluyen los laicos, religiosas y religiosos y los sacerdotes de una región, de todo un país o de varios países próximos. en su programa formativo, junto a los contenidos académicos que clarifican el sentido de la misión, sus ámbitos y su pedagogía, también la propia experiencia de encuentro y de vivencia fraterna de los que se congregan para formarse constituye parte integrante y fundamental de esa preparación misionera.

entre las escuelas de formación misionera, han destacado la COPAL, en Bélgica, con reconocimiento estatal y diploma de capacitación para trabajar en el tercer mundo; la CUM, en Verona (Italia), con un curso de dos meses en otoño y otro de un mes en verano en secciones separadas según el destino de los misioneros: América Latina, áfrica y Madagascar, y Asia y oceanía;

Joan Soler (dcha.), misionero de Girona en Togo

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una peregrinación de siete días a Asís y otros lugares franciscanos.

(OMPress, 24 de septiembre de 2015)

3. Nuestra Escuela de Formación Misionera en Madrid

españa tiene su Escuela de Formación Misionera (eFM) en Madrid1. Para laicos, religiosos y sacerdotes destinados a la misión ad gentes y listos para partir en fecha próxima. La escuela imparte un Curso Intensivo de Preparación Misionera que tiene una duración trimestral (septiembre-diciembre). el programa es supervisado y aprobado por la Comisión episcopal de Misiones y los otros organismos que, juntamente con ella, crearon y patrocinan hoy la escuela de Formación Misionera: obras Misionales Pontificias (oMP), la Conferencia española de Religiosos (ConFeR) y las instituciones misioneras de laicos y de sacerdotes diocesanos de españa. Cientos de nuevos misioneros han ido pasando por esta escuela y es grande su satisfacción por la utilidad de este curso en orden a la orientación de su labor.

misionera en áfrica, y animado por fray Alphonse Vazhappanady, cuenta con la colaboración de varios expertos para que expongan distintos temas como: historia del método misionero franciscano, el diálogo interreligioso, la misionología franciscana, justicia, paz y salvaguarda de la creación, el secularismo en europa, la misión en Asia, las culturas y las religiones en áfrica, la economía fraterna en la misión, el rol de líder. Como complemento de esta formación misionera, no solo tendrán lecciones teóricas, también la vida fraterna será vivida en sentido misionero: vida sencilla, tiempo para intercambio fraterno de experiencias de vida, intenso horario de oración, trabajos conventuales y servicios pastorales compartidos, visita a los pobres de la ciudad acogidos en un convento capuchino –la comunidad del Poverello–, y otro conventual –la comunidad de san Antonio–, etc. Con el deseo de recibir de san Francisco, su fundador, el espíritu y ardor misionero, al final se prevé

el CFM, en Varsovia, con un curso de diez meses de formación; el CMN de Colombia, dependiente del CeLAM; el CENFI de Brasil, con un interesante curso para los nuevos misioneros extranjeros llegados a Brasil y otro curso aparte para misioneros brasileños que parten a la Amazonía; la francesa MSP (Misiones extranjeras de París) acumula una experiencia de tres siglos de capacitación de innumerables misioneros de Francia y de otros países. A nuestra Escuela de Formación Misionera en españa le dedicaremos más adelante un apartado propio.

2. La formación para la misión dentro de las congregaciones religiosas

este modelo de institución para la formación misionera se corresponde con las escuelas organizadas por la conferencia episcopal de un país para la preparación de los nuevos misioneros laicos, religiosos y sacerdotes de una nación o región, pero ¿cómo suele llevarse la preparación en las grandes órdenes y congregaciones religiosas que aglutinan a candidatos originarios de países, continentes y culturas diversas? estas congregaciones están optando por formar a los suyos en una enriquecedora experiencia de comunión internacional en centros propios ubicados acertadamente en algún país de áfrica o de Asia. La relación entre misión y carisma logra en esta fórmula un subrayado más fuerte y una fundamentación específica desde las claves históricas de esa familia misionera. Para reflejarlo con más claridad, recojo una experiencia concreta de la escuela de Formación Misionera de los capuchinos ubicada en Bruselas:

“el 1 de septiembre comenzó en Bruselas el Curso anglófono, de tres meses, para nuevos misioneros de las diversas ramas de la orden Franciscana. La Fraternidad ‘our Lady of the nations’ acogió a trece nuevos hermanos –capuchinos, conventuales y menores– que se preparan para un destino misionero en países como la India, Filipinas, sri Lanka, Uganda, sudán, Abisinia, Ghana, Burundi, el Congo y dinamarca. el curso, dirigido por fray Gianfrancesco Sisto, coordinador del programa formativo y con experiencia

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CÓMO AYUDA LA ESCUELA A LA PREPARACIÓN MISIONERA

Con ocasión de la reciente celebración de los 25 años de la Escuela de Formación Misionera (1991-2015), se les preguntó a los ya misioneros cómo les había ayudado en la misión el aporte recibido, y sus testimonios vienen a ser el mejor aval. Escojo como botón de muestra el testimonio del misionero Joan Soler:

“¿Cómo me ha ayudado el Curso Intensivo de Formación Misionera en la misión en la que estoy? (…). Al volver a hacerme esta pregunta, me doy cuenta de que, aun habiendo olvidado los nombres, van viniendo pe-queños ecos a mi mente: ¿y si el Norte fuera el Sur?, ¿y si no fuéramos nosotros el centro del mundo?, ¿y si en las otras culturas hubiese cosas realmente evangélicas?, ¿y si en lugar de hacer nuestros proyectos ayudamos a hacer sus proyectos?, ¿y si en lugar de grandes infraestructuras nos dedicamos a la gran infraestructura de Dios, el corazón de cada uno?, ¿y si aprendemos a cuidarnos y a cuidar a los otros un poco más?, ¿y si estudiamos mejor las otras religiones?, ¿y si nos encarnamos más en el pueblo en el que somos acogidos?, ¿y si dejamos a la Iglesia local ser la pro-tagonista?, ¿y si nos escondemos un poco más?, ¿y si sonreímos?, ¿y si amamos?, ¿y si compartimos?, ¿y si damos?, ¿y si rezamos?, ¿y si…? Y me doy cuenta de que, si no hubiera recibido este curso, habría entrado en este otro país como un elefante en una cristalería. Hubiera llegado con todos mis prejuicios, hubiera impuesto mis mé-todos, hubiera hablado demasiado de mí y de mi tierra… y muy poco de Dios, y de su Evangelio (…). Y animo a todos los futuros misioneros a escuchar y a aprender, a dejarse vaciar para dejarse llenar y no tener prisa. Porque las cosas de Dios andan despacio”.

Joan Soler, misionero en Togo desde 2008

El misionero Antonio Fernández Domínguez en Zambia

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La escuela de Formación Misionera no es un centro académico de reflexión misionológica, sino un taller vital de equipamiento personal sobre disposiciones para la misión. el ambiente fraternal es de gran calidad y el programa de cursos y actividades es valioso y atractivo. Los contenidos académicos se concentran en cinco módulos:

◼ el primer módulo se centra en la aproximación a la realidad social, cultural, ecológica y religiosa de las diversas regiones y continentes en una relectura creyente e implicativa; dentro de ese mismo bloque temático, se abordan con cierto detenimiento el fenómeno de las actuales migraciones, las guerras y sus causas reales.

◼ Un segundo módulo está dedicado a las grandes religiones (hinduismo, budismo, islam y a las religiones tradicionales de áfrica y América).

◼ en un tercer módulo se aborda la comprensión de la misión en la Biblia y en la reflexión de la Iglesia.

◼ en el cuarto módulo se ahonda en la espiritualidad misionera y las actitudes en las que vivir la misión.

◼ Y en un quinto módulo de talleres prácticos, se busca equipar al misionero de disposiciones para la relación y el trabajo en equipo y de algunas habilidades en el ámbito de la salud, de la elaboración de proyectos y de otros aspectos relacionados con el trabajo misionero.

4. Hacia una Iglesia toda ella misioneraLa condición misionera cristiana tiene

su base en el propio bautismo, y es a toda la comunidad cristiana a la que el señor encarga la misión. Por eso la pareja de Áquila y Priscila comparten

con Pablo la labor evangelizadora en Corinto y asumen el acompañamiento en la fe del alejandrino Apolo (hch 18, 24-28). en Corea, la fe cristiana, hoy tan floreciente en este país asiático, prendió en su día por obra solo de misioneros laicos llegados de China, que sellaron la predicación del evangelio con el testimonio del derramamiento de su propia sangre. en europa, en cambio, los laicos y los sacerdotes diocesanos hemos tardado excesivo tiempo en tomar conciencia de nuestra condición misionera. en españa, hasta el siglo XX, los misioneros han sido en exclusiva miembros de las órdenes y congregaciones religiosas. Méritos suyos son la evangelización de América y su aporte en áfrica, oceanía y Asia, donde no cabe olvidar la gran labor de los misioneros españoles en la evangelización de Filipinas. Pero mientras los religiosos se entregaban a la misión por todas partes, los curas y laicos se consideraban exentos del deber de anunciar el evangelio en otros lugares. es grande la deuda que tenemos con las familias religiosas, al ser ellos quienes cargaron durante diecinueve siglos con todo el peso de la dura labor misionera.

Por lo que respecta a los sacerdotes diocesanos, hemos tenido que esperar a la primera mitad del siglo XX para que en españa alguien gritara con fuerza que los sacerdotes debían ofrecerse también para la misión. en Francia y en otros países de europa, esa convicción había tomado cuerpo ya en el siglo XVIII. Finalmente, en 1920, se creó el Seminario de Misiones en Burgos a solicitud del papa Benedicto XV. nació así el Instituto español de Misiones extranjeras (IEME)

para sacerdotes diocesanos españoles. A renglón seguido, un interesante movimiento misionero en la diócesis de Vitoria abrió con fuerza otra puerta: la misión diocesana (sacerdotes de una diócesis que marchan en equipo a la misión ad gentes). esta fórmula prendió con éxito y, desde Vitoria, fue extendiéndose a otras diócesis del territorio español. Treinta años después, la situación de desatención religiosa en América Latina despertó, con la llamada de Pío XII, la sensibilidad en muchos sacerdotes que se ofrecieron para partir hacia allá a través de la OCSHA (obra de Cooperación sacerdotal para América Latina).

El salto a la misión ‘ad gentes’ de los cristianos laicos tardó aún más, pero finalmente la tarea misionera logró alcanzar la condición de responsabilidad común de una Iglesia toda ella misionera. La llamada urgente de Pío XII a las diócesis para enviar misioneros a América Latina provocó también en los laicos de la Acción Católica la decisión de asumir este deber como propio en razón de su condición bautismal. surgió así OCASHA-Cristianos con el Sur como cauce específico propio para la misión ad gentes de los cristianos laicos. Y también otras asociaciones laicales, como la AMS (Asociación Misionera seglar), EKUMENE, Misión Pueblos Amigos y otras varias; muchas de ellas, vinculadas como ramas laicales a congregaciones religiosas misioneras, abrieron camino a la disponibilidad de numerosos cristianos laicos al encauzamiento organizado de su labor misionera en otros países. También las misiones diocesanas, integradas solo por sacerdotes, se transformaron por empuje de asociaciones laicales como la vasca ELKARREKIN en equipos mixtos de sacerdotes y laicos de una misma diócesis.

IV. EL MOMENTO MISIONERO ACTUAL ESPAÑOL

La Iglesia en españa dispone de un caudal misionero acumulado de gran valor: más de 12.000 misioneros por el mundo2, delegaciones de Misiones en todas las diócesis, Comisión episcopal de Misiones y de Cooperación entre las Iglesias, oMP, campañas misioneras

El misionero Antonio Fernández Domínguez en Zambia

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señales de que esa alegría la llevamos dentro. La marca de Jesús que es apertura, amor y ayuda hemos de concretarla en gestos y en programa de vida.

◼ Algunos en nuestra Iglesia diocesana o congregación religiosa han de ser separados para la misión (cf. hch 13, 2): ¡ninguna diócesis sin presbíteros y sin laicos misioneros!; ¡ninguna congregación tampoco! Y ninguno de ellos en la misión sin el apoyo y el sostenimiento de sus hermanos.

◼ Contamos en esta hora con un laicado equipado en formación cristiana y profesional como no lo hemos tenido nunca. La misión les necesita. es la hora del laicado misionero.

◼ Los movimientos de Acción Católica como la hoAC y otros, siempre en salida hacia la presencia en las periferias del mundo, tienen que volver a ser cantera también para la misión ad gentes.

◼ Las delegaciones de pastoral juvenil y vocacional tendrían que elaborar y proponer un proyecto de misión a quienes van a finalizar la universidad.

◼ Las experiencias de misión de verano de un mes o dos en otro país pueden ser actividades valiosas de animación misionera, no de misión. La misión es más.

◼ Las instituciones misioneras (delegaciones diocesanas de Misiones, oMP, asociaciones misioneras, etc.) tienen como cometido animar y promover vocaciones misioneras. no conseguir esa meta es fracasar. Las otras tareas (campañas, colectas, etc.) son medios al servicio de esta.

◼ La acogida y la convivencia con los que nos llegan –inmigrantes y refugiados– víctimas de la fuerza diabólica de los intereses que provocan el hambre y las guerras son un nuevo reto misionero. ellos nos traen la riqueza de sus vidas amenazadas y nos invitan al encuentro y la comunión.

◼ “Lo que es imposible para los hombres, sí es posible para dios” (Mc 10, 27). La vocación misionera es un don que viene de dios. Orar y pedir ese don a Dios es tarea permanente de toda comunidad que vive la alegría de la fe.

numérica de sus miembros, sino de que la gracia recibida se nos da para ofertarla. La Iglesia, numerosa o reducida, es siempre para evangelizar. La misión forma parte de su propio ser. Con mucha menos gente y menos medios el espíritu empujó a la misión a los primeros cristianos. Y hoy nos empuja a nosotros. esta Iglesia nuestra no puede renunciar a ser misionera. si desaparece la misión, desaparece la misma Iglesia. el espíritu nos sostendrá y nos abrirá caminos de fidelidad a la misión. desde nuestra pobreza hemos de decir como el profeta: “Aunque el olivo olvida su aceituna y los campos no dan cosechas, aunque se acaban las ovejas del redil y no quedan vacas en el establo, yo exultaré con el señor, me gloriaré en dios, mi salvador” (hab 3, 17-18). La Iglesia ha de ser siempre la comunidad que vive en el gozo del don recibido y que no puede dejar de anunciarlo.

V. DIEZ TAREAS URGENTES E INAPLAZABLES

◼ nuestras parroquias y comunidades cristianas tienen que centrar su quehacer en el ser: vivir a fondo la alegría de ser amados por Dios. ser cristiano es saberse salvado gratuitamente por Jesucristo y no poder contener la alegría de que esto sea real y verdadero. nada ni nadie nos puede arrancar esta alegría.

◼ no detener el empuje del espíritu santo que suscita en nosotros el deseo de compartir este gozo. donde vivimos, convivimos o trabajamos hemos de dar

con arraigo y derroche de medios, centros y cursos valiosos de formación misionera, alta estima de lo misionero en el Pueblo de dios… Como decía Pablo a los Corintios: “A vosotros ya no os falta ningún don” (1 Co 1, 7). es notorio que la Iglesia en españa no carece de medios para la formación de nuevos misioneros: escuela de Formación Misionera y valiosos cursos, teología de la misión y misionólogos y misioneros experimentados con gran capacidad para modelar a otros y alistarlos debidamente para la misión. ¿Qué nos falta en esta hora?

Lo que comienza a faltarnos en esta hora es contar con nuevos misioneros en salida. Va descendiendo drásticamente el número de los que se incorporan a la misión ad gentes. este es nuestro drama. Los excelentes medios disponibles para la preparación de los nuevos misioneros pueden convertirse en inmuebles de decadente fachada llenos de sillas vacías. Y eso sería lo de menos. La vida nos lleva un día y otro a adaptar con acierto para nuevos usos lo que en otros momentos sirvió para una finalidad diferente. sólo que hay finalidades a las que no cabe renunciar.

no se trata de cerrar los ojos a la nueva situación que vivimos. envejece la población y envejecen las comunidades de la Iglesia. Las canas brillan mucho más que las pelambreras juveniles, tan escasas no solo en nuestras celebraciones dominicales, sino también en nuestros encuentros y nuestros fórums, mesas redondas y semanas misioneras. Las familias tienen pocos hijos y se hace más difícil prescindir de los escasos retoños y permitir que sean trasplantados a otro huerto lejano. Y el proceso de secularización incide mucho más en las generaciones de mediana y joven edad que en la de los que ya no están para aventuras misioneras… es este el momento que vivimos. se ha vuelto más difícil encontrar a los que hemos de separar para la misión. Y aun así, ni en nuestras comunidades disminuidas cabe decir que ya no nos toca responder a la llamada de ir “al mundo entero a anunciar el evangelio”.

La Iglesia tiene que ser misionera también en su pequeñez, porque la misión no arranca de la abundancia

n o t a s

1. Para más información sobre la Escuela de Formación Misionera: www.escuelaformacionmisionera.org

2. No contamos con una estadística general de los misioneros españoles en activo. Cada diócesis y congregación lleva el registro de los suyos. Un intento de registro general avanzado, pero incompleto, de las OMP tiene ya contabilizados 9.439 misioneros españoles. La estimación ronda los 13.000.

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El burgalés Ramón Delgado en una sesión formativa de catequistas en Logou (Togo)

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Doscientos años después de nacer, Don Bosco sigue fundando escuelas allí donde más se necesita. La última

abrirá sus puertas estos días en Kontagora, Koko, al noroeste de Nigeria, en una vasta y desértica zona marcada por la escasez de alternativas educativas, el predominio del islam en todas las esferas, la intolerancia hacia los cristianos (rige la sharia, existe el delito de proselitismo y ningún creyente en Jesús puede ocupar cargo público alguno) y la ya sempiterna amenaza de Boko Haram (aunque su bastión es el noreste del país, no son pocos los atentados aquí).

Una gran aventura cuyas raíces están asentadas en el discernimiento, la experien-cia y la pasión por querer ayudar a quienes menos opciones tienen. Bien lo sabe Jorge Crisafulli, religioso argentino que lleva 19 años como uno de los miembros más activos de la inspectoría salesiana para África Occidental, con todo tipo de proyectos en Ghana, Nigeria, Liberia y Sierra Leona (VN, nº 2.918). Cuenta cómo “los salesia-nos llegamos a Nigeria ya en febrero de 1982. Abrimos escuelas técnicas, oratorios, centros juveniles, parroquias y capillas en Ondo, Akure, Onitsha, Ibadan, Lagos, Abuja e Ijebu-Ode”; todas, obras situadas en el sureste y el suroeste del país, predominan-temente cristianos. Hasta que, en 2008, el vicario apostólico de Kontagora “nos envió una hermosa carta pidiendo la llegada de los salesianos a esa parte de Nigeria para trabajar en el campo educativo y pastoral”.

Así nació el reto, la llamada a salir a las periferias, como reclama Francisco: “Aquí

Como Crisafulli reconoce, aunque los tres religiosos son autóctonos, del sur del país, han tenido que interculturarse en una rea-lidad ajena a la suya: “‘Somos nigerianos, pero nos parece estar en otro país, ¡en otro mundo!’, me dicen. El proceso es lento. Lo primero es aprender la lengua de la gente. Hemos comenzado con el hausa, y seguirán otros. También tenemos que conocer y vivir sus tradiciones, su cultura. Sin este paso previo, cualquier intento de inserción está destinado al fracaso”.

Por ahora, los tres salesianos recorren de arriba a abajo la región, visitando al-deas y acercándose a la gente. Poco a poco, pues hay que tener en cuenta todos los factores: “Hay seis meses de lluvia en los que no podemos contar con la gente, con los niños ni con los jóvenes, ya que todos tienen que trabajar la tierra. La estrategia es traer durante los meses de tiempo seco a

Nace la primera obra salesiana en el norte de Nigeria, pese a la ‘sharia’ y a la amenaza de Boko Haram

Miguel Ángel Malavia

los salesianos ya acompañan a las familias de 24 aldeas de la región

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▶EN VIVO

La última escuela de Don Bosco

no teníamos ninguna obra de frontera, y además era de primera evangelización y educación en situación extrema. Comen-zamos el discernimiento y, en 2013, dimos el ‘salto de fe’ hacia una zona de desafíos”. Que no son pocos, pues “también está el tema geográfico y climático: hay calor de más de 40 grados, falta de agua, caminos muy malos…”. Esperaron hasta octubre de 2014 para abrir su presencia, apoyados por el obispo Bulus John (además de Mi-siones Salesianas, que impulsa sus obras en los cuatro países), que les entregó un departamento parroquial con 24 aldeas a cargo. Para impulsar la acción pastoral y preparar todo lo necesario para la apertura de la escuela técnica, tres salesianos fueron hasta allí para “trabajar con y por la gente del lugar, que es pobrísima”.

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en un tiempo tan fecundo como este, al inicio de una obra que en realidad es una aventura, Jorge Crisafulli sitúa la base previa: “Sentarse, dialogar, rezar, discernir para ver qué es lo que Dios quiere. Hace falta coraje, superar emociones humanas muy profundas, como el miedo, la ansiedad, la incertidumbre. el misionero no puede ir a una zona así y pensar que va a conseguir resultados inmediatos. además, se tiene que ir convencido de que hay que predicar a Cristo sin predicar”. Y eso es lo que hacen, cocer a fuego lento, como refleja esta anécdota: “Hace unos meses decidimos visitar las aldeas que pertenecen a nuestra parroquia. Salimos a las cinco de la mañana. visitamos nueve aldeas y

pequeñas comunidades. Me impresionó la austeridad del ambiente: la sequía, el polvo, la infertilidad de los terrenos, los camellos y los burros usados como medio de transporte, las chozas de barro, el cauce de ríos y arroyos completamente secos. en algunas aldeas, la comunidad católica está formada por dos familias, unas 30 personas. Me impresionó la pobreza de la gente. en una aldea nos ofrecieron para comer arroz

y agua, que era colorada. es la que usan ellos cada día para todo, también para cocinar. Todos los niños presentan signos de desnutrición. en ninguna aldea hay escuelas. las niñas de 12, 13 y 14 años vienen todas a la capilla con sus bebés a cuestas… Pero lo que más me impactó fue la capacidad de sonreír en la adversidad y la hospitalidad. ¡los pobres tienen tanto que enseñarnos!”.

los niños y jóvenes a Koko, donde tenemos la parroquia, y ofrecerles la posibilidad de hospedarse en casas donde puedan vivir y, desde allí, vayan a estudiar a las escuelas de la ciudad, que son de Primaria y Secundaria (en las aldeas no hay nin-guna escuela). Una vez que terminen con ese nivel, podrán pasar a nuestra escuela profesional para aprender un oficio y así poder ganarse la vida en el futuro”.

Antes de dar pasos en falso, son cons-cientes de la importancia de la realidad religiosa local. Con ese fin, antes de entrar en la ciudad, lo primero que hicieron fue visitar al emir local. El religioso lo recuerda así: “Es una persona culta y muy amable. Nos pidió que no hiciéramos proselitismo, que no convirtiéramos a nadie. Le dijimos que no era esa nuestra intención. Cuando le conté quiénes éramos, quién era Don

Bosco y que teníamos ya varias escuelas técnicas en Nigeria, sus ojos brillaron y dijo: ‘Eso es exactamente lo que necesita-mos aquí. Nuestros jóvenes están ociosos y no tienen preparación profesional que pueda insertarlos en el mundo del trabajo’. Así, no nos ofreció tierra para levantar una iglesia, pero, para una escuela técnica, ¡ponía a nuestra disposición toda la tierra que necesitáramos!”. De ahí que Crisafulli defienda con pasión que “la educación técnica y profesional, al mejor estilo de Don Bosco, podría ser un punto importante de diálogo entre el mundo occidental y el mundo musulmán, al menos aquí”.

En el día a día, si bien hay un respeto so-cial hacia los cristianos, Crisafulli lamenta la hostilidad política: “No es solo que el Gobierno no nos ceda un terreno para le-vantar una iglesia, sino que se dan situa-

ciones como que dos catequistas nuestros se han tenido que convertir al islam para liderar su comunidad. Si un musulmán quiere hacerse cristiano, tiene que explicar sus razones, llenar mil documentos y pagar para que se le autorice. Los cristianos ni podemos salir en procesión”. Pese a todo, es posible dar a conocer a Jesús: “En las aldeas, mucha gente no es ni musulmana ni cristiana. A ellos sí se les puede anunciar el Evangelio; de hecho, están muy abiertos a su novedad de vida y libertad. Sobre todo las niñas y las mujeres, muy sensibles a este anuncio que defiende su dignidad”.

Pero si hay algo que lo dificulta todo es la amenaza constante del grupo yihadista Boko Haram. “Si bien operan principal-mente en el noreste del país –señala el salesiano–, la tensión se siente en todas partes. Cuando viajo, nunca he visto un hombre blanco, ¡menos a un misionero! Voy siempre con un catequista que ha-bla bien la lengua del lugar, el hausa, así como con alguien que vista uniforme y con salesianos africanos. Eso te da cierta seguridad. Hay muchísimos puestos milita-res… Lo último son grupos de ‘vigilantes’: jóvenes entrenados por el ejército y que defienden sus aldeas con machetes, arcos y flechas, fabricados artesanalmente”.Pese a las precauciones (han levantado un muro ante la parrroquia y han creado un comité de seguridad, con turnos de vi-gilancia), el riesgo está ahí. De hecho, dos semanas después de llegar a Kontagora, hubo el primer atentado terrorista en la ciudad: una chica con un cinturón bomba se inmoló en la entrada de un instituto, asesinando a dos guardias.

Sin embargo, concluye Crisafulli, hay que mantener la esperanza y apostar por un camino a recorrer contando con todos: “El potencial de Nigeria es inmenso, pero es un gigante dormido. Alguien tiene que despertarlo para que se ponga de pie, aun-que no creo que solo el Gobierno pueda obrar este milagro. Hace falta unir a todos los nigerianos, a los diferentes grupos, iglesias, instituciones, ONG, y así obrar el milagro de la resurrección de Nigeria”.

Predicar a Jesús sin predicar

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La cantaora Mª José Santiago abraza al Papa

Quizás algunos nunca lleguen a com-prender completamente el aconte-cimiento del que han sido testigos

este lunes 26 en el Vaticano, pero seguro que ahora sí son más conscientes de que están “en el centro y el corazón de la Igle-sia”, como les dijo el papa Francisco. Y es que más de 6.000 gitanos de todo el mun-do llegaron hasta Roma para participar en una peregrinación de cuatro días con motivo del 50º aniversario de la visita del beato Pablo VI a un campamento gitano de la periferia de Roma, en Pomezia. El culmen fue una audiencia con Bergoglio en el Vaticano en la que no faltó el arte y el espectáculo gitano.

Desde Irlanda, Inglaterra, Portugal, Francia, Brasil, Estados Unidos o Canadá acudieron muchos de ellos. Pero, sin duda, los españoles fueron de los más numero-sos. Más de 400 de diferentes ciudades no quisieron dejar pasar la ocasión y llegaron hasta Roma. De Navarra ha venido un gru-po de 31, capitaneados por su arzobispo, Francisco Pérez González, y por el delegado de Pastoral Gitana de Pamplona, Javier Ardilla, quien manifiesta su entusiasmo a Vida Nueva minutos después de concluir la audiencia con el Papa: “Ha sido una experiencia muy positiva, un encuentro de gitanos de todo el mundo, un pueblo que ha sido reconocido como pueblo inter-nacional y multiestatal. En todo el mundo hay 13 millones de gitanos, y hasta aquí han venido de todos los sitios. Ha sido un encuentro muy fraterno, muy amistoso y el Papa nos ha dicho unas palabras muy importantes en cuanto a los retos que tiene el pueblo gitano. Ha sido muy sensible sobre las situaciones que viven los gitanos de discriminación, de estigmatización, de prejuicios, y también sobre los retos que tienen, en la vida social y política, en la familia, como la necesidad de estar escolarizados…”.

Para Ardilla, esta peregrinación en Roma, “de cara a la sociedad, es un testi-monio de que el pueblo gitano es un pueblo vivo que está lleno de valores que ha de conservar y puede enriquecer mucho al mundo, porque la diversidad siempre es riqueza. Creo que es bueno que se conozca bien al pueblo gitano, ya que esto puede tener una proyección internacional muy importante”. Su arzobispo se muestra tam-bién emocionado por lo que acababa de vivir: “Para mí ha sido un momento muy importante, donde se ha visto también lo que decía Jesús: ‘Venid a mí todos los que estéis cansados y agobiados, que yo os aliviaré’”. Francisco Pérez destaca que el Papa argentino “acoge a todos, lleva una palabra de esperanza y, al mismo tiempo, pide que recemos por él”.

Encomendado a Francisco JavierEl prelado ha podido saludar brevemente

al Papa al acabar el encuentro: “Le he dicho que rezaría a los pies de san Francisco Javier, y él me ha dicho: ‘Récele para que me siga dando fuerzas’”. “Yo creo que el hecho de que aquí hayamos tenido este espectáculo de la cultura, de la raza gitana, ha sino inolvidable –concluye–. El Santo Padre les ha defendido como lo que son, como aquellos que deben ser considerados y, a la vez, les ha recordado que los niños deben ir a la escuela porque es un derecho que tienen”.

En la última parte del encuentro, Fran-cisco sorprendió coronando a la Virgen Majarí Calí, conocida popularmente como la Virgen de los Gitanos. Un momento que muchos no podrán olvidar. “La Virgen convence, anima, alienta y nos hace vi-vir en concordia, en unión y fraternidad, también entre ellos”, aseguró el obispo de Pamplona.

Unas 6.000 personas peregrinan a Roma para conmemorar el 50º aniversario de la visita de Pablo VI a un campamento

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CróniCa Vaticana▶iGLESia En el mundo

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Francisco ya es el Papa de los gitanos

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Entre los gitanos llegados hasta el Aula Pablo VI hay muchos jóvenes. Algunos de ellos son españoles. Poco antes de subir al autobús que les llevará al aeropuerto para regresar a España, un grupo nos cuenta sus impresiones. Abel, Eduardo y Pepe son veinteañeros y explican que “hemos venido 23 de Alicante, con la diócesis”. “Al Papa, cuando habla español, se le entiende bien”, dice uno de ellos riéndose. “La verdad es que ha estado muy bien, ver aquí a toda la gente junta ha estado guay, es bonito”, dice otro. Cuestionados sobre qué es lo que más les ha llamado la atención de las palabras del Papa, Eduardo es sincero: “No sé, es que tampoco le he escuchado mucho”; pero reconoce que la defensa que ha hecho de su pueblo “está muy bien, porque todos somos iguales y todos somos personas al fin y al cabo, y debemos vivir en armonía y no discriminar”.

Otro grupo de jóvenes gitanos españoles espera con paciencia que les lleguen las bolsas de comida, porque, por primera vez, en el Aula Pablo VI se ha permitido que almuercen allí todos juntos. Mientras, uno reconoce que sufren un trato diferente por su condición: “A la hora de buscar trabajo, te miran mal, y, si hay un gitano y otro que es de otra raza o etnia, le cogen antes a él”. “En el diccionario mismo pone lo que es gitano”, apunta otro. Sin embargo, “en la Iglesia nos cuidan, nos cuidan mucho. Nosotros al menos, tenemos a quien se encarga de esto y que nos lleva a estas cosas, y es una grandísima persona. Para nosotros es alguien grande, que nos cuida mucho”.

¿A quién rezáis para pedir ayuda y en-contrar trabajo?, les preguntamos. “Bueno, ahora estamos en el culto gitano”. ¿Eso qué es?, continuamos. “La Iglesia Evangélica”. Así, aun siendo fieles de otra con-fesión cristiana, dicen que “aquí hemos estado bien, porque da gusto saber que hay gitanos en todos los lados”.

“Ha sido precioso”, recalca por otro lado Luca, un joven romano que ha acudido junto a varios familiares y amigos que viven precisamente en el mismo pobla-do que vistió Pablo VI hace cin-cuenta años. “Ha sido muy bueno porque no había visto nunca al Papa y hoy me ha gustado mu-cho”, afirma por su parte Alessio. “Yo soy católico y en misa rezo

al Padre Pío, porque creo en él”, añade su amigo Marco. “La Iglesia nos ayuda, pero la sociedad en Italia no es así. Cuando nos ven, dicen: ‘¡Ahí está el gitano, ahí está el gitano!’”, reconoce el primero de ellos.

“La Iglesia quiere a todos”El cardenal Antonio Maria Vegliò, pre-

sidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y encargado de organizar estos días de peregrinación en Roma, atiende a Vida Nueva y reconoce que “ha sido precioso, la gente era entusiasta y el Papa ha estado muy contento. Este encuentro ha sido muy importante. He visto esta mañana algo extraordinario: todas las manifestaciones de amor y de afecto por el Papa”. El purpu-rado abunda que “la Iglesia quiere a todos, sobre todo a aquellos más necesitados, que están marginados por la sociedad, que son despreciados por la gente, que viven en condiciones no siempre dignas. La Iglesia siempre defiende a los más pobres”.

Igual de entusiasmado se muestra Ri-cardo Hernández, procedente también de Navarra y miembro del Consejo Estatal del Pueblo Gitano. “Es maravilloso haber

tenido esta experiencia. Europa y todo el mundo tiene que conocer el mensaje del Papa. Toda persona quiere vivir de la mejor manera posible, y quiere hacerlo con dignidad. Hay personas que pueden y otras no, y eso es lo que pide el pueblo gitano: los mismos derechos y obligaciones que tiene toda persona”. Su alegría viene dada también porque “he podido saludar al Papa y ha sido un momento mágico. Se le ha hecho entrega de la ‘ram’, la vara que es símbolo de respeto y de unidad. En ese momento, él ha dicho: ‘¿Es para mí?’. Le hemos dicho que sí, y él la ha cogido y la ha levantado un poco”. En su opinión, “de cerca transmite paz, algo difícil de explicar con palabras”.

José Aumente, director de los departa-mentos de Ferias y Circos y de Pastoral de la Carretera –que engloba a la Pastoral Gi-tana– de la Conferencia Episcopal, cuenta que parte de lo logrado hasta el momento en las relaciones entre la Iglesia y el pueblo gitano se debe a Mario Riboldi, un sacer-dote italiano de 86 años que ha dado su vida por ellos y al que pudo saludar estos días en Roma. “El papa Francisco ha cogido ahora la antorcha de Pablo VI”, sentencia.

En la audiencia, la nota ar-tística la pusieron la cantaora flamenca María José Santiago y el guitarrista Francisco López Cepero, quienes interpretaron una canción que hablaba de Juan Pablo II y el primer beato gitano, Ceferino Namuncurá. Después, la artista pidió a Francisco permiso para can-tar otro tema que no estaba previsto: el villancico típico de Andalucía Carita divina. Por supuesto, Bergoglio accedió encantado.

ÁLvaro de Juana. roMa

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Seguro que sus nombres te suenan, pues su hija, san-ta Teresa del Niño Jesús,

en Historia de un alma, evoca a sus padres como ejemplo de matrimonio cristiano. Louis Martin y Zélie Guérin fueron canonizados el pasado 18 de octubre por el papa Francisco.

En el año 2002, peregriné a Lisieux, estuve en la tumba de los entonces venerables. Desde aquel día tenemos una estampa junto a la chimenea en casa de mis padres. Cuando supimos la noticia de su canonización, hace ya algunos meses, mis padres –Cándido y Jorja– dijeron: “Dos nuevos santos amigos que nos cuidan”.

Es una santidad para los tiem-pos que corren. Nos enseñan que la santidad, lejos de ser un ideal reservado a unos cuantos, es una gracia que se ofrece a todos. Las condiciones de vida de Luis y Celia son sorpren-dentemente parecidas a las de nuestros contemporáneos. Su vida es una vida cotidiana. Ella bordaba encajes, él arreglaba relojes, los dos trabajaban en el cuidado de sus hijos, conocían las alegrías y las penas de una

familia ordinaria, y murieron de enfermedades que hoy también nos resultan conocidas: Celia, de un cáncer de mama y de arterioesclerosis; esta misma enfermedad le afectó a Luis al cerebro y haría que fuera in-gresado durante tres años en un hospital psiquiátrico.

Fueron padres de nueve hi-jos, pero tres de ellos murieron prematuramente. Un dolor ine-narrable ver morir a tres de sus hijos. Un sufrimiento que les dejará una herida para siem-pre. A este respecto, señalan: “Soportar al pequeño que llora treinta y seis horas sin parar, las peleas entre hermanas, las noches de dos horas…”, pero para ambos es el pequeño pre-cio que hay que pagar: “¡Es un trabajo tan agradable ocuparse uno de sus niños!”.

Su vida matrimonial estuvo entretejida con la hermosa urdimbre de palabras hechas vida, como “permiso”, “gra-cias”, “perdón”. Palabras que encierran la fuerza de custodiar la casa, incluso a través de di-ficultades y pruebas.

El amor es algo que cuidan como oro en paño, pues saben

que Dios está ahí, junto a ellos, velando por ellos, custodiando su “íntima comunidad de vida y amor”. “Estoy impaciente de estar junto a ti, querido Luis; te amo con todo mi corazón; me resultaría imposible vivir lejos de ti… Te abrazo tan fuerte como te amo”, dice Celia a Luis. “Mi querida… Te pido tranquilidad y moderación, en el trabajo so-bre todo… No te agobies tanto, conseguiremos, Dios mediante, montar nuestra casita… Tu ma-rido que te querrá toda la vida”, dice Luis a Celia.

Fe y contemplaciónCelia tiene una fe incondicio-

nal: “Lo mejor es poner todas las cosas en las manos de Dios y esperar los acontecimientos con calma abandonándose a Su voluntad”. Luis es un contem-plativo en la belleza de cada día, del don de la vida y de la fe: “¡Si pudiera hacer que sintierais todo lo que yo siento admirando las grandes y bellas cosas que suceden ante mí!, ¡Dios mío, qué admirables son tus obras!, gri-taría de buen grado: ¡es dema-siado, Señor, eres demasiado bueno conmigo”.

La llegada de los hijos les lleva a rehacer sus proyectos: “Cuando tuvimos a nuestros hijos, cambió un poco nuestra forma de ver las cosas; tan solo vivíamos para ellos, eran todo cuando nos daba la felicidad, y no la hemos encontrado nunca fuera de ellos”.

La celebración de la Misa y el amor a la Virgen les lleva-ron a vivir con sublimidad el amor conyugal, con atención al prójimo y entrega a los pobres y necesitados. Estos santos es-posos vivieron su vida cristiana en la familia, haciendo de cada jornada un lugar de fe y amor, y en este clima brotaron las vo-caciones de sus hijas.

En un momento difícil, Celine y Leonina toman la decisión de ingresar a su padre Luis en el hospital psiquiátrico Bon-Sau-veur, en Caen. Celina cuenta: “Leonina y yo hemos guardado silencio todo el tiempo; estába-mos anonadadas, rotas”. Ahora, por la pasión de su padre, Tere-sa descubre la de Jesús, en toda su locura de amor por el hom-bre. Es en esta época cuando Te-resa del Niño Jesús se convierte en Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz. Ella escribe. “Jesús arde de amor por nosotros… ¡Mira su rostro adorable!... ¡Mira sus ojos apagados y gachos!… Mira sus llagas… Mira a Jesús en su rostro… ¡En él verás cómo nos ama”.

En verdad que Dios nos ha dado la vida y la fe en este mun-do, y este mundo es el lugar de nuestra santidad. El hogar de Luis y Celia es modelo de san-tidad que la Iglesia propone al mundo actual, donde la fami-lia y la vida humana pasan por tiempos recios. Amigos fuertes de Dios. San Luis y santa Celia, interceded por nosotros. Gra-cias por todo y por tanto.

en PRimeRa PeRSonaJosé María aveNdaño Perea. VICArIo GENErAL DE LA DIóCESIS DE GETAFE

Luis y Celia, un hogar modelo de santidad

▶iGLESia En el mundo

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Si la trata de personas figura en el tercer lugar de los negocios ilícitos más lucrativos a nivel mundial, en

Perú el fenómeno es realmente grave: se-gún cifras oficiales, más del 90% de las víctimas del comercio ilegal de personas son mujeres, mientras que el 60% lo for-man niños y niñas. Con el fin de trabajar en el tema y de saber dar una respuesta desde la Iglesia, semanas atrás ha tenido lugar en Lima, bajo el lema Tejiendo redes por una sociedad sin trata de personas, el I Encuentro Nacional de la Red Kawsay (palabra del quechua cuyo significado en español es ¡vida!).

Fundada el 25 de octubre de 2010, a nivel de América del Sur, es una red internacio-nal de Vida Consagrada comprometida con la construcción de una sociedad sin trata de personas que promueve, a través de acciones concretas, la dignidad, la justicia y la solidaridad.

Asimismo, está integrada en la Red In-ternacional Talitha Kum, fundada en 2004 en Roma por la Unión Internacional de Superioras Generales (UISG) de diversas congregaciones religiosas con el objetivo de enfrentar el nuevo rostro de la esclavitud del siglo XXI.

El encuentro contó con la participación de religiosas y miembros del clero prove-nientes de diversas zonas de Perú donde el problema de la trata se ha ido acrecentando (Cajamarca, Chimbote, Loreto, Puerto Mal-donado, Sicuani, Sullana, Tacna, Trujillo, Yurimaguas y Lima).

Entre los numerosos testimonios, des-tacó el del hermano Vicente Imhof, ofm. Nacido en Alemania, lleva 24 años en Perú y participa en la Red desde 2012. Actualmente trabaja en la frontera sur del país (Madre de Dios), una de las zonas de trata de personas más sensibles, donde este crimen ha llegado de la mano de la minería informal, la extracción de madera y el narcotráfico.

En su charla, señaló que, para abordar el tema de la trata, hay que partir de algo fundamental: “La absoluta prioridad de la persona humana. La humanización es el camino de Dios y la trata es una forma de esclavitud, de convertir a una persona en un objeto; ese es el extremo inimaginable de la deshumanización”.

En este sentido, consideró que una de las dificultades “es la inacción del Estado, no por mala voluntad, sino por falta de

recursos, exceso de trabajo e ignorancia del tema. Nuestra tarea es trabajar con nuestra Iglesia, con el Estado y con la so-ciedad, articulándonos en redes”. Y es que, como, Iglesia “no podemos apartarnos ante un dolor tan grande, ni permitir que la persona sea una mercancía. El papa Francisco insiste que el tema de trata es prioritario. Aportamos una gran esperanza, la esperanza de que tanto la persona que es víctima como su victimario son recupe-rables a partir de la perspectiva de fe en el Dios de la vida”.

Una oportunidad para crear redesPor su parte, Camilo Moreira, religioso

escalabriniano de Brasil que trabaja con migrantes entre Tacna y Arica, al sur de Perú, afirmó que el rol de la Iglesia es “res-catar la dignidad de la persona e intentar que se haga justicia y se les devuelva el de-seo de vivir. Hay que encontrar el momento para que esta persona se sienta parte de la humanidad, que es amada por Dios y creación privilegiada por Él. Debemos traer

a esa persona al centro de la vida. Si ob-servamos a Jesús, encontraremos que en Él está el milagro, pero también la actitud: la fe y la acción deben estar juntas”.

Todos los presentes destacaron que venir a este encuentro les ha dado la oportunidad de conocer a otros grupos eclesiales que trabajan en la misma problemática y la conciencia de que han de relacionarse con otros actores de la sociedad civil, formando redes con el Estado y otras organizaciones que puedan ser, al igual que la Iglesia, un espacio de gratuidad y de acogida.

La clave, concluyó Moreira, es “engen-drar fuerzas para que se dé la sensibi-lización y llegar a las personas con un lenguaje accesible, para que sepan lo que está pasando”.

Y es que la Red Kawsay, nos acerca y sen-sibiliza a una realidad que deshumaniza la vida humana, tratando de cumplir el cono-cido llamado evangélico: “He venido para que tengan vida, y vida en abundancia…”.

José Luis Franco

instituto BartoLomé de Las casas. Lima

La Vida Consagrada sale al paso de la trata en Perú Un congreso organizado en Lima reclama aunar fuerzas con el Estado y otros agentes sociales

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▶IGLESIA EN el mundo

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i encuentro nacional de la red Kawsay

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un pueblo que peregrina de la mano del Crucificado Resucitado en un cuadro de Luis Henrique Alves for-

ma parte de la simbología del II Congreso Continental de Teología, organizado por Amerindia y celebrado, del 26 al 30 de octubre, en Belo Horizonte (Brasil). Cielo y tierra en color sangre martirial. La Palabra de Dios con un sentido propicio para los hombres y mujeres de América Latina y el Caribe. Las fuerzas de la naturaleza sustentando el caminar de los pobres, sosteniendo sus búsquedas de buen vivir.

El congreso ha reunido a más de 300 personas, provenientes de diversos paí-ses del continente y del mundo, como los reconocidos teólogos Gustavo Gutiérrez y Socorro Martínez o el biblista Carlos Mesters. Junto a ellos, líderes de organi-zaciones cristianas de base, estudiantes, educadores populares e integrantes de diversas Iglesias que se han unido en acti-tud ecuménica para perseguir un objetivo: discernir la presencia del Espíritu Santo en el interior de las prácticas de solidaridad con los excluidos, como raíz de una nueva manera de ser comunidad cristiana y de la necesaria reforma que la Iglesia está desafiada a realizar hoy.

El evento coincide, además, con los 50 años de la clausura del Concilio Vaticano II y da continuidad a las reflexiones de una cita precedente, llevada a cabo por Amerin-dia hace tres años en la ciudad brasileña de Porto Alegre. Esta vez, los talleres han abordado temáticas como el derecho a lo urbano, lo indígena, migrantes y trata de personas, ecoteología, mujer y reforma de la Iglesia, buen vivir como recreación del Espíritu o reflexión, producción y enseñan-za de la teología. Conferencias y paneles se han ocupado de análisis de coyuntura y han abordado asuntos como la autoridad de los mártires y la diversidad de modelos eclesiales. De igual modo, se han presen-tado trabajos individuales o colectivos

Amerindia pide pasar de la primavera papal a la eclesialEl II Congreso Continental de Teología apoya el proceso de reforma de Bergoglio

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sobre cuestiones como la comunicación digital y la fe religiosa en la sociedad del espectáculo o el concepto de pobre en la encíclica Laudato si’.

Amerindia se concibe como una red de católicos abiertos al diálogo intercultural e interreligioso, cuyo principal interés consiste en mantener vigente en el con-tinente la tradición de la Teología de la liberación y aspectos del magisterio ecle-sial expresados en documentos como los de Medellín y Puebla.

En el marco del congreso, el pontificado de Jorge Mario Bergoglio ha sido interpre-tado como un hito en la actual coyuntura eclesial. La preocupación por la injusticia social en el mundo, más que por cuestiones puramente intraeclesiásticas; por hacer de la Iglesia algo más semejante a un hospital de campaña que a una fortaleza asediada o una aduana que discrimina ha acompa-ñado las discusiones.

Espíritu sinodal y fraternoUna eclesiología implícita aboga por

el respeto de la dignidad de los laicos y, especialmente, de las mujeres; por un dis-cernimiento comunitario permanente, en espíritu sinodal y fraterno, frente al centralismo y la uniformización.

La sensación generalizada de que con el ministerio del actual obispo de Roma se asiste a una primavera papal se traduce en el interés de manifestarle apoyo desde América a su apuesta por que haya una reforma en la Iglesia a partir de un cambio profundo de actitudes. Ejemplo de ello es la hermenéutica realizada por Leonardo Boff a una conversión pastoral como la que el Papa invita a adelantar, caracteri-zada por el encuentro, la misericordia, el amor cálido; es decir, por el conjunto de elementos de una auténtica revolución de la ternura. “Nada se resiste a la bon-dad”, ha dicho el teólogo, para señalar que, mientras en el colegio cardenalicio algunos sectores pretenden desestabilizar la labor de Francisco, en América y en otras partes del mundo crece el apoyo a su aporte. Así ha querido entenderse el congreso: como un escenario para buscar desde las bases formas de avanzar de una primavera papal a una primavera eclesial. La Iglesia que, con espíritu y desde los pobres, camina. La misma que Luis Henrique Alves hizo cuadro.

migueL estupiñán. BeLo Horizonte

el teólogo brasileño Leonardo Boff durante su intervención en el congreso

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la teología hecha vida. Una forma nue-va de anunciar el Evangelio. Fue el empeño que llevó a santo Domingo de

Guzmán a fundar la Orden de Predicadores. Tuvo varios intentos, se quedó solo. Pero no desistió. Hasta que, en diciembre de 1216, el papa Honorio III reconocía su obra como orden regular de derecho pontificio. Nacían los dominicos. Hoy, ocho siglos después, bajo el lema Enviados a predicar el Evan-gelio, es tiempo de celebración para una familia presente en los cinco continentes.

“Queremos reencontrarnos con nuestras raíces, las de un santo castellano que im-pulsó una renovación en la Iglesia. Es una invitación a renovar la predicación en el siglo XXI. Por eso, el Jubileo que ahora co-menzamos se presenta como una invitación a ser enviados. Domingo nos dice hoy: ‘ve y predica’”, reflexiona el presidente de la Familia Dominicana y prior de la Provincia de España, fray Javier Carballo, consciente de vivir un tiempo singular en la orden: “Después de 500 años, en enero las tres provincias de nuestro país –España, Bética y Aragón– se unifican en una sola. No es una mera reestructuración ante el avance de la secularización y la disminución del número de frailes, sino que cuenta con una dimensión espiritual que responde a la llamada de Domingo de Guzmán a estar atentos y preparados para los cambios, un desafío de creatividad que está en nuestro carisma”. Para certificar este hecho, el 3 de enero acudirá a Caleruega, localidad natal del fundador, el actual maestro de la orden, el francés fray Bruno Cadoré.

En España, la Familia Dominicana cuen-ta con 62 conventos, donde conviven 800 contemplativas, más de 400 frailes, 1.200 religiosas en 13 institutos y 1.000 laicos comprometidos con carismas en frater-nidades. “Está surgiendo un laicado muy responsable y maduro que está asumiendo el carisma y viviéndolo con calidad. Esto ha hecho que los religiosos asumamos el rol de retaguardia que les alimenta y acom-paña. Tenemos que descubrir una nueva manera de estar”, apunta Pilar del Barrio, dominica misionera de la Sagrada Familia y secretaria de la Familia Dominicana.

Encuentros, congresos, exposiciones, peregrinaciones… El programa de actos es tan amplio como el deseo de cumplir un objetivo común. “Todas estas propuestas buscan facilitar el encuentro y la renova-ción en la predicación desde el diálogo con la cultura, el arte y con las demás re-ligiones”, detalla fray Xabier Gómez, pre-sidente de la Comisión de los frailes para el Jubileo. Este arrancará el 7 de noviembre de 2015, con unas vísperas presididas por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en el monasterio de Santo Domingo el Real, donde se encuentra la pila bautismal del fundador. Será Francisco quien lo clausure en Roma el 22 de enero de 2017. “El Papa nos confirmará como predicadores de la misericordia en las periferias al servicio de la Iglesia y del mundo. Por eso queremos concretar todos estos actos con un gesto jubilar, un proyecto social con voluntad de permanencia de toda la familia dominica, centrada en aquellos colectivos víctimas de la vulneración de los derechos humanos”, detalla Gómez. Con la mirada al pasado y el pie en el futuro que invita un aniversario como este, Carballo advierte del “peligro de que valoremos la significatividad de los dominicos en función de la presencia pública o del poder que tengamos o no. No-sotros buscamos hoy una significatividad evangélica, que se centra en una alianza con los más pobres e insignificantes”.

José BeLtrán

Ocho siglos de dominicos para una predicación nuevaLa orden fundada por santo Domingo arranca un Jubileo de encuentro y renovación

COMUNIÓN CON LA UNIDAD DE PEDRO Y LA NOVEDAD DE PABLO

al escuchar a los portavoces de la Familia dominicana hablar de los frutos que buscan de este Jubileo, reiteran constantemente la idea de responder con una nueva predicación a unos nuevos tiempos. una apuesta por renovar la orden precisamente cuando Francisco exige aire fresco a toda la iglesia. “el método, el encuentro, la escucha, dar voz a la realidad… todas estas ideas que hemos escuchado para el sínodo de la Familia me parecen tan dominicas que para nosotros se concretan en seguir cercanos a la gente. nuestras casas siempre han sido lugar de acogida, nunca de condena”, señala Pilar del Barrio. “desde el corazón de nuestra orden hay una comunión entre lo que representan Pedro –la unidad con la iglesia en el papado– y Pablo –la novedad, ir más allá, ser peregrinos hacia la fronteras–”, subraya Carballo.

▶IGLESIA EN el mundo

Xabier gómez, Javier carballo y pilar del Barrio presentando el Jubileo

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Nuevos actos violentos amenazan la visita papal a Centroáfrica

No está resultando fácil preparar la visita del papa Francisco a la República Centroafricana (29 y 30 de noviembre). El

26 de octubre, la tensión volvió a subir en la capital, Bangui, cuando rebeldes musulmanes de la Unión por la Paz en Cen-troáfrica (una de las facciones de la Seleka), que habían venido a parlamentar con la presidenta del país, fueron atacados por milicias anti-balaka en el barrio de Combattant. Uno de ellos fue gravemente herido y otros dos fueron secuestrados, aunque pronto corrió el rumor de que habían sido asesinados. Después, en el barrio musulmán del Kilómetro Cinco, tres comerciantes cristianos fueron asesinados como venganza.Mientras todo esto sucedía, el arzobispo de Bangui, dieudonné nzapalainga, estaba en la mezquita central del Kilómetro Cinco con una delegación vaticana para preparar el encuentro del Papa con la comunidad musulmana. Varios exaltados radicales entraron en el recinto profiriendo insultos y amenazas, lo que obligó a la delegación a regresar apresuradamente a la Nunciatura bajo escolta militar y de la MINUSCA, la fuerza de intervención de la ONU. Poco después, el arzobispo emitió un comunicado llamando a la calma y al perdón: “Pido a mis compatriotas que no devolvamos mal por mal, porque si se-guimos comportándonos así nunca encontraremos la solución a nuestros problemas”. Uno de los líderes musulmanes del Kilómetro Cinco, Ali ousmane, presidente de la Confederación de Organizaciones Musulmanas en Centroáfrica (COMUC), calificó a los agitadores de “aventureros que no representan a nadie”. Pocos días antes, el vicepresidente de la comunidad islámica, mahmoud Riad, se expresaba en la misma línea: “La llegada de Su Santidad es un regalo de Dios, y la comunidad musulmana le espera con los brazos abiertos”.En la noche del 26 al 27, jóvenes no musulmanes levantaron barricadas en algunas de las principales avenidas de Bangui e intentaron atacar el barrio de Lakouanga, un vecindario donde, a pesar de la crisis, cristianos y musulmanes han hecho grandes esfuerzos por vivir en armonía. La intervención de la MINUSCA evitó que la situación degenerara. Pese a todo, Nzapalainga apuesta por mantener la visita papal: “Cada uno de nosotros debe hacer la paz para acoger al Santo Padre que vendrá a anunciarnos un mensaje de reconciliación, porque yo he tenido siempre la convicción de que un día todos los centroafricanos podrán reconciliarse y vivir juntos”.

José carLos rodríguez soto. Bangui

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Las últimas revueltas en Bangui vuelven a dejar más heridos

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▶Cultura

A locuaz y showman no le gana nadie. Tampoco en talento. Sus conciertos

en directo son extraordinarios en personalidad, pasión, movi-lidad y atracción interpretativa. “Es en medio de un concierto –admite– cuando la música me genera un sentimiento puro de felicidad, cuando me hace vi-brar y me produce bienestar. La música, en definitiva, es el masaje del alma”. Ara Malikian (Beirut, 1968) es hoy uno de los violinistas más conocidos por el gran público, especialmente por los más jóvenes. “El músico que hipnotiza a los niños”, así le llaman: “Sí, me encanta hacer música para los niños. Aprendo mucho. Empecé los conciertos para niños por casualidad hace muchos años, casi 20 ya, y hoy es una parte muy importante de mi actividad. Necesito ha-cerlo casi más para mí que para ellos”, explica. Recién llegado de Taiwán, ha inaugurado el jueves 29 el XIII Congreso de

Escuelas Católicas Sabemos educar: libertad y compromiso, junto a alumnos del Colegio Na-zaret Oporto (Madrid): “Hasta ahora, con los niños lo que he intentado hacer es despertar el amor a la música. Primero, que les guste la música, que tengan ganas de escuchar música, que tengan ganas de descubrirla y que se enamoren de ella. Hasta ahora es el trabajo que hago con ellos”.

Este interés en la importancia de la música en el desarrollo cognitivo –y pedagógico– de los niños lo ha evidenciado en programas de televisión como Pizzicato –de 2010 a 2013 en

El violinista que hipnotiza a los niños

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Ara Malikian, que está cambiando la forma de aprender a sentir la música, inaugura el XIII Congreso de Escuelas Católicas

Libanés de origen armenio, pide respeto por las religiones y aboga por una solución que acabe con la crisis de los refugiados

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TVE– o en conciertos para los más pequeños como Mis pri-meras 4 estaciones, en donde trata de hacer llegar a los más pequeños la música de Vivaldi como si de un juego se tratara. El madrileño Teatro Lara acoge sus montajes dirigidos a los más pequeños cada fin de semana, cuando su agenda de conciertos internacionales se lo permite: “De cómo trabajar técnicamente con los niños puedo tener ideas, pero no las he desarrollado por-que, principalmente, no tuve el tiempo para hacerlo –afirma–. Hoy en día, para empezar a to-car el violín hay variedad de métodos muy muy académicos, muy aburridos quizá, muy técni-cos y eso es lo que tal vez haya que reinventar: una manera de enseñar a colocar los dedos, a colocar los brazos y las manos sobre el violín de un modo más divertido”.

Un divertimentoMalikian hace eso precisa-

mente con la música: un cons-tante divertimento. Por ello em-belesa a los niños con su arco de violinista: “Ya se inventó el método Suzuki, que creo que es maravilloso porque se fomenta el oído –apunta–. Se fomenta el buscar las melodías a través del oído. Está muy bien en vez de empezar por el solfeo, que para un niño es bastante abu-rrido, bastante antimúsica. Lue-go puede ser muy importante, pero para un niño empezar por el solfeo no creo que sea una buena elección”. De momento, su método consiste en descubrir el lado lúdico de la música. Ha colgado, por ejemplo, en Face-book, cartas de agradecimiento de padres por abrirles a sus hi-jos el universo musical de par en par: “Recibo muchos mensajes de niños y de padres que me cuentan que empezaron a tocar gracias a mí. Me hace muy fe-liz y me asegura que el trabajo que estamos haciendo desde

conmigo. Incluso en momentos en que yo quería salir a jugar, me obligaba a quedarme en casa para que practicase. A veces te-nía que tocar con lágrimas, pero ahora le estoy inmensamente agradecido”.

Nunca ha dejado de tocar, ni durante aquella primera guerra del Líbano, en 1982, que vivió de niño: “Cuando nos protegía-mos de las bombas en el sótano, la vida seguía. Era una situación difícil, pero yo me llevaba mi violín y estudiaba horas y horas dando el coñazo a los refugia-dos. A pesar de todo, hacíamos fiesta. Dentro de la tragedia, la vida no se detiene, sino todo lo contrario”. Por ello, este libanés de origen armenio y, por tanto, cristiano –“viviendo en tantos sitios he aprendido a respetar todo tipo de religiones, aunque no me considero de ninguna”,

Lleva 15 años viviendo en España y lo ha celebrado con un sensacional concierto el pasado 16 de septiembre en el Teatro Real. Pero aún queda mucho por festejar: ha echado a rodar una gira, titulada, por supuesto, 15, como el disco por el que ha sido nominado al Latin Grammys 2015: conciertos con llenos a rebosar y críticas extraordinarias por toda España. “Es una gira para recordar los años que llevo en en este país –describe–. Los conciertos son un viaje musical desde el barroco hasta la música de ahora, pasando por muchas culturas y géneros. Además, también toco temas propios. Tengo la suerte de poder interpretar lo que me gusta, nadie me dice qué piezas he de tocar. Aparte de todo eso, cualquier cosa puede pasar cuando estoy en el escenario. Los músicos tenemos

el deber de entregarnos al público, para que este te inspire a ti”.Malikian alterna canciones como Kashmir, de Led Zeppelin, o Paranoid Android, de Radiohead, con un fragmento de Latent Emotions, de Óscar Navarro. Interpreta también composiciones propias como el Vals de Kairo, dedicado a su hijo, o el elegíaco 1915, en recuerdo de las víctimas del

genocidio armenio y germen de su próximo espectáculo. “En España he conseguido

muchos amigos. Su luz, aunque sea un aspecto insignificante, me hace

despertar de una forma feliz. Musicalmente es un país que me llena. Llevo quince años aquí y, de algún modo, es revivir las cosas bonitas que me han sucedido estos

años. Nunca me imaginé que me iba a quedar tanto

tiempo, pero, poco a poco… Es

un lugar donde me he sentido muy a gusto.

Así que me quedé”. Aunque, de momento, se le ha denegado la nacionalidad…

hace muchos años está dando su fruto. Creo que empezar con un instrumento es lo mejor que le puede pasar a un niño, in-dependientemente de que sea luego profesional o no. Basta con que disfrute, que juegue, que vea que es divertido y que no es un deber –junto con todos los otros– que tiene en el insti-tuto o en el colegio, que sienta que la música es un juego, como jugar al fútbol”.

La música –nunca olvida men-cionarlo– es también trabajo y sacrificio, con sesiones, recuer-da, de diez y doce horas diarias: “Mi padre era violinista y tocaba todo el día. Así que la música y el violín han estado presentes en mi vida y en mi casa desde que era un niño. Además, mi pa-dre siempre quiso que yo fuera violinista. Era muy severo con ese tema. Practicaba mucho

Una gira para celebrar sUs 15 años en españa

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matiza–, mira alrededor y la-menta que “solo tras una foto impactante del niño en la playa, se haya planteado la comunidad internacional que debe hacer algo por los refugiados. Llevan cuatro años de guerra y solo nos ha conmovido esa imagen, cuan-do cientos de miles de personas han dejado su país porque esta-ban amenazados de muerte”. Si se le pregunta responde tajante: “En realidad, no puedo añadir nada nuevo. Creo que desde la Segunda Guerra Mundial no ha habido tantos refugiados en el mundo como ahora. Siria está viviendo una época muy dura, para la que hay que encontrar una solución. Los refugiados no vienen a Europa a hacer tu-rismo; huyen para salvarse. No se les tiene que recibir como a criminales”.

JUAN CARLOS RODRÍGUEZ

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▶Cultura

Un pueblecito costero de postal en California es el idílico escenario donde

transcurre la vida de una familia aparentemente perfecta: padre con taller en el que trabaja el hijo mayor, esposa y madre pendiente del hogar (la sufrida Emily Watson) y el Little Boy del título, un chaval de ocho años con un problema de crecimiento que le convierte en diana de las burlas y el acoso de los chicos del lugar. Esta contrariedad le obliga a refugiarse en las aven-turas que le cuenta su progeni-tor, su amigo, su “socio”, con quien comparte el lema que le acompañará para superar las adversidades: “¿Crees que pue-des lograrlo?”.

Mientras, a miles de kilóme-tros de allí, su país combate a los japoneses en el marco de la II Guerra Mundial. Al mexicano

ba de fuego para el vecindario y para el propio crío).

Los relatos de héroes de có-mic o de los valientes guerreros japoneses deteniendo la inva-sión de los mongoles despier-tan la curiosidad del pequeño y atrapan su atención, como en otro tiempo lo hicieron los espectáculos de magia. Pero ahora no se trata de volar con la imaginación o de mover objetos con la mente. La fe mueve mon-tañas (literalmente), aunque antes haya que acrisolarla al fuego de la misericordia. Y nada mejor que contar con una “lista ancestral”, regalo del religioso, que es expresión universal de la caridad cristiana y excelente re-curso para vivir casi en primera persona el crecimiento humano y creyente de Little Boy.

Un tapiz de imágenes con cierto aire antiguo (incluidas las del bombardeo sobre Hiroshi-ma) sirven como soporte a esta historia que reivindica el valor para creer cuando truenan las armas o aflora el ánimo de ven-ganza. Su giro final, añadiendo más emoción a los castigados lagrimales del espectador, solo nos confirma algo que ya ve-níamos intuyendo a lo largo de toda la película: “Si no os hacéis como niños…”.

J. L. CeLada

CINE LITTLE BOYTÍTULO ORIGINAL: Little Boy · DIRECCIÓN: Alejandro Monteverde · GUIÓN: Alejandro Monteverde y Pepe Portillo · FOTOGRAFÍA: Andrew Cadelago · MÚSICA: Stephan Altman y Mark Foster · PRODUCCIÓN: Alejandro Monteverde, Leo Severino · INTÉRPRETES: Jakob Salvati, Emily Watson, Michael Rapaport, David Henrie, Tom Wilkinson, Ben Chaplin, Cary-Hiroyuki Tagawa, Eduardo Verástegui, Kevin James, Ted Levine

UNA SEGUNDA MADREUna interna (la adorable Re-gina Casé) no solo trabaja en casa de un adinerado matri-monio brasileño, sino que es Una segunda madre para su hijo. Mientras atiende sus tareas, se esfuerza en recu-

perar los años perdidos y el cariño de su hija biológica.La paulista Anna Muylaert conjuga verbos tan “ma-ternales” como (mal)criar, mimar, encubrir, defender o criticar, al tiempo que arremete contra quienes ironizan a cuenta de las as-piraciones de los pobres, a los que ordenan más que escuchan y humillan con elegante desprecio.He aquí el retrato –a ve-ces cómico, a ratos triste,

siempre tierno– de una he-roína que sabe hacer de la necesidad virtud; y de su maternidad, un ejercicio de resistencia, superación y entrega.El 21 de octubre en DVD.

SUITE FRANCESAEn 1940, un grupo de refu-giados huye de la París ocu-pada por los nazis hacia un pueblo francés. Allí, entre los lugareños, se estable-cerán también soldados ale-

manes. Uno de ellos recala en casa de una joven que vive con su controladora suegra (la gran Kristin Scott Thomas), mientras aguarda noticias de su marido, pri-sionero de guerra.Adaptación del manuscrito (inacabado) de Irène Némi-rovsky, hallado y publicado en 2004, el británico Saul Dibb pone en pie una his-toria de amores imposibles encarnada por personajes que libran sus batallas mo-

rales mientras el mundo se derrumba a su alrededor.Ni sus excelentes intérpre-tes ni su elegante puesta en escena evitan que esta Suite francesa sea una estancia demasiado fría.El 21 de octubre en DVD.

SEGUNDAS opoRTUNIDADESJ. L. C.

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Alejandro Monteverde, sin em-bargo, no le interesa trasladar-nos al frente. Ni siquiera cuando es reclutado el cabeza de familia (un Michael Rapaport tan testi-monial como Eduardo Veráste-gui, uno de los impulsores del proyecto). Lo que realmente le preocupa al también director de Bella (2006) es mostrarnos las batallas contra sí mismo y contra el mundo que va libran-do el joven protagonista (el ha-llazgo de Jakob Salvati resulta fundamental para armonizar la frescura narrativa y la tensión dramática) hasta asumir la au-sencia paterna y, sobre todo,

ensalzar su empeño en traerle de vuelta a casa.

Será entonces cuando, con la ayuda de un sacerdote (el siempre convincente Tom Wil-kinson), vaya aprendiendo cómo actúa la fe… en uno mismo y en Dios. La que tuvieron Moisés o David para enfrentarse a sus miedos y actuar; la que, como el evangélico grano de mostaza, hay que cultivar con esmero; y la que “no funcionará si tienes el más mínimo odio dentro” (tras el ataque nipón a Pearl Harbor, la presencia de un an-ciano oriental en la comunidad constituye una interesante prue-

El grano de mostaza

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Resulta inevitable que cualquier acontecimien-to eclesial –publicación

de un documento pontificio, promulgación de un año santo o conmemoración de un acon-tecimiento destacable– genere verdaderas montañas de libros o materiales dedicados a tal evento. Naturalmente, el título que ahora presentamos se sitúa en la estela del próximo Jubileo Extraordinario de la Misericor-dia –o Año de la Misericordia–, convocado el 11 de abril de 2015 por el papa Francisco mediante la bula Misericordiae vultus (El rostro de la misericordia).

Es normal que, entre tanta producción –que ya empie-za a materializarse–, uno se encuentre de todo (al fin y al cabo, la viña del Señor sigue siendo frondosa, al menos en este aspecto). En el caso de esta obra, su aportación habría que calificarla de más que notable, y no porque presente novedosas perspectivas sobre el tema, sino más bien por lo contrario: por ofrecer de una forma sencilla y accesible aquellos datos bíbli-cos necesarios para poder con-siderar la misericordia “como Dios manda”. A ello ayuda, sin duda, el perfil del autor: licen-ciado en Sagrada Escritura por el Pontificio Instituto Bíblico (Roma) y doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Sa-lamanca, ha sido profesor de Sagrada Escritura en el CRETA de Zaragoza y en los seminarios de Tarazona –su patria chica– y Sigüenza, además de ejercer como guía de grupos que viajan a Tierra Santa u otros lugares bíblicos.

Tanto el papa Francisco como la obra que comentamos acier-tan al colocar la misericordia en

el centro de interés del cristiano (y del judío, podríamos añadir). En efecto, la misericordia no es una palabra más dentro de la teología bíblica o sistemática, sino un término verdaderamen-te nuclear en torno al cual giran –o deberían girar– otros. Dice en este sentido Pedro Fraile: “Si buscamos la palabra ‘mi-sericordia’ en los documentos eclesiales, en los manuales de teología, incluso en algunos dic-cionarios de teología bíblica, nos llevamos una desagrada-ble sorpresa. Ha sido la gran olvidada. En muchos tratados de teología, los autores han pasado de largo sin dedicarle unas líneas, otros la citan de pasada, indicando que cono-cen su existencia, pero que no la consideran nuclear” (p. 18).

El libro está compuesto por cinco capítulos. Después de recoger en la presentación al-gunas cuestiones más generales o introductorias, como el campo semántico de la misericordia, el primer capítulo (“Dios es

compasivo y misericordioso”) aborda la raíz de la misericordia divina, que no es otra que el Dios del Éxodo y de la Alianza. Después presenta dos ejemplos veterotestamentarios en los que queda admirablemente plas-mada esa misericordia del Dios bíblico: Oseas y Jonás.

En el capítulo segundo hace su aparición Jesús de Nazaret, “ternura de Dios”, donde se re-salta el dolor que le causan a

La compasión divina LIBROS

Jesús determinadas situaciones humanas (eso es, en definitiva, la com-pasión, “dolerse con” al-guien). Evidentemente, en este capítulo se da la importancia debida a Lucas, el evangelista de la misericordia.

El capítulo tercero gira en torno al dilema que diferentes textos de la Escritura plantean: ¿hay que ser perfectos o miseri-cordiosos? (la solución, lógica-mente, será la perfección de la misericordia). El cuarto capítulo (“Jesús, sumo sacerdote mise-ricordioso”) toma prestado el título de la carta a los Hebreos, y se ocupa de la relación entre misericordia y culto. Por último, el capítulo quinto (“Misericor-dia y vida”) trata de lo que sig-nifica proyectar la misericordia en la vida concreta, es decir, de sus efectos y consecuencias.

En resumen, una magnífica herramienta para celebrar con provecho el próximo Año de la Misericordia, que tendrían que ser todos los de nuestra vida.

Pedro Barrado

el libro del mesPPC

UNA PREDICACIÓN MÁS MISERICORDIOSA por J. L. Celada

ENTRAÑAS DE MISERICORDIAJesús, ternura de DiosPedro Fraile Yécoramadrid, 2015 · 173 pp.

El 20 de octubre, el dominico Felicísimo Martínez presentaba en Madrid su último libro: Ve y predica. La predicación dominicana en los siglos XIII y XXI (Edibesa), “un tributo a la palabra y la predicación” publicado con motivo del Jubileo por los 800 años de la Orden

de Predicadores (1216-2016), cuya celebración arrancará oficialmente el 7 de noviembre.Durante el acto, el religioso leonés confesó que no cree en “la palabra vacía, fría, hipócrita, avinagrada, falsa, dogmática, insolente…”, sino en “la palabra honesta y en la predicación evangélica”. Han sobrado tantas de las primeras en la historia de la Iglesia que uno no deja de sorprenderse al ver cómo nuestros pastores –ya sea en este último mes dentro del Aula sinodal o desde el ambón cada domingo– siguen empeñados en desaprovechar la oportunidad y la responsabilidad de ser los portadores de la Palabra como “fuente de sabiduría y sentido para el ser humano”. ¿Hasta cuándo seremos sermoneados impúdicamente con gesto torvo y exhortaciones amenazantes en nombre de la Tradición o la doctrina? Ya que el Jubileo dominicano coincide con el Año de la Misericordia, no estaría de más aprovechar este hecho para que la predicación actual sea más misericordiosa, al menos, que la de hace ocho siglos.

edición mensualOctubre 2015

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▶lIbrOs

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Luciano Sandrin es religioso camilo, profesor de Psico-logía de la Salud y de la

Enfermedad en el Camillianum y en las universidades Gregoriana y Lateranense. Autor de nume-rosos libros y escritos, cuenta ya con varias obras traducidas y publicadas en la editorial Sal Terrae. La que ahora presen-tamos aquí –como apunta en el prólogo su compañero José Carlos Bermejo– se centra fundamentalmente en una di-mensión: los múltiples vínculos entre psicología, salud y enfer-medad. Hoy la medicina está profundizando en los factores psicológicos que influyen en el sistema inmunitario, tanto para la salud como para la en-fermedad. Por lo mismo, cada vez se habla más de personas enfermas, no solo de enferme-dades; en esta ampliación de la perspectiva ha influido de-cisivamente el desarrollo de la psicología de la salud. Es im-portante “explorar los modos en que reaccionamos cuando nos encontramos la vulnerabilidad, tanto propia como ajena” (p. 8).

El autor nos ayuda a consi-derar todos los factores que interaccionan en la situación de enfermedad, sobre todo cuando esta es grave. Solo si somos conscientes de esta situación podremos plantear adecuadamente el proceso de relación de ayuda y de auto-ayuda. Padecer una enfermedad grave conlleva un fuerte impac-to emocional con repercusiones cognitivas y conductuales, tanto a nivel personal como relacio-nal. ¿Cómo mantener en estas circunstancias el hilo verde de la esperanza, tal como reza el subtítulo? Podemos decir que la esperanza recorre transversal-mente todas las páginas de este libro. Las reflexiones y sugeren-cias de Sandrin proceden de su

capacitación como psicólogo y teólogo, de su dilatada expe-riencia como enfermero y dentro de la pastoral de la salud. Aquí se recogen escritos anteriores, pero desde una perspectiva nue-va: la de la esperanza.

A lo largo de veinticinco ca-pítulos, hace un repaso de los principales temas referidos a la psicología del enfermo. Destacamos algunos de sus contenidos: para ayudar, hay que conocer la psicología del enfermo; verdad y esperanza pueden convivir; el enfermo nos estudia; cómo hacer frente y convivir con la enfermedad; la resiliencia; la importancia del apoyo social; cómo renegociar la esperanza cuando el futuro se cierra; el apego y la separación junto al que muere; reconciliar-se con la vida y con las personas queridas; ayudar sin quemarse (el riesgo del burnout); la verda-

dera esperanza; la elaboración del duelo; el futuro del enfermo y del que lo cuida… Además, aborda situaciones especiales, tales como el niño enfermo, el anciano, los enfermos crónicos, la discapacidad, la prueba del cáncer, etc.

El título de la conclusión es bien significativo: “El prójimo que no te esperas”. Tomando como referencia la parábola del hijo pródigo, se nos re-cuerda que, “para saber quién es mi prójimo, debo hacerme prójimo…, aceptar acercarme y entrar en relación” (p. 203). También se nos llama la aten-ción sobre otro aspecto: el amor auténtico no crea dependen-cia. En otra parábola, el herido recobra su libertad y el buen samaritano sigue su camino; quiere decir que para ayudar hay que ser suficientemente li-bre y fuerte. “Sin olvidar que,

Sanos y esperanzados

selección de Octubre

junto al enfermo o quien sufre, es, con mucha frecuencia, más lo que recibimos que lo damos” (p. 204). El volumen concluye con una amplia y selecta biblio-grafía de 187 autores, algunos con varias obras.

Estas páginas tienen el valor fundamental de unir la profun-didad en las reflexiones con la sencillez expositiva. En este sentido, estamos ante un ins-trumento formativo para los que trabajan en el campo de la salud (profesionales, volun-tarios, pastoralistas…), pues nos ayuda a superar el modo biologicista de comprender la enfermedad y a abrirnos a un nuevo paradigma denominado bio-psico-socio-espiritual, que hace la relación sanitaria más humanizada y humanizadora.

Jesús sastre García

EL PAPA YA TIENE ‘EL LIBRO DE LOS SANTOS’. recientemente, Mª Encarnación González Rodríguez, miembro de la Institución teresiana y durante muchos años directora de la oficina para las causas de los santos de la conferencia episcopal española, hizo entrega al papa Francisco de un ejemplar de El Libro de los Santos (edicel). La obra está prologada por el cardenal salesiano Angelo Amato, prefecto vaticano de la congregación para las causas de los santos; el nuncio apostólico en españa, Renzo Fratini; el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro; y el presidente de coNFer, el claretiano Luis Ángel de las Heras. a lo largo de 1.200 páginas a color, con 500 fotos inéditas, la autora recoge lo que realmente sabemos de los santos (1.400), beatos, venerables y mártires del siglo XX en españa (más de 1.500), a través de un trabajo riguroso y accesible para todos los fieles creyentes, alejados e incluso agnósticos. se trata de un volumen único sobre la santidad, con reseñas biográficas que acompañan el santoral de cada día y que –en palabras de sus editores– “constituye una invitación al auténtico culto de los santos tal y como lo propone la Iglesia”.

PSICOLOGÍA DEL ENFERMOEl hilo verde de la esperanzaluciano sandrinmadrid–santander,2015 · 223 pp.

CHs-sAl TerrAe

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El pasado septiembre, durante el congreso bianual que la Asociación Europea de Teología Católica cele-

braba en Lovaina (Bélgica), la valenciana Carmen Márquez Beunza, licenciada en Derecho, doctora en Teología y profeso-ra en la Universidad Pontificia Comillas, recibió el premio a la mejor publicación del año en materia teológica (categoría de investigador docente) por Las Iglesias cristianas ante el ‘apartheid’ en Sudáfrica: un análisis teológico del documento ‘Kairós’.

¿Qué supone la concesión de este pre-mio, habida cuenta de que se trata de su tesis doctoral y, por tanto, la culminación de años de trabajo?

En una tesis se invierten muchas ener-gías, tiempo y esfuerzo, y ver reconocido ese trabajo produce una gran satisfacción. Supone también una alegría poder com-partirlo con quienes me han acompañado en ese proceso: con el profesor Santiago Madrigal, a quien agradezco enormemente su labor como director, y con la Universi-dad Pontificia Comillas, donde he defen-dido la tesis. Y, sin duda, es un impulso importante a la carrera académica.

La obra nos remite a la Sudáfrica del apartheid y al papel que jugaron entonces las Iglesias del país. ¿Fueron agentes deci-sivos en la reconciliación o solo ayudaron a “desactivar” el nacionalismo que, según otras voces, ellas mismas fomentaron antes?

Las Iglesias tuvieron claro que su misión no terminaba con el fin del apartheid. Quedaba una difícil tarea por delante: la re-conciliación de la nación. Y en esa labor el papel de las Iglesias ha sido determinante. Baste re-cordar el importante papel del arzobispo anglicano Desmond Tutu al frente de la Comisión Verdad y Reconciliación.

¿Sirve la teología para hacer política?La teología tiene, fundamentalmente,

que hablar de Dios. Pero la teología ayuda también a interpretar la realidad a la luz del Evangelio. El documento que estudio en la tesis se pregunta cómo interpretar teológicamente y responder eclesialmente a los dramáticos acontecimientos que se suceden en el país. ¿Cómo puede Cristo ser confesado en el contexto del apartheid? Esta radical pregunta nos sitúa ante la tarea que debe afrontar la Iglesia en cada

“las iglesias han tenido un papel determinante en la reconciliación de sudáfrica”

entrevista Carmen márquezautora de ‘Las IgLesIas crIstIanas ante eL apartheId en sudáfrIca: un anáLIsIs teoLógIco deL documento KaIrós’ (u. p. comILLas)

generación y en toda nueva circunstancia, que no es otra que responder a la pregunta: ¿cómo debe ser confesada hoy la fe en nues-tro mundo? A dar respuesta a esta pregunta debe ayudar también la teología. Cuando a

Tutu le acusaban de inmiscuirse en asuntos políticos por comba-tir el apartheid, respondía que no era un político y que era su fe cristiana la que le llevaba a involucrarse y a denunciar el racismo como algo contrario a la voluntad de Dios.

¿Cuándo deja la teología de cumplir su función y se convierte

en ideología?Cuando se pone al servicio de intereses

no evangélicos y pervierten las relacio-nes humanas. En Sudáfrica, la teología se convirtió en ideología al servicio del nacionalismo afrikáner y del proyecto de discriminación del apartheid, y hubo teó-logos que justificaron la separación racial.

¿Es Sudáfrica un ejemplo de cómo debe ser la relación entre teología y política?

Sudáfrica constituye un ejemplo para-digmático de las relaciones entre teolo-gía, ideología y política. La postura de la Iglesia Reformada Holandesa alerta de los riesgos de toda nacionalización de la

religión. Pero el cristianismo sudafricano muestra también otro rostro: el de aquellas Iglesias y cristianos que, convencidos de que estaba en juego la credibilidad del Evangelio y que la Iglesia debía cumplir su misión profética, denunciaron el apartheid y condenaron su justificación religiosa como una doctrina herética y blasfema.

¿En qué medida el cultivo del ecumenis-mo y del diálogo interreligioso contribuyen a la convivencia en paz de los pueblos?

Es su objetivo principal. Como se dice en la constitución sobre la Iglesia, se per-sigue la unidad del género humano con Dios y del género humano entre sí. En ese sentido, el movimiento ecuménico, mas allá de la unidad entre las Iglesias, busca la reconciliación de toda la huma-nidad. Por otro lado, fomentar el diálogo y el acercamiento entre las religiones es imprescindible si queremos asegurar una convivencia pacífica.

¿A quiénes recomendaría su libro?A quien tenga interés en conocer ese

crucial período de la historia sudafricana y el papel que jugaron las Iglesias en el conflicto racial. También a quienes les interese el ecumenismo o quieran conocer el mundo de las teologías contextuales.

José LuIs ceLada

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Pese a lo distinguido de su indumentaria –un ar-quetipo platónico de los

sicilianos de Coppola; su padre fue sastre de la vieja escuela–, Gay Talese (Nueva Jersey, 1932) ha vivido siempre a la sombra de Tom Wolfe en cuanto al ta-barrón del Nuevo Periodismo. Habrá, obviamente, quien ar-guya para esta disputa que la formulación del concepto es lo fundamental; quien se deje lle-var por el carisma de los trajes blancos y los Fedora; y a otros, por último, les resultará la Mag-na Grecia, sin más, muy lejana, sobre todo en comparación con el bloody Miami. Lo esencial: Ta-lese puede considerarse padre legítimo y no exclusivo de ese Nuevo Periodismo norteameri-cano que ha logrado mantener el prestigio –y, por ende, con vida– de determinadas publi-caciones de papel, al tiempo que se celebra la apertura di-gital de estas páginas mejores al caché de cualquier teléfono del planeta.

El silencio del héroe es un de-licioso manual de crónicas que nos permite comprender cómo lo antiguo asimila la nueva tec-nología: sin adaptarse, o, lo que es lo mismo, sin pervertir sus postulados ni su honradez en materia de calidad. El medio no interfiere en el mensaje más allá de erigirse en mero soporte que amplifica la voz hacia esos

lectores que son fin último de su trabajo. El libro que hoy nos reúne es una antología de re-portajes y crónicas deportivas del señor Talese en estado de gracia, una colección de relatos sobre el éxito y el fracaso, el auge, el desengaño y las se-gundas oportunidades de esos héroes de nuestros días que han permitido que los hombres mo-dernos pastoreen sus hormonas sin necesidad de masacrarse. Sobre el césped, o al pie de la lona, se coloca nuestro escritor para recoger lo que pasa en la intimidad de los idolatrados, como vienen haciendo los ob-servadores de la realidad desde Homero, recordándonos que tan importante es el héroe como el poeta que lo canta.

En tiempos donde el kilo de entrevista insustancial a perso-najes deslumbrantes cotiza muy bajo, Talese nos recuerda que, como Foster Wallace con David Lynch, basta con mirar; que la mera concesión de la entrevis-ta condiciona al entrevistador. Principio de incertidumbre.

Los reportajes que conforman El silencio del héroe encadenan una sucesión de momentos sen-timentales del deporte de alta competición, que nada tiene que ver con esta cosita histérica que llamamos fútbol. Por su ob-jetivo desfilan personajes de la talla de Joe Dimaggio –aislado y abandonado en su restaurante

italiano de California–, el gran Mohammed Ali –de visita a Fi-del en La Habana– o, a juicio de este cronista, la mejor de sus historias: la preparación del combate por el cinturón mundial de Floyd Patterson y Joe Louis, un verdadero monu-mento a la literatura deportiva. El boxeo, cómo no, predomina en una temática que tiende a la ortodoxia clásica en la pluma de estos chicos que quieren ser Jack London y visten calcetines a rayas. El macrorreportaje de Foster Wallace sobre Roger Federer, eso era la verdadera posmodernidad.

Sin desdeñar la pelea por la paternidad del rubro, el propio

Talese ha insistido no pocas ve-ces en que su lema es no contar nunca, jamás, ni una sola mule-tilla que no fuese verdadera y contrastable. De esta forma, lo que también se ha denominado como Periodismo Literario pres-cinde del elemento ficticio para dejar que la realidad desborde las hipérboles, sin importar lo creíble de los textos, parape-tándose tras la barrera de los hechos reales. Y es que, mien-tras algunos perseveran con las estadísticas y las tácticas, el deporte se vuelve maravilloso bajo la lupa de Talese, exprimi-da toda su capacidad simbólica y de explicación del mundo y de lo humano.

La escritura presenta en cada párrafo la legitimidad del maes-tro que no entra en broncas de currículum vitae, siendo precisa, ágil, deliciosa, sin empacho. El estilo es agradablemente reco-nocible, tanto como leer Esquire, The Newyorker o la Harper’s en una cafetería de Manhattan, an-tes de que los aprendices de Paul Auster acudieran con sus cua-dernos de notas a ligar a ellas. La traducción deja esa pequeña efervescencia en la boca del ha-ber estado leyendo prensa en inglés, sin renunciar a los giros convenientes del castellano. No es una mala interpretación la de Damià Alou, ni mucho menos: las reminiscencias están, sin más, en la forma de trabajar los textos y de mirar la vida, en la expli-cación de por qué los grandes escritores norteamericanos de la segunda mitad del XX publicaron reportajes, perfiles y crónicas pe-riodísticas con la frecuencia y el rigor con que trabajaron sus me-jores obras, mientras los euro-peos fabricaban best sellers que trataban de vendernos después desde la tribuna de los ensayos sobre sus imposturas políticas.

LuIs rIvas

EL SILENCIO DEL HÉROEGay TaleseAlfaguarabarcelona, 2013348 pp.

el arte de contar

la vida

▶lIbrOs

Gay talese

© FRED R. CoNRAD/THE NEW YoRk TIMES

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Opinión cIBERTEOLOgíA

Ofrezco 20 breves puntos de las relaciones de los “círculos menores”. No

representan una síntesis ex-haustiva ni sustituyen la lectu-ra integral de los textos, pero constituyen una presentación de elementos importantes que han surgido. Dan en conjunto una buena idea del amplio trabajo desempeñado y de las contribuciones realizadas. Pue-den tomarse como una guía a la lectura o como una síntesis para tener a disposición ele-mentos clave.1. Cambios para ser más inci-

sivos, usar una terminología más positiva y comprensible. Por ejemplo, por desgracia, a veces la indisolubilidad se presenta solo como una carga; los términos “naturaleza” y “natural” son de difícil com-

prensión y utilización a nivel pastoral.

2. “No hay un único modo para formar familia”. También exis-ten las “familias discipula-res”, la Vida Religiosa…

3. Importancia de la misión de la pastoral en la transmisión de la doctrina.

4. La comunidad cristiana debe ser una “familia de familias” y modelar su pastoral al estilo de la familia.

5. La familia debe ser consi-derada en todas sus etapas, también en el momento en que los hijos se van y los padres son ancianos.

6. Hay una necesidad de armo-nizar la atención al carácter sagrado del matrimonio con el objetivo de dirigir la propues-ta evangélica a todos, también a los no creyentes: el Señor

deposita en el corazón de todo hombre el deseo de familia.

7. La analogía marido-mujer/Cristo-Iglesia es imperfecta, pero se debe tomar su sentido espiritual.

8. La Iglesia siempre debe ser maestra, pero también ma-dre que lleva un anuncio de esperanza.

9. Recordar la conexión directa e importante entre el Sínodo de la Familia y el Jubileo de la Misericordia.

10. La certeza del perdón permite la franqueza de la confesión. La percepción del pecado despierta frente al amor gratuito de Dios. La Misericordia de Dios no tiene condiciones.

11. Importancia del guía es-piritual que acompaña a los esposos.

12. La expresión “Evangelio de la familia” a algunos les pare-ce vaga. Habría que precisar lo que significa.

13. Importancia de la oración, de la devoción y de la religio-sidad popular en la espiritua-lidad familiar.

14. No olvidar tampoco las violencias en la familia, que suceden sobre todo contra la mujer.

15. Hay que entender lo que significa la vocación a la vida familiar en relación a la Vida Consagrada.

16. El documento final tendrá limitaciones. Se piensa en una exhortación apostólica del Santo Padre.

17. En el documento hay expre-siones en las que parece que se identifica siempre el matri-monio y la familia, mientras que Jesús los refiere al Reino de Dios.

18. Jesús siempre abre las puer-tas y no lanza piedras.

19. La fidelidad y la indisolu-bilidad son un misterio que incluye la fragilidad.

20. Tenemos una teología del matrimonio atenta de forma prevalente a la moral.

los 20 puntos clave de los “círculos menores”

Solo quedan nueve me-ses para la próxima Jor-

nada Mundial de la Juven-tud (JMJ). Mientras muchos jóvenes de todo el mundo se organizan recaudando dinero en sus parroquias, Internet ofrece un sinfín de posibilidades para llegar y alojarse en la que será la sede del próximo encuentro del papa Francisco con los jóvenes: Cracovia. Así nace

nosvamosacracovia.com, la iniciativa propuesta por la agencia de viajes Itinera, especializada en turismo religioso.Desde esta web, los grupos de jóvenes peregrinos (sin importar la ciudad del mun-do de la que provengan) pueden pedir presupuesto y gestionar su estancia en Cracovia reservando hote-les, vuelos, entradas y ex-

cursiones, un seguro para el viaje y hasta la bolsa del pícnic. No solo para los días de la JMJ (del 25 de julio al 1 de agosto de 2016), sino también para las fechas previas y posteriores, pues la web ofrece distintos itinerarios que pasan por Roma, París, Aquisgrán, Berlín, Praga o Viena.

Bajo el lema Bienaventu-rados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia (Mt 5, 7), se espera que el corazón de Europa congregue a cien-tos de miles de jóvenes en

torno a los eventos culturales y espiri-tuales organizados en la ciudad polaca.Además de la web, es posible también

contactar con el equipo de nosvamosacracovia.com a través de Facebook (face-book.com/jmjitinera) y en su correo electrónico [email protected].

María Pérez

ANTONIO SPADARO. Director de La Civiltà Cattolica

¿nos vamos a Cracovia?

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La región de Idlib, en el noroeste de Siria, entre Aleppo y Hama, se ha convertido en “el califato de Saraqib”, controlado por facciones islamistas de los rebeldes sirios. En aquel territorio se halla la Iglesia latina de San Antonio de Padua

de Ghassanieh, en el pueblo de Jisr el-Choughour, donde fue asesinado el sacerdote católico sirio Murad François. Los fanáticos rebeldes tienen un solo objetivo declarado: es-tablecer un “estado” islámico regido por la ley restrictiva de la ‘umma’, que no permita si-quiera la presencia de los “in-fieles”. Para este fin, han erigi-do como “capital del califato” la ciudad de Saraqib, donde ha sido proclamado un emir y creado un tribunal islámico que aplica rigurosamente la ‘sharia’ como única ley. En tal situación, inconcebible para la historia y la tradición de Siria, todo es posible. Basta una ‘fatwa’ y cualquier abuso de los derechos humanos se convierte en legal: detencio-nes, malos tratos, decapitacio-nes, amputaciones de manos, pies, lenguas… Las minorías, como los cristianos, alauitas, ismaelitas, chiítas, drusos o los mismos musulmanes sunitas, están a merced de un régimen delirante y cruel. Solo pueden subsistir por pura “clemencia”, y siempre que no dejen de pagar la ‘jizya’, el impuesto a la mayoría mu-sulmana.

Uno no puede evitar un intenso escalofrío de pies a cabeza al mirar hacia atrás en la historia. La expansión musulmana se inició al suroeste de Asia, en la península arábiga. Poco después de la muerte de Mahoma, el islam penetró en el mundo cristiano y greco-romano. Bizancio logra en un principio contener el avance de las tropas musulmanas, pero pierde territorios progresivamente, por su gran crisis económica y social. La conquista de

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▶La ÚLTIMa

JESÚS SÁNCHEZ ADALIDSACERDOTE Y ESCRITOR

Siria es relativamente fácil. Las tropas musulmanas ya se habían acercado a las fronteras antes incluso de la muerte del profeta islámico Mahoma en el 632, pero la verdadera invasión comenzó en el 634 bajo sus sucesores, los califas Rashidun Abu Bakr y Umar ibn al-Jattab, con Khalid ibn al-Walid como su líder militar más prominente, y en el 640 cae definitivamente.

De aquella Siria, antigua, cristiana y romana, partieron al exilio miles de cristianos que veían amenazada su ancestral y sabía cultura. Muchos de ellos llegaron a Grecia por la isla de Lesbos y, desde allí, pasaron a Italia, donde se estableció una verdadera colonia de sirios hasta en la propia Roma. Edificaron allí sus barrios, sus iglesias y monasterios. Oriundos de Siria fueron algunos papas de los si-glos VII y VIII; como Sergio I, papa número 84, que ejerció el pontificado del 687 al 701; de notable cultura, se opuso de-cididamente a las doctrinas de Bizancio. El emperador Justinia-no II lo quiso arrestar, pero los ciudadanos de Roma lo impidie-ron. Sirio era también Sisinio, el papa número 87, que gobernó la Iglesia durante tan solo veinte días y murió cuando se prepa-raba para reforzar la muralla de la ciudad de Roma. Le sucedió otro sirio, Constantino, que fue pontífice del 708 al 715. Durante su pontificado tuvo lugar la in-vasión islámica de la Península Ibérica. Parece ser que recibió en Roma al último arzobispo de Toledo, Sisberto, que llegó huido

a las puertas de la Ciudad Eterna, lleno de espanto, y trayendo en su inmediato recuerdo las barbaridades que hacían los invasores con la cristiandad hispana: destrucción de templos, asesinatos y brutalidades sin cuento. Dicen que el papa Constantino le abrazó y lloró con él solidariamente, recordando lo que sus abuelos le habían contado de lo que sucedió en Siria 70 años antes.

Los terrores del pasado

TOMáS DE záRATE

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