El Criado de los Dioses

Por

Vladimir Bustóf de la Sousa

Publicado por la Editorial Bubok 1º edición septiembre de 2010

Corrección: Mario Martín DelgadoMaquetación: César Martín DelgadoDiseño de portada: César Martín DelgadoDiseño y creación imágenes interiores: César Martín Delgado

Todos los derechos reservadosSi deseas reproducir completa o parcialmente esta obra, ponte antes en contacto conmigo por medio del mail: vbsvbs@gmail.com para definir los conceptos

A mi famila y especialmente a mi padres.

El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.

Sun Tzu

Indice

Mi Historia --------------------------------------------------------------------------------------- 11

Capítulo 1: El Pueblo ------------------------------------------------------------------------ 29

Capítulo 2: El Trabajo ------------------------------------------------------------------------ 47

Capítulo 3: La Explicación ----------------------------------------------------------------- 55

Capítulo 4: El Engaño ----------------------------------------------------------------------- 69

Capítulo 5: La Torre del Pasado. (1) ---------------------------------------------------- 79

Capítulo 6: El Recién Llegado, David (1) ---------------------------------------------- 93

Capítulo 7: La Torre del Pasado. (2) ---------------------------------------------------- 99

Capítulo 8: El Recién Llegado, David. (2) --------------------------------------------111

Capítulo 9: La Unión ------------------------------------------------------------------------119

Capítulo 10: La Traducción -------------------------------------------------------------- 129

Capítulo 11: El Plan ------------------------------------------------------------------------- 139

Capítulo 12: El Cambiazo ----------------------------------------------------------------- 151

Capítulo 13: El Regreso ------------------------------------------------------------------- 163

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Me despier to en la cama con las sábanas medio pegadas a l cuerpo por el sudor. Me levanto con cuidado, pero no puedo evitar la conocida punzada en la espalda. Cojo las muletas y voy al baño. Abro el ar mario y me tomo un calmante para poder dor mir e l resto de la noche. Vuelvo a la habitación y miro la hora. Son las 4:15 de la madrugada. Me acuesto. Al cer rar los ojos, vuelven las imágenes del pasado a mi cabeza.

Estoy en e l bar “Tan Tam”, d i s f rutando de una jar ra de c e r veza, mientras Luismi me es tá acosando con r e v i s tas y mapas en los que apar e c en los Pir ineos f rances e s.— Es el momento perfecto - d i c e Luismi entus iasmado - tenemos dinero, tenemos t iempo y tenemos ganas.La verdad es que l l e vábamos mucho t i empo de t rás de l desa f ío de l Espalda de l Aneto. Conoc íamos la zona bas tante b i en , ya que habíamos subido a o t r os p i cos que l e r odean, como e l Mar ga l ida , por su cara nor t e, y e l Tempes tades, por la nor oes t e . La v ía que quer ía hacer Luismi , e ra la más d i f í c i l . Él s i empr e ac tuaba as í , cuanto más d i f í c i l , más d i ver t ido. Yo, por e l contrar io, s i empr e he s ido más r e s er vado, y no me gus ta ar r i e sgar mi v ida más de lo ne c e sar io. Aún as í , a c epto e l r e to.Los p i cos Mar gal ida y Tempes tades, l o s h i c imos con 2 co l egas más, per o en e s ta o cas ión , só lo e s tábamos Luismi y yo.Él t en ía mucha exper i enc ia en a l ta montaña, en cambio yo, me había e spe c ia l izado en la e s ca lada depor t i va . En és ta , s e e s ca la só lo con tus p i e s de gato y tus manos, s in ut i l izar e s t r ibos, c la vos, maza, u o t r os ut ens i l i o s para subir las v ías.Recuerdo cómo nos conoc imos c e r ca de l Ye lmo, en la Pedr iza , 5 años a trás. Yo es ca laba en Búlder, y é l e s taba pr obando unos f i sur er os y unos e s t r ibos en so l i tar io.

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Me encontraba en un paso en e l que t en ia que ba lancearme y sa l tar a un agar r e que s e encontraba a unos 2 metr os. Luismi me obser vaba, s in yo per ca tarme, en mi d i f í c i l in t ento. En r ea l idad, había hecho e s e paso un montón de ve c e s y no c r e ía ne c e sar io un por tero , g ran er r or por mi par t e . Luismi , ba jó a l sue lo un par de s egundos antes de que yo sa l tase y s e puso deba jo de mí s in yo ver l e . Balanceé e l cuer po un par de ve c e s y me lancé de c id ido. Conseguí l l egar, per o e l agar r e c ed ió s eparándose de la par ed . Luismi me cog ió por la c in tura y me desv ío r e s tando peso a mi ca ída . Además, g rac ias a é l , no at er r i c é sobr e un grupo de r o cas, a l que hubiera ido de e spa ldas.Me l e vanté a turd ido por lo o cur r ido. Luismi s e pr es entó , ac larando que había e s tado pr obando esa r egl e ta antes de que yo l l egara , y sonaba demasiado hueca . Más tarde, ba jamos a l bar, tomamos unas c e r vezas, nos in t er cambiamos lo s t e l é f onos y pasados unos meses, ya e s tábamos met idos en un v ia j e a l Pir ineo aragonés, para subir a mi pr imer p i co, e l Bisaur ín de 2 .669 metr os.Hasta entonces, mi e s ca lada había s ido en r o ca , s e ca , zonas equipadas con chapas y a lgunos r o códr omos.Para no var iar, Luismi e l i g ió la v ía más lar ga y compl i cada. Los demás co l egas ac c ed i e r on por vac i lar con e l nuevo, que e ra yo. La v ía en cues t ión era Magnum, con 355 metr os y un desn i ve l máximo de 85° , una pasada para ser la pr imera vez .Cuando t e rminé la v ía , e s taba to ta lmente de c id ido a no r epe t i r la exper i enc ia , per o cuando vo lv íamos en e l co che, tuve la extraña y nueva sensac ión de quer er vo lver a subir. Luismi ya t en ía pr eparada o t ra asc ens ión , en e l la superar íamos lo s 3 .000 metr os de a l t i tud . El lugar era Suiza, en e l poco conoc ido p i co Fletschhorn , con

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3.996 metr os como s i empr e por la v ía más lar ga , en e s t e caso la nueva GAME, con nada más y nada menos que 800 metr osPor d i f e r ent e s mot i vos me perd í e s e v ia j e , e l pr inc ipa l fue e l d iner o. Luismi s i empr e había t en ido de todo. Con e l l o no quier o de c i r que fuera un pi jo , per o nunca se pagó n ingún v ia j e con su d iner o, s i empr e s e l o ped ía a sus padr es. Yo también s e lo ped ía , per o lo s míos no t en ían tanto. Otr o mot i vo, e ra e l t raba jo que r e c i ent emente había conseguido, g rac ias a mi t ía , en una pas t e l e r ía .

Me tomo la media jar ra que me queda de un t rago y sa lgo de l “Tan Tam” seguido por Luismi y su montón de pape l e s.Me go lpea en la cabeza con es tos mientras cor r e de e spa ldas, br omeando. De pr onto s e para en s e co, con los brazos extendidos hac ia mí y d i c e :— ¡Vale, vale ja ja ja ! . . .Mañana vente a mi casa para ver e l mater ia l , que seguro que ya no sabes ni lo que es un pitón - Dice r i endo mientras me da o t r o toque con los pape l e s. Yo r espondo in t entándo l e dar a l cance per o sa l e de nuevo cor r i endo desp id i éndose .— ¡No te olvides!Llevaba ya cas i un año s in i r a la montaña, y Luismi me lo r e cordaba cada vez que nos ve íamos. Fal taba una semana para que me d i e s en lo s 20 d ías de vacac iones que había ped ido e s ta pr imavera , que concr e tamente empezaban e l 22 de mayo de e s t e mismo año, 1995.Al d ía s i gu i ent e, s egún sa lgo de l t raba jo, voy a casa , co jo todo e l mater ia l que c r eo nec e sar io para r epar t i r entr e lo s dos, y me voy pensando que lo más s egur o, e s que nos fa l tasen c la vos.Al l l egar a la suya , a luc ino por la cant idad y ca l idad de las cosas que t en ía expues tas en la cama. Dec ido no sacar las mías.

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Tenía un novedoso y car o t e l é f ono móvi l Motor o la StarTAC de Movi l ine, var ios tor n i l l o s de h i e lo, cuatr o p io l e t s, todo t ipo de p i tones de r o ca , un juego de f r i ends y o t r os tantos empotrador es, apar t e de dos cazadoras (una r o ja y o t ra amari l la ) impermeable s y t ranspirabl e s, bo tas p lás t i cas para c rampones automát i cos y mi l y una hi s tor ias. Yo só lo t en ía lo ne c e sar io. Ropa, ca lzado, c rampones, dos p io l e t s (de 2º mano) , a l gunos f r i ends, un cas co y poco más.Pasar on los 6 d ías cas i s in ent erar nos, y s in comer lo n i beber lo nos encontrábamos a las 4 :30 de la madrugada met i endo las cosas en e l co che . No paraba de r epe t i rme que s e me o lv idaba a lgo.A pesar de s e r f ina l e s de mayo, e l f r ío e s taba pr esent e y e l extraño ner v ios i smo de hacer una nueva c ima, iba c r e c i endo a cada minuto que pasaba. De camino a Benasque, Luismi tuvo que parar var ias ve c e s para i r a l baño, t en ía des compos i c ión . Seguramente por las cuatr o naranjas que s e había comido para desayunar.Ya en Benasque, poblac ión os c ense s i tuada a una a l tura de 1 .138 metr os, s egu imos por la car r e t e ra de l Val l e de Esera , donde Luismi vue lve a que jarse por lo s r e tor t i j ones. Volvemos a parar, e sperando que no s e e s t r opee la as c ens ión por e l pr obl ema gás t r i co, y e s que por una cosa as í s e puede i r a l gar e t e cua lquier expedi c ión pr eparada durante meses. Cont inuamos unos 11km. has ta e l desv ío a la der e cha , que nos l l e va a l Hote l Hospi ta l de Benasque (1 .730 metr os ) donde Luismi para de nuevo.— ¿Otra vez, tronco? - Digo un poco cabr eado.— Tranqui lo, voy al hotel a pedir me den un astr ingente .Pr ov i s tos de cas i todo y con exceso de equipa j e ( como s i empr e) ,

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nos d i r i g imos has ta e l Plan de Besur ta , donde t e rmina la car r e t e ra y s e encuentra e l apar camiento de la Renc lusa , a 1.850 metr os10:15 de la mañana. Sentados en e l capó de l co che, comemos unos enormes bocadi l l o s, de cas i una bar ra , para qui tar peso a la mochi la . Luismi , por iner c ia s e hace un por ro mientras aun es toy engul l endo mi comida.— Tienes que dejar ese vic io Luismi. - Le d igo en p lan “Papá”-— Tranqui lo t ío, ya sabes que sólo me fumo dos cada vez que vengo a la montaña. Uno cuando empiezo, y otro cuando estoy en el pico. No es un vicio, es una manía.Mientras Luismi s e l o fuma, hablamos de subir con la t i enda por s i cambia e l t i empo. Estamos r i éndonos por a lguna chor rada y apar e c e un guardia c i v i l por de t rás. Luismi e s rápido y t i ra e l por r o l e j o s. Per o e l o lor nos de la ta . Esto nos r e t rasa dos horas más de lo pr e v i s to, ya que lo s guardias nos obl i gan a sacar todo lo co lo cado durante d ías en las mochi las.A pesar de l minuc ioso r eg i s t r o, no encuentran e l o t r o t r ozo de hachís , que Luismi había met ido in t e l i g ent emente en su or e ja ( ¡Puaj ! ) . Car gamos con e l pesado equipa j e y c e r ramos e l co che, sabi endo que nos s eparamos de nues t ra úni ca fuente de ca lor, durante por lo menos 2 d ías. El t i empo no e s taba acompañando y t endr íamos que e sperar, cas i s egur o, a que pasasen e s tas negras nubes.El camino has ta e l Col lado de Bar rancs s e hace pesadí s imo. Habíamos dec id ido no parar, per o l l e vamos demasiado peso y e l cansanc io nos puede . Perdemos más t i empo deb ido a e sas paradas.

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Al l l egar a la ar i s ta de Salenques l l e vamos c inco horas andando. Dec id imos parar a comer, as í qui tar más peso y luego i r has ta e l Glac iar de l Tempes tades, donde ins ta lar íamos e l campamento base . En la media hora que tardamos en comer, e l f r ío ya s e ha apoderado de nues t r os dedos y de c id imos sa l i r antes de que la noche nos p i l l e a medio camino de l g lac iar.

18:30 de la tardeLa noche l l ega , y con e l la e l f r ío y e l v i ento he lado. Nos vemos obl i gados a caminar con la l in t er na f r onta l por pe l i g r osa e incomoda ni e ve v i r g en . Llegamos a l glac iar a las 19:30.Montamos la t i enda demas iado rápido y s e nos o lv ida poner n i e ve a l r ededor, para e v i tar que s e vue l e por lo s fuer t e s v i entos.Ef e c t i vamente a e so de las t r e s de la madrugada me desp i er to dando vue l tas con la t i enda. Después de unos cuantos r e vo l cones, conseguimos su j e tar la con nues t r os cuer pos. Todo es tá r e vue l to. Fi jamos la t i enda y luego co lo camos lo de l in t er ior. Luismi s e hace un cor t e en la muñeca con uno de lo s c rampones que s e sa l ió de una mochi la . No es mucho, per o no l l e vamos e l bo t iquín .— ¡Eso era lo que s e me o lv idaba!Con un pañue lo, s e l o envue lve y par e c e que de ja de sangrar. Debido a e s tos per cances, s e nos e cha la hora enc ima y nos dan las 04:30. Como nos íbamos a l e vantar a las 05:00, nos quedamos hablando has ta que suenan las a larmas de lo s r e lo j e s .En esa media hora , r e cordamos as c ens iones anter ior e s, como las de Pi cos de Eur opa en la Tor r e de la Col lada Ancha con 2.342 metr os, la Tor r e de las Tr es Marías con 2.417 metr os y mi pr imer 3.000: e l Gour gs Blancs con 3.129 metr os en lo s Pir ineos.06:00 de la mañana

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Tenemos suer t e , e l d ía e s c lar o y no hace exces i vo f r ío. Luismi saca lo s mapas y me enseña cuál e s la v ía que había e l eg ido. Su nombr e e s Gran Blau (400 metr os ) , con nueve lar gos. Pr edominando los 60° de desn i ve l .Llegamos a la 7 :30 a p i e de v ía . Los t r e s pr imer os lar gos, l o s sube Luismi con sor pr endente rapidez . Yo, deb ido a l t i empo que l l e vo s in t ener contac to con la montaña, me cues ta mucho l l e var su r i tmo. El 4º , 5 º y 6º lo hago yo. Subo poniendo p i tones en lo s pocos huecos de r o ca que encuentr o, con a lgún tor n i l l o de h i e lo poco f iabl e, c la vando mis c rampones con fuerza en e l h i e lo -n i e ve . Estoy muy cansado, y e l so l ya pega en a lgunos t ramos hac i éndome has ta sudar.Hablamos lo jus to y nec e sar io para e l trabajo.Luismi pasa de lante de mí y comienza, s in des cansar, l o s ú l t imos t r e s lar gos. Luego e s un paseo has ta la cumbr e .Luismi l l ega a la c ima, s e s i enta y s e hace e l por r o. Entr e r i sas y tos e s, me s eñala a l v erme l l egar y t i rarme de e spa ldas a la n i e ve .Nos hacemos las cor r e spondient e s f o tos de c ima y de c id imos ba jar en rápe l por la Br echa de Tempes tades, s in perder más t i empo, ya que a lgunas f eas nubes s e e s tán formando sobr e nues t ras cabezas.No vemos r euniones para rape lar, por lo que lac eamos una r oca con un cord ino de 4m y atamos la cuerda en dobl e para ba jar por e l las lo s 50m que t i enen .Bajo yo pr imer o y cuando l l ego a lo s nudos que hemos hecho en las cuerdas s i go s in ver r euniones montadas, as í que me balanceo con los p i e s para l l egar a una pequeña r ep i sa donde hay una f i sura que puede c la varse . Mientras co lo co e l c la vo y Luismi ba ja a mi lado, e l t i empo cambia radi ca lmente .

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El v i ento nos azota en la br e cha y c la vamos o t r o p i tón en la r o ca para montar o t r o rápe l .Tanto mater ia l y sólo podemos poner clavos - p i enso - menos mal que l levamos bastantesAl t i rar de las cuerdas cas i s e nos enganchan por cu lpa de l v i ento que las sube y las l l e va hac ia ar r iba de manera e spe c tacu lar.Dec id imos atar las mochi las con los sacos que hemos subido, comida, agua y demás cosas para un pos ibl e v i vac impr ov i sado, para e v i tar as í que las cuerdas vue l en s in contr o l .Estamos en e s tas cuando comienza a ne var y e l v i ento nos vapulea como t rapos en un t endeder o.El mater ia l ( sacos, comida e t c…) cue l ga ahora de una de las cuerdas a 50 metr os per o de c id imos no ar r i e sgar nos a ba jar has ta que me jor e e l t i empo y pensar en montar a lgo para v i vaquear por s i la cosa no cambiaba en poco t i empo.Mientras, yo r e co jo la o t ra cuerda y la engancho a l p i tón donde e s tá Luismi .Sabemos que s i no r e cogemos la cuerda que su j e ta nues t ras cosas, caerán a l vac ío y pr obablemente lo perder emos todo as í que de c id imos izar lo t i rando de é l , s in usar lo s jumars n i po l ipas tos, para ahor rar t i empo.Lle vamos r e cog idos unos 20 metr os de cuerda que Luismi va enr o l lando en su brazo izquierdo. Me f i j o en que su mano es ta sangrando. “Luismi . . . tu mano”. De r epente deb ido a la t ens ión que e s tamos e j e r c i endo sobr e lo s p i tones de la f i sura sa l ta e l de Luismi y e s t e sa l e desped ido con e l peso de las mochi las y la cuerda que sue l ta ins t in t i vamente mientras empieza a des l izarse por su brazo izquierdo. Veo como la o t ra cuerda cae a l vac ío s in poder hacer nada para de t ener la . Reacc iono rápidamente y agar r o a Luismi la mano der e cha . Mientra é l , in t enta deshacer s e de la cuerda que t i ene

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enr o l lada en su o t r o brazo, antes de que las mochi las, con todo e l mater ia l , l e t i r en a l vac ío. Per o no l e da t i empo y e l t i rón l e saca e l hombr o de su s i t i o. Luismi gr i ta y e l e co de vue lve sus que j idos.

Ahora los dos e s tamos co l gados de mi mano der e cha que s e a f e r ra a l f i l o de un sa l i ent e .La s i tuac ión e s extr ema y lo s dos lo sabemos. Luismi no puede subir con un so lo brazo, y yo no puedo subir l e .Los s egundos t ranscur r en l entamente, y a cada momento que pasa , s e me e s cur r en los dedos por lo s guantes deb ido a l peso de Luismi y las dos mochi las. En un momento de dese sperac ión , de c ido so l tarme y de jar nos caer. Per o mi ar nés aun s i gue su j e to a l o t r o p i tón que par e c e haberse quedado t rabado y no caemos. Aun t enemos una opor tunidad de no e s t r e l lar nos contra las r o cas, que e s tán a unos 300 metr os. De pr onto e l p i tón que nos su j e ta s e desenca ja un poco. Cojo con mis dos manos a Luismi , mir o su cara y veo que me es tá sonr i endo. De r epente e l v i ento para y la n i e ve cae de l i cadamente sobr e noso t r os, todo queda t ranqui lo durante unos s egundos. Tiempo su f i c i en t e para que Luismi me d iga a lgo que nunca podré o lv idar.— ¡César ! Hazme un favor, no odies las montañas por mi culpa.Me lanza o t ra sonr i sa y e l p i tón t e rmina por c eder. Mi mano der e cha se agar ra ins t in t i vamente de nuevo a la r o ca mientras Luismi me sue l ta y cae .

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