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2|EL SEMANARIO CCS VIERNES 10 DE AGOSTO DE 2018 w w w . c i u d a d c c s . i n f o

Edición número Doscientos ochenta y nueve. Año 06. Caracas, 10 de agosto de 2018

289

04.

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Emperador y echón

Bailando pegao

Pa Caracas a patica

EDICIÓN ESPECIAL

Conocerse a sí misma

el coleccionista—PÁG. 10

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Revista GRatuita CirCula Con el semanario Ciudad CCs búsCala de lunes a viernes en nuestra nueva sede: esq. gradillas, edif. gradillas “a”, piso 1,

y en la librería historia (pregunte por jonás o luis Castellanos), pasaje humboldt.

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

Premio de Periodismo Aníbal Nazoa, 2018.

Consejo editorialErika FaríasRoberto MalaverGustavo Borges RevillaMercedes ChacínGustavo Mérida

direCtor Mercedes Chacín (E)

direCtora de arte Edarlys Rodríguez

diseñoTatun Gois

Coordinador de FotoGraFÍaJesús Castillo

Coordinadora 2.0Yanira Albornoz (†)

Web y redesEnyeli González

redaCCiónMarlon ZambranoMalú RengifoMaría Eugenia Acero Colomine FotoGraFÍaMichael MataEnrique Hernández

CorreCtorRodolfo Castillo

loGÍstiCaIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

Colaboran en esta ediCiónJosé Roberto Duque, Clodovaldo Hernández, Humberto Márquez, Mercedes Sanz, Indira Carpio, Ana Cecilia Loyo, Nathali Gómez Moscoso, Forastero LPA, Henry Rojas, Rausseo Dos y Justo Blanco.Archivo Ciudad CCS.Fotografía de portada: Michael Mata

impresión Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

www.epaleccs.info [email protected]

@epaleccs @epaleccs Épale CCS

Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843

Depósito Legal: pp201202dc4166

Una publicación de la

Contenido

02. peRfilOctavio Augusto, humildemente

03. el menjuRjeMancheta y demás...

03. CRítiCa y media

04. CiudadDonde el baile es disidencia

05. Ciudad infantilAgosto para imaginar

06. mitosKueka: si las piedras hablaran

06. tRota CaRaCasCuando trotar trae ansiedad

07. músiCaConsumo musical en era digital

07. BoleRos

08. miRadasCampesinos admirables

10. entRevistaOscar Canelón

11. soBeRanías sexuales

12. RumoR de las Bolas

12. GastRonomíaRecetario de Malú

De los ríos que menguan, desaparecen, aparentemente derrotados, y vuelven a rea-parecer furiosos, te tengo un rollo.

Recuerdo el drama horrendo de El Limón (Ara-gua) en el año 1987: el cursito de agua maracay-ero entristecido y, de pronto, vuelto fiera que ar-rasó con casas, puentes y vidas humanas. Antes de ese, otros arroyos o ríos colosales se salieron de madre y vinieron a cobrarnos la osadía o estu-pidez de seguir al pie de la letra un conocido es-logan patrio: aquella frase del Libertador que no pretendía ser instructiva, y ni tan siquiera una recomendación, sino una hipérbole para calen-tarle la cabeza a un montón de gente aterrori-zada. Señor: si la naturaleza se opone apártese o amóldese a su rabia tectónica, porque ni usted ni nadie va a hacer obedecer a esa entidad de la cual no somos sino una miserable partícula.

Por andar tratando de domar a la naturaleza a lo arrecho pagamos caro en las costas de Vargas aquello que fue temeridad, olvido e ignoran-cia: nos pusimos a construir casas en el curso de unas quebradas que de tan secas parecían muertas, pero las bichas se convirtieron en tor-

POR JOSÉ ROBERTO DUQUE@JROBERTODUQUE

ILUSTRACIÓN HENRY ROJASRíos cRecidos

... MONTE Y CULEBRA

rente cuando a la lluvia y a la montaña les dio la gana de resucitarlas.

De vez en cuando coge impulso y escupe unas piedras planetarias un río merideño que de tan voluntarioso va a parar a otro gigante llamado Apure: el Santo Domingo se desparrama cris-talino y suelta unas espumas maravillosas, di-gnas de ser vistas y de enero a marzo, incluso disfrutadas en baños veraneros. A lo largo de esa culebra de agua helada van desplegándose

historias y duendes, y también ciertos miste-rios que no siempre es sabroso resolver. A la altura de La Mitisús, bajando ya hacia Barinas, hay una represa a la que regularmente le abren las compuertas y el agua del embalse baja ha-ciendo crecer el caudal; ese río que en estado natural y relajado inspira respeto se vuelve más gritón y violento cuando lo liberan. En la en-trada hacia Altamira de Cáceres oí cuentos: que una vez llegaron unas muchachas a sentarse en unas piedras gigantes que quedan en todo el

medio, y allí empezaron a hacer contorsiones y a practicar un poco de yoga. Y que, entonces, el río se arrechó, probablemente porque su nom-bre católico se rebela ante las intromisiones culturales no cristianas, y echó una crecida pavorosa que dejó a las muchachas aisladas en mitad del río durante varias horas. Quienes me contaron eso seguramente lo vieron con sus propios ojos y eso les hizo respetar aún más a su río, así que no tuve corazón para contarles eso de las compuertas que se abren y se cierran.

Por esto días ha crecido el Orinoco, madre río y padre río. Hace miles de años el Orinoco de-sembocaba en el actual estado Falcón, pero los movimientos tectónicos fueron levantando, o levantaron a lo macho, una montaña de granito que se interpuso en su camino. La montaña ganó la pelea y el titán de agua tuvo que desviar su curso y resignarse a morir en lánguido delta, hacia el Atlántico.

Atavismo geográfico con su carga de símbolos: las aguas primordiales de Venezuela ya no cor-ren hacia el Norte; antes bien se lanzan a buscar (sin hallarlo del todo) el ancestro africano.

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www.epaleccs.infoEdición Número Doscientos ochenta y nueve. Año 06. ÉPALE CCS Caracas, 10 de agosto de 2018.

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POR JOSÉ ROBERTO DUQUE • @JROBERTODUQUE / ILUSTRACIóN RAUSSEO DOS

OctaviO augustO hUmiLDEmEnTE

El mEs dE agosto sE llama así porquE a un EmpErador romano lE dio la gana dE quE llEvara su propio nombrE. dos mil y pico dE años dEspués

sEguimos honrando la mEmoria (o al mEnos El nombrE) dE EstE pErsonajE

Uno ha oído hablar de tipos ególatras y megalómanos hasta las ca-chas, pero lo de este Octavio Augusto está varios niveles por encima de lo normal. Antes de él estuvo su tío abuelo, Julio César, que al pare-cer fue quien empezó con la jodienda: a cuenta de general conductor de ejércitos victoriosos agarró y le puso su nombre (Julio) al quinto mes del calendario romano. Dos décadas después, al Octavio (tam-bién llamado Octaviano) le pareció que su gloria era similar a la de su ancestro cercano y le cambió la denominación de sextilis (ya que era el sexto mes en ese calendario) por la de Augustus, el nombre con el que se le conoció a él mismo.

Pero, ya va, había algo que no le cuadraba a su grandeza: el emperador se reunió con sus asesores astrólogos y matemáticos y les preguntó que a cuenta de qué SU mes solo tenía 29 días y el del César original 31. ¿Acaso yo soy menos que nadie para tener un mes dos días más corto? Agarraron, entonces, los burócratas y corrigieron el desperfec-to y, desde entonces y hasta nuestra época, julio y agosto tienen 31 días; así que el calendario por el que medimos nuestro tiempo tiene coleados a dos sujetos de la misma familia.

¿Y qué fue lo que hizo aquel Octavio, luego nombrado Augustus, para merecer en Occidente tanta grandeza? El biógrafo más conocido de Octavio es un tal Nicolás de Damasco, quien ha dejado registro de sus primeras hazañas. O, más bien, de las cosas que hizo de muchacho el futuro emperador para empezar a merecer la gloria y la fama. Cuenta Nicolás, por ejemplo, que Octavio/Octaviano “deseaba fervientemen-te” combatir al lado de Julio César en la campaña en África, pero que su mamá le metió unos regaños y súplicas tan monumentales que de-cidió quedarse en la casa, la pinga. Después, cuando César andaba por Hispania, el muchacho conservaba las ganas de pelear pero se enfer-mó, chico, y tampoco esa vez pudo cumplir sus deseos. Pero el chamo se recuperó, cogió una embarcación con un puñado de camaradas y la embarcación naufragó; tuvo que atravesar territorio enemigo durante varios días antes de unirse a las tropas imperiales y, desde entonces, su glorioso tío abuelo comenzó a tutorearlo y a prepararlo en su carrera hacia el poder y el trono. César le cogió tanto cariño al muchacho que le cedió un buen tolete de su poder en su testamento, además de más de la mitad de su riqueza, que era una vainita. Un comienzo algo curioso, pero comienzo es comienzo.

Después de heredar el trono, tras el asesinato de su tío y mentor, el hombre le pasó por el medio a dos épocas (nació en el 63 a. de C. y murió en el 14 d. de C.) y se convirtió no solo en el primer emperador romano sino en el de gobierno o reinado más largo. Octavio Augusto formó, al principio, un triunvirato junto a Marco Antonio y Lépido, y cuando estos se empezaron a preguntar por qué si el gobierno era de tres tipos y el único que mandaba y tomaba decisiones era Octavio to-maron la decisión de alzarse. Octavio demostró, entonces, que sí sabía lo que era el poder y cómo ejercerlo (esas cosas de ser descendiente de César). A Lépido lo derrotó en el campo de batalla y lo obligó a exilarse (“le perdonó la vida”, dicen los interesados en hacer ver menos feo el episodio).

En cuanto a Marco Antonio, en algún momento le había declarado una guerra comunicacional horrenda y sucia, llegando a decir que Octaviano era el favorito de su abuelo solamente porque César tenía una relación sexual con él. Y lo peor: llegó a decir (por favor, pre-párense, no se vayan a sonrojar por esto), aseguró que el origen de Octavio no era noble. Es decir, que su sangre provenía de vil perraje: qué bolas. Aparte de eso contrajo una alianza nupcial y militar con la célebre Cleopatra. Esto, en términos prácticos, significaba que Octa-vio traicionó a Roma por irse tras una reina o emperadora rival de

la tierra de los césares, y entonces llegó la hora de la venganza para Octavio: el emperador o príncipe les echó una revolcada tan fea y hu-millante en sucesivas batallas que a los pocos días se produjo el muy famoso y cinematográfico evento: antes que caer en manos de Octa-vio, Marco Antonio prefirió suicidarse zampándose una espada en la boca del estómago, delante de Cleopatra; y esta, un poco más sofisti-cada, o simplemente femenina, buscó una culebrita de esas africanas cuyo veneno te empieza a asesinar apenas la culebrita te mira a los ojos, y se dejó matar así, tan exóticamente.

Concluida esta victoria recordó, o se enteró, que por ahí, en su ejér-cito, había un hijo directo de César y Cleopatra. Decidió, en tiempo récord, que “dos César son demasiado” y lo mandó a liquidar a espa-dazos; el único descendiente y heredero de César en el mundo tenía que ser él y, bueno, nadie se lo iba a discutir.

Destruidos sus rivales más cercanos decretó, o fingió que decretaba, el regreso de la República, aunque en la vida real el Senado no go-bernaba nada sino que recibía órdenes directas del emperador. Con el tiempo fue aplicando eso que en política y en otras actividades humana llamamos “la salivita”, y cuando los romanos vinieron a ver ya el hombre le tenía nombre al verdadero régimen: aquello se llamó

formalmente Principado, y el príncipe, pues ya ustedes saben quién era. “El pueblo romano me ha rogado que asuma la dictadura”, dijo en una de sus alocuciones.

Era un experto el tipo, en esto de hacer lo que le daba la gana pero dejando la impresión de que se lo estaban pidiendo. A ver si les suena esto: en el año 22 a. de C. hubo una escasez de comida en Roma que tenía a la gente en ascuas, aplastada, aterrorizada, desesperada, humi-llada. Varias facciones políticas, entonces, “le pidieron” que aceptara poderes dictatoriales y se ocupara del asunto. El hombre fue al Senado a representar una telenovela en la que rechazaba tanto poder. Pero dijo que iba a hacer el sacrificio; a los pocos días le entregaron el poder y el control sobre el suministro de alimentos a Roma y la crisis “se termi-nó”. Presten atención y verán, en los alrededores, a varios aspirantes a Octavios echando discursos sobre economía, hablando de la inflación y casi diciendo: “Yo no quiero el poder, pero si me dejan gobernar a mí acabo con esto en pocos días”.

Poco a poco, y a veces abruptamente, el emperador fue ganándose títulos, atribuciones y potestades con vocación de perpetuidad, gra-cias al largo proceso imperial de conquistas que ejecutó Roma en su esplendor. Por ejemplo: el Senado creó los títulos de “Augusto” y “Prín-cipe” para él. Augusto era un título religioso más que político y sugería poderes sobre la humanidad y sobre la naturaleza, para que no queden dudas. Lo que Octavio no podía resolver a cañonazos lo resolvía a bi-lletazos y Roma daba para eso, pues era la mayor potencia mundial del momento. A esa manera de mantener “tranquilos” a los países y a los pueblos todavía se le conoce como “pax romana” o “paz augusta”: ese silencio tan absoluto y tan escandaloso que se siente en los cemen-terios. Esa pax original, inaugurada por los romanos, duró 200 años.

En ese ambiente, en el que nadie de peso se metía con su poderío (no porque le faltaran ganas sino porque no había forma), Octavio Augusto tuvo tiempo de hacer algunos aportes a la sociedad: re-construyó la ciudad, perfeccionó el sistema tributario, desarrolló un sistema de caminos y de correos y creó un cuerpo (la Guardia Pretoriana) que, si hubiera tenido más patas cojas, pudiera com-parársele con la Guardia Nacional.

Antes de morir, Octavio Augusto mandó a redactar un texto que era algo así como la celebración de su vida y obra, un resumen de lo buenísimo que había sido el mundo mientras Octavio gobernó eso que los historiadores europeos llaman “el mundo conocido” (es decir, lo que conocían ellos). Ese texto fue esculpido en dos pilares de bronce y colocado frente al mausoleo que guarda sus restos. Ese texto fue replicado después en varias edificaciones ro-manas.

Cuando el hombre murió continuaron los honores: elevado a catego-ría de entidad divina por el Senado, el cogollo gobernante decidió que todos los emperadores romanos habrían de llamarse César y/o Augus-to por los siglos de los siglos. Octavio Augusto fue sucedido en el trono por su hijastro Tiberio; se ignora por qué a estas alturas no tenemos ningún mes, día, semana u hora loca que se llame como ese sucesor, y mejor ni nos enteremos.

Y bueno, el punto es que estamos entrando justo en el mes dedica-do a ese caballero. Va un colofón: como el tipo era el gobernante de Roma para cuando murió Jesucristo, cualquiera pudiera atri-buirle la responsabilidad en la muerte de ese otro homenajeado a perpetuidad; tema aparte, muy aparte. Felicitaciones a todos los César, Octavio y Octaviano de buena, o mala, voluntad.

AnTES DE mORiR, OCTAviO AUgUSTO mAnDó A REDACTAR Un TExTO QUE ERA ALgO ASí COmO LA CELEBRACión DE SU viDA y OBRA, Un RESUmEn DE LO BUEníSimO QUE hABíA SiDO EL mUnDO miEnTRAS OCTAviO gOBERnó ESO QUE LOS hiSTORiADORES EUROPEOS LLAmAn “EL mUnDO COnOCiDO”—

PERFiL

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De mente angosta

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EL MENJURJE

“… una persona empieza por ceder en las pequeñas cosas y acaba por perder todo el sentido de la vida.”

José Saramago

Uno de los recursos más efectivos en la trama teatral con-siste en presentar el engaño, el amor, el plan de asesinato ante los mismos ojos de un personaje y este, por razones determinadas, no lo puede ver, entre otras cosas porque no quiere. Así, el Rey Lear no ve que Cordelia es la única hija que le es fiel; los ciudadanos que declaran al doctor Stockmann como un enemigo del pueblo no logran cap-tar que es él quien los quiere salvar de una infección; los personajes de El vendaval amarillo no se dan cuenta del evidente engaño de las petroleras, que los va a llevar a una miseria más profunda, pero ellos sueñan con una lluvia de oro; Edipo se empeña en descubrir lo que el oráculo le pide que no investigue, y cuando por fin logra mirar lo que desea decide sacarse los ojos.

La escritura teatral acude, una y otra vez, a este recur-so porque así se genera una situación dramática en la que el público puede anticipar las consecuencias de la ceguera de los personajes. Pero también es una manera de decirnos que la realidad nos viene tamizada por los prejuicios, sentimientos, emociones o estratagemas por lo que se nos dificulta verla.El recurso de la cortedad de vista de algunos personajes provoca una situación per-fectamente dramática, también genera expectativa y sus-penso en el espectador. Funciona y es verosímil porque todos tenemos algo de esa condición. Muchas veces ten-emos al frente la realidad con toda su contundencia y nos negamos a verla.

Media el universo subjetivo, hoy en día fácilmente ma-nipulable. No solamente valoramos acríticamente la re-alidad sino que la percibimos distorsionada, intentan-do calzarla en el molde de lo que creemos es la verdad.

Si el Gobierno hubiese descartado que el ataque con drones era un atentado, las mismas voces que hoy niegan el hecho afirmarían que por supuesto que fue un atentado. Ahora, todos ellos conocen a un tío, un primo o el amigo de un oficial que estaba al lado de la tribuna y que no vio ningún dron. Afirman, con la misma certeza que impulsó al Rey Lear a desdeñar a su mejor hija, que todo es un show con el propósito de distraer la terrible situación y la necesidad inmediata de ayuda humanitaria. Por cierto: si la caja viene de manos del Ejercito de salvación de los Es-tado Unidos hay que agradecer; pero si es el CLAP, como parte del subsidio directo, entonces es una humillación... jugando con el Gobierno la vieja canción infantil: Cuando yo diga sí ustedes dicen no. Es una ceguera a cuestas que ríete de Edipo.

Por Rodolfo Porras

LA TRAMA COTIDIANA

La cegueRa

Tenemos una noticia bonita para compartir: este mes de agosto la Fundación para la Comunicación Popular CCS abrirá un nuevo centro de formación para los caraqueños. Se llama Yanira Albornoz, como un homenaje a esa compañera comunicadora que fue pieza fundamental en el crecimiento de Ciudad CCS y Epale CCS, y va a iniciar actividades ofreciendo conversatorios, cátedras abiertas, cursos, talleres para todas las edades y muchas más actividades que estarán al alcance de todo público para la formación del ciudadano que necesita nuestra querida ciudad.

EscuEla para TODOs

Convivir para vivir

Que haya gente festejando el terrorismo

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TRAS EL DISCURSO

InútIl terapIa. Hace 21 años el director nor-teamericano Gus Van Sant rodó el filme Good Will Hunting (eeUU, 1997), el cual en nuestras cartele-ras tuvo la inverosímil traducción de en busca del destino. nos encontramos ante un filme sobrio, con un guión equilibrado y con un corpus histriónico respetable, donde la actuación del desaparecido robin Williams descolla. Sin embargo —como suele suceder, incluso en las mejores muestras cinematográficas—, su contenido rezuma aspectos típicos de la sociedad gringa, como lo son el éxito como resultante obligatoria de la formación aca-démica clásica y aquello que marcó toda una era: la new age y su inherente carga pseudoterapéu-tica. en primera instancia, se nos presenta como contexto al Instituto de tecnología de Massachu-setts y todo el narcisismo científico e intelectual que este trae consigo: fiel representante de la Ivy league, donde solo una reducidísima élite puede osar pisar sus aulas tras cancelar la cuota total de más de 180.000 dólares. a esta fábrica de arrogan-tes arriba el buen Will Hunting, quien posee una mente privilegiada, en condición de conserje. tras ser descubierto por un laureado catedrático Will, y para no ir a la cárcel por problemas de violencia, colabora con este en el desarrollo de avanzados modelos matemáticos, solo que su actitud es de total displicencia, opera como un resentido con una inteligencia que va más allá de lo comprensible. Dicho resentimiento y desdén obedecen a que Will no es más que un amasijo de miedos: miedo de amar, miedo de ser aceptado, miedo de encon-trarse consigo mismo. entonces, quedas expuesto el nudo gordiano de la trama: una mente infinita-mente brillante es incapaz de ver hacia adentro, de identificar “su problema”. en lo sucesivo, la línea narrativa dicotómica compuesta por la erudición y el conocimiento experimental de la vida es lo que mantiene la tensión dramática del guión. no obstante, como el filme tenía que terminar en una gringada más, el irreverente, genial y “outsider” Will termina arrastrado por la centrípeta fuerza del sistema: la terapia del psicólogo Sean Magui-re (robin Williams) lo ayuda a “encontrarse a sí mismo”, es decir, a ser “un ciudadano modelo”. al parecer, las “mejores universidades del mundo” están diseñadas para que sus alumnos aprendan a pensar… a pensar en cómo adecuarse al sistema.

rodolfo Castillo@magodemontreuil

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04 CIUDAD

en los palos grandes el baile es disidencia

si en cada plaza de la gran caracas se bailara, tal vez la desidia se haría a un lado. en la plaza los palos grandes baile al aire libre (bal) prendió la salsa

para rescatar espacios echando un piePOR MAríA EUgEnIA ACEro CoLoMInE• @andesenfRungen / fOTOgRafÍas EnrIqUE hErnánDEz

En la plaza El Venezolano, desde hace 11 años, los viejitos se apropiaron del espacio para encontrarse a través de la música tropical, y ahora todos los vier-nes se aparta y se protege el área para que abuelos y chamos se sumen a la diversión. Similar sucedió en Sabana Grande, la Plaza Lina Ron, el Parque del Oeste, el bulevar Panteón, Catia y El Guarataro, así como en el 23 de Enero, donde fluyen la música y los cuerpos sin mayor preocupación. Curiosamen-te, en el municipio Chacao la lúdica iniciativa de vecinos del sector, lejos de haber sido recibida con beneplácito, se topó con zancadillas por parte de los responsables del Mercado de los Palos Grandes quienes, por poco, no ponen fin al proyecto Baile al Aire Libre (BAL).

BAL fue idea de Leoncio Barrios e Iván Orope-za. “Se me ocurrió luego de haber visto una gran bailanta en La Ciudadela del DF, México. En esa plaza cientos de personas de todas las edades bai-laban danzón al aire libre, y quise traer el concepto a mi comunidad”, rememora Barrios: psicólogo, analista social y docente universitario. Su debilidad por la danza lo ha llevado a menear las caderas en diversos puntos de la ciudad y a entremezclarse

con gran variedad de estilos y sonidos. Oropeza es el director de la Sala Cabrujas de Chacao. “Fue Leoncio quien nos propuso caerle al mercadito y bailar y, así, empezamos en julio de 2018. El cere-bro es Leoncio: nosotros lo que somos es el cuer-po de baile”, comenta entre risas Manuel Blanco, cofundador de la idea, ¿El resto de la compañía de baile? Ana Black, Elsy Manzanares, Eritza Liendo, Yordi Arteaga, y Alexander Madriz. “Ellos, con su entusiasmo han ido incorporando más gente sin distinción, y es que cuando vienen la primera vez se sienten parte del grupo y quieren seguir viniendo”, afirma Barrios.

“El baile es un acto sa-grado que, además, da salud y felicidad. Si nos ponemos a ver, en las diferentes sociedades, en África, las etnias ori-ginarias de América, los sufis, más allá del ca-rácter sensual, hay una conexión del baile con la divinidad. Por eso, bai-lar al aire libre es salud y contribuye con sanear la mente y el espíritu de la contaminación social diaria”, reflexiona Ulrike Salzer-Muhar, pediatra austríaca que visita nuestras tierras, y se llegó a la plaza Los Palos Grandes para aprender a bailar salsa con el apoyo de Armando, su novio venezolano.

Lamentablemente, para la Asociación Civil del Mercado al Aire Libre de los Palos Grandes el al-truismo cultural como que no era compatible con sus fines de lucro. Al primer momento en que es-tos espontáneos vecinos empezaron a menear el esqueleto, la respuesta del poder comercial no se hizo esperar. “El vendedor de CD del mercado nos apoyó poniendo salsa y empenzamos a bailar, tími-damente, el primer sábado, pero ya el segundo sá-bado que fuimos nos pidieron que le bajáramos el

volumen a la música. Luego, amenazaron al amigo del puesto de CD con sancionarlo si seguía musica-lizándonos. Después, nos dijeron que esa era una zona residencial y que habían recibido quejas de los vecinos (y resulta que ese mercado se monta en Parque Cristal, precisamente porque es un área co-mercial y nadie vive ahí). La última excusa que nos dieron fue que ese era un espacio para actividades culturales (y que bailar, para ellos, ‘no era cultural’). ¿Qué hicimos nosotros? Cuando nos vetaron del mercado, nos dedicamos a ir al lugar y a hacer plan-

tón sentándonos a un lado. Los clientes bailaban en la cola para pagar y nosotros, los bailarines, no teníamos permiso de amenizar el es-pacio”, rememora Manuel Blanco.

Dimos una vuelta por el célebre mercado. Si bien la variedad y calidad de los productos es de primera, los precios están por las nubes: Bs 1800 un café pequeño, por ejemplo. Vimos que la electricidad la toman de la calle, y se negaron a infor-marnos sobre el destino de su pago de impuestos. Tam-poco, sobre el aquiler de los

tarantines. También notamos el poder de los posee-dores de los puntos de venta, los grandes ganadores de comisiones de esta feria sabatina. Un escenario al que bien le caería una visita de la Sundde o una investigación a mayor profundidad.

Leoncio Barrios y su equipo no se desanimaron ante el saboteo de los directivos del Mercado de Los Palos Grandes. Los fans y amigos de BAL iniciaron un escándalo por redes sociales y los artífices de esta sanadora idea elevaron la denuncia al alcalde Gustavo Duque, quien se disculpó por el inciden-te, pero igual mudó la iniciativa BAL a la plaza Los Palos Grandes. Así, BAL estrenó sede en la famosa plaza de los chorritos del Este. “Pienso compartir

esta idea para el 30 de septiembre, Día del Tra-ductor, en la UCV”, afirmó la bailarina y profeso-ra Luisa Teresa Arenas, de la Escuela de Idiomas Modernos de la UCV.

El estreno de BAL contó con la entusiasta par-ticipación de una mayoría absoluta de mujeres y fue musicalizada por el DJ Torkins, quien se paseó por diferentes géneros clásicos y moder-nos. El equipo productor de BAL tomó registro fotográfico y de video y la empatía del grupo motivó a proponer el guaguancó en otros espa-cios, como el bar Salsipuedes, en el Callejón de la Puñalada, para celebrar el cumpleaños de una de las bailarinas.

Llama la atención que una iniciativa que no es nueva en sectores populares haya sufrido de tantas trabas en un municipio que se precia de ser “el mejor de Venezuela”, donde hace 20 años multaba a las parejas por besarse en la vía pública, y apoyó las guarimbas en 2014 y 2017. Que el ritmo no pare para BAL, e invi-tamos a todxs a llegarse, con su mejor energía positiva, los sábados de 10 am a 12 pm.

“CUAnDo noS vEtAron DEL MErCADo, noS DEDICAMoS A Ir AL LUgAr y A hACEr PLAntón SEntánDonoS A Un LADo. LoS CLIEntES bAILAbAn En LA CoLA PArA PAgAr y noSotroS, LoS bAILArInES, no tEníAMoS PErMISo DE AMEnIzAr EL ESPACIo” —

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Comenzó agosto. El mes de las vacaciones, de los paseos, de los encuentros, de las nuevas amistades, del descanso y de la diversión. Treinta y un días completicos para que juegues

y disfrutes, para que brinques y corras, para que sueñes y descubras las maravillas del mundo que te rodea.Y como las vacaciones también son para imaginar, hoy te traemos

nuestro almanaque imaginario, con fechas y celebraciones que no encontrarás en ningún otro almanaque y con las que podrás divertirte con el único límite de tu creatividad y tu fantasía.

¡Un almanaque para jugar!1 Día de las Rondas2 Día de la Cotufa

3 Día de los Dinosaurios4 Día de no Tomarse la Sopa

5 Día del Papagayo6 Día del Lobo de Caperucita

7 Día del Columpio8 Día de la Curiosidad

9 Día del Amolador10 Día de las Estrellas de Mar

11 Día de los Creyones de Colores12 Día de la Hormiga

13 Día del Estornudo14 Día de las Canciones de Cuna

15 Día de los Barcos de Papel16 Día de las Vocales17 Día de la Plastilina

18 Día del Dulce de Leche19 Día del Caballito de Madera

20 Día de los Abuelos21 Día de los Castillos de Arena

22 Día del Heladero23 Día del Escondite24 Día de la Chicha

25 Día de Saltar la Cuerda26 Día de los Carritos Chocones27 Día de la Muñeca de Trapo

28 Día de los Cuentos29 Día de Tío Tigre y Tío Conejo30 Día de los Parques Infantiles

31 Día de la Pulga y el Piojo.

AGOSTO PARA IMAGINAR

Agosto para

imaginar

Coordinación y textos: Armando Carías. Ilustración y diseño: Balbi Cañas

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MITOS

kueka: si las piedras hablaran Quien se pasea por el parque Tiergarten de Berlín no verá gran cosota. Se adentrará por una especie de explanada, que bien recuerda al Parque Generalísimo Francisco de Miran-da, con mucha grama para que la gente haga picnic, trote, juegue frisbee o se recueste en la yerbita a darse besos con el tierno de turno. En uno de los accesos se divisa el monumento a la diversidad sexual, donde una gran columna de piedra alberga un video oculto en el que parejas LGTBIQAX se dan besos apasionados, y al fren-te de la entrada del parque se encuentra el im-pactante monumento a los caídos de Auschwitz (una cuadra completa con cientos de columnas gris plomo de diversa altura y con suelo irregu-lar, que recuerda las escenas animadas de The Wall de Pink Floyd).

Pero a menos de que uno tenga un mínimo de conocimiento de la leyenda de Makunaima pa-saría de largo por el parquecito verde que se en-cuentra a dos cuadras del portón de Brandem-burgo, y seguiría tomando foticos en la ciudad más divertida y multikulti de Alemania.

POR MARÍA EUGENIA ACERO COLOMINE@andesenfRungen

ILusTRaCIÓn RAUSSEODOS

A 100 metros, en el medio del parque, ella: pa-rece una tonina rosada y se destaca por entre el montón de europeos desgarbados color avena Quacker. Serena, y como a la espera, Kueka re-cibe al público con una cinta rotulada en alemán y español que dice “Liebe - Amor” y la placa que afirma que el presidente Rafael Caldera la había regalado al Gobierno alemán para que formara parte del monumento Global Stone. Los vánda-los callejeros ya la rayaron de negro a un costado y la acompañan, en círculo, otras cuatro rehenes

de piedra provenientes de otros continentes. La disposición de las cinco abuelas coincide con la luz del Sol generando un vórtice energético que le daría paz a una ciudad que aún huele a plomo y sangre de la II Guerra Mundial. Un bello esce-nario, de no ser porque Kueka es la abuela de la etnia pemón y fue raptada en 1998 por el artista plástico alemán Wolfgang von Schwarzenfeld, luego de haber pagado una buena suma de di-nero con la venia del gobierno previo a Chávez. La abuela fue una princesa pemona en su vida

humana. Pecó de enamorarse de un guerrero de su etnia enemiga: un macuxi. Por haberse casado en secreto, cual Romeo y Julieta, el dios Makunaima condenó a los enamorados a abra-zarse por siempre como rocas. La abuela Kueka es un jaspe de 30 toneladas y contiene agua por dentro; y el abuelo añora a su amada por cons-tituir, juntos, el equilibrio ecológico de planetas y dimensiones.

La lucha diplomática por el retorno de la abuela Kueka a su hogar en Santa Cruz de Mapaurí ha sido larga, lenta y tortuosa. Similar a los rayones de grafiti que ahora ostenta, las autoridades ale-manas han puesto toda clase de trabas burlistas a los indios sudacas que la piden de vuelta. Es ist nur einen Stein (es solo una piedra), afirman.

Kueka se limita ahora solo a callar y a observar a los niños y adolescentes que se le montan en-cima, mientras conversa con sus otras cuatro compañeras de prisión en Berlín. Quizás les regalan compasión a una sociedad aún enferma de racismo ario.

TROTA CCS

El colmo de un trotador (o uno de los colmos) es po-nerse a correr en busca de paz y terminar sufriendo ataques de ansiedad.

No es tan insólito como parece. Sucede con cierta frecuencia. Una persona se pone a trotar como fór-mula para ganar tranquilidad mental y, de pronto, se ve enredada en gran cantidad de preocupaciones y angustias.

Una de las primeras causas del estrés del corredor es nuestro ancestral regusto por la competencia. No podemos hacer nada sin compararnos con otros. Funciona en todos los planos de la vida, desde el tamaño de ciertas partes anatómicas hasta el desem-peño profesional, laboral, comercial, social, la amis-tad, el amor... todo. ¿Por qué habría el trote de ser la excepción?

La ansiedad competitiva tiene dos versiones. Una es la que nos lleva a evaluarnos respecto a los de-más. La otra deriva de compararnos con nosotros mismos. Las dos pueden ser muy peligrosas. Si te sorprendes en esa onda de “tengo que ser mejor que el tipo del chor anaranjado” ponte en alerta, porque puedes desembocar en una dolorosa zozobra.

El trote tiene factores que predisponen a ataques de competitividad. Uno de ellos es que te vas a encon-trar con sujetos que, en teoría, deberían estar en peor forma que tú pero están entre mucho y muchisísimo mejor. Y eso pega en el ego. Por ejemplo: vas por tu

POR CLODOvALDO hERNáNDEz @CLOdOheR

ILusTRaCIÓn hENRy ROjASCuando el trote no trae paz sino ansiedad

África mandó en las alturas cachacas. El dominio de los atletas africanos fue dictatorial en el Medio Maratón de Bogotá, el 29 de julio. Entre las mujeres la tabla fue encabezada por la etíope Netsanet Gudeta, seguida por la keniata Brigit Kosgei y la etíope Degitu Azimerav. Solo la peruana Gladys Tejeda salvó el honor de los no africanos. La quinta plaza fue para otra etíope: Roza Dereje. En varones la hegemonía fue total: Ganó Betesfa Getahun (Etiopía), escoltado por Feyisa Lilesa (Etiopía), Dickson Chumba (Kenia), Fred Musobo (Uganda) y Gabriel Geay (Tanzania). Próxima entrega: “Más casos

de ansiedad corriente"

COSAS QUE PASAN

ruta habitual, a tu paso habitual y, de pronto, ¡zuas!, te rebasa una doña de la tercera edad —tirando a la cuarta— y te saca como 200 metros en menos de lo que tú has dado 20 trancos. Entonces, una vocecita dentro de ti te zahiere con sarcasmos y se te mete en la cabeza que tienes que entrenar, tienes que mejorar, tienes que exigirte más... y todo porque te ganó una viejita. “¿Tú has visto, chico?”, decía mi madrina Evangelina.

En cuanto a ponerse ansioso por competir consigo mismo suele suceder que el trotador se incomoda porque en un tiempo pasado (años, meses o días) lograba mejores tiempos, digamos que, dándole una vuelta al parque. Entonces, se empeña tanto en volver a alcanzar o en batir su propio récord que la faena de trote, en lugar de un rato de relax, termina siendo un martirio.

Ojo: hay corredores que sufren ansiedad en términos clínicos, como los que experimentan ataques de pánico, temor a sofocarse o a sufrir un infarto. Esos casos merecen tratamiento con un psicólogo, preferiblemente con uno que tam-bién sea o haya sido practicante de algún tipo de ejercicio físico, para que entienda de qué le están hablando.

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Consumo musiCal y era digital en Venezuela

MÚSICA

Tú me partiste el corazón. / Pero, mi amor, no hay problema, / ahora puedo regalar un pedacito a cada nena, canta el muchacho de franela beige en voz alta. El vagón está hasta las metras. Apenas se puede voltear el cuello. Se baja un gentío y entra más. En eso aparece un tipo con su celular a todo volumen: Una vez más me reprocho tantas cosas que hice mal. / Una vez más me merezco lo que tengo por confiar y amar. Finalmente uno logra la proeza, la gran hazaña de salir ileso. Mientras avanzamos, por la derecha, como dicen las instrucciones, se escucha en la radio interna una pieza instrumental: el famoso “Take five”.

Oír un reguetón, una salsa, luego un vallenato, merengue... toda esa variedad rítmica demuestra no solo la diversidad de nuestros gus-tos —especialmente los del caraqueño—, con preponderancia en lo tropical y en lo que más ofrece la industria, sino también que con un pequeño dispositivo se puede descargar y reproducir los sonidos que más nos gustan. Por eso, donde miremos hay gente escuchando la música de su preferencia de forma gratuita.

Si estamos en Facebook, Twitter, Instagram o en cualquier red social, por allí nuestras amistades, público y artistas comparten bastante música a la que uno puede acceder. Los tiempos de la radio AM y FM ya pasaron, el que fuera el mejor medio para uno enterarse de qué disco acaba de salir y luego ir a comprarlo en las discotiendas. Las radios tradicionales han quedado para la información a través de noticieros y programas. Pero las nuevas generaciones ni a eso le prestan atención.

LoS jóvEnES y LA MÚSICACuando vemos a un joven con sus audífonos, no lo pongan en duda, está disfrutando de pura música. “Me fastidia la habladera de paja de los locutores, que si la publicidad. Lo mío es música”, advierte Lisbeth

Mujica, de 17 años, estudiante que acaba de culminar el cuarto año de bachillerato y vive en Propatria. Ella prefiere oír a Lady Gaga, Pink, La Melodía Perfecta o Jerry Rivera.

“En la radio no hay na’ que escuchar. Uno se entera más rápido por las redes sociales de lo que está pasando y también oyes música, la descargas”, dice Manuel Álvarez, de 21 años, quien trabaja por su cuenta como comerciante. Y es así: la actual generación está expuesta a los medios digitales y, por tanto, desarrollan formas de interacción.

“Ha cambiado la forma de consumir y distribuir la música, y el mé-todo de promoción es mucho más globalizado e inmediato. Quizá el problema real radique en el exceso de información: los jóvenes pue-den almacenar infinidad de música en sus discos duros y dispositivos portátiles; pero, ¿escuchan todo realmente? ¿Tienen tiempo para ha-cerlo?”, expone William Padrón, periodista venezolano especializa-do en música, en su artículo “El negocio de la música en Venezuela”, publicado en 2013 en la revista Debates IESA.

En la misma nota Padrón señala que lo que manda es la era digital. Ya no se consume el disco como obra de arte, con todo lo que implica, sino tracks aislados. Lo que tenemos en nuestros equipos son bancos de canciones que muchas veces ni llegamos a oír en su totalidad.

“El disco es cultura” fue un lema que tuvo vida hasta los años 80; en los 90 arrancó la transición, auge del disco compacto; y en la década de 2000 todo el panorama cambió.

Ante esa avalancha musical hace falta potenciar la radio digital, que en Venezuela casi no existe, excepto Equilibrio.net y NoEsFm (dedi-cadas al rock y música alternativa). Y, muy importante, la educación musical y sobre nuevas tecnologías en escuelas y liceos.

Para buscar la canción o artista de tu Preferencia ya no hay barreras. incluso, el mundo digital te lleva a descubrir más música que Puedes descargar en tu celular, comPutadora o

cualquier equiPo, Por muy Pequeño sea

POR MErCEdES SAnz • @JazzMeRcedes ⁄ FOTOGRaFÍa ArChIvo

Por qué no han de saber que te amo vida mía. / Por qué no he de decirlo si fundes tu alma con el alma mía. / Qué importa si después me ven llorando un día. / Si acaso me preguntan diré que te quiero mucho todavía. Mátame gua-yabo que el amor no pudo, que este bolerazo de Consuelo Velásquez apenas me amaina el dolor. “Amar y vivir” es el bolero que esta hermosa compositora —era bellísima— aporta a la literatura del amorcidio, vale decir, cuando llega la hora de matar al amor, el momento de arrancar a jirones la última pasión que nos queda en el corazón. Qué importa si después me ven llorando un día. / Si acaso me preguntan diré que te quiero mucho todavía. Ayayay.Chelo Velásquez, o Consuelito, era una mujer cejuda —aunque no tanto como Frida—, pelos alborotados y la boca pintada de rojo, como me gustaban a mí, jajajá. No hay mucha información sobre “Amar y vivir”, porque todo se lo llevó “Bésame mucho”, el bolero más grabado en toda la historia de la bolita del mundo (hasta por Los Beatles) y ya cronicada en estos “Boleros que curan el alma”. ¡Y qué!... porque aquí lo que queda es llanto hasta pa regalar. Se vive solamente una vez. / Hay que aprender a querer y a vivir. / Hay que saber que la vida se aleja y nos deja / llorando quimeras. / No quiero arrepentirme después / de lo que pudo haber sido y no fue. / Quiero gozar esta vida / teniéndote cerca de mí hasta que muera.En “Amar y vivir” —dice una cronista de la que se me voló el nombre, aunque pudo ser, tal vez, Tere Estrada— Con-suelo se enfrenta al qué dirán e incita a vivir la pasión hasta sus últimas consecuencias, para no quedarse con las ganas de lo que pudo haber sido y no fue. Y esa es la historia irremediable de nosotros que fuimos, somos y seguiremos siendo unos tarambanas del amor.De su episodio más bonito quedó que “le ofrecieron un programa de música clásica en la naciente XEQ. No anun-ciaban que era ella sino un pianista austríaco, y para des-cansar se encerraba en su estudio a tocar sus melodías”. Algunas intérpretes las oyeron y empezaron a cantarlas ocultando la autoría de Consuelito, quien afirmaba que “eran de una amiga”. Cuando Mariano Rivera Conde, di-rector de programación de la XEQ, le pidió el nombre de la supuesta amiga para pagarle derechos de autor, dice que ella consintió: “Está bien, está bien... esas canciones son mías”. Después de eso se casaron y fueron muy felices.

boleros que curan el alma

POR huMbErto MárquEzILUsTRacIÓN ForAStEro

“amar y ViVir”

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POR MALú rEngifo • @maluRengifO / fOtOgRafías MiChAEL MAtA Y EnriQUE hErnÁnDEZ

DUrAntE 20 DíAS CAMinAron Por LAS CArrEtErAS Y AUtoPiStAS QUE ConECtAn AL EStACo PortUgUESA Con CArACAS bAjo CUALQUiEr ConDiCión

CLiMÁtiCA iMAginAbLE, CoMiEnDo ESCASAMEntE, DUrMiEnDo DonDE SE PUDiErA, PEro Con LA CLArA DEtErMinACión DE hACEr ESCUChAr SUS voCES

AntE EL PAíS EntEro. Y Lo LogrAron

MirADAS

una travesía admirable por la justicia y el alimento

Son muchísimas las lecciones que del campo y su gente tenemos que aprender nosotros, las criatu-ras que habitamos la ciudad. La de hoy, por cierto, no habla precisamente de siembra y cría de ani-males —que es lo que se le viene a la mente a cual-quier caraqueño reduccionista cuando escucha la palabra campesino— sino de determinación, organización, humildad, lucha y lealtad, entre muchas otras cosas, en las que también nos llevan una morena esos más de 120 hombres y mujeres del campo venezolano que el pasado 12 de julio salieron caminando desde Guanare, estado Por-tuguesa, en esa gran travesía a la que llamaron la Gran Marcha Campesina Admirable.

Quisieron salir tres meses atrás, pero el asesinato de dos de sus compañeros en Palo Quemao de-

tuvo esa primera iniciativa. “Nosotros queremos que se revise cómo está funcionando el Poder Ju-dicial. Nosotros no entendemos cómo es posible que, después de más de 17 años, no haya un te-rrateniente preso pero sí hay miles de campesinos que tienen medidas cautelares en este momento y que se tienen que estar presentando porque han sido desalojados ilegalmente de sus predios; no-sotros tenemos pruebas de todo esto. Esto no lo vamos a seguir aceptando”, contó Gerardo Sieve-res, campesino de Tinaco, uno de los voceros de la movilización.

LoS MotivoS: jUStiCiA, tiErrA E inSUMoSEnte los numerosos documentos que trajeron para presentarle al Presidente se encuentra, por

ejemplo, la propuesta Tagua Venezuela o lo que es el proyecto para el desarrollo de proteína vegetal para sustituir la soya a escala industrial y fabricar el alimento animal, cuyo abastecimiento está fa-llando porque el bloqueo y las sanciones que nos tiene impuesto el imperio no permiten que la soya llegue al país. Entonces, de eso trata: proponen rescatar el cultivo de especies como el piñón, que crece de manera silvestre en nuestro país, para re-gularizar la fabricación del alimento para los ani-males de manera soberana. Pero aquí no termina el cuento.

Vamos a hacer el ejercicio de ponernos en el lugar del otro: si resulta que la distribución de recursos e insumos para la producción agrícola y pecuaria se encuentra tomada por mafias de todo tipo, que

han participado activamente en el desarrollo de la terrible guerra económica a la que hemos sobrevi-vido los últimos años, o si sabe que de su voluntad y sus piernas depende que se le aseguren a usted y a los como usted la seguridad jurídica en cuanto al rescate de las tierras ociosas o, en pocas palabras, si usted simplemente es campesino, usted ha vivi-do tanto que ya no le tiene miedo a nada.

Cuando usted madruga todos los días sabiendo que sobre sus manos reposa la responsabilidad de alimentar al resto del país, cuando usted sabe que sus piernas son el soporte de esa gran cadena productiva que saca los alimentos del campo y los lleva a la mesa de sus compatriotas y, sobre todo, cuando usted ha sido históricamente timado por cuanto alcalde o funcionario demagogo ha pa-

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sado por su comunidad nomás que a tomarse la foto, usted no le tiene miedo a hacer un recorrido de más de 400 kilómetros a pie con tal de hacer escuchar lo que usted tiene que decir ante su país y ante su presidente, a quien el funcionario dema-gogo mencionado anteriormente no le hizo llegar nunca el mensaje que usted le envió.

Cuando usted ha visto a sus compañeros campe-sinos ser desplazados por movimientos parami-litares importados no le importa desplazarse por los medios que sea, hasta el carajo viejo si es nece-sario, con tal de que alguien a quien sí le importe escuche lo que usted tiene que decir. Mucho me-nos si entre las razones que le motivan a realizar una movilización de ese calibre se encuentra el hecho de que centenares de campesinos han sido brutalmente asesinados por latifundistas y sus si-carios en los últimos años, cosa que, además, no va a terminar hasta que se haya hecho justicia y se haya impuesto, definitivamente, ese principio revolucionario que dice que la tierra es de quien la trabaja. Todo lo anteriormente dicho los trajo hasta acá. ¿No iban a lograr su cometido estos sol-dados de Chávez?

LoS inviSibLES“La marcha se planifica desde la marcha, com-pa, y así venimos haciendo desde que salimos de Portuguesa. Nosotros estamos aquí deseosos de darnos un abrazo con los compañeros caraque-ños, de hablar con los medios; a nosotros nos ha dolido mucho sentir que ha habido algunos com-

pañeros de la prensa que han querido silenciar lo que nosotros vinimos a decir. Nosotros teníamos una invitación a un programa en vivo en Vive TV y resulta que a última hora nos dijeron que no, que el programa no iba. Nosotros lo que vi-nimos a decir aquí no es nada en contra del proceso revolucionario, más bien nosotros lo que queremos es expresar-nos a favor de nuestro gobierno, en apoyo al presidente Nicolás Ma-duro. Nosotros sabemos que ha habido compa-ñeros con cargos medios en el Gobierno que han querido invisibilizar la marcha porque temen que esta marcha haga lo que ya hizo: despertar la esperanza del pueblo al expresarse y hacer que las cosas funcionen. Sobre nosotros se han inventado mentiras, se ha dicho que nosotros somos unos infiltrados y nosotros queremos que se sepa que todo eso es falso; nosotros lo que traemos para acá son una serie de denuncias y propuestas que hablan des-de nuestros problemas, sí, pero también desde las

soluciones que nosotros sabemos que podemos aportar”, contó Sieveres.

La extraña bienvenida y el logro que es solo un inicio. El miércoles 1° de agosto en la mañana, en

compañía de numerosos compañeros de los movi-mientos sociales que hacen vida en Caracas, los campe-sinos se trasladaron desde Hoyo de la Puerta (donde recibieron atención médica y oportunidad de descan-so) hasta la avenida Urda-neta, muy cerca del Palacio de Miraflores. Pero un ma-sivo cerco policial les impi-dió llegar hasta el palacio y, a pesar de no haber sido un encuentro violento, la situación se prestó para que voces apresuradas, que no habían tenido nada que ver con la marcha, corrieran a manifestarse en defensa de los campesinos. Mientras tanto, con la determinación y calma que caracteriza

al hombre del campo, estos últimos asumieron aquella como la última batalla por librar y aguan-taron, estoicos, una noche más, alimentados por el entusiasmo y el apoyo que habían recibido a lo largo de toda su travesía.

“Mira, nosotros cuando salimos lo hicimos con un corazón grande, con unos cambures, unos topochos, con un arroz. Nosotros llegamos has-ta Cojedes, Carabobo comiéndonos esos topo-chos, arroz con sal, porque era o que teníamos. Al llegar a Carabobo aquello fue impresionan-te: los compañeros del movimiento popular, los compañeros conuqueros, los de Todas las Manos a la Siembra nos recibieron con mucho amor y mucho apoyo. De allá para acá no nos ha faltado nada. Hemos tenido hidratación, ali-mentación y, bueno, nosotros, con mucha dig-nidad y mucho orgullo, podemos decir que ha sido el pueblo quien ha financiado esta marcha y nosotros estamos muy agradecidos con esos compañeros, con la gente del partido Tupama-ro, del PCV, los partidos del Polo Patriótico, que se han manifestado a favor de esta marcha; los compañeros de Patria Grande, de Argentina; los compañeros del MCT, de Brasil; los zapa-tistas de Chiapas, compañeros de Europa que han estado pendientes también, apoyando; los compañeros de Vida Campesina y muchos otros. Entonces, a nosotros no nos cabe la me-nor duda de que, contando con tanto apoyo, el presidente Nicolás Maduro nos va a recibir. Aquí está su pueblo, el pueblo que lo defiende y que lo va a defender en cualquier escenario”. No se equivocó Gerardo: al día siguiente fueron recibidos por el Presidente y les fue honrado su derecho, ganado mucho más que a simple pul-so, de pronunciarse en cadena nacional y decir lo que tenían que decir.

“noSotroS QUErEMoS QUE SE rEviSE CóMo EStÁ fUnCionAnDo EL PoDEr jUDiCiAL. noSotroS no EntEnDEMoS CóMo ES PoSibLE QUE, DESPUÉS DE MÁS DE 17 AñoS, no hAYA Un tErrAtEniEntE PrESo PEro Sí hAY MiLES DE CAMPESinoS QUE tiEnEn MEDiDAS CAUtELArES En EStE MoMEnto” —

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10 ENTREVISTA

“me gusta que la revista se acerca al pueblo”

de la cola que se arma los viernes en plaza bolívar para retirar el semanario conocimos a oscar segundo canelón, coleccionista de la revista épale ccs. así,

recopilamos testimonio de nuestro pueblo lectorPOR mARíA EugENIA ACERo CoLomINE • @AndesenfRungen ⁄ fOtOgRAfíAs mIChAEL mATA

Oscar Canelón nos abordó recientemente en las in-mediaciones de la redacción para pedirnos algunos números faltantes de su colección de revistas Épale CCS y quisimos conocerlo. Visitamos su residencia y descubrimos el compromiso militante de un ve-cino del 23 de Enero y de su familia. Esta muestra reflejó el trabajo de hormiga que vienen desarro-llando muchos como él, a través de la organización colectiva en la ciudad y el país.

—hábLENoS bREVEmENTE dE Su VIdA—Mi nombre es Oscar Segundo Canelón Gonzá-lez. Tengo 69 años y estoy pensionado y jubilado. Vivo en el 23 de Enero, en la Zona Central, en los Bloques 22 y 23 con mi hijo y su mamá. Antes me dedicaba a matar tigres. Pero mi ocupación prin-cipal era cortador y trazador textil. Ahorita, como está la situación, ya no se consigue material. A la edad que tengo es difícil conseguir trabajo.

—¿QuÉ Lo moTIVó A CoLECCIoNAR LA REVISTA ÉPALE CCS?—Me llamaron mucho la atención los Cuentos del Arañero y la sección “Pichón de sibarita”. Luego, me puse a leer la revista completa y me gustó todo el contenido. Eso sí, los crucigramas están intactos porque no me he puesto a llenar ninguno.

—¿QuÉ LE QuITARíA y QuÉ LE PoN-dRíA A LA REVISTA?—No le quitaría nada, pero me gustaría que agre-garan más literatura, historias para leer. Tal vez una novela como Doña Bárbara o libros clásicos venezolanos, cuentos infantiles, Aquiles Nazoa: que todas las semanas publiquen relatos o series de narrativa que los lectores podamos seguir. Me gus-tan mucho las fotos que publican, especialmente la

portada y la contraportada. Son material de gran calidad. En mi bloque vive el maratonista Marvin Blanco, el que ganó el maratón en 2014 y tenía la foto de Robert Serra. Esa revista la tengo yo. Me gusta que entrevistan a toda clase de personajes de la calle. Gente popular, no solo personalidades fa-mosas sino al ciudadano de a pie.

—¿ACEPTARíA PAgAR LA REVISTA PoR SuSCRIPCIóN?—No. Muchas personas de avanzada edad son quienes leemos la revista y no podemos pagarla. Por internet pocas personas la leemos. Solo mi hijo, de cuarenta y pico de años, es quien se mete en in-ternet a leerla.

—APARTE dE LA REVISTA, ¿QuÉ máS CoLECCIoNA?—Colecciono salsa y chatarritas de los 70. Me des-estreso con la música. Mi principal colección es musical, botellas y latas de cerveza que tengo ador-nadas en un minibar de mi apartamento. También toco el bongó.

—¿dESdE CuáNdo LEE ÉPALE CCS?—Desde la primera edición. Pero le han quitado mu-chas cosas. Leo desde el principio el periódico Ciudad CCS. La sección del sibarita la extraño. Me gusta mucho la sección de los boleros. El especial como tributo a Caracas estuvo bastante bueno.

—¿QuÉ TAL hA SIdo LA RECEPTI-VIdAd dE CIudAd CCS y dE ÉPALE CCS EN Su SECToR?—En mi zona leen mucho Ciudad CCS. Antes lo daban en Agua Salud. Se armaban grandes colas y todos nos veíamos las caras todos los domingos. Ahora que no la están dando es difícil, así que me

vengo a Plaza Bolívar a ver si tengo suerte: se hacen colas y a veces no lo dan. Yo no sabía que ahora la están dando un viernes sí y un viernes no. Mis amigos me la consiguen a veces, y me la dan.

—¿QuÉ LE dIRíA A LA oPoSICIóN VENEzoLANA?—No me hables de esos locos. Esos lo que quieren es apoderarse del dinero y del poder de Venezuela. A Maduro le han tirado mucho. Tiene que cuidarse más ahora.

—¿hACE TRAbAjo PoLíTICo EN Su ComuNIdAd?—Yo pertenecía a mi consejo comunal, Blo-que 22-23, pero caducó. Ahora debemos ha-cer nuevas elecciones para conformar nuestro nuevo equipo. Mi labor dentro del consejo comunal fue de infraestructura: manejo y mantenimiento de los tanques, de la luz, de los jardines. En mi bloque hemos hecho siem-bra de lechosa y cambures y se construyó una piscina. También tenemos una cancha de soft-bol que sirve para hacer planes vacacionales. Mi tarea con el consejo comunal consiste en llevar cartas a los ministerios para poder con-seguir los insumos. Vivo en mi bloque desde los 6 años. Por mi casa vimos los tiroteos del 27F y del golpe de 2002. El día de El Caracazo debimos dormir en las escaleras porque nos destruyeron las paredes de la casa con las ba-las. Yo solía tirarles piedras a los adecos y los copeyanos. Mi hermano Julio Canelón perte-neció a la resistencia armada. Estamos restea-dos con el proceso. En cuanto a los beneficios del Estado no tengo quejas: me llega el CLAP, todos los bonos, el de jefe de familia, el de Ho-gares de la Patria.

—¿Cómo VE EL CLImA PoLíTICo EN Su SECToR?—Están trabajando bastante. Este fin de semana tu-vimos reunión del CLAP para aumentar la logística y el transporte, para que la gente esté enterada de lo que tienen que trabajar ahora. Por los momentos todo se está trabajando bien. Allá no existen bacha-queros. Bueno, hay unos cuantos comercios que están vendiendo la comida muy cara, pero ahí exis-te el colectivo Alexis Vive. Ellos son los que tienen panaderías, venden sardinas y están bien organi-zados en beneficio de la comunidad. Respecto a la inseguridad tuvimos una reunión con el colectivo Alexis Vive, que se va a encargar de custodiar la co-munidad. Estamos organizándonos todos para tra-bajar al respecto. Si acaso uno que otro robo se ve de vez en cuando, pero no es peligroso el sector. Por el bloque tenemos un CDI y la alcaldía está remo-delando el colegio Francisco González Guinand. El agua llega dos veces a la semana desde hace nueve meses. El bloque de enfrente de mi casa está aban-donado, pero nuestra comunidad logró levantar el muro de la entrada y las áreas verdes. También nos instalaron tres ascensores en 2011, pero solo fun-ciona uno. Estamos recolectando el dinero para re-pararlos. Desde Agua Salud hasta el Bloque 22 hay fallas en el transporte: la gente debe subir la mon-taña a pie porque no hay autobuses. Los escuálidos de mi zona son molestos y peligrosos, pero no nos dejamos. En cuanto a la salud está difícil la cosa. Para la mamá de mi hijo necesitamos un aparato auditivo que cuesta una millonada. Me dijeron que en el CDI lo daban, pero no lo conseguí.

—¿QuÉ mENSAjE NoS dA AL EQuIPo dE ÉPALE CCS y CIudAd CCS?—Que sigan pa’lante y más nada. ¡Pa’lante es pa’lla!

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Descubrirse lesbiana en los 90

SOBERANÍAS SEXUALES

Mi niñez y adolescencia se ubica en Higuerote, un pueblo si-tuado en la costa afro de la región de Barlovento en el estado Miranda, cerca de la capital caraqueña pero lo suficientemente lejos como para ser un escape de fin de semana para cualquier persona sexualmente activa y enclosetada.

Lo que para unos representaba una válvula, un grifo que dejara fluir los deseos prohibidos de una sociedad achantada, para mí era una combinación oculta, el patrón de seguridad de un telé-fono ajeno. No me pertenecía.

Me desplazaba en la escuela ocultando mi primer amor, ob-servando cómo ella se enamoraba del “indicado”. Soñando que yo era él y ella se fijaba en mí. Disfrutando cuando nos tocaban evaluaciones en grupo y por conspiración de circuns-tancias imprevisibles e inevitables encajaban nuestros apelli-dos. Gracias a mis amigas del colegio y del liceo, que siempre fueron las mismas, ese primer amor se desvaneció y evitó se obcecaran mis sentidos. Nunca se enteraron de mi desventura, pero poco importaba la amada, yo creo que en el fondo ellas sabían que yo era rara, pero en esa época y a esa edad, a nues-tro modo pueblerino y conservador de ver las cosas, todas lo éramos un poco. Y nos gustaba, por eso nos mantuvimos jun-tas como hermanas. La tortura del primer amor se desvaneció y no regresó hasta el término de mi adolescencia; punto pa’ la providencia.

El internet llegó a mi vida en el liceo, gracias a las promociones de Cantv y a la señora Berta, la madre mía, que lo pagó. Tuve computadora, internet e intimidad, todo en el mismo com-bo, para ser cancelado en cómodas cuotas dentro de la factura mensual del teléfono.

Luego de las primeras búsquedas, investigaciones y trabajos escolares, descubrí la cultura del chateo. La página web de Cantv ofrecía, además de los servicios de una empresa tele-fónica e internet, un innovador link para conocer personas en cualquier lugar de nuestro país. Esta ventana emergente sobresalía para mostrarme diversas “salas” de conversas con nombres convenientes: General, Mayores de 20, Mayores de 30, de 40, Solteros, Bisexuales, Gays, Lesbianas… Esta vez no había riesgos, sólo tenía que entrar en esa sala-mundo por conocer y mantenerme bajo perfil, mejorar mi lectura e ima-ginarme el escenario de cada integrante. Funcionó hasta que decidí escribir.

Ser lesbiana en la red fue una etapa de mi vida que disfruté mucho, sin el riesgo del chanceo físico en el espacio público. La mejor escuela para acercarme a las técnicas de la escritura. Fui echadora de cuentos en demasía, establecí mi punto de vista narrativo, aprendí a escribir diálogos creíbles; junto a la técnica de los diálogos, le di con fuerza a la escritura libre y su prima la creatividad que se activaba cuando mi lectora era su-per interesante y con ortografía triunfosa. Antes no lo advertí, pero con el tiempo descubrí que allí se sentaron las bases de mi sapiosexualidad actual, el feminismo como elemento base de atracción sexual.

POR mARÍA GABRIELA BLANCO@PILARTOSH

ILUSTRACIÓN JUSTO BLANCO

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www.epaleccs.infoEdición Número Doscientos ochenta y nueve. Año 06. ÉPALE CCS Caracas, 10 de agosto de 2018.

GASTRONOMÍA

Esta es la historia de una Cenicienta que quería ir a cenar con un príncipe —o así lo llamaba ella—, pero era tarde y ninguno de los dos tenía carruaje que los llevara a ningún lugar. Claro que la Cenicienta estaba muy tranquila porque sabía que en cualquier momento llegaba su hada madrina a resolverle el problema, solo había una cosa que le preo-cupaba un poco: en lugar de calabaza tenía un calabacín.

Entonces resulta que, efectivamente, el hada madrina llegó a rescatarla, pero cuando vio el calabacín se llevó las ma-nos, con varita mágica y todo, a la cabeza y en voz de grito le dijo: “¡Miarrma! ¿Peroquéordinariejejesa?” (sic). Ce-nicienta le dijo: “Un calabacín, pues”, y el hada madrina tuvo que explicarle que ella hacía magia pero no milagros, que los carruajes se hacen con calabazas, que de un cala-bacín no se puede fabricar ni un monociclo y que mejor le mandara un mensajito de texto al príncipe de pacotilla ese para que hiciera algo por la patria y moviera las nalgas hasta la casa de la Cenicienta, porque de cena lo que habrá es sopa de calabacín casera.

“Tú tranquila, querida. Echa una barridita y anda ar-reglarte que yo preparo la sopa”, dijo la doña. Las hadas madrinas ya no son como antes.

LA SOPA MáGiCAMientras Cenicienta parapeteaba su casa el hada madrina llenaba una olla mediana con agua y ponía a hervir el cala-bacín (que era grandote) picado en cuadritos, junto a una cebolla. La cebolla la echó así, entera, apenas pelada. No había visto jamás la Cenicienta un hada madrina más floja,

pero no se atrevió a decir nada porque, bueno, que le co-cinen a uno siempre es sabroso.

El hada madrina se puso a revisar en la despensa de Ce-nicienta y encontró un cubito de pollo con cuatro hormi-gas pegadas. Con la punta de la varita mágica le despegó las hormigas y echó el cubito en el caldo. Quiso aclararle a la Cenicienta que lo más recomendable hubiera sido utilizar caldo de pollo de verdad, verdad, pero entonces Cenicienta le hubiera preguntado por qué si ella era tan mágica no hacía aparecer un pollo y, de paso, lo prepa-raba guisado con papas y arroz, así que para no meterse en problemas no dijo nada.

Una vez estuvo blandito el calabacín el hada madrina lo lanzó con caldo, cebolla y todo en la licuadora, evitando echar demasiado caldo para que no quedara aguada. Le echó dos cucharadas de leche en polvo (a la Cenicienta le llegaba el CLAP) y licuó todo eso ajustando la sal a su gusto hasta que estuvo sabrosa, homogénea y cre-mosita. Como el príncipe llamó diciendo que llegaba en media hora, le dio tiempo también de preparar un arrocito sencillo y pedirle que, de paso, comprara un cuarto de kilo de queso blanco para rallarle a la crema. El príncipe llegó con el mandado en el tiempo prometi-do, la Cenicienta se había puesto bien bonita, y como el hada madrina no había comido se sentó con ellos a cenar. Guardó la varita mágica en un bolsillo del ves-tido pa’ que no la descubrieran, y casi hace atragantar al príncipe cuando preguntó: “A ver, joven, ¿cuáles son sus intenciones con mi muchacha?”..

Sí, usted, el que baña a los demás con sus eventos desafortunados que siempre, estamos claros, son culpa de las circunstancias. Si estuviéramos en la época del romanticismo podríamos aplaudirlo de pie, pero en plena era de las rela-ciones líquidas solo podemos pedirle que se escurra.1. Es un arte contar tragedias. Los griegos lo hicieron muy bien. Desde esos días para acá nada nuevo bajo el sol.2. Como bien sabe, todos ten-emos problemas de distintos colores, tamaños y texturas. Le aseguro que son suficientes.3. Somos humanos: sentimos. No está solo en ese compromiso sensorial.4. La culpa no debería existir,

aunque sepamos que existe. No se la regale a los demás. 5. No caiga en la tentación de proyectar sus angustias sobre los otros. Deje a la gente tratar de ser feliz.6. Las malas experiencias no siempre enseñan algo. Sola-mente nos hacen saber el punto exacto donde nos duele.7. El dolor, en estado puro, es un sentimiento inaprensible, que corroe, que se solidifica con el tiempo. No lo banalice.8. La solidaridad en la redes es casi una mota de polvo en un rayo de luz. Busque lo real.9. No se convierta en un mártir para su público. A muy pocos les interesa, realmente.10. No despilfarre la riqueza de su mundo interior.

MiniManual para ser draMa queen (o king)

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por qué el silencio taMbién es una

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EL RUMOR DE LAS BOLAS

La sopa mágica de caLabacínPOR MALú RENGifO@maluRengifO

ilustRación MALú RENGifO

RECETARIO DE MALÚ

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