El Canto de La Oracion - Anexo a UCDM-2

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Sobre la importancia de la oración

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  • LA ORACIN

    Introduccin

    1. La oracin es el mayor regalo con el cual Dios bendijo a Su Hijo alcrearlo. 2Era sta entonces lo que ha de llegar a ser: la nica voz que elCreador y la creacin comparten; el canto que el Hijo entona alPadre, Quien devuelve a Su Hijo las gracias que el canto Leofrece. 3Perpetua la armona, y perpetua tambin la feliz concordiadel amor que eternamente se profesan uno a otro. 4Y en esto lacreacin se extiende. 5Dios da gracias a Su extensin en Su Hijo. 6SuHijo da gracias por su creacin, en su canto de crear en Nombre de SuPadre. 7El amor que comparten es lo que toda oracin habr de ser portoda la eternidad, cuando el tiempo termine. 8Porque as era antes deque el tiempo pareciese existir.2. Para ti que te encuentras brevemente en el tiempo, la oracin tomala forma que mejor se ajusta a tu necesidad. 2Slo tienes una. 3Lo queDios cre uno debe reconocer su unidad, y alegrarse de que lo que lasilusiones parecan separar es uno para siempre en la Mente deDios. 4La oracin debe ser ahora el medio por el cual el Hijo de Diosabandona las metas e intereses separados, y vuelve en sagrada alegra ala verdad de la unin en su Padre y en s mismo.3. Abandona tus sueos, santo Hijo de Dios, y levantndote tal comoDios te cre, haz a un lado tus dolos y acurdate de l. 2La oracin tesostendr ahora, y te bendecir mientras elevas tu corazn a l en uncanto ascendente que se eleva a lo alto cada vez ms, hasta que tantolo alto como lo bajo hayan desaparecido. 3La fe en tu meta crecer yte apoyar mientras asciendes por la radiante escalera hacia los pradosdel cielo y el portal de la paz. 4Este es el regalo de Dios para ti.

    I. La verdadera oracin

    1. La oracin es un camino que el Espritu Santo ofrece para alcanzara Dios. 2No es slo una pregunta o una splica. 3No puede tener xitohasta que te des cuenta de que no pide nada. 4De qu otra formapodra cumplir su propsito? 5Es imposible orar pidiendo dolos y

  • tener esperanzas de alcanzar a Dios. 6La verdadera oracin debe evitarla trampa de la splica. 7Pide, en su lugar, recibir lo que ya se ha dado;aceptar lo que ya est ah.2. Se te ha dicho que le pidas al Espritu Santo la respuesta a cualquierproblema concreto, y que recibirs una respuesta concreta si esa es tunecesidad. 2Tambin se te ha dicho que hay un solo problema y unasola respuesta. 3En la oracin, esto no es contradictorio. 4Aqu haydecisiones que tomar, y sean o no ilusiones tienen que tomarse. 5No sete puede pedir que aceptes respuestas que se encuentran ms all delnivel de necesidad que puedes reconocer. 6Por lo tanto, no es la formade la pregunta lo que importa, ni tampoco la manera como seformula. 7La forma de la respuesta, si es dada por Dios, se ajustar a tunecesidad tal como t la ves. 8Esto es simplemente un eco de larespuesta de Su Voz. 9El verdadero sonido es siempre un canto deaccin de gracias y de amor.3. No puedes, por lo tanto, pedir el eco. 2Es la cancin la queconstituye el regalo. 3Con ella vienen los armnicos, las armonas, losecos, pero estos son secundarios. 4En la verdadera oracin sloescuchas el canto. 5Todo lo dems es simplemente aadido. 6Hasbuscado primero el Reino de los Cielos, y ciertamente, todo lo demsse te ha dado por aadidura.4. El secreto de la verdadera oracin es olvidar las cosas que creesnecesitar. 2Pedir lo concreto es muy similar a reconocer el pecado yluego perdonarlo. 3De la misma manera, tambin en la oracin pasaspor encima de tus necesidades concretas tal como t las ves, y lasabandonas en Manos de Dios. 4All se convierten en tus regalos paral, pues Le dicen que no antepondras otros dioses a I; ningn Amorque no sea el Suyo. 5Cul otra podra ser Su Respuesta sino turecuerdo de l? 6Puede esto cambiarse por un trivial consejo acercade un problema de un instante de duracin? 7Dios responde nicamente por la eternidad. 8Pero aun as todas las pequeas respuestasestn contenidas en sta.5. Orar es hacerse a un lado; es abandonarse, es un sereno instantepara escuchar y amar. 2No debe confundirse con splica alguna, porquees una manera de recordar tu santidad. 3Por qu debera suplicar lasantidad, si tiene pleno derecho a todo lo que el amor puedeofrecer? 4Y es al Amor adonde vas en la oracin. 5La oracin es una

  • ofrenda; es renunciar a ti mismo para ser uno con el Amor. 6No haynada que pedir porque no queda nada que desear. 7Esa nada seconvierte en el altar de Dios. 8Desaparece en l.6. Este no es un nivel de oracin que todo el mundo puede alcanzarpor ahora. 2Aquellos que no lo han alcanzado an necesitan tu ayudaen la oracin, porque su pedir no se basa todava en la aceptacin. 3Laayuda en la oracin no significa que otro medie entre Dios y t. 4Peros significa que otro est a tu lado y te ayuda a elevarte hacial. 5Quien se ha dado cuenta de la bondad de Dios, ora sin temor. 6Yquien ora sin temor no puede sino llegar a l. 7Por lo tanto, tambinl puede llegar hasta Su Hijo, dondequiera que ste se encuentre ycualquiera que sea la forma que parezca tomar.7. Orar a Cristo en cualquiera es verdadera oracin, porque constituyeun regalo de agradecimiento a Su Padre. 2Pedir que Cristo no sea sinol Mismo no es una splica. 3Es un canto de accin de gracias por loque eres. 4En esto radica el poder de la oracin. 5No pide nada y lorecibe todo. 6Esta oracin puede ser compartida porque recibe portodos. 70rar con alguien que sabe que esto es verdad es haber recibidorespuesta. 8Tal vez la forma concreta de resolucin de un problemaconcreto ocurrir a uno de los dos; no importa cul. 9Tal vez alcancea ambos, si los dos estn armonizados de manera genuina el uno con elotro. 10Vendr porque se han dado cuenta de que Cristo est en losdos. 11Esa es su nica verdad.

    II. La escalera de la oracin

    1. La oracin no tiene comienzo ni final. 2Es parte de la vida. 3Pero scambia de forma, y crece con el aprendizaje hasta que alcanza suestado libre de la forma, y se fusiona en total comunicacin conDios. 4En su forma de peticin no necesita acudir a Dios y confrecuencia no lo hace, y ni siquiera implica creencia alguna en l. 5Enestos niveles la oracin es un simple desear, el cual surge de unasensacin de escasez y carencia.2. Estas formas de oracin, de pedir desde la necesidad, siempreimplican sentimientos de ser dbil y limitado, y jams podran serrealizadas por un Hijo de Dios que sepa Quin es. 2Nadie, pues, que

  • est seguro de su Identidad podra orar en estas formas. 3Pero no esmenos cierto que nadie que no tenga certeza sobre su Identidad puedeevitar orar de esta manera. 4Y la oracin es tan continua como lavida.5Todo el mundo ora sin cesar. 6Pide y has recibido, puesto quehas establecido lo que quieres.3. Tambin es posible alcanzar una forma ms elevada de pedir desdela necesidad, puesto que en este mundo la oracin es reparativa, y porlo tanto debe establecer niveles de aprendizaje. 2Aqu, la peticinpuede ser dirigida a Dios con creencia sincera, aunque an sincomprensin. 3Un vago y usualmente inestable sentido deidentificacin se ha alcanzado generalmente, pero tiende a oscurecerloun sentimiento de pecado profundamente arraigado. 4Es posible eneste nivel continuar pidiendo cosas de este mundo de varias formas, ytambin es posible pedir regalos como la honestidad o la bondad, yparticularmente el perdn de las muchas fuentes de culpa queinevitablemente yacen bajo cualquier oracin de necesidad. 5Sin culpano existe escasez. 6Los que no han pecado no tienen necesidades.4. En este nivel viene tambin la curiosa contradiccin de trminosconocida como "orar por nuestros enemigos". 2La contradiccin no seencuentra en las palabras mismas, sino ms bien en la manera en quese interpretan normalmente. 3Mientras creas que tienes enemigos, haslimitado la oracin a las leyes de este mundo, y tambin has limitadotu capacidad de recibir y aceptar a los mismos estrechos mrgenes. 4Yaun as, si tienes enemigos tienes necesidad de oracin, y mucha porcierto. 5Qu significa realmente la expresin? 60ra por ti mismo,para que no busques aprisionar a Cristo y de esa manera pierdas elreconocimiento de tu propia Identidad. 7No seas traidor con nadie, ote traicionars a ti mismo.5. Un enemigo es el smbolo de Cristo prisionero. 2Y quin podra serl sino t mismo? 3La oracin por los enemigos se convierte as enuna oracin por tu propia libertad. 4Ahora ya no es una contradiccinde trminos. 5Se ha convertido en una declaracin de la unidad deCristo y el reconocimiento de Su impecabilidad. 6Y ahora se ha vueltosanta, puesto que reconoce al Hijo de Dios como fue creado.6. Que nunca se te olvide que la oracin en cualquier nivel es siemprepor ti mismo. 2Si te unes a cualquiera en oracin, lo haces parte deti. 3El enemigo eres t, lo mismo que el Cristo. 4Antes de que pueda

  • volverse santa, pues, la oracin se vuelve una decisin. 5T no decidespor otro. 6Slo puedes elegir para ti mismo. 70ra verdaderamente portus enemigos, puesto que aqu radica tu salvacin. 8Perdnales tuspecados, y sers realmente perdonado.7. La oracin es una escalera que llega hasta el Cielo. 2Hay en la cimauna transformacin muy parecida a la tuya, puesto que la oracin esparte de ti. 3Las cosas de la tierra se dejan atrs, ninguna serecuerda.4No se pide, puesto que nada falta. 5La Identidad en Cristo sereconoce plenamente y se establece para siempre, incorruptible y msall de todo cambio. 6La luz ya no titubea, y nunca ms seapagar.7Ahora, sin necesidades de ninguna clase, y revestida parasiempre de la impecabilidad que es el regalo de Dios para ti, Su Hijo, laoracin puede convertirse otra vez en lo que siempre estuvo destinadaa ser.8Puesto que ahora se eleva como una cancin de accin degracias a tu Creador, cantada sin palabras, ni pensamientos, ni vanosdeseos, sin necesidad de nada en absoluto ahora. 9As se extiende,como estaba destinada a hacerlo. 10Y Dios Mismo te da las gracias poreste regalo.8. Dios es la meta de toda oracin, y le da eternidad en vez defin. 2Tampoco tiene comienzo, pues la meta no ha cambiadojams. 3La oracin en sus formas ms tempranas es una ilusin, puestoque no hay necesidad de escalera alguna para alcanzar lo que unonunca ha abandonado. 4Pero el orar es parte del perdn mientras ste,en s mismo una ilusin, contine sin lograrse. 5La oracin seencuentra unida al aprendizaje hasta que el objetivo del aprendizaje sehaya alcanzado. 6Y entonces todas las cosas sern transformadas alunsono, y regresarn sin mancha a la Mente de Dios. 7Porencontrarse ms all del aprendizaje, este estado no se puededescribir. 8Las etapas necesarias para su obtencin, sin embargo,necesitan ser comprendidas, si la paz ha de ser restaurada al Hijo deDios, quien vive ahora en la ilusin de la muerte y el temor de Dios.

    III. Orar por otros

    1. Dijimos que la oracin siempre es por ti, y as es. 2Por qu,entonces, deberas orar por otros en absoluto? 3Y si debieras, cmohacerlo? 4Orar por otros, si se entiende correctamente, se convierte

  • en una manera de retirar las proyecciones de culpa que has puestosobre tu hermano, y te capacita para reconocer que no es l quien teest haciendo dao. 5Se debe renunciar al pensamiento venenoso deque l es tu enemigo, tu malvada contraparte, tu nmesis, antes deque t puedas ser salvado de la culpa. 6Para esto el medio es la oracin,de poder creciente y metas ascendentes, hasta que llega a alcanzarincluso a Dios.2. Las formas tempranas de oracin, en la base de la escalera, no sehallarn libres de envidia y malicia.2Piden venganza, noamor. 3Tampoco provienen de quien entiende que se trata depeticiones de muerte, hechas con miedo por los que atesoran laculpa. 4Invocan a un dios vengativo, y es l quien parececontestarles. 5No se puede pedir el infierno para otro, y que despusescape de l quien lo pidi. 6Slo quienes estn en el infierno puedenpedir el infierno. 7Quienes han sido perdonados, y han aceptado superdn, nunca podran orar de tal manera.3. En estos niveles, pues, la meta del aprendizaje tiene que ser elreconocimiento de que la oracin traer una respuesta slo de lamisma forma en que se hizo. 2Esto es suficiente. 3Desde aqu ser fcildar el paso a los siguientes niveles. 4El prximo ascenso se inicia conesto: 5Lo que he pedido para mi hermano no es lo que yoquisiera. 6De esta manera lo he convertido en mi enemigo. 7Esevidente que este paso no puede ser alcanzado por quien no vea laliberacin de otros como ventajosa y valiosa para l mismo. 8Estopuede tardar mucho, porque puede parecer peligroso en lugar decompasivo. 9Para los culpables parece verdaderamente ventajosotener enemigos, y se debe abandonar esta ganancia imaginaria, si se hade liberar a los enemigos.4. Se debe renunciar a la culpabilidad, no esconderla. 2Tampoco puedehacerse esto sin cierto dolor, y un vislumbre de la naturalezamisericordiosa de este paso puede verse seguido por un profundoretroceso hacia el miedo durante algn tiempo. 3Pues las defensas deltemor son temibles en s mismas, y cuando se las reconoce, traenconsigo su propio miedo. 4Pero qu ventaja ha trado nunca a unprisionero la ilusin del escape? 5Su escape real de la culpa slo puedevenir del reconocimiento de que la culpa se ha ido. 6Y cmo puedereconocerse esto mientras la esconda en otro, y no la vea como

  • suya? 7EI miedo al escape hace difcil dar la bienvenida a la libertad, yconvertir a un enemigo en carcelero aparenta ser seguridad. 8Cmo,entonces, puede l ser liberado sin un miedo demente de timismo?9Has hecho de l tu salvacin y escape de la culpa. 10Tuinversin en este escape es grande, y fuerte tu miedo de soltarla.5. Aquitate un instante, ahora, y piensa en lo que has hecho. 2Noolvides que fuiste t quien lo hizo, y quien puede por lo tantosolt arlo. 3Extiende tu mano. 4Este enemigo ha venido abendecirte. 5Recibe su bendicin, y siente cmo tu corazn se eleva ytu miedo es soltado. 6No te aferres al miedo, ni a l. 7l es un Hijo deDios, junto contigo. 8No es un carcelero, sino un mensajero deCristo. 9S esto para l, para que puedas verlo as.6. No es fcil darse cuenta de que las oraciones que piden cosas,posicin social, amor humano, "regalos" externos de alguna clase, sehacen siempre para establecer carceleros y esconderse de laculpa. 2Estas cosas se usan como metas para sustituir a Dios, y por lotanto distorsionan el propsito de la oracin. 3El deseo de ellas es laoracin. 4Uno no necesita pedir explcitamente. 5La meta de Dios sepierde en la bsqueda de cualquier tipo de metas menores, y la oracinse convierte en pedir enemigos. 6El poder de la oracin puede serreconocido con gran claridad incluso en esto. 7Nadie que desee unenemigo dejar de encontrarlo. 8Pero con igual seguridad perder lanica meta verdadera que se le ofrece. 9Piensa en el coste, yentindelo bien. 10El coste de todas las dems metas es Dios.

    IV. Orar con otros

    1. Hasta que por lo menos comienza el segundo nivel, uno no puedecompartir en oracin. 2Porque hasta que no se llega ese punto cadauno tiene que pedir cosas diferentes. 3Pero una vez que la necesidad deconservar al otro como enemigo se ha cuestionado y se ha reconocidola razn de tenerla, aunque sea por un instante, se hace posible unirseen oracin. 4Los enemigos no comparten una meta. 5Es as como seconserva su enemistad. 6Sus deseos separados son sus arsenales; susfortalezas de odio. 7La clave para elevarse aun ms en oracin radicaen este sencillo pensamiento; este cambio de mentalidad: 8Vamos

  • juntos, t y yo.2. Ahora es posible ayudar en la oracin y de esta manera elevarte tmismo. 2Este paso inicia un ascenso ms rpido, pero quedan anmuchas lecciones por aprender. 3El camino se abre y la esperanza estjustificada. 4Aun as es posible al comienzo que incluso lo que pidenaquellos que se unen en oracin no sea la meta que la oracin deberaen realidad buscar. 5lncluso pueden pedir cosas juntos y as establecerslo una ilusin de que comparten una meta. 6Pueden pedir cosasconcretas, sin darse cuenta de que estn pidiendo los efectos sin lacausa. 7Y esto no se puede lograr. 8Pues nadie puede recibir tan soloefectos, pidindole a una causa de la que no provienen que se losofrezca.3. Aun la unin, entonces, no es suficiente, si aquellos que oran juntosno preguntan, ante todo, cul es la Voluntad de Dios. 2Slo de estaCausa puede provenir la respuesta en la que todo lo concreto sesatisface; todos los deseos separados se unifican. 3La oracin por cosasconcretas siempre pide que el pasado se repita de alguna manera. 4Loque antes era disfrutado, o pareca serlo, lo que era de otro quienpareca amarlo, todas estas son slo ilusiones del pasado. 5El objetivode la oracin es liberar al presente de sus cadenas de ilusiones pasadas,dejarlo ser un remedio libremente elegido a partir de cada opcin querepresentaba un error. 6Lo que la oracin puede ofrecer ahora excedede tal manera todo lo que pedas antes que resulta lamentable que tecontentes con menos.4. Has elegido una oportunidad recin nacida cada vez que oras. 2Y lasofocaras y encarcelaras en antiguas prisiones, cuando ha llegado laoportunidad de librarte de todas ellas de una vez? 3No limites tupedir.4La oracin puede traer la paz de Dios. 5Qu cosa ligada altiempo puede darte ms que esto, durante el pequeo lapso que durahasta que se desmorona en polvo?

    V. La escalera termina

    1. La oracin es un camino hacia la verdadera humildad. 2Y aqu denuevo se eleva lentamente, y crece en fuerza y en amor y ensantidad. 3Permtele tan solo que abandone el suelo desde el queempieza a elevarse hacia Dios, y la verdadera humildad vendr por fin

  • a bendecir a la mente que pens que estaba sola y se enfrentaba almundo. 4La humildad trae paz porque no exige que t debas regir eluniverso, ni juzga todas las cosas como quisieras quefuesen. 5Alegremente haz a un lado a todos los pequeos dioses, nocon resentimiento, sino con honestidad y reconocimiento de que nosirven.2. Las ilusiones y la humildad tienen metas tan alejadas que no puedencoexistir, ni compartir una morada donde pudieranencont rarse. 2Donde llega una desaparece la otra. 3Losverdaderamente humildes no tienen ms meta que Dios porque nonecesitan dolo alguno, y la defensa ya no tiene propsito.4Losenemigos son intiles ahora, pues la humildad no se opone a nada. 5Nose oculta avergonzada porque est contenta con lo que es, a sabiendasde que la creacin es la Voluntad de Dios. 6Su generosidad es Ser, yesto es lo que ve en cada encuentro, en el que se une alegremente acada Hijo de Dios, cuya pureza reconoce que comparte con l.3. Ahora la oracin se eleva del mundo de las cosas, de los cuerpos, yde los dioses de toda clase, y puedes descansar en la santidad porfin. 2La humildad ha venido a ensearte a entender tu gloria comoHijo de Dios, y a reconocer la arrogancia del pecado. 3Un sueo te havelado la faz de Cristo. 4Ahora puedes contemplar Suimpecabilidad. 5Alto se ha elevado la escalera. 6Has llegado casi hastael Cielo. 7Hay poco ms que aprender antes de completar elviaje. 8Ahora puedes decir a todo aquel que venga a unirse en oracincontigo: 9No puedo ir sin ti, porque formas parte de m. 10Y enverdad as es.11Ahora puedes orar slo por lo que verdaderamentecompartes con l. 12Pues has comprendido que jams se fue, y que t,que parecas solo, eres uno con l.4. La escalera termina con esto, puesto que el aprendizaje ya no senecesita. 2Ahora ests ante el portal del Cielo, y tu hermano seencuentra all al lado tuyo. 3Los prados son profundos y tranquilos,pues aqu el lugar sealado para el momento en que t vinieras te haesperado durante mucho tiempo. 4Aqu se terminar para siempre eltiempo. 5En este portal la misma eternidad se unir a ti. 6La oracinse ha convertido en lo que siempre estuvo destinada a ser, porque hasreconocido al Cristo en ti.

  • EL PERDN

    Introduccin

    1. El perdn le ofrece alas a la oracin, para hacer fcil su elevarse yrpido su progreso. 2Sin la fortaleza de su apoyo sera vano tratar deelevarse por encima del escaln inferior, e incluso tratar de elevarseen absoluto. 3El perdn es el aliado de la oracin, su hermano en elplan para tu salvacin. 4Ambos deben llegar a sostenerte y mantenertus pies seguros, tu propsito firme e inmutable. 5Contempla la mayorayuda que Dios orden que estuviera contigo hasta que Loalcances. 6El fin de la ilusin vendr con esto. 7De manera opuesta ala naturaleza intemporal de su hermana la oracin, el perdn tendrun final. 8Pues se vuelve innecesario cuando termina laelevacin. 9Pero ahora tiene un propsito ms all del cual no puedes,ni necesitas, ir. 10Logra sto y te has redimido. 11Logra sto y te hastransformado. 12Logra sto y salvars el mundo.

    I. El perdn de uno mismo

    1. No hay regalo del cielo que haya sido ms incomprendido que elperdn. 2Se ha convertido, de hecho, en un azote, en una maldicindonde debera haber una bendicin, en una cruel burla de la gracia, enuna parodia de la santa Paz de Dios. 3Pero aquellos que an no hanelegido comenzar a dar los pasos de la oracin no pueden sino usarloas. 4La bondad del perdn es oscura al comienzo, pues la salvacin nose comprende, ni en realidad se busca. 5Lo que se hizo para sanar seusa para herir, pues no se quiere el perdn. 6La culpa se convierte enla salvacin, y el remedio parece ser una terrible alternativa a la vida.2. El perdn para destruir se adaptar entonces mucho mejor alpropsito del mundo que a su verdadero objetivo, y a los mediossinceros por los que se alcanza este objetivo. 2El perdn para destruirno pasar por alto ningn pecado, ningn crimen, ninguna culpa quepueda buscar, encontrar y "amar". 3Amado de su corazn es el error, ylas equivocaciones adquieren importancia, crecen y se expanden antesus ojos. 4Selecciona cuidadosamente todo lo malo, y pasa por alto lo

  • amoroso como si fuera una plaga; algo odioso rebosante de peligro yde muerte. 5El perdn para destruir es la muerte, y es esto lo que ve entodo aquello sobre lo que posa su mirada y odia. 6La misericordia deDios se ha convertido en un cuchillo retorcido para destruir al santoHijo que l ama.3. Te perdonaras a ti mismo por hacer esto? 2Aprende entonces queDios te ha dado los medios con los cuales te es posible regresar a l enpaz. 3No veas el error . 4No lo hagas real. 5Selecciona lo amoroso yperdona el pecado al elegir en su lugar la faz de Cristo. 6De qu otramanera puede la oracin regresar a Dios? 7l ama a Su hijo. 8PuedesRecordado a l y odiar lo que l cre? 9Odiars a su Padre si odias alHijo que l ama. 10Pues te ves a ti mismo tal como ves al Hijo, y parati Dios es tal como te ves a ti mismo.4. De la misma manera en que la oracin es siempre por ti, assiempre te es concedido el perdn. 2Es imposible perdonar a otro,porque son slo tus pecados lo que ves en l. 3Quieres verlos all, y noen ti. 4Es por eso por lo que el perdn de otro, es una ilusin. 5Sinembargo, es el nico sueo feliz en todo el mundo, el nico que noconduce a la muerte. 6Slo en otro puedes perdonarte a ti mismo, pueslo has hecho culpable de tus pecados, y en l tienes que hallar tuinocencia. 7Quin sino el pecador necesita que se le perdone? 8Y nopienses jams que puedes ver pecado en nadie excepto en ti.5. Este es el gran engao del mundo, y t el gran engaador de timismo. 2Siempre parece que el malvado es otro, y en su pecado eres tel herido. 3Cmo podra ser posible la liberacin si esto fueraas? 4Seras el esclavo de todos, pues de lo que haga otro dependen tudestino, tus sentimientos, tu desesperacin o esperanza, tu miseria oalegra. 5No tienes libertad a menos que te la den. 6Y como l esmalvado, slo puede dar lo que es. 7No puedes ver sus pecados sin verlos tuyos. 8Pero puedes liberarlo y liberarte tambin a ti mismo.6. El perdn, verdaderamente concedido, es el camino en el cualradica tu nica esperanza de libertad. 2Los otros cometern errores yt tambin, mientras esta ilusin de mundo parezca ser tu casa. 3PeroDios Mismo ha dado a todos Sus Hijos un remedio para todas lasilusiones que creen ver. 4La visin de Cristo no utiliza tus ojos, pero tpuedes ver a travs de los Suyos y aprender a ver como l. 5Loserrores son diminutas sombras, de pronta desaparicin, que slo por

  • un instante parecen ocultar la faz de Cristo, la cual todava permaneceinmutable detrs de todas ellas. 6Su constancia permanece en tranquilosilencio y en perfecta paz. 7l no sabe de sombras. 8Suyos son los ojosque ven al Cristo en ti ms all de cualquier error.7. Pide, pues, Su ayuda y pide aprender el perdn tal como Su visinpermite que sea. 2Tienes necesidad de lo que l da, y tu salvacindepende de que aprendas esto de l. 3La oracin no puede ser liberadahacia el Cielo mientras el perdn para destruir permanezcacontigo. 4La misericordia de Dios quiere quitar de tu santa mente estamarchita y venenosa forma de pensar. 5Cristo te ha perdonado, y enSu visin el mundo se torna tan santo como l mismo. 6Quien no vemal en l, ve como l. 7Pues lo que l ha perdonado no ha pecado, yla culpa ya no puede ser. 8El plan de salvacin se ha completado, y hallegado la cordura.8. El perdn es la llamada a la cordura, porque quin si no undemente podra fijarse en el pecado cuando podra ver en su lugar lafaz de Cristo? 2Esta es la eleccin que haces; la ms simple de todas, yaun as la nica que puedes hacer. 3Dios te llama para que ofrezcas aSu Hijo el amor de Cristo y as lo salves de la muerte. 4Esta es tunecesidad, y Dios te ofrece este regalo. 5Tal como l da, as tienes quedar tambin. 6Y as la oracin se restituye a lo que carece de forma, ala intemporalidad ms all de todo lmite, sin nada del pasado que leimpida volver a unirse al perenne canto que toda la creacin entona asu Dios.9. Pero para lograr este fin, primero tienes que aprender, antes dealcanzar el lugar adonde el aprendizaje no puede ir. 2EI perdn es lallave, pero quin puede usar una llave cuando ha perdido la puertapara la cual se hizo, la nica para la que sirve? 3Por lo tanto, hacemosdistinciones, de modo que la oracin pueda ser liberada desde laoscuridad hacia la luz. 4El papel del perdn debe invertirse, y limpiarsede usos malvados y de metas de odio. 5EI perdn para destruir debe serdesenmascarado en toda su traicin, y abandonado por siempre y parasiempre. 6Ni un rescoldo de l puede quedar siquiera, si el plan que Diosestableci para el retorno ha de alcanzarse al fin, y el aprendizaje seha de completar.10. Este es el mundo de los opuestos. 2Y tienes que escoger entre elloscada instante mientras este mundo conserve realidad para ti. 3Pero

  • tienes que aprender alternativas de eleccin, o no sers capaz de logrartu libertad. 4Que est claro entonces lo que el perdn significaexactamente para ti, y aprende lo que debe ser para que te liberes. 5EInivel de tu oracin depende de ello, pues aqu espera tu libertad paraascender desde el mundo del caos a la paz.

    II. El perdn para destruir

    1. El perdn para destruir toma muchas formas, pues es un arma delmundo de la forma. 2No todas ellas son obvias, y algunas se ocultancuidadosamente bajo lo que aparenta ser caridad. 3Pero todas lasformas que parece tomar slo tienen esta meta: su propsito esseparar y hacer diferente lo que Dios cre igual. 4La diferencia estclara en varias de las formas en las que la comparacin planeada nopuede dejar de verse, ni realmente se supone que deje de verse.2. En este grupo, primero, existen las formas en las que una persona"mejor" se digna condescender para salvar a un "inferior" de lo que enrealidad es. 2El perdn aqu se basa en una actitud de amable altiveztan lejana del amor que la arrogancia jams podra desalojarse. 3Quinpuede perdonar y despreciar al mismo tiempo? 4Y quin puede decirlea otro que est empapado de pecado, y al mismo tiempo percibirlocomo el Hijo de Dios? 5Quin esclaviza para ensear lo que es lalibertad? 6No hay unin aqu, slo afliccin. 7Esto no es en realidadmisericordia. 8Esto es muerte.3. Otra forma, muy parecida a la anterior si se comprende, no semanifiesta con tan flagrante arrogancia.2El que quiere perdonar a otrono proclama ser mejor. 3En su lugar, ahora dice que aqu hay alguiencuya pecaminosidad l comparte, pues ambos han sido indignos ymerecen la retribucin de la ira de Dios.4Esto puede parecer unpensamiento humilde, y puede ciertamente inducir a una competicinde pecaminosidad y culpabilidad. 5No es el amor por la creacin deDios y la santidad lo que constituye Su regalo para siempre? 6PuedeSu Hijo condenarse a s mismo y aun as Recordarlo?4. Aqu la meta es separar de Dios al Hijo que l ama, y mantenerloalejado de su Fuente. 2Esta es tambin la meta de aquellos que buscanel papel de ser mrtires a manos de otro. 3El objetivo tiene que verseclaramente, pues esto puede pasar por mansedumbre y caridad en vez

  • de crueldad. 4No es amable aceptar el rencor de otro, y no responderexcepto con silencio y una dulce sonrisa? 5Contempla lo bueno queeres t que soportas con paciencia y santidad la ira y el dao que otrote inflige, y no muestras el amargo dolor que sientes.5. El perdn para destruir con frecuencia se esconder tras un mantocomo este. 2Muestra el rostro del sufrimiento y el dolor, como pruebasilenciosa de la culpa y los estragos del pecado. 3Tal es el testimonioque le ofrece a alguien que podra ser su salvador, y no suenemigo. 4Pero una vez que ha sido convertido en enemigo, tiene queaceptar la culpa y el pesado reproche que de esta manera se hadescargado sobre l. 5Es esto amor? 6O se trata ms bien de unatraicin a aquel que necesita que lo salven del dolor de la culpa? 7Culpodra ser el propsito excepto mantener las pruebas de la culpabilidadalejadas del amor?6. El perdn para destruir puede tomar tambin la forma del regateo yel apao. 2Te perdonar si satisfaces mis necesidades, pues en tuesclavitud radica mi liberacin. 3Dile esto a cualquiera y t eres elesclavo. 4Y buscars deshacerte de la culpa con ms regateos que noofrecen esperanza alguna, sino slo ms dolor y miseria. 5Qu temiblese ha vuelto ahora el perdn, y Qu distorsionado es el fin quebusca. 6Ten misericordia de ti mismo que as regateas. 7Dios da y nopide recompensa alguna. 8No hay dar alguno sino dar como l. 9Todolo dems es burla. 10Pues quin tratara de ganarle un regateo al Hijode Dios, y a la vez agradecer a su Padre por su santidad?7. Qu le mostraras a tu hermano? 2Intentaras reforzar su culpa yas tambin la tuya? 3El perdn es el medio de tu escape. 4Qulastimoso es hacer de l un medio de ms esclavitud y dolor. 5En elmundo de los opuestos hay una manera de utilizar el perdn para lameta de Dios, y encontrar la paz que l te ofrece. 6No tomes otracosa, o has buscado tu muerte y orado por tu separacin de tuSer. 7Cristo es para todos porque est en todos. 8Es Su rostro lo que elperdn te permite ver. 9Es en Su rostro en el que ves el tuyo.8. Todas las formas que el perdn adopta que no se apartan lejos de laira, la condena y las comparaciones de toda clase son la muerte. 2Pueses eso lo que sus propsitos han establecido. 3No te dejes engaar porellas, sino abandnalas como despreciables en sus trgicas ofertas sinvalor. 4Quieres dejar de permanecer en la esclavitud? 5Quieres dejar

  • de temer a Dios? 6Quieres ver la luz del sol y el resplandor del Cielobrillar sobre la faz de la tierra, redimido del pecado y en el Amor deDios? 7Desde aqu la oracin se libera, junto contigo. 8Tus alas estnlibres, y la oracin te elevar y te conducir a tu hogar donde Diosquiere que ests.

    III. El perdn para salvar

    1. El perdn para salvar tiene una forma, y slo una. 2No pide pruebaalguna de inocencia, ni paga de ninguna clase. 3No discute, ni evalalos errores que desea pasar por alto. 4No ofrece regalos traicioneros,ni promete libertad mientras reclama muerte. 5Te engaaraDios? 6l slo pide la confianza y disposicin a aprender a serlibre. 7l le da Su Maestro a quien quiera que lo pide, y a quien buscacomprender la Voluntad de Dios. 8Su disposicin para dar est ms allde tu comprensin y de tu simple alcance. 9Sin embargo, es SuVoluntad que aprendas el camino hacia l, y en Su Voluntad haycerteza.2. Nio de Dios, los regalos de Dios son tuyos, no por tus planes sinopor Su santa Voluntad. 2Su Voz te ensear lo que es el perdn, y adarlo como l quiere que lo des. 3No busques, entonces, comprender loque an est ms all de ti, sino djale ser un camino que te asciendadonde los ojos de Cristo se convierten en la visin queescoges. 4Abandona todo lo dems, pues no hay nada ms. 5Cuandoalguien pide ayuda en alguna forma, l es el nico que responde porti. 6Lo nico que necesitas es hacerte a un lado y no interferir. 7Elperdn para salvar es Su tarea, y es l Quien responder por ti.3. No establezcas qu forma debe tomar el perdn de Cristo. 2lconoce la manera de convertir cada llamada en una ayuda para ti,mientras te levantas rpidamente para ir por fin a casa de tuPadre. 3Ahora l puede hacer tus pasos seguros y tus palabras sinceras,no con tu propia sinceridad, sino con la Suya Propia. 4Deja que l sehaga cargo de cmo perdonas, y cada ocasin ser entonces para ti unnuevo paso hacia el Cielo y hacia la paz.4. No ests cansado de la prisin? 2Dios no escogi este tristesendero para ti. 3Lo que has escogido an se puede deshacer, pues laoracin es misericordiosa y Dios es justo. 4La Suya es una justicia que

  • l puede entender, pero t todava no puedes. 5Aun as te dar losmedios para que aprendas de l, y para que sepas por fin que lacondenacin no es real y que fabrica ilusiones en su malvadonombre. 6Y sin embargo, no importa la forma que los sueos parezcanadoptar. 7Las ilusiones no son verdaderas. 8La Voluntad de Dios es laverdad, y t eres uno con l en Voluntad y en propsito. 9Aqu seacaban todos los sueos.5. "Qu debo hacer por l, Tu santo Hijo?" debe ser lo nico quepreguntes siempre que se necesite ayuda y se busque el perdn. 2Nonecesitas juzgar la forma que adopte la bsqueda. 3Y no seas t quienestablezca la forma en la que el perdn viene a salvar al Hijo deDios. 4La luz de Cristo en l es su liberacin, y es sta la que respondea su llamada. 5Perdnalo como el Cristo decida que debes hacerlo, yque sea a travs de Sus ojos como lo mires, y que tambin sea por lpor quien hables. 6l conoce la necesidad, la pregunta y larespuesta. 7l te dir exactamente qu hacer, con palabras que puedasentender y usar. 8No confundas Su funcin con la tuya. 9l es laRespuesta. 10T eres el que escucha.6. Y de qu te habla l? 2De la salvacin y del regalo de paz. 3Delfinal del pecado, y de la culpa, y de la muerte. 4Del papel que elperdn ocupa en l. 5Slo escucha. 6Pues l ser escuchado por quienquiera que invoque Su Nombre, y ponga su perdn en Sus manos. 7Elperdn se Le ha dado para que lo ensee, para que lo salve de ladestruccin y para que haga que los medios para la separacin, elpecado y la muerte vuelvan a ser el santo regalo de Dios. 8La oracines Su Propia Mano derecha liberada para salvar cuando se le permitaprovenir de Su eterno amor y cuidado al perdn verdadero. 9Escucha yaprende, y no juzgues. 10Es hacia Dios que te vuelves para or lo quedebes hacer. 11Su respuesta ser clara como la maana, y Su perdn noes lo que t crees que es.7. Pero l sabe, y eso deber ser suficiente. 2El perdn tiene unMaestro Que no fallar en nada. 3Detente un poco en esto, nointentes juzgar el perdn, ni limitarlo a un marco mundano. 4Deja quese eleve hacia Cristo, Quien le da la bienvenida como un regalo paral. 5I no te dejar sin consuelo, ni dejar de mandar Sus ngeles a quedesciendan para responderte en Su Propio Nombre.6I est junto a lapuerta de la cual el perdn es la nica llave. 7Dsela a l para que la

  • utilice en tu lugar, y vers la puerta abrirse silenciosamente sobre elradiante rostro de Cristo. 8Contempla all ms all de la puerta a tuhermano: el Hijo de Dios tal como l lo cre.

  • LA SANACIN

    Introduccin

    1. La oracin tiene tanto ayudantes como testigos que hacen mssuave y seguro el empinado ascenso, al aliviar el dolor del miedo yofrecer consuelo y promesas de esperanza. 2Testigo del perdn yayudante de la oracin, dadora de seguridad de xito en el logro finalde la meta, es la sanacin. 3Su importancia no debe enfatizarsedemasiado, pues la sanacin es una seal o smbolo de la fuerza delperdn, y slo un efecto o sombra del cambio de pensamiento conrespecto a la meta de la oracin.

    I. La causa de la enfermedad

    1. No confundas el efecto con la causa, ni pienses que la enfermedadest aparte y separada de lo que tiene que ser su causa. 2Es una seal,una sombra de un pensamiento maligno que parece tener realidad y serjusto, conforme a las costumbres del mundo. 3Es la prueba externa de"pecados" internos, y da testimonio de pensamientos carentes deperdn que hieren y pretenden hacer dao al Hijo de Dios. 4Sanar elcuerpo es imposible, y esto queda demostrado por la naturaleza brevede la "cura". 5El cuerpo tiene que morir de cualquier manera, y as lonico que hace su sanacin es demorar su retorno al polvo, de dondenaci y al que volver.2. La causa del cuerpo es la falta de perdn del Hijo de Dios. 2No haabandonado su fuente, y esto est demostrado claramente por su dolory envejecimiento, y por la marca de la muerte que llevaencima. 3Atemorizado y frgil les parece a los que piensan que su vidaest atada a su mandato y ligada a su inestable y diminuto aliento. 4Lamuerte los mira fijamente mientras cada momento se escapairrevocablemente de sus avariciosas manos, que no lo puedenretener. 5Y sienten miedo cuando los cuerpos cambian y seenferman. 6Pues sienten el pesado olor de la muerte sobre suscorazones.3. El cuerpo se puede sanar como efecto del verdadero perdn. 2Slo

  • eso puede traer el recuerdo de la inmortalidad, que es el regalo de lasantidad y del amor. 3El perdn tiene que ser concedido por una menteque entienda que debe pasar por alto todas las sombras sobre la faz deCristo, entre las cuales hay que considerar a la enfermedad. 4Nada msque eso: la seal del juicio hecho por un hermano sobre otro hermano,y por el Hijo de Dios sobre s mismo. 5Pues ha condenado su cuerpo aser su prisin, y ha olvidado que fue l quien le adjudic semejantepapel.4. Lo que ha hecho debe deshacerlo ahora el Hijo de Dios. 2Pero nosolo. 3Pues ha tirado la llave de la prisin: su santa impecabilidad y elrecuerdo del Amor de su Padre. 4Pero se le brinda ayuda por medio dela Voz que su Padre puso en l. 5El poder de sanar es ahora el regalo desu Padre, pues a travs de Su Voz l puede llegar todava a Su Hijo, yrecordarle que el cuerpo puede convertirse en su morada elegida, peroen verdad nunca ser su hogar.5. Debe distinguirse, pues, entre la verdadera sanacin y su defectuosacontraparte. 2El mundo de los opuestos es el lugar de la sanacin, puesqu podra necesitar sanacin en el Cielo? 3Tal como la oracin en elmundo puede pedir equivocadamente y la aparente caridad puedeperdonar para matar, la sanacin puede ser tanto falsa comoverdadera; testigo del poder del mundo o del interminable Amor deDios.

    II. Sanacin falsa frente a sanacin verdadera

    1. La falsa sanacin simplemente hace un pobre intercambio de unailusin por otra "ms agradable", de un sueo de enfermedad por unsueo de salud. 2Esto puede ocurrir en las formas inferiores de laoracin, combinadas con el perdn bien intencionado pero an nocomprendido completamente. 3Slo la falsa sanacin puede dar pasoal miedo, de tal manera que la enfermedad sea libre de volver aatacar. 4La falsa sanacin puede efectivamente eliminar una forma dedolor y enfermedad. 5Pero la causa permanece, y no carecer deefectos. 6La causa es todava el deseo de morir y vencer al Cristo. 7Ycon este deseo la muerte es una certeza, pues la oracin es respondida.8Pero hay una clase de supuesta muerte que procede de una fuentedistinta. 9No proviene de pensamientos dainos ni de una furia

  • desenfrenada contra el universo. 10Simplemente significa que le hallegado el fin a la utilidad del funcionamiento del cuerpo. 11Y as sedescarta como opcin, tal como se desecha un atuendo desgastado.2. Eso es lo que la muerte debe ser: una eleccin tranquila, hecha conalegra y con una sensacin de paz, puesto que el cuerpo se ha usadoamablemente para ayudar al Hijo de Dios en el camino que lo lleva aDios. 2Agradecemos al cuerpo, entonces, todo el servicio que nos haprestado. 3Pero estamos agradecidos, adems, de que ha llegado el finde la necesidad de transitar por el mundo de los lmites, y de alcanzaral Cristo en formas ocultas tras las que vemos a lo sumo en amorososdestellos. 4Ahora podemos contemplarlo sin vendas en los ojos, en laluz que hemos aprendido a contemplar nuevamente.3. Lo llamamos muerte, pero es libertad. 2No viene en formas queparecen ser dolorosamente impuestas sobre una carne renuente, sinocomo una amable bienvenida a la liberacin. 3Si ha habido verdaderasanacin, esta puede ser la forma en la que llega la muerte cuando estiempo de descansar un poco de la labor realizada con gusto y congusto terminada. 4Ahora vamos en paz a climas ms suaves y airesms libres, donde no es difcil ver que los regalos que dimos fueronguardados para nosotros.5Pues Cristo es ms claro ahora; Su visinms sostenida en nosotros; Su Voz, la Palabra de Dios, msciertamente nuestra.4. Este trnsito suave a una oracin ms elevada, a un amable perdnde las maneras del mundo, slo puede recibirse conagradecimiento. 2Pero primero la verdadera sanacin tiene que haberllegado a bendecir la mente con amoroso perdn por los pecados conlos que so y puso sobre el mundo. 3Ahora sus sueos se desvanecenen tranquilo descanso. 4Ahora su perdn viene a sanar el mundo y estlista para partir en paz, con el viaje concluido y con las leccionesaprendidas.5. Esto no es muerte de acuerdo con el mundo, pues la muerte es cruelante sus ojos temerosos y adopta la forma de castigo por elpecado. 2Cmo podra entonces ser una bendicin? 3Y cmo podraser bienvenida si se le teme? 4Qu sanacin ha ocurrido en tal visinde lo que es slo la apertura del portal a una oracin ms elevada y auna justicia impartida con amor? 5La muerte es recompensa y nocastigo.6Pero semejante punto de vista debe ser fomentado por lasanacin que el mundo no puede concebir.7No hay sanacin

  • parcial. 8Lo que slo intercambia ilusiones no ha hecho nada. 9Lo quees falso no puede ser parcialmente cierto. 10Si ests sanado, tusanacin es completa. 11EI perdn es el nico regalo que das y quieresrecibir.6. La sanacin falsa se basa en la sanacin del cuerpo, y deja la causade la enfermedad sin cambio alguno, lista para atacar de nuevo hastaque traiga una muerte cruel como aparente victoria. 2Se puedemantener a raya por algn tiempo, y puede haber un breve respiromientras aguarda para tomar su venganza contra el Hijo deDios. 3Pero no se puede superar hasta que toda la fe en ella se hahecho a un lado, y depositado en el sustituto de Dios para los sueosmalvados: un mundo en el cual no existe velo de pecado que lomantenga a oscuras y desconsolado. 4Por fin el portal del Cielo se abrey el Hijo de Dios es libre de entrar en el hogar que est listo para darlela bienvenida, y que fue preparado antes que el tiempo fuese y que annicamente lo espera.

    III. Separacin frente a unin

    1. La falsa sanacin sana una parte del cuerpo, pero nunca sutotalidad. 2Sus metas separadas resultan bastante claras en esto, puesno ha eliminado la maldicin del pecado que yace sobrel.3Por consiguiente an engaa. 4Tampoco es realizada por alguienque comprende que el otro es exactamente igual que l. 5Pues es estolo que hace que la verdadera sanacin sea posible. 6Cuando es falsa,hay algn poder que otro tiene, que no ha sido otorgado a ambos porigual. 7Aqu se demuestra la separacin. 8Y aqu se ha perdido elsignificado de la verdadera sanacin, y han surgido los dolos paraoscurecer la unidad que es el Hijo de Dios.2. La sanacin para separar puede parecer una idea extraa. 2Y sinembargo eso puede decirse de toda forma de sanacin basada en algunaclase de desigualdad. 3Estas formas pueden sanar el cuerpo, y de hechogeneralmente se limitan a ello. 4Alguien sabe ms, se ha formadomejor, o es quizs ms talentoso y sabio. 5Por tanto, puede darsanacin a alguien que es inferior y que est bajo su patrocinio. 6Lasanacin del cuerpo puede tener lugar as porque, en los sueos, laigualdad no puede ser permanente. 7El sueo est hecho de

  • modificaciones y cambios. 8Sanar parece consistir en encontrar aalguien ms sabio, quien, por sus artes y conocimientos, tendr xito.3. Alguien sabe ms: esta es la frase mgica por medio de la cual elcuerpo parece ser el objeto de la sanacin tal como el mundo laconcibe. 2Y a este alguien ms sabio el otro se dirige para beneficiarsede su conocimiento y capacidad; para encontrar en l remedio a sudolor. 3Cmo puede ser eso? 4La verdadera sanacin no puedeprovenir de la desigualdad asumida y luego aceptada como la verdad, yusada para ayudar a sanar a los heridos y calmar la mente que sufre laagona de la duda.4. Existe, entonces, un papel para la sanacin que uno pueda usarpara ofrecer ayuda a otro? 2Para la arrogancia la respuesta debe ser"no". 3Pero en la humildad existe verdaderamente un lugar para losque ayudan. 4Es como el papel del que ayuda en la oracin, y deja quee! perdn sea lo que est destinado a ser. 5No te haces a ti mismo elportador del regalo especial que trae la sanacin. 6Slo reconoces tuunidad con aquel que pide ayuda. 7Pues en esta unidad desaparece susentido de separacin, y es esto lo que lo enferm. 8No tiene sentidoponer el remedio aparte de donde radica la fuente de la enfermedad,pues de esa forma nunca puede sanarse verdaderamente.5. Sanadores existen, pues son los Hijos de Dios que reconocen suFuente, y comprenden que todo lo que su Fuente crea es uno conellos. 2Este es el remedio que trae el alivio que no puedefallar. 3Permanecer para bendecir por toda la eternidad. 4No sana unaparte, sino la totalidad y para siempre. 5Ahora la causa de todadolencia ha sido revelada exactamente como es. 6Y en ese lugar sehalla escrita ahora la santa Palabra de Dios. 7La enfermedad y laseparacin deben ser sanadas por el amor y la unin. 8Nada ms puedesanar tal como Dios estableci la sanacin. 9Sin l no hay sanacin,pues no hay amor.6. Slo la Voz de Dios puede decirte cmo sanar. 2Escucha, y nuncadejars de ofrecer Su amoroso remedio a aquellos que l te enva, paraque permitan que l los sane, y para bendecir a todos aquellos quecolaboran con l en nombre de la sanacin. 3La sanacin del cuerpoocurrir porque su causa se ha ido. 4Y ahora sin causa alguna, no puederegresar con otra forma diferente. 5Ni se temer tampoco a la muerteporque se le ha comprendido. 6No hay miedo en aqul que ha sido

  • verdaderamente sanado, pues el amor ha entrado ahora donde solanestar los dolos, y el miedo le ha cedido al fin el lugar a Dios.

    IV. La santidad de la sanacin

    1. Qu santos son los que se han sanado! 2Pues en su visin sushermanos comparten su sanacin y su amor. 3Portadores de la paz -lavoz del Espritu Santo, a travs de quienes l habla a favor de Dios,Cuya Voz l es- tales son los sanadores de Dios. 4Ellos slo hablan ennombre de l y nunca por ellos mismos. 5No tienen ms regalos quelos que reciben de Dios. 6Y stos los comparten porque saben que estaes Su Voluntad. 7No son especiales. 8Son santos. 9Han optado por lasantidad, y han desistido de todos los sueos separados de atributosespeciales que les permitiran otorgar regalos desiguales a los menosafortunados. 10Su sanacin ha restaurado su totalidad, as que puedenperdonar y unirse al canto de la oracin en el cual los que han sanadocantan su unin y agradecimiento a Dios.2. Como testimonio del perdn, ayuda a la oracin, y efecto de lamisericordia verdaderamente enseada, la sanacin es unabendicin. 2Y el mundo responde en animado coro a travs de la vozde la oracin. 3El perdn destella su misericordioso alivio sobre cadahoja de hierba y ala emplumada y todas las cosas vivientes de latierra. 4El miedo no tiene refugio aqu, pues el amor ha llegado contoda su santa unidad. 5El tiempo permanece tan solo para permitir queel ltimo abrazo de la oracin descanse sobre la tierra un instante,mientras el mundo desaparece en la luz. 6Este instante es la meta detodos los verdaderos sanadores, a quienes el Cristo ha enseado a verSu semejanza y a ensear como l.3. Piensa en lo que significa ayudar al Cristo a sanar! 2Puede algo serms santo que esto? 3Dios agradece a Sus sanadores, pues l sabe que laCausa de la sanacin es l Mismo, Su Amor, Su Hijo, restituido comoSu completitud que ha regresado a compartir con l la santa alegra dela creacin. 4No pidas sanacin parcial, ni aceptes un dolo en lugardel recuerdo de Aqul Cuyo Amor nunca ha cambiado ni cambiarjams. 5Eres tan querido por l como lo es la totalidad de Su creacin,pues sta radica en ti como Su regalo eterno. 6Qu necesidad tienes tde sueos cambiantes en un mundo triste? 7No olvides la gratitud de

  • Dios. 8No olvides la santa gracia de la oracin. 9No olvides el perdndel Hijo de Dios.4. Primero perdonas, luego oras y sanas. 2Tu oracin se ha elevado yha invocado a Dios, Quien escucha y responde. 3Has comprendido queperdonas y oras tan solo por ti mismo. 4Y en esta comprensin eressanado. 5En la oracin te has unido a tu Fuente y has comprendido quejams te fuiste. 6Este nivel no se puede alcanzar hasta que ya no quedeodio en tu corazn, ni deseo de atacar al Hijo de Dios.5. Nunca olvides esto: eres t quien es el Hijo de Dios, y como eligesser para l as lo eres para ti mismo, y as es Dios para ti. 2Tampocotu juzgar dejar de llegar hasta Dios porque le dars a l el papel queves en Su creacin. 3No elijas mal, o creers que eres t quien es elcreador en Su lugar, y por tanto que l ya no es la Causa sino slo elefecto. 4Ahora la sanacin es imposible, por que se Le culpa a l de tuengao y de tu culpabilidad. 5Aqul que es Amor se convierte en lafuente del miedo, pues ahora slo el miedo puede estar justificado. 6Lavenganza es Suya. 7Su gran destructor, la muerte. 8Y la angustiosaenfermedad, el sufrimiento y la prdida se convierten en el sino detodos en la tierra, la cual l abandon al cuidado del demonio, y jurno liberar jams.6. Ven a M, Mi nio, una vez ms, sin tales pensamientos retorcidosen tu corazn. 2An eres santo con la Santidad Que te cre enperfecta impecabilidad, y an te rodea con los brazos de la paz. 3Sueaahora con la sanacin. 4Luego levntate y abandona para siempretodo soar. 5Eres aquel a quien Su Padre ama, quien nunca abandon suhogar, ni vag por un mundo salvaje con los pies sangrantes, y conUn corazn apesadumbrado y endurecido contra el Amor que es laverdad sobre ti. 6Entrega todos los sueos a Cristo y permite que seal tu Gua hacia la sanacin, y que te conduzca en la oracin ms allde los lamentables alcances del mundo.7. l viene en Mi lugar y te habla Mi Palabra. 2Quiero que Mi Hijocansado de sus sueos malignos regrese a M, al dulce abrazo del Amorinterminable y de la paz perfecta. 3Mis brazos estn abiertos para elHijo que amo, quien no comprende que ha sanado, y que sus oracionesjams han dejado de cantar al unsono con toda la creacin su dichosagratitud, en la santidad del Amor. 4Aquitate un instante. 5Por debajode los ruidos de lucha spera y amarga y de derrota hay una Voz Que

  • te habla de M. 6Escchala un instante y estars sanado. 7Escchala uninstante y te has salvado.8. Aydame a despertar a Mis hijos del sueo de castigo y de una vidabreve y acosada por el miedo, que termina tan pronto que bien podrano haber comenzado nunca. 2En su lugar, deja que Yo te recuerde laeternidad, en la cual se acrecienta tu alegra a medida que tu amor seextiende junto con el Mo ms all de lo infinito, donde el tiempo y ladistancia no significan nada. 3Mientras t esperas apesadumbrado, lameloda del Cielo est incompleta porque tu canto forma parte de laeterna armona del amor. 4Sin ti la creacin no estcompleta. 5Regresa a M Que nunca abandon a Mi Hijo. 6Escucha,Hijo Mo, tu Padre te llama. 7No rehses escuchar la llamada delAmor. 8No le niegues a Cristo lo que es Suyo. 9El Cielo se halla aqu yel Cielo es tu hogar.9. La creacin se inclina a travs de las barreras del tiempo paraaliviar al mundo de su pesada carga. 2Eleva tu corazn para acoger suadvenimiento. 3Mira las sombras desvanecerse en la bondad, lasespinas caer suavemente de la frente sangrante de aquel que es el santoHijo de Dios.4Qu bello eres, Hijo de la Santidad! 5Qu parecido aM ! 6Qu amorosamente te sostengo en Mi corazn y en Misbrazos. 7Qu querido es para M cada regalo que Me has hecho, t quesanaste a Mi Hijo y lo bajaste de la cruz. 8Levntate y deja que te dMis gracias. 9Y con Mi gratitud vendr primero el regalo del perdn, yluego el de la paz eterna.10. As pues, devulveme tu santa voz ahora. 2El canto de oracinest mudo sin ti. 3El universo aguarda tu liberacin porque es la suyapropia. 4S bondadoso con l y contigo mismo, y luego s bondadosoConmigo. 5Slo te pido esto: que te consueles y que no vivas ms en elterror y el dolor. 6No abandones el Amor. 7Recuerda esto: pienses loque pienses acerca de ti mismo, pienses lo que pienses acerca delmundo, tu Padre necesita de ti y te llamar hasta que al fin regreses al en paz.

  • Contenido

    LA ORACIN

    Introduccin

    I. La verdadera oracin

    II. La escalera de la oracin

    III. Orar por otros

    IV. Orar con otros

    V. La escalera termina

    EL PERDN

    Introduccin

    I. El perdn de uno mismo

    II. El perdn para destruir

    III. El perdn para salvar

    LA SANACIN

    Introduccin

    I. La causa de la enfermedad

    II. Sanacin falsa frente a sanacin verdadera

    III. Separacin frente a unin

    IV. La santidad de la sanacin

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    by Luca Calcinai

    LA ORACINIntroduccinI. La verdadera oracinII. La escalera de la oracinIII. Orar por otrosIV. Orar con otrosV. La escalera termina

    EL PERDNIntroduccinI. El perdn de uno mismoII. El perdn para destruirIII. El perdn para salvar

    LA SANACINIntroduccinI. La causa de la enfermedadII. Sanacin falsa frente a sanacin verdaderaIII. Separacin frente a uninIV. La santidad de la sanacin

    Contenido