Un Curso de Milagros - Cuaderno de Estudio 6 - UCDM -Ego

7/27/2019 Un Curso de Milagros - Cuaderno de Estudio 6 - UCDM -Ego

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Un Curso de Milagros


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El ego

Un Curso de Milagros

El ego - La creencia en la realidad del yo (ser) separado o falso, elcual se hizo como substituto del Ser Que Dios cre; el pensamientode separacin que hace que surjan el pecado, la culpa y el miedo, yun sistema de pensamiento basado en el especialismo paraprotegerse a s mismo; la parte de la mente que cree estar separadade la Mente de Cristo; esta mente dividida tiene dos partes: menteerrada y mente correcta; casi siempre el ego se utiliza para designarla "mente errada", pero puede incluir la parte de la mente dividida

que puede aprender a escoger la mente correcta. (Glosario deTrminos UCDM)

Nota:No debe equipararse con el "ego" del psicoanlisis, pero sepuede equiparar, ms o menos, con la psiquis entera, de la cual el"ego" psicoanaltico forma parte.

Negar el error es una slida defensa en favor de la verdad, peronegar la verdad da lugar a creaciones falsas: las proyecciones delego. (T.2.II.2.5)

Es probable, por lo tanto, que no entiendas correctamentecualquier curacin que pudiera producirse, y puesto que elegocentrismo va normalmente acompaado de miedo, tal vez nopuedas aceptar la verdadera Fuente de la curacin. (T.2.V.2.4)

La conciencia ha sido correctamente identificada como

perteneciente al mbito del ego. (T.3.IV.2.2)


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El ego es un intento errneo de la mente de percibirte tal comodeseas ser, en vez de como realmente eres. (T.3.IV.2.3)

El ego es el aspecto inquisitivo del ser que surgi despus de laseparacin, el cual fue fabricado en vez de creado. (T.3.IV.3.1)

El ego ha inventado un gran nmero de sistemas de pensamientoingeniosos con ese propsito. (T.3.V.2.5)

Cada sntoma que el ego inventa es una contradiccin debido aque la mente est dividida entre el ego y el Espritu Santo, de talmodo que cualquier cosa que el ego haga es parcial y contradictoria.

(T.3.VI.7.4)

Ser egocntrico es estar des-animado, mas estar centrado en SMismo, en el buen sentido de la expresin, es estar inspirado o en elespritu. (T.4.IN.1.7)

Puedes hablar desde el espritu o desde el ego, segn elijas.(T.4.IN.2.1) Si hablas desde el ego ests renegando delconocimiento en vez de ratificndolo, y, por lo tanto, ests des-animndote. (T.4.IN.2.4)


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Puede que el ego los desee, pero el espritu no puedeemprenderlos porque nunca est dispuesto a apartarse de susCimientos. (T.4.IN.2.6)

El viaje a la cruz debera ser el ltimo "viaje intil". No sigaspensando en l, sino dalo por terminado. Si puedes aceptarlo comotu ltimo viaje intil, sers libre tambin de unirte a mi resurreccin.Hasta que no lo hagas, estars desperdiciando tu vida, ya que sta

simplemente seguir siendo una repeticin de la separacin, de laprdida de poder, de los esfuerzos ftiles que el ego lleva a cabo enbusca de compensacin y, finalmente, de la crucifixin del cuerpo omuerte. Estas repeticiones continuarn indefinidamente hasta quevoluntariamente se abandonen. No cometas el pattico error de"aferrarte a la vieja y rugosa cruz". El nico mensaje de la crucifixines que puedes superar la cruz. Hasta que no la superes eres libre deseguir crucificndote tan a menudo como quieras. ste no es el

Evangelio que quise ofrecerte. Tenemos otro viaje que emprender, ysi lees cuidadosamente las lecciones que aqu se ofrecen, stas teayudarn a prepararte para emprenderlo. (T.4.IN.3.4-5).

Crees que si no permites ningn cambio en tu ego alcanzars lapaz. (T.4.I.2.4).

Nada puede llegar al espritu desde el ego, ni nada puede llegaral ego desde el espritu. (T.4.I.2.6).

El espritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorar el conflictointerno de ste. (T.4.I.2.7).


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El ego en s es una contradiccin. (T.4.I.2.8).

Muchos montan guardia en torno a sus ideas porque quierenconservar sus sistemas de pensamiento intactos, y aprender significacambiar. Los que creen estar separados siempre temen cambiarporque no pueden concebir que los cambios sean un paso haciaadelante en el proceso de subsanar la separacin. Siempre losperciben como un paso hacia una mayor separacin, debido a que la

separacin fue su primera experiencia de cambio. Crees que si nopermites ningn cambio en tu ego alcanzars la paz. Esta marcadaconfusin slo puede tener lugar s sostienes que un mismo sistemade pensamiento puede erigirse sobre dos cimientos distintos. Nadapuede llegar al espritu desde el ego, ni nada puede llegar al egodesde el espritu. El espritu no puede ni reforzar al ego, ni aminorarel conflicto interno de ste. El ego en s es una contradiccin. Tufalso ser y el Ser de Dios estn en oposicin. Y lo estn con respecto

a sus orgenes, rumbos y desenlaces. Son fundamentalmenteirreconciliables porque el espritu no puede percibir y el ego nopuede gozar de conocimiento. No estn, por lo tanto, encomunicacin, ni jams lo podrn estar. El ego, sin embargo, puedeaprender, an cuando su hacedor est desencaminado. Este, noobstante, no puede hacer que lo que fue infundido con vida seacompletamente exnime. (T.4.I.2.11)

El espritu no tiene necesidad de que se le ensee nada, pero elego S. El proceso de aprender se percibe, en ltima instancia, comoalgo aterrador porque conduce, no a la destruccin del ego, sino alabandono de ste a la luz del espritu. ste es el cambio que el egono puede sino temer, puesto que no comparte mi caridad. La leccinque yo tuve que aprender es la misma que t tienes que aprenderahora, y puesto que la aprend, puedo ensertela. Nunca atacar a

tu ego, si bien estoy tratando de ensearte cmo surgi su sistema


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de pensamiento. Cuando te recuerdo tu verdadera creacin, tu egono puede por menos que reaccionar con miedo. (T.4.I.3.1)

Los egos pueden chocar en cualquier situacin, pero es imposibleque el espritu choque en absoluto. Si percibes a un maestrosimplemente como "un ego ms grande" sentirs miedo, ya queagrandar un ego es aumentar la ansiedad que produce laseparacin. Ensear contigo y vivir contigo si ests dispuesto apensar conmigo, pero mi objetivo ser siempre eximirte finalmentede la necesidad de un maestro. Esto es lo opuesto al objetivo del

maestro que se deja guiar por el ego. A se slo le interesa el efectoque su ego pueda tener sobre otros egos, y, por consiguiente,interpreta la interaccin entre ellos como un medio de conservar supropio ego. Yo no podra dedicarme a ensear si creyese eso, y t nosers un maestro dedicado mientras lo creas. Se me percibeconstantemente como un maestro al que hay que exaltar o rechazar,pero yo no acepto ninguna de esas dos percepciones de m mismo.(T.4.I.6.1)

El que ensees o aprendas no es lo que establece tu vala. Tu valala estableci Dios. Mientras sigas oponindote a esto, todo lo quehagas te dar miedo, especialmente aquellas situaciones que tiendana apoyar la creencia en la superioridad o en la inferioridad. Losmaestros tienen que tener paciencia y repetir las lecciones queensean hasta que stas se aprendan. Yo estoy dispuesto a hacer eso

porque no tengo derecho a fijar los lmites de tu aprendizaje por ti.Una vez ms: nada de lo que haces, piensas o deseas es necesariopara establecer tu vala. Este punto no es debatible excepto enfantasas. Tu ego no est nunca en entredicho porque Dios no locre. Tu espritu no est nunca en entredicho porque l lo cre.Cualquier confusin al respecto es ilusoria, y mientras perdure esailusin, no es posible tener dedicacin alguna. (T.4.I.7.8)


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El ego trata de explotar todas las situaciones para vanagloriarse, afin de superar sus propias dudas. Seguir lleno de dudas mientrast sigas creyendo en su existencia. T que lo inventaste no puedestener confianza en l porque cuando ests en tu mente recta te dascuenta de que no es real. La nica solucin cuerda es no tratar decambiar la realidad -lo cual sera ciertamente aterrador- sinoaceptarla tal como es. T formas parte de la realidad, la cualpermanece inmutable ms all del alcance del ego, aunquefcilmente al alcance del espritu. Cuando sientas miedo, aquitate yreconoce que Dios es real, y que t eres Su Hijo amado en quien l

se complace. No dejes que tu ego refute esto porque el ego no puedeconocer algo que est tan lejos de su alcance como lo ests t(T.4.I.8.1)

Dios no es el autor del miedo. El autor del miedo eres t. Haselegido crear en forma diferente a como crea l, y, por lo tanto, has

hecho posible el que puedas tener miedo. No ests en paz porque noests desempeando tu funcin. Dios te encomend una funcinmuy elevada que no ests llevando a cabo. Tu ego ha elegido estaratemorizado en vez de llevarla a cabo. Cuando despiertes te serimposible entender esto porque es literalmente increble. No creas loincreble ahora. Cualquier intento de incrementar su credibilidad essimplemente un intento de posponer lo inevitable. La palabra"inevitable" le causa terror al ego, pero es motivo de jbilo para elespritu. Alcanzar a Dios es inevitable, y t no puedes eludirlo, de la

misma manera en que l no te puede eludir a ti. (T.4.I.9.6)

El ego tiene miedo del gozo del espritu porque una vez que lohayas experimentado dejars de proteger y de atribuirle valor almiedo. Le atribuyes gran valor ahora porque el miedo es un testigode la separacin, y tu ego se regocija cuando das testimonio de ella.

Repdialo! No le escuches ni le ampares. Escucha nicamente aDios, que es tan incapaz de engaar como lo es el espritu que l


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cre. Librate y libera a otros. No les ofrezcas a los dems unaimagen de ti mismo falsa e indigna, ni tampoco aceptes una imagensimilar de ellos. (T.4.I.10.1)

El ego ha construido para ti un hogar msero e inhspito porqueno puede construir de ninguna otra manera. No trates de manteneren pie ese hogar ruinoso. En su debilidad radica tu fuerza. Slo Diospudo erigir un hogar digno de Sus creaciones, las cuales han elegidodejarlo vaco, desahucindose as a s mismas. No obstante, Su hogarseguir en pie eternamente, listo para cuando decidas entrar a

ocuparlo. De esto puedes estar completamente seguro: Dios es tanincapaz de crear lo perecedero como el ego de fabricar lo eterno.(T.4.I.11.1)

Desde tu ego no puedes hacer nada para salvarte o para salvar aotros, pero desde tu espritu puedes hacer cualquier cosa para salvara otros o para salvarte a ti mismo. (T.4.I.12.1)

La humildad es una leccin para el ego, no para el espritu.(T.4.I.12.2) Los mansos heredarn la tierra porque sus egos sonhumildes, y esto hace que su percepcin sea ms fidedigna.(T.4.I.12.4)

Yo ser un substituto de tu ego si as lo deseas, pero nunca de tuespritu. Un padre puede dejar su hijo al cuidado de un hermanomayor que haya demostrado ser responsable, pero esto no entraaconfusin alguna acerca de quin es el padre. El hermano puedeproteger el cuerpo y el ego del nio, pero eso no lo lleva a creer quel sea el padre. Me puedes confiar tu cuerpo y tu ego debidonicamente a que eso te permite desentenderte de ellos y me deja

mostrarte que no son importantes. Yo no podra entender loimportantes que son para ti si yo mismo no hubiese estado tentado


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de creer en ellos. Aprendamos juntos esta leccin para que juntospodamos liberarnos de tu cuerpo y de tu ego. Necesito maestrosdedicados que compartan mi objetivo de sanar a la mente. Elespritu no tiene ninguna necesidad de que ni t ni yo lo protejamos.

Recuerda lo siguiente: En este mundo no hay por qu tenertribulaciones porque yo he vencido al mundo. Por eso es por lo quedebes estar animado. (T.4.I.13.1)

Es razonable preguntarse cmo pudo la mente haber inventado alego. De hecho, sa es la mejor pregunta que puedes hacerte. Sin

embargo, no tiene objeto dar una respuesta en funcin del pasadoporque el pasado no importa, y la historia no existira si los mismoserrores no siguiesen repitindose en el presente. El pensamientoabstracto es pertinente al conocimiento porque el conocimiento esalgo completamente impersonal, y para entenderlo no se necesitaningn ejemplo. La percepcin, por otra parte, es siempre especficay, por lo tanto, concreta. (T.4.II.1.1)

Todo el mundo inventa un ego o un yo para s mismo, el cual estsujeto a enormes variaciones debido a su inestabilidad. Tambininventa un ego para cada persona a la que percibe, el cual esigualmente variable. Su interaccin es un proceso que los altera aambos porque no fueron creados por el Inalterable o mediante l. Esimportante darse cuenta de que esta alteracin ocurre con igualfacilidad tanto si la interaccin tiene lugar en la mente como si

entraa proximidad fsica. Pensar acerca de otro ego es tan eficaz enel proceso de cambiar la percepcin relativa como lo es lainteraccin fsica. No puede haber mejor ejemplo que ste de que elego es solamente una idea y no un hecho. (T.4.II.2.1)

Tu propio estado mental es un buen ejemplo de cmo fue

inventado el ego. Cuando repudiaste el conocimiento fue como sijams lo hubieses tenido. Esto es tan evidente que basta con que lo


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reconozcas para constatar que eso es lo que en realidad ocurre. Y sieso ocurre en el presente, por qu habra de sorprenderte quehubiese ocurrido en el pasado? Asombrarnos ante lo inusual es unareaccin comprensible, pero asombrarnos ante algo que ocurre con

tanta frecuencia no lo es en absoluto. No olvides, no obstante, que lamente no tiene por qu operar as, aunque as es como opera ahora.(T.4.II.3.1)

La manera en que reaccionas ante tu ego es similar a como Diosreacciona ante Sus creaciones: con amor, con proteccin y con

caridad. (T.4.II.4.4)

La creencia de que hay otra forma de percibir es la idea mssublime de que es capaz el pensamiento del ego. (T.4.II.4.10)

Socavar el sistema de pensamiento del ego no puede sinopercibirse como un proceso doloroso, aunque no hay nada que estms lejos de la verdad. Los bebs gritan de rabia cuando se les quitaun cuchillo o unas tijeras, a pesar de que, si no se hiciese, podranlastimarse. En este sentido todava eres un beb. No tienes una ideaclara de lo que es el verdadero instinto de conservacin, yprobablemente decidirs que necesitas precisamente lo que msdao te hara. Sin embargo, tanto si lo reconoces ahora como si no,

has acordado cooperar en el empeo por llegar a ser inofensivo yservicial, atributos stos que son necesariamente inseparables.Incluso las actitudes que tienes a ese respecto son necesariamenteconflictivas, puesto que todas las actitudes estn basadas en el ego.Esto, sin embargo, no perdurar. Ten paciencia mientras tanto, yrecuerda que el desenlace es tan seguro como Dios. (T.4.II.5.1)


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Para el ego dar cualquier cosa significa tener que privarse de ella.(T.4.II.6.3) "Dar para obtener" es una ley ineludible del ego, quesiempre se evala a s mismo en funcin de otros egos. (T.4.II.6.5)

El ego vive literalmente a base de comparaciones. La igualdad esalgo que est ms all de lo que puede entender y, por lo tanto, le esimposible ser caritativo. Lo que el ego da nunca emana de unasensacin de abundancia porque l fue engendrado precisamente

como un substituto de sta. Por eso es por lo que el concepto de"obtener" surgi en su sistema de pensamiento. Los apetitos sonmecanismos para "obtener" que representan la necesidad del ego deratificarse a s mismo. Esto es cierto tanto en el caso de los apetitoscorporales como en el de las llamadas "necesidades ms elevadasdel ego". El origen de los apetitos corporales no es fsico. El egoconsidera al cuerpo como su hogar, y trata de satisfacerse a s mismoa travs de l. Pero la idea de que eso es posible es una decisin de

la mente, que est completamente confundida acerca de lo querealmente es posible. (T.4.II.7.1)

El ego cree que tiene que valerse por s mismo para todo, lo cualno es ms que otra forma de describir cmo cree que l mismo seorigin. (T.4.II.8.1) Es ste un estado de tanto temor que lo nicoque puede hacer es dirigirse a otros egos y tratar de unirse a ellos en

un dbil intento de identificarse con ellos, o atacarlos en unademostracin -igualmente dbil- de fuerza. (T.4.II.8.2) El ego es lacreencia de la mente segn la cual tiene que valerse completamentepor s misma. (T.4.II.8.4) Los incesantes esfuerzos del ego porganar el reconocimiento del espritu y establecer as su propiaexistencia, son intiles. (T.4.II.8.5) El espritu en su conocimientono es consciente del ego. (T.4.II.8.6) Aunque el ego tampoco sepercata del espritu, se percibe a s mismo rechazado por algo ms

grande que l. (T.4.II.8.8) Por eso es por lo que el amor propio, tal


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como el ego lo concibe, no puede por menos que ser ilusorio.(T.4.II.8.9)

Los mitos y la magia estn ntimamente relacionados, ya quelos mitos generalmente tienen que ver con el origen del ego, y lamagia, con los poderes que el ego se atribuye a S mismo. Lossistemas mitolgicos incluyen, por lo general, alguna descripcin de"la creacin", y la conectan con su forma particular de magia. Lallamada "lucha por la supervivencia" no es ms que la lucha del egopor prolongar su propia existencia, as como la interpretacin que

ha hecho con respecto a su comienzo. Este comienzo casi siempre seasocia con el nacimiento fsico, ya que resulta difcil sostener que elego exista antes de ese momento. Los ms "religiosos" de los mitosbasados en el ego, puede que postulen que el alma exista antes yque seguir existiendo despus de un lapso temporal de vida en elego. Algunos postulan incluso que el alma ser castigada por estelapso. La salvacin, no obstante, no es aplicable al espritu, pues steno est en peligro y, por lo tanto, no tiene que ser rescatado.(T.4.II.9.1)

La salvacin no es otra cosa que "mentalidad recta", que aunqueno es la Mentalidad-Uno del Espritu Santo, se debe alcanzar antesde que la Mentalidad-Uno pueda ser reinstaurada. La mentalidadrecta conduce automticamente al siguiente paso, ya que lapercepcin correcta est completamente exenta de cualquier forma

de ataque, y, por lo tanto, la mentalidad errada desaparece. El egono puede sobrevivir sin hacer juicios, y, por consiguiente, se leabandona. La mente tiene entonces una sola direccin por la queavanzar. La direccin que sigue es siempre automtica, pues nopuede sino acatar los dictados del sistema de pensamiento al que seadhiere. (T.4.II.10.3)


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Tu ego y tu espritu nunca sern co-creadores, pero tu espritu ytu Creador lo sern siempre. (T.4.III.1.10) El Reino estperfectamente unido y perfectamente protegido, y el ego noprevalecer contra l. (T.4.III.1.12)

Esto se ha escrito en forma de oracin porque as puede serte mstil en momentos de tentacin. Es una declaracin deindependencia. La encontrars muy provechosa si la entiendes

cabalmente. El que necesites mi ayuda se debe a que has negado a tupropio Gua, y, por consiguiente, necesitas ser guiado. Mi papelconsiste en separar lo falso de lo verdadero, para que la verdadpueda traspasar las barreras que el ego ha erigido y as brillar en tumente. El ego no puede imperar en contra de nuestra fuerzaconjunta. (T.4.III.2.5)

Es seguro que a estas alturas resulta evidente por qu el egoconsidera que el espritu es su "enemigo". El ego surgi comoresultado de la separacin, y la continuidad de su existencia depende de que t sigas creyendo en la separacin. El ego tiene queofrecerte algn tipo de recompensa para que sigas abrigando estacreencia. Lo nico que puede ofrecerte es una sensacin deexistencia temporal que se origina con su propio comienzo ytermina con su propio final. Te dice que esa vida es tu existencia

porque es la suya propia. Frente a esta sensacin de existenciatemporal, el espritu te ofrece el conocimiento de la permanencia yde la inmutabilidad del estado de ser. Nadie que hayaexperimentado la revelacin de esto puede volver a creercompletamente en el ego otra vez. Cmo iba a poder imperar sumiserable oferta por encima del glorioso regalo que Dios te hace?(T.4.III.3.1)


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T que te identificas con el ego no puedes creer que Dios te ame.No amas lo que hiciste y lo que hiciste no te ama a ti. El ego, que fueengendrado como resultado de t haber negado al Padre, no leguarda lealtad a su hacedor. No puedes ni imaginarte la relacinreal que existe entre Dios y Sus creaciones debido al odio que letienes al ser que fabricaste. Proyectas sobre el ego tu decisin deestar separado, y esto entra en conflicto con el amor que, por ser suhacedor, sientes por l. No hay amor en este mundo que est exentode esta ambivalencia, y puesto que ningn ego ha experimentadoamor sin ambivalencia, el amor es un concepto que est ms all de

su entendimiento. El amor aflorar de inmediato en cualquier menteque de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. Estoquiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma dedesear est completamente desprovista de la "compulsin deobtener" del ego. (T.4.III.4.1)

Existe una clase de experiencia tan diferente de todo lo que el egopudiera ofrecerte que nunca ms querrs volver a encubrirla uocultarla. Es necesario repetir que tu creencia en la obscuridad y enla ocultacin es la razn de que la luz no pueda pasar. La Biblia hacereferencia frecuentemente a los inconmensurables dones que teaguardan, pero que tienes que pedir. sta no es una condicin comolas que el ego establece, sino que es la gloriosa condicin de lo quet eres. (T.4.III.5.1)

En tu propia mente, aunque negada por el ego, se encuentra ladeclaracin que te har libre: Dios te ha dado todo. (T.4.III.9.1-2)Este simple hecho significa que el ego no existe, y esto le atemorizamortalmente. (T.4.III.9.3) En el lenguaje del ego, "tener" y "ser"significan dos cosas distintas, si bien para el Espritu Santo sonexactamente lo mismo. (T.4.III.9.4)


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Al sereno ser del Reino de Dios, del que eres perfectamenteconsciente cuando ests en tu sano juicio, se le expulsa sinmiramientos de aquella parte de la mente que el ego rige.(T.4.III.10.1) El ego est desesperado porque se enfrenta a uncontrincante literalmente invencible, tanto si ests dormido como siests despierto. (T.4.III.10.2) Observa cunta vigilancia has estadodispuesto a ejercer para proteger a tu ego, y cun poca para protegera tu mente recta. (T.4.III.10.3)

Si no puedes or la Voz de Dios, es porque ests eligiendo noescucharla. Pero que s escuchas a la voz de tu ego lo demuestrantus actitudes, tus sentimientos y tu comportamiento. No obstante,eso es lo que quieres. Eso es por lo que luchas y lo que procurasproteger mantenindote alerta. Tu mente est repleta deestratagemas para hacer quedar bien al ego, pero no buscas la faz deCristo. El espejo en el que el ego trata de ver su rostro es ciertamente

tenebroso. De qu otra manera, sino con espejos, podra seguirmanteniendo la falsedad de su existencia? Con todo, dnde buscaspara encontrarte a ti mismo depende de ti. (T.4.IV.1.2)

He dicho que no puedes cambiar de mentalidad modificando tuconducta, mas he dicho tambin, y en muchas ocasiones, quepuedes cambiar de mentalidad. Cuando tu estado de nimo te diga

que has elegido equivocadamente, y esto es as siempre que no tesientes contento, reconoce entonces que ello no tiene por qu ser as.En cada caso, has pensado mal acerca de algn hermano que Dioscre, y ests percibiendo imgenes que tu ego forja en un espejotenebroso. Examina honestamente qu es lo que has pensado queDios no habra pensado, y qu no has pensado que Dios habraquerido que pensases. Examina honestamente tanto lo que hashecho como lo que has dejado sin hacer, y cambia entonces de

mentalidad para que as puedas pensar con la Mente de Dios. Estopuede parecer difcil, pero es mucho ms fcil que intentar pensar al


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revs de como piensa l. Tu mente y la de Dios son una. Negar estoy pensar de otra manera ha conservado a tu ego intacto, pero hadividido literalmente a tu mente. Como hermano que te ama, tumente es de suma importancia para m, y te exhorto a seguir mi

ejemplo cuando te contemples a ti mismo y cuando contemples a tuhermano, y a que veas en ambos las gloriosas creaciones de unPadre glorioso. (T.4.IV.2.3)

Cuando sientas ansiedad, date cuenta de que la ansiedad procedede los caprichos del ego. Reconoce que eso no tiene por qu ser as.

Puedes estar tan alerta contra los dictados del ego como en su favor.(T.4.IV.4.1)

Cuando te sientas culpable, recuerda que el ego ciertamente haviolado las leyes de Dios, pero t no. Los "pecados" del egodjamelos a m. Ese es el propsito de la Expiacin. Pero hasta que

no cambies de parecer con respecto a aquellos a quienes tu ego haherido, la Expiacin no podr liberarte. Si te sigues sintiendoculpable es porque tu ego sigue al mando, ya que slo el ego puedeexperimentar culpabilidad. Eso no tiene por qu ser as.(T.4.IV.5.1)

Vigila tu mente contra las tentaciones del ego, y no te dejes

engaar por l. No tiene nada que ofrecerte. Cuando hayasabandonado ese des-nimo voluntario, vers como tu mente puedeconcentrarse, trascender toda fatiga y sanar. No obstante, no temantienes lo suficientemente alerta contra las exigencias del egocomo para poder librarte de ellas. Eso no tiene por qu ser as.Vigila tu mente contra las tentaciones del ego, y no te dejes engaarpor l. (T.4.IV.6.1)


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El hbito de colaborar con Dios y Sus creaciones se adquierefcilmente s te niegas diligentemente a dejar que tu mente divague.No se trata de un problema de falta de concentracin, sino de lacreencia de que nadie, incluido t, es digno de un esfuerzo continuo.Ponte de mi parte sistemticamente contra este engao, y nopermitas que esa desafortunada creencia te retrase. Losdescorazonados no pueden ayudarse a s mismos ni me puedenayudar a m. Sin embargo, slo el ego puede sentirsedescorazonado. (T.4.IV.7.4)

Tu mente y la ma pueden unirse para desvanecer con su luz a tuego, liberando la fuerza de Dios para que reverbere en todo lo quehagas o pienses. (T.4.IV.8.3)

Al ego se le debe llevar a juicio y all declararlo inexistente.(T.4.IV.8.8) Sin tu lealtad, proteccin y amor, el ego no puedeexistir. (T.4.IV.8.9)

Al tenebroso espejo del ego no tienes sino que decirle: "No voy amirar ah porque s que esas imgenes no son verdad". (T.4.IV.9.2)

Tu ego no puede impedir que Dios resplandezca sobre ti, pero spuede impedirte que le dejes resplandecer a travs de ti. (T.4.IV.9.6)

El Segundo Advenimiento de Cristo no significa otra cosa que elfin del dominio del ego y la curacin de la mente. Al igual que t,


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fui creado en el primero, y te he llamado para que te unas a m en elsegundo. Estoy a cargo del Segundo Advenimiento, y mi juicio, quese usa solamente como proteccin, no puede ser errneo porquenunca ataca. El tuyo puede estar tan distorsionado que hasta creas

que me equivoqu al escogerte. Te aseguro que eso es un error de tuego. No lo confundas con humildad. Tu ego est tratando deconvencerte de que l es real y de que yo no lo soy, ya que si yo soyreal, no puedo ser ms real que t. Ese conocimiento -y te aseguroyo que es conocimiento- significa que Cristo ha venido a tu mente yla ha sanado. (T.4.IV.10.2)

Yo no ataco a tu ego. Trato con tu mente superior -la morada delEspritu Santo- tanto si ests dormido como si ests despierto, aligual como tu ego trata con tu mente inferior, que es su hogar. Memantengo alerta por ti con respecto a esto porque t ests tanconfundido que te resulta imposible reconocer tu propia esperanza.No estoy equivocado. Tu mente optar por unirse a la ma, y juntossomos invencibles. T y tu hermano os uniris finalmente en minombre, y vuestra cordura os ser restaurada. Resucit a los

muertos porque saba que la vida era un atributo eterno de todo loque el Dios viviente cre. Por qu crees que habra de ser msdifcil para m inspirar a los des-animados o estabilizar lo inestable?Yo no creo que haya grados de dificultad en los milagros; t s. Tehe llamado y t responders. Yo comprendo que los milagros sonacontecimientos naturales porque son expresiones de amor. El queyo te llame es tan natural como el que t me respondas, eigualmente inevitable. (T.4.IV.11.1)

Todas las cosas obran conjuntamente para el bien. En esto no hayexcepciones, salvo a juicio del ego. El ego se mantieneextremadamente alerta con respecto a lo que permite llegar hasta laconciencia, y sa no es la manera en que una mente equilibrada semantiene ecunime. El desequilibrio del ego se acenta an msporque mantiene su motivacin principal oculta de tu conciencia, yhace que el control predomine sobre la cordura. El ego tiene todas


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las razones del mundo para hacer esto, de acuerdo con el sistema depensamiento que le dio origen y al que sirve. Puesto que el sanojuicio juzgara irrevocablemente contra l, el ego lo tiene queeliminar en aras de su propia supervivencia. (T.4.V.1.5)

Cualquier sistema de pensamiento que confunda a Dios con elcuerpo no puede por menos que ser demente. Sin embargo, esaconfusin es esencial para el ego, que juzga nicamente en funcinde lo que supone o no una amenaza para l. En cierto sentido sutemor a Dios es cuando menos lgico, puesto que la idea de Dios

hace que el ego se desvanezca. Pero que le tenga miedo al cuerpo,con el que se identifica tan ntimamente, no tiene ningn sentido.(T.4.V.3.3)

El cuerpo es el hogar que el ego ha elegido para s. sta es lanica identificacin con la que se siente seguro, ya que la

vulnerabilidad del cuerpo es su mejor argumento de que t nopuedes proceder de Dios. sta es la creencia que el ego apoyafervientemente. Sin embargo, odia al cuerpo porque no lo consideralo suficientemente bueno como para ser su hogar. En este punto esdonde la mente queda definitivamente aturdida. Habindole dichoel ego que ella es realmente parte del cuerpo y que el cuerpo es suprotector, tambin le dice que el cuerpo no puede protegerla. Porconsiguiente, la mente inquiere: "Dnde puedo encontrarproteccin?", a lo que el ego responde: "En m". La mente, y no sin

razn, le recuerda al ego que l mismo ha insistido que con lo queella se tiene que identificar es con el cuerpo, de modo que no tieneobjeto recurrir a l para obtener proteccin. El ego no dispone deuna respuesta plausible para esto, puesto que no la hay, pero sdispone de una solucin tpica: eliminar la pregunta de laconciencia. Una vez fuera de la conciencia la pregunta puedeproducir desasosiego, y de hecho lo produce, pero no puede sercontestada porque no puede ser planteada. (T.4.V.4.3)


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El ego cree que es una ventaja no comprometerse con nada quesea eterno, ya que lo eterno slo puede proceder de Dios. Laeternalidad es la nica funcin que el ego ha tratado de desarrollar,si bien ha fracasado repetidamente. El ego transige con la cuestinde lo eterno, al igual que con todas las cuestiones que de algnmodo tienen que ver con la verdadera pregunta, la cual esperaencubrir y mantener fuera de la conciencia ocupndose de asuntosmarginales. La tendencia tpica del ego de estar continuamenteocupado con nimiedades tiene como objeto apoyar ese propsito.Uno de sus ardides favoritos para obstaculizar el aprendizaje es

embarcarse en problemas diseados de tal manera que su resolucinsea imposible. La pregunta que nunca formulan quienes seembarcan en tales maniobras dilatorias es: "Para qu?" sa es lapregunta que t tienes que aprender a plantear en relacin con todo.Qu propsito tiene esto? Sea cual fuere, dirigir tus esfuerzosautomticamente. Cuando tomas una decisin con respecto a unpropsito, tomas una decisin con respecto a los esfuerzos que vas allevar a cabo en el futuro. Y esta decisin permanecer en vigor amenos que cambies de parecer. (T.4.V.6.1)

El ego no reconoce el verdadero origen de la "amenaza", y si t teidentificas con el ego, no entenders la situacin tal como es. Lonico que le confiere al ego poder sobre ti es la lealtad que leguardas. Me he referido al ego como si fuera una entidad separadaque acta por su cuenta. Esto ha sido necesario para persuadirte de

que no puedes descartarlo a la ligera y de que tienes que dartecuenta de cun extensa es la parte de tu pensamiento que lcontrola. Sin embargo, no nos podemos detener ah, pues, de locontrario, no podras sino pensar que mientras ests aqu, o mientrascreas estar aqu, estars en conflicto. El ego no es ms que una partede lo que crees acerca de ti. Tu otra vida ha continuado sin ningunainterrupcin, y ha sido, y ser siempre, completamente inmune a tusintentos de disociarte de ella. (T.4.VI.1.2)


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En el proceso de aprender a escapar de las ilusiones, esimprescindible que nunca te olvides de la deuda que tienes con tuhermano. Es la misma deuda que tienes conmigo. Cuando actasegostamente con otro, repudias la gracia que esta deuda te ofrece yla percepcin santa que producira. La palabra "santa" puede usarseaqu porque a medida que aprendes cun endeudado ests con todala Filiacin, la cual me incluye a m, te aproximas tanto alconocimiento como la percepcin lo permite. La brecha queentonces queda es tan diminuta que el conocimiento puede salvarlay eliminarla para siempre. (T.4.VI.2.3)

Todava tienes muy poca confianza en m, pero sta aumentar amedida que recurras ms y ms a m -en vez de a tu egoen buscade consejo. (T.4.VI.3.1)

El ego y el espritu no se conocen. (T.4.VI.4.1)

Te estoy enseando a que asocies la infelicidad con el ego y lafelicidad con el espritu. (T.4.VI.5.6)

Sigues siendo libre de elegir, mas a la vista de las recompensas deDios, puedes realmente desear las recompensas del ego?(T.4.VI.5.8)

De momento, la confianza que yo tengo en ti es mayor que la que

t tienes en m, pero no siempre ser as. Tu misin es muy simple.Se te pide que vivas de tal forma que demuestre que no eres un ego,


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y yo no me equivoco al elegir los canales de Dios. El Santsimocomparte mi confianza, y acepta mis decisiones con respecto a laExpiacin porque mi voluntad nunca est en desacuerdo con laSuya. Dije anteriormente que yo estoy a cargo de la Expiacin. Esto

es as debido nicamente a que complet mi papel en ella comohombre, y ahora puedo completarla a travs de otros. Los canalesque he elegido no pueden fallar porque les prestar mi fortalezamientras la suya sea insuficiente. (T.4.VI.6.3)

La parte concreta cree en el ego porque el ego depende de lo

concreto. (T.4.VII.1.4)

El ego es aquella parte de la mente que cree que lo que define tuexistencia es la separacin. (T.4.VII.1.5)

Lo nico que el ego percibe es un todo separado, desprovisto delas relaciones que presupone el estado de ser. (T.4.VII.2.1)

El ego, por lo tanto, est en contra de la comunicacin, exceptocuando se utiliza para establecer separacin en vez de para abolirla.

(T.4.VII.2.2)

El sistema de comunicacin del ego se basa en su propio sistemade pensamiento, al igual que todo lo dems que l impone.(T.4.VII.2.3)


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Los que son verdaderamente serviciales son a su vezinvulnerables porque no protegen a sus egos, y, por lo tanto, nadapuede hacerles dao. (T.4.VII.8.3)

Si puedes aceptar el concepto de que este mundo es un mundo deideas, la creencia en la falsa conexin que el ego hace entre dar yperder desaparece. (T.5.I.1.14)

Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la mente la llamadaal jbilo. (T.5.II.3.2)

La Voz del Espritu Santo en ti es dbil. Por eso es por lo quedebes compartirla. Tiene que hacerse ms fuerte antes de que

puedas orla. Es imposible que la oigas dentro de ti mientras sigasiendo tan dbil en tu mente. No es que de por s sea dbil, sino queest limitada por tu renuencia a orla. Si cometes el error de buscaral Espritu Santo nicamente en ti, tus pensamientos te asustarn, yaque al adoptar el punto de vista del ego, estars emprendiendo unviaje que le es ajeno al ego utilizndolo a l de gua. Esto no puedesino producir miedo. (T.5.III.4.6)

He dicho anteriormente que el Espritu Santo es la Respuesta deDios al ego. (T.5.III.5.3)

La tarea del Espritu Santo es deshacer lo que el ego ha hecho.(T.5.III.5.5) Lo deshace en el mismo nivel en que el ego opera,


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pues, de otro modo, la mente sera incapaz de comprender elcambio. (T.5.III.5.6)

He subrayado repetidamente que uno de los niveles de la menteno es comprensible para el otro. Lo mismo ocurre con el ego y elEspritu Santo; con el tiempo y la eternidad. La eternidad es unaidea de Dios, por lo tanto, el Espritu Santo la comprendeperfectamente. El tiempo es una creencia del ego, por lo tanto, lamente inferior -el dominio del ego- la acepta sin reservas. El nicoaspecto del tiempo que es eterno es el ahora. (T.5.III.6.4)

El Espritu Santo es el mediador entre las interpretaciones del egoy el conocimiento del espritu. (T.5.III.7.1) Puede, porconsiguiente, llevar a cabo la funcin de reinterpretar lo que el egoforja, no mediante la destruccin, sino mediante el entendimiento.(T.5.III.7.4)

T no puedes comprenderte a ti mismo separado de los dems.Ello se debe a que t, separado del legtimo lugar que ocupas en laFiliacin, no significas nada, y el legtimo lugar de la Filiacin esDios. sa es tu vida, tu eternidad y tu Ser. Esto es lo que el EsprituSanto te recuerda. Esto es lo que l ve. Esta visin atemoriza al egopor ser tan serena. La paz es el mayor enemigo del ego porque, de

acuerdo con su interpretacin de la realidad, la guerra es la garantade su propia supervivencia. El ego se hace ms fuerte en la lucha. Sicrees que hay lucha, reaccionars con saa porque la idea de peligrose habr adentrado en tu mente. Dicha idea es un llamamiento alego. El Espritu Santo est tan pendiente como el ego de cualquierseal de peligro, oponindose a ste con todas Sus fuerzas de lamisma forma en que el ego le da la bienvenida. El Espritu Santocontrarresta esa acogida dndole la bienvenida a la paz. La

eternidad y la paz estn tan estrechamente relacionadas como loestn el tiempo y la guerra. (T.5.III.8.6)


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El ego se hace ms fuerte en la lucha. (T.5.III.8.8)

El Espritu Santo est tan pendiente como el ego de cualquierseal de peligro, oponindose a ste con todas Sus fuerzas de lamisma forma en que el ego le da la bienvenida. (T.5.III.8.11)

El ego es el smbolo de la separacin, tal como el Espritu Santo esel smbolo de la paz. (T.5.III.9.4)

El ego construy el mundo tal como lo percibe, pero el EsprituSanto -el reinterprete de lo que el ego construy- ve el mundo comoun recurso de enseanza para llevarte a tu hogar. (T.5.III.11.1)

El ego no puede prevalecer contra el Reino porque la Filiacinest unida. (T.5.IV.1.10)

En presencia de aquellos que oyen la exhortacin del Espritu

Santo a ser uno, el ego se desvanece y queda deshecho. (T.5.IV.1.11)

Si formas parte de Dios y la Filiacin es una, no puedes estarlimitado al ser que el ego ve. (T.5.IV.2.13)


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El ego puede mantenerte exiliado del Reino, pero en el Reino ens el ego no tiene ningn poder. (T.5.IV.3.4)

Las ideas del ego, en cambio, pueden entrar en conflicto porqueocurren en diferentes niveles y tambin porque incluyenpensamientos que incluso en el mismo nivel estn en francaoposicin. (T.5.IV.3.6)

Tal vez algunos de nuestros conceptos se vuelvan ms claros ysignificativos para ti si aclaramos el uso que el ego hace de laculpabilidad. El ego tiene un propsito, al igual que el EsprituSanto. El propsito del ego es infundir miedo porque slo los quetienen miedo pueden ser egostas. La lgica del ego es tan impecablecomo la del Espritu Santo, ya que tu mente tiene a su disposicin

los medios para ponerse de parte del Cielo o de la tierra, segn elija.Pero una vez ms, recuerda que ambos se encuentran en ti.(T.5.V.1.2)

En el cielo no hay culpabilidad porque el Reino se alcanza pormedio de la Expiacin, la cual te libera para que puedas crear. La

palabra "crear" es apropiada en este contexto porque una vez que elEspritu Santo deshace lo que t has hecho, se restaura el residuobendito y, por consiguiente, ste contina creando. Lo que esverdaderamente bendito es incapaz de producir culpabilidad y slopuede producir dicha. Esto hace que sea invulnerable al ego porquesu paz es inexpugnable. Lo verdaderamente bendito no essusceptible de ser alterado debido a la plenitud de la que goza. Laculpabilidad siempre altera. Todo lo que genera miedo producedisensin porque obedece las leyes de la divisin. Si el ego es el

smbolo de la separacin, es tambin el smbolo de la culpabilidad.La culpabilidad es ms que simplemente algo ajeno a Dios. Es el


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smbolo del ataque contra Dios. Este concepto no tiene ningnsentido, excepto para el ego, pero no subestimes el poder que el egole aporta al creer en l. sta es la creencia de donde procede todaculpabilidad. (T.5.V.2.8)

El ego es la parte de la mente que cree en la divisin. Cmo iba apoder una parte de Dios separarse de l sin creer que lo estatacando?. Hablamos anteriormente del problema de la autoridad ydijimos que se basa en el concepto de que es posible usurpar elpoder de Dios. El ego cree que eso es lo que t hiciste porque cree

que t eres l. Si te identificas con el ego, no podrs sino percibirte ati mismo como culpable. Siempre que le hagas caso al egoexperimentars culpabilidad y temers ser castigado. El ego esliteralmente un pensamiento atemorizante. Por muy ridcula que seapara una mente sana la idea de atacar a Dios, nunca olvides que elego es demente. Representa un sistema de conceptos ilusorios yhabla en su nombre. Hacerle caso a la voz del ego significa que creesque es posible atacar a Dios, y que has arrancado una parte de l yte has apoderado de ella. De ah procede el miedo a las represalias

externas, ya que el sentimiento de culpabilidad es tan intenso quetiene que ser proyectado. (T.5.V.3.1)

Todo lo que aceptas en tu mente se vuelve real para ti. Es tuaceptacin lo que le confiere realidad. El permitirle la entrada al egoen tu mente y entronarlo all, es lo que lo convierte en tu realidad.

Eso se debe a que la mente es capaz de crear realidad o de fabricarilusiones. Dije anteriormente que tienes que aprender a pensar conDios. Pensar con l es pensar como l, lo cual produce dicha y noculpabilidad porque es algo natural. La culpabilidad es un signoinequvoco de que tu pensamiento no es natural. El pensamientoque no es natural va siempre acompaado de culpabilidad porquees la creencia en el pecado. El ego no percibe el pecado como unafalta de amor, sino como un decidido acto de agresin. Esto esnecesario para su supervivencia porque, tan pronto como consideresque el pecado es una insuficiencia, tratars automticamente de


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remediar la situacin. Y lo logrars. Para el ego eso es la perdicin,pero t tienes que aprender a verlo como tu emancipacin.(T.5.V.4.10)

El ego no puede oponerse a las leyes de Dios de la misma maneraen que t tampoco puedes hacerlo, pero puede interpretarlas deacuerdo con lo que desea, al igual que t. (T.5.V.6.1)

El Espritu Santo, al igual que el ego, es una eleccin que unohace. (T.5.V.6.6) El Espritu Santo y el ego son las nicas opcionesque tienes. (T.5.V.6.8)

El ego dicta sentencia y el Espritu Santo revoca sus decisiones, enforma similar a como en este mundo un tribunal supremo tiene la

potestad de revocar las decisiones de un tribunal inferior. Lasdecisiones del ego son siempre errneas porque estn basadas en elerror para cuya defensa se tomaron. El ego no interpretacorrectamente nada de lo que percibe. No slo cita las Escrituraspara defender su causa, sino que incluso las interpreta como testigosa su favor. A juicio del ego, la Biblia es algo temible. Al percibirlacomo algo temible la interpreta con miedo. Al sentir miedo, noapelas al Tribunal Supremo porque crees que tambin fallara en tucontra. (T.5.VI.4.2)

El ego no interpreta correctamente nada de lo que percibe.(T.5.VI.4.3)

A juicio del ego, la Biblia es algo temible. (T.5.VI.4.5)


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Existen muchos ejemplos que muestran la forma en que lasinterpretaciones del ego son engaosas, pero con unos pocos bastarpara mostrar cmo el Espritu Santo puede reinterpretarlas bajo SuPropia Luz. (T.5.VI.5.1)

De acuerdo con la interpretacin del ego, "Castigar los pecadosde los padres hasta la tercera y cuarta generacin" es unaaseveracin especialmente cruel. Se convierte simplemente en un

intento por parte del ego de garantizar su propia supervivencia.Para el Espritu Santo, la frase significa que en las generacionesposteriores l todava podr reinterpretar lo que las generacionesprevias haban entendido mal, anulando as la capacidad de dichospensamientos para suscitar miedo. (T.5.VI.8.1)

Todos los pensamientos no amorosos tienen que ser deshechos,palabra sta que el ego ni siquiera puede entender. (T.5.VI.9.2)

El ego no ser destruido porque forma parte de tu pensamiento,pero como no es creativo, y es, por consiguiente, incapaz decompartir, ser reinterpretado de otra manera para as liberarte del

miedo. (T.5.VI.9.4)

La parte de la mente que le diste al ego regresar simplemente alReino, donde a toda ella le corresponde estar. (T.5.VI.9.5)


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Cuando dije: "Yo he venido como una luz al mundo", lo que quisedecir fue que vine a compartir la luz contigo. Recuerda mi referenciaal espejo tenebroso del ego, y recuerda tambin que dije: "No miresah". Todava sigue siendo cierto que es a ti a quien le correspondedecidir dnde has de buscar para encontrarte a ti mismo. Lapaciencia que tengas con tu hermano es la misma paciencia quetendrs contigo mismo. No es acaso digno un Hijo de Dios de quese tenga paciencia con l? He tenido infinita paciencia contigoporque mi voluntad es la Voluntad de nuestro Padre, de Quienaprend lo que es la paciencia infinita. Su Voz estaba en m tal como

est en ti, exhortndonos a tener paciencia con la Filiacin enNombre de su Creador. (T.5.VI.11.2)

El ltimo recurso desesperado del ego en defensa de su propiaexistencia es excluirte de la Expiacin. (T.5.VII.3.4)

Eleg, por tu bien y por el mo, demostrar que el ataque msatroz, a juicio del ego, es irrelevante. (T.6.I.9.1)

La crucifixin fue el resultado de dos sistemas de pensamiento

claramente opuestos entre s: el smbolo perfecto del "conflicto"entre el ego y el Hijo de Dios. (T.6.I.16.7)

La proyeccin, sin embargo, siempre te har dao. La proyeccinrefuerza tu creencia de que tu propia mente est dividida, creenciasta cuyo nico propsito es mantener vigente la separacin. Laproyeccin no es ms que un mecanismo del ego para hacerte sentirdiferente de tus hermanos y separado de ellos. El ego justifica esto


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basndose en el hecho de que ello te hace parecer "mejor" que tushermanos, y de esta manera empaa tu igualdad con ellos todavams. La proyeccin y el ataque estn inevitablemente relacionados,ya que la proyeccin es siempre un medio para justificar el ataque.

Sin proyeccin no puede haber ira. El ego utiliza la proyeccin conel solo propsito de destruir la percepcin que tienes de ti mismo yde tus hermanos. El proceso comienza excluyendo algo que existe enti, pero que repudias, y conduce directamente a que te excluyas a timismo de tus hermanos. (T.6.II.3.3)

El Espritu Santo extiende y el ego proyecta. (T.6.II.4.3)

La perfecta igualdad que el Espritu Santo percibe es el reflejo dela perfecta igualdad del conocimiento de Dios. La percepcin delego no tiene equivalente en Dios, pero el Espritu Santo sigue siendoel puente entre la percepcin y el conocimiento. Al permitirte usar la

percepcin de forma que refleje el conocimiento, ste finalmentepodr ser recordado. El ego preferira creer que es imposible que eserecuerdo alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepcin lo queel Espritu Santo gua. Tu percepcin acabar all donde comenz.Todo converge en Dios porque todo fue creado por l y en l.(T.6.II.7.4)

El ego puede aceptar la idea de que es necesario retornar porquepuede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difcil. Sinembargo, el Espritu Santo te dice que incluso el retorno esinnecesario porque lo que nunca ocurri no puede ser difcil. Mas tpuedes hacer que la idea de retornar sea a la vez necesaria y difcil.Con todo, est muy claro que los que son perfectos no tienennecesidad de nada, y t no puedes experimentar la perfeccin comoalgo difcil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres. As es comotienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que todas tus


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percepciones estn en lnea con la nica manera de ver del EsprituSanto. Esta lnea es la lnea directa de comunicacin con Dios, y lepermite a tu mente converger con la Suya. Nada est en conflicto enesta percepcin, ya que significa que toda percepcin est guiada

por el Espritu Santo, cuya Mente est fija en Dios. Slo el EsprituSanto puede resolver conflictos porque slo el Espritu Santo estlibre de conflictos. l percibe nicamente lo que es verdad en tumente, y lo extiende slo a lo que es verdad en otras mentes.(T.6.II.11.1)

El ego proyecta para excluir; y, por lo tanto, para engaar.

(T.6.II.12.2)

El ego es legin, pero el Espritu Santo es uno. (T.6.II.13.2)

Como ya hemos puesto de relieve, toda idea tiene su origen en lamente del que la piensa. Lo que se extiende desde la mente, por lotanto, se encuentra todava en ella, y la mente se conoce a s mismapor lo que extiende. La palabra "conoce" est usada correctamenteaqu porque el Espritu Santo, mediante Su percepcin imparcial,guarda todava el conocimiento a salvo en tu mente. Dado que lnunca ataca, no obstaculiza la comunicacin de Dios. Por lo tanto, elestado de ser nunca se ve amenazado. Tu mente, que es semejante ala de Dios, jams puede ser profanada. El ego nunca fue parte de

ella, ni lo ser jams, pero a travs del ego puedes or, ensear yaprender lo que no es cierto. Te has enseado a ti mismo a creer queno eres lo que eres. No puedes ensear lo que no has aprendido, y loque enseas lo refuerzas en ti al compartirlo. Cada leccin queenseas es una leccin que t mismo ests aprendiendo.(T.6.III.1.7)


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Puesto que no puedes dejar de ensear, tu salvacin radica enensear exactamente lo opuesto a lo que el ego cree. (T.6.III.4.1)

El ego siempre habla primero. (T.6.IV.1.2)

Recuerda que el Espritu Santo es la Respuesta, no la pregunta. Elego siempre habla primero. Es caprichoso y no le desea el bien a suhacedor. Cree, y con razn, que su hacedor puede dejar de brindarleapoyo en cualquier momento. Si te desease el bien se alegrara deello, tal como el Espritu Santo se alegrar cuando te haya conducidode vuelta a tu hogar y ya no tengas necesidad de que l te gue. Elego no se considera a s mismo parte de ti. En eso radica su errorfundamental, la base de todo su sistema de pensamiento.(T.6.IV.1.6)

Cuando Dios te cre te hizo parte de l. Por eso es por lo que elataque no tiene cabida dentro del Reino. Hiciste al ego sin amor, y,por consiguiente, l no te ama. No puedes permanecer dentro delReino sin amor, y puesto que el Reino es amor, crees estar privadode l. Esto le permite al ego considerarse a s mismo algo separado y

externo a su hacedor, y de ah que hable en representacin de laparte de tu mente que cree que t ests separado y que eres algoexterno a la Mente de Dios. El ego plante entonces la primerapregunta que jams se hizo, pregunta que l jams podr contestar.La pregunta: "Qu eres?" represent el comienzo de la duda. Desdeentonces el ego jams ha contestado ninguna pregunta, aunque hahecho muchas. Las actividades ms ingeniosas del ego no han hechoms que enmaraar la pregunta, pues dispones de la respuesta y elego te tiene miedo. (T.6.IV.2.3)


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No podrs entender el conflicto hasta que entiendas plenamenteel hecho fundamental de que el ego no sabe nada. (T.6.IV.3.1)

A no ser que lo creyeses no te podras poner de su parte, y el egotiene gran necesidad de aliados, aunque no de hermanos.(T.6.IV.4.4)

El ego, que no es real, trata de persuadir a la mente, que s es real,de que ella es su recurso de aprendizaje; y, lo que es ms, de que elcuerpo es ms real que ella. (T.6.IV.5.3)

Escucha, pues, la nica respuesta del Espritu Santo a todas las

preguntas que el ego plantea: eres una criatura de Dios, una parte desu Reino de inestimable valor que l cre como parte de S Mismo.(T.6.IV.6.1)

La voz del ego surgi entonces como una forma de comunicacinestridente y spera. (T.6.IV.12.6)

Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueos hayan desaparecido,sabrs que eres eterno. (T.6.V.A.1.1)

El ego se vale del cuerpo para atacar, para obtener placer y paravanagloriarse. (T.6.V.A.5.3)


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Es verdad que los egos se unen en alianzas temporales, perosiempre para ver qu es lo que cada uno puede obtener para smismo. (T.6.V.A.5.9)

Puesto que an eres extremadamente consciente del ego en timismo y respondes principalmente al ego de los dems, se te estenseando a que reacciones ante ambos como si lo que realmentecrees no fuese verdad. (T.6.V.B.3.10)

El ego trata de persuadirte de que es a ti a quien le correspondedecidir cul de ellas es verdad, mas el Espritu Santo te ensea quela verdad fue creada por Dios, y tu decisin no puede alterarla enabsoluto. (T.6.V.B.6.3)

Recuerda no obstante, que lo que el Espritu Santo rechaza el egolo acepta. (T.6.V.C.1.7)

El ego habla contra Su creacin, y, por lo tanto, engendra dudas.

(T.6.V.C.7.6)

Por esto es por lo que el ego es demente: te ensea que no eres loque eres. El significado de Dios espera en el Reino porque all esdonde l lo ubic. No espera en el tiempo. Simplemente descansa enel Reino porque all es donde le corresponde estar, al igual que a ti.

Cmo ibas a percibirte a ti mismo como si no formases parte delsignificado de Dios cuando t mismo eres ese significado? Slo Si te


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consideras irreal puedes percibirte a ti mismo como separado de tusignificado. Por esto es por lo que el ego es demente: te ensea queno eres lo que eres. Eso es tan contradictorio que es claramenteimposible. Es, por lo tanto, una leccin que no puedes aprender

realmente, y que, por consiguiente, no puedes realmente ensear.Ms siempre ests enseando. Tienes, entonces, que estarenseando otra cosa, a pesar de que el ego no sabe lo que es. El ego,pues, est siendo des-hecho continuamente, y sospecha de tusmotivos. Tu mente no puede estar unificada cuando le es fiel al egoporque la mente no le pertenece a l. Sin embargo, lo que para el egoes "traicin", para la paz es lealtad. El "enemigo" del ego es, por lotanto, tu amigo. (T.7.III.2.6)

Cuando curas, ests recordando las leyes de Dios y olvidndotede las del ego. (T.7.IV.2.6)

El ego no quiere ensearle a nadie lo que ha aprendido, pues esosera contrario a su propsito. (T.7.IV.3.1)

El Espritu Santo te ensea a usar lo que el ego ha fabricado a finde ensearte lo opuesto a lo que el ego ha "aprendido". (T.7.IV.3.3)Lo que el ego ha aprendido es tan irrelevante como la facultad

particular que utiliz para aprenderlo. (T.7.IV.3.4)

El ego siempre trata de dividir y separar. (T.7.IV.5.2)


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El ego, por consiguiente, trata de ensearte que el cuerpo puedeactuar como la mente y que es, por lo tanto, autosuficiente.(T.7.V.2.3)

De la misma forma en que puedes or dos voces, tambin puedesver de dos maneras distintas. Una de ellas te muestra una imagen oun dolo, al que tal vez veneres por miedo, pero al que nuncaamars. La otra te muestra slo la verdad, a la que amars porque la

entenders. Entender es apreciar porque te puedes identificar con loque entiendes, y al hacerlo parte de ti, lo aceptas con amor. As escomo Dios Mismo te cre: con entendimiento, con aprecio y conamor. El ego es absolutamente incapaz de entender esto porque noentiende lo que fabrica, ni lo aprecia, ni lo ama. El ego incorpora afin de arrebatar. Cree literalmente que cada vez que priva a alguiende algo, l se engrandece. He hablado a menudo de la expansinque se produce en el Reino mediante tus creaciones, las cuales

pueden ser creadas nicamente como lo fuiste t. El Reino, que noes sino gloria excelsa y jbilo perfecto, reside en ti para que lo des.No te gustara darlo? (T.7.V.9.6)

El miedo y el amor fabrican o crean, dependiendo de si es el egoo el Espritu Santo el que los engendra o inspira, pero en cualquiercaso retornan a la mente del pensador y afectan la totalidad de su

percepcin. (T.7.VI.1.5)

El ingenio del ego para asegurar su supervivencia es enorme, masdicho ingenio emana del mismo poder de la mente que el ego niega.(T.7.VI.3.1)


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El conocimiento es total, y el ego no cree en totalidades.(T.7.VI.4.2)

El ego, que es un producto del miedo, reproduce miedo.(T.7.VI.4.5)

El amor es tu poder, que el ego tiene que negar. (T.7.VI.4.7)

Nadie que lo tenga todo desea al ego. (T.7.VI.4.9)

El ego, por consiguiente, se opone a toda muestra de aprecio, atodo reconocimiento, a toda percepcin sana, as como a todoconocimiento. (T.7.VI.5.1)

He sealado repetidamente que el ego cree que puede atacar aDios, y trata de convencerte de que eso es lo que t has hecho.(T.7.VI.8.1)

Si la mente no puede atacar, el ego -con perfecta lgica- arriba a laconclusin de que t no puedes ser otra cosa que un cuerpo.(T.7.VI.8.2)


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Consciente de sus debilidades, el ego quiere que le seas leal, perono como realmente eres. (T.7.VI.8.4)

El ego, por lo tanto, est completamente comprometido a lo falso,y lo que percibe es lo opuesto a lo que percibe el Espritu Santo, ascomo al conocimiento de Dios. (T.7.VI.9.8)

Esto es todo lo que el mundo del ego es: nada. (T.7.VI.11.4-5)

La imagen que el ego tiene de ti es la de un ser desposedo,vulnerable e incapaz de amar. (T.7.VII.3.2)

Puesto que el ego es aquella parte de tu mente que no cree serresponsable de s misma, y puesto que no le es leal a Dios, esincapaz de tener confianza. (T.7.VII.9.1)

Al proyectar su creencia demente de que t has traicionado a tuCreador, el ego cree que tus hermanos, que son tan incapaces de ellocomo t, estn intentando desposeerte de Dios. (T.7.VII.9.2)

Percibe cualquier parte del sistema de pensamiento del ego como

completamente demente, completamente ilusoria y completamente


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indeseable, y habrs evaluado correctamente todo el sistema.(T.7.VII.11.1)

El uso que el ego hace de la proyeccin tiene que entenderseplenamente antes de que la inevitable asociacin entre proyeccin eira pueda por fin erradicarse. (T.7.VIII.2.1)

El ego siempre intenta perpetuar el conflicto. (T.7.VIII.2.2)

El ego siempre intenta perpetuar el conflicto. (T.7.VIII.2.2)

El ego no entiende lo que es la mente y, por lo tanto, no entiendelo que eres t. (T.7.VIII.4.5) Su existencia, sin embargo, depende

de tu mente porque el ego es una creencia tuya. (T.7.VIII.4.6)

El ego es una confusin con respecto a tu identidad. (T.7.VIII.4.7)

No le tengas miedo al ego. (T.7.VIII.5.1)

Cuando ests dispuesto a asumir total responsabilidad por laexistencia del ego, habrs dejado a un lado la ira y el ataque, puesstos surgen como resultado de tu deseo de proyectar sobre otros laresponsabilidad de tus propios errores. (T.7.VIII.5.4)


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Te puedes olvidar del ego por completo en cualquier momentoque as lo elijas porque el ego es una creencia completamenteinverosmil, y nadie puede seguir abrigando una creencia que lmismo haya juzgado como increble. (T.7.VIII.6.2)

Cuanto ms aprendes acerca del ego, ms te das cuenta de que nose puede creer en l. (T.7.VIII.6.3)

Cuanto ms aprendes acerca del ego, ms te das cuenta de que nose puede creer en l. (T.7.VIII.6.3)

El egosmo es cosa del ego, pero la plenitud del Ser pertenece al

mbito del espritu porque as es como Dios lo cre. (T.7.IX.1.4)

El Espritu Santo mora en la parte de la mente que yace entre elego y el espritu, mediando siempre entre ellos en favor del espritu.(T.7.IX.1.5)

El ego no puede prevalecer contra una totalidad que incluye aDios, y toda totalidad tiene que incluir a Dios. (T.7.IX.2.3)

El sistema de pensamiento del ego obstaculiza la extensin, y as,

obstaculiza tu nica funcin. (T.7.IX.3.4)


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Cuando aprecias por completo la llenura de Ser de tu mente, elegosmo se vuelve imposible y la extensin inevitable. (T.7.IX.4.6)

Puede que hayas llevado el razonamiento del ego a su conclusinlgica, que es una confusin total con respecto a todo. (T.7.X.1.2)

Lo que a ti te hace dichoso le causa dolor al ego, y mientrastengas dudas con respecto a lo que eres, seguirs confundiendo ladicha con el dolor. (T.7.X.3.6)

Obedece al Espritu Santo, y estars renunciando al ego.(T.7.X.3.8)

Los deseos del ego no significan nada porque el ego desea loimposible. (T.7.X.4.9)

El Espritu Santo nunca exige sacrificios, el ego, en cambio,

siempre los exige. (T.7.X.5.5)

Las distracciones del ego tal vez parezcan interferir en tuaprendizaje, pero el ego no tiene realmente ningn poder paradistraerte a menos que t se lo confieras. (T.8.I.2.1)


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La voz del ego es una alucinacin. (T.8.I.2.2)

Cada vez que respondes a la llamada del ego ests haciendo unllamamiento a la guerra, y la guerra ciertamente te priva de la paz.(T.8.I.3.1)

El ego no sabe lo que est tratando de ensear. (T.8.II.1.4)

El ego no es ms que un experto en crear confusin. (T.8.II.1.6)

Como maestro, pues, el ego est completamente confundido yslo causa confusin. (T.8.II.1.8)

Aun si pudieses hacer caso omiso del Espritu Santo, lo cual esimposible, no podras aprender nada del ego porque el ego no sabe

nada. (T.8.II.1.9)

El ego no te ha dado nunca una solucin sensata a nada.(T.8.II.2.4)


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El ego trata de ensearte que tu deseo es oponerte a la Voluntadde Dios. (T.8.II.4.1)

Para lograr el objetivo del plan de estudios, por lo tanto, no debesescuchar al ego, cuyo propsito es derrotar su propio objetivo.(T.8.III.6.2)

T no puedes encontrar el Reino por tu cuenta, y t, que eres elReino, no puedes encontrarte a ti mismo por tu cuenta. Para lograrel objetivo del plan de estudios, por lo tanto, no debes escuchar alego, cuyo propsito es derrotar su propio objetivo. El ego no sabeesto porque no sabe nada. Pero t puedes aprenderlo, y loaprenders si ests dispuesto a examinar lo que el ego quiere hacerde ti. sta es tu responsabilidad porque una vez que hayasexaminado esto aceptars la Expiacin para ti mismo. Qu otra

eleccin podras llevar a cabo? Una vez que hayas elegido aceptar laExpiacin para ti mismo, entenders por qu razn, cuando antes teencontrabas con otra persona, creas que era otra persona. Y cadaencuentro santo en el que te entregues completamente te ensearque eso no es as. (T.8.III.6.3)

El ego te ensea que tu fuerza reside slo en ti. (T.8.III.7.3)

Cuando te unes a m lo haces sin el ego porque yo he renunciadoal ego en m y, por lo tanto, no puedo unirme al tuyo. (T.8.V.4.1)Nuestra unin es, por consiguiente, la manera de renunciar al egoen ti. (T.8.V.4.2) La verdad en nosotros dos est ms all del ego.(T.8.V.4.3) Que transcenderemos el ego est garantizado por Dios,y yo comparto Su certeza con respecto a nosotros dos y a todos


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nosotros. (T.8.V.4.4) Siempre que el miedo se interpone en elcamino hacia la paz, es porque el ego ha intentado unirse a nuestrajornada, aunque en realidad no puede hacerlo. (T.8.V.5.5) En estajornada me has elegido a m de compaero en vez de al ego.

(T.8.V.5.8) El camino del ego no es mi camino, pero tampoco es eltuyo. (T.8.V.6.1) Nunca le concedas al ego el poder de interferir enla jornada. (T.8.V.6.4) El ego no tiene ningn poder porque lajornada es el camino que conduce a lo que es verdad. (T.8.V.6.5)

Deja atrs todas las ilusiones, y ve ms all de todos los intentos

del ego de demorarte. (T.8.V.6.6)

Yo voy delante de ti porque he transcendido el ego. (T.8.V.6.7)

Recuerda que para el Espritu Santo el cuerpo es nicamente unmedio de comunicacin. Al ser el nexo de comunicacin entre Diosy Sus Hijos separados, el Espritu Santo interpreta todo lo que hashecho a la luz de lo que l es. El ego separa mediante el cuerpo. ElEspritu Santo llega a otros a travs de l. No percibes a tushermanos tal como el Espritu Santo lo hace porque no crees que loscuerpos sean nicamente medios para unir mentes, y para unirlascon la tuya y con la ma. Esta interpretacin del cuerpo te har

cambiar de parecer con respecto al valor de ste. El cuerpo, de pors, no tiene ningn valor. (T.8.VII.2.3)

Las definiciones del ego con respecto a todas las cosas soninmaduras, y estn siempre basadas en el propsito que l cree quetodas ellas tienen. (T.8.VIII.1.2)


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El ego tiene un marcado inters por la enfermedad. (T.8.VIII.3.2)

Mas cuando el ego acta como juez, hace todo menos juzgarimparcialmente. (T.8.VIII.4.8)

No sabes cmo te sientes porque has aceptado la confusin delego, y, por lo tanto, crees que un recurso de aprendizaje puededecirte cmo te sientes. (T.8.VIII.7.3) El ego no puede saber cmote sientes. (T.8.VIII.7.5)

Cuando dejes de lado al ego, ste desaparecer. (T.8.VIII.8.6)

El ego no sabe lo que es una verdadera pregunta, si bien planteaun sinnmero de ellas. (T.8.IX.1.3) Mas t puedes aprender lo quees una verdadera pregunta a medida que aprendas a poner en dudael valor del ego, y desarrolles as tu capacidad para evaluar suspreguntas. (T.8.IX.1.4)

Los sueos son ilusiones de unin porque reflejan las nocionesdistorsionadas del ego con respecto a lo que significa unirse.(T.8.IX.3.7)


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El ego, empeado siempre en debilitar a la mente, trata desepararla del cuerpo en un intento de destruirla. (T.8.IX.6.1)

El ego detesta la debilidad, si bien trata por todos los medios deinducirla. (T.8.IX.6.5)

El ego desea nicamente lo que odia. (T.8.IX.6.6)

Y puesto que cree en el poder del ataque, el ego quiere atacar.(T.8.IX.6.8)

Tu voluntad no es la voluntad del ego, y por eso es por lo que elego est contra ti. (T.9.I.2.1)

El ego no puede pedirle nada al Espritu Santo porque no existecomunicacin entre ellos. (T.9.I.10.5) Esto tiene que ser verdad,toda vez que no existe comunicacin entre el ego y el Espritu Santo.

(T.9.III.3.2)

La vigilancia que el ego ejerce en relacin con los errores de otrosegos no es la clase de vigilancia que el Espritu Santo quiere quemantengas. (T.9.III.1.1)


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Para el ego lo caritativo, lo correcto y lo apropiado es sealarles aotros sus errores y tratar de "corregirlos". (T.9.III.2.1)

Los errores pertenecen al mbito del ego, y la correccin de losmismos estriba en el rechazo del ego. (T.9.III.2.3)

Si le sealas a tu hermano los errores de su ego, tienesforzosamente que estar viendo a travs del tuyo porque el EsprituSanto no percibe sus errores. (T.9.III.3.1)

Lo que el ego est diciendo no tiene sentido, y el Espritu Santono intenta comprender nada que proceda de l. (T.9.III.3.3) Puesto

que no lo entiende, tampoco lo juzga, pues sabe que nada que el egohaga tiene sentido. (T.9.III.3.4)

Reaccionar ante cualquier error, por muy levemente que sea,significa que no se est escuchando al Espritu Santo. lsimplemente pasa por alto todos los errores, y si t les das

importancia, es que no lo ests oyendo a l. Si no lo oyes, es queests escuchando al ego, y mostrndote tan insensato como elhermano cuyos errores percibes. Esto no puede ser correccin. Ycomo resultado de ello, no slo se quedan sus errores sin corregir,sino que renuncias a la posibilidad de poder corregir los tuyos.(T.9.III.4.3)


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Cualquier intento que hagas por corregir a un hermano significaque crees que puedes corregir, y eso no es otra cosa que laarrogancia del ego. (T.9.III.7.8)

El ego tiene tambin un plan de perdn porque ests pidiendouno, aunque no al maestro adecuado. El plan del ego, por supuesto,no tiene sentido y nunca ser viable. Al seguir su plan te pondrssimplemente en una situacin imposible, que es adonde el ego

siempre te conduce. El plan del ego consiste en que primero veas elerror claramente, y en que luego lo pases por alto. Mas cmo ibas apoder pasar por alto aquello a lo que has otorgado realidad? Alverlo claramente, le has otorgado realidad y no lo puedes pasar poralto. En este punto es donde el ego se ve forzado a recurrir amisterios, insistiendo en que para salvarte tienes que aceptar lo queno tiene sentido. Son muchos los que han tratado de hacer esto enmi nombre, olvidndose de que mis palabras tienen perfecto sentido

porque proceden de Dios. Son tan sensatas ahora como lo fueronsiempre porque expresan ideas que son eternas. (T.9.IV.4.1)

Mediante la cancelacin progresiva y sistemtica de los efectos detodos los errores, en todas partes y con respecto a todo, el EsprituSanto ensea que el ego no existe y lo demuestra. (T.9.IV.5.6)

La confusin de funciones es una caracterstica tan tpica del egoque a estas alturas ya deberas estar familiarizado con ella.(T.9.IV.7.1)


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El ego cree que es l quien debe llevar a cabo todas las funciones,si bien no tiene la menor idea de lo que stas son. (T.9.IV.7.2)

Podras preguntarte, independientemente de cmo expliques lareaccin, si el carcter imprevisible del ego justifica que le des unpuesto de confianza como gua tuyo. (T.9.IV.8.2) Djame repetirque las cualificaciones del ego como gua son notoriamentedeficientes y que elegirle como tu maestro de salvacin es una

psima eleccin. (T.9.IV.8.3)

El ego vive literalmente de tiempo prestado, y sus das estncontados. (T.9.IV.9.1)

No tengas miedo del juicio Final, sino que, por el contrario, dalela bienvenida sin ms demora, pues el tiempo de que el ego disponelo "toma prestado" de tu eternidad. (T.9.IV.9.2)

El plan de perdn del ego se utiliza mucho ms que el de Dios.Esto se debe a que lo ponen en prctica sanadores que no hansanado, y pertenece, por lo tanto, al mbito del ego. Consideremosahora con ms detenimiento al sanador no sanado. Por definicin,est tratando de dar lo que no ha recibido. Si un sanador no sanadoes un telogo, por ejemplo, puede que parta de la premisa: "Soy unmiserable pecador, y eso es lo que eres t tambin". Si es unpsicoterapeuta, es ms probable que parta de la creencia igualmenteabsurda de que el ataque es real tanto para l como para su paciente,


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aunque eso es algo que a ninguno de los dos debiera importar.(T.9.V.1.1)

Todos los sanadores no sanados siguen de una u otra forma elplan de perdn del ego. (T.9.V.3.3) Lo nico que han hecho hasido identificarse con el ego, y al percibir lo que ste hace, secondenan a s mismos debido a esta confusin de identidad.(T.9.V.3.6)

Ambas formas del enfoque del ego te llevarn forzosamente a uncallejn sin salida, la tpica "situacin imposible" a la que el egosiempre conduce. (T.9.V.7.1)

Es perfectamente obvio que si el Espritu Santo contempla con

amor todo lo que percibe, tambin te contempla a ti con amor. Laevaluacin que l hace de ti se basa en Su conocimiento de lo queeres, y es, por lo tanto, una evaluacin correcta. Y esta evaluacintiene que estar en tu mente porque l lo est. El ego est tambin entu mente porque aceptaste que estuviese ah. La evaluacin que lhace de ti, no obstante, es exactamente la opuesta a la del EsprituSanto, pues el ego no te ama. No es consciente de lo que eres, ydesconfa totalmente de todo lo que percibe debido a que suspercepciones son tan variables. El ego, por lo tanto, es capaz de ser

desconfiado en el mejor de los casos, y cruel en el peor. sa es lagama de sus posibilidades. No puede excederla debido a suincertidumbre. Y no puede ir ms all de ella porque nunca puedeestar seguro de nada. (T.9.VII.2.7)


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El ego se engaa con respecto a todo lo que haces, especialmentecuando respondes al Espritu Santo, ya que en esos momentos suconfusin aumenta. (T.9.VII.4.4)

Es muy probable, por lo tanto, que el ego te ataque cuandoreaccionas amorosamente, ya que te ha evaluado como incapaz deser amoroso y ests contradiciendo Su juicio. (T.9.VII.4.5)

He dicho que el ego no sabe lo que es una verdadera pregunta.(T.9.VII.7.1)

El Espritu Santo juzga contra la realidad del sistema de

pensamiento del ego simplemente porque sabe que sus cimientosson falsos. (T.9.VII.7.6)

La grandiosidad del ego es la alternativa que l ofrece a lagrandeza de Dios. (T.9.VIII.1.6)

Dijimos anteriormente que el ego oscila entre la sospecha y laperversidad. (T.9.VIII.2.7)

El ego no entiende la diferencia que hay entre la grandeza y la

grandiosidad porque no ve la diferencia que hay entre los impulsos


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milagrosos y las extraas creencias del ego que l mismo hainventado. (T.9.VIII.3.1)

Te dije que el ego es consciente de que su existencia estamenazada, pero no hace distinciones entre estos dos tipos deamenaza tan diferentes. (T.9.VIII.3.2)

Cuando el ego se siente amenazado, su nica eleccin estriba en

si atacar ahora o retirarse para atacar ms tarde. (T.9.VIII.3.4)

El ego queda inmovilizado en presencia de la grandeza de Diosporque Su grandeza establece tu libertad. (T.9.VIII.4.1)

Aun la ms leve indicacin de tu realidad expulsa literalmente alego de tu mente ya que deja de interesarte por completo.(T.9.VIII.4.2)

El ego no escatimar esfuerzo alguno por rehacerse y movilizar

sus recursos en contra de tu liberacin. (T.9.VIII.4.5)

El ego depende exclusivamente de que ests dispuesto atolerarlo. (T.9.VIII.6.1)


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Si estuvieses dispuesto a contemplar tu grandeza no podrasdesesperarte, y, por lo tanto, no podras desear al ego. (T.9.VIII.6.2)

Tu grandeza es la respuesta de Dios al ego porque es verdad.(T.9.VIII.6.3)

Y esto es exactamente lo que el ego percibe en un Hijo de Dios:un dios enfermo, auto-creado, auto-suficiente, sumamente perversoy extremadamente vulnerable. (T.10.III.4.7)

Examina con calma la conclusin lgica del sistema depensamiento del ego y determina si lo que te ofrece es realmente lo

que t deseas, pues eso es lo que te ofrece. (T.10.III.5.1)

Mantenerse fiel a la negacin de Dios es la doctrina del ego.(T.10.V.3.1)

O Dios est loco o bien es el ego el que lo est. (T.11.IN.1.1)

Qu le diras, no obstante, a alguien que creyese que estapregunta realmente entraa Conflicto? Si t concebiste al ego,cmo habra podido el ego concebirte a ti? El problema de laautoridad sigue siendo la nica fuente de conflictos porque el ego se

origin como consecuencia del deseo del Hijo de Dios de ser elpadre de Su Padre. El ego, por lo tanto, no es ms que un sistema


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ilusorio en el que t concebiste a tu propio padre. No te equivoquescon respecto a esto. Parece una locura cuando se expone conperfecta honestidad, pero el ego nunca examina lo que hace conperfecta honestidad. Sin embargo, sa es su premisa demente, la

cual est cuidadosamente oculta bajo la tenebrosa piedra angular desu sistema de pensamiento. Y o bien el ego -que t concebiste- es tupadre, o bien todo su sistema de pensamiento se desmorona.(T.11.IN.1.3)

Si t concebiste al ego, cmo habra podido el ego concebirte a

ti? (T.11.IN.2.2)

Cuanto ms te aproximas al sistema de pensamiento del ego, mstenebroso y sombro se vuelve el camino. (T.11.IN.3.5)

Lleva esa luz contigo sin ningn temor, y valerosamente enfcalaa los cimientos del sistema de pensamiento del ego. (T.11.IN.3.7)

Cuando por fin hayas visto los cimientos del ego sin acobardarte,habrs visto tambin los nuestros. (T.11.IN.4.2)

La proyeccin del ego hace que la Voluntad de Dios parezca seralgo externo a ti, y, por lo tanto, que no es tu voluntad. (T.11.I.9.1)


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Siempre que le abres las puertas al ego, menoscabas labienvenida que le das al Espritu Santo. (T.11.II.5.5)

Qu prefieres ser, rehn del ego o anfitrin de Dios? (T.11.II.7.1)

Y el ego no es nada, tanto si lo invitas a que entre como si no.(T.11.II.7.6)

chate a ti mismo la culpa y no te podrs conocer, pues slo elego culpa. (T.11.IV.5.4)

Culparse uno a s mismo es, por lo tanto, identificarse con el ego,y es una de sus defensas tal como culpar a los dems lo es.(T.11.IV.5.5)

Estamos listos para examinar ms detenidamente el sistema depensamiento del ego porque juntos disponemos de la lmpara que

lo desvanecer, y, puesto que te has dado cuenta de que no lodeseas, debes estar listo para ello. (T.11.V.1.3)

La "dinmica" del ego ser nuestra leccin por algn tiempo,pues debemos primero examinarla para poder as ver ms all deella, ya que le has otorgado realidad. (T.11.V.1.5)


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Comencemos esta leccin acerca de la "Dinmica del ego"dndonos cuenta de que la expresin en s no significa nada. Dichaexpresin encierra una contradiccin intrnseca que la priva de todosentido. "Dinmica" implica el poder para hacer algo, y toda lafalacia de la separacin radica en la creencia de que el ego tiene elpoder de hacer algo. Tienes miedo del ego porque crees eso. Noobstante, la verdad es muy simple: Todo poder es de Dios. Lo queno procede de l no tiene el poder de hacer nada. (T.11.V.3.4)

Cuando observamos al ego, por lo tanto, no estamos examinandoninguna dinmica, sino tan slo ilusiones. (T.11.V.4.1)

El miedo se vuelve claramente ms impropio si reconoces elobjetivo del ego, el cual est tan obviamente desprovisto de sentido

que cualquier esfuerzo en su favor es, por fuerza, intil. (T.11.V.4.3)

El objetivo del ego es claramente alcanzar su propia autonoma.(T.11.V.4.4)

Todo lo que procede del ego es lo que resulta naturalmente de sucreencia central, y la manera de cancelar sus resultados esreconociendo simplemente que la fuente de stos no es natural, yaque est en desacuerdo con tu verdadera naturaleza. (T.11.V.5.2)


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El verdadero conflicto que experimentas, por lo tanto, es entre losdeseos vanos del ego y la Voluntad de Dios, que t compartes conl. (T.11.V.5.5)

No le adscribas la arrogancia del ego a Aquel cuya Voluntad noes ser independiente de ti. (T.11.V.6.4)

La creencia en la autonoma del ego te est costando elconocimiento de tu dependencia de Dios, en la cual reside tulibertad. (T.11.V.6.7)

El ego considera cualquier dependencia como una amenaza, eincluso ha tergiversado tu aoranza de Dios y la ha convertido enun medio para consolidarse a s mismo. (T.11.V.6.8)

El ego siempre ataca en defensa de la separacin. (T.11.V.7.1)

El ego est totalmente confundido con respecto a la realidad, perono pierde de vista su objetivo. (T.11.V.7.3)

Debes reconocer que lo que menos quiere el ego es que te des

cuenta de que le tienes miedo. (T.11.V.8.1) Pues si el ego pudiese


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producir miedo, menoscabara tu independencia y debilitara tupoder. (T.11.V.8.2) El ego puede permitirte, y de hecho lo hace,que te consideres altanero, incrdulo, frvolo, distante, superficial,insensible, despegado e incluso desesperado, pero no permite que te

des cuenta de que realmente tienes miedo. (T.11.V.9.1)

Minimizar el miedo, pero no deshacerlo, es el empeo constantedel ego, y es una capacidad para la cual demuestra ciertamente graningenio. (T.11.V.9.2)

La ms seria amenaza para el ego es, pues, que te des cuenta deque cualquier cosa que parezca separarte de Dios es nicamentemiedo, sea cual, sea la forma en que se manifieste eindependientemente de cmo el ego desee que lo experimentes.(T.11.V.10.1)

De acuerdo con las enseanzas del ego, su objetivo se puedelograr, pero el propsito de Dios no. (T.11.V.11.3)

El ego cree que alcanzar su objetivo es la felicidad. (T.11.V.12.3)

Reconoce nicamente que el objetivo del ego, que tandiligentemente has perseguido, no te ha aportado ms que miedo, yse har muy difcil mantener que el miedo es felicidad. (T.11.V.12.5)

Dios depende de ti tanto como t de l porque Su Autonomaincluye la tuya, y, por lo tanto, est incompleta sin ella. Slo puedes


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establecer tu autonoma identificndote con l y llevando a cabo tufuncin tal como es en verdad. El ego cree que alcanzar su objetivoes la felicidad. Pero te ha sido dado conocer que la funcin de Dioses la tuya y que la felicidad no se puede encontrar aparte de vuestra

Voluntad conjunta. Reconoce nicamente que el objetivo del ego,que tan diligentemente has perseguido, no te ha aportado ms quemiedo, y se har muy difcil mantener que el miedo es felicidad.Respaldado por el miedo, esto es lo que el ego quiere que creas. Peroel Hijo de Dios no est loco y no lo puede creer. De reconocer esto,no lo aceptara, pues slo un loco elegira el miedo en lugar delamor, y slo un loco podra creer que atacando es cmo se alcanza elamor. Pero el que ha sanado se da cuenta de que slo el ataque, delque el Amor de Dios le protege completamente, puede producirmiedo. (T.11.V.12.6)

El ego analiza; el Espritu Santo acepta. (T.11.V.13.1)

Tratar de entender la totalidad fragmentndola es, claramente, elenfoque tpicamente contradictorio que el ego utiliza para todo.(T.11.V.13.3)

El ego cree que el poder, el entendimiento y la verdad radican enla separacin, y que para establecer esta creencia tiene que atacar.

(T.11.V.13.4)

El ego siempre substituir lo que tiene significado por el caos,pues si la separacin es la salvacin, la armona es una amenaza.(T.11.V.13.6)


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El ego se concentra en el error y pasa por alto la verdad.(T.11.V.14.2) Teniendo muy presente el error, y protegiendo loque ha hecho real, el ego procede al siguiente paso en su sistema depensamiento: el error es real y la verdad es un error. (T.11.V.14.6)

Valindose del anlisis para atacar el significado, el ego lograpasarlo por alto, y lo que le queda es una serie de percepcionesfragmentadas que l unifica en beneficio propio. (T.11.V.15.2)

Cmo iba a poder ensear verdaderamente el ego, cuando pasapor alto la verdad? (T.11.V.16.6)

El ego mira de frente al Padre y no lo ve, pues ha negado a Su

Hijo. (T.11.V.16.9)

Lo que ves en Su Hijo a travs de los ojos del ego es unademostracin de que Su Hijo no existe. Sin embargo, dondequieraque el Hijo est, all tiene que estar el Padre. (T.11.V.17.4)

Cada hermano con quien te encuentras se convierte en un testigode Cristo o del ego, dependiendo de lo que percibas en l.(T.11.V.18.1)

La resurreccin es el triunfo definitivo de Cristo sobre el ego, no

atacndolo sino transcendindolo. (T.11.VI.1.6)


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Pues Cristo ciertamente se eleva por encima del ego y de todassus "obras", y asciende hasta el Padre y Su Reino. (T.11.VI.1.7)

El ego tal vez vea algo bueno, pero nunca ve slo lo bueno.(T.11.VII.3.1)

Analizar los motivos del ego es algo muy complicado, muyconfuso y nunca se hace sin la participacin de tu propio ego.(T.12.I.2.1)

No obstante, hemos sealado repetidamente la necesidad de

reconocer el miedo y de confrontarlo cara a cara, como un pasocrucial en el proceso de desvanecer al ego. (T.12.I.8.5)

Cada vez que te enfadas con un hermano, por la razn que sea,crees que tienes que proteger al ego, y que tienes que protegerloatacando. (T.12.III.3.1)

La pobreza es siempre cosa del ego y nunca de Dios. (T.12.III.4.7)Identificarte con el ego es atacarte a ti mismo y empobrecerte.(T.12.III.6.1) Por eso es por lo que todo aquel que se identifica conel ego se siente desposedo. (T.12.III.6.2)


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Todo lo que percibes como el mundo externo no es otra cosa quetu intento de mantener vigente tu identificacin con el ego, puestodo el mundo cree que esa identificacin es su salvacin.(T.12.III.7.5)

El ego est seguro de que el amor es

Un Curso de Milagros - Cuaderno de Estudio 6 - UCDM -Ego

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