El Camello, La Montaña 19 de julio de 2015

4
La Montaña, 19 de julio de 2015. “El Camello” Mis semillas, He ido muchas veces a Marruecos, es un país ¡Precioso! Y tiene algo como todos de especial, como todos los países, en este viaje nos llevaron a ver las dunas; es decir el desierto, también tiene su magia, pusieron unas alfombras para imitar las alfombras voladoras de Aladino, si cerráis los ojos estoy Segura que podréis subir y preguntar que os lleve, para aquellas que aún no han encontrado el Príncipe ¡Que insistan! ¡Qué insistan pidiendo y pensando! Para quienes los tienen, mucha paciencia, suavidad y sobretodo de tanto en tanto, cerrar los ojos, para verlo como ellas quieren. Vamos a dejar los príncipes de lado y venimos a la realidad. Estaba el amo de los camellos y trajeron de toda la región, creo que eran 120 camellos, cada uno teníamos el nuestro y cuando llegamos en el desierto, ahí nos estaban esperando unas jaimas maravillosas, unas luces preciosas, eran unas velas muy pequeñitas en unas linternas, que habían hecho ellos doradas, ¿cuál fue la sorpresa? Que nuestro tejado era el cielo lleno de estrellas, ese era nuestro techo, el firmamento, las contemplábamos y solamente se oía ¡Oh, oh, oh qué bonita! ¡Mira la estrella filante! ¡Mira otra por aquí, otra por allí! Qué precioso, cerrar los ojos y veréis, podíamos tocarlas y acariciarlas con la mano, era precioso, verdaderamente. Un joven que cuidaba los camellos, el camellero, vino y le dijo: “Amo, sólo tenemos 119 cuerdas para atar los camellos, nos falta una, no tenemos y aquí en el desierto es imposible

Transcript of El Camello, La Montaña 19 de julio de 2015

Page 1: El Camello, La Montaña 19 de julio de 2015

La Montaña, 19 de julio de 2015.

“El Camello”

Mis semillas,

He ido muchas veces a Marruecos, es un país ¡Precioso! Y tiene algo como todos de especial, como todos los países, en este viaje nos llevaron a ver las dunas; es decir el desierto, también tiene su magia,

pusieron unas alfombras para imitar las alfombras voladoras de Aladino, si cerráis los ojos estoy Segura que podréis subir y preguntar que os lleve, para aquellas que aún no han encontrado el Príncipe ¡Que insistan! ¡Qué insistan pidiendo y pensando! Para quienes los tienen, mucha paciencia, suavidad

y sobretodo de tanto en tanto, cerrar los ojos, para verlo como ellas quieren. Vamos a dejar los príncipes de lado y venimos a la realidad.

Estaba el amo de los camellos y trajeron de toda la región, creo que eran 120 camellos, cada uno teníamos el nuestro y cuando llegamos en el desierto, ahí nos estaban esperando unas jaimas maravillosas, unas luces preciosas, eran unas velas muy pequeñitas en unas linternas, que habían hecho ellos doradas, ¿cuál fue la sorpresa? Que nuestro tejado era el cielo lleno de estrellas, ese era nuestro techo, el firmamento, las contemplábamos y solamente se oía ¡Oh, oh, oh qué bonita! ¡Mira la estrella filante! ¡Mira otra por aquí, otra por allí! Qué precioso, cerrar los ojos y veréis, podíamos tocarlas y acariciarlas con la mano, era precioso, verdaderamente.

Un joven que cuidaba los camellos, el camellero, vino y le dijo: “Amo, sólo tenemos 119 cuerdas para atar los camellos, nos falta una, no tenemos y aquí en el desierto es imposible encontrarla”. Mis semillas os recuerdo que por la noche a los camellos hay que atarles sus pies y sus patas; es decir las cuatro patas porque si no, se escaparían y se irían, ya que ellos nacen y viven en el desierto, son nómadas. El amo le dijo: “No te preocupes, los camellos no son muy inteligentes, te vas al 120, al que no tienes cuerda, coges las patas y haces semblante de que las amarras, das varias vueltas a sus patas, cuando ya has hecho el nudo bien fuerte, coges las patas delanteras, le vuelves a pasar la cuerda imaginaria, como si

Page 2: El Camello, La Montaña 19 de julio de 2015

estuvieras atándola y después la amarras bien fuerte y lo dejas, verás que están todos juntos, estará tranquilo y dormirán.

Y así fue, los camellos estaban durmiendo profundamente, al igual que todas mis semillas, contemplando las estrellas se quedaron con esos sueños, con esas ilusiones, con esos deseos y cada vez pidiendo más para llegar a las metas.

Así transcurrió la noche, con paz, con armonía y al día siguiente el camellero, aquel joven recordarlo, le dijo: “Amo los 119 están ya de pie, los camellos y todo el personal ya está preparado para subir y continuar el paseo –‘muy bien’- Amo, el 120 no se ha levantado, sólo me queda uno que está aún sentado en el suelo”. “¡Ahhhh, sí! Es aquel que ataste, pero sin cuerda, aquel que no teníamos cuerda y que te dije has semblante de atarlo”, “Sí amo ¿Cómo lo sabe?”, “Muy sencillo, porque los humanos, la mayoría hacen como los camellos, se ponen entrabas ellos mismos, se atan los pies y las manos con sus pensamientos, sabiendo que la realidad no te paraliza, que la realidad te ayuda a avanzar, que la sensatez te hace ver las cosas como son, que la responsabilidad te hace grande, sólo te limitas con tus pensamientos; así son la mayoría de los hombres, como ese camello, ¡Anda ve! Has semblante que le quitas la cuerda de las patas traseras, delanteras y le dices ¡Vamos! Y verás cómo se quita sus entrabas y estará ya dispuesto para andar, trabajar, comer y continuar su vida”.

El joven llegó y le dijo “¡Ale prepárate que te quito la cuerda, ya llegó la hora de levantarse, desayunar y vamos!”, dio unas vueltas, otras vueltas, otras vueltas, le quito la cuerda imaginaria, le quitó la otra imaginaria, el camello se levantó primero se inclinó delante, después se levantó de su cuello con orgullo, miró por encima y ya estaba preparado para que los turistas pudieran subir y continuar el paseo.

Mis estrellas, si habéis pasando las noches contemplándolas, si vuestra alma es tan grande y llega tan alto, quitaros esas entrabas, quitaros esas cuerdas con el pensamiento, no os consideréis injustamente tratados, no os engañéis,

Page 3: El Camello, La Montaña 19 de julio de 2015

no os creáis esos romances que muchas veces habéis pensado “¡Un sapito, voy a darle un besito a ver si se transforma en un Príncipe!” No, solamente está en la imaginación, en las historias que tanto nos gustan y que creemos, pensando que son realidad, os acordaréis, que solamente somos nosotros mismos que nos atamos para no avanzar, os lo he puesto un poco delicado. Al principio dijo el amo “pues los camellos no son muy inteligentes”.

Mis queridas semillas vosotros sois súper dotados, no permitan nunca quedarse ni entrabados, ni atados, ni paralizados, insisto, todos lo podéis permitir, la gran riqueza es estar bien, tener la salud y Dar Gracias a Dios, efectivamente nos podremos comer el mundo, como dice Servidora.

¡Ánimo mis estrellas! Y empezar cada noche a contemplarlas y pedir para llegar a vuestros deseos, vuestros sueños y vuestras metas.

Con todo mi amor,La Jardinera