La Montaña, 15 julio 2014

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La Montaña, 15 de julio de 2014. Mis queridas semillas, Una joven iba a coger el autobús, le faltaba un buen momento, fue a comprarse una revista, una botella de agua y un paquete de galletas, esas galletitas que tienen un redondito en el centro, muuuy buenas; llegó se sentó en su banco y esperó, sacó su revista, se reía de lo que estaba leyendo. Cinco minutos después llegó un joven y se sentó también, era estudiante como ella y sacó su libro, empezó a leer y sin más, coge el paquete de galletas, lo abre, se sirve y lo come. La chica lo miró y dijo: “¡No puede ser! Pensó ¡¿Cómo es posible?! Pero qué osado, ha cogido mis galletas”, entonces ella cogió una galleta y se sirvió, mirándolo, desafiándolo queriendo decir “Oye, ya está bien no, son mías”, cogió su galleta y se la comió; el chico la miró y sonrió. Pensó ella “encima sonríe ¡qué osado!”. El chico giró la página leyendo, miró el paquete, cogió otra galleta y se la comió; y ella dijo: “¡No puede ser! Pues yo cojo otra” la cogió y le clavó los ojos diciendo “descarado”, el chico sonrió y continuó leyendo. Y así, mano a mano se terminaron las galletas, hasta que llegaron a la última, la chica no se atrevió a decir nada, pero estaba roja, verde, de todos los colores, no podía imaginarse qué cara más dura ese chico comiendo sus galletas y encima le sonreía, la última el chico la cogió, la cortó por la mitad y le dio la mitad, le sonrió, ella la cogió y se la comió y él también. En ese instante llegó el autobús y dijo “¡Uy! Me tengo que ir”, cogió corriendo su bolso y subió de prisa, cuando estuvo en el autobús la chica, se instaló y dijo: “Pues vaya, nunca me había pasado eso, me quedé, me compro mis galletas, me instalo, es la primera vez ¡es increíble!” no estaba contenta pero para nada. Y una vez instalada, la chica sacó su libro con su revista que había

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La Montaña, 15 de julio de 2014.

Mis queridas semillas,

Una joven iba a coger el autobús, le faltaba un buen momento, fue a comprarse una revista, una botella de agua y un paquete de galletas, esas galletitas que tienen un redondito en el centro, muuuy buenas; llegó se sentó en su banco y esperó, sacó su revista, se reía de lo que estaba leyendo.

Cinco minutos después llegó un joven y se sentó también, era estudiante como ella y sacó su libro, empezó a leer y sin más, coge el paquete de galletas, lo abre, se sirve y lo come. La chica lo miró y dijo: “¡No puede ser! Pensó ¡¿Cómo es posible?! Pero qué osado, ha cogido mis galletas”, entonces ella cogió una galleta y se sirvió, mirándolo, desafiándolo queriendo decir “Oye, ya está bien no, son mías”, cogió su galleta y se la comió; el chico la miró y sonrió. Pensó ella “encima sonríe ¡qué osado!”. El chico giró la página leyendo, miró el paquete, cogió otra galleta y se la comió; y ella dijo: “¡No puede ser! Pues yo cojo otra” la cogió y le clavó los ojos diciendo “descarado”, el chico sonrió y continuó leyendo. Y así, mano a mano se terminaron las galletas, hasta que llegaron a la última, la chica no se atrevió a decir nada, pero estaba roja, verde, de todos los colores, no podía imaginarse qué cara más dura ese chico comiendo sus galletas y encima le sonreía, la última el chico la cogió, la cortó por la mitad y le dio la mitad, le sonrió, ella la cogió y se la comió y él también.

En ese instante llegó el autobús y dijo “¡Uy! Me tengo que ir”, cogió corriendo su bolso y subió de prisa, cuando estuvo en el autobús la chica, se instaló y dijo: “Pues vaya, nunca me había pasado eso, me quedé, me compro mis galletas, me instalo, es la primera vez ¡es increíble!” no estaba contenta pero para nada. Y una vez instalada, la chica sacó su libro con su revista que había visto cosas muy interesantes y dijo: “tengo sed porque la boca la tengo tan seca de no poderle haber dicho lo que yo pensaba” y al coger la botella de agua, vio que el paquete de galletas lo tenía dentro de su bolso, no sabía si reír, si llorar, qué pensar, se quedó muda, –tengo una amiga que es muda silenciosa- igual se quedó así, sin saber verdaderamente qué reacción o qué pensar.

Lo primero que le vino fue “¡Qué vergüenza tengo! Pues el chico encima de haber pagado su paquete, me dio de la última galleta la mitad

por eso me sonreía y yo lo estaba acribillando con mi mirada” total que la chica dijo: “Ahora tengo mi paquete entero y no se lo puedo compartir, ni ofrecer, qué habrá pensado de mí y lo que pensé yo de él”.

Mis semillas, mis amadas estrellas, lo que le pasó a esa joven también nos ha pasado alguna vez, diferente manera, diferente color, pero

el pensamiento nunca lo hemos parado, porque nos ha parecido injusto y lo primero siempre que hacemos siempre ¿qué es? Tirar la piedra, esconder la mano. Nuuunca hemos pensado “Bueno, al fin y al cabo es un desconocido, que bueno que comparto estas galletas, con el hambre que tengo me quedaré a mitad, pero

bueno, comparto”. No, hoy es mejor yo me lo quedo, yo me lo como, soy individual, pero pertenezco a todas las redes sociales.

Es tan interesante tener su facebook, twitter, etcétera, etcétera, muy muy importante, eso sí, no conocer a nadie físicamente, no hablar con nadie, no escuchar a nadie, y por una vez que comparto las galletas con una bellísima persona, me ha parecido que era injusta, grosera y sin educación ¿Hacia dónde vamos? Nosotros que nos consideramos tan espirituales, tan elevado y tan grandes ¿hacia dónde vamos? Tooodos somos esa chica con su paquete de galletas entero en su bolso pero comiendo el ajeno, y los pensamientos, esos pensamientos mis semillas, si son negativos son egregores que vais fabricando y que un día o el otro os caerá encima o hará daño a otras personas que no sabrán el por qué.

Miraros bien y como siempre os dice vuestra Jardinera que os ama, si la tierra es generosa cuando le dais un hueso de aguacate, de albaricoque, de melón, de sandía, de cereza, de papaya, y os lo devuelve por mil, tener esos pensamientos de abundancia, de generosidad y sobretodo de alegría.

Os voy a pedir que cantéis siempre, no solamente cuando tomáis vuestra ducha, sino durante el día cantar, esas hormonas que se llaman endorfinas se reproducen más rápido y son las de la alegría, el lado positivo, cantar, seguro que hay una imagen en todas las películas donde los esclavos están trabajando la caña de azúcar o los campos y están cantando, es lo que les salvó, el canto, cuando están cantando toooda su energía se renueva y las endorfinas les van dando esa energía que les falta y que no tenían, les ayudaba a soportar las cadenas y les ayudaba también a poder sobrevivir, a existir, era muy difícil ver crecer a sus hijos, pero cantaban.

En todos los países tienen cantos muy significativos, hay un país entre la frontera de China y Vietnam que todo el día se lo pasan chiflando, “¡fiu fiu fiuiii!” que es un vocabulario y signos que tienen ellos para

comprenderse de monte a monte; y sobre todo de terraza de arroz a terraza y les ayuda a estar siempre contentos, cantar cuando estáis trabajando, si en la oficina no podéis, podéis hacerlo mentalmente, siempre hay un momento donde podéis silbar, si no conocéis la letra pues el sonido, pero cantar.

Y acordaros de esa chica o de esa señora o de esa mujer, que muy cómoda se sentó en el banco esperando su autobús, con su paquete de galletas, su agua y su revista, pero en realidad estaba comiendo la del vecino.

Mis estrellas que vuestro alimento sea la Luz, que vuestra alegría sea siempre la caricia de los Iniciados, especialmente la Madre de los Cielos, que vuestros deseos siempre se realicen, que podáis encontrar agua en el desierto y cuando un trabajo se os haga cuesta arriba o una pendiente muy difíiiiicil, ir paso a paso, ir subiendo escalera sobre escalera y veréis que lo que os parecía el Monte Everest finalmente era llano como un campo, todo está en vuestra mente, todo está en vuestra cabeza y todo depende de lo que queréis hacer.

Participar aquí en la Montaña, a dejarlo más bello aún que como estaba, es la recompensa, el Universo os lo devolverá, es la alegría inmensa que tendréis ¿Por qué os vais a privar?

Mis estrellas, pronto va a llegar la noche y pondrá su manto sobre nuestras espaldas, dejándonos ver sus brillos, de ese dibujo que noche tras noche aparece y que brillan tanto, recordar que tenéis la vuestra, recordar que está vuestro Ángel, que siempre podéis pedir y recordar que sois únicos y almas muuuy especiales.

¡Os amo tanto!

Con todo mi amor,La Jardinera