El Asociativismo Rural Hoy

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EL ASOCIATIVISMO RURAL HOY * Autores: Edgardo Grünfeld Martín Rodriguez Morcelle ** * Trabajo a ser presentado en el Seminario de Economía Social. Organizado por el Instituto de Estudios y Formación de la CTA, el 4 de Julio de 2003. * * El presente es un trabajo de equipo, que no podría haberse realizado sin los aportes de: Gabriel Gómez, Ana Valtriani, Marcelo Landaburu, Diego Botta y Mónica Etcheverri. A todos ellos, nuestro agradecimiento por su energía, conocimientos y amor a la gente del campo. También queremos agradecerle a la gente del INDEC y de la SAGPyA, por la importante información suministrada para el presente trabajo. A su vez, fue fundamental el aporte realizado por Daniel Asseff, de CONINAGRO. Por último, queremos agradecer a la CTA y a su IDEF, por confiar en compañeros de la Federación Agraria Argentina para colaborar en esta construcción.

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EL ASOCIATIVISMO RURAL HOY *

Autores: Edgardo Grünfeld

Martín Rodriguez Morcelle**

* Trabajo a ser presentado en el Seminario de Economía Social. Organizado por el Instituto de Estudios y Formación de la CTA, el 4 de Julio de 2003. ** El presente es un trabajo de equipo, que no podría haberse realizado sin los aportes de: Gabriel Gómez, Ana Valtriani, Marcelo Landaburu, Diego Botta y Mónica Etcheverri.A todos ellos, nuestro agradecimiento por su energía, conocimientos y amor a la gente del campo.También queremos agradecerle a la gente del INDEC y de la SAGPyA, por la importante información suministrada para el presente trabajo.A su vez, fue fundamental el aporte realizado por Daniel Asseff, de CONINAGRO.Por último, queremos agradecer a la CTA y a su IDEF, por confiar en compañeros de la Federación Agraria Argentina para colaborar en esta construcción.

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A 91 AÑOS DEL GRITO DE ALCORTA

TE VOY A CONTAR CÓMO ERA LA COMERCIALIZACIÓN Y LA VIDA EN ÉPOCA ZUBILLAGA.

El chacarero sembraba y Zubillaga en el momento de la cosecha mandaba a un empleado que se ponía arriba de la pila y dividía: el grano para el patrón y la paja para el chacarero.

Tal es así que para hacerse de algunas bolsas y poder terminar de pagar el almacén y el panadero había que robarse a sí mismo.

La cosa era así: en la noche el empleado se iba y la máquina seguía hasta las 10 o las 11. Se colocaban algunas bolsas entre la paja que quedaba para nosotros. Esto lo hacían todos y él que dice que no miente. La triste realidad era que el colono se tenía que robar su propio cereal para cumplir con la gente.

En esa época se comercializaba también con Casa Balbín y Marcaida, pero la colonia debía comercializar todo en Garré con la casa de ramos generales del propio Zubillaga.

En cuanto a la libreta, nunca había problemas porque había créditos, pero a sabiendas de los beneficios posteriores. Se quedaba con toda la producción; con decirte que los galpones del ferrocarril estaban puestos a su disposición. Estaba todo el circo armado, como se dice comúnmente. Ellos a su vez trabajan con las casas grandes como Bunge y Born.

*Extraído de El Nombre Prohibido, de Guillermo Horacio Donari. Federado y Docente del CEPT Nº 7,

Colonia 17 de Octubre-Partido de Tres Lomas-Provincia de Buenos Aires

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INTRODUCCION

Los especialistas, en general, suelen reservar el concepto de ASOCIATIVISMO RURAL para definir las formas organizativas que en general articulan a los pequeños productores. Se basan para ello en prácticas históricas ó en aquellas promovidas a través de la implementación de programas específicos para este sector. Este término se refiere además a la búsqueda de integración en la producción y comercialización para ganar escala y con ella competitividad.

Pero, además del momento productivo, existen gran cantidad de organizaciones de carácter gremial, las cuales, desde lo local a lo nacional, crecen en protagonismo a medida que los procesos que involucran a los productores se resuelven mediante negociaciones o conflictos abiertos.

El ASOCIATIVISMO RURAL no es una práctica exclusiva del polo de los pequeños y medianos agricultores. Los Grandes Grupos Económicos vinculados al sector agropecuario también realizan prácticas asociativas en su propio desarrollo y en la subordinación que realizan de los otros estratos de productores.

La comprensión de la complejidad de las actuales características del sector agropecuario requiere de un abordaje que incluya a estos dos polos en conjunto e integre dimensiones propias de lo económico con lo político, para entender el proceso dominante: LA AGRICULTURA SIN AGRICULTORES.

EL OBJETIVOEste trabajo tiene como objetivo describir las principales características del sector

agropecuario y sus formas asociativas y colaborar en el debate sobre los desafíos y acciones de las organizaciones de pequeños y medianos productores.

Abordar al sector agropecuario requiere tener una mirada integral de los diversos subsectores y asumir la interrelación y cada vez mayor dependencia de otros sectores nacionales y extranjeros. Esta complejidad del campo argentino se debe a:

Los distintos subsistemas que componen al sistema agroalimentario1: a) PRODUCCIÓN, b) TRANSFORMACIÓN E INDUSTRIALIZACIÓN, c) DISTRIBUCIÓN, Y d) CONSUMO.

La heterogeneidad y el desarrollo histórico de las distintas regiones del país2: Pampeana, Cuyo, Patagonia, Noreste (NEA) y Noroeste (NOA);

Dentro de cada región se dan, a su vez, diferencias de tipo cuali y cuantitativas entre lo que es un productor pequeño3 y uno grande4. Esto se refleja en cuestiones referidas a: el acceso a crédito, la comercialización, el endeudamiento, el régimen de tenencia de la tierra, los tipos de organización y, fundamentalmente, en la estrategia utilizada para no ser excluidos dentro del actual proceso de concentración en que se encuentra el sector, como veremos más adelante;

El sector agropecuario no es ajeno a la globalización actual, ya que esto ha impactado en los pequeños y medianos productores, hasta colocarlos en el estrato más afectado por dicho modelo. Las diversas estrategias y alineamientos regionales como el ALCA y el MERCOSUR (entre otros) afectan de forma sustancial las definiciones de política sectorial (Proteccionismo, Grupo Cairns, etc.).

1 Posada, M., “Una aproximación a la constitución actual del sistema agroalimentario internacional” Revista Agro Sur 24 (2), 196-205. 1996.2 Dividimos al país en las siguientes regiones: Pampeana, Cuyo, Patagonia, NEA y NOA. Históricamente la región pampeana produce commoditties (pocos productos poco diferenciados, materia prima de procesos de industrialización, como trigo, soja, maíz, girasol, etc.) destinados a la exportación, contrastando con las demás regiones, que se caracterizan por abastecer al mercado interno. 3 En este trabajo nos referimos a Pequeño Productor abarcando la heterogeneidad de minifundistas (muchos descendientes de pueblos aborígenes), campesinos, familias que producen para subsistencia y para el mercado, así como trabajadores que conviven y subsisten junto a los anteriores grupos.4 Referenciamos por Gran Productor a aquellos que, en el actual proceso, concentran además de la tierra la mayoría de los medios de producción. Entre estos identificamos a algunos que pertenecieron a la vieja oligarquía terrateniente y a accionistas de Grupos Económicos y Corporaciones que en su mayoría no tienen un origen ligado al Sector Agropecuario.

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GENERALIDADES

El sector agropecuario puede ser visto como el sector que produce el 51%5 de las exportaciones totales del país y que avanza a superar las 70 millones de toneladas de granos anuales de producción, al mismo tiempo que en 14 años (1988-2002) expulsó al 25% de los productores y tiene 127.565 familias de pobres6

rurales. Durante la década del 90’ logró superar la barrera de los 25 millones de hectáreas cultivadas y los 60

millones de toneladas producidas por año y se redefinió la composición de la oferta granaria argentina. Si se analizan las últimas campañas7, se comprueba que la producción nacional de cereales y

oleaginosos creció en un 36% en superficie. Este incremento se debió no sólo a la expansión de la frontera agrícola, sino también a la preponderancia de esta actividad frente a la ganadera en las rotaciones empleadas.

Una síntesis del desempeño del sector granario argentino tiene como principal componente la soja, que pasó a representar el 44,4% de la producción total de cereales y oleaginosas y el 88% del volumen de estas últimas. Esta preponderancia del cultivo de la soja se debe a un fuerte crecimiento del área, ya sea por sustitución de otros cultivos como por la incorporación de nuevas tierras a la actividad agrícola (fundamentalmente en el NOA y el NEA, así como en zonas de baja aptitud agrícola de la región pampeana). A este proceso de “expansión” de la frontera agrícola o pampeanización, se agrega una mejora en los rindes obtenidos.

A lo anterior se suma el comportamiento que tienen los productos agropecuarios en el mercado externo y la balanza de pagos. En el 1º trimestre del 2003 el incremento de exportaciones es cercano al 12% en relación a igual período del 2002, fundamentalmente basado en el incremento de las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), del orden del 35% y de los combustibles y energía del 22%. Este incremento en las MOA se debe a la fuerte incidencia de las exportaciones oleaginosas, como el aceite de soja, las cuales aumentaron su valor de exportación en un 75%. En el año 2002 el monto de las exportaciones de origen agropecuario ascendió a U$S 12.900 millones.

En este marco surge importante tener en cuenta que en los últimos 14 años, más de 100.000 familias de productores rurales han sido expulsadas del campo (Cuadro Nº1).

Cuadro Nº1. Cantidad de Establecimientos Agropecuarios (EAP)  Cantidad de EAPs Variación Intercensal

  CNA 1988 CNA 2002 Absoluta RelativaTOTAL PAIS 421.221 317.816 -103.405 -24.5%

Esta contradicción, agricultura sin agricultores, recorre la geografía agropecuaria de todo el país, a pesar de la diversidad de situaciones que se dan en cada región. En el Cuadro Nº2 puede verse que en la Región Pampeana el número de explotaciones disminuyó en un 30,5% (casi 60.000 productores), fenómeno similar al de la Región de Cuyo, que en el mismo período disminuyó en un 29,6%, equivalente a la desaparición de 13.681 productores. A su vez, en la Región Patagónica han desaparecido un 21,4% de los productores, siendo la situación idéntica en la Región NEA, que posee un 19,8% menos de productores que en 1988. Por último, en el NOA encontramos que la desaparición de 8.335 productores equivale al 11,5% de los existentes en 1988.

Cuadro Nº2. Cantidad de Establecimientos Agropecuarios (EAPs) por regiones  Cantidad de EAPs Variación Intercensal

  CNA 1988 CNA 2002 Absoluta RelativaRegión Pampeana 196.254 136.345 -59.909 -30.5%Region Cuyo 46.222 32.541 -13.681 -29.6%Región Patagónica 21.313 16.750 -4.563 -21.4%Región NEA 85.249 68.332 -16.917 -19.8%Región NOA 72.183 63.848 -8.335 -11.5%

5 Las exportaciones de origen agropecuario (productos primarios + manufacturas de origen agropecuario) representan el 51% del total de las exportaciones nacionales del año 2002.6 INDEC, Censo Nacional de Población 1991.7 Extraído de HACIA UN PAIS SOJERO, Ing. Agr. Flory Begenisic, Dir. de Agricultura, SAGPyA, Julio de 2002.

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Teniendo como marco el aumento de la productividad y la expansión ya mencionada de la frontera productiva, el proceso de desaparición de productores agropecuarios se da en todas las regiones, con diferente grado de intensidad. Esto se explica principalmente por la implementación de un modelo de producción basado en tecnologías que potencian la producción de gran escala como forma dominante, modelo que se impuso mediante varias vías que combinan: Créditos y difusión de tecnologías (maquinaria, agroquímicos y mejoramiento genético); Ingreso de capitales financieros al sector agropecuario, que conformaron los Fondos de Inversión

Agrícola; Falta de políticas activas del Estado hacia el sector8;

Este proceso implementado en las últimas décadas, se convierte en dominante en el último decenio, con la profundización de las medidas económicas y políticas de carácter neoliberal9 que caracterizaron a los gobiernos de Carlos Menem (1989/1995 y 1995/1999) y Fernando De la Rúa (1999/2001).

Históricamente pueden marcarse claras diferencias entre la región pampeana y el resto del país en relación con las características productivas, económicas, culturales y organizativas. Mientras que la región pampeana produce la mayor parte del complejo cerealero y oleaginoso destinado a la exportación, las demás regiones constituyen las llamadas economías regionales, abastecedoras de productos destinados en su mayor parte al mercado interno.

AGRICULTURA SIN AGRICULTORES: UNA CONTRADICCION

La profundización del modo capitalista de producción, enmarcado en el proyecto neoliberal de las últimas décadas, ha llevado a una polarización en el sector agropecuario y, en este marco, concentración 10 y expulsión11 son las dos caras de una misma moneda. No hay incremento de escala si no es acompañado de desplazamiento primero y expulsión después. La concentración no sólo abarca la tenencia jurídica de la tierra, sino también la renta que genera la producción y avanza en los demás eslabones de la cadena agroalimentaria (transformación, distribución y consumo).

Algunos autores reconocen que el desarrollo de cadenas y complejos agroindustriales12 se ha convertido en la forma hegemónica de avance del capitalismo en el agro, pero observan que cada país posee diferentes niveles de integración y, lo que nos interesa sobremanera, es señalar que los actores sociales presentes en el agro se relacionan de diferentes maneras con el núcleo empresario central dueño de los complejos agroindustriales.

8 El Gobierno, a través de la Secretaría de Agricultura, implementó diversos programas de apoyo a los pequeños y medianos productores en la década del 90’ (Programa Social Agropecuario, Cambio Rural, INTA Minifundios). Estos programas no han logrado revertir el proceso de desaparición de productores, aunque en muchos casos permitieron y permiten desde la contención de la población a la que están dirigidos y la consolidación de estrategias de subsistencia a través de formas organizativas hasta, en algunos casos, el acceso a nuevos mercados y la diversificación productiva.9 Entre las medidas de gobierno específicas, que se suman a las que afectaron a toda la sociedad argentina en su conjunto, se destacan en el sector agropecuario: la destrucción de las Juntas Reguladoras (de Granos y de Carnes), los recortes de presupuesto en organismos claves en el desarrollo del sector (INTA, SENASA, INASE), en particular los vinculados a la generación y transferencia de tecnología.10 La Federación Agraria Argentina presentó a fines del año 2.002 en el Congreso de la Nación un proyecto de ley contra la extranjerización de tierras con el apoyo de 80.000 firmas (reunidas en el marco de la Campaña POR LA SOBERANIA NACIONAL Y CONTRA LA EXTRANJERIZACION DE LA TIERRA. (ver más en www.faa.com.ar) Este proyecto no sólo trata la restricción y límites a la adquisición de dominios rurales, sino que propone la creación de un registro de esos inmuebles.El campo mantiene una deuda de US$ 6.000 millones con el sistema financiero, gran parte de la cual está sustentada con garantías hipotecarias. De esa cifra, 2.800 millones corresponden al Banco Nación, 1.000 millones al Banco Provincia y 700 millones al Galicia. Estarían en juego más de 14 millones de hectáreas de pequeños y medianos productores.11 Comunicado de prensa de FAA, 13/06/03 - BUENOS AIRES Guaminí: un caso testigo de la masiva desaparición de productores agropecuarios. El triste vaticinio que Federación Agraria viene advirtiendo acerca del proceso iniciado en los últimos años y que conduce al país a “un desierto verde, un campo sin productores” es un presente irrefutable en el partido bonaerense de Guaminí: de los 5.900 productores rurales que el censo agropecuario de 1988 contabilizó en esa jurisdicción, actualmente sobreviven apenas 900, en una superficie de 484.000 hectáreas. La situación denuncia la desaparición de 5.000 pequeños y medianos chacareros eliminados por el referido proceso de concentración económica favorecido por la política económica que distinguió a los gobiernos de la última década.Acaso el ejemplo más patético de ese achicamiento del sector productivo sea la Colonia Naviera, en lo que fuera la ex estancia La grande del sur. Las cifras oficiales recuerdan que en 1958 existían allí 49 pequeñas explotaciones, de los cuales el censo del 2002 encontró sólo a cinco. Esta realidad surgió durante la visita del secretario gremial de Federación Agraria, Julio Currás.12 Rubén de Dios: Políticas activas de desarrollo sustentable para la pequeña producción agropecuaria en Argentina. Trabajo y Sociedad, Nº 1, vol. I, junio-septiembre de 1999, Santiago del Estero, Argentina.

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En muchos casos la pequeña producción o la producción familiar sigue abasteciendo a la etapa industrial de la cadena, mediante diversas formas de contratación o de relacionarse a través de la recepción de insumos, créditos, asistencia técnica o transferencia de tecnología (Piñeiro, 1995). Esta "agricultura de contrato" representa una inserción subordinada en el sistema, donde se asumen relaciones asimétricas con respecto de los otros actores sociales. Esta era la situación en el campo argentino vinculado a producciones destinadas tanto a consumo interno como a exportación hasta los años 80. Desde el punto de vista de algunos agentes de financiamiento internacional, como el Banco Mundial, este sistema de incorporación representa una solución, ya que aumenta la productividad y la integración a la economía de mercado del típico productor minifundista. Resultaría un esquema funcional para la lógica del capital agroindustrial (Giarraca, 1995). Diez años después vemos que esta supuesta articulación entre los distintos actores se tradujo en un proceso sostenido y creciente de concentración y exclusión. Un ejemplo de esto lo constituye el caso algodonero.

EL ALGODÓN: UN EJEMPLO DEL DESPLAZAMIENTO

Si se considera la producción de algodón, característica de la pequeña producción en varias provincias del noreste y noroeste, se observa en los últimos años una notable tendencia a la expansión del cultivo, que se ha colocado a la cabeza de la expansión algodonera mundial, desarrollando ventajas competitivas y aumentando su aporte al comercio exterior, sobretodo en relación con el MERCOSUR (Valeiro, 1997). Sin embargo, esta expansión ha tenido como actores principales a las grandes desmotadoras privadas que hacen el primer proceso de industrialización de la fibra y a los productores altamente tecnificados, que realizan el cultivo en grandes extensiones impensables hasta hace unos pocos años atrás cuando la superficie media del cultivo no superaba las 20 has. Actualmente resulta común encontrar explotaciones entre 1.000 y 3.000 has de algodón, con casos extremos de mega productores de hasta 20.000 has en el Departamento Anta en Salta, en el Departamento Mariano Moreno en Santiago o en la Provincia del Chaco. La producción de algodón en gran escala apareció como factible a partir de las medidas de liberalización económica, que implicaron el abaratamiento de tecnologías importadas y el encarecimiento relativo de la mano de obra. Un ejemplo de la incorporación tecnológica es el aumento de las cosechadoras mecánicas que en 1988 eran tan sólo 26 en la Provincia del Chaco, agregándose otras 633 vía importación entre los años 1994 y 1996 (Valeiro, 1998). Este proceso de expansión y de tecnificación sólo se ha podido dar de manera limitada debido a sus reales posibilidades de acceder a un umbral mínimo de competitividad en el mercado algodonero. Otra consecuencia derivada del proceso de mecanización es la pérdida de las posibilidades de trabajo estacional para la cosecha, actividad que permitía completar el ingreso familiar a los miles de pequeños productores / cosecheros de la región. Para el caso de la actividad productiva agropecuaria predial orientada hacia el mercado, ya sea yerba mate, té, caña de azúcar, algodón, tabaco, horticultura, fruticultura o la producción animal según las diferentes regiones, el proceso anterior es el mismo en términos generales.

Frente a este proceso de expulsión se desarrollan un conjunto de iniciativas para enfrentarlo. Estas abarcan desde la lucha por la tierra, nuevas estrategias de comercialización, la conformación de una banca pública de fomento, las confrontaciones por políticas diferenciadas y presupuestos acordes en organismos claves, unidas a la demanda de reconstrucción de un estado activo y que redistribuya de forma diferente la riqueza, etc..

Lo anterior se traduce en la gran cantidad de iniciativas y movimientos sociales que existen a niveles nacional, regional y local. Nos referimos a organizaciones como la Federación Agraria Argentina, la Coordinadora Campesina del Nordeste, la Asociación de Pequeños Productores del Chaco (APEPECH), la Unión de Pequeños Productores Chaqueños (UNPEPROCH), la Asociación Provincial de Pequeños Productores Correntinos, el Movimiento Agrario Misionero (MAM), el Movimiento Campesino de Formosa (MOCAFOR), el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), el Consejo Asesor Indígena (CAI), entre otras.

LOS DOS POLOS DE LA CONTRADICCIÓN

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A continuación, y a través de diversos estudios de caso, se busca la visualización del proceso que permitió llegar al estado de situación actual en el agro argentino y la búsqueda de salidas viables, basadas en diversas formas asociativas, que involucran tanto la órbita de lo social, así como lo económico y lo político.

LOS GRANDES GRUPOS ECONOMICOS, LA MINORIA

El surgimiento de los pooles de siembra y los fondos de inversión en la agricultura pueden explicarse por la aplicación a comienzos de los 90’ de un plan de ajuste estructural y de desregulación y liberalización económica, que modificó la mayor parte del funcionamiento económico nacional y de las estrategias de acumulación de los actores dominantes. En la agricultura sus efectos más destacados son la agudización de las tendencias concentradoras y el acrecentamiento de las ventajas derivadas de las economías de escala.

Cuando las reglas especulativas y/o las de inversión en otros sectores económicos indicaban que los resultados no eran lo suficientemente alentadores, se produjo la llegada de un flujo de capital financiero a la agricultura. Este es canalizado bajo la forma de fondos de inversión que logran interesantes economías de escala en base a una importante concentración productiva y operativa. Con esto, la agricultura retoma una nueva senda expansiva, acicateada por los precios internacionales pero, en el fondo, debilitada por el origen de los capitales invertidos en ella. Uno de los actores claves de este proceso fueron los pooles de siembra, y en especial bajo la modalidad de fondos de inversión agrícola. La difusión de las distintas modalidades de pooles de siembra constituye uno de los indicadores del proceso de reestructuración sectorial agraria, entendido en un sentido amplio: reestructuración productiva, económica y social ante el nuevo escenario macroeconómico nacional. Este fenómeno de confluencia de determinado monto de capital para poner en producción una determinada superficie de tierra no es un fenómeno totalmente novedoso en el medio agrario pampeano. A lo largo de las últimas dos décadas, pero especialmente a partir del último lustro, cuando la rentabilidad agrícola se hizo altamente positiva, la inversión especulativa en esta actividad se acrecentó en gran medida y se perfeccionó su organización. El variado conjunto de pooles reúne entre el 20 y el 30% de la superficie sembrada en la región pampeana.

El origen de los capitales que componen los fondos comunes de inversión agrícola es altamente disperso, pudiéndose contar el proveniente de: a) bancos, compañías financieras y AFJP; b) empresas productoras y proveedoras de insumos para el agro; c) inversionistas aislados. También se verifica a nivel local la conformación de pequeños pooles que agrupan a cierto número de productores y comerciantes de insumos de la zona.

La estrategia básica en el funcionamiento productivo de los fondos de inversión pasa por la diversificación del riesgo productivo y del riego climático, para lo cual tales fondos organizan una canasta de cultivos y los distribuyen sobre un extendido mosaico de tierras arrendadas a lo largo y a lo ancho del país, mayoritariamente en la región pampeana. A la dispersión de los riesgos de la actividad debe sumarse como ventaja neta la generación de economías de escala tanto al momento de la adquisición de insumos como cuando se procede a vender la cosecha.

La descripción de la estructura y funcionamiento de los fondos y pooles debe complementarse con un análisis acerca de su impacto en el medio agrario. A este respecto, estos efectos pueden ser englobados en tres ámbitos: 1- El alquiler de la tierra: pequeños y medianos productores por motivos de escala, de falta de capital o por una tentadora oferta de alquiler, ceden su tierra por una o más campañas a estos fondos de inversión. En principio esto puede evaluarse como una interesante opción financiera, pero si le asignamos una perspectiva temporal veremos que origina consecuencias relevantes tanto en la productividad de la tierra (la disminución en la productividad de la tierra lleva a mayores costos de producción), como en la sostenibilidad de los recursos, ya que los fondos priorizan la maximización de beneficios en el corto plazo en detrimento de la sostenibilidad del recurso tierra. La cesión convierte al productor, objetiva y subjetivamente, en un rentista (a término, pero rentista al fin), lo que origina cambios en la percepción social propia y de sus vecinos. 2- La compra de insumos en escala: la operatoria en gran escala de los pooles facilita la planificación en la compra de insumos, que puede ser efectuada directamente a los fabricantes o importadores. Esto, sumado al retiro de producción por cesión de tierra de los pequeños y medianos productores, también pone en crisis la supervivencia de los tradicionales proveedores de insumos que desenvuelven su actividad en el mismo medio rural. 3- La comercialización de la cosecha: de manera similar al punto anterior, los fondos agrícolas y los pooles de mayor envergadura logran mejores precios y condiciones de venta, al tiempo que se permiten obtener mejores operatorias intermedias (de transporte y

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almacenamiento). Consecuentemente, perjudica el desarrollo de transportistas, acopiadores y comercializadores de granos (privados o cooperativos) locales. A su vez, se ve afectada toda la red de talleres y provisión de insumos asociada al sistema de acopio y comercialización locales. De esta manera encontramos cierta explicación al aumento del desempleo y la pobreza rural, a la migración del campo a la ciudad y a la falta de perspectivas de futuro de los jóvenes rurales.

LOS GRANDES DEL NOA

En este punto vemos importante poder mostrar algunos ejemplos de la presencia de los Grandes Grupos Económicos en el sector agropecuario en una región como el NOA, donde es posible observar tanto la concentración de la tenencia de la tierra como el avance sobre los eslabones de la cadena agroalimentaria:

-Se observa una fuerte concentración de la producción y más aun la industrialización y comercio en manos de Grandes Grupos Económicos Financieros Transnacionales (Coca Cola, AGD13, Pepsi, CRESUD SA14, Massalin Particulares, Nobleza Picardo, etc.) y Grupos Económicos Productivos Nacionales (ARCOR, Ledesma, etc).

-Hay una fuerte ampliación de la frontera agrícola (soja), desplazando al monte, la ganadería y algunas producciones regionales como la caña de azúcar, en manos de grandes empresas con extensiones que van de las 20.000 has a las 100.000 has (CRESUD, Eliac, Molinos Cañuelas, Olmedo Agropecuaria, etc) .

-En Catamarca (Valles Calchaquíes) se encuentra la Mina La Lumbrera (de capitales canadienses y estadounidenses), que constituye la principal fuente de riquezas de esa zona, pero queda en manos de estos grupos económicos produciendo algunos desequilibrios ecológicos y económicos para los productores de allí en la disputa por el agua, factor escaso en esa zona. Esta zona está siendo transformada en un desierto a través de los diferimientos impositivos que concede la provincia por las inversiones que se realicen allí, emprendimientos que en la gran mayoría no existen, pero que sí expulsaron a los productores locales que vivían, al comprarles sus tierras u ocupar los predios fiscales en donde producían desde hace muchísimos años.

En el sector del azúcar encontramos las siguientes empresas que a partir de sus ingenios, organizan y subordinan la producción:

En la provincia de Jujuy existe el Ingenio Ledesma (Ledesma SAIC), que monopoliza tanto la producción como la transformación de la caña de azúcar con más de 30.000 has producción propia y deja por fuera a unos pocos productores de azúcar. En este último año se volvió a poner en funcionamiento el Ingenio La Esperanza, el cual después de una declaración de quiebra está siendo refuncionalizado por los trabajadores, con una administración judicial de la provincia.

En Salta predomina el Ingenio de San Martín de Tabacal y en la provincia de Tucumán el Ingenio Leales, del Grupo Guerrero (Coca Cola); el Ingenio San Juan, de la familia del gobernador Miranda; el Ingenio La Providencia (ARCOR); el Ingenio Santa Bárbara (Grupo Colombres y AGD); el Ingenio La Fronterita (Grupo Colombres y Pepsi); el Ingenio La Florida (Grupo Los Balcanes ADES y Lonax) y el Ingenio Concepción (de la familia Paz).

LA MAYORIA, LOS MAS CHICOS

Las formas asociativas características de los pequeños y medianos productores ubicados en la Región Pampeana son las cooperativas agropecuarias. Muchas de ellas fueron fundadas como una herramienta económica de las filiales de la Federación Agraria Argentina15 (FAA) para realizar la comercialización de los insumos y la producción de sus miembros. La Federación Agraria Argentina nace en 1912 en la lucha por la

13 Aceitera General Deheza.14 Empresa cuyo principal accionista es el financista George Soros.15 La FAA surge en 1912 en el sur de la provincia de Santa Fé y puede decirse que posee en la actualidad la estructura gremial y de servicios más importante en el ámbito agropecuario nacional. Sus organizaciones de base cubren casi la totalidad del área pampeana y de las economías regionales.

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tierra y por condiciones dignas para los arrendatarios, marcando con el GRITO de ALCORTA16 el comienzo de las luchas en el sector agropecuario que se empezaban a delinear a inicios de siglo XX. Y es por su historia fundacional que sus dirigentes plantean hoy que se está ante la necesidad de recrear otro NUEVO GRITO DE ALCORTA17.

EL COOPERATIVISMO AGROPECUARIO

Puede decirse que hasta entrados los 70’ el concepto de Asociativismo Rural estaba íntimamente vinculado al cooperativismo. La mayoría de las cooperativas agropecuarias se desarrollaron en la Región Pampeana. Sin embargo, también tienen una fuerte presencia en las economías regionales. Así es como en las regiones extrapampeanas encontramos cooperativas en distintos rubros productivos: yerba mate en Misiones, caña de azúcar en Tucumán, tabaco en Salta, viñedos en Cuyo y NOA. Estas cooperativas están conformadas en su mayoría por pequeños y medianos productores.

Objetivamente, el auge del cooperativismo agropecuario está relacionado con el modelo de país agroexportador de principios / mediados de siglo y, fundamentalmente, al de sustitución de exportaciones. Mientras que la crisis actual de las cooperativas agropecuarias puede entenderse desde el proceso de concentración y expulsión de las bases sociales de las mismas.

Del Censo Nacional Agropecuario de 1988 se observa que las 1.001 Cooperativas Agropecuarias censadas estaban constituidas por 92 mil productores18 (cerca del 25% del total de los productores nacionales). Durante la última década la crisis también afectó al sistema cooperativo agrario, con una importante disminución de la cantidad de cooperativas agrícolas y productores asociados19.

La estructura cooperativista20 de asociados se puede caracterizar de la siguiente manera: el 54% de los productores posee menos de 100 hectáreas y el 91% menos de 500 hectáreas, escala que agrupa a los pequeños y medianos productores.

En cuanto a la comercialización, el promedio de participación de las cooperativas en los principales productos agropecuarios es del 22%. A su vez, participa con el 5,6% del total de las exportaciones primarias y agroindustriales. Las cooperativas agropecuarias facturan más de $ 8.000 millones al año, realizando exportaciones por más de $ 3.000 millones, contribuyendo con el 6% del Producto Bruto Interno (PBI).

En lo que respecta a la generación de empleo, las cooperativas agropecuarias de primer grado generan aproximadamente 30.000 puestos de trabajo. El sector cooperativo agropecuario argentino emplea en forma directa en toda su cadena de valor a más de 300.000 personas.

Salvo en las zonas agrícolas pampeanas, la mayoría de los productores agropecuarios, más del 60%, son productores minifundistas. Si bien estos ocupan y desarrollan aquellas actividades de menor importancia desde el punto de vista macroeconómico, caracterizan al sector agropecuario con su impronta de las formas productivas, la incidencia en la economía de la región donde se insertan y las características que asume el sector en sus formas asociativas y culturales. En algunas regiones del Norte y el Sur argentino este estrato supera el 80% de las familias rurales.

EL SECTOR MINIFUNDISTA

16 El origen de la Federación Agraria Argentina es la declaración de huelga de arrendatarios y aparceros que tuvo lugar en 1912, y que la historia recogió como "Grito de Alcorta". Su desarrollo está ligado a una Argentina que para insertarse en el mundo como país agroexportador, se valió de masas de inmigrantes para satisfacer la creciente demanda de mano de obra. El régimen de colonización y aparcería tomó fuerza y, al mismo tiempo que incrementaba los volúmenes de producción, creaba situaciones de extrema injusticia para los que trabajaban la tierra con sus propias manos. Los productores de entonces se organizaron e institucionalizaron el movimiento, quedando así constituida, el 15 de Agosto de 1912, la Federación Agraria Argentina. 17 Eduardo Buzzi, 90º Congreso de la FAA18 Sin embargo, cruzando estos datos con los registros de las cooperativas, en los cuales la cantidad de socios es mayor, puede decirse que la cifra de productores agropecuarios que son socios de cooperativas es de 100 a 150 mil.19 Los datos respectivos del CNA 2002 aún no se han publicado, pero las estimaciones más conservadoras indican un 30% menos de cooperativas.20 Datos extraídos del CNA 1988, INDEC

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Para analizar las principales experiencias de asociativismo en Argentina en el sector minifundista, en esta última década, podemos basarnos en los siguientes casos:

EL ASOCIATIVISMO EN EL NOA

La mayoría de las experiencias organizativas dominantes en el NOA son en general recientes y con pocas vinculaciones a experiencias organizativas de décadas anteriores (como sí ocurre en el NEA). Las iniciativas asociativas u organizativas estuvieron motivadas por necesidades estructurales como: la defensa de la tierra, el acceso a créditos o asistencia técnica, formas de acceso a mejores condiciones de comercialización. Pero además, en todos los casos, se vio motorizada y acompañada por instituciones de apoyo, tanto gubernamentales como no gubernamentales, desde donde el trabajo en forma asociativa se conforma en una condición necesaria para acceder a cualquier tipo de programas y proyectos, o bien como modo de acceso a ser beneficiarios de las distintas instancias de apoyo técnico, crediticio y de capacitación. Es así como una gran cantidad de organizaciones de pequeños productores a lo largo de las cinco provincias del NOA se han conformado a partir del trabajo conjunto y del apoyo recibido desde programas como el Programa Social Agropecuario, de los programas Minifundios y PROHUERTA del INTA, y de programas provenientes del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, sumado al aporte nodal de ONGs de apoyo técnico, que desde sus estrategias de abordajes e intervención priorizaron metodologías de participación y de trabajo colectivo.Existen en la actualidad diferentes modos en cuanto a la forma que fue tomando esta relación, pasando de un acomodamiento y subordinación de estas organizaciones a las estrategias que requieren estos programas, de bajo desarrollo autónomo de las organizaciones, aunado con la modalidades de convivencia y complementación entre ambas y en otros casos se suma una adaptación de los programas para ser usadas en función de los objetivos estratégicos de las organizaciones.

LA RED PUNA

Sin escapar a las generales de la ley por ser un sector de productores minifundistas en cuanto a sus componentes estructurales, ha incidido sobre estas comunidades una tendencia a reflotar la identidad aborigen, incorporando en los dirigentes y en las mismas comunidades un discurso de recuperación de la identidad cultural, de autoreconocimiento como aborigen y de valoración de los derechos como pueblos originarios. Todo esto se vio favorecido o motivado desde la promulgación de la reforma constitucional de 1994, en donde se reconocen los derechos y la preexistencia de los pueblos aborígenes, así como por las distintas líneas de apoyo financiero que desde los distintos organismos promovían el apoyo a comunidades “constituidas”, lo que demandaba reconocerse y constituirse como comunidades indígenas. Lo mismo ocurre con respecto al reconocimiento y entrega de la propiedad de la tierra, donde es condición necesaria constituirse como comunidad indígena. El resultado de lo anterior es que hoy existen muchas comunidades aborígenes en estas dos provincias, lo que permite que dichas organizaciones, nuevas en su práctica, desarrollen distintos grados de conciencia y promueve, además, la asociación entre ellas, generándose así niveles organizativos de segundo grado abarcando regiones como se dan en la Puna y la Quebrada Jujeña y en los valles salteños, como así también en la zona del Chaco en Salta.

Para el caso de la Puna, la Quebrada Jujeña y los valles de altura de Salta, existen más de 200 comunidades aborígenes, que en distintos grados de fortalecimiento organizativo promueven como reivindicaciones el acceso definitivo a la propiedad de las tierras (la mayoría son fiscales), el acceso a programas de asistencia técnica y crediticia y/o subsidios, la capacitación laboral, etc. En estos últimos años, además, se han constituido instancias de organización entre estas comunidades y asociaciones de bases. Una experiencia de esto es la Red Puna, que es una instancia de articulación y organización de más de treinta organizaciones de base, no sólo de productores aborígenes, sino además, de cooperativas de trabajo, de artesanos, grupos de jóvenes, centros vecinales y otras organizaciones comunitarias. La misma se fue desarrollando en aspectos organizativos sectoriales, como la producción y la

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comercialización de los productos de la zona, y en cuestiones más sociales, como los derechos y posibilidades de los jóvenes y las mujeres, aparte de generar gestiones para la capacitación laboral y el procesamiento de productos. Todo acompañado por instancias masivas de encuentro, de capacitación para dirigentes y de participación.

LA JUVENTUD AGRARIA Y EL PLAN ARRAIGO

En 1930 la problemática vinculada a la juventud rural se canalizó a través de la organización de cientos de Clubes y Centros juveniles en cada pueblo, paraje o colonia. Alfabetización, recreación y organización eran algunos de los ejes convocantes.Hoy, 70 años después, la desaparición de miles de familias de productores, y en particular de la juventud que es la primera en migrar de la tierra y sus orígenes en búsqueda de alternativas, marcan la necesidad de acelerar el debate y la construcción de un camino que los contenga.La elaboración de un plan21 cuyo objetivo sea el arraigo de la juventud sobre la base de la creación de condiciones concretas de desarrollo, debe tener en cuenta al menos dos cuestiones centrales, rectoras de sus lineamientos básicos.

Es fundamental comprender que las razones que hoy imposibilitan el desarrollo de los jóvenes agropecuarios en su lugar de origen no constituyen una problemática de carácter generacional, sino, por el contrario, es resultante de un proceso de concentración y acumulación de capital que impacta sobre todo un universo social y económico que incluye al sector agropecuario y dentro de éste a la juventud. Es por esto que la fuerza necesaria para implementar una salida integral es la misma que hace falta para frenar el proceso de despoblamiento rural y la crisis de las pequeñas y medianas comunidades y pasa por fortalecer las pequeñas y medianas empresas agropecuarias.

Los títulos de las propuestas o demandas del Plan Arraigo resumen los cambios que los jóvenes del agro proponen desde su propia iniciativa: Creación de formas asociativas de producción. Realización de obras de infraestructura para la producción agropecuaria. Control de los canales de comercialización actuales. Shock redistributivo de los ingresos, hoy altamente concentrados. Asistencia comercial en la búsqueda de nichos de mercado. Modificación de los sistemas de asistencia del Estado. Capacitación integral en función de los tres puntos estratégicos del Plan Financiación a bajo costo y exenciones impositivas iniciales. Implementación de un seguro agropecuario multirriesgo. Fortalecimiento del INTA, INTI y Universidades. Redistribución de tierras a través del sistema tributario.

YERBA MATE TIERRA TRABAJO Y JUSTICIA – TITRAYJU

Desde sus comienzos la Cooperativa de Consumo para Minifundistas y Tabacaleros “Río Paraná” Limitada comercializó los productos elaborados por sus asociados en la Feria Franca de Oberá. Sin embargo, desde hace casi tres años muchos productores concurren a las tres Ferias que funcionan en Posadas, capital de la provincia. Simultáneamente con esta última práctica se comienza a considerar en el seno de la Mesa Nacional de Productores Familiares la posibilidad de organizar un mercado de alcance nacional para productos alimenticios elaborados por pequeños productores rurales. El Movimiento Agrario de Misiones participa activamente en

21 El Plan Arraigo está dirigido a la juventud relacionada con la actividad agropecuaria y a generar condiciones de desarrollo en el

campo argentino, que incorpora las problemáticas de carácter generacional y sectorial agropecuaria, así como las derivadas del desarrollo del actual modelo económico a escala nacional. Posee tres ejes de acción estratégicos concretos:1. La creación de un conjunto de medidas concretas para el desarrollo productivo y la formación técnica, administrativa y política de la juventud agropecuaria como miembros del movimiento social. 2. La creación de un conjunto de medidas que favorezcan el desarrollo de los pequeños y medianos productores del sector agropecuario, del cual formarán parte las unidades productivas y las iniciativas de desarrollo de los jóvenes vinculados al quehacer agropecuario. 3. La constitución de un movimiento político-social capaz de instalar en la agenda política nacional la modificación del rumbo socio económico neoliberal actual.

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estas gestiones y asume responsabilidades precisamente en el área de comercialización. Es lógico que el producto más demandado a los productores de la provincia de Misiones sea la Yerba Mate. Con anterioridad ya se habían realizado varias experiencias acerca de si se estaba en condiciones de salir al mercado con este producto, elaborado en forma prácticamente artesanal. Una de las características más apreciables es la factibilidad de seguimiento de todo el proceso de producción, es decir su trazabilidad, en razón de que toda la producción de los socios de la Cooperativa es artesanal, tanto en el campo como en las salas de industria.

Cabe acotar que como el proceso de comercialización ya está iniciado, se creó una marca propia, Titrayju, la que se encuentra en trámite de inscripción y que surge como anagrama de las palabras Tierra, Trabajo y Justicia, que a su vez se corresponden con los ideales de la Cooperativa CMT “Río Paraná” Ltda. Dicha marca ya se comercializa, con envase propio, en varios lugares. Pero estrictamente los mercados en los se confiaba y que mejor respuesta han tenido son las Organizaciones Sociales con quienes se mantenía alguna relación.

CONCLUSIONES

Un mismo proceso recorre el campo argentino. Tiene variada intensidad en las distintas regiones, pero tiende a excluir las heterogeneidades (sociales, productivas y culturales) y a homogeneizar lo que queda (Grandes Grupos Económicos y los trabajadores relacionados con éstos). Este proceso lleva a la concentración de la propiedad de la tierra, de los medios de producción y de los demás componentes de la cadena agroalimentaria (la transformación, la distribución y el consumo). El resultado de este proceso es la exclusión de la mayoría de los actores sociales del sector agropecuario: trabajadores rurales, campesinos, aborígenes y pequeños y medianos productores y profesionales, los que en su conjunto representan el 90% de la población del sector. Junto con ellos desaparece el tejido social conformado a la par del desarrollo agropecuario. Los primeros efectos de este proceso se visualizan en la mayoría de los pueblos del interior del país. El asociativismo rural no es algo excluyente de los pequeños y medianos productores, sino que también está presente (y es parte) en la forma dominante que tienen los Grupos Económicos en el Agro argentino. Los pooles de siembra y los fondos de inversión son las formas asociativas que han adoptado estos grupos para poder llevar adelante el proceso de concentración y acumulación antes mencionado. En el otro término de la ecuación, donde encontramos a los excluidos, vemos formas de organización en el plano económico (cooperativas, ferias francas, etc.) y otras estrategias que involucran también lo político-gremial (FAA, MAM, MOCAFOR, etc). Estos tipos de asociativismo representan una salida a la actual crisis, una salida basada en la organización de ese 90% excluido. Vinculado a lo anterior está planteada la necesidad de generar economías de escala con interés social (y no con los intereses propios del régimen de acumulación capitalista), lo que implica el desarrollo de organizaciones que fuercen y sostengan legislaciones diferenciadas, marcos regulatorios y restrictivos a los capitales financieros e incentivos para la integración horizontal y vertical de los pequeños y medianos productores.

La organización a construir y defender requiere de la integración en la lucha de todos los sectores excluidos, en los aspectos económico-productivos y en lo político-social, así como también de la formación de “cuadros”, necesarios para la construcción y el mantenimiento de dicha organización. Esta interacción es condición necesaria para la supervivencia de los pequeños productores y de las comunidades del interior. Es importante rescatar ejemplos concretos como las Ferias Francas, la comercialización de la Yerba Mate TITRAyJU de la Cooperativa “Río Paraná” y el Plan Arraigo de la Juventud de la FAA. Todos estos caminos parecen partes de una misma estrategia, que busca vertebrar entre las cooperativas y las organizaciones gremiales, articulando éstas con otros sectores sociales y promoviendo la solidaridad en un principio y alianzas de largo plazo.

La complejidad del desafío plantea la inclusión de profesionales, técnicos y docentes como central. No hay posibilidad de sostener un enfrentamiento con quienes manejan la tecnología y el conocimiento de

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última generación si no se generan conocimientos y mecanismos, económicos, productivos, socio-organizacionales y culturales que posibiliten el desarrollo integral del sector agropecuario. Así como para los grandes grupos económicos se hace imprescindible contar con profesionales y gerentes que maximicen la rentabilidad tanto en el corto como en el mediano plazo y con científicos que generen el conocimiento para sostener su competitividad (lo que explica la importante ingerencia de los mismos en las Universidades y Centros de Investigación), para el polo de los sectores excluidos es necesario desarrollar e implementar tecnologías y procesos que le permitan sostener economías de escala y organizaciones sociales capaces de llevar adelante una agricultura para los agricultores.

Por último, plantear “Una Agricultura para los Agricultores” como eje vertebrador requiere además de la organización y la fuerza de la mayoría de la población del interior (vinculada o no a la producción y el trabajo agropecuario), de la solidaridad de los trabajadores, estudiantes y profesionales, pequeños y medianos empresarios, que pretenden un País con capacidad de garantizar su soberanía alimentaria y territorial desde una perspectiva nacional.

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ANEXO 1. Evolución de la cantidad, superficie y distribución de las explotaciones agropecuarias argentinas.

Cuadro Nº 3. Cantidad de Explotaciones Agropecuarias (EAP) y su variación intercensal 1988/2002.

Cantidad de EAP

Variación Intercensal

CNA 1988 CNA 2002 Absoluta RelativaTOTAL PAIS 421,221 317,816 -103,405 -24.5%Región Cuyo 46,222 32,541 -13,681 -29.6%

Mendoza 35,221 24,092 -11,129 -31.6%San Juan 11,001 8,449 -2,552 -23.2%

Región NEA 85,249 68,332 -16,917 -19.8%Chaco 21,284 17,000 -4,284 -20.1%Corrientes 23,218 14,934 -8,284 -35.7%Formosa 12,181 9,871 -2,310 -19.0%Misiones 28,566 26,527 -2,039 -7.1%

Región NOA 72,183 63,848 -8,335 -11.5%Catamarca 9,538 7,905 -1,633 -17.1%Jujuy 8,526 8,403 -123 -1.4%La Rioja 7,197 7,591 394 5.5%Salta 9,229 9,327 98 1.1%Santiago del Estero

21,122 20,871 -251 -1.2%

Tucumán 16,571 9,751 -6,820 -41.2%Región Pampeana

196,254 136,345 -59,909 -30.5%

Buenos Aires 75,531 50,620 -24,911 -33.0%Córdoba 40,817 25,941 -14,876 -36.4%Entre Ríos 27,197 20,297 -6,900 -25.4%La Pampa 8,718 7,711 -1,007 -11.6%San Luis 6,962 4,234 -2,728 -39.2%Santa Fe 37,029 27,542 -9,487 -25.6%

Región Patagónica

21,313 16,750 -4,563 -21.4%

Chubut 4,241 3,686 -555 -13.1%Neuquén 6,641 3,890 -2,751 -41.4%Río Negro 9,235 8,138 -1,097 -11.9%Santa Cruz 1,114 947 -167 -15.0%Tierra del Fuego 82 89 7 8.5%

Elaboración propia Fuente: CNA 1988 y 2002, INDEC.

Cuadro Nº 4. Evolución de la distribución de las explotaciones agropecuarias de Pergamino, Provincia de Buenos AiresESCALA DE EXTENSION 1988 1999 Variación 1988-1999

EAP % SUP % EAP % SUP % EAP % SUP %

TOTAL 1605 100% 285,548.7 100% 1216 76% 285,516.2 100% -389 -24.2% -32.5 0.0%

Hasta 50 has. 536 33.4% 13,891.6 4.9% 348 21.7% 9,370.7 3.3% -188 -35.1% -4,520.9 -32.5%

50,1-100 has. 343 21.4% 24,703.0 8.7% 241 15.0% 17,413.4 6.1% -102 -29.7% -7,289.6 -29.5%

100,1-500 has. 619 38.6% 135,795.9 47.6% 495 30.8% 114,128.0 40.0% -124 -20.0% -21,667.9 -16.0%

500,1-1000 has. 71 4.4% 46,846.7 16.4% 84 5.2% 55,807.1 19.5% 13 18.3% 8,960.4 19.1%

Más de 1000 has. 36 2.2% 64,311.5 22.5% 48 3.0% 83,436.0 29.2% 12 33.3% 19,124.5 29.7%

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Elaboración Propia Fuente: Censo Agropecuario Experimental 1999, INDEC y CNA 1988

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ANEXO 2. Producción y exportaciones del sector agropecuario. Principales tendencias.

PRODUCCION AGRARIA22

Durante la década de los años ´90 se superó la barrera de los 25 millones de hectáreas cultivadas y los 60 millones de toneladas producidas, así como se redefinió la composición de la oferta granaria argentina.

Si se analizan las últimas campañas, se comprueba que la producción nacional de cereales y oleaginosos creció un 36% en superficie. Este incremento se debió no sólo a la expansión de la frontera agrícola, sino también a la preponderancia de esta actividad frente a la ganadera en las rotaciones empleadas.

Una síntesis del desempeño del sector granario argentino tiene como principal componente la soja que pasó a representar el 44,4% de la producción total de cereales y oleaginosas y el 88% del volumen de estas últimas.

Esta preponderancia del cultivo de la soja se debe a un fuerte crecimiento del área, ya sea por sustitución de otros cultivos como por la incorporación de nuevas tierras a la actividad agrícola (fundamentalmente en el NOA y el NEA, como en zonas de baja aptitud agrícola de la región pampeana). Asimismo se percibe una mejora en los rindes obtenidos.

Del análisis comparado de las últimas zafras, se desprende que el país se ha embarcado en "especialización en soja" no buscada ni planificada sino más bien fruto de condiciones técnicas y climáticas propicias para el cultivo, acompañadas de una rentabilidad superior a las demás alternativas.

Queda por resolver qué alternativas se presentan para disminuir los riesgos ocasionados por tal "especialización sojera" tanto para el sector productivo como para el exportador, así como sus consecuencias sobre la sostenibilidad de los recursos.

EXPORTACIONES AGROPECUARIAS23

La importancia de las exportaciones de origen agropecuario (productos primarios agropecuarios y de la pesca -PP- y las manufacturas de origen agropecuario -MOA-) sobre el total de las exportaciones nacionales es por demás significativa, ya que con un valor de u$s 12,9 miles de millones en 2002, representa el 51% del total.

Los otros rubros de las exportaciones son sector vehículos 6%, combustibles 17%, la minería 3% y la industria no agropecuaria, que sube al 23%.

La composición de la fracción PP y MOAs ha variado entre 2001 y 2002 ya que en esta relación la parte correspondiente a las exportaciones de PP pasó del 43% al 37% con el consiguiente aumento, del 57 al 63%, de la participación de las MOAs.

Desde el punto de vista sectorial, de los u$s 12,9 miles de millones que se exportaron de PP agropecuarios y MOAs durante 2002, casi el 40% corresponde al complejo sojero (pellet, aceite, grano), el 16% a cereales y el 4% semilla de girasol y su aceite. Es decir, casi el 65% del total de las exportaciones del sector pertenecen a los complejos cerealero y oleaginoso. El 35% restante se reparte entre: pieles y cueros 5,4%, carnes 4,4%, pescados y mariscos sin elaborar 3,7%, frutas secas 3%, productos lácteos 2,3% y legumbres y hortalizas, ambas con el 2,2%.

PRINCIPALES 10 EXPORTADORES (Primer cuatrimestre de 2003-en millones de u$s)NOMBRE ACTIVIDAD NOMBRE ACTIVIDAD

1. Cargill SACI 790,2 Cerealera 6. Nidera SA 292,2 Aceitera y cerealera2. YPF-Respsol SA 783,6 Petrolera 7. Alf. Toepfer

Int.281,5 Cerealera

3. SACEIF Lois Dreyfus y CI 550,7 Cerealera 8. Vicentin SAIC 250,5 Aceitera4. Bunge Argentina SA 501,3 Cerealera 9. La Plata Cereal

SA247,7 Cerealera

5. Aceitera General Deheza 380,5 Aceitera 10. Minera Alumenbrea

242,4 Oro

Fuente: Ambito Financiero –24 de junio de 2003

22 Extraído de HACIA UN PAIS SOJERO, Ing. Agr. Flory Begenisic, Dir. de Agricultura, SAGPyA Julio de 2002.23 Extraído de Grupo Análisis Económico - Dir de Economía Agraria-SSEA-SAGPyA, Mayo de 2003

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ANEXO 3. El Cooperativismo Agrario.

Las primeras experiencias cooperativas surgen a fines del siglo XVIII y principios del XIX en Europa, para contrarrestar los efectos adversos que la revolución industrial tuvo sobre las condiciones laborales y de vida de los pequeños y medianos productores (agrícolas, artesanos, etc.), trabajadores y obreros.

En Argentina las primeras realizaciones cooperativas llegaron a fines del siglo XIX y principios del XX. Las cooperativas agrícolas surgieron como una forma de independizarse de la usura de los llamados almacenes de ramos generales, los acopiadores y los monopolios, que impedían de una u otra forma que los pequeños y medianos productores pudieran desarrollarse.

En 1913 surge la primera cooperativa de segundo grado, la actual Federación Entrerriana de Cooperativas.

El último hito fundamental se produce en 1956, al constituirse la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO), cooperativa de tercer grado con carácter gremialista frente a la naturaleza mercantil de las cooperativas de segundo grado.

La estructura del cooperativismo agrario argentino queda establecida a tres niveles, con una serie de cooperativas de base agrupadas en entidades de segundo grado con fines comerciales e industriales, que a su vez se encuentran asociadas a una organización de grado superior para la defensa de sus intereses gremiales.

Entidades Asociadas a CONINAGROAsociación de Cooperativas Argentina (ACA)SanCor Cooperativas Unidas LimitadasFederación de Cooperativas Agropecuaria (UNCOGA)Federación de Cooperativas Arroceras Argentinas (FECOAR)Federación de Cooperativas de CorrientesFederación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (FECOVITA)Federación Entrerriana de CooperativasFederación de Cooperativas de MisionesUnión de Cooperativas Agrícola Algodoneras (UCAL) Asociación de Cooperativas Hortícola y Frutícola Argentinas (ACOHOFAR)

Entre las cooperativas de segundo grado se destacan:

Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA): Nace en 1922 en Rosario. Dio un enorme impulso al proceso de integración de las cooperativas de primer grado, propagándose su modelo rápidamente. Está integrada por aproximadamente 200 cooperativas situadas en su mayoría en la Pampa húmeda. Su actividad principal es el comercio de granos, con aproximadamente el 10% de la exportación del total de ese rubro.

SANCOR Cooperativas Unidas Limitada: constituida en 1938, nuclea a casi 100 cooperativas, con alrededor de 5.000 productores. Es la mayor empresa láctea argentina, con el 22% de la producción nacional.

En el Censo Nacional Agropecuario de 1988, de los 378 mil productores agropecuarios, 92 mil son socios de cooperativas. Sin embargo, cruzando estos datos con los registros de las cooperativas, en los cuales la cantidad de socios es mayor, puede decirse que la cifra de productores agropecuarios que son socios de cooperativas es de 100 a 150 mil.

Durante la última década el sistema cooperativo agrario ha entrado en una crisis, con una importante disminución de la cantidad de cooperativas agrícolas y productores asociados.

De los datos del Censo Nacional Agropecuario de 1988 puede verse que las cooperativas existentes a esa fecha eran aproximadamente mil. En la actualidad, teniendo en cuenta la disminución de productores, esta cifra se ve directamente afectada, estimándose esta caída en un 30%. A la disminución de productores en general, debemos agregarle la desaparición de Cooperativas y la fusión en algunos casos como en el sector lechero.

Para el mismo año, la estructura cooperativista de asociados se puede caracterizar de la siguiente manera: el 54% de los productores posee menos de 100 hectáreas y el 91% menos de 500 hectáreas, escala que agrupa a los pequeños y medianos productores.

La crisis mencionada puede deberse a diversos factores:

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Gerenciamiento fraudulento, fundamentalmente a manos de personas ajenas al sector; Disminución de la participación, formación y control por parte de los asociados; Expulsión de productores agropecuarios del campo, debido a la crisis devenida por el modelo económico

neoliberal impuesto en el país; Competencia de empresas proveedoras de insumos asociadas a acopios de granos; Políticas que privilegiaron el desarrollo de economías de escala por sobre el desarrollo de

emprendimientos que favorecieran el desarrollo y la permanencia de los pequeños y medianos productores agropecuarios.

Obviamente también se vio afectada la cantidad de hectáreas que pertenecen al cooperativismo

agropecuario, determinando así que sólo el 14% de las 177 millones de hectáreas totales (unos 24 millones) estén en manos de productores cooperativistas. Dentro de las mismas el 33% están destinadas a la agricultura. Esto significa 10.200.000 hectáreas, de un total agrícola de 30.800.000. En cuanto a lo que se refiere a ganadería, de 147 millones de hectáreas totales, sólo el 10 % está cooperativizado o en posesión de productores cooperativistas.

En cuanto a la comercialización, el promedio de participación es del 22% en los principales productos agropecuarios. A su vez, las cooperativas participan con el 5,6% del total de las exportaciones primarias y agroindustriales. Las cooperativas agropecuarias facturan más de $8.000 millones al año, realizando exportaciones por más de $ 3.000 millones, contribuyendo con el 6% del Producto Bruto Interno (PBI).

Cuadro Nº 5. Participación de las cooperativas en la comercialización de los principalesProductos agropecuarios.Rubro % de participación Rubro % de participaciónGranos 20.5 Lácteos 26Arroz 20 Miel 20Algodón 14 Vacunos 7Lana 7.5 Vino 13Yerba Mate 25 Tabaco 45Té 45

En lo que respecta a la generación de empleo, las cooperativas agropecuarias de primer grado generan aproximadamente 30.000 puestos de trabajo. El sector cooperativo agropecuario argentino emplea en forma directa en toda su cadena de valor a más de 300.000 personas.

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ANEXO 4. Las Ligas Agrarias

Las Ligas Agrarias son un hito histórico de valiosa importancia respecto de la forma de organización campesina como herramienta.

Surgidas en el Chaco en la década de 1960, fueron una herramienta fundamental para defender los intereses de los pequeños agricultores y campesinos, ya que los grandes monopolios que operaban en la compra y venta y en la industrialización de los productos primarios estaban acostumbrados a fijar los precios a su antojo. Las ligas lograron expandirse después ampliamente por la región noreste e incluso en parte de la pampa húmeda.

A fines de los 60´, esas provincias venían sufriendo un azote económico muy grande a causa de la caída de los precios de la producción --por ejemplo, el algodón chaqueño--, lo que provocaba un éxodo constante de gente. "Obreros rurales, pequeños y medianos productores abandonaban sus campos, sus chacras y se iban a Buenos Aires por falta de futuro...”.

Entre los movimientos sociales que fundaron las Ligas podemos citar a Federación Agraria Argentina, Acción Católica, Movimiento Rural y otros.

Puede afirmarse que desde principios de la década del sesenta hasta mediados de los años setenta, las Ligas Agrarias ocuparon un lugar destacado en la escena socio-política y de los movimientos sociales de la Argentina.

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ANEXO 5. Programas Sociales Aplicados al Sector

En nuestro país parece predominar la noción de un actor campesino invisible para el diseño de las políticas económicas, más orientadas hacia la consideración del sector empresarial del área pampeana. En los escasos diagnósticos del sector, antes que destacar su potencial productivo, se pone énfasis en sus características de pobreza, de resistencia al cambio o de imposibilidad de superar su atraso tecnológico. Para algunos sólo cabe esperar su desaparición al ser absorbidos por los sectores más dinámicos de la economía.

La cantidad o calidad de las transferencias formales del Estado al Sector como prestaciones tienen relación con las políticas históricas de limitada inversión social en el ámbito rural y con el más reciente proceso de transformación del Estado, traducido en un abandono o deterioro de las políticas universalistas y en la adopción de políticas sociales focalizadas y orientadas específicamente hacia los sectores con mayores necesidades o carencias básicas. De allí la aparición más o menos reciente de una serie de Programas Nacionales que apuntan a la atención de las necesidades específicas de diferentes sectores empobrecidos o carenciados, incluyendo a los sectores campesinos.

Teniendo en cuenta la ingerencia estatal en la implementación de programas tendientes al desarrollo y mejoramiento del sector se ha considerado necesario analizar las acciones realizadas desde la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos en su área específica de Desarrollo Rural, cuya población objetivo se plantea en pequeños productores, habida cuenta de las diferentes clasificaciones y abordajes que esta definición conlleva, por esto este informe toma en consideración los programas con mayores niveles de ingerencia en la actualidad.

En general todas estas acciones se apoyan en estructuras preexistentes y han surgido como respuesta a la problemática diagnosticada desde el INTA en diferentes situaciones coyunturales. Frente a las demandas concretas del sector agropecuario el Estado se vio obligado a definir estrategias que permitan la subsistencia de este sector productivo.

En este marco la implementación, respecto de la puesta en marcha y durante el transcurso de su ejecución, hace necesario establecer articulaciones con otros programas e instancias de la estructura del Estado y también con organizaciones de la comunidad como INDES, INCUPO y Fundapaz, convocadas a los efectos elaborar documentos base y servir de apoyatura en la implementación de programas. Y en algunos casos se suman asociaciones de productores y de profesionales, proveedores de insumos, Bancos, organismos internacionales (FAO, IICA, GTZ, CTIFL/ Francia, INIA, PRODEG/Uruguay, INDAP/Chile).

Los programas considerados son los que integran la Comisión de Desarrollo Rural de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación:

Programa Social Agropecuario (PSA) Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER) Programa de Desarrollo Rural de las Provincias del Noreste Argentino (PRODERNEA)24 PROHUERTA Programa MINIFUNDIO Programa Fed. de Reconversión Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria:

CAMBIO RURAL

Respecto de los objetivos, el énfasis está puesto en la competitividad, la vinculación de los productores al mercado y la capitalización y el mejoramiento de las condiciones de vida de los beneficiarios. En sus diseños institucionales y operatorias (descentralización, rol de los gobiernos provinciales, participación de los beneficiarios y las organizaciones de apoyo) tienen como rasgo común el fomento de actividades productivas o de servicios rurales y el acompañamiento técnico a los productores a través de la asistencia profesional. En sus estrategias se destacan el reconocimiento y potenciación de las experiencias previas y la articulación de los recursos humanos e institucionales públicos y privados.

24 Con relación al PRODERNEA, la Unidad de Financiamiento Internacional de la SAGPyA solicitó al FIDA el envío al país de una misión de

reorientación del proyecto para definir, con el Gobierno Central y Federal de las Provincias participantes, las medidas a adoptar para encauzar el proyecto teniendo en cuenta las dificultades que se presentaron para su ejecución así como los cambios socio económicos que tuvieron lugar en el país. Dicha misión tuvo lugar en diciembre de 2002. Como resultado de la misma el PRODERNEA ha sido reorientado para cumplir con los objetivos del Proyecto, incorporando importantes cambios en relación a su formulación originaria. Para la implementación de los cambios acordados se está gestionando una addenda al Convenio de Préstamo y se encuentra en elaboración un nuevo Reglamento Operativo.

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Cuadro Nº 6. Resumen de los programas sociales aplicados al sector agropecuario.Programa: Sigla Fecha de

Inicio y finalización

Origen Población Objetivo

Población Actual bajo Programa

Características

Programa Fed. de Reconv.Productiva para Peq. y Med. Empresa Agropecuaria.

CambioRural

Julio de 1993 hasta el presente

DiagnósticosINTA

10.000 productores para el año 2002.

30.000 productores.Actuales: 8.102 productores (621 grupos, 49 cooperativas

Medianos productores dispuestos a trabajar en grupo con la metodología del Programa.

Proyectos de Investg. y Extensión para Peq. Productores Minifundistas

Minifundio 1987 hasta el presente

ProyectosDe ExtensionP/ pequ.Prod.

10.000 productores para el año 2002.

11.614 prod. en 43 proyectos (324 grupos, 47 coop. 8 asoc., sobre 23.000 acum.

Unidades domésticas de producción agropecuaria bajo cualquier forma de tenencia, que producen en el mercado en condiciones de escasez de recursos naturales y económicos

Promoción para la Autoproduc. de Alimentos

PROHUERTA agosto de 1990 hasta el presente

INTASAGPyA

2.905.900 personas en el año 2002.

2.824.268 personas (urbanas y rurales) en el año 2002

Familias con NBI o ingresos mensuales inferiores a la línea de pobreza (717 $). Niños de escuelas en áreas críticas.

Programa Social Agropecuario.

PSA abril de 1993 hasta el presente

SAGPyA"aplicaciónagropecuaria

No definida 58.027 productores grupos de al menos 4 familias en Patagonia, 6 en el resto del país, trabajo directo del productor en la explotación, vivienda permanente en el predio, ausencia de trabajo asalariado permanente, y contratación de mano de obra transitoria sólo en los momentos pico de trabajo, ingresos extraprediales provenientes del trabajo transitorio

Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios

PROINDER mayo de 1998 hasta mayo de 2003

PSA, para fortalecercapac. Institucional de Pol. Agropecs.

40.000 pequeños productores y trabajadores transitorios pobres

16.938 productores Residencia rural, trabajo directo en la explotación, no contratar más de 60 jornales anuales, trabajo familiar extrapredial no superior a los 270 jornales anuales

Programa Desarrollo Rural de las Pcias. Del Noroeste Argentino

PRODERNEA enero de 1999 hasta junio de 2003

Extensión delPNEA,prog.

10.570 familias de pequeños productores y 3.450 familias aborígenes

16.938 productores pobladores rurales con una cierta dotación de recursos productivos y capacidad de gestión empresarial, que enfrentan múltiples limitaciones pero que tienen condiciones objetivas para entrar en un proceso de incorporación tecnológica y diversificación y por lo tanto con potencial para incorporarse competitivamente a los mercados.

Referencias:Nacional (1). Excepto Santa Cruz y Tierra del Fuego.Nacional (2). Excepto Santa Cruz y Tierra del Fuego. Focalización por departamentos.Regional (1). Chaco, Corrientes, Formosa y Misiones.

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ANEXO 6. Ferias Francas

A mediados de 1995, como resultado de la crisis del campo, nace en la provincia de Misiones un espacio de comercialización directa de alimentos recién cosechados y vendidos por sus propios productores, inspirado en experiencias similares que se dieron en Brasil y con objetivos como:

1- la organización de los productores y sus familias para que participen en la feria respetando las ordenanzas municipales y las leyes tanto provinciales como nacionales que rigen este tipo de actividad;2- capacitar a los productores miembros de las Asociaciones Civiles de Feriantes;3- crear mecanismos de autoayuda para el desarrollo de las ferias y la producción primaria y artesanal, que incluyen el acondicionamiento para la venta;4- la gestión de créditos y subsidios para los socios y un mejor financiamiento para las ferias.

La primera de estas Ferias se lanza en la Ciudad de Oberá en Agosto de 1995, con apoyo del MAM, el programa PSA y ONGs zonales.

En el año 2000 se crea la Dirección Provincial de Pequeños Agricultores, Huertas y Ferias Francas.Esta experiencia permite que en la actualidad alrededor de 2500 colonos misioneros formen parte de esta práctica, que les permite acceder a un mercado local, que permite la llegada al consumidor de productos frescos a precios accesibles, sumado al conocimiento de los consumidores para mejorar el nivel de producción.

En relación a la organización, basados en la capacitación y la planificación se abordan no sólo las cuestiones relacionadas con la producción y los aspectos administrativos, sino que se discuten también reglamentos internos.

Esta organización ha logrado no sólo el acercamiento entre productores y consumidores, sino que genera un movimiento social respecto del ingreso de recursos a pobladores que tienen serias dificultades económicas y por ende sociales como alternativas de comercialización que eliminen la intermediación.

Esta experiencia, nacida en el seno de la provincia de Misiones, con el apoyo del Movimiento Agrario Misionero, tiene hoy en la provincia alrededor de 36 ferias francas y la experiencia se ha replicado en ocho provincias, nucleadas en la organización nacional de Ferias Francas con sede en Oberá, Misiones.

La propuesta original fue la idea de comercializar Yerba, Té, Tabaco y Tung. En la actualidad comercializan en provincias como Corrientes casi 60 variedades de productos artesanales, entre ellos quesos, dulces, butifarra, licores, artesanías, etc.

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ANEXO 7. Yerba mate Tierra, Trabajo y Justicia (“Titrayju”)

Específicamente en lo referente a Yerba Mate, el proyecto del Movimiento Agrario Misionero forma parte de una estrategia de articulación entre diferentes Programas de Desarrollo e Instituciones estatales y privadas y esencialmente está dirigido a mejorar las condiciones socioeconómicas de los productores familiares del Departamento de Oberá, Provincia de Misiones, a través de su reconversión productiva. En concreto, se apunta a modificar la tradicional cadena de producción-venta de los productos agropecuarios locales (haciendo hincapié en las etapas de transformación y de comercialización) y a potenciar el trabajo cooperativo.

Para el logro de este objetivo se definen cinco áreas principales de intervención: infraestructura y equipamiento, organización, capacitación, asistencia técnica y fondos de crédito.

Esencialmente, el último rubro es en el que se hace hincapié y, dado que constituye un cuello de botella en el actual proceso de desarrollo de los productores familiares nucleados en la Cooperativa “Río Paraná”, se considera que juega un papel fundamental en el resultado final esperado, el que a su vez es fruto de la articulación de acciones llevadas a cabo por las Instituciones locales involucradas en el tema: la Cooperativa “Río Paraná”, el Movimiento Agrario de Misiones y la Asociación de Agricultores Feriantes de Oberá, de la provincia de Misiones. En forma directa alcanza a más de setenta familias asociadas a la Cooperativa. Estas últimas han participado indirectamente en la definición de la acción a través del equipo técnico de la cooperativa, que sintetizó sus requerimientos en una propuesta de proyecto. Los beneficiarios, a través de su propia cooperativa, en calidad de socios activos, participan directamente en la implementación de todas las actividades previstas.

El objetivo final es pasar de un modelo de "producción primaria" a un modelo de productor de bienes con un considerable "valor agregado", los que serán vendidos directamente en los mercado local, provincial y nacional. Por esto se considera inestimable poder disponer de un Capital de Giro destinado a la formación de Stock y, por supuesto, articulado a otras acciones emprendidas por la Cooperativa “Río Paraná”, el Movimiento Agrario de Misiones y la Asociación de Agricultores Feriantes de Oberá, todas en un mismo sentido.

Desde sus comienzos la Cooperativa de Consumo para Minifundistas y Tabacaleros “Río Paraná” Limitada comercializó los productos elaborados por sus asociados en la Feria Franca de Oberá. Sin embargo, desde hace casi tres años muchos productores concurren a las tres Ferias que funcionan en Posadas, capital de la provincia. Simultáneamente con esta última práctica se comienza a considerar en el seno de la Mesa Nacional de Productores Familiares la posibilidad de organizar un mercado de alcance nacional para productos alimenticios elaborados por pequeños productores rurales. El Movimiento Agrario de Misiones participa activamente en estas gestiones y asume responsabilidades precisamente en el área de comercialización. Es lógico que el producto más demandado a los productores de la provincia de Misiones sea la Yerba Mate. Con anterioridad ya se habían realizado varias experiencias acerca de si se estaba en condiciones de salir al mercado con este producto, elaborado en forma prácticamente artesanal. Una de las características más apreciables es la factibilidad de seguimiento de todo el proceso de producción, es decir su trazabilidad, en razón de que toda la producción de los socios de la Cooperativa es artesanal, tanto en el campo como en las salas de industria.

Finalmente cabe acotar que como el proceso de comercialización ya está iniciado, se creó una marca propia, Titrayju, la que se encuentra en trámite de inscripción y que surge como anagrama de las palabras Tierra, Trabajo y Justicia, que a su vez se corresponden con los ideales de la Cooperativa CMT “Río Paraná” Ltda. Dicha marca ya se comercializa, con envase propio, en varios lugares. Pero estrictamente los mercados en los que se confiaba y que mejor respuesta han tenido son las Organizaciones Sociales con quienes se mantenía alguna relación.

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ANEXO 8. Bibliografía

Begenisic, Flory, “Hacia un país sojero”, Dir. de Agricultura, SAGPyA, Julio de 2002. CONINAGRO, “El cooperativismo agropecuario en números”, 1997. de Dios, Rubén, "Políticas activas de desarrollo sustentable para la pequeña producción agropecuaria en

Argentina", en "Trabajo y Sociedad, indagaciones sobre el empleo, la cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas", Nro. 1, Vol. 1, Facultad de Cs. Sociales, UNSE, Junio- Septiembre de 1999.

Devoto, Rubén y Posada, Marcelo, "Notas sobre el rol de los acuerdos entre profesiones y la calidad alimentaria", Políticas Agrícolas Vol. III, Nro. 2, 1998, págs. 55-83.

Federación Agraria Argentina, “Plan Arraigo”, Secretaría de la Juventud, 2002. Federación Agraria Argentina, Despachos de Comisiones del 90º Congreso de la FAA, Septiembre de

2002 INDEC, Censo Agropecuario Experimental, Pergamino, Buenos Aires, Octubre de 1999. INDEC, Censo Nacional Agropecuario, 1998. INDEC, Censo Nacional Agropecuario, 2002. Movimiento Agrario de Misiones, FAC y MOCAFOR, “Las Ferias Francas”, texto de apoyo de Curso de

Formación 2002. Murmis, Miguel, “Pobreza Rural, diversidad de situaciones ocupacionales”, Dir. de Desarrollo

Agropecuario, SAGPyA, MECON, 2001. Posada Marcelo, "El sistema agroalimentario: un enfoque organizativo", Conicet en la UNLu / FLACSO. Posada, Marcelo, "Una aproximación a la constitución actual del Sistema Agroalimentario

Internacional"; notas técnicas, AgroSur, Vol.24, Nro. 2, 1996; págs. 196-203. Posada, Marcelo,"Los Pools de Siembra en la Región Pampeana", Conicet en la UNLu / FLACSO. Revista "Los Setenta", Vol. 4, entrevista a Osvaldo Lovey, por Lucho Soria. SAGPyA, Informe de Grupo Análisis Económico. Dir. de Economía Agraria. Mayo de 2003. Sarachu, Osvaldo, "Concentración y Escala Económica: Propuestas Organizativas para pequeños y

medianos productores", Conferencia en Jornada Nacional de AADER, Córdoba, Agosto del 1996. Secretaría Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Informes, Diciembre de 2002. Sistema de Información y Evaluación de Programas Sociales- SIEMPro, Guía de Programas Sociales de

Desarrollo Productivo, 2002.

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