El Antidecalogo de Federico Di Serna

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El Antidecálogo de Federico Di Serna René Ghenzi

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Segunda parte del tríptico formado por los libros "La Ilusoria Búsqueda de las Respuestas", "El Antidecalogo de Federico Di Serna" y "Detalles de un Sueño Compartido"

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  • El Antideclogo deFederico Di Serna

    Ren Ghenzi

  • El Antideclogo de Federico Di Serna

    Ediciones Digitales Alan5_RG SistemasDiseo Ren Ghenzi

    www.geocities.com/[email protected]

    Mayo de 2004Impreso en Argentina

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    El Antideclogo de Federico Di Serna

    "Desde que olvid olvidar he vuelto a recordar"...

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    Captulo I

    "el destino, el deber, es salvar el papel del pecado"

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    Introduccin

    Cuando se enteraron que estaba en aquel lugar no pudieron menos que ira visitarlo (buscarlo), hacerle compaa, intentar hablarle, o tan slo ir asentarse a su lado y escuchar (actitudes propias de la amistad), si es que lan tena tiempo o ganas de hablar (actitud que entienden slo losamigos), despus de tanto pasado.Al llegar al saln pudieron verlo sentado en la cabecera de la mesa (o ensu lado opuesto, segn el punto de vista), o al menos esa era su actitud, llevant su cabeza para ver quien entraba, dirigi su vista hacia los treshombres que recin haban entrado, sinti que los conoca de algn lugarpero no pudo saber ni entender de dnde, entonces volvi a sus asuntos,reley la ltima pgina y sigui llenando con letras y palabras hojas enblanco, como si fuera obligatorio, como si aquel vaco fuera un pecado,una falta, al menos algo remediable, algo que l poda solucionar as;escribiendo.El primero en acercarse, como es lgico, fue Ramn, quien se sent en lamesa buscando con la mirada el rostro de Federico, pero l escriba sinsiquiera pensar en lo que suceda a su alrededor, Felipe y Santiago ya sehaban dado cuenta que estaban en el terreno del olvido, se sentaron delotro lado de la mesa, en frente de Ramn, y sin palabras, con slo un gestole indicaron que el escritor estaba perdido en un laberinto abstracto,esperaron en silencio, sabindose olvidados, sintiendo una extraa mezclade lstima, comprensin y profundo respeto por aquel a quien le habatocado la dura tarea de escribir ilusiones.

    Buscando refugio nuevamente en las palabras, escapando de toda realidadque no fuera papel y lpiz y su mano escribiendo, Federico se autoexiliabaen su escritura sin saber que en realidad del otro lado suceda lo mismo, yque era justamente por eso que los personajes de sus cuentos tenan vidapropia y manejaban sus destinos o el de l... fue por eso que casi sinsaberlo, sin darse cuenta o sin proponrselo en realidad, se encontrabaaquel da describiendo un lugar en donde;

    Coronaba el cielo sobre aquel valle un dosel de cristal y cuanta luz cruzaba atravs de l se converta presto en arco iris. De la luz y los colores llegaban losreflejos de miles de piedras preciosas en el fondo de cristalinos ros de aguasmansas.Peces, aves y el resto de los seres vivos convivan en perfecta armona, y fue elhombre primero, quien disfrut de aquel valle. No es bueno que hombre este solo,alguien dijo, y fue la mujer su compaera.Todo era perfecto, ya que as fue concebido; lo malo no exista o si bien exista eradesconocido, en el mundo perfecto debe primar la ignorancia, entonces se coarta

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    cierta libertad (por pequea y grande a la vez), y le fue prohibido al hombre, y a lamujer, probar el fruto de la sabidura.Aparece entonces la figura del engao, y cae presa la mujer de las palabras y supropio deseo, desobedece la regla, aquella primera, y el amor del hombre es tangrande que resigna la eternidad y la felicidad por seguir a su compaera, porsaberse ms, convertirse en Dioses de sus propios destinos, conocer lo malo y lobueno, aprender de los errores y errar por siempre.Exiliados del valle caminan aquellos dos seres primeros, minscula humanidadque lleva su pecado y su vergenza a cuestas, que como las hormigas cargan sufruto y su hoja, que como siempre, por siempre, caern fruto del engao... y atrsquedar el valle vaco y sin sentido, ya que fue creado para ellos...

    y ellos, el engao, pecado, vergenza, Dioses..., en fin; sinproponrselo, se encontraba describiendo el Edn... porqu?; quizsescaparse en palabras era una forma de encontrar ese paraso perdido, enrealidad no lo saba... al menos no en ese momento.

    Estar en aquel lugar no era extrao, que algunas personas se sentaran en lamesa a escuchar su disertacin tampoco, lo extrao era que nadie saba desu disertacin, y entonces algo pareca encajar en algn lugar de todoaquel caos o mundo, o mundo en caos, encajar, los engranajes de lamaquinaria finalmente se alineaban, diente sobre diente, entre dientes, y elpndulo marcando el ritmo, la maquinaria infernal, el tiempo que marcanlos relojes, el olvido de aquellos rostros que saba conocidos de antemanosin saber de dnde ni de cundo, y la presencia de ellos en su disertacinaun cuando nadie ms que l mismo saba de ella... y algo al fin encajaba,y algo tena remedio en aquel caos, las hojas en blanco se cubran conletras, que formaban palabras, y ellas oraciones, y estas ltimas prrafoscompletos, y ms de ellos llenando espacios, remediando ese vaco... tanslo ese, ya que aquel otro que exista desde (quizs) siempre no podallenarse tan fcilmente, ni siquiera en aquel mundo que tan bien lo hacasentir; aquel en el que armaba y desarmaba a gusto mil situaciones, milhistorias irreales; el del sueo.Salvando del pecado aquel papel, cumplida la tarea (al menos por aquelda o por aquellas hojas), Federico levant la vista, mir primero aSantiago, luego a Felipe y finalmente a Ramn...- gracias por venir - dijo como si los conociera, pero sin poder rescatar dela penumbra ese recuerdo escurridizo, nebulosa de ensueo en dondeaquellos rostros se movan de un lado a otro, entre sombras y fugacesluces de relmpagos... en medio de la neblina que no dejaba escaparaquellas identidades escuch una por una las voces que lo saludaban,nuevamente los engranajes hacan notar el paso del tiempo, que todo

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    transcurra... y cambiaba... dentro y fuera de l... desde siempre... perocunto?... cundo?... siempre?...- siempre? - pregunt Federico... y los asistentes a la disertacin (queignoraban su propia condicin de asistentes a una disertacin) se miraron,coincidieron quizs en sus pensamientos, pensaban quizs de la mismaforma, o en lo mismo que l, antes de responder;- casi siempre, a veces, o nunca - pensaban realmente en lo mismo?.- es tan extrao sentirme as hoy (ahora que empiezo a reconocerlos, misamigos), no los esperaba, y los esperaba al mismo tiempo (como a lospersonajes de mis cuentos) -- es bueno volver a verte (es que ya no sos el mismo y nosotros tampoco),verte escribiendo - dijo Felipe que saba de sobra lo que era cambiar, loque significaba no tener nada, resurgir, y a veces tener slo lo que sepiensa y entonces escribirlo... Ramn y Santiago aprobaban con sus gestos,ellos pensaran lo mismo, las cosas no suelen cambiar demasiado pero nosuelen ser iguales por siempre, acaso esa no haba sido la pregunta deFederico?.- justamente de esto trata mi disertacin; escribir como forma de creacin yescape... es para m una alegra tenerlos cerca, no hablar solo (otras vecesme toman por...) -- disertacin?, sobre qu? - pregunt Santiago que ahora buscabainsistentemente algo en su abrigo, el recuerdo de una silueta, la botellaque siempre llevaba encima, que no tena, no saba porqu la haba tiradoen algn callejn?.- sobre la mente creativa, causas y consecuencias, pensamientos mos, losde siempre... (siempre?) - Federico buscaba alguna palabra paracontinuar entre los papeles que haba salvado del infierno, y la encontr.- contanos un poco ms - dijo Ramn sintindose parte de aquellospensamientos que coincidan generalmente con los suyos, y con la certezade que algn fragmento perdido, alguna punta del ovillo terminaba oempezaba en la galleta que descansaba en su mente, esa galleta que cubraun pensamiento ms profundo, ese que lo llevaba siempre al borde delabismo; intentar terminar con su propia vida.Fue entonces cuando Federico comenz la disertacin en medio de unsilencio expectante...

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    La Disertacin

    La Plata, veinticuatro de Enero de 2001; disertacin del autor sobre lamente creativa y sus estados alterados de conciencia:

    - decididamente en tal estado de evidencia es imposible (al menos paranosotros, o para m) refutar la condicin evidente de esta mente quedecidi imaginar ms all de los lmites que nos es permitido, rompiendola regla primera, aquella irrompible, alejndose tanto en la ilusin, tanlejos hasta la realidad, y es entonces imposible renegar de esta condicinque refleja dicha mente en todo espejo que se le enfrente, ya sea el de larazn como el de la justicia o el de la tristeza... llorando al verse en esteltimo espejo, y riendo siempre al final, cuando decididamente en talestado de evidencia es imposible para todos negar la cordura que presentaal representar cada acto que le toca actuar.Es claro entonces que su ilusin se sublima en realidad, y que en cadasueo cae tan profundamente en el inconsciente que siempre, alterminarse la serie abstracta e inverosmil de posibilidades, termina pordescansar en la rutinaria, repetitiva e inevitable realidad.Decidida, evidente... la mente creativa, decididamente, viajando ensentido circular, atravesando lejanos y fros parajes del inconsciente, yquemndose luego con tanta verdad, en cada vuelta, con cada retornar,volver alejndose y volviendo, cada vez, obstinada, obstinadamente, lamente creativa, se evidencia, evidentemente; decidida.dnde nace la ilusin que alimenta al sueo?, dnde dormir el sueo delos justos?... sin culpa, sin temor, y entonces... porqu temer, a qu o aquin?, si tanta ilusin termina siendo realidad, toda realidad es o fuepotencialmente una ilusin... pero no siempre se suean realidades, salvocuando se suea despierto (y ni siquiera), sin embargo para la mentecreativa la realidad no es tan evidente ni tan rutinaria, ya que para llegar aella, primero se tienen que agotar tantas ilusiones... tantas y tantas ms...Y nace de la obscuridad (de ojos cerrados y no de noche o de cortinascerradas) un silencio, y desde l aparecen toda una serie de ruidos defondo, especie de msica acompaamiento que ayuda a tanto personajeque quiere siempre volver a actuar, y surgen colores y formas, abstractos,sin forma definida o cierta, y fuego y luces que subliman nimbando en laescena tantas cabelleras al viento, porque adems el viento trajo la lluvia, yla lluvia el fro, y el fro un recuerdo, y las voces de todo un coro en l, enun recuerdo que es escenario detrs de un teln cerrado y de un silencioinexistente ahora... siempre, siempre esperando el mejor (o el peor)momento para empezar a actuar.

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    Y no toda creacin nace de un recuerdo (consciente o inconsciente), perolo cierto es que termina sindolo, y pasa siempre un tiempo antes quesurja, que nazca, que se recree a si mismo, surgiendo en la realidad, comoalgo ms que el recuerdo de una ilusin, pero como una realidad muysublime, muy delicada, cuasi imposible, existiendo slo por estar as comoestas palabras (adjunto texto; primer parte de la carta)... escritas. -

    Carta a la Creatividad (Primera Parte)Como siempre imagino "No estars enojada o algo as, no puedo creer que notengas ni siguiera un minuto para contestar alguna de mis preguntas, es acasoque el tiempo y la distancia apagaron nuestra llama... y dicen que la distancia es elolvido, y yo me niego a creerlo aferrndome siempre al recuerdo, en tanto que laluna sigue mostrndome su nica cara, aquella que siempre me muestra, quizs lanica que puede mostrarme...{De ms est decir; que el sol ya no alumbra como antes, que su tibieza de veranose viene apagando de un tiempo a esta parte, rotando y girando el planeta en eluniverso, mi alma en l... perdida como siempre, inmersa en laberintos, suerte debarco en nocturno mar inquieto, sin el placer de la luz de un faro, como siempre.Imaginando los motivos de este silencio, tratando de aceptar que quizs ya noquieras ser lo que fuiste, y mi recuerdo que cambiante en sus cambios intenta sersiempre el mismo, tantas veces logrado, llegando a la forma exacta del recuerdo,los colores, el cuadro, mis textos... los motivos de este silencio...}...en el intil silencio de tu ausencia me aturden los ruidos del universo que merodea, cuando todo es igual a siempre desde que te fuiste, porque una eternidad sinti es un instante vaco, sin sabor, sin sentido, y entonces esto de extraarte no esnuevo, no es viejo, es simplemente insoportable silencio de tu ausencia.Lejos de mistificar los vacos que provoca mi esperanza de encontrarte, lejos deidealizar tu figura y pensamientos, cada da que pasa se ocupa mi mente enhumanizarte, y as tenerte ms cerca, y as poder perdonarte la equivocacin dealejarte, dejndome solo a escasos metros de un abismo sin fondo cierto odebera decir; dejndome a la deriva en un mar de incertidumbres a pesar de tenerla certeza de las respuestas que trajeron mis intentos, infructuosos siempre a lahora de intentar al menos hacerte ma por un instante que para m hubiera sidoeterno...

    - decididamente est cuerda, esta mente est as... tuyo, y sin embargo nolo creo, no creo que pueda lograr alcanzarte, no al menos como en algnmomento supo hacerlo, ya que los caminos ocultos que decidiste tomar,que ocultaste luego de transitar, que no puedo ver desde la realidad deesta mente, evidentemente cuerda... creativamente perdida sin encontrarel camino para encontrarte, imaginando ms all de los lmites,iluminndose con la ilusin, regresando a la realidad, que duele tantosiempre... alejndose para estar ms cerca; tuyo, el prximo silencio. -

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    Los tres oyentes (cierto destino que no admite casualidades los habareunido en aquel saln); Ramn Alfredo Guzmn, Santiago Daniel Luna yFelipe Agustn Amenabar cruzaron miradas, asintieron, se pusieron de piey aplaudieron hasta que el dolor en las palmas de sus manos les impidiseguir (para ser exacto antes de eso alguien les pidi silencio).

    Ese mismo da, mientras se retiraba a su cuarto, consultado el autor acercade la creacin de los personales y los sentimientos (de los personajes y del) nos deca; actualmente me encuentro en una etapa de separacin cuasimstica de los sentimientos que me unen con la realidad, luego el placerldico que me proporciona jugar con las palabras compone en mi mentealucinados sueos, que son especialmente diferentes a los otros, cadaoracin, cada poema, cada cuento, novela o libro es un sueo que elijosoar, en los que vivo las experiencias y situaciones que pude (y que nopude) vivir en la lejana realidad, pero llevadas a un lmite que puede rayarcon la demencia, o aun peor, con la cordura los personajes qupersonajes? los sentimientos qu sentimientos? actualmente

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    Se Escribe un Destino

    - bueno, se hace tarde - dijo una voz que pareca salir de todos lados, o deninguno, el tono era de madre, maestra, enfermera o todas ellas juntas.- como siempre - dijo Ramn.- y como nunca - retruc Felipe.- volveremos maana - sentenci Santiago (que quizs posea el don de laprofeca) con una conviccin que asombr a sus amigos.- volvern y sern otros, yo ser otro, y quizs no nos reconoceremos, perovolvern y yo estar aqu (creo) -- como siempre - pens y dijo sin querer Felipe.- y como nunca (quiero vale cuatro) - afirm Ramn.Federico junt sus notas, las enroll prolijamente para luego meterlas en elbolsillo del saco, junto con un lpiz y una goma, junto con una mano,junto con un sueo que lleva una mano dentro, la ilusin de su manotocando aquella otra, o la esperanza (tonta y siempre tan ciega a la verdadcomo la fe) que sus textos fueran el camino para salir; para partir yvolver junto a ella.

    En su cuarto, ambiente en eterna penumbra de cortinas cerradas o de viejalampara que ms adorna de lo que ilumina, la prolijidad inexistenteconstitua un orden nico, y cada cosa sin embargo pareca estar dondedeba, o al menos, en donde mejor poda llegar a estar; la ropa de cada da,la ms usada, sobre una silla que hoy estaba ac y maana ms all, loslibros en la mesa repletos de sealadores, unos ms grandes parecancomerse a otros ms chicos, los libros, el cenicero en el suelo y las cenizastambin, la ventana cerrada por cierto temor de la infancia, por las brujasque en los aquelarres entran por aquellas que encuentran abiertas parallevarse a los nios y comerlos luego, el espejo cubierto de notas, recortesde diarios, algn que otro dibujo y una vieja foto (su padre?), unaescultura pequea, de jabn sobre la mesa, en medio de una lamparamucho ms vieja que l y una botella de vino medio vaca o medio llena,justo al lado de donde fueron a parar las notas, el lpiz, la goma, lossueos y la ilusinAcostumbrados a estar juntos, no pudieron menos que intentar hacerlo,sin la ayuda de las manos, y sin la luz necesaria para verse, cuando en lanoche el silencio slo se interrumpa de tanto en tanto con el respirar deFederico, o el aullido de algn perro callejero, el lpiz busc la hoja, lanota inconclusa, el final de aquel verso, se dijo para s, o juntos se dijeron;- escribamos el destino como si l lo estuviera haciendo, no podr darsecuenta, as engaa el tiempo -

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    y durante aquella noche, acostumbrados a estar juntos, sin poder menosque intentar lo hicieron.A la maana siguiente sobre la hoja descansaba el lpiz, la Nota concluida,el Verso estaba completo...

    Movimiento (la Nota)Pensando en cmo y cundo todo esto dej de ser lo que era pienso, que en aqueltiempo en que compartamos un mismo camino la ciudad se fue transformando (yno cambiaba en nada la ciudad) poco a poco hasta ser exacta, especial e idealizada,de la misma forma en que idealic tu figura, tu ser, y cada una de las cosas que terodeaba y luego el momento de cambiar (o volver a ser lo que siempre se fue;nada), de dejarse llevar por el movimiento, y dejar de ser lo que fuimos cuandocompartamos la ciudad el momento de la tarde que deja de ser tarde, porquedej de ser temprano hace tiempo para muchas de las cosas que pretenda hacer, yse hace de noche.Mientras la tarde va cediendo lugar a la noche (obscuridad) inminente en estaciudad que es de tantas formas otra, los diferentes colores se tornan cada vez msintensos en el cielo y esa intensidad transforma las formas que me rodean,entonces ocurre lo inexplicable y surgen una a una las estrellas, comoimperfecciones en ese manto que pretende cubrirme, dejndome ver la claridad delos Dioses, los puntos de luz se ordenan en formas que siempre en movimientoanexan nuevos integrantes, mientras los colores que una vez fueron intensos semarchan al horizonte, y slo van quedando sobre m los colores del principio; elblanco y el negro, la obscuridad y la luz y ese otro fenmeno que nos inquieta ynos acerca a lo eterno el milagro el movimiento.

    Distancias (el Verso)Cmo puede ser cierto que te encuentres tan lejos, si cuando te alejas siento (en miesperanza) que el mundo es ms pequeo, cuando sin palabras nos hablamos ensilencio, y en la distancia no se pierde, ni se oculta, la verdad de mis ilusos sueos.Y cmo olvidarte si veo tu rostro a cada momento, en las personas que cruzan micamino, por donde mis pasos deciden llevarme, en mis viajes y en mis vuelos,despierto y dormido... y despierto.Entonces me es imposible dejar de quererte o distraer mis pensamientos, salir deesta forma inexplicable del desconcierto, la debilidad que nos hace fuertes, laconciencia de la extensin real del laberinto; el infinito, circular y eterno mundoen que vivimos, y ese hilo imperceptible, invisible, que nos une, por siempre, parasiempre, desde que tu existencia se hizo evidente en mi mundo, y mi mundo fuetuyo, y qued vaco, perdido entre nubes, mis viajes, mis vuelos, mi bsqueda quetermina en m, porque eres esa parte de m que me mantiene vivo, porque la salidadel laberinto, la nica y especial, es hacia dentro, salirse de lo otro, entrar en eseafuera que significa entrar dentro de uno mismo, encontrar esa punta del alma endonde se aferra el hilo; un lugar comn, compartido... de tu alma, de mi alma...ser ese el instante eterno en que dirn sealndonos con el dedo, all donde te

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    encuentres, o donde yo deba estar; que algo de cordura perdimos... que no nosdimos cuenta de ello... ni de cmo, ni de cuando... y sin embargo; cmo puede dejarde ser cierto, que en mi locura soy feliz, que en mi esperanza nace la ilusin en laque te encuentro... y desaparecen las distancias... y vivo... o sueo.

    As engaa el tiempo, nosotros sin darnos cuenta dormimos, y se escribe eldestino, mientras vivimos en un sueo.

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    Despedida

    Como haba sentenciado Santiago, pasadas las veinticuatro horas, los tresamigos se haban hecho presentes en el lugar, de la disertacin pocomenos que el recuerdo flotaba en el aire, sin embargo ellos eran losmismos, y muchas veces haban hablado con Federico de esos temas, crearnuestro propio pasado, recuerdos para olvidar, etc no estaban ahnuevamente por casualidad, ni siquiera por lastima, pena o cualquiera deesos sentimientos menores (al menos en estas circunstancias), ellosbuscaban como otros, una respuesta.Nuevamente el saln los reencontraba, Federico sentado una vez ms consus notas, con su lpiz, con sus ganas inquebrantables de dejar untestimonio fuera como fuera, y Santiago, Ramn y Felipe se acercaronlentamente hasta la mesa tratando de no molestarlo imposible.- amigos, es una suerte tenerlos nuevamente aqu reunidos dijo Federicoal tiempo que les haca una sea para que se acercaran, como si lo quetena que decirles fuera un gran secreto- en qu podemos ayudarte? pregunt Felipe- dejalo que hable dijo Ramn- a mi primero me das algo para tomar propuso fervientemente Santiago.- la verdad es que -- qu no ves que no hay nada?, dejalo hablar dijo interrumpiendo Felipe- es que en poco tiempo no me van a encontrar ac -- y a dnde vas, no vas a hacer una estupidez? pregunt Ramn- en todo caso si va a hacerla, brindemos por eso -- dejate de joder Santiago dijo Felipe- esta bien, lo que quiero decir es que tengo que hacer un viaje, y es posibleque no volvamos a vernos en el rostro de Federico la tristeza se hizoevidente.- bueno al menos contanos de que se trata todo esto dijo Ramn, yFederico intent contar de la mejor forma que pudo todo eso que sentadentro suyo- yo, Federico yo que no puedo entender lo ms simple de la naturalezaun da, hace tiempo, conoc el amor, la mujer que lo representaba yrepresenta, ayer, hoy y siempre (al menos para m), y s que a pesar de nopoder llegar a ella, debo intentar llegar a ella, comprometerme a llegar, ysin embargo no puedo prometer nada, comprometerme cmo obligarme ala rutina sera de una forma tangible y emprica negar mis convicciones,en tanto que no puedo hacerlo no puedo (ni quiero) prometerabsolutamente nada pero cada noche le hablo y le escribo, me doycuenta que mis creaciones (por modestas y simples que puedan ser) sedeben a ella y desconozco territorios en los que me sienta tan dueo

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    como en los de mis propios sueos; donde veo la luz del sol calentando latierra, la obscuridad de la noche y sus estrellas refrescando un nuevorecuerdo olvidado en la vigilia, donde siempre es ma, y no necesitoexplicarle lo que trato de decirle, donde nunca se acaba el vino y dondenunca llego a emborracharme desconozco territorios en donde me sientatan feliz -- no slo es perfecto, es sublime - dijo Felipe, y tanto Ramn comoSantiago pensaban lo mismo... las despedidas sobraban entre ellos, sabanque de todas formas siempre estaran juntos... se fueron.Realmente no se volveran a ver, un largo viaje esperaba a Federico;salirse, escaparse por un espejo, o en un sueo, soar que viajaba en tren,o quizs viajar en realidad en tren y soar que sucedan todas estas cosas,lo cierto es que para l fue una verdadera despedida, ni Felipe, niSantiago, ni Ramn sospechaban que aquella noche todos compartiran unsueo, y que tiempo despus ellos soaran ser la misma persona viajandoen un tren, compartiendo un deseo, un viaje y un nuevo y fantsticosueo, pero todo eso es (y fue) otra historia.

    Mientras Federico intentaba dormirse, pensando, tratando de comprender,relacionando palabras; comprimir, hender, hendidura, si, quizs eso;juntar tanta realidad intil que lo rodeaba, comprimirla, luego hacerse unahendidura en el cuerpo, o quiz elegir alguna que ya est hecha, provistade antemano para estos menesteres, preparada para la tarea, e introducirtodas las cosas, y entonces comprender, si era eso comprender y seguaintentando dormirse, pero la verdad era que no poda hacerlo, muchascosas haba comprendido y era mejor ignorar algunas para dormir ydescansar, porque fue slo un sueo y la realidad es mucho, mucho peor,y porque ignorar ciertas cosas es entonces parte de esa felicidad quebuscaba (y que an busca), si no lo es todo. Mientras intentaba dormirseescribi el siguiente texto;

    Si acept en el tiempo perderte fue slo para conseguir las fuerzas necesarias paravolver a buscarte, jams te resignara en el olvido, sera traicionarme, olvidarte esolvidarme, olvidando lo que an siento, aquello que no dejar de sentir mientras elsol brille cada maana, mientras el fulgor de las estrellas dibuje mil nochesbuscando figuras en el cielo, y cambien en otras mil, mientras la luna guarde sumisteriosa cara oculta en perpetuo giro y vos seas su reina guardando lejos de missentidos tus secretos ms profundos......y desde ahora, escribir (describir) tus pasos, relatar (narrar) tu escape...

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    Continuidadde un destino que se escribe solo y no admite casualidades

    En el pasado ese recuerdo tan presente, tus manos, tus labios, tus ojos, lasmiradas, los silencios que tantas veces nos atrevimos a interrumpir,porque existan cosas por decirnos, porque moramos de ganas desabernos ms, comprendernos y entendernos por medio de palabras, desilencios y de gestos y siento que lo hicimos, en parte, y pienso que fuebastante, ms de lo que pienso, sobre todo cuando al mirar mi reflejo teencuentro, y me basta buscar en un reflejo mis ojos para encontrar lostuyos, y espero que en donde te encuentres te pase lo mismo, que como am, cuando el silencio te rodee, escuches una voz, y esa voz sea mi silencioausente, como en mis silencios tu ausencia grita diciendo aqu estoypara que no te olvide (como si alguna vez pudiera suceder ese imposible),recuerdo del pasado, ahora y siempre tan presente

    Cuando Sueo y te RecuerdoY cuando pienso en mis sueos te recuerdo, y aun sabiendo que no fuiste slo unsueo, porque antes de ser lo que fuiste despus, habas nacido como un sueo, yyo era chico*1, o no era grande, y vos eras inexistente, imposible fuera de aquelespacio dentro de mi mente, imaginaria pero lejana y slo concebible en ese terrenobrumoso llamado sueo, y yo te soaba como ahora pero sin saber que existas enrealidad, y entonces lleg el da en que descubr que a fuerza de tanto soartefinalmente te hice real, o que; a fuerza de tanto buscarte, gritndote en laobscuridad, llorando al despertar y ver sin ver mis manos vacas, entonces al fin,decidiste ser real, detener mi llanto (lo imposible desde el sueo a la realidad, anrecuerdo el da en que vi tus ojos, aprendiendo a ver para no lograr ver nuncajams, nada ms) responder a mi llamado, dar fin a mi bsquedaMe pregunto porqu? (s la respuesta pero la niego, y la oculto debajo de lamisma pregunta), porqu te fuiste dejndome solo con mis sueos?, claro queeras demasiado perfecta para ser real, y entonces empiezo a dudar*2 de tuexistencia fuera de mis sueos, pero ese pensamiento desaparece cuando escuchotu voz, siempre lejana, ocupada siempre en destinos ajenos, pero siempre real,desde tus labios, tan reales, lejanos, tu piel, mis manos que en la obscuridad tebuscan, despus de soarte, porque vos siempre dijiste que yo viva de mis sueos,entonces pienso en mis sueos, y como si soar fuera un pecado, me cuestareconocer que an te sueo, tan slo porque no pueden los Dioses decidir sobrenuestros sueos (o si?), cmo saberlo si nuestros verdaderos pecados no sepagan en esta vida, si aun no s si estoy dormido o despierto?.Claro que ahora s que eres real entonces te recuerdo... y despus de ver tus ojosy quedar ciego, escuchar tu voz y que todo sea silencio, tocar tu piel y descubrir elfuego, tus labios, tu cuerpo, tus cabellos el resto; fue slo Invierno. Y si antes deconocerte todo era una lejana esperanza de encontrarte en un sueo, ahora todo es

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    agona y recuerdo, ya que no te sueo nueva cada noche, en actitudes diferentes,como en mis antiguos sueos, sino que sueo aquella ltima imagen, la de ladespedida, la del abraso final, aquel que para m fue el final del tiempo peroquiero que quede claro que cuando pienso en mis sueos y te recuerdo, agradezcoal destino haberte encontrado fuera de mis sueos, ya que prefiero vivir el resto demis das en la angustia de un recuerdo de aquello que fue real, nico, irrepetible yespecial y no vivir en aquella ciega esperanza de extraar lo que nunca tuve(suerte que se vive en los intiles credos) aquello que agradezco halla sido realms all de mis sueos.

    *1Cuando era un NioCuando supe ser un nio, porque no saba nada del mundo ni de las personas,cuando no entenda de reglas ni como usarlas, cuando todo era homogneo,ordenado, perfecto, igual, sin comparaciones cuando pude no ser grandetodo fue mejor.Pero entonces yo era un nio, todos los sonidos tan fuertes, las distancias tanlargas, el tiempo algo inexistente; algo por lo cual slo se preocupaban los dems,y yo era un nio el cielo ms alto era el techo de mi cuarto; en l debanacomodarse las nubes, el sol, las estrellas, la luna y los ngeles, y aun el mismoDios el juego era eterno pues no conoca el momento en que haba empezado, dela misma forma en que desconoca cmo y cundo deba terminar entonces, yoera un nio, el infinito era abrir los ojos en un cuarto a obscuras, mi cuarto, comoahora, nuevamente mi cuarto y aquel mismo infinito de siempre algunas cosasno cambian; no al menos como uno quisiera que cambien.Claro que despus crec, viaj, descubr, y poco a poco fui perdiendo esemaravilloso mundo.

    *2Cuando Dej de CreerY quizs porque ya no s en que creer, porque aquellas cosas en las crea, senta,lloraba y sangraba, aquellas lejanas cosas que en sus cambios dejaron de ser lo queeran, y empezaron a ser todo esto que me rodea, esta realidad que en susabstracciones nunca llega a ser lo que desde un principio imagin, quizs por esoscaminos que no pude ver con estos intiles ojos que nos dieron para ver... o quizstambin porque supe ser feliz con tan poco, con casi nada, con aquellas pequeascosas en las que crea; los sabores, los colores, y mis sentidos, lo perdido de esemaravilloso mundo es que ya no s si seguir creyendo.Entonces ahora que dej de creer en todo aquello, llegan ante mis ojos, surgiendodel vaco de la obscuridad forzada de mis ojos cerrados, todos estos nuevoscaminos, todos tan iguales a los de siempre, pero a la vez tan distintos, tandiferentes en aquello en lo que justamente se parecan tanto; su misterio, o sufacilidad, lo accesible de la puerta abierta ante m, o lo inexplicable de un destinoque no parece estar nunca de acuerdo con mi voluntad.

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    los sonidos los de siempre, un grito que aturde ms que ningn otrogrito, un silencio en torno a mi conciencia, mi aturdida mente quedesentierra recuerdos para arrojarlos lejos para volver corriendo abuscarlos y volverlos a arrojar, una vez ms, y otra vez... y otra.Entonces despierto, observo mi cuarto; mismo escenario de siempre, mireflejo; tu reflejo, el lmite; el espejo, el vaco; la obscuridad, el sonido; elsilencio... y siempre en medio de todo esto y de todo aquello; yo... eldestino, el deber, es salvar el papel del pecado escribir y seguirteescribiendo contarte el mundo que hubiera sido, de no haber sido comofue, si no me hubiera equivocado al enamorarme de un ngel salvar,escribir, escapar, contar; para que no te olvide (como si alguna vez pudierasuceder ese imposible)Entonces enfrentando a las brujas del Aquelarre escapo por la ventana enbusca de las calles donde supe verte, donde quisiera esta nocheencontrarte (como si alguna vez pudiera suceder ese imposible).

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    Captulo II

    "el tiempo ensea que slo ensea el camino"

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    Acto no Incluido en la ObraDicen que el Seor le habl

    Se acerca (o surge as de la nada corporizndose en medio del vaco queaparenta la atmsfera para nuestros sentidos) el Seor de la creacin, detodo lo que existe, existi y existir en todos y ningn lugar...El autor lo reconoce tanto por omnipresente como por todopoderoso (notanto por eterno o por causa de todas las causas), le regala un silencio y enl todo lo que quera o tena que decirle.Y dijo el Seor;- ...har tan slo en esta ocasin una y slo una excepcin, yo que de todaslas cosas soy el hacedor dejar en tus manos, a tu libre albedro, a tucreatividad u imaginacin, cada cosa que acontezca en tu prxima Obra,aquella que en este instante pensabas empezar a escribir... tan slo te dirque tratar del amor, de un amor, y que por tanto que quieras o por msque lo intentes, esa ser la causalidad de cada escena que la Obracontenga... (los puntos suspensivos revelan lo eterno de sus palabras).Es otro silencio la respuesta que sale de la figura del autor, y tanabruptamente como inexplicablemente, se aleja (o se difumina en elespacio-atmsfera) con una brisa (que empuja las hojas de los rboles en latarde de un Otoo, aqu, ahora) el Seor de la creacin...Casi la noche cubre la porcin del mundo de la que estoy hablando, y todose comprende mejor (al menos nuestro amigo el autor) si lo imaginamoscomo un tonto sueo, como una alucinacin, abstracta representacin deun olvido, de un deseo, de la ilusin de volver a ilusionarse con la figurade la ilusin, cada vez, cada noche, nocturno sueo en la tarde, y la brisaque la despert.

    Nocturna calle silente acompaa mis pasos y propone reflotar recuerdos,momentos nunca olvidados, como tu cara (tu perfil) en la luz de unatardecer, o tu voz abriendo las puertas de la duda, de la comprensin ydel misterio, trayendo a mi lado la creatividad como nunca antes, lasansias o el deseo de escribirte un texto

    Caminos Recorridos (Prefacio de un Amor)Despus de recorrer tantos caminos, forma absurda de llegar a un lugar yendohacia el lado opuesto, o quizs no, mi forma de avanzar, un paso adelante dosatrs, principio y final, tan lejos, tan igual a todo; todo. Caminos imaginadamenteabstractos recorridos por arriba y por debajo, por dentro y por fuera buscandoalcanzarte, para llenarme con tu luz y quemarme con tu llama.Aves errantes de la noche y el da compartieron muchas veces mi camino y otrastantas fui solo acompaado por m mismo, y aun un da qued descansando en lasombra de unos rboles mirando el sol mientras me alejaba por el sendero, yo me

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    vea, era yo, y yo estaba tirado en el csped mirndome. Supe tener consejos,atesorarlos, compararlos, compartirlos, desecharlos y creer que creca o aprenda,el tiempo ensea que slo ensea el camino, se pierde la memoria colectiva, entretanta cosa escrita y guardada y/o perdida. Me perd en laberintos, sin encontrarjams la salida, visit jardines sin flores, beb el agua dulce de tu fuente y tambinbusqu puertas en habitaciones de obscuridad nocturna atacada por relmpagosfugaces y espordicos, tanto como mi lucidez o mi empata.Por el tiempo que recorr caminos en tu bsqueda (si es que an no lo sigohaciendo) fui dejando en el ter que me rodeaba el cromatismo de las notas, lasarmonas que las musas dieron a mis palabras, mismas palabras, bsquedas,sueos compartidos, notas al margen y otras palabras, todas las que flotan en elter siempre en mis caminos, principio y final, tan lejos, tan igual a todo; todo yvos y yo y vos en mi reflejo, tu grito en el silencio de tu ausencia, mi voz gritando,pidiendo, tratando que no me aleje demasiado de m mientras descanso en jardinesajenos, entre rboles viejos o en esos nuevos bares tan veloces como el mismotiempo que desaparece entre vaso y vaso, botellas y botellas sin vos, y por lotanto sin m; solitario, las musas, las palabras; el camino.

    ...es Otoo, quizs el fro, alegras que no alcanzan o ya casi ni existen, lacarencia de tanto en tanto, la fe que se va perdiendo o es quiz el fro elque propone desiertas las calles de este barrio; ciudadela extraa que nosvio enlazados en un encuentro, que fue campo de batalla en el quemedimos nuestras fuerzas, conteniendo, rechazando, abrasando el dolor,repudiando el placer sencillo que nos hubiera podido dar otro tipo deencuentro... estas calles; ciudadela silente que atesora recuerdos es minico testigo en la noche, si por supuesto no contamos como testigos lasestrellas que en el cielo se pierden por momentos tras las nubes de ladistraccin, o aquella ave errante de la tempestad que pareciera acercarsesiguindome.Quizs sea demasiado tarde para seguir perdiendo tiempo, al final de lacalle se encuentra un edificio, en la construccin slida como el mismouniverso resalta en madera una puerta, tu puerta, quizs mi ltimoruego todos los dems, aquellos viejos intentos, fueron agotados en elpasado, y cuantos sueos han muerto, resguardo la esperanza final enaquel rincn de mi alma al que no llegan los vientos y al final de lacalle

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    Primer ActoEl Pacto

    Mirando sin ver, o viendo sin observar el cielo, las estrellas, el arco quedescribe un grupo de ellas, otro arco inverso debajo de ste, y en medio uncirculo, armona en las proporciones, tamaos, formas, intensidad, formade luz en la obscuridad es ese ojo en el cielo... (que lo mira) mirando sinver o viendo sin observar su cuerpo (el juego de las sustituciones), su ser,su alma en esta porcin de espacio que le toca hoy (ahora) ocupar. Y siguesus pasos conociendo sus pensamientos, y sigue sus pensamientos sin lanecesidad de adivinar su destino, el de sus pasos o el de su razonamientoalucinado... que es el mismo, y que a la vez es de tantas formas otro,mltiples partes de un todo que es su meta, al menos por esta noche,despus de tantas veces intentarlo, de tantas veces ser rechazado... el ojoen el cielo persigue sus pasos anticipando sus pensamientos.

    ...imaginando tu figura voy nuevamente a tu encuentro, por viejoscaminos olvidados de los sueos, en la noche brilla el empedrado y t; avede la tempestad, vuelves a aparecer en mi vida, en el aire tu esculturalfigura, errticos crculos describes alrededor de mi mente, trayendo viejosmiedos olvidados, sembrando tanta duda en cada vuelta, en mi alma quehaba alcanzado la seguridad; eres aparente, te veo tan distinta, tan lejanaen tu silencioso vuelo, tanto te extra mientras estabas lejos y ahoradeseara ms que ninguna otra cosa que te alejes, alejando de mi el temor,la duda, y este viejo y nuevo sentimiento que nace de la noche, delcamino, o de aquel ojo que ahora oculto por tu vuelo, tras nubes cerradasya no sigue mis pasos, pasos que antes haba decidido no dirigir.Tan simple como no poder ir a ningn lugar, no poder estar en ningnsitio, no poder escapar del control ni del cielo, ni del infierno testigosde mi voluntad inquebrantable, de mi bsqueda e intentos por lograraquello que ms quiero; me veo como en el antiguo sueo despertar,siento en mi recuerdo el reloj sonando, y aquella que deba despertarsigui dormida, tras ojos cerrados en silencioso oculto pensamiento, unsueo que no es un sueo, un despertar que no llega (nunca a tiempo) sinopara m.Al sentirme as, tan extrao, tan real, tan difcil decidir mis actos, ahoraque todo est en mis manos, ahora que mis manos dbiles, incapaces dealzarse al cielo, de juntar mis dedos y cerrar el puo para espantarte, aveque te posas nuevamente, lastimando con tus garras, desgarrando con sufilo mi herido (y vuelto a curar) corazn, entonces prometes aquellas cosasque perd, aun sin haberlas tenido, prometes que al seguir tu sombraencontrar el destino; aquel tan anhelado por m, tantas veces ansiado

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    final que se me escapa en cada regreso, que pierdo de alcanzar, en cadaintento que fallido a dejado rotas las alas de mi ilusin.En mi silencio la soledad que no es tal, en el reflejo del empedrado lasluces de un cielo apagado tras un manto de niebla que sube, que trepa pormis pies, que intenta cubrirme mientras ciego sigo tu sombra, esperando(encontrar) encontrarte en m cuando ya nada pareciera haber quedado,quizs porque ya no existe un nosotros, y mi alma se siente inmersa eninmensa pena, cubierta por un mar que la ahoga, que no la deja respirar,los latidos de mi herido corazn marcan un ritmo que no puedo seguir,que me deja atrs, en silencio, en una soledad que no es tal pero que separece demasiado, tanto que no la puedo soportar.Estalla en mi mente el grito que quizs mi voz no puede reflejar, es quemis labios estn cansados de repetir tantas veces tanta verdad, retandoodos sordos que nunca van a escuchar, se ahoga el grito estalla el llanto,mis pasos se detienen, lgrimas caen sobre el mar, y pienso por pensar,nada es claro en mi mente, tu sombra me hace mal, distrayendo miconcentracin sigues girando y girando, alucinado vuelo que traedesconcierto, que inmortaliza mi pensar confundiendo las palabras queintento atrapar, desordenada est mi mente , mi alma cubierta por el mar,as no puedo pensar por tu vuelo me dejo guiar.Desconozco estas viejas calles tantas veces transitadas, entonces sigo tusombra, porque no existen otros caminos, porque hasta ella quisiera llegar,es entonces cuando entre sombras y obscuros terrores de fuego surge elrostro mismo de la maldad destino de una sombra y fin de mis pasospor estas viejas y conocidas calles, mi reclamo, pedido o ruego ya esconocido por el prncipe de las tinieblas, al igual que el omnipresente, ltodo lo sabe; aquello que ms queremos, por lo que daramos la vida onuestra alma, sin embargo y para mi sorpresa no es mi alma el precio demi bsqueda, de mi deseo, ilusin o sueo, en cambio me ofrece unencuentro, un mejor recuerdo para olvidar, a cambio de unas pocasocupaciones y tareas que no me llevaran ms de un par de semanas, plazodespus del cual, terminados los trabajos, volvera a estas calles y seguiranuevamente la sombra del ave, al fin de mis pasos se encontrara el fin demi bsqueda.Como es de imaginar, agotados otros caminos, sin posibilidad de elegir,quemando mi cuerpo entre las llamas estrecho las manos del Demoniosellando el pacto que cambiara mi vida en cualquier caso, cualquiera seael resultado de mis posteriores actos y sin palabras se despide con unasonrisa, se aleja, se hunde, caminando sobre un pantano rojo en el queintentan mantenerse a flote miles de cuerpos desnudos, se sonre mientraspisa otro rostro y se aleja, hundindose en el fuego, sangre, gritos, dolor yplacer eterno.

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    Agudo, estridente, es el canto-grito del ave que pasa sobre mi cabeza,indicndome el camino, la escalera es la salida de esta antesala delinfierno, en las paredes signos, smbolos, quiz la cifra del eterno entretantas letras, tarot interminable, ojos desprendidos de los cuerpos queyacen a ambos lados de la escalinata y yo subiendo, voces obscuras,siniestras, respiracin entrecortada, el ave continua su vuelo, cuandoempiezo a sospechar que la escalera, que se convirti en estos ltimosmetros en una suerte de espiral ovalada, jams terminara, de repentellegamos, el ave y yo, a una suerte de cmara subterrnea en donde sepuede ver claramente una escalera de hierro en una de las paredeshmedas, obscuras, verde-marrones, que termina en un circulo,alcantarilla, salida final, la calle arriba, mis manos fras enfrindose enbarrotes de hierro, yo en la calle, el ave que desaparece en el viento, ladensa neblina se dispersa, mis pasos se alejan dudando, las nubes con elviento abren en el cielo una ventana por la que un ojo sigue mis pasos,silente, mientras yo decido volver intentar olvidar.

    Gris en la noche, de profunda soledad, pasaron horas y sus pasos,alejndolo de aquel ojo que tras nubes qued oculto, descendiendo sinsaberlo, mintindose y creyendo que conoca los caminos se dej perder,en la profundidad de un nuevo abismo, quiz ms terrible que aquel otroen que supo estar, perdindose en la neblina, alejndose de aquel lugar,cubierto de bruma, nimbado por obscuridad.S que de haberlo querido hubiera podido escapar, s que en algn lugarde su alma alguien resista, quera gritar, luchando contra vientos,buscando la forma de poder alcanzar, tener la fuerza del dragn, confuego luchar. Pero tambin reconozco que cierta fuerza que el deseo puededar es quiz ms fuerte que el mismo deseo, como si no pudiramosresistir ante la tentacin, no slo de tener aquello que fue perdido, o queno se pudo alcanzar, sino adems de conseguir cierta libertad, aquellaparte de sta que dicen nos trae felicidad.Estn tan llenos de mentiras los caminos de la fe, que muchas veces elhombre debe saber mirar para poder ver, aprendizaje es tambinequivocar.

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    Primer IntermedioEscribir, Escribirte

    Federico segua pensando y escribiendo, escribiendo y pensando mientrastrataba de entender o separar lo real de lo imaginario; un imposible, ycomo si pudiera hacerlo lo intentaba escapando; escribiendo.

    Ciertas tardes el brillo del sol niega a mi vista el triste paisaje de lo real, ynada puedo percibir con claridad, ni quiero. Llorar nunca fue unasolucin, y las respuestas a veces se esconden entre las sombras, entoncesniego con mis manos la luz, aquella que pretende cegarme, y al tiempoque cubro mis ojos corriendo escapo del patio de media tarde a mi cerradahabitacin, esquivando siempre obstculos, sin dejarme detener por nadie,hasta llegar.Dentro las cosas son diferentes, pequeos haces de luz pasan a travs de lapersiana, creados por el humo propio del polvo en el aire, revolucionadopor la brisa que entra junto a m desde la puerta. Dispuesto a buscarte, avolver a los intentos, los papeles sobre la mesa, en mi mano el lpiz quenuevamente cuenta una historia, que puede o no ser real, letra por letra,hasta que... entre otras palabras... vuelvo a encontrarte esa nocheduermo nuevamente tranquilo, la sonrisa en mi rostro, intentando copiarla tuya, la que veo en mi sueo, o son las pastillas?, o fue el alcohol en elbar?

    Escribir (Escribirte)Una increble fuerza me lleva a volver a escribir (Escribirte), a dejar entre letras(escribindote) mi vida, para de alguna forma cuasi extraa o abstracta, ser eterno,inmortal (tal cual soy) pero de otra forma creo que quizs estoy intentandohacer eterno (ahora) el sentimiento (o en otro tiempo), el instante en que nace ycrece dentro mo la locura (como casi siempre), las ganas de eso, de eso que no sbien que es (la locura de mi vida), salir a la calle y gritar o correr, o correr ygritar tu nombre (significa buscarte), o robar de la boca del dragn el fuego (ypecar), para quemarme nuevamente en las llamas del infierno y como si todoeso fuera poco (nada es poco si te tengo.) pedirle lluvia al cielo, y lavar mispecados, en alguna calle de tierra (Como si fuera un chancho), rodando en el barro,(liberarme), y ser libre de culpas nuevamente como cuando era un nio (ypensar;), me mandaban a comprar, en la botella el vino, tinto, suelto y naturalnaturalmente amor, amor al vino, y ("el amor y la locura suelen llevarse tan bien;casi siempre caminan de la mano") la locura de (pensar que escribindote),hacer eterno el sentimiento, el estado natural (de mi locura) se lee entre parntesisy quizs (me puedas entender).

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    y si... es cierto, es (sos) la fuerza que me hace seguir escribiendo, a pesar detodo, y las distancias, y encontrarte cada vez que escribo dentro de mistextos es la forma cierta y emprica que yo le doy a mis deseos, a misilusiones... la nica forma que tengo de encontrarte fuera del ilusoriomundo de mis sueos es que el resto de las posibilidades son tan slofilosas dagas penetrando en mi pecho, hiriendo mi corazn, hasta dejarmeen agona que no quiero, y por no querer, por negarme al sufrimientoescribo, de forma ritual hasta encontrarte o hasta encontrar nuevoscaminos que me lleven hasta vos.

    ...la verdad es que no puedo saber si estaba o no soando cuando volv averte en aquel bar, cuando volvimos a hablar nuevamente de las mismascosas, de aquellas que no tienen respuestas, quizs porque ni siquieraexisten verdaderas preguntas en nuestros dilogos, la retrica de bar quelleva a cuestionarnos todo, porque nada tiene sabor a real desde que aqume encuentro, soando despierto (o despierto en mi sueo, o el de alguienms), sentado cada tarde en el mismo patio (o bar), cortando hojas de lasplantas (bebiendo de los mismos vasos), o juntando aquellas que caen (olas mismas botellas), para usarlas de sealadores en mis libros (paraterminar lo que se ha empezado), o para pegarlas en ese colage que nuncaparece realmente estar terminado... (o para continuar con el rito eterno...)ciertas cosas no tienen un final definido si no lo decidimos nosotrosponiendo el punto y aparte......y es hora.

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    Segundo ActoViejo Bar

    Cmo ocultar la silente y nocturna realidad que aquellas calles lemostraban ahora (en realidad siempre haba existido, debajo de lahipocresa de la luz, un inframundo extrapolado habitado por arcngeles,reservado para horas tardas y obscuras; un universo tan real como aquelotro en el que creemos vivir o aun ms), digo ahora que en cierta forma seiniciaba en aquel conocimiento, que haca propio, que atesoraba y quepretenda explorar por el tiempo en que le fuera posible hacerlo; verlo,vivirlo o enfrentarlo (si es que no son las mismas cosas)...Y todo tan evidente, todo tan afuera, tan cerca de los sentidos. Era lgicopreguntarse cmo ocultar aquella realidad?; ahora que lograba alcanzarun atisbo cuasi nimio y sin mayores detalles ya era tarde para volver, elcamino elegido ya formaba parte de su experiencia... para bien y para mal.

    Despus de una noche como aquella no poda esperarse ni proponersems que una nueva visita al viejo bar, para volver a discutir con la botellade siempre, agotando cigarrillos, inmerso en humo, irrespirable ambienteen donde ver, o mirar, adentro... y preguntarse si realmente vala la pena,si tena sentido, si era real... aun sabiendo la respuesta; si.Pens en palabras obscuras; las tareas, aquellas promesas y esa suerte deprofeca que oy en las profundidades del infierno; todos somosignorantes, no conocemos siquiera la llama, la dimensin del placer o deldolor que nos espera cuando despertemos maana y salgamos aencontrarnos con la serpiente alada, con la maquinaria infernal o la estrellaensangrentada.

    Haban pasado horas, el bar era el mismo de siempre ya que no dependade sus dueos, el ambiente era siempre nico e irrepetible, inmutable; sinposibilidad de cambios el tiempo no pasaba dentro de aquel lugar,botellas, vasos, cigarrillos, conversaciones absurdas, silencios, discusionesy ms botellas, ms vasos, ms alcohol y ms horas condensndose en eseinstante de salir que pareca ser el mismo en que uno haba cruzado lapuerta para entrar, entrar y salir la misma cosa, lo que suceda dentro delbar, sin tiempo, jams se recordaba bien...luego; cada una de las cosas giraba sobre si misma y en derredor de losobjetos contiguos, a la vez que toda la escena se inclinaba primero a laderecha y luego a la izquierda, entre la brumosa imperfeccin, de la queno poda liberarse refregndose los ojos, pareca vislumbrar los contornos,los lmites, los rasgos de un rostro, de una mesa, de una botella (o fueantes), de una silla, de otra, de una puerta, de una mano, la suya?, un

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    perro, un rbol... las calles de siempre o un empedrado, todo nimbado porcierta brumosidad viscosa de la que no poda desprenderse, todo girandoy esa sensacin tan parecida al sueo, a la libertad... empezar a armar unpensamiento, en ese instante perderlo, olvidarlo por completo y entoncesuna mano giraba y se converta en un perro que giraba en derredor de unrbol que se inclinaba y converta en empedrado, un brillo extrao... lasluces de la calle se confundan con las estrellas, con la luna, y todo parecagirar y mezclarse en una sola masa de objetos borrosos... pens en unaacuarela, pudo ver cada uno de los detalles y un vaso volcndose sobre lapintura... la acuarela, el vaso, el agua, el olvido... dej de pensar.

    El ms fro de los amaneceres, ms aun sin ella, ms aun bajo el agua,intentando encontrar en las profundidades la calma, limpiar su alma,ahogar tanto pecado... en tan fro amanecer, sumergido en las fras aguasde la pequea habitacin de los espejos, que otros llaman bao, en dondeadems se esconden al esconder su desnudez en cada nuevo bao...limpindose de cuantas cosas ms profundas que la superficial suciedadque podamos juntar en un da, y llorando siempre encerrados en lapequea habitacin, mojados, mojndonos, sin entender realmente porqu(como si entender nos sirviera de algo), frente a un espejo buscandorespuestasAquella maana al intentar salir nuevamente a la calle, una suerte desbana blanca cubra todas las cosas, cientos de aves congeladas yacanmuertas en el piso, ya que como dije antes; fue el ms fro de losamaneceres, y sin embargo, o quizs precisamente por ello, l se sintims solitario que nunca, con la inmensa necesidad de continuar, determinar cada una de las tareas para al fin lograr tenerla, alcanzarla, ydisfrutar del calor de su mirada, su voz o sus manos, volvi a entrar, abuscar... a buscar un espejo?.

    Sonidos nuevamente, los latidos de su corazn, la marcha del tiempo en elreloj, latidos, corazn, tiempo, reloj, marcha, corazn, tiempo, reloj latidos,los sonidos nuevamente en su mundo encerrado, ciego y sordo al resto, atodo aquello que en derredor giraba, se retorca, y gritaba, y ruga rotandosiempre sobre si misma, la maquinaria de la humanidad, como serpientealada rodeaba custodiando su refugio, sin dejarlo salir, o quizs aun peor,invitndolo a culminar la tarea, para finalmente ser, estar, y existir donde,cuando y como l siempre quiso amanecer, cielo negro, fro azul, celeste,rojizo, amarillo el sol, plateado el brillo, aves en la muerte, ncar en laarena, y ellos all dejndose encontrar en un reflejo como l siemprequiso, la pintura perfecta, el todo...

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    Segundo IntermedioSus Lagunas

    Se deca una y otra vez, encerrado en su cuarto y aun en lugares abiertos,lo siguiente;- Debera quizs callar esa voz que suena de tanto en tanto dentro de mimente o fuera de ella, para descubrir en el silencio de su ausencia elrecuerdo de aquello que perd antes siquiera de llegar a tenerlo, enrealidad ese fugaz instante de presente que no fue mo, que esa voz quesuena dentro o fuera de mi mente se ocup en ocultar -Quizs por ello, aquellos que no lo conocan (cosa extraa en ese punto desu carrera de escritor) lo crean un tanto alienado. Para colmo en aquelmomento comenzaron las lagunas; el olvido que pensaba nunca llegara.En el amplio territorio del recuerdo una persistente lluvia de lgrimas,amargas como la propia pena que las produca, haba terminadofinalmente de convertir en espejos de agua esos posos en donde de tantoen tanto le gustaba excavar, profundizar, rememorar y aorarY sus olvidos eran tantos, y tan profundos, que ahora deba caminar entrelos momentos del pasado con demasiado cuidado, saltar de una escena dela niez a una hoja cayendo del rbol esa misma maana con totalnaturalidad y sin preguntarse porqu. Preguntarse siempre era caer enuna laguna, enterrarse hasta el cuello en las aguas de un olvido que nodiscriminaba, que no saba ni deba hacerlo porque era el olvido, ese quenunca podremos manejar.

    Lo verdaderamente extrao era su forma de ver las cosas, Federico sentaque de alguna forma el mismo presente se le escapaba, que dejaba depertenecerle para que alguien ms lo viviera, y que justamente por esoms tarde no recordaba nada de lo sucedido, y si bien perda algunossegundos en intentar armar un recuerdo homogneo y correlativotampoco se desesperaba y simplemente aceptaba la prdida con el msestoico de los gestos, aquel del hroe que se sacrifica por alguien ms,porque en algn momento se comprometi a hacerlo, sin conocer siquierapor quien se sacrificaba.Todo transcurra con una normalidad y periodicidad que realmenteasustaba. En intervalos cortos; como por ejemplo encontrarse en frente delespejo mirndose y no recordar en que momento ni por que camino sehaba acercado desde la ltima posicin que recordaba, que era estarsentado en la cama, pero sin saber que estaba pensando en ese momento,un salto corto, pequea laguna. Y qu hablar de los intervalos que sellevaban das enteros, todas sus horas; descubrirse un Domingo sentadoen el saln, con la pipa apagada en las manos fras, tratar de encontrar el

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    ltimo pensamiento, o de descubrir su ltima accin, y darse cuenta quejustamente fue la tarde del Martes cuando mirando el almanaque habadescubierto que esa noche si se asomaba por la ventana vera la luna llena,la completa y nica cara que nos deja ver y despus el vaci, laverdadera nada, la gigantesca laguna que abarcaba desde la posibilidad dever la luna hasta el momento de salir al saln o encender la pipa o dejarque simplemente se apague.

    Entre laguna y laguna; olvidos insalvables, existan otros momentos, losntidos sueos que parecan marcados a fuego, abstractos parasos endonde Federico era un nio o un ave o una montaa o un pez o un rayo deluzpoda ser y fue en uno de esos sueos un nio, ella poda ser su madre,pero no lo era y cuando el viento le revir la caperuza, fue poco menosque imposible controlar la situacin sin descuidar aquel purrete o sucordura, tan frgil como aquella caperuza en aquel viento, su voluntadintil frente al deseo, absurda tarea de poner en orden el caos, o quizs no.Se evidenci la necesidad de salirse (siempre lo mismo), de evitarse yescurrirse (intenta alejarse de m), apretar con fuerza los prpados ydespertar; que es tambin escapar, de los vientos, de las situaciones, delorden catico, del caos ordenado, de la pequea mano que estabadispuesta a dejarla libre.Sin la menor idea de cuales ni cmo serian sus prximos movimientos,levant un pie, flexionando la rodilla y llevndola hacia arriba gir todosu cuerpo mientras su mano (la del extremo del brazo levantado)arrebataba del viento la caperuza (el recuerdo perfecto, exacto), paracolocarla en su lugar, al mismo tiempo y en un acto simultaneo solt latibieza de aquella mano y levant el otro pie para flotar libre en el ter...librepoda ser y fue entonces un ave, describi vuelos sin sentido, llevadapor vientos ajenos a la razn o al deseo, y fue armando en el cielo ungarabato inteligible, una serie de lneas sin sentido quedaban suspendidaspor donde su vuelo pasaba, lneas que ms tarde una nube se ocupara decolorear, entre celestes y blancos la imagen se fue descubriendo, la imagenque dice ms que mil palabras, la imagen que sin embargo no significabanada, el sol saliendo entre las nubes que tan bien hacen de montaas, unamanecer a pleno medio da, en un lugar cualquiera porqu unamontaa?...poda ser y fue montaa en aquel sueo, los aos de quietud y espera lehaban enseado entre tantas otras cosas a tener paciencia y perdonar,saber esperar no era su nica virtud, pero jams desesperaba. Tantas veceshaba visto el ciclo del agua, lo conoca en todas sus etapas, desde lluviacayendo en forma de nieve, hasta los ros corriendo por sus laderas al mar

  • El Antideclogo de Federico Di Serna

    donde los peces la esperaban, tantas veces que una vez quiso ser pez ydisfrutarlafue pez entonces dentro de su sueo, pero el sueo all no terminaba,porque cada una de las cosas que el viva en su ensueo empezaba yterminaba con la misma figura, con la misma esperanza, la del pez viendolejos en la distancia la luz del sol cruzando la superficie del mar ysumergindose y apagndose, viajando al encuentro de todas las cosas,uniendo el mundo entero con un mismo rayo de luz, ese que ahora lotocaba, se imagin convertido en luz y viajando al encuentro de su ilusinesperanzada, y era su sueo ypoda ser y fue adems un rayo de luz atravesando el cristal de laventana de esa habitacin que la encerraba, ella encerrada porqu? (subrillo deba liberarla), l llegaba hasta su cama (alejarla de alguna formade ese lugar en donde estaba), tocaba su fra piel calentndola (un caminode luz para viajar lejos), abrigando aquella figura tan perfectamenterecreada (en la distancia), tan necesitada en tantos momentos de su vida,(siempre su vida fue lejos de), tan negada felicidad de tenerla mientrasella giraba y suspiraba, quizs recordaba, y hablaba, si, hablaba mientrasdorma, en voz baja, casi imposible de entender sus palabras, murmurabacobijada por aquel manto de luz, un nombre abstracto paraso en dondel era un rayo de luz atravesando las distancias, aniquilando el tiempo, unntido rayo de luz entre lagunas y lagunas, si lloviera el llanto amargo desu pena, l lo convertira en arco iris.

    Sin embargo aquella noche ms que nunca sus textos fueron el mejortestimonio de su destino, ese que an dola tanto pero que l habaaprendido a perdonar.- Yo. Inquilino de la Obscuridad. -Rodeado de un silencioso fro, en el mejor de los lugares, mi nocturna esperanza,siempre esperando, mi bsqueda pasiva, siempre...- Pensamientos. Tan pronto nacen dejan de ser mos, al igual que lospersonajes de mis cuentos, toman vida propia y cambian, se transforman. -sentimientos, arraigados, profundamente marcados en mi alma, hacen msobscura la noche, ms largas las distancias, ms terrible este silencio- Perteneca; vaco. Cules cosas, y sobre todo, con qu derecho, llevannuestro nombre, s hasta nuestro cuerpo dejamos en el momento final? -impaciente veo los atardeceres mientras aguardo la obscuridad en la quesiempre te encuentro, noche tras noche, te siento cada vez ms real, en cada sueomucho menos lejos- Fue aquel momento en que mi recurrente sueo trajo nuevamente, elsonido de su voz, el perfume de su cuerpo, y nada necesit cuando todo lotuve. -

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    esta noche, fue especial, llena de detalles, colores, formas, fue el ms real detodos mis sueos, y vos, casi como si te estuvieras escondiendo, te alejabascorriendo, escapando a mis preguntas, despedida significaban tus besos- Aquella fue la ltima oportunidad, ya no volvera el recurrente sueo, yla pregunta esperaba ansiosa la respuesta, nica en su voz la respuestaque no llegara, que jams lleg y muri ahogada en su silencio. -la explosin, el grito, pensamientos que se hacen palabras, que hablan de unsentimiento que me pertenece, que irrumpe en la obscuridad pagando su precio.- Inquilino de la Obscuridad. Yo. Sin duda Federico hablaba en parte (o casi totalmente) de sus sueos, elolvido poda llevarse parte de su mente (o casi toda), pero las letras en lospapeles quedaran por mucho, mucho y mucho ms tiempo.

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    Captulo III

    estar muriendo envenenado y habr olvidado el veneno

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    Tercer ActoEl Trptico

    Despus de todo un da en la tarea, en nocturna soledad, sumergido en laobscuridad de una habitacin sin luces, l intenta encontrar la formaexacta y nica de terminar su trabajo...

    Color tras color, desde las paredes, el piso y el techo que se transforman enlienzo para convertirse luego en murales, llegan formas que ni siquierapensaba que poda llegar a lograr, tan perfecto trptico que imagino en mimente se va construyendo poco a poco en mi habitacin.Despus de trabajar durante horas que formaron das, y das, sin comer,sin dormir, posedo por el deseo de lograr la ansiada meta; aquella pinturaencontrada en el reflejo de un deseo, y despus de sacar los muebles quemolestaban a mi tarea, tirndolos por la ventana a la calle, dejandosolamente la cama y una silla que tantas veces sirvieron de escalera, deandamio, que tantas veces molestaron y tuve que correr... en el momentoque siento la tarea cumplida, me recuesto sobre la cama para contemplarmi creacin, y descubro al fin ms de lo que haba visto o imaginado antes;Descubro la pintura sobre mi cabeza, en el techo, entre nubes y celestesrobados al cielo, la imagen de un paraso nico, perdido, donde libres ydciles animales (todos ellos) corren o vuelan en torno a un bosque derboles centenarios, hombres, mujeres y nios corriendo, jugando en lapradera, la luminiscencia de la juventud eterna ilumina sus rostros,inocentes juegan entre ellos y con los animales que nombr primero, laimagen es ms que real es ms que una representacinEn las paredes, al frente (sobre la pared que contiene la ventana, miventana), y rodendome sobre las tres paredes restantes, el mundo delpecado, nuestro mundo;un nio que jams termino de crecer, que no es siquiera capaz derespirar y se va ahogando lentamente, tan lentamente como susmovimientos para orinar o defecar, siempre en el mismo lugar, que se vatornando marrn y luego obscuro, y que as se siente bien, en su propiabasura sin siquiera esforzarse por lo ms nimio, dejndose morir y sinsiquiera tener la voluntad para hacerloun hombre rodeado de oro, poder y dems riquezas, que observa una yotra vez a su alrededor intentando encontrar algo ms para atesorar,desesperado al descubrir que todo lo tiene pero aun quiere ms, ydeseando entonces todos los desperdicios que lo rodean, que ya tiene, sinsaber para quuna mujer enormemente gorda, que no puede siquiera moverse,comiendo cada una de las cosas que tiene a su alcance, ingiriendo toda

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    una serie de alimentos que surgen eternamente de una cornucopia,dejando caer los restos sobre su propio cuerpo, rescatando aquello quequeda al alcance de su vista con sus enormes dedos y llevandonuevamente aquella inmundicia a su boca, una y otra vezlo que pareciera ser una mujer, o varias, rodeadas al menos por diez oms hombres, que se enredan y desenredan, rozndose, besndose,tocndose, mordindose, flagelndose y dndose placer mientras las bocasdesocupadas gimen obscuras palabras que invocan un placer prohibidoque encuentran despus, y que los regocija e invita a seguir haciendoaquello que hacen y que no se entiende bien, pero les da tanto placeruna bestia parecida a un dragn que slo piensa en destruir, que todo loque toca convierte en cenizas como si fuera su cuerpo de fuego, que semueve sin sentido de un lado a otro de mi pintura convirtiendo lo blancoen negro, lo simple en complicado, la calma en tempestadun hombre viejo y solitario, alejado y encerrado, oculto detrs de milmscaras, que desea tanto como puede ver, pero que no hace nada porintentar al menos alcanzar la meta ms cercana, y que maldice por igual,una y otra vez, a quien intenta, a quien obtiene, a quien pierde y a quienvuelve a buscaruna mujer con aires de reina o diosa que se eleva sobre los dems, quese siente mejor que cada uno de los que debajo se abandonan, atesoran,engullen, disfrutan, pelean, y envidian y que sin embargo no es ni ms nimenos infeliz que cada uno de ellos, pero se siente ms y se cree feliz ensu soberbiaMi cama flotando en aquel mundo, trptico perfecto, donde finalmente, albuscar en el piso, encuentro;que mi pintura, que emana luz propia, intenta quemar mi cuerpo con lasllamas de un abismo profundo, de un infierno inverosmil, donde cadapecado se lleva al lmite, exacerbado, incontenible, el Demonio transitaros de lava, organizando la gran orga, donde hombres, mujeres y bestias,viven el placer del dolor por siempre, en aquella eternidad paralela a laotra, pero tan diferente, tan especialmente diferente, tan real por ser mscierta en el centro de mi pintura, la gran estrella de cinco puntas, enllamas, en su centro la imagen, nica estatua en la escena, el Demonio ensu forma clsica, las patas de macho cabro, larga y enroscada cola dedragn, alas de murcilago, escamoso cuerpo, ojos rojos alucinados,dientes afilados, de buey su cornamenta, arcngel cado, rey de losabismos, su imagen tan exacta, idntica a la vista aquella noche, quepodra haber sido la anterior u otra y que sera exactamente la misma.

    Su tiempo que pasaba veloz, pareca haberse detenido, despus deculminar la tarea, se sinti suspendido en un lmite intangible, protegido yms all del bien o del mal, como juez de su propia vida y sus actos, dict

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    sentencia y la cumpli, cortando su cuerpo, su carne, la sangre que brota ycae al piso se hace llama, y el rojo es el mismo fuego y el fuego es el mismorojo, pacto sellado en la estrella, primer adoracin divina, de espaldas altecho, flotando entre sbanas, en la cama que de alguna forma ya noestaba, que haba cado entre las llamas devorada, y entonces lsimplemente flotaba, las sbanas manchadas, su cuerpo desnudo heridosangraba, quizs menos que su corazn o su alma, es cierto (ahora pienso)no siempre se cuida tanto aquello que nos dan o nos regalan llegaba lanoche en la ciudad, nocturna ignorancia de la gente que sala y pecaba,cargando vergenzas, juntando ms y ms carga sobre sus pobres almasel fruto y la hoja fueron el principio siglos despus la historia (elsufrimiento) continuaba- qu clase de justicia? - se pregunt para si el juez, l.

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    Tercer IntermedioPalabras (a Ella)

    Cmo encontrarte ahora que te siento perdida detrs de las tareas que estoyhaciendo, cmo encontrarme ahora que me perd en medio de este laberinto; mispalabras... cuando ya no creo en mis actos, en mis actitudes, en mis actuaciones,cmo convencerte de mi realidad particular cuando ya no creo en ella, no pudehacerlo cuando toda aquella construccin era firme, entonces, cmo hacerlo ahoraque ya no encuentro mis manos, ni escucho mi propia voz.Si tan slo pudiera convertirme en dragn para encontrar el fuego, aquel que perdal creer que la lluvia poda curar todas las heridas, aquel que dej m cuerpo hechocenizas, cenizas de las cuales resurg, y con barro hizo Dios al hombre, como si yopudiera creerlo, y luego la sangre corriendo de piedra en piedra, escaleras abajo, yentonces veo mi cuerpo desde la distancia que me da cierto vuelo, mis nuevoscaminos que dejan atrs el dolor de un recuerdo que olvid, de una creencia que yano me es suficiente motivo para seguir viviendo, como hombre, como dragn ocomo ave de la tempestad.Me niego a mencionarte, como si tu sola mencin pudiera arrancar de m lo peor,y negndote te voy trayendo desde ese infierno en el que intent encerrarte, a esteotro, y te rescato para que me lleves a donde yo no supe ir, hacia aquellosterritorios en donde pienso puedo sentirme al fin libre, es entonces cuando escuchotu voz en este silencio, y veo tu sombra entre las sombras, grito tu nombre para noolvidarte a pesar de saber que nunca podr hacerlo.Es extrao como todo encaja en su lugar, como a una palabra sigue otra, como unsigno antecede al que le sigue y otro sigue despus para conformar la inciertaforma del desconcierto, la inexacta proporcin de un sueo no soado, o los lmitesde aquello que no tiene lmites ni forma definida... me preocupan tan slo losfinales, aquellos en los que me veo en la necesidad de volver a empezar, comocuando nio construa castillos de naipes, y los naipes se terminaban, ahora todoslos naipes estn en el castillo, y el final prximo y cercano, entonces se debederrumbar todo lo construido, volver a juntar esa masa de cartones rectangularesy volver a empezar, encontrarme de pronto con ese vaco y en l la imagen delcastillo que pienso armar simplemente para volver a derrumbarlo... y aquello, yesto, me preocupa y... pienso entonces en......las estrellas, quin o cundo tendr que volver a acomodar cada constelacin ensu sitio cuando yo no exista y las noches sigan su normal curso de nacer ymorir?......el amanecer, quin o cmo llevar el sol hasta el amanecer cuando nazca elnuevo da y yo no est para verlo?......el silencio, quin podr escucharlo cuando todos los sonidos del universo semezclen en un solo grito y yo no pueda acallarlo con mi llanto?......tu llanto, quin estar a tu lado para secar tus lgrimas cuando mis manos yano puedan moverse hasta tus mejillas?...

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    ...el viento, quin o cmo o cundo deber soplar tan fuerte como para que cadauna de las cosas se detenga en donde deba detenerse cuando ya no quede aliento enmi alma para poder hacerlo?......en nada, quizs porque ya no creo que nada exista ni importe cuando mioportunidad de hacerlo, mi tiempo de crear, mis ganas de intentarlo o mi voluntadde seguir escribiendo llegu a su fin... entonces en qu creer?.

    Y cuando el tiempo; distancia, de todas la ms cruel, nefasta, inevitable,irremediable (quizs, pero no solamente, porque no podemos volver sobre nuestrospasos), porque los pasos no son nuestros cuando recorremos las distancias queplantea el tiempo cuando l marque la hora en que, con los mismos vientos quete acercaron hasta m, debas alejarte para no volver jams; entonces, si me esposible, deber olvidarte para no morir viviendo de recuerdos y sin embargo estan claro que no podr hacerlo, estar en cambio reviviendo en mi mente loscolores que otrora fueron; brillo, fulgor, pasin y fuego; alucinada abstraccin deun extrao sueo, en el que soar estar despierto, inventando colores nuevos quese acerquen a los viejos, y sin embargo es tan claro que no podr hacerlo.En cambio, cuando el tiempo; distancia imposible que aleja ms que cualquier otrode tus imaginarios vientos o de mis alucinados sueos; te aleje alejndome,entonces sentir el efecto del veneno, estar muriendo envenenado y habrolvidado el veneno buscar por siempre la serpiente intentar encontrarla ysin embargo es tan claro que no podr hacerlo

    Debera concentrarme, o al menos intentar hacerlo, en aquello que desdehace tiempo pienso hacer, y salir entonces mediante este espejo queintenta llevarme, a aquel territorio en donde suelo ser feliz, y soarte unavez ms para hacerte real en mis sueos, conjurar viejos hechizosolvidados y traerte a mi ilusa verdad, invitndote a vivir mi sueo... peroya no puedo hacerlo, no al menos como antes, no desde que no te tengono al menos sin la ayuda que en la obscuridad hoy encuentro, y que nos si debo aceptar cuando en realidad ya acept, y entonces voy a tuencuentro.

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    Cuarto ActoLa Muerte de las Hormigas

    Centro de la gran ciudad, por las bocas del subterrneo entran y salenhombres, mujeres y nios (si ancianos tambin) cada uno de ellos lleva sufruto y justamente por ello su hoja, es la hora en que parecieran salir delpiso, o corporeizarse de pronto de la nada para llenar un espacio que uninstante antes estuvo vaco, y se llenan las escaleras, se llenan los pasillos,se llenan los vagones y aun queda gente en los andenes. Es este mundoinferior quizs un mundo aparte o un nexo ineludible para transitar laciudad, se debe pasar a travs de l para poder lograr llegar de un punto aotro, la recta es un sumatoria de puntos, antes estaba all, ahora estoyaqu, en mi paso por el mundo subterrneo y fro dej olvidados, con todaintencin, perfectamente ubicados, ciertos frutos de mi propia creatividad.Ah va otro hombre con su hoja, y ahora otro, tambin con su fruto,escaleras abajo mientras yo me alejo a una distancia prudente de aquellasentradas-salidas que tanto miedo pueden dar, puertas al mundo inferiorque slo por las noches se encuentran cerradas, que a esta hora ven pasara cientos de miles cada hora todos los das, pero hoy es el da (por melegido) y me siento en la mesa de un viejo bar, desenrollo el diario quellevo debajo del brazo, ms por llevar algo y no sentirme vaco o desnudoque por llevar un diario, pido un caf mientras leo algunas noticias sinleerlas en realidad, una mosca detiene su vuelo sobre la mesa, sobre mimesa, la observo, sigo sus movimientos y cuando ella no lo espera (de esoestoy seguro pues de otra forma hubiera salido volando) con la palma demi mano la aplasto quitndole la vida, y pienso; cunto ms placentero,cunto ms vil es un asesinato si la vctima ignora la amenaza, sicreyndose segura de su seguridad, despus de dejar para ms adelantecosas por hacer, encuentra de pronto la muerte y as se pierde laoportunidad de decir te amo al amado, de pedir perdn a quien sinmerecerlo ha sido herido, de pagar cuentas, de cobrar favores,oportunidades que ya no tendr, porque una muerte as encuentra tanto almalo como al justo desprotegidos, creyndose cuidados por elomnipresente.Y tan tontamente engaados por sus sentidos (por la esperanza, o por laFe) muchos mueren en este instante, por la explosin, luego otrosquemados, y luego otros asfixiados y golpeados por una turba feroz queolvid su humanidad en la bsqueda de una salida, de un escape, dellaberinto a la superficie, pero no hay salida... y es como cuando fui unnio, cuando con barro en el jardn tapbamos las entradas-salidas delhormiguero, cuando pap inyectaba el humo-veneno por el nico orificiono cubierto, y luego el jardn floreca, la blanca muerte del hormiguero,

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    sus pasadizos secretos debajo del csped eran la tumba de cientos y milesde seres, y luego otras flores, la sonrisa de mam lo vala lo vala?laberinto, blanca muerte hormiga, flores, felicidad, y ahora es aquelmomento, y la tarea fue cumplida, miles de te amo no fueron dichos,perdones no fueron pedidos, cuentas no pagadas, favores no cobrados, yyo a un paso de pagar el valor de lo que cuesta, de aquello que quizscuesta ms que simples vidas en un hormigueroVolver, alejarse, desaparecer, fue simple; nuevamente el viaje en tren traecierta especie de escape, de liberacin o de es nuevamente reafirmar larealidad, la felicidad de unos pocos o de ninguno, mientras desfilan lascartas, la sota de bastos, una reina de corazones, un infaltable comodn ytodo un tarot detrs; la peste, el ahorcado la parca y nuevamentereafirmar la realidad, la felicidad de unos pocos o de nadie, el trendetenido, alguien se haba arrojado en las vas, la vida no tiene sentidopara muchas personas, pesan tanto los pecados, pesa tanto la culpa, secobran almas y siempre ganan los mismos, el mismo, quien muere deja desufrir ahora el tren vuelve al movimiento (estado natural de todas lascosas) y las barajas reafirman toda la absurda e infeliz realidad.Casi llegando a mi refugio, a mi hogar, veo una familia salir de su casa, l;tpico padre de familia que sacrificara todo por lo suyo, ella; la tpicamadre abandonada a las tareas hogareas, con sus kilos de ms y sudescuidada belleza que slo se puede ver en la hija adolescente, quien memira, a quien observo, dejando pasar el momento, por un momento mejor.Que el tiempo sea mi testigo, para que en el juicio final se sepa, que yo nofui culpable de llegar tarde a la vida, y si me sentencian por algo, que seaslo por lo que hice; hacerle frente al destino, ilusionarme con una ilusin.

    El suave y afelpado olor a muerte a sus espaldas y ese dolor ajeno que seacerc hasta l, todo dentro de un mismo lugar, de un mismo sentimientoo de un mismo terciopelo color bordo por donde sus dedos corran sinrumbo abandonados a la intil tarea de distraerse, de perderse en lavastedad de un infinito finito y delimitado; el sof.Claro que detenerse a pensar, o recordar, o siquiera a disfrutar de suslogros pasados era perder el tiempo y la posibilidad de ocuparlo en otrascosas la accin maldita, placentera, muchas veces inadecuadaaccin o la accin de detener el movimiento errtico de sus dedos sobrelo suave de un dolor ajeno, lejano, distante y a la vez personal, a la vezarraigado profundamente en su propio corazn, y entonces la accin comorespuesta, como salida, como si fuera cierto aquello que nos prometieran,aun cuando nada obliga al mal a cumplir sus palabras, la muerte de lashormigas, el tren detenido una vez ms, del sof su cuerpo al piso, deldolor al espejo, puerta de luz, amo de las tinieblas, de la inaccin a laaccin con slo imaginarlo; la nueva tarea.

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    Cuarto IntermedioTiempos

    Aquella noche en que la obscuridad propona un infinito espacio en lahabitacin despert y me sent acompaado por un auditorio escondido enlas tinieblas, y quizs fue una excusa que mi mente cre para de algunaforma explicar, explicndome; todo cuanto me estaba sucediendo, lo ciertoes que as, observado por imaginados rostros que esperaban impacientesmi relato, me par en el centro de la cama, con la sbana convertida entnica y mirando sin ver hacia la obscuridad que me rodeaba; empec ahablar en voz alta recitando uno de mis ltimos textos;

    Los Tiempos- viva encerrado en mi mundo particular, girando siempre sobre un mismo punto,que yo crea el centro, que yo supona exacto, nico, irrepetible, inconfundible ytambin; extenso, universal, un punto que era todo y que nada ms exista fuerade aquel centro, de aquel punto, de aquel; "mi mundo" en el que viva encerrado.Pero (tarde) lleg el tiempo de las revelaciones, y fue entonces cuando me viexcentrado, cuando mi ser, mi espritu y mi alma se partieron en dos, cuandodesde otras rbitas me vi en una esquina de la habitacin mirando la pared y enella el dibujo de una puerta, la habitacin inmensa, no estaba en el centro siquierade la casa, que ni siquiera estaba en el centro de la ciudad, que no estaba en elcentro de ningn lugar.Y desde las revelaciones, desde mi nueva rbita, me vi lejos de todo centro, aquelmundo que cre infinito y eterno, se dej ver entonces como lo que en realidad eray es; suerte de nfima realidad balad, tan lejos de donde crea estar me sentconfundido y no supe (como ahora) como actuarEs que cuando descubrimos que nuestro mundo no es siquiera cercano a laperfeccin, cuando nuestro "centro" desaparece entre tanta excentricidad, cuandola nueva rbita de las revelaciones nos da una nueva idea de la realidad; entonces;la palabra "desengao" toma un significado ms exacto, ms explcito, y englobatanta verdad, tanta parcialidad que unida, pegada, ordenada una tras otra, formany conforman una especie de totalidad o unidad prefabricada que podra entendersecomo verdad.As las cosas, dividido, fragmentado, excentrado, girando en rbitas ajenas,explotando el beneficio de la duda a cada instante, recorriendo de mi alma losnuevos lmites y el borde de aquel nuevo abismo, intentando atraerla despus dehaberla encontrado, intentando despertarla despus de haber sido despertado, as,as pas mi nuevo tiempo, en l descubr un alma gemela que giraba en una rbitamuy cercana a la ma, que me acompa en tanta extraa y nueva realidad de sery estar en un no-centro, mundo balad lejano y pasado, nuevo tiempo que llamar;"el tiempo despus de las revelaciones", del cual no quiero ni volver a hablar, y elcual termin quizs cuando menos lo esperaba (como todo termina y comienza),

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    cuando; por obra de un destino que se haba cansado de hostigarme, cierta tristefelicidad detiene el vuelo del ave errante, aleja con nuevos vientos las nubes detormenta, y detiene el viento, deteniendo mi giro en la absurda rbita en quehabitaba, me eleva a un nuevo plano, paralelo, equidistante, lejano y desde el cualencuentro placer en el dolor, felicidad en la tristeza, y una nueva forma dedisfrutar cada instante de tiempo de este "tiempo despus del tiempo despus delas revelaciones"Y la cre un sueo, la cre inexistente, como si una especie de autodefensa lahubiera creado en mi excentrada mente y la hubiera proyectado en un asiento denocturno y fro tren pero el mismo destino se encarg de demostrarme locontrario.Lo cierto es que este "tiempo despus del tiempo despus de las revelaciones" metena guardada la ms variada de las felicidades fragmentarias, y entonces puedoahora experimentar cada placer oculto, en magia blanca, negra o de colores (digoesto como si el blanco y el negro no fueran colores), disfrutar cada experienciadiferente por extraa, por simple, por diferente, por opuesta fragmentariasexperiencias y placeres que hacen a mi nueva felicidad y son los dolores de cadaespina diferentes, dignos de disfrutar, el veneno de cada serpiente particular,generando diferentes alucinaciones, antdotos tan diferentes para cada mordidamordindose el veneno y los adolescentes colores de su mirada, que tantopropone sin saber en realidad lo que est haciendo y las palabras que escuchomas en otras voces, y mis palabras que escapan a otros labios, y que ahora curan yllenan un vaco en esta eternidad que ni siquiera saba que exista y otrasnuevas formas de ver, de pensar, de hablar, de disfrutar sin importar tantasuperficialidad, haciendo caso omiso de los vientos, de las olas, de las tormentasque nos alejan del placer, quizs la verdadera forma de vivir esta inmortalidadEntonces el "tiempo despus del tiempo" que es tambin una nueva eternidad(como si con una sola no fuera suficiente), es el mejor de mis tiempos al descubrirque puedo vivir alejado de aquel primigenio mundo que yo crea el centro, que yosupona exacto y nico al no saber mirar y ver, por estar ciego frente a la puertadibujada en la pared, por no quitarme la mscara a tiempo, y es que quiznecesitaba de las revelaciones, del viento en la cara, de la lluvia o del dolor de laduda y el desengao y que puedo vivir excentrado por una eternidad, ya quemientras ms busco atraerte ms prefiero seguir sin lograrlo, mientras msintento encontrar nuevos tiempos ms me quedo con esta eternidad y es quequizs al encontrar la felicidad de la tristeza ya no temo llorar delante de espejos,ya no temo quitarme las mscaras antes o despus de cada acto, porque cadaveneno tiene su antdoto y cada dolor de espinas es placer, y si la mano que hiereno cura la herida otra mano hace olvidar el dolor, y la rueda seguir girando, lamaquinaria infernal seguir (y sigue) en movimiento, y desde mis nuevas rbitaslejanamente cercanas veo un mundo tan igual y tan diferente al que yo quiero, queya no lo quiero, no quiero nada, y por no querer nada ya todo lo tengo.

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    Si, claro, visto desde lejos esto puede parecer obscuro o encerrado, pero alcanzaracon que acercaran la llama de una vela y la llave que la palabra exacta contienepara que todo sea luz y eternidad.Claro que sera mucho ms fcil entenderlo si estuvieran en m, es esta tarea queme impongo, y propongo, como intentar explicar un dolor, algo que las palabrasno pueden explicar, y entonces lejos de perder sentido, la vela en sus manos y lallave de la palabra abren la puerta de mi alma e iluminan la obscura habitacin, enella se pueden ver las puertas, y los invito a pasar por ellas, a vivir lo que yo, asentir lo que yo para mejor entender todo esto que digo y que s, claro, visto delejos puede parecer obscuro o encerrado -.

    dicho esto, cada una de las personas de aquel auditorio encendi unavela, y se ilumin la habitacin, y en ella mis pinturas en paredes, piso ytecho cobraron vida, las palabras fueron pronunciadas y con cada ser quese perda en una puerta, la luz se iba extinguiendo, poco a poco hasta quenuevamente el infinito espacio de la obscuridad gan la habitacin,entonces dej la tnica caer al piso y volv al mundo onrico que tantoaoro en las vigilias del sueo, al olvido que significa perdonar y alperdn que significa olvidar.

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    Captulo IV

    El amor y la locura suelen llevarse tan bien; casi siempre caminan de la mano...

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    Quinto ActoDe Falsos Profetas

    Mentira si no dijera que un profundo deseo de inmediatez amenaz conapartarlo del camino en busca de atajos, pero tambin mentira si nomencionara que estos aparentes atajos no fueron ms que intrincadaspartes de un mismo e inevitable camino; aquel que los Dioses ya habanpreparado para l.Impaciente quisiera terminar ya todas las tareas que debe un hombrerealizar para llegar a ese fin que todo hombre aspira, pensando que podahacer libremente lo que l quisiera, cada accin, cada paso, pasexactamente por la lnea que de antemano fue trazada por el destino,pudo haber cambiado sus pasos, sus caminos?, mentira si dijera que no,pero tambin mentira si no mencionara que todo camino pasaexactamente por donde el destino traz sus lneas, resulta obvio que esmuy poco lo que podemos decidir sobre nuestros actos y a la vez es tanevidente que slo somos libres en el abstracto e ilusorio mundo denuestros sueos.

    En la cspide de mi ceguera, con mis ojos vacos y ausentes de todo brillo,fui el ms visionario de todos los profetas, y desde las profundidades demi abstraccin conceb lo que se convertira en el templo de la mentira yde la perdicin, y llev hasta sus puertas a todos y cada uno de los quepude llevar, incluyendo aquellos a quienes quera tener cerca, y cada unode ellos se ocup de traer a otros, aquellos a otros ms. La Fe; poderosaarma, inmensa fuerza, fue para m un atajo, y gracias a ella (repartida porm en los dems) llegu a ese lugar. En un corto tiempo, algunos das, casimenos de una semana, fui el lder de un grupo religioso modestamentenumeroso, y en nombre del Seor constru milagros prestidigitados yobscuros...

    Entre el publico que asista aquella tarde pudo ver la estpida cara de suvecino, entonces cambi las palabras que pensaba pronunciar por otrasms apropiadas, por aquellas que llegaran (profundamente) hasta ese ser;habl de los hombres, habl de sus ocupaciones, habl de como el hombr