El 1000 y La OLLA. Agitación Armada, Formación Teórica y Movimiento Obrero en La España Salvaje

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  • S A L V A D O R P U I G A N T I C H2 de marzo de 1974

    Agitacin armada, relacin directa no dependiente, antileninismo, antigrupusculismo, autodefensa, huelga insurreccional, violencia proletaria, antiautoritarismo, etc., conceptos que aunque insuficientemente explica-dos centran, cuando menos, nuestra prctica poltica.

  • Editorial Klinamen

    Coleccin Salvaje

  • Editorial Klinamen

    Coleccin Salvaje

  • Primera edicin en castellano: Marzo de 2014

    Edicin a cargo de: Editorial Klinamen: www.editorialklinamen.org [email protected]

    Coste de produccin por ejemplar: ,3.35

    Impreso en Ulzama

    Invitamos a la reproduccin total o parcial del presente texto para su debate y/o difusin no comercial.

    Agradecemos especialmente su colaboracin a los compaeros de Barcelona que nos han ayudado a traducir parte de este libro.

  • EDITORIAL KLINAMENNuestra forma de funcionamiento es horizontal, siendo la asam-blea el camino que hemos elegido para sacar este proyecto ade-lante.

    Experiencias ajenas nos han demostrado que no es posible con-jugar el proyecto poltico y la remuneracin econmica: algo di-fcilmente puede ser negocio e instrumento de lucha a la vez. Por eso este no es un proyecto editorial comercial, sino autnomo y libertario. Cada euro conseguido es reinvertido en una nueva propuesta de edicin o en apoyar otras luchas revolucionarias.

    Entre nuestros objetivos estn:

    Facilitarelaccesoanuestroslibrosconunapolticadepreciosque est al alcance de cualquier persona que desee adquirir algunas de nuestras publicaciones. Salvo las excepciones in-dicadas, el precio de los libros siempre triplica el precio de produccin.

    Recuperarlamemoriahistrica:rehacerloseslabonesconnues-tro pasado ms cercano para aprender de los errores y aciertos de los procesos revolucionarios de los que nos sentimos herederos, y en los que muchos se han quedado en el camino.

    Intentardarvozamuchagenteannimaqueluchaadiarioendiferentes lugares del mundo por la liquidacin social y por lo que les pertenece: su vida en libertad.

    Daraconocerdiferentesanlisisentrelosmovimientosrevo-lucionarios: anlisis que nos permitan golpear ms fuerte y defendernos de quien desee quitarnos las fuerzas para seguir.

    Generar un pensamiento crtico abriendo la cota fuerade nuestras fronteras ideolgicas, trataremos de lanzar un mensaje anticapitalista dentro y fuera del crculo de l@s convencid@s.

  • ndice

    Prlogo ......................................................................... 9| Editorial Klinamen

    El 1.000 / MIL / Movimiento Ibrico de Liberacin y la OLLA / Organitzaci de Lluita Armada........... 19

    | Ricard de Vargas-Golarons

    Estudio sobre la represin ......................................... 103| Oriol Sol Sugranyes

    Violencia y solidaridad revolucionarias .................. 111| Jean Barrot

    Salvador Puig Antich, ocho aos despus de su ejecucin ............................................................ 175| Ricard de Vargas-Golarons

    Salvador Puig Antich, treinta y dos aos despus ... 179| Ricard de Vargas-Golarons

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    Prlogo

    Hacer una lectura actual de la historia de ese otro movimien-to obrero, anticapitalista y asambleario, que invent formas de resistencia que huan de la lgica de la representacin. Por una parte se trata de un ejercicio de recuperacin: hay que tener en cuenta que las acciones de ese otro movimien-to obrero han sido totalmente ignoradas por la historia oficial de la transicin postfranquista que suele presentarse como un proceso de transicin poltica modlico y que ha utilizado la paz social, esto es la derrota obrera, como ar-gumento irrebatible. Y es tan solo esa historia oficial defor-mada la qu e ha llegado a las generaciones ms jvenes. No obstante lo anterior, no pretendemos tan solo el rescate de una memoria secuestrada y nos interesa an menos la ac-tividad nostlgica que concibe las luchas autnomas de esa poca como un modelo a imitar; ms bien las consideramos como fuente de inspiracin adaptada a los desafos y exigen-cias del presente. En suma, no es tanto poner en marcha una operacin de recuperacin de la memoria histrica sino pro-piciar una intervencin poltica sobre la memoria, esto es, indagar en el pasado para repensar el presente, investigando cmo se puede conectar lo que entonces ocurri con nuestra realidad y de ah la apertura que liga aquellas luchas con algunos fenmenos actuales de carcter antagonista.

    Presentacin del Seminario de Autonoma Obrera y AntagonismoMadrid, marzo de 2010.

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    El MIL y la OLLA

    El 2 de marzo de 2014 se cumplieron 40 aos del asesi-nato, a manos del Estado, de Salvador Puig Antich y, con l, del polaco Heinz Chez1, asesinado, esencialmente, para maquillar la muerte del primero, generando un segundo foco de atencin para la opinin publicada. Hemos queri-do aprovechar esta fecha para rememorar, no tanto a Salva-dor Puig Antich personalmente, sino al movimiento real de lucha en el que particip y por el que acab dando la vida.

    Desdenuestropuntodevista,recuperarlamemoriadePuig Antich solo puede ser tarea de sus familiares y ami-gos. Sera tremendamente contradictorio que un colectivo como el nuestro, que siempre ha tenido al 1000 como uno de sus referentes histricos, cayese en el personalismo y el martirologio que el propio grupo critic, antes incluso de la muerte de Salvador.

    Ahora bien, qu decir del 1000 que no se haya planteado o ledo ya? Existen varios libros relativamente accesibles que tratan de manera monogrfica el nacimiento, el desarrollo y la desaparicin de este grupo armado. Para la gran mayora, El MIL: Una historia poltica2deSergiRossCordovillaesel mejor y ms completo material editado sobre el tema. Ameno y profundo a partes iguales, no podemos dejar de recomendar la lectura de este trabajo tan completo. Aun as, pocos libros pueden presumir de ser autosuficientes a la hora de contar la historia de una poca o movimiento revolucionario, y este no es una excepcin.

    1. Chez muri en el garrote vil un cuarto de hora antes de que fuera ejecutado Salvador Puig Antich. Fue condenado a la pena de muerte como resultado de un consejo de guerra que le acusaba de matar a un suboficial de la Guardia Civil, que le habra descubierto cuando se dispona a robar en un bar.

    2. Editado por Alikornio en 2002.

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    Editorial Klinamen

    La historia del 1000, pese a lo minoritario del grupo, tiene un especial inters por su novedad en el mbito pol-tico ibrico y por la riqueza de sus planteamientos tericos y prcticos. Pero esta edicin, aunque obviamente presenta lugares comunes con las anteriores, quiere contribuir a la apertura de perspectivas ausentes en otros textos.

    Porunlado,esteltrabajodeRicardVargas-Golarons,militantedelMIL;aunqueyacontamosconsuaportacinpara editar Por la memoria anticapitalista3, el texto que se incluye en esta breve compilacin es un ensayo de mayor calado, con vocacin de minuciosidad, en el que adems el autor aborda de manera pormenorizada, y por primera vez, un anlisis de la Organitzaci de la Lluita Armada (OLLA), ungrupodelqueRicardparticip,ysobreelquenoexisteningn texto de referencia. Este trabajo nos ha sido cedido para su publicacin por las personas que organizaron el Se-minario de Autonoma Obrera y Antagonismo en Madrid, en marzo de 2010.

    Adems,Vargasnosfacilitdosartculoscortospublica-dos en prensa catalana con motivo del 8 y del 30 aniver-sario del asesinato de su compaero Salvador Puig Antich, que tambin hemos traducido e incluido en este tomo.

    ComocomplementoperfectoaltrabajodeRicardhe-mos querido incorporar un estudio de Oriol Sol Sugranyes escrito durante su segunda estancia en prisin, causada por el atraco a una sucursal de La Caixa que tena como objeti-vo el mantenimiento de la estructura del MIL.Estetexto,inacabado por circunstancias carcelarias y publicado ahora por primera vez, aborda las consecuencias represivas para el

    3.Sobre el MIL, Por la memoria anticapitalista, VVAA, Editorial Klinamen, 2008.

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    El MIL y la OLLA

    MILperotambinquiereadentrarseenlascontradiccionesque puede generar la lucha armada como opcin poltica: militarismo, desconexin del movimiento obrero Casi dos aos y medio despus de escribir esta obra, Oriol Sol morirabajolasbalasdelaGuardiaCivilenBurguete,Na-varra, cuando trataba de alcanzar la frontera francesa tras su participacinenlaconocidacomoFugadeSegovia.

    En esa misma lnea crtica con determinada deriva del MIL,yestavezdesdeelexteriordelaorganizacin,intro-ducimos en esta recopilacin un interesante texto de Jean Barrot4, hasta ahora de difcil localizacin en castellano, y que hemos terminado de traducir para la ocasin. En su dafuepublicadoporlaeditorialMayodel37;setrataportanto de un trabajo crtico que cont con el visto bueno de los comunistas 1000.

    El sello del olvido

    Si existe un trmino que marcara el discurso de la clase media progresista que protagoniz la transaccin democr-tica5,esteeseldeconsenso;consenso como lmite de lo po-sible, como frontera Consenso tambin, en forma de los Pactos de la Moncloa y la Constitucin, como cierre forzo-

    4. Jean Barrot es el seudnimo que utilizaba en la poca Gilles Dauv. Actual-mente Dauv es, junto con Karl Nesic, uno de los impulsores del proyecto Tro-ploin (troploin.fr). En Klinamen ya hemos editado algunos de los ltimos textos de este colectivo en recopilaciones como El timn y los remos o Comunizacin: materiales para la revolucin social.

    5. Transicin o transaccin? No, no se trata de un mero juego de palabras, porque hablando con propiedad, la llamada transicin espaola a la demo-cracia ha sido una operacin transaccional entre los gestores de la oposicin antifranquista y los administradores del franquismo tardo. -Transicin a la mo-dernidad y transaccin democrtica. Etctera n 25.

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    Editorial Klinamen

    so de toda oposicin proletaria, a travs de la marginacin poltica de quienes no dieron la mano a la Transicin ni a sus relatos construidos con posterioridad.

    El consenso aseguraba representacin institucional a cambio del abandono parcial y progresivo de las luchas, lo que se tradujo en una aceptacin por parte de las fuerzas polticasdelaizquierda(CCOO,UGT,PCE)delares-ponsabilidad de desmovilizar los conflictos obreros, para adquirir un papel central en el nuevo organigrama poltico a cambio del abandono de las aspiraciones transformadoras.

    Esto no quiere decir que toda la movilizacin proletaria se encontrara inserta en el arco poltico de la entonces futura izquierdaparlamentaria.Nimuchomenos.Pero esaGaliaresistente a las musas de la representacin y al pacto homo-geneizador a cambio de cuotas de poder institucional, la au-tonoma,tambinsevioafectadaporeseproceso;algunosdesus sectores se integraron en el nuevo escenario poltico, y los que no lo hicieron fueron sealados y sufrieron el escarnio de los abanderados del nuevo espritu de conciliacin nacional.

    En el terreno de la economa, la forma de terminar con la onda revolucionaria de la Espaa Salvaje, que revolvi el Estado desde la segunda mitad de los 60 hasta finales de los 70, se asemeja terriblemente a la manera en que se llev a trmino la crisis del petrleo del 73: la relocaliza-cin industrial que convierte progresivamente a los pases occidentales en economas fundamentalmente terciarias, desmantelando el entramado productivo industrial, y aqu, sometiendo a los perdedores de la Transicin al control ms efectivo del fervor revolucionario: el paro.

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    El MIL y la OLLA

    No por azar, los puntos geogrficos ms castigados por esta reconversin haban sido aos antes centros neurlgicos delamovilizacinobrerayvecinal;eselcaso,porejemplo,delaMargenIzquierda,odelCinturn Rojo de Barcelona.

    Consenso y paro cierran un ciclo de lucha y resistencia que se sella con olvido. As, cualquier grupo de la poca del que se hable hoy corre el riesgo de quedar descontextuali-zado,cojo;nomuchosconocenlascaractersticasdelcon-flicto latente aquellos aos. No se trata de una lectura de la Transicin que se aprenda en los libros de texto de la ESO.

    Sinembargo,elMILsurgiysedesarrollenuncon-texto al que es inherente, al que se debe y del que es solo una expresin. No nos quedemos entonces con la parafer-nalia y lo anecdtico.

    Adems del sello de olvido que cierra la posibilidad de enmarcar la accin del grupo protagonista de este libro, si hacemos referencia al mbito de los movimientos polticos, no cabe duda de que esa descontextualizacin tan habi-tual, en parte, se debe tambin al romanticismo que evoca lo armado, una caracterstica de la que nunca ha podido despegarse el movimiento autnomo-libertario, ni el 1000 en su momento. Pero sera muy estpido creer que el tre-mendolegadodelMILselimitaasusexpropiacionesylasSten, que eran tan solo una de sus reas de intervencin. El MovimientoIbricodeLiberacinsupusoantetodounaruptura con toda ideologa preconcebida, una bsqueda de la verdad, en ocasiones eclctica, qu duda cabe, ms all de toda etiqueta o cors terico. Una apuesta decidida por practicar la teora y teorizar la prctica. Una reivindicacin del anonimato en medio del mar de siglas de la izquierda radical extraparlamentaria de los 70.

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    Editorial Klinamen

    El 1000 hoy?

    Quienes quieran afirmar que lo ms importante en el MIL fue la difusin de textos o, por el contrario, las acciones de lucha armada, traicionan el espritu de nuestra prctica. Porque, aunque eso nos costara enormes esfuerzos de funcio-namiento y de compartimentacin, jams se nos ocurri la idea de disociar lo indisociable.

    JeanMarcRouillan,La banda de la Sten. Por la memoria anticapitalista (Editorial Klinamen).

    Ms all de la siempre necesaria reivindicacin de la me-moria histrica, qu sentido tiene reivindicar hoy en da al 1000?

    En primer lugar, aunque al hablar del 1000 sea impres-cindible tratar el tema de la agitacin armada y la violencia revolucionaria, centrarnos en esa caracterstica es un error que se ha cometido demasiadas veces.

    Sinceramente, no queremos que este sea el ensimo texto que mitifica la accin armada de un grupsculo, por impor-tantequehayasidoono;yasehacadomuchasvecesenesteerror, nosotros los primeros, por cierto. Eso s, tampoco va-mos a recuperar (en el peor de los sentidos) ahora la historia del 1000 dejando de lado su defensa de la agitacin armada, las expropiaciones y su uso de la violencia revolucionaria.

    Dehecho,aunqueelMILestindisolublementeligadoa la mstica de las Sten y las expropiaciones, estas no eran ms que un medio, uno de los pocos de la poca, de ob-tener el dinero necesario para las cajas de resistencia y el proyecto de edicin de libros. Aun as, buena parte de las

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    El MIL y la OLLA

    tensiones internas que acabaran por llevar a la autodisolu-cin del 1000 se debieron a la relacin entre los llamados Equipo Exterior y Equipo Terico, es decir, entre aquellos di-rectamente ms implicados en la ejecucin de las acciones armadas y aquellos ms relacionados con la elaboracin de textos, folletos y material impreso. Esta tensin, expresada como una tendencia a la autonomizacin de la lucha ar-mada (o de la actividad terica, segn se mire) es uno de los puntos centrales del texto Violencia y Solidaridad Revo-lucionaria incluido en esta edicin. A da de hoy, entender los procesos por los cuales una actividad (terica, prctica, armada, cotidiana) que se pretende y busca ser holstica se escinde en fragmentos que tienden a aislarse es una ne-cesidad tan apremiante como lo era entonces.

    Aunque en el imaginario militante no suele ser por esto por lo que se les conoce, uno de los objetivos centrales del 1000, desde su formacin, fue la creacin de una biblioteca revolucionaria a la que pudiesen acceder los trabajadores del momento:

    La Biblioteca Social es una estrategia abierta distinta en su esencia de las estrategias cerradas (partidos, grups-culos, seminarios de estudios). No se dirige a una clientela propia de militantes y simpatizantes sino a todo el mun-do (que es lo realmente eficaz, a nivel de prctica terica revolucionaria). Tiene las puertas abiertas a toda clase de sugerencias y aportaciones, tanto sobre temas como sobre enfoques (ningn dogma preestablecido).

    La seriedad exige sin embargo un mnimo de coheren-cia que evite una presencia catlica o confusionista ante sus lectores, para ello, compensa las oscilaciones entre el

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    Editorial Klinamen

    contenido terico y el divulgar cosas de las que solo se tiene un acuerdo parcial, mediante Notas Editoriales concisas y objetivas (quin es el autor, qu dice, en qu aspecto cree-mos que es interesante o actual) y mediante aportaciones documentales (anexos que amplen la perspectiva).

    ()

    No es el contenido sino la existencia y la forma de exis-tencia lo que dan a la Biblioteca Social todo su sentido poltico: el existir gracias a un grupo de apoyo y no gracias a un grupsculo, su forma de financiacin, su ilegalidad (no es lo mismo publicar el mismo texto legalmente que ilegalmente, no es lo mismo publicar textos izquierdistas en una revista o librera legal en el extranjero que hacer-lo underground en Espaa y lograr su difusin masiva y claramente intencionada).

    La lnea poltica de la Biblioteca Social trata de de-mostrar la superioridad de las estrategias abiertas sobre las estrategias cerradas, tanto en el campo de la teora como en el de la lucha cotidiana del movimiento obrero6.

    Este proyecto se concretara en las Ediciones Mayo del 37. Sin duda, uno de los aspectos ms interesantes de aquella experiencia editorial fue su heterodoxia, su inters por descubrir y editar trabajos interesantes, diferentes, sin importar siglas o etiquetas. Ms all del diamat o de las diferentes formas de ortodoxia anarquista o marxista, los trabajos editados bajo el sello Mayo del 37 abarcan desde anarquistas como Berneri a marxistas como Ante Ciliga, pasando por Cardan (Castoriadis), Barrot, Canne Meijer,

    6. La Biblioteca Social como estrategia poltica, Diciembre de 1972, documen-to interno del MIL.

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    etc. En una poca en la que para la mayora de militan-tes, el necesario aprendizaje terico se limitaba a acatar las consignas de tal o cual partiducho, el sector autnomo en el que surge el 1000 se caracteriza por una sorprendente apertura de mente.

    Dentrodeestaheterodoxiapuedeubicarseesetoquedehumor que impregna muchos de sus textos y panfletos, ese no tomarse muy en serio a uno mismo que va desde llamar Coo! a una de sus revistas, al uso del detournement situa-cionista. Teniendo en cuenta que lo primero que se plan-teaban cuatro tos despus de leerse el Qu hacer? de Lenin era autoproclamarse vanguardia del proletariado, probable-mente hacan falta ms ejemplos como este:

    Humor: Cualidad muy apreciada en el militante, por-que un revolucionario triste es un triste revolucionario.

    Suele ser una cualidad no frecuente (rara avis) en Levante y en el Norte qu le vamos a hacer!

    DiccionariodelmilitanteObrero7

    Para todos los que formamos la Editorial Klinamen su-pone una gran satisfaccin poder aportar nuestro grano de arena, mediante la edicin de este libro, a la recuperacin de la memoria del movimiento autnomo, el 1000, la OLLA, losGACPero,sobretodo,paranosotrosesunamanerade contribuir a saldar la enorme deuda que tenemos a nivel personal y colectivo con todas aquellas experiencias.

    7.Editado en Toulouse en 1970 por el Equipo Exterior de Nuestra Clase. Ela-borado principalmente por Jos Antonio Daz con colaboracin de, entre otros, Santi Soler, que participaba en el llamado Equipo Terico del 1000. (EL MIL: una historia poltica, Sergi Ross). Una copia escaneada puede encontrase aqu: www.mil-gac.info/IMG/pdf/dicmilob.pdf

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    El 1.000/MIL/Movimiento Ibrico de Liberacin y la OLLA/Organitzaci de Lluita Armada

    RicaRd de VaRgas-golaRons

    Hasta que no tomen conciencia nunca se rebelarn, y hasta que no se rebelen no podrn tomar conciencia

    GeorgeOrwell,

    Down and Out in Paris and London (1933)

    El texto presente refunde reordenada, revisada y am-pliada mi exposicin en el Seminario de Autonoma Obrera y Antagonismo, que tuvo lugar en la librera Encla-ve de libros de Madrid bajo el nombre de El movimiento obrero autnomo y anticapitalista, la experiencia poltica delMILylaOLLA,enabrilde2010.

    Debidoalaescasacalidaddelagrabacinmehasidoimposible reproducir las intervenciones de los concurrentes durante el coloquio posterior a mi intervencin, mientras que mis respuestas las he integrado en el texto.

    Introduccin

    Buenas tardes a todas y a todos. Agradezco poder en-contrarme en una librera para dar esta charla porque los delMILtenamosmuchoaprecioaloslibros.SisurgielMILenbuenapartefueparacrearunacoleccindetextosrevolucionarios la llambamos la biblioteca, por lo que podemos afirmar que estamos en el entorno ms apropiado.

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    El MIL y la OLLA

    Como ha comentado el compaero que me ha presen-tado,elMILesconocidoyhasidoobjetodeestudiosdi-versos. Existen entre ocho o diez monografas significativas sobreeltema;encambiosobrelaOLLAnoexisteninguna.Por lo tanto, considero que mi experiencia personal puede contribuir a recuperar un episodio del movimiento obre-ro que ha quedado esfumado de la memoria popular. Yo empecacolaborarconelMILenel72.Trabajadordelahostelera, entr en el colectivo en aquella fecha, precisa-menteelaoenqueelMILempiezaaexistircomotal:seincrementa la edicin de textos revolucionarios y se llevan a cabo las primeras expropiaciones. Me integr en el equi-po terico, pero no me confinaron a temas intelectuales. Tambin cumpla funciones de logstica, infraestructuras, y contactos con barrios, talleres y fbricas. Traduje casi to-doslostextosdifundidosporlasedicionesdelMIL,Mayo37, lo que me exigi perfeccionar mi francs, que previa-mente estaba lejos de dominar. En aquella poca la mejor literatura nos llegaba en este idioma; no como ahora enque todo se vehicula a travs del ingls. ElMIL es des-articulado en septiembre del 73 y la mayor parte de sus miembros son encarcelados, entre ellos Puig Antich. Tan solo unos pocos consiguen exiliarse. Yo tambin puedo za-farme de la polica, encerrado durante 15 das en un piso delbarriodeGrcia,traslocual,clandestinamente,huyoaItalia,dondecontbamosconelapoyodeloscompaerosde Lotta Continua y la autonomia operaia (versin italiana delaautonomaobrerainternacional).Dosmesesdespus,en noviembre del 73 regreso e inmediatamente me integro en los grupos autnomos que con posterioridad seran eti-quetados como OLLA. En noviembre del 74 la polica me

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    Ricard de Vargas-Golarons

    detiene e ingreso en la Prisin Modelo hasta que se concede la primera amnista a los presos polticos.

    HementadoMILyOLLAtansoloparapodernosentender.Dehecho,muchosdelosquefuimosmiembrosde alguno de estos colectivos consideramos que nunca existieron. Es una contradiccin a aclarar. Al principio, el MILsedefinacomoungrupodeapoyoalaclaseobreracombativa que en tanto que rechazaba cualquier protago-nismo gratuito estaba en contra de adornarse con siglas aunquepuntualmenteseautodenominGrupoAutno-modeCombate (GAC).Ms tarde, en enero del 71, elMIL se presenta con el formato del nmero 1.000 enenero del 71.De entrada, la cantidad haca referencia asu carcter annimo y masivo: mil, diez mil, un milln Cualquier cifra grande que expresara la inmensa masa explotada y oprimida la hubiramos considerado opor-tuna. As qued reflejado en unos panfletos en contra de la participacin en las elecciones de delegados de la CNS (Confederacin Nacional de Sindicatos), los sindicatos obligatorios y verticales del franquismo. En abril del 73 aparece CIA = Conspiracin Internacional Anarquista, con lapretensindellegaraserelrganoperidicodelMIL,ylacifra1.000quedatransmudadaenMovimientoIbri-codeLiberacin(MIL).Fueunasorpresa;muchosdeno-sotros no estbamos de acuerdo con esta innovacin, que creamos en desacuerdo con nuestro colectivo, que cabe ca-racterizar como un grupo en fusin y no una organizacin propiamente dicha. O, dicho desde otra perspectiva com-pletamente diferente, una panda de amigos, ampliada con familiares y conocidos, en la que las afinidades ideolgicas quedaban subordinadas a las simpatas personales.

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    El MIL y la OLLA

    Por lo que concierne a la OLLA (Organitzaci de Llui-ta Armada), con este nombre explcito nunca lleg a exis-tir. Mientras estuvo activa se desenvolva como un grupo autnomo sin nombre, y para aludirlo, en el mundo de la subversin, se referan a ella de manera indiferente, como Re-sistncia, Resistncia Socialista,elgrupodelBascodelGe-netaliasdeFelipSolSabat,suldernatural,oinclusiveOLLA.Dehecho, tansolo losdelMILnosdenominaronas, y aun ocasionalmente, en una antfrasis jocosa, ya que en el documento de presentacin del grupo que se remiti al MIL,afirmabantajantementequenoeranunaorganizacinde lucha armada sino que nos definimos como un grupo autnomo a favor de la autonoma de la clase obrera lo que de buen seguro les hizo esbozar una sonrisa, conociendo el talantedeFelipSol.EstedocumentoquedaenmanosdelMILycuandocaendiversosmiembros,lapolicatopaconl, y a falta de otra sea de identidad, le endilgan esta etique-ta, y cuando logran detener a militantes del grupo, les acusan de pertenencia a dichas siglas. El nombre que ha quedado para la historia, pues, es una chuscada de la polica, para dar un nombre a un grupo que precisamente rehua el protago-nismo que comporta el uso de siglas o etiquetas nominales.

    Antecedentes

    Losantecedentesms lejanosdelMILdebenbuscarseen los grupos de accin directa, valgan como ejemplos los deDurrutiyAscasoenlosaos20,yenlascolectivizacio-nes de matriz anarquista que tuvieron lugar en Catalua y AragndurantelaGuerraCivil,loquenosllevaraaotor-gar una gran transcendencia histrica a los hechos de Mayo de1937.Comoessabido,enaquelmesdelaGuerraCivil,

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    laURSSyelGobiernorepublicanointentaronliquidarelmpetu revolucionario que estall como respuesta al inten-to de golpe de Estado. Con excusas banales, los estalinistas lanzan los guardias de asalto a controlar la central telefni-ca que autogestionaban los empleados, afiliados a la Con-federacin Nacional del Trabajo (CNT), y que se resisten adejarla.Del3al7demayohayunenfrentamientoentrelos revolucionarios y la izquierda institucional que finaliza cuando los ministros anarquistas lanzan una proclama a deponer las armas y retornar al trabajo.

    Pero no solo nos recrebamos en el espejo de la ofensiva combativa sino tambin en el de la resistencia en las horas ms aciagas. En la empresa Maquinista Terrestre y Marti-ma, en el ao 45 hubo unos plantes laborales para celebrar lavictoriaaliadasobrelosnazifascistas.Dosaosmstar-de se levantaron en huelga en el textil de Barcelona, Saba-dell, Terrassa y Matar y la dictadura tuvo que militarizar la Hispano-Suiza. (Todo esto solo ha trascendido mucho despus, pero as se relata la historia, al fin y al cabo un fbula convenida). En febrero del 51 la huelga de los tran-vas paraliza Barcelona. Aun as, en mayo del mismo ao la CNT todava consigue coordinar una huelga a la que se suman ms de 50.000 trabajadores, en Barcelona, Matar, Manresa y dems centros industriales. En Catalua, hasta el ao 63 se prolong la lucha guerrillera protagonizada por los anarquistas. Circunscrito al territorio cataln, entre 1939 y 1963, he contabilizado ms de 500 combatientes asesinados no obstante algunos no fuesen propiamente guerrilleros, sino enlaces o familiares.

    PeroelMILnosoloharsuyalahistoriadelmovimien-to de clase ibrico, sino que incorporar la experiencia in-

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    ternacional.As,recuperamoslamemoriadelaRevolucinde los 333 das de Hungra (1919)8, el Rtebewegung (mo-vimiento de los consejos) y la Novemberrevolution alema-nes (1918-1919)9,laRepblicadelosConsejosdeBaviera(1919) Un conjunto de colosales acontecimientos de los que no se tena el menor barrunto en el Estado espaol. Asimismo sern objeto de nuestro anlisis, con su consi-guiente asuncin, las grandes luchas obreras tras el bar-celons Mayo 37 como son Berln 1953, Hungra 1956, Blgica 1960-1961, sin obviar el ambivalente, aunque so-brevalorado, Mayo 68 parisino.

    A partir de los aos sesenta se da un cambio radical en la lucha de clases. Hay un relevo generacional: se va ex-tinguiendolageneracinquehabacombatidoenlaGue-rra Civil, que se ve substituida por un colectivo joven. Se transforma la vida cotidiana. Hay un rpido desarrollo eco-nmico, aupado por las inversiones de capital extranjero y que conllevan una emigracin masiva de poblacin campe-sina del medioda peninsular hacia Catalua. Entre 1960 y 1975, pasa de 3,9 millones a 5,6 millones de habitantes, un aumento del 45%, que redunda en un colosal incremento numrico de la clase trabajadora.

    En 1962 surgen las comisiones obreras en Asturias en medio de luchas espontneas. Se trataba de un movimiento asambleario, con delegados permanentemente revocables

    8. Vlgyes. Ivn (Hrsg.): Hungary in Revolution, 1918-19. Nine Essays. Lincoln (NE): Univ. of Nebraska Press, 1971. Rudolf Tks: Bla Kun and the Hungarian Soviet Republic. The Origins and Role of the Communist Party of Hungary in the Revolutions of 1918-1919. New York : F.A. Praeger, 1967.

    9. Prudhommeaux Andr ; Prudhommeaux, Dori, Spartacus et la Commune de Berlin 1918-1919, Paris: Spartacus, 1977. Brou, Pierre Rvolution en Alle-magne (1917-1923)], Paris: Minuit, 1971.

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    nada en comn, pues, con la actual estructura esclerti-ca de CCOO. En 1964 hay una importante huelga en La Maquinista en solidaridad con Asturias. Yo mismo estuve presente en la refundacin de las comisiones obreras de Ca-talua, que tuvo lugar en una iglesia del barrio de la Borde-ta en 1966, ao en que se van perfilando las luchas. En las comisiones obreras de finales de aquella dcada, en Barce-lona y su cinturn industrial, entran en colisin tres entor-nos. El primero, circunstancialmente mayoritario, aparece bajolagidadelFrontObrerCatal(FOC),versinlocaldelFrentedeLiberacinPopular(FLP),heraldodeunso-cialismo antiimperialista, tercermundista y disidente de la lnea comunista oficial. El segundo lo controla la coordi-nadora local, que monopoliza el Partit Socialista Unificat de Catalua (PSUC) (organismo sucursalista del Partido Comunista de Espaa [PCE]), y que es el que a la postre se hace con la hegemona para retenerla desde entonces. Sin embargo, ya desde julio del 68 surge un tercer entorno antiautoritario y partidario de la autonoma y que tiene su reflejo en la revista Metal, que distribuye 5.000 ejempla-res, un tiraje portentoso, en medio de la represin. Este grupo, abiertamente opuesto al dirigismo encarnado en el PSUC,consigueque,porejemplo,enlafbricadeAEG-Telefunken, en Terrassa se alce una huelga importante, sin partido que la capitanee, mantenindose en todo momento bajo control asambleario. As, la parte ms consciente de la clase obrera va oponindose a cualquier injerencia ajena.

    En lnea con estos planteamientos, medio ao ms tar-de, en enero del 69, la revista Metal es remplazada por el mensual Qu hacer?, que en septiembre poco ms de me-que en septiembre poco ms de me-dio ao despus ya anuncia su disolucin. En este mismo

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    septiembre se constituyen las Plataformas de las comisiones obreras, independientes de toda fuerza poltica. Tres meses ms tarde, en noviembre, las Plataformas empiezan a edi-tar la revista Nuestra clase: Comisiones Obreras, publicada en Toulouse de Languedoc y difundida en el cinturn rojo de Barcelona,yenlaqueparticipanfuturosmiembrosdelMIL.Porsuparte,losCrculosdeFormacindeCuadrosque,enuna apuesta por la reflexin, se haban creado en el mismo mes y ao que haban surgido las Plataformas, septiembre del 69, solo tardan poco ms de un ao en disolverse.

    Salta a la vista el galimatas de siglas, con una existencia apresurada y fluida y, a la par, la radicalidad de los plantea-mientos. Bajo las condiciones a que obligaba la clandestini-dad no se poda escoger la militancia a la carta, a travs de un catlogo. Se asista a un acto, no porque lo hubieses se-leccionado a priori, sino a travs de un amigo, un compae-ro de estudios o un familiar prximo, que te haba hablado de l sin saber en absoluto cmo se desarrollara y con el fin de palpar algo nuevo que no conocas sino muy vagamente. Que del independentismo se saltase a la autonoma obrera o viceversa no tiene que extraar. En la clandestinidad haba mayor transferencia de personas e ideas de una organizacin a otra, que bajo la democracia formal. En pocas semanas poda crearse una faccin, marcar distancias de la organi-zacin madre y escindirse de ella, as como fusionarse con otro grupo de cualquier color. Si bien haba controversias, en ocasiones muy vivaces, al mismo tiempo haba menos sectarismo que en la actualidad, en que las mentes se han anquilosado. Y la curva envolvente de todas las distintas tendencias dibujaba un giro progresivo hacia la izquierda. A tientas, pero de forma inequvoca, se iba forjando una con-

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    ciencia abiertamente anticapitalista, crtica contra cualquier forma de manipulacin y a favor de una autonoma obrera sintacha.SinestetrasfondoelMILnohubierapodidosur-gir, ya que le aportaron el sustrato ideolgico y el compo-nente humano con aquellos que ya estaban participando, de una manera directa o indirecta, en las luchas.

    Comonopodaserotromodo,dentrodelmismoMILtambin reverber ese torbellino de tendencias, con sus flu-jos y reflujos pisndose los talones en una fuga permanen-te hacia delante. Sin embargo, habida cuenta del carcter introductorio o divulgativo, como gustis llamarlo, de este coloquio, intentar acotar al mximo esta faceta, y presen-taralMILensuscoloresbsicos,sinentrarensusentresi-jos, excesivamente sutiles y, en definitiva, innecesarios. Por lo dems, tambin evitar ofrecer una lectura romntica o una novela de aventuras y me centrar en el mensaje prin-cipal que quisieron transmitir. Y una ltima advertencia metodolgica:elMILactudesdedoscentros,Barcelonay Toulouse, desde ambos con una intensidad similar, aun-que no cabe la menor duda de que focaliz su estrategia en Catalua. Con nimo de hacer lo ms inteligible posible nuestro texto, pues, procuraremos demorarnos el mnimo imprescindible en los avatares tolosanos.

    ElMIL,aspues,nobrotadelanada.Muchosdesusmiembros estaban enzarzados en luchas obreras de Barce-lona. Por aquellas fechas, lo revolucionario se presentaba como indisociable del marxismo-leninismo, tanto en las fbricas como en el mundo de la enseanza, en particu-lar la universidad. Truncada la histrica lnea libertaria de honda raigambre en Catalua y en otras regiones de la pe-nnsulaIbrica,elpasoalantiautoritarismosolopodafran-

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    quearse a partir del marxismo. Algunos habamos pasado por el PSUC hasta que, tras haber gustado sus heces autori-tarias, nos habamos escorado a su izquierda, de manera que muchosdenosotrosaccedimosalMILporlapasareladelgauchismo. Tan atrs como en el 67, futuros miembros del MILyaestablecieroncontactosconlaJuventudComunistaRevolucionaria,grupotrotskista, lneaMandel,partidariodel entrismo, que sin embargo no llegaron a fructificar. Oriol Sol, por ejemplo, colabora con el Sindicat Demo-crtic dEstudiantsdelaUniversitatdeBarcelona(SDEUB),sindicato antifranquista; entra en las Joventuts Comunistes de Catalunya,filialdelPSUC;saltaalPartidoComunistade Espaa (internacional) [PCE(i)], maosta, y por ende, marxista-leninista-estalinista;recalaenQu hacer? perio-do en que coincidiendo con la huelga de los helados Camy, Oriol aprovecha la noche para lanzar ccteles Molotov contra los kioscos, siendo sorprendido en plena accin por la polica y aterriza en Accin Comunista escisin de la seccinexteriordelFLP,queapartirdel70sehaamplia-do con bases en el interior y que postulaba un marxismo heterodoxo, en abierta confrontacin con el leninismo. En diciembre del 69 participa con otros futuros miembros del MILenelcongresodeAccinComunistaenFrncfortdelMeno, lo que conlleva el desmantelamiento de su clula barcelonesa, y que motiva que se aliste a Plataformas, para finalmentemilitarenelMIL.Sinserningndirigentealuso, tena un gran ascendiente sobre los compaeros, por tener ms edad que los dems, acumular mayor experien-cia, gozar del estatuto de refugiado poltico, y sobre todo, por sus innatas cualidades para proyectar, dinamizar y or-ganizar.Representaunejemplomsdelaradicalizacinde

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    muchos de los jvenes comprometidos de la poca la edad delosmiembrosdelMILydelaOLLAgirabaentornoalos 20-25 aos que entraban en sintona con las luchas obreras que tenan lugar a lo largo y ancho del continente.

    Un componente bsico delMIL antes delMIL es suafn por conferir trabazn terica al movimiento revolu-cionario. En diciembre del 69, futuros compaeros del colectivo publican desde Toulouse un documento muy im-portante, El movimiento obrero en Barcelona, elaborado por IgnasiSolSugranyesySantiSolerAmig,aliasPetitoFede,elautorquellegaraasermsprolficoeinfluyen-te delMIL. (Llegados a este punto resulta obligada unanota antroponmica: en este colectivo encontramos cuatro hermanos Sol Sugranyes la familia sumaba doce hijos: Oriol;Ignasi,aliasMontesoTurons;JordiyRaimon.En laOLLAvuelven a encontrarse los antedichos IgnasiyRaimon, ademsdeunprimo suyo,FelipSolSabat.Como remate, adems, en elMIL tieneunpapeldesco-llante Santi Soler Amig, que, sin embargo, no guarda ningnparentescoconlosSol.)Puesbien,IgnasiSolySanti Soler, antes de traducir textos de otros pases haban constatado la urgencia de explicar con mordiente crtico el batiburrillo de tendencias obreras que pululaban en Barce-lona. Multicopiado en un psimo papel, el folleto criticaba la manipulacin tanto de los comunistas reformistas, como la de todos los grupsculos izquierdistas. Mereci tan bue-na acogida que dos meses despus fue impreso, con mayor calidad, en la misma Barcelona.

    En el agosto siguiente, en el ao 70, diversos trabajadores delosGruposObrerosAutnomos(GOA)ydePlataformaslanzaron un proyecto sugestivo, el Diccionario del militante

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    obrero, y en un estadio avanzado de su elaboracin piden a Santi Soler que contribuya en l. Este, a pesar de que re-par en su contenido populista, alguna majadera puntual y enormes lagunas, lejos de censurarles el texto se limit a incorporar voces por aquel entonces de nuevo cuo como situacionismo, bordiguismo, o autogestin. En su versin definitiva, la pgina de crditos informa que se ha publicado desde Toulouse por el Equipo Exterior-Nuestra Clase.

    Un tercer texto de aquella poca es Revolucin hasta el fin (octubre 70), al que nosotros adjetivamos como Manifesto jusquabutista patente testimonio de la dependencia de la literatura subversiva francesa, rayano al afrancesamiento o el mamotreto, y que presenta, en medio centenar de pginas, una seria tentativa para elaborar un manual para obreros,conunalmpidacriticadelleninismo;ledestina-mos muchsimas horas de sueo, aunque al final no lleg a publicarse y lo consideramos de uso interno.

    Adems de plasmar el movimiento autnomo en la zona industrialdeBarcelona,elMILenciernestambinsirvede

    espejo de toda la teorizacin internacional que tendr su mayor concrecin fctica en el parisino mayo del 68 (donde participaron algunos futuros integrantes, como por ejem-plo Emili Pardias, alias Pedrals, traspasado en octubre de 2011)yenelotoocalienteitalianodel69(elMILman-tendr diversos contactos con los revolucionarios de aquel pas). En particular, se mantiene una intensa relacin con Le vieille taupe, una librera izquierdista de la rue Odon de Pars. Era el nico punto donde aprovisionarse de los tex-tosrecinpublicadosde laInternacionalSituacionista,de

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    los bordiguistas, Pouvoir Ouvrier10, etctera, y donde Santi Soler tena slidos contactos, a travs de los cuales pudo ob-tener muchos textos que al poco seran traducidos y difun-didosporelfuturoMIL.Tambinseemprendenrelacionespersonales con los bordiguistas, y con los consejistas, here-deros del pensamiento de Anton Pannekoek (1873-1960). Entre los autores vivos con mayor ascendente es obligado mencionaraGillesDauv(1947-),queporaquelentoncesutilizaba el pseudnimo de Jean Barrot, con el que se entra en contacto personal en agosto de 69, as como los situa-cionistas, cctel imaginativo de marxismo, anarquismo y dadasmo y de cuya difusin en la Pennsula ser responsa-bleelfuturoMIL11.AselencuentroconRaoulVaneigem(1934- ) uno de los principales tericos situacionistas, tiene lugar en marzo de 68 (dos meses antes del pregonado Mayo 68, al que los situacionistas, junto con los enrags12, con-ferirn sustancia ideolgica.) En conjunto, pues, se traba relacin con una ristra de tendencias, que si bien diversas, tenan el comn denominador de comprender que el leni-nismo se reduca a ejercer de extrema izquierda del capital y de la burguesa, por lo que en definitiva desmereca el califi-cativo de revolucionario.

    10. Por increble que parezca, a partir del 79, Le Vielle Taupe se escor hacia el negacionismo histrico, recusando el exterminio nazi, y abandonando cual-quier cariz izquierdista. Claro que esta ya es otra historia.

    11. La edicin mimeografiada de la coleccin ntegra de la revista Internatio-nale situationniste ha sido publicada por diversos sellos. La ltima edicin se encuentra en Arthme Fayard (Pars 1997). En castellano podemos citar Amo-rs, Miguel. Los Situacionistas y la Anarqua, Muturreko burutazioak, Bilbao, 2008; Perniola, Mario. Los Situacionistas. Historia crtica de la ltima vanguar-dia del siglo XX, Acuarela Libros y A. Machado Libros, Madrid, 2008.

    12. Enrags et situationnistes dans le mouvement des occupations, Paris: Gal-limard, 1968; Duteuil, Jean-Pierre. Nanterre 1965-66-67-68 - Vers le Mouve-ment du 22-Mars, Paris: Acratie, 1988.

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    Inminencia de la revolucin

    Por aquellas fechas la revolucin pareca estar al cabo de la calle. Catalizan una serie de cambios radicales: de la vida cotidiana, de la familia, de la sociedad. Se evidencia que no se puede combatir la alienacin desde posiciones alienadas entre las cuales se incluye la alienacin que supone acatar servilmente el partido. El mundo se sacude en la eferves-cencia. Para pulsar el derrotero global de la poca, no pre-cisaremos fechas, y solo ordenaremos los hechos a partir de un escueto criterio geogrfico. Entre el 71 y 73, Chile in-tenta una va pacfica hacia el socialismo, pero lo que marca el tonodeAmricaLatinaes la luchaarmada;desdeAr-gentina hasta El Salvador combaten las guerrillas, tanto las rurales en diversos pases de Centroamrica, como las urba-nas, menos conocidas, pero ms interesantes para nosotros: las de Carlos Marighela en diversas ciudades brasileas, los Montoneros y el Ejrcito Revolucionario del Pueblo(ERP)enBuenosAires,olosTupamarosenMontevideo.En Oriente Prximo, SeptiembreNegro, Frente PopularparalaLiberacindePalestina(FPLP),Organizacinparala Liberacin de Palestina (OLP) y Al Fatah. Los yanquis sufrenunaderrotaentodareglaenelVietnam,Camboyay Laos. En frica, el Frente de Libertao de Moambique (FRELIMO)enMozambique, el Partido Africano para a Independncia da Guin e Cabo Verde (PAIGC) en Gui-nea Bissau y el Movimento Popular de Libertao de Ango-la (MPLA) en Angola acorralan el imperialismo luso. En Sudfrica combaten con armas, African National Congress (ANC), South African Comunist Party (SACP) y Umkhonto we Sizwe. Yemen y Etiopa devienen Estados que se recla-man del socialismo. Pero tambin el centro del capitalismo

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    siente el zarpazo de la revuelta. En los EE UU, se sublevan los guetos negros, combate el Symbionese Liberation Army (SLA), Black Panther Party, Weathermen (Weather Under-ground Organization - Weathermen)(WUO),Venceremos(sic, en castellano). En Canad, se mueve el izquierdista Front de Libration du Qubec (FLQ). En Polonia, ItaliayFranciahayhuelgassalvajesquedescolocanlossindica-tos reformistas, en lnea pero sin poderse confundir en modo alguno con lo que sucedi con el movimiento de los consejos obreros que triunf momentneamente con el colapsode laGranGuerraeuropea.La llamade la luchaarmada se alza ms alta que nunca. A horcajadas de los dos deceniosseparadosporelao70,enItalialleganaactuarhasta diecisis grupos armados de los que mencionaremos tan solo sus nombres: Brigate Comuniste (BC), Brigate Ros-se(BR),Collettivi Politici Veneti(CPV),Comitati Comuni-sti Rivoluzionari(CiCoRi),Formazioni Comuniste Armate (FCA),Gruppi dAzione Partigiana (GAP),Gruppo XXII Ottobre (XXII Ottobre), Volante Rossa Martiri Partigia-ni (VolanteRossa),Movimento Comunista Rivoluzionario (MCR),Nuclei Armati Proletari (NAP), Nuclei Comunisti Territoriali (NCT), Fronte Armato Rivoluzionario Operaio (FARO),Pantere Rosse(PR),Giustizia Proletaria(GP),Nu-clei Operai di Resistenza Armata(NORA)EnAlemanialuchan la Rote Armee Fraktion, Bewegung 2. Juni, Tupama-ros Mnchen, Tupamaros West-Berlin, Revolutionren Zel-len, Sozialistisches Patientenkollektiv (SPK) EnInglaterracombate la Angry Brigade(AB);enFrancia,Groupe dAction Rvolutionnaire Internationaliste (GARI)13, Noyaux Arms pour lAutonomie Populaire (NAPAP), Action Directe(AD),

    13. Ms tarde trataremos de esta organizacin.

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    Mouvement du 22 Mars, Gauche Proltarienne y Nouvelle Rsistence Populaire (NRP).En el Estado espaol, actan losGruposdeResistenciaAntifascistaPrimerodeOctubre(GRAPO),elFrenteRevolucionarioAntifascistayPatriota(FRAP),AccinRevolucionariaUnida (ARU),grupoes-cindido en 1969 del PCE (ml) en Madrid14. En el 74, la RevolucindelosClavelesenPortugalinduceunprocesode clase. En todo el Estado, remontan las luchas obreras particularmente en Catalua, Madrid, Euskadi y Asturias. Emerge un movimiento de barrios, tambin bajo el impul-so de las comisiones obreras. Hay agrupaciones de solida-ridad. Pareca que todo era posible, que el capitalismo se hunda en un naufragio. La crisis petrolera del 73 ahonda los problemas estructurales del capitalismo: la bolsa entra en atona, las empresas despiden, la inflacin se encumbra. Se sucedan eventos que hasta entonces nunca nos habra-mos ni tan solo atrevido a soar. Los convenios colectivos son una novedad del momento, a partir de los cuales se crean comits de empresa, y como colofn suyo, incluso en algunas fbricas se atreven a crear grupos de autodefensa. En los crculos ms conscientes del proletariado se discute sobre el papel de la violencia de clase para asumirla sin re-servas. La represin contribuye decisivamente a la radicali-zacin de las luchas. Los trabajadores llegan a armarse con todo lo que pueda ser contundente y atacan incluso cuar-telesdelaGuardiaCivilcomoassucedienabrildel73enSantAdrideBesos.Laclaseobrerapasaalaofensiva.

    Los muertos tambin son de la clase obrera. En el 71, enlaZonaFrancadeBarcelona,matanaRuizVillalba,un

    14. Una extensa relacin de movimientos de lucha armada en el portal Pueblo armado : enciclopedia de la insurgencia, puebloarmado.blogspot.com

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    pen de la SEAT, en un contexto de represin brutal, con los helicpteros sobrevolando y la polica irrumpiendo en la factora ametrallando. A partir de este asesinato se crea elGrupo de AutodefensaRuizVillalba que actuarmsall de las verjas de la propia empresa y que llevar en el 77 a la creacindelEjrcitoRevolucionario deAyuda alosTrabajadores(ERAT).Lasvctimassesuceden.Unve-cino en Erandio (1969), tres albailes de la construccin enGranada (1970), otro tambin enMadrid (1971), elmetalrgico de la SEAT ya mencionado (1971), dos meta-lrgicosmsenElFerrol(1972).Enabrildel73,hayotromuertoenlaTrmicadelBess,FernndezMrquez,enelmarco de una huelga impresionante de ms de 2.000 asa-lariados, que incluye ocupaciones y duros enfrentamientos conlapolica;cuatromesesmstarde,enagostodel73,enReus(provinciadeTarragona),lapolicatorturaaCipria-noMartos,albailymilitantedelFRAPaquienobligana tragar un cctel Molotov, por lo que muere intoxicado. Las vidas segadas no son las de los vstagos rebeldes de la pequea burguesa antifranquista sino la de trabajadores de cualquieredad.PorprimeravezdesdelaGuerraCivil,elmotor histrico recae en la clase obrera.

    El Zeistkeist del momento aportaba un amasijo de si-glas, trotskistas, maostas, estalinistas y otros tantos en una panoplia de tendencias y matices, pero en el que todas las agrupaciones tienen en comn la ambicin de dirigir la clase obrera. En el ocaso de la dictadura pareca obvio que algn partido tendra que asumir en breve el liderazgo po-pular y servir de interlocutor privilegiado de la burguesa, en lnea con el rol que vena ejerciendo el Partido Comu-nistaFrancs(PCF)enFrancia,oelPartidoComunistade

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    Italia(PCI)enItalia,controlandoyamansandoalaclasede la que, a la vez, teatralizaban ser su vanguardia. Pero esto no impide, antes al contrario, que por su parte el mo-vimiento autnomo madure a partir de su propia lucha y que, radicalizndose, encuentre su va hacia la autoorgani-zacin de clase y el anticapitalismo.

    Origen

    ElMILnacedelmovimientoobrerolocal,queseestdesplazando en la misma direccin que lo hace el movi-miento obrero mundial, si bien aqu asume unas caracte-rsticas especficas con la dictadura y la represin inherente.

    ELMILempiezaaactuarendiciembrede1971,aun-que de mucho antes, la mayor parte de sus miembros ya participaban en el movimiento autnomo. El catalizador debe situarse en el conflicto ms importante de esta poca: la huelga de Harry Walker. En esta empresa, de 470 em-pleados,filialdeSolex,confbricasenFrancia,Italia,Rei-no Unido y Brasil, estall una huelga que, de diciembre de 1970 a febrero de 1971, se prolong 62 das, crendose un comit unitario, representante de todos los trabajadores, con preponderancia de obreros con una lcida conciencia de clase, anticapitalista y autnoma que neutralizan los in-tentos partidistas de los reformistas y contemporizadores: PCE (i), Proletario una organizacin de tintes trotskistas y Accin Comunista. La huelga resulta muy dura, como demuestra que al tercer da la direccin licencia cuatro ope-rarios, los compaeros ocupan la planta, y la polica los desaloja con cuatro furgonetas, cinco todoterrenos y ocho caballos. En las posteriores asambleas diarias participan en-tre 160 y 230 trabajadores, mientras los piquetes impiden

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    el acceso de los esquiroles al interior, rocan a los directivos y destrozan las vitrinas de exposicin.

    EnlafundacindelMILconfluyentresequipos:

    1. El equipo exterior que organiza la solidaridad inter-nacional presentando en directo su experiencia a los compaeros de Solex en Lyon y Miln, lo que permite hacer acopio de un fondo de solidaridad y motiva que un comit francs se desplace a Barcelona y participe en la asamblea general (febrero 71). Ms tarde, el equipo exterior, ampliado con jvenes barceloneses y miem-bros de la segunda generacin de exiliados anarquistas de Toulouse, se responsabilizar de las expropiaciones formandolosGAC(GruposAutnomosdeCombate).

    2. El equipo obrero, que en buena parte proviene de las PlataformasydelosCrculosdeFormacindeCuadros.Lo componen trabajadores que reparten la propaganda y que dinamizan las luchas.

    3. El equipo terico que escribe un texto que sintetiza el sentido de la huelga Qu vendemos? Nada Qu que-remos? Todo. Ms adelante el equipo terico se respon-sabilizar de las ediciones Mayo 37.

    Oriol Sol Sugranyes ejerce de rtula de unin de los tres equipos.Dichoesto,arenglnseguidodebeaadirsequejunto a los empleados de Harry Walker haba compaeros de artes grficas, adems de otros de indiscutible origen pe-queoburgus que tambin contribuyeron desde fuera.

    En la huelga de Harry Walker, aunque con el alto pre-cio de 33 despedidos (de los cuales, seis pasan algunos das en la prisin), se consiguen casi todas las reivindicaciones: desaparecen las horas extras y mejoran sustancialmente las

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    condiciones ambientales. La huelga se erige en un referente y otras empresas del metal entran en lo que el eufemismo oficial de la poca apodaba conflicto laboral. Tal vez la de mayor envergadura fue de la SEAT (diciembre 71). Son huelgas salvajes que suponen un enfrentamiento frontal al estatismo, aldirigismoy al leninismo.ElMILno repre-senta, pues, un salto al vaco, sino que parte de la lucha de clases real, de una concreta realidad convulsa.

    ElMIL quiere dotar almovimiento obrero de herra-mientas, lo que incluye crear una biblioteca revolucionaria que vendr a llamarse Ediciones Mayo 37 (febrero 72). Su objetivo es poner a disposicin la experiencia acumulada por el movimiento obrero mundial, pasado y presente, y que de cuajo haba sido extirpada de la memoria por la represin y la alienacin. Esto inclua desde la crtica del leninismo hasta el relato de las experiencias subversivas valoradas por sus mismos protagonistas, pasando por in-troducciones divulgadoras. Para estampar los materiales escritos se requiere dinero, y para amasarlo el instrumento ms eficiente son las expropiaciones. Por consiguiente, es-tas constituyen un medio instrumental aunque tambin unaformadeagitacin.Enestemarco,elMILsurge,com-binando teora y praxis, aunque siempre, inclusive en sus textos, primando la praxis, lo que nosotros adjetivbamos como el movimiento real. Quien conoce el funciona-mientoyelcarcterdelMILsabequenopodatenerce-rebros. Todos ramos interiores y exteriores, prcticos y tericos, vinculados a la lucha obrera y alejados de ella15.

    15. Declaracin de Santi Soler Amig recogida en Duhourcq, Jean Claude; Madrigal, Antoine. Mouvement Iberique de Liberation : mmoires de rebelles. Toulouse: CRAS, 2007, p. 123

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    Ideologa

    Hasta entonces todas las organizaciones subversivas se habanvestidoconelsayodelantifranquismo,peroelMILasume un anticapitalismo sin antifaz. No luchbamos para derribar un rgimen fascista, sino que, un paso ms all, combatamos el capitalismo a pesar de que, obviamen-te, advertamos la diferencia entre dictadura y democracia burguesa. Queramos acabar con la divisin entre clases y con el trabajo asalariado para lograr la emancipacin social. Puede parecer un planteamiento desmedido, pero se daba en un marco que daba pbulo a entreverlo. Una mirada de luchas en todo el orbe permita un planteamiento ofensivo. Pareca que vivamos el principio del fin.

    El MIL criticaba a fondo el maremgnum de siglas,donde cada capillita tena su gur. Propugnaba la unidad de clase y su autonoma frente a salvadores externos. Est-bamos en contra de todas las estructuras permanentes que se metamorfoseaban en burocracia; pugnbamos contralos partidos y sindicatos. Nos oponamos a la organizacin permanente, vindicando, por el contrario, la organizacin de las tareas correlato lgico de la mxima de cada uno segn sus posibilidades, a cada uno segn sus necesidades. Hacamos hincapi en la traicin a la clase que las organi-zaciones burocratizadas haban protagonizado a lo largo del sigloXX,sealadamentedespusdelaIIGuerraMundial.

    Conocamos todas las grandes luchas del movimiento obrero. Cabe apuntar que si no hubiera existido la resis-tencia anarquista armada del maquis cataln, dudosamente nosotros hubisemos empuado las armas. As, en justo homenaje a aquella causa, en diciembre del 72 realizamos

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    una expropiacin en una caja de ahorros en Badalona, don-de dejamos unas hojas volanderas reclamando que lo ha-camos en memoria de Quico Sabat, de cuyo asesinato se cumpla el aniversario aquel da.

    Pero la revolucin no era un mero constructo social, sino que tambin tena su homologa individual en la coti-dianidadvivencial.Vivecomopiensas,sinoacabarspen-sando lo mismo que los que viven como t, advertan los sesentayochistas. Hay mucha influencia del situacionismo enelMIL.Repudibamosvivirparalarevolucin;quera-mosvivirlarevolucinenlapropiavida.Dehecho,enelconjunto de la sociedad, las mutaciones de la vida cotidia-na crecan en bola de nieve y entraban tan en contradiccin con el rgimen franquista, que cabe cuestionarse qu habra sucedidosiFrancohubiese fallecido cinco o diez aos ms tarde. Haba una contraposicin entre el capitalismo mo-ralmenteretrgradodelOpusDeilaFalangehabaque-dado marginada a mero apunte folclrico y el capitalismo liberal a favor de lo que Herbert Marcuse (1898-1979) etiquet acertadamente como tolerancia represiva. Este ltimo capitalismo y el PCE convergan en la necesidad de apaciguar la conflictividad obrera, mientras que los conser-vadores entendan la conflictividad como consustancial, o lo que es lo mismo, insoluble, imperecedera.

    ElMILfueunmovimientoanticapitalistaquecom-bata el capital bajo todas sus formas, que propugnaba la autoorganizacin y la autonoma obrera, ms all de la divisin entre el trabajo manual e intelectual, propulsaba la autogestin de las luchas, la accin directa y criticaba con acritud el leninismo, la burocracia, todas las tenden-

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    cias vanguardistas, as como el militantismo profesional en tanto que reproductor de la dominacin de clase en el sistema opresivo vigente. Criticaba y superaba igualmen-te la concepcin jerarquizada de la vida social e indivi-dual, el sindicalismo como instrumento de integracin y control de la clase obrera en la sociedad capitalista. Desaprobaba y combata la divisin entre dirigentes y

    dirigidos y se empeaba en pro de la transformacin de la vida cotidiana16.

    Acciones directas

    ElMILasumaeldiscursodelosGOAydelasPlatafor-mas en contra de los grupsculos y a favor del protagonismo indelegable de los mismos trabajadores. Nos identificba-mosconellemadelaPrimeraInternacional,segnelcualla emancipacin ser obra de los mismos trabajadores o no ser.Reconocamossinambagesquealgunosdenosotrosno formaban parte de la clase obrera por origen o por situacin vital pero tenamos claro que nuestro cometido no era someterla a nuestros dictados, sino lograr que esta asumiera la lucha armada, se multiplicasen los combates y, al final, erupcionase el proletariado en una insurreccin. Nosotros aportbamos, tan solo, como mucho, un grupo de apoyo, con la funcin de catalizar la autoorganizacin. Orgnicamente, con losGOAy lasPlataformas tuvimosnuestros encuentros y desencuentros. En abril del 71, Jos AntonioDazyManoloMurcia,susdirigentesnaturales,sedistanciarondeloquevendraaserelMIL,hastaque

    16. Este prrafo reproduce mi texto de presentacin de la Antologia potico popular a la memria de Salvador Puig Antich. Bsqueda, recopilacin de poe-mas, notas e introduccin de Vargas-Golarons, Ricard de (Barcelona, s.e., 1996)

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    al ao siguiente mejoraron las relaciones, en particular con las Plataformas. En conjunto, sin embargo, a lo largo de la brevehistoriadelMILhubonumerosostrabajadoresquecolaboraron activamente con l, sirvan de ejemplo Marcelo Lpez y Ernesto Nez, alias el Chato.

    ElMILintentconsolidarlasubversinincipiente,ra-dicalizarla, combinando lucha armada y agitacin en un todo indisociable. En aquella poca el combate armado cubra un amplio espectro ideolgico: adems de todas las organizaciones izquierdistas que ya hemos menciona-do, deben aadirse los movimientos de cuo nacionalis-ta: ETA (con su sarta de escisiones: ETA Poltico-Militar, ETAVAsamblea,ETAVIAsamblea),Irish Republican Army(IRA),Fronte Paisanu Corsu de Liberazione(FPLC),Ghjustizia Paolina, Front de Libration de la Bretagne(FLB-ARB),Front de Libration Jurassien (FLJ)EnlamismaCatalua, luchaban con armas en la mano el Exrcit Popu-lar Catal (EPOCA) y el Front dAlliberament de Catalua (FAC).Todosestos tenanencomndisociarel impulsode la lucha armada por un lado, y la agitacin social por otro;unaluchaarmadaplanteadadesdearriba,comounaespecie de deus ex machina. Nuestro planteamiento era rotundamente original lo que no tiene por qu implicar que fuese realista, ya que los resultados ms bien sugieren que tenamos los pies en las nubes: creamos en la agitacin armada, esto es, que la lucha armada tena que germinar desde abajo, de la matriz misma de la clase obrera. No se trataba de combatir en nombre del proletariado sino que haba que lograr que l mismo entrase en combate armado. Lejos de un planteamiento dirigista, autoritario, planteba-mos la agitacin armada desde la base.

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    En resumen, la agitacin armada se considera a s misma y constituye efectivamente una de las facetas o as-pectos de la lucha de clases del proletariado desde el nivel actual hasta la insurreccin general a la que tiende. Me-diante su prctica de acciones necesariamente limitadas, la agitacin armada muestra que el nivel de violencia en el que se puede actuar aqu y ahora, y en el que por tanto debe actuarse, es muy superior de lo que generalmente se suele creer. La agitacin armada, como toda forma de agitacin, marca el sentido de la lucha de clases de las amplias masas ayudndolas a orientarse, radicalizarse y avanzar con una dureza cada vez mayor. Al mismo tiempo, los objetivos concretos de dicha agitacin cubren tambin una funcin de apoyo a la lucha de clases17.

    Enmayodel72secreanlosGACque,comohemosapuntado, vienen a ser una ampliacin del antiguo equipo exterior que se responsabilizan de las expropiaciones, y que se mueven entre Barcelona y Toulouse, lo que facilita que se adhieran diversos jvenes libertarios provenientes de familias exiliadas asentadas en la ciudad francesa. Algunos de sus miembros son los catalanes, como Josep Llus Pons Llobet, los cuatro hermanos Sol Sugranyes, Puig Antich, Santi Soler, adems de los franceses Jean-Claude Torres, aliasCri-cri, Jean-ClaudeRouillan.Suobjetivocomnera recabar dinero para poder editar textos revolucionarios, disponer de una prvida caja de resistencia (para cubrir las necesidades de los huelguistas y los despedidos) y crear una infraestructura de pisos, armas, mquinas de impresin, etc. siempre para uso militante de la clase obrera.

    17. Extracto de Sobre la agitacin armada CIA, nm. 1 (abril 73).

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    Las primeras armas que empuamos provienen de Tou-louse y Andorra, de antiguos militantes anarquistas que haban luchado contra los nazis y que an las guardaban. Contrastando con la organizacin de la CNT en el exilio que se desentenda del activismo en el interior, algunos anarquis-tas veteranos, al saber que en el interior se quera volver a em-prender la guerrilla urbana (recordemos, sin embargo, de una vez por todas, que estbamos a favor de la agitacin armada y en contra de la lucha armada), ilusionados desempolva-ron los arsenales que celosamente tenan a buen recaudo: ametralladoras Sten, carabinas con los caones recortados de calibre 22, un revlver de 8 mm, granadas de mano, dos na-ranjeros, pertrechos de todo tipo. Adems de este material, en el mercado negro adquirimos rifles de caza recientes y dos Cetmes,elfusildeasaltodelaGuardia Civil, mientras que la ETAnosproveeconunapistolaRubycalibre7,65.Sinem-bargo, las armas ms emblemticas y mticas son las Sten, que provienendelaresistenciacontraelnazismoenlaIIGuerraMundial.Dehecho,duranteunapoca, lapolicaetiquetaalMIL,quepor entonces annoostentabaningnnom-bre propio, como la banda de los Sten, por la metralleta utilizada.EraunarmaqueenlaIIGuerraMundiallosalia-doshabanlanzadoenparacadasparaquelaResistencia,enparticular en territorio galo, actuara con mayor potencia de fuego.Debeesperarsehastaenerodel73paraquelapolicaidentificara, y an burdamente, la ideologa concreta de los Sten, a raz del enfrentamiento armado, en la frontera de la Cerdaa,dedosdesconocidosdisparandocontralaGuardiaCivilylaGendarmeraalavezyenqueaquellosdejaronabandonada una metralleta, 250.000 pesetas, y lo que es ms relevante en este caso, abundante propaganda. A partir del

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    material incautado, por fin la polica espaola pudo redactar finalmente un comunicado oficial en que daba fe de la exis-tencia de grupos armados de tendencia comunista.

    En febrero del 71 tiene lugar la primera expropiacin (atraco desde la perspectiva sesgada de la polica). O ms exactamente, tiene lugar su primer intento frustrado. Se su-ceden diversas acciones de poca monta, todas en Toulouse, hasta julio del 72, en que se acta en las oficinas de Habili-tacin de Clases Pasivas, en la calle Mallorca de Barcelona, recaudando 800.000 pesetas.

    A continuacin ofrecemos un apunte breve de las princi-pales intervenciones, dejando en el tintero las que tuvieron lugar en el medioda francs. En septiembre, transcurridos dos meses de la primera socializacin, actuamos en Salou (provincia de Tarragona), abordando en plena calle a un empleado de la Caja de Ahorros, pero result que en la bol-sa tan solo llevaba el bocadillo para el desayuno. El mismo da se malogra una expropiacin en la Caja de Ahorros en Igualada(provinciadeBarcelona),findonosdeunsoploque nos dio, por increble que parezca, Llus Maria Xiri-nancs, ms tarde candidato a Premio Nobel de la Paz. Nos reponemos rpidamente de estos dos fracasos, y tambin en septiembre, en concreto el da 15, expropiamos un mi-lln de pesetas de la Caja de Ahorros en Bellver de Cerdan-ya (provincia de Lleida). (Como iremos constatando, haba una querencia hacia la Cerdanya, debido a que era la co-marca en que los hermanos Sol Sugranyes haban pasado de nios sus vacaciones estivales.) En el mes siguiente recu-peramos para el pueblo 990.200 pesetas (as lo establece el acta judicial de acusacin) de la Caja de Ahorros Layetana enMatar.Durantelaaccindirectaselanzaunaarenga

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    para vindicar el carcter poltico del hecho. En noviembre estrenamos la metralleta Sten expropiando 169.000 pesetas delaCajadePensionesparalaVejez,enlacalleEscorialde Barcelona. Pocos das ms tarde, con la colaboracin de tres miembros de la OLLA que partan de un buen chivatazo,entrancuatrodelMILenelBancoCentral,delpaseodeValldauradeBarcelona,pararecuperarunmillnde pesetas. Explicamos el sentido de la accin, embutiendo hojas volanderas en los bolsillos de los empleados. Trans-currido un mes, el 29 de diciembre, recuperacin popu-lar de 764.000 pesetas en la Caja de Ahorros Layetana, de Badalona: un comunicado vincula la accin al aniversario del asesinato de Quico Sabat. A partir de entonces coin-cidencia fortuita o no, pero ms bien no la mayora de las oficinas financieras fueron custodiadas por dos grises (agentes de la Polica Armada) que se plantaban en la acera, al lado de la puerta de acceso con lo que empez a correr el rumor de que haba un grupo de lucha armada que pi-llaba los bancos. En el primer mes del ao 73, captamos 658.000 pesetas en la Caja de Ahorros Provincial, en el barriodeSarriyubicadaenlamismamanzanadelcuartelde la Brigada Poltico-Social (la polica poltica franquista). Un camarada de la OLLA nos haba informado que la su-cursal tena que tramitar el pago a los miembros de la veci-na Brigada, razn por la cual al salir les dejamos una carta, zumbndonos de ellos. Transcurren dos meses y hacemos una nueva intervencin en el Banco Hispano-Americano, delaavenidaFabraiPuigdeBarcelona.ApesardequehayunabalaceracondosinspectoresdelaBrigadadeInvesti-gacin Criminal y que un empleado se resiste, los cuatro miembros del comando consiguen fugarse, si bien de los

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    seis millones de pesetas que podran haberse expropiado, solo se socializan milln y medio. En junio se intervienen 300.000 pesetas en el Banco de Bilbao, en la calle Major de Sarri,enelquesedejanunoscomunicadosexplcitosqueobligan a la prensa a desvelar el mvil poltico, equiparan-do nuestro grupo a los Tupamaros. A los pocos das, gracias a una notificacin de la OLLA, expropiacin en el Ban-coEspaoldeCrdito(vinculadoaBanesto),enlaGranVa deCarles III, que arroja un resultado de 3.724.000pesetas. Los panfletos indican en una cara La agitacin armada exige tctica del movimiento obrero. La prensa ya se recrea imputando el protagonismo a un grupo anar-quista clandestino que suscribe sus acciones con panfletos y que traspasa a los huelguistas el dinero sustrado. Tres mesesdespus,conunMILoficialmenteautodisuelto,ex-propiacin en Bellver de Cerdanya, accin que volveremos a tratar con mayor detalle por las consecuencias de largo alcance que conllevaron.

    En otro orden de cosas tambin habamos decomisado en diversas ocasiones material de imprenta con el fin de multicopiar nuestros textos. En agosto del 72, emprendi-mos una accin en Toulouse que nos permiti incautar una linotipia valorada en 76.000 francos. Desdichadamente,menosdeunasemanadespus,laGendarmeralalocalizaenunagranja,alquiladapormiembrosdelMIL,ubicadaauna treintena de kilmetros de Toulouse e inculpa del robo aPuigAntich,JeanMarcRouillan,JeanClaudeTorresyOriol Sol. Los dos primeros salen en libertad condicional, pero los dos ltimos son retenidos, pendientes de juicio. Para reponer lo que nos haba arrebatado la polica, en el mes de diciembre procedemos a ejecutar otra socializacin

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    de material de imprenta en el mismo taller que anterior-mente habamos decomisado, que esta vez s quedar defi-nitivamente en nuestras manos y que instalamos en una habitacin secreta a la que se tena que acceder a travs de una estantera de libros pivotante, que disimulaba la entra-da. Sea como sea, en agosto del 73, tiene lugar el proceso por la expropiacin de la linotipia en Toulouse. Puig Anti-chyRouillannosepresentan;TorresySolsoncondena-dos, pero sin que comporte internamiento.

    Porloquerespectaalatentadopoltico,enelMILnoshabamos planteado ejecutar al comisario Antonio Juan Creix, notorio torturador, hasta el punto que es el nico mando depurado de la polica poltica franquista, antes de la muerte del dictador, con un expediente disciplinario y una sancin de tres aos de empleo y sueldo. Haba actuado brutalmente en Euskadi, haba martirizado a los inculpados delProcesodeBurgos(1970)y,destinadoaGranada,habasido el inductor del asesinato de tres obreros. Adems se le aada un ajuste de cuentas personal: Creix en persona haba dado una buena tunda de latigazos a Oriol Sol con cable elctrico pelado. Contbamos con un plan medio es-bozado pero lo dejamos en suspenso. Estaba en proceso de discusin cuando se precipit la represin y nos desarticula-ron. No tuvimos tiempo. En general y como principio, em-pero, la intencin no era nunca matar, y menos en fro. Solo se aceptaba en legtima defensa, en el fragor del combate.

    Apartedelasexpropiaciones,elMILpreveaemprenderacciones de sabotaje, que sin embargo no llegaron a fra-guar. Tenamos planteado raptar a Johan Cruyff, el popular jugadordelBarcelonaC.F.apartirdelatemporada73-74.

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    Tenamos aparejada una prisin del pueblo en la sierra del Moixer, en la Cerdanya espaola. No lleg a plasmarse porque todas las acciones deban debatirse entre todos, y algunos disentan de la propuesta, porque sospesaban que conestotodalajauradecuerposrepresivosGuardiaCi-vil,PolicaArmada,Interpolhubieransalidoahusmearnuestro rastro, mientras que por el momento la presin policial no haba logrado dar con ninguna pista segura. Adems el rapto hubiera sido impopular, porque Cruyff lograba grandes triunfos para el Bara, el club tena con-notaciones contrarias al rgimen franquista y los aficiona-dos eran legin, con particular implantacin entre la clase obrera.Tambin proyectamos raptar a Durn Farell, ungran cacique de la patronal, pero con fama de liberal, hom-bre de confianza del grupo del Banco Urquijo en Catalua, con cargos ejecutivos o representativos en Hidroelctrica de Catalua, La Maquinista Terrestre y Martima, as como enCatalanadeGasyElectricidad.Alfinalcomprendimosque el plan no estaba an maduro y lo dejamos pendiente, en espera de recabar ms informacin e infraestructura.

    Ediciones

    La nica y exclusiva justificacin para nuestras acciones armadas eran las ediciones. Nuestra obsesin era imprimir, sacar folletos, pasar propaganda. A nuestro sello le dimos el nombre de Mayo 37 (enero 73)18 porque reivindicbamos la defensa de las colectivizaciones y dems obra revolucio-nariaemprendidaenCataluaaliniciodelaGuerraCivil.

    18. La cronologa de este captulo es aproximativa, ya que para desorientar a la represin los textos indicaban fechas sobrepasadas, y las diversas cronologas en circulacin, incluso las elaboradas en los aos 70, se contradicen entre s.

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    Como carta de presentacin, figuraba el prrafo siguiente:

    Ediciones Mayo 37 se propone mostrar la razn y el mecanismo de las luchas pasadas, presentes y futuras del proletariado en su prctica comunista. Entendemos que aniquilar todas las mistificaciones del Capital, vengan del Estado, del PC o de los grupsculos, es una prcti-ca comunista. Que esto se haga por medio de la palabra o el acto responde a las necesidades de cada momento y de cada circunstancia. Participar en la agitacin y en la unificacin que los movimientos sociales emprenden des-de diferentes lugares es una prctica comunista. A su ma-nera, el Comunismo ha pasado ya al ataque.

    La seleccin de textos atena criterios pragmticos: com-prensibles pero ni superficiales, largos ni farragosos, y ex-tremoarecalcar,deorigenytendenciasdiferentes.ElMIL,para zanjar el debate mendaz sobre su ideologa, no era no-minalista ni lidiaba con las etiquetas: anarquismo, acracia, comunismo de consejos, consejismo, luxemburguismo, bordiguismo, marxismo heterodoxo, situacionismo eran simples facetas de un nico poliedro antiautoritario a favor de la autoorganizacin revolucionaria de clase. No tena una lnea terica propiamente dicha. No debe confundir-seMayo37conuntrabajodedivulgacinodeteora;sinoque se trata de una prctica terica en relacin directa con la otra prctica 19.

    [L]as publicaciones tericas no llevan a las masas una verdad de libro, son algo ms que una simple prctica terica; las publicaciones realizan un acto de provoca-

    19. MIL-GAC, Entre Mayo 37 y la agitacin armada. Marzo 1973, texto de discusin para todos los sectores en contacto.

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    cin y agitacin favorecedora de la lucha de las masas, las cuales tienen ya su verdad en su propia situacin y en la apertura de nuevas situaciones que tal provocacin-agitacin avanza y apunta ya hoy nuevas situaciones, que no solo viene a sealar como posible sino que ayuda a veces a realizarla incluso20.

    Con todo, debe quedar patente que entre la biblioteca y el resto del colectivo en particular el ncleo tolosano haba un hiato. Esto explica que mientras en Barcelona to-dos los compaeros conocamos bien los situacionistas, un compaero de la ciudad languedociana poda manifestar con desparpajo que no haba odo hablar nunca de ellos 21. Pa-radjicamente, los folletos porque pocos textos superaban las 50 pginas y por lo tanto deben catalogarse como tales se impriman en Toulouse, con un tiraje de entre 1.000 y 2.000 ejemplares, llegaban a la regin barcelonesa en auto-mvil particular, y se difundan gratuitamente entre grupos obreros, organizaciones polticas, y algunas escasas libreras que tenan un escondrijo de libros que daban esquinazo a la censura.

    Pero antes de aparecer con el marchamo de Mayo 37, ya habamos publicado una larga retahla de textos. Antes he-mos repasado algunas publicacionesqueelpre-MIL,publi-c hasta diciembre del 70. Ahora proseguimos la relacin con los escritos ulteriores. En enero del 71 aparece La Eu-ropa salvaje: estudio sobre el movimiento de huelgas salvajes en Europa en la segunda mitad del siglo XX, traduccin de un

    20. Roses Cordovilla, Sergi. El MIL: una historia poltica. Barcelona: AliKornio, 2002, p. 135.

    21. Toulouse, Carlota. La torna de la torna : Salvador Puig Antich i Mil, Barce-lona: Empries, 1985.

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    folletodeICO(Information et Correspondance Ouvrieres)22, que historiaba las principales huelgas salvajes: los mineros deBlgica, enPolonia,o en Italia,pasdonde se lleg aque los propietarios de algunas empresas no se atreviesen a entrar en ellas. Lo publicamos sin sello editorial, y debido asubuenarecepcin,fuereeditadopor losGOAconsuetiqueta, lo que lejos de enfurecernos, nos pareci de perlas ya que as se ampliaba su difusin. En Los Consejos obreros en Hungra (julio 71), actualizbamos el mensaje de la re-volucin que en 1919 encabez Bla Khun.

    Como la teora pura no se sostiene en pie por ella mis-ma, no olvidbamos los manuales prcticos, de utilizacin inmediata. As imprimimos Cmo luchar contra los crono-metrajes (abril 71), escrito y editado por Plataformas, o La lucha contra la represin (febrero-marzo 71), impreso en Perpin. Un frente que por entonces tomaba cuerpo era la lucha vecinal, por lo que publicamos La luchas en los ba-rrios, en dos volmenes (julio-agosto 73), cuyo original ha-ba aparecido en la revista Komuna 2. Tambin escribimos y difundimos panfletos contingentes, al comps de la rabiosa actualidad. Pondremos algunos ejemplos que valgan por to-dos. En primer lugar mencionaremos Boicot a las elecciones sindicales: no a la legalidad burguesa (marzo 71), escrita por Oriol Sol, y donde por nica vez aparece el logo 1.00023. DosmesesmstardeaparecenlosGOAyestosconjunta-

    22. Revista (1961-1973) vinculada al Groupe Communistes des conseils, fun-dado el 1958 por Henri Simon tras su salida de Socialisme ou barbarie. Se puede consultar casi toda la coleccin en www.la-presse-anarchiste.net/spip.php?rubrique270

    23. Despus de su participacin en el MIL, public en formato de libro: Lucha de clases y clases de lucha. Barcelona: Anagrama, 1978 y Marxismo: seas de identidad. Barcelona: Libertarias, 1981. Muri en abril de 1999.

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    menteconfuturosmiembrosdelMILpublicanLa Lucha de Santa Coloma, aunque aparece con el logo de Plataformas. En segundo lugar recordaremos un folleto que se distribuy en la empresa Bultaco. Ms tarde, gracias a las expropiacio-nes, pudimos traspasar a los trabajadores de esta empresa una mquina de imprimir con la que editaron El Loro in-discreto (setiembre 72), de tendencia anarquizante y que enelsenodelosGOAprovocaraunatensinentreestosy la tendenciamarxista que publicaba enRuedo Ibrico,la famosa editorial de los republicanos exiliados, con sede en Pars. En tercer y ltimo lugar, citaremos el Dossier San Adrian del Besos (abril 73), editado por Mayo 37, sobre el conflicto de la Trmica, del que ya hemos hablado.

    Nuestros planteamientos ideolgicos eran altamente flexibles, y difundimos materiales de tendencias muy di-versas, con el nico requisito de que reforzara la autoorga-nizacin, la autogestin o la autonoma obrera. Bajo este supuesto publicamos textos del neerlands Anton Panne-koek, como Partido y clase obrera (abril 71) y Los Consejos obreros en Alemania (marzo 73), primera versin en cas-tellano del ms importante terico del consejismo. Este segundo texto haba sido escrito originalmente en ingls, pasado al francs por la editorial Blibaste, motejada como anarquista, y reeditada por ditions Spartacus, marxista re-ditions Spartacus, marxista re-, marxista re-volucionariaantileninista.DelanteriormentemencionadoJean Barrot, que por entonces se defina como partidario del comunismo de consejos en sutil contraposicin con el consejismo tradujimos Notas para un anlisis de la revolu-cin rusa (septiembre 71). Tambin vertimos al castellano folletos previamente difundidos en ICO como Las huelgas en Polonia, y La Revolucin alemana (ambas en enero 72),

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    y Sobre la organizacin de clase en la revolucin alemana: 1920-1921 (abril 73). Sobre este ltimo texto, en nuestra ignorancia,atribuamoslaautoraalmismoICO,cuandoen realidad era de Henk Canne-Meijer (1890-1962), uno de los fundadores de Gruppe Internationale Kommunisten (GIK),asociacinconsejistaholandesadeentreguerras.Encualquier caso eran escritos, todos ellos, con un fuerte afn de ruptura y exaltacin revolucionaria.

    En una lnea claramente divergente, vertimos al caste-llano Vamoshaciaunnuevo1929?(febrero 73), a partir de un original de la revista Rvolution Internationale, origi-nalmente publicada en Toulouse por un grupo homnimo y que postulaba que tiene que existir un partido para trazar la orientacin poltica del proletariado, aunque guardn-dose mucho de dirigirlo24.DelyernodeKarlMarx,PaulLafargue (1842-1911), publicamos El derecho a la pereza, (febrero 72) a partir de la edicin de Maspro. Es una obra que, como su mismo ttulo expresa, destroza el absurdo enaltecimiento de sudar la gota gorda que ha caracteriza-do la casi totalidad de la literatura revolucionaria. He aqu una citacin suelta: Una extraa locura ataca a las clases obreras de las naciones donde reina la civilizacin capita-lista. Esta locura conlleva la continuacin de las miserias individuales y sociales que, desde hace dos siglos, torturan la triste humanidad. Esta locura es el amor al trabajo, la pa-sin agnica del trabajo, empujada hasta el agotamiento de las fuerzas vitales del individuo y de su progenie Sobre un tema muy dispar y con enfoque igual de discrepante, sacamos De la miseria en el medio estudiantil (junio 73),

    24. Organisation communiste et conscience de classe (CCI) fr.internationalism.org/brochures/organisation_communiste

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    un texto situacionista muy popular en el Pars de mayo de 68, escrito por Mustapha Khayati. En otra direccin, com-pletamente distinta, publicamos La comuna: Pars 1871, Kronstadt 1921 o Polonia 1970-1971 (febrero 72), un ori-ginal de Cahiers Spartacus, publicacin mensual que con la nicacesuramotivadaporlaIIGuerraMundial,continaan en la brecha desde 1934. Como otros trabajos anterio-res sali sin firma ni mencin de editor.

    Finalmente,paradarcuentacabaldenuestramaleabi-lidad terica, deben mentarse los textos de marxistas no encuadrados lo que demuestra, en definitiva, nuestro ses-go por la heterodoxia y la reflexin libre e independiente. DePaulCardan,unodetantosheternimosdeCorneliusCastoriadis (1922-1997), francs de origen helnico, pu-blicamos Proletariado y organizacin (abril 71), difundido por Plataformas, pero sin mencionarlas. Consista en una traduccin de un artculo aparecido en Socialisme ou bar-barie25.DelcroataAnteCiliga(1896-1992),sacamosLe-nin y la revolucin (mayo 73), que por cierto constituye el nico escrito suyo consultable en castellano. DelfrancsdeorigenmagiarBalzsIstvn(1905-1963)quenosotrosdeformamos sorprendentemente en Esteban Balazs, un extrotskista sinlogo, Qu vendr despus del capitalismo? (enero 73), donde arremeta contra el capitalismo tanto en su modalidad descentralizada o occidental, como en la es-tatalista, a la vez que auguraba el inminente triunfo del so-cialismo libertario26. Totalmente exento del peaje marxista difundimos un libro particularmente estimado por noso-

    25. Nm. 27, abrilmayo 1959 y nm. 28, julioagosto 1959. Nm. 27, abrilmayo 1959 y nm. 28, julioagosto 1959.

    26. Otro texto de este autor que trasluce su crtica social es La Burocracia celeste: historia de la China imperial. Barcelona: Barral, 1974

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    tros, Entre la revolucin y las trincheras (enero 73), texto pstumo de Camillo Berneri (1893-1937), un anarquista italiano asesinado durante los hechos de Mayo 37 en Bar-celona. Con ttulo ingeniado por nosotros, corresponde a la traduccin de Guerre de classes en Espagne, editada por Cahiers Spartacus el 1946. Aportaba una crtica contun-dente contra los dirigentes de la CNT-FAI que durantelaguerraasumieroncargosenelFrentePopular,pasandoal otro lado de la barricada, traicionando a la causa. Para nuestra edicin lo tradujimos del original (desconocamos que ya lo haba sido en 1946, a cargo de Tierra y Libertad, editorial de los anarquistas exiliados en Burdeos), y como prlogo y presentacin del texto redactamos Guerra declases 37 - guerra de clases 73, disertacin de la que trata-remos ms adelante.

    Ennuestrasfilaseldebateeracontinuo;accinyteoraritmabanelproceso;materializndoseentextosquedifun-damos al mximo de nuestras posibilidades, tan solo to-mando precauciones para no infringir las ms elementales normas de seguridad. Algunas referencias son Anlisis eco-nmico de Espaa (abril 72), un intento de disponer de un instrumento analtico que fuese ms all del democratismo cortodelucesdeRamnTamames,poraquelentonceseri-gido en autor de culto. Capital y trabajo (diciembre 72) y Sobre la organizacin de clase: Barcelona 1973 (junio 73) aportan divagaciones de ttulo pasmoso y escaso calado. El segundo, en particular, redactado por Ernesto Nez, un militante de Plataformas, cabila sobre la organizacin de cla-se como una organizacin poltico-obrera nica. Entre Mayo 37 y la agitacin armada (marzo 73) depur definitivamente la teora, de la que ya hemos hablado, sobre la agitacin ar-

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    mada. Notas para un anlisis de nuestra tendencia (abril 73) corresponde al ttulo de una circular interna en la que se traslucen las contradicciones que en el verano inminente llevarn a la autodisolucin. Contribucin a la crtica de la situacin presente y a su superacin inmediata (agosto 74), es unpanfletoescritoporantiguoscompaerosdelMILbajoelpseudnimocolectivodeElEspectrodeFu-Man-ChuylaManonegraSA.Finalmente,La Historia nos absolver aporta una cronologa del colectivo elaborada cuando algu-nos de nuestros camaradas estaban en la crcel. Permanece indita en su versin original, pero ha servido de referente de las diversas cronologas que circulan sobre el grupo.

    Mencin especial merece CIA = Conspiracin Inter-nacional Anarquista, cabecera que se present como pu-blicacin peridica del colectivo27 (abril 73), cuando de hecho fue una iniciativa unilateral del grupo tolosano del MIL,enlaqueporprimeravezaparecieldesarrollodelassiglasMILcomoMovimientoIbricodeLiberacin,para gran desconcierto de los que llevbamos la biblioteca y entre los trabajadores que se movan en torno del grupo barcelons. El artculo de mayor enjundia de esta revista era Sobre la agitacin armada. Otro artculo a resear es Balance y perspectivas de la lucha obrera, desarrollo de un esbozo indito de Santi Soler, El antiautoritarismo de la lucha obrera en Barcelona, pergeado a finales del ao an-

    27. Otros artculos a consignar son: Con motivo del cincuentenario de la FAI, Los resistentes anarquistas despus de 1945, Las comisaras tambin son sitios erticos, La Brigada de la clera, los 8 de Stoke Newington, La ltima madru-gada de Antonio Juan Creix, Los Freak Brothers : fusilamiento en Caraban-chel. Como suplemento se inclua La violencia revolucionaria, sobre la Banda Baader-Meinhof, extracto de mile Marenssin. La Bande Baader ou la vio-lence rvolutionnaire. Paris : ditions Champ Libre, 1972

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    El MIL y la OLLA

    terior. En conjunto, el nmero hace una exaltacin anar-quista de la accin armada, regateando cualquier papel a la biblioteca lo que por cierto contrasta cidamente con su estilo ldico, con ilustraciones y comics, retocados profusamente con el detournement situacionista28. Lo ms grave es que el artculo Cronologa del MIL-GAC permita a la polica establecer relaciones entre acciones que hasta el momento parecan inconexas, amn de darse nombres y apellidos de compaeros ya fichados por la gendarmera, peroannopor laBrigadaPoltico-Social.Deestepri-mer nmero se estamparon entre 200 y 300 ejemplares, aunque solo una docena llegaron a Catalua, ya que los compaerosdeBarcelona,recusarondistribuirla.Reequi-librando el mensaje que haba sesgado el nmero uno, el nmero dos de CIA incluy textos esenciales como Auto-disolucin de la organizacin poltico-militar MIL. Conclu-siones del congreso del MIL. Agosto de 1973, que marca la disyuntiva entre la biblioteca y el sector en pro de reforzar la lucha armada29. Si bien ms tarde entraremos en el de-talle de esta confrontacin, ahora debemos anotar que se imprimieron mil ejemplares, y que se difundi por Tou-louse, Barcelona, Madrid y Euskadi.

    28. El detournement se define como la inversin liberadora de la infraes-tructura capitalista hacia fines ldicos. Vide Debord, Guy. Dtournement as Negation and Prelude, originalmente en la Internationale Situationniste, nm. 3 (Dc. 1959), reeditado en Situationist International: Anthology, ed. Ken Kna-Ken Kna-bb Berkeley: Bureau of Public Secrets, 1981, p. 55. Dicho en plata: el detourne-ment consiste en retocar una obra de arte con mensaje capitalista, para que se transforme en socialista.

    29. Otros artculos del mismo nmero son: Italia, las Brigadas Rojas, Contra el nacional-socialismo del IRA, La guerra civil, Movimiento comunista?, Esque-ma del movimiento obrero en Barcelona en junio 1973.

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    Ricard de Vargas-Golarons

    Entre los autores que tenamos previstos en nuestro catlogo y que quedaron inditos figuran el mismo Karl Ma