CULTIBA ESCUELA DE

ARTE Y CULTURA

CORPORACION CULTURAL CULTIBA

CULTIBA ESCUELA DE

ARTE Y CULTURA

DOCUMENTO DE SISTEMATIZACIÓN 2004 CORPORACION CULTURAL NUEVA TIBABUYES CULTIBA

Autores

Esperanza Camargo

Sonia Gómez

Oscar Castañeda

Giovanni Ariza

Nancy Valencia

Revisión Y Apoyo

Giovanni Ariza

Realizado Equipo De Trabajo Corporación Cultiba Diseño Y Diagramación Andrés Garzón Institución de apoyo

Ministerio De Cultura Todos los derechos Reservados Prohibida su reproducción total y/o parcial Sin previa autorización Corporación Cultural CULTIBA www.cultiba.com cultiba@gmail.com Bogotá D.C 2004

“…A todos por su apoyo y colaboración…”

Grupo de Teatro EIDAC

POSTRE DE ENTRADA

Esta propuesta pretende ser una disculpa para conocernos un poco más, para descubrir nuestras debilidades y nuestras fortalezas. Encontrar en cada uno de los textos creados nuestras emociones, nuestros sentimientos, la forma como asumimos y vemos y leemos el mundo, los miedos y las expectativas. Este proceso de sistematización o más bien, de recolección de datos, historias, narraciones y cuentos nos a permitido encontrarnos a nosotros mismos, encontrar, conocer y reconocer a los niños y niñas que han pasado algo mas de dos años en la dinámica de trabajo que llevamos, de

igual manera, suspender en el tiempo todos los sucesos y acontecimientos, algunas veces asumidos como buenos y otras como conflictos pero que en esencia nos han permitido construir oportunidades para continuar y

proyectar este camino. El trabajo de sistematización que se intenta en esta etapa del proyecto Escuela Infantil de Arte y Cultura, se convierte en un ejercicio que pretende recoger y mostrar de manera simple pero profunda un proceso didáctico, lúdico, estético y creativo que de una u otra manera confluye en el quehacer artístico, cultura y humano que allí en ese espacio imaginario se vive a través de las acciones, las palabras y los pensamientos de los sujetos que interactúan a diario y que encuentran allí la posibilidad de la expresión espiritual, emocional y física

Para arrancar con este proceso de sistematización acudimos a modelos, a noches de discusión, a acudir a nuestras experiencias y a las de cultiba, esta ultima, nos dio las luces para emprender este fabuloso viaje de las narraciones y de la recuperación de la memoria y la historia que a demarcado el devenir de la escuela infantil.

UN DILEMA GENERAL

Cuantas más leyes se crean favoreciendo y defendiendo a los niños y niñas de nuestro país y de nuestra ciudad, más se van incrementando los abusos y violaciones a esas leyes y

derechos, y no es precisamente manipulando el papel sobre el que están escritos, es directamente perjudicando y desapareciendo esa inocente condición de ser niña o niño.

Pretendemos en momentos precisos, poner un" NO" rotundo y certero frente a las adversidades de la violencia contra las niñas y los niños, formamos grupos de apoyo, transmitimos noticias, realizamos marchas, que muchas veces no tienen el impacto ni toman la importancia que garantiza que los derechos y las posibilidades para la infancia, se hagan realidad. Otras veces en cambio, simplemente vemos o sentimos que los ataques, las violaciones y los abusos, son casos aislados a los cuales preferimos ignorar o simplemente, acostumbrarnos. Cuando ya damos por resuelto el dilema de "¿qué podemos hacer?, tal vez debemos seguir así", " Y frente a eso ¿qué?... Bueno, finalmente es nuestra realidad", entra en el juego un nuevo elemento que posteriormente nos ofrecería un camino (aparentemente estrecho e inaccesible), con posibilidades multidimensionales y enriquecedoras. Este

elemento es El Arte y La Recuperación Cultural.

UN DILEMA LOCAL

Por ese entonces, suba estaba hecha una mierda. Largas filas de carros y buses, pintaban con sus colores, un enorme gusano traga personas, la gente cada vez era más indiferente y amargada. Todos querían pasar por sobre todos (Maquiavelo estaría feliz viviendo hoy, pero tal vez sería otro idiota como nosotros). Por eso y por otras cosas,

no me iba de suba, había tanto por hacer. Yo tenía tres trabajos, todos estos involucrados con la niñez y la juventud, la pedagogía, lo social y sumas de dinero no despreciable.

Estaba (como diría mi familia) Juicioso. Precisamente por jugar de las dinámicas sociales, había adquirido cierta capacidad para los juicios. La mitad del año me la pasaba vagabundeando sin hacer algo productivo y el resto del año trabajando y extrañando la vagancia. Lo que pasaba era que esto me evitaba la rutina, la sorteaba y me liberaba de ella. La vida es un continuo balanceo, por ejemplo yo; odio tanto a la gente real, que me la pasa haciendo el amor para compensar mis días.

Ha transcurrido ya más de un año. El barrio sigue cambiando ahí más gente por las calles, ahí más niños por las calles, las terrazas y en el letargo del silencio. Yo camino por aquí hace seis años, y desde ese entonces me fije que para jugar un rato al fútbol, o las cogidas sólo existe medio parque. Ahí empezó el rollo con la infancia, desde una plataforma verde, rodeada de barro y avenidas. Empecé con lo que más me gusta hacer, igualmente con lo que menos se hacer: contar historias. Ya pasaron algunos meses de mi primera aparición. Los niños y algunas niñas no me olvidan, eso ni me llena de vida. La cuestión es que ahora me debo a toda la vida

que me puedan inyectar nuestros estudiantes de la escuela, cada sábado en la tarde. El sol que hoy brilla para nosotros seca el piso, congelándolo, pero no siempre fue así. Para que quede claro, aquí van dos historias cortas de las bitácoras de un par de niños que sí saben cómo se cuentan las historias, es decir, con cariño con ternura, mucha risa y esperanza

"…en lo más crudo del invierno aprendí al fin

Que había en mi un invencible verano…"

Albert Camus

Bitácora de Daniela (anecdótica) A mi también me gustaba fingir que dormía para poder escuchar las conversaciones de los adultos, procuraba mantener mis ojos cerrados y desgonzar mi cuerpo por si alguien quería corroborar mi estado de descanso fantasioso. Hoy, soy yo la que cuenta las historias, sólo que no recuerdo haber escuchado en mi niñez tantas veces las palabras: dinero, almuerzo, demandas, violencia y niñez. Escribo desde un quinto piso donde vivo, desde aquí se puede ver el Majuí y algunas parcelas de cota. También los árboles, los tranquilos árboles que rodean el río Bogotá.

En el barrio, por la noche, preferimos entrar rápido en nuestras casas, no solamente por imposición del frío sino también por las desafiantes armas que asustan como el coco, a diferencia que estas sí hacen daño. Las mañanas son distintas. Cuando brilla el sol es porque brilla. Para llegar al otro barrio debo cruzar un pequeño y esperanzador potrero, es muy bonito ver cómo las pocas vacas que quedan evocan el olor del campo, del pasado. Mi madre no permite salir. Hace mucho que no juego en el parque, me distraigo con mi hermana menor y también hago el oficio. Pero lo que les quiero contar, es lo que charlo con mi amiga Esther; ella si puede salir a la calle. Nosotras hablamos por entre la reja de mi ventana y ella me cuenta de sus aventuras, unas que sueñan mientras duerme y otras que tienen con los profes que ve los sábados. Al principio no le creí, pensé que ningún colegio abre los sábados, pero un día cuando llegó con su cara pintada y jugando con otros niños de la cuadra, envidiosamente que le creí. Esta tarde antes de que anocheciera me contó cómo era allá. Me contó que en medio del barrio entre las casas más normales había una cabaña - eso me pareció normal, ella siguió - ¡las cosas que allí hacemos!, la otra vez me reí tanto que me dolió la barriga, también jugamos a ser actrices y actores, yo brincaba como una loca y decía cualquier cosa, eso profes de gusto.¿y quienes el profe?, pregunté- es un muchacho… en ese momento llegó mi mamá, la vimos voltear la esquina y venirse para la casa - ¡chao Esther mejor me entró porque mi mamá me regaña¡, ella dijo:- pero si ya estás adentro-. Serré la puerta y puse hervir un agua - panelita. Mi mamá llegó cansada a pelear, yo hice todo lo que me pidió y me fui a acostar con mi hermanita. Esa noche soñé que yo estaba en esa cabaña y que también estaban mi hermanita, Esther y otros niños y otras niñas y mi perra, que nos pintamos todo el cuerpo y la ropa mientras jugábamos y danzábamos al ritmo de la

tambor, la lira y algunas cajas chinas. Me sentí alegre, todo era tan lindo, no habían grandes, ni tampoco perros malos, sólo nosotros y mi perrita. Sentí sed y en mi mano tenía un helado de frambuesa.

“…Una perrita rosada que corre tras la pequeña

un helado de frambuesa, un mordisco de la niñas y luego uno de la perra…”

Cuando desperté sentí tantas ganas de jugar con esos niños, que me propuse ir un día a visitaros y si se puede quedarme y jugar, hacer mi sueño realidad, ¿o ustedes no harían lo mismo?. Bitácora de santiago De mi infancia lo que mas recuerdo son los partidos de fútbol que jugábamos en el parque o frente a la casa de mis amigos. Recuerdo cuando nos mojábamos, bajo la lluvia, o cuando nos escondíamos de los adultos. Más aún recuerdo a mis amigos grandes, cinco muchachos con sus ropas raras y sus comentarios graciosos.

Cuando me fui del barrio no habían pavimentado todavía y la seguridad era la misma. Las personas solo pensaban en que nadie utilizara las calles de afrente de sus casas, porque según ellos; este lugar les pertenecía. En las reuniones de las jutas, no asían más que hablar del problema de alcantarillado, de la seguridad del barrio, del futuro de la comunidad, esto me aburría mucho y mientras los adultos trataban de solucionar sus problemas, nosotros, los niños y las niñas, jugábamos a los escondidos o ala lleva de colores, mientras terminaba la infructuosa reunión. Solo mis cinco amigos grandes, se preocupaban por nosotros, eran la mejor opción en esos días. Yo asistía todos los sábados a esta escuela, - pero esta no es como ustedes piensan, con salones, tableros y tareas- no, esta escuela era distinta. Debieron verla, el solo hecho de recordarla me trae nostalgia:

“…Perros polvo aguantadores de

ladridos mañaneros, Vacas blancas

resignadas con las manchas del olvido. Rejos que golpean caballos, pequeños

empuñadores de rejos...”

La fantasía de esos días termino. Es, no solamente el recuerdo de las risas, son las gracias por haber creído en mi generación, es confirmar que sus esfuerzos dieron frutos y los seguirán dando, es el orgullo de haber pertenecido a su escuela, nuestra escuela. Hoy, trabajo por la infancia, siguiendo los consejos que de ustedes aprendí, valorando cada día en el que olvidamos el hambre y

contamos nuestras vidas, en donde quieran que estén: gracias por la lluvia de sonrisas.

“…Es el desvanecimiento

lento de una gran desilusión

Es la cabaña aquella donde reímos tú y yo

Eran los sábados juerga donde

cantamos canción Era aquella casita donde vivimos los

dos…”

Cuerpos Sonoros

Terminaba entonces un proyecto bien pago y trabajaba con un equipo muy capacitado. Al concluir este primer proceso, la inquietud, los intereses particulares y por supuesto los niños y las niñas, me llevan a visitar un sábado cualquiera del mes de abril, una escuela que no tenía muros. Un espacio que para mí, propiciaba la creatividad, la autonomía y la iniciativa para enfrentar la vida con

mejores herramientas. Llegué. Recorrí cada uno de los espacios de formación que ofrecía la escuela, y de pronto, me encontré con aquel sonido, algunas notas mal afinadas, golpes fuertes y tenues sobre pequeños objetos de madera y metal, que me hacían sentir tranquila; en definitiva, un espacio confortable para

mí. Era el taller de Música.

Fue a sí como establecí casi de inmediato, vínculos con cada persona que participaba en la realización de este sueño, y en especial con John Zárate, el tallerista de Música al que, después de revelarme su verdad más íntima (que él era un muy buen músico, pero que la Pedagogía le costaba mucho trabajo), le expresé mi interés por observar, indagar, buscar y encontrar nuevas alternativas para el aprendizaje de la música con niños tan pequeños como los que habían entonces y que aún permanecen. Me cuestionaban mucho los espacios que utilizaban para el taller, el número de instrumentos que, personalmente, me parecían insuficientes y, en determinados momentos, inadecuados, pero mientras pasaban los días, iba hablando más, escuchando más y comprendiendo cada vez más que esta propuesta era más que una simple propuesta, era un RETO, un sueño, una partida con pretensiones de ganarla. Decidí involucrarme más con las niñas y los niños, indagar sobre sus contextos de vida, comencé a realizar listas de asistencia, de datos familiares, y llegó el momento: John ya no pudo continuar dirigiendo al grupo. De inmediato escuché "Nancicita, tú vas a asumir a los niños ¿cierto?", y yo sin pensarlo, acepté. La pasión por ese espacio que era la escuela, la convicción de saber que está en tus manos brindar mejores posibilidades a alguien, y el afecto, fueron el sustento más fuerte que me transmitía mi compañero de trabajo, amigo y actual jefe, Giovanni Ariza. Desde entonces, cada sábado me encuentro con treinta mundos distintos, mundos grandes, otros pequeños, con sueños ambiciosos y otros sencillos, con llegadas tarde y excusas guardadas, pero con la posibilidad de confluir en la música, de expresar el sentir, el saber y el convivir a partir de las notas, el movimiento, la melodía propia, el ritmo de otros y del mundo. Me interesaba ganar confianza, generar motivación en las niñas y los niños y ligarlos a ese mundo lleno de música que algunas veces

leemos pero nunca admiramos ni apoyamos. Inicié identificando a aquellos pequeños que eran más sensibles y perceptivos. La estrategia: Sonidos, ruidos, silencios, ambiente, grabaciones, juegos. Sí. El juego y la ronda me abrirían la puerta al mundo infantil. Desde allí, comenzamos ellas, ellos y yo, a crear nuestra propia melodía. Algunos sin contagiarse de esos juegos, iban, volvían, desatendían, y no regresaron. Pero otras y otros, se dejaron tocar y vieron la oportunidad perfecta para ser: Niñas y niños con el poder de hablar con el instrumento y el cuerpo, sin voz. Luego llegó. El Gran Festival. Preparación, ansiedad, ensayos largos y cortos y muchas ganas de evidencia, se jugaron los papeles protagónicos. Los dos grupos (el básico y el avanzado) se turnaban los tiempos, los instrumentos y la profesora. El día 21 de noviembre, después de mucho trabajar, trasnochar, no comer, por fin el Festival. Pero ¡ah! cosas malvadas del destino, me enfermé, tuvieron que llevarme a la clínica y no pude estar con mis chinos. Sin embargo, toda esa historia dio fruto. Los papás estuvieron súper pendientes, las niñas y los niños felices y seguros y se mostraron como un verdadero de música de una verdadera Escuela Infantil de Arte y Cultura. Y la historia continúa... NARRACIÓN ANECDOTICA Yo, llegué a Cultiba, gracias a una obra de teatro que la dirigían dos amigos, al principio sentí miedo porque no había tenido ninguna experiencia con la actuación. Un domingo cualquiera pase por el parque de Berlín, ellos estaban hay con algunos niños haciendo teatro y música; una de las personas del grupo se me acerco y me invito a participar de las actividades que ellos

realizaban; aunque tampoco había trabajado con niños; pero bueno, me arriesgué y aquí estoy luchando por los ideales de la escuela infantil. Lo que más me a dolido, es no haber dictado el taller de danza; mas la labor que he desempeñado en el área de gestión ha sido muy importante por que no solamente tengo cercanía con los estudiantes sino que también con los padres de familia. He crecido con ellos y ellas, he compartido sus tristezas y alegrías al igual que con sus padres; cuando me comentan todos sus problemas me siento impotente por no poder brindar ayuda. Una de las experiencias que mas los animo a seguir, fue cuando se presentaron en el colegio la Gaitana frente a los niños del programa de aceleración porque en esta actividad los integrantes del grupo de teatro de la escuela sintieron un reconocimiento al esfuerzo y la dedicación con la que prepararon esa obra. El encuentro de cada sábado es un juego de sentimientos, que nos envuelve con su Magia. Lo más triste es cuando se llega la hora de partir; con mas exactitud las cinco de la tarde. Los niños y niñas se van para la casa, otros se quedan para no volver a la rutina por unos minutos. Les contare quienes integran el grupo de trabajo, comencemos por Giovanni Ariza: es el jefe y el tallerista de teatro, los niños lo quieren mucho; en varias ocasiones me lo han comentado. De vez en cuando nos jala de las ojeras. Nancy Valencia "la mona ", es una buen Psicopedagoga y una buena compañera de trabajo. Hasta hace unos pocos meses este taller había sido el más difícil de consolidar, pero Nancy ha logrado lo que en dos años, tres talleristas no lograron: comenzara el proceso del taller de música. El trabajo de padres esta en una balanza por unas pequeñas dificultades por que algunos padres no le dan la importancia que

este aspecto se merece, ellos se preocupan por el día a día de sus vidas, este esta a cargo de Sonia Gómez, "la parce", es la trabajadora social de la escuela se ha dedicado a tener talleres con los padres y a hacer visitas y reuniones. El área de comunicaciones y el taller de vídeo esta a cargo de Oscar Castañeda "osquitar", un loco que tiene la capacidad de relacionarse mas fácilmente con los niños y es muy bueno con las historias Es precisamente el taller de vídeo el que menos tiempo lleva mas sin embargo se han visto buenos resultados. Y yo que he apoyado la labor de cada sábado, he hecho el contacto con los padres del sector y he organizando y llevando las listas de control. Esta ha sido una experiencia que no creí que fueras tan difícil y ala vez tan satisfactoria, he aprendido que la sociedad adolece y sufre las consecuencias del pasado, por esto y otras cosas decidí trabajar en esta labor, para que en un futuro mis hijos tengan una mejor calidad de vida.

Trabajo con madres y padres de la escuela Llegue a la escuela en Berlín por intereses personales, tal vez tratando de apoyar una nueva propuesta que me impactó por su contenido humano, racional, propositivo, generador de nuevas posibilidades para la infancia y muy soñador. "Que bellos son los sueños, que bueno es pensar y emprender acciones que generen verdaderos cambios y transformaciones al interior de las comunidades y aun mejor que estos se construyan desde la infancia", este fue una de las grandes razones para enrollarme en esta historia, aunque la más fuerte fue Giovanni, un hombre con una calidad humana que contagia su entorno, con una fuerte pasión por su trabajo y una mirada positiva de la vida.

Inicie intentando trabajar con los niños y las niñas en teatro pero... fui un fracaso, luego trate de hacer música, y aunque es un arte que me apasiona, no cuento con los suficientes elementos para compartirlos y mucho menos para enseñarlos a niños y niñas. Así, después de mis intentos

frustrados de apoyo en el proceso, evidenciando la importancia de aplicar los conocimientos adquiridos durante mi carrera (Trabajo Social) y como respuesta a la necesidad sentida por el equipo, se creo la idea de iniciar un trabajo con padres y madres que fortaleciera el proceso. Susto, inseguridad de mí y de mis conocimientos, de mis

saberes y de mi manera de ver el mundo, miedo de la realidad y en especial la de estas familias, falta de experiencia, ganas de medir mi capacidad como profesional, como ser humano, interés por aportar, curiosidad... fueron muchos los sentimientos, pensamientos, sensaciones y demás los que me invadieron y aun invaden mi ser, mi sentir. ¡Y arranque!, no sola, siempre con el apoyo del grupo, en un inicio de Fabiola Morgante quien me acompaño en varias ocasiones, Giovanni siempre presente en cada momento del proceso, Esperanza durante algún tiempo y ahora mi compañera fiel de trabajo y amiga Nancy Valencia, psicopedagoga, con experiencia y alta capacidad para interaccionar con los otros. Esperanza ha mantenido una colaboración constante en el proceso, aportando desde sus conocimientos e inquietudes y facilitando algunos aspectos por su cercanía al sector en el que trabajamos. Fue duro y más aún cuando después de convocar varias veces (por teléfono) a todos los padres y madres solo asistían a las reuniones unos pocos. Para mí fue realmente doloroso, no entendía el por que de esta reacción por parte de ellos, en medio de mi escasa formación practica en

intervención en comunidad (por que teóricamente considero que tengo muchas más bases) y mi perfil de tallerista profesional, no encontraba la explicación a este "fenómeno". Después de varias conversaciones con diferentes personas comprendí la otra cara del trabajo comunitario, y fue allí en donde el proceso comenzó a dar sus primeros pasos. El encuentro con estos padres y madres, y algunos lideres comunitarios del sector, fue realmente enriquecedor, divertido, dinámico y en algunos momentos reflexivos y analíticos. Se evidenciaba un agradecimiento constante por el trabajo realizado, una admiración y en algunos de ellos un nivel de compromiso y acompañamiento constante. Para sorpresa de muchos los padres, no todos, compartieron esta experiencia con nosotros y se jugaron papeles importantes dentro del proceso, pero no es por ser feminista, pero las mamás si que fueron más fuertes y constantes. Repartir invitaciones familia por familia, comunicarse telefónicamente con cada una de ellas, encontrarse en el camino, un saludo, un abrazo y hasta un beso, escuchar frases como "nos vamos del barrio, pero buscare una escuela donde enseñen estas cosas, para poner a mi hijo (o hija) por que realmente esto le gusta", y sentir que ante ellos, los padres y madres, dejamos de ser el grupo de recreacionistas que iban todos los domingos (inicialmente) a divertir y entretener a sus hijos o hijas, ha sido la ganancia conseguida durante esta etapa de la Escuela y a permitido generar nuevas formas de ver el arte en estos sectores. Con los padres y madres, hemos tratado de abrir un espacio para el encuentro consigo mismo, con el otro y con su entorno. Uno de los ejes fundamentales de nuestra Escuela, fue vivido en una de las sesiones por medio de los juegos tradicionales, el lazo, el trompo, que permitieron en ellos recordar, vivir, sentirse más que simples productores y consumidores del sistema, recordaron su infancia y lo compartieron con nosotros, con todo el equipo de

trabajo, nos reímos hasta que nos dolió la barriga, algunos casi lloraron, fue algo realmente inolvidable, que solo podrá estar grabado en nuestras mentes y en el recuerdo, por que Oscar, el encargado de las comunicaciones en la Escuela, no llevo la cámara ni de fotos y mucho menos de vídeo. No registramos una grata y divertida experiencia de trabajo con padres y madres. Cada momento con los padres y las madres significo algo muy especial y se construyo de alguna manera un espacio para la reflexión, el análisis, el juego, el compartir, el escuchar y el aportar desde los propios mundos a la construcción del nuestro. No podré decir que todo en torno al proceso de trabajo con padres y madres ha sido color de rosa, por el contrario ha significado esfuerzo (y el problema es que en ocasiones no he puesto mucho) dedicación y muchaaaaa creatividad, la cual se me esconde en ocasiones, y sin embargo a pesar de los tropiezos, las inconformidades, la falta de un espacio, por que no propio, la vida y las condiciones de estas familias que limitan su tiempo y su espacio para compartir con los otros, para reconocerse ellos mismos y el poco recurso, tanto material como financiero con el que hemos contado, el proceso a logrado dar sus primeros pasos y con muy buenos resultados (desde mi punto de vista claro esta), varias de las familias se han comprometido y sabemos que contamos con varios de ellos y de ellas para continuar y consolidar un grupo de padres y madres como no hemos soñado durante todo este tiempo.

El cuerpo habla Los zancos, el maquillaje, los malabares, las piruetas un juego para imaginar, arremedar, para burlarse, para reír, para representar el entorno, la casa, la escuela. Esta fue la propuesta que se vino desarrollando inicialmente en el área de Expresión Corporal. Todos los domingos sin falla llegaba a las 9:00 de la

mañana, se asomaban uno, dos, tres y a veces hasta diez niños y niñas, llego la hora del juego, del disfrute. De esta

manera, fuimos cayendo en complicidad, en las primeras jornadas mucho juego, llevábamos lazos, pelotas, pitos

dábamos botes uno encima del otro, rodábamos por todo el pastal, ejercicios de representación, de mímica, de concentración de coordinación. Ciertamente yo no soy el duro en el área, aduras penas algunas experiencias de formación y participación en grupos del sector y la localidad, esta inexperiencia me obligaba y me obliga a formarme por cuenta propia, leer mucho, preguntar a personas duchas en el tema, observar algunos trabajos, apoyarme con material audiovisual y eso sí, mucha creatividad y juego. El engomar a los pelados y peladas fue de cierta manera fácil, siempre me ha justado correr, jugar, trabajar con niños y niñas, tomarles del pelo, hacerles bromas,

gastarles una gaseosa un refresco en días de mucho sol y sobre todo cumplirles, a los niños y niñas lo que menos les justa es que los dejen tirados, plantados, que no les cumplan, esto facilito el quehacer teatral del área. Es así como después de mucho juego de representaciones, de roles, de jornadas de maquillaje se conforma un excelente grupo de teatro, aproximadamente 15 niñas y niños vienen participando. En un comienzo bastante discriminación de unos con otros y otras, malos olores, manos cochinas y resecas, se presentaba bastante descuido con el propio cuerpo, esto me llevo a poner reglas de aseo, uñas pintadas, pies lavados, pelos peinado. De esta forma

FAMILIAS, COMUNIDAD Y ESCUELA

Las familias con las que hemos trabajado se han caracterizado por la amplia, casi total, participación de las mamás, quienes han manifestado abiertamente su gratitud por el trabajo desarrollado con sus hijos e hijas, muy pocas de ellas están en casa, por lo cual deben dejar a los niños y niñas en cuidado de terceras personas y por la general a cargo de sus hermanos mayores. Algunas de estas mujeres trabajan durante largas horas en las flores, otras tienen pequeños puestos de ventas ambulantes, trabajan por días en casa de familia, reciclan. El agotamiento, la tristeza, la sumisión y el maltrato se evidencia en el rostro de varias de ellas, el temor y la inseguridad marcan cada uno de sus pasos y retardan sus respuestas; pero aquí tenemos de todo, están las mamás que expresan fuerza, tranquilidad y mucha decisión a la hora de asumir responsabilidades y compromisos; están también aquellas que a pesar de estar un poco lejos de proceso por diferentes razones, asumen posiciones criticas frente al trabajo desarrollado y realizan un constante seguimiento; las hay calladas, conversadoras, algo tristes, muy alegres; y hay unos pocos de ellos, que participan con toda la masculinidad que pueden poseer, comprendiendo el sentido del trabajo, criticando y acompañando, trabajadores de largas jornadas, independientes o dependientes, al fin y al cabo trabajadores, algunos solo se acercan por que su esposa e hijos(as) se están demorando y con solo una mirada dar a entender su "orden" (¡nos vamos ya!), la intervención de los papás es muy limitada, muchos de ellos la ejercen desde sus hogares, pero no como una forma de apoyo sino como restricción e impedimento. A pesar de ello contamos hombres dispuestos (seis) a compartir y acompañar a sus hijos e hijas en este proceso.

Otros actores importantes acompañan el proceso, una pareja muy especial, fieles acompañantes del proceso y facilitadores en muchas ocasiones de espacios para el encuentro y el ejercicio practico de cada taller, Doña Anita y el señor Miguel Fragua (presidente de la junta de acción comunal del Barrio San Pedro y su esposa) siempre muy cercanos. La junta de acción comunal de Berlín, un poco distante, más sin embargo dispuesta a colaborar en los momentos importantes. El vecino de la tienda de la esquina, quien ha apoyado, guardado, vendido, cuidado y prestado, siempre y cuando lo pueda hacer. Jóvenes de la comunidad que han participado activa y rápidamente en el proceso, han sido talleristas de todas las artes y algunas de las áreas, han participado en la construcción, han aportado y se han apartado, por muchas razones, las principales, las económicas. La comunidad, en un intento de apoyo, logró la colaboración de todos los tenderos de Berlín, se recogieron dulces, galletas y chocolates, algunos dados con amor, otros con obligación, pero finalmente se logro el primer intento de apoyo comunitario. El sector reconoce el trabajo, la escuela, la corporación, y durante este ultimo semestre, el arte, la cultura, desde su visión, su percepción, su cotidianidad. Como arranca el proyecto de la Escuela Octubre de 2001, reunidos con Nelson Murcia, evaluábamos el quehacer de Cultiba, el papel de las personas cercanas a la organización, el DOFA de Cultiba y otra cantidad de aspectos referentes al funcionamiento de la organización en la UPZ, la Localidad y la ciudad, esto nos llevo a plantear una propuesta de reinserción comunitaria en una de los sectores con mayores necesidades del sector y esta era los barrios que quedaban en la rivera del río y específicamente el barrio Berlín. Este proceso implico crear como estrategia para entrar en la comunidad, una propuesta de formación artística en expresión

corporal y zancos con jóvenes, sostuvimos diversas reuniones con los lideres de la junta de acción comunal, recorrimos el barrio de punta apunta, descubriendo sus falencias, encontramos un barrio con altas problemáticas de desconfianza entre los dirigentes, altos índices de consumo de drogas, ladrones que se metían a las casas en pleno día, altos niveles de contaminación por el polvero de sus calles y en invierno inundaciones por doquier entre otras cosas y males de los sectores pobres. Este barrio me recordaba en el que crecí, tenía las mismas características (Britalia). En un principio estuvimos acompañados por José Luis un antiguo miembro de Cultiba que deseaba reintegrarse a la organización. Presentamos la propuesta a don Miguel fragua presidente de la Junta de acción comunal del barrio san Pedro y a doña Anita esposa de don Miguel y les solicitamos el préstamo del salón comunal, una casa pequeña, en madera, en medio del barro y el polvo, se nos hacia similar a una casa de juguete. Los primeros que llegan a participar en la propuesta eran dos jóvenes un hombre y una mujer, Elisabeth, una joven de unos 17 años, flaca y con muchas ganas de trabajar en el proyecto, arriesgada y echada para adelante, el otro joven era Jhon un muchacho de unos 16 años silencioso, pero con fuerza por dentro de sí, con ellos dos arranco el proyecto, en primer momento participábamos Nelson, José y yo, empezaron a acercarse otros jóvenes entre ellos uno en particular con ganas de liderar procesos, construir su propuesta y era Edgar, entrador y charlador, comentaba que el tenia algo de experiencia en el trabajo artístico. Después de varios intentos por consolidar el proyecto, de ir entre semana, los sábados y los domingos, empezó a coger fuerza el trabajo con niños y niñas los cuales se acercaban con menos prevenciones que los jóvenes, esto motivo a que se realizara un trabajo los domingos en el parque central del barrio Berlín rodeado por la parte sur con un vallado de aguas pichas y mal olientes, en una iglesia sin muros, poco a poco fueron llegando niños y niñas después de los anuncios en horas de misa,

repartición de volantes y voz a voz, se acercaron jóvenes entre esos Elisabeth quien asumía el trabajo de expresión corporal, convoque a fabiola para que me apoyara en lo de música, asíamos actividades de lúdica y creatividad, se acerco esperanza una joven que había participado en un trabajo teatral con Edgar, para la comunidad éramos los recreacionistas. Y para hablar de los protagonistas: los primeros niños y niñas que llegaron al programa eran los de un apellido que nos causo curiosidad los Tocarruncho, una familia con 8 niños y niñas trabajadores de reciclaje, participaban tres niñas las más grandes con una flexibilidad corporal impresionante, otro, Jhon Suspes un pilo en la música, Leonela, que nos decía que había trabajado en un circo, su cuerpo un caucho, y así sucesivamente se empezó a llenar el espacio de pequeños mundos que encontraban un tiempo para el goce, para la expresión, el juego, encontraban gente bacana, descomplicada y para los adultos éramos los recreacionistas, con los que tenían la posibilidad de dejar los niños y las niñas para que se los cuidaran. De esta manera se fueron acercando y consolidando un grupo donde estaban Oscar, un muchacho a quien le decían Chester, Sandra, Esperanza, Sonia, Fabiola, Gloria Ramírez y yo, jóvenes que mostraban gran interés por el trabajo y por todo lo que ocurría allí. Así se fue generando una presencia en el sector, y con los niños y niñas que acudían a parque, todos pasaron por todo arrancamos poniendo tres cursos, expresión corporal (danza y teatro, música y literatura), todos pasábamos por todo, domingo tras domingo de 9:a.m. a 12 m después de terminada la jornada nos reuníamos en una cafetería a evaluar y preparar y aportar a los demás compañeros se insistía mucho en la disciplina de preparar y de investigar sobre el tema, y que poco a poco ir dándole un carácter mas serio frente a los papas y mamas y a la comunidad en general, de mayor importancia. Una de las propuestas que va cogiendo fuerza era la de teatro por el dinamismo que se le imprimía, no fallaban los pelados, se

acercaban cada ves más, lo de música muy monótono, aunque permanecía un grupito fijo, de esta forma, se empieza a sentir la necesidad de ubicar un sitio, fuimos quedando de todo el combo de camello 5, Fabiola, Sonia, Oscar, Esperanza, Giovanni y un tiempo mas adelante se acerco Jhon Zarate, Viviana y un rato después, Nancy Valencia, logramos ubicar el salón comunal de San Pedro, doña Anita era la más cercana en ese momento (esposa del presidente de la Junta de Acción Comunal). Arranca otra etapa, el tener un espacio, el cambiar el horario y el día desarticulo un poco la dinámica, toco iniciar un nuevo proceso de convocatoria, así fueron llegando de nuevo los niños y las niñas, se veía un poco más formal el trabajo, ya no eran los recreacionistas. La meta, que fuera cogiendo carácter de Escuela, las discusiones del equipo eran las de posibilitar un espacio de expresión, de creación, de encuentro, una posibilidad de trabajar por los derechos de la infancia y de formación no solo para los niños y las niñas sino para sus padres y madres, de esta manera se estructura el trabajo en un área de pedagogía, la cual asumía el trabajo directo con los niños y niñas, un área de comunicación, la Escuela tenia que hacerse pública, un área de gestión comunitaria, encargada del trabajo con adultos y lideres y lideresas y un área de gestión, la búsqueda incansable de recursos. Ciertamente eran procesos extremadamente complicados para personas que no teníamos mucha experiencia, pero este tipo de organización garantizaría una dinámica más estable y efectiva frente a los objetivos de la Escuela.

Formándonos cada sábado en la Escuela Infantil de Arte y Cultura

Cada sábado, se da el encuentro entre talleristas y estudiantes que por lo general, previamente establecen horarios de trabajo.

Ahora, con un punto de encuentro fijo: el parquecito de atrás del salón comunal del Barrio San Pedro. Desde la una y treinta de la tarde hasta las cinco y media aproximadamente, niñas, niños, talleristas, vecinos con equipos de sonido a todo volumen, transeúntes, entre otros, inician la jornada. Aunque los horarios varían en jornada (mañana o tarde), día e intensidad, y aunque sabemos que somos una escuela que permite esa flexibilidad, también sabemos que se ha convertido en una dificultad que debemos superar. A veces los horarios fijos, los lugares fijos, las personas fijas, todo fijo y permanente, facilitan los procesos de construcción individual y colectiva. Se inician las jornadas, realizando ejercicios previos de introducción a la actividad fuerte del día; estos ejercicios van desde respiración fisiológica, pasando por ejercicios de expresión corporal, desplazamientos, rondas y juegos, hasta pequeñas evaluaciones informales de actividades realizadas en otras jornadas. Cada tallerista aporta desde sus conocimientos, su carácter y su actitud, todas las formas de abordaje del las niñas y los niños pertenecientes a esa comunidad donde funciona la EIDAC, utilizando estrategias metodológicas igualmente variadas pues, en definitiva, todas las jornadas de los sábados son diferentes. Algunas veces los niños están insoportables, otras, las niñas no quieren atender y hacen su santa voluntad, y en ocasiones, los espacios son tan limitados por sus condiciones de espacio abierto, cero límites, que es imposible llevar una secuencia de trabajo. Por ejemplo, el tallerista de Teatro, utiliza una estrategia metodológica contundente: LA REALIDAD de las niñas y los niños y la comunidad donde se mueven. Desde ahí encarpeta a los chinos y les permite vivirla, recrearla, modificarla y hasta burlarse de ella. En el área de Video, se da otra dinámica. El tallerista trabaja la documentación de las cosas y las situaciones que suceden dentro

de la EIDAC. Todas las cosas que pasan allí, son su herramienta metodológica más funcional. En cambio en el taller de Música, también es distinto. El trabajo a partir de los intereses y los conocimientos musicales personales y colectivos, son las herramientas metodológicas que la tallerista utiliza para desarrollar y potencializar las capacidades y habilidades para la música. Finalmente, todos convergemos en un punto: niños, niñas, talleristas, madres y padres, tenemos la posibilidad de poner nuestro aporte individual para elaborar y presentar productos de las diferentes áreas, permitiéndonos así lo que socialmente llamamos “pertenencia”. Las niña(o)s, una(o)s más habladora(e)s que otra(o)s, disfrutan plenamente asumiendo roles de líder dentro de las jornadas de trabajo. Se juegan otras aptitudes y actitudes: la crítica frente a las personas, a los aprendizajes, y al trabajo; la capacidad de convivencia y de respeto por el otro; la autonomía en la toma de decisiones y la aptitud y actitud creativa para nuevas elaboraciones. Algunos, aún permanecen muy “conformistas”, callados, pasivos, totalmente obedientes, sin sueños que quieran compartir. Son esos pequeños personajes que ahora hacen parte de nuestra historia, los que queremos que construyan “escuela”.

El Rollo de la Participación en la Escuela

Todos los procesos que requiere el desarrollo de una propuesta como la es esta Escuela Infantil de Arte y Cultura, deben estar inscritos dentro de una acción puntual y necesaria: La Participación. Cada uno de los actores involucrados en nuestra propuesta es un “contribuyente” de nuevas ideas, de nuevos modelos, de otras formas de presentación. Cada uno de los actores está interesado en conocer a los otros, la realidad que los rodea, en plantear críticas, inconformidades, posibilidades de solución.

Varios intentos llevamos a cabo para lograr acceder al mundo de la “participación comunitaria y local”, intentamos incluir a nuestro proceso de la Escuela a algunos actores comunitarios como los integrantes de la Junta de Acción Comunal, más padres y madres de los niños y niñas; nos hicimos partícipes de eventos en pro del bienestar de la comunidad como fueron la celebración del día de los niños en Santa Cecilia, y la marcha en contra de la violencia sexual hacia niñas y niños en suba y en la Upz 71. Ya aunque se haya dado un paso adelante en ese intento, seguimos actuando con poca fuerza, no perseveramos en la acción de incluir, de buscar, de contar con gente “clave” y de actuar en los espacios que puedan beneficiarnos directa o indirectamente. En la Escuela Infantil de Arte y Cultura, creemos y promovemos esa posibilidad de participar, de poner los puntos de vista propios, de escuchar el punto de vista de otros, de tomar la INICIATIVA para crear, aunque sabemos también que somos seres sociales enmarcados en esquemas inflexibles que no favorecen esa capacidad participativa, por los cual, seguimos formándonos en ella.