Educación Emocional

en menores hospitalizadosAurora Bernal Martínez de Soria

Laura Martín Sanz

Universidad de Navarra

El diagnóstico de una enfermedad y el proceso de hospitalización comportan un acontecimiento estresante e inf luyente para cualquier persona que tenga que pasar por ello. Este proceso se acentúa en mayor medida si la persona que lo atraviesa es un menor, tanto niño como adolescente, dada la mayor vulnerabilidad a edades tempranas. Tanto es así, que una de las prácticas de intervención en los casos de hospitalización infantil reside en proporcionar las herramientas psicológicas y emocionales necesarias, tanto para el propio paciente como para su familia, de forma que se facilite el afrontamiento de la situación de enfermedad. La f inalidad de la Pedagogía Hospitalaria debe ser la misma que la de la educación, es decir, el desarrollo integral de la persona, incluso en una situación anómala, como es el hecho de

estar enfermo y hospitalizado (Lizasoáin, 2011; López Naranjo & Fernández Castil lo, 2006). Esta educación debe ser especializada y personalizada en función de las necesidades y condiciones de cada alumno, siendo imprescindible la coordinación interdisciplinar, con objeto de lograr una intervención psicopedagógica lo más efectiva posible.

Teniendo en cuenta las necesidades educativas de los menores hospitalizados y la f inalidad de la Pedagogía Hospitalaria, presentamos una propuesta de intervención educativa ya puesta en marcha con un caso de una menor hospitalizada. Se parte de la educación emocional, como área específ ica de educación dentro del ámbito hospitalario, por considerarla de gran util idad en el campo educativo y en el logro de una educación integral e inclusiva.

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Presupuestos teóricos Brevemente definimos las categorías de inteligencia y competencia emocional, y educación emocional. La exposición de este marco teórico permite comprender los objetivos perseguidos en la intervención presentada a continuación. La inteligencia emocional es la habilidad educable del ser humano de identif icar las propias emociones y saber gestionarlas, con el f in de crecer emocional e intelectualmente, y de mantener unas relaciones positivas con el mundo que le rodea. Dicha competencia emocional es el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales (Bisquerra, 2003).

La educación emocional es: ?un proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral? (Bisquerra, 2017). A través de la educación emocional, se dota al individuo de estrategias que le permitan conocer y gestionar mejor sus emociones, de forma que afronte de manera ef icaz los retos que atraviese en su vida cotidiana. Las competencias emocionales están relacionadas con la autoeficacia, de forma que, a partir del conocimiento de las propias emociones y la capacidad para regularlas, la persona oriente su acción hacia los objetivos deseados. Con ellas se puede minimizar la vulnerabilidad ante situaciones cotidianas inesperadas y potenciar las capacidades constructivas ante este tipo de sucesos. Habitualmente se dan emociones como la tristeza, enfado, desesperanza etc. ante

situaciones desfavorables. Sin embargo, con una buena gestión emocional y la habilidad para trasformar dichas emociones ?negativas? en otras positivas, esas dif icultades que surjan en el día a día, no repercutirán en la relación que uno mantiene con el mundo exterior.

La enfermedad infantil está habitualmente relacionada con el padecimiento de emociones negativas (López Naranjo, 2011; López Naranjo, Fernández Castil lo y Vilchez Lara, 2009). Los efectos secundarios emocionales más comunes son la ansiedad, el miedo, el estrés y la depresión. Este proceso puede ser diverso dependiendo del t ipo de enfermedad y de la personalidad de cada niño, de la experiencia en la hospitalización, del estado emocional de los propios padres y familiares más cercanos. Se prevé que la educación emocional, en el caso de menores enfermos, puede facilitarles afrontar mejor su situación de enfermedad y mejorar su bienestar, salud, resil iencia y capacidad de seguir aprendiendo y educándose (Muñoz Garrido, 2016). Propuesta de intervención. Educación emocional en psiquiatría infanto-juvenil

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PresentaciónPresentamos la puesta en práctica de una estrategia de intervención emocional que se ha realizado con Inés (nombre f icticio), una adolescente de 15 años, ingresada en la Clínica Universidad de Navarra a lo largo de dos meses. La situación familiar es delicada, inf luyendo en su estado anímico y personalidad. Destaca su excesiva timidez y corrección a la hora de expresarse, el tono de voz excesivamente bajo, la falta de contacto visual con su interlocutor y las dif icultades de expresarse, principalmente por falta de seguridad en sí misma y miedo al exterior. Evaluando su situación, y tras realizar las consultas pertinentes al equipo médico encargado de su seguimiento y tratamiento, se ha decidido llevar a cabo un programa de intervención para el cual se ha hecho uso de un diccionario de las emociones: ?Emocionario? (Núñez y Romero, 2013). En un primer momento, se presenta a la alumna el l ibro de las e- mociones, dejándoselo en su habitación du-

rante unos días para que se familiarice con él y pueda verlo. Se ha creído conveniente realizarlo de esta manera e ir introduciendo el l ibro progresivamente debido a las características personales comentadas previamente, de forma que se facilite la toma de confianza por parte de la adolescente. Para promover la identif i- cación de emociones, así como su expre- sión, se ha propuesto a la adolescente la elección de dos emociones cada día de las que se proponen en el l ibro. Una vez las elige, las debe relacionar con un papel del color al que cada una le recuerde y en él escribe tres/ cuatro momentos de su vida en los que haya experimentado dicha emoción, dibujando posteriormente imágenes que le recuerden esas emociones. En una tercera fase, se ha añadido la variante de la búsqueda de imágenes en revistas y perió- dicos que a la alumna le evoquen la emo- ción que en ese momento esté trabajando.

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Resul tados obtenidos Tras la aplicación de esta intervención se ha podido comprobar que la evolución de Inés a la hora de expresar las emociones ha sido muy positiva. Inicialmente su capacidad de expresar sus opiniones y sus estados emocionales era muy limitada. Mostraba dif icultades para identif icar situaciones emocionales en su vida cotidiana, así como para expresarlas y su actitud a la hora de llevar a cabo las actividades propuestas era de complacencia, sin mostrar iniciativa propia por miedo al error. No era capaz de pensar por sí misma, o eso mostraba, sino que precisaba de ayuda para identif icar ciertas emociones, siendo necesarias nuestras sugerencias. Sin embargo, a medida que ha avanzado el desarrollo del programa de intervención, su capacidad de expresión se ha visto reforzada, siendo capaz de indicar con iniciativa propia sus emociones. A través de la confianza proporcionada por parte de los profe- sionales de la educación que trabajaban con ella, el ?entrenamiento? mediante esta intervención de la identif icación y expre- sión de emociones y una mayor seguridad en sí misma, ha logrado esa mejoría emocional que se planteaba en los objetivos iniciales. Además, se ha visto un cambio en su actitud, pasando de ser una adolescente con gran timidez e inseguridad, y con miedo a comunicarse con su interlocutor, a ser una persona más extrovertida, sin miedo a expresar sus emociones y con iniciativa propia a la hora de realizar diferentes ta- reas. Además, también fue patente dicha evolución en el plano médico, siendo cada vez más capaz de expresar sus sentimientos, verbalizar la razón de su ingreso y llevando a cabo la aceptación del mismo.

Bibl iograf ía: Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. Revista de Investigación Educativa, 21(1), 7-43

Bisquerra, R. (2017). Concepto de educación emocional. Recuperado el 3 de abril de 2017, http/ /www.rafaelbisquerra.com

Lizasoáin, O. (2011). Pedagogía hospitalaria. Compendio de una década. Logroño: Siníndice.

López Naranjo, I. (2011). Alteraciones emocionales en la hospitalización infantil: análisis psicoevolutivo. Granada. Tesis doctoral.

López Naranjo, I y Fernández Castil lo, A. (2006). Hospitalización infantil y atención psico-educativa en contextos excepcionales de aprendizaje. Revista de educación, 553-557.

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Núñez, C. y Romero, R. (2013). Emocionario. Madrid: Palabras Aladas.