Edición Especial, 31 de Julio de 2012

12
EDICIÓN ESPECIAL Trinidad, martes 31 de julio de 2012

description

Suplemento especial

Transcript of Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Page 1: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

EDICIÓN ESPECIALTrinidad, martes 31 de julio de 2012

San Ignacio de MoxosSan Ignacio de MoxosSan Ignacio de Moxosleyenda, historia y tradiciónleyenda, historia y tradiciónleyenda, historia y tradición

Page 2: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

2

Este matutino está adscrito a la Asociación Nacional de la Prensa

y está autorregulado por el Tribunal de Ética de la ANP.

[email protected]

Lugares de venta en Trinidad del Diario "La Palabra del Beni"

supermercado trinidadAv. Comunidad Europea, entre calle

Cochabamba y 9 de Abril.

panadería el tiluchiAv. Bolívar, diagonal Hotel Aguahí

aeropuerto jorge henrich

mercado central(Chocolates Rosita)

terminal de BusesAv. Beni entrada principal

av. 6 de agosto, frente a credi moxos

av. 6 de agosto frente al col. madre setton

Cynthia Vargas Melgar GERENTE GENERAL

Impreso en: EDITORIAL TIEMPOS DEL BENIC/ Nicolás Suárez No. 693 - Telf. 46 20808

Trinidad - Beni - Bolivia

Ana María Tineo FernándezDIRECTORA DE INFORMACION

Juvenal Aquino VacaFOTOGRAFIAS, REPORTAJES Y

PUBLICIDAD

Iver Hurtado Hurtado DIAGRAMACIÓN

Parroquia y Museo de San Ignacio de Moxos

DATOS HISTÓRICOS

Jaime Barba ZabalaFOTOGRAFIA PORTADA

Decano de la prensa beniana

EDIToRIALTIEmPos DEL BENI s.R.L.

LPB EN LAsREDEs socIALEs

Síguenos en twitter:www.twitter.com/lapalabrabeni

Apóyanos con un "Me Gusta" ennuestra página de Facebook:

www.facebook.com/lapalabrabeni

Revisa esta y otras publicaciones

en nuestro página web:www.lapalabradelbeni.com.bo

Pic

a P

ica

Por

: F

erO

zAl conmemorarse este 31 de julio, el 323 aniversario de fundación de la Capital Folclórica del

Beni y Capital Espiritual de las Misiones del Cono Sur. La Palabra del Beni, rinde su homenaje y dedica esta Edición Especial, al digno pueblo mojeño, considerado el bastión de la riqueza cultural

beniana porque atesora viva la milenaria cultura.Para darle la merecida importancia a esta festividad, presentamos en nuestra portada una fotografía del

artista y expositor fotográfico, Jaime Barba, quien destaca en su imagen uno de los atractivos turísticos de esta bella localidad.

San Ignacio de Moxos, se ha destacado siempre, por la puesta en valor de sus tradiciones y costumbres; mantiene viva su cultura y la expande, hechos que han motivando a otros pueblos del Beni, a que también recuperen y desarrollen sus tradiciones.

Esas potencialidades, nos enorgullecen como benianos, porque varios elementos sociohistóricos, conjuncionan dialécticamente nuestro pasado con el presente, háblese de la música barroca -que recuperada tiempo atrás- se la está interpretando con la misma fuerza del ayer, y hoy ya es parte vital de nuestro gran acervo musical, a través de la Escuela de Música. Lo mismo sucede con las expresiones vernaculares, representadas como si estuviéramos ‘reviviendo’ el pasado de nuestros ancestros, a tal punto que pareciera que el tiempo que no pasó. Esto es fruto de la decisión unánime de sus habitantes quienes mantienen tenazmente el deseo de proteger las tradiciones de sus antepasados.

De ahí que las exitosas celebraciones mítico-religiosas de las festividades de San Ignacio, son presenciadas y admiradas, cada vez, por un mayor número de visitantes locales y extranjeros quienes anualmente se dan cita en sus conmemoraciones.

Ya es característica de majestuosidad, la Entrada Folclórica, así como la singular procesión del Santo Patrono, que con camaretazos, repiques de campanas y acompañamiento de toda la comunidad religiosa y visitantes, dan un relace especial a esta fecha de julio, en la que el colorido de las vestimentas, representado por las alegorías y danzas ignacianas, complementan toda esa manifestación artístico cultural de Moxos.

Quizás, amable lector, le llame la atención el uso de ‘x’ y ‘j’ al escribir “Moxos” y “Mojos”, pero semánticamente el “Moxos”, puede ser visto como ese legado jesuítico llegado con las Misiones, y “Mojos”, como la visualización e interpretación indígena, transmitida exponencialmente a través de su respetada cosmovisión. Por eso, no se admire, estimado lector, por la utilización de esas expresiones en esta Edición; consideramos que ambas culturas, han servido para formar una simbiosis histórico-cultural que hoy se refleja específicamente en San Ignacio de Mojos y que es parte de la cotidianeidad de sus habitantes.

Le aconsejamos que asista a esta celebración, que va a ser difundida en toda su magnitud a través del lente y letras de este su periódico beniano, La Palabra del Beni.

Para culminar y con lo anteriormente citado, permítanos decirle, que al adentrarse en esta Edición Especial, lo transportaremos imaginariamente hacia ese expectante mundo de gran riqueza cultural llamado San Ignacio de Moxos, lleno de leyenda, historia y tradición.

Presentación

Por: Fernando Aguirre Muñoz

San Ignacio de Moxos… leyenda, historia y tradición

¡¡Viurisamure ichapekene vijaremu’ u inasianuana!!

¡¡Que viva la Fiesta grande de los Ignacianos!!

Fernando Aguirre Muñoz EDICIONES ESPECIALES

Page 3: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Edición Especial LA PALABRA DEL BENI

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012 3

SAN IGNACIODE MOXOS

Datos GeneralesUbicación: Al sur-oeste del departamento del Beni Provincia: MoxosMunicipio: San Ignacio de MoxosExtensión: 33.616 Km2. Población: 24.837 habitantes (INE, Proyecciones 2002-2010). Grupos étnicos: Mojeño, Trinitario, Chimane y Yuracaré. Población que habita en comunidades indígenas y estancias ganaderas, así como también en el área urbana.Actividades productivas: Ganadería, producción agrícola, caza y pesca, artesanías, recolección y aprovechamiento de recursos forestales.Riqueza cultural: Apreciada en la Semana Santa, durante su Fiesta Patronal el 31 de julio y también en Navidad. Existe un excelente museo etnoarqueológico, histórico y cultural, en el complejo misional y parroquial. Reconocimientos: Reconocida como “Capital Espiritual de las Misiones Jesuíticas del Cono Sur de América” (1996) y por la majestuosidad de sus danzas, se la declara “Capital Folklórica del Beni”, en marzo del año 2000. Se propuso además, a la UNESCO, que su Fiesta Patronal sea declarada “Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad”.Flora y Fauna silvestre: Extensas formaciones boscosas tropicales húmedas, con bosques y pantanos; sabanas húmedas de bosque tropical; arqueología como lomas, camellones, terraplenes, zanjas, lagunas y canales. Variadas especies de animales; cerca de 300 especies de aves; ríos y lagunas con gran número de peces y reptiles.Turismo y equipamiento: Lugares de paseos y lagunas como la “Isireri”; ruinas antiguas y arqueológicas; lomas artificiales; caídas de agua y arroyos, y la riqueza forestal de las Tierras Comunitarias de Origen y comunidades indígenas. Los hoteles, restaurantes, discotecas y comercios varios, la caracterizan como una ciudad con equipamiento turístico. Tiene tres radioemisoras y tres canales de televisión. Existen once Unidades Educativas y los Centros de Salud son cinco (un hospital y postas de salud en diferentes zonas). Vías de acceso: Aérea, en avionetas desde Trinidad en vuelo de 25 minutos. Vía fluvial, desde Trinidad partiendo de Puerto Varador hasta la Isla del Amor, para luego continuar por tierra en un viaje de 8 horas, en tiempo de agua. Vía terrestre, por carretera desde Trinidad (92 Km.) en un viaje de 3 a 4 horas, en tiempo seco.

San Ignacio de Moxos tercera misión jesuítica fundada en estas pródigas llanuras el 1 de noviembre de 1689, con el

nombre de San Ignacio de Loyola. Los fundadores, en su primera

ubicación (1689-1742) fueron los Jesuitas Antonio de Orellana, Juan de Espejo y Álvaro de Mendoza. Ubicado entre los ríos Seveyuni y Sénero a 20 Km. al sur de la ubicación actual.

En 1715 vino de Lima el padre provincial Antonio Garriga, antiguo misionero fundador de la Misión de Exaltación de la Santa Cruz y procedió a delimitar cada misión jesuítica señalando a San Ignacio en el río Moseruna. En época de los jesuitas, San Ignacio perteneció al partido de Las Pampas con San José, San Borja, San Pablo y Reyes, se lo conocía como San Ignacio de Las Pampas.

En 1767 por orden real los jesuitas dejan las misiones y éstas entran en decadencia durante años, abandonadas a su suerte es así que muchas desaparecieron y los templos se fueron deteriorando.

Capital de provinciaPor decreto del 9 de junio de 1856,

después de crearse el Departamento del Beni, San Ignacio pasa a ser capital de la provincia Sécure llamándosele San Ignacio del Sécure. Sus cantones: San José, Santa Ana del Yacuma y Exaltación. Después, esa provincia, por Ley del 22 de octubre de 1894, cambió de nombre a Yacuma, quedando Santa Ana como capital de facto y San Ignacio pasó a la provincia Cercado como capital de tercera sección.

En 1937, por decreto Ley del 27 de diciembre, el presidente Busch creó la provincia Moxos, capital San Ignacio y cantones: San Lorenzo, San Francisco, San Javier y San Antonio de Loras. Finalmente por Ley del 27 de noviembre de 1941 quedó como capital de la provincia Moxos, con cantones: San Lorenzo, San Francisco y varias poblaciones importantes.

La Provincia Moxos tiene una sola sección municipal, cuya extensión geográfica es la misma que la provincia. Su nombre es Municipio de San Ignacio de Moxos y se encuentra ubicado al sur-oeste del departamento del Beni.

Reconocimiento internacional En 1975, durante el primer Festival

Folclórico del Beni, las danzas ignacianas obtuvieron el Primer Premio justificando así el titulo de “Capital Folclórica del

Beni”. Posteriormente, y a iniciativa del Consejero Departamental Prof. Luis Rivero Parada, se declara mediante resolución del Consejo Departamental No. 06/2000 de fecha 30 de marzo del 2000, Capital Folclórica del Beni.

En 1996, comenzó la reconstrucción al genuino estilo jesuítico del templo de San Ignacio y en abril de 1997 fue declarada como “Capital Espiritual de las Ex Misiones Jesuíticas del Cono Sur de América”, por congresistas venidos de Santa Cruz, Chiquitos, Paraguay, Argentina, Brasil, Chile y otros países que tuvieron que ver con misiones jesuíticas.

Composición de su Población Existen 3 territorios indígenas: TIMI

(Territorio Indígena Mojeño Ignaciano), TIM (Territorio Indígena Multiétnico) y TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure). Habitan 5 pueblos originarios: Mojeño Ignaciano, Mojeño Trinitario, Movima, Yuracaré y Tsimané. Se hablan cinco lenguas: Ignaciano, Trinitario, Movima, Yuracaré, Tsimané y castellano.

Potencialidades Ganadería, recursos hídricos,

agroecología, turismo, especialmente el cultural.

FaunaEn San Ignacio, hay animales

especiales: perro del bosque, llamado también lobo de crin o borochi; venado de los pantanos; jaguar o tigre americano y armadillo gigante o pejichi.

Aproximadamente 300 especies de aves, ñandú o piyo; peroquí; águila arpía; tapacaré; tucán, guacamayos o parabas; hoazín o serere de agua; jabirú o bato, cigüeña; garza real. Entre los reptiles la pucarara; anaconda o sicurí y caimán negro, en ríos y lagunas, así como cantidad de peces y bufeos o delfín de agua dulce (Inia boliviensis).

Riqueza Folclórica y atractivos turísticos

Su gran riqueza cultural se expresa en las diferentes m a n i f e s t a c i o n e s folclóricas y culturales apreciadas en tres fiestas principales que son: Semana Santa, Fiesta Patronal del 31 de julio y la Navidad.

Sitios turísticos; lagunas: Isireri, Maguaguariani y San Antonio; Ruinas de Ichasi Awasare o Pueblo Viejo; las de la ex Misión

de San José, casi al pie de la Cordillera; ex Misión de San Luis Gonzaga al margen izquierdo del río Chevejecure; lomas artificiales por toda la provincia, caídas de agua, fauna silvestre y riqueza forestal del TIPNIS y Ruinas arqueológicas en Retiro (antigua cultura Mojeña), Arroyo El Tiyere y Moxitania.

El museo e t n o a r q u e o l ó g i c o , histórico y cultural con 5 áreas temáticas: natural, precolombina, musical, misional y actual; ubicado en el centro parroquial de San Ignacio, la Iglesia forma parte de ellos.

Se puede acampar en el centro piscícola Mausa a pocos Km. del pueblo, con sistema pesque y pague. Otra opción son los senderos naturales a orillas del río Apere en Puerto San Borja, donde se aprecian monos, tucanes, garzas y un sinfín de aves y animales exóticos que viven en la región.

Infraestructura Hoteles, restaurantes,

discotecas y comercios varios. 11 Unidades Educativas.

Un hospital y postas de salud en diferentes zonas.

*Técnica en Gestión Cultural

Síntesis Histórica de San Ignacio de Moxos

Por: Sheila Alpire*

Page 4: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

4

Leyenda Ichasi AwasareEl primer pueblo de

Mojos, se llamaba San Ignacio de Pampa (Wama Imuiji) que

significa Mojos, fue fundado por los padres Antonio de Orellana y Juan de Espejos en el año 1689 a orillas del arroyo Seveyuni.

Un día este pueblo, se vio amenazado por un tremendo peligro, porque en el arroyo llamado (Seveyuni) -que nace y termina en el río Sénero- toda la gente al atardecer, acostumbraba bañarse, lavar ropa y pescar, pero la amenaza sucedió porque la gente ya no volvía a su casa, desaparecía de un momento a otro y nadie sabía por qué.

Un día, una mujer fue a lavar ropa al arroyo mientras su marido se fue al chaco a trabajar. Cuando el hombre regresó a casa al medio día y preguntó a sus hijos dónde estaba su madre, ellos dijeron que se había ido a lavar al arroyo. El hombre esperó a la mujer toda esa tarde y ella no volvía.

Preocupado porque su mujer no volvía, decidió ir a buscarla y grande fue su

sorpresa, porque en el arroyo sólo encontró la ropa para lavar amontonada, de ella ni rastro. Inmediatamente se dio cuenta que algo raro estaba sucediendo con la desapareción de su mujer y de otras personas que fueron al arroyo y no volvieron a sus casas.

Ante el dolor que lo embargaba, un viejito le contó que también había perdido a su mujer en el arroyo, al igual que mucha gente había sufrido la misma desgracia. Esto confirmó su sospecha y ya no le quedaba duda que en ese arroyo había una serpiente muy grande que absorbía a la gente que se acercaba a él.

Con la amargura por haber perdido a su mujer, el hombre por su propia voluntad decide vengarse y enfrentar a la fiera o “Jichi” del arroyo.

Con mirada triste, comenzó a visitar a los vecinos para invitarles a que lo acompañen para matar a la fiera… nadie quiso y no le quedó otra que ir solo. Se prestó varios cuchillos, que tomaría como armas, afilándolos toda la noche, después los envainó y alistó lo

que iba a llevar, acostándose con el pensamiento y la firme decisión de realizar esa arriesgada labor al día siguiente.

Al amanecer se levantó, sacó los cuchillos, los puso en la cintura, llevó una bolsa de “cotensio” para cubrirse la cabeza, y se fue al puerto del arroyo; allí encontró todo en silencio y decidió meterse al agua haciendo ruidos para que aparezca la fiera, pero no se dio cuenta que en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba en el vientre de la serpiente.

El hombre al darse cuenta que estaba en el estómago de la serpiente, desenvainó sus cuchillos y empezó a acuchillar lo que estaba a su alcance, cortando casi todas las partes internas del animal, quien al sentir que estaba pasando algo malo en su vientre, salió del arroyo en busca de refugio.

Cuentan que la inmensa serpiente salió arrastrándose por toda la pampa, mientras la gente del pueblo, seguía la huella que iba dejando cuando se dirigía al norte. Caminaron varios kilómetros y cuando la alcanzaron, la serpiente estaba

muerta, pero para asegurarse, desde una distancia prudente, le dieron un tiro en la cabeza con un arma de fuego. El animal media más o menos un metro de ancho por 12 metros de largo.

De inmediato se acercaron, la volcaron y le abrieron la panza, allí encontraron al valiente hombre que se había atrevido a desafiar a la fiera, él estaba moribundo y con la cabeza toda pelada por la calentura de la panza; le dieron de beber agua y pronunció: “hagan el pueblo acá y abandonen allá”, después dando un suspiro, murió.

Entonces ante esta petición, la gente decidió trasladar el pueblo de San Ignacio al lugar que ocupa actualmente.

Al hueserío de la serpiente le llaman “Yapereji” que ahora es la comunidad de Flores Coloradas; también cuentan que la víbora se dirigía hasta lo que ahora es la laguna Isireri de San Ignacio de Mojos.

*Oficial Mayor de cultura del Gobierno Autónomo Municipal de San Ignacio de Moxos

Por: Miguel Matareco M.*

Page 5: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Edición Especial LA PALABRA DEL BENI

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012 5

A la llegada de los jesuitas a las tierras m o j e ñ a s ,

se encontraron con pueblos sensibles al arte, a la música, a la danza y a expresiones religiosas que nacían de los mismos indígenas.

Precisamente fue el arte lo que ayudó a profundizar en la fe cristiana. Cuentan que los indígenas, muchos años atrás destacaban en el tallado de la madera, las fabricaciones de instrumentos musicales, el cultivo de la música y la forja de la plata.

En las líneas a continuación, hablaremos de la platería del templo jesuítico de San Ignacio de Moxos, tomando en cuenta que el presente artículo está escrito sobre la base de testimonios de diferentes personas: abadesas, abuelos y abuelas, además del relato de don Juan Tube, Sacristán del templo.

Según la tradición oral, se cuenta que la plata fue traída en el siglo XVII desde las minas de Potosí. En ese entonces, el mineral venía desde el occidente, con objeto de ser intercambiado por productos de la región mojeña.

En ese contexto, se comenzó a trabajar la plata en los talleres de la reducción, convirtiéndose -en manos de los talentosos artesanos- en diferentes instrumentos litúrgicos y variados adornos para la Iglesia.

Los abuelos y las abuelas recuerdan que en el templo antiguo, la platería estaba completamente expuesta acicalando todo el altar mayor; asimismo, los instrumentos litúrgicos eran de uso común, no había ningún peligro de robo porque todo el pueblo cuidaba este patrimonio. Pero luego, señala la misma fuente, con la llegada del camino -en la época de los sesenta- cambiaron las cosas, y el templo fue una de

las primeras víctimas del avance de la modernidad, con el hurto de algunas piezas de gran valor.

A raíz de este percance, el párroco de entonces, Estanislao de Marchena, juntamente con el Cabildo Indigenal deciden retirar los objetos de plata a un depósito que pasó a llamarse “Depósito de Platería”. Los i n s t r u m e n t o s litúrgicos y adornos

eran expuestos solamente en las fiestas principales para realzar con gran solemnidad el festejo.

Cuando se restauró el templo actual, el P. Enrique Jordá se preocupó que hubiera un museo donde se exhiba la riqueza religiosa - cultural de las misiones de Moxos, entre ellas la platería.

La catalogación está en proceso, el Cabildo Indigenal sigue siendo el fiel y tenaz guardián de esta herencia; todo mojeño o visitante puede admirar la belleza y el trabajo de nuestros antepasados. Les sugerimos, por tanto, que en su próxima visita a San Ignacio, no dejen de visitar el Museo Misional de Moxos.

La Platería del templo jesuítico de San Ignacio de Moxos

*Escrito por: Jesús Jiménez Guachurne y Franz Bejarano Martínez

Page 6: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

6

Don Javier Vaca, profesor jubilado ignaciano, nos relata que “cuando los

primeros pobladores llegaron a esta zona buscaron las aguadas para establecerse, asentándose cerca de tres de ellas, la del sur llamada la aguada de la ‘Tama’, la otra era ‘Yubaparaqui’ y el ‘Ñarajiguini’, un arroyo que está antes de llegar a la laguna”. Después, continúa diciendo, “con el tiempo, se fue terminando el agua de este arroyo, lo que obligó a la gente, a introducirse más al fondo del curichi inmenso, que hoy es la laguna”.

“Antes de la llegada de los carayanas (blancos), el pueblo era una aldea ‘cañacure’, un caserío indígena que se abastecía de agua de los ‘pauros’ que cavaban en los curichis húmedos cercanos para proveerse de este líquido elemento”, prosigue.

En el desarrollo de su historia, el maestro nos narra que “los habitantes de la aldea ‘Wachere Cure’ (río de peces simbados o wacheres) tenían que caminar más de un kilómetro hasta llegar a los junquillares de un misterioso curichi, para abastecerse de agua, bañarse y aprovechar también para sacar junquillos y fabricar con ellos esteras”.

Al ver que había despertado nuestra atención, Don Javier continúa el relato… “cierto día, una india de la aldea ‘cañacure’ llegó hasta el gran curichal con su pequeño hijo de 9 años llamado ‘lsireri’ (que quiere decir, anguila grande, en lengua mojeña). Llevaba una gran cantidad de ropa para lavar y por esa razón, le llegó la noche en esta faena. Muy preocupada, al ver que las sombras de la noche se le venían encima, llamó a su pequeño hijo para que le ayudara

a recoger las prendas, pero inesperadamente, a su llamado empezó a llegar un mal tiempo con un viento que hacía temblar las ramas de los cosorioses (ceibos), desparramando la ropa tendida encima de los junquillares. La indígena asustada, llamó a grandes voces a su hijo: ¡Isireri!, ¡Isireri!, pero éste contestaba cada vez más despacio, con una vocecita que parecía muy lejana: ¡Meme Chieha!, ¡Meme Chieha! (mamacita, mamacita)”.

“En ese momento, la infeliz mujer vio con creciente angustia y pavor, que el pequeño curichi que rodeaba al pauro, empezaba a crecer y crecer, llenándose de agua el pantano. La desesperada como desconcertada indígena, insistía en el llamado a su hijo, pero al comprobar que éste había sido tragado por el pantano inundado, corrió a su aldea y volvió con los pobladores, que no creyeron lo

que vieron: el pantano se había convertido en una inmensa laguna de aguas cristalinas”.

Cuenta la leyenda, nos dice el profesor, que “Isireri no apareció nunca más y el jefe de la tribu decidió bautizar al lago con el nombre del niño. Desde ese día, Isireri se convirtió en el jichi o espíritu tutelar del cuerpo de agua o actual laguna de San Ignacio, que está unida por un arroyuelo rico en peces de la especie samapi o tucunaré, con la de Mawuasa (laguna del otro pueblo)”.

Complementa su relato don Javier Vaca, manifestando que “los jichis son seres cuidadores de los bosques, los animales y las plantas…, generalmente se los recrea mitad saurio y mitad culebra, y forman parte de la mitología mojeña. No obstante, Isireri parece ser más que un cuento”, argumenta.

La laguna de San Ignacio de Moxos lleva el nombre del niño ‘Isireri’, que según la leyenda fue tragado

por el pantano y convertido en una anaconda.

Leyenda de la laguna Isireri

Page 7: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Edición Especial LA PALABRA DEL BENI

TRINIDAD, martes 31 de julio de 20127

Con todos estos detalles sobre la laguna, nos informaron que en San Ignacio de Moxos se comenta que hace pocas décadas, un grupo de científicos que estudió la laguna Isireri, al revisar su profundidad, recolectó agua fangosa para analizarla y halló una sicurí de ojos brillantes y amarillos que fue cazada y trasladada a la universidad de la capital beniana. Al poco tiempo de lo sucedido, el lago se fue secando y los ignacianos reclamaron que la comitiva devuelva al animal a su hábitat. Tanta fue la presión, que los investigadores cedieron, sobre todo para ver qué pasaba. Grande fue su desconcierto al observar que a la jornada siguiente, el sitio

había recuperado su caudal. Para muchos, esa anaconda era Isireri.

Otra versión de esta historia dicta que el niño volvió a su casa tras haberse perdido. Le contó a su mamá que estuvo en un paraíso y lo habían invitado para quedarse. Para ser aceptado, debía pasar una prueba, que su madre lo encierre en un cuarto oscuro durante toda la noche, y no lo abra pase lo que pase.

Al hacerlo, ella escuchó gritos y no aguantó más, abrió la puerta pero no encontró a Isireri, sino a una sicurí con lágrimas que brotaban de sus ojos. El animal se habría comido al niño, o Isireri se habría

transformado en esta enorme anaconda que después se internó en un agujero del bosque, de donde emergió agua y más agua, hasta que se conformó una laguna, la que en la actualidad precisamente se llama Isireri.

Hoy, en homenaje a esta leyenda que se ha vuelto una tradición en el pueblo ignaciano, Isireri tiene a orillas de la laguna un monumento en el que se lo ve sujetando una enorme víbora.

*Extracto del texto de Enrique Jordá, de Tours Moxos y narración del Prof. Jubilado Javier Vaca.

Page 8: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

8

A orillas del arroyo Seweyuni, a unos 13 km de la actual ciudad, levantaron entre mojeños y misioneros un hermoso templo de tres naves.

Segundo templo (1749 hasta hoy)

En 1749, los mojos ‘ignacianos’ y los misioneros jesuitas, se trasladaron al Nuevo Pueblo, animados por el jesuita P. Bartolomé Bravo (1712-1754.

La primera intención de la población fue levantar un nuevo templo, semejante al primero y pusieron en ello toda su alma.

Templo y espacio parroquial Primer templo

(1689 - 1749), estaban situados sobre un terraplén antiguo de 1,50 metros de altura x unos 200 de largo x 150 metros de ancho.

Se acabó de construir el año 1752.El 1767 Carlos III expulsa a los

jesuitas de las Reducciones. El templo en época de los

diocesanos (1767-1919)Empezamos aquí a recoger

datos del proceso de conservación, reajustes y constantes reformas de este Templo del segundo Pueblo, según cinco Inventarios que se conservan en el Archivo S.J. de la Paz, escritos y firmados en la Época de los Curas Diocesanos del Obispado de Santa Cruz de la Sierra (1767-1917).

En 1785 la Iglesia tiene sesenta y tres varas y tres cuartas de largo,

veinticinco de ancho, veintidós ventanas cada una con cincuenta y seis vidrios, altares tallados y dorados, ocho campanas en la torre que aunque de madera está si concluir”.

El templo en la época franciscana (1919-1984)

El P. Estanislao Marchena, franciscano Menor, párroco de san Ignacio desde 1919 (año de la creación del Vicariato Apostólico del Beni), hasta 1943, concretó un proyecto de reforma del templo, a base de bajar el antiguo atrio -seguramente ya muy deteriorado- y colocar a una distancia de 4.5 metros delante del frontis del templo, una gruesa fachada postiza, de estilo neoclásico, con dos altas torres (que nunca se construyeron).

El templo en la nueva época jesuítica (desde 1984)

En 1984 el P. Enrique Jordá y Jorge Sicart, jesuitas, llegados en abril de 1984, recalzaron los cimientos de las paredes de grandes adobes del templo (cada adobe medía 1.40 metros), repusieron en dos ocasiones 200 m2 de techo, por efecto de dos fuertes vientos huracanados que arrancaban montones de calaminas.

Preparativos para la restauraciónHans Roth aparecía por Mojos de

vez en cuando, preocupado por la suerte del templo.

Y ya 1990, obtenida la aceptación del Obispo del Beni Mons. Julio María

Elías y de los superiores jesuitas en Bolivia, y calculados una serie de posibles aportes económicos externos, se pidió el apoyo oficial de los restauradores de los 7 Templos de Chiquitos, el arquitecto Hans Roth y el especialista en caminos-canales-puertos Joseph (Sepp) Herzog, posteriormente quien quedó a cargo fue el arquitecto Juan Carlos Ruiz junto a ‘Sepp’.

La declaración de concepción (14 de agosto 1994)

Se suscribe la Declaración en vistas a intereses comunes y intereses de los diversos estamentos firmantes: se consignan varios compromisos concretos:

1. Conclusión de los planos del Templo de San Ignacio de Moxos, a cargo de CORDEBENI.2. Presupuesto económico del Templo, a cargo de Arquitectos de Santa Cruz.3. Búsqueda de financiamiento internacional, a cargo del Párroco de San Ignacio, apoyado por los Obispos de Ñuflo de Chávez y del Beni.4. Promover una semana de concientización en San Ignacio. Habrá conferencias destinadas al gran público, con proyección de pasos dados en la restauración de templos de Chiquitos.

Día de la concientización del pueblo ignaciano (01 noviembre 1994)

El 01 de noviembre del mismo

1994, el Pueblo, San Ignacio se vistió de fiesta para celebrar el ‘Día de la concientización del Pueblo ignaciano’, y, simbólicamente ya, el inicio oficial de la Restauración del templo local.

Levantamiento de plano del templo

Planta general del Templo con sus dimensiones en aquel momento, incluidos retablos, naves, aleros, sacristía y atrio. Cortes dando alturas tanto de la nave central como de las laterales, ventanales y aleros.

Reajuste del espacio misionalSepp estudió muy bien el conjunto

de edificios y espacios libres existentes en el momento de su llegada, y los confirió con Hans Roth.

Inicio oficial de la restauración (07 enero 1995)

Para el 1º de enero de 1995, ya todo estaba bien encaminado para iniciar la restauración. Y el 7 de enero el flamante equipo de jóvenes trabajadores ya iniciado en la mística de su cometido, con Sepp Herzog y el párroco Enrique Jordá, inauguraron el trabajo de Restauración, con una Eucaristía.

Sentido de la intervenciónLa Restauración material del

templo supuso una restauración y renovación humana, espiritual, festiva de un Pueblo que define sus raíces a partir de una memoria–identidad autodeterminación de experiencia político-cristiana y cultural-espiritual que le dio origen, al reunirse tantas nacionalidades originarias alrededor de un impresionante Templo que construye primero en Pueblo Viejo y luego en el Pueblo actual, y que reconstruye al menos cinco veces y ahora se anima a esta nueva epopeya a partir de 1995.

Manos a la obraInicio oficial de la restauración (07

enero 1995)Derribo de la fachada sobreañadida

en el siglo XX.Excavaciones arqueológicas de

1995, y hallazgo de restos de columnas antiguas.

Recuperación del atrio antiguo de doce horcones.

Un OaUn Oasis en la

Page 9: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Edición Especial LA PALABRA DEL BENI

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012 9

El templo Misional de San Ignacio de Mojos

Amazonia Boliviana

RestauraciónA San Ignacio, lo fundaron los abuelos

y abuelas ignacianos procedentes de 3 etnias, el año 1689, tres leguas al sur del pueblo actual, ahí vivieron 60 años. Con gran ilusión, levantaron un primer templo de tres naves lleno de esplendor, animados por los misioneros Antonio de Orellana, Juan de Espejo y Álvaro de Mendoza, de la Compañía de Jesús.

Diversas circunstancias, llevaron a los ignacianos en 1749 a trasladar San Ignacio al emplazamiento actual, a un terraplén cerca de la laguna Isireri. Lo primero que idearon y en lo que trabajaron todos, fue la construcción del templo histórico de San Ignacio, obra acabada el año 1751, siendo animadores los misioneros Claudio José Fernández, Tomás Arias y Bartolomé Bravo, quien murió en 1754. Los otros dos salieron prisioneros desde la casa parroquial en 1767, a los 18 años del traslado del pueblo, por orden de expulsión del Rey Carlos III de España, contra los jesuitas de su Imperio.

En estos siglos, se hicieron reparaciones y cambios en la

cantidad de puertas y ventanas del edificio, sobre todo en la época de los curas diocesanos cuando pertenecía Mojos a la diócesis de Santa Cruz. Airán Baqueros, último párroco ignaciano, al menos durante 30 años (1888 - 1918), salvó de caer sobre sí mismo al templo en 1895, conservando así este gran patrimonio. Pero la restauración más grande es mérito del primer misionero del recién creado Vicariato Apostólico del Beni, Estanislao de Marchena, párroco de San Ignacio unos 24 años (1919 -1943), quien organizó la restauración de las paredes con adobe antiguo y puso la fachada neoclásica del templo.

Desde abril de 1984, el Obispo Franciscano del Beni, Carlos Anasagasti, encargó la atención pastoral de San Ignacio a la Compañía de Jesús, cuando el templo ya empezaba a dar síntomas de mal estado con inclinación en sus columnas y paredes hacia el lado que da a la avenida Montes. Se calculó que en dos años se venía abajo este edificio histórico.

Coincidentemente, ya se venía un ofrecimiento de los restauradores de los templos de Chiquitos. Pero para lanzarse a este trabajo, se debía contar con fuertes fondos económicos y recuperar también, su antiguo estilo colonial, cambiado por una fachada estilo neoclásico.

EI 1ro. de octubre de 1995, toda la población unánimemente, tomó la decisión de realizar la restauración del conjunto misional (templo y patio parroquial), acordando junto a las autoridades políticas y cívicas locales y del departamento del Beni, las autoridades eclesiales de Santa Cruz, Ñuflo de Chávez y el Obispo del Beni, Mons. Julio María Elías, presidente nato del Concejo de Restauración de San Ignacio.

Después, el gran atrio de 12 columnas volvió a formar parte de la actividad religiosa más genuinamente Ignaciana, realizando ahí todas las actividades y danzas culturales ignacianas.

Ahora que se acabó esta difícil restauración, el entorno histórico misional tiene cara nueva y a la vez antigua, trayendo “alegrías y desafíos” para la comunidad cristiana ignaciana.

La “Alegría” es haber salvado el último templo histórico misional de Mojos que sigue en pie y con nuevo esplendor, como homenaje a los abuelos y abuelas de los 31 pueblos misionales de los siglos XVII - XVIII de la Misiones Jesuíticas de Mojos. También va el agradecimiento infinito a tantas personas voluntarias que colaboraron esos ocho años con dinero, reses y materiales; el Multiétnico con 30 árboles; algunas familias con apoyos periódicos sostenidos a lo largo de los ocho años. Igual agradecimiento a los jesuitas de Suiza y su procura

de Misiones que nos colaboran sin interrupción y gran generosidad.

Después las “preocupaciones” por poder contar con dinero en la casa parroquial y administrar lo que llegaba para la restauración, a base de llamar puertas, en estos ocho años de trabajo. Continúa nuestra “preocupación” por tener que vivir ahora en una especie de palacio de lujo, cuando el mayor deseo sería habitar una sencilla casa del pueblo. Después otra “preocupación” por el mantenimiento continuo de los edificios, museo, retablo, archivo musical, lo que va a suponer una colaboración sostenida de la comunidad cató1ica en el tiempo. Por último, la “preocupación” sobre el resquebrajamiento de la unidad católica de abuelos y abuelas, por el nacimiento de otras denominaciones cristianas en la ciudad.

Director-Coordinador de la Restauración: Joseph (Sepp) Herzog especialista en caminos-canales-puertos.Arquitectos: Hans Roth y Juan Carlos Ruiz. Albañiles: Manuel Álvarez, Zenón Ichu, Reynaldo Masapaija, Jorge Nuni, Eloy Teco, (Óscar Noe)Mecánicos: Ángel ChappySoldadores: Ángel Nolvani (Ángel Chappy)Electricistas: Jesús TecoCarpintero-evanista: Luis Antonio DíezPulidores de madera y columnas: Bartolo Émata, Andrés Nolvani pulió 18 columnas), (Luis Antonio Díez)Talladores: Oscar Noe, (Luis Antonio Díez, Reynaldo Masapaija, Ernesto Sucubono)Doradores del retablo y otros: Bartolo Vela, (Luis Antonio Díez, Óscar Noe)Chancadores de ladrillo: (Eloy Teco, Andrés Nolvani)Lavadores de arena: Agustín TicoAyudantes: Wilfredo Ayala, José Cuéllar, Alejandro Nolvani, Antonio Sucubono, Juan Carlos Yuco.

EQUIPO RESTAURADOR

Por: Enrique Jordá de Arias S.J.

Page 10: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

10

Un tallador y escultor mojeño

Don Pablo Bazán Yaka, tallador mojeño, es un hombre sencillo natural de

San Ignacio de Moxos, que nació un 1º de julio de 1938, hijo de Leoncio Bazán y Susana Yaka.

Desde pequeño, tenía cierta

inclinación por los trabajos en madera y como en su pueblo abundaba este material, era fácil hacer el objeto que él o cualquier persona quisiese.

Cuando tenía 8 años, el profesor de curso pide a los alumnos que

lleven madera de ‘perea’ para hacer unas máscaras con las que debían bailar en la fiesta; sin saber cómo las harían, la mayoría de los niños cumplió el pedido del profesor.

Cuenta Don Pablo que lo primero que se le ocurrió, fue hacer una mascarita de perro, - “no se si me

salió bien, pero ya la había h e c h o ” , con esa

máscara tenía que bailar y fruto de ello, se ganó el apodo de perro; mote, que todavía utiliza algún amigo de esa época.

En aquel tiempo, en San Ignacio no era difícil encontrar madera; niños y jóvenes podían ir al monte cercano y cortar lo que querían para dar rienda suelta a su creatividad.

Don Pablo relata que él iba a traer maderas livianas como cáscaras de ‘cedrillo’ y ‘perea’ para hacer en tamaños pequeñitos, canoas, gavetas, ruedas para carretones, hasta que un buen día se animó e hizo una parada de trapiches.

A la edad de 13 años quedó huérfano de padre y madre. A partir de ese momento su vida cambió totalmente, estuvo por varios lugares, Trinidad, Guayaramerín, Puerto Rico (Pando) donde prestó su servicio militar y en Porto Belo (Brasil); hasta que un día se encontró con Don Flavio Cabao que lo llevó al ‘collao’ -como dice- y fue así que inició su vida de tallador.

Flavio Cabao se dedicaba a la construcción y a todo tipo de obras. Un día, le dice a Pablo que dibuje las figuras para los tableros de la puerta de una iglesia que estaban en mal estado; según cuenta, ese sería el momento que marca el inicio de su vida de tallador; con Cabao también aprendió a construir edificios, lo que ahora le sirve para hacer estatuas.

Vuelve a su pueblo cuando tenía aproximadamente 25 años y le da pena ver, que en la iglesia de San Ignacio, los santos estaban carcomidos y ‘semipodridos’ y él los restaura; el Niño de Ramos estaba en mal estado, ya no tenía arreglo, así que buscó madera e hizo otro nuevo, realizando el primer trabajo en su pueblo.

Fue elegido Corregidor y se comprometió hacer las máscaras de todas las danzas utilizadas en la fiesta, fue un trabajo arduo porque restauraron

casi todas y completaron las que faltaban.

Ya casado y con hijos, por el año 1986, es invitado

a venir a Trinidad a trabajar en CIDDEBENI, en esta institución hacía máscaras y trabajaba con arcilla, hasta que un día lo retiraron y comenzó a trabajar solo.

hacer unas máscaras con las que debían bailar en la fiesta; sin saber cómo las harían, la mayoría de los niños cumplió el pedido del profesor.

Cuenta Don Pablo que lo primero que se le ocurrió, fue hacer una mascarita de perro, - “no se si me

salió bien, pero ya la había h e c h o ” , con esa

cercano y cortar lo que querían para dar rienda suelta a su creatividad.

Don Pablo relata que él iba a traer maderas livianas como cáscaras de ‘cedrillo’ y ‘perea’ para hacer en tamaños pequeñitos, canoas, gavetas, ruedas para carretones, hasta que un buen día se animó e hizo una parada de trapiches.

A la edad de 13 años quedó huérfano de padre y madre. A partir de ese momento su vida cambió totalmente, estuvo por varios lugares, Trinidad, Guayaramerín, Puerto Rico (Pando) donde prestó su servicio militar y en Porto Belo (Brasil); hasta que un día se encontró con Don Flavio Cabao que lo llevó al ‘collao’ -como dice- y fue así que inició su vida de tallador.

Flavio Cabao se dedicaba a la construcción y a todo tipo de obras. Un día, le dice a Pablo que dibuje las figuras para los tableros de la puerta de una iglesia que estaban en mal estado; según cuenta, ese sería el momento que marca el inicio de su vida de tallador; con Cabao también aprendió a construir edificios, lo que ahora le sirve para hacer estatuas.

Vuelve a su pueblo cuando tenía aproximadamente 25 años y le da pena ver, que en la iglesia de San Ignacio, los santos estaban carcomidos y ‘semipodridos’ y él los restaura; el Niño de Ramos estaba en mal estado, ya no tenía arreglo, así que buscó madera e hizo otro nuevo, realizando el primer trabajo en su pueblo.

Fue elegido Corregidor y se comprometió hacer las máscaras de todas las danzas utilizadas en la fiesta, fue un trabajo arduo porque restauraron

casi todas y completaron las que faltaban.

hijos, por el año

Entre sus principales obras, está el monumento a Isireri en la laguna de San Ignacio de Moxos, así como varios Santos en las parroquias de la Santa Cruz y San Pedro.

Algunos de los trabajos realizados

En San Ignacio de Moxos: Niño de Ramos en la Iglesia, monumento a Isireri, en la laguna del mismo nombre, monumento al Soldado Desconocido. En Trinidad, en la Parroquia de la Santa Cruz: Sagrario, Niño de Ramos, Jesús Nazareno, San José, San Juan y varios trabajos de refacción a los muralesParroquia la Catedral: Un Cristo de madera, candeleros de madera, restauración de la Cruz Jesuítica, en el frontis de la Catedral.Parroquia de San Pedro Nuevo: los capitelesPuerto Almacén: Monumento a Antonio Vaca Díez.Finalmente, ha realizado muchos trabajos como los murales de cemento en casa del Dr. Mario Justiniano de zona el Carmen, tallados en madera que adornan hogares de Trinidad, Estados Unidos y España. Lo último que ha hecho, es el tallado de 10 horcones de tajibo con sus respectivos capiteles para don Chichito Vaca.

Page 11: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

Edición Especial LA PALABRA DEL BENI

TRINIDAD, martes 31 de julio de 2012 11

La capital folclórica del Beni y Patrimonio Histórico y Cultural de Moxos está celebrando CCCXXIII aniversario de fundación de San Ignacio.

Como representante de la provincia Moxos y Presidente de la Asamblea Legislativa Departamental del Beni, hago llegar mis más cordiales felicitaciones a toda la población moxeña.

Esperando que esta ocasión sea propicia para dar a conocer la riqueza e identidad cultural que nos caracteriza.

El progreso del Beni y el proceso de cambio, es de todos y para todos y ustedes son parte de ello… desde este Órgano Legislativo está el compromiso de seguir trabajando para el desarrollo de nuestro Departamento, convencido que la unión y el apoyo de todos fortalecerá nuestro trabajo.

Que viva la Ichapekene Piesta....

Salutación

Dr. Alex Ferrier AbidarPRESIDENTE DE LA ASAMBLEA LEGISLATIVA DPTAL. BENI

Los hermanitos ESTIGARRIBIA VILLAR desean una Feliz Fiesta Patronal y que el Santo San Ignacio de Loyola nos colme de muchas bendiciones.

Salutación en los 323 años de la ICHAPEKENE VIJAREMU´U INASIANUANA

Hamburguesa de carne

VIURI SAMURE TE ICHAPEKENE VIJAREMU´U

INASIANUANA.NASIO, NASIO

CortesTintesRayitosPeinados y maquillajes p/ todo acontecimiento social

De. Juanita SucubonoPedicure Limpieza de cutisBaños de cremaMaquillajes con diseñosReflejos

Rinde su homenaje a San Ignacio de Moxos en sus 323 años de fundación.

Los espera con:Habitaciones dobles, triplesCon cuatro y cinco camasCon baño privado y comúnTv

Alojamiento San Martín

En San Ignacio de Moxos

TvSaluda a San Ignacio de Moxos en sus 323 años de fundación.

san Ignacio de moxos, 31 de julio de 2012 Telf. 482-2199

Los espera con:Habitaciones dobles, triplesCon cuatro y cinco camasHabitaciones dobles, triples

Con baño privado y comúnCon cuatro y cinco camas

TvTvSaluda a San Ignacio de Moxos

Con baño privado y común

Felicita a San Ignacio de Moxos

en su 323 aniversariosan Ignacio de moxos, 31 de julio de 2012san Ignacio de moxos, 31 de julio de 2012

san Ignacio de moxos, 31 de julio de 2012

Page 12: Edición Especial, 31 de Julio de 2012

LA PALABRA DEL BENI Edición Especial

TRINIDAD, martes 31 de julio de 201212