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AUCAR, la isla de las almas navegantes GALPON DE ESQUILA HUMEDAL DE MANTAGUA ENERO 2016

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2016, una nueva oportunidad, un nuevo comienzo, una nueva chance para iniciar o continuar con nuevas ideas, nuevos sueños. A veces dicen que los sueños se deben abandonar si es que después de algunos pocos intentos no resultan, puede ser una suerte de suspicacia pero ciertamente no lo es. Cuando se enfrentan nuevos desafíos, el corazón parece paralizarse y la inseguridad nos invade, claro para muchas personas es mucho más cómodo mantenerse en la zona segura de lo que ya es conocido. Revista BIOMA es para quienes son visionarios, para los que ven en cada comienzo una oportunidad para mejorar y por que no decirlo, cambiar. A pesar del mal que le hemos hecho al planeta, el daño irreparable a los ecosistemas y sus componentes biológicos, podemos luchar aún para trabajar por una nueva humanidad, una más consciente de su realidad, de su entorno, capaz de evolucionar en pos de la verdadera sustentabilidad, aquella que sabiamente aplican los animales en sus hábitats naturales.

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AUCAR, la isla de las almas navegantes

GALPON DE ESQUILAHUMEDAL DE MANTAGUA

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Hombre y Naturaleza

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2406AUCAR, la isla de almas navegantes.

En una fría mañana nos dirigimos hacia el terminal de buses de Puerto Montt, el día se ve prometedor, pero en tanto nos alejamos, las nubes comienzan a ocupar el paisaje. Vamos a la isla de Chiloé...

Galpón de esquila, de 1957A sólo unos metros de un ríachuelo en la basta isla de Tierra del Fuego, encontramos abandonado pero aún bien conservado un galpón de esquila de ovejas, que databa del año 1957 y hoy nos es más que un legado del pasado...

42El Pulso de la Naturaleza...Un Abrazo MortalComo si se tratara de un viejo y magullado trozo de cordel que alguien dejó tirado en el camino, los restos de una culebra de mediano tamaño permanecían inertes, generando una incógnita sobre los acontecimientos que la llevaron a ese abrupto final...60

Humedal de MantaguaLos humedales son extensiones de agua de régimen natural o artificial, estancadas o corrientes, dulces o saladas, caracterizadas por su alta riqueza en propiedades naturales, aguas subterráneas...

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Editorial2016, una nueva oportunidad, un nuevo comienzo, una nueva chance para iniciar o continuar con nuevas ideas, nuevos sueños.A veces dicen que los sueños se deben abandonar si es que después de algunos pocos intentos no resultan, puede ser una suerte de suspicacia pero ciertamente no lo es.Cuando se enfrentan nuevos desafíos, el corazón parece paralizarse y la inseguridad nos invade, claro para muchas personas es mucho más cómodo mantenerse en la zona segura de lo que ya es conocido.Revista BIOMA es para quienes son visionarios, para los que ven en cada comienzo una oportunidad para mejorar y por que no decirlo, cambiar.A pesar del mal que le hemos hecho al planeta, el daño irreparable a los ecosistemas y sus componentes biológicos, podemos luchar aún para trabajar por una nueva humanidad, una más conciente de su realidad, de su entorno, capaz de evolucionar en pos de la verdadera sustentabilidad, aquella que sabiamente aplican los animales en sus hábitats naturales.Esperamos que estas no sean palabras al viento, que se lean en una revista

como la nuestra, sino más bien sea un mensaje que se marque a fuego en nuestras conciencias, en nuestro quehacer diario, ese que es el real factor que aleja a todos del sueño de un planeta más limpio, más protegido de nuestras demandas, el sueño de ser una especie no depredadora sino que coexista en simbiosis con el medio ambiente.Una civilización sabia y contemplativa, una que apunte a un futuro más imperecedero, más optimista…Un futuro de exploración, de descubrimiento, de conservación. “Nunca se es demasiado viejo para establecer un nuevo objetivo, o para soñar un nuevo sueño…”

Un gran abrazo a todos

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n una fría mañana nos dirigimos hacia el terminal de buses de Puerto Montt, el día se ve prometedor, pero en tanto nos alejamos, las nubes comienzan a ocupar el paisaje. Vamos a la isla de Chiloé, cuna de tantas y tan variadas leyendas, de las cuales una nos llegó casi por casualidad, una tierra mágica de verdes praderas, que a veces nos hace pensar que nos desplazamos por las tierras altas de Escocia o Inglaterra, con sus Celtas y castillos abandonados.En un libro, de esos que hace años fue importante y valioso y que hoy está olvidado en una caja, leímos una reseña de un poeta chileno, que decía haber nacido en Chiloé.Luego del rutinario cruce por el canal de Chacao, decimos rutinario para quienes lo hacen a diario, pero para nosotros y muchas personas más estamos seguros que tiene algo de romántico y entretenido, como una mini aventura y con el olvidado libro en la mano. Tras tres horas de viaje llegamos al solitario cruce de Degañ, que está a veintidós kilómetros de Quemchi y treinta de Ancud, es ahí donde esperamos un minibus que recorrió el paisaje adornado por suaves colinas y depresiones para llegar finalmente a un pequeño puerto.Hablamos de Quemchi, lugar que hacía referencia el libro, y así era, aquí había nacido Francisco Coloane en el lejano 1910, el poeta de narrativa sencilla y de aspecto humilde, que de alguna misteriosa forma nos introdujo en lo que… por que no decirlo… uno de sus relatos.

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Entre la incesante lluvia chilota que parece una cortina que se mece al son del viento, a lo lejos aparece una figura que despierta inmediatamente nuestro interés, un puente de madera que se extiende por casi seiscientos metros desde la orilla de la Isla Grande a un montículo de tierra, que llaman Isla Aucar, que nuestro permio nacional de literatura la llamó la “isla de las almas navegantes”.Cautivados por su penumbrosa silueta de vetustos árboles y sus afiladas copas caminamos por el largo puente construido sólo de maderas nativas, la lluvia se apiada de nuestras cámaras y comienza a darnos pequeñas treguas, sólo para apreciar al final de la rígida perspectiva del puente, ésta pequeña isla alargada de no más de seiscientos metros de diámetro, coronada por estirados árboles.Un profundo silencio embarga el aliento al caminar por su suelo atiborrado de hojas mojadas, que evidentemente convierte a este lugar en un rico mini ecosistema para la flora nativa.Más allá el antiguo cementerio, que inspiró a Coloane a darle el lúgubre apodo, es iluminado por un amarillo haz de luz, las cruces se asoman con esfuerzo entre la pujante vitalidad de la vegetación que parece querer devorarlas para llevarlas tan profundo como sea posible.

Con calma, vemos al caminar por la pequeña isla que la vegetación es más bien un jardín botánico mixto, compuesto por Chilcos, Canelos, Lumas, Tepú, Olivillos entre otros.En el centro hay una larga pradera, donde en un extremo estaba la iglesia que databa de 1761, que fue destruida por el gran terremoto del 1960, pero sobre ella más tarde se construyó otra capilla, que hoy está desarmada por que se proyecta reconstruir una nueva que conservará el aspecto de la original.La isla de las almas navegantes, tiene en sus sombras y luces un misterioso encanto que hoy la conforma, los Tiuques que se posan en las altas ramas, parecen ser testigos de algo que esta más allá de la concepción humana, ¿será que bastó con que Coloane la llamara así, para convertirla en mágica? o ¿es que realmente las almas han hecho de la isla una puerta hacia mundos australes desconocidos?.La verdad, es que no hay como saberlo, pero es realmente un maravilloso escenario para descubrir, el sólo hecho de ser pequeño un grano de arena en una inmensa playa de historias, que emerge por sí sola para tener su propio rol en las narrativas en torno a un mate, ya es más que suficiente para sentarse en el suelo de esta isla y contemplar en silencio su magnífica existencia.

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sólo unos metros de un riachuelo en la basta isla de Tierra del Fuego, encontramos abandonado pero aún bien conservado galpón de esquila de ovejas, que data del año 1957 y hoy nos es más que un legado del pasado, el cual sólo ve la proliferación de líquenes en sus paredes y ventanas, bajo el profundo silencio característico de estas australes tierras.A pesar de ser la ganadería una actividad económica pujante y muy tradicional de esta zona, la esquila de la oveja lanera tiene muchas páginas escritas en la historia de la Patagonia por su invasividad, la producción de lana fue un negocio muy lucrativo en sus inicios, que si bien aún lo es ya no es necesariamente el pilar de la existencia sin embargo permite ser un ancla económica para la permanencia de familias estancieras en un territorio que demanda mucho tezón y sacrificio para vivir en él.La historia de los primeros estancieros en Tierra del Fuego está tan relacionada con la desaparción de los Selk´nam, que no se puede pensar en las ovejas sin pensar en la triste historia de este grupo étnico extinto, como lo percibimos de cierta forma en esta roida edificación en la que nos encontramos, que de algún modo fue testigo silencioso de

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la explosiva llegada de la ganadería, que empujó en parte a la modificación paulatina del paisaje, practicamente en todo sentido y no sólo en este sitio, sino practicamente en todo Tierra del Fuego y la gran Patagonia. Las especies silvestres y nativas como los Guanacos, por ejemplo, debieron ceder sus areas de pastoreo al ganado ovino que arribaba masivamente y que se multiplicaba exponencialmente cada año tanto como las alambradas que separaban las estancias unas de otras, limitando a estos animales de la familia de los dromedarios a reducidas zonas de mayor altura y más expuesta a la depredación natural del Puma.Así mismo, los últimos Serlk´nam ya sin Guanacos para sostener a sus familias, se vieron obligados a cazar ovejas para sobrevivir, desconociendo por cierto, las devastadoras consecuencias de esos actos de “pillaje” que claro está, no fueron del agrado de los estancieros que comenzaron dar muerte a los “salvajes”, y los que escapaban de las balas huyendo del hombre blanco, comenzaron a invadir los territorios de otros grupos de su misma étnia, lo que terminó en cruentas batallas territoriales entre sí, a lo que se añadieron las enfermedades que contraían gracias a los evangelizadores que intentaron ignorantemente ayudarlos, terminando por acabar con cientos de años de una étnia tan especial como su intima relación con la tierra.

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En tanto, las ovejas continuaron creciendo en número, lo que hasta hoy desde la lejanía se pueden apreciar en las interminables estepas… miles de cabezas de ganado ovino, reemplazando a lo que imaginamos debió ser una hermosa escena para los Selk’nam…Cientos de Guanacos pastando plácidamente y en un apartado rincón ellos cazando con arcos y flechas para alimentar a sus familias.Son muchas las historias que la centenaria ganadería en Tierra del Fuego a labrado en la vida austral y en la memoria de nuestro país.Al caminar por estas solitarias praderas, con este artilugio de la época alzado en silencio como un mausoleo en honor a una tierra que alojó familias étnicas y una fauna salvaje numerosa, nos damos cuenta que es sin duda alguna un exaltador de las emosiones, un enunciador del pasado, abandonado a merced del frío de este austral suelo, y que nos cuenta en blanco y negro la historia del hombre blanco que llega a colonizar tierras puras para enriquecer sus ambiciones en desmedro de lo silvestre, de lo que habia estado antes desde siempre.

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Transmit id la cultura a t odo e l mundo, sin dist incion de razas ni de categor ias.

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Los humedales son extensiones de agua de régimen natural o artificial, estancadas o corrientes, dulces o saladas, caracterizadas por su alta riqueza en propiedades naturales, aguas subterráneas, componentes de los suelos y encuentro de hábitats, siendo de esta forma, sitios ideales e importantes para el albergue y la coexistencia de numerosas especies. La confinación, la escasa profundidad y la exposición al sol favorecen el desarrollo de una vegetación densa que sirve de sitio de nidificación segura y alimento para muchas especies. Nuestro país posee cientos de zonas que responden al concepto de un humedal. En Chile tenemos 9 humedales que son parte de la Convención Ramsar (Irán, 1971, ratificada por Chile en 1981), identificados como ecosistemas únicos que es preciso estudiar y preservar. Los humedales son vitales para la supervivencia humana, son la cuna de una magna diversidad biológica, funcionan como suministros de agua dulce, recargas de aguas subterráneas, otorgan materiales de construcción, medicamentos y ayudan a la mitigación del cambio climático, entre algunos aspectos relevantes. Sin embargo, el hombre ciego ante su vida, aún piensa que su existencia solo depende de él, haciendo vista gorda ante el cambio climático, las sequías, las inundaciones, la continua perdida de especies, provocando un desequilibrio en el medio ambiente y en el ciclo de la vida. Siendo el humano el protagonista y el fiel servidor de su propia destrucción y extinción.El Humedal de Mantagua en la localidad de Ritoque conformado

por una laguna costera y un estuario, alberga más de 70 especies de aves residentes y migratorias. Las especies migratorias fundamentalmente provienen del hemisferio norte, en especial de los Estados Unidos y Canadá, sobre todo en primavera. En este humedal podemos encontrar tres tipos de habitat, el Espejo de agua que básicamente es la laguna, una cobertura acuática vegetal que sirve de alimento y de lugar de nidificación para especies como el Pidén (Pardirallus sanguinolentus), Huala (Podiceps major major), Blanquillo (Podiceps occipitalis occipitalis) y una numerosa familia de Patos y Taguas.El segundo lugar es el Pajonal, de vegetación densa, resistente y segura para la nidificación de aves residentes como es el Jote de cabeza colorada (Cathartes aura), la Garza grande (Ardea alba), el Queltehue (Vanellus chilensis), la Becacina (Gallinago paraguaiae) y el Colegial del norte (Lessonia oreas), entre otras especies. Como también sirve para proveer alimento y sitios de descanso a las aves migratorias y accidentales. En último lugar tendríamos la Desembocadura, el estuario como se le conoce en Geografía, el brazo que conecta la laguna con el borde costero, donde surge el intercambio de aguas dulces y saladas, favoreciendo en muchos casos al enriquecimiento de los suelos, y en consecuencia, una alta productividad biológica. Aquí podemos encontrar a la Gaviota garuma (Leucophaeus modestus), a la Gaviota dominicana (Larus dominicanus), al Zarapito trinador (Numenius phaeopus), al Pelicano peruano (Pelecanus thagus),

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al Perrito (Himantopus mexicanus melanurus), al Pilpilén (Haematopus palliatus palliatus) y a Playeros, Chorlos y otras gaviotas. Contiguo al humedal encontramos las Dunas de Ritoque y una gran comunidad de bosques esclerófilos y espinales tales como el peumo (Cryptocarya alba), el boldo (Peumus boldus), el molle (Schinus latifolius), el bollén (Kageneckia oblonga), el algarrobo (Prosopis chilensis) y el espino (Acacia caven), vegetación importantísima que constituye una zona de gran interés ecológico. Camino hacia el humedal tuve que pasar por toda esta comunidad vegetal, siendo una gran sorpresa toparme de golpe, frente a mi cara -literalmente- con un ejemplar de Araña magallanica (Molinaranea magellanica), una extraña especie de la cual no existe mucha literatura al respecto.Es costumbre en las arañas que la hembra sea dominante sobre el macho, y en este caso no era la excepción como pueden apreciar en la imagen. Esta bellísima especie posee un singular diseño en su espalda -como una mascara- dando la impresión de que fuese una manera efectiva de atraer huéspedes; en posición invertida (boca abajo) como suelen hacerlo muchas arañas, haciendo creer que están dormidas, evitando el contacto visual directo.No olvidemos nunca la importancia vital del agua como fuente de vida perpetua y el gran papel que cumplen los humedales, evitando inundaciones, sequías y funcionando como filtros de contaminantes del medio ambiente mediante la absorción del exceso de

nutrientes y su disolución progresiva. Como lugares de hospedaje de especies, potenciales sitios de actividades turísticas, educativas y recreativas, y excelentes espacios de numerosos tipos de cultivos vegetales y experimentales cultivos animales, como moluscos bivalvos gracias a un debido intercambio de fluidos marítimos. La conservación y el manejo de los humedales toman real importancia como corredores biológicos y aportan un distinguido flujo energético entre distintos ecosistemas logrando una gran escala de biodiversidad.DescripcionesPajonal-Jote de Cabeza Colorada. Ave residente de gran tamaño, carroñero, característico por su colorada cabeza descubierta. Usualmente se le ve en las alturas, planeando o en silenciosa observación. Presente mayormente en primavera y otoño.-Garza Grande. Ave gregaria, residente de gran tamaño. Se alimenta de sapos, camarones y peces pequeños que captura en las aguas bajas de lagunas y esteros. Presente durante todo el año.-Colegial del Norte. Ave residente de tamaño pequeño, esencialmente terrestre que camina y corre en busca de su alimento tales como insectos y larvas en tierras bajas y lugares pantanosos. Presente durante todo el año.Espejo de Agua-Pidén. Ave residente de tamaño medio que se alimenta de insectos, larvas y lombrices en zonas pantanosas y riberas. Característico por su pico verde azulado y patas rojizas. Presente

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mayormente en verano y otoño.-Rara. Su presencia es bastante inusual, por lo que podríamos llamarla accidental. Frente y pecho rojizo en el macho y pardo grisáceo en las hembras, cuerpo pardo rayado de negro y ojos rojos. Se alimenta de hierbas, hojas y frutas, y las crias exclusivamente con insectos.Desembocadura-Pelicano Peruano. Ave residente de exuberante tamaño. Muy común en los sitios costeros. Se alimenta de peces. Presente mayormente en primavera y verano.-Gaviota Dominicana. Ave residente de tamaño medio. Omnívora, que se alimenta de peces, mariscos y crustáceos. De pico amarillo anaranjado, plumaje blanco con negro. Presente durante todo el año. -Gaviota Garuma. Ave residente, migrante norteña de tamaño medio. De plumaje gris, y blanco en tiempos de reposo. Su alimentación principalmente es de pulgón de mar y ocasionalmente peces y poliquetos. Presente durante todo el año.-Zarapito Trinador. Ave residente, migrante boreal de tamaño medio. De color pardo oscuro y manchas claras, caracterizado por su pico curvado. Se alimenta de crustáceos y gusanos. Presente durante todo el año.

Textos y fotografías: Gustavo BecerraPara Revista BIOMA 2016

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“El Hombre puede medir el valor de su propia alma en la mirada agradecida que le dirija un animal

al cual ha socorrido”P laton

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Un Abrazo Mortal Como si se tratara de un viejo y magullado trozo de cordel que alguien dejó tirado en el camino, los restos de una culebra de mediano tamaño permanecían inertes, generando una incógnita sobre los acontecimientos que la llevaron a ese abrupto final.Al examinarla visualmente, descubrí en sus ondulantes formas un par de perforaciones, posiblemente provocadas por las garras de un rapaz. Aun cuando estas señales me ofrecían una pista sobre la posible causa de su muerte, no me daban la respuesta sobre por qué había sido abandonada. Era muy probable que su captor haya extraviado a su presa en una disputa en el aire con otro rapaz.Este hallazgo, me trajo el recuerdo de un episodio observado anteriormente en un camino interior del Parque Nacional Bosque Fray Jorge…Mientras rodaba sobre una moto dominando la inercia de una curva cerrada, me encontré de frente con

dos grandes depredadores que forcejeaban en la huella; una enorme águila sujetaba con dificultad entre sus garras a una de las culebras más grandes que he tenido la suerte de ver.Al instante el águila se elevó unos cuantos metros sobre el camino y dejó caer a su pesada presa justo delante de mí, obligándome a una repentina maniobra para no atropellar al reptil pero el brusco giro hizo que las ruedas resbalaran en la tierra suelta inclinando la moto hasta el extremo de arrastrarme sin control hacia el borde del camino.Cuando logré ponerme de pie cerré el contacto de la moto cuyo motor seguía funcionando y volqué toda mi atención al reptil que se movía con dificultad, aparentemente adormecido por el golpe. En medio de esos vertiginosos acontecimientos, advertí que la sombra del águila giraba en círculos sobre el camino y se agrandaba en la medida que descendía intentando recuperar a su presa.Sin embargo, contradiciendo el curso de la naturaleza, una reacción espontánea

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me indujo a rescatar al colúbrido; sin pensarlo dos veces levanté los brazos y agité mis manos en el aire para ahuyentar al rapaz, motivado por las respetables dimensiones de la culebra, después de todo pensé, este animal debe tener muchos años para haber alcanzado este tamaño. Con su cabeza levantada y sus fauces abiertas emitía un sonido parecido a un jadeo, emanando borbotones de sangre desde su boca. No era muy larga, quizás algo más de un metro pero su grosor era sobre lo común. Además algo muy raro en su aspecto llamó mi atención, parecía no tener cola.Una vez que me acerqué comprobé mis sospechas; efectivamente no tenía cola pero no exhibía una herida de mutilación reciente y en su lugar, a pocos centímetros de su cloaca se le había formado una protuberancia que le daba el aspecto de tener dos cabezas. En ese momento me sentí dominado por una extraña sensación de sobrecogimiento, por un instante me pareció tener ante mi vista a una

criatura mitológica.Pero una antigua cicatriz en su mandíbula superior me devolvió a la realidad, sus deformaciones no eran otra cosa que las huellas de una larga y azarosa vida. Al verla tratando de avanzar con tanta dificultad, la imagen de un ser fantástico se transformó en la estampa de un veterano de guerra. A pesar de las dramáticas circunstancias me sentí afortunado al tener frente a mí, a un guerrero sobreviviente de muchas batallas. Lentamente fue recuperando su movilidad hasta que sus progresivas ondulaciones a ras de suelo, le permitieron salir del camino pero fiel a su inquebrantable temperamento, repentinamente levantó la cabeza abriendo sus mandíbulas enrojecidas, mirándome en actitud amenazante antes de desaparecer debajo de una mata de mollaca.Simultáneamente el águila pasó sobre mí a poca altura inspeccionando el área con vuelo majestuoso y mirada penetrante; mentalmente le pedí

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disculpas por mi intromisión, antes de dirigirme a la moto para continuar mi viaje. En ese momento me di cuenta que a raíz de la caída caminaba cojeando.Levantar a las culebras hasta una altura apreciable y luego dejarlas caer para aturdirlas y evitar ser enrollados por estas en el proceso de captura, es una estrategia frecuente en los rapaces. Los aguiluchos son muy diestros en el uso de este artilugio y las numerosas observaciones de estas aves cazando culebras, me han permitido comprender interesantes detalles de su técnica.El rapaz atrapa al reptil con sus garras, rápidamente se eleva y no lo suelta hasta que su trayectoria ascendente se detiene; cuando el aguilucho llega al pináculo de su ascenso en el aire, suelta a la culebra y casi inmediatamente desciende como si la persiguiera, para recogerla semi aturdida o en algunos casos muerta por el golpe.Sin embargo en una ocasión observé un fatídico error de un aguilucho durante esta maniobra. Un hermoso Buteo se lanzó en picada desde la altura y en un abrir y cerrar de ojos se elevó a gran velocidad, llevando a una culebra en sus garras. El reptil se contorsionaba, en un desesperado intento por librarse de las implacables garras…Repentinamente la culebra logró zafarse durante el ascenso pero la inercia la proyectó hacia arriba un buen tramo antes de empezar a caer atraída por la fuerza de gravedad. Simultáneamente el aguilucho intentando recuperarla, describió un círculo en el aire alrededor de la culebra mientras esta todavía subía, pasando sobre ella en posición

invertida. La acrobacia del rapaz fue tan rápida que cuando recuperó su posición, la presa quedó sobre él y se le vino encima.Desde mi punto de observación pude apreciar que el volátil lazo de sangre fría cayó sobre el aguilucho y a partir de ese momento el formidable rapaz inició un repentino y errático descenso aumentando la velocidad de la caída en la medida que se acercaba al suelo.El golpe fue tan brutal, que cuando llegué al lugar de la caída, el aguilucho casi no exhibía signos vitales. Por su parte la culebra permanecía firmemente enrollada entre el cuello y una de las alas del ave, lo que provocó la caída de este sorprendido cazador del aire que semi asfixiado, perdió la vida al estrellarse violentamente sobre unos roqueríos.

Después de un corto lapso de tiempo, la culebra comenzó a desenrollarse sin mostrar daños provocados por el golpe, al parecer el cuerpo del rapaz había absorbido todo el impacto. El reptil se deslizó suavemente desapareciendo debajo de las rocas, dejando a su victimario sumido en la inmovilidad de la muerte, como consecuencia del más implacable abrazo mortal.

Texto: Mario Ortiz LafferteRevista BIOMA 2016

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