Economia Para Todos Como Hacer Facil Lo Dificil

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  • ECONOMAPARA TODOS

  • Coordinacin editorial:DBORA FEELY

    Diseo de tapa:DCM DESIGN

  • ROBERT MARCUSE

    ECONOMAPARA TODOSCmo hacer fcillo difcil

    BUENOS AIRES - BARCELONA - MXICO - SANTIAGO - MONTEVIDEO

  • 2012 by Ediciones Granica S.A.

    ARGENTINAEdiciones Granica S.A.Lavalle 1634 3 G / C1048AAN Buenos Aires, ArgentinaTel.: +54 (11) 4374-1456 Fax: +54 (11) 4373-0669 [email protected]@granicaeditor.com

    MXICOEdiciones Granica Mxico S.A. de C.V.Valle de Bravo N 21 El Mirador Naucalpan Edo. de Mx.(53050) Estado de Mxico - MxicoTel.: +52 (55) 5360-1010 Fax: +52 (55) [email protected]

    URUGUAYEdiciones Granica S.A. Scoseria 2639 Bis11300 Montevideo, UruguayTel: +59 (82) 712 4857 / +59 (82) 712 [email protected]

    [email protected] Tel.: +56 2 8107455

    [email protected].: +34 (93) 635 4120

    www.granicaeditor.com

    Reservados todos los derechos, incluso el de reproduccinen todo o en parte, en cualquier forma

    ISBN 978-950-641-686-7

    Hecho el depsito que marca la ley 11.723 Impreso en Argentina. Printed in Argentina

    Marcuse, Robert Economa para todos : cmo hacer fcil lo difcil . - 1a ed. - Buenos Aires : Granica, 2012. 152 p. ; 22x15 cm.

    ISBN 978-950-641-686-7

    1. Economa. CDD 330

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    NDICE

    PRLOGO 11

    INTRODUCCIN 13

    CAPTULO IEL PRINCIPIO 15La familia 15La agricultura 16El comercio 17El crdito 18

    CAPTULO IILAS BASES 21El valor 21El dinero 22Los precios 23La oferta y la demanda 25El mercado 26La competencia 27El trabajo 28

    CAPTULO IIICREACIN Y DISTRIBUCIN DE LA RIQUEZA 31Capitalismo 32Bienes y servicios 33El producto bruto interno 34El valor agregado 35Los impuestos 36El mercadeo (marketing) 38La masificacin de la produccin 39

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    CAPTULO IVEL COMERCIO INTERNACIONAL 41Comercio libre y comercio controlado 42Las exportaciones 43Exportaciones tradicionales y no tradicionales 45Las importaciones 46El tipo de cambio 48El dlar 49

    CAPTULO VENFERMEDADES DE LA ECONOMA 51La inflacin 53La devaluacin 54La recesin 57El desempleo 61La deflacin 63Estancamiento con inflacin, stagflation 67

    CAPTULO VIDESPERSONALIZACIN DE LAS EMPRESAS 69Formacin de empresas 69Persona fsica y persona jurdica 70Sociedades de responsabilidad limitada 71Sociedades annimas 72Emisiones privadas y pblicas 73Crecimiento a veces excesivo de las empresas 74

    CAPTULO VIIREFLEXIONES SOBRE TEORAS Y POLTICAS ECONMICAS 75Materialismo de las economas 75Capitalismo y socialismo 76Economa de demanda y economa de oferta 77Poltica monetaria 78La liquidez 79Poltica fiscal 82Ley del pndulo 84

    CAPTULO VIIIDEBILIDADES DE LOS ANLISIS ECONMICOS 87Poltica y psicologa 87Estadsticas y porcentajes 89Economa informal 92

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    NDICE

    Economa y corrupcin 94La burocracia 98La economa y la verdad universal 99La economa y lo imprevisible 100No siempre se practica lo que se predica 101Lo que no se dice 102

    CAPTULO IXEL MANEJO DE LO QUE TENEMOS Y LO QUE DEBEMOS 103El ahorro 104Las inversiones 105Los fondos mutuos 105Las bolsas de valores 106Acciones y bonos 107Compaas de seguros 109Fondos de pensin 111Especulacin 112Endeudamiento 113

    CAPTULO XOPERACIONES INTERNACIONALES LCITAS E ILCITAS 115Transferencias internacionales 115Blanqueo 117Lavado de dinero 118La poltica 121La guerra 124

    CAPTULO XITEMAS ECONMICOS DE ACTUALIDAD 127El neoliberalismo 127La inversin extranjera 128La globalizacin 129Las fusiones 131El progreso de la tecnologa 132La nueva economa 135Las crisis bancarias 136La dolarizacin 139El euro 143Emigracin. Los que se van 144

    CONCLUSIN 149

    ACERCA DEL AUTOR 151

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    PRLOGO

    Tengo el placer de conocer al Dr. Robert Marcuse desde hace ya muchos aos. Siempre me asombr y contina hacindolo su vitalidad para llevar adelante grandes em-lidad para llevar adelante grandes em-presas. Y este libro, que tengo el gusto de prologar, es una muestra de ello.

    En un mundo en donde los mediocres se expresan en trminos rebuscados, encontramos un libro que en un len-guaje claro y sencillo, nos brinda informacin sobre los grandes temas de la economa. Como bien dice el Dr. Mar-cuse en su Introduccin, este no es un libro de economa, sino un libro que habla de economa.

    Desde los peridicos, radios, canales de televisin y cuanto medio de comunicacin exista, recibimos informa-cin que hace referencia a dinero, precios, oferta y deman-da, mercado, competencia, inflacin, devaluacin, desem-pleo, producto bruto, emisiones pblicas y privadas, inver-siones, ahorro, etc., que no todo el mundo puede procesar debidamente, no solo porque no sea su especialidad, sino principalmente porque no conoce su definicin, y cuando la busca y encuentra, esta es tan tcnica que desalienta ese ejercicio.

    El Dr. Marcuse sabe hacer fcilmente entendible estos conceptos. Resulta ameno, aun a aquel que est familiariza-do con la materia, leer este excelente trabajo.

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    Economa para todos es una obra que debe estar en toda biblioteca porque siempre habr alguien que quiera cono-cer sin excesivo tecnicismo los principios bsicos de la economa, y el Dr. Marcuse los va desarrollando a lo largo del libro con meridiana claridad.

    Norberto C. PeruzzottiDirector Ejecutivo

    Asociacin de Bancos Privados de Capital Argentino - ADEBA

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    INTRODUCCIN

    Economa? Eso suena difcil y aburrido.En realidad, nada es difcil, solo parece serlo. A veces

    creemos que algunas cosas son difciles porque nos las expli-can en trminos tcnicos, o sea, poco claros para quienes no dominan los temas tratados. Como estamos acostumbrados a hablar en sencillo, no nos entendemos. Es como si conver-sramos en idiomas distintos, unos en espaol y otros en un lenguaje raro y desconocido. Y lo que no se entiende resulta aburrido, aun cuando no haya razones para que lo sea.

    Podemos creer que no nos interesa la economa, pero si lo hacemos estamos equivocados. Porque, nos guste o no, la economa condiciona nuestra vida, y, por lo tanto, ignorar-la es como vivir a ciegas.

    La economa nos afecta a diario, y todas nuestras accio-nes tienen repercusiones econmicas. En el momento en que tomamos conciencia de ello, nos sorprendemos y mara-villamos como el personaje de una comedia teatral cuando descubre que toda su vida, sin saberlo, habl en prosa.

    Entender qu es la economa nos ayuda a comprender lo que ocurre alrededor y por qu. Esto no impedir que sufra-mos las consecuencias de las crisis econmicas, pero nos puede ayudar a tomar algunas precauciones para mitigar los efectos negativos que pueden tener sobre nosotros y nuestras familias.

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    Todos nos hicimos y nos hacemos preguntas como:

    Por qu me cuesta tanto encontrar quien me contrate de secretaria?Por qu me quieren rebajar el sueldo?Por qu mi hijo, a pesar de ser muy eficiente y trabajador, per-

    di su empleo?Por qu ya no me alcanza el sueldo?Por qu sube el precio de la gasolina?Por qu la calidad de lo que compro hoy es inferior a la de lo

    que compraba el ao pasado?Por qu las cosas importadas son ms baratas (o ms caras)

    que las nacionales?Qu tiene que ver conmigo lo que sucede en Japn o Arabia

    Saudita?Por qu los dueos de la empresa en que trabajo quieren venderla?Por qu todo se compra y se vende en dlares, si esta no es la

    moneda de mi pas, ni la moneda en la que me pagan el sueldo?Por qu sucede siempre lo contrario de lo que nos anuncia el

    ministro de Economa?

    Son preguntas sencillas que necesitan contestaciones sencillas. Trataremos de responder a estas inquietudes.

    As como no podemos evitar vivir en la economa, tambin resulta imposible eludir los comentarios, las aseveraciones y los discursos que a diario se refieren a ella, pronunciados tan-to por personas conocedoras del tema como por otras que no lo son. Esto nos confunde an ms. La prensa especializada o no utiliza de manera constante, correcta o errneamente, muchos trminos econmicos. Y as agregamos a nuestras pro-pias interpretaciones, a veces equivocadas, las de los dems.

    En realidad, este no es un libro de economa, sino un libro que habla de economa que a todos nos afecta. Est escrito para los que quieren que se les hable en un idioma claro, sin excesivo tecnicismo, y para que pueda ser entendido por to-dos aquellos que no son economistas, es decir, la mayora.

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    CAPTULO I

    EL PRINCIPIO

    La familia

    Desde el momento en que nacemos, tenemos necesidades. Antes que nada, necesitamos comer y beber para sobrevivir. Nos hace falta una cuna para dormir, una cobija para no tener fro y una tina para que nos laven cuando nos ensuciamos. Despus, necesitamos juguetes para divertirnos mientras cre-cemos. Se nos provee de todo esto sin que tengamos que hacer nada para conseguirlo, sin que tengamos que dar nada a cambio. Nuestra madre y nuestro padre, y a veces nuestros hermanos y hermanas, nos dan todo lo que necesitamos por puro cario, sin pedirnos nada en compensacin. Solo tene-mos que llorar para pedir, y sonrer para agradecer. Es que un beb es una personita que consume pur, leche y paales, pero todava no produce nada de lo que los dems necesitan. Por suerte, tiene una familia que lo quiere.

    El resto de la familia consume comida, bebida, ropa y muchsimas otras cosas, pero tambin produce. El padre

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    trabaja en la oficina y, una vez al mes, le dan dinero por ello. La madre tambin tiene un empleo, o trabaja en la casa, limpiando y cocinando, con lo cual la familia se aho-rra de tener que pagar a una persona que limpie o a una cocinera. Los hermanos van a la escuela para aprender a producir cosas que ellos y los dems necesitan, y entretan-to, en sus horas libres, ayudan a su padre y a su madrecuando no miran televisin. Una familia es una pequea economa.

    Una economa est formada por gente que produce co-sas, por gente que las utiliza o consume, y por gente que hace ambas cosas (que es la mayora). La economa es lo que nos permite vivir en sociedad, haciendo cosas que sir-ven a los dems porque ellos hacen cosas que nos sirven a nosotros, y las intercambiamos para vivir mejor.

    La agricultura

    Al principio fueron el hombre y la mujer. El hombre cazaba y la mujer cuidaba de los nios. Cuando el hombre volva de la caza reparta con ella la comida que traa. Se quedaba con la mejor parte pero, de todos modos, reparta.

    Esta primera divisin del trabajo entre dos personas y el hecho de que compartan lo cazado constitua ya una eco-noma, aunque es la ms rudimentaria que haya existido.

    Luego, varias parejas se juntaron para defenderse mejor de los animales salvajes. Eran nmadas, es decir, no se que-daban nunca en un lugar fijo, sino que andaban de aqu para all, llevando a cuestas lo poco que tenan. Vivan prin-cipalmente de la caza. Eso s, cazaban todos juntos. Pero esto no los diferenciaba mucho de los dems seres, porque, al fin y al cabo, los lobos tambin cazan en manada.

    Recin cuando se dieron cuenta de que aquello no era vida y quisieron mejorar su dieta, empezaron a sembrar se-

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    EL PRINCIPIO

    millas para ver qu pasaba. Todos sabemos que lo que se planta no crece de inmediato: las plantas y los frutos toman su tiempo. Entonces los hombres no tuvieron ms remedio que establecerse en un lugar fijo y esperar el momento de cosechar lo sembrado. As naci la agricultura.

    Los hombres ya no deban ir a buscar vegetales y frutos que crecen porque s, en cualquier parte, donde uno solo puede encontrarlos por casualidad, si tiene suerte. Ahoralos sembraban para que crecieran en un lugar determina-do, y luego se los pudiera recoger todos juntos, en una sola cosecha.

    El comercio

    La agricultura ya era una mejora. Al principio, cada uno plantaba lo suyo. Lo mismo que con la caza, se reparta en cada familia lo cosechado. Las mujeres lo cocinaban y des-pus lo coman entre todos. Pero la dieta segua siendo algo montona. Algunos coman carne y choclos, otros coman carne y espinaca, y otros coman carne y zapallo.

    Un da, un jefe de familia se hart de comer todos los das espinaca. Cuando rega a su mujer al respecto, ella le dijo: Eso es lo que me traes.

    Por su parte, su vecino estaba cansado de comer zapallo. Cuando se quej de ello a su mujer, esta tambin le respon-di: Eso es lo que me traes.

    Por suerte los dos hombres eran amigos, porque caza-ban juntos. Se les ocurri que podran intercambiar algu-nas espinacas por algunos zapallos. Y as lo hicieron.

    Fue lo que hoy se llama un trueque, o sea, la primera y ms sencilla operacin comercial, y el principio de una economa ms sofisticada.

    Desde ese momento dichos amigos coman alternativa-mente espinaca y zapallo, hasta el da que se les ocurri que,

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    quiz, tambin podran comer choclo, que era lo que cosecha-ba un tercer vecino, y llegaron a un acuerdo con este.

    Luego se fueron organizando para plantar y cosechar juntos ms rpido y mejor.

    El crdito

    El trueque, o sea el intercambio de choclos por espinacas, manzanas por limones, o seis pollos por un cordero, es, sin duda, comercio. Pero es un comercio muy rudimentario. Para poder cambiar manzanas por limones, estas dos frutas deben estar maduras en la misma poca, lo cual no es el caso. Entonces, el que cosecha los limones debe guardar algunos para cuando, ms tarde, sean cosechadas las man-zanas. Y si entretanto los limones se pudren? Alguien se quedar sin manzanas, y otro tendr un empacho al comer-las todas, para que no se pudran tambin.

    Supongamos que un hombre tiene un gallo y muchas gallinas y otro tiene una oveja preada. El segundo necesita las seis gallinas hoy, porque da una gran fiesta esta noche y, en cambio, estara dispuesto a ceder al primero el corderito que est por nacer. Pero su oveja todava no pari.

    Qu puede hacer? Tendr que cancelar su fiesta, o los invi-tados debern contentarse con comer choclos y ms choclos.

    Claro que su vecino podra confiar en l, y darle las galli-nas contra su promesa de que le entregar el corderito tan pronto haya nacido o alcanzado el tamao adecuado para ser comido. O sea, su vecino debe creer en su palabra y dar crdito a su promesa.

    En realidad, el crdito es justamente eso: una manifes-tacin de confianza.

    Cuando hoy en da un banco le presta dinero a un clien-te, lo hace porque tiene confianza en el cliente. Sabe que este le devolver el dinero prestado en el tiempo previsto.

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    EL PRINCIPIO

    Por cierto, cuando por primera vez un hombre de las cavernas le dio gallinas a su vecino confiando en que este, ms adelante, le entregara a cambio un corderito, ninguno de los dos sospech que haban inventado el crdito.

    Hay que confesar que se trataba de un crdito muy infor-mal. No se firm ningn papel, porque todava no haban sido inventados el papel ni el pagar, y porque ninguno de los dos hombres saba firmar. Pero en aquellos tiempos la palabra dada vala mucho.

    De todos modos, aquel da uno se convirti en acree-dor de aquel que le deba un cordero, y este se convirti en deudor del primero por la misma razn.

    Cuando la oveja se enferm y se temi por su vida (y la del corderito), su dueo se convirti en el primer deudor dudoso porque, por razones fuera de su voluntad, no saba si podra cumplir en tiempo con su promesa. Dar crdito, aun a buenos deudores, siempre implica un riesgo.

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    CAPTULO II

    LAS BASES

    El valor

    Cmo se llega a conocer el valor de una cosa? Si puedo canjear mi caballo por cuatro cochinos, s que mi caballo vale cuatro cochinos. Pero esto no me dice qu es lo que vale mi caballo con respecto a todas las dems cosas. Enotras palabras, si lo quiero canjear por pescados, por bol-sas de choclos, por ropa, por cacerolas, o, actualmente, por una bicicleta, un televisor o una computadora, qu reci-bir a cambio de mi caballo? Recibir cuarenta y dos pes-cados, o dieciocho bolsas de choclos, o treinta cacerolas, o una bicicleta y media, o dos televisores, o tres cuartos de una computadora?

    El valor absoluto de una cosa solo se conoce si se sabe cunto vale esa cosa en relacin con todas las dems. Esmuy difcil saber exactamente cunto vale algo.

    Nuestro problema es que no podemos vender un peda-zo de nuestro caballo, debemos venderlo enterito. Tampoco

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    podemos comprar la mitad de un televisor, porque ninguna de las dos mitades funcionara. Para colmo, no queremos comprar ninguna de las cosas nombradas ms arriba. Detes-tamos el pescado asado y odiamos los choclos. En realidad, lo que queremos es irnos de viaje. Pero para poder hacerlo necesitamos comprar pasajes de tren, alquilar cuartos en varios hoteles y obtener comida en restaurantes.

    Nuestro caballo es difcil de transportar, no quiere subir al tren. Y aunque lo pudisemos llevar con nosotros, nadie nos lo aceptara como pago. Si lo cambisemos solo por pasajes de tren, estaramos pagando por ellos ms de lo que valen y no nos quedara nada para hacer frente a nuestros otros gastos.

    Conocer el valor de las cosas no es suficiente. Conoce-mos el valor de nuestro caballo y sin embargo no podemos salir de viaje, porque no lo podemos cambiar por todas las cosas que necesitamos para viajar. Habra que inventar algo con lo cual se pudiese comprar de todo y se pudiese vender lo que fuera.

    El dinero

    Siempre que se necesita algo, surge alguien que lo inventa. Era necesario inventar algo que sirviera para medir el valor de todas las cosas, y tambin para comprar y vender tanto los objetos y los animales grandes, como los muy chiquitos, sin necesidad de cortar a los grandes en pedacitos.

    Por eso se cre el dinero. El dinero ha sido uno de los inventos ms importantes de la humanidad. El dinero transform el mundo. De buenas a primeras, todo se poda comprar y vender, porque pensando en trminos de dinero se poda conocer de inmediato el valor de cada cosa en rela-cin con las dems cosas. Adems, ahora era posible vender un caballo por dinero, y usar el dinero para comprar un pasaje de tren, pagar cuartos de hotel, comprar comida en

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    LAS BASES

    restaurantes, y reservar el resto para el regreso. O sea, se poda cambiar un caballo por un viaje, sin descuartizar al animal, ni llevarlo a cuestas.

    El dinero sirve para medir el valor de las cosas de mane-ra convencional y uniforme.

    No todo el mundo usa el mismo dinero. Generalmente,cada pas tiene su propio dinero, o sea, la moneda nacional (aunque, como veremos ms adelante, algunos pases utili-zan ms de una moneda).

    El dinero que circula en el mundo est compuesto por todas las monedas de todos los pases. A pesar de que, en nuestros das, la mayor parte de las monedas son emitidas en billetes, se llaman monedas porque originalmente el di-nero se emita solo en monedas de metal, principalmente de oro y plata. De ah viene la expresin pagar en dinero contante y sonante. Al pagar una compra (o una deuda, que tambin se puede reembolsar con dinero) se contaban las monedas y las mismas sonaban al caer las unas sobre las otras.

    Hoy en da, la moneda que ms se usa en el mundo es, todava, el dlar estadounidense. Solo por esa razn, la em-plearemos para nuestros comentarios y ejemplos sobre los usos del dinero.

    Los precios

    Todas las cosas que se compran y se venden tienen un pre-cio. El precio es lo que vale algo en trminos de dinero. Anadie se le ocurrira decir que un televisor vale veinte pa-tos, ni que una bicicleta vale cincuenta kilos de azcar. Losprecios no se establecen en trminos de patos ni en kilos de azcar, sino en dinero. Esto facilita mucho el intercambio de los diversos bienes y productos. Un televisor valdr dos-cientos dlares, un pato dos dlares, una bicicleta ciento

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    cincuenta dlares y cada kilo de azcar un dlar cincuen-ta. Por lo tanto, sabremos que vendiendo un televisor uno puede comprar una bicicleta y veinticinco patos, o que con lo obtenido por la venta de una bicicleta puede comprar ochenta kilos de azcar y quince patos... o cualquier otra cosa ms interesante, cuyo precio no sea superior a ciento cincuenta dlares!

    Cuando vamos a una tienda y vemos una camisa que nos gusta y quisiramos comprar, le preguntamos a la vendedo-ra: Cunto vale?.

    Sabemos de antemano que no nos va a contestar: Dos pares de zapatos o Tres botellas de vino, sino que nos va a dar un precio en dlares o en la moneda que se utilice en el pas donde estemos. As sabemos de inmediato si es ba-rata o cara, y si tenemos suficiente dinero para comprarla. Si nos contestara en trminos de zapatos o botellas de vino, no sabramos absolutamente nada y saldramos de la tienda rascndonos la cabeza.

    Pero no son solamente las cosas materiales las que tie-nen un precio. Nuestro trabajo tambin tiene un precio, que se establece en trminos de dinero. Ese es nuestro suel-do, nuestro honorario, o nuestra propina. Y, gracias al he-cho de que ese trabajo es pagado en dinero, sabemos qu podemos comprar con lo que hemos ganado y si nos alcan-zar para vivir, o sea, para comprar todo lo que necesitamos para subsistir.

    El que vende un bien o un producto puede ponerle el precio que se le antoje, es decir, fijarle el precio que desea obtener por l, o el que cree que vale. Si el precio es razona-ble y el producto es bueno, lograr venderlo rpidamente. Sin embargo, si el precio es muy alto, o el producto es de poca calidad, tendr dificultades para encontrar un compra-dor. En efecto, existe un precio arbitrario, que es el precio al cual se desea vender, y un precio real, que es aquel al cual se puede vender.

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    LAS BASES

    La oferta y la demanda

    El precio real de algo no lo deciden ni el vendedor ni el comprador, sino que es el resultado de un acuerdo o com-promiso entre ellos. El precio real es aquel al que se logra hacer una operacin de compra-venta. Cuando alguien da dinero a cambio de una cosa que necesita o desea tener, y otra persona le entrega esa cosa contra ese dinero, se dice que se hizo una operacin de compra-venta, porque para el primero es una compra y para el segundo es una venta. Por eso no puede haber ninguna compra sin una venta. Siel vendedor y el comprador no logran ponerse de acuerdo, no habr un precio real, solo habr un precio arbitrario comprador y un precio arbitrario vendedor. En otras palabras, el precio al cual el comprador deseara comprar y el precio al cual el vendedor deseara vender.

    Si tengo una bicicleta que quiero vender y tengo tres compradores potenciales para ella, y los tres me ofrecen cada uno 75 dlares a cambio, a quin se la vender? Al que hizo la primera oferta? Al que me resulta ms simpti-co? Al cartero, porque la necesita para repartir el correo?

    No, a ninguno de los tres. Si no tengo mucho apuro, esperar un poco, y la vender al primero que me ofrezca 80 dlares por ella en vez de 75. Tengo buenas probabili-dades de obtener ese precio porque, por ahora, soy el ni-co vendedor de una bicicleta de segunda mano en buen estado, y ya hay tres compradores para la misma. En otras palabras, hay ms demanda que oferta y el precio de mi bi-cicleta debe subir. Si la situacin fuera inversa, es decir, si yo fuese uno de tres vendedores, y hubiese un solo comprador que quiere una bicicleta, habra ms oferta que demanda, y yo tendra que bajar el precio de la ma para tener mejores posibilidades de venderla. El hecho de que cuando hay ms compradores que vendedores de algo el precio de ese algo tiende a subir, y cuando hay ms vendedores que compra-

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    dores el precio tiende a bajar, responde a la ley de la oferta y la demanda.

    Cuando hay muchos vendedores y muchos compradores para un producto, entre todos ellos forman un mercado.

    El mercado

    Un mercado es el lugar donde los compradores y los vende-dores se juntan para hacer operaciones de compra-venta.

    Hay muchos tipos de mercados. Nosotros conocemos el mercado donde las amas de casa van a comprar verduras, frutas, carne, pescados, quesos, especies, dulces y chocolate.

    Generalmente, todos los puestos que venden pollos es-tn en un mismo lugar del mercado, todos los que venden pescados en otra, y as estn ubicados tambin todos los dems puestos, por zonas, segn el producto que venden. Esto les da a los compradores una mejor oportunidad de comparar los precios de un puesto con los precios de otro.

    En los mercados, como en todas partes, los precios su-ben y bajan segn la ley de la oferta y la demanda. Por eso, si en el mercado hay mucho pescado, y muchos puestos que lo venden, el comprador se ver favorecido, ya que podr discutir su precio y quizs lograr que se lo rebajen. Podr ha-cerlo porque los puestos que venden pescado compiten unos con otros.

    Existen otros tipos de mercados, pero los mercados li-bres funcionan todos en la misma forma: en ellos los pre-cios se fijan de acuerdo con la oferta y la demanda y segn el grado de competencia que existe entre los vendedores y los compradores. Hay tambin mercados regulados en los que los precios mximos suelen ser impuestos por el gobierno. Desgraciadamente, estas medidas, tomadas para frenar la inflacin e impedir la especulacin, no siempre funcionan como sera deseable ya que tienden a provocar

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    LAS BASES

    una escasez de oferta de ciertos productos y la lamentable formacin de mercados negros.

    La competencia

    En un mercado, en general, los compradores son ms nu-merosos que los vendedores. Por consiguiente, se podra pensar que, segn la ley de la oferta y la demanda, los com-pradores estn en desventaja y los precios tendern a subir. Esto no es necesariamente cierto. Si bien puede haber me-nos puestos de venta que compradores, estos pueden estar abastecidos con demasiada mercadera, o sea, ms de la que todos los clientes juntos podran comprar. Por lo tanto, los precios respondern no solo al nmero de vendedores y compradores, sino tambin a la abundancia o la escasez de la mercadera que ellos quieren vender o comprar.

    Los numerosos compradores que circulan en un mer-cado se benefician al poder comparar los precios ofrecidos por los distintos puestos de venta. Si la mercadera ofreci-da es abundante, los dueos de los puestos competirn los unos con los otros para retener al cliente, y le ofrecern rebajas.

    La competitividad entre los vendedores es un medio de defensa para el consumidor o el comprador de productos.

    Los mercados como el que acabamos de describir ofrecen esta clase de defensa a los clientes. El problema es que este tipo de mercados, con muchos puestos de venta, tiende a desapare-cer y a ser reemplazado por los supermercados.

    Dentro de un supermercado no existe la competencia, ya que pertenece a una sola compaa. Es cierto que, por el enorme volumen de compras que hace el supermercado, a veces puede vender a precios inferiores a los que cobraran los pequeos comerciantes en los puestos de venta de un mercado. La desventaja para el cliente que presenta el su-

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    permercado, sin embargo, es que all no puede comparar los precios de un puesto con los de otro, ni discutir los pre-cios ofrecidos, ni obtener rebajas.

    Por suerte, a menudo existe ms de un supermercado en cada barrio, y el cliente puede comparar los precios de un supermercado con los de otro. Cuando muchos clientes de-ciden cambiar de supermercado, el que los est perdiendo debe revisar sus precios. En otras palabras, una cierta com-petencia se mantiene aun a nivel de los supermercados.

    Lo realmente malo ocurre cuando el consumidor no tiene eleccin, porque existe un solo supermercado o un nico vendedor de un producto. Eso es un monopolio, y en algunos pases existen leyes que los prohben.

    El trabajo

    En una economa debe haber productores y consumidores, as como vendedores y compradores que, en conjunto, forman mercados. A menudo se tiene la impresin de que siempre hay ms consumidores que productores y ms compradores que vendedores. Pero esto se debe a que pensamos en trminos de mercaderas y nos olvidamos del trabajo.

    El trabajo tambin es un producto que se vende.Una de las razones de que tengamos la impresin de

    que hay ms compradores que vendedores es que, para fa-bricar cosas complicadas, que necesitan de muchas partes y de mucho trabajo, algunos productores se juntan y forman compaas.

    Cuando una compaa provee un producto al pblico, ella aparece como un vendedor nico de ese producto fren-te a muchos compradores del mismo. Pero no es as, porquela compaa suele pertenecer a muchas personas o accio-nistas que, en realidad, son todos vendedores del producto,

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    LAS BASES

    conjuntamente. Nosotros no lo notamos, porque venden el producto bajo un solo nombre: el de la compaa.

    Otra razn por la que tenemos la impresin de que hay ms compradores que vendedores es que la mayora de no-sotros somos empleados y solo vendemos nuestro trabajo. Entonces, parecemos ser nicamente compradores, cuan-do, en realidad, somos compradores de productos y vende-dores de trabajo.

    Los agricultores y las industrias (compaas que tienen fbricas) son consumidores de trabajo y productores de mercaderas.

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    CAPTULO III

    CREACIN Y DISTRIBUCINDE LA RIQUEZA

    Casi todos los miembros de una sociedad producen y con-sumen. Pero siempre estn aquellos que todava no pueden producir y los que ya no pueden hacerlo; o sea, por un lado, los bebs y los nios, y por el otro lado, los enfermos y los ancianos jubilados.

    Como el propsito principal de una economa es obtener el bienestar de toda la poblacin de una regin o de un pas, los que producen debern hacerlo no solo para ellos mismos, sino tambin para ayudar a los que, por alguna razn, no pueden producir. Es decir: la economa no solo debe producir riqueza, sino que tambin debe realizar una razonable distribucin de ella, que permita la supervivencia y el bienestar de todos.

    Algunos economistas creen que debe darse prioridad absoluta a la productividad, ya que si se logra aumentar la produccin y la riqueza, su distribucin ocurrir espont-nea y adecuadamente. Otros piensan que la prioridad debe darse a una justa distribucin, independientemente de si existe o no algo para distribuir.

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    Los primeros suelen ser defensores del capitalismo, o sea, dan ms importancia a la creacin de riqueza y capital que a su equitativa distribucin. Los segundos suelen ser defensores de alguna forma de socialismo: dan ms impor-tancia a la distribucin de la riqueza que a su creacin.

    Capitalismo

    El capitalismo es un sistema econmico que defiende el derecho a, y el respeto de, la propiedad privada, el libre comercio y la libre competencia. Suele estar acompaado por una poltica de laissez-faire, o sea, una intervencin mnima de los gobiernos en la economa.

    Por consiguiente, el sistema capitalista favorece, por ejemplo, el traspaso de la mayora de las empresas del Esta-do a sociedades privadas.

    Los partidarios de este sistema consideran que es el ms adecuado para hacer crecer la economa en beneficio de todos los habitantes del pas. Defienden la teora de la fil-tracin. Esta sostiene que la riqueza, si bien, en una prime-ra instancia, suele concentrarse en un grupo reducido de privilegiados, siempre termina por filtrarse hacia todos los niveles de la sociedad, incluso hacia los ms pobres. Des-graciadamente, en la prctica, esta teora no parece haber funcionado siempre en la forma deseada.

    Dejando de lado el aspecto moral del problema y la acostumbrada referencia a la necesidad de una justicia so-cial, la buena distribucin de la riqueza es primordial para el capitalismo por razones puramente prcticas. En efecto, para prosperar, este sistema necesita un constante aumento del consumo. La concentracin de la riqueza suele producir el resultado opuesto, ya que, desafortunadamente, los muy ricos y los muy pobres, por razones distintas, son malos con-sumidores. Los pobres pueden comprarse un pantaln va-

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    CREACIN Y DISTRIBUCIN DE LA RIQUEZA

    quero, una camisa, o nada. Los muy ricos pueden comprar cien mil trajes, pero no los necesitan y por ende no los ad-quieren. Tampoco compran diez mil y, probablemente, ni siquiera compran cien.

    Consecuentemente, lo que el capitalismo necesita para florecer o sobrevivir es un fuerte crecimiento de la clase media, pues ella es la mejor consumidora.

    Las economas capitalistas suelen conocer pocas de bonanza, rpido crecimiento y desarrollo, seguidas por otras de estancamiento, recesin y desempleo. Algunos consideran que estos ciclos son inevitables, por ser produc-to de leyes econmicas naturales. Sin embargo, tambin hay quienes creen que ms bien se deben a la naturaleza humana. En efecto, apenas florece la economa, los hom-bres pecan por exceso de optimismo, pierden el control sobre lo que hacen, especulan demasiado, gastan dema-siado, se endeudan demasiado, y, sin querer, fomentan el ciclo siguiente, que es de crisis. Los ciclos econmicos son la caracterstica del capitalismo ms criticada por los pol-ticos socialistas.

    Bienes y servicios

    Cuando hablamos de produccin pensamos en productos. Y cuando hablamos de productos pensamos en automviles, televisores, alfombras, naranjas, costillas de cerdo, puentes, carreteras, barcos, cepillos de dientes u otros bienes mate-riales. Sin embargo, la produccin incluye actividades que tambin se venden y se pagan y que, si bien no crean bienes que podemos ver o tocar, contribuyen a nuestro bienestar fsico y mental. Se trata de los llamados servicios. En la mayora de los casos, los servicios nos permiten disfrutar de los bienes. Los mdicos, los abogados, los banqueros, los plomeros, los barrenderos, venden sus servicios. Gracias a

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    ellos (cuando son dignos) podemos gozar de buena salud, evitar ir injustamente a la crcel, mantener nuestras casas li-bres de inundaciones y caminar por calles limpias. De qu nos sirve tener un automvil de lujo, si estamos postrados en la cama con una enfermedad crnica? Para qu nos sir-ve tener un casa bonita y confortable, si estamos encerrados en una celda por un delito que no hemos cometido? Qu sentido tiene vivir en un barrio elegante, si sus calles estn sucias y malolientes?

    Aun en los regmenes capitalistas, el Estado toma a su cargo los servicios pblicos bsicos, como los relacionados con la salud, la enseanza, la seguridad, el fondo de pensio-nes, el alumbrado, la limpieza de las calles, etc. Sin embar-go, en los ltimos tiempos, en muchos pases se percibe una tendencia a transferir algunos de estos servicios a empresas privadas.

    El producto bruto interno

    El conjunto de todo lo que produce un pas es el produc-to bruto interno. Se obtiene mediante un clculo sofisti-cado (y a veces equivocado) del total de bienes y servicios producidos en un pas durante un perodo determinado (generalmente, un ao). Habitualmente es designado por la sigla pbi.

    Para los no economistas, la sigla pbi suele resultar frustran-te, porque la encontramos por todos lados y no sabemos lo que significa. Cuando se nos dice que la sigla designa al pro-ducto bruto interno, seguimos sin saber de qu se trata.

    A veces, para mayor confusin, los economistas se re-fieren al producto nacional bruto (pnb) en vez de al pro-ducto bruto interno. El lector no tiene por qu preocuparse demasiado por ello. Las dos denominaciones se refieren a nociones muy similares. La mayor diferencia consiste en que

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    CREACIN Y DISTRIBUCIN DE LA RIQUEZA

    en el pbi est incluido todo lo producido dentro del pas, incluso por extranjeros, mientras que el pnb toma en cuen-ta todo lo producido por los ciudadanos de un pas, incluso por aquellos que residen en el exterior.

    A menudo, el progreso o el deterioro de la economa de un pas es medido por el crecimiento (o la disminucin) del pbi o del pnb.

    El valor agregado

    La Tierra ya era rica antes de que existieran los seres huma-nos. Si bien no se encontraban los productos fabricados por estos, las materias primas ya existan.

    Haba sal en las salinas y en el mar, metales en las rocas, carbn en el subsuelo y lana sobre la piel de las ovejas. Lasmaterias primas son los productos que nos provee la na-turaleza y que todava no han sido trabajados, limpiados, mezclados, o transformados por el hombre.

    Las materias primas tienen precios, porque le ponemos un precio a todo lo que necesitamos o utilizamos.

    Aun cuando todava se encuentran en su estado origi-nal, la obtencin de materias primas involucra trabajo, por-que, para poder usarlas, tenemos que sacarlas de la mina, del mar, del bosque o de donde sea que estn, para traerlas a donde las queremos tener: en depsitos, en fbricas, en barcos, o en los tesoros o las cajas fuertes de los bancos.

    Ese trabajo de extraer las materias primas de donde se encuentran, y despus transportarlas, ya les confiere un valor agregado. Por consiguiente, el precio del oro en la mina no es el mismo que el precio de ese metal ya extrado de la mina, ni es el mismo que el del oro ya transportado a una fbrica de lingotes. El precio del oro en la fbrica es igual al del oro en la mina, ms el precio del trabajo de los mineros que lo extrajeron de la mina, ms el costo de su

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    transporte hasta la fbrica. De esto se deduce que el precio del oro, ya transformado en lingotes, ser an mayor; y ni hablemos del precio del oro trabajado por artesanos y con-vertido en preciosas joyas.

    Lo mismo es cierto para la lana. Es difcil saber cunto vale exactamente cuando todava la viste la oveja. La lana se vende por kilo, y mientras la oveja no ha sido esquilada no hay manera de saber cunto pesa la oveja sin lana, y cunto pesa su lana sin la oveja. Lo que s puede decirse, sin miedo a equivocarse, es que la lana separada de la oveja vale ms que la lana sobre el lomo de esta, porque la esquila le da su primer valor agregado.

    Despus la lana es lavada, cardada, peinada, tejida, colo-reada y convertida, de un sobretodo natural para oveja, en por ejemplo un sobretodo manufacturado para un hom-bre, una mujer o un nio. En cada etapa de este proceso, la lana va adquiriendo un valor agregado y su precio va aumentando por el costo de los productos que se le agre-gan, as como por el trabajo y el tiempo que dedican los trabajadores a su transformacin.

    Los impuestos

    En la mayora de los pases, algunos servicios pblicos de primera necesidad son provistos y organizados por el Es-tado. Estos pueden incluir la construccin de carreteras, la atencin hospitalaria para los pobres, el mantenimiento del ejrcito y de las fuerzas policiales, y algunos servicios para los ancianos.

    Sean muchos o pocos los servicios asumidos por el Esta-do, este necesita dinero para pagarlos. Los impuestos sue-len ser la fuente principal de dinero para un gobierno. Sellaman impuestos porque, si bien todo el mundo parece estar de acuerdo en que la sociedad debe soportar el cos-

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    CREACIN Y DISTRIBUCIN DE LA RIQUEZA

    to de los servicios pblicos, nadie parece estar de acuerdo sobre quines son los miembros o sectores de la sociedad que deben pagarlos, y, a falta de voluntarios, no hay ms remedio que imponerlos.

    En general, todos los que pagan impuestos se quejan amargamente de tener que hacerlo. Los que ms se que-jan suelen ser los ms afortunados, o sea, los que gozan de buena salud, ganan un buen sueldo y viven en un pas don-de la seguridad es buena y la vida fcil. Suelen olvidar que maana sern viejos, quizs enfermos, que pueden perder su empleo y quedar desocupados, o que si no son asaltados en la calle es porque existe una polica eficiente, y que, si el pas no est en guerra, es gracias a que tiene un ejrcito bien entrenado y equipado.

    Hay muchos tipos de impuestos. El impuesto a la ren-ta se paga sobre los sueldos o las ganancias que cada perso-na obtiene; en principio, el que gana mucho debera pagar mucho, el que gana poco debera pagar poco, y el que no gana nada, no pagar nada.

    Tambin existe un impuesto a la ventas, que en la mayo-ra de los pases se llama iva (impuesto al valor agregado). Se llama al valor agregado porque se cobra sobre la pri-mera venta de un producto, y cuando el mismo se vuelve a vender, se cobra solo sobre el eventual valor agregado al producto original.

    El ganadero que vende la lana de sus ovejas pagar el iva sobre la materia prima vendida. El que la compr y la hizo lavar, cardar y peinar, al vender la lana a una fbrica de tejidos, solo pagar el iva sobre la diferencia entre el precio al cual la compr y el precio al cual la vende (que representa el valor que le agreg a la lana al haberla lavado, cardado y peinado). A su vez, cuando la fbrica vende las telas confeccionadas con esa lana, pagar el iva sobre el valor de la tela vendida, deduciendo del mismo el precio pagado por la lana.

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    Finalmente existen impuestos directos al usuario. Elpeaje, por ejemplo, se paga cuando se utiliza una nueva carretera o puente, y sirve para cubrir el costo que tuvo su construccin o que tiene su mantenimiento.

    El mercadeo (marketing)

    A medida que la raza humana descubre y aprende, sus co-nocimientos se multiplican ms rpido que la capacidad de su mente. Nadie puede saberlo todo, ni almacenar casi infi-nitos conocimientos en su cerebro. Para eso fueron inven-tadas las computadoras. Esto significa que cada da hay ms especialistas y menos generalistas. Estos ltimos son los que sirven de intrpretes entre diferentes tipos de especialistas. El peligro est en que cuando no haya suficientes generalis-tas, ya nadie entienda a nadie.

    Como tantas otras actividades, el mercadeo se ha con-vertido en una especializacin. Algunas personas todava re-cuerdan el tiempo en que la palabra no exista. Lo cual no significa que no se practicaban ya las actividades que define, es decir, todas las que son dedicadas a promover las ventas. Desde el inicio del trueque y el comercio, los hombres trata-ron de vender a otros lo que producan pero no consuman, as que esta actividad de promocin de ventas existe desde muchsimo tiempo atrs. La diferencia reside en que en ese entonces se practicaba de manera espontnea e improvi-sada. Hoy se trata de una actividad organizada y altamente sofisticada. Se incluyen en el concepto de mercadeo, entre otros: el estudio o anlisis de la dimensin y las tendencias del mercado, las estrategias para incrementar las ventas, la promocin mediante contactos con los clientes potenciales y la publicidad o comunicacin masiva con los consumidores.

    El capitalismo le dio un impulso adicional al mercadeo. Los estudios de mercado originalmente estaban destinados

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    CREACIN Y DISTRIBUCIN DE LA RIQUEZA

    a determinar lo que la gente necesitaba, con el propsito de producirlo. Hoy estos estudios estn destinados ms bien a determinar lo que se puede vender, lo necesite la gente o no. En realidad, venderle a alguien lo que precisa es fcil. Un mercadeo ms sofisticado consiste en venderle lo que no precisa, hacindole creer que le es indispensable.

    La masificacin de la produccin

    El mercadeo es probablemente el mayor responsable por la masificacin de la produccin, y por el hecho de que, como consecuencia de ella, haya sectores del mercado que se en-cuentran extraamente desabastecidos.

    Ocurre que a los especialistas en mercadeo lo que les interesa es promocionar productos que pueden fabricarse y venderse masivamente al pblico en general, y no les pre-ocupa satisfacer la demanda de pequeos grupos de consu-midores por productos hechos a la medida o al gusto de sus integrantes.

    Es as como, por ejemplo, ya no se producen aparatos de radio con una grabadora incorporada que se puede progra-mar para que se prenda a una hora determinada y grabe un concierto, mientras su dueo (aficionado a la msica clsi-ca) se encuentra trabajando en su oficina. Y esto, no por-que no haya ms clientes interesados en el producto, sino porque se estima que no son lo suficientemente numerosos para justificar la fabricacin de ese producto o para que su venta genere suficientes utilidades. Del mismo modo, mi-les de excelentes libros quedan sin publicar porque los de-partamentos de mercadeo de las editoriales juzgan que no contienen suficiente sexo y violencia como para interesar a la mayora de los lectores. Ya no son los editores los que deciden la publicacin de un libro, sino sus especialistas en mercadeo, y estos los rechazan cuando estiman que no

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    se podr vender por lo menos diez mil ejemplares de cada ttulo. Desafortunadamente, estos especialistas, como todos nosotros, a veces se equivocan. Por suerte para ellos, sus errores solo se descubren con relacin a libros publicados, pero nunca salen a luz con respecto a libros que no han sido editados.

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    CAPTULO IV

    EL COMERCIO INTERNACIONAL

    Cualquier intercambio de bienes y productos, con dinero o sin dinero, con crdito o sin crdito, es comercio. Se pue-de comerciar con el vecino, o con cualquier persona en la misma ciudad o en otras ciudades del pas. Pero tambin se pueden hacer operaciones comerciales con otros pases. Eso es el comercio internacional. Todas las ventas que hacemos al exterior son exportaciones y todas las compras que hace-mos en el exterior son importaciones. Nosotros las llamamos as, pero para otros pases, nuestras exportaciones son im-portaciones (porque son productos que ellos nos compran), y nuestras importaciones son exportaciones (porque son productos que ellos nos venden). O sea, toda exportacin es tambin (para la otra parte) una importacin, y viceversa. Por eso, la suma de todas las exportaciones del mundo es siempre igual a la suma de todas las importaciones.

    Ningn pas lo tiene todo, o tiene de todo. De ah la necesidad de participar en el comercio internacional. Lasnaciones exportan lo que les sobra para poder importar lo que les falta.

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    Existen pases que tienen ms materias primas que las que pueden utilizar, y las venden a pases que no las tienen. Otros pases se especializan en la fabricacin de televisores, autos o relojes, y los venden al exterior para poder pagar las materias primas y las mquinas que necesitan importar para producirlos. Suiza no tiene oro, plata, ni acero, pero fabrica relojes de oro, plata y acero. Los nicos ingredien-tes nacionales que Suiza pone en sus relojes son el trabajo y el ingenio de su gente y su... tiempo (que evidentemente es muy importante en un reloj).

    Las operaciones de comercio internacional ya casi nunca se realizan bajo la forma de trueques, sino mediante el pago de las mercaderas con dinero. Es decir, no se vende petr-leo, trigo o carne contra un pago en computadoras, relojes o automviles, sino contra una transferencia de dinero del pas importador al pas exportador. Si un pas exporta ms de lo que importa, tendr un sobrante de dinero. Si, por el contrario, importa ms de lo que exporta, le faltar dinero, y necesitar recurrir al crdito o a sus fondos de reserva.

    Cuando a un pas le sobra dinero como consecuencia de sus operaciones comerciales internacionales, se dice que tiene un balance comercial favorable (o excedente), y del pas al que le falta dinero, por la misma razn, se dice que tiene un balance comercial desfavorable (o deficitario).

    Comercio libre y comercio controlado

    Algunos gobiernos favorecen las exportaciones y restringen las importaciones para mejorar su balance comercial.

    Sin embargo, un pas que solo exporta perjudica al co-mercio internacional, porque, al no importar, acumula di-nero que no se redistribuye, y pronto otros pases no tienen con qu comprarle, y el comercio se paraliza. Por otra par-te, un pas que solo importa agota sus reservas de dinero

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    EL COMERCIO INTERNACIONAL

    y debe pedirlo prestado, o comprar mercadera a crdito, hasta que nadie le quiera prestar o vender, y el comercio tambin se paraliza. Lo ideal es que exista y se desarrolle el comercio entre pases en ambas direcciones. Partiendo de este punto de vista, pases de varios continentes formaron una asociacin llamada Organizacin Mundial del Comer-cio. Esta organizacin trata de convencer a todos de que el comercio totalmente libre y sin restricciones es la mejor so-lucin tanto para pases ricos como para naciones pobres, y busca la forma de poner a todos de acuerdo (tarea harto difcil) sobre cmo lograr este objetivo.

    En general, son los pases con gobiernos de tendencia liberal los que defienden ms vehementemente el comer-cio internacional sin trabas, mientras que algunos pases que tienen gobiernos autoritarios o atraviesan situaciones econmicas difciles siguen regulando su comercio exterior mediante el otorgamiento de condiciones preferenciales a sus exportadores y prohibiendo o dificultando cierto tipo de importaciones que consideran prescindibles.

    Las exportaciones

    Fuera de las medidas tomadas y las reglamentaciones emi-tidas por los gobiernos, hay muchos otros factores que inci-den en el xito o el fracaso de las exportaciones.

    Es ventajoso para un pas disponer de muchas materias primas. Pero no es suficiente tenerlas: es necesario que sean abundantes y de fcil acceso. Una mina de oro puede con-tener un alto o bajo porcentaje de metal precioso, y estar localizada en una zona cercana a la capital, o perdida en lo ms profundo de una selva tropical. Sacar el oro del suelo y depurarlo es ms fcil y ms barato si proviene de una mina muy rica y muy cercana. Por consiguiente, el oro as extra-do podr ser exportado a precios razonables, en lingotes o

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    convertido en joyas. En otras palabras, un pas cuyo subsuelo es rico en minerales tiene una ventaja competitiva frente a pases que no disponen de tal riqueza natural. Es cierto que el precio de los metales puede variar fuertemente segn la oferta y la demanda internacionales, que a su vez dependen de la buena o mala salud de las economas de pases que son compradores potenciales, o de las revoluciones y las guerras en las cuales estas naciones pueden verse involucradas. Pero, por lo menos, los metales que estn bajo tierra siguen ah, pase lo que pase.

    El buen clima tambin puede favorecer a un pas. Eso es particularmente cierto para los que producen granos, cran ganado o poseen actividad pesquera. Ciertos pases de Am-rica Latina son grandes exportadores de cereales (trigo, maz, soja, etc.), carne (principalmente vacuna), lana, cue-ro, pescados frescos o procesados, y mariscos (langostinos, camarones, langostas, cangrejos, etc.). Sin embargo, estas exportaciones estn sujetas a vaivenes (a veces, desastres) climatolgicos o ecolgicos. Inundaciones, sequas, incen-dios, temblores de tierra, calentamiento o enfriamiento de las corrientes submarinas (fenmeno de El Nio) son situa-ciones casi siempre imprevisibles y pueden afectar negativa-mente las exportaciones de los pases que las sufren.

    Tener mano de obra barata (o sea, trabajadores que co-bran poco dinero) tambin facilita la fabricacin y la expor-tacin de ciertos productos. Como no hay mal que por bien no venga, en general son los pases pobres los que tienen un amplio sector de su poblacin dispuesto a trabajar por sueldos bajos o mnimos.

    Sin embargo, esto representa una ventaja solo para la fabri-cacin de productos artesanales, o especiales, que necesitan ser manipulados por seres humanos en lugar de mquinas. Por desgracia, se producen cada vez ms objetos en serie (sean estos muecos o hamburguesas), y para su fabricacin general-mente se utilizan mquinas y robots en vez de trabajadores.

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    EL COMERCIO INTERNACIONAL

    Para que puedan exportar sus productos, es importante que las fbricas de un pas dispongan de las maquinarias ms modernas y de una tecnologa de punta (o sea, la ms reciente y evolucionada) en lo que se refiere a sus mtodos de produccin. Si tienen maquinaria anticuada y en mal estado y utilizan tcnicas de fabricacin perimidas, no po-drn producir nada a un costo lo suficientemente bajo para poder competir con las fbricas de otros pases que manu-facturan los mismos productos, y en general esto es as aun cuando obtienen materia prima barata o pagan sueldos de miseria. Lo malo es que los pases pobres, que son los que ms necesitan exportar, son tambin los que tienen la ma-yor necesidad de modernizar sus fbricas, pero no cuentan con los fondos requeridos para importar las mquinas ne-cesarias para llevar adelante esa modernizacin.

    Finalmente, independientemente de lo que precede, es a menudo el tipo de cambio lo que ms afecta a las expor-taciones e importaciones, y es determinante en cuanto a las reales posibilidades de que estos negocios tengan lugar.

    Exportaciones tradicionales y no tradicionales

    Existen dos tipos de exportaciones: las que un pas hace siempre y las que hace solo de vez en cuando. Las primeras se llaman exportaciones tradicionales y las segundas, ex-portaciones no tradicionales.

    Para Arabia Saudita, el petrleo es una exportacin tra-dicional. Para Chile lo es el cobre. Para Argentina, el trigo y la carne. Para Japn, los automviles, y para Suiza, como hemos visto, los relojes. Son materias primas y productos fabricados que venden al exterior ao tras ao, con regula-ridad y sin interrupcin.

    Tener un solo producto, o muy pocos productos, para exportar, es peligroso. Si, por alguna razn, llega a haber

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    demasiado de esos productos en el mundo, su precio bajar (por la ley de la oferta y la demanda), y el pas que los pro-duce y los exporta no recibir suficiente dinero para poder pagar lo que compra en el exterior, y tendr un balance co-mercial desfavorable. Por esta razn, los pases siempre tra-tan de agregar nuevos productos a la lista de los que venden al exterior. Desgraciadamente, si estas nuevas exportaciones por motivos inherentes al pas que exporta solo logran hacerse de vez en cuando (o sea, siguen siendo no tradi-cionales), los compradores del exterior probablemente no quedarn satisfechos por la irregularidad de las entregas y decidirn surtirse en otro lado.

    Si un estudiante compra tres cuadernos en una pape-lera, y le dice al dueo que necesitar otros tres cada se-mana, le caer muy mal que este ltimo le conteste que no sabe si tendr cuadernos la semana entrante. Por eso, si la papelera de enfrente le asegura al estudiante que siempre tendr cuadernos, este ir a comprarlos all.

    Lo mismo pasa con las exportaciones. Ms que promo-ver las exportaciones no tradicionales, un pas debe tratar de convertirlas en tradicionales. Eso es lo que hizo Chile, por ejemplo, con las exportaciones de frutas y las de sal-mn, que no eran habituales, pero que hoy se efectan con toda regularidad y por lo tanto se convirtieron en exporta-ciones tradicionales.

    Las importaciones

    En una nacin donde la importacin es libre y donde la aduana no cobra recargos a los importadores sobre las mercaderas compradas en el exterior (lo que encarece los productos importados), es probable que se traer de otros pases todo lo que no se produce localmente y tambin todo lo que s se produce localmente pero se consigue ms

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    EL COMERCIO INTERNACIONAL

    barato fuera de las fronteras. Como todas las cosas, la libre importacin tiene sus ventajas y sus desventajas.

    Entre las ventajas se puede resaltar que favorece al con-sumidor, que, gracias a la competencia entre los fabricantes locales y los del exterior, y la consecuente mayor oferta de productos, obtiene mercaderas ms diversas y ms baratas. Aveces, un vino importado puede comprarse a menor precio que uno producido en el pas y ser adems de mejor calidad. Asimismo, el consumidor que tenga suficiente dinero para permitrselo, en una economa abierta a las importaciones en-contrar y podr comprar cualquier artculo, por ms lujoso o extico que sea. Adems, se argumenta que, ante este tipo de regmenes aduaneros, las industrias locales se ven obligadas a modernizarse y mejorar la calidad de sus productos para po-der competir con las mismas industrias de otros pases.

    Como desventajas, se sostiene que una poltica de libre importacin deja sin proteccin a las industrias naciona-les, cuyos dueos suelen no tener suficientes recursos para comprar la maquinaria nueva que les hace falta para com-petir con las grandes empresas del exterior. Las empresas de estos industriales suelen quebrar y, al hacerlo, se ven obligadas a despedir a sus trabajadores, lo cual aumenta el nmero de desempleados, lo que a su vez disminuye el consumo y frecuentemente provoca recesin (que como veremos ms adelante es una de las enfermedades de la economa). Finalmente, cuando un pas no logra realizar suficientes exportaciones para compensar el costo de las importaciones, su balance comercial se vuelve rpidamente negativo (deficitario) y se ve obligado a recurrir al crdito y a endeudarse con el exterior.

    Por otra parte, cuando las importaciones son controladas, o sea que son trabadas por reglamentaciones y recargos, tam-bin se producen problemas e inconvenientes. Por ejemplo, no se pueden incrementar las ventas al exterior si las empre-sas que quieren exportar no pueden importar las mquinas o

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    materias primas que necesitan para producir las mercaderas que desean ofrecer a otros pases. Los suizos no podran ex-portar cigarros de primera calidad si no les dejaran importar tabaco, ya que este no crece en los alrededores de Zurich o Ginebra. Tampoco los belgas podran exportar chocolates si no los dejaran importar cacao, ya que no existen plantacio-nes de esos rboles en su pas. Una fbrica de Mxico, a pesar de contar con mano de obra barata, no podra competir con una fbrica del mismo producto de Estados Unidos, si no le autorizaran a importar mquinas modernas, como aquellas con las que cuenta la industria estadounidense.

    Un pas pobre probablemente no debera importar de todo. Existen productos de lujo de los que se puede prescin-dir. Pero incluso un pas pobre no puede dejar de importar si quiere progresar. Por supuesto, ser mejor que importe dentro de sus posibilidades econmicas reales, ya que para un pas as como para un individuo lo mejor es gastar de acuerdo con los ingresos que se poseen. Para el comercio internacional, como para todas las cosas, lo ideal es buscar un punto de equilibrio.

    El tipo de cambio

    Solemos expresar el valor (precio real) de todos los produc-tos en moneda nacional, o sea con relacin a nuestro dine-ro. Pero resulta que nuestro dinero no es el mismo que el de otros pases. Si deseamos saber cunto valen en el exterior los bienes que producimos, debemos saber primero cunto vale nuestro dinero con relacin a las monedas de otros pases. Esa relacin se expresa bajo la forma de un tipo de cambio que representa el precio de nuestro dinero en el exterior.

    El tipo de cambio puede fijarse de dos maneras. En una economa dirigida lo fija el gobierno por intermedio del Banco Central. En una economa libre lo fija el mercado de

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    EL COMERCIO INTERNACIONAL

    cambio, que, como todo mercado, est sujeto a la ley de la oferta y la demanda.

    Cuando el gobierno establece el tipo de cambio, este puede no corresponder al valor real de nuestra moneda.

    En esos casos pueden existir dos mercados de cambio: el oficial, en el cual la moneda nacional se cotiza al tipo de cambio fijado por el Banco Central, y el paralelo (cuando es legal) o negro (cuando es ilegal), donde la moneda nacional se cotiza de acuerdo con la oferta y la demanda.

    Cuando el gobierno cree necesario disminuir el valor aparente de la moneda, fija para esta un nuevo tipo de cam-bio ms bajo. Eso es devaluar la moneda. Cuando, por el contrario, quiere aumentar el valor aparente de la moneda nacional, establece para esta un nuevo tipo de cambio ms alto. Eso es revaluar la moneda.

    En una economa libre, nadie devala ni revala la mone-da nacional. Esta se devala o se revala sola, segn si existe un exceso de demanda o de oferta de monedas extranjeras.

    Un tipo de cambio bajo (o sea, cuando nuestro dinero vale menos de lo que debera valer) favorece las exportacio-nes porque nuestros productos se venden al exterior por una cantidad menor de moneda extranjera. Es decir, nuestros pro-ductos resultan ms baratos en el exterior. Un tipo de cambio alto (o sea, cuando nuestro dinero vale ms de lo que debera valer) favorece las importaciones porque los productos fabri-cados en el exterior nos parecen baratos cuando convertimos su precio en moneda extranjera a nuestra moneda.

    El dlar

    Cuando uno habla de tipo de cambio (en singular), en general se refiere al precio de la moneda nacional contra el dlar.

    La suba o la baja del tipo de cambio depende de dos co-sas: el eventual aumento o disminucin del valor de nuestra

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    moneda, y el eventual aumento o disminucin del valor del dlar. Cmo podemos saber si una devaluacin se debe a la prdida de valor de nuestro dinero o al aumento del va-lor del dlar? Si nuestro dinero pierde valor contra el dlar pero no lo hace frente a las dems monedas, quiere decir que el dlar se ha valorizado. Si por el contrario nuestro dinero pierde valor contra todas o la mayora de las mo-nedas, quiere decir que nuestra moneda se ha devaluado. En realidad, una devaluacin puede deberse a cualquiera de las dos situaciones, o a las dos a la vez.

    Es cierto que nuestra moneda no tiene por qu medirse solo con relacin al dlar, ya que existen cientos de otras divisas. Pero establecer su valor contra todas las dems mo-nedas sera engorroso y tambin intil, ya que no tenemos intercambios con todos los pases del mundo.

    Por ser la moneda del pas hasta ahora econmicamente ms poderoso y que tiene los mayores intercambios comercia-les con el resto del mundo, el dlar sigue siendo considerado hoy la mejor divisa para medir el valor de todas las dems monedas. Por consiguiente, para conocer el valor de nues-tra moneda con relacin a cualquier otra, basta con saber el valor de ambas con respecto al dlar. De esta manera se pue-den establecer todos los tipos de cambio. Habitualmente, se establecen solo los tipos de cambio para las monedas de los pases con los cuales se mantiene ms intercambio. El dlar se ha convertido en una verdadera moneda internacional. Muchos pases que han tenido economas inestables y han sufrido inflacin, hiperinflacin y sucesivas devaluaciones de sus monedas han tenido que recurrir al dlar como punto de referencia. Los precios en dinero local de los bienes y los servicios se ajustan con relacin a la fluctuacin del tipo de cambio de la moneda local contra el dlar.

    Ciertos pases han llegado incluso a utilizar el dlar no solo para sus operaciones con el exterior sino tambin para sus ope-raciones domsticas. O sea, han dolarizado sus economas.

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    CAPTULO V

    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    Como los seres humanos, las economas a veces se enferman. Lo mismo que para las personas, lo mejor sera aplicarles me-dicina preventiva. Desgraciadamente, sus enfermedades no siempre se detectan a tiempo y necesitan entonces de medidas drsticas y a menudo dolorosas para enfrentar el problema.

    Entre las enfermedades ms graves y temidas que atacan a las economas estn: la inflacin, la devaluacin, la rece-sin, la deflacin y el desempleo. Aunque muchos ignoran su origen, su razn de ser o sus principales caractersticas y efectos, todos las padecemos en algn momento.

    Adems de las enfermedades econmicas citadas, exis-ten muchas otras que se derivan o son consecuencia de estas, ya que, en las economas dbiles o debilitadas por la fiebre o la parlisis, tambin pierde fuerza el sistema inmunolgi-co. Las causas de una enfermedad econmica pueden ser evidentes, pero el remedio no. Por otra parte, las medicinas que se recetan a menudo tienen efectos secundarios, y el remedio resulta a veces peor que la enfermedad.

    Lo que complica ms el problema es que, con frecuen-cia, las enfermedades econmicas son provocadas, ms que

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    por problemas econmicos, por acontecimientos polticos, sociolgicos, meteorolgicos, o por reacciones psicolgicas del pblico. Una campaa electoral, un golpe de Estado,una revolucin, una guerra civil, pueden paralizar un pas y frenar todas sus actividades econmicas. A su vez, una des-confianza generalizada hacia el gobierno (justificada o no), un pesimismo o un optimismo exagerados, un nerviosismo basado en rumores infundados, sentimientos patriticos o nacionalistas y fanatismos religiosos, pueden tener una in-fluencia positiva o negativa sobre la economa, provocando un auge o una depresin de la misma.

    A veces se aplican remedios que ya han demostrado su poca efectividad en el pasado. Otras veces, se recurre a un remedio solo porque est de moda y, para colmo, se aplica a todos los pases por igual, sin adaptar la dosis, ni la frecuen-cia de su aplicacin, a la condicin especfica de la econo-ma enferma o a la intensidad de su mal.

    Medidas opuestas pueden resultar eficaces en distintos pases para controlar o mitigar los efectos de las mismas en-fermedades econmicas. Es as como, en Estados Unidos, el banco de la Reserva Federal suele aumentar las tasas de inters para frenar un proceso inflacionario, mientras que en algunos pases latinoamericanos las autoridades moneta-rias tienden a mantener intereses bajos para evitar que tasas ms altas agreguen un factor ms al costo de produccin de las empresas que necesitan recurrir al crdito para finan-ciar sus operaciones. Lo curioso es que ambas polticas a ve-ces resultan adecuadas en vista, sobre todo, de una actitud psicolgica de la poblacin de los pases involucrados. EnEstados Unidos, los comerciantes e industriales, frente a un aumento de las tasas de inters, reducen su utilizacin del crdito porque piensan que el alza es transitoria y que las tasas volvern pronto a su nivel habitual. En ciertos pases en vas de desarrollo (que han padecido de hiperinflacin), por el contrario, la demanda de crdito puede incremen-

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    tarse, porque los clientes suelen pensar que las tasas de in-ters seguirn subiendo.

    En Estados Unidos, la poltica monetaria tendiente a incre-mentar las tasas de inters para contener la inflacin y bajarlas para reactivar la economa cuando se entra en un perodo de recesin, ha sido frecuentemente eficaz. Sin embargo, uno se pregunta qu pasara si ese pas padeciera de stagflation o sea, estancamiento con inflacin. Evidentemente, su poltica monetaria ya no podra funcionar, porque es imposible bajar y subir las tasas de inters simultneamente.

    La inflacin

    Hay inflacin cuando la gente empieza a medir el dinero por lo que puede comprar en vez de medir las cosas por el dinero que cuestan.

    Un exceso de dinero o una escasez de productos causan inflacin. Tanto el exceso de dinero como la escasez de pro-ductos aumentan la demanda por ellos. Se manifiesta la ley de la oferta y la demanda. Y de esta manera se incrementa la cantidad de dinero necesaria para comprar las mismas cosas.

    Un exceso de dinero (liquidez) puede deberse a que el gobierno imprime demasiados billetes, los bancos conce-den demasiados crditos, o se reciben demasiados fondos provenientes del exterior (inversin extranjera). Cuando un pas est de moda, todo el mundo quiere invertir en l. Eso le pas en una poca a Suiza, y los bancos de ese pas tuvieron que imponer intereses negativos a sus depositan-tes del exterior. O sea, en vez de que los bancos les pagaran intereses a sus clientes por el dinero que mantenan con ellos, les cobraban intereses sobre los fondos depositados.

    Una escasez de productos puede ser causada por indus-trias ineficientes, maquinarias obsoletas, trabajadores mal en-trenados o poco motivados, huelgas, guerras civiles o desastres

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    naturales, todos los cuales provocan una disminucin de la productividad. Tambin puede crear escasez la prohibicin de importar ciertos productos o la excesiva exportacin de otros.

    La inflacin es difcil de controlar. Se asemeja a una bola de nieve que rueda por una pendiente. El aumento de los precios de productos y servicios crea demanda por mejores salarios, cuyo incremento, a su vez, repercute sobre los costos de produccin y, por ende, sobre el precio de los productos. Es un crculo vicioso. Cuando no se logra con-trolar, la inflacin puede convertirse en hiperinflacin.

    Como a los comerciantes no les gusta incrementar los pre-cios al consumidor, primero las compaas productoras o co-mercializadoras tratan de disimular los aumentos reduciendo la cantidad o el tamao de los productos ofrecidos (al mismo precio). Por eso, cuando recin comienza, el proceso infla-cionario puede pasar desapercibido. Sin embargo, cuando un rollo de papel higinico comprado hoy tiene menos hojas que el mismo rollo comprado un mes atrs, o cuando la calidad del papel es inferior a la que la marca acostumbraba ofrecer, y los precios son los mismos, existe un signo de inflacin que cualquier persona observadora puede detectar fcilmente.

    Aunque se publican estadsticas oficiales sobre la infla-cin, estas no son siempre confiables. Habra que analizar cules son los productos que se incluyen en el clculo estads-tico y cules no lo son. Si el aumento de los alquileres o de los precios inmobiliarios no est incluido, ni lo est el precio del combustible, las estadsticas gubernamentales tendrn poco valor. El mejor barmetro para la inflacin sigue siendo el supermercado y el mejor juez, el ama de casa.

    La devaluacin

    Mucha gente se pregunta por qu una fuerte inflacin suele ser seguida por una devaluacin (y viceversa). La respuesta

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    podra ser elaborada pero, en realidad, es de una sorpren-dente simplicidad: la inflacin y la devaluacin son dos aspectos de un mismo fenmeno. En otras palabras, la infla-cin es la prdida de poder adquisitivo de una moneda en el pas que la emite, mientras que la devaluacin es la prdida de poder adquisitivo de la misma moneda en el exterior. Yes difcil que una moneda pierda valor dentro del pas sin perderlo tambin afuera. Por lo tanto, si bien la inflacin y la devaluacin no se producen siempre en forma simultnea, en general, siendo hermanas, se siguen de cerca.

    Cuando nuestra moneda se devala y viajamos al exte-rior, los precios en dlares de las camisas, de los chocolates, de los discos, de los relojes, de los quesos o de los whiskies que queremos comprar pueden ser iguales a los del ao pasado, pero, de repente, traducidos a nuestra moneda, resultan exorbitantes y estn fuera de nuestro alcance. Noes necesario ser adivinos para entender que no son estos productos los que estn ms caros, sino que son nuestros billetes y nuestra moneda los que valen menos.

    Pronto hacemos comparaciones, e inevitablemente, por ms culpables que esto nos haga sentir, empiezan a gustar-nos ms las monedas extranjeras que la nuestra.

    Los que viven en un pas donde se pueden comprar di-visas libremente en el mercado de cambio constatarn que, cuando hay ms demanda que oferta de estas, su precio sube, o sea, la moneda nacional se devala.

    En pases que tienen una economa dirigida, el Banco Central, para defender la moneda del pas, puede vender d-lares a un tipo de cambio fijo. En ese caso, la devaluacin no se produce de inmediato, pues es demorada artificialmente. Pero las leyes naturales de la economa siempre terminan por imponerse. Se puede construir un dique para contener un ro, pero si no se le da salida las lluvias torrenciales harn subir tanto las aguas que vencern la resistencia de la cons-truccin; tambin pueden construirse edificios antissmicos,

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    pero la fuerza de un terremoto a veces supera las previsio-nes de los arquitectos. Tratar de impedir la devaluacin de una moneda sobrevaluada es casi tan absurdo como tratar de prohibir por decreto la erupcin de un volcn.

    El Banco Central solo puede defender la moneda mien-tras tiene reservas suficientes en divisas; cuando estas se aca-ban, no le queda ms remedio que devaluar.

    Entretanto, los que compraron dlares u otra moneda extranjera a una tasa de cambio artificialmente baja, habrn hecho un gran negocio a costa del Estado.

    Parece que sir Winston Churchill dijo una vez que exis-tan solo tres tipos de decisiones relacionadas con la econo-ma: Las buenas, las malas y las inevitables. La devaluacin cae casi siempre en la ltima definicin, porque a ningn ministro de Economa le agrada tener que devaluar. Enefecto, a pesar de que una devaluacin podra tomarse como un simple ajuste tcnico, en realidad siempre se considera un factor negativo en el anlisis de la economa de un determinado pas.

    Cuando nuestra moneda se devala, todos los produc-tos importados se vuelven ms caros. Un auto nuevo puede volverse prohibitivo y, si no los producimos en el pas, suele pasar lo mismo con los televisores, las computadoras y las latas de sardinas.

    Muchas personas se ven forzadas a cancelar las vacacio-nes que haban proyectado tomar en el exterior y conten-tarse con un viajecito a algn lugar del propio pas.

    La devaluacin suele favorecer a las industrias instaladas en el pas porque gracias a ella los productos importados se vuelven ms caros en trminos del dinero local. En otras palabras, las fbricas nacionales tienen menos competen-cia extranjera. Sin embargo, las maquinarias o las materias primas que necesiten comprar fuera del pas les resultarn ms costosas, lo que puede obligarlas, a su vez, a incremen-tar tambin el precio de sus productos acabados. En otras

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    palabras, la inflacin provoca devaluacin y la devaluacin ali-menta la inflacin, creando as un crculo vicioso.

    El nico elemento positivo de una devaluacin es que favorece las exportaciones, porque los productos del pas se vuelven ms baratos con relacin al dlar y las dems divisas.

    La recesin

    En el mundo capitalista se alternan, con una frecuencia va-riable, ciclos de auge y crecimiento con otros de estanca-miento y recesin.

    Un crecimiento demasiado acelerado de la economa suele recalentarla y provocar inflacin.

    Pero las medidas que se toman para frenar este creci-miento a veces son exageradas y pueden provocar una rece-sin, lo que supone pasar de Guatemala a Guatepeor.

    Aparte de medidas drsticas tomadas por las autorida-des competentes, existen tambin circunstancias naturales capaces de iniciar una recesin.

    La globalizacin y la tendencia generalizada hacia un li-bre comercio permiten la competencia internacional y la im-portacin de productos sin trabas ni recargos (as, en pases desarrollados, los productos importados a menudo son ms baratos que los nacionales). En ciertos pases, esto puede provocar el cierre de fbricas y empresas cuyos productos no pueden competir con los provenientes del exterior.

    Las as llamadas fusiones que, en realidad, suelen ser simplemente la compra de una sociedad por otra se concer-tan principalmente para hacer economas de escala que, por su parte, presuponen un importante despido de personal.

    A su vez, los progresos tecnolgicos tienden al reemplazo de trabajadores por varios tipos de sistemas automatizados.

    Finalmente, la especulacin burstil y la suba exagerada o injustificada de acciones que se negocian en las bolsas de

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    valores, pueden ser seguidas por una cada estrepitosa de es-tos papeles, provocando quebrantos y quiebras que afectan negativamente la economa. Se reduce el nmero de consu-midores al quedar muchos asustados y otros, insolventes.

    La recesin se caracteriza por una serie de fenmenos que suelen aparecer simultneamente: las fbricas trabajan por debajo de su capacidad, los comercios no venden, las tiendas estn vacas o con muy pocos clientes, hay un n-mero creciente de desempleados que buscan desesperada-mente algn trabajo, las empresas no pueden reembolsar prstamos tomados y algunos bancos (cuyos crditos son cada da de ms dudosa recuperacin) quiebran. Las insti-tuciones financieras que sobreviven no logran ni se atreven a conceder nuevos prstamos, ya que la nica demanda de crdito que subsiste proviene de clientes que estn en una situacin financiera crtica.

    Cuando una fbrica produce cien mil camisas y ciento cincuenta mil consumidores quieren comprar una o varias camisas, existe evidentemente ms demanda que oferta. Y,si esta situacin se repite con respecto a televisores, pantalo-nes vaqueros, tractores, cepillos de dientes y juguetes, entre otros productos, se dice que la economa est en auge, o sea, creciendo. Como ya lo hemos visto, el peligro est en que, por exceso de actividad, la economa se recaliente y se produzca una fuerte alza de los precios en la mayora de los productos, o sea que el auge lleve a la inflacin.

    Pero cuando una fbrica produce cien mil camisas, y solo cincuenta mil personas quieren y pueden comprarlas, existe ms oferta que demanda. Y si esta situacin se repite con casi todos los dems productos del pas, la economa de esta nacin entra en recesin.

    Lo primero que sucede es que la fbrica pone las cin-cuenta mil camisas que no logra vender en un depsito. Esto siempre es un mal negocio, porque el depsito le cues-ta un alquiler, y el dinero que no recibe (por ventas no rea-

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    lizadas) le cuesta intereses. En su contabilidad deber hacer entrar esas camisas en un registro llamado inventario. Por eso se dice que el crecimiento exagerado de los inventarios de las fbricas y de los comercios es un indicio de recesin.

    Ante el crecimiento de su inventario y la dificultad de encontrar compradores para sus camisas, la fbrica decidir reducir su produccin. En vez de cien mil camisas fabricar solo cincuenta mil. Gracias a esta disminucin de su pro-duccin podr reducir tambin su personal, y proceder a despedir un cierto nmero de empleados. Resulta que esos empleados, gracias a sus sueldos, podan contarse entre las cincuenta mil personas que estaban en condiciones de comprar camisas y haban decidido hacerlo a la brevedad. Frente a su nueva situacin de desempleados cambian de opinin, y deciden usar sus camisas viejas (a pesar de sus cuellos y puos deshilachados) por lo menos un ao ms. Con lo cual las previsiones de la fbrica deben modificarse otra vez, ya que ahora es poco probable que las ventas lle-guen siquiera a las anticipadas cincuenta mil camisas.

    Las liquidaciones anuales o peridicas, que las tiendas suelen efectuar para atraer a los clientes, pueden revelar un principio de recesin. Si estas liquidaciones ofrecen una gran abundancia de mercaderas y precios con descuentos importantes, significa que las empresas no tuvieron buenas ventas durante el ao y se encuentran con grandes sobran-tes de productos (inventario), de los cuales estn ansiosos de deshacerse.

    Desgraciadamente, es todava ms difcil para las em-presas enfrentar una recesin que una situacin inflaciona-ria. Esto es porque las medidas que una empresa necesita tomar para enfrentar la recesin deberan ser adoptadas antes de que esta se produzca.

    Es durante las pocas de auge (o boom) que se gestan las crisis en general, y las recesiones en particular. En po-cas de auge, todos los negocios parecen buenos, y todos los

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    proyectos parecen destinados a tener xito. Por ende, es ms difcil, pero ms necesario, ser un buen administrador o gerente en tiempos de auge que durante una crisis. Sibien todas las empresas sufren por la recesin, no todas son afectadas con la misma intensidad. Las que fueron pruden-tes y conservadoras en momentos de exagerado optimismo tienen mejores posibilidades de sobrevivir.

    Puede preverse una recesin? S y no. Lo que quere-mos decir con esto es que todas las crisis econmicas son precedidas y anunciadas por ciertos sntomas que permiten saber que estn por producirse, pero es muy difcil saber cundo van a ocurrir. Esto es porque existen diversos facto-res que pueden demorarlas o acelerarlas.

    Si el Banco Central de un pas dispone de mucho dine-ro extranjero (reservas en dlares o euros, por ejemplo), puede mantener por bastante tiempo su propia mone-da artificialmente sobrevaluada. En ese pas se producir inevitablemente una devaluacin, pero es muy difcil pre-decir cundo ocurrir. Adems, aun cuando se le acaben las reservas de divisas, un importante prstamo del Fondo Monetario Internacional, o el descubrimiento de nuevos yacimientos de petrleo, pueden constituirse en factores que demoren el reajuste inevitable.

    A su vez, cuando la economa de un pas est recalen-tada, o sea, cuando la gente gasta demasiado, especula demasiado, se endeuda demasiado, y vive en un ambiente de optimismo exagerado e injustificado, se puede prever que al auge econmico (boom) le seguir una recesin, y que, por la ley del pndulo, cuanto ms desenfrenado haya sido el auge, ms fuerte ser la recesin. Sin embargo, tambin en este caso ser difcil adivinar el momento exac-to en que la situacin pasar de ser positiva a ser negativa.

    No hay mucho que se pueda hacer para disminuir los efectos de una recesin sobre la poblacin. Los empleados deben mostrarse particularmente eficientes para no ser in-

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    cluidos en la lista de los que perdern su empleo. Deben gastar menos y tratar de no endeudarse, o, por lo menos, no incrementar sus deudas. Pero esto es desgraciadamen-te lo que hacen todos, y, por consiguiente, si bien puede mejorar situaciones individuales, solo empeora la situacin general. Lo ms aconsejable es que la gente sea prudente durante el auge. O sea, para sufrir menos los efectos de una recesin, deben tomarse medidas antes de que la misma se produzca. La poblacin no debera dejarse arrastrar por la tendencia a no ahorrar parte de lo que gana, o a gastar, especular y endeudarse ms all de sus posibilidades reales y razonables. Cuando ya se est en plena recesin, algunos dirn: este consejo viene tarde. Pero eso no es cierto por-que los ciclos se repiten, y si el consejo llega tarde para en-frentar una recesin, puede servir para la prxima. Cuando se cometen errores, lo importante es aprender de ellos para no repetirlos.

    El desempleo

    Si bien el desempleo es una de las consecuencias de la re-cesin, puede considerarse tambin como una enfermedad de la economa por mrito propio. La recesin, al provocar la quiebra y el cierre de muchas empresas, crea una situa-cin de desempleo generalizado. Pero existen muchas otras causas de desempleo que se ensaan particularmente con algunas profesiones y algunos sectores de la poblacin.

    En la poca de la Revolucin Industrial, al modernizarse las fbricas, un sinnmero de obreros que formaban parte de lo que llamamos la mano de obra no calificada fueron reemplazados por mquinas y se encontraron en la calle.

    En nuestros das, debido a lo que puede llamarse revo-lucin informtica, tecnolgica y robtica, estn quedan-do sin empleo muchos trabajadores que son reemplazados

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    por computadoras y una serie de artefactos provistos de programas de inteligencia artificial.

    Es cierto que esta revolucin, como la anterior, tambin crea nuevos empleos, nuevas especializaciones y hasta nue-vas profesiones. Las mquinas y las computadoras tienen que ser manejadas, alimentadas, reparadas y comprendidas por seres humanos. Pero, en el corto plazo, los puestos de trabajo que se pierden son siempre ms numerosos que los que se crean y, adems, los nuevos empleos necesitan una formacin profesional cada vez ms especializada. Estoacenta la disparidad de oportunidades para conseguir tra-bajo entre los candidatos sin una preparacin suficiente o sin alguna especializacin y aquellos que han recibido una formacin y un adiestramiento adecuados.

    Hoy, cualquier persona que no sea capaz de utilizar una computadora, aun si sabe leer y escribir, es considerada analfabeta.

    Esta situacin acenta tambin la desigualdad y el desequi-librio en la distribucin de la riqueza, ya que los desemplea-dos, aun cuando cuentan con ayuda estatal, suelen pasar a integrar el sector ms pobre de la poblacin.

    Un cambio en la poltica econmica de un pas, sea acer-tado o no, tambin puede provocar desempleo. El paso de una economa dirigida (que protege a las industrias nacio-nales) a una economa libre (que libera las importaciones y expone a las empresas locales a la competencia extran-jera) frecuentemente provoca el cierre de las fbricas ms anticuadas o ineficientes, y el consiguiente despido de su personal. Este tipo de cambio, si bien puede resultar bene-ficioso para la economa del pas, siempre necesita de un tiempo prudencial de ajuste para llegar a serlo. Lamenta-blemente, los desempleados sufren de inmediato las con-secuencias negativas del cambio y rara vez disponen del tiempo necesario para llegar a obtener los beneficios de esa transformacin.

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    ENFERMEDADES DE LA ECONOMA

    Una escasez temporaria de profesionales en ciertas espe-cializaciones, el desarrollo acelerado de ciertos sectores de la economa, y aun la moda, pueden incitar a los estudian-tes jvenes a elegir preferente y masivamente una carrera determinada. Cuando todos estos estudiantes se graden y estn listos para incorporarse al mercado del trabajo, pue-de producirse un exceso de oferta en la profesin que han elegido. Esto tambin puede provocar situaciones de desem-pleo o, por lo menos, de frustracin profesional para los candidatos que deben buscar trabajo en otras empresas o actividades, en las que probablemente no podrn utilizar o desarrollar los conocimientos especializados que han ad-quirido con tanto esfuerzo.

    La deflacin

    Por mucho tiempo se pens que la palabra deflacin solo poda encontrarse en los diccionarios, ya que la enferme-dad econmica que designaba era terica, no exista, ni poda llegar a producirse en el mundo real. En efecto, se consideraba que los fabricantes y los comerciantes nunca permitiran que se produjera una baja de precios generali-zada de sus productos, ni los trabajadores, la reduccin de sus salarios.

    Desgraciadamente, se ha comprobado que una recesin aguda puede provocar un proceso deflacionario, cosa que era inimaginable en un mundo acostumbrado a padecer de inflacin.

    La deflacin, o sea, la disminucin de los precios a los cuales el consumidor puede conseguir las mercaderas o los servicios que necesita comprar, representa una revalua-cin del dinero, ya que, con la misma cantidad, se pueden adquirir y obtener ms cosas que antes. Sin embargo, con-trariamente a lo que se podra pensar, la disminucin de

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    los precios rara vez beneficia al consumidor. En efecto, este siempre sale perdiendo: cuando hay inflacin, los precios suben ms rpido que los salarios, y cuando hay deflacin, los sueldos bajan ms rpido que los precios.

    Pero la deflacin suele ser un proceso mucho ms lento y limitado que la inflacin. Lo mismo que los consumido-res se resisten a todo aumento de los precios, los produc-tores resisten fuertemente una reduccin de los mismos. Adems, existe un lmite natural a la reduccin de precios: un producto no puede llegar a valer menos de cero. Por el contrario, no hay lmites a la inflacin, ya que el precio de un producto puede subir a cualquier nivel, o sea, no tiene techo. Quizs sea por eso que fue necesario inventar la palabra hiperinflacin pero no existe la palabra hiper-deflacin.

    En cierto pas latinoamericano, una vez se inici un pro-ceso deflacionario por tres razones que, como ocurre a me-nudo, estaban interconectadas. La primera fue la existencia de una recesin muy fuerte y prolongada; la segunda, una poltica liberal en materia de comercio internacional que permita la entrada al pas de productos ms baratos que los nacionales, y la tercera, el mantenimiento de una moneda nacional fuertemente sobrevaluada, lo que haca todava ms atractivo comprar en el exterior y, al mismo tiempo, impeda exportar, ya que las mercaderas del pas resulta-ban demasiado caras para los consumidores extranjeros.