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PASEAR CON MI PERRO ES UN INFIERNO

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LAS#3SOLUCIONESINFALIBLESCONTRALOSPROBLEMASDECONDUCTACANINOS Cómo conseguir una convivencia perfecta con tu perro

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LAS #3 SOLUCIONES INFALIBLES CONTRA LOS PROBLEMAS DE CONDUCTA CANINOS

I N T R O D U C C I Ó N : PREVENIR ANTES QUE LAMENTA 3 P A R T E 1 : LOS CINCO PROBLEMAS DE CONDUCTA MÁS FRECUENTES EN LOS PERROS 6

P R O B L E M A 1 : TIRA DE LA CORREA EN LOS PASEOS 7 P R O B L E M A 2 : NO VIENE CUANDO LE LLAMO

8 P R O B L E M A 3 : SE COME TODO LO QUE PILLA POR EL SUELO 9 P R O B L E M A 4 : SE ASUSTA CON CUALQUIER RUIDO 10 P R O B L E M A 5 : LADRA SIN PARAR 11

P A R T E 2 : LAS TRES SOLUCIONES DEFINITVAS Y LETALES A LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO 12

S O L U C I Ó N L E T A L 1 : SOCIALIZACIÓN 13 S O L L U C I Ó N L E T A L 2 : HABITUACIÓN 14 S O L U C I Ó N L E T A L 3 : COMUNICACIÓN 15

P A R T E 3 : LA APLICACIÓN DE LAS SOLUCIONES

DEFINITIVAS Y LETALES: LA PREVENCIÓN MÁS EFECTIVA CONTRA LA APARICIÓN DE LOS PROBLEMA DE COMPORTAMIENTO 16

P A R T E 4 : EXTRAS 18 P A R T E 5 : MÁS INFORMACIÓN 20

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INTRODUCCIÓN

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CÓMO CORREGIR LA TENSIÓN DE LA CORREA DURANTE EL PASEO

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INTRODUCCIÓN

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I N T R O D U C C I Ó N ¿Te has parado a pensar alguna vez el motivo por el que vemos a tantos y tantos perros con problemas de conducta? A pesar de que el perro es, sin lugar a dudas, el principal de todos nuestros animales domésticos. Amigo, compañero y familia, las funciones que desempeñan los perros son innumerables: nos ayudan con nuestro trabajo, nos ayudan a cuidar de otros animales, de nuestra propia familia o de nuestras casas, nos mantienen en forma, nos dan compañía, diversión y toneladas de amor y cariño.

Pues bien, a pesar de eso, ¿por qué descuidamos tanto su bienestar, hasta el punto de carecer de la más mínima formación que garantice su correcta integración en la vida con los humanos?

Cuando desde nuestra academia os hablamos a vosotros, esforzados propietarios de perros, de cómo educar a vuestros canes, en realidad nosotros, esforzados conocedores del comportamiento canino, lo que estamos intentando es educaros, más a vosotros que a ellos, para que mejoréis la comunicación con vuestros perros.

Porque los perros tienen claro lo que son y cómo deben comportarse.

Otra cosa es que tú esperes que tu perro sea otra cosa diferente de lo que es. Y ahí es donde pueden empezar los problemas.

Tu perro es un animal social. Eso significa que, aunque a ti te requeteencante tenerlo todo el día pegado a tus pies, protegido de todos los peligros del parque canino (léase, de otros perretes con ganas de jugar), encerradito con la calefacción de casa puesta 23 horas al día, tu perro, sea del tamaño que sea, edad, raza, o sexo, necesita relacionarse adecuadamente con otros perros o acabará siendo un animal desequilibrado.

Espera, que a lo mejor no ha quedado claro:

Tu perro necesita relacionarse adecuadamente con otros perros o acabará siendo un animal desequilibrado.

Así mejor.

En este e-book ahondaremos en lo que entendemos por una correcta socialización. Profundizaremos también en otros conceptos cuyo manejo es fundamental para entender a tu perro, ayudarle en su adaptación y establecer una relación sana y equilibrada con él. Estos otros conceptos son el de habituación y la comunicación. Queremos también explicar cómo y por qué aparecen los problemas más frecuentes en los perros, que casi siempre son la consecuencia, precisamente, de carecer de estas herramientas:

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Socialización + Habituación + Comunicación

Curiosamente, los principales problemas tienen que ver con conductas que nosotros, los humanos, les exigimos que tengan (por ejemplo, acudir a la llamada); o, por el contrario, que no manifiesten (por ejemplo, ladrar).

Cuando fracasamos en nuestros intentos por tener perros bien educados, probablemente es porque no hemos tenido en cuenta cómo se comportan los perros de manera natural, el motivo por el que manifiestan determinadas conductas y hasta qué punto se sienten desorientados o fuera de lugar en un entorno (la mayor parte de nuestras mascotas de compañía viven en ciudades o núcleos urbanos) que no terminan de comprender.

Los cinco problemas más frecuentes que escuchamos los profesionales de la educación de perros urbanos son:

- Mi perro tira de la correa durante los paseos. - Mi perro es desobediente y no viene cuando le llamo. - Mi perro es una aspiradora y se come todo lo que encuentra por el suelo. - Mi perro se asusta o se sobresalta con cualquier clase de ruidos. - Mi perro ladra sin parar.

Lo primero que tenemos que entender es que, aunque todas ellas nos parezcan conductas anómalas, en realidad parten de comportamientos naturales en los perros. Lo que pasa es que, al no tener cubiertas sus necesidades físicas, mentales y emocionales, se transforman en conductas desadaptativas que no tienen cabida o nos parecen indesesables en una sociedad urbana. De ahí la importancia en reconducirlas, en favor de una convivencia feliz para todos.

En esta ocasión vamos a reunir en un único volumen los 5 problemas de conducta más frecuentes en los perros, los cuales van a poder ser neutralizados si trabajamos las 3 soluciones infalibles y letales que proponemos.

¡Vamos a empezar!

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LOS CINCO PROBLEMAS DE CONDUCTA MÁS FRECUENTES EN LOS PERROS

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L O S C I N C O P R O B L E M A S D E C O N D U C T A M Á S F R E C U E N T E S E N L O S P E R R O S Aunque se trata de problemas que ya hemos tratado en nuestros diferentes cursos, e-books, capítulos de nuestro podcast, talleres, entradas del blog... etc., etc., etc. (en resumidas cuentas: hemos hablado de todo esto en mil y un sitios), no por ello vamos a dejar de machacarlos porque no dejan de llegarnos consultas de propietarios para los que este tipo de conductas siguen siendo un grave y continuo inconveniente en la relación con sus perros.

Problema nº 1: mi perro tira de la correa durante los paseos

Este es un problema que ya hemos abordado y sobre el que hemos profundizado en varias de nuestras publicaciones y, de manera muy específica y extensa, en uno de nuestros e-books más solicitados.

Para empezar a comprender por qué tu perro no camina a tu lado de forma relajada cuando paseáis con la correa, quizá te sea de utilidad observar cómo caminan los perros cuando van en libertad e integrados en una manada. Es decir, cuando caminan de un modo natural.

Aunque la manada se desplaza invariablemente de forma agrupada, cada perro, de manera individual, lleva su ritmo y sigue una trayectoria, se detiene ante los olores que le llaman la atención, establece interacciones con los otros miembros o abandona, momentáneamente, el grupo atraído por algún tipo de estímulo externo. Sin embargo, y sin necesidad de que nadie tenga que llamarlo ni tirar de él, ese perro vuelve siempre a integrarse y a caminar de forma agrupada con los demás.

Así de sencillos y relajantes son los paseos que los perros dan en un ambiente natural.

No hace falta ser un hacha para darse cuenta de que los paseos en manada poco se parecen a los paseos que los humanos les obligamos a dar: caminatas lineales mientras tienen que permanecer atados a una correa.

La maléfica correa es un invento humano, un elemento que debemos introducir de forma artificial en la interacción con nuestro perro ya que las leyes así nos obligan. También porque, de no emplear la correa, podríamos estar poniendo en riesgo al perro mismo o a los demás (no queremos meter el dedo en más de una llaga al mismo tiempo, pero... ¿cómo llevas el tema de la llamada?, ¿y lo de que eche a correr despavorido al escuchar un sonido fuerte e inesperado?).

Ante esta limitación que le obligamos a aceptar al colocarle una correa enganchada del cuello, que le impide acceder a donde quiere y cuando quiere, la tendencia inicial del perro es la de empezar a tirar para conseguir su meta. Este es un momento clave, ya

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que, si empezamos a ceder ante la tensión de la correa y a permitir que el perro acceda a capricho a donde quiera en todo momento, le estaremos enseñando, sin pretenderlo, que esta es la manera en que debe hacer las cosas para conseguir lo que desea.

El perro obtiene su premio cuando consigue acceder a base de tirones hasta el lugar, persona o perro al que intentaba llegar, y esa es la manera en que se va reforzando cada vez más y más esta conducta.

De este modo es como se cronifica el problema de los tirones de correa. Conforme el cachorro crezca, el problema irá siendo cada vez más grave y acabará convirtiéndose en uno de los principales motivos por los que tú, propietario inexperto, solicitarás ayuda a un educador canino.

Para revertir esta situación hay que trabajar sobre el sistema cognitivo del perro. Instaurado el problema, el perro entiende que la tensión en la correa es la manera de alcanzar sus metas. Lo que hay que conseguir es que asocie precisamente la idea contraria: que aplicando tensión en la correa nunca conseguirá lo que quiere.

Puedes profundizar en esto puedes acudir al episodio 12 de nuestro podcast y, si ya quieres conocer las pautas para remediarlo definitivamente, echa un vistazo a nuestro curso de obediencia básica en la academia.

Problema nº 2: mi perro no viene cuando le llamo

Drama donde los haya.

Probablemente, este es el problema de conducta que más quebraderos de cabeza (y aspavientos, afonías e hinchamientos de yugular) provoca en los propietarios.

Cuando un perro se convierte en un desobediente crónico ante la llamada de su dueño, normalmente es porque nunca ha obtenido ningún beneficio a la hora de obedecer. Más bien al contrario. Acudir a la llamada es, en la mayoría de los casos, sinónimo de dejar de hacer cosas divertidas y emprender el camino de regreso a casa. Peor aún, puede suponer llevarse una regañina por alguna travesura que haya hecho. Y eso es algo que no le gusta a ningún perro.

Ahora ya conoces uno de los principales motivos por los que tu perro no acude a tu llamada: no le molan nada las consecuencias.

Pero hay otro motivo tan importante como ese. Y es que tu perro no entiende que cuando dices su nombre o cualquier otra palabra ("ven", "aquí", "toma", "venga") lo que tiene que hacer es irse contigo. Porque no se lo has enseñado. Para él solo son palabras sin sentido porque no tiene asociada ninguna acción con esas

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órdenes. Y tu perro sigue y sigue a lo suyo, esquivándote cada vez que intentas atraparlo.

Al final, para evitar que los paseos se conviertan en una tortura, puedes acabar tomando la determinación de no soltar a tu perro bajo ningún concepto. Y esto no va a hacer sino provocar otros problemas, ya que si un perro no tiene la oportunidad de correr, interactuar con otros perros u olisquear aquí y allá, no desgastará suficiente energía. La fatal consecuencia de todo ello será la aparición de importantes problemas de convivencia y de comportamiento. Para que una llamada empiece a ser efectiva y el perro aprenda a acudir a ella diligentemente, debe reunir dos condiciones:

- Aportarle algún beneficio (premio) al perro solo por acudir. - Que ese beneficio sea más apetecible que cualquier otra cosa que el perro esté

haciendo en ese momento.

En el episodio número 13 de nuestro podcast, en www.mascotasurbanas.com, hablamos de este problema. Y, si quieres construir una buena llamada viendo nuestros vídeos y siguiendo nuestras pautas, puedes hacerlo con nuestro training de la llamada.

Problema nº 3: mi perro es una aspiradora y se come todo lo que encuentra por el suelo

Bueno, déjame decirte que, si no fuera así... tu perro no sería un perro normal y tendríamos que empezar a preocuparnos (guiño, guiño).

Si algo que hay en el suelo aparenta ser comida, huele a comida y sabe a comida... ¿por qué no voy a comerlo? Ese es el razonamiento irrefutable de un perro y, por mucho que intentes cambiarle de idea, tienes la batalla casi perdida.

Ten en cuenta que el sentido más desarrollado de los perros es el olfato. Antes que por la vista o el oído, como nos sucede a los humanos, los perros inspeccionan el mundo a través del olfato. Entre ellos se reconocen y comunican con multitud de señales olfativas, la conducta sexual se desencadena casi siempre al olor de las hembras en celo y, por supuesto, el apetito se despierta ante la presencia del olor a comida.

Lo que sucede es que esta conducta, si no se le enseña a controlarla, puede acarrearle serios problemas al perro. Para empezar, no todo lo que huele a comida es comida en buen estado o comida que sea indicada para él. Pero, aparte de esto, son ya muchos los casos que se conocen de desaprensivos y desalmados que dejan trozos de carne envenenada o con alfileres en los lugares de esparcimiento canino más habituales con la única finalidad de causarles daño. Saben y se aprovechan, precisamente, de ese instinto casi irresistible para coger toda comida aparentemente apetitosa del suelo.

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Esto también, como tantos otros problemas, podemos ayudarte a controlarlo, aunque eliminarlo por completo es realmente difícil. Bien es cierto que hay perros cuyo impulso para coger comida del suelo es algo menos pronunciado. Así que si tu perro ya trae de serie ese instinto algo más moderado de lo habitual, ten por seguro que te merecerá la pena intentar eliminárselo o reducírselo a través de un adecuado aprendizaje. Si quieres profundizar en ello, te recomendamos escuchar el episodio 21 del podcast, sobre el rechazo de alimentos de la calle.

Problema nº 4: mi perro se asusta o se sobresalta con toda clase de ruidos

Casi ninguno de los sonidos que habitualmente se escuchan en las ciudades son agradables a los oídos de nuestros perros. Algunos de ellos, por ser muy frecuentes o por tener una intensidad moderada, puede que no les despierten ningún tipo de reacción ni malestar. Pero hay otros que, en cambio, pueden acabar siendo un auténtico martirio:

- El sonido del motor y gases de los autobuses, camiones y, en general, vehículos de gran tonelaje.

- El paso y silbido de los trenes. - Los martillos neumáticos y, en general, toda la maquinaria de obra. - Algunos electrodomésticos, como el aspirador, el secador o la lavadora. - Los timbres.

Y luego están esos otros ruidos que se llevan la palma por su capacidad para aterrorizar de manera intensa (y a veces hasta mortal) a nuestros perros:

- Las tormentas. - Los petardos. - Los fuegos artificiales.

Este último grupo de ruidos puede desencadenar intensos cuadros de estrés, bloqueos, ataques de pánico, vómitos y reacciones de huida, con el peligro que puede acarrear cruzar una carretera o arrojarse (no han sido pocos los casos) al vacío desde un balcón.

El miedo a estos ruidos puede haber surgido como consecuencia de un aprendizaje, pero en la mayoría de los casos los sufren perros cuyo temperamento les hace ser miedosos o inseguros por genética.

No obstante, el miedo a los ruidos no aparecerá si empiezas a trabajar en ello desde que el perro es un cachorro recién llegado a casa. La mejor manera de hacerlo es a través de la exposición moderada a toda clase de ruidos. Es lo que los educadores llamamos habituación y, trabajada junto con una adecuada socialización, hará que consigamos adultos equilibrados, sin inseguridades hacia estímulos sonoros ni a ninguna otra clase de estímulos inesperados.

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En este tema es especialmente importante que te pongas las pilas e inicies cuanto antes un entrenamiento con el que exponer al cachorro a este tipo de estímulos hasta conseguir su habituación. Si dejas pasar la etapa de cachorro desperdiciarás el momento óptimo y será mucho más difícil que el perro no desarrolle miedos ante determinados ruidos en el futuro. Cuanto más tiempo dejes pasar, peores serán los resultados y mucho más difíciles de conseguir. Tienes más información en el episodio 28 del podcast, dedicado justo a cómo ayudar a los perros a superar su miedo a los petardos.

Problema nº 5: mi perro ladra sin parar

La contrariedad de que un perro ladre continuamente no radica únicamente en lo molesto que puede llegar a ser y los problemas que se derivan de ello (por ejemplo, vecinos llamando a tu puerta cada dos por tres para quejarse de que tu perro insoportable no se calla). Que un perro no deje de ladrar significa, además, que hay de fondo un fuerte problema de ansiedad o de frustración. Cuando esto sucede, es que las necesidades físicas, mentales y emocionales del perro no están cubiertas.

¿Y de quién es la culpa?

No extenderemos nuestro dedo acusador, sobre todo porque estamos seguros de que conoces la respuesta.

El ladrido de un perro forma parte de su comunicación. ¿Qué esperabas? ¡No va a maullar! Los perros ladran cuando quieren avisar de algún peligro, también cuando piden juego, cuando se sienten incómodos, etc. Hay algunas razas que son más propensas a ladrar que otras, como les pasa a los perros de alerta y a algunos perros de caza como los terrier. Pero cuando el ladrido empieza a ser excesivo y aparece en toda clase de situaciones (en el coche, en casa, durante los paseos...), es decir, cuando el ladrido se hace compulsivo es cuando se convierte en problemático.

En estos casos, el perro utiliza el ladrido como un liberador de energía sobrante, y lo hace en cualquier situación y sin ningún motivo. Tienes más información en el episodio 43 del podcast, dedicado a los perros que ladran demasiado.

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LAS TRES SOLUCIONES DEFINITIVAS Y LETALES A LOS PRINCIPALES PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO

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L A S T R E S S O L U C I O N E S D E F I N I T I V A S Y L E T A L E S A L O S P R I N C I P A L E S P R O B L E M A S D E C O M P O R T A M I E N T O

Solución letal número 1: la socialización

Socializar significa exponer al cachorro a todos los animales y personas posibles en los mismos entornos y situaciones que se va a ir encontrando después a lo largo de su vida. Esta exposición debe hacerse de forma gradual y procurando hacer siempre de todo ello una experiencia positiva, para que el perro no tenga en el futuro ningún tipo de problema.

La socialización debe iniciarse en torno a la sexta semana de vida y prolongarse hasta los cuatro meses. Debes aprovechar esta etapa tan adorable y achuchable de tu cachorro para ayudarle a conocer el mundo, positivizando al máximo cualquier estímulo al que le expongas. Tiene que tener contacto con, el menos:

- Todo tipo de personas (hombres, mujeres, ancianos y niños). - Gatos. - Roedores. - Pájaros. - Tortugas. - Caballos. - Si puede ser, otros animales de granja, como ovejas y vacas. - Unicornios.

¡Quieto parado! Lo último era solo una broma, una manera de decir... ¡con todo lo que se te ocurra!

Gracias a una correcta socialización, conseguirás que tu perro se muestre tranquilo en toda situación y en cualquier compañía, que no ladre a las personas, que no reclame recursos ante otros animales, que sepa presentarse educadamente, ofrecer juego con respeto y atendiendo a las señales del resto de perros, etc.

En definitiva, al haberse expuesto de forma positiva a todo lo que va a vivir a lo largo de su vida, no verá nada como una potencial amenaza. Lo tendrá perfectamente integrado y no le supondrá ninguna tensión. Tu perro será un perro feliz, equilibrado y seguramente querido por todo aquel que le conozca.

¿Cuáles son los principales problemas que vas a evitar gracias a una buena socialización? Pues, aparte de librarte de algunos de los que hemos expuesto aquí, de propina habrás conseguido sortear problemas cada vez más frecuentes, como la reactividad contra perros o personas y perseguir motos o corredores.

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Solución letal número 2: la habituación

Funciona de una forma parecida a la socialización, solo que en vez de exponer al cachorro a seres vivientes, lo que harás será exponerlo a situaciones, entornos, contextos, estímulos y rutinas. Aprovechando que el cachorro aún no muestra desconfianza o recelo hacia los estímulos novedosos, la etapa que va entre las seis semanas y los cuatro meses de vida es perfecta para empapar su mente flexible e inocente de toda clase de anécdotas positivas.

Por supuesto, esta exposición deberá ir acompañada de reforzadores positivos: muchos premios, caricias, fiesta... ¡Acabará pensando que el ruido es bueno!

¿Cuáles son las principales situaciones a las que debes habituar a tu cachorro? Toma nota, que son muchas:

- Exposición a todo tipo de ruidos. - Electrodomésticos y otros elementos del hogar (timbres, televisión, radio,

persianas, etc.). - Manipulación física (el perro tiene que dejarse tocar las patas, el lomo, las

almohadillas... y permanecer tranquilo). - Viajar en coche. - Contacto con el agua siempre que sea posible (piscinas, ríos y mar). - Subir y bajar por distintos elementos con formas irregulares, como

rocas, puentes, los bancos del parque... - Pisar todo tipo de superficies: madera, azulejos, suelos deslizantes, goma,

hierba, alcantarillas, rejillas, etc. - Montar en ascensores y cintas de correr. - Entremezclarse entre la multitud, por ejemplo en calles peatonales durante las

horas más comerciales. - Estar solo. - Tener mucha actividad. - Aburrirse. - Exponerse a la lluvia. - Cambiar de rutinas, entornos y compañías.

Si cumples todos estos objetivos de habituación, habrás construido un perro top, todoterreno y equilibrado. No desarrollará miedos ante ningún tipo de situación desconocida o imprevista, no sufrirá sobresaltos, no le afectarán los ruidos ni tampoco le desestabilizarán los cambios de rutina, de actividades ni tampoco las personas nuevas.

¡Habrás criado a un superperro!

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Solución letal 3: la comunicación

Nosotros, los humanos, sacamos al perro de su hábitat natural, le asignamos unas funciones, le obligamos a vivir según unos horarios, decidimos cuándo duerme, cuándo juega y lo que come... ¿Y aún queremos que nos entienda cuando le hablamos, sin esforzarnos siquiera por facilitarle la comunicación con nosotros?

Es tremendamente injusto que tú le exijas a tu perro hasta ese extremo. ¿No es, acaso, mucho más sencillo que nosotros intentemos aprender su lenguaje en vez de exigirles a ellos que aprendan el nuestro?

No debería haber excusas. Comprender y comunicarte en el mismo lenguaje que tu perro le va a ayudar a comportarse adecuadamente en muchísimas situaciones. Pero, además, tú también serás capaz de entender lo que te está diciendo o pidiendo en cada momento.

Al observar a los perros y familiarizarte con el lenguaje canino, comprenderás mucho mejor su mente y sus motivaciones. Serás capaz de ponerte en su lugar con mucha más facilidad. Aprenderás cómo se corrigen entre ellos, cómo y cuándo se refuerzan, cómo proponen las interacciones... e incorporarás todas esas estrategias comunicativas en la relación con tu perro. ¿Te imaginas lo mucho que tu perro te lo agradecerá? Lo hará de la mejor manera que sabe agradecerlo: en forma de vínculo, confianza y amor infinito hacia ti.

Desde un trabajo bien hecho a favor de la comunicación entre ambos, ya no será tan difícil entrenar ejercicios como, por ejemplo, acudir a la llamada o pasear sin tensión en la correa. ¿Te imaginas la diferencia entre un entrenamiento que se desarrolle entre gritos, ladridos y mucha deseseperación, y un entrenamiento en el que impere el buen entendimiento, el respeto y la calma por ambas partes?

Pues eso.

Cuando el perro comprende lo que queremos decirle, todo él se relaja y entra en un estado idóneo para la convivencia y la interacción positiva con los humanos.

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LA APLICACIÓN DE LAS SOLUCIONES DEFINITIVAS Y LETALES: LA PREVENCIÓN MÁS EFECTIVA CONTRA LA APARICIÓN DE PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO

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Para empezar, el periodo comprendido entre las seis semanas y los cuatro meses de edad es crucial para el cachorro. Es el momento óptimo para exponerle a todo tipo de personas y animales (proceso de socialización), siempre de forma progresiva y positivizando al máximo cada experiencia.

Junto a la socialización, ayudaremos al perro a adaptarse a todo tipo de situaciones a través de la habituación: le expondremos a entornos, contextos, rutinas, ruidos e imprevistos, de forma igualmente gradual y positivizándolo siempre a tope.

La tercera solución infalible y letal es la de promover una buena comunicación entre tú y tu perro. Esto solo podrás conseguirlo si haces el esfuerzo (que, te aseguramos, te será compensado con creces) por aprender, comprender y utilizar el idioma en el que se comunican los perros.

Estas tres herramientas, adoptadas de forma conjunta, son la principal medida de prevención, una tríada verdaderamente infalible contra los problemas de conducta que más desesperan a los propietarios cuando sus perros se hacen adultos. Nuestros cursos para cachorros se basan precisamente en la tríada socialización + habituación + comunicación, gracias a la que la mayoría de los problemas nunca aparecerá.

Algo muy importante que ganarás al seguir estas pautas es que dispondrás de tu propia fuente de recursos para ayudar a tu cachorro a ser un adulto equilibrado y feliz. Así, ya no tendrás que hacer experimentos siguiendo los consejos baratos de supuestos expertos que poco o nada van a poder solucionarte. El trabajo que gira en torno a estos tres grandes conceptos es bastante invisible y poco vistoso, pero todo buen profesional los reconoce como las soluciones clave contra la mayor parte de problemas del comportamiento.

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EXTRAS

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E X T R A S ¿Hay algo que no te quedó claro? Ningún problema! Te compartimos tres vídeos explicativos en los que vas a poder profundizar todavía más en lo que has aprendido con este ebook. Que por información no sea… Los encontrarás en esta dirección: https://mascotasurbanas.com/?page_id=12196&preview=true Eso sí… Ahora te toca a ti. De nada sirve leer y aprender mucho. Hay que ponerse manos a la obra, así que… ¡¡a trabajar con tu perro!! Vas a ver cómo, en el momento que comiences, vuestra relación va mejorar todavía más. Hasta límietes inimaginables! Eso es lo que más nos gusta de los perros!

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MÁS INFORMACIÓN

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