Dra Elisabeth Kübler Ross-ETAPAS DEL DUELO.doc

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Elisabeth Kübler-Ross, MD nació en Zürich Suiza el 8 de julio de 1926 y murió el 24 de agosto del 2004 en Arizona, Estados Unidos; fue psiquiatra y autora de numerosos libros, es autora del libro pionero " Sobre la muerte y la defunción " donde se debatió por primera vez lo que ahora es conocido como el modelo Kubler Ross ( las 5 etapas del duelo ) como un patrón de etapas, la mayoría o la totalidad de los cuales la gente tiende a pasar, no siempre en secuencia, después de que se enfrenta con la tragedia de su muerte inminente. Las cinco etapas del duelo, en orden secuencial, son la negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Las cinco etapas desde entonces han sido adoptados por muchos como la aplicación a los supervivientes de un ser querido de la muerte. Para sus investigaciones en el campo de la Tanatología, Kübler- Ross pasó cientos de horas junto a enfermos moribundos, notando los comportamientos de éstos de forma minuciosa y posteriormente analizados por esta doctora en cinco fases. Al principio recibió el apoyo incondicional de compañeros y amigos pero posteriormente cuando empezó a hacer publicas sus conclusiones tanto en libros, entrevistas y conferencias y a hablar de experiencias extracorpóreas de estos enfermos terminales empezó a ser rechazada por muchos, a tratarla de trastornada y a catalogarla de sufrir alucinaciones. Al final su trabajo fue reconocido y recibió veinte títulos honorarios . A pesar de esta oposición siguió con sus investigaciones a fin de

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Elisabeth Kübler-Ross, MD nació en Zürich Suiza el 8 de julio de 1926 y murió el 24 de agosto del 2004 en Arizona, Estados Unidos; fue psiquiatra y autora de numerosos libros, es autora del libro pionero " Sobre la muerte y la defunción " donde se debatió por primera vez lo que ahora es conocido como el modelo Kubler Ross ( las 5 etapas del duelo ) como un patrón de etapas, la mayoría o la totalidad de los cuales la gente tiende a pasar, no siempre en secuencia, después de que se enfrenta con la tragedia de su muerte inminente. Las cinco etapas del duelo, en orden secuencial, son la negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Las cinco etapas desde entonces han sido adoptados por muchos como la aplicación a los supervivientes de un ser querido de la muerte.

Para sus investigaciones en el campo de la Tanatología, Kübler-Ross pasó cientos de horas junto a enfermos moribundos, notando los comportamientos de éstos de forma minuciosa y posteriormente analizados por esta doctora en cinco fases.

Al principio recibió el apoyo incondicional de compañeros y amigos pero posteriormente cuando empezó a hacer publicas sus conclusiones tanto en libros, entrevistas y conferencias y a hablar de experiencias extracorpóreas de estos enfermos terminales empezó a ser rechazada por muchos, a tratarla de trastornada y a catalogarla de sufrir alucinaciones. Al final su trabajo fue reconocido y recibió veinte títulos honorarios .

A pesar de esta oposición siguió con sus investigaciones a fin de demostrar que sus afirmaciones no eran banales ni superfluas sino fruto de una profunda y exhaustiva investigación, de cualquier manera su vida y sus pensamientos son bastante polémicos. Su impacto son y siempre serán fuertes.

ETAPAS DEL DUELO SEGÚN LA DRA. E. KUBLER ROSS

1) Negación y aislamiento: la negación nos permite amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante; permite recobrarse. Es una defensa provisoria y pronto será sustituida por una aceptación parcial: "no podemos mirar al sol todo el tiempo.

2) Ira: la negación es sustituida por la rabia, la envidia y el resentimiento; surgen todos los por qué. Es una fase difícil de afrontar para los padres y todos los que los rodean; esto se debe a que la ira se desplaza en todas direcciones, aún injustamente. Suelen quejarse por todo; todo les viene mal

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y es criticable. Luego pueden responder con dolor y lágrimas, culpa o vergüenza. La familia y quienes los rodean no deben tomar esta ira como algo personal para no reaccionar en consecuencia con más ira, lo que fomentará la conducta hostil del doliente.

3) Pacto: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, mas el enojo con la gente y con Dios, surge la fase de intentar llegar a un acuerdo para intentar superar la traumática vivencia.

4) Depresión: cuando no se puede seguir negando la persona se debilita, adelgaza, aparecen otros síntomas y se verá invadida por una profunda tristeza. Es un estado, en general, temporario y preparatorio para la aceptación de la realidad en el que es contraproducente intentar animar al doliente y sugerirle mirar las cosas por el lado positivo: esto es, a menudo, una expresión de las propias necesidades, que son ajenas al doliente. Esto significaría que no debería pensar en su duelo y sería absurdo decirle que no esté triste. Si se le permite expresar su dolor, le será más fácil la aceptación final y estará agradecido de que se lo acepte sin decirle constantemente que no esté triste. Es una etapa en la que se necesita mucha comunicación verbal, se tiene mucho para compartir. Tal vez se transmite más acariciando la mano o simplemente permaneciendo en silencio a su lado. Son momentos en los que la excesiva intervención de los que lo rodean para animarlo, le dificultarán su proceso de duelo. Una de las cosas que causan mayor turbación en los padres es la discrepancia entre sus deseos y disposición y lo que esperan de ellos quienes los rodean.

5) Aceptación: quien ha pasado por las etapas anteriores en las que pudo expresar sus sentimientos -su envidia por los que no sufren este dolor, la ira, la bronca por la pérdida del hijo y la depresión- contemplará el próximo devenir con más tranquilidad. No hay que confundirse y creer que la aceptación es una etapa feliz: en un principio está casi desprovista de sentimientos. Comienza a sentirse una cierta paz, se puede estar bien solo o acompañado, no se tiene tanta necesidad de hablar del propio dolor... la vida se va imponiendo.

Esperanza: es la que sostiene y da fortaleza al pensar que se puede estar mejor y se puede promover el deseo de que todo este dolor tenga algún sentido; permite poder sentir que la vida aún espera algo importante y trascendente de cada uno. Buscar y encontrar una misión que cumplir es un gran estímulo que alimenta la esperanza.

---------------------------------------L IBROS:

Kubler Ross Elisabeth - LA MUERTE UN AMANECER

Contenido del libro: Dividido en 3 partes, además de la introducción:

- Vivir y Morir- La muerte no existe- La vida, la muerte y la vida después de la muerte

En su libro nos explica que en el momento de la muerte hay 3 etapas:

• En la primera el cuerpo deja ya de cumplir sus funciones vitales y el moribundo esta provisto de una energía psíquica por medio de la cual el enfermo es capaz de ver como si de un observador se tratara lo que ocurre en el lugar de la muerte.

• En una segunda etapa se abandona el cuerpo, el tiempo deja de existir, normalmente en esta segunda etapa el fallecido se encuentra en compañía de alguien que ha significado mucho en su vida pero que murió antes, puede ser un hermano al que no conoció, sus abuelos, algún familiar, etc.

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• A la tercera etapa se llega después de una fase de transición, donde se ve una luz como al final de un túnel, (así lo ha descrito mucha gente que ha estado próximo a la muerte y ha regresado), una vez atravesada esta luz ya no es posible regresar, en esta etapa pasa por delante de los muertos todo lo vivido, como si vieran en una película de lo que ha sido su vida.

Kubler Ross Elisabeth - LA RUEDA DE LA VIDA

Este libro es una especie de autobiografía y también el testamento vital de la autora. Arranca con su primera infancia, en la Suiza natal, y sigue narrando su juventud, la determinación de estudiar medicina y los hechos que a ello la condujeron, su viaje a Polonia después de la Segunda Guerra Mundial, su matrimonio con un estadounidense y el traslado a los EE.UU., su labor con enfermos mentales y su posterior entrada en el mundo de la tanatología -disciplina y estudio que ella misma contribuyó a edificar. Así pues, este libro viene a trazar una especie de arco que abarca la vida entera de esta fascinante figura.

Pero este libro no es una autobiografía strictu-sensu. Más bien deberíamos considerar que es un repaso y un retorno a los hechos, impresiones y emociones que determinaron el camino de esta excepcional mujer, que acabó por reabrir un tema que era tabú para nuestra sociedad: el momento del tránsito, la muerte, el despedirse de este mundo, de los seres queridos -para adentrarse de nuevo en lo desconocido, en un salto a una dimensión de trascendencia. Así pues, podríamos decir que en este libro se fusionan la biografía personal con su vocación profesional, su mensaje de que la 'muerte no existe', que la existencia continúa en otro plano de la realidad, la importancia de despedirse de los seres queridos al finalizar este 'corto' trayecto por la existencia en forma humana; la necesidad de no 'esconder la muerte debajo de la alfombra', y de aceptarla y reconocerla como una parte natural de la existencia humana.

Por lo demás, este no es un libro que trate sólo de tanatología. Con su fascinante lectura nos adentramos a las meditaciones de la autora con respecto a la práctica médica, comparando su labor como médica rural en su juventud con la mecanización que ha sufrido en la actualidad, con todo el automatismo y parte comercial que la rodea; acompañamos a Kübler-Ross en su labor como psiquiatra, durante la cual logró más avances tratando a los enfermos como seres humanos, escuchándolos, que todos los otros psiquiatras juntos aplicando teoremas y hipótesis postuladas en voluminosos tratados de psicología; nos encontramos ante la arteriosclerosis de las religiones institucionalizadas ante el fenómeno del tránsito; o ante la flagrante negación de la medicina oficial ante la existencia de la muerte. Pero como el vivir y el morir son hechos inseparables, este libro también es una investigación sobre el fenómeno de la vida: sobre el significado de la encarnación en la vida humana, sobre la potencialidad de la existencia y la importancia de vivir plenamente; sobre la búsqueda del significado de la existencia individual, sobre el peligro de dar demasiado poder a los maestros espirituales, sobre la ecología y el respeto al planeta. Sobre el vivir sinceramente para morir plenamente.