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UNIDADES DE LECTURA ERENIA MENA CASTELLANOS

GRUPO DE TRABAJO: CREACIÓN DE MATERIALES PARA EL DESARROLLO DE LA COMPETENCIA LINGÜÍSTICA EN LA EDUCACIÓN

DE ADULTOS

ÍNDICE:1. LA CHICA RUBIA Pág. 22. LA CANCIÓN DE RAQUEL Pág. 73. DESAMOR Pág. 124. LA BODA DE JULIA Pág. 165. 23 DE JULIO Pág. 246. EL AMOR Pág. 287. DESCONOCIDA Pág. 358. DESCONOCIDO Pág. 40

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DE ADULTOS

LA CHICA RUBIA

Actividad pre-lectura.En este relato el protagonista tiene un encuentro con una chica desconocida de la que no sabe nada. ¿Te ha ocurrido a ti lo mismo alguna vez? Explica en cuatro o cinco líneas donde y como ocurrió.

La chica rubiaLa primera vez que la vi tenía el pelo azul. Vestía con unos vaqueros y una camiseta viejos, pero muy favorecedores. Me pidió un café y se sentó al lado de uno de los ventanales. Observaba la calle y de vez en cuando se llevaba la taza a los labios. Así pasó una hora. Luego se acercó a la barra, dejó el euro sobre ella y se marchó, sin decir nada más.A las dos semanas volvió a aparecer, pero esta vez su pelo estaba teñido de rosa, y además lo llevaba más corto. Su melena a la altura del cuello había pasado a caer al nivel de las orejas. Gracias a ese corte se le veía más la cara, unos rasgos delicados y muy blancos en los que no había reparado en la primera ocasión. De nuevo me pidió un café y se sentó en el mismo lugar que había ocupado la vez anterior. En aquel momento no había nadie en el bar, tan sólo ella y yo. Y eso me permitió observarla durante un rato, mientras ella miraba al vacío a través del cristal. Era muy bonita, tenía esa clase de belleza elegante y sin estridencias, que no necesita maquillaje ni grandes cuidados. Parecía una de esas chicas que apenas se preocupan de su aspecto porque a fin de cuentas siempre están guapas. Medía algo menos que yo y era delgada, aunque bien proporcionada.De repente, ella se giró y me pilló observándola de lleno. En aquel momento sentí una vergüenza enorme. No había tomado la precaución de coger algún plato o taza entre las manos para disimular que estaba colocando o retirando algo. Simplemente la estaba mirando. Y ella se dio cuenta. Me observó unos segundos y sonrió. Era la primera vez que la veía sonreír y me pareció todavía más hermosa. Entonces entró una pareja, que me pidió un par de mostos. Tuve que ir al almacén a sacar una nueva caja, ya que la única botella que me quedaba se me agotó antes de llenar el primer vaso. Cuando volví ella ya no estaba. Un euro solitario esperaba a que yo lo recogiera en la barra. Eso es cuanto quedaba de ella.Casi un mes después apareció de nuevo. El pelo le había crecido un poco y lo llevaba recogido en una coleta apretada, dejando unos mechones a los lados de su cara. Pero esta vez era rubia. De nuevo no había casi nadie en el local, tan sólo unos chicos que bebían sus copas en una de las mesas. Se acercó a mí y volvió a pedirme su café. Pero en esta ocasión se sentó en uno de los taburetes. Durante un momento, después de que le sirviera, se quedó mirándome, como si esperara que le dijera algo. Y sólo se me ocurrió una estupidez:- ¿Cuál es tu color de pelo natural?Ella sonrió. La pregunta le había sorprendido, pero a la vez le había resultado divertida.- Soy morena. – dijo.Asentí con la cabeza. Y pensé que, ya que le había hecho gracia la primera pregunta, tal vez podíamos seguir hablando de lo mismo.- Te he visto tres veces por aquí y en cada ocasión lo llevabas de un color diferente. – le dije.

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DE ADULTOS

- No me gusta mi color de pelo. Nunca me ha gustado. Por eso me lo tiño. Quiero buscar un color que me guste y quedarme con él.- Volvió a sonreír y se llevó la taza a la boca.- ¿No lo has encontrado todavía? – le pregunté.- No lo sé. El color de pelo es como el resto de las cosas en la vida. Muchas veces cuando cambias tienes la sensación de que estabas mejor antes. Pero casi nunca es verdad. De rubia me veo bien. Tal vez éste sea el color definitivo.- Hay pocas cosas definitivas en la vida. – reflexioné.- Quizás. Al menos puedo decidir cuándo cambiarme el color. Es de las pocas cosas que puedo cambiar a voluntad hoy en día.- ¿Necesitas cambiar muchas cosas en tu vida?- No lo sé. Si las cambio y me gusta, sabré que tenía que hacerlo. Es lo que hago con mi pelo. – Miró su reloj y apuró el café. – Ahora tengo que irme.- ¿Volverás por aquí?- Creo que notó en mi tono de voz que me interesaba algo más que saber su próximo color de pelo.- No lo sé. Tal vez lo haga. Quizás ya no sea rubia para entonces. O quizás me afeite la cabeza. Pero creo que volveré para que me des tu opinión. ¿Te parece bien?- Me sonrió, se encaminó hacia la puerta y se marchó, sin darme tiempo a despedirme o a decirle que realmente estaba mucho más guapa como rubia.

Actividades de comprensión:

Contesta las siguientes preguntas:

- ¿Dónde se encuentran las protagonistas del relato.

- ¿Cómo describe el protagonista a la chica rubia la primera vez que la ve?

- ¿Qué es lo que le llama la atención la segunda vez que la ve?

- ¿Podría decirme cual es la profesión del protagonista?

Actividades de gramática:

Busca en el texto palabras agudas, llanas y esdrújulas y clasifícalas en el siguiente cuadro:

AGUDAS LLANAS ESDRÚJULAS

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DE ADULTOS

Identifica los adverbios en las siguientes oraciones sacadas del texto.

- Luego se acercó a la barra, dejó el euro sobre ella y se marchó, sin decir nada más.- Cuando volví ella ya no estaba.- Casi un mes después apareció de nuevo.- ¿Volverás por aquí?- Quizás no sea rubia para entonces.

Actividades de extensión: ¿Puedes imaginar cuál será el aspecto de la chica en el próximo encuentro? Escribe una descripción de la chica.

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DE ADULTOS

LA CHICA RUBIA (SOLUCIONES)

Actividad pre-lectura.En este relato el protagonista tiene un encuentro con una chica desconocida de la que no sabe nada. ¿Te ha ocurrido a ti lo mismo alguna vez? Explica en cuatro o cinco líneas donde y como ocurrió.

RESPUESTA LIBRE

La chica rubiaLa primera vez que la vi tenía el pelo azul. Vestía con unos vaqueros y una camiseta viejos, pero muy favorecedores. Me pidió un café y se sentó al lado de uno de los ventanales. Observaba la calle y de vez en cuando se llevaba la taza a los labios. Así pasó una hora. Luego se acercó a la barra, dejó el euro sobre ella y se marchó, sin decir nada más.A las dos semanas volvió a aparecer, pero esta vez su pelo estaba teñido de rosa, y además lo llevaba más corto. Su melena a la altura del cuello había pasado a caer al nivel de las orejas. Gracias a ese corte se le veía más la cara, unos rasgos delicados y muy blancos en los que no había reparado en la primera ocasión. De nuevo me pidió un café y se sentó en el mismo lugar que había ocupado la vez anterior. En aquel momento no había nadie en el bar, tan sólo ella y yo. Y eso me permitió observarla durante un rato, mientras ella miraba al vacío a través del cristal. Era muy bonita, tenía esa clase de belleza elegante y sin estridencias, que no necesita maquillaje ni grandes cuidados. Parecía una de esas chicas que apenas se preocupan de su aspecto porque a fin de cuentas siempre están guapas. Medía algo menos que yo y era delgada, aunque bien proporcionada.De repente, ella se giró y me pilló observándola de lleno. En aquel momento sentí una vergüenza enorme. No había tomado la precaución de coger algún plato o taza entre las manos para disimular que estaba colocando o retirando algo. Simplemente la estaba mirando. Y ella se dio cuenta. Me observó unos segundos y sonrió. Era la primera vez que la veía sonreír y me pareció todavía más hermosa. Entonces entró una pareja, que me pidió un par de mostos. Tuve que ir al almacén a sacar una nueva caja, ya que la única botella que me quedaba se me agotó antes de llenar el primer vaso. Cuando volví ella ya no estaba. Un euro solitario esperaba a que yo lo recogiera en la barra. Eso es cuanto quedaba de ella.Casi un mes después apareció de nuevo. El pelo le había crecido un poco y lo llevaba recogido en una coleta apretada, dejando unos mechones a los lados de su cara. Pero esta vez era rubia. De nuevo no había casi nadie en el local, tan sólo unos chicos que bebían sus copas en una de las mesas. Se acercó a mí y volvió a pedirme su café. Pero en esta ocasión se sentó en uno de los taburetes. Durante un momento, después de que le sirviera, se quedó mirándome, como si esperara que le dijera algo. Y sólo se me ocurrió una estupidez:- ¿Cuál es tu color de pelo natural?Ella sonrió. La pregunta le había sorprendido, pero a la vez le había resultado divertida.- Soy morena. – dijo.Asentí con la cabeza. Y pensé que, ya que le había hecho gracia la primera pregunta, tal vez podíamos seguir hablando de lo mismo.- Te he visto tres veces por aquí y en cada ocasión lo llevabas de un color diferente. – le dije.- No me gusta mi color de pelo. Nunca me ha gustado. Por eso me lo tiño. Quiero buscar un color que me guste y quedarme con él.- Volvió a sonreír y se llevó la taza a la boca.- ¿No lo has encontrado todavía? – le pregunté.- No lo sé. El color de pelo es como el resto de las cosas en la vida. Muchas veces cuando cambias tienes la sensación de que estabas mejor antes. Pero casi nunca es verdad. De rubia me veo bien. Tal vez éste sea el color definitivo.- Hay pocas cosas definitivas en la vida. – reflexioné.- Quizás. Al menos puedo decidir cuándo cambiarme el color. Es de las pocas cosas que puedo cambiar a voluntad hoy en día.- ¿Necesitas cambiar muchas cosas en tu vida?- No lo sé. Si las cambio y me gusta, sabré que tenía que hacerlo. Es lo que hago con mi pelo. – Miró su reloj y apuró el café. – Ahora tengo que irme.

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DE ADULTOS

- ¿Volverás por aquí?- Creo que notó en mi tono de voz que me interesaba algo más que saber su próximo color de pelo.- No lo sé. Tal vez lo haga. Quizás ya no sea rubia para entonces. O quizás me afeite la cabeza. Pero creo que volveré para que me des tu opinión. ¿Te parece bien?- Me sonrió, se encaminó hacia la puerta y se marchó, sin darme tiempo a despedirme o a decirle que realmente estaba mucho más guapa como rubia.



- ¿Dónde se encuentran las protagonistas del relato? En una cafetería.

- ¿Cómo describe el protagonista a la chica rubia la primera vez que la ve?Tenía el pelo azul. Vestía con unos vaqueros y una camiseta viejos, pero muy favorecedores.

- ¿Qué es lo que le llama la atención la segunda vez que la ve?Esta vez su pelo estaba teñido de rosa

- ¿Podría decirme cual es la profesión del protagonista?Es camarero.


Busca en el texto palabras agudas, llanas y esdrújulas y clasifícalas en el siguiente cuadro:

AGUDAS LLANAS ESDRÚJULAS

Identifica los adverbios en las siguientes oraciones sacadas del texto.

- Luego se acercó a la barra, dejó el euro sobre ella y se marchó, sin decir nada más.- Cuando volví ella ya no estaba.- Casi un mes después apareció de nuevo.- ¿Volverás por aquí?- Quizás no sea rubia para entonces.

Actividades de extensión: ¿Puedes imaginar cuál será el aspecto de la chica en el próximo encuentro? Escribe una descripción de la chica.

(RESPUESTA LIBRE)

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DE ADULTOS

LA CANCIÓN DE RAQUEL

Actividades pre-lectura:Seguro que alguna vez te has preguntado cuál sería el regalo ideal para alguien a quien quieres. Explica en tres o cuatro líneas cuál ha sido el mejor regalo que has recibido.

“A veces, las mejores cosas pasan en los peores momentos”... Pedro llevaba toda la tarde atascado en ese verso, el que tenía que abrir la canción que estaba componiendo. Quería escribir algo que hablara de que a veces la vida te ofrece oportunidades para ser feliz cuando no estás preparado para aprovecharlas, por los motivos que sean. Tenía la intención de dedicarle esa canción a Raquel, como última tentativa para hacerse perdonar. A ella siempre le había gustado lo que escribía y lo que cantaba, quizás era buena idea hacer una canción para pedirle disculpas.Pero lo cierto es que no conseguía pasar de ese primer verso. Se había encerrado en su cuarto con su guitarra acústica y punteaba de vez en cuando, buscando una melodía que cuadrara bien con una letra que aún no existía.Afortunadamente, estaba solo en casa, y así seguiría durante todo el fin de semana, ya que su madre estaba en Santander. Disponía de dos días para componer algo que pudiera ofrecer a Raquel el día en el que ella iba a cumplir 22 años. Pero en casi tres horas sólo había sacado en claro un mísero verso, que al menos recogía el espíritu de lo que quería decir.Frustrado, se levantó de la cama y dejó la guitarra a un lado. Comenzó a hablar consigo mismo en voz alta, mientras paseaba por la habitación. Pronto ese espacio dejó de ser suficiente para él y abrió la puerta, para comenzar a deambular por toda la casa. “Joder, qué difícil es esto”, decía continuamente. Le molestaba pensar que en las semanas anteriores había compuesto un par de canciones para ella sin apenas darse cuenta y que ahora no era capaz de completar siquiera la primera estrofa. Sentía demasiado que la canción que estaba componiendo era realmente la única alternativa que le quedaba para salvar lo insalvable. Demasiada presión como para escribir algo en condiciones.“A ver, empecemos desde el principio”, se dijo. “¿Qué quiero decirle?”,“Pues está claro, que la quiero, pero sobre todo que estoy dispuesto a quererla como ella necesite que la quiero”. Un poco enrevesado, pero así era como se sentía. Por eso era tan difícil componer algo que sirviera para explicarlo. ¿Cómo decirle a una chica que la amas, pero que estás dispuesto a dejar de amarla si así consigues estar a su lado de algún modo? ¿No es contradictorio obligarse a dejar de quererla para poder estar cerca de ella? Quizás sí, especialmente para alguien que se había enamorado por primera vez a los 21 años. Amor se llama el juego, y nadie dijo que fuera fácil ganar en él.Por el contrario, Pedro se sentía perdedor. Tenía la sensación de haber encadenado demasiados errores juntos y de haber echado a perder una de las cosas más bonitas que le habían sucedido. Ella había irrumpido en su vida sin avisar y lo había puesto todo patas arriba, precisamente pocos días después de que sus padres le hubieran dicho que se iban a separar. Así de sencillo. Era elfinal, cada uno por su lado, y él en medio. Ahora estaban en Santander negociando quién se quedaría con el pequeño apartamento de veraneo. Y él, dolido con un mundo que se le venía

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DE ADULTOS

encima, se encontraba de frente con el amor en mitad de una noche en la que ni siquiera le apetecía salir. ¿No pudo ella haber aparecido antes? ¿No podía haber esperado un poco más?Quería contar de algún modo que no se había reconocido en algunas de las actitudes que había tomado respecto a ella, que a veces no había sido él, sino un tipo huraño que había descubierto en sí mismo en los últimos tiempos. Se había esforzado en ofrecerle su mejor versión, pero en algunos momentos había prevalecido la peor. O, al menos, una que no tenía demasiado que ver con la realidad. Pronto se cansó de caminar por el pasillo y regresó a su cuarto. Volvió a tomar la guitarra y empezó a puntear de nuevo, susurrando recuerdos al azar, montando versos de forma improvisada, como si esperara que encajaran poco a poco de manera natural.“A veces eres imposible pero el resto del tiempo eres increíble”Encontró su estribillo en una frase que se le ocurrió tras una pelea, y que daba a entender cómo la veía: terrible en algunos momentos, cuando se enfadaba con el mundo y no atendía a razones, cuando era capaz de decir cosas de las que luego se avergonzaba; pero generosa, dulce y cariñosa como nadie lo había sido con él durante los demás momentos. Una especie de DoctorJekyll y Mr Hyde vestida con vaqueros, zapatillas y camisetas de colores vivos. Una chica que luchaba consigo misma a veces, que quería encontrar el amor de su vida pero también tenía miedo de que eso le arrebatara la independencia que tanto le gustaba. Una preciosa feminista que se paseaba por los extremos de un carácter indomable con una facilidad pasmosa.Antes de que se diera cuenta, los versos comenzaron a surgir poco a poco. Una melodía cada vez más familiar los acompañaba. La canción crecía entre sus manos.Sin embargo, el sonido del timbre del portal rompió de repente el hechizo. Disgustado, Pedro fue a tomar el intercomunicador con la intención de deshacerse del que fuera para seguir trabajando en su canción. Ésa era la idea, hasta que escuchó al otro lado del aparato a Raquel. Pulsó el botón que abría la puerta del portal casi inmediatamente y luego se preguntó qué es lo que ella vendría a buscar ahora, después de haberse despedido casi para siempre en la última pelea. En todo caso, le echaría en cara haberle interrumpido cuando estaba escribiendo la canción más bonita del mundo. O no.


Indica si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones.

- El protagonista se encuentra atascado cuando intenta escribir una poesía para su novia.

- Quiere darle una sorpresa para su aniversario.

- Se encuentra solo en casa porque sus padres están trabajando.

- El protagonista está pasando un momento difícil debido a la separación de sus padres.

- Cuando Raquel llama al timbre Pedro recuerda su última pelea.

Responde a las siguientes preguntas:

- ¿Cómo describe Pedro a Raquel?

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DE ADULTOS

- ¿Cómo encuentra la inspiración para escribir la canción?


Busca en el diccionario un sinónimo y un antónimo de las siguientes palabras: huraño e indomable.

Define que es una estrofa

Actividades de extensión:Imagina cómo será el encuentro entre Pedro y Raquel cuando abra la puerta y continúa el relato. (Entre media cara y una cara del folio)

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DE ADULTOS

LA CANCIÓN DE RAQUEL (SOLUCIONES)

Actividades pre-lectura:Seguro que alguna vez te has preguntado cuál sería el regalo ideal para alguien a quien quieres. Explica en tres o cuatro líneas cuál ha sido el mejor regalo que has recibido.

RESPUESTA LIBRE

“A veces, las mejores cosas pasan en los peores momentos”... Pedro llevaba toda la tarde atascado en ese verso, el que tenía que abrir la canción que estaba componiendo. Quería escribir algo que hablara de que a veces la vida te ofrece oportunidades para ser feliz cuando no estás preparado para aprovecharlas, por los motivos que sean. Tenía la intención de dedicarle esa canción a Raquel, como última tentativa para hacerse perdonar. A ella siempre le había gustado lo que escribía y lo que cantaba, quizás era buena idea hacer una canción para pedirle disculpas.Pero lo cierto es que no conseguía pasar de ese primer verso. Se había encerrado en su cuarto con su guitarra acústica y punteaba de vez en cuando, buscando una melodía que cuadrara bien con una letra que aún no existía.Afortunadamente, estaba solo en casa, y así seguiría durante todo el fin de semana, ya que su madre estaba en Santander. Disponía de dos días para componer algo que pudiera ofrecer a Raquel el día en el que ella iba a cumplir 22 años. Pero en casi tres horas sólo había sacado en claro un mísero verso, que al menos recogía el espíritu de lo que quería decir.Frustrado, se levantó de la cama y dejó la guitarra a un lado. Comenzó a hablar consigo mismo en voz alta, mientras paseaba por la habitación. Pronto ese espacio dejó de ser suficiente para él y abrió la puerta, para comenzar a deambular por toda la casa. “Joder, qué difícil es esto”, decía continuamente. Le molestaba pensar que en las semanas anteriores había compuesto un par de canciones para ella sin apenas darse cuenta y que ahora no era capaz de completar siquiera la primera estrofa. Sentía demasiado que la canción que estaba componiendo era realmente la única alternativa que le quedaba para salvar lo insalvable. Demasiada presión como para escribir algo en condiciones.“A ver, empecemos desde el principio”, se dijo. “¿Qué quiero decirle?”,“Pues está claro, que la quiero, pero sobre todo que estoy dispuesto a quererla como ella necesite que la quiero”. Un poco enrevesado, pero así era como se sentía. Por eso era tan difícil componer algo que sirviera para explicarlo. ¿Cómo decirle a una chica que la amas, pero que estás dispuesto a dejar de amarla si así consigues estar a su lado de algún modo? ¿No es contradictorio obligarse a dejar de quererla para poder estar cerca de ella? Quizás sí, especialmente para alguien que se había enamorado por primera vez a los 21 años. Amor se llama el juego, y nadie dijo que fuera fácil ganar en él.Por el contrario, Pedro se sentía perdedor. Tenía la sensación de haber encadenado demasiados errores juntos y de haber echado a perder una de las cosas más bonitas que le habían sucedido. Ella había irrumpido en su vida sin avisar y lo había puesto todo patas arriba, precisamente pocos días después de que sus padres le hubieran dicho que se iban a separar. Así de sencillo. Era elfinal, cada uno por su lado, y él en medio. Ahora estaban en Santander negociando quién se quedaría con el pequeño apartamento de veraneo. Y él, dolido con un mundo que se le venía encima, se encontraba de frente con el amor en mitad de una noche en la que ni siquiera le apetecía salir. ¿No pudo ella haber aparecido antes? ¿No podía haber esperado un poco más?Quería contar de algún modo que no se había reconocido en algunas de las actitudes que había tomado respecto a ella, que a veces no había sido él, sino un tipo huraño que había descubierto en sí mismo en los últimos tiempos. Se había esforzado en ofrecerle su mejor versión, pero en algunos momentos había prevalecido la peor. O, al menos, una que no tenía demasiado que ver con la realidad. Pronto se cansó de caminar por el pasillo y regresó a su cuarto. Volvió a tomar la guitarra y empezó a puntear de nuevo, susurrando recuerdos al azar, montando versos de forma improvisada, como si esperara que encajaran poco a poco de manera natural.“A veces eres imposible pero el resto del tiempo eres increíble”

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DE ADULTOS

Encontró su estribillo en una frase que se le ocurrió tras una pelea, y que daba a entender cómo la veía: terrible en algunos momentos, cuando se enfadaba con el mundo y no atendía a razones, cuando era capaz de decir cosas de las que luego se avergonzaba; pero generosa, dulce y cariñosa como nadie lo había sido con él durante los demás momentos. Una especie de DoctorJekyll y Mr Hyde vestida con vaqueros, zapatillas y camisetas de colores vivos. Una chica que luchaba consigo misma a veces, que quería encontrar el amor de su vida pero también tenía miedo de que eso le arrebatara la independencia que tanto le gustaba. Una preciosa feminista que se paseaba por los extremos de un carácter indomable con una facilidad pasmosa.Antes de que se diera cuenta, los versos comenzaron a surgir poco a poco. Una melodía cada vez más familiar los acompañaba. La canción crecía entre sus manos.Sin embargo, el sonido del timbre del portal rompió de repente el hechizo. Disgustado, Pedro fue a tomar el intercomunicador con la intención de deshacerse del que fuera para seguir trabajando en su canción. Ésa era la idea, hasta que escuchó al otro lado del aparato a Raquel. Pulsó el botón que abría la puerta del portal casi inmediatamente y luego se preguntó qué es lo que ella vendría a buscar ahora, después de haberse despedido casi para siempre en la última pelea. En todo caso, le echaría en cara haberle interrumpido cuando estaba escribiendo la canción más bonita del mundo. O no.


Indica si son verdaderas o falsas las siguientes afirmaciones.

- El protagonista se encuentra atascado cuando intenta escribir una poesía para su novia. Verdadera

- Quiere darle una sorpresa para su aniversario. Falsa

- Se encuentra solo en casa porque sus padres están trabajando. Falsa

- El protagonista está pasando un momento difícil debido a la separación de sus padres. Verdadera

- Cuando Raquel llama al timbre Pedro recuerda su última pelea. Verdadera


- ¿Cómo describe Pedro a Raquel?Terrible en algunos momentos, cuando se enfadaba con el mundo y no atendía a razones, cuando era capaz de decir cosas de las que luego se avergonzaba; pero generosa, dulce y cariñosa como nadie lo había sido con él durante los demás momentos. Una especie de DoctorJekyll y Mr Hyde vestida con vaqueros, zapatillas y camisetas de colores vivos.

- ¿Cómo encuentra la inspiración para escribir la canción?Recordando una frase que se le ocurrió tras una pelea.


Busca en el diccionario un sinónimo y un antónimo de las siguientes palabras: huraño e indomable.(RESPUESTA LIBRE)

Define que es una estrofa.Un grupo de versos unidos por una serie de criterios fijos de extensión, rima y ritmo

Actividades de extensión:Imagina cómo será el encuentro entre Pedro y Raquel cuando abra la puerta y continúa el relato. (Entre media cara y una cara del folio)

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DE ADULTOS

(RESPUESTA LIBRE)

DESAMOR

Actividad pre-lectura.En el siguiente relato la protagonista se encuentra en una encrucijada amorosa. ¿Has tenido o conocido un lío amoroso algo revoltoso? Escribe unas líneas.

DesamorMe quiere. Supongo. Pero lo cierto es que ya me he cansado de presunciones. Quería saberlo, quería escucharlo, quería sentirlo. Suponerlo ya no era suficiente. En realidad nunca lo ha sido. Por eso creo que es el final. Porque he estado suponiendo demasiado tiempo, sin tener más razones que las mías. Lo sé y lo he entendido siempre, pero no he podido evitar seguir actuando como una tonta. Hasta que un día como cualquier otro algo se quiebra y de repente todo cambia.En realidad, lo que más me molesta es el hecho de haberme dejado ir sabiendo en cada momento que estaba invirtiendo tiempo y sentimientos en algo que no iba demasiado lejos. Ahora le miro y espero una explicación, una respuesta. Y todo lo que veo es un chico encantador, que ha sabido explotar sus virtudes conmigo para hacerme pensar durante todo este tiempo que yo era el problema, por no asumir el código en el que se sentía cómodo. Pero ahora ya sé que no soy el problema, que quizás ni siquiera él lo sea. Lo que ocurre es que buscamos cosas diferentes, sentimos cosas diferentes. Y cuando eso sucede sólo cabe esperar que alguien sufra. Esta vez soy yo, igual que antes fueron ellos. Supongo que me tocaba. Quien no se ha enamorado alguna vez de alguien que no le convenía, no se ha enamorado nunca.Poco a poco me voy sintiendo vacía, a medida que dejo escapar mis razones. Él no las entiende, se sorprende, se duele, se disculpa. Pide una oportunidad que no reconoce haber tenido más veces de las que merecía. Me dice cosas que esperaba haber escuchado mucho antes, y me muestra los gestos que eché de menos cada día que pasé con él. Pero esta vez no hay vuelta atrás. Es tarde. Y no le creo. Le hago saber que ahora no espero que me convenza. Sólo espero que me respete. El silencio hace su trabajo y se da por vencido. El orgullo que he estado ignorando todo este tiempo vuelve a hacerme fuerte, siento la dignidad que me eleva la cara y el amor propio que me convierte ya en algo inaccesible para él.Sin embargo, cuando salgo de la cafetería me vengo abajo. Estoy mal.Pero al menos sé que ahora estoy un poco más cerca de sentirme bien.

Actividades de comprensión. Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas:

- La protagonista se encuentra mal por un problema con una amiga.

- La protagonista se siente culpable de la ruptura.12



DE ADULTOS

- La protagonista se encuentra en una cafetería. Responde a las siguientes preguntas:

- ¿Cuál es el problema de la protagonista?

- ¿Cómo definirías su estado de ánimo?

- ¿Qué crees que le hace sentir mejor antes de salir de la cafetería?

Actividades de gramática.

Ordena alfabéticamente las siguientes palabras sacadas del relato.

Respuesta, encantador, virtudes, oportunidad, silencio orgullo y dignidad.

Identifica el sujeto en las siguientes oraciones sacadas del texto.

- El no las entiende.

- Supongo que ya me tocaba.

- El silencio hace su trabajo.

- Poco a poco me voy sintiendo vacía.

Actividad de extensión.

Explica que le aconsejarías a la protagonista para solucionar su situación amorosa.

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DE ADULTOS

DESAMOR (SOLUCIONES)

Actividad pre-lectura.En el siguiente relato la protagonista se encuentra en una encrucijada amorosa. ¿Has tenido o conocido un lío amoroso algo revoltoso? Escribe unas líneas.

RESPUESTA LIBRE

DesamorMe quiere. Supongo. Pero lo cierto es que ya me he cansado de presunciones. Quería saberlo, quería escucharlo, quería sentirlo. Suponerlo ya no era suficiente. En realidad nunca lo ha sido. Por eso creo que es el final. Porque he estado suponiendo demasiado tiempo, sin tener más razones que las mías. Lo sé y lo he entendido siempre, pero no he podido evitar seguir actuando como una tonta. Hasta que un día como cualquier otro algo se quiebra y de repente todo cambia.En realidad, lo que más me molesta es el hecho de haberme dejado ir sabiendo en cada momento que estaba invirtiendo tiempo y sentimientos en algo que no iba demasiado lejos. Ahora le miro y espero una explicación, una respuesta. Y todo lo que veo es un chico encantador, que ha sabido explotar sus virtudes conmigo para hacerme pensar durante todo este tiempo que yo era el problema, por no asumir el código en el que se sentía cómodo. Pero ahora ya sé que no soy el problema, que quizás ni siquiera él lo sea. Lo que ocurre es que buscamos cosas diferentes, sentimos cosas diferentes. Y cuando eso sucede sólo cabe esperar que alguien sufra. Esta vez soy yo, igual que antes fueron ellos. Supongo que me tocaba. Quien no se ha enamorado alguna vez de alguien que no le convenía, no se ha enamorado nunca.Poco a poco me voy sintiendo vacía, a medida que dejo escapar mis razones. Él no las entiende, se sorprende, se duele, se disculpa. Pide una oportunidad que no reconoce haber tenido más veces de las que merecía. Me dice cosas que esperaba haber escuchado mucho antes, y me muestra los gestos que eché de menos cada día que pasé con él. Pero esta vez no hay vuelta atrás. Es tarde. Y no le creo. Le hago saber que ahora no espero que me convenza. Sólo espero que me respete. El silencio hace su trabajo y se da por vencido. El orgullo que he estado ignorando todo este tiempo vuelve a hacerme fuerte, siento la dignidad que me eleva la cara y el amor propio que me convierte ya en algo inaccesible para él.Sin embargo, cuando salgo de la cafetería me vengo abajo. Estoy mal.Pero al menos sé que ahora estoy un poco más cerca de sentirme bien.

Actividades de comprensión. Indica si las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas:

- La protagonista se encuentra mal por un problema con una amiga. Falsa

- La protagonista se siente culpable de la ruptura. Falsa

- La protagonista se encuentra en una cafetería. Verdadera

Responde a las siguientes preguntas:- ¿Cuál es el problema de la protagonista?Es consciente de que su relación se ha acabado.

- ¿Cómo definirías su estado de ánimo?Se encuentra mal por la ruptura

- ¿Qué crees que le hace sentir mejor antes de salir de la cafetería? Saber que ya está más cerca de sentirse bien.

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DE ADULTOS

Actividades de gramática. Ordena alfabéticamente las siguientes palabras sacadas del relato.

Respuesta, encantador, virtudes, oportunidad, silencio orgullo y dignidad.Dignidad, encantador, oportunidad, orgullo, respuesta, silencio y virtudes.

Identifica el sujeto en las siguientes oraciones sacadas del texto.

- El no las entiende.

- Supongo que ya me tocaba. (Yo)

- El silencio hace su trabajo.

- Poco a poco me voy sintiendo vacía. (Yo)

Actividad de extensión.Explica que le aconsejarías a la protagonista para solucionar su situación amorosa.(RESPUESTA LIBRE)

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DE ADULTOS

LA BODA DE JULIAActividad pre-lectura.

En el siguiente relato los protagonistas vuelven a encontrarse tras unos años sin verse. Seguro que tú también has perdido el contacto con algún amigo al que has vuelto a ver años después. Explica como volviste a reencontrarte con esa persona.

La boda de JuliaJavier aparcó el coche con prisas y sin demasiado cuidado. Salió rápidamente y fue casi a la carrera hacia el restaurante donde se había citado un cuarto de hora antes con Julia. Justo antes de entrar, se detuvo para tomar aliento y comprobar su aspecto en un cristal de espejo de una tienda cercana. Después de comprobar que estaba más o menos presentable, entró en el local, ensayando en silencio sus disculpas por llegar tarde. Julia esperaba en una mesa situada cerca de la barra. Estaba preciosa.Seguramente nunca había estado tan guapa desde que él la conocía. Llevaba unos pantalones vaqueros con unos zapatos planos, una camiseta roja con ribetes blancos y el pelo recogido en una trenza que caía por la parte izquierda de su cuello. Algunos mechones sueltos tapaban parte de su ojo izquierdo, mientras hojeaba un periódico. Tenía 26 años y era la chica más bonita de aquel lugar.- Lo siento, de verdad. Se me ha hecho, tarde, te juro que... –- No pasa, nada. Siéntate, anda – Ella le sonrió como hacía siempre y dejó a un lado el periódico. Se irguió en la silla y le observó unos instantes mientras él se quitaba la chaqueta. Volvió a sonreír para sí misma cuando comparó la imagen de aquel chico tan bien vestido con la del muchacho que la volvió loca hace años. Y recordó su peculiar sentido estético de la vida y de la ropa. Había pasado mucho tiempo. Se levantó, le besó en la mejilla y volvió a sentarse- Me alegro mucho de que pudieras venir. En realidad, hubiera entendido que me dijeras que no. A fin de cuentas, te acabas de casar. – Dijo Javier.Ella le miró mientras bebía la última parte del refresco de naranja que había pedido mientras esperaba. Sonrió de nuevo.- A mí también me apetecía mucho verte. Hemos estado años sin vernos. Y me encantó que vinieras a mi boda. En algún momento pensé que no querrías.Después de decir aquello hizo una seña a uno de los camareros para que se acercara. Cuando lo tuvo delante, pidió dos tazas de té con limón.- Espero que todavía te guste el té. Esa era una de las cosas que compartíamos – dijo.

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DE ADULTOS

Javier sonrío y asintió con la cabeza. Lo mejor de ver a alguien que te ha conocido tanto y tan bien es que casi todos los detalles pueden sobrar, y hay más tiempo para lo esencial. La miraba y a la vez la sentía diferente e igual. Su aspecto no tenía mucho que ver con el que él recordaba. Estaba algo más delgada, tenía el pelo más largo y vestía de otra forma. Más informal, pero más cuidada a la vez. Supuso que ella estaría pensando lo mismo y le pareció una buena forma de comenzar la conversación, lo más difícil para dos personas que se han querido, se han perdido y se han vuelto a encontrar. - ¿Estás muy guapa, sabes? Me gusta mucho como llevas el pelo ahora.Siempre te dije que estabas preciosa con el pelo recogido. Ella sonrió y agradeció el cumplido, mientras tomaba su trenza y la miraba unos instantes. Después, su mirada fue directamente a él de nuevo.- Tú también estás muy bien. Aunque siempre has sido guapo. Lo que pasa es que no te aprovechabas bien, preferías vestir de aquella manera tan poco favorecedora y bueno... ahora tienes mucho mejor aspecto. En la boda ibas muy elegante. Es curioso que tuviera que esperar a casarme para verte con un traje puesto. – Después de decir esto río un poco y apartó las manos de la mesa para que el camarero pudiera depositar las tazas de té.- Bueno, todo cambia, supongo. O al menos casi todo. Tú tampoco vestías así antes, aunque antes era todo diferente. Teníamos 18 años y vivíamos en este pueblo, locos por irnos de aquí... – Javier interrumpió la frase como si no quisiera decir algo inconveniente, pero ella la completó.- ...juntos.- Sí, juntos. Entonces el plan empezaba y terminaba por estar juntos. Eran otros tiempos, quizás nosotros también éramos otras personas.- ¿Tú crees?- Bueno, no sé. No sé hasta qué punto el tiempo y la vida nos puede haber cambiado. Han pasado varios años de todo aquello. Y ahora estamos en situaciones muy diferentes. No sé si mejores, pero sí muy diferentes.Los dos se miraron unos instantes y tomaron sus tazas. Mientras bebían, cada uno miraba al otro intentando descubrirse mutuamente otra vez. Hacía cinco años que se habían perdido de vista y sólo la boda de ella los había reunido otra vez. Se juraron que se querrían para siempre y se habían vuelto a encontrar en la ceremonia de entrega de uno de ellos a un tercero. Demasiados sentimientos extraños como para que la situación fuera fácil. Pero eso ya lo sabían antes de citarse allí.- ¿Eres feliz?La pregunta de Javier sorprendió a Julia peleándose con recuerdos y sensaciones inoportunas, pero lógicas. No esperaba oír aquello, al menos tan pronto, y eso la descolocó. Pero se rehizo a los pocos instantes con su habitual sonrisa.- Sí. Mucho. Todo me va bien.El estudio marcha cada vez mejor y Eduardo y yo nos hemos decidido a dar el paso de casarnos, aunque ya vivíamos juntos desde hace casi dos años. Es un buen momento para mí.¿Y qué me cuentas de ti?- Bueno, sigo como siempre. Trabajo más de lo que me gustaría, por menos dinero del que me gustaría. – Sonrió. - Pero lo demás está bien. Sigo soltero, pero me rodea gente que me quiere en Madrid. También es un buen momento.- Me alegro. Bueno, ésta es una ocasión tan buena como cualquier otra para preguntarte por qué no me has llamado en estos cinco años. Sólo conseguí hacerte llegar la invitación a través de Antonio. No sé dónde vives y sólo tengo tu móvil porque te lo pedí el día de mi boda.Javier se removió en la silla y pensó que la conversación había entrado en derroteros demasiado peligrosos. No quería reproches, ni saldar cuentas con el pasado. Sólo quería verla, saber que estaba bien y largarse antes de que nada se torciera.

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DE ADULTOS

- Bueno. No creo que sea el momento para hablar de eso, pasó hace mucho. Simplemente, me pareció lo mejor. Para los dos.-La respuesta no satisfizo a Julia. Aunque ella también sentía que no había una buena respuesta a aquella pregunta. Un silencio incómodo se abrió tras las palabras de Javier. Él sabía que ella esperaba algo más. Y tuvo que dárselo.- Cuando decidiste que esto acabara no pude llevarlo bien, ya lo sabes. Lo intenté, pero me vine abajo. Y no quería que eso influyera sobre ti.Supongo que te quería tanto que desaparecí de tu vida para liberarte de la sensación de haberme roto el corazón. Y además yo también necesitaba perderte de vista. Porque ver a alguien a quien amas y no poder hacer nada para estar con ella o para dejar de amarla es una tortura. Al menos para mí lo fue. Y aquella época coincidió con una oferta del periódico en el que trabajo. Aproveché la oportunidad y salí de aquí. Lo demás es historia.La sinceridad de Javier no sorprendió a Julia. Quizás era lo mejor que tenía.Le conocía bien y sabía que además sentía, amaba y sufría siempre demasiado. No era capaz de controlar sus sentimientos, se dejaba llevar aunque él mismo intentara evitarlo a veces. Eso le hacía tan dulce y encantador para ella. Había pasado el tiempo, pero seguía siendo el mismo chico con espíritu de niño, que sentía todo sin medida. Aquél que era capaz de reinventar el mundo sólo por amor.- No debiste irte. –Respondió ella. - Escapar de mí no era la solución a nada. A mí me hizo mucho daño no poder contar contigo de la noche a la mañana. Tuvo que decirme tu padre que te habías ido, sin que supiera muy bien a dónde. Intenté explicarte lo que sentía. Sabes que te quise con locura, que hubiera ido a cualquier sitio de tu mano, sin preguntar dónde. Y eso me aterrorizó. Te quería demasiado, Javi. Me descubrí dejándome llevar por todo aquello y de repente quise evitarlo. Quise parar porque mi vida ya no era mucho más que tú. Y eso no era lo que quería. Te amaba, pero no estaba dispuesta a que tú fueras lo único importante en mi vida.Cada uno se sintió mejor después de haber dicho y escuchado todo aquello. Quizás demasiado tarde, o quizás a tiempo. Ahora ambos tenían la sensación de haberse liberado de un peso que les cargó durante años, y eso permitió que las dos horas siguientes fuesen mucho más agradables. Revivieron recuerdos, recordaron anécdotas, desenterraron sueños y esquivaron cualquier clase de reproche. La tarde avanzó sin ellos, porque cuando quisieron darse cuenta ya eran las nueve y media. Demasiado tarde para ella, que tenía quien le esperara en casa.- Se ha hecho tarde, tengo que irme. – Julia deseó de repente no haberse casado. Y eso le asustó. – Pero no quiero esperar otros cinco años para verte. ¿Vale? Acompáñame al coche, anda.Los dos caminaron en silencio hacia el lugar donde ella había estacionado su coche. Javier lo reconoció como el antiguo coche de su padre y sonrió. Julia se dio cuenta. - Mi padre se compró uno más grande y me dio éste. No funciona del todo mal. Además, guarda recuerdos bonitos. – Dijo.Ambos compartieron los mismos recuerdos en aquel instante y se cruzaron una sonrisa. Llegado el momento de despedirse, Javier se puso nervioso. No supo que hacer, no estaba acostumbrado a besar en la mejilla a la chica más importante de la historia de su vida. Y se sintió confundido. Ella se dio cuenta y se acercó despacio a él, hasta sentir su respiración y sus nervios. Después le abrazó con fuerza mientras cerraba los ojos. Estuvieron así varios minutos, hasta que él la separó de sí y la miró. Aquella mirada concentró toda la ternura y el cariño del mundo, tanto que ella le respondió con un beso. Antes de que él pudiera reaccionar, Julia se subió en su coche y se marchó.Ella murió esa misma noche, después de que un camión se la llevara por delante en el cruce que daba acceso al pueblo. El chófer sólo pudo recordar que aquella mujer manipulaba un teléfono

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DE ADULTOS

móvil cuando se saltó de repente la prioridad de paso. Javier no se enteró hasta que un amigo común le llamó a la mañana siguiente, justo después de que su móvil le diera el aviso de varias llamadas recibidas la noche anterior, una vez apagado. Eran de Julia.

Actividades de comprensión.

Indica la cuál es la respuesta correcta:

Julia y el protagonista se encuentran de nuevo en:- La boda de un amigo común.- La entrega de un premio a un amigo común.- La boda de Julia.

La edad actual de Julia es de:- 22 años- 26 años- 30 años

El marido de Julia se llama:- Eduardo - Javier- Miguel

El protagonista consigue el teléfono de Julia:- A través de un amigo.- A través de su padre.- Se lo dio ella el día de su boda.

Cuando se produce el accidente:- Julia manipulaba la radio de su coche.- Julia hablaba con su marido.- Julia intentaba hablar con Javier.


Indica cuáles de estas palabras deben acentuarse y porqué.

Refresco, sonrio, informal, ternura, periódico, chofer, común, estético y camarero

Analiza los componentes de este sintagma nominal.

Una camiseta roja con ribetes blancos


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DE ADULTOS

Inventa un nuevo final para este relato. (De medio cara a una cara de un folio)LA BODA DE JULIA (SOLUCIONES)

Actividad pre-lectura.

En el siguiente relato los protagonistas vuelven a encontrarse tras unos años sin verse. Seguro que tú también has perdido el contacto con algún amigo al que has vuelto a ver años después. Explica como volviste a reencontrarte con esa persona.

RESPUESTA LIBRE

La boda de JuliaJavier aparcó el coche con prisas y sin demasiado cuidado. Salió rápidamente y fue casi a la carrera hacia el restaurante donde se había citado un cuarto de hora antes con Julia. Justo antes de entrar, se detuvo para tomar aliento y comprobar su aspecto en un cristal de espejo de una tienda cercana. Después de comprobar que estaba más o menos presentable, entró en el local, ensayando en silencio sus disculpas por llegar tarde. Julia esperaba en una mesa situada cerca de la barra. Estaba preciosa.Seguramente nunca había estado tan guapa desde que él la conocía. Llevaba unos pantalones vaqueros con unos zapatos planos, una camiseta roja con ribetes blancos y el pelo recogido en una trenza que caía por la parte izquierda de su cuello. Algunos mechones sueltos tapaban parte de su ojo izquierdo, mientras hojeaba un periódico. Tenía 26 años y era la chica más bonita de aquel lugar.- Lo siento, de verdad. Se me ha hecho, tarde, te juro que... –- No pasa, nada. Siéntate, anda – Ella le sonrió como hacía siempre y dejó a un lado el periódico. Se irguió en la silla y le observó unos instantes mientras él se quitaba la chaqueta. Volvió a sonreír para sí misma cuando comparó la imagen de aquel chico tan bien vestido con la del muchacho que la volvió loca hace años. Y recordó su peculiar sentido estético de la vida y de la ropa. Había pasado mucho tiempo. Se levantó, le besó en la mejilla y volvió a sentarse- Me alegro mucho de que pudieras venir. En realidad, hubiera entendido que me dijeras que no. A fin de cuentas, te acabas de casar. – Dijo Javier.Ella le miró mientras bebía la última parte del refresco de naranja que había pedido mientras esperaba. Sonrió de nuevo.- A mí también me apetecía mucho verte. Hemos estado años sin vernos. Y me encantó que vinieras a mi boda. En algún momento pensé que no querrías.Después de decir aquello hizo una seña a uno de los camareros para que se acercara. Cuando lo tuvo delante, pidió dos tazas de té con limón.- Espero que todavía te guste el té. Esa era una de las cosas que compartíamos – dijo.Javier sonrío y asintió con la cabeza. Lo mejor de ver a alguien que te ha conocido tanto y tan bien es que casi todos los detalles pueden sobrar, y hay más tiempo para lo esencial. La miraba y a la vez la sentía diferente e igual. Su aspecto no tenía mucho que ver con el que él recordaba. Estaba algo más delgada, tenía el pelo más largo y vestía de otra forma. Más informal, pero más cuidada a la vez. Supuso que ella estaría pensando lo mismo y le pareció una buena forma de comenzar la conversación, lo más difícil para dos personas que se han querido, se han perdido y se han vuelto a encontrar. - ¿Estás muy guapa, sabes? Me gusta mucho como llevas el pelo ahora.Siempre te dije que estabas preciosa con el pelo recogido. Ella sonrió y agradeció el cumplido, mientras tomaba su trenza y la miraba unos instantes. Después, su mirada fue directamente a él de nuevo.- Tú también estás muy bien. Aunque siempre has sido guapo. Lo que pasa es que no te aprovechabas bien, preferías vestir de aquella manera tan poco favorecedora y bueno... ahora tienes mucho mejor aspecto. En la boda ibas muy elegante. Es curioso que tuviera que esperar a casarme para verte con un traje puesto. – Después de decir esto río un poco y apartó las manos de la mesa para que el camarero pudiera depositar las tazas de té.- Bueno, todo cambia, supongo. O al menos casi todo. Tú tampoco vestías así antes, aunque antes era todo diferente. Teníamos 18 años y vivíamos en este pueblo, locos por irnos de aquí... – Javier interrumpió la frase como si no quisiera decir algo inconveniente, pero ella la completó.- ...juntos.

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- Sí, juntos. Entonces el plan empezaba y terminaba por estar juntos. Eran otros tiempos, quizás nosotros también éramos otras personas.- ¿Tú crees?- Bueno, no sé. No sé hasta qué punto el tiempo y la vida nos puede haber cambiado. Han pasado varios años de todo aquello. Y ahora estamos en situaciones muy diferentes. No sé si mejores, pero sí muy diferentes.Los dos se miraron unos instantes y tomaron sus tazas. Mientras bebían, cada uno miraba al otro intentando descubrirse mutuamente otra vez. Hacía cinco años que se habían perdido de vista y sólo la boda de ella los había reunido otra vez. Se juraron que se querrían para siempre y se habían vuelto a encontrar en la ceremonia de entrega de uno de ellos a un tercero. Demasiados sentimientos extraños como para que la situación fuera fácil. Pero eso ya lo sabían antes de citarse allí.- ¿Eres feliz?La pregunta de Javier sorprendió a Julia peleándose con recuerdos y sensaciones inoportunas, pero lógicas. No esperaba oír aquello, al menos tan pronto, y eso la descolocó. Pero se rehizo a los pocos instantes con su habitual sonrisa.- Sí. Mucho. Todo me va bien.El estudio marcha cada vez mejor y Eduardo y yo nos hemos decidido a dar el paso de casarnos, aunque ya vivíamos juntos desde hace casi dos años. Es un buen momento para mí.¿Y qué me cuentas de ti?- Bueno, sigo como siempre. Trabajo más de lo que me gustaría, por menos dinero del que me gustaría. – Sonrió. - Pero lo demás está bien. Sigo soltero, pero me rodea gente que me quiere en Madrid. También es un buen momento.- Me alegro. Bueno, ésta es una ocasión tan buena como cualquier otra para preguntarte por qué no me has llamado en estos cinco años. Sólo conseguí hacerte llegar la invitación a través de Antonio. No sé dónde vives y sólo tengo tu móvil porque te lo pedí el día de mi boda.Javier se removió en la silla y pensó que la conversación había entrado en derroteros demasiado peligrosos. No quería reproches, ni saldar cuentas con el pasado. Sólo quería verla, saber que estaba bien y largarse antes de que nada se torciera.- Bueno. No creo que sea el momento para hablar de eso, pasó hace mucho. Simplemente, me pareció lo mejor. Para los dos.-La respuesta no satisfizo a Julia. Aunque ella también sentía que no había una buena respuesta a aquella pregunta. Un silencio incómodo se abrió tras las palabras de Javier. Él sabía que ella esperaba algo más. Y tuvo que dárselo.- Cuando decidiste que esto acabara no pude llevarlo bien, ya lo sabes. Lo intenté, pero me vine abajo. Y no quería que eso influyera sobre ti.Supongo que te quería tanto que desaparecí de tu vida para liberarte de la sensación de haberme roto el corazón. Y además yo también necesitaba perderte de vista. Porque ver a alguien a quien amas y no poder hacer nada para estar con ella o para dejar de amarla es una tortura. Al menos para mí lo fue. Y aquella época coincidió con una oferta del periódico en el que trabajo. Aproveché la oportunidad y salí de aquí. Lo demás es historia.La sinceridad de Javier no sorprendió a Julia. Quizás era lo mejor que tenía.Le conocía bien y sabía que además sentía, amaba y sufría siempre demasiado. No era capaz de controlar sus sentimientos, se dejaba llevar aunque él mismo intentara evitarlo a veces. Eso le hacía tan dulce y encantador para ella. Había pasado el tiempo, pero seguía siendo el mismo chico con espíritu de niño, que sentía todo sin medida. Aquél que era capaz de reinventar el mundo sólo por amor.- No debiste irte. –Respondió ella. - Escapar de mí no era la solución a nada. A mí me hizo mucho daño no poder contar contigo de la noche a la mañana. Tuvo que decirme tu padre que te habías ido, sin que supiera muy bien a dónde. Intenté explicarte lo que sentía. Sabes que te quise con locura, que hubiera ido a cualquier sitio de tu mano, sin preguntar dónde. Y eso me aterrorizó. Te quería demasiado, Javi. Me descubrí dejándome llevar por todo aquello y de repente quise evitarlo. Quise parar porque mi vida ya no era mucho más que tú. Y eso no era lo que quería. Te amaba, pero no estaba dispuesta a que tú fueras lo único importante en mi vida.Cada uno se sintió mejor después de haber dicho y escuchado todo aquello.

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Quizás demasiado tarde, o quizás a tiempo. Ahora ambos tenían la sensación de haberse liberado de un peso que les cargó durante años, y eso permitió que las dos horas siguientes fuesen mucho más agradables. Revivieron recuerdos, recordaron anécdotas, desenterraron sueños y esquivaron cualquier clase de reproche. La tarde avanzó sin ellos, porque cuando quisieron darse cuenta ya eran las nueve y media. Demasiado tarde para ella, que tenía quien le esperara en casa.- Se ha hecho tarde, tengo que irme. – Julia deseó de repente no haberse casado. Y eso le asustó. – Pero no quiero esperar otros cinco años para verte. ¿Vale? Acompáñame al coche, anda.Los dos caminaron en silencio hacia el lugar donde ella había estacionado su coche. Javier lo reconoció como el antiguo coche de su padre y sonrió. Julia se dio cuenta. - Mi padre se compró uno más grande y me dio éste. No funciona del todo mal. Además, guarda recuerdos bonitos. – Dijo.Ambos compartieron los mismos recuerdos en aquel instante y se cruzaron una sonrisa. Llegado el momento de despedirse, Javier se puso nervioso. No supo que hacer, no estaba acostumbrado a besar en la mejilla a la chica más importante de la historia de su vida. Y se sintió confundido. Ella se dio cuenta y se acercó despacio a él, hasta sentir su respiración y sus nervios. Después le abrazó con fuerza mientras cerraba los ojos. Estuvieron así varios minutos, hasta que él la separó de sí y la miró. Aquella mirada concentró toda la ternura y el cariño del mundo, tanto que ella le respondió con un beso. Antes de que él pudiera reaccionar, Julia se subió en su coche y se marchó.Ella murió esa misma noche, después de que un camión se la llevara por delante en el cruce que daba acceso al pueblo. El chófer sólo pudo recordar que aquella mujer manipulaba un teléfono móvil cuando se saltó de repente la prioridad de paso. Javier no se enteró hasta que un amigo común le llamó a la mañana siguiente, justo después de que su móvil le diera el aviso de varias llamadas recibidas la noche anterior, una vez apagado. Eran de Julia.

Actividades de comprensión. Indica la cuál es la respuesta correcta:

Julia y el protagonista se encuentran de nuevo en:- La boda de un amigo común.- La entrega de un premio a un amigo común.- La boda de Julia.

La edad actual de Julia es de:- 22 años- 26 años- 30 años

El marido de Julia se llama:- Eduardo - Javier- Miguel

El protagonista consigue el teléfono de Julia:- A través de un amigo.- A través de su padre.- Se lo dio él el día de su boda.

Cuando se produce el accidente:- Julia manipulaba la radio de su coche.- Julia hablaba con su marido.- Julia intentaba hablar con Javier.

Actividades de gramática. Indica cuáles de estas palabras deben acentuarse y porqué.

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DE ADULTOS

Refresco, sonrio, informal, ternura, periodico, chofer, comun, estético y camareroRefresco, sonrió, informal, ternura, periódico, chófer, común, estético y camarero.

Analiza los componentes de este sintagma nominal.

Una camiseta roja con ribetes blancos(Determinante, nombre, adjetivo, preposición, nombre y adjetivo)


Inventa un nuevo final para este relato. (De medio cara a una cara de un folio)

(RESPUESTA LIBRE)

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DE ADULTOS

23 DE JULIO

Actividad pre-lectura

La protagonista del relato se ha olvidado por completo de la fecha que es. Seguro que tu también has vivido alguna situación similar. Explica en unas líneas como fue.

Los celos- ¿Dónde está papá?Con apenas seis años, aquel niño de pelo negro y ojos azules estaba para comérselo así vestido. Por eso su madre dejó el libro en el sofá y abrazó a su pequeño.- Pero qué guapo estás, mi vida. ¿Ana te ha ayudado a vestirte?- Claro que sí. – Dijo una voz femenina que se acercaba por el pasillo. –Me ha dado la murga durante media hora para que le pusiera su chalequito, su pantalón y sus botitas. Y como aquí no había nadie más, pues he tenido que ayudarle yo.Ana apareció en el salón cerrando su mochila azul. Tenía 15 años y casi tres meses de vacaciones escolares, de modo que en las últimas semanas casi siempre se iba a primera hora de casa, y a veces sólo aparecía para comer y para cenar. Hacía pocos meses había comenzado a maquillarse, algo que no le había llamado la atención hasta entonces. Su madre interpretaba que había algún chico de por medio, o al menos la influencia de alguna nueva amiga, de esas que invitan a “ponerse al día”.Sin embargo, Laura no reparó esta vez en los pantalones rotos de Ana, ni en la exagerada sombra de ojos que se había puesto. Cualquier otro día, madre e hija hubieran tenido una charla acerca del peculiar estilo estético que en los últimos meses había empezado a cultivar la muchacha. En aquel momento, Laura tenía en la cabeza la ausencia de su marido de casa, algo raro teniendo en cuenta que era domingo y que era muy pronto, apenas las nueve y media de la mañana. Carlos apreciaba mucho la oportunidad de dormir más de la cuenta y de remolonear en casa, ya que habitualmente tenía que madrugar mucho para llegar a la Universidad.De repente, sonó a medias una melodía de moda en el teléfono móvil de Ana y ésta salió corriendo hacia la puerta. “Me esperan, hasta luego familia”. Para cuando su madre quiso despedirse, la puerta se había cerrado y el ascensor estaba ya por llegar a aquella octava planta. El pequeño Miguel seguía preguntando con insistencia por su padre, porque sabía que hoy era el día prometido para ir a pescar al lago. Su madre también lo sabía, y por eso le extrañaba aún más que su marido no se encontrase en casa.Laura se levantó y se fue hacia la cocina, para ver si Carlos le había dejado alguna nota en el frigorífico, un sistema que ambos solían utilizar para dejarse mensajes de tipo casero y también de tipo amoroso a veces. Aunque éstos últimos ya escaseaban, porque Ana ya conocía las costumbres de sus padres y a veces añadía sus propias anotaciones, tales como “qué bonito” o “sois unos cursis”.

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DE ADULTOS

Cuando llegó a la cocina, Laura observó que no había ninguna nota nueva en el frigorífico y entonces pensó que tal vez hubiera alguna llamada en su teléfono móvil. Sin embargo, cuando trataba de recordar dónde lo había colocado, su mirada tropezó con el calendario de la cocina, que le dio la respuesta que buscaba. Era 23 de julio.En cuanto vio la fecha, supo que su marido no iría con su hijo pequeño a pescar aquel día, así que se inventó una excusa y puso al niño a jugar con sus muñecos favoritos, después de cambiarle de ropa. Miguel rabió un rato, hasta que se tranquilizó y se puso a jugar sobre la alfombra del salón. Su madre se sentó nuevamente en el sofá y dejó que le invadiera lentamente esa amarga sensación que cada año la sacudía en aquella misma fecha: los celos.


Indica cuáles de estas afimaciones son verdaderas:

- Ana se extraña de que su marido no se haya levantado de la cama.- Ana se extraña de la estética de su hija.- Ana explica a su hijo que su padre no va a llevarlo a pescar.- Ana esperaba encontrar una nota en el frigorífico.


- ¿Quién ayuda al pequeño Miguel a vestirse?

- ¿Qué estaba haciendo su madre cuando Miguel aparece vestido de pescador?

- ¿Qué ocurre cuando la protagonista ve la fecha en el calendario de la cocina?


Identifica los determinantes que encuentres en el principio del relato e indica de qué tipo son:

Laura bajó el libro que estaba leyendo en el salón hasta poder ver la carita de su hijo pequeño. Éste había aparecido de repente, con un pequeño trajecito de pescador que su padre le había comprado hace algunos meses.

Busca en el texto alguna palabra que se a polisémica y explica porqué.


En el relato no se aclara cuál es la razón de que el padre no esté en la casa. Imagina cuál es la razón y explícalo en unas líneas.

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23 DE JULIO (SOLUCIONES)

Actividad pre-lectura

La protagonista del relato se ha olvidado por completo de la fecha que es. Seguro que tu también has vivido alguna situación similar. Explica en unas líneas como fue.

RESPUESTA LIBRE

Los celos- ¿Dónde está papá?Con apenas seis años, aquel niño de pelo negro y ojos azules estaba para comérselo así vestido. Por eso su madre dejó el libro en el sofá y abrazó a su pequeño.- Pero qué guapo estás, mi vida. ¿Ana te ha ayudado a vestirte?- Claro que sí. – Dijo una voz femenina que se acercaba por el pasillo. –Me ha dado la murga durante media hora para que le pusiera su chalequito, su pantalón y sus botitas. Y como aquí no había nadie más, pues he tenido que ayudarle yo.Ana apareció en el salón cerrando su mochila azul. Tenía 15 años y casi tres meses de vacaciones escolares, de modo que en las últimas semanas casi siempre se iba a primera hora de casa, y a veces sólo aparecía para comer y para cenar. Hacía pocos meses había comenzado a maquillarse, algo que no le había llamado la atención hasta entonces. Su madre interpretaba que había algún chico de por medio, o al menos la influencia de alguna nueva amiga, de esas que invitan a “ponerse al día”.Sin embargo, Laura no reparó esta vez en los pantalones rotos de Ana, ni en la exagerada sombra de ojos que se había puesto. Cualquier otro día, madre e hija hubieran tenido una charla acerca del peculiar estilo estético que en los últimos meses había empezado a cultivar la muchacha. En aquel momento, Laura tenía en la cabeza la ausencia de su marido de casa, algo raro teniendo en cuenta que era domingo y que era muy pronto, apenas las nueve y media de la mañana. Carlos apreciaba mucho la oportunidad de dormir más de la cuenta y de remolonear en casa, ya que habitualmente tenía que madrugar mucho para llegar a la Universidad.De repente, sonó a medias una melodía de moda en el teléfono móvil de Ana y ésta salió corriendo hacia la puerta. “Me esperan, hasta luego familia”. Para cuando su madre quiso despedirse, la puerta se había cerrado y el ascensor estaba ya por llegar a aquella octava planta. El pequeño Miguel seguía preguntando con insistencia por su padre, porque sabía que hoy era el día prometido para ir a pescar al lago. Su madre también lo sabía, y por eso le extrañaba aún más que su marido no se encontrase en casa.Laura se levantó y se fue hacia la cocina, para ver si Carlos le había dejado alguna nota en el frigorífico, un sistema que ambos solían utilizar para dejarse mensajes de tipo casero y también de tipo amoroso a veces. Aunque éstos últimos ya escaseaban, porque Ana ya conocía las costumbres de sus padres y a veces añadía sus propias anotaciones, tales como “qué bonito” o “sois unos cursis”.Cuando llegó a la cocina, Laura observó que no había ninguna nota nueva en el frigorífico y entonces pensó que tal vez hubiera alguna llamada en su teléfono móvil. Sin embargo, cuando trataba de recordar dónde lo había colocado, su mirada tropezó con el calendario de la cocina, que le dio la respuesta que buscaba. Era 23 de julio.En cuanto vio la fecha, supo que su marido no iría con su hijo pequeño a pescar aquel día, así que se inventó una excusa y puso al niño a jugar con sus muñecos favoritos, después de cambiarle de ropa. Miguel rabió un rato, hasta que se tranquilizó y se puso a jugar sobre la alfombra del salón. Su madre se sentó nuevamente en el sofá y dejó que le invadiera lentamente esa amarga sensación que cada año la sacudía en aquella misma fecha: los celos.

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Indica cuáles de estas afimaciones son verdaderas:

- Ana se extraña de que su marido no se haya levantado de la cama.- Ana se extraña de la estética de su hija.- Ana explica a su hijo que su padre no va a llevarlo a pescar.- Ana esperaba encontrar una nota en el frigorífico.


- ¿Quién ayuda al pequeño Miguel a vestirse?Su hermana Ana.

- ¿Qué estaba haciendo su madre cuando Miguel aparece vestido de pescador?Leyendo un libro en el sofá.

- ¿Qué ocurre cuando la protagonista ve la fecha en el calendario de la cocina?Supo que su marido no iría con su hijo pequeño a pescar


Identifica los determinantes que encuentres en el principio del relato e indica de qué tipo son:

Laura bajó el libro que estaba leyendo en el salón hasta poder ver la carita de su hijo pequeño. Éste había aparecido de repente, con un pequeño trajecito de pescador que su padre le había comprado hace algunos meses.

Busca en el texto alguna palabra que se a polisémica y explica porqué.


En el relato no se aclara cuál es la razón de que el padre no esté en la casa. Imagina cuál es la razón y explícalo en unas líneas.(RESPUESTA LIBRE)

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EL AMORActividad pre-lectura.Ahora vas a leer una lectura romántica. ¿Te gustan las películas o novelas románticas o prefieres otros estilos? ¿Qué piensas de la expresión estar ciego por alguien? ¿Es cierto que el amor nos impide ver la realidad? Escribe 4-5 líneas.

Laura había conocido a su marido hace 18 años. Fue a través de un conocido común, en una fiesta de Nochevieja que organizó un matrimonio amigo de ella. Cuando se lo presentaron, le pareció un hombre guapo, aunque con cierto aire triste. Tenía 27 años y vestía unos vaqueros y una camisa blanca. Y daba la impresión de sentirse extraño en aquella celebración, en la que ni siquiera parecía conocer a la mayor parte de los asistentes.Ambos hablaron durante un rato, hasta que se les acabaron los temas interesantes, y después el se escabulló con la excusa de que iba a tomar otra copa. Laura se quedó intrigada, ya que aquél había sido el único hombre con el que había hablado que no había tratado de ligar con ella en toda la noche. Ella era toda una belleza, una espléndida mezcla de rasgos de padre uruguayo y madre inglesa. Pero ser tan guapa no le había beneficiado en absoluto, porque siempre había sentido que sólo interesaba a los hombres para poco más que un revolcón.En cuanto Carlos se fue, Laura se volvió hacia Alberto, el amigo que les había presentado, y le preguntó por él:- Tu amigo parece interesante, pero un poco tristón.- Sí que lo es. Es un gran tipo, trabaja como profesor de literatura francesa en la universidad. De momento ha conseguido una sustitución, pero creo que conseguirá plaza en breve, es muy bueno. Y ha perdido a su novia hace unos meses. Por eso lo ves tan triste, y por eso lo he traído aquí.Justo después de decir eso, dos chicas aparecieron para hablar con Alberto y se lo llevaron a otro rincón de la casa para conversar con otros invitados.Laura se quedó pensativa y buscó a Carlos con la mirada. No fue difícil encontrarlo, ya que estaba bebiendo una copa mientras miraba por la ventana.Parecía sentirse como un cuerpo extraño entre aquella multitud y ella fue a hablar con él nuevamente.- Hola. ¿Te molesto?- No, claro. – Carlos se volvió sorprendido, las palabras de Laura le habían sacado de sus pensamientos. Se sintió incómodo al principio, pero pensó que al menos podría intentar hablar con alguien un rato.- Me ha dicho Alberto lo de tu novia. Lo siento mucho, de verdad.- Sí... bueno...gracias. Murió en julio. Un cáncer. Se lo detectaron y no sobrevivió más que unos cuantos días más. Es terrible. – La voz entrecortada delataba el dolor que le producía hablar de ello. – Sólo tenía 26 años.Laura se sintió sobrecogida con las palabras de aquel hombre. Ambos siguieron hablando durante el resto de la noche, de lo que hacían, de lo que eran y de lo que querían llegar a ser. El recuerdo de la novia de Carlos no volvió a aparecer en la conversación, pero planeó sobre ella, cada vez que había alguna referencia a planes de futuro. Él sólo sentía que su futuro había quedado enterrado el 23 de julio, el día en el que ella había fallecido.

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Sin embargo, ambos se hicieron amigos a partir de entonces. Empezaron a verse en las semanas siguientes para tomar café y hablar, y pronto crearon una sólida confianza. Él encontró muy sana y protectora la amistad de ella. Pero Laura empezó a sentir que aquello se le escapaba de las manos: se estaba enamorando.Un día, unas semanas después, se lo confesó en una terraza. Le dijo que le quería y que quería estar con él. Carlos se quedó sorprendido, y apenas pudo responder a aquello. Pidió tiempo y estuvieron varios días sin verse.Finalmente, se citaron de nuevo en el lugar acostumbrado y él le explicó cómo se sentía:- Mira Laura, yo te quiero. En estas semanas me has ayudado mucho, eres fantástica. Como mujer y como amiga eres increíble, pero yo no puedo estar contigo como tú necesitas que esté. No siento lo mismo que tú y no sé si podré volver a sentirlo alguna vez, después de la muerte deClara- No pienso rendirme – Laura era una mujer decidida, siempre dispuesta a luchar por aquello en lo que creía. Y creía en aquel hombre. – Estoy enamorada de ti, Carlos. Esperaré lo que haga falta para estar a tu lado, pero no quieras que no te ame, porque no puedo evitarlo.Carlos la besó en el mismo momento en que terminó de decir aquello. Y aquel beso fue el principio de un noviazgo que marchó sin problemas, poco a poco. Se querían cada vez más y la relación se hizo sólida. Sin embargo, él le confesó una noche que, aunque la adoraba, no podía dejar de sentir que Clara había sido el amor de su vida. Y, pasara lo que pasara, creía firmemente en que eso no podría cambiar jamás.Laura se enfadó al escuchar aquello y le dejó durante algunas semanas. Después se reencontraron y volvieron a hablar. Se reconciliaron, aunque ella supo desde ese instante que tendría que compartir a su futuro marido con otra mujer, aunque estuviera muerta, al menos una vez al año. Pese a todo, no estaba dispuesta a volver a separarse de él. Poco después se casaron y ella quedó embarazada de Ana.Pero, cada 23 de julio, Carlos desaparecía. Pasaba parte del día en el cementerio, en frente de la tumba de la que había sido su novia, en la que dejaba un ramo enorme de rosas blancas, sus favoritas. Después rompía a llorar y hablaba a su antigua amada. Le pedía disculpas por querer a otra mujer, y, cuando tuvo familia, rogaba su perdón por haber tenido con Laura los niños que ambos planearon criar. Después, paseaba hasta que caía la tarde y regresaba a casa, con la cara desencajada y se metía en la cama.Normalmente, no cruzaba una palabra con su esposa en todo el día. No obstante, al día siguiente todo cambiaba y volvía a ser el hombre atento y maravilloso que ella adoraba. Recuperaba a su marido para los siguientes 364 días.

La tristezaLaura permaneció un rato sentada, mirando por la ventana. Su hijo pequeño seguía jugueteando a sus pies, mientras ella sentía crecer en su interior unas incontenibles ganas de llorar. Cada vez que llegaba aquel maldito día toda la inseguridad del mundo se cernía sobre ella. Le parecía que su vida, aparentemente casi perfecta, era una especie de espejismo, porque su marido no era capaz de amarla como a una mujer que llevaba casi 20 años muerta. A lo largo de aquellos años había aspirado a hacer cambiar los sentimientos de Carlos, a conseguir que la viera y la sintiera como el amor de su vida. Le había dado dos niños y una estabilidad emocional, había entregado todas sus energías para que él pudiera sentirse querido, amado y respetado. Pero no había sido suficiente.Ella no tenía queja del comportamiento de su marido. Él siempre la había cuidado y querido, especialmente desde que habían sido padres. Era una pareja sin tacha, un hombre considerado, comprensivo, cariñoso y leal. Pero Laura sentía que no le entregaba todo lo que en su momento le había dado a aquella Clara. Y eso le hacía mucho daño. A veces había pensado incluso en

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separarse, pero lo cierto es que quería con locura a Carlos. Había construido su vida en torno a él y estaba cómoda en ella.Laura se levantó y abrazó a su pequeño Miguel durante varios minutos. El niño, cómodo al principio, no tardó en reclamar a su madre que le soltara para poder seguir jugando. Ella le retuvo aún con más fuerza y le besó en la cara mientras lloraba en silencio. Después sonrió y colocó a su hijo nuevamente en la alfombra. Suspiró, se secó las lágrimas con el revés de sus manos y miró el reloj. A fin de cuentas, sólo quedaban 12 horas para que terminara aquel maldito 23 de julio.

Actividades de comprensión. Elige la respuesta correcta:

Laura y Carlos se conocen en:- La fiesta de una amiga- La boda de unos amigos- La fiesta de un matrimonio amigo de ella.

Cuando se conocen algo llama la atención de Laura:- Que no quisiera ligar con ella.- Que no hablara de temas de trabajo.- Que no quisiera beber nada.

El primero en dar el primer paso para iniciar la relación fue:- Laura- Carlos- Ninguno de los dos

Carlos confesó a Laura que:- Nunca podría enamorarse de ella- Que siempre sentiría que su anterior novia era el amor de su vida.- Que no quería tener hijos.

Cuando llegaba el 23 de julio:- Carlos se sentía culpable de haber rehecho su vida.- Laura se sentía culpable de haberse casado con él.- Celebraban su aniversario.

Actividades de gramática. Separa el sujeto y el predicado de las siguientes oraciones:

- Laura había conocido a su marido hacía 18 años.

- Ella era toda una belleza.

- Estoy enamorada de ti.

- Él le explicó cómo se sentía. Busca en el texto sustantivos que sean abstractos y explica porqué lo son.

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Actividad de extensión.En el relato Laura se siente mal cada vez que llega el 23 de julio. ¿Crees que esta actitud es normal?¿Por qué?

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EL AMOR (SOLUCIONES)Actividad pre-lectura.Ahora vas a leer una lectura romántica. ¿Te gustan las películas o novelas románticas o prefieres otros estilos? ¿Qué piensas de la expresión estar ciego por alguien? ¿Es cierto que el amor nos impide ver la realidad? Escribe 4-5 líneas.

RESPUESTA LIBRE

Laura había conocido a su marido hace 18 años. Fue a través de un conocido común, en una fiesta de Nochevieja que organizó un matrimonio amigo de ella. Cuando se lo presentaron, le pareció un hombre guapo, aunque con cierto aire triste. Tenía 27 años y vestía unos vaqueros y una camisa blanca. Y daba la impresión de sentirse extraño en aquella celebración, en la que ni siquiera parecía conocer a la mayor parte de los asistentes.Ambos hablaron durante un rato, hasta que se les acabaron los temas interesantes, y después el se escabulló con la excusa de que iba a tomar otra copa. Laura se quedó intrigada, ya que aquél había sido el único hombre con el que había hablado que no había tratado de ligar con ella en toda la noche. Ella era toda una belleza, una espléndida mezcla de rasgos de padre uruguayo y madre inglesa. Pero ser tan guapa no le había beneficiado en absoluto, porque siempre había sentido que sólo interesaba a los hombres para poco más que un revolcón.En cuanto Carlos se fue, Laura se volvió hacia Alberto, el amigo que les había presentado, y le preguntó por él:- Tu amigo parece interesante, pero un poco tristón.- Sí que lo es. Es un gran tipo, trabaja como profesor de literatura francesa en la universidad. De momento ha conseguido una sustitución, pero creo que conseguirá plaza en breve, es muy bueno. Y ha perdido a su novia hace unos meses. Por eso lo ves tan triste, y por eso lo he traído aquí.Justo después de decir eso, dos chicas aparecieron para hablar con Alberto y se lo llevaron a otro rincón de la casa para conversar con otros invitados.Laura se quedó pensativa y buscó a Carlos con la mirada. No fue difícil encontrarlo, ya que estaba bebiendo una copa mientras miraba por la ventana.Parecía sentirse como un cuerpo extraño entre aquella multitud y ella fue a hablar con él nuevamente.- Hola. ¿Te molesto?- No, claro. – Carlos se volvió sorprendido, las palabras de Laura le habían sacado de sus pensamientos. Se sintió incómodo al principio, pero pensó que al menos podría intentar hablar con alguien un rato.- Me ha dicho Alberto lo de tu novia. Lo siento mucho, de verdad.- Sí... bueno...gracias. Murió en julio. Un cáncer. Se lo detectaron y no sobrevivió más que unos cuantos días más. Es terrible. – La voz entrecortada delataba el dolor que le producía hablar de ello. – Sólo tenía 26 años.Laura se sintió sobrecogida con las palabras de aquel hombre. Ambos siguieron hablando durante el resto de la noche, de lo que hacían, de lo que eran y de lo que querían llegar a ser. El recuerdo de la novia de Carlos no volvió a aparecer en la conversación, pero planeó sobre ella, cada vez que había alguna referencia a planes de futuro. Él sólo sentía que su futuro había quedado enterrado el 23 de julio, el día en el que ella había fallecido.Sin embargo, ambos se hicieron amigos a partir de entonces. Empezaron a verse en las semanas siguientes para tomar café y hablar, y pronto crearon una sólida confianza. Él encontró muy sana y protectora la amistad de ella. Pero Laura empezó a sentir que aquello se le escapaba de las manos: se estaba enamorando.Un día, unas semanas después, se lo confesó en una terraza. Le dijo que le quería y que quería estar con él. Carlos se quedó sorprendido, y apenas pudo responder a aquello. Pidió tiempo y estuvieron varios días sin verse.Finalmente, se citaron de nuevo en el lugar acostumbrado y él le explicó cómo se sentía:

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- Mira Laura, yo te quiero. En estas semanas me has ayudado mucho, eres fantástica. Como mujer y como amiga eres increíble, pero yo no puedo estar contigo como tú necesitas que esté. No siento lo mismo que tú y no sé si podré volver a sentirlo alguna vez, después de la muerte deClara- No pienso rendirme – Laura era una mujer decidida, siempre dispuesta a luchar por aquello en lo que creía. Y creía en aquel hombre. – Estoy enamorada de ti, Carlos. Esperaré lo que haga falta para estar a tu lado, pero no quieras que no te ame, porque no puedo evitarlo.Carlos la besó en el mismo momento en que terminó de decir aquello. Y aquel beso fue el principio de un noviazgo que marchó sin problemas, poco a poco. Se querían cada vez más y la relación se hizo sólida. Sin embargo, él le confesó una noche que, aunque la adoraba, no podía dejar de sentir que Clara había sido el amor de su vida. Y, pasara lo que pasara, creía firmemente en que eso no podría cambiar jamás.Laura se enfadó al escuchar aquello y le dejó durante algunas semanas. Después se reencontraron y volvieron a hablar. Se reconciliaron, aunque ella supo desde ese instante que tendría que compartir a su futuro marido con otra mujer, aunque estuviera muerta, al menos una vez al año. Pese a todo, no estaba dispuesta a volver a separarse de él. Poco después se casaron y ella quedó embarazada de Ana.Pero, cada 23 de julio, Carlos desaparecía. Pasaba parte del día en el cementerio, en frente de la tumba de la que había sido su novia, en la que dejaba un ramo enorme de rosas blancas, sus favoritas. Después rompía a llorar y hablaba a su antigua amada. Le pedía disculpas por querer a otra mujer, y, cuando tuvo familia, rogaba su perdón por haber tenido con Laura los niños que ambos planearon criar. Después, paseaba hasta que caía la tarde y regresaba a casa, con la cara desencajada y se metía en la cama.Normalmente, no cruzaba una palabra con su esposa en todo el día. No obstante, al día siguiente todo cambiaba y volvía a ser el hombre atento y maravilloso que ella adoraba. Recuperaba a su marido para los siguientes 364 días.

La tristezaLaura permaneció un rato sentada, mirando por la ventana. Su hijo pequeño seguía jugueteando a sus pies, mientras ella sentía crecer en su interior unas incontenibles ganas de llorar. Cada vez que llegaba aquel maldito día toda la inseguridad del mundo se cernía sobre ella. Le parecía que su vida, aparentemente casi perfecta, era una especie de espejismo, porque su marido no era capaz de amarla como a una mujer que llevaba casi 20 años muerta. A lo largo de aquellos años había aspirado a hacer cambiar los sentimientos de Carlos, a conseguir que la viera y la sintiera como el amor de su vida. Le había dado dos niños y una estabilidad emocional, había entregado todas sus energías para que él pudiera sentirse querido, amado y respetado. Pero no había sido suficiente.Ella no tenía queja del comportamiento de su marido. Él siempre la había cuidado y querido, especialmente desde que habían sido padres. Era una pareja sin tacha, un hombre considerado, comprensivo, cariñoso y leal. Pero Laura sentía que no le entregaba todo lo que en su momento le había dado a aquella Clara. Y eso le hacía mucho daño. A veces había pensado incluso en separarse, pero lo cierto es que quería con locura a Carlos. Había construido su vida en torno a él y estaba cómoda en ella.Laura se levantó y abrazó a su pequeño Miguel durante varios minutos. El niño, cómodo al principio, no tardó en reclamar a su madre que le soltara para poder seguir jugando. Ella le retuvo aún con más fuerza y le besó en la cara mientras lloraba en silencio. Después sonrió y colocó a su hijo nuevamente en la alfombra. Suspiró, se secó las lágrimas con el revés de sus manos y miró el reloj. A fin de cuentas, sólo quedaban 12 horas para que terminara aquel maldito 23 de julio.

Actividades de comprensión. Elige la respuesta correcta:

Laura y Carlos se conocen en:- La fiesta de una amiga- La boda de unos amigos- La fiesta de un matrimonio amigo de ella.

Cuando se conocen algo llama la atención de Laura:- Que no quisiera ligar con ella.

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- Que no hablara de temas de trabajo.- Que no quisiera beber nada.

El primero en dar el primer paso para iniciar la relación fue:- Laura- Carlos- Ninguno de los dos

Carlos confesó a Laura que:- Nunca podría enamorarse de ella- Que siempre sentiría que su anterior novia era el amor de su vida.- Que no quería tener hijos.

Cuando llegaba el 23 de julio:- Carlos se sentía culpable de haber rehecho su vida.- Laura se sentía culpable de haberse casado con él.- Celebraban su aniversario.


Separa el sujeto y el predicado de las siguientes oraciones:

- Laura había conocido a su marido hacía 18 años. Sujetopredicado- Ella era toda una belleza.Sujeto predicado- (Yo) Estoy enamorada de ti.Sujeto predicado- Él le explicó cómo se sentía.Sujeto predicado

Busca en el texto sustantivos que sean abstractos y explica porqué lo son.


En el relato Laura se siente mal cada vez que llega el 23 de julio. ¿Crees que esta actitud es normal?¿Por qué? RESPUESTA LIBRE

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DESCONOCIDAActividad de pre-lectura.

El protagonista de este relato se despierta una mañana sin recordar nada de lo que hizo la noche anterior y quizás arrepintiéndose por tal hecho. Tal vez tú hayas sentido alguna vez la sensación de querer volver atrás en el tiempo. Explica en tres o cuatro líneas cómo ocurrió.

El sonido del agua me despertó. Un vago rumor se fue convirtiendo en el chorro de la ducha, y entonces recordé que no había dormido solo. A mi lado había una huella de calor, y una mezcla de olor a sudor y perfume. En el suelo, unos vaqueros, una camiseta negra, un abrigo azul, ropa interior morada y unas botas marrones. Y en mi cabeza una sensación absurda de infidelidad.En todo caso, lo que más me llamó la atención es que no recordaba nada de aquella mujer. ¿Era guapa? ¿Tenía bonita figura? ¿Era inteligente? ¿Cómo se llamaba?... ¿cómo era posible que me hubiera acostado con alguien que ahora no sería capaz de reconocer? La situación me pareció ridícula y traté de recordar lo sucedido la noche anterior, mientras me acomodaba en el centro de la cama.Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía visualizar nada de aquella mujer. Recordé algunos tramos de la noche, como la conversación a tres bandas con Alberto y Martín. Uno defendía la teoría de que cuando te deja una chica de la que estás enamorado siempre te parece que has perdido lo más bonito que existe, pero luego resulta que conoces a otra que es más guapa, más inteligente, te comprende mejor, te quiere más y te parece absurdo haber sufrido por la anterior, ya que así es el ciclo evolutivo del amor. El otro filosofaba acerca de que cada fracaso es un preparativo para conocer a la mujer de tu vida, una frase que había leído en alguna novela de John Le Carré. Cada uno trataba de ayudarme a su manera y recuerdo que en esa conversación sólo aporté la mala cara y la tristeza.Mientras reflexionaba sobre las teorías de mis amigos, oí como se abría la puerta del baño. Hizo otra vez ese ruido horrible, y pensé que debería engrasar de una vez las bisagras. Escuché los pasos desnudos de aquella mujer por el pasillo hacia la cocina, y supuse por el ruido que se hacía un café. Me sentí tentado de levantarme de la cama e ir hacia su encuentro, pero me pareció una situación un poco violenta. ¿Qué podía decirle? ¿Hola, cómo estás? ¿Has dormido bien? ¿Te gusta mi casa? ¿ehh, cómo te llamas?... Así que preferí esperar en la cama, y hacer como si no me hubiera despertado aún.Mientras esperaba a que ella se tomara aquel café, analicé mis propios sentimientos. Sentía que había sido infiel. Pero no a la mujer que me había dejado, sino a lo que aún sentía por ella, que era más importante. No me gustaba la idea de ser desleal hacia mis sentimientos. Anoche quizás pensé que sería buena idea tratar de huir hacia adelante, que quizás es más fácil olvidar cuando uno emborrona el recuerdo de alguien que no te quiere con alguien que te desea. Pero el caso es que tampoco recordaba si había merecido la pena o no.

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DE ADULTOS

Seguro que a Marta no le había pasado nada parecido. Para ella yo ya formaba parte de un álbum de fotos cerrado. Quién sabe con cuántos tipos se habría acostado ya. Era guapa, muy atractiva, inteligente, sensual, ardiente… ¿cuánto tiempo podía una mujer así estar sola? Ella era diferente a mí. Me había olvidado de raíz, sin rodeos, con una facilidad que casi ponía en cuestión todo lo que habíamos pasado juntos. Le era indiferente, en resumidas cuentas. ¿Qué pasaba conmigo? ¿Cómo me sentía? ¿Qué ocurría en mi vida? A ella le daba lo mismo. Simplemente porque yo había pasado a ser una foto más en una cartera, un vago recuerdo en algún momento de balance o una historia más que contar a quien quisiera escucharla. Poco más. Pero yo la quería.La puerta de la cocina se abrió y sentí los pasos de la desconocida dirigirse hacia mi habitación. De repente, sentí un pánico extraño, y volví a la postura de antes, como si estuviera durmiendo realmente. Cerré los ojos y esperé unos instantes. Entonces escuché como ella entraba, despacio y con suavidad. Agudicé el oído y la sentí recoger su ropa. Escuché el sonido de botones abrochándose, de botas ajustándose. Y luego escuché el golpeteo amortiguado de sus tacones rodeando la cama para llegar hasta mí.Continué sin mover un solo músculo, con el brazo izquierdo bajo la almohada y el derecho encogido cerca de la cara. Se detuvo exactamente delante de mí, y entonces me sentí observado. Fueron segundos de tensión extraña. Quizás ella se preguntaba si debía despertarme para despedirse, o tal vez me observaba mejor y me comparaba con el chico al que conoció anoche.Todo se ve diferente a la luz del día, sin alcohol, sin sexo latente, sin soledad que paliar.Finalmente, la escuché marcharse con lentitud. Rodeó la cama otra vez, se detuvo un momento, y reemprendió la marcha hasta abandonar mi casa. Cerró con suavidad la puerta de entrada y entonces abrí los ojos. Permanecí unos segundos más en aquella posición y después me levanté. Me sentí ridículo por haber evitado la despedida y sobre todo por no tener ni idea de cómo era la persona con la que había pasado aquella noche. Era como si ella nunca hubiera existido, igual que las horas anteriores. Nada que recordar, nada que reprochar. Lo único que indicaba su presencia en aquella casa eran dos toallas húmedas en el suelo de la habitación, una cafetera a medias con una taza vacía en la cocina y un olor que desaparecería con la brisa de la mañana. Al menos, el café aún estaba caliente.

Actividades de comprensión

Estas afirmaciones no son correctas, corrígelas para que lo sean.

- El protagonista se despierta y se da cuenta de que hay alguien durmiendo a su lado.

- Lo único que recuerda es que salió de copas con un amigo.

- Espera a que su acompañante entre en el baño para vestirse corriendo e irse de su piso.

Responde a estas preguntas.

- ¿Qué es lo que recuerda el protagonista sobre la noche anterior cuando se despierta?

- ¿Por qué se da cuenta de que no ha dormido solo?

- ¿Qué hace cuando escucha que su acompañante se acerca hacia la habitación?

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DE ADULTOS


Divide en monemas las siguientes palabras del texto e indique de qué clase es cada uno:

Infidelidad, reflexionaba, engrasar y escuché Señala los adverbios que encuentras en esta oración.

- Entonces recordé que no había dormido solo.- Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía visualizar nada de aquella mujer.- Y luego escuché el golpeteo amortiguado de sus tacones rodeando la cama para llegar hasta mí.- Cerró suavemente la puerta de entrada y entonces abrí los ojos.


El protagonista del relato no sabe quién es la chica con la que ha pasado la noche. ¿Crees que volverán a encontrarse? Explica cómo sería el encuentro.

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DESCONOCIDA (SOLUCIONES)Actividad de pre-lectura.

El protagonista de este relato se despierta una mañana sin recordar nada de lo que hizo la noche anterior y quizás arrepintiéndose por tal hecho. Tal vez tú hayas sentido alguna vez la sensación de querer volver atrás en el tiempo. Explica en tres o cuatro líneas cómo ocurrió.

RESPUESTA LIBRE

El sonido del agua me despertó. Un vago rumor se fue convirtiendo en el chorro de la ducha, y entonces recordé que no había dormido solo. A mi lado había una huella de calor, y una mezcla de olor a sudor y perfume. En el suelo, unos vaqueros, una camiseta negra, un abrigo azul, ropa interior morada y unas botas marrones. Y en mi cabeza una sensación absurda de infidelidad.En todo caso, lo que más me llamó la atención es que no recordaba nada de aquella mujer. ¿Era guapa? ¿Tenía bonita figura? ¿Era inteligente? ¿Cómo se llamaba?... ¿cómo era posible que me hubiera acostado con alguien que ahora no sería capaz de reconocer? La situación me pareció ridícula y traté de recordar lo sucedido la noche anterior, mientras me acomodaba en el centro de la cama.Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía visualizar nada de aquella mujer. Recordé algunos tramos de la noche, como la conversación a tres bandas con Alberto y Martín. Uno defendía la teoría de que cuando te deja una chica de la que estás enamorado siempre te parece que has perdido lo más bonito que existe, pero luego resulta que conoces a otra que es más guapa, más inteligente, te comprende mejor, te quiere más y te parece absurdo haber sufrido por la anterior, ya que así es el ciclo evolutivo del amor. El otro filosofaba acerca de que cada fracaso es un preparativo para conocer a la mujer de tu vida, una frase que había leído en alguna novela de John Le Carré. Cada uno trataba de ayudarme a su manera y recuerdo que en esa conversación sólo aporté la mala cara y la tristeza.Mientras reflexionaba sobre las teorías de mis amigos, oí como se abría la puerta del baño. Hizo otra vez ese ruido horrible, y pensé que debería engrasar de una vez las bisagras. Escuché los pasos desnudos de aquella mujer por el pasillo hacia la cocina, y supuse por el ruido que se hacía un café. Me sentí tentado de levantarme de la cama e ir hacia su encuentro, pero me pareció una situación un poco violenta. ¿Qué podía decirle? ¿Hola, cómo estás? ¿Has dormido bien? ¿Te gusta mi casa? ¿ehh, cómo te llamas?... Así que preferí esperar en la cama, y hacer como si no me hubiera despertado aún.Mientras esperaba a que ella se tomara aquel café, analicé mis propios sentimientos. Sentía que había sido infiel. Pero no a la mujer que me había dejado, sino a lo que aún sentía por ella, que era más importante. No me gustaba la idea de ser desleal hacia mis sentimientos. Anoche quizás pensé que sería buena idea tratar de huir hacia adelante, que quizás es más fácil olvidar cuando uno emborrona el recuerdo de alguien que no te quiere con alguien que te desea. Pero el caso es que tampoco recordaba si había merecido la pena o no.Seguro que a Marta no le había pasado nada parecido. Para ella yo ya formaba parte de un álbum de fotos cerrado. Quién sabe con cuántos tipos se habría acostado ya. Era guapa, muy atractiva, inteligente, sensual, ardiente… ¿cuánto tiempo podía una mujer así estar sola? Ella era diferente a mí. Me había olvidado de raíz, sin rodeos, con una facilidad que casi ponía en cuestión todo lo que habíamos pasado juntos. Le era indiferente, en resumidas cuentas. ¿Qué pasaba conmigo? ¿Cómo me sentía? ¿Qué ocurría en mi vida? A ella le daba lo mismo. Simplemente porque yo había pasado a ser una foto más en una cartera, un vago recuerdo en algún momento de balance o una historia más que contar a quien quisiera escucharla. Poco más. Pero yo la quería.La puerta de la cocina se abrió y sentí los pasos de la desconocida dirigirse hacia mi habitación. De repente, sentí un pánico extraño, y volví a la postura de antes, como si estuviera durmiendo realmente.

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Cerré los ojos y esperé unos instantes. Entonces escuché como ella entraba, despacio y con suavidad. Agudicé el oído y la sentí recoger su ropa. Escuché el sonido de botones abrochándose, de botas ajustándose. Y luego escuché el golpeteo amortiguado de sus tacones rodeando la cama para llegar hasta mí.Continué sin mover un solo músculo, con el brazo izquierdo bajo la almohada y el derecho encogido cerca de la cara. Se detuvo exactamente delante de mí, y entonces me sentí observado. Fueron segundos de tensión extraña. Quizás ella se preguntaba si debía despertarme para despedirse, o tal vez me observaba mejor y me comparaba con el chico al que conoció anoche.Todo se ve diferente a la luz del día, sin alcohol, sin sexo latente, sin soledad que paliar.Finalmente, la escuché marcharse con lentitud. Rodeó la cama otra vez, se detuvo un momento, y reemprendió la marcha hasta abandonar mi casa. Cerró con suavidad la puerta de entrada y entonces abrí los ojos. Permanecí unos segundos más en aquella posición y después me levanté. Me sentí ridículo por haber evitado la despedida y sobre todo por no tener ni idea de cómo era la persona con la que había pasado aquella noche. Era como si ella nunca hubiera existido, igual que las horas anteriores. Nada que recordar, nada que reprochar. Lo único que indicaba su presencia en aquella casa eran dos toallas húmedas en el suelo de la habitación, una cafetera a medias con una taza vacía en la cocina y un olor que desaparecería con la brisa de la mañana. Al menos, el café aún estaba caliente.

Actividades de comprensión Estas afirmaciones no son correctas, corrígelas para que lo sean.

- El protagonista se despierta y se da cuenta de que hay alguien durmiendo a su lado. Escucha a alguien duchándose y ropa de mujer en la habitación.

- Lo único que recuerda es que salió de copas con un amigo. Solo recuerda una conversación con dos amigos

- Espera a que su acompañante entre en el baño para vestirse corriendo e irse de su piso.Espera en la cama a que su acompañante se vista y se vaya de su piso.

Responde a estas preguntas.- ¿Qué es lo que recuerda el protagonista sobre la noche anterior cuando se despierta?Una conversación con dos de sus amigos.

- ¿Por qué se da cuenta de que no ha dormido solo?Por el calor que desprende su cama y el olor a perfume.

- ¿Qué hace cuando escucha que su acompañante se acerca hacia la habitación?Se hace el dormido para evitar una despedida.

Actividades de gramática. Divide en monemas las siguientes palabras del texto e indique de qué clase es cada uno:

Infidelidad, reflexionaba, engrasar y escuchéIn-fidel-idad (sustantivo común abstracto), reflexión-aba (verbo pretérito imperfecto 3ª persona singular), en-gras-ar (forma verbal infinitivo) y escuch-é (verbo pretérito indefinido 1ª-3ª persona singular)

Señala los adverbios que encuentras en esta oración.

- Entonces recordé que no había dormido solo.- Sin embargo, por más que lo intentaba no conseguía visualizar nada de aquella mujer.- Y luego escuché el golpeteo amortiguado de sus tacones rodeando la cama para llegar hasta mí.- Cerró suavemente la puerta de entrada y entonces abrí los ojos.

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Actividad de extensión.El protagonista del relato no sabe quién es la chica con la que ha pasado la noche. ¿Crees que volverán a encontrarse? Explica cómo sería el encuentro.(RESPUESTA LIBRE)

DESCONOCIDOActividades de pre-lectura.En este relato se titula Desconocido. ¿De qué crees que puede tratar? Escribe unas líneas.

Hace sol. Es un bonito día. Incluso aunque sea domingo. Desde que era pequeña he odiado los domingos. Me parecían días absurdos, en los que no se podía hacer nada, con todo cerrado y con todo el mundo por la calle, paseando sin saber a dónde ir. Era como si se suspendiera durante 24 horas la vida normal.

Y esa sensación no hizo más que crecer cuando yo también lo hice. Los domingos se convirtieron en los días en los que había que quedar con un novio, hacer manitas e ir al cine. Si no tenías novio o simplemente no te apetecía quedar con él, no tenías mucho más que hacer.Así que no sé que haré exactamente esta tarde, porque mis amigas quedarán con sus chicos, como siempre. De momento me conformaré con encontrar un autobús que me lleve a casa. No conozco bien este barrio, es la primera vez que vengo por aquí. De hecho, anoche me pareció que ésta ni siquiera era mi ciudad, cuando vine a casa de… ¿quién? Vaya, no me acuerdo de su nombre. He pasado la noche con un chico y no sabría decir cómo se llama. No está mal, nena.

Bueno, da lo mismo. Supongo que no volveremos a vernos. Él forma parte de la lista de tipos con los que me he acostado últimamente para pasar el rato, sin ninguna clase de intención de tener nada más. María dice que estoy en una fase en la que me dedico a besar a todas las ranas que puedo para intentar encontrar mi príncipe. Yo no estoy de acuerdo, porque ni busco ni quiero encontrar ningún príncipe, más bien me conformo con que la rana no tenga mal aliento y me divierta.Supongo que ella me llamará luego y me preguntará por cómo me fue la noche. Y yo le diré lo de siempre, que lo pasé bien y que no hubo demasiadas sorpresas, ni para bien ni para mal. Entonces ella me soltará su típico discurso de “a veces me gustaría hacer como tú, porque últimamente me aburro con Jaime porque tal y cual…” María tiene un problema. Pertenece a esa clase de personas que llegan a despreciar lo que tienen, siempre desean lo que no poseen y envidian lo que no son. Por eso no le respondo que quizás debería hacerlo, porque su novio es un imbécil. Pero es su imbécil.El caso es que, una noche de sábado más, no he dormido sola. He tenido el sexo y las pequeñas dosis de cariño y atención que necesito, y con eso me doy por satisfecha. Como planteamiento no deja de ser frío, lo reconozco.Tengo unas necesidades y las cubro. Los utilizo. Pero bueno, ellos también me utilizan a mí. La clase de tipo que se acuesta contigo el primer día por lo general no responde a la clase de novio que te gustaría tener. María opina que hay dos clases de hombres: los que tienen miedo a

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DE ADULTOS

enamorarse de ti y los que tienen miedo de que te enamores de ellos. A veces pienso que tiene razón, pero tampoco me interesa comprobarlo a estas alturas de mi vida.El amor está descartado. Desde hace casi un año transito por la vida con una saludable capa que me protege de él. Controlo la situación. Estoy con los chicos que me gustan, y jamás dejo que sobrepasen la línea de seguridad que aísla mi corazón del contacto con intrusos. Conmigo sólo hay sexo y diversión.No hay charlas profundas, amistad con derecho a compartir cama ni otras fórmulas que puedan poner en peligro mi estabilidad emocional. Tengo amigos y tengo amantes. Y esos dos conceptos nunca volverán a mezclarse.El chico de anoche parecía buena persona. Quizás hubiera estado bien despedirme de él. Pero no he querido despertarle. He estado a punto de hacerlo, para decirle al menos que lo pasé bien con él. Aunque quizás era más importante que supiera que el café que tiene en casa es una mierda.Actividades de comprensión.

Estas afirmaciones no son correctas. Corrígelas para que lo sean:

- La protagonista odia los domingos con lluvia.

- La protagonista cree que los chicos tienen miedo a enamorarse o a que te enamores de ellos.

- La protagonista se arrepiente de no haber dado su teléfono al chico desconocido.


- ¿Dónde se encuentra la protagonista en el momento del relato?

- ¿Por qué no le gustan los domingos?

- ¿Crees que realmente le gustaría enamorarse?


Busca en el texto tres palabras que sean polisílabas.

En las siguientes oraciones, acentúa los monosílabos que corresponda.

- Era como si se suspendiera durante 24 horas la vida normal.- Así que no se que haré exactamente esta tarde,- Él forma parte de la lista de tipos con los que me he acostado últimamente para pasar el rato,- El amor está descartado


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DE ADULTOS

La protagonista sabe que su amiga María la llamará para saber cómo está. Imagina la conversación telefónica y escríbela en forma de diálogo.

DESCONOCIDO (SOLUCIONES)Actividades de pre-lectura.En este relato se titula Desconocido. ¿De qué crees que puede tratar? Escribe unas líneas.

RESPUESTA LIBRE

Hace sol. Es un bonito día. Incluso aunque sea domingo. Desde que era pequeña he odiado los domingos. Me parecían días absurdos, en los que no se podía hacer nada, con todo cerrado y con todo el mundo por la calle, paseando sin saber a dónde ir. Era como si se suspendiera durante 24 horas la vida normal.

Y esa sensación no hizo más que crecer cuando yo también lo hice. Los domingos se convirtieron en los días en los que había que quedar con un novio, hacer manitas e ir al cine. Si no tenías novio o simplemente no te apetecía quedar con él, no tenías mucho más que hacer.Así que no sé que haré exactamente esta tarde, porque mis amigas quedarán con sus chicos, como siempre. De momento me conformaré con encontrar un autobús que me lleve a casa. No conozco bien este barrio, es la primera vez que vengo por aquí. De hecho, anoche me pareció que ésta ni siquiera era mi ciudad, cuando vine a casa de… ¿quién? Vaya, no me acuerdo de su nombre. He pasado la noche con un chico y no sabría decir cómo se llama. No está mal, nena.

Bueno, da lo mismo. Supongo que no volveremos a vernos. Él forma parte de la lista de tipos con los que me he acostado últimamente para pasar el rato, sin ninguna clase de intención de tener nada más. María dice que estoy en una fase en la que me dedico a besar a todas las ranas que puedo para intentar encontrar mi príncipe. Yo no estoy de acuerdo, porque ni busco ni quiero encontrar ningún príncipe, más bien me conformo con que la rana no tenga mal aliento y me divierta.Supongo que ella me llamará luego y me preguntará por cómo me fue la noche. Y yo le diré lo de siempre, que lo pasé bien y que no hubo demasiadas sorpresas, ni para bien ni para mal. Entonces ella me soltará su típico discurso de “a veces me gustaría hacer como tú, porque últimamente me aburro con Jaime porque tal y cual…” María tiene un problema. Pertenece a esa clase de personas que llegan a despreciar lo que tienen, siempre desean lo que no poseen y envidian lo que no son. Por eso no le respondo que quizás debería hacerlo, porque su novio es un imbécil. Pero es su imbécil.El caso es que, una noche de sábado más, no he dormido sola. He tenido el sexo y las pequeñas dosis de cariño y atención que necesito, y con eso me doy por satisfecha. Como planteamiento no deja de ser frío, lo reconozco.Tengo unas necesidades y las cubro. Los utilizo. Pero bueno, ellos también me utilizan a mí. La clase de tipo que se acuesta contigo el primer día por lo general no responde a la clase de novio que te gustaría tener. María opina que hay dos clases de hombres: los que tienen miedo a enamorarse de ti y los que tienen miedo de que te enamores de ellos. A veces pienso que tiene razón, pero tampoco me interesa comprobarlo a estas alturas de mi vida.El amor está descartado. Desde hace casi un año transito por la vida con una saludable capa que me protege de él. Controlo la situación. Estoy con los chicos que me gustan, y jamás dejo que sobrepasen la línea de seguridad que aísla mi corazón del contacto con intrusos. Conmigo sólo hay sexo y diversión.No hay charlas profundas, amistad con derecho a compartir cama ni otras fórmulas que puedan poner en peligro mi estabilidad emocional. Tengo amigos y tengo amantes. Y esos dos conceptos nunca volverán a mezclarse.El chico de anoche parecía buena persona. Quizás hubiera estado bien despedirme de él. Pero no he querido despertarle. He estado a punto de hacerlo, para decirle al menos que lo pasé bien con él. Aunque quizás era más importante que supiera que el café que tiene en casa es una mierda.

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DE ADULTOS

Actividades de comprensión.

Estas afirmaciones no son correctas. Corrígelas para que lo sean:

- La protagonista odia los domingos con lluvia. La protagonista odia los domingos.- La protagonista cree que los chicos tienen miedo a enamorarse o a que te enamores de ellos.Su amiga María cree que los chicos tienen miedo a enamorarse o a que te enamores de ellos.

- La protagonista se arrepiente de no haber dado su teléfono al chico desconocido.La protagonista se arrepiente no haberse despedido de él.


- ¿Dónde se encuentra la protagonista en el momento del relato?En un barrio desconocido.

- ¿Por qué no le gustan los domingos?Porque todo está cerrado y no sabe donde ir.

- ¿Crees que realmente le gustaría enamorarse?(RESPUESTA LIBRE)


Busca en el texto tres palabras que sean polisílabas.

En las siguientes oraciones, acentúa los monosílabos que corresponda.

- Era como si se suspendiera durante 24 horas la vida normal. Sí, me parecían absurdos.- Así que no sé qué haré exactamente esta tarde,- Él forma parte de la lista de tipos con los que me he acostado últimamente para pasar el rato,El amor está descartado


La protagonista sabe que su amiga María la llamará para saber cómo está. Imagina la conversación telefónica y escríbela en forma de diálogo. (RESPUESTA LIBRE)

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DE ADULTOS

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