Dossier Elecciones 2011 - Luces y Sombras

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D O S S I E R SÁBADO 16 DE ABRIL DEL 2011 ELECCIONES 2011 >>> Prestigiosos psicoanalistas evalúan la personalidad de los líderes políticos que podrían llegar a la Presidencia de la República, y detectan sus virtudes y defectos. Una necesaria mirada interior. Luces y sombras UNA APROXIMACIÓN AL PERFIL REAL DE LOS CANDIDATOS A LA PRESIDENCIA

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Dossier Elecciones 2011 - Luces y Sombras Sábado 16 de abril del 2011 Lima Perú Diario La República

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D O S S I E R

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E L E C C I O N E S 2 0 1 1 > > >

Prestigiosos psicoanalistas

evalúan la personalidad de los

líderes políticos que podrían

llegar a la Presidencia de la

República, y detectan sus

virtudes y defectos. Una

necesaria mirada interior.

Luces y sombras

UNA APROXIMACIÓN AL PERFIL REAL DE LOS CANDIDATOS

A LA PRESIDENCIA

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nio del padre de ser fundacional. − La identificación es una vía, pero también

está la vía del Edipo que mata al padre. − Pero él ha resuelto su complejo de Edipo iden-

tificándose. Yo creo que eso le da esa seguridad que tiene. Porque no es un militar común y corriente. Destaca entre sus compañeros. Habrá sacado, pues, notas mediocres, pero en el fondo él destaca. La so-lución del complejo de Edipo es identificarse con el padre. Soy uno con mi padre y, por tanto, lo que es de mi padre también es mío, o sea mi madre. En cambio Mario Vargas Llosa y César Vallejo mataron al padre...

− Ya que alude a Vargas Llosa, él tuvo en el colegio militar una experiencia que lo marcó con su carga de machismo, verticalidad y discriminación. Humala sí se adaptó bien a la Escuela Militar de Chorrillos.

− Es que el padre de Mario marcó en él una rebel-

DIAGNÓSTICO. PSIQUIATRA MAX SILVA TUESTA PONE EN EL DIVÁN AL CANDIDATO DE GANA PERÚ

“Ollanta Humala no es un militar común y corriente”El doctor Max Silva Tuesta no va a votar por ninguno de los dos aspirantes a la Presidencia de la República. “El Perú no se merece a estos”, sentencia con pesimismo, poco después de haber examinado, con frialdad de cirujano, la personalidad del candidato de Gana Perú, Ollanta Humala. En su análisis, destaca lo que él llama el “adanismo” de Humala, pero también surgen severas dudas sobre la autenticidad de su vocación democrática. ¿Algo positivo? Sí, Humala puede cambiar si se rodea de las influencias adecuadas.

◗ Por Maritza Espinoza. La República.

− Doctor Silva, ¿cuáles son los rasgos que saltan a primera vista al observar a Ollanta Humala?

− Un hombre común y corriente, de la media, de la medianía, que no llama la atención por nada.

− ¿Nada sobresaliente? − Nada sobresaliente, a primera vista. − Humala suele presentarse, en su discurso, como

el salvador, como el refundador de la democracia. ¿Hay algo mesiánico por ahí?

− Evidentemente. O adanismo, también. Es al-guien que es fundacional, que dice “todo lo que se ha hecho acá está mal, lo descalifico, de ahora en adelante yo soy la nueva república”.

− ¿Eso es un indicio de personalidad dictatorial? − Definitivamente. O por lo menos de una mega-

lomanía, en el sentido de creerse un grande. − Pero cómo se condice eso con la primera impre-

sión de medianía. − La primera impresión no es la que define a la

persona. − ¿Y usted ha hecho una segunda aproximación

sobre Humala? − Es cazurro. Sobre todo ahora, en esta etapa, en

que está disfrazándose. − ¿Usted cree que está disfrazándose o transfor-

mándose? − No, no, no. ¡Qué se va a transformar! El ser huma-

no no se transforma en tan pocas semanas y menos a esa edad.

− En estos días corre mucho, en el debate político, la frase “lobo con piel de cordero”. ¿Se le puede aplicar esta frase a Ollanta Humala?

− Claro, desde que, primero, ha presentado un plan para nacionalizar, para hacer una nueva Cons-tituyente, para fiscalizar a los medios de expresión y, ahora, al contrario, quiere firmar pactos y niega lo que ha dicho antes.

− ¿Eso es impostado? − No solo es impostado, sino impostor. − ¿Qué papel ha jugado en la personalidad de

Humala un padre autoritario como don Isaac, que siempre les inculcó que tenían un destino supe-rior?

− Hay dos posibilidades: rechazar ese autoritaris-mo o identificarse con ese padre deificado. En este caso es lo segundo: se ha identificado con el padre y está cumpliendo como un niño aplicado el desig-

día contra la figura de la autoridad. El primer dic-tador que conoció Mario no fue uno de esos milita-res del Leoncio Prado, sino su padre.

− Sin embargo, el padre de Ollanta también es un dictador.

− Pero un dictador que debe haber sido bueno con su hijo, que lo puso en el Colegio Franco-Perua-no, que le dio una buena educación para que, en el futuro, fuera no solamente alguien, sino mucho más que el común: presidente. Entonces, Ollanta no tiene por qué renegar de él.

− La relación con Antauro fue muy estrecha des-de la escuela militar, pero, tras el Andahuaylazo fue separado del proyecto. ¿Algo de Caín y Abel aquí?

− Ollanta es mayor que Antauro, pues, y ha sido

encarnado en el famoso etnocacerismo, un movi-miento de ingredientes autoritarios muy fuertes...

− Sí, pues, querían deportar a todos los que no pensaban como ellos, hablaron incluso de fusilar a los homosexuales…

− ¿Todo eso puede estar en el inconsciente de Humala?

− Definitivamente está en el inconsciente, pero conscientemente ya tiene que comportarse de acuerdo a sus actuales circunstancias de candida-to a la Presidencia de la República. Y, además, están los grupos de presión. A él, todos sus asesores y consejeros lo tienen que apartar de ese proyecto familiar. Ahora, la gran familia es el Perú y él tie-ne que modificar un montón de cosas. De ahí, to-das estas movidas suyas. Ahora está comprándose todas las máscaras y todos los disfraces, para dar una imagen de demócrata.

− Sin embargo, un condicionamiento que procede desde la infancia, ¿acaso puede romperse así como así?

− Hay un término interesantísimo que es la re-siliencia, que ahora está de moda. Si uno ha sido formado de una manera, uno puede independi-zarse de esa formación. Es lo que se llama también el ethos, la parte ya singular, individual, de inde-pendencia y autonomía. Así, él se divorciaría del mandato paterno y familiar.

su jefe, porque en la vida militar hay una jerarquía. Antauro, por edad y por grado, ha sido subalterno. Entonces, mientras este hermano también se cua-draba frente a Ollanta y hacía lo que le decía su her-mano, las cosas marchaban bien. Pero apenas em-pezó a comportarse de la forma en la que se ha com-portado, Ollanta se separa y trata de deslindar las diferencias, por lo menos políticamente.

− ¿Por oportunismo? − Claro. ¿Entonces por qué Ulises, por ejemplo,

sale contra el hermano, a decir que es un peligro? Ese pleito debe venir de muy atrás. Ahí sí hay cainis-mo. ¿A quién prefiere el hacedor? A Abel, ¿no?

− ¿Ollanta es el Abel de don Isaac? − Hasta por edad, ¿no? Es el preferido del padre,

el que desbanca a los otros. − Humala no es el líder que se hace solo, sino par-

te de un proyecto familiar encabezado por el padre y

A su favor están la puntualidad, el respeto a las

jerarquías, cierto grado de autoritarismo que siempre es necesario si se sabe aplicar bien. No hay vicios...”

EDIPO. Para Max Silva Tuesta, el candidato nacionalista ha cambiado a un padre, Isaac, por otro, Hugo Chávez.

MELISSA MERINO. LA REPÚBLICA

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− Lo que muchos temen es que el verdadero Ollanta, es decir, la fabricación de Isaac Humala, salga a flote una vez en el poder. ¿Es posible?

− No. Además, hay una deuda con (el presidente venezolano Hugo) Chávez. Un cambio de padre: de Isaac a Hugo, militar como él.

− Chávez lo ha llamado “buen soldado”. − Exacto. Fíjate cómo lo trata: de buen soldado,

es decir su subalterno. Y además le da la propina. − No es muy alentador que cambie un padre como

don Isaac por un padre como Chávez. − Sí, porque don Isaac es folclórico, pero ya Chávez

es una cosa internacional y peligrosa. − ¿Y puede haber, más allá de los intereses, una

subordinación psicológica a Chávez?

− Ideológica, que implica también lo psicoló-gico. No sé si recuerdas esa foto que le toman con Nadine mientras Chávez está hablando y (Ollan-ta) lo mira como… como un enamorado ante la enamorada. Con deslumbramiento. Entonces, se nota que hay una identificación con Hugo Chávez y un deseo de hacer lo que está haciendo Hugo Chávez.

− ¿Y la relación de Ollanta con Nadine Heredia, su esposa? Dicen que es una mujer singular, que tiene una simbiosis particular con su marido, tanto que dicen que lo que ella dice es lo que piensa Huma-la. ¿Cómo la ve usted?

− Guapa, silenciosa, pero atenta. Es lo contrario de la esposa de Toledo. Discreta, callada, no se mete

con nadie. Está muy bien. − La imagen que da Ollanta Humala es la de un

hombre ajustado social y familiarmente. ¿Eso es bueno para un político?

− Claro. Rosa María Palacios, en su programa, hizo un análisis de por qué, entre otros factores, Humala y Keiko han ocupado los dos primeros pues-tos. Los dos han mostrado el grupo familiar, una vez casados, bien conformados, bien apegados a sus hijos. No hay sacadera de vuelta, no hay divorcios, no hay hijos en la calle.

− O sea que sí habría un aspecto positivo en la personalidad de Ollanta Humala...

− Sí, por supuesto. Lo negativo está en esa identi-ficación con Hugo Chávez, y sería catastrófico para el Perú que aplique sus reglas. Y lo positivo, bueno, tiene una formación familiar. El padre, por más ex-travagante que sea, es un buen padre en el sentido psicológico.

− De otro lado, Ollanta Humala parece no sentir-se cómodo en el juego democrático. Es más, a veces se le escapan expresiones castrenses, como “des-movilizar”…

− Sí pues, tiene la psicología de un cachaco. La palabra es fea, pero mi padre también era un cacha-co. Era un policía, pero le decían cachaco, pues.

− ¿Esa personalidad de cachaco se condice con el perfil que se necesita para el juego democrático?

− Sí, si hay una flexibilidad de la personalidad, en el sentido de que la persona se dé cuenta en qué momento debe ser autoritario y cuándo no, cuándo mano dura o mano cordial. El autoritarismo es bue-no en determinadas circunstancias.

− ¿Qué tendría que hacer o decir Humala para sonar verosímil en su vocación democrática?

− No tiene ninguna vocación democrática. No hay que creerle. Es impostor. Desde que ha presen-tado un plan de gobierno y ahora está negando todo eso y firmando lo contrario, cómo se le va a creer.

− ¿Se podría decir que para él la democracia es un corsé incómodo?

− Totalmente. − Cómo controlar a un Humala así desde las reglas

democráticas. − Hay gente honesta, gente valiente, gente con

principios que puede asesorarlo. Hay agrupaciones. Además, lo internacional prima bastante.

− Durante el debate, Ollanta Humala se negó a hacer y responder preguntas de los adversarios. ¿Esto era un gesto estratégico o una manifestación del subconsciente?

− Eso ha sido resultado de la asesoría política. No fue un gesto espontáneo, sino bien calculado.

− ¿Y no hay nada en la personalidad de Ollanta Humala que a usted le dé alguna esperanza?

− Su disciplina. Los militares tienen algunas co-

sas positivas. La puntualidad, el respeto a las jerar-quías, un cierto grado de autoritarismo que, como le digo, siempre es necesario si se sabe aplicar bien. No hay vicios, borracheras, despilfarros en whisky. Pero nada más.

− ¿Qué influencias tendría que tener Humala para que su compromiso con la democracia sea genuino?

− De repente que mi amigo Mario Vargas Llosa, que prácticamente va a votar por él, sea su asesor. Ojalá.

− Por lo que le escucho, usted no votaría por Ollanta.

− Definitivamente no. Tengo la suerte de haber pa-sado los 70 años, no estoy obligado a votar. El Perú no merece a ninguno de estos dos.

perfil

Nadine Heredia es guapa, silenciosa, pero

atenta. Es lo contrario de la esposa de Toledo. Discreta, callada, no se mete con nadie. Está muy bien”.

POSIBLE. Según el psiquiatra, Humala puede ser percibido de modo diferente si escucha a buenos asesores.

Max Silva Tuesta nació en Lamas, Perú (1935). Cursó estudios de primaria en la escuela fiscal 403 y los dos primeros años de secundaria en el Colegio Nacional Alfonso Ugarte. En 1950 ingresó al Colegio Militar Leoncio Prado, donde conoce personalmente a Mario Vargas Llosa.

TÍTULO. Graduado como médico-cirujano en la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1961, se especializa en Psiquiatría en el Grupo del Hospital Obrero dirigido por Carlos Alberto Seguín.Con él publicó Psiquiatría folklórica (1979), Conversaciones con Seguín (1979).

OBRAS. En 1983 publicó su primera novela llamada Hotel Sementerio y posteriormente ha publicado una gran cantidad de artículos y ensayos sobre Vallejo y Vargas Llosa, convirtiéndose en estudioso y conspicuo experto en la producción intelectual de ambos. En el año 2005 publica Psicoanálisis de Vargas Llosa, y en el 2009 Nuevo Hotel Sementerio. Su última publicación es César Vallejo y su derecho a meter la pata.

EFE. AGENCIA

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OPTIMISTA. A pesar del duro diagnóstico, la Dra. Caplansky asegura que la actual situación peruana es reversible.

JOSÉ LOO

PERJUICIOS. MATILDE CAPLANSKY LAMENTA QUE SE HAYA GENERADO UN COLECTIVO HUMANO CORRUPTO

“Secuelas del fujimorismo son muchas y muy graves”¿Qué ha sucedido para que el electorado peruano se vea en la disyuntiva ahora de elegir entre dos candidatos presidenciales que despiertan tanta desconfianza y acusaciones de todo calibre? ¿Cómo es que, de pronto, parece que se hubiera perdido la memoria e incluso la autoestima al dejar con la posibilidad de acceder al poder al fujimorismo que tanto daño hizo al país? Pedimos a una reconocida psicoanalista que trate de examinarnos y el siguiente es el resultado de esa consulta. Ojalá que esta mirada en nuestro interior nos ayude a entendernos mejor.

◗ Juan Álvarez M. La República. − Si el electorado fuera su paciente, ¿qué le diría? − Debemos empezar por decir que este es un ejerci-

cio reflexivo, no un psicoanálisis, por obvias razones.Sin embargo es loable que los peruanos tengamos ga-nas de saber, indagar y de alguna manera analizar lo ocurrido con los resultados de las elecciones del do-mingo pasado.

− De acuerdo. Entonces, ¿por qué hay un amplio sector de la población que ha votado por una opción que reproduce una etapa del pasado que se caracterizó por ser corrupta y violadora de los derechos humanos?

− Es posible que sea debido a una idealización que hacen los votantes de la ‘época del Chino’, y a la idea de que si bien puede haber robado, ellos dicen que no hay problema porque todos lo hacen; y que como terminó con el terrorismo e hizo obras, los derechos humanos son cosas de comunistas… no les interesan. Además su hija Keiko es la ‘china’, tan buena y simpática… buena hija, madre de familia, casada con un gringo...

− ¿Es verdad que la corrupción y la violación a los derechos humanos interesan poco a los peruanos?

− Por lo explicado en el anterior párrafo, para la po-blación fujimorista sí. Ellos creen y sienten que en su época les fue mejor y quieren una repartición.

− ¿Se podría decir que la votación por Keiko refleja el daño a la moral y a la ética, a la autoestima, que se hizo durante el régimen dictatorial de su padre?

− Diría que sí, que hay una corrupción generalizada en la población y en quienes sienten y se identifican con quien hace algo aunque este robe y trasgreda...

− En todo caso, ¿cuál ha sido la secuela que ese gobier-no dejó en la ciudadanía peruana?

− Yo creo que las secuelas son muchas y muy graves. Para empezar, se ha generado una especie de colectivo humano corrupto, y en este se desenvuelven una serie de instituciones perversas que atentan contra una de-mocracia y un estado de derecho de manera imprevi-sible y grave.

− ¿Es cierto que la mayoría de peruanos prefiere vivir en dictadura que en democracia?

− No creo que en el Perú haya, con real contundencia, un deseo claro de vivir en tiranía. Sucede que el nivel de civilización (concepto del sociólogo Norbert Elías) que tiene el Perú es escaso y multivariado, y a eso hay que su-marle que la nación se desarrolla sobre una geografía incomunicada que dificulta enormemente las cosas.

− Y si es así, ¿usted cree que vivir bajo un régimen autoritario será el destino irreversible de los perua-nos?

− ¿Irreversible? No creo, y además no se los deseo de ninguna manera...

− ¿Qué tanto ha aprovechado Keiko el recuerdo de su

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perfilTÍTULOS. Matilde Ure-ta de Caplansky es psi-cóloga y psicoanalista, miembro de la Sociedad Peruana de Psicoanálisis (SPP) y de la Internatio-nal Psychoanalitical Asociation (IPA).

GRADOS. Magíster en Salud Mental, Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad de León / Instituto de Neurocien-cias y Salud Mental de Barcelona, España.

CARGOS. Miembro de la Directiva y jefa de cáte-dra de Género y Psicoa-nálisis, y Autores Posfreudianos del Cen-tro de Psicoterapia Psi-coanalítica de Lima.

◗ Roberto Bustamante. (del blog elmorsa.pe)Más o menos ya está claro que la segunda vuelta será entre Ollanta Humala y Keiko Fujimori, y antes de buscar las razones de esto en: a) La desazón con el modelo económico, b) Las hondas fracturas de la sociedad peruana, c) El Perú oficial versus el Perú profundo, d) La herencia colonial (Cotler ©), e) etc., intentaremos también darle otra entrada, más desde la propia elección de los sujetos que cambia-ron de voto en los últimos meses.

Ollanta Humala no ha sido todo el tiempo el candidato de las llamadas “clases populares” (sic). Ese espacio lo tuvo dominado (entre los dos candi-datos que pasaron a la segunda vuelta) Keiko Fuji-mori hasta la segunda semana de marzo. Semana en la que Hu-mala tuvo una buena presenta-ción en el primer debate o expo-sición de candidatos presiden-ciales. Ahora, ya venía subiendo semanas antes, y eso se debió a un cambio de percepción que estos sectores (donde hay ma-yor concentración de pobla-ción). Sin duda, hubo algunos cambios en las percepciones del candidato de Gana Perú de ene-ro a febrero.

Toda esa publicidad y todo el discurso de Humala fueron diri-gidos a ese sector joven: Las guarderías para niños, el acceso a la educación y la posibilidad de mayor movilidad social, etc. Mientras otros candidatos tenían discursos más difusos sobre el “emprendedurismo”, Humala la hizo mejor. Eso podría explicar también por qué él gana de lejos en el sector joven, justo también en esos días de marzo.

Sí, es seguro que hay un voto de descontento contra el modelo que se fue con Humala (es posi-ble que ese haya sido el voto con el que comenzó), pero también ha habido otro voto de un sector que, como decía otro candidato, no estaba mal pero quería estar mejor. A menos que queramos decir que Alejandro Toledo tenía parte de ese voto de descontento que luego se fue con Ollanta, ¿no?

Lo de Keiko Fujimori también es interesante. Pierde terreno en el sector C-D pero lo mantiene con fuerza en el sector E. ¿Se preguntan por qué Kenji Fujimori sacó ese porcentaje? Eso es porque

se dedicó los últimos años a hacer trabajo de base (ir a los asentamientos humanos, “bajar línea” en los clubes de madres y comités de vaso de leche, etc.). Como bien ha señalado Steve Levitsky, el fu-jimorismo hoy por hoy es el único partido que exis-te realmente: con cuadros, operadores políticos, bases, militantes.

Que el nacionalismo pueda convertirse en uno, es cosa de ver qué pasa después ganen o no las elec-ciones. Pero se vienen de hecho semanas bastante duras y donde Humala tiene mayor margen de ma-niobra para negociar con las expectativas, sobre todo de estos sectores socioeconómicos.

El nuevo Ollanta HumalaMucho se ha dicho sobre que con estas elecciones

se repite el mismo escenario del 2006, que el 30% de Humala representa ese voto antisistema que siem-pre ha estado allí. Eso sería cierto si en estas eleccio-

nes se hubiera presentado el mismo escenario de entonces, con un Humala dominando claramente en los sectores C-D y E. Pero al comparar ambos des-empeños se observan diferencias.

Por otro lado, cabe recordar que el 2006 Ollanta Humala tenía todo el tiempo a ese sector de manera cauti-va, y más bien el 2011 ha tenido que ser un discurso moderado y conser-vador el que le hiciera ganar más es-pacio entre el C- D y E. Similar, en gran medida, a Alan García aquella vez con su discurso del “cambio res-ponsable”. Eso se obtiene comparan-do inclusive a las mismas encuesta-doras, por lo que el argumento del “voto escondido” y el “sinceramiento de las cifras” se cae. En estos últimos cinco años de hecho que el país ha

crecido económicamente, ha habido cierto chorreo pero no ha sido suficiente.

El 2006 el discurso radical funcionaba ya que no había tanta plata, y más bien ahora se señalan las falencias en las políticas sociales como la idea fuer-za de Humala. Tal cual fue el discurso de García aquella vez. El 2006 tampoco había una Keiko dis-putándole tan claramente los niveles más pobres.

Y si revisan el mapa de Lima adjunto, verán que los colores son más o menos claros. La Vieja Lima votó por PPK y buena parte de la Lima “popular” (donde hay más concentración del C- D y E) repar-tida entre Fujimori (primera) y Humala (segundo).

Tomemos nota de esto si es que luego quere-mos apelar a los factores estructurales que dan cuenta de resultados electorales harto volátiles.

*Con ilustración de @fjsistemas

¿Qué tan volátil es el electorado?

padre en un sector de la población? − Siento que Keiko tiene muy idealizada a su familia

y no tiene escrúpulos en incluir a su madre en el estra-do el día del triunfo (el pase a la segunda vuelta lo con-sidera así) de la primera vuelta… Es como si sintiera que el suyo es un grupo monárquico en donde cada inte-grante de su familia debe tener un rol y un lugar.

− En cuanto a Humala, ¿qué ve en él su electorado? − Me pregunto si será cierta la frase que ha corrido

por las redes sociales durante estos días: “¡votaron los ignorantes!”. Yo diría, más bien, que han votado los ignorados. De otro lado, podemos pensar que es el grupo de origen andino y menos favorecido el que eli-ge a Ollanta Humala... amén del grupo ultraizquier-dista que lo acompaña.

− ¿Por qué la ciudadanía lo considera una opción de-

mocrática a pesar de su condición de militar? − Creo que si hay una tendencia a querer una mano

dura y “firme”, la del militar es menos aceptada, en ge-neral. En ese sentido, la prédica doble de Humala, el asunto de ser un lobo disfrazado de cordero, la veo muy factible, estaría dentro de su estilo.

− Ante la segunda vuelta, ¿cuánto influenciarán los miedos que un candidato despertará en el electorado sobre el otro?

− El miedo es poderoso y estos días hemos visto muy presente un monto de miedo muy alto. Veremos si la gente se calma y llega al 5 de junio con menos temor y pueda votar con responsabilidad.

− En general, ¿qué condiciona el voto del elector pe-ruano? ¿Por qué no le interesa el plan de gobierno y prefiere al más simpático? ¿Es acaso autodestructivo?

− Más que autodestrucción, diría que existe un nivel de civilización y de sentimiento de ciudadanía que aún no hemos desarrollado como país. Eso está pendiente.

− Igual, ¿por qué el elector vota por un candidato aun cuando sabe que este no va a cumplir sus promesas?

− Por razones psicológicas muy primitivas y rudi-mentarias. Puede ser por fantasías o idealizaciones que se hace sin contrastar adecuadamente sobre la realidad y sus verdaderas posibilidades. Evidentemente, aún nos falta camino como ciudadanos conscientes y civiliza-dos. Desgraciadamente nos jugamos cosas importantes y trascendentes tanto como individuos y como país.

Keiko tiene muy idealizada a su familia y no siente

escrúpulos en incluir a su madre en el estrado. Cree que el suyo es un grupo monárquico en donde cada uno debe tener un rol y lugar”.

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A FONDO. LAS DEPENDENCIAS AFECTIVAS DE KEIKO FUJIMORI EN RELACIÓN CON ALBERTO FUJIMORI

“Es clave saber qué tipo de vínculo tiene con su padre”La candidata de Fuerza 2011 ha manifestado durante la campaña un carácter severo y resuelto y una actitud aparentemente desvinculada de las decisiones de su padre. Pero el psicoanalista Jorge Bruce ensaya una evaluación de la conducta de Keiko Fujimori, en particular de los actos criminales y de corrupción atribuidos al régimen de su progenitor, y concluye que la aspirante presidencial tiene una agenda pendiente con sus electores: no ha deslindado como corresponde de lo que hizo su padre y por el contrario le agradece por lo que hace por ella... desde la Diroes.

◗ Ángel Páez. La República. − ¿Una persona que ha convivido durante muchos

años con individuos que han gobernado violando las normas puede haber sido influenciada por estos per-sonajes al punto de justificar sus acciones ilegales?

− Sí, por supuesto. El intenso vínculo afectivo suele hacer más ambiguo el juicio moral en algunas personas. El afecto es la más grande fuente de dis-torsión del juicio moral.

− ¿La candidata Keiko Fujimori, quien fue parte de un entorno constituido por personajes que hoy están presos por delitos de lesa humanidad y corrup-ción, puede haber escapado a esa influencia?

− Es imposible que no haya sido influenciada. De-be haber gravitado en un sentido u otro. Es como en esas familias, como en la película El Padrino, en la que los hermanos tienen distinta forma de reaccionar ante el entorno en el que han crecido y el que termi-na siendo el heredero de Vito Corleone es el que apa-rentaba estar fuera, pero que tenía una gran identi-ficación con su padre. De hecho, es algo con lo que hoy la candidata Keiko Fujimori se ve confrontada. Lo más preocupante es que ella no ha deslindado de

esa herencia de Alberto Fujimori. No sabemos lo que realmente piensa, ya que hasta ahora solo ha dicho que está orgullosa de lo que hizo su padre.

− En el mitin de celebración por el pase a la segun-da vuelta, ella agradeció a Alberto Fujimori. Pero también mencionó a su madre, Susana Higuchi, y es-to fue relevante porque cuando el ex presidente ex-pulsó a Higuchi de Palacio de Gobierno, Keiko Fuji-mori se alineó al lado de su progenitor. Ahora Keiko Fujimori ha logrado tener a su lado en la campaña electoral a su madre. ¿Puede usted ensayar una ex-plicación?

− Armar la imagen de una familia feliz al estilo de la Familia Ingalls es una estrategia típica de una campaña política. Pero no sabemos lo que realmen-te está pasando allí dentro. Sin embargo, considero que los peruanos deberíamos exigirle a Keiko Fuji-mori precisiones...

− ¿Preguntarle por qué no ha llorado por los crí-menes de Barrios o La Cantuta, por ejemplo? ¿O por qué no ha pedido perdón a los familiares de las vícti-mas y llorado con ellos?

− Por supuesto, con todo derecho tenemos que preguntarle por qué no dice nada del niño de 6 años asesinado en Barrios Altos por defender a su padre. Y preguntarle: ¿Usted cree como Martha Chávez que los muchachos asesinados de La Cantuta eran terroristas y por lo tanto merecían ser eliminados? Ella no tiene por qué heredar los crímenes de su pa-dre, pero ella debería trazar una línea y no lo está haciendo. Los peruanos queremos escuchar su re-flexión sobre esos hechos por los que ha sido conde-nado su padre. No nos quedemos con la imagen rí-gida del pasado. Queremos saber qué es lo que pien-sa hoy día de todo eso, si ha cambiado o no su pen-samiento respecto a esos hechos.

− ¿Por qué no llora públicamente Keiko Fujimori? − Ella tiene una personalidad de mucho autocon-

trol y mantiene un manejo de sus emociones más parejo y estable que la mayoría de candidatos. Pro-bablemente esto tiene una relación con la cultura japonesa, que es extremadamente reservada. La an-

tropóloga Ruth Benedict decía que había una cul-tura de la culpa y una cultura de la vergüenza, y esa es la cultura japonesa, que tiende a no mostrar sus emociones. Eso es lo que podría suceder.

− ¿La relación de Keiko Fujimori es más de com-plicidad que de lealtad?

− He escuchado versiones contradictorias en es-tos días entre quienes sostienen que ella manifiesta una lealtad absoluta a su padre, y los que afirman que ella mantiene cierta distancia, que por un cál-culo político no lo ha manifestado para mantener al electorado fujimorista duro. Eso es algo que des-cubriríamos en las próximas semanas, no porque queramos meternos en su vida privada sino porque en este caso resulta que nos están proponiendo co-mo presidenta a la hija de un dictador convicto de los peores crímenes. Entonces tenemos que pregun-

tarnos qué tipo de relación tienen ellos dos porque nos interesa mucho en la medida que eso determi-nará qué estilo de gobierno ella va a tener en la even-tualidad de que llegue al poder. Es una preocupa-ción legítima, porque estamos ante propuesta di-nástica. ¿Es un vínculo de identificación absoluta y mafiosa, o no? Eso tenemos que saber los peruanos cuanto antes.

− Pero yo le formulo la pregunta a usted. ¿Qué ti-po de vínculo tienen Keiko Fujimori y su padre?

− Me imagino que de todas maneras ahí hay un conflicto político y personal, porque lo uno y lo otro no están separados. Aquí hay un contraste porque a diferencia de Ollanta Humala, que escondió a sus padres, y Alejandro Toledo, que ocultó a su esposa Eliane Karp. Keiko Fujimori tiene a su padre en la cárcel. Pero no me queda claro el tipo de relación que tienen. Probablemente esté sucediendo lo que el psicoanalista Donald Winnicott denomina “la distancia suficientemente buena”. Si ella se distan-cia demasiado de su padre corre el riesgo de perder su núcleo de fieles fujimoristas; pero si no se distan-cia no ganará los votos de un enorme grupo de gen-te que se opone a que se repita la dictadura. Por eso, el tipo de vínculo que ellos tienen será clave para la decisión de muchos votantes. Ese es un dilema evi-dente que tiene al frente. Ella tiene mezclado un conflicto político y un conflicto personal.

− ¿La dependencia afectiva de Kenyi Fujimori respecto a su padre es comparable a la de Keiko Fu-jimori con su progenitor?

− Kenyi está menos distante si se le compara con su hermana. Pero ella sabe que no se debe alejar de-masiado de su padre porque sabe que puede perder votos. Pero hay algo más: el afán de poder Keiko Fu-jimori. Ella quiere ganar el poder, eso se nota.

Tenemos que preguntarnos qué tipo de

relación tienen Keiko y su padre. Es una preocupación legítima porque eso determinará qué tipo de gobierno va a tener si gana”.

ANÁLISIS. Jorge Bruce considera que Keiko Fujimori mantiene un vínculo secreto con su padre que será clave.

ROBERTO MATTA. LA REPÚBLICA

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− ¿Para qué? − Yo creo que la motivación inicial ha sido reivin-

dicar el apellido Fujimori y tratar de indultar a su padre. Y esa motivación continúa.

− Si ella no ha llorado ni ha pedido perdón por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante el gobierno de su padre, ¿repetirá la misma actitud en caso se produzcan hechos similares en un hipotético gobierno dirigido por ella?

− Por supuesto, claro que sí. Yo creo que hay justifi-cadas razones para temer que si ella no lamenta, no condena los crímenes y se limita de manera genérica que se “cometieron errores”, en lugar de admitir que se perpetraron crímenes –ya que su padre está reclui-do en la cárcel no por “errores” sino por crímenes–, entonces tenemos muy fundadas razones para temer

que se repita dicha conducta. Y es preocupante porque nos preguntamos, en caso gobierne, ¿qué posición asumirá respecto a los juicios que se les sigue a los mi-litares por violaciones de los derechos humanos? ¿Cumplirá con las reparaciones a las víctimas de la guerra interna? No tengo ninguna confianza de que si ella llega al poder las recomendaciones de la Comi-sión de la Verdad sean cumplidas. Ni hay certeza de que construirá el Museo de la Memoria.

− Sin embargo, esa conducta respecto a las viola-ciones de los derechos humanos se reitera en relación con los casos de corrupción. Por ejemplo, en 2001 declaró que varias veces recibió dinero en efectivo de manos de su padre en Palacio de Gobierno para pagar sus estudios en los Estados Unidos, pero en el 2011 se niega a presentarse ante la Fiscal de la Nación

porque sabe que lo que afirmó hace diez años confi-gura un delito.

− Ella está obligada a ofrecer explicaciones por ese tipo de comportamiento. Y los electores se lo debe-mos de exigir. Porque si ella ahora intenta negar un clarísimo caso de peculado, entonces qué garantías tenemos de que una vez en el poder no va a hacer la vista gorda ante similares actos de corrupción.

− ¿Usted ha observado la existencia de una de-pendencia afectiva respecto a su padre?

− Tengo la impresión de que ella ha ganado cier-ta autonomía. No es necesariamente un muñeco de ventrílocuo, y así lo demuestra el caso de Gina Pa-checo. Pero lo que no ha hecho es decir: El gobierno de mi padre fue corrupto y criminal y yo no repeti-ré eso. Hasta Luciana León ha sido más tajante res-pecto a su padre Rómulo León que Keiko Fujimori en relación con Alberto Fujimori.

− Precisamente sobre lo que menciona, ¿no le parece llamativo que el padre de uno de los candi-datos más votados al Congreso, Kenyi Fujimori, está en la cárcel?

− Uno se pregunta por el significado de eso. ¿Es una manera del electorado de decir que le tiene sin cuidado la justicia o la corrupción? Yo sí creo que una buena parte del electorado no tiene el mismo escrúpulo con la corrupción.

− ¿Hay un perfil psicológico del elector que vota por Keiko Fujimori?

− No, porque sería meter en el mismo saco a de-masiadas personas. Se dice que el que vota por ella no tiene memoria. Yo no estoy de acuerdo. Pienso que quienes votan por Keiko Fujimori no ignoran necesariamente los crímenes y la corrupción que

se cometieron durante el gobierno de su padre, lo que pasa que para ellos es otra su preocupación, co-mo la sobrevivencia, y no los derechos humanos y la moralidad. Si ellos sienten que sus propios dere-chos no son respetados, seguramente razonarán por qué tendrían la obligación de respetar los dere-chos de los otros. Hay un razonamiento de esta cla-se, probablemente cínico o perverso, pero cuyo mensaje es: “Primero mi familia y yo. Si me ofrecen ayuda, yo no le voy a preguntar por sus valores o por su estructura moral”. Esto se configuró en la prime-ra vuelta, pero en la segunda ya es otra cosa. Entran otros sectores que tienen toda la información, sa-ben perfectamente lo que ha ocurrido y tienen sus necesidades completamente satisfechas, pero que temen un gobierno de Ollanta Humala. Entran en un proceso de alucinación negativa.

− ¿El miedo a Ollanta Humala será decisivo res-pecto al miedo a lo que representa Keiko Fujimori en la segunda vuelta?

− Sí, hay un miedo al fantasma que representa Humala, un miedo a lo que se teme que ocurriría con Humala. Pero que nadie puede saber con certeza.

− ¿La segunda vuelta se decidirá entre quienes le tienen más miedo a Keiko Fujimori que a Ollanta Humala?

− Para mí, sí. Pero tengo la sensación de que la ma-yoría de los electores no lo ven así. Para unos sectores Keiko Fujimori encarna la esperanza de que se repita el asistencialismo del gobierno de su padre. Para otros sectores ella les garantiza la continuidad del modelo económico, sin importarles la corrupción porque en algunos casos hasta se han beneficiado de ella. El sec-tor que está preocupado por los crímenes y la corrup-ción tengo la impresión que no es el que va a decidir la votación. Lamentablemente es así.

perfilNOMBRES Y APELLI-DOS. Jorge Alberto Bruce Mitriani.

NACIMIENTO. 15 de octubre de 1952.

LUGAR. Lima

PROFESIÓN. Psicoanalista.

LIBROS. Autor de Nos habíamos choleado tan-to. Psicoanálisis y racis-mo. Es también colum-nista de La República.

TEMOR. Si Keiko Fujimori no condena los crímenes del fujimorato es posible que consienta actos similares.

No tengo ninguna confianza de que si ella llega al

poder las recomendaciones de la Comisión de la Verdad sean cumplidas. Ni hay certeza de que construirá el Museo de la Memoria.

JUAN PABLO AZABACHE. LA REPÚBLICA

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elecciones 2011 >>> Sábado 16/4/2011 D O S S I E RLa República

Page 8: Dossier Elecciones 2011 - Luces y Sombras

Director: Gustavo Mohme Seminario Subdirector: Carlos Castro Editor: Juan Álvarez Entrevistas: Maritza Espinoza y Ángel Paez Diagramación: Ricardo Cervera, Augusto Nieves, Brian Tejeda Infografías: Orlando Arauco, Alejandro Alemán Fotografía: Arturo Pérez Retoque Digital: Víctor Becerra Corrección: M. F. Gamarra y Katty Cabanillas.

POLÍTICA VIRTUAL. DE CÓMO LAS REDES SOCIALES ENVOLVIERON A LOS COMICIOS Y A UNA PARTE DEL ELECTORADO

En el mundo de los PPKausas...Aunque en el proceso electoral del 2006 se promovió a través de Internet el voto en blanco, esa campañita fue un juego de niños si se compara con el modo cómo se han usado las redes sociales el 2011. De la elemental actividad proselitista y la inofensiva publicación de bromas se ha pasado a la difusión de mensajes de contenido racista y violento. Casi como si se hubieran activado barras bravas digitales. Ojalá que no pasen del simple clic.

◗ Eduardo Villanueva. (*)No hay nada más fácil que ser un PPKausa. Basta con apretar un botón. La magia del marketing en “redes sociales” ha solucionado la urgencia de con-vocar a los jóvenes, de hacerlos participar en la po-lítica. Se requiere un léxico ligeramente más am-plio para entender esta situación, pues no se trata de militantes, pero tampoco de votantes; simpati-zantes, pero no siempre en condiciones de movili-zar y ser movilizados, de discutir y argumentar. Captados en un medio virtual, la participación po-lítica sigue siendo virtual.

Esto, ¿es una condición ineludible de la red so-cial? ¿No se puede trascender desde lo virtual a lo real? Por supuesto que es posible, pero para ello hay necesidad que la propuesta política lo haga.

El “me gusta” al PPKuy o a la campaña “Tenemos ganas” de Augusto Rey y Elohim Monard suele ser el resultado de participar de redes sociales, en el sentido sociológico del término; es decir, de co-nexiones compartidas con personas que conozco, con similares percepciones de la realidad y expe-riencia cotidiana. Por eso esa sensación que “todos” son amigos de mis candidatos, que “todos” van a votar por ellos, que es imposible perder.

La vida es digital, y la realidad, como dijo Manuel Castells, es lo virtual, el espacio en donde las interac-ciones a través de la tecnología se vuelven tan impor-tantes como la realidad convencionalmente definida. El rincón en donde los que viven digitalmente se co-nectan con sus pares es una zona de confort, un espa-cio en donde las certezas son sólidas y podemos saber que la realidad externa no siempre entra. En este es-pacio personal, podemos reafirmarnos en gustos y creencias sin miedo a equivocarnos.

Digamos que los PPKausas habitaron un mundo en donde todo era posible, incluso ignorar las en-cuestas serias, las críticas sólidas y las intenciones de las mayorías, esas que podemos excluir sin mie-do de las interacciones digitales.

Sin embargo, la política ocurre en el mundo real, lo opuesto a la vida digital. Ahí votamos, ahí se convence a las mayorías, ahí se ganan los votos desde leyendo un post en Facebook hasta discutien-do con amigos, escuchando discursos y compar-tiendo opiniones con desconocidos.

Negamos la política, que es la construcción de consensos y la lucha por el poder, cuando nos refu-giamos en la tranquilidad de reafirmar nuestros gustos sin tener que luchar por ellos frente a aque-llos que no piensan como nosotros.

El uso efectivo de servicios como Facebook ha estado acompañado por la vocación de trascender lo virtual hacia lo real. Campañas exitosas, como Obama el 2008, buscaron encontrar y reunir a los más motivados y convertirlos en militantes, para que actúen en la calle, donde se pelean los votos, o donde se facilita el voto de aquellos que no pueden

ir a un centro de votación, tarea importante cuan-do el voto es facultativo.

En la realidad peruana, donde todos tenemos que votar, la lucha política es dura y los partidos necesitan de militantes. Cuando en vez de eso se tienen estrategias de marketing, se produce una ilusión colectiva.

Tal vez en el futuro relativamente lejano en el que todos tengamos acceso a servicios como Face-book, y en el que todos vivamos de la misma mane-ra la vida digital, podremos pensar en que la polí-tica se resuelve en la Web; mientras tanto, para ga-nar una elección, se seguirá necesitando hacer po-lítica, no marketing 2.0.

Si una lección queda del entusiasmo digital, es que se pueden atrincherar opiniones hasta conver-tirlas en prejuicios, como lo muestran las discusio-nes plagadas de insultos que pululan en la red en estos días. Un accionar político responsable debe eludirlas y repudiarlas, porque enturbian aún más la de por sí compleja realidad política nacional.

(*) Profesor del Departamento de Comunicaciones de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Es especialista en el análisis social y político de los nuevos medios de comunicación. Autor de Vida digital: la tecnología en el centro de lo cotidiano (PUCP, 2009). Su blog es evillan.blogspot.com.

4 millones 94 mil 400 son los usua-rios de Facebook en el Perú. Ocupa el vi-gésimo cuarto lugar a nivel mundial.

cifras

175millones son los usuarios de Twitter en todo el mundo. No se ha precisado cuántos de ellos están en el Perú.

Humala suele tener un perfil moderado en Facebook.

La página de Keiko Fujimori ha sido reactivada el lunes.

Pese a estar fuera de carrera, PPK sigue en campaña.

8 elecciones 2011 >>> D O S S I E R Sábado 16/4/2011La República