Dos falsas dicotomías - Ernesto Sosa

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  • 7/21/2019 Dos falsas dicotomas - Ernesto Sosa

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    DOSFALSASDICOTOMAS:FUNDAMENTISMO/COHERENTISMOE INTERNISMO/EXTERNISMOERNESTO SOSA

    Lo que llamamos comienzo suele ser el finyconseguirunfi nestantocomod arcomienzo.Elfin es donde empezarnos [ . . . ]N u n c adebemos dejar de exploraryel fin de nuestra exploracinserllegar adonde empezamosy conocer ellugarpo r primera vez.

    T.S. Eliot, Pequea bufona daDos ideas principales nos servirn de gua cada una simple yobvia inclusotrivial. Laprimeraes que elconocimientoes unacuestinde gradosrespectodecuan seguro estuno de l ascomo de cuan bien justificado lo tenemos. En segundolugarha y dos valores intelectuales que sobresalen: la obtencin de laverdady lacoherencia que sehalla entrelazada con elenten-dimiento.Queremosque nuestras creencias sean verdaderas ytambin razonables e integradas entre s permitindonos res-ponderanuestros muchosyvariadosporqus.1

    1 Una tercera idea tambin f igura eventualme nte, a saber : una entidadparticular, tal como una accin o una creencia , puede evaluarse con base ensu s relaciones. En unpaisaje, un p oema o una conversacin, en cier to puntoalgopuede encajar bien omal y en el pr ime r caso, ser entonces relativamente apropiado oincluso tambin requer ido . Aunqueelobjetodeevaluacines

    Sosa, Ernesto, "Dos falsas dicotomas..." en:

    La certeza, un mito?: naturalismo, falibi-

    lismo y escepticismo, Beltrn J. y Pereda

    (eds.), Mxico: UNAM-IIFs, 2002, pp. 13-30.

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    14 ERNESTO SOSAGuiados por estas ideas consideramos en lo que sigue dosprincipiosaparentemente triviales de por s que, en conjunto,tienen consecuencias sorprendentes. Nuestro principal proyec-to esbosquejaryevaluarlacombinacindeambas ideas.

    1.Algunasconsecuencias de dos principiosEnunciemos primero los principios:

    ASCENSO (principio de ascenso epistmico)Siuno realmente sabequepy sepreguntasi losabe,en-toncesunodebe estar justificadoenpensarque lo sabe.2

    T R N S F E R E N I (principio de transferencia de justif icacin epist-mica a travs de la suposicin de la creencia justificada)

    Siunoestrealmentejustificadoencreerquepy encreerquepimplica necesariamente aq,entonces uno debe estarjustificado en creer queq.Estosdos principios conciernen a todos los contenidos cons-cientes de la mente en un mismo tiempo presente. El de ascenso,porejemplo, cuandoespronunciadomsacabadamente, puedeleerse as:

    Sien un mismo tiempo presente uno conscientemente sa-be quepyconscientemente considerasi losabe, entoncesuno realmente losabe slo siestjustificado al afirmarconscientemente que lo sabe.untemparticular,e sevaluadoenrelacincon sucontextorelevante.Adems,en elcontextode evaluacinsepuedeincluirunespaciodeposibilidades,co-mo cuando se dice que un arquero que da en el blanco con un tiro no solamentees"certero" sino tambin "diestro",lo queseguramente tiene implicacionescontrafcticas.Demanerasimilar,una creencianosolamente puededar en elblancode laverdad, sinoque tambinpuedeencajarmuybiencon elcuerpodecreenciasdelcreyente.Podemos entoncesevaluarlaen trminosde epis-tmicamentejusti ficada en un sentidoo en otro: "apta"tal vez (o conbasesegura,o contrafcticamente segura, etc.),o tal vez "racionalmentejustifica-da"(queencajacoherentemente,y que sesostieneenparte sobreesabase).

    2 Jsp queda representadopor s estjustificadoen (dehecho) pensarqu ep y n osolamentepo r spodra estar ustificado enpensarqu ep .

    DO S FALSASDICOTOMAS 15Porqu debemoscreeresto?Supngase, primero, que unoconscientemente creeque/?,y,segundo,que en esemismo tiem-po presente, unoconscientemente considera si no solamentecree quep,sinoquetambin sabequep.Exactamente tresop-ciones quedan abiertas: uno puede decir (a) "no, yo eso nolo s"; (b)"quin sabe si lo s o no; tal vez lo s, tal vezno",y(c)"s,eso esalgoque yos". Seguramente, uno seencuentraen una mejor situacin si es capaz de dar las ltimas respues-tas: mejorcon lasegunda respuestaque con laprimera,ymejortodava con la tercera. La respuesta (a), e incluso la respuesta(b),pondran demanifiesto cierta ausenciadeintegracin enesa conciencia; de las tres, solamente la respuesta (c) evita en sutotalidadesadesarmonadentrode laconcienciaen esetiempopresente. Si se tiene que dar la respuesta (a) o incluso la respues-ta (b), uno se queda corto, y por lo tanto la misma creencia queuno tiene depse queda corta. Esa creencia no estodolo que

    podra ser. Uno no est tanbien justificado como podraes-tarlo, epistmicamente hablando. Se estjustificado al creerconscientementequep en ese tiempo presente slosi sepue-de responder afirmativamente a la propia pregunta conscientede si uno sabeeso queentonces cree.Seest mejorjustificadocuando sepuederesponder afirmativamente que cuando se tie-ne que suspender el juicio conscientemente. Lo que es ms, unoestanmejor justificado al creer as cuandopuede responderafirmativamenteque cuando tiene que negarconscientementeque losabe.3Supngase que el conocimiento en cuestin en el anteceden-te del principio de ascenso es conocimiento de alta calidad, locualrequiere coherencia. Una creencia no puede calificar co-mo un caso de tal conocimiento si involucra una incoherencia

    Lapalabra justificacin esmltiplementeambigua,inclusoentreepis-temlogos. Algunosde ellospueden rechazar nuestra ideade que uno estmejor justi ficado epistmicamenteencreerqu ep cuando puede versea smis-mo justificado, y que por ello lacreenciadeuno,lo que unocree, estmejorjustificada (en un sentido relaciona , comosesugiereen lanota 1). Si esas,estoyinclinadonotantoadebatirlos comomsbienacambiarlaterminologa.Porello,podra decirque uno seencuentraepistmicamenteen "unamejorsituacin altenertal creencia,o que lacreenciade uno es msrazonableoquetieneun mejor status epistmico,oalgo parecido.

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    16 ERNESTO SOSA c o m ocuandounotienequeacompaarsucreencia,en elmis-mo tiempo presente,con unanegacin conscientede que unosabelo quecree, oinclusocon unaconsciente suspensin deljuicio sobre si sabe o no. Si lo que implica el antecedente denuestro principio es conocimiento de ese alto nivel, entonces lacombinacin de las dos conjunciones en el antecedente requie-re laverdad delconsecuente. Uno no logra conocimiento dealtonivelcuando conscientemente se pregunta si sabe, a menosque pueda responder afirmativamente. Lo que es ms, no bastadecir que s de manera arbitraria. Una creencia constituye co-nocimientoreflexivoslosi unopuede decirquesabeypuededecirlo no arbitrariamente, sino con justificacin adecuada.

    Nuestro principio de transferencia tambin se refiere a latotalidadde los contenidosconscientes de una mente en unmismo tiempo presente, de talforma que, cuando es pronun-ciado ms explcitamente, dice as:

    Sien un mismo tiempo presente uno conscientemente creequep ytambin conscientemente cree que,pornecesidadlgica, sipentoncesq E N T O N E S uno estrealmentejusti-ficado en esasdoscreencias conscientes slo sitambinestjustificado en afirmar conscientemente queq.

    Supngase, de nuevo, que uno conscientementecreeque/),y,en ese mismo tiempo presente, tambin conscientemente creeque, por necesidad lgica, sip entonces q.Exactamente tresopcionesseabrenconrespectoa laproposicinq: a) unopue-de negarla, asintiendo conscientemente a su negacin; b) unopuedeconscientemente suspender el juiciosobreella, pensan-do conscientemente: quin sabe,tal vez seaverdadera,tal vezfalsa; y c) uno puede afirmar conscientementequep.Sin du-da, uno se encuentra en mejor situacin si es capaz de dar lasltimasrespuestas: en mejor situacin con la segunda respuestaque con laprimera,y enmejor situacinan con latercera.Lasrespuestas a) y b)revelaran cierta faltadeintegracin;de lastres nicamentelarespuesta c)evita desarmona. Si uno tieneque dar larespuesta a) o la b),uno sequeda corto,ytambinfallaobienlacreenciade quepobienlacreencia deque,ne-cesariamente, sipentoncesq.Almenosuna deestas creenciasno es tan fuerte como podra serlo. Uno no est tan bien jus-

    DO SFALSAS DICOTOMAS 17tincadocomopodraestarlo epistmicamente.Unoest mejorjustificado creyendo conscientemente tanto quep como que,necesariamente,sipentoncesq cuando tambinpuedeasentirconscientementea laproposicinqueq.Unotiene mejor justi-ficacinpara tales creencias, de cualquier manera, cuando sepregunta siqypuederesponder afirmativamenteque cuandotiene quesuspender eljuicio.Ytiene mejor justificacin anparasus creencias cuandopuedeafirmar laproposicinqquecuando tiene quenegarlaconscientemente.

    Supngase que laustificacinen cuestin en el antecedentedel principio de transferencia es laustificacinde alta calidad,laque requiere coherencia. En tal caso, lascreencias no cali-ficanparaeste nivel de justificacin si estn inmersas en unaincoherencia como cuando uno cree quep ycree tambinque, necesariamente, sipentoncesq y uno tieneque acompa-ar suscreencias, en ese mismo tiempo presente, negando osuspendiendo eljuicio sobreesaproposicinq.Si esas,si es lajustificacinde alta calidad la implicada en nuestro principio,entoncesla combinacin de las dos conjunciones en el antece-dente requiere la verdad de su consecuente. Uno no alcanza lajustificacinconscientedealto niveltantode quepcomo deque, necesariamente,sipentoncesq en unmismo tiempo pre-sente, amenosque pueda tambin afirmarque q;afirmacinque nodebeser arbitraria sino capaz dejustificacinadecuada.4

    Deesosdosprincipios ascensoy transferencia podemosya derivarunprincipiocon unpapel sustancialen laepistemo-loga recientey no tanreciente:

    E X L U S I N (principio de exclusin)Siuno realmente sabequepyconsiderasi losabe,y unojustificadamente cree que realmente sesabe quep slo

    4 Aqu supongo que cualquiera que conscientemente afirme las proposi-ciones/)y sipentoncesq ,debeocupar exactamenteuna de lastresposicionesrespecto a la cuestin de q: asentimiento, disentimiento o suspensin cons-cientedel juicio. No obstante, si lo que supongo es incorrecto, se requerirasolamente una correccinmenorde nuestroprincipioestoes ,especificar enelantecedenteque elsujetoconsideraconscientem ente la cuestin de qjuntocon losajustescorrespondientes encualquierotrapartede nuestroargumento.

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    18 ERNESTO SOSAsi tambin es cierto qu e q, E N T O N E S necesita un o estartambin justificado en creer que q .

    Esto se sigue directamente de nuestros dos principios an-teriores de ascenso y de transferencia. Por supuesto, nuestraatencin se enfoca todava en un mismo tiempo presente enque uno cree y consideraconscientemente lostem relevantes.As,el conocimiento, la consideraciny lacreencia just if icadadel principio de exclusin con sus implicaciones deben llevarsea cabo en una mism a conciencia en un mis mo tiempo presente.Elprincipio de exclusin implica que si en un mom ento dado,uno realmente sabe algo p,y uno tambin just if icadaycons-cientemente cree que ese conocimiento necesariamente implicaqueocurraq entoncessi unoconscientementeconsiderasisabequep debe creer que unosatisfaceese requisitojustificadamen-te. As, el principio de exclusin implica que,para poder saberrealmente algo, uno debe ser capaz de defende r su saber en laarena de la reflexin : debecreer quesatisface cada condicinqu ereconoce como requ isito necesario para saber realmenteloqu e sabe;o, de manera alternativay con elmismoefecto, un odebe pode r excluir just if icadamente cualquier posibil idad quejuzgue incompatible con el saber propio.Elprincipio de exclusin es poderoso en manos del escpticouna vez que seconcedalosiguiente:

    He aqu algo que la mayora de nos otros, o todos, justi-ficadamente creemos: a menos que la creencia propia deque p tengafuentes mnimamenteconfiables, e sacreenciapropiano puede constituir conocimiento real.Este hecho, en combinacin con el principio de exclusin,implica elsiguiente pr incipio:

    CRITERIO principio de criterio]Siun osabe realmentequ epmientras considerasi losabe,entonces uno ha de estarust if icadoen creer que lasfuen-tes de sucreenciadeque/so nsuficientemente confiables.( P C I )

    Por la manera como ha sido derivado, tenemos que ver esteprincipio como un p rincip io aplicable a los contenidos decual-

    DOS FALSASDICOTOMAS 19quier conciencia dada en cualquier tiempo presente. Expuestom s acabadamente, PC I af irma que: si uno conscientementesabealgop y al mismo tiempo considerasi losabe, entoncesha de estarjustificado en creer conscientemente que las fuen-tes de la creencia dep son al menos mnimamente confiables.Saber conscientemente algo mientras se est en la arena de lareflexin requiere qu e uno defienda activamente sus creencias,refutando todas las razones contrarias a las posibilidades de queun o sepalo que cree.Sinlugar a dudas, hay muchas cosas que uno sabesin serconsciente de ello en el momento de saberlo. Poco se olvi-da cuando se duerme e incluso cuando se est enteramenteinconsciente. Y querem os que nu estras reflexiones se apliquenal conocimiento en g eneral, y no solamente al dominio altamen-te restrictivo de lo que s e sabe con plena conciencia. Afortun a-damente, podemos ampliar nuestro alcanceconpocaoningunaprdida en plausibilidad. Debemos enfocar no slo nuestrascreencias y experiencias conscientes en el momento en cues-tin; necesitamos enfocar, ms generalmente, lo que sera u nocapaz de defender si fuera arrojado a laarena de la reflexinpor unescptico hipottico.Sin embargo, esto nosignifica sup oner qu e alguien sabe al-go slo porque, s i pretendiera defen der su creencia, podraentonces llegara teneruna buena prueba Alguien que adivi-na la solucin de un complejo problema de adicin no sabela respuesta slo porque podra realizar, siquisiera, la sumaen su cabeza. Quien no haya realizado la suma, quien sola-mente haya adivinado la respuesta, slo habr de adquirir suconocimiento a travs de la reflexin, mas no se puede de-cir que sepa de antemano. Si alguien sabe algo prerreflexiva-mente, entonces la razn que lojustifica ya debe estar ope-rando desde antes, en algn sentido y en algn nivel. C uand oes combatida en la arena de la reflexin, ese alguien simple-mente revela el apoyo que esa creencia propia ya tena desdeantes de entrar a la arena. Qu tipo de posicin prerreflexi-va nos interesa? Una posicin en donde se est justifi cado enciertas creencias subconscientes, disposicionales; una posicinen donde, de manera prerref lexiva, la creencia se encuentrayaadecuadamente sostenida por la estructura de razones que

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    20 ERNESTO SOSAconstituyensu defensa disponible. En cambio, no nos interesalaposicin dbil de alguien que podraser capaz de defendersucreencia cuandolaexposicina lareflexin llevara al suje-to hacia nuevos argumentos y razonamientos que nunca se lehaban ocurrido,y que entodo casono desempearon ningnpapel en laadquisicino elmantenimiento de lacreencia encuestin.Nuestras ms recientes reflexiones inducen un segundo prin-cipio del criterio:

    R I T R I O 2Siuno realmente sabe quep entonces est justificado encreer (al menos implcita o disposicionalmente, si no demanera consciente) que lasfuentes de su creencia quepson al menos mnimamente confiables(si al menos en-tiendelaproposicinde que lasfuentesde uno son as deconfiables). (PC2)Serestringe aqu el mbito pertinente a las proposiciones queentiendes.Esteprincipio no serestringe acreencias sostenidascons-cientemente; seaplicamsgeneralmenteacreencias mplcitas,subconscientes, disposicionales, e incluso a creencias que unotiene mientras duermeoest inconsciente.Dehecho, PCI y PC2 son solamente dos miembros de unafamilia de principios de criterio, cuyo hilo unificador es quetodos versan sobre requisitos para algunouotrogradode co-nocimiento. As,ciertos niveles de conocimiento podran sercompatibles con saber slo que lasfuentesde la creencia pro-pia son mnimamente confiables,peroun nivel ms elevado deconocimiento requiere que uno sepa que lasfuentesde su creen-ciason bastanteconfiables,o altamenteconfiables, etctera.

    2 .L a problemtica pirrnicaLacreenciasejustificapor el sustento que le dan ciertas ra-zones;razones que el creyente no solamentepuede tener sinoquetambin tienedehecho.Elhechode que enalgn momentounopodrapensarenbuenas razonesparajustificarsucreencia

    DO S FALSAS DICOTOMAS 21nobasta paraque uno sehalle justificadoentenerla. Alguienque adivineelresultadode una sumapuedequiz realizaresasuma mentalmente; peroinclusosuponiendoquepuedahacer-lo, eso no lo justifica en creer su respuesta antes de que dehecho lohaga.Unarazn paraunacreencianopuede serexi-tosa si depende de componentes arbitrarios oinjustificados.Lajustificacin decreencias requierea su vezestar justificada.Yahora se dan tres posibilidades. Considerando las razones quealguientiene parauna creencia,y lasrazones,si lashubiere,afavordeestas razones,y assucesivamente, sedebedaralgunodeestos casos:(1)algunas razones ltimasnoestnjustificadasinferencialmente,sino de algn otro modo que no requiere lasuposicin de razones ulteriores; (2) no hay razones ltimas,porque razonesadicionalessiempre justifican las razones ante-riores,y en cualquiernivel,estas razones adicionales siemprevanmsallde cualquier razn ya invocada en niveles anterio-res;o (3) no hayrazones ltimas,porquerazonesadicionalessiemprejustificanlas razones anteriores, en cualquiernivel,pe-roestas razones adicionalesnonecesitanir msallderazonespreviamente invocadas en niveles anteriores.Laposibilidad (1) corresponde al fundamentismo. Los fun-damentos estn constituidos por las ltimas razones, las cualesnorequieren ninguna razn adicionalque lassostenga.La po-sibilidad(2)correspondealinfinitismo.Cada lneaderazonessupuestas se extiende infinitamente hacia razones adicionales,siempre nuevas razones para las razones de cualquier nivel,noimportaqu tan remoto puede encontrarseesenivelde laconclusinjustificada.5La posibilidad (3), finalmente, es la delcrculo. Laestructuradejustificacinderazonesjustificadorasconstituyeuncrculo: alguna razn para una razn enalgnnivelnosllevahasta un nivel anterior.3. Es elfundamentismo un mito?Elfundamentismo hasidolaopcinpreferidaen lahistoriadela filosofa. ste, segn se nos ha enseado, puede servisto

    5 PeterD.Klein HumanK nowledgeand the Inf ini teRegressofRea-sons ,e n Philosophical Perspectives 13 : Epistemology 1999,pp. 297-327.

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    22 ERNESTO SOSAcon prominencia especial en Aristteles entre los antiguos, yenDescartes entrelos modernos. De acuerdo con esta historia,essloenHegelque lareflexin persistente sobrelaproblem-tica antigua conduce hacia una defensa poderosa del crculo.EslagenialidadfilosficadeHegella quesuperalainerciafun-damentistade latradicin y lainmensa influencia cartesiana.nicamente Hegel regresa a la problemtica antigua y descu-bre elpoderde suladoantifundamentistay lasvirtudesde lacircular idad.Entrel osfilsofos analticos,f ueSellars quien tom el lide-razgo contralosfundamentos con suataqueal mitode lodado.Elblanco del ataque no es slo algo supuestamente dado en laexperiencia sensorial, sino una doctrina mucho ms amplia, elfundamentismo decualquier especie.As,elataquede Sellarsen Em piricism and thePhilosophy ofMind sedirigen oslo contrauna fundacin experiencial va introspeccin, sino contra unafundacin perceptualvaobservacin. Losiguientese utilizaefectivamenteen su crtica del realismo directo:

    Paraque una creencia perceptual estcompletamentejustifica-da, requiere creencias de trasfondo (suposiciones), que a su vezrequieren justificacin.Al aceptar uno losdictmenesde sus sentidos, ha dado porsupuesto que stos estn de tal formaconstituidos y ajustados alas circunstancias relevantes que nos brindan creencias mayorita-riamenteverdaderas, de forma confiable.Msrecientemente, Laurence Bonjour, en su propio ataquecontra los fundamentos, generaliz as este principio de Sellars:

    Ningunacreencia est plenamente justif icada simplemente por-que satisfacealguna condicin Ftal que las creencias que satis-facenFson probablemente verdaderas. El creyentedebe tambinestar consciente,enalgnnivel,de que satisfacela condicin.Esta generalizacin deBonjour ponederelieveun choquede intuiciones. Por un lado tenemos la intuicin de los llamadosinternistasepistmicos, segn la cual toda justificacin requierecreenciasjustificatorias ynadiepuedeestar realmentejustifica-do en una creencia sin ser consciente de sus fuentes. Es sobre

    DO SFALSASDICOTOMAS 23labase de esta intuicin que el fundamentismo y su mito de lodadosonatacadosporSellars,y de unmodogeneralizado, porBonjour. Pero el problema del fundamentismo que dio motivopara su crtica no es abordado slo por ellos. El ataque de Rortyalfundamentismo secentraen lasupuesta confusin decau-sacin conjustificacin que atribuye a Locke y a otros. DonaldDavidson aade su voz. Parafraseando a Rorty afirma que na-da cuenta comojustificacin a menos que sea por referenciaa lo que ya hemos aceptado, y no hay modo de salimos fuerade nuestras creencias y nuestro lenguaje para encontrar algunaotra pruebaque no sea lacoherencia .Acercadeestoyoestoy,como se puede ver, de acuerdo conRorty.6Qu tan daina esesta otra lnea de objecin contra fundamentos experienciales?Como dije antes, aquchocan las intuiciones. Paralos exter-nistas unacreencia necesita relacionarse apropiadamente conloshechos de los que trate, relacionarse tal vezcausalmenteo contrafcticamente, o necesita almenos derivarse dealgu-na fuenteconfiable que d lugar a creencias mayoritariamenteverdaderas, con gran confiabilidad. Pero no es necesario queel creyente se dcuentadeesto; slosenecesitaque lacreenciadehecho tengauna fuenteconfiable,seaconocidao no. De es-te lado se agrupan Goldman,Nozick,Plantinga y Unger, entreotros.Ambas intuiciones sobre esta cuestin se han endurecidocon los aos, y cada lado tiende a pensar que el otro es ciego conrespecto aalgn punto crucial. Lo interesanteparanosotros esque la generalizacin de Bonjour (de la idea de Sellars) es unmiembro de nuestra familia de principios decriterio.7Por lotanto, debeser tanplausible comolos dos simples principios

    6 ACoherence Theory ofTruth and Knowledge , en Kant oder Hegel?DieterHenrich (ed.),Klett-Cotta,Stuttgart, 1983, reimpreso en Ernest LePore,Truth an d Interpretaion Blackwell,Oxford, 1986,p p. 307-320,especialmentep. 310.7 Estosignificaque puede estar localizada en nuestros dos simples prin-cipios bsicos:ascenso y transferencia, y que tiene pordetrsla plausibilidaddeestos principiosy de lasideas generalesque lassoportan: (a) que elcono-cimientoes una cuestindegradosy (b) que elnivel epistmicoen el que sehallaelconocimientode uno est determinadopor laformacomoseconectaco n nuestroobjetivo de lograr laverdadyevitarelerror,y dehacerlo con lainclusinde una mentesuficientementebien integrada que logra no solamen-

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    24 ERNESTOSOSAde loscualessederiva estafam ilia, losprincipiosd e ascensoyde transferencia.Una manera de reaccionar aesto esconcor-dar conBonjoury Sellars, yrechazarelfundam entismo. Perosirechazamos elfundam entismo, quedamos atrapadosen lapro-blemtica pirrnica.Cule sentonceslam ejor salida?

    Irnicamente, la mejor salida laabre ya elprincipal funda-m entista de latradicin,elpropio Descartes,cuyapostura sobreestos temasessumamentesutil,o eso argumentar, ydebe se raproximadagradualmente.4. a salida cartesianaTres com prom isos son generalmente atribuidos a Descartes; sinembargo, nadied emediana inteligencialospuede sostenersi-multneamente.La primera doctrina es un fundam entismo racionalis ta deacuerdo con el cual intuicin ydeduccin son las ms se-guras rutas hacia elconocim iento,y la mente no debe admi-tir ninguna otra . Desde este punto de vista, cualquier cosaque uno sepa debe ser, o bien intuido directamente, es de-cir,percibido co n distincinyclaridad inmediata,o bien pro-bado deductivamente sobre la base de premisas lt imasca-da una de las cuales es ellam isma intuidade manera claraydistinta.De acuerdo con elsegundo com promiso, para alcanzar cer-tezareald ecu alquier cosa,unoprimero debe probarqu eexisteun Diosque no engaa. C onsideremos por ejem plo el siguientepasaje de laltimaproposicin de lcuarto pargrafode laTer-cera Meditacinen donde, alhablar de laduda metafsica ,Descartes comenta:

    Para tenerlacapacidad de resolverla,deboinvestigarsiexisteunDios en elm om ento en que la ocasin se presente; y siencuen-tro efectivamen te que existe un Dios,debotam bin investigar sipuede l engaarme; porque sin un conocimiento de estasdosverdadesno puedo ver nada de lo cual pueda tener certeza.

    te la verdad sino tambin entendimiento, y as la habilidad de responderl osporqus quedeseamos entender.

    DO S FALSAS DICOTOMAS Descartes tambin se compromete, en tercer lugar, con lapostura de que laproposicin de que Dios existey no engaadebe ser demostradaa travsde un razonamiento apropiado(que incluya, entre otros tiposdeargumento,elontolgicoy elcosmolgico).Claram ente, estos tres comprom isos no pueden ser combina-dos demanera coherente. Peroe lsegundoy eltercero parecendifciles denegar dado suapoyo textual.Estopone endudal acreencia, por largo tiempo aceptada, de que Descartes es unfundamentista .Po r otro lado, laatribucind e fundamenti smoaD escartesno esarbitraria. Tenemos evidencias textuales a su favor, in-cluyendo elpasaje citado. Adems, evidenciasd e mayor pesosostienen laatribucinaDescartesd el segundo ytercer com-promiso; locual sugiere que,s iDescarteses unfundamentistadespusd etodo,no esfundam entista,lisayllanamente.Su po-

    sicinha de ser losuficientemente sutil comopara sostenernoslo el primer compromiso, bajo alguna interpretacin, sinotambinelsegundo y e l tercero.Veamosu npasaje claveen elcual Descartes afirm aunaven-taja epistmica sobreelateo:Elhechode que unateo puedaser claramente conscientede que los tres ngulosde untringulosonigualesa dosngulos rectosesalgoque yo no disputo. Pero sostengo que este conocimiento[cogniiomen] no es un conocimiento verdadero [scientia], puestoqueningn actodeconcienciaque puede ser considerado comodudoso puede adecuarse a lo que llamamos verdadero conoci-miento [scientia]. Puesto qu e suponemos qu e este individuo esateo, no puede tener certeza de no estar siendo engaado encuestiones que leparecenser muyevidentes (comohe explicadodem anera detallada).Yaunque esta dudapuedenoocurrrsele,puede an ser considerada si alguien establece elpunto o si lmism o examina la cuestin. De esta m anera, tal individuo jamsestar librede tal dudahastaqueaceptelaexistenciadeDios.88 Este pasajees del Segundo ConjuntodeRplicas tal comoaparece en

    Th e Philosophical Writings o Descartes,].Cottingham,R .Stoothoffy D .Murdoch(eds.),o p .cit.,vol. II, p. 101. Donde esta traduccin dice que un ateodebes erclaramente consciente aware), ellatn cartesiano es clare cognoscere .

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    26 ERNESTO SOSAAquDescartesnoest afirmando n icamenteun aventajaexpostfacto sobre elateo.Tmese el momento en el que se percibeclara ydistintamenteelhecho de que tres ngulos son igualesa dos rectos. Incluso en esemismo momento de acuerdo co nDes-cartes, el ateo se encuen tra en desventaja epistmica.M s an, se no es el nico pasaje donde Descartes afir-ma o implica ese tipo de ventaja. Hay otro pasaje del ltimopargrafo de la Quinta Meditacin (y comprese tambin elcuarto pargrafo apartir de l final de esamisma m editacin): Yas, co n mucha claridad reconozco que lacerteza yverdaddetodo conocimiento dependen nicamentedel conocimientoverdadero de Dios. A tal grado que, antes de que yo Lo conoz-ca ,n opuedo tener un conocimiento p erfectodeningunaotracosa.De acuerdoconesto,lacognit io sobrelaveracidadd eDiosesrequerida para lascientia de cualqu ier cosa.Descartes era plenamente consciente de la problemtica pi-rrnica, como puede verse, po r ejemplo, en su Bsqueda de laverdad.Talescepticismo seconocaampliamenteen sucontextohistrico, y lconoca bien su contenidoy susfuentes. Contraelteln de fon do de este escenario, unpasajede Sexto es reve-lador:Imaginemosque unas personas estn buscando oro en un cuartooscuro lleno de tesoros [. . . ][NJingunode ellos estar conv encidoqu e ha logrado encontrar oro incluso aunque de hecho lo hayaencontrado. D el mismo modo, la multitu d defilsofoshan venidoalmundo, como a una enorme casa, en bsqueda de la verdad.Pero es razonable que el hombre quehayacaptado la verdad sigadudando sobresi hatenidoxito.

    Seguramente, nadie desdear la buena for tuna de haberencontrado oro en la oscuridad. Dentro de suposiciones nor-males,uno seencuentraenmejor situacinp or haberlo hecho.Peromsadmirable an esencontrar oro atravsd elesfuerzopropio, cuandounotiene xitoatravsdelpropioplanteamien-to ydeliberacin. Elxito en este caso no esslo suerte en la9 Agains tth Mathematicians VII 52 en eltexto deTeubner H.Mutsch-mann (ed.), Leipzig, 1914.

    DO SFALSAS DICOTOMAS oscuridad; corona ms bien una bsqueda iluminada de un f indeseado. En este pasaje, Sexto sugiere una distincin epist-mica similar. Es ms admirable obtener un objetivo valioso atravsde pensamientos yesfuerzospropios que ser un recipien-te pasivodesuerte bruta. Cuando m enos,e smejorprocederala luz de una perspectiva adecuada de los propios quehacerescognoscitivos.Siestuviera convencidoporeste pensamiento pirrn ico, Des-cartes har a justamente ladistincin qu ehace entre cognitio yscientia.Laverdads epuede obtener atravsde uno o msnive-les de buena suerte, en el medio, en uno mismo , y en el ajusteentrelo sdos.U nopodram uybien acertarp or suertea lprede-cir, por ejem plo, que saldr el nm ero siete, y seguramente estono calificacomocogni t io .Lacognit io requiere como mnimo queuno obtenga la verdad por estar apropiadamente constituido , yapropiadamente situado, para emitir juicios confiablessobreeltemaencuestin.As constituidoy assituado,un o estara en locorrecto sobree setema.H ayaqu,por supuesto, cuestionesd egrado: qu tan confiables son las propias facultades o virtu-de soperativas?,son infalibles?, casi infalibles?, poseen altonivelde confiab ilidad?, etc. Esto tiene que ver con la facilidadcon la que se puede caer en elerror cuando se ejercitan esasfacultades ovir tudes.La scientia requiere an ms. Se obtiene nicamente a tra-v sde unaperspectiva adecuadade losquehaceres epistmicospropios. Slo si uno se percata de cmo adquiere o sostienelacreencia en cuestin se obtienesc ient ia .Lo que es ms, unodebever ese modo como algo confiable, como un modo quetendera hacia el camino correcto y no al desviado. Y es estolo qu e requieren nuestros principios de criterio. De acuerdocon esta familia de principios, varios niveles de conocimientorequieren varios grados deconfianzajustificada sobre lasfuen-tes de la creencia constitutiv a del conocimiento. Al aceptar elpensamientodeSexto, entonces, Descartes acepta laimportan-cia desatisfacerelprincipiod ecriterio,pormediode lcualu nodebe creerque susfuentes so nconfiables. Qutanconfiables?Estodependerde qu tanaltoes elnivelde conocimiento qu ese selecciona en el contexto.

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    28 ERNESTO SOSASupngase que Descartes acepta la problemtica p irrnica yacepta tam bin el contraste que establece Sextoentrelo que seobtieneen laoscuridady e llogro iluminado .En talcaso,se en-frentaa esta cuestin: es posibleparanosotros el conocimientoi luminado?Podemos adquirirunaperspectiva iluminada sobre

    lascosasqu e creemos ysobre los modos de adquir irysusten-tar esas creencias, una perspectiva que revele y permita unaconfianza suficienteen esos modos? Esto, sostengo, es lo queestructura elproyecto epistemolgico cartesiano. D escartes tra-ta de satisfacer las demandas de Sexto, en la medida en queson razonables. Algunos aspectos peculiares del proyecto car-tesiano se derivan de su deseo de obtener no slo creenciasrazonables y confiables, sino tambin conocimiento certero einfalible. Sin embargo, m uchas cosas interesantes en su pensa-mientonoestn atadasa esepropsito.En resum en, as es como veo el proyecto epistmico cartesia-no. Primero medita con el tipo dejustificacin epistmica e in-clusodecertezaqu epuede hallarseen losrazonamientosde unmatem tico ateo, de alguien desprovisto de una visin del mun-do, segn la cual el universo puede verse como epistmicamentepropicio. Elrazonamientod e Descartes en ese nivelpuede serevaluado,po rsupuesto,delamismaformacomolo es elrazona-miento de unmatem tico ateo.L osmatemticos ateos diferi rnentre s en la calidad de sus razonami entos matemticos. No obs-tante, sin una visin apropiada del mu ndo, ning n razon amie n-to puede elevarse por encima del nivel decognitio.Persistiendocon razonamientos de primer nivel, no obstante, se puede lo-grar eventualmente un a perspectiva sobre nosotros mismosyel lugar que ocupamos en el universo, una perspectiva sufi-cientemente comprensivaycoherente comoparaelevarnos po rencima del nivel de cognitiohasta un reino ms alto,reflexivo, deconocimiento iluminado oscientia.Ning n crculo envicia esteproyecto.

    10 Un apoyo para lapresente consideracin proviene de losmodos tandistintos en que Descartes utiliza los conceptos de cognitioyscientia a l olargode lasM edi taciones. Esta distincin a menudo sepierde en las traduccionesyrepresenta un a prdidacrucial .Entre las piezas que necesitan acomodarseparaelevar la creencia d ep desdeel nivel de cognitioal nivel descientia puedeencontrarse la cognitioapropiada de queun o posee la cognitio de p. He odo

    DOS FALSAS DICOTOMAS Reaccionando meramente al modo de un termmetro, s inimp ortar q ue tal reaccin est causalmente mediada por la expe-riencia, no selogra conocimiento real.No essuficiente que unoresponda a lavista de objetos blancos y redondos en un lugariluminadocon la creencia o protocreencia de que uno se en-frentaaalgo blancoyredondo. Supngase que,al preguntarme syo que estoesblancoyredondo? o estoyjustificado entomar esto por algo blanco yredondo ?,responda diciendo De-finitivamente no o incluso Quin sabe. Tal vez lo s o tal vezno; tal vezestoy ustificado,tal vez no loestoy .En talcaso, un oautomticamente se queda corto, pues no ha alcanzado sino unstatusepistmico inferior y no un conocimiento real, iluminadooreflexivo ;pues ste requiereque uno sepercated elstatusd elacreencia propia;s enecesitapodercategorizar dicha creenciacomo verdadero conocimiento,ypoder tambin defender esacategorizacinencontradepo sibles objeciones en laarena de

    lareflexin. Pero esto conducea laamenazade uncrculoo re-greso, una de las principales, o quizla principal problemticade la epistemologa. Sorpresivamente, en el mismo Descartes,en el fundador de la epistemologa moderna, encontramos, co-mo dije, elmejor camino hacialasolucinde este problema.Descartes superna tura liz la epistemologa a travs de su pro-yectoteolgico.E ntiemposmsrecientes, Quine hapropuestoun aepistemologa naturalizada apelando a laciencia,yMooreha apelado al sentido comn en lugar de a la teologa o a laciencia.H aymucho s caminos para entender ta lnaturalizacino retorno a lo llano. Como conclusin, quiero enfatizar que lala objecin de que la comprensibilidad y la coherencia son cuestiones de gra-dos, mientras que es muy difcil establecer una distincin entre losgrados decomp rensin y coherencia suficiente s para el conocim iento. Pero comprese,porejemplo,elconceptode seralto. Presumiblemente ,tal concepto tieneunadefinicin como sta: ser suficientemente ms alto que elpromedio Presu-miblemente,alguien que esinfinitesimalmente m salto que e lpromedio noes alto.Uno tieneque ser msaltoque elpromedio por un cierto margen, otiene que ser suficientemente ms alto que elpromedio Perocmodefini-mos esemargen? Existe,inclusoenprincipio,un modo quecapture nuestroconcepto actualde ser msaltopor mediode unadefinic in queespecifiquetal margen? Parece que no. Y no obstante, seguramente tenemos y usamos elconcepto de ser alto, o no? Por qu no ver lajustif icacin epistmica anlo-gamente, en trmino s de suficiente compren sibilidad y coherencia?

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    R STOSOSA

    estrategia cartesiana esta ladisposicin tantodeQuinecomode Moore. Despus de todo as como el racionalista buscabaasegurar su mundo para la epistemologa a travs de una teo-loga racionala priori los naturalistasy loscampeones de lollano pueden proponerse un objetivo similar a travs de unainvestigacinms rica. Cada enfoque encontrar supropiocar-go de circularidad. Hay mucha irona en el hecho de que yaDescartes estaba bien consciente de este cargo y en que sea suepistemologa la que nos ensee la manera de superarlo.

    Traduccin de rancisco Iracheta