Domingo decimo cuarto_t.o.

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¿Conoces las 4 Clases de Perdón?

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¿Conoces las 4 Clases de Perdón?

Restos de Betsaida, ciudad grande y sabia que, como

Korazín y Cafarnaún, no ha aceptado a Jesús, a pesar de

los milagros que hizo en ella

a dejar que Tú

actúes en nosotros

y así podamos

conocerte cada vez

más,

experimentando tu

presencia viva y

vivificante en

nosotros y junto

a nosotros.

Danos Señor la gracia de

aprender de tu Hijo Jesús,

nuestro Señor, a amarte y a vivir

como Tú quieres, siendo dóciles a

tu voz, sensibles a tu presencia

y así vivir de acuerdo a tu voluntad, haciendo

vida tu proyecto de amor. Que así sea

Rechazado por los letrados,

Jesús agradece al Padre que

se haya manifestado a la

gente sencilla y se vuelve

hacia quienes padecen la

carga del legalismo para

ofrecerle la liberación.

I. LECTIO ¿Qué dice el texto? Mateo 11,25-30

Escuchemos.

25En aquel tiempo,exclamó Jesús:

25Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra,

porque has mantenido ocultas estas cosas a los sabios y entendidos,

y las has revelado a

la gente sencilla.

27Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quien el Hijo se lo quiera dar a conocer.

26Mi Padre ha puesto todas las cosas en mis manos.

Montañas de Samaria

( Del evangelio según san Mateo ) Mt 11: 25-3025En aquella ocasión Jesús exclamó:

-Yo te alabo, Padre, Señor del Cielo y de la tierra, porque has mantenido ocultas estas cosas a los

sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, pues así fue de tu agrado. 26Mí, Padre, ha puesto todas las cosas en mis manos.

27Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo se lo

quiera dar a conocer. 28Vengan a mí los que van cansados llevando pesadas cargas, y yo los aliviare. 29Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy

paciente y humilde de corazón, y sus almas encontrarán descanso. 30Pues mi yugo es suave y mi

carga liviana.

Cada uno puede leer en voz alta el versículo que más le llamó la atención

II. MEDITATIO ¿Qué me dice? ¿Qué nos dice el Texto?

Motivación:

¿qué actitud tengo ante el

Señor?,

¿lo busco con el corazón abierto, me

esmero por conocerlo y así vivir lo

que Él quiere y espera de mí?

Luego de un tiempo de meditación personal, compartimos

con sencillez nuestra reflexión, lo que el texto ME dice a mi

propia realidad y situación personal.

III. ORATIO ¿Qué le digo al Señor motivado por su Palabra?

Luego de un tiempo de oración

personal, podemos compartir

en voz alta nuestra oración,

siempre dirigiéndonos a Dios

mediante la alabanza, la

acción de gracias o la súplica

confiada.

Se puede, también, recitar el salmo

responsorial que corresponde a este

domingo (Salmo 144 ).

Salmo 144

Te ensalzaré, rey y Dios mío,bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Todos los días te bendeciréalabaré tu nombre sin cesar.

El Señor es clemente y compasivo,paciente y rico en amor.

El Señor es bondadoso con todos,a todas sus obras alcanza su ternura.

Te ensalzaré, rey y Dios mío,bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Que tus obras te den gracias, Señor,y que tus fieles te bendigan;

que proclamen la gloria de tu reinado,que hablen de tus hazañas.

Te ensalzaré, rey y Dios mío,bendeciré tu nombre por siempre jamás.

El Señor es fiel a todas sus palabras,leal en todas sus acciones.

El Señor sostiene a todos los que caen,y levanta a los que desfallecen.

Te ensalzaré, rey y Dios mío,bendeciré tu nombre por siempre jamás.

IV. CONTEMPLATIO

Motivación:

¿Qué me lleva a hacer el texto?

“¡Ven a Mí!”, te dice el Señor cuando te experimentes

fatigado, agobiado, invitándote a salir de ti mismo, a

buscar en Él ese apoyo, ese consuelo, esa fortaleza que

hace ligera la carga. Él, que experimentó en su propia

carne y espíritu la fatiga, el cansancio, la angustia, la

pesada carga de la cruz, nos comprende bien y sabe

cómo aligerar nuestra propia fatiga y el peso de la cruz

que nos agobia. «Sin Dios, la cruz nos aplasta; con Dios,

nos redime y nos salva.» (S.S. Juan Pablo II) Si buscas al

Señor, en Él encontrarás el descanso del corazón, el

consuelo, la fortaleza en tu fragilidad. Y aunque el Señor

no te libere del yugo de la cruz, te promete aliviar su

peso haciéndose Él mismo tu cirineo.

NO LE PIDAS A DIOS UNA CARGA LIGERA PARA TUS HOMBROS;

PIDELE UNOS HOMBROS FUERTES PARA SOPORTAR LA

CARGA

!!!HOY NO ES TIEMPO DE DECIRLE A DIOS CUAN GRANDE

ES NUESTRO PROBLEMA, SI NO QUE HOY ES TIEMPO DE

DECIRLE A NUESTRO PROBLEMA CUAN GRANDE ES DIOS!!!

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