DIVULGACION 2000

download DIVULGACION 2000

of 17

Transcript of DIVULGACION 2000

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    1/17

    ARTE RUPESTRELA HISTORIA DE UNDESCUBRIMIENTO:

    MESITAS DE EL COLEGIO

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    2/17

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    3/17

    ARTE RUPESTRE

    LA HISTORIADE UN

    DESCUBRIMIENTO:

    MESITAS DE EL COLEGIO

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    4/17

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    5/17

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    6/17

    QU DICEN LAS ROCAS1*

    La interpretacin del arte rupestre ha pasado pordiversas etapas. Se inicia con una fase especulativa,que despus de algunos aos, da paso a las nuevasexplicaciones derivadas de los adelantos tcnicos y me-todolgicos en la construccin de nuevas perspectivas

    de las ciencias sociales. La arqueologa por ejemplo, ylas teoras antropolgicas, colaboran al igual que lasciencias auxiliares en este proceso de denicin. Todoello para reexionar con ms elementos sobre lo queprobablemente dicen las rocas. La etapa inicial (comien-zos del siglo XIX), se realiz como en otras areas, consimples tanteos y opiniones. Los primeros hallazgos secaracterizan por la casualidad y el azar de sus pioneros.Lo ms interesante es cuando estos hallazgos se ponenal frente de los conocimientos de la poca. Las ideasde esta (Darwinismo), incluso las religiosas entran enconicto con las evidencias de un arte que es muy se-mejante al que se hace en la poca del descubrimiento.

    En las galerias de viejo, durante muchos aos se ex-hibieron diversos objetos raros y curiosos, algunosde los cuales no podan ser ubicados en las culturascorrespondientes. Pequeos huesos de Mamut, condibujos de animales desconocidos, fueron presentadosen estas colecciones. El conde Marcelino Saenz de Sau-tuola impresionado por haber visto piezas semejantesen sus propiedades en Espaa, se dedic en algunastemporadas a buscar en la cueva de sus propiedadespiezas semejantes. Buscando estas curiosidades, ubicen una cueva uno de los yacimientos rupestres masimportantes de la historia de la humanidad, la cueva

    de Altamira (1979). No pocos fueron los debates sobresu autenticidad y a lo largo de muchos aos se considerel hallazgo como algo sin importancia. Se necesit queotras evidencias (nuevas cuevas) fueran agregadas ala discusin, y que los prehistoriadores de la poca, se

    retractaran, ante la evidencia. As que al igual que enotros medios acadmicos, el objeto se abri paso antela tradicin.

    Los aos siguientes los investigadores dedicaron unabuena parte de su trabajo a documentar y describir concierto detalle las pinturas rupestres en cuevas (Breuil,Leroi Gourham) interpretando en cada caso, la presen-cia de las pinturas como un asunto de magia, o comoun smbolo sexual y ritual. Ayudados por los temas desu tiempo la interpretacin camin por estos pasadisos.Pero realmente, la historia de la investigacin del arterupestre no puede entenderse sin comprender que haestado en su proceso paralelamente ligada a la historia

    de las ideas, a sus disputas y al proceso de las mismas.Por esto es que la cueva de Altamira es un smbolo deestos debates.

    An ahora quien oye hablar de arte rupestre imaginacuevas y pinturas de animales, conservando de estamanera la imagen de las primeras cuevas descubiertasen Europa. Ahora son cientos de sitios y miles de trazosy formas, algunas de animales las que se encuentrannuevamente en estudio y las viejas teorias se reseansolamente como parte de la historia de su estudio. Lasversiones tradicionales que enfatizaban el hecho de quelos hombres del paleoltico dejaron pintadas en ellas sus

    Desde el comienzo de la investigacin en 1970 el equipo fue lentamente construyendo un sistema de chas, como resultado de la discusin con los trabajosanteriores.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    7/17

    apetitos por la comida de bisontes y mamuts, y se asociana ritos que exorcizan a sus presas acribillndolas en lapinturas, antes de hacerlo en la realidad. Actualmentese tiene una idea menos simple, menos general del sen-tido y se duda drsticamente sobre las interpretacionesconvencionales. Multitud de hallazgos, nuevas tcnicas,mtodos de bsqueda de evidencias, con preguntas deinvestigacin ms precisas, han permitido relativizarcada da los resultados de la tradicin. Quienes trabajanen estos temas actualmente, no slo realizan una labor dedescripcin minuciosa, sino que tienen mayor pacienciaal apresurar (Clottes) sus ideas sobre las razones, por lascuales los grupos humanos de diversas etapas, tomaron ladecisin de hacer pinturas o grabados sobre las rocas o lascuevas (Ucko). Los estudios derivados de los laboratoriossobre los sistemas de datacin y los trabajos renados delDNA han permitido abrir nuevos campos explicativos.

    Los hallazgos en Chauvet (1994), Cosquer, en Francia ylos recientes descubrimientos en Portugal (1996) del vallede Coa, constituyen entre otras zonas de Europa, ademsde los trabajos en otros continentes, un nuevo conjunto de

    temas, y problemas de trabajo, que muestran en cada caso,la diversidad temtica, y la complejidad de los lenguajespresentes en pinturas y grabados. Todo lo anterior, hacecada da ms imposible usar hiptesis generales para elestudio de todas y cada una de las cuevas, de los muralesde una zona y regin. Muy al contrario, es indispensableque cada una estas manifestaciones sea tratada con sussingularidades, con sus contextos inmediatos (suelo,ecosistema), con algn detalle, pues en cada caso existencondiciones particulares y temas diversos, que no puedenser tratados con una generalidad, ni mucho menos conuna teora que acomode los documentos.

    Los hallazgos recientes permiten asegurar por lo pronto

    que los hombres del paleoltico superior haban perma-necido en algunas temporadas en las cuevas cuya pre-sencia se calcula en los 32.000 aos antes de nuestra era.Los motivos tradicionales de los bisontes y mamuts sonahora contrastados con pinturas de animales diversos.La presencia de leones, de insectos, de focas, no slo con-tradicen los temas de las interpretaciones tradicionales,sino que se convierten en vas nuevas para el estudio delos sistemas de representacin, al camino del lenguajehumano. De igual modo, las investigaciones en todo elmundo (Australia, China, Africa, Amrica) muestran, nosolo diversas tcnicas de ejecucin, sino semejanzas y di-ferencias formales, lenguajes diversos que corresponden

    a variados sistemas de representacin de la realidad. Lasguras naturalistas, los procesos de esquematizacin,las formas mas complejas del simbolo, exponen nivelesy grados de elaboracin, un lenguaje simplicado, queremite a la variedad de sistemas de pensamiento que loshombres han venido estructurando, no slo para el controlde la necesidad, sino para el proceso de comunicacin consus deidades como para la regulacin de la organizacinde comunidades y sociedades.

    La curiosidad sin duda de los investigadores de las diver-

    LISTA DE ALGUNOS SITIOS DE

    ARTE RUPESTRE EN EUROPA,

    FRANCIA:VALLE DEL RODANO:Cap Blanc (Marcuay) 1909Les Combarelles (LesEyzies) 1901Salleles-Gabardes (Aude) 1947Font-de-Gaume (LesEyzies) 1901Gorge DEnfer (Les Eyzies) 1912REGION PIRENAICANiaux (Ardeche) 1908Laugerie-Haute(Les Eyzies) 1864

    Bedeilhac (Ariege) 1907Langerie-Basse(Les Eyzies) 1864Le Portel (Ariege) 1908Les Trois Freres (Ariege) 1914Tuc d Audoubert (Ariege) 1912La Sudrie (Villac) 1937Mas D Azil ( Ariege) 1902Marsoulas (Haute Garonne) 1897Montespan (Haute Garonne) 1923Teyjat (Teyjat) 1903Gargas (Hautes Pyrenees) 1906Roufgnac (Roufgnac) 1956La Bastide (Hautes Pyrenees) 1932GIRONDEEtcheberriko KarbiaPair-non-Pair (Marcamp) 1881(BassesPyrenees) 1950CHARENTE LOT

    Roc-de Sers (Sers) 1927Pech Merle (Cabrerets) 1922Chaire a Calvin (Mouthiers) 1926Marcenac (Cabrerets) 1920VIENNESainte Eulalie (Cabrerets) 1920Cantal (Cabrerets) 1920Cougnac (Gourdon) 1953DORDOA:Lascaux (Montignac) 1940Grute des Mammouths 1946Sergeac (ST. Leon) 1909TARN Belcayre (Thonac) 1934La magdelaine(Penne) 1952

    ESPAA:PROVINCIAS VASCONGADASLa Clotilde (Reocin) 1906Berroberia (Pamplona) 1929Hornos (San Felice de Buelna) 1903Santimamie (Viscaya) 1916Altamira (Santillana) 1879SANTANDERLas Aguas (Novales) 1909Sottariza (Gibaja) 1906

    La Meaza (Comillas) 1907LaHaza (Ramales) 1903LasMonedas(PuenteViesgo) 1952Covalanas (Ramales) 1903Salitre (Miera) 1903ASTURIAS(Camargo) 1907La Loja (Panes) 1908Santian (P. Arce) 1905Pindal (Riba de Deva) 1908Mazaculos (Riba Deva) 1908CASTILLA LA VIEJAQuintanal (Balmori) 1908(Cangans de Onis) 1916Penches (Burgos) 1915El Cueto (Lledias) 1936Los Casares (Guadala) 1934San Antonio (Riba de Sella) 1912

    ANDALUCIABolado (Llanes) 1912La Pileta (Malaga) 1911(San Roman) 1914Palomas (Cadiz)

    ITALIA:OTRANTOSICILIARomanelIi(Castro-Marino) 1904Levanzo(isla) 1949Addaura (Palermo) 1953

    Desde el comienzo de la investigacin en 1970 el equipo fue lentamenteconstruyendo un sistema de chas, como resultado de la discusin con lostrabajos anteriores.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    8/17

    sas zonas del mundo ha generado en los ltimos aosla idea compleja de dividir los temas, con el auxiliode las ciencias, con el apoyo de sus mtodos y con elauxilio de sus horizontes. Todos estos esfuerzos en elfuturo, permitirn aproximaciones al sentido y funcindel arte rupestre, en sus respectivas regiones. Son sis-temas metodolgicos, que resean y discriminan conalta resolucin los murales y detalles de los mismos,

    acompaados por procesos tcnicos de estudio de al-teraciones . Es esencial cuidar los originales, pues enellos, no slo se encuentra el patrimonio de una historiacultural, sino su cuidado permite volver sobre este,para rehacer proyectos de trabajo an ms certeros enlo relativo a la pregunta Que dicen las obras rupestres?

    De igual modo, especialistas que deliberan sobre elsentido esttico, losco, epistemolgico, muestranque los desarrollos han venido perdiendo la ingenui-dad de las especulaciones del origen de la investigacinpara adentrarse en nuevas rutas tericas que presentenal arte rupestre como una de las condiciones humanasuniversales: su lenguaje. La perspectiva contempor-

    nea tendencialmente tendr que demostrar como estasconstrucciones subjetivas de los hombres de diversasetapas son la historia de la objetividad, el camino delpensamiento para la construccin de estrategias enla bsqueda del control de la necesidad humana, labsqueda de la libertad.

    EN COLOMBIA

    Miles de rocas, algunas visibles y otras tapadas porel matorral o cubiertas de tierra, se encuentran encientos de zonas en Colombia. Desde los tiempos dela colonia se elaboraron algunas explicaciones de lo

    que estas pinturas o grabados dicen. Los escribanos ycronistas comentaban que en Santaf de Bogot todoslos eruditos estaban convencidos de la visita en tiem-pos de los indgenas de un apstol que haba trado laenseanza del evangelio. De igual modo, este santo connombre indgena (Bochica) haba enseado adems delas reglas para la vida en comunidad, y el manejo delagua, las tcnicas para elaborar los hilos y las mantaspara cubrirse el cuerpo, ya que los indgenas antes loshacan con el algodn sin hilar.

    Muchos aos despus, pero an en la poca colonialun prroco de la iglesia de Gachancip, document conalgun detalle su visita a un cacique moribundo en su

    lecho de enfermo, quien le entreg una roca pequeaen la cual, con grabados que tena, se lean los nme-ros (ata, bosa....etc) e igualmente, se representaban lasetapas de la siembra y la cosecha. Se trataba segnsus interpretaciones de un calendario, del calenda-rio Muisca. Esta interpretacin del calendario de lasetnias del altiplano, fue aos mas tarde conocida porHumbolt y comentada en sus libros. Los smbolospuestos en la tumbas de los caciques, los dibujos delas mantas, los signos que acompaaban a los perso-najes principales y que se reiteraban en las viviendas,mostraban que estas culturas tenan un complejo

    Slo si la comunidad entiende que el tesoro es la piedramisma y los dibujos podr salvar la riqueza y permitirque en unos aos se tengan an ms evidencias parareconstruir el sentido y el lenguaje presente en las rocas.All esta el lenguaje y el ejemplo de un pensameientodiverso. Las rocas pintadas o grabadas dicen sobre unmundo intelectual renado, sobre un conjunto de prcti-cas de pensamiento que lleg a simplicar en trazos muysimples, sistemas de comunicacin.

    El nmero an no determinado de rocas que puede con-tener el departamento de Cundinamarca, pero que nopuede ser inferior a 7000 o 8000, lo que evidencia un tipode actividad comn, en donde lo sagrado es realmentetodo el territorio. Despus de haber observado cientos deellas en el altiplano, pinturas en ms de 15 municipios, esposible asegurar que algunas de ellas parecen representartemas relativos al arte de tejer las mantas, tal y como loresea la crnica de Indias. Pero no existe slo este tema.Tambin pueden observarse algunos murales, cuyo temaaparentemente hace relacin al sistema de parentesco, alas estas en honor a las deidades y algunas, acompaa-das por metates, a actos rituales que muy posiblementeson semejantes a los convites campesinos, que an ahorase efectuan.

    No son realmente muchas las explicaciones precisas quepermitan leer lo que dicen las rocas. Sin embargo, ellasestan alli, al lado de otros elementos de la cultura locual permite imaginar hacia el futuro posibles caminosde investigacin, que articulen diversas temticas y cua-lidades. Los talleres de herramientas, los aladores, lascpilas, los metates para pulverizar o moler productoscomestibles o rituales son elementos de un complejoespacio de evidencias, que en el futuro permitir tenernuevos procesos de interpretacin, cuando los registros ydatos documentales sean ms exhaustivos, ms rigurosos.

    Desde el comienzo de la investigacin en 1970 el equipo fue lentamenteconstruyendo un sistema de chas, como resultado de la discusin con los

    trabajos anteriores.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    9/17

    sistema de lenguajes de signos, de trazos simples, queen los colores y las formas daban explicacin a los siste-mas de comprensin del mundo. Ahora, es muy dicilreconstruir este sistema simblico pues fueron muchoslos sistemas y algunos acertados en la erradicacin delas culturas que los europeos

    Cuando Moreno y Escandn y despues de visi-tar los pueblos de indios, pudieron constatar que estosconservaban por muchos aos sus constumbres y con-tinuaban adorando a sus dioses antiguos, fue necesariocrear nuevas normas, que desterraran denitivamentelos sistemas de rito, los lenguajes de tradiciones tanarraigadas. De esta manera, se prohibi hablar Muisca,vestir con mantas que tradicionalemente tenan pinturas,que aludan posiblemente a cada etnia y familia, hacerestas y la obligacin de concentrarse en pueblos, enencomiendas o resguardos, para que los nios puedanir a aprehender la doctrina y el idioma castellano. Estadeterminacin de la corona permite ver cmo se pro-yect expresamente la destruccin de los sistemas depensamiento, ligados a la lengua, los ritos y los sistemas

    de representacin.An ahora es posible oir a los campesinos de todo elpas hablar sobre los sitios sagrados, sobre la laguna ysu encanto, sobre la piedra y sus sonidos, y sus marcasdel demonio, sobre las peas y sus secretos, sobre el daque se abre y muestra el tesoro,y sobre la msica que seoye el viernes santo cuando se puede entrar en la piedray muestra los secretos de los antiguos, all donde el elsacerdote con msica de iglesia, recibe a los invitadosPero tambin voces del pasado se incluyen en los re-cuerdos para refereir al mohan que cuida las lagunas, almohan que anuncia las crecientes, que pide comida, queasalta a las jovencitas monas de ojos verdes o azules y

    que en las tormentas y crecientes trasnslada sus tesoros.Tambin es recordado el modo como es posible ganarun tesoro, con msica de cuerda y la manera de sacaruna guaca. Desafortunadamente no quedan all en elricn de la memoria ms que algunos temas de comoenterrar al nio en un baile de curar los mezquinos conmaiz, de impedir que la leche se seque y como mejorar aldescuajado. Pero se han olvidado los ritos y los simbolosque permitan hacer ofrendas. a Bochica, a Chibchachum,a Bague, a Bachue y con ello, el sentido originario ..depintar en las mantas y de hacerlo en las rocas en memoriadel civilizador Bochica...

    Sin embargo, en muy posible que en el futuro al siste-matizar estos recuerdos se puedan reconstruir algunos

    de sus temas, aunque sean algunos de sus elementos.Lleno el espacio del lenguaje de algunos recuerdos endesorden, los campesinos tienen con el arte rupestrecantidad de historias y temas, que al parecer hacen re-ferencia a los diversos momentos de la historia, es decirconfusamente entrecruzados entre los antiguos sistemasde origen precolombino, con las supersticiones de losespaoles frente a un mundo que desconocido, solopoda ser pensado como lleno de fantasas y demonios.

    Las rocas tienen su encanto, son las rocas de los antiguos;all aparece una luz, se ve en algunas pocas a un beato

    y por eso no la rompimos, porque se desgracia la ncay luego no produce y vienen las enfermedades. All enla piedra al lado del arbol, pasado el camino antiguo,esta la piedra de la Custodia, la piedra sagrada y ahi esta,pues mi abuelo deca que ella sostena la nca y que sila movan se caa la montaa encima de nosotros, sedesbarrancaba

    A pesar del respeto que los habitantes tienen en las

    piedras pintadas y grabadas no ha sido as en algunasregiones. Algunos datos muestran cmo los curas de lospueblos , ademas de prohibir las estas tradicionalaes,han hecho convites con toda la comunidad creyente paradestruir las pinturas en el municipio de Nuevo Colnen Boyac. Tambin algunos han usado barretones ymartillos, cuando no plvora negra, para desarmar lasrocas y buscar los tesoros en el centro de estas (ViotHda. Florencia), con un resultado apenas esperado dela destruccin de las pinturas o de los grabados, algunosde los cuales son completamente irrecuperables.

    En los esfuerzos laicos existen interpretaciones menosantiguas, estas inudas por la cultura occidental y de-rivada de la educacin de quienes han opinado sobre loque dicen las rocas. Una de las primeras interpretacionesse debe al escritor Jorge Isaacs como producto de suinvestigacin en la Sierra Nevada de Santa Marta. Aligual que en el caso Sautuola, el atraso terico del pais,impidi que sus ideas fueran promovidas. Se necesitque pasara el tiempo y que nuevamente la curiosidadde ahora un ingeniero volviera a mirar con aprecio elpensamiento y el lenguaje indigena. Miguel Triana(1950) pensaba que las pinturas eran espacios sagradosde rememoracin, sitios votivos, all donde los indgenasrecreaban su respeto por las deidades, que tutelaban sustrabajos y preocupaciones. Las pinturas estaban en losterritorios apropiados, cuidando el espacio sagrado yes por ello que costituan lmites de familias o de confe-

    deraciones. Del mismo modo, los petroglifos marcabanel territorio de los indios Panches, Pijaos, frente a losMuiscas. Todos estos intentos en valorar lo indgenaefectuados por Isaacs y Triana fueron sistemticamenteabandonados, a pesar de que cuarenta aos ms tardese incia la atropologa y la arqueologa, los temas ru-pestres quedan en el olvido. Estas manifestaciones sehan dejado en manos de guaqueros y lo que es peoren el olvido total usadas indiscriminadamente comopiedra de labor (Suacha, Mosquera,Tunja, entre otrossitios destrudos).

    Pasaron muchos aos y la costumbre de guaqueraconvirti los sitios rupestres en lugares donde segnlas tradiciones populares, posiblemente derivadas delasedio colonial all se encuentran los tesoros indgenas,pues segn esta opinin febril en los sitios rupestresaparecen los mapas de los tesoros o las indicacionescifradas de los mismos. Los campesinos como en elperodo colonial, se dejan convencer por abivatos y asabren huecos por todos lados y destruyen las hojas pe-treas del libro sagrado de los pueblos pintores. Al igualque la locura de cualquier dinero fcil, desarticulan deeste modo las evidencias, desordenan y destruyen suspotreros.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    10/17

    ser ser estudiadas en detalle y con ellas, la historia dequienes han reexionado sobre las pinturas y graba-dos de este territorio. El primer equipo de trabajo (G.Muoz, G. Lopez, N. Rozo, R. Muoz) organiz laprimera cha de documentacin, registrando sistem-ticamente cada uno de los potreros y describiendo susparticularidades. De esta forma, se pretenda corregirlas transcripciones anteriores, pues eran realmentediferentes a los murales en los sitios, tanto por haberolvidado los autores anteriores ciertas guras, comopor confundir y desordenar los motivos al incluir di-versas rocas y murales en una plancha, generando asuna falsa idea de la composicin.

    Los documentos tradicionales tampoco incluan unacarta geogrca que permitiera buscar y encontrar confacilidad los sitios, cuyos nombres igualmente haban

    cambiado con los tiempos. Estas y otras condiciones,provocaron desde esta fecha, un singular entusiasmoen documentar sistemticamente todas las rocas ytodos los murales, sin discriminacin ninguna, con elpropsito de corregir los trabajos tradicionales.

    Con esta primera etapa, se iniciaron las primeras eva-luaciones sobre la bibliografa, las grcas publicadas,los investigadores, sus trabajos en las zonas y sus logrosdocumentales. Aqu se originaron los primeros temasy problemas tericos, que han venido desarrollndosehasta la actualidad. Durante aos se revisaron diversas

    La roca del BEATO DE SUBIA, Municipio de EL COLEGIO. No es nada improbable que los sacerdotes indgenas, protectores de las tradiciones indgenassean herederos de las tradiciones de Bochica. La denominaciin de Beato puede ser una conexion con este pasado precolombino.

    QUINES LAS HAN ESTUDIADO

    EL CAMINO DE BOCHICA

    Dicen que vino por la parte del Este, que son los llanos que llaman continuadosde Venezuela, y entr a este Reino por el pueblo de Pasca, al sur de esta ciudadde Santaf,[...]. Desde all vino al pueblo de Bosa, donde se le muri un camello

    que traa, cuyos huesos procuraron conservar los naturales, pues an hallaronalgunos los espaoles en aquel pueblo cuando entraron, entre los cuales dicenque fue la costilla que adoraban en la lagunilla llamada Baracio los indios deBosa y Soacha[...](Simn: 1892: III:284-286)[...] Desde Bosa fue al pueblo de

    Fontibn, al de Serrezuela y Cipacn, de donde di la vuelta a la parte delnorte por las faldas de la sierra; yndose abriendo los caminos [...] fue a pararal pueblo de Cota,donde gast algunos das predicando con gran concursode gente de todos los pueblos comarcanos, desde un sitio un poco alto a quienhicieron un foso a la redonda de ms de dos mil pasos porque el concurso de la

    gente no le atropellar, y predicara ms libremente. A donde despus en reve-rencia suya hicieron santuarios y entierros los ms principales indios. Recogasede noche a una cueva de las faldas de la sierra, todo el tiempo que estuvo enCota, desde donde fu prosiguiendo su viaje a la parte del nordeste hasta llegara la provincia de Guane donde hay mucha noticia del, y aun dicen hubo allindios tan curiosos que los retrataron, aunque muy a lo tosco, en unas piedrasque hoy se ven y u nas guras de unos clices, dentro de las cuevas donde se

    recoga a las mrgenes del gran ro Sogamoso. [...] (Simn: 1892: III:284-286)

    FotoGIPRI1996

    LAS ENSEANZAS DE BOCHICA Y EL ARTE RUPESTRE

    Este les ense hilar algodn y tejer mantas,porque antes slo se cubranlos indios con unas planchas que hacan de algodn en rama, atadas con unascordezuelas de que, unas con otras, todo mal aliado y an como a gente ruda:cuando sala de un pueblo les dejaba los telares pintados en alguna piedra lisay bruida, como hoy se ven en algunas partes, por si se les olvidaba lo queles enseaba, como se olvidaron de muchas otras cosas buenas que dicen les

    predicaba en su misma lengua a cada pueblo, con que quedaban admirados.Enseles a hacer cruces y usar de el las en las pinturas de las mantas con quesecubran, ypor ventura declarndoles sus misterios y los de la encarnacin

    y muerte de Cristo....(Fray Pedro Simn)

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    11/17

    Cuando los espaoles llegaron al continente fueron sor-prendidos, no slo por el amplio y complejo territorio,sino por diferentes grupos tnicos, comunidades condistintas costumbres, lenguas y sistemas de gobierno.En la sabana de Bogot, en los primeros aos los con-quistadores tuvieron noticia contada por los Muiscassobre la presencia de algunas rocas que pintadas conalmagre rojo con dibujos, que no se podan borrar

    (Suacha). Segn las tradiciones indgenas, referidaspor los cronistas y por el mismo Gonzlo Jimnez deQuesada, eran pinturas conmemorativas de la visitadel dios civilizador Bochica, quien dej plasmadas enellas las enseanzas con las cuales era posible la cons-truccin de mantas y con ellas los trazos que derivabanen consejos diversos para la vida comunitaria. La rutainiciaba en el oriente, por los poblados de Pasca haciael norte, hasta llegar a Sogamoso. Se consider la va,la ruta sagrada, por la cual este personaje mtico dejpintadas sus ideas y con ellas, una tradicin textil, queal igual que otras enseanzas, transform su territorioen lugar sagrado. Todos los indgenas tenan especial

    veneracin en Bochica y sus smbolos y las celabracio-nes probablemente estaban acompaadas por diversasestas, que con signos pintados en las mantas, en elcuerpo, en las fachadas de bohios, en los estandartes delas procesiones y convites, repetan la ruta y recordabancon ritos y cantos sus enseanzas.

    Los cronistas y escribanos de la poca de la conquistay la colonia, se limitaron contar y a reproducir talesleyendas, la mayora de las veces comentadas comosimples fantasas o ligadas a asuntos demonacos. Perola historia de Bochica impresion a estos europeos, en talforma, que segn sus comentarios debi ser un apstol,

    que vino a ensear la doctrina.Pero Bochica tambin particip activamente en la or-ganizacin del pueblo Muisca frente al manejo de lasaguas, al control de los torrentes y con ello a la historiamtica del salto de Tequendama, tema que est includodentro de las capacidades de este personaje para mejorarlas condiciones de los Muiscas, empobrecidos por lainundacin de la sabana de Bogot. Despus de estasy otras actividades(caminar sobre el agua devolver lasasaetas de los Bosas), dej en el pueblo se Suacha untemplo y cientos de pinturas en los alrededores, trazossintticos, que muestran un nivel de elaboracin, unlenguaje, que despus de 600 aos, es ahora objeto de

    estudio, de reconstruccin como un cono histrico unelemento en la recuperacin de la cultura nacional. Lahistoria de Bochica inicia el proceso.

    Esto explica por qu inici el equipo de GIPRI estetrabajo en las cercanas de la capital de Bogot en elmunicipio de Suacha y Bosa en el departamento deCundinamarca. Durante aos se registraron mas de200 rocas en la zona, con grandes diferencias con lostrabajos tradicionales (Triana, Perez de Barradas, Ca-brera Ortiz). Estas tradiciones precolombinas deberan

    Portada de la publicacin del cronista Lucas Fernndez de Piedrahita. Algu-nos de estos documentos contienen referencias a zonas donde los espaoles

    observaron arte rupestre.

    Desde el comienzo de la investigacin en 1970 el equipo fue lentamenteconstruyendo un sistema de chas, como resultado de la discusin con lostrabajos anteriores.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    12/17

    el subttulo El Jeroglico Chibcha: Petroglifos de la MesaCentral de Colombia, donde se presentan 59 planchas.Por primera vez, aparece en forma ordenada y en plan-chas numeradas las transcripciones de las pinturas ylos levantamientos formales de las rocas en un lbumespecializado, con divulgacin nacional. Cada planchatrae alguna informacin, que permite hacerse una ideasobre los lugares (vereda, municipio, nca) y sobre la

    forma, como fueron realizados dichos trazos.

    Triana, en su afn por debatir las ideas convencionalesde su tiempo y mostrar a los Muiscas como un "civi-lizacin" y no como un pueblo primitivo, intent leerlas pinturas y en ellas determin su condicin, comoguras de caracter mitolgico, narrativo, como sitiosde adoracin al sol, como sitio de mitos. Actualmenteesta etapa pionera, es mirada con cierta reserva, porsus interpretaciones, pero considerada valiosa frentea la tradicin que enfatizaba el sistema adaptativo deestos grupos, su capacidad en el estudio del clima ysu inteligencia para organizar la comunidad y educary organizar, con signos rupestres a sus habitantes.

    Las planchas de Triana, al parecer permanecieron en laBiblioteca Nacional y all probablemente fueron copia-das aos ms tarde por los investigadores posteriores(Cabrera Ortiz, Ramrez Sanchez, Prez de Barradas),multiplicando de esta forma algunos de los errores yproyectando sin discusin sus apreciaciones, conver-tidas en teorias e interpretaciones.

    Con el propsito de hacer un bosquejo sobre las inves-tigaciones y sus teoras, se resumen aqu algunos de

    los trabajosprincipales, aquellos que corresponden alosinvestigadores que realizaron trabajo de campo yresearon sitios donde ubicaron pinturas y o grabados.-El nmero de zonas rupestres denunciada hasta 1970por diversos autores es de:-Isaacs Jorge en la Sierra Nevada resea la presenciade no menos de tres zonas y un nmero aproximadode 30 rocas con petroglifos.-. LazaroMaria Girndescubre algunas rocas en el mu-nicipio de Tibacuy y entrega un informe a la comisionquinta del senado de la repblica.-.Triana Miguelresea 14 zonas con 59 Rocas, inclu-yendo los departamentos de Cundinamarca y Boyac.

    -.Ghisletti Louisdenuncia 37 zonas en Cundinamarcacon pictografas para un total aproximado de 120 rocas.En el departamento de Boyac este mismo autor reseala presencia de 30 zonas para un total aproximado de90 pictografas. Hasta la fecha no se sabe el modo comoeste autor adquiri tales informaciones; lo cierto es queno existen transcripciones de las mismas. Este mismoautor, resea la presencia de 18 zonas de petroglifosenCundinamarca para un total aproximado de60 rocas.En Boyac denuncia la presencia de 7 zonas para untotal de 7 rocas. El total general de zonas descritas por

    La Comisin Corogrca, segn la usansa de la poca, dedicaba mas atencinal ambiente biolgico y geogrco que a las guras complejas presentes en losmurales rupestres. La Piedra de Gameza, de Facatativ, de Pandi, se observandibujadas con un mayor acento en la roca y su entorno. Desafortunadamente,el estado de alteracin, la destruccin y el dterioro y abandono de los institutosde cultura, impiden actualmente hacer un trabajo que registre todos los detalles,algunos de los cuales se han perdido.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    13/17

    zonas, con el objeto de hacer un registro sistemtico, pal-mo a palmo del conjunto de rocas que tuvieran pinturaso grabados, grandes murales o pequeos vestigios quedemostraran que esta costumbre eras menos casual delo que la tradicin se haba imaginado. Este sistema detrabajo ha permitido buscar en detalle, sistemticamentediversas regiones del altiplano para poder ubicar cientosde sitios que inadvertidos, se encuentran escondidos en

    el matorral o tapados por el suelo. Petroglifos y pinturasque hadie ha visto y que son sin duda la historia de unarchivo petreo que debe ser conservado.

    PIONEROS EN COLOMBIA

    Con la independencia era indispensable saber queexista en el pas, que recursos contena, cmo era elterritorio. As que los gobiernos impulsaron diversasexpediciones para registrar, la ora, la fauna, el paisaje,las materias primas, los rios y con ello, tener una imagende un territorio realmente desconocido. De esta manera,la Comisin Corogrfca desplaz equipos de trabajoque visitaron diversas regiones y documentaron algunasparticularidades.La peregrinacin de Alfa(Manuel An-cizar) describe en su recorrido los ambientes y el paisaje,al igual que las poblaciones y sus costumbres. All apa-recen algunos elementos que el autor encuentra de lastradiciones indgenas. Sin embargo, se van a necesitaralgunos aos para que el tema de los grabados y pin-turas indgenas sea un objeto de preocupacin central.

    El primer investigador en la construccn del arte rupes-tre en la historia nacional fue el escritor, ya famoso enese tiempo, Jorge Isaacs quien viaj a la Sierra Nevada

    de Santa Marta con el mismo inters de Ancizar parahacer algunas descripciones sobre las costumbres yrelacionarlas con los procesos de evolucin humanas.En esta larga temporada dedic alguna parte de estaexpedicin, a la resea de algunos petroglifos en losalrededores de Nabusimaque. Estos materiales fueronpublicados como anexo de su investigacion sobre lasTribus indgenas del Magdalena. Recientemente, el equipode Gipri con la colaboracin de investigadores francesesha visitado la zona y ha podido ubicar algunas rocascon petroglifos, dos de las cuales habia reseado Trianay posteriormente Vinalesa en los primeros cincuentaaos del siglo XX.

    El segundo investigador, que resea sitios rupestrescon pinturas y algunos grabados, se debe al ingenieroMiguel Triana en el altiplano Cundiboyacense en losprimeros aos del siglo XX (1922 -Lima Congreso deAmericanistas). Apuntes de campo y algunos borra-dores de las rocas y sus pinturas fueron producidoscuando el ingeniero Triana observaba los alrededores,al hacer las carreteras en la regin central de pas. Mu-chos aos despus (1970), su familia consigui publicartales materiales en la Biblioteca del Banco Popular con

    Los investigadores Uribe, Borda y Mller revisaron un nmero desconocidode zonas en el altiplano. Publicaron el Cromos un artculo donde exponensus teoras sobre tipologas rupestres. La grca que aparece corresponde aun mural gratiado en el Municipio de Bojac. La grca nal expone susideas sobre las guras rupestres de los murales organizadas por semejanza.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    14/17

    Ghisletti es de 92 zonas y de 277 rocas.

    Adems de los datos anteriores algunos investigadorescomo Cabrera, Silva Celis, agregaron algunos nuevosmunicipios y aumentaron la presencia de pinturas

    y grabados. Investigadores en los ltimos aos handescrito la presencia de pinturas y petroglifos en todoel territorio Nacional. El trabajo ms completo se debe

    a Prez de Barradas en el siglo pasado (XX), el cualresea todos los trabajos publicados en el pas, inclu-yendo un nmero amplio de zonas. Sin embargo, copiaalgunas de las versiones anteriores, principalmente lasplanchas de Triana. No pueden desconocerse en esteresumen algunos de los denuncios hechos por Vinalesay Bastian, quienes tambin escribieron algunas notassobre la presencia de arte rupesttre en las regiones queellos visitaron.

    Son desde esta epca importantes las investigacionesde algunos grupos y personas que dedicaron una bue-na parte del tiempo a revisar algunas regiones del pas.Sin embargo, ninguno de ellos ha tenido el arresto deimaginar un trabajo continuado, es decir una revisinlo mas posible completa de amplios territorios, tal ycomo lo haban pensado los investigadores clsicos yareseados. La mayora de las veces, ubican su trabajoen un municipio y con ello registran algunas de las

    rocas que en el se encuentran, sin tener en ningn casopretensiones exhaustivas.

    Las investigaciones de Arango en Tibacuy, Bautista enel Huila, Granda en Nario, Pradilla y Ortiz en Boyac,Reichell en Caqueta, Ardila en la Guajira, Urbina en elCaquet, Castao en Chiribiquete, Becerra en Boyac,Montoya en Suacha, Velandia en el Tolima, Correal en

    Huila, Tovar et al, en el Huila, Lleras en Facaytativ yen el alto valle de Tenza y Botiva en algunas regiones,han venido denunciando la presencia de algunas rocas,con pintura o con grabados. El tipo de registros en cadauno de los autores citados es perfectamente diferente, esdecir, cada uno de ellos hace un tratamiento diferente dela informacin. Algunos relacionan los hallazgos con lasetnias mientras otros, asocian estas representaciones a es-tructuras mticas. Despreocupados por las dos anterioresposibilidades de liacin, algunos de ellos, se interesanfundamentalmente en la datacin o simplemente enconstatar su presencia en un territorio determinado y enubicar sus trazos en lo ms antiguo del poblamiento. Apesar de que cada uno, expresa algunas ideas que intentanaproximar los yacimientos rupestres a algunas hipotesiso teoras, lo comn y ms interesante resulta cuandolos sistemas de registro y documentacin son comple-tamente diferentes. Sera realmente dicil unicar estosdocumentos. Algunos de ellos hacen dibujos, no siempre

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    15/17

    Pinturas y pictograas son las ms conocidas representaciones sobre elterritorio investigado en el aliplano. Sin embargo, es necesario estudiar elmundo esttico campesino, los sistema de reperesentacin que se fusionaroncon las religiones coloniales y los modos como estas estructuras sincreticasse prolongaron hasta nuestros das. El la graca aparece un fragmento de laPiedra del diablo en Sutatausa y un franmento de un petroglifo en TibacuyCundinamarca- Ambas zonas poseen una cantidad enorme de manifestaciones

    visibles. Otros, se contrastan por su excelente calidadfotogrca (Urbina) frente a algunos que publican unossimples manchones que se suponen resean las pintu-ras o grabados. La mayora de ellos usan tiza (Botiva,Lleras,Tovar) para resaltar y constrastar los trazos delos surcos de los grabados, generando en la mayora delos casos versiones normalmente diferentes a aquellasque hicieron los autores precolombinos. Algunos auto-

    res citados, privilegian los aspectos geogrcos, peroa pesar de esta intencin terminan presentando en susinformes escalas perfectamente inadecuadas para poderimaginar con algn detalle documental la ubicacin detales yacimientos. Otros interesados en los murales, ensus formas y en sus caractersticas llegan a hacer traba-jos de reconstruccin de los trazos y usan sistemas paracalcar las guras. Nuevamente a pesar de la intencin, elresultado deja mucho que desear, cuando tales trascrip-ciones son versiones simplicadas y acomodadas de losdibujantes. Adems de lo anterior, todo el trabajo de loscalcos es desperdiciado al usar escalas que indiscriminanlos trazos en los mismos. Un mural de diez a doce metroses includo en su totalidad en una hoja incluso a vecesmenor que el tamao carta. El resultado nal es que latrascripcin de los detalles desaparece y quien observael informe ve un manchn. Finalmente, es posible quese considere la necesidad de hacer excavaciones y conellas observar el contexto de los yacimientos rupestres.

    Mientras el acento se hace en las evidencias de la excava-cin se deja como adjetivo el conjunto de actividades yprocedimientos que seran necesarios para documentarsistemticamente los murales, sus grupos, y su posicinel la roca , el abrigo,, en su cota geograca etc.Finalmente y esto es ya resume la situacin: recien-temente se ha publicado un material que pretenderecoger todos los diversos esfuerzos por tematizar

    el arte rupestre de la sabana de Bogota. Obviamenteaparecen los autores clsicoas ya sitados y los trabajosque se desprenden de esta tradicin. Cuando se miracon absoluto cuidado se puede observar que son en lamayora de los casos las reproduccin incluso, algunasveces tergiversadas de las transcripciones anytiguas.Asi que en resumen es casi nulo el trabajo de campode tales trabajos, que incluyen publicaciones generales,tesis de grado e informes arqueolgicos.Asi que, cuando se mira, con total detenimiento, sepuede observar que los materiales publicados en un 99%debern ser nuevamente reehechos, con un conjuntode criterios y perspectivas de trabajo que tengan unverdadero real valor arqueolgico. La mayora de losdocumentos deben ser entendidos como un primer de-nuncio, como un trabajo amateur. Lo anterior no intentadescalicar el esfuerzo y la dedicacin de los colegas,pero pretende generar la necesidad inpostergable deevaluar la informacin tradicional para construir unconjunto documental roguroso.

    Todas las anteriores consideraciones permiten juzgarcriticamente la necesidad de unicar criterios y produciracuerdos que permitan que las actividades de registrotengan valor, que sean de un alto grado de resolucin

    y que describan grcamente, en lo posible, todas lascaractersticas de los yacimientos, sin privilegiar nin-guna forma, ni trazo, y sin intervenir en la descisin,que hacia el futuro imponga una bsqueda de un tema,desglosado de la composicin y asi ajustar o manipularuna interpretacin cualquiera. Los temas que ahora sepromueven, muestran esta curiosa y humana carate-rstica: son selecciones de trazos desglosados de losmurales y convertidos en tema de informe y el prolon-gacin de una teora que debera tener la paciencia deesperar hasta que exista un conjunto de registros menosprecarios. A pesar de la dicultad de aseguarar unobjetividad absoluta, es por lo menos deseable que los

    diversos items de la documentacin y el registro sean loms eles posibles a los originales y con ellos, se puedatrabajar en el futuro. Lo cierto es, que es inimaginable elnmero de zonas, de sitios y de rocas que puede tenerel territorio nacional y mientras se continue con la des-prevencin que asegura que existen rocas " realmenetesignicativas, mientras otras no es completameneteimposible iniciar un trabajo que permita conocer elamplio espectro del lenguaje presente en ellas.

    Las cifras que se manejan actualmente podran con-

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    16/17

    gurar mas de cinco digitos, lo que signica que no seencuentra la investigacin frente a un asunto ocasional,excntrico, casual, sino que muy al contrario existenamplias y complejas zonas con altas concentraciones,desconocidas hasta la fecha que muestran un conjuntode nuevas posibilidades sobre poblamiento, y fun-damentalmente sobre la presencia de grupos tnicosdesconocidos, en perodos muy amplios.

    Las primeras evidencias de esta aseveracin se inci-ciaron en 1970 en la zona sur occidental de la sabanade Bogot. Con una idea ingenua que se interesaba enbuscar los sitios sagrados donde la leynda delm dioscibvilizador bochica haba dejado pintadas las rocas, elequipo de esta epoca (Muoz, Lopez, Rozo) hicieron du-rante aos la revisin de los sitios ubicando un nemrosorprende de sitios, incluso en buen estado que no gu-raban en las publicaciones. An hoy es perfectamenteimposible entender cmo estas zonas permanecen en elolvido. All en las investigaciones regionales y sistem-ticas de GIPRI en Suacha, Bosa,Tequendama, Sibat, sepudo observar en primer lugar una variedad temticainsospechada, de un espectro amplio que va desde lasestilisaciones de las guras aladas hasta las formas otrazos sintticos que no guardan analoga con objetoninguno conocido. A pesar de que estos aos permitanobservar las zonas sin ningn problema all tambinfueron destrudas mas de 8 grandes bloques errticosque tenan pinturas. Con ellos, se construy segn lasreferencias de los campesinos la represa Terreros. Hoyno slo est en peligro toda la zona, sino que ya algunasrocas han sido destrudas con el avance de las canteras ylas urbanizaciones. As que lo que ha sido un descuido,

    en los proximos aos podr ser imaginado como undescubrimiento extraordinario, cuando alguien ubiqueuna roca est en la mitad de una urbanizacin!

    A pesar de la destruccin de algunos sitios, quedanmuchas zonas, donde escondidos en el matorral seencuentran las pinturas y o los grabados. Con estaidea se han venido lentamente desarrolando diversasformas de trabajo, ajustando las precarias condicionespara optimizar los recursos y agilizar los procesos. Lasdiferentes chas de trabajo, se reajustan cada vez quese percibe el inters de acentuar con mayor grado deresolucin aspectos que no se haban tenido en cuenta.

    La presencia de aspectos inimaginados ha dado origenal conjunto de nuevas formas de trabajo y a privilegiarsituaciones que sin la experiencia del trabajo habansido imposibles de preveer. Con el transcurrir de lassemanas al revisar los sitios de un modo compulsiva-mente ordenado, se fueron encontrando otros eventossignicativos que requeran de nuevos procedimientosde registro. Al lado de las rocas o en ellas se encontrabancon alguna frecuencia unas rayas o unos puntos, que sinduda hechos con herramientas, mostraban un curioso yinimaginado sentido y funcin. Las "rayas" y "muescas"

    lentamente fueron conformando, luego de observar unnmero importante de estos, la idea de que se trataba desitios usados por las comunidades precolombinas parahacer las formas y los los de las herramientas. Estostalleres, se impusieron como objeto de estudio a pesarde que se estaban buscando los petroglifos. De igualmodo, la presencia profusa de cpulas ampli signica-tivamente el marco estrecho de los trabajos anteriores y

    oblig al equipo de trabajo a mirar con mayor cuidadoy ha registrar los minimos detalles que pudiera teneruna roca. El objetivo es impedir que se pase por alto, loque en el futuro puede ser poderosamente signicativo.

    Se renaron as las labores del dibujante, los trabajos detranscripcin, la limpieza minuciosa de la roca, la reco-leccin de materiales cermicos y lticos superciales enlos alrededores de las zonas (all donde los campesinoshacian sus cultivos), la ampliacin de las escalas de lascartas geogrcas para detallar an ms las caractersti-cas del terreno, las bases de datos que discriminan anms los trazos las formas y sus detalles, la organizacinde las chas de trabajo de zona y los cuadernos de salida,con el nico propsito de tener el mayor y mas cuali-cado grado de apropiacin de los aspectos de cada roca,cada petroglifo, cada trazo y as poder pensar el modocomo fueron fabricados, la composicin de las formasy derivar en aproximaciones sucesivas nuevos posiblescaminos para entender su sentido y funcin.

  • 7/25/2019 DIVULGACION 2000

    17/17

    Finalmente, es un ejemplo de esta dinmica los estudiosde El Colegio(1996-2000) El estimativo de esta reginen las cercanas del Municipio de El Colegio permitenhacer algunos clculos aproximados de no menos de3000 a 4000 rocas desde el salto de Tequendama hastael municipio de Girardot. Finalmente, Gipri ha venidogenerando diversos debates sobre los sistemas tradi-

    cionales de investigacin y de interpretacin de estasmanifestaciones. En los ltimos 15 aos, ha renadosignicativamente los sistemas de registro y los procesosde documentacin hasta llevarlos a un modelo meto-dolgico, que se discute ahora a nivel internacional.Desde esta condicin dinmica y habitual de 30 aosde investigacin ha aportado nuevos caminos para laarqueologa colombiana al relativizar las nociones depoblamiento (Caribes vrs Chibchas), las convencionalesinterpretaciones de sitios sagrados, las relaciones inter-etnicas y creado en este proceso un trabajo educativo quepermita realizar las estrategias divulgativas para realizarla colaboracin de la sociedad civil en la conservacinde este patrimonio.

    En el inicio de los trabajos en el altiplano Cundiboyacense se realizaronlas primeras descripciones grcas. Ricardo Muoz el dibujante de estaetapa inclua las medidas de cada uno de los trazos. En la segundagrca aparecen los investigadores del proyecto del Ministerio de lacultura y el equipo de Mesitas de El Colegio 1998-99. Finalmente, en laparte inferior se puede observar el Boletn Rupestre donde se encluyendiversos temas cada dos meses.