Distorsiones Cognitivas Maltrato Pareja

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    Copyright 2014 by Sociedad Chilena de Psicologa Clnica

    ISSN 0716-6184 (impresa) ISSN 0718-4808 (en lnea)

    TERAPIA PSICOLGICA2014, Vol. 32, N 1, 5 -17

    Distorsiones Cognitivas en Agresores de Pareja: Anlisis de una

    Herramienta de Evaluacin

    Cognitive Distortions Among Partner-Violent Men: Analyzing an Assessment Tool

    Ismael LoinazUniversidad del Pas Vasco UPV/EHU, Espaa

    (Rec: 10 mayo 2013 / Acept: 12 diciembre 2013)

    Resumen

    Las distorsiones cognitivas inuyen en el desarrollo y mantenimiento de la violencia. En agresores de pareja,la negacin del problema y la culpabilizacin de la vctima son especialmente prevalentes, promoviendouna menor asuncin de responsabilidades. Este trabajo revisa las propiedades psicomtricas de un inven -tario diseado para la evaluacin de pensamientos distorsionados sobre la mujer y la violencia. Se analizasu aplicacin en 180 agresores en prisin, as como los resultados de 11 estudios previos, comparando dos

    formatos de correccin (verdadero/falso y Likert/factorial). El anlisis factorial permiti eliminar los tems7, 8, 19 y 28 y agrupar el contenido en 4 factores. El tem 27 se elimin por considerarlo errneo. Se de -tectaron limitaciones de la herramienta, como una poca sensibilidad al cambio teraputico y baja capacidaddiscriminativa entre distintas muestras. Se discuten las precauciones a tener en cuenta a la hora de utilizarla herramienta en el mbito profesional.

    Palabras clave:distorsiones cognitivas; violencia; agresores de pareja; propiedades psicomtricas

    Abstract

    Cognitive distortions are related to the development and maintenance of violent behavior. Among partner-violent men the denial of the problem, and victim blaming are especially prevalent, and reduce accountability.This paper reviews the psychometric properties of an inventory designed to assess distortions about womenand violence justication. Its application in 180 offenders in prison is analyzed, as well as the results of 11

    previous studies, comparing two correction options (true/false and Likert/factorial). Factor analysis allowedto remove items 7, 8, 19 and 28 due to their low statistical signicance, and to group them in four factors.

    Item 27 was removed because is considered to be wrong. Some limitations were detected, as can be a lowsensitivity to therapeutic change, and a low capacity to discriminate between different samples. Precautionsto be taken when using the tool in the professional eld are discussed.

    Key words: cognitive distortions; violence; partner-violent men; psychometric properties

    CorrespondenciaIsmael Loinaz, Universidad del Pas Vasco UPV/EHU, Facultad de Psicologa Departamento de Personalidad, Evaluacin y Tratamiento psicolgico,Avda. Tolosa, 70. 20018 San Sebastin (Espaa), [email protected]

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    Introduccin

    En el desarrollo de la conducta violenta inuyen variablesbiolgicas, psicolgicas, sociolgicas y contextuales (Shavery Mikulincer, 2011). Entre las variables psicolgicas, las

    ms mencionadas son los trastornos de la personalidad, lasadicciones, la baja empata y las distorsiones cognitivas.Estas ltimas son especialmente frecuentes en los programas

    de intervencin para delincuentes.Las distorsiones cognitivas son formas errneas de

    interpretar la realidad. Estn presentes en distintos tiposde trastornos mentales (como la depresin, los trastornosalimentarios o el trastorno psictico entre otros) y su des-cripcin es habitual en delincuentes y personas violentas(Gannon, Ward, Beech y Fisher, 2007). En el mbito crimi-nolgico, pueden considerarse cogniciones mantenedorasde la conducta cuyo objetivo es eximir la responsabilidad ylas consecuencias de una conducta socialmente reprobable.El delito se racionaliza, principalmente mediante la mini-mizacin, la negacin o la atribucin de culpa a los dems.

    En uno de los primeros trabajos sobre la temtica en elcontexto penitenciario, Henderson y Hewstone (1984) pu-sieron de maniesto cmo las explicaciones de la conductaviolenta eran externas con mayor frecuencia (culpabilizandoa la vctima o a situaciones ajenas) y ms de tipo justica-tivo. Pese a su frecuencia en el mbito de estudio, su usoes poco claro y la terminologa empleada muy diversa:

    procesos cognitivos, actitudes, creencias, pensamientos

    concretos en situaciones especcas, justicaciones post-hoc, etc. (Helmus, Hanson, Babchishin y Mann, 2013). Estavariedad de conceptos hace que tan solo algunos de ellosestn realmente relacionados con el desarrollo de conductas

    delictivas y que, por ello, los resultados sean dispares.En la evaluacin de la violencia contra la pareja (VCP),

    la minimizacin o la negacin por parte de ambos miembroses una complicacin habitual (Rathus y Feindler, 2004). Losagresores son especialmente propensos a minimizar su exis-tencia o impacto, y las vctimas a negar lo ocurrido o asumir

    la culpa. La ausencia de responsabilidad, la atribucin deculpa a factores externos como forma de justicarse (estrs,alcohol, caractersticas de la vctima), la minimizacin de lo

    ocurrido o su negacin son aspectos habituales en agresoresde pareja (Bowen, 2011; Lila, Gracia y Herrero, 2012; Lila,Herrero y Gracia, 2008a). Sin embargo, existen pocos datossobre su presencia o inuencia previa al delito (Bowen, 2011)y, en realidad, estos sesgos son analizados como actitudes

    post-hoc(justicaciones de lo ocurrido), por lo que puedeser inadecuado tomarlos como objetivo de la intervencin(Novo, Faria, Seijo y Arce, 2012).

    El estilo de respuesta socialmente deseable, la atribu-cin de la culpa al otro miembro de la pareja y la negacino minimizacin de lo ocurrido estn presentes tanto enhombres como en mujeres condenados por VCP (Henning,Jones y Holdford, 2005). Incluso en el caso de la poblacin

    general, como los estudiantes universitarios, la minimiza-cin y la culpabilizacin de la pareja se relaciona con elautoinforme de violencia (Scott y Straus, 2007). Algunossesgos, como la culpabilizacin de la vctima, no solo sedan en los agresores sino que, en ocasiones, forman partede las propias actitudes de la sociedad en conjunto (Valor-Segura, Expsito y Moya, 2008, 2011).

    Las distorsiones cognitivas contribuyen a la VCP alpromover que el agresor atienda selectivamente a deter-minados aspectos, tergiverse o distorsione situaciones,incrementando la probabilidad de sentir ira y reaccionarcon agresiones (Eckhardt y Kassinove, 1998; Holtzworth-Munroe y Hutchinson, 1993). Dentro del mbito de estudio,es especialmente frecuente el denominado error fundamental

    de atribucin. Este tipo de pensamiento hace que conductaspropias sean achacadas a factores externos, temporales yespeccos, mientras que aquellas ajenas son atribuidas afactores internos, permanentes y generalizados (Maruna yMann, 2006). En el caso de los agresores, la conducta dela pareja es atribuida a caractersticas personales (ella esas) mientras que la propia se atribuye a factores externoso situacionales (estaba muy estresado o haba bebido). Sinembargo, se arma que este tipo de excusaspost-hocson

    comunes fuera del mbito delictivo, por lo que atribuirlescaractersticas crimingenas sera una falacia.

    Dutton (1986) analiz la descripcin de la ltima agresin

    en 75 hombres con historial de violencia repetida contra supareja, poniendo de maniesto que el 21% aceptaba queel hecho estaba mal, pero se excusaba no considerndoloresponsabilidad suya. El 79% restante aceptaba su respon-sabilidad, pero justicaba los hechos echndole la culpa a lavctima o restando valor a lo ocurrido. Estos ltimos, adems,

    eran ms propensos a minimizar la frecuencia, gravedado consecuencias de su agresin. El patrn de distorsin orespuesta socialmente deseable es diferente segn el tipo demuestra, pudiendo ser mayor en los casos de agresores queacuden voluntariamente a los servicios de atencin (Dutton

    y Starzomski, 1994), diferencia conrmada por Bowen yGilchrist (2004) quienes encontraron un locus de controlinterno (asuncin de culpa) signicativamente mayor enlos agresores voluntarios.

    Wallach y Sela (2008) han revisado distintos tipos deestilo de atribucin que inuyen en la interpretacin del ori-gen de los problemas y la responsabilidad en su resolucin.

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    En general, los agresores negaran la comisin del acto osu responsabilidad, achacaran la culpa a factores externoso justicaran lo ocurrido, en todo caso, eliminando lanecesidad de buscar una solucin. Los autores indican queestos estilos de atribucin incrementan la hostilidad y el

    estrs, junto al riesgo de conducta violenta.El anlisis cualitativo de relatos de hombres que haban

    matado a su pareja indica que, tambin en estos casos, losagresores pueden negar, justicar o racionalizar lo ocurrido

    parar evitar su responsabilidad, recurriendo a historias devictimizacin en la infancia (o en la edad adulta a manos de

    la polica o el sistema) o dirigiendo la culpa hacia la vctima

    (Dobash y Dobash, 2011), algo que segn los autores delestudio inuye en la incapacidad para sentir remordimientoo empatizar con la vctima.

    El estudio de las distorsiones cognitivas es especialmen-

    te prevalente en el mbito de la violencia sexual(ver porejemploBeech, Craig y Browne, 2009; Boer, Eher, Craig,Miner y Pffin, 2011). El efecto de estas cogniciones, enespecial la atribucin de culpa, junto a interpretaciones,mitos y estereotipos pueden promover este tipo de violen-cia (Trujano y Raich, 2000). Sin embargo, se arma que elconcepto de distorsin cognitiva es excesivamente heterog-neo, poco preciso, y con poco fundamento experimental (Ciardha y Ward, 2013). Asimismo, un amplio meta-anlisisreciente indica que la inuencia de las distorsiones en lareincidencia sexual, aunque consistente entre estudios, es

    pequea (d= 0.22) (Helmus et al., 2013). Pese a ello, este

    meta-anlisis concluye que: 1) las actitudes que apoyan laviolencia sexual predicen la reincidencia; 2) tiene la mismacapacidad predictiva la evaluacin pre o post tratamiento;3) la prediccin es mejor cuando se asocia a tipologas deagresores; y 4) la prediccin es mejor en agresores pedlos.

    Tal como adelantbamos, las distorsiones cognitivas sonun objetivo habitual de los programas de intervencin paradistintos tipos de agresores. Modicar patrones cognitivos esun componente central de las tcnicas cognitivo-conductuales

    y estas aproximaciones son predominantes (y las ms ava-ladas) en el tratamiento de delincuentes. La asuncin deresponsabilidad y el abordaje de las distorsiones son objetivos

    centrales de la mayora de los programas para agresores depareja (Bowen, 2011; Lila et al., 2012) y su modicacin seconsidera un criterio de ecacia de los mismos (Lila, Oliver,Galiana y Gracia, 2013). Es tal su importancia que existenprogramas centrados exclusivamente en su tratamiento. Estosprogramas de Confrontacin de Creencias, con una extensinde 12 sesiones, han demostrado una ecacia similar a losprogramas centrados en laGestin de la Ira (Russell, 2002).

    Pese a la relevancia terica de este tipo de variables y suinclusin como objetivos prioritarios de muchos programasde intervencin, trabajos como el de Henning y Holdford(2006) no han encontrado una relacin signicativa entre laminimizacin, la negacin y la culpabilizacin de la vctima

    con la reincidencia.Aunque se consideren de inters en el mbito crimi-

    nolgico, pocos estudios han analizado empricamente lasdistorsiones cognitivas de los agresores de pareja o, ms en

    concreto, la ecacia de las herramientas con las que arma-mos su presencia. Distintos autores ponen de maniesto lanecesidad de abordar este aspecto y disear herramientastiles para su evaluacin (Lila et al., 2012; Peters, 2008;Scott y Straus, 2007). El presente trabajo tiene como ob-

    jetivo analizar las propiedades psicomtricas de una escaladestinada a la evaluacin de pensamientos distorsionadosrelacionados con la violencia de pareja a partir de datos

    provenientes de su aplicacin a agresores condenados poreste delito. Junto a ello, se analiza su ecacia a travs deonce trabajos que han utilizado la herramienta en los 15aos transcurridos desde su creacin.

    Mtodo

    Participantes

    La muestra estuvo compuesta por 180 agresores conde-nados a prisin en Espaa, por un delito en el que la vctima

    fuese la pareja o expareja (131 del Centro PenitenciarioBrians-2, Barcelona; 49 de Alhaurn de la Torre, Mlaga).La edad media de los participantes fue de 38 aos (dt= 8.37;rango 22-61). El 78.7% era espaol (n=140). La mayora(61.5%) tena estudios secundarios (un 24.8% primarios,un 10.6% universitarios y un 3,1% sin estudios).

    Instrumentos

    Inventario de pensamientos distorsionados sobre la mujer

    y el uso de la violencia (IPDMV; Echebura y Fernndez-Montalvo, 1998). El IPDMV es un instrumento espaoldiseado para la evaluacin de las distorsiones cognitivasen agresores de pareja. Su versin originalest compuestapor 29 tems repartidos en dos escalas: 13 tems sobre rolessexuales e inferioridad de la mujer, y 16 sobre el uso de laviolencia como medio aceptable para resolver conictos.Tiene un formato de respuesta de verdadero o falso y se

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    para tal objetivo (en el caso de Alhaurn de la Torre), enambos casos personas ajenas a la institucin penitenciaria(con ello se busc la mayor sinceridad de los participantesal no afectar sus respuestas a la ejecucin de la condena).

    Anlisis de datos

    En primer lugar se analizaron las puntuaciones y laspropiedades psicomtricas del inventario en la muestra deagresores, comparando las dos propuestas de correccindisponibles: distribucin de las respuestas, consistenciainterna (alfa de Cronbach) y sensibilidad al cambio. Ensegundo lugar, se efectu un anlisis factorial exploratorio(mtodo de extraccin de componentes principales conrotacin Varimax), analizando la posibilidad de eliminaraquellos tems con cargas inferiores a .4 (Stevens, 2009),manteniendo aquellas .3 si mejoraban la consistencia delfactor. Por ltimo, se realiz un anlisis de los resultadosobtenidos en estudios previos, calculando los tamaos delefecto (dde Cohen) en los casos en los que fuese posible.

    Resultados

    Frecuencia de respuesta

    En la tabla 1 se muestra la distribucin de respuesta a

    cada uno de los tems. Como se puede observar, son espe-cialmente prevalentes las respuestas armativas a los tems7, 26 y 28 en ms del 60%, y 10, 11 y 26 en ms del 50%.

    indica que cada respuesta armativa computa como unadistorsin, siendo el resultado nal el sumatorio de respuestasarmativas. Desde su creacin, no se han descrito sus pro-

    piedades psicomtricas, aunque en un trabajo (Echebura,Sarasua, Zubizarreta y de Corral, 2009) se hace alusin a

    dos criterios sin indicar la procedencia del dato: consistenciainterna (.87 para la escala Mujer y .94 para Violencia) yabilidad test-retest (.92 y .89 respectivamente).

    Ferrer, Bosch, Ramis, Torres y Navarro (2006) pro-pusieron una versin factorial del inventario. Los autoressustituyeron la respuesta dicotmica por una escala Likertde 4 puntos y eliminaron aquellos tems que correlacionabanmenos de .30 con la puntuacin total (tems 8, 19, 27, 28 y29). La versin nal const de 24 tems y present un alfade Cronbach de .84. Por ltimo, propusieron una correccinque agrupa los tems en cuatro factores:1) Aceptacin delestereotipo tradicional y la misoginia; 2) Culpabilizacin delas mujeres vctimas del maltrato; 3) Aceptacin de la vio-lencia como forma adecuada para la solucin de problemas;y 4) Minimizacin de la violencia contra las mujeres como

    problema y desculpabilizacin del maltratador.

    Procedimiento

    Todos los sujetos fueron evaluados en el contexto deuna lnea de investigacin sobre agresores de pareja (verLoinaz, 2014; Loinaz, Ortiz-Tallo y Ferragut, 2012; Loinaz,Ortiz-Tallo, Snchez y Ferragut, 2011). Su participacin fue

    voluntaria y previa rma del consentimiento informado.La evaluacin se efectu entre los aos 2008 y 2010, y fueefectuada por el autor del estudio o por personal entrenado

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    Tabla 1.Distribucin de las respuestas en formato original y escala Likert

    Formato de respuestaVerdadero/

    FalsoEscala Likert

    %

    Mujer

    % derespuestaarmativa

    1 2 3 4

    1. Las mujeres son inferiores a los hombres 3.9 91.7 4.4 1.7 2.22. Si el marido es el que aporta el dinero en casa, la mujer debe estar subordinada a l 3.9 88.9 7.2 2.8 1.13. El marido es el responsable de la familia, por lo que la mujer le debe obedecer 6.7 86.7 6.7 4.4 2.24. La mujer debe tener la comida y la cena a punto para cuando el marido vuelva a casa 15.0 77.2 7.8 7.2 7.85. La obligacin de una mujer es tener relaciones sexuales con su marido. aunque en esemomento no le apetezca

    1.7 92.2 6.1 1.7 0.0

    6. Una mujer no debe llevar la contraria a su marido 5.6 83.3 11.1 1.7 3.97. Una mujer que permanece conviviendo con un hombre violento debe tener un serio pro-

    blema psicolgico65.6 31.1 3.3 17.2 48.3

    8. Para muchas mujeres, el maltrato por parte de sus maridos es una muestra de su preocu-pacin por ellas

    16.7 80.0 3.3 8.3 8.3

    9. Cuando un hombre pega a su mujer. ella ya sabr por qu 18.3 73.9 7.8 8.3 1010. Si las mujeres realmente quisieran, sabran cmo prevenir nuevos episodios de violencia 53.3 40 6.7 11.7 41.711. Muchas mujeres provocan deliberadamente a sus maridos para que stos pierdan elcontrol y les golpeen

    51.7 34.3 13.9 15 36.7

    12. Si una mujer tiene dinero, no tiene por qu soportar una relacin en la que existe violencia 27.8 66.7 5.6 8.9 18.913. El hecho de que la mayora de las mujeres no suela llamar a la polica cuando estn siendo

    maltratadas, prueba que quieren proteger a sus maridos36.7 50.0 13.3 14.4 22.2

    Uso de la violencia14. Si un nio pega a tu hijo, ste debe responderle de la misma forma 15.0 77.2 7.8 5.0 10.015. Los profesores de la escuela hacen bien en utilizar el castigo fsico contra nios que sonrepetidamente desobedientes y rebeldes

    8.3 88.3 3.3 4.4 3.9

    16. Los nios, realmente, no se dan cuenta de que sus padres pegan a sus madres a no serque sean testigos de una pelea

    28.3 64.4 7.2 10.0 18.3

    17. Las bofetadas son a veces necesarias 17.8 75.0 7.2 8.3 9.4

    18. Para maltratar a una mujer hay que odiarla 11.1 79.4 9.4 3.9 7.219. La mayora de los hombres que agreden a sus parejas creen que su comportamiento est

    justicado26.7 68.9 4.4 7.8 18.9

    20. La mayora de los hombres que agreden a sus parejas se sienten avergonzados y culpa-bles por ello

    44.4 46.7 8.9 13.3 31.1

    21. Los golpes en el trasero (a un nio) son a veces necesarios 46.7 43.9 9.4 22.8 23.922. Lo que ocurre en una familia es problema nicamente de la familia 46.1 42.8 11.1 10.6 35.623. Muy pocas mujeres tienen secuelas fsicas o psquicas a causa de los malos tratos 12.8 80 7.2 5 7.824. Si muchas mujeres no fastidiaran tanto a sus maridos, seguramente no seran maltratadas 33.6 55.6 8.9 14.4 21.125. Las mayora de los maltratadores son personas fracasadas o perdedores 32.8 58.3 8.9 9.4 23.326. Las mujeres a menudo lesionan tambin a sus maridos 60.0 23.9 16.1 17.8 42.227. Cuando tus vecinos se estn pegando. es responsabilidad tuya intervenir 62.8 30.6 6.7 20.6 42.228. Siempre es un delito que un hombre pegue a una mujer 89.4 8.3 2.2 4.4 85.029. Los agresores son personas con graves problemas psicolgicos que a menudo no sabenlo que hacen

    48.3 41.7 10 14.4 33.9

    Descripcin de las puntuaciones

    En la tabla 2 se presentan las puntuaciones obtenidascon la correccin original del inventario (dos dimensiones,

    formato de respuesta verdadero o falso) y con la propuestaen 4 factores y respuesta Likert de Ferrer, Bosch, Ramis,Torres, et al. (2006).

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    Tabla 2.Puntuaciones medias

    Muestra Total(N=180)

    M DT RangoIPD-M(13 tems) 3.14 2.38 0-17IPD-V

    (16 tems)5.86 2.4 0-13

    IPDMV(29tems)

    9.01 4.06 0-22

    Factor 1Total

    Promerido

    8.921.27

    2.810.40

    7-221-3.14

    Factor 2Total

    Promerido

    17.722.21

    6.120.76

    8-591-7.38

    Factor 3Total

    Promerido

    8.891.78

    3.350.67

    5-181-3.60

    Factor 4Total

    Promerido

    7.991.99

    2.790.70

    4-161-4

    Total(factorial) 43.52 10.52 24-90

    Nota. Factor 1: estereotipos machistas; Factor 2: culpabilizacin de la mujer; Factor 3: aceptacin de la violencia como forma de resolver conictos; Factor4: minimizacin de la violencia/ desculpabilizacin del agresor. Total= puntuacin total 24 tems con respuesta Likert de Ferrer et al.(2006).

    Likert) que para la original. Respecto a las escalas o factores, el

    factor cuatro ( = .374) y la escala sobre violencia ( = .519)presentaron las abilidades ms bajas. Por ltimo se analizel total de los tems (29) con formato de respuesta Likert,obtenindose una abilidad superior al total de la versin conrespuesta verdadero/falso ( = .732 vs. = .718).

    Fiabilidad

    Para valorar la consistencia del inventario en sus opcionesde correccin, se realizaron diversos anlisis de abilidad alfade Cronbach (ver tabla 3). La consistencia interna del inven-tario completo fue mayor para la versin factorial (respuesta

    Tabla 3.Fiabilidad del inventario en sus distintas opciones de correccin

    Propuesta original Propuesta Ferrer et al. (2006) Likert-29tems

    IPDM IPDV IPDMV F1 F2 F3 F4 Total.662 .519 .718 .658 .644 .601 .374 .758 .732

    Nota. F1: estereotipos machistas; F2: culpabilizacin de la mujer; F3: aceptacin de la violencia como forma de resolver conictos; F4:minimizacin de la violencia/ desculpabilizacin del agresor.Total= puntuacin total 24 tems con respuesta Likert de Ferrer et al.(2006).

    Sensibilidad al cambio teraputico

    Junto a los descriptivos y la consistencia interna delinventario, se quiso poner a prueba su sensibilidad paradetectar cambios teraputicos, algo indicado por losautores de la herramienta. En la tabla 4 se describen las

    puntuaciones medias de 30 de los agresores, que realiza-ron el programa de tratamiento en prisin y a los que seevalu antes y despus del mismo. Los resultados con

    la correccin original impiden armar la existencia de

    cambios en la puntuacin, poniendo de maniesto la pocasensibilidad de la herramienta (se debe tener en cuenta quelas diferencias en las puntuaciones pueden suponer tansolo una respuesta armativa ms o menos, pues el nivelde posible distorsin es bajo aun incluyendo tems conrespuestas armativas en ms del 60% de los casos). Porotro lado, la correccin de la propuesta factorial (respuesta

    Likert) detecta cambios en el factor 2 (culpabilizar a lamujer) y diferencias estadsticamente signicativas en la

    puntuacin total.

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    Tabla 4.Puntuaciones pre y post tratamiento

    Pre-tratamiento(N=30)

    Post-tratamiento(N=30)

    M (DT) M (DT) t p dIPD-M(13 tems) 2.88 (2.40) 2.54 (1.74) .645 .525 .16IPD-V

    (16 tems)5.58 (2.87) 5.04 (2.11) 1.182 .249 .21

    IPDMV(29tems)

    8.46 (4.58) 7.58 (2.75) 1.027 .315 .23Factor 1 1.52 (0.48) 1.39 (0.46) 1.466 .156 .28Factor 2 2.23 (0.59) 2.00 (0.45) 2.118 .045 .43Factor 3 1.75 (0.67) 1.54 (0.43) 1.867 .075 .37Factor 4 2.30 (0.64) 2.10 (0.57) 1.453 .160 .33Total(factorial) 46.54 (10.04) 41.87 (7.40) 2.802 .010 .53

    Nota.Factor 1: estereotipos machistas; Factor 2: culpabilizacin de la mujer; Factor 3: aceptacin de la violencia como forma de resolver conictos; Factor4: minimizacin de la violencia/ desculpabilizacin del agresor. Total= puntuacin total 24 tems con respuesta Likert de Ferrer et al.(2006).

    Estructura factorial del inventario

    La medida de adecuacin muestral de Kaiser-Meyer-Olkin

    superior a 0.5 (KMO = .706) y la prueba de esfericidad deBartlett signicativa (p= .000) conrman la adecuacin deaplicar el anlisis factorial. En un primer momento se analiz

    la estructura factorial del inventario completo (29 tems). Elanlisis de comunalidades y del grco de sedimentacinindic como mejor solucin la organizacin en cuatro fac-tores. Se opt por suprimir aquellos tems con coecientesinferiores a .4 (Stevens, 2009; Tabachnick y Fidell, 2007),

    incluyendo solo aquellos con coecientes superiores a .3que incrementasen la consistencia interna del factor.

    Este primer anlisis puso de maniesto que los tems7, 8, 19 y 28 podan ser eliminados por sus bajas cargasfactoriales o poco aporte a la consistencia de la escala.Junto a estos, el tem 27 fue eliminado del anlisis nal

    por considerarlo improcedente (ver discusin). Tras laeliminacin de los tems, el conjunto del inventario pre-sent un consistencia interna media/alta ( = .759). Losfactores 1, 2 y 3 presentaron una consistencia media ( >.6) y el 4 baja ( = .496).

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    Tabla 5.Matriz de componentes rotados

    tem

    Componente1

    Estereotiposmachistas

    2Culpabilizacin

    de la mujer

    3Aceptacin

    de la violencia

    4Desculpabilizacin

    del agresor1 .4212 .6203 .6014 .7775 .5476 .4799 .379

    10 .57911 .68312 .43113 .41714 .54415 .59616 .500

    17 .74218 .44120 .36621 .62822 .45923 .39624 .61925 .54726 .57629 .694

    Valores propios 2.71 2.71 2.45 2.09Varianza explicada

    (total 36.87%)10.02% 10.03% 9.09% 7.73%

    Cronbach .658 .692 .631 .496Nota. Mtodo de extraccin: Anlisis de componentes principales. Mtodo de rotacin: NormalizacinVarimax con Kaiser. La rotacin ha convergido en 6 iteraciones.

    Anlisis de estudios previos

    Como ltimo objetivo, se quiso analizar los resultadosdisponibles de la aplicacin del inventario en estudios

    previos. En la tabla 6 se presenta un resumen de 11 trabajosen los que se ha podido acceder a las puntuaciones en laherramienta, calculando el tamao del efecto en el caso deexistencia de diferencias entre grupos.

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    Los resultados han sido dispares respecto a la validezdiscriminante. La versin factorial del inventario no ha sido

    ecaz para diferenciar delincuentes y poblacin general(estudio 1), con puntuaciones mayores en agresores en elfactor 2 (d = 0.973), pero menores en el factor 3 (d = -0.969)

    y sin diferencias en el resto de factores. Tampoco se hanencontrado diferencias entre agresores de pareja, delincuentes

    sexuales y delincuentes comunes (estudio 2). Sin embargo,se ha mostrado sensible al gnero entre estudiantes (estudio3), con puntuaciones mayores en hombres (d= > 0.7 en losfactores 1, 2 y 3; d= 0.55 en el 4).

    Con la correccin original, la herramienta ha diferenciado

    entre agresores en prisin o en comunidad (estudio 9), conpuntuaciones mayores en los primeros (IPDM d= 0.419e IPDV d= 0.616), y agresores espaoles o extranjeros(estudio 10), con puntuaciones mayores en extranjeros(IPDM d= 0.697 y IPDV d= 0.269). Pese a ello, una ver-sin modicada (estudio 11) no ha sido til para diferenciarpacientes en tratamiento por adicciones con y sin violencia

    contra la pareja.Los resultados disponibles sobre la sensibilidad al cambio

    teraputico son positivos en trabajos de los autores de laherramienta, con tamaos del efecto pequeos para agresores

    en tratamiento en prisin (estudio 4: IPDM d= 0.435 y IPDVd= 0.575) y grandes para agresores en libertad (estudio 5:IPDM d= 1.077 y IPDV d= 1.523). Otro trabajo (estudio8), sin embargo, no ha conrmado esta sensibilidad.

    Discusin

    El presente estudio ha analizado las propiedades psi-comtricas de una escala diseada para la evaluacin de

    pensamientos distorsionados en agresores de pareja. Juntoa ello, se ha comparado su funcionamiento en distintos es-tudios realizados desde su creacin. El objetivo del trabajose considera de especial relevancia por las implicacionesque se atribuyen a la variable, tanto para el mantenimientode la violencia como para la evolucin en programas detratamiento (Lila, Herrero y Gracia, 2008b).

    Debido a esta relevancia desde el punto de vista tera-putico, entre los objetivos del presente estudio se quisoanalizar la sensibilidad del instrumento al cambio en lostratamientos, una utilidad indicada por sus creadores(Echebura y Fenndez-Montalvo, 2009). Utilizandola correccin original, no pudo comprobarse un cambiosignicativo entre las evaluaciones pre y post tratamientoen la muestra de agresores. Sin embargo, se constatarondiferencias signicativas en el factor 2 y la puntuacin

    total segn la propuesta de Ferrer, Bosch, Ramis, Torres,et al. (2006). Estudios recientes tampoco han conrmado lamejora o reduccin de las distorsiones autoinformadas conel tratamiento (Boira, Lpez, Toms-Aragons y Gaspar,2013; Martnez y Prez, 2009).

    Una hiptesis derivada de la aplicacin del IPDMVera la existencia de tems poco discriminativos, a los quecualquier persona podra responder armativamente sinnecesidad de presentar distorsiones cognitivas. El anlisis

    de frecuencias puso de maniesto la existencia de temsmuy prevalentes, entre los que se encontraban dos que seconsidera deberan ser eliminados. Al margen de los eli-minables por los criterios estadsticos propios del anlisisfactorial, que a continuacin analizaremos, desde el punto

    de vista terico se propondra la eliminacin del tem 27(Cuando tus vecinos se estn pegando, es responsabilidadtuya intervenir) y el tem 28 (Siempre es un delito queun hombre pegue a una mujer). Su consideracin comodistorsiones cognitivas puede entenderse un error para elque habra tres posibles explicaciones: 1) su redaccines errnea; 2) se trata de tems inversos que no han sidosealados como tales en las instrucciones del inventario;o 3) contienen matices semnticos que deberan quedaral margen del mbito de las distorsiones (por ejemplo:la responsabilidadno es de intervenir sino de ayudar oinformar? o no es responsabilidad sino otra cosa?; noes un delitoen caso de que el hombre pegue en defensa

    propia?). Algo menos evidente sera el caso del tem 19

    (La mayora de los hombres que agreden a sus parejascreen que su comportamiento est justicado), cuyocontenido hace mencin precisamente al eje central deltrabajo con las distorsiones en agresores, esto es, la justi-cacin de lo ocurrido.

    Los criterios estadsticos aplicados en el anlisis facto-rial (cargas factoriales .40; o .30 si mejoraban el deCronbach), permitieron reducir el nmero total de tems,eliminando los tems 7, 8, 19 y 28 por carecer de signi-cacin estadstica. Junto al criterio estadstico, se decidieliminar el tem 27 siguiendo el criterio antes mencionado.El anlisis factorial nal agrup el contenido del inven-

    tario en cuatro factores con la siguiente composicin: 1)Estereotipos machistas: tems 1, 2, 3, 4, 5, 6 y 12 ( = .658);2) Culpabilizacin de la mujer: tems 9, 10, 11, 13, 22, 24 y26 ( = .692); 3)Aceptacin de la violencia: tems 14, 15,17 y 21 ( = .631); y 4) Desculpabilizacin del agresor:tems 16, 18, 20, 23, 25 y 29 ( = .496).

    El anlisis de la abilidad del inventario y sus factores,ha puesto de maniesto que las opciones de correccinfactoriales y con opcin de respuesta tipo Likert son ms

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    consistentes que la propuesta original. Recordemos queel alfa de Cronbach aumenta conforme se incrementa elnmero de tems, y esas versiones contienen menos temsque la versin original. La consistencia total del inventarioascendi a = .759 con la eliminacin de los tems y la de

    los factores propuestos en este trabajo mejor la obtenidaal aplicar la propuesta de Ferrer, Bosch, Ramis, Torres, etal. (2006) en esta misma muestra. Sin embargo, los valoresobtenidos son cuestionables, especialmente malos para elfactor 4 (desculpabilizacin del agresor). Todos los va-lores obtenidos han sido inferiores a los indicados por losautores del inventario.

    Los factores encontrados coincidieron en gran medidacon los de la propuesta de Ferrer, Bosch, Ramis, Torres,et al. (2006), en especial el factor 1, aunque se consideraque la coherencia temtica de los mismos ha resultado sersuperior en el presente trabajo, posiblemente debido a lamuestra utilizada (agresores condenados por violencia contra

    la pareja frente a estudiantes universitarios). La necesidad de

    eliminar tems y la posibilidad de reorganizar el contenidoha puesto de maniesto las limitaciones de la propuestaoriginal. Junto al anlisis factorial, del anlisis psicomtrico

    del inventario se desprende que tanto la abilidad como lasensibilidad al cambio son ms precisas con la opcin derespuesta tipo Likert y solucin factorial.

    Respecto a la revisin de estudios previos, se ha indicado

    la ausencia de cambios signicativos tras la intervencinteraputica (Boira et al., 2013). Esto podra deberse a la

    ausencia de modicacin en los grupos tratados o a la au-sencia de sensibilidad de la escala (una cuestin a resolveren futuros trabajos). Por otro lado, no se han encontradomuchas diferencias entre agresores de pareja y la poblacingeneral (Torres y Lpez-Zafra, 2010), ni entre agresoresde pareja, delincuentes sexuales y delincuentes comunes(Garca-Jimnez et al., 2013). La escala tampoco ha per-mitido diferenciar sujetos con y sin VCP entre pacientesadictos en tratamiento (Arteaga, 2011).

    Junto a los trabajos analizados, en otra lnea de investi-gacin el inventario tuvo que ser eliminado del protocolode evaluacin utilizado para la creacin de una herramienta

    para valorar el tratamiento en la comunidad por no encontrar

    saturaciones factoriales signicativas (Prez y Martnez,2011) y tampoco mostr sensibilidad al cambio teraputico(Martnez y Prez, 2009), aunque en estos casos no se pudoacceder a las puntuaciones de la herramienta.

    Todos estos resultados pondran de maniesto la nece-sidad de utilizar el inventario con cautela en caso de ser uncriterio teraputico, o de riesgo, y la necesidad de acumular

    ms resultados sobre sus propiedades psicomtricas antesde armar su posible utilidad.

    Desde la experiencia prctica, Murphy y Eckhardt(2005) sealan que las distorsiones son constructos no ac-cesibles al sujeto en ausencia de indicadores (precipitantes)

    internos o externos y, por ello, no se debe presuponer quelos agresores tendrn acceso directo a ellas simplemente

    por acudir a tratamiento o solicitar su autoinforme con uncuestionario como el utilizado en este estudio. Asimismo,al igual que ocurre con otras variables como las afectivas(Loinaz, Echebura y Ullate, 2012), las distorsiones no sonconstructos unidimensionales (Peters, 2008) y pueden hacerreferencia a distintos aspectos, para distintos contextos ybajo distintas circunstancias. Por ejemplo, la minimizaciny la negacin podran abarcar la existencia de violencia, sugravedad, la responsabilidad sobre lo ocurrido o la nece-sidad de intervencin. A su vez, podran relacionarse solocon una vctima concreta y no ser generalizables a otrosaspectos. Estas particularidades deberan ser consideradasen el mbito de estudio.

    Este trabajo presenta una serie de limitaciones que podranser solventadas en prximos estudios. Por un lado, no se hacomparado la muestra actual con un grupo de control. Porello, resultar necesario analizar la validez discriminante de

    la propuesta factorial, comparando las puntuaciones de losagresores con las de un grupo de control proveniente de lapoblacin general. En la revisin bibliogrca se ha puestode maniesto cmo las distorsiones y estereotipos estn pre-

    sentes en la poblacin general (Ferrer, Bosch, Ramis, Torreset al., 2006; Valor-Segura et al., 2008, 2011), pero son ms

    prevalentes entre los agresores (Gilchrist, 2007, 2009) y,de hecho, son el objetivo de los tratamientos armando quesu mejora es signo de ecacia (Carbajosa, Boira y Toms-Aragons, 2013; Lila et al., 2013; Millana, 2011). Por ello,es imprescindible demostrar la validez de los instrumentosy la existencia de diferencias en las puntuaciones para podertomarlos como referencia. La comparacin en el presentetrabajo de los estudios disponibles con el IPDMV no ha

    permitido sacar conclusiones al respecto debido a la pocaconcordancia entre estudios.

    Por otro lado, no se ha correlacionado el autoinformeen distorsiones con ningn otro criterio ni se ha controladola deseabilidad social. Podr resultar de inters analizar lavalidez convergente de la herramienta. Bien comparandosu capacidad con la de otros instrumentos con objetivossimilares, como el Cuestionario de Creencias Irracionales

    (Arce y Faria, 2005), laEscala de Atribucin de responsa-bilidad y Minimizacin(Lila et al., 2008a,b), o laEscala de

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    Cultura de Honor(Lpez-Zafra, 2007). O bien, tratando decorrelacionar el nivel de distorsin con el tipo de delito o el

    autoinforme de violencia en escalas como la Confict Tactics

    Scales-2 (Straus, Hamby, Boney-McCoy y Sugarman, 1996).Por ltimo, tal vez sea necesario proponer un nuevo

    instrumento con el mismo objetivo pero que abarque mejorlos estilos de distorsin presentes en muestras de agresores

    (aquellas que se puedan considerar crimingenas). Para ello,

    podr resultar de inters aplicar la metodologa utilizadapor otros estudios (Lila et al., 2008a,b; Peters, 2008; Scotty Straus, 2007) y analizar de forma cualitativa las narracio-nes que los agresores realizan en el momento actual, trasreformas legales y sociales que facilitan la utilizacin demachismos ms sutiles (Valor-Segura et al., 2011) o atribu-ciones de culpa ms all de la vctima (al sistema judicialo a los movimientos feministas, por ejemplo).

    Las implicaciones de los anlisis psicomtricos van ms

    all de su inters descriptivo. La utilizacin de herramientas

    adecuadas, vlidas y ables, es imprescindible para podervalorar la utilidad y ecacia de los programas de intervencin,ver sobre qu variables tienen efecto y, por ltimo, tener encuenta qu variables de los agresores inuyen sobre el riesgode reincidencia (Loinaz, 2014) o sobre el desistimiento enla VCP (Walker, Bowen y Brown, 2013).

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