Discusión, La (Madrid. 1856) 18740825

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lilBERTADES Y DERECHOS INDIVIDUALES. Snfraglo uniTereal.—Libertad completu de la prensa, sin depó- sito, editor utpen^liilad especial.—Seg-ariilad iudividual, garan- tizada porelHABEAS CORPUS.—Absoluta inviolabilidad delacor- reepondeaci* y del domicilio.—Dereclic de reunión y de asociación pacificas.—Libertad de industria, de trabajo y de tráfico.—Libertad de crédito.—KaseSanza libre.—Unidad de legislación j- de fuero.— .\bolicion de la pena de muerte. ORGANIZACIÓN DEL ESTADO É INSTITUCIONES POLÍTICAS. ijua Cámara.—Eletcione»independiente» del Gobierno.—Milicia nacjonal.—Ina^iovilidad judicial.—Jurado par» toda clase de deli- tos.-Justicia criminal gratuita.-Descentraliraolon administrati- a.—Independencia da la iglesia.— Psi-ticlpacion de las colonias en la representación nacional. LA DiS DIARIO DEMOCRÁTICO. RRTORMAS ADMINffilTRATív/ia i EGONO«ICAS./ Inmediata reforma de las leyes hipotecarias ^ r a la creadoii del Banco de crédito territorial y agrícola.—DeaaiBortizacioB de toSo lo amortiz«do,~De8e«tanc.ode todo lo estancado.-.Supresio.. dalos consumos y del _p» el sellado.—Contribución üni a y direetü ConTerslonde toda \adeud8 del Estado 4 uua tnla clase.-Refor- ma liberal de los aranceles, con relación, sobre todo, á las clases pobres.—Redacción de ios gastos improductivos y aumento de los reproductiva respecto de las obras públicas que sean ce cuenta del Estado.—Abolioiou de las quintas y matricolaa de mar.—EnseSania primaria universal y gratuita.—Establecimien- to de esctielas profesionales.—Reformas de las c&reelea. sxtia- clon de loe presidios y planteamiento del sistema penal peni- teaciario. El programa económico, político y administrativo de la democracia con que enoabe«amos nuestro periódico fué denunciado el 28 de Knero de 1859 y absuelto el 7 de Marro del mismo año. Nuevamente deavnoiado el 16 de Julio de 1861, fué otra vec absuelto el 8 de Agosto del mismo año. ¡NO MÁS REYES! (SBOUNDA ÉPOCA) ,VIVA LA REPÚBLICA ESPAÑOLA! Año XIX—1819. Martes 25 de Agosto de 1874. Edición de Madrid. COMO su ABUELO. «A1 misino tiempo qiio adu!:;n (los alfonsinos) la corte de Antonelli, centro del ultramontanismo. men- digan á la corre de Uuiller- uiü de Alemania, enemigo de los católicos, una prin- cesa protestante, pero con la cual pudiera más tarde cumplir la tradición de esa raza, haciendo las bayo- netas extranjeras restaura- ciones alo Borbon. (LA IGUALD.A-Ü.) Dice un refrán castellano antiguo que «por el hilo se saca el orillo.» i na prueba de la verdad que encierra es lo que está su- cediendo con el ME-MORANDUM del tír. Cánovas al príncipe de BisHiarck. K«cojimos en cír- culos alfonsinos la primera versión y la pu- blicamos. Aquella njchela confiruió ei se- ñor Ulloa en el seno del ministerio; al dia siguiente EL IMPARCIAL, con nuevo.s y curio- sos datos que son conocidos de nuestros lectores. Ayer, por último, recordamos nos- otros lo que el ^ír. X. X. X. decia á LA ÉPOCA desde París, con fecha reciente, y hoy, re- pasando un notable artículo de LAIÜUALOAD, iiOi hallamos con un aserto que nuevamente afirma lo del MEMORANDU.M, á la vez que con- sign;i respecto de él un detalle muy curioso. Ksc aserto va á la cabeza de este articulo. "Xo respondemos de su completa exacti- tud; poro ;,qaién lo juzgará inverosiiuil? /A'uiéJi de las personas que intervienen en ia política no recuerda haber oído á los al- fonsinos fundar sus más halagüeñas espe- ranzas en este ó el otro enlace del gallardo cadete de caballería? Nosotros mismos, y ahora estos hechos despiertan en nuestro aniíuo ese recuerdo, nosotros mismos, no hace aún quince dias, hemos sorprendido señaiesdel más profundo alborozo en el sem- blante de borbónicos distinguidos, que sa Doreaban la perspectiva ne un matrimonio entre el ex-colegial de María Teresa y algu- na princesa alemana de la rama católica de la familia soberana. No estará ultimado el proyecto; pero de que en ello se piensa no abrigamos ni sotabra de la más remota duda. Y si los hfíchos confirmasen por couiploto iiuestra.í ])resuncio;ii!s, nosotros seríiunos de los primeros en ¡r.uniíostar ana legítima sa- tisfacción. Uecorduríamo.s que el joven ex- príncipe no luibia podido a^irendcr lo que iK'''ciitaba para lugar á tali^s extrüuios en el i'.olegio teresiano, sino en la historia de su buen .'ibue'o, do lo que oportunamente le lucimos conocer para su uso exclusivo al- gunos extractos que no ^fi menospreciado. Aludim 3 á nuestras artículos «.-Vd usum delphinis » Como él se-encontraba en 1807 el príncipe Fernando, aspirante al trono, rebelde á la voluntad i¡e su padre, transigiendo con los que censuraban la «bouhomie» de éste y las flaquezas de María Luisa y dispuesto á en- tregar el país en manos de extranjeros siem- pre que lü auxiliaran en su propósito. Don Alfonso aspira también á la corona, se rebe- la contra D. Francisco de Asís, transige con ¡os enemigos de éste y con los que quieran castigar las flaquezas de la que le dio el ser, condenándola á destierro perpetuo, y es ca- paz, como todos l08 Borbones, de entregar e! paí,3 al primer cxti-anjero que le ofrezca ayuda y que sea bastante poderoso para prestársela. Kn esta situación no tiene nada de extra- ño que su Kscoiquiz, el Sr. Cánovas del Castillo, le haya aconsejado su enlace con una princesa alemana y que él, encontran- do la idea aceptable, y sobre todo de cierto sabor tradicional, haya dirigido ó piense dirigir al emperador Guillermo una carta couio la que escribió su abuelo á Napoleón I, que copiamos aquí deseosos de evitar al co- legial ceresiano una improvisación difícil, dadas las condiciones de su talento La carta no necesita, como verán nues- tros lectores,enmienda alguna; al parrafeen que Fernando VII hablaba de su respetable padre parece escrito en estos últimos diag. I^d un laodo tan digno de adiairacioa se re- producen en esta familia las situaciones, los Cdractores y las intrigas. Dice así: «.Señor, el temor de incomodar á V. M. 1. en medio de sus hazañas y grandes nego- cios que le ocupan sin cesar, me ha privado liasta ahora de satisfacer directamente mis deseos eficaces de manifestar, á lo menos por escrito, los sentimientos de respeto, estima- ción y afecto que tengo al héroe mayor que cuanto le han precedido, enviado por la pro- videncia para salvar laEuropa del trastorno total que la amenazaba, para consolidar los tronos vacilaates, y para dar á las nacioue? la paz y la felicidad. Las virtudes de V. M. Í , ^u moderación, su bondad aun con sus más injustos ó im- placables enemigos, todo, «n fin, me hacia esperar que la expresión de e»tos sentimienr •tos seria recibida como efusión de un corar zon lleno de admiración y de la amistad más sincera. El estado en que me hallo de mucho tiem' po á esta parte, incapaz de ocultarse á Id gran penetración de V. M., ba sido hasta hoy segundo obstáculo que ha contenido mi pluma, preparada siempre á manifestas mis deseos. Pero ileno de esperanzas, de hallai* en la magnanimidad de V. M. I. la proteo-| cion más poderosa,'me determino, m soUi-i mente á .testificar los sentimientos de mij corazón para con su augusta persona, sin6| á depositar los secretos más íntimos en e pecho de V. M. como en el de un tierf padre. EL OBISPO DE LA SEO DE T RGEL. Con motivo de la entrada de ¡os carHstas en la Seo de Urgel, creemos verán nuestros lectores con gusto algunos apuntes biográ- ficos del famoso obispo de aquella diócesi, tanto más que él es quien ha promovido allí el movimiento carlista y á sus amigos se debe ta! vez la entrega de la plaza. Si la vocación es requisito indispensable para ser buen sacerdote, según rezan los li- bros místicos, desde la ..Imitación do Cris- to», de Kempis, hasta las obritas del padre Ularet, á buen seguro que no lo es el obispo de la Seo de Urgel, pues si por las obras pue- de colegir.-=e de qué ropa es el autor, el señor Caixal tendría vocación para cabecilla, aventurero ó cosa análoga, mas no para el suaye y elevado ejercicio del sacerdocio. Comenzó, apenas salido de la infancia, la carrera eclesiástica, y, en honor de la ver- dad sea dicho, era uno de los alumnos más aprovechados de la universidad de Cerveraj Concluida la carrera, desempeñó con rega-^ lar lucidez la cátedra de retórica, siendo alumnos suyos D. Pedro Mata y el ilustro Balmes, uno de los ingenios más privilegia- dos de nuestra época. En esto estalló la guerra civil, y el señor. Caixal, cuyas travesuras, ya de escolar, y temperamento destemplado le llevaban más; al campo do batalla y al ruido de las armas que á las tranquilas explicaciones de lu CH- t.ídra, dejó la enseñanza por la guerra y Yo soj' bien infeliz de hallarme precisado por circunstancias particulares, á ocultar, como si fuera crimen, una acción tan justa y tan loable ; pero tales sueh^n ser las con- pecuencias funestas de un exceso de bon- dad, aun en los mejores reyes. Lleno de respeto y de amor filial para con mi padre (cuyo corazón ys el más recto y generoso), no me ati'evoriíi á decir sino á V. M. aquello que á Y. M. conoce mejor que yo; esto es, que estas mismas calidades sue- len con frecuencia servir de instrumento á 1.1S personas astutas y malignas para con- fundir la verdad á los ojos del soberano, por más propia que sea esta virtud de caracte- res semejantes al de mi respetable padre. Si los hombres qu<3 le rodean aquí le deja- sen conocer á fondo el carácter de V. M. I. como yo lo conozco, ¡con qué ansias procu- rarla mi padre estrechar los nudos que de- ben unir nuestras dos nacionesl ¿Y habrá medio más proporcionado que rogar á vues- tra M. I. el honor de que me concediera por esposa una princesa de su augusta fiímilia? Edte es el deseo unánime de todos los vasa- llos de mi padre, y no dudo que también ei suyo mismo pesar de ios esfu.-rzos de un corto número de malévolosi. así que sepa las intenciones de V. M. I. Esto es cuanto mi corazón apetece; poro no sucediendo así á los egoístas pérfidos que rodean á mi pa- dre, y que pueden sorprenderle por un mo monto, estoy lleno de temores en este punto. Sólo el respeto de V. M. I. pudiera descon- certar sus planes abriendo los ojos á mis buenos y amados padres, y haciéndoles fe- lices al mismo tiempo que á la nación espa- ñola y á mi mismo. El mundo entero admi- rará cada dia más la bondad doV.M. L, quien tendrá en mi porsoia el hijo más re- conocido y afecto. Imploro, pues, con la mayor confianza la protección paternal de V. M., á fin deque no solamente se digne concederme el honor de darme por esposa una princesa de su fa- milia, sino allanar todas las dificultades y disipar todos los obstáculos que puedan oponerse en este único objeto dermis deseos. Este esfuerzo de bondad da parte de vues tra majestad imperial es tanto más necesa- rio para mí. cuanto yo no puedo hacer nin- guno de mi parte, mediante á qno se inter- pretaría insulto k la autoridad paternal, es- tando, como estoy, reducido á solo el arbi- trio de resistir (y lo haré con invencible constancia) mi casaTuiento con otra perso- na, sea la que fuere, sin el consentimiento y aprobación de V. M., de quien yo espero únicamente la elección de esposa para mí. "F.sta es la f.-licidad que confio conseguir de'^.'. V'- I., rogando á Dios que guarde su preciosa vida muchos años. Escrito y fir- mado de mi propia mano y sellado con mi sello en el Escorial á U de octubre do 1807. —De vuestra majestad imperial y real su más afecto servidor y hermano.—Fernan- do (1)." * LA ÉPOCA y los demás diarios alfonsinos siguen negando la existencia del MEMORAJI- DUM del Sr. Cánovas, y en realidad no esta- ría bien que hicieran lo contrario. Pero LA ÉPOCA dice que esto son invenciones nues- tras que no podremos probar sino por nues- tra palabra. ¿Qué mayor valor tiene la ne- gativa de LA ÉPOCA que nuestra afirmación? Nosotros en este asunto hemos dicho lo que oímos á amigos del ex-príncipe y lo que j después nan asegurado otros periódicos. He- mos hecho constar las cartas de París á LA EI'OCA y las frases del Sr. Ulloa eu el Con- sejo. Todos estos son datos que abonan la existencia del Mr.MORAXDCM, ó lo que sea. LA ÉPOCA sigue, sin embargo, llamándolo in- vención nue-^tra. Por lo demás, seria excu- sado que los alfonsinos nos pidieran pruebas de un hecho ocurrido entre ellos, y del cual, por su índole especialísima, no nos es posi- ble facilitarlas.—-ÍEL ORDEN.) (1) Inserta en EL MONIKJH de 5 de febrero de 1810, y traducida por Llórente en sus jleuioriaB. trocó el hisopo por el sable. En la guerra no se mostró cobarde; pero más que ardimiento bélico desplegó ferocidad, ha^ta el puuto que seria tarea de nunca acabar, referir las atrocidades cometidas por el futuro prelado:. bastará citar que en una ocasión, al termi- , nar un encuentro, que sí no estamos tras- cordados, tuvo lug.ar cerca de Cervera, con éxito favorable á los carlistas, mandó pasar el escuadrón de caballería ¡ue mandaba, por encima de los cuerpos de los liberales heri- dos tendidos en el campo. Fué también el Sr. Caixal vocal de la fa- mosa junta de Berga y amigo del cura Fer- rer, designado por la voz pública como el comisionado de la junta para cumpliuientar la orden de arrojar por el puente Rsp a al conde de España, cura que si fanático irató- Hco entonces, no lo fué menos protestante después en los Eatados-Unidos, donde con- trajo matrimonio. Al terminar la guerra, el coronel de caba- llería Caixal se trasformó d^j nuavo en sa- cerdote, entregándoseá las prácticas piado- sas en Perpiñan y Tolosa de Francia, donde residió por mucho tiempo y compaso una obra de devoción. Llamado después á España con motivo de la amnistía, fué nombrado más tarde canó- nigo del capítulo de Tarragona. A poco de tomar posesión, traía el inquieto canónigo revuelto á aquel cabildo, que no qujria ir á remoique de un aventurero, ni soportar las violencias de un atolondrado. Las b.^rrascas dieron, no obstante, medro al Sr. Caixal. que fué preferido á otros para la silla de la Seo de Urgel. Llegar á la Sao de Urgel y tirarlo todo por el balcón, fué obra del momento. El ca- bildo so 'e insurreccionó; uno de los canóni- gos intentóiuatarle , y tal estrépito se le- vanto, que llegaron á cerrarle las puertas de la catedral. Ciego de cólera, pidió el obis- po auxilio á la autoridad militar. Dos com- pañías de tropa se dirigieron á la catedral, cuyas puertas permanecieron cerradas de orden del cabildo. Uno de los que mandaban estas fuerzaa ora un muy conocido briga- dier que reside actualmente en esta capital. Iban ya á violentar la puerta, cuando el ca- bildo creyó más prudente abrírsela. Los apóstrofos y dicterios que dirigió á ios ator- telados canónigos daban la medida de su furor. .Vquoi mismo dia, sin embargo, cele- bró do poutiíical. La corisecuencia de este curioso lance fué desterrar á diferentes puntos á varios canó- nigos, siendo uno de ellos el virtuoso deán D. Agustín Vidal, que con razón puedo ser llamado el padre de los pobres. Ei cícro parroquial no la hizo menos i"a- sistencia. ILibia visto con indignación las violencias de que habían sido víctíiuas algu- nos compañeros, los in.iultos que en público prodigaba al arrebatado obi.spo y algunos golpes que llegó á descargar sobra algunos párrocos. Así que se mostraron poco dis- puestos á sufrir su atropellador carácter y le ocasionaron no pequeños disgustos, que dieron luego margen á persecuciones sin cuento. Un buen pensamiento puede atribuirse al Sr. Caixal: la construcción de un ediflcio de enseñanza, de talas díinansioaes, que no re- cordamos otro mayor en España, aunque desvirtuaría umcho este acto el hecho, si es cierto, da haber echado mano da una in- riíííusa r uiua legad.i por D. Luis Dávila para ücuü bocas anuales, depositada en oi B.UICJ da Londres. .Juntamente cou esta edificio reparaba el convento da Bulaguar para un colegio do noviciado de los jesuítas, .arrojados estos por la revolución dei suelo italiano, hallaron en el obispo da Urgal un protector; de aquí la amistad que le unia con los jasuisas de gr.ui importancia, con el palermioauo Di- Pietro y el catalán Foins, que llamó a su lado; cou TapareÜi ü'Azzjglio y Sachi, quien le había prometido ir a la Seo de Ur- ge! á montar un observatorio astronómico, que sin duda hubiese sido el mejor de Es- paña, y para el cual estaba ya comprado un uiagiiUico telescopio. Dos sucesos sumamente desagradables vinieron entonces á acibarar sus días y de- tenar ai curso Ua sus planes. Encerrado por orden mayor un sacerdote á quien sa acu- saba de disipado, aunque su verdadero pe- cado ara ser liberal y poco respetuoso con el obispo, en la torre que se levanta por la plaza del palacio, apareció una mañana muerto'. VA mayordomo del obispo díó aviso al párroco para su entierro; mas al párroco, dechado de virtud y docto jurista, se negó á dar sepultura al cadáver sin conocimiento del juzgado. Era algunos meses antes de estallar la Re- volución de Setiembre. A las siete de la ma- ñana circula de improviso en la ciudad el rumor de que el obispo se ha ausentado A las nueve corría la noticia de un asesinato cometido en palacio. Hacia tiempo que los vecinos oian lastimeros quejidos, cuyo orí- gen se desconocía. Acudió el tribuna; y ha- lló al sacerdote tendido en el suelo, mos- trando en su rostro los horribles padeci- mientos pasados; tenia la piel de los ante- brazos levantada, u n ojo arrancado sin uua mancha de sangre alrededor, dos herida^ en el bajo vientre, con señales de una terrible cauterización algo más inferior. Instruyóse la causa cri:ninal; las declara- ciones eran tan contradictorias como fu- ni_'Stas á los palaciegos; y no decimos más, porque el tribunal supremo entiende ahora en el asunto. No la contrarió menos otro infausto acon- tecimiento ocurrido en su principado de Audorra. Cansados los andorranos de sus violencias, promovieron la única insurrec- ción que registra la historia de aquella re- pública, siendo el prelado destituido, expul- sado del país y condenado á muerte. Los je- suítas establecidos en Andorra después de la Revolución han vuelto al obispo á su pri- mitivo favor y convertido aquel país en ac- tivo centro del carlistao. Posteriormente, el obisps de Urgel ha marchado á la facción, donde desempeña hoy el cargo de limosnero mayor de don Carlos.—(LA IGI;ALIMD.) LA DISCUSIÓN. Madrid 2B d e agosto d e 1 8 7 4 . EL RECONOCIMIENTO YELSr.ULLOA. Uno de los respectos bajo que puede con- siderarse el asunto que nos ocupa, y cuan- ta que si á primera vista parece insignifl - cauta, no lo es k poco que se examine, es el iudicado eu las palabras que sirven de título á estas líneas. Sí el reconocimiento es un triunfo alcauzado por la política cou servadora, claro es que será uu triunfo de la fracción más conservadora del ministe- rio homogéneo. Pues bien; ¿no está repro sentada esta fracción en primer término por los Sres. Alonso Martínez y Ulloa? Los 8ros. Alonso Martínez y Ülioa ¿no son ele- mentos desprendidos de la antigua unión liberal, tan dúctiles y maleables que se han prestado á sufrir todas las trasformaciones, desde aquella que les llevara al ministerio en los buenos tiempos de la buena Isabel hasta la que les convierte en afortunados ministros de la República española? Henos aquí, pues, en el verdadero punto de la cuestiou. Ha triunfado la pol.tica conservadora represeutada por el Sr. Ulloa, sustentada por el Sr. Alonso Martínez y de feudida por el Sr. Zavala; luego ha triun fado la política do la unión liberal. Y como nada hay más desapiadado que la lógica de los acontecimientos y las pretensiones de estos grupos eu que so hau í'raccioiía- do los antiguos partidos no es de extrañar que el triunfo del Sr. Ulloa haya reanima do las esperanzas del unionismo histórico hasta amagar seriamente la manera de sor del ministerio homogéneo, y haya inflado la vanidad del ministro hasta llegar á con- vencerle de que su nombro está llamado á los más altos destinos y que bien pudiera servir de base de situación, ó como sí di jéramos, de piedra angular de un nuevo ministerio. Sin duda alguna que el Sr. Ulloa puede estar orgulloso de su obra. ¿Quiéu escribió aquella famosa circular, especie de prole- gómenos del derecho iuternacional, trabajo más digno da las aulas y de la pluma de algún novel agregado, que de la severa y digna sobriedad que requiere un documen- to suscrito por uu ministro, y que :io á pro fanos siaa á las más altas i lastra iones se dirijo? ¿(jiiéu expresó eu rüíc ila catilina ría, y á cambio de mil pecados históricos y de no pocas ratic3uc¡as, más llamadas á producir efecto eu lo interior que en lo exterior convencimiento y resultados, el carácter de la iusarrecciou carlsta, fau- dando nuestro derecho cu la ictoleraucia re- ligiosa,» ni más ni manosquo si la Revolu cion de Setiembre, que si el código de 1869 uü hubiera reconocido la libertad de cultos rompiendo el fuerte valladar que nos se- paraba de la Europa moderna? Dada la siguiiícacion del ministerio ho raogéaeo y admitido el sentido verdadera- mente liberal del acto realizado por las grandes potencias, no es posible descono- cer que si alguna tendencia era evidente- mente peligrosa, si alguna imposibilidad venia á unirse á la impüsíbilidad de la si- tuación, si algún obstáculo surjia poderoso en la cuestiou de nuestras i-elaciones inter- nacionales, debíase á la imprudente politi ca del Sr. Alonso Martiuez, restaurador en la persona del Sr. Bianchi de los legados del papa, y á la insensata y torpe política del Sr. Ulloa, mantenedor ultrafronteras de la teoría de la interinidad, ardoroso pro pagandista del principio de la solidaridad de las naciones, como si tratara por este medio de herir traidoramente á la Repú- blica y de sembrar desconáanzas, y famoso sostenedor, en frente de la Alemania y de la Inglaterra, de aquella no menos famosa to- lerancia de cultos que llenaba en no leja nos dias, en dias también del Sr. Ulloa, nuestras cárceles de procesados, la ardiente tierra africana de víctimas, de proscritos la América y la Europa; tolerancia de cultos á cuyo nombre más de una vez fueron en- cendidas las hogueras que hubieron de con sumir la Biblia del espíritu y de la razón, eu defensa de la Biblia de la fe y de la auto ridad, como si eu pleno siglo xix quisio ramos recordar á propios y axuuños que ;JO eu vano el establecimiento del santo tri bunal manchó la historia de Isabel la Ca- tólica, y que úua Li ll-^-ura de Felipe II de jaba sentir su influeucia sobre nuestros d sdlcbados gobernantes. Siguen en aumento los rumores de cri- sis, que unos dicen será parcial, otros total, estos ]3uramente militar, valga la frase, que no somos los primeros en usar, y aquellos militar y palítiea al mismo tiempo. N LA ConiiHSPONDKNCiA, tan parca en recojer rumores de esta índole, y dispuesta siem- pre á negar que tengan el menor funda- mento, publica anoche el siguiente suelto: «Esta tardo han redoblado los comenta- rios relativos á la importancia del Consejo de pasado mañana, con motivo da cierta en- trevista habida entre un político importan- te de la situación y otro que desde hace tiempo viene siendo indicado como candi- dato para una cartera.» «Ahora parece que va de veras,» dice también EL TIEMPO, y esto repiten todos los periódicos, excepto aquellos cuya misión se reduce á entonar un himno perpetuo en honor del Gobierno eu general y de cada uno de los ministros en particular. Nadie puede negar, dice nuestro apra- ciable colega LA BANDERA ESPA.ÑOLA, que la prensa revolucionaria está dando un ejem- plo de moderacioa y de ob.'dicncia á las L'V.vs. poco común en España. Ea efecto, todo lo que se escribe estos d.as contra el üobieruo, y acaso contra po- deres más altos que el Gobierno, sale de los periidícos ultra-con.servadores. En e- llos es donde primeramente se ha dicho que la guerra ofrece un desagradable as- pecto; que el ejército del Norte está mal mandado y el ministerio de la Guerra mal dirijido; que urge relevar al general Coto- ner y si el general Zavala no lleva á bien el relevo, admitir la dimisión al general Zavala. En ellos es donde más se habla de los disgustos y desconfianzas que comien - zan á dividir los pareceres de los ministros; en ellos donde_se repite que hay crisis y se publican extrañas candidaturas y se aco- jen todos los rumores. Entretanto los periódicos revoluciona- rios , teniendo siempre á la vista el volante y la multa, apenas so atreven á reproducir semejantes especies, y convertidos por fuerza en ministeriales, como otros lo son por afición y por gusto, parecen vivir bajo el mejor de los Gobieruos y en el mejor de los mundos. Así se cumple la justicia divina. El se- ñor Zavala, padre de la homogeneidad, muere á manos de los homogéneos; y el ministerio actual, protector do los que ca- yeron eu Alcolea, se ve dividido y desacre- ditado por sus protegidos. Nosotros no tenemos que hacer más que esperar y callar. Habiendo dicho nuestro colega EL ORDEN que LA POLÍTICA habia puesto la primera paralela al ministro de la Guerra, contesta este 1 eriódico que no es el quien pone pa- ralelas, sino la opinión pública, quien tiene eu un círculo de hierro á los generales alu- didos (Zavala y Cotouer), no babiendo sido el colega más que el eco humilde y débil de esa misma opinión. Como se ve, la contestación dada k E^ El reconocimiento del Gobierno de la República española, debido exclusivamente á la presión de las circunstancias, á la per I turbadora acción del ultramontanismo ca- ' tólico, que se obstina en negar al Estado sus esenc ales condiciones y atributos, no ha podido, no podía ser preparado por los hombres que como el Sr. Ulloa representan más ó menos abiertamente los principios y las tendencias de la escuela ultramontana. Pero sí no podía sor preparado por los hom bres de esta fracción se presta admirable- mente como instrumento político á servir, no ya de retexto, sino de justificación de la más absurda de las pretensiones posi bles. Lo hemos dicho ya; si el recouoci- mi'jnto es uu triunfo de la política conser- va lora, es un triunfo de la fracción minis- terial á que ])ertenecen los Sres. Ulloa y Alonso Martínez. ¿Qué mucho que explica- do el reconocimiento en esto sentido por los periódicos alfousistas, y aun por los pe rlódicos ministeriales, la unioa liberal re- cobre el brioso aliento de otras épocas y que nosotros nos viéramos en el caso de exclamar, siguiendo las antiguas denomi- naciones de Ids partidos: Progresistas, á defenderse? Por fortuna las habilidades de la gente unionista no pueden infundir ya sérit)s re- celos. Los que eran ayer omnipotentes se han visto obligados á vivir vida prestada en el seno de la democracia y á sostener la República. ¿Qué importa que traten de ex- plotar el acto del reconocimiento? ¿Qué ha de importarnos tampoco el que llevados de la lógica promuevan disidencias? Las disi- dencias acabarán |de poner claro que hay- una cosa imposible, la teaccion, y que sólo inspirándonos en el espíritu moderno po- dremos resolver los temerosos problemas de lo presente y abrir en paz las puertas de lo futuro. OBDE.N por LA POLÍTICA es un nuevo y seve- ro cargo dirijido á los Sres. Cotoner y Za- vala; pero estamos seguros de que estos continuarán haciendo oídos de mercader á la enérjica franqueza con que el periódico citado les manifiesta los deseos de la opi niou. ¿Recuerdan nuestros lectores aquel fa moso papelito enviado al señor Sagasta por D. Amadeo, previníéndo'e que en el t''>rmi no de veinticuatro horas sa fusionaran en un solo partido las dos fracciones que en - tonces, como ahora, componían ^1 bando _ conservador constitucional? Pues si nuestros lectores lo recuerdan, l'^s diremos, que, según parece, haria hoy falta un papelito parecido al de marras, porque de otra manera la homogeneidad vendrá á tierra eu un plazo brevísimo, des- trozada por las rivalidades, las discordias y las divisiones que se agitan en su seno. Hay quien sueña nada menos que con un Gabinete unionista puro, como si hu- biéramos vuelto á 1857, y hay quien cree posible constituir una nueva situación, en la que, eliminado el grupo progresista his- tórico que siguió al Sr. Sagasta en su e- volucíon, vería el país, no ya un ministe- rio do fracción, como el actual, sino un mi- nisterio de fracción de fracción, que es cier- tamente lo único que le quedaba que ver. LA ÉPOCA combate toda modificación mi- nisterial , pero si esta es impuesta por las circunstancias se contentará, según dice, con que el poder no salga de los homogé- neos y los nuevos ministros se busquen en el campo conservador. Se conoce que á los borbónicos no les va mal con la actual situación; pero se nos ocurre una duda: si la crisis se limita á la salida de tres ó cuatro uüuístros y se per- siste en que no sea política, sino puramen- te familiar, ¿dónde hay homogéneos á quie- nes encargar de las carteras vacantes? El sábado, rumores de trastornos en Ma- drid con motivo del sorteo, los consejos de guerra constituidos y dispuestos á castigar severamente á los perturbadores del orden público, las tropas apercibidas, como en vísperas de una sangrienta batalla, la alar ma en los ánimos, el contento y la satis- facción en los cíi-culos reaccionarios que esparaban con gozo el momento de dar por cumplidos sus vaticinios sobre los terribles peligros que amenazan á la sociedad : hoy, el sorteo verificado en medio del mayor or- den, las tropas descausando de su fatig; . los consejos de guerra convencidos de q»*' -i-'-*" f.ié inútil su diligencia y los roaccionaríl despechados por haber visto defraudad sus halagüeñas esperanzas. Tal es, en re- sumen, el cuadro íiel de los distiutos as- pectos que ha ofrecido Madrid en los tres últimos dias. Bian es verdad que nosotros nunca creí- mos en los pavorosos anuncios que con tan ta insistencia propalaban los enemigos de la libertad; nunca creímos (lue el pueblo de Madrid diera semejante ejemplo de ín- sousatoz y ¡)roporcionase uu triunfo á la reacción, que á esta sólo había aprove- charle: de todos son conocidos ya los ver- daderos instigadores del movimiento canto- nal, para que ahora se cayese incautameu to eu la red y de nada sirviera la experien- cia adquirida á tanta costa. Descanse tran- quilo el Gobierno, que no es del pueblo, que no es de los amigos da la libertad y la República de donde han de salir los con- flictos y las perturbaciones en las circuns- tancias actuales. Según hemos oído, parece que dentro de breves dias la GACETA publicará uu decreto ímpouieudo uua fuerte coutribuciou á los carlistas que auxilian y protejan desde las poblaciones á sus correligionarios en ar- mas. De un patriótico artículo que publica anoche nuestre apreciable colsga EL GO- BIERNO tomamos los siguientes párrafos: "Con ol general "no importa" vencimos í Napoleón. Hoy á aquel patriótico estoics- mo ha sustituido la preocupación cons- tante do lo que pisa y de lo que no pasa y de lo que puede pasar, exajarándolo siem- pre en sentido para nosotros adverso, du- dando de lo favorable, sin augurar nunca más que desgracias, que por regla general no nos afectan gran cosa. Nos falta la fé, y por eso la acción, la actividad y la que salvan las hemos reemplazado con la vocin- glería y la duda que nos pierden. Cabalmento las virtudes que nos píÚn son las que hay que infundif al país, pri- mero con v-1 e j o n p l o , y después cotl'tíiQa propaganda tan porsevavanto como patrió- tica, partienrlo siempre slabibisa de que e' remedio donde prin •ipaUnentc hay que buscarlo es en nosotros miamos, en nuestra noluntad y en nuestros esfuerzo»,»

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lilBERTADES Y DERECHOS INDIVIDUALES. Snfraglo uniTereal.—Libertad completu de la prensa, sin depó­

sito, editor utpen^liilad especial.—Seg-ariilad iudividual, garan­tizada porelHABEAS CORPUS.—Absoluta inviolabilidad delacor-reepondeaci* y del domicilio.—Dereclic de reunión y de asociación pacificas.—Libertad de industria, de trabajo y de tráfico.—Libertad de crédito.—KaseSanza libre.—Unidad de legislación j - de fuero.— .\bolicion de la pena de muerte.

ORGANIZACIÓN DEL ESTADO É INSTITUCIONES POLÍTICAS.

ijua Cámara.—Eletcione»independiente» del Gobierno.—Milicia nacjonal.—Ina^iovilidad judicial.—Jurado par» toda clase de deli-tos.-Justicia criminal gratuita.-Descentraliraolon administrati-

a.—Independencia da la iglesia.— Psi-ticlpacion de las colonias en la representación nacional.

LA DiS D I A R I O DEMOCRÁTICO.

RRTORMAS ADMINffilTRATív/ia i E G O N O « I C A S . /

Inmediata reforma de las leyes hipotecarias ^ r a la creadoii del Banco de crédito territorial y agrícola.—DeaaiBortizacioB de toSo lo amortiz«do,~De8e«tanc.ode todo lo estancado.-.Supresio.. dalos consumos y del _p» el sellado.—Contribución üni a y direetü ConTerslonde toda \adeud8 del Estado 4 uua tnla clase.-Refor­ma liberal de los aranceles, con relación, sobre todo, á las clases pobres.—Redacción de ios gastos improductivos y aumento de los reproductiva respecto de las obras públicas que sean ce cuenta del Estado.—Abolioiou de las quintas y matricolaa de mar.—EnseSania primaria universal y gratuita.—Establecimien­to de esctielas profesionales.—Reformas de las c&reelea. sxtia-clon de loe presidios y planteamiento del sistema penal peni-teaciario.

El programa económico, político y administrativo de la democracia con que enoabe«amos nuestro periódico fué denunciado el 28 de Knero de 1859 y absuelto el 7 de Marro del mismo año. Nuevamente deavnoiado

el 16 de Julio de 1861, fué otra vec absuelto el 8 de Agosto del mismo año.

¡NO MÁS REYES! (SBOUNDA ÉPOCA) ,VIVA LA REPÚBLICA ESPAÑOLA!

Año XIX—1819. Martes 25 de Agosto de 1874. Edición de Madrid.

COMO s u A B U E L O .

«A1 misino tiempo qiio adu!:;n (los alfonsinos) la corte de Antonelli, centro del ultramontanismo. men­digan á la corre de Uuiller-uiü de Alemania, enemigo de los católicos, una prin­cesa protestante, pero con la cual pudiera más tarde cumplir la tradición de esa raza, haciendo las bayo­netas extranjeras restaura­ciones a lo Borbon.

(LA IGUALD.A-Ü.)

Dice un refrán castellano antiguo que «por el hilo se saca el orillo.» i na prueba de la verdad que encierra es lo que está su­cediendo con el ME-MORANDUM del tír. Cánovas al príncipe de BisHiarck. K«cojimos en cír­culos alfonsinos la primera versión y la pu­blicamos. Aquella n j che la confiruió ei se­ñor Ulloa en el seno del ministerio; al dia siguiente EL IMPARCIAL, con nuevo.s y curio­sos datos que son conocidos de nuestros lectores. Ayer, por último, recordamos nos­otros lo que el ^ír. X. X. X. decia á LA ÉPOCA desde París, con fecha reciente, y hoy, re­pasando un notable artículo de LAIÜUALOAD, iiOi hallamos con un aserto que nuevamente afirma lo del MEMORANDU.M, á la vez que con-sign;i respecto de él un detalle muy curioso. Ksc aserto va á la cabeza de este articulo.

"Xo respondemos de su completa exacti­tud; poro ;,qaién lo juzgará inverosiiuil? /A'uiéJi de las personas que intervienen en ia política no recuerda haber oído á los al­fonsinos fundar sus más halagüeñas espe­ranzas en este ó el otro enlace del gallardo cadete de caballería? Nosotros mismos, y ahora estos hechos despiertan en nuestro aniíuo ese recuerdo, nosotros mismos, no hace aún quince dias, hemos sorprendido señaiesdel más profundo alborozo en el sem-blante de borbónicos distinguidos, que sa Doreaban la perspectiva ne un matrimonio entre el ex-colegial de María Teresa y algu­na princesa alemana de la rama católica de la familia soberana. No estará ultimado el proyecto; pero de que en ello se piensa no abrigamos ni sotabra de la más remota duda.

Y si los hfíchos confirmasen por couiploto iiuestra.í ])resuncio;ii!s, nosotros seríiunos de los primeros en ¡r.uniíostar ana legítima sa­tisfacción. Uecorduríamo.s que el joven ex­príncipe no luibia podido a^irendcr lo que iK'''ciitaba para lugar á tali^s extrüuios en el i'.olegio teresiano, sino en la historia de su buen .'ibue'o, do lo que oportunamente le lucimos conocer para su uso exclusivo al­gunos extractos que no ^fi menospreciado. Aludim 3 á nuestras artículos «.-Vd usum delphinis »

Como él se-encontraba en 1807 el príncipe Fernando, aspirante al trono, rebelde á la voluntad i¡e su padre, transigiendo con los que censuraban la «bouhomie» de éste y las flaquezas de María Luisa y dispuesto á en­tregar el país en manos de extranjeros siem­pre que lü auxiliaran en su propósito. Don Alfonso aspira también á la corona, se rebe­la contra D. Francisco de Asís, transige con ¡os enemigos de éste y con los que quieran castigar las flaquezas de la que le dio el ser, condenándola á destierro perpetuo, y es ca­paz, como todos l08 Borbones, de entregar e! paí,3 al primer cxti-anjero que le ofrezca ayuda y que sea bastante poderoso para prestársela.

Kn esta situación no tiene nada de extra­ño que su Kscoiquiz, el Sr. Cánovas del Castillo, le haya aconsejado su enlace con una princesa alemana y que él, encontran­do la idea aceptable, y sobre todo de cierto sabor tradicional, haya dirigido ó piense dirigir al emperador Guillermo una carta couio la que escribió su abuelo á Napoleón I, que copiamos aquí deseosos de evitar al co­legial ceresiano una improvisación difícil, dadas las condiciones de su talento

La carta no necesita, como verán nues­tros lectores,enmienda alguna; al parrafeen que Fernando VII hablaba de su respetable padre parece escrito en estos últimos diag. I^d un laodo tan digno de adiairacioa se re­producen en esta familia las situaciones, los Cdractores y las intrigas.

Dice a s í :

«.Señor, el temor de incomodar á V. M. 1. en medio de sus hazañas y grandes nego­cios que le ocupan sin cesar, me ha privado liasta ahora de satisfacer directamente mis deseos eficaces de manifestar, á lo menos por escrito, los sentimientos de respeto, estima­ción y afecto que tengo al héroe mayor que cuanto le han precedido, enviado por la pro­videncia para salvar laEuropa del trastorno total que la amenazaba, para consolidar los tronos vacilaates, y para dar á las nacioue? la paz y la felicidad.

Las virtudes de V. M. Í , ^u moderación, su bondad aun con sus más injustos ó im­placables enemigos, todo, «n fin, me hacia esperar que la expresión de e»tos sentimienr •tos seria recibida como efusión de un corar zon lleno de admiración y de la amistad más sincera.

El estado en que me hallo de mucho t iem' po á esta parte, incapaz de ocultarse á Id gran penetración de V. M., ba sido hasta hoy segundo obstáculo que ha contenido mi pluma, preparada siempre á manifestas mis deseos. Pero ileno de esperanzas, de hallai* en la magnanimidad de V. M. I. la proteo-| cion más poderosa,'me determino, m soUi-i mente á .testificar los sentimientos de mij corazón para con su augusta persona, sin6| á depositar los secretos más íntimos en e pecho de V. M. como en el de un t ierf padre.

EL OBISPO DE LA SEO DE T RGEL.

Con motivo de la entrada de ¡os carHstas en la Seo de Urgel, creemos verán nuestros lectores con gusto algunos apuntes biográ­ficos del famoso obispo de aquella diócesi, tanto más que él es quien ha promovido allí el movimiento carlista y á sus amigos se debe ta! vez la entrega de la plaza.

Si la vocación es requisito indispensable para ser buen sacerdote, según rezan los l i­bros místicos, desde la ..Imitación do Cris­to», de Kempis, hasta las obritas del padre Ularet, á buen seguro que no lo es el obispo de la Seo de Urgel, pues si por las obras pue­de colegir.-=e de qué ropa es el autor, el señor Caixal tendría vocación para cabecilla, aventurero ó cosa análoga, mas no para el suaye y elevado ejercicio del sacerdocio.

Comenzó, apenas salido de la infancia, la carrera eclesiástica, y , en honor de la ver­dad sea dicho, era uno de los alumnos más aprovechados de la universidad de Cerveraj Concluida la carrera, desempeñó con rega-^ lar lucidez la cátedra de retórica, siendo alumnos suyos D. Pedro Mata y el ilustro Balmes, uno de los ingenios más privilegia­dos de nuestra época.

En esto estalló la guerra civil, y el señor. Caixal, cuyas travesuras, ya de escolar, y temperamento destemplado le llevaban más; al campo do batalla y al ruido de las armas que á las tranquilas explicaciones de lu CH-t.ídra, dejó la enseñanza por la guerra y

Yo soj' bien infeliz de hallarme precisado por circunstancias particulares, á ocultar, como si fuera crimen, una acción tan justa y tan loable ; pero tales sueh^n ser las con-pecuencias funestas de un exceso de bon­dad, aun en los mejores reyes.

Lleno de respeto y de amor filial para con mi padre (cuyo corazón ys el más recto y generoso), no me ati'evoriíi á decir sino á V. M. aquello que á Y. M. conoce mejor que yo; esto es, que estas mismas calidades sue­len con frecuencia servir de instrumento á 1.1S personas astutas y malignas para con­fundir la verdad á los ojos del soberano, por más propia que sea esta virtud de caracte­res semejantes al de mi respetable padre.

Si los hombres qu<3 le rodean aquí le deja­sen conocer á fondo el carácter de V. M. I. como yo lo conozco, ¡con qué ansias procu­rarla mi padre estrechar los nudos que de­ben unir nuestras dos nacionesl ¿Y habrá medio más proporcionado que rogar á vues­tra M. I. el honor de que me concediera por esposa una princesa de su augusta fiímilia? Edte es el deseo unánime de todos los vasa­llos de mi padre, y no dudo que también ei suyo mismo (á pesar de ios esfu.-rzos de un corto número de malévolosi. así que sepa las intenciones de V. M. I. Esto es cuanto mi corazón apetece; poro no sucediendo así á los egoístas pérfidos que rodean á mi pa­dre, y que pueden sorprenderle por un mo monto, estoy lleno de temores en este punto.

Sólo el respeto de V. M. I. pudiera descon­certar sus planes abriendo los ojos á mis buenos y amados padres, y haciéndoles fe­lices al mismo tiempo que á la nación espa­ñola y á mi mismo. El mundo entero admi­rará cada dia más la bondad doV.M. L, quien tendrá en mi porsoia el hijo más re­conocido y afecto.

Imploro, pues, con la mayor confianza la protección paternal de V. M., á fin deque no solamente se digne concederme el honor de darme por esposa una princesa de su fa­milia, sino allanar todas las dificultades y disipar todos los obstáculos que puedan oponerse en este único objeto dermis deseos.

Este esfuerzo de bondad da parte de vues tra majestad imperial es tanto más necesa­rio para mí. cuanto yo no puedo hacer nin­guno de mi parte, mediante á qno se inter­pretaría insulto k la autoridad paternal, es­tando, como estoy, reducido á solo el arbi­trio de resistir (y lo haré con invencible constancia) mi casaTuiento con otra perso­na, sea la que fuere, sin el consentimiento y aprobación de V. M., de quien yo espero únicamente la elección de esposa para mí.

"F.sta es la f.-licidad que confio conseguir de'^.'. V'- I., rogando á Dios que guarde su preciosa vida muchos años. Escrito y fir­mado de mi propia mano y sellado con mi sello en el Escorial á U de octubre do 1807. —De vuestra majestad imperial y real su más afecto servidor y hermano.—Fernan­do (1)."

* LA ÉPOCA y los demás diarios alfonsinos

siguen negando la existencia del MEMORAJI-DUM del Sr. Cánovas, y en realidad no esta­ría bien que hicieran lo contrario. Pero LA ÉPOCA dice que esto son invenciones nues­tras que no podremos probar sino por nues­t ra palabra. ¿Qué mayor valor tiene la ne­gativa de LA ÉPOCA que nuestra afirmación?

Nosotros en este asunto hemos dicho lo que oímos á amigos del ex-príncipe y lo que j después nan asegurado otros periódicos. He­mos hecho constar las cartas de París á LA EI'OCA y las frases del Sr. Ulloa eu el Con­sejo. Todos estos son datos que abonan la existencia del Mr.MORAXDCM, ó lo que sea. LA ÉPOCA sigue, sin embargo, llamándolo in­vención nue-^tra. Por lo demás, seria excu­sado que los alfonsinos nos pidieran pruebas de un hecho ocurrido entre ellos, y del cual, por su índole especialísima, no nos es posi­ble facilitarlas.—-ÍEL ORDEN.)

(1) Inserta en EL MONIKJH de 5 de febrero de 1810, y traducida por Llórente en sus jleuioriaB.

trocó el hisopo por el sable. En la guerra no se mostró cobarde; pero más que ardimiento bélico desplegó ferocidad, ha^ta el puuto que seria tarea de nunca acabar, referir las atrocidades cometidas por el futuro prelado:. bastará citar que en una ocasión, al termi- , nar un encuentro, que sí no estamos t ras­cordados, tuvo lug.ar cerca de Cervera, con éxito favorable á los carlistas, mandó pasar el escuadrón de caballería ¡ue mandaba, por encima de los cuerpos de los liberales heri­dos tendidos en el campo.

Fué también el Sr. Caixal vocal de la fa­mosa junta de Berga y amigo del cura Fer-rer, designado por la voz pública como el comisionado de la junta para cumpliuientar la orden de arrojar por el puente Rsp a al conde de España, cura que si fanático irató-Hco entonces, no lo fué menos protestante después en los Eatados-Unidos, donde con­trajo matrimonio.

Al terminar la guerra, el coronel de caba­llería Caixal se trasformó d̂ j nuavo en sa­cerdote, entregándoseá las prácticas piado­sas en Perpiñan y Tolosa de Francia, donde residió por mucho tiempo y compaso una obra de devoción.

Llamado después á España con motivo de la amnistía, fué nombrado más tarde canó­nigo del capítulo de Tarragona. A poco de tomar posesión, traía el inquieto canónigo revuelto á aquel cabildo, que no qujria ir á remoique de un aventurero, ni soportar las violencias de un atolondrado.

Las b.^rrascas dieron, no obstante, medro al Sr. Caixal. que fué preferido á otros para la silla de la Seo de Urgel.

Llegar á la Sao de Urgel y tirarlo todo por el balcón, fué obra del momento. El ca­bildo so 'e insurreccionó; uno de los canóni­gos intentóiuatarle , y tal estrépito se le­vanto, que llegaron á cerrarle las puertas de la catedral. Ciego de cólera, pidió el obis­po auxilio á la autoridad militar. Dos com­pañías de tropa se dirigieron á la catedral, cuyas puertas permanecieron cerradas de orden del cabildo. Uno de los que mandaban estas fuerzaa ora u n muy conocido briga­dier que reside actualmente en esta capital. Iban ya á violentar la puerta, cuando el ca­bildo creyó más prudente abrírsela. Los apóstrofos y dicterios que dirigió á ios ator­telados canónigos daban la medida de su furor. .Vquoi mismo dia, sin embargo, cele­bró do poutiíical.

La corisecuencia de este curioso lance fué desterrar á diferentes puntos á varios canó­nigos, siendo uno de ellos el virtuoso deán D. Agustín Vidal, que con razón puedo ser llamado el padre de los pobres.

Ei cícro parroquial no la hizo menos i"a-sistencia. ILibia visto con indignación las violencias de que habían sido víctíiuas algu­nos compañeros, los in.iultos que en público prodigaba al arrebatado obi.spo y algunos golpes que llegó á descargar sobra algunos párrocos. Así que se mostraron poco dis­puestos á sufrir su atropellador carácter y le ocasionaron no pequeños disgustos, que dieron luego margen á persecuciones sin cuento.

Un buen pensamiento puede atribuirse al Sr. Caixal: la construcción de un ediflcio de enseñanza, de talas díinansioaes, que no re­cordamos otro mayor en España, aunque desvirtuaría umcho este acto el hecho, si es cierto, da haber echado mano da una in-riíííusa r uiua legad.i por D. Luis Dávila para ücuü bocas anuales, depositada en oi B.UICJ da Londres.

.Juntamente cou esta edificio reparaba el convento da Bulaguar para un colegio do noviciado de los jesuítas, .arrojados estos por la revolución dei suelo italiano, hallaron en el obispo da Urgal un protector; de aquí la amistad que le unia con los jasuisas de gr.ui importancia, con el palermioauo Di-Pietro y el catalán Foins, que llamó a su lado; cou TapareÜi ü'Azzjglio y Sachi, quien le había prometido ir a la Seo de Ur­ge! á montar un observatorio astronómico, que sin duda hubiese sido el mejor de Es­paña, y para el cual estaba ya comprado un uiagiiUico telescopio.

Dos sucesos sumamente desagradables vinieron entonces á acibarar sus días y de­tenar ai curso Ua sus planes. Encerrado por orden mayor un sacerdote á quien sa acu­saba de disipado, aunque su verdadero pe­cado ara ser liberal y poco respetuoso con el obispo, en la torre que se levanta por la plaza del palacio, apareció una mañana muerto'. VA mayordomo del obispo díó aviso al párroco para su entierro; mas al párroco, dechado de virtud y docto jurista, se negó á dar sepultura al cadáver sin conocimiento del juzgado.

Era algunos meses antes de estallar la Re­volución de Setiembre. A las siete de la ma­ñana circula de improviso en la ciudad el rumor de que el obispo se ha ausentado A las nueve corría la noticia de un asesinato cometido en palacio. Hacia tiempo que los vecinos oian lastimeros quejidos, cuyo orí-gen se desconocía. Acudió el tr ibuna; y ha­lló al sacerdote tendido en el suelo, mos­trando en su rostro los horribles padeci­mientos pasados; tenia la piel de los ante­brazos levantada, un ojo arrancado sin uua mancha de sangre alrededor, dos herida^ en el bajo vientre, con señales de una terrible cauterización algo más inferior.

Instruyóse la causa cri:ninal; las declara­ciones eran tan contradictorias como fu-ni_'Stas á los palaciegos; y no decimos más, porque el tribunal supremo entiende ahora en el asunto.

No la contrarió menos otro infausto acon­tecimiento ocurrido en su principado de Audorra. Cansados los andorranos de sus

violencias, promovieron la única insurrec­ción que registra la historia de aquella re­pública, siendo el prelado destituido, expul­sado del país y condenado á muerte. Los je­suítas establecidos en Andorra después de la Revolución han vuelto al obispo á su pri­mitivo favor y convertido aquel país en ac­tivo centro del carlistao.

Posteriormente, el obisps de Urgel ha marchado á la facción, donde desempeña hoy el cargo de limosnero mayor de don Carlos.—(LA IGI;ALIMD.)

LA DISCUSIÓN. M a d r i d 2B de a g o s t o de 1 8 7 4 .

EL RECONOCIMIENTO YELSr .ULLOA.

Uno de los respectos bajo que puede con­siderarse el asunto que nos ocupa, y cuan­ta que si á primera vista parece insignifl -cauta, no lo es k poco que se examine, es el iudicado eu las palabras que sirven de título á estas líneas. Sí el reconocimiento es un triunfo alcauzado por la política cou servadora, claro es que será uu triunfo de la fracción más conservadora del ministe­rio homogéneo. Pues bien; ¿no está repro sentada esta fracción en primer término por los Sres. Alonso Martínez y Ulloa? Los 8ros. Alonso Martínez y Ülioa ¿no son ele­mentos desprendidos de la antigua unión liberal, tan dúctiles y maleables que se han prestado á sufrir todas las trasformaciones, desde aquella que les llevara al ministerio en los buenos tiempos de la buena Isabel hasta la que les convierte en afortunados ministros de la República española?

Henos aquí, pues, en el verdadero punto de la cuestiou. Ha triunfado la pol.tica conservadora represeutada por el Sr. Ulloa, sustentada por el Sr. Alonso Martínez y de feudida por el Sr. Zavala; luego ha triun fado la política do la unión liberal. Y como nada hay más desapiadado que la lógica de los acontecimientos y las pretensiones de estos grupos eu que so hau í'raccioiía-do los antiguos partidos no es de extrañar que el triunfo del Sr. Ulloa haya reanima do las esperanzas del unionismo histórico hasta amagar seriamente la manera de sor del ministerio homogéneo, y haya inflado la vanidad del ministro hasta llegar á con­vencerle de que su nombro está llamado á los más altos destinos y que bien pudiera servir de base de situación, ó como sí di jéramos, de piedra angular de un nuevo ministerio.

Sin duda alguna que el Sr. Ulloa puede estar orgulloso de su obra. ¿Quiéu escribió aquella famosa circular, especie de prole­gómenos del derecho iuternacional, trabajo más digno da las aulas y de la pluma de algún novel agregado, que de la severa y digna sobriedad que requiere un documen­to suscrito por uu ministro, y que :io á pro fanos siaa á las más altas i lastra iones se dirijo? ¿(jiiéu expresó eu r ü í c ila catilina ría, y á cambio de mil pecados históricos y de no pocas ratic3uc¡as, más llamadas á producir efecto eu lo interior que en lo exterior convencimiento y resultados, el carácter de la iusarrecciou ca r l s t a , fau-dando nuestro derecho cu la ictoleraucia re­ligiosa,» ni más ni manosquo si la Revolu cion de Setiembre, que si el código de 1869 uü hubiera reconocido la libertad de cultos rompiendo el fuerte valladar que nos se­paraba de la Europa moderna?

Dada la siguiiícacion del ministerio ho raogéaeo y admitido el sentido verdadera­mente liberal del acto realizado por las grandes potencias, no es posible descono­cer que si alguna tendencia era evidente­mente peligrosa, si alguna imposibilidad venia á unirse á la impüsíbilidad de la si­tuación, si algún obstáculo surjia poderoso en la cuestiou de nuestras i-elaciones inter­nacionales, debíase á la imprudente politi ca del Sr. Alonso Martiuez, restaurador en la persona del Sr. Bianchi de los legados del papa, y á la insensata y torpe política del Sr. Ulloa, mantenedor ultrafronteras de la teoría de la interinidad, ardoroso pro pagandista del principio de la solidaridad de las naciones, como si tratara por este medio de herir traidoramente á la Repú­blica y de sembrar desconáanzas, y famoso sostenedor, en frente de la Alemania y de la Inglaterra, de aquella no menos famosa to­lerancia de cultos que llenaba en no leja nos dias, en dias también del Sr. Ulloa, nuestras cárceles de procesados, la ardiente tierra africana de víctimas, de proscritos la América y la Europa; tolerancia de cultos á cuyo nombre más de una vez fueron en­cendidas las hogueras que hubieron de con sumir la Biblia del espíritu y de la razón, eu defensa de la Biblia de la fe y de la auto ridad, como si eu pleno siglo xix quisio ramos recordar á propios y axuuños que ;JO eu vano el establecimiento del santo tri bunal manchó la historia de Isabel la Ca­tólica, y que úua Li ll-^-ura de Felipe II de jaba sentir su influeucia sobre nuestros d sdlcbados gobernantes.

Siguen en aumento los rumores de cri­sis, que unos dicen será parcial, otros total , estos ]3uramente militar, valga la frase, que no somos los primeros en usar, y aquellos militar y palítiea al mismo tiempo. N

LA ConiiHSPONDKNCiA, tan parca en recojer rumores de esta índole, y dispuesta siem­pre á negar que tengan el menor funda­mento, publica anoche el siguiente suelto:

«Esta tardo han redoblado los comenta­rios relativos á la importancia del Consejo de pasado mañana, con motivo da cierta en­trevista habida entre un político importan­te de la situación y otro que desde hace tiempo viene siendo indicado como candi­dato para una cartera.»

«Ahora parece que va de veras,» dice también E L TIEMPO, y esto repiten todos los periódicos, excepto aquellos cuya misión se reduce á entonar un himno perpetuo en honor del Gobierno eu general y de cada uno de los ministros en particular.

Nadie puede negar, dice nuestro apra-ciable colega LA BANDERA ESPA.ÑOLA, que la

prensa revolucionaria está dando un ejem­plo de moderacioa y de ob.'dicncia á las L'V.vs. poco común en España.

E a efecto, todo lo que se escribe estos d.as contra el üobieruo, y acaso contra po­deres más altos que el Gobierno, sale de los periidícos ultra-con.servadores. En e-llos es donde primeramente se ha dicho que la guerra ofrece un desagradable as­pecto; que el ejército del Norte está mal mandado y el ministerio de la Guerra mal dirijido; que urge relevar al general Coto-ner y si el general Zavala no lleva á bien el relevo, admitir la dimisión al general Zavala. En ellos es donde más se habla de los disgustos y desconfianzas que comien -zan á dividir los pareceres de los ministros; en ellos donde_se repite que hay crisis y se publican extrañas candidaturas y se aco-jen todos los rumores.

Entretanto los periódicos revoluciona­rios , teniendo siempre á la vista el volante y la multa, apenas so atreven á reproducir semejantes especies, y convertidos por fuerza en ministeriales, como otros lo son por afición y por gusto, parecen vivir bajo el mejor de los Gobieruos y en el mejor de los mundos.

Así se cumple la justicia divina. E l se­ñor Zavala, padre de la homogeneidad, muere á manos de los homogéneos; y el ministerio ac tual , protector do los que ca­yeron eu Alcolea, se ve dividido y desacre­ditado por sus protegidos.

Nosotros no tenemos que hacer más que

esperar y callar.

Habiendo dicho nuestro colega E L ORDEN que LA POLÍTICA habia puesto la primera paralela al ministro de la Guerra, contesta este 1 eriódico que no es el quien pone pa­ralelas, sino la opinión pública, quien tiene eu un círculo de hierro á los generales alu­didos (Zavala y Cotouer), no babiendo sido el colega más que el eco humilde y débil de esa misma opinión.

Como se ve, la contestación dada k E^

El reconocimiento del Gobierno de la República española, debido exclusivamente á la presión de las circunstancias, á la per I turbadora acción del ultramontanismo ca- ' tólico, que se obstina en negar al Estado sus esenc ales condiciones y atributos, no ha podido, no podía ser preparado por los hombres que como el Sr. Ulloa representan más ó menos abiertamente los principios y las tendencias de la escuela ultramontana. Pero sí no podía sor preparado por los hom bres de esta fracción se presta admirable­mente como instrumento político á servir, no ya de retexto, sino de justificación de la más absurda de las pretensiones posi bles. Lo hemos dicho ya ; si el recouoci-mi'jnto es uu triunfo de la política conser­va lora, es un triunfo de la fracción minis­terial á que ])ertenecen los Sres. Ulloa y Alonso Martínez. ¿Qué mucho que explica­do el reconocimiento en esto sentido por los periódicos alfousistas, y aun por los pe rlódicos ministeriales, la unioa liberal re­cobre el brioso aliento de otras épocas y que nosotros nos viéramos en el caso de exclamar, siguiendo las antiguas denomi­naciones de Ids partidos: Progresistas, á defenderse?

Por fortuna las habilidades de la gente unionista no pueden infundir ya sérit)s re­celos. Los que eran ayer omnipotentes se han visto obligados á vivir vida prestada en el seno de la democracia y á sostener la República. ¿Qué importa que traten de ex­plotar el acto del reconocimiento? ¿Qué ha de importarnos tampoco el que llevados de la lógica promuevan disidencias? Las disi­dencias acabarán |de poner claro que hay-una cosa imposible, la teaccion, y que sólo inspirándonos en el espíritu moderno po­dremos resolver los temerosos problemas de lo presente y abrir en paz las puertas de lo futuro.

OBDE.N por LA POLÍTICA es un nuevo y seve­

ro cargo dirijido á los Sres. Cotoner y Za­vala; pero estamos seguros de que estos continuarán haciendo oídos de mercader á la enérjica franqueza con que el periódico citado les manifiesta los deseos de la opi niou.

¿Recuerdan nuestros lectores aquel fa moso papelito enviado al señor Sagasta por D. Amadeo, previníéndo'e que en el t''>rmi no de veinticuatro horas sa fusionaran en un solo partido las dos fracciones que en -tonces, como ahora, componían ^1 bando _ conservador constitucional?

Pues si nuestros lectores lo recuerdan, l'̂ s diremos, que, según parece, haria hoy falta un papelito parecido al de marras, porque de otra manera la homogeneidad vendrá á tierra eu un plazo brevísimo, des­trozada por las rivalidades, las discordias y las divisiones que se agitan en su seno.

Hay quien sueña nada menos que con un Gabinete unionista puro, como si hu­biéramos vuelto á 1857, y hay quien cree posible constituir una nueva situación, en la que, eliminado el grupo progresista his­tórico que siguió al Sr. Sagasta en su e-volucíon, vería el país, no ya un ministe­rio do fracción, como el actual, sino un mi­nisterio de fracción de fracción, que es cier­tamente lo único que le quedaba que ver.

LA ÉPOCA combate toda modificación mi­nisterial , pero si esta es impuesta por las circunstancias se contentará, según dice, con que el poder no salga de los homogé­neos y los nuevos ministros se busquen en el campo conservador.

Se conoce que á los borbónicos no les va mal con la actual situación; pero se nos ocurre una duda: si la crisis se limita á la salida de tres ó cuatro uüuístros y se per­siste en que no sea política, sino puramen­te familiar, ¿dónde hay homogéneos á quie­nes encargar de las carteras vacantes?

El sábado, rumores de trastornos en Ma­drid con motivo del sorteo, los consejos de guerra constituidos y dispuestos á castigar severamente á los perturbadores del orden público, las tropas apercibidas, como en vísperas de una sangrienta batalla, la alar ma en los ánimos, el contento y la satis­facción en los cíi-culos reaccionarios que esparaban con gozo el momento de dar por cumplidos sus vaticinios sobre los terribles peligros que amenazan á la sociedad : hoy, el sorteo verificado en medio del mayor or­den, las tropas descausando de su fatig; . los consejos de guerra convencidos de q»*' -i-'-*" f.ié inúti l su diligencia y los roaccionaríl despechados por haber visto defraudad sus halagüeñas esperanzas. Tal es , en re­sumen, el cuadro íiel de los distiutos as­pectos que ha ofrecido Madrid en los tres últimos dias.

Bian es verdad que nosotros nunca creí­mos en los pavorosos anuncios que con tan ta insistencia propalaban los enemigos de la libertad; nunca creímos (lue el pueblo de Madrid diera semejante ejemplo de ín-sousatoz y ¡)roporcionase uu triunfo á la reacción, que á esta sólo había dñ aprove­charle: de todos son conocidos ya los ver­daderos instigadores del movimiento canto­nal, para que ahora se cayese incautameu to eu la red y de nada sirviera la experien­cia adquirida á tanta costa. Descanse tran­quilo el Gobierno, que no es del pueblo, que no es de los amigos da la libertad y la República de donde han de salir los con­flictos y las perturbaciones en las circuns­tancias actuales.

Según hemos oído, parece que dentro de breves dias la GACETA publicará uu decreto ímpouieudo uua fuerte coutribuciou á los carlistas que auxilian y protejan desde las poblaciones á sus correligionarios en ar­mas.

De un patriótico artículo que publica anoche nuestre apreciable colsga E L G O ­BIERNO tomamos los siguientes párrafos:

"Con ol general "no importa" vencimos í Napoleón. Hoy á aquel patriótico estoics-mo ha sustituido la preocupación cons­tante do lo que pisa y de lo que no pasa y de lo que puede pasar, exajarándolo siem­pre en sentido para nosotros adverso, du­dando de lo favorable, sin augurar nunca más que desgracias, que por regla general no nos afectan gran cosa. Nos falta la fé, y por eso la acción, la actividad y la fé que salvan las hemos reemplazado con la vocin­glería y la duda que nos pierden.

Cabalmento las virtudes que nos píÚn son las que hay que infundif al país, pri­mero con v-1 ejonplo, y después cotl'tíiQa propaganda tan porsevavanto como patrió­tica, partienrlo siempre s labibisa de que e' remedio donde prin •ipaUnentc hay que buscarlo es en nosotros miamos, en nuestra noluntad y en nuestros esfuerzo»,»

Page 2: Discusión, La (Madrid. 1856) 18740825

»'; LA DISCUSIÓN.

Tieae razón El QOSIIRKO ; poro un diario aifonsino, Ei, TIESIPO, yoxxm el dedo en la llaga, escribiendo las siguientes líneas, al mismü tiempo que aparecían en aquel cole­ga las qxie dejamos copiadas:

i<\)á3 de una vez bemos escrito schre el teuía de la indiferencia, considerándola fuente de que manan todos los males que pesan hoy sobre la patria; pero sí hemos de ser justos, hay que reconocer hoy que, lejos de combatirse tan funesto estado "porquion pudiera hacerlo," parece como que existe un deliberado propósito de fomentarlo.

No culpamos á nadie concretamente;; hn-blamos en tesis general."

La opinión ¡lública, menos pusilánime que el periódico moderado, concreta y de termina sus cargos con toda precisión.

Llamamos la atención de nuestros lecto­res subre la "Ultima hora" que publica LA i.Mí-uí.NrA de Barcelona en su núiuero del dia -'2, y cuyo tenor es el siguiente:

«St! tienen ya en esta ciudad rioticías po­sitivas y liasta cierto punto detallndas de lo que ha ocurrido en la Seo de Lrge!; poro co­mo todas son procedentes de Puigcerdá, co­municadas por los Voluntarios allí refugia­dos y trasmitadas por pasajeros llegados ayer, son algún tanto incoherentes, aunque digna.s de crédito. El lunes por la mañana empezó á oirse en Puigcerdá un vivo fuego de callón que no cesó hasta las once.

Los habitantes de la heroica villa calcula­ron que no podía proceder de otra parte que de la Seo, y ya se decidían á enviar emisa­rios para averiguar lo que ocurría, cuando pocos momentos después vieron llegar un ginete á escape, tíra el Llebroia de la Seo que á uña de caballo había abandonado la población, y comunicó la fatal noticia de que la cindadela estaba en poder de los car­listas y que hacia fuego sobre el castillo y la plaza que no querían rendirse.

Si no hubiese sido una persona tan carac-tarizada como Llebreta quien daba la noti­cio, se hubiera dudado de ella; tan ta era la contlanza ([ue se tenia en las fortalezas de la Seo.

Pronto llegaron otros dos refugiados y conürmaron la nueva, con la cual se adqui­rió el pleAo convencimiento de la verdad. Algunos Voluntarios de Puigcerdá, deseo­sos de auxiliar en lo posible á los que tal vez tuviesen que abandonar la Seo, salieron de la villa, y no habían andado mucho, cuando »e encontraron con un.js 60 Voluntarios, cuatro artilleros, algún soldado y un cara­binero que entraron en Puigcerdá, siendo recibidos con el mayor agasajo. Iban man­dados por el capitán Saura, hermano del co­nocido por Francisquet do Adrall.

Por boca de estos refugiados supieron en­tonces los puigcerdanese.s la misteriosa ver­dad de lo ocurrido y pudieron comprender la inmensidad del desastre de la Seo.

Hó aquí lo que referían estos refugiados: Comelles era el encargado de la defensa de la cindadela, en la cual no durmió como de costumbre la noche del 15 al 16, porque el gobernador de la plaza, después de grandes instancias, habia conseguido que Comelles asistiera á la fiesta que habia dispuesto en celebridad de los dias de su esposa, habien­do dejado encargado el mando y custodia de la ciudadela á otro jefe.

Así las cosas, amaneció el dia 16 y á las «lete de la mañana empezó á oirse un gran fui^ü en la ciudadela. Pronto cundió la voz de que los carlistas se habían apoderado de ella á traición, y fué grande la consternación del veciudari'i. El modo como los carlistas lo­graron entrar en la fortaleza es hasta ahora un misterio. Lo que se sabe es que algunos centinelas divisaron al pié de los muros, en un barranco, grupos carlistas que iban su­biendo; que se dio la voz de alarma, pero que al ir a hacer fuego se encontraron con que les disparaban por la espalda, *es decir , ' que el enemigo estaba dentro de l a forta­leza.

Algunos, antes de caer en poder de lo» carlistas, profirieron arrojarse desde lo alto de los muros y salvarse; otros no quisieron rendirse y murieron defendiéndose.

Extendida por J a población la noticia y viendo que el castillo se cou.sorvaba fiel, trató también de resistir la plaza, poro vano intento. El castillo, dominado como est^ por Ja ciudadela, no podía prolongar su defensa, y la plaza ¿qué podía hacer ante las baterías que vomitaban proyectiles sobre ella? Sin embargo, Comelles reunió á cuantos solda­dos y voluntarios pudo, y subiendo á la mu­ralla decidió resistir.

El castillo tuvo que capitular al dia si­guiente , precisamente cuando llegaban ma­yores fuerzas enemigas que iban rodeando la plaza. Atacaron estas por Ja puerta de An­dorra y por la de Castellcíutad, y los defen­sores tuvieron que ir retirándose y ceder agobiados porüel fuego de artillería que les hucia la fortaleza y por e¡ gran nümoro de sitiadores. Comelles encontró en la muralla una muerto digna de su vida.

También murió en la defensa el teniente gala de Orgañá.

Quedó de jefe de los V'oluntaríos el capí-t an Saura, que salió por la puerta de Cerda-ña al frente de unos 60, verificándolo el go­bernador de ln plaza al frente de unas tres compañías del provincial de Ecija. Hubo un momento en que Saura se creyó perdido, pues al abandonar la .Seo se encontró con todos los puntos ocupados por grupos ene­migos; pero conocedor del terreno, adivinó cuál era la parte más débil y se dirijió ha­cia ella, ó sea hacia Andorra.

El gobernador de la plaza, á pesar de las repetidas señales que le hacia Saura para que aiguiese au camino, se empeñó en con­t inuar el que habia emprendido, dando por resultado que se viese rodeado de numero­sas fuerzas que le hicieron prisionero. Los Voluntarios prosiguieron en la dirección que habían tomado, y sin embargo de que fueron hostilizados y molestados por el ene­migo, pudieron ponerBo en salvo, batiendo-t « por espacio de dos horas en retirada para proteger á grao número do familias de 1« Seoqae habian abandonado la ciudad ó iban i rafügiarse en Andorra.

Por el camino se lo unieron además cua­t ro artilleros, algún soldado y un carabine­ro. Los artiilleros se habían arrojado desde los muros do las fortalezas, un tér;ninos g\ie uno de ellos tecla en la cabeza una grave iie.'iáM ̂ ae ae Uubia causado con el golpe.

Cuando estos setenta y tantos hom"bres llegaron cerca de la frontera de Andorra les reunió Saura y les manifestó que él no que­ría pasar la frontera porque le desarmarían, y que su intención ora dirigirse á Puig­cerdá.

Todos se pusieron á su entera disposición, y al dia siguiente 18 hicieron su entrada en la capital de la Cerdaua, con armas, equipo y del modo que arriba hemos referido.

Después se supo en Puigcerdá que la Seo habia sido víctima de la voracidad de los carlistas, que saquearon á su antojo, entre­gándose á toda suerte de excesos. Respecto al cómo se introdujeron los carlistas en la inexpugnable ciudadela, ya hemos dicho que era un misterio.

Algunos Voluntarios suponían que se ha­bía practicado una mina que comunicaba á una poterna, y que por ella habían entrado, mientras que otros suponían que durante la noche habían pasado por el foso y que se les habia franqueado la entrada.

Añádese que Tristany (Francisco) entró al dia siguiente en la plaza con I.ÜOO hom­bres, y que sin pérdida de tiempo habia he­cho cargar un convoy de municiones de guerra, que ha i ia tratado de ínutizar las fortalezas y las piezas de grueso calibre, y que habla salido en dirección á Puigcerdá.

—Se sabe ya de una manera positiva que los carlistas al mando de Savalls han co­menzado el ataque de Puigcerdá. Hasta aho­ra el fuego ha sido de canon, contestando la plaza certeramente. Los defensores de la invicta villa están poseídos del mayor entu­siasmo y confian rechazar nuevamente al enemigo .-ii se atreve á dar el asalto. Como decíamos ayer, están comunicadas las órde­nes para que la capital de la Cerdaña sea oportunamente auxiliada, y á estas horas numerosas fuerxas se dirijen allí á marchas forzadas.

Savalls salió de Kívas el día 20 á las cua­tro de la madrugada, con tres piezas de ar­tillería, unos 50 caballos, una sección de mozos de la escuadra y unos 300 hombres más. Se dirijia á Puigcerdá y se cree que aquel día pernoctaría en Alp ó en Das.

Detrás de estas fuerzas seguían arrastra­do» por mulos dos obu.ses" con sus corres­pondientes cureñas. La gente del país ar­reglaba el camino para facilitar el paso de estas piezas.

El mismo dia 20 á la una de la madruga­da salía Míret con unos l.OOO hombres de Montesquíu. Llegó á Ripod á las cinco de la mañana, dio un descanso á su gente y á las nueve salía en dirección también de Puig­cerdá. Créese que pasaría la noche en Tosas. Aquel mismo dia habia estrenado Míret un vistoso uniforme do brigadier en que lucía los entorchados. Huguet con su batallón habia salido el mismo dia de Arbucias y se hallaba en Roda. Trístany (Francisco) ya decimos en otro lugar que avanzaba por el valle de la Cerdaña.

A pesar de todos estos preparativos, espe­ramos fundadamente que sufrirán un nuevo desengaño.»

Se asegura que suben un cañpn de grueso calibre de O!ot por Dorria.»

Se confirma la noticia de que los defen­sores de Puigcerdá han hecho una salida algún tanto ventajosa.

Los telegramaé fiel cónsul de España en Perpííian, que dan esta noticia, no traen detalle alguno.

Según LA BA.NDERA ESPA.ÑOÍ.A, decíase a-yer ea los centros oficiales, que los carlis­tas sitiadores de Puigcerdá habían sido re­chazados por los defensores de,la población.

Tiene gracia el siguiente suelto que ayer publica EL IMPARCIAL:

"Ln supuesto toaron alemán que dlrije de cuando en cuando á LA IBERIA correspon­dencias fechadas en distintas capitales de Europa, se ha ido esta vez á Londres para conocer el día 15 de agosto la opinión de toda la prensa española sobre el reconoci­miento de nuestro Gobierno por las poten­cias extranjeras.

Con decirque la noticia del reconocimien­to se recibió en Madrid el dia 12; que hasta el 13 no pudieron ocaparso nuestros perió­dicos de ese acontecimiento, y que hasta el 18 no hubo posibilidad de recibir en Londres el correo de Madrid del 13, queda demostra­da la autoridad que debemos conceder á las correspondencias del supuesto barón ale­mán. Por esta y otras análogas observacio­nes que otras veces han hecho nuestros co­legas y por el sabor local y ministerial de las tales cartas, cualquiera las creería escri­tas en el ministerio de la Gobernación ó en ¡acalle de Valverde, a n o conocer de ant i ­guo la formalidad y el crédito que goza nuestro colega L A IBERIA, que honra esas coiTospondencias hasta el punto de inser­tarlas en letra gruesa al frente de su sec­ción política.

Pero si como juicios diplomáticos tienen escasa autoridad las opiniones del barón alemán, como apreciaciones de política in­terior no dejan de ser Importantes, á nues­tro parecer, por lo mismo que las cartas no corren el riesgo de perder, durante una lar­ga t ravesía , Ja inspiración que les diera vida.

Por eso nos ha llamado la atención que el supuesto corresponsal se haya atrevido á fijar el carácter, sentido y alcance del 3 de enero para afirmar, con gran complacencia de los periódicos alfonsínos, que aquel suce­so vino «á destruirlo existente y á abrir una nueva era, que sólo ha tenido razón de ser derribando una situación con todas las ins­tituciones y organismos que le daban vida.» Y como el 3 de enero no habia en pié otras instituciones ni otros organismos que los nacidos de la Constitución de 1869, resulta que en concepto del corresponsal de L A IBE­RIA vino á destruir los fundamentos dé l a Revolución de Setiembre.

Afortunadamente, enfrente de la opinión del •'eminente» diplomático da LA IBERIA, teneiiios la del jefe del Estado y jefe interi­no del Gabinete, que dijeron en un solemne documento dirijido al país, todo lo contrarío de lo que asegura el supuesto barón alemán.

Y no se ofenderá el corresponsal de LA IBE­RIA si entre sus afirmaciones y las de los más elevados personajes de la situación concedemos m i s autoridad á la de estos úl­timos.»

Dice BL GOBIERNO en su número de anoche: "Las noticias de hoy sobre Puigcerdá

confirman la resistencia heroica de esta plaza. Los carlistas, con grandes trabajos, habian logrado trasportar artillería de po­sición al alto de Dorria, cerca de Puigcer­dá; peí o sea porque temieran la próxima llegada de las columnas de socorro ó por otros motivos, lo cierto es que los carlistas que custodiaban esta artillería de posición han retrocedido."

Continúan los rumores de crisis ministe­rial, de los cuales da cuenta LA iGUAtnAD de ayer en au última hora en los siguientes términos:

«El cambio ministerial tantas veces a-nunciado, que hasta aquí no tenía otro ca­rácter que el de una modificación mera­mente personal, parece haber tomado un aspecto político, y no seria extraño tuviese una generalidad que no se esperaba.

Cuando se plantee la crisis no se limitará á los señores ministros de la G uerra y Ca-machü, sino también á otros individuos del Gabinete. Ignórase todavía quien sust i tui­rá al general Cotoner; al de Hacienda reem­plazará probablemente el Sr. Candan, que es el designado hasta el presente. El señor Romero Ortiz está también dispuesto á sa­lir, lo propio que el Sr. Ulloa, resentido, se­gún parece, de la forma en quese han verifi­cado recientes actos diplomáticos."

Se ha verificado con la mayor tranquilí-lidad la entrega en caja de los quintos de la reserva actual en las provincias de Avila, Alicante, Albacete, Burgos, Cádiz, Córdo­ba, Cáceres, Ciudad-Real, Logroño, Guada-lajara, León, Soria, Segovía , Salamanca, Toledo, Valladolid y Madrid.

En esta capital se verificó el sorteo en to­dos sus distritos con el mayor orden.

En una carta de Lérida, que publica EL DIARIO DE AVISOS DE ZARAGOZA, se dice que

las líneas férreas siguen interrumpidas, á pesar del ¡jando del coi:: anda ate general in terino, qu ¡en hace responsables en adelante á los carlistas de cada localidad de los dss-perfectos que ocurran en las líneas de sus términos respectivos. Kn la carretera de Zaragoza, ni los coches circulan ya.

La columna del brigadier Arrando habia llegado la noche del 19, y parte de la mis­ma salió en la mañana del 20.

Se calculan en 50.000 duros las perdidas sufridas '-n los pinares de Poblet, cuyo in­cendio p:• atribuye fundadamente á los car­listas.

La GACETA publica ayer las siguientes noticias de Puigcerdá:

«Por despacho dirijido al ministro de Es­tado por el cónsul do España en Perpiñan se sabe que en Puigcerdá se ha pasado en calma la noche del 22 al 23, habiéndose roto vivo fuego al amanecer: la plaza heroica.

Los carlistas han colocado una batería en dirección de Veigt, de lo cual se ha dado aviso por la plaza á la autoridad francesa Las fuerzas enemigas ascienden á L.'íOO hombres, mandados por Miret y Oalcerán, y esperan 6 Huguet con dos batallonei.

Es interesante, y será leída con gusto por nuestros abonados la siguiente carta inserta en EL DI Ü I O DE Avisos de Zarag-oza:

«Alcañiz 19 do agosto de 187-1. Señor director, muerto de cansancio y

fatiga voy á dar í ' ' . .-lu'!!nos detalles de la venida (i; las fac( Í.M ',•; u esta ciudad.

Los carlistas han sido rechazados tres dias consecutivos, causándoles muchas bajas, más de í-isque en un •••iiicipio se dijo, se­

gún las ; oticías que se van recibiendo. A Valóealgorfa, Codoñera, Torrecilla, Cas-

• telserás. Valderr(i •! ••• .̂ .>t;':)spueblos inme diatos híin llegado heridos, y muchos de ellos han muerto ya .

El 13, t.);l;is i:!-; I'icr'one-reuni'la^al "üvn-do de D. Alfonso, Lizárraga y otros, proce­dente de Castellote, llegaron á Calanda, pa­sando luego áCastelserás, entre siete y ocho de la tarde, sin perder más tiempo que para ordenar el envío de escaleras, picos, azadas, hachas y palanquetas al cabezo del Cuervo, desde donde se dirigieron á esta ciudad.

El cura de Flix, con una pieza de monta­ña, ocupaba los molinos y fábricas del otro lado del puente; Gamundi toda la línea de las Monjas hasta el molino de Abinajas; Pa­lies la parte de la huerta frente al Carmen, y las demás facciones el cabezo del Cuervo hasta Cantarerías. Gamundi y Palles eran los designados para dar el asalto por los puntos que respectivamente ocapaban, y este segundo es el qut; por la nueva muralla de tapia, y frente ú los huertos de Bandrés y Guerrero, debía adelantarse con escaleras y picos por carecer de foso toda aquella parte.

Con un arrojo sin igual llegaron, aunque pocos, hasta la misma muralla, en la que principiaron á picar y otros á escalarla; pe­ro fueron rechazados por nutrido fuego de fusilería, dejando en dicha parte ocho muer­tos, dos heridos que recojimos é infinidad de armas, municiones, picos, palanquetas, ropas y otros efecto?.

Durante el ataque D. Alfonso y doña Blanca se hallaban enla Camarara, á una le­gua de esta ciudad.

Retiradas ya las fuerzas, doña Blanca lla­mó cobardes á los aragoneses, produciéndo­se con este motivo un fuerte altercado en­tre los valencianos y catalanes.

A las once de la noche del 14, el cura Flix con 2.000 hombres, un cañón y dos compa­ñías de zuavos, salió de Valdealgorfa, y Ga­mundi desde Valjunquera con dos batallo­nes para esta ciudad, y con las restantes fuerzas que habian quedado situadas y es­condidas en los Huertos del Buron, Santa Lucia, Eras do la caza y corro de Santa Bárbara, dieron el segundo .\taque, y tam-bien fueron rechazado?.

En vista de todo esto, les carlistas mar-cbaron con D. Alfonso á Valdealgorfa, donde

permanecieron todo el dia 15, y en la noche de este al 16 intentaron el tercer asalto, no pudíendo hacer entrar en fuego ya más que á unas compañías de Gamundi; dírijíéndcse el día 17 D. Alfonso á Calaceite y (xamundi y Palles á Mazaleon, saliendo al día si­guiente para Gandesa, en cuyo camino fue­ron riflendo los valencianos con los catala­nes, hasta el extremo de llegar á las manos, según se cuenta.

Se dice quieren tomar á Mora de Ebro, luego pasar á Castellón y no cejar hasta que sean suyos Teruel y Alcauiz.

Gamundi y Palles en Fabara y Nonaspe, y pequeñas partidas y grupos en los pue­blos de esta comarca. Hay falta de fuerzas del ejército que protejan las operaciones de la quinta y recauden las contribuciones.

Seguimos sin saber nada de columnas. Queda de V. afectísimo amigo, X."

De LAS PROVINCIAS, de Valencia, copia­mos las siguientes noticias:

"Emboscadas hábilmente algunas fuerzas de partidas francas de Castellón en los alre­dedores de Onda, el 20 por la mañana, á las ocho, b ij iba por ol camino de Tales la par­tida volante empleada estos dias en recojer mulos, mandada por un tal Gómez de Esli-da, secretario de ayuntamiento que fué úl­timamente de Víllavíeja, y desde el molino de la Villa recibió una descarga, de la que resultó muerto on el acto aquel cabecilla, apodado también Micha Onsa, y dispersa toda su gente , sin pérdida alguna por nues­tra parte. Este suceso ha causado el mayor miedo en los facciosos de toda aquella co marca, que estaban mal acostumbrados á vivir sin cuidado y como en terreno propio.

—Plácenos sobremanera poder rectificar una noticia que se recibió equivocada en Valencia. Creyóse que un grupo de 20 car­listas había entrado en Onteniente, desar­mando los guardas y dictando band s con­tra las operaciones de la quinta, cuando lo único que ha sucedido es que un grupo de facciosos que se hallaba en las partidas de su término más distantes de la población, sorprendió á dos guardas de campo que con­ducían pliegos para los a caldos pedáneos, rasgó estas comunicaciones, quitó las ar­mas á los dependientes de la autoridad y les prohibió dar verbalmente á los a'caldos la orden que por escrito se les comunicaba.

No se han atrevido, pues, á entrar en la Importante villa de Onteniente, ni es de creer que esto suceda, á no reunir una fuer­za respetable.

—El capitán Soler, de la guardia civil, ha batido á la faccíoncílla Añon, cuyos restos vagaban aún por la parte Suroeste de la provincia. Le ha hecho algunos muertos y le ha cogido armas y muchos efectos.»

VICTIMAS DE OLOT.

üe LA IB:,I;!A toraaiuos el siguiente triste cuadro de las víctimas causadas por la in­humanidad de los carlistas en Cataluña. Con aquel colega repetimos quo; no híi \- palabras para calificar como merecen tales hechos, y que ellos bastarían para hacer imposible el triunfo del partido que los ordena ó autoriza.

•eno.

López

RELACIÓN NOMINAL POR CUERPOS DE LOS INDIVÍ-

DUOS T'L-'E BTERÚN FUSILADOS POR LAS FUERZAS

CARLISTAS EL DIA 17 DE .LULLO DE 1874, QUE

TEMAN EN DEPÓSITO :

Regimiento de E x t r e m a d u r a . Cabo primero, Crispin Ochoa. Soldados: Marcos Martínez. José Fernandez. Manuel Tortáñete.

Primer batallón de Cádiz. Comandante, D. José Muñoz Jiir^anez. Capitán, D, Juan Sánchez Mol;-' ar. Teniente. D. Tomás B.irjas. Alférez, ,). Juan Sánchez Bru ídem, D. Ángel Pérez González. Médico, D. Braulio iiuiz. Sargento primo.M, 1>. Antorao

García. Otro segundo, Vicente García. Otro, José Feí'jjiiudez Pérez. Soldados: Francisco Trujíllo. Manuel Romero Asensío. Cristóbal Caítro. José Alvarez. Manuel JimeneE. Míinuol Blanco. Antonio Moreno. Jerónimo Avío Serrano. Alfonso López Gener. Francisco Caballero. Domingo Flores Lopera. Juan Rapíla González. Antonio García Santamaría. Diego Gómez Becerra. Francisco Saavedra Almagro. Manuel Torres. Manuel Vaquero. Antonio Villalva. Rafael Diaz Gil.

Segundo batallón. Soldado, Vicente Cuesta.

Primero de Navar ra . i'eniente, D. Manuel Alvarez Rodríguez. Alférez, D. Domingo Caballero Soto. Sargento segundo, Melchor Sanmartín

Marañas. Cabo segundo, Antonio Rodríguez Man­

zanares. Soldados: José Jiménez González. Francisco Ortiz García. Manuel Ledesma Contreras. Mariano Gómez Conesa, Juan Romeu Torre». Zoilo Aviles García. Pío Casimiro González. José Nuñez y Nuñez. Manuel Leal Flores. Rafael Moreno Sánchez. Lorenzo Vega Candorelles. Salvador Cálvente Tirador.

Cazadores de Barcelona. Teniente, D. Luis Aguírre Echagüe. Alférez, D. Gregorio Fuentes Carbonell. Sargento primero, Anselmo Bsensis Sol-

sana. Otro segundo, Gabriel Morales Relimpio. Cabo segundo, Paulino Caballos Aillon. Corneta, Ruperto Abad Quintana. Soldados: Emilio Cascan Pérez. Brígidü Pacheco''HigU(!ras, Emilio Fernandez Fernandez. José Martínez Ros. Mariano Vailarin Casc.iu. Tomás Tisell Noyes.

Evaristo Santamaría. José Fandellos. Vicente Rojo Vicente. Lúeas Míirtin Jiménez Claudio Martin Barroso. Isidoro López Díaz. Manuel San Pascua!. Juan Pándete Diaz. Antonio García Eguilus. Jerónimo Manchado. Severino Diaz. Melíton Diez Alonso.

Cazadores de Arapiles. ^ Capitán, D. José Blasco Gelpí. Alférez, D. Ramón Alvarado Enriquez Sargento segu do, Hilario Gavasi Alfaro Cabo segundo, Felipe Galán González. Soldados: Alvaro Nieto Izquierdo. Juan Bermejo García. Juan Rodríguez Egea. José Lobo Diaz. Eugenio Martin Cuadrado. Ramón Gutiérrez Carrasco. Joaquín Galindo Paño. Salvador Bellver Carrillo. Ambrosio Ramírez Rodrigo. Francisco Castaño López. José Montano Tardío. Bruno Maclas Pascual. Bernabé Blanco Martín. Tomás Carmona Pérez. Bartolomé Colaso Maldonado.

Caballería de Almansa. Teniente, D. José Pastrana. Sargento segundo, Ildefonso Sedaño, Cabo segundo, Mariano Ortega. Soldados: Basilio Alvarez. Loreto Lúeas.

ídem de Alcántara. Sargento primero, Víctorio Aparicio, ídem segundo, Tomás ííuiz. Soldados: Salvador Salvador. Telesioro Zamora. Julián Martínez. Vicente Parejo. Sebastian Tous. Francisco Sánchez. Antonio Saez. José Rubiales Villanueva.

Artillería de montaña. Artilleros: Juan Bermejo Molina. Buenaventura Carrato. Andrés Barrios Corales. Miguel Hotach '^'inoves.

Carabineros. Alfáre'^, D. Saturnino García. De los 74 de la clase do tropa se ignoran

sus nombres. Suma total, 187.

Resumen de los fusilados. Jefes 1 Capitanes 2 Subalternos 11 Soldados é individuos de tropa. 99 Carabineros 74

Mañana habrá Consejo con el presidente del Poder ejecutivo según costumbre de to­dos los miércoles.

Dice anoche un periódico: ><Ya debe obrar en poder del Banco de Es­

paña la liquidación del Sr. I'rquijo sobre an-ticipu.s al Tesoi'O, y hoy se remitirán algu­nas otras para que dicho establecimiento pueda expedir ¡as delegaciones.*

Total. 187

Dice anoche LA CORRESPONDENCIA: "Los defeusures de Puigcerdá parece que

han hecho una salida y cojído varios efec­tos á los carlistas en el momento en que estos rectificaban la posición de un cañón para que los disparos no fueran á territorio francés, pues parece que se les amonestó con tal motivo."

Del mismo periódico:

"Por el señor ministro de Fomento se ha excitado e! celo del ministerio de la Guerra y otros departamentos, á fin de que no su dedique la Alhambra á servicio ninguno que pueda perjudicar la conservación de aquel notable monumento."

Esta indirecta va directamente contra el gobernador de Granada que se instaló hace algún tiempo en el citado edificio.

Según declaración de dos sargentos car­listas que se han presentado en Biibao, las facciones hace cinco meses que no perci­ben un cuarto. Esta es una de las causas del descontento que se observa en sus fi­las.

Sigue ocupando la atención el asunto El-boghen y prestándose á muy encontradas versiones. No sabemos á punto fijo el esta­do de la cuestión; pero si no completamen­te rotas todas las negociaciones entre dicho banquero y el actual ministro de Hacienda, siguen por lo menos en muy mal estado.

Así lo dice EL GOBIERNO.

La escuadra alemana cuya venida se es­taba anunciando desde hace dias, ha llega­do ya ayer mañana á Santander.

A varias poblaciones deimporfcancia se les ha concedido próroga para verificar el sor­teo y la declaración de soldados, en aten­ción á las circunstancias especiales por que atraviesan algunos distritos por diferentes conceptos.

En Santiago los tahoneros han querido provocar conflictos, confabulándose para que el pan faltara en la pob ación; pero las dis­posiciones enérgicas adoptadas por las au­toridades han hecho fracasar sus planes.

Los jefeseconómicos do ias provincias han comenzado á dar cumplimiento en la parte que les concierne en la circular sobre em­bargo de bienes á los carlistas.

Los periódicos y correspondencia oficial vuelven á sor confiscados por los carlistas en la Puebla de Arganzon. ;,No podría hacer algo el general en jefe, que está en Miranda de Ebro, para impedir que cuatro perdidos, á legua y media de él, intervengan toda ia correspondencia, causando grandes perjui­cios á los particulares y á ias empresas pe­riodísticas?

En la provincia de Granada no se presen­tó anteayer ningún mozo de los 29 pueblos que estaban señalados.

Ayer se ha dicho qué el general Pavía se detendrá muy poco on Teruel, disponiéndo­se á seguir las operaciones sin descanso.

Dice EL IMPARCIAL: «Hemos visto ayer una carta de Barcelo­

na, en la que se dice que en dicha capital ha corrido la noticia de que una empresa alemana trataba de adquirir la propiedad de la vía férrea de Barcelona á Zaragoza.

No sabemos el carácter de autenticidad que pueda atribuirse á este rumor, que de ser fundado, no dejaría de tener cierta im­portancia.»

De hoy á mañana estará ya á flote el di­que de Cartajena, en el que entrará inme­diatamente la fragata «Numancia» y suce­sivamente la?Zari)goza,» «A'ictoria» y otras.

Según telegrama recibido ayer en el mi­nisterio de Ultramar del gobernador gene­ral de Cuba, el premio del oro á la fecha de aquel, ó sea el 22 del corriente, era de 119 á 123.

Ya se han embarcado en Santander los se­ñores Valora y Arellano, que llevan las cre­denciales para los representantes españoles en el extranjero.

El general Zavala continuaba ayer maña­na en Miranda.

El Consejo de ministros ha acordado exi­mir de derechos de aduanas la introducción de mil fusiles para los Voluntarios de Gra-nollers.

Anteanoche hubo una pequeña alarma en Segovía, á consecuencia de haber creído ver los centinelas del .Vlcázar algún grupo sospechoso, resultando no haber moíivo pa­ra ello, según maniíiesta el gobernador ci­vil, que estuvo recorriendo la población y sus cercanías.

Los dos buques alemanes que han venido á las aguas españolas son de 600 toneladas y 600 caballos de fuerza cada uno, montando cuatro cañones. El mando superior de am­bos corresponde al jefe más antiguo, que es el Sr. Sembsch.

En breve se publicará un decreto del mi­nisterio de Gracia y Just icia, disponiendo se limite á la mitad del sueldo el que en adelante disfrute los funcionarios del orden judicial cuando soliciten y obtengan l i ­cencia.

Así lo dice un periódico mirústerial.

Para atenciones de guerra se han satisfe­cho ayer por la tesorería central dos y me­dio millones de reales.

Dice LA CORRESPONDENCIA: "Los artículos de LA ÉPOCA y LA POLÍTICA

relativos al señor ministro de la Guerra han dado lugar á algunas interpretaciones equivocadas respecto al origen é inspira­ción de los mismos, y no sería difícil que se tratase de ello seriamente, y fueran pre­cisas algunas aclaraciones."

Los ministros de la Gobernación y de Ha­cienda han conferenciado ayer juntos con el presidente del poder ejecutivo.

El general en jefe del ejército del centro ha dispuesto que los administradores econó­micos no ordenen pago alguno ínterin no se hallen satisfechas todas las atenciones del ramo de guerra.

Parece que los carlistas están preparando | los caminos que afluyen á Puigcerdá para el paso de cabdlleríu. Créese que esto será también con el objeto de trasportar las pie­zas que han cogido en Seo de Urgel.

Dice EL DIARIO ESPAÑOL que el Sr. Loren-zana, embajador de España cerca de la san­ta sede, ha dimitido este cargo.

Otros periódicos desmienten la noticia.

Los representantes de Prusia y Austria han conferenciado ayer tarde separadamon-td con el señor ministro de Estado.

ULTIMAS NOTICIAS.

Por el ministorio de la Guerra so nos ha facilitado esta m.ulrugada ias siguientes:

"Cataluña.—Por de-spachos dirigidas -al ministro de Estado por el cónsul de España

Page 3: Discusión, La (Madrid. 1856) 18740825

LA DISCUSIÓN.

su Perpiñan, se sabe que el cañón de grue­so calibre que los carlistas lleyaron á Dorria lo hioioron ratroceder á KipoU, y que el re­sultado del ataque de ayer fué nulo y la de-feísa üiiórgicu. A las cinco y media de la tarde, en que está expedido el último des­pacho, habia cesíido el fuego hacia algunas horas. Anteayer uua pequeña fuerza salida de hi plaza cojió á, los carlistas herramieü-tas, escaleras y otros efectos, lo cual au­mentó el entusiasmo de los defensores."

Por el ministerio de la Guerra so ha remi­tido á informe del director general de in­genieros una memoria y planos relativos á un nuevo sistema de telégrafos militares.

El Consejo de ministros celebrado anoche empezó á las once y media y terminó á las dos y media, ocupándose en ól de las cues­tiones pendientes de Hacienda y Guerra.

NOTICIAS EXTRANJERAS.

El viaje del mariscal Mac-Mahon á Bretaña tiene indudablemente por objeto suscitar simpatías y granar voluntades á favor del setenado. Sin embargo, hasta ahora el mariscal ha tenido que oir, aun en los discursos oficiales, cosas v opiniones q ue no deben sor de su agrado.

El vicepresidente del consejo general del Sarthe le dijo lo que si2;üe: «Si el país tiene couíianza en que el orden y la liber tad no corren peligro, estando en vuestras Ifal.-^s manos, sus votos más fervientes no qui'darán cumplidos hasta el dia en que Francia, decidiendo libremente de sus des tinos, pueda por fin, bajo vuestra égida y al fibrigo de las contiendas de partidos, descansar en un orden de cosas detínitivo.»

En Saint-Malo otra arenga parecida. El Iiresideute del tribunal de comercio dijo al muriscal que los negocios yacen en deplo­rable marasmo porque Francia carece de instituciones políticas y de Gobierno defi­nitivo.

Con tal ocasión, el mariscal pronunció un largo discurso. Dijo que los tímidos no tienen motivo para temer; que él es depo­sitario del Poder ejecutivo por siete años; que responde del orden y de la seguridad P'iblica; que Francia no es el único país donde los negocios están perturbados, y que la forma de gobierno nada tiene que '̂>''i' Con las dificultades financieras.

i ero el XIX SIECLE dice muy oportuna mente á propósito de dicho discurso: «El mariscal Mac-Mahon nos responde del or­den. Pero ¿quién nos responde del mariscay Mac-Mahon.»

El dia 20 se verificó la reunión anuncia­da de la comisión permanente de la Asam­blea francesa. Presidió Mr. Buffet. Asistie ron, representando al Gobierno, el duque Decazes y Mr. Chabaud-Latnur. Legit i -mistas y republicanos amenazaban al Go • bieruo, aquellos á propósito del reconocí miento de España y estos con motivo de los atropellos dictatoriales que comete el gobernador militar de Marsella y con mo­tivo también de la fuga de Bazaine. Pero al fin el conflicto no tomó las proporciones que se temia.

Mr. Tirard, republicano, censuró las niedidas adoptadas en Marsella. El minis­tro de lo Interior contestó que los indivi­duos presos lo han sido por dnlitos comu­nes (se refiere h los de la «Commune,» que son caliíicados así por los tribunales), y la Cfimisiou aprobó las explicaciones del mi­nistro.

Otro individuo'de la comisión interrogó al Gabinete sobre la faga de Bazaine. Fué -le contestado que está pendiente la suma ria y que se castigará á los cómplices.

Mr. Mahy, republicano, y Mr. de Laro-chefoucald, legitimista, hablaron del reco­nocimiento del Gobierno español, el pri­mero aprobando y el segundo censurando. El miuisti'o de Negocios extranjeros con­testó (jiue el Gobierno no puede aislar á Francia de las demás potencias, y que debe s'iLTUir la línea de conducta trazada por los otríis Goliiernos.

ííl emperador Guillermo se propone ir á Kiel á mediados del próximo setiembre. S. M. I . alemana quiere ver cómo se pone á flote el buque blindado «Federico el (írande,» ojjeracion que se realizará el 16 de dicho mes.

Entretanto el Gobierno prusiano conti­núa desplegando todo el rigor que puede contra el clero católico. En una circular dirijida recientemente por el ministro del lutnrior á las autoridades les prescribe ro­dear con todo el aparato de la fuerza los ar­restos de los sacerdotes católicos, ú fin de re])rimii- hasta la menor demostración que pudiera favorec(?rlos, añadiendo que en el caso do formarse grupos ó de resistencia, la tropa híua uso de las armas después de la terccrfi intimación.

Las enérgicas medidas adoptadas por el Gobierno alemán nos demuestran que el ul-tniinontauísmo no cesa en su constante afán de suscitar conflictos y dificultades k la autoridad civil.

VARIEDADES.

i ,os VKNENOS MINER.^LEK.

DESPACHOS TELEGRÁFICOS.

Alcances de la Agencia Fabra . BERLÍN 19. -Reina mucha actividad en

los arsenales prusianos. Kl Gobierno alemán muestra grande

empefiOien auipentar sunmriaa railitar. Se ha dado una orden disponiendo que no

se admitan en las imprentas del Slesvig Holsteinmás que caji.tas alemanes; prohí-bi.índo.,en absoluto que trabnjen en ellas los suecos y rioruegos. Anteriormente ya se hubia prohibido dicha profesión & los di-pamarqueses.

Dentro de pocos días llegará á esta capi­tal el embajador de Alemania en París, con objeto de conferenciar con el Gobierno y hacer uso de la licencia que le han conce­dido.

PARÍS 20.—En breve comenzarán los ira-bajos de los fuertes destinados á defender la nueva frontera de Francia Cerca de la Al-sacia y la Lorena, en los desfiladeros de los Vosgos que conducen al Franco Con­dado.

La política alemana ha obtenido un triun­fo con motivo del próximo matrimonio de la princesa Maria, hija del gran duque reinante de Mecklemburgo, con el gran du­que de Wladimiro de Rusia.

Desde el tiempo de Pedro el Grande á to­das las princesas extranjeras que contraian matrimonio con los principes rusos les o-bligaban á abrazar la religión ortodoxa; pero el príncipe de Bisraarck ha conseguido que la princesa alemana pueda seguir pro­fesando el luteranismo.

Han sido conducidos á Marsella varias personas presas en Argel por estar compli­cadas en los sucesos de setiembre de 1870.

No se sabe á punto fijo, á pesar de lo que han dicho algunos periódicos, quien será nuestro representante en Madrid. Hoy se cita el nombre de uno de nuestros diplo­máticos actualmente acreditado en una corte del centro de Europa, que conoce muy bien los asuntos españoles por haber sido agregado durante el 1m))erio A la embajada de Madrid.

Todavía no ha dictado su fallo arbitral ei mariscal Mac-Mahon, acerca de la cues­tión pendiente entre Portugal é Ingla­terra, sobre una colonia de África. Parece que este asunto esde muydiiicilresolucion.

El ex-rnariscal Bazaine fijará su residen­cia en Londres.

RENNES 20 (retrasado).—Rl mariscal Mac-Mahon después de visitar los princi­pales edificios públicos y particulares, ha ido á la catedral, donde ha sido recibido por el cabildo.

A las doce ha salido de esta ciudad con dirección á Saint Bríene.

SAINT BRIENE 20 (retrasado).—Contes­tando el mariscal Mac-Mahon á las felicita­ciones que le han dirigido el obispo de esta diócesi y el alcalde de esta ciudad, hacien­do el elogio del setenio, ha declarado que está firmemente resuelto á permanecer en el poder durante 'os siete años fijados por la Asamblea.

BREST21 (retrasado).—El mariscal Mac-Mahon ha llegado á esta ciudad.

VERSA.LLES21 (retrasado).—El ministro do Negocios extranjeros, duque de Decazes, declara ayer en el seno de la csmision per­manente, que Francia no ha tenido jamás relaciones con ü . Carlos.

Los diputados que asistieron á la reunión guardan el más absoluto secreto sobre otras declaraciones que hizo el ministro acerca de la cuestión española.

P A R Í S 20 (alcance).—Conforme habrá anunciado el telégrafo, las recriminaciones de los legitimistas. provocadas por el duque de La Rochefoucauld, sobre el reconoci­miento de España, no han encontrado eco en la comisión permanente, desvaneciéndose como el humo los siniestros augurios que se habían hecho sobre la actitud de los individuos de la extrema derecha.

La comisión permanente se reunió á las dos y media de esta tarde.

Después de tratar sobre las prisiones ve­rifica ias en Marsella, la faga de Bazaine, la tolerancia con que se ha permitido la distribución de dos millones de fotografías del príncipe imperial, el republicano señor Mahy,pidió explicaciones sobreel reconoci­miento del Gobierno español.

líl ministro contestó en los términos que habia indicado el telégrafo;se limitaron los legitimistas á hacer algunas observaciones y se levantó la sesión á las cuatro y cuarto.

LONDRES 21 (retrasado).—Las cañoneras prusianas «Nantillas y Albatros,» han sa­lido de Portsmouth con rumbo á Jas costas Betentrionales de España.—FABRA.

lisis qe^ese extiende gradualmente á todos los nii'.mbros, en fin una enfermedad al ce­rebro, una especie de locara llamada ence­falopatía saturnina. Laúiltima se complica COI! trastornos de los sentidos, y sobre todo, d',; lu visión, teniendo sie;¡ipre un resultado fatal.

Los cólicos de ploiao ?c curan fácilmente. Es más difícil remediar ia parálisis; pero cuando se agrava hasta el punto de produ­cir accidentes nerviosos, y sobre todo, cere­brales, es incurable

Se ve, por estas breves obserraciones, el peligro que tienen las preparaciones de plo­mo y el que puedo producirse con el uso de utensilios y aparatos eonstruidos con este metal. La historia de la ciencia está llena de hechos que lo ponen en evidencia. Los tratados de toxicología abundan en relacio­nes de envenenamientos producidos por el plomo.

En octubre de 1848, enClaremont, el doc­tor Gueneaude Mussy fué llamado para asis­t ir á varios miembros de la familia de Or-leans atacados de violentos cólicos, que se ignoraba absolutamente el oríjen. Después de un examen atento de los diversos sínto mas, no vaciló en atribuir loa accidentes ob­servados á envenenamiento por el plomo. El Dr. Hoffmann, á quien se confió el cuidado de analizar las aguas bebidas por los enfer­mos, probó químicamente que contenían una notable cantidad de plomo. Se renunció entonces á hacer uso de los tubos de plomo que llevaban agua al palacio.

Un sabio higienista, M. Chevalier, dijo con este motivo: "Está completamente de­mostrado para nosotros, que el empleo del plomo para conducir las aguas destinadas á la alimentación, puede ser seguido de peli­gros más cS menos graves, y que os indis-pen.sable proscribir este metal; con esto se evitará todo peligro."

En 1857, en París, siete personas á la vez fueron envenenadas por una bebida que contenia plomo.

La distribución de las aguas en las gran­des ciudades en donde ii? casas reciben este liquido por conductos de plomo, ha traído recientemente á la discusión pública esta cuestión. Está probado que las aguas que circulan por tubos de plomo pueden disol­ver cierta cantidad de este metal, sea bajo la forma de sulfato ó de carbonato. La for­mación de estas dos sales es fácil de com­prender.

El agua natural contiene en disolución oxígeno y ácido carbónico. Estos dos gases, en contacto con el plomo, según las leyes de la química, dan lugar á la formación del carbonato de plomo (albayalde). Por otra parte, el plomo, bajo la influencia de emana­ciones sulfurosas,—que no son escasas en el suelo desde que se usa el alumbrado de gas , —la metamorfosea en sulfuro negro, el cual , en contacto con el oxigeno, blanquea y se convierte en sulfato. Se dirá que este car­bonato y este sulfato no son muy saludables en e lagua. fisTerdadr-Pero-el a g ú a l o s di­suelve fila larga en pequeña cantidad, y cuandq permanece en contacto prolongado, se satura de tftl manera, que es suficiente verter en elía una gota de hidrógeno sulfu­rado para ver aparecer un'' precipitado ne­gro de sulfuro de plomo.

El peligro de los tubos y depósitos de plo­mo siempre ha sido vigilado por la policía médica. En muchos países son totalmente prohibidos. En 1859 y 1865, la prensa ingle­sa levaátó la voz acerca del envonenamien-

Los afectos pulmonares crónicos siguen fiando la mayor cifra en las estadísticas de defunciones.

La inauguración de la nueva plaza de toro.s de Madrid será ol dia 4 ú 8 de seíiom bre, con más probabilidad aquel que este. La comisión df la diputación provincial eu-'':•-.• ¿tiúa ujl espcctae.uio, cuenta para traba­jar en dicha corrida, entre otros, con los es­padas Lagartijo, Frascuelo, Bocanegra, Cur-rito. Machio, Chicorro, y se cree que torea­rá también Manuel »Dominguez. Han rega líido toros para la misma corrida. Vera­gua, Hernández, Puente López, López Na­varro. Nuñez de Prado, Anastasio Martin y Miura, hasta ahora.

La corrida se ejecutará sólo por la tarde, y ol precio de las localidades, según noti­cias, será de 20 rs. tendido de sombra, 16 sol y sombra, y 12 el sol; 40 rs. delantera de grada, y de 500 á 600 rs. el palco, una y otro á la sombra.

Es sumamente var iado el último número de "El Mundo Cómico", que como todos los publicados, contiene lindas viñetas de Pe-llicer, Perea, Giménez, Luque, y Salcedo,y autorizan la parte literaria firmas tan cono­cidas como las de la Frontaura , Palacio, Blasco, Villergas, Barral. Bustillo, Frexas de Sabater, y Jiménez Cros.

Por iniciativa de losSres. Castelar, Gal-do, Rivero, Picatosto, Pi Margall, Moya, Salmerón, Labra, Figueras, Fernandez Cuesta y Rubio (D. Leandro) que firman la correspondiente circular, se ha abierto una suscricion para socorrer á la familia de' desgraciado escritor D. Federico Carlos Bel-tran, muerto hace p ico en la miseria.

Aplaudimos este filantrópico ponsamien-to y deseamos que obtenga buen resultado. Los puntos en que se reciben ios donativos son los siguientes:

Cifé do Fornos, calle de Alcalá.—Café Oriental. Puerta del Sol. -Café de Francia, Pasaje de Matheu.—Establecimiento de car­ros de mudanza, de Ángulo, calle del Espe­jo, núm. 7.—Calle de Toledo, núm. 117, cordeleria.—Hortaleza, 17, oficina de far­macia.

Lo que se anuncia al publico para su co-aocimiento.

Madrio 22 de agosto de 1874.—Ei alcalde, marques de Sardoal.

Ley geiievai de ia acción de Jas sales vene- ' nosas.—.Vccion de las sales de plomo.— Enfermedades graves causadas por las sa­les de plomo.—Cortejode las enfermedades saturninas,—Envenenamientos cor el plo­mo.—Peligros del uso de utensilios de plo­mo.—En vonaihiento del agua potable por el plomo.

Las sustancias minerales que t ienen el carácter de venenos para la economía ani-nMU son las combinaciones salinas en las cuales los metales entran por una j^arte más ó ména« importante. Estas sales cuando se disuelven en el agua pueden penetrar rápi­damente en la corriente circulatoria y pro­vocar en los órganos desórdenes de diversa naturaleza.

El doctor Rabuteau, francés, ha descu­bierto y establecido últimamente la ley ver­dadera de las sales en los animales y en el hombre. Ha demostrado que una sal es tanto niás venenosa cuanto que el peso atómico del metal que contiene es más alto.

Los pesos atómicos de los metales livianos son débiles.

También las sales de estos metales son poco peligrosas.

La sal de cocina es cloruro-de sódíi^,: és casi completamente inofensiva. Et cloruro de potasio es algo más peligroso. El peso ató­mico del potasio es mayor que el del sodio. El cloruro de hierro no deja de tener peli­gro. El plomo es verdadero veneno.

En efecto, el peso atómico del plomo es enormemente mayor que ei del sodio.

Todas las sales del plomo son, pues, com­puestos temibles para el organismo. Esto es tanto más digno de atención bajo el punto de vista de la higiene publica, que los sín­tomas del enve^nanxiento ino- afectan en general la forma aguda; aquellos que consu­men agua que contenga en disoluf^ion estas sales, sufren una alteración lenta que al ca­bo de algún tiempo se demuestra en acci­dentes de todo género. Desde luego es un cólico seco conocido con el nombre de cóli­co de plomo ó saturnino, después uua paró­

te de lap aguas potables por los conductos fabricados con este metal, y las revelacio­nes que se hicieron atestiguaban hasta qué punto 98 coniprometia la salud pública El Dr. Thompson, presidente de la asociación médica; de oficiales de sanidad pública de Nueva-York, escribía recientemente que "es indispensable condenar con toda seve­ridad el uso de depósitos y tábost de plomo. No debe jamás emplearse para conducir y conservar el agua destinada á la bebida y á los alimentos. Es'dificil compi*ender razona­blemente el oríjeñ'üel emplétí de un metal tan perjudicial para los usos demésticos."

Esto.s'testimonios ó indicaciones, son su­ficientes para ilustrar al lector. Es'preéiso tener presente que el envenenamiento por el plomóse hace de una manera lenta é in-sidiosa¿pero segura, por el empleo de bebi­das y aiiiaentos, los cuales no dan desda luego r^ingun indicio de peligro. Éstas be­bidas y'aH-mcntog-cotrsBrvactogóTiteparados t " " ' T ü c i n o en vasos de plomo contienen una cantidad inf ini tamene pequeña de sal venenosa; pe­ro esta cantidad absorbida todos los días por el organismo, se acumula poco á poco y acaba por representar una proporción de veneno suficiente para producir los desórde­nes más graves.

Conviene vigilar constantemente este pe­ligro. Cuando los accidentes saturninos se declaran, lo mejor es llamar á un médico. Con todo, no sa evitará radicalmente el ries-,go de envenenarse con plojao, sino renun­ciando totalmente al uso de este perniciosi» metal. — (De la GACETA INTERNACIONAL de

Bruselas.)

Anoche se suicidó en la calle de San Car­os un hombre disparándose un tir» en la cabeza. Parece que la causa de esta des­gracia ha sido el haberle cabido la suerte de soldado.

Ayer t a rde á la una y media se declaró un incendio en una fábrica de calzado de la Cuesta de Areneros, barrio de Pozas, que­mándose algunas maderas que allí habia y hundiéndose el tejado. A las tres se consi­guió dominar el fuego, sin que haya que la­mentar ninguna desg«icia personal. Desde el primer momento se presentaron en el si­tio del siniestro todas las autoridades, bom­bas y dependientes de la Villa.

' - - : • • • • • i

Ayuntamiento de Madrd .

PlUXIOS DEL MERCADO EN EL ÜL\ DE LA FECHA.

Carne de vaca, de 14*00 á 15'00 pesetas la arroba; de 0'59 á l'OO la libra, y á 1'34 el kilogramo.

ídem de carnero, á 0'53 pesetas la libra y r 5 t el kilogramo.

NOTICIAS VARIAS.

Cerca del portillo ás Embajadores ha habido ayer tarde una riña entre dos indi­viduos, recibiendo uno de ellos una puña­lada en un costado, bastante grave, siendo conducido al hospital y el agresor á dispo-siGioord^J juea de guardia.

E'stádd sanitario de Madrid.—Entre 710,21 y 703,10 ha oscilado la columna ba­rométrica en la semana que acaba de ter­minar, dominando de un modo marcado los vientos O. y 0-N-O. en los primeros dias, y los E. y E-N-E. en estos últimos. Las ci­fras termométricas extremas han sido 38°2 y 9,8.

La variación que en los dos períodos ante­riores se iba diseñando se ha acentuado mu­cho menos en esta semana; las afecciones i-eumáticas han íjontinuado presentándose; pero las fiebres gástrico tifoideas y tíficas exantemáticas que parecian amenguar han tomado nuevo incremento, revistiendo for­mas nerviosas alarmantes.

En los niños abundan las fiebres erupti­vas de cupfa>ter:beaigm), eípeclalmente el laraoiplon,

ídem de ternera, de l'OOá 2 la libra, y de 2'17 á 4'34 el kilogramo.

Jamón, de 20'00 á 30 pesetas la arroba; de 0'82 á 1'50 la libfa, y de I'78 á 3'25 el kilo­gramo.

Pan de dos libras, de O'H á 0'47 y de 0'43 á 0'50 pesetas el kilogramo.

Judías, de 4'OOá 9'00 pesetas la arroba; de 0'2l á 0'3& la libra, y 0'45 á 0'76 el kilo­gramo.

Cok, á 0'37 pesetas la arroba, 1 á 0'07 el kilogramo.

Petróleo, á 0'35 pesetas el cuartillo, y á 6'93 el decalitro. „, ,^.

Aceite, de 13,.50 á 15 pesetas la arroba, de 0-47 á 0'53 ia libra, y de 9'10 á 10'49 el decáJitro,

Carbón vegetal, á 1'75 pesetas la arroba, y áO' lñ el kilogramo.

ídem mineral, dé6 '94á 1'12 pesetas la ar­roba, y de o 9 a triO el kilogramo.

Despojos de cerdo,de h(J^á_U'25pesetas , añejo, á 20 pesetas la arroba; de

O'OO á 0-82 ia Libra y de OHW á 1-78 ex kilo­gramo.

Paiatas, de 1 á 1'75 pesetas la arroba; de 0'06 á 0'91 la libra, y de O'13 s 0-01 el kiló-graiuo

Arroz, de TOO á 9'50 pesetas la anroba; de 0'26 á 0-41 la libra, y de 0-56 á 0*39 el kilo­gramo.

Jabón, de 9*50 á i r 5 0 pesetas la arroba; de ü'35 á 0'50 la libra, y de 0'76 á l '98el kilogramo.

Vino'de 6'50 á 10 pesetas la arroba; de 0'23 á 0'35 el cuartillo, y de 4-55 á 6'93 el decalitro.

Trigo, de 14'25 á 15'37 pesetas la fanega,y de 25-79 á 27'82 el hectolitro.

Cebada, de 9-81 á 10'75 pesetas la fanega y de 17'76 á 19'46 el hectolitro.

Nota - Keses degolladas en el dia de ayer .

Vacas, 127. Carneros, 626. Corderos, 00, Cerdos, 0. Terneras, 27. Total. 780.

Su peso en libras, 68.896. - ídem en kilo­gramos, 29.316.

Recaudación en el dia de ayer sobre los art ículos de comer, beber y a rder .

PUNTOS DE RECAUDACIOJi, Pts. Cents.

Toledo. 5.324'00 Segovia ídem del Norte Bilbao Aragón Valencia Estación del Mediodía Diligencias y correos. . . Pozos de nieve Matadero - Arbitrios sobre

la carne

Total

1.245'27 3.885'68

890 90 1.469 81 2.76i.^2 7.03824

4'3l

7.035'8t

89.656'67

BOLSA DE MADRID

COTIZACIÓN OFICIAL DEl 2 4 DE AGOSTO DE 1874.

Fondos públioos.

Renta perpetua al 3 por 100. á il'&O Títulos pequeños, á 11'60. A fin de mes, OO'OO. 3 exterior, 15'00. Billetes hipotecarios, 98'00. Id. B. CasMlla. OO'OO. Bonos del Tesoro, 46'60. Deuda del personal, OO'OO. Cant. pequeñas, 46'50. Obras públicas 1858, OO'OO. Carp. P. de bilí. T. OO'OO. Resg. C." Deps. 45'00. V. diciembre 72, OO'OO. E. Erlanger y C OO'OO. Oblig. municipales, 00-00. Marzo 2.000. 55, OO'OO. Abril .50. 4.000. OO'OO.

Obligaciones generales por ferro-carriles, de á 2.000 rs., 20-40.

ídem nuevas, 19'95, Id de 2,000. OO'OO. Id. de '20.000, OO'OO. Alar á Santander, OO'OO. Banco de España, 134 00.

CAMBIOS.

Londres. 90 d. f., 4S'60. París, 8 dias vista, 5*06.

En nuestra edición de provincias de ayer insertamos lo siguiente:

La GACETA publica hoy en su última pla­na las siguientes noticias:

"El consejo de guerra celebrado hoy en Zamora ha impuesto 10 años de presidio á los dos individuos declarados promovedores del tumulto ocurrido el dia del sorteo, y cinco á otros que resultan complicados.

—Los trenes de la línea de Almansa cir­culan con trasbordo desde ayer. El t ren mixto sale para Madrid á las siete y 20 mi­nutos de la tarde.

—Se sabe que el dia 20 unos 40 Volunta­rios de la diputación provincial de Caste­llón marcharon sobre Onda con el fin de co­par al comandante de armas carlistas; y que habiéndose situado una fuerza compuesta de 12 hombres con el sargento .losé Avela en un molino próximo á la población, fue atacada por una partida volante de 40 á 50 carlistas mandadas por e! cabecilla Gómez, la cual fué rechazada y batida con el mayor denuedo por nuestra fuerza , causándole tres muertos, entre ellos el citado cabecilla, y regresando sin la menor novedad.

Un colega de la mañana da cuenta del Consejo celebrado anoche en los siguientes términos:

"A las once y medía se reunieron anoche los ministros en Consejo y poco después de la una salían del ministerio de la Goberna­ción los Sres. Ulloa, Rodríguez Arias, Alon­so Colmenares y Camacho, quedando reuni­dos los Sres. Sagasta,Cotoner y Alonso Mar­tínez, que estuvieran conferenciando otra media hora próximamente.

No creemos se nos tachará de muy sus­picaces atribuyendo alguna importancia política á este detalle; pero en rigor debe­mos confesar que del Consejo de anoche sólo sabemos á ciencia cierta que el Sr. Ulloa dio cuenta de un telegrama de nuestro re­presen ante en Stokolmo, anunciando el re-conoci.niento del Gobierno español por el de Suería y Noruega, y de haber pedido el Gobierno austro-húngaro el cambio de ere denciales, recomendando que la del minis­tro iuipeiial le sean remitidas á París, don­de actualmente se halla.

Aparte de estos pormenores, el Consejo, á juicio de los amigos del Gobierno, no tuvo injportancia."

EL lMPAiiciA,L publica esta mañana las tres siguientes noticias, (-apacos de poner miedo en el ánimo más esforzado:

«Desde las cuatro de la mañana están constituidos en tribunal los consejos de guerra permanentes establecidos en Madrid.

—Por acuerdo del Gobierno se ha consti­tuido hoy ¡a audiencia en tribunal perma­nente.

—De orden del presidente de la audiencia hoy permanecerán de guardia en el local que hay á propósito en el ministerio de la Gobernaciou todos los jueces y promotores fiscales de Madrid »

A la hora en que corramos esta edición no ha ocurrido nada que podamos comuni­car á nuestros lectores.

DESPACHOS TELEGRÁFICOS.

P A R Í S 19 (4 y .55 tarde, recibido con el correo del 22).—En una reunión preparato­ria efectuada por la derecha realista quedó decidido ocuparse mañana en la sesión de la comisión permanente de la cuestión del re­conocimiento de España y pedir la convoca­toria inmediata de la Asamblea.

Los miembros de la izquierda están en contra de la convocatoria, y se asegura que también el Gobierno.

VIENA.—Dice un despacho de Roma que el papa se haüa dispuesto á reconocer el Go­bierno de Madrid cuando quede reconocido por las grandes potencias.

P A R Í S 18 (2 y 7 tarde, recibido con el cor­reo del 22).—Se concede mucha importancia a l a sesión de la comisión permanente que se reunirá el jueves.

Los republicanos deliberarán interpelar al Gobierno por la suspensión de varios conse­jos municipales, por las prisiones de Marse­lla y por el asunto de Bazaine.

Por su turno los diputados legitimistas interpelarán también al Gobierno á propósi­to d^I reconocimiento de España y respecto a l a cuestión del "Orínoque".

Continúa siendo recibido en las poblacio­nes con el mismo entusiasmo el luariscal preildtnte.

P.VRlís 19 (5 y 7 tarde,, recibido con el correo del 22).—Se habla de un caso extra­ordinario sucedido en la recepción del ma­riscal Mac-Mahon en Saint Malo.

El presidente del tribunal de comercio en­cargado de cumplimentar al presidente, di­jo que lo ((ue ponía obstáculos á la regu­laridad de los negocios era la ausencia de un gobierno estable y claramente definido.

Mac-Mahon le inti^rrurnpió vivamente, res¡X)udiéndole que él encontraba que íua poderes estaban perfectamente definidos,^ que sabría conservarlos y hacerlos respetar hasta la conclusión del Senado.

VERSALLES 15 (1 y 50 tarde, recibido con el corroo del 2'í).—Uoin;i i 'ásUnte aiv macion en Versalles por consecuencia de la sesión de la comisión permanente.

Han acudido muchos diputados. Gambetta y otros jefes de la izquierda

aguardan en la sala de los pasos perdidos. No es pública la sesión. El debate debe ser vivo por discutirse

cuestiones de grave importancia. VERSALLES 20 (3 y 10 tarde, recibido

por el correo del 22).—Abierta la sesión á las dos de la tarde.

Buffet, presidente de la .•Vsamhlea nacio­nal, preside la sesión.

Kl Gobierno está representado por el du­que de Decazes. ministro de Negocios ex­tranjeros y el general Chabaud Latour, mi­nistro del Interior.

Los diputados legitimistas no ocultan su irritación por el rcconocimionto del Gobier­no de España.

Se efectuarán reuniones preparatorias d« la derecha y de lu izquierda antes de la se­sión,

P A R Í S 20 (4 y 16 recibido por el correo del 22,)—Los republicanos de la comisión permanente interpelan al Gobierno sobre la fuga de Bazaine y por ia supresión de lo» diarios republicanos.

El ministro del Interior responde acerca de la evasión de Bazaine que está pendiente el sumario, y que los cómplices serán penados. Respecto & la supresión de los periódicos a-probó las medidas adoptadas por los prefec tos y comandantes militares.

Se da por terminada la discusión de estos asuntos sin insidente alguno.

VERSALLES 20 (4 y 30 tarde, recibido con el correo del 22),—Los republicanos se que­jan de que más de dos millones de fotogra­fías del ex-príncipe imperial hayan sido dis­tribuidas.

El ministro respondió que el Gobierno cumpliría su deber, sin tener ni compla­cencias, ni debilidades,

VERSALLES 20 (7y 45 tarde, recibido con el correo del 22). j i . Mehy, republicano, y Larochefaucauld, legitimista, interpelaren al Gobierno sobre los rumores del reconoci­miento del Gobierno español; aprobando el primero y condenando el segundo el acto ministerial.

El ministro de Negocios extranjeros con­testó que el Gobierno entendía no deber aislar á Francia de las demás potencias eu­ropeas y que seguirla la linea de conduc­ta trazada por los otros Gobiernos.

Iicvantada la sesión sin incidente. PARÍS 20 (7 y 25 tarde, recibido con el

correo del 22).—Han hecho circular un ru mor intentando acreditar que Inglaterra y Rusia no reconocerían inmediatamente al Gobierno de Madrid.

Ha declarado el ministro de Negocios extranjeros que Francia conformaria $u conducta á la de ¡as otras potencias. Es­ta nueva, si fuera exacta, seria de bastante gravedad.

Fondos . -El 5 por 100 á 99,42.—El 3 par 100 á 63,59.—El exterior espaiiol, á 18 li2.

P A R Í S 21 (3 y 20 tarde, recibido por el cable de Lisboa).—Las declaraciones hechas ayer por el ministre de Negocios extranje -ros ante la comisión permanente sobre e reconocimiento do España produjeron feliz impresión.

Los legitimistas en su irritación dirijen nuevos ataques á los poderes dai mariscal Mac-Mahon.

ÍDEM 21 (tarde, recibido por el cabla do Lisboa) .—Abandonan los legitimistas la con­vocatoria de la Asamblea por consecuencia del reconocimiento do España.

Esta declaración obedece á la persuision de que las izquierdas, centro derecho y de­recha moderada, en junto más de 600 dipu­tados, les serian contrarios.

M. Bourgoing ha sido nombrado embaja­dor de Francia en Madrid.

El descuento bajó en Londres á 3 li3.—A-(ÍENCIA A.MEKICANA.

BOURG MADAME 21.—Tristany se ha presentado dolante de Puigcerdá intiman­do la rendición de la plaza.

Los sitiados se han negado á rendirse. Los carlistas han establecido sus bate

rías para atacarla. Esta madrugada se ha roto el fuego, que

ge oye desde esta población.—FABRA.

ESPECTÁCULOS.

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JARDÍN DEL BUEN RETIRO.—A las 8 ll2.—Los titiriteros.—Baile,—La comodian-ta Rufina,—Baile —Intermedios por la han • da de ingenieros,

TEATRO DEl. PR.VDO,-A las 8,—Los dos caminos.—Como la espuma.—Q. Q.—Un elijan.-Bailti.

TEATRO DE VERANO (Barquillo, S4).— A las 8 l[2.~Marujá.—Dos amos para un

criado.-iHn el cuarto dé* inf tnüjér.—Las diabluras de Perico.

CIRCO DE PRICE. -Ala» 8.—(irande y variada función de ejercicios ecuestres y gimnásticos, pn la que se repetirf la pan­tomima «El cazador contrabandista.»

MADSIP.—1S74.

lU'p. deL'ADuic(jsio»iác»rgodeUar1iriiiiBiUl*l«

Page 4: Discusión, La (Madrid. 1856) 18740825

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LADIS DIARIO OEMOCRATICO.

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