Dios hizo el mundocon altos árboles,montañas majestuosasy azules mares,descansó y dijo:

"Necesita una cosa más, alguien que pueda cantar y bailar,caminar en el bosque y recoger las flores,hablar a la Naturaleza cuando todo es callado.

Así Dios creó las niñascon ojos alegresy largos caireles,corazones contentosy astucia femenina,con sonrisas que hechizany animan.

Utilizó parte de la materia de muchas criaturas de la naturaleza:

la alegría de las flores; del ruiseñor, los cantos;

de la mulita, la terquedad; del chango, las monerías;

los brincos del chapulín, la curiosidad del gato

y la mente incomprensible y misteriosa de la mujer.

Hay millones de niñas, pero cada una es especial y única.

Puede ser la más cariñosa del mundo y también la más necia. Se le encuentra brincando, cantando y haciendo toda clase de ruidos.

Cuando le llaman la atención, se queda quietecita, humilde, con ese brillo celeste en su mirada.

Ella es la inocencia jugando en el lodo, la belleza echando maromas y también la más dulce expresión del amor cuando acaricia y duerme a su muñeca.

No le gustan los niños, ni que le peinen el pelo.

Le encantan los cuentos, las muñecas, los helados, los animales, los moños para el pelo, las otras niñas…

… el mar y el bosque, jugar a la tiendita y a la comidita, las hadas, el perfume …

… ver las estrellas, los abrazos y su abuelita

Pueden desesperar sus gritos y alborotos, pero al decir “te quiero” aparece una aureola angelical, quitando como por encanto su disgusto.