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    DOSSIER

    L vd y : U geeg deese ee

    Constanza Serratore Por qu una genealoga del pensamiento poltico italiano contemporneo

    ARTCULOS

    Roberto Esposito Vida biolgica y vida poltica (Bilinge)

    Marcelo Antonelli La deriva deleuziana de Roberto Esposito

    Sandro Chignola Regla, Ley, forma-de-vida. Alrededor de Agamben: un seminario (Bilinge)

    Jacopo DAlonzo El origen de la nuda vida: poltica y lenguaje en el pensamiento de GiorgioAgamben

    Luciano Carniglia Figuras de la subjetividad: el decir verdadero en la biopoltica contempornea

    Vinicius Nicastro Honesko Para una tica sin culpa: Agamben lector de Pasolini (Bilinge)

    Dario Gentili Italian Theory: Crisis y Conicto (Bilinge)

    Rodrigo Karmy Bolton La Potencia de Averroes. Para una Genealoga del Pensamiento de lo Comn enla Modernidad

    Rese

    Jannia Gmez Gonzlez Ivn vila Gaitn. De la isla del doctor Moreau al planeta de los simios:La dicotoma humano/animal como problema poltico.Bogot: Ediciones desde abajo, 2013.

    ENTREVISTAS

    Laura Gioscia On Critical Thought Today. An Interview with Wendy BrownGabriel Delacoste

    Diego Sazo Maquiavelo: Republicanismo radical y poder constituyente (Entrevista a Miguel Vaer)

    NMERO 12 | JULIO - DICIEMBRE 2013 | ISSN: 0718-655X

    Revista

    Plyade

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    REVISTA PLYADE 12/ ISSN: 0718-655X / JULIO - DICIEMBRE 2013/ PP. 197-225

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    L Pe de Avees

    P u Geeg dePese de C e Mdedd*

    Rdg Ky B**Uvesdd de Che

    Ce de Ass e Ivesg P

    RESUMEN

    El presente ensayo desarrolla las siguientes tres tesis. En primer lugar, que la expulsindel averrosmo de la Universidad de Pars en el ao 1277 constituye el acontecimientoque privar a la modernidad occidental de poder articular un pensamiento de lo comn;en segundo lugar que, no obstante dicha expulsin, el averrosmo no cesar de retornarcon diferentes nombres para situar a la potencia del pensamiento como el reducto en elque se juega la in-fancia del hombre; en tercer lugar, que el ltimo de esos retornos se

    habra dado en base al disfraz de lo que la actual normalizacin acadmica denominalosofa contempornea y que comportara a todo aqul pensamiento que, antes queconcebir al hombre como aqul viviente que habla, suscribe la tesis de que el hombrepuedehablar, detenindose en la irreductibilidad de su in-fancia. As, el retorno del averrosmointerpela nuevamente la relacin entre hombre y comunidad, entre la vida y la poltica.

    Pbs ve: Averrosmo, potencia del pensamiento, persona, in-fancia.

    Avees Pey.T Geegy f he Cu Thugh Mdey

    * Artculo recibido el 31 de agosto y aceptado incondicionalmente el 29 de septiembre.El presente texto se inscribe al interior del proyecto FONDECYT Angelologa islmica.Elementos para una genealoga teolgica de la gubernamentalidad en el islam. Nmero11110024.** Rodrigo Karmy Bolton Doctor en Filosofa por la Universidad de Chile, profesor e investigadordel Centro de Estudios rabes de la Facultad de Filosofa y Humanidades de la Universidadde Chile y CAIP. Sus lneas de investigacin incluyen angelologa y la gubernamentalidad enel islam y en el cristianismo, losfalasifarabe medieval y la losofa contempornea (Agamben,Foucault, Schmi). Recientemente ha publicado Polticas de la Interrupcin. Ensayos sobre Giorgio

    Agamben(Santiago de Chile, Ed. Escaparate, 2011), Colaborador y miembro de la revista www.hojaderuta.org. E mail: [email protected]

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    This essay develops three thesis. First, that the expel of averroism from the Universityof Paris at 1277 constitues the decisive event that will deprive from western modernitythe posibility for a comuntarian thougth; second, although this expel, averroism willcome back with dierent names to stablish the potenciality of thought as the place weresomething like an in-fantiatake place; third, the last of those returns has been by the name

    of what we call the contemporary philosophy that assumes the thesis that man is notthe animal who speak, but the one who can speak. Thats why the return of averroism suposea new interpellation of the relationship between man and comunity, life and politics.

    Key wds: Averroism, potenciality of thougth, person, in-fantia.

    1.- Una genealoga siempre es oscura. Una exploracin de aquello que nosconstituye, pero que nos es extrao. El trazo de una historia que sobrevive

    a su propia invisibilidad y que hoy se pregunta por una genealoga delpensamiento de lo comn que, a la modernidad, le habra sido cercenado.Si una genealoga abre el terreno de lo oscuro es porque la cuestin a

    la que apela el problema del origen no constituye el centro en el quetiene lugar esa creatio ex-nihilode la que un cierto discurso teolgico anpuede gozar, sino ms bien a ese spero campo en el que las luchas hanpodido disipar a todo origen pleno que pueda adoptar la forma de unaidentidad o coherencia perfecta. Ni identidad ni coherencia preconstituidas,la genealoga rastrea los restos que no se han dejado subsumir en el nuevoorden.

    A contrapelo de la historia, la genealoga ingresa en sus suras,desmantela la gloria de su continuidad, hace trizas la pretensin decoherencia y denuncia al telogo vestido ahora de historiador que anpretende situar a Dios en el origen del mundo. A contrapelo, la genealogatraza una historia sin Dios, en la que los restos que haban sido condenadosal olvido vuelven sbitamente para interpelar a nuestro presente.

    Y si los restos vuelven, entonces la concepcin del tiempo se transgura.La genealoga no trabaja con un tiempo cronolgico, sino ms bien con untiempo contrado sobre s mismo, en el que, segn Walter Benjamin, el

    pasado y el presente se articulan en un solo instante de inteligibilidad1.As, el tiempo histrico no se enmarca en una solucin de continuidad,sino que se deja abrir en los desgarros de sus propias ruinas, en los lugarespropiamente heterotpicos, donde la sombra del mundo queda a contrapelodel avance de la luz2.

    A su vez, si la oscuridad es la autntica materia de una genealoga, loes porque su exigencia consiste en indicar el punto de fuga de aquello quehoy, en este Dossier, se plantea bajo el nombre de pensamiento italiano.Donde el nombre pensamiento italiano dispersa sus lmites, exhibe sus

    1 Walter Benjamin, Sobre el concepto de Historia(Santiago de Chile: Lom, 1996).2 Michel Foucault, Las heterotopas.(Buenos Aires: Nueva Visin, 2010).

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    luchas y se vuelve opaco, comienza el riesgo de toda genealoga. Porque unpensamiento as no encontrara jams el origen en s mismo, sino mas biense difuminar siempre en lo otro de s. Por eso, una genealoga del mentadopensamiento italiano tensa las bras acomodaticias en las que se ha

    podido identicar una cierta coherencia, para abrir la fuerza de un origencuyos ecos nos retrotraen a la lejana Crdoba de la poca deAl Andalus, bajoel nombre rabe de Ibn Rushd.

    Nombre extrao tanto para los rabes como para los europeos, IbnRushd, traducido al latn como Averroes, ser el signo de un peligro quetendr como ncleo una singular doctrina que armar resueltamente que lapotencia racional ser una y eterna para todos los hombres. El pensamientoy, con ello, el poderoso intento de losfalasifa por legitimar la losofa frentea la ley divina3 constituir un peligro en el islam donde los mutakallimun

    (telogos ashares) y los msticos (sufes) no dejarn de acusar a la losofade atesmo4; pero tambin ser un peligro para el cristianismo, donde apesar que los comentarios de Averroes sobre Aristteles sern conocidos ypermanentemente utilizados durante el desarrollo de la escolstica del sigloXIII, el obispo Tempier expulsar a los mentados averrostas latinos de laUniversidad de Pars en el ao de 1277.

    Como un pariafrente a los saberes instituidos, como un resto que nose acomoda nunca a la institucionalidad religiosa, dicha doctrina serconocida en el mundo latino bajo el escandaloso nombre de averrosmo.Una doctrina que consistir en una singular lectura del Tratado sobre el alma

    de Aristteles interpretacin que ya haba tenido lugar desde hace ms dedos siglos en la tradicin de losfalasifarabe-islmicos (siglo IX al XIII) yque tendr como punto de partida la lectura del oscuro pasaje 430, 10-25 alque el averrosmo leer desde la gura de la potencia del pensamiento quees comn a todos los hombres5: la potencia del pensamiento no habitar en3 Leo Strauss, Como iniciar el estudio de la losofa medieval, en El renacimiento delracionalismo poltico clsico (Buenos Aires: Amorrortu, 2007), 295-316. Vase tambin: Averroes,Fasl Al Maqal, Doctrina decisiva y fundamento de la concordia entre revelacin y la ciencia, en Teologa de Averroes (Madrid: Maestre, 1947), 149-200.4 Ibn Jaldn, Introduccin a la Historia Universal (Al Muqaddimah) (Mxico DF: Fondo de

    Cultura Econmica, 1997).5 Aristteles escribe: Puesto que en la Naturaleza toda existe algo que es materia para cadagnero de entes a saber, aquello que en potencia es todas las cosas pertenecientes a tal gneropero existe adems otro principio, el causal y activo al que corresponde hacer todas las cosas tales la tcnica respecto de la materia tambin en el caso del alma han de darse necesariamenteestas diferencias. As, pues, existe un intelecto que es capaz de llegar a ser todas las cosas yotro capaz de hacerlas todas; este ltimo es a manera de una disposicin habitual como, porejemplo, la luz: tambin la luz hace en cierto modo de los colores en potencia colores en acto. Ytal intelecto es separable, sin mezcla e impasible, siendo como es acto por su propia entidad. Y esque siempre es ms excelso el agente que el paciente, el principio que la materia. Por lo dems,la misma cosa son la ciencia en acto y su objeto. Desde el punto de vista de cada individuo laciencia en potencia es anterior en cuanto al tiempo, pero desde el punto de vista del universo en

    general no es anterior ni siquiera en cuanto al tiempo: no ocurre, desde luego, que el intelectointelija a veces y a veces deje de inteligir. Una vez separado es slo aquello que en realidad es y

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    los individuos, sino ms bien en la especie6; pero, a pesar de estarseparada de los hombres singulares, no tendr un carcter trascendente7.

    Frente a esta potencia del pensamiento, la teologa tanto la teologaasharita en el islam como la teologa tomista en el cristianismo se

    escandalizar, ms an, cuando sta constituya la clave de una noesis en laque el individuo singular ser concebido no como aqul quepiensa sino quepuede pensar y que adems, dada la separacin del pensamiento nico paratodos los hombres respecto del individuo singular, ello implicar situar alalma individual como absolutamente corruptible8. Respecto de este ltimopunto, no slo la potencia del pensamiento gozar del lugar de la eternidady de la incorruptibilidad, sino que, adems, la tesis de la corruptibilidaddel alma del individuo singular desactivar la pretensin gubernamentalde toda teologa; la cual, como se sabe, orienta su mquina a juzgar la vida

    de los individuos en relacin a los premios y castigos que podr recibir enun ms all9.En este sentido, una genealoga para un pensamiento de lo comn

    habra que buscarla ms all de cualquier reducto identitario de unaesencia preconstituida e indagar en los innitos laberintos de su in-fancia.Como una experiencia irreductible a los saberes institucionalizados, la in-fancia ser el lugar donde se asomar lapotencia de Averroes, esto es, el lugara travs del cual la imbricacin ontolgica entre hombre y pensamientoo, si se quiere, entre vida y poltica que es precisamente el foco de este

    Dossier, interpelar a las formas contemporneas de gubernamentalidadexactamente como ayer el averrosmo lo hizo frente a la teologa.A esta luz, nuestro escrito plantea tres tesis fundamentales:1.- Que la expulsin del averrosmo de la Universidad de Pars en el ao

    1277 constituye el acontecimiento que privar a la modernidad occidentalde poder articular un pensamiento de lo comn;

    nicamente eso es inmortal y eterno. Nosotros, sin embargo, no somos capaces de recordarlo,porque tal principio es impasible, mientras que el intelecto pasivo es corruptible y sin l nadaintelige. Aristteles, 430, 10-25 en Tratado sobre el alma (Madrid: Gredos, 2003), 234.6 Massimo Campanini escribe: Y bien, es quizs posible explorar el trazo del commitment

    almohade de Averroes (no la identidad entre la losofa averrosta y el almohadismo) tambina travs de su posicin con la que confronta a Aristteles, que me induce mas bien a hablar deuna lectura poltica del lsofo griego de parte del pensador rabe.En: Massimo Campanini,

    Averro(Bologna: Il Mulino, 2007), 42. (traduccin del autor de este artculo). Asimismo, debo ala profesora Olga Lizzini quien, en sus conferencias dictadas en Chile durante el mes de Agostodel ao 2013 en el Centro de Estudios rabes, puso el nfasis en que los falasifahabran ledo elTratado sobre el alma de Aristteles desde el registro de la especie. Vase Olga Lizzini, Fluxus(fayd). Indagine sui fondamenti della metasica e della sica di Avicena (Bari: Edizioni Di Pagina,2011).7 Augusto Illuminati, Averro el intelecto pubblico. Antologia di scrii di Ibn Rushd sullanima.(Roma: Manifesto libri, 1996).8 Ibidem.

    9 Antonio Gagliardi, Tommaso DAquino e Averro. La visione di Dio (Catanzaro: Rubbeino,2002).

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    2.- Que, no obstante dicha expulsin, el averrosmo no cesar deretornar con diferentes nombres para situar a la potencia del pensamientocomo el reducto en el que no dejar de jugarse la in-fancia del hombre;

    3.- Que el ltimo de esos retornos se habra dado en base al disfraz

    de lo que la actual normalizacin acadmica denomina losofacontempornea y que comportara a todo aqul pensamiento que, antesque concebir al hombre como aqul viviente que habla, suscribe la tesis deque el hombre puedehablar, detenindose en la irreductibilidad de su in-fancia y descentrando as al sujeto respecto del pensamiento.

    2.- La dimensin residual en la que sobrevivi el averrosmo habra hechode ste un pensamiento sin inscripcin institucional que, sin embargo,

    habra dejado como legado una verdadera teora de la recepcin o, lo quees igual, una doctrina de la potencia del pensamiento que, en la historiade la naciente Europa moderna, se traspasar clandestinamente desdelos averrostas latinos (Siger de Brabante, Dante Alighieri) hasta Spinozay Marx10. Un pensamiento exento de dicha inscripcin reclama unagenealoga porque la complejidad de su transmisin una transmisinnecesariamente camuada, enmascarada, desplegada como una formacinde compromiso cambia enteramente el horizonte de nuestras preguntasy, en tanto disloca la soberana del sujeto como centro del pensamiento en

    favor del carcter transindividual de la potencia del pensar, amenaza condesmantelar a la antropologa de la persona inaugurada por la tradicincristiana en la que an se asienta nuestro presente.

    La oscuridad a la que apela toda genealoga pasa por entender que elaverrosmo se articula como otra forma del ejercicio losco. En efecto,una doctrina que problematice la centralidad del sujeto no podr plantearseal interior de una domesticada historia de la losofa. Si esta historiaestablece coherencias y continuidades, el averrosmo ser precisamenteel lugar de sus fracturas. Por ello, en cuanto no cabe en la universalidadde una tal historia, el averrosmo tendr que ser visto como un hilo

    secreto a la tradicin11, un punto de fuga en que se juega otra manerade legitimacin losca que no est en la creacin ex nihilode un nuevosistema de pensamiento por parte de alguien (entindase por parte deun sujeto, un autor), sino mas bien en la prctica del comentario en la cual,precisamente, el autor experimentar una singular descomposicin.

    10 Un terreno sorprendentemente favorable para una relectura actual del monopsiquismoes aqul ofrecido por un eminente secuaz moderno del aristotelismo, Karl Marx.Illuminati,Averro e l intelleo, 94. (Traduccin del autor de este artculo).11 Giorgio Agamben, Bartleby o de la contingenciaen Gilles Deleuze, Giorgio Agamben,

    Jos Luis Pardo, Preferira no hacerlo. Bartleby el escribiente de Herman Melville (Valencia: Pre-textos, 2001), 95-136.

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    Sin embargo, comentar no es cualquier cosa. Porque si en nuestracultura solo es [...] genuinamente transmisible slo el texto que ya nopuede ser creado [...]12es porque sta sita a la gura del auctorcomo elpunto de origen de todo texto, despus del cual un scriptortendr la tarea de

    su transmisin. Una perfecta circularidad entre auctory scriptorse resuelveen que el primero es elevado con la luz de un cierto origen y el segundocondenado a la oscuridad del comentador.

    Ms, ello presupone algo que el averrosmo pondr en tela de juicio:si acaso, el pensamiento pertenece a un auctor. Porque si, como veremos, elpensamiento en potencia tiene un carcter nico para todos los hombres,signica que ste no constituye una propiedad que un individuo singular(un auctor) puede reivindicar. Con ello, la misma noesisaverrosta, se despojade la gura del auctor, y le ofrece al comentador una dignidad enteramente

    losca. Y, precisamente, el comentario que Ibn Rushd ejercita desdeel modelo jurdico del tafsir hace imposible la separacin entre auctor yscriptoren la que nuestra tradicin insiste, situando un ejercicio que, en vezde separar los dos momentos antedichos, losjuntairremediablemente13.

    La prctica del comentario comportar un ejercicio en el que ladiferencia entre el auctory el scriptorse desvanece suspendiendo el tiempocronolgico en una con-temporaneidad en la que el pasado y el presentese unican14. A esta luz, la forma del comentario hace posible una [...]originalidad interpretativa, negada en la misma innovacin [...]15que, sin

    embargo, permitir legitimar al discurso losco respecto de la mismatradicin religiosa.Pero, que esta originalidad carezca del sello de auctorimplicar que

    no slo la forma comentario ser investida de la dignidad losca, sinoque tambin la losofa dejar de apelar a un auctor. Quebrar la circularidadque tiene lugar entre el auctory scriptora partir del comentario como sudispositivo privilegiado, signicarjuntaraquello que la tradicin separa, ascomo abandonar la idea de un sujeto propietario del pensamiento y abrirsea la potencia del pensamiento comn a todos los hombres. En este sentido,abordar al averrosmo como el lugar en el que an se juega nuestro presentesignicar trazar una historia de lo que fue expulsado de la historia, pensarlo que fue excluido de toda losofa y escuchar a un comentario silenciadopor el peso de una tradicin.

    12 Giorgio Agamben, Estudio Preliminar en Emanuele Coccia, Filosofa de la imaginacin.Averroes y el averrosmo(Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007), 8.13 Ibid., 12-13.14 Walter Benjamin escribe: Articular histricamente el pasado no signica conocerlo comoverdaderamente ha sido. Signica apoderarse de un recuerdo tal como ste relampaguea en un

    instante de peligro. Benjamin, Sobre el concepto,51.15 Illuminati,Averro el intelleo, 56.

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    1.1.- Pero, escribe Averroes en La exposicin de la Repblica de Platncomo esta parte terica no la poseemos desde el comienzo en su perfeccin

    denitiva y en acto, su existencia es potencial16. En el libro II del Tratado sobreel alma,Aristteles haba explicado su teora de los colores en base a la ideade que entre el sentido de la vista y el objeto de la visin existe un trminomedio denominado diaphansque da origen a los colores: cuando la luzpenetra en l, ste pasa al acto, y, entonces, se ven los colores. Pero cuandose retira la luz, entonces el diaphansqueda en potencia17. Sin embargo, lapregunta que habr que despejar es cmo podemos ver algo (la oscuridad)que, en rigor, no es?18 La clave aqu es que la potencia del diaphans noquedar reducida a una simple nada, sino ms bien a la existencia de la

    oscuridad: ver la oscuridad signica ver la potencia del diaphans: Y seasemeja esto escribe Averroes rerindose a la potencia del pensamiento-lo difano, que recibe al mismo tiempo color y la luz; y la luz es lo queproduce el color19. Como una imagen que permite mostrar en qu consisteel carcter potencial del pensamiento, la notica averrosta lo asimilar aldiaphansindicado por Aristteles en su teora de los colores, segn la cual,la luz indica el momento en que ste pasa al acto, y la oscuridad aqul enque permanece en potencia (que no es una inexistencia).

    En este horizonte, el planteamiento averrosta ofrece un estatuto

    ontolgico a la potencia del pensamiento denindolo como: [...] algoque no experimenta cambio, porque ni es cuerpo, ni una potencia en uncuerpo20. Si la potencia del pensamiento no experimenta cambio esporque su existencia no se dene ms que por una receptividad21. Sinembargo, esa capacidad de recibir formas funciona como un espejo que,por serlo, sobrevive a las mltiples formas que recibe. Deviene las formasque recibe pero, sin embargo, no se convierte en ellas. As, la grandeza delaverrosmo reside, en esencia, en congurarse como una verdadera teora dela recepcin que sita a la potencia del pensamiento como [...] una pasividadque no implica ya transformacin22. Recepcin sin transformacin es lafrmula que muestra cmo es que la potencia del pensamiento resta una

    16 Averroes, La exposicin de la Repblica de Platn(Madrid: Tecnos, 2011), 91.17 Aristteles, Tratado sobre el alma 418 b, 10.18 Giorgio Agamben, La potencia del pensamiento, en La potencia del pensamiento. Ensayos yconferencias(Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2007), 351-368.19 Averroes, Gran Comentario,en Abu-l-Walid-Ibn Rushd, Sobre el intelecto (Madrid: Troa,2004), 158.20 Ibid., 115.21 Emmanuele Coccia, Filosofa de la imaginacin. Averroes y el averrosmo(Buenos Aires: Adriana

    Hidalgo, 2007).22 Ibid., 176.

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    y otra vez de las mltiples formas que recibe23. Restar de esas formas que,sin embargo, l mismo recibe, es la razn por la cual Averroes puede decirque sta no experimenta cambio y, a su vez, negar la posibilidad deasimilarla a un cuerpo o a una potencia en un cuerpo: si la potencia del

    pensamiento no es ms que un receptor absoluto signica que, por serlo, nopuede constituir ya una forma preconstituida precisamente porque estdestinada a recibir toda forma y no una forma individual como ocurre en elcuerpo o en la potencia de un cuerpo:

    Debes saber escribe Averroes que esto se deducenecesariamente porque es una sustancia y que el que recibelas formas de las cosas materiales o las formas materialesno tiene en s forma material, es decir, compuesta de formay materia. [...] Es, pues, [el intelecto material] un ente

    distinto de la forma, de la materia y de su compuesto24

    .

    As, en cuanto la potencia del pensamiento (el intelecto material)recibe formas materiales, ella misma no puede ser una forma materialy, por lo tanto, no puede ser un cuerpo (el compuesto entre forma y materia,segn la perspectiva aristotlica).

    Siendo diferente de un cuerpo o de una potencia en un cuerpo, elComentador dene la potencia del pensamiento como una potenciaseparada exenta de toda forma material precisamente porque su serreceptor absoluto sobrevive a las formas que recibe, por lo cual: [...] noes pasivo, pues lo pasivo, es decir, lo sujeto a cambio, es como las formasmateriales [...]25. Los cuerpos son corruptibles y, por lo tanto, son pasivoscomo todo aquello impregnado de materia, sin embargo, la potencia delpensamiento no experimenta cambio, traducindose en una pasividadque paradjicamente se dene por la actividad de recibir. En esta perspectivacobra sentido la comparacin que propone Averroes entre la potencia delpensamiento y la mano: del mismo modo plantea el cordobs que la [...]mano es instrumento de todos los instrumentos [...]26en la medida en quepuede usarlos todos, as tambin la potencia del pensar se presenta como

    [...] el lugar de todas las formas [...]27. As, la mano es al pensamiento enpotencia, como los mltiples instrumentos son a las mltiples formas que lapotencia del pensamiento recibe.

    A la luz de su carcter incorruptible, la potencia del pensamientocomo la haca la imagen ofrecida por Aristteles de la tablilla de cerasin inscripcin alguna no es ms que una entidad exenta de toda

    23 Ibidem.24 Averroes, Gran Comentario,118.25 Ibid., 118-119.

    26 Averroes, Comentario medio, 109.27 Ibidem.

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    forma: Aquello del alma que llamamos intelecto material no tiene otranaturaleza y esencia por la cual se constituya en cuanto que es material,sino la naturaleza de la posibilidad, al estar despojado de todas las formasmateriales e inteligibles28. Despojada de toda forma (ya sea material o

    intelectual) la potencia del pensamiento podr ser vista como un receptorde carcter absoluto precisamente porque su naturaleza no se dene msque por la posibilidad. A la inversa, el carcter absoluto dene el serpura posibilidad de este singular receptor de todas las formas:El intelectomaterial sigue Averroes se distingue de la materia prima en que es enpotencia todas las intenciones de las formas universales materiales, mientrasque la materia prima es en potencia todas las formas sensibles individuales[...]29. Si podemos imaginar un cuerpo en particular, una mesa por ejemplo,podramos decir que constituye una forma sensible individual en la que

    la forma se ha impreso sobre la materia, sin embargo, la forma mesa en sudimensin inteligible recibe la potencia del pensamiento como una formapropiamente universal en la medida en que puede recibir una todas lasformas universales de la mesa y no slo esta mesa concreta30.

    1.2.- Pero si, segn lo que hemos visto, la potencia del pensamiento es unpensamiento que prescinde de un hombre singular y, a su vez, el hombresingular se presenta como exento del pensamiento (un in-fante). Pero, queel hombre sea un in-fante no signica que est completamente excluido del

    pensamiento, sino que ms bien ste mantiene una relacin potencial conl: en vez de la frmula de que el hombre piensa,el averrosmo se inclinarpor aquella que plantea que el hombre puede pensar. Por esta razn,el averrosmo dirigir sus esfuerzos a buscar el modo en que el hombresingular piensa, precisamente porque ste es concebido como un in-fante. Aesta luz, cobra sentido preguntarse, no tanto cmo es que se pasa del no-pensamiento al pensamiento, sino ms bien cmo es que el pensamientoen potencia que, segn hemos visto, tiene una cierta forma de existencia,puede recibir una determinacin al punto de poder ser atribuido a unhombre en singular?31Si la potencia del pensamiento es [...] una potenciacarente de determinacin32, entonces, cmo es que sta puede llegar adeterminarse?

    Digamos escribe el Comentador que es evidente que el hombreno entiende en acto sino por la conjuncin con l del inteligible enacto33. As, de lo que se trata ser de explicar el proceso por el cual se

    28 Averroes, Gran Comentario, 119.29 Ibid., 119-120.30 Illuminati,Averro el intelleo, 62.31 Coccia, Filosofa de la imaginacin, 237.

    32 Ibidem.33 Averroes, Gran Comentario, 133.

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    producir la conjuncin en la que un inteligible (una forma) llega al acto(su determinacin). Para ello, ser necesario preparar a los inteligiblesen funcin de que stos puedan unirse al hombre singular y hacer queefectivamente piense. En la perspectiva averrosta, dicha preparacin

    tendr lugar en la imaginacin que ser concebida como el verdadero motordel proceso cognoscitivo:

    La preparacin de los inteligibles que est en lafacultad imaginativa es semejante a las preparacionesque estn en las otras facultades del alma [...] Sediferencian en esto, que una es la preparacin en elmotor para que sea motor, es decir, la preparacinest en las intenciones imaginativas [...]34.

    Y, ms adelante escribe:Por esto hay que admitir, como ya se nos mostr apartir del razonamiento de Aristteles, que hay enel alma dos partes del intelecto, una de las cualeses receptora, cuyo ser se expone aqu, y la otra esagente, que hace que las intenciones que estn en lafacultad imaginativa muevan el intelecto material enacto despus de haberlo movido en potencia [...]35.

    As, la facultad imaginativa ser el motor en la medida que produce

    inteligibles que, a travs del pensamiento en acto (o agente), se volverninteligibles en un hombre singular. Sin imaginacin sera imposible elpensar porque slo la imaginacin que, como insista Henry Corbin, jamshabra que confundir con lo imaginario ocupa el lugar intermedio entrelo sensible y lo inteligible36. A esta luz, la imaginacin podr preparar losinteligibles lo cual har posible conducir a lo corporal (la forma materialindividual) hacia lo intelectual (la forma material universal) y vice versa37.As, el legado ms radical del averrosmo ser el haber planteado que laimagen el motor propiamente notico constituye el verdadero [...]

    operador de individualizacin del intelecto [...]38

    que permitir que latransparencia radical de la potencia del pensamiento devenga pensamientode algo, sin por eso agotarse como tal potencia. As, la relacin cognoscitivaentre el pensamiento en potencia nico y para todos los hombres encuentrasu determinacin en la corruptible alma del hombre singular.

    34 Ibid., 134.35 Ibidem.36 Henry Corbin, La imaginacin creadora en el susmo de Ibn Arabi (Barcelona, Ed. Destinos,1993).

    37 Emanuele Coccia, La vida sensible (Buenos Aires, Ed. Marea, 2011), 39.38 Coccia, Filosofa de la imaginacin, 274.

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    1.3.- Que la potencia del pensamiento funcione como un espejo signica questa queda intacta despus de recibir las formas. Se confunde, se vuelve lasformas que recibe, pero nalmente se sustrae y sobrevive a ellas. La potenciadel pensamiento no experimenta cambio precisamente porque no remite

    al lugar de una comunicacin sino ms bien al de una comunicabilidad, estoes, el de una potencia o competencia lingustica propiamente tal39. As,desde el averrosmo, el hombre no es constitutivamente, sinopotencialmente,pensante.

    Porque, si al hombre singular no le est dado el pensamiento, sinoque, a travs de un proceso de despersonalizacin en el que funcionaa travs de la imaginacin, el hombre singular debe salir de s mismopara pensar y llevar a cabo la conjuncin, signica que pensar es algoradicalmente inhumano. El pensamiento es algo que no le pertenece al

    hombre constitutivamente, sino que le viene de afuerapotencialmente. As, elnombre de Ibn Rushd [...] cancela todo antropomorsmo [...]40puesto quela potencia del pensamiento es una potencia separada que, en base a unparadigma enteramente cosmolgico, el cordobs concebir en base a unasemejanza con las almas de los cuerpos celestes41.

    A esta luz, la tesis ltima del averrosmo arma la existencia de unaincoincidencia constitutiva entre hombre y pensamiento que, en algnmomento, le valdr ser acusado por Toms de Aquino como aqul queha podido atentar contra [...] los principios de la losofa moral42.

    Acaso Toms tenga razn: el averrosmo atenta contra la losofa moral,precisamente porque desde la incoincidencia constitutiva entre hombrey pensamiento ser imposible plantear la concepcin antropolgica dela persona. Pero, ms an, si entre hombre y pensamiento habita lainconmensurabilidad de un hiato, lo que llamamos vida humana tendrque quedar entre parntesis. Justamente, la desactivacin de cualquierantropologa desnuda la dimensin propiamente in-humana de la vidahumana: la in-fancia.

    El in-fante es precisamente aqul que est fuera de todo pensamientoy, a su vez, es quien mantiene una relacin con l. En este sentido, talcomo ha indicado Coccia, quizs el averrosmo sea: [...] la reexin msprofunda que la losofa haya realizado jams sobre la naturaleza infantilde la humanidad43. Si el costo de dicha reexin fue la expulsin de laUniversidad en 1277, su sobrevivencia se perpetu en el campo de la

    39 Illuminati,Averro el intelleto.40 Coccia, Filosofa de la imaginacin, 69.41 Illuminai escribe: [...] el intelecto hylico in-existente en el alma humana, as la inteligenciaseparada, concebida en modo estrictamente fsico, es la fuerza con un cuerpo, tambin elintelecto activo respecto al cielo de la Luna [...]En: Illuminati,Averro el intelleo,69.42 Toms de Aquino, Sobre la Unidad del intelecto. Contra averrostas. (Navarra: Pamplona, 2005),

    108.43 Coccia, Filosofa de la imaginacin,134.

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    poesa medieval. Debemos, pues, a Antonio Gagliardi la tesis segn la cualla expulsin del averrosmo de la Universidad (Pars y Bolonia) habratenido como efecto inmediato el sublimar a la losofa a travs del lxicode la poesa44. A esta luz, la poesa de la cortesa devendra poesa de la

    inteligencia all donde el canto potico a la mujer ser la traduccin de loque la especulacin losca haba desarrollado respecto del pensamiento45.

    1.4.- Si el hombre singular es constitutivamente un infante es porque lapotencia del pensamiento no es ms que una potencia comn a todos loshombres que slo algunos pueden actualizar (para Averroes, el hombrepor excelencia capaz de actualizar dicha potencia ser el lsofo)46. As, elcarcter inmortal y unvoco del pensamiento ser propio de la especie,a diferencia de Toms, quien no dejar de insistir en que la inmortalidad

    del pensamiento se da en el individuo considerado como persona que,por serlo, es capaz de pensar desde el momento de nacer47. Es como si elaverrosmo, al traer a la luz la infancia del hombre, no slo insistiera en lodifcil que es pensar, sino que ms bien destacara el lugar del olvido, el errory la locura, antes que el recuerdo, la certeza y la coherencia especulativa.El hombre no nace naturalmente como un animal racional sino como uninfante quepuede pensar, mas que no piensa natural ni necesariamente48.

    Como indicamos mas arriba, la desconexin entre hombre ypensamiento supone que, desde el punto de vista averrosta, el alma

    individual es corruptible y, por eso, no es posible juzgarla en el ms allrespecto de sus actos. Por esta razn, Averroes comenta: [...] cuandorespecto de un individuo se corrompe alguno de los primeros inteligiblespor la corrupcin del sujeto mediante el cual est unido a nosotros y es

    44 Antonio Gagliardi, La donna mia. Filosofa araba e poesia medievale. (Catanzaro: Rubbetino,2007). Una va similar ya haba indicado Giorgio Agamben en su monumental trabajo de 1977Estancias. Vase: Giorgio Agamben Estancias. La palabra y el fantasma en la cultura occidental.(Valencia, Ed. Pre-textos, 2003).45 Gagliardi, La donna mia,10-11.

    46 Illuminati escribe: La potencia [...] debe llegar al acto estadsticamente en al menos unoindividuo de la especie [...]. Este individuo ser, para Averroes, el lsofo que ser capaz deactualizar una potencia. Sin embargo, como veremos, la recepcin averrosta en Dante o Sigerde Brabante radicalizar dicha tesis extendiendo esa actualizacin posible no slo al lsofosino a toda la especie. En: Illuminati,Averroes e l inteleo, 74.47 Que la persona implique la presencia interior de un pensamiento desde el momentode nacer expresa el carcter teolgico y jurdico de dicho trmino, en la medida que desde elConcilio de Nicea celebrado en el 325 Cristo ser concebido como persona que, por serlo, posseuna doble naturaleza, espiritual y material unida sin confusin, sin mezcla en una sola unidadhiposttica de carcter originario. As, el cristianismo desplegara una cristologa encarnada quedar como resultado la articulacin de una antropologa de la persona. Vase: Rodrigo KarmyBolton, Polticas de la Ex-carnacin. Una genealoga teolgica de la biopoltica, en Prensa (Buenos

    Aires: Universidad Pedaggica, 2013).48 Coccia, Filosofa de la imaginacin, 97.

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    verdadero, ese inteligible necesariamente es incorruptible en sentidoabsoluto, pero corruptible respecto a cada uno de los individuos49.

    As, el averrosmo interroga la relacin entre gnoseologa (la cienciadel conocimiento) y la antropologa (la ciencia del hombre) en la medida

    en que no coinciden y, ms bien, el averrosmo insistir en lo irreductiblede su separacin. Porque considerar los inteligibles (las formas que recibeel pensamiento en potencia) en sentido absoluto y no respecto de unindividuo signica subrayar su carcter eterno, en cuanto el pensamientopertenece a la esfera de la especie y no de los hombres singulares. Por eso,Averroes nos ha sealado: [...] el intelecto material es nico para todos loshombres y tambin hemos admitido a partir de l que la especie humana eseterna [...] es necesario concluir que el intelecto material no est despojadode los principios naturales comunes a toda la especie humana [...]50.

    Como tal, la potencia del pensamiento (el intelecto material) no puedesino ser eterno pues no experimenta cambio. Slo cambia y es corruptibleaquel pensamiento que, producto de la conjuncin, se ha podido apoyaren un hombre singular. Pero el pensamiento en general (aqul en potenciay en acto) es eterno porque constituye una verdadera sustancia comn ala especie en que la imaginacin constituir el motor a partir del cualdicha conjuncin podr tener lugar.

    Ahora bien, si hubiera un problema que la notica averrosta hapropuesto como su pilar fundamental este es el de concebir una ontologade la potencia a partir de la cual puede volver a pensarse la relacin entrecomunidad y hombre, entre la unicidad y la multiplicidad. As, si es ciertoque el averrosmo se ha planteado como aquella doctrina que ha indagadoen torno a la infancia del hombre como ninguna otra, es precisamenteporque nos ha ofrecido una noesisde carcter eminentemente comn enla que se condensan varios aspectos ya presentes en Al Farabi, pero quepondr en tela de juicio la idea cara a la especulacin tomista de que elpensamiento tiene la forma de una conciencia individual51.

    Como ha visto Coccia, el averrosmo se articul como una tradicinque, precisamente por la singularidad de su notica, pona en tela de juicio

    el lugar del auctorhaciendo imposible algo as como un yo trascendentalque preceda al sujeto que habla. As, asistimos a la puesta en juego de unno-sujeto en el que el sujeto del enunciado queda exento de un sujeto dela enunciacin52. Acaso, esto hace que la notica averrosta haga imposiblela identicacin entre sujeto y pensamiento. No habr un quin del

    49 Averroes, Gran Comentario, 136.50 Ibidem.51 Kamal Cumsille,Al Farabi, pensador de los medios. Elementos para una arqueologa del sujeto en lapoca de la gubernamentalidad, Tesis para optar al grado de Doctor en Filosofa(Santiago de Chile,

    Universidad de Chile, 2013).52 Coccia, Filosofa de la imaginacin.

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    pensamiento, pues, se podr decir que: [...] el hablo funciona como acontrapelo del pienso53.

    El averrosmo pone en juego a la in-fancia del hombre. Pues stano es ms que un archi-acontecimiento que dene a una no persona o

    un no sujeto que precede ontolgicamente al hombre y que lo separairremediablemente del pensamiento54. La sura constitutiva entre hombrey pensamiento indica que el yo no est donde piensa, precisamente porquela impersonal consistencia del pensamiento no pertenece a la interioridadde un yo55. Que no haya un sujeto previo al pensamiento indica lacaracterstica ms decisiva de la potencia del pensamiento: que lo comnno tiene la forma de un sujeto, sino que ms bien, de un impersonal cuyaunicidad se actualiza a travs de la imaginacin, en la multiplicidad de loshombres singulares.

    As, en la perspectiva averrosta el pensamiento en potencia que esnico y para todos los hombres es lo que nos une, pero que, a la vez,no nos pertenece. De modo ms preciso: el en-comn de la potenciadel pensamiento slo podr ser tal slo si se ofrece como una potenciaseparada del hombre en singular. As, la impersonalidad dene a lapotencia del pensamiento que, en su carcter absoluto, ser sombra deaquello que recibe, luz de aquello que ofrece.

    II. L Re

    2.1.- La penetracin averrosta en el naciente Occidente produce sus efectos.Estos no sern anodinos cuando lo que el averrosmo interpelar ser auna de sus instituciones ms importantes: la Iglesia Catlica. La mutacinaverrosta trastorna el panorama losco en el punto exacto en que stereclama la posibilidad no slo de un pensamiento separado, sino tambinde un pensamiento nico y para todos los hombres que, por serlo, escombrauna potencia que toma el carcter de lo en-comn y que de ningn modo

    habra que confundirlo con una esencia de lo comn

    56

    .La reaccin no tarda en llegar a travs de la gura de Toms deAquino. Pero esta reaccin implicar una indita mutacin al interior delcristianismo occidental de la relacin entre losofa y teologa. Si bien escierto que el cristianismo nunca prescindi de la losofa como parte desu corpusinstitucional (por la inuencia de Filn de Alejandrina, pasandopor Orgenes hasta los concilios) la inexin que tiene lugar con la entrada

    53 Michel Foucault, El pensamiento del afuera(Valencia: Pre-textos, 2004), 13.54 Giorgio Agamben, Infancia e Historia. Destruccin de la experiencia y origen de la historia(Buenos Aires: Adriana Hidalgo, 2003).

    55 Jaques Lacan, Seminario 17. El reverso del psicoanlisis(Buenos Aires: Paids, 2002).56 Illuminati,Averro e l intelleo.

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    de Toms en la escena es que ser la primera vez que la teologa se hagacargo directamente de la losofa peripattica desde ella misma57. As, lairrupcin del Comentador en el seno de la Edad Media latina presionara la teologa catlica a medirse directamente con la losofa.

    En efecto, ya en el primer libro de la Suma teolgicaToms preguntasi acaso la doctrina sagrada (la teologa) puede o no ser calicada comociencia. Frente a ello responde:

    La doctrina sagrada es ciencia [...]se dice que la doctrinasagrada es ciencia, puesto que saca conclusiones a partir delos principios evidentes por la luz de una ciencia superior,esto es, la ciencia de Dios y de los Santos. As, pues, de lamisma forma que la msica acepta los principios que leproporciona el matemtico, la doctrina sagrada acepta

    los principios que por revelacin le proporciona Dios58.

    Si bien es cierto que, segn recordaba Leo Strauss, Toms deendeaqu a la teologa frente al tribunal de la losofa, no es menor el que esadefensa termine con la legitimacin de la teologa como un saber superiora la propia losofa59. Porque la legitimacin racional de la teologa a laluz de la losofa implica la puesta en juego de una decisiva estrategia atravs de la cual la losofa y no cualquier losofa, sino precisamente lalosofa peripattica comienza a funcionar como un verdadero dispositivoideolgicoen favor de la Iglesia catlica: el ejercicio tomista constituye unaoperacin de apropiacin de la losofa de Aristteles para, a partir de all,conjurar la interpretacin que haba hecho la notica averrosta60.

    As, la operacin tomista ejerce un doble movimiento: por un lado seapropia de la losofa aristotlica para legitimar a la teologa como cienciasuperior y, por otro, desprende a dicha losofa de la lectura provedapor el Comentador61. Operacin de inmunizacin de la Iglesia a travsde la razn losca en contra del averrosmo y, a la vez, ejercicio depuricacin de la propia razn losca en favor de la legitimacin de lateologa puesta en el sitial de la ciencia superior. Colocando a la losofaen contra de la losofa, Toms garantizaba el triunfo de la teologa. Se trata,

    57 Vase Maurice Sachot, La invencin de Cristo(Madrid: Biblioteca Nueva, 2009) y tambin:Rowan Williams,Arrio (Salamanca: Sgueme, 2010).58 Toms de Aquino, Suma Teolgica Parte I, (Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 2006),86-87.59 Strauss, Como estudiar, 312.60 Gagliardi, Tommaso de Aquino e Averro, 213.61 Gagliardi escribe: Se trata de una operacin que intenta separar un Aristteles autnticode aqul rabe y refundar una lectura adecuada slo a una hermenutica no desviada. Larecuperacin del Aristteles griego tambin, si no puede comportar una refundacin lingustica,

    ofrece una alternativa posible y una confrontacin para superar la identidad entre Aristteles yel Comentador. Ibid., 213.

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    pues, de construir con los materiales de la losofa el insondable ediciode la teologa. Se consuma la reaccin estableciendo la diferencia entre unAristteles verdadero que legitima el lugar de la ciencia superior, y unofalso que sucumbe ante la noesisaverrosta.

    Ahora bien, si los telogos musulmanes que se haban encontrado conlosfalasifa excluan a la losofa para despotenciar sus efectos, los telogoscristianos de la Edad Media latina funcionarn exactamente al revs62:la operacin tomista consistir en buscar a la losofa para encontrar enella un discurso de legitimacin racional y as producir como efecto lasubsuncin del discurso losco al interior del discurso teolgico o, lo quees igual, la domesticacin de Aristteles al interior de la Iglesia Catlicapara inmunizarla respecto de la perversa deformacin averrosta63.

    Con la subsuncin de la losofa por parte de la teologa o, lo que es

    igual, la conversin de la razn en sierva de la fe, Toms ser el nombrede una estrategia del poder destinada a gobernar las almas en funcin deproducir efectos de subjetivacin de corte individualizante: se trata detransformar el problema de la conjuncin de la potencia del pensamientopara con el hombre singular, que el averrosmo haba resuelto desde laimaginacin, por el dogma teolgico de la unidad sustancial entre alma ycuerpo. As, el hombre infantil del averrosmo ser sustituido por el hombrepersonalizado del tomismo64. Con ello, al posibilitar la institucionalizacinde la losofa en una deriva profesional, garantizando as la vigilancia

    eclesistica sobre el pensamiento, el pensamiento mismo a travs delconcepto latino dedes se constituir en el medio a travs del cual se ejerzala dominacin.

    La inmunizacin de la Iglesia respecto de la afrenta averrosta debaproducir una subjetivacin precisa articulada bajo el dispositivo personaporque tal concepto no es ms que el dispositivo teolgico y jurdico capazde suturar la infancia descubierta por el averrosmo. As, siguiendo a Coccia,podemos ver cmo es que la persona designar a la unidad sinttica apriorientre vida y pensamiento que, como tal, podr ser considerada bajo laforma de una sustancia individual65. Por eso, frente a la infancia inauguradapor la notica averrosta, Toms opta por colmar su vaco con la unidadsinttica de la persona. Y, precisamente, ste ser el problema que Tomsabordar explcitamente en uno de sus ms polmicos libros dirigidoscontra el averrosmo: Sobre la unidad del intelecto. Contra averrostas66.

    62 Strauss, Como estudiar.63 Toms de Aquino escribe: Tambin es claro que Averroes cita perversamente el pensamientode Temistio y de Teofrasto sobre el intelecto posible y el agente. Por ello arriba dijimos de l conrazn que es el perverso deformador de la losofa peripattica. En: Toms de Aquino, Sobre laUnidad, 129.64 Coccia, Filosofa de la imaginacin, 397.

    65 Ibid., 388.66 Toms de Aquino, Sobre la unidad.

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    2.2.- Dirigido esencialmente contra la radicalizacin del averrosmopuesta en juego por Siger de Brabante, en este texto Toms de Aquinoobjeta dos puntos centrales de la doctrina atribuida al Comentador.En primer lugar, la tesis de que el pensamiento es sustancia separada del

    cuerpo; en segundo lugar, la que el pensamiento es uno para todos loshombres. Las dos objeciones se desarrollarn a partir de una delicada y, ala vez, enteramente poderosa estrategia argumental que, paradjicamente,funcionar subsumiendo al discurso losco para conrmar desde all aldiscurso teolgico. El argumento tomista echar mano a El Tratado sobre elalma de Aristteles precisamente por constituir la raz sobre la que se estabadesplegando la totalidad de la notica averrosta.

    El ncleo de la objecin tomista se articula en si acaso el alma est ono separada del cuerpo. Toms plantea su negativa a partir de una singular

    lectura que el telogo hace desde Aristteles en el mentado Tratado sobreel alma: [...] la entelequia primera de un cuerpo natural organizado67.En esta perspectiva, el argumento de Toms es que el alma se separa delcuerpo slo como un modo de obrar, pero no de manera sustancial.As, el alma se presenta como la entelequia que, por serlo, da forma a uncuerpo, resultando as inseparable de l. Segn Toms acaso siguiendo eldogma niceno de la Encarnacin el pensamiento sera conel cuerpo todavez que le da forma y le permite funcionar, pero obra sinel cuerpo puestoque carece de un rgano especcamente destinado al pensamiento: Es

    esencial al alma, por cierto, estar unida a un cuerpo. Pero esto se impidepor accidente, no por parte suya, sino por parte del cuerpo que se corrompe[...]68. En su perspectiva, la separacin del alma respecto del cuerpo seda por accidente, como un simple modo de obrar, pero no sera algosustancial, dado que, citando a Aristteles, el alma ser la entelequiamisma de un cuerpo a travs de la cual ser posible pensar en la personacomo una unidad sinttica a priorientre vida y pensamiento.

    Sin embargo, ello no signica que una vez corrompido el cuerpo secorrompa el alma: As como el ser del alma ciertamente est en el cuerpoen cuanto forma del cuerpo y no es anterior a l, no obstante destruidoel cuerpo an permanece el alma en su [propio] ser69. Para Toms, elalma sobrevive al cuerpo. Se desprende como su sustancia propiamenteinmaterial porque slo a ella le est reservada la eternidad. As, la lecturatomista de la felicidad que el averrosmo situaba en la tierra bajo el alerode la losofa queda remitida al ms all en el que el hombre podr serjuzgado por sus pecados70. As, el argumento de Toms es que si el alma esforma de un cuerpo y, a su vez, el pensamiento es la modalidad racional

    67 Aristteles, 412 b 5, 168-169.68 Toms de Aquino, Sobre la unidad, 92.

    69 Ibid., 119.70 Gagliardi, La visione di Dio.

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    del alma, entonces, el pensamiento no se presentar como una potenciaseparada, como pretenda el averrosmo, sino ms bien como una potenciaque habita desde el principio, al interior de la unidad personal del hombre.

    Respecto del origen del pensamiento, Toms escribe: [...] el almaintelectiva procede slo de Dios71. Y que el pensamiento proceda de Diossignica que ste constituye el lugar desde el cual la estrategia tomistaproducir su efecto de subjetivacin al transformar a la infancia del hombreen la unidad sinttica de la persona, en la medida que el pensamientointeriorizado en la forma persona convertir al pensamiento en el lugara travs del cual se ejercer la dominacin eclesistica. Con ello, pensarsignicar pensar correctamente, segn los preceptos estipulados por ladoctrina superior.

    Por esta razn, la amenaza ms inmediata que el averrosmo entraa

    para Toms es de talante tico y poltico: [...]si su posicin fuera la correctase destruiran los principios de la losofa moral, ya que se ha quitadolo que depende de nosotros72. La reaccin tomista contra el averrosmoadvierte sobre la destruccin de los principios de la losofa moral entindase de la Ley proveda por el magisterio de la Iglesia puestoque asumir un pensamiento que tenga la forma de una potencia comny separada implicara abdicar de la propia voluntad personal que, segnescribe Toms en la Suma Teolgica, se rige por el concepto del bien que staencuentra en la razn73. As, la razn tomista no ser ms que una facultad

    de mando que, al proponer un concepto del bien a la voluntad, no sloproduce un efecto subjetivante en el que al hombre se le sutura su infanciapor la unidad sinttica de la persona; sino que, adems, dicha operacinpermitir la implementacin de la racionalidad pastoral en funcin de laconduccin de las almas74: La exgesis del fragmento del Contra averrostas[escribe Emanuele Coccia] nos permite aadir que la ley no se caracterizasimplemente por un espacio y tiempo especcos: sta presupone una formade vida precisa, un tipo de hombre, una humanidad especca, o quizs lacrea, la produce, la hace ser75.

    As, el Contra averrostas habra que verlo como un dispositivo desubjetivacin pastoral a travs del cual se produce una forma de vidaprecisa que muestra cmo es que el problema notico, que el averrosmoinstalaba a la luz de la infancia y que la reaccin tomista intentarindividualizar en la forma persona, se presenta, pues, como un problemaverdaderamente poltico.

    71 Toms de Aquino, Suma Teolgica, Parte I, 985.72 Toms de Aquino, Sobre la unidad, 107.73 Toms de Aquino Suma Teolgica, Parte I, 749.74 Coccia escribe: La razn misma viene a ser concebida, pues, como la facultad del mando o

    de la prohibicin [...] del imperar y del obedecer. Coccia, Filosofa de la imaginacin, 379.75 Ibid., 392.

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    Dicho problema se advierte ntidamente cuando otra vez Toms insiste:Si entonces el intelecto no es algo de este hombre o sea, si el pensamientofuera una potencia separada como indicaba la notica averrosta de talmodo que sea verdaderamente uno con l, sino que se uniera a l slo por el

    fantasmaalusin directa al problema de la conjuncin operada por laimaginacin en Averroes contina Toms:

    [...]o como motor, la voluntad no estara en este hombreparticular sino en el intelecto separado. Y as este hombreparticular no sera seor de sus actos y ninguno de susactos sera loable o repudiable. Lo cual implica despedazarlos principios de la losofa moral. Ahora bien, [terminaToms] como esto es absurdo y contrario a la vida humana(pues no sera necesario aconsejar ni promulgar leyes),se sigue que el intelecto se une a nosotros de tal maneraque se forme algo uno a partir de l y de nosotros76.

    Como si hubiramos llegado al centro de la apora en que la que ellxico losco parece resistir a aqul de corte teolgico, Toms debeinterpretar a Aristteles para conjurar a Averroes y subjetivar al hombre enla forma persona que, a partir de la compenetracin entre razn y voluntad,se congure como un sujeto causa de la accin y que impida despedazarlos principios de la losofa moral77.

    La exigencia tomista de que el pensamiento sea verdaderamente uno

    con l habra que leerla precisamente en este registro: la nica manerade hacer pervivir la normativa eclesistica ser congurar una noesisqueconjure enteramente la posibilidad de un pensamiento concebido comouna potencia separada. Al contrario, se trata de que el pensamientodeba necesariamente ser uno con l al modo de un movimiento deinteriorizacin de dicho pensamiento que surte como efecto la subjetivacindel hombre en la forma persona. De ah que Toms descarte la existenciade un pensamiento separado del hombre porque, si as fuera, el hombresingular carecera de voluntad, es decir, el hombre dejara de ser aqul sujeto

    individual dueo y seor de sus actos. As, frente a la impersonalidadaverrosta, se abre camino la personalidad tomista. Si la impersonalidaddena a una potencia comn, la personalidad individualizar enteramenteal sujeto en una unidad sinttica.

    Y si en el averrosmo el lugar ms alto era la razn, puesto que, inclusopara el mismo Averroes, sta estaba prescrita por la ley divina, para Tomsahora ser la fe (des); esto es, una relacin de obediencia a una Ley. Perola singularidad de dicha Ley consiste en estar exenta de todo fundamentoracional, pues, en ltimo anlisis, apela a la revelacin. Por eso, para Toms

    76 Ibid., 107-108.77 Ibid., 379.

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    la doctrina sagrada de la teologa ser superior a la losofa, precisamenteporque se trata de instalar a la fe, en cuanto relacin de obediencia, sobrela razn78. Y para ello, ser decisivo suturar el abismo infantil descubiertopor el averrosmo, por la unidad sinttica de la persona a travs de la cual

    el pensamiento podr congurarse como una verdadera facultad demando que se rige por la doctrina superior de la teologa y la fe como sudispositivo propiamente gubernamental.

    As, la objecin a la separacin del alma y el cuerpo se trueca en laobjecin tomista a la segunda tesis planteada por el averrosmo, segn la cualla potencia del pensamiento es nica para todos: Habiendo consideradoestos argumentos que sostienen que el intelecto no es alma, que a su vez esforma de nuestro cuerpo, ni parte del mismo, sino algo separado segn lasustancia esta sera la tesis averrosta; queda considerar sobre esto lo que

    dicen: el intelecto posible es uno en todos79

    .Sin pronunciarse acerca del lugar en que se ubicara el pensamiento enacto, para Toms resulta decisivo objetar la premisa averrosta de la potenciadel pensamiento como un pensamiento que es uno en todos puesto que elcarcter comn de la potencia del pensamiento constituye, pues, el puntalque amenaza a la consistencia personal del nuevo hombre: [...] sea lo quefuera el intelecto agente, se ve por muchas razones que es imposible decirque el intelecto posible es uno para todos los hombres80. Y Toms sigue:

    [...] si el intelecto fuera uno para todos, se seguira

    necesariamente que habra uno que entendera y,consecuentemente, uno slo que deseara, y uno sloque utilizara a favor de su voluntad el arbitrio detodas las facultades del alma y de las partes del cuerpopor las cuales los hombres se diferencian entre ellos.Y de estos ltimos se seguira que no habra ningunadiferencia entre los hombres en cuanto a la libre eleccinde la voluntad sino que la voluntad sera la misma paratodos, si es que el intelecto es uno e indiviso en todos81.

    La defensa de la individualidad pasa por la objecin del carctercomn de la potencia del pensamiento puesto que, segn formulaToms, si un individuo pensara, necesariamente deberan todos pensar lomismo; exactamente como que, si uno deseara, necesariamente todos loshombres deberan desear lo mismo. As, frente al desafo averrosta quesalvaguardaba la imaginacin sobre el saber y a la infancia sobre la persona,lo comn sobre el individuo, la reaccin tomista desarrollada en Contraaverrostas se consumar siete aos ms tarde en el edicto del 7 de marzo

    78 Toms de Aquino, Suma Teolgica Parte I, 94.79 Toms de Aquino, Sobre la unidad, 110.80 Ibidem.81 Ibid., 112.

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    de 1277, cuando el obispo Tempier expulse al averrosmo de la mismaUniversidad de Pars82.

    2.3.- El averrosmo no fue expulsado del lgos sin resistencia. Siger de

    Brabante contra quin estaba dirigida la reaccin tomista escribe, entreotros textos, el Tratado acerca del alma intelectiva;a travs del cual critica elargumento de Toms acerca de la relacin sustancial entre alma y cuerpoy, en consecuencia, el de la imposibilidad de un pensamiento nico y paratodos los hombres esgrimido en Contra averrostas: [...] si la sustancia delalma intelectiva tuviese el ser unido a la materia de modo tal que le otorgarael ser, entonces, dado que el entender pertenece a la sustancia del almaintelectiva, el intelecto residira en alguna parte del cuerpo como la visinen el ojo- o en todo el cuerpo. Y el Filsofo lo niega83.

    Siger deende la idea de que el pensamiento no est unido al cuerpoporque si lo estuviera, simplemente ste remitira a un rgano del cuerpo;cosa que, segn el propio Aristteles, no existe. Lejos de la unidadsinttica en la que se articula una relacin sustancial entre alma y cuerpodefendida por Toms, para Siger se trata de recuperar la dimensin comndel pensamiento al discutir el ncleo del problema: si acaso el Filsofoplantea o no que el alma intelectual est unida al cuerpo.

    A partir de ah, el argumento sigerista recupera la in-fancia visibilizadapor el averrosmo al insistir en que el pensamiento constituye una potencia

    separada

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    y absolutamente en comn. Volcarse sobre la in-fanciasobre la que haba insistido el Comentador y restituir as la apuesta delFilsofo, pone en juego una estrategia que intentar legitimar al discursolosco respecto del discurso teolgico, insistiendo en su diferencia y noen su identidad como haba hecho la reaccin tomista cuando utilizaba aAristteles en favor de la teologa. Por eso Siger separa los mbitos: si elFilsofo tiene conclusiones que van en contra de la santa fe catlica,entonces es preciso creer, pero prescindir, sin embargo, de la subsuncinde la losofa al dispositivo teolgico. As, recuperando un argumentoque el propio Averroes haba esgrimido en el Tratado decisivoen contra de

    los telogos asharitas85, la defensa de la autonoma del discurso losco82 Illuminati escribe: La solucin averrosta alude a la labilidad del sujeto y niegaexplcitamente cada forma de experiencia privada, interior, autntica, del acto de conocer y delquerer garantizado por la iluminacin divina. Se entiende, entonces, la diferencia central conToms: si para este dicha experiencia es autntica precisamente porque est garantizada porDios de modo a priori, para Averroes, sta es un efecto de la conjuncin del hombre singularcon la potencia del pensamiento que, como hemos visto es inmediatamente comn. Illuminai,Averro e l intelleo, 93.83 Siger de Brabante, Tratado acerca del alma intelectiva. (Pamplona: Eunsa, 2005), 143.84 Siger escribe:[...] el Filsofo aqu dice que nada de la misma operacin del intelecto secomunica a la operacin corporal, pues es algo divino y proviene desde afuera. Ibid., 168

    85 Averroes escribe: Lo que no admiten los lsofos es que Dios conozca las cosas particularessegn el modo humano del conocer; y no solamente niegan que conozca as los particulares,

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    respecto del teolgico, as como tambin, la insistencia de que alma y cuerpoestn separados, implicaba desmantelar al dispositivo gubernamental queToms haba instituido.

    En la misma va Dante Alighieri, como Siger, recuperar la notica

    averrosta bajo el prisma de la especie para pensar explcitamente elproblema de la monarqua; esto es, un asunto de talante poltico: Y comoesta fuerza no puede ser convertida en acto totalmente por un hombre, nipor ninguna de las comunidades ante expresadas, es necesario que haya enel gnero humano una multitud por cuyo intermedio toda esa potencia seactuada [...] Y esta sentencia concuerda con Averroes, en su comentario delos libros sobre el Alma86.

    El gesto de Dante radicaliza la tesis averrosta acerca de la potenciaseparada y comn. Su radicalizacin consiste en extender la competencia

    losca que en Averroes estaba reservada slo para el lsofo87

    a todoslos hombres y, as, la conjuncin con el pensamiento en acto tendra lugara travs de la [...] cooperacin de los individuos considerados dentro dela especie88. As, la potencia del pensamiento aparece en Dante como unaverdadera potencia social89que la multitud estar destinada a actualizarincesantemente: [...] lo propio de la operacin del gnero humano,considerado en su totalidad, es siempre convertir en acto la potenciadel pensamiento posible [...]90. As, la operacin de Dante consistir enradicalizar levemente el elemento en comn que ya habamos advertido

    en el Comentador deslizando la gura del lsofo por aquella de lamultitud destinada a actualizar incesantemente a la potencia del pensar.

    III. Pes

    3.1.- Ninguna reaccin deja intacto a aquello que protege. Toda reaccin

    sino tambin los universales, porque los universales que nosotros conocemos son tambinefectos de la naturaleza del ser, mientras que en la ciencia divina la cosa es al revs. Es decir,

    para Averroes la losofa apunta a conocer el mundo y, si bien sta se halla prescrita por laley divina (pues, segn Averroes, est legitimada en determinadas aleyas del Qurn), es unaciencia diferente a la ciencia teolgica puesto que se orienta exclusivamente a los universales dela naturaleza. En cambio, la ciencia de la teologa ve los efectos y los universales, pero de cortedivino. En: Averroes, Doctrina decisiva, 174.86 Dante Aligheri, De la monarqua (Buenos Aires: Losada, 2005), 44.87 De este modo, si Averroes haba pensado la realizacin de la losofa por parte de unhombre singular, Dante desliza el mismo esquema hacia la: [...] constitucin evolutiva de unaunidad asinttica del gnero humano como multitud. Con ello, la notica averrosta se resuelvecomo un pensamiento enteramente comn.88 Iluminati,Averro el intelleo, 80.89 Giorgio Agamben, Forma-de-vida, enMedios sin n. Notas sobre la poltica. (Valencia: Pre-

    textos, 2001),19.90 Dante, De la monarqua, 45.

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    lleva consigo insospechadas consecuencias que funcionarn como sntomasde una poca que habr tenido lugar a partir de un acontecimiento: laexpulsin del averrosmo de la Universidad de Pars. Un acontecimientocuya violencia slo podr ltrarse histricamente a la luz de los diferentes

    modos de formacin de compromiso desde los que ser posible identicarel retorno de una doctrina que funcion como espectro para toda una pocaque intent conjurarla.

    Siguiendo muy de cerca el trabajo de Coccia, sostenemos que si hubieraun acontecimiento que inaugura a la modernidad europea, ste sera elde la expulsin del averrosmo de la Universidad91. Proscrito, acusado deperverso, condenado al circuito de los inernos y catalogado como el msinsolente error de la losofa, el averrosmo sobrevivi como un pensamientopariaen el cual lo comn no era ninguna persona en particular, sino slo

    una potencia del pensar. Un pensamientopariaque pona en tela de juicio laconsistencia personalista del cristianismo y que, por eso, amenazaba a todala institucionalidad losca y poltica de su tiempo.

    As, como un resto que la Europa latina medieval no pudo asimilar,como un residuo que la racionalidad losca nunca pudo soportar, elaverrosmo se mantuvo en los mrgenes de la ciudad; all donde habitabanla locura, el olvido y la imaginacin. Porque, salvo durante la corta estanciaen la que Averroes comparti con los Almohade en Al Andalus, donde lalosofa pudo tener un lugar en la corte del califa Abu Yusuf Taqub AlMansur (1184-1199), todo lo dems fue marginalidad para una doctrinaque, paradjicamente, haca posible un pensamiento de lo comn92. Unpensamiento paria que recorra los laberintos de la clandestinidad y quehizo del trmino averrosmo el objeto de una persecucin innita queatravesar a la losofa moderna hasta alcanzar la misma historiografadecimonnica93.

    91 Coccia, Filosofa de la imaginacin.92 Campanini,Averro.93 En el Prefacio de su libro Averroes y el averrosmo, el historiador Ernst Renan replicar lacondena que otrora haba ejercido la teologa tomista sobre el averrosmo: Soy el primero en

    reconocer que tenemos nada o muy poco que aprender de Averroes, de los rabes y en generalde la Edad Media [...] No es a la raza semtica a la que debemos pedir lecciones de losofa. Porun destino extrao, esta raza, que ha sabido imprimir a sus creaciones religiosas un alto carcterde poder, no ha producido el ms pequeo ensayo de losofa que le sea propio. La losofaentre los semitas no ha sido nunca ms que un plagio puramente exterior [...]. Es interesanteno slo que la historiografa asume el lugar de la teologa en la modernidad, sino que adems,el problema que sta identica al averrosmo reera a la cuestin del autor, a la propiedady a la denuncia del plagio de la losofa griega. La clave es que, precisamente, en el mismoRenan advertimos como su reverso, el ncleo del averrosmo: un pensamiento de lo comn yque, por tanto, pone en cuestin a lo propio no slo en su notica sino tambin en su extraaforma de transmisin. As, Renn critica de Averroes y de la losofa rabe en general su faltade pureza cuando precisamente eso sintomatiza el carcter paria o, si se quiere, marrano de lo

    que llamamos averrosmo. En: Ernst Renan,Averroes y el averrosmo (Ensayo histrico) (Madrid:Hiperin, 1992), 17-18.

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    Pero el efecto inmediato de la expulsin del averrosmo de laUniversidad en Occidente habra sido el haber privado a la modernidadde un pensamiento de lo comn. Porque, si bien es cierto que el siglo se contrapone loscamente a los siglos precedentes cuando los nombres

    de Descartes y de Hobbes introducen el mecanicismo en contra de lateleologa de la losofa peripattica que haba dado curso al desarrollo dela escolstica medieval, stos seguirn en el horizonte losco de Toms deAquino cuando condenaba al averrosmo en favor de la unidad sintticade corte personal.

    Porque si en Descartes el cogito se funda slo gracias a la expulsinde la imaginacin que haba sido el motor de la notica averrosta94, enHobbes la fundacin del Estado supondr la neutralizacin de la guerracivil95. Tanto la imaginacin (Descartes) como la guerra civil (Hobbes)

    constituirn formas residuales de la in-fancia del hombre descubierta porel averrosmo: en el juicio dirigido contra la falsedad a la que conduce laimaginacin (Descartes) como en el peligro entrevisto por la guerra civil(Hobbes), lo comn siempre aparecer como una amenaza frente a la propiaconsistencia del sujeto personal. De esta forma, Descartes podr fundarel cogitoslo si elimina a la imaginacin como umbral del pensamiento yHobbes podr fundar el Estado slo si excluye de l a la propia guerra civil.As, la modernidad ser condenada a ser la poca en que reine un pensarexento de imaginacin y un vivir escindido de comunidad.

    Por esta razn, la modernidad europea con toda su onto-teo-loga quizs encuentre su condicin de posibilidad en la expulsindel averrosmo. Ella olvida el resto del cual proviene y produce as unpensamiento del sujeto soberano a partir del cual se hizo imposible pensaren lo comn. Porque, si la notica averrosta haba dado al mundo un

    94 Descartes escribe: Adems, tena yo ideas de varias cosas sensibles y corporales, puesan suponiendo que soaba y que todo cuanto vea e imaginaba era falso, no poda negar,sin embargo, que esas ideas estuvieran verdaderamente en mi pensamiento. En medio de laduda hiperblica emerge los sentidos como la imaginacin como una falsedad respecto de lacerteza que fundar el cogito. En este sentido, Descartes sigue en el horizonte tomista, a pesar

    o precisamente por esto mismo- que invierte completamente su concepcin, all donde fundaun sujeto del pensamiento y excluye, a su vez, a la imaginacin como el lazo que, segn elaverrosmo, una al singular con lo comn. Ms an, habr que recordar que la inauguracindel sujeto del pensamiento implicar revitalizar la mentada tesis del innatismo cognitivo que,como se advierte, nada tendr que ver con la tesis averrosta en la que el hombre no es ms unin-fante. En: Ren Descartes, Discurso del mtodo(Madrid: ESPASA-Calpe, 1991), 70.95 Hobbes escribe: La condicin del hombre [...] es una condicin de guerra de todos contratodos en la cual cada uno est gobernado por su propia razn [...]. Por eso, frente a dichacondicin, podr erigirse un poder comn que, en la forma de una persona, podr garantizarla proteccin de cada uno. As, para Hobbes, el poder comn slo podr concebirse en laforma de un sujeto, no obstante pueda ser hecho por un hombre o una asamblea de hombres.Lo relevante es, sin embargo, que existe un poder comn previo a se y que slo aparece en

    su versin mortfera como guerra civil. En: Thomas Hobbes, El Leviatn, cap. , (Madrid:Tecnos, 1996), 128.

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    pensamiento de lo comn exento de sujeto, la modernidad replicando laestrategia desplegada por Toms habra instituido al sujeto como puntode apropiacin de lo comn. As, el averrosmo ser un pensamiento queno cabe en el pensamiento, un resto que podr perpetuarse slo a la luz de

    formaciones extraas que, ahora, la propia losofa moderna tendr queconjurar, inaugurando as la soberana del sujeto: la potencia comn sereemplaza por el sujeto personal96. La condena cartesiana a la falsedad de laimaginacin en Descartes y la apelacin a la proteccin frente al peligrode la guerra civil en Hobbes seran, en este sentido, un residuo vago, uneco apenas identicable, una contencin que conrma lo que ella mismapretende combatir; esto es, aquella oscura doctrina que, siendo condenada,una vez plante a la in-fancia del hombre como el lugar a travs del cualpoda articularse un pensamiento de lo comn.

    3.2.- En un pequeo artculo publicado en 1993, Agamben escribe: Poresto, la losofa moderna no empieza con el pensamiento clsico, que habahecho de la contemplacin, del bios theortiks, una actividad separada ysolitaria [...] sino slo con el averrosmo, es decir, con el pensamiento delnico intelecto posible comn a todos los hombres [...]97.

    Si la losofa moderna comienza con el averrosmo Siger y Danteentre otros ser en razn de la articulacin de un pensamiento que sesostiene en la precariedad de la experiencia del hombre singular, en favor

    de una potencia comn a todos los hombres que, muchos aos ms tarde,un atento lector de Aristteles como Marx podr calicar bajo el trminoGeneral Intellect.

    La armacin agambeniana habra que leerla en base a la idea de queel averrosmo y toda la tradicin de los falasifa habra hecho posible aOccidente volver a pensar en laplisms all del dominio de la Iglesia. Peroms an: Agamben nos plantea cmo es que el averrosmo constituye unaotra modernidad. Una modernidad clandestina a la modernidad teolgica96 En un notable ensayo el lsofo argentino Len Rozitchner ha analizado las Confesiones deSan Agustn en su libro La cosa y la cruz. Cristianismo y capitalismo. Su tesis es que la constitucin

    del sujeto capitalista se articulara en base a las Confesiones de Agustn de Hipona como suparadigma que consistir en un proceso en que la madre como potencia material es negadapor el hijo para instituir sobre ella a la cruz del Padre espiritual: El cristianismo, en cambio,ha desmaterializado la vida, la ha morti-cado, ha matado el cuerpo de la madre e el interiordel hijo como ninguna religin lo haba hecho nunca hasta entonces. Ha destruido el lugarms ntimo y personal de la resistencia; ha logrado que el hijo acepte rendir y sacricar lo msamado. En ltimo trmino, la tesis rozitchneriana resulta central para nuestra apuesta: ladesmaterializacin de la vida no es ms que lo que nosotros hemos indicado como la exclusindel averrosmo. Si este ltimo haba puesto en juego la materialidad de la in-fancia del hombrey todas las posibilidades de un pensamiento de lo comn, ha sido la gida tomista que seextiende a travs de la modernidad losca, la que habra reivindicado la forma personal delsujeto moderno. En: Len Rozitchner, La cosa y la cruz. Cristianismo y capitalismo (en torno a las

    confesiones de San Agustn)(Buenos Aires: Losada, 1998), 180.97 Agamben, Forma-de-vida, 19.

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    desplegada desde la reaccin de 1277. Una modernidad que concibe alhombre como un in-fante y que cuestiona abiertamente la posibilidadde que la potencia del pensamiento coincida con el sujeto, precisamenteporque sta no es ms que una potencia comn a todos los hombres.

    Esto signica que el averrosmo ser aquella doctrina en la que el hombreno piensa lo que piensa y que, adems, admite que el hombre piensa porfragmentos, intermitencias y permanentes vacos. Frente a la idea de que elpensar puede ser una actividad continua, el averrosmo lega la dicultadin-fantil del hombre para pensar98.

    As, ms all de las utopas de la ciberntica orientadas a disminuir ladesviacin en la relacin entre emisor y receptor, el averrosmo enseaque esa distancia es irreductible. Porque, si ayer fue la teologa, hoy es laciberntica: la idea de que el hombre es una mquina de procesamiento de

    informacin no es ms que la versin contempornea de la reaccin tomistaen contra del averrosmo99. Lejos de ello, para el averrosmo el hombreslo tiene lugar en el hiato in-fantil, en esa desviacin constitutiva en laque hombre y lenguaje no se encuentran nunca inmediatamente. Y su no-encuentro no es ms que lo comn como aquella potencia transindividualque jams coincide con la forma persona.

    La incoincidencia bsica entre pensamiento y sujeto que hace delhombre un in-fante, ser la herencia ms ntida del averrosmo que hoyse despliega en ese conjunto multiforme de pensamientos que la academiaha normalizado bajo el trmino enteramente historiogrco de losofacontempornea. Y, de modo ms preciso, de aquello que emerge bajo losinteresantes trabajos de un cierto pensamiento italiano en la actualidad.Porque, en ltimo trmino, el averrosmo parece haber sobrevivido a suexpulsin y comienza a circular en el preciso instante en que todos losconceptos que haban sido acuados en una cierta modernidad y que, comohemos visto, haban sido herederos de la reaccin tomista, parecen haberexperimentado una implosin sin retorno.

    Frente a ello, la exigencia parece ser la de una nueva relacin entrehombre y pensamiento o, si se quiere, entre vida y poltica, que contrae

    a nuestra modernidad hacia los connes de una Crdoba situada en ellmite de los mundos: ni rabe ni griego, ni italiano ni francs, el averrosmoseguir siendo un paria que, con toda su potencia, anuncia otra relacinentre vida y poltica. Ninguna identidad puede capturarle, porque ste

    98 Agamben, Estudio preliminar.99 Al respecto tmese toda la discusin sistmica contempornea desde Piaget a Maturanay se ver cmo dichas concepciones siguen siendo refractarias a la idea de la desviacin queinstala el averrosmo, porque no logran desprenderse del presupuesto de la homeostasis y, portanto, del carcter unitario de lo vivo que no admite desviacin alguna. Al respecto, vasemi artculo Es la vida un sistema? publicado recientemente en Revista Paralaje, Nmero

    9 2013. En: hp://paralaje.cl/index.php/paralaje/issue/current/showToc. Vase tambin elinteresante texto de A. M.Turing Puede pensar una mquina? (Madrid: KRK, 2012).

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    no es ms que la sura de toda identidad. As, la potencia de Averroes nose reere exclusivamente al rescate de esta singular categora ontolgica,sino tambin a la sobrevivencia histrico-losca de un pensamiento de locomn que est siempre ms ac de todo nmos de la tierra.

    E: Comunismo

    En un reciente libro, titulado Postsoberana, literatura, poltica y trabajo, OscarAriel Cabezas concluye con la siguiente armacin:

    Pero en la medida en que el comunismo siga siendo elhorizonte irreductible al pensamiento emancipatorioy de la justicia social, no hay ninguna razn de fondopara pensar que, quizs, la boca de lobo contiene ensus entraas [...] la posibilidad de una indigestin o,siguiendo cierta estela marrana, la imaginacin radicalde lo comn desde la excrementis alteriusdel presente100.

    Si es cierto que, como hemos revisado en nuestro texto, la expulsin delaverrosmo en el ao 1277 priv a la modernidad de un pensamiento de locomn, quizs sea tiempo de subrayar que ste retorna en la modernidadcapitalista bajo la modalidad del comunismo. La imaginacin comn a la

    que apela Cabezas es, precisamente, heredera del averrosmo que se muestrairreductible a la incorporacin personalista de los poderes instituidospor la teologa (que en Cabezas aparece bajo la forma del dispositivo de laInquisicin espaola).

    A esta luz, el comunismo quizs no sea ms que la otra forma en laque retorna el averrosmo en el que la relacin entre hombre y pensamientoencuentra en la imaginacin y la comunidad una nueva articulacin.El comunismo sera un modo de ltracin clandestina de esa notica dela imaginacin, en la que toda propiedad peligra con ser enteramentedesmantelada. Precisamente, siguiendo a Cabezas, el averrosmo sera laverdadera indigestin del dispositivo inquisitorial articulado por lamodernidad. Porque si hay un pensamiento marrano ser precisamenteste, en el que lo comn se lo piensa desprendido de toda propiedad;as, el averrosmo quizs sea el punto de partida para iniciar una crticaal capitalismo contemporneo contra la que pueda pensarse a contrapeloun comunismo radical. Si el nmos nanciero global no hace ms queapropiarse del trabajo en comn aquello que Marx llamaba trabajo vivoy que Dante haba identicado con la forma de la multitud quizs unretorno al averrosmo nos permita pensar en esa indigestin a partir de100Oscar Ariel Cabezas, Postsoberana. Literatura, trabajo y poltica, (Buenos Aires:La cebra, 2012),281.

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    una nueva apuesta por la imaginacin radical de lo comn que, en suimpersonalidad, se orientar a la desactivacin de la apuesta antropolgicadel cristianismo que hoy se articula bajo la gura neoliberal del hombreemprendedor.

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