Detalles de un Sueño Compartido

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René Ghenzi “Detalles de un Sueño Compartido” Ediciones Digitales Alan5_RG Sistemas

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Tercera y última parte del tríptico formado por los libros "La Ilusoria Búsqueda de las Respuestas", "El Antidecalogo de Federico Di Serna" y "Detalles de un Sueño Compartido"

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    Detalles de un SueoCompartido

    Ediciones Digitales Alan5_RG Sistemas

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    Ediciones Digitales Alan5_RG SistemasDiseo Ren Ghenzi

    www.geocities.com/[email protected]

    Junio de 2003Impreso en Argentina

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    y por haber experimentado en sueos esa sensacinque algunos llaman felicidad, doy por terminada

    esta triste tarea de escribir ilusiones

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    NDICE

    Prefacio Pgina 9

    Captulo I

    Recuerdos de un Escritor Pgina 13

    Encuentros... Pgina 19

    Desencuentros Pgina 36

    Captulo II

    Vigilia de un Extrao Sueo Pgina 49

    Detalles de un Sueo Compartido (Parte I) Pgina 54

    Aterrizajes Pgina 57

    Detalles de un Sueo Compartido (Parte II) Pgina 60

    Captulo III

    El final de los Recuerdos Pgina 69

    Palabras Tardas Pgina 72

    Retorno Pgina 75

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    Prefacio

    Somos dioses cuando soamos ymendigos cuando estamos despiertos

    Hrdelin

    As me senta antes, durante y despus de escribir este libro, pero estesentimiento no fue la causa de la consecuencia, no podra de ninguna maneraasegurar cual fue el motivo que dict a mi alma cada una de las palabras quecada oracin encierra, que cada prrafo oculta, como asegurar algo en estemomento si desde lejos en el tiempo crea que las cosas podan ser diferentes, quepodan cambiar o porque no tambin; desaparecer, pero todo vuelve a ser lo quefue, y ahora descubro que muchas cosas en las que crea, eran slo eso; creencias,tan lejana la fe de la verdad que lo nico que puedo asegurar es que as me siento(y me senta en aquellos das) ahoraSonidos, silencios, todo a mi alrededor, todo me recuerda el recuerdo, nadaparece ser factible de olvido en este universo de mi alma, y el espritu del sabioviejo brujo se acerca una vez ms, y me dice, y me cuenta que me cuenta lo quedice, quiz sin decirme nada, quizs sin saber que lo escucho sin orlo, ya que lossonidos y los silencios que me rodean hoy no son diferentes que los de ayer oantes de ayer o hace un ao, y sin embargo el recuerdo tan exacto en su tareade reflotar instantes vividos o imaginados, y tanta distraccin parte de laconfusin de saberme inmerso en este nuevo sueo, ahora en la oscuridad, en elmismo mar pero sin luces, sin faros, y este sentimiento emulo de aquel que habitaen el recuerdo es quiz el mismo a pesar de saber que es ahora diferente, resultaque el tiempo y la distancia desgastan persistente y minuciosamente cadaexistencia, cada elemento de este universo, cada alma que vive y suea, queescucha sonidos en los silencios y se ilusiona con ilusiones, y ama.Tan diferente es el dolor fsico al dolor que hoy siento, la ausencia, la carencia deaquello que pens inexistente pero que exista y existi cerca mo, y un sin fin desituaciones que se viven, miles de elementos que se encuentran y se pierden y sevuelven a encontrar, la diversidad de este mundo conocido no compite en lo msmnimo con aquel otro, con ese universo de sentimientos que se mezclan, que seunen, que se maceran, que se desgastan y afilan con el tiempo, con los vientos seerosionan, se convierten en quiz otros sentimientos que mantienen algo deaquellos de los que partieron, y con la distancia se arraigan o se desprendencomo lgrima que cae dejando su marca en el rostro, suerte de ro seco, o deapagada fuente y en el fondo del abismo corre un ro que desemboca en el mar,y vuela por el acantilado en determinada poca del ao el ave de la tempestad, yluego, o en otros inciertos momentos, el cielo es claro y el sol alumbra la forestaverde de los prados, noches despejadas de verano como aquellas fras deinvierno resguardan las estrellas para quien quiera mirarlas o verlas, y flores dela primavera que ya olvidaron las hojas secas del otoo quizs porque nunca lasvieron, y sin embargo el sentimiento persiste, el dolor tan diferente y personal,esa tristeza que hace bien haciendo mal, saber que somos capaces de amar, saber

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    nuestro amor distante, lejano, perdido y vuelto a encontrar tan slo para volver aperderlo... es tan diferente el dolor que hoy siento.Pero es aun diferente, como si las palabras que tengo no alcanzaran para explicarlo que quisiera explicar, para describir como todo cambia en sus cambios yvuelve a ser lo que fue o no, cada una de las cosas que existe en tiempo y espacio,cada sentimiento que habita el alma, todo parte del caos inicial y debe por locclica de la vida volver a l, absurda tarea la ma de tratar de lograr armar frasescon oraciones y oraciones con palabras, eligiendo en cada momento que me tocaelegir la ms adecuada o la menos diferente a lo que siento, cuando cada palabraencierra ms de lo que le es dado encerrar, cuando ellas como los sentimientos nopueden ser absolutas; cmo decir esto es verde sin decir esto no es azul o no esrojo o no es amarillo, o mejor; sin decir esto es amarillo y azul?, cada palabraencierra, como cada sentimiento, un universo propio de significados, de ideas, deimgenes sonoras, de tristezas y alegras, como cada sentimiento o cada palabra.Cmo, cundo y dnde? la respuesta a cada pregunta (que antes quizs supesin saberlo) fue la que siempre sospech, y le dije en aquella ilusin, sobre lailusin misma; inesperadamente, sin buscarlo ni presentirlo naci en m aquelsentimiento; desde que te vi por primera vez sin que me vieras, quiz un instantedespus, tus ojos en los mos, nos vimos; en uno, todos y ningn lugar, ya quenada a tu alrededor poda sustentarse en la realidad, ya que proyectas ensueosen cada lugar donde ests, y a tu lado nunca supe si estaba o no despierto odormido como hoy diosa de ensueos e ilusiones, ilusin de estar sondotecuando la realidad marca otro camino, y me niego una vez ms a resignarme, aaceptar esos caminos como nica verdad, es entonces cuando viejos recuerdosque el tiempo trae, que sabe traer, llevan a mi mente, a mi ser real, fuera de estemundo, al universo-alma que con nuestros complementos constru, all donde elave errante posa su cuerpo en rboles secos y una roca es centro del extraoritual, territorio resguardado de lo real por un profundo abismo, donde sesuceden una y otra vez feroces tormentas tras el vuelo del ave de la tempestad,all donde cada maana el amanecer nos encuentra simplemente desnudos y sinarmas para defendernos de tanta pasin, emocin o sentimiento, all donde seresde luz nos ensearon a usar sus espejos, a disfrutar de la locura de vivir cada dacomo el ltimo, y cada ltimo da como el primero, y aqu, en este universo, elespritu del sabio viejo brujo eligi un lugar para construir su templo, en lossignos que sus paredes muestran (ocultan o guardan) cada una de las cosas quefueron, son y sernPor las noches cuando el cielo lo permite, ya sea por distraccin u omisin, ymiles de estrellas se pueden observar, puedo ver tambin la luna, de la cual tehice reina, puedo ver su brillosa y nica cara que me deja ver y sospecho; algoescondido en el tiempo, algo oculto en este recuerdo, algo que la ilusin noeclipsa, algo que las repuestas no contestaron ni contestaran jams... porque lasrespuestas no siempre son tiles, porque las palabras suelen ser tan ambiguas,tan poco esclarecedoras, de tan confuso significado que las preguntas pierden susentido y la respuesta es entonces una nueva pregunta cmo, cundo ydnde?.

    El Escritor.

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    Captulo I

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    Recuerdos de un Escritor

    Nuevo da, nuevo amanecer, viejo despertar...- nuestro sordo mundo rpido aprende a leer los labios - se dijo, no poda serdiferente, ni siquiera distinto; viejo despertar lo saca de las oscuridades de unsueo no soado, no vivido, no sentido... jams.Triste reloj marca la hora de ir a visitarla, el recuerdo de aquel sentimiento no erasolamente un recuerdo, y voluntad no necesit buscar, para levantarse, y salir deaquel entrevero de sueos y sbanas que se resistan a dejarlo ir...- triste noche has partido, dejame ahora disfrutar del da, de ste mi da especial,me vestir y viajar donde mis pasos me lleven, a donde debo ir (creo que leeresas novelas me est haciendo un poco mal) - y se visti mientras deca y pensabaesto, se mir como tantas otras veces al espejo, esta vez se vio ms viejo y hastadifuso o sin contornos definidos, esta vez ya no era el joven que sola ser, quehaba sido y que ya no era, menos joven o ms viejo, extrao para s mismo era elreflejo o todo a su alrededor, y quizs un dolor intenso lo haca sentir peor, aunsin saber si ste era fsico, o metafsico quiz, salud aquel reflejo como si fueraotra persona (costumbre copiada de algn personaje que tomara de l esa mana)y se alej hasta la puerta acercndose al destino, como relmpagos en surecuerdo imgenes del sueo de la noche profunda quisieron traer unarevelacin, pero los relmpagos son fugaces y sus recuerdos tambin, en sumente una sola idea, era hora de ir a visitarla.

    La cosmografa de la ciudad era y es tan complicada y simple como la del mundoentero; veredas, calles, baldos, ventanas, puertas, techos y rboles... y todo, tansimple y tan complejo, tan parecido y tan diferente a un sueo, la ciudaddespierta y da su cara al sol... hoy, pero hoy es tan lejano el ayer; aquelloscaminos por los que haba llegado a donde estaba se encontraban perdidos en elolvido y no poda volver, multiplicidad en los cambios del pasado y del presenteocultaban su triste alma con una abstracta y hostil mscara... pero sin embargolos sonidos lo aturdan, lo agotaban, lo ahogaban... y las musas y fue entoncescuando decidi comenzar a escribir, a escribir nuevamente y se sumergi en laoscuridad de su propia literatura, quizs para esconderse y quizs tambin paratomar impulso y catapultarse a los cielos... el trabajo literario de Armando nobuscaba otros objetivos, siempre todo tan simple y complicado como el mundo,la ciudad y esa cosmografa que es tambin la literatura...- algunos necesitan para escribir realizar investigaciones y saber en profundidadun tema para poder desarrollarlo, yo en cambio prefiero sumergirme en aquellashistorias de las cuales no s absolutamente nada, en donde me pierdo y mevuelvo a encontrar en cada pgina, en cada prrafo, este desconocer me permiteexplotar al mximo mi creatividad, mi imaginacin, y as entonces creo unarealidad paralela tan perfecta o imperfecta como yo quiera, o al menos esoquisiera, y as otras veces esa misma realidad paralela me absorbe y me convierteen un personaje ms - le haba dicho el escritor aquella vez a la mujer que lerogaba escribiese de la historia que le estaba relatando una novela, descartando

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    en ese mismo acto cualquier esperanza que pudiera albergar la mujer, la historia,la novela o el escritor.

    El viaje es corto desde su casa hasta el cementerio, sin embargo por esapropiedad del tiempo que pareciera multiplicarse al transitar caminos yatransitados, y por el recuerdo que pareciera revivir el pasado en una suerte devertiginosa representacin de imgenes sin tiempo, y por esa persistenteflotacin que tienen ciertos recuerdos en el profundo mar de la memoria, portodo esto el viaje alberg un recuerdo, y el recuerdo un atardecer, y a aquellamujer que llegaba hasta su casa, que se haba convertido con el tiempo y susmanas en su estudio, en su trabajo, o en su prisin literaria de la cual escapabacon ms literatura encerrndose aun ms sin saberlo (o aun sabindolo), losgolpes en la puerta justo cuando las ltimas pginas de un libro resguardaban unfinal que pretenda ser inesperado o al menos especial, un final que sin embargotiempo despus descubri insulso, o simplemente e irnicamente tonto... en elrecuerdo exista firmemente marcada la imagen del momento exacto en que alabrir la puerta vio el rostro de aquella a la que iba a visitar hoy, rostro msiluminado por la luz de la casa que por la de ese atardecer que no terminaba deretirarse para dejar al fin que la noche hiciera su trabajo de cubrirlo todo conoscuridad.No pudo dejar de darse cuenta como un recuerdo fijado en nuestra memoriapuede a la vez arrastrar a la superficie a otros menos agradables, una sucesin dehechos que no merecan importancia y que sin embargo record, se mezclaban ensu mente los recuerdos, extraamente algunos parecan ajenos, como cuando unorecuerda alguna cosa que hizo cuando estaba borracho y se dice: - eso hice yo? -con mucho esfuerzo corri tanta cortina intil, tanta distraccin de su mente viejay cansada hasta poder al fin encontrar nuevamente claro el recuerdo quebuscaba... sin saludar, sin presentarse, aquella mujer desconocida le haba dicho;- tengo que contarle algo, es ms til para m de lo que usted piensa, por favor,djeme quitarme el peso de este secreto (no, no es un secreto), de este misterioque nunca nadie podr desentraar, pero s que al menos, al compartirlo, sermenos dura la pena y el dolor (creo) que produce lo desconocido - y l, quenunca supo hacer otra cosa que escuchar, escuch siempre a la espera deaprender algo de lo que viven los dems, creyendo que construa atajos sin saberque perda valioso tiempo que nunca volvera, su propia vida, sus experiencias,sus equivocaciones jams vinieron; es triste tambin no equivocarse nunca- Ante todo (si mejor disculparme), le pido disculpas por no presentarme; minombre es Alida Luz Gall, y la historia que voy a contarle es la de mi - aquhizo una pausa breve, pero en la que se perciba una profunda tristeza, luegocontinu;- amiga y hermana (despus le contar porqu) Laura Andrea Camps - ellaesperaba una respuesta o una pregunta pero Armando no pens siquiera enpreguntar, no sinti necesidad de saber porqu, porque l, en su mente todavarondaba esa ansiedad de final de libro pero algo presinti en esa mujer, algo quelo hizo invitarla a sentarse en aquellos modestos sillones que no mezquinabancomodidad ni decoracin, a compartir el tiempo que no tena o quizs si y no lo

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    saba, resulta que ignoramos tantas cosas, aun ms de las que sabemos, en estavida- Sr. Owens es usted muy amable en recibirme, supongo que debe estar ocupadoy que a estas horas no esperaba visitas, le agradezco que me escuche, hay algo ensus libros que me hace pensar que puede entenderme -- Puede llamarme Armando, no me molesta, al contrario, aun no llego a loscuarenta, y adems no crea que tiene algo que agradecerme, es para m un placercompartir mi tiempo con una mujer, si me lo permite, tan bella (no, no tena quedecirle eso, no eso ltimo) - pero l no deca ese tipo de cosas y no pudo evitaravergonzares, sin embargo continu hablando slo para cambiar de tema;- djeme invitarle un trago, la noche se acerca y se presiente fra, nada mejorque un buen coac, para compartir una charla (as es mejor), para contar unhistoria -- le acepto el trago, puede llamarme Alida si gusta, lo busqu tanto Armando, nose imagina lo que me cost encontrar la direccin de su casa -- me resulta extrao que no pueda encontrar esta casa fcilmente, hace tiempoque pertenece a la familia Owens, y la verdad es que viene una cantidadconsiderable de personas ya sea a saludarme como a criticarme duramente, memolestan tanto los cambios que nunca pensara en mudarme, y aqu pienso pasarel resto de mi vida, es ms, para que se de una idea estos muebles estn en lamisma posicin en que los vi desde que tengo entendimiento, digamos que nome agradan los cambios -- pensar que me dijeron que ni siquiera contestara la puerta cansado de tantosinsultos injustificados, de tantos halagos sin sentido, si en definitiva que sentidotiene disminuir o aumentar su ego, si usted Armando no es lo que escribe aunqueen algn punto lo que escribe es usted, usted mismo lo dijo en su ltimo libro,pero nunca prejuzgu ninguna situacin, ninguna persona, mis padres mispadres me lo ensearon junto con tantas otras cosas que me ensearon en lospocos aos que los tuve a mi lado, en el corto tiempo que me tuvieron con ellospara ensearme cosas, pero esto ya es parte de la historia que quiero contarle -- no crea todo lo que dicen, se dicen tantas parcialidades, tanta verdad en lamentira (si supieras), tanta mentira en la verdad -- quera agradecerle, por las cosas que escribi, aunque sean y no sean sus librosusted, por tantas cosas, por existir, no, quizs sea demasiado poco, por ser, porestar, por estar del otro lado de este espejo, por escuchar mis palabras sin tratarde detenerme cuando me alejo en el relato del relato mismo, por todo gracias -- no me agradezca por lo que soy o fui, por lo que hago o hice, menos aun sinconocerme, me falta tanto por aprender, tanto para llegar a ser, como digosiempre; las mejores acciones estn en mi agenda, an sin hacer -y as una perfecta desconocida se transforma, a travs de una corta serie demomentos compartidos, de pensamientos, de dilogos sin ms sentidos quedescribir un mundo distinto al que vivimos, un mundo ajeno y particular, esemundo en el que cada uno de nosotros vive, as Alida se convirti en su amiga

    Con ese recuerdo el viaje haba terminado y la fachada del cementerio iluminadopor un amanecer sin nubes lo distrajo por un momento; quin o qu habainspirado tal construccin?, sin ms sentido que el de albergar la muerte dos

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    grandes portones de madera e hierro hacan de lgubre entrada, columnas ydintel obstinadamente grises por el tiempo, bajorrelieves adornaban las paredesy alguna enredadera terca todava creca sobre ellas, se distinguan; de un lado lafigura triste de un len que no se saba bien si asustaba o daba lstima (comoaquellos que podemos ver en el zoolgico), del otro una especie de dragn-serpiente, o algo as, sobre las puertas dos ngeles rodeaban, cercaban ycustodiaban una cruz, debajo de sta la leyenda: Requiescat In Pace.Ya saba de memoria la ubicacin de la tumba de aquella a la que haca tiempollevaba flores, franque el portn y se dirigi lentamente, como arrastrando unapesada pena, por el sendero de la izquierda tantas veces recorrido. A pesar dehaber cruzado sus pasos con cierta cantidad de personas, nadie lo haba siquieramirado, se extra sobre todo por el portero a quien ya conoca desde hacatiempo, pero pens - debe estar muy ocupado, hoy es da de los muertos -, ysigui caminando. Una fuente daba al lugar cierto aire de vida que sin embargono poda competir con la tristeza de los concurrentes, con la tristeza de lastumbas, y desde algunos rboles, que bordeaban el camino los primeros metros,casi pudo sentir la brisa, acariciando sus hojas casi dirigi su vista al piso yvolvi a recordarla, a recordar de su relato los primeros detalles Alida eraespecial aun antes de nacer, sus padres posean cierta especie de profundidadobscura para expresarse, podan ver ms all de lo que normalmente todospodemos ver, siempre presintieron una muerte trgica y cercana y sin embargono teman a la muerte, las circunstancias de su concepcin y de su nacimiento noescapaban a la historia obscura de sus padres; dicen que la vida es circular, quetodo termina donde comienza y de alguna forma irnica sucedi su concepcinuna noche en la que sus padres quedaron encerrados en el mausoleo principal deeste mismo cementerio, y naci luego, una noche de tormenta, en un hospital deeste mismo pueblo, y digo pueblo ya que antes de ser la ciudad que es ahora, estoera slo un pueblo, la tempestad de aquella noche dicen que fue la ms ferozsoportada por el pueblo, y otros tambin dicen que aun hasta hoy no se repiti talazote de la naturaleza sus lentos pasos cruzaban en ese instante frente almausoleo, un suspiro mezcla de nostalgia y tristeza sali de su ser queenfrentaba estoico este recuerdo.

    Las palabras de Alida resonaban en su mente con notoria claridad, como extraaclarividencia de un pasado no vivido, al menos en carne propia, mapa conceptualpara entender los acontecimientos, las palabras de aquella mujer eran piezas deun rompecabezas que se iban acomodando en su lugar, en su exacto sitio concada hecho recordado; los buenos trabajos o los que se podan conseguir estabanlejos del pueblo, la casa, el barrio, cosas que no se pueden dejar simplementeatrs, hicieron que la mejor opcin para sus padres sea viajar cada da, todos losdas, y dudaron o no, quizs lo haran pero tarde, la mejores opciones, lasaparentes ventajas, traen siempre aparejado algn sacrificio, y sta no fue laexcepcin.Le ensearon a ser buena pero no ignoraban que vivimos en un mundo delobos, y saban muy bien que justamente por eso no deban ni podan criar unaoveja, de all su carcter; mezcla inexplicable, inentendible, de una ternuraexcepcional y una simpata que se adivinaba con su sola presencia y por otro lado

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    tantas puertas cerradas, tanto muro alrededor, tanto escudo perfectamentepulido por aos de proteger o de encarcelar a aquella mujer. As era Alida y asse mostraba frente a Armando, como se habra mostrado frente a todos, frente ala vida misma.La infancia de Alida no fue diferente de la de las dems nias, pero no se podradecir que fue igual, al menos entre tantas cosas que le cont, le cont que siempretuvo una sola amiga, de su misma edad; Laura, con la que jugaba, estudiaba yconversaba sobre casi todas las cosas que no poda hablar con sus padres, y quecuando lleg a la edad de ocho aos sucedi la tragedia, tal como saban ellosmismos, sus padres murieron en un trgico accidente, cuando un autobs que lostraa de regreso al pueblo (que ya podra empezar a llamarse ciudad), choc conun camin, volc, y luego al rodearse de fuego, las llamas encendieron las almasde los treinta y cinco pasajeros que viajaban esa nocheNo tena ms familia que sus padres, ella se haba quedado en la casa de lafamilia Camps cuando sucedi el accidente, no saban como decirle, pero cuandoal final se lo contaron, de la forma ms exacta y/o correcta para una nia de suedad (si es que existe alguna forma de transmitir una tragedia), ella pareci nosentirse afectada, no se la vio consternada, y slo atin a decir:- ya lo saba, ya sabamos que esa era la noche, as es la vida, todo est escrito -sin embargo aquella respuesta que insinuaba obscuramente una premonicinno era ms que una especie de negacin de aquello que ella misma estabadiciendo, una negacin del destino, creando as su primera mscara yescondiendo en su alma aquel primer dolor, aquella profunda tristeza quesignifica la prdida de los seres ms queridos.

    Sigui caminando y se alej as, dejando detrs suyo el mausoleo principal,recordando recordndola, a pesar de su tristeza que pareca aplastarlo sentacomo si no tocara el suelo, como si no caminara sobre l, como si en lugar dearrastrarse o caminar simplemente volara sobre el sendero, eso si, a escasosmilmetros del suelo, sensacin extraa pero no imposible en lugares llenos detanta tristeza, de tanta cosa perdida, donde palabras tardas intentan remediar unsilencio del pasado, donde los perdones llegan tan tarde que ya no tienenimportancia, triste recordatorio del paso del tiempo las tumbas indicaban a la vezcon su desgastadas lpidas lo rpido que pasa el tiempo y que todos nacemospara morir

    Una mala jugada de su memoria le impeda desde haca un tiempo recordarciertas cosas del pasado, sin embargo recordaba tan fcilmente aquella historiaque le fue confiada por aquella mujer... quizs por una casualidad del destinoambas amigas se parecan fsicamente, tanto que muchas veces las habantomado por hermanas; de estatura mediana, quiz dos entre tantas otras mujeresde igual belleza, normalmente simples, simplemente bellas, ningn atributofsico las poda hacer sobresalir sobre las dems (aunque esto cambiara con losaos), pequeas diferencias las hacan distinguibles, la leve diferencia de color ensus cabellos, Laura castao claro, Alida un tanto ms obscuro, en la piel un tantoms plida de Laura quizs sobresalan ms los lunares que ambas tenan, deojos claros las dos, unos se acercaban al verde mientras que los de Alida tendan

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    (y tienden en el recuerdo) al celeste pero siempre partiendo de un color gris,siempre en las dos las diferencias que distinguen una apariencia no sediferenciaban en esencia, pero nada de eso las destacaba en ningn lugar, ya queeran esencialmente simples, pero no por ello dejaban de ser especiales. Detrs deaquellos ojos, exista, y aun Armando pudo percibir en los ojos de Alida, ciertaluz del alma brillando ms que mil soles. En sus silencios, en la forma de moversus manos al hablar, en cada uno de los gestos se distinguan muy por encima detoda nia, adolescente o mujer que con ellas estuviera, y cada uno de esosdetalles compartidos ayud a la integracin de Alida con la familia Camps ysobre todo con Laura.

    En los gestos de Alida pude ver el reflejo de los gestos de Laura, bien s yo queesas cosas hasta podra decirse que se contagian, y al verla sentada en mi living,recostada distendidamente sobre el respaldo del sof, hablndome sobre suinfancia, sobre Laura, vea yo tambin a aquella otra que sera su hermanastra, aaquella sobre la cual me estaba refiriendo una historia, que ms tarde entenderano como un capricho del destino, sino como un mensaje dentro de una botella,expulsada al mar de las casualidades, destinada a llegar hasta m por motivos tanexactos y a la vez tan abstractos como los movimientos de los astros en el infinitouniverso vea un rostro en el cual se podan percibir aos de duras privaciones,de largas tristezas, rostro que se haba transformado por tanta amargura.Pero de todas formas, a pesar de la minuciosa descripcin de Alida, la imagen deaquellos jvenes rostros se me haca difusa, fcilmente equivocada, quizsconfundida con tanto recuerdo, con tantos rostros que habitan en mi mente,resulta que siempre, cuando nos tratan de describir algo para nosotrosdesconocido, intentamos encontrar una imagen conocida y desformarla hasta quefinalmente se parece (en lo que nos cuentan), a lo que nos cuentan, pero siempreresulta la imagen lejana a la realidad, es como si hubiera soado con ese o esosrostros y luego, despus de mucho tiempo, la viera y entonces pensara; - esa carala conozco, pero de dnde?, de cundo? y sobre todo cmo? -, as es ese rostro,as fueron o son esos rostros, especialmente diferentes e iguales al recuerdoimpreciso de un rostro visto quizs solamente en un sueo.

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    Encuentros.. .

    del Amor para Federico;Federico Di Serna lleg al colegio como casi todos los das, un moretn en el ojoizquierdo y la excusa de un pelotazo, pero todos saban que no tena amigos, quesus amistades eran imaginarias, lo haban visto ms de una vez escondindose deellos, jugando a que jugaba, jugaba que estaba jugando con ellos, a lasescondidas. Se corra el rumor y la maestra lo saba, al padre de mala bebida se leiba la mano con los escarmientos, el chico no tena la culpa de tener flojo untornillo, eso si ya no lo haba perdido a fuerza de tanto golpe. Siempre que sepoda la maestra intentaba tenerlo interesado en la clase, pero para Federicocuatro aos de escuela primaria ya era demasiado, y cuando quera tena lafacilidad de escapar de la realidad casi sin que nadie se diera cuenta. Siempreque podan, o que queran, sus compaeros intentaban incluirlo en sus juegos,pero l olvidaba las reglas o simplemente inventaba nuevas y as no se puedejugar o quizs si?...Tiempo despus (mucho tiempo, casi veinte aos) las amistades imaginarias sefueron perfeccionando, ya no hablaba solo, ahora conversaba con su perroKasipero, suerte de monologo (por qu no?), l hablaba con su perro eimaginaba la respuesta, algunos dirn que la muerte de sus padres le afect alchico quizs demasiado, otros podrn decir que el perro en realidad tenapoderes psquicos que le permitan llevar sus palabras sin emitir sonido algunohasta la mente de Federico, lo cierto es que de todas formas hablaba con su perro;- Kasipero, no te das cuenta?, son todas esas cosas que no hago, que no puedohacer, que ya perd la oportunidad de hacerlas... ahora, no antes, no son tantas,infinidad de cosas, y yo tan slo haciendo una por vez, en cada instante; ayer -- en mi mundo sin palabras, no me es dado saber, si existe ms all de mis cortoslmites el amor que busqu, que encontr y que perd en mi otra vida, recuerdotan slo lo que me es dado recordar, y si por las noches allo no es dolor, es sloun grito desesperado que intenta correr contra el viento y llegar al fin donde mispasos no llegan, y como vos supe pensar lo que tu piensas y hacer lo que tuhaces, y aqu me ves... aqu tan triste en mi alegra con tan slo un plato decomida, agua y caricias, y juegos de un dueo que es tambin el dueo de mivida (por ser vos, bien lo sabes), por qu debera preocuparme por lo que nopuedo hacer si ya no lo hice, si quizs en otra vida fue o ser realizado por m? -- me gustan las plantas pero no las flores, irnicamente lo ms bello para el restode las personas, es por eso que las corto ni bien son capullos, es por eso que nohay mariposas o abejas en mi jardn, y es por eso que tampoco hay frutos en misrboles, lo puedes ver Kasipero? (si no lo ves ests quiz ms viejo de lo quepensaba); quizs nunca te diste cuenta de ese detalle -- detalles, que irona, para m los detalles dejan de ser detalles cuando cada da larutina de mis pasos me llevan de una punta a la otra de este jardn-prisin yentonces los veo en mis trayectorias elpticas, y los detalles desaparecieron hacetanto tiempo, ahora para mis ojos ya no existen detalles, es todo tan igual asiempre -

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    - dnde estabas cuando plant todas estas plantas?, pod cada una de las floresque tanto me molestaban, que tanto me molestan, dnde estuviste mientras yohaca de todo esto un jardn?, construyendo senderos, colocando una fuente en tunombre, dnde ests hoy?, mis manos ya no pueden tocarte ni mis palabrasalcanzarte o atraerteentonces pasaron primaveras y tuve que volver a podar, y pasaron tambinotoos y la hojarasca cubri el csped, los senderos y tu fuente, y te trataba deencontrar perdida, mientras el tiempo pasaba, e intentaba refugiarme de tantalluvia, de tanto olvido, recordndoteentonces mirando mi jardn te recuerdo, te veo en un pasado cercano alejadopor la tristeza, te veo sobre el pasto mirando el cielo, mirando nada, pero yoestoy mirando el jardn, y esas flores que persisten en querer florecer a pesar detanto y tan fro invierno, siempre lejos, de tientonces vos te levantas, caminas hacia el cantero, cortas el capullo sin florecer,lo traes en tus manos protegido, acercndote a m lentamente como en un sueo,buscando tu mirada me pierdo en tus cabellos, y tus manos me regalan una florde mil colores, o quizs menos, o ningunoentonces en mis manos la flor desaparece, tratando de encontrar tus ojos endonde estaban te busco, y nada encuentro, sobre el pasto ahora est mi cuerpo,mirando el cielo y una nube que viaja en el viento, que quizs viaje a tuencuentro, que quizs veas, en nuestro cieloentonces el fuego de mi alma se enciende, e intenta quemar un recuerdo, peromis recuerdos son cenizas, de las palabras, de los hechos, y mis ojos brillan y tebuscan, entre las plantas, en el jardn, entre flores que ya no estn (que nuncaestuvieron), te buscan en ste; mi jardn, mis ojosen mi sueo. - recit Federico con los ojos cerrados dirigidos al cielo.- la verdad es que, creo que (ests ms lejos de la cordura de lo que yo pensaba),siempre estuve aqu, mis lmites tan cercanos, mis paseos tan cortos que aqu meves y lo puedes leer en mis ojos... triste en mi alegra con este plato sucio decomida, a veces agua y caricias, y juegos de un dueo que parece o se hace (si sehace le sale bien) y que es tambin el dueo de mi vida, atrapndome en estasuerte de prisin sin cadenas, que resulta ser este jardn para m por qudebera preocuparme por donde estaba cuando podaste las flores o cuandoconstruiste el jardn, si quizs no me importa? -- no te estaba preguntando a vos, era una pregunta retrica, de esas que uno...(para qu te explico esto?), bueno, para que explicarte, si ya sabes nunca lecont esto a nadie, vos vas a ser el primero en saberlo (qu puedo perder?), ensaber donde empieza y termina mi tristeza, donde comienza y finaliza mi alegra,porque para m, ese instante fue el nico en que realmente me sent vivo, ya quea travs de su existencia mi existencia cobr sentido - y entonces Federico lecont esta historia a su perro;Ocurri hace tiempo, en aquellos aos en que empezaba a aprenderresponsabilidades y manejarme solo entre la gente y en la calle, estaba en laescuela, en cuarto grado, mi pasatiempo favorito en aquella poca eraimaginarme en otro sitio, por ejemplo en un desierto o en la luna, siempre solo ysiempre escapando de algo o alguien inexistente pero incansable en mipersecucin, y me encontraba corriendo por un inmenso desierto, a lo lejos las

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    montaas, yo corra lo ms rpido que poda, pero saba que era slo cuestin detiempo para que me alcanzaran, me cansara y caeran sobre mi como fierashambrientas, corra velozmente hasta que un precipicio cort mi carrera con unasorpresiva aparicin, me dije:- ya te alcanzan -en ese momento la maestra me toc un hombro al tiempo que deca mi nombrecon cadente repeticin y arrastrando las vocales- Federico, Federico, Fed -en ese momento grit y en un solo movimiento me alej de esa mano queintentaba atraparme y me ca del pupitre al piso del aula en una graciosa accinque propici la risa de todos mis compaeros, la maestra, nica en su seriedad(por dentro seguramente sonrea) slo me seal la puerta, la penitencia eraclara, las palabras sin sentido, al patio por lo que durara su clase, al menos porese da (pensar que gracias a ella), ese era el horario de recreo para sexto ysptimo grado, yo estaba parado al lado de la puerta de mi aula, y la vi porprimera vez.Fue tan slo un cerrar y abrir de ojos, y me encontraba en alguna praderamitolgica de la vieja Europa, esta vez saba quien me persegua; estaba frente am, cercado por el vaco no poda huir, y mi modesto campo visual se cerrabams y ms, hasta que solamente en l entraban; sus garras, sus afilados dientes,su escamoso cuerpo de serpiente, sus amplias alas de murcilago y esa larga yenroscada cola que con sus movimientos habra mareado al marinero msexperimentado, all, frente a m, y sin que yo pueda escapar, all estabanuevamente y por primera vez visible ante mis ojos, la fantstica figura deldragn.Vea la escena como si fuera una pelcula muda, observaba como aquella niamova sus labios e intentaba imaginar lo que me estaba diciendo, lo que mequera decir sin saberlo, por el rostro adivinaba una especie de reto o dereproche, pero no poda dejar de pensar en el dragn, en el fuego que meabrazaba, que me cubra, que me envolva consumindome y haciendo que meencogiera y encerrara en cierta especie de autismo que me haca quedar frente aaquella nia simplemente inmvil, tontamente alucinado, abstrado en lafantstica visin que quedara grabada por siempre y para siempre en mi mente.Cada da me pregunto y te pregunto cual ser el da en que podr olvidarla, y sque la respuesta sea quizs nunca... y sin embargo te pregunto y la respuesta nollegar de tus labios, la respuesta no llegar de los mos... quizs nunca llegan lasrespuestas y slo vivimos entre preguntas sin respuestas.Nunca me fue fcil hablar, menos en aquel momento, y nada pude decir,encerrado en m mismo, el silencio de mis labios y la furia del dragn que sealejaba dejndome con este extrao y nuevo sentimiento. Aquella noche no pudedormir, y estaba despierto cuando mi padre sali, seguramente al bar a dondesiempre iba, y estaba despierto cuando a la maana siguiente llegaron mis tascon la mentira, y la verdad oculta de la muerte de mi padre, sin detalles, comohaba sido la muerte de mi madre en el momento de mi nacimiento, un coraznque deja de latir significa el final de una vida. Sin querer un cambio, me mudabaa otro barrio, nueva escuela, viejas visiones alucinadas que me perseguan (ypersiguen) como el dragn y su recuerdo.

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    Y pas el tiempo, y viajaba, y cuando viajaba cantaba, me deca que as todosuceda ms rpido, y que un viaje largo era entonces como pasar de la cocina alcomedor y as era, yo pensaba, crea, que el resto de la gente tambinescuchaba las mismas voces y la misma msica que escuchaba y que escuchotodava en todos los lugares en donde estoy, s, sobre todo la misma msica, eseambiente sin lmites en donde me sumerjo cada instante de mi vida, ese ritmocuasi repetitivo que tantas veces me acompa y ayud en esos momentos deplacer, pago, pero placer al fin y me extraaba que la gente no bailara, y meextraa todava que la gente no la escuche sin embargo al menos me es tilpara escuchar la nada que nos rodea siempre o quizs nunca. En los sonidos queguarda el silencio, el tiempo, y la msica se podra escuchar una historia, si tanslo nos diramos la oportunidad de escucharla, escucharamosMientras tanto (o quizs en el siglo XII, la inmediatez de estos dos sucesos no tiene lamenor importancia) desde Aztln, aquel sitio donde las guilas levantan vuelo, emulandoel amanecer que posibilita la vida, en pequeos grupos avanzaron hacia donde (su dios lesdijo) el guila se posara sobre un nopal, all deberan construir el templo y la ciudad...Haba pasado cierto tiempo y por consiguiente haba pensado que ya no labuscara, en realidad haba dejado de pensar en ella (miento y vos lo sabes), almenos eso crea l cuando tantas otras cosas ocupaban sus pensamientos, es poreso justamente que soar con aquella imagen tan perfecta que an guardaba surecuerdo sin que l lo imaginara, se convirti en un smbolo paradjicamentepremonitorio, algo o alguien desde la profundidad de su simiente le avisaba oadverta simblicamente un destino incierto. Desde aquel momento, desde eseinstante en que apareci en sus sueos, exacta, nica en sus formas y actitudes,algo simple pero profundo se hizo evidente en su alma, el olvido elega susvctimas sin consultarle, el recuerdo acercaba desde el pasado aquellas imgenesque nos traen paz cuando la tormenta intenta llevarnos lejos por los caminos dela locura o la pasin.En su rostro (el de ella dentro del sueo de l) las gafas obscuras intentabanocultar una tristeza, una prdida, algo que ni sus palabras ni su voz podanocultar, el sueo transcurra en esa lgica de los sueos, y los das fueron quizsdos o dos fueron los encuentros en un mismo da. El primer encuentro ya lohaba dejado al margen de toda lgica, sin posibilidad de anlisis, extasiado en laescena; ella simplemente entrando en la casa, saludando, sin reproches, sobrabahacerlos, siempre (o nunca) haban sobrado entre ellos, no existan motivos, elaire a su alrededor tomaba una consistencia y presin slo comparable conaquella que se siente al hundirse en algn medio acuoso y obscuro, desdesiempre esperando aquel encuentro en donde ella se sincerara de una vez y ledijera lo que siente (o senta), lo que l espera que ella sienta, lo que quizsninguno de los dos realmente siente (o sentan), ese momento era el sueo, elsueo alberg el momento y fue slo en el segundo encuentro en donde laspalabras fluyeron, con ms naturalidad y realidad que en la misma realidad;como haciendo eco de las coincidencias del destino l haba salido al jardncuando ella cruzaba la calle, cubrindose del sol y ocultando una pena con lentes,saltar del borde del abismo hubiera sido ms fcil que soportar ese momento,pero hubiera sido tan doloroso como placentero era el encuentro.

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    Desde sus palabras las preguntas que intentaban traspasar la lgica incierta deesa bsqueda, de ese encuentro, pero las cosas no son lo que son en los sueos,como podran serlo si ni siquiera lo son en la realidad, slo supo de la tristezaque algo haba dicho un nio a una modelo, que algo de pelea exista entre lasfamilias o entre familiares, que algo en lo que haba perdido tiempo en buscarpor algn motivo no llegaba o haba llegado y as de rpido se haba ido, cosas deensueo, en medio de tanta respuesta ambiguamente abstracta, inmerso en lalgica incierta de las ilusiones que nos plantea el sueo, abrumado por tantaclaridad en los contenidos, en los escenarios, en aquella casa, en las veredas, en elsol, los colores, ella, todo era tan perfecto que lo haca sospechar que de unmomento a otro despertara y as fue.Y la aparicin fue, como ya dije, exacta, pero con detalles que ms tardeanalizara con ms detenimiento y quizs ms calma, algo no estaba bien, esealgo era el tiempo, el momento en que transcurra el sueo, la significancia de esecorrimiento temporal era sustancialmente importante, como si se le mostrara unpasado que no fue y no un futuro porvenir (como l pens en un primerinstante), s, eso era lo que no estaba bien, la casa, las veredas, el escenariocompleto y aun l mismo eran en el sueo los de otra poca, los de aquella en laque no existan los compromisos actuales (tontos e innecesarios, perocompromisos al fin) como si los relojes que marcan el ritmo en que vivimos sehubieran vuelto locos y entonces empezaran a girar al revs, y all, en el pasadopudiramos arreglar aquello que hicimos mal, ya sea por equivocacin o poromisin, haciendo en esa suerte de segunda oportunidad lo que quisimos hacer yno nos atrevimos o no supimos hacer. Pero lo tristemente cierto es y era que enaquel tiempo ella no lo haba buscado o quizs si, y l no se haba dadocuenta resulta que en esta vida no se encuentran precisamente los que sebuscan, sino; los que se tienen que encontrar....en una isla estril, pantanosa, all fue el lugar elegido (por Quetzalcatl) por el guila, yall comenz la construccin del templo; centro de la ciudad en que se convertira aquelterritorio, y lugar destinado al culto y a las ofrendas rituales, la llamaron Tenochtitln...Casi sin darnos cuenta la vida nos llev por caminos diferentes, el mismo destinoque nos haba unido (o quizs debera decir mejor; el mismo destino que noshaba juntado) ahora nos haba separado, y cmo sera en tu mente el recuerdo?,mi recuerdo, el recuerdo de m, existira quizs detrs de otros recuerdosmejores?, cmo se clasifican los recuerdos?, si es que existe una forma conscientede realizar esa tarea as llegan las preguntas que trae el recuerdo, recuerdo lasrespuestas que quiero recordar, generando nuevas dudas que son iguales a lasanteriores, solo por no aceptar ni resignar, la separacin y/o el rechazo.Fue el ao pasado, ella vena con tantas historias, con tantas cosas que no mepudo siquiera contar, y yo, como siempre, envuelto en la msica, en esta especiede locura que presiento en mis visiones, pero s que fue real, y que nosencontramos, ya sea por el destino o quien sabe por que, lo cierto es quecaminaba de regreso a mi casa, a mi jardn, llevando como siempre ese recuerdocambiante, ese recuerdo de la nia que creci y se hizo mujer, y vi en una mujerlos rasgos de aquella nia, y supe que era ella, me acerqu a hablarle, y le habl,como nunca pude hacerlo con nadie, pero sin embargo no pude decirle lo que

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    senta, pero descubr en aquel encuentro el nombre de aquella mujer... se llamabaLaura.En tu voz, lejana y cercana, el brillo de un sol amaneciendo, me ilumina, medeslumbra dndome vida nuevamente, y te escucho y me pierdo nuevamente enlos laberintos de mi alma que te extraa tanto, tanto que no me es posibledescribirlo con palabras, una emocin sin lmites me embarga, abstrayendo mimente en tu figura aorada, recordada, imaginada en cada sueo, ilusin detenerte cercana en tu voz, la msica errtica de un solo de saxo, a contrapuntoy asincopado, en este jazz que llaman vida, que vivo escuchando.Hablaste de mis ojos, despusmovas tus manos, nerviosas buscando en el espacio excusas que se pudieranconvertir en palabras y entonces hablarme, y contarme, cosas tantas cosas parasimplemente hablar, y hablamos.buscaba tu mirada mirndote, tratando de escuchar y entender lo que tus ojosdecan, lo que tus labios ocultaban diciendo otras cosas, tus labios, misteriososlabios y yo buscando tu mirada.el tiempo no era nuestro amigo, no nos acompaaba, movas tus manos yhablabas, mientras yo buscaba tu mirada, y vea en tus labios un brillo, dulcebrillo, querindolo probar, sin querer quizshablaste entonces de mis ojos, despus, de mi mirada, dijiste que habas vistoen ella lo que mi mente imaginaba, lo que guardaba mi alma, cual transparentecristal de limpia ventana, descubriendo cosas que yo quizs ni pensaba, vindotea ti misma en el espejo de mis ojos, pero en ese momento no dijiste nada, claro,hablaste de mis ojos, despus cuando lejanos tus labios estaban.Pero tus palabras son tambin un ancla que trata de mantenerme atado a unarealidad de la que pretendo escapar escuchndote, paradjicamente abstrado, enel mismo laberinto de aos atrs, transitando los caminos de mi alma, lossentimientos son los mismos o quizs los nicos que puedo tener cuandoescuchando tu voz lejana, me acerca el recuerdo tu imagen, y te veo a mi lado,tus gestos, tu mirada, tus labios movindose en el ter, dicindome tantas cosassin decirme nada.Ese instante fue, mi fiel amigo Kasipero, el segundo y nico instante en querealmente me sent vivo, ya que a travs de su existencia mi existencia cobrsentido, y nunca la volv a ver- comprenders entonces mis palabras, o quizs nunca las entiendas (si es quenunca estuviste enamorado, cosa que no creo), es por todo esto que me preguntodnde estabas...? -- quisiera entenderte Federico, pero... cmo puedo hacerlo (miento) sin estar entu mente, en tu piel, sin vivir tu vida, sin ser lo que quizs fui en otra vida? ...mucho tiempo atrs Federico Di Serna volvi del colegio como casi todos losdas, sus tas lo esperaban con la leche caliente, veinte aos atrs.

    del Amor para Ramn;En algn lugar de la ciudad, en alguna de las ventanas (no importa cual nicuando), Ramn Alfredo Guzmn decidi que la vida simplemente no tienesentido, despus de ir y venir por los caminos que la oportunidad o el destino ledejaron transitar, despus de pensarlo y volverlo a pensar, sus acciones a partir

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    de aquel instante buscaran encontrar el final de este sin sentido, de este universobalad, pero no poda caer en la simpleza de una salida absurdamente precoz yquizs por consiguiente falsa, deba buscar una forma, una salida, una lnea nicay especial que lo lleve al final determinado en el instante justo de la decisin.Pero quizs la vida le tena un par de sorpresas guardadas y Ramn comomuchos otros no crea en casualidades, no buscaba respuestas, ya no tenapreguntas, nada tena sentido desde que la vida misma no tena sentido, esamisma vida que esconda en el tiempo y la distancia algunas cosas, tantas.Aquella misma tarde escribi una nota, suerte de despedida o de mensaje final,que no buscaba revelar ms misterios de los que una nota puede revelar.Aquella guerra vivida lejanamente de cerca, sabiendo que de un momento a otrose lo llevaran, el hermano llevado lejos, sin saber exactamente que pasaba,escuchando diferentes versiones en la radio local, y en la otra radio, aquella delejos, del pas de enfrente, y estabamos ganando, pero, ahora el viajaba a las islas,la carta deca; qudense tranquilos, est todo bien, hace un poco de fro, peroestamos bien, abrigados, y sabamos (sobre todo pap y yo) que otras cosas nopoda escribir, que mam necesitaba esas palabras y no otras seguramente mscercanas a la realidad, pero el dolor exista, se senta la tristeza en el aire de lacasa, as como nos puede doler el dolor de la misma sangre sufriendo, lejos, en elfro, en una lucha intil, sin ms sentidos que la locura de un borracho quepretende pasar por patriota... pero para que hablar de todo aquello, para quecontar lo que sent la tarde aquella en la que recibimos la noticia, las lgrimas demam, el rostro de pap que esconda mil emociones sin esconder ni una, labronca y la impotencia de ser tan chico, si quince aos es ser tan chico, peroque importa ser chico cuando se tiene la edad suficiente para entender un dolor,el hermano que no volvera cuando ni siquiera los grandes podan entenderporqu... cuando nadie entenda bien porque estabamos todos metidos en esaguerra.- excelente tarde para ahorcarse, celeste pero gris, algunas nubes en el horizontese tornan rojizas, y aquel rbol pareciera llamarme, se sentir dolor al morir?,qu se sentir en el fin de una vida?... se preguntaba Ramn.Pero era quiz demasiado doloroso, quiz demasiado fcil...- habra que salir y buscar algo ms exacto, algo ms publico que un balazo en lasien encerrado en esta habitacin (y ahora me descubro hablando solo), quetodos sepan que las heridas no cierran, que todos sepan se dijo y pensmientras meta la nota en su bolsillo y esperaba un nuevo da....pero sin embargo y a pesar de todo lo que ellos pudieran o quisieran hacer, los espritusdel bien entablaban diariamente lucha con los espritus del mal, entonces, cada amanecery cada anochecer los sobrecoga una atroz contienda en los horizontes, los espritus de losdioses necesitaban fuerzas para seguir luchando, los sacrificios, la sangre, les otorgaban elpoder, y el templo fue el lugar...Y de cmo, cuando al verla, aquella tarde, algo en su interior cambi, quiz esimposible de explicar, al menos no sin tratar de entender primero los milagros,de aquel sentimiento, tan viejo como el ser humano; del amor.Fue verla y olvidar, por un instante y la eternidad, aquella nota escrita con laseguridad de quien sabe lo que quiere, lo que sabe necesita para culminar la duratarea de ser, y de su vista desapareci el escenario mismo de aquel da gris, la

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    llovizna y la estacin, quedando tan slo el banco, la joven mujer, el gato... y esoslabios que se movan, que diran algo con una voz imaginadamente dulce yfemeninamente eficaz en hacer sentir feliz a un felino... a cualquier ser sobreeste planeta.El intento se ahog en intento, y la accin fue nula, desde mi lejana posicinescrutando cada movimiento, de sus labios, de sus manos, sin poder salir de mispensamientos, imaginando todas las posibilidades que podan traer a una mujerhasta la estacin, imaginando uno y mil motivos ocultos en aquella espera. Ellaesperaba algo, y yo sin poder sacudirme esa sensacin extraa, la de despertar enun sueo ajeno, la de saberme en la situacin exactamente opuesta a aquella en laque deseara, en la que quisiera, estar, e imagino imaginando, que mis pasos mellevan hasta aquel lugar en donde est, inventando palabras para armar algunafrase con la cual iniciar una conversacin, fracasando en cada invento,argumentando mil excusas para seguir en este lugar, imaginando un intento quese ahoga en s mismo, mientras otra persona vive mi sueo, otro se acerca a lamujer (que est con el gato en un banco en la estacin), y le dice (al menos esoparece) algn chiste o algo que la hace sonrer, ese otro vive mi sueo de hacerlafeliz, lo envidio desde mi inaccin, pero no me siento capaz de mover siquiera unmsculo, ya las decisiones fueron tomadas, y no existen posibilidades de cambiarun destino... pero si pudiera... pero no puedo. Fue verla y dejar caer la nota alsuelo, pretendiendo que el amor cura las heridas, pretendiendo que el olvidollegara de la mano de l.Pas el momento y la oportunidad, nuevamente en algn lugar de la ciudad, enalguna de las ventanas Ramn se deca;- intentando nuevas y variadas formas de llegar al sol, de andar entre tus llamassin quemarme, de morir en la hoguera sin miedo, sin dolor mientras encendaun nuevo cigarrillo despus de apagar el anterior en su brazo izquierdo...- intentando imaginar cada da, cmo en cada oportunidad, en cada nuevoencuentro, puedo torcer y doblar mis propios lmites para rozar tu mundo?,universo incierto para mi alma que suele perderse en tus palabras nuncaescuchadas, as podr y lograr finalmente cambiar una y cien veces en mispropios cambios que fueron tambin reflejos de los tuyos, y contagiados nuestrosfuegos se alimentaran ms de una vez con los mismos vientos, msica del terque nos rodea y nos inspira (otra vez hablndole al silencio), nuevamenteimaginando, intentando imaginar, despus de tantas negativas, de tantasderrotas, llega hoy el ltimo ruego, los dems caminos restantes acercan en eltiempo a la muerte tantas veces imaginada antes y despus de imaginar infinitasformas de un rechazo... el tuyo -...ya haban pasado los cuatro soles, y se deba calmar a los dioses, los sacerdotes lo habanprofetizado, y ahora el destino estaba escrito en la piedra, en cada signo, en cada alma quedebiera participar en aquella profeca, en cada hombre que fuera sacrificado sobre elTechcatl...- y quizs lo que ms bronca me da es saber que soy un tremendo hijo de puta yque eso no tiene solucin o quizs tenga una sola, nica salida a tantahijaputs, a tanta irona abstracto sentimiento de contradictoria funcin, as unda me siento bien estando mal y otros busco estar bien para sentirme mal

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    siempre buscando excusas para acercarme al final inevitable (bueno, ya esdemasiado, me voy a volver loco y no es lo que quiero) -Me preguntaba, me deca, me trataba de convencer llevndome a la duda,traspasando los lmites de la razn e intentando escuchar aquella voz que desdemi interior me gritaba, me peda, me preguntaba, me deca... y era mi propia vozo quizs su eco, en el abismo, gritando, y se mezcla con tu silencio, en la ausenciapresente de tu voz, y te busco, mi grito te busca, te llama, preguntndome,dicindome - bscala -, y te busqu sin saber como hacerlo realmente, ms deuna vez en aquella estacin sin encontrar nada, hasta que supe que no eras niseras ma jams.El tiempo siempre fue y ser mi peor enemigo, en busca de su muerte tratsiempre de realizar actos que para los dems resultaban (y resultan) poco msque extraos, por ejemplo; formar parte de una fila de personas, muchas vecesaun sin saber cual era el fin de aquellas filas, esa era mi forma preferida de matarel tiempo, as conoc mucha gente y aprend mucho de la experiencia y de lasmentiras de los dems, en Bancos, Cines, Clubes, etc. Un da, en el Registro Civil,lugar al que ms concurra tanto por la cantidad de gente como por laperiodicidad de sus filas y por lo temprano que se formaban a diario, adems lagente que concurra no sola volver (al menos no en poco tiempo) seguido, ysiempre haba rostros nuevos, de todas las edades; recin nacidos a sacar suD.N.I., siempre acompaados de sus padres, nios de ocho aos y de diecisispara actualizarlo y renovarlo, parejas para pedir fecha de casamiento, algnsolitario pidiendo los papeles para el divorcio, y otros tantos, mucha gente,muchas historias, en fin, as da gusto matar el tiempo, y se preguntaran qupasaba cuando llegaba el momento de hacer el tramite por hacer, bueno, les dir,que cuando el momento estaba prximo, con alguna excusa del tipo voy acomprar cigarrillos, me cuida el lugar?, me alejaba con aire de cosa normal,medio apurado como es lgico, pues ya estaba prximo a ser atendido, mealejaba deca, me alejaba y no volva al menos por ese da al otro da las cosaseran nuevas, la gente era otra, y con suerte nadie me conoca. Ese da, ella no mehaba visto, pero yo sent su presencia aun antes de verla, aquella mujer de laestacin estaba en la fila, lo saba, lo senta y lo confirm con una mirada; comoquien mide la extensin de la fila a los simples fines de saber donde estara dehaber llegado a tal o cual hora, dirig mi mirada hacia atrs y pude verla, pudever su perfil mientras miraba una vidriera con casi nada de inters, miraba slopor mirar y yo me esconda entre la muchedumbre de la fila para poder espiarla,para verla, para de alguna forma analizarla y esperar un momento propicio paraacercarmeTechcatl, Techcatl, la palabra giraba y gira en torno a mi conciencia; inconscienciaengaada por esta ilusa realidad, pero no siempre las palabras pueden o debentener un sentido exacto u homogneo, y creo que sta no era una excepcinTechcatl, nuevamente y no puedo concentrar mi atencin en nada, en casi nada,en todo no puedo, nadie puede sacarme y me hundo en la oscuridad, en aquellaque ninguna luminiscencia puede atravesar. Desde la espesa niebla, sobre lasaguas, donde solamente se encontraban oscuridades, niebla y agua, surge ahorauna montaa, y no la veo pues nada penetra lo que no penetra esta luz que merodea, pero siento prxima la aparicin, y se yerguen frente a m las laderas de

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    esta montaa, entre la niebla subo y con mi cuerpo mi alma se eleva, Techcatl enmi mente, el espritu del sabio viejo brujo de mis antiguos sueos me dijo, meadvirti que llegara el da, que llegara a la cumbre, que sin temor subo ms yms, debera al menos pensarlo una vez, pero tiempo ya no existes, las salidas sehan perdido, cerca de la cumbre, otro paso ms, la necesidad de seguir auncuando no hay lugar a donde ir, y sigo, creando nuevos y extraos sitios, ycegado por las oscuridades no puedo apreciar aquel paisaje que imagino almenos imponente, como si desde el edificio ms alto viramos pequeas casasrodeando en el final de aquel abismo nuestra torre particular, sin olvidar laespesa niebla que tie toda la escena con un manto de impreciso misterio, yentonces llego a la cumbre y veo sin ver todo lo que me es negado, todo lo quejams tuve y que nunca podr tener.Paralela abstracta e ilusa es mi forma de pensar, y pienso que as puedo llegar aentender tu alma cuando an no pude entender la ma, recorriendo caminosviejos y gastados, los caminos eternos de mi alma en sus lmites ltimos, al bordedel abismo una vez ms, me veo, desde mi simple vuelo de ave confundida,regresando como las golondrinas por los mismos recorridos, acostumbrado a verlo que veo, lo que tantas veces he visto, y me sorprendo sin embargo una vezms; al borde del abismo, me veoEn infinito abismo se cortaba la montaa, el mar del que haba salido ya noexista y la niebla pareca dispersarse con lentitud a otras latitudes, la respuesta,la pregunta, la excusa, lo recuerdos y los olvidos y el paso al frente al borde delabismo, cierro los ojos mientras voy cayendo, la sensacin extraa de flotar en elaire me lleva al recuerdo de una antigua propiedad eterna y etrea de mi ser lasuerte de mi alma, ms all de mi muerte no depende de mis acciones, sino de lascircunstancias y las causas de ella.Pero ya nada es igual desde que la verdad, tan parcial y abstracta como siempre,fue aceptada por mi espritu de lucha, y entonces como si al caer desde el bordede este abismo descubriera que en el olvido se escondi un paracadasentonces el recuerdo reflotando mis memorias me deja al fin descansar en vuelo,en corto vuelo de ave errante, y caer entonces al piso del abismo el fondo, lenta ysuavemente aceptando mi realidad.Entonces intent acercarme y hablarle, pero quizs mi apariencia la asust o noquera esa maana hablar con nadie, o algo en m le produjo miedo, lo cierto esque con la mejor excusa que podra tener, sin decir una sola palabra, abandono lafila y se fue velozmente dejndome solo y observado, abandonado y solitario eneste mundo.Desde aquel da, intento en cada momento que me sobra y alcanza para intentar,abstraerme en el ruido feroz de la maquina infernal, aquella que atrapa missentidos y me deja al menos por un tiempo sin pensamientos, sin sensaciones, ylos ruidos son anesteciantes, alucinantes, en absurda distraccin me pierdo y mevuelvo a encontrar, tan ciertamente equivocado como siempre, especialmentecomo siempre, en otra direccin regresando me veo del otro lado, o en medio, ode este lado, de tanto ruido confusin?. Perfecto aliciente para el alma y elespritu del hombre angustiado, abrumado, atormentado por la cotideanidad decada suceso, de cada instante que se repite una y otra vez en eterna sucesin,absurda y abstracta repeticin de caras, de gestos, de acciones, de preguntas y

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    respuestas que slo nos llevan a tratar luego de encontrar, sin saber en dondeencontrar, este lugar en donde poder descansar escuchando algo de ruido,esperando siempre el momento exacto, buscado, esperado momento de darle fina este sufrimiento.

    del Amor para Santiago;Quizs haca tiempo que ya debera haberse levantado de su asiento y habersalido de aquel bar, pero sin embargo algo extraamente recordado y reconocidolo haca quedarse una vez ms, el sentimiento de necesidad, la necesidad de untrago ms, la angustia de tener tantas cosas que contar, las ganas de contaraquella historia que nadie ms que l creera. Haca realmente mucho tiempo quedebera haber dejado de tomar, pero no era costumbre en l hacer aquellas cosasque debera hacer, haciendo sin embargo tantas otras cosas que tambin debahacer tarde o temprano, la confeccin publica de un hecho privado no era por logeneral extrao en un borracho, y no sera sta una excepcin.La realidad es una alucinacin provocada por la falta de alcohol deca el cartel,rodeado de argentos fileteados, colgado detrs del mostrador, en aquel bar endonde Santiago Daniel Luna intentaba llamar la atencin con sus palabras deaparente lucidez premonitoria;- rodeado estoy de nubes de tormenta, sentado estoy en esta piedra de cristal, tanslo un golpe puede quitarme la vida en un instante, y puedo ver detrs delvidrio la figura abstracta de un recuerdo, de algo todava no sucedido, de untiempo futuro que quizs no llegue a ver, y en el vaso vaco un silencio queespera de la botella el grito, mi alma que no entiende de otra cosa que tomar, esla bebida mi vida desde antes y despus de conocerla, nada cambi en m, nadapuede cambiar este destino que ya conozco desde siempre, y que ya no mesorprende ms - y nadie le prestaba atencin...- llegar el da en que el profeta despierte, aquel que es todos y que tambin no esninguno, traer respuesta a todas las preguntas, aun a aquellas no formuladas,entonces, ese da, todos ustedes, s, todos, los que se burlan, los que esconden surostro para rer, los que pretenden mostrarse distrados, en ese momentorecordaran las palabras de este borracho pero hay algo que no saben; eseinstante ser un instante despus de su ltima oportunidad de arrepentimiento,en la mente del profeta no hay lugar para la duda, no existe sitio para el perdn,l viene a sealar el fin de todo como lo conocemos, y un nuevo mundo dediferentes complejidades surgir a un nuevo da ese da, en que llegu elprofeta - deca Santiago, pero todos seguan en sus asuntos....todas las culturas, han tratado de explicar el origen de las cosas, de la creacin, delhombre, porque todo hombre es un ser trascendental siempre busca algo sobrenatural ynecesita de ello, convirtindose en adorador de tinieblas, temiendo siempre a lodesconocido, y ofrendando su fe en ello de las ms variadas formas...Quizs porque las jvenes de aquel momento ya eran demasiado jvenes para l,o quizs porque ya estaba demasiado cansado de tanta ruina, quizs por eso yano existan mujeres que pudieran sorprender su (borracho) corazn por otraparte quizs haba perdido las llaves de ste. Lo cierto es que existi unmomento, uno ms que todos los anteriores y posteriores, un encuentro que apesar de parecer casual o insignificante, cambi el sentido de su vida, ya no

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    tomaba por tomar, ahora exista un motivo, un motivo oculto que estabadispuesto a revelar aquella noche a todos los que se encontraban en el barNadie haba preguntado absolutamente nada, en silencio estaba aquel bar, quizspor primera vez en la noche; se levant, y dijo en voz alta y clara:- bueno, ya que me lo preguntan (seguramente alguien pregunto, al menos yo loescuch), les voy a contar; cmo, cundo y porqu conoc a esa mujer que deba,porque el destino as lo marcaba, llevarse mi corazn como nadie nunca lo habahecho - se sent nuevamente y despus de terminar otro vaso, empez a contarsu historia no sin antes llenar nuevamente el vaso vaco.- debo decir ante todo, que el dolor no es privativo de aquellos que supieron osaben amar, y desengaarse, pero tengo que decir que este dolor no escomparable con otros, tan slo por ser de diferente naturaleza, tan slo por serespecial... (creo que me estn mirando), lo cierto fue que... - se dio cuenta quehaba ganado la atencin de algunas personas, lo que le dio ms placer, y ganas,de continuar su relato...- pareciera extrao contar que una vez la vi y que sin embargo no pude darle laimportancia que hoy le doy, sin embargo supongo que no ser extrao paraaquellos que me conocen, que conocen como cada da dejo pasar una y otraoportunidad de ser al menos diferente, en definitiva recuerdo haberla visto enuna estacin de tren, recuerdo haberme acercado a ella y haberle dicho algunaque otra tontera, slo para molestara o para intentar asustarla, recuerdo tan sloeso de aquel primer recuerdo, de aquel difuso recuerdo de una mujer en unaestacin de tren, con un gato (gracias al alcohol), tan slo eso... pero, por cruelque nos parezca el recuerdo, resulta tan cierto como trgico que un da muchotiempo despus, (si es que tres aos nos resulta mucho tiempo) recuerdohaberme levantado de esta misma mesa, sin ms esperanza que la de encontrar lapuerta del bar, para luego encontrar mi propia casa para dormir tranquilamentehasta que el tiempo dijera que ya es suficiente sueo para un simple mortal,recuerdo entonces ver pasar a aquella mujer por la vereda de enfrente,velozmente, quizs escapando de algo, y s que supe darme cuenta que la mujerera la misma de aquella estacin de tren, y s que pude darme cuenta que estabahuyendo de algo o de alguien, y s que por primera vez sent aquello que lagente llama amor, pero no ese amor que supe sentir en otras pocas de mi vida,fue un sentimiento extrao y nuevo para m, una sensacin que renov tanto miser como mi espritu, y quise entonces alcanzarla y decirle o pedirle que al menoscompartiera de ella su nombre con este ser que intilmente intentaba llegar a ella,sabiendo de antemano que nadie habla con un borracho, menos aun una mujercomo aquella que les cuento - la pausa obligada de Santiago, el vaso llenndose,provocando cierto suspenso, los odos esperando un desenlace intilmenteimaginado ya que- como era de esperarse aquella mujer ni siquiera me mir, y continu su camino,velozmente, regresando quizs a su casa, ms temerosa que la ltima vez, a pesarde ser en apariencia una mujer supuse que era an una nia, tras la cascara demujer viva una nia que se negaba a mi encuentro, a mis preguntas, a ser mujer,y corra entonces alejndose de m dejndome para siempre solo, solo yborracho -

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    ...durante mucho tiempo los dioses los acompaaron, ciclos de lluvia estables y buenascosechas, pocos o ningn caso de enfermedades que no pudieran curar o calmar loshechiceros, y cada da como el anterior el sol repeta su ciclo, de las guerras los prisioneroseran sacrificados y el universo segua girando, ellos dentro de l, la cosmografa noresultaba complicada mientras los dioses fueran aplacados, la ciudadela creca, el imperiose forjaba da a da transformndose en poderosa fuerza de conquista y terror...La pausa en el relato, llev desde el vaso ms alcohol a sus venas, Santiago sesenta mareado, quizs ms de lo que esperaba, su cuerpo ya no resista comoantes, todo haba cambiado, y dudaba si en realidad sus palabras salan con laclaridad que l pensaba, sobre todo porque cada sonido, por leve que sea, aturdasu mente como si fuera un trueno, le dola la cabeza cuando trataba de continuaro terminar lo que haba comenzado a contar, pero continu;- la verdad es que no suelo hablar de ngeles, al menos no de esos que uno seimagina con alas blancas y sobre alguna nube, y me resulta tan extrao entoncesmencionar hoy la existencia de aquella mujer en mi vida, tan extraa es lacomparacin que no me deja opcin (o quizs si), tan rara en mi boca la palabrangel, el sonido de mi voz cuando me dirijo a ella llamndola ngel,dirigindome en realidad al recuerdo; en su ausencia es tan preciado, tanguardado y tan profundo; tu recuerdo en tu ausencia, ngel - ahora la gente enel bar volva a sus asuntos...- pero as viviendo en el pasado no me es posible superar el presente, todo teidode recuerdos, de imgenes lejanas de una presencia ahora ausente, y a mi lado yano est, nunca estuvo, y cada momento es aoranza, cada instante tristeza,imposible alejarme de ella, de ese pasado sin tiempo que es tambin presente yfuturo, aqu en donde vivo ahora se haba sentado y hablaba para s mismo.- pero, llegar el da, en que... el profeta... despierte... dijo antes de quedardormido sobre la mesa en donde descansaban el vaso y la botella vacos.Quizs haca tiempo que ya debera haberse levantado de su asiento y habersalido de aquel bar.

    del Amor para Felipe;Los 80 no eran, y para Felipe no fueron, precisamente la mejor poca para losnegocios, muchas empresas haban cerrado o fueron absorbidas por lasmultinacionales. Felipe Agustn Amenabar supo tener todo lo que necesitaba yaun ms, mucho ms, en gran parte fruto de una buena herencia, pero todo fue aparar a aquel proyecto, la idea no era mala pero quizs no era, y para Felipe nofue, el mejor momento, nunca recuper la inversin y el dinero que pudo obtenerslo le alcanz para mantener sus gastos por unos meses, luego, se desprendi decosas que quiz no tenan importancia, luego prescindi de lujos que ya no podadarse, y finalmente despus de un ao no le qued ni siquiera lo indispensable,su casa hipotecada, fue rematada y Felipe desalojado...Ahora viva en la calle, las limosnas de la estacin le procuraban alguna que otracomida da por medio y las plazas servan y sirven de habitacin en verano oprimavera, mientras que en otoo o invierno la cosa es ms difcil, hay que pelearpor un diario o por una caja de cartn para poder taparse, las bocas de lossubterrneos ya tienen dueos, y la verdad es que hay tantos peor que l, tantosnios que nunca disfrutaron de una cama de sbanas limpias despus de un bao

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    caliente, despus de un buen postre, despus de una buena cena, despus de unda que ellos ni siquiera se permiten imaginar ahora en invierno todo es msdifcil, la gente anda de mal humor y las limosnas son ms escasas y de menorvalor, y Felipe se pregunta si podr esta vez superar la piedad o la lstima o esesentimiento nuevo que aprendi en la calle, ese que le hace cada da darle lamitad de lo que consigue para comer a esa seora de edad que vive con su nietoen la calle, en la misma calle, quizs igual a todas las calles del mundo, en lasmismas calles donde vive l, la sonrisa la de su abuela, el nio que nunca tuvo selimpia los mocos con la manga de un pullover que no conoce el jabn, ahora lasonrisa del nio, el rostro sucio, un agradecimiento que sobrepasa cualquierpalabra Felipe busca con sus pasos el mejor lugar (si es que existe uno) endonde seguir la triste tarea del que vive de limosnas, la lucha diaria de unmendigo.En su libertad alejado del sistema, siendo sin querer parte de l, atando suspantalones con hilo, pequea tristeza, tratando de contener esas penas profundasy cotidianas que se sufren en la calle... y se haba acostumbrado a ver a los ojos,mirando, cuando le dejaban mirar, en el brillo y gesto de ellos, el origen de esalimosna que se atrevan a darle, y haba visto tantos, tantas cabezas quesimplemente seguan el rumbo de sus propios pasos mientras la moneda caa entrayectoria perpendicular hasta sus manos, tantos otros que pretendan pagar susculpas, sus errores, sus omisiones, sus pecados, pero l saba que en realidadaquella limosna era la pequea cuota para asegurarse una porcin de paraso, deprefabricado paraso, de cartn pintado, y sin embargo en los ojos de aquellosque osaban mirarlo y que pagaban esa parte se perciba un ruego, como si enrealidad le estuvieran pidiendo a l que les cuidase un lugar en aquel parasoiluso y quizs inexistente, y otros que eran aun peores, otros ojos que pasabanpor detrs, al margen de la escena, monedas en sus bolsillos, y pasaban haciendocomo que no miraban, como que no vean, y vean sin mirar, y se sentanrealmente ms hijos de puta que antes, apretaban las monedas (que saban desobra les sobraban), y se sentan mejorPens que aquellos que daban simplemente por dar despertaban la envidia deaquellos que queran comprar su cielito de cartn corrugado, y estos ltimoshacan (al tirarle una moneda) sentir peor a todo el resto (que en el fondo querandarle algo pero no podan simplemente porque no tenan nada que dar), menos aesos seres malignos, avaros y sedientos del poder que les da el dinero, menosellos que se crean ms y mejores que el resto que se empobreca dndole dineroa un pobre. Realmente odiaba a aquellos que pueden mantener por muchotiempo una actitud falsa, siendo siempre falsos y no dejando ver su verdaderorostro detrs de esa mscara, detrs de donde suceden tantas cosas, en elpresente, en el pasado, y quiz en el futuro....pero llegaron das de rebeliones, desde el mismo interior del pueblo diferentes y ocultasvoces intentaban convencer al pueblo mismo, que los sacrificios eran innecesarios, quetodo seguira igual sin ellos. Los temerosos del poder de los dioses intentaron no escucharlas voces, y no las escucharon, pero los dioses siempre escuchan todo, y los brujos-sacerdotes lo predijeron, la rebelin fue disuelta, las voces para siempre acalladas... sinembargo los dioses no olvidan y la venganza fue tan ciega como cruel...

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    Un da alguien que pasaba por aquella calle en donde Felipe peda, rogaba y/oinvitaba a que le den, una moneda, le dio una propina desinteresada porcompleto, la actitud no slo le llam la atencin, sino que adems, lo indujo abuscar en aquella persona una respuesta para ese acto, e intentando unaconversacin lo saludo;- muchas gracias, buen da -- igualmente - dijo el joven deteniendo sus pasos al ver que el mendigo queradecirle algo...- si me permite quisiera regalarle una frase (ya te tengo) y extendi con sumano un papel con la siguiente leyenda:

    no existe hombre que pueda tenerlo todo,as como tampoco existe hombre que no posea nada

    - cuanta verdad en esas palabras (un linyera?, pareca muchos aos mayor quel), dgame, cmo llego a este pensamiento? -- bueno, aqu donde me ves, vestido con rotas ropas de mendigo, yo, pude y tuvecasi todo, me angustiaba con cada cosa que quera y no poda poseer, y luchdurante aos para llegar a ser lo que fui, en mis colecciones, famosas por sudiversidad, no falt un pice siquiera de la misma eternidad, yo, amigo mo, supey tuve, casi todo, y nada me sirvi, nada cuando todo me fue intil, cuando solome encontraba rodeado de tantas riquezas, fue as que un buen da perd todo, yaqu me ves tan slo con lo necesario, un par de trapos que cubren mi vergenzay algo que comer cuando mi cuerpo me lo pide, tan slo eso, y creo que igual fuifeliz... hasta que... Felipe hizo una pausa al darse cuenta que estaba por revelaralgo ntimo, pero saba por la mirada de aquel, que tena buen corazn, quemereca saber lo que l siempre haba ocultado...- ...hasta que un da como cualquier otro, la vi... todo cambi de color, el airepareci transformarse o tornarse ms denso, en mi propio cuerpo presentcambios que ms tarde confirm ciertos... ella cruz mi campo visual como tantasotras personas lo hicieron durante todos mis aos de vida, pero debo reconocerque jams sent, lo que sent en ese momento -- seor, usted a tenido la suerte de conocer el amor, para nada puede ser unadesgracia ese acontecimiento (si la pena del desengao no fuera lo que es, viviraenamorado de toda mujer que se cruzara en mi camino, lamentablemente sloalgunas valen la pena) dijo y pens el joven.- s, todava soy feliz con lo que tengo (qu tengo?), y sin embargo no tengonada, pero... slo una cosa quisiera y creo no poder hoy llegar hasta ella, cmohacerlo?, cmo ahora que dej atrs todas las armas del materialismo, ahora queya ni siquiera soy de lo que fui una sombra?, cmo?... se da cuenta usted que enesta vida las cosas llegan siempre fuera de tiempo, la respuesta correcta llegasiempre despus de tomar la decisin equivocada, despus de perder, y hoy unavez ms lo siento, y me digo soy feliz y lo creo, y tan slo una cosa quiero paraya no querer nada, y precisamente eso es ahora inalcanzable... -- puedo preguntarle el nombre (ahora descubro la mentira) de aquella mujer? -- por supuesto (qu puedo perder?), slo tengo de ella, el recuerdo de su rostro,que abriga mis das fros, su sonrisa que refresca mis veranos, y su nombre;Laura, musa de tantos poemas muertos en el olvido -

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    Las palabras del mendigo casi se perdieron en el silencio, y su mirada se perdien la distancia mirando el suelo, el joven se alej lentamente, sabiendo que ciertascosas no pueden solucionarse con dinero ni con palabras, la tarde siempre gris, lallovizna y el fro, la tristeza que pareciera aferrarse en aquellos que menos tieneny los pasos del hombre alejndose lentamente, pensativo....la implacable furia de los dioses se revelaba en los elementos, terribles sequas seguidaspor devastadoras lluvias y de ellas la inundacin, poco quedaba de aquel reino, salvo la fe,la fuerza de la esperanza, que los sacrificios aplaquen su ira, que el ciclo de la ruedamgica del tiempo gire nuevamente en armona, con la tierra y sus habitantes... loesencialmente til, necesario ritual, prisioneros, sacrificio, la paz...Caminaba por la calle perfumada de caf en la ciudad, temprano, haca pocotiempo haba amanecido, porteros limpiando veredas, y la rutina de cada darecordndole que era da de semana, - es notable como se diferencian los daslunes a viernes, con los del fin de semana; sbado y domingo, y aun ms entreellos mismos - pens, y junto a ese pensamiento lleg como enredado el recuerdode un sueo que lo haba molestado durante toda esa noche, en el sueo l erauna caja, dentro de otra caja, dentro de otra caja, dentro de otra caja que a su vezestaba en otra caja que tambin era l; l era las dos cajas, o todas?, la caja era enrealidad una sola; l. Desde ese momento se sinti ms tranquilo, haba logradorecordar el sueo con todos sus detalles (como si fuera importante hacerlo), ycaminaba entonces por la calle perfumada de maana, sabindose una caja, peroal menos no estaba vaco.Muchas cosas pasaban en aquellos das por su mente, sus sueos extraamenteadornados con nuevas visiones de Laura, y no poda entender lo que le suceda,pero se preguntaba siempre si lograra volver a verla, y pensaba que podahacerlo si la buscaba, y la buscaba incansablemente sin lograr hallarla, y en sumente los pensamientos lo abrumaban, Felipe se acercaba a la locura, con unlpiz escriba sus pensamientos en todo papel que pudiera encontrar;El dulce sabor del recuerdo no vivido se hace en mi alma paz, tranquilo esperomientras te busco, mientras poder encontrarte espero, esperndote, ya lo sabe lalluvia y el mar, existen cosas que tarde o temprano se deben encontrar, intil esnegarlo, con el tiempo lo vers, tirar tan fuerte, la cadena he de cortar.Si realmente se puede aprender, ensame a ser feliz, si realmente existe uncamino, podras decirme dnde est?, nunca olvides; el sol es eclipsado por laluna, todo nace, muere y vuelve a nacer, tan efmera es la vida que la existenciamisma se desvanece en este sueo, es hora de despertar, la felicidad no existe endonde la buscas, el camino; callejn sin salida, en l te encontraras, tarde otemprano, los pasos desandar, ms pronto de lo que pensamos la noche, el fro yel viento trae la lluvia; tormenta que arrastra a su paso toda la basura que juntasen esta vida, que pretendes salvar, todo arrasado por las aguas, a ellas no les esdado elegir, slo la tarea cumplen, tarde o temprano lo vers.Si pudiera al menos preguntarte, como si la pregunta trajera de alguna forma undescanso, sabiendo que no existe la respuesta que yo quisiera or entre lasposibilidades que vos dejas para m, te preguntara; es posible me regalesnuevamente una sonrisa, dejndola a mi lado, hacindola as por siempre ma?.Slo para alejarme un poco de esta ilusin que quema mis alas, que duele tantosin dolor, y acercarme a la duda otra vez, olvidando lo olvidado, te recuerdo.

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    Negando las respuestas encontradas, y nuevamente buscando preguntas que melleven a la duda, forma absurda de negar el tiempo para negar un recuerdo,construyendo a cada instante un nuevo pasado, un nuevo pasado tan parecido atodo pasado anterior, pero nuevo, sin saberlo y sin que lo sepas, para que olvideslas respuestas y poder entonces confundirte nuevamente con las mismaspreguntas. Son tan simples mis trampas, tan conocidas (por vos), suelodescartarlas antes de ponerlas en prctica, suelo quedarme muchas veces solo ypensativo buscando preguntas, negando respuestas.Qu tiene de especial esa mujer, que es capaz de darme vuelta y todo cae de misbolsillos?, no hay respuesta para el que no quiere escuchar, si el amor es ciegoenseame a mirar, puedes ver lo que has hecho en m sin siquiera hacer nada,gracias destino por dejar que deposite mi amor en alguien tan especial!, nopuedo darte nada, nada necesitas de m, y yo sin vos no existo, no puedo siquierapretender existir... esperanza, motor de mi ilusin, que nunca te pierda pues nopodra soar, sin sueos no sabra como vivir!.Cambia el tiempo y no cambia nada, no exactamente como yo quisiera o no,como en el jazz (aunque en l algo cambia), siempre girando en torno al mismopunto, mi alma y tu recuerdo, yo y mi alma, descubro a cada instante que sientolo que senta, que nada cambia, y sin embargo me rodean nuevas cosas, casinada, resulta que pasa el tiempo y en verdad no cambia nada, al menos lo que yoquisiera que cambie, o no, eso que es todo para m eso que no tengo, que nocambia. Y lo que ms me confunde es que nada es igual si no ests, nada es lomismo si no tengo tu presencia, tu figura frente a m, a mi lado, hablndome o nodiciendo nada, ocupando simplemente ese lugar que ahora est vaco, elrecuerdo de tu sonrisa flotando en el aire. Pero comprendo, y entiendo que nocreo en aquellos que dicen que no se olvida, sabiendo entonces que s es posiblehacerlo mas no nos es posible en ningn caso elegir aquello que queremos o noolvidar o recordar. Laura, son tan fras estas calles por las que te busco,negndome a olvidarte, tu recuerdo es mi abrigo...No alcanzaran las pginas de este libro para transcribir todo aquello que Felipeescribi en aquel ao.

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    Desencuentros

    La lgica de los lugares comunes exige al observador tener al menos laparcialidad, y/o la visin aguda, para descubrir aquellos detalles que para elcomn de la gente pasan desapercibidos, ocultos en lo cotidiano, en el inmediato,repetitivo y rutinario escenario donde actuamos cada da de nuestras vidas.Entonces luego, al aprender a ver, ms all de la simple mirada a la que estamosacostumbrados, todo escenario se transforma en indescriptible y abstractaalucinacin de colores y formas, luces, sombras, sonidos, brillos, tamaos,aromas, sabores y sensaciones, siendo cada parte del todo; un universo deinfinitos detalles, que contiene infinitos universos en cada detalle.Pocos pueden entonces, detener sus pasos en medio de la multitudinariaperegrinacin, escuchar el silencio entre tantos gritos sin sentido, ver en unanube la forma de mil formas cambiando hasta ser nuevamente nube, ver sombrasque en la sombra difieren de aquel objeto que las proyecta, y ver a pesar del sol elbrillo de tantas estrellas; lejanos puntos de luz, que volvern con la noche a seraquel lugar comn, en donde tantos se pierden sin lograr jams encontrarse.Esta clase de seres especiales, excepcionalmente encontrados en algn lugar,descubiertos por su forma extraa de actuar, son por lo general apartados de lasociedad slo por ser diferentes, por actuar de una forma ajena al resto, yendoms de una vez en contra de la corriente, intentando salidas nuevas en viejoslaberintos, doblando los lmites hasta el lmite y ms, no logrando entender lascosas ms simples, como cruzar una calle o comunicarse con los demsJustamente de esa clase de gente se enamoraba Laura, desencontrandose conellos de variadas formas, con el comn denominador de nunca estar buscando,de slo cruzarse con ellos en algn momento inesperado, esperando, s, pero nobuscando si es que la espera no es de alguna forma una bsqueda pasiva queprev el desencuentro.Las hermanas compartan muchas cosas, aun sus esperanzas, sus anhelos eilusiones, y cada una de ellas se senta responsable por la otra, nunca seabandonaban, nunca se dejaban solas, entonces, si no podan compartir algo lodescartaban de sus listas de ambiciones personales, o trataban de conseguir algoms, igual a lo anterior, para as tener cada una su parte pero en la vida llegadoel momento y frente a ciertas cosas nicas, especiales e irrepetibles, en esos casosen los cuales compartir es poco menos que imposible, algo tan lejano a la traicincomo al sacrificio nace de la nada, para traer nuevamente el equilibrio a este caosque llamamos (ser y estar, existir) vida.Pero los detalles de aquellos momentos fueron, son y sern, mejor relatados porAlida y/o Laura que habla a travs de las palabras de Alida, que habla a travsde mis palabras, que hablan a travs del pensamiento de un lector, que quizsluego refiera esta historia a alguien ms recuerdo sus palabras, lo que intentdecirme, intentando empezar una historia que no tena principio ni fin.En mi mente las palabras de Alida conjugando una imagen imaginada de Laura,imaginariamente equivocada o imprecisa, carente de aquellos detalles que nos

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    dan una idea al menos general de algo o de alguien, y fundindose con aquellaspalabras y con aquella metamrfica imagen; la desgracia, la felicidad, labsqueda y la prdida... el tiempo que nos pide el encuentro para llegar a lameta, el desorden preestablecido del cual partimos, los caminos inciertos de undestino que no abunda en casualidades, el placer y el dolor, aquella esencia de lacual son producto el amor y el odio... todo tan cerca, tan cerca de mipensamiento, tan lejos estoy quiz de aquel momento que prefiero seguirviviendo el recuerdo a perderme en este absurdo y rutinario presente que cadada me sorprende con las mismas preguntas, con las mismas respuestas, y mepregunto, y me respondo; no es extrao entonces que todos se hallan acercado,por los diferentes caminos que nos da el destino y/o la casualidad, a la mismamujer, al mismo cielo, al mismo azul extrao que se puede ver en cada arco irisque podemos ver (si podemos) as tan ciegos como ellos, como aquellos quebuscan tan slo tesoros escondidos al final, que no puede verse, en ese final quees tan principio como el principio mismo, y tampoco es extrao que ella los hayarechazado a todos, confundida y sin querer quizs hacerlo, sin desear realmenterechazarlos, aturdida por los sentimientos, perdiendo en cada rechazo una partede si misma, cambindola por ausencias que quizs terminaron por volverlaausente, perdida en medio de tanta prdida, y menos extrao es aun que todosen su miseria hayan optado por un mismo final, que tambin es el final de mislibros, como si esta historia quisiera formar parte de una literatura semejante a lama, a estas palabras que quizs no puedan ayudarme a resolver ms cosas de lasque yo mismo podra resolver sin necesidad de ellas, formando parte quizs... demi vida.Buscaba las palabras que intentaba encontrar Alida, en la tarde, que se hacanoche, lentamente, o no, aquella mujer se adueaba del silln, de la habitacin,de toda la casa, con su presencia, con sus palabras que resonaban en cada rincnayudadas por el silencio, mi silencio que buscaba desde atrs, y desde adentro,aquellas otras palabras que quiz intentaba encontrar para decirme y contarme loque me quera contar y decir... pero cmo encontrar lo que ni siquiera podaimaginar, cmo lograr descubrir que las cosas del otro lado eran tan diferentes,tan iguales, tan especialmente simples?, y desde aquella simpleza me llegaban laspalabras encontradas;- Laura, nia, adolescente y/o mujer codiciada por varios (por no decir muchos)hombres, nunca quiso a pesar de mis consejos establecer una relacin duradera (oal menos una relacin de algn tipo o duracin), para quizs as formar un hogaro al menos intentarlo, desencontrandose con ellos, viviendo enamorada de todosy de ninguno, siempre a mi lado, confindome situaciones que no hubiera credode no haberla conocido como la conoc... De su boca, y aquellos labios, cierta ternura, sus palabras hicieron una pausa,para tomar un nuevo trago, algo haba en ella, luego continu;- recuerdo de aquellos desencuentros algunos detalles vistos por m misma yotros contados por Laura, en alguna noche desvelada en la que nos contbamoscosas de nias, de chicas o de mujeres y siempre que pudimos darnos el tiempopara compartir uno y mil secretos, cosas que a pesar de ser vividas por slo unade nosotras ambas suframos o disfrutbamos de igual forma, con quiz la mismaintensidad, o al menos eso crea (o creo), y descubro entonces en el recuerdo, que

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    con el tiempo sobre aquellos hombres destinados a encontrarla sobrevena ladesgracia, al menos parecan perder parte de esa felicidad que todos buscamos, oya la haban perdido antes de encontrarla, o la prdida los haba encontradoantes que mi hermana a ellos, o... Pero aquella mujer abundaba en detalles, quiz intiles, y ms detalles, que sealejaban del centro mismo de la historia, alejando a su vez mi mente, que seperda en pensamientos relacionados, y no tanto, con lo que me contaba...

    El primero, (con Federico);- intentar ir armando mi relato de la forma ms ordenada que pueda, ya que mevienen a la mente tantos recuerdos (y la confusin de verme aqu cuando no creaencontrarlo), de tantos y variados instantes, compartidos, de tan variadas formas,vividos... intentar, si me es posible hacerlo, pin