Desmesura y Fin Del Opresor - Croatto - Rb52_129

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Tratado teologico

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[129]Revista Bblica Ao 52 N 39 1990/3 Pgs. 129-144 DESMESURA Y FIN DEL OPRESOR EN LA PERSPECTIVA APOCALPTICA (Estudio de Daniel 7-12) J. Severino Croatto 1. Paraqusirvelaapocalptica?Algunosopinanqueesunacosmovisinalienante,quesitala salvacinenelmsalldelahistoriayanulalaaccinhumana.Otroscreenquerepresentauna literatura de resistencia frente a los poderes, polticos o religiosos. Unos y otros tienen su parte de razn. Los textos apocalpticos fueron producidos como una forma de resistencia, pero son usados fuera de su contexto socio-poltico, cultural y religioso original, perdiendo en gran parte su fuerza retrica, querigmtica y contraideolgica. Lo cual es una verdadera pena. Claro que este fenmeno degenerativo ya eclosiona al final del perodo de produccin apocalptica, cuando se transita de una perspectiva colectiva y comunitaria a otra individualista y, simultneamente, de una preocupacin por la subsistencia de una comunidad en conflicto a un inters especulativo sobre el futuro. Seaquelosantecedentesdelaapocalpticadebansituarseentrelosvisionariospostexlicos diferenciadosdelgrupoteocrticodominante,1seaquelamismahayarecibidoaportespersas, babilonios o helensticos,2 o que tengamos en cuenta el ambiente de dominacin 1 Cf. P.D. Hanson, The Dawn of Apocalyptic, Fortress Press, Fil. 19792; O. Vena, Visionarios vs. establishment en la comunidad judea post-exlica", en Cuadernos de Teologa 9:1 (1988) 8-98. 2 J.J. Collins, The Apocalyptic Imagination. An Introduction to the Jewish Matrix of christianity, Crossroad, NY 1984, 21-28. [130] poltico-cultural de los primeros apocalipsis judos (fines del siglo III A.C., a ms tardar),3 en todos loscasossetratadealgntipoderesistenciaideolgicacontrahegemnica.Yporlotanto,de grupospoltica,osocialmentediscriminados.Lalecturadelarealidadqueestoshacenes, evidentemente,religiosa;ysuesperanzaescatolgicanoesunsustitutodelaluchapoltica,sino otra forma de la misma.VamosaconsideraralgunosaspectosdellibrodeDanielquecorroboranesteenfoque;paraeso, tenemosquesealarcmoelmensajedellibroescomunicado,anivelretrico,literarioy cosmovisional. Slo queremos destacar algunos rasgos, sin pretender ser exhaustivos.4 2.1 La revelacin apocalptica Aunque el vocablo "apocalipsis" sea relativamente tardo para designar un tipo de obras religiosas,5 lociertoesquestascontienenesencialmenteunarevelacindivina.Loquenoseraninguna novedad en un pueblo como el de Israel habituado a muchas formas de revelacin de Yav; pero la revelacinapocalpticaesdiferente por tresmotivos, porlo menos:a)esun"plus" respecto de la revelacintransmitida(Tor,profetas,etc.),consideradainsuficienteparacomprendernuevas situaciones de crisis;6 b) se refiere menos a la historia de Israel que a la del mundo; los apocalipsis surgencuandolosjudossonapenasunapequeapiezaenlamquinadegrandesimperios;c) aquellarevelacinsehaceaunpersonaje"originario"respectodelmomentoenqueseescribela obra. Adn, Set, Enoc, Abrahn, Moiss, Elas, Baruc, Esdras, 3Cf.M.E.Stone,NewLightontheThirdCentury,enP.D.Hanson(ed.),VisionariesandTheirApocalypses, Fortress, Fil. 1983, 85-91; J.J. Collins, ob. cit., p.33ss. 4 La bibliografia reciente sobre Dn es abundantsima, y por eso no insistiremos en temas ya discutidos por especialistas como Collins, Lebram, Koch, Delcor, Gammie, etc.5 M. Smith, "On the history of apokalpt! and apoklupsis, en D. Hellholm (ed.), Apocalypticism in the Mediterranean World and the Near East, Mohr, Tubinga 1983.1989, 9-20, esp. p.19. 6 Para ms detalles, ver nuestro articulo "Apocalptica y esperanza de los oprimidos (Contexto socio-poltico del gnero apocalptico)", en RIBLA (= Revista de Interpr. Bblica Lat.) n.7 (1990), bajo II/3. [131]Jess, Juan, son personajes arquetpicos para el autor/destinatario del texto. Esteltimorasgo[elc)],quesepuedellamarprophetiaexeventu,pseudonimia,oantedatacin (segnelpuntodevistadeconsideracin),esunrecursotpicodelosapocalipsis,esencialmente ligado a su funcin retrica y querigmtica, o sea el arte de convencer/exhortar y al anuncio de un mensaje. La "revelacin" se traspone a un tiempo (o a un personaje) clave en la tradicin del grupo, de modo que el destinatario del texto puede comprobar que todo se ha cumplido hasta su momento histrico; por tanto, tambin se cumplir lo que falta, el fin de la crisis en que vive y, por lo mismo, laliberacin/salvacinfuturas.Pornotenerencuentaestefenmenoliterarioycosmovisional, algunos pueden sostener la simultaneidad del autor del libro de Daniel con el escenario literario (el siglo VI A.C.). Con deducir de all que el texto quiere describir y anticipar una historia futura (que puede "estirarse" hasta nosotrosenbase a combinaciones increbles), todo parece satisfecho. Pero no es as. Todo lo contrario, pues se desvanece el mensaje especifico del texto apocalptico, lo que quieredecir,enelcasodeDaniel,alosjudosfielesasustradiciones,agobiadosporlapresin poltica, cultural y religiosa de los reyes selucidas, en particular por Antoco IV Epifanes (siglo II A.C.).7 2.2 Las 70 semanas en Dn 9 El"plus"derevelacin[aludidoen2.1a)]estexcelentementeejemplificadoenDn9,conel "problema"delos70aosquesegnJer25,11sy29,10debadurarladesolacindelatierrade Jud (25,11) y el exilio (29,10). El primer anuncio es datado en el 605 (25,1) y el segundo entre el 597 y el 586 (supone slo la primera deportacin, 29,2). Que el pasaje sea jeremiano, o redaccional, exeventu,decualquierformalacifradelos"70aos"essimblica;entrminoshistricos,se refiere a la restauracin de Jud en coincidencia con la 7 Slo por prejuicio algunos exgetasmantienen la "excepcin" para el Apocalipsis de Juan y el discurso apocalptico deJessenlossinpticos,cf.porejemploE.Schssler-Fiorenza,ThePhenomenonofEarlyChristianApocalyptic. SomeReflectionsonMethod,enD.Hellholm,ob.cit.(nota5),296-316,esp.p.310.Porquelproductordeltexto tiene que ser Jess o Juan, y no puede haber pseudonimia y prophetia ex eventu, sobre todo en el discurso apocalptico de los sinpticos? [132] cada de Babilonia (lo ltimo es evidentemente redaccional, postjeremiano). Pues bien, cul sera entonces el problema del personaje Danielen Dn 9,2: "me puse a investigar(bn!t) en los libros sobreelnmerodelosaosque,segnlapalabradeYavaJeremaselprofeta,debanllenarse (mall!'t)respectodelasruinasdeJerusaln:setentaaos"? Elanuncioprofticoesmuyclaroy directo: qu ms quera investigar Daniel? Pero s era un problema para el lector de Jeremas en el siglo II, quien ya tena buena informacin sobre la cada de Babilonia y la restauracin, y poda dar porcumplida(llenada)laprofecadeJeremas.Ahorabien,elproblemacomienzaalldonde pareceterminar:elcumplimientoenel538yaossucesivosdelanunciodeJeremaspareca frustrante e irreal en la situacin de dominio extranjero y despojo baj Antioco IV. La profanacin del templo de Jerusaln eraelcolmodeestapostracin;lascosasestabanpeorqueenel597,cuandoelasedioyla conquista por Nabucodonosor. La profeca, entonces, deba tener otro sentido; eso es lo que Daniel busca (lebaqq", v.3a). Si la mencin de "los libros" en el v.2 se refiere a los textos histricos o profticosconocidos(2Cr36,22ss;Esdras1,1-4;6,3-5;Jer25,11y29,10),8noencontrarnada. Perolacontinuacindeltextoapocalptico9enelv.21a'("cuandoGabriel...")muestraqueel pasaje de las setenta semanas tiene otro sentido insospechado y profundo (ntese el vocabulario de "sabidura"enelv.22:wayy#ben...leha$klek#bnhizocomprender...,parahacertesabercon discernimiento).Danieleselprivilegiadoquerecibela"revelacin"(lehaggd,v.23a)deuna "palabra" salida de Dios en un momento preciso, el comienzo de su oracin (v.23a) que es tambin (ficticiamente)el primeraodeDaro... "quien fue proclamado reysobreelreinodeloscaldeos" (v. 1b), en obvia referencia a la ocupacin de Babilonia por los persas en el 539, o sea, justo cuando debacumplirselaprofecadelassetentasemanas.Lainterpretacindelv.25borraese acontecimientoparapoderconectarlapalabradichaaJeremasconlasituacindelsigloII.Para eso, los "setenta aos" deben entenderse como "setenta 8 Zac 1,12 se refiere parcialmente a este problema, en cuanto pasa por alto el inicio de la restauracin (535) e interpreta los"setentaaos"tomandodesdelaruinadelaciudadenel586hastaelcomienzodelareconstruccindeltemplo, (519, segn 1,7). 9 Se sabe que la oracin de "confesin de los pecados" de los vv. 4 a 19 (3 y 20-21a son redaccionales), tradicional en otros lugares (Salmos 78 y 106; Esd 9,6-15; Neh 9,5-37; Baruc 1,15-3,8), expresa una teologia no apocalptica, de tono ms bien deuteronomista. [133]semanas de aos" (490 aos),10 y el "para regresar (cf. la expresin leh#b tambin en Jer 29, 10) y construirJerusaln"(Dn9,25a) ha dereferirsealasesperanzasde restauracin deJerusalndela poca macabea. Con esto el autor apocalptico de Dn 9 est haciendo algo ms que una actualizacin de la profeca deJeremas.Loes,sinduda.Peroenlaperspectivadelautordeltextolanuevarevelacin reemplazalapalabradeJeremas.Enefecto,nosetratadeunpeer("explicacin"deuntexto bblico, para actualizarlo) sino de una "palabra" (d#b#r v.23) que Daniel debe comprender: en lugar de70aos(yaagotadosenelmomentoficticiodelarevelacin,v.1,peroquenotrajeronla liberacin) la nueva palabra habla de 70 semanas (de aos), o sea de un perodo mucho ms largo. Talduracincuenta"desdelasalida(m!s%#)delapalabraparahacervolver(delexilio)11ypara construirJerusaln..."(v.25a).EstepuntodepartidanoeseledictodeCiro:nohayindicadores textuales para entenderlo as y, sobre todo, unapocalptico no podra tomar tal decisin con valor trascendente. Debe tratarse de una palabra de Dios, mediada por el ngel. 3.1 Los libros celestiales Talrevelacindiferenteyexcedente(2.2),y"originaria"(2.1),tieneuncontenidoseguro,cuyo desarrollosedartalcualaquellaloexpresa.Envariosapocalipsisdichadeterminacindelos sucesos se indica por medio del motivo literario de las "tabletas celestiales" en las que stos estn escritosyporlasquesedanaconoceralreceptor.AsenJubileos,121Enoc,13Testamentode Levi14ydeAser.15EllibrodeDanielnoempleaestaimagen."Loslibros"de7,10sonlosque consignan las acciones hechas (y no futuras) y sirven 10 Cifra que no pretende ninguna exactitud sino que se inspira en el modelo del jubileo (7 x 7 dias/aos): el "50" viene "despus".EnDn9el70x7apuntaauntiempo"antes"deotro(el"despus"),osea,alacrisisdelahelenizacin, previa a una liberacin esperada. 11 Mal traducido por la Biblia de Jerusaln "volver a construir Jerusaln", y omitido en El Libro del Pueblo de Dios. La Biblia, p.1535. 12 Jub 5,13; 6,31; 16,9; 23,32; 28,6.13 1Enoc 81,1; 93,2; 103,2; 106,19; 108,7. 14 TestLevi 5,4. 15 TestAser 7,5. [134] para el juicio escatolgico; "el libro" de 12, 1b no es otro que el "libro de la vida" que registra los nombresdelosquesesalvan(Salmo69,29;Apoc3,5;21,27;Fil4,3bycomp.Lc10,20).Una referencia a las dos clases de libros se leeenApoc 20,12; "fueron abiertosunos libros" retomael texto de Dn 7,10; "y luego se abri otro libro, que es el de la vida" equivale al de Dn 12,1b. 3.2 Determinismo histrico? Laotramaneradeindicaraquelladeterminacindelossucesosesellxicodej#ras!yj#tak.El primerverbosignifica"cortar"yportanto"definir","decidir"(tambinnuestro"decidir"tiene etimolgicamente el sentido de "cortar"), lo mismo que su correspondiente acdico har#su. En Dn 9,27 la ruina del desolador (Antoco IV) se anuncia como "la cosa cortada/decidida" (nejer#s); el vocabularioyeltemadelcastigo(conotroreferente)seinspiranenIs10,22s("estdecididoel exterminio...").16 El v. anterior (26) termina anunciando que "hasta el final habr guerra decretada (nejeres&et) (y) devastaciones".17 La desmesura del tirano (Antoco IV) es descripta en 11,36-38 en trminos de autodivinacin; la descripcin, sin embargo, es interrumpida al final del v.36 para decir que"prosperarhastaquelaclera(lit."inundacin",cf.Is10,25)sehayacolmado,porquelo decidido(nejer#s'#)sehar".18Elsegundoverbomencionadoseusaenuncontextoidntico,en 9,24; la nueva revelacin, que reemplaza los "setenta aos" de Jeremas, empieza de esta manera: "setenta semanas se ha determinado (nejtak)sobre tu pueblo ysobre tu ciudad santa".Es la nica vez que en hebreo aparece esta raz, pero el contexto define muy bien el sentido que, por lo dems, seconfirmaporelugarticoh'tk.19Estasideassecomplementanyrefuerzanconlareferenciaal "libro de la verdad" (10,21a), en el cual est grabado 16 El acercamiento lo hace M. Delcor, Le livre de Daniel, Gabalda, Paris 1971, p.199. 17 "Desastres decretados" (Biblia de Jerusaln ) es una mala traduccin. 18Estaprolepsisdelfinaltieneunsentidoretrico,comoen9,26b',frasequeunoesperarasloaltrminodelv.27. Comosiellectornoaguantaraladescripcindelosgestosdeltirano,yfueracalmadoconestaanticipacindesu desastre ltimo. 19 No registra este sentido J. Aistleitner, Wrterbuch der ugaritischen Sprache (Akademie Verlag, Berlin 1963) n.985, pero confronta con el heb. h'at#k determinar y el rabe h%taka cortar. Ver tambin E. Ullendorff, en el Journal of Semitic Studies 7 (1962) 339-351. [135](r#m,otrohapaxuocurrencianicadelvocablo)loqueelngelvaarevelaraDaniel.La referenciaaestecontenidocomo"verdad"serepiteen11,2a,dondeterminaunamicrounidad literaria,yen10,1b,dondesehaceelanunciodelarevelacin.Lavisin,entonces,queda enmarcada en forma de inclusin por el vocablo 'emet ("verdad") en 10,1 y 11,2a; lo mismo sucede conelcontenidoprincipaldelavisinen10,20-21(lasecuencia"prncipedePersia/prncipede Yavn") que est marcado por la alusin al "libro de la verdad" (v.2 la). El equivalente histrico de esteparadigmatrascendenteesexplicadoluegoporelngelen11,2b-45,contenidoquees justamente la "verdad" de 10,2.21 y 11,2a. A raz de este lenguaje surge la idea muy difundida de que la apocalptica es determinista, pero no es tan as. Los hechos futuros son conocidos por Dios y consignados o escritos desde el principio en funcin de la revelacin, confirmada por el lector del texto. Pero no significa que suceden porque estn escritos de antemano. Al revs, estn escritos porque sucedern. 4.1 La historia anunciada Laperiodizacindelahistoria,caractersticadelosapocalipsisquenocontienenviajes transmundanos para recibir la revelacin,20 es otro recurso ms retrico que conceptual. La divisin delahistoria(apartirdelmomentoenquesesitaelreceptordelarevelacin,ennuestrocaso Daniel) no es para comprender cada perodo en especial, sino para separar el ltimo, en el cual est viviendoelautor/lectordeltexto(noelreceptordelarevelacin!,cf.2.1).Nohayuninters especial por cubrir los diversos perodos que anteceden el ltimo. Una breve ojeada a las divisiones de la historia en Daniel 7-12 lo evidencia: 7,4-6(tresbestias)y17(explicacin),frentea7,7-8(cuartabestia)y19-26(mssobrelacuarta bestia, y explicacin); 8,3-8 (carnero, macho cabrio, cuatro cuernos o "distinguidos")21 y 20- 20Sobreestosrasgosquepermitendividirdosgrandesclasesdeapocalipsis,cf.J.J.Collins,suexcelentearticulo "Introduction: Towards the Morphology of a Genre": Semeia 14 (1979) 1-20. 21 El hebreo j#zt tiene que ver con "visin" y podra significar "distinguido/magnfico", dicho de Alejandro Magno en 8,5 y de los diadocos (sus sucesores) en 8,8. [136] 22 (explicacin), frente a 8,9-14 (el cuerno pequeo) y 23-25 (explicacin); 9,25 (siete semanas, ms otras 62), frente a 9,26,27 (la ltima media semana); 10,20-11,2a (tres versculos, sobre los prncipes de Persia y de Yavn/Grecia) y 11,2b-20 (paralelo histricoexplicado),frentea 11,21-45(el ltimo periodo,eldeAntocoIV). Assi interpretamos que la historia est dividida en cuatro perodos (persas, 11,2b; Alejandro Magno, v.3; diadocos, con sus sucesores selucidas y ptolomeos, vv. 4-20, y el ltimo, Antoco IV, vv. 21-45, del que se dice ms que de todos los anteriores juntos). Si empero la historia est dividida en dos grandes pocas (Persia y Yavn/Grecia), segn el paradigma de 10,20b, el desarrollo del capitulo 11 est dedicado casiexclusivamentealperiodohelenstico,conunnfasisdecualquiermaneraenAntocoIV (sobre el periodo persa, queda slo 11,2b). En todos los casos, el autor del apocalipsis se detiene en el ltimo tramo de la historia, en el que de hechoestviviendo;ellector,asuvez,sientequelarevelacin"originaria"esthablandodesu poca, la ms critica pero tambin la de final ms sorpresivo (ver 4,2). Lo que el lector sabe por su propiaexperienciahistrica,eltextorevelatoriolomuestracomosabidoporDiosyanticipadoa Danielhacevariossiglos.Estogeneraconfianzayseguridad,exhortandoalaconstanciaenel sufrimiento y en la resistencia. 4.2 El fin de la crisis Ms adelante (4.4) veremos cmo se describe el ltimo periodo de la historia (del que hablamos en 4.1);antes,convienellamarlaatencinsobreeltemadelfin(hebreoq"s!),queconstituyela divisoriadelahistoriaentreelpasado(apenassealado)ypresente(muydesarrollado)poruna parte,yel"despus"porotra.Elfinmarcaeldesenlace;eslonicoqueellectornoconoce (recurdesequelaperiodizacinesprophetiaexeventu),peroalserleentregadoenellibro apocalptico como revelacin divina, lo aguarda con fidelidad. En Dn 7-12 el "fin" no es un final de lahistoriaodelmundosinodeltirano(AntocoIV):suimperioserdestruidoyaniquilado totalmente (7,26); el ser quebrantado (yi#b"r, 8,25b); "su fin ser en un cataclismo" (9,26b) y su ruinaestdecretada(v.27b);"entoncesllegarasufin,ynadievendrensuayuda"(11,45b). Retrica-[137]mente,osea,paraproducirmayorefectoenellector,esefinesanunciadoconanticipacin(cf. 9,26brespectodelv.27b).Osino,eltemamismodel"fin"vienetejidodentrodeltextocomoel contenidoespecficodelarevelacin:"lavisinserefierealtiempodelfin"(8,17b);"voya revelarteloqueocurriralfindelaclera,porqueelfinestfijado"(8,19b).Larecordacindel "fin" tiene un nfasis propio en el segmento de 10.12: he venido a manifestarte lo que le ocurrir a tupuebloalfindelosdas(be'ajarthayy#mm,10,14).Especialmenteenladescripcindelos gestos de desmesura de Antoco IV: "el tiempo fijado est an por venir" (11,27b): hasta el tiempo del fin (v.35); "prosperar hasta que haya colmado la clera" (v.36); "entonces llegar a su fin" (v.45, y cf. v.40 y 12,1). Daniel es ordenado que selle el libro hasta el tiempo del fin (12,4.9), ylmismorecibeunapromesa,excepcionalenelcontexto,22deresurreccin"alfindelosdas" (12,13). La manera enftica de anunciar el "fin" y la destruccin del tirano, son indicadores de su prxima realizacin.Losapocalipsisrepresentanunaliteraturaextremadamentecoyuntural;nogeneranun mensaje para otras generaciones sino para sus lectores concretos, y contemporneos del autor. Sera cnico prometer un "fin" lejano para el sufrimiento.23 De hecho, el gnero apocalptico de Dn 7,12 utilizaunaexpresinmetafricamuyelocuenteparaaludiralaproximidaddelfin:"untiempo, tiempos, y medio tiempo" (7,25; 12,7). Esa es la duracin de la crisis, de la opresin del tirano, del sufrimiento del pueblo. En 12,7 se responde al "cundo ser el fin (q"s") de las maravillas?"24 con lafrmula"untiempo,tiemposymedio(tiempo)",paraafirmarluegoque"cuandoseacabede aplastar la fuerza (lit. "la mano") del pueblo santo, se habrn acabado todas aquellas (maravillas)". Tal duracin es el equivalente de tres 22 La resurreccin de Dn 12,2 se refiere ms bien a la generacin ltima, la de los mrtires, mientras que Daniel se sita (por el texto, evidentemente) al comienzo de la restauracin persa (cf. 10,1). 23PoresonoentendemoslaargumentacindeJ.C.H.Lebram,ThePietyofJewishApocalyptists",enD.Hellholm, ob.cit. (nota 5), 171-210, cf. 173s, segn el cual los clculos del fin en algunos apocalipsis (como d 4 de Esdras) no lo hacen coincidir con el tiempo del lector original; no se trata de clculos exactos sino de un mtodo de anticipar el fin de tal manera que el lector del apocalipsis lo considere prximo. 24 Heb. pel#'t: se refiere a las cosas inauditas hechas por Antiocc IV en su pretensin de ser Dios. El vocablo recuerda, por oposicin, las nipl#'!t de Yav hacia Israel (Ex 34, 10; Jos 3,5; Jue 6,13, etc.; tambin pel#'t, cf. Sir 11,4; Salmo 119,129). [138] aosymedio,segnsededucedellugarparalelo,en8,14,dondelas2.300tardesymaanasson 1.150dasoalrededordetresaosymedio(laduracindelaprofanacinreligiosa).Bienloha entendidoelautordelApocalipsisdeJuanen11,2y13,5(42mesesduraladevastacinde Jerusalnylaactuacinblasfemadelabestiadelmar).Queconocelaexpresindanilica,lo atestigua la cita directa en 12,14. Las actualizaciones de la cifra de Dn 8,14 en 12,11.12 suponen el valor simblico de la expresin. Otro equivalente de esta es la "media semana" (de aos), o sea tres ymedio,quesegnDn9,27durarlacesacindelcultoylapermanenciadela"abominacin desoladora" en el templo.25 4.3 La seguridad del fin En medio de la crisis, el apocalptico espera el fin, como acabamos de sealar (4.2); la duracin de aquella -media semana (de aos), o tres aos y medio- puede tener una base en la experiencia de la profanacindeltemploporAntocoIV(contandomsomenosdesdejuniodel168,cf.lMac1, 41.53), indicando que el libro fue compuesto a fines del 165.26 Pero puede tambin tener un valor simblico: si el "siete" indica plenitud, "tres y medio" es su ruptura y negacin, como lo es el "seis" (recurdeseel"666",nmerodelabestia,enApoc13,18).Peroademsdeestaindicacin numricasobreeltiempodelsufrimientocomorecursoliterarioparareferirseasubrevedady terminacin, y adems del anuncio, sin contenido, del fin (4.2), en Dn 11,40-45 se describe de qu manerasucederlacadadeltirano.En9,26bapenassiseusaunametfora("sufinserenun cataclismo"),mientrasqueen11,40-45hayunintentodehistoriarelfin:nuevaguerraentre AntocoIVylosptolomeos,coninvasindela"tierradelesplendor"(Israel),noasemperode varios pases transjordanos (vv.40-41). Egipto ser despojado (vv.42-43). Noticias del E, y del N, lo harn retirarse de apuro, pero plantar su campamento militar "entre el mar y el monte santo de la tierra del 25EllectordebesaberqueestaexpresinocultaprobablementeunareferenciaalDiosZeusolmpicooJpiter capitolino,cuyaestatuaAntiocoIVhizoinstalareneltemplo(1Mac1,54):"abominacin"esuntrminodenigrante para referirse a otros Dioses (aqu Baal=Zeuz=Jpiter) y "desoladora" (mem"m) alude por aliteracin a #m"m, titulo de Baal (Dios de los cielos). 26 Cf. J.C.R. Lebram, art.cit., p.178. [139]esplendor", o sea en Israel. All ser su fin, sin ayuda de nadie (vv.44-45). Aflora bien, el autor no conoce el final histrico de Antoco IV quien, en primer lugar, muri en la ciudad persa de Tabae27 ynoenIsrael.TampococonstaenalgunapartesucampaamilitarcontraEgiptonarradaenlos vv.40s.Porltimo,loslibrosapocalpticos,cuandohacenprophetiaexeventu,noestilan mencionar explcitamente los pueblos; lo hacen con nombres simblicos, o por medio de alusiones ocircunloquios(comp.Dn11,2b-39).Enotraspalabrasentonces,laprophetiaexeventu(sobre sucesosconocidosporelautor)cesaenelv.39;losvv.40-45sonprofecasinms,osea,un anuncioimaginario(avecesestereotipado),28quesirveretricamenteparageneraresperanzay asegurarlafidelidaddellector,ynoparadevelarelfuturo.YconellocumplesufuncinenDn 11,40.45. De hecho, la muerte de Antoco IV acaece a fines del 164, pero no es eso lo importante, sino que los judos perseguidos y expoliados por l hayan mantenido su fe, an a costa del martirio, esperando el fin prximo del dominador extranjero. 4.4 Descripcin de la tribulacin Ladescripcindelfindelacrisis,ydelfinaldeltirano,producenelefectodeundesenlace: conforta y distiende la angustia del oprimido, y le permite seguir en su fidelidad a Dios. Pero este efectoesmayorcuantomseltextohadichosobrelosgestosimposyopresoresdeltirano(cf. 4.1).ConvienedestacaralgunosaspectosdesuexposicinenDn7-12,paracaptartambinla dimensin "trascendente" de la crisis histrica vivida en la realidad terrestre.En7,7lacuartabestia-"terrible,espantosa,extraordinariamentefuerte"-escalificadade "diferente"delastresanteriores(len,oso,leopardo)yseparecemsbienaunmonstruo.Esta bestia/monstruo representa a los griegos y selucidas. Pero entre stos descuella un cuerno pequeo (v.8) del que se subraya las "grandes cosas (arameo rabreb#n ) que habla" (vv.8b.11a.20b.25a). Se trata 27 Segn Polibio; ver tambin1Mac6,1-16y2Mac 1,11-17; 9,1-29 (interpretacionesconvariantesmidrsicas, todas las cuales empero suponen una muerte en el Oriente). 28 De dos maneras: 1) el tirano muere en la tierra de Israel: Ez 38,16-23 y 39,4; Zac 14,3-4; Joel 4,2;1 Enoc 90,20;2) muere de forma inesperada o milagrosa: cf. Is 37,36-38; Hechos 12,23. [140] estavezdeAntocoIV,elopresorporantonomasia.Suspalabrassonuncasode"desmesura" (hbris) religiosa, pues van "contra el Altsimo" (v.25a). En 11,36.38 el autor hace un comentario msextensodeestapretensindetrascendencia:"...seexaltaryagrandarporencimadetodos los Dioses, y contra el Dios de los Dioses hablar cosas maravillosas (nipl#t)". Este vocabulario ya haba sido notado en 5,23 (sobre Baltasar) y se usaba en Is 10,15 en una metfora que aluda al engreimiento del rey de Asiria (cf. vv.8. 11.13s).29 Despreciar a los Dioses de los pueblos, ponerse por encima de ellos, equivale a endiosarse (cf. tambin Dn 11,37). Sabemos de hecho que Antoco IVse hizofigurarenlasmonedasconunaestrella(=elcielo)sobresu imagen; de 169a 166las monedaslodesignancomobasilesantojosthesepifns(reyAntoco,Diosmanifiesto).Su prepotenciapolticaymilitar,laextensindesudominioimperial,suhumillacindelpueblodel "DiosdelosDioses",nopodamenosqueexpresarseideolgicamenteensuautodivinizacin.Es comnquelafuerzaomnmodadeundictadornosecompareconotrosgobemantessinoconlos Diosesdestos(vaseeldiscursodeSenaqueribhechooralreydeJerusaln,Ezequas,enIs 36,18-20; 37,10.13, o la autoexaltacin deltirano babilonio, en 14,13s).El autor de 2 Mac9, 10a recuerda a Antoco como "el que poco antes crea tocar los astros del cielo", y en 1 Mac 1,24b se registraquesupasoporelpasdeIsraelsignific"derramarmuchasangreyproferirpalabrasde extremainsolencia(ell"senhuper"fananmegl"n)".Aunqueenningunaparteseexpliciteel contenidodesuhablarinsolente,essuficienteparaeltextoindicarsuactituddesoberbia superhumana. Otramanifestacindetalinsolenciareligiosaeraelcambiarelordencltico(calendario,fiestas, sacrificios),cosaquehizoAntocoIV(1Mac1,41-49).Estosignificabatambinunainvasin culturalyunintentodehacerperderalosjudossuidentidadnacionalparadebilitarlos polticamente. En los vv. citados se alude tres veces al "cambio de costumbres" (vv. 42 ta nmima; 44bnomm!mallotr!nt"sg"s;49btadikai!mata).Dn7,25sealaqueeltirano"tratarde cambiarlostiemposylaley",casotpicodeprophetiaexeventu,peroprofecaasecasparael lectorapocalptico.Porlodems,"lossantossernentregadosensusmanos"(7,25),serun engaador y un 29 Para una ampliacin, cf. "Desmesura del poder y destino de los imperios (exgesis de Isaas 10,5-27), en Cuadernos de Teologa 8:2 (1987) 147.l5l. [141]destructor(8,23-25),destruirespecialmentelaciudadyeltemplo,suprimirelculto(9,26a.27; 11,31),expropiartierrasparadrselasasusseguidores(11,39b).Sugestomsofensivo,y expresin visible de su desmesura religiosa, ser la ereccin de la "abominacin desoladora" (= la imagen de su Dios Zeus olmpico) donde estaba el templo (9,27; 11,31y cf. l Mac 1,54). Ellectordeestetextoapocalptico-quevivelaexperienciaterribledelatiranadeAntoco-la contrapone al anuncio del "fin" inminente de esta situacin (4.2 y 4.3). 5,1 Y despus? Este"fin"delacrisis,yfinaldeltirano,noconcluyenenlanada.Osea,tienequehaberun "despus". Dn 7-12 no es uniforme a este respecto. En efecto, mientras en los ciclos visionarios de 7y9el"despus"tieneunaexpresinpoltica(en7,26-27elreinoyelimperioserndados"al pueblodelossantosdelAltsimo")30yreligiosa(en9,24,launcindelsantuario),en10-12es trascendenteymetahistrico(12,2resurreccin;v.3,identificacindelosma$klmo maestros/doctosconlasestrellas).Peroelv.1bmantienelasalvacinenunplanoterrestreal anunciar la "liberacin (de la muerte)" de todos aquellos que estn escritos en el libro de la vida. El tiempo de angustia (v.1b) llegar a su fin, y por eso unos se salvarn de la muerte; los ya muertos, contodo,resucitarn.31As,tambinlosmrtiresparticiparndealgnmododel"despus".La mismaesperanzaexpresaelautorde2Mac7,9(martiriodelossietehermanos)yenforma desarrollada el de 1 Mac 12,43b-45: "de no esperar que los soldados cados resucitaran, habra sido superfluoyneciorogarporlosmuertos",v.44.Eltemadelaresurreccinllegaraser caracterstico de los apocalipsis, sobre todo de aquellos (ms recientes) que enfatizan la escatologa individual y trascen- 30 Los "santos-separados" puede ser una designacin, en forma de aposicin (o de genitivo epexegtico) de "pueblo", o unametforaqueserefierealosngelesencuantoarquetipotrascendenteyespacialdeIsrael,comointerpretaJ.J. Collins, The Apocalyptic Vision of the Book of Danie1, Scholars Press, Missoula, 1977, p.123-152, o "The Son of Man and the Saints of the Most High in the Book of Daniel", en el Journal of Biblical Literature 93 (1974) 50-66. 31 Ver un planteo parecido en 1 Ts 4,13-18: los muertos resucitarn primero y junto con los que estarn vivos, saldrn al encuentro del Krios. [142] dente. En Dn 7-12 se mantiene un equilibrio, si es que el peso mayor no recae sobre el "despus" terrestreypoltico.Enefecto,12,2snoanulalaesperanzatanbienmarcadade7,26s.Seraun contrasentido,literariaysemiticamentehablando.Msbienlocontrario,esdecir,losmrtires resucitarn para una vida etema (12,2), pero los que no habrn muerto en el momento del "fin" sino quesehabrnsalvado(v.ib)sernlospartcipesdel"reinoeimperio"de7,26s.Lamisma impresin da el final del Apocalipsis de Juan: los mrtires resucitarn (20,4b.13ss), pero habr una nueva Jerusaln, aqu en la tierra (21,2.10ss). Nada supone que es celestial o trascendente. Es ms bien un smbolo de la comunidad liberada. 6.1 Recursos retricos El mensaje exhortatorio y consolatorio de Dn 7-12 es reforzado, en la redaccin presente de Dn 1-12. De dos maneras se consigue este efecto-de-sentido. Por un lado, incorporando en el cap. 2 una periodizacindelahistoria(decrecienteensuvalor)deorigensemtico-orientalyreflotadoenla literaturaderesistenciaanti-helensticaenlapocaselucida.32Elcuartoreinoeselmsduroy destructor (2,40-43), y es el descripto con mayores detalles; pero habr un "despus" (v.44 "'el Dios del cielo har surgir un reino que jams ser destruido... y subsistir eternamente") que anticipa la descripcin de 7,26s. Bajo muchos aspectos se corresponden los captulos 2 y 7, aunque el primero forma parte de una tradicin original sapiencial (Dn 1-6) y el segundo de otra, apocalptica (7-12). Enlacomposicinactualdellibro,lasdosseccionesseintercomunicananiveldesignificacin querigmtica, o sea, en lo que "quieren decir" a sus destinatarios. Porotrolado,laobrapresentehatejidotanbienlasdospartesqueelcapitulo7sirvedegozne entre una y otra. Se equilibra con el cap. 2, como dijimos, pero se diferencia de l: ahora se trata de unavisin,perosobretododeunavisininterpretadaporunngel(enelcap.2Danielesel intrpretedelsueodeNabucodonosor).Estasrelacionesdiferenciadassecomplementanenla estructura manifiesta global de los cap. 2-7, de esta forma: 32 Para la evidencia, cf. J.J. Collins, ob.cit. (nota 2), p.20-28 y sobre todo 74-78. [143]

234567 Sueo de Na- bucodonosor Instancia reli-giosa: estatua Sueo: rbol Visin: inscripcin Instancia reli-giosa: oracin Sueo/visin de Daniel Estatua: 4 metales Daniel interpreta Daniel interpreta 4 Bestias Denuncia/ martirio/liber. Denuncia/ martirio/liber. Signo del cielo Signo del cielo Signo del cielo Figura humana Fracaso de los magos Fracaso de los magos Daniel inter-preta: Reino futuro Confesin En Daniel: Espritu de Dios En Daniel: Espritu de Dios Confesin ngel inter-preta: Reino futuro Se cumple la explicacin Se cumple la explicacin Confesin de fe Prosperidad Confesin Muerte Prosperidad .................... Lascorrelacionesbinariassonnumerosas.33Elcentrodelaestructuraestconstituidoporlos captulos4-5,quesonmuyparecidosperoquealmismotiemposealanunaoposicin fundamental.Elparecidoesteneltemadela"desmesura"delrey:elrbolmuygrande,cuya alturallegabahastaelcielo(2,7s),peroquesertalado(v.lis),simbolizaaNabucodonosorcuyo reino alcanza a los confines de la tierra, como su grandeza llegaba al cielo (v.19), imperio que se le ir de las manos (vv.28s). De la misma manera Baltasar en el cap. 6 comete un acto de insolencia de connotaciones religiosas (vv.2-4). La oposicin consiste en que, a diferencia de Nabucodonosor que reconoce su orgullo (4,31s, recordado en 5,21), no se humilla sino que manifiesta su desmesura contra"elSeordelcielo"(6,22s).Ahorabien,Nabucodonosorfuerepuestoensureino(4,33), peroBaltasarescuchalasentenciadivinasobrelysureino(6,24-28)yalaspocashorases asesinado(v.30).Eltextodaaentender,quesusgestosdeinsolenciaimplicanuna autodivinizacin, lo que es un buen reflejo de las actitudes de Antoco lV; y, 33 Cf. A. Lenglet, "La structure littraire de Daniel 2-7", en Bblica 53 (1972) 169-190. [144] tambin,quesuorgulloesquebradoysureinodestruido.Esteeselmensajedelasunidadesya vistasde7,8,9ylo-12.Demodoqueen2-7,consuepicentroen4-5(yeldesenlaceen5)se anticiparetricamenteelmensajedeesperanzayconstanciaenelsufrimientodelaseccin apocalptica de 7-12. En otras palabras, todo el libro se presenta ahora como un todo apocalptico, con su querigma caracterstico. 7.1 Conclusin La totalidad del libro de Daniel construye un mensaje inequvoco para sus destinatarios, los judos fielesaYav,humilladosensuscostumbresreligiosas,quebradosensuidentidadcultural, oprimidos econmicamente, dominados polticamente, marginados en lo social, y muchos, mrtires de la persecucin imperialista. Ledo en una situacin concreta y real como sta, poda el libro de Daniel ser expresin de una literatura de evasin? No aparece en el texto la exhortacin a la lucha poltica violenta, como fue la gesta de liberacin de Judas el Macabeo, contemporneo del autor de Dn 7-12. Pero al revs de sta, el"efecto histrico" del apocalipsis danilico, como del de Juan u otros, fue oponerse ideolgicamente a la legitimacin religiosa del opresor. Su autodivinizacin no eraftilsino tctcamenteeficazcomorespaldo desus prcticas polticastirnicas yusurpadoras. Por eso mismo, el nfasis de Dn 7-12 y de todos los apocalipsis en la accin decisiva y trascendente deDiosenlahistoriacumpleunpapelcontraideolgicoycontrahegemnicoinvalorables. Traducidoesteefectoentrminospolticos,Dn7-12contribuaseguramenteadesestabilizarel proyectodeltirano.EstefuetambinelefectodelApocalipsisdeJuanenelmarcodela persecucinpoltico-religiosacontraloscristianos,ydebieraserlafuncindeloslibros apocalpticostambinahora,conlacondicindequesumensajenoseconviertaen"doctrina" permanenteymenosenunadescripcinanticipadadelfuturo,aunquesteseaelnuestro.Los textosapocalpticostienen"sutiempo"paraloscristianos,perocuandoes"eltiempo",nadielos lee.34 34 Para unas reflexiones ms, cf. el art. cit. en la nota 6.