La rebelión contra el poder opresor. textos feria del libr…

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/1/ ISA Iniciativa Sevilla Abierta LA REBELIÓN CONTRA EL PODER OPRESOR ISA lee en la Feria del Libro Lunes 30 de mayo del 2011 http://iniciativasevillaabierta.es

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ISA Iniciativa Sevilla Abierta

LA REBELIÓN CONTRA EL PODER OPRESOR

ISA lee en la Feria del Libro

Lunes 30 de mayo del 2011

http://iniciativasevillaabierta.es

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PREÁMBULO La literatura a lo largo de la historia ha recogido las necesidades de las gentes oprimidas y las ha expresado a través de fundamentos y actos contra el poder establecido, tanto el tangible (Estado, Monarquia, Iglesia) como el intangible (prejuicios, dogmas, supersticiones, tradiciones, etc.), teniendo como objetivo final la empresa ciudadana que se articulará en torno al bien común y al interés general. En la actualidad, la ciudadanía cree que los que detentan el poder político y económico están por encima de su voluntad (máxima expresión de la soberanía popular), lo que se acompaña de una mínima implicación en los asuntos públicos. Nosotros queremos rebelarnos contra este prejuicio y para ello vamos a utilizar ejemplos que nos aporta la literatura de personas que se sublevan, en condiciones muy adversas, ante lo injustamente establecido.

Este acto de lectura abierta de todos los ciudadanos, representados aquí por la asociación Iniciativa Sevilla Abierta (ISA) pretende ser un altavoz de los movimientos de protesta social, que bajo una actitud y un convencimiento plenamente democrático, se están rebelando contra la imposición de una forma de hacer política que relega al ciudadano -fundamento último de la legitimidad del estado- a sujeto pasivo o meramente numérico, sustituyendo los intereses legítimos de todos los ciudadanos por los de otros desconocidos que se esconden detrás de los mercados.

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ÍNDICE DE TEXTOS

1. Capítulo XII de El Quijote de la Mancha. Marcela la pastora. 2. Epístola satírica y censoria contra las costumbres castellanas de

Francisco de Quevedo. 3. La poesía es un arma cargada de futuro de Gabriel Celaya. 4. El sueño del celta de Mario Vargas Llosa. 5. Los peces de la amargura de Fernando Aramburu. 6. Rebelíón de Rafael de Vélez de la orden de capuchinos, obispo de

Ceuta. 7. Texto de Carmen Gadea. 8. Indignaos de Stéphane Hessel.

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1 DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Miguel de Cervantes (1547-161)

Introducción

Grisóstomo, nombre de origen griego que significa boca de oro, motivada por su amor a Marcela, cuyo nombre de origen latino proviene de mar y cielo, al no ver su amor correspondido se suicida.

Marcela ha mostrado cuán ajena vive de condescender los deseos de sus amantes y familiares; a cuya causa es justo que en lugar de ser seguida y perseguida, sea honrada y estimada de todos los buenos del mundo, pues muestra que en él es sola la que con tan honesta intención vive.

******************************* CAPÍTULO DOCE. DE LO QUE CONTÓ UN CABRERO A LOS QUE ESTABAN CON DON QUIJOTE. Estando en esto, llegó otro mozo de los que traían de la aldea el bastimento (1), y dijo:

-¿Sabéis lo que pasa en el lugar, compañeros?

-¿Cómo lo podemos saber? –respondió uno dellos.

-Pues sabed -prosiguió el mozo- que murió esta mañana aquel famoso pastor estudiante llamado Grisóstomo, y se murmura que ha muerto que ha muerto de amores de aquella endiablada moza de Marcela, la hija de Guillermo el rico; aquella que se anda en hábito de pastora por esos andurriales (2).

-¿Por Marcela dirás? –dijo uno.

-Por ésa digo –respondió el cabrero-. Y es lo bueno que mandó en su testamento que le enterrasen en el campo, como si fuera moro, y que sea al pie de la peña donde está la fuente del alcornoque, porque, según es fama, y él dice que lo dijo, aquel lugar es adonde él la vio la vez primera.

Y Don Quijote rogó a Pedro le dijese qué muerto era aquél y qué pastora aquélla: a lo cual Pedro respondió que lo que sabía era que el muerto era un hijodalgo rico, vecino de un lugar que estaba en aquellas sierras, el cual había sido estudiante muchos años en Salamanca, al cabo de los cuales había vuelto a su lugar, con opinión de muy sabio y muy leído.

-Digo, pues, señor mío de mi alma –dijo el cabrero-, que en nuestra aldea hubo un labrador aún más rico que el padre de Grisóstomo, el cual se llamaba

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Guillermo, y al cual dio Dios, amén de las muchas y grandes riqueza, una hija de cuyo parto murió su madre. De pesar de la muerte de tan buena mujer murió su marido Guillermo, dejando a su hija Marcela, mucha y rica, en poder de un tío suyo sacerdote y beneficiado en nuestro lugar. Creció la niña con tanta belleza, que nos hacía acordar de la de su madre, que la tuvo muy grande; y, con todo esto, se juzgaba que le había de pasar la de la hija. Y así fue que cuando llegó a edad de catorce a quince años, nadie la miraba que no bendecía a Dios, que tan hermosa la había criado, y los más quedaban enamorados y perdidos por ella. Mas él, que a las derechas es buen cristiano, aunque quisiera casarla luego, así como la vía de edad, no quiso hacerlo sin su consentimiento, sin tener ojo a la ganancia y granjería (3) que le ofrecía el tener la hacienda de la moza dilatando su casamiento.

-Así es la verdad –dijo don Quijote-, y proseguid adelante; que el cuento es muy bueno, y vos buen Pedro, le contáis con muy buena gracia.

-La del Señor no me falte, que es la que hace al caso. Y en lo demás sabréis que, el tío decía, y decía muy bien, que no habían de dar los padres a sus hijos estado contra su voluntad. Pero hételo aquí, cuando no me cato (4), que remanece un día la melindrosa Marcela hecha pastora; y, sin ser parte su tío ni todos los del pueblo, que se lo desaconsejaban, dio en irse al campo con las demás zagalas del lugar, y dio en guardar su mesmo ganado. Y así como ella salió en público y su hermosura se vio al descubierto, no os sabré buenamente decir cuántos ricos mancebos, hidalgos y labradores han tomado el traje de Grisóstomo y la andan requebrando por esos campos; uno de los cuales, como ya está dicho, fue nuestro difunto, del cual decían que la dejaba de querer, y la adoraba.

-No está muy lejos de aquí un sitio donde hay casi dos docenas de altas hayas, y no hay ninguna que su lisa corteza no tenga grabada en el mesmo árbol, como si más claramente dijera su amante que Marcela la lleva y la merece de toda la hermosura humana. Aquí suspira un pastor, allí se queja otro; acullá se oyen se oyen amorosas canciones, acá desesperadas endechas (5).Y déste y de aquél, y de aquéllos y de éstos, libre y desenfadadamente triunfa la hermosa Marcela, y todo lo que la conocemos estamos esperando en qué ha de parar su altivez, y quién ha de ser el dichoso que ha de venir a domeñar condición tan terrible y gozar de hermosura tan extremada. Por ser todo lo que he contado tan averiguada verdad, me doy a entender que también lo es lo que nuestro zagal dijo que se decía de la causa de la muerte de Grisóstomo. Y así, os aconsejo señor, que no dejéis de hallaros mañana a su entierro, que será de muy de ver, porque Grisóstomo tiene muchos amigos, y no está deste lugar a aquel donde manda enterrarse media legua.

-En cuidado me lo tengo –dijo don Quijote-, y agradézcoos el gusto que me habéis dado con la narración de tan sabroso cuento.

Sancho Panza, que ya daba al diablo el tanto hablar del cabrero, solicitó, por su parte, que su amo se entrase a dormir en la choza de Pedro. Hízolo así, y todo lo más de la noche se le pasó en memoria de su señora Dulcinea, a imitación de los amantes de Marcela. Sancho Panza se acomodó entre Rocinante y su jumento, y durmió, no como enamorado desfavorecido, sino como hombre molido a coces.

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1. Bastimento: Provisiones.

2. Andurrial: Paraje extraviado o fuera de camino. Usado en plural.

3. Granjería: Beneficio de las haciendas de campo y venta de sus frutos.

4. Cato: Cuando menos lo esperaba.

5. Endecha: Canción triste o de lamento. Usado en plural.

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EPÍSTOLA SATÍRICA Y CENSORIA CONTRA LAS COSTUMBRES PRESENTES DE LOS CASTELLANOS

ESCRITA AL CONDE-DUQUE DE OLIVARES

Francisco de Quevedo (1580–1645)

Introducción

Llegado Marzo de 1623, y por intercesión de Olivares, a Quevedo se le levanta el destierro sin que se hallara ni hiciera cargo ninguno. Sale para Madrid donde para ganarse el favor de Olivares le dirige la famosa Epístola satírica y censoria contra las costumbres presentes de los castellanos, pieza magistral cuyos primeros versos se han hecho célebres. No hay que tener miedo al miedo; el poderoso siempre amenaza, amenaza con el miedo, es su principal arma. Porque cuando se traspasa el umbral de ese miedo, el hombre es libre. Es libre de avanzar hacía sus más infinitos anhelos.

Sólo se codiciaba lo decente, solo se codiciaba lo decente.

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No he de callar, por más que con el dedo, ya tocando la boca, ya la frente, silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente? ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy sin miedo que libre escandalice, puede hablar el ingenio, asegurado de que mayor poder le atemorice.

En otros siglos pudo ser pecado severo estudio y la verdad desnuda, y romper el silencio el bien hablado,

Pues sepa quien lo niega y quien lo duda, que es lengua la verdad de Dios severo, y la lengua de Dios nunca fue muda.

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Son la verdad y Dios, Dios verdadero: ni eternidad divina los separa, ni de los dos alguno fue primero.

Si Dios a la verdad se adelantara, siendo verdad implicación hubiera en ser, y en que verdad, de ser dejara.

La justicia de Dios es verdadera, y la misericordia, y todo cuanto es Dios, todo ha de ser verdad entera.

Señor Excelentísimo, mi llanto ya no consiente márgenes ni orillas: Inundación será la de mi canto.

Veránse sumergidas mis mejillas, La vista por dos urnas derramada Sobre las aras (1) de las dos Castillas.

Yace aquella virtud desaliñada, que fue, si menos rica, más temida, en vanidad y en sueño sepultada.

Y aquella libertad esclarecida, que donde supo hallar honrada muerte, nunca quiso tener más larga vida.

Y pródiga del alma, nación fuerte, contaba en las afrentas de los años, envejecer en brazos de la suerte.

La dilación del tiempo, y los engaños del paso de las horas y del día, impaciente acusaba a los extraños.

Nadie contaba cuánta edad vivía, sino de qué manera: ni aún una hora lograba sin afán su valentía.

La robusta virtud era señora, y sola dominaba al pueblo rudo; edad, si mal hablada, vencedora.

El temor de la mano daba escudo al corazón, que, en ella confiado, todas las armas despreció desnudo.

Multiplicó en escuadras un soldado su honor precioso, en ánimo valiente, de sola honesta obligación armado.

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Y debajo del cielo aquella gente, si no a más descansado, a más honroso sueño entregó los ojos, no la mente.

Hilaba la mujer para su esposo la mortaja, primero que el vestido; menos le vio galán que peligroso,

Acompañaba el lado del marido más veces en la hueste (2) que en la cama; sano le aventuró, véngole herido.

Todas matronas y ninguna dama; que nombres del halago cortesano no admitió lo severo de su fama.

Derramado y sonoro el Océano era divorcio de las ricas minas que usurparon la paz del pecho humano.

Ni les trajo costumbres peregrinas el áspero dinero, ni el Oriente compró la honestidad con piedras finas.

Joya fue la virtud pura y ardiente; gala en merecimiento y alabanza; sólo se codiciaba lo decente.

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1 Ara: Altar

2 Hueste: del lat. hostis, enemigo, adversario

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3 LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO

Gabriel Celaya (1911-1991)

Introducción

Gabriel Celaya, ingeniero industrial de profesión, fue uno de los máximos representantes de la poesía comprometida. Este poema, cantado por Paco Ibañez y Joan Manuel Serrat en múltiples ocasiones, se acerca a los cimientos de lo más profundo del ser humano, aquello que nos identifica como tales, y a nuestra herramienta más poderosa la palabra, como un grito visceral de verdad, sinceridad y honestidad que alienta nuestro cuerpo.

************************************** Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

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Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando. Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros. Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho. No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

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4 EL SUEÑO DEL CELTA

Mario Vargas Llosa

Introducción

En la última novela de nuestro galardonado premio Nobel Mario Vargas Llosa, Roger Casement denuncia los horrores del colonialismo. De sus viajes al Congo Belga y a la Amazonía sudamericana quedaron dos informes memorables que conmocionaron a la sociedad de su tiempo. Estos dos viajes y lo que allí vio cambiarían a Casement para siempre, haciéndole emprender otra travesía, en este caso intelectual y cívica, tanto o más devastadora. La que lo llevó a enfrentarse a una Inglaterra a la que admiraba y a militar activamente en la causa del nacionalismo irlandés.

******************************* El 16 de octubre de 1910, cuando él y sus compañeros de la Comisión (…) que investigaba las tropelías (1), se dirigían por el bosque entre la estación de Entre Ríos a la de Matanzas, Roger Casement anotó en su diario una idea que había ido tomando cuerpo en su cabeza desde que desembarcó en Iquitos: <<He llegado a la convicción absoluta de que la única manera como los indígenas del Putumayo pueden salir de la miserable condición a la que han sido reducidos es alzándose en armas contra sus amos. Es una ilusión desprovista de toda realidad creer que esta situación cambiará cuando llegue aquí el Estado peruano y haya autoridades, jueces, policías que hagan respetar las leyes que prohíben la servidumbre y la esclavitud en el Perú desde 1854. ¿Las harán respetar como en Iquitos, donde las familias compran por veinte o treinta soles a niñas y niños robados por los traficantes? ¿Harán respetar las leyes esas autoridades, jueces y policías que reciben sus sueldos de la Casa del cacique Arana porque el Estado no tiene con qué pagarles o porque los pillos y burócratas se roban el dinero en el camino? En esta sociedad el Estado es parte inseparable de la máquina de explotación y de exterminio. Los indígenas no deben esperar nada de semejante instituciones. Si quieren ser libres tienen que conquistar su libertad con sus brazos y con su coraje, luchando hasta el final>>. Mientras absorbido por estas frases que había estampado en su diario, caminaba a buen ritmo, abriéndose paso con un machete entre las lianas, matorrales, troncos y ramas que obstruían la trocha (2), una tarde se le ocurrió pensar: <<Los irlandeses somos como los huitotos, los boras, los andoques y los muinanes del Putumayo. Colonizados, explotados y condenados a serlo siempre si seguimos confiando en las leyes, las instituciones y los gobiernos de Inglaterra, para alcanzar la libertad. Nunca nos la darán. ¿Por qué lo haría el Imperio que nos coloniza si no siente una presión irresistible que lo obligue a hacerlo? Esta presión sólo puede venir de las armas>>. Esta idea que en los días, semanas, meses y años futuros, iría puliendo y reformando –que Irlanda como los indios del Putumayo, si querían ser libres tendrían que pelear para lograrlo- lo absorbió de tal modo las ocho horas que les tomó el trayecto, que se olvidó incluso de pensar que dentro de muy poco conocería en persona al jefe de Matanzas: el cacique Armando Normand. (…)

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Durante la noche Roger se despertó varias veces, angustiado, pensando en Irlanda. Sentía nostalgia de su país. Había vivido tan poco en él y, sin embargo, se sentía cada vez más solidario con su suerte y sufrimientos. Desde que había podido ver de cerca el vía crucis de otros pueblos colonizados, la situación de Irlanda le dolía como nunca antes. Tenía urgencia por terminar con todo esto, acabar el informe sobre el Putumayo, entregarlo al “Foreign Office” y volver a Irlanda a trabajar, ahora sin distracción alguna, con esos compatriotas idealistas y entregados a la cusa de su emancipación. Recuperaría el tiempo perdido, se volcaría en Eire, estudiaría, actuaría, escribiría y por todos los medios a su alcance trataría de convencer a los irlandeses de que, si querían la libertad, tendrían que conquistarla con arrojo y sacrificio.

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1. Tropelía: Atropello o acto violento, cometido generalmente por quien abusa de su poder.

2. Trocha: Camino abierto en la maleza.

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LOS PECES DE LA AMARGURA

Fernando Aramburu

Introducción Este texto no es exactamente contra el poder establecido, no está establecido ese poder, pero sí es el más cruel que se pueda imaginar, es el poder del terror, el poder de las pistolas, el poder de los asesinos.

************************************* Era el comienzo de una noche entre dos días laborables. Ella estaba en su habitación preparándose para dormir. Se recogió la melena mirándose en el espejo del ropero. Después se dirigió descalza y en camisón a la cocina. Tenía treinta y nueve años, labios serios, un cerco de fatiga alrededor de los ojos. Atravesó el pasillo sin otra luz que la de los resplandores del televisor de la sala. Puso a remojo una pastilla efervescente contra el dolor de cabeza y apuró el vaso de un trago. Se apresuró a apagar el televisor. Al día siguiente le esperaba una larga jornada de trabajo. Yendo por el pasillo, llamaron su atención las rendijas iluminadas de la puerta de la habitación contigua a la suya. Decidió echar un vistazo. -¿Todavía despierto? –En la expresión de su cara había más reproche que sorpresa-. Te recuerdo que mañana es día de colegio. Sentado sobre la cama cubierta aún por la colcha, la espalda recostada en los barrotes de la cabecera y los zapatos puestos, al muchacho se le enfurruñaron las facciones. Ella abrió la puerta de par en par y se plantó de brazos cruzados en el umbral. -¿Qué pasa? -El hijo parecía enfrascado en el estudio de sus propias uñas. -Nada. -¿Cómo que nada? ¿Sabes la hora que es? Mañana tienes que madrugar y todavía sigues vestido. -Catorce años –dijo sin levantar la vista de las manos. -¡Por dios, Iñigo! No me digas –a la madre se le ablandó de pronto la expresión- que a tu edad te roba el sueño un cumpleaños. Ten un poco de paciencia. Faltan diez días. ¿No puedes dormir porque estás pensando en lo que quieres que te regale? -Pues sí. -¿Ya sabes lo que quieres? -Lo sé. -¿Y qué es? -La verdad. -¿La verdad? Como no te expliques…

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-Hace catorce años mataron al aitá.* Durante varios segundos permanecieron los dos en silencio, escrutándose como si trataran de leerse los pensamientos en el fondo de sus respectivas miradas. -¿Quién se ha ido de la lengua? –Ahora era ella la que tenía las cejas adustas. Iñigo imitó su gesto para decir en tono cortante: -Alguien que no miente. -Ha sido el aitona* esta tarde, ¿verdad? Me va a oír. Se llegó al costado de la cama y mandó a Iñigo, en un tono no exactamente desabrido, pero tajante, que le hiciera sitio. El chaval, obediente, se corrió hacia el borde. Ella tomó entonces asiento junto a él, los dos con las piernas estiradas, los dos con la espalda apoyada en la cabecera de barrotes. Los pies de la madre, menudos, pálidos, llegaban apenas un palmo más debajo de las rodillas del chaval. -¿Tienes previsto dejar de crecer algún día? Para no mirar a su madre, Iñigo había vuelto la cabeza hacia la pared. Parecía observar con atención un póster que mostraba al equipo completo de la Real Sociedad. -¿Te ha contado el aitona que estás vivo de milagro? Por muy poco no nos mataron a los tres. De un giro brusco, él reviró la mirada hacia su madre. -¿Qué dices? Si pasó antes de nacer yo… Ella posó las manos sobre el vientre cubierto por el delgado camisón, y haciendo como que se lo acariciaba, dijo: -Aquí ibas. -Eso no me lo ha contado el aitona. -¿Qué te ha contado? -Que al aitá lo mataron a tiros dentro de un coche. Lo del coche ya me lo habías dicho tú alguna vez, aunque me metiste la trola del accidente. -Y que yo estaba sentada al lado del aitá, embarazada de cinco meses, ¿eso también te lo ha dicho? –Íñigo negó con la cabeza-. Pues como tú y yo ahora, amiguito. Codo con codo… si me dan un poco más arriba, ahora no estaríamos tú y yo sentados sobre esta cama… ¿Quieres saber más, o sólo te interesa la foto de la Real? Iñigo miró a su madre con ojos desconcertados. -Hijo mío, me basta verte la cara para saber que he hecho lo que debía. No tienes más que fijarte en los ojos de las víctimas. Mira sus caras cuando las sacan en la tele o en los periódicos. Para mí que tienen todos las cejas tristes. Y eso es justo lo que yo no quería. Que mi hijo creciera con carita de pena. O que se sintiera huérfano cada vez que asesinaban a una persona, como si él fuera el hijo de todos los muertos. Si me entiendes, bien, y si no, también. Fin del sermón. Que duermas con los angelitos. Hizo ademán de levantarse, pero Iñigo la sujetó con fuerza del brazo. -Amá* no te vayas. Abrázame como tú sabes y cuéntamelo. Quiero saberlo. A partir de hoy quiero saberlo. Tengo derecho, ¿no? Casi me matan a mí también.

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*En vasco: aitá, padre; aitona, abuelo; amá, madre

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6 REBELIÓN

Rafael de Vélez, de la orden de Capuchinos, Obispo de

Ceuta Apología del Altar y del Trono, Madrid 1818

Introducción

La libertad y la igualdad del ciudadano son los polos sobre los que ha

girado la conspiración general de la Europa contra el altar y el trono. La guerra se ha hecho a los reyes por filósofos que, predicando la libertad e igualdad de los ciudadanos, atrajeron a la multitud a la empresa de reformar los tronos, diciéndoles que ellos eran los verdaderos soberanos, a quienes tocaba darse sus leyes por constituciones análogas a sus usos, variarlas a su arbitrio y hacerlas obedecer a los mismos reyes, por el gobierno que sus diputados pusiesen o que el pueblo designase.

***************************** Los filósofos que en nuestros días han declarado la guerra a los reyes,

valiéndose del nombre de igualdad, de libertad, de reforma, de patria, se han valido de estos términos sólo para seducir con ellos todos los ánimos. La Francia, centro de la conspiración general, fue el arsenal donde se prepararon armas tan terribles.

Los conjurados, unidos con los filósofos, dieron a la prensa los libros que

defendían la libertad y la igualdad, tan decantadas, y la prensa los llevó a todos los países. A la razón se le atribuye el lauro (1) de que el hombre sea libre y a la imprenta que se haya esparcido por todas las regiones para libertarlas del yugo de la tiranía. Los escritos más venenosos, los papeles más incendiarios, unas obras que directamente atacaban la autoridad de los reyes, se extendieron por toda Europa, contaminaron todos los pueblos.

Los filósofos de la Francia contaron con nuestra destrucción, luego que

vieron que se despachaban con prontitud las grandes remesas de libros que nos venían por los Pirineos, que tras sus doctrinas corría parte de nuestra juventud. Vimos malas doctrinas esparcidas en peores escritos, proclamando libres a los españoles y llamando a sus más justos reyes como a unos crueles tiranos.

Unos principios nuevos de legislación, unas leyes sólo buenas para oírlas de

los labios de sus autores e imposible de practicarse, tales eran las doctrinas que se enseñaban por estos libros. Los jóvenes desertaban de las ciencias eclesiásticas para alistarse en sólo las civiles. Por este orden la relajación se introducía con la corrupción de los jóvenes.

Oímos, aunque a muy pocos, que la nación era independiente, que era

llegado el tiempo de romper las cadenas del despotismo que por algunos siglos había reinado en España. Llegó el día funesto de 24 de septiembre de 1810. Las

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reformas principiaron ese día y la primera fue declararse soberanos los reformadores para que nada les fuese vedado. Enseguida se dan prisa a renovarlo todo para que no quede vestigio alguno de la antigua España.

Insensiblemente se fue introduciendo la autoridad de los diputados hasta

el interior del trono mismo. Ellos se constituyeron en otros tantos soberanos. Por la soberanía de las llamadas Cortes el rey sólo se quedó en el ejecutor de la ley, totalmente sometido a la Constitución que se le pondría en sus manos. Nuevas leyes decían, nuevo gobierno proclamaban. Hagamos una Constitución que ponga a raya a los que mandan y declare los derechos imprescriptibles y soberanos de los pueblos. Así se ha hecho la revolución en nuestra Europa y así se intentó hacer en nuestra España.

Y desde los primeros años de la instrucción pública, se le enseñaba al niño

que era libre, independiente, que los hombres eran iguales, que sólo la fuerza había hecho a los reyes, que estos nada podían exigir a los hombres si estos no se convenían para ello por una constitución del gobierno.

El gobierno de la España no era ya el monárquico, el antiguo. Unas leyes

revolucionarias, destructoras de todo orden, entraron a sustituir las antiguas. Esto era destruir todo orden, alterar la misma naturaleza de las cosas, atacar a la sociedad por sus mismos cimientos. Para desgracia del hombre muchos creyeron estos absurdos y convinieron en levantar el nuevo gobierno de los pueblos por sistema tan impracticable.

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1. Lauro: Gloria, alabanza, triunfo.

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INCORFORMISMO

Una historia verdadera en el Centro de Educación de Adultos, Parque Alcosa, Sevilla

Introducción

La lucha contra tu sino es el primer acto de rebeldía y afirmación del ser

humano. En torno a un centro de educación de adultos, Carmen va creando ciudadania: se interesa por conocer y por el conocimiento, quiere participar, se asombra que las personas discutan y discrepen por asuntos trascendentes, quiere colaborar con los jóvenes y afronta las situaciones con optimismo; pero lo que realmente consigue Carmen es disfrutar de la vida en común.

***************************** Llevo tres años viviendo en Sevilla. Mis dos hijas y mi hijo cada vez me están necesitando menos. En el barrio donde resido, Parque Alcosa, un barrio que está en la periferia, trabajador y obrero, hay unos carteles pegados en las paredes y los leo: ¡Apúntate al centro de educación de adultos! Yo me digo: ¡Esta es mi oportunidad y mi cuenta particular con las matemáticas! Primera sorpresa para mí: en el centro de educación de adultos, aparte de sacarse el Graduado Escolar, también se ofrece alfabetización, para personas que nunca han tenido la oportunidad de ir a la escuela. Yo me digo: ¡esto sí que es enseñar al que no sabe! He empezado en clase con las matemáticas, lengua, sociales, etc. Los días van pasando y me digo: en el centro de educación de adultos esto no lo es todo, es algo más, es otra clase de educación. Lo primero que estoy haciendo es participar en un trabajo sobre derechos humanos. Hay un coloquio entre el alumnado que a mí me ha dejado alucinada: se discute, se discrepa sobre el derecho del ser humano. Y me digo: ¡esto sí que es una chute, pero de adrenalina!. He conocido Sevilla y a sus gente a través de visitas que hacemos culturales. Colaborando junto con mis compañeras a amenizar las fiestas de fin de curso y Navidad. Participo en un Seminario de Literatura construyendo un cómics, escribiendo un relato que luego se encuadernará y se presentará junto con todas mis compañeras de clase. Estoy en un grupo de mujeres formando un catering y he dibujado el nombre del logotipo: Azabel. Y me digo: estoy a gusto, me siento bien y la dueña del mundo, como el protagonista de la película Titanic, Leonardo di Caprio. Ha comenzado mi lucha, nuestra lucha por un centro de educación de adultos propio, porque lleva años de prestado en un colegio público y no hay derecho. Esto crea malos rollos, no puedes desarrollar todo lo que un centro de educación de adultos necesita. Se ha creado un boletín que emitimos una vez al mes y lleva el nombre de “Habla Tu Barrio”. Estoy metida en un montón de cursos, como animación en grupo, asociacionismo y autoestima, etc., etc. Bueno, he conseguido mi Graduado Escolar y me

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marcho del centro de adultos a trabajar. He vuelto después de tres años. Besos, abrazos a los profes y a mis antiguas compañeras, que algunas siguen ahí al pie del cañón. Han formado una Asociación de Alumnos, me apunto a la directiva. También ayudando en lo que puedo a unos jóvenes del barrio que han llegado con una asociación que lleva las siglas de LA FEA, Federación de Entidades de Alcosa. Y están involucrados en la Movida Pro Parque Tamarguillo. Y me digo: “¡Ya estoy aquiiiii..!”.

La tertulia literaria se ha puesto en marcha. Leemos poesía por varios centro de adultos de Sevilla, hasta en la Sala Imperdible (que para mí eso era ya el sumun). Tiene el centro de educación de adultos una modesta biblioteca en la que estamos fichando y prestando libros a las alumnas y alumnos. Tres universitarios del barrio, que han terminado historia, forman un taller para impartirla y me digo: “¡A mí la historia!”. Y me pregunto: “¿Talleres con enseñantes jóvenes? ¿La Asociación La Fea? ¿La Movida Pro-Parque?... Bien, bien, savia nueva en el centro de educación de Adultos. ¡Para, para un momento! A ver, ¿se me olvida algo? Aaaaah! La plataforma que formamos para conseguir una Biblioteca Ya! En el Centro Cívico de Alcosa, para que pudieran ante todo los jóvenes del barrio tener un sitio donde estudiar en silencio. También se me olvidaba la Plataforma que formamos contra la guerra de Irak, el no a la guerra… Recuerda…. Más, si tengo más, mucho más. Entro en el grupo motor de los Presupuestos Participativos de Sevilla y ahora me presento para Delegada de Distrito de los Presupuestos y he salido elegida junto con otras compañeras y compañeros. Seguro que se me olvida alguna batalla o rebelión más. Porque todo esto son batallas, o rebeliones. Pero pacíficas. Y yo me digo, o me pregunto, o las dos cosas a la vez: “¿Por qué estoy aquí en este centro de educación de adultos? ¿Por qué hago todo esto?”. Porque pienso desde aquí puedo rebelarme o trasmitir algo a la gente de mi barrio (tan luchadora en otros tiempos): que vale la pena involucrarse, participar y comprometerse. Me llevo alguna desilusión, pero yo me digo: han topado con esta menda que siempre veo la botella medio llena y nunca medio vacía. Ahora, en este mismo instante, me digo: ¡Dios, que corto se me ha hecho el tiempo desde que entré por primera vez en el curso 91-92! ¡Cuántas rebeliones o batallas pacíficas! Pero nos falta ganar lo más importante: conseguir un centro de educación de adultos propio. Cuando lo consigamos, cuando llegue ese momento, me diré que esta batalla o rebelión sí que habrá merecido la pena.

Carmen Gadea Ramos

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INDIGNAOS

Stéphane Hessel, reflexiones a considerar

Introducción

Stéphane Hessel, una persona de 93 años con una experiencia vital muy fructífera, nos aporta algunas reflexiones que repasando todo el siglo XX nos alerta el presente y nos alumbra el futuro.

La peor de las actitudes es la indiferencia, el decir “yo no puedo hacer nada, yo me las apaño”. Al comportaros así, perdéis uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano.

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El interés general debe primar sobre el interés particular, el justo reparto de la riqueza creada por el trabajo debe primar sobre el poder del dinero. La Resistencia (en la segunda guerra mundial) propone “una organización racional de la economía que garantice la subordinación de los intereses particulares al interés general y que se deshaga de la dictadura profesional instaurada según el modelo de los estados fascistas”, y el gobierno provisional de la República toma el relevo.

Una verdadera democracia necesita una prensa independiente; la Resistencia lo sabe, lo exige, defiende “la libertad de prensa, su honor y su independencia del estado, de los poderes del dinero y de las influencias extranjeras”. La resistencia se actualiza con las mismas reflexiones.

El motivo de la resistencia es la indignación

Se tiene la osadía de decirnos que el Estado ya no puede asegurar los costes de las medidas sociales. Pero cómo puede faltar hoy dinero para mantener y prolongar estas conquistas, cuando la producción de la riqueza ha aumentado considerablemente desde la Liberación, periodo en el que Europa estaba en la ruina, si no es porque el poder del dinero, combatido con fuerza por la Resistencia, no ha sido nunca tan grande, tan insolente y tan egoísta con sus propios servidores, incluso en las más altas esferas del Estado. Los bancos, una vez privatizados, se preocupan mucho por sus dividendos y por los altos salarios de sus dirigentes, no por el interés general. La brecha entre los más pobres y los más ricos no ha sido nunca tan grande, ni la búsqueda del dinero tan apasionada.

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Nosotros les decimos: tomad el relevo, ¡indignaos! Los responsables políticos, económicos e intelectuales, y el conjunto de la sociedad no deben dimitir ni dejarse impresionar por la actual dictadura de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia.

Os deseo a todos, a cada uno de vosotros, que tengáis vuestro motivo de indignación. Es algo precioso. Cuando algo nos indigna, como a mí me indignó el nazismo, nos volvemos militantes, fuertes y comprometidos.

Volvemos a encontrarnos con esta corriente de la historia, y la gran corriente de la historia debe perseguirse por cada uno. Y esta corriente nos conduce a más justicia y libertad; pero no a la libertad incontrolada de la zorra en el gallinero. Estos derechos, recogidos en 1948 en un programa de la Declaración universal, son universales. Si conocéis a alguien que no los disfruta, compadecedlo, ayudadle a conseguirlos.

Sartre nos enseñó a decirnos: “Sois responsables en tanto que individuos”. Era un mensaje de libertad. La responsabilidad del hombre que no puede confiar ni en un poder ni en un dios. Al contrario, es necesario comprometerse en nombre de la propia responsabilidad como persona humana.

La indiferencia: la peor de las actitudes

Es verdad que las razones para indignarse pueden parecer hoy menos claras o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda, quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no tenemos que vérnoslas con una pequeña élite, cuyo modo de actuar conocemos con claridad. Este es un vasto mundo de cuya interdependencia nos percatamos claramente. Vivimos con una interconectividad como jamás ha existido. Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlas, hace falta observar con atención, buscar. Les digo a los jóvenes: buscad un poco, encontraréis. La peor de las actitudes es la indiferencia, el decir “yo no puedo hacer nada, yo me las apaño”. Al comportaros así, perdéis uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano. Uno de sus componentes indispensables: la capacidad de indignarse y el compromiso que nace de ella.

La amenaza del fascismo no ha desaparecido por completo. Por eso, hagamos siempre un llamamiento a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen como horizonte para nuestra juventud más que el consumismo de masas, el desprecio de los más débiles y de la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.

A los hombres y mujeres que harán el siglo XXI, les decimos con nuestra afección:

“CREAR ES RESISTIR,

RESISTIR ES CREAR

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