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Facultad de Ciencias Veterinarias
-UNCPBA-
Descripción de caso clínico: Megacolon en cachorro felino de dos meses de edad.
Paz Paula Verónica; Paludi Alejando Esteban; Landa Roberto.
Marzo, 2017
Tandil
Descripción de caso clínico: Megacolon en cachorro felino de dos meses de edad. Tesina de la Orientación Sanidad Animal, presentada como parte de los requisitos para optar al grado de Veterinario del estudiante: Paz Paula Verónica. Tutor: M.V. Paludi, Alejandro Esteban Director: Dr. Landa, Roberto Daniel
Evaluador: M.V. Nasello, Walter Damián.
Resumen: La constipación junto con obstipación y megacolon son de presentación frecuente y de resolución dificultosa que suele culminar en muchas ocasiones en cirugía. El megacolon afecta principalmente a felinos de 5 a 8 años de edad. Concurre a consulta un paciente felino macho de dos meses de raza Bosque de Noruega. Presentando: anorexia parcial, decaimiento, tenesmo, constipación, edemas en periné, prepucio y escroto; inflamación y escoriaciones, distensión abdominal y ante la palpación heces duras voluminosas en colon. Se procede a realizar tratamiento signológico. Al cabo de 1 semana, ante la no mejoría, se continúa con el tratamiento quirúrgico: colonostomía subtotal. Tras la cirugía el paciente presentó mejorías sustanciales. Aproximadamente 3 días más tarde comienza a padecer transtornos de la defecación. Al cabo de 30 días de no resolverse el cuadro, y al considerarse esa circunstancia incompatible con la calidad de vida; se decide practicar la eutanasia. Se realiza la necropsia descubriendo hidronefrosis del riñón derecho sin poder hallar al uréter correspondiente y materia fecal blanda acumulada en la porción colónica remanente. La presente tesina tiene como objetivo describir un caso de megacolon en un cachorro felino de dos meses de edad y determinar la eficacia de la cirugía como parte del tratamiento de dicha afección. Palabras clave: Constipación. Obstipación. Megacolon. Felino. Tratamientos. Colonostomía.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN Pág. 1
Epidemiología Pág. 1
Etiología Pág. 2
Anatomía y fisiopatología Pág. 8
Signos clínicos Pág. 11
Diagnóstico Pág. 11
Pronóstico Pág. 14
Tratamiento Pág. 15
Médico Pág. 15
Quirúrgico Pág. 20
DESCRIPCIÓN DEL CASO CLÍNICO Pág. 24
Reseña del animal Pág. 24
Semiología clínica Pág. 24
Métodos complementarios Pág. 25
Interpretación clínica patológica Pág. 25
Tratamiento Pág. 25
Médico Pág. 26
Quirúrgico Pág. 26
Pronóstico Pág. 28
Evaluaciones de seguimiento Pág. 28
Evolución y resultados terapéuticos Pág. 28
Discusión Pág. 32
Conclusión Pág. 33
Referencias bibliográficas Pág. 35
1
INTRODUCCIÓN
La constipación, obstipación y megacolon afectan a gatos de cualquier edad,
raza o sexo. Los animales son traídos a consulta como consecuencia de
defecación reducida o ausente, o bien, por tenesmo de días o meses de
duración (Minovich y Paludi, 2004).
La constipación se define como la evacuación infrecuente o difícil, de heces
duras o secas, siendo su prevalencia mayor de lo que podemos reconocerla en
la clínica diaria (Norsworthy et al., 2009). Los clientes pueden percibir como
“normal” a las deposiciones secas y reportarlas como tal, cuando el médico
veterinario indaga. Si su mascota defeca en el jardín o si no realizan limpieza
diaria de la bandeja de piedritas sanitarias pueden no advertir que su gato
emite heces excesivamente secas. En este punto es muy importante obtener
información detallada sobre las excretas y descubrir qué considera “normal” el
propietario (Scherk, 2011).
La obstipación, es un estado de constipación prolongado intratable o
refractario a los tratamientos médicos y terapias dietarias (Kent, 2001).
La constipación u obstipación pueden culminar en el síndrome de megacolon
(August, 1999).
Megacolon: se define como una dilatación persistente del intestino grueso
asociada a constipación – obstipación crónica (Coté, 2014). No es una entidad
específica, sino un signo clínico asociado con falla en la evacuación normal de
las heces (Minovich y Paludi, 2004).
La impacción colónica es el acúmulo de materia fecal endurecida en el colon
debido a constipación, obstipación o megacolon (Scherk, 2011).
Si el tratamiento conservador no es eficaz o lo rechaza el cliente, en el gato (no
en el perro), está indicada la colectomía subtotal (Couto y Nelson, 2010).
Epidemiología
El megacolon es más frecuente en los gatos que en los perros.
La mayoría de los casos se identifican en gatos de edad media (promedio 5 a 8
2
años), machos (70 %), domésticos de pelo corto (46%), domésticos de pelo
largo (14%), o siameses (11%) (Minovich y Paludi, 2004).
Etiología
Existen muchas noxas que participan en la presentación de constipación,
obstipación y megacolon (ver tabla 1). Siendo de importancia determinar la
causa primaria, para poder realizar el tratamiento pertinente, a modo de evitar
la recurrencia de la patología, en los casos que fuera posible.
Estudios publicados de revisiones estadísticas con alteraciones de obstipación
reportan como diagnósticos presuntivos más importantes:
Megacolon idiopático.
Estenosis del canal pélvico.
Lesiones neurológicas.
Deformidad de la médula espinal sacra en el gato Manx (Figura 1).
Los factores ambientales, comportamentales y dietarios son probablemente los
más importantes en el desarrollo inicial de episodios de constipación en la
mayoría de los felinos. Dietas altamente palatables y tendencia al sedentarismo
predisponen a obesidad. Si el alimento contiene escasa cantidad de fibra y
forma heces de pequeño tamaño, estas no distienden adecuadamente la pared
intestinal, con lo cual, no se produce reflejo de defecación. El exceso de tejido
adiposo en cavidad abdominal dificulta la evacuación de la materia fecal. Todo
esto lleva a que el contenido intestinal sea retenido más tiempo (Chandler et
al., 2004). El colon proximal en los gatos es particularmente eficiente en la
reabsorción de agua, por lo tanto un tránsito lento predispone a la constipación
(Rand, 2008).
Actualmente, gracias a la aparición de los alimentos balanceados, se han
reducido los casos de megacolon por Hiperparatiroidismo nutricional
secundario, también llamado descalcificación felina; que solía ser la causa más
común de este padecimiento en gatos (Villanueva y Ortiz, 2015). El mismo, se
produce por un desequilibrio orgánico o metabólico del calcio y fósforo,
asociado comúnmente, al deficiente aporte de calcio en la dieta, impedimentos
3
en la absorción intestinal del calcio (como en el caso de parasitosis
gastrointestinales) o bien, a un excesivo aporte de fósforo dietario (Belligotti,
2009).
Tabla 1 Causas de constipación-obstipación-megacolon (Norsworthy et al., 2009).
Ambientales/Comportamiento/Stress/Miedo
Falta de actividad
Bandeja sanitaria ausente, sucia, insuficientes
o cambio del absorbente.
Ambiente desconocido, hospitalización,
mudanzas, etc.
Dolorosas
Estenosis o enfermedad anorrectal.
Fracturas/luxaciones pélvicas o de los
miembros posteriores, artritis, artropatías
(ligamento cruzado anterior desgarrado, etc).
Mordeduras o abscesos perianales.
Cuerpos extraños rectales.
Obstrucción colónica extraluminal
Neoplasias.
Fracturas pélvicas.
Seudocoprostasis (enmarañado piloso
perineal extremo, en general con heces que
impide salir la materia fecal).
Obstrucción colónica intraluminal
Atresia anal.
Material vegetal, cuerpos extraños.
Neoplasias.
Hernia perineal.
Pólipos.
Divertículos rectales.
Prolapso rectal.
Enfermedad neuromuscular
Anormalidad del músculo liso
colónico – megacolon idiopático.
Enfermedad de la médula espinal,
deformaciones en cola de caballo,
médula espinal sacra (gato de Manx),
enfermedad lumbosacra,
disautonomía, afecciones de los
nervios sacros (daño por tracción del
rabo, etc.).
Fármacos/medicaciones
Antiácidos.
Anticolinérgicos.
Antihistamínicos.
Sulfato de bario.
Diuréticos.
Analgésicos narcóticos.
Sucralfato.
Vincristina.
Causas metabólicas/endócrinas
Deshidratación.
Debilidad muscular generalizada.
Hipercalcemia.
Hipocalemia.
Hipotiroidismo (raro).
Hipocalcemia (raquitismo).
Obesidad.
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Antes de la existencia del balanceado, era más frecuente que los dueños
alimenten a sus felinos con vísceras. Las mismas, son muy ricas en fósforo, lo
que conlleva a una elevación de la fosfatemia y por ello, obligando a la glándula
paratiroides a secretar paratohormona (PTH), para elevar la concentración
sanguínea de calcio a modo de mantener el equilibrio 2:1 de calcio: fósforo en
la sangre. Para lograr su cometido, la PTH debe remover calcio de los huesos.
La resorción ósea genera debilidad, deformaciones y fracturas espontáneas.
El hiperparatiroidismo nutricional deforma el canal pélvico causando estrechez
y provocando constipaciones crónicas que casi siempre terminan en
megacolon. De hecho, fue una de las causas principales por las que se
empezaron a realizar colonostomías subtotales en felinos (Villanueva y Ortiz,
2015). Suele presentarse en gatitos de 2 a 4 semanas de vida. Lo primero que
se manifiesta es dolor en la columna, ya que es la zona ósea más sensible, y
luego al avanzar el cuadro, hay dolor en el resto de los huesos. La matriz ósea
debilitada lleva a fracturas espontáneas, que en el caso de la columna
vertebral, la lesión de la médula espinal, conlleva generalmente a parálisis de
los miembros posteriores.
Como se mencionó anteriormente, otra secuela muy importante a causa de
deformación ósea en la pelvis, es estrechez, desviaciones de la columna y
fracturas que se sueldan de forma inadecuada, provocando generalmente una
constipación crónica, que tratada inadecuadamente, lleva a un megacolon
(Belligotti, 2009). Esto hace que sea de suma importancia, brindarle alimento
balanceado de buena calidad a la gata sobre todo durante la gestación y la
lactancia, y también a los cachorros. Los balanceados de mala calidad,
contienen aportes insuficientes de calcio acorde a sus requerimientos o están
formulados de tal manera que los intestinos de los gatitos, no pueden absorber
dicho mineral (Belligotti, 2009).
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Figura 1: Gato de Manx, posee una mutación natural de la columna vertebral. Se caracterizan
por no poseer cola, (como en la imagen), aunque muchos pueden presentar un pequeño
muñón de cola.
Deformidades en la parte sacra de la médula espinal causan anomalías
neuromusculares en el gato de Manx (Cariou, 2015). En algunos casos hay
agenecia de raíces nerviosas en la médula espinal.
En animales con pseudocoprostasis, (en su mayoría de pelo largo y
especialmente en gatos obesos, que por tal condición no llegan a la zona para
higienizarse), las matas de pelo enmarañado con restos de materia fecal,
interfieren en la defecación. Retienen cada vez más heces y su permanencia
genera dermatitis en la zona perineal y anal, incluso úlceras dolorosas. Como
consecuencia, por dolor, disminuye la frecuencia de evacuación (Rand, 2006).
Clasificación de megacolon
Se lo clasifica en función de su origen como: congénito, idiopático o primario y
adquirido o secundario (Bustamante, 2013, Villanueva y Ortiz, 2015). Algunos
autores utilizan otra clasificación: Congénito o primario, Adquirido o secundario
y por último Megacolon idiopático (Marcos y Rodríguez, 2011).
Megacolon Congénito: Ocurre cuando el animal nace ya con esta
afección. Generalmente se presentan signos dentro de las primeras
semanas de vida. Concurren a consulta por retención fecal severa.
Generalmente ocurre debido a:
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Aganglionosis (Megacolon agangliónico): Ocurre ausencia de las
neuronas inhibidoras de la contracción, por lo que se produce una
contracción permanente del músculo liso del colon o recto
originando obstrucción y megacolon (Sainz et al., 2013).
Gato de Manx: por ausencia parcial o completa del segmento
espinal caudal y sacro.
Agenesia ano-rectal.
Megacolon Idiopatico o primario:
Su etiología es desconocida (Villanueva y Ortiz, 2015). Surge de una
hipomotilidad asociada con constipación u obstipación que se
diagnostíca cuando no es posible identificar noxas congénitas,
mecánicas o funcionales.
En el megacolon idiopático o primario se afecta la estructura y
funcionamiento del colon (Minovich y Paludi, 2004). El mismo, ha sido
atribuido a un transtorno primario neuromuscular o degenerativo.
Reportes demuestran que sólo un reducido número de estos casos son
debido a una enfermedad neurológica; y que la mayoría no tienen
evidencia de alteraciones neurológicas.
Algunos estudios, sugieren que el megacolon idiopático felino es un
transtorno generalizado del músculo liso (Tapia Mendoza, 2011). La
consecuencia de esta disfunción colónica es el megacolon dilatado, ya
que al encontrarse deteriorados la motilidad colónica y el movimiento
aboral del contenido luminal, las heces se acumulan dilatando la pared
intestinal. Si no se evacúan a tiempo, la dilatación excesiva y prolongada
lleva a una degeneración irreversible del músculo liso y los nervios
colónicos; obteniéndose un colon fláccido y dilatado incapaz de evacuar
el contenido intestinal. En estas instancias, el cuadro es irreversible a
causa de la pérdida permanente de la estructura y función colónica que
causan la hipomotilidad y dilatación características del megacolon
dilatado (Minovich y Paludi, 2004).
7
El megacolon idiopático o primario, es principalmente una enfermedad
felina aunque algunos perros enferman de manera ocasional (Couto y
Nelson, 2010). Puede presentarse en gatos de cualquier edad siendo
más frecuente, en general, a partir de los 5 años de vida (Bustamante,
2013).
Megacolon Adquirido o secundario: Ocurre cuando se origina a causa
de otras patologías (Minovich y Paludi, 2004). Comparte gran parte de
las etiologías de constipación, obstipación y megacolon antes
mencionadas (ver tabla 1).
Las principales causas de megacolon son: Idiopático (62%), obstrucción del
colon (24%) y daño neurológico (11%), siendo el resto de las causas las que
originan estreñimiento crónico (Sainz et al., 2013).
Por otra parte, como causa endócrina, debe tenerse en consideración en estos
cuadros clínicos al Hipotiroidismo. Si bien, la presentación del mismo es poco
frecuente en felinos, la forma congénita, es la más frecuente (Blanchart et al.,
2006). Los gatitos con hipotiroidismo congénito parecen normales al nacer,
pero a las 8 semanas de vida el retraso en el crecimiento es evidente, se los
nota de menor tamaño que sus hermanos de camada.
Es importante destacar que presentan menor tamaño y peso que el
correspondiente para su edad (Figura 2). El enanismo desproporcionado se
desarrolla en los siguientes meses, donde se observará en el cachorro que la
cabeza es de gran tamaño, el cuello corto y ancho, y las extremidades son
cortas. Otros signos frecuentes de hallar son: letargo, confusión, retraso
mental, estreñimiento, hipotermia, bradicardia, retención de dientes desiduos o
de leche y retención del pelaje de cachorro (Nelson y Couto, 2010). Sospechar
de hipotiroidismo congénito en aquellos felinos recién nacidos que manifiestan
hipotermia, letargo, dificultades para mamar y distensión abdominal (Rijnberk y
Kooistra, 2010).
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Figura 2: Hipotiroidismo congénito en felinos: Ambos cachorros son hermanos de camada de
dos meses de vida. En comparación con el gatito sano (A), el hipotiroideo (B) es de menor
tamaño, presenta apariencia más infantil, con cabeza redondeada y orejas pequeñas. Nótese
que persiste el color azul del iris, mientras que los de su hermano sano viraron al amarillo
correspondiente de la edad adulta para su raza (Rijnberk y Kooistra, 2010).
Se han reportado, casos en gatitos de dos meses de edad cuyos signos
simplemente eran constipación con consecuente distención abdominal (por la
retención fecal) y megacolon de menor tamaño, respecto a sus hermanos de
camada (y menor tamaño para la edad del animal); bajo peso, estado mental
normal y con resultados de análisis de laboratorio normales en cuanto a
hemograma completo y perfil bioquímico básico (Blanchart et al., 2006).
Cuando concurre a consulta veterinaria, un cachorro felino con constipación y
menor tamaño que sus hermanos, deberíamos sospechar de hipotiroidismo y
además, descartar no estar en presencia de un megacolon congénito
(Blanchart et al., 2006).
El hipotiroidismo congénito está ligado a un gen autosómico recesivo, lo que
hace que por motivos de inbreeding (endogamia), en aquellos criaderos de
felinos de raza aumente la proporción de genes recesivos en los individuos con
el consecuente aumento de patologías ligadas a dichos genes como por
ejemplo el hipotiroidismo congénito en cuestión (Rijnberk y Kooistra, 2010).
Anatomía y fisiopatología
El intestino grueso se encuentra formado por el ciego (recto y corto), colon
ascendente (posee válvula íleocecal y válvula cecocólica), colon transverso
(transcurre craneal a la raíz mesentérica), colon descendente (segmento más
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largo del colon) y recto. En radiografías ventro – dorsales el intestino grueso
posee forma de signo de interrogación (Simpson y Else, 1991). Su pared es
conformada, desde el exterior hacia el interior, por las capas serosa, muscular,
submucosa y mucosa. El mesocolon es la corta unión mesentérica del colon
con la pared abdominal (Fossum, 2009).
La irrigación sanguínea ocurre debido a las arterias ileocólica (se divide en
arteria cólica media y arteria cólica derecha que irrigan al ílion, ciego, colon
ascendente y transverso); una rama de la arteria mesentérica craneal y una
rama de la arteria mesentérica caudal que emiten pequeños vasos que
penetran la pared intestinal y la arteria ilíaca interna que irriga al recto. El
drenaje venoso es similar al complejo arterial. La vena mesentérica caudal se
continúa con la vena porta.
El colon interviene en varias funciones que incluyen: 1) la absorción de agua y
electrolitos, 2) el almacenamiento de heces y 3) la fermentación de la materia
orgánica que no se digiere ni absorbe en el intestino delgado (Cunningham,
2009). En los felinos la fermentación bacteriana es de menor importancia. Los
procesos de absorción y metabolismo microbiano se presentan en el colon
proximal y el almacenamiento y la eliminación fecal en el colon distal (Steiner,
2008).
El intestino grueso normalmente absorbe una menor cantidad de agua que el
delgado, pero igualmente absorbe casi el 90% del agua ingresada al colon
(Minovich y Paludi, 2004). La motilidad colónica normal ocurre gracias al
sistema nervioso intrínseco. Se encuentra dispuesto en dos sistemas de
ganglios: a) el plexo mientérico o de Auerbach, localizado en la capa muscular
y b) el plexo submucoso o de Meissner, ubicado en la submucosa.
La inervación extrínseca se encuentra a cargo del sistema nervioso autónomo
parasimpático, cuya actividad estimula la motilidad colónica; y simpático, que
inhibe la motilidad (Steiner, 2008). La principal función del sistema nervioso
extrínseco es participar en el reflejo de la defecación en el colon distal. El
reflejo defecatorio ocurre en respuesta a la distención luminal del colon distal y
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del recto. El ingreso de heces en el recto se acompaña de la relajación refleja
del esfínter anal interno, seguida por las contracciones peristálticas del recto.
Este proceso se conoce como reflejo rectoesfintérico. El reflejo provoca la
defecación, aunque en animales adiestrados sus efectos pueden bloquearse
por la contracción voluntaria del esfínter anal externo. Cuando esto último
ocurre, el recto se relaja para acomodar el bolo fecal, y el esfínter anal interno
recupera su tono (Cunningham, 2009).
Generalmente, el tránsito intestinal, desde la ingesta hasta la evacuación de las
heces dura entre 12 y 24 horas, pudiendo prolongarse en algunas ocasiones
sin efectos adversos (Sainz et al., 2013). Sin embargo, la retención de heces
durante períodos prolongados lleva a su deshidratación, produciéndose
concreciones fecales pétreas de difícil eliminación que generan dolor en el
paciente. La materia fecal puede ser tan voluminosa y dura que le es imposible
atravesar el canal pélvico.
Al afectarse la integridad de la pared intestinal y retrasarse la evacuación de las
heces, bacterias y toxinas bacterianas ingresan al torrente sanguíneo, esto
causa compromiso sistémico. Si no se trata puede llevar a la muerte (Goldstein,
2014). La absorción de toxinas bacterianas puede ocasionar en el paciente
depresión, anorexia, letargia y debilidad secundarios a la obstrucción.
El material endurecido en el interior del colon, puede lesionar la mucosa dando
lugar a secreción de líquido por parte de la mucosa colónica. Estas secreciones
no reblandecen el material (Schaer, 2006).
El megacolon se asocia a obstipación/constipación crónica. Se caracteriza por
una hipomotilidad colónica y un aumento permanente del diámetro del colon
consecuencia de una dilatación irreversible.
Se produce megacolon mediante dos mecanismos patológicos: dilatación (hay
pérdida de la función contráctil y es irreversible) e hipertrofia (por obstrucción y
suele ser reversible) (Steiner, 2008). El megacolon hipertrófico se desarrolla
como consecuencia de lesiones obstructivas. El megacolon dilatado es el
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estadío final de una disfunción colónica (idiopática o a causa de megacolon
hipertrófico que no ha sido tratado) (Coté, 2014).
Por todo lo mencionado anteriormente, ante la presencia de un paciente con
estreñimiento, siempre debemos buscar la causa responsable que ese tránsito
gastrointestinal se esté prolongando; ya que aunque la mayoría de los gatos
tengan uno o dos episodios de estreñimiento, sin más consecuencias, en otros
progresará hacia un megacolon (Sainz et al., 2013).
Signos clínicos
Los animales con constipación – obstipación - megacolon presentan signología
variable de acuerdo al tiempo de evolución de la enfermedad.
El desorden, es de comienzo insidioso y naturaleza progresiva, pues se
presentan episodios recurrentes de constipación de frecuencia e intensidad
crecientes (Minovich y Paludi, 2004).
Algunos gatos exhiben múltiples intentos improductivos para defecar en la
bandeja sanitaria, mientras que otros se sientan en la misma, durante lapsos
prolongados sin asumir la postura defecatoria. Además, es frecuente encontrar
heces fuera de la litera de piedras, debido a la aversión, a ésta, por sufrir dolor
durante la defecación (Sainz et al., 2013).
En ocasiones, los gatos constipados en forma crónica tienen episodios
intermitentes de hematoquecia o diarrea debido al efecto irritante de las
concreciones fecales sobre la mucosa. La prolongada incapacidad para defecar
puede redundar en otros signos sistémicos, tales como anorexia, letargia,
pérdida ponderal y vómitos (August, 1999).
Al examen físico los animales pueden presentar delgadez marcada y manto
piloso de mal aspecto. A la palpación abdominal se detecta fácilmente la
presencia de heces duras o impactadas en el colon.
Diagnóstico
Mediante los datos anamnésicos se obtiene información importante,
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principalmente cuando los gatos hacen sus necesidades en una bandeja
sanitaria que permite al propietario realizar el control de las deposiciones
(Minovich y Paludi, 2004). La anamnesis debe ser detallada y registrar
información relacionada con los hábitos defecatorios, medicaciones
administradas al animal, (recetadas por un veterinario o no), la presencia de
trauma reciente o pasado, tipo de alimentación, pérdida ponderal, enfermedad
sistémica, cambios en el apetito, etc.
Es muy importante tener en cuenta que muchas veces el propietario manifiesta
que su mascota tiene problemas para defecar por la postura que adopta en la
bandeja sanitaria, cuando en realidad se está ante un problema urinario donde
el paciente no es que no puede defecar sino que no puede orinar. Esto hace
que se tenga en cuenta a patologías del sistema urinario en el diagnóstico
diferencial. La postura de defecación se caracteriza por presentar el cuerpo
más elevado y la cola arqueada, mientras que para orinar el gato adopta una
postura más baja y con la cola recta (Rand, 2006).
Durante el examen físico, inspeccionar el área perineal y sacos anales. Se
debe realizar un examen neurológico completo para identificar posibles
alteraciones de la médula espinal lumbo – sacra (Álvarez et al., 2003). En
especial, en los cachorros, es recomendable palpar la columna vertebral y los
huesos largos en busca de dolor, por la posibilidad de hiperparatiroidismo
nutricional secundario (descalcificación felina).
Aquellos pacientes que padecen disautinomía, suelen presentar signos de
fallas en el sistema nervioso autónomo tales como: incontinencia urinaria,
regurgitación, midriasis, prolapso de la membrana nictitante y bradicardia
(Scherk, 2011).
Mediante palpación abdominal, (y rectal en adultos), puede encontrarse el recto
dilatado y vacío pero en el borde anterior del pubis percibirse una masa de
heces duras. También sirven para detectar impactación colónica, y descartar
causas físicas de obstrucción, como atresia anal, estenosis pélvica o
próstatomegalia, etc (Cariou, 2015). Se recomienda sedación antes de realizar
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estas maniobras en gatos, ya que además relaja los músculos abdominales
facilitando la obtención de información en animales indóciles o de gran tamaño
(Chandler et al., 2004).
La radiología abdominal, pélvica y de miembros posteriores valora la magnitud
de la distención colónica y puede ayudar a identificar factores predisponentes
como fracturas o luxaciones pélvicas o de los miembros, masas, cuerpos
extraños rectales y anormalidades o lesiones de la columna vertebral. Además,
es importante para ver el nivel de calcificación de los huesos en el caso de
sospechar de hiperparatiroidismo nutricional secundario (Belligotti, 2009).
También, es de suma utilidad para evidenciar si hay retraso en la osificación de
las líneas de crecimiento de huesos largos y acortamiento de los cuerpos
vertebrales como suele ocurrir en pacientes con hipotiroidismo congénito o
juvenil (Rijnberk y Kooistra, 2010).
El megacolon (Figura 3), se define como el diámetro colónico igual o mayor que
1,5 veces el largo del cuerpo de la séptima vértebra lumbar (Norsworthy et al.,
2009). Es de utilidad la ecografía en casos donde el diagnóstico no puede
confirmarse por radiología, pudiendo diagnosticarse otras patologías, como por
ejemplo, neoplasias.
No resulta útil realizar endoscopía ya que la presencia de heces duras y
compactas no permite el pasaje del endoscopio a través del recto. Además, si
se quisiera realizar una colonoscopía, para tomar muestras de la mucosa e
identificar causas tratables; se requiere sedación o anestesia general del
animal y la evacuación de la materia fecal impactada, hecho que no siempre es
posible.
Una base de datos mínima (hemograma completo, panel bioquímico sérico y
urianálisis), permite valorar la condición global del felino y aproximarnos a la
noxa del síndrome en cuestión.
En aquellos casos donde se sospeche hipotiroidismo debe tenerse en cuenta
que a modo aproximación es posible con un hemograma completo y medición
de colesterol para evidenciar una anemia arregenerativa e hipercolesterolemia
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(presentes en hipotiroideos) y en base a este hallazgo realizar dosaje de T4
sanguínea para confirmar el diagnóstico (Nelson y Couto, 2010).
Figura 3: Rx digital latero lateral abdominal de paciente felino con megacolon.
Pronóstico
Ante la aparición de signología de constipación u obstipación, especialmente
en casos recurrentes o que tienden a la cronicidad, es imperioso detectar la
causa e instaurar un tratamiento lo antes posible. Siendo favorable el
pronóstico en aquellos animales que responden al tratamiento médico. En
aquellos pacientes donde se recurre a cirugía, en la mayoría de los casos el
pronóstico es también favorable, pues tras la intervención quirúrgica,
generalmente el animal recupera la motilidad colónica y la capacidad de
evacuar las heces.
Debe tenerse en cuenta que si no se trata inmediatamente o no se resuelve el
problema, la secuela más importante es un megacolon. Por otra parte, no es
conveniente apresurarse en el diagnóstico de megacolon, ya que se debe
considerar que los gatos en condiciones normales, pueden retener las heces
en el colon durante varios días sin riesgos. Cuando la formación de heces
duras de difícil eliminación se transforma en un problema crónico, el colon
puede distenderse exageradamente produciendo una hipomotilidad irreversible.
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Una duración superior a 6 meses y un grado de distención considerable
acarrean cambios mioneuronales intramurales secundarios a la distensión que
impiden la normalización funcional del colon (Minovich y Paludi, 2004).
Tratamiento
Médico
El plan terapéutico específico dependerá de la intensidad de la constipación y
etología subyacente. Por ejemplo el tratamiento médico puede no ser necesario
incluso con los primeros episodios de constipación. Los primeros episodios a
menudo son transitorios y resuelven sin tratamiento. Los episodios de
constipación leve o moderada o recurrente, por lo usual demandan cierta
intervención médica. (August, 1999). Los casos graves suelen requerir
períodos breves de hospitalización para corregir desbalances metabólicos.
El tratamiento médico se orienta a lograr la evacuación de las heces,
corrección de los factores predisponentes y a prevenir la recurrencia:
Fluidoterapia: Es esencial corregir los desequilibrios hidroelectrolíticos si los
hubiere. Siendo esencial en los gatos deshidratados para ablandar el contenido
intestinal. Se prefiere la administración endovenosa (EV) a la rehidratación oral,
ya que hay mayor biodisponibilidad y de forma más rápida por la vía
endovenosa. Además el felino tiende a ingerir poco líquido voluntariamente
sumado a qué podría estar comprometida la absorción a nivel entérico según el
caso particular.
Es importante lograr y mantener una hidratación óptima en el paciente. Pues
mientras persista la deshidratación celular, existirá la necesidad orgánica de
reabsorber líquido desde el sistema renal y gastrointestinal. Lo que implica la
consecuente concentración de la orina por parte de los túbulos renales y
endurecimiento por deshidratación del contenido intestinal. Como
mantenimiento en aquellos animales donde es factible la vía oral se aconseja al
propietario que estimule la ingesta de líquido de su mascota, colocando más
bebederos por la casa, agua fresca varias veces al día, hidratar el alimento del
animal con agua o caldos sin sal, uso de fuentes de agua (el agua en
movimiento y fresca, atrae al felino), etc (Scherk, 2011).
16
Si una condición subyacente, como una enfermedad renal, puede ser la causa
de la deshidratación y constipación, dicha debe tratarse y estabilizar al animal
(Guerrero 2013).
La remoción de la materia fecal impactada puede lograrse mediante la
realización de enemas acompañados de extracción manual. Se realiza mejor
luego de la fluidoterapia y con el paciente bajo sedación.
Enemas: Existen tres clases de enemas, de retención, limpiadores e
hipertónicos.
De Retención: Se administran en pequeños volúmenes de agua tibia (20 a 30
ml dependiendo el tamaño del felino) para que permanezcan en el colon y,
gradualmente ablanden las heces.
Limpiadores: Se utilizan cuando la materia fecal tiene suficiente tamaño como
para ser removidas; en este caso se administran grandes volúmenes de líquido
tibio (50 ml), en forma repetida.
Hipertónicos: Son potencialmente peligrosos, ya que pueden inducir un
desequilibrio electrolítico masivo y fatal (hiperfosfatemia, hipercalcemia,
hopocalemia, etc.), estando contraindicados en gatos, perros pequeños y en
todo animal incapaz de evacuar con rapidez el enema debido a la obstipación.
No se deben emplear en gatos los enemas con fosfato. La hiperfosfatemia
marcada puede llevar a la hipocalcemia rápida o intensa, con convulsiones o
muerte (Norsworthy et al.,2009).
Los enemas de retención son los que mejores resultados han obtenido. En
general se utilizan soluciones salinas, jabonosas tibias (sin ningún agregado y
evacuación digital bajo sedación, utilizando volúmenes de 15 a 20 ml/kg, hasta
evacuación total) o Coca Cola®.
Los enemas con Coca Cola® son útiles para la remoción de la materia fecal
en el megacolon idiopático felino, ya que no perjudican al animal y se pueden
mantener como terapia durante toda su vida. El mecanismo por el cual la Coca
Cola® favorece la eliminación de la materia fecal impactada se desconoce.
Dentro de las hipótesis más razonables se encuentran las siguientes:
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a) El gas carbónico distendería aún más al colon hipotónico actuando como un
estímulo peristáltico que, conjuntamente con el líquido y por acción de arrastre,
permitiría la eliminación del bolo fecal (Minovich y Paludi 2004). Además,
penetra en el bolo, e induce su desintegración mediante la liberación del gas
carbónico en su interior. Se han obtenido mejores resultados utilizando Coca
Cola® en botella que en lata. Aparentemente la botella contendría mayor
concentración de gas.
b) La cafeína, un excitante general, tónico, vaso constrictor periférico, diurético,
buen eupneico, estimulante cardíaco, respiratorio y neuromuscular; mejoraría el
estado de los animales afectados que, en general, se encuentran en estado de
letargia, depresión y debilidad. El suministro de este fármaco no presenta un
riesgo para el paciente ya que la Dosis Letal 50 es de 150 mg/kg y una lata de
Coca Cola® de 340 ml contiene 37,4 mg de cafeína.
c) Cualquier factor que provoque irritación en la mucosa colónica estimula la
producción de mucus por las células caliciformes, necesario para proteger al
colon de las erosiones que pudiera ocasionar el pasaje de heces de
consistencia muy dura, así como también para protegerlo de la actividad de la
flora bacteriana. La acidez (pH = 2,5) que el ácido fosfórico otorga a esta
gaseosa provocaría este mismo efecto.
d) La alta concentración de glucosa, fructuosa y sucrosa genera un incremento
en la actividad osmótica intestinal que atraería agua al colon y permitiría el
reblandecimiento de las heces. Además estos carbohidratos serían una fuente
importante de energía para estos animales débiles y anoréxicos (Minovich y
Paludi, 2004).
El agua, vaselina o solución salina se infunden en el colon en tanto la masa
fecal se reduce en forma manual mediante la palpación abdominal (August,
1999). Ocurre en casos donde los enemas no funcionan ya que el bolo fecal se
encuentra demasiado seco y endurecido, requiriendo ruptura y extracción
manual. Esto es doloroso y debe realizarse bajo anestesia general (Simpson y
Else, 1991).
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Antibióticos: Están indicados los antibióticos de amplio espectro por el posible
compromiso de la integridad de la mucosa colónica, con la consecuente
invasión bacteriana. Metronidazol 10 mg/kg oral, cada 8 a 12 hs; Cefazolina 20
mg/kg por vía endovenosa (EV) o intramuscular (IM), cada 8 horas.
Procinéticos: Lamentablemente muchos de los agentes procinéticos
gastrointestinales disponibles en la actualidad no demostraron utilidad en la
terapia de la constipación felina, ya sea por sus efectos colaterales
sustanciales (por ej betanecol) o restricción del efecto procinético al canal
gastrointestinal proximal (por ej. metoclopramida y domperidona) (August,
1999). Dentro de los agentes más recientes es de elección la cisaprida.
Incrementa la presión del esfínter gastroesofágico, promueve el vaciado
gástrico y acrecienta la motilidad propulsiva de intestino delgado y colon. Tiene
como mecanismo de acción aumentar la liberación de acetilcolina de las
terminales nerviosas postganglionares de los plexos mientéricos, pero no
aumenta la secreción en el intestino (Botana et al.,2002). Dosis recomendada 5
– 7 mg/kg vía oral, cada 8 horas. No se observan mejorías tras su
administración en gatos con obstipación o megacolon de larga duración. Debe
acompañarse siempre de ablandadores fecales como la vaselina.
Tratamiento de mantenimiento:
Si se ha tenido éxito eliminando la obstrucción fecal, se procede al tratamiento
de mantenimiento que consta de:
Dieta
A modo de prevención y de por vida. Debe ser rica en fibras, aunque pueden
aumentar mucho el volumen fecal. Además, que contenga alimentos laxantes
como hígado crudo (no más del 20% de la dieta por riesgo de causar
hipervitaminosis A) y agentes formadores de volumen como metilcelulosa,
calabaza en conserva, salvado, fibras solubles como el psylum (1 a 4 g oral,
cada 12 – 24 horas) para aumentar el contenido de humedad de las heces y
mejorar su consistencia. Existen balanceados comerciales que pueden
utilizarse; poseen como inconveniente que generalmente los pacientes lo
rechazan por la platabilidad, sabor, etc.
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Laxantes
Existen de distintos tipos en el mercado:
a) Laxantes formadores de volumen, constituidos por celulosa y polisacáridos
apenas digestibles como granos de cereales y salvado de trigo. También frutos
como las ciruelas. La fibra incrementa el contenido hídrico fecal, reduce el
tiempo de tránsito intestinal y aumenta la frecuencia defecatoria. Ya que al
retener agua la fibra se hincha aumentando su volumen, lo que produce
distención del intestino, generando una contracción refleja que activa al
peristaltismo. Estas sustancias tardan días en actuar y no presentan efectos
secundarios importantes salvo heces blandas. En general, son de elección para
el tratamiento del estreñimiento crónico (Botana et al., 2002).
b) Laxantes emolientes, detergentes que complejan los lípidos intestinales,
incrementando la absorción de los mismos, deteriorando la del agua. No se
aconseja administrarlos con vaselina porque aumentan la absorción de la
misma. Un ejemplo de este tipo de laxante es el Dioctil sodio sulfosuccinato.
c) Laxantes lubricantes/ablandadores de masa, que impiden la absorción del
agua colónica y facilitan el pasaje de la materia fecal. Ejemplo la vaselina, al no
absorberse lubrica la masa fecal facilitando su expulsión. El efecto ocurre hacia
los dos o tres días. No se aconseja en tratamientos crónicos ya que puede
causar en el intestino interferencia en la absorción de vitaminas liposolubles y
agentes terapéuticos administrados oralmente. También puede ocurrir
filtración de vaselina por el esfínter anal, motivo de queja por parte del
propietario.
d) Laxantes hiperosmóticos, polisacáridos de escasa absorción cuyos
productos de fermentación estimulan la secreción de líquido y la motilidad
propulsiva colónica, como la lactulosa y sales de magnesio (la contraindicación
de ambas es la alta dosis requerida, alrededor de 5 ml totales de lactulosa vía
oral, cada 8 horas y 1 ó 2 cucharadas (5g) de leche de magnesio oral, cada 24
horas).
Estos laxantes no deben ser administrados a animales deshidratados y es
importante que el agua de bebida esté disponible libremente (Botana et al.,
20
2002). Tampoco debe administrarse leche de magnesio en felinos con
insuficiencia renal ya que puede causar depresión de los tejidos excitables del
organismo. Al no poder ser eliminado correctamente por el riñón enfermo, se
acumula en el organismo ocasionando hipermagnesemia. La hipermagnesemia
leve es usualmente asintomática, en niveles moderados se puede observar
somnolencia, letargia y reducción de los reflejos tendinosos profundos.
La complicación más consistente de la hipermagnesemia es la toxicidad
neuromuscular, que es debida a la reducción en la transmisión del impulso a
través de la unión neuromuscular, siendo la hiporeflexia tendinosa la
manifestación clínica inicial. Puede resultar además en hipocalcemia,
prolongación del intervalo P-R e incremento de la duración del complejo QRS y
del intervalo Q-T. Finalmente, la hipermagnesemia severa está asociada con
parálisis muscular, conduciendo potencialmente a la tetraplejia flácida y parada
respiratoria, bloqueo cardiaco completo y paro cardiaco.
e) Laxantes estimulantes, estimulan la motilidad propulsiva, el más conocido es
el bisacodilo (2,5 – 5 mg/kg vía oral, cada 12 – 24 horas) (Minovich y Paludi,
2004).
Estimulantes del apetito
Es importante el suministro de estimulantes del apetito debido a que la
anorexia puede durar varios días. Los más utilizados son diazepam 0,5 mg/kg
IM, o ciproheptadina 2 mg/kg oral, cada 12 horas.
La constipación – obstipación es de difícil tratamiento una vez desarrollado el
megacolon, por este motivo es de suma urgencia instaurar un tratamiento
paliativo para evitar un desenlace quirúrgico.
La combinación de cisaprida y lactulosa permite normalizar la defecación en la
mayor parte de los animales. Si se considera que las alteraciones de la pared
colónica son irreversibles y la respuesta al tratamiento es insatisfactoria,
entonces el tratamiento de elección es la colectomía subtotal (Schaer, 2006).
Tratamiento quirúrgico
Se recurre al tratamiento quirúrgico en los casos donde la terapéutica médica
21
falla. La colectomía/colonostomía subtotal (se resecciona 90 a 95% del colon),
será necesaria en los felinos que padecen obstipación o megacolon idiopático.
Estos pacientes, por definición, son insensibles a la terapia médica. La
osteotomía pélvica sin colectomía puede ser suficiente para algunos gatos que
experimentan estenosis del canal pélvico y megacolon hipertrófico (August,
1999). Aunque si las manifestaciones clínicas han persistido durante más de
seis meses se recomienda realizar osteotomía y colonostomía subtotal
(Minovich y Paludi, 2004).
Los gatos en general tienen un pronóstico favorable para la recuperación luego
de la colonostomía, aunque una diarrea leve a moderada puede persistir
durante 4 a 6 semanas del post operatorio en algunos casos (August, 1999).
Existen debates sobre los beneficios de preservar o escindir la unión ileocólica
durante la colectomía. El fundamento para su preservación radica en que
reduce la diarrea post operatoria; el fundamento para la escisión es que
disminuye la recurrencia de megacolon segmentario. Estudios recientes
sugieren que la preservación de la unión iliocólica no redunda en mayores
recurrencias de constipación, pero que la escisión se asocia con un incremento
en la incidencia y magnitud de la diarrea (Minovich y Paludi, 2004).
Otra técnica factible a realizar es la Íleo-colo.anastomosis latero-lateral
izquierda. No requiere ninguna resección del colon. Se practica entre la última
porción del íleon y el primer tercio del colon izquierdo. El objetivo de esta
técnica es verter el contenido del íleon terminal (siempre líquido) en la luz del
colon izquierdo para fluidificar la materia fecal allí depositada y facilitar su
evacuación (Minovich y Paludi, 2004).
Deben tenerse en cuenta algunas cuestiones al momento de la cirugía:
En principio deberá tratar de evacuarse el contenido del intestino con enemas,
aunque esto puede no dar resultados positivos. Es importante corregir los
desequilibrios hidroelectrolíticos y continuar con la administración de
antibióticos (Minovich y Paludi, 2004). Un ayuno previo de 24 hs y evacuación
del colon ayudan a disminuir la carga bacteriana en el tracto digestivo. Están
contraindicados los enemas a menos de tres horas de la cirugía, ya que hacen
22
más líquido al contenido intestinal y pueden ayudar a la diseminación de
material contaminado durante la cirugía (Fossum, 2009).
Es muy importante, durante el procedimiento quirúrgico, aislar el segmento de
intestino afectado, valorar la viabilidad intestinal y determinar las zonas de
ectomía. Se debe realizar doble ligadura en todos los vasos rectos de la zona
afectada. Una vez removido el segmento, con gasas húmedas limpiar los
extremos del colon sano que se proseguirán a anastomizar. Luego de
completar la anastomosis es fundamental revisar que no existan fugas de
contenido intestinal. Para esto se debe distender moderadamente la luz con
soluciones salinas y realizar presión digital suave para evaluar si hay pérdida
de líquido por entre los puntos de la sutura realizada. Si hubiera fuga se deben
colocar puntos de sutura adicionales. Aislado de la cavidad abdominal se debe
lavar el intestino, luego de esto, cambiar el intrumental quirúrgico para no
contaminar los tejidos, durante la síntesis abdominal, con instrumental que
estuvo en contacto con contenido intestinal. A fin de disminuir el riesgo de
peritonitis es fundamental realizar lavados con soluciones salinas (o
antisépticas) templadas en la cavidad abdominal.
La colectomía subtotal realizada facilita el tránsito fecal al disminuir el trayecto
por el colon y, así mismo, disminuye la absorción del agua en las heces (al
remover el colon, disminuye la superficie de absorción y el tiempo de
permanencia de las heces), lo que provoca que éstas sean más blandas y, por
tanto, al animal le resultan más fáciles de defecar (Marcos y Rodriguez, 2011).
Luego de la cirugía, el animal puede comenzar a ingerir alimentos a las 24 hs.
En la mayoría de los casos las heces se normalizan dentro de las 6 semanas,
pero la frecuencia de defecación se encuentra afectada en más de un 50%,
que es generalmente aceptada por los propietarios. Con esta técnica, es
obviada la necesidad de enemas repetidos, laxantes y la mayoría de los
pacientes llevan vidas normales, a menos que existan otros problemas
(Minovich y Paludi, 2004).
Las complicaciones más frecuentes del tratamiento quirúrgico son: dehiscencia
23
de la anastomosis intestinal, derrame del contenido, peritonitis, shock,
incontinencia, necrosis isquémica, estenosis, abscesos, etc. Pero con una
correcta asepsia y ejecución de la técnica quirúrgica se logra reducir la
probabilidad de ocurrencia (Minovich y Paludi, 2004).
Durante el paso del bolo fecal se desarrolla una gran presión intraluminal. Este
stress mecánico de la línea de sutura, puede llevar a la dehiscencia. El riesgo
que esto ocurra es alto durante los primeros 3 a 4 días, ya que la lisis de
colágeno es superior a la síntesis. Se puede mejorar la cicatrización utilizando
antibióticos y colocando los puntos de sutura de tal modo que no se produzca
estrangulación del tejido (Fossum, 2009).
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Descripción del caso clínico
RESEÑA DEL ANIMAL:
NOMBRE: Teseo.
ESPECIE: Felino.
RAZA: Bosque de Noruega.
SEXO: Macho.
EDAD: 2 meses.
TALLA Y/O PESO: 0,400 kilogramos.
COLOR DEL MANTO: Taby rojo y blanco.
ANAMNESIS: Llega a consulta por presentar dificultades defecatorias,
manifestando tenesmo y constipación (de más de 3 días). El animal insistía en
ir a la bandeja sanitaria pero no lograba emitir heces. Además los dueños
manifiestan que se encontraba decaído y con anorexia parcial.
SEMIOLOGÍA CLÍNICA
INSPECCIÓN GENERAL: Buen estado general. Se observa que el tamaño
corporal es reducido para la edad del animal y la raza.
INSPECCIÓN PARTICULAR: Decaimiento. Mucosas normales. Tiempo de
llenado capilar normal. Pliegue cutáneo negativo. Distensión abdominal.
Presencia de vasos abdominales muy marcados. Edemas en periné, prepucio
y escroto.
PALPACIÓN, PERCUSIÓN: Durante la palpación abdominal se perciben
heces voluminosas y duras en el colon.
AUSCULTACIÓN TORÁXICA: Normal
FRECUENCIA CARDÍACA Y RESPIRATORIA: La frecuencia respitatoria:
Normal: 25 respiraciones por minuto. La frecuencia cardíaca: Normal: 180
latidos por minuto.
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MÉTODOS COMPLEMENTARIOS
Hemograma:
Valores obtenidos Valores de referencia
Hematocrito = 35 % 30 – 45 %
Eritrocitos = 5,620 x 106/mm3 5 – 10 x 106/mm3
Leucocitos = 6 x 103/mm3 5 – 14 x 103/mm3
Neutrófilos en banda = 0 % 0 – 3 %
Neutrófilos = 70 % 60 – 77 %
Linfocitos = 20 % 15 – 35 %
Monocitos = 5 % 2 – 5 %
Eosinófilos = 5 % 2 – 7%
Perfil bioquímico:
Valores obtenidos Valores de referencia
Urea = 35 mg/dl 15 – 45 mg/dl
Creatinina = 1,51 mg/dl Hasta 2,1 mg/dl
GPT = 40 UI/l Hasta 80 UI/l
FAS = 200 UI/l Hasta 100 UI/l Adultos
Hasta 200 UI/l Cachorros
INTERPRETACIÓN CLÍNICA PATOLÓGICA
Los hallazgos obtenidos durante la inspección, anamnesis y métodos
complementarios, (hemograma y perfil bioquímicos, ambos normales), nos
indican la presencia de Megacolon. Diagnóstico presuntivo: Megacolon
congénito. Los propietarios del gatito, por motivos de costo y situación
personal, no autorizaron la realización de radiografías o más estudios
además de los ya mencionados. Por este motivo, no pudimos confirmar
radiológicamente, como indica la bibliografía, la presencia de megacolon.
TRATAMIENTO
Se indica tratamiento médico. En caso de no resultar efectivo, se procederá
al tratamiento quirúrgico: Colectomía/Colonostomía subtotal.
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Tratamiento médico:
Se procedió a instaurar tratamiento terapéutico, que constó en la
administración de dexametasona (0,1 – 0,3 mg/kg subcutánea cada 24 hs)
para disminuir inflamación, trimetoprim sulfadimetoxina (1 – 2 ml/10 kg
subcutáneo cada 24 hs) como antibioticoterapia preventiva. Ambas drogas
durante tres días. Además se realizaron enemas para evacuar la materia
fecal, primero con vaselina y luego con Coca Cola®.
Al cabo de una semana no fue posible mejorar el cuadro del animal, si bien el
apetito y sensorio eran normales, tras la realización de 9 enemas durante ese
período el paciente continuaba manifestando obstipación siendo incapaz de
defecar voluntariamente. Se mostraba reticente a ser tomado en brazos por
el personal pues ya asociaba este hecho a la administración de enemas.
Ante la imposibilidad de revertir el cuadro de constipación-obstipación se
decidió, una semana más tarde de instaurado el tratamiento paliativo,
proceder a realizar la cirugía.
Tratamiento quirúrgico:
Colonostomía subtotal preservando válvula íleo-cecal.
Se hizo realizar al paciente un ayuno 24 hs al momento de la cirugía. Pesaba
0,570 kg.
Protocolo anestésico: A modo de sedación y anestesia se administraron 1 ml
de acepromazina (10 mg/kg) por vía intramuscular (IM) y 0,4 ml de ketamina
(50 mg/kg) vía intramuscular.
Se realizó la sujeción del felino a la camilla, colocándolo en posición decúbito
dorsal. Tras una tricotomía amplia (xifo-púbica) se procedió al lavado con
clorhexidina del campo quirúrgico, embrocación y colocación de los paños de
campo.
La incisión se realizó a través de la línea media incidiendo piel, tejido
subcutáneo y finalmente línea alba usando como guía una sonda acanalada.
Una vez dentro de cavidad abdominal, se exploró para la localización de los
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órganos y la visualización de anomalías. Una vez localizado el colon, se
detectó el segmento afectado y se valoraron los segmentos viables que
podrían preservarse. Se ligaron las arterias y venas: cólica izquierda, cólica
media y cólica derecha, rama cólica (de la ileocólica), mesentérica caudal y
rectal craneal.
Mediante el uso de fórceps intestinales atraumáticos (pinzas Doyen) se
ocluyó el lumen intestinal y un segundo par de pinzas se utilizaron para aislar
el segmento colónico enfermo para que al retirarlo no se perdiera contenido
intestinal contaminando la cavidad abdominal. Con tijera de Metzembaum se
realizó el corte en el espacio que quedó entre las pinzas que aislaban el
intestino sano del enfermo. De esta forma quedó liberado el segmento
afectado y fue retirado del cuerpo del paciente.
Con Nylon® 0,25 mm se procedió a realizar la anastomosis de los segmentos
viables mediante un patrón simple continuo, atravesando todas las capas de
la pared, y un refuerzo de puntos en x con peritonización. (Si bien la
bibliografía indica suturas absorbibles para estos procedimientos, el cirujano
ha tenido muchas complicaciones con este tipo de suturas como fugas de
contenido y peritonitis; viéndose solucionado este inconveniente mediante el
uso de material no absorbible como el Nylon®).
Se comprobó inyectando solución fisiológica en colon y ejerciendo leve
presión manual, que no hubiera fuga de líquido a través de la sutura.
Se realizó lavaje de la cavidad abdominal con solución fisiológica y luego se
procedió a la síntesis de cavidad abdominal, (tras realizar cambio de
instrumental contaminado por instrumental estéril), con Nylon® 0,28 mm,
patrón continuo para la síntesis de línea alba y tejido subcutáneo y finalmente
puntos simples para piel. Luego se procedió a la limpieza y asepsia de la
herida.
Como medicación post quirúrgica se administró 0,1 ml de triamcinolona
(0,11–0,22 mg/kg) por vía subcutánea como única dosis y 0,5 ml de penicilina
– streptomicina (0,5 ml por animal) subcutánea única dosis.
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PRONÓSTICO
Generalmente los pacientes responden al tratamiento médico siendo favorable
el pronóstico. En los casos que requieren cirugía; los animales adultos, (que
son aquellos que más sufren de Constipación-Obstipación-Megacolon) el
pronóstico suele ser favorable también. En el caso de un cachorro tan joven
como Teseo no se tenía información ni bibliografía disponible a modo de
antecedente.
EVALUACIONES DE SEGUIMIENTO
Teseo se recuperó rápidamente. A las 48 hs post cirugía se podía apreciar un
gatito alerta, con apetito, que jugaba, ronroneaba, orinaba en forma normal,
etc. Se lo alimentó con queso crema, leche y más adelante con un balanceado
comercial húmedo.
El paciente, defecó en su bandeja sanitaria, siendo en un principio las heces
muy blandas. Al cabo de una semana se observó que el animal tenía
inconvenientes para evacuar totalmente el recto.
EVOLUCIÓN Y RESULTADOS TERAPÉUTICOS:
Hacia el final de la primera semana post operatoria el paciente comenzó con
complicaciones. Si bien voluntariamente se dirigía a sus piedritas, y adoptaba
la posición de defecación, se acumulaba materia fecal en zona rectal y anal
que solamente podía extraerse con ayuda del personal veterinario mediante
extracción manual.
El animal presentaba sensibilidad en zona perineal y anal y los reflejos
nerviosos eran normales. Sumado a este inconveniente, materia fecal blanda
era eliminada constantemente lo que llevaba a que el animal manchara su
pelaje, su canil, piso de la veterinaria, toda la litera de las piedritas, al personal
veterinario, etc. Con el consecuente olor, que se percibía en toda la veterinaria.
Varias veces al día se tomaba a Teseo en brazos para asearlo especialmente
tren posterior, pero en muchas ocasiones directamente bañarlo ya que todo su
cuerpo, incluida la cabeza se encontraba con restos de excretas.
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Esta situación de lavado constante (aproximadamente 1 vez cada 4 horas)
llevó a que nuevamente (como en el caso de los enemas) el animalito se
mostrara reticente a ser tomado en brazos por el personal ya que asociaba
este hecho con los baños.
Se decidió rasurar tren posterior para evitar que se retengan excretas en el
pelo y además facilitar la higienización del animal. La maceración de la piel,
ocurrida por el constante contacto de la materia fecal con la piel y pelo, causó
dermatitis y úlceras en mucosa anal, zona perineal, patas traseras y punta de la
cola.
Transcurrido un mes luego de la cirugía, manteniéndose la situación antes
mencionada, pese al buen apetito, temperamento normal y activo; el paciente a
pesar de ya haber cumplido 3 meses de vida seguía manteniendo el aspecto
de un gatito de un mes. Era incompatible con una aceptable calidad de vida el
hecho que el animal constantemente se manchara con heces, con todo lo que
esto implicaba, sumado a que sería un animal que requiriera atención humana
constante dificultando su adopción.
Nuevamente comenzó a haber distención abdominal, vasos del vientre
marcados y a la palpación heces retenidas. A pesar del esfuerzo, ante el
detrimento en la calidad de vida del felino, se tomó la determinación de realizar
la eutanasia. El tiempo normal para que el intestino se adaptara y funcionara
correctamente se había cumplido y no había mejoría alguna. El día programado
para la eutanasia, Teseo presentaba anorexia total de líquidos y sólidos desde
el día anterior y depresión del sensorio muy marcada.
Se decidió realizar la necropsia para descartar cualquier error en la cirugía, o
causas posibles de complicaciones. Durante el procedimiento, pudo apreciarse
que las paredes intestinales y mesenterio se hallaban excesivamente
congestionadas, los vasos presentaban color rojo oscuro (Figura 4).
Nuevamente en la porción remanente de colon se encontró materia fecal
retenida, en esta ocasión no era muy sólida (Figura 5). Se halló renomegalia
correspondiente al riñón derecho (Figuras 6 y 7).
30
Cuando se lo incidió se evidenció hidronefrosis, con gran contenido de líquido.
Con el fin de descartar la presencia de cálculos o agenesia del uréter
correspondiente al riñón derecho, se colocaron pinzas hemostáticas en uréter
izquierdo y uretra. Con una jeringa cargada con solución fisiológica y
fluoresceína se instiló líquido en vejiga, se realizó una leve presión manual y no
se observó que líquido escurriera en riñón derecho. Hecho que sí ocurríó al
liberar el uréter del riñón izquierdo. Se asume que una agenesia del uréter
derecho fue la causa de la hidronefrosis.
Figura 4: Hallazgo de necropsia: Obsérvese congestión y tamaño aumentado de las asas
intestinales. Puede apreciarse la cola, zona anal, perianal, y pélvica completamente manchada
con heces y piedritas sanitarias adheridas.
31
Figura 5: Hallazgo de necropsia: Vasos totalmente congestionados y enrojecidos en asas
intestinales y mesenterio. El veterinario sostiene el remanente de colon tras la cirugía,
distendido y acumulando materia fecal nuevamente.
Figura 6: Nefromegalia., obsérvese el tamaño del riñón derecho en comparación con el tamaño
de la cavidad abdominal del animal (de por sí distendida por la obstipación y congestión de los
órganos).
32
Figura 7: Renomegalia en riñón derecho: El cirujano posiciona al riñón para ser incidido y
examinar su interior.
DISCUSIÓN
No es frecuente realizar colonostomías/colectomías subtotales en animales
jóvenes y mucho menos en un felino de 2 meses de edad. Además, si no se
genera megacolon, suele tratarse de forma médica no necesitando cirugía. Los
casos de megacolon congénito o megacolon secundario a hipotiroidismo
congénito suelen responder inicialmente al tratamiento no quirúrgico; y en el
caso del hipotiroidismo a la terapia con T4.
Esto ha llevado, a que no se disponga de bibliografía, trabajos o incluso
experiencia de otros veterinarios en colonostomias subtotales en pacientes de
tan corta edad. Existen publicaciones donde se citan de forma novedosa
colonostomías subtotales en gatos jóvenes; cuyo animal más joven presentaba
9 meses de edad (Marcos y Rodríguez, 2011).
El hallazgo de hidronefrosis en riñón derecho y agenesia de su correspondiente
uréter, nos lleva a pensar que tal vez dicha teratogenia era combinada y
complicó el cuadro postoperatorio. También se notó la disminución en la
calidad de vida y su condición corporal demasiado pequeña para la edad del
animal y raza.
33
Por lo antes mencionado, los hallazgos de necropsia que indican teratogenia
nos hace sospechar aún más de un megacolon como consecuencia de
hipotiroidismo congénito donde en felinos de 8 semanas de vida (como Teseo)
los signos característicos mencionados en la bibliografía consultada son: menor
tamaño que los hermanos de camada y menor tamaño para la edad del animal
sumado a distención abdominal por retención fecal y megacolon.
Recordemos que se trataba de un cachorro felino de un criadero de raza
Bosque de Noruega, no hay muchos en Argentina esto dificulta que los
criadores puedan disponer de ejemplares variados para reproducción, lo que
lleva a que reproduzcan los mismos machos y hembras, muchas veces
reponiendo el plantel de reproductores con crías. Esta endogamia (inbreeding)
lleva a que aumenten las probabilidades de padecer teratogenias en las
descendencias. Ya que muchas de estas patologías congénitas están
asociadas a genes recesivos.
De la misma forma en que se procede con felinos adultos con cuadros de
constipación, obstipación y megacolon, se instauró un tratamiento médico a
base de enemas y laxantes y se intentaron descartar causas primarias de la
patología. Ante el fracaso de dicho tratamiento y estar en presencia de un
animal sin otra alteración, ya que a la inspección clínica y análisis de
laboratorio realizado no se encontraron anomalías, se procede a realizar el
tratamiento quirúrgico.
Podría haberse utilizado como protocolo anestésico: butorfanol 0,2 – 0,4 mg/kg
vía SC o IM, a modo de premedicación. Propofol 4 – 6 mg/kg EV, para realizar
la inducción. Y como mantenimiento de la anestesia Isoflurano (Fossum, 2009).
CONCLUSIÓN
La descripción del presente caso clínico nos plantea algunos interrogantes. Ya
que es, un ejemplo de cómo los veterinarios día a día deben arribar a un
diagnóstico presuntivo y a un diagnóstico definitivo (cuando es posible), con tan
pocos elementos. Ya que, como en esta situación, muchas veces los
propietarios, por diversos motivos, no pueden realizar todos los estudios
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complementarios necesarios. Esto lleva a que debamos tratar los signos sin
saber realmente la noxa en cuestión, sobretodo en patologías complejas y de
etiologías tan variadas como lo es el caso de constipación, obstipación y
megacolon.
Nuestra sospecha fue de Megacolon congénito. Pese a la gran dilatación que
presentaba el segmento colónico extraído durante la cirugía, para confirmar el
diagnóstico (o descartar la presencia de megacolon), el correcto proceder es
realizar una radiografía latero–lateral abdominal, y comparar el diámetro
colónico con el largo del cuerpo vertebral de la séptima vértebra lumbar. En
nuestro caso, no pudimos acceder a la posibilidad de realizar dicha radiografía.
Tampoco, fue posible realizar un segundo hemograma completo, medición de
colesterol, y mucho menos acceder a la medición de T4 y TSH canina para
descartar un posible hipotiroidismo congénito felino; nuestro segundo
diagnóstico presuntivo.
Nos es difícil evaluar la eficacia de la colonostomía subtotal como parte del
tratamiento. Porque en este caso particular, si bien hubo una mejoría inmediata
post cirugía, luego hubo un detrimento en la calidad de vida del animal que
llevó a la decisión de realizar la eutanasia.
Se nos informó que del mismo criadero, otro miembro de la misma camada que
Teseo, había fallecido, presentando un cuadro también de obstipación severa
con distención abdominal por retención fecal. Si bien no pudimos inspeccionar
al felino en cuestión, realizar necropsia, ni obtener datos acerca de la causa de
muerte; este hecho refuerza la teoría que estamos en presencia de una
patología relacionada a la endogamia (Inbreeding).
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