Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana Temas ...ras son una unidad estructural...

Desarrollo Fronterizo e

Integración Latinoamericana

Temas seleccionados de un Entorno Complejo

Dr. Víctor InciarteEditor

©Víctor Inciarte - 2016.©RINDEFIL - 2016.

I Simposio Internacional de Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana - Maracaibo 2016

ISBN: 978-980-7723-24-4Deposito Legal: ZU2016000195

Editor: Víctor InciarteE-mail: [email protected]: +584124191740Maracaibo – Venezuela

Editorial INVER-E-GROUP VENEZUELA C.A.Maracaibo – Venezuela.

TODOS LOS DERECHOS RESERVADO.

5

Víctor InciarteEditor

PresentaciónEl enfoque convencional de fronte-

ras está cambiando como consecuencia del proceso de globalización. Las fronte-ras son una unidad estructural comple-ja, donde los países tienen sus demar-caciones nacionales formales, reflejadas en sus límites geográficos consagrados en la constitución de cada nación. Ac-tualmente, el crecimiento demográfico en el área fronteriza va acompañado de mayor movilidad, como consecuencia de la integración e intercambio económi-co, comercial, tecnológico, cultural, am-biental, sociológico y antropológico. De modo que, las comunidades fronterizas son dinámicas con la responsabilidad social de concretar el metabolismo bina-cional, donde adquieren fuerza, respeto e impulso para el crecimiento de ambas naciones en beneficio de su ciudadanía.

La frontera dinámica entre nacio-nes como la Colombo/venezolana, se-gún la Comunidad Andina de Naciones. CAN, muestran diversos encuentros aca-démicos con seminarios internacionales realizados en el Centro de Fronteras e Integración (CEFI) de la Universidad de Los Andes, ULA, Mérida (1998), Ciudad de México,(1999) y un tercer seminario internacional (1999) en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la ULA, (Venezuela), permitió definir con

Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana. Temas Seleccionados en un Entorno Complejo

6 7


sistemas que enlazan las fronteras co-lombo – venezolana. Vale destacar, las cuencas altas están situadas en territo-rio colombiano, por tanto, el agua potable que llega a las ciudades del occidente del país, proviene del territorio Colombiano. De ahí que, el cuerpo de agua del Lago de Maracaibo, ha articulado los espacios geográficos y ha determinado el rumbo de navegación y comercio exterior, desde la época colonial, ya que la ruta del mag-dalena era difícil y por eso los tunjanos y pamploneses utilizaron la vía del lago para sacar la mercancía hacia la cuenca caribeña y el resto del mundo.

Este libro digital está conformado un conjunto de ponencias que permiten al lector reflexionar sobre los esfuerzos y acciones; en cada postura los escrito-res comprenden el proceso de construc-ción de la nueva visión de las fronteras enfrentando desafíos en la búsqueda de bienestar de sus habitantes.

Es un honor, hacer la presentación de este libro, el cual, plasma, la estir-pe del conocimiento y sabiduría de los autores, donde, hacen el esfuerzo para construir un camino apropiado que per-mita difundir la proyección del Centro de Estudios Latinoamericanos y Caribeños, CEELA en beneficio de la colectividad. En atención a esta responsabilidad aca-

más precisión algunos elementos me-todológicos y teóricos”. De modo que, la articulación globalización, integración y frontera se establece por considerarlos parte integral del proceso económico, político y social que determina de forma compleja las relaciones sociológicas en-tre pueblos proyectados al siglo XXI.

Actualmente, la tendencia es que las fronteras tengan integración, movili-dad y los países están dispuestos a asu-mir el reto de la integración, sin embargo, en el escenario real surgen diferencias, tal como lo señalan: Álvarez, Giacanone y Sandoval.(s/f,24) “el peso de los obstá-culos geográficos, las carencias infraes-tructurales, las diferencias ideológicas, políticas e institucionales, todo lo cual refuerza aún más la oposición abierta a las concepciones lineales, presentan a la integración latinoamericana como una panacea que por sí misma y de modo automático promueve el crecimiento, la modernización y el bienestar dentro de la región”. Para concretar la relación de interdependencia y asociación en bene-ficio común de los pueblos de la franja fronteriza.

En correspondencia con lo anterior, es necesaria una visión integral sobre la protección ambiental; especialmente de los asentimientos seculares en los eco-


8 9


que aprendamos con los demás y de los demás, donde, esté implícito un auténti-co diálogo horizontal, problematizado, de comunicación, e interconexión, que con-duzca a la preparación de la gente para hablar con actitud crítica, para así re-flexionar e intercambiar ideas y accionar políticas, aun cuando sean divergentes. Por tanto, se recomienda, para impulsar el diseño de un modelo de desarrollo e integración fronteriza del hombre y para el hombre conformado por siete aspec-tos.

De la misma manera, Linda Yin-cón, disertó sobre: Reflexión sobre la In-tegración Fronteriza en América Latina a partir de las propuestas de desarrollo. Perspectiva Colombo-venezolana. En América Latina la experiencia integra-cionista se manifiesta en una cantidad de instrumentos y protocolos derivados, de orden bilateral y acuerdos de comple-mentación. El objetivo fue realizar una reflexión sobre integración fronteriza, a partir la concepción sobre el papel de las fronteras dentro del proceso de inte-gración y vinculado con propuestas de desarrollo, con lo cual queda planteada una frontera empeñada en su papel arti-culador. En este sentido, con el desarro-llo fronterizo se quiere indicar la incor-poración de las fronteras al patrimonio activo de cada país, orientado median-

démica, el Vicerrectorado Académico, el CEELA e Inversiones INVER- GROUP VENEZUELA. C A. tienen el placer de presentar a la comunidad universitaria del país, el volumen I, del Simposio In-ternacional de Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana. Donde se muestran 12 conferencias que presenta-mos a continuación.

Con la ponencia de Nebis Acosta y Élita Rincón, conferenciaron sobre, De-sarrollo, fronteras e integración desde la perspectiva compleja del pensamiento. Esta tiene como objetivo analizar, re-flexionar y socializar sobre los desafíos, contribuciones y compromisos que des-de la academia y la sociedad se tiene. Parte del paradigma de la complejidad del pensamiento, vinculando de forma transdisciplinaria, el concepto de fronte-ra e integración como parte integral del proceso de desarrollo. Puntualizando que la investigación es documental des-criptiva. Llegando a la conclusión, que el desarrollo de la ZIF depende de la volun-tad de la alta política de los gobiernos, del entendimiento entre ellos, se debe continuar con el trabajo colectivo des-de abajo, desde las universidades, orga-nismos públicos, privados, desde la so-ciedad civil para enfrentar ese desafío y lograr, la puesta en práctica de una inte-gración fronteriza. Un trabajo colectivo,


10 11


con el gobierno de Guyana violando el Derecho Internacional, al iniciar labores de perforación en aguas en disputa. Vale destacar, la reclamación del territorio Es-equibo toma ahora mayor importancia, pues no solo se trata de territorio y mar, sino del capital natural de la zona. El Esequibo, comprende un 159.500 km2 de territorio rico en recursos minerales y una estratégica zona marítima abun-dante en recursos energéticos, causante de la disputa entre Venezuela y Guya-na. En1999, Guyana otorgó de manera unilateral tres concesiones a compañías petroleras internacionales en áreas ma-rinas y submarinas correspondientes a la Zona en Reclamación y al Delta Ama-curo. Llegando a la conclusión que, el Golfo de Venezuela, es una reserva de recursos energéticos que en algún mo-mento en el futuro será motivo de discu-sión entre Venezuela y Colombia.

Por su parte, Belín Vázquez, ase-sora del CEELA, disertó: Memoria His-tórica y Desarrollo Fronterizo, con el objetivo de esbozar algunos escenarios que originan el itinerario de una parti-cular memoria histórica y su desarrollo fronterizo; concretamente, un recorrido histórico por el espacio transfronterizo del lago de Maracaibo. Junto a los pro-cesos monárquicos se fue conformando un tejido sociocultural y económico en

te iniciativas nacionales conjuntas que responden a objetivos y estrategias in-tegrales, vinculadas sobre todo al desa-rrollo humano. Con la conclusión, que la permanente evocación conflictiva en-tre Colombia y Venezuela se manifiesta como consecuencia de la falta de políti-cas concertadas, con la suficiente deter-minación para intervenir en el espacio fronterizo -con perspectiva de desarrollo concreto-. No han sido suficientes las buenas intenciones y los discursos de hermandad, donde los memorándum de entendimiento quedan como letra muer-ta. La descripción de las condiciones en los ámbitos fronterizos revela la falta de presencia estatal, ante la escasa infraes-tructura y limitaciones en los servicios básicos; el efecto es la desolación en la frontera, lo cual ha favorecido las diná-micas al margen de la ley que distorsio-nan la calidad de la relación binacional en función de la unidad.

Por su parte, César Prieto, asesor e investigador del CEELA, escribió sobre: El petróleo y los problemas fronterizos de Venezuela, donde plasma el rol del petróleo y su inherencia en los proble-mas de la frontera Venezolana. Reciente-mente, transnacionales del petróleo y la principal la Exxon Móvil, ante la certeza de la existencia de ese hidrocarburo en el territorio en reclamación, se confabuló


12 13


hasta alcanzar entornos societales glo-balizados, enfocando dos categorías: la supranacionalidad y la infranacionali-dad donde, ambos conceptos dependen de la profundización de la globalización y la integración regional. De manera que, la dinámica social ha generado que la política en los entornos integrados ten-gan aspectos sensibles de cuáles deben ser las necesidades a considerar para generar el desarrollo del país. Asimismo, la supranacionalidad puede generar un ambiente propicio para la discusión y la negociación. Si bien es cierta, la creación de instituciones supranacionales deben responder a una política consensuada, donde las organizaciones infranaciona-les se vinculen de manera transparente, incluso los líderes, direccionado su ac-cionar hacia el beneficio común.

Por otro lado, María Govéa, conver-só sobre, Derechos Humanos y fronteras. La interpretación del estado territorial lo concibe como la unidad de dominación independientemente en el interior y ex-terior que actúa de modo continuado a través de los medios de poder propios y determinar en lo personal e institucio-nal, una locación de control y ordena-miento de unos con respecto a quienes no formen parte del estado. Ahora bien, en realidad no se puede establecer la conformación de modelo de estado en

torno al lago de Maracaibo, sus afluen-tes, el camino real y sus troncales. Que desde tiempos remotos fue ocupada por grupos indígenas que habían sido es-pacio de articulación e intercambio. De ahí que, el afianzamiento de las redes de poder estimuladas por la creciente pro-ducción y comercialización del café en la región transfronteriza lacustre da cuen-ta que las aspiraciones autonomistas o separatistas, eran movilizadas por los movimientos hegemónicos de la geopo-lítica del poder imperial que interactua-ban con las élites sociales y políticas, locales como regionales. Llegando a la conclusión, que no se trata de las visua-lidades descritas por las “verdades na-turalizadas” sobre las fronteras, sino las que refieren a las tramas entretejidas en una madeja, que coligadas al accionar de intereses geopolíticos, evidencian la dinámica de una historicidad que emer-ge y se consolida en el marco de las re-laciones socio económicas y políticas de una nación.

En la misma área, Víctor Inciarte, explicó, Los conflictos de intereses y los efectos de la supranacionalidad sobre los espacios integrados. Dado que, los procesos inherentes a la internacionali-zación visto como el mecanismo a través del cual toda actividad está orientada a romper barreras geográficas glocales,


14 15


frontera virtual basada en los discursos de políticos y militares. La regionalidad se superpone y las relaciones intercultu-rales desdibujan el límite geopolítico. Los especialistas en el área coinciden que es el de mayor dinamismo social, cultural y económica en América del Sur. Esta franja da cuenta de lo multicultural y di-verso.

Los niños, niñas y adolescentes en su mayoría pertenecen a las filas de los contendientes armados: Según, el Ins-tituto Colombiano de bienestar familiar Codhes y Unicef (2006), existen alrede-dor de 2000 menores en la guerrilla y 3000 vinculados con grupos paramilita-res. En las zonas de conflicto la infancia no posee ningún valor de vida se con-vierten en receptores pasivos de rencor, intolerancia, falta de solidaridad, ética y dignidad humana. También, en Colom-bia hay violencia intrafamiliar, compro-bado científicamente que un menor pro-veniente de un hogar violento tiende a reproducir comportamientos agresivos. Llegando a la conclusión que, los me-nores han socializado en la guerra, ge-nerando consecuencias psicológicas por causas del conflicto armado. De ahí que, las posibilidades de juego, educación y vida sociable se reducen a una habita-ción compartida por familia en condicio-nes de hacinamiento alterando drástica-

particular, ni identificar una matización de algunas de estas concepciones, se debe estudiar el fenómeno socio político que ha ocurrido y está sucediendo en los arreglos de miembros de un grupo so-cial. El proceso de globalización pone en crisis la teoría sobre la soberanía porque el Estado-Nación no consigue controlar y proteger el territorio y menos garantizar la legitimación de sus decisiones y poder con el fin de proyectar un proyecto polí-tico. En las fronteras terrestres, maríti-mas y aéreas del mundo, los migrantes sufren discriminación, decisiones arbi-tradas, violencia de género, tortura y de-tenciones arbitrarias, entre otros. Como conclusión, la comisión Interamericana de derechos humanos actualmente reci-be denuncias de violaciones de derechos fundamentalmente, de nacionalidad y ciudadanía, así como derechos civiles y otros derechos de índole social, como el derecho a la educación y al trabajo.

Consecutivamente se encuentra, Marlyn Martínez Manotas, conferenció sobre, Juventud, maltrato y frontera: Violencia en frontera Colombo-Vene-zolana. Tiene como objetivo estudiar la frontera Colombo-Venezolana desde el modo de vida de sus habitantes. La te-mática fronteriza ocupa un espacio en los medios de comunicación en ambas naciones. Tanto, que se ha creado una


16 17


poblaciones segregadas de la sociedad a actividades productivas empresariales siendo uno de los caminos para mejorar la movilidad social en la comunidad.

De igual manera, Nayeska Pérez, conferenció sobre, Comercio transfron-terizo y los desafíos ante la opacidad administrativa. El objetivo fue evaluar el impacto que genera el comercio trans-fronterizo en las economías de la región. Con el fin de mejorar las condiciones de vida de la zona fronteriza es necesaria la inclusión de proyectos centrados en dis-minuir los rezagos de infraestructuras y servicios ambientales de ambos lados. Llevar a cabo el comercio transfronteri-zo de manera efectiva es necesario tener opciones de financiamiento para estruc-turas catalogadas como bonos de obli-gación general, impuestos, contratos con la empresa privada, entre otros. Sin embargo, el comercio transfronterizo no tiene la capacidad de generar recursos suficientes para cubrir las fallas y se crean los grupos de compartir coope-rativo, equivalente al cambio de recur-sos que crea el comercio transfronteri-zo, mediante impuestos que benefician a ambas ciudades. Ante esta situación, se requiere un marco de planeación transparente evitando la opacidad de la gestión pública; donde la planeación transfronteriza pueda presentar como

mente su medio urbano social.

Así mismo, Ciro Labarca, expu-so, Actitud emprendedora en el entorno fronterizo para la creación de nuevas organizaciones. La investigación bus-ca identificar los aspectos que influen-cian la determinación de oportunidades profesionales nuevas para las personas del sector fronterizo. Un emprendedor es una persona capacitada para detec-tar oportunidades creando empresas, espacios de desarrollo y crecimiento. La implicación de la zona fronteriza en el fomento de la cultura emprendedora representa una realidad emergente, una posición privilegiada al momento de lle-var a cabo las actividades, para impulsar con fuerza la aparición de nuevas ideas.

La actitud emprendedora en el en-torno fronterizo se centra en el compor-tamiento de las personas, basado en lo que sabe, debe o que hace, determinan-do sus capacidades, habilidades expe-riencias y comportamientos. En la zona fronteriza del territorio nacional la única forma que puede desarrollar una acti-tud emprendedora exitosa es aprender haciendo y aprender emprendiendo, in-crementado las actitudes, desarrollan-do inteligencia emocional y educando para competir. También hay que incluir el poder femenino, el indígena y demás


18 19


terizo y control del contrabando median-te políticas de coordinación entre ambos estados. Otro aspecto importante fue el cierre de la frontera que dejó un saldo poco favorable para ambas naciones. Del lado Colombiano, se detectó alta de-pendencia de la economía de Venezuela, en Cúcuta, el 80% del combustible pro-viene del contrabando de extracción que genera 800 millones de dólares anuales; una alta tasa de informalidad laboral de 69,9%, alta tasa de desempleo 16%; ba-jos niveles educativos 38% y 39,9% de la población en pobreza.

Por otro lado, Juan Pirela, diser-tó sobre Petrocaribe como epicentro del desarrollo energético en los sistemas fronterizos. Centró su investigación en analizar económica y políticamente el acuerdo de Petrocaribe como epicentro del desarrollo energético en los siste-mas fronterizos. Los elementos del plano político de petrocaribe, se inscribe bajo una planificación de políticas públicas que cubre dimensiones de política ener-gética, exterior, fomento de integración regional, basada en la internacionaliza-ción económica venezolana. De ahí que, el Estado se concentra en afianzar la re-cuperación de su participación para dis-minuir los costos que resultan de las po-siciones estructurales de los países que desfavorecen a los países de la región.

los planes a nivel local-local afrontando retos en la esfera pública. De ahí que, los gobiernos están en la obligación de rendir cuentas del dinero percibido, por ello las irregularidades registradas sobre la administración pública debe conlle-var a desligar las responsabilidades de los funcionarios que afectan las finanzas públicas del país para su beneficio per-sonal.

Continuando con la temática fron-teriza, los autores, Rosalba Linares y Heriberto Gómez, versaron sobre, Con-trabando de extracción y Desarrollo Fronterizo. El contrabando de extrac-ción en la frontera venezolana se ha in-crementado al punto de desestabilizar la economía del país con características inusitadas que se asocian a estructu-ras económicas ilegales organizadas por bandas criminales y que el gobierno de Maduro asocia como parte de la guerra económica que se aplica al territorio ve-nezolano. La realidad fronteriza está in-mersa en una profunda polarización po-lítica, crisis económica y financiera junto al creciente estrés social, resultante del contrabando de extracción y ausencia de políticas fronterizas. Sin embargo, el cierre de la frontera con Colombia ha arrojado cambios positivos en la cons-trucción de una política de fronteras que avanza al restablecimiento del paso fron-


20 21


las diferencias socioeconómicas imprime inestabilidad de los suministros al mer-cado más grande el de Estados Unidos de América. La disponibilidad de recur-sos minerales y naturales es la oportu-nidad de diversificar los procesos para su aprovechamiento técnico científico extensible a las ramas del procesamien-to propias de la industria y los servicios, bajo una concepción de desarrollo sos-tenible que permita a la presente y fu-turas generaciones el desarrollo huma-no, intelectual y productivo, es decir, un ecosocialismo factible desde el punto de vista económico, político y social.

Altamente agradecida a los auto-res que presentaron los productos de su investigación y esgrimieron lo mejor desde la diversidad de los saberes para compartir espacios académicos con los investigadores y la comunidad.

Dra. Dalia Plata de PlataInvestigadora CEELA/LUZ

Ante dicha situación, hubo preocupa-ción, dado, que el epicentro energético adquirió espacios centrales en la agenda regional; de modo que, los gobiernos se han enfocado en reforzar la búsqueda de elementos externos o internos direccio-nados a políticas de subsidio o ahorro energético. En este sentido, Petrocaribe se conoce como una alternativa que ha-ciendo frente al alza de los precios petro-leros y sus derivados; permitió el diálogo para reducir la dependencia petrolera así como la estrategia de diversificación de la oferta energética para promocionar la energía renovable.

Cerrando el ciclo de ponencias, Carlos Añez expuso, Petróleo e integra-ción: ¿Cuál desarrollo y para qué? El reto fundamental de la Venezuela del presente consiste en superar la dicoto-mía, capitalismo y extractivismo, enfo-cada al desarrollo de las fuerzas produc-tivas con diversas interrogantes. En el último decenio América Latina, realizó el pasaje del consenso de Washington asentado sobre la valorización financiera al consenso de los commodities, basado en la exportación de bienes primarios a gran escala. Dentro de los commodities el petróleo posee la mayor demanda in-dustrial, conformando un mercado volá-til donde los factores políticos tiene un papel crucial en América Latina, donde,

Memoria Histórica y desarrollo fronterizo1

Dra. Belin VázquezDocente Jubilada - LUZ - Venezuela

Doctora en Historia de América Univ. Complutense de Madrid

[email protected]

25


Introducción.

Escapa a nuestro propósito detener la atención en los debates críticos acer-ca dela mirada fija y homogénea que du-rante mucho tiempo acompañó a estu-diosos de los espacios fronterizos.

Pese a que las fronteras han sido asumidas como los límites fijados en resguardo de protección defensiva, ho-yes paradigmática la aseveración de su historicidad, por cuanto son y han sido el resultado de una “construcción socio histórica”. (Rajchenberg y Héau-Lam-bert, 2007: 41).

Esta historicidad no niega la exis-tencia de las líneas fronterizas (border line), establecidas por cada estado-terri-torial para delimitar, controlar y sepa-rar, pero sí coloca el énfasis en la pre-sencia de espacios históricos regionales con sus temporalidades diferenciadas. De igual manera, las dinámicas de es-tos espacios han derivado de la fluidez

1 Excepto otros autores citados, lo referencia-do procede de los siguientes trabajos de nues-tra autoría: “La región fronteriza zuliana en el contexto de la geopolítica imperial”; “Esta-do territorial, fronteras y territorialidades”; El puerto de Maracaibo: elemento estructurante del espacio social marabino, siglo XVIII y La realidad política de Maracaibo en una época de transición, 1799-1830.


26 27


zación.(Valero Martínez, 2009).

Dinamizada la historicidad por es-tas condiciones y sus propias dinámi-cas, la trama multifactorial de las redes transfronterizas es originada por la co-nectividad generada en los territorios de frontera, “que liderados por ciudades localizadas en cada lado, sirven de in-terconexión con sus entornos, favorecen las interacciones y articulan los espacios en sus híbridas derivaciones transfron-terizas”.(Valero Martínez, 2009:8).

¿Fronteras o espacios transfronteri-zos?

Con fundamento en lo antes ex-puesto, aspiramos dar respuesta a esta interrogante desde los siguientes su-puestos:

* La historia de los territorios de frontera remite a contextualizar-los en múltiples y complejas rela-ciones de poder, amalgamadas a estrategias geopolíticas de domi-nio que coexisten con la histori-cidad no controlada por el estado

* La permeabilidad de escenarios naturales favorece esta conectivi-dad entre espacios separados por

de las interdependencias relacionales entre lo local-regional-nacional-fronteri-zo-transfronterizo-global. (Viales Hurta-do, 2010).

Si bien los trazados de líneas fron-terizas hacen parte de la memoria his-tórica hegemónica oficializada por los estados, la realidad que desborda de sus límites político-territoriales remite a plantear que las memorias históricas delas áreas fronterizas, situadas a uno y otro lado de la frontera lineal, son po-sibilitadas por la historicidad relacional e interdependiente “donde los estados concernidos han perdido el control”. (Gi-ménez, 2009:24).

Durante su transcurrir, dicha his-toricidad le confiere particulares ca-racterísticas a la memoria histórica de aquellos territorios que, durante la do-minación colonial, fueron demarcados sobre el dominio, ocupación y apropia-ción de ancestrales territorios indígenas y los accesos naturales de accesibilidad por agua y tierra. Entre otras condicio-nes que han favorecido su desarrollo, destacan: los vínculos históricos en los procesos de ocupación y poblamiento; los cotidianos intercambios y desplaza-mientos de mercancías y personas; las potencialidades de explotación económi-ca y las ventajas espaciales de su locali-


28 29


tructuras político-administrativas que cumplían funciones políticas, civiles, ju-rídicas, militares y fiscales: audiencias, virreinatos, gobernaciones provinciales, corregimientos, entre otras. Eran órde-nes jerarquizados de poder y de jurisdic-ción que funcionaban como mallas en-trelazadas a los nudos producidos con el surgimiento de las primeras ciudades, villas, pueblos, puertos y el trazado na-tural de redes acuáticas y terrestres. Al servir de entramado del sistema colo-nial, estos nudos aseguraban el control sobre lo distribuido, asignado o poseído encada uno de los territorios.

Al lado de estos propósitos mo-nárquicos, se fue conformando un teji-do socio-cultural y económico en torno al extenso Lago de Maracaibo, los ríos, sus afluentes, el gran camino real y sus troncales que, desde los tiempos remo-tos de su ocupación por primigenios grupos indígenas, habían sido espacios de articulación e intercambio.

Ubicada estratégicamente la ciu-dad y su puerto de Maracaibo en el lugar que comunica directamente el Lago de Maracaibo con su salida hacia el golfo de Venezuela y el mar Caribe, para finales del XVI comenzaba a emerger Maracaibo como centro de servicio portuario, alter-no al río colombiano del Magdalena que

las divisiones político-territoria-les.

* La diversidad de dinámicas ge-neradas por las relaciones no confluyen con el trazado de líneas fronterizas para delimitar y res-guardar el dominio soberano de un estado con fines de asegurar el control.

* Si en las fronteras se imponen las relaciones sobre las líneas que separan territorios, debemos pen-sarlas y visualizarlas como espa-cios transfronterizos.

En coherencia con estos plantea-mientos, procedo a esbozar algunos de los escenarios que originan el itinerario de una particular memoria histórica y su desarrollo fronterizo. Más concreta-mente, me refiero a un recorrido históri-co por el espacio transfronterizo en tor-no al Lago de Maracaibo.

El espacio transfronterizo en torno al Lago de Maracaibo

A partir del siglo XVI el gobier-no hispano estableció sus anclajes con el dominio y control sobre las tierras ocupadas, mediante la creación de es-


30 31


contrabando con ingleses y holandeses, además de franceses, dinamarqueses, entre otros.

Si bien a inicios del siglo XVIII la provincia de Maracaibo había sido ads-crita al gobierno del Virreinato de Santa Fe de Bogotá, estas relaciones de poder que fueron surgiendo y se consolidaron a finales del siglo trascendían los linde-ros fronterizos que demarcaban las ju-risdicciones pertenecientes a los gobier-nos provinciales de Maracaibo y de la Nueva Granada.

En este contexto se mezclaban in-tereses económicos de grupos familiares elitistas y de los respectivos gobiernos provinciales y locales: representantes del gobierno civil, militar y eclesiástico (que incluía a gobernadores, miembros de los cabildos, del clero y de las mili-cias), terratenientes, hacendados y co-merciantes de carrera, entretejían estra-tegias diversas para liderar y controlar la comercialización del cacao en el eje Cúcuta-Maracaibo-Veracruz.

Esta realidad explica porque, a fi-nales del siglo XVIII, comerciantes-pro-pietarios y gobiernos locales de Cúcuta y Maracaibo, rechazaban su adscripción a los gobiernos centralizados de Bogotá y Caracas, respectivamente. Es el caso

servía de ruta comercial para los pam-ploneses y tunjanos en el Nuevo Reino de Granada. A partir del año 1678, ya Maracaibo había desplazado a Mérida como capital provincial y a su puerto la-custre, Gibraltar. Desde entonces, era capital provincial de un vasto territorio y la jurisdicción de su gobierno se exten-día hasta los actuales Estados de Méri-da, Trujillo y Táchira.

De manera progresiva entre los si-glos XVI y XVIII fueron instituidos los centros jerárquicos del poder colonial: las Audiencias de Santo Domingo y de Santa Fe de Bogotá; en Bogotá, el Virrei-nato del Nuevo Reino de Granada y, en Caracas, a partir del año 1777, la Capi-tanía General de Venezuela. Por encima de estos poderes, en el espacio trans-fronterizo funcionaban redes de poder no controladas por ninguna de las ins-tancias de gobierno y se articulaban al-rededor de un amplio circuito comercial con Maracaibo y su puerto, el interior la-custre, Cúcuta, Pamplona, Cartagena, el corredor de La Guajira-Riohacha, Vera-cruz; además de un rosario de ciudades y puertos terrestres, fluviales, lacustres y marítimos que, conjuntamente con las islas caribeñas de Curazao, Jamai-ca, Puerto Rico, Santo Domingo, Haití, Saint Thomas, ya desde finales del siglo XVIII incrementaban sus relaciones de


32 33


recorridos a pie o en mulas de carga que ampliaban la red conformada por las ciudades, villas, pueblos, puertos lacus-tre- fluviales y de tierra.

El espacio transfronterizo en la geopolítica imperial

La trama de relaciones socio-eco-nómicas y políticas, en buena medida, adosadas a los intereses ingleses sobre estos mercados, también es reveladora de la tardía incorporación de la provin-cia de Maracaibo (28 de enero de1821) al proyecto bolivariano de la república colombiana, propuesto en su conocido discurso de instalación del Congreso de Angostura el 15 de febrero de 1819 y aprobado como Ley Fundamental de Co-lombia 17 de diciembre del mismo año.

Pocas décadas transcurrieron para que los capitales ingleses, franceses, norteamericanos y alemanes, promovie-ran y consolidaran la producción y co-mercialización del café que procedía del corredor andino colombo-venezolano y se comercializaba por el puerto de Ma-racaibo.

El afianzamiento de las redes de poder, estimuladas por la creciente pro-ducción y comercialización del café en la

que en el año 1793, el cacao impulsaba las aspiraciones de los cucuteños para integrarse a la provincia de Maracaibo. También en 1812, el maracaibero José Domingo Rus, diputado ante las Cortes de Cádiz, solicitaba la Capitanía General de Maracaibo, independiente de Caracas e integrada por esta ciudad portuaria, Riohacha y sus comarcas. (Ocando Ya-marte, 1966).

Pese a las medidas de centraliza-ción político-territorial que impulsaba el gobierno hispano para enfrentar el con-trabando estimulado por la competencia de capitales, mayoritariamente ingleses, este espacio transfronterizo funcionaba articulado a las extendidas redes de po-der constituidas por parentescos, amis-tades, alianzas, compadrazgos, cliente-las políticas y socios comerciales.

Favorecidos estos tejidos económi-cos y humanos por el extenso hinterland permeado por la cuenca hidrográfica del lago e integrada por ríos navegables que nacen en el interior lacustre o en tierras neogranadinas, como el Zulia y Cata-tumbo, al desembocar en el lago su des-tino eran el puerto y la ciudad de Ma-racaibo. Aunado a ello, la accesibilidad directa por el gran camino real proce-dente también de suelos neogranadinos con sus troncales y abras, eran caminos


34 35


Varios años después, en 1863, la declaración conjunta suscrita por Jorge Sutherland y Venancio Pulgar, proclama la federación con Maracaibo como capi-tal de las provincias de Mérida, Táchira, Trujillo y Zulia. Precisamente, la necesi-dad de la unidad político-administrativa era resultado del circuito mercantil en-tre las áreas andinas cafeteras y la ciu-dad-puerto. Con este mismo propósito, en el año1868, Jorge Sutherland, Pre-sidente del Estado Zulia, decretaba la autonomía del Zulia con Maracaibo, Mé-rida y Táchira, aunque después reincor-pora el estado a la unión de la federación venezolana. (Ortega, 1991). También en 1926, Vicencio Pérez Soto, promovió pla-nes separatistas con apoyo de las petro-leras trasnacionales.

Estos proyectos hacen parte del ac-cionar del poder geopolítico imperial en la región transfronteriza que, afianza-do por la presencia de sociedades anó-nimas y casas comerciales extranjeras, fueron piezas claves en el desplazamien-to de la soberanía de los estados nacio-nales en Venezuela y Colombia; aunque sobre estos territorios fueron perdiendo su control y dominio desde los tiempos coloniales.

región transfronteriza lacustre, da cuen-ta que las aspiraciones «autonomistas» o «separatistas» eran movilizadas por los intereses hegemónicos de la geopolítica del poder imperial que interactuaban con las elites sociales y políticas, tanto locales como regionales.

Lo brevemente señalado, revela una microfísica de poderes que marcha-ba en paralelo a la soberanía del esta-do-nación- territorial en ambos lados de la frontera colombo-venezolana. En este sentido, dichos intentos han obedecido a específicos momentos históricos de los planes imperiales en acción.

Si la comercialización del cacao ha-bía impulsado estas aspiraciones en las elites cucuteñas y maracaiberas, casi un siglo después, en el año 1858, el café im-pulsaba al General Vicente Herrera, Jefe del Estado de Santander, a proponer la creación del Estado Soberano del Zulia, con Maracaibo como capital e integrado por el norte de Santander y las provin-cias de Mérida y Táchira. A favor de esta petición, alegaba que mientras la topo-grafía de los andes orientales colombia-nos separaba a los pueblos de los valles de Cúcuta del resto de la república, los caminos y ríos que nacían en Colombia, como el Zulia, habían facilitado que Ma-racaibo fuese el mercado de Cúcuta.


36 37


zos y el territorio “como lugar de la soberanía y el control estatal”, se debilitan los nexos con las bases instituidas por el estado territorial y nacional.(Appadurai, 1999).

* En consecuencia, el territorio se desnacionaliza por los efectos que impulsan las estrategias mul-tidimensionales del mercado y la soberanía del estado es rebasada por las redes extendidas más allá de las fronteras nacionales.

* Al formar parte esta historicidad transfronteriza de las estrategias geopolíticas imperiales, también se convierten en espacios domina-dos, pues son utilizados con fines utilitarios y funcionales. (Schnei-der y Peyré Tartaruga, 2006).

* Desde las territorialidades com-partidas que desafían las demar-caciones fronterizas impuestas a los territorios, estos espacios transfronterizos son convertidos en translocalidades, en el sentido que surgen como locaciones por la co-presencia de mundos existen-ciales que producen sus propios contextos (espacial, social, cultu-ral, económico y hasta político). (Appadurai, 1999).

Reflexiones inconclusas

Agrego a este breve recorrido por la memoria histórica y el desarrollo del es-pacio transfronterizo colombo-venezola-no, lo siguiente:

* Si bien el estado, inspirado en el modelo que describe el Leviatán de Hobbes, institucionaliza su po-der sobre las fronteras para res-guardar sus territorios de amena-zas externas e internas, es preciso situar el análisis en la microfísica de poderes con sus dominios vi-sibles e invisibles, por cuanto “lo que se ve no se ajusta nunca a lo que se dice”. (Foucault, citado por Tirado y Mora, 2002).

* Más precisamente, no se trata de las visualidades descritas por las “verdades naturalizadas” sobre las fronteras, sino las que refieren a las tramas entretejidas en una compleja madeja que, coligadas al accionar de intereses geopolíticos, evidencian las dinámicas de una historicidad que emerge y se con-solida en el marco de las relacio-nes socio-económicas y políticas.

* A medida que se abren fisuras entre los espacios transfronteri-


38 39


Valero Martínez, María (2009). “Redes Urbanas Transfronterizas: Dos Esce-narios Venezolanos”. Aldea Mundo. Revista sobre Fronteras e Integra-ción, año 14, no. 27:7-15. Universi-dad de Los Andes. Mérida.

VÁZQUEZ, Belin (1986). El puerto de Maracaibo: elemento estructuran-te del espacio social marabino, siglo XVIII. Cuaderno de Historia nº 14. Universidad del Zulia, Facultad de Humanidades y Educación.

VÁZQUEZ, Belin (1990).La realidad po-lítica de Maracaibo en una época de transición, 1799-1830.Cuaderno de Historia nº 16. Universidad del Zulia, Facultad de Humanidades y Educa-ción.

VÁZQUEZ, Belin (2007). “La región fronteriza zuliana en el contexto de la geopolítica imperial”. Revista Kuru-vinda, año 1, vol. 1:45-49. Maracai-bo.

VÁZQUEZ, Belin. “Estado territorial, fronteras y territorialidades”. Ciclo de Conferencias: Fronteras trasnaciona-les y estéticas comunitarias. Univer-sidad del Zulia, Centro Experimental de Estudios Latinoamericanos Dr. Gastón Parra Luzardo (CEELA), 15 de julio de 2014.

VIALES HURTADO, Ronny J. (2010). “La región como construcción social, espacial, política, histórica y subjeti-

Referencias Bibliográficas.

APPADURAI, Arjun (1999). “Soberanía sin territorialidad”. Revista Nueva Sociedad, nº 163:109-124. Caracas.

GIMÉNEZ, Gilberto (2009).“Cultu-ra, identidad y memoria. Materiales para una sociología de los procesos culturales en las franjas fronterizas”. Frontera norte, vol.21 nº41: 7-32. México.

OCANDO YAMARTE, Gustavo (1996). Historia del Zulia. Caracas, Editorial Arte.

ORTEGA, Rutilio (1991).El Zulia en el siglo XIX. Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia. Secretaría de Cul-tura.

RAJCHENBERG S., Enrique y HÉAU-LAMBERT, Catherine (2007).“La frontera en la comunidad imaginada del siglo XIX”. Frontera norte, vol.19 nº38:37-61. México.

SCHNEIDER, Sergio y PEYRÉ TARTA-RUGA, Iván G. (2006). “Territorio y enfoque territorial” en Desarrollo Rural. Organizaciones, Instituciones y Territorio. Buenos Aires, Editorial Ciccus.

TIRADO, Francisco J. y MORA, Martin (2002). “El espacio y el poder: Michel Foucault y la crítica de la historia”. Espiral. Estudios sobre Estado y So-ciedad, vol. IX, nº 25:11-36. Madrid.


40

Reflexión sobre la Integración Fronteriza en América Latina a partir de las propuestas de

desarrollo.

Perspectiva Colombo-Venezolana

Dra. Linda Yicón Docente - LUZ - VenezuelaDoctora en Derecho - LUZ.

[email protected]

va. Hacia un modelo conceptual/re-lacional de historia regional en Amé-rica Latina”. Geopolítica(s), vol. 1nº 1:157-172. Universidad Compluten-se de Madrid.

43


Introducción.

En América Latina la integración como acuerdo formal marca su inicio a partir de los 60 con la suscripción del Tratado Constitutivo de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y el Tratado de Integración Cen-troamericano, que dio lugar al Mercado Común Centroamericano (MCCA). Lue-go, en 1969 surge la Comunidad An-dina de Naciones y en 1980 se crea la Asociación Latinoamericana de Integra-ción (ALADI). Y a partir de la década de 1990, se produce una intensificación de los procesos de integración, auspiciado por el regionalismo abierto. De manera que en América Latina la experiencia in-tegracionista se manifiesta en una can-tidad de instrumentos y protocolos de-rivados, de orden bilateral y acuerdos de complementación. La intensidad de los vínculos entre países interesados en conformar la unión se define sucesiva-mente de acuerdo con niveles, desde la zona preferencial de comercio, es decir, la zona de libre comercio, la unión adua-nera, el mercado común, hasta la con-formación de la unión económica. Sin embargo, el carácter progresivo del pro-ceso de integración debe contribuir con definir política en diversos ámbitos de manera conjunta, y donde la integración fronteriza constituya el nivel en el cual


44 45


ceso de integración fronteriza sea bas-tante inconsistente, lento y urgida de un accionar continuo bajo los criterios de la cooperación y el desarrollo. Esta tenden-cia tímida hacia la frontera dentro del proceso de integración viene a reconocer el sentido de la integración fronteriza, en cuanto a encontrar la manera de con-verger para lograr propósitos sociales y económicos, que buscaran restar ese ca-rácter conflictivo a la frontera y dar paso a formas de desarrollo.

Ahora bien, paradójicamente con la inexistencia de una agenda coheren-te con la integración fronteriza se deja el camino libre para las propuestas, en tanto persista esa la tendencia natural a conservar la convivencia y una vincu-lación comercial. Esto bajo la convicción de que la mayor contribución de la inte-gración fronteriza es erradicar prácticas perniciosas en la frontera para dar paso al bienestar y el desarrollo.

De acuerdo con lo anterior, el obje-tivo propuesto en las siguientes líneas es realizar una reflexión sobre integración fronteriza, a partir la concepción sobre el papel de las fronteras dentro del pro-ceso de integración y vinculado con pro-puestas de desarrollo, con lo cual queda planteada una frontera empeñada en su papel articulador. Asimismo, establecer

los países vecinos logran establecer una verdadera relación de interdependencia y asociación en un amplio sentido.

Ahora bien, en América Latina la situación sobre la frontera es el resul-tado del proceso histórico de ocupación del territorio durante el período de la co-lonia, de los conflictos suscitados para la delimitación territorial, de la convi-vencia de las comunidades que compar-ten dicho espacio y de las políticas que los estados vecinos aplican. Ahora, la conflictividad permanente en torno de la frontera se explica por su escaso po-blamiento y la deficiencia en infraestruc-tura, por lo que su situación constituye una limitación de raíz histórica para es-tablecer un acercamiento suficiente que conlleve a la integración plena y en fun-ción del desarrollo.

Sin embargo, es inobjetable que a pesar de la connotación conflictiva, se aprecia que con el tiempo la concepción sobre frontera en América Latina ha ex-perimentado un cierto matiz de cambio, a decir por algunas propuestas concre-tas concebidas al amparo de esquemas de integración y de acuerdo con perspec-tivas de desarrolla vinculadas al territo-rio, lo cuales cabalga en la realidad con la conflictividad. Esto determina que la precepción predominante sobre el pro-


46 47


desarrollo. Sin embargo, el predominio comercial en la visión de la integración latinoamericana, sin considerar el am-plio rol de la frontera, ha desvirtuado la noción fundamental del proceso de inte-gración.

En la concepción de las fronteras que reconocen ante todo, como compo-nente esencial de su definición, la exis-tencia de una dinámica relación entre grupos humanos próximos geográfi-camente pertenecientes a dos Estados vecinos, el desarrollo y la cooperación constituirán nociones esencialmente afi-nes; las cuales de manera conjunta son importantes para el propósito metodoló-gico en la formulación de propuestas.

Con el desarrollo fronterizo se quie-re indicar la incorporación de las fronte-ras al patrimonio activo de cada país, y es orientado mediante iniciativas nacio-nales conjuntas que responden a objeti-vos y estrategias integrales, vinculadas sobre todo al desarrollo humano. Este desarrollo fronterizo dentro del proceso de integración se concreta con referen-cia a un marco de normas y documentos (leyes, planes, estrategias, programas, proyectos) que, en su conjunto definen una política binacional de desarrollo, en cuya ejecución se despliegan iniciativas públicas y privadas en los campos de la

una consideración sobre la situación actual de nuestra frontera colombo-ve-nezolana. Para el propósito plateado se trata en primer término lo relacionado al desarrollo y la cooperación en el co-metido de la frontera. En segundo tér-mino develar el interés de la frontera en los esquemas de integración. Y en tercer lugar tratar lo atinente a la tendencia en las propuestas de desarrollo. Finalmen-te, apuntar como conclusión –entre oras asuntos- la perspectiva colombo-vene-zolana como caso emblemático de la re-flexión planteada.

Desarrollo y Cooperación en el co-metido de la frontera.

La integración fronteriza es el tér-mino que define la interrelacionan de los países que comparten un ámbito fronte-rizo. El nivel de interrelación se observa en la complementariedad económica, la asistencia en el ámbito social y el em-prendimiento de proyectos de aquellas índoles que han de conducir a su desa-rrollo, y en vista de lo cual el interés es común. Esta interrelación depende de las condiciones físicas que la geografía ofrece, la espontaneidad con la cual gru-pos nacionales y agentes económicos in-teractúan y –en especial- del despliegue de una política nacional coherente con el


48 49


positivamente en el mejoramiento de las condiciones de vida. Para lo cual consi-dera relevante superar asimetrías, lograr cohesión social y atender en la frontera las “brechas territoriales”, término con el cual agrupa elementos que fracturan el proceso de integración fronteriza. Para contrarrestar tales brechas, habla de medidas políticas primordiales que com-prendan infraestructura, ordenamiento territorial, políticas institucionales de programas y proyectos sobre desarrollo.

En este sentido, de modo concreto se ha especificado (Jaffe y Risquez, 1988) -desde hace tiempo- que el proceso de integración latinoamericano, y –agrega-mos- por ende la integración fronteriza, se ha visto afectado por una gama de ac-titudes dentro de la política exterior de los Estado. Actitud marcada según el or-den interno, concretado en la adopción por parte de cada Estado de una deter-minada política económica interna y un modelo de desarrollo específico.

El interés por la frontera en los es-quemas de integración.

Como se apuntó en la introducción la experiencia latinoamericana en inte-gración es precursora y bastante amplia en su cometido. El interés que despierta

infraestructura, lo social y lo económico, en la dotación de servicios básicos, en la promoción de actividades productivas, y – muy especialmente- en el fortaleci-miento de la capacidad de gestión local y regional, todo ello con criterios de sos-tenibilidad.

Particularmente, cuando las ini-ciativas que los Estados convienen en adoptar de mutuo acuerdo en sus zo-nas de frontera, se le da trascendencia a los objetivos y metas que en diversos ámbitos cada Estado promueven indivi-dualmente al interior de sus respectivas áreas fronterizas, con lo cual la integra-ción adquiere una perspectiva de éxito.

Ahora bien, la cooperación fronte-riza, comprende la disposición conjun-ta de iniciativas comprometidas por dos países limítrofes en sus territorios de frontera, en cuanto a la ejecución de ac-ciones y proyectos en temas tales como protección de los ecosistemas comparti-dos, medidas de seguridad, asistencia a las comunidades, y cualquier otra enca-minada a establecer confianza mutua.

Arciniegas (2014) hace énfasis en esta temática, al hablar del desarrollo local y regional con fundamento en la integración fronteriza y la cooperación, trabajando en aspectos que intervienen


50 51


la política comunitaria se definió la de-limitación de las Zonas de Integración Fronteriza, que requiere la práctica de mecanismos de integración basados en el perfeccionamiento y profundización de la acción bilateral.

Por su parte, en la subregión del MERCOSUR no fue cambiada la con-cepción tradicional de la función de las fronteras, la definición de estas es per-meable y articulante de economías veci-nas. La frontera en el ámbito jurídico del Mercosur se ha basado en la aprobación de normativas en sus distintos órganos sobre temas muy concretos relativos a las zonas fronterizas, sin llegar a un marco jurídico supranacional, tal como planteó la Comunidad Andina de Nacio-nes. Los acuerdos suscritos al amparo del Tratado de Montevideo enfatizan la función comercial atribuida a la fronte-ra, no se atiende la complementariedad mediante planes de desarrollo conjunto.

Propuestas de desarrollo basadas en el territorio.

La perspectiva del desarrollo apun-ta al fortalecimiento humano, y es por ello que el criterio predominante es el de complementariedad, en el sentido de que la vinculación entre crecimiento econó-

la frontera, en su rol dentro de la aspira-ción de unidad latinoamericana, no ha sido uniforme a la luz de los esquemas de integración. La tendencia en los es-quemas de integración suscritos en la década 2000 incorpora el énfasis por atender problemas de exclusión social, impulsar una transformación de la so-ciedad latinoamericana (caso de UNA-SUR, ALBA) sin dejar de lado el aspecto de índole comercial, pues en el marco de la ALADI se mantiene interés por procu-rar mejor funcionamiento de los pasos de frontera, en el entendido de que los mismos son esenciales para el intercam-bio comercial.

Sin embargo, en lo que tiene que ver con el desarrollo integrad de la fron-tera, los criterios emanados de la Co-munidad Andina de Naciones procura-ron un cambio en la visión precaria de las fronteras: de espacios en condición de excluida hacia espacios con posibili-dad de desarrollo. Particularmente en la CAN el tema fronterizo adquiere un tra-tamiento supranacional, porque propo-ne áreas de frontera y conjuga esfuerzos para atender los asuntos fronterizos. De igual manera, vale la pena mencionar en la década 80 el surgimiento de las Co-misiones de Vecindad, la cuales consti-tuyeron estructuras novedosas de apoyo a la integración fronteriza. A partir de


52 53


pacidad de aportar formas alternativas y sustentables de desarrollo. Así –como otros autores- Iranzo hace referencia al desarrollo bajo la óptica de la territo-rialidad, para comprender propuestas: desarrollo endógeno y desarrollo local como un enfoque territorial de abajo a arriba, que en un contexto integrado re-sulta favorable no solo exclusivamente en lo económico, sino en lo ambiental, cultural, educativo, social, institucional y de desarrollo humano de un ámbito te-rritorial determinado. Este enfoque terri-torial, también lo desarrollan Schejtman y Berdegué (2007) en su texto Territorios rurales, movimientos sociales y desarro-llo territorial.

Lo anterior conduce a darle rele-vancia a asumir la descentralización como criterio de gestión fronteriza, so-bre lo cual y según Campbell (2010) “los gobiernos subnacionales están desper-tando a la necesidad de promover el de-sarrollo económico interno”, acota que -aun con los avances para fomentar las prácticas descentralizadas- existen toda-vía desafíos ante los cuales los gobiernos locales de la región se ven complicados. Este parecer es compartido igualmente por Arciniegas (2014).

mico y desarrollo es integradora. El logro económico se ha de traducir en benefi-cios y oportunidades disponibles para todas las personas. Kliksberg (2002) apunta lo inexacto del pensamiento convencional de esforzarse por alcanzar crecimiento económico para producir el efecto derrame de bondades sobre va-riables sociales, por lo que considera ne-cesario emprender reformas de política que alcancen temas de salud, empleo, educación, conservación del ambiente, entre otras. Todo ello en vista de que el crecimiento económico descansa en el ser humano.

En vista de lo anterior el involu-cramiento de actores locales es funda-mental, porque éstos son los capaces de atender las potencialidades de su territo-rio, en tanto compartan una estructura de valores. Iranzo (2008), especialmente señala que desde las relaciones sociopo-líticas, socioeconómicas y sociocultura-les es posible construir una perspectiva de conjunto de desarrollo humano, don-de las valoraciones compartidas tienen influencia directa en el comportamiento. Indica el mismo autor que la articula-ción entre actores se da mediante meca-nismos de asociatividad y redes de con-fianza que se apoyan en las valoraciones compartidas, donde mientras más arrai-gados sean los valores, mayor es la ca-


54 55


finido modelos económicos divergentes entre Colombia y Venezuela. El régimen cambiario, la política de precios para productos de consumo, la disposición hacia la inversión privada, la orientación de la política internacional, constituyen algunos factores diametrales en los que divergen los dos países, y se traducen en el ámbito de la integración fronteriza en “brechas fronterizas”.

Con la declaratoria del estado de excepción (agosto, 2015) sobre espa-cios fronterizos de Venezuela se genera una vez más una situación de alerta y tensión, que frena la posibilidad de in-tegración fronteriza. Esta determinación -decisión del gobierno venezolano- es adoptada ante episodios de inseguridad y por la exacerbación del contrabando de extracción de alimentos y gasolina, en un momento en el cual el abasteci-miento en Venezuela en cuanto a cier-tos productos de la canasta básica no llega a satisfacer el consumo nacional. El problema deja entrever la inexisten-cia de una política fronteriza conjunta, pues la medida generó – como si fuese suficiente- mutuas reclamaciones sobre la efectividad del control fronterizo, no se llegó a señalar la inexistencia de una política de cooperación fronteriza en un sentido socioeconómico que favorezca el bienestar. Con la declaratoria del estado

Conclusión y recomendación.

La perspectiva colombo-venezolana en cuanto a la integración fronteriza y a partir de las propuestas de la territo-rialidad del desarrollo es un caso emble-mático de la necesidad de cooperación y asumir el desarrollo, en los términos expuestos. La permanente evocación conflictiva entre Colombia y Venezue-la se manifiesta como consecuencia de la falta de políticas concertadas, con la suficiente determinación para intervenir en el espacio fronterizo -con perspectiva de desarrollo concreto-. No han sido su-ficiente las buenas intenciones y los dis-cursos de hermandad, donde los memo-rándum de entendimiento quedan como letra muerta. La descripción de las con-diciones en los ámbitos fronterizos reve-la la falta de presencia estatal, ante la escasa infraestructura y limitaciones en los servicios básicos; el efecto es la deso-lación en la frontera, lo cual ha favoreci-do las dinámicas al margen de la ley que distorsionan la calidad de la relación bi-nacional en función de la unidad. Esto constituye una realidad inobjetable.

Para precisar vale preguntarse: ¿qué hay en la situación binacional de particular? Y surge como respuesta, ade-más de la ausencia de voluntad política, el peso de la ideología política que ha de-


56 57


ñamiento de políticas integrales vincu-ladas al desarrollo, sobre lo cual ardua-mente y desde la academia se ha venido trabajando, precisamente a partir de la reflexión profunda de la dinámica fron-teriza y de su importancia geopolítica.


ARCINIEGAS S., Hernando (2014). “El desarrollo local y regional a partir de la integración fronteriza y la coopera-ción” Revista BID/INTAL No. 38. Año 18. Enero-Junio.

CAMPBELL, Tim (2010). “Condiciones para el desarrollo económico local en el sistema de gobierno descentrali-zado”. La Alternativa Local. Descen-tralización y Desarrollo Económico. Editado por Rafael de la Cruz y otros. Banco Interamericano de Desarrollo. Número de referencia de publicación JL959.5D42A482010.

IRANZO, M (2008). “Desarrollo huma-no y capital social su incidencia en los procesos de transformación insti-tucional”. El Desarrollo éndogeno en Venezuela: Estudios y perspectivas. Guerra A. Convenio UCLA-BCV. Ti-pografía y Litografía Horizonte. Bar-quisimeto.

JAFFE, Angélica y RISQUEZ, Angélica (1988). Régimen político e Integra-

de excepción se desencadenaron una se-rie de hechos que nutrieron el ambiente de incertidumbre en la frontera colom-bo-venezolana, se recurrió a la vigilan-cia militar extrema, en lo inmediato se restringió la circulación de personas y la salida de colombianos asentados en te-rritorio venezolano, se habló como éxodo de colombianos, se habló de deportación de colombianos, lo cual se percibió en el colectivo como una situación turbia, in-consistente y hasta dramática

Sin embargo, con el transcurrir del tiempo, la convivencia es indetenible e indefectiblemente “la normalidad” bus-ca su cauce, y por presión o efecto de la misma vecindad junto a la militarización de la zona se disponen medidas para atenuar el rigor del cierre fronterizo, de restablecimiento de la circulación, como por ejemplo, el llamado “corredor huma-nitario” y/o –recientemente- disponer de un “paso peatonal” por el cual se registró el cruce de cerca de 35 mil venezolanos hacia Colombia, en busca de alimentos y medicinas. Lo que pone de manifiesto la importancia social de la frontera

La recomendación entonces es cambiar el arquetipo histórico sobre el papel frontera y atribuirle una función relevante, proactiva dentro del proceso de integración, apoyado en el acompa-


58

El Conflicto de Intereses y los efectos de la Supranacionalidad

sobre los espacios integrados

Dr. Víctor InciarteDocente - URBE - Venezuela

Doctor en Ciencias Gerenciales - [email protected]

ción en América Latina. Instituto de Altos Estudios de América Latina. Universidad Simón Bolívar. Impreso por Graficas Franco. Venezuela.

KLIKSBERG, Bernardo (2002). Hacia una economía con rostro humano “da edición, Editorial Astrodata. Ve-nezuela.

SCHEJTMAN, Alexander y BERDE-GUÉ, Julio (2007). “Desarrollo Ru-ral”. Territorios rurales, movimientos sociales y desarrollo territorial. Edi-tado por José Bengoa. Centro Lati-noamericano para el desarrollo rural. Andros Impresores. Santiago de Chi-le.

61


Introducción.

Los espacios integrados, hacen re-ferencia en este documento a los meca-nismos de integración en los cuales par-ticipan los principales países europeos, incluso latinoamericanos, los cuales analizan constantemente la forma como las decisiones se toman bajo estas con-diciones; argumento que se revaloriza en la actualidad cuando un país como el Reino Unido, avanza en su salida de la Unión Europea a razón de una corriente euroescéptica, cuya premisa según los estudiosos en la materia, es la manera cómo afecta al desarrollo socio-económi-co de ese Estado.

Es por ello, que este producto docu-mental tiene como propósito evidenciar como los conflictos de intereses afecta la supranacionalidad que se establece en los espacios integrados, para ello se diseña una investigación bibliográfica sobre las diferentes categorías que con-forman el fenómeno, para así generar criterios para el abordaje posterior de los alcances de instituciones supranaciona-les conociendo las experiencias previas.

En consecuencia, se desarrollan dos categorías importantes una de ellas los conflictos de intereses como cons-tructor clave en la integración, donde se


62 63


aportes que dicha necesidad pudiese cu-brir; más aún, cuando los puntos críti-cos en la discusión compromete las cuo-tas de poder que cada uno de los entes aporta al entorno.

A ese respecto, Boudeguer (2016) considera que al encontrarse como participante de un mecanismo de inte-gración como la Comunidad Europea, cuyas instituciones supranacionales co-existen en un equilibrio socio económico consensuado, pues, son los conflictos de intereses los que aportan la debilidad a la hora de tomar decisiones en aspectos clave como diseño de presupuestos, ge-rencia tributaria, desarrollo de planes sociales, control migratorio, ajustes en leyes del ámbito laboral, entre otras.

Considerando lo anteriormente expuesto, la capacidad geopolítica que involucra la conformación de la comu-nidad europea, como mecanismo de in-tegración basado en aspectos económi-cos y que ha llevado a la consolidación de instituciones ubicadas por encima de las democráticamente establecidas por la autodeterminación de los pueblos inicialmente europeos, como la bancos, corte de justicia, incluso la instancia de poder real donde los representantes de cada estado se reúnen a formular los lineamientos según las necesidades de

revisa el fenómeno de las necesidades e intereses como pilar fundamental en la dinámica societal que cada país desarro-lla; en segundo término, se revisa sobre la supranacionalidad y las nuevas ins-tituciones, cuyo contenido se aproxima a como estos se delimitan hasta proveer la conexión donde las decisiones inciden en la dinámica. Finalmente, se hace una aproximación hermenéutica de los ha-llazgos hasta plantear una propuesta.

Conflictos de intereses como un constructo clave en la integración.

La necesidad, tal y como la concibe Maslow (1954) revisten en sí mismo un interés del ser humano, el cual puede ser extrapolado a la manifestada por los grupos sociales sean estos comunidades u organizaciones jurídicamente consti-tuidas, de tal manera, cuando se intenta tomar una decisión que afecte de forma negativa a una de las partes, se está en presencia de un conflicto.

Lo anterior ocurre según Argando-ña (2004), por las debilidades presentes en las partes, el cual se agudiza a mayor número de participantes o afectados, dado que coexisten diferentes motivos por los cuales tal decisión vincularía a uno pero desvincularía a otros de los


64 65


De allí, que los conflictos de inte-reses no forman parte de estrategias políticas, ni de negociaciones pre-esta-blecidas, estas emergen de la dinámica societal donde los elementos sociopolíti-cos estimulan la generación de neceda-des específicas para el desarrollo del Es-tado/País, considerando para ello, que debe poseer la suficiente libertad, para alcanzar tal fin, argumento que Sen (1997) ya había sugerido como elemen-tal.

Supranacionalidad y las nuevas ins-tituciones.

Al analizar los términos referidos a los procesos inherentes a la internacio-nalización, visto como aquel mecanis-mo a través del cual toda actividad está orientada a romper las barreras geográ-ficas glocales hasta alcanzar entornos societales globalizados; dentro de las categorías involucradas coexisten la su-pranacionalidad y la infranacionalidad, los cuales a criterios de Bustamante (2006) son dos conceptos cuya emergen-cia dependen tanto del avance como de la profundización no solo de la globaliza-ción también de forma como se ha pre-tendido alcanzar la integración regional.

cada uno de los integrantes, esto es lo que Rosales (2005) establece como pri-mer elementos para el estudio y delimi-tación de intereses de la Unión Europea.

Sin embargo, tanto Rosales (2005) como Boudeguer (2016) a pesar de la distancia en el tiempo, consideran que el espacio de discusión en la Unión Eu-ropea se sostiene en tratar de balancear los intereses para evitar los conflictos, siendo puntos de atención la fragilidad que monedas como la Libra Británica, las Fronteras, así como el equilibrio en la disposición de la constitucionalidad judicial de la real sociedad española, simbolizan para la nueva cultura euro-pea, siendo estas en la actualidad señas de separación de miembros plenos como el Reino Unido.

En consecuencia, al referir la co-existencia de intereses comunes entre países cuya cultura los aproxima en lo relativo a las grandes Guerras Mundia-les, los procesos históricos independen-tistas, las relaciones conllevadas por las revoluciones que durante los siglos pasados esa comunidad atravesó y sir-vió de instancia para generar desarrollo, también posee doctrinas políticas que le permiten elaborar clasificaciones axio-lógicas propias, con las cuales negociar con sus pares.


66 67


de decisiones vinculantes asumidas por estas no dependen del consentimiento expresado por parte de todos o en su de-fecto por algunos de los Estados, por ello se refleja la posibilidad de no exigir una-nimidad sea en su carácter democrático u oligárquico de sus procedimientos.

Así mismo, el autor sugiere que al desarrollarse estas estructuras organi-zativas donde se incluyen órganos cuya titularidad se corresponda con un víncu-lo de representatividad de los pueblos en sí mismos más no de los Estados, aun-que se encuentren vinculados a intere-ses supra-estatales frente al referido por los mismos Estados. Hecho que genera escepticismo entre los participantes de la dinámica política, por cuanto el valor que casa decisión conlleva puede no ser compartida por los demás del grupo.

De esa manera, Pereira (2012) ase-gura que no es posible considerar la ins-titucionalidad europea como referencia a una homogeneidad étnica o cultural, sino como una referencia al patriotismo constitucional ante la integración; de allí se deriva la inexistencia de una co-munión identitaria primaria, pero si, el establecimiento de un conjunto de ins-tituciones jurídico-políticas-económicas que reflejan principios constitucionales con criterios filosóficos abstractos; don-

Dicha autora, sugiere que esas categorías se vinculan a la correlación política establecida entre el binomio Es-tado/Nación, donde las instituciones supranacionales colidan y se entrelazan de manera transparente con las políticas públicas emitidas por las organizaciones públicas que actúan dentro del territorio que lo comprende, correspondiéndose a la infranacionalidad. De esta manera, se construye un nudo crítico en lo referido a la forma como se ejerce el poder otor-gado democráticamente.

Sin embargo, la política europea moderna, a criterio de Linklater (2007) conforma una asociación indisoluble en-tre tres elementos, el primero de ellos, la soberanía vista como poder político originario e incondicionado del Esta-do; otro es la nacionalidad, la cual está construido en el entorno de un exclusi-vismo identitario potencialmente agresi-vo, por último, la territorialidad bien de-marcada, donde la dinámica fronteriza y sistemas societales están íntimamente integrados.

De allí que, Pereira (2012) asevere que las instituciones supranacionales logren trascender a la lógica de coordi-nación propia de estas instancias cuyo preciso alcance se encuentra definido por ellas mismas; de tal manera, la toma


68 69


nal de acuerdo a las necesidades de sus conciudadanos; es así como el criterio de los intereses glocales desestiman la posibilidad de acatar lineamientos gran territoriales.

El segundo aspecto, a criterio de Boudeguer (2016) expresa en torno al comercio internacional la relación con el arancel aduanero, el cual dentro de la zona de comercio europeo está sujeto una serie de los lineamientos, sin em-bargo, fuera de este mecanismo de inte-gración, el Estado puede realizar mejo-res negociaciones para obtener mayores porcentajes arancelarios no solo con la misma comunidad, también con otros países cuya economía emergente le ga-rantizaría mayor participación en las actividades de internacionalización de dichos países.

También, se evidencian choque de intereses entre otras en las áreas como la laboral, seguridad e higiene, incluso en materia de desarrollo social donde la migración es parte preponderante de la discusión entre los países miembros, por cuanto las normativas europeas no cubren con las expectativas de Reino Unido en relación a estos puntos, pu-diendo transformarse en un Estado más competitivo con los demás.

de cohabita una dinámica comunicativa inherente al mismo proceso democrático que lo valida, permitiendo distinguir la consolidación del patriotismo constitu-cional, la identidad político-cultural, así como el civismo y el nacionalismo, como motores de la conformación de la identi-dad Europea.

No obstante, existe un contraste interesante en las posturas asumidas tanto por Bustamante (2006) como por Pereira (2012), dado que, aunque la su-pranacionalidad permite considerar una dinámica interesante entre las nuevas instituciones como por los pre-existen-tes infranacionales, el punto crítico es la gestión de los intereses entre ambas estructuras especialmente en lo referen-te a los aspectos socio-económicos, tal y como se ha visto recientemente en lo referente a la salida de Inglaterra de la Unión Europea en el informe publicado por Boudeguer (2006).

Lo anterior, se evidencian en los ar-gumento que se utilizaron para estable-cer la condición de prosecución o no de este Estado en la Unión, el primero de ellos se ajusta a la posibilidad de Gran Bretaña para retener lo referente a im-puestos los cuales alcanzan los 350 mi-llones de euros; dicho aporte le serviría para ajustar su presupuesto infranacio-


70 71


dadanos consideran que no cubre con las expectativas, por cuanto no permite expandir sus potenciales no solo dentro de la misma unión, también tomar en cuenta otros países cuya economía pue-de servir como pivote para continuar con el desarrollo hasta ahora obtenido.

Finalmente, es importante cono-cer como es la disposición de intereses para la negociación, en virtud que en cualquiera de los entornos es un pun-to relevante en la valoración axiológica de las necesidades y formas según las cuales estas son expuestas; a tal efecto, es imperante reconocer que estas deben beneficiar las condiciones societales con las cuales buscar mayor desarrollo hu-mano de todos.


Argandoña, A. (2004). Conflictos de In-tereses: El punto de vista ético. Do-cumento de Investigación del IESE. Universidad de Navarra.

Boudeguer, R. (2016) Brexit: El peso de la historia. Informe mensual de es-trategia Junio 2016. BancaMarch.

Bustamante, A. (2006). La Supranacio-nalidad y la Descentralización Infra-nacional en la Comunidad Andina. Decisión 501 en la Frontera Colom-

Palabras Finales.

La dinámica social, ha generado que la política en los entornos integrados tengan aspectos sensibles en la discu-sión de cuáles deben ser las necesidades a considerar para generar el desarrollo no solo en el país que la manifiesta, ade-más para los demás miembros. Asimis-mo, la supranacionalidad en teoría pue-de generar un ambiente propicio tanto para la discusión como para la negocia-ción.

Si bien es cierto, la construcción de nuevas instituciones supranacionales a través de la cuales modular los conflic-tos que de hecho deben existir en don-de coinciden culturas, necesidades e intereses diferentes, las mismas deben responder a una política consensuada, donde las organizaciones infranaciona-les se vinculen de manera transparente, incluso lideres con convicciones claras acordes con las propuestas política que lo llevaron al cargo.

No obstante, esta supranacionali-dad no garantiza que la dinámica socie-tal ocurra libremente en los espacios in-tegrados, esto se asevera por la dificultad manifiesta por países como Gran Breta-ña, quienes a pesar del recorrido dentro de la comunidad europea, sus conciu-


72

Derechos Humanos y Frontera

Dra. María Govea de GuerreroDirectora del CICJPS - URBE - Venezuela

Doctora en Derecho - LUZDoctora en Derecho Mercantil - Unv. de Paris

[email protected]

bia – Venezuela. Cuadernos PRO-LAM/USP 5(2), pp. 147 - 181.

Linklater, A. (2007). Critical Theory and World Politics - Citizenship, So-vereignty and Humanity. Londres, Routledge. p. 80 ss.

Maslow, A. (1954). Motivation and Per-sonality. New York: Harper & Row.

Pereira, L. (2012). El desarrollo de la Supranacionalidad, algunos apun-tes. REDEC 18(9), pp.199-213.

Rosales, G. (2005). Geopolítica, Geoes-trategia, Liderazgo y Poder. Colom-bia: Universidad Militar de Nueva Granada.

Sen, A. (1997). Bienestar, Justicia y Mercado. Barcelona: Paidos.

75


Introducción.

Según, O’Donnell (1993) el Estado se define como un conjunto de relacio-nes sociales que establece cierto orden en un territorio determinado; con una garantía coercitiva centralizada. Parecie-ra que un asunto que se ha discutido tanto y por un largo tiempo, inclusive hasta ha originado la conocida Teoría del Estado-Nación, sobre la cual han escrito muchos connotados politólogos, sociólo-gos, abogados y científicos sociales tres líneas no sería suficiente para definirlo. En realidad, en esta definición esta con-sideradas todas las aristas del Estado: Un territorio, unos habitantes y una au-toridad; claro está que esta relación no es estática, sino que se da dentro de un enorme desarrollo que ha dado pie, precisamente a las variadas interpreta-ciones y matizaciones que los autores se han dedicado a describirla originando la cantidad de textos que son conocidos por los estudiosos del tema.

La globalización ha influenciado en la vida general del planeta, pero en la ciencia que más medularmente ha dis-criminado en la ciencia política. Aquella visión del Estado estructural, que con-cibe como una sociedad estructurada por leyes que han sido creadas por todos los miembros y a la cual están todos so-


76 77


Mendiaz (2004), quien considera que el modelo funcionalista parte del supuesto que las políticas públicas son producto de lo que sucede en la sociedad donde el Estado no tiene capacidad de decisión. En términos de sistema político, las ac-ciones del Estado se explican mediante las funciones que desempeñan en pos de la estabilidad o supervivencia del sis-tema político como un todo.

Ahora bien, en realidad no se pue-de establecer la conformación de un mo-delo de Estado en particular, ni tampoco identificar una matización de algunos de estas concepciones, simplemente se debe tratar de estudiar el fenómeno so-cio-político que ha ocurrido y está suce-diendo en los arreglos de miembros de un grupo social. Cierto es que un pre-re-quisito del estado es la existencia de normas de convivencia, pero cualquier estudioso de la ciencia política es me-nester tener presente que la norma es el Deber ser, mientras que la política es la forma como se pragmatiza las acuer-dos de convivencia que los ciudadanos se hayan dado, vale decir el Ser.

Un comentario final es imprescin-dible acotar para explicar los fenómenos que en la era de la comunicación e in-formación están sucediendo y marcan en desenvolvimiento de los Estados y de

metidos para el bien común , que tuvo su máximo representante en Rousseau. Para, Drucker (2013) “En la sociedad poscapitalista los cambios de estructura y organización políticas son tan enor-mes como los cambios en la sociedad y en la estructura social, son además mundiales y un hecho consumido (pag. 127).

Por otra parte, la interpretación del Estado territorial, lo concibe como uni-dad de dominación, independientemen-te en la exterior e interior; que actúa de modo continuado a través de los medios de poder propios y determinad perfecta-mente en la personal e institucional, es en sí mismo una locación de control y ordenamiento de unos con respectos a quienes no formen parte del Estado. En este sentido, Marcu (2012) citando a Je-llineck (1954), expone que “la naturaleza unitaria del territorio represente uno de los elementos esenciales de la definición del Estado (pag. 427)

Finalmente, el Estado funcionalis-ta, se entiende como que este no tiene otro fin que no sea asegurar el bien co-mún; siendo el mismo distinto a la suma de intereses particulares, vale decir que el principal deber del estado es la justicia social, que se convierte de esta manera en un derecho de todos. Así, lo plantea


78 79


Ahora bien, los derechos de la per-sonas, expresados en la Declaración Universal sobre los Derechos Humanos (1948) abarcan una amplia gama de atribuciones que tienen que ver con el holismo del hombre, una muestra está en el artículo 22, que dice: Toda perso-na, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social, y a obte-ner, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuen-ta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los dere-chos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad.

Por otra parte, el mismo instru-mento de derecho internacional público, expresa en su artículo 26. Numeral 2, lo siguiente: La educación tendrá por obje-to el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las liberta-des fundamentales; favorecerá la com-prensión, la tolerancia y la amistad en-tre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desa-rrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz.

Los Estados en las diferentes lati-tudes del orbe, tienen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos un

la sociedad en general; el proceso de la globalización pone en crisis la teoría de la soberanía nacional, porque el Esta-do-Nación, configurado por la moderni-dad no consigue ya controlar y proteger su territorio y, menos aún, garantizar la legitimación de sus decisiones y po-der, con el fin de fomentar un proyecto político. La soberanía moderna ha sido elaborada a partir del Estado-Nación, cerrado sobre sí mismo en su territorio, volcado hacia las guerras de expansión contra otros Estados. El predominio de la soberanía interna oculta la dimensión interestatal, mientras que la soberanía postmoderna se construye a partir del Imperio Mundial, que ignora los Estado nacionales. Se verifica un traspaso del poder hacia la soberanía externa en de-trimento de la garantía nacional

En las fronteras, todas estas con-sideraciones anteriores tienen un modo muy particular de configurarse, de allí lo trascendental de su estudio e inter-pretación, tomando en cuenta que estas zonas se relacionan poblaciones que si bien tienen diferentes nacionalidades, no se puede desconocer que los interese comunes por la sola condición de seres humanos, le otorgan el derecho de lu-char por una vida digna tal cual lo han establecidos las Organizaciones Multila-terales.


80 81


vés de sus fronteras ha sido, al menos desde el siglo XIX, una de las preocupa-ciones de los Estados. Con tal propósito se han diseñado políticas que buscan, entre otros fines, la guarda de la seguri-dad e integridad de las fronteras, la de-terminación de los derechos de los habi-tantes del territorio, la protección de un determinado modelo económico y el ma-nejo de las relaciones internacionales.

Por su parte, considera Urdaneta (2002) que las fronteras no son homogé-neas, ni en lo físico, ni en lo económico, ni en lo político, ni en lo cultural, sino que presentan especificidades en par-tes de las mismas, especificidades que se deben tomar en cuenta a la hora de plantear políticas y acciones

Todo este proceso migratorio con-lleva que tanto el proceso que involucra el paso por las zonas fronterizas entre países como la convivencia en el área ubicadas en dichos limites puedan pre-sentarse una serie de situación de vul-nerabilidad a las personas que transitan y conviven en las mismas, pudiendo ser violados de sus derechos humanos de estos.

Es por ello, que en atención a lo que plantea las Naciones Unidas, las fronteras internacionales pueden ser lu-

extraordinario referente para el estable-cimiento de su modelo de convivencia nacional. En realidad en muchos países se han constitucionalizados una gran parte de sus preceptos; es importante destacar que en Venezuela, su Consti-tución contiene una amplia admisión en lo concerniente a esta Declaración. Sin embargo, lo que se aspira es que se apli-que debidamente los enunciados y que los instrumentos legales consecuentes permitan desarrollarlos correctamente.

Situación de los Derechos Humanos en las Fronteras.

En opinión de Álvarez (2012), his-tóricamente el fenómeno de las migra-ciones ha sido una constante en la rea-lidad social latinoamericana y caribeña. Así, que en las décadas de los 90 y 2000, el tema de las migraciones fue y sigue siendo parte de la realidad política, so-cial y económica de la región. Al mismo tiempo y contradictoriamente, también asistimos a la reafirmación estridente de la frontera como instrumento de pre-servación frente al “descomunal despla-zamiento de población de la periferia al centro” Rodríguez (2002).

Sánchez (2013), señala que la regu-lación del movimiento de personas a tra-


82 83


rantizan la protección de estos derechos, sin embargo, pese a los esfuerzos a los procesos de integración fronterizo, se si-gue observando con preocupación como se transgreden constantemente dichos derechos.

Al respecto, diversos organismos internacionales, entre ellos la Comisión Interamericana de los Derechos Huma-nos, ha recibido en la actualidad, innu-merables denuncias de violaciones de esos derechos, principalmente, aquellos inherentes a la nacionalidad y ciudada-nía, así como también sobre derechos civiles tales como derecho a la libertad, seguridad, e integridad de la persona; a la igualdad ante la ley; a la protección a la honra, la reputación personal y la vida privada, de tránsito, a la propiedad; a la protección contra la detención arbi-traria; a la protección judicial y al debi-do proceso; entre otros; además de otros derechos de índole social como el dere-cho a la educación y al trabajo.


Álvarez (2012) La integración fronteri-za colombo-venezolana. Situación y perspectivas. Obra Globalización, In-tegración y Fronteras en América La-tina. Universidad de los Andes.

gares peligrosos para los migrantes, en particular para los que están (o se pre-sume que están) en situación irregular. Muchos migrantes pierden sus vidas cuando suben a embarcaciones no ap-tas para la navegación, cuando los trafi-cantes los dejan morir en el mar, o cuan-do la guardia de fronteras recibe órdenes de “disparar en el acto” para frenar la migración irregular. En las fronteras te-rrestres, marítimas y aéreas del mundo, los migrantes sufren discriminación, de-cisiones arbitrarias, selección ilícita por perfiles, interferencia desproporcionada con su derecho a la intimidad, torturas, violencia sexual y de género, prácticas de interceptación peligrosas, y detencio-nes prolongadas o arbitrarias. Además, la legislación nacional y los reglamentos administrativos pueden caracterizar las fronteras como zonas de exclusión o ex-cepción de las obligaciones de derechos humanos y tratar de eximirlas del cum-plimiento de las salvaguardias, contro-les y contrapesos en materia de dere-chos humanos que suelen incluirse en las legislaciones nacionales.

Ahora bien, ante esta realidad las Estados partes de esas zonas fronterizas deben garantizar el goce y disfrute de los Derechos Humanos que se encuentran previstos en los diversos pactos, trata-dos y convenios internacionales que ga-


84 85


Barcelona, Barcelona.Sánchez (2013) El enfoque de derechos

en las políticas migratorias. El caso colombiano. Derechos Humanos y Políticas Públicas, Universidad de los Andes.

Drucker, Peter( 2013) La sociedad pos-capitalista. Editorial Sudamerica. Buenos Aires. Argentina

Marcu, Silvia (2012) De Rusia a Espa-ña: Movimientos Migratorios Trans-fronterizos en la Eurasia del siglo XXI . Universidad de la Educación A distancia

Mendíaz, Graciela (2004) EL ESTADO Y LAS POLÍTICAS PÚBLICAS. LAS VISIONES DESDE EL NEOINSTITU-CIONALISMO Universidad Nacional de Rosario. Disponible en http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/847/Mend%C3%A-Daz_%20El%20Estado%20y%20las%20pol%C3%ADticas%20p%-C3%BAblicas_A1a.pdf?sequence=1 Visita . 20/07/16

Naciones Unidas (s/f) Principios y di-rectrices recomendados sobre Dere-chos Humanos en las Fronteras in-ternacionales.

O’Donnell, Guillermo (1993) Estado, Democratización y ciudadanía. Re-vista Nueva Sociedad nº. 128. No-viembre- Diciembre 1993, pp. 62-87. Disponible en: http://www.plataformademocratica.org/Publica-coes/13407.pdf . Visita, 19/7/16

Rodríguez (2002) Venir a la Europa fortificada. Reflexiones en torno a la identidad europea para las comuni-dades inmigradas, Universidad de

Juventud, Maltrato y Frontera: Violencia en Frontera Colombo-Venezolana

M.Sc. Marlyn Martínez Docente - UNIGUAJIRA - Colombia

Magister en Psicología - Univ. [email protected]

89


Introducción.

Estudiar la frontera colombo-vene-zolana desde los modos de vida de sus habitantes se ha constituido en uno de los principales objetivos de investiga-ción. La temática fronteriza ocupa gran espacio en los medios de comunicación tanto colombianos como venezolanos. La geopolítica, la seguridad y defensa, los secuestros, la guerrilla, el narcotrá-fico, así como lo relativo a la identidad nacional, son los puntos más tratados.

Son tantas las referencias hechas desde afuera de la frontera, que se ha creado lo que se denomina una fronte-ra virtual, sustentada especialmente en discursos de políticos y militares. La regionalidad se superpone y las relacio-nes interculturales desdibujan el límite geopolítico. El contacto entre venezola-nos y colombianos, también da lugar a situaciones que trazan la diferencia. Se pertenece a un Estado-nacional o a otro.

Las reflexiones apuntadas a con-tinuación se centran, en la visión de las estrategias aplicadas para la juventud, el maltrato y la violencia en la frontera colombo-venezolana. Los especialistas en la temática coinciden en que es el de mayor dinamismo social, cultural y eco-nómico en América del Sur. Esta franja


90 91


Asimismo, además de padecer por la guerra, los menores son, en su mayo-ría, quienes la llevan a cabo, debido a la cantidad de niños, niñas, adolescentes que pertenecen a las filas de los conten-dientes armados; no se sabe con exacti-tud el número de niños vinculados a los grupos armados, pero según el proyecto de niñez, familia y conflicto armado, pu-blicado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar CODHES-UNICEF (2006), se estima que existe alrededor de 2.000 menores en la guerrilla y 3.000 los vinculados con grupos paramilitares.

De igual forma, para la Defensoría del Pueblo Colombiano, según asevera-ciones de Alonso (2009), entre el 7 y 10% del total de integrantes de la Guerrilla, pertenecen al rango de menores de edad; a su vez, incrementan las denuncias so-bre el reclutamiento de estos menores a los grupos armados, que promueven, presionan e incitan a la violencia, en el cual, las fuerzas militares del país, asu-mieron desde Julio de 1999, la decisión de retirar a personas menores a 18 años de sus grupos, siendo ésta una decisión importante que se enfoca a la exclusión total de los menores de la guerra, como lo señala Barraza (2010).

En este caso, la utilización de ni-ños, niñas, adolescentes como soldados,

da cuenta de lo pluricultural, de lo diver-so. Lo revela la diferencia idiosincrásica existente entre un guajiro, un llanero, un andino y un nativo del Amazonas.

Juventud, Maltrato y Violencia.

En la actualidad, existe un eleva-do grado de responsabilidad compartida por los actores armados que, involucran-do a la población civil e infringiendo los Derechos Humanos, el Derecho Interna-cional Humanitario y la Convención de los Derechos de los Niños, convierten a la juventud en objetivo de su accionar o en parte de sus estrategias, según las Declaraciones de SUCUMBIOS (2009)

En este sentido, cada vez son más los menores que mueren por acción de los grupos armados, como lo señala Niño, Sánchez y Marlés (2012); esto se debe a la existencia de menores secues-trados y desaparecidos, que son víctimas sometidas a maltratos, torturas tanto físicas como psicológicas, ubicados en las zonas de conflicto, siendo partícipes de una población civil, transformada en la principal víctima de la confrontación que no distingue entre sí, a los niños y jóvenes ni personas adultas.


92 93


con violencia o con un arma; esto genera una dificultad, ya que se torna difícil la reinserción y reintegro de estos niños a la sociedad, colmándolos de valores en momentos de paz, después de un con-flicto.

Asimismo, la violencia armada de los niños es uno de los retos que debe afrontar las fuerzas de paz, como lo se-ñala Brett (2009); pero para los padres, la precaria situación económica que ge-nera este reclutamiento, es causada por la ausencia de oportunidades para los jóvenes y el conflicto en el campo, lo que niega el derecho a la salud, la educación y el trabajo.

Sin embargo, del total de los me-nores que se encuentran involucrados al conflicto armado, el 78% de ellos, por lo menos ha visto la mutilación de ca-dáveres, el 60% ha presenciado muer-tes, el 40% ha disparado a otra persona; el 28% le han herido; un 25% ha visto como secuestran otras personas, el 18% ha matado alguna vez, así como este mismo porcentaje ha visto como tortu-ran; y el 13% ha secuestrado a otros; es-tas estadísticas fueron presentadas por CODHES (2010).

De igual forma, se torna preocu-pante, la manera en la que cada uno

los expone a peligros equivalentes a he-ridas de combate y hasta la muerte, pero la situación es tan preocupante, que al momento de resistirse a su reclutamien-to, a la desobediencia y hasta en la ca-pacidad de aguantar el reclutamiento en este tipo de zonas, en ocasiones le gene-ra estos mismos peligros.

En relación a lo anterior, Belaus-teguigoitia y Melgar (2007) indican que este tipo de casos, repercuta en la po-sibilidad de una serie de violaciones al rango de derechos, desde acciones como el maltrato, la tortura, los problemas de salud, la explotación sexual, el uso o abuso de alcohol, drogas, la separación familiar, la falta de educación y en casos extremos como los de captura, conlleva a la ejecución o las detenciones exten-sas, siendo acusados por traición y crí-menes de guerra; esto representa algu-nos efectos particulares, psicológicos o físicos, relacionados a los niños que aún pasan por etapas de crecimiento mental, emocional, físico, así como el moral ha-cia la adultez.

Por su parte Boersner (2008) des-taca el impacto que esto tiene para con los niños; el hecho de torturar, violar, matar, herir, así como de accionar de manera violenta contra otras personas, les demuestra que pueden tener poder


94 95


racteriza por la presencia y participación activa de estos niños, niñas y jóvenes, según lo señala García, Beltrán y Nuñez (2010).

Sin embargo, los niños son utiliza-dos como informantes o espías, aprove-chando sus habilidades, posibilidades de manipulación e inocencia; en muchos casos, han participado en acciones vio-lentas en contra de otros niños y jóvenes de su edad, como parte de su entrena-miento en los grupos. Tejeiro (2008) se-ñala que es tan grave como el problema, pero muchos sectores colombianos, con-tinúan ignorando el tema de la vincula-ción de niños a la guerra, desechando las causas que motivan a preservar esta tendencia perversa, así como los efectos negativos e ineficaces, de consolidar una convivencia pacífica entre los colombia-nos.

Al mismo tiempo, los pocos esfuer-zos por parte del Estado son insuficien-tes; a su vez, no presentan una claridad en la promoción e implementación de políticas tanto locales, como regionales o nacionales, para disminuir la vincula-ción de menores a la guerra, sostenien-do una falta de compromiso por parte de las autoridades que hacen cumplir el orden jurídico vigente, así como de esta-blecer puentes factibles entre la realidad

de los actores armados, involucra a la población civil, de acuerdo a sus intere-ses, en especial a niños, niñas y jóvenes; pero si estos mantienen relaciones con miembros de la fuerza pública o tienen algún familiar a orden de los organismos de seguridad del Estado, son amenaza-dos de manera constante, como lo esta-blece Cancino y Albornoz (2007).

Además, los niños, niñas y jóve-nes vinculados a cualquier grupo arma-do, están obligados a dejar su condición de menores, así como la posibilidad de disfrutar de un crecimiento infantil, con educación, sin compartir con los suyos, sino el aprender de labores del campo, evitando tradiciones familiares campesi-nas; estos niños se involucran al conflic-to, asumiendo posturas adultas a tem-prana edad, dispuestos a esconderse o matar, disciplinándose para olvidar a fa-miliares, amigos, aprendiendo discursos propios políticos.

No obstante, para García (2007) en las zonas de conflicto colombo-venezo-lana, la infancia no posee un valor de vida; se convierten en receptores pasivos de rencor, intolerancia, ausencia de soli-daridad, falta de ética y dignidad que se acumulan mediante su crecimiento; la guerra que se ha presentado en Colom-bia durante los últimos tiempos, se ca-


96 97


atención a las implicaciones del maltra-to al que niños y jóvenes están some-tidos. Se ha comprobado documental-mente que un menor que proviene de un hogar en el que hay violencia, tiende a reproducir comportamientos agresivos; por otra parte, las escuelas y las comu-nidades en las que estas se hallan tam-bién constituyen espacios en los que las relaciones violentas se producen.

Recientes estudios procuran esta-blecer el vínculo entre el maltrato en el hogar y su expresión en el ámbito psi-cológico. Erling Roland y sus colegas (2004), han demostrado que las víctimas de padres agresivos en cuyos hogares prevalece la desatención, y en los que existe un ambiente de escaso apoyo, son proclives con frecuencia a recurrir a ex-presiones de violencia reactiva o proac-tiva, que pueden derivar en la victimiza-ción de otros menores con los que están en contacto cotidiano en la sociedad.

Christina Salmivalli (2004) argu-menta que los menores que han sufrido maltrato suelen ser violentos con sus pa-res. En un importante esfuerzo de preci-sión conceptual, Peter K. Smith (2004) propone que la violencia en la sociedad puede ser entendida como el producto de actos intencionales y sistemáticos que se convierten en un daño o en una

nacional y la protección establecida por la ley.

Políticas públicas y la violencia.

El maltrato físico o psicológico, y el abuso sexual como formas extremas de violencia en contra de los menores, ha estado presente en todas las sociedades a lo largo de su historia. El maltrato es concebido como el conjunto de acciones y situaciones acaecidas en todo ámbi-to, que afectan al niño en su bienestar, desarrollo y/o personalidad, limitando, tergiversando y/o lesionando.

Asimismo, en Colombia, la investi-gación reciente revela la dimensión ac-tual del problema, sobre todo en los ho-gares. La evidencia disponible, aunque parcial, se confronta con un registro de violencia intrafamiliar que afecta a una importante proporción de los hogares, situación que, debido a su relativa ge-neralización, ha ameritado la intensifi-cación de las medidas relacionadas con la promoción de los derechos de los ni-ños y de las niñas, así como la puesta en marcha de programas de prevención y de atención a las víctimas.

Desde el campo de la investigación psicológica, se ha prestado creciente


98 99


dejó claro que, durante los años ochen-ta, estos temas aparecieron tratados en forma dispersa, y «en todos los casos subordinados a otras problemáticas». Los aportes más recientes empezaron a concentrarse en la disciplina escolar como tema principal, aunque esta línea de indagación y de reflexión rápidamen-te confrontó el riesgo de ser opacada por otra, la violencia en la sociedad (Furlán, 2003, pp. 247- 248).

Al reconocer que el problema de la violencia es por demás complejo, y que en los ámbitos de la investigación edu-cativa y de la gestión escolar se han ge-nerado intensas polémicas no exentas de fuertes cargas ideológicas y políticas, Furlán destaca los aportes suministra-dos desde el sector de la salud, cuyas in-vestigaciones se han centrado en temas como el consumo de drogas, la violencia intrafamiliar, y el maltrato de los meno-res.

Precisamente la indagación sobre la prevalencia de la experimentación con drogas en las poblaciones de adolescen-tes, así como la determinación de los fac-tores de riesgo, revelan que el fenómeno se ha extendido en forma sorprendente, y que tiende a afectar a sectores de la población adolescente que hasta los pri-meros años de la década de los noventa

amenaza.

Desde este punto de vista, las con-ductas agresivas dentro de la sociedad no se reducen a acontecimientos de vio-lencia física, sino que se trata de abu-sos de poder por parte de personas más fuertes en contra de otra o de otras más débiles. Estos abusos pueden ser verba-les, o también pueden surgir de la exclu-sión o de la marginación de algún indi-viduo o de un grupo de las actividades normales de una colectividad escolar.

En este sentido, la violencia dentro de la sociedad puede ocurrir entre un in-dividuo y otro, entre grupos, o implicar a un conjunto de personas y aún a una institución en su totalidad. Roland y Ga-lloway (2002) han expuesto que la vio-lencia en un grupo escolar se presenta con mayor probabilidad cuando en éste predominan las sanciones o las formas disciplinarias rígidas como principales formas de control del maestro sobre sus estudiantes, y cuando el profesor no es capaz de lograr un liderazgo basado en el fomento del trabajo en equipos, con un alto nivel de exigencia intelectual.

En su revisión del avance en la in-vestigación sobre los procesos y sobre las prácticas de disciplina y de conviven-cia en la sociedad, Alfredo Furlán (2003)


100 101


psicología, pedagogía, las ciencias de la salud y las ciencias sociales, así como un campo de investigación y de acción que permita a las escuelas de educación básica recobrar su capacidad para pro-teger a las niñas, a los niños y a los jó-venes.

Este último punto merece ser am-pliado. Mientras que en los países miem-bros de la Unión Europea la agenda de los investigadores y de las autoridades prioriza la erradicación de toda forma de violencia en la escuela a partir de la puesta en marcha de programas que implican intervenciones por parte de múltiples agentes, en Colombia el sector Psicológico y las comunidades escolares apenas empiezan a hacerse cargo de que el maltrato, la violencia y las adicciones han penetrado los muros de los plante-les, generando dificultades que deben ser enfrentadas de manera consistente por la comunidad escolar, pero también por la sociedad en su conjunto.

Reflexiones Finales.

Tomando en cuenta lo señalado, más de 1 millón de niños, niñas y jóve-nes, se han desarrollado o desenvuelto en medio de la guerra, conociendo lo que es mentir y huir para salvar una vida,

se mantenía ajena a la adicción. A partir de las encuestas promovidas por el sec-tor salud (Medina Mora, y otros, 1998 a 2003), hoy se dispone de información sistemática que va mucho más allá de observar la evolución del fenómeno. Los datos revelan que los factores de riesgo asociados a la experimentación con dro-gas son de carácter individual, familiar, social y educativo.

Entre los individuales destacan el género, los problemas de identidad, y la baja tolerancia a la frustración. Los re-lativos a las circunstancias familiares son la desintegración o el abandono del hogar, la adicción a las drogas de algún miembro de la casa, el maltrato, y un ambiente de violencia en el núcleo do-méstico. La necesidad de trabajar favo-rece mucho el consumo o la experimen-tación. Entre los factores asociados a la vida en la escuela, se ha establecido que la probabilidad de la experimentación se asocia con el ausentismo, con la deser-ción, con el bajo rendimiento académico, con la desaprobación de directivos y de profesores, y con la dificultad de relación con los pares.

Tan compleja gama de factores in-teractúa de forma que aún necesita ser mejor comprendida. Es preciso insistir en la factibilidad de construir, desde la


102 103


seos de venganza de manera inconscien-te o consciente.

A su vez, la negación de otros hu-manos sujetos de derechos, la utilización de armamento como elemento de poder para eliminar un obstáculo y las mani-festaciones de resentimiento sostenido tanto social como familiar, representa al-guno de los impactos a mediano y largo plazo, que repercuten de manera negati-va en los menores, generando violencia y requiriendo de espacios o estructuras de atención especializadas, dentro del mar-co de soluciones integrales; asimismo, el rechazo a los derechos fundamenta-les de la niñez, el no hacer nada para redimirse, para la recuperación social, física y psicológica de los afectados por el conflicto, responde a otras formas de prolongación de guerras, afectando se-veramente a la población.

Ante ello, las posibilidades de ju-gar, aprender, educarse y llevar una vida sociable, se reducen a una habita-ción compartida por la familia en condi-ciones de hacinamiento, modificando de manera drástica su entorno tanto urba-no como social; a su vez, para ayudar a esta situación, sus padres o el que re-presenta la cabeza de familia, se vincu-la al comercio informal y a trabajos que pueden ser catalogados como indignos;

así como el manejo de un amplio conoci-miento de lo que representa una muerte violenta, por experiencias cercanas de sus familiares asesinados, experimen-tando el dolor, la impotencia ocasiona-da por la destrucción de sus hogares, sometiéndolos al olvido y la imposición de estructuras socioculturales nuevas, afrontando el miedo inminente de la in-diferencia propia de las zonas urbanas.

Además, un número significativo de estos niños, niñas y jóvenes, participan de forma directa en el conflicto armado, aprendiendo a matar, vengar muertes de compañeros, a desconfiar de la palabra de otros, así como de las personas que los rodean, utilizando la creatividad y la espontaneidad propia de la infancia, en pro a la destrucción y sometimiento de semejantes; evitando el juego, interiori-zando estrategias, discursos y tácticas que, según sus observaciones, justifican la violencia.

De igual forma, estos menores, han socializado en la guerra, generán-doles consecuencias psicológicas inme-diatas por causa del conflicto armado, constatando de manera muy triste, que muchos de estos niños, niñas y jóvenes, asumen actitudes o comportamientos fundamentados en la violencia, la impo-sición y la fuerza, incentivados por de-


104 105


des de intercambio en pro a fortalecer las bases de las realidades locales, apli-cando políticas jurídicas, ambientales, sociales, económicas, educacionales, de seguridad y defensa, dentro del marco de normatividad vigente.


Alonso, L. E. (2009). El discurso de la globalización y la nueva desigualdad regional. Estudios regionales (54), 125-145.

Barraza, M.P. (2010). El estado de los estudios de la frontera: zonas fronte-rizas y otras geografías. Araucaria. 5 (11).

Belausteguigoitia, M.: Melgar, L. (2007). “Introducción”. Fronteras, violencia, justicia: nuevos discursos. PUEG-UNAM, UNIFEM. México

Boersner, Demetrio (2008): Relaciones internacionales de América Latina, breve historia, sexta edición. Grijal-bo, Caracas

Brett. Rachel (2009) Coalición para de-tener el uso de niños soldados, Gine-bra, diciembre de 2009.

Cancino Cadena, A.; Albornoz Herrán, C. (2007). La integración regional como instrumento de desarrollo para América Latina. Colombia Interna-cional, 66, 120-146

en el caso de las niñas, entran al ser-vicio doméstico y en ocasiones la pros-titución, convirtiéndose en alternativas únicas de crecimiento.

Partiendo de las distintas caracte-rísticas sociales y emocionales que ha-cen mella en los menores bajo situación de violencia, maltrato y desplazamiento, se torna comprensible que se desvincule por completo de la comunidad de origen, evitando la participación comunitaria, así como los sentimientos apegados a una región; se pierden referentes simbó-licos, geográficos y afectivos que unen al pueblo al campo; en este sentido, la es-tructura que da valor a la vida personal, social y familiar, sufre impactos des-es-tructurales, al momento que es forza-do, rompiendo con lo cotidiano personal como sujeto social bajo un contexto don-de participa.

Sin embargo y basándose en este marco referencial, las fronteras repre-sentan una realidad humana, no sólo del territorio, que registra distintos mo-vimientos o factores que se relacionan con la geografía, la historia, la ciencia política, la lingüística, el derecho inter-nacional, la ecología, la psicología y la sociología, sino que presenta posibilida-des de cooperación e integración fronte-riza, enfocándose a diversas posibilida-


106 107


técnicos. Revistas alternativas. Cua-dernos de Trabajo Social. (15) 102

Niño, A. M.; Sánchez Truzman, M.; Marlés Herrera, S. (2012). Interpre-tación de realidades a través de los conceptos de región y frontera. Fron-teras del saber (1)

Petkoff, Teodoro (2005): Dos izquierdas. Alfa, Caracas

Romero, Flor Alba (2009) Desplaza-miento forzado a la luz de la Conven-ción sobre los derechos del niño, Pri-mer Encuentro Universitario por los Derechos de la Niñez y la Juventud, Bogotá, noviembre de 2009.

Sanabria Artunduaga, T. H. (2007). Los alcances del concepto región. Revis-ta Bitácora urbano territorial, 1 (11), 234-239

Suárez Suárez, Z. A. (2009). Hacia una nueva organización territorial en Colombia. Propuestas de ajuste a los principios rectores del funciona-miento de las entidades territoriales dentro del nuevo contexto económico y competitivo mundial. (Maestría en Derecho Administrativo). Colegio Ma-yor de Nuestra Señora del Rosario, Bogotá D.C., Colombia.

Tejeiro López, Carlos Enrique (2008) Teoría General de Niñez y Adolescen-cia, UNICEF Colombia.

CODHES (2010), boletines informativos 2007-2010.

CODHES- UNICEF (2006) Un país que huye, violencia y desplazamiento en una nación fragmentada, Bogotá.

Declaraciones De SUCUMBIOS (2009) La paz en la frontera se construye desde los derechos de los niños y las niñas, Lago Agrio, Ecuador, octubre 4 de 2009.

García Jiménez, A, Beltrán Orenes, P. & Núñez Puente, S. (2010). Una aproximación al concepto de frontera virtual. Identidades y espacios de co-municación. Revista Latina de comu-nicación social, (65). Recuperado de: http://www.revistalatinacs.org/10/art2/894_Madrid/16_Antonio_Gar-cia.html

García Targa, J. (2007). “Fronteras co-loniales en América”. En Ventura, M.; Vidal-Folch, Lluís, y Dalla-Corte, G. (ed.), La frontera entre límits i ponts (pp. 59-71). Barcelona: Casa América Catalunya

Idler, A. (2012). La conceptualización de las zonas fronterizas.

Kacowicz, A. (2008). América Latina en el mundo: globalización, regionaliza-ción y fragmentación. Nueva socie-dad (214), 112-123.

Melano, M.C (2007). Ciudadanía y au-tonomía en Trabajo Social: el papel de los saberes políticos y científico

Actitud Emprendedora en el entorno fronterizo para la

creación de nuevas organizaciones

M.Sc. Ciro LabarcaMagister en Gerencia del Mercadeo - URBE

[email protected]

111


Introducción.

En la actualidad es importante se-ñalar la actitud emprendedora para el crecimiento de las economías, en espe-cial, al momento que se identifican los factores claves que permiten fomentar el espíritu emprendedor entre las perso-nas que residen en la comunidad; es por ello, que la investigación, la actitud em-prendedora se enfoca tanto en la pues-ta en marcha de iniciativas de proyectos nuevos en el entorno empresarial, como en aquellas relacionadas a otros campos bien sea sociales, culturales, deportivos, científicos y fronterizos.

De igual forma, se pretende iden-tificar los aspectos que influencian de manera significativa en la determinación de oportunidades profesionales nuevas para las personas del sector fronterizo, bien sea a corto plazo, fomentando a la ocupación de riesgos, así como el desa-rrollo de proyectos que generen empleo; a su vez, a largo plazo, permite apoyar procesos en los que la sociedad fronteri-za, asocien creatividad con iniciativa, al igual que sus elementos negativos, rela-cionados al fracaso, al cambio, el riesgo y al progreso personal o social.

Asimismo, el ser emprendedor y poseer una actitud hacia el emprendi-


112 113


mento de llevar a cabo las actividades; muchas organizaciones, mediante pro-gramas o departamentos, motivan y for-man al personal, creando emprendedo-res empresariales, con el fin de impulsar con más fuerza, la aparición de nuevas ideas; a su vez, son varios los objetivos pertenecientes a las líneas estratégicas de estas instituciones, en las que se con-sigue la generación de empleos, se rea-liza transferencia de conocimiento y tec-nología, favoreciendo el cambio cultural de la sociedad, según lo señala Coque, López y Loredo (2007).

Ahora bien, no todas las organiza-ciones creadas contribuyen de la misma forma al progreso social y económico del entorno fronterizo; algunas de estas em-presas emergentes, logran el éxito con-tribuyendo significativamente en el en-torno, por el nivel de empleo que poseen, el potencial de innovación, la calidad en los productos que genera, la flexibilidad de sus actividades; pero las que no al-canzan una satisfacción empresarial, desaparecen en sus inicios, presentando una reducida dimensión.

Asimismo, tomando en considera-ción lo señalado, desde el entorno fron-terizo, se ha englobado enfoques teóri-cos sobre la funcionalidad empresarial o la creación de empresas, que desde

miento, representa la razón por la que se puede considerar tal actividad, en la que, las competencias que presenta o desarrolla, son el resultado de sus ac-titudes, prejuicios, valores, experiencias de vidas y horizontes significativos; a su vez, un emprendedor es una persona capacitada de detectar oportunidades, creando empresas para presidir, adqui-riendo procesos que comprende todas las actividades relacionadas a captar oportunidades, creando espacios de de-sarrollo y crecimiento concreto.

Actitud Emprendedora: Una aproxi-mación conceptual

Existen acuerdos unánimes rela-cionados a la importancia y necesidad de crear nuevas organizaciones, conce-bidas como realidades incuestionables, donde la creación de estas organizacio-nes rentables, pretenden una vocación competidora a mediano y largo plazo, constituyendo el factor principal de mo-dernidad para las sociedades más desa-rrolladas.

En este sentido, la implicación de la zona fronteriza en el fomento de la cultura emprendedora, representa una realidad emergente al entorno, presen-tando una posición privilegiada al mo-


114 115


ción de las empresas, específicamente a las variables personales de los empren-dedores; en algunos casos, se visualiza como la decisión de las personas para crear una organización, no represen-ta una consecución sola de los factores económicos, enfocándose a elementos como valores, los cuales muestran una visión completa del fenómeno.

De igual forma, la actitud empren-dedora en el entorno fronterizo, se cen-tra en los rasgo de comportamiento de las personas, es decir, se basa en lo que sabe, debe o qué hace, determinando sus capacidades, habilidades, experien-cias y comportamientos; en realidad, se puede inferir que, en los últimos años, han emergido una importante cantidad de variables enfocadas a la forma de cómo actúan los emprendedores.

Asimismo, como gestión estraté-gica, se ha determinado una insistencia en la importancia sobre la competencia empresarial como elemento diferencia-dor de la competitividad organizacional, como lo señalan Lumpkin y Dess (2000), quienes establecen que la competencia empresarial se logra mediante la utiliza-ción de habilidades, capacidades y expe-riencias en el mercado, los que generan a su vez, aptitudes, características y lo-gros personales en el talento humano de

supuestos diferentes, generan un nue-vo campo de investigación y desarrollo, como lo establece Venciana (2000). En-tre dichos enfoques, se ha recibido inte-rés generalizado, constatándose que son diversos los elementos que intervienen en el éxito organizacional recién crea-das, bien sea de manera interna como externa.

En este sentido, el empresario como elemento generador de éxito en las empresas, representa un factor de desempeño útil; en efecto, según Vecia-na (2000), las primeras aproximaciones relacionadas a la generación de empre-sas, se enfocaron en la explicación e identificación de características demo-gráficas, de los emprendedores que ge-neraban nuevas empresas y la relación que presentaban tanto con el éxito como su fracaso; los conocimientos empíri-cos, han permitido, corroborar la tesis que relaciona a las organizaciones con las características de sus emprendedo-res, generando una visión orientada a las influencias existentes en los sectores productivos, así como las estrategias de planificación, dirección, control y orga-nización.

No obstante, en los últimos años, los científicos sociales, presentan interés al fenómeno generalizado sobre la crea-


116 117


Sin embargo, el patrón de valores no es general, sino que se ve afectado por el elemento cultural; a su vez, Ho-fstede (2000), señala que, siendo aún, estructuras independientes, los valores y las culturas se relacionan, de manera que, esta última complementa y confor-ma los valores personales del ser. En el caso de los emprendedores, se configura perfiles básicos asociados a valores y ac-titudes empresariales, como lo establece Díaz y Rodríguez (2005).

En este caso, la actitud emprende-dora representa uno de los impulsores principales relacionados a la competiti-vidad, el desarrollo económico, social y la innovación, según lo señalan Wen-nekers et al (2006), pero para Carree y Thurik (2005) la actitud emprendedora, reconocida como una iniciativa, permite que la creatividad e innovación, se intro-duzcan en los mercados, cambiando e inclusive generando nuevos mercados, donde el fomento de esta iniciativa, es considerada como factor clave para el desarrollo tanto social como económico de los entornos fronterizos.

Partiendo de lo señalado, no existe una definición aceptada sobre la actitud emprendedora, debido a que, muchos autores la señalan como una actividad específica, que destruye la creatividad

las mismas.

Desde este punto de vista, las com-petencias organizacionales se presentan como heterogéneas, a medida en que las personas, difieren substancialmente en los conocimientos, realidades y cualida-des que los representan; se diferencian por su capacidad de generar situacio-nes económicamente rentables, de dife-rentes naturalezas, así como la dificul-tad que presenta su imitable actividad, permitiendo la sostenibilidad de dichas rentas. Esta dificultad se origina en las relaciones complejas entre las caracte-rísticas personales del talento humano con actitudes emprendedoras, la forma-ción que posee y sus habilidades inna-tas.

Por su parte, tomando en cuenta el planteamiento anterior, relacionado a la importancia sobre las capacidades de creación, sostenibilidad y desarrollo de organizaciones relacionadas a sus empresarios emprendedores, se puede considerar, que el estudio de valores es necesario, ya que se necesita fomentar y comprender el comportamiento empren-dedor en los entornos fronterizos econó-micos, sociales o culturales, siendo de gran utilidad para su análisis, permi-tiendo dibujar patrones de autoempleo y conducta emprendedora.


118 119


yando la innovación provocada por ex-ternalidades y la capacidad de apoyar el cambio, asumiendo con responsabi-lidad las acciones personales, negativas o positivas, pero también de conocer la trayectoria de las acciones, el estableci-miento de objetivos y el posee la motiva-ción necesaria para lograrlos.

Asimismo, para el autor, la acti-tud emprendedora desde un sentido más amplio, representa una competen-cia básica para lograr que los entornos fronterizos, posean economías basadas en el conocimiento competitivo, presen-tando dinámicas globales, capaces de desarrollarse económicamente de forma sostenible y con mejores oportunidades de empleo, generando mayor cohesión social. Así pues, desde lo particular, la actitud emprendedora, debe ser consi-derada como una competencia diaria, extendida ampliamente en la sociedad, como las tecnologías de la información y el conocimiento de lenguas extranjeras.

Importancia de la actitud emprende-dora en el entorno fronterizo.

Muchos autores, han reconocido la importancia que tiene la actitud em-prendedora en los entornos fronterizos, al momento de considerar el desarrollo

de Shumpeter, pero otros se enfocan so-bre el descubrimiento de oportunidades, como lo establece Kirzner (1979) citado por Van Stel Et al (2005).

Sin embargo, Gartner (1985) lo establece desde el punto de vista de la creación de nuevas organizaciones, pero en primera instancia, Casson (1982) lo estableció como en la creación de nue-vos e innovadores proyectos. En térmi-nos generales, la actitud emprendedora involucra la fuente de las oportunidades, la evaluación y descubrimiento de los procesos, así como la explotación de las mismas, donde las personas descubren, explotan y evalúan sus actividades, in-cluyendo la creación de nuevas estruc-turas organizacionales, como lo estable-cen Shane y Venkataraman (2002).

Desde una perspectiva generaliza-da, Ganero de Rearte (2005), la define como una manera de pensar, bajo una mentalidad inclusiva, con motivación para fomentar las capacidades indivi-duales del hombre, bien sea indepen-diente o en una organización en espe-cífico, que permite la identificación de oportunidades, así como la posibilidad de luchar por ellas, generando valores económicos y sociales. De igual forma, la actitud emprendedora está propensa a inducir cambios en la persona, apo-


120 121


En este sentido, se necesita la expe-riencia, innovación e imaginación para detectar oportunidades, logrando que sea un factor importante para las em-presas de los entornos fronterizos y las sociedades que la componen, basándose en el saber y el aprender a emprender, donde según Bueno (2006), deben ma-nejarse 3 directrices principalmente.

En primer lugar, el aprender a aprender, el cual combina actividades de visiones y valores con el conocimiento explícito; en segundo lugar, relacionado al aprender a hacer, que involucra las actitudes con las capacidades que son atendidas como habilidades o destrezas relacionadas con el talento y; en tercer lugar, el aprender a emprender, que de-termina la combinación de conocimien-tos con sus capacidades.

A su vez, la tendencia actualizada en la gestión, se enfoca a la permanen-cia de las organizaciones y a la acelerada competencia, representando la promo-ción de culturas emprendedoras en la empresa, permitiendo ser apoyadas y fo-mentadas por aquellos gerentes, catalo-gados como emprendedores que marcan la pauta, según lo establecen Bhardwa, Sushil y Momaya (2007).

económico que genera en los distintos países, reconociendo al emprendedor como aquella persona capaz de perci-bir oportunidades acordes para generar nuevos negocios con ellas, como lo seña-lan Bygrave y Hofer (2001).

Asimismo, el hecho de desarrollar capacidades y actitudes emprendedoras como medio para combatir el desempleo, es un elemento positivo pero sin efectos inmediatos, debido a que su complejidad es tanta que puede demorarse décadas para determinar sus resultados, según las aseveraciones de Audretsch y Keil-bach (2006). En este caso, para Angelelli y Prats (2006) el impacto de la actividad emprendedora es bueno, al relacionarse con el empleo y el crecimiento, pero si es considerado ante un mediano o largo horizonte.

De igual forma, para Timmons y Spinelli (2007), los emprendedores han transformado el mundo, creando traba-jos basados en la innovación, aplicando capital de riesgo, reconociendo oportuni-dades y cambiando economías, utilizan-do el cambio como estrategia de oportu-nidad para mejorar las economías, mas no problemas específicos. Pero para Is-benberg (2010) el emprendedor posee habilidades de gerente profesional, así como ser un colaborador organizacional.


122 123


sicas, como aquellas que actúan como elemento necesario para ser responsa-ble a las personas de sus acciones, te-niendo libertad para controlar y actuar las situaciones presentadas, además de poder identificarse con el logro de los resultados, buscando una retroalimen-tación continua sobre las operaciones realizadas, con el fin de modificar los objetivos planteados, fijando metas reta-doras, realizas y alcanzables, evitando la rutina, incluyendo el esfuerzo como elemento influyente en los resultados, generando como compañeros de trabajo, expertos especializados en el crecimien-to organizacional.

Sin embargo, al momento de ana-lizar la innovación, es necesaria la dife-renciación ente emprendedor e inventor, debido a que este último, tiene educación elevada, dispuesto a asumir riesgos, to-lerando la ambigüedad e incertidumbre; en cambio, el emprendedor se interesa en la organización de nuevas oportuni-dades de crecimiento organizacional, comprometiendo su permanencia en el tiempo, como lo señalan Mueller y Hei-demann (2006).

Por su propia naturaleza, la innova-ción contiene incertidumbre, con el ries-go como factor limitador e impulsador en la toma de decisiones que realiza el

Por su parte, en Venezuela, la for-mación del emprendimiento, generando una actitud en las personas, no es in-cipiente, debido a que los venezolanos, buscan la forma de cómo subsistir en un mercado altamente competitivo, logran-do sostenerse en el tiempo, desde cual-quier perspectiva económica, convirtien-do y mejorando bien sea los productos o servicios ofrecidos; es por ello que, la base de estas actitudes emprendedoras, se basa en los 4 factores establecidos por Robinson (2004).

En primer lugar establece la nece-sidad de logro en los negocios, lo que se centra a los resultados concretos con el desarrollo y creación de nuevos empren-dimientos; en segundo lugar se ubica la innovación en los negocios, el cual se percibe como el funcionamiento de toda organización de manera única y nueva; en tercer lugar se tiene el control interno de las operaciones, como estrategia para influenciar en los resultados productivos y; en cuarto lugar se tiene la autoestima, el cual se vincula con la confianza y sen-timiento en los negocios, bajo enfoques de competencia para llevarlos a cabo en un mercado determinado.

En este sentido, McClelland (1961) citado por Bhardwa, Sushil y Momaya (2007), define estas características bá-


124 125


A su vez, los emprendimientos que contribuyen al desarrollo y auge eco-nómico de las zonas fronterizas de los países que comparten mercados, gene-ralmente son aquellos que se dan por oportunidad, ya que, aquellos cataloga-dos por necesidad, no dejan en su mayo-ría, ser una actitud emprendedora que permite subsidiar a quien los preside y su núcleo familiar directo, dejando de generar fuentes adicionales de trabajos, sesgando la innovación y no poseen es-trategias de crecimiento constante.

Por otro lado, es importante se-ñalar que el crecimiento por la actitud emprendedora, se acompaña por acti-vidades que fomentan dicho auge; en este caso, para las zonas fronterizas, las políticas públicas han permitido herra-mientas favorables para la creación de nuevas organizaciones; sin embargo, en la actualidad existen iniciativas desde el sector privado que se enfocan a los pro-gramas de responsabilidad social em-presarial.


A manera de reflexión, se entiende como actitud emprendedora, a la parti-cular forma de razonar, pensar y actuar que se vincula tanto a la búsqueda como

innovador; estas decisiones al ser toma-das bajo incertidumbre, se enfrentan a riesgos mayores con resultados de erro-res, pero existe la posibilidad, de revertir dichos procesos, causando pérdidas a la organización, asumiendo el riesgo, como lo establecen Brandão y Pinheiro (2006).

Desde lo particular, en América La-tina, existe una notable ausencia sobre la actitud emprendedora en la agenda pública de los países que la conforman, generando un vacío estadístico en las organizaciones que nacen, prosperan o mueren, bien sea en términos cuantifi-cables o aquellas relacionadas al éxito, tomando en cuenta sus necesidades y problemas.

Es por ello que Galán et al. (2006) demuestra que si las empresas son guiadas por emprendedores calificados, los resultados medidos en salud organi-zacional, niveles de ventas, rentabilidad y desarrollo económico, son ostensible-mente superiores a los que son lidera-dos por no profesionales. Ante esta si-tuación, los resultados económicos de un emprendimiento, respaldan a lo se-ñalado por Venciana (2002), quién esta-blece que el 80% de los fracasos organi-zacionales, viene por la poca formación de sus gerentes.


126 127


empresas.

Por su parte, la inclusión del po-der femenino, de los indígenas y demás poblaciones segregadas de la sociedad a las actividades productivas empresa-riales, representa uno de los mejores ca-minos que persigan estrategias de este tipo, contribuyendo consigo, a la mejoría de las posibilidades de movilidad social en la población.

Sin embargo, existen estrategias in-tegrales que apoyan la actitud empren-dedora, una de ellas se vincula con la conformación de paquetes coordinados con programas para atender los diferen-tes factores que inciden en las etapas del proceso que desarrolla la actitud em-prendedora; las iniciativas particulares para la promoción organizacional, debe contar con un compromiso político, so-cial y económico a largo plazo, que ge-nere la identificación de oportunidades organizacionales, así como la puesta en marcha de negocios inclusivos que per-duren en el mercado. En este caso, di-chas políticas deben considerar como importante la experiencia laboral, como factor crítico para lograr los objetivos.

la persecución de oportunidades, obte-niendo resultados que permiten crear, mejorar, renovar y realizar el valor des-de una perspectiva amplia, es decir, no se enfoca únicamente en el valor econó-mico, sino en el que genera de manera social, para los emprendedores y todos los grupos de interés relacionados a la sociedad, los clientes, proveedores, em-pleados o el entorno al que pertenecen.

En este sentido, por mucho tiempo, el auge económico y el empleo, se aso-ciaban a grandes organizaciones, con-virtiéndolos en un lugar de trabajo ideal, al momento de finalizar la formación educativa; pero, desde la década de los 80 y 90, se demostró que la generación de nuevas fuentes de empleo, procedía de las nuevas y pequeñas empresas.

En base a estos resultados, se pue-de inferir que en las zonas fronterizas del territorio nacional, la única forma que puede desarrollar una actitud empren-dedora exitosa, es aprender haciendo y aprender emprendiendo, incrementando las actitudes, desarrollando inteligencia emocional y educando por competir; de igual forma, es importante señalar que una política de impulso, debe proponer-se para aumentar la base y extracción social, que le permita el acceso a medios necesarios para la creación de nuevas


128 129


Los mejores textos, Barcelona: Ariel, pp. 61-80.

Bygrave, W. y Hofer, C. (2001). Theori-zing about Entrepreneurship. Entre-preneurship: Theory a n d Practice. 16(2), pp. 13-22.

Carree, M. y Thurik, R. (2005): The im-pact of entrepreneurship on econo-mic growth. En: Audretsch, D.B. y Acs, Z.J. (eds.) Handbook of Entre-preneurship Research. Boston/Dor-drecht: Kluwer Academic Publishers, 437–471

Casson, M.C. (1982): The Entrepreneur. An Economic Theory. Oxford: Martin Robertson.

Coque, J; López, N. y Loredo, E. J. (2007): Fomento de la cultura em-prendedora e innovadora entre el alumnado universitario del campus politécnico de Gijón. Forum calidad, 177, 42-50

Díaz, F. y Rodríguez, A (2005). Locus of control, nach and values of commu-nity entrepreneurs. Social behavior and personality, 31, 739-748

Galán et al. (2006) Teoría Económica Institucional y Creación de Empre-sas, Investigaciones Europeas de Di-rección y Economía de la Empresa, 11 (3), pp. 209-230.

Ganero de Rearte, A. (Compilador) (2005). El proceso de creación de empresas. Factores determinantes


Angelelli, P.; Prats, J. (2006). Fomen-to de la actividad emprende-dora en América Latina y Ca-ribe. Serie de Informes Técnicos del Departamento de Desarrollo Soste-nible. Banco Interamericano de De-sarrollo. Washington, DC. Disponible en: ‹http://www.iadb.org/sds/doc/int1b2.pdf›

Audretsch, D. y Keilbach, M. (2006). En-trepreneurship capital and regional growth. Annals of Regional Science. 39(3), pp. 457-469

Bhardwaj, B; Sushil y Momaya, K. (2007). Corporate entrepreneurship: application of moderator method. Singapore Management Review. 29(1), pp. 47-58

Brandão, M. y Pinheiro, D. (2006). Pro-grama de empreendedorismo em instituições de ensino superior: Re-flexões a partir de algunas experien-cias canadienses y americanas. Re-vista de Negócios, Centro de Ciencias Sociales Aplicadas, Univer-sidad Regional de Blumenau, Brasil, 9(2), pp. 117-126

Bueno, E. (2006). Emprender en la so-ciedad del conocimiento: el capital del emprendizaje como dinamizador del capital intelectual. En Arnal Lo-silla (coord.). Creación de empresa:


130 131


of entrepreneurship based o n an attitude consistency model . Tesis doctoral. Provo, Utah: Universi-ty of Brigham Young.

Shane, S. y Venkataraman, S. (2002). “The Promise of Enterpreneurship as a Field of Research”. Academy of Ma-nagement Review, 25 (1), 217-226.

Timmons, JA y Spinelli, S. (2007). New Venture Creation: Entrepreneurship for the 21st Century with PowerWeb and New Business Mentor CD (6ª ed.).

van Stel, A.; Carree, M. y Thurik, R. (2005). “The effect of entrepreneurial activity on national economic grow-th”. Small Business Economics, 24, 311–321.

Veciana, J.M. (2000). “Características del empresario en España”, Papeles de Economía Española, num. 39/40.

Venciana, J.M. (2002): Creación de em-presas como programa de investiga-ción científica. Revista Europea de Dirección y Economía de la Empresa, 8, 11-36

Wennekers, S.; van Stel, A.; Thurik, R. y Reynolds, P. (2006) “Nascent entre-preneurship and the level of econo-mic development”. Small Business Economics 24(3), 293–309

y diferencias espaciales. Ediciones Suárez

Gartner, W.B. (1985). A conceptual fra-mework for describing the phenome-non of new venture creation. Aca-demy of Management Review, 10(4), 696-706.

Hofstede, G. (2000). Culture’s Conse-quences, International Differences in Work-Related Values (Cross Cultural Research and Methodology). New-bury Park, CA: Sage Publications

Isbenberg (2010) The big idea. How to start an entrepreneurial revolu-tion. Harvard Business Review. pp.41-51.

Kirzner, I. M. (1979): Perception, Oppor-tunity and Profit. Chicago: University of Chicago Press.

Lumpkin, G. T. y Dess G. G. (2000): Clarifying the entrepreneurial orien-tation construct and linking it to per-formance, Academy of Management Review. Vol. 21, 135-172

McClelland, D.C. (1961). The Achieving Society. Princeton: Van Nostrand.

Mueller, M. y Heidemann, F. (2006). Inovaçâo e empreendedorismo: o elo perdido? Trabajo presenta-do en la XXXVII Asamblea de CLA-DEA (Consejo Latinoamericano de Escuelas de Administración). Porto Alegre: UFRGS.

Robinson, P. (2004). Prediction

Comercio Transfronterizo y los desafios ante la opacidad

administrativa

Dra. Nayeska PérezDocente - UNEG - Venezuela

Doctora en Ciencias EconómicasUniv. La Habana

[email protected]

135


Introducción.

El objetivo del presente estudio pretende evaluar el impacto que genera el comercio transfronterizo en las econo-mías de la región, tomando en considera-ción los diferentes desafíos relacionados a la opacidad administrativa de los pro-cesos. De igual forma, se toma en cuen-ta que los gobiernos regionales, utilizan recursos para financiar los diferentes proyectos que permiten un crecimiento poblacional de las ciudades fronterizas.

En este sentido, es importante dise-ñar esquemas para que los fondos recau-dados, eviten la opacidad administrativa, admitiendo procesos de transparencias, el cual deben ser compartidos por am-bas ciudades, como producto del comer-cio transfronterizo que manejan, con el fin de financiar de manera conjunta los proyectos que le permitan mejorar su calidad de vida.

Por su parte, tanto la transparencia como la rendición de cuentas en materia financiera, involucran el proceso demo-cratizador de las zonas comerciales; en los que sus fideicomisos, actos jurídicos, impuestos y demás obtención de dine-ro, representa un elemento del Producto Interno Bruto, representando un pesos substancial, equivalente a un escrutinio


136 137


dos relaciones relevantes, una entre países que se denomina transnacional, que equivale al puente de comunica-ción existente entre dos o más países que no dependen de localización fronte-riza, cuyo origen o destino es difundido en cada territorio nacional pertinente, presentando exportaciones, importacio-nes y migración internacional; y el otro tipo de relación, que se presenta dentro del sector regional, derivando procesos transfronterizos manejados como con-secuencia y expresión de contigüidad espacial con estructurales diferencias, dando paso a la exportación, la migra-ción transfronteriza, el turismo y el co-mercio transfronterizo de subsistencia.

A partir de lo anterior, para Agui-lar (2006) se puede identificar el comer-cio transfronterizo como el intercambio, producto de las diferentes estructuras nacionales, facilitado por la contigüidad espacial de las ciudades que lo generan, permitiendo, tomando en cuenta la dis-tancia, importar o exportar los produc-tos de manera fácil, con precios locales, manejando otros costos.

Asimismo, el consumidor tiene ac-ceso a las compras de productos en el país vecino, siendo en algunos casos más baratas y sin regulación de ven-tas; este comportamiento ha permitido

riguroso sobre los recursos públicos.

Epistemología del Comercio Trans-fronterizo.

Distintos autores han constituido análisis teórico conceptuales, relaciona-do a las características de interacción que se dan lugar en la frontera; según Pick y Butler (2000), dichas interaccio-nes son parte de una escala que va de 0 a una interacción máxima; mientras que Morehouse (2005) señala que este fenómeno se complementa por diferen-tes funciones identificables.

Sin embargo, el análisis de Alegría (2002), se diferencia de los demás, al ca-racterizar que los procesos transfronte-rizos y los nacionales y transnacionales, son cuantificables mediante el flujo que maneja; a su vez, el autor establece, que pueden señalarse tres procesos claros: nacionales, binacionales y transfronteri-zos. Asimismo, los procesos nacionales, los refiere como las actividades que no manejan relación directa con lo binacio-nal o con actividades del gobierno, así como servicios públicos dirigidos a la po-blación local.

En este sentido, para el autor, los procesos binacionales incluye además,


138 139


un bien o servicio, se incrementará en comparación a los que corresponda a lumbral disperso; la teoría del lugar cen-tral, logra evaluar el impacto que tiene el comercio transfronterizo, en el que los productos o servicios poseen centralidad superior al atribuido por la jerarquía ur-bana, como elemento del sistema central nacional; el nacimiento del Estado-Na-ción, con autonomía y soberanía defini-da sobre el espacio del territorio nacio-nal, no siempre corresponde al umbral y distancia económica del lugar central.

En relación a ello, en las fronteras, las ciudades que las comprenden, son lugares con áreas de influencia económi-ca, que no coinciden con los determina-dos límites del Estado-Nación; a su vez, dentro del sistema nacional y su jerar-quía, se subestima debido a la distancia económica que posee la ciudad fronteri-za, entendiéndose con una perspectiva más generalizada a la frontera política.

En este caso, para Machinea y Ce-cilia (2006) el comercio es considerado como una función de lugar central, que conlleva a que las ciudades fronterizas, puedan obtener ventas superiores o ma-yores especializaciones en comparación con aquellas poblaciones no fronterizas con una jerarquía similar dentro del sistema nacional; asimismo, la diferen-

el crecimiento sustancial del comercio transfronterizo, generando situaciones difíciles en las economías emergentes.

En este sentido, la teoría del lu-gar central, presentada por Berry y Parr (1988) establece que en un determina-do espacio, existen jerarquías de lugares centrales o como lo señala Christaller (1966) existen lugares centrales tanto bajos como altos. De igual forma, la cen-tralidad de un determinado espacio, no depende del espacio, sino de la función que realiza, es decir, hay lugares cen-trales que se especializan en funciones como el comercio, la industria, especí-ficos o dispersos, o en aquellos bienes y servicios resultados y producidos de manera central.

Ante ello, los conceptos de distan-cia económica y umbral, poseen una importancia, debido a que atienden la centralidad de un lugar en específico. Para Light (2006), la distancia económi-ca representa el trayecto recorrido por el consumidor, para adquirir productos o servicios; a su vez, el umbral determina la cantidad mínima de estos consumi-dores, que permite que alguna actividad económica, se sostenga o emerja.

De igual forma, Aguilar (2010) es-tablece que este umbral perteneciente a


140 141


información; la población y los sectores productivos, en cierta medida, no cum-plen con los estándares específicos para tener acceso a la información pública, desde una perspectiva de auditabilidad de las funciones y la transparencia.

En este sentido, para Aguilar (2013ª) al analizar los indicadores, se refleja el cambio de gestión y propiedad de las entidades públicas que realizan dichas actividades; se puede inferir que estas situaciones, manejan transaccio-nes que no informan de manera debida a la ciudadanía en general; dicho acceso a la información pública corresponde a ejercicios de rendición de cuenta, trans-parencia, negociaciones y gestiones de todas las instituciones que hacen vida social en la comunidad.

Asimismo, Aguilar (2013b) señala que existió en Venezuela, operaciones fantasmas que manejaban dietas, co-misiones, divisas y otros, que se transfi-guraron en partes; en la actualidad, los mismos que denunciaron tales acciones, denunciaron a gobiernos democráticos para las acciones de corrupción pública y privada, el cual se regía por la admi-nistración institucional correcta, con-trastando el manejo efectivo del dinero, el cumplimiento de las leyes y la trans-parencia.

cia de lo que se plantea respecto a su pronóstico, es catalogado como el efec-to transfronterizo, o lo que para Alegría (2002) reconoce como la consecuencia y expresión de contigüidad espacial.

El comercio transfronterizo y la opa-cidad administrativa.

Los procesos democráticos exigen transparencias para los que reciben los mandatos dentro de la administración pública, el cual se encuentra consagrado en los artículos 28, 39, 141, 143, 187.3, 196.5, 274, 289 y 319 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezue-la CRBV (1999); sin embargo, en Vene-zuela y otros países, existen denuncias absueltas, no admitidas o con silencio administrativo que, en pocos casos, ha conducido al incremento de dudas, con-frontaciones internas y desconfianza, transformándose en un tremedal escép-tico.

Asimismo, para la opacidad se su-man incidentes complejos, que justifi-can la obstrucción y revierten las medi-das de presiones que derivan la censura en los procesos administrativos; esto está representado por las diversas accio-nes que los actores llevan a cabo, con el fin de que se admitan las fuentes de


142 143


Por su parte, Torres de Durand y Pratts (2013) establecen que los ad-versativos estilos y la deficiencia en la transparencia gubernamental, menguó la capacidad del diálogo constructivo capaz de generar innovación, así como el fortalecimiento de las decisiones y el análisis de riesgo presente; de igual for-ma, la opacidad dentro de la gestión pú-blica del comercio transfronterizo, pre-senta una situación fiscal precaria, un bajo desempeño en los sistemas educa-tivos, insolvencia de las corporaciones públicas y deficiencia del sistema de se-guridad, que pone en evidencia los dife-rentes resultados obtenidos.

De la misma manera, para Hall (2005) ante la incertidumbre fiscal y eco-nómica actual, es imperativo destacar el desarrollo de culturas responsables, así como, centrarse en la gobernanza abier-ta y transparente, representada como procesos de gestión pública, siendo más estratégico al momento de formular las políticas públicas que regulan el mer-cado; a su vez, es necesaria la transfor-mación práctica de la gestión adminis-trativa pública, con el fin de asegurar la eficiencia, eficacia y calidad en la presta-ción de servicios continuamente.

Es necesario mencionar, que el de-sarrollo de culturas responsables para la

Por su parte, al reflexionar de la realidad venezolana bajo la estructura histórica actual, se encuentra que posee deficiencia al momento de la rendición de cuentas y la transparencia, debido a los resultados de la gestión pública, manejando deterioros en la credibilidad y confianza que le restan legitimidad a la viabilidad de iniciativas gubernamen-tales importantes, estrategias empresa-riales centradas en la ciudadanía, que permiten resolución de problemas y sa-tisfacción de las diferentes necesidades ciudadanas.

No obstante, para Torres de Durand (2006) las políticas públicas del pasado, se formularon respondiendo a intereses particulares, basándose en el interés electoral, evitando respuestas colecti-vas y la búsqueda del bienestar o bien común; los gobiernos, gestionan al país bajo estructuras falsas de la administra-ción pública y los partidos políticos que comprenden son igual; en este sentido, el incorrecto entendido ha deteriorado los organismos públicos, resultando un manejo deficiente sobre los recursos, así como la falta de aprovisionamiento para los servicios públicos de calidad que atienen la necesidad y aspiración de la sociedad.


144 145


cipios necesarios para transcender las deficiencias de gobernanza, en especial las relacionadas con el comercio fronte-rizo, utiliza estándares internacionales, con el fin de mejorar los diseños, eva-luación e implantación de las políticas públicas, representando una importan-cia sustentable para la movilización de los resultados sociales y económicos que aspira la comunidad.

De igual forma, Aguilar (2014) ad-herirse a los principios de rendición de cuentas, transparencia, respondabilidad gubernamental e involucrar de manera activa todos los sectores productivos, resulta trascendental, ya que permite asegurar la respuesta al interés públi-co y el bien común de la gestión púbica; emprender con disciplina y firmeza la gobernabilidad, logra elevar los valores democráticos anhelados.

En este sentido, la verdadera trans-parencia, depende de la administración pública, quienes facilitan a la sociedad, la información requerida en los momen-tos determinados; si los entes públicos no desarrollan actividades respetando la sociedad, seguirá generando opacidad; en muchos casos, debe existir la oposi-ción de descubrir las distintas dificul-tades presentes en la actividad pública, resultando posible que, al aplicar una

gestión pública, admite el manejo efec-tivo de los recursos públicos, además de mejorar la rendición de cuentas y la transparencia que conlleva; también, re-quiere de niveles de componentes éticos, manteniendo una participación activa de los distintos actores de la sociedad civil, la ciudadanía en soluciones públicos, el sector empresarial y de propósitos cla-ves para hacer frente a la corrupción y los efectos adversos que genera.

Asimismo, se hace más necesaria la articulación coherente de la acción pública para definir los problemas con claridad, tomar y ejecutar decisiones; al adoptar un curso de acción de políticas públicas, se deben generar soluciones a los diversos asuntos públicos, identi-ficando con precisión la problemática, así como definiendo las necesidades de la sociedad. Dicho esfuerzo, se presenta por la capacidad que poseen los actores públicos y la sociedad, con el fin de co-producir ideas, movilizar resultados, la acción y nivelar los riesgos que resultan; de igual forma, la aprobación de medi-das legislativas improvisadas, deben reemplazarse por formalismos de rigor, ante los protocolos diseñados para for-mular políticas públicas.

Sin embargo, Le Tourneau (2009) señala que para adoptar métodos y prin-


146 147


gadas como bonos de obligación general, impuestos, contratos en el sector priva-do y los bonos basados en ingresos del gobierno; pero para algunos autores, no es considerable el compartir ingresos, el cual podría aplicarse en estas zonas fronterizas.

En este sentido, las zonas corres-pondientes al comercio transfronterizo, no tienen la capacidad de generar recur-sos suficientes para abarcar sus propias fallas; lo que permite proponer que se creen grupos de compartir cooperativo, lo que equivale, al intercambio de recur-sos, que el comercio transfronterizo ge-nera mediante los impuestos, que bene-fician únicamente a las ciudades en los que se da el fenómeno.

De igual forma, esta propuesta, debe asociarse a un marco de planea-ción transparente, evitando la opacidad de las instituciones de gestión pública, donde la planeación transfronteriza se puede presentar como los planes a ni-vel local-local, afrontando retos equiva-lentes a la esfera pública institucional, considerando que los gobiernos locales, limitan de manera legal, debido a las prohibiciones para llevar a cabo tratados de políticas exterior.

auténtica transparencia administrativa, se logren resultados altamente positivos.


Al principio, se planteó como ob-jetivo, la planeación bilateral como una estrategia basada en el comercio trans-fronterizo, con desafíos de opacidad ad-ministrativas, lo que permitió analizar las acciones de planificación centradas a la mejoría del nivel de calidad de vida de la población; sin duda, la planeación bilateral y la cooperación transfronteri-za, permiten condiciones favorables de participación en los mercados.

Por tal motivo, con el fin de mejo-rar las condiciones de vida de las zonas fronterizas, es necesaria la inclusión de proyectos centrados en disminuir los re-zagos de infraestructuras y servicios en ambos lados; de igual forma, se plan-tean infraestructuras ambientales para cubrir las necesidades de la zona fron-teriza, relacionadas al alcantarillado, sa-neamiento, agua potable y manejo de los desechos sólidos municipales.

Asimismo, para llevar a cabo el co-mercio transfronterizo de manera efec-tiva, es importante tener opciones de financiamiento para estructuras catalo-


148 149


beneficio personal.

Por su parte, la omisión estatal que afecta de manera generalizada, los gru-pos de comercio transfronterizo, en la actualidad, representan la mayor vigen-cia efectiva para proteger los derechos humanos en mayores porciones pobla-cionales; tomando en cuenta que es uno de los principales campos para la lesión de derechos.

Asimismo, la teoría tradicional re-lacionada al acto administrativo, se pre-senta como una idea desarrollada enfo-cada a los riesgos de interferencia estatal más no en la omisión u opacidad admi-nistrativa, permitiendo déficits menores para responder de manera adecuada a los escenarios presentados.

En este sentido, el Poder Judicial, desarrolla dispositivos que, desde la perspectiva de tutela judicial efectiva, son aplicados para enfrentar estos de-safíos administrativos, donde los entes públicos deben convertirse en procedi-miento administrativos efectivos, es de-cir, la Administración Pública debe tener sus propias herramientas, necesarias para resolver conflictos colectivos.

Además, una interesante manera de responder ante los desafíos presentes

Las limitaciones jurídicas, han lo-grado que la planeación transfronteriza de manera informal, realice acciones li-mitadas para los gobiernos locales; es importante señalar que para mejorar las condiciones de vida de la población fronteriza, es imperante la necesidad de institucionalizar la planeación trans-fronteriza, como elemento de condición necesario para poder acceder a los re-cursos financieros, de lo contrario se-guirán perdiéndose los beneficios para otras regiones.

No obstante, la transparencia para la información, para los recursos públi-cos es importante; en los años anterio-res, los organismos y entidades públicas gubernamentales, disponían de recur-sos públicos sin supervisión ni vigilancia por los entes que regulan el Estado, pro-vocando irregularidades marcadas en la administración pública, afectando el patrimonio por el desvío de los recursos, la corrupción y los gastos discrecionales.

Por tanto, los gobiernos están en la obligación de rendir cuenta sobre el destino del dinero percibido, por ello, las irregularidades registradas sobre la administración pública de los mismos, debe conllevar a desligar las responsabi-lidades de los funcionarios que afectan las finanzas públicas del país para su


150 151


especial hincapié a los producido por la globalización del derecho; en lo particu-lar, reformular estos aspectos es necesa-rio, debido a que los planos en los que se puede presentar deben establecerse de manera indiscriminada.

Por tanto, el derecho administra-tivo tradicional, permite herramientas valiosas aplicables para afrontar las di-ficultades presentadas por el comercio transfronterizo, que equivalen a estruc-turas de opacidad administrativa, por ello siempre se debe enfocar desde una perspectiva crítica, el virar sobre dichos riesgo si se quiere una sociedad alta-mente equitativa.

Referencias Bibliográficas

Aguilar, Luis F. (2006) Gobernanza y Gestión Pública. McGraw Hill

Aguilar, Luis F. (2010) El Futuro de la Gobernanza Después de la Crisis. Revista Redalyc

Aguilar, Luis F. (2013a) El Gobierno del Gobierno. Prentice Hall

Aguilar, Luis F. (2013b) Gobierno y Ad-ministración Pública. Prentice Hall

Aguilar, Luis F. (2014) La Nueva Go-bernanza Pública. Ponencia Cátedra Magistral CGPC

Alegría, T. (2002) La Ciudad y los Proce-

por la opacidad administrativa en el co-mercio fronterizo, se basa en jerarquizar el alcance general de los actos no nor-mativos, tomándolos en cuenta como categorías de régimen propios y con con-tornos, debido a que estas estructuras, permiten soluciones a los actos adminis-trativos y el reglamento, si fallan; en ge-neral, el acto no normativo, logra solven-tar conflictos específicos que incluye un indeterminado conjunto de personas, configurando lo general de los destina-tarios con el contenido concreto.

Sin embargo, al brindar un anda-miaje jurídico para poder cumplir las especificaciones proteccionistas que de-manda la Administración Pública ante el comercio transfronterizo, permite re-conocer como propia el acto general no normativo, logrando determinar los mecanismos de acción ante situacio-nes colectivas que perciban aspectos de elaboración, publicidad, propaganda, participación y debate de lo que debilita el régimen de formación de reglamentos de Venezuela.

Dicho esto, en diferentes ocasio-nes, se puede observar, inclinaciones de buena fe, para proponer una estrategia que desmantela la teoría tradicional re-lacionada al derecho administrativo que incluye el comercio transfronterizo, con


152 153


Morehouse, B. (2005) A Functional Approach to Boundaries in the Con-text of Environmental Issues, en Journal of Borderland Studies, vol. 10, núm. 2, 2005, pp. 53-73

Pick, J. y Butler E.W. (2000) Socioeco-nomic Inequality in the U.S.- México Borderlands, en Frontera Norte. Vol. 2, Núm. 3, enero-junio de 2000, pp. 31-62

Torres de Durand E. (2006). Transpa-rencia como Estrategia de Desarrollo. El Nuevo Día.

Torres de Durand E., Pratts Ponce de León S.(2013) Una Nueva Gobernan-za para Puerto Rico

sos Transfronterizos entre México y Estados Unidos, Frontera norte, vol. 2, núm. 1, julio-diciembre de 2002, pp. 53-90

Berry, J.L.B y Parr, J.B (1988) Market Center and Retail Location: Theory and Applications. Prentice Hall, 1988.

Christaller, W. (1966) Central Places in Southern Germanym Englewood Cli-ffs, Nueva Jersey, Prentice Hall, 1966

Constitución de la Republica Bolivaria-na de Venezuela (1999). Gaceta Ofi-cial de la Republica Bolivariana de Venezuela No 36.860,30 de Diciem-bre de 1999.

Hall, A. (2005), Global impact, local ac-tion: new environmental policy in La-tin America, Institute for the study of the Americas, Londres.

Le Tourneau, F.-M. (2009), La distri-bution du peuplement en Amazonie brésilienne : l’apport des données par secteur de recensement , L’Espace géographique, n°4. pp. 359-375.

Light, M. (2005). “Impacto de las Nego-ciaciones Hemisféricas: Liberaliza-ción del sector servicios”. SG/di 714. Secretaría General de la Comunidad Andina, Documentos Informativos.

Machinea, José Luis y Cecilia Vera. (2006). Comercio, inversión directa y políticas productivas. Serie: informes y estudios especiales. CEPAL.

Contrabando de Extracción y Desarrollo Fronterizo

Dra. Rosalba Linares Docente Jubilada - ULA - Venezuela

PhD en Geografía - Univ. [email protected]

Dr. Heriberto GómezDocente Jubilado - ULA - VenezuelaPhD. Geografía - Univ. Nottinhgam

[email protected]

157


Introducción.

En este trabajo se examina el con-trabando como práctica económica sub-terránea histórica que se realiza en los espacios fronterizos, asociada al modo de vida de las sociedades que allí con-vergen; y al desarrollo fronterizo, como política de Estado dirigida a la acción pública y privada para la ordenación te-rritorial de dichos espacios.

El contrabando de extracción en la frontera venezolana se ha incrementa-do al punto de amenazar la estabilidad económica del país, con características inusitadas que se asocian a estructu-ras económicas ilegales organizadas por bandas criminales, y que el gobierno de Maduro asocia a parte de la guerra eco-nómica que se aplica en el territorio ve-nezolano.

Los espacios fronterizos no escapan a la realidad venezolana inmersa en una profunda polarización política, crisis económica y financiera, aunado al cre-ciente estrés social resultante de una se-rie de causas y consecuencias, entre las que destaca la incidencia del contraban-do de extracción y la ausencia de políti-cas fronterizas. No obstante, el cierre de frontera con Colombia viene arrojando resultados positivos con la construcción


158 159


turales, sociales y económicos, a lo largo de dichas rutas. Nexos que mantienen hasta el presente.

En los ochenta se consolida el con-trabando de combustible, subsidiado por el Estado venezolano y comercializa-da a precios internacionales en Colom-bia. El comercio ilegal en la frontera se concentra en dos grandes mercados, “el mayorista con una infraestructura físi-ca que se distribuye entre las estaciones de servicios formales, y los minoristas, llamados pimpineros” (Mojica y Paredes, 2004, p.17).

Ramírez (2003, p.145) destaca en-tre 1983 y 995, “la presencia de grupos armados ilegales en la frontera hacia Venezuela que consolidan corredores estratégicos para su economía de gue-rra, sustentadas en actividades ilegales como el narcotráfico, secuestro y contra-bando de combustible”; entre 1996-2003 se agudizan los enfrentamientos entre guerrilla y paramilitares por el control del territorio para el fortalecimiento de sus actividades en el lado colombiano, debido en parte a la debilidad de ambos Estados en la frontera.

En el 2003, a raíz de la política cambiaria impuesta del lado venezola-no, junto a la Resolución 8 de 2002 del

de una política en frontera que avanza al restablecimiento del paso fronterizo, y el control del contrabando mediante polí-ticas coordinadas entre ambos Estados.

El contrabando de extracción es el delito fronterizo más común en la fron-tera de la República Bolivariana de Ve-nezuela, en particular hacia Colombia. La Ley sobre el Delito del Contrabando lo define como: la circulación ilegal de mercancías o bienes, en sus modalida-des de introducción, extracción o trán-sito (Art.3), para su comercialización indebida, incumpliendo los requisitos, formalidades o controles aduaneros es-tablecidos por las autoridades del Esta-do (Art.7) y sujetas a infracciones admi-nistrativa.

Esta práctica ilícita está asociada al patrón de ocupación desde la época co-lonial, cuando se definieron las rutas de movilización desde la costa venezolanas hacia lo interno del territorio colombia-no; por el piedemonte lacustre, y andino llanero, más tardíamente. El desarrollo de la actividad pecuaria y agrícola a lo largo de las rutas establecidas, permitió establecer un patrón de asentamientos poblacional que se fue consolidando en un intercambio comercial acompañado de movimientos migratorios, reforzando la integración de valores históricos-cul-


160 161


las bandas permear los servicios de vigi-lancia y control militar en la frontera y las instituciones gubernamentales vene-zolanas, la detención de numerosos ciu-dadanos civiles y militares entre 2013 a 2016, así lo demuestra.

La incautación de mercancías y combustible por los efectivos militares aunado al recrudecimiento de controles fronterizos por parte de Venezuela pro-vocó enfrentamientos y protestas de los contrabandistas en los puentes interna-cionales, auspiciada por bandas crimi-nales y paramilitares.

En agosto del 2015, el gobierno venezolano decreto el Estado de Excep-ción (Decreto No 1.950, 2015) a raíz de la emboscada a militares venezolanos por bandas criminales colombianas. El cierre de la frontera dejo en evidencia la realidad de dichos espacios. Las fronte-ras son áreas abandonadas y desasisti-das por la acción de ambos Estado. La violencia, ilegalidad y criminalidad in-usitada en el área, se fue transformando en una práctica cotidiana, con el fin de controlar el territorio, hasta el momento en que se produce la tardía reacción del Estado venezolano.

El súbito cierre de la frontera fue duramente criticada por factores oposi-

lado colombiano orientada a promover e incentivar la economía en la frontera; “el comercio de extracción se diversifico en diferentes tipos de mercancías, fortaleci-do por este diferencial cambiario” (Moji-ca y Paredes, 2004, p.14).

El contrabando de extracción se transforma en uno de los problemas que atenta contra la economía venezolana, puesto que en su mayoría se extraen bienes sometidos a control de precios o subsidiados por el gobierno venezolano: como alimentos de la cesta básica, medi-cinas, materiales de construcción, pro-ductos agrícolas, repuesto y accesorio de vehículos, a niveles nunca registrados, afectando el abastecimiento nacional y amenazando la estabilidad económica del país (Rodríguez, 2015).

El contrabando de extracción des-de 1980 al presente se consolida en una práctica controlada por grandes mafias que cuentan con una estructura econó-mica y financiera delictiva organizada. Estas se asocian a bandas criminales vinculadas a grupos insurgentes pa-ramilitares y guerrilla, quienes se han diversificado por las ganancias del con-trabando de extracción, que superan los beneficios anuales generados por el narcotráfico y actividades conexas. Los altos ingresos percibidos ha permitido a


162 163


dólares en exportación del carbón a Eu-ropa, caída en ventas del comercio por ausencia de venezolanos, aprehensión de mercancías valoradas en miles de mi-llones de dólares, junto a toneladas de carne y pollo, cabezas de ganado, licor y el incremento de problemas sociales con los retornados, y una marcada reduc-ción de la criminalidad e inseguridad, por mayor vigilancia.

De lado venezolano arrojó: inicial-mente reducción en colas para abastecer combustible, ahorro de 2520 millones de dólares anuales; el contrabando de ali-mentos y bienes básicos por bachaque-ros como nueva estructura empresarial; la ofensiva cambiaria al bolívar con el dólar paralelo Cúcuta, la triangulación monetaria bolívar-peso-dólar con pérdi-das de casi 500 millones de dólares al año, la alta demanda de papel moneda en billetes de 50 y 100 para “El cambia-zo”, el cual se usa para impresión de dó-lares que van ruta Cúcuta-Bogotá y de ahí a Europa y medio-oriente. Alta pre-sencia y violencia de grupos armados: conformados por bandas criminales que integran los carteles del contrabando, estructura delictiva empresarial que mo-difica el modo de producción e introduce nuevas alternativas de trabajo y modos de vida. Los efectos posteriores al cierre se resumen en una reducción sensible

tores al gobierno de Maduro, tanto del lado venezolano como colombiano. No obstante, resalta a partir de ese momen-to, el reconocimiento del Estado venezo-lano sobre las irregulares situaciones de frontera y asume el compromiso de cons-truir una política fronteriza, luego de la deuda con estos espacios desde 1999, cuando la Constitución Venezolana es-tablece el en su Art. 15 “… la obligación de establecer una política integral de los espacios fronterizos…” para el diseño de una Ley Orgánica de Fronteras.

El balance inicial del cierre arro-jó un escenario fronterizo impreso de situaciones con saldo poco favorable a ambos lados de la frontera. Del lado Colombiano evidenció una frontera con alta dependencia de la economía vene-zolana: en Cúcuta el 80% del combusti-ble proviene del contrabando de extrac-ción, que genera 800 millones de dólares anuales, una disminución del 90% del contrabando de combustible provocado escasez y encarecimiento. Alta tasa de informalidad laboral de 69,9%, alta tasa de desempleo el 16%, ambas por deba-jo de las tasas nacionales, bajos niveles educativos (38%), el 39,9% de la pobla-ción en pobreza. Sin embargo, con la In-flación más baja del país de 2,09%. Sec-tores más afectados: transporte público binacional, pérdidas de 4 millones de


164 165


lanos. Supermercados multiplicaron la venta de productos colombianos, con la reducción del contrabando desde Vene-zuela, se produjo un alza en la inflación de 6,83%, la más alta del país. Aumento en el precio del combustible con una re-ducción de pimpineros y aumento en la actividad de estaciones de servicios (Co-soy, 2016).

De lado de la frontera venezolana, se detectaron casi 6000 empresas de maletín que comercializaban con dóla-res oficiales y la compra de materia pri-ma para contrabando. En la actualidad, ambos países incrementaron los contro-les fronterizos y la guerra al contrabando de extracción; no obstante, no ha podido ser controlado. En el Puerto Santander, Colombia, bandas de contrabandistas de gasolina bloquearon al centro pobla-do, registrándose fuertes enfrentamien-to entre policías y bandas (La Opinión, 12 de julio, 2016). El conflicto se originó por el desmantelamiento de mangueras, motobombas y plantas eléctricas para el bombeo del combustible del lado vene-zolano.

El gobernador Vielma Mora junto al Ministerio de Poder Popular para Planifi-cación vienen promoviendo la Zona Eco-nómica Especial Fronteriza Ureña-San Antonio para la creación de 30 mil em-

del contrabando y el incremento de ba-chaqueros a nivel interno acompañado e especulación y acaparamiento. Fuerte cuestionamiento al control y vigilancia militar para ambos lados de la frontera. Corrupción y permeabilidad de agentes y actores civiles y militares en ambos te-rritorios.

Luego del cierre, los mandatarios Maduro y Santos reunidos en Ecuador definieron una agenda de trabajo. El go-bierno venezolano asume la construc-ción de una política de fronteras se crea la Misión Socialista Nueve Frontera de Paz (Decreto 2010, 2015), ante lo cual se designa al Ministro de Estado para la Nueva Frontera (Decreto 2011, 2015) y se establece la Ley Orgánica de Fronte-ras (2015), que prevé en el Art 19 el Plan de Desarrollo Integral en los Espacios Fronterizos.

A casi un año del cierre, el balance del lado colombiano registra aumentos en los costos y la caída de la exporta-ción de carbón; disminución al 80% de las operaciones cambiarias, reduciendo las casas de cambio de 320 a 40, caí-da en la tasa de ocupación hotelera, re-ducción de vuelos diarios de Cúcuta a Bogotá de 13 a 8 diarios, y de vuelos de Cúcuta a Panamá de uno diario a dos a la semana que eran copados por venezo-


166 167


cial del departamento.

Autoridades regionales y locales a ambos lados de la frontera han ratifica-do la construcción de una frontera orde-nada, regulada, segura y moderna (Car-dozo, 2016) para el control migratorio, contrabando, comercio, aduana y trans-porte. Urge la definición de un plan de desarrollo fronterizo dentro de la política integral de fronteras por el Estado Vene-zolana en concordancia con el Plan de la Nación y demás leyes para fomentar el desarrollo fronterizo. Colombia desde 1991, a pesar de tener bien definida los instrumentos en su política de fronte-ras, y la creciente inversión del gobierno de Santos para la construcción de una frontera para la prosperidad; la conflic-tiva realidad y la crisis económica que atraviesan dicho espacios, no han podi-do ser superadas.

En la frontera venezolana y colom-biana no ha habido ganadores, ni perde-dores, sino afectados. La crisis política, económica y social en Colombia, junto a la crisis del lado venezolano, cada una con sus propias particularidades con-vergen en la frontera, convirtiendo estos espacio fronterizos en áreas vulnerables, bajo riego y amenazas latentes, que solo por medio de políticas de desarrollo fron-terizo, como la que se viene trabajando,

pleos directos en la frontera junto a la inauguración del tercer puente en Tien-ditas y la apertura de la frontera, situa-ción que fue políticamente empleada por las damas de blanco y grupos políticos opositores para presionar la reapertura de la frontera. Los cruces de fronteras los domingos a beneficiado el comercio de Cúcuta, en medio de la crisis econó-mica y el paro de transportistas en di-cho país. El gobierno Colombiano ha dispuesto mantener un paso controlado para llevar un control de ingreso y sa-lida de venezolanos, y evitar la entrada en oleaje como el realizado por las da-mas de blanco. El DIAN ha registrada en las últimas semanas la entrada legal de 585 millones de bolívares equivalente a 500.000 dólares (Ríos, 2016). Algunos actores sugieren que estos movimientos están asociados a actividades ilegales propias de la dinámica fronteriza.

Analistas colombianos (La Opinión, 11 julio 2016) destacan que la alta tasa de desempleo y de economía informal en la frontera, junto a los niveles de pobre-za en Cúcuta, aunado a la apertura de la frontera, debe ser bajos normas y con-troles para evitar una crisis humanitaria en la frontera como consecuencia con la llegada de venezolanos y colombianos doble cedulados, que tendría repercu-siones para la situación económica y so-


168 169


ria, Septiembre 11, 2015.Decreto No 2.011 (Ministro de Estado

para la Nueva Frontera de Paz). Ga-ceta Oficial de la República Boliva-riana de Venezuela, No 40.744, Ex-traordinaria, Septiembre 11, 2015.

La Opinión (11 de julio de 2016) Ma-duro sin argumentos para mante-ner el cierre fronterizo Frontera- Cúcuta. Colombia, Recuperado de http://www.laopinion.com.co/fron-tera/maduro-sin-argumentos-pa-ra-mantener-cierre-fronterizo-analis-tas-115138#ATHS

La Opinión (12 de julio de 2016) Con-trabandistas tienen bloqueado Puer-to Santander. Frontera- Cúcuta. Co-lombia, Recuperado de http://www.laopinion.com.co/region/contraban-distas-tienen-bloqueado-puerto-san-tander-115238#ATHS

Ley sobre el Delito del Contrabando (2010) Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nº 6.017 Extraordinario, Diciembre 30, 2010.

Ley Orgánica de Fronteras (2015) (De-creto No 2.170), Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, Nro. 4210 Extraordinario, Diciembre 30, 2015.

Mojica, A y Paredes, J (2004) “La eco-nomía colombo-venezolana y su im-pacto en la región e frontera. 1999-2003”. Banco de la República, Centro

de manera coordinadas entre ambos Es-tados, puede ser resuelta.


Cardozo, E (2016) Autoridades migrato-rias de Colombia y Venezuela acuer-dan agenda pro apertura. Frontera- martes 19 de julio 2016. La Opinión, Cúcuta. Colombia, Recuperado de http://www.laopinion.com.co/fron-tera/autoridades-migratorias-de-co-lombia-y-venezuela-acuerdan-agen-da-pro-apertura-115597#ATHS

Cosoy, N. (12 de febrero de 2016). Quien gana y quien pierde en Colombia por el cierre de la frontera con Venezue-la. BBC Mundo. Enviado especial de BBC Mundo a Cúcuta. Recuperado de http://www.bbc.com/mundo/no-ticias-america-latina-36771274

Decreto No 1950 (Declara el Estado de Excepción en los municipios Pedro María Ureña, Junín, Capacho Nuevo, Capacho Viejo y Rafael Urdaneta del estado Táchira). Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela, No 6.194, Extraordinaria, Agosto 21, 2015.

Decreto No 2.010 (Misión Socialista Nueva Frontera de Paz). Gaceta Ofi-cial de la República Bolivariana de Venezuela, No 40.744, Extraordina-


170

Desarrollo, Fronteras e Integración, desde la

perspectiva compleja del pensamiento

M.Sc. Nebis AcostaDocente - LUZ - Venezuela

Magister en Economia y Planificación - LUZ [email protected]

Dra. Elita RincónDocente - LUZ - Venezuela

Doctora en Ciencias Económicas - LUZ [email protected]

Regional de Estudios Económicos, Bucaramanga.

Ramírez, S (2003) Colombia y sus veci-nos. Nueva Sociedad 192, 143-156.

Ríos Tangua, J (2016) Dian le sigue la pista a Bs 585 millones que ingresa-ron a Norte, Economía- Sábado 16 de julio 2016- La Opinión, Cúcuta. Co-lombia, Recuperado de http://www.laopinion.com.co/economia/dian-le-sigue-la-pista-bs-585-millones-que-ingresaron-norte-115427#ATHS

Rodríguez, Maribel (2015) El Contra-bando de extracción en el sistema jurídico venezolano. Trabajo Espe-cial de grado para optar al Título de Especialista en ejercicio de la función fiscal. Escuela Nacional de Fiscales. Centro e Investigación de Postgrado. Caracas.

173


Introducción.

La experiencia histórica de los úl-timos cincuenta años, nos ha dejado lecciones claras en América Latina y el Caribe; se han realizados grandes es-fuerzos por el desarrollo y la unión de los pueblos. No obstante, a pesar todos estos cambios, subsiste el papel depen-diente de la economía latinoamericana y, en el caso particular de Venezuela, de la renta petrolera, con la persistencia de crisis y problemas en todos los órdenes.

En este sentido, este trabajo tie-ne como objetivo analizar, reflexionar y socializar sobre los desafíos, contri-buciones y compromisos que desde la academia y desde la sociedad en gene-ral se tiene, para abordar los problemas complejos de nuestra región en el siglo XXI, particularmente lo relacionado con el trinomio desarrollo, frontera e integra-ción.

El trabajo es de tipo documental descriptivo. Se parte del paradigma de la complejidad del pensamiento, vin-culando de forma transdisciplinaria, el concepto de frontera e integración como parte integral del proceso de desarrollo. Comprende tres partes: la primera, el pensamiento complejo; la segunda, refe-rida a la concepción del desarrollo, los


174 175


punto de que fenecen, carecen de impor-tancia o no tienen razón de ser (Torres, citado por Delgado, 2009:16 ).

Para comprender esta realidad compleja se requiere de un pensamiento sistémico que permita la integración de los saberes bajo un enfoque dialéctico, en el cual las partes se comprendan e interpreten a partir del todo y éste, a su vez, a partir de aquéllas.

En este sentido, se hace necesario revisar, analizar y reflexionar en una orientación integral, interdisciplinaria y transdisciplinaria, de tal forma que los problemas de la sociedad y sus posibles soluciones, sean abordados y socializa-dos desde una perspectiva participativa, de cooperación entre investigadores, or-ganismos públicos y privados, comuni-dades, vecindad en general, la sociedad civil activa, que apliquen una investiga-ción en acción. En este marco, todas las organizaciones educativas y, en particu-lar, las universidades latinoamericanas y caribeñas tienen un rol estratégico.

Un trabajo colectivo, que aprenda-mos con los demás y de los demás, en el cual, como lo señala Pablo Freire en la “Pedagogía del Oprimido”, esté implícito un auténtico diálogo horizontal, proble-matizado, de comunicación, de interco-

modelos ejecutados en América Latina y el Caribe a través de la historia, su de-bilidad y propuesta de acción, particu-larmente la integración como estrategia de desarrollo; por último, la integración fronteriza, su valor en todo plan de de-sarrollo.

Pensamiento Complejo.

América Latina es una unidad com-pleja, donde conviven de manera preo-cupante y paradójica regímenes políticos democráticos con altos niveles de po-breza, marginalidad y exclusión social, herencias culturales de civilizaciones y pueblos originarios y un pasado común de dominación y explotación colonial, con una enorme heterogeneidad cultu-ral, social, económica y política, tanto entre los diferentes países como así tam-bién al interior de cada sociedad nacio-nal (CPC, 2010:1).

Aquí, las dinámicas que se crean configuran y reconfiguran el contexto generando tramas de tejidos articulados, donde lo global aparece imprimiendo su textura –su sello- y sus flujos circulan y articulan las distintas partes que lo con-forman. Estas últimas tienen esencia y significado en un todo envolvente; sin él, sencillamente no tienen sentido, al tal


176 177


(Aladi); luego, en 1969, el Acuerdo de Cartagena, que dio origen al Pacto An-dino y posteriormente a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) en los años 1980. El Modelo Neoliberal y estrategia de ajuste estructural, reformista de cre-cimiento hacia fuera, en los años 1980 y principio de los noventa; y hacia finales de los noventa e inicio del nuevo milenio, el Modelo de Desarrollo Endógeno Sus-tentable y las iniciativas de integración y cooperación la Unión de Naciones Su-ramericanas (Unasur; 2008), la Alianza Bolivariana para América (Alba; 2004), luego renombrada como la Alianza Bo-livariana para los Pueblos de Nuestra América - Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac; 2011).

No obstante, el transcurrir de la primera década del siglo XXI, viene mar-cado por la gran frustración de los la-tinoamericanos y caribeños, al observar una región con múltiples problemas y diversos proyectos de integración frag-mentados, que avanza muy lentamente en sus fines.

Las preguntas son: ¿Por qué Amé-rica Latina y el Caribe no han logrado el bienestar de sus pueblos? ¿Por qué si-

nexión, sin imposición de unos sobre otros (Acosta:2009); el cual se presenta como la alternativa mas idónea, condu-cente a preparar a las personas, sobre todo, para hablar con actitud crítica, re-flexionar e intercambiar ideas y accionar políticas, aun cuando sean divergentes. Una integración al servicio de un ma-yor bienestar colectivo, enmarcada en un modelo de desarrollo que privilegie al hombre.

Desarrollo e Integración.

América Latina y el Caribe, durante su historia integracionista, han pasado por distintas etapas y han transitado por una serie de modelos de desarrollo como: el Modelo Liberal y Estrategia Pri-mario-Exportador que funcionó desde finales del siglo XIX hasta la Gran De-presión de 1929, basado en la exporta-ción de productos primarios; el Modelo desarrollista de industrialización por sustitución de importaciones, impul-sado por la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL), conjuntamente con la estrategia de integración a partir de los años 1960, y su primer intento fue el Tratado de Montevideo, por el que se creaba la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC), hoy la Aso-ciación Latinoamericana de Integración


178 179


mica, tenga en cuenta instrumentos, ob-jetivos y variables de mayor amplitud y significado como la frontera y la cuestión migratoria, la educación, los valores, la ética, la cultura, el ambiente, la equi-dad, la cohesión social, la solidaridad y la cooperación para el codesarrollo. Todo ello enmarcado en una reconstrucción de la acción social y pública, gerencial e institucional, a partir de visiones inte-grales de desarrollo. En este modelo de desarrollo integrado, las políticas públi-cas deben apoyarse en una sociedad ci-vil activa, movilizada, que no está espe-rando, sino que se articula y participa, constituyéndose en un capital social en acción (Kliksberg,2004: 207).

Integración y Frontera.

La frontera es una unidad estruc-tural compleja donde están presentes factores culturales, educativos, éticos, ambientales, sociales, políticos, econó-micos, entre otros, con interconexiones que es menester tomar en cuenta en el momento de definir un modelo de de-sarrollo y de integración fronteriza del hombre y para el hombre.

La historia de América Latina –par-ticularmente- nos da cuenta de que las fronteras han sido un componente poco

guen presentando, de forma permanen-te, altos índices de pobreza?

Las respuestas se pueden direc-cional hacia dos aspectos: la concep-ción del desarrollo y la definición de sus modelos de desarrollo e integración. Respecto de la primera, el desarrollo ha sido tradicionalmente planteado desde una perspectiva económica. Empero, el desarrollo es un proceso complejo que comprende múltiples dimensiones, más allá de lo económico y de las relaciones interrelacionadas e interconectadas que debe analizarse desde una perspecti-va sistémica. Todo lo cual exige que la planificación del desarrollo sea realiza-do por equipos multidisciplinarios, in-terdisciplinarios y transdisciplinarios (Briceño, y Álvarez, 2006:65). Respecto de la segunda, han sido definidos desde afuera, dependiendo de la inserción de cada país en la estructura mundial y no desde adentro.

Por tanto, replantear el concepto de desarrollo y definir qué tipo de integra-ción accionar para el desarrollo, tanto en la teoría como en la praxis, es funda-mental. Un nuevo modelo de desarrollo y de integración que, sin soslayar cues-tiones fundamentales, como la fortaleza competitiva de la actividad exportadora e interna y la estabilidad macroeconó-


180 181


desarrollo de manera conjunta, compar-tida y coordinada; y la 502 (2001), sobre la creación de Centros Binacionales en Fronteras (CEBAF), dotados de instala-ciones, equipos mobiliarios, personal de atención, con rutas de acceso, localiza-dos en una porción del territorio aledaño a un paso de frontera, encargados del control integrado del flujo de personas y equipajes.

Sin embargo, los pasos y avances en la instrumentación de esas decisio-nes han sido muy lentos. En algunos ca-sos, por presiones e iniciativas concre-tas han avanzado, aunque con algunos vaivenes, como el caso de la ZIF-Táchira en el Norte de Santander, creada en el 2005; y muy poco, como el caso de una posible ZIF región-Zulia.

En cuanto a la primera, se puede afirmar que en sus avances han favo-recido los actores que han participa-do para su impulso, particularmente, el Centro de Estudios y Fronteras de la Universidad de los Andes que, junto a universidades colombianas, como la Universidad Libre de Colombia, seccio-nal Cúcuta, y la Universidad “Francis-co de Paula Santander”, las cuales han articulado estudios y proyectos con los que han motivado y promovido las ne-cesidades de cooperación y desarrollo

prioritario, razón por la cual, las inicia-tivas de desarrollo y de integración fron-teriza puestas en práctica se han ejecu-tado, en lo fundamental, en el marco de políticas públicas o de acuerdos bilate-rales entre pares de países. En la prácti-ca, se percibe, por parte de los Estados y de los hacedores de políticas públicas, como un asunto de soberanía, de segu-ridad nacional y de defensa de sus terri-torios.

Esta perspectiva trata de cambiar, de manera formal, a finales de los años 1960, cuando se firma el Acuerdo de Cartagena (1969), en el que se recono-ce la importancia de una acción común frente a las zonas de frontera comparti-das y establece que los países miembros debían impulsar el desarrollo integral de esas regiones e incorporarlas efectiva-mente a los planes de desarrollo. Esto se concreta años mas tarde a través de las Decisiones: 459 (1999), en la que se crean las bases para una política comu-nitaria, donde se permita la circulación de bienes, personas, servicios y capita-les a través de los pasos de frontera; 501 (junio de 2001), referida a la creación de la Zona de Integración Fronteriza (ZIF), relacionada a ámbitos territoriales fron-terizos adyacentes de los países miem-bros, en la que se ejecutaran planes, programas y proyectos para impulsar su


182 183


lidad; lo que ha conllevado, incluso, su paralización total con el cierre de la fron-tera. Decisión ésta, contraria al proceso de integración fronteriza, el cual signifi-ca organizar una zona (ZIF) constituida por dos espacios, con ámbitos territo-riales, normas jurídicas e institucionales diferentes, bajo sistemas nacionales dis-tintos, pero contemplada como una sola unidad para su manejo conjunto y coor-dinado entre las naciones involucradas; presupone una disminución o reducción del “efecto frontera”, particularmente de la supresión o disminución de aquellos aspectos que causan fricción, tanto en el orden jurídico y legal, como en materia económica, social, cultural, infraestruc-tural e institucional (Linares, 2005: 46).

No se debe actuar aisladamente, unilateralmente, sin considerar las im-plicaciones que las acciones que se ha-gan de un lado puedan tener en el otro. Esta condición involucra limitaciones impuestas por la convivencia, donde debe privar el respeto mutuo, el esta-blecimiento de acuerdos y el compartir, para lograr objetivos y beneficios comu-nes.

En este sentido, “…nada de lo que ocurre en la frontera es responsabilidad de un solo lado. No es una raya, sino las dinámicas nutridas por la historia y por

fronterizo (Blanco,2008: 8).

En cuanto a la segunda, la creación de una ZIF en el Zulia, se han hecho es-fuerzos. Por ejemplo, en 1996 se reacti-vó el Comité Regional de Coordinación para el Desarrollo Fronterizo y se creó el Instituto Zuliano de Estudios Fronte-rizos (IZEF), el cual después de realizar un estudio, propone una ZIF Colombia – Venezuela (ZCV), compuesta por dos macro ZIF: Fachada Andina y Fachada Orinoquia. La Fachada Andina se divi-de en cuatro Meso ZIF: Sección Caribe, Sección Perijá, Sección Panamericana y Sección Arauca. A su vez, la Sección Ca-ribe se subdivide en el Corredor Barran-quilla – Maracaibo; y la Sección Perijá en el Corredor Machiques – Valledupar (Guerra, 2007: 98, citado por Rodríguez 2009:8), pero esto no se ha concretado aún.

Todas estas iniciativas se han en-frentado con una serie de obstáculos, entre los cuales se puede señalar: alti-bajos en las relaciones colombo-vene-zolanas; diferencias en los modelos de gobierno; desacuerdos y desencuentros presidenciales; falta de conocimiento de las propuestas; desconfianza; pérdida de compromisos y motivación; recelo por parte de los actores vinculados a la se-guridad y defensa; falta de instituciona-


184 185


otra, de forma articulada, a través de la cooperación e integración con la socie-dad civil.

Un trabajo colectivo, que aprenda-mos con los demás y de los demás, en el que esté implícito un auténtico diálogo horizontal, problematizado, de comuni-cación, de interconexión, que conduzca a la preparación de las personas para hablar con actitud crítica, para así re-flexionar e intercambiar ideas y accionar políticas, aun cuando sean divergentes. Por tanto, se recomienda, para impulsar el diseño de un modelo de desarrollo e integración fronteriza del hombre y para el hombre:

1. Activar los procesos de confor-mación de la ZIF, para lo cual es imprescindible la apertura de las fronteras. Pues es una contradic-ción hablar de integración con fronteras cerradas.

2. Formar y/o activar equipos in-terdisciplinarios y transdiscipli-narios de investigadores de las universidades de las fronteras que, a través de redes y alianzas estratégicas, realicen proyectos conjuntos sobre la problemáti-ca de la frontera y su integración al modelo de desarrollo nacional,

la problemática de un lado y del otro. Hay responsabilidades conjuntas y la peor manera de hacerle frente es la uni-lateralidad y el cierre de las fronteras” (Ramírez, 2016).

Conclusiones y Recomendaciones.

En este trabajo se plantea una se-rie de reflexiones que se consideran son fundamentales para reorientar y socia-lizar la discusión sobre desarrollo, fron-tera e integración. Aspectos sumamente complejos, por sus múltiples dimensio-nes, correlaciones y actores involucra-dos, por lo que su repensar desde la teoría y la praxis requiere de un pensa-miento sistémico que permita la integra-ción de los saberes.

Aun cuando estamos conscientes de que el desarrollo de la ZIF depende de la voluntad de la alta política de los gobiernos, del entendimiento entre ellos, se debe continuar con el trabajo colecti-vo desde abajo, desde las universidades, organismos públicos, privados, desde la sociedad civil en general, para enfren-tar ese gran desafío y lograr, finalmente, la puesta en práctica de una integración fronteriza. Esto sólo puede conquistar-se, por un lado, mediante una acción conjunta entre los gobiernos; y por la


186 187


gración fronteriza, creando va-lores, conciencia de identidad y unidad latinoamericana y caribe-ña.

7. Promover en el marco de la edu-cación primaria y secundaria, el estudio de contenidos que inclu-yan formación de valores, desa-rrollo de capacidades ciudadanas que promueva una cultura de la paz, la ética, ayuda mutua, sen-timientos colectivos autóctonos, interculturalidad, que coadyuven para entender por qué la necesi-dad de la integración, particular-mente, la integración fronteriza para el desarrollo.

Referencias Bibliográficas

Acosta, Genyelbert y Acosta, Nebis (2009). Aportes de Pablo Freire al nuevo contexto sociopolítico de Amé-rica Latina. Revista Cuadernos La-tinoamericanos. N° 36, Año 20, ju-lio-diciembre.

Briceño Ruiz, José y Álvarez, Raquel (2006). Modelos de desarrollo y es-trategias de integración en América Latina: Una revisión crítica. Cuader-nos sobre relaciones internacionales, regionalismo y desarrollo, Vol. 1, no.

con el apoyo institucional de los gobiernos nacionales, locales y re-gionales.

3. Formar y/o reactivar asam-bleas regionales fronterizas como espacios de cooperación en las zonas compartidas, con la partici-pación de todos los actores, para definir, activar y/o conformar las ZIF, apoyando política públicas dirigidas en esta dirección.

4. A través de estos equipos trans-disciplinarios y asambleas regio-nales, motivar a los gobiernos co-lombiano y venezolano, para que tomen conciencia y asuman en la práctica, que la integración fron-teriza para el desarrollo es un pro-ceso que posibilita la cooperación y la complementariedad y, por tanto, faciliten los procesos ins-titucionales de descentralización en todos sus niveles.

5. Promover eventos donde se re-flexione, discuta y socialice la pro-blemática fronteriza y su integra-ción para el desarrollo.

6. Sembrar en las universidades cátedras donde se formen estu-diantes sobre el tema de la inte-


188 189


ción Fronteriza (ZIF) entre el Depar-tamento de la Guajira-Colombia y el Estado Zulia-Venezuela. Dispo-nible en http://www.sciencespo.fr/opalc/sites/sciencespo.fr.opalc/files/Un%20intento%20por%20con-solidar%20una%20zona%20de%20integracion%20fronteriza.pdf. Con-sultado10/07/2016

Ramírez, Socorro (2016). No hay institu-cionalidad para tratar los problemas fronterizos. Entrevista CTP, martes, 12 de julio de 2016. Disponible en-http://contrapunto.com/noticia/socorro-ramirez-no-hay-institucio-nalidad-para-tratar-los-temas-fron-terizos-39662/

1, enero-junio. Blanco La Cruz, Ronald (2008). La

Zona de Integración Fronteriza Tá-chira-Norte de Santander. Revista Al-dea Mundo. Año, Nº 25, enero-junio 2008.

Comunidad de Pensamiento Complejo

CPC. (2010). La emergencia de los en-foques de la complejidad en América Latina. Disponible en http://www.pensamientocomplejo.com.ar/con-vocatoria.Consultado24/06/2016.

Delgado René (2009). La integra-ción de los saberes bajo el enfoque dialéctico globalizador: La interdis-ciplinariedad y transdisciplinarie-dad en educación. Disponible en Revista Scielo http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttex-t&pid=S1316-00872009000300002 . Consultado 24/06/2016.

Kliksberg, Bernardo (2004). Más ética, más desarrollo. Grupo editorial SRL, Buenos Aires 3er Edición, octubre.

Linares, Rosalba (2005). Zona de inte-gración fronteriza (ZIF) y su dimen-sión territorial en la frontera Táchira (Venezuela)-Norte de Santander (Co-lombia). Revista Aldea Mundo, año 10, N° 19, Noviembre.

Rodríguez, Ángela (2009). Un intento por consolidar una Zona de Integra-

Petrocaribe como epicentro del desarrollo energético en los

sistemas fronterizos

Dr. Juan PirelaDoctor en Ciencias Gerenciales - URBE

[email protected]

193


Introducción.

La presente investigación se centra en el análisis de la relevancia tanto políti-ca como económica del acuerdo PETRO-CARIBE como epicentro del desarrollo energético en los sistemas fronterizos, el cual fue promovido por la República Bolivariana de Venezuela, el cual posee diversas razones para su estudio, que va desde la iniciativa que se inscribe a la práctica de cooperación Sur-Sur (CSS), que apunta a la cooperación pública, económico-financiera.

Asimismo, presenta una particular importancia, debido a que, buena par-te de las investigaciones relacionadas al CSS, se ha enfocado en los últimos tiempos, al análisis de una cooperación técnica existente, pero gran parte de es-tos recursos resultan de la cooperación financiera para las experiencias bien sea consolidadas o más recientes.

En este sentido, la experiencia de cooperación económico-financiera abor-dada, permite considerar instrumentos significativos en términos tanto econó-micos como novedosos, desde la pers-pectiva práctica; de igual forma, permite allanar el camino para abordar compa-rativamente la estructura de la CSS y la cooperación Norte-Sur, identificando


194 195


los flujos, no pueden entenderse por se-parado a las dinámicas políticas exis-tentes; a su vez, es necesario evaluar las enunciaciones políticas, así como las ini-ciativas institucionales, que poseen ca-racterísticas e indicadores concretos de flujos para la cooperación, que resultan para el establecimiento de una iniciati-va, si se agota su dimensión retórica.

PETROCARIBE y sus circunstancias.

El abordaje para la iniciativa ve-nezolana sobre PETROCARIBE, que se centre en la comprensión del alcance de su estructura política, debe desenvol-verse en planos multidimensionales, de-bido a que este acuerdo, se erige en un punto confluente de distintos procesos y cuestiones. En primer lugar, PETRO-CARIBE, es una manifestación del CSS, que posee desde lo particular, una coo-peración pública financiera centrada al desarrollo.

Por este último punto, se entiende que es la cooperación realizada desde una transferencia financiera bien sea de inversiones o recursos, con origen en un país donante a uno receptor de estos fondos, de manera directa o mediante otros organismos, que permite la parti-cularidad de ser reembolsable o no, se-

que esta última, involucra registros de Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), en la dimensión económico-financiero.

De esta forma, la inclusión de esta cooperación, bajo el enfoque de partici-pación sobre los procesos del sur, enri-quecen el análisis actual para la com-prensión de un elemento heterogéneo caracterizado por la CSS; en el caso de Venezuela, resulta especial desde el punto de vista de cooperación.

En este caso, al igual que Brasil, Venezuela representa uno de los mayo-res donantes de América Latina, según una clasificación hecha en 2008 por ECOSOC; a su vez, el presente trabajo analiza el desenvolvimiento de PETRO-CARIBE, como uno de los instrumentos de cooperación venezolana más repre-sentativos para el desarrollo energético. Para ello, se considerarán, las caracte-rísticas centrales y su naturaleza desde su inscripción, que va desde la política exterior venezolana, las iniciativas exis-tentes para la asociación regional y la articulación de nuevas estructuras de desarrollo social y regional.

Asimismo, se tiene que el análisis de los procesos para la asignación de fondos de cooperación, que contienen los montos de evolución y el destino de


196 197


Para González (2006) citado por Blanco y Linares (2008), el rasgo más sobresaliente de los enunciados oficia-les, el planteamiento de PETROCARIBE, entra en debate con las ideas paradig-máticas neoliberales que fomentaron los procesos tanto políticos como económi-cos regionales hasta finalizar la déca-da de los 90. Asimismo, como lo seña-lan Manzur et al (2010) PETROCARIBE nace con una visión establecida más allá del acuerdo interestatal de intercambio de productos energéticos y servicios a precios concesivos.

De igual forma, Gibbs (2006) esta-blece que constituye una herramienta de proyección internacional que permite vincular matrices de organizaciones po-líticas o económicas, que conciben como alternativa, el paradigma neoliberal do-minante, en diferentes dimensiones de la política internacional bien sea regio-nal o global. Sin embargo, PETROCARI-BE, es firmado en 2005, es considerado como el resultado de procesos de cam-bio orientados en materia de políticas exteriores, así como en la concepción del papel petróleo como elemento histórica-mente asociado al recurso de la política exterior.

Asimismo, de manera aislada no puede ser entendido el impulso que

gún las aseveraciones de Dubois (2008). En este caso, PETROCARIBE, repre-senta una construcción política, capaz de contribuir a las diferentes prácticas de la CSS, que constituye a su vez, a la reflexión político-académica, que se ha presentado.

En segunda instancia, PETROCA-RIBE, se enmarca en la orientación de políticas exteriores venezolanas, con la finalidad de responder a la cosmovisión del estado actual de manera mundial, además de diferentes alternativas de acción políticas, establecidas en una estructura de desarrollo político; así, es importante identificar que, la articu-lación de estos esquemas instaurados durante el período presidencial de Hugo Chávez, planteó dichos elementos tanto de manera interna como externa.

En relación a lo último señalado, se refiere a la proyección global y regional de políticas exteriores venezolanas, cuya concepción política, logró diferentes in-terpretaciones que lo identifican de ma-nera alternativa como modalidades de impulso al desarrollo de estrategias de proyección desde la preponderancia ve-nezolana regional, según Benzi y Zapata (2013).


198 199


promoción para la integración latinoa-mericana y caribeña, así como el fortale-cimiento de Venezuela posicionada ante una economía internacional fuerte. Di-chos objetivos contienen motivaciones y estrategias para alcanzarlos.

En relación al primer objetivo sobre el impulso de la multidimensional socie-dad internacional, sugiere la necesidad de combinar la concentración tradicio-nal del poder de los diferentes organis-mos internacionales, estimulando la acción concertada de los países en vías de desarrollo, profundizando su agenda, PND (2001-2007: 157). Para lograr tal objetivo, se centrará en la búsqueda de conferencias, eventos y foros en temas relacionados a las inversiones, las trans-ferencias tecnológicas, la generación de bienes públicos internacionales, la re-ducción de la deuda externa y el preser-var la biodiversidad, PND (2001-2007: 160)

No obstante, la promoción para la integración latinoamericana y del Cari-be, se concibe bajo términos económi-cos, sociales y políticos, que aspiran, al impulso de sistemas políticos latinoa-mericanos, PND (2001-2007: 160). A su vez, la clave de esta estructura paradig-mática que permite la orientación inte-gracionista, se manifiesta de forma an-

mantiene las tendencias asociacionistas regionales ante las que desempeña Ve-nezuela como protagonismo creciente; el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social de la Nación PND (2001-2007) se presentó como organizador en tareas que deben ser capaces de transformar las instituciones que impulsó el gobier-no de Hugo Chávez desde la consecu-ción de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela CRBV (1999).

En este sentido, se impulsa un rol protagónico por parte del Estado como instrumento de desarrollo de la pobla-ción en una vocación presente en la CRBV (1999), en el que la solidaridad entre las naciones, la defensa democrá-tica multilateral e internacional, el bien-estar e integración latinoamericana ex-plicados en el artículo 153 de la CRBV y el fomento de la cooperación, representa una orientación a los principios e intere-ses que, al igual que la defensa de la so-beranía nacional, direccionan la política exterior venezolana.

Por su parte, el ya mencionado PND, establece en su consecución, ele-mentos para el equilibrio internacional, exponiendo objetivos de política exte-rior, entre los que destaca, el impulso de la multidimensional sociedad inter-nacional, el fortalecimiento de la CSS, la


200 201


consecución y promoción del desarrollo sustentable.

PETROCARIBE y sus estrategias de desarrollo energético.

Un análisis relacionado a las estra-tegias concebidas en pro de los objetivos de políticas exteriores, no debe presen-tarse ante una perspectiva restringida de sí misma, sino, la planificación de las diferentes políticas públicas del sector energético, reviste una importancia sig-nificativa que contribuye en su mayoría, las estrategias de política exterior; a su vez, el papel de los recursos naturales que posee Venezuela, en particular el petróleo, se define como una aplica clave que involucra elementos de proyección global, regional y desarrollo interno.

En este sentido, para el Proyecto Nacional Simón Bolívar PNSB (2010), establece que varias características del plan son específicas; en primer lugar, se enfoca a la defensa del uso de los recur-sos naturales de manera soberana, al señalar que la riqueza natural del país, representa un patrimonio nacional, lo que hace indispensable, que las activi-dades estructurales de los sectores de hidrocarburos, continúen bajo la tutela Estatal.

tagónica a la propuesta establecida del Área de Libre Comercio de las Américas ALCA, planteando concretamente la su-peditación de las negociaciones de esta área a la conclusión de los diferentes acuerdos latinoamericanos, PND (2001-2007: 156).

Con respecto a lo anterior, esto re-presenta un indicador que identifica los procesos de oposición que Venezuela desarrollo a las distintas iniciativas es-tadounidenses en la Cumbre de Quebec (2001), logrando un punto máximo en la Cumbre de Mar de Plata (2005), como lo señaló Blanco y Linares (2008).

A su vez, estos autores señalan que los objetivos de la política exterior que planteó el ex presidente Hugo Chávez, destaca la necesidad de promoción so-bre modelos de integración política, cen-trados a la superación de las injusticias de la globalización, así como sus estrate-gias neoliberales; así, se puede determi-nar que tal impulso asociacionista, in-volucra el despliegue del regionalismos posliberal, como lo establece Biancarelli (2011). Además, dentro de esta referen-cia, la relevancia de las iniciativas de cooperación pública financiera regional, ha cobrado importancia, representada como modelo de disminución de vulne-rabilidad financiera histórica, para la


202 203


y extracción, buscando en el plano inter-nacional, la construcción de estrategias geopolíticas en torno al recurso petrole-ro.

Asimismo, como se ha señalado, no es novedad la vinculación de la polí-tica exterior, la proyección regional y el petróleo en el caso venezolano; lo que a su vez, permite ser observado desde la existencia de acuerdos anteriores a es-tos Programas de Cooperación Energéti-ca, enfocado a países de Centroamérica y el Caribe, conocidos como Acuerdo Pe-trolero de San José (2000) y el Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas (2000)

Este último, como lo señala Ruiz (2010b), fue en el marco de acuerdos bilaterales, relacionados a países de Centroamérica y el Caribe, tomando en cuenta Venezuela en los que se esta-blecía de forma variable, los volúmenes de financiación y aprovisionamiento. Para esa fecha, Venezuela suscribió otro acuerdo bilateral con Cuba, con el fin de obtener un componente importante en materia energética; asimismo, el acuer-do de Caracas, fue absorbido por PE-TROCARIBE, el cual se creó de manera formal en Junio de 2005 y actualmente está compuesto por Venezuela y dieci-séis países caribeños.

En relación al modo en cómo se vincula a los procesos de las actividades energéticas globales, Ruiz (2010ª), seña-la que al iniciar el siglo 21, la tendencia liberalizadora en las políticas energéti-cas, en los países del sur, se centraron en una revisión favorable de un rol más participativo por parte del Estado, den-tro de las actividades energéticas, con el fin de hacer planeamientos estatales en los mercados energéticos, mediante instrumentos de indicadores indispen-sables para la coordinación y canaliza-ción de los agentes públicos y privados, catalogados como inversores.

Esto se manifiesta en el PNSB (2010) al identificar la política de Plena Soberanía Petrolera, como la que permi-te la búsqueda del desarrollo nacional evitando resignarse a la marginación de un mundo que según, está globalizado. En segundo término, el Plan adjudica los recursos energéticos, un rol centrali-zado que permite estructurar el desarro-llo nacional, la proyección de Venezuela como epicentro energético con influen-cia mundial y la integración regional.

Desde la perspectiva de desarro-llo nacional, el petróleo es considerado como un elemento que, debe contribuir al crecimiento industrial relacionado a los sectores de petroquímica, refinación


204 205


presenta el Fondo ALBA PETROCARIBE para el Desarrollo Social.

En este caso, el Fondo ALCA-CA-RIBE para el Desarrollo Social y Eco-nómico, representa la estructura más interesante para el diseño institucional; desde lo estipulado en el Capítulo II del Acuerdo, con el fin de contribuir al de-sarrollo tanto social como económico de los países del Caribe, dicho fondo se destina al financiamiento de programas para las variables económicas y sociales; además, tiene el aporte inicial venezola-no de cincuenta millones de dólares (US $ 50.000.000), donde el fondo captaría los distintos aportes que provienen de instrumentos tanto financieros como no financieros, así como de contribuciones que puedan ser acordadas por la por-ción financiada por la factura petrolera o los ahorros generados por el comercio directo.

Partiendo de lo anterior, el objetivo del fondo es el financiamiento de progra-mas tanto económicos como sociales; según la Declaración Final de la IV Cum-bre ALBA-Caribe (2013), se destaca la importancia sobre el impacto social que poseen los proyectos promovidos por el fondo, en temas relacionados a la salud, la educación, alfabetización y vivienda, resultado del ahorro de la factura ener-

En el momento de crearse, se agre-garon trece países, contando Venezuela, sucesivamente se sumó el Acuerdo de Haití (2006), Nicaragua (2007), Repúbli-ca Dominicana y Guatemala (2008), por último El Salvador (2009); este acuerdo de cooperación energética, se centra en la resolución asimétrica de los procesos de recursos energéticos, mediante un nuevo esquema de intercambio equita-tivo, justo y favorable entre los países de la región caribeña, que en su mayoría, no posee ningún control estatal sobre el suministro de dichos recursos.

En este sentido, se concibe como un organismo multilateral que asegura la articulación y coordinación de las po-líticas de energía, inclusive el petróleo, derivados, electricidad, gas, cooperación tecnológica, el desarrollo de infraestruc-turas energéticas y la capacitación de las mismas; asimismo, admite el apro-vechamiento de fuentes alternativas de energía como la eólica, solar, entre otras, como lo señalan Manzur et al. (2010).

Para lograr tales fines, está com-puesto por una estructura institucional cuyos órganos principales son el Con-sejo Ministerial, conformado por Minis-tros de Energía y Secretaría Ejecutiva, presidido por el Ministro de Energía y Petróleo de Venezuela, pero también se


206 207


Ante ello, como lo señala la CE-PAL (2009) en términos generales, di-cha situación ha generado un esfuerzo financiero mayor por los países del Ist-mo Centroamericano, con la finalidad de solventar el pago de facturas elevadas petroleras, restando posibilidades de utilización de recursos financieros esca-sos de la economía subregional en otros rubros, como forma nueva de inversión o también como una mayor fuente de consumo.

De igual forma, según la CEPAL (2009) se generaron altas sensibilizacio-nes para la utilización eficiente y racio-nal de los recursos; todo ello favorecien-do la promoción e iniciativa de distintos proyectos en las áreas referidas, alguno de ellos, con visión de alcance subregio-nal, regional y nacional.

Frente al escenario planteado, PE-TROCARIBE ha mostrado avances en cuanto a la reactivación del comercio tanto regional como la continuidad sos-tenida del aprovisionamiento energético, según el informe de Petróleos de Vene-zuela PDVSA (2012); dicho proceso pue-de identificarse como un incentivo que contribuye al impulso de la labor per-teneciente al grupo técnico, para crear una Zona Económica de PETROCARIBE (ZEP).

gética; pero según se ha señalado, por la poca información, se torna imposible la evaluación del fondo de manera exhaus-tiva.

De manera tradicional, se identi-fica como una iniciativa venezolana, el cual representa en un sentido más am-plio PETROCARIBE, como construcción política que considera incentivos de participación provenientes de los dife-rentes miembros. A su vez, trata sobre Estados que no poseen similitudes de características políticas, sociales y eco-nómicas, pero que acceden a ser parte de este acuerdo; de igual forma, se vin-culan elementos a los distintos aspectos para el desarrollo económico de socieda-des relacionadas, el cual no deben des-contarse al momento de comprender la estructura original ante la propuesta de PETROCARIBE.

En primer lugar, la CEPAL (2009) señala que se trata de países importado-res de hidrocarburos, con excepción de Guatemala, el cual ha generado peque-ñas producciones para la exportación; dicha situación ante el aprovisionamien-to del petróleo bajo un contexto de incre-mento sobre su precio, ha chocado en las economías que pertenecen al grupo.


208 209


posliberal e incentiva a la diversificación e internacionalización económica vene-zolana; todo esto se asocia de manera epistemológica para el desarrollo desde la que, el Estado se centra en afianzar la recuperación de su participación pre-ponderante para disminuir los costos que resultan de las posiciones estructu-rales que desfavorecen a los países de la región a la que pertenecen.

Ante ello, se manifestó de manera regional, la preocupación de tal situa-ción; frente a este escenario, el epicentro energético adquirió espacios centrales en la agenda regional, ante los cuales, los gobiernos se han enfocado en refor-zar la búsqueda de elementos internos o externos, centradas a políticas de subsi-dios o ahorro energético.

En este sentido, dentro de estas circunstancias, donde PETROCARIBE se conoce como una alternativa, que haciendo frente el alza de los precios petroleros y sus derivados, permitió la ampliación del diálogo, para recudir la necesidad de dependencia petrolera, así como la importante estrategia de diver-sificación de la oferta energética, con el fin de promocionar la utilización de las fuentes de energía renovable, además de los recursos naturales del país.

Es por ello que la ZEP, según SELA (2013) se concibe como estrategias orientadas a identificar activos producti-vos para articular cadenas productivas, con el fin de mejorar la producción, defi-nir y formar talento humano, incremen-tar el intercambio comercial, el empleo, mejorar los ingresos, aumentar las in-versiones, desarrollar alianzas estratégi-cas internacionales, así como propiciar diferentes áreas investigativas e innova-ción tecnológica, capaces de reducir el impacto ambiental en los países que lo integran.


La necesaria profundización para los aportes de la CSS, relacionados a la cooperación pública financiera, ha di-reccionado el análisis de PETROCARI-BE, permitiendo identificar los elemen-tos que, desde la perspectiva política, colaboran para esclarecer su sentido natural y a su vez, estimar la magnitud económica que representa.

En cuanto a los elementos del pla-no político, PETROCARIBE se inscribe bajo una planificación específica de po-líticas públicas que cubre dimensiones de política energética, exterior, fomento de la integración regional basadas en los


210 211


peration, Background Study for the Development Cooperation Forum, abril.

Gibbs, T. (2006). “Business as Unusual: What the Chávez era tells us about democracy under globalization”, Third World Quarterly, Vol 27, Nº 2.

González Urrutia, E. (2006). “Las dos etapas de la política exterior de Chá-vez”, Nueva Sociedad, n. 205, sep-tiembre/octubre.

Morales Manzur, J.C.; Morales García, L; Fermín, E. (2010). “PETROCARI-BE: Cooperación energética para el desarrollo de los pueblos del Caribe y Centroamérica (2005-2008)”, Cua-dernos sobre Relaciones Internacio-nales, Regionalismo y Desarrollo, Vol 5, n. 9, Enero-Junio.

PDVSA (2012). Informe de Gestión Anual 2012. Caracas, Venezuela. Disponible en: http://www.pdvsa.com/index.php?tpl=interface.sp/de-sign/biblioteca/readdoc.tpl.html&-newsid_obj_id=10919&newsid_ te-mas=111.

PETROCARIBE (2012). “PETROCARIBE es la alternativa de unión de los pue-blos caribeños” disponible en http://www.petrocaribe.org/ index.php?-tpl=interface.sp/design/salaprensa/readmenu.tpl. html&newsid_obj_id=904&newsid_temas=1. [Fecha de consulta: 01/07/2016]


Benzi, D. y Zapata M, X. (2013). “Geopo-lítica, Economía y Solidaridad Inter-nacional en la nueva Cooperación Sur–Sur: En caso de la Venezuela Bolivariana y Petrocaribe”, América Latina Hoy, n. 63

Biancarelli, A. (2011). “Recomendacio-nes para la Cooperación Financiera Internacional”, Serie de Policy Briefs, IE CECON, Campinas, Red Merco-sur, nº 3, Abril 2011.

Blanco, R. y Linares, R. (2008). Chávez en la política exterior Venezolana: (ALCA vs ALBA) de la democracia re-presentativa a la participativa, Aldea Mundo, Año 13, Julio/Diciembre

Cepal (2009). “La Crisis de los Precios del Petróleo y su Impacto en los paí-ses Centroamericanos”, junio, LC/MEX/L.908, 18 de junio

Constitución de la Republica Bolivaria-na de Venezuela (1999). Gaceta Ofi-cial de la Republica Bolivariana de Venezuela No 36.860,30 de Diciem-bre de 1999.

Dubois, A. (2008). Diccionario de Ac-ción Humanitaria y Cooperación al Desarrollo, Icaria – Hegoa. Barcelo-na. Disponible en: http://www. dicc.hegoa.ehu.es/

ECOSOC (2008). Trends in South – Sou-th and triangular Development Coo-


212

Petróleo e Integración: ¿Cuál desarrollo y para qué?

M.Sc. Carlos ÁñezDocente - LUZ - Venezuela

Magister en Economía - LUZcarlos1970269@gmail

Plan Nacional de Desarrollo Económi-co y Social de la Nación (PND) 2001-2007

Proyecto Nacional Simón Bolívar. Pri-mer Plan Socialista. Desarrollo Eco-nómico y Social de la Nación 2007-2013, Caracas, Septiembre 2007.

Ruiz Caro, A. (2010a). “La Cooperación e integración energética en América Latina y el Caribe”, Puente a Europa, Año VIII, Nº1, Abril.

Ruiz Caro, A. (2010b). Puntos de con-flicto de la cooperación e integración energética en América Latina y el Ca-ribe, serie Recursos Naturales e In-fraestructura, CEPAL, n. 148.

SELA (2013). “Acuerdo de Cooperación Energética PETROCARIBE”, Cara-cas, SP/Di Nº3-13, Julio.

215


Introducción.

El reto fundamental de la Vene-zuela del presente consiste en superar la dicotomía planteada por la moderni-dad entre desarrollo y extractivismo: de-sarrollo de las fuerzas productivas bajo cuáles formas, ¿las que han demostrado concentrar los ingresos y la riqueza bio-lógica en unos cuantos privilegiados, o un progreso más allá del antropocéntri-co, que sustente todas las formas de vida presentes y futuras? Este dilema puede comenzar a solventarse bajos ciertos mecanismos contenidos en la propuesta del socialismo ecológico o Ecosocialismo, caracterizado por Michael Löwy como “una política económica basada en cri-terios no monetarios y extraeconómicos que opone al progreso destructivo capi-talista (Marx) las necesidades sociales y el equilibrio ecológico”, con el agregado que esta estrategia ha de desarrollarse bajo mecanismos de integración granna-cional que privilegien formas bioeconó-micas y culturales, antes que las crema-tísticas extractivas y de tipo dependiente que han caracterizado la acumulación en los países latinoamericanos.

En las próximas líneas discutire-mos la concepción del desarrollo necesa-rio para la integración regional latinoa-mericana del nuevo tiempo, las políticas


216 217


inteligente de los recursos naturales, de las materias primas, de la mano de obra y del capital, así como los problemas de las economías de escala” existentes den-tro de la región suramericana.

Luego de la Conferencia de Estocol-mo de 1972, que partió en dos las aguas de las acciones en pro del ambiente, los estudios acerca de la posibilidad del de-sarrollo sustentable en nuestras nacio-nes tomaron un decisivo impulso: los debates se centraron en los estilos de desenvolvimiento y sus repercusiones para el funcionamiento de los sistemas naturales, enfatizando en que las posi-bilidades de que se materialice el desa-rrollo sustentable se encuentran direc-tamente relacionadas con los problemas de la pobreza, con la satisfacción de las necesidades básicas de alimentación, salud y vivienda, de una nueva matriz energética que privilegie las fuentes re-novables, y con la innovación tecnológi-ca (CEPAL, 1992).

En el último decenio, América Lati-na realizó el pasaje del Consenso de Was-hington, asentado sobre la valorización financiera, al Consenso de los Commo-dities, basado en la exportación de bie-nes primarios a gran escala. Así, lo que denominan Consenso de los Commodi-ties apunta a subrayar el ingreso a un

conducentes a lograr tal objetivo, bajo la presión del modelo desarrollista-extrac-tivista que ha gravitado desde la colonia misma, pero que bajo la modernidad occidental neocolonial ha significado la instauración de una forma de produc-ción perjudicial para la biosfera y la vida misma. Ofreceremos una recomenda-ción de política económica para el pre-sente caracterizado por la irrupción de presiones externas e internas que bus-can la extracción intensiva y extensiva de los recursos minerales y biológicos de las naciones americanas, especialmente las pertenecientes a Venezuela, mayor reservorio de hidrocarburos del hemisfe-rio occidental.

Petróleo como antidesarrollo.

Ya el Doctor Juan Pablo Pérez Al-fonzo en los años setenta del siglo XX ca-talogaba al petróleo como el «excremen-to del diablo», indicando que Venezuela debía superar la forma de desarrollar la economía bajo la ilusión de El Dorado (una acumulación de excedentes co-mandada por la explotación del oro, o por la de un recurso natural de alta valo-ración en los mercados). Posteriormen-te, de forma academicista, investigado-res como Sábato y Bodana (1970, citado por Loray, 2015) enfatizaban en “el uso


218 219


cesidades de sus mayorías poblaciona-les basándose en una estrategia de de-sarrollo hacia afuera como suplidor de materias primas, con el hecho cierto de poseer las primeras reservas de petróleo del mundo, que específicamente se en-cuentran en propiedad de la República Bolivariana de Venezuela.

Así, ¿servirá el petróleo como herra-mienta para el definitivo despegue ha-cia estadios de mayor progreso material y humano, o solo es parte de la misma estrategia extractivista que en la RBV se ha aplicado durante los últimos 100 años, sin poder consolidar el buenvivir de sus mayorías?En el plano geopolítico, este país ha desarrollado una estrategia de asegurar el acceso al petróleo a los países no productores situados en su área de influencia inmediata, el Caribe, a precios con descuentos bajo el plan de Petrocaibe y, en muchos casos, bajo la estrategia de la ALBA, tratando de avan-zar hacia modos de integración no solo económica, sino de tipo político y, sobre todo, que funcione para la satisfacción de las necesidades básicas de sus pobla-ciones: salud, vivienda, alimentos, vías de comunicación.

Una estrategia desarrollista basada en la explotación de recursos naturales que se constituyen en oferta de materias

nuevo orden económico y político, sos-tenido por el boom de los precios inter-nacionales de las materias primas y los bienes de consumo, demandados cada vez más por los países centrales y las po-tencias emergentes (Svampa, 2012).

Dentro de las commodities, el pe-tróleo posee la propiedad de ser el de mayor demanda industrial, conforman-do un mercado volátil donde los factores políticos desempeñan un papel crucial, no solo en los productores del Medio Oriente, los de reservas de mayor valor energético, pero con mayor inestabilidad sociopolítica, sino en América Latina, donde las diferencias socioeconómicas constituyen una estructura que impri-me inestabilidad a la seguridad de los suministros al mercado más grande: el de los Estados Unidos de América.

En este punto es que se incremen-tan las divergencias entre la necesidad de una estrategia de desarrollo adecua-da a las necesidades socioeconómicas de la América Latina y su característica de suplidor confiable y a bajo costo re-lativo de materias primas e hidrocarbu-ros para el mundo más industrializado y avanzado tecnológicamente, por lo que sale a la luz del debate ideológico, polí-tico y económico, el fracaso de la región latinoamericana para satisfacer las ne-


220 221


la planificación del desarrollo, sus ca-racterísticas, sus condicionantes y la estrategia, donde la integración regional guarda una importancia relevante.

En medio de la crisis económica originada en la depresión de los precios del petróleo, que ha provocado la reduc-ción de los subsidios y transferencias al sector productivo, tanto público como privado, y con ella, una reducción de la oferta agregada que ha disparado la tasa de inflación, se ha propuesto por elemen-tos del Gobierno Bolivariano el reimpul-so de los planes de siembra petrolera, que no es más que un incremento de la producción y exportación de petróleo en el corto plazo, hasta alcanzar la meta de 6 millones de barriles al día declarada en el Plan de la Patria para el año 2019.

Este tipo de estrategia neoextracti-vista-que desde la década próxima pa-sada ha tratado de ponerse en práctica, pero que la falta de recursos líquidos para financiar las inversiones necesa-rias en orden de llevarla plenamente a cabo ha impedido su consolidación-, ha sido fuertemente criticada en los años recientes, no solo porque únicamen-te puede desenvolverse por medio de la asociación con empresas extranjeras, al-gunas del mundo en vías de desarrollo, sino porque el extractivismo desarrollis-

primas sin mayor valor agregado y es-caso componente tecnológico ha demos-trado ser poco efectiva para lograr dejar atrás la situación de atraso económico y de concentración de la riqueza que ca-racteriza al subcontinente latinoameri-cano. En Venezuela, aunque la situación respecto a la desigualdad ha mejorado en los últimos 15 años, con elevación del Índice de Desarrollo Humano de for-ma paralela, la dependencia respecto a los ciclos de precios del petróleo han remarcado el fenómeno de enfermedad holandesa, que, en medio de una caída estruendosa de los precios de los hidro-carburos, han conducido a una situa-ción de estrangulamiento de las reser-vas internacionales, la cual ha llevado a imponer una política neomercantilista de reducción de importaciones, incluso de bienes básicos, al tanto de promoción de exportaciones no tradicionales, varias de ellas próximas a recursos naturales, como el oro.

Esta situación demuestra que la dependencia de una commodity, aun siendo la más demandada por su múl-tiple utilidad, constituye un obstáculo, antes que un trampolín hacia etapas superiores de desenvolvimiento econó-mico, social y ambiental, hacia un ver-dadero desarrollo sustentable. En este punto, emerge la necesidad de discutir


222 223


Elisa Osorio, citada por Mo-rales 2016).

Con las líneas anteriores queremos prestar significancia al hecho de que los procesos extractivistas son contrarios a los postulados del desarrollo susten-table y aún más, a las posibilidades de poner en práctica un verdadero ecoso-cialismo como estrategia para alcanzar el Objetivo Nacional número 5.1 del Plan de la Patria: “Construir e impulsar el modelo económico productivo eco-socia-lista, basado en una relación armónica entre el hombre y la naturaleza”, dentro del V Gran Objetivo Histórico de Contri-buir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie hu-mana.

De modo que si el extractivismo como estrategia basal del desarrollo eco-nómico es contraria al ecosocialismo como variante del desarrollo sustenta-ble, ¿cuál estrategia de desarrollo podría ponerse sobre la mesa de la planificación para los próximos decenios en un país de marcadas tendencias extractivistas, rentistas y dependientes como la RBV, siendo que se ha avanzado escasamente en la llamada siembra del petróleo, pa-reciendo este país condenado a seguir dependiendo de los precios del petróleo para superar la grave crisis que preci-samente la explotación irracional y poco

ta funciona “con una lógica de enclave: es decir, sin una propuesta integradora de estas actividades primario-exporta-doras con el resto de la economía y de la sociedad”(Acosta, 2011: 98).

Esto no solo en el caso del petróleo, sino que ha sido demostrado que una estrategia basada en la explotación de recursos naturales sin mayor valor agre-gado no permitirá un mejor reparto de la renta nacional, como seguramente tam-poco habrá de ocurrir con el proyecta-do aprovechamiento del Arco Minero del suroriente venezolano, con el que se pre-tende una salida extractivista a la crisis de recursos externos pero que generará como consecuencia más dañina la pér-dida de un ecosistema muy valioso para el potencial de desarrollo sustentable del país.

El Macizo Guayanés es muy importante para la reserva, no solamente de esos mine-rales sino del agua del país, y porque la proporción bosco-sa del Estado Bolívar es muy importante como reserva de biodiversidad y como pro-ductora de agua”. En algún momento uno tiene que prio-rizar qué es más importante: sacar el oro, sacar el coltán o proteger el agua que es indis-pensable para la vida. (Ana


224 225


difusión de información;

2) una generalizada participación popular en la toma de decisiones desde abajo;

3) nel otorgamiento de una alta prioridad al objetivo de lograr que la pequeña producción agrícola sea más productiva gracias a un conjunto de apoyos que le permi-tan competir en términos finan-cieros y técnicos con los agricul-tores comerciales más grandes. Al principio, el sector de la pequeña agricultura tratará de satisfacer las necesidades básicas de quie-nes en él trabajan; más tarde, tra-tará de crear una base más am-plia para el bienestar económico.(Goulet 1983, citado por Daly y Cobb, 1993).

Aquí se inscriben las misiones ali-mentación y agricultura urbana inicia-das por el Gobierno Bolivariano en 2016 para incrementar la seguridad alimenta-ria del pueblo venezolano, con la meta de que llegue a todos los ámbitos rurales y los espacios citadinos de la Nación. La utilidad de estas misiones y la necesidad de transitar a una economía comunal radica en las siguientes afirmaciones de Daly y Cobb (1993):

sostenible ambientalmente le ha llevado este recurso mineral. ¿Serán estrategias de tipo malthusiano, o neofisiocrático, o de un capitalismo “verde”, o de socia-lismo de Estado las que nos permitirá avanzar económicamente, con respeto del ambiente y con plena satisfacción de las necesidades básicas del ser humano, o por lo contrario, sería una estrategia de crecimiento endógeno, desde las comu-nidades, respetando al medio ambiente y de cara a la integración regional?

Analicemos rápidamente cada una de ellas.

Estrategias de desarrollo ecosocial.

En primera instancia, resulta im-perante para el desarrollo sustentable ecosocial el paso de una economía indi-vidualista, centralizada y aun de corte capitalista a una economía comunitaria, entendida esta como aquella donde la lo-calidad, la aldea, el municipio, el barrio o la urbanización participa de una es-tructura donde se favorece:

1) una mayor descentralización a todos los niveles: en el gobierno, la distribución de fondos, la asig-nación de responsabilidades y la


226 227


los productos endógenos y comunitarios en ferias itinerantes y el decisivo apoyo financiero de los Gobiernos Centrales para la participación de los productores y consumidores locales en la elaboración de convenios de libre comercio y de leyes de apoyo a la sustitución de importacio-nes extrarregionales sería de importan-cia decisiva, especialmente cuando el valor agregado conseguido no implique el uso de grandes cantidades de energía carbónica.

Otra actividad que posee algún po-tencial como suplantadora del extracti-vismo monoproductor en nuestro país, aun cuando hay que reconocer que se encuentra muy atrasada respecto a otras regiones americanas es aquella que im-plica la utilización de la biotecnología para transformar los recursos natura-les, siendo pertinente la pregunta de si es posible basar una estrategia de desa-rrollo basada en los recursos naturales, minimizando los impactos ambientales. La estrategia consiste, a juicio de Loray (2015), en lograr el mayor valor añadido de una base natural (biomasa) a través de aplicaciones de ciencia y tecnología para llegar a productos de segunda y tercera transformación como los bio-combustibles, bioplásticos, productos químicos, entre otros tantos.

“No puede haber ninguna economía nacional efectiva si un pueblo no puede alimen-tarse a sí mismo y satisfacer de otro modo sus necesida-des esenciales. Por lo tanto, una economía nacional para la comunidad será una eco-nomía relativamente autosu-ficiente”

Obviamente, no será una sencilla tarea aquella de producir autónoma-mente, pero será una forma más cón-sona de tratar el ambiente, regresando a actividades cercanas a la satisfacción de necesidades básicas, empleando me-nos energéticos de origen carbónico para generar productos de orden artesanal, los cuales podrían llegar a fabricarse en medianos centros de producción en los pueblos y ciudades pequeñas, tan-to como en las grandes capitales. El alto costo de los energéticos en relación con la mano de obra hará que esa reversión resulta económica, comentan Daly y Cobb(1993).

Uno de los posibles puntos discor-dantes de esta alternativa tendría que ver con las dificultades para avanzar en los procesos integradores con regio-nes de la América del Sur y Central, sin embargo, la puesta en práctica de em-presas grannacionales que mercadeen


228 229


llados a partir de ventajas locales y terri-toriales, este proceso podría derivar en una mayor concentración de la renta o en la creación de nuevos grupos de po-der a lo local, debido a la velocidad de las inversiones necesarias para desarrollar investigaciones o implantar en el contex-to local tecnologías patentadas en el pri-mer mundo industrializado. Ello podría minimizarse a través de la participación de las universidades y centros tecnológi-cos de investigación en el desarrollo de estas innovaciones de procesos aplica-dos a los recursos naturales y minera-les, conjuntamente con una estrategia de integración transnacional que asista en la tarea de diseminar los descubri-mientos y aplicaciones biotecnológicas a la base natural más o menos común a nuestros países.

Reflexiones finales.

Siendo que las estrategias comen-tadas anteriormente forman parte de otras que, con mayor participación del capital privado, intentan disminuir la dependencia de las economías latinoa-mericanas respecto del petróleo o de los recursos naturales con escaso valor agregado, ninguna de ellas podrá tener permanencia en el tiempo e integrarse con un espacio regional más amplio si

Uno de los analistas que impulsan esta estrategia es la venezolana Carlota Pérez, quien considera que la historia reciente de países monoexportadores (de bienes primarios) puede transformar-se “en un futuro exitoso de tecnologías complejas, variado perfil exportador y elevado crecimiento si se aprovecharan de manera inteligente las ventajas de poseer recursos naturales” (Pérez 2010, citada por Loray, 2015), a partir de la incorporación intensiva de ciencia y tec-nología en segmentos de las cadenas de producción asociadas a los mismos, desde la producción de insumos hasta la comercialización de productos finales, siendo financiado el proceso con los ele-vados precios que registran los commo-dities en los mercados respectivos, situa-ción que no aplica al petróleo luego de la extensión de la fracturación hidráulica en los yacimientos norteamericanos y otros pozos maduros a nivel mundial, lo que ha permitido incrementar la oferta global de hidrocarburos.

Aun cuando resulta valioso el apor-te dirigido a buscar alternativas al sub-desarrollo local y regional, especialmen-te cuando la estrategia sea concebida “desde abajo”, donde la especialización basada en los recursos naturales estaría dirigida, particularmente, a mercados específicos, producto de nichos desarro-


230 231


Referencias bibliográficas.

ACOSTA, Alberto (2011). Extractivis-mo y neoextractivismo: dos caras de la misma maldición. GRUPO PER-MANENTE DE TRABAJO SOBRE ALTERNATIVAS AL DESARROLLO. “Más allá del desarrollo”. Fundación Rosa Luxemburg. Caracas. pp. 91-126.

DALY, Herman E. y COBB, JR., John B. (1993). Para el bien común. Reorien-tando la economía hacia la comuni-dad, el ambiente y un futuro sosteni-ble. México, D. F. Fondo de Cultura Económica. pp. 466.

LORAY, Romina (2015). ¿La bioecono-mía como modelo de desarrollo?Re-cursos naturales y políticas pública-sen ciencia, tecnología e innovación. Revista Estado y Políticas Públicas. Nº 5. Buenos Aires, Argentina. pp. 99-118.

MORALES, Román (2016). La entrega del arco minero es desacertada, debe ir a consulta popular. Disponible en: http://www.aporrea.org/actua-lidad/a224598.html., consulta: 16-03-2015.

SVAMPA (2012).Consenso de los Com-modities, Giro Ecoterritorial y Pen-

no se apoyan en una estrategia de in-tegración con sus pares de las regiones más inmediatas y con el resto del conti-nente, aprovechando el potencial de la RBV de contar con las primeras reservas petroleras del globo y el amplio reservo-rio en la gran mayoría de recursos na-turales con que cuenta el subcontinen-te latinoamericano, lo que les asegura contar con una amplia base de recursos monetarios que puedan financiar esta integración, más allá de la secular vola-tilidad de los precios de las commodities.

No puede verse esta disponibili-dad de recursos minerales y naturales como una maldición, tal como hacen los críticos del extractivismo, sino como la oportunidad de diversificar los proce-sos necesarios para su aprovechamien-to técnico-científico, extensibles a las ramas de procesamiento propias de la industria y los servicios, bajo una con-cepción de desarrollo sostenible que ver-daderamente asegure a las generaciones presentes y futuras el acceso a ingresos que permitan su desarrollo humano, in-telectual y productivo para su comuni-dad de base: un ecosocialismo factible desde el punto de vista económico, po-lítico y social.


232

El petróleo y los problemas fronterizos de Venezuela

Dr. César Prieto ObertoDocente - LUZ - Venezuela

Doctor en Ciencias Políticas – [email protected]

samiento crítico en América Latina. CLACSO. Buenos Aires, Argentina. Disponible en:

http://biblioteca.clacso.edu.ar/clac-so/osal/20120927103642/OSAL32.pdf, consulta: 16-05-2016.

235


Introducción

Desde el mismo momento de cons-tituirse la República de Colombia en 1819 (Gran Colombia) por Simón Bolí-var en el célebre Congreso de Angostura, que comprendía los territorios de Vene-zuela, Nueva Granada y Quito (Ecuador), la frontera oriental venezolana estaba definida por el curso del río Esequibo. Pero en 1840, el descubrimiento de grandes yacimientos de hierro y oro en la Guayana Esequiba, estimuló el ape-tito de los capitales británicos y, duran-te todo el resto del siglo XIX, no cesó en sus intentos por apropiarse de manera definitiva de ese territorio. Más recien-temente, transnacionales del petróleo, y la principal de ellas, la ExxonMobil, ante la certeza de la existencia de ese hidro-carburo en el territorio en reclamación, se confabuló con el gobierno de Guyana para, violando el Derecho Internacional, iniciar labores de perforación en aguas en disputa.

Los diferendos con Guyana y con Colombia pueden llegar a situaciones en razón de la injerencia extranjera por la explotación del petróleo, potencias que sólo por obtener concesiones para su ex-plotación han provocado guerras entre países que milenariamente han vivido en paz.


236 237


Límites con Guyana.

Las cédulas reales venezolanas acreditan los derechos históricos de este país desde tiempos coloniales. En el mo-mento de constituirse la llamada Repú-blica de la Gran Colombia por Simón Bolívar, en 1819, que comprendía los te-rritorios de Venezuela, Nueva Granada y Quito, la frontera oriental venezolana estaba definida por el curso del río Es-equibo.

La disputa por los límites en el Gol-fo de Venezuela ha tenido momentos crí-ticos, llegando a plantear la posibilidad de una guerra en los años 80’. Detrás se encuentra el interés en las reservas de petróleo y gas que explota la Revolución Bolivariana y que apetecen las transna-cionales.

Colombia, Venezuela y el Golfo de Venezuela.

El Golfo de Venezuela se encuen-tra al noroccidente de la República Boli-variana de Venezuela, punto de entrada al Lago de Maracaibo, entre la Penínsu-la de la Guajira y la Península de Para-guaná en el Estado Falcón. Comunica el Lago de Maracaibo con el Mar Caribe. Ha formado parte del territorio venezola-

Sea propicia la oportunidad para exhortar a los investigadores sociales y estudiantes a profundizar estudios so-bre este tema, que en verdad carece de una producción investigativa suficien-te. http://www.venelogia.com/archi-vos/422/

Límites y fronteras venezolanas

A lo largo del tiempo, Venezuela ha perdido casi la mitad de su territo-rio en disputas fronterizas. Sin haber disparado un tiro, nuestros vecinos han reducido el mapa de Venezuela en casi 1.000.000 de kilómetros cuadrados…Venezuela reclama desde hace más de 150 años una parte del territorio de la República Cooperativa de Guyana cono-cido como la Guayana Esequiba. Hacia 1840, el descubrimiento de notables ya-cimientos de hierro y oro en la Guayana Esequiba despertó de nuevo el interés británico por la zona. En 1899, en au-sencia de representantes de Venezuela, un tribunal dictó sentencia sobre este espacio en litigio en favor de Gran Bre-taña. A partir de entonces, Venezuela no ha cesado en su empeño para recupe-rarlo y conseguir el reconocimiento in-ternacional.


238 239


en esta última se halló petróleo en días recientes por parte de la Exxon Mobil.

Es por ello que la reclamación del territorio Esequibo toma ahora mayor importancia, pues no solo se trata de territorio y mar, sino de recursos na-turales. El Esequibo comprende unos 159.500 kilómetros cuadrados de terri-torio rico en recursos minerales y una estratégica zona marítima abundante en recursos energéticos, causante de la dis-puta entre Venezuela y Guyana, por la delimitación limítrofe ya comentada.

Es una región señalada en el mapa de Venezuela como “Zona en Reclama-ción”, totalmente desconocida por la República de Guyana por considerarlo como suyo desde que pertenecía a Gran Bretaña como una colonia inglesa.

La mayor propiedad en cuanto a re-cursos energéticos corresponde a Vene-zuela que, pese a las diferencias fronteri-zas con Guyana, proveyó la mitad de su consumo de crudo a través de un acuer-do por Petrocaribe, del que es miembro junto a otros 17 países; y organismo a través del que recibe 43% de la energía que consumen. Recientemente, en el año 2015, la empresa estadouniden-se Exxon Mobil informó que descubrió petróleo frente a la costa de Guyana, lo

no desde 1528, etapa en la que formaba parte de la Gobernación del Golfo de Ve-nezuela y el Cabo de la Vela.

Gran parte del Golfo pertenece a las aguas territoriales venezolanas, pero una pequeña porción baña las costas de La Guajira colombiana, lo que ha desa-tado un diferendo limítrofe entre ambas naciones.

En 1987, la invasión de aguas te-rritoriales venezolanas por la corbeta de guarra colombiana Caldas, originó un conflicto que fue utilizado por los sec-tores dominantes para dividir a ambos pueblos. Vientos de guerra amenazaron a ambas naciones. Intelectuales, artis-tas y ambos pueblos rechazaron las pre-tensiones belicistas.

El territorio venezolano, como otros países del mundo, se caracteriza por te-ner fronteras que ayudan a distinguir las zonas hasta donde deben llegar los pueblos en sus recorridos. Los proble-mas limítrofes de Venezuela comenzaron cuando se separó de la Gran Colombia el 22 de septiembre de 1830, cuando el Congreso de Valencia aprobó la primera Constitución de Venezuela declarando tal separación. Luego surgieron los pro-blemas con Gran Bretaña y la Guyana Esequiba, con la particularidad de que


240 241


la Zona en Reclamación y al Delta Ama-curo.

Por su parte, Venezuela protestó y advirtió al vecino: “Ningún acto o ac-tividad que se lleve a cabo mientras se halle en vigencia el “Acuerdo de Gine-bra” constituirá fundamento para hacer valer, apoyar o negar una reclamación de soberanía nacional en los Territorios de Venezuela o la Guayana Británica”, a no ser de que sean el resultado de algún convenio logrado por la Comisión Mixta (inexistente para la fecha) y aceptado por escrito por ambos gobiernos (Art. V del Acuerdo de Ginebra). Igual de grave fue que Guyana decidió colocar como límite occidental de dos de esos otorgamientos -Exxon y Century- la delimitación alcan-zada en el Tratado de Delimitación de Áreas Marinas y Submarinas firmado entre Venezuela y la República de Tri-nidad & Tobago de fecha 18 de abril de 1990.

Con esta acción colocó una barre-ra a Venezuela, negándole su derecho legítimo a la prolongación marítima del estado Delta Amacuro y su plataforma continental producto de los sedimentos arrastrados por el Orinoco.

El conflicto surge de nuevo en 2013 a raíz de la detención de la embar-

cual aviva la vieja disputa entre ambas naciones. El hallazgo se encuentra en el bloque Stabroek de una región fron-teriza que es reclamada por Venezuela, como ya se señaló, desde hace más de un siglo, a pesar de que, en la práctica, opera como territorio guyanés.

El Gobierno guayanés dijo que es “optimista de un descubrimiento de hi-drocarburos de cantidades comerciales que transformará aún más la economía de Guyana”.

Por su parte, el gerente de Exxon para Guyana, Jeff Simmons, dijo que la compañía todavía estaba evaluando la viabilidad comercial del descubrimiento. El proyecto de exploración está liderado por Exxon y también participan la tam-bién estadounidense Hess Corp y una subsidiaria de China National Offshore Oil Company. Exxon firmó un acuer-do con Guyana para explorar el bloque aguas adentro, de 26.800 kilómetros cuadrados, en 1999.

Inicio del conflicto petrolero

En 1999 Guyana otorgó de manera unilateral tres concesiones a compañías petroleras internacionales en áreas ma-rinas y submarinas correspondientes a


242 243


ciaciones sobre “una disputa en la fron-tera marítima que comparten”

Venezuela exigió a Exxon evitar ope-raciones en aguas disputadas con Guyana.

El 8 de abril de 2015, el Gobierno venezolano reclamó a la compañía Esso Exploration and Production Guyana Ltd, subsidiaria de Exxon Mobil, su intención de realizar operaciones “no autorizadas” en el espacio marítimo sobre el que exis-te una disputa territorial con Guyana, según informó la Cancillería venezola-na (http://www.laverdad.com/econo-mia/72848-venezuela-denuncia-opera-ciones-petroleras-en-zona-en-disputa.html).

Por medio de una misiva dirigida al gerente de la empresa Esso Explora-tion and Productico Guyana, Jeff Simón, quien representa a la compañía subsi-diaria de Exxon en el país suramerica-no y que a principios de marzo comen-zó operaciones en aguas que Venezuela mantiene en reclamación: “Observamos cómo, trasgrediendo los parámetros ju-rídicos correspondientes, la costumbre internacional y el debido respeto al De-recho Internacional Público, se pretende afectar el cumplimiento de obligaciones

cación Teknik Perdama en aguas de la Zona Económica Exclusiva venezolana por la fragata Yekuana de la Armada Nacional Bolivariana. El Teknik Perda-ma es un barco de exploración petrole-ra con bandera panameña, operado por la compañía estadounidense Anadarkp Petroleum. El ministro de Ambiente de Guyana, Robert Persaud, confirmó que las transnacionales Esso y Anadarko “están participando activamente” en la-bores de exploración petrolera en el área marítima guyanesa. Según GINA, agen-cia estatal guyanesa de noticias, una de estas Compañías “está a punto de tomar una decisión sobre la movilización de un equipo de perforación” para comenzar estas labores.

El Gobierno venezolano exigió ex-plicación a su homólogo guyanés por la violación de nuestro espacio marítimo y “expresó su profunda preocupación por la manera en que embarcaciones ex-tranjeras autorizadas por el Gobierno de Guyana irrumpen, sin la debida autori-zación, en el mar territorial y zona exclu-siva de Venezuela”.

El 2 de junio de 2013 el canciller guyanés manifestó que su gobierno rei-teraría, al margen de la Asamblea Gene-ral de la OEA en Asunción, Paraguay, su petición a Venezuela para iniciar nego-


244 245


La canciller ratifica que “la Repúbli-ca Bolivariana de Venezuela nuevamen-te le recuerda y ratifica que hasta hoy no existe delimitación sobre las áreas mari-nas y submarinas del espacio territorial de la zona en reclamación”.

Guyana pidió a Venezuela no obs-truir exploraciones de crudo

Gobierno de Guyana emitió una advertencia a Venezuela para que “de-sista de interferir” en sus esfuerzos de exploración petrolífera en aguas cuya soberanía es controvertida, informó la Cancillería guyanesa; “El Ministerio de Relaciones Exteriores ha solicitado que el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela desista de tomar cualquier acción que solo podría resultar en obs-taculizar el desarrollo de Guyana y su pueblo y que estaría en incumplimiento del derecho internacional”, afirmó la en-tidad en un comunicado.

Venezuela y Guyana mantienen desde hace décadas una disputa por el límite exacto de la soberanía de sus aguas.

La compañía estadounidense Exxon Mobil planifica invertir cerca de 200 millones de dólares en el programa

preexistentes de carácter exclusivamen-te bilateral entre la República Cooperati-va de Guyana y la República Bolivariana de Venezuela, e interferir en asuntos so-beranos que les son propios, eludiendo intencionadamente que las pretensio-nes de esa empresa privada transnacio-nal norteamericana afectan espacios en controversia territorial entre ambas na-ciones”, señala el documento.

Rodríguez alude en el texto a una carta recibida por el Gobierno el 27 de marzo de este año, en la que la empresa notifica las operaciones que realiza por un contrato con el Gobierno guyanés. Adicionalmente, menciona que la misma empresa intentó llevar a cabo estas ope-raciones en 1993 y 1999, pero que había desistido, tras el reclamo venezolano: “Su actuación contradice abiertamente el respeto debido al Derecho Internacio-nal Público y a la República Bolivariana de Venezuela, mostrando claramente su intención de subvertirlo, dado que pri-vada y unilateralmente pretende realizar operaciones no autorizadas dentro del enorme espacio marítimo colindante con nuestras reservas energéticas en un pre-tendido bloque Stabroek que la Repúbli-ca Bolivariana de Venezuela no recono-ce, ni ha reconocido”, indica la carta.


246 247


bierno de Venezuela. Para 1881 los dos países deciden consultarle a la Corona de España para concretar el asunto.

Diez años después la Reina dictó un Laudo Arbitral donde se establecían límites que las comisiones de ambos paí-ses debían marcar en el territorio, pero esto era imposible ya que estos territo-rios no se encontraban en ninguno de los dos países. Las comisiones de Co-lombia y Venezuela decidieron buscar la ayuda del presidente del consejo suizo.

República de la Gran Colombia, fron-teras y Territorio actual

Finalmente, en 1941, mediante un tratado bilateral logra definirse este lími-te; sin embargo, en nuestros días, el país hermano reclama soberanía en el Golfo de Venezuela por su importancia estra-tégica y riqueza petrolera. (Mari Urdane-ta (Pasante)/Agencias. Juan Camacaro).

Una guerra entre Colombia y Vene-zuela

Andrés Pastrana ex-presidente co-lombiano (1998-2002), se preocupa por el control venezolano en el Golfo de Ve-nezuela, pero ciertamente el Golfo es de

de perforación del campo Liza, conside-rado en aguas de Guyana. A mediados de marzo de 2015, la plataforma petrole-ra Deep Water Champion llegó a las con-trovertidas aguas por petición de Gu-yana para comenzar cuanto antes con las operaciones de extracción. Guyana recordó en su escrito que ha informado a la Comunidad del Caribe (Caricom), la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Mancomunidad de Naciones y la Secretaría General de Naciones Unidas sobre “esta reciente ac-ción de Venezuela”.

Otros problemas limítrofes

La separación de la Gran Colombia en 1830, causo varios problemas debido a que la constitución de ese año con-sagro el uti possidetis donde se definía el territorio Venezolano como el mismo que el de la antigua Capitanía General. Como la Corona no había establecido la dicha frontera, estas dos naciones tuvie-ron que resolver este problema.

En 1833, el delegado de Venezuela Santos Michelena y el de Colombia Lino de Pombo, conocido como el “Tratado Pombo Michelena”, concretaron un pro-yecto pero este fue rechazado por el Go-


248 249


litigio”. [La Verdad, edición impresa. 1° de abril de 2005).

La reserva o desconfianza del go-bierno colombiano es justificable, ya que, aunque cuentan con un gran arse-nal militar, fuentes inagotables de abas-tecimiento y los aliados correctos, gran parte del mismo arsenal fue entregado por los Estados Unidos a través del Plan Colombia con la condición que solo se-ría usado para luchar contra la guerrilla y el narcotráfico, y “no puede ser usado para defenderse o atacar a sus países vecinos”.

En esa oportunidad, Pastrana co-mentó: “Honestamente dudo que suce-da, pero si Chávez llegará a reclamar a estas alturas los derechos sobre el gol-fo estaremos en un gran dilema, ya que un gobierno intransigente y moralmente fracasado estaría defendiendo nuestros legítimos derechos sobre la soberanía en la zona y pondría a Venezuela en una situación al borde de la guerra” (sic).

“…Pero de ser Colombia quien hiciere tal reclamo, de-bemos respaldar cualquier acción racional que venga del gobierno nacional, que sin duda es terrible, pero es el que tenemos...”

Venezuela y guerras a escala mundial han comenzado por mucho menos. Pri-mero que nada, téngase en cuenta que en comparación con otras partes del mundo, América ha sido el continen-te con menos conflictos armados entre sus países y esto se debe básicamente al acceso racional del armamento militar, pero Venezuela de hecho se está arman-do fuerte y rápidamente como si estuvie-ra preparándose para la guerra, y otros países vecinos no querrán quedarse atrás. Segundo, el Golfo de Venezuela, es una reserva de recursos energéticos que en algún momento en el futuro será motivo de discusión entre Venezuela y Colombia.

Es pertinente comentar una cita textual del ex-presidente Pastrana:

Andrés Pastrana, que go-bernó Colombia entre 1998 y 2002 y reside en Madrid, declaró a emisoras colombia-nas que “la compra de armas en Venezuela puede afectar la soberanía colombiana”... “Las corbetas van a ser uti-lizadas precisamente en el control del Golfo de Venezue-la. Colombia tiene derechos en el Golfo de Venezuela y no puede existir que un país le venda a otro armas que van a ser utilizadas en una zona de


250

Referencias Bibliográfícas.

(http://www.venelogia.com/archi-vos/422/).(Tomado de Noticia al día, 13 de julio de 2013).

(http://noticiaaldia.com/2015/05/que-sucedera-entre-guyana-y-ve-nezuela-tras-el-hallazgo-de-petro-leo-de-exxon-mobil-en-el-esequi-bo-infografia/) Bajado el 13.07.2016.

http://www.venelogia.com/archi-vos/422/. Bajado el 13.07.2016.

h t t p : // l a i guana . t v/ l o -po l em i -co/8841-economia-politica-re-laciones-exteriores-guyana-ve-nezuela-exxon-mobil. Bajado el 13.07.2016.

http://www.laverdad.com/econo-mia/72848-venezuela-denun-cia-operaciones-petroleras-en-zo-na-en-disputa.html. Bajado el 13.07.2016.

http://www.venelogia.com/archi-vos/422/La Verdad, edición impre-sa. 1° de abril de 2005. Bajado el 13/07/2016.

(Mari Urdaneta (Pasante)/Agencias. Juan Camacaro); Noticia al Día.com. Bajado el 13.07.2016.

Índice General

5 Presentación23 Memoria Histórica y desarrollo fronterizo25 Introducción.

27 ¿Fronteras o espacios transfronterizos?

28 El espacio transfronterizo en torno al Lago de Maracaibo

33 El espacio transfronterizo en la geopolítica imperial

36 Reflexiones inconclusas

41 Reflexión sobre la Integración Fronteriza en América Latina a partir de las propuestas de desarrollo. Perspectiva Colombo venezolana43 Introducción.

46 Desarrollo y Cooperación en el cometido de la frontera.

49 El interés por la frontera en los esquemas de integración.

51 Propuestas de desarrollo basadas en el territorio.

54 Conclusión y recomendación.


252 253


59 El Conflicto de Intereses y los efectos de la Supranacionalidad sobre los espacios integrados61 Introducción.

62 Conflictos de intereses como un constructo clave en la integración.

65 Supranacionalidad y las nuevas instituciones.

70 Palabras Finales.

73 Derechos Humanos y Frontera75 Introducción.

80 Situación de los Derechos Humanos en las Fronteras.

87 Juventud, Maltrato y Frontera: Violencia en Frontera Colombo Venezolana

89 Introducción.

90 Juventud, Maltrato y Violencia.

96 Políticas públicas y la violencia.

102 Reflexiones Finales.

109 Actitud Emprendedora en el entorno fronterizo para la creación de nuevas organizaciones111 Introducción.

112 Actitud Emprendedora: Una aproximación conceptual

119 Importancia de la actitud emprendedora en el entorno fronterizo.


133 Comercio Transfronterizo y los desafios ante la opacidad administrativa

135 Introducción.

136 Epistemología del Comercio Transfronterizo.

140 El comercio transfronterizo y la opacidad administrativa.


155 Contrabando de Extracción y Desarrollo Fronterizo

157 Introducción.

171 Desarrollo, Fronteras e Integración, desde la perspectiva compleja del pensamiento

173 Introducción.

174 Pensamiento Complejo.

176 Desarrollo e Integración.

179 Integración y Frontera.

184 Conclusiones y Recomendaciones.


254 255


191 Petrocaribe como epicentro del desarrollo energético en los sistemas fronterizos

193 Introducción.

195 PETROCARIBE y sus circunstancias.

201 PETROCARIBE y sus estrategias de desarrollo energético.


213 Petróleo e Integración: ¿Cuál desarrollo y para qué?

215 Introducción.

216 Petróleo como antidesarrollo.

224 Analicemos rápidamente cada una de ellas.

229 Reflexiones finales.

233 El petróleo y los problemas fronterizos de Venezuela

235 Introducción

236 Límites y fronteras venezolanas

237 Límites con Guyana.

237 Colombia, Venezuela y el Golfo de Venezuela.

240 Inicio del conflicto petrolero

243 Venezuela exigió a Exxon evitar operaciones en aguas disputadas con Guyana.

245 Guyana pidió a Venezuela no obstruir exploraciones de crudo

246 Otros problemas limítrofes

247 República de la Gran Colombia, fronteras y Territorio actual

247 Una guerra entre Colombia y Venezuela

251 Índice General

Esta serie digital, fomenta la producción científica del desarrollo, la frontera y la integra-ción considerando cualquiera de sus aristas; conformando un repositorio de documentos que desde las actividades de socialización de la Red Internacional de Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana (RINDEFIL) se for-malizan para brindarle a la comunidad interna-cional, material de trabajo para profundizar en sus estudios.

En este libro digital, se agrupan una serie de temas seleccionados de un entorno altamen-te complejo, como lo es la dinámica venezolana y como esta se proyecta desde la perspectiva fronteriza e integradora, hacia los vecinos del subcontinente.

Es por ello, que desde la Editorial Inver-E-Group Venezuela lo alentamos a la lectura de este material y considere profundizar en ellos utilizando la RINDEFIL para continuar con el enriquecimiento de este acervo científico.

por el Editor

Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana Temas ...ras son una unidad estructural...

Documents

Transcript of Desarrollo Fronterizo e Integración Latinoamericana Temas ...ras son una unidad estructural...