Desarrollo del Conflicto

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Biblioteca Colón-Organización de Estados Americanos Disputa Territorial: Belize – Guatemala * Primeros asentamientos españoles e ingleses Para la época en que llegaron los primeros conquistadores europeos en los siglos XVI y XVII todavía existían asentamientos mayas en partes de los territorios que ahora se conocen como Belize, Guatemala y México. Por ejemplo en la provincia maya de Chetumal que era lo que ahora es la parte norte de Belize y en el sur del estado de Quintana Roo en México. En áreas más hacia el sur había asentamientos de los Mayas Mopán y aun más al sur vivían los Mayas Manche Chol. En Belize central se encontraba la provincia maya de Dzuluinicob cuyo centro político era Tipu. En 1502 Cristóbal Colón llegó al Golfo de Honduras durante su cuarto viaje y algunos años más tarde dos de sus navegantes Martín Pinzón y Juan De Solís navegaron la costa de Belize para llegar a Yucatán. En 1525 empezó la conquista de Yucatán cuando España envió expediciones a Guatemala y Honduras. Los españoles iniciaron sus principales expediciones al resto de territorios desde Yucatán pero encontraron una fuerte resistencia maya en las provincias de Chetumal y Dzuluinicob. Esta área se convirtió en un refugio de la invasión española pero debido a enfermedades que los mayas contrajeron de los españoles, se debilitaron lo suficiente para no poder seguir resistiéndose a la conquista (Merill 161). A pesar de que España conquisto Tipu en 1544, Tipu estaba muy lejos de los centros coloniales de poder, principalmente de Yucatán, como para ser efectivamente controlado. En 1638 empezó un periodo de resistencia en Tipu y para 1642 toda la provincia de Dzuluinicob estaba en estado de rebelión. Adicionalmente, en 1642 y de nuevo en 1648, piratas atacaron Salamanca de Bacalar, el lugar de gobierno español al sur de Yucatán, lo cual marcó el fin del control español sobre las

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Biblioteca Colón-Organización de Estados Americanos

Disputa Territorial: Belize – Guatemala *

Primeros asentamientos españoles e ingleses

Para la época en que llegaron los primeros conquistadores europeos en los siglos XVI y XVII todavía existían asentamientos mayas en partes de los territorios que ahora se conocen como Belize, Guatemala y México. Por ejemplo en la provincia maya de Chetumal que era lo que ahora es la parte norte de Belize y en el sur del estado de Quintana Roo en México. En áreas más hacia el sur había asentamientos de los Mayas Mopán y aun más al sur vivían los Mayas Manche Chol. En Belize central se encontraba la provincia maya de Dzuluinicob cuyo centro político era Tipu. En 1502 Cristóbal Colón llegó al Golfo de Honduras durante su cuarto viaje y algunos años más tarde dos de sus navegantes Martín Pinzón y Juan De Solís navegaron la costa de Belize para llegar a Yucatán. En 1525 empezó la conquista de Yucatán cuando España envió expediciones a Guatemala y Honduras. Los españoles iniciaron sus principales expediciones al resto de territorios desde Yucatán pero encontraron una fuerte resistencia maya en las provincias de Chetumal y Dzuluinicob. Esta área se convirtió en un refugio de la invasión española pero debido a enfermedades que los mayas contrajeron de los españoles, se debilitaron lo suficiente para no poder seguir resistiéndose a la conquista (Merill 161).

A pesar de que España conquisto Tipu en 1544, Tipu estaba muy lejos de los centros coloniales de poder, principalmente de Yucatán, como para ser efectivamente controlado. En 1638 empezó un periodo de resistencia en Tipu y para 1642 toda la provincia de Dzuluinicob estaba en estado de rebelión. Adicionalmente, en 1642 y de nuevo en 1648, piratas atacaron Salamanca de Bacalar, el lugar de gobierno español al sur de Yucatán, lo cual marcó el fin del control español sobre las provincias de Chetumal y Dzuluinicob. Es por eso que se puede afirmar que entre 1638 y 1695 los Mayas que habitaban el área de Tipu gozaron de autonomía del gobierno español. En esa misma época (1638), corsarios ingleses provenientes de las Antillas se interesaron por la riqueza maderera en donde ahora es Belize por lo que se establecieron en la zona y la llamaron Bahía de Honduras y más tarde Honduras Británica (Bardini 38). Casi 30 años más tarde en 1667, se firmó un tratado europeo que pretendía eliminar la piratería y eso incentivó a los bucaneros ingleses que cortaban madera en el área de Belize a establecerse de una manera más permanente en el territorio beliceño. El 18 de julio de 1679, Inglaterra y España firmaron el Tratado de Madrid o el Tratado Godolphin que reconocía las posesiones inglesas en las Indias Occidentales, no obstante no se especificó cuáles. Posteriormente, casi a finales de siglo, en 1697, los españoles conquistaron a los Itzá (grupo étnico de afiliación maya) y en 1707 los españoles decidieron reinstalar forzosamente a los habitantes de Tipu en un área cercana al Lago Petén Itzá. Tipu, el centro político de la provincia maya de Dzuluinicob y la última unidad

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maya independiente, dejó de existir precisamente en el mismo momento en que los ingleses se interesaban cada vez más en el área. (Merill 162).

Límites de la explotación maderera inglesa

Ambas coronas, tanto la española como la británica, firmaron una serie de acuerdos con respecto a la explotación maderera por parte de Inglaterra con el fin de fijar los límites en los que se podía llevar a cabo esta actividad. En 1763 se firmó el Tratado de París que estableció que España garantizaría que los vasallos y trabajadores de la corona británica corten, carguen y transporten el palo de tinte sin ser molestados de ninguna manera. A cambio, Inglaterra debía demoler todas las fortificaciones que sus vasallos pudieron haber construido en la Bahía de Honduras y en otros territorios españoles máximo 4 meses después de la ratificación de este tratado. No obstante, el pacto todavía no señaló límites específicos para las actividades inglesas.

Años más tarde, en 1783 se firmó el Tratado de Versalles. Con esto, la Corona española tuvo como objetivo principal evitar que la ocupación inglesa se continuara extendiendo en el territorio de Belize, por lo que se les autorizó a los ingleses a continuar explotando el palo de tinte pero ahora fijando “límites indelebles” para dicha actividad. Del mismo modo, es importante recalcar que con este tratado España se reservaba la “plena soberanía sobre el territorio objeto de la concesión, [lo cual] Inglaterra reconoció” (Libro Blanco en CP/DOC.935/79). Estos límites eran el Río Hondo y el Río Belize. Para poner en acción lo estipulado, el gobierno español concedió el plazo de 18 meses para que los asentamientos ingleses se agruparan estrictamente dentro del territorio comprendido entre los dos ríos. España les daría todas las facilidades necesarias para la reubicación y permitiría que los habitantes ingleses ejercieran libremente actividades de pesca para su subsistencia. Pero, como se dijo, nada de esto derogaría los derechos soberanos de la Corona española sobre el territorio beliceño.

No obstante, los asentamientos ingleses consideraron que el área delimitada entre los ríos Hondo y Belize no era suficiente para la explotación maderera y pesquera, por lo que pidieron a Londres que negociara una ampliación de los límites anteriormente establecidos por el Tratado de Versalles. Estas negociaciones culminaron en 1786 con la Convención de Londres. En esta Convención, España amplió el área de explotación maderera hasta el Río Sibún. Así mismo, hizo una serie de concesiones a los ingleses tales como: la libertad de cortar cualquier otra madera aparte del palo de tinte, aprovecharse de cualquier fruto o producción de la tierra en su estado natural, la ocupación de una pequeña isla conocida como Cayo Casina y la libertad de pesca. En cuanto a las restricciones, Inglaterra no podría establecer sus tropas o artillerías en dicho territorio, los asentamientos en esta área estarían sujetos a inspección española dos veces al año e Inglaterra estaba prohibida de establecer cualquier tipo de gobierno civil o militar en el área. Además, al igual que en el Tratado de Versalles, la soberanía española ejercida en ese territorio no estaría en duda. “De esta cuenta, hasta antes del tratado con Guatemala [1859], la Gran Bretaña no consideró oficialmente a Belize

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dentro de su dominio colonial y le dio únicamente la denominación de territorio” (Libro Blanco en CP/DOC.935/79).

En 1802 se firmó el Tratado de Paz de Amiens que puso fin a la guerra entre Inglaterra, Francia, España y la República Bátava y estableció en su tercer artículo que: “Su Majestad británica [debía restaurar] a la República francesa y [a] sus aliados, Su Católica Majestad [España] y la República Bátava, todas las posesiones y colonias que les pertenecían y que [habían] sido ocupadas o conquistadas por las fuerzas británicas durante el curso de la […] guerra, con la excepción de la isla de Trinidad y las posesiones holandesas en la isla de Ceilán”. De ahí que años antes en 1798 la flota hispana haya querido invadir los asentamientos ingleses rn Belize para recobrarlos, no obstante, sin éxito.

Hasta 1819 Inglaterra reconocía que Belize no era parte de sus colonias, es más, el Parlamento inglés declaró que Belize “no estaba dentro de los límites y dominios de Su Majestad Británica” (CP/DOC.935/79). Incluso, después de la independencia de Centroamérica en 1821, la documentación británica oficial encontrada en los Archives of British Honduras da a conocer que, en teoría, Inglaterra se seguía considerando como “simple usufructuario del territorio de Belize”. Asimismo, los ingleses tenían claro que su permanencia en Belize estaba respaldada únicamente por los tratados anglo-españoles de 1783 y 1786 y que por lo tanto, cualquier tipo de negociación debía hacerse con Guatemala, que ostentaba plena soberanía del territorio al sur del Río Sibún. Por ende, cualquier traspaso de la frontera natural del Río Sibún por parte de los ingleses, fijada en acuerdos previos, constituiría un acto de usurpación.

En 1850, sin embargo, Inglaterra y Estados Unidos firmaron el Tratado Clayton-Bulwer. El antecedente de dicho tratado fue la independencia de Centroamérica en 1821 que trajo consigo un periodo de transición que incluyó guerras civiles, disputas políticas y la ruptura de la unidad nacional. Por lo tanto, como consecuencia de esto y, difiriendo de lo encontrado en los archivos oficiales británicos, las autoridades inglesas y Beliceñas aprovecharon este periodo para extender sus asentamientos hasta el Río Sarstún, algunas islas de Honduras y hasta el Río San Juan en Nicaragua. Es decir, cuando España perdió el control sobre México y Centroamérica en 1821, Inglaterra ya había extendido su control sobre el área. Para la década de 1830, Inglaterra consideraba lo que ahora es Belize, es decir, el territorio comprendido entre el Río Hondo y el Río Sarstún como inglés (Merill 182). Estados Unidos, notando con preocupación esta serie de eventos, negoció con Inglaterra el Tratado Clayton-Bulwer que especificaba en su primer artículo que ninguna de las dos potencias “[…] ocuparía ni fortificaría, ni colonizaría a Nicaragua, Costa Rica o la Costa de Mosquitos, ni asumiría ni ejercería ningún dominio sobre estos países, ni sobre ninguna otra parte de la América Central” (Tratado Clayton-Bulwer en CP/DOC.935/79). Sin embargo, Inglaterra no consideró este tratado como “aplicable” al territorio de Honduras Británica ni sus dependencias, por lo cual ratificó el tratado pero habiendo hecho la anterior declaración. Esto suscitó una discusión con Estados Unidos que entendía que los asentamientos ingleses en Belize tenían como único respaldo los

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tratados anglo-españoles de 1783 y 1786 y que la soberanía española había pasado a las repúblicas hispano-americanas como antiguas provincias del imperio español. Por estas razones, en 1856 Estados Unidos e Inglaterra volvieron a firmar un tratado entre los dos llamado Tratado Dallas-Clarendon. En este tratado se agregó un artículo adicional al Tratado Clayton-Bulwer que establecía como limite sur de los asentamientos ingleses el Río Sarstún. No obstante, este tratado no fue ratificado, por lo que quedó vigente el de Clayton-Bulwer (Herrarte 16).

Es en este momento en el que surgen de una manera más clara las razones que sustentan las bases de esta disputa. Las repúblicas independientes que se establecieron tras la desintegración del imperio español en la década de 1820, afirmaban que habían heredado los derechos soberanos de España en esa área pero Inglaterra nunca lo aceptó porque consideraba que ellos eran los que ejercían el único control efectivo sobre le área. Por lo tanto, se puede ver que es en esta premisa que se respaldaba el reclamo de Belize por parte de Guatemala y de México. Sin embargo, México desistió de reclamar una porción de Belize al norte del Río Sibún debido a que firmó un tratado con Inglaterra en 1893 (Merill 182).

Tratado Aycinena-Wyke

En 1859 llegaría un momento importante en el proceso de negociación entre Belize y Guatemala: la Convención entre la República de Guatemala y su Majestad británica, relativa a los límites de Honduras Británico o el Tratado Aycinena-Wyke. Como parte del contexto histórico se puede decir que a partir de 1856 el “filibustero” William Walker amenazó desde Nicaragua en convertirse en el dictador de Centroamérica. Por lo tanto, ante la amenaza de Walker, “[…] las autoridades guatemaltecas decidieron solicitar la protección armada de Inglaterra a cambio de reconocer oficialmente su asentamiento en Belize” (Bardini 39). De ahí que Sir Charles Lennox Wyke, representante de la corona británica, y Pedro de Aycinena, Secretario de Relaciones Exteriores de Guatemala, firmaran el 30 de abril de 1859 el Tratado Aycinena-Wyke sobre los límites de Belize. Dentro de las estipulaciones del tratado estaba que los límites del asentamiento inglés serían desde el Río Sarstún (al sur) pasando por el Río Belize hasta llegar a la frontera norte con México. Adicionalmente, se determinó que para “mejorar y perpetuar las amistosas relaciones” entre los dos países, ambos debían poner conjuntamente su empeño para lograr establecer una comunicación más fácil (ya sea por carretera, ríos o ambos) entre el lugar más conveniente entre la costa del Atlántico cerca del establecimiento de Belize y la capital de Guatemala (Tratado Aycinena-Wyke en OEA/ Ser. G CP/DOC.935/79).

Desde el punto de vista británico, este tratado simplemente establecía los límites de un área ya dominada por Inglaterra. Pero, por otro lado, desde el punto de vista guatemalteco éste resultaría ser un tratado secesionista que Guatemala sólo podría permitir bajo ciertas condiciones, como la construcción de una carretera desde este país a la costa caribeña (Merill 182).

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En resumen el tratado reconoció la soberanía inglesa de facto sobre el territorio beliceño, cuyas fronteras eran las mismas que en la actualidad. La aceptación de Guatemala a estos límites podría ser ampliamente debatida, se podría argumentar que Guatemala tuvo como única salida firmar el tratado debido a la creciente amenaza de Walker. Además lo vio como un acuerdo que lo podría ayudar en caso de futuras agresiones, al tener un vecino tan fuerte como lo era Inglaterra. “[E]l gobierno de Guatemala obró por estado de necesidad y por presiones británicas[, esto] se demuestra también con el hecho de que el nuevo representante británico, George Mathew, dio declaraciones en el sentido de que Guatemala deberá considerarse suficientemente pagada con tener su frontera cubierta por las posesiones británicas” (Herrarte 32).

Por el contrario, la posición de Inglaterra se basaría entre otros factores, como en una nota de parte del representante de Guatemala ante Londres entregada al gobierno británico en julio de 1857 como borrador del futuro tratado que firmarían. Una parte de la nota decía que “el gobierno de Guatemala […] se declara convencido de su propia conveniencia en aceptar los hechos consumados [o de facto]; se siente honrado y satisfecho en la vecindad de una nación tan poderosa e ilustrada; se complace en reconocer la comunidad de intereses que resulte de dicha vecindad entre Inglaterra y Guatemala, y se congratula al pensar que por tan plausibles motivos puede sacar ventajas” (Bardini 39).

Las discusiones a raíz de este tratado continuaron en forma de correspondencia entre los Embajadores plenipotenciarios que lo habían firmado: Aycinena y Wyke. El gobierno británico terminó por declarar que el tratado firmado era únicamente de límites y que la séptima cláusula (la que estaba creada para “mejorar y perpetuar las amistosas relaciones” entre los dos países) obedecía únicamente a una generosidad inglesa, por lo cual se abstuvo de entregar alguna compensación (la carretera) por el territorio ganado. Por esta razón el 12 de agosto de 1963 se firmó un convenio en Londres en el que el representante guatemalteco Juan Francisco Martín aceptó una suma compensatoria por el territorio, sin embargo ninguno de los dos gobiernos lo ratificó. Este debate se cerró años más tarde a finales de siglo con una declaración de Guatemala diciendo que dados los hechos y la falta de compensación británica estipulada en el tratado de 1859, las dos partes contratantes quedaban en libertad de sus compromisos. Adicionalmente se hizo una protesta sobre la ocupación inglesa en lo que consideraban territorio guatemalteco.

Negociaciones en el Siglo XXI

La discusión sobre la validez del Tratado Aycinena-Wyke revivió en la década de 1930 cuando Guatemala estaba bajo el mandato del General Jorge Ubico. Guatemala argumentó que el tratado era inválido porque la carretera nunca fue construida. Mientras, Inglaterra objetaba que Honduras Británica (Belize) era claramente territorio soberano inglés ya que Guatemala nunca ejerció soberanía efectiva sobre esta área

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(Merril 182). Durante este tiempo, y hasta antes de que iniciara la Segunda Guerra Mundial, hubo una serie de propuestas, mayoritariamente hechas por Guatemala a Inglaterra, referentes a cómo se podría resolver la disputa. Estas propuestas se presentaron en 1936 y 1937. La de 1936 estipulaba que Inglaterra debía devolver Belize a Guatemala más una indemnización monetaria o que Inglaterra debía pagar una indemnización monetaria más una franja de tierra; Inglaterra no se pronunció al respecto. En 1937 Guatemala propuso el arbitraje del presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt. Inglaterra aceptó la mediación, más no el mediador. Más tarde en 1940, Inglaterra propuso someter el asunto a la Corte Permanente de Justicia Internacional, sin embargo los dos países no se pudieron poner de acuerdo en las cuestiones a resolver (Herrarte 36).

En solidaridad hacia las democracias occidentales, Guatemala suspendió sus reclamos durante la Segunda Guerra Mundial. Pasada la guerra, en 1945 la Constitución de Guatemala declaró que Belize era parte del territorio guatemalteco ya que si Inglaterra había fallado en cumplir la séptima cláusula del tratado de 1859, Guatemala no tenía por qué cumplir la primera, en la cual se establecían los límites de Belize como son en la actualidad. En apoyo a la Constitución, el Congreso guatemalteco emitió el 9 de abril de 1946 el Decreto No. 224 en el que se reafirmaba la caducidad del Tratado Aycinena-Wyke.

En 1948 y 1957 Guatemala propuso a Belize ser un estado libre asociado, pero Inglaterra rechazó la propuesta. En 1963 se logró que ambos países solicitaran la mediación del gobierno de Estados Unidos. Lyndon B. Johnson quien aceptó la mediación, nombró como representante al abogado Bethuel M. Webster. Esto sucedió ya que Guatemala había roto relaciones con Inglaterra el 24 de julio de ese mismo año debido a que el gobierno inglés manifestó que incorporaría a Belize al Commonwealth británico, le concedería mayor autonomía y también la posibilidad de tener un gobierno propio. Estas decisiones fueron fruto de una conferencia llevada a cabo en Londres el 1 de febrero de 1960 y que acabó 10 días más tarde. Dentro de las estipulaciones de la conferencia estaba el incremento de miembros beliceños en el Consejo Legislativo y asimismo la disminución de miembros nombrados por el gobernador británico, esto entraría en vigor el 1 de enero de 1964. En 1965 Webster empezó sus buenos oficios mediando entre los dos países. No obstante, Inglaterra rechazó las propuestas finales que se presentaron en 1968 ya que éstas estipulaban el retiro de Inglaterra del territorio beliceño así como una estrecha relación entre Belize y Guatemala con el fin de que esta última asumiera la defensa de Belize y su representación exterior. Del mismo modo grupos de oposición en Belize rechazaron las propuestas y pidieron su independencia de Inglaterra (Herrarte 38,39, CP/DOC.935/79 & Merril 183).

Una serie de reuniones empezaron en 1969, pero acabaron abruptamente en 1972 cuando Inglaterra anunció que enviaría tropas a Belize para llevar a cabo ejercicios anfibios. Por esa razón, el 15 de abril de ese mismo año el representante de Guatemala el Sr. Roberto Herrera Ibargüen exigió, ante la Asamblea General de la Organización de

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Estados Americanos en Washington, D.C., la condición de retirar toda fuerza militar intimidatoria del territorio guatemalteco de Belize por parte de Gran Bretaña para continuar negociando pacíficamente (AG/RES.79 (II-O/72)).

En 1975 Guatemala declaró que no permitiría que la independencia de Belize fuera entregada unilateralmente por Inglaterra y propuso un arreglo territorial con Inglaterra; el gobierno inglés manifestó la posibilidad de que eso sea posible. Sin embargo, la oposición de Belize no aceptó ningún arreglo territorial pidiendo solamente que su independencia se difiriera por algún tiempo (Herrate 39). En este punto, el gobierno de Belize consideró que si conseguía apoyo internacional podría fortalecer su posición, debilitar los reclamos de Guatemala y dificultar la posibilidad de que Inglaterra haga alguna concesión. La posición Beliceña se basaba en que Guatemala estaba frustrando la aspiración legítima de Belize a independizarse y que Guatemala estaba presentando un reclamo irrelevante y colonialista. Por estas razones entre 1975 y 1981 Belize declaró su derecho a la libre autodeterminación en distintos foros internacionales, incluyendo la Organización de Naciones Unidas. Esto dio paso a que varios países apoyaran la causa independentista de Belize: Cuba fue el primer estado latinoamericano en reconocer a Belize en diciembre de 1975, México abogó por Belize ante el Consejo de Seguridad de la ONU para prevenir que Guatemala interfiriera en la emergente nación, en 1976 el presidente panameño Omar Torrijos hizo campañas de apoyo a Belize y en 1979 el gobierno sandinista de Nicaragua declaró su rotundo apoyo a la independencia Beliceña (Merril 183, 184).

La ONU aboga por Belize

El 11 de noviembre de 1980, la Asamblea General de la ONU adoptó la Resolución 35/20 reafirmando el derecho inalienable del pueblo de Belize a la autodeterminación, independencia e integridad territorial, y declarando que Belize deberá convertirse en un Estado independiente antes de la próxima sesión de la ONU en 1981. Guatemala quedó aislada del resto de países que votaron unánimemente por la aprobación de la resolución, incluso Estados Unidos que históricamente se había abstenido de votar cuando se discutía el tema del diferendo territorial dio un voto favorable en esta ocasión. Del mismo modo, la ONU hizo un llamado a Inglaterra a continuar defendiendo la nueva nación de Belize. También pidió al resto de estados miembros de la organización que ofrecieran su asistencia. Como antecedente a esto la ONU había aprobado una resolución similar a esta (A/RES/34/38) el 30 de noviembre del año anterior. Adicionalmente el 14 de marzo de 1980, después de revisar de nuevo el caso de Belize y Guatemala, la Organización de Naciones Unidas declaró que rechazaba el reclamo de Guatemala de que Belize sea parte de su territorio (Merril 184)

Como último intento para llegar a un acuerdo con Guatemala antes de la independencia de Belize, se firmó el 11 de marzo de 1981 en Londres las Bases de Entendimiento. Este acuerdo planteaba el reconocimiento de Belize por parte de Guatemala e Inglaterra como Estado independiente y la cooperación entre Belize y Guatemala en temas de

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seguridad, comercio y proyectos de beneficio mutuo. No obstante, lo último a lo que se llegó fue a un entendimiento entre los países. El gobierno guatemalteco se rehusó a ratificar el tratado y se retiró de las negociaciones. A pesar de no proveer alternativas, la oposición Beliceña tampoco aceptó el acuerdo y llevó a cabo actos violentos para demostrarlo, por esa razón se declaró un estado de emergencia en el territorio. Meses después unidos por un sentimiento independentista, los habitantes de Belize proclamaron el 10 de septiembre de 1981 su independencia de Inglaterra. Se reconoció la independencia de Belize y se estableció en su Constitución que la frontera oeste del territorio beliceño con Guatemala era la establecida en el Tratado Aycinena-Wyke de 1859 (Merill 184 & Herrarte 41). Cuatro días más tarde Belize se convirtió en estado miembro de la Organización de Naciones Unidas.

Los estados americanos se manifiestan ante la “Cuestión Belize”

Dado que Guatemala ha sido miembro de la Organización de Estados Americanos desde 1948 (y parte del sistema interamericano desde 1889), la OEA ha sido un actor muy importante en el proceso de negociación entre Belize y Guatemala. Ambos países, en alguna instancia del proceso, han depositado su confianza en esta organización para que sirva de mediador imparcial en la disputa. A continuación un recuento de las negociaciones más destacadas llevadas a cabo en el marco institucional de la OEA.

Desde antes de que se conformara la OEA como tal, ya empezó a existir una preocupación en los foros internacionales conformados por representantes de países americanos, sobre el diferendo territorial entre Belize, Guatemala e Inglaterra. En la Segunda Reunión de Consulta entre los Ministros de Relaciones Exteriores de las Repúblicas Americanas en 1940 en La Habana, se emitió la Resolución XIX que expresaba el deseo de los países americanos de que haya un arreglo pacífico en lo que llamaron “la cuestión Belize”. Años más tarde en la IX Conferencia Internacional Americana llevada a cabo en Bogotá en 1948, Guatemala propuso la eliminación del coloniaje en las Américas por ser “anacrónico y entorpecedor”. Al ser una idea compartida por varios países, se consideró la Resolución XXXIII que estableció que en la OEA siempre prevalecería la resolución pacífica de las controversias internacionales, sobretodo entre países americanos y repúblicas europeas. Por estas razones, se decidió crear la Comisión Interamericana de Territorios Dependientes con el fin de centralizar la información sobre los distintos casos y encontrar métodos pacíficos para abolir el coloniaje y la ocupación de territorios americanos por países extracontinentales. Fue así como dicha Comisión emitió una serie de resoluciones en solidaridad con los reclamos “justos y legítimos” de las naciones americanas con respecto a los territorios ocupados (OEA /Ser. G CP/DOC.935/79).

En pocas palabras, a pesar de que Belize no formó parte de la OEA sino hasta mediados de 1991, tanto la Asamblea General como el Consejo Permanente discutieron la “cuestión Belize” varias veces al ser un tema importante para los países americanos, y en especial para Guatemala.

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En 1972 en la Asamblea General de la OEA en Washington, D.C., el Representante de Guatemala el Sr. Roberto Herrera Ibargüen presentó los hechos sucedidos con Belize e Inglaterra declarando que:

Guatemala, amante de la paz y apegada a los principios y normas del derecho internacional, agotará los esfuerzos por resolver la controversia por los medios pacíficos prescritos, pero exige como condición sine qua non el retiro de toda fuerza militar intimidatoria del territorio guatemalteco de Belize por parte de Gran Bretaña, para que la discusión se desenvuelva dentro de la igualdad jurídica de los estados, con plena libertad, lo que constituye la base de toda organización válida en las relaciones internacionales de países soberanos en este Siglo XX (OEA/Ser. P AG/ACTA 42/72).

Esto causó que la Asamblea General adoptara la resolución AG/RES.79 (II-O/72) sobre el fortalecimiento de los principios de no intervención y autodeterminación de los pueblos y medidas para garantizar su observancia. Aquí se proclamó que todo estado tiene derecho a la libre determinación e independencia de los pueblos y naciones y que debe ejercerse sin trabas ni presiones extrañas. Del mismo modo, esta resolución pidió un informe derivado de una misión enviada al territorio de Belize liderada por el Mayor General don Álvaro Valencia del ejército colombiano para determinar los efectivos y tipo de fuerzas militares ahí estacionadas. Esto se logró hacer con completo apoyo de las autoridades inglesas y beliceños.

En 1975 y en 1977 continuó el dilema de seguridad entre Guatemala e Inglaterra ya que persistieron las denuncias por parte de Guatemala con respecto a la intimidación de tropas inglesas en Belize. El Embajador guatemalteco Guillermo Sevilla Sacasa se dirigió al Presidente del Consejo para informarle que desde el 4 de noviembre de 1975 el gobierno inglés estaba intimidando al gobierno de Guatemala con la presencia de tropas en el territorio de Belize. Guatemala aseguraba que esto fue causado por un movimiento rutinario de tropas del gobierno guatemalteco a 120 Km. de Belize. Sevilla dijo que Inglaterra consideró eso como un acto previo a una invasión y por eso decidió prepararse de la misma manera. Esto suscitó la necesidad de que a mediados de 1977, los Ministros de Relaciones Exteriores de los países centroamericanos declararan su deseo de que se diera una solución pacifica a la disputa entre Belize y Guatemala. Igualmente declararon su reconocimiento de que el territorio de Belize era una parte integral del territorio de Guatemala.

Del mismo modo, el 5 de marzo de 1979, el Comité Jurídico Interamericano hizo una declaración especial sobre el colonialismo territorial en América, específicamente del caso Belize. En el preámbulo de la declaración el Comité consideró que Inglaterra a pesar de los impedimentos jurídicos impuestos por los pactos de 1783 y de 1786 con España, siguió ejerciendo ocupación en el territorio de Belize y además amplió los límites indelebles que se habían pactado (ocupando el territorio entre el Rio Sibún y el

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Rio Sarstún). Así mismo, la declaración afirmó que Inglaterra se valió de su poderío y de otros artificios para no incurrir en la prohibición impuesta por el Tratado Clayton-Bulwer de no ejercer influencias sobre Centroamérica. Adicionalmente, aseveró que Inglaterra incumplió el tratado de límites que suscribió con Guatemala por lo que esta última se vio en la obligación de denunciar el tratado; Inglaterra reconoció su incumplimiento en actos posteriores. Por estas razones, en sus cláusulas resolutivas, el Comité declaró que “[…] el gobierno del Reino Unido no puede decidir unilateralmente sobre el destino de Belize sino solamente a través de negociaciones con el Gobierno de Guatemala, la cuales deberían tomar en cuenta los intereses y deseos de la población Beliceña, de acuerdo con el principio de libre determinación de los pueblos […]” (CP/DOC.935/79)

Similarmente, a finales de 1979, a través de la Declaración de La Paz, la Asamblea General reafirmó su empeño de asistir al proceso continuo de descolonización de la región y destacó la necesidad de evitar que los focos de tirantez de las grandes potencias se extendieran sobre América Latina y el Caribe. Por último, la Asamblea General se comprometió a mantenerse informada sobre la situación de los territorios americanos no autónomos y pidió a la Secretaría General llevar a cabo un informe actualizado sobre la situación en Belize.

Belize como miembro de la OEA y el establecimiento de relaciones diplomáticas con Guatemala

A finales de 1980, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 35/20 reafirmando el derecho inalienable del pueblo de Belize a la autodeterminación, independencia e integridad territorial, y declarando que Belize debía convertirse en un Estado independiente. Con ese precedente, días después la Asamblea General de la OEA ofreció su colaboración a fin de facilitar la evolución constitucional de Belize como Estado soberano e independiente de las Américas de acuerdo con los principios de autodeterminación de los pueblos. A raíz de esto, en 1981, después de su independencia, Belize fue invitado como observador a la Asamblea General de la OEA en Santa Lucía. A finales de 1987 y 1989 el gobierno de Belize pidió ser concedido el status de Observador Permanente en la organización. Algunos años más tarde, en 1990, Belize solicitó ingresar como miembro de la OEA hasta que finalmente el 8 de junio de 1991, se declaró a Belize como estado miembro de la organización americana a través de la resolución de la Asamblea General AG/RES.1077 (XV-E/91).

En un día importante para ambas naciones, el 11 de septiembre de 1991, la misión permanente de Guatemala ante la OEA envió un comunicado al Secretario General de dicha organización que informó que Belize y Guatemala establecieron relaciones diplomáticas. Sin embargo, se aclaró que este reconocimiento no debía ser tomado como una renuncia de los intereses de Guatemala sobre el territorio de Belize. Como antecedente a este hecho, el 14 de agosto del mismo año y bajo el gobierno de Jorge Antonio Serrano Elías, se reconoció la independencia y soberanía del Estado de Belize. Adicionalmente, en una nota presentada al Consejo Permanente de la OEA el 5 de

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septiembre el gobierno de Guatemala reconoció de nuevo el derecho del pueblo beliceño a la autodeterminación y declaró su buena disposición para continuar las negociaciones. Finalmente, recalcó que recibió con beneplácito la decisión de Belize de delimitar el mar territorial y patrimonial garantizando a Guatemala su propio mar territorial en el Mar Caribe desde el departamento de El Petén. Como respuesta a los comunicados guatemaltecos previos, el gobierno de Belize declaró que recibió con beneplácito el reconocimiento como estado soberano por parte del gobierno guatemalteco. Del mismo modo, reiteró su buena voluntad en las negociaciones, especialmente a lo que se refería a la demarcación del mar territorial ya que presentó una ley a su Asamblea Nacional referente a dicho tema. Ante esta nueva situación, los dos gobiernos emitieron un comunicado de prensa conjunto declarando que se comprometían a continuar con las negociaciones con el objetivo de ponerle fin al diferendo. Estipularon acuerdos bilaterales de naturaleza económica, comercial, turística y cultural, entre otros. En este punto de las relaciones el Consejo Permanente de la OEA acogió con beneplácito el establecimiento de relaciones diplomáticas entre Belize y Guatemala efectuado el 11 de septiembre de 1991 y exhortó a los gobiernos de ambos países a continuar con las negociaciones a través de la resolución CP/RES.565 (867/91) Apoyo a la Negociación entre Guatemala y Belice.

En 1992 el Tribunal Constitucional de Guatemala reconoció la legalidad de dicha decisión del gobierno. Como consecuencia el Consejo Permanente aprobó la declaración CP/DEC.7 (924/92): Declaración sobre la decisión del Tribunal Constitucional de Guatemala el 27 de noviembre de 1992 expresando su satisfacción por la decisión del Tribunal Constitucional. Asimismo, en 1993 el gobierno de Guatemala, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que continuaría promoviendo el fortalecimiento de las relaciones con Belize y favorecería la incorporación de Belize a los procesos de integración regional. También se comprometió a ser transparente en la negociación que busca solucionar su diferendo territorial.

La década concluyó con una carta enviada el 18 de octubre de 1999 del Ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala, Eduardo Stein Barillas al Primer Ministro de Belize, Said Musa, que cambiaría la dinámica de las negociaciones de ahí en adelante. La carta expresaba la posición de Guatemala ante la disputa. La premisa esencial del documento era que el gobierno de Guatemala quería que el gobierno de Belize reconociera que su disputa es jurídica y por lo tanto debía ser resuelta a través de medios jurídicos, y no solamente políticos. Del mismo modo Stein declaró su preocupación por una serie de incidente sucedidos en el área de adyacencia entre los dos países como muertes y destrucción de cosechas, demostrándose así la necesidad de una pronta y pacífica negociación. La carta continúa diciendo que la independencia de Belize y su derecho a la libre determinación no le dan per se ningún titulo. Por esta razón Guatemala, mientras estaba lista para reconocer el territorio beliceño desde el Río Hondo hasta el Río Sibún, no aceptaría como beliceño el territorio comprendido desde el Río Sibún hasta el Río Sarstún ya que lo considera como parte de la provincia guatemalteca de la Verapaz. Reclamó también algunas islas adyacentes excluyendo el Cabo San Jorge. Por último,

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solicitó a Belize aceptar la propuesta de “solicitar auxilio” al Secretario General de la OEA para que medie la negociación.

Se podría suponer que lo que se percibe como un cambio de actitud de Guatemala con respecto a las negociaciones con Belize se dio a raíz de las diferencias en las políticas entre Jorge Serrano Elias y Alvaro Arzú Irigoyen. Fue bajo el mandato de Serrano (1991-1993) que el gobierno guatemalteco declaró su reconocimiento del estado de Belize. Sin embargo Arzú (el canciller de Serrano) se opuso a la decisión del presidente de normalizar las relaciones con su vecino país y renunció a su cargo de canciller. Por eso se puede decir que, bajo su presidencia, Arzú (1996-2000) se retomó una actitud un poco más firme hacia Belize con respecto a una posible devolución del territorio entre del Rio Sibún al Rio Sartsún

Una asociación tripartita: Guatemala, Belize y la OEA

En marzo de 2000, los gobiernos de Belize y Guatemala acordaron reanudar las conversaciones con referencia a su diferendo territorial por lo que aceptaron reunirse en la sede de la OEA con el Secretario General, César Gaviria, como Testigo de Honor. “Se trabajó en la preparación de un proyecto de agenda a ser considerada por [los] respectivos cancilleres, incluyendo propuestas sobre los aspectos jurídicos de la reclamación territorial de Guatemala. Las delegaciones acordaron buscar formas de desarrollar e implementar medidas de confianza mutua, mejorar los arreglos existentes para evitar la repetición de incidentes, y facilitar las negociaciones” (E-053/00). Más adelante, en ese mismo año la Asamblea General de la OEA aprobó la resolución AG/RES.1756 (XXX-O/00): Fondo de Paz: Solución Pacífica de Controversias Territoriales con el fin de establecer un fondo específico y permanente para cubrir los costos inherentes a los procedimientos encaminados a lograr una solución pacífica de controversias territoriales entre Estados Miembros, incluida la disputa entre Belize y Guatemala.

El 20 de julio de 2000 fue una fecha muy importante para los dos países ya que firmaron 3 acuerdos en los que sentaron las bases para un “Panel de Conciliadores y para una Comisión Mixta encargada de considerar y aplicar medidas de fomento de la confianza. Acordaron también un mecanismo para establecer contactos y cooperación entre los ejércitos de ambos Estados” (E-138/00). A raíz de lo acordado, en agosto, ambos países establecieron dicho Panel de Conciliadores, constituido por el diplomático guyanés Sir Shridath Ramphal (por Belize) y el abogado estadounidense Paul Reichler (por Guatemala) para encauzar el proceso de negociación. Se reafirmó el rol del Secretario General como Testigo de Honor durante todo el proceso de negociación.

Del mismo modo el 8 de noviembre de 2000 Belize y Guatemala firmaron el Acuerdo sobre medidas de fomento de la confianza en Washington D.C. destinado a evitar incidentes que pudieran conducir a una confrontación entre los ciudadanos o las fuerzas de seguridad entre ambos países. La medida más importante que se tomó en este

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acuerdo fue el establecimiento de una Línea de Adyacencia y asimismo de una Zona de Adyacencia. Se establecieron los puntos exactos que delimitarían la Línea de Adyacencia y a partir de eso se estipuló que la Zona de Adyacencia sería un kilómetro al este y oeste de la Línea de Adyacencia. La Zona de Adyacencia sería objeto de un régimen especial en el sentido de que se desalojarían los asentamientos dentro de la Zona dedicados al cultivo de cualquier droga ilícita y aquellos asentamientos establecidos ahí después del 1 de octubre de 2000. Adicionalmente, se llevarían a cabo patrullajes de militares y policías en la Zona y se coordinarían actividades para realizar esfuerzos conjuntos en contra de los cultivos de drogas ilícitas y el trafico en esa área. Las partes se comprometieron a promover los contactos entre las comunidades de ambos lados de la Línea para mejorar las relaciones y el entendimiento (Acuerdo sobre medidas de fomento de la confianza). En uno de sus discursos, el Secretario General de la OEA, César Gaviria explicó que la Zona de Adyacencia tenía como fin “[…] proteger a los pobladores de la región limítrofe de posibles excesos de cualquier autoridad. [Por esas razones] se acordó realizar patrullajes conjuntos de ambas fuerzas de seguridad y avisos previos de un país a otro cuando hubiese despliegue de tropas”.

A finales del año el Consejo Permanente estableció dentro del Fondo de Paz un subfondo titulado “Apoyo a las negociaciones entre Belize y Guatemala” para financiar los costos del trabajo del Panel de Conciliadores de diálogo entre ambos países. Ante esta decisión el Secretario General Gaviria declaró que “[l]o que se busca en [el acuerdo] es que los facilitadores, de las más altas calidades, que han escogido los países finalmente sean pagados por este fondo y no exclusivamente por los países. Ese es un buen precedente, porque les va a dar a los facilitadores una independencia mucho mayor y mucha mayor capacidad de garantizar que este proceso culmine satisfactoriamente, y le va a crear a los Estados de la OEA un camino por recorrer que esperamos signifique que la Organización estará preparada para ser en América el centro principal de solución de controversias” (CP/ACTA 1255/00).

Como complemento fundamental al acuerdo firmado en noviembre de 2000, Belize y Guatemala firmaron el 16 y 17 de enero de 2001 en Miami, Florida un Plan de acción para la aplicación del acuerdo sobre medidas de fomento de la confianza del 8 de noviembre de 2000. Este plan de acción solicitó al Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH) determinar las coordenadas de referencia establecidas en el acuerdo anterior con el fin de elaborar un mapa de la Zona de Adyacencia, la Línea de Adyacencia y las líneas que constituyan el perímetro de dicha Zona. También se estableció que era necesario llevar a cabo un censo de la población con derecho a permanecer sin ser perturbados dentro de la Zona. Finalmente, las partes acordaron iniciar la negociación sobre los aspectos sustantivos del diferendo territorial durante la siguiente Reunión Ministerial en la sede de la OEA en Washington, D.C.

El Panel de Conciliadores revisa el caso Belize-Guatemala

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Como se acordó días antes, las delegaciones de Belize y Guatemala se reunieron del 5 al 7 de febrero de 2001 en Washington, D.C. y adoptaron el Acuerdo sobre el procedimiento para tratar los aspectos sustantivos del diferendo territorial y otros asuntos de procedimiento. En este acuerdo se estableció que cada una de las Partes sometería al Panel de Conciliadores (constituido por Sir Shridath Ramphal y Paul Reichler) una presentación escrita que exponga las bases de su reclamo territorial y los argumentos y documentos que se consideren necesarios. Acto seguido, las presentaciones escritas de las partes serían discutidas con el Panel de Conciliadores más adelante en la sede de la OEA. Por esta razón Guatemala presentó el 30 de marzo de 2001 su reclamación territorial, marítima e insular. Un mes más tarde, el 30 de abril, se recibió la respuesta de Belize a la declaración de Guatemala de fecha 30 de marzo de 2001. De nuevo, casi un mes después, el 15 de mayo de 2001, Guatemala presentó la réplica correspondiente a la posición fijada por Belice en su nota del 30 de abril de 2001. Por último, Belize refutó el reclamo de Guatemala el 21 de mayo de 2001.

Por último, el Panel haría recomendaciones a las partes para llegar a una solución definitiva de su diferendo (Acuerdo sobre el procedimiento para tratar los aspectos sustantivos del diferendo territorial y otros asuntos de procedimiento). En esta misma fecha el Panel de Conciliadores envió una carta a los Embajadores de Belize y Guatemala, Assad Shoman y Gabriel Orellana respectivamente, para comunicarles sobre el informe del IPGH sobre la Zona de Adyacencia y la pertenencia o no a la misma de los asentamientos ubicados en Río Blanco, Machaquilá y las casas ubicadas en la vecindad de Valentin Camp.

Por esas mismas fechas, el 6 de febrero de 2001, Paul L. Peeler, presidente de la Comisión de Cartografía del Instituto Panamericano de Geografía e Historia envió las conclusiones del IPGH al Secretario General de la OEA y al Panel de Conciliadores sobre la Línea y la Zona de Adyacencia entre los dos países. De ahí que el Panel de Conciliadores haya podido determinar si ciertos asentamientos estaban dentro o fuera del régimen especial para tomar las medidas necesarias. No obstante, en un comunicado de prensa publicado el 16 de febrero del mismo año después de la Conferencia de la Comunidad Caribeña en Barbados, se mencionó que Guatemala envió una carta a los Conciliadores el 12 de febrero de 2001 diciendo que no podía aceptar ni implementar la aclaración hecha por ellos sobre que los ciudadanos tanto de Belize como de Guatemala no deberán cruzar la Línea de Adyacencia salvo que esté estipulado en un acuerdo mutuo previo.

El 24 y 25 de abril de 2001 se llevó a cabo una reunión ministerial en presencia del Secretario General y del Panel de Facilitadores en la sede de la OEA para evaluar el progreso en las negociaciones entre Belize y Guatemala. En esta reunión se decidió trabajar en conjunto con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) para llevar a cabo el censo de la población situada dentro de la Zona de Adyacencia. Por último se decidió renovar la Comisión Mixta que fue creada para promover la confianza mutua y el acercamiento entre las comunidades de la Zona de Adyacencia.

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Con motivo de la visita del Presidente Alfonso Portillo de Guatemala el 3 de julio, el Secretario General dio un balance de las negociaciones entre Belize y Guatemala en donde recalcó que: “[l]a creación de la Zona de Adyacencia y sus reglas de funcionamiento han permitido resolver problemas y disminuir tensiones, lo cual ha redundado en la reducción significativa de incidentes. Las partes han tenido la oportunidad de elaborar y presentar por escrito y verbalmente sus puntos de vista y concepciones sobre la naturaleza de sus diferencias, lo que contribuye a su tratamiento. […] Guatemala y Belize siguen comprometidos en es[t]e empeño” (CP/ACTA 1284/01)

Para finalizar ese año de negociaciones, representantes de Belize y Guatemala y el Panel de Conciliadores se reunieron el 18 de diciembre en la sede de la OEA a raíz de un incidente sucedido el 22 de noviembre en la Zona de Adyacencia en el que murieron 3 ciudadanos guatemaltecos. Para esto se pidió al gobierno de Belize que empiece todos los procedimientos judiciales debidos y otorgue una indemnización por las vidas perdidas. Por último, el Panel de Conciliadores planteó que “[l]os Gobiernos de Belize y Guatemala debían realzar sus procedimientos para asegurar la conducta legal de todas las personas dentro de la Zona de Adyacencia, en sus lados respectivos de la Línea de Adyacencia” (E- 250/01).

Los Conciliadores presentan sus propuestas

En enero de 2002 continuaron los esfuerzos por dejar completamente establecida la Zona de Adyacencia. Para este propósito la Secretaría General emprendió una misión técnica de cartografía en dicha Zona bajo el liderazgo de Paul Peeler del Instituto Panamericano de Geografía e Historia (IPGH). Adicionalmente participaron asesores técnicos de la Agencia Nacional de Cartografía e Imágenes de Estados Unidos (NIMA) y personal de la OEA. Asimismo, meses más tarde, en abril, se llevó a cabo un censo de los pobladores de la Zona de Adyacencia con el apoyo de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Añadiéndose a esto, del 18 al 21 de julio se realizó una misión ad hoc de la OEA para obtener información sobre la ubicación y las características de los pobladores que se encontraban en la Zona de Adyacencia.

Ahora bien, como primer hecho de un acuerdo histórico entre Belize y Guatemala, el 30 de agosto de 2002, el Panel de Conciliadores presentó sus propuestas al Secretario General de la OEA. Acto seguido, el 16 de septiembre del mismo año, el Secretario General presentó a los dos Ministros de Relaciones Exteriores la propuesta completa de los Conciliadores compuesta por cinco elementos: cuestiones territoriales; cuestiones marítimas; un fondo fiduciario de desarrollo; comercio, inversiones y cooperación funcional; y, arreglos transitorios.

En su discurso en la ceremonia de conclusión del proceso de conciliación del diferendo territorial entre Belize y Guatemala, El Secretario General de la OEA, César Gaviria, además de calificar como “exitosa” esta culminación, explicó en qué consistían las

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propuestas. Gaviria explicó que en primera instancia, “[l]a propuesta, en cuanto a los asuntos terrestres, define las coordenadas de la frontera entre ambos países, y llama a la conformación de una Comisión Técnica para realizar la demarcación y densificación de la línea de frontera y su mantenimiento futuro. […] En la parte marítima se establecen unos principios básicos: la frontera marítima entre los mares territoriales de Belize y Guatemala sería la Línea de Equidistancia; Belize aceptaría la Línea de Cierre de la Bahía para la Bahía de Amatique, entre el Cabo Tres Puntas y la ribera sur del Río Sarstún; Guatemala y Honduras aceptarían el Sistema de Línea de Base Recta publicado por Belize; y Guatemala y Belize aceptarían el Sistema de Línea de Base Recta publicado por Honduras. […] Adicionalmente se establece una Comisión Regional Tripartita de Administración de Pesca para el Golfo de Honduras bajo una presidencia rotativa de Belize, Guatemala y Honduras”. Debido a que el Golfo de Honduras es una zona transfronteriza entre Belize, Guatemala y Honduras y tiene una vasta diversidad ecológica, “[e]l mecanismo acordado para coordinar y armonizar el mantenimiento de estos recursos compartidos es un Parque Ecológico trinacional multiuso. […] Por último, se prevé el establecimiento de un Fondo Fiduciario de Desarrollo para promover el desarrollo en ambos países y, específicamente, el alivio de la extrema pobreza y la carencia de tierras en las provincias fronterizas de Guatemala; para el establecimiento de un asentamiento humano especial en Guatemala; para el desarrollo y protección del Parque Ecológico Belize-Guatemala-Honduras; y para la puesta en práctica de estas propuestas y de los Tratados de Solución del Diferendo” (Discurso César Gaviria).

La OEA sugiere: la Corte Internacional de Justicia

El 7 de febrero de 2003, los respectivos ministros de Relaciones Exteriores, Assad Shoman y Edgar Gutiérrez, firmaron en la sede de la OEA en Washington, D.C. el denominado Acuerdo para establecer un proceso de transición y medidas de fomento de la confianza. Este acuerdo estableció las responsabilidades de las Partes y también asignó obligaciones y responsabilidades a la Secretaría General de la OEA y a la comunidad internacional mediante la creación de un “Grupo de Amigos” para apoyar la resolución pacífica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala.

Con este acuerdo se estableció una Oficina de la Secretaría General de la OEA en la Zona de Adyacencia. El propósito fundamental de esta oficina es verificar y hacer seguimiento de los incidentes que ocurran en la Zona de Adyacencia, así como monitorear constantemente toda la Zona para detectar incidentes en su etapa inicial y prevenir su escalamiento. La oficina lleva a cabo una serie de actividades que mejoran la comunicación, integración y cooperación entre las partes involucradas, también promueve una cultura de paz. Las funciones principales de esta oficina son: 1) organizar y propiciar contacto entre las comunidades que viven a ambos lados de la Línea de Adyacencia, 2) verificar que los Derechos Humanos sean cumplidos en la Zona de Adyacencia, 3) desarrollar y ejecutar actividades diseñadas a mejorar las relaciones, la confianza y la cooperación entre los habitantes de la Zona de Adyacencia, 4) verificar, a pedido de cualquiera de los dos gobiernos, incidentes que puedan ocurrir en la Zona de

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Adyacencia y 5) proveer a los residentes de la Zona de Adyacencia la información actualizada de los acuerdos bilaterales y medidas de confianza asociadas a ellos.

Entre los proyectos y programas que la Oficina ha llevado a cabo a partir del primero de julio de 2003 que comenzó a operar están: el programa de reasentamiento en el vecindario de Nueva Judá en Melchor de los Mencos que reintegró a los guatemaltecos que vivían en el lado beliceño de la Zona de Adyacencia de vuelta a Guatemala, una campaña de información para informar el público general de Belize y Guatemala el propósito de la OEA en la Zona de Adyacencia y la verificación de establecimientos a lo largo de la Línea de Adyacencia para establecer su ubicación exacta dentro de la Zona de Adyacencia.

Esta oficina localizada entre Melchor de los Mencos en Guatemala y Benque Viejo en Belize, no tiene jurisdicción legal ni en Belize ni en Guatemala y no puede actuar en pro de intereses privados. No puede resolver problemas civiles o criminales en la Zona de Adyacencia ya que los gobiernos de Belize y Guatemala resolverán estas cuestiones en el lado este y oeste, respectivamente, de la Línea de Adyacencia. Ahora bien, la Oficina tiene la responsabilidad de reportar sus observaciones a las autoridades beliceños, guatemaltecas y de la OEA proveyendo información imparcial en temas importantes para ambos gobiernos (OAS in the Adjacency Zone in Belize and Guatemala).

Un mes más tarde, el Consejo Permanente de la OEA reafirmó su apoyo a la solución pacífica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala a través de la CP/RES. 836 (1353/03): Apoyo a la solución pacifica del diferendo territorial entre Belize y Guatemala También solicitó al Secretario General que continúe prestando su apoyo a los dos gobiernos e invitó a todos los Estados Miembros, Observadores Permanentes, instituciones multilaterales y otros posibles donantes a contribuir al sub-fondo Belize-Guatemala.

En este mismo año, a finales del mes de agosto, el gobierno de Guatemala notificó al Secretario General de la OEA su rechazo a las propuestas hechas por el Panel de Conciliadores el año anterior. Declaró que encontró dificultades con ciertos aspectos de las propuestas del Panel de Conciliadores para una solución justa, equitativa y permanente. No obstante, aún así reiteró su compromiso de seguir cumpliendo con las Medidas de Fomento de la Confianza acordadas por ambos gobiernos el 7 de febrero de 2003.

El año concluyó con la primera reunión del Grupo de Amigos compuesto por: Argentina, Brasil, Canadá, Ecuador, El Salvador, Jamaica, Nicaragua, España, Suecia, Inglaterra, Estados Unidos y Japón.

El siguiente año, del 4-6 de mayo de 2004, las delegaciones de Belize y Guatemala, encabezadas por el Excelentísimo Señor Godfrey Smith, Ministro de Relaciones Exteriores de Belize, y el Excelentísimo Señor Jorge Briz Abularach, Ministro de

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Relaciones Exteriores de Guatemala, se reunieron en la sede de la OEA, en Washington, D.C. junto con el Secretario General, César Gaviria, y el Secretario General Adjunto, Embajador Luigi R. Einaudi, para continuar sus deliberaciones encaminadas a lograr una solución al diferendo territorial. El resultado fue el Acuerdo sobre la renovación y el fortalecimiento de las medidas de fomento de la confianza entre Belice y Guatemala. Las delegaciones discutieron el establecimiento de una Comisión Mixta la cual examinaría una lista integral de nuevas medidas de fomento de la confianza, incluyendo un tratado de asistencia legal mutua, un tratado de libre comercio, la promoción conjunta del turismo y la facilitación del tránsito de bienes de ambos países.

El 7 de septiembre de 2005, los gobiernos de Belize y Guatemala suscribieron en Washington un acuerdo sobre el marco de negociación del diferendo territorial y medidas de fomento de la confianza como parte de los esfuerzos de mantener relaciones cordiales entre los dos hasta que se resuelva su disputa. Como complemento a esto, a principios del 2006, el 10 de febrero, Belize y Guatemala aceptaron la propuesta del Secretario General de la OEA de iniciar un proceso de negociación en el área marítima. Se estableció también la necesidad de incluir a Honduras en las negociaciones. A finales de año se reunió el Grupo de Amigos el cual continuó apoyando la resolución pacífica del diferendo territorial. Tal como fue estipulado en septiembre del año anterior, el Secretario General de la OEA José Miguel Insulza, se reunió el 16 de abril de 2007 con los Cancilleres de Belize, Eamon Courtenay, y de Guatemala, Gert Rosenthal, y el Vicecanciller de Honduras, Eduardo Enrique Reyna, en la sede de la OEA, para revisar los avances del proceso de negociación en el área marítima.

Como precedente importante a la firma del acuerdo de 2008 entre Belize y Guatemala. El 11 de agosto de 2008, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, visitó Belize para discutir la posibilidad de someter la disputa territorial a la Corte Internacional de Justicia. El 8 de diciembre, se tomó una decisión trascendental dentro del marco de negociaciones de los dos países centroamericanos: someter el reclamo territorial, insular y marítimo de Guatemala a la Corte Internacional de Justicia para obtener una decisión final y definitiva que ambas partes deberán cumplir de buena fe.

A finales del 2009 como una nueva medida de acercamiento entre Belize y Guatemala y a propuesta del Secretario General de la OEA, se resolvió crear un Grupo de trabajo de alto nivel que informaría a los Ministros sobre los acuerdos alcanzados. También para que elaborare propuestas para presentar a los dos gobiernos sobre proyectos conjuntos de cooperación, con la asistencia técnica de la OEA.

En marzo de 2010, la OEA moderó la primera reunión del Grupo de trabajo de alto nivel entre los representantes de Belize y Guatemala en Ciudad de Belize, Belize. El propósito de este Grupo es el de promover una línea de comunicación directa y continua entre las partes con respecto a la situación en la Zona de Adyacencia. Del mismo modo pretende analizar temas de interés mutuo e identificar las oportunidades que se presenten para lograr una mejor cooperación bilateral. Durante esta última reunión se decidió que el

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Grupo de trabajo servirá como un espacio informal para un diálogo abierto, para intercambiar puntos de vista, proponer soluciones y alternativas a problemas que puedan surgir y continuar con la confianza y entendimiento que se ha propiciado en estos últimos años entre las partes.

Actualmente, Belize y Guatemala están haciendo los arreglos necesarios a nivel nacional para someter a referendo la decisión tomada en el 2008 de pedirle a la Corte Internacional de Justicia que resuelva su disputa territorial. Los plebiscitos se llevarán a cabo simultáneamente en ambos países en una fecha previamente acordada (Secretaría de Asuntos Políticos de la OEA).

* Documento preparado por María Gabriela Egas durante su pasantía de verano 2010 en la Organización de Estados Americanos (OEA)

Referencias

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E-138/00: Comunicado de Prensa [20/07/00]

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Gaviria, César. La OEA 1994-2004. Una década de transformación. OEA/Ser. P AG/INF.322/04.

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OEA/ Ser. G CP/DOC.935/79: Declaración del Comité Jurídico Interamericano sobre colonialismo territorial en América-El caso de Belize

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OEA/ Ser. G CP/ACTA 1284/01: Acta de la sesión protocolar celebrada el 3 de julio de 2001 en honor de la visita del Presidente de la República de Guatemala el señor Alfonso Portillo Cabrera

OEA. Informe anual del Secretario General 2000-2001. OEA/Ser. D/III.51. Washington D.C., 2001.

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Libro Blanco. Controversia entre Guatemala y La Gran Bretaña relativa a la Convención de 1859 sobre asuntos territoriales. Guatemala: Tipografía Nacional, 1938.

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