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I LA OPORTUNIDAD DE UN ANÁLISIS CONJUNTO DEL CONOCIMIENTO Y LAS INSTITUCIONES L A INVESTIGACIÓN en Geografía Económica sobre la intersección sinérgica entre industrialización local, procesos de innovación y desarrollo territorial está al- canzando un notable nivel de precisión gracias a la uti- lización combinada de nuevos conceptos como el me- dio innovador (AYDALOT, 1986; MAILLAT, QUÉVIT y SENN, 1993), la región de aprendizaje (FLORIDA, 1995; MORGAN, 1997) o la economía asociativa (COOKE y Ería, 61 (2003), págs. 177-195 JOSÉ LUIS SÁNCHEZ HERNÁNDEZ,J AVIER APARICIO AMADOR Y JOSÉ LUIS ALONSO SANTOS Departamento de Geografía. Universidad de Salamanca Densidad institucional, gestión del conocimiento y procesos de innovación en la industria vinícola de Castilla y León RESUMEN La Geografía Económica presta atención creciente al papel de las instituciones en el desarrollo de los territorios, así como a los funda- mentos espaciales de la producción y circulación del conocimiento. Pero es preciso un análisis detallado de la contribución de las institu- ciones formales a la ampliación de la base de conocimiento de cada industria y a su aplicación a los procesos de innovación de productos, procesos, organización y mercados. Este artículo analiza desde esa perspectiva el complejo vitivinícola de Castilla y León, concluyendo que se trata de un espacio institucional sólido, y sugiriendo algunas mejoras en la noción de densidad institucional. RÉSUMÉ Densité institutionnelle, gestion des connaissances et processus d'innovation dans le complexe vinicole de Castille et Léon.- La Géo- graphie Économique prête de plus en plus attention au rôle des insti- tutions dans le développement des territoires, ainsi qu'aux fonde- ments spatiales de la production et de la circulation des connaissan- ces. Mais il faut une analyse détaillée de la contribution des institu- tions formelles à l'élargissement de la base de connaissance de cha- que industrie et à son application aux processus d'innovation des pro- duits, des traitements, de l'organisation et des marchés. De ce point de vue, dans cet article on fait l'analyse du complexe vinicole de Cas- tille et Léon, et on conclut qu'il s'agit d'un espace institutionnel soli- de, en suggérant quelques améliorations dans la notion de densité ins- titutionelle. ABSTRACT Institutional thickness, knowledge management and innovation process in wine industry of Castilla y León.- Economic Geography focuses increasingly on institutions as a key framework for territorial development, as well as on the spatial foundations of knowledge pro- duction and difussion. But a more detailed analysis of the contribu- tion of formal institutional arrangements to the improvement of the knowledge basis of every industry is needed to fully understand its role on the innovation processes held in the product, process, mana- gement and markets fields. From this viewpoint, the article analyses the wine industry in the Castilla y León region, concluding that it constitutes an institutional space and suggesting some improvements in the concept of institutional thickness. Palabras clave / Mots clé / Key words Instituciones, conocimiento, innovación, comarcas vinícolas, Castilla y León. Institutions, connaisance, innovation, régions vinicoles, Castille et Léon. Institutions, knowledge, innovation, wine districts, Castilla y León.

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I

LA OPORTUNIDAD DE UN ANÁLISIS CONJUNTO

DEL CONOCIMIENTO Y LAS INSTITUCIONES

L A INVESTIGACIÓN en Geografía Económica sobre laintersección sinérgica entre industrialización local,

procesos de innovación y desarrollo territorial está al-canzando un notable nivel de precisión gracias a la uti-lización combinada de nuevos conceptos como el me-dio innovador (AYDALOT, 1986; MAILLAT, QUÉVIT ySENN, 1993), la región de aprendizaje (FLORIDA, 1995;MORGAN, 1997) o la economía asociativa (COOKE y

Ería, 61 (2003), págs. 177-195

JOSÉ LUIS SÁNCHEZ HERNÁNDEZ, JAVIER APARICIO AMADOR Y JOSÉ LUIS ALONSO SANTOSDepartamento de Geografía. Universidad de Salamanca

Densidad institucional, gestión del conocimiento y procesos deinnovación en la industria vinícola de Castilla y León

RESUMEN

La Geografía Económica presta atención creciente al papel de lasinstituciones en el desarrollo de los territorios, así como a los funda-mentos espaciales de la producción y circulación del conocimiento.Pero es preciso un análisis detallado de la contribución de las institu-ciones formales a la ampliación de la base de conocimiento de cadaindustria y a su aplicación a los procesos de innovación de productos,procesos, organización y mercados. Este artículo analiza desde esaperspectiva el complejo vitivinícola de Castilla y León, concluyendoque se trata de un espacio institucional sólido, y sugiriendo algunasmejoras en la noción de densidad institucional.

RÉSUMÉ

Densité institutionnelle, gestion des connaissances et processusd'innovation dans le complexe vinicole de Castille et Léon.- La Géo-graphie Économique prête de plus en plus attention au rôle des insti-tutions dans le développement des territoires, ainsi qu'aux fonde-ments spatiales de la production et de la circulation des connaissan-ces. Mais il faut une analyse détaillée de la contribution des institu-tions formelles à l'élargissement de la base de connaissance de cha-que industrie et à son application aux processus d'innovation des pro-duits, des traitements, de l'organisation et des marchés. De ce pointde vue, dans cet article on fait l'analyse du complexe vinicole de Cas-tille et Léon, et on conclut qu'il s'agit d'un espace institutionnel soli-

de, en suggérant quelques améliorations dans la notion de densité ins-titutionelle.

ABSTRACT

Institutional thickness, knowledge management and innovationprocess in wine industry of Castilla y León.- Economic Geographyfocuses increasingly on institutions as a key framework for territorialdevelopment, as well as on the spatial foundations of knowledge pro-duction and difussion. But a more detailed analysis of the contribu-tion of formal institutional arrangements to the improvement of theknowledge basis of every industry is needed to fully understand itsrole on the innovation processes held in the product, process, mana-gement and markets fields. From this viewpoint, the article analysesthe wine industry in the Castilla y León region, concluding that itconstitutes an institutional space and suggesting some improvementsin the concept of institutional thickness.

Palabras clave / Mots clé / Key words

Instituciones, conocimiento, innovación, comarcas vinícolas,Castilla y León.

Institutions, connaisance, innovation, régions vinicoles, Castilleet Léon.

Institutions, knowledge, innovation, wine districts, Castilla yLeón.

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CUADRO I. La economía, la sociedad y el territorio hacia la era informacional

Disciplina / Autor Naturaleza Ciudad Redes

Filosofía:Javier Echeverría Entorno natural Entorno urbano Entorno telemático

Sociología:Manuel Castells Modo de producción agrario Modo de producción industrial Modo de producción informacional

Geografía:Milton Santos Medio natural Medio técnico Medio técnico-científico-informacional

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MORGAN, 1998), que subrayan el papel de la coopera-ción colectiva entre los agentes públicos y privados co-mo elemento primordial en la construcción del espacioeconómico, en la generación de ventajas competitivas yen la consecución de mejores niveles de bienestar so-cial. La visión neoclásica del mercado como punto deencuentro entre empresas y consumidores guiados porcriterios maximizadores e individualistas se supera asíen favor de una nueva definición de la economía enten-dida como red de relaciones entre agentes (individualesy colectivos) cuyos objetivos, así como los medios queutilizan para conseguirlos, están condicionados por elcontexto social, institucional y político donde se desen-vuelven. La economía aparece así ligada a los valores yconvenciones culturales característicos de cada lugar,así como al marco regulatorio determinado por las ins-tancias públicas.

Instituciones y cultura, pues, forman ya parte delinstrumental básico de esta nueva Geografía Económicaque cuenta en España con ejemplos pioneros en los tra-bajos de Méndez y Gil (1994), Gil y otros (1994) o Can-to y Casabianca —coords.— (1996). La investigaciónposterior se ha concentrado en la asimilación teórica ymetodológica del nuevo enfoque relacional y en su apli-cación a diferentes distritos industriales y sistemas pro-ductivos locales, dando como resultado un volumen cre-ciente de publicaciones (CLIMENT, 1997; SALOM y otros,1999; SÁNCHEZ, 1999; ALONSO y MÉNDEZ —coords.—,2000; CLIMENT, 2000; CARAVACA y otros, 2002; MÉN-DEZ y ALONSO —eds.—, 2002; SILVA, 2002; CLIMENT yMÉNDEZ, 2002).

Con este trasfondo teórico y empírico, se pretendeaquí progresar en el estudio de la influencia de las insti-tuciones formales en el proceso de captación, genera-ción y distribución de la información y el conocimientoen el seno de los sistemas productivos locales que secomportan como medios innovadores. La relevancia deeste objetivo se justifica, en el plano teórico, por la

aceptación general de la densidad institucional y la ges-tión del conocimiento como factores cruciales a la horade explicar la trayectoria económica de los territorios.En el nivel empírico, el contacto con los agentes socio-económicos revela, primero, una asimetría notable en elabanico de contactos que cada agente mantiene conotros de su entorno, lo que implica la existencia de flu-jos de información desequilibrados (y, seguramente porello, ineficientes) y, segundo, que donde tal desequili-brio es menor, la trayectoria innovadora resulta más lar-ga, sostenida y eficaz.

Por otro lado, el examen conjunto de las dimensio-nes institucional y cognoscitiva no se ha intentado en elcontexto español con el necesario equilibrio entre am-bos ingredientes. Existen reflexiones geográficas sobreel papel genérico de las instituciones en el desarrolloeconómico (RODRÍGUEZ POSE, 1999), sobre la contribu-ción de determinadas organizaciones (asociaciones em-presariales, centros tecnológicos, poderes locales) o so-bre la generación y circulación del conocimiento tecno-lógico (ONDÁTEGUI, 1999). Pero se echa en falta un aná-lisis integrado de las interacciones entre distintos agen-tes, instituciones y organizaciones (con sus variados ti-pos de conocimiento) como ingrediente impulsor delproceso innovador de los territorios. El concepto de sis-tema de innovación (LUNDVALL, 1992; COOKE, 1992;LANDABASO, 1997; WIIG y WOOD, 1997) debería cubriresta laguna, pero no perfila con claridad la necesaria im-bricación de ambas vertientes porque presta más aten-ción a las instituciones que al conocimiento, dando porsupuesto que las redes de agentes que crean la ventajacooperativa de las regiones (COOKE, 1999) son a la vezlos canales del flujo de conocimiento y los motores desu producción y adquisición.

De estas constataciones nace nuestro intento dereinterpretar el papel de los agentes que intervienen enlas redes de innovación desde la perspectiva de su apor-tación a la generación y distribución de conocimiento

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asequible para las empresas. Concretando más, se pue-den formular cuatro preguntas que componen otros tan-tos objetivos específicos:

• ¿Qué clase de información genera, atesora y trans-mite cada tipo de organización que actúa en o sobre unsistema productivo local?

• ¿Con qué otras organizaciones se relaciona para in-tercambiar información?

• ¿Cómo actúa el marco institucional para habilitar(o cegar) canales de circulación de información?

• ¿Cómo se transmite esa información colectiva a lasempresas particulares, responsables últimas de transfor-marla en un recurso generador de riqueza?

La búsqueda de respuesta a estos interrogantes pue-de arrojar alguna luz sobre las causas del desigual com-portamiento innovador de los sistemas productivos loca-les, en la medida en que el grado de apertura y calidadcomunicativa de los agentes parece estar directamenterelacionado con sus resultados innovadores. Para avan-zar en esta dirección, el artículo se divide en cinco apar-tados. Comienza con la presentación de los principalesavances teóricos sobre la economía del conocimiento(apartado II) y la importancia de las instituciones para eldesarrollo regional (apartado III). El apartado IV desarro-lla la propuesta más original del artículo, tomando elcomplejo vitivinícola de Castilla y León como banco depruebas para caracterizar las relaciones institucionalescomo redes de transmisión de información y de difusióndel conocimiento innovador. El rápido y sólido desarro-llo reciente de esta rama agroindustrial responde en bue-na medida a la progresiva implantación de un modelo degobernación en red donde la competencia entre las bo-degas no excluye la constitución de ámbitos de coopera-ción que propician la difusión de innovaciones de proce-so, producto, mercado y organización. En el apartado V

se discuten los resultados de esta propuesta a la luz delmarco teórico de referencia y se plantea la necesidad deperfilar mejor el concepto de densidad institucional paraadecuarlo al funcionamiento real de la actividad econó-mica en el territorio.

IILAS BASES GEOGRÁFICAS DE LA ECONOMÍA

DEL CONOCIMIENTO

Aunque cronológicamente la formalización de estecuerpo teórico sea un poco posterior, resulta más lógicotratarlo en primer lugar porque el desarrollo de la eco-nomía del conocimiento es más bien una causa, y no

una consecuencia, de la necesidad de un sólido armazóninstitucional para que los sistemas productivos localesincorporen la innovación como una rutina permanente ycolectiva que garantice su supervivencia.

Como indica el cuadro I, existe un amplio consensoen las Ciencias Sociales sobre la rápida consolidación,durante las últimas décadas, de una nueva realidad eco-nómico-espacial que descansa sobre la información co-mo piedra angular. ¿O habría que hablar, mejor, del co-nocimiento? Los términos información y conocimientose utilizan a menudo como sinónimos en las formulacio-nes divulgativas, cuando sería necesario diferenciarloscon nitidez. Mientras la información no es más que lacodificación de mensajes conforme a unas reglas conve-nidas entre emisor y receptor, el conocimiento da un pa-so más y evoca la capacidad para procesar, interpretar ydar sentido a la información, situándola en un contextosociocultural más amplio y aprovechándola en beneficioindividual o colectivo. Como dicen los angloamerica-nos, el conocimiento está incorporado (embodied) en losindividuos y las organizaciones. Los equipos electróni-cos permiten la acumulación y manipulación de infor-mación codificada, así como la generación de informa-ción nueva, pero sólo los seres humanos estamos facul-tados para convertirla en verdadero conocimiento, sus-ceptible de aplicación práctica.

Los desarrollos teóricos más sólidos sobre la in-fluencia del hecho informacional en la economía realparten, entonces, del conocimiento. Convertido en auto-ridad imprescindible, Lundvall (1999) concibe el cono-cimiento no como un corpus externo al sistema econó-mico cuyos agentes lo utilizan racionalmente y sin tra-bas, sino como una parte reproducible del capital, es de-cir, como un activo o un bien escaso (cuadro II). La es-casez del conocimiento, verdadera paradoja de la socie-dad de la (sobre)información, deriva, precisamente, desu definición como información procesada y adaptada acada contexto técnico, social y espacial. En el marco ac-tual del capitalismo de organización (SANTOS, 2000) do-minado por el control de los recursos intangibles, se en-

CUADRO II. Recursos fundamentales para el crecimiento económi-co: combinando las dimensiones tangible y reproducible

Recursos Recursos noreproducibles reproducibles

Recursos tangibles Capital productivo Capital naturalRecursos intangibles Capital intelectual Capital social

Fuente: Lundvall y Maskell (2000: 367).

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tiende que el aserto de Lundvall se haya convertido enuna referencia conceptual de primer orden: el conoci-miento es el principal recurso productivo y el aprendiza-je el principal proceso económico.

En cuanto recurso o factor de producción, el capitalintelectual o conocimiento tiene dos características sin-gulares que lo distinguen de los demás tipos de capital ylo convierten en una fuente inagotable de productividad(MALMBERG, 1997; SÁNCHEZ, 1997; MASKELL y otros,1998; LUNDVALL y MASKELL, 2000):

• El conocimiento es reproducible, acumulativo yproduce rendimientos crecientes, de modo que la aplica-ción de más y mejor conocimiento siempre genera másy mejores resultados, debido a su doble condición defactor productivo y de resultado de la producción:

«La producción de conocimiento es un proceso de produc-ción conjunta en el que un producto es la innovación y otro elaprendizaje y la mejora de las técnicas que tienen lugar durante elproceso de producción» (LUNDVALL, 1999: 25).

De hecho, la teoría del crecimiento endógeno afirmaque la innovación tecnológica y la cualificación de lamano de obra son factores que explican las persistentesdiferencias de crecimiento económico entre regiones ysustentan, por tanto, la tesis de la divergencia como ten-dencia geográfica espontánea del capitalismo.

• El conocimiento es específico de cada proceso ycada producto y es también costoso y lento de adquirirpor parte de organizaciones o individuos, que deben de-sarrollar, por tanto, procesos de aprendizaje que siempretienen carácter colectivo y consumen mucho tiempo. Laadquisición y puesta en práctica del conocimiento no esequivalente a la del equipo tangible (maquinaria, insta-laciones, herramientas informáticas), sino que atañe a suinteriorización por parte de los trabajadores y, a su vez,se ve condicionada por el capital social común a losagentes que operan sobre un territorio y que actúa comofactor de diferenciación.

Lundvall (1999) utiliza dos criterios para clasificarlos tipos de conocimiento. Primero, su concepción comorecurso escaso implica la necesidad de determinar si setrata de un bien público, privado o mixto, a fin de iden-tificar a los agentes responsables de su producción y di-fusión. Segundo, la traducción geográfica de esta in-quietud es evidente: si el conocimiento no es un bienpúblico (incluso aunque lo fuera), no cabe esperar quesea un bien ubicuo, sino localizado en función de la dis-tribución espacial de los agentes que lo generan y tam-bién diferenciado en función del contexto geográfico enque se produce. Ambas cuestiones son centrales para el

estudio de la innovación en sistemas productivos localesdado que, si el conocimiento está controlado por ciertosagentes, es preciso determinar su contribución institu-cional al aprendizaje colectivo analizando su grado departicipación en las redes de difusión de conocimiento,lo que coincide con los objetivos de este artículo. Lapropuesta de Lundvall es la siguiente:

1. Saber qué (know what). Se trata de la simple in-formación descontextualizada, relativa a hechos y datosobjetivos. Es, por ello, el conocimiento más público yubicuo, codificado en soportes teóricamente disponiblespara todos los agentes con medios técnicos elementaleso con acceso a los organismos depositarios.

2. Saber por qué (know why). Es el conocimiento delos principios y leyes que explican los hechos, o sea, in-formación de tipo científico y también próxima a lo pú-blico y lo ubicuo. Sin embargo, existe un condicionantepara su adquisición y utilización: se trata de conoci-miento difícil de descodificar y utilizar para los no ex-pertos, lo que limita seriamente su aplicación productivay el desarrollo generalizado de actividades de I+D, porejemplo.

3. Saber cómo (know how). Es la capacidad para de-sempeñar una labor o función y, como tal, se trata deconocimiento desarrollado y conservado en el interiorde las organizaciones. Es un conocimiento privado y dedifícil transmisión, dado que resulta complicado separarel agente de su capacidad de actuar, toda vez que éstarefleja la personalidad de aquél. Por consiguiente, sutransferencia es siempre parcial e incompleta y sólopuede lograrse mediante contactos fluidos y duraderoscon sus depositarios. Las fusiones y adquisiciones deempresas tienen entre sus objetivos la apropiación de es-te conocimiento un tanto inasible, pero que reporta su-perbeneficios a sus propietarios, como ya planteóSchumpeter. También la cooperación en redes empresa-riales o en partenariados público-privados alberga idén-tico propósito, porque la permanente ampliación de labase de conocimiento de un sector industrial exige a lasempresas abrir vías de intercambio para compartir re-cursos que todas necesitan, pero no todas poseen alcompleto de forma individual.

4. Saber quién (know who). El significado que se re-conoce al saber-cómo implica el reconocimiento auto-mático del saber-quién, puesto que el conocimientopráctico está, en última instancia, incorporado en laspersonas. Los expertos retienen su función como fuentede conocimiento (tácito y codificado) porque las organi-zaciones necesitan saber quién sabe qué, quién sabe ha-

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cer qué y, en una perspectiva geográfica, dónde encon-trar a esas personas. Este tipo de conocimiento persona-lizado es básicamente privado y de acceso a menudorestringido a los miembros de las redes sociales de con-fianza tejidas con el transcurso del tiempo.

Antonelli y Ferrão —coords.— (2001) y Ferrão(2001) llegan a conclusiones semejantes por caminos di-ferentes, cruzando el conocimiento tácito-específico ycodificado-generalizable con el conocimiento interno-organizacional y externo-colectivo.

1. Conocimiento codificado externo. Informaciónsusceptible de intercambio o adquisición en el mercadoo en el medio social.

2. Conocimiento codificado interno. Se producecuando las empresas internalizan el desarrollo de activi-dades de I+D para generar conocimiento de forma inten-cionada, lo que exige cuantiosas inversiones.

3. Conocimiento tácito interno. Creación espontáneade conocimiento en el seno de las empresas y organiza-ciones como resultado provechoso (y no intencionado)de su labor habitual.

4. Conocimiento tácito externo. Conocimiento socia-lizado al que acceden las empresas gracias a sus relacio-nes sociales con el medio en el que actúan y que propi-cia el flujo de información.

Aunque no de forma completamente perfecta, es po-sible establecer una correspondencia entre ambas clasi-ficaciones para caracterizar el conocimiento como re-curso para el proceso innovador (cuadro III). En defini-tiva, el conocimiento no es ni completamente público nicompletamente privado, sino que está fraccionado en losque Lundvall (1999: 18) denomina «depósitos semipú-blicos cuyo acceso está repartido de forma regional,profesionalmente y a través de redes», de modo que

«una organización es, potencialmente, tanto más innovadoracuanto mayor sea su capacidad de recombinar, en función de susobjetivos específicos, conocimientos procedentes de estas diver-sas fuentes» (FERRÃO, 2001: 39).

Parece que, de alguna manera, la vieja distinciónweberiana entre factores localizados y ubicuos vuelve acobrar sentido cuando se dota de contenido geográficoal recurso conocimiento.

Dado que sólo una pequeña parte del conocimientoes cuasi-perfectamente público (el tipo 1, básicamente),deslocalizado o fácilmente transmisible, la atencióngeográfica debe dirigirse hacia el resto del conocimien-to, localizado e incorporado en los expertos, las empre-sas y las organizaciones públicas y privadas que consti-tuyen y regulan los complejos productivos territoriales

(los tipos 3 y 4); tampoco deben olvidarse los esfuerzospor mejorar la capacidad de las empresas pequeñas paraextraer toda la utilidad posible de los continuos avancesen el conocimiento científico (tipo 2). Lundvall (1999)advierte que poco conocimiento es totalmente privado alargo plazo, porque los secretos de un oficio siempreterminan difundiéndose en el seno de la profesión, comopreconizó Alfred Marshall con su metáfora de la atmós-fera industrial y corroboran Henry y Pinch (2000: 194)en su documentado estudio sobre la constitución de unaauténtica comunidad de conocimiento

(«conjunto de personas [pertenecientes a] organizaciones dis-tintas, pero vinculadas por un acervo común de normas, valores ysignificados que ayuda a definir la trayectoria productiva y cog-noscitiva del sector económico al que pertenecen»),

en el Motor Sport Valley (Sudeste de Inglaterra). Puedeafirmarse entonces que la frontera entre conocimientotácito interno y externo es dinámica, no estática, y unaparte importante de la trayectoria innovadora de los sis-temas productivos locales depende justamente de esapermeabilidad que permite que lo interno termine sien-do de dominio público, creando externalidades de co-municación que permiten a la industria obtener rendi-mientos crecientes.

Además, esa fragmentación del conocimiento en de-pósitos implica una necesidad evidente de articular re-des cooperativas de comunicación entre territorios, sec-tores y profesiones si se quiere fortalecer la capacidadinnovadora de los sistemas productivos locales de pe-queña o mediana dimensión, especialmente necesitadosde un acceso fluido a estas modalidades de conocimien-to más localizadas y geográficamente específicas. Asímismo, se comprende mejor desde esta perspectiva latendencia a la concentración espacial de las industriasque comparten una misma base de conocimiento y, conella, la persistencia (y aún profundización) de la espe-cialización económica de las regiones (MALMBERG,1997; MASKELL y otros, 1998) como consecuencia de sucapacidad para crear y reproducir un conocimiento es-pecífico con resultados efectivos en términos de compe-titividad y presencia en los mercados. No en vano,

CUADRO III. Tipología del conocimiento como recurso económico

Lundvall (1999) Antonelli y Ferrão (2001) - Ferrão (2001)

1. Saber qué 1. Conocimiento codificado externo2. Saber por qué 2. Conocimiento codificado interno/externo3. Saber cómo 3. Conocimiento tácito interno4. Saber quién 4. Conocimiento tácito interno/externo

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Henry y Pinch (2000) se hacen eco de la general consi-deración de la escala regional como ámbito preferentede concreción territorial de la moderna economía basadaen la producción de conocimiento.

En definitiva, el imperativo reticular derivado de latransformación del conocimiento en recurso económicoprincipal y de su doble cara público-privada reclama unanálisis profundo del contexto geográfico donde se ma-terializa la comunicación que da lugar al proceso inno-vador en los sistemas productivos locales. Agentes ymedio son componentes indisociables en la producciónde innovaciones (FERRÃO, 2001), lo que conduce direc-tamente a la cuestión del marco institucional y la gober-nación de los medios innovadores.

IIILA NUEVA RESPONSABILIDAD ECONÓMICA DE

LOS TERRITORIOS

Las primeras publicaciones sobre los distritos indus-triales italianos, a finales de la década de 1970, identifi-caron, entre las causas de su éxito en un marco de crisisgeneral, la vigencia de un conjunto de valores y normastácitas y explícitas que regulan la conducta de los agen-tes económicos, partícipes por tanto de una cultura co-mún. Del mismo modo, toda la contribución del Groupede Recherche Européen sur les Milieux Innovateurs(Maillat, Camagni) y de la escuela norteamericana (Pio-re, Sabel, Scott, Storper) a la explicación del comporta-miento innovador de distintos espacios industriales (Ca-lifornia, Baden-Würtemberg, Jura suizo…) descansa so-bre términos como confianza, relaciones, entorno, redeso interdependencias no comerciales, alusivos a los lazosintangibles que mantienen la cohesión socioeconómicade los territorios. La industria se convierte así en unaexpresión de la identidad territorial, lo cual exige unaconsideración integrada del hecho económico en su con-texto social, capaz de superar las limitaciones del análi-sis neoclásico y su individualismo metodológico paradar cuenta de los fenómenos que trascienden el cálculomaximizador.

El Banco Mundial (2002: 4) define las institucionescomo las

«normas, mecanismos de observancia y organizaciones querespaldan las transacciones […] ayudan a transmitir información,exigen el cumplimiento de los derechos de propiedad y de loscontratos y organizan la competencia [y] ofrecen a la poblaciónoportunidades e incentivos de practicar actividades de mercadoprovechosas».

Martin (2000) distingue entre el entorno institucio-nal (sistemas informales de convenciones, costumbres,normas, rutinas… junto con los sistemas formales deleyes y regulaciones) que crea las condiciones para elcomportamiento de los agentes económicos, y losacuerdos institucionales o formas organizativas quesurgen en, o son propiciadas por, cada entorno institu-cional (empresas, mercados, sindicatos, agencias de de-sarrollo…).

La articulación nacional, regional o local entre en-torno y acuerdos da lugar al régimen institucional, quecumple la función decisiva de generar confianza(RODRÍGUEZ POSE, 1999), un bien público esencial por-que implica la común aceptación de las normas estable-cidas y garantiza el buen fin de los acuerdos comercia-les, bajo la amenaza de sanciones sociales o judicialesen caso de incumplimiento. Sólo en estas condicionesde confianza pueden constituirse las redes de colabora-ción y propiciarse el aprendizaje colectivo, de modoque la actividad innovadora de los sistemas productivoslocales resulta especialmente sensible a las característi-cas del régimen institucional vigente (cuadro IV). Ade-más, este régimen vincula la actividad económica conel espacio social concreto gracias a su capacidad paracoordinar el interés individual con el colectivo y crearexternalidades intangibles a disposición de todos losagentes:

«Una economía que no estuviera socialmente arraigada, sinoconformada según el modelo hobbesiano de la teoría de la elec-ción racional, con individuos asociales, mutuamente recelosos yafanados en la consecución de su propio interés, jamás despega-ría. La falta de confianza mutua y de normas compartidas enreda-ría a todos en intentos ineficientes y paralizantes por contractuali-zar, asegurar y vigilar las relaciones a fin de cubrir cualquier for-ma posible de fraude» (SAYER, 1997: 19).

El enfoque institucionalista en Geografía Económi-ca parte de la premisa de que un régimen institucionaladecuado a cada contexto social, político y económicono sólo contribuye al correcto funcionamiento de losmercados, sino que facilita una mejor distribución so-cial de la riqueza y, sobre todo, propicia la adopción delas estrategias de reestructuración e innovación que losterritorios necesitan para asegurar el bienestar de sushabitantes en un contexto de competencia global (RO-DRÍGUEZ POSE, 1999). En este sentido, el desarrollo dela geografía de la innovación es deudor de las aporta-ciones institucionalistas porque mejoran nuestra com-prensión de las ventajas ligadas a la proximidad geo-gráfica que, además de facilitar la generación y difu-sión del conocimiento, es señalada ahora como factor

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que impulsa la consolidación del clima institucional deestímulo a la innovación propio de las economías regio-nales y locales más dinámicas.

En suma, una vez reconocida la base colectiva delconocimiento y la interactividad de los procesos deaprendizaje, la comprensión de los factores que explicanel surgimiento y consolidación de los territorios innova-dores pasa, inevitablemente, por el análisis del entrama-do institucional que propicia su singular capacidad demovilizar los cuatro tipos de capitales (intelectual, so-cial, productivo y natural) que sustentan el desarrolloeconómico (ver cuadro II). La faceta informal de ese en-tramado (convenciones, rutinas, valores…) es más inasi-ble y escurridiza, por lo que suele despacharse en la lite-ratura disponible con alusiones genéricas al talante (in-dividualista, cooperador, emprendedor, subordinado, in-teresado, participativo) de los agentes.

La faceta formal (organizaciones, redes, marco nor-mativo) ha sido mejor tratada, por lo común bajo el pa-raguas conceptual de la gobernación o «implicación deagentes no estatales (como empresas u organizacionesde voluntariado) junto al Estado en el proceso de go-bierno» (PAINTER, 2000: 361). La gobernación se entien-de como una modalidad de relación entre organizacio-nes estatales y no estatales para la coordinación de la vi-da económica que se aleja de los extremos del estatismojerárquico y del ultraliberalismo de mercado para articu-larse en torno a redes, partenariados y consensos loca-les-regionales.

La noción de gobernación obliga, en primer lugar, aredefinir el papel económico del Estado. O'Neill (1997)rechaza la idea (neo)clásica del Estado como agente ex-terno a la economía y propone la noción de Estado cua-litativo para referirse a su condición de agente constitu-tivo de la misma. La preocupación liberal sobre el gradode intervención del Estado desde fuera cede paso al aná-lisis de la forma de actuar del Estado desde dentro de laeconomía, sobre todo de los objetivos que persigue y losmecanismos que arbitra para su consecución. La econo-mía pierde así ese aura ideal (e ideológica) de esfera in-dependiente para transformarse en una creación políticadonde el Estado cumple dos funciones: asegurar la con-tinuidad del proceso de acumulación (origen de los re-cursos que financian su propio funcionamiento) y arbi-trar fórmulas consensuadas de distribución socioterrito-rial del excedente (para legitimar su existencia ante lasociedad que lo sustenta).

En este sentido cualitativo, más complejo, el con-cepto de gobernación se ha aplicado sobre todo al estu-

dio de las estrategias desarrolladas por las economíaslocales y regionales para hacer frente a los retos del ca-pitalismo global. La trascendencia de la gobernación aescala local para explicar el éxito o fracaso de la rees-tructuración de ciudades y regiones se viene interpre-tando como una de las principales consecuencias insti-tucionales de la transición desde el welfare keynesianoal workfare schumpeteriano como principio rector de laacción pública. En el plano territorial, este workfare seplasma en la sustitución de las políticas redistributivasde corte asistencial, exógeno y centralizado por un nue-vo modelo político descentralizado menos oneroso, másflexible y más próximo a los recursos endógenos y, enparticular, al conocimiento vinculado al territorio, cuyamovilización inteligente se valora como imprescindibleen el contexto actual de la economía del aprendizaje yde la innovación. El conocido principio de subsidiarie-dad que rige la distribución de competencias entre losniveles político-administrativos de la Unión Europearepresenta una faceta bien conocida de todo este proce-so de atribución de crecientes responsabilidades a unospoderes locales y regionales que con frecuencia carecende medios humanos y financieros suficientes para ges-tionarlas.

Este Estado schumpeteriano representa para algunos(WILLS, 1999; AGNEW, 2000) una nueva faceta deltriunfo del neoliberalismo porque subordina la equidadregional al incremento de la eficiencia económica delas regiones en un marco de competencia creciente en-tre los territorios. Con los Estados nacionales más preo-cupados por el equilibrio macroeconómico y la integra-

CUADRO IV. Funciones institucionales y desarrollo económico

Enraizar la actividad económica: coordinar el interésindividual y el colectivo

Formativa:Favorecen aprendizaje.Externalidades.

Cooperativa:Redes.Superación del recelo.

Normativa:Cumplimiento de contratos.Fijación del contexto de la actividad económica.

Innovativa:Vínculo entre investigación básica y aplicada.Receptividad a la innovación.

Fuente: adaptado de Rodríguez Pose (1999; 777).

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ción eficiente en la economía internacional, ciudades yregiones quedarían abandonados a su suerte y obligadosa auto-organizarse (a gobernarse, en definitiva):

«El Estado-nación se retira progresivamente de la interven-ción en la relación salarial, en la planificación de la inversión so-cial e infraestructural y en el proceso de cooperación económicasupranacional. En contraste, los gobiernos regionales y locales secomprometen de forma decidida en la intervención económica di-recta, negociando con las empresas y sindicatos locales y promo-viendo la innovación» (TICKELL y PECK, 1992: 204).

Pero la emergencia del Estado schumpeterianopuede contemplarse también como una oportunidad(forzada, si se quiere, pero real en última instancia)para el desarrollo de esa administración contractual(MARTIN y SUNLEY, 1997), economía asociativa (COO-KE y MORGAN, 1998; COOKE, 1999) o Socioeconomía(AMIN y THRIFT, 1999) basada en la gobernación re-gional consorciada con participación de agentes públi-cos y privados:

«La socioeconomía hace hincapié en la práctica colectiva, elconsenso y la cooperación. Esta atención deriva del énfasis que sepone en los fundamentos asociativos del éxito económico. Encontraste con el enfoque en lo individual puesto por la ortodoxianeoclásica, la socioeconomía privilegia las alianzas y la accióncolectiva como fuente de aprendizaje económico, innovación yadaptabilidad» (AMIN y THRIFT, 1999: 306).

El éxito de este modelo consociativo pasa, ineludi-blemente, por la habilitación de canales de participa-ción para los agentes privados, no a título individual,sino a través de organizaciones representativas de susintereses y de su capacidad de autocontrol. De ahí la re-estructuración organizativa que aprecian en los Estadosavanzados autores como Martin y Sunley (1997), Peck(2000) o Painter (2000) cuando llaman la atención so-bre la proliferación de organismos que representan losintereses de grupos o territorios determinados y dedicansus esfuerzos a orientar las normativas e iniciativas pú-blicas hacia un mayor o menor equilibrio entre los ob-jetivos de acumulación y distribución.

Por tanto, la noción de gobernación exige, en segun-do lugar, pensar la cuestión de la innovación y el desa-rrollo en términos relacionales, institucionales y colec-tivos (STORPER, 1998), aceptando que toda red es

«a la vez una estructura de gobernación y un proceso de so-cialización mediante el cual actores y organizaciones separados seconectan de una forma coherente para obtener sinergias y benefi-cios mutuos» (YEUNG, 2000: 302).

En este punto se ha abierto paso la noción de densi-dad institucional (AMIN y THRIFT, 1993) como factor

decisivo del dinamismo económico y la capacidad in-novadora de las regiones avanzadas1. Esta densidad ins-titucional tiene cuatro elementos definitorios:

• fuerte presencia de las instituciones formales;

• estrechas relaciones de cooperación y coordina-ción entre ellas;

• correcta definición de las estructuras de poder, co-laboración y representación para evitar los conflictosinterorganizacionales;

• movilización colectiva para formular objetivoscompartidos de desarrollo enraizados en valores y nor-mas culturales comunes.

Un espacio institucional o territorio gobernado poruna densa red institucional (JONES, 1999) propicia elaprendizaje en red necesario para la adaptación a loscontinuos cambios en el panorama económico. Ahorabien, dada la fulminante aceptación de la densidad ins-titucional como argumento explicativo y como sustratode una nueva generación de políticas regionales y loca-les, Rodríguez Pose (1999) y Martin (2000) alertan so-bre la dificultad para reproducir desde arriba los proce-sos institucionalistas de desarrollo territorial en espa-cios necesitados de un impulso innovador. La doble na-turaleza formal e informal del régimen institucionalpermite implantar con cierta facilidad y rapidez las dis-posiciones normativas e instrumentos organizativos deprobado éxito en regiones avanzadas. Pero el sustratoinformal, ligado al capital social y al entorno cultural(intangible e irreproducible, ver cuadro II), escapa a laacción política a corto plazo y sólo puede fomentarsecon lentitud y mediante intervenciones que fomenten elespíritu de cooperación y la acción en red.

IVEL COMPLEJO VITIVINÍCOLA DE CASTILLA Y

LEÓN: ORGANIZACIÓN INSTITUCIONAL YGESTIÓN DEL CONOCIMIENTO

Este apartado trata de responder a las cuatro pregun-tas planteadas al comienzo del trabajo partiendo del ca-so concreto del sector vitivinícola de Castilla y León,integrado en 2002 por 359 bodegas2, de las que 305

1 Los esfuerzos por desarrollar sistemas regionales de innovación formali-zados y estructurados representan la traducción administrativa de la generalaceptación de este enfoque interactivo por parte de las autoridades de numerosasregiones europeas.

2 Según la base de datos CAMERDATA y el Anuario de Bodegas 2003 (ElMundo), que cita datos de los Consejos Reguladores.

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pertenecen a alguna de las cinco Denominaciones deOrigen (Rueda, Ribera del Duero, Toro, Bierzo y Ciga-les, por orden de constitución) y 42 a las Asociacionesde Vino de la Tierra (Tierra de León, Arribes del Due-ro, Ribera del Arlanza, Tierra del Vino de Zamora, Va-lles de Benavente y Tierra de Castilla y León), quedan-do el resto al margen de estas indicaciones de calidad(figura 1). La superficie total cultivada en 1999 alcan-zaba las 70.000 hectáreas, con una producción de 1,4millones de hectolitros; las Denominaciones de Origensuman 34.500 hectáreas y 0,66 millones de hectolitros,casi la mitad de ambas variables3.

Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca yAlimentación, entre 1995 y 2000 la superficie cultivadaen las Denominaciones de Origen de Castilla y Leónaumentó un 19 por ciento, el volumen de vino califica-do creció un 183 por ciento y el de exportaciones un 83por ciento, mientras que para el conjunto español estascifras fueron del 7,5 por ciento, el 30 por ciento y el10,7 por ciento, respectivamente. Por lo tanto, corres-

ponde a estas comarcas un 5,6 por ciento del volumende vino acogido a una Denominación de Origen en Es-paña en 2000, cifra que en 1995 era sólo del 2,6 porciento. Estas cifras agregadas dan buena cuenta, pues,del dinamismo que registra el sector vitivinícola enCastilla y León durante los últimos años.

Ante todo hay que subrayar su condición de com-plejo sectorial verticalmente integrado y dotado de unanítida base regional toda vez que la normativa vigenteprescribe el aprovechamiento in situ de los recursos vi-tícolas al exigir que los vinos con mención geográficade calidad (D.O. o A.V.T.) se elaboren exclusivamentecon determinadas variedades viníferas recogidas, pro-cesadas y embotelladas en las circunscripciones geo-gráficas reconocidas al efecto. Las bodegas sólo puedenadquirir fuera del territorio determinado ciertos inputstangibles e intangibles (barricas, botellas, corchos, cáp-sulas, etiquetas, publicidad, diseño, asesoría) y la ma-quinaria (prensas, depósitos, embotelladoras…). En es-ta misma línea cabe destacar la estrecha supervisión ad-ministrativa que soporta el sector, con limitaciones enlas superficies cultivadas, los rendimientos tolerados,las variedades plantadas, los tratamientos de vinifica-ción permitidos y los plazos de ejecución de todo el

3 Datos del Anuario Estadístico de Castilla y León 2001, editado por laJunta de Castilla y León.

FIG. 1. Zonas deespecializaciónvitivinícola en Castilla yLeón.

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proceso, lo que confiere una importancia decisiva y po-co frecuente al entorno institucional formal (leyes, de-cretos, reglamentos) y a las instancias reguladoras co-mo elementos constitutivos del sistema y, por ende, co-mo propiciatorios o retardatarios de la innovación.

La escala regional, en la que conocimiento e institu-ciones se expresan e interactúan con mayor nitidez, seconvierte así en el marco de análisis pertinente para unacomprensión cabal del funcionamiento de este comple-jo vitivinícola, donde cabe distinguir tres niveles opera-tivos (figura 2): productivo, propio de los agentes indi-viduales implicados directamente en la elaboración devinos; organizativo, correspondiente a los agentes co-lectivos de representación, autocontrol y promoción delsector; y normativo, reservado a las administracionesque dictan las disposiciones legales relativas al cultivode la vid y a la elaboración y etiquetado de los vinos.

El nivel productivo tiene a viticultores y bodegascomo agentes principales que forman redes de distintanaturaleza. El 49 por ciento de las bodegas castellano-leonesas dispone de viñedos propios y, a la vez, ad-quiere uvas a un grupo estable de viticultores con quie-nes mantienen acuerdos de aprovisionamiento informa-les, pero duraderos, a cambio de la garantía de un es-merado cuidado de los majuelos. Los otros modelos derelación (bodega que se abastece íntegramente de suspropios viñedos —38 por ciento— o bodega que com-pra toda la uva en el mercado —13 por ciento—) tie-nen menor presencia, aunque controlan una superficiemuy extensa porque incluyen las cooperativas de viti-cultores y algunas bodegas antiguas de gran tamañoque mantienen relaciones de confianza con proveedo-res importantes. Enólogos e ingenieros técnicos agríco-las al servicio de las bodegas supervisan los viñedos(propios y ajenos) para garantizar la correcta y puntualaplicación de los tratamientos necesarios para obteneruvas de calidad, procedentes tanto de cepas antiguas(por encima del umbral de los diez años, para las bode-gas más exigentes) como de otras jóvenes correctamen-te injertadas con los clones más puros de las variedadespermitidas, proporcionados a su vez por viveros espe-cializados. Más reciente, y muy tímida todavía, es laaparición de empresas especializadas en la prestaciónde servicios a las bodegas, como pueden ser el controlde uva, la certificación de la trazabilidad del productoo la retirada y depuración de residuos orgánicos.

Además de la venta directa en bodega y del vino agranel, modalidades de distribución en retroceso, peroque persisten en el medio rural, el vino embotellado (el

90 por ciento del amparado por las D.O.) se coloca enlos mercados a través de distribuidores mayoristas espe-cializados que cubren en exclusiva una provincia o re-gión. Estos distribuidores son los encargados de ponerlos vinos a disposición de minoristas, hostelería, restau-ración o tiendas especializadas en alimentos de calidad.La excepción principal a este proceso es la negociacióndirecta que las grandes superficies mantienen con laspocas bodegas capaces de ofrecer gran volumen, cali-dad intermedia y precios ajustados. El acceso al merca-do internacional está dominado por la figura del impor-tador, mayorista a quien las bodegas conceden la exclu-siva de la distribución de sus vinos en el país de desti-no. Sólo las bodegas pertenecientes a grandes gruposalimentarios disponen de redes comerciales propias, na-cionales o internacionales. Todos estos destinatarios fi-nales de los vinos representan otras tantas fuentes de in-formación sobre las tendencias del mercado y la acogi-da dispensada a los nuevos caldos, aportando datos quecontribuyen a la formación de nuevo conocimiento in-terno para sus proveedores, susceptible de utilizaciónpara el diseño de nuevas modalidades de vinificación.

El nivel organizativo gira alrededor de los ConsejosReguladores de las Denominaciones de Origen (o lasgerencias de las Asociaciones de Vino de la Tierra).Todas las D.O. amparan vinos dotados de personalidadpropia, nacida de la combinación de la variedad de uvadominante en la comarca (mencía en el Bierzo, verdejoen Rueda, tempranillo en Ribera, tinta de Toro…), delclima y de los suelos, y esa singularidad debe demos-trarse ante la Administración regional mediante estu-dios previos acreditativos. Sus Consejos Reguladores,integrados por bodegas, viticultores y la Junta de Casti-lla y León, están regidas por el derecho público y cons-tituyen un nítido ejemplo de la citada evolución haciauna administración regional contractual, responsable dela gobernación consociativa del sector a través de susdos cometidos fundacionales: velar por la calidad de losvinos elaborados bajo su nombre (que funciona en lapráctica como una imagen de marca colectiva) y pro-mocionarlos en los mercados nacionales y extranjeroslo que, según los tipos de vino propios de cada D.O.,puede generar tanto motivos para la competencia comocampos de cooperación. Disponen de personal encarga-do de velar por el cumplimiento de sus reglamentos (enlo tocante a viñedo, vinificación y etiquetado), de cali-ficar las añadas y de desarrollar campañas de divulga-ción de los vinos, todo ello financiado con tasas que co-bran a los agricultores por su producción de uva y a lasbodegas por las contraetiquetas que avalan las botellas.

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Pero calidad y promoción son, en realidad, las preo-cupaciones recurrentes de todos los agentes del sector.En la escala comarcal, corresponde a los Consejos lamáxima responsabilidad en ambos terrenos, pero suimportancia estratégica ha conducido a la aparición deformas institucionales especializadas de carácter regio-nal. Siguiendo el modelo descentralizado de los institu-tos tecnológicos sectoriales valencianos (MAS y CUBEL,1997), la Estación Enológica de Castilla y León, abier-ta en Rueda en 1987 y financiada por la Junta de Casti-lla y León, es el centro tecnológico regional de referen-cia para el sector. Agricultores y bodegas envían a sulaboratorio muestras de uvas y vinos (cerca de 60.000al año) que son analizados para determinar su grado demaduración o su adecuación a la normativa establecida,por ejemplo, para la distribución en el mercado exte-rior. Dispone también de una bodega propia donde lle-va a cabo microvinificaciones experimentales en cola-boración con las firmas más interesadas en desarrollarnuevos productos. Además, mantiene líneas conjuntasde investigación con otras estaciones españolas y ex-tranjeras y programa actividades de formación para di-fundir las novedades tecnológicas y agronómicas entreenólogos y viticultores.

En esta línea de refuerzo de la dotación tecnológicay formativa regional deben situarse las titulaciones deLicenciado en Enología e Ingeniero Agrónomo ofreci-

das en la Universidad de Valladolid (campus de Palen-cia), de donde proceden numerosos enólogos al servi-cio de las bodegas y donde, al igual que en otras de laregión, se desarrollan investigaciones básicas y aplica-das (levaduras para vinificación, diferenciación de va-riedades, aptitud de suelos, tratamientos químicos,procesos de envejecimiento, caracterización organo-léptica de vinos…) en conexión con las demandas delsector.

Por otro lado, Exportaciones de Castilla y León(EXCAL) es una empresa pública del gobierno regionaldedicada a impulsar las exportaciones, sobre todo ensectores dominados por la empresa pequeña y medianacomo es el agroalimentario. Esa promoción se lleva acabo mediante misiones comerciales y presentacionesen países extranjeros, donde se invita a participar a bo-degas de la región. También presta asesoramiento a lasbodegas que desean participar en ferias o iniciarse enlos mercados internacionales, pero carecen de forma-ción, información y personal suficientes para ello. Unatercera línea de trabajo es el apoyo a la constitución deconsorcios de exportación integrados por bodegas dediferentes comarcas para buscar la complementariedadde sus catálogos y la acumulación del volumen de pro-ducción imprescindible para atender las demandas delos importadores en mercados amplios como el alemán,el inglés o el estadounidense.

FIG. 2. Castilla y León:Organización institucionaldel complejo vitivinícola.

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La búsqueda de la calidad y su utilización como ar-gumento comercial descansan, de forma ineludible, enuna viticultura moderna. Todos los agentes coinciden alseñalar que el vino se hace en la viña y muchas bodegaspagan precios mayores por las uvas de calidad contras-tada, lo que supone un incentivo eficaz para difundirnuevas prácticas vitícolas entre los agricultores. La uni-versalización de la tecnología de vinificación hace de lauva (y de su entorno edáfico y climático, el terruño o te-rroir) el primer factor de diferenciación del vino entrecomarcas y entre bodegas, complementado con el cono-cimiento codificado y tácito de los enólogos. De ahí labúsqueda permanente de mecanismos económicos ytécnicos que promuevan el cambio de actitud de los vi-ticultores hacia una mayor profesionalización de sus la-bores, con frecuencia ancladas en prácticas tradiciona-les heredadas del pasado; también la integración verti-cal hacia atrás (adquisición o plantación de viñedos porparte de las bodegas) se justifica por la posibilidad decontrolar mejor el abastecimiento de materias primas.La Junta de Castilla y León dispone de una plantaciónvitícola experimental en Zamadueñas (Valladolid), don-de lleva a cabo un plan de selección genética de los clo-nes varietales distintivos de las comarcas vitícolas de laregión, con resultados prometedores hasta el momentopara la obtención de variedades de gran pureza, capacesde dar vinos de mayor personalidad (YUSTE, RUBIO yLÓPEZ-MIRANDA, 2001).

Los sindicatos agrarios y las incipientes asociacionesde viticultores (Ribera del Duero, por ejemplo) repre-sentan a sus asociados en los Consejos Reguladores y en

las negociaciones que tienen lugar cada campaña parafijar precios de referencia de las uvas en cada comarca.Además, la Administración los reconoce como interlo-cutores cuando se apresta a elaborar nuevas normas re-guladoras. Su apoyo a los viticultores en todo lo referidoal cumplimiento de la legislación vigente (comunitaria,nacional, autonómica), la impartición periódica de cur-sos de capacitación y su propia naturaleza como lugarde encuentro entre profesionales del campo los convier-te en foros de difusión de conocimiento (codificado ytácito) imprescindible para la modernización del sector,precisamente en un terreno crítico para la mejora de lacalidad, como se ha indicado.

En el nivel normativo o de la regulación se encuen-tran la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Agri-cultura, Pesca y Alimentación, responsables del desarro-llo y adaptación a escala regional y nacional de las dis-posiciones comunitarias y, en concreto, de la Organiza-ción Común del Mercado (OCM) del vino en vigor desde1999 en su versión más actual (PÉREZ TENESSA, 2000).A caballo entre el nivel regulatorio y el organizativo, elInstituto Español de Comercio Exterior (ICEX) desarrollaa escala nacional labores semejantes a las de EXCAL,aunque su estrategia reciente apuesta por el refuerzo dela imagen colectiva de los vinos de España como pro-ducto de calidad mediante promociones con grupos debodegas de primer nivel, en detrimento del anterior apo-yo genérico a distintas Denominaciones de Origen.

Atendiendo a los niveles que incluyen agentes co-lectivos con responsabilidades de gobernación (el orga-nizativo y el normativo), junto con los profesionales

CUADRO V. Red de distribución del conocimiento en el complejo vitivinícola de Castilla y León

Tipo deconocimiento A B C D E F G H

A Consejos Reguladores de D.O. y A.V.T. 1 / 4 ✓ ✓ ✓ ✓ – ✓ ✓ –B Sindicatos agrarios 1 / 3 / 4 ✓ ✓ – – – – ✓ ✓

C Est. Enológica y Plantación Zamadueñas 1 / 2 / 4 ✓ – – ✓ – – ✓ ✓

D Universidad 1 / 2 / 4 ✓ – ✓ – – – ✓ ✓

E Consorcios de bodegas exportadoras 1 / 3 / 4 – – – – – ✓ ✓ –F EXCAL e ICEX 1 / 4 ✓ – – – ✓ – ✓ –G Junta de CyL, MAPA, UE 1 / 4 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ –H Enólogos e ingenieros agrónomos 1 / 2 / 3 / 4 – ✓ ✓ ✓ – – – ✓

Escalas geográficas de actuación preferente Local Regional Regional Regional Regional Internac. Internac. LocalRegional Nacional

Regional

✓ : Indican relaciones preferentes entre los agentes, dentro del marco regional.1: Saber qué. 2: Saber por qué. 3: Saber cómo. 4: Saber quién.

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cualificados que, en el nivel productivo, funcionan co-mo un colectivo autónomo de generación y aplicaciónde conocimientos gracias a sus foros de formación, elcuadro V pretende caracterizar la dinámica interna de lacomunidad de conocimiento del sector vitivinícola, es-pecificando el tipo de conocimiento4 que manejan ytransmiten, así como sus ámbitos geográficos de rela-ción preferente5. Este cuadro responde de entrada a lasdos primeras preguntas-objetivo de este artículo, perosu examen más detenido permite avanzar algunas consi-deraciones respecto a las dos últimas cuestiones.

En primer lugar, la presencia del conocimiento tipo4 (personas con prestigio y experiencia acumulada en laviticultura, vinificación, dirección de bodegas, mercadosinternacionales…) en todas las organizaciones se corres-ponde con su carácter difuso, incorporado en los exper-tos que desde distintos ángulos actúan, de forma másimplícita que explícita, en favor de la constitución decanales de comunicación compartida muy favorablespara el desarrollo del complejo. Su ubicuidad institucio-nal no merma, entonces, su aportación al desencadena-miento de procesos innovadores, sino que, muy al con-trario, es imprescindible para que desde todas las instan-cias pueda descodificarse la información necesaria paracompartir proyectos comunes. En otras palabras, las re-des de innovación necesitan que cada agente implicadopertenezca a la comunidad de conocimiento del vino ycomprenda la trascendencia de los objetivos que se per-siguen y la identidad de sus potenciales beneficiarios.

A continuación, el conocimiento tipo 1, el más banal(normativa en vigor, geografía y tipología de la vid y elvino, rudimentos de viticultura, proceso y tecnología devinificación, mecanismos de distribución, tendenciasdel mercado, funciones de los organismos de con-trol…), forma parte también del patrimonio común deconocimiento porque todas las organizaciones realizanalguna aportación al mismo, si bien desde perspectivasrelacionadas con sus cometidos específicos: técnico, or-ganizativo, industrial, normativo, comercial… Es lógicopensar que la atmósfera industrial marshalliana, el co-nocimiento práctico del oficio que sustenta el complejo

vitivinícola, sea compartido por un amplio número deagentes que, junto a los códigos tácitos asociados a lacultura, pueden también manejar e intercambiar la in-formación necesaria para abordar la vertiente económi-ca de los procesos de innovación.

Sin embargo, los tipos de conocimiento 2 (enología,agronomía vitícola, edafología, climatología) y 3 (orga-nización de la producción, gestión de la red de provee-dores y distribuidores, experiencia vitícola y enológica,acceso al mercado…) aparecen más fragmentados, me-nos colectivos y más particulares. La sempiterna separa-ción entre el mundo de la producción y el mundo de lainvestigación y la formación aparece reflejada aquí encuanto que los sindicatos agrarios y las bodegas com-parten, quizá desde sensibilidades diversas, el saber ha-cer práctico, mientras la Estación Enológica, la planta-ción experimental de Zamadueñas y la Universidad deValladolid atesoran y propagan el conocimiento científi-co, a menudo desprovisto del carácter aplicado que seadquiere gracias al contacto reiterado con los mercados.Sólo los enólogos e ingenieros, que combinan forma-ción reglada y experiencia profesional, actúan como ne-xo de unión entre ambos depósitos de conocimiento, demodo que su concurso se hace imprescindible para lasbodegas que deseen desarrollar una estrategia de inno-vación orientada a la calidad productiva.

Por tanto, en cuarto lugar, no todos los agentes de-sempeñan idéntico papel en el proceso innovador. Aun-que todos realizan aportaciones, hay que reconocer dife-rencias internas no sólo en el tipo de conocimiento quecrean y difunden, sino también en su posición relativaen la red y, por consiguiente, en su capacidad relacional,medida a través de su número de socios habituales.

• Destaca sobremanera la centralidad de la Adminis-tración (en sus diferentes niveles competenciales), loque guarda relación con el concepto de Estado cualitati-vo y su aportación al proceso de acumulación y distribu-ción, en este caso mediante la provisión del marco regu-latorio para el sistema vitivinícola regional.

• A continuación aparecen los Consejos Reguladoresque, como órganos donde confluyen bodegas y viticul-tores, tienen la responsabilidad de gobernar y regular lassecciones locales del sistema, es decir, las distintas co-marcas productoras, que constituyen el ámbito geográfi-co preferente de relación en el nivel productivo por lanaturaleza localizada e irreproducible del capital naturalque lo sustenta (viñedo, suelo y clima).

• El tercer nivel corresponde a los agentes relaciona-dos con la generación, adopción y aplicación del capital

4 Ver cuadro III para los tipos de conocimiento y su numeración del 1 al 4.5 Se detalla el conocimiento y las relaciones dominantes, dando por senta-

do que es difícil deslindar por completo todos los tipos de conocimiento y devínculos. A las relaciones consignadas hay que añadir las que mantiene cada or-ganización/agente con otros del mismo tipo localizados fuera de Castilla y León,que resultan muy frecuentes y son decisivas para la integración entre lo local ylo externo. La imprescindible interacción de cada agente con las bodegas se dapor supuesta.

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intelectual orientado a la producción: enólogos (bode-gas), sindicatos (viticultores), Estación Enológica, plan-tación de Zamadueñas y Universidad crean, reproducen,distribuyen y combinan sus recursos principales (saberpor qué y saber cómo, los tipos de conocimiento de acu-mulación y difusión más lenta) con el objetivo compar-tido de elaborar vinos diferenciados y de calidad dentrode las posibilidades legales.

• Por último, los consorcios de bodegas exportado-ras y los organismos de promoción internacional mane-jan un conocimiento más específico e interno, relacio-nado con la competencia en los mercados internaciona-les. Su débil capacidad relacional se explica por la insu-ficiente apertura comercial del sistema regional y repre-senta un reto institucional si se desea incrementar lacuota exportadora, objetivo común a todos los interlo-cutores entrevistados.

Resulta así una jerarquización institucional bien de-finida y conforme con los postulados teóricos de partidaque coloca a la Administración y sus instrumentos degobernación (Consejos Reguladores) como piezas claveno ya del funcionamiento del sistema vitivinícola deCastilla y León, sino de su misma constitución comomarco de circulación del conocimiento, en consonanciacon la emergencia de la gobernación como principioinspirador de la gestión pública de la economía. Ade-más, la convivencia en ese tercer nivel de agentes priva-dos (enólogos-bodegas y viticultores-sindicatos) y pú-blicos (Estación Enológica, plantación de Zamadueñas,Universidad) equivale a prolongar la acción del Estadoen el campo de la generación de conocimiento público,con efectos externos positivos sobre todo el sistema deproducción, como postula la teoría del crecimiento en-dógeno. Ese conocimiento público y cuasi-ubicuo (tipo2), conjugado con el conocimiento tácito interno (tipo 3)de bodegas y viticultores, fomenta la innovación en losprocesos y los productos, mientras la innovación relati-va a los mercados, de aplicación más compleja, vieneimpulsada por organismos especializados en la fase dedistribución y comercialización (EXCAL, ICEX).

VCONCLUSIONES: LA NECESARIA REDEFINICIÓNDE LA NOCIÓN DE DENSIDAD INSTITUCIONAL

La exposición precedente confirma lo esencial delmarco teórico presentado en los apartados II y III, aun-que introduce ciertos elementos para la discusión. Rein-terpretando la Figura 2 en clave institucionalista, el ni-

vel de la regulación proporciona los acuerdos formalesque, combinados con las convenciones propias del sec-tor, dan lugar al entorno institucional en cuyo seno pro-ductores, distribuidores y consumidores buscan su bene-ficio particular bajo el control de las formas institucio-nales colectivas situadas en el nivel organizativo y res-ponsables de la gobernación compartida del sistema vi-tivinícola castellano-leonés. Se puede hablar, pues, deun complejo productivo regional dotado de una aprecia-ble densidad institucional (según la definen Amin yThrift) gracias a la progresiva constitución de organiza-ciones que trabajan en red desde sus respectivos cometi-dos fundacionales con el propósito común de mejorar laposición competitiva del sector gracias a una estrategiade promoción de la calidad, convertida en un valoraceptado por todos los agentes.

Por tanto, la red de comarcas vinícolas de Castilla yLeón constituye un espacio institucional sujeto a un ré-gimen institucional específico, caracterizado por sufuerte componente reglamentista. A la vista del com-portamiento positivo de las principales magnitudes eco-nómicas sectoriales, parece tratarse de un régimen ade-cuado al contexto regional (explotaciones minifundis-tas, cosechas limitadas por factores ambientales, bode-gas pequeñas, dispersión geográfica de las zonas pro-ductoras, necesidad de alternativas económicas en elmedio rural), capaz de dirigir la trayectoria del comple-jo productivo por el camino de la innovación en pro-ductos (nuevos vinos), procesos (nuevas prácticas vití-colas y enológicas), gestión (consorcios de bodegas,profesionales titulados en las plantillas) y mercados (in-ternacionalización de las ventas, sinergias con otros ali-mentos de calidad), con los consiguientes efectos favo-rables sobre la economía de estas comarcas rurales entérminos de permanencia de la población y de creaciónde puestos de trabajo.

En particular, se trata de un espacio y de un régimeninstitucional capaces de hacer progresar y circular labase de conocimiento común al complejo productivo,pese a su evidente compartimentación entre distintosagentes y organizaciones, conforme a la tesis de Lund-vall. Es decir, las formas institucionales colectivas sedistinguen por su notable grado de apertura comunicati-va y su predisposición al trabajo en red (cuadro V), loque concuerda con la tesis básica del medio innovador,a saber, que el éxito del nivel productivo está condicio-nado por la calidad de su entorno social, económico,tecnológico, administrativo y cultural. Debe reiterarseaquí la aportación fundamental de la Administracióncomo proveedora de normas básicas de conducta y co-

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mo fuente de creación de nuevo conocimiento científi-co a través de organismos especializados. Los merca-dos y las industrias no pueden, definitivamente, existiral margen de la política y la acción públicas.

Sin embargo, el análisis de la red de circulación delconocimiento entre los agentes del complejo vitivinícolade Castilla y León (cuadro V, de nuevo) implica la ne-cesidad de matizar la noción de densidad institucional.Como han señalado Rodríguez Pose (1999) o Yeung(2000), no basta con la mera acumulación de organiza-ciones y conocimientos para impulsar el desarrollo terri-torial a través de la innovación. La densidad es necesa-ria porque el conocimiento está dividido en depositariosdiferentes que deben combinarse para reunir todos losingredientes que requiere la innovación. Pero debe bus-carse una densidad equilibrada o equilibrio institucional,porque no todos los agentes hacen idénticas aportacio-nes a la base o comunidad de conocimiento, dada su dis-tinta capacidad relacional y sus diferentes escalas geo-gráficas de actuación.

Conviene recordar que la Administración actúa entodos los niveles, lo que refuerza su centralidad en lasredes institucionales, mientras que sindicatos, centrostecnológicos y centros formativos tienden a operar en laescala regional. Los Consejos Reguladores actúan sobretodo en la escala local, si bien mantienen conexiones or-gánicas con instancias superiores. Esta multiescalaridadde las redes institucionales nunca debe olvidarse, porqueconecta lo local con lo regional, hasta el punto de desdi-bujar, en parte, la noción de sistema productivo local enel sentido marshalliano-italiano y obliga a concebir suentorno institucional en términos regionales, al menosen una parte sustancial. Lo local, pues, no existe comounidad aislada, sino que mantiene relaciones institucio-nales e intercambios de conocimiento permanentes y de-cisivos con el contexto regional (político, económico,social) del que forma parte indivisible.

La densidad institucional, pues, debe desglosarse eningredientes como el equilibrio institucional, la capaci-dad relacional y la multiescalaridad (cuadro VI) si sepretende adoptar una política institucionalista de pro-moción económica territorial basada en el estímulo a lainnovación. Donde falten estos componentes, es difícilpensar en la constitución de un medio innovador conexternalidades sociales y territoriales positivas. Aunquela respuesta a la tercera pregunta-objetivo tiene muchoque ver con la propensión de los agentes a trabajar enred (o sea, con la relación entre cultura y desarrollo,aún imperfectamente definida), tanto la falta de densi-

dad institucional como su deficiente construcción pue-den obstaculizar los esfuerzos públicos y privados derevitalización económica regional.

En último término, y en relación con la cuarta pre-gunta-objetivo, la densidad institucional no garantiza lacirculación del conocimiento si no va acompañada de laimprescindible densidad relacional, es decir, de una ac-titud generalizada entre los agentes individuales y colec-tivos hacia la búsqueda y distribución de conocimientoen su entorno geográfico y relacional. Ahora bien, esaactitud no es sólo responsabilidad individual de cadaagente, sino también causa y consecuencia de la existen-cia (o ausencia) de toda una serie de canales de adquisi-ción y circulación de ese conocimiento, canales quepueden promoverse desde instancias distintas y cuyacontribución al desarrollo territorial es responsabilidadde todos los implicados en el proceso innovador.

Pueden citarse, sin ánimo de exhaustividad, algunosde esos canales, sin olvidar que cada uno de ellos poseediferente capacidad relacional, opera en escalas distintasy, por supuesto, que su promoción debe ejecutarse guar-dando el necesario equilibrio entre las propuestas másavanzadas y las más elementales.

• Celebración de ferias y encuentros empresarialesde tipo local y sectorial, con posibilidad de apertura alpúblico para difundir la aportación del sector industrialal bienestar local-regional. Las comarcas vinícolas deCastilla y León han recuperado este tipo de eventos, lo-grando una concurrencia creciente de empresas y pú-blico.

• Envío de misiones comerciales a otras regiones ypaíses para indagar sobre las características de sus mer-cados y abrir redes de distribución. Tampoco hay quedespreciar las visitas de potenciales clientes externos alespacio local. Ésta es una de las prácticas habituales delos Consejos Reguladores, EXCAL, ICEX, la Junta deCastilla y León y otros agentes como las Cámaras deComercio y las Diputaciones Provinciales.

• Constitución de foros permanentes de encuentroentre agentes públicos y privados para promover el de-sarrollo industrial, tanto con carácter genérico como en

CUADRO VI. Las dimensiones de la densidad institucional

Densidad institucional

Equilibrio institucionalCapacidad relacional

MultiescalaridadDensidad relacional

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su concreción sectorial y sub-regional. Los pactos y me-sas locales-regionales por el empleo y la innovaciónpueden ser ejemplos de este tipo de foros. Por ejemplo,los Consejos Reguladores de Castilla y León mantienenencuentros periódicos donde fijan sus posturas ante loscontactos y negociaciones con la Administración.

• Una versión más refinada de lo anterior la consti-tuyen los Planes Tecnológicos Regionales, las Estrate-gias Territoriales de Empleo e Innovación y las Estrate-gias Regionales de Innovación y Transferencia de Tec-nología, en ocasiones auspiciados por la Unión Euro-pea. En definitiva, con unas u otras modulaciones, todosvienen a ser variantes de los Sistemas Regionales de In-novación, con más o menos énfasis en su traducción enpuestos de trabajo y en bienestar social (BERROETA,CASTILLO y UYARRA, 1999). De forma quizá no inten-cionada (y seguramente más como consecuencia de lasiniciativas particulares de expertos y organismos espe-cializados que como plasmación de una política públicaexplícita), se está constituyendo en Castilla y León unsistema regional de apoyo a la innovación tecnológicaen el sector vitivinícola, integrado por la Estación Eno-lógica, la plantación experimental y la Universidad deValladolid.

• La reconversión de las asociaciones empresarialesy los sindicatos en centros privados de prestación deservicios productivos, cada vez más extendida, tambiénfavorece la circulación de información entre los agentesdirectamente implicados en la producción y la difusiónde una mentalidad más innovadora. La acción de losConsejos Reguladores en pro de la calidad de los caldosa través del rigor en el control de los rendimientos y enlas catas de calificación debe considerarse muy positivacomo incentivo para la difusión de nuevas prácticas,aunque reciba críticas de algunas bodegas que deseanintroducir nuevas variedades de uva y perciben sus re-glamentos como corsés que limitan las iniciativas inno-vadoras.

• En general, todo lo relativo a la promoción de lacalidad, tanto en el seno de las empresas como dentro deun sector concreto o de un territorio, representa una

oportunidad para la mejora de los procesos de produc-ción y de la posición de mercado de los productos de unsistema productivo local. En este sentido, la interdepen-dencia técnica entre agentes especializados se vienemostrando como un elemento muy poderoso de difusiónde innovaciones, caso de las redes bodega-viticultores.

El diseño de una política institucionalista de desarro-llo industrial local basada en la producción colectiva yla distribución común del conocimiento necesita articu-lar medidas en todas estas líneas, pero su éxito final de-pende de la calidad y densidad del capital social acumu-lado en el territorio. A pesar de su naturaleza no repro-ducible, al menos a corto plazo, las medidas orientadasen estas direcciones pueden entenderse como pequeñospasos encaminados a fortalecer la cultura innovadora delos sistemas productivos locales. De otro modo, aceptarel capital social como variable totalmente independientey exógena al sistema económico equivaldría a admitirun neodeterminismo que los estudios de caso disponi-bles en España han desmentido de manera fehaciente.Se puede, pues, concluir con las recomendaciones queAmin (1996) propone como fundamento de una nuevaforma de entender y aplicar las iniciativas de promocióneconómica territorial, que conforman una guía de actua-ción para la construcción paulatina del capital social, dela densidad institucional y de los canales de circulacióndel conocimiento en los sistemas productivos locales:

• preferencia por medidas que estimulen redes deasociación y formas intermedias de gobernación (siste-mas de apoyo a colectivos de empresas, por ejemplo)frente a las que favorecen a agentes individuales;

• promoción de procesos de aprendizaje, innovacióny adaptación estratégica frente a medidas de carácterdefensivo;

• participación de un amplio número de agentes co-lectivos en la definición de objetivos y en el diseño yaplicación de las políticas;

• diferenciación de las medidas en función del con-texto local y regional, es decir, rechazo de las recetasestandarizadas y aplicación de programas adecuados ala idiosincrasia socioeconómica de cada territorio.

Este artículo presenta algunos resultados de los proyectos de investigación«Redes y procesos de innovación en las zonas de especialización vinícola deCastilla y León: hacia la formación de un entorno innovador» (Ministerio de

Ciencia y Tecnología, BSO-2000-1422-C09-01) y «Desarrollo territorial e indus-trialización rural: los procesos de innovación en las comarcas vinícolas de Casti-lla y León» (Junta de Castilla y León, SA004/02).

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Recibido: 27 de marzo de 2003Aceptado: 14 de mayo de 2003