Democracia sindical 2

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Nuevo número de Democracia Sindical. El desafío desde abajo. Analiza el papel de Adrián Pedrozo, la llamada Oposición Unida y el Frente Sindical Incluyente hacia las elecciones del STUNAM de este 24 y 25 de Abril.

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Comité editorial

Director: René Jaimez AguilarSubdirector: Olmo Navarrete RigoEditor: Antonio ÁlvarezDiseñadora: Arely Castillo Ortega

[email protected]: Democracia Sindical

Presidente fundador

José Castillo Labra

A principios del siglo xx, Anton Pannekoek, el principal dirigente revolucionario de Holanda en esa época, dijo:

El movimiento obrero no es débil porque esté dividido, sino que está dividido porque es débil.

¿Qué significa eso? Cuando somos débiles no fun-ciona negociar, no funciona tampoco pelear de frente: se pierde siempre. En esas ocasiones nos sentimos frustra-dos, nos culpamos unos a otros por nuestras derrotas: ya sea por haber sido demasiado tímidos o demasiado au-daces. Las esperanzas decaen, e incluso se vuelve más tentador el dinero fácil de la corrupción. Es habitual en-tonces que desconfiemos unos de otros, que culpemos a los demás por nuestras derrotas; y por lo tanto, que nos dividamos. Al contrario, cuando somos fuertes las negociaciones son exitosas, y la confrontación también. Crece el entusiasmo, aumentan las esperanzas y nos felicitamos unos a otros por nuestros triunfos. Es más fá-cil, entonces, que tengamos confianza, que lleguemos a acuerdos, que trabajemos unidos. De ese modo, la uni-dad podría ser también un signo de fortaleza.

Hoy, fortalecidas, las principales doce fuerzas de-mocratizadoras1 en el stunam finalmente nos hemos unido entorno al Frente Sindical Incluyente. Se trata de las fuerzas de oposición que con trabajo local, desde abajo, hemos comprendido que lo primordial es nues-tro objetivo político —democratizar al stunam—, que es ése nuestro desafío, y que para lograrlo es necesa-rio buscar la unión con las fuerzas que honestamente comparten y no obstaculizan la búsqueda de esa de-

mocracia sindical. A nuestro entender, eso no sólo nos fortalece, sino que demuestra que de hecho somos fuertes, más fuertes que hace tres años, más fuertes que hace diez.

El Frente Sindical Incluyente, el principal referente de oposición en nuestro sindicato, ha podido convocar a las demás fuerzas que ahora contienden en una mis-ma fórmula robustecida, por lo que si nuestro mensaje logra llegar a los trabajadores, no sólo podremos con-seguir espacios en el nuevo Comité Ejecutivo, sino que podemos cambiar al fin al secretario general; podemos cambiar al stunam. Es el momento de tener confianza, de actuar con firmeza, de hacer todos los esfuerzos posibles en la campaña para ganar esta elección.

No es un momento para tener miedo: es un mo-mento para que ellos tengan miedo. Demos seguridad a los indecisos. Demos valor a los que todavía temen. Ganemos estas elecciones. Saquemos a Agustín Ro-dríguez de una vez por todas de la Secretaría General de nuestro sindicato. Que el sme, la cnte, los estudian-tes, las policías comunitarias y las comunidades zapa-tistas puedan decir: “el stunam ha vuelto”.

1 Nueva Cultura del Trabajo, Bloque de Trabajadores Democráticos, Movimiento de Académicos Sindical In-cluyente, Proyecto Alternativo Sindical, Redes Univer-sitarias, Frente Evaristo Pérez Arreola, Movimiento Al-ternativo Sindical, Fuerza Democrática Independiente, Alianza Independiente, Unión General de Trabajadores de México, Unión de Trabajadores, y Frente de Traba-jadores de Base.

Editorial

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la unidad dE la oposición y las ElEccionEs al comité EjEcutivo

ro de las cuotas sindicales para hacer proselitismo elec-toral. El secretario general puede ofrecer recompensas dinero, ascensos, plazas a quienes prometen su voto y a quienes hacen campaña por él.

Por esas vías, Rodríguez Fuentes ha construido una especie de “democracia dirigida”; es decir, que se sir-ve de las estructuras de poder para conseguir que la mayoría de los trabajadores piense que sin él no po-drían hacer nada. De este modo, la reelección ilimitada crea un círculo vicioso, que primero sirve de base para crear una opinión dirigida y después legitima “democrá-ticamente” a su dominador. De esta forma, la alianza entre la dirigencia sindical y la patronal de la unam ha hecho que las relaciones laborales dejen de ser regu-ladas por el Contrato Colectivo de Trabajo. Por lo tanto, las direcciones del sindicato y de la universidad definen directamente, sin ninguna regulación legal, el acceso a prestaciones y recursos. De ese modo, quienes apoyan al líder consiguen toda clase de favores y excepciones, mientras que sus opositores pierden en la práctica sus derechos laborales.

La importancia de la ética

Para ser real, la transformación que buscamos debe es-tar comprometida con una ética de respeto a la plurali-dad de ideas y de tendencias dentro del stunam.

La construcción de la democracia sindical no comen-zará cuando lleguemos al Comité Ejecutivo, pues noso-tros ya la estamos construyendo con nuestras propias prácticas cotidianas; con la forma en la que hacemos campaña, en la que nos estamos organizando y en la que nos relacionamos con los trabajadores.

El punto que nos distingue en el presente proceso electoral es que nosotros nos conducimos de manera responsable con todas las demás expresiones políticas del sindicato, privilegiamos las propuestas antes que el ataque, y la crítica constructiva e informada antes que la difamación. Ésta es la diferencia: no buscamos lle-gar a toda costa, cueste lo que cueste, al poder, sino establecer una práctica cotidiana que contribuya en la construcción de la democracia sindical, para defender los derechos laborales y políticos de los trabajadores del stunam. La democracia sin ética es imposible.

Como hemos dicho en la Editorial, hoy finalmente nos he-mos unido las principales doce fuerzas democratizadoras del stunam; fuerzas que hemos comprendido que el desa-fío es el desarrollo de trabajo local, cotidiano, desde aba-jo, para construir juntos la democracia sindical en cada una de nuestras prácticas, que en este sentido deben estar conducidas por una ética de respeto a la pluralidad sindical y el privilegio de la propuesta sobre la difamación.

Nosotros no pensamos que la democracia se re-duzca a las meras votaciones. En un sentido similar, el intelectual italiano Giovanni Sartori escribió lo siguiente en el texto ¿Qué es la Democracia?:

Hablamos de democracia para aludir, a grandes rasgos, a una sociedad libre, no oprimida por un poder político dis-crecional e incontrolado, ni dominada por una oligarquía cerrada y restringida, donde los gobernantes “responden” ante los gobernados. Habrá democracia en la medida en que exista una sociedad abierta donde la relación entre go-bernantes y gobernados se base en la premisa de que el poder está al servicio de los ciudadanos y no los ciudada-nos al servicio del poder, de que el gobierno existe para el pueblo y no viceversa.

En particular, la democracia sindical mexicana ofrece suficientes pruebas para afirmar que tanto las votaciones como las asambleas suelen estar controladas por los di-rigentes, que dan premios a quienes los apoyan y casti-gos a sus opositores, gracias a que tienen en sus manos la gestión sindical y relaciones de complicidad con los empleadores; es decir, el poder político y económico. De esta forma, no cumplimos con la premisa de Sartori: los trabajadores están al servicio del poder, y no al revés.

Así, la reelección y la democracia son temas que no serán resueltos si no se entiende que la votación es sólo una parte de la vida democrática. Este cambio en la for-ma de participación es urgente para rescatar a nuestro sindicato y convertirlo en una verdadera herramienta al servicio de todos nosotros.

¿Por qué es tan dañina la reelección?

Tener el poder y ser candidato es una contradicción en un régimen democrático, pues da una ventaja material indiscutible: la posibilidad de manejar la gestión y el dine-

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Desde la fundación de los sindicatos administrativo (se-tunam) y académico (sPaunam) —cuya fusión dio vida al stunam de hoy— la disidencia u oposición siempre ha servido para contrarrestar el poder de la mayoría y ex-presar en los espacios de representación sindical voces y propuestas diferentes. Es decir, la disidencia es factor de equilibrio político y de unidad en la pluralidad, y ello fue así hasta hace tres años, cuando Agustín Rodríguez se valió de todo el peso de la estructura burocrática y de los recursos económicos que maneja a su antojo aunque sean de los trabajadores.

La fuerza de la disidencia u oposición reside en su unidad; por eso Agustín Rodríguez, desde la ya lejana fecha de abril de 1994, es decir, desde que es secretario general, ha hecho hasta lo imposible por dividirla.

Es ya costumbre que se valga para este fin de las diferencias internas entre las fuerzas democráticas. En esta ocasión se vale de Adrián Pedrozo, que ha sido su alfil desde hace años, como se demostró en el Congreso General Ordinario del stunam de agosto del 2013. Des-de antes de la plenaria, Pedrozo acordó con Rodríguez Fuentes su inclusión en la planilla de la corriente roja en la elección de las comisiones autónomas, saboteando desde dentro la unidad de las fuerzas de oposición.

Conforme a esa estrategia, Pedrozo se negó siste-máticamente a acatar el acuerdo de salir todos juntos contra la roja, que toda la oposición suscribió —inclui-do él mismo— en la plenaria de la Facultad de Medicina en agosto de 2013. En cambio, exigió que para lograr la unidad opositora se le diera el espacio de la Bolsa de Trabajo, a lo que nuestra planilla accedió, e incluso pro-puso establecer el mecanismo de rotación de las fuerzas representativas en ese cargo. Ante esa situación, exigió ahora que a los grupos que él encabezaba se les dieran cuatro de los cinco cargos a elegir, a lo que se contestó que se estaba de acuerdo, siempre que esos grupos re-unieran un mínimo de 50 delegados al Congreso y que en consecuencia, y atendiendo a su representación, se les asignarían los cargos; es decir, que tuvieran una base social mínima y comprobable. Pedrozo nunca quiso con-tar votos para determinar cuál era la fuerza real que todos juntos llevamos al Congreso y así dejar claro que, unidos, podíamos llegar a la representación sin pacto con la roja.

El día anterior al Congreso, dio a entender que habría acuerdo, sólo para darnos la sorpresa, al día siguiente, de que ya estaba en la alianza con la roja. Eso provocó que varios de los grupos que en ese momento coincidían

con él ahora formen parte de nuestra planilla.En las negociaciones para formar una planilla unifica-

da de la oposición en las elecciones actuales, se com-portó del mismo modo. Siempre presionó para encabezar y se negó, como ya es su práctica habitual, a admitir el procedimiento democrático de elección por votación di-recta. Incluso llegó a manifestar públicamente su acuerdo con nuestra propuesta de distribución de los cargos (sin él a la cabeza). Sin embargo, días antes del cierre del plazo para el registro de planillas expresó: “lo que fue ayer, ya no es hoy”, y regresó a su postura de origen, sin dar ninguna explicación.

Sin embargo, como ya conocíamos sus formas de ac-tuar, se grabaron todas las conversaciones que desde antes de agosto de 2013 sostuvimos con él respecto a la unidad. En ellas se evidencian las dos caras con las que acostumbra manejarse: dice una cosa y actúa en forma totalmente contraria; dice que sí a la unidad, cuando tra-baja activamente contra ella.

Adrián Pedrozo es, pues, un personaje que siempre obra conforme a su personal interés. Es del conocimiento público que su pelea individual por ser el candidato de toda la oposición a la Secretaría General era un requisito que le puso el grupo de René Bejarano en el Prd para otorgarle una diputación en las próximas elecciones. Así es que a nosotros nunca pudo engañarnos. Además, es probable que los compromisos de Pedrozo ni siquiera los haya hecho él, sino Bejarano, y desde meses antes, lo que explicaría que ese grupo dejara sus espacios en la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal a Alberto Pulido Aranda, Pedro Gante Leonides y a un hijo de Agustín Rodríguez Fuentes, como puede comprobar-se en la página oficial de esa instancia.

Por todas estas razones, hacemos un llamado a nues-tros compañeros de base a que no se dejen engañar y a que conviertan su voto en un voto útil para el cambio en el stunam, y terminar así con una dictadura de 20 años en el sindicato, que sólo ha servido para desregular el con-trato colectivo de trabajo conforme al interés de la patro-nal, para perseguir a la disidencia de común acuerdo con funcionarios universitarios venales y que han convertido al sindicato en una farsa de democracia.

En las elecciones de Comité Ejecutivo 2014-2017 del stunam, haz tu voto útil para el cambio.

¡Vota por la planilla Frente Sindical incluyente!

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El FrEntE sindical incluyEntEantE El programa dE rEnovación dE la planta académica

Los hechos

El 11 de noviembre de 2013, La Gaceta unam publicó el Subprograma de Incorporación de Jóvenes Acadé-micos de Carrera (sija), del Programa de Renovación de la Planta Académica, con el que se busca fomen-tar “una planta académica equilibrada en términos de experiencia y juventud”, concepción excluyente de quienes han servido a la unam durante un buen trecho de su vida, que ahora tienen que competir contra “los nuevos valores” de la moda burocrática del momento. Solo faltó agregar: “viejos, abstenerse”… aunque lle-ven años trabajando en la Institución. Si el concurso se convoca y el joven “gana”, el académico con antigüe-dad que ingenuamente se inscribió en tales garlitos ¡está fuera de la unam! pues no demostró “calificacio-nes suficientes para quedarse”. La flexibilidad laboral en su apogeo.

Las manifestaciones de inconformidad, empiezan a dar paso a un movimiento creciente de académicos descontentos. La principal razón: un criterio de restric-ción de edad francamente insensible y, lo peor, que sienta un grave precedente de discriminación laboral en la unam.

Pero hay otro hecho que no parece llamar la aten-ción de la actual burocracia universitaria: la estabilidad de la inmensa mayoría de su personal académico se ha convertido en una enfermedad endémica de la unam. Siendo la columna vertebral de la academia universita-ria, en los que la Institución basa lo más esencial de su prestigio nacional e internacional, 22 mil de ellos son contratados, cada inicio de ciclo, por horas bajo la figu-ra de asignatura. El argumento de siempre de la admi-nistración universitaria es que la naturaleza de esa la-

bor —la asignatura— es temporal y puede variar de un semestre o año a otro. Esta postura es absurda y con-tradice la simple lógica formal. Pareciera que al inicio de cada ciclo escolar la Universidad Nacional redujera o aumentara el número de alumnos de nuevo ingreso, cosa que el rector continuamente desmiente; es decir, este sector del alumnado se mantiene constante.

Dicen algunos burócratas que el problema se presenta en los semestres o años posteriores a los de ingreso, por aquello de la deserción, pero este “razonamiento” también cae por su propio peso, porque esa variable puede y es controlada de múltiples formas que no citaremos aquí en obvio de espacio. Baste decir que cerca del 80 por ciento de los profesores de asignatura tienen más de tres años laborando bajo esa figura —lo que significa que es ma-teria de trabajo permanente—, y conforme al artículo 78 del ePa tienen el derecho laboral de solicitar examen de oposición para obtener su definitividad o “estabilidad en el puesto”, como eufemísticamente se le llama. El caso es cuando esto sucede, en casi la totalidad de los casos no se da trámite a la petición guardando silencio o esgrimien-do artimañas dignas del más vulgar de los picapleitos.

La realidad indica, empero, que esta forma de con-trato desregula —bajo el supuesto de urgencias de momento— al propio Estatuto del que forma parte, y permite a los directores de escuelas y facultades con-tratar a discreción bajo el rubro de honorarios u otras partidas presupuestales, como una forma de control por chantaje. Casos y ejemplos hay por todas las de-pendencias académicas de la unam.

En vez de regularizar la situación de miles se profe-sores, la preocupación de la administración central es “renovar la planta académica”, de una forma por demás sui generis.

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La controversia

¿Por qué fijar un límite de edad? So pretexto de inyectar juventud a los cuadros académicos, con niveles superiores de formación y una trayectoria demostrada, se justifica una medida que busca bajar el promedio de edad de una planta “envejecida”. Un académico de 39 años tendría, en teoría, al menos 26 años de producti-vidad para la Universidad. Con esto priva el criterio de la cantidad sobre el de la calidad. De esta manera, el Programa golpea particularmente los derechos labora-les de los profesores de asignatura, ya que no reco-noce ni valora su experiencia docente, formación con-tinua y productividad académica. Por otro lado, no se justifica de forma alguna la diferenciación de edad por género, en el entendido de que las obligaciones paren-tales deberían ser compartidas y, por lo tanto, ambos padres deberían gozar de tiempo para ellas. Este tipo de iniciativas nacen de políticas de género “light”, que no atacan el problema de fondo. La respuesta oficial de la Secretaría General señala que:

El Subprograma de Incorporación de Jóvenes Acadé-micos de Carrera no transgrede per se los derechos a la igualdad o a la no discriminación, ni genera inequidad […] se trata, en todo caso, de regulaciones o modulacio-nes inspiradas en la consecución de un objeto y fin legí-timos acorde con los derechos humanos, como lo es dar acceso y oportunidad a jóvenes académicos para que ingresen a la planta docente o de investigación […] una

vez concluido el plazo (no mayor de tres años) de con-tratación de jóvenes académicos, se tendrá que convo-car a un concurso de oposición abierto o de ingreso, en el cual podrán participar todas aquellas personas que reúnan los requisitos establecidos en la convocatoria correspondiente, el epa y la Legislación Universitaria.

Los eventuales resultados

Bajo este panorama, las personas que ingresen a la unam a través del Subprograma lo harán en términos de contrataciones excepcionales, previstas en el artí-culo 51 del ePa; es decir, fuera del concurso de opo-sición tradicional. Además, el contrato será temporal, por un año, con posibilidad de renovación en los dos siguientes. El resto de plazas que no se liberen por me-dio de este programa, es decir, por jubilación normal, renuncia, fallecimiento u otras, serán desahogadas de la forma tradicional.

Lo grave es que, si bien este es un Subprograma que no sustituye ni modifica los procesos “naturales” de renovación de la planta académica, sienta las bases para adoptar políticas que —impuestas por un merca-do laboral ahora cada vez más flexible y desregulado— no debería tener cabida en una institución pública, cu-yos objetivos no son en lo absoluto mercantiles.

Lo que es claro es que ni el Contrato Colectivo de Trabajo del Personal Académico (cctPa) ni el ePa es-tablecen un límite de edad para impartir cátedra en la

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máxima casa de estudios del país. El Subprograma sí: ser menor de 37 años para el caso de los hombres, y de 39 para el de las mujeres. Así, los profesores que aspiren a ocupar las vacantes generadas por el Sub- programa de Retiro Voluntario por Jubilación o por la Reasignación de Plazas de Profesor o Investigador Emérito, deben cubrir el nuevo “requisito” de la edad. Además, contrario a lo que establece el ePa, el Sub- programa pide estudios de maestría a los aspirantes a impartir cátedra en el bachillerato, de doctorado a los de licenciatura y de maestría a los técnicos académi-cos. Finalmente, fuera de resolver la delicada cuestión de la discrecionalidad de los concursos de oposición, donde nadie desconoce la triste política de “retratos hablados”, se deja en manos de Consejos Técnicos la decisión final de la contratación, dando un paso atrás en la transparencia de estos procesos.

El Subprograma, entonces, es contrario a la Legisla-ción Universitaria, al cctPa de la unam 2013-2015, a la Ley Federal del Trabajo, a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos e, incluso, a la legislación internacional en materia de derechos humanos y labo-rales. Específicamente, el Subprograma atenta contra la cláusula 16 del cctPa 2013-2015, que establece:

En ningún caso y bajo ninguna circunstancia podrán exi-girse mayores requisitos que los estipulados en la legis-lación aplicable para el ingreso, definitividad y/o promo-ción a las diversas categorías y niveles que puede tener el personal académico, o las equivalencias o similitudes que establezcan los órganos competentes integrados de acuerdo con la Legislación Universitaria, los que no podrán ser superiores a los establecidos por la misma.

Y es que ninguno de los artículos que conforman el Estatuto, particularmente los relativos a los requi-sitos de ingreso del personal académico, establecen límite de edad.

¿Y quién defiende los intereses de los profesores afectados?

Históricamente, el organismo que supuestamente de-bería defender los intereses de los académicos de la unam, el aaPaunam, ha tenido una postura cómplice con las iniciativas emanadas de la Rectoría. De mane-ra similar, el stunam, de la mano de un secretario ge-neral cómplice de la patronal, ha abandonado sistemá-ticamente a los académicos afiliados, ignorando sus demandas. Incluso la dirección en plena de aaPaunam han declarado su apoyo al Subprograma.

Los profesores tienen ahora dos caminos posibles:

1. El institucional, de la mano de los organismos sindi-cales limitados, cuerpos colegiados cooptados por muchos directores, o instancias externas, cuya su-puesta obligación es representarlos o defender sus derechos, o

2. El autónomo, por medio de su organización de base, donde el consenso general tiende a la pre-sión por medio de los métodos de lucha tradiciona-les, como paros y manifestaciones, o algunos otros métodos de resistencia y lucha. De cualquier mane-ra, los profesores inconformes no cederán ante los oídos sordos de las autoridades universitarias, por lo que se perfila un conflicto, que de no conseguirse una salida institucional, puede tener consecuencias negativas para la universidad en su conjunto.

Nuestra postura ante el problema

Cualquiera sea el camino que decidan nuestros com-pañeros, les manifestamos:

1. La lucha de los académicos por su defensa y orga-nización debe ser obra de los académicos mismos. Nosotros nos comprometemos a marchar codo a codo con ustedes en su lucha y apoyar las medidas que se vayan requiriendo.

2. No están solos en su lucha. Desde hoy orientare-mos a nuestros compañeros administrativos de base a expresar la solidaridad más puntual directa-mente en cada una de las dependencias de la unam donde uno solo de los académicos sean afectados proteste y/o se organice.

3. Nuestra solidaridad está presente desde hoy y la proporcionamos sin límite alguno. En esto no hace-mos distinción de afiliación sindical o no. Se trata de una solidaridad de clase, entre trabajadores. Por eso, pensamos oportuno señalar que no compar-timos la idea de algunos compañeros académicos afiliados al stunam de que la salida sea desafiliarse, ya que debilitaría los esfuerzos que a su interior ha-cemos para que el sindicato cumpla su obligación elemental de defensa y representación.

4. Ofrecemos que allí donde ustedes demanden nos comprometemos, con nuestra intervención del lado de ustedes, a buscar se les abra interlocución di-recta con las administraciones locales y la central hasta la satisfacción de sus demandas.

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Hablamos con Guadalupe en las instalaciones que tiene el sindicato en el metro Zapata. Muestra mu-cha energía y optimismo al hablar, aunque en estos momentos no esté percibiendo ningún salario. Ella trabajaba en el cendi de Zaragoza, pero hace unas semanas le fue rescindido su contrato. ¿De qué se le acusó? De alzar la voz y “manotear”. ¿Hubo tes-tigos? Sí, una compañera de trabajo, que además negó que hubiera sucedido tal cosa.

Guadalupe — Todo comenzó con un curso sobre mal-trato infantil. En primer lugar nos obligaron a tomarlo. Fueron dos días. Ahí nos decía la licenciada que fue, que hiciéramos denuncias, que no fuéramos cómpli-ces. Y en efecto yo le preguntaba por las cosas que pasaban en el cendi, y le decía “¿eso es maltrato in-fantil?”, y me decía que sí. Al final, le dije a la licen-ciada que por qué no se hacía otro curso pero con las mamás, y a ella le encantó la idea, y estaba en la disposición, pero la directora dijo: “No, porque es un arma de dos filos, muchachos”.

Cuando terminó el curso, la directora estaba muy molesta, y se salió, y dijo que ya nos habían echado la soga al cuello. Entonces al día siguiente, el jueves 13 de febrero, ella me para y me reclama, que por qué hice esas denuncias, pero yo no dije nombres. “Pero todo el mundo supo de ese problema”, y le digo “sí, pero yo no dije nombres. Simplemente estaban diciendo que no fuéramos cómplices, y mucho menos voy a ser cómplice ahora de lo que pase aquí.”

Después dijo que la delegada le había dicho que yo era un estorbo para Agustín, y que Agustín no iba

a meter las manos por mí; que también me quería fuera, por cuestión de corrientes. Y como la directo-ra también está muy involucrada en cuestiones de corrientes, inclinándose por la roja, yo le dije “ya lo veremos, porque todos somos el sindicato, no nada más Agustín.”

La licenciada Nora Zertuche, quien funge desde hace más de quince años como responsable del cendi Zaragoza, y desde hace más de 30 en el sistema de Cendis de la unam, ha generado di-versos problemas en detrimento y deterioro del buen funcionamiento en el servicio y en la rela-ción laboral. En el acta, la licenciada no acusa de nada a esta trabajadora, salvo de que “ma-noteó”. En su señalamiento dice que hay una compañera que es testigo: otra asistente, que es supuestamente la que se percató de los hechos. Pero ella niega que haya pasado nada. Es decir, la única testigo de los hechos niega cualquier acusación. Y sin embargo Guadalupe es expul-sada de su trabajo.

Ya hubo un antecedente, con una de las dos de-legadas sindicales, que también es compañera de la Sindical Incluyente. Del mismo modo, sólo se le acusó de “manotear”. Lo más curioso es que aquí igual se mencionan los nombres de tres trabajadores que vie-ron los hechos, y que declararon por escrito que no era cierto nada de la acusación. Y aún así le meten ocho días de sanción. Ambos casos siguen en la co-misión de conciliación.

El caso dEl cEndi dE zaragoza

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¿Qué pasa en el cendi de Zaragoza?

Ha pasado que la fruta está echada a perder, y la he-mos llevado: “saben qué, esto no se la vamos a dar a los niños”, y entonces, cuando ven, se lo cambian por galletas con agua simple. Luego les dan de tomar en vasos rotos, y los niños se pueden lastimar. Las cha-rolas están tronadas. Son muchísimas cosas que han pasado en el cendi.

Se supone que siempre debe haber un médico. Entiendo que tengan sus días libres, porque todos te-nemos derechos, porque igual son de base. Pero la dirección igual puede mandar otro médico, y muchas veces les hemos insistido con eso. “Sabe qué, nece-sitamos médico de 3 a 5 de la tarde, porque ya nada más hay un auxiliar de enfermera, porque ni siquiera es enfermera.

Y hay casos muy graves. Apenas, no tiene mucho, que a una compañera se le intoxicó una niña, toda la cara hinchada, y nomás estaba la auxiliar de enfer-mera. Afortunadamente llegó la mamá y se la llevaron al issste. Entonces son muchas anomalías, que al menos en lo personal siempre estoy diciendo: “licen-ciada, mande un médico, y mande esto y lo otro”; son las necesidades de los niños.

Entonces, ¿qué pasa en este cendi? Primero, que ya se generaron muchos vicios, por la directora, toda vez que lleva ya 19 años en el cargo. Ella cobija a un grupo de trabajadores, a los que les permite todo. Para ellos, tiempo extraordinario; para ellos, nomás checan y se van y regresan nomás a checar su hora de salida; les dan los permisos que quieren.

¿Qué te hace sentir todo esto?

En primer lugar, impotencia, porque son pequeños, no son máquinas; no son computadoras que pue-das echar a perder y no pasa nada. Son niños que estamos en cierta manera formando. Y sobre todo por-que se van confiadas las mamás; se van confiadas en que sus niños están bien, para poder hacer un buen trabajo. Y que esté pasando esto, y que no le avisen a las mamás. A mí me causa mucha frustración.

Yo me identifico con ellas, porque hubo un tiempo en que yo trabajé fuera del cendi, y yo llevaba con esa confianza a mi hija, ¿no? De que iba a estar bien, de que iba a comer bien; yo me podía ir tranquila a mi trabajo. Y cuando entré me di cuenta de que no.

Independientemente de que me rescindieron, yo decía: “ojalá con esta rescisión, todos de verdad levan-

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taran la voz y dijeran “esto está mal, y es por los niños”. Porque es algo bien delicado. Son unos pequeñitos, que de verdad no merecen estar en estas condiciones.

¿Y que sientes con respecto al sindicato?

Mucha desilusión, porque vengo de una mamá que era bien combativa, que siempre creyó en su sindica-to. Y todo lo que me dijo que se había ganado —las despensas, la guardería—, que había sido por una lu-cha para que se ganara un sindicato y, más que nada, por la dignidad del trabajador, ¿no? Para que no fue-ra humillado por las autoridades. Yo recuerdo mucho que decía mi mamá que cuando entraba el sindicato, temblaban las autoridades. Ahora yo creo que no; yo creo que ahora entra el sindicato y se toman un café con ellas. Y entonces eso sí me causa mucha desilu-sión, porque yo conocí este sindicato desde que era niña.

Ahora vienen compañeros nuevos, y empiezan a tener miedo, y se empiezan a alejar, a decir: “pues prefiero estar bien con la autoridad, porque los del sindicato no me defienden.” Y de hecho eso está pa-sando ahorita en mi dependencia. Los compañeros tienen miedo de lo que me hicieron, porque yo siem-pre me oponía. Y ahora que pasó esto, pues ellos tie-nen miedo de que la directora también pueda tomar represalias contra ellos, porque en realidad no tienen quién los represente.

¿Todavía se puede hacer algo con este sindicato?

Pues yo pienso que sí. Mira, yo antes era roja, ¿no? Y me desilusioné mucho, precisamente, al ver a tan-to compañero patronal; yo nunca había trabajado con tanta gente tan patronal. Cuando me invitan a trabajar con otra corriente me doy cuenta de que sí hay otras ideas, ¿no? Que sí hay otra perspectiva del sindicato. Yo creo que ésa es la oportunidad de que explotemos esas ideas y que las llevemos a cabo.

Si no ganáramos en estas elecciones, eso no que-rría decir que no estemos constantemente en la lucha; yo creo que al contrario, el doble, ¿no? Para que se den cuenta de que no nos damos por vencidos, y que queremos otra vez ese sindicato democrático, ese sindicato luchón, ese sindicato que nos daba fuerza cuando teníamos problemas con la autoridad.

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El caso dEtiEnda unam

Las condiciones de trabajo de la Tienda unam son particular-mente malas en comparación con otras dependencias. Eso se debe en parte a las necesidades específicas del servicio, en parte al contubernio de la mayor parte de los delegados con los representantes de la gerencia, pero también a una política de la unam y la actual dirigencia del stunam de debilitar, para desaparecer, el sistema de tiendas sindicales. Uno de nuestros compañeros nos habla de todo esto a las afueras de las insta-laciones del sindicato.

Soy auxiliar de intendencia de la Tienda UNAM. Aquí, para los compañeros de la oposición no existen permisos, no existen las mismas condiciones de trabajo —y no sólo es-tamos hablando de los compañeros de la Sindical Inclu-yente, sino también de los de Alianza Democrática—. Si solicitamos un aula para una reunión de corriente, no está disponible. Por ser dependencia de servicio, entiendo que si no estamos nosotros, pues quién va a atender la tien-da, no es como en una facultad, pero no es congruente que los rojos hagan un evento para ellos y dejen solos a nuestros cinco cajeros de oposición, y que de veinte cajeros que hay salgan quince.

¿Y los delegados? Se supone que tienen que defender a todos, pero ellos dicen “nosotros somos delegados de los rojos, tú eres de oposición, ¿no?, que tu delegado de oposición te ayude”. Por ejemplo Andrés Tapia lleva como unos ocho años siendo delegado. Muchas veces ha llega-do a las asambleas borracho, se pone a tomar adentro del local sindical. “¿Tú traes carro?, ah, pues tú eres mi chofer, vámonos”. Tiene como veinte consignaciones en Vigilancia y no le han hecho nada; ni siquiera le llegan los citatorios.

Si el compañero Tapia te estuviera viendo en este mo-mento platicando conmigo, ya te había dicho “quiero que le saques una foto a tu voto. A ver, préstame tu mano, ya reconozco tus manos para que no me quieras engañar, ¿no? Entonces le vas a tomar una foto a tu mano con el voto; si no, acuérdate de mí”. Yo creo que eso a cualquiera le da coraje.

En otras dependencias, un compañero tramita su día económico y se acabó, no necesita verle la cara a nadie; en cambio en la Tienda tú tienes que pedirle permiso al delegado para que te meta un día económico, y si no fir-ma, no entra tu económico, o tu día de vacaciones, o lo que estés metiendo. Desde ahí estamos mal, porque eso lo utilizan para tenerte amarrado, “ah, si no te alineas, no te voy a tramitar tu económico, no te voy a tramitar nada”, porque todo pasa por sus manos. Es un problema muy simple, pero que hace que nuestros compañeros se re-plieguen, que no digan lo que piensan e incluso tengan miedo de expresar sus inconformidades.

Condiciones de trabajo

Hay muchas plazas que no están cubiertas, mientras que faltan cajeros, supervisores, auxiliares de intendencia, etc. Sin embargo hay muchos trabajadores de confianza. To-dos los supervisores de cajas son de confianza, cuando deberían ser de base. En la parte de oficinas, casi todas las secretarias son de confianza, menos una. Antes sí había, pero han ido desapareciendo las plazas. Resulta increíble que al realizar el Inventario se haya encontrado un desfalco de una tonelada de carne y tantos kilos de camarón sin que nadie haya sido señalado como responsable. Es ilógi-co, ¿las básculas están mal? ¿Qué pasa? Mientras tanto la administración nos responsabiliza de esas pérdidas.

No sé si sea importante, pero hace como ocho me-ses fue la Profeco, y nos dijo que las condiciones en las que estábamos trabajando eran deplorables, que pro-bablemente estábamos contaminando la carne, y es la realidad, porque yo trabajo ahí, y yo compro ahí, porque nuestros vales nada más se cambian ahí. Todos nuestros compañeros consumen la carne, el pescado, el pollo que vendemos. ¿Y por qué no remodelan? Porque nunca hay presupuesto, pero sí aprueban un presupuesto para com-prar coches para los mandos administrativos de la parte de confianza. Para ellos sí hay. No podemos seguir así, por ética. Por favor, yo consumo esa carne.

En la parte de cajas, tú tienes rigurosamente “quince minutos” para ir al baño, aunque en realidad se manejan muchos favoritismos y si no eres de sus cuates te están voceando y voceando, cuando en ninguna parte del Con-trato Colectivo dice eso. Incluso hay que pedirles permiso para ir al baño. Tú no pides permiso para ir al baño, dis-cúlpame, estamos en la UNAM.

Muchas veces la báscula de las cajas no sirve y cons-tantemente los precios que se marcan en las cajas no coinciden con los de las cenefas colocadas en piso de venta, si la gente ve el precio de ocho pesos, y la caja les marca doce, pues obviamente reclaman.

La unidad de la oposición

En este momento somos la segunda fuerza dentro de la Tienda UNAM y más que una fuerza, somos una postura política combativa, que defiende realmente a los com-pañeros cuando hemos tenido problemas de calidad y eficiencia, de represión laboral, en una ocasión hasta de hostigamiento sexual, ¡de parte de un delegado!

El viernes pasado, 28 de abril, tuvimos una reunión con los compañeros de Alianza Democrática, en la que aceptaron que ya eran menos que nosotros; que íbamos al frente. Y de manera democrática los invitamos a la uni-dad y llegamos a un acuerdo. Porque nuestra ideología ha sido siempre buscar la unidad. A lo mejor Adrián por fuera no quiso, y se le respeta, hasta cierto punto, pero dentro de la Tienda toda la oposición va junta.

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nuEstra plataForma

* Respeto y aplicación irrestricta del Contrato Colectivo de Trabajo, tanto Administrativo como Académico. * Un nuevo tabulador de salarios que incorpore los puestos que indebidamente se han firmado como de

confianza, recuperando con ello nuestra materia de trabajo.* Un nuevo sistema escalafonario basado en profesiogramas y rutas de ascenso.* Un verdadero programa de capacitación y actualización, que permita la profesionalización del personal

administrativo y docente.* Un programa de recuperación salarial basado en el desarrollo de los puntos anteriores.* Creación de dos secciones independientes sin dejar de ser un Sindicato de Institución: la Adminstrativa

y la Académica. Lo cual fomentará una mayor participación académica, buscando así dar solución a sus problemáticas como los procesos de renovación del cuerpo docente, así como la lucha por la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo Académico.

* Democratizar al stunam, restringiendo la reelección a una sola ocasión, atendiendo la proporcionalidad directa y fomentando la participación de las mujeres en las elecciones desde una perspectiva de género, garantizando así la equidad en la participación política.

* Participación sin ambigüedades, de acuerdo con nuestra declaración de principios, y de forma activa en las problemáticas nacionales e internacionales más relevantes, velando por los intereses de la clase trabajadora.

La responsabilidad recaerá en todos nuestros afiliados para que el próximo 24, 25 y 26 de abril juntos lo-gremos la recuperación del sindicato y ponerlo una vez más a su servicio. Con su voto, daremos el paso necesario hacia un futuro más claro y prometedor para ellos y las siguientes generaciones de mexicanos.

Atentamente:El presente es de lucha, el futuro es nuestro.

Planilla Frente Sindical Incluyente