DEMOCRACIA-REVISTA ESTUDIOS POLÍTICO No. 3, Sept-Dic.-2004

download DEMOCRACIA-REVISTA ESTUDIOS POLÍTICO No. 3, Sept-Dic.-2004

of 11

description

DEMOCRACIA-REVISTA ESTUDIOS POLÍTICO No. 3, Sept-Dic.-2004

Transcript of DEMOCRACIA-REVISTA ESTUDIOS POLÍTICO No. 3, Sept-Dic.-2004

  • ALGUNAS FORMULACIONES DEL CONCEPTO Y DEL FENMENO DE LA DEMOCRACIA

    Otilio Flores Corrales

    Resmen La "democracia", como prcticamente todos los conceptos y fenmenos centrales de las ciencias sociales, es una congregacin multidisciplinaria y compleja que, para ser enten-dida, o al menos definida, requiere de ser expuesta con una visin tambin de vario linaje.

    Este documento tiene su mirada ms all de la democracia aritmtica y centra su atencin, en una democracia poltica con aristas ticas, en medio de una reflexin que atae tambin a la vocacin pedaggica de la poltica misma.

    Li\! democracia como la poltica, pese a la grave crisis por la que atraviesan -sobre todo cdn~eptualmente-, son aqu sometidos a un breve examen con miras a pensar en un diagnstico que abra una esperanza de accin fecunda, frente a los devaluados fenme-nos que representan.

    Abstraet "Democracy", as almost every concept in Social Sciences, is a complex and multi-disciplinary assembly of diverse elements which, in order to be understood, requires to be approached by a multifaceted explanation.

    This essay aims further than just an "arithmetic democracy" and focuses on a "political democracy" with ethical edges within a framework of education as a political goal. In spite of the serious conceptual crisis they are presently overcoming, Democracy as well as Politics are scrutinized in arder to visualize a diagnosis able to bring hope to a fruitful action, against the devaluated phenomena they represent.

    99

  • TEORA

    Mustrame cmo te sumerges y respiras, te dir como piensas.

    Peter S/oterdijk

    La democracia es tema central como fenmeno y como concepto en las sociedades polticas contemporneas.

    Hoy, este tema vertebral es materia de abstracciones ftiles e imprecisas. Bsicamente lo que entendemos por sta -es decir, por la democracia- en el mar de la indefinicin, es lo que hemos importado en gran medida de Europa y recientemente de Norteamrica. Defini-ciones que poco o nada han tenido que ver con las realidades de Amrica Latina.

    Pensar con "categoras" es una empresa compleja por diversas ra-zones. La dificultad conceptual de categoras sociopolticas se desprende de los artificios anacrnicos con los que se construa la maquinaria intelectual hasta hace poco. Con la cada de los "muros", afortunada-mente tambin van quedando atrs de manera paulatina sectarismos dogmticos no sin problemas serios para la vida acadmica del siglo XXI.

    Vivimos tiempos "apresurados" en los cuales la fugacidad de la vida, de la memoria y de las proyecciones tienen breve cabida. Y a escala conceptual, esta volatilidad ha cobrado la factura en "permi-tir" expresar prcticamente 10 que sea sobre las cosas y los fenmenos con la precisin de la coyuntura. Hay peligro en el verbo sin contenido; y 10 hay ms en la accin sin sentido que emerge de semejante verbo.

    En todo caso, habr que abordar "al concepto" de manera mlti-ple, es decir, multidisciplinariamente, debido a que los fenmenos tam-bin son de diversas aristas que tocan vrtebras insospechadas.

    La democracia no es un concepto unvoco ni absoluto. Tampoco es un fenmeno que se exprese de manera unitaria y simple. Al con-trario, se trata de una fenomenologa compleja que tendr que ser pen-sada en los vrtices jurdico polticos hacia la diversidad antropolgica

    100

  • ESTUDIOS POLTICOS, NM. 3, OCTAVA POCA, SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, 2004

    e interdisciplinaria, para no caer en el uso del conocimiento, como arma del totalitarismo acadmico, el cual de nada ha servido ni a la vida, ni a las exigencias polticas de los meridianos concretos, como es el caso de Mxico.

    La construccin terica de la democracia es una base no slo para el debate sociopoltico, sino como punto de partida para la accin pol-tica hacia regmenes que buscan encontrar legitimidad, desde los terre-nos ms pragmticos hasta las esferas de competencia abstracta.

    De manera simple se ha credo que la democracia es un fenmeno netamente electoral, es decir, aritmtico. La democracia no es slo la suma de votos. Verla as es una postura eminentemente parcial desde casi cualquier punto de vista. Referirse a la democracia como "ex-periencia" rebasa tambin ser slo un procedimiento jurdico. La demo-cracia no puede ser asumida exclusivamente como "una tcnica". Es posible que los alcances ms altos y sublimes que puede tener este fenmeno y concepto capital, se vean en la "democracia poltica".

    La democracia en el mbito conceptual es el reflejo de las formas de su ejercicio. Es la representacin formal de lo que se quiere hacer con ella. Por tanto, como principio, la democracia establece su ser en "la poltica": es una parte de la vida pblica y poltica de una cultura. I De hecho, afirmar que la democracia sea "el gobierno del pueblo" es hoy insuficiente, ya que la filologa en rigor establece al krats, no por "gobierno", sino en su significado originario: "violencia".

    La palabra democracia en griego, con el sentido que le damos en la actualidad, no existe. El vocablo ms cercano al respecto que nos dice Tucdides se usaba en el mundo de Percles -y de Aspasia-, fue uno que no se construy del todo: 1tOA10E..tot, palabra intraducible debido a que no existe en las lenguas que posteriormente se gestaron a partir del terreno grecolatino. La democracia en ese mundo helnico, era sobre todo una garanta de poder participar entre iguales. El 10"00" -como categora y sentido de "igualdad"-, es una palabra funda-

    I Al concepto no lo veo necesariamente como el a priori kantiano en el rigor de que ste sea un "deber ser", sino una expresin fenomenolgica (que puede dar sentido) a lo inmediato entre la conciencia y su exterior.

    101

  • TEORA

    mental para entender el sentido otorgado por los latinos de la Roma que domin el mundo, y despus por los patrsticos de enorme influen-cia en la formulacin de esta categora poltica de Occidente.

    La expresin vulgarmente conocida de que la democracia es "el gobierno del y para el pueblo", representa no slo dificultades que manifiestan su incongruencia con su significado original en griego, sino que tambin por los sentidos actuales que tiene la palabra "gobierno" y el concepto de "pueblo". De hecho, la enorme demagogia que pos-tula a la poltica como "eficacia ", le da al "pueblo" una connotacin especialmente subjetiva y netamente utilitaria.

    No obstante, aun cuando la democracia es y ha sido un fenmeno cambiante, diverso, dependiente de su contexto temporal y espacial, desde sus "orgenes" a nuestros das, se ha postulado como "una for-ma de gobernar", de participar, de consensuar o de acordar. No olvide-mos los matices que "hicieron" surgir a la democracia desde el arcaico hasta la Grecia clsica a la que tanto le debemos en Occidente: matices como el dilogo y la paideia son centrales en una posible y necesaria reflexin sobre las genealogas de la democracia en nuestro entorno. Se dice incluso que la democracia, antes de ser lo que fue, ya en el siglo V a.e. era una diosa hija de Dik; ella estuvo en la antigedad

    representada bajo el aspecto de una mujer vestida modestamente, coronada de vid y de olmo, teniendo en la mano una granada y algunas coronas, sm-bolo de la unin, rodeada de sacos de trigo abiertos, para indicar que se ocupa siempre de la subsistencia del pueblo. 3

    Podramos hablar ms extensamente sobre este apasionado tema raz y explorar desde Homero hasta Apolodoro, pero este universo, debido a su naturaleza, puede ser materia para otra disertacin.

    En el mundo -particularmente en nuestro pas-, la democracia se cimienta en la diversidad pluritnica que enmarca su hegemona en la complejidad y multiplicidad de la poltica como oficio de una Nacin, hacia ella misma y hacia el orden planetario: es una referencia dia-

    2 No], Diccionario de mitologa universal, tomo 1, Edicomunicacin, 1991.

    102

  • ESTUDIOS POLTICOS, NM. 3, OCTAVA POCA, SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, 2004

    crnica y sincrnica a la vez. La poltica es ms que la pura razn formal que postula a la democracia como un fenmeno estrictamente mecnico, o efecto-causa, de las lgicas del mercado, que pretenden sustituir con sus verticales intereses a la poltica como juego entre inteligencias. La poltica sin humanismo se transforma en la patologa del inters hu-mano.

    La poltica como parte de la vida tica y esttica de individuos, pueblos, culturas o Estados -plurales-, es fundamento del respeto y no de la guerra. Es posibilidad para suprimir o anular la violencia, la irracionalidad o el atropello del autoritarismo bajo cualquiera de sus formas. La vocacin por la democracia es -en primera instancia- una inclinacin irrenunciable por la verosimilitud del discurso y de los hechos; la democracia al ser un derecho poltico, puede garantizar el esclarecimiento como forma dinmica de la mayor vocacin poltica sin el simulacro ni el engao.

    Los niveles de tolerancia y de debate entre argumentos diferentes, as como la misma "construccin de la otredad", son algunos de los elementos que ayudan a construir la democracia poltica como "al-teridad" y como "diferencia": y la honestidad consigo mismo y con el contrincante ser un centro nodal de esa democracia. Sin honestidad como principio, la democracia se toma a 10 imposible.

    El problema de la verdad y de la mentira en poltica 10 ha ma-nejado muy bien J. Derrida,3 y como tpicos stos han de ser materia para seminarios especficos sobre "filosofa poltica" y "filosofa sobre la democracia".

    No obstante, la forma ms elemental de la democracia, la enfoca slo como "un medio" para alcanzar una esfera diferente y "madura", en el ascenso hacia el poder pblico que busca una legitimidad en dicho proceso.

    Sin embargo, para hacer posible la convivencia an en el conflicto, la democracia no se fundamenta slo en la participacin de entes vo-tantes legitimadores de un desconcertante futuro: la democracia poltica

    3 Vase Jacques Derrida, Palabra, Trotta, 2001.

    103

  • TEORA

    como conjunto de frmulas para detentar una civilidad en dicho con-flicto -como estado natural de las sociedades complejas no slo contemporneas-, requiere ser y poseer un alto grado de conciencia en las races ticas de los protagonistas del oficio principal que es la "poltica". La democracia electoral es slo el nivel ms simple de una pirmide que se construye con el peso esencial de "la palabra" como Aoyoa (lagos) y como expresin magnnima del voua 7tOAt'ttKliJV, es decir, de la inteligencia poltica.

    La democracia es un conjunto de medios para esclarecer proble-mas, posturas y dar alternativas a dichas complejidades, y es ah cuando se funde con la poltica. La poltica es la manera(s), o la forma y la capacidad de dar respuesta de un pueblo o, mejor an, de una cultura frente a problemas reales. Un individuo, un pueblo o un Estado sin alter-nativas carece de cultura. La forma en que se ejerce la poltica se refleja en la cultura de un pueblo. Y la democracia ah es el sentido posible del movimiento del inters pblico. Por ello, en los alcances de la demo-cracia se logra ver la expresin y la tolerancia del espritu de una nacin o de un pas bajo la sutil abstraccin de la "identidad poltica".

    La democracia slida ser efecto histrico de vivir el concepto. Es principio de gobernabilidad, concede legitimidad al mandato legal; es regulacin de poder: ah radica una de sus esencias jurdicas de calibre poltico. Es principio de orden como posibilidad en el porvenir colec-tivo y social. Es intersubjetividad que amerita un anti hamo simplex porque es movimiento de la dialctica del Derecho, del pensamiento de Estado y disposicin de conocimiento y de accin. Ni la democracia, ni la poltica pueden ser slo tcnica.

    Debemos aadir que las democracias jams han sido solucin en s mismas de ningn problema. Al tratarse de mecnicas parlamentarias rumbo a un posible ordenamiento legal, el proceso del consenso es la expresin de una garanta jurdica, pero la de la poltica est en otra arista. Como forma de participacin, las democracias son la base o la garanta de encuentros de puntos de vista: ah quiz radique su esen-cia, como suma de voluntades, es el origen del consenso que legitima decisiones (y hasta decisionarios).

    104

  • ESTUDIOS POLTICOS, NM. 3, OCTAVA POCA, SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, 2004

    Sin embargo, la sumatoria democrtica ha buscado ms la parti-cipacin que la razn, ha vivido ms en el equvoco legtimo que en la ratio legal. De qu sirve "el argumento sensato" frente a la mayora que vence? Verosimilitud y consenso han sido antpodas en ocasiones no reconciliables. Todava el "novedoso" oficio de hacer poltica bajo los esquemas de la democracia, tiene mucho que aprender de la ontologa y de los principios bsicos de la dinmica de la epistemologa. De qu sirve la jurisprudencia ante la votacin aplastante, el argumento inte-ligente frente a la "negociacin"? A la democracia habr que analizarla bajo una sociologa del riesgo asumiendo al "ser humano" -como inters pblico o privado- no slo en la contingencia, sino en franca indeterminacin.

    No es fortuito el momento que atraviesa el mundo actualmente, disponiendo de la legitimidad capaz de "dar" los instrumentos de la democracia para pensar y llevar a cabo una o muchas guerras, legi-timizar y hasta legalizar la pena de muerte, el genocidio reprobable o el imperio de la hambruna a escala masiva frente al argumento del puro negocio. Puede legitimizar una democracia una guerra civil?

    La democracia como vocacin poltica lucha contra el desinters por 10 pblico. Se trata de una lucha difcil, en primer lugar, por no encontrar polticos en los lderes en turno que slo buscan los puestos, en lugar de las responsabilidades. Difcil, por una vocacin ausente que impera en la arquitectura sociopoltica como kafkiana en la potica de esta tierra, poco kantiana y s festiva del Mxico y de la Amrica Latina de nuestros das, tras los aos de una historia desconcertante, magn-nima, como desconocida incluso aqu, entre los muros de nuestras Universidades y claustros educativos.

    La democracia como ideal es un proyecto -importado o no-que est eh constante construccin. Es el instrumento material de Es-tado para legitimar la posible rotacin de las lites. Hobbes ira ms lejos: l pensara, siguiendo sus razonamientos de su Leviathan, en la legitimacin de las decisiones de Estado, que por cierto tiene la tarea y responsabilidad de realizar y mantener un registro poblacional de im-portancia mayscula para sus intereses mismos, sobre todo de ciuda-

    105

  • TEORA

    danos con derechos polticos vigentes no slo para ejercerlos en el su-fragio.

    La estructura tcnica de las democracias electorales se recarga en la eficacia de la participacin, enfocadas stas, esencialmente, en la consolidacin de las Instituciones de Estado que tienen por encomienda principal la de garantizar y asegurar transparencia en los procesos comiciales. Pero la democracia como complejidad no se compone exclu-sivamente de su organizacin tcnica y jurdica -electoral o parla-mentaria. Ms all de este binomio, 10 que refleja una democracia es el Espritu del movimiento de la conciencia de toda una colectividad: el centro es el sentido poltico de la cultura, de la conducta poltica concreta.

    La poltica como la democracia es "sentido". Y ms all del sen-tido est la meta. Qu persigue la democracia? Constitucionalmente se considera a "la democracia no solamente como una estructura jurdica y un rgimen poltico, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento econmico, social y cultural del pueblo". Deber constitucional que abre hiptesis para pensar el sentido. Deber que dista de ser, bajo la ptica de asumir al concepto capital de "poltica", como la pura y fra eficacia ante nuestro presente poltico. No se vislumbra una posible mnima equidad en la distribucin de la riqueza y s, al con-trario, otro porvenir ms funesto entre esta historia que encubre al liberalismo con la mscara de la competencia democrtica.

    La democracia no es un negocio ni debe regirse como mercanca en las leyes del mercado de la eficacia. Esto va -sobre todo- para la tendencia estadstica que acapara el inters inmediato del que desea comprar la moda triunfante. No. En un boceto en donde la obra es la arquitectura de la poltica, la democracia debe sustentarse en la legitimidad de la Ley como proyecto para ejecutar la voluntad de las inteligencias en la contienda poltica cotidiana que da razones. Un principio bsico es saber que toda voluntad legal debe perseguir al espritu de la legitimidad.

    No obstante, las tareas de las Instituciones para la democracia deben establecer vnculos directos con las Instituciones educativas y de

    106

  • ESTUDIOS POLTICOS, NM. 3, OCTAVA POCA, SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, 2004

    investigacin, propiciando y enriqueciendo los "debates tericos" que pueda haber sobre estos insumos del conocimiento. Ciertamente, la democracia no puede tener su razn de ser en el "negocio", pero dichas Instituciones s pueden encontrar un fecundsimo campo de accin, respecto a las demandas sociales que se pueden rastrear con dichos insumos, como interconexin entre la vida electoral, las preferencias ciudadanas y el impulso a la innovacin y la creatividad para dar un sentido distributivo, respecto de la produccin circulante ante las alter-nativas de consumo.

    Ms all del romanticismo -y de una idea fcil o simple de "pro-greso"-, el desempeo que' se vislumbra como fenmeno en la de-mocracia, radica -por un lado- en hacer legal 10 aritmticamente legtimo, y -por el otro- en encontrar un punto de coincidencia entre la razn y la generacin de consensos. Todo esto siempre bajo la tendencia de optimizar y reducir costos en la ptica del trabajo pro-fesional, del capital fsico y humano de estas Instituciones a las que aqu me refiero.

    No obstante el paulatino y creciente desinters por las prioridades pblicas que expresan las sociedades contemporneas, ser todava mayor el reto que vemos aproximarse en 10 inmediato. No hay que descartar como causa y efecto de esto -es decir, del abstencionis-mo-, las serias secuelas que arrojan los pauprrimos niveles con los que se pretende construir la vida poltica sin la cultura y sin "el otro". Propiciar una equidad poltica entre las partes es otra tarea pen-diente, no slo del uso y la distribucin de los recursos -tanto de "los participantes de las contiendas", como de las instituciones que las hacen posibles-, sino de revalorizar y ver en cada elemento par-ticipativo -formal o real- sus propias particularidades. La democra-cia es una construccin de mltiples aristas en la cual la participacin de los medios de difusin ejercen un papel determinante: "democracia y medios" es un universo a explorar no slo por la importancia de su peso, sino por las graves fallas que existen en esta relacin.

    La educacin como formacin poltica del hombre es un principio de la esencia de la democracia. Las instituciones encargadas de llevar el

    107

  • TEORA

    mando en materia democrtica tienen que revalorizar el peso y la importancia del dilogo y el de los argumentos en la construccin de la confianza -la estabilidad de Estado tiene races en el orden demo-crtico tanto del gobierno como de la apertura del Legislativo. En todo caso, la esencia fundamental no slo de la educacin, sino de la pol-tica y hasta de la democracia puede hallarse en una palabra profunda y hermosa: en la comprensin.

    La poltica y el quehacer poltico -que en l va la democracia-tanto como conceptos, como fenmenos, se encuentran en una situa-cin no slo de indefinicin, sino de crisis. Las aproximaciones a stos, se alejan cada vez ms de un humanismo que ha servido de ornato entre la academia que se divorcia de la vida. A la poltica se le confunde rpidamente con sistemas de eficacia y de administracin, solapando as la intolerancia y la ignominia que encubren los grados ms pau-prrimos de la accin humana. El quehacer poltico se reduce a la protesta -y no a la alternativa-: el grito ha suplido a la palabra y los consensos -encubiertos de un sistema aritmtico que se confunde con la democracia- en ms de las veces aplastan a las alternativas menos patgenas.

    El Estado, bajo el imperio de los dictmenes del mercado, se ha dejado llevar por una inmediatez que asombra. La paideia griega es un asunto que no le importa al estratega que solamente ve la curul como un puesto sin el menor compromiso social y poltico. No es fortuita la barbarie.

    Hay que tomar en cuenta el contexto mundial para pensar la rea-lidad nacional. La irracionalidad estadunidense ya en este momento tiene en jaque de mil maneras la inter-soberana que es campo de accin mltiple entre nosotros.

    La democracia por definicin es la anti-indiferencia. Pero es justo sta -la indiferencia- la que revive a la masa para ser slo masa y no ciudadana. El abstencionismo como fantasma es la expresin ms acabada de la apata poltica. Poltica y democracia no son un conjunto de mtodos y de tcnicas para fulminar al contrincante, sino para fortalecerlo en la fortaleza de nuestros argumentos. La poltica es un

    108

  • ESTUDIOS POLTICOS, NM. 3, OCTAVA POCA, SEPTIEMBRE-DICIEMBRE, 2004

    juego de inteligencia, una auto-construccin de lmites en la cual no cabe la guerra. Ah donde la guerra comienza, podemos decir, no slo termina la razn, sino se genera el fracaso de la poltica.

    Es impostergable la construccin de "personas" como tarea bsica de la democracia. El espritu de los pueblos aunque heterclito, sigue las huellas de su memoria. Un pueblo, un individuo o un Estado sin saber de dnde viene, jams podra saber a dnde va. El sentido poltico de un Estado, en cualquiera de los tipos de participacin que se tenga, velar por los esquemas de "principios" que van ms all del puro inters privado. La historia as lo ensea.

    Hoy parece ser que las mayoras buscan cobijo en el nmero por falta de razones. El imperio de las mayoras quiere una idea sacrificial.

    Al hablar de la "situacin" del H9mbre, Pascal pensaba en "la m-quina" -en el hombre como ente del desinters. El problema otra vez es el problema de la vida, del sentido de la vida y, por ende, de la vida de pueblos y de Estados. El modo de hablar sobre esto encubre una forma de ser. El ideal se transforma en utopa con una visin parcial e inmediata. Hoy el pluralismo y la construccin democrtica son par-tes de la condicin humana social.

    La participacin que se pueda dar a raz de la formacin poltica es a la vez un principio de la esencia de la democracia -ms all de la pura demagogia de "la participacin". Estas vrtebras de las tareas de la educacin son de escala mayor. Es un asunto delicado pensar en la educacin poltica o, ms an, en la "poltica como educacin", en donde lo principal ser plasmar para asumir, otra idea de "poltica", otra idea de "la democracia". Lo que est en juego en lo profundo, es la libertad.

    109