DÉJÁ VU A PARIS CAPÍTULO I

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    CAPITULO I

    Dnde fuiste?

    El trinar de los pjaros era quien acompaaba el sonido del silencio; a lo lejos se

    poda escuchar el avanzar quirrgico de las manecillas del reloj. Mis ojospermanecan cerrados, la noche anterior haba sido larga, tuvimos invitados y fuimosa la cama pasadas las dos de la maana; mi cuerpo no poda dormir tarde, nunca sehaba acostumbrado a hacerlo en mis treinta y cinco aos de vida.

    Antes de levantarme de la cama deba de asegurarme de la hora, en algunasocasiones por no hacerlo haba terminado deambulando por la casa a las tres ocuatro de la madrugada.

    Cuando me abandonaba el sueo y quera seguir durmiendo, tena que permanecer

    en cama, contando ovejas o haciendo un recuento del da, pero por ningn motivolevantarme, slo as regresara el sueo a m y poder dormir un poco ms, claro estque nunca despus de las seis, era mi lmite para abandonar las sbanas, lo habaintentado rebasar en infinidad de ocasiones, pero siempre haba fracasado, as queaprend a vivir con ese .

    Intent alcanzar el mvil para cerciorarme de la hora, no iba a arriesgarme alevantarme de cama y cortar mis escasas horas de sueo, pero en mi esfuerzo por nointerrumpir mi descanso lo golpe y provoqu que cayera; mi objetivo se traslad alsuelo, lo mand en aquella direccin como consecuencia de mi estado somnoliento.

    Lo trat de ubicar a tientas con similar resultado que en mi anterior esfuerzo, nohabra ms remedio que ir a la cocina para ver la hora. El mvil sera imposiblehallarlo sin encender la luz y hacerlo era sinnimo de suicidio teniendo a Megan allado mo, el sueo para ella estaba clasificado como una cuestin sagrada.

    Ya en la cocina veo la hora, eran las cinco cuarenta; no estaba tan mal, slo mehaban faltado veinte minutos de sueo y eso era ganancia en mis despertares.

    Mientras preparo el caf mato el tiempo observando la cocina, mi lugar preferido dela casa, a pesar de ser as nunca me haba percatado de su dimensin era enorme!

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    debera medir ms de cincuenta metros, quizs el golpe ptico le daba unadimensin an mayor.

    El estar sentado aspirando el aroma del caf que inundaba cada rincn de la casa,me llev a darme cuenta de una bendicin que tena a diario en ese lugar, latranquilidad la tranquilidad del amanecer que te permite apreciar con claridad losdetalles de la vida. A veces he llegado a pensar que los primeros rayos de luz tienenalgo especial, estos son diferentes a los del resto del da, tienen algo que amplifican,que realzan la belleza de donde se posan. El gran ventanal, que era apenas unoscentmetros menos que el ancho total de la cocina, los dejaba entrar en plenitud alrea bandola de manera envolvente, relajante. No caba lugar a dudas, estabahecha y decorada con un excelente gusto, haba sido la mejor decisin de Megan ymi agente haber rentado este lugar.

    Otro detalle que me fascinaba, no slo en la cocina sino de la casa en general, era elpiso de madera; la amplitud del lugar daba oportunidad para admirar la perfeccinde la duela. En la cocina llamaba la atencin la largusima barra modernista de aceroinoxidable, en ella estaba . Aqu los papeles se invertan, yo adoraba elcocinar, Megan adoraba la cocina pero para comer! A pesar de que era delgada,su segunda aficin despus del dormir era el comer, adoraba sta casi como laprimera; nos habamos acoplado y yo era quien cocinaba, ella me vea hacerlo y sinpena alguna lo admita:

    , le dijo al agente de bienes races cuando nosmostraba la casa, el hombre se esmeraba en darle los detalles a mi pareja, perodespus de aclarar los roles de la casa, fui yo quien pas a ser el objetivo delvendedor.

    Acab confesndome que en su casa tambin era l quien cocinaba. La verdad esque dud de su comentario, pens que obedeca ms a una estrategia de venta quea su realidad. No lo juzgu por esto, al final de cuentas el hombre estaba haciendo sutrabajo, de hecho me hizo gracia, pens inmediatamente en sus ciento cuarenta kilosde peso, dato que me acababa de confiar y sus dos metros de altura movindose

    gilmente de un lado a otro de la cocina, la escena fabric una sonrisa en mi rostro.

    El aroma del caf, ahora ms intenso, me hizo recordar que el tiempo avanzaba, aunas me di el permiso de cerrar mis ojos y aspirar el aroma por vigsima vez, esedelicado aroma que me seduca y trasportaba al lugar donde aprend a apreciarlo, lacafetera del barrio donde crec en Nueva York, el lugar secreto de mi pap y yo, ahme instruy del cmo enfrentar la vida. El lugar lo visitbamos frecuentemente lohicimos as hasta que muri.

    Al partir mi padre, el caf del barrio cedi su lugar a unas cafeteras que empezaron

    a brotar, eran la moda, los Starbucks, si los hubiera conocido mi padre hubiera

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    vuelto a morir, para l no haba nada como el caf West, era el nombre de nuestrolugar de reunin.

    Con los aos los gustos van refinndose, seguro porque vas teniendo acceso a otrascosas que antes te eran simplemente imposibles, pero tambin creo que en muchoscasos por snob; yo tuve un cambio drstico en mis gustos por el caf, espero que nohaya sido por la segunda razn!

    Mi cambio se dio cinco aos atrs, cuando hice mi primer viaje a Kenia; el caf enfrica por lo general es muy fuerte, pero despus de beberlo por un tiempo no slote acostumbras a su sabor peculiar, te vuelves adicto a l. Su aroma y su sabor tehacen viajar al paraso con cada sorbo de la bebida que aport Kaldi al mundo.

    Mis reuniones diarias con aquel perfecto amigo llamado imaginacin en los parques

    de frica, eran precedidos siempre por el caf; todas las maanas que pas en lasreservas son atesoradas en mi memoria de manera celosa, el recuerdo de losamaneceres, acompaado de los sonidos de los animales o del andar de estos frentea la cabaa eran momentos que hacan correr por mi interior una adrenalina nica,especial, que me llenaba de emocin, me haca sentir vivo.

    Despus de haber bebido una taza de caf, as como haber hecho un viaje relmpagoa Kenia, abr mi Macpara comenzar a escribir, esta era mi profesin, escribirhacerhistorias de mi vida o de la gente con quien cruzaba, de todos tomaba un poco yconstrua mis historias, las haca con paciencia; las armaba una y otra vez, lo hacamuchas veces hasta estar seguro de que eran de mi agrado, escriba una novela de500 pginas en un par de meses, la detallaba en tres, cuatro o hasta seis, siemprehaba pensado que nunca deba de apurar el alumbramiento, ste deba de sernatural.

    Mi historia, la parte interesante, comenz cinco aos atrs, justo antes de cumplirlos treinta, al publicar una novela. La escrib mientras trabajaba, parta mi tiempo endos, aunque tena un buen trabajo, cmodo y bien pagado, la realidad era que steestaba muy distante de mi verdadera pasin, escribir.

    Un par de meses despus de haberla publicado estaba en mi apartamento, mearreglaba para ir a la oficina, volte mi vista al plasma para ver las recomendacionesde lectura que haca el conductor, me qued pasmado al ver que en un recuadroestaba mi imagen junto a la portada de mi libro, estaban comentando los libros msvendidos, mi novela se haba convertido en una de ellas; fue una especie de virus,cundi por todos lados y subi a la cima vertiginosamente, sin lugar a dudas se habaconvertido en un fenmeno.

    El xito inesperado de la novela cambi mi vida en muchos aspectos, agreg muchosceros a mi cuenta bancaria. A veces, cuando estoy solo con mis pensamientos, llego

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    a pensar que los ceros fueron en demasa, el haber sucedido un cambio tan grande ytan rpido modific abruptamente todo y no siempre para bien.

    Mis ingresos se conformaban de las regalas de las novelas as como de lasconferencias que imparta, stas eran cada vez ms y mejor pagadas. No comprendacmo por compartir sesenta minutos de mi vida frente a mil personas poda costarmiles de euros, en mi parecer un pago excesivo, pero mi agente no lo pensaba as,seguramente tena algo que ver con el 30% que le corresponda.

    La inspiracin es como la masa para el panadero, sin ella no es posible hornear unbuen pan, sin inspiracin es prcticamente imposible llenar las hojas en blanco. Nohay historia qu contar.

    En una conferencia en Brasil me preguntaba uno de los asistentes, cmo defineinspiracin dnde la encuentra?, despus de un silencio de reflexin contest: esun visitante ocasional, siempre de tiempo justo el cual nunca acepta quedarse ms

    de lo programado as que cuando llega a ti debes prestarle atencin a ella y sus

    consejos, estos slo una vez los dar.

    Esa maana al apenas sentarme frente al ordenador, el visitante ocasional lleg, sesent a mi lado e hizo que mis dedos se desplazaran sobre el teclado con granagilidad, desafortunadamente no siempre es as; incluso hay ocasiones en la vida delescritor que la inspiracin te acompaa, pero tus pensamientos bloquean el flujo deideas y te es imposible plasmarlas; ese da era la coordinacin perfecta, todo fluagracias a la amiga caprichosa y escurridiza que siempre gustaba de esconderse en loslugares menos esperados.

    A merced de ella escrib hoja tras hoja mi nueva historia. Lo hice con la intensidadque imprime la fuerza de gravedad a una cada libre. As trabaj esa maana hastaque me percat de la hora.

    -El auto!- tenamos que ir a la agencia a recoger el vehculo de Megan y sta an nosala de la habitacin. Era sbado y la agencia cerraba a la una, no abrira hasta ellunes. Megan no me perdonara dejarla sin vehculo el fin de semana.

    Guard los cambios en la nube, en un dos por tres atraves la cocina y una especiede estancia que divida el rea comn de la habitacin de nosotros. Al llegar a lapuerta record que tena que hacerlo con sigilo, no quera despertarla de golpe asque coloqu mi mano sobre el picaporte, lo presion con lentitud para que fueracediendo sin rplica, ya estando seguro de que haba llegado al fondo empuj lapuerta. La habitacin estaba en total obscuridad, no se vea nada por lo cualcomenc a llamarla:

    -Megan Megan.

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    No haba respuesta, camin hasta la orilla de la cama y deslic mi mano para tocar supierna, palp el resto de la camano estaba; encend la lmpara de mi bur, ya conla luz pude confirmar que no estaba en la cama, no se encontraba, entonces camin

    al cuarto de bao, le llam pero igual no hubo respuesta, intent escuchar el ruidode la regadera, pero tampoco se hizo presente, llam un par de veces a la puerta, alno recibir contestacin la abr cuidadosamente. No haba seales de que hubieraestado alguien ah.

    Hice un recuento rpido en mi mente tratando de saber dnde podra estar, concluque desde que haba salido de la habitacin no me haba movido de la cocina, estuvesentado todo el tiempo en el desayunador y desde ah se vea la puerta de larecmara as que si hubiera salido seguramente debera de haber pasado frente am, mmm no poda ir a otro lado de la casa sin darme cuenta.

    -Megan... Megan!- aun as recorr la casa un par de ocasiones, no obtuve respuesta-qu extrao!, no puede salir de la casa sin el automvil- dije murmurando.

    -Dnde dej el mvil?- haba que llamarle, pero no encontraba mi mvil, no estabaen el lugar que siempre lo dejaba cargando, record que lo haba tirado al momentode levantarme y tratar de ver la hora, seguro estaba debajo de la cama. Ya con l enmi mano presiono el tres, el nmero de acceso rpido para llamar a Megan, apareceen la pantalla:

    -.

    -Qu extrao!, deb borrarlo por error- me dije en voz alta, luego me dispuse abuscar su nmero en la agenda, tampoco estaba, lo busqu de una y otra forma, porsu nombre, por su apellido, no estaba.

    Hago un esfuerzo mental y despus de dos intentos inconclusos de marcarlerecuerdo su nmero, rpidamente los digito, slo son una vez el tono de espera.

    -Al?

    -Megan?- sent un gran alivio al escucharla.

    -Quin?

    -Eres t?

    -A quin busca?

    -A Megan.

    -No, est equivocado.

    -No hablo al 4567899?- estaba seguro que haba marcado bien.

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    -S, ste es el nmero, es mi nmero, pero no soy Megan ni conozco a ningunaMegan, bueno exceptuando a Megan Fox- colg la llamada al decir esto.

    Me qued parado con el mvil en mano en medio de la habitacin, no comprendaqu estaba sucediendo, ste comienza a vibrar, era una llamada:

    -S, diga-timbra de nuevo, es el fijo de la casa, lo tena en la otra mano.

    -Al!

    -Al, me podra comunicar con la seorita Milovic?

    -Milovic?

    -S, con la seorita Milovic.

    -Noaqu no hay ninguna persona con ese apellido.

    -Disculpe la molestia.

    Caba la posibilidad de haber marcado mal, seguro eso fue. Digito su nmeronuevamente.

    -Al?

    -Disculpe, tengo equivocado el nmero!- era la misma mujer que un segundo atrsme haba contestado, seguro me reconoci porque no me dijo nada y slo colg mi

    llamada cuando le ofrec la disculpa.

    Aspir y exhal un par de ocasiones, quiz tres, luego cerr mis ojos, lo hice paraconcentrarme y as recordar dnde poda andar. No encontr respuestas, en lugar deellas un cuestionamiento, cmo pas frente a m sin apenas darme cuenta?

    No me llegaban a la cabeza indicios de nada, para ayudar a sta a llevar a cabo supesquisa frot con la palma de las manos mis prpados de manera fuerte, intentabadespabilarlos, tampoco funcion el remedio, nada lleg a mi mente.

    Por ms esfuerzos que haca no recordaba algo que me hubiera dicho y era

    imposible que se hubiera ido as como sin nada, nunca lo haca, adems la nicaforma que se levantara temprano era que tuviera que tomar un vuelo y si de algoestaba seguro es de que no haba viaje en puerta.

    Me di por vencido, no pude traer ningn recuerdo a mi mente as que comenc acaminar por la casa de nuevo, lo hice buscando algo que me diera una seal, que mehiciera conectar o recordar una pista acerca del paradero de Megan. El recorrido fueinfructuoso; pens luego en un mensaje que no hubiera visto, busqu por el piso dela cocina pensando que hubiera volado y permanecido ah, luego lo hice espulgandoentre las sillas, en todos los lugares imaginables y tambin los inimaginables, nohaba nada, conclu que lo ms seguro es que no hubiera dejado uno.

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    -Tranquilo, tranquilo, seguramente sali por algo, a lo mejor no recuerdo y melevant por un momento de la silla y en eso coincidi con su salida, seguro debi seralgo as, se debi despedir y no la escuch -la explicacin creada para tranquilizarme

    slo pudo ser creda por mi mente unos segundos ya que lleg una nueva pista parapreocuparme; la haba dejado pasar de largo en todo ese tiempo:

    -Su mvil!, qu pas con su mvil, porqu me contest otra persona?, cambiarade nmero y no me lo ha dicho an?ayer estaba haciendo trmites en Orange- mela imagin en el edificio de los mviles- seguro eso fue!, no sera la primera vez quehace algo as, era un poco despistada en asuntos de tecnologa.

    -Ok, paso por paso, vamos a ver qu sucedi!- empec a conversar conmigo mismo:

    -Primero: ayer cenamos con Albert y Claudia, estuvieron desde las ocho hasta las

    dos; cuando se fueron los despedimos, mmm nos regresamos a la cocina parameter las cosas al frigo, apenas terminando de hacerlo me dijo que estaba muycansada y que hoy recogamos, le dije que s, que as lo haramos y nos fuimosentonces a la cama.

    El hablar en voz alta me dio resultados, pens en un detalle que se me habaescapado, no se haba cambiado en el vestidor como siempre lo haca, estaba tancansada que lo hizo a un lado de la cama.

    Su ropa no recordaba haberla visto en la habitacin as que fui a buscarla de nuevo,

    al llegar me percato con preocupacin que no estaba, voy al bao y tampoco, al igualque en el vestidor donde me llevo una sorpresa aun mayor slo estaba mi ropa, dela de ella no haba rastro, pareciera que nunca hubiera habido ropa en su seccin, nohaba ni ganchos, en la inmensidad del guardarropa slo estaba la ma.

    -Zapatos s! -me faltaba revisar su rea preferida, la de zapatos, la abro con laesperanza de encontrar todo ah junto a una explicacin lgica nada nada de sus100 pares de zapatosestaba vaco!; me qued perplejo, estaba pasando algo muyextrao, algo sucedi y Megan desapareci de la noche a la maana, se fue contodas sus cosas!

    Inmediatamente pens s tuvimos alguna discusin, alguna diferencia fuerte quehubiera provocado eso no, definitivamente no! Nuestra relacin estaba demaravilla, de hecho estbamos muy felices por empezar nueva vida en Pars, el mesque llevbamos instalados haba sido como una luna de miel.

    Un recorrido ms slo para volverme a dar cuenta que no hay ningn indicio de ella,no hay ropa, no hay zapatos, sus cosas de aseo personal desaparecieron lostrastes!, los trastes de la cena, corro desesperado al lavavajillas, la abro seguro deque est ah la respuesta, pero estaba vaca, como si no se hubiera usado.

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    Abro la cava con desesperacin, sta ya haba invadido todo mi cuerpo, era notoriopor la torpeza de mis movimientos, incluso estuve a punto de tirar las botellas, lasalcanc a contener con ambas manos, las reacomodo y respiro profundamente para

    tranquilizarme, despus de un momento haba recuperado la calma, entoncesprocedo a revisar los vinosestn todos!

    Antes de que llegaran nuestros amigos haba contado las botellas, lo hice pordistraccin, eran treinta y ocho al momento del conteo, nos habamos tomado tres,deba de haber treinta y cincolas cuento de nuevo y estaban las mismas treinta yocho, no salgo de mi sorpresa, a la par estaba una vitrina con las copas, eran lascincuenta que tenamos, no faltaba ninguna, eso quera decir que no haba habidocena, y entonces por qu mis recuerdos tan exactos de ella?

    -Calma, calma Bruno!- me dije para aclarar mis ideas a la vez que trataba dereacomodar mis recuerdos.

    Abr la carpeta de contactos del mvil, me llev una sorpresa al darme cuenta que noestaban la mayora de mis contactos y los pocos que quedaban no tenan relacincon Megan.

    Dej pasar el tiempo esperando que de la nada apareciera la respuesta a la extraasituacin, justo como cuando pierdes las llaves y aparecen cuando las dejas debuscar, as esper que sucediera, pero todo se mantuvo sin respuesta.

    -Seguridad- me comuniqu a la caseta del residencial para investigar a qu horashaba pasado por ah, si haba salido, que no haba duda de esto, debi cruzar lacaseta, cmo no se me haba ocurrido antes!

    -Habla Bruno Descartes de la residencia 540, acabamos de mudarnos, soy la personaque le pregunt ayer por un jardinerorecuerda?

    -Buenos das- me seal con un tono formativo, dando una clase de educacinbsica ya que no lo haba saludado.

    -Perdn, buenos das, le comentaba que soy Bruno Descart

    -S, ya me lo dijo seor, pero est confundido, no es conmigo con quien ha hablado.

    -Qu no trabaja de fin de semana?, nos lo dijo ayer.

    -As es, entr ayer viernes a las doce del medioda y salgo hasta hoy a las doce de lanoche.

    -No me recuerda?, hablamos un buen tiempo, soy el escritor, la persona que vienede Nueva York, le regal uno de mis libros para su hija Alexandra me platic deella!

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    -Seor, s tengo una hija Alexandra pero no habl con usted de dnde sabe elnombre de mi hija?- estaba desconcertado por mis palabras.

    -Porque usted me lo dijo!- contest desesperado, ya la paciencia la estabaperdiendo, seguro era una broma de mal gusto ya que sin lugar a dudas el hombreera el mismo con el que habamos hablado- tambin me platic de su esposa, medijo que ella haca un coqauvindelicioso, que lo haba aprendido a preparar cuandovivieron en la campia, recin casados hasta me dijo que le faltaban dos aos parajubilarse y se quera retirar al mismo lugar, que comprara una casa de montaa y seira all con su esposa recurdelo!

    Se escuch slo silencio en la lnea, no hubo respuesta.

    -Al al?- estaba hablando solo! El vigilante me haba colgado.

    Me sent en la cocina, inhal y exhal hasta recobrar la tranquilidad, decid dejar delado el detalle del guardia por el momento, seguro era ste parte de una broma queme estaban jugando.

    Pens entonces que deba existir una persona que me ayudara, alguien queestuviera fuera de esto y que me pudiera aclarar lo que estaba sucediendo, entoncescomenc a ver pasar por mi mente la imagen de varias personas, fui descartandouna por una hasta llegar a

    -Mi representante!- salt del gusto.

    Carol era quien me haba convencido en mudarme a Pars, haba sido un tonto quecon toda la preocupacin olvid recurrir a quien deb hacerlo primero, ella siempreme sacaba de cualquier problema, seguro lo hara de ste.

    Busco rpidamente el nmero en mi mvil, no estaba!, pero tena su nmero en elauto, tomo las llaves y voy al garaje, lo abro y reviso por todos lados el autoestaba totalmente limpio! no recordaba haberlo dejado as, estaba seguro que lotena con papeles por todos lados, el da anterior haba recibido una llamada deCarol y de mi maletn saqu documentos y libros al no encontrar la pluma; por

    instinto volte hacia donde colocaba el maletn, ah estaba, ese maletn me lo habaregalado Megan en frica, me lo haba comprado en una tienda de antigedades,tena un significado muy especial.

    Al bajar del auto sin encontrar el papel donde haba anotado el nmero de Carol mearriba un recuerdo. El papel lo haba tirado en el bote de basura de la casa de al lado,no haba bote en la casa cuando baj y tir el papel junto a una botella de Evianconel vecino.

    Espulgando en el bote me percato que la fortuna no me haba abandonado del todo,

    el servicio de limpia an no pasaba y justo en la parte de encima se encontraba lo

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    que buscaba, una botella vaca de Evian y un pedazo de papel con el nmero delmvil de Carol, lo haba apuntado por mana, siempre haca esto, cuando hablabacon alguien y tena un papel frente a m, escriba su nmero.

    Otro contratiempo!, mi mvil se haba quedado sin pila, afortunadamente siemprecargo otro en el compartimiento secreto del auto, para casos de emergencia, voy porl de nuevo al vehculo, ah estaba, le inserto la pila y lo enciendo, la pila estabacargada!, haca ya tiempo que no lo utilizaba reflexion y sonre, me sent tontoteniendo esta , pareciera que fuera un hombre que guardarasecretos, distaba mucho de serlo.

    Despus de tres tonos tengo respuesta del otro lado de la lnea:

    -Habla Carol. Diga.

    -Carol!

    -Quin habla?

    -Yosoy Bruno, que buen...

    -Bruno?

    -S soy yo!, me urge hablar contigo, n

    -Cul Bruno?

    -Cmo que cul Bruno?

    -AhBruno!, perdn no reconoc el nmero y la voz se te escucha diferente,perdona cmo ests, qu puedo hacer por ti?- su tono era cortante y seco.

    -Traigo un problema de los mil demonios, no s qu rayos pase, se desapareciMegan as!

    -Quin?

    -Megan!

    -Cul Megan?

    -Carol t eres mi representante en Europa?

    -Mmm

    -Me trajiste a vivir a Pars despus de seis meses de estarlo haciendo en frica,estuve all escribiendo mi ltima novela, ah conoc a Megan, t la conociste enMarruecos, cuando nos reunimos para escuchar tu propuesta se cayeron muybien!, de hecho ella te ayud a convencerme, hiciste que dejara Nueva York. Apenas

    iba de regreso a Estados Unidos cuando me dijiste que era fundamental vivir en Pars

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    para promoverme en Europa que era la siguiente etapa de mi carrera- continuhaciendo el resumen de mi vida- tengo tres cuatro semanas aqu, t y Meganarreglaron los detalles de la casa, ella los acord contigo!

    -Bruno, te sientes bien?

    -No, no me siento bien!, tengo horas tratando de ver qu ha sucedido, sedesapareci Megan, no hay rastro de ella no hay nada de ella en casa.

    -Yo no conozco a ninguna Megan- me contest pausadamente- no firmamos nada enMarruecos, s viaj all, s nos reunimos, pero slo me regres con una promesa deque pensaras la propuesta y hace un mes me marcaste para decirme que larechazabas, que este ao no lo haras. No saba que estabas en Pars, de hecho nosaba dnde estabas, la vez que me diste tu negativa fue la ltima que hablamos

    -Es una broma Carol?, seguro es una broma y t eres parte de ella!, ya dime Carolque me estoy asustando.

    El ruido del timbre de la casa sonaba de manera insistente.

    -Carol, permteme- puse su llamada en espera para atender a la puerta.

    -Bruno Descartes?- era un par de gendarmes que tenan sus manos descansando ensus respectivas fundas.

    -S lo primero que se me vino a la mente viendo a los uniformados era que le habasucedido algo a Megan y estaban ah para avisarme.

    -Venimos por una queja presentada contra usted

    -Contra m?!

    -As es. La present el Sr. Blanc.

    -Quinqu de qu me habla?

    -Ren Blanc. Es uno de los guardias de seguridad del residencial. Nos informa que

    est siendo acosado telefnicamente por usted, que usted tiene informacin de sufamilia, informacin que slo a l y a su familia le ataen. Ha invadido su privacidad.

    -Yooo???me dejaron estupefacto las palabras del gendarme- creo que hay unaconfusin, dej

    -Necesito su pasaporte, mustreme pasaporte y permiso de trabajo!

    Fui rpidamente por ellos, los vieron de arriba abajo, luego hicieron una llamadapara verificar su autenticidad, el tiempo se me hizo eterno, permanec de pie ycallado, mi cabeza era una sola confusin, primero lo de Megan y ahora con esto!

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    Ya convencidos de que estaba todo en orden me los regresaron, lo hicieron junto aun documento que era una especie de advertencia en el cual me decan que unasegunda queja correspondera arresto y una tercera deportacin.

    Apenas se fueron regres a mi primer problema y llam a Carol para reanudar laconversacin, me mand a buzn, unos segundos despus me lleg un mensaje paradecirme que estaba ocupada, se comunicara ms tarde.