Deculturacion en El Caribe

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DECULTU RACION EN EL CARIBE Carnavales y protesta social en la música afrocubana W. Camilo Castellanos Rincón

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DECULTURACION EN EL CARIBE

Carnavales y protesta social en la música afrocubana

W. Camilo Castellanos Rincón

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DECULTURACION EN EL CARIBE

William Camilo Castellanos Rincón

CODIGO 4423862

SOCIEDAD COLOMBIANA S.XIX

Cesar Augusto Valero

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

SOCIOLOGIA

BOGOTÁ D.C 2010

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INTRODUCCION

Decía un grandioso filosofo Alemán del siglo XIX: “sin música la vida seria un error”. Con esto podemos entender la importancia de la música en la vida cotidiana. Y de como está con nosotros, retratándonos con la mas fina precisión época a época; y así desde siempre.

Por lo que nos cuentan los cronistas de indias (Juan de Castellanos, Pedro Simón y Fernández de Piedrahíta) se puede establecer que los naturales que habitaban nuestro territorio, antes del descubrimiento, eran poseedores de conocimientos y expresiones musicales que eran utilizados por los sacerdotes para las ceremonias de guerras, de recolección, fúnebres, nupciales, religiosas y festivas. El arte musical era un estado de magia que se utilizaba para curar ciertas enfermedades y disminuir sus aflicciones; el hechicero y el músico eran una sola persona que se confundían con lo divino.(1)

Con motivo de la colonización política y económica de América, por Europa, se produjo igualmente una colonización cultural con consecuencias funestas para los valores espirituales de los nativos americanos.

Esta colonización cultural se extiende por todo un periodo denominado COLONIA: Cambio de lengua, de costumbres, de ritos, de Dios y, sin decir más, de todos los valores culturales autóctonos. Aunque, sin embargo, muchas de las manifestaciones culturales que existían en nuestros nativos se conservaron con infinitos esfuerzos. A este fenómeno de fusión cultural entre americanos y europeos, se integra un tercer agente que va a terminar de configurar un cuadro TRIETNICO. Este aporte lo hace la presencia del hombre negro africano quien va a desencadenar un cambio no solo en lo racial, sino también en lo cultural, religioso y político.

A esta configuración TRIETNICA, la encontramos en casi todas las manifestaciones folklóricas y de tradición del país. Así mismo en otras fiestas que se expresan en gran magnitud de ritmos e instrumentos, cantos y contenido como en la música afrocubana.

SE ORIGINAN LAS FIESTAS DE CARNAVAL

Pero en el caso de los carnavales, no solamente costeños, sino del país y América, el termino mismo que tiene implicaciones europeas, quiere darnos a entender que fue un trasplante cultural de España a América. Esto último carece de fundamentos cuando damos por hecho que este fenómeno cultural esta enriquecido por aportes indígenas y africanos.

(1)ALFONSO de la Espriella Ossío “historia de la música en Colombia”,2005 p 75

Carnavales han existido y aún persisten tercamente por Latinoamérica incluyendo algunas partes de Norteamérica como Nueva Orleans, Miami, etc., como también en el

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Caribe. De igual manera, en Colombia muchas de sus regiones celebraron estas fiestas: Medellín, Pasto, Popayán, Cali, y en toda la costa atlántica, como los de Cartagena, Santa Marta, Riohacha, y otras poblaciones costeñas. Pero algo de muchísima importancia acerca de estas celebraciones que dieron paso a los carnavales: para que se originaran tales fiestas, fue necesario de la existencia de otras de tipo específicamente religioso.

Quiero citar nuevamente a los conquistadores quienes trajeron instrumentos musicales pero más con motivo personal que con un fin didáctico. Los que verdaderamente involucran el arte musical entre nuestros aborígenes fueron los religiosos, quienes utilizaron con perspicacia y discernimiento tanto el canto llano como el floreciente contrapunto para facilitar y afirmar su labor. Lastima grande que para apartar a los nativos de sus creencias e idolatría se prohibieron sus cantos y se borraron sus tradiciones, y, como el arte musical tiene un origen religioso, al desaparecer sus tradiciones también lo hizo su música (2).

El padre italiano José Dadey S.J ,(1554-1660) oriundo de Mondovi, de Milán, llegado a nuestro país en 1604, conocido como uno de los precursores de la música colombiana por haber fundado la escuela de música para los misioneros, quienes a su vez enseñaron canto a lo indígenas, y mas tarde cofundador del colegio de San Bartolomé, hizo consignar en su acta de constitución: “ítem mandamos que los dichos colegiales aprendan el canto de la iglesia, así el llano como el órgano, para lo cuál se le señalará tiempo y maestro”(3). El padre Dadey construyo con bambú, canutos de cañabrava y guaduas, el primer órgano del Nuevo Reino que se utilizó en la iglesia de Fontivón. Ya en el año de 1680 se entera de la primera fábrica de órganos en Santafé, del señor Pedro Rico. Dadey hizo traer de España violines y flautas que puso en manos de los indios de mejores aptitudes musicales, que utilizó para las ceremonias religiosas.

En algunas poblaciones costeñas y ribereñas, surgieron (también) matices festivos con carácter religioso, como consecuencia de la colonización que imponía a cada pueblo un Patrono o Protector, y fueron en estas festividades las que en Barranquilla se unificaron para dar luego una expresión cultural costeña: EL CARNAVAL.

En Cartagena, se celebraban desde la Colonia las fiestas en honor a San Sebastián (quienes saben acerca de este santo, cuentan que fue tan sufrido como los negros esclavos, con esto ganando un gran cariño y devoción por los ribereños). Estas fiestas se celebraban en la Popa, en donde aparecían los negros con licencia especial, cantando y danzando con trajes luminosos y atuendos típicos.

(2) Op. Cit p. 78 (3) Op. Cit p 82

El 20 de Enero, comenzaba una temporada de fiestas a ese santo, que empalmaban con las de la virgen de la Candelaria, cuya celebración era y es el 2 de Febrero. El narrador Joaquín Posada Gutiérrez, en el “Cuadro de Costumbres Nacionales” comenta

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al respecto: “Una gran sala de baile se construía para ese sólo objeto, se llenaba todas las noches, alternativamente, sin invitación nominal. Era conocido lo siguiente: Baile primero: de señoras, esto es, de blancas puras llamadas de Castilla. Baile segundo: de pardas, en las que se comprendían las mezclas acanaladas de las razas primitivas. Baile tercero: de negras libres. Pero se entiende que eran los hombres y las mujeres de las respectivas clases, que ocupaban cierta posición social relativa, y que podían vestirse bien los que concurrían al baile. Terminada la serie se volvía a empezar, y así sucesivamente hasta el día de la virgen, en la que concluían las fiestas. Al siguiente se retiraban las familias a la ciudad, quedando sólo algunos restos de aficionados mas tenaces, hasta el domingo de Carnestolendas, en las que regresaban todos a las del Carnaval, que las de Cartagena para ese tiempo, competían con el de Venecia” (4)

A pesar de que en estos bailes se podía diferenciar pardos de negros y blancos; estos a quienes llamaban caballeros, los blancos, tenían por costumbre (dada su clase de opresores) bailar en las tres partes de estas fiestas, y era la única clase que se le permitía hacer tal cosa. Mas adelante el autor continua diciendo: “Para la gente pobre, libre y esclavos, pardos, negros, labradores, carboneros, carreteros, pescadores, etc., de pie descalzo, no había salón de baile, ni ellos podrían soportar la cortesía y la circunspección que, mas o menos rígida, se guardan en las reuniones de gente de alguna educación, de todos los colores y razas. Ellos prefiriendo la libertad natural de su clase, bailaban a cielo descubierto a son atronador del tambor africano”(5)

Las fiestas de san Sebastián, también se celebraban como hoy en Ciénaga. La leyenda sobre un hombre que por la “tentación voyerista” de ver a la mujeres bañarse en el río después de las seis de la mañana (pues no había para la época alcantarillado), se convierte en caimán gracias a un brebaje otorgado por un brujo. La madre del pescador Saúl Montenegro se acerca a las oficinas del periódico El Heraldo en Barranquilla, para que informaran a todos los pescadores de la región de Plato (Magdalena) para que no mataran a ningún caimán, ya que uno de ellos podría ser su hijo. La leyenda del caimán se origina precisamente en un 20 de Enero, de ahí, la fiesta del Caimán, mas tarde los reinados del Banano. En Sincelejo y San Sebastián, esta fiesta se erige como la principal.

(4)GUTIERREZ Joaquín “Fiestas de la candelaria de la Popa “en:” Cuadros y costumbres”,1ª edición,1966

(5) Op. Cit

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La fiesta de la Candelaria, también se realizaba en El Banco y Magangué. En este último, se celebraban las fiestas comerciales que se gestaban en torno a la fiesta

religiosa, llegaron a ser en el siglo XVIII, las más importantes de la región ribereña; inclusive habían desplazado las de San Benito Abad y Ayapel. Ese mismo día se festejaban la Purificación de la virgen, cuarenta días después del alumbramiento de Jesús.

En Mompox, San Martín de Loba y en otras poblaciones de las riberas del gran río, se celebraban diferentes fiestas; Esta celebración de San Martín de Loba el 11 de Noviembre, en estas son celebres las cumbias y cumbiambas, chandés, bailes cantaos, que mas tarde van a aparecer en el Carnaval de Barranquilla, al igual que la danza.

Estas fiestas se extienden por toda la costa y sus representaciones en Barranquilla, Santa Marta, Magangué y Ciénaga, van a dar origen al Carnaval Costeño.

Cabe decir también que, algunos datos de archivos que confirman las fiestas de carnavales en varias poblaciones costeñas. En algunas se realizan aún, en otras han desaparecido y reemplazadas por otras, caso de Cartagena, con el Reinado nacional de la belleza; en Santa Marta, con la fiesta del Mar, aunque se sigue realizando el Carnaval.

Con la participación de magdalenenses y bolivarenses, en su migración constante, van a ser muy valiosos los aportes de momposinos y samarios; entre 1805 y 1815 en Barranquilla se celebraron fiestas separadas, organizadas por colonias recién llegadas a esta ciudad, quienes querían recordar las fiestas que celebraban en sus pueblos de origen. Muchas de las danzas o bailes que se presentan en el actual carnaval, tienen sus raíces en estos pueblos que ayudaron a conformarlo, quiero nombrar algunos como: Los Indios Farotas, de Talaigua Viejo; Los Coyongos en poblaciones como Chimichagua, Las Pilanderas, en muchos pueblos del bajo Magdalena: Pinto, El Banco, etc., La Cumbia, que según lo expresado por el maestro José Barros, tiene sus orígenes en los Indios Pocabuyes de la región de El Banco.

Desde la década del sesenta y hasta 1882, se dan algunas fiestas de Carnavales separadas, pero en este último año se realizó el primer baile infantil de disfraces; los fondos dejados se destinaron para la construcción de un teatro. La estructura de las fiestas era igual que las clases sociales. Y ya en 1899 surge un nuevo elemento que va a permitir una mayor organización y que garantizaría la tradicionalidad del Carnaval. En este año se organiza la primera junta directiva del Carnaval, bajo la presidencia de Arturo Aycardi y Julieta Pochet, cuyas fiestas fueron organizadas en el salón “Fraternidad” y en la Escuela Pública. Este hecho cambia por completo el orden disperso de las fiestas coloniales que hasta ese momento carecían de un orden y ente jurídico. (6)

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En los periódicos y diarios como “El Tiempo” como en el del día 18 de Enero de 1913, hay una noticia sobre los carnavales en la ciudad de Santa Marta: “Como el día de las próximas elecciones (2 de febrero) es el determinado por el pueblo de Santa Marta para festejar la fiesta de Carnaval y en el se entrega a grandes regocijos y expansiones, se temen que se pueda reunir serios disturbios por esta coincidencia de sucesos. “Se ha pretendido que se transfiera el día de elecciones, pero lo mas legal será que se transfiera el día del Carnaval”.

Con lo anterior, se demuestra el arraigo que tienen estas festividades en el pueblo samario, ya que, actualmente se siguen desarrollando estas fiestas de Carnaval. Al respecto, en 1923, hubo de adelantarse los Carnavales por las elecciones en Barranquilla, a través de un decreto del alcalde.

En Cartagena las fiestas de carnaval se realizaron por muchos años desde comienzos de la segunda mitad del siglo XVIII. “El Espectador” del 4 de enero de 1923, publicó lo siguiente: “se elige por escrutinio a la reina del carnaval a María del Socorro Gómez, cuyo nombre que escoge es el de Mireya”, además en la información que aparece en esta noticia, habla de que esta reina pertenece a la burguesía cartagenera y debería nombrar ministros durante el dicho reinado. Esto da a entender claramente que la organización del carnaval tiene mucha importancia en la ciudad. Estas series de noticias aparecen desde esta época en los principales diarios del país, con fotografías en primera plana de las reinas y sucesos de los Carnavales.

Por la época en que se concluía como oficial la empresa del carnaval y empezaba un nuevo siglo, se origina la guerra civil de Los Mil Días, se suspenden las carnestolendas por motivos políticos; pero en el año de 1903, se reinician con otro sabor político, ya que los conservadores impidieron a los liberales, y que además se le denominó “Carnaval de Tinta Azul”. El jefe de la plaza General Heriberto Vengoechea, impuso por decreto la “Batalla de Flores”.

En los primeros años del siglo pasado, hubo algunos hechos de poca importancia en las fiestas. Su estructura de Presidente y Vicepresidente no cambió, y que se siguieron celebrando a un ritmo apoyado y respaldado en el gobierno conservador de este comienzo.

Quiero detenerme un poco en este punto, para anotar que en el ámbito comercial el proceso de barranquilla no se pausa, sino que al contrario se promueve. Miremos el desarrollo comercial e industrial de la costa en el siglo XVIII. Orlando Fals Borda señala que desde ese siglo, los principales centros de intercambio son: Cartagena,

(6) Op. Cit

Barranquilla, San Benito Abad y Mompox, y que para el Siglo XIX, estas nuevas fuerzas productivas, determinaron “formar los primeros enclaves verdaderamente capitalista”.

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De la misma forma como va cambiando económicamente la ciudad, se van ajustando las manifestaciones culturales de esta ciudad metropolitana, los Carnavales, que se celebraban por toda la región se ven centralizando en esta ciudad, convirtiéndose estas fiestas en las mas representativas del folklore de toda la región.

Dentro de toda este afán de organización de los Carnavales, cabe anotar que las juntas informales se van convirtiendo en verdaderas instituciones integradas por personalidades de las clases mas altas. El carácter clasicista de las carnestolendas, se van haciendo mas evidentes donde las clases sociales se expresan, en los diferentes escenarios donde racionalmente se organizan los bailes y cada una de las participaciones. Donde la constante son las exclusividades para la clase alta, continuando con el mismo enfoque dado desde la colonia y que ya hemos descrito antes. Esto desemboca los Clubes Sociales en donde se llevan a cabo estas celebraciones y que solo pueden tener acceso los familiares de los socios.

Sin embargo, las manifestaciones tradicionales de las carnestolendas Barranquilleras se mantienen algunas, y otras se perdieron a consecuencia de todos los trastornos culturales, que obedecen al proceso acelerado del desarrollo económico de la ciudad que hace que penetren expresiones propias de otras sociedades mucho mas desarrolladas.

PROTESTA SOCIAL EN LA MUSICA AFROCUBANA

El 10 de Octubre de 1868 se inicia una contienda independentista en cuba que se denominó La Guerra de los Diez Años o Guerra Grande. Quizá la primera indicación que valga resaltar en este hemisferio, que trate sobre una temática acerca de la guerra, ocurrió allí.

Aparte de que Cuba vivía en un periodo de desarrollo acelerado por la rápida expansión de las plantaciones azucareras que la llevó a desplazar a Santo Domingo como primer centro azucarero del Caribe y, tal vez, del mundo.(7)

Esta coyuntura es muy significativa para la identidad cultural de Cuba. Acerca de la Liberación de Bayamo, el General Pedro Figueredo estrenó, en el marco de celebración popular de este suceso, una inflamada melodía con aire marcial llamada La

(7)GONZALES Adolfo “Dos o tres temas sobre sociología de la música costeña”, primer encuentro regional de sociología, Barranquilla, Noviembre, 1984

Bayamesa, que se convirtió en el himno nacional. Es igual el caso de La Marsellesa y La Internacional, himnos que fueron sugeridos en el fulgor de la historia y que aclamados por el pueblo, se convierten en una identidad los sectores que lo adoptan.

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Pero lo que demuestra la intensidad de esta originalidad musical cubana lo resumen las palabras de Chocolate Armentero:”…En Cuba, inclusive, el Himno Nacional de nosotros lo tocamos lo mismo en rumba que en guaguancó y después lo respetamos cuando se iza la bandera” (8)

Si comparamos esta sensación que causan los himnos en el resto de Latinoamérica, de su forma adusta de tratar a sus himnos. A sí, lo que en cuba es hedonismo, pujanza, orgullo y alegría y virtud sonora, en Colombia es un atentado contra los símbolos patrios. Mas que subrayar el contraste entre la desenvoltura caribeña y los “ceremonísmos de cajón“quiero hacer notar la robusta musicalidad donde se demuestra una importantísima protesta social aun que se ponga de moda por circunstancias muy particulares:”…La burguesía criolla celebraba bailes y veladas musicales. Se asistía al teatro donde obras políticamente intencionadas alternaban con tandas de guaracheros y con la orquesta de Juan de Dios Alfonso…mientras, había otros músicos que dedicaban sus contradanzas a los batallones de voluntarios; y las mujeres en señal de rebeldía, se soltaban el pelo y lo cubrían con cintas azules, símbolo de los insurrectos.”(9)

Esto de cantar con motivo mensaje, para la música afrocubana, ha tenido una representación peculiar: enfrentada desde el principio con formas políticas y culturales represivas, su misma existencia y desarrollo seria una especie de confrontación, y que haciendo algo así como una reflexión sonora que se encuentra dentro de la explosión musical que se desprende, sin que el mensaje así cantado se traduzca necesariamente en que las letras narren eventuales problemas políticos. (10)

Cosa lógica si se tiene en cuenta la Deculturación a que fueron sometidas nuestras culturas: ”Entendemos por “Deculturación” el proceso consiente mediante el cual, con fines de explotación económica, se procede a desarraigar la cultura de un grupo humano para facilitar la explotación de las riquezas naturales del territorio en que está asentado y/o como fuerza de trabajo barato, no calificado…En el caso de la esclavitud de los africanos en El Nuevo Mundo, la Deculturación puede verse como recurso tecnológico aplicado a la optimización del trabajo”.(11)

(8)Entrevista con Alfredo Chocolate Armentero (9) LINARES María Teresa. 1974 p 52 Grabación magnetofónica “La música y el pueblo“instituto del Libro. La Habana.

(10)GONZALES Adolfo. Op cit (11) MORENO Fraginals “Aportes culturales y deculturación “África en América” XI, mex 1973 p.24

A propósito de la Deculturacion, el profesor de sociología política, Burhan Ghalioun, anota:”, la guerra de culturas plantea un nuevo tipo de guerra fría: la que enfrenta a la parte avanzada del planeta, celosa de su progreso, de sus valores democráticos, de los

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Derechos Humanos y de su civilización, al resto del mundo, atrasado, oscurantista, violento, integrista, xenófobo, vindicativo y negativo en todas sus acciones y reivindicaciones. Al sentirse forzosamente amenazados, los islotes de paz y de libertad que constituyen el mundo "libre" y desarrollado deben tomar precauciones contra el peligro cada vez mayor procedente de las zonas marginalizadas y rebeldes. Progresivamente, pero de modo seguro, se impone una nueva doctrina estratégica que sustituye a la de la disuasión. Es la doctrina de la guerra preventiva, o de la anticipación del peligro por medio de intervenciones militares, políticas, económicas y mediáticas llamadas intervenciones rápidas o también "quirúrgicas". Esta guerra debe ser llevada por todas partes, y por todos los medios, contra las religiones, naciones, estados y grupos sospechosos de irredentismo, y que rechazan de manera demasiado visible el orden establecido“.(12)

No obstante, el tema de la protesta social y la confrontación política han hecho su aparición en los resultados de la música afrocubana de acuerdo con diferentes razones de orden social pero siempre referido a la necesidad de enfrentar un poder opresivo como el político visto también como explotador.

Al contrario de lo que ocurre con otras culturas sonoras, la música afrocubana no puede apoyarse en un acervo de “canciones folklóricas de protesta”.(13)

En torno a la música en Cuba hay varios aspectos que giran proporcionándole entre otras cosas, material para la crítica, y que podrían estar referidas a la presencia afro. Pero lo que si es cierto es que la protesta social se ha hecho presente, por la introducción de ciertos elementos sociales y culturales, en luchas políticas y cambios en el nivel de reflexión expresado por los protagonistas. Hay hechos que merecen ser recordados:”…Las compañías de bufos son frecuentemente acusadas de subversión por las autoridades españolas y la noche del estreno en el Teatro de Villanueva de la obra Perro huevero aunque le quemen el hocico, de francisco Valerio, se originó en un pasaje de trascendencia combativa en la historia de la cultura Nacional. La obra, hiriente sátira de la sociedad de la época, enardeció al público en voces de ¡Viva Cuba! Durante la presentación y los cuerpos de voluntarios que vigilaban la sala masacraron a espectadores y actores para producir así el primer hecho de sangre vinculado a la cultura cubana” (14)

(12)GHALIOUN Burhan” Globalización, deculturación, (13) CRVALHO-NETO Paulo de “Folklore de lasY crisis de identidad” luchas sociales” mex.1973

(14)SALADO Minerva” la cultura de todo un pueblo” en“Cuba internacional” Nº 142. La Habana. 1981. P 20

Así las cosas, no es de extrañar que durante este periodo se hubieran producido una serie de canciones protesta como La Presa, originada en el encarcelamiento de una rebelde enferma y convertida luego en himno revolucionario, contestaciones y

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parodias de los himnos y canciones españolas, cantos de intención patriótica con cantos directos y canciones de rebeldes deportados.(15)

Aún cuando ya para esta época existía un riquísimo arsenal de música típica, el ritmo fundamental era la danza cubana, como era llamada la contradanza de origen europeo y que se bailaba en cuadros. Por otro lado cabe anotar que se trata de una música urbana, ya que este nacionalismo tenia su base social en “…la presencia de elementos que definimos como factor urbano elaborado en nuestra musca folklórica, y no por reflejar un ambiente…urbano, sino por las razones sociales que hacen que sectores depauperados de la clase dominada migren a medios citadinos que ofrecen mayores recursos de supervivencia, donde puedan vender su fuerza de trabajo…y entre estas las que resultan del trabajo de creación musical”(16)

Como otro eslabón de este instante nacionalista debe mirarse el danzón, estrenado el primero de enero de 1879 en Matanzas, prospera ciudad a donde no llegaron los estragos de la Guerra de los Diez Años, con una burguesía liberal, de preocupaciones nacionalistas que desarrolló un clima propicio atrayendo a los mas destacados exponentes artísticos del momento. También vale la pena mencionar la existencia de una gran concentración de esclavos negros en esa provincia y de allí provienen una serie de bailes afrocubanos como el Yambú y la Columbia. Si esto último explica el mayor tinte afro del danzón en relación de la danza y contradanza, es algo aun no investigado, lo cierto es que la música de los negros empieza a salir de los barracones.

Después de que el danzón se estrenó , se polarizó en la sociedad cubana y la actitud frente a este se caracterizó a ciertos sectores políticos: los conservadores y los colonistas lo consideraron “música de negros” o “diabólica” debido a que se salía de la estructura occidental españolizada, por recoger elementos musicales autóctonos –aquí se entrevén ciertas analogías con la represión del zarismo ruso ejerció sobre la cultura musical polaca en tiempos de Chopin- , además, por que introducía el baile por parejas, rompiendo con lo tradicional, en el que se bailaba en cuadrillas llegando hasta cuarenta personas, y este era un elemento romántico que se miraba como corrosivo por la austera moral católica, quizá por el mismo hecho de tratarse de un acto de libertad, de trato entre enamorados que subvertía los altos escotes, las largas túnicas y la beatería dominante. Por lo mismo no creo que el danzón haya sido escogido por los movimientos independentistas hasta el punto de convertirse en el baile nacional de Cuba, en el elemento clave de identidad cultural, incluso, de la lucha política.

(15)Algunas canciones de este periodo son reseñadas por (16) LEON Argeliers “La cultura de todo María teresa Linares. Op.Cit, PP52 y SS. Un pueblo” en:”Cuba internacional” La Habana. 1981 P 299

Luego de que la música afrocubana saliera de los barracones, no ha dejado de sorprender al mundo, mezclándose por España en la mismísima Europa. Tampoco ha dejado de disparar el aura de hedonismo y sabor con componentes exclusivos de su

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universo cultural, y un prejuicio occidental muy extendido y no confesado opina que la negramenta y el mulataje sienten, en el sentido de sensualidad, pero no piensan, en el sentido de reflexión, de donde se concluye que la música afrocubana se resuelve en el goce intenso.

Entonces la música cubana no utilizó jamás la política para apoyarse en ella. Siempre fue música por música, y que esto la hizo totalmente libre. Parece que la historia la apoya y le da la razón. Una cultura dominante en lo sonoro y que ha privilegiado el sabor y el mensaje hedonístico. Nos da a pensar que el mensaje de protesta hacia lo que nos oprime también puede ser alegre y rumbero, por que no. Hay otro indicador que agita mas la denuncia de protesta en la música afrocubana, está en un son montuno de Celina González y Reutilio Domínguez, que decía:”…yo soy el punto cubano que en la manigua vivía/cuando el mambí se batía/con el machete en la mano”.

Por último, y para concluir: se pensaría entonces que existe y ha existido un miedo latente por parte de las culturas que denominan el buen sentido de la cultura popular, convirtiéndose de esa forma en Esnobs culturales. El colonialismo se enfrenta, a nuestra culturas, de un modo en el que para no tener que crear distancias entre ellas –quizá para no herir ningún tipo de sensibilidades – simplemente se les va imponiendo sus dotes culturales hasta extinguirlas.

En el caso de los carnavales en Colombia, vimos como se fueron transformando, de fiestas de patronos y santos, o sea, fiestas de reliquias católicas a fanfarrias de belleza, o fiestas del banano. Mientras se crea un sentido elitista en dichas fiestas, en la que los invitados y socios de sus “clubes secretos de carnaval” se sientan en sus palcos privados aguardados por los héroes de Colombia (fuerzas militares), la población de la que salen estas carnestolendas, quienes aun con sed de una primitiva libertad no solo de expresión, quedan absorbidos y hasta satanizados por los mismos individuos que detentan su cultura.

La burguesía se va instalando en sus clubes sociales, que por su condición de privilegiados, les sobre el confort, la comodidad, el lujo, la extravagancia, la fantasía y el despilfarro, que desbocado se ensaña en los eneros. Se disfrazan de emperadores o reyes los gobernadores o alcaldes, junto con sus zarinas o emperatrices (sus esposas) que dejan que circule en su entorno el poder que detentan y que se centra en él o ella. En estos escenarios se demuestra la falsificación y deformación de los valores culturales y folklóricos de un país con punta de ballet. Ahí, liberales y conservadores olvidan todo –no me refiero a sus divergencias políticas- por que como dice un dicho popular: “Familia que roba unida, permanece unida”.

Por su parte, las clases populares se concentran en festejar a su manera, con su propia lógica, en las calles, plazas y barriadas, haciendo que sobrevivan las costumbres, las

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mismas que la clase dominante ha querido acabar. Porque dentro de la racionalidad burguesa aparece un fenómeno que coarta las verdaderas creaciones folklóricas y populares y la convierten en nada mas que mercancía. Estos mismos “seres de sociedades secretas del folklor”, en sus organizaciones Carnavalescas buscan premiar los “mejores” bailes, disfraces, danzas y comparsas, dejando que compitan entre ellas causando con esto un notable deterioro en la preservación de los valores culturales de una sociedad.

No quiero criticar ni enjuiciar a la población por buscar en estos Carnavales una salida de sus angustias que, como la espada de Dámocles, pende de sus vidas. Seria injusto tratar de discrepar de estos actos, además, ¿como podemos culparnos por los estragos del capitalismo y su desarrollo?; que lleva implícito una clase rica y otra cada vez mas pobre. A estos últimos no les queda más sino tratar de satirizar su inconformidad con la situación social, política y económica de la ciudad, la región y el país.

En cuanto a la música afrocubana se le debe rescatar el hedonismo en su estructura músico-cultural, aunque cae también en un peligroso consumismo. (La comercialización de todo producto musical, sea popular o de culto, es un fenómeno que se inicia en los estados unidos en el primer cuarto de siglo y adquiere inusitadas proporciones con el desarrollo de los medios masivos de difusión). Esto no nos da mas por pensar que esto se debió a intereses extranjeros, como pasó también con la música Blues, mientras que las bandas de músicos blancos eran contratados para cantar música de negros, estos últimos, padeciendo toda la periferia, el desempleo, hambre, etc., que aportaba un ingrediente importantísimo para la composición de su música –no puedo imaginar una canción de blues hecha desde una parte de satisfacción en la vida-, la libertad de la música empleada como antídoto anti-represivo era la única forma de tratar de decir lo que se vivía.

Desde siglos atrás se habían ido filtrando en Europa, elementos musicales de América: la zarabanda, la chacona, el fandango, la habanera, plenamente integradas al repertorio de géneros europeos, debían mucho a las transmutaciones que sufrían las formas musicales causadas desde un comienzo por el contacto con estas tierras. El mas importante centro de este intercambio era la habana, punto estratégico obligado de reunión de las flotas de indias.

Dijo el gaucho Martin Fierro a los bravos payadores de su tierra:”…acostúmbrense a cantar en cosas de jundamento”, es decir, canten con algo de mensaje, como apenas corresponde a un continente en busca de una identidad cultural que se está formando en las tremendas y exóticas luchas de clases latinoamericanas.

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