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 Luis E. Dawson  LAS CRÓNICAS FANTÁSTICAS DE LOS KURSTELI 

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  • Luis E. Dawson

    LAS CRNICAS FANTSTICAS

    DE LOS KURSTELI

  • LAS CRNICAS FANTSTICAS DE LOS KURSTELI

    http://www.safecreative.org/work/1403170377290

    Todos los derechos reservados.

    Luis E. Dawson, 2014

  • ~ 1 ~

    Para mi familia, mis padres, mis dos hermanas y mi sobrina.

    Para Mariela Rodrguez Medina mi otra hermanita.

    Para todos los amantes de la Fantasa y Ciencia Ficcin.

    .

  • ~ 2 ~

    DEDICATORIA ESPECIAL

    Los ms bellos pensamientos nacen en ti,

    Un sinfn de emociones queriendo salir.

    Con un deseo que arde como fuego

    Ansiando ser alimentado con paciencia.

    Sonidos maravillosos salen de tu voz,

    Armoniosos cantos que me enamoran.

    Nubes de algodn donde escribo mi amor,

    Odas, poemas y versos son todos tuyos.

    Vives en mis sueos, tan pura, tan sutil,

    Amor de mi corazn, eres mi ilusin anhelada.

  • ~ 3 ~

    La fantasa aislada de la razn, slo produce monstruos imposibles. Unida a

    ella, en cambio, es la madre del arte y fuente de sus deseos.

    Francisco De Goya

    Slo la fantasa permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jams no

    envejece nunca.

    Johann Christoph Friedrich Von Schiller

    Cuando examino mis mtodos de pensamiento, llego a la conclusin de que

    el don de la fantasa me ha significado ms que mi talento para absorber el

    conocimiento positivo.

    Albert Einstein

    El sol est en el cenit sobre las arenas de Menfis. Todo tiene un principio y

    este es mi primer paso.

    Luis E. Dawson

    o o o

    o o

    o

  • ~ 4 ~

    http://www.safecreative.org/work/1403170377290 ................................................................. 2

    DEDICATORIA ESPECIAL .......................................................................................................... 2

    SAIBORN .......................................................................................................................................... 6

    EL LTIMO DA DE SEPRIOM ................................................................................................. 13

    ROSA AZUL ................................................................................................................................... 19

    LA SIRENA DEL TACAN ........................................................................................................ 22

    LA AVENTURA DE KARIME ..................................................................................................... 30

    EL DESTINO DE UN SOADOR ............................................................................................. 34

    EL PRINCIPIO DEL FIN .............................................................................................................. 35

    NOTAS DEL AUTOR ................................................................................................................... 42

    BIOGRAFA .................................................................................................................................... 46

    CONTACTO ................................................................................................................................... 47

  • ~ 5 ~

  • ~ 6 ~

    SAIBORN

    El sol brillaba fuertemente en lo alto del cielo, no haba nube alguna que lo

    cubriera. El Doctor Salomn Iddle jefe de la seccin de informacin y de

    investigacin de la organizacin mundial de A.X.E.L, era lo que deca el gafete que

    llevaba colgado en el bolsillo de su bata blanca. Junto a su pequeo hijo de ocho

    aos se dirigan a una demostracin histrica en la humanidad. La cual se llevara

    a cabo en el observatorio de la institucin. Observ su reloj. Marcaba las 3:45.

    Para el ao 3024 la organizacin A.X.E.L logr la monopolizacin de los

    ejrcitos armados del planeta Tierra, tras innumerables guerras e incontables

    prdidas humanas. Con ello finalmente la anhelada paz mundial se concret.

    Haban pasado ya varios siglos desde su conquista, sin embargo los regentes de los

    5 continentes se encontraban conformes con lo sucedido junto con todos sus

    habitantes. Pues la organizacin A.X.E.L les permiti continuar normalmente con

    sus vidas, con la seguridad de que habran ms guerra alguna.

    A pesar de todos los recursos materiales y naturales eran utilizados por

    una sola organizacin. Los avances cientficos hasta el momento no representaban

    nada por lo que valiera la pena asombrarse. El invento ms importante hasta el

    momento eran transbordadores capaces de llegar al dcimo planeta del sistema

    solar, pero ms all de ese lugar les era imposible alcanzar.

    La base militar donde se encontraba el centro de investigacin. Era

    resguardada por soldados de la corporacin, se les poda observar en las entradas

    de los edificios ms importantes, incluso algunos corran en grupos dirigindose a

    algn lado. El nio luca un uniforme color blanco. Su padre insisti en que su

    educacin fuera militar, por lo que a su temprana edad, formaba parte de la

    escuela especializada en fsica astronutica. Era parte del sueo del doctor el ver

    que la Tierra pudiera llegar con sus naves a otros universos y sistemas solares.

    Est ser una demostracin ante toda la gente de importancia en la

    organizacin. Todo aquel cuyo mando sea de alto grado estar presente esta noche.

    Te pido que te comportes durante toda la exposicin.

    Indic el Doctor a su pequeo hijo quien no dejaba de ver de un lado a otro

    a los soldados que resguardaban la base. El vehculo EV tipo jeep con el que

    planeaban sobre el suelo, pas frente a diferentes edificios, en los que parecan

    resguardar transbordadores y otros que aparentaban ser laboratorios de

    experimentos. Cuatro turbinas impulsaban el transporte, generando un campo

    magntico que lo sostena sobre el suelo. Tras un largo trayecto se detuvieron

    frente a una enorme cpula que ms que observatorio pareca un teatro de pera.

  • ~ 7 ~

    Dos soldados custodiaban la entrada. Al ver al Doctor saludaron al tiempo

    que habran paso. El nio no se qued atrs, segua muy pegado a su padre. De

    todo lo que suceda, su pregunta era del porque su padre lo haba llevado a la

    demostracin. Ya que en ocasiones anteriores se neg rotundamente a llevarlo.

    Finalmente llegaron a la habitacin en la que se encontraba el

    telescopio, para sorpresa del nio no haba nada que se le pareciera. En su lugar se

    encontraba un can de rayos de plasma. Uno de un tamao pequeo y de una

    peculiar arquitectura que nunca antes haba visto.

    Te gusta? Esta fue tu idea!

    Le explic al pequeo, quien no dejaba de mirarlo sin lograr entender lo que

    estaba sucediendo. Lo que no recordaba, era haber deseado un can.

    Cul idea pap?

    Pregunt de inmediato esperando que su duda fuera aclarada.

    La otra noche mientras observbamos Septrom y el mar prpura de

    estrellas que lo rodea. Dijiste: si el ser humano creara energa perpetua, la podra

    usar de combustible en sus naves y con ello viajar hasta donde siempre ha

    soado.

    El nio mir sorprendido a su pap, en su corazn naci la esperanza de

    que su pensamiento fuera tomado en cuenta por el grupo de cientficos.

    El Doctor Iddle estaba por exhibir al mundo, la idea que revolucionara la

    astronoma y los viajes espaciales. Un nuevo gran salto para la humanidad.

    La han creado padre? Lo han logrado? De verdad lo hicieron?

    Se emocion el pequeo deseando que fuera cierto.

    As es mi estimado Midnar. Lo hemos creado! El can que est ah,

    seal la estructura extraa. Nos ayudar a disparar un rayo de energa

    perpetua. No es lo que esperamos, pero ayudar a demostrar que crear energa

    perpetua es posible. No te preocupes de la direccin a la que est apuntando,

    hemos determinado que no se encuentra nada a su paso. Nos llev semanas

    encontrar las coordenadas perfectas. Slo ser un disparo al aire.

    Tranquiliz al nio quien al parecer por el aspecto de su mirada,

    demostraba su preocupacin al creer que atacaran algn blanco en un punto

    lejano del sistema solar. Pero todo aquello no era ms que una prueba

    experimental. El nio fue escoltado a una habitacin especial sobre la parte

    superior. Desde una ventana de cristal reforzado en el cuarto, poda observar muy

    bien todo lo que abajo pasaba.

    Pronto los altos mandos de A.X.E.L. comenzaron a llegar al observatorio.

    Los soldados los escoltaron hasta habitaciones similares de donde se encontraba el

    nio. Pues por la naturaleza de aquel experimento, ese era el lugar ms seguro

    para todos. Tras la llegada de los ltimos, la demostracin comenz.

  • ~ 8 ~

    Seores. Agradezco rotundamente por su asistencia ante esta

    demostracin. Como es sabido por todos ustedes, desde el principio de la

    astronutica. Ha sido deseo del ser humano el poder viajar a cualquier parte del

    universo sin limitaciones. Sin embargo eso ha sido imposible debido a nuestra

    tecnologa ineficiente y obsoleta en muchos casos. Sin mencionar el grave

    problema al que ha contribuido la escasez del combustible.

    Los cristales en las habitaciones prendieron la imagen del Doctor. Un

    retrato ntido de su persona mientras daba el discurso. Los altos mandos no se

    preocuparon por ver hacia abajo, pues no deseaban terminar con el cuello

    cansado. El nico que no haca caso a la imagen era el pequeo Midnar, quien

    vea a su padre pensando una y otra vez en el can y en el rayo que estaban por

    disparar.

    Es ms que obvio que el futuro de la humanidad se encuentra ah afuera,

    en el gran y enorme espacio sideral. Por ello traemos antes ustedes el

    descubrimiento que llevar al ser humano a la inmortalidad. La historia ser

    marcada para siempre con este gran descubrimiento. Lo que tenemos en la sala, es

    el primer generador de energa perpetua.

    Los regentes armaron un barullo con sus acompaantes, pero luego se

    callaron. Mientras el Doctor daba su discurso de presentacin del proyecto. El

    pequeo Midnar segua dndole vueltas al asunto. Dentro de s, poda sentir

    que exista una gran posibilidad de que le dieran a algo. En algn punto, en algn

    lugar, tendra que encontrarse con algo. No del sistema, no del universo. Pero si

    con algo ah afuera.

    No! No lo hagas podran destruir algn planeta.

    Utiliz el altavoz de la cabina para dirigirse a su pap para advertirle de los

    riesgos que existan del lanzar un rayo de energa perpetua al espacio. Los regentes

    que estaban presentes se alertaron y comenzaron a dialogar entre ellos.

    Seores, seores calma por favor. Tranquiliz a los regentes. Los cuales

    incluso se marchaban en muestra del desapruebo del experimento. El equipo de

    investigacin de esta institucin, llev a cabo una minuciosa exploracin para

    conseguir coordenadas precisas en las que el rayo pueda ser disparado, sin afectar

    a ningn astro o planeta existente. Todo est bajo control y no tenemos intencin

    de atacar nada all afuera.

    Pero Y qu hay de los meteoritos? En algn punto en algn

    momento puede chocar contra alguno de ellos. De igual manera si la teora de que

    el universo est atrapado dentro de una especie de burbuja resulta verdadera Qu

    pasar cuando choque contra esa pared? Han considerado que el rayo puede

    regresar a nosotros? Estaramos destruyendo nuestro planeta con eso.

    Continu Midnar con su insistencia por detener el experimento. Nunca

    antes se haba opuesto a las cosas que su progenitor haca, pero en esta ocasin un

  • ~ 9 ~

    presentimiento en su pecho lo obligaba a hacerlo. El micrfono de la habitacin

    donde se encontraba fue apagado, las bocinas an seguan emitiendo la voz del

    doctor.

    Sean testigos del momento que marcar la historia de la humanidad!

    Los ayudantes que se encontraban frente a l hicieron unos cuantos ajustes

    a las pantallas de luz que tenan por computadoras. Tecleando y dando

    rdenes. ltimas instrucciones sobre del proyecto. El can estir su

    barril, a pesar de su pequeo tamao, los cables que estaban conectados por

    debajo del generador, le daban ese aspecto ser muy potente, debido al grosor. El

    diseo lo haca ver un tanto extrao, como si no fuera creacin humana.

    Estructuras metlicas que daban la impresin de ser arterias o venas. Con

    pulsaciones cada lapso de tiempo del cual en los tubos sala un vapor de color

    verde aqua.

    En la pantalla de cristal de las habitaciones donde se encontraban los

    regentes pasaron imgenes ntidas de lo que suceda a unos cuantos metros abajo.

    El momento esperado lleg, el can dispar un pequeo rayo de luz negra con

    bordes blancos. Unos 900 km/h fue la velocidad inicial, de no haber sido por la

    imagen que era seguida por la cmara de su telescopio, no hubieran sido capaces

    de seguir la trayectoria del rayo de luz perpetua. La potencia del disparo inicial

    apenas se logr sentir por los presentes. Como una pulsacin que empuj todas las

    molculas de su cuerpo contra sus asientos.

    Midnar cay de rodillas.

    Cuando el indicador del lado inferior derecho de su pantalla llegue a cero,

    habremos llegado a la elipse que dibuja Sedna en la rbita del sistema solar. Es

    el lugar ms lejano al que hemos podido llegar con nuestra tecnologa.

    Los regentes observaron maravillados la pantalla ntida de cristal frente a

    ellos. La intensidad del experimento les oblig a aferrarse a sus sillones hasta con

    las uas, mucho ms aun cuando el rayo pas del punto al que nunca haban

    podido acceder. Ms all se encontraban algunos satlites que aos atrs haban

    enviado para exploracin. Esta vez serviran para poder observar hasta donde

    llegaba aquel rayo experimental.

    La pantalla se dividi en cuatro, mostrando diferentes puntos de vista del

    rayo perpetu. Al parecer los caculos de los cientficos de que no chocara

    con nada, haban acertado a pesar de lo dificultoso que pareca ser. Con tantas

    estrellas fugases, meteoritos y sin mencionar las variaciones de gravedad, que

    existen al acercase a otro cuerpo celeste. Las cuales podran haber afectado la

    trayectoria del rayo no surtieron efecto alguno.

    El primer satlite no pudo contemplar por mucho tiempo el rayo. La

    segunda cmara se qued atrs. Los regentes prefirieron fijarse en la ltima. Los

    datos informativos en la pantalla de cristal por donde miraban todo el

  • ~ 10 ~

    experimento, fueron realmente brutales. 295 veces la velocidad de la luz e iba en

    aumento desconsidero.

    El sistema de las computadoras marc error. Las imgenes se

    entrecortaron como cuando un virus las ataca. Los regentes se preocuparon, ya que

    incluso las alarmas del edificio comenzaron a sonar. Los ayudantes del doctor

    Iddle comenzaron a correr entre las computadoras que se encontraban al lado del

    can para tratar de corregir el problema. Mientras que el doctor no hizo por

    donde moverse, ya que entenda que la energa del rayo perpetuo era el causante

    de todo.

    A pesar de ser simple informacin viajando a travs de imgenes. La

    pesadez de la estructura en que est conformado, se degradaba en axiomas

    pluricelulares. Organismos nicos que son capaces de alimentarse de la energa

    que les rodeaba. Alimentarse o destruir lo que hay a su alrededor. Considerando

    que actan como una mezcla de la materia y la antimateria. Reflexion para s

    mismo el doctor. Aunque pensar en eso, es hablar de los hoyos negros. Lo cual

    me parece incongruente considerando, que prcticamente hemos disparado un

    hoyo negro al espacio. Me es incongruente especular que algo as no puede ser

    retenido en tan pequeo aparato. Quiz la materia orgnica de la que se compone

    sirve como contenedor.

    La puerta de la habitacin de Midnar se abri con el fallo en el sistema. Las

    luces se apagaban y prendan todo el tiempo. El pequeo nio enojado al ser

    ignorado se sali de la habitacin, para despus dirigirse a las afueras del

    observatorio.

    El rayo perpetuo dej muy por detrs al ltimo satlite. Pronto slo fue

    una luz ms en las lejanas del universo. Terminando de esta forma el experimento.

    El experimento ha sido todo un xito.

    Exclam alegre el doctor Iddle. Los que haban presenciado aquella

    demostracin comenzaron a aplaudirle.

    Esto nicamente es el principio. Pero hoy por hoy logramos hacer

    historia, ya que de esta manera marcamos el comienzo de una nueva era. Pues el

    futuro del hombre, yace en la inmensidad del espacio.

    Los regentes saban que lo que el doctor Iddle les expona era

    totalmente cierto. Ya que un transbordador con pasajeros, tardaba cerca de 16 aos

    en llegar a la rbita de Sedna. Por lo que aquel experimento significaba un gran

    avance cientfico. Primeramente porque era el hombre quien haba creado algo que

    poda viajar a velocidades impresionantes o al menos eso es lo que crean. Aunque

    an tenan que adaptarlo para el uso en las naves espaciales.

    Tras una larga conversacin con los regentes, sobre los futuros

    experimentos y del costo de estos. La reunin finalmente termin. Fue entonces

    que el doctor se percat de la ausencia de su pequeo hijo. Los soldados le

  • ~ 11 ~

    informaron que se haba escapado diciendo que l haba dado la orden y que se

    retir a su casa. Como el doctor no tena planeado volver a su hogar aun, debido a

    que tena pensando comenzar lo antes posible los experimentos de adaptacin a

    los motores. Se propuso a hacer una video llamada.

    El nio estuvo aqu, pero se march luego.

    Contest una mujer de unos 35 aos, muy bien arreglada y sin

    maquillaje. Al parecer era su esposa.

    Tom su equipaje y se fue sin decir mucho. Slo que regresaba a la luna.

    Le mir un poco molesto Sucedi algo entre ustedes?

    Pregunt a su esposo, dudando un poco al hacerlo. Que si bien no era

    militar, a veces sola tener ese carcter fuerte de querer siempre mandar o de no ser

    interrogado.

    Se ha puesto as por un berrinche suyo. Realmente no ha sido nada.

    Hablar con l despus.

    Se despidi apagando el monitor del intercomunicador de la sala de juntas a

    la que se haba ido a meter para tener un poco de privacidad.

    Los das pasaron y Midnar ignoraba siempre las llamadas de sus padres.

    Aun cuando iba a la escuela militar, le permitan vivir fuera del campo. Por las

    influencias con las que contaba su padre. Siendo adems que viva en la casa del

    mismo director de la escuela, cientfico investigador y tambin su to por parte de

    su pap.

    No mam, ya te dijo que no! No pienso volver con ustedes en

    vacaciones!

    Era la primera video llamada que contestaba. Midnar estaba enojado con

    su pap y era parte de la razn por la que no quera volver. Sus gritos se

    escucharon hasta la otra habitacin, en donde se encontraba su prima. Quien al

    orlo se acerc a hurtadillas. Tendra la misma edad que Midnar, su cabello corto y

    quebrado de color rojizo le llegaba apenas al hombro.

    Ya te dije que los odio a los dos! A ti porque siempre ests de su parte

    y a l porque nunca me escucha!

    Las lgrimas que rodaron por las mejas del rostro de su mam, lo hicieron

    sentirse mal. Pues era con su pap con quien realmente estaba enojado y ella no

    tena culpa de lo sucedido. En ese ltimo momento decidi disculparse con ella.

    Perdo.

    La luna comenz a temblar fuerte. Al parecer en la Tierra estaba pasando lo

    mismo por lo que alcanz a ver el nio por la imagen. Los estantes

    comenzaron a caer al centro de la habitacin. Los cristales copas y bebidas

    embriagantes del mini bar que su to tena dentro de la casa fueron a dar al suelo.

    Midnar presinti que algo extrao suceda, debido a que en la escuela le

    explicaron que en la luna no temblaba nunca. Al recordar eso se puso de pie con

  • ~ 12 ~

    gran esfuerzo. Y es que casi su cuerpo rebotaba en el suelo. Cuando logr ver por

    la ventana de la estacin espacial donde se encontraba. Su corazn casi se paraliza.

    Una gran acorazada negra flotaba sobre la luna. Aun cuando era la primera vez

    que vea algo como eso, Midnar estaba seguro de lo que era. Era un destructor

    intergalctico de alguna civilizacin avanzada. Sus radares no los haban

    detectado, ya que de haber sido as, las alarmas estaran sonando. La sangre se le

    enfro ms al pensar que aun cuando hubieran entrado en modo defensivo. No

    haba nada que pudieran hacer contra ellos. Aquel destructor miraba hacia el

    planeta Tierra. Su corazn casi se vuelve a infartar al observar que alrededor de su

    bello planeta, flotaban otras cuatro naves tan enormes como la que sobrevolaba la

    luna.

    El planeta Tierra pareca ser de un tamao insignificante ante tales titanes.

    Frente a los ojos del nio un enorme flash deslumbr toda la habitacin.

    Seguidamente del estallido del planeta. Fue en cmara como Midnar observ todo.

    El planeta hacindose aicos, los restos salir volando y la luz expandindose.

    El impacto de la explosin alcanz la luna.

    Lo cual la liber de la atraccin de gravedad que la Tierra ejerca. Saliendo

    disparada a la bveda celeste como una estrella fugaz. El mundo, la humanidad y

    todo lo que en ella existan. Dejaron de existir.

    Continuar

  • ~ 13 ~

    EL LTIMO DA DE SEPRIOM

    Un fuerte viento en su meja izquierda le oblig a despertar. Sus ojos

    miraron aquel inmenso cielo rosa pardo. El sol se opona en la direccin a la que

    viajaban. Un medio de transporte antiguo pens al sentir las imperfecciones del

    camino en su cuerpo adolorido. Cuatro turbinas de plasma para desplazar aquella

    armazn le parecan algo obsoleto. Viajaba en la parte trasera de lo que pareca ser

    un jeep. Respir profundamente el aire y en su olor se encontr una extraa

    mezcla del plasma quemando la arena.

    Sin importar si el movimiento del vehculo lo tiraba, trat de ponerse en

    pie pero su cuerpo le traicion. Pues un fuerte dolor le oblig a mantener su

    posicin. Un traje negro de piel sinttica era lo que llevaba puesto. Le quedaba

    perfectamente al contorno de su cuerpo. En la cercana de su corazn contemplaba

    un logotipo. Un cohete en parbola al parecer despegaba. Debajo dos estrellas

    blancas y una en la parte superior. Alrededor se contemplaba un cinturn donde

    pona unas letras extraas, jeroglficos que no se comprendan fcilmente.

    Seguramente desconocen de primeros auxilios.

    Les recrimin a sus acompaantes, quienes iban en los asientos delanteros.

    En definitiva no los conoca y tampoco entenda cmo es que haba llegado a

    aquel lugar. Su reclamo era porque en lugar de llevarlo recostado, lo haban dejado

    sentado contra el toldo del vehculo.

    Hey!! Agradecido deberas estar que no te dejamos en aquel lugar

    Contest quien conduca.

    S. Abandonado en pleno desierto e inconsciente.

    Contest el copiloto. Aun cuando se esforzaba en verlos, su vista era

    muy confusa como para distinguir la fisonoma de aquel par. Aunque lograra

    hacerlo no le era de gran importancia. Lo que en verdad le importaba era volver a

    la misin que momentos antes llevaba a cabo.

    Tras martirizar su cuerpo, logr colocarse en medio de los asientos. Justo a

    tiempo para ver aquel monumento a la destruccin que se eriga frente a ellos.

    Una antigua ciudad se ci frente a sus ojos. Grandes trozos de los edificios

    regados por todas partes era todo lo que quedaba. Como si alguien hubiera

    almacenado aquellos restos y hubiera hecho con ellos un basurero. Las calles si es

    que poda llamrsele as, no eran ms que los mismos restos aplanados.

    Seguramente muchos vehculos haban pasado por aquel lugar. Incluso haba un

    pequeo arco haciendo de tnel en una gran montaa de escombros.

  • ~ 14 ~

    Antes de que pudieran llegar al otro lado escucharon pequeas explosiones

    y luego sonidos de armas disparando. El piloto detuvo el jeep para evitar

    exponerse al riesgo.

    Esperaremos a que termine el conflicto. No quiero involucrarme en una

    pelea innecesaria.

    Se excus el piloto. Aunque la verdadera razn era que no llevaban armas

    para una defensa de aquella magnitud

    Aprovechando. Cul es tu nombre?

    Pregunt al extrao que llevaba por pasajero. Uno de los vehculos EV

    huy de la cruzada, haciendo acto de presencia justo frente al pequeo grupo

    que esperaba que terminara la contienda. El tnel era lo suficientemente

    amplio como para ser considerado de 4 vas. Sin embargo aquello representaba

    un problema.

    Soy Maxwell Bosanova Capitn de la seccin de reconocimiento y asalto

    tctico de la Federacin Galctica.

    Esas ltimas palabras dejaron perplejos al piloto y copiloto. Federacin

    Galctica eran palabras de un proyecto pasado en el planeta Sepriom, tras haber

    trascurrido quinientos aos, haban llegado a creer que eso slo era mera leyenda

    El Capitn se puso de pie, corri por entre sus compaeros saltando en los

    asientos, todo para colocarse delante del vehculo. Aun iba en el aire cuando el

    traje que llevaba puesto pareci mutar. Los tomos en el tejido de la tela formaron

    una coraza ms dura y gruesa. Organismos microbiolgicos dieron vida a aquel

    nuevo traje. Una armadura de batalla. No exista tal seccin, l era la seccin

    completa a la que perteneca.

    Unos propulsores le ayudaron a mantenerse aun en el aire.

    60% de Fusin celular. 75% de sincronizacin de ADN y subiendo.

    Son una voz en el casco de Maxwell. En el visor se mostraban estadsticas

    de sus signos vitales y de los objetos que le rodeaban.

    U.M.A.B.I activa el campo de contencin AR y el campo de proteccin AT.

    Ese era el nombre de la cognoscitiva del traje. El cual eran siglas que

    significaban Unidad de Medicin Analtica Biolgica Inteligente. Aquella

    inteligencia artificial era quien daba vida aquel ente biomecnico. El vehculo que

    escapaba pas por un lado sin reparar atencin en ellos.

    Atrs le persegua un mortero mvil, las turbinas que lo propulsaban

    provocaban una resonancia sobre los restos de edificios que formaban el tnel. EL

    acorazado que lo cubra deba necesitar mucha potencia para lograr moverse a esa

    velocidad. Al ver al traje volando no dudaron en disparar. Primeramente sus

    proyectiles de plvora que parecieron abejas electrificadas y zigzagueantes

    buscando su objetivo. Pero estos se detonaron a un metro de distancia.

    Entonces el brazo izquierdo de Maxwell absorbi la energa liberada por la

  • ~ 15 ~

    explosin para evitar daos en el tnel. Como una aspiradora arrasando con el

    polvo.

    Anlisis terminado. El anlisis indica que hay cien por ciento de

    probabilidad que sean las mismas armas que nos atacaron cuando entrabamos en

    la atmosfera terrestre.

    Indic U.M.A.B.I. para hacer saber a su portador.

    Inicia el desfase de materia. Les devolveremos lo que es suyo.

    La armadura vol en busca del vehculo enemigo, quien al verse atacado.

    Dispar proyectiles intentando colapsar el tnel. U.M.A.B.I. utiliz su capacidad

    predictiva para mover la armazn en busca de los cincuenta proyectiles

    zigzagueantes. Absorbiendo siempre la energa que liberaban las explosiones.

    Enemigo temporalmente desarmado. Tiempo de desfase completado. Un

    ataque directo es factible. Campo AT no detectado.

    Habl la cognoscitiva.

    Muy bien prepara nuestro saludo.

    Indic a la voz en su casco. Inmediatamente la armadura vol contra el

    tanque mortero. El brazo derecho de la armadura se transform, dando lugar a un

    can pequeo que de dimetro tendra por lo menos cinco centmetros ms

    grueso que la extremidad del Capitn.

    Un golpe directo en la coraza del mortero lo hizo estallar sordamente. Sin

    ruido o estruendo alguno, ms que el golpe del metal con el suelo al perder las

    turbinas que lo propulsaban. En un cuarto de segundo regres a donde estaban sus

    acompaantes.

    El planeta Sepriom est por desaparecer. Les recomiendo que lleven

    a su gente a este punto. Una nave de la Federacin los ayudar a desalojar. Tienen

    siete horas antes del deceso.

    Entreg al par una pantalla hecha a base de luz. Momentos antes lo haba

    hecho aparecer en su mueca izquierda y no caba duda de que se trataba de luz

    slida. Era un mapa que mostraba claramente las coordenadas de un lugar no muy

    lejano a su ubicacin. Despus de contar tan breve los hechos que estaban por

    suceder. El capitn Maxwell se retir volando

    Ambos hombres tenan razn de verse perplejos. La Federacin Galctica

    era un proyecto de antao del cual a base de rumores difundidos de siglo en siglo

    conocan poco. El da en que Sepriom comenz su lenta destruccin. La

    organizacin ya lo tena todo previsto. Se rumoreaba de secuestros a escritores,

    escultores, msicos, doctores, bilogos y a cualquier persona que podra aportar

    algo significativo en un futuro a la humanidad. Para huir al espacio y escapar al

    fin de la raza humana. Luego planeaban regresar al planeta y repoblarlo.

    Al detectar el objeto en el radar. Las defensas de aquel campamento militar

    dispararon casi de inmediato. Los proyectiles explotaron a escasos metros del

  • ~ 16 ~

    traje. Al ver al enemigo intacto, comenzaron a disparar todo el arsenal. Las cargas

    ardieron, rabiaron y rugieron en segundos. Pequeos destellos de luz chispeante y

    plvora quemada se combinaron.

    Anlisis terminado. Campo AT no detectado en el armamento.

    Recomiendo una bomba de detonacin lgica.

    Mi estimado U.M.A.B.I a veces eres un poco exagerado. Carga misiles de

    pulverizacin digital.

    Pequeos misiles salieron disparados del brazo derecho del traje, el cual

    haba abierto la parte superior del can como una flor. Cada torreta y arma que

    estuviera disparando fue impactado por uno. Incluso lanz unos cuantos a las

    antenas de comunicacin y otros ms a los centros de mando. La armadura

    aterriz en medio del campamento militar. Ningn arma haba sido destruida o

    explotado, pero si haban sido inhabilitadas. Eso era pulverizacin digital. La

    muerte funcional de todo aparato elctrico.

    El campamento tambin resguardaba civiles. Algunos de ellos aun corran

    buscando refugio. Hombres, mujeres y nios corran despavoridos, temiendo ser

    asesinados por el visitante. El intruso haba llegado de una manera muy pronta,

    debido a esto no pudieron llevar a tiempo sus medidas de seguridad bajo ataque.

    El Capitn al sentirse todo un destructor. Algo que no lo haca sentir muy

    bien. Orden a U.M.A.B.I. restablecer la energa de los ordenadores del centro de

    mando y a la vez enviar un mensaje.

    HUID A SUS MINAS EN LAS LUNAS. SEPRIOM ESTA POR

    DESAPARECER. NABUCODONOSOR LES RECOGER. TIENEN SEIS HORAS.

    Tormenta de arena detectada. Los anlisis de la zona indican que la

    presin atmosfrica sufre graves cambios.

    Prosigamos con las rdenes. Dame los datos de nuestra simbiosis.

    Fusin celular y sincronizacin de ADN al cien por ciento. Nivel de

    energa cincuenta y cinco por ciento estable.

    A unos cuantos metros se encontraba una formacin rocosa, piedras de un

    color rojizo. En cuya estructura se poda observar una caverna desde la cual flua

    un pequeo arroyo. La ultima fuente de agua en el planeta. La tormenta de arena

    azot la zona. Los refugios del campamento se cubrieron con una cortina de

    titanio. La cual era azotada como si fuera un trozo de tela. Segn las estadsticas

    de U.M.A.B.I. la presin del aire era considerablemente altas.

    Maxwell vol hasta la entrada de la caverna, donde se detuvo

    abruptamente.

    Altos ndices de calor detectado. Se procede a desactivar el campo AT

    segn el plan previsto.

    Del interior empez a salir lava espesa y de un color naranja muy intenso.

    La magnitud del calor que se propagaba era tal, que secaba el pequeo arroyo

  • ~ 17 ~

    segn avanzaba. La armadura entr a la caverna sobrevolando el ahora ro de

    fuego lquido.

    En las profundidades de aquella gruta se encontr con un gran orificio

    desde donde la lava sala. Era como un ro subiendo una cuesta. Lo cual no costaba

    creer, al mirar aquella presin con la que aquella escoria de erupcin chocaba

    contra el techo de la caverna. A baja velocidad y con cautela, la cognoscitiva se

    abri paso a las profundidades.

    Manto de magma detectado a trescientos kilmetros. Dos mil quinientos

    cincuenta y tres kilmetros del ncleo terrestre. Tiempo aproximado de llegada

    ocho horas.

    No es lo suficiente para cumplir con xito la misin. Pronto iniciar la

    etapa de erupciones infinitas. Llevando todo a un calor extremo. Cuando la energa

    del planeta se consuma. Esto se volver en un hoyo de gusanos que arrasar todo

    cuanto tenga cerca. Aumenta a match cinco.

    Como una roca hundindose en el agua, de esa misma manera pareci caer

    aquella armadura en la poza de lava. La cual cubri todas sus extremidades. La

    vista del visor era nula, pues no poda ver ms all de lo que chocaba contra el

    biocristal.

    Activando visor trmico. Enlace con la cognoscitiva del Nabucodonosor

    completado. Nivel de energa al setenta y cinco por ciento de capacidad.

    Siendo que al lugar al que pensaban entrar se encontraba exento de

    gravedad y de visibilidad. Una gua externa les ayudara a saber dnde se

    encontraban exactamente, ya que de eso dependa el xito de su misin. Al entrar a

    ciegas en aquella poza de lava era, que al no contar con la influencia normal de

    gravedad, muy difcilmente se poda saber dnde quedaba arriba o abajo. El color

    negro de la armadura se perdi y se volvi de color un blanco intenso.

    Aproximndonos a niveles peligrosos de calor. Activando la funcin

    varia de la armadura.

    El dao de las altas temperaturas comenz a disminuir. U.M.A.B.I.

    advirti de la llegada al ncleo de Sepriom. Al estar ah en el origen de todo. La

    energa del traje se dispar por las nubes, acercndose al 800%.

    Con ayuda de la cognoscitiva exterior, ubicaron tres puntos en los que

    pensaban dejar cargas explosivas.

    U.M.A.B.I. activa el hper modo y prepara el salto espacial. Tenemos

    mucha energa que dejar ir.

    Mir el indicador que estaba por llegar a mil. Alejndose del ncleo dispar

    a la carga explosiva que se encontraba ms lejos. Lo cual origin una cadena que

    hizo estallar las otras. Daando de esta manera gravemente el ncleo. El planeta

    entero sucumbi fragmentndose el suelo por todas partes liberando enormes

    cantidades de magma por los orificios.

  • ~ 18 ~

    Luego una extraa contraccin regreso de nuevo la lava al interior del

    planeta. Para sucumbir en explosin estriadamente fuerte con carga de restos de

    partes del planeta junto con lava, que incluso cayeron sobre la superficie de sus

    vecinos Irien y Vermish. Dejando en el espacio meteoritos y restos de lo que una

    vez existi.

    Capitn Maxwell Bosanova reportndose al Nabucodonosor. Misin

    cumplida.

    Apareci volando un par de planetas lejos.

  • ~ 19 ~

    ROSA AZUL

    El cielo se encontraba despejado. El da pareca ser perfecto para dar un

    paseo. Cercana a la ciudad de Aomori, una joven dama de cabello largo y rubio,

    tez clara y ojos azules, se alejaba. Llevaba puesto un vestido azul tan fuerte como

    el azul del cielo, le llegaba apenas a media pierna. Unos encajes blancos adornaban

    la falda. Parte del pecho era tela blanca sedosa. En la cual se observaba un escudo

    un guila dibujada en smbolos antiguos como si estuviera a punto de levantar el

    vuelo con una rosa en el pico. Botas negras cubran sus pies hasta un poco antes de

    sus rodillas, con adornos que parecan gasas de moos. Llevaba consigo una

    espada en vaina.

    Todo el lugar estaba rodeado por rboles, salvo por los pequeos caminos

    que parecan desaparecer en las profundidades del bosque.

    Aun que todos estn en mi contra, lo har. Todo sea por mis antepasados.

    Suspir mirando hacia atrs. Mirando aquel castillo que se cea en el medio de la

    ciudad, cuyos edificios se vean altsimos desde esa distancia. El muro que protega

    la ciudad contaba con caones de man. Cuya energa era ms explosiva y

    destructiva que la plvora misma. Record entonces la historia que su padre ms

    de una vez le cont. La leyenda de cmo haba sido fundado aquel reino. Lugar

    donde las rosas azules nacan de forma natural.

    Aos despus de que la luna y el sol ocuparan su lugar en el cielo. Vivi

    una bella doncella cuya adoracin eran aquellos prados verdes de lo que hoy era

    Aomori. Se contaba que tena un corazn duro y fro, que ensordeca sus odos a

    cualquier palabra de amor que pudiese escuchar. Capricho, su forma de ser o mero

    resentimiento, nadie lo saba. Nadie se haba preocupado por tal cosa, aun as

    muchos haban sucumbido ante tanta frialdad.

    La doncella siempre haba sido acompaada y cortejada por un joven

    caballero. Quien da a da le contaba lo mucho que senta por ella. Lo cuanto

    suspiraba al pensar en ella y lo mucho que deseaba que estuvieran juntos y de

    hacer de todos sus das una maravilla. En cierta ocasin aquella doncella, cansada

    de escuchar lo mismo de siempre y endureciendo su corazn ms y ms. Propuso

    a aquel caballero, que si en verdad la amaba, deba demostrarlo. Antes de que

    pudiera or lo que tena que hacer, acept felizmente, pues estaba seguro de sus

    sentimientos por ella. Esperanzado en que por ese afecto no iba a fallar y que al

    final, la doncella terminara reconociendo su amor.

    Si en verdad me amas. Logrars lo que te pido. Lo que deseo es que

    apagues el sol.

  • ~ 20 ~

    Cada palabra penetr como fechas llenas de veneno al corazn del

    caballero, pues se haba sorprendido ante tal peticin, comprendi desde el

    primer momento en que eso era algo imposible de lograr. Lleno de coraje y valor

    respondi.

    Espere a mi regreso mi seora. No me importa cunto tiempo me lleve.

    Pero juro que por este sublime sentimiento, cumplir con vuestro deseo.

    Fue as que emprendi su viaje, una travesa en busca de alguna forma

    para lograr apagar el sol. No saba si era posible o si quiera si haba una

    posibilidad de lograrlo, slo pensaba en su objetivo principal, demostrar lo mucho

    que la amaba.

    Pasaron los das, esos das se hicieron meses y con el tiempo se convirtieron

    en aos. El caballero sigui sin encontrar la manera de lograr aquello que se

    consideraba imposible. Eso era justo lo que la doncella deseaba y se haba

    realizado justo como lo esperaba. Que era alejar a aquel a quien consideraba una

    molestia por siempre de su vida.

    Sin nadie que le confesara su amor, la vida de la doncella volvi a la

    tranquilidad que esperaba tener. Sin nadie a quien rechazar ni sentirse incomoda.

    Un da inesperado, aquel caballero, apareci frente a ella de nuevo. Al ver su

    aspecto andrajoso y descuidado, lo primero que pens, era en que haba llegado a

    darse por vencido.

    Disculpe que la haya hecho esperar por mucho. No me consider digno

    de que alguien como yo merezca de su tiempo. Espero que me regale una ltima

    tarde a su lado en aquel campo en el que tanto le gusta pasear.

    La bella dama juzg al caballero por la expresin en su rostro. Ya que

    seguramente no haba conseguido su objetivo. Estaba ah para disculparse y

    marcharse para siempre de su vida. En el trayecto al lugar iba pensando en lo todo

    lo que le dira. Recriminarle su fracaso, hacerlo sentir mal, una y mil cosas ms que

    pudieran destrozar el corazn. Entonces llegaron al campo.

    Desde un principio cuando su majestad me hizo la peticin. Comprend

    muy bien que lo hizo porque esperaba que jams lo lograra. S que lo hizo porque

    buscaba alejarme de usted durante mucho tiempo. A pesar de todo eso acept

    porque deseaba cumplir con su peticin y que demostrarle con eso de que en

    verdad la amo.

    Una burlesca sonrisa apareci en aquella dama. Pues segn para ella las

    palabras del caballero. Eran las de alguien que se daba por vencido y que estaba

    ah para despedirse.

    Lamento decepcionarla. Pero si he encontrado una manera de apagar el

    sol. Aunque slo podr hacerlo una vez y no durar mucho tiempo.

  • ~ 21 ~

    Justo en ese momento, el sol que brillaba en lo alto apag su luz, el caballero

    haba logrado cumplir su prueba. Ante el asombro de la doncella quien se qued

    perpleja ante lo que suceda frente a sus ojos

    Aun cuando todo este tiempo ha tratado de demostrar que es una

    persona muy dura y fra. Yo s que siempre lo ha hecho porque en el fondo es

    alguien muy frgil. Esa siempre fue su manera de defenderse. Slo quiero que sepa

    que comprendo muy bien porqu lo haca y no le guardo ningn rencor por ello.

    La bella dama enmudeci. Sus ojos demostraban que haba entrado en

    estado de shock, pues era la primera vez que alguien le hablaba de su verdadera

    forma de ser.

    La razn por la que slo puedo apagar una vez el sol, es porque para

    hacerlo, debo pagar con mi propia vida. La doy de corazn para demostrar que

    en verdad la he amado como usted no imagin nunca.

    Explic con lgrimas en los ojos, al ver que su cuerpo comenzaba a

    desaparecer y puesto que saba era la ltima vez que vea a su amada le dirigi

    unas ltimas palabras.

    nicamente recuerde que una vez existi alguien que la am tanto

    que lo dio todo por usted. Incluso su propia vida.

    Dijo finalmente con una sonrisa en su rostro, su cuerpo desapareci

    totalmente y entonces la luz del sol se volvi a encender. La doncella cay de

    rodillas en el campo, haba sido su primera reaccin, inmediatamente empu sus

    manos, tomando el pasto entre sus dedos. Y sin ms y por primera vez en su

    vida, por sus ojos recorrieron lgrimas, era la primera vez que lloraba. Cuando

    las gotas que rodaban por sus mejas tocaron el suelo, se cuenta, que todo

    comenz a tornarse azul, mientras eso suceda record unas de las muchas

    palabras que alguna vez intercambiaron cuando discutan. Donde aquel caballero

    le haba dicho que l soaba con un campo azul y rosas azules, haba sido ella

    quien siempre le haba reclamado que eso era imposible. Su alma se desgarr y

    quebr en pedazos en aquel sitio, eso creo el jardn de rosas azules, al cual le

    conocen como Aomori.

    La princesa volvi a abrir sus ojos. La ciudad cuyos antepasados fundaron

    aos atrs segua delante de ella.

    El viento gua mi destino. Nada me podr detener. Yo Juliett Heinlen

    Brunested demostrar de lo que est hecho mi corazn.

    Corri al bosque en busca de su primer aventura.

  • ~ 22 ~

    LA SIRENA DEL TACAN

    La luna brillaba en lo alto del cielo en tres cuartos de su creciente. Las nubes

    cubran parte de la bveda celestial. Una niebla haba cado sobre Talquian, una

    comunidad rural del volcn Tacan. Una turba de hombres con antorchas,

    machetes, algunos con cruces y rosarios, todos marchaban por el sendero. Su mejor

    arsenal seguramente seran sus cruces y rosarios, considerando que lo que

    buscaban era algo sobrenatural. En das anteriores varios jvenes de la comunidad,

    haban salido por la noche, muchos de ellos levantndose incluso de su sueo. Tan

    slo para perderse en la arboleada que envolva sus comunidades.

    A los das algunos aparecan. Algunos llegaban a su comunidad

    moribundos, otros eran encontrados en los caminos, pero todos siempre sufran las

    mismas seales de ataque. Segn lo que se haba logrado saber de lo poco que las

    victimas lograban pronunciar. Era que los llamaba una dulce voz, guiados como

    por un sueo haca una bella doncella. Siempre la encontraban de espaldas,

    sentada abrazando sus rodillas. De un cabello largo y negro, algunos decan que

    llevaba una blusa de manta color blanco sin adorno. Algunos otros incluso

    decan que no llevaba nada puesto. Cuando ella volteaba a verlos, era cuando su

    mente se perda. Dejando de aquello nicamente una herida fsica. Todos los

    hombres que haban sufrido el ataque haban sido castrados.

    A la nublada vista de aquel grupo de hombres, se hizo visible la figura de

    una mujer. La cual pareca estar sentada abrazando sus rodillas. Justo como

    describan los sobrevivientes.

    Hey! Oiga, dese la vuelta por favor.

    La voz temblorosa del lugareo se not claramente. Una pequea brisa

    brot desde donde se encontraba la mujer, llevando en el aire una extraa

    fragancia, la cual agrad a la turba de hombres. Sin darse cuenta bajaron sus

    armas, las cuales ya colgaban junto a sus calderas. Sus cuerpos dejaron de

    responder y comenzaron a caminar hacia la mujer. A seis pasos se detuvieron. La

    dama se par, lentamente dndose la vuelta. Uno de los lugareos era consiente de

    todo lo que pasaba, pero por ms que trataba su cuerpo no le responda, algo ms

    se haba adueado de l.

    Diente s largos y afilados, piel muerta y su nariz haca falta. Dos grandes

    hoyos negros y profundos por ojos. Sus largas y maltratadas uas se encarnaron

    en la piel del lugareo que iba por delante, mientras hincaba en su cuello esos

    dientes como de tiburn que tena. Cuando mir a los restantes del grupo, unos a

    otros comenzaron a mutilarse. Aquel pobre hombre que an era consiente de todo,

    estaba aterrado. Pues ni uno de sus compaeros se esforzaba por evitar el filazo

  • ~ 23 ~

    del otro. Piernas, brazos, orejas volaron. La sangre corri hasta donde estaba la

    cola de aquella mujer, quien se limpi la sangre de sus dientes con su larga y

    puntiaguda lengua.

    Cuatro Das despus.

    Supongo que hasta aqu llegu.

    Pens Wilhelm apagando el motor de su carro. Lo haba estacionado a

    las afueras de Unin Jurez. A las proximidades del volcn Tacan. Un Shelby

    negro viejo y de carrocera en buen estado, era su medio de transporte. En el

    asiento del pasajero se encontraban a l g u nos peridicos locales, en los cuales se

    alcazaba a leer los titulares; Los Jvenes desaparecen, muertes extraas,

    Mutilador acecha el volcn. Despus de tomar una mochila y meter en ella,

    cantimploras de agua, estacas de madera, algunos libros con smbolos extraos.

    Escondi su auto con ayuda de algunos arbustos. Para luego iniciar el ascenso.

    Al menos tengo once horas antes de que anochezca.

    Wilhelm tena 27 aos, haba pasado su adolescencia metindose en ese tipo

    de situaciones extraas, ese era el negocio familiar. Llevaba puesta una chamarra

    de cuero en color negro. Su educacin se reduca al tratado de seres paranormales.

    Una enseanza que haba pasado de padres a hijos desde tiempos remotos.

    La tierra del camino estaba muy empolvada, era seal de que haca varios

    das no llova en la comunidad. A su lado izquierdo se encontraba la ladera que

    rodeaba, desde la cual se observaban algunas casas en las lejanas del barranco.

    Algunas horas en su camino se encontr con una formacin rocosa. La cual daba

    un aspecto que pronto terminaran rodando, debido a que gran parte sobresala del

    cerro. Con cuidado y extrema precaucin pas a un lado de ellas. Sin dejar de

    sentir una sensacin extraa. No haba cueva alguna entre las rocas y aun cuando

    hubiera querido escalar, las hubiera hecho caer. Por lo que decidi continuar su

    camino. Tras unas cuantas horas ms a pie. Finalmente lleg a su destino. La noche

    estaba cerca.

    Veamos. Todo parece muy normal y tranquilo por aqu. Lo mejor ser que

    busque agua para tomar y un lugar donde descansar.

    El Ejido de Talquian. Se encontraba lleno de letreros que decan

    Bienvenidos en muy mal estado. Al parecer las desapariciones, haban alejado a

    los turistas de aquel lugar. Wilhelm no haba dado ni unos cuantos pasos, cuando a

    su encuentro sali una bella joven, de tez blanca, cabello largo y negro, ojos cafs

    obscuros. Llevaba unos jeans de mezclilla y una chamarra blanca.

    Le invit a pasar a la posada.

    Lo tent aquella dulce voz. A lo que simplemente pudo responder.

    Una invitacin as no se puede rechazar.

    Wilhelm sinti una punzada en su cerebro. Al parecer algo marchaba

    mal. Letreros en mal estado, las cabaas no se quedaban atrs con apariencia de

  • ~ 24 ~

    abandonadas, pero por sobre todo la ausencia de lugareos. La joven que haba

    empezado a caminar para guiar a su invitado, volte a verlo.

    Pasa algo? As disculpa, aun no me he presentado. Le sonri. Tendra su

    misma edad.

    Me llamo Ilse Bolstrain. A causa de los rumores, los turistas nos han

    dejado de visitar y algunos de nuestros lugareos se han marchado.

    Tranquiliz un poco a su alertado invitado.

    Wilhelm Zashchiti Sveta

    Musit a secas tratando que sus apellidos no se alcanzarn a or. No pudo

    dejar de observar la silueta de Ilse al subir por unas gradas de madera. No haba

    parado de ver un slo momento todo el ejido. Dado a que el enemigo el enemigo

    podra estar cerca.

    As que no hablas mucho.

    Perdona solamente pensaba en el trabajo. Lo mucho que voy a hacer

    maana.

    La siempre seriedad en las palabras de Wilhelm hicieron entender a Ilse lo

    mucho que deseaba instalarse en su cuarto lo antes posible. Ya que la obscuridad

    de la noche se empezaba a notar. Tras una breve cena, finalmente lo llevaron a lo

    que sera su habitacin. Segn Ilse otras personas estaban hospedadas en la

    cabaa, ya que por el temor, consideraban que estar cerca era lo mejor.

    Aventando su mochila a la dura cama, la abri. De adentro sac unas

    pequeas bolsas. Aprovechando que su habitacin tena una ventana que daba al

    exterior sali por ella. Sabiendo que contaba con poco tiempo. Se dispuso a rodear

    la casa con aquel polvo blanco. El cual no era otra cosa ms que sal. No pudo dejar

    de dar un paso sin sentirse observado. Siempre volteaba a ver a los arbustos y

    rboles que se encontraban cerca. Esa sensacin de que todo tiene rostro, le hizo

    subir la adrenalina. La niebla comenzaba a espesar y no dejaba ver ms all.

    Regresando a la habitacin no dej de poner sal en la orilla de la ventana y

    un poco ms en la puerta de su habitacin. Volviendo a su mochila sac un rollo de

    tela que extendi en la cama. Era el rollo de tela en el que los doctores suelen

    colocar sus bistures e instrumentos varios. En esta ocasin estaba lleno de tubos

    huecos de latn. De largo tendran unos quince centmetros. De la mochila tambin

    sac una bola de plastilina. Ayudndose con la masa, fue colocando los tubos

    alrededor de la habitacin a una distancia considerable uno del otro.

    Al terminar, regres a su mochila para sacar una pequea estructura

    metlica. La cual coloc junto a un ltimo tubo que puso en el centro de la

    habitacin. Al darle movimiento a la estructura, esta comenz a golpear el tubo. El

    cual propagaba un pequeo ruido que era amplificado por el resto. Esto se repeta

    gracias a que la estructura metlica, estaba hecha como el pjaro que bebe del

    vaso de agua. Es decir, era un motor trmico de movimiento perpetuo.

  • ~ 25 ~

    Esto es lo mejor que puedo hacer por ahora.

    Se quit su chamarra negra, para colocarla en el respaldo de la cama, luego

    sac una Colt Paterson que apresaba con su cinturn hacia su pelvis. Un revolver

    antiguo con can alargado de doce pulgadas, cinco tiros y dosificador de plvora.

    Se recost mirando directo la ventana

    Llegar de noche hubiera sido mi fin. Llegar de da era lo mejor. Pero vea

    como lo vea, ni uno de los dos me daba tiempo para andar ah afuera

    investigando. Si esto es lo que pienso, el ruido que generan los tubos me

    defender, pero si he fallado la sal no lo dejar pasar. Aun si es lo que sospecho,

    dudo mucho que la sal ayude si decide venir directamente.

    Jug con el arma, fingiendo que apuntaba y disparaba a la ventana.

    Tratando con ello de no quedarse dormido. Aunque difcilmente lo hara, ya que el

    tintineo de los tubos huecos, le estaba causando una pequea migraa. Quiz no

    haba sido una gran idea despus de todo, pero si aquel ser al que buscaba era una

    sirena. Aquellos tubos conseguiran salvarlo de caer en su canto. Ya que lo que

    hacan los tubos en s, era obstruir el ruido.

    Wilhelm haba olvidado que su cuerpo estaba cansado por el largo viaje que

    realiz. Sin mencionar que el malestar en su cabeza aumentaba cada vez ms.

    Siendo que era la primera vez que estaba en un lugar por sobre el nivel del

    mar. El tintineante ruido tom forma de analgsico y durmi al bravo hombre.

    Un fuerte golpe a su ventana lo despert. Algo rasg la madera de la

    cabaa, desde la ventana hacia su lado derecho. Esperando a ver que suceda

    Wilhelm se dedic a observar desde donde se encontraba. Cuando de pronto

    escuch la voz de Ilse gritando, pidiendo ayuda. Meti su mano derecha al bolso

    de su chamarra y sac de ella unos tubos que estaban unidos por unos hilos.

    Con el cual lo amarr al cinturn de su pantaln. Una vez hizo esto sali

    corriendo en ayuda de la dama. Con cada paso que daba los tubos se golpeaban

    entre s.

    Al salir de su habitacin hacia la izquierda despus de un largo pasillo, se

    encontraba la puerta abierta de la cabaa. Lo voz de Ilse provena desde ah. Por lo

    que no dud en ir a ver. Se llev un enorme asombro al ver a aquella joven a

    punto de ser atacada. Por lo que sin pensarlo, le dispar con la colt. Acto que

    oblig a aquel ser a darse la vuelta. Aun cuando lo dese por ms que quiso,

    Wilhelm no pudo verle ni la cara, ni los pies. Simplemente esos largos y afilados

    dientes que se incrustaron en su cuello.

    Wilhelm despert de un sobresalto. Su frente sudaba y su respiracin se

    torn agitada. Al tranquilizarse, not que su ventana estaba rota. Aunque los

    restos de vidrios no estaban esparcidos adentro. Se acerc lentamente a la ventana.

    Escondida entre los arbustos, debajo de un rbol. Vio su siniestra silueta. Le

  • ~ 26 ~

    miraba fijamente. Tratar de mirar sus fros ojos era como morir en agua helada.

    Solt una sonrisa macabra mientras se alejaba del lugar sin dar la espalda.

    Que amable! Has venido a saludarme

    Sonri al tiempo que revisaba su arma, tan slo para darse cuenta que le

    haca falta un tiro. Aquello no poda significar otra cosa ms que en sueos le haba

    disparado.

    Cuando menos eso significa que no volver, no por hoy. As que ha

    descansar se ha dicho.

    Regres nuevamente a la cama. Al da siguiente prepar sus cosas para

    continuar con su ascenso en el volcn. Comprenda bien que sera la ltima vez

    que vera la luz del sol. Antes de estar en serios aprietos. Por lo tanto tena que

    investigar todo lo que le fuera posible de aquella zona, en el menor tiempo que le

    fuera posible.

    En el desayuno se encontr con algunos hombres que temerosos le

    agradecieron por el disparo que haba hecho. Ya que segn ellos eso haba alejado

    a aquel espritu maligno que los acechaba. Ilse le pregunt que si poda

    acompaarlo en su ascenso, ya que llevaba das queriendo hacerlo y no se atreva

    hacerlo sola. Ms tarde comenzaron su camino.

    Sobre esa aparicin. Qu dicen ustedes que es? Hay alguna leyenda

    local?

    Aprovech Wilhelm en preguntar despus de una hora de camino en

    silencio.

    A Ilse no le impresion mucho que le cuestionara.

    Todo empieza con una leyenda zoque. Que cuenta que una sirena

    habitaba el volcn Chichonal. Que 1982 cambi su morada al Tacan. Movindose

    por debajo de la tierra, buscando una laguna interna. Debido a que el

    Chichonal hizo erupcin en ese ao. Segn su leyenda el nombre de la sirena era

    Piowachuwo.

    Wilhelm no haba perdido detalle de la pequea historia. Pero an tena

    sus propias dudas y teoras.

    Esa es su historia en el chichonal. Pero cul es su historia aqu?

    Insisti queriendo saber ms, acerca de lo que se enfrentara ms tarde. Pues

    reunir toda la informacin posible. Le ayudara a entender como exterminarla o su

    caso como luchar.

    Vers no s mucho pero si te puedo contar. Ya que tendra algunos

    meses de nacida cuando la piowachuwo lleg. Por aquellos das hombres de todas

    las edades eran sus vctimas. En las noches se robaba a los bebs y nios, eran su

    alimento preferido. Si por infortunio una mujer se cruzaba en su camino, la

    descuartizaba de coraje y envidia por no tener piernas. Por esa razn mi padre,

    nos mand a mi madre y a m, lejos de aqu.

  • ~ 27 ~

    Wilhelm le vio sin impresionarse mucho. Tantos aos en aquel oficio,

    viendo cosas sobre naturales le haban dado ese carcter. Un trabajo que muchos

    abandonaran el primer da.

    No faltaba para llegar a Chiquihuites, el sol no tardaba en ocultarse tras las

    montaas aledaas. Ni bien la comunidad apareci ante ellos, notaron que algo

    extrao estaba sucediendo. Los lugareos parecan estarlos esperando en la

    entrada.

    Wilhelm descolg su mochila, aun caminaban mientras l escombraba

    entre sus cosas, buscando en una de las bolsas chicas de los costados. De entre

    una de ellas sac una bola de papel, al parecer eran servilletas dobladas.

    Pntelos en tus odos. Y luego comienza a golpear estas dos barras entre

    s.

    Lo que el bulto contena, eran dos tampones metlicos para los odos.

    Est bien me los pongo. Pero Qu ests haciendo?

    Se preocup al ver que estaba cargando un revolver con balas de salva. Las

    cuales a simple vista parecan estar rellenas de granos de tierra, otros de sal y

    algunos otros de agua o al menos eso era lo que pareca.

    No te preocupes estas balas no los matar. Pero si los har entrar en

    razn. Aunque son demasiados. Espera aqu, tratar de hacer tiempo. En cuanto

    escuches el canto de la sirena, empieza a hacer sonar estos tubos.

    Aun cuando intent comunicarse con ellos, no le respondieron, era como si

    esperaran que algo sucediera. Wilhelm no deseaba dispararles, ya que no contaban

    con tantas municiones como para cargar contra todos. De la luz del da ya

    slo quedaban estragos y muy pronto desaparecera la poca que quedaba. Los

    hombres comenzaron a andar hacia l. Dispar al pecho de los que iban a adelante,

    los cuales cayeron precipitados al suelo otros a pesar de la herida seguan

    caminando.

    Has que se detengan.

    Apunt a la cabeza de Ilse, quien sigilosa se haba ido acercando.

    Has perdido la cordura? Baja el arma.

    Hizo un ademan con las manos intentando convencerlo. Wilhelm dispar

    en su frente sin piedad alguna. La chica cay al suelo precipitada. Los aldeanos

    corrieron a apresarlo.

    Me equivoqu? No esto no puede ser.

    Comenz a disparar a sus acechantes. Sin previo aviso algo sujet sus pies

    y lo tir al suelo. No haban sido los aldeanos, ni nada que estuviera en el

    suelo con lo que pudiera haberse enredado. Empujando su cuerpo contra el suelo,

    se dio la vuelta, algunos de los hombres apresaron sus brazos y otro ms

    empujaba su cabeza contra el asfalto, pero Wilhelm luchaba tratando de ver

    aquello que sujetaba ya no sus pies, sino tambin sus piernas.

  • ~ 28 ~

    Gran sorpresa que se llev cuando finalmente mir de lo que se trataba. Una

    larga cola negra lo aprisionaba. Sus escamas oscuras parecan tener filo, lograba

    sentirlo aun a travs de su grueso pantaln de mezclilla. Era la bella Ilse quien

    estaba frente a sus ojos. Despus de todo haba acertado.

    Para m fortuna, has llegado en una noche de luna llena. Se goz la sirena.

    Si haba olvidado que tenas una asquerosa cola de pescado.

    Trat de disimular el hecho de que se senta acorralado. Dos hombres se

    aferraron por cada extremo de su cuerpo, para que no pudiera escapar, mientras

    que otros se encargaron de quitarle la mochila y el revlver. Las nubes en el cielo

    relampaguearon.

    Supongo que eso arruina tus planes.

    Se volvi a burlar de la sirena. Los lugareos continuaron sin importar lo

    que suceda. Una vez listos se lo llevaron cuesta abajo, por entre los arboles del

    oscuro bosque. nicamente las llamas de algunas de las antorchas alumbraban el

    camino. Wilhelm trataba desesperadamente de librarse pero la fuerza de los ocho

    hombres era mucho mayor.

    De pronto lo dejaron caer. Apenas sinti el suelo en su espalda trat de

    pararse para salir corriendo pero machetes afilados lo pusieron en su lugar de

    nuevo. Poco alcanz a ver que detrs de l, se encontraba lo que pareca ser la

    entrada a una cueva, una de las que se adentraban al interior del volcn. La

    piowachuwo se abri paso entre los aldeanos, dos hombres altos y fuertes la

    llevaban cargando en sus brazos. La parte superior de su cuerpo iba totalmente

    desnudo, dejando ver sus dos encantos de mujer.

    Ahora entiendo porque la lluvia no arruina tus planes. S que te hace falta.

    Su cuerpo estaba feo y arrugado como el de una anciana. Comentarios sin

    sentido. Ya que a ese tipo de seres les importaban otras cosas. La lluvia que

    empezaba a caer refrescara su reseca piel. El cielo volvi a relampaguear.

    La sirena se acerc ms a Wilhelm quien sonrea en lugar de estar aterrado.

    Como ltimo deseo. Podras levantar tus brazos y danzar para m?

    Cambi el tono en su voz. Esta vez hablaba en serio.

    Hasta que finalmente caes bajo el hechizo de mi canto.

    La sirena levant sus brazos, comenz a mover su cuerpo como si una

    serpiente danzara de lado a lado y repentinamente un rayo cay sobre ella.

    Wilhelm aprovech que sus guardianes se distrajeron, para atacar al que llevaba el

    machete y apoderarse de l. Luego de la parte trasera, atrapada entre el pantaln y

    su espalda sac la colt para disparar al fulminado cuerpo de la Piowachuwo.

    Macheteando alguno de los aldeanos, lleg con quienes haba disparado

    antes. Cortndoles los brazos para que lo dejaran quitarles las balas que aun

    llevaban incrustadas en su cuerpo. Cuando obtuvo las tres, sali corriendo hacia la

    cueva.

  • ~ 29 ~

    Justo lo que pens. Este fue en su tiempo un manantial dentro de la tierra.

    Este debi ser el lugar por donde ella se apareca. Debo apresurarme, no tardar en

    alcanzarme.

    No tan lejos de la entrada a la cueva, se encontraba un hoyo en el suelo, lo

    que pareca haber sido una laguna. Wilhelm salt al orificio y desesperado busc

    entre las rocas y la arena suelta. Finalmente encontr los restos de lo que pareca

    ser el cuerpo de una mujer con medio cuerpo de pez. Al parecer llevaba aos

    muerta.

    Todo es como me lo esperaba. La Piowachuwo muri en la erupcin del

    86.

    Abri las balas de salva que tenan sal blanca, granos de arena y agua

    para dejarlos caer en el cadver. Un grito ensordecedor le hizo saber que la sirena a

    la que haba hecho que le cayera un rayo se haba recuperado. Los tampones que

    momentos antes hiciera que se colara en los odos, estaban ionizados. Al hacerla

    levantar sus brazos al aire, inconscientemente la hizo interactuar con la polaridad

    de la naturaleza. Convirtindola en un pararrayos andante. Wilhelm dispar a los

    restos con la colt, lo cual prendi fuego. Ilse se abalanz sobre su cuerpo

    intentando morderle el cuello.

    Imagin que eras ella desde nuestra platica en el camino.

    Forceje alejndola de su cuerpo, pero ella se resisti.

    Prepar este escenario porque tena mis sospechas desde antes de llegar.

    Moriste hace aos y ahora simplemente eres un parasito que anida en el alma de

    las mujeres.

    Los huesos ardieron rpido hasta consumir todo. El alma que posea el

    cuerpo de Ilse desapareci y ella cay sobre Wilhelm pero l la apart suavemente

    para recostarla en el suelo.

    De haberlo sabido antes, hubiera podido salvarte. Pero yo te mat esa

    noche, cuando crea haberle disparado a la sirena.

    Se levant sacudindose el polvo.

    As que t la mataste, eres un asesino.

    Los aldeanos haban salido del trance. Dadas las circunstancias le sera muy

    difcil explicar las cosas, por lo que decidi apuntarles con la colt e incitarles que

    les disparara si no lo dejaban ir.

    Al da siguiente ley el encabezado en peridico local:

    ASESINO SERIAL ESCAPA TRAS SER DESCUBIERTO MIENTRAS

    LLEVABA ACABO SUS ACTOS

    Un mal retrato acompaaba la nota junto con una jugosa recompensa.

    Negocios de mi familia. Nadie los entender nunca.

    Aceler su shelby negro para ir en busca del prximo espritu o demonio

    que pensaba cazar.

  • ~ 30 ~

    LA AVENTURA DE KARIME

    En uno de los rincones ms ocultos del palacio de las eras, se encontraba

    aquella habitacin. Un lugar que se confundira fcilmente con una biblioteca. Pues

    los enormes estantes apilonados en hileras daban esa sensacin. En lugar de libros

    en las repisas, eran juguetes los que resguardaban las tablas. Pero estos no eran

    juguetes comunes. Estos tenan vida propia.

    Feliz, emocionada y contenta jugaba con ellos, una linda nia que en

    apariencia tendra unos ocho aos. Llevaba un vestido suelto de color blanco de

    tirantes, de largo le llegaba a m e d ia r o di l l a , se notaban sus pies descalzos.

    Los cuales a pesar de estar descalzos se encontraban completamente limpios. Su

    piel era blanca y clara. Su cabello era muy largo y rizado, de color castao obscuro,

    le llegaba casi a la cadera, suelto sin ningn peinado o trenza que lo hiciera ver

    extravagante. Sus ojos cafs obscuros, casi pasaban por negros. El nombre de

    aquella nia era Karime.

    Aviones volaban a su alrededor, haciendo piruetas y maniobras peligrosas

    en las que casi chocaban entre s. Los carros de control remoto jugaban

    carreras por entre sus pies y entre sus osos de peluche, los cuales se asustaban

    al ver que casi se estrellaban contra ellos. Escapando siempre a colisionar.

    La puerta de la habitacin son fuertemente, al ser abierta de forma abrupta

    por los guardias reales. Eran los nueve caballeros que protegan a la familia real.

    No estaban ah ms que para entregar malas noticias. Todos entraron deprisa

    siempre en orden y siguiendo una fila.

    Le traemos informe su majestad.

    Habl el que iba al frente haciendo reverencia mientras que sus ocho

    compaeros restantes se arrodillaron ante la pequea. La nia dej de acariciar

    uno de sus peluches para prestarles la atencin que merecan.

    Tenemos reportes dicindonos que la actividad volcnica de Meirud ha

    comenzado. Segn las ordenes de la princesa, hemos hechos la evacuacin de los

    aldeanos en toda la ciudad de Maiton.

    Si bien la apariencia de aquella nia era la de alguien de ocho aos de edad,

    su personalidad y mentalidad iban mucho ms all que simple apariencia fsica.

    En marcha. Tenemos que impedir que la lava destruya la ciudad. Nada

    le puede ocurrir a este mundo. No hasta que l venga.

    Se abri paso entre los guardias dirigindose a la sala de trono en donde la

    esperaban tres pequeas hadas de colores diferentes. En un vestido color amarillo,

    alas y cabello del mismo color. Quien por nombre tena Kailina. Una de vestido

    rosa claro, su cabello y alas eran igual, ella se llamaba Kristeli. La ltima de

  • ~ 31 ~

    las tres llevaba un vestido celeste pastel, cuyo color recordaba ms al azul que

    suele tener a veces los tmpanos de hielo. Su cabello del mismo color haca

    juego con su blanca piel, su nombre era Mnl.

    Al ver a la princesa, las tres hadas le siguieron de cerca. Todo cuanto estaba

    sucediendo eran predicciones que la pequea haba hecho. Al salir al exterior del

    palacio, se encontr con un pequeo patio el cual contaba con unas jardineras. Un

    camino de piedras blancas cortadas en cuadros, marcaba su trayecto hacia una

    reja. La cual llevaba a la calle que iba a dar a un poblado. La mayora de las casas

    estaban hechas de madera y eran muy grandes. A unos cuantos pasos de la nia se

    encontraba una capsula. Construida toda de cristal, posada sobre una pequea

    base metlica de color platino, en la parte superior tena unos extraos cables

    plateados que desaparecan en el aire.

    Mnl ya conoces el plan. Por favor has los honores.

    Indic al hada celeste pastel.

    Por su puesto Princesa Karime. En un segundo estar todo listo.

    No termin de decir esto, cuando un haz de luz celeste cruz el cielo en

    direccin al sur del palacio. Aquella era una atmosfera cuyo color oscilaba entre

    blanco y azul.

    Ni un pestaeo habra sido ms rpido que aquella intrpida hada. Dos

    segundos despus la capsula comenz a parpadear una luz blanca, indicando con

    ello que estaba lista para usarse. La princesa y las dos hadas entraron en el

    aparato. El cual las llev a cientos de kilmetros lejos del palacio. Justo al sur, el

    lugar a donde Mnl haba volado antes. En ninguna direccin a la que voltearan a

    ver estaba el palacio. Ms todo era cadena de montaas y rboles por todos lados.

    Perder el lugar al que se dirigan no era fcil. Si bien el humo de la fumarola del

    volcn no era suficiente. Los nueve guardias comenzaron a salir uno a uno de la

    capsula.

    Rpido y no se queden atrs. Ya saben que deben hacer. Debemos actuar

    rpido.

    Les indic a todos. Mnl se sent sobre el hombro izquierdo de Karime. Lo

    cual ayud a la pequea nia a ir tan rpido como el hada celeste pastel. Dej

    atrs a los guardias esquivando rboles y arbustos con una gran facilidad. Cuando

    por fin lleg a la cima se detuvo. El crter del volcn se encontraba frente a sus

    ojos. Estaba ah porque deseaba ver de qu lado saldra la lava e ir detenindola

    todo el camino. Pronto una estruendosa explosin vino acompaada de un fuerte

    temblor, Karime casi cae al suelo pero logr detenerse equilibrndose con sus

    brazos. Frente a ella la lava era expulsada a ms de cincuenta metros de altura,

    como si un geiser lanzara agua.

    La princesa respir profundamente sabiendo que se avecinaba un momento

    muy tenso que requera de toda su concentracin. Estir su brazo izquierdo y en

  • ~ 32 ~

    ese momento vendas blancas lo cubrieron desde su mano hacia el antebrazo, hasta

    antes de su codo. Preparada salt hacia el tronco de uno de los rboles que se

    encontraba cerca. Su cuerpo se sujet como si sus manos y pies se hubieran pegado

    a la corteza. Esto le ayudara a que si por alguna razn la lava la alcanzaba, no la

    tocara directamente. As fue avanzando todo el camino volcn abajo, saltando de

    rbol en rbol, aferrndose a sus cortezas. Mnl vol hacia donde estaban los

    guardias para indicarles el lugar por donde la princesa llegara.

    De la venda que llevaba en su antebrazo izquierdo, cortaba pedazos que

    luego dejaba caer al suelo. Los cuales al entrar en contacto con la superficie,

    creaban enormes zanjas. Cuando la lava llegaba a estas hendiduras, detena un

    poco su avance. Era lo que la pequea deseaba, comprar tiempo, ya que la mejor

    parte de su plan lo necesitaba.

    Tras terminarse la venda en su brazo, se dedic a saltar entre los rboles

    para avanzar ms rpido a la parte baja. A los lejos mir dos luces que llegaban

    hasta el cielo una amarilla y la otra era rosa. Eran Kristeli y Kailina que sealaban

    el lugar donde se encontraban. Con su ayuda para dirigirla a donde estaban todos,

    finalmente lleg. En aquel lugar se encontraban siete guardias, los cuales haban

    cavado una gran fosa profunda que rodeaba todo la circunferencia del volcn. Era

    lo ltimo que tenan para hacer tiempo.

    Esperemos a que esos dos lleguen a tiempo.

    Musit la pequea. La lava estaba por llenar la zanja. El poblado que estaba

    cerca sera arrasado de no lograr parar aquel lquido ardiente.

    Todo est marchando segn su majestad ha previsto.

    La alab uno de los guardias dndole nimos. La lava desbord sin ms,

    obligando retroceder a todos. Karime casi entra en pnico al ver que sus planes se

    le haban salido de control. Retomando calma comenz a retroceder, esperando a

    que algo sucediera. Las cabaas de techo de paja y paredes de adobe estaban por

    ser destruidas. La pequea cerr sus ojos y detuvo sus pies. No dara un paso ms

    atrs. Ella no se salvara si no salvaba aquella aldea.

    Una fresca brisa cubri su rostro. Bajo sus pies sinti que algo fro y lquido

    corra desde la zanja. Al abrir nuevamente sus ojos pudo percatarse de que la lava

    estaba siendo extinguida por una fuerte corriente de agua que pasaba en el aire. Al

    voltear a ver, se encontr con los dos guardias que restaban.

    Perdone Princesa. Hemos tenido un poco de retraso.

    Indic uno de los dos. Ambos estaban montados sobre lo que pareca ser un

    enorme molusco. Tentculos sobresalan de su coraza aplanada llena de picos. Era

    como un pulpo atrapado dentro de una almeja gigante. La cual aventaba agua a la

    lava. Gruesos lazos se aferraban a la coraza y sujetaban algunos de los tentculos.

    De esa forma lo domaban. La luz de las dos hadas haba servido tambin para

    guiarlos a ellos.

  • ~ 33 ~

    Nos hemos salvado! Ha faltado muy poco.

    Suspir Karime mirando el cielo.

    Todo ha sido gracias a su consejo.

    S. Si usted no hubiera previsto lo que iba a suceder. Y no hubiera hecho

    el plan acorde a ello. Ahora mismo el poblado estara en llamas.

    La princesa no era el tipo de persona que se dejara adular mucho por sus

    logros. Aunque siempre se senta bien de ayudar en todo lo que poda. Sus ojos

    an seguan fijos en el cielo. Llena de sorpresa y admirada mir a todos y expres.

    La aventura apenas empieza. Todos a sus puestos. L EST AQU.

    Orden la Princesa al sentir una presencia en el cielo. Pues por fin llegaba

    al mundo que haba creado ese a quien esperaban. El cielo se haba llenado de

    enormes nubes, que ms que simples formaciones de gas, tenan ms una

    apariencia de estar hechas algodn puro. Pronto el algodn comenz a romperse

    como si una enorme roca hubiera cado sobre l.

    Continua en.. El Mundo de los Sueos: El Palacio de las Eras

  • ~ 34 ~

    EL DESTINO DE UN SOADOR

    Una sombra negra pas velozmente cubriendo gran parte de aquel campo

    verde. Prados, laderas, colinas y pequeos cerros. Una gran extensin sin

    civilizacin alguna. La vida salvaje reinaba en aquel lugar. Aquella mancha era un

    enorme dragn de escamas negras que sobrevolaba la llanura. Su cuerpo alargado

    y aplanado era como el de una lagartija. Sus enormes alas eran cuatro veces el

    tamao de una persona de largo. Una sola de sus garras era tan grande como para

    apresar a un adulto entre ellas. Montado en su lomo iba un caballero, no llevaba

    espada ni botas, su ropa negra le daba ese aspecto. Llevaba cerrados sus ojos.

    He visto morir a mi amada infinidad veces. Escapndose de mis manos la

    posibilidad de ayudarla. No importa como pero siempre sucede. La crueldad de lo

    que suele ser la vida invade mi corazn y el miedo se junta con la desesperacin.

    Obligndome a perder m camino.

    Frente a ellos apareci un valle sin vida silvestre, todo era dura roca. El

    suelo estaba agrietado.

    Mis ojos han visto suceder cosas. He visto a la Atlntida hundirse. A la

    hermosa ciudad de Celestia caer del cielo y la he visto a ella, a la mujer ms

    hermosa que haya existido.

    Un mar de nubes se ci bajo el dragn y su caballero. Aquel lugar era al

    que llamaban el fin del mundo. El caballero se par y extendi sus brazos.

    Si mi destino era conocerla, si era el perderla siempre y verla morir

    siempre. Por qu iba a tener el conocimiento para viajar en el tiempo?

    Se lanz en un clavado al vaco, aun cuando sus ojos se abrieron. No

    hubiera sido capaz de admirar aquella vasta vista, pues era ciego. De su espalda

    salieron dos alas blancas, eran tan largas como su cuerpo. En la punta llevaban una

    pluma negra.

    Cambiar su destino. Cambiar el fluir del tiempo.

    Una inmensa luz blanca hizo desparecer su cuerpo en el aire, junto con su

    dragn el cual vol cerca de l en picada.

  • ~ 35 ~

    EL PRINCIPIO DEL FIN

    La luz de Horus me despert aquella maana. La estrella que da vida a Gaia

    con su resplandor, el mundo donde vivo. Recuerdo muy bien que su recorrido ya

    pasaba dos dcimas de aquel amplio cielo azul. Su penetrante luminiscencia

    amarilla pegaba directo en mis ojos. Yo me encontraba recostada, sobre una cama

    hecha con bultos de paja, una frazada impeda que me lastimara con las ramas

    secas. Ese da era muy especial, pues yo cumplira doce aos. Era el 6 de Mizraim

    del ao 3986. El doceavo mes del ao, de 21 que lo conforman.

    En ese da memorable, mi padre Druein, haba prometido llevarme a

    Alargeim, una inmensa ciudad imperial. Construida por Kilmetros y kilmetros

    de cimentacin de enormes edificios que se perdan entre las nubes. Con cientos de

    personas deambulando por las calles. Me impresionaba tambin el imaginarme

    como se veran aquellos vehculos flotantes en el aire, que segn mi padre

    funcionaban gracias a los cristales de Levitn, los cuales eran sacados de minas,

    despus de pasar por un ciclo de condensaciones se converta en energa pura.

    Cada vez eran ms las ciudades y menos eran los bosques y campos frtiles que

    abarcaban nuestro mundo. Pero lo que ms me llamaba la atencin eran las tiendas

    de ropa de las que tanto me contaba mi madre cuando an viva. Ese da por fin

    conocera todo eso. Ya que toda mi vida hasta ese momento, era ms que conocer el

    campo. Extensiones de pastizales y prolongaciones de bosques. Segn me haban

    contado eso era todo lo que era Gaa y que ms all del horizonte era igual, solo

    ms all al final del bosque se encontraba una inmensa extensin de aguas. El mar

    de Eirie que formaba parte del nico ocano Osiem

    Me sent en la orilla de la cama colocando mis pies sobre el suelo. De entre

    la paja mi cama, tom unas vendas que sola poner ah por la noche, luego comenc

    a rodear mi torso. Con eso deseaba ocultar los voluptuosos que se estaban

    volviendo mis senos. No es que me importara ocultarlos, si no es que ms bien

    deseaba que mis amigos no se burlaran de m como haba sucedido la ltima vez.

    Ese da todos estaban reunidos en las afueras de Nimbel, iramos a un

    bosque cercano a jugar. Yo estaba retrasada as que corr todo el camino lo ms

    rpido que pude. Cuando finalmente llegu, todos se desataron en unas fuertes

    carcajadas que incluso los oblig a doblarse. Yo no supe que haba ocurrido, solo

    miraba a Rich el nio que en ese entonces me gustaba, l slo estaba colorado. Por

    aquellos das yo utilizaba una camiseta de lana, mi madre haba muerto mucho

    antes de que llegramos al pueblo, cuando yo tena unos 4 aos. Mi padre siempre

    se haba encargado de m, pero nunca me haba educado en las cosas que tena que

    saber de las mujeres.

  • ~ 36 ~

    Rich se enoj y zapateando el suelo con su pie derecho, oblig a todos a

    callarse. Una vez pas todo aquello que an no comprenda nada de lo que haba

    sucedido, nos dirigimos al bosque.

    En fogatas nocturnas que se haban hecho en el poblado, algunos adultos

    mayores solan contar historias. Entre ellos estaba mi padre, que la noche anterior

    nos relat sobre los Necronder.

    Espritus malignos que habitaban en el bosque, segn la leyenda que nos

    cont, deca que se alimentaban del alma de los Gesianos. Un pacto que haban

    hecho con Horus los mantena alejados de nosotros y que en muy rara ocasin un

    Gesian lograba ver uno. Ese da queramos comprobar que realmente existan. Pero

    lo nico que sucedi fue otra cosa. Despus de haber entrado al bosque, una espesa

    niebla cubri todo, aquel era el proceso normal por el que la naturaleza regaba las

    plantas y rboles. Aquella bruma se fue impregnando poco a poco en la tela de mi

    camiseta, lo que provoc que se fuera humedeciendo. Cuando todo acab, salimos

    del bosque, pues antes no habamos podido al no ser capaces si quiera de ver

    nuestras propias narices.

    Todos los nios empezaron a burlarse de m. Diciendo que pareca una

    mujer grande y hacan seas con sus manos como si estuvieran cargando cocos.

    Fue hasta ese momento que me percat de lo que haba ocurrido antes, era que

    corr todo el camino, provocando que mis dotes de mujer en proceso de

    crecimiento saltaran de un lado a otro. Y ahora todos se rean porque el agua de la

    bruma haba provocado que la tela se transparentara. Si yo hubiese sido una nia

    normal, quiz en aquel momento hubiera ocurrido una de dos cosas. O me

    marchaba corriendo y llorando por la vergenza o me queda quedaba ah

    avergonzada tapndome y llorando. Pero lo que yo hice fue lo ms comn en m.

    Golpe a todos en la cabeza tan fuerte que no recordaran ni su nombre. En

    eso estaba cuando Rich me dio su playera. Se la haba quitado para que yo me la

    pudiera poner, debajo l no llevaba nada. Pero lo que ms me impresion era que

    aquella playera negra era su favorita. Pasaba su dedo ndice izquierdo debajo de su

    nariz de un lado otro, mientras me daba su presente con una enorme sonrisa que

    cubra todo su rostro.

    Al terminar de sujetar las vendas, recorr mi cabello y me hice una trenza

    con ayuda de un listn que hace aos perteneciera a mi madre. Ciertamente

    tenamos mucha ropa de ella guardada pero la mayora no me quedaba por las

    medidas de mi cuerpo, debido a que an era muy chico. El grupo de mis amigos

    lleg a gritar afuera de mi casa. Presurosa sal pues deseaba regresar lo ms pronto

    posible, para emprender el largo viaje que tenamos planeado para ese da con mi

    padre. Quise creer que volvera a tiempo.

    Cuando pis el suelo con mis pies descalzos afuera de la pequea cabaa

    donde viva, sent algo muy extrao, era como si todo el ambiente estuviera

  • ~ 37 ~

    enrarecido. Los restos del agua en el csped reflejaban la luz de Horus, los cuales

    calentaron mi piel como de costumbre, mis ocho compaeros de juegos estaban

    ah. Todos me saludaron como si se estuvieran despidindose de m. Rich sonrea

    con una intensidad que me hizo sentir an ms fuera de lugar. Continu mi camino

    hacia ellos y todos salieron corriendo hacia el bosque. Por suerte mi padre por

    alguna razn haba insistido en que nuestra cabaa quedara en las afueras del

    poblado, el camino que pasaba frente, era el que todos usaban para salir.

    En ese momento una caravana de adultos pas por ah, empujndome y

    hacindome a un lado, debido a que estaba a la mitad de la va. No pude

    comprender como es que aparecieron de la nada, pero ah estaban ellos, siendo

    dirigidos por el clrigo del pueblo. Pero es que tenamos uno? Aquella comitiva

    no era ms que una marcha fnebre. No recordaba noticia alguna de que alguien

    del pueblo hubiera muerto. Pronto alcanzaron a mis compaeros y pens que ellos

    esperaran a que los pasara, pero me fue ms extrao el ver cmo se unieron. Me

    qued con una sabor en boca de algo muy inslito, ya que ellos eran igual a m,

    preferan las tardes llenas de juegos, a pasar horas aburridas en aquellas sombras

    despedidas.

    Mi corazn palpitaba dentro de m, bombeando ms sangre de lo normal. La

    piel en mi nuca se eriz por completo y las pupilas de mis ojos se redujeron a

    simples granos de arena. Corr desesperada a jalarlos para que se salieran, pero ni

    uno ni otro se fij siquiera en que yo exista. Intent muchas cosas para detenerlos,

    aferrarme de sus pies, jalarnos fuertemente del brazo, empujarlos fuera del cortejo,

    pero nada funcionaba siempre seguan con el camino. Era como si estuvieran en un

    trance del cual yo no era afectada.

    Pasamos junto al bosque al que solamos ir a jugar y ninguno se fij si quiera

    en que yo estaba ah insistiendo en que pararan. El camino extendi por una cuesta

    arriba la cual a ambos lados del camino lo rodeaban arbustos y ms arriba se

    observaba que se prolongaba en una curva que ocultaba la continuacin. Era como

    si aquello tratar de calmarme, pens. Nunca antes haba llegado tan lejos del

    poblado y comenzaba a desesperarme, pues algo dentro de m gritaba que estaba

    por pasar algo horrible y que era necesario parar la comitiva a como diera lugar.

    Pensando en eso, mir que por ningn lado llevaban algo que se pareciera a un

    muerto. Una marcha fnebre sin muerto? Me preocupe ms y decid ir a reclamar

    al Clrigo quien era el que diriga todo eso. Pasando por entre los aldeanos y

    algunos de mis amigos llegu a l. Pero tampoco me hizo caso, me ignor como si

    no existiera, cuando me alejaba alcanc a ver que su rostro dibujaba una sonrisa

    perversa. Luego borrndola se volte y le dijo a sus concurrentes que estaban

    prximos a llegar al lugar del ritual.

    Un extrao fro recorri mi corazn como viento helado ayudando a erizar

    la piel de mis brazos. Mis presentimientos estaban en lo correcto, deba no slo

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    parar a mis amigos, sino tambin a todos del pueblo, pues estaban por ser

    sacrificados en algn extrao ritual. Aquella era la marcha fnebre de su muerte.

    Nuevamente intent de mil maneras pararlos pero todo fue intil. Al dar la vuelta

    en la colina, al fondo pude observar una casa vieja, era enorme, antao pareca

    haba pertenecido a una familia acomodada. Pero a juzgar por su apariencia

    llevaba aos en el olvido.