Data Revista No 50 n50a09

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RESUMENEsteartculoseenmarcaenunainvestigacinetnogrfcaqueindagaentornoaprocesosdeintervencinsocialsobrela infancia con derechos vulnerados en un dispositivo estatal en la conurbacin de Buenos Aires (Argentina). Focalizo en las actuacionesdelosagentesinstitucionalesyensusinteraccionesconlosbenefciarios,queconfguranladimensinms cotidiana de la poltica de proteccin integral de derechos de la infancia. Exploro aqu algunas implicancias de las renovadas confguraciones que asumen las relaciones entre los dispositivos administrativos y las familias y adultos responsables del entorno cercano de los nios. Esta reconfguracin se caracteriza por una complementariedad asimtrica entre administradores y administrados que resulta constitutiva de los modos de gestin de la infancia en la contemporaneidad.PALABRAS CLAVEGestin de la infancia, derechos del nio, etnografa del Estado.Relations between Administrative Measures and Family Arrangements in the Management of Children with Violated Rights. An Ethnographic ApproachABSTRACTThis article is part of an ethnographic study that explores processes of social intervention relating to children with violated rights in a state device in the metropolitan area of Buenos Aires, Argentina. I focus on the actions of institutional agents and theirinteractionswiththebenefciaries,whichconstitutethemostcommondimensionofthepolicyofcomprehensive protection of the rights of children. Here I explore some implications of the new forms of relations between the administrative devices and the families and adults responsible for the childrens immediate environment. This reconfguration is characterized by an asymmetric complementarity between administrators and those they administer to, which is constitutive of the modes of managing childhood in contemporary times.KEY WORDSManagement of childhood, childrens rights, ethnography of the state.*EsteartculoseoriginaenelmarcodelainvestigacindoctoralinscritaenlaFacultaddeFilosofayLetrasdelaUniversidaddeBuenosAires,con fnanciamiento del Conicet, titulada: La construccin de la niez entre lo local, lo global y la poltica. Una etnografa sobre procesos de institucionalizacin de los derechos del nio en contextos de desigualdad social. El proyecto es dirigido por Laura Santilln y codirigido por Mara Rosa Neufeld. Una versin preliminar de este artculo fue presentada como ponencia en las 3ras Jornadas Estudios sobre infancia. Vida cotidiana, saberes y polticas pblicas en Argentina y Latinoamrica (1880-2010), en Buenos Aires, en noviembre de 2012, bajo el ttulo La ley interpelada: narrativas hegemnicas y prcticas cotidianas en la gestin de la niez.vMagster en Diseo y Gestin de Polticas y Programas Sociales por Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), Argentina. Actualmente seencuentrafnalizandoeldoctoradoenAntropologaSocialenlaFacultaddeFilosofayLetrasdelaUniversidaddeBuenosAires,Argentina. Miembro del Grupo de Trabajo de CLACSO Juventudes, Infancias: Polticas, Culturas e Instituciones Sociales en Amrica Latina y el Caribe. Entre sus ltimas publicaciones se encuentran: Los derechos del nio. Un campo en disputa. Boletn de Antropologa y Educacin 4, n 5 (2013): 21-25. Correo electrnico: [email protected] Relaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares en la gestin de la infancia con derechos vulnerados. Una aproximacin etnogrfca*Fecha de recepcin: 20 de septiembre de 2013Fecha de aceptacin: 28 de enero de 2014Fecha de modifcacin: 30 de mayo de 2014DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res50.2014.08 Agustn Barnav57IntroduccinEste trabajo se enmarca en una investigaci-ndoctoralquebuscaexplorarlosmodos degestindeniezygobiernodepobla-ciones(Foucault2006),enelmarcodel enfoquedederechosdelnio.Seaborda desdeunaperspectivaetnogrficafocalizadaenlas instanciascotidianasdeintervencinsobreniosy sus familias que se despliegan en dispositivo estatal quebuscarestituirderechosvulneradosdenios en la conurbacin de Buenos Aires, en contextos atra-vesados por una marcada desigualdad social. En par-ticular,nosinteresaindagarlasmediacionesque, enlasactuacionesdelosadministradoresestatales yensusinteraccionesconlosadministrados,habi-tualmentedesectoressubalternos,configuranesas intervenciones. Reconstruir estos procesos de media-cinpuedepermitirnosavanzarenlasreflexiones en torno a las complejas dinmicas entre fenmenos globalesylocalesque,enlacontemporaneidad,sig-nanlagestindelainfancia,particularmentepro-pia de sectores populares.Elenfoquedederechosdelnioysusingularcristali-zacin en la Convencin Internacional de los Derechos delNio(CIDN)sehaconvertido,enlasltimasdos dcadas,enalgomsquelamsexitosa1normativa 1Elxitorefierenosloasucasiuniversalratificacin(losnicos pasesquenoratificaronsuadscripcinalaCIDNsonEstadosUni-dos,Somalia,ylarecientementeindependizadaTimorOriental), sino tambin a su carcter vinculante, por el cual los pases que ads-criben debe adecuar su legislacin nacional y los dispositivos de ges-tin de la infancia a los parmetros de la Convencin.global impulsada por la Organizacin de Naciones Uni-das(ONU).Conunamultiplicidaddeactorespartici-pantes tanto globales y transnacionales como locales encadacontextodeimplementacin,sefueconfi-gurandounaciertaretricapropiadelosderechosdel nio, con una penetracin inusualmente profunda en los ms variados mbitos asociados a la niez.Tantoenlaletradelasdiversasnormativas2comoen lainagotableliteraturaproderechosdelnio,3mu-chos de sus lineamientos centrales se presentan como inmanentementepositivosyautoexplicativos.Esos lineamientos,eninteraccinconlasdinmicasloca-les,vanconfigurandociertostpicosquesetornan msvisiblesysignificativosqueotros.Porcuestiones quenodesarrollaraqu(verBarna2012;Villaltaetal. 2011; Llobet 2011), pero que estn fuertemente relacio-nadasconlahistoriadelagestinestataldelaniez y el proceso de constitucin de un campo por los dere-chos de los nios, determinados lineamientos calaron profundo en nuestros contextos. El imperativo desins-titucionalizador(Magistris,BarnayCiordia2012), laentronizacinde lafamiliaylaponderacindel consensoyelcompromisosonalgunosdeestoslinea-mientos,quesuelenserampliamenterecuperados. Estoslineamientossonalgomsqueunparmetro 2Por ejemplo: Convencin Internacional de los Derechos del Nio, Le-yes Nacionales y Provinciales de Proteccin Integral.3Podemos considerar las producciones de organismos transnacionales como Save the Children o Unicef, de instituciones gubernamentales, de organizaciones sociales y gremiales e, incluso, de mltiples auto-res individuales.Relaes entre dispositivos administrativos e arranjos familiares na gestoda infncia com direitos vulnerados. Uma aproximao etnogrficaRESUMOEsteartigoseenquadranumapesquisaetnogrfcaqueindagasobreprocessosdeintervenosocialsobreainfncia comdireitosvulneradosnumdispositivoestatalnaconurbaodeBuenosAires(Argentina).Enfoconasatuaesdos agentes institucionais e em suas interaes com os benefcirios, que confguram a dimenso mais cotidiana da poltica de proteo integral de direitos da infncia. Exploro aqui algumas implicncias das renovadas confguraes que assumem as relaes entre os dispositivos administrativos e as famlias e adultos responsveis pelo ambiente prximo das crianas. Essa reconfguraosecaracterizaporumacomplementariedadeassimtricaentreadministradoreseadministradosqueacaba sendo constitutiva dos modos de gesto da infncia na contemporaneidade.PALAVRAS-CHAVEGesto da infncia, direitos da criana, etnografa do Estado.Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. Pp. 228.ISSN 0123-885X Bogot, septiembre - diciembre de 2014 Pp. 57-70.58normativo,4seimbricanenprocesosparticularesde nuestro contexto nacional y se configuran en articula-dores polticos y en tpicos moralmente cargados,5 con fuerteincidenciaenlapolticadeintervencinsobre los nios y, por aadidura, sobre sus familias.Explorardesdeunaperspectivaetnogrficasobrelospro-cesos de mediacin, donde se ponen en juego trayectorias, valoraciones, contextos de actuacin y prcticas concretas de los distintos actores involucrados, nos permite acercar-nos a las complejidades que suponen los modos de gobierno de las poblaciones (Foucault 2006), en el marco del enfoque de derechos. En particular, al encarnarse en contextos lo-cales, signados por la desigualdad social. Es oportuno aqu retomar una sugestiva alerta que Nikolas Rose postula en relacin con las ideas asociadas al gobierno de las poblacio-nes.Afirmaque,comoperspectivaanaltica,laguberna-mentalidad no es una teora del poder o del gobierno, sino ms bien una herramienta que permite realizar preguntas particularesalfenmenoquebuscacomprender,pregun-tasquepermitenestructurarlaconstruccinderespues-tasatravsdelaindagacinemprica(Rose,OMalleyy Valverde 2006). De este modo, cuando utilizo nociones de raigambrefoucaultiana,comogobiernodepoblaciones omodosdegestindelaniez,nolasentiendocomoca-tegorasqueporsmismasexplicanlosprocesossociales, sino como conceptos gua que si bien iluminan rasgos de procesosactualesdedominacin,6caracterizadosporlas intrincadasinterdependencias(RoseyMiller1992)entredeter-minadas racionalidades polticas y tecnologas de gobierno que promueven tanto el gobierno de s como la conduccin delaconductadelosotrosdebenllenarsedecontenido desde el registro y la reflexin etnogrfica.Distintasautoras(Vianna2002y2010;Villalta2010),in-vestigandoenydesdenuestroscontextosregionales,han llamadolaatencinsobrelosriesgosdeperspectivasque proyectan lecturas dicotomizantes entre el aparato adminis-4Que se expresa, entre otros, en el prembulo y los artculos 5 y 20 de la Convencin Internacional de los Derechos del Nio; los artculos 3, 4, 7 y del 33 al 41 de la Ley Nacional n 26.061 de Proteccin Integral de los Dere-chos de las Nias, Nios y Adolescentes; y los artculos 3, 7, 9, 16, 18, 29, 34 y 35 de la Ley de la Provincia de Buenos Aires n 13.268 de la Promocin y Proteccin Integral de los Derechos de los Nios.5Entendemos aqu a lo moral, en su acepcin durkheimiana, como un hecho socialmente construido, que se impone en los seres sociales en su doble faceta, tanto en su carcter de imperativo de autoridad como en su carcter deseable (Durkheim 1951).6Alreferirmealapolismicanocindedominacin,lohagoaqu guiadoporunainspiracinbourdeanayweberiana,encuan-toejercicioeternamenterecreadoporelEstadoparagenerarla creenciaenlalegitimidaddeladominacinlegalquelmismo ejerce (Bourdieu 2007; Weber 1974).trativo y las diversas configuraciones familiares. Las alertas sobre el carcter ilusorio de la separacin entre entes como Estado y Sociedad Civil no son nuevas para las ciencias sociales. Gramsci plante esto tempranamente al proclamar una mirada integral hacia el Estado en clave de una hege-monaacorazadadecoercin(verPereyra1988;Gramsci 2000), y tambin fue retomado en producciones antropol-gicas ms recientes orientadas a pensar el Estado y sus rela-ciones como objeto de la indagacin etnogrfica (Ferguson y Gupta 2002; Carenzo y Fernndez 2009). Sin embargo, estos avancesnosiempresereflejanenlavoluminosaliteratura sobre derechos del nio. Ya sea por miradas que, en general en el marco de la crtica al enfoque tutelar, se detienen casi exclusivamente en los procesos de vigilancia y control esta-tal sobre las poblaciones (por ejemplo, Garca Mndez 1991). Ya sea por perspectivas que, bregando implcita o explcita-menteporlainstitucionalizacindelenfoquedelosdere-chos del nio, proyectan una visin cosificante que idealiza relacionesarmnicasentreunosyotros(porejemplo,Ba-ratta 1998; vila, Amengual y Machain 2009).Retomo entonces la propuesta de Carla Villalta al afirmar que esta relacin puede analizarse como un ejercicio de dominacin que, en lugar de ser traducido como una ac-cin de vigilancia o de control estricto y permanente, su-poneenmuchoscasosrelacionescomplementarias,en las que la imposicin cede a la negociacin, la autoridad ideal a la posible, el inters superior del nio al menor riesgo (Villalta 2010, 13).En este trabajo en particular, pretendo indagar, desde la re-construccin in extenso de una situacin etnogrfica en un ServicioLocaldeProteccindeDerechos7deLaMatanza,8 en torno a las relaciones que se construyen cotidianamen-te entre los dispositivos institucionales y las unidades do-msticas. Al reconstruir la gestin de la niez en contextos de desigualdad social desde una mirada centrada en los procesos de intervencin cotidiana, encontramos que estas 7El Servicio Local de Promocin y Proteccin de Derechos de Nios es uncomplejodispositivoinstitucionalformalmenteinauguradoen La Matanza a principios de 2007, a travs de un convenio entre el mu-nicipio y la provincia de Buenos Aires, segn lo estipulado en la Ley De la Promocin y Proteccin Integral de los Derechos de los Nios. Es, como marca la flamante ley, el encargado de la gestin estatal de la niez en los mbitos local y territorial.8La Matanza es el partido ms extenso (325,71 km2) y ms poblado (1.772.130 habitantes,censo2010)delos24partidosqueconformanelconurbano bonaerense, un gran conglomerado urbano y semirrural que envuelve a la Capital Federal. La Matanza es uno de los partidos con mayores ndices de pobreza y desigualdad social; sin embargo, tambin se destaca por su fuertedesarrollodeorganizacionesdebaseymovimientossocialesque surgen al calor de uno de los procesos de ocupacin y asentamientos po-pulares ms importante del conurbano (Manzano 2007).59Temas VariosRelaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares Agustn Barnarelacionestienenmsdenegociacinycomplementarie-dadasimtricaquedeuncontrolverticalejercidoporlos agentesestatalessobrelaspoblaciones.Acontinuacin buscarsostenerestaaseveracinyreconstruir,desdeel registro de la vida cotidiana (Heller 1994) en los dispositivos localesdegestinestataldelaniez,algunosmaticesde estos procesos en los contextos estudiados.Lo mejor para Yamila. Negociando compromisos y responsabilidadesDurante una maana de principios de septiembre de 2010 llega a la sede de atencin de casos del Servicio Local9 un hombredeunos60aos,alqueparecenconocer,porlo menos,algunosintegrantesdelequipo.Esalto,camina erguido,tieneunfrondosocabellocanosoytezparda. Viste una campera y un pantaln de jean gastados. Aguar-da en la sala de espera de la sede hasta que Ana, la coordi-nadora de la sede, est disponible para atenderlo; alterna algunascaminatasenpequeoscrculosconmomentos en que se sienta, con las manos juntas entre sus piernas y la mirada algo perdida. Se llama Claudio Alba; es el padre de Lorena, de unos 35 aos, y abuelo de Yamila, de 12. Re-construyo los antecedentes de su presencia en el Servicio hablando, a lo largo del da, con diversos tcnicos que in-tervinieron en su caso, y revisando parte de la documen-tacin construida en las sucesivas intervenciones.Elaoanterior,integrantesdelEquipodeOrientacin Escolar (EOE) de la escuela a la que asista Yamila, con el avaldesuabueloClaudio,sepresentaronenelServicio Localadenunciaruna situacindeviolenciafamiliar porpartedeLorenasobreYamila,sunicahija.Conel tiempo,ytrasunainternacinparahacerundiagns-ticopsiquitrico,sellegalaconclusindequeLorena padecauncuadroesquizofrnico,ysevincularonaesa patologa las agresiones a Yamila. Se acord que Lorena, quevivasolaconsuhija,tomararegularmenteuna medicacin que la estabilizara, que Claudio se hara res-ponsable de garantizar esta situacin y el bienestar de su nieta, y que habra un seguimiento articulado del caso entre la escuela de Yamila y el Servicio Local.Luegodemsdeunao,semanasatrssecomunicaron con el Servicio desde la escuela de Yamila para transmitir que vean con preocupacin un deterioro en el rendimien-to y la conducta de la nia, y que lo atribuan a un posible 9Para preservar a quienes, generosamente, permiten mi participacin en sus tareas cotidianas, modific nombres de personas y omito cier-ta informacin sobre lugares e instituciones.resurgimiento de la violencia en su hogar. Frente a esto, Raquel, psicloga del Servicio a cargo del caso, se entrevis-t con Yamila en la escuela y, si bien no ratific los hechos de violencia, qued con algunas dudas al respecto. Entre otrascosas,RaquelconsultconYamilasienunaeven-tual nueva internacin de la madre, ella contaba con otro familiar con el que pudiera convivir, y ella afirmo que s, que una ta (paterna) estaba dispuesta a cuidarla.DosdasatrsClaudiosepresent espontneamenteen elServicio,preocupadoporqueentendaquequeranin-ternar nuevamente a su hija y llevar a su nieta a vivir con una ta. Como continuacin de ese encuentro, Claudio fue citado para la maana del presente da a entrevistarse con Ana, una coordinadora de la sede del Servicio Local. Luego de una espera cercana a la media hora, Ana se acerca, lo sa-luda y lo invita a pasar a una de las oficinas. Si bien ambos parecen conocerse, el saludo es algo distante. Ana me pre-senta como un compaero que est haciendo un estudio, saludoaClaudio,quenodemuestraparticularintersen mipresencia,10yentramosaunadelassalasquesirven 10Los dilemas asociados a mi participacin en diversas instancias de in-teraccinentretrabajadoresdelServicioynios,niasyfamiliares fueronunaconstantedurantetodalainvestigacindecampo.Qu deba decir? Cmo presentarme? Corresponda que registrara tales o cualessituaciones?Y,enparticular,mipresenciasuponauncondi-mentomsquereforzabalaasimetradelarelacin?Nosloenuna dimensinsimblica,encuantounsujetodetentordelsaberquees-crudiavs.unoqueexponesusproblemticasparaserescudriadas, sinotambinmaterial,yaque,sibienenalgunassituacionespoda explicar los motivos de mi presencia con bastante detalle, lo cierto es que mi presencia raramente se pona a consideracin de los nios y sus familias,sinoquesedabaporsentada.Anhoyestoylejosdepoder darunarespuestaacabadaadichosdilemas,queporcierto,enotras instancias de trabajo de campo, adquirieron dimensiones notoriamen-te ms complejas y terrenales: en muchas ocasiones he llevado en mi propio auto a nios, debido a la escasez de mviles oficiales, exponin-domeaunacomplejasituacinlegalsiocurraunaccidente;enms de una ocasin me vi tambin inmerso en situaciones que involucraron algn tipo de violencia fsica, que me obligaron a intervenir en ellas de formas estrepitosas y poco racionalizadas. Algunas de estas cuestiones pueden leerse en Barna (2012). Ahora bien, ms all de estas situacio-nes puntuales, lo cierto es que mi trabajo de campo cotidiano supuso infinidaddeinstanciasenlasque,acompaandoatrabajadoresdel Servicio(quienessinexcepcinconocanperfectamentesobremiin-vestigacinytuvieronlibreaccesoatodoloqueheescrito),particip de entrevistas e interacciones diversas con la poblacin beneficiaria, en las que fui presentado por ellos de mltiples maneras, como alguien que escribe un libro, hace una investigacin o incluso supervisa, pero la mayora de las veces fui introducido como un trabajador ms. Esto ltimotienemltiplesimplicancias.Enprimerlugar,noeraentera-mentefalso,yaquedurantemitrabajoetnogrfico,amedidaquela confianzaconlostrabajadorescreca,meencontrrealizandodiver-sas tareas que tensionaban profundamente la imagen del investigador asptico que no interfiere con su entorno de indagacin. Tambin, esa demandaconstantede colaboracinresultunfuerteindicadorde lascondicionesdeprecariedadquesignabaneltrabajocotidianode estosagentesestatales,siempredesbordadosdecasos,conrecursos limitados, dificultades de movilidad. Simultneamente, el hecho (na-turalizado por m) de que para los administradores resulte innecesario Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. Pp. 228.ISSN 0123-885X Bogot, septiembre - diciembre de 2014 Pp. 57-70.60para las entrevistas. Es amplia, con un ventanal que tiene rajadounodesusvidrios.Laentrevistaduraunamedia hora. Repasan la situacin de Yamila, y por momentos el dilogo se vuelve algo hostil. Ana acusa a Claudio de pro-tegerasuhija,queagredeaYamila.laceptaqueenun pasado esto s fue as, pero que era porque su hija es esqui-zofrnicaynotomabalamedicacin,peroqueesoahora est controlado. Luego l acusa al Servicio de no haber ayu-dado en las situaciones problemticas del pasado.Ana plantea que la escuela sigue preocupada por la si-tuacin de Yamila, que muestra un notorio descenso en su rendimiento y en su comportamiento. l se queja por-que alguien del Servicio fue a la escuela a hablar con su nieta y le dijo que iban a internar a la madre, y que eso gener complicaciones en su familia.Ana insiste en confrontar a Claudio con las preocupaciones expuestasporlaescuelayconlasimgenesdeviolencia que existieron en el pasado y amenazan con repetirse en el presente, frente a lo que Claudio enarbola una enrgica de-fensa de su hija y sostiene constantemente que la situacin en la familia estaba ahora en buenos trminos. Afirma re-petidas veces que Lorena toma ahora su medicacin regu-larmente, que Yamila no es golpeada desde que la madre se estabiliz con la nueva medicacin. Y ms de una vez expo-ne sus preocupaciones de que internen a mi hija de nuevo (registro de campo, 2 de septiembre de 2010)11.Ana, retomando la informacin que obtuvo de charlas con los tcnicos que trabajan en el caso, lo increpa porque l le deja a veces la medicacin psiquitrica a la nena para que se la d a la madre, enfatizando que eso no es correc-to. l responde que esto slo pasa cuando l no puede ha-cerloporqueesttrabajando(defletero),yqueleparece aclararyconsultarconlosadministradosesunexponentedelasmi-croprcticasque,msalldelasbuenasintencionesylosprofundos compromisospolticos,configurabanlaasimetradeesasrelaciones. Finalmente, y para no extenderme ms en una disquisicin que ameri-tara, al menos, un artculo entero, no puedo dejar de mencionar que el acceso privilegiado a tales situaciones result, en cuanto investigador, un insumo invalorable para la construccin de conocimiento etnogr-fico referido a la cotidianidad de la gestin contempornea de la infan-cia en contextos de desigualdad social, por cuanto permiti reconstruir matices y sutilezas propios de su interfaz prctica e interaccional. Ac-ceso que jams hubiera sido posible sin la predisposicin, confianza y reflexividad de los trabajadores.11Estaexpresinylassucesivas,noprovienendeentrevistas,son expresiones de diversos actores en diversas interacciones a lo largo de una jornada, reconstruida a travs del registro etnogrfico y la observacinparticipante.Eltrabajosebasenlaobservacinet-nogrficadeinteraccionesentretrabajadoresestatalesybenefi-ciarios,porlotanto,noseenumeranentrevistadosnifechasde entrevistas inexistentes.queunachicade12aospuedehacereso,quenoestan terrible. Ella dice que eso es mucha responsabilidad para una nena de esa edad y que l debera saberlo.La entrevista no parece estar conduciendo a ningn punto deacuerdo.TantoAnacomoClaudiosehanmantenido firmesensusposiciones,ylatensinhaidoenunaes-piral creciente. El encuentro termina de manera abrupta cuando Ana, en tono enojado, le pregunta a Claudio si l est dispuesto a hacerse cargo de su hija y de Yamila, y a serresponsableporcualquiersituacinquesurjaconsu nieta. l dice que s, que por supuesto. Ana le dice que per-fecto,queentoncesvaaelaborarelactaparaquefirme, selevantaresoplandoysedirigeraudahacialasalaque oficia de oficina del equipo del Servicio Local.Durante la siguiente hora la oficina del equipo se encuen-tra movilizada por el caso de Claudio, Lorena y Yamila, y sesucedernlasdiscusionessobreelrumboporseguir, llegando incluso a consultar telefnicamente a la directo-radelServicio,algopocohabitualenrelacinconcasos concretos.Ella,conunlineamientopragmtico,indica que si la situacin est actualmente controlada y hay al-guien dispuesto a hacerse responsable por escrito, hay que avanzar en esa lnea sin importar lo que la escuela opine. Raquel,unatcnicaqueintervieneenelcasodesdesus inicios, no est convencida de que sea tan sencillo:Cualquier decisin que tome est mal. Cualquier deci-sinpuedesererrnea,peroalsertodotanambiguo, tambinsepuedefundamentarcualquierdecisin.Si la madre est estable seis meses pero le agarra un brote al sptimo y le parte a la nena un palo por la cabeza nos mandamos una cagada terrible, pero si la madre sigue bienyestabletodalavidayvostomsmedidasms fuertes ests perjudicando a la nena y tambin te ests mandando una cagada. Cualquier cosa puede estar mal o bien y no se puede estar seguros de nada. La situacin conflictiva est latente, la madre es una esquizofrnica grave,dejadetomarlamedicacinoledejadehacer efecto y puede pasar cualquier cosa. (Raquel registro de campo, 2 de septiembre del 2010)Raquel,conjuntamenteconRicardo,otrotcnicoparti-cipante, redacta finalmente el acta acuerdo. Mientras almuerzan a las corridas, compartiendo uno de los cho-ripanesquecompruncompaeroenlaparrilladela vuelta,imprimen,enlanicaimpresoraquefunciona en este momento, tres copias del acta. Como la impreso-ra no tiene ms tinta oscura, la imprimen en color rosa-do. Entramos con Claudio a una oficina junto con Raquel yRicardo.Nossentamos,nosotrostresdeunladodela 61Temas VariosRelaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares Agustn Barnamesa y Claudio del otro lado. Ricardo lee el acta acuerdo en voz alta y con bastante rapidez, mientras que Claudio no cuenta con ninguna copia en sus manos. La primera parte consta de una resea histrica, donde se recons-truyen los sucesos hasta el da de hoy. Luego lee el acuer-do propiamente dicho:QueClaudiovelarenformadiariadelaprovisin de las drogas de diagnstico a fin de llevar adelante el tratamiento indicado para la seora Lorena Alba. Que dicharesponsabilidadincluyevelarporlasituacin desunieta[]enloquerespectaalcuidadofsico, psicolgico, moral y social de la nia en lo que signifi-que un desarrollo armonioso de la vida diaria y hasta la mayora de edad.Aclara luego que esto incluye la escolarizacin de Yamila y que deber llevar a todas las consultas que hagan falta a la madre de Yamila.Ricardoleeenvozaltahastaestepunto;sinembargo, hay un prrafo ms en el acta, que l omite leer:Encasodeincumplimientodelpresenteacuerdo,se comunicaralMinisterioPblicoafindequetomela debidaintervencininiciandoaslasaccionesjudicia-les correspondientes.Laseleccindeesabrevefrasequenoesledanoesca-sual. El acta se firma en un clima de relativa armona y confluenciadeintereses.Estafrase,bienpodrahaber despertado en Claudio fantasmas de judicializacin e ins-titucionalizacin. En algunas de las mltiples escenas de firmadeactasquepresencialolargodemitrabajode campo,frasesdeestandole,nosloeranledas,sino que eran enfatizadas y destacadas. No siempre las firmas de actas se dan en un clima de tal concordancia, de modo que explicitar esa informacin relativa a una posible in-tervencin de mbitos judiciales supone, en situaciones de cierta tensin, un recurso adicional, puesto en juego por los agentes estatales a fin de lograr el acuerdo. As, mientrasqueelactaacuerdopareceencarnarelideario del dilogo, el consenso y la intervencin estatal no arbi-traria, puede, al mismo tiempo, trazar lmites entre una intervencinestatalblandayconciliadora,yotrapre-sumiblementeduraymshostil,asociadaalasfacetas ms punitivas del poder estatal.Luegodelalecturacomienzaundilogodeunosvein-te minutos que concluir con la firma del acta en cues-tin.Lalecturadelactaparecehaberdejadoalgoms satisfecho a Claudio, que ahora se ve menos tenso, y su tonodevozseoyemscalmado.Incluso,suposicin corporal vari ligeramente. Ya no est tan rgido e incli-nado hacia adelante en la silla. Ahora comienza a bajar loshombrosyareclinarsesobreelrespaldo.Sequeda pensando y luego dice:Sabe lo que pasa, los nios a veces mienten, y Yamila cumpli12aosyestenlaedadenqueempiezaa mirarcosas,entonceslamamleponesuslmites,es lgico. Ahora todos le echamos culpas a ella porque est enferma. (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010)Raquel interrumpe: S, pero en su momento la violencia existi[]. S,yonodijequeno,seapresuraadecir Claudio (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010).Por eso, retoma Raquel, entonces tenemos que tener claro que si bien Yamila es adolescente y que est empe-zando a salir, la problemtica familiar existi y existe todava con algunas variantes; segn lo que usted nos cuentayloquecontYamila,enestemomentono seravctimadeviolencia.(Registrodecampo,2de septiembre del 2010)Luego, Claudio cuenta que est preocupado porque le di-jeron que Yamila quiere ir a vivir con una ta que l defi-necomo mediorpida,quevaabailaryquesushijas tambin,yquelnoquiereesoparasunieta.Raquely Ricardo le aclaran que Yamila nunca manifest que que-ra irse. Le cuentan a Claudio que fueron a ver a Yamila alaescuela porunadenunciadelaescuela,yqueah Yamila cont que en caso de necesitar, podan contar con su ta, que le haba ofrecido quedarse ah, pero que no es que quera irse a vivir con ella (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010).Ricardo aclara que ellos respondieron a una demanda de la escuela, y es la escuela la que insiste en la situacin de Yamila y la madre. Cuenta que l discuti con la gente de laescuelaporqueinsistanconunaintervencinmayor pero que a juicio del Servicio eso no era necesario ahora.Claudionarraluegolasdificultadesquetuvoenlal-timainternacindelahijaycmolsehizocargode Yamiladurantemsdeunasemana.Cuentatambin que est peleado con una parte de la familia y que ellos casinoloayudaron,asquetenaquecuidaralahija de noche, a la nieta de da, y adems, trabajar, ya que eraelnicoquegenerabaingresos.Raquelinterrum-pesosteniendoque loquepasaesquelaescuelaest preocupadaporquelanenanoseavctimadeviolen-cia, sa es la preocupacin central.Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. Pp. 228.ISSN 0123-885X Bogot, septiembre - diciembre de 2014 Pp. 57-70.62Ricardo: Laltimavezqueustedvinoactuamosdeotra manera [se refiere a la entrevista con Raquel dos das atrs], pero entindanos, nosotros el nico informe que tenamos era el de la escuela, que es muy distinto a lo que usted nos estdiciendoahora(Registrodecampo,2deseptiembre del 2010). La posicin de los tcnicos frente a la escuela no es homognea. Raquel mantiene un discurso ms cercano con el equipo escolar, es decir, su inquietud por el bienes-tar de Yamila. Raquel me contar posteriormente que ella conoci el caso original, que vio las marcas del maltrat en elcuerpodelanenayqueesasimgenesvolvieronhoya sucabeza.Ricardo,porelcontrario,esmscrticoconel accionar de la escuela y lo hace explcito durante la entre-vista. Su posicin es, en cierta medida, ms pragmtica, se alinea con las directrices que provienen desde la direccin sobre la manera ms adecuada de abordar el caso.ComienzanluegoahablardelamedicacindeLorena; Claudio cuenta que a una semana de empezar a tomarla, yalehabahechoefecto.Raquelinsisterepetidasveces en que est muy atento con la medicacin porque si deja de tomarla un par de das, se puede enfermar de nuevo. Claudio,solcito,afirmarepetidasvecesquetieneeso clarsimo, mientras muestra una caja de cartn vaca, y agregaque,comoladoctoraPaulalediodosrecetas,l compr medicamentos con dos meses de antelacin. Con elgestoritual,perfectamentepremeditado,dellevar una caja de medicacin psiquitrica en su visita al Servi-cio, para sacarla a relucir en el momento justo, Claudio demuestra, no slo reconocer la centralidad que la insti-tucin les asigna a los psicofrmacos, sino tambin ma-nejar los resortes simblicos adecuados para indicar que sa es una preocupacin central para l.El dilogo toma un tono cada vez de mayor confianza: los cuerpos rgidos, los tonos elevados (imperativo de los tc-nicos y defensivo de Claudio), son cosa del pasado. Clau-diocuentalasdificultadeseconmicasquepadecen,y Ricardo y Raquel se comprometen a gestionar un subsidio para Yamila. Claudio retoma el tema anterior y, con una solemnidad que no le escuch anteriormente, declama:Yo estoy ac para que mi hija salga adelante y mi nieta salga adelante.Yolasamoyvoyadejartodoporellas,seras hasta que yo tenga vida, despus Dios sabr [] Pero se los digo, si yo viera el peligro de mi nieta, yo mismo la interno a mi hija. (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010)Ricardo: Institucionalizarunnioesalgotrgicopara nosotros, entonces, si usted asume esta responsabilidad yloesthaciendobien,bienvenidoseaparanosotros (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010).Parasellarritualmenteelacuerdo,Claudioafirma Yo la asumo, e inmediatamente despus comienza a repe-tir algo que realiz cada vez ms insistentemente en los ltimos minutos: narrar pequeos retazos de la vida co-tidiana familiar, como pequeas ancdotas que conden-san imgenes de auspiciosa armona y colaboracin. En este caso puntual, cuenta que:anochealatardecitacuandovolvdetrabajarpor-queahsiempremequedounratoyoconella,viste, ledoylapastilla,yesedaellamismamelapidela pastilla.Esraroeso,esraroqueunaesquizofrnicate pidalamedicacin.Ysiyometengoqueirahacerun viajeoalgoyledejotodopreparado,ledigomstarde va a pasar Jaime mi otro hijo, y ella me dice: No te olvides de dejarme las pastillas. Sola me las pide, yo me pongo contento porque quiere decir que est bien, no?. (Registro de campo, 2 de septiembre del 2010)EnesebreverelatoClaudiotransmitemuchascosas importantes.Ademsdehacerexplcitocmoldia-riamentevisitasuhijayseocupadeella,laimagen transmitenoslounafluidezrelativamentearmo-niosadelproblema,signadodesdelasinstituciones comoelmotordelaviolencia,esdecir,lapatologa mental de Lorena, sino tambin la voluntad de mejorar de su hija, expresada en su prctica de solicitar la pasti-lla. Hay una demostracin potente de proactividad de Lorena, encaminada, por supuesto, hacia donde las instituciones lo requieren, que parece cuajar a la per-feccin con el requisito de responsabilidad esperado de los arreglos familiares y los escenarios de vida prximos de los chicos (Santilln 2012).De manera similar, un rato antes haba contado cmo losfinesdesemanasusotrosdoshijos,queviven muycerca,invitanaYamilaysumadreacomer,las acompaan, estn con ellas y, como pueden, las ayu-dan.Enestecaso,laancdotaparecepoderosapara generar una imagen de vida familiar ampliada, que resul-tacasiuniversalmentedecodificableyasociablecon valorespositivos,ytambindaindiciosdeunacier-tareddecontencin.Aunqueestonoimpedirque narre,unosminutosmstarde,lospadecimientos quetieneconesosmismoshijos.Contar,entonces, que uno de ellos tiene sida y que el otro es adicto, aun-que luego aclara que no se da todos los das, los fines desemananoms,peroyotratodequepare,porque tiene familia, dos hijas (Registro de campo, 2 de sep-tiembredel2010).Raquelleofrecelaasistenciadel Centro de Prevencin de Adicciones (CPA) y se compro-mete a gestionar un turno.63Temas VariosRelaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares Agustn BarnaRicardo, que de ambos tcnicos es el que haba manteni-do un discurso ms crtico sobre el accionar de la escuela, aclara, para no cargar todas las tintas a la escuela, que les pidieron tratar de no separar a Yamila de la madre, porquesiestsiguiendoeltratamiento,esporlahija, porque le importa. Solamente estn preocupados por Ya-mila, nada ms. La alianza con Claudio parece suficien-temente slida ahora para que Ricardo no necesite de un enemigo externo al que endilgar las voluntades ms ins-titucionalizadoras,ypuedaextenderlaspacesinclusocon la escuela. Por ltimo, firman el acta y le recomiendan a Claudio que le hable a Yamila para que se porte mejor en la escuela, As ellos [la escuela] no se preocupan (Regis-tro de campo, 2 de septiembre del 2010).Estimaciones y clasificacionesen una alianza asimtricaLa situacin etnogrfica reconstruida permite diversas l-neas de anlisis; a continuacin intentaremos reflexionar en torno a alguna de ellas. En primer lugar, lo obvio. La ex-periencia que Claudio tuvo esta jornada en su interaccin conelEstado,nospermitedistanciarnosdeperspectivas que lo presentan como un ente autnomo y homogneo, guiadoporunaracionalidadburocrtica(Trouillot2001; Abls 2008). La relacin que entabla Claudio con el Estado seencarnaeninteraccionesconpersonasconcretasque ponen en juego sus propios sentidos, valores, tradiciones y formas de actuar, pero tambin sus dudas, angustias y dilemas.Enestetrabajosloalcanzoareconstruiruna porcin de los sujetos con los que Claudio debe interactuar a raz de su problemtica familiar. Es decir, los agentes del Servicio Local representan una institucin puntual en ununiversoestatalmuchomsamplio.Nodebemosol-vidar que debi tambin dialogar con agentes diversos de institucionescomoelhospitaldondeatiendenaLorena, la escuela de Yamila o el Juzgado de Familia. Sin embargo, slo hoy, y en el lapso de unas horas, convers, discuti y negocicontrespersonasdistintas(sincontarmeam). Enesasdiversasinteracciones,lostonos,losdiscursosy lasperformancesfueronvariandoconlosdiversosinterlo-cutores,desdesituacionesdeclaraconfrontacinhasta otras de mayor confianza y complicidad.La dimensin temporal fue significativa tambin, en dos ni-veles. Por un lado, al nivel de historia acumulada, es decir, loshechosvividoshacemsdeunao,cuandolare-lacinentreelServicioyClaudiotuvosuprimerepiso-dio.Perotambinenlosmodosenqueesahistoriaera representadaporlosdiversosactoresyretomadadesde elpresente,porejemplo,enrecriminacionesaClaudio porhaberencubiertoasuhija,oenquejasdelsobre pasadasinaccionesdelServicio.Entodosloscasos,el pasado apareca en el presente como un recurso para ser utilizado y resignificado por los distintos actores en escena. Por otro lado, aquello conviva con otro nivel de la temporalidad, el cotidiano, es decir, los cambios que fue-ron dndose a lo largo de la jornada.Laposicindelainstitucinfrentealcaso,alprincipio fue ambivalente: la insistencia de la escuela, el miedo a un eventual episodio de Lorena, y algunas imgenes mo-ralmentedisruptivascomoladeunaniade12aos dndoleasumadremedicacinpsiquitrica,tendan unmantodesospechasobreClaudio,delquesetema que,porprotegerasuhija,ocultaralosmaltratosen contra de Yamila. Una sensacin de riesgo latente pesaba sobre elcaso,y,porende,laposibilidaddeunainter-vencinfuertesobrelaconfiguracinfamiliar(interna-cindeLorena,mudanzadeYamilaaunnuevohogar, con su ta) no slo no estaba descartada, sino que era una opcin viable. Con el devenir de la jornada, la posicin de losagentesestatalesfrente alcasocambiy,conjun-tamente,cambiellugartcitamenteasignadoaClau-dio. Pas lentamente de ser un actor que potencialmente podraestaravalandounasituacindevulneracinde derechos,aunaliadoclaveparasupreservacin.Pero tambinClaudiocambilatonalidadyelcontenidode su discurso y su posicin respecto al Servicio. De una po-sicin beligerante frente a lo que lea como una amena-za de internacin de su hija y de separacin de su nieta, pasauntonomenosconfrontador,msntimoe,in-cluso,pormomentosconfesional.As,lalatentehosti-lidad entre las partes fue mutando en una complicidad, aunque no exenta de tensiones y cierta volatilidad.Asimismo, las clasificaciones y las estimaciones forman parte esencial de las relaciones entabladas entre los agentes es-tatales y las unidades domsticas. Como planteamos en otro lugar, los modos actuales de gestin de la niez im-ponenalosagentesestatalesunaencrucijadaentrelos encumbrados tpicos morales propios del enfoque de de-rechos y las contradicciones del mundo social. Este con-texto parece signar la necesidad de los agentes de generar mecanismosavecesprecarios,avecescambiantesy habitualmente dilemticos de clasificacin de nios y estimacindeatributosfamiliares,paraestructurarlas intervenciones cotidianas (Barna 2012).Esas estimaciones tambin cumplen un rol clave en los pro-cesos de alianzas asimtricas que se entablan en muchos casos entre las diversas configuraciones familiares y los dispositi-vos administrativos. La situacin reconstruida pone en evi-Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. Pp. 228.ISSN 0123-885X Bogot, septiembre - diciembre de 2014 Pp. 57-70.64dencia cmo esto no es un proceso lineal ni unidireccional. Si bien procuramos no minimizar la asimetra de poder en la que se encuentran los distintos actores,12 es claro que las estimaciones y clasificaciones no son potestad exclusiva de losagentesestatales.Encontramos,porelcontrario,un proceso disputado, en el cual Claudio negoci, desplegando sus propias clasificaciones y estimaciones.En lo que refiere a la estimacin, los esfuerzos de los agentes estatales estuvieron centrados en ponderar ciertas condi-ciones clave para representar(se) un escenario inteligible. Unanarrativaqueordeneprcticas,sucesos,sujetose instituciones,enunalgicaaprehensibleparalainter-vencin. Por ejemplo, si la escuela exageraba o si eran cer-teras sus percepciones sobre una posible conflictividad en elhogardeYamila,siClaudioefectivamenteponderara msuneventualdaoasunietaquelaproteccinasu hija,y,porsupuesto,silapatologamentaldeLorena, concebida en asociacin a la problemtica de violencia do-mstica, estaba controlada, latente o presente.De la misma forma, los modos actuales de gestin de la niez,ancladosennocionescomoconsenso,compro-misoycorresponsabilidad,suponenparalosagentes estatales encargados de la intervencin cotidiana la pro-duccin constante de dinmicas clasificaciones de los acto-resinvolucrados.Paralatomadedecisionescotidianas es importante saber si un nio es honesto o mentiroso, si un padre es confiable, o si una escuela es exagerada. A diferencia del enfoque tutelar donde la clasificacin operaba institucionalmente, segregando nios de menores, en el paradigma de la proteccin integral, el impera-tivo jurdico-moral de la universalidad del nio sujeto de derechos parece configurar un sistema de clasificaciones cotidiano, mutable e informal.Enlasituacinetnogrficaqueanalizamos,losagentes estatalesnecesitanclasificar,entreotros,aLorena,en clavedepeligrosaonoparaYamila;aClaudio,comoencu-bridor o no de Lorena, y por ende, como confiable o no, pero tambincomopotencialresponsableporelbienestardesu hijaysunieta;alatamaterna,comodispuestaeidnea paraeleventualcuidadodeYamilay,porsupuesto,ala propia Yamila, como vctima o no de violencia en su hogar.12Ilustran el carcter asimtrico de la alianza, relaciones de poder ex-presadaseninnumerablesdetalles:quinatiendeyquinsemovilizapara seratendido(ono);quinmarcatiemposeimponecitasyquinasiste(ono);quin hace esperar y quin espera (o no); quin redacta y a quin le leen, y muchos otros detalles ms. Pero, por sobre todas las cosas, considero que se expresa enlassiguientespreguntas:lasvidasdequinessonpuestasbajolalupay siempre bajo amenaza de una posible intervencin; quin debe exponer las problem-ticas de su vida cotidiana al escrutinio ajeno.Lasituacinreconstruidatambinpermiteilustrarun juego de imgenes que est siempre latente en la gestin de la niez, en el entrecruce entre el enfoque de derechos yloscontextosdedesigualdadsocial.Unimaginario sobre las familias (mayoritariamente, de sectores subal-ternos)queoscilaentrelacondenaporservisualizadas como el principal mbito de violacin de derechos y la responsabilidadporserlainstitucinsocialconsiderada idnea para la gestin de la vida de los nios. En efec-to, los diversos informes que buscan cuantificar las pro-blemticas ms habituales de vulneracin de derechos sitancomoespacioprincipaldeestasvulneracionesal mbitofamiliar,yaseabajolaformade maltratofsi-co, negligenciao abusosexual.13Almismotiempo, la familia es habitualmente presentada como el espacio por excelencia para preservar y restituir derechos.14 Esta construccinsocialdelafamiliacomounserbicfalo, capazdetodolomaloy,simultneamente,detodolo bueno, atraviesa los procesos cotidianos de gestin de la niez y genera a los agentes estatales no pocas situacio-nesdilemticas.Podemosinterpretargranpartedelas accionesdesplegadasporlostcnicosdelServicioLocal durantelajornadacomounaformadeestimarcualde lasdosimgenesdebaprimarsobrelaotra,aunquela imagen relegada nunca desaparezca totalmente.Ensteyenmuchosotroscasos,granpartedela estrategia15deintervencinseorientaalabsqueda deun(omsdeun)referenteparaelnioque padece unapotencialoefectivaviolacinasusderechos.El 13Por ejemplo, los informes 2010 y 2011 del Registro Estadstico Unifica-do de Niez y Adolescencia (REUNA) dependientes de la Secretara de Niez y Adolescencia de la Provincia de Buenos Aires.14ElprembulodelaCIDNsostiene:Convencidosdequelafamilia, como grupo fundamental de la sociedad y medio natural para el cre-cimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en particular de los nios,deberecibirlaproteccinyasistencianecesariasparapoder asumirplenamentesusresponsabilidadesdentrodelacomunidad, [] reconociendo que el nio, para el pleno y armonioso desarrollo de su personalidad, debe crecer en el seno de la familia, en un ambiente de felicidad, amor y comprensin [] (CIDN 1989).15Lacategoranativadeestrategiaesutilizadaasiduamentepordi-versos actores vinculados a problemticas de infancia, en general, yporlostrabajadoresdelServicioLocal,enparticular.Msall deloqueconsignendiversosmanualesprogramticosyliteratu-ranormativaespecializada,esutilizadacotidianamentepara referiraloslineamientosinstitucionalesdeintervencinquese intentarllevaracaboencadasituacinpuntual.Enlaprctica, laestrategiapuedeseralmismotiempoelejesobreelqueos-cilalaintervencinporejemplo,queunaniavayaavivircon unfamiliar,frenteaunasituacindeconflictoensuhogar,y simultneamentereferirsealosdiversospasosquesedesarrolla-rn para intentar alcanzar ese objetivo, por ejemplo, entrevistarse con la nia para conocer su voluntad, indagar si hay parientes con voluntadderecibirla,conocersussituacionessocioeconmicasy habitacionales, negociar con los padres, etctera.65Temas VariosRelaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares Agustn Barnareferente,16figuraclaveenlaconstruccindelaalian-za asimtrica entre el Estado y los arreglos familiares, puedeserpensadocomounaclasificacindesegundo grado.Esdecir,deunaseriedeclasificacionesyesti-maciones anteriores, se configura o no la posibili-dad de constituirse como referente.Lafiguradelreferenteseconstruyedesdedimensiones histricas (relacin con el nio, vnculo, grado parentes-co, trayectoria personal) y otras coyunturales, en directa relacin con el caso en cuestin. La posicin de un actor enrelacinconlasituacinproblemticapuedehabili-tar o deshabilitar el acceso de esa persona a ser referen-te de un nio o nia. Por ejemplo, frente a un caso de maltrato de un padre a un hijo, los parientes de lnea paternapartenconmenosposibilidadesdeconstituirse enreferentesdelnioencuestin.Estonoquieredecir que nunca lo sean, sino que su cercana con el presunto violador de derechos los cubre con un manto inicial de duda. O tambin, si se estima que la madre consinti o aval ese maltrato, eso podra poner en tensin su lugar natural(izado) de referente.Laestimacinsobrerequisitosnecesariosparacua-lificarcomoreferentenotomaencuentasolamente dimensiones(moralmenteconstruidasy,comotales, dinmicas) asociadas a lo conductual y lo afectivo, sino tambinotrasvinculadasconlacapacidaddeconsti-tuirseenuninterlocutorvlidoconlosentramados institucionales. Es decir, una individualizacin y cier-tafijacin(documentosdeidentidad,consignacin dedireccionesynmerosdetelfonos),perotambin portar valores asociados a la honestidad (no mentir), la responsabilidad y el compromiso (cumplir con lo acor-dado, asistir a las citas consignadas).Durantelajornadadehoy,Claudiorevalidsuestatus dereferente(enriesgoporlapresuncindepotencial encubridor),que,luegodemuchasidasyvenidas,en-cuentros y desencuentros, qued administrativa y sim-blicamenteplasmadoenelactaacuerdorubricada por ambas partes. Firma que, por otro lado, result un hitoclaveeneldevenirdelasituacin,yaquebrind calma a ambas partes y permiti trascender las instan-cias de mayor tensin e incertidumbre.16Eltrminoeshabitualmenteutilizadoporagentesestatalestanto en dilogos formales e informales como en los documentos produci-dos (actas, medidas, informes). Incluso, cuando no es explicitado, la bsqueda de un sujeto (o ms de uno) que asuma diversos grados de responsabilidad y compromiso en el bienestar de un nio suele ser un eje central en muchas intervenciones cotidianas.Sinembargo,mientrassuestatusestuvoencuestin, y en caso de una eventual internacin de Lorena, rpi-damente los agentes estatales desplegaron la bsqueda deotrospotencialesreferentes.As,traslarecomen-dacin de la propia Yamila, se entrevistaron con su ta paternayelaboraronun actamanifestacin,donde qued plasmada su predisposicin a asumir los cuida-dosdeYamila.17EsinteresantedestacarcmoLorena, posiblementeelsujetomsminorizadodetodalasi-tuacin, estaba tcitamente excluida de la posibilidad deconstituirseenreferente,porelpeligrodesupato-logamental.Sibienenelmomentodemisobserva-cionesLorenanoeraconsideradacomoreferentede Yamila,nadaprohibaqueenelfuturoesacondicin puedamutar,yaqueestetipodeconstruccionesson todo,menosestticas.Sinembargo,laclaveparece serlapolaridadinversa,laincompatibilidadentrela imagen del peligro y la figura del referente. La condicin para un futuro acceso de Lorena al estatus de referente depender exclusivamente de que la imagen de peligro asociadaaellasedisipepaulatinamente,loque,al menos a la fecha, parece poco probable.Enesteprocesoderevalidacindesuestatusderefe-rente,funcionalparalosinteresesdelServicio,Clau-diodiosupropiadisputaylogrrevertirsuspeores preocupaciones:unaamenazadeinternacindesu hija y una eventual mudanza de Yamila a la casa de su ta paterna. Mostr una habilidad sorprendente al es-timarconprecisinlosatributosqueseesperabande l y de la situacin familiar, y desplegar diversos argu-mentos en esa direccin. La narracin sobre cmo asu-mi la responsabilidad sobre su nieta y su hija cuando stafueinternada,perotambincmoseocupaac-tualmente,fueronargumentospotentes.Asimismo, las imgenes que utiliz referentes a la voluntaddeme-jorardeLorena,ylasdinmicasdelavidafamiliaram-pliada,ilustranunasagazpercepcindelavaloracin positivadenocionescomoagenciaoproactividadyredes de contencin. Concluye el cuadro con su predisposicin deasumirlaresponsabilidadsobreYamilayLorena, ritualizadatantoensusexpresionesyolaasumoy yo las amo y voy a dejar todo por ellas, ser as hasta que yo tenga vida, despus dios sabr como en el acto de firmar el acta acuerdo.17Susana, la ta paterna de Yamila, fue convocada a una entrevista en el Servicio Local a fines de agosto, tanto para recabar testimonios sobre la situacin actual como para corroborar que estara dispuesta a colabo-rar con el cuidado y la atencin de su sobrina Yamila y se hara respon-sable de la crianza a partir del momento que la Sra. Lorena Alba sea in-ternada para su tratamiento del problema de salud mental que padece.Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. Pp. 228.ISSN 0123-885X Bogot, septiembre - diciembre de 2014 Pp. 57-70.66As, en esa jornada se sell una alianza y, como tal, con-llevunaarduanegociacinquepaspordiversosmo-mentos. Una alianza singular, asimtrica, como vimos, perotambincontingente,mutableydisputada.De algunamanera,meaventuroasostenerque,encierto grado, la alianza resulto satisfactoria para todos los im-plicados. Los agentes del Servicio Local, ms all de que nohayansaldadotodassusinquietudes,lograrondarle una lgica y una estructura (una gramtica?) al escena-rio con el que lidiaban y, por lo tanto, otorgar un cauce a su intervencin. Reconfiguraron la idea de un referente yvalidaronunadeterminadaconfiguracinfamiliar. Claudio, por su parte, exorciz los fantasmas que ame-nazaban con desequilibrar el ya complejo devenir de su vidafamiliarylogrrevalidarseas mismocomo res-ponsable de Lorena y Yamila, evitando as que Yamila quede a cargo de su ta.Algunas reflexionespara continuar pensandoSi bien la CIDN postula modos relativamente uniformes deconceptualizacineintervencinsobrelaniezpara los pases que adscriben a ella casi la totalidad del pla-neta,lociertoesqueencadacontexto,elenfoquede derechosdelnioasumeparticularidadesespecficas propias de procesos de tematizacin local. Adriana Vian-nallamalaatencinsobreellenguajemoralqueatra-viesalos derechos,noenlaformacomolalegislacin losconsagra,sinoenelmodocomosonconvertidosen asuntos de disputa y representacin, y nos invita a mirar laconversindelegalidadesenmoralidades,enobliga-ciones, en gratitudes, en expectativas (Vianna 2010). En elcontextoargentino,elenfoquedederechosdelnio opera como un horizonte moral donde se destacan ciertos tpicos, mientras otros aparecen menos visibles. Tpicos morales como la desinstitucionalizacin, la desjudiciali-zacin, la entronizacin de la familia y la ponderacin del consenso y el compromiso, entre otros, tienen impli-canciasenlasmodalidadesdeintervencincotidianas sobre nios y sus familias.Me interesa complementar estos aportes con la idea del hechomoral,socialmenteconstruido,propuestopor mileDurkheim,enparticularsunfasisenelcarc-ter deseable de lo moral, que se articula con su carcter de autoridad, previamente desarrollado por Immanuel Kant(Durkheim1951).Granpartedelostrabajadores que pude conocer en estos dispositivos tienen un fuer-te compromiso con las problemticas de la niez, que, en muchos casos, precede y excede su relacin laboral estatalactual.Dehecho,muchosdeellossonreclu-tadosporsusexperienciasdetrabajoenmovimientos sociales,polticos,religiososopedaggicosasocia-dosalainfancia.Demodoqueestostpicosmorales seinterrelacionanyseencarnanenvalorespolticos, filosficos,osalvacionistaspropiosdesussingulares trayectorias.Hepodidoobservarelpodermoralde estos tpicos a lo largo del trabajo de campo, en las as-piraciones,lasangustiasylosdilemasquevivencian lostrabajadoresensusprcticascotidianasendispo-sitivoslocalesdegestindelaniez.As,cuestiones como la priorizacin del espacio familiar, el rechazo a la institucionalizacin o el bienestar de un nio no son slo normativas que cumplir, sino que operan tambin interrelacionadasconvalorespersonalesasociadosa lamilitanciayelcompromisoconlasproblemticas deniez,ycomotales,construidosenlainteraccin entre lo social y lo individual.Es importante complementar estas ideas con los aportes deNikolasRose,quien,entreotros,explorlasimpli-cancias de la racionalidad neoliberal en su articulacin con las tecnologas de gobierno de las poblaciones (Rose, OMalley y Valverde 2006; Rose 2006). En el marco de la racionalidad liberal avanzada, se producen moralidades que ponderan a un sujeto que es permanentemente es-timuladoaresponsabilizarse,aseractivo,atomarsu destino en sus propias manos y a gestionar su vida como unaempresaprspera(Rose2006).Paralelamente,las tecnologasdegobiernoentreotrasmodalidades tiendencrecientementeagobernaratravsdelaco-munidadGemeinschaftyelespaciodelasrelaciones prximas(DeMarinis1999).PatriceSchuchfuemuy perspicaz al plantear la interpenetracin entre estas ra-cionalidadesliberalesytecnologasdegobiernoconel lenguajemoraldelosderechosdelnioqueconstruye sujetosdederechosautnomos,yanopasivos obje-tosdeintervencin,yquesuponelacrecienterespon-sabilizacin de las familias en la gestin de las infancias desestructuradas (Schuch 2008).Enestetrabajo,mepropuseindagar,desdelaexpe-rienciaetnogrfica,lasformasqueasumenestos modosdegobiernoquedestacanlapromocindel individuoylafamilia(SchuchyFonseca2009)alen-carnarseenprcticasdeintervencincotidianasen losdispositivosencargadosdelagestindelaniez. As, busqu reflexionar sobre una aparente reconfigu-racindelasrelacionesentredispositivosestatalesy unidadesdomsticas,interpretandolasituacinet-nogrficareconstruidacomounaseriedeinteraccio-nesquenoshablandelaconfiguracinderelaciones 67Temas VariosRelaciones entre dispositivos administrativos y arreglos familiares Agustn Barnadecomplementariedadenlosmodoscontempor-neosdegestindelaniez.Denominoalianzaasim-tricaestacomplementariedadsingular,parailustrar sudobledimensin,encuantonegociacinactivade losdiversosactoresinvolucrados,peroinsertaenun determinadoentramadoderelacionesdepoder.Esta reconfiguracinpareceserunelementodistintivoen losmodosqueasumeactualmentelagestindelos niosysusfamilias.Esteescenarioestmarcadopor la compleja imbricacin que se encarna en las prcti-cas de los agentes estatales entre los tpicos propios del enfoque de derechos tales como el mpetu desins-titucionalizador, la entronizacin de la familia y la va-lorizacin del dilogo, el consenso y el compromiso y los contextos de intervencin cotidianos, signados por la desigualdad social y la precariedad institucional.Comomarcarondiversosautores(DeMartino2001; SchuchyFonseca2009;Silveiraetal.2010;Vianna 2010), los modos actuales de gestin de la niez llevan de suyo un incremento en la responsabilizacin de los arreglosfamiliares.Sinembargo,esaresponsabiliza-cin no se da de manera homognea. Desde la ptica de lagestincotidiana,stadebeencarnarseensujetos concretos.Labsquedadeunresponsable,oreferente, esunprocesocomplejo,atravesadoporlasvaloracio-nes,lasprcticasylacapacidaddenegociacindelos sujetosinvolucrados,perotambinporloscontextos en los que se despliega. En la situacin reconstruida, a lo largo de la jornada la nocin de responsabilidad fue mutando de sentidos y encarnndose en sujetos diver-sos,representantestantodelaparatoadministrativo comodelasconfiguracionesfamiliares.Slodospro-tagonistasdeestahistorianofueronnuncaungidas por la responsabilidad: Lorena y Yamila. Lorena, como ya vimos, al representar el peligro, apareca tcitamente excluidadelroldereferente.Perotambinloestaba porotroatributoquecompartaparcialmenteconYa-mila. Ambas, Lorena por su patologa mental y Yamila por su condicin de nia, eran consideradas objetos de cuidado.SibienlaCIDNseproponecomosuperadora delantagonismoentreobjetoproteccinysujeto agente,sonmuydiscutibleslosalcancesdeesapre-tensineneldevenircotidiano.Ladiscusinsobresi Yamiladebaasumirlaresponsabilidaddedarleasu madre medicacin psiquitrica, y las distintas posicio-nes que asuman al respecto los tcnicos del Servicio y Claudio, nos hablan de las diversas y heterogneas vi-siones de niez que se ponen en juego en las interven-ciones cotidianas. Visiones que a su vez se encuentran atravesadas por construcciones morales por lo tanto, disputadas y negociadas sobre lo que un nio (y, por qu no, un enfermo mental) es y debe ser, sobre las for-masadecuadasdesucuidadoysobrelosalcancessu capacidad de agencia.Por otro lado, tambin pudimos ver cmo ese incremento en la responsabilidad familiar en la gestin de la niez, lediomargenaClaudioparanegociarfrentealoque perciba como una amenaza a su ya complicada vida familiar.Conposicionesquefluctuaronentrelabelige-rancia y la complicidad, Claudio despleg sus propias es-trategias, sus estimaciones y sus visiones sobre la niez, el cuidado o la vida familiar.Frenteasituacionesdeunaparentedesgobiernoen elsenofamiliar,elpoderpastoralorientadoacuidar permanentementedetodosycadauno,ayudarles,y mejorar su vida (Foucault 2008, 111) interviene exten-diendolapresenciaestatal.18Perolosmodosactuales de gestin de la niez, signados tanto por la racionali-dad neoliberal (Rose, OMalley y Valverde 2006) como por el lenguaje moral de los derechos (Schuch 2008), y atravesadosporcontextosdedesigualdadsocialypre-cariedadinstitucional,parecenprecisardelamisma familiaparalasiempreinconclusatareadegobernar lodesgobernado.Adiferenciadelenfoquetutelar, en el paradigma de la proteccin integral, las formas contemporneasdeconstruccinpolticaparecenim-plicar un mutuo ceder. Cede el aparato administrativo un ejercicio del poder ms rgido y vertical y ceden las unidadesdomsticasalnegociarconelEstadolages-tin de sus problemticas cotidianas.Referencias1.Abls, Marc. 2008. Poltica de la supervivencia. Buenos Ai-res: Eudeba.2.vilaTesta,MaraCarolina,MaradelRosarioAmen-gual y Jos Eduardo Machain. 2009. Polticas pblicas de infancia y el fortalecimiento familiar en la restitucin de derechos.Ponenciapresentadaenel20Aniversariode la Convencin Internacional de Derechos del Nio. Com-mittee of the Rights of the Child, Suiza.3.Baratta, Alessandro. 1998. Infancia y democracia. En In-fancia, ley y democracia en Amrica Latina, comps. Emilio Gar-ca Mndez y Mary Beloff. Bogot: Temis/Desalma.18RealizoenBarna(2012)unbreveanlisisdelasposibleslecturasde laintervencincotidianadelServicioLocalenclavedelanocinde poder pastoral (Foucault 2008).Revista de Estudios Sociales No. 50 rev.estud.soc. 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