Dama de humo (Princesa de cenizas 2) - ForuQ · Ella se ríe como si pudiera leerme la mente y deja...
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LauraSebastian
TraduccióndeElenaMacianMasip
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ParalaabuelaCarole:sialgunavezconocíaunareinarebelde,esaeraella.
YparaelabueloRich,pormantenervivassushistorias
Prólogo
Mimadreme dijo una vez que la paz era la única forma queÁstrea tenía desobrevivir.Measeguróquenonecesitábamosgrandesejércitos,quenoteníamosporquéobligaranuestrosniñosaconvertirseenguerreros.Nobuscábamos laguerraconelobjetivodeconseguirmásdeloquenecesitábamos,comohacíanotrospaíses.ElladecíaqueÁstreaerasuficiente.Nuncaimaginóquelaguerravendríaanosotros,buscadaono.Viviríalojusto
paraverlapobresuertequecorríalapazfrentealasalvajeavariciaylasespadasdehierroforjadodeloskalovaxianos.Mi madre fue la reina de la Paz, pero yo sé muy bien que la paz no es
suficiente.
Sola
Sientoladulzuradelcaféespeciadoenlalengua:llevaunabuenacucharadademiel,talycomosiemprelopideCrescentia.Estamos sentadas en el pabellón, comootrasmiles de veces, con humeantes
tazas de porcelana en las manos para protegernos del frío aire vespertino.Durante un momento todo está igual que siempre: compartimos un cómodosilencioqueflotaenelaireoscuroquenosrodea.Heechadodemenoscharlarconella, pero tambiénhe echadodemenos esto: el poder sentarnos juntas sinnecesidaddellenarlaquietudconconversacionestriviales.Quétontería.¿CómovoyaextrañaraCresssilatengosentadaaquídelante?Ellaseríecomosipudieraleermelamenteydejalatazasobreelplatillocon
unrepiqueteoquemehielaloshuesos.Seinclinasobrelamesarecubiertadeoroparasostenerlamanoquetengolibreentrelassuyas.—Oh,Thora—dice, entonandominombre falso como si deunamelodía se
tratase—.Yotambiénteheechadodemenos.Perolapróximaveznoloharé.Antesdequemedé tiempoacomprender suspalabras, la luzcambia, el sol
empieza a brillarmás ymás hasta quemi amiga queda totalmente iluminada.Cadahorriblecentímetrodesuserquedaexpuestoanteelresplandor:elcuellonegroycarbonizadodebidoalEncatrioquehicequelesirvieran,elpeloblancoyquebradizoyloslabiosgrises,comoelsucedáneodecoronaqueyosolíalucir.Laspiezasencajanenmimenteymesientoabrumadaporelmiedoylaculpa.
Recuerdoloquelehiceyrecuerdoporqué.Recuerdosurostrocolmadoderabiaalotroladodelosbarrotesdemicelda;recuerdoquemedijoqueaclamaríamimuerte.Recuerdoquelosbarrotesardíandondeellaloshabíatocado.Intentoapartarlamano,peroellamelaapresaconrapidez,yafilasusonrisa
deprincesadecuento,mostrandounoscolmillosmanchadosdesangreycenizas.Supielmequema,estáinclusomáscalientequeladeBlaise.Esfuegocontralamía;intentogritar,peronoemitoningúnsonido.Dejodenotarmipropiamanoysientoaliviounsolosegundo,antesdebajarlavistayverquesehaconvertidoencenizasbajolosdedosdeCress,quesehatransformadoenpolvo.Elfuegometrepaporunbrazoydesciendeporelotro;semeextiendeporelpecho,eltorso, las piernasy lospies.La cabeza arde al final, y loúltimoqueveo es aCressconsumonstruosasonrisa.—Yaestá.¿Noesmuchomejorahora?Yanadieteconfundiráconunareina.
Me despierto empapada en sudor, con las sábanas de algodón mojadas yenredadasenlaspiernas.Elestómagomedavueltasytengoganasdedevolver,aunquenosésihecomidosuficienteparaello;anochesolocenéunpocodepan.Mesientoenlacamaymepongounamanosobreelestómagoparaapaciguarlo,mientrasparpadeoparaquesemeacostumbrenlosojosalaoscuridad.Tardounmomentoencomprenderquenoestoyenmicama,nienmialcoba,
nisiquieraenelpalacio.Estecuartoesmuchomenor,yellechonoesmásqueunpequeñocatreconunfinocolchón,unassábanasharapientasyunedredón.Elestómago me da un vuelco hacia un lado; se mueve de una forma que meprovoca náuseas, pero entonces caigo en la cuenta de que no soy yo: es lahabitación la que se balancea de lado a lado. Mi estómago solo replica elmovimiento.Los acontecimientos de los últimos dos días regresan a mi mente. La
mazmorra, el juicio del káiser, Elpis, muerta amis pies. Recuerdo que Sørenvinoarescatarme,yqueterminósiendoélelprisionero.Pero,tanprontocomome sobreviene ese pensamiento lo aparto. Hay muchas cosas por las que mesientoculpable,ytomaraSørencomorehénnopuedeserunadeellas.RecuerdoqueestoyenelHumo, endireccióna las ruinasdeAnglamarpara
empezar a recuperar Ástrea. Estoy en mi camarote, a salvo y sola, mientrasSørenestáencadenadoenelcalabozo.Cierrolosojosydejocaer lacabezaentrelasmanos,peroelrostrodeCress
apareceflotandoenmimenteencuantolohago,consusmejillassonrosadas,sushoyuelos y sus enormesojos grises, con elmismo aspecto que la primera vezquelavi.Semeencogeelcorazónalpensarenlaniñaqueera,yenlaniñaqueerayo,siemprepegadaasusfaldasporqueellaeramiúnicasalvaciónenaquellapesadillaenquesehabíaconvertidomivida.Sinembargo,esaimagendeCress
esdeinmediatoreemplazadaporladelaúltimavezquelavi,conlamiradafríaycolmadadeodioylapieldelagargantacarbonizadaydescascarillándose.Nodeberíahabersobrevividoalveneno.Denohaberlovistoconmispropios
ojos,jamáslocreería.Unapartedemísientealivioporquesigaviva,perohayotraquejamásolvidarácómomemirócuandoprometiódestruirÁstreahastasusmismísimos cimientos, cuando me dijo que le pediría al káiser que le dejasequedarseconmicabezatrasmiejecución.Me dejo caer boca arriba y se oye un ruido sordo cuandome doy contra la
delgada almohada. Estoy tan exhausta que me duele todo el cuerpo, pero mimente es un remolino y no damuestras de querer calmarse.De todosmodos,cierrolosojosconfuerzaeintentoapartartodosmispensamientossobreCress,aunque sigue acechándome desde un segundo plano como una presenciafantasmal.Elcamaroteesdemasiadosilencioso,tantoqueparecetenerunsonidopropio
queoigograciasalaausenciadelarespiracióndemisSombras,desusínfimosmovimientosydesussusurros.Esunsilencioensordecedor.Mepongodelado,yluegomedoylavueltaparaponermedelotro.Meestremezcoymeacurrucomásbajoeledredón;sientoelfuegodeltactodeCressdenuevoymedestapodeunapatada.Lamantacaealsuelo,arrugada.No conseguiré dormir. Salgo de la cama, busco la gruesa capa de lana que
Veneno de Dragón dejó en mi camarote y me la echo sobre el camisón. Esdemasiadograndeparamí;mellegaalostobillos,comounsacosinforma,peroes calentita.Está deshilachada y la han remendado tantas veces que dudo quequede nada de la capa original, pero aun así la prefiero a los vestidos de finasedaqueelkáisermeobligabaaponerme.Comosiempre,pensarenélhacequesemeenciendaunallamadefuriaenlas
entrañasquemeconviertelasangreenlavayhacequemeardaelcuerpoentero.Es una sensación queme asusta, pero almismo tiempome resulta placentera.Blaise me prometió que sería yo quien encendería el fuego que convierta alkáiserencenizas,ynocreoqueestasensaciónseapaguehastaqueloconsiga.
Asalvo
Los pasillos delHumo están desiertos y silenciosos; no se ve ni un alma. Elúnico sonido son unos ligeros pasos en la planta superior y el estruendoamortiguadodelasolasalrompercontraelcasco.Doblolaesquinadeunpasilloyluegodeotro,buscandounaformadesubiracubierta,antesdedarmecuentadequeestoyperdidasinremedio.CreíhabermehechounaideafirmedelplanodelbarcocuandoVenenodeDragónmelomostróayerporlatarde,peroaestashoraspareceunlugartotalmentedistinto.Echounvistazodetrásdemí,seguradeatisbarelmovimientofugazdeunademisSombras,antesderecordarquenoestánaquí.Aquínohaynadiemás.Durante diez años, la presencia de otros fue una carga perpetua sobre mis
hombros,unacargaquemeasfixiaba.Ansiabaeldíaenelqueporfinpudieraquitármelasdeencimayestarsola;sinembargo,ahorahayunapartedemíqueextrañasuconstantecompañía.Conellas,almenos,nomeperdería.Después de doblar unas cuantas esquinas más, por fin encuentro unas
empinadas escalerasque llevan a cubierta.Losdesvencijados escalones crujenmientras lossubodespacio,aterrorizadaporquealguienmeoigayvengaapormí.Hederecordarmequeyanotengoqueesconderme:soylibredepasearmepordondemeplazca.Abrolapuertaylabrisamarinamesoplaenelrostroymeazotaelcabelloen
todasdirecciones.Meloalisoconunamanoparaapartármelodelosojosyconlaotrameapretujomáscontralacapa.Hastaqueelairefresconomeentraenlospulmonesnomedoycuentade loenrarecidoqueestabaeldel interiordelbarco.Algunosmiembrosdelatripulaciónestántrabajando;soloelpersonalmínimo
paraqueelHumononaufragueosedesvíedesucursoenmitaddelanoche.Sinembargo,todosestántanconcentradosensutrabajoytanfatigadosqueapenasreparanenmí.Hacefrío,especialmenteconelvientotanferozquesoplaenmarabierto.Me
cruzodebrazosmientrasmedirijoalaproadelaembarcación.Quizá todavíame esté acostumbrando a la soledad, pero creo que nuncame
cansarédeesto: el cieloabiertoamialrededor.Sinmuros, sin límites; soloelaire,elmarylasestrellas.Elfirmamentoestáplagadodeellas;haytantasqueesdifícil fijarse en una en particular.Artemisiame contó que los navegantes lasusan para dirigir el barco, pero no entiendo cómo lo hacen. Hay demasiadasestrellasparaquelosguíen.La proa no está tan desierta como esperaba.Hay una figura solitaria de pie
juntoalabarandilla,cercadelapunta,queobservaelocéanoconloshombroscaídos.SéqueesBlaiseantesinclusodeacercarmelonecesarioparadistinguirsus facciones: es la única persona que he conocido que puede encorvarse sinperderesafrenéticaenergíaquelocaracteriza.Aliviada,aceleroparallegarhastaél.—Blaise—lollamo,tocándoleelbrazo.Elcalordesupielyelhechodeque
esté despierto a estas horas me preocupan, hacen que mis pensamientos sedesvíen enmás direcciones todavía, perome niego a permitírmelo.Ahora no.Ahorasolonecesitoamimásviejoamigo.Sevuelvehaciamí,sorprendido,ysonríe,aunquedeformamásvacilantedelo
queacostumbra.No hemos hablado desde que hemos subido a bordo esta tarde, y, para ser
sincera,partedemítemíaestemomento.Éldebedesaberqueheintercambiadonuestrastazasmientrasveníamoshastaaquíparadarlemité,queélmismohabíamezclado con una poción para dormir para mí. Debe de saber por qué lo hehecho,ynoesunaconversaciónquemeapetezcatenerahora.—¿No podías dormir?—me pregunta, y mira a nuestro alrededor antes de
mirarmeamí.Abrelaboca,perolavuelveacerrar.Seaclaralagargantaydice—:Avecesnoesfácilacostumbrarseadormirenunbarco.Entreelbalanceoyelsonidodelasolas...—Noes eso—lo interrumpo.Quierocontarlemipesadilla, peroya imagino
cuálseríasurespuesta:«Solohasidounsueño—diría—.Noerareal.Cressnoestáaquíynopuedehacertedaño.»Y,porciertoquesea,noparezcocapazdecreérmelo.Además,noquieroque
BlaisesepaqueCressnoabandonamispensamientos,niquemesientoculpable
por lo que le hice. Para Blaise está muy claro: ella es el enemigo. Nocomprenderíaquemesientaculpabley,sinduda,tampocoesanostalgiaquesemeha enraizado en las entrañas.No sería capaz de entender lomucho que laextraño,peseatodolosucedido.—NotecontélodeVenenodeDragón—admitealcabodeuninstante,sinser
capaz de mirarme—. Tendría que haberte advertido. No debió de ser unasorpresaagradableconoceraunadesconocidaconelrostrodetumadre.Meapoyoenlabarandillaasuladoyambosmiramoscómolasolaslamenel
cascodelbarco.—Probablementemelohabríascontadosinohubieseintercambiadonuestras
tazasdeté—puntualizo.Sequedaunmomentoensilencio;elúnicosonidoqueseoyeeseldelmar.—¿Porquélohiciste?—preguntaenvozbaja,comosinoestuviesesegurode
querersaberlarespuesta.Yotampocoestoyseguradequererdársela,perohayunapartedemíquesigue
aferradaalaesperanzadequeseecheareírymedigaquemeequivoco.Respirohondoantesderesponder.—AntesdequenosmarchásemosdeÁstrea, cuandoErikmeexplicó loque
eranlosberserkers,tambiénmencionólossíntomas—admitoconcalma.Blaiseseponetenso,peronomemiranimeinterrumpe,asíquecontinúo—:Medijoqueamedidaqueelmaldelaminaempeora,lapielselescalientayempiezanaperderelcontrolsobresusdones.Medijoquenoduermen.Blaiseexhaladeformatemblorosa.—Noestansencillo—respondeenvozbaja.Sacudo la cabeza para aclararme, y luego me aparto de la barandilla y me
cruzodebrazos.—Túfuistebendecido—ledigo—.Poresosobrevivistealamina,poresohas
sobrevivido durante años después de abandonarla. No puedes tener... —Noconsigo pronunciarlo. «El mal de la mina.» Es solo un término, unas pocaspalabras,todasellasinofensivasporsísolas.Sinembargo,juntassonmuchomásgraves.Anheloquemedigaquetengorazón,queporsupuestoquenosetratadelmal
delamina,quedeningúnmodoesmortal.Peronocontesta.Sigueparalizado,encorvadoyconloscodosapoyadosenlabarandilla,yseagarralasmanosconfuerza.—No lo sé, Theo —admite al fin—. No creo que... esté enfermo —dice,
también incapaz de pronunciar «mal de lamina»—. Pero tampoco he sentido
nuncaquehayasidobendecido.Laconfesiónesunsusurroquesepierdeenelairenocturno,quenuncadeberá
serpronunciadodenuevo.Mepreguntosieslaprimeravezquelodiceenvozalta.Leacaricioelhombroyloobligoamirarme,poniéndolelamanosobrelacicatrizdelamejilla,lamarcaqueGlaidiledejójuntoconsudon.—He visto lo que eres capaz de hacer, Blaise —le recuerdo—. Glaidi te
bendijo, estoy convencida. Tal vez tu poder sea distinto al de los otrosGuardianes,peronoes...noeseso.Esalgomás.Tienequehaberalgomás.Durante un segundo parece querer discutírmelo, pero luego pone su mano
sobrelamíayladejaahí.Intentoignorarelcalordesupiel.—¿Porquénopodíasdormir?—mepregunta.Nopuedohablarledemipesadilla,perotampocomentirle.Medecidoporalgo
intermedio,porunaverdadamedias.—No puedo dormir sola —contesto, como si fuese así de simple. Ambos
sabemosquenoloes.Esperoaquemejuzgue,aquemedigaqueesridículoyquenodeberíaechar
demenosquemisSombrasvigilasencadaunodemismovimientos.Pero,pordescontado,nolohace.Sabequenomerefieroaeso.—Yomeacostarécontigo—seofrece,antesdedarsecuentadeloqueacabade
decir. Está demasiado oscuro para saberlo, pero creo que se le han puesto lasorejas coloradas—.Quiero decir... bueno, ya sabes lo que quiero decir. Puedoestarcontigo,siesoayuda.Esbozounatímidasonrisa.—Creo que sí ayudará —respondo y, como no puedo resistirme, no me
detengoahí—.Einclusodormiríamejorsitútambiénlointentases.—Theo...—diceconunsuspiro.—Yalosé—contesto—.Noestansencillo.Peroojalálofuera.
Mientras Blaise y yo nos dirigimos a mi camarote, siento los ojos de latripulaciónsobrenosotros.Meimaginolaimpresiónquedaquelosdosvayamospaseandojuntosaestashoras:alalbatodosmurmuraránqueBlaiseyyosomosamantes.Preferiríaquelagentenocomentasenadasobremí,peronoestaríamalqueeserumoreclipsaraelquecirculasobreSørenyyo.Este rumor sería mejor porque la tripulación apoyaría de mil amores un
romanceentreBlaiseyyo, aunque sea soloporquees astreano.Ycuantomásapoyotengadelatripulación,mejor.Nopuedoevitarrecordarlodespectivaque
VenenodeDragón fueconmigocuandosubíabordo.Mehablócomosi fueseunaniñaperdidaenlugardeunareina.Sureina.Ymepreocupaquevayaapeor.Meobligoanodejarquemispensamientosvayanporesecamino.¿Cuándo
meheconvertidoenunapersonatanmanipuladora?SientoalgoporBlaiseyséqueél tambiénsientealgopormí,peroesonisiquierasemehapasadopor lacabeza. He ido directa a las intrigas, a ver cómo podía utilizarlo para mibeneficioenelterrenopolítico.¿Desdecuándosoyasí?Piensoigualqueelkáiser.Meestremezcoalcaerenlacuenta.Blaiselonota.—¿Estásbien?—mepreguntamientrasabrolapuertadelcamaroteylehago
ungestoparaqueentre.Mevuelvoparamirarloyapartolavozdelkáiserdemimente.Nopiensoen
quiénnoshabrávistoentrar,nienelquédirán,niencómopuedousartodoesoen mi beneficio. No pienso en la conversación que acabamos de tener. Solopiensoennosotros,enqueestamosjuntosyasolasenunahabitación.—Gracias por quedarte conmigo —le digo, en lugar de responder a su
pregunta.Élsonríeuninstanteyapartalavista.—Erestúquienmeestáhaciendounfavoramí.Mehatocadocompartirliteras
conHeronyroncatantoquepodríadespertaralbarcoentero.Meechoareír.—Metumbaréenelsuelomientrasduermes—ofrece.—No—repongo,sorprendiéndomeamímisma.Memiraconlosojosunpocomásabiertos.Parecequenosvayamosaquedar
aquí paralizados y envueltos en este silencio incómododurante siglos, así quesoyyoquienlorompe.Doyunpasohaciaélylecojolamano.—Theo—dice, pero lo acallo conundedo sobre sus labios, antesdeque lo
estropeetodoconadvertenciasquenoquierooír.—Solo...abrázame—lepido.Suspira,yséquevaadecirqueno,quedeberíamantenerlasdistanciasporque
yanosoysuamigadelainfancia.Soysureina,yesolocomplicatodo.Asíquejuegomiscartasyutilizountrucobarato,unoalqueséquenopodránegarse.—Mesentirémássegura,Blaise.Porfavor.Sumiradasesuavizayséqueyaloheconvencido.Sindecirunapalabra,dejo
caerlamanodesuslabiosyloatraigohaciamí,hacialacama.Encajamosalaperfección;merodeaconlosbrazosysucuerposeacoplaalmío.Inclusoaquí,enelmar,huelealfuegodelachimeneayaespecias.Hueleacasa.Supielestá
ardiendo,perointentonopensarenello.Enlugardeeso,sientocómosuslatidosresuenan enmi cuerpo y se acompasan con losmíos, y dejo queme arrullenhastaquemequedodormida.
Lafamilia
Cuandomedespierto,Blaiseyanoestá.Lahabitaciónestáheladasinél.Enlaalmohada,juntoamicabeza,mehadejadounanota:
Estamañanateníaturnodelimpieza.Nosvemosestanoche.
Tuyo,
BLAISE
«Tuyo».Mientrasintentoalisarmipeloencrespadoymisropasarrugadasparatenerunaspectopresentable,nodejodedarvueltasaesapalabra.Enotravidahabríabastadoparaquesintiesemariposasenelestómago,peroahorameafectadeformanegativa.Tardounratoendescubrirporqué:eslamismafórmulaqueusabaSørenaldespedirseensuscartas.Intentonopensardemasiadoenél.Estávivoyasalvoyesoes loúnicoque
puedohacerporélenestemomento.Esmásdeloquemerecedespuésdeloquehizo enVecturia, después demancharse tanto lasmanos de sangre que nuncavolveránaestardeltodolimpias.«¿Yquéhaydetusmanos?»,susurraunavozenmimente.Separecealade
Cress.MepongounasbotasquemehadadoVenenodeDragón.Sondeunnúmero
másyhacenunruidosordocuandocamino,peronomepuedoquejar,sobretodoteniendo en cuenta que, a diferencia deBlaise, no semeha asignadoningunatareaenelbarco.Ayer,cuandoVenenodeDragónmeloenseñó,meexplicóquetodoelqueibaabordoteníauntrabajodiarioparaganarseelpan.AHeronlehandadounturnodiarioenlascocinasyArtemisiatendráqueocuparsedelas
velas durante unas horas cada día. Incluso los niños se encargan de trabajossencillos como servir el agua durante las comidas o hacer recados para lacapitana.Yo le pregunté qué podía hacer para ayudar, pero ella solo sonrió yme dio
unosgolpecitoscondescendientesenlamano.«Soisnuestraprincesa.Esoesloúnicoquenecesitamosdevos.»«Soyvuestrareina»,quisereplicar,peronoconseguíquemislabiosformasen
laspalabras.Cuandosalgoacubierta,mesorprendoalverqueunsolcegadorbrillaenlo
altodelcielo. ¿Cuántashorashabrédormido?Debede sercasimediodía,yelbarcoesunherviderodeactividad.Buscoalgúnrostroconocidoenlaconcurridacubierta,peroloúnicoqueencuentroesunocéanodeextraños.—Majestad—saludaunhombre,einclinalacabezamientraspasapormilado
atodaprisaconuncubodeagua.Abrolabocaparacontestar,pero,antesdequelohaga,unamujermehaceunareverenciayrepitelamismapalabra.Alcabodeunratollegoalaconclusióndequelomejoresresponderconuna
sonrisayunasentimiento.Cruzolacubiertaasintiendo,sonriendoybuscandoaalgúnconocido,peroen
cuantoencuentrounpardeojosquemeresultanfamiliaresdesearíanohaberlohecho.LamadredeElpis,Nadine,estábajolavelaprincipal,conuntrapoenlamano
parafregarlacubierta.Sinembargo,ahoraestádepie,paralizada,coneltraposuspendidoygoteandoaguagris.Susojosestánclavadosen losmíos,perosurostropermaneceinexpresivo.Separecetantoasuhijaquelaprimeravezquelavimequedédepiedra.Tienelamismacararedondaylosmismosojososcurosyhundidos.Cuandoanoche,trasvisitarelbarcojuntoaVenenodeDragón,lecontéloque
lehabíaocurrido aElpis, dijo loque teníaquedecir, pese aque lohizo entrelágrimas.Mediolasgraciasporhaberintentadosalvarasuhija,porhabersidounaamigaparaellayporhaber juradovengarmedelkáiser.Sinembargo, suspalabrassonaronvacías;hubiesepreferidoquemevituperara,quemeacusaradehaberla matado yo misma. Creo que oír a alguien dar voz a mis propiospensamientosdeculpahabríasidounalivio.Apartalavistademíyvuelveaconcentrarseenlalimpieza.Frotalacubierta
contantafuerzaqueparecequequieraagujerearla.—Theo—mellamaunavozdesdeatrás,yagradezcotantoladistracciónque
tardouninstanteendarmecuentadequeesArtemisia.
Está de pie contra la barandilla de la embarcación, vestida con un atuendoparecidoalmío (unospantalonesmarronesyunacamisetablancadealgodón)aunqueaellalequedamejor,comosifuesealgoquellevaporelecciónpropiaynoporquenohayotraopción.Estádecaraalaguacon losbrazosextendidos,peromemiraamí.Llevaelpelosueltoalrededorde loshombros,unamelenablanca, onduladay despeinada cuyas puntas sonde un llamativo azul cerúleo.LlevalahorquillaconGemasdeAguaquelerobéaCrescentiaprendidaenelcabello,y laspiedras azuloscurobrillanbajo la luzdel sol.Séque supelo lehacesentirinsegura,asíqueintentonoquedarmemirándolo,aunquenoestareafácil. De su cadera cuelga una daga envainada con la empuñadura dorada yafiligranada.Alprincipiopiensoquetalvezsealamía,peronoesposible.Lahevistohacepocoenmicamarote,escondidabajolaalmohada.Tardounmomentoencomprenderquéhace.LasGemasdeAguadesupelono
brillan por el reflejo del sol, sino que resplandecen por sí mismas: las estáutilizando.Prestoatenciónasusdedosycasipuedovercómolamagiafluyedelaspuntas,tandelicadacomolaneblinadelocéano.—¿Qué haces?—le pregunto mientras me acerco, no sin recelo. Me gusta
pensarquenotengomiedodeArtemisia,peroseríaunaneciasinoselotuviera.Inclusosinmagiaesunacriaturaaterradora.Esbozaunasonrisatraviesayponelosojosenblanco.—Mimadre cree que deberíamos irmás rápido, por si los kalovaxianos nos
estánsiguiendo—explica.—¿Ytehapedidoayuda?Artemisiaseechaareír.—No,mimadrejamáslepediríaayudaanadie,nisiquieraamí—repone—.
No,melohaordenado.Meapoyoenlabarandillaasulado.—Pensabaquenoobedecíasórdenesdenadie.Ellanocontesta,soloseencogedehombros.Contemplo las olas azules, que se extienden en el vasto océano hasta allá
donde alcanza la vista. Distingo los otros barcos de la flota de Veneno deDragón,quevanalazagadelHumo.—Y¿quéhacesexactamente?—lepreguntoalcabodeunossegundos.—Vuelvo lasmareas a nuestro favor—aclara—. Para que vayan en nuestra
dirección,ynoenlacontraria.—Paraesodebedehacerfaltabastantepoder.¿Seguroquepuedestúsola?Noselohepreguntadoconánimodeofender,peroArtemisiaseirrita.
—Noestandifícilcomoparece.Consisteenempujarunamasanaturaldeaguaparaquehaga loquequierehacerde todosmodos,solocambiasel rumbo.Ledaslavueltaalamarea,literalmente.YnoesqueestécambiandoladireccióndetodoelmarCalódeo,sololapartequerodeaanuestraflota.—Sitúlodices,tecreo—ledigo.Se hace el silencio y la observo trabajar. Mueve las manos en el aire con
gracilidadylafinanieblamarinademagiafluyedesdelaspuntasdesusdedos.Derepenterecuerdoqueesmiprima,aunquenocreoqueesovayaadejarde
asombrarme nunca. Ella y yo no podríamos ser más distintas, pero nuestrasmadreseranhermanas.Hermanasgemelas.Laprimeravezquelavi,cambiósumelenadelazulyelblancoqueleconcede
suDon deAgua a unmarrón oscuro con tintes rojizos, igual que elmío. Enaquelmomento pensé que se estaba burlando demí, o que intentaba hacermesentirincómoda,peroesedebíadesersucolornaturalantesdequelamagialamarcase.Elmismocolorcaobaqueeldesumadre,eldelamíayelmíopropio.Debiódesaberqueéramosprimasdesdeelprincipio,peronuncamelodijo.«Lamismasangrecorrepornuestrasvenas—pienso—.Ymenudasangre.»—¿Nunca te ha parecido raro que seamos descendientes del dios del Fuego
peroqueatiteeligieraladiosadelAgua?—lepregunto.Memiradereojo.—Nomucho—responde—.Yasabesquenosoyunapersonamuyespiritual.
Quizá seamos descendientes de Houzzah o quizá eso sea solo un mito parareforzar la legitimidaddel tronodenuestra familia.Encualquiercaso,nocreoquelamagiatenganadaqueverconlasangre.HerondicequeSutamevioensutemployque,detodaslaspersonasquehabíaallí,meeligióymebendijoconsudon,perocreoqueesarespuestatampocomegusta.—Y¿quérespuestategusta?—insisto.Nomecontesta, sinoque se concentra enelmarque se extiendeante ellay
muevelasmanosporelaireconlagraciadeunabailarina.—¿Porquétienestantacuriosidadpormidon?—pregunta.Estavezsoyyoquienseencogedehombros.—Por ninguna razón en particular. Supongo que casi todo el mundo tiene
curiosidad.—No,laverdadesqueno—contesta.Conelceñofruncido,primeroapartalas
manoshacialaizquierdayluegolasponefrenteaella—.Lamayoríadelagentemealabaporhabersidobendecida.Aveceslodicenmientrasmetocanelpelo.Odio eso. En cualquier caso, nadie me hace preguntas al respecto. Eso se
acercaríademasiadoahablarsobre lamina,ynoquierenoírhablardeeso.Esmejorquepiensenqueesalgomísticoqueexistemásalládelasfronterasdesucuriosidad.—No creo que te sorprenda saber que pocas cosas existen más allá de las
fronterasdemicuriosidad—repongocondesenfado,aunquesuspalabrassemeclavancomoespinas.SiArtemisiapercibemidesasosiego,loignora.—Hasdormidohastamuytarde—dice.Esunapulla,peronoestancortantecomodecostumbre.Ayer,despuésdeque
subiéramosabordodelHumo,ocurriólomismo.Balbuceabaymovíalasmanosconnerviosismo,ynuncahabíavistoaArtemisiahacerningunadelasdoscosas.Nohaynirastrodelsarcasmoylamordacidadalosquemetieneacostumbrada.Alasombradesumadreparecemenosellamisma.—No tenía intención de quedarme dormida. He pasado casi toda la noche
despiertay...—Blaiseme ha dicho que no te encontrabas bien—me interrumpe, pero su
miradaarrogantemeindicaquesufraseesuneufemismoyenrealidadserefiereaalgototalmentedistinto.Losrumoresyadebendehaberempezadoacircular.Meardenlasmejillas.—Estoy bien—contesto,mientras busco elmodo de cambiar de tema. Tras
unosinstantes,señaloconlacabezaladagaquellevaenvainadaenlacintura—.¿Paraquées?Ellabajalasmanosyelflujodemagiacesa.Acaricialaempuñaduradeforma
despreocupada, talycomohevistoa lasmujeresde lacorte juguetearconsusjoyas.—Teníaintencióndepracticarunpocodespuésdemijornada—admite—.No
he tenido muchas oportunidades de usarla después de encargarme de tusSombras,asíqueestoyunpocooxidada.—¿Túfuistequiénlasmató?—pregunto.Ellaresopla.—¿Yquiénsino?Herondicequehacerdañoalosdemásvaencontradesu
don,yaBlaisenolegustaensuciarselasmanosanoserqueseaimprescindible.Probablementelohabríahechosiselohubiesepedido,pero...—secalla.—Peroatitegustahacerlo—terminolafraseporella.Lebrillanlosojosyesbozaunaoscurasonrisa.—Mesientobienalpodercobrarmealgo—reconoce.Abre la boca y me preparo para un comentario mordaz sobre cómo yo fui
incapazdemataraSørencuandotuvelaoportunidad,peronollega.—Puedoenseñarte—afirma,parami sorpresa—.Autilizarunadaga,quiero
decir.Miro el arma que lleva en la cadera e intento imaginarme empuñándola, no
comohiceenel túnelconSøren,conmanos temblorosasydudasparalizantes,sino comoalguienque sabe lo quehace.Recuerdo el alientodel káiser enmicuello, sumano aferrándose ami cadera y subiéndome por elmuslo.En esosmomentosmesentíaindefensa,ynoquierovolverasentirmeasíjamás.Apartoelpensamientodemimente.Yonosoyunaasesina.—Después de lo de Ampelio... No creo que sea capaz —admito al fin,
deseandoquenofuesecierto.—Creoquetesorprenderíasdeloqueerescapaz—reponeArtemisia.Antesdequelepuedaresponder,nosinterrumpeelsonidodeunasbotascontra
lacubiertademadera,unospasosmásfuertesyconmásdeterminaciónquelosde ninguna otra persona. Art debe de reconocer los andares, porque antes devolversehaciasudueñapareceencogerseensímisma.—Madre—dice,yvuelveajuguetearconlaempuñaduradeladaga.Medoy
cuentaentoncesdequeesunhábitonervioso,aunqueayermehabríaechadoareírantelaideadequealguienpudieraalterarasíaArtemisia.Recuperolacomposturaymevuelvotambiénparamirarla.—VenenodeDragón—digoamododesaludo.Allí está, altayerguida,ocupandomásespaciodelque sediríaquenecesita
parasutamaño.Llevaelmismoatuendoqueelrestodelatripulación,exceptoporloszapatos.Enlugardeunasvoluminosasbotasdetrabajo,calzaunasbotashastalarodillaconungruesotacóncuadrado.Alprincipiodudéquefuesenmuyprácticas a bordo, pero ella no da jamás un traspiés, y le aportan unoscentímetrosdealturaquesupongoquelahacenparecermásimponenteantesutripulación.Cuando su mirada se cruza con la mía me sonríe, pero no tiene la misma
sonrisa que mi madre. Me mira como Cress miraría un poema que le cuestatraducir.—Me alegro de ver que os lleváis bien —dice, pero no parece alegre en
absoluto.Pareceligeramentemolestaporalgo,aunquequizáseasolosuformadehablar.—Por supuesto —respondo, esbozando una sonrisa—. Artemisia fue una
ayudainestimableparasacarmedelpalacioyasesinaraltheyn.Jamáshabríamosconseguidonadasinella.
Artemisianodicenada.Mira fijamente los tablonesdemaderaquehaybajolasbotasdesumadre.—Sí,esmuyespecial.Y,porsupuesto,eslaúnicahijaquemequeda,asíque
esparticularmenteinestimableparamí.HayuntrasfondoensutonodevozquehacequeArtseestremezca.Tuvoun
hermano.Mecontóqueestuvoenlaminaconella,quesevolviólocoyquelomató un guardia que ella asesinó después. Pero, antes de que pueda fijarmedemasiadoencómointeractúanlaunaconlaotra,VenenodeDragóncentrasuatenciónenmí.—Tenemosquehacerplanes,Theo.Discutiremosalrespectoenmicamarote.Abrolabocapararesponder,peroArtsemeadelanta.—Majestad—lacorrigeenvozbaja,aunquesiguesinmirarla.—¿Cómo dices? —pregunta Veneno de Dragón, aunque, a juzgar por la
tensióndesupostura,lahaoídoperfectamente.Porfin,Artemisialevantalavistaparamirarasumadrealosojos.—Deberíasllamarla«Majestad»,sobretodocuandolosdemásestánpresentes.VenenodeDragónesbozaunasonrisa tan tensacomolacuerdadeunarcoa
puntodedisparar.—Sí, claro, tienes toda la razón —repone, aunque sus palabras suenan
forzadas. Se vuelve hacia mí e inclina ligeramente la cabeza—.Majestad, serequiere vuestra presencia en mi humilde camarote. ¿Mejor, Artemisia? —pregunta.Estanoresponde.Tienelacaracomountomateyhavueltoabajarlamirada.—Servirá—le contesto, para recuperar la atención de la pirata antes de que
reduzcaasuhijaaunmontóndepolvo.Veneno de Dragónmemira con el ceño fruncido y luego vuelve a mirar a
Artemisia.—Yteheencomendadoquecontroles lasmareashastamediodía.Quedauna
hora.¿Tevescapaz?Eldesafíoensuvozescasipalpable.Artaprietalamandíbula.—Porsupuesto,Capitana—responde,yvuelveaalzarlasmanoshaciaelmar.Sinpronunciarunapalabramás,VenenodeDragónsedalavueltaymehace
ungestoparaquelasiga.MiroaArtemisiaylesonríoparatranquilizarla,peronocreoquemevea.Pareceperdidaporprimeravezdesdequelaconozco.
Elconflicto
En cuanto entramos en el camarote de Veneno de Dragón desearía haberlepedidoaArtquemeacompañase.Esegoístapormiparte;eraevidentequenoveíalahoradequesumadresequitasedeenmedio.Sinembargo,lodeseodetodosmodos.Losdoshombresquenosesperanallísontotalmentedevotosdelapirata, y me siento como si acabase de caer en una trampa. No es la mismasensaciónquecuandoestabaconelkáiseryeltheyn,comosifueseuncorderoenlamadrigueradelleón,comodecíalakaiserina,peronoselealejamucho.Enestaestancianocuentoconningúnaliado.«Lareinasoyyo»,merecuerdo,ymeyergo.Soymipropiaaliada,yconeso
bastará.Loshombresseponendepiealverme,aunqueesamuestradedeferenciabien
podríaserparaVenenodeDragón.Eriel,queesunpocomayorqueellaytieneunabarbarojizaperoniunsolo
peloenlacabeza,lideralaflotadelacapitana:elHumo,laNiebla,elPolvo, laNeblina y media docena de barcos más pequeños cuyos nombres no consigorecordar.Anochemecontóquehaceunosañosperdióelbrazoizquierdoenunabatalla.Loha sustituidopor unpedazodemadera negra pulida con los dedostallados, congelados en un puño cerrado. Esa pérdida habría significado lajubilación para lamayoría de los soldados, pero su destreza para la estrategiahace que Eriel tenga un valor incalculable pese a que ya no pueda luchar. Elpequeño ejército de Veneno de Dragón ha resistido contra batalloneskalovaxianos que los superaban tres veces en número, y es en gran medidagracias a su cuidadosa planificación junto a los capitanes de las otrasembarcaciones.
A su lado estáAnders, un noble elcourtiano de pocamonta que huyó de sucómoda vida hace dos décadas, cuando era un adolescente en busca deaventuras.Ayermecontóqueaduraspenassobrevivióasusprimerosañosporsucuenta,puestoquenoteníahabilidadesparanadaenconcretoysabíapocodedinero.No era el recurso interminable que una vez había creído que era, sinoalgo por lo que había que luchar; algo que incluso había que robar si eranecesario.Asíquefuerobandodepaísapaísymás tardeentrenóaotrosparaquelohiciesenporél.Cuandoesoleaburrió,decidióquequeríaserpiratayabasedetruequeseintercambiosacabóenelnavíodeVenenodeDragón.—Podéissentaros—dicelapirataantesdequeyopuedaabrirlaboca.Quizá Artemisia tuviera razón al corregir a su madre por haberme llamado
Theo.TalvezVenenodeDragónmeestédesautorizandoapropósito.Conestosdos no le costarámucho.Aunque se han comportado de forma perfectamentecivilizada desde que subí a bordo, no me cabe ninguna duda de que no hecumplidoconsusexpectativasrespectoalaideaquesehabíanhechodelareinarebeldedeÁstrea,fueracualfuese.Peromehansubestimadopersonasmuchomásintimidantes,yporprimeravez
notengoporquéempequeñecermeypasardesapercibida.Meyergotodoloaltaquesoy,peseaquesoydiminutaal ladodeVenenodeDragónysusbotasdetacóncuadrado.—Graciasporreunirosconmigo—lesdigo,asintiendoconlacabezaantesde
volvermehacialapirata,desafiándolaacorregirme.Esbozounadulcesonrisa—.Y gracias a ti, tía, por organizar este encuentro. Es hora que discutamos cuáldebesernuestrosiguientepaso.¿AlgunodevosotrostendríalaamabilidaddeirabuscartambiénaBlaiseyaHeron?VenenodeDragónarruga lanarizde forma tandisimuladaquesemehabría
pasadoporaltodenohaberestadoatentaasureacción.Tensalamandíbulaantesdeobligarasuslabiosaesbozarunasonrisa,unecodelamía.—Nocreoqueseanecesario,Theo—repone—.Hereunidoanuestrasmentes
más brillantes en cuestiones estratégicas y diplomáticas. —Señala a los doshombres—. Blaise y Heron han hecho mucho por nuestra causa, pero sonmuchachosconpocaexperienciaenestostemas.Susimplacablesojososcurosseclavanenlosmíosytengoquehaceracopio
devalorparanoapartar lavista.Alfinyalcabo,sonlosojosdemimadre,ymirarlosmehacesentircomounaniña.Peronolosoy,ynopuedopermitirmesentirmeasí,nisiquierauninstante.Haydemasiadoenjuego.Asíqueleaguantolamiradaynomepermitovacilar.
—Sonmiconsejo—insisto,contonoamableperofirme—.Confíoenellos.VenenodeDragónladealacabeza.—¿Noconfiáisennosotros,Majestad?—preguntacon losojosmuyabiertos
—.Queremoslomejorparavos.Loshombresmurmuran,expresandosuaprobación.—Estoyconvencidadeello—respondo,y lessonríoconademánconciliador
—.Perohacetanpocotiempoquenosconocemosquenopodéissaberaúnquées lo mejor para mí. Estoy segura de que lo sabréis pronto, pero estaréis deacuerdoconmigoenquenotenemostiempoqueperder.—No,nolotenemos—diceVenenodeDragón—.Poresotienepocosentidoir
abuscaraotraspersonascuandoelgrupoquehereunidoesmásquecapazde...Lainterrumpoconpalabrasafiladascomodagas.—SihubieseisidoabuscaraBlaiseyaHeroncuandolohepedidolaprimera
vez en lugar de discutir por discutir, ya estarían de camino. ¿Queréis quesigamosperdiendoeltiempomientrasloskalovaxianosformanunbatallónparaeliminarnosdelafazdelatierra?Se queda en silencio durante un instante tenso y largo, pero noto el
resentimientoque irradiade ella.Le aguanto lamirada.Su furia aviva lamía;perciboconciertadistanciaunaquemazónsordaenlaspuntasdelosdedos,perono me atrevo a romper el contacto visual para mirarlas. Hay algo en esasensaciónquemeresultafamiliar;merecuerdaalestadodemipielcuandomedesperté de la pesadilla con Cress.Me cruzo de brazos y presiono los dedoscontralasmangasdelatúnica,conlaesperanzadequesilosignorodejarándearderme.Tras lo que me parece una eternidad, Veneno de Dragón se vuelve hacia
Anders,aunquetodoslosmúsculosdesucuerpoparecenprotestar.—Veaporlosmuchachos—ordenaconvozcontenida—.Ydateprisa.LamiradaazuldeAndersvadelaunaalaotraconincertidumbre.Finalmente,
se inclina enuna leve reverencia, primero aVenenodeDragón,y luegoamí.Sale a toda prisa sin decir una palabra, dejándonos inmersas en un incómodosilencio.Sientolamelodíadeltriunfoyolvidoelardordemisdedos.—Noosparecéisennadaavuestramadre—meespetaVenenodeDragóntras
uninstante.Yasí, sinmás, la sensaciónde triunfo seesfuma.Suspalabras soncomoun
puñetazo en el estómago, pero lo que más me duele es que tiene razón.Enfrentarmeconhostilidadaquienesmeantagonizan,retorcersuspalabrasensu
contraeinsistircontestarudezahacerlascosasamimaneranosonlastácticasqueusabamimadrecuandoerareina.Ellaeraencantadora,mediaba,buscabaelcompromisoydabatodoloquepodíaporqueteníamuchoquedar.Yentoncescaigoenlacuentaymeestremezcodelacabezaalospies,aunque
intentoreprimirlo.Nohemanejadolasituacióncomomimadre,sinocomoelkáiser.
Pasan unosminutos de tensión hasta queAnders regresa conBlaise yHeron.Ambos entran en el espacio cada vez más abarrotado con una expresiónconfundida.—Porfin—lesespetaVenenodeDragónmientrasellosseponenjuntoamí,
cadaunoaunlado,sinmediarpalabra.Debendehaberdeducidoloquehapasado,almenosenciertamedida.Deben
dehabersedadocuentadequeestareuniónsehaconvocadosincontarconellosydequeVenenodeDragónhaintentadodejarlosalmargen.OquizáBlaiselaesté fulminado con lamiradapor una razón totalmente distinta.Heron, por suparte,nofulminaconlamiradaanadie.Suexpresiónesgraveysolemne,perodistante.Haestadoasídesdequesubimosalbarco,ymepreocupaquelamuertedeElpispesesobresuconcienciatodavíamásquesobrelamía.Alfinyalcabo,era él quien debía ir a buscarla después de que envenenase al theyn; lecorrespondíaaéltraerlaalHumosanaysalva.LededicoaVenenodeDragónunasonrisaluminosa.—Ahoraqueyaestamos todosaquí,continuemos.Vamosrumboa las ruinas
deAnglamarparadesdeallíatacarlaMinadeFuegoyliberaralosesclavos.Erielseaclaralagargantaymemiraconunapizcaderecelo.—Yonorecomendaríaeseproceder,Majestad—reponeconvozásperayun
acentoquenoidentificoyquehacequesuspalabrassuenenmelódicasalaparquepeligrosas—.Enresumidascuentas,enfrentarnosaloskalovaxianosconlospocos guerreros que tenemos sería muy poco inteligente. Nos destruirían sindespeinarse,fuerancualesfuesennuestrasestrategias.Simpleyllanamente,nossuperanennúmero.—Era lo acordado antes de que yo aceptase vuestra asistencia —replico,
mirando a Eriel y luego a Veneno de Dragón. Siento quemi cólera vuelve adespertarse.—La clave es conseguir más fuerzas —interviene Anders. Sus años como
ladrón y pirata no han borrado por completo el deje afectado de su
pronunciación.Blaiseresoplacondesdén.—¿Másfuerzas?¿Cómonosenoshabráocurridoantes?¿Porquénohizoeso
Ampelio, para empezar? Nos habría ahorrado más de un problema. Ah, unmomento, ¡claro que se nos había ocurrido!Ningún otro país está dispuesto aenfrentarsealoskalovaxianos.—No, no por amor al prójimo, nome cabe duda. El resto delmundo teme
demasiadoalkáiserparaayudarnos,asíquetendremosquehacerqueelriesgomerezcalapena—apuntaVenenodeDragón,conlamiradafijaenmí—.Ydiríaque lo único que quieren de nosotros es algo que a Ampelio ni se le habríapasadoporlacabezaintercambiar.Semesecalaboca.—¿Yquéesesealgo?—Vos —responde con sencillez—. Para ser exactos, vuestra mano en
matrimonio.—Lasreinasnosecasan—intervieneHeron,queestáatónito.Menosmalque
estáaquí,porqueyonoparezcocapazdemediarpalabra.—Querido, no finjamos que estamos en circunstancias normales—dice ella.
Heronlesacamásdeunacabeza,peroselasarreglaparaqueparezcaqueestáhablandoconunniño—.Theopuededejarsuorgulloaunladoporelbiendesupaís,oesocreo.—No se trata demiorgullo—contesto, intentandomantener la voz calmay
esconderelpánicoquesiento—.Aesoshombresnolesimporto,soloquierenunpedazodeÁstreaydenuestramagia.VenenodeDragónseencogedehombros,comosiesofueseunanimiedad.—Si dejamos que los kalovaxianos la controlen mucho más tiempo ya no
quedaráningunamagia.Esunsacrificio,peroesnecesario.—Paratiesfácildecirlo,noerestúquientienequesacrificarnada—leespeto.—No sabemos si es necesario —interviene Blaise antes de que Veneno de
Dragóntengatiempoderesponder—.Hayotrasopciones...—¿Comocuáles?—preguntaconlascejasarqueadas.—Todavía no hemos usado al prinz como moneda de cambio. Si lo
intercambiamosporunadelasminas...—Pordesgracia,nuestrosserviciosde inteligencianoshan informadodeque
como rehénnovale tanto como esperábamos—comentaEriel—.El káiser noquiere recuperarlo. Lo considera una amenaza y un enemigo. Le hicimos unfavorquitándolealprinzdeencima.Yaestádifundiendoelrumordequesefue
convosporvoluntadpropia,Majestad.«Esonosealejamuchodelaverdad»,pienso.—Entonces,nolousemoscomorehén—contesto,aunqueparezcodesesperada
inclusoparamisoídos—.Elplansiemprefueutilizarloparasembrardiscordiaentresupadreyelpueblokalovaxiano.Asesinarloyculparaunodelosguardiasdelkáiserdebíacausarelcaosenlacorte,peronoveoporquénopodemosdarlelavueltaalahistoriadesuhuidaparaobtenerunresultadosimilar.—Elkáiserseasegurarádequeelrestodelacorteloconsidereuntraidor—
dice Blaise, aunque no intenta contradecirme, sino seguir mi línea depensamientoydarmeunaoportunidadpararesolverelproblema.—PerolacortevioaSørenenfrentarseasupadreenelbanquete—repongo—.
Seríanunosneciossicreyeranenlapalabradelkáiser.Sihubieseunaformadeincorporarotrossusurrosatodoeltumultodemurmuracionespodríamosdarlelavuelta a la historia y hacerles pensar que el prinz no los abandonó. Inclusopodríamosdifundirquesupadrelodesterró.Además,lacortemeoyóacusaralkáiser de asesinar a la kaiserina; deben de estar murmurando al respectotambién.Noserádifícilponerlosensucontrasidisponemosdevocesadecuadasquemurmurenenlosoídosadecuados.BlaiseasientedespacioyluegosedirigeaVenenodeDragón.—¿Lastenemos?—pregunta.—Tengo unos cuantos espías —admite con cautela—. Pero solo me pasan
información amí, no interfieren en la corte. Es la única razón por la que heconseguidoquenoseandescubiertosyquehayanduradotantoconvida.NopuedoevitarpensarenElpis,queestabaasalvohastaqueyolainvolucré.
Veocómosacanarastrassalóndeltronosucuerpocarbonizadoeirreconocible.Oigosusaullidosdedolorensusúltimosmomentos.Tragosaliva,odiándomeamímismamientrasdigoloquedebodecir:—El tiempodeestara salvoyapasó.Sinoaprovechamos lasoportunidades
quesenospresentanloúnicoqueconseguiremosserásobreviviraduraspenas.DeseoalgomásqueesoparaÁstrea,ytútambiéndeberías.VenenodeDragónaprietalamandíbula.—Estábien—acepta—.Empezaré adifundir vuestros«susurros», comovos
los llamáis, pero seguimos sin tener las fuerzas suficientespara enfrentarnos aunabatallaenlaMinadeFuego.ErielmeaseguraquetardaremoscuatrodíasenllegaraSta’Crivero.Eriel, que ha estado escuchando atentamente la conversación sin dejar de
balancearsesobresustalonescomounniñoimpaciente,parecesorprendersede
oírsunombre,aunquenotardaenasentir.—EnSta’CriveronosreuniremosconelreyEtristo—continúalacapitana.Tardounsegundoencomprenderadóndesedirigelaconversación.—No me voy a casar con ese tal rey Etristo —respondo con dureza y
pronunciandoconlentitudlaspalabras,comosielasuntodependierasolodequeellameoyese.PeroVenenodeDragónseechaareír.—Claroqueno,querida.Etristoesdemasiadoviejoparaserunbuenpartido,
por no hablar de que ya tiene una esposa. No, él ha tenido la amabilidad deprestarse como anfitrión para... una especie de acontecimiento. Los líderes depaísesdetodoelmundovendránaconocerteyaofrecersustropasacambiodetumano.—No soy ninguna joya que se pueda vender al mayor postor —protesto,
incapazdenoalzarlavoz.Empiezoasentirdemasiadocalor,igualquecuandomedespertédelapesadilla.Mebrotaelsudordelafrente,peromeloseco.Nosé por quéVeneno deDragón quiere que en su camarote haga tanto calor, nitampocoporquésoyyolaúnicaqueparecenotarlo—.Soyunareinaytomarémispropiasdecisiones.Lapirataaprietaloslabiosymeobservaensilencio,pensativa.—Ladecisiónesvuestra,pordescontado—dicealfin,conunatirantesonrisa
y mirada calculadora—. Pero os insto a que lo toméis seriamente enconsideración. Mientras tanto, continuaremos rumbo a Sta’Crivero. Comomínimo,nosrefugiaremosenelcaosdesupuertomientrastrazamosotroplan.Aceptopensarenello,aunquelasolaideameprovocanáuseas.
Laconfesión
CuandosalgoacubiertatraselencuentroconVenenodeDragón,elairefrescoempiezaacalmarmelapiel.Mesecomássudordelascejasyellabiosuperior,yecho un vistazo a Blaise yHeron, que están ami lado. Ambos parecen estarperfectamente; la temperatura del camarote de la pirata no les ha afectado enabsoluto.Quizáestéponiéndomeenferma;despuésdetodolosucedidonoseríaningunasorpresa.O talvezel calorestuviese soloenmi imaginación,o fueseunareacciónalestrésylaira.—Tiene que haber un plan mejor que el matrimonio —dice Blaise,
interrumpiendomispensamientos.Tragosaliva.—Tiene que haberlo—contesto, sinmirarlo a él ni a Heron, que está ami
izquierda.Contemplolaactividaddelbarco,queestállenodegentequevadeunladoa
otroparaqueelHumonaveguevientoenpopahaciaunfuturoque,unavezmás,mehanquitadodelasmanos.PuedequeVenenodeDragónmehayahechocreerque tengo elección, pero no soy tan necia como para creerme que será así defácil.—Nomepuedocreerquehayaintentadoarrinconarteatisolaenunareunión
—comentaHeron.Yoresoplo.—Puesyosípuedo.Porlosdioses,estoyhartadejueguecitos—melamento,
negandoconlacabeza—.Tuvequejugaralosdelkáiserdurantediezaños,ynoescapéparaacabarjugandoalosdeella.—Mevuelvoylosmiro—.Lehedichoa Veneno de Dragón que vosotros sois mi consejo. Hoy he decidido que la
presenciadeArtnoeralomásconvenientedebidoalefectoquesumadrepareceejercer sobre ella, pero también está incluida. Sois las personas en quienesconfío.Blaiseasiente,peroHeronsemuestra inseguro,ysumiradasedetienesobre
míduranteunossegundosmásdelacuenta.Noobstante,loquequieredecirmenosaledesuboca.—Blaise, sé que tienes que volver al trabajo, pero ¿me acompañarías tú a
almorzar,Heron?Blaise me saluda con un gesto y vuelve a la proa del navío, donde estaba
fregandolacubierta.Heronasienteperosemuestrareacio,asíqueledoyelbrazoyloguíohaciael
comedor.—¿Vatodobien?—lepregunto.—Sí,claro—responde,perosutonomehacesentirmásseguraquenuncade
quenoesasí.Es tarde para almorzar, por lo que el comedor está casi vacío. Las pocas
personasquehayallímeobservancogermiracióndegalletasmarinerasycarneseca.Estoyacostumbradaaquelagentememire(loskalovaxianostambiénlohacían), pero ahora no hay malicia tras el interés que despierto. Solo hayexpectativas, loquedealgúnmodoespeor.EsperoaqueHeron llenesuplatoconunnudoenlagarganta.Nonoscuestaencontrarunamesavacíaenunaesquina,lejosdeoídosatentos.
Ledoyunmomentoparacomerensilencio.Miralacomidaparanomirarmeamí. El Heron que yo conozco jamás me ignoraría; le parecería una falta derespeto.Sin embargo, no se trata de eso.Loquepasa es queme tienemiedo.¿PensaráqueloculpoporlamuertedeElpis?Meaclarolagarganta.Talvezsilecuentomisecretosesentirámejorrespecto
alsuyo.—Podría haber matado a Søren. Tuve ocasión de hacerlo—confieso. Él se
quedaquietoconlabocaabiertayunpedazodecarnesecaenlamano—.Antesdequesediesecuentadeloqueestabapasandoteníaladagacontrasuespalda.No tenía forma de escapar. Yo lo sabía y él también. Inclusome dijo que lohiciera. ¡Me lopidió!Creoquequeríaque lomatase,quepensabaqueasí, dealgúnmodo,estaríamosempatados.Peronofuicapaz.Porfinmemiraalosojos,perosuexpresiónesinescrutable.—Noselohecontadoanadie,nisiquieraaBlaise—continúo—.Estoysegura
de que Art y él dan por hecho que no tuve la oportunidad, pero sí la tuve.
Simplemente,notuvelafortalezanecesariaparaaprovecharla.Ymesientobienalcompartirloconotrapersona.Mesientobienalcontártelo.Heronmastica despacio, con la mirada fija en el plato. Parte un pedazo de
galleta,yluegoparteesepedazoendos.—YatehablédeLeonidas—diceenvozbaja—.Nosconocimosenlaminade
Airecuandonosllevaronallílaprimeravez.Noshicimosamigosenseguida.Eraunadelaspocascosasquehacíanqueaquellofuesesoportable.Estuvoamiladocuando mataron a mi madre delante de mí; lo estuvo cuando mi hermanaincumplió con demasiadas cuotas y se la llevaron a la submina.Y estuvo allícuando trajeron su cuerpo. Y yo estuve a su lado cundo se llevaron a suhermano, y luego a sumejor amigo. Nos abrazamos, y lloramos, y, de algúnmodo,enaquellaexistenciahorribleyespantosa,encontramoselamor.Nofueunahistoriacomolaquelospadrescuentanasushijossobreromancesyfinalesfelices,perofueamor.Eraloúnicoquemehacíalevantarmeporlasmañanas.Aplastaunpedacitodegalletaconelpulgar.Tienelosojosentrecerradosyla
miradaperdida.—Lossíntomasempezaronaaparecerpocoapoco,perolosdossabíamoslo
que significaba—continúa—.Tenía la piel ardiendo, como si tuviese siemprefiebre,ydormíacadavezmenos,hastaquedejódedormir.Nuncahablábamosdeello,nodeformaexplícita,peroseloescondimosalosguardiaslomejorquepudimos.Nos lasarreglamosduranteun tiempo,peroelmalde laminano sepuedeescondereternamente.Asípues,elpesoquecargasobresushombrosnotienequeverconElpis.Me
inclinohaciaél.—¿Lomatarondeinmediato?—pregunto,esperandoqueasífuese.Almenos
asíhabríasidounamuerterápidaymenosdolorosa.Unamuertepiadosa,aunquesémuybienqueloskalovaxianosnoconocenlapiedad.Sinembargo,Heronniegaconlacabezaytragasaliva.—Selollevaron,dijeronqueparaejecutarlo.Peroahorasabemosquequizáno
fueseverdad.Se me encoge el corazón. Es posible que lo mandasen a una batalla como
berserker,perohaydestinosaúnpeores.Tambiénhacíanexperimentos;loviconmispropiosojosenlascarnesdelostresúltimosGuardianesdemimadre,alosque tuvieron encerrados en lasmazmorras de palacio durante unadécada.Lessacaronsangre, lesamputarondedosy les rajaron lapiel.Esposiblequese lohicierantambiénaLeonidas,perojamásselocontaréaHeron.—Luchécontralosguardiascuandoselollevaron—continúa—.Inclusodejé
a uno de ellos inconsciente. Así que me metieron en la submina—confiesa,estremeciéndose—.Esperoquejamástengasquevereselugar,peroyotodavíatengopesadillasconél.Habíasangresecaen lasparedes,ysabíaquepartedeelladebíaserdemihermana,Imogen.Yelolor...aazufreyapodredumbre,tanpenetrantequeeraimposibleacostumbrarseaél.Cuandotraíanaotraspersonas,susaullidosatravesabanlosmurosdelacaverna,peroyonuncagrité.Mehiceunovilloyesperélamuerte.»Nomequedabanada—admite.Seinclinasobre lamesaytomamismanos
entrelassuyas,quesonmuchomásgrandes.Luceunaexpresiónextraña:noestátriste ni horrorizado, como cabría esperar, sino iluminado, esperanzado porprimera vez desde que lo conozco—. Y entonces fue cuando los dioses mebendijeron,cuandoOzammeofreciósudon.Penséqueeseregaloeraparaquepudieravengarme,pero¿ysimelodioparaquelosalvase?—CreesqueLeonidaspodríaestarvivo—digo.—Es posible. —Me coge las manos con más fuerza—. Nunca sentí que
estuviesemuertodeverdad.Nuncameparecióreal.Sihubiesemuerto,lohabríasentido,losé.Partedemíquieredecirlequeesonoesnecesariamentecierto,queyoaveces
sigosinsentirquemimadreestámuertaenrealidad,peseaquelavifallecerconmis propios ojos.Una sensación no es prueba de nada. Pero no soy capaz deapagar el ligero rayo de esperanza que ha hallado, aunque no quiero que esemismorayolodestruyacuandonolelleveanada.—Lamayoríade lagentequesufreelmalde laminanosobrevivemásque
unaspocassemanas—puntualizoconcuidado.—Lo sé—responde enseguida, y entoncesmemira con solemnidad—.Pero
ambossabemosqueesposiblesobrevivirmuchomástiempo.Niego con la cabeza. No me sorprende que Heron haya reparado en los
síntomas que muestra Blaise (supongo que sospecha que sufre el mal de lamina),perosigueteniendolaformadeunsecreto,ynoestoydispuestaahablardeelloconnadie,nisiquieraconél.—Esposible,esoesloúnicoquedigo—insiste.Metieneagarradalasmanos
contantafuerzaqueyanosientolosdedos.—Es posible —acepto con gentileza—. Pero no sé qué puedo hacer yo al
respecto,Heron.Sequedaensilenciouninstante;séqueestáintentandodecidircuálessonlas
palabrasadecuadas.—PuedequeSørentengainformaciónsobreelmaldelaminaylosberserkers.
Sobreloquepodríahaberlepasado.Niegoconlacabeza.—Empleó berserkers, pero no creo que supiera mucho sobre ellos. Solo
obedecíaórdenes.—Peropuedequesí—reitera,conunavozcadavezmásdesesperada.Niegoconlacabeza.—No es buena idea que vaya a hablar con él —contesto—. Pero si tú le
preguntas...—Yaloheintentado.Noquierehablarconmigo—meinterrumpe.Mesiento
comosimehubierantiradounjarrodeaguafría.¿HeronhavisitadoaSøren?Élhace caso omiso de mi asombro y continúa—: uno de sus guardias me hainformadodequenohapronunciadopalabradesdequelotrajimosabordo.—Es un rehén y está prisionero —repongo—. Eso no suele hacer que las
personascomoSørentenganganasdecharlar.Dudoquequierahablarconmigo.Heronmemiracomosipudieseleermispensamientosmásprofundos.—Contigosíhablará—afirma—.Porfavor.Séquequizánosirvadenada,que
lomásprobableesqueLeoyaestéenelDespuésyqueahoramismomeestédiciendo que soy un estúpido, pero si no lo está... Si existe la más mínimaoportunidad de que siga aquí, en algún lugar... Necesito saberlo. Y si alguienpuedecomprenderme,esaerestú.Mimadre jamássealejamuchodemispensamientos,peroahoraes laúnica
dueñadeellos,ynopuedoevitarpensarenquéhabríapasadosinohubiesesidotestigodesumuerte,sinohubiesesentidocómosumanosoltabalamíamientrasla vida la abandonaba. Si hubiese una ínfima posibilidad de que siguiera convida,¿quénoharíayoparaencontrarla?Larespuestaessencilla:nohaynadaqueyonoharía.—Iremosaverleestanoche—accedo.
Blaise tieneun turnonocturno,peroaccedeaquedarse conmigohastaquemeduerma.Aunqueagradezcosucompañía,nodejodepensarenlaconversaciónque he tenido con Heron. No quiero mentirle, pero tampoco soy capaz deconfesarlequeestanocheiremosaveraSøren.Noquierosaberloqueopina.—Sicuando lleguemosaSta’CriveroVenenodeDragónsiguepresionándote
con todo este asunto delmatrimonio, podemosmarcharnos—sugiere. Está deespaldasamímientrasmepongoelcamisón—.Allíhaymuchosotrosbarcos.Heron,Art,túyyo,enunascocinas.
NomencionaaSøren,cosaquesolomereafirmaenmidecisióndenocontarlemiplan.Paraél,elkalovaxianoesahoraunproblemadeVenenodeDragónynadamás.No lo entendería. Solo se preguntaría si hay algo de verdad en losrumoresquecirculansobrenuestrarelación.—NosolonecesitamosaVenenodeDragónporsusbarcos—lerecuerdocon
unsuspiro,mientrasmepongolaprendadealgodónporlacabeza—.Yellalosabe.Yatepuedesdarlavuelta,estoydecente.Meobedece,ymerecorreelcuerpoconlamiradaantesdedetenerlasobrela
mía.Esbozaunamediasonrisa.—Túnuncaestásdecente—medice,provocándomeotraamí.Entreveo otra fugaz imagen de esa vida más simple y feliz que podríamos
habertenido.Sinembargo,susonrisadesaparecedemasiadorápido,yvolvemosaencontrarnosenelmundoenelqueenrealidadvivimos.—Además,noestarásvalorandoenseriosupropuesta...—añade.—Pues claro que no —le espeto—. Pero no es tan fácil, no podemos
marcharnos sinmás, lo sabes.Cualquieraquenosofrezcaayudaquerráalgoacambio.Todoelmundoquierealgodemí.No me doy cuenta de la certeza que hay tras mis palabras hasta que las
pronuncioenvozalta,pero,unavezlohago,soninnegables.Me tumbobajoel edredónymevuelvohacia laparedcontra laqueestámi
cama.Oigoquesequita lasbotasyelcolchónsehundecuandosemeteen lacamaconmigo.Todavía siento el peso de la mentira que hay entre los dos, incluso cuando
encaja su cuerpo con el mío. Pega el pecho a mi espalda, coloca las rodillasflexionadastraslasmíasyapoyalafrenteenminuca.Merodealacinturaconelbrazo,vacilante.Tienelapielcaliente.HueleaÁstrea,aespecias,alfuegodelachimeneayacasa.—Yonoquieronadadeti.Solotú—susurra,inseguro.Le acaricio el brazo con las puntas de los dedos. Quiero responderle con
palabrassimilares,perosemequedanancladasenlagarganta.
Lascadenas
FinjodormirhastaqueBlaisesevaatrabajar,eintentoignorarlosnerviosquesemehanalojadoenlasentrañas.EstanochevoyaveraSøren,yaunquemegustaría que lo quemásme preocupara fuese queme descubrieran, esa no estodalaverdad.Laúltimavezqueloviacababadetraicionarleyélmedijoquemeamabadetodosmodos.Peronomeama.Nopuedeamarme,noesposible.En cualquier caso, algome dice que esta reunión no serámás fácil que aquelencuentro.«Hiceloqueteníaquehacer»,merepito,y,aunquequizáseacierto,noaplaca
elsentimientodeculpaquesemehametidodebajodelapiel.Por suerte, no tengo que darle vueltas al asunto durantemucho rato. Heron
llamaalapuertacontantasuavidadquecasinolooigo.AhuyentolaspalabrasdeBlaisedemimente,apartolasmantasysalgodelacama.—Entra—ledigomientrasmepongolasbotas.Lapuertaseabreysevuelveacerrar.Sinosupieraquiénes,habríapensado
queeraelviento.—¿Le has contado a Blaise lo que vamos a hacer esta noche? —pregunta
Heron,cuyaimagentitilahastaaparecerporcompleto.LlevaelpendienteconlaGemadeAirequelerobéaCrescentiaprendidodelacamiseta,justoencimadelcorazón,comounamedalla.Traselusodesupoder,ladiminutagemabrillaunmomento en la oscuridad. Ilumina la estancia lo suficiente para queyovea elrostrodeHeron,arrugadodepreocupaciónyconunaexpresióndeunasombríaesperanza.—¿Tú se lo habrías contado?—replico. Me ato los cordones de una bota,
luego los de la otra yme pongo la capa por encima del camisón—. Los dos
sabemosquehabríaintentadoconvencermedequenofuese.Nadiepuedevermebajarallí.Heronmetiendeunamanoparaayudarmealevantarme,ycuandoselacojo,
nuestrosdedosentrelazadosempiezanadesaparecer.Sientouncosquilleo,comosisemehubiesendormido.Lasensaciónsemeextiendeporelbrazoamedidaque lo borra, igual que el de Heron. Pronto desaparecen también nuestroshombros, cabezasypiernas, hastaque lahabitaciónparece estardesiertaymicuerpoenterovibra.—Nopuedomantenerloparalosdosdurantemuchotiempo,asíquemejorque
nosvayamosya—dice.Modificalaformadecogermedelamano,demodoquenuestrosdedosquedan
entrelazados.Tirademíydejaquelapuertasecierredetrásdenosotros.Me mantengo cerca de él mientras se apresura pasillo abajo, esquivando
hábilmentealosmiembrosdelatripulaciónquepasanpornuestrolado.Unparde ellos deben de sentir nuestra presencia, pues miran a su alrededor,confundidos. Un destello de miedo se les extiende por el cuerpo, mientrasimaginanfantasmasysedicenquesolohasidoelviento.Solo tengo una vaga idea de dónde tienen encerrado a Søren, pero Heron
conocebienelcamino.Vadoblandolasesquinasde lospasillosybajandopordesvencijadas escaleras de caracol. Lo único que debo hacer es seguirlo eintentarnopensardemasiadoenelkalovaxiano.«Solovoyahacerlealgunaspreguntas»,merecuerdo.Novamosahablarde
quesugirióqueBlaisepadecíaelmalde lamina,nidecuando insinuóque loquesentíaporélerareal.Noloera.Quizálofueseenelpasado,peroesoeraantesdequelideraseasus
hombreshaciaVecturiaparamasacraramilesdepersonas.Esoeraantesdequesupieraquiénesenrealidad.Peroséqueesonoesverdad,loséinclusomientraslo pienso. No, no lo amo, perome importa. No quiero verlo encadenado.Noquieroserconscientedequehesidoyoquienlohapuestoahí.Alfinaldelúltimopasillo,haydoshombresguardandolapuerta,consendas
lanzasrudimentariasyrostrossoñolientos.Alverlossemetensatodoelcuerpo,aunqueyadeberíahaberloimaginado.VenenodeDragónjamáshabríadejadoaSørensinvigilancia.Heronnotamimiedoymeestrechalamanoantesdedesenredarsusdedosde
los míos y colocármelos sobre su antebrazo. Sigue caminando en dirección aellos,asíquedoyporhechoquetieneunplan.Cuandosaledeentrelassombras,hace que su invisibilidad se esfume y aparece ante los guardias,
sobresaltándolos.Esperoquemiinvisibilidadtambiénseevaporemientrasuntorrentedepobres
excusas seme agolpa tras los labios, peroHeron lamantiene.Me agarro confuerzaasubrazo;elcorazónmelatedesbocado.—Buenas noches—saluda Heron, y hace un gesto con la cabeza a ambos
hombres.—¿Vienesajugarunratoconél?—preguntaunodeellos.Noséaquéserefiere,peroHeronselimitaaasentir.—Soloserándiezminutos—responde.Losdosguardiasseapartany ledejanpasar.Yosigopegadaaél, intentando
desentrañarel significadodesuspalabras.«A jugarun ratoconél».Nopuedequerer decir lo que me imagino. No puede ser. Veneno de Dragón jamás lopermitiría...Sinembargo,encuantoempiezoaformaresafraseenmimentemedoy cuenta de que sí, sí lo permitiría. PeroHeronme lo habría contado si losupiese.Habríaintentadodetenerlo;estoyconvencida.Cuandolapuertasecierratrasnosotrosymisojosseacostumbranalatenue
luzdelcalabozo,semecaeelalmaalospies.Søren está desplomado contra la pared del fondo. El único lugar por donde
entraairefrescoesunaportilladeltamañodemimanoquehaysobresucabeza.Tieneunasesposaspesadasyoxidadasalrededordelasmuñecas,yenlapieldealrededorsevesangresecayfresca.Llevalamismaropaquelaúltimavezquelovi,aunqueahoraestáensangrentadayhechajirones.Nosepareceennadaalhombrequeerahaceunpardedías:supelocasirapadoesmásrojoquerubio,ytienelacaracubiertadecortesabiertosymoratones.Nolevantalacabezaaloírnosentrar,peroseestremeceyseaparta.Enelsuelo,cercadeél,hayuntablóndemaderaconunextremorecubiertode
sangre.Sientoquelabilismesubeporlagarganta.MeapartodeHeron,rompiendoasí
nuestra conexión. Me sobreviene una arcada; me doy la vuelta y vacío elestómagoenunaesquina.SientoaHerondetrásdemí,queme tocaelhombroconvacilación,pero lo
apartodeunempujón.—Losabías—leespetoenvozbaja.Peseaquelairaylasnáuseashacenque
meretuerza,nomeolvidodequelosguardiasestánalotroladodelapuerta.Heronnoapartalavista,peromiiranoloacobarda.Dejaqueseestrellecontra
él.—Sí —admite. No parece el mismo Heron que conozco. Es como si lo
hubiesenpartidoendosmitadesserradas,losuficientementeafiladascomopararasgarlapiel.Contengo lasoleadasdenáuseasquemesobrevienenymepongounamano
sobreelestómago.—¿Hasparticipado?—pregunto,aunquenosésiquierosaberlarespuesta.—No—contesta,ysuspirodealivio—.Aunqueeratentador.—Nomelohabíascontado...—Eslomismoquetehicieronati,Theo—reponeél.«Pero Søren no fue», pienso, aunque sé que no es una buena defensa.
Comprendoporquélohanhecho,porquéhaytantaspersonasenestebarcoquequierenvenirapagarsuiraysudolorconlaúnicapersonaresponsablequehayasualcance.Comprendoeldeseodevengarsede loskalovaxianos,deverdad,peroestonoestábien.—¿Thor...Theodosia?—diceSørenconvoz roncay rota, apenasmás fuerte
queunsusurro.Intentalevantarlacabeza,peroseestremecededoloryladejacaerdenuevo.Paso junto aHeron y corro hacia él.Me dejo caer de rodillas a su lado.En
algunasocasiones, loheodiadotantoquehequeridomatarlo—casi lohice—,peroestoesdistinto.Séquetienelasmanosmanchadasdesangre,séquesehacobradomuchasvidas,queha llevado laguerraa laspuertasde los inocentes.Noloheperdonado;tampocoloheolvidado,nicreoquelohaganunca.Quizáselomerezca.Quizáesloquelecorresponde.Quizásealojusto.Peronoquierovivirenunmundoasí.Alargounamanoparatocarlelacara,peroseestremece.—Theo —dice Heron, pero no sé si es una advertencia o un intento de
disculpa.—Arréglalo —le ordeno con voz temblorosa, sin mirarlo—. Usa tu don.
Cúralo.—No—seniega.—Noeraunapregunta—leespeto,mirándolo—.Esunaorden.Detureina.Heronsequedaensilenciounosinstantes.—No—repite,peroyanosuenatansegurocomoantes.—Puesconsidéralounanegociación—ledigoconlosdientesapretados—.Si
quieres respuestas me necesitas, y no pienso conseguírtelas hasta que no locures.—Sabesloquehahecho,Theo—reponeél—.Sabesloquees.—Lo sé—contesto—.Pero también sé que somosmejores que él.Tenemos
queserlo,sino,¿dequésirvelaguerraqueestamosluchando?Élvaciladenuevo.—Puedocurarlo,perovolveránahacerlelomismo.—Losdetendré—afirmo,aunquenosécómo.—La madre de Elpis parece encontrar consuelo cuando viene aquí. ¿Se lo
quieresnegar?Sientoquesemeaneganlosojosenlágrimas,peromeapresuroasecármelas.—Cúralo—repito—.Onoconseguirétusrespuestas.HeronexhalaconfuerzayseagachaalotroladodeSøren.Tomasumano,rota
einmóvil,entrelassuyas.CuandoelpodercurativodeHeronempiezaafiltrarseensucuerpo,Sørense
obliga a abrir los ojos y nuestrasmiradas se encuentran.En la suya hay tantodolorquemequedosinaliento.—Loarreglaré,Søren,teloprometo.No debería hacer promesas que no tengo ni idea de cómo cumplir, pero las
palabrassemeescapanantesdequepuedadetenerlas.—Nohayparatanto—comenta,eintentasonreír—.Podríaserpeor.Con el tacto de Heron, la piel rota de las muñecas de Søren se cierra y se
suavizabajolaspesadasesposas;losmoratonesquelecubrenlamayorpartedelapielsevuelvenamarillosyterminanpordesaparecer.Loshuesosrotosdesurostro,elcortedellabio,losojosmorados:todoseesfumaantemisojoscomosihubiesen transcurrido semanas. Cuando Heron termina, Søren ya vuelve aparecerél.Sinembargo,nohayformadecurarporartedemagiaelcansanciodesugesto,ni lomuchoquese lehunden losojosen lapielcetrina,enmarcadospormedialunasdecolorvioletaoscuro.—Quieres algo de mí —dice en voz baja, mientras intenta sentarse recto.
Heron no ha sido minucioso con sus curas y todavía se estremece de dolor.Quizátengalascostillasmagulladas.—Nosabíaqueteestabanhaciendoesto—leaseguro—.Noteníaniidea.Sørenmemira,alprincipioconincredulidad,peroluegosumiradasesuaviza.—Estamos en guerra —repone—. Es así como funciona. Y tu amigo tiene
razón.Ambossabemosqueyohehechocosaspeores.Esonopuedonegarlo.RecuerdoqueusóberserkersenlabatalladeVecturia.
Recuerdoque, cuandoperdió esamismabatalla, ordenó la retirada e hizoquedestruyeran las reservas de comida de los vecturianos. ¿Cuántos de ellos seestaránmuriendodehambreahoraqueel inviernoempiezaaadueñarsedesustierras,aevitarquecrezcansuscultivos?Quizáestoseaunaformadejusticia,la
únicaquepersonascomolamadredeElpistienenasualcance.Casiconsigoencontrarleunsentido,peroyoheestadoensulugar.Recuerdo
queelkáiserordenabaquemepegasensiemprequeotrosastreanoslecausabanproblemas.SolohaceunasemanaquepaguéporlasmuertesdeloskalovaxianosenlabatalladeVecturia.Pareceserlomismo,aunqueséquenoloes.—¿Quéesloquequieres?—preguntaSøren—.Nohasvenidohastaaquípara
compadecertedemí.«Nomecompadezcodeti—quierodecirle—.Heestadoentulugar,yséque
nadiesemereceesto,nisiquieratú,quetieneslasmanosempapadasdesangre.»Peronopuedodecirlenadadeeso,nodelantedeHeron.Aprieto los labiosenunafinalíneaymeyergo,poniendounpocodedistanciaentrenosotros.—¿Quésabessobrelosberserkers?—lepregunto—.¿Quélessucedeentrelas
minasyelcampodebatalla?LosojosinyectadosensangredeSørenvandesdeHeronhastamí.—Losguardiasdelasminasaíslanaaquellosquemuestransíntomasdelocura.
Aveceslaenfermedadyaleshaafectadodemasiadoynoselespuedeusarenuna batalla, o sus cuerpos están ya muy débiles. A esos se les ejecuta deinmediato.Aveces,algunomuestrasíntomasdetenerundon,enlugardelmaldelamina.Selesseparadelosdemás.—Paraexperimentarconellos—señalo.Sørenasiente.Apartalavistaytragasaliva.—No era algo en lo que me gustara pensar —reconoce, pero sus palabras
suenandébiles.—Leonidasnoteníaningúndon—aclaraHeronenvozbaja—.Ycuandolos
guardiaslodescubrieronyadeliraba.Nisiquierapodíamantenerseenpieporsímismo.Conseguimosesconderlodurantemuchotiempo.Sørennodicenada,soloniegaconlacabeza.—Lomatasteis, entonces—continúa Heron, y, con el dorso de lamano, se
enjugaunaslágrimasdelasmejillasquenomehabíadadocuentadequetenía.—Yonolomaté—reponeSøren—.Perosí,supongoqueesloquedebieronde
hacerlosguardias.Sucede tan rápido que nome da tiempo a pensar mi reacción. Un segundo
HeronestáparalizadodelasombroyalsiguienteseestálanzandocontraSøren,yyoestoydepieentrelosdos,protegiendoalsegundo,peseanoestardeltodoseguradequemerezcamiprotección.CojoaHerondeloshombrosy,aunqueélpodríaapartarmefácilmente,nolo
hace.Sumiradaesasesina,ymuestraunodiodelquenolecreíacapaz.
—Apártate,Theo—meordenaconlosdientesapretados.—No—meniego,pronunciandolapalabraconcuidadoparasonarmásfuerte
deloquemesiento—.Noleserviráanadiedenada.—Esonolosabes,yamímegustaríacomprobarlo.—Tienesrazón—diceSøren,ytragasaliva—.Noimportaquenolomataseyo
mismo;estuvepresentemientrasocurría,nosoloconél,sinoconmilesdeotros.Ypiensoponerlefin.Heronlomiracondesdén.—Tú no puedes ponerle fin a nada, prinkiti. Estás encadenado en un barco
llenodegentequeteodia.Søren no sabe qué responder a eso, así que no lo hace. Tras unos instantes,
Heronabrepocoapocolospuños.—Cuandotugentellegóylodestruyótodo,noquisesabernadamásdelresto
delmundo.Loúnicoquedeseabaerarecuperarmihogar—confiesa,ycadaunade sus palabras es como un puñal—. Leonidas era diferente. Todavía queríaviajar,inclusodespuésdelasedio.Medijoqueteníaquehabermásgentecomonosotrosquecomovosotros.Pensabaqueelmundoestabapobladosobre tododepersonasbuenas.Mepreguntosiahoradiríalomismo.Seinterrumpeconunacarcajadahuecaycarentedealegría.—Probablementesí,diríalomismo—admite,negandoconlacabeza—.Quizá
inclusotehabríaperdonado.Eramejorpersonaqueyo.Sørennodicenada,peroHerontampocoesperaunarespuesta.Ledalaespalda
ysedirigealapuerta.—Theo,puedesvenir conmigooquedarte,pero si tequedas tendrásquedar
muchasexplicacionescuandoteencuentren.Sørenmemiraperoenseguidaapartalavista;ladejafijaenlaspiedrasquehay
frenteaél.Parecetanperdidoquedudoduranteunossegundos.Sémejorquelamayoríadelagenteelaspectoquetieneunapersonaqueseha
rendido.Echounvistazoal calabozoyveovariasmaneras con lasquepodríaacabarconsupropiavida:podríaaplastarselacabezacontraelsuelodepiedra,ahorcarseconlascadenasocortarselasvenasconelclavoquesobresaledelapareddemadera.Yestoyseguradequeélmismoencontraríaotradocenamássiseesforzaseunpoco.Dejarquelohagapodríaserinclusounaformadepiedad.Peroelmundotodavíanohaterminadoconél,yyotampoco.—Volveré—leaseguro—.Teloprometo.Élasiente,aunquetienelamiradaperdidaylamandíbulaapretada.
Juntos
—¿Quehashechoqué?—preguntaBlaise,casisinacordarsedebajarlavoz.Ahoraqueél,HeronyArtemisiaestánaquí,micamaroteparecemáspequeño
que nunca. Ni siquiera hay espacio para moverse. Artemisia y yo estamossentadasenmicama,Heronestáencorvado,apoyadojuntoalapuertayBlaise,sentadoencimadelacómoda.Medoycuentadequelegustaríalevantarse,peronopuedehacerlosinpisaraHeron,ytampocohaysitioparapasearse.—Nosabíaloqueleestabanhaciendo,aunquedoyporhechoquevosotrostres
sí—digo,convoztranquilayfirme.MiroaArtemisiayluegoaBlaise.Heronnomemira (no lo ha hecho desde que dejamos a Søren en el calabozo) y laverdadesqueyotampocotengomuchasganasdemirarloaél.Blaiseagachalacabeza,conlaculpaescritaenlacara,peroArtemisiamesostienelamiradacondescaro.—Sabíamos que si lo descubrías harías alguna estupidez. Y, cómo no, aquí
estás,intentandohaceralgunaestupidez—dice.SinlapresenciadeVenenodeDragónestanariscacomosiempre,ymealegro
detenerladevuelta,pormuchoquemeescuezansuspalabras.—¿Qué dice de nosotros que lo dejemos allí encerrado? —les pregunto—.
¿Somosdistintosdeloskalovaxianossinoscomportamosigualqueellos?Yoheestado en su lugar; la diferencia es que amíme tratabanmejor.Almenos yoteníaunahabitación.Noestabaencadenada.Medabanropalimpiaycomida.—Tú no hiciste nada para merecerte sus golpes —repone Blaise—. No
comandasteningúnbatallónniacabasteconlavidadenadie.¡Erasunaniña!Tienerazónenloquehadicho;noselopuedodiscutir.—Sørenesmásvaliososiestádenuestrolado—insisto.
—Túlohasdicho,siestádenuestrolado—repiteArtemisia.—Antesdequeyolotraicionase,medijoqueestabaconnosotros—insisto—.
Estabadispuestoaenfrentarseasupadreyairalaguerra.—EstabadispuestoaqueÁstreauniesesus fuerzasa lasde loskalovaxianos
—mecorrigeArtemisia—.Yesonovaapasar.—Niquieroquepase—replico.—Sí que quieres—intervieneHeron por primera vez. Su voz todavía suena
cortante,perosuirasehadisipadocasiporcompleto.Soloquedaeldolor,queesaúnmásdifícildesoportar—.Quieresquenosunamosaél.—¡Élquiereserdiferente!—digo—.Lohasvistocontuspropiosojos,Heron.Nomecontesta,peroaprietalamandíbula.—Nosotros tenemos todo el poder —continúo—. Puede ayudarnos, y ni
siquieratenemosqueofrecerlenadaacambio,niunarmisticioninuestrapiedad.Loúnicoquequiereessualma,demostrarseasímismoquenoessupadre.Ypodemosaprovecharesoennuestrobeneficio.—Theo...—empiezaadecirBlaise,ysuspira.—No es una situación ideal —lo interrumpo—. Pero ahora mismo vamos
rumboaunpaísextranjerodondevanavendermimanoenmatrimonioalmejorpostor.Nadadeestoesideal.Ninguno de los tres responde, y siento que el poder fluye a través de mí.
«Estamosenelmismobando»,merecuerdo,aunqueyohepasadotantotiemposolaenmibandoqueavecesmeresultafácilolvidarlo.—Mimadrenolovaasoltar—aseguraArtemisia—.Lucharácontratihagas
lo que hagas, y tendrámucho apoyo.No estoy diciendo que estés equivocada(aunque tampoco estoy diciendo que no lo estés), pero no puedes permitirteconvertirlaenunaenemiga.—Veneno deDragón no es lamejor de las aliadas, lo sé—añadeBlaise—.
Peroahoramismoeslamejorquetenemos.Tenemosqueelegirbienquébatallasmerecelapenaluchar.Recuerdoqueyopensaba lomismosobreelkáiser,que teníaquedecidir en
quémerecía lapena lucharcontraélyenquéno.Prontoaprendíqueno teníaposibilidadesdeganarningunabatalla,asíquenisiquieralointentaba.Peroyanoestoybajosuyugo,yanoestoyindefensa,aunqueahoramesientaasí.PensarenSørenenesecalabozo,soloyapaleado,meponeenferma.Yolehehechoeso;yolohemetidoahíyahoranopuedosacarlo.—Estábien—convengo.Laspalabrasmesabenamargas—.Peromientrassiga
ahíencerrado,quieroqueestétansegurocomoseaposible.Heron...
Me interrumpo. No tengo derecho a pedírselo, no después de lo que haperdido,perolohagodetodosmodos,aunquenohayadicholaspalabrasenvozalta.Herontragasalivaymemiraalosojos.—Iréacurarlodevezencuando—acepta—.Perosololapeorparte.Silocuro
porcompletolevantarésospechas.
Blaise y Heron salen de la habitación para ir a cumplir con sus respectivasobligaciones,peroArtemisiasequedasentadaenmicama,tirandodeunhilodeledredónymirándomeconlosojososcuroscolmadosderecelo.Parecetenermemiedo.Ellaamí.Esextraño,yaquesueleseralrevés.—Nomehasconvocadopara la reuniónconmimadre—dicealcabodeun
momento,afilandotantocadaconsonantequepodríacortar.—Penséqueseríacruelpedirtequetepusierasdemiladoenlugardeldeella
—respondo,peroesunamediaverdadyellasedacuentadeinmediato.Entornalosojosyselevantaconbrusquedad.—No necesito compasión, y menos aún de ti —me espeta, en voz baja y
peligrosa.Suspalabrasmehieren.—Noescompasión—contesto,peronoestoyseguradesiesoesciertoono.
Sinembargo,Artemisianoquierepalabrasamables,dulcesyfácilesdeescuchar.Quierelaincómodaycrudaverdad,ylocomprendo.—Enpresenciadetumadreeresinútil.—Lamiroalosojosmientrashablo—.
Necesitogentequeseacapazdedecirlequeseequivoca,queluchecontraellaynoseacobarde.Semequedamirandoatónitaduranteuninstante.—Notienesniideadeloqueestásdiciendo—replica.—¿Creesquenoqueríaqueestuviesesenesahabitación?—pregunto—.Pues
claroquesí.Tenecesitaba.BlaiseyHerontienensuspuntosfuertes,peroHeronesun soñador conel corazón rotoyBlaise tieneproblemasparaver las cosasconperspectiva.Paraél,elcentrodesuatenciónsiempresoyyo,ynoÁstrea.Necesitabaaalguienquedijeraloquehabíaquedecir,yningunodeellosdosescapaz.Perocuandoestátumadre,tútampoco.Teconviertesenunasombradetimisma,seteponenojosdecorderitoynosabeshablarsinbalbucear.Asínomesirvesdenada.Sequedainmóvil,conunaexpresiónduraeinescrutable.Esperoqueloniegue,
quediscuta.Quieroque lohaga.Pero,en lugardeeso,exhalaconfuerzaysuferocidadsedesinflacomounavelacuandonohayviento.—¿Quépasóenlareunión?—pregunta.Lecuentoquesumadreplaneacasarmeconungobernanteextranjeroyqueya
haordenadoquevayamos rumboaSta’Crivero,dondeel reyestáorganizandounacelebración.Leconfiesoquetodavíanoheaceptadonada.—Esohasidointeligente.—Lasreinasnosecasan—contesto.Artemisiaresopla.—Pues esa es la única opción que tenemos si queremos hacernos con un
ejércitolobastantegrande—replica—.Peroconozcoamimadre,yestoysegurade que ella va a sacar algo más de este acuerdo. Al no haber aceptado elcompromiso,todavíatienesalgoqueellaquierey,porlotanto,conservasciertocontrolsobrelasituación.Noesloquequeríaescuchar,perocasinuncaobtengoesodeArtemisia.Esaes
precisamentelarazónporlaquelanecesitoamilado,talycomoestáahora.—PeronoeselpodersuficienteparaliberaraSøren—aventuro.—Niporasomo—respondeella,haceunapausayañade—:Peroquizáseaun
comienzo.Reflexionosobreloquehadichoyluegoleordeno:—Noséquépasaentretumadreytú,perocontrólalo.Artemisia vacila, pero luego asiente. Aparta la vista y se muerde el labio
inferior.—Tesubestima,yesoesalgoquepuedesutilizaratufavor,peronoseastan
tontacomoparacometerelmismoerror.Nosubestimesdequéescapaz.
Elfuego
Cressestáalotroladodelosbarrotesoxidadosdelacelda,agarradaaellosconsusdeditosblancoscomohuesos.Ahorasolomellegaalacintura,aunquepartedemísabequesiemprehasidounpocomásalta,unpocomayoryunpocomássabia.Peroyano lo es: ahora esunaniñade carita redondaconelpelo rubiorecogidoendostrenzasquelelleganpordebajodeloshombros.Tienelosojosmuyabiertosycolmadosdepreocupación.—¿Estásbien?—pregunta,pronunciandolaspalabraskalovaxianasdespacioy
conclaridadparaqueyolasentienda.Sumaneradearticularlasresuenaenalgúnlugardelasprofundidadesdemimente,unlugarqueestáfuerademialcance.Siento un dolor lejano y familiar en la boca del estómago, pero el alivio loamortiguaencuantolaveo.Piensoquepodría serEvavia, la diosade laSeguridad, pero tampoco siento
queseaunpensamientopropio.Nodeltodo.Aunquenoimporta.Loúnicoqueséesquenecesitoayuda,quemeestabaahogandoyhaaparecidoella,unsoplodeairefrescoqueanhelabadesesperadamente.Cress alarga una mano entre los barrotes y me coge de la muñeca con sus
deditos.Meesfuerzoparanoecharmeallorardealivio.Se le ensancha la sonrisa yme revela unos dientes con puntas afiladas.Me
echoatrás,sobresaltada,paraponermefueradesualcance.Unamanchagrisempiezaacrecerleenlagargantayseleextiendehastaque
toda la piel del cuello se le queda negra y carbonizada. Intento dar otro pasoatrás,peromechocodeespaldascontralaspiedrasfríasyhúmedas.Cress vuelve a agarrarse a los barrotes, pero esta vez se derriten cuando los
toca.Vienehaciamí con susmanitas extendidas: las palmas sondeunvívido
colorrojoyaparecenllamasenlaspuntasdesusdedos.Meagachoymeaprietocontra la pared, desesperada por huir de ella, pero no hay escapatoria. Ellatambiéndebedehabersedadocuenta,porquesedetienejustodelantedemíyseinclinaparahablarmealoído.—Nuestros corazones sonhermanos,Thora—susurra, acercándome lamano
ardientealpecho—.¿Quieresqueveamossiseparecen?
Me despiertan mis propios gritos. Me doy la vuelta y entierro la cara en laalmohadaparaamortiguarlos.Soyconscientedequeami ladohayunespaciovacío,aunque laalmohadasigaestandocaliente.SupongoqueBlaiseacabadeirse.Respirohondovariasvecesparatranquilizarme,cierrolosojosylosvuelvoa abrir de inmediato, yaqueveo lagrotesca sonrisadeCress reflejada enmispárpados.Tengolassábanasenredadasenlaspiernas;estánempapadasensudor,ytardounratoenapartarlas.Latrenzaquemehiceanocheparaacostarmeestáenredada,ytengomechonesdepelopegadosalafrenteylasmejillas.Me pongo de pie sin dejar de temblar y cruzo el camarote hacia la jofaina.
Viertounpocodeaguadelajarraquehayalladoymemojolacarayelcuello.Está helada, pero no consigue calmar el fantasma del fuego, que todavía notoarrastrándosesobremipiel.Me seco la cara con una toalla deshilachada y, cuando me vuelvo hacia la
cama, apenas consigo reprimir un grito. Allí, contrastando con las sábanasblancas,haydoshuellasnegrasdeltamañodemismanos.«Solosonsombrasdelapesadilla,quemehanperseguidohastalavigilia»,me
digo.Parpadeoparaversidesaparecen,perohagaloquehagasiguenahí.Sonun producto demi imaginación, tienen que serlo, pero cuando alargo la
mano para tocar una de ellas el algodón carbonizado seme deshace bajo losdedosyseconvierteencenizas.Doyunpasoatrás;mimenteesun torbellinodepánicoy sigonegándomelo
todoaunqueno tengasentidohacerlo.Pero¿quéotracosa tienesentido?¿Queeso lohayahechoyo?¿Quehayaquemadomis sábanas?Giro lasmanosparaobservar laspalmas:estándeunvívidocolorrojo,aunquenomeduelen.Solosientounligerocosquilleoquemebailasobrelapiel.Parecemagia:eslamismasensaciónqueexperimentabaen lacortecuandomeacercabademasiadoaunaGemadeFuego.Tragosalivaparacontenerelpánicoquemeembarga.Mispensamientosson
demasiado atropellados y no consigo ordenarlos. Aprieto las palmas de las
manoscontraelcamisón,comosiesofueseaarreglaralgo.¿Quémeestápasando?Creíhaberimaginadoelcalorquemesobrevinoenel
camarotedeVenenodeDragón,peronopuedofingirhabermeimaginadoesto,noconlaspruebasantelosojos.SiempresentíafinidadporHouzzah,eldiosdelFuego;siemprehesentidola
atraccióndelasGemasdeFuego.Penséqueeraporquesoydescendientesuya,peroesonopuedesercierto.Sitengosusangre,tambiénlatienenArtemisiayVeneno de Dragón, y ellas no parecen sentir la llamada del dios. Veneno deDragón no cree en ninguna divinidad y Artemisia fue bendecida por Suta, ladiosa del Agua. No puede ser solo mi sangre. Esto es otra cosa, es algopeligroso.Pienso en la última vez que vi a Cress en las mazmorras, después de que
sobrevivieraaunadosisdevenenoquehabríamatadoaunhombredosvecesmáscorpulentoqueella.Sinembargo,ajuzgarporsuaspecto,lamuertelehabíadejadosuhuellaenelcuerpo.¿Cómosobrevivió?¿Cómo?Ynoeraesoloúnicoasombroso: estaba también su tacto abrasador.Eso tambiéndeberíahaber sidoimposible,peroyomismafuitestigodeello,notéelcalorqueemanabadeesosbarrotesconmispropiasmanos.Estabantancalientescomolasmíashacesolouninstante.Nosécómonadadeelloesposible,peronoconsigoaceptarlaideadequemi
diosconsideraseapropiadosalvaraunakalovaxiana,esmás,bendecirlaconsudon,mientrasmilesdelossuyossucumbíanalalocuraenlasminas.Tengoqueobligarmearespirar.Todavía siento la mano de Cress sobre el pecho, justo encima del corazón.
Todavíasientoelfuegodesutactomientrasmeconvertíaencenizas.Nopuedosaberloconcerteza,perojuraríaquesemehanempezadoacalentarlasmanosotravez.No lopiensodosveces.Quito lassábanasde lacama,y lasarrugodeforma
que no se vean las huellas de las quemaduras. Salgo al pasillo, intentandoapaciguarel temblordemismanos.Pocodespuésmeencuentroaunmiembrodel turno nocturno de la tripulación que está fregando el suelo, unmuchachopocomayorqueyo.—Ma...Majestad—tartamudea.—Buenas noches —lo saludo, y me las arreglo para sonreír con aire
avergonzado,mientras un plan termina de formarse enmimente—.Me temoquehe...hesufridounincidenteconmisangradomensual.Me mira desconcertado unos segundos y luego aparta la vista, con la cara
comountomate.—Oh,esto...—¿Puedespedirleaalguienquemetraigasábanaslimpias?Nohayprisa,pero
seríaestupendosilastuvieramañanaporlatarde.—Oh...Sí,porsupuesto—respondeconcautela—.¿Me...me llevoesas?—
pregunta, y señala las sábanas con la cabeza. Parece aterrorizado, como si enlugarderopasuciafuesenunanimalpeligroso.—No es necesario, yo misma las llevaré a la lavandería —contesto, y el
muchachoserelaja,visiblementealiviado.Asientey,por fortuna,nomehacemáspreguntas.Sinembargo,novoya la
lavandería.Llevolassábanasestropeadasalacocina,queestávacía,ylasmetoenloshornos.Observocómolasllamasseadueñandeellasylasquemanhastaquenoquedanmásquecenizas.Alverdesaparecerlaspruebas,casimepermitocreerquetodohasidoproductodemiimaginación,peroséquenohasidoasí.Todavía siento el calor y el cosquilleo en las palmas de lasmanos.Nome loestoyimaginando;noestoyloca.Noséloquesoy.Noséquéhacer.Nosénada.Laideadevolveramicamarotevacíoyquedarmesolaconmispensamientos
semeantojainsoportable.Porinfantilquesea,quieroquealguienmeabraceymeasegurequetodoirábien,aunquenomeimaginohablandodeestoconnadie.Blaiseeslaprimerapersonaenquienpienso,peroyadebedehaberempezadoatrabajar y no quiero molestarlo. Artemisia no está muy familiarizada con laempatía,ytampocoquierorecurriraHerondespuésdetodoloquehasucedidoentrenosotros.Hayotraopción,aunqueséqueesunaestupidezsinqueArtemisiamelodiga.
Sinembargo,mimenteyabuscamentirasyexcusasparajustificarmipresenciaenelcalabozoy,porestúpidoquesea,esallídondemellevanlospies.
Søren
Me resulta difícil orientarme sola en los pasillos del barco, pero después detomarelcaminoincorrectovariasvecesmedescubroenelestrechopasilloqueya conozco, en dirección a una puerta flanqueada por losmismos guardias deanoche.AunquedejaronpasaraHeronsinvacilar,cuandomevenamíentornanlosojos.Séquenoserátanfácil.—Majestad—murmuranambos.—Hevenidoaveralprisionero—afirmo,intentandoquemivozsuenefríay
distante,aunquenocreohaberloconseguido.—Nosepermitenvisitas—replicaunodelosguardiascontantaseguridadque
casimelocreo,aunquehevistoconmispropiosojosquenoescierto.Tragosalivaymeyergounpocomás.—Yonosoycualquiervisita.Soytureina,yteordenoquemedejespasar.Losguardiasintercambianunamirada.—Por vuestra propia seguridad, Majestad, no debéis... —interviene el otro
guardia.Pero en cuanto dice «debéis» en lugar de «podéis», sé que ya ha perdido la
batalla.—Estáencadenadoalapared—respondo—.Supongo—añadoenseguida.—Sí,peroesunhombrepeligroso—insisteelguardia.—Afortunadamente,vosotrosdosestáisaquífueraencasodequeosnecesite.
Enesoconsistevuestrotrabajo,¿no?Los guardias se vuelven amirar y luego se hacen a un lado, dudosos, yme
abrenlapuerta.Entroalcalabozoydeinmediatomegolpeaunaoleadadeaireenrarecidoyelfuerteolordelasangre.Sørenestádesplomadocontralapared
delfondo,igualqueayer,encadenadoporlostobillosylasmuñecas.EscomosiHeron no lo hubiese curado: vuelve a tener la piel cubierta de moratones ycortes.Sinembargo,adiferenciadeentonces,levantalavistacuandomeacercoy, aunque tiene la boca demasiado ensangrentada como para que puedaasegurarlo,creoqueintentasonreír.—Hasvuelto—dice,suspalabrasapenasunsusurro.—Te dije que volvería —respondo, intentando infundirle algo de vitalidad,
aunquemi réplica suena inexpresiva.Estoy a punto de preguntarle cómo está,peroesunapreguntatanridículaquenoconsigoverbalizarla.Echounvistazoamialrededorydetengolamiradaeneltablóndemaderaensangrentado,enlascadenas que se le clavan en la piel y en una bandeja de comida que hay a sulado.Debe de ser su ración de la cena: unas pocas galletasmarineras y carneseca.Nolahatocado.—¿Nohascomido?—lepregunto,mirándolo.Niega despacio con la cabeza, con lamirada todavía en guardia y recelosa.
Tieneelojoderechomoradoehinchadoyuncorteenelpómulo.Doyunpasohaciaél.Meacerco tantoquesiquisieraatacarmequizápodría
agarrarse al borde de mi camisón. No le tengo miedo, pero no me atrevo aacercarmemás.—¿Cuándofuelaúltimavezquecomiste?—insisto.Élpiensaunmomentoensurespuesta.—Enesemalditobanquete,cuandovolvídeVecturia—contestaconvozronca
—.Ynofuicapazdecomermucho,contodoloquepasó.«Todo loquepasó».Creoque jamáspodréolvidar esevestido tan revelador
queelkáisermeobligóaluciresanoche,nilaformaenlaquemetrató,comosifuesesuyaypudieraexhibirmeaplacer.Nidesusmanossobremí,comounamarca ardiente. Recuerdo que Søren no parecía encontrarse bien, aunquesupongoquefuemuchomásfácilverloquesoportarlo.—Sesuponequedebesrecibirturacióndecomida,igualquetodoslosdemás
—repongo—.VenenodeDragónmeprometióquetedaríandecomer.Élapartalavista.—Mehantraídomisracionestresvecesaldía,sinfalta.Mehacenbeberagua
alafuerza,perotodavíanomehanobligadoacomer.Siguesinmirarme,asíquemepermitoobservarlo.Ensolounospocosdíasse
lehapegadolapiela loshuesos;parecemásunespectroqueunapersona.Derepente,mepreguntoquépensaría sumadre si loviese ahora, pero aparto esepensamiento de mi mente antes de que la kaiserina me avergüence desde la
tumba.—¿Porquénocomes?—pregunto.Levantalasrodillasysehaceunovillo.Doyotropasohaciaél.—Hacemuchosaños,mipadrehizoqueeltheynmeenseñaseaserunrehén
—explica.Da la impresión de que hablar le cause dolor, pero continúa—:Mipadre dijo que teníamos muchos enemigos y que debía estar preparado. Loprimeroqueeltheynmeenseñófueanoaceptarlacomidaquemedieran.Noconsigocontenerunresoplido.—¿Creesquelahemosenvenenado?Niegaconlacabeza.—Esunacuestióndecontrol.Mientrasmeniegueacomer, soisvosotros los
queaceptáismistérminos.Nomequeréismuerto,oyamehabríaismatado.Esosignificaquemenecesitáis.Pero,encuantoaceptevuestracomida,empezaréadependerdevosotrosyperderéesecontrol.Esunjuegomental;nomuchomássofisticado que uno de esos concursos para ver quién aparta antes la vista.—Haceunapausa—.Enaquel entoncesconseguípasar tresdías sin comer.Estavez es más fácil, sobre todo porque siento demasiado dolor como paraacordarmedetenerhambre.Nolodiceenbuscademicompasión,nideunadisculpa,simplementeexpone
loshechos.Recorroladistanciaquenossepara,recojolabandejayselapongodelante.—Necesitoquecomas,Søren—insisto,peroélnosemueve—.Yonosoytu
enemiga.Seechaareír,peroelsonidoesdébil.—Amigos,enemigos...Nocreoqueimporteya.Lascadenaspesanlomismo,
tengalallavequienlatenga—responde.—Sé un par de cosas sobre cadenas, aunque las mías fuesen siempre
metafóricas—digo.Tienelacortesíademostrarseavergonzado,yalfinmemiraalosojos.—¿Escomopensabasquesería?¿Lalibertad?Deberíaserunapregunta fácil,perosientosuazoteen lasentrañas;escomo
unadagadeslizándoseentremiscostillas.Solíasoñarconeldíaenelqueporfinabandonaría el palacio, cuando me encontraría bajo el cielo abierto sin estarrodeadadeenemigos.Cuandopudierarespirarsinsentiresepesoenelpecho.—Yatelocontarécuandolaconsiga—lecontesto.Veounbrilloensusojos.—Esamujerquehizoquemetrajeranaquíabajo...Lahevistounpardeveces.
Los demás la respetan; supongo que es la capitana... La famosa Veneno deDragón.¿Esasí?Dudo,peroalfinalasiento.—Sí.Esmitía—admito—.Lahermanagemelademimadre.Elasombrosereflejaensurostro,tanclarocomolaspalabrassobreelpapel.—¿Tehasaliadoconella?—Eseeraelplan,pero...esmáscomplicadodeloquepensaba—leconfieso
—. Quiero sacarte de aquí, pero ella no lo está poniendo fácil. Sin embargo,cuando consigas salir, necesitaré que estés fuerte. Necesito que comas. —Empujolabandejahaciaél.Me mira a los ojos unos instantes, y entonces estira las piernas y mira la
bandeja.—Empiezaporelprincipio—mepide.Cogeunagalletaeintentapartirlapor
lamitad.Lecuestamásdeloquedebería,peroalfinalloconsigue—.Yestavezcuéntamelaverdad.Busco un eco de rencor en su réplica, pero no lo hay. De nuevo, solo ha
expuestoloshechos.Así que se lo cuento todo. Le hablo de cuandomaté aAmpelio, que era la
personaquesiemprepenséquemerescataría.Lecuentoquedecidísalvarmeamí misma. Le cuento que apareció Blaise y que las cosas en Ástrea estabanmucho peor de lo que yo pensaba, que el káiser había matado a miles depersonas.Lecuentoquecomprendíquenobastabaconsalvarmeamímisma.Y, aunque las palabras se me quedan ancladas en la garganta, me obligo a
confesarle el plan que tracé con Blaise, que debía seducirlo para sacarleinformaciónyvolverlocontraelkáiser.Meobligoareconocerquefuiyoquiendecidiómatarloparaqueloskalovaxianosseenfrentasenentreelloseiniciaranunaguerracivil.Esperoquesequededepiedra,quememirecomosinomeconociera,peroya
está maquinando. Lo veo en su mirada distante, en el gesto de sus labios,apretadosytorcidoshaciaunlado.—Silohubieseshechoquizáhabríafuncionado—admite.—Losé.Ningunode losdosmencionaaquelmomentoen los túneles subterráneosde
palacio,cuandolepuseladagacontralaespaldayélestabatancastigadoporlaculpa,portodaslasvidasquehabíasegadoenVecturia,quemepidióqueselaclavara.Ningunodelosdosmencionaporquénolohice.—¿QuépasóconErik?
¡Erik!Nohabíavueltoapensarenéldesdelaúltimavezquelovi.—Le dije que fuese a buscar a Hoa y huyera de palacio. Supongo que lo
consiguió,porquesinoelkáiserlahabríatraídojuntoaElpis.Esperoqueesténenunsitioagradable,dondequieraquesea—respondo.Élasientedespacioyfrunceelceño.—Esmihermano—diceenvozbaja,ymepreguntosieslaprimeravezquelo
dice.—Mediohermano—locorrijo—.Porpartedepadre.—Ymenudopadre—respondeconlavozcolmadadedesdén—.Háblamede
VenenodeDragón.Lecuentoqueintentaminarmiautoridadacadaoportunidadqueselepresenta
y que me trata como a una niña bienintencionada pero incompetente que esincapazdegobernarmientrassecomportacomomidevotatía,quesoloquierelomejorparamíyparaÁstrea.—¿Ytúquécreesquequiereenrealidad?—pregunta.—Nolosé—admito—.CreoquesíquiereayudaraÁstrea.Alfinyalcabo,es
supaís.Perotambiénquieresacaralgúnbeneficio.Blaisemecontóquecobrabaa las familias astreanas para llevarlas a salvo hasta otros países.Las ayudaba,pero sacaba provecho de ello. Y está intentando casarme con alguien de larealeza.DijoqueasíconseguiríamoslastropasnecesariaspararecuperarÁstrea,peroestoyseguradequeellavaaconseguiralgomásacambiodemanipularme.Sørensonríeconironía.—Peronosabelodifícilqueeresdemanipular.—Creoqueestáempezandoadarsecuenta.Se come el último pedazo de carne seca y le ruge el estómago, que ya está
pidiendomás.—Empezaremos por aquí —dice—. Si partimos rumbo a Sta’Crivero hace
cuatro días deberíamos llegar dentro de tres. Podemos aprovechar este tiempopara pensar una estrategia. Tengo algo de información sobre los demásgobernantesymepuedohacerunaideadequiénmandaráasusherederosparacortejarte.—No tengo ningún deseo de que me cortejen—asevero, vacilante—. Pero,
hipotéticamente,¿habríaopcionesdecentesentreellos?Separaapensarlounsegundo.—Dependedequéestésbuscando.—Lo ideal sería una forma de recuperarmi país sin cederle la soberanía al
desconocidoqueganelasubasta—contesto.
Niegaconlacabeza.—Nadieseenfrentaráamipadresinconseguirunbeneficiopersonalacambio.—Temíaquedijeraseso—respondo,apartandolabandeja.Echounvistazoa
lapequeñaportilla,desdedondesecuelalaluzdelalba—.Voyairadesayunar,pero puedo volver en cuanto termine. Te traeré más comida, y tú puedescontarmemássobrelospotencialespretendientes.Duranteuninstantemeparecequevaaprotestar,peroasiente.Empiezo a levantarme, pero antes de que lo consiga alarga un brazo y me
agarra de la muñeca. Sus dedos ensangrentados la rodean por completo y lacogen con firmeza. Me quedo sin aliento, pese al ambiente del calabozo, lascadenasy la sangre.Mehabíaolvidadode lomuchoquemeafectabaquemetocase.Quieroapartarme,peroalaveznoquiero.—YanaCrebesti,Theodosia—dice.Sientolaspalabrasenlagarganta.«Confíoenti.»Despuésdetodoloquelehe
hecho—detodoloquenoshemoshecho—nodeberíaexistirningunaconfianzaentrenosotros.Peroaquílotengo,poniendosufeenmí.Mirolamanoquerodeamimuñecayluegolomiroalosojos.—Theo—locorrijo—.PuedesllamarmeTheo.—Theo—repiteantesdesoltarmelamuñeca.Salgoatodaprisadelcalabozo,mientrassuvozreverberaenmimente,incluso
cuandomedespidodelosguardiaseintentolimpiarmelasangredelamuñecaantesdequelavean.Looigodecirminombreunayotravez;desearíaqueArtemisiaestuvieseaquí
para sacarme de este ensimismamiento. Siempre pensé que lo que sentía porSørennoeramíoenrealidad,sinodeThora,lamuchacharotaydoblegadaqueel káiser había creado de las ruinas de mí. Pensaba que la separación quemanteníaentreambaserasuficienteparaquenosecruzaranyque,alabandonarelpalacio,lahabíaabandonadotambiénaella.Peroaquíestoy,acientosdemillasdedistancia,ymissentimientosporSøren
sontancomplicadosyestántanenredadoscomolanochequememarché.
Laclase
NovuelvoconSørenjustodespuésdedesayunar.Séqueestáhambrientoyquenecesita que le haga compañía alguienquenoquieradarle unapaliza, pero laidea de volver a estar a solas con élme paraliza.No es que nome fíe demímisma; lo que ocurre es que la forma en que me mira resalta misvulnerabilidades y hace resurgir trocitos de la persona que yo era en palacio.Estarconélmehaceolvidarquesoyunareinayquehaydecenasdemilesdepersonas que dependen de mí. Necesito toda mi fuerza de voluntad para noordenar a los guardias que me entreguen las llaves para sacarlo de ahí, seancualesseanlasconsecuencias.Asípues,cambioderumbo:medirijoalapopadelbarcoconunabandejaen
lasmanosybuscounamelenadepeloazul.Es fácildar conArtemisia enmediode todoel caos: supelobrilla entre los
diversostonosnegrosycastañosdelamayoríadelosastreanos.Estádepieenmedio de un espacio abierto de la cubierta de popa con una espada en cadamano. Son más pequeñas que las que prefieren los kalovaxianos, aunque notantocomoparaserconsideradasdagas.Vandesdesucodoalapuntadesudedocorazón, y tienen unas empuñaduras doradas con filigranas que resplandecenbajolaluzdelsol.No conozco a su contrincante, pero tendrá un par de añosmás que ella. Es
muchomásalto, tienelaespaldaanchayunasfacciones tanangulosasquemehacenpensarencristalesrotos.MiraaArtemisiaconcentrado,conojososcurosyungestoserioensuslabiosapretados,mientraslosdosdanvueltasencírculos.Másquecaminar,Artemisiabaila;susmovimientossontangrácilescomolosdeungato.Inclusosonríealmuchacho,siesqueaesoselepuedellamarsonrisa.
Derepenteseatacanelunoalotroysusespadaschocanconunruidometálico.Enseguidaquedaclaroquenoestánalamismaaltura,aunqueelmejordelos
dos no es quien parecería serlo a primera vista. Aunque el muchacho es dosvecesmás grande queArtemisia, ymás fuerte, es torpe y lento, y ella es tanrápidaqueél falla lamayoríade lasveces,malgastando laenergíaqueprecisaparaseguirleelritmo.Ella se pavonea: hace una pirueta por aquí, un giro con un arco innecesario
peroespectacularporallá.Paraellaesmásunaactuaciónqueunabatalla,hastaque deja de serlo. Advierte el momento en el que el muchacho empieza arespirar entrecortadamente y a arrastrar los pies, y en esemomento dobla susesfuerzos. Lo embiste una vez tras otra, aunque él para todos sus golpes. Sinembargo,esopareceserloqueellaquiere:seaprovechadeestadistracciónparahacerloretrocedermásymás,hastaquetropiezaconuntablónquesobresaledela cubierta y cae de espaldas.Antes de que se dé cuenta de lo que sucede, seencuentraaArtemisiaencimadeél,conlasespadascruzadassobresucuelloyunasonrisatriunfal.Nosoylaúnicaqueloscontempla.Docenasdepersonashandejadodetrabajar
paraobservarelespectáculoboquiabiertos,yahoralavitorean.—Tediríaqueechabademenoscombatircontigo—diceelmuchacho,alque
suderrotaparecedivertirlemásquemolestarle—,peronoseríadeltodocierto.Mañanamedolerátodo,¿sabes?Artemisiachasquealalengua.—Hasperdidofacultadesenmiausencia—lereplica.Retiralasespadas,lasenvainayletiendeunamanoparaayudarloaponersede
pie. Él tiene el orgullo suficiente para ignorarla y se levanta él solo, con ungruñido.Retirasusespadasylasenvaina.—Noesperabaquesiguiesessiendotanbuenaaturegreso—responde—.¿De
dóndesacastetiempoparapracticarenlasminas?Ellaseencogedehombros,aunqueseleensombreceelrostro.—No pude practicar, pero acumulé mucha ira y eso compensa por los
músculosdesentrenados,almenosenparte.Parecequeelmuchachoquiere responder,peroentoncesmeveyponeunos
ojoscomoplatos.—Ma...Majestad—tartamudea,ymehaceunaapresuradareverenciaantesde
quepuedadecirlequenoesnecesario.Artemisiasedalavueltaymemira.Tienelasmejillassonrosadasdelesfuerzo.—Hasidoimpresionante—laelogio.
—Habría sido más divertido si mi contrincante hubiese tocado una espadaduranteelúltimoaño—repone,mientrasfulminaasucompañeroconlamirada,aunquesinmuchoentusiasmo.Élponelosojosenblanco.—Practicarémás—asegura—.Ycuando teganedesearásqueno lohubiese
hecho.Ellaresopla.—Comosipudierasganarmealgúndía...Theo,esteesSpiros.—Encantadadeconocerte—ledigo—.Créeme,lohashechomuchomejorde
loquepodríahacerloyo.—Queconstequemeheofrecidoaponerleremedioaeso—merecuerdaella,
yentoncesreparaenmibandeja—.¿Vasadesayunarentucamarote?—Noexactamente—respondo—.¿Tienesunmomento?AsienteysevuelvehaciaSpiros.—Nosvemosalahoradecenar.—Esosiparaentoncespuedoandar—contestaél.Artemisiayyonohablamoshastaquenoestamoslejosdelosdemás.Cuando
leconfiesoqueheidoavisitaraSøren,notardaniunsegundoendecirmequehasidounaestupidez.—Encuantolosguardiascambiendeturnoiránachivarseamimadre,yella
encontraráelmododeutilizarlocontrati—meadvierte.—Losé—admito—.Perohetenidounaidea.Artemisia arquea una ceja oscura y aprieta los labios, esperando a que
continúe.—Contudonpuedescambiartuapariencia.¿Podríascambiarlamía?Durantemediosegundoparecesorprendida,peroentoncessonríe.—Sí.Pero,acambio,tevoyaponerunaespadaenlamanoytevoyaenseñar
autilizarla.¿Deacuerdo?Empiezoaprotestarotravez,peroentoncesrecuerdocómoluchabahaceunos
minutos, poderosa, sinmiedo y preparada para acabar con cualquier enemigo.Todavíanosésiyoserécapazdehacerlomismo,peromegustaríadescubrirlo.—Hecho—respondo.Ellaasiente.—Bueno,entonces¿dequiéneselrostroquequieresprobarte?
Me resulta muy extraño llevar puesto el rostro de mi madre. «El rostro de
VenenodeDragón»,me recuerdo, aunqueno sientoque seael suyo.MientrasArtemisiayyonosdirigimoshacialosguardias, intentoimitar laposturadelapirata.Artselashaarregladoparacambiarelaspectodemisropas,peronohaconseguidohacernadaconlasbotas.Esperopodercompensarelhechodequemidounoscentímetrosmenosqueellaponiendolaespaldabienrecta.Losguardiasseyerguenalvernos.—Capitana—saludanalunísono.—He venido a ver al prisionero—respondo, con elmismo tono cortante de
VenenodeDragón.—Porsupuesto—accedeunodelosguardias,ybuscalasllavesparaabrir la
puertadeinmediato.—¿Hayalgodeloquequeráisinformarme?—pregunto,asabiendasdequesí
lohay.Los guardias no me decepcionan. Se interrumpen el uno al otro para
informarmedemipropiavisita,decuántotiempomehequedadoydeloquehanoídodesde el otro ladode la puerta.Meapuntomentalmentequedebohablarmásbajo,aunqueestaveznohanoídonadademasiadocomprometido,soloqueestoypreocupadayqueloheconvencidoparaquecomiera.—Nohabléisdeestoconnadie,¿entendido?—ordeno,ylosmiroaamboscon
loqueesperoquesealamismaintensidadqueVenenodeDragón.Ambosasientenconfrenesíysehacenaunladoparadejarnospasar.
Deberíahabertraídopapelypluma.NoesperabamuchodeSøren,nomásqueunos nombres de países similares a Ástrea que estarían dispuestos a unirse anosotros contra el káiser. Sin embargo, recita casi una docena de ellos, yArtemisiaañadebastantesmás.Resultaquecriarseenunbarcocuyatripulaciónproviene de todas las partes del mundo le ha proporcionado una visión muyparticularsobrelosdistintoselementosdesusculturasenlosqueSørennohabíareparadoalvisitarsuscortes.Cada país parece tener una estructura diferente. Ninguno de ellos es un
matriarcado,comoÁstrea,aunquemuchostienenlamismaestructurapatriarcalqueKalovaxia,peseaquellamanasussoberanosdedistintasformas.Hayreyes,emperadores y potentados, aunque me parece que todos significan lo mismo,másomenos.—Nuncahecomprendidocómosepuedetrazarlalíneadeparentescoatravés
de herederos hombres—admito después de que Søren me hable del príncipe
TalindeEtralia,cuyalegitimidadcomoherederoescomomínimocuestionable.—Asífuncionaenlamayorpartedelmundo—respondeél.Artemisia no tiene los mismos poderes curativos que Heron, pero se las ha
arreglado para limpiarle las heridas con su don de agua para que no se leinfecten.No obstante, sigue siendo algo temporal.Unas horas después de quenosvayamosyalehabránvueltoadarunapaliza.Esepensamientomepesaenla conciencia, pero sé queArt tiene razón: no hay nada que pueda hacer pararemediarlo.Porlomenos,noahora.—Sin embargo, los patriarcados son terriblemente falibles —replico—. Es
muyfácilsembrar ladudasobre lapaternidaddeunheredero,mientrasqueescasi imposible si sigues la línea materna. Nadie puede asegurar quién era mipadre,perolaidentidaddemimadrenuncahasidocuestionada.Nadiepondríajamásendudamilegitimidadcomoherederaaltrono.Artemisiacarraspeaydice:—Anoserquehubieragemelas,claro.CuandoSørenyyonosvolvemosparamirarla.Estásentadayapoyadaen la
pareddeenfrenteconloshombroscaídos,peroentoncessuspirayseponerecta.—Circula por ahí una historia sobre el nacimiento de nuestrasmadres—me
cuenta—.Dicenqueataronun lazoenel tobillode laprimogénita.Noeraunsistemamuy fiable, pero no había ningún precedente, así que hicieron lo quepudieron.Pero,claro,losbebésnoparanquietosyalcabodeunahoraellazoyasehabíacaído,asíque lareina(nuestraabuela)eligióaunadeellas.Dijoquefueunaelecciónalazar,quesebasóensuintuición.Yasífuecomosedecidióeldestinodenuestropaís.Locuentadeformaprosaica;esunahistoriaquehaoídotantasvecesqueseha
convertido casi en un cuentomitológico, pero, aun así,me pone los pelos depunta.Sørenmemiraalosojosyveoqueéltambiénestáatandocabos.CasiesunaliviopensarqueVenenodeDragóntieneunobjetivomásalládesembrarelcaosparahacerseconelcontrol,perosiquieremicoronatendráquearrancarlademicadáver.—Háblame otra vez de los bindorianos—le pido a Søren para cambiar de
tema,aunquealmacenoestanuevainformaciónenelfondodemimente—.Mehabíasdichoqueeran...¿unaqué?—Unaoligarquía religiosa—responde—.Gobiernan cinco sumos sacerdotes
quesonelegidosporpequeñasdelegacionesdesacerdotes,unaporcadasubpaís.Noobstante, lacreenciapopularesquecada sumosacerdoteeselegidoporelmismísimoDios.
—¿Dios?—preguntaArtemisia.—Sonmonoteístas,sí—responde.Ellaponelosojosenblanco.—¿Nopuedesdecirquesolotienenundiosyyaestá?Noestásenlacorte,no
vasaimpresionaranadieconesospalabros.Élsesonroja.—Solo tienen un dios —se corrige—. Hay varios países mono... Que solo
creenenundios.Enalgunasreligionesesbondadosoybenevolenteyprotegeasu pueblo. En otras es vengativo y está dispuesto a castigarlos por cualquierindiscreción.—¿Y cómo funciona? —pregunta Artemisia—. Si una olig... lo que sea
religiosasepresentaparapedir lamanodeTheo,¿cómofuncionaría?¿Tendríaquecasarseconunodeellos?Unaventajadeestareunióninformativaesquesetratadeunaverdaderaclase
sobrecómomantenerunaexpresiónplácidamientraspronuncianpalabrascomo«matrimonio», «marido»y«boda» como si tal cosa.Me recuerdoque es todohipotético:nohe accedidoanadayno lopiensohacer, peropresentarse en lacortesta’criverianaaciegasseríaunaestupidez.—Nolocreo—respondeél—.Sontodoscélibes.Estaríaninteresadossoloen
Ástreayengobernarallí.—En gobernar de forma parcial. E hipotéticamente—lo corrijo, aunque eso
solo ya me horroriza—.Me da en la nariz que no estaríanmuy dispuestos arespetarnuestrascreencias.Sørendudauninstanteyluegoniegaconlacabeza.—VisitéBindorhacealgunosañosynotuveniunaconversaciónconninguno
deellosenlaquenointentasenconvertirme.—Estupendo—repongo,yexhalo—.Puesconellosno,entonces.Eslomismoquehedichosobrelamayoríadelosherederosdelosquemeha
hablado Søren, y ni siquiera los que no he rechazado con rotundidadme hanparecidoopcionesválidas.Sinembargo,mehedadocuentadequeSørenyArtempezabanaexasperarse,asíquehedichoquelostomaríaenconsideración.Elproblemanoson lospotencialespretendientes; losé,yellos tambiéndebendesaberlo. El problema es que nome hago a la idea de tener que casarme connadie, ymenos aún con un desconocido con segundas intenciones. Si hubiesealgunaotraopción,cualquieraquefuese,nodedicaríanidosminutosapensarenunposiblematrimonio.Sinembargo,porterriblesqueparezcantodosellos,nopuedonegarquenecesitamosmástropas,yelprecioquehayquepagarporellas
seráalto.—Volvamos a hablar del rey Etristo —propongo, pero Søren y Artemisia
intercambian una mirada, hastiados. El rey Etristo es una especie de enigma,inclusoparaellos.Sørenlohaconocido,perotampocopuededecirmuchosobreél.Puedocontarlascosasquesécontresdedosdeunamano.La primera es que tiene unos sesenta o setenta años. En esto, mis dos
interlocutoresnoseponendeacuerdo.Lasegundaesquetienevariashijas,perosolounhijolegítimo,quetieneasu
vezunheredero.Ellinajerealdelossta’criverianosestáaseguradoalmenosdosgeneracionesmás.Yla terceraesque,desdequeloskalovaxianosse lanzarana laconquistade
otrospaíseshacecasiunsiglo,Sta’Criverohaacogidorefugiadosde todos loslugares que han masacrado. Son una de las pocas naciones con la fuerzasuficienteparaqueloskalovaxianosnovayanaporellos.—¿Nosabéisnadamás?—insisto,peroambosnieganconlacabeza—.¿Nada
deélcomopersona?¿Esamableocruel?¿Sabioocortodeentendederas?Sørenseencogedehombros,peroArtemisiaaprietaloslabios.—Nosénadamássobreelrey,perosíséqueSta’Criveroesunpaísrico.Hace
siglos que no se involucran en ninguna guerra.No necesitan valorar las cosasútiles,asíquevaloranlashermosas.Loqueimplicaconesaspalabrasesevidente.—Yonosoyunacosa—protesto.—Eso lo sabes túy lo séyo—diceArtemisia,ypone losojosenblanco—.
Peroellosno.Ynosevanamolestarenhacerladistinción.
Elataque
Unsonidoestridenteinterrumpeelsueñoenelqueestoyinmersaymedevuelvealmundoreal.Sientoquesolohedormidounosminutos,peseaquelasuaveluzdel alba que penetra por el ojo de buey me indica que han pasado horas.Parpadeoparadespejarme,mesientoen lacamayentoncesmedoycuentadequealgonoandabien.Noeselmismosonidoqueinformadeuncambiodeturnoparalatripulación,
delahoradecomerodeunanunciodeVenenodeDragón.Esoseindicaconungong que suena una única vez. Ahora se oyen tres campanas diferentes querepicanalunísonosinintencióndedetenerse.Esunaalarma.Apartolamanta,mepongodepie,meecholacapaporencimadelcamisóny
meto los pies de golpe en mis botas demasiado grandes. El corazón me latedesbocadoymilesdepensamientossemecruzanporlamente,aguzadosporelsonidoconstantedelaalarma.«Loshombresdelkáisermehanencontrado.»«Volveránaencadenarme.»«Todohaterminado.»«Hefracasado.»Apartotodasesaspreocupacionesymedirijoalapuerta,decididaadescubrir
quéestápasando,perocuando laabroencuentroaSpirosalotro lado,con lasespadasenvainadasalosladosdesuscaderasyelpuñoenalto,preparadoparallamar.—Ma...Majestad—tartamudea,mirandoatodaspartesmenosamí.Dejacaer
lamano.
—¿Quésucede?—lepregunto.Hedegritarparaquemeoigaporencimadelascampanas.—Hemosoídoelrumordequehayunbarcomercantekalovaxianounasmillas
haciaelesteylacapitanahadecididoperseguirlo.Todoelmundoestámanosalaobrapreparándoseparaelataque.Todomicuerposerelajadealivio, tantoquehedeagarrarmealmarcodela
puerta para mantenerme en pie. Somos nosotros quienes les están atacando aellos,ynoalrevés.—Lacapitanahaordenadoquedebéisquedarosenvuestrocamarotehastaque
paseelpeligro.Me siento tan presionada por la orden como si llevase un corsé demasiado
ajustado,aunqueséqueeslomejor.Yonoservirédenadaduranteunataque.Lamejorformadeayudaresquitarmedeenmedio.—¿Y a ti te han encomendado que seas mi niñera? —replico en lugar de
discutir.Élfrunceelceño.—Soyvuestroguardia,Majestad.—Sí, ya he tenido guardias como tú en el pasado—le espeto, aunque me
arrepiento de inmediato. Spiros no tiene la culpa de nada—. Esto ocurre amenudo,¿verdad?—planteo.Élasiente.—Cadadossemanas,másomenos.—¿Habrábajas?¿Delosnuestros?—pregunto.Vuelveadudar.—Suelehaberuncoste—respondeconcautela.«Ampeliopensabaqueelprecioerademasiadoalto»,recuerdoqueBlaisedijo
unavezsobreVenenodeDragónysusmétodos.Abromáslapuerta.—Puesserámejorqueentres.Vaaserunamañanamuylarga.Spirosasienteyentraenmicamarote,aunquesurostrosigueensombrecido.—¿Cuántosueledurar?—pregunto.—Unas pocas horas. A estas alturas, la capitana ya es bastante eficiente.
Probablementepodríamostomarelbarcoconlosojosvendados.Nosacercamosporuncostado lomáximoquepodemosy luegogiramosel ladodondeestáelcañónhaciaellos.Seevitagirarelbarcodemasiadorápido,porquesinolesdasmássuperficiedondedisparar—explica—.Esmuchomásdifícildañarlaproa.Asientoyesperoaquecontinúe.
—Aveces se rinden incluso antes de que disparemos. Ahora ya conocen lareputacióndeVenenodeDragón,ycorreel rumordeque tieneclemenciaconlos que se rinden, que los deja navegar haciaEsstena,Timmoreeo algúnotropequeño país para que sigan viviendo, mientras juren que jamás volverán aÁstrea.Perolacapitanajamáshatenidoclemenciaconloskalovaxianos.—¿Ysinoserinden?Spirosseencogedehombros.—Les disparamos hasta que lo hacen o hasta que el barco naufraga. Si se
rinden, saqueamos el barco y luego lo hundimos con todas las Gemas delEspírituquellevanabordo.Enmudece, pero estoy segura de que no ha terminado, así que no lo
interrumpo.—Antes pensaba que era un insulto a los dioses dejar que todas esas gemas
terminasenenel fondodelmar,peroahoracreoquees lomejorquepodemoshacer.Nopodemosdevolverlasalasminasyasí,almenos,nadiepuedeabusardeellas.Tardounossegundosencontestar,peronosoycapazdemorderme la lengua
muchorato.—Mepreocupanmáslosesclavosquesehundenconlosbarcosqueseniegan
arendirse.Miréplicano lesorprende.Parececansado.Eseargumentonoesnuevopara
él.—Pagamos un preciomuy alto—admite, aunque suena distante, perdido en
suspropiospensamientos—.Avecesparecemerecerlapenayotrasvecesno.
Cuando disparamos el primer cañonazo, el Humo se estremece con tantaviolenciaquelavelaapagadasecaedelescritorio,peroSpirosnosesobresaltacomoyo.Apenaspareceoírlo,aunqueamímepitanlosoídos.Seapoyaenlapuertadelcamarote,comosiesperasequeyofueraasalircorriendodisparadaencualquiermomento.—¿CuántosañosllevasconVenenodeDragón?—lepregunto.Estoysentada
enelbordedelacamaysientoquetengoquegritarparaquesemeoiga.Unavezelcañónempiezaadisparar,lohacedeformaconstante,aunquealmenoselsonidoparecevenirdenuestrobarco.Élseencogedehombrosysedeslizaporlapuertahastaqueacabasentadoen
el suelo, sujetándose bien con los brazos para prepararse para el siguiente
cañonazo.—Desdeantesdelasedio—responde—.Laverdadesquenorecuerdomucho
demividaanterior,peroséquemipadreentróaformarpartedelatripulacióntras lamuertedemimadre.AntesvivíamosenNaphia—narra.Se tratadeunpuebloastreanosituadoenlafaldadelacordilleradeGrulain.—Naphiaesprecioso—afirmo—.Solofuiunavez,conmimadre,antesdel
asedio,peroloscamposdelavandahabíanflorecidoymeparecióhermoso.Spirosvuelveaencogersedehombros.—Supongo. Volvimos hace unos años. Unos refugiados que estaban
escondidosenlasmontañashabíancontratadoaVenenodeDragón,ypasamospor Naphia de camino. Estaba... —Hace una pausa—. No quedaba nada. Elpueblo estaba arrasado, lo habían quemado entero, y también los campos delavanda. Solo quedaba tierra baldía, como si nadie hubiese puesto un pie allíantesdenosotros.Docenasdegeneracionesdestruidas.Sientounaopresiónenelpecho.—Losiento—ledigo—.Séloqueesperdertuhogar.Élniegaconlacabeza.—MihogareselHumo.Seoyeotrocañonazoyelbarcotiembla.Meestremezcoymeagarrobiende
losladoshastaqueseestabiliza.—Nomeimaginocómohabrásidocrecerasí.Siendosiempreatacado.Élmemiraconextrañeza,yentoncesmedoycuentadeloqueacabodedecir.—Bueno,noeraasí,enningúncaso—mecorrijo—.Aquellosataqueseran...
—meinterrumpoparadejarsonarotrocañonazo—mássilenciosos.—Nocontraatacan—meinformatrasunossegundos—.Somoslosúnicosque
disparan.Debemosdehaberloscogidoporsorpresayahoraestaráncorriendodeunladoaotro,asustados.Seráunsaqueofácil.Mecuestaimaginaraloskalovaxianosasustadosycorriendodeunladoaotro.
Segúnmiexperiencia,siemprehansidoguerrerosestoicosyduros,siempredospasos por delante de sus enemigos, pero hay una razón por la queVeneno deDragónhaconseguidoeludirlosdurantetantotiempo.Peseatodo,larespeto.—¿Quévaapasarahora?—pregunto.Éllopiensaunmomento;susojososcurosadoptanuncarizpensativo.—Prontoondearánlabanderablanca.Esosignificarendición.—Ya sé lo que significa la bandera blanca—replico—.Los kalovaxianos lo
usandeformametafórica,aunquesiempresehadichoquesusbarcosnoestánequipadosconuna.Morirantesquerendirse,ytodoeso.
Élseechaareír.—Eso son grandes palabras, pero solo son eso, palabras. Los kalovaxianos
tienen instintode supervivencia como todo elmundo.Ondearán sus camisetasinterioressiesnecesario.Bien saben los dioses que he visto a muchos cortesanos kalovaxianos
pisotearselosunosalosotrosparasalvarsuorgulloysureputación.Mepuedoimaginar cómo se comportarán cuando susvidas estén en juego.Pero, inclusomientrasloestoypensando,merecuerdoenaqueltúneljuntoaSøren,apretandoladagacontrasuespalda.Lorecuerdopidiéndomequeselaclavara.—Sørenestáasalvoenelcalabozo,¿no?—lepreguntoaSpiros.Élfrunceelceño.—Tieneasusguardiasallí.—¿Igualqueyotetengoati?Élresopla.—Lossuyosnosontanamablescomoyo.—¿Ycuandoloskalovaxianosserindan?¿Quépasará?—pregunto.Spirossevuelveaapoyarcontralapuertaysecruzadebrazos.—Nosdetendremosa su ladoyamarraremosnuestrobarcoal suyo.Nohará
faltaqueosdigaqueloskalovaxianossontaimados.Habráhombresenelsueloaguardándonos con la esperanza de sorprendernos cuando subamos a bordo.Supongoquepiensanque es una estratagemamuy astuta, pero todoshacen lomismo.Mandamosantesalosguerrerosmásfuertesyapreparadosparaluchar,yacabamosrápidamenteconlaresistenciaqueoponen.Esesuelesermitrabajo.—Pues parece un trabajo peligroso—repongo—. Sobre todo si tenemos en
cuentaqueArtemisiateganóenelduelosindespeinarse.Spirossonríeavergonzadoysefrotalanuca.—Un duelo no es lo mismo que una batalla. Art también lo sabe. En una
batalla no hay gracia, no hace falta tener estilo. Solo has de sermás rápido ygolpearmásfuertequetuscontrincantes.Undueloseparecemásaunadanza:respetasa tuoponente, locomprendes.Tiene tantoqueverconunapartidadeajedrez como con un deporte físico. Y esa es la parte en la que estoy másoxidado.—¿Yluego?—insisto.Élseencogedehombrosunavezmás.—Luegosubeabordoelrestodelatripulación.Cogemosloquenecesitamos:
dinero,ropa,objetosdevalor...Lacapitanaintentasonsacarlesinformación,perosiguen temiendomásalkáiser, inclusocuando tienenuncuchillo enel cuello.
Casinuncadicennadaútil,ycuandolohacensueleresultarfalso.—Asíquelosmata—concluyo.Noesmuynobledesuparte,peroconquistar
paísesindefensostampocoloes.—Dentrodepocotodohabráterminado—repite.Asiento,peroapenasloescucho.Unaideasemeestáformandoenlamente;
primeronoesmásqueunachispa,peropocoapocovatomandocuerpo.Tendréqueactuarconrapidez,eimplicadesobedecerlasórdenesdeVenenodeDragón,perosolomepermitodudarunossegundosantesdededicarleaSpirosmisonrisamásencantadora.—Imaginoqueestaraquíencerradoconmigoesdifícilparati,Spiros,tanlejos
detodalaacción.Élfrunceelceñoylevantaunúnicohombroparaluegodejarlocaer.—Nomeimporta—responde,peroveoensusojosquemiente.—Almenosaquíabajoestásasalvo—comento.Enlugardeapaciguarlo,miréplicasololoponemásnervioso.Seapartadela
puertayempiezaapasearse.—Prontoterminará—repite.Finjoestarpensandoduranteunmomentoyluegodigo,concautela:—¿Noseríamemorablequeyofuese loúltimoqueviesenesoskalovaxianos
antesdemorir?Élsequedaensilencio.—Las órdenes de Veneno de Dragón eran muy claras: no podíais salir de
vuestrocamarote—contesta.—Pordescontado—repongo—.Mitíanoquierequemesucedanadamalo,lo
comprendo. Pero una vez subamos a bordo ya no correré ningún peligro. Túmismolohasdicho.Élvacila,ymedoycuentadequemispalabrasempiezanahacermellaenél,
pornohablardesuspropiosdeseosdeformarpartedelaacción,peroconesonobasta.SulealtadaVenenodeDragónesinquebrantable.Prueboconotratáctica.—Artmecontóquecuandomataaloskalovaxianos,secobraunpoquitodelo
quelearrebataronaella—confiesoconunavocecilla.Haceunamueca,discreta,perolahace,asíquecontinúo—:Amítambiénmegustaríacobrármelo,Spiros.Porfavor.—Si os lo permito —plantea con cautela—, no haríais ninguna estupidez,
¿verdad?Artdicequesoisdadaalasestupideces.Nopuedoevitarecharmea reír,conscientedequeArtemisiadefiniría loque
estoyapuntodehacercomounasoberanaestupidez.
—No,teloprometo—ledigo—.PerotendremosquellevaralprinzSørenconnosotros.—Elprinzesunprisionero,¡unprisionerokalovaxiano!—respondealarmado
—.¿Paraquéloíbamosallevarparainterrogarasuscompatriotas?Lesonrío.—PorqueesoshombresrespetanaSørentantocomotúrespetasaVenenode
Dragón.Yélestarádenuestrolado.—No lo podéis garantizar —repone él, negando con la cabeza—. Es el
enemigo. Veneno de Dragón sonsacará información a los kalovaxianos, comohacesiempre.—¿Información veraz?—pregunto, y él vacila—.Antes has dicho quemuy
pocodeloquedicenresultasercierto.Porqueestánhablandoconelenemigo,no con alguien a quien creen un aliado. Como, por ejemplo, Søren. Estádebilitadoydesarmado,susguardiaspodráncontrolarlosinproblemas, inclusosinlascadenas.—Nopiensodesobedecerlasórdenesdemicapitana—contestaSpirosenvoz
baja,peroesonoesunno.—Noloharás—lotranquilizo—.Porqueestarásobedeciendolasdetureina.
IrásabuscaraHeron.Aélnolegustalaviolencia,asíqueloencontrarásensucamarote.Unavezloencuentres,osreuniréisconmigoenelcalabozo.
Losrehenes
Cuando oigo los vítores que llegan desde cubierta —que, según Spiros,significanqueya es oficial quenoshemoshecho con el otrobarco— tengo aHeronaunladoyaSørenysusguardiasalotro.NohahabidotiempoparaqueHeroncurase todas lasheridasdeSøren,pero lasmás superficiales, almenos,handesaparecido.LaúnicapruebaevidentedequenoesuninvitadoabordodelHumo esunacojeraqueesconde tanbienqueniyomedaríacuenta sinomefijase. Llevo la daga envainada en la cadera, aunque se ve un poco ridículaencimadelcamisóngris.Mehacostadounpococonvenceralosguardiasdequelodejasensalirsincadenas,peromipodercomoreinahasidodeayuda.Noesunrecursoalquevayaapoderrecurrirsiempre;esomeloenseñóelkáiser.Untítulonuncavienemal,peronogarantizaelrespetodelosdemás.Esodependedelosactos.—¿Te importaría informarme de qué tienes planeado? —susurra Søren
mientrassubimoslasescaleras,conHeron,Spirosylosguardiasunospasosmásatrás.Dudosolounsegundo.—CuandoVenenodeDragónordenequematenaloskalovaxianos,nopuedes
protestar.Pesealaluzmortecinaquehaybajolacubiertadelbarco,loveoempalidecer.—Theo...—dice—.Entiendoqueestamosenguerra,peronopuedespedirme
queseatestigodealgoasí.—Siquieressalirdeesecalabozo, tienesquedemostrarqueestásdenuestro
ladodeformainequívoca.—Echounvistazoa losguardiasantesdevolvermedenuevohaciaSøren.Bajolavozyañado—:Porfavor.YanaCrebesti.
Memiraalosojosuninstante,yluegobajalavistayasiente.Respiro hondo para tranquilizarme, abro la puerta y salgo a la cubierta del
Humo.Mesorprendequeelbarconohayavolcado,yaquehaymuchísimagentecongregada junto a la barandilla de babor. Todos miran hacia el barcokalovaxiano,delquesoloatisboelmástilylasbanderasrojascaídas.Sørenseesfuerzaporvermásalládelamultitud;aélleresultamásfácil.Un
segundodespuésmascullaunamaldiciónentredientes.—¿Quépasa?—pregunto.—Elbarco.EselOrgullodeDragón.Esenombrenosignificanadaparamí,peroélsehapuestomuynervioso.—YomeentrenéenelOrgullo—explica—,paraaprendersobre las rutasde
comercio.—Conocesaalgunosdesushombres—deduzco.Asienteconexpresióntensa,peronodicenadamás.—Esosignificaqueellostambiénteconocenati—puntualizo—.Teserámás
fácilconseguirquehablen.«Ymásdifícilverlosmorir»,pienso.Spirosylosotrosguardiasseponendelantedenosotrosparaabrirelcamino
hacialapasarela,ungruesotablóndemaderaquellevadenuestrobarcoalsuyo.Se me pone el estómago del revés al verla e imagino de cuántas manerasdistintaspodría caerme.Spiros es el primero en cruzar.El tablón tiemblabajosus pies con cada paso que da, aunque no parece reparar en ello. No es laprimeravezquelocruza,claro.NitampocoeslaprimeravezparaSøren.Yosoylaúnicanovata.—Porsiteayuda—murmura—:nohevistoanadiecaersedeunapasarelaa
noserqueloempujasen.—Gracias—contestoconindiferencia,ypongounpieenelinestabletablón.«Hehechocosasmásdifícilesqueesta»,merecuerdomientrasvoyponiendo
un pie delante del otro. Recuerdo que escapé de palacio, que nadé contra esacorriente helada y trepé por aquellas escarpadas rocas hasta terminar con laspalmasdelasmanosylasplantasdelospiesensangrentadas.Intentonopensareneltablónquesetambaleabajomispies,nienloaltaqueseríalacaídahastalasagitadasyoscurasaguas.Dejolamenteenblancohastaquemispieslleganalsuelofirmedelbarcokalovaxiano.AlargounamanotemblorosahaciaSpirosparaquemeayudeabajar.Pero, en cuanto mi mente se despeja, casi echo de menos la pasarela
tambaleante, porque me encuentro de súbito frente a docenas de astreanos y
kalovaxianos que me miran fijamente, atónitos, alarmados y expectantes. Sinembargo,nadiediceniunapalabra.SusmiradasvandesdemíhastaVenenodeDragón; esperan para ver cómo reacciona ella. Encuentro entre la multitud aBlaiseyArtemisia,quemeobservanboquiabiertos.Lamayoríadelatripulaciónvaarmadaytienesuscuchilloscontralaspálidasgargantasdeloskalovaxianosquehayarrodilladosfrenteaellos.Nomedatiempoacontarlos,peroestimoqueserán unos cincuenta,muchos de ellos heridos, y unos cuantos astreanosmás.Porunavez,somosmásqueellos.—Theodosia—lavozdeVenenodeDragóninterrumpemispensamientos.Su
tonoesdeadvertencia,perosubyaceunmatizdeconfusión;nocasaconlafuriaquedespidensusojos.Peroesoespositivo:significaqueporenfadadaqueestépor ver a Søren fuera del calabozo, está intentando disimularlo. Mostrar susemociones la haría parecer vulnerable ante su tripulación y ante loskalovaxianos,ynopuedepermitirlo.Casiatisbocómofuncionasumente:Sørenha salido del calabozo, sí, pero hay suficientes miembros de la tripulaciónarmados como para que, en la práctica, siga siendo inofensivo. Ganará másdejando que yo haga la mía que enfrentándose a mí y colocándonos en dosbandos distintos. Sabe que, si tuvieran que decidir, parte de su tripulaciónelegiría seguir a una reina antes que a una capitana. No serían muchos, nobastarían para poner en marcha una verdadera revolución, pero seríandemasiadosparasusestándares.Así queme sigue la corriente.Estádepie en la proa elevadadel barco, con
Eriel detrás. Arrodillado delante de ella hay un hombre kalovaxianomayor ycorpulento,quededuzcoqueseráelcapitán.Ajuzgarporellargodesumelena,hanpasadomuchosañosdesdelaúltimavezqueperdióunabatalla.Y,ahoraqueha sido derrotado, perderá algomás que su cabello. Lo sabe.Mientras que lamayoríadesushombresmiranasualrededor,temerosos,éltienelavistafijaenelsueloconunaexpresiónvacua:esunhombrequeyaseharendido.Almenos,hastaqueSørencruzalapasarelayseponejuntoamí.—Min Prinz—dice el hombre con una voz ronca que enfatiza las palabras
kalovaxianas.«Miprinz».—CapitánRutgard—respondeSøren,impasible.Lomirodesoslayoyveoque
susojos son tan inexpresivos comosuvoz.Sediríaqueestáhablandoconundesconocido,aunquenoseaasí.VenenodeDragónseaclara lagarganta.LamiradaquedirigeaSørenes tan
penetrantecomounadaga.—Debíais quedaros en el barco, querida —me advierte en astreano, y
comprendoquesedirigeamí,ynoaél,porloazucaradaquesehatornadosuvoz.Mehablacomohablaríaaunniñooaalguienquenopuedavalerseporsímismo.Memaldigopornohabermecambiadoelcamisón.Menudapintadebodetener
conestaprendagrisydemasiadoholgada,lasbotasdemasiadograndesyelpelosueltoydespeinado.Debodeparecerunespectro,nadaqueverconunareina.Mi impulso es empequeñecerme, pero lucho contra él yme yergo, levanto labarbillaymeobligoahablarsinquemetiemblelavoz.—Spirosmeaseguróquenoerapeligroso,yteníarazón—respondotambién
enastreano,yaqueasíloskalovaxianosnomeentenderán.Observopocoapocoel barco, a las docenas de kalovaxianos arrodillados y acobardados ante lasespadasquelosastreanospresionancontrasusgargantas.Noesunaimagenalaqueestéacostumbradayladisfruto.Empiezoapasearmeporlacubierta,seguidaaunospasosdedistanciaporSørenysusguardias,yestudiocadakalovaxianojunto al que paso. Un muchacho de unos quince años me mira con los ojoscolmadosdeterror.Leaguantolamiradahastaqueagachalacabeza.—¿QuénoticiasnostraendeÁstrea?—preguntoaVenenodeDragón.—Ninguna—admiteentredientes—.Demomento.—Penséquequizáseríanmáscomunicativosconsuprinz—apunto,señalando
aSørenconlamano.Éltampocoentiendeloquedigo,peroreconocesutítuloyfrunceelceño.—Acabaránpordecirnosloquequeremossaber—reponeVenenodeDragón
conungestodedesdén.—¿Deverdad?—replico—.Segúntengoentendido,esenosueleserelcaso.VenenodeDragónmiraaSpiros,queestádetrásdemí,perocontinúoantesde
quepuedareprenderlo:—Sørenessuprinz; lecontaránlaverdadsi losconvencedequesevuelvan
contraelkáiser.Muchosdeestoshombresloconocen,o,porlomenos,hanoídohablar de sus legendarias proezas en el campo de batalla. Quizá le seanmáslealesaélqueasupadre.DirijomiatenciónaSøreny,enkalovaxiano,lesusurro:—Necesitamos noticias deÁstrea y ellos se niegan hablar, así que los va a
matar.Suexpresiónsealterauninstante,peroenseguidarecobrasuestoicidad.—Es inteligente por su parte—comenta—.Es la razón por la que nadie ha
podidodescribirla,niaellaniasubarco.Poresonadiesabequiénes.—Pero tampoco quedará nadie que pueda difundir el rumor de que te has
rebelado contra tu padre en una corte donde todavía cuentas con aliados —repongo.Veoensurostroquehacomprendidomiplan.—Siconsiguesla información,podremossalvaraunpardeellos—continúo
—.Convertirlosenespías.AsienteysedirigeaVenenodeDragón.—Capitana—diceenastreanocondificultad.Esunintentoadmirable,perono
sabe decir nada más, así que cambia al kalovaxiano y continúa—: Si mepermitesayudar,puedodemostrarmilealtad.VenenodeDragónduda,ymiraalamultitudqueobserva.—Notardes—pideenkalovaxiano,yluego,enastreano,añade—:Elfinalva
aserelmismo.La tripulación astreana se echa a reír. Aunque Søren no sabe qué ha dicho
exactamente,hadeducidolosuficiente.Respirahondoymiraaloskalovaxianosarrodillados. Tardo unos segundos en comprender que está buscando rostrosconocidos.Alfinalencuentrauno.Se agacha frente a un hombre de pocomás de veinte años con unamelena
rubia que le llega a las clavículas. El hombre lo mira con ojos verdes yenfurecidos.Tienelosbrazosatadosalaespaldaconunacuerdadeshilachada,yunastreanoquenoreconozcolovigila,sinretirarleelcuchillodelcuello.—Mattin—diceSørenenvozgraveybaja.Supongoquequieretranquilizarlo,
peroelhombrenoestáenabsolutotranquilo—.Ayúdameyayúdate,Mattin.Estesequedaensilencio,conlamiradafijaenlospiesdesuprinz.—¿Quieres volver a ver a tu esposa? —pregunta Søren con un tono más
cortante—.¿Yatuhija?¿Cuántosañostieneya?¿Cuatro?EsoatraelaatencióndeMattin,queporfinlevantalavista,conladudaenlos
ojos.Noobstante,siguesindecirnada.Sørenseponedepie.—Está bien. No eres el único —dice, y empieza a apartarse del hombre,
aunquedespacio.—Esperad—le ordenaMattin débilmente tras unos segundos—.Hablaré. Si
medejáisvivir,hablaré.Sørenmemiraun segundo, conunbrillo de incertidumbre en losojos, pero
enseguidasevuelvehaciaelprisioneroyasiente.Los demás kalovaxianos empiezan a insultarlo; lo llaman traidor y otras
palabrasmenos elegantes que no comprendo del todo. Sin embargo, no todosreaccionanasí.Hayotrosquesiguenmirandoalsuelo,ensilencio,pensativos.
Mattin
Sacarle información aMattin es más difícil de lo que Søren esperaba, y veocómo se va exasperando a cada segundo que pasa. Amí también se me estáacabandolapaciencia,yVenenodeDragónnisiquierasemolestaendisimularsuirritaciónmientrassepaseaporlacubiertadelantedeél.Hemosllevadoabajoa los pocos miembros de la tripulación que estaban dispuestos a hablar, parapodercorroborarluegolainformaciónquenosproporcionen,peromuchosotroskalovaxianossiguenaquíarrodilladosantesuscaptoresastreanos,conlashojasdeloscuchilloscontraelcuello.—¿HavueltoyaaÁstrealapartidadebúsquedadelkáiser?—preguntaSøren
porloquedebedeserlaquintavez.Mattinseencogedehombrosdenuevo,tantocomopuede,yaquesusmuñecas
siguenfirmementeatadasasuespalda.Sehaprestadovoluntarioaesto,perolosinsultosdesuscompañerosdebendehaberhechoquereconsideresudecisión.Pavlos el astreano que vigilaba aMattin, hunde un pocomás su hoja en el
cuellodelprisionero,queseestremece.—Como he dicho, no estaba enterado de los planes del káiser respecto a la
bárbaradelaprincesadeCenizasyelprinzsecuestrado—repiteMattinconvozinexpresiva.Aunquenoharespondidoanada,seganavariosinsultosdealgunoskalovaxianos,queignoranaloscaptoresqueintentansilenciarlos.VenenodeDragónhaceunamuecayduranteunmomentopiensoquesevaa
abalanzarsobreél,perosololomiraconlosojosentornados,comosifueseunaecuaciónquenoconsigueresolver.Haceungestoaunodelosmiembrosdesutripulaciónyeste, sinvacilarniun segundo,deslizaunadagaporel cuellodeunode los prisioneros quegritan.La sangremanade la herida y el cuerpo se
desploma sobre el suelo con un golpe sordo.Ni siquiera ha tenido tiempo degritar,yyo tengoquemorderme la lenguaparanochillardel susto.Søren, encambio,niparpadea.NoapartalavistadeMattin.Pocodespués,VenenodeDragónsedirigeaél.—Estás resultando ser un interrogador bastante inútil, prinzSøren—dice en
kalovaxiano,arrastrandolaspalabrasparaquetodoslospresenteslaoigan.Él niega con la cabeza y abre la boca para contestar, pero vuelve a cerrarla
enseguida.—De inútil nada —intervengo, mientras doy un paso al frente—. No ha
respondidoatupregunta,perohadichomucho.VenenodeDragónladealacabeza.—Noséquéhabéisoído,pero...—«Labárbarade la princesadeCenizasy el prinz secuestrado»—repito—.
Esaeslahistoriaquehancontado.Perotúnoeresnuestroprisionero,¿noesasí,Søren? No estás encadenado. Eres libre de ir por donde te plazca. Estás denuestroladoporvoluntadpropia.Sørenmemiraalosojos.Hayunbrilloenellosquemeindicaquecomprende
adóndemedirijo.—Nomesecuestraron,Mattin—miente,yapoyaunamanoenelhombrodel
muchacho.Élselaquitadeencima.—Entonces esta puta os debe de haber engañado. Habrá usado su magia
paganaparahechizaros—leespeta,tanaltoquetodospuedenoírlo—.Elprinzalqueyoservíajamáshabríatraicionadoasushermanosdenoserasí.Se empiezan a oír susurros por cubierta, pero tardo un momento en darme
cuentadeque se refiere amí.Sørenhaceunamueca al oír la palabra«puta»,peroyonosésireírmeoreplicarle.Ningunadelasdosserviríadenada.Nadadelo que diga hará queMattin piense que Søren es lo suficientemente digno deconfianzaparahablar.TampocohaynadaqueVenenodeDragónpuedahacer,exceptotorturarlo,aunquenoestoyseguradequeesosirvieraparadoblegarlo.No,Søreneselúnicoquepuedeconseguirlo,asíquemequedocalladaydejoquelohaga.—Nohuboningúnhechizo—repone—.Solounaverdadqueelmiedonome
dejaba ver antes. Una verdad que creo que tú también sabes:mi padre es uncobardeyuntirano.Mattinsequedaensilenciounlargorato.—Elkáiserhaampliadonuestrainfluenciadurantesureinadoyhaabiertomás
rutascomerciales—dice.
—No, Mattin —responde Søren. Mira a la multitud congregada a nuestroalrededorysubeelvolumendelavozparaquetodoslooigan—.Mipadresehaacomodado en un trono y se ha dejado llevar por la pereza. Se conforma condarse festines y dejar que lo adoren como a un dios. Pero ¿qué clase de diosmandaasushombresalucharenbatallasalasqueélmismoteme?Hacemásdedosdécadasquenovaalaguerraporquecreequesuvidaesmásvaliosaquelavuestra,peroyonoestoydeacuerdoconeso.Ytumujery tuhija tampocoloestarían.MattinseenderezaysevuelvehaciaSøren.Lofulminaconlamirada.—¿Creéis que vos seríais mejor? ¿Cómo, si ponéis a una puta astreana por
delantedevuestropueblo?Antesdequepuedasentirdenuevo lapunzadaquemeprovocaesapalabra,
Sørenledaunpuñetazoenunladodelacara.Mattinsedoblahaciadelanteconla boca ensangrentada. Søren lo agarra de lasmuñecas atadas, lo endereza denuevoylovuelvehaciamí.—Pidedisculpas—ordena,tirándoledelosbrazoshastacasidesencajárselos.Mattinhaceunamueca.Cuandosumiradasecruzaconlamía,enellanoveo
másqueodio.—No—seniega.Sørenaprietalosdientesyletiradelosbrazoshastaquegrita.—EllaeslareinaTheodosia,ysinotedisculpasporhaberlefaltadoalrespeto,
dejaréquesushombresseencarguendetiyluegoledescribiréatuesposacómofuerontusúltimosmomentos,paraquesepalopatéticaquefuetumuerte.Mattingruñeyapartalavista.—Pidodisculpas—diceentredientes.Søren parece tentado de sacarle algo más sincero, pero no sería muy
productivo.Meaclarolagargantayafirmoconfrialdad:—Acepto tus disculpas.Espero que llegues a entender que unamujer puede
ostentarpodermásalládeloquetieneentrelaspiernas,aunquesoloseaporelbiendetuhija.Haceunamueca,peroSørenlofuerzaamirarlo.—Estoy intentando ayudarte,Mattin. Cuando iba a bordo delOrgullo, tú te
quejabas más que nadie sobre el káiser. Subió los impuestos y tus padrestuvieronquetrabajartodavíamásenlagranjaparapoderpagarlos.Mecontastequetupadremuriódetantotrabajarporquesuscincohijostuvieronquealistarsepara lucharen lasguerrasdelkáiser.Cuandotecomunicaronque tuhijahabíanacido, me dijiste que te alegrabas de que no fuera un niño, para que no...
¿Cuálesfuerontuspalabrasexactas?¿Paraquenomurieraporelegoísmodeunviejo?Mattinnocontesta,peroveoqueempiezaaflaquear.—Vosnoseríaismejor—repitealfinal.Sørenmemiraantesdevolversehaciaelprisionero.—Yo nunca quise ser káiser. Siempre lo dije abiertamente, también cuando
formábamospartede lamismatripulación.Loqueyoqueríaeraunbarcoyelocéanoamialrededor,nadamás.Ysiguesiendoloúnicoquequieroahora.Sipudiera salirme con lamía, no regresaría jamás a la corte, pero he liderado ahombres que murieron por culpa del egoísmo de mi padre, igual que tushermanoseigualquetupadre.Elkáisernoestarásatisfechohastaqueelmundoenterosehayaconvertidoentierraquemada...Ohastaquealguienlopare.—Entonces¿osvaisauniraellos?¿Ellos?—preguntaMattin,mirándonosa
VenenodeDragón,aPavlosyamí—.Ellosquierenveratodosloskalovaxianosmuertos.Sørendudaaloírestaspalabrasymemira.Medoycuentadequenoescapaz
dementir,asíquelohagoyo.—Lo que queremos es recuperar Ástrea. Eso es todo. Uniremos nuestras
fuerzasparaeliminaralkáiser,yacambiodenuestraayuda,Sørenhaprometidollevarseasupueblodenuestrohogar.Enparte,esperabaqueVenenodeDragón(oalgunodelosotrosastreanos)se
echasea reíromecontradijera,pero,por suerte, todoelmundopermaneceensilencio.Sørenasiente.—Sontiemposdesesperados—añade—.Quizánoseamoslosaliadosideales,
perosomosmuchomáspoderososjuntosqueseparados.Mattinnosmiraantesdesuspirarydejarcaerloshombros.—Yaoslohedicho:nosénadasobrelosplanesdelkáiser.Estoydemasiado
lejosdelacorte.ASørenseleensombreceelrostro,peroasiente.—Peropuedesvolveracasa—ledigo—.Yasegurartedequelasmentirasdel
káisernoseanlaúnicahistoriaquellegaaoídosdelagente.HazlessaberqueSørenestávivo,queestábien,yqueestáluchandocontrasupadre.—Si lohago, ¿medejaréismarchar?—pregunta,mientrasmira aVenenode
Dragónconescepticismo.—Sí—respondo antes de que lo haga ella. Sin embargo, sé que no es una
promesaqueestéenposicióndemantener.Lacapitanaentornalosojos.
—Pavlos, llévalo al calabozo —ordena con aspecto aburrido—.Compararemosloquenoshacontadoconloquenoscuentenlosdemásyluegodecidiremoscuálnosserámásútilvivo.Pavlos baja su cuchillo y da un paso adelante para coger a Mattin por el
hombro y llevárselo, justo cuando Søren viene hacia mí con una mirada queadviertouninstanteantesdequeelaullidodelpiratacorteelaire.Sørenmetapalavista,yloúnicoqueaciertoaveresunresplandorplateadoyaPavlos,quesedesplomaenelsueloconungolpesordoantesdequeMattinseabalancesobreVenenodeDragón.Losgritosdepánicodelatripulaciónresuenanenelaire,perolapirataesmás
rápida de lo que pensaba y se aparta un segundo antes de que el kalovaxianoclaveunadagaenelmástilenelqueellaestabaapoyada.Sihubiesetardadounsegundomásselahabríaclavadoenlagarganta.Antesdequemedétiempoacomprenderloqueestápasando,oapensarde
dónde ha sacadoMattin la daga, Sørenme arrebata lamía de la cadera y, sindudarlounsegundo,lalanzaalaire.SeclavaenlanucadeMattinjustocuandosedisponíaaatacardenuevoaVenenodeDragón.Muereenseguida;apenasemiteungorjeo.Sedesplomaenelsueloalospies
delacapitana.Durante unos segundos nadie se mueve: ni Søren, ni yo, ni nadie de la
tripulaciónastreana,nisiquiera loskalovaxianos,quecontinúanderodillas.Elúnicosonidosonnuestrasrespiracionesentrecortadasylasolasquegolpeanelcasco del barco. Todo ha sucedidomuy rápido, pero, por lo que yo he visto,cuandoPavlos ha cogido aMattin le ha dado la oportunidad de arrebatarle ladagadealgúnmodo,cortólascuerdasqueloamarrabanylohaapuñaladoantesdeatacaraVenenodeDragón,aunqueSørenyyoestábamosmáscerca.Sørenlehasalvadolavidaalapirata,peseatenermuchasrazonesparanohacerlo.Yunabuenarazónparaello.
Honor
Despuésdeeso,nohayformadesalvaralosdemáskalovaxianos.Susmuertesson rápidas y sangrientas; ensucian toda la cubierta del Orgullo. Veneno deDragónordenaaunpuñadodemiembrosdesutripulaciónqueseocupendeloscadáveres.No le tiembla la voz; bien podría haberles ordenado que limpiarancervezaderramada.Hombres ymujeres hacen lo que les ordena sin dudar, y ella da permiso al
restode lospresentespara retirarse.Andersvuelvea la cubiertayobserva loscadáveresconunadistantefrialdad.Sinembargo,cuandoveaPavlossequedade piedra. Se abre paso entre la multitud hacia nosotros mientras estos semarchanysepone juntoaVenenodeDragón,muchomáscercade loquemepareceapropiado,conelceño fruncidodepreocupación.Ella tambiéndebedesentirseincómodaporsuproximidad,porquedaunpasoaunlado.—¿Quéhapasado?¿Estásbien?—pregunta.Ellahaceungestodeimpacienciaconlamano.—Sí.—HaceunapausaymiraaSørenconlosojosentornados—.Unodelos
rehenes me ha atacado, pero el prinkiti lo ha detenido.—Es evidente que lecuestaadmitirsupropiadebilidadenlamismafraseenlaqueelogiaalprinz.Pese a que este no comprende las palabras astreanas, parece adivinar lo que
significan.MiraaVenenodeDragónyasiente,perotieneelsentidocomúndenointervenir.—Te ha salvado él —dice Anders pausadamente; su incredulidad queda
patenteencadapalabra.VenenodeDragón se irrita aloírlo.MiraaSørenconuna reciénencontrada
curiosidad.
—¿Porqué?—lepreguntaenkalovaxiano.Élseencogedehombros.—Loquehedichoantesescierto.Estoydevuestrolado.Lacapitanafrunceelceño.Todavíanoselocree.—Podemosutilizarlo—intervengoenastreano—.Susentimientodeculpaes
verdadero, y es lo que lo mueve. Nos sirve más como aliado que comoprisionero.VenenodeDragónarrugalanariz,enfadada.—Esunodeellos.Jamásseráunaliado—repone,ysevuelvehaciaAnders—.
Tengo que hablar con la familia de Pavlos lo antes posible. ¿Has conseguidosacarinformacióndealgunodelosrehenesquehemosllevadoabajo?Por unmomento, pienso queAnders va a ignorar su pregunta e insistirmás
acercadesuintentodeasesinato,peroalfinalasiente.—Nohacostadomuchohacerloshablar,peroalfinal,lamayoríadeloquenos
handichonocoincidíaconloquedecíanlosdemás,comodecostumbre.—¿Yquéhabéisconseguidocorroborar?—inquiere.Anders nosmira amí y a Søren, y luego vuelve a dirigir su atención hacia
VenenodeDragón.—Nosésies inteligenteque lodiscutamosdelantedesegúnquécompañías,
capitana—replicaconcautela.—Elprinkitiquiereayudar—diceenastreano—.Talvezdeberíamosdejarque
descubraquéinformacionessonciertas.Alfinyalcabo,Theoyélconocenaloskalovaxianosmejorquenadie.—Elprinkiti soy yo, ¿no?—susurra Søren en kalovaxiano—. Nome gusta
nadaesesobrenombre.—Puesmetemoquenotelibrarásdeél—respondo,tambiénensusurros.—¡Silencio! —nos espeta Veneno de Dragón—. ¿Cuál es la información,
Anders?Élsiguedudoso;miraaSørencondesconfianza.—La historia que circula por el país es que la reina secuestró al prinkiti
despuésdeasesinaraltheynyescaparse.Elkáiserofreceunmillóndemonedasdeoroporsucabeza,perocincomillonessiseladevuelvenviva.Loqueimplicanesaspalabrasmehielalasangre.Meprometoqueyomisma
medarémuerteantesdepermitirquealguienmelleveanteelkáiserconvida.—Lomismonosdijeron anosotros,másomenos. ¿Hayalguna recompensa
porelprinkiti?—preguntaVenenodeDragón.Sørenresopla,molesto.
—Diezmillonesporél—respondeAnders—.Con lacondicióndequese lodevuelvanvivoeileso.Silefaltaunsolodedodelpie,nohabrárecompensa.—Enrealidad,elkáisernoquiererecuperarasuhijo,peroelpuebloamaasu
prinz,asíquehafabricadoestailusiónparamantenerlosdesulado,alavezquese asegura de que el riesgo es demasiado grande como para tentar a loscazadores de recompensas—explico.Veneno deDragón yAnders se vuelvenparamirarme, sorprendidosdequehayahablado.Continúo—:Todo elmundosabe que Søren es un guerrero. Es imposible que lo secuestraran sin pelear.Daránporhechoqueestaráherido,asíque,por loqueaellos respecta,esunacausaperdida.Secentraránendarconmigo,queesprecisamenteloquequiereelkáiser.Lapirataarquealascejas,peroasienteysevuelvehaciaAnders.—¿Algúnrumorsobreellugarenelquemásestánbuscando?—SedijoqueescapóauncampoderefugiadosdeTimmoree—contestaél.—Bien—diceVenenodeDragón—.EsoestátresdíasalnortedeSta’Crivero,
ymehangarantizadoquecuandolleguemosalaciudadelreyEtristoprotegeráaTheoconsupropiavida.—Hablaresfácil—apunto—.¿Confíasenél?Ellaseencogedehombros.—Confíoenquelomueveeldinero—responde—.Yconfíoquesupartedetu
dotelereportarámuchomásquecincomillonesdemonedasdeoro.Nopuedodiscutirconesalógica,aunquesemeponeelestómagodelrevésal
oír la palabra «dote». También era una costumbre en la corte kalovaxiana.Vendíanalasmuchachasjuntoaunamontañadeoroquemostrabasuvalor.Yamemolestaba entonces, cuando eran chicas que ni siquiera conocía y que porprincipiosnomecaíanbien.Sinembargo,ahorasoyyoquienestáenventa,parasacar un beneficio no solo para Ástrea, sino también para el rey Etristo eimaginoqueparaVenenodeDragón.Mesientocomounacosaenlugardeunapersona,talycomosiempremesentíaenpresenciadelkáiser.—¿Quépasaconlosrehenes?—lepreguntoaAnders,enunintentodeapartar
esa sensación y de concentrarme en el presente—. ¿Están dispuestos aconvertirseennuestrosespías?—Están dispuestos a no ser ejecutados—contestaAnders con voz cortante,
peroVenenodeDragónyaestánegandoconlacabeza.—No—sentencia—.Eraunplanridículodesdeelprimermomento,yloquele
haocurridoaPavlosnohahechomásqueconfirmarlo.Nosepuedeconfiarenellos.Anders,dalaorden.
Laordenparamatarlos.MiroaSøren,quenoestácomprendiendonadadelaconversación,peroqueprotestaríasiasífuera.—Esonoera loacordado—replico,conlamiradafijaenVenenodeDragón
—.Hanhechountratoacambiodesusvidas.—Untratosoloestanhonorablecomolagentequelohace—reponeella—.Y
todossabemosqueloskalovaxianosnotienenhonor.—Voy a tener que aprender astreano enseguida —murmura Søren para sí
mismo.Yoloignoro.—¿Ytú?¿Tieneshonor?—preguntoaVenenodeDragón.Meenseñalosdientesenungestoquepodríapasarporunasonrisa,peronolo
es.—No —niega—. Por eso he seguido viva durante todo este tiempo. Esos
hombresnomerecenelriesgo,asíquemorirán.Yporesoelprinkitivolveráalcalabozo,porútilquepenséisquees.MiroaSøren.Noloobliguéaveniraquínilohicevercómosupropiagente
eramasacradasoloparaqueloencadenasendenuevo.LaspalabrasdeArtemisiaresuenanenmimente.«Alnohaberaceptadoelcompromiso,todavíatienesalgoqueellaquierey,porlotanto,conservasciertocontrolsobrelasituación.»Estoymareada,peroséloquetengoquehacer.—Sørennovaavolveraningúncalabozo—ledigoaVenenodeDragón.Me
tragotodasmisdudasylamiroalosojos.Estásorprendida—.NosémuchodelmundomásalládeÁstrea,ynecesitodesuasistenciaparaelegiralmaridomásconvenientecuandolleguemosaSta’Crivero.VenenodeDragónmeobservaanonadada.—Paraesoyametenéisamí,Theo,yaAnders.Nohaynecesidaddeconfiar
enunprinztraidor.—Confíoenél—insisto—.Siquieresqueaccedaaestaestratagematuya, lo
quierofueradelcalabozo.Yqueseletratecomoaunodemisconsejeros.Tomaenconsideraciónmispalabrasconloslabiosapretados.—Muybien—accedealcabodeunmomento,convozpeligrosamentebaja—.
Supongoquehoyhademostradociertalealtad,aunquelalealtaddeloshombressiempreme ha parecido frágil. Es vuestra responsabilidad,Theo, y la primeraseñaldetraiciónlopagaráconsuvida.¿Entendido?—Alaprimeraseñaldetraiciónlomataréyomisma—leaseguro.Tieneunaexpresiónavinagrada,peroasiente.—¿Algunaotranoticia?—lepreguntoaAnders.
Élseaclaralagarganta.Tieneaspectodepreferirpisarsobreclavosoxidadosqueintervenirennuestraconversación.—Solo ha habido otro dato que hemos podido comprobar —admite—.
Relativoalkáiser.Soloconpensarenélsemeagarrotaelcuerpoentero,aunqueintentomantener
una expresión distante e impertérrita. «Estoy a un océano de distancia», merecuerdo.Nopuedeponermeniundedoencima,nisiquieraporcincomillonesdemonedasdeoro.EsotradelaspocaspalabrasqueSørenreconoce,yseponetenso.Nosmiraa
míyaAndersunayotravez,conexpresiónrecelosa.—Tomó a una mujer como esposa tras vuestra huida. Un matrimonio
precipitado,envueltoendesagradablesrumores.Mequedosinalientounossegundos.—¿Quién?—consigopreguntar.—Lahijadeltheyn—respondeAnders—.LaseñoritaCrescentia.
Confianza
Sørenyyocaminamosensilencioporelpasilloquellevaamicamarote.Apenasreparoenél.Mimenteesun remolino,ymispensamientosseagolpanenunaespiralhastaconvertirseenunamarañasinsentido.—Hadicho«Crescentia»—comentaSørenalfinal,cuandoyacasiestamosen
mi habitación—.Y se te ha ido todo el color de la cara. ¿Acaso ella...?—seinterrumpe.—No estámuerta—le informo, y su expresión se relaja.No le digo que la
muertehabríasidoundestinomejor.—Mealegro—responde—.Cuandovolvíalacorte,mipadrehabíadecidido
todamividapormí,Crescentiaincluida.Estabaresentidoconellaporeso,peroelproblemanuncafueella.Teimportadeverdad,¿noesasí?PiensoenCresstalycomolavilaúltimavez,alotroladodelosbarrotesde
micelda,conaquellamiradafríaysalvaje,lapielchamuscada,elpeloblancoyaquel calor que ponía los barrotes al rojo vivo.La que una vez había sidomiamiga,mihermanadecorazón.Peroyano.«Un día, cuando sea la kaiserina, haré que tu país y tu pueblo ardan hasta
desaparecer»,meamenazóconaquellavozásperaydolorida.Ahorayaloes,yyanohaynadaqueevitequecumplasupromesa.—Nolaconozco—ledigoaSøren—.Yellanomeconoceamí.Abro lapuertademi camaroteymeencuentro aBlaise,ArtemisiayHeron,
quemeestánesperando.Encuantomeve,Blaisesaltademicama,dondeestabasentado.—¿Estás bien?—pregunta en astreano—.Estábamos debajo de cubierta con
losotrosinterrogatorios,perohemosoídoqueunrehénhaatacadoa...
—Estamosbien—leaseguro,ycambioalkalovaxianoparaqueSørentambiénpueda comprender la conversación—. El rehén ha matado a Pavlos y haintentadomataraVenenodeDragón,peroSørenlohadetenido.Tresparesdeojosseclavanenél,queestádepiejustodetrásdemí.Ninguno
dicenada,perooigounadocenadepreguntasmudas.—LehasalvadolavidaaVenenodeDragónyhademostradoquenosesleal
—continúo.Artemisianoselotraga.Entornalosojos,cosaqueleconfiereunaspectotan
aterradorcomoeldesumadre.—¿Y?—pregunta.Apartolavista.—Y yo he señalado que su experiencia diplomática lo convierte en alguien
valioso y necesario para mí, si debo acceder a casarme con alguno de lospretendientesqueconoceréenSta’Crivero—explicoconvozdébil.Blaisetieneunaexpresióntansombríacomounanubedetormenta.—Eresunareina.Notepuedescasarconundesconocido.—Habríasucedidodetodosmodos—repongomientrasmesientoenelborde
de lacama—.VenenodeDragónhabría insistidohastaquecediera,mehabríapresionado hasta arrinconarme, hasta que no tuviera otra opción. Y entonceshabríadadola impresióndequemecontrolaba.—Meecholamantasobre loshombros,puesestoytemblando—.Encambio,alofrecermeyo,heaccedidoenmispropiostérminos.Blaise emiteungruñidodedesaprobación,peronodicenada.MiroaSøren,
que sigue al lado de la puerta. Las curas de Heron, aunque hayan sidosuperficiales, han bastado para que parezca un invitado en lugar de unprisionero,peroahoraqueyanohaypúblicoesevidentequesiguedolorido.Seapoyaenlapiernaderechayhaceunamuecacadavezquemueveunbrazo.—¿Yeserehénnohaintentadoiraporti?—preguntaArtemisia,desviandoasí
miatencióndeSøren.Nopuedoevitarresoplar.—No,Art,peromuchasgracias.Ellaponelosojosenblanco.—Solo me refiero a que es sorprendente, si tenemos en cuenta que el
kalovaxiano que he interrogado yo me ha confesado que ofrecen unarecompensaporti.—Nomepuedoimaginarquéseleestaríapasandoporlacabeza.Supongoque
debía de saber que no iba a sobrevivir, pero, si conseguíamatar aVeneno de
Dragón,almenosmoriríacomounhéroe.Nocreoquesehayaacordadode larecompensa—contesto,aunquehayalgodemiexplicaciónquenomeconvence.—Mattinsiempretuvofantasíasheroicas,peronolainteligenciaparavermás
allá de ellas —replica Søren, negando con la cabeza. Es una explicaciónplausible,peroesfácildarsecuentadequemiente,yenseguidaveolaprueba:seledilatanlosagujerosdelanariz.—Asíquehayrecompensasporlascabezasdelosdos—repongo,dándolela
espalda—.Y las fuerzas kalovaxianas nos están buscando en Timmoree.Y elkáisersehacasadoconCrescentia.¿Noshemosenteradodealgomás?—¿Quéelkáiserqué?—preguntaSøren,conelrostroretorcidodeasco.—Se casaron dos días después de que abandonásemos Ástrea, y a ella la
coronaron el día después —confirma Blaise—. Todos los prisionerosinterrogadoshandicholomismo.—Pero... Él estaba intentando que yo me comprometiera con ella en
matrimonio—reponeSøren,asqueado.—Túeresunacausaperdida—ledigo.Inclusoyotengoelestómagodelrevés,
perome tragomis sentimientos e intentomantener la cabeza fría—. El theynempezabaasermáspopularentreelpuebloqueelkáiser.Probablemente,esoseacentuó tras su asesinato: se debió de convertir en un héroe nacional. Y esapopularidadseguramenteseextendióasuhija.Lagentehabrásimpatizadoconellaenlacorteyesasimpatíaseextenderátambiénalkáiser,aquiennolevienenadamal.—Pornohablardequeesunamujerhermosa—añadeSøren—.Docenasde
hombresqueríanpedirsumano.Amipadrelegustaquedarseconloquetodoelmundoquiere.«Pero ya no es hermosa», quiero decir. Al menos, no de una forma que el
káiser valoraría. Aunque quizá su poder le asuste. Quizá ese horror sea unaformadebelleza,unabellezadelaqueélhayaqueridoapropiarse.Sinembargo,nomepermitodeciresoenvozalta.Solopensarlomeponeenferma.—Pero ¿por qué haría ella algo así? —plantea Søren; el horror todavía
impregnasuvoz.«Pormí»pienso,aunqueesotambiénmeloguardoparamí.—ACress laeducaronparaserkaiserina—respondo—.Estoyseguradeque
habría preferido casarse contigo, pero eso ya no era una opción. Hizo lo queteníaquehacerparaconseguirsuspropósitos.—Notepuededarpena—diceArt,aunquenosésimeestádandounaordeno
expresandoincredulidad.
—Eramiamiga—replico.Eslaprimeravezqueloadmitofrenteaellos,peroya debían de saberlo—. Y, como alguien que estuvo peligrosamente cerca decasarseconelkáiser,claroquesientopenaporella.—¿Que estuviste cerca de qué?—preguntaBlaise, incrédulo, con unos ojos
quecasiselesalendelasórbitas.Hagounamueca.Mehabíaolvidadoquenohabíacompartidoesainformación
conmisSombras.—Si lo hubierais sabido, habríais insistido en sacarmedepalaciodemasiado
rápido —contesto con serenidad—. Pero, conseguimos escapar antes de quepasasenada,aunqueosloocultase.No estoy faltando a la verdad, pero no puedo evitar pensar en aquel último
banquete, en el aliento del káiser y su mano sobre mi cadera. Reprimo unescalofríoymiroaSøren.Creoqueéltambiénestárememorandoaquellanoche.Soloconquehubiésemostardadoundíamás...No,meniegoapensarenello.Elkáisernovolveráatocarmejamás.«PeroestátocandoaCress»,merecuerdo.Ahoraessuesposa,yaunqueestoy
seguradequeellamismaquisocasarseconél,nocreoqueaceptarademuybuengradoloquedebiódepasardespués.Aparto ese pensamiento y me concentro en el presente, en lo que sí puedo
controlar.—Søren, tienes que dormir —le aconsejo antes de volverme hacia Heron.
Aunqueodiopedirlemás,lohago—:¿Puedesterminardecurarlo?Porfavor.Heronfrunceelceñoyabrelabocapararesponder,peroSørenseleadelanta.—Estoybien—declara,aunquesedacuentadequenosuenasincero—.Estaré
bien—se corrige—. No hay heridas fatales, nada que no se pueda curar contiempoycuidados.Heronexhaladespacioyniegaconlacabeza.—Puedocurarlas—accede.—Noquieroaceptarnadamásdeti—reponeSøren—.Sonunascostillasrotas
yunesguinceeneltobillo.Hesufridoheridaspeores.Elrestodelmundosecuradelesionesasísinproblemasysinmagia.Duranteunmomento,Heronnodicenada,soloseloquedamirandocomosi
no estuviese seguro de a qué está jugando. Al final se encoge de hombros yafirma:—Necesitarás ayuda con las vendas. Y ropa limpia, claro. La mía será
demasiadogrande,pero ladeBlaisedemasiadopequeña,asíque te las tendrásquearreglar.
—Gracias—diceSørenasintiendo.Artmiraalkalovaxianounossegundos,comosiestuviese intentandodecidir
algo.—Sé dónde mi madre guarda la ropa extra. Puedo robar un par de mudas
mañana,yunpardebotas.—Gracias—repiteSøren.Blaisenolomira,nisiquieracuandolehabla.—Puedesdormir enmi litera.De todosmodos,yopaso lasnoches aquí con
Theo.Meentranganasdedarleunabofetadapor la formaenque lodice, comosi
estuviese anunciando alguna clase de derecho sobre mí. Como un perro queorina en su árbol preferido. Abro la boca para protestar, pero Søren se meadelanta.—¿Esesorazonable?—pregunta,preocupado.Miraa losdemásconelceño
fruncido—. Quiero decir... después de lo que hemos hablado —añademirándome.Memuerdoel labioymiro aBlaise, que, pocoapoco, está atandocabos, y
luego a Artemisia yHeron. Recuerdo la conversación que tuve con Søren decaminoalHumo.MedijoquecreíaqueBlaiseeraunberserkeryyoledijequese equivocaba, que no era posible, aunque en el fondo creía que podía tenerrazón. Heron lo ha deducido por sí mismo y me sorprendería que no fuesetambién el caso de Artemisia, pero no es algo que hayamos mencionadoabiertamenteennuestrogrupo.—Teequivocas.Blaisenoespeligroso—repongoalcabodeunmomento,sin
apartarlavistadeél.PartedemíesperaqueSørenproteste,peronolohace.Artemisianopregunta
aquénosreferimos,peroconunasolamiradacomprueboquenolehacostadonadaentenderquées.—Ha sido un día muy largo —concluyo tras unos instantes de incómodo
silencio—.Heron,porfavor,daleaSørenalgoderopaparadormirestanoche,y,Blaise,enséñaledóndeestátucamarote.Artemisia,veaversipuedesengatusara quien sea que esté trabajando en las cocinas para que te dé algunas galletasmarinerasyunajarradeagua.Mañanacontinuaremosconladiscusión.
Tengoel tiempo justode cambiarmeel camisónypasarmeuna toallahúmedaporlacaraantesdequevuelvaBlaise,queluceunaexpresióntensa.Deberíaser
ilegible, pero lo conozco lo suficiente como para distinguir la ira que se leescondeenlascomisurasdelaboca.Esfácilsaberquélahacausado.—Noselohecontado—ledigoantesdequemeacuse—.Havistoberserkers
decerca;conocelossíntomas,losdetectaantesqueningunodenosotros.Aprietaloslabiostodavíamás,peroasiente.—¿YHeronyArtemisiatambiénlosaben?Meencojodehombros.—Heron lo ha mencionado. Artemisia no me ha dicho nada, pero parecía
entenderaquésereferíaSørenynoparecíasorprendida.—Entoncestodoelmundoestáalcorriente.Seríe,perosinningunaalegría.Lasparedesyelsuelodelcamaroteempiezan
de repente a tamborilear, como si estuviesen vivas; palpitan como un corazónerrático,imaginoquealmismoritmoquepalpitaahoraeldeBlaise.Alprincipiocreoquemeloimagino,pero,cuandopongounamanoenlapared,eltamborileosehacemásfuerteymispropioslatidosseaceleran.Semeencogeelcorazónalcomprender que se trata del don de tierra de Blaise. Está conectado con lamaderadelbarcoyleafecta,aunquenolohaceapropósito.Élnisiquierasedacuenta;meestámirandoamí.Ahora ya se ha convertido en un sutil temblor, pero una vez provocó un
terremoto.¿Cuánfácilleresultaríaromperelbarcoenmilpedazos?Tragosaliva,asustada,eintentomantenerunavozcalmaytranquilizadora.—Blaise—digo,mirándolo a los ojos—.Ellos saben que no eres así.No te
tienenmiedo.Pero, inclusomientraspronuncio esaspalabras, séqueno son ciertas.Puede
queyoconozcaaBlaisemejorquenadie,peroenestemomentomeasusta.NoBlaise, no él, necesariamente, sino de lo que es capaz.Lo que podría llegar ahacersinnisiquierapretenderlo.Meobligoarespiraryahablarenvozbaja.Noquierotemerle,peroelpavorseadueñademiserdetodosmodos.«Éljamásmeharíadaño»,merecuerdo,peroelmiedonoesalgoquesepueda
controlarconlalógica.Blaise se contiene, cierra losojosy respirahondohastaque lahabitación se
queda quieta de nuevo. Pero ni siquiera entonces consigo relajarme. Oigo denuevo la voz de Søren, recordándome que Blaise es peligroso. «No lo es»,discutoconmigomisma.Aunquepierdalosnerviosdevezencuando,siemprelohacontroladolosuficientecomoparadetenerloantesdequepasaranadagrave.ElmismoBlaiselodijo:sudonnopareceunabendición,perotampocopareceelmaldelamina.
Se muerde el labio inferior y duda unos instantes antes de que parte de latensiónabandonesucuerpo.—SiVenenodeDragón se enteranopermitiráquemequedeenelbarco—
dice al cabo de un momento, con voz tan baja que apenas lo oigo—. Si noordenaquemematendeinmediato,medesterrará.—Nopermitiréquehaganingunadelasdoscosas—leaseguro.Blaiseniegaconlacabeza.—Acabasdeutilizar loúnicoque teníasparanegociar la libertaddelprinkiti
—me recuerda—.Mañana por lamañana todo el barco irá diciendo que estásenamoradadeél.Ledoy laespaldaymepongodecaraa lacama,aunqueséque tienerazón.
Acceder a conocer amis pretendientes era el único as que tenía en lamangacontraVenenodeDragón,yahoraestoycompletamenteasumerced.Apartolasmantas,me deslizo entre las sábanas y lomiro, con cuidado demantener unaexpresióninescrutable.—Nopuedocontrolarloquedicelagente.Esperoque lo deje ahí, pero conozco aBlaise lo suficiente comopara saber
quenolohará,asíquelapreguntanomesorprende.—¿Loestás?—No—respondosindejarquepasenisiquieraunsegundo—.Perotampoco
megustaquemetratescomoaunjugueteenelquetallas tunombreparaquenadiemásjuegueconél.—Yono...—Túsí—lointerrumpo—.Lehasdijoquepasábamoslasnochesjuntos.—Eslaverdad.—Noeslaintenciónconlaquelohasdicho,ylosabes—repongo.Sequedaensilenciounosinstantesenmediodelcamarote,conunaexpresión
heridayenojada.—Has accedido a casarte con un extraño para salvarlo a él. A él. ¡A un
kalovaxiano!Semeencogeelcorazóndenuevo,peromantengolavozcalma.—HeaccedidoacasarmeconunextrañoporÁstrea,porqueesnuestramejor
oportunidadparapoderenfrentarnosaloskalovaxianosenunabatalla—replico—.Peronoveíaporquénoibaasacardeeseacuerdotodoloposible.Blaiseniegaconlacabeza.—Haspuestotusdeseosporencimadelosdetupueblo,yesoesalgoqueno
olvidarán.
Suspalabrassoncomounapuñaladaenlasentrañas.—Era lo correcto—respondo;mi voz es apenasmás alta que un susurro—.
ParaSøren,sí,perotambiénparaÁstrea.Eralaúnicamanera.Memiraduranteunlargomomento,conojosbrillantesysinpestañear.—Seguiddiciéndooseso,Majestad.Sinpronunciarotrapalabra,sedalavuelta,saleporlapuertaymedejasola.
—Tú desataste aMattin—le digo a Søren a la mañana siguiente, mientrasdesayunamos en el camarote que comparte con Heron. Los demás estántrabajando,peroélyyono tenemos tareasasignadas, asíqueestoy intentandoenseñarlealgodeastreanoantesdequelleguemosmañanaaSta’Crivero.Levanta la vista del pergaminoque le he dado, dondehe escrito los sonidos
queformannuestroidiomatraducidosalafonéticakalovaxiana.—Noséaquéterefieres—miente,peroselevuelvenadilatarlosagujerosde
lanarizyapartalavistaparavolverlaaconcentrarenelpergamino.—Fue inteligente por tu parte —afirmo—. Y funcionó. Eres libre, más o
menos.Almenosyanoestásencadenado.PeroPavlosestámuerto,y tambiénlosdemásrehenesqueintentamosconvertirenespías.Alprincipionoresponde,aunquesurostroempalidececuandomencionoalos
demáskalovaxianos.Niegaconlacabeza.—SiyohubiesedesatadoaMattinhabría sidoun riesgocalculado—dice al
fin,sinapartarlosojosdelpergamino—.HabríaelegidoalpeorespadachíndelOrgullo,peroaalguienconunhistorialplagadodeestupidecesenelnombredela valentía.Habría sabido que, si lo desataba, le estaría dando a entender queestaba de su lado y, al cubrirte, me habría asegurado de que esa proteccióntambiénte llegaraa ti.HabríasabidoquelequitaríaelarmaaPavlosyqueloatacaríaantesaél,pero,alserMattinunguerrerotanmediocre,habríaesperadoquelasheridasnofuesenfatales.HabríaestadosegurodepoderquitarteladagaydetenerloantesdequemataseaVenenodeDragón.Aunquedescribelaescenacomosifueseunahipótesis,sabequeséqueesesa
laverdad.—Mataste a un miembro de la tripulación de Veneno de Dragón para
demostrarquepodíaconfiarenti—concluyodespacio—.¿Tedascuentadeloretorcido que es eso? ¿Por qué se supone que debería dar crédito a lo queesperabasquepasase?Teequivocasteyunhombrehamuertoporunriesgoquejamásaccedióatomar.Élnoresponde.Sequedamirandoalsuelo,ylavergüenzaletiñelasmejillas
derojo.—Hassacrificadoaun terceroparamejorar tusituación—continúo—.Es lo
queharíatupadre.—Lo sé —reconoce, aunque le cuesta—. Cuando estaba en esa cubierta,
trazandoeseplan,erasuvozlaqueoía.Laconfesión sequeda suspendidaenel airequenos separa.Ningunode los
dossabequédecir.—Yotambiénlaoigoaveces—admitotrasloquesemeantojaunaeternidad
—.SiemprequemeenfrentoaVenenodeDragón,ocuandoutilizo lapalabra«reina»comounarmaparaconseguirmispropósitos.LaoícuandoconvencíaSpirosparaquetedejasesalirdelcalabozo.Sørensueltaunacarcajadasinalegría.—Ladiferenciaesquemipadremehabríadejadomorirenesecalabozosin
pensarlounsegundo.Niegoconlacabeza.—Nosisacartedeéllehubieseproporcionadounaventajatáctica,aunquelas
consecuenciashiriesenalaspersonasquedependíandesuayuda—respondo—.Liberartehasidolocorrecto,losé,peronoeslarazónporlaquelohehecho.Esoesloquemeasusta.Sørenvacila.—Sepuedendecirmuchascosasterriblessobremipadre.Dehecho,yahemos
dicho la mayoría. La idea de parecerme en algo a él basta para que quieraarrancarmelapieldeloshuesos,peronosepuedenegarqueganasusbatallas.Es un monstruo, pero quizá nuestra única esperanza para derrotarlo seacomprenderlo.Sus palabras me tranquilizan, probablemente más de lo que debieran. Sigo
odiando la idea de parecerme lo más remotamente al káiser, y no sé si esocambiaráalgúndía,pormuchoqueSørenintentejustificarlo.Sinembargo,dicemuchodealguienqueveatupartemásoscurayteaceptedetodosmodos.
Etristo
ElHumoseacercaalaorillasta’criverianatodoloposiblesinriesgodeencallar.Lamayoríade la tripulaciónpermaneceráenelbarcodurantenuestraestancia,pero Veneno de Dragón y yo debemos quedarnos en palacio, en calidad deinvitadasdelreyEtristo.Nopuedonegarqueestoydeseandovolveradormirentierra firme, sin violentos balanceos ni los olores mohosos del mar, y sinpreocuparmedetenerqueenfrentarnosaalgunatormenta.Søren, Blaise, Artemisia y Heron, como miembros de mi consejo, tienen
permisoparadormirenpalacio,igualqueelconsejodeVenenodeDragón.Sinembargo, esa no será su identidad cuando lleguemos. Allí será la princesaKallistrade,miqueridatía,queabandonólaclandestinidadcuandomeescapéyme ha estado ayudando desde entonces. Esa es la historia que la capitana hacontadoalreyEtristoensucorrespondenciaparaquesuidentidadcomopiratasiguierasiendosecreta.Debemosacordarnosdellamarlasolo«tía»o«princesa»,ynunca«capitana».Peseaestadirectriz,nosemehapasadoporaltoelhechodequeesomedaun
ciertopodersobreella.Conunasolapalabrapodríarevelarsuidentidadcomolapiratamásbuscadaycambiarsudestinoparasiempre.Miconsejoyyonosapretujamosenunpequeñobarcoderemosquesigueal
deVenenodeDragón,AndersyEriel.—Al primer signo de problemas te sacaremos de allí de inmediato —me
aseguraBlaisemientrasHeronySøren remanhacia laorilla.Él tambiénsehaofrecido,peroellosdossonvisiblementemásfuertesyalfinalleshacedidolatareaaregañadientes.—Estamosenguerra—lerecuerdo—.Losproblemassoninevitablesyestoy
preparadaparalidiarconlosquesemepresenten.—Huir es la última opción—añade Artemisia—. No pasa nada porque nos
comportemoscomosiTheofuesedecristal;esmás,nosconvienemanteneresailusióncuandolleguemosalacortedeEtristo.Peronoloes.Ypormuchoquenoscuesteadmitirlo,necesitamosalrey.Necesitamossuayudamuchomásdeloqueélnecesitanadadenosotros,ydeberíaishacerosalaideadequeéltambiénlosabe.—Sevuelvehaciamí—.Eresdulce,dócilytonta.Meechoatrás.—¿Perdona?Ellasonríe.—Otropapelquedebesrepresentar.Esosetedamuybien.MesientotentadademiraraSøren,queestádemasiadoocupadoremandopara
hablar,peroquesindudapuedeoírcadapalabra.—Dejaquepiensenqueerescortadeentendederas—continúaArtemisia—.El
rey,sucorte, tuspretendientes...Sicreenqueeres idiota tesubestimarán.Dejaquelohagan.Trago salivayasiento.La ideadevolvera fingir ser alguienqueno soyme
exaspera,peroséquetienerazón.
Sta’Criveroesunpaísdearena.Observoelhorizontemientrasnosacercamosalaorilla,peronohaymuchoquever.Lasdunassubenybajanalolejoscomosifuesen olas, sin que de ellas sobresalgan árboles o follaje de ningún tipo.Noparecelaclasedelugardondenadapuedasobrevivir.Cuandoelboterecalaenlaplaya,atisbounligeromovimientoenelhorizonte.
Veo que se acerca una hilera de carruajes blancos, aunque los rayos del soldifuminansusformas.Una vez Blaise me ha ayudado a bajar del bote y poner pie en la costa
sta’criveriana,loprimeroenloquereparoeselcalor.Latemperaturayaeraaltaenelbarco,peroelaguaquenosrodeaba,dealgúnmodo,refrescabaunpocoelambiente.Sinembargo,entierrafirmenohayalivioposible.Elsolbrillatantoque tengoqueentrecerrar losojosy llevarmeunamanoa la frenteparapoderver.Los carruajes se detienen a bastante distancia y se separan hasta formar un
semicírculo.Ahoraqueestánmáscerca,descubroquetienenlostechosabiertos,yquesoloestáncubiertosporunostoldosdetelablanca.Encadaunodeellosviajaunpuñadodehombresymujeres,vestidosconropajesampliosytambién
blancos.—Elreyysucomitiva—meinformaSøren,queseponeamilado.—¿Tieneelblancoalgúnsignificadoensucultura?—pregunto,mientrasme
pasolamanoporlafrenteparasecarlasgotasdesudor.—No—respondeArtemisia,queapareceamiotrolado—.Desvíalosrayosde
solparaquenopasentantocalorfueradepalacio.Cuandoesténdentroluciránmáscolores.Comprendoelatractivodeesosropajesmásligeros.Mivestidovioletaoscuro
estáhechodesedavaporosayno tienemangas,peroyaestoysudandobajoelcalordel sol,quebrilla en loaltodel cielo.PeseaqueHeronha reparado losdesgarros y Artemisia ha usado su don de agua para limpiarlo, todavía merecuerdaalaúltimavezquemelopuse,cuandoestuveenlasmazmorras.ArtyHeronhanhechounbuentrabajoparaarreglarlo:tieneelmismoaspectoqueeldíaqueCressmeloregaló.Dealgúnmodomeresultainjusto,puestoqueyohecambiadomuchodesdeentonces.—No se mueven —apunto mientras observo a los sta’criverianos, que me
observanasuvez.—Se espera que seamos nosotros quienes vayamos—interviene Veneno de
Dragón,quevienedesdesubarcojuntoaAndersyEriel.Pareceincómodaensuvestido,queesde sedanegray llevauncuello tanaltoquepareceque laestéestrangulando—.Etristoquiererecordarnosquiéntieneelpoder.Noparecemuycontentaconesegesto,peroseharesignado.Artemisiaseecha
atráscuandosumadrenosalcanzaparaquepuedaentrelazarsubrazoconelmíoycaminemosalmismopaso.—De hablar me encargo yo—dice, sin molestarse en disfrazar la orden de
pregunta—. Sonreíd, asentid y que vuestras respuestas sean cortas yencantadoras.Podéishacerlo,¿no?Resistoelimpulsoderetirarelbrazodegolpe,perosoyconscientedequetodo
elmundonosestáobservando.LoquemeacabadedecirnoesmuydistintodeloquemehadichoantesArtemisia,peroparecealgomuydiferente.Artemisiamehasugeridoquemecomportecomosifueseestúpida,mientrasqueVenenodeDragónmetratacomosilofueradeverdad.—Porsupuesto,tía—respondoconunasonrisaazucarada.Alfinyalcabo,no
hay ninguna razón por la que lo de hacerme la tonta no se pueda extendertambién a mi tía. Que me subestime también ella; sin duda, acabará por serconveniente.Mientras nos acercamos, observomejor a los sta’criverianos.Aunque visten
ropas similares, todos ellos son extraordinariamente distintos entre ellos. Adiferenciadeloskalovaxianos,quetienenelcabellorubioylapielclara,olosastreanos,quetenemoslapieltostadayelcabellodedistintostonoscastañosynegros, ellos lucen toda una variedad de colores de piel, desde el negro másoscuroalcolordelaarenaquenosrodea.¡Yelpelo!Aunquecasitodoslollevantapadoporsombrerosquelosprotegendelosrayosdelsol,lospocosmechonesque se ven son de todos los colores imaginables: un profundo negro azulado,rubioplatino,rojofuego,ytodoslostonosintermedios.Reparoenqueloscaballosquetirandeloscarruajesllevanjoyasentretejidas
ensuscrinesysuscolasque resplandecenbajo la luzdel sol.LoprimeroquepiensoesquesonGemasdelEspírituparaquegalopenmásrápido,peroluegomedoycuentadequeno.Sondedemasiadoscoloresdiferentes,yningunatieneelcolorclarocaracterísticodelasgemasdeAire.Sonjoyas,sinmás.RecuerdoloqueArtemisiamecontódelossta’criverianos:nonecesitancosas
útiles,asíquevaloranlashermosas.Cuandoestamosamediocamino,VenenodeDragónsedetiene.Yolaimito,y
lomismohacenlosdemás,quenossiguen.—Tampoco queremos parecer demasiado ansiosas, ¿no? —me dice—. Que
recorranellosloquefalta.Asiento,aunquenoestoyseguradequetengarazón.Duranteunosmomentos
incómodos, los sta’criverianos siguen impasibles en sus carruajes,observándonos como si fuésemos un grupo de bestias extrañas que han traídopara que las contemplen.Algunos de ellos se llevan telescopios dorados a losojos para vernosmejor. Bajo susmiradas expectantes y el sol abrasador sudotodavíamásatravésdelvestido,ymepropongodejardehacerlo.Sinduda,noeslaprimeraimpresiónquequieroqueelreyEtristosellevedemí.Abro la boca para sugerirle a Veneno de Dragón que renunciemos al poco
orgulloquenosquedayvayamoshastaellos,peroentonces laatenciónde lossta’criverianossedesvíaaalgoquetienelugarenunlado,fuerademicampodevisión.—Porfin—murmuraellaentredientes.Cuatro hombres vestidos de blanco se dirigen hacia nosotros, cargando una
enormecajaenvueltaentela.Semuevenrápido,ylacajasebalanceaentreellosencimadeunasbarrasdemetal.Sedesplazancontantafacilidadentrelasdunasquedoyporhechoquelohacenconfrecuencia.Elrestodelossta’criverianosseapresuranaseguirlos.Cuando están a unos tres metros de distancia, los hombres se detienen
exactamente al mismo tiempo y depositan su carga en el suelo. Esimpresionante:nocreoquehayahabidonimediosegundodediferenciaentrelosmomentosenlosquelascuatroesquinastocanlaarena.Durante un largo momento, no sucede nada. Veneno de Dragón y los
sta’criverianosreunidosalrededordelacajalaobservanexpectantes,asíqueyohago lomismo. Finalmente, la tela blanca se abre en el centro de uno de losladosyunamanodepielcobrizaycurtidaemergeyterminadeapartarla.Luegoapareceunbastóndelapislázulitallado.Seoyeungruñidodeesfuerzoyemergeuna figuraencorvadavestidadelmismocolorblancoque todos losdemás.Laúnicadiferenciaeslacoronaquelerodealacabezacalvayllenademanchas,uncírculo de florituras doradas y joyas de tantos colores que soy incapaz denombrarlostodos.Pareceunhombrecorriente;denoserporlacorona,nolohabríamiradomás
de una vez entre una multitud. Envuelto en blanco y encorvado sobre elresplandecientebastón,casimerecuerdaaunodelossacerdotesdelasminasdeantes del asedio. Tanto Søren como Artemisia se equivocaban con su edad:tendrá por lo menos ochenta años, quizá incluso noventa, y a juzgar por sulaboriosarespiraciónyporeldolorqueparececausarlecadapasoqueda,nomesorprendería que falleciera en el recorrido de tresmetros que nos separa. Lossta’criverianosquelotransportabanparecenpensarlomismo,pueslosiguendecercacomosi se fuese a caer encualquiermomento.Debende ser suguardiapersonal,ademásdelosencargadosdetransportarle.Resollando,leshaceungestoconlamanoparaquesealejenydalosúltimos
pasossolo,hastaque llega frenteanosotras.Encorvadocomoestá,apenasmellegaalhombro,yVenenodeDragónsevetodavíamásaltaasuladoconsusbotasdetacón.—Alteza—saluda la pirata en astreano, e inclina la cabeza—. Es un placer
conocerosenpersona.Tenéisbuenaspecto.El rey resuella de nuevo, aunque diría que en realidad es un resoplido de
incredulidad.MiraaVenenodeDragónapenasunsegundo.—Nunca tuve el honor de conocer a vuestra hermana, aunquemehandicho
queeraisgemelas—responde.VenenodeDragónvacila apenas un segundo, pero es tiempo suficiente para
quesuincomodidadquedepatente.—Sí,Alteza.SoylaprincesaKallistrade.ComoVenenodeDragónoscontóen
suscartas,hacepocodecidísalirdelaclandestinidadparaprotegeramisobrina,lareinaTheodosiaEireneHouzzaradeÁstrea.
Meseñala.Meresultaextrañooírminombrecompletodesuslabios,comosimeenvolvieseconunacapaquenosabesialgúndíapodrélucirconorgullo.—Esunapenaquenohayavenidoa tierrafirme—contestael reyEtristo—.
Mehubiesegustadoconoceraeseescurridizopirata.—Entoncesnoseríatanescurridizo,Alteza—replicóellaconunasonrisa.Elreycarraspea,molesto,antesdevolverseporfinhaciamí.Susojosacuosos
me recorren de la cabeza a los pies. Me obligo a mantenerme erguida yorgullosa.—ReinaTheodosia—dicealcabodeunmomento,convozroncay tanbaja
quecasisedesvaneceenelaire.Peseaqueelgestolecuestaungranesfuerzo,intentahacerunainclinacióndecabeza.—ReyEtristo—digo amivez, y le hagouna reverencia.Puestoqueparece
comprender astreano, me decido por usar mi idioma—. Me siento muyagradecidaporvuestragenerosahospitalidadyvuestrointeréspormisituación.—Habéis pasado por muy duras experiencias, según me han contado —
contesta.Suastreanoespasable,perotorpe,demasiadotoscoparaquepaseporun hablante nativo—. Nos alegra ayudaros contra esas bestias kalovaxianas,aunque he visto que habéis traído a una de ellas entre nosotros. Peculiar, sinduda.Su mirada se dirige detrás de mí, al lugar donde Søren está de pie junto a
Heron,BlaiseyArtemisia.Elreylomiradelamismaformaquemehamiradoamí, como si estuviese intentando decidir cuánto podría valer para él. No semolesta en echar ni un vistazo a mis otros consejeros. Imagino que, al nodescenderdeningúnlinajequelosavale,nocreequevalgannada.—Elmejoraliadoesaquelquecomprendealenemigo,¿nocreéis?—repongo,
mirando al rey con la misma sonrisa amable que no había lucido desde queabandoné Ástrea, esa que parece untada en miel—. ¿Quién comprendería alkáisermejorquesupropiohijo?—Hum—responde el rey Etristo, aunque su mirada se detiene en Søren y
aprietaloslabios.—Hademostrado su lealtad—intervieneVenenodeDragón, llamandoasí la
atencióndelrey—.Ysiesalealtadflaqueaenalgúnmomento,nosdesharemosdeéldeinmediato.¿Noesasí,Theodosia?Seríatontasinoreparaseensutonodevoz,ensusonrisacondescendiente,en
esaformaenlaquemiraalreyEtristo,comodiciendo:«Losniños,niñosson;qué le vamos a hacer».Tengo ganas de replicarle, peromemuerdo la lengua.Queelreypiensequesoyunaniñatonta.Quelopienseellatambién.
—Porsupuesto,tía—respondo.ElreyEtristogruñe,vuelveamiraraSørenydiceenkalovaxiano:—Laúltimavezqueosvi,prinzSøren,respondíaisanteotrosoberano.Claro
quenosoiselprimerhombreendejarseinfluirporunacarabonita.MepreocupaqueSørendigaalgodeloquetodosnosarrepintamos,peroelrey
noledalaoportunidaddecontestar,porquecontinúaenastreano:—Yquébonitaesesacara,querida—mealabaysellevamimanoaloslabios
secos—.Esunapenaqueunamuchachacomovosestésolaenestemundo,peropara eso estamos aquí, ¿no?—pregunta,mirando detrás de él. Parece ser unapregunta retórica,pero lamultitudmurmuraamododeacuerdo—.El restodenuestros honorables invitados llegaránmañana, y todosos alojaréis enpalacioconmigo.Sindecirotrapalabra,dejacaermimanoynosdalaespalda.Renqueahaciasu
carruajeysesube.Encuantola telablancalocubre, lo levantanenelaireyanosotros nos llevan a un carruaje vacío tirado por dos caballos enjoyados.Cuandonosacomodamosdentro,elconductortiradelasriendasyempezamosconunasacudidanuestroviajeatravésdelaarena.
Sta’Crivero
Losmuros que rodean la capital de Sta’Crivero son tan altos que no consigodiscernir dónde terminanydónde empieza el cielo.Durante el viaje, queduraunahora, apenashemosvistomásquearena.Lasdunas seextendíanen todasdirecciones,ondeandosobreelterrenocomosifuesenlasolasdelmar.Soloendosocasionesheoteado en la distancia señales depueblos queno albergaríanmásdecincuentapersonas.«Ochodecadadiezsta’criverianosvivenenlacapital—medijoSørendurante
nuestra lección—.Las condicionesdevida fuerade ella son terribles: veranosabrasadoresconpocasopcionesdeencontrarcomidayagua,ylosinviernosnosonmuchomejor.»«¿Yporquéesosdosdecadadiezsequedanfueradelacapital?»,preguntéyo.Artemisiaseencogiódehombros.«Essuhogar»,repusoella.Ahora, al ver los muros desde el exterior, me pregunto si habrá algún otro
motivo.Laciudadnoparecemuyabierta,yséquelosmurossuelenconstruirseporunarazónprincipal:paramanteneralagentefueradeellos.Sinembargo, anosotros sí senospermite entrar.Nosparamos frente aunos
portones ornamentados que se abren con un chirrido por la acción de uncomplicadojuegodecuerdasypoleas.Esunprocesolento,perocuandorevelanlacapitalpocoapoco,ahogoungrito.LacapitaldeÁstrea, taly comoperduraen los recuerdosdeminiñez, es el
lugar más hermoso del mundo, pero incluso yo debo admitir que la deSta’Criveronotienenadaqueenvidiarle.Duranteel trayecto,misojossehanidoacostumbrandoalaluzcegadoradel
sol, pero el esplendor de la ciudad hace que vuelvan a dolerme. No importaadóndemire,todoesdeoropulidoodevivoscolores,unabellezacegadoratansobrecogedoraqueescasichabacana.Docenas de torres altas y delgadas se erigen sobre las calles como las hojas
doradasdelahierbacortada;sontandelicadasquemepreocupaqueunaligerabrisa las desmorone.Nohay dos de unmismo color.De lomás alto de todasellascuelgaunabanderaquenoondea,puescasinohayviento.Máscercadelsuelo hay hileras de casas y tiendas con tejados planos y grandes ventanales.Cadaparedpintadaesunaobradearte.Enunasevendosfigurashumanasquebailan,vestidasconvivoscolores;enotra,elcielonocturnoplagadodeestrellasque parecen brillar de verdad. Otras son más sencillas, con las superficiespintadasconremolinosdecolor.Inclusolascarreterasmereceríanestarexpuestasenalgúnlugar:cadabaldosa
esblancayresplandeciente,sinnisiquieraunamarcavisible,pesealacantidaddecarruajesypersonasquelaspisotean.—¡Tienen magia! —exclamo, porque no encuentro otra explicación—.
PensabaqueÁstreaeraelúnicopaísquetenía.VenenodeDragónseríe,burlona.—Noesmagia—repone,negandoconlacabeza.—Pero las calles están limpísimas—discuto—, y el aire es más fresco. Y
¿cómosevanamanteneresastorressolas,sincaerse?—Teníaisrazón.NoexisteotropaísconmagiaademásdeÁstrea,nocomola
vuestra,exceptoporlasgemasquecompranalkáiser—explicaAnders—.Pero,comocarecendeella,sehanesforzadoporreplicarsusefectosconlosavancesde la ciencia y la...—hace una pausamientras intenta recordar el término enastreano. Tras unos segundos se rinde— «tecnología»—concluye. No sé quéidioma es ese, pero no hay duda de que no es astreano—. Las calles estánlimpias porque están revestidas de una sustancia que repele las marcas y lasmanchas.Elaireesmás frescoporqueconstruyeron lacapital sobreunarroyosubterráneo—continúa—.Ylastorresaguantanenloaltoporquelaslevantaronacordeaunaseriedeespecificacionesqueconcibióunequipodematemáticos.—Cienciaytecnología—repitodespacio,practicandoesaextrañapalabra.Al
menos, la ciencia es un concepto que me resulta familiar: es el estudio dematerias orgánicas, química, medicinas, plantas y animales, aunque me da lasensación de que esta clase de ciencia es algo totalmente distinto a lo que yoconozco.Yno tengoni ideadequéquieredecircon«tecnología»,peromedademasiadavergüenzapreguntarlo.Tengolaimpresióndequeesalgoquedebería
saber.Comportarmecomosifuesetontaesunacosa,perosoyconscientedelopocoquesésobreelmundomásalládeÁstrea.ArtemisiaySørenmehabránpreparadoparalospretendientes,peronomehanpreparadoparaesto.
Nomeparecíaposiblequeelpalaciopudierasermásexquisitoqueelrestodelaciudad,peroloes.Enlugarde las torresqueseextiendenindividualmenteportodalacapital,aquísecongregaungrupodealmenosdosdocenasdeellasdevariasalturasycolores,cadaunadeellasconuntejadocónicocoronadoporsupropiabandera.Lamásaltaestáenelcentro,pintadadeunvivocolorrojo,ylacoronaunabanderadeunblancoimpolutoconunsolnaranja.Nomehace faltapreguntarle anadieparaentenderque lasbanderas son los
emblemasdelasdistintasfamiliasquevivenenesastorres,yquelamásgrandedebedepertenecer,porlotanto,alafamiliareal.—Esrealmenteimpresionante—lesusurroaBlaise.Nuestraúltimadiscusión
sigueenalgúnlugardemimente,aunqueningunodelosdoshavueltoadecirnadaalrespecto.Tampococreoqueningunodelosdosquierahablardeello.Sinembargo,pormuchoquelointente,noconsigoolvidareltemblordelamaderacuandoBlaiseperdiólosestribos,comosielbarcoenterofuesearompersehastaquedeélnoquedasenmásqueastillas.—Es muy... puntiagudo —responde, encogiéndose de hombros—. Prefiero
nuestrohogar.«Hogar». ¿Qué fue lo que le dije a Blaise antes de marcharnos? «Solo son
paredesysuelosytechos.»Yquizáseacierto,peroahoraquelohamencionado,nopuedoevitarsentirunapunzadadedoloralrecordarmipalacio,notalycomoera laúltimavezqueestuveallí, conel jardínquemado, lasvidrieras suciasyagrietadasyelkáisersentadoeneltronodemimadre,sinoantesdelasedio.Elpalaciosta’criverianoesmuchomásgrande,peroBlaisetienerazón:yotambiénprefieroelnuestro,consussalonescirculares,sustechosabovedados,eloro,losmosaicosylasvidrierasdecoloresquehabíaalládondemiraras.Sta’Criveroeshermoso,peronosepodrácompararjamásconelrecuerdodelhogarquetantoanhelo.Cuando los siete bajamos del carruaje, nos escolta por el arco de entrada a
palacio un cuarteto de guardias vestidos de un uniforme azul cerúleo concharreteras doradas. En la entrada destaca una gran escalera de caracolembaldosada con una miríada de colores y una barandilla dorada. Cuandolevantolavista,veoquelasescalerasenespiralllegantanaltoquenoaciertoa
verdóndeterminan.—Vosotros debéis de ser nuestros invitados astreanos—nos llama una voz
femenina que reverbera en el amplio espacio. Miro a mi alrededor, pero meresultaimposiblesaberdedóndeviene.Porfin,misojossedetienensobreunamujer que sale de detrás de la escalera, vestida con una túnica de algodóndrapeadadecolormelocotónconungrueso lazoamarilloamododecinturón.Tendráquizácincoañosmásqueyo,tienelapieldecolorbronceyunamelenaonduladadecolorcastañooscuroquelecaehastaloshombros.Tieneunrostroamable,peroyaheaprendidoanodejarmellevarporlasapariencias.Sonríemostrandodoshilerasdedientesblancosyresplandecientes.—Me llamo Nesrina. El rey Etristo me ha pedido que os muestre vuestras
habitacionesparaquepodáisacomodarosantesdecenar.Sabemosqueelpalaciopuedeserunpococomplicadoparalosreciénllegados.Nesrinasueltaunarisitaquepareceplaneada,ymepreguntocuántasvecesse
habráencargadodehacerestamismavisitaguiada.VenenodeDragónseaclaralagarganta.—Soy la princesa Kallistrade —se presenta, aunque no consigue decir
«princesa» sin hacer una mueca—. Estos son Anders y Eriel —los presenta,señalándolos;ambosasientenenseñaldereconocimiento—.Artemisia,Blaise,Heron,elprinzSøren...y,porsupuesto,misobrina,lareinaTheodosia.NesrinaasientecadavezqueVenenodeDragónseñalaaunodenosotros,pero
cuando esmi turno, se agacha en una grácil reverencia con algunas floriturasadicionales.—Majestad—diceamododesaludo—.Venidconmigo,sigustáis.Iremosala
plantasuperior.Vuelvo a mirar a la escalera de caracol, que parece interminable. Solo de
pensar en subir todos esos escalones me duelen las piernas. De repente, laperspectivadedormirconelbalanceodelbarconomeparecetandesagradablecomoestamañana.—¿Cuánto hay que subir? —pregunto, con la esperanza de no resultar
maleducada.Loúltimoquequieroesquemisanfitrionessesientaninsultados.Nesrinaseríeyniegaconlacabeza.—Noos preocupéis,Majestad.Disponemos de un elevador, ¡no somos unos
salvajes!Sevuelveynoshaceungestoparaquelasigamos.Parezcoserlaúnicaqueno
sabe qué es un elevador, y no quiero que mi ingenuidad quede patentepreguntándolo.Lasigoconrecelohastaquesedetienefrenteaunagranjaulade
latónenlabasedelaescalera,enclavadaenelcentrodelaespiral.Dentrohayunalujosamoquetarojayunhombresincamiseta,conlapieldelmismocolorquelosbarrotesquehaydetrásdeél.Estádepieyenposicióndefirmes,ytienelaespaldaanchay losbrazosmás robustosquehevisto jamás.Creoquecadaunodeellosesmásgruesoquemicintura.Nesrinaentraenlajaulaynosindicaconlamanoquelasigamos,peroyome
quedoatrás,pensandotodaslasformasenlasqueestopodríasalirmal.Esunatrampa.ElreyEtristosehacreídoquesoytantontaqueentrarépormipropiopieenunajaulaparaquemeentreguealkáiseryélselleveloscincomillonesdemonedasdeoro.Séquesesuponequedebohacermelatonta,peroestoyseguradequenotanto.Sørensequedaamilado.—Loselevadoressonlaformamásrápidadellegaralacimadelastorres—
susurra—.Esehombregiralamanivelaparairelevandolajaulapocoapoco.Lomirodereojo,incapazdeevitarquelaincredulidadasomeamirostro.—Nosvamosamatar—digo.Élseencogedehombros.—Los sta’criverianos los usan desde hace décadas; han vendido el diseño a
otrospaísesportodoelmundo.Nosotrosinclusoloadaptamosparausarloenlasminas de Ástrea. No ha habido ninguna muerte. Dicen que tienes másposibilidadesdecaertesivasporlasescaleras.Aunquesigoteniendoelestómagodelrevés,entroenlajaulatraslosdemás.
Cuandolapuertasecierraconunsonidometálico,semetensatodoelcuerpo.Meobligoarespirarhondo,peroséquenomevaaresultarfácilhastaquenosalga de este artilugio. Cuando los ocho estamos dentro y dejamos espaciosuficiente para el operario del elevador, apenas queda espacio paramover losbrazos.—A la planta veinticinco, Argos, por favor —ordena Nesrina. Está tan
tranquila,comosihicieraestotodoslosdías.Yseguramenteseaasí.Argos,eloperariodelelevador,asiente,agarralaampliamanivelayempiezaa
girarla.Selemarcanlosmúsculosdelesfuerzo.—Alempezardaunasacudida—mesusurraSørenunsegundoantesdequela
note.Me asusto pese a su advertencia y doy un brinco.Me agarro allá dondepuedo,queresultaserelbrazodeSørenyelhombrodeArtemisia.Estadauntirón para quitarse mi mano de encima, y al principio pienso que Søren estáhaciendolomismo,peroalcabodeunsegundomecogedelamanoyentrelazasus dedos con losmíos.El elevador está tan abarrotado que nadie lo ve, pero
sientolanecesidaddeapartarla.Y,aunqueséquedeberíahacerlo,noloconsigo.Alprincipionoselevamosdespacio,peroelartilugioaumentagradualmentesu
velocidad hasta que ascendemos a un ritmo nada desdeñable. Es mucho másrápido que si hubiésemos subido por las escaleras, que pasan por delante denosotrosenunborróndecolores.Peseaqueesmásfácildeloqueesperaba,noconsigo relajarme. Siento que tengo los hombros casi pegados a las orejas, yaprietolamanodeSørencomosiestuvieseintentandoromperla.Tienemérito,porqueno laaparta,ynopuedoevitarpensaren laúltimavez
quenosdimos lamano,en lasoscurasmazmorrasdebajodelpalacioastreano,cuando corríamos por los pasillos mientras los guardias kalovaxianos y susperros senos acercabanmás a cada segundoquepasaba.Noquieropensar entodo aquello, pero supongo que es preferible a imaginar lo que ocurriría si serompieralamanivelaylajaulaseprecipitaraalvacío.—Laúltimavezquevine—diceSørenenvozbaja,aunquesupongoquetodos
lospresenteslooyen—,mipadremehabíamandadoenunamisióndiplomáticapara intentar ganarnos el favor de los sta’criverianos como aliados. Era laprimeravezquesubíaenunelevadorycreoqueestuveapuntodedesmayarme,loquenocontribuyóprecisamentealaimagendefortalezaquemipadrequeríaproyectar.Pordescontado,lossta’criverianosnoteníanningúninterésensellarunaalianza,comoyodescubriríadespués.Peroquisieronasegurarsedequeyo,y tambiénmi padre, comprendiéramos lo poderosos que eran, y que sería unerrorconsiderarlosenemigos,auncuandonofuesennuestrosaliados.—Es cierto —interviene Nesrina, que se vuelve para mirarnos—. Los
kalovaxianosjamásseatreveríanainvadirSta’Crivero.Yprecisamenteporesoesellugarmásseguroparavos,Majestad.—Mesientomuyagradecida—respondoconmi sonrisamásdulce, como si
me acabase de hacer un regalo en lugar de tener un gesto básico de cortesíahumana—.Jamásolvidarélaamabilidadquemehabéismostrado.Sin embargo, cuando el elevador llega a su destino con una sacudida tan
violenta que seme pone el estómago del revés, no puedo evitar preguntarmecuántomecostarálaamabilidaddeSta’Crivero.
Elpalacio
Nesrinanosacompañaporunlargopasillo,ypasamosjuntoamediadocenadepuertasantesdedetenernosenlaúltima.Giraelpomodoradoydecristaly laabre.—Estaesparalareina—anuncia,inclinandolacabeza—.Esperamosqueesté
avuestrogusto.Cuandoentro,lahabitaciónmeengulle.Esmuyespaciosa,contechosaltosy
abovedadosquetienennubesyquerubinespintados,ytangrandequecreoquesolocruzardeunextremoaotromecostaríaunciertoesfuerzo.Enelcentroestála camamásgrandequehevistonunca—una familia de seis personaspodríadormir allí cómodamente—. Luce un cubrecama de satén coral intenso y undesplieguedecojineslatapacasiporcompleto.Porencimahayunlargodoselde seda a juego, que baila al compás de la brisa que entra por las ventanasalineadasen tresde lasparedes.Penetra también la luzdelsoldemedia tarde,quehacequelasbaldosasdelapislázulibrillenbajomispies.Enunaesquinahayungrupodesillonesyunamesitademosaicosobrelaque
descansaunajarradeaguaycuatrovasos.Alotroladodelahabitaciónhayunroperocon incrustacionesdehuesoen laspuertasypomosdemarfil.Tambiéndispone de un escritorio y una silla, unamesa con una jofaina de agua y unacestadeesponjasyunjabónenformadepájarostalladocontantorealismoquenomesorprenderíaquesaliesenvolandopor laventana.Juntoa la jofainahayungrantocadorconmáspájarostalladosenelmarcodecaobadelespejo.Inclusoalkáiser lepareceríaexcesiva laostentosidaddeestahabitación.Sin
duda,yomesientofueradelugar,comoungatocallejeroalquehanarrojadoenmedio de un baile. Aunque el palacio de Ástrea era opulento, no era nada
comparadoconesto.Intentodisimularmiincomodidad.—¿Traeránmáscamasparamisconsejeros?—preguntoaNesrina.Ellafrunceelceñoyniegaconlacabeza.—Nomehabéisentendido:estaesvuestrahabitación.Ellosestaráncerca,en
estemismopasillo,peroelpalaciosta’criverianoessindudalosuficientementegrandecomoparaquedispongáisdevuestropropioespacio,Majestad.Laspalabrasmeirritan.Estoyenunpalaciodesconocido,enunpaísextraño,y
loúltimoquequieroesestarsolaenunahabitacióndeestasdimensiones.Sientoquepodríaperdermedentroyquenadieseríacapazdeencontrarme.—Nohayguardiasen lapuerta—intervieneBlaise,queparece tanalarmado
como yo—. El rey Etristo ha garantizado la seguridad de la reina, pero singuardias...—EnSta’Criveronosetolerandelitosdeningunaclase—interrumpeNesrina
con una sonrisa paciente—. Incluso los pequeños hurtos se castigan con lamuerte desde hace ya muchas décadas. Como resultado, hemos eliminado elcrimenporcompleto.Ospuedoasegurarquenoexisteunlugarmásseguroqueestepalacio.—Nocreoquealkáiserleimportenvuestrasleyesnilasvidasdelosasesinos
quepodríaenviaraporlareina—replicaBlaise.LasonrisadeNesrinatitubeasoloduranteuninstante.—Puedo transmitir vuestra preocupación al rey Etristo, por descontado—se
ofrece.—Nohayningunanecesidaddemolestaralreyconlosmiedosinfundadosde
unmuchacho—intervieneVenenodeDragón,mirandoaBlaisecon severidad—.ParaqueunasesinollegasealahabitacióndeTheo,tendríaquesortearalosguardias de las puertas de palacio y también al operario del elevador. Segúntengoentendido,eselmismogradodeseguridaddequedisponeelmismorey.Nesrinaasiente.—ElreyjamásdispondríaparalareinaTheodosiamenosseguridaddelaque
élmismorequiere—repone—.Aquí,connosotros,estáenbuenasmanos.Blaiseparecedispuestoadiscutir,pero lodetengo tocándoleelbrazo.Puede
que sea mi imaginación, pero tiene la piel incluso más caliente que decostumbre.Solo me doy cuenta de que he hecho mal cuando la sonrisa de Nesrina se
esfumapor completo.Mira fijamente lamano que descansa sobre el brazo deBlaise.Casipuedoverelcambioqueseproduceensuspensamientos.Aparto lamano, pero el dañoya está hecho.En elHumo no pasaba nada si
tocabaaBlaise(oaHeron,oaquienfuese),peroahorayanoestamosallí.Misactosseránvigiladosmuydecercayesoesalgoquedeborecordar.Esdifícilnosentirme como si estuviese de vuelta en el palacio astreano, donde tenía quetenersiemprepresentecómomeveíanlosdemás.—Lahabitación está bien tal y como está—le digo aNesrina—.Por favor,
transmítelealreyEtristomiagradecimiento.Blaiseestáqueechahumo,peronosepronuncia.Nesrinaasiente.Vuelveadibujarseunasonrisa,peroestavezesmástensaen
lascomisuras.—Os dejaré para que podáis refrescaros mientras enseño a los demás sus
habitaciones.Blaisememira a los ojosmientras salen; su rostro emana preocupación. Le
sonríoparatranquilizarlo,peronopareceafectarmuchoasuestadodeánimo.Los observo alejarse por el pasillo hacia las otras habitaciones de invitados
antesdecerrarlapuertayrespirardealivio.Almenosenestasparedesnohayagujeros,nohayespíasquemevigilenenmispropiosaposentos.Esoyaesunamejora.Paseo por la habitación, examinando los elegantesmuebles y la decoración.
Acaricioelarmario lacadoyel lujosodoseldesedaquehayporencimade lacama.Mesientounpococomounacanicaqueruedaenunespaciodemasiadogrande,peronopuedonegarlasobrecogedorabellezadelasala.Artemisiamedijoquelossta’criverianosvaloranlascosasbonitas,asíqueno
deberíaestartansorprendida,peroloestoy.Loscortesanoskalovaxianosapenasdejaronsuperficiessinbañardeorooengalanardealgúnmodo,peroaquíreinauna clase diferente de belleza, esmás efímera, sin una fuerza o un propósitodetrás.Esbelloenposdelabelleza,comounaflordesedasinvidaniperfume.Sinpensarloquehago,medejocaerbocaabajosobrelamontañadecojinesy
elcubrecamadesatén,sinquitarmeelvestidoniloszapatos.Trasuna semana enun catre estrecho conun colchón tan fino, esta camaes
comoestarenunanube.Noquierolevantarmenuncamás.TienequehaberunmododesalvaraÁstreadesdeaquí.Sinembargo,antesdequetengademasiadotiempopararelajarme,seoyeun
golpesecoen lapuerta.Me incorporodeunbrincoymealisoelvestidoparaintentar parecer presentable.Noconsigo levantarmedel todode la cama, peromesientoenelborde,cruzolostobillosdeformadelicadaycolocolasmanossobreelregazo,comorecuerdoquesolíasentarselakaiserinaAnke.—Adelante —digo, mientras intento ignorar la punzada que me causa el
recuerdodeladifunta.Esperabaquefueseunamujerparaayudarmeavestirme,perocuandolapuerta
seabreesunpequeñoejércitoquienentra.Debendesermásdediezpersonas,perotodasrevoloteanamialrededortanrápidoquemeresultadifícilcontarlasbien.Dosmujeres cruzan la habitación hacia el armariomientras otras tres seinstalan al lado del tocador, donde empiezan a colocar varios tarros, polvos ypincelesquesacande lascestasquecargan.El restosigue revoloteandodeunladoparaotro.Unpardeellasmerodeanyempiezanapasarmelosdedosporelcabelloenredado,amedirmelacintura,elpechoylosbrazosconunacintayainclinarmelacarahacia la luz,mirándomeconademáncríticoperosinmediarpalabra.—ReinaTheodosia—diceporfinunamujer,quesedetieneantemíymehace
una reverencia.Llevael cabelloplateado recogidoenunausteromoñoquedepoco sirve para suavizar las arrugas que luce en la frente, los ojos y la boca.Tieneunosagudosojosmarrónoscuroquemerecorrendesdelacabezahastalasbotas.Cuantomásmemira,másarruga lanariz—.Me llamoMarialy seré lajefadevuestropersonalmientrasestéisconnosotros.—Esunplacerconocerte,Marial—respondo.No mueve ni los labios apretados ni los ojos entornados, y ni siquiera se
molestaencontestar.—Esta noche cenaréis con el rey y su familia. Primero, un baño, y luego
intentaremoshaceralgoconvuestrocabello.Tengoentendidoquehabéistraídolasropasadecuadasvosmisma,¿noesasí?Nopermitoquemisonrisatitubee.—Tuve que abandonar Ástrea de forma bastante precipitada para evitar mi
propia ejecución—le explico—.Por desgracia, no tuve tiempode coger nadamásqueelvestidoquellevabapuesto.Estemismo.Sonríe con los labios tan apretados que su gesto apenas se puede considerar
unasonrisa.—Sí, bueno, previmos la necesidadde prepararnos para estas circunstancias.
—Señala el armario, de donde las mujeres que me tomaron medidas estánsacandovarios vestidos drapeados y atacándolos con aguja e hilo. Sus hábilesdedos semuevenmás rápidode lo quepodría haber imaginado—.Tendremosvariasopcioneslistasparacuandosalgáisdelbaño.Venid.Chasquea los dedos y aparecen otras dosmujeres, una a cada lado, queme
ayudanaponermedepieyaquitarmeelvestido,mientrasuna terceragiraunpomoquehay junto a la bañera.Al cabodeunmomento, se oyeungorjeoy
empiezaasaliraguaaborbotonesdeuntubocurvadoqueapuntaalabañera.Me resulta difícil no quedarmemirándolomaravillada, sobre todo cuando el
aguaempiezaadespedirvapor.¿Dedóndesale?EnÁstrea,elaguahirviendosetraíaencubos,asíquecuando labañeraestaba llenayasehabíaenfriado.Loskalovaxianos usabanGemas deFuegoparamantenerla caliente, pero el káisernuncaconfióenmí losuficientecomoparaquedejarquemeacercaseaellas,aunquetampocolashabríausado.Esomerecuerdaalasmarcascarbonizadasdemis sábanas, así que aparto el pensamientode inmediato.Fingir quenuncahaocurridoesasombrosamentefácil.Lamayoríadeltiempopermaneceenelfondodemimentecomounextrañosueñoquesolopareciófiltrarseenlarealidad.Esimposiblequepasasedeverdad.Noobstante,yoséloqueviyloquetoquéconmispropiasmanos.Quieropreguntarquéclasedemagiatienenlossta’criverianosparainvocarel
aguadelanada,perorecuerdoloqueAndersmehacontadoantes:carecendemagia, pero lo compensan con ciencia y tecnología. Me da en la nariz quepreguntaraMarialsolomeacarrearíamásmiradascríticaseimpacientes,asíquemetragolacuriosidadydecidopreguntárseloluegoaotrapersona.Lasmujeresmedesnudan.Unaparteremotademísabequedeberíasentirme
incómodaaldesnudarmedelantededesconocidos,pero supongoqueacabaronconmisentidodelpudorhacemuchotiempo.Cuandoporfinmemetoenlabañera,elaguacalientemeabrazaysientoque
quiero hundirme hasta el fondo y quedarme allí para siempre, envuelta en elcalor. Sin embargo, esa sensación no dura mucho: en cuanto tengo el pelomojado,tresmujeresselanzancontraél,peinandolosenredosylosnudosquesemehanhechodurante lasemanaquehepasadoabordodelHumo.Cuandoterminan siento que tengo todo el cuero cabelludo irritado, pero mi melenacuelga mojada como en una pesada sábana, por fin lisa. Pero aún no hanterminadoconmigo.Luegopasanalcuerpo:me frotancadacentímetrodepielconesponjasásperasytiesasyconjabón,hastaqueelaguasequedaoscuraymugrienta.Meayudanasalirdelabañeraymeenvuelvenconunatoalla,paraluegoaplicarmeaceitesparacalmarlapielqueacabanderaspar.Alfinal,estoylisaybrillantecomounaperlayhueloajazmínyapomelo.Marial, que estaba inspeccionando el trabajo de las costureras, se acerca
revoloteando con las manos juntas delante de ella y la frente todavía másarrugada. Aprieta los labios y me observa con ademán crítico. Quizá no mequede pudor, pero siento la necesidad de apretarme más la toalla cuando memira.
—Mejor—resuelve—.Perotodavíahaymuchoquehacer.Venid.Lasigohacialazonadelarmario.Hedeapresurarmeparaseguirleelritmo.—¿Quiénmásvendrá a esta cena?—pregunto, intentandoquemivoz suene
imponente,aunqueMarialmeaterroriza.—Ya os lo he dicho —responde despacio, con un suspiro de impaciencia,
aunquenisiquieramemira.Todasuatenciónsedirigeaexaminarlaspuntadasde lascosturerasenunvestidoazulzafiroconuncorpiñodepedrería.Unadeellashaceunnudoycortaelhilo,traslocualMarialcogeelvestidoymelotrae—.Elreyysufamilia.—¿Quéhaydemisconsejeros?Resopla con desdén mientras me ayuda a ponerme el pesado vestido,
colocando los finos tirantes por encima demis hombros. Las cicatrices de lapartesuperiordemiespaldaquedantotalmentealavista;sobresalendelasedadel vestido como serpientes rojas y blancas.Nadie emite ningún sonido, perosientosusmiradassobremí,loquedealgúnmodoestodavíapeor.—Supresencianoesnecesariaenunacontecimientodeestascaracterísticas—
exponeentonocortante—.Peroelprinzkalovaxianosíhasidoinvitado—añadetrashacerunapausa.MesentiríamejorsiBlaise,ArtemisiayHeronpudieranacompañarme,peroal
menostendréaSøren.—¿Ymitía?—digo,aunquenoestoyseguradequérespuestaprefiero.—Hadejadomuyclaroqueserequieresupresenciaalládondeserequierala
vuestra—contestaMarial, sin hacer ningún esfuerzo por disimular su desdén.Meatalaespaldadelvestidodeformatanajustadaquecasinopuedorespirar,asíquemuchomenosmantenerunaconversación.
Castidad
Ladecoracióndelcomedorreales,dealgúnmodo,todavíamásrecargadaquelade mis aposentos. Tres de las cuatro paredes están recubiertas de frescos dequerubines acostados enmullidas nubes de tonos pastel, sobre las que comenuvasobebendecálicesdeoro.Lacuartaparednoesunaparedenrealidad:lamitad superior está abierta al exterior, y tiene unas cortinas violeta que estánapartadasparamostrarelsol,queseponeenladistancia.Deltechocuelgaunalámparadearaña,peroen lugardecristales,cuelganpedacitosazulesyverdesdevidriomarinoquesereflejanenlahabitación.Lalargamesaderobletalladotieneunbordedepandeoroysietesillasajuego.Seisdeesassillasyaestánocupadas.ElreyEtristoestásentadoenunextremo,
encorvado,ylaornamentadacoronaseledeslizatorpementeporlafrente.Losdemás se ponende pie cuando entro en el salón.Aun ladodeEtristo hayunhombredeunostreintaañosquesupongoqueessuhijo,Avaric,yenelotrounamujer que tendrá pocos años más que yo, rubia y de piel clara como unakalovaxiana pero con un rostromás amable y redondeado. Luce un embarazomuyavanzado.AladerechadeAvarichayunamujerconlapieldelcolordelamielyunamelenanegrarecogidaenunaselaboradastrenzasenrolladas.VenenodeDragónestájuntoalamujerrubiaySøren,entreladelamelenanegrayunasiento vacío al otro extremo de la mesa, que supongo que es para mí. MecomplaceverquetambiénSørenyVenenodeDragónvanvestidosconlostrajesincómodosperoornamentadosqueparecengustaralossta’criverianos.Inclusohan conseguido que la pirata se ponga un vestido de satén negro sin ningunacorrea.Me dirijo al asiento vacío, aunque es difícil recorrer esa distancia con los
zapatosdetacónquemehadadoMarial,porcortaquesea.Quizáseríamásfácilsi no me preocupase tanto tropezar con el dobladillo de mi pesado vestidorecubiertodegemas,peromeveoobligadaadarpasitoscortosycuidadosos,ysientoquepasaunaeternidadhastaquellegoamiasiento,entreSørenymitía.—Espero que no hayáis tenido que esperarme demasiado —comento al
sentarme.Con este vestido, hablar es tan difícil como caminar, pero descubroqueloconsigosirespirodeformasuperficial.Losdemásvuelvenasentarseencuantolohagoyo.—Enabsoluto,querida—respondeel reyEtristoenastreano—.Esunhonor
esperaraunabellezacomolavuestra.Para los sta’criverianos no soy más que una cosa bonita con un vestido
brillante, una inversión que esperan que les reporte grandes beneficios, si lateoríadeArtemisiasobreelprecioquevanapagarpormíescorrecta.Soyunaherramientaquecreenquepuedenusar,yArtteníarazóncuandomedijoquelomejoreradejarquelopensaran.Porahora.Así queme dibujo una sonrisa en la cara.Nome resulta nada sincera, pero
dudoquenadieprestelaatenciónsuficientecomoparadarsecuenta.Es«bonita»yconesobastará.—Me sientomuy agradecida por vuestra hospitalidad, rey Etristo—digo—.
Jamásesperétalamabilidadporpartededesconocidos.—Ayer éramos desconocidos, querida —contesta, alzando su copa de vino
doradaparabrindar.Meapresuroahacerlopropio,aunqueestamosdemasiadolejosparaquenuestrascopassiquieraserocen—.Hoysomosamigos.—Dauntragoantesdevolverlaadejarsobrelamesayyoloimito,yaquenohacerloseentendería como un insulto. El vino es más oscuro que el que bebíamos enÁstrea,ysabemásaespeciasqueafrutas.Mequemalagargantaaltragar.ElreyEtristotoseantesdevolverahablar:—Todoslossta’criverianoshablanastreano,porsupuesto,ademásdealgunas
otraslenguas.Propongoquehoynosciñamosalavuestra,yaquepareceserlamáscomúnentrenosotros.EchounvistazoaSøren,quenohaentendidoniunapalabradeloqueseha
dicho.Mantienelamiradaalfrenteyunaexpresióninescrutable.—Me gustaría presentaros a mi hijo —continúa Etristo, mientras señala
primero a su derecha—.Estos sonAvaric y su esposa,Amiza—los presenta,señalandoprimeroasuhijoydespuésalamujerconelcabellotrenzado.Luegoseñalaasuizquierda—.Yestaesmiesposa,Lilia.Me esfuerzo para disimular la sorpresa.Había dado por hecho que lamujer
rubiaeraunadesushijas,aunquenoseparezcanennada.ElreyEtristotienealmenosochentaañosyLiliaescasidemiedad.Debedesersusegundaesposa,olaterceraolacuarta.Lacriaturaquellevaenelvientrenopuedesersuya.—Esunplacer conoceros—declaro,y sonríoa los tres—.Tenéismáshijos,
¿noesasí?—lepreguntoalrey.Élmuevelamanoconademándespectivo.—Todas mis hijas se fueron de casa cuando eran más jóvenes que vos—
explica—. Les ha ido de maravilla: garantizaron alianzas y contratos decomercioconotrospaísesdetodoelmundo.Nosescribimosdevezencuando,perovisitarnoses...difícil.Asiento y emito lo que espero sea un sonido que muestre empatía, aunque
siento poca compasión por un hombre que ha vendido a sus hijas a paísesextranjeros para que su propia vida sea más fácil. Yo misma he sido unaextranjeraenunacorteextranjera,yaunqueséque lamía fueunaexperienciadiferente,todavíarecuerdocómomesentíarodeadaderostrosdesconocidos,sinsercapazdecomunicarmeyechandodemenosamifamilia.—Bien,dejémonosdeceremonias—diceelreyEtristo,ydadospalmadas—.
Estoyhambriento.Aloírsullamada,lossirvientesentranporunapuertalateral,cadaunoconun
granplatodeoro.Losaromasqueemanandeellosnoseparecenanadaqueyohaya experimentado, y no estoy muy segura de cómo describirlos. Sonespeciados, sí, pero también con cierto dulzor, y algo más que no acierto adistinguir.Cuandounodelossirvientesmeponeunodelantesemehacelabocaaguaalver lacomida:unabanicodeverdurashermosamentedispuestas,arrozaliñadodelcolordelanocheyuntipodecarnesellada.—Poco a poco —me advierte Søren con un susurro—. Cuesta un poco
acostumbrarsealacomidasta’criveriana.Lesonríoamododeagradecimiento,pero tras tantosdíasabasedegalletas
marinerasycarneseca,mecuestamuchoseguirsuconsejo.Meapetecedevorarel plato tan rápido como sea posible, pero me obligo a comer despacio y asaborearcadaespeciaytextura.Sinembargo,nodebodecomerconlasuficientelentitud,puestoqueAvaricmeobservaconatenciónyseinclinahaciadelante,conlamiradabrillanteycuriosa.—¿OshacíanpasarhambreenÁstrea?—mepregunta.Metragoelpedazodepescadoquemeacabodemeterenlaboca.—No, nunca —contesto—. En palacio comía lo mismo que los demás
cortesanos kalovaxianos, aunque mis consejeros pasaron años en las minas,
haciendo extenuantes labores físicas con raciones muy pobres. Y tengoentendidoqueenlosúltimosmeseslasituaciónhaempeoradotodavíamás.—Claro, claro —repone Avaric, intentando sin éxito mostrar compasión—.
Pero... bien... vuestra tía nos contó muchas historias acerca de vuestrosufrimientoamanosdelkáiser.Compro un poco de tiempo limpiándome con una servilleta, mientras lucho
contraelimpulsodefulminaraVenenodeDragónconlamirada.—Fueunadécadamuydifícil—comentodespacio,conlaesperanzadequeel
temasequedeahí.PeroAvaricnoentiendelaindirecta.—¿Os pegaban? —pregunta—. Debe de haber sido espantoso. ¿Con qué
frecuencia?—Sí —respondo, mientras la ira me sube por el pecho. Me siento más
conscientequenuncademiscicatrices,queestánalaire,enlocruelesybárbarasqueresultanentretodalabellezasta’criveriana.Desearíaqueelvestidotuvieramangaso algoparecido, alguna formade taparlas, de esconder la historia quecuentami carne.Me siento como cuandome desperté de la pesadilla y vi lassábanasquemadas,comosielfuegopresionaracontramipieldesdeelinterior,desesperadoporfiltrarse.«Noesreal»,medigo,comosipudieseconvencermeamímisma.Meobligoarespiraratravésdelaira;imaginohieloenmisvenas.A esta gente no le importo. Solo les importa lo quemepasó, como si fuese
algunahistoriaenfermizaescritaparaasombrarles,horrorizarlesyentretenerles.Meagarrodelosreposabrazosdelasillacontantafuerzaquesemeponenlosnudillos blancos, aunque al menos me distrae del cosquilleo que se me hadespertado en los brazos y lasmanos. Intentomantener una expresión suave,agacholacabezaymiroalpríncipeatravésdelaspestañas.—Losiento—medisculpo,dejandoquelasombradelaslágrimasmetiñala
voz—.Todavíaesmuydifícilhablardeello.Perosucedíacontantafrecuenciaque creo que tendré cicatrices para siempre, tanto físicas como mentales —admito con un suspiro triste—. Pero sobreviví, en gran parte gracias a misconsejerosyamitía.—LededicounasonrisatristeaVenenodeDragónquenola conmueve en absoluto. Ve a través de ella con claridad, pese a que lossta’criverianosnolohagan.—Es espantoso —interviene Lilia, mientras toca el collar de perlas que le
rodea el pálido cuello. Su astreano no es tan fluido como el de los demás;pronuncia las consonantes de forma demasiado cortante—. No soy capaz deimaginar lo terrible quedebedehaber sido.—Haceunabrevepausa—. ¿Qué
utilizaban?—preguntaenvozbaja—.¿Unlátigo?¿Unavara?Aprietolosdientesyleaguantolamiradaunossegundosantesderesponder.—Lo que tuvieran a mano. Aunque diría que el látigo era el preferido del
káiser.Siento una chispa de satisfacción cuando baja la vista y vuelve a comer sin
pronunciarotrapalabra.—Y,pordescontado—continúaAvaric—,vuestratíatambiénnoscontóloque
esemonstruoosobligóahacer...¿Cómosellamabaelhombrequemurió?—Ampelio—responde Veneno de Dragón sin vacilar, con voz firme—. El
GuardiánAmpelio.Me agarro a la silla todavía con más fuerza, tanta que temo romperle los
reposabrazos,peronoparezcocapazderelajarlasmanos.NopuedohablarsobreAmpelio;nopuedodarlesesepedazodemicorazón,noimportaloqueellosmedenamí.Loqueocurrióquedaentreélyyo;inclusoaBlaiselehecontadolosucedidosoloagrandesrasgos.Nopuedoexplotarloquehiceparaentreteneraestagente.Sientoalgocálidoencimademimanoizquierda.Mevuelvoyveo losdedos
pálidos y callosos de Søren cubriendo los míos, aunque sigue con la miradaclavadaenlacomida.Nocomprendecasinadadelaconversación,perohaoídoelnombredeAmpelioysupongoquehabráadivinadoelresto.Alfinyalcabo,élestabaallícuandohundílaespadaensuespalda,yquizáentoncesnoentendióquéclasedetorturasupusoparamí,yquizátodavíanosepaqueAmpelioeramipadre,perovioconsuspropiosojosloterriblequefue.—El káiser dejó muy claro que era o su vida o la mía —contesto,
esforzándomepornoalzarlavoz—.Pero,porinevitablequefuera,nocreoquejamáspuedaperdonármelo.La mesa se queda muda unos momentos, aunque es un silencio tenso que
indicaquelopeorestáporllegar.Meentretengoconlacena,conlaesperanzadeestarequivocadaydequecambiendetema.—Elkáisereslaencarnacióndeundemonio—dicealfinelreyEtristo—.Sin
duda,trasloqueoshizo,pasarálaeternidadsufriendoenelinframundo.—Haceuna pausa, pero el silencio todavía pesa, sé que todavía no ha terminado.Memiracomosiestuviesemidiendotodomicuerpo—.¿Seguíssiendo...?—Vacila.Estáintentandorecordarlapalabra.Nodebedesabercómosediceenastreano,porquecambiaalkalovaxiano—.¿Virgen?Mequedoparalizada amediobocadoymeobligo a tragar pese a que estoy
bastanteseguradequelodevolveréencualquiermomento.Sørenseponetenso;
haentendidoesapalabraydebedehaberdeducidoelcontexto.—¿Meestáispreguntando simevioló?—preguntopocoapocoenastreano,
aguantando lamirada del rey Etristo. Avaric, Amiza y Lilia se estremecen aloírmeybajanlavista,peroEtristoniseinmuta.—Sí—contestaalcabodeuninstante—.Supongoquesí,aunquetambiénnos
han llegado rumores sobre vuestra relación con el prinz Søren que handespertadomicuriosidad.Sørenparecemásconfundidotodavíatrasoírsunombre.Miroalreyalosojos
uninstantemásyluegoapartolavistaparamirarloaél.—ElreyEtristosepreguntasivuestropadremeviolóovosmedesflorasteis
—leexplicoenkalovaxiano,sinmolestarmeenbajarlavoz.Sørensesonroja,perocreoqueesmásporiraqueporvergüenza.—No—lereplicaalreyEtristoenuncortanteastreano.Debedeserunadelas
pocaspalabrasquehaaprendido.ElreyEtristolevantalasmanoscomosiloestuvieranatacando.—Ospidodisculpassioshaofendidomipregunta—dice,aunquenosuenaen
absoluto avergonzado—. Pero comprenderéis que debo preguntároslo sirecorremosestecaminoparaencontrarosunmarido.Lamayoríadeloshombresdealtacunajamásaceptaríanaunamujermancilladacomoesposa.Frunzo el ceño. No sé muy bien cómo proceder ante esa lógica. Decido
empezarporlapeorparte.—¿Semeconsideraríamancilladatambiénsihubiesesidounaviolación?ElreyEtristoesbozaunatensasonrisayseencogedehombros.—Es lo que es—responde—. Los hombres se casan con mujeres castas, y
aceptanalasquenolosonencalidaddeamantes.Dudoqueestoossorprenda.Tengoentendidoqueenlacortekalovaxianatienenlamismacostumbre.—Sí—admito—.Peronocreoqueoshayáistomadonadadeloquehedicho
comounelogiodesucomportamiento.ElreyEtristosesonrojaaloírmispalabras.—No hay necesidad de ofenderse, querida —repone—. Si lo que decís es
cierto,notenéisnadaquetemer.Alfinyalcabo,mispropiasesposas,tantolasqueyanoestánentrenosotroscomolaquesí,sesometieronaunexamenantesde que nos casásemos para garantizar que su virtud seguía intacta. Mis hijastambiénlohicieronantesdesusbodas,asícomoAmiza,¿noesasí?—pregunta.—Esloquedictalatradición—respondeAmiza,peronomemira.Mantiene
losojosfijosenelplato.—Esun examenmuy simple y fácil de soportar—añade el rey, ymueve la
manoconimpaciencia.Meobligoaesbozarunadulcesonrisa.—¿Os sometisteis también vos a ese examen, Alteza? —digo—. Tendría
sentido.Si loshombresdealtacunasolodebencasarseconmujerescastas,nomecabedudadeque,entonces, lasmujeresdealtacunasolodeberíancasarseconhombrescastos.—Theodosia—mereprendeVenenodeDragónporlobajo,conunaexpresión
tensaycontrariada.Estoytentadadeevidenciarsuhipocresíaalponersedelladodelrey.Afinde
cuentas,elladifícilmentepuedellamarsevirgentrashabertenidodoshijos.Peromemuerdolalenguaysonríoinocentementealrey.—Lo siento,Alteza—me disculpo, aleteando las pestañas—. Es que seme
antojaunacostumbremuyextrañaparaun lugar tancivilizado.Hayunarazónpor laquenodisteiscon lapalabra«virginidad»enastreano.Eseconceptonoexiste.Lamesaenterasequedaensilenciouninstante.—Bien, no estamos en Ástrea—replica el rey Etristo—. Los pretendientes
empezarán a llegar mañana, así que nuestra esperanza es que os sometáis alexamenantesdeconocerlos.Nosé loque implicaese«examen»,peronomehace falta saberlo.Aunque,
sea loquesea,demostraríaquenadiemeha tocadoenesesentido,nodeberíatener que demostrarlo. No debería importar. Sé que se supone que debo serdulce,maleable ymodesta para conservar el favor de los sta’criverianos, peroestanoesunalíneaquepiensecruzar,nisiquierapormipaís.—A no ser que los pretendientes pasen por un examen similar antes de
conocerme amí, no lo haré—respondo—.Casarse conmigo reportará a estoshombresriquezasincalculablescuandorecuperemosÁstrea.Sideseanrenunciaraesasgananciasporquelespreocupademasiadolatradición,queasísea.Estoyseguradequehabrámuchosotrosqueprefieraneldinero.
Eljuego
Veneno de Dragón consigue morderse la lengua durante el resto de esa cenatensa y silenciosa, e incluso durante el viaje en elevador hasta nuestra planta.Tieneloslabiosapretadostodoeltiempoymiraalfrente.Sinembargo,cuandoestamos en el pasillo y, además de nosotras, solo queda Søren,me agarra delbrazoymedalavueltaparaponermedecaraaella,clavándomelasuñasenlasuavepieldelacarainteriordelbrazo.—MañanapediréisdisculpasalreyEtristoyconsentiréisenhaceroscualquier
examenqueconsiderennecesario.Sørenseinterponeentrenosotras.—Si no la sueltas—le dice en kalovaxiano y en voz baja—, seré yo quien
retiretumanoporti,yseráunaexperienciapocoplacenteraparaambos,perosindudamásdolorosaparati.Veneno deDragón aprieta los dientes y se lo quedamirando unos instantes,
comopreguntándosesielhonordeéllepermitiríahacerdañoaunamujer.Tieneelsentidocomúndenoarriesgarseymesuelta.—Pediréisdisculpasporesearrebato—repite,sinquitarmelavistadeencima.—Porsupuesto,tía—respondoalfin,conlavozmássuaveyaguda—.Estoy
segura de que el rey Etristo comprenderá queme sentímuy alarmada ante laperspectivadequeotrapersonamemanosearatraslosabusossufridosamanosdelkáiser.Yestoyseguradequeestarádeacuerdoconquelomejorseráesperaraqueestémásrecuperada.Sielmaridoqueelijainsisteenquemesometaaeseexamen,locomplaceréantesdelaboda.Memiraconlosojosentornados.—Estáisjugandoaunjuegomuypeligroso—meadvierte.
Mecuestareprimirunacarcajada.—Hejugadoaotrospeores.
Blaise,HeronyArtemisiameestánesperandoenmihabitación.Supongoqueeradeesperar.¿Cómonoibanaquerersaberloquehasucedidoenlacena?Yno me queda otro remedio que contárselo, por mucho que me mortifiquepensarlo.Peroantesnecesitoquitarmeesteinstrumentodetorturaalquellamanvestido.—Échameunamano,Art,porfavor—lepido,mientrascojouncamisóndel
armario y me pongo detrás del biombo pintado—. Y será mejor que traigastambiénladaga.Artemisia me corta el vestido en el que la costurera prácticamente me ha
cosido, aunque lo hace con menos gracia que ella y piedrecitas de cristal sedesperdiganportodoelsueloysuenancomounatormentavacía.Me pongo el camisón por encima de la cabeza y disfruto de respirar hondo
varias veces. Aunque solo he llevado el vestido unas pocas horas, me habíaolvidadodeloagradablequeesllenarselospulmonesdeaireenlugardeinhalardeformasuperficialdeaquíydeallá.QuizáporesoAmizayLiliaestuvierontancalladasdurantelacena.Nopodíanrespirar,asíquenimuchomenoshablar.—Bueno—digomientrassalgodedetrásdelbiombo.Soyconscientedeque
debodetenerunaspectoridículo,conestecamisónanchodealgodónylacaratotalmente pintada y lacada, pero tengo asuntos más urgentes de los queocuparme.MeunoalosdemásenlazonadelossillonesyelijoelquehayjuntoaBlaise—.TendremosquehablarenkalovaxianoparaqueSørennosentienda.¿Estátodoelmundodeacuerdo?Losdemásgruñen,peroacabanporacceder.Noselopuedoreprochar.Hablar
kalovaxianomehacesentircomosiestuvieseenlacortedelkáiser.—Perotenemosqueseguirenseñándoteastreano.Comomínimo,nosahorrará
muchotiempo—ledigoaSøren.Élasiente.—Mesientoidiota,peroempiezoaentenderalgunascosas,oesocreo.Pocoa
poco.—¿Qué ha pasado esta noche? —me pregunta Blaise en kalovaxiano—.
Hemosintentadoircontigo,perononoslohanpermitido.—Los sta’criverianos valoran su exclusividad —explica Søren—. Me ha
sorprendido que me invitasen a mí, aunque supongo que les ha resultado
divertidoquenoentendieseniunapalabradeloquedecían.Leshablodelafamiliarealydesuinterésporcómometratabaelkáiser,yque
parecíannosolofascinadossinotambiénembelesadosconlosdetallessobremicautiverioymiscastigos.—Es como si no me vieran como una persona, sino como un objeto de
coleccionista muy difícil de encontrar que además viene con una historiaincorporada—gruño.—Lossta’criverianosdelacapitalsuelenllevarvidasfácilesyplacenteras—
diceSøren—.Sobre todo la familia real. Supongoque tu desgracia les pareceemocionanteporquenoacabandeconcebirquepuedaserreal.Escomosifuesesunpersonajedeunaobradeteatro.Frunzoelceño,perocontinúaantesdequeyopuedacontestar:—¿De qué discutíais al final? —pregunta, aunque parece inquieto—. He
entendidoalgunaspalabras,pero...bueno,parecíaimportante.Parte de mí no quiere responder, sobre todo porque tendré que explicar a
Blaise,HeronyArtemisialoquesignificalavirginidad,peroSørentienerazón.Es importante. Esa discusión no ha terminado todavía y no puedo volver aocultarlescosas.Asíqueexplicoelconflictodelaformamássencillaquepuedo,aunquesiento
quemeardenlasmejillasmientraslohago.Necesitotodamifuerzadevoluntadpara no estremecerme cuando les hablo del examen que ha propuesto el rey.Aunquenomehadadolosdetalles,esbastantefácildeducirenquéconsiste.—Esunaprácticabastantecomún—diceSørencuandotermino.Sehapuesto
unpocopálido—.Perohashechobienennegarte.Artemisiaasiente,perotieneelceñofruncido.—Así,cuandoaccedas,serátodavíamássignificativo.Melaquedomirandofijamenteconlabocaabierta.—No pienso acceder a eso —replico—. Pensaba que si alguien lo iba a
entender,esaserías tú...—me interrumpo.Artemisiamecontó laagresiónquevivió en las minas a modo de confidencia, pese a que Heron también estabapresente.Perodudoquequieraquelosepantodos—.Tútambiéneresunamujer—resuelvo—. ¿Dejarías que te examinasen como si fueses una especie deexperimento?—No —responde, y se encoge de hombros—. Pero, claro, yo no quiero
casarme.—¡Yyotampoco!—exclamo,envozmásaltadelaquepretendía.Artemisiasigueimperturbableantemiarrebato,apenassiarquealascejas.
—Vale. Pues yo no necesito casarme para usar el ejército de otro país pararecuperarmitrono.¿Mejor?—pregunta.Pongolosojosenblanco,peronoconsigoresponder.—Bueno,esunproblemaparamásadelante—afirmo.—Senosempiezanaacumular—intervieneHeron,envozbaja,insegurocon
laspalabraskalovaxianas,queseguramentehaoídomásamenudodeloquelashapronunciado.—Yalosé—contesto,frotándomelassienes—.YelreyEtristohadichoque
los pretendientes llegarán mañana, así que estoy segura de que hay másproblemasporllegar.Sobrenosotroscaeunpesadosilencioquepareceoprimirnos.Mañanallegarán
los pretendientes que intentarán comprarme, amí y ami país, yme exhibiráncomosifueseunodelosrecuerdosdeguerradel theyn.Laconversacióndelacena de esta noche será repetida decenas de veces, con cada uno de ellos,supongo,concadareyyemperadorquemehostigueparasacarmedetallessobremisufrimiento,paraexaminarmecomoauncerdoalquevanasacrificarparaunfestín.—Pronto—diceArtemisiaconunsuspiro,yselevanta—.Peroestanocheno.Cruzalahabitaciónhaciaunarmaritoenelqueapenashabíareparado.Loabre
con un rápidomovimiento demuñeca y revela tres estanterías de botellas devino.Sacaunaalazarylatrae,mientrasladescorchaconayudadesudaga.—Hemos escapado de Ástrea—nos recuerda, mientras sirve el vino en los
vasos para el agua que hay sobre la mesa—. Estamos a salvo en el hermosopalaciodeSta’Criveroylarebeliónestávivagraciasanosotros.Esoesmotivodecelebración,¿nocreéis?El optimismo de Artemisia es inesperado, pero bienvenido, así que sonrío
cuandomepasaunvaso.Lesdaunotambiénalosdemás,inclusoaSøren,queparecesorprendidoporelgesto.—PorÁstrea—brindaArtemisia, levantando la botella—.Por lo queundía
fue,yporloquevolveráaser.Yportodoloquesacrificamosporello.Yasí,sinmás,laafiladapuntadelaspalabrasdeArtemisiasemeclavaenla
piel. «Yahe sacrificadobastante porÁstrea—quiero decir—.Nopuedodarlenadamás.»Peroesonoescierto,yambaslosabemos.Siesnecesario,nohaynadaquenodaríaparasalvaramipaís.Nimivoluntad.Nimicuerpo.Nimivida.
«Noseránecesario»,medigo,peroenel fondoséquebienpodríaserlo.Unmundojustonopediríanadamásdemí,peronovivimosenunmundojusto.Brindamos,nosotrosconlascopasyArtconlabotella,ybebemos.—¿Esquenovamosacomentarnada sobre loabsurdoqueeseste sitio?—
preguntaHeron,sorprendiéndome.DesdequesacamosaSørendelcalabozohaestadocalladocasitodoeltiempo,peroparecequeestáintentandoponerdesuparte—. Todo está bañado en oro, joyas y colores. Ese vestido que llevabaspuesto debía de costar lo suficiente para alimentar una familia astreana enteraduranteunaño,Theo.Nopuedoevitarecharmeareír.Mearrellanoenelsillónybebootrotragode
vino.Esoscuroyespeciadoydiferentede loqueestoyacostumbradaabeber,comoeldelacena,peropocoapocoempiezaagustarme.—Hastenidosuertedenohabertenidoqueponértelo.Eraasfixianteypesaba
másqueunmontóndeladrillos.Y¿quémedecísdeeseartilugio?—añado—.El...¿cómosellamaba?¿Subidor?—El elevador—me corrigeSøren, y reprimeuna carcajada—.Los hombres
quelomanejan...Eseessuúnicotrabajo.Y lamayoríade lagenteno tiene lafuerzasuficienteparallevarloacabo,asíquelespaganmuybien.—¿Ynuncaseponencamiseta?—preguntaHeron—.Notengoningunaqueja,
peroes...ununiformemuyextraño.—Alparecer,lascamisetaslesdificultanlatarea—explicaSøren.—Vayaexcusa—reponeArtemisiaconunresoplido—.Heoídohistoriassobre
aventurasentre losoperariosy lasmujeresnoblesdeaquí.Esbastantecomún.Supongoqueesunadelasventajasdeltrabajo.—Almenoshastaqueseenteraelmarido—añadeSørenconunacarcajada—.
Es loqueocurrió cuandovinedevisita haceunpar de años.Unnoble estabafurioso y pidió que ejecutaran al operario del elevador, pero el rey tuvo quenegarseporqueresultaqueunoperarioesmásvaliosoqueunnoble.—Dentro de unos años las torres estarán abarrotadas de niños anchos como
armariosquesenieganaponersecamiseta—repongoconunasonrisilla.Losdemásestallanencarcajadasalimaginárselo,ylasrisasdurandemasiado.
Encuantonoscalmamos,unpardenosotrossemiranalosojosyempiezanotravez.Esfantásticopoderreírseconestalibertad,loscincojuntos;permitirquetodas
laspreocupacionesquehayfueradeestahabitaciónquedeolvidadoduranteunrato, e incluso algunas de las que están dentro de ella. Heron y Søren no sehablan el uno al otro directamente, pero ya no me preocupa que el primero
intente pegarle otra vez al segundo, y supongo que es lo mejor que puedoesperar,teniendoencuentatodolosucedido.Cuandoacabamos laprimerabotella,piensoendarpor terminada lanochey
mandaralosdemásasushabitaciones,peronoconsigohacerlo.Noquieroestarsola.Noquierodejarde reír.Encuanto lohaga, tendréqueasumir la realidadquemetraeráeldíademañana,ytodavíanoquieropensarenello.Melevantodelsillónparacogerotrabotella,estavezdeunvinomásligero,y
selapasoaArtemisiaparaqueladescorche.Brindamosporlosoperariosdeloselevadores.Brindamosporlosdioses.Brindamosporaquellosquehemosperdido.Brindamospornosotros.Brindamosporelpasado.Brindamosporelfuturo.Cuandolasprimeraslucesdelalbaempiezanafiltrarseporlasventanasapenas
estoy consciente. Estoy despatarrada en la cama flanqueada por Artemisia yHeron, que roncan bastante alto. Blaise está tirado a los pies de la cama,peleándose con las largas piernas de Heron para tener espacio suficiente. Noduerme,sinoquemiraaltechoconlamiradavidriosaydistante,peroeslomáscerca que lo he visto de dormir desde que le di el té drogado. Y Søren estádormidoenel sofá, conunode loscojinesdecorativosencimade la caraparaaislarsedelaluzyelsonido.Miúltimopensamientoantesdedejarquemimentesesumerjaenlaoscuridad
esunapregunta:¿seráalgúndíadeverdadunodenosotros?
Lospretendientes
Tengotodoelcuerpoentumecidomenoslacabeza,quemepalpita,undolordiezveces intensificado por la brillante luz del sol que cae sobre los escalones depalacio.Tengolabocatansecacomolaarena,yaunqueMarialysuequiposehanvueltoaencargardecepillarme,abrillantarmeypintarme,mesientocomosillevaselanochedeayerescritaenlafrente.Notengolacabezaclara,perocreoque,dealgúnmodo,esoesbueno:estoydemasiadoexhaustaparaacordarmedeponermenerviosa.Los pretendientes llegan en una larga procesión de carruajes entoldados que
serpenteaporlascallesdepiedrablanca.—Noospreocupéis,querida—diceelreyEtristodesdesuasientoalladodel
mío.Noha interpretadobienmiexpresión—.Sonmuchos,peroestoserásolounabrevepresentación.Elacontecimientoalcompletoduraráunahora,odos,comomucho.Unahoraodos.Reprimoungemido.Noconciboquedarmeaquísentadamás
deunosminutos,peseaquelassillasquehansacadoparalafamiliarealyparamí son cómodasy acolchadasy estamos a la sombradeunashojas depalma.Entre el calor del sol, el dolor de cabeza y el vestido que seme clava en lascostillas,sientoqueestoyapuntodedesmayarme.Sinembargo,sonríoalreyEtristo,esperoqueconnaturalidad.Suactitudhacia
mísehaenfriadodesdemiarrebatodeanoche,aunquehasidoeducadoentodomomento.Cuandolehepedidodisculpasporlodicho,lashaaceptadoconunatensasonrisa.—Fantástico—respondo—. Estoymuy emocionada por conocerlos a todos.
Muchasgraciaspororganizartodoestopormí.
Elcomentariomepareceexcesivo,peroelreyEtristomedevuelvelasonrisaymedaunosgolpecitosenlamano.Tienelapieldelapalmaarrugadayhúmeda.—Esunplacerayudaros,querida,despuésdetodoloqueoshaocurrido.MeapoyoenelrespaldodelasillayechounvistazoaSøren,queestá justo
detrás, de pie y un poco más al lado. Los demás están más atrás, entre lamultituddesta’criverianosquesehancongregadoparaelrecibimiento.TambiénVenenodeDragón,parasudesagrado.Sinembargo,Sørenestábienalavista,aunqueno tengo claro si es paramostrarlo comoun aliadoo comoun trofeo.Comoel reyEtristo siguehablandoenastreano sinmolestarse en traducir,mecuestapensarqueloveacomoalgomásqueunelementodedecoración.TraduzcoloquehadichoelreyySørenasiente,perosurostroestámáspálido
de lohabitualy tieneunassombrasoscurasbajo losojos.Yo tenía lasmismasestamañana,antesdequemelasborraranconpolvosypintura.—Anochesentíquehablabaastreanoconfluidez,perohoynomeacuerdoni
deunapalabra—medice.Merío,aunquehacequemeduelaaúnmáslacabeza.—Noséquéera loqueempezasteahablaranoche,peroastreanoseguroque
no—contesto—.Nohacíasmásquehablarsobreamineti,peroapartedeesonooíotrapalabraenmiidioma.Sesonroja.—Supongoqueesaesunadelasúnicasquerecuerdo—admite.Yo tambiénnotoqueme ruborizoal recordar lanocheque leenseñéaquella
palabra,enlaquelehiceunademostraciónconmásamineti(besos)delosquepudecontar.—Bueno,ahoraestás sobrio—apunto—.¿Mepodríasdar informaciónsobre
lospretendientesamedidaquelleguen?—BajolavozyechounvistazoalreyEtristo, que está enfrascado en una conversación con su hijo—. Tengo lasensación de que en las presentaciones oficiales todo será mucho másprometedorqueenlarealidad,tantoporsupartecomoporlamía.Élasiente,aunquearrugaelentrecejo.MevuelvohaciaelreyEtristo,quedeja
dehablarconsuhijoparaprestarmeatención.—Despuésdelaspresentacionesmegustaríavisitarelcampoderefugiados—
ledigo.Élmemiracomosileacabasedeproponerquenossumergiésemosenlava.—¿Quérazónpodríaistenerparaquererhacertalcosa?Mecuestahorroresmantenerlasonrisa.—Habéissidomuyamablealaceptaramiscompatriotasalolargodelosaños,
asícomoatodosaquellosqueveníandeotrospaísesconquistados.MegustaríaverapersonasdeÁstrea,ycreoqueaelloslesayudaríavermeamí,saberqueestoyintentandollevarnosdevueltaacasa.Una vezmás, el rey Etristome da unos golpecitos en lamano yme sonríe
comosifueseuncachorritotravieso.—Sois la bondad personificada, querida, pero el campo de refugiados no es
lugarparaunamuchachacomovos.Abrolabocaparadiscutir,perovuelvoacerrarladeinmediato.Despuésdelo
sucedido anoche he de ir conmás cuidado que nunca, aunque la tentación deapartarlelamanodeunmanotazoescasiirresistible.¿Quéquieredecircon«unamuchachacomovos»?¿Puedeacasoconsiderarme
unamuchachaalmismotiempoqueplaneamimatrimonioconhombresque,silosdatosdeSørensoncorrectos,sonensumayoríamucho,muchomayoresqueyo?Loskalovaxianosconsiderabanquelosniñosllegabanalaedadadultaalosquinceaños,aunquealmenoserancoherentes.EnSta’Criveromeinfantilizanymesexualizanalavez,ynosémuybiencómotomármelo.
La hilera de carruajes avanza serpenteando hasta que el primero se detienedelantedepalacio.Meyergoenlasillatrasdescubrirmeencorvada,enungestomuypocoregio.Parecequeporfinempezamos.Dos hombres salen a toda prisa desde su lugar al lado del rey Etristo y se
dirigen para dar la bienvenida a los recién llegados. Uno desenrolla una finaalfombraqueextiendedesdelosescalonesdenuestroestradohastalosquesalendelcarruaje,yelotroabrelapuertaconunapronunciadareverenciaqueadornaconvariasflorituraspocoprácticas.Pasanunossegundosdetensiónhastaqueunhombreemergedelapuertadel
carruaje.Sesaltalosescalonesyaterrizadirectamentesobrelaalfombra.Esalto,másinclusoqueSøren,ytienelaespaldaancha,lapielmarrónoscuroyelpelonegromuycorto.Yaleclareaporlafrente,aunquenotendrámásdeveinticincoaños. Tiene un rostro severo y anguloso, y una boca que parecepermanentementecurvadahaciaabajo.Suscejassongruesasysusojos,intensosydecolormarrónoscuro.Recorrelaalfombrarojaysubelasescalerasdelestradoconunamanosobrela
cadera, donde imaginoque normalmente llevará una espada envainada.Debendehaberlepedidoquehoynolalleve:acercarsealreyconarmasestáprohibidoporlaleysta’criveriana.
Cuandoelhombreseacerca,Sørenemiteunsonidoquemeindicaquelohareconocido.—Es el archiduque Etmond deHaptania—me susurra con la voz teñida de
asombro—.Eselhermanodelrey,perotodoelmundosabequeesteesestéril.Etmond es el siguiente en la línea de sucesión.Es una de lasmejoresmentesmilitaresqueheconocidoenlavida.Hacambiadoelcursodebatallasenlasquelosuperabandiezvecesennúmero.Søren parece estar ya medio enamorado de Etmond, pero hay algo en ese
hombrequenoconsigodescifrar.Parecequelecuestemiraralagentealosojos;nolohacenisiquieracuandosemeacercayseinclinaenunarígidareverencia.—Archiduque Etmond, os presento a la afamada belleza deÁstrea, la reina
Theodosia—diceelreyEtristo.LamiradadelarchiduquesedirigerápidamenteaSøren.Entornalosojosantes
demirarmeamí.—Reina Theodosia—dice, cogiendo la mano que le ofrezco. Se inclina de
nuevo y me besa los nudillos, rascándome la piel con su grueso bigote—.Vuestrabellezaessindudalegendaria.Esunhonorconoceros.Hablacomosihubiesememorizado loquedebedecir.Lopronunciaen tono
inexpresivo,sinmirarmedeltodoalosojos.—Tambiénesunhonorparamíconoceros,archiduqueEtmond—respondo—.
Mecomplacemuchoquehayáisvenidodesdetanlejos.Frunceelceño.—Haptaniaestásoloaundíadeviaje,Majestad—repone—.Nohetenidoque
venirdesdemuylejos.—Parecedarsecuentadeloqueacabadedecir,porqueseyergue y se aclara la garganta—. Lo que quería decir es que todo viaje queacarrease la oportunidad de conoceros podría considerarse corto, y que habríaviajadodurantemuchomástiempodehabersidonecesario.Guían al archiduque hasta el interior del palacio, mientras su comitiva de
cortesanoshaptanianoslosiguencomopatitosasumamá.—Nocreoquelehayagustadomucho—susurroaSøren.Élseríe.—Yonomelotomaríadeformapersonal.Sumentenofuncionacomolatuya
olamía.Élcomprendegráficos,númerosydiagramas(esunasenelajedrez),perolagentelecuestamás.Esbozounasonrisilla.—Me parece que deberías casarte tú con él —le digo—. Pareces haberte
quedadoprendadodesusencantos.
Sørenseencogedehombros.—Esbrillante,aunque,enlopersonal,nocreoquefueseunbuenmaridopara
nadie,incluidostúyyo.Suspiro.—Bueno,noestamosmirandolasituacióndesdelopersonal,¿no?—Espera —me aconseja Søren, mientras señala con la cabeza el siguiente
carruaje, que se detiene frente al palacio—. Estoy seguro de que llegaránopcionespeores.Me resulta difícil mantener los ojos abiertos a medida que van pasando las
presentaciones, sobre todo porque muchos de estos hombres me parecenidénticos.Nomeimaginocasándomeconningunodeellos.ElreyWendelldeGrania,porejemplo, tienecincuentaañosycuentayacon
tresesposasyconloquesegúnSøreneselharénmásgrandedelmundo.Esdecorta estatura, con una calva incipiente, el pelo ya gris y la piel como lecherancia.Cuandose inclinaparabesarmelosnudillosconlos labiosmojados,sumirada lechosa hace que me entren ganas de darme un baño de inmediato,aunquehedeconformarmeconlimpiarmeeldorsodelamanodiscretamenteenelvestido.Sørenmedice,nosinpesar,queGraniatieneungranejército.¡Haymuchísimosreyes!Delsiguientecarruajesalendiez,quediscutentodoel
tiempolosunosconlosotros.Hacenunacortapausaparapresentarse,aunqueluegonorecuerdoniunodesusnombres,quesememezclanlosunosconlosotros. Todos tienen el rostro curtido y necesitan un buen afeitado. Cuandodesaparecen en el interior de palacio, los cortesanos sta’criverianos evitancruzarseconellos.—Esstena es una nación de clanes —me explica Søren cuando se han
marchado—.Cadaunodeesoshombresesun reymenorque intenta tomarelcontroldetodoelpaís.Llevansiglosenguerra.Nomecabedudadequepiensanquesiunodeellosconsiguecasarsecontigopodrállamarseasímismoaltorey.—Me cuesta imaginar que tengan mucho interés en recuperar Ástrea si ya
tienentantoconloquelidiarensuterritorio—murmuro.Otracausaperdida.Elarchiduquemeempiezaaparecermuyatractivo.El siguienteeselpríncipeTalindeEtralia, alqueacompañasupadre, el zar
Reymero,comosegúnSørenseleconoce,ReymerelBello.Debiódeserloundía;inclusoahora,peseaquetendrámásdecuarentaaños,esmuyapuesto.Suhijo,elmismodelqueSørenmedijoqueserumoreabaqueerailegítimo,loesmuchomenos.Ahora,cuandolosmiroalosdosjuntos,entiendoporqué:elzartieneelpelooscuroyunaanchaespalda,lamandíbulacuadradaylospómulos
marcados,mientrasqueelpríncipeTalinesflacuchoymenudo,conelpelodelcolordelapajayunrostroredondeadoysinforma.Sequedaatrásconlamiradafijaenelsuelomientrassupadreseencargadelaspresentacionesymebesalamano.—Es un niño—le digo a Søren cuando se han ido—. ¿Cuántos años tiene?
¿Diez?—Creoqueonce—respondeél,mientrasintentareprimirlascarcajadas—.No
te preocupes, no creo que te presionen para consumar elmatrimonio en unoscuantosaños.Contengounaarcada.—No—sentencio.Elsiguienteesotropríncipe,estavez,deBrakka.ElpríncipeTyranniusparece
demasiadoviejoparaseguirsiendounpríncipe.Tendráunoscincuentaaños,elpeloyadecolorgrisyunapielmorenamaltratadaporeltiempo.SegúnSøren,elproblemaesprecisamenteese.—Su padre no renuncia al trono. Tiene más de noventa años y apenas se
levanta ya de la cama, pero no suelta la corona. Los rumores dicen queTyranniusestáplaneandoungolpe,eimaginoquetúerespartedeeseplan.Resoplo de forma dramática y observo cómo Tyrannius intercambia los
cumplidosderigorconelreyEtristo.—Esdeunamalaeducaciónespantosaquetodosellosintentenutilizarmepara
suspropiosfinesmientrasyointentohacerexactamentelomismoconellos.Cuando llega el siguiente carruaje y se abre su puerta, me veo obligada a
ahogarungrito.Trastodaesaristradehombres,lamujerquesaleesunimpactomásquebienvenidohastaquerecuerdoqueella tambiénhavenidoacompetirpormimano.Nuncamehesentidoatraídaporlasmujeresdeesemodo,aunqueaprecio que es hermosa, fuerte, con la piel doraday una largamelena castañaenrolladaenelaboradastrenzas.InclusoSørenparecehabersequedadoprendidodeella.—Es la emperatrizGiosetta deDoraz—me susurramientras ella se acerca.
Parecetansorprendidocomoyo—.Penséquenovendría.Tengomuchaspreguntas,peroantesdequemedétiempoahacerlasellaseme
acerca,mebesalamanoymededicalaspresentacionesycumplidoshabituales.¿Acaso el rey Etristo les envió lo que debían recitar en sus invitaciones?Después,sedirigeasaludaranuestroanfitrión.—¿Unaemperatrizescomounareina?—ledigoaSøren.—Doraznoesunmatriarcado,aunquetampocoesunpatriarcado.Lospadres
deGiosettanogobernaban.Elúltimoemperador laeligiócuandoeraunaniñapequeñay la adoptó.La educópara ser la emperatriz, igual que ella elegirá yeducaráasusucesor.Aprietoloslabios.—Esoesbastantesensato,¿no?—opino—.Elegirungobernante,enlugarde
dejarquedependadellinaje.¿Quéquerrádemí?Élseencogedehombros.—EnDoraz,elmatrimonionoestálimitadoentrehombresymujeres...—EnÁstreatampocoloestaba—repongo.—En este caso concreto, no estoy seguro de cuál sería el protocolo. Es
probablequeestéabiertoadiscusión;quizápuedasconseguirqueaccedaaqueseáiscosoberanas.—Sinduda,esoseríapreferiblealodemás—asevero.Élseencogedehombros.—Estoy segura de que querrá un pedazo de Ástrea de todos modos. Por
afamadaquetodosdiganqueestubelleza,nohabríanvenidoaquísoloporeso.ElsiguienteesBindor,yunodelosaltossacerdotesqueSørenmencionó.Es
másjovendeloqueesperaba,conunosbrazosypiernasqueparecenmáslargosdeloquedeberíanyunacabezaafeitadadecolorbroncequebrillaalaluzdelsoldelatarde.Memiraconlosnerviosescritosclaramenteenelrostro.—SuSantidadelAltoSacerdoteBatistiussecrioenunmonasterio—murmura
Søren—.YenlacapitaldeBindorlasmujeresestánestrictamenteprohibidas.Esmuyprobablequenorecuerdehabervistoningunaantes.Cuandosemeacerca,taninseguro,hedecontenerlarisa.Adiferenciadelos
demás,nomebesalamano,soloseinclina.—QueDiosossonría,reinaTheodosia—mediceconvoztemblorosa.—También a vos —contesto, lo que creo que es una respuesta adecuada.
AsienterápidamenteysevuelvehaciaelreyEtristo.—Sigue siendo un no —susurro a Søren—. Y mejor que consigamos que
vuelvaasucasaencuantopodamos.AlgomedicequeSta’Criveropodríabastarparamatarlo.Casi me hundo de alivio al darme cuenta de que ya ha llegado el último
carruaje.Saleunhombrevestidoconuntrajedechaquetaypantalónquecombinacon
elvioletadesuvehículoalaperfección.Debedetenerunostreintaaños.Supielespálidacomo la lechey llevaelpelooscuropeinadocon tantogelque tieneaspectodeserduroaltacto.Semueveconunaireexperimentadoquemeresulta
extraño,aunquetardounossegundosendiscernirporqué:secomportacomounhombrequehatenidoqueaprenderaserpoderoso,ynocomounoparaelqueelpoder fue un derecho de nacimiento. Durante nuestras lecciones en el barco,SørenyArtemisiamedijeronqueenalgunospaíseseranlosmismosciudadanosquieneselegíanasuslíderes,yapostaríaaqueesteesunodeellos.—El canciller Marzen de Oriana —murmura Søren, confirmando así mi
suposición. Los cancilleres llegan al poder mediante votación, y por lo tantopuedenascenderdesdecualquierparte—.Yesaessuhermana,SallaColtania.Coltaniasigueasuhermanodecerca.Llevaunvestidodelmismovioletaque
abraza su figura. Es más joven que él, pero mayor que yo. Tendrá unosveinticincoaños.Sumiradaesagudaysevera,ysuslabiospintadosdibujanunapermanentelínearecta.AbrolabocaparapreguntarleaSørenquésignificaSalla,peroelcancillerme
mira antes de que me dé tiempo. Tiene esa clase de sonrisa contagiosa queprovoca otra en los demás. Incluso antes de que abra la boca, percibo unacapacidaddepersuasiónintrínsecaenél.Supongoqueesunrasgoútilsitienesqueconvenceralagenteparaquetevote.—Nuestros vecinos del oeste, querida—explica el rey Etristo—.De hecho,
solían estar bajo nuestro dominio hasta que, hace unos siglos, exigierongobernarse ellos mismos. —Se vuelve hacia el canciller—. Según tengoentendido,Marzen,muchosdevuestroscompatriotaspodríanestarechandodemenosnuestroviejopaísunificado,trastodoelestrésdelaselecciones.Aunque su tono de voz es desenfadado, no hay forma de esconder la
mordacidaddelaspalabrasdelrey.Lasonrisadelcancillersecongela,peronotitubea.—No creo que ese sea el caso, a no ser quemultiplicase sus impuestos por
cuatroydecretaseunacuotaparatodaslasimportacionesyexportaciones,comohizovuestroabuelo—replica.Amboshombressequedanensilencio,ycasiesperoqueelreysaltedesusilla
peseasusdébileshuesosyataquealcanciller,perotrasunosinstantesseechaareír, emitiendo un sonido alto y sibilante. El canciller se le une y yo tambiénfuerzounacarcajada,aunquenoestoymuyseguradedóndeestálagracia.—Estetienesentidodelhumor—mediceelrey—.Ymuchoencanto,poreso
casilamitaddelagentedesupaíslovotóenlaselecciones—añade,poniendoénfasisen«casi».La puñalada es inconfundible, pero, de nuevo, el canciller sigue sonriendo
comositodoelpaísloobservase.
—Micasaesvuestra casa,Marzen—declarael rey,yalargaunamanoparaestrechar la del canciller—. Me encargaré de que alguien os explique cómofuncionaelbaño.SéqueesunconceptodesconocidoenOriana.—Ah,peroestoymuyemocionadoporprobaralgodeesevinosta’criveriano
delquetantoheoídohablar—replicaelcancillerenelmismotono—.¿Esciertoque tambiénsepuedeusarpara limpiar lasalfombras? ¡Quémaravilla,queunmismoproductotengatantosusos!Amboshombresvuelvenareíryadarseunapretóndemanos,perotanfuerte
queselesponenlosnudillosblancos.CuandoMarzenentraenpalacio,meinclinohaciaSørenysusurro:—Creo que me he quedado dormida y me he perdido la parte en la que
comparabaneltamañodesus...—Yalohabéisvisto,querida—meinterrumpeelrey,reclamandomiatención
—.Osheencontradounospretendientesnadadesdeñables.¿Quépensáisporelmomento?Piensobienmispalabrasantesdecontestar.—Todossonmaravillosos,nohayduda—resuelvoconunasonrisa—.Yme
complacemuchoquehayandejadosushogaresparaveniraconocerme.—Podréisconocermejoraalgunosdeellosdurante lacenadeestanoche—
dice.Sinesperarrespuesta,haceungestoconlamanoyungrupodesirvientesse
apresuraalevantarlodesusillaeinstalarloenuntransportesimilaralqueutilizócuandonos conocimos en el desierto.Lo llevan al interior a cuestas, seguidosporlossta’criverianosquesehabíancongregado.—¿Quépiensas?—mepreguntaSørenmientrasnoslevantamos.Creoquemiexpresiónesmuchomáselocuentedeloqueseríanmispalabras,
porquereprimeunacarcajada.Memiraduranteunosinstantes.—Pormuchoquemegustaríavolveramihabitaciónydormirparacalmareste
dolordecabezainfernal,tienespintadetenerotrosplanes.—Queríavisitarelcampoderefugiados—admito—.PeroelreyEtristoseha
negado.Hadichoquenoeraunlugaradecuadoparaunamuchachacomoyo.—Medaenlanarizqueesonohabastadoparadisuadirte—responde.Sonrío.—Avisaalosdemás.Nosvamosdentrodeunahora.
Ahurtadillas
Marialnoparecemuysorprendidacuandoledigoquemesientomalyquemegustaríadescansar,loquemehacepensarque,despuésdeanoche,semenotaenlacaraquenomeencuentrobien.Yesosignificaque lospretendientesquesehanpasadolamañanadiciéndomeloguapaqueestabamentían.Marialyelrestodemissirvientasmeayudanaquitarmeelasfixiantevestido,
medeshacenel complicadopeinadoymedejanbienarropadaen lacamaconotrodiáfanocamisón.Cuandolapuertasecierratrasellas,esperounosinstantesparaasegurarmedequenovuelvenadie,apartoelcubrecamadesaténysalgodelacama.Mepreocupaquedarmedormidasipermanezcodentrounsegundomás,y,porcómodaquesea,nopuedohacereso.Miarmarioestátanrepletoqueapenaspuedomoverlasperchas,ycasitodos
los vestidos están adornados y son muy pesados, con capas y capas de tela.Tienen tantosganchos,botonesy lazosque jamáspodríaponermeningunoyosola.Trasbuscarduranteunosminutos,consigoencontrarunoquepodría,quizá,describirsecomosencillo,sibiensolosegúnlamodasta’criveriana.Esdesedaverdebotellaydemangacorta,conuncorpiñounpocomásholgadoqueeldelasotrasprendasquemehepuesto.Lafalda tieneformadecampanayesunacascada de gasa, con la cintura y el dobladillo ribeteados conpequeñas joyas.Sinembargo,peseatodoslosadornos,siguesiendolomásligeroysencilloquehayenelropero.Tendráqueservir.Mecuestahorrorescerrarloscorchetesquehayportodalaespaldadelvestido
sin asistencia, y, por un instante, estoy a punto de pedir ayuda a una de misSombras.Sinembargo,enseguidarecuerdoqueestoyenunpalaciodistinto,sinagujerosenlasparedes.
Justo cuando termino de cerrar el último corchete oigo un golpecito en lapuerta.Artemisiaentrasinesperaraqueconteste.Sehavueltoaponerlatúnicay las mallas del Humo, y lleva el pelo azul cerúleo recogido en un moñodespeinadoen lapartealtade lacabeza.Cuandomeve,arquea tanto lascejasquecasiselejuntanconlaraízdelpelo.Memiradearribaabajo.—Vamosauncampoderefugiados—observapausadamente—.Noaunbaile.Sientoquemeardenlasmejillas.—Si eres capaz de encontrar algomenos ostentoso ahí dentro,me cambiaré
encantada—lareto,señalandoelropero.—Hum...—repone,conloquenosésiesunresoplidoounarisita.Esdifícil
dedecir—.Escomosiel reynoquisieraque teescapasesdepalaciopara iravisitarelcampo.¿NotehastraídolaropadelHumo?—Pues no seme ocurrió—admito—.Hasta el vestido violeta queme puse
cuando llegamoshabríasidomejor,perocreoque lomandarona la lavanderíacuandollegué.Oaquemar,quizá—añadoalrecordareldesprecioconelquelassirvientas de Marial cogieron aquel vestido remendado y deshilachado, quehabíasoportadomuchomásdeloqueestabahechoparasoportar.—Yameencargarédeconseguirtealgoparaelfuturo,peroestavez...Se interrumpe cuando la puerta se vuelve a abrir y entran Blaise, Søren y
Heron,vestidosconlasropassencillasdelHumoylargascapas.—Mira, perfecto—diceArtemisia antes de que les dé tiempo a saludar. Va
haciaHeronylequitalacapa.Élestáperplejo,esevidente,peroladejahacer.—Meiráenorme—lecomentocuandome lapasa.AHeron le llegabahasta
las rodillas ymedirámediometromás que yo. Además, tiene la espalda dosvecesmásancha.—Asíelvestidoquedarácubiertodeltodo—contesta.Melapongoymeechoareírcuandoveoquearrastroelborde.—Tencuidadoalcaminar—advierteconunasonrisa—.Aunquedudoquesea
peor que intentarmantener el equilibrio en esos zapatos de tacónque te estánhaciendollevar.Enesotienerazón.Levantounpocolateladelacapaydoyunospasospara
probar.Supongoquenoestandifícil.Podréarreglármelas.—Bueno,¿cuáleselplan?—pregunto.
Resultaqueelplan—si esque se lepuede llamar así—es salir delpalacioycogerunoscaballosdelestabloquehayjuntoalapuertaprincipal.Esunpoco
menosclandestinode lohabitual,ycuandocaminamospor lacoloridaciudad,queaestashorasdelatardeesunfrenesídeactividad,nopuedoevitarsentirmedesnuda,pesealomuchoquesudobajolacapademasiadograndedeHeron.—NoestamosenÁstrea.Aquínoeresprisionera—comentaBlaisealpercibir
miincomodidad.—ElreyEtristonoquierequevayaalcampoderefugiados—lerecuerdo.—No se enterará —responde, meneando una bolsa de terciopelo llena de
monedas.Eslamismaquehausadoparasobornaraloperariodelascensorparaque nos llevase a la planta baja—. El dinero soluciona la mayoría de losproblemas,segúnhepodidocomprobar.—Ysupongoquenovasacontarmededóndehas sacado tantoy tan rápido
trasnuestrallegada,¿no?Blaiseseencogedehombrosymededicaunasonrisaquemerecuerdaalaque
solíaesbozardurante losañosanterioresal asedio.Aquíestádemejorhumor;hacíamuchotiempoquenoloveíatanfeliz.Tampocopuedoculparloporello:esmuchomásfácilserfelizcuandonotienestodoeltiempounhachaquependesobretucuello.QuizáSta’Criveronoseaideal,soylaprimeraenadmitirlo,peroesinfinitamentepreferiblealacortedelkáiser.Blaise parece estar pensando lo mismo. Mira la ciudad con una expresión
peculiarenelrostro,entreelasombroyelmiedo.—Tienesuaquel,¿verdad?—opinaenvozbaja—.Contodosestoscolores,el
arte,lagentefeliz...Entiendoelatractivo.Asientoymiroamialrededor.—Peroteníasrazón.Noesnuestrohogar—repongo.Blaisesequedaensilenciounossegundos.—Túeresmihogar—dicealfin;suvozesapenasmásaltaqueunsusurro—.
Ellugarenelqueestemosesintrascendente.Siento que una sonrisa asoma amis labios, yme siento tentada de darle la
mano,peroenpresenciadelosdemásmecontengo.NoessoloporSøren—enlos tres días que lleva fuera del calabozo no me ha dicho nada remotamenteromántico—, sino también por los otros. Somos un equipo. Debemos serlo siqueremossalvaraÁstrea.SiBlaiseyyoformásemoselnuestro,nuestrauniónseempañaría.De todosmodos, me permito rozarle el dorso de la mano con el de la mía
mientrascaminamos,yelcalordesupielmehacetemblar.
Blaiseteníarazón.Encuantounaspocasmonedascambiandemanos,losmozosdel establo nos traen cuatro caballos. Son altos, gráciles e intimidantes, y loscolores de sus pelajes van desde un marrón claro y rojizo al negro del cielonocturno. Me vuelve a sorprender el hecho de que incluso los caballossta’criverianosesténadornadosconjoyasy lazostrenzadosensuscrinesysuscolas,comosifuesenaalgúntipodefiesta.Enotravida, habría aprendido amontar a caballo, inclusopodríahaber sido
una buena amazona, como lo era mi madre. Pero en esta no sé por dóndeempezar. Tengo vagos recuerdos deAmpelio llevándome en su caballo en lasinmediacionesdepalacio,peronoeslomismo.Blaise,ArtemisiaySørenmontanensuscorcelesyHeronmecolocasobrela
silladelquevamosacompartir.Mehesentidoaliviadacuandosehaofrecido,porquealmenosconélnotendréquepreocuparmededóndeponerlasmanos,de lo cerca que estemos sentados o del calor de su piel. Y con élme sentirémucho más segura que con Artemisia, porque estoy segura de que ellaaprovecharácadaoportunidadqueselepresenteparagalopar,saltarypresumir.Heron sube delante demí y yo lo abrazo por la cintura,mientras intento no
mirar al suelo.Los caballos ya parecían grandes cuando estaba de pie junto aellos,peroestarsentadaensulomoesotrahistoria.Mesientocomosiestuviesemuy arriba, y las posibilidades de que me caiga son... Bueno, es mejor nopensarlo.MantengolamiradafijaenlaespaldadeHeronyfinjoestarentierrafirme.Peroencuantopartimos,fingiresimposible.Notocadapasoquedaelcorcel
hastaenloshuesos,asíquemeagarroaélconmásfuerza,seguradequevoyasalirdespedidaencualquiermomento.Elvientocálidoysecomeazotaelpelomientrascruzamoseldesiertoquerodealacapital,ysientolaspunzadasdelosgranosdearenaen lapiel.Melasarreglopara taparmelacaracon lacapasincaerme.Nosécómoloestaránhaciendolosdemás,yaquenopuedencubrirsesintaparselavista,quesindudanecesitan.De algún modo, el tiempo va pasando y no me caigo. No creo que me
acostumbrejamásaestetroteyalviento,peroalfinalseconvierteenalgocasitranquilizador por lo predecible que es. El viaje se alarga ante nosotros, pero,antesdequemedécuenta,Herondetieneelcaballo.Bajaalsuelodeunsaltoyalargalosbrazosparaayudarme.—Elprinkitidicequeserámásfácilentrarenelcamposivamosapie.Meaferroaélydejoquemeayudeabajar.Miroenladistanciaconlosojos
entornadosydistingootromuro,peroesmuydiferentedelquerodealacapital.
Aquelesalto,doradoyregio,unapromesadeloquenosaguardadentro,pero,mientras que este es casi igual de alto, es unmontón espeluznante de piedrasdesigualesytoscasquenoparecenhaberlimpiadonunca.Nohayningunapuertamajestuosa y ornamentada, sino una pequeña de madera en una esquina quepodríapasardesapercibidaconfacilidad.Comprendoentoncesqueelmurode lacapital se levantóparamantenera la
gentefuera,mientrasqueesteseconstruyóparamantenerlosdentro.
Elcampo
Losdosguardiasapostadosacadaladodelapuertanodudanenindicarnosquepasemosconungesto,loquesemeantojaextraño.Entoncescomprendoquelasespadasque llevanenvainadasasuscaderasnosonparaaquellosque intentanentrarenelcampo.—Vienenvisitasamenudo—diceHeron,respondiendoasíalapreguntaque
noheformulado—.Anochemehiceinvisibleyestuvepaseandoporpalacio,yoíquealgunaspersonaslocomentaban.Losrefugiadossonmanodeobrabarata,asíque lagente loscontratacuando tienenalgún trabajo.Son tareasquenadiemásquiere:albañilería,costuraderopabarata, limpiezadeestablos...Yno lespagancasinadaporello,soloporquepueden.Elhorrormeenvuelveelcorazón;sientoquemelooprime.Sinembargo,cuandollegamosalotroladodelapuerta,casisemesaleporla
boca.Traselresplandorornamentadodelacapital,consusvívidoscoloresysuselegantes capiteles, la decrepitud del campo de refugiados parece todavíamásterrible.Las calles están sucias, son estrechas y están abarrotadas de chabolasquenotendránmásqueunahabitación.Lostejadosdepajaparecenapuntodedesmoronarseylaspuertasdemaderaestánmohosasycuelgandelasbisagras.Elolorasuciedadypodredumbrecolmaelaireylohacedensoypesado.EstoytentadadetaparmelanarizylabocaconlacapadeHeron,peromecontengo,preocupadaporcómolointerpretaríalagentequeviveaquí.¡Ylagente!Lascallesestánabarrotadasdehombres,mujeresyniños.Asoman
tambiénpor laspuertas,vestidosconharapos suciosqueno lescubrenmuchomásdeloimprescindible.Unpardeniñosquenotendránmásdecincoañosvantotalmente desnudos y cubiertos demugre. Llevan el pelo apelmazado ymuy
corto,ocompletamenteafeitado,inclusolasmujeres.«Manodeobrabarata»,hadichoantesHeron,yesevidente.Solosevendedosencallecidosypielcurtidayquemadaporelsol,demasiadotirantesobrelosmúsculosyloshuesos.Laformaenquememiranmehacesentirvacía,hastaqueyanosientonada,ni
siquieraelsueloquepiso.Tienenojoshambrientos,recelososyasustados,comosinoestuviesensegurosdesihevenidoaalimentarlesoaescupirles.—Deberíamoshaber traídocomida—comento,másparamímismaquepara
losdemás.No me responden, y reparo en que están tan consternados como yo. No
esperaba encontrar aquí la opulencia del palacio, pero tampoco me esperabaesto.Noobstante,enseguidamedoycuentadeloingenuaquehesido.Hayunarazón por la que siguen estando en un campo de refugiados diez omás añosdespuésdehaber llegado.Hayunarazónpor laqueno loshan trasladadoa lacapitaloalospueblosquelarodean.Losconsideranmenosquealosdemás.Me suelto del brazo de Heron y doy un paso al frente, vacilante, mientras
buscoamialrededoraalgúnastreano.Sinembargo,esasombrosamentedifícildiscernirquéaspecto tienendebajode toda lasuciedad.Meaclaro lagarganta,conlaesperanzadequenometiemblelavoz.—Queremos hablar con alguien que esté al mando —digo en astreano,
intentandoemularamimadre.Ella teníauna formadehablarqueparecíaquepudieseoírseamásdeunkilómetro,aunquenisiquieralevantaselavoz.Seoyenunossusurros,suavesmurmullosquenocomprendo,aunquealgunas
palabras parecen astreanas.Al final, un hombre da un paso al frente. Contarácasi cincuenta años, y tiene el rostro demacrado y la cabeza afeitada. Bajo lamugre,supielparecesimilaralamía,aunqueunpocomásoscura.—También hablas astreano—responde en lamisma lengua, pero suenamás
brusca,parecidoacomolahablaHeron—.¿Quéquieresdenosotros?Aunquemehablaamí,sumiradadesconfiadanohacemásquedirigirsedetrás
demí.Losdemásnosontansutiles:mirandetrásdemíconunaintensidadquepodríadescribirse comoodio.Seme cae el alma a los pies cuandomedoy lavueltaparaverquéestánmirando.MedoycuentadeinmediatodequetraeraSørenhasidounerror.¿Cómovan
apensarquesoyunaamigasivengoacompañadadelenemigo?Peroahoraesdemasiadotarde.Mevuelvohaciaelhombreymeyergo,desplegandotodamialtura.—SoyTheodosiaEireneHouzzara—ledigo—,lareinadeÁstrea.Quiero...—
meinterrumpo;confundidaderepente.¿Quéquiero?Pensabaquequeríaverel
campoderefugiados,hablarconotrosastreanosquenoestuviesenesclavizadosporelkáiser.Queríahablarconaquellosquehabíantenidolasuertedeescapar,pero «suerte» nome parece ya la palabramás adecuada—.Quiero ayudar—resuelvo,aunquemetiemblalavozalpronunciarlaúltimapalabra.Elhombresemequedamirandounosincómodoseinterminablessegundos,y
luegoechalacabezahaciaatrásyprorrumpeencarcajadas,mostrandounabocacon más huecos que dientes. El sonido es ronco y tras unos segundos seconvierteenunatosseca.—¡LareinadeÁstrea!—repite,negandoconlacabeza—.Perosierescasiuna
niña.Intentopensarenunaréplica,peronosemeocurreninguna.Alfinyalcabo,
tiene razón. En Ástrea, a los dieciséis años todavía te consideraban un niño,aunquenopuedodecirquemesientacomotal.Enotravida,losería,perodejéde sentir que eraunaniña en el preciso instante en el que el theyn le cortó elcuelloamimadre.Pero,enlugarderespondereso,meencojodehombros.—Tal vez—concedo—. Pero mi madre está muerta, así que el título recae
sobremí.¿Quiénerestú?Nomecontestadeinmediato,sinoquememiradeunaformaqueheaprendido
areconocer.—Osrecuerdo,TheodosiaEireneHouzzara—dice—.Eraisunbebéenbrazos
devuestramadrecuandovinoavisitarmipuebloharáunoscatorceaños,conelpulgarenlabocayunosojostestarudosydesafiantesqueretabanacualquieraaqueosdijeraqueoslosacaseis.—Ya no me chupo el pulgar —repongo—. Pero verás que sigo siendo
testarudaydesafiante.Élseechaareírdenuevo,peroséqueestaveznoseburlademí.—Supongoqueasíes,sihabéisvenidodetanlejos—acepta—.Loúltimoque
supe es que os tenían prisionera y erais el juguete del káiser. Os preguntaríacómoconseguisteisescapar,perometemoqueseríaunalargahistoria.—Quizáalgúndíapuedacontárteladeprincipioafin—contesto—.Pero,por
ahora, bastará decir que hui tras matar al theyn y que me las arreglé parallevarmealprinzherederocomorehén.—SeñaloaSøren,queestádetrásdemí.No me siento bien al adjudicarme todo el mérito. Fue Elpis quien mató al
theyn;yosololedijequelohiciera.YSørennosupoqueeramirehénhastaqueyanoshabíamosmarchado;noesqueconsiguiesecapturarloyosola.Además,nohabríatenidoéxitosinBlaise,ArtemisiayHeron.Sinembargo,esonoeslo
queestehombrequiereoír,niloquenecesitaoír.Hadevermecomoaalguienformidableeimponente,yasíseré.SeñalaaSørenconlacabeza.—¿Lollamáis«rehén»?—preguntaelhombre.Meencojodehombros.—El káiser es un hombremalvado. Dudo que ninguno de los presentesme
discutaesaafirmación,nisiquierasuhijo.Resultóqueelprinzeramásvaliosodenuestroladoqueencadenado.El hombre carraspea de una forma que no estoy segura de cómo interpretar,
perosumiradasiguesiendorecelosa.—No me parece justo que tú me conozcas y yo no te conozca a ti —le
reprocho.Memira unos segundos y entonces escupe en el suelo, no tan cerca de mí
comoparaqueseentiendacomouninsulto,perolafaltaderespetoesevidente.Nosoysureina.Solosoyunachicaconunnombremuylargo.—Soy Sandrin —se presenta al final—. De Ástrea. De Nevarin, para ser
exactos.Heronseaclaralagarganta.—YomecrieapocoskilómetrosdeNevarin—cuenta—.EnVestra.Sandrinesbozaunasonrisaenlaquefaltanvariosdientes.—ConocíaunamuchachadeVestra—recuerda—.Creoquemehabríacasado
conellasinohubiesenllegadoloskalovaxianos.—Cuántascosashabríahechoyosi loskalovaxianosnohubiesen llegado—
respondeHeron.Sandrinasiente,asícomomuchasdelaspersonasquehayasualrededor.—¿Quiéneres?—pregunta.—Heron—contesta,antesdeseñalaraBlaiseArtemisiaydepresentarlos—.
Estuvimosen lasminasduranteaños—explica,suscitandomurmullosygritosahogados entre la multitud—. Hasta que un hombre llamado Ampelio nosrescató.Nosenseñóautilizarnuestrosdones,ynosdijoque si algo lepasabadebíamosirenbuscadelareina,rescatarlayseguirla.—Hicimos loqueAmpelionospidió—intervieneArtemisia,conlavozmás
débilquedecostumbre.Creoquees laprimeravezque laoigopronunciar sunombre—.Yellanoshatraídohastaaquí.—Sois Guardianes —observa Sandrin, cuyos ojos se han iluminado al
comprenderlo.TemoqueBlaiseloniegue,peroladealacabezayafirma:
—Sí,somosGuardianes.Yellaesnuestrareina.Sandrinnosmiradeunoenunoduranteunossegundos,evaluándonos.Traslo
quepareceunsiglo,asiente.—Puesvamos—diceconvozcansada—.Ospresentaréalosdemás.
LosAncianos
Sandrinnosguíapor lascalles retorcidasycubiertasdemugre.Atisbo figurasespectralesyasustadizasqueasomanpor laspuertasanuestropaso,hastaquellegamos a una casa al final de una de las callejuelas. Esmuy parecida a lasdemás:eltejadodepajaestámedioderrumbadoylasparedesnosonmásqueunmontón de pedruscos amontonados que supongo que sobraron de otrasconstrucciones.Lapuertademadera esdemasiadopequeñapara elmarcoquetiene y deja huecos a los lados.Apenas puede llamársele «puerta», ya que nocreoquemantengamuchoenelexterior.Cuandoseabre,apareceunamujerconunvestidoandrajosoqueseharotoy
remendado tantas veces que cuesta imaginar cuál debió de ser su aspectooriginal.Tienelapieldeunprofundomarrónrojizoyllevaelpelotrenzadoarasdelcuerocabelludo,deformaquesevenfilasdepielentreladocenadetrenzas.Mecuestaadivinarsuedad,aunquesituvieraqueaventurarunadiríaquetendráunoscincuentaaños.Tieneelrostroangulosoylosojospequeñosyentornadosdeunapersonaquehavistotantoshorroresqueyanoesperanadadelavida.—Tallah —dice Sandrin antes de acercarse a ella y soltar una perorata de
palabrasqueapenasentiendo,aunquealgunostrozosdesuconversaciónsuenana astreano, como «visitante», «ayudar», «reina» o «niña». Otras suenanfamiliares:hayunapalabraquepodríasignificar«traidor»,peroestádemasiadomodificada y adornada como para que esté segura de ello. Sin embargo, noentiendocasinadadeloquedice.—Soncincoidiomas—afirmaSøren,queestáamilado—.Heoídoastreano,
gorakíykotano.Ycreoquetambiéntiavanoylyriano.—Seis—locorrigeArtemisiaconsuficiencia—.Tehassaltadoelyoxí.Ycreo
que también he oído manadolio, pero se parece tanto al kotano que cuestadistinguirloscuandolomezclantodoasí.—Todos esos países fueron conquistados por Kalovaxia —observo—. Son
todoslospaísesdelosquehabríanvenidorefugiados.No puedo evitar pensar en lomucho que aCress le habría gustado oír esto.
Siempre tuvobuenoídopara las lenguas; era capazde aprenderun idiomadeformaautodidactaencuestióndemeses.Diseccionaryanalizarunoformadoporunamiríadadelenguasdistintashabríasidoparaellacomoiraunafiesta.ApartoaCressdemimenteymeconcentroenSandrinyenlamujer.¿Tallah?
¿Eraesesunombreoeraunapalabraenotroidiomaquenoheentendido?Estánenfrascados en una conversación en susurros, aunque cada pocos segundosechanunvistazohacianosotros.—Soloentiendoelastreano—admito—.¿Alguiensabequéestándiciendo?—Hum...—diceArtemisiaentredientes—.Noentiendomuchodelamayoría
de esos idiomas, pero creoque estándebatiéndose entre confiar ennosotros orobarlacomidaylosobjetosdevalorquellevemosencimayecharnos.—Muyalentador—murmuroentredientes—.¿Hemostraídocomida?—Soloelalmuerzo—respondeHeron—.Peropuedoesperarunpardehoras
paracomer.Miestómagorugeenseñaldeprotesta,peroloignoroyasiento.—Yotambién.Los demás también están de acuerdo, aunque sabemos que no bastará. Un
almuerzoparacinconoserásuficienteparaalimentaralasmilesdepersonasquevivenaquí.DoyunpasohaciaSandrinylamujer.—Solohemostraídounpocodecomida,peroesparavosotros—leinformoen
astreano.Ambos dejan de discutir ymemiran—.Los únicos objetos de valorque tenemos son algunasmonedas ymi vestido, aunque espero que nome loquitéis.SeríadifícilexplicarlealreyEtristosudesaparición.Siseenteradequehevenidonomepermitiráregresarymegustaríavolverytraermáscomida.Ambosmemiran un largo rato, tanto queme incomoda, y al final lamujer
suspirairritadaylevuelveadeciralgoaSandrin.Noentiendocasinada,perovuelvoaescuchar«niña»enastreano.Abrolabocaparaprotestar,peroellaentradenuevoensucasaynoshaceungestoparaquelasigamos.
Lacasadelamujersolotieneunahabitaciónqueescuatrovecesmáspequeña
quemisaposentosdepalacio.Enunaesquinahayunapequeñachimenea;enelsuelo, cuatro colchones harapientos, y pocomás. Sin embargo, hay otras seispersonasapretujadaseneseespacio tan reducido, treshombresy tresmujeres,todosellosconropasandrajosasyelpelotrenzadoorapado.Ningunodeellosllevazapatos,aunqueelsuelonoestámuchomáslimpioqueenlascalles.Lamujermehaceungestoydice:—ReinaTheodosiadeÁstrea,venidasernuestrasalvadora.—Suastreanono
estámal,perotienemuchoacento.Los demás sueltan unas risitas, pero intento que no me molesten. ¿Acaso
puedo reprocharles que me vean como una niña inocente y demasiadoambiciosa?Puedequeesonisiquierasealejemuchodelarealidad.—ElreyEtristomehainvitadoaquedarmeenpalacio—lesexplico—.Espera
encontrarme un marido con ejércitos que nos ayuden a derrotar a loskalovaxianosyarecuperarnuestrohogar.Sevuelvenareír,aunquelacarcajadamásescandalosaesladeSandrin.—Las reinas no se casan —dice—. ¿Habéis estado tanto tiempo entre los
bárbarosqueoshabéisolvidado?Sientoquemeardenlasmejillas.—Algunas tradiciones no son fáciles de conservar en tiempos de guerra—
repongo,traselegirmispalabrasconcuidado.Ynoimportalociertasquesean;Sandrinresoplacondesdéndetodosmodos.—Se podría decir que ante las dificultades es todavía más importante
conservarlas.La irritaciónme eriza la piel.Yo tampocoquiero casarme, y sin dudanohe
accedidoahacerloporqueseafácil.—Sitienesalgúnejércitoescondidoporaquíloaceptarédemilamores,pero
dudo que sea el caso. Y si tienes otra sugerencia, adelante, por favor, meencantaríaescucharla.Eso,almenos,pareceacallarlos.InclusoSandrinpareceunpocoacobardado.
Pordesgracia,nadietieneningunapropuesta.—Meenterédelaexistenciadeestecampoderefugiadosysupongoquepensé
queaquíencontraríaaastreanos felices, a losafortunadosqueescaparonde latiraníadelkáiser.—La tiranía está en todas partes —responde Sandrin en voz baja—. Ese
conceptonopertenecealoskalovaxianos.—Esoesmuyfilosófico.Élseencogedehombros.
—Yotambiénloeraantes—admite,ysuvozsehacedébilyanhelante—.Lagenteviajabacientosdekilómetrosparaoírmehablarsobrefilosofía.—¡Eres Sandrin el Sabio! —exclama Heron de repente—. Mi madre te
escuchóhablarunavez.Dijoquelosdioseshabíanbañadotumenteenoro.Sandrincarraspea.—Nofueellalaúnica—declara—.AhorasoySandrin,elAncianodeÁstrea.
—Señala a la gente que se ha reunido tras él—.Y estos sonmis compañerosAncianos, uno de cada país. Mantenemos la paz y hacemos lo que está ennuestramanoparaquelavidaaquíseamásfácil.—Nocreoqueseauntrabajosencillo—reconozco.—Noloes—diceotrohombre,conlapielpálidayelpelorapadodelcolordel
cobre.Miro amis amigos, queparecen sentirse igualqueyo: afectados, como si el
mundo se hubiese dado la vuelta bajo sus pies, y tan culpables que losremordimientos podrían asfixiarnos. «No es culpa nuestra —me recuerdo—,sino del káiser.»Pero, de todosmodos, debería haberlo sabido.Debería haberhecho algo. Blaise me mira a los ojos y asiente; entre nosotros fluyen milpalabrassinquedebamosdecirningunaenvozalta.MevuelvohacialosAncianos.—¿Cómopodemosayudaros?—pregunto.
La ayuda que precisan en el campo es bastante sencilla. En primer lugarnecesitan comida, y nuestro frugal almuerzo no es más que una gota en unocéano.Lossta’criverianoslesllevanracionescadasemana,sobrasdelacapital,peroamenudolacomidallegayaenmalestado.Podemosvolverconmás,cogeralgodelascocinasdepalacioquesigaestandofresco,peroseguiránsiendopocomás que gotas. Jamás bastará para cubrir sus huesos de carne, ni para que elrugidoconstantedesusestómagosseacalle.Peroseráunprincipio,hastaquesenosocurraotrasolución.También necesitan ropa nueva, jabón y agua limpia: más cosas que solo
podemos traer en pequeñas cantidades. Sin embargo, hay un lago en lasinmediaciones,asíqueBlaise,HeronySørenhacenmediadocenadeviajesconloscaballospara llenar todos loscontenedores improvisadosque losAncianosencuentran.Deestemodo, los refugiados tendránbastanteaguaparaalmenosunosdías.Mientras ellos están fuera,Artemisia y yo reparamos uno de los tejados, un
procedimientodesconocidoparamíperoparaelqueellaparecebastanteducha.Trepaenlaesquinadeunacasa,tanágilcomoungato,ymepidequelevayapasandopuñadosdepajadelsuelo.SenotaqueaArtlecomplacemandarmedeaquí para allá, pero ya sé que no debo tomármelo como algo personal. Pocodespués,estamossumidasenunacómodaconversaciónqueatraealosvecinos,queestabanescondidosdesdenuestrallegada.Losniños son losmásvalientes, como suelen ser losniños.Sonpequeñosy
espectrales, pero su determinación me sorprende. Hay un grupito cuyosmiembrossedesafíanlosunosalosotrosaacercarsemás,comosiArtemisiayyofuésemospeligrosas.Losmáspequeñosnisiquieraesperanaquelosreten:setambaleansobresuspiessuciosydescalzosynosmiranconunosojosenormesqueocupanlamayorpartedesuscaras.Alprincipio,ellaestádemasiadoenfrascadaenlostejadosdepajacomopara
repararenellos,peroyono.—Hola—saludo a unode los chiquillos, queno tendrámás de cuatro años.
Tienelosbrazosylaspiernashuesudosperounabarrigamuyredonda.Consupieldoradaysupelonegro,merecuerdaaErik,ymepreguntositambiénserádeGoraki,osiloseránsuspadres,almenos.No me contesta, pero sigue mirándome con ojos solemnes y los puños
apretadosalosladosdelcuerpo.DejoenelsueloelpuñadodepajaquetengoenlamanoyrebuscoenlacapadeHeronconlaesperanzadeencontraralgoenlosbolsillos,unpedacitodegalleta,uncarameloounamoneda,peroloúnicoquehayesunahebradehiloybolasdepolvo.Noobstante,alsacarmelasmanosdelos bolsillos oigo un tintineo y recuerdo el vestido que llevo debajo, que estáadornadoconjoyas.Melevantolacapaycojoeldobladilloribeteadocondiamantes.Cadapiedra
esdel tamañode lauñademipulgar.Doyunfuerte tirón,arrancounayse latiendo.La mira como si fuese un arma, y eso me parte el corazón. Es demasiado
pequeño para haber conocido ya tanta crueldad. Sin embargo, tras observarlaunossegundos,parececomprenderquenoleharádaño.Lacoge,rozándomeconsusdedosásperosymugrientos.Cuandolalevanta,resplandecealaluzdelsolyproyectaarcoírisquebailanenelsuelo.Yentonces,antesdequemedétiempoadetenerlo,selameteenlaboca.—¡No!—exclamo.Parecedarsecuentadequenoescomestiblesinprobarsuteoría;selaescupe
enlamanoysesecalasalivaensurudimentariatúnica.Memirayesbozauna
anchasonrisadedientesamarillosyrotos,antesdecorrerhaciaunamujerquedebede ser sumadre.Le sonríoy ella, tras abrazar a suhijo un segundo,medevuelvelasonrisayasienteunaúnicavez.Despuésdeeso,latimidezquepudiesenalbergarlosdemásniñosdesaparece
porcompleto.Todosellossecongreganamialrededor,consusmanossuciasysusrostrosanhelantes,ypronuncianpalabrasqueapenasentiendo.—Uf,unmomento—exclamo,aunquenopuedoevitarreírme.Melasarreglo
para hacerme un poco de espacio entre ellos y yo y arranco más joyas deldobladillodelvestido,quevoyregalandoacadaunodelosniños.—Yapuedesirpensandoenquéexplicaciónlevasadaratudoncellacuando
veaesevestido—meadvierteArtemisia,queasoma la cabezadesdeel tejadocon una expresión divertida que no parece en absoluto propia de ella. Sinembargo,seponeseriaalmiraralosniños—.Lossta’criverianoscreenquelosrefugiadosestánmalditos—dice,conlavozcolmadadeaversión—.Comosiladesgraciafuesecontagiosa.—Eslamayortonteríaqueheoídoenlavida—respondo.—Puessí.Perolagenteescapazdecreercualquiercosaqueleshagapensar
que tienenmás control sobre elmundodel que en realidad tienen.Pásameunpoco más de paja y así termino. Luego podrás volver con tu legión deadmiradores.Le tiendootropuñadoymevuelvohacia losniños.No tengonadamásque
darles,peronopareceimportarles.AlarganlasmanosparaagarrarsealacapadeHeronoamismanos,acualquiercosaquealcancenparallamarmiatención.Merío,ymevuelvohaciauno,yluegootro,yotro,yotro.Noentiendocasinadadelo que dicen, pero no importa. Solo quieren que los escuchen, y yo lo hagoencantada.—Es una pena que sean demasiado pequeños para empuñar un arma —
comenta Artemisia antes de saltar desde el techo. Aterriza junto a mí consuavidad—.Unos añosmásy podrían ser el principio de un ejército devotoyferoz.Séqueno lodiceconmala intención,pero suspalabrasme reconcomen.La
ideadequeestosniñoscrezcanparalucharenunaguerra,parasentirlasangredeotrossobresupieloconocerelmordiscodeunaespada...Noquieroesoparaellos.Niamiservicionialdenadiemás.
Marial
Durante el trayecto de vuelta no hablamos, pero no es un silencio incómodo.Creoque todosestamosdemasiadocansadosyhambrientosparacharlar,pero,además, sé que mis pensamientos siguen en el campo de refugiados. Estoyseguradequeelrestosesienteigualqueyo.InclusoSørentieneelrostropálidoydemacrado,aunqueunapartedemítieneganasdeabofetearlo.¿Cómopuedeestar tan horrorizado por cómo los sta’criverianos tratan a esta pobre gentecuandoesculpadeloskalovaxianosquetuviesenquebuscarasilo?Élnotienelaculpa,losé,peroavecesesfácilquesemepaseporalto.Cuando llegamos a la ciudad devolvemos los caballos al establo y nos
deslizamosporlasconcurridascallescontodaladiscreciónposible.Elsolyahaempezadoadescender—hemosestadofueramástiempodelquepretendíamos—yrezoatodoslosdiosesquenospuedanhaberseguidoporelmarCalódeoparaquenadiehayareparadoennuestraausencia.¿Ysinohasidoasí?NadamegustaríamásquecontarlealreyEtristodóndeheestadoylovilque
mepareceporlaformaenlaquehatratadoalosrefugiadosqueacudieronasupaísparaestarasalvo.Quierodecirlequecreoqueesunmonstruoyquesinolesmandacomidayagualimpiadeinmediatomemarcharé,yalcuernoconelmatrimonio. Pero sé muy bien que no puedo hacer eso. Por mucho que odieadmitirlo,necesitosuayudaparasalvaraÁstrea,paradarleaesagenteunhogaralqueregresar.Pero en cuanto vuelva a sentarme en mi trono me aseguraré de que sepa
exactamenteloquepiensodeél.Hasta que no llegamos al elevador que nos lleva hasta nuestra planta nadie
rompeelsilencio.EsHeronquienlohace.—Puedorobarcomidaenlospróximosdíassihagousodemidon—susurra,
mirandoconreceloaloperario,quenopareceestarescuchándonos—.Silohagopoco a poco podré reunir más que de una sola vez. Luego volveremos, o yavolveréyo.Notienesporqué...—Yotambiéniré—lointerrumpo—.Sialguienquierequedarseatrás,eslibre
dehacerlo,perodespuésdeloquehemosvistohoynocreoqueseaelcaso.Losdemásnocontestan,ymelotomocomounsí.
Cuandoentrocon sigilo enmihabitación,piensoporundichoso segundoquenadie ha reparado en mi ausencia. Todo sigue tal y como lo dejé: la camadeshecha, el camisón tirado en el suelo y la puerta del armario abierta. PeroMarial está sentada en la silla quehay junto a la chimenea, tan quieta quenoreparoenellahastaqueseponedepie.—Muchachatonta—meespetaenvozbajayconunaexpresiónfuriosa.Doyunpasohacialapuerta,peronotengoadóndeir.Nopuedoescapardeesta
situación.—Yamesientomejor—resuelvo—.Penséqueunpaseomesentaríabien.Memiraconincredulidad,conunacejaarqueadaalaperfección.—¿Unpaseo?—repiteconsequedad—.Claroyporesooléisaalcantarillay
estáiscubiertademugredelacabezaalospies.Noconsigodarconunarespuestaconlarapidezsuficiente.—Despuésdelobienqueoshemostratado,detodaslascosasbonitasqueos
hemosdado, ¿decidíspagárnosloconmentirasyyendoa espaldasdel rey?—pregunta,envozbajayamenazante.Algo en mí se rompe, y antes de que pueda detenerlas, las palabras salen
precipitadamentedemislabios.—Vuestras cosas bonitasme dan igual. Estoy agradecida por la generosidad
queelreymehamostradoalacogerme,peroestoyaquípormipueblo.Porlosque están encadenados en Ástrea y los que están encerrados muriéndose dehambreen loque tenéis lasagallasde llamar«campode refugiados».Refugiosignificaseguridad,yloquehevistohoynotienenadaqueverconeso.Marialretrocede,yentoncesmedoycuentadequehehabladodemasiado.—¿Habéisidoalcampo?—preguntaenvozbajaytitubeante.Aunquesiempre
mehaparecidounamujer temible, ahoraesellaquienporprimeravezparecetenermiedo.
Quieronegarlo,peroahorayanopuedo.Mereprendoporhaberdejadoquesemeescapase.—Le pedí al rey que me llevase —respondo, tras decidir que si no puedo
borrarloquehedicho,mejorquemeciñaaello—.Perosenegó.Medijoquenoera un lugar adecuado para unamuchacha como yo, y tenía razón. No es unlugaradecuadoparanadie.Marialniegaconlacabeza.—¡Estánmalditos!—dice—.Noshemosapiadadoyabastantedeellos,pero
nonospondremosenriesgoporunosdesconocidos.Ahoranoshabéistraídosusuciedadysumalasuerte.Lo recita como si fuese una frase que ha oído tantas veces que se la ha
aprendidodememoria.—Si crees eso, la tonta eres tú —le espeto—. Puedes contárselo al rey si
quieres,peromeparecequeesotecausaríamásproblemasatiqueamí.Alfinyalcabo,mefuibajotuvigilancia.Yestoyseguradequelecostarámuchomenosconseguir otra doncella que otra reina desplazada que casar para sacarbeneficios.Las palabras no parecen propias de mí, y cuando Marial da un paso
tambaleante hacia atrás, como si la hubiese golpeado, siento una punzada deculpa en la boca del estómago. Me recuerdo lo que ha dicho sobre losrefugiados,yqueencontraríalamaneradeevitarquevolviesealcamposinoladetuviera,peroesalógicanomehacesentirmejor.Unavezmás,nopuedoevitaroíralkáiserenmimente,dirigiendomisactos.Quieropedirledisculpas,peronoconsigopronunciarlaspalabras.Nosquedamosmirandolaunaalaotraunincómodoeinterminablemomento.
Su expresión es inescrutable. Justo cuando el silencio empieza a hacerseinsoportable,habla:—Necesitáisunbaño—observa—.Mejorque lasmuchachasnoosveanasí,
noserviríadenada.Yomismaosloprepararé.
Encantadora
En el elevador, cuando Veneno de Dragón y yo nos dirigimos a la cena conalgunospretendientes,cometoelerrordebostezar.Nopuedoevitarlo:despuésdelanochedeayerydelashorasquehepasadoenelcampotrabajandobajoelsol,measombrasercapazdetenermeenpie.Sinembargo,ellanopuedesabernadadetodoeso,ycuandomevebostezarentornalosojos.—Esta noche es importante.—Pronuncia cada palabra despacio, como si le
estuviesehablandoaunaniñapequeña.Vaataviadaconotrovestidonegro,estavezentalladoyconperlasnegrasbordadas.Contrastaalaperfecciónconelmío,degasayvolantes.EnÁstreaelblancoeselcolordelduelo,peroMarialmehadicho sin rodeos que enSta’Crivero simboliza la virginidad.No esmuy sutil,peroenlossta’criverianosnadapareceserlo.—Yaséquees importante—contesto—.Peromedisculparás sime lo tomo
concalma.Habrámuchasmásnochescomoestaen lospróximosdías sideboconoceratodoslospretendientes.—Lostresprimerosseránnuestrasmejoresopciones—repone.Frunzoelceño.—¿Quéquieresdecir?VenenodeDragónseencogedehombros.—Todoslospaísesdelmundofueroninvitadosavenirapedirvuestramano,
exceptoElcourt,cuyaalianzaconKalovaxiaesdemasiadosólida.Etristorecibeuna suma de cada pretendiente, así que no tenía demasiada motivación parareservar unpuesto en la lista solo a aquellos que tienen la fortaleza suficientepara enfrentarse a los kalovaxianos. Muchos de estos países son demasiadodébilespara ayudarnos, aunque supongoque supresencia serviráparahaceros
parecer más deseable. —Hace una pausa para que asimile esa información,aunque lociertoesquenomesorprende—.Haptania,OrianayEtraliason lospaíses más poderosos del mundo, después de Sta’Crivero —continúa—.Cualquierade esos tres tiene las fuerzasnecesariaspara recuperarÁstrea.Losdemás quizá podrían tenerlas, pero es probable que solo sirvan para posponernuestrainevitablederrota.—SiSta’Criveroeselpaísmáspoderosodelmundo,¿porquénonosayudan
directamente?VenenodeDragónmesonríecomosifueseunamascotaqueacabadehacerun
trucogracioso.—Porqueasínoganannada.NoquierenlamagiadeÁstrea.Yahasvistocómo
viven,¿dequé les serviría?Quierendinero,yesmás fácilconseguirlodeotromodo,sinderramartantasangre.Me tragomi propia frustración. Nadie parece entender que los astreanos se
estánmuriendoenlasminas,¡muriendo!Loúnicoquelespreocupaeseldinero,y las gemas, y su propia seguridad.Si todo elmundodejase su egoísmo a unlado, podríamos pisotear a los kalovaxianos con tanta facilidad como a unahormiga, con riesgos y un esfuerzomínimos. Pero ahí no hay dinero, así quenadiesemolestaenhacerlo.
Esperaba que la cena tuviese lugar en el mismo salón que anoche, pero nosllevan a un gran pabellón al aire libre sinmesas, solo con algunos sillones ysofásymesitas repletasdeplatosdoradosconaperitivosquesepuedencomerconlosdedosycopasdeunvinodeunprofundocolorrojo.Somoslasúltimasenllegar.ElreyEtristoestásentadoenunasillaconunalto
respaldo, con los frágileshombrosencorvadosen loqueparece ser suposturahabitual y un sirviente que le sostiene una copa de vino al lado. Los trespretendientes están endistintos lugaresde la sala, charlando conmiembrosdesuscomitivas.Reconozcoa lahermanadelcancillerMarzen—Søren la llamóSallaColtania—yalpadredelpríncipeTalin,elzarReymer.Cuandoreparanenmítodosselevantan,exceptoelreyEtristo,quesequeda
sentado.Sin embargo,nome lo tomocomouna faltade respeto.Nocreoquepudieselevantarseélsoloniaunquequisiera.—Yaosdijoquelaesperamereceríalapena,¿noosparece?—diceelreyalos
pretendientes con una carcajada. Coge la copa de vino y le da un buen tragoantesdetendérseladenuevoalsirvientesinmirarlosiquiera.
—Espero no haberos hecho esperar demasiado —me disculpo, y me doycuentadequeSørenno está.Seha requerido supresencia en losdemás actosoficiales,perocomprendoporquélohandejadofueradeeste.ElreyEtristoyamencionó los rumoresquecorrían sobrenosotros; loúltimoquequiere esqueensombrezcan la noche de hoy, sobre todo después de queme haya negado ahacermeelexamendepureza.De repente,estevestidoblancopareceunardidtodavíamásobvio.—En absoluto, en absoluto. Pensé que sería mejor para todos que os
conocierais en un ambiente más cómodo, sin cenas demasiado copiosas. Unanochesencilladeconversaciones.¿Quétalsuenaeso?«Suenaaqueserádetodomenoscómodaysencilla.»—Suenamaravilloso,Alteza—respondoconloqueesperoqueseaunasonrisa
cortés—.Muchasgracias.Inclinalacabezayvuelveaalargarunamanohacialacopadevino.Mientras contemplo el pabellón, siento el peso de las miradas de los
pretendientes y sus invitados sobre los hombros. El canciller Marzen y suhermana son los que estánmás cerca, así queme dirijo a él en primer lugar.VenenodeDragónmesiguecomosifuesemisombra.—Buenasnoches,canciller—losaludo,tendiéndolelamano.Élseponedepie
y se inclina para besármela con una elegante floritura, antes de soltármela yseñalarasuhermana.Estanochelucelabrillantemelenanegrarecogidaenunmoño trenzado en lo alto de la cabeza. Lleva los labios pintados de un colorbermellón y los ojos delineados con kohl. Parece el tipo demujer que podríadarteunmordiscoconlamismafacilidadqueregalarteunasonrisa.—ReinaTheodosia,permitidqueospresenteamihermana,Coltania—diceen
unastreanocorrectoperoforzado.Labocarojadelamujersecurvaenunfríogestoparecidoaunasonrisa.—Esunplacer—dice—.Heoídohablarmuchodevos.—Suastreanoesmás
rudimentarioqueeldesuhermano,peronotengoproblemasparaentenderla.—Estoy en desventaja, entonces —respondo con desenfado—. Pero es un
placerconocerostambiénavos.Estaesmitía,laprincesaKallistrade—añadoseñalandoaVenenodeDragón.Pormalévoloqueparezca,encuentrounciertoplaceralverquehaceunapequeñamuecaaloírsutítuloformal.VenenodeDragónyyonossentamosmientraselcancillernosllenaunacopa
devinoacadauna.—¿QuéospareceSta’Crivero?—mepreguntamientrasmepasalacopa.Pensarenbeberdespuésdeanochehacequemeentrenganasdevomitar,pero
meobligoadarunpequeñosorbo.—Eshermoso—contestosinpensármelomucho.Enrealidad,apenasimporta.
Unarespuestasuperficialesloqueseesperaparaunapreguntasuperficial.—Esmuyresplandeciente—afirmaColtania,aunqueensus labiosnoparece
uncumplido.ElcancillerMarzenresopla.—Los sta’criverianos son excesivos y... —se interrumpe y dice algo a su
hermanaenotralengua,quesupongoqueesorianí.—Horteras—terminaella,conunasonrisadeorejaaoreja.—Horteras—repiteelcancillerMarzenconunarisita—.Esaeslapalabra.—Disculpadporlainterrupción—diceunavozprofundamientrasunasombra
seciernesobremí.LevantolavistayveoalzarReymerjuntoalpríncipeTalin,queserefugiaasuladocomosiestuvieseintentandodesvanecerseenelaire—.Majestad,¿podríamosrobarunmomentodevuestraatención?Miro al canciller y a su hermana, que asienten, pese a que ambos parecen
quererprotestar.—Hablaremospronto,Majestad—dice el canciller conuna sonrisa que solo
podríadescribircomoempalagosa.—Nopuedoesperar—lecontesto,yluegocojolamanoquemeofreceelzar
Reymer,dejoquemeayudealevantarmeyquemelleve—amíyaVenenodeDragón—aotraesquinadelsalón.
Elrestodelanochevapasandoconlentitud.Mellevandeunpretendienteaotroy, pese a lo confuso que es, hago lo posible por mantener conversacionesagradablesparaquemeencuentrenencantadora,algoquemeresultamás fácildeloqueesperaba.Pronto resulta evidente queMarzen cree que la unión de nuestros países es
inevitable.Alolargodelanoche,amedidaquehabloconélyconsuhermana,medoycuentadequehablancomosisupropuestayahubiesesidoextendidayaceptada,algoquenomegusta.Hahabidoyamuchascosasenmividaquehansucedido sin mi consentimiento. Sentir que aquí y ahora tampoco tengo elcontrol me provoca una opresión en el pecho, alrededor del corazón y lospulmones. Supongo que él cree que su arrogancia es encantadora, sobre todocuando la combina con su carisma y su empalagosa sonrisa, perome provocatantorechazoqueVenenodeDragónacabaporpellizcarmeenunbrazo.—Sonreíd —susurra, mientras se inclina hacia mí para fingir que me está
arreglandoelpeinado—.Parecequeoshayáistragadounarana.PorrepulsivoqueseaMarzen,prefierosucompañíayladesuhermanaaladel
zar Reymer y el príncipe Talin. Tengo la sensación de que este último y yopodríamos llevarnos bastante bien si su padre no estuviera presente, pero noparecequevayamosatenerlaoportunidad.Elzarmerodeaencadaconversacióncomosifueseelsol;nosciegaynosdesorientaaambosconsusbonitassonrisasysuexcesodeconfianza.Empiezoasentirpenaporelpríncipe.Peseaquedebedeestaracostumbradoalapresenciadesupadre,languideceasulado,comounjovenárbolcondenadoacrecerdébilalasombradeungranroble.Y si bien supadre lo intimida,yo lo aterrorizo sin remedio.Durantenuestra
conversación,sumiradarecorre toda lahabitacióncomosiestuviesebuscandounavíadeescape,yhacetodoloqueestáensumanoparaevitarquesecruceconlamía.Si estuviésemos solos, lo tranquilizaría diciéndole que yo tampoco tengo
ningúndeseodecasarmeconél,perometemoquesitalcosallegaraaoídosdelreyEtristoacabaríaconsupacienciadefinitivamente.DiríaqueelarchiduqueEtmondeselmásagradabledetodos,aunquetampoco
sepuededecirquetengamuchomérito.Pasamoscasitodonuestrotiempojuntossumidos en un incómodo silencio que, en realidad, agradezco. Me da unmomentodepazenloquehasidoundíamuycaótico.Sinembargo,enalgunosmomentos me sorprende, como cuando me pregunta, no sin timidez, cómoescapédelpalacioastreano.Pareceinclusoestarinteresadoenlarespuesta.Así que le cuento la historia.Me sorprendo al recordar que no hace ni dos
semanasqueocurrió,aunquemesientocomosihubiesesidoenotravida.Mesalto las partes sobre Søren, ahora que soy consciente de lo que los demáspodríanpensarsobrenuestrarelación,perolecuentolodemás.Meescuchaconlosojosmuyabiertosyllenosdeasombro,asíqueaprovecho
la oportunidad para quitarme los guantes blancos de satén queMarial me hahechollevarylemuestrolaspequeñascicatricesdelaspalmas,lasquemehandejadolasheridasquesufríal treparporlasrocas.Heronlohaintentado,peronohaconseguidocurarmedeltodo.Pensabaqueeranfeas,perolaformaenqueelarchiduquelasmiramehacepensarquehayalgohermosoenellas.Sinduda,lasprefieroalascicatricesdemiespalda,aunquesupongoqueahorasignificanlomismo:paséporuninfiernoysobrevivíparacontarlo.Pordesgracia,eltiempoquepasoconelarchiduqueesdemasiadocorto.Elzar
y el canciller parecen darse cuenta de que es fácil aprovecharse de él —ensituacionessociales,sibiennoenelcampodebatalla—ycadavezquemedirijo
ahablar conél, solopasanunosminutoshastaqueunodeellosapareceymepidequehablemosasolas.Laterceravezqueocurreestoyapuntodenegarme,perolapresenciadeVenenodeDragónamiladoesunclarorecordatoriodequenoestaríabienvisto.«Haced por gustarles»,me ha dicho en el elevador, pero parece que en este
ámbitonovaahaberproblemas.Lesgustosintenerqueesforzarme.Lesgustoporque,cuandomemiran,venmagiaydineroyesobastaparaembelesarles.Elarchiduqueeselúnicoquememiracomosimevieradeverdad,aunquenohayningúnromanticismoenello.Imaginoqueeslamismaformaenlaquemiraalossoldadosquecomanda:conrespeto.Y entonces me doy cuenta, como si de una bofetada se tratase: es la única
personaqueheconocidoenSta’Criveroquememiradeesa forma.Todos losdemásmetratancomosifueseunafrágilmuñecaquehayquemantenerenunaaltaestantería,unamuñecacon laquesepuede jugardevezencuandoyquehayqueprotegeratodacosta,peroalaquenuncarespetaráncomoaunaigual.
Goraki
Amedidaquelanochesealarga,losbrazosylaspiernasempiezanapesarmeymantener los ojos abiertos me cuesta cada vez más esfuerzo, pese a que hetenidocuidadodedarsolopequeñossorbitosdevino.Mesientocomounaboladelanaconlaqueestájugandoungrupodegatosyalaquevandesenrollandomása cadamomentoquepasa.El encantoquehayapodidodesprender en lashorasanterioressehaidodebilitando,ynosoylaúnicaquesedacuentadeello.—Espabilad—mediceVenenodeDragónentredientesmientrasmellevade
nuevojuntoalzarReymeryalpríncipeTalin.—Si el zar me vuelve a hablar de sus caballos de competiciónme quedaré
dormida—leadvierto.—Queniseosocurra—meespeta—.Sonreiréis,yasentiréis,ylediréisquees
fascinante y entonces haréis lo que sea para conseguir que ese hijo suyo digamásdedospalabrasseguidas.¿HederecordarosqueÁstreaestáenjuego?Suspalabrasmeavergüenzan.Aunquenadamegustaríamásquearrancarmi
brazo del suyo y salir corriendo a tanta velocidad como me permitieran miscansadas piernas, sé que tiene razón. No sé si puedo considerar a Veneno deDragóncomoaunaverdaderaaliada,perotampocoesmienemiga.Estamosenelmismobando:eldeÁstrea.—Estábien—ledigo,yajustomisonrisaparaqueseamásanchaymuestre
máslosdientes,aunquehacequemeduelanlasmejillas.Sin embargo, antes de que lleguemos a donde están el zar y el príncipe, las
puertasdelatónseabrenconunrepiqueteoquesobresaltaatodoelmundo.Laentradaestáalotroladodelpabellónyhayunadocenademacetasenmedio,asíque no puedo ver quién ha llegado. Es probable que sea otro pretendiente,
aunquepensarenquevengaalguienmásaquienimpresionarconmisencantoshacequeemitaungemido silencioso.Por suerte, laúnicaque seda cuenta esVenenodeDragón,quemededicaunamiradasevera.ElreyEtristo,queseestabaechandounacabezaditaensusillón,sedespierta
degolpeymiraalaentradaconojoscansadosperorecelosos.—¿Quéesesto?—preguntaentonoexigente,mientrasestiraelcuelloparaver
aquésedebelainterrupción—.¡Esunacenaprivada!¿Quiéneres?—Ospidodisculpas—respondeunavoz.Hayalgoenellaquedespiertamis
recuerdos, pero no consigo ubicarla. Frunzo el ceño y doy un paso al frente,tirandodeVenenodeDragón,aunquesigosinpoderverquiénes.Veounatelavioletaconbrocadosdeoro,pelonegro,peronoconsigodistinguirsurostro—.Sé que llegamos con retraso, pero me dijeron que aquí estabais recibiendo aalgunospretendientes.Resultaquesíesotrocandidato,peroestoyseguradequeconozcoesavoz;esa
bravuconería que disimula la inseguridad, esa capa tan gruesa de encanto quehacequenoreparesenlasdudasqueseescondendebajo.Conozcoesavoz.Suelto aVeneno deDragón yme dirijo a la entrada, sorteando lasmacetas,
hastaqueporfinpuedoverbienalintruso.—Erik—digo;elnombresuenaapenasmásaltoqueunaexhalación.Durante un momento, lo único que consigo hacer es mirarlo y parpadear,
mientrasesperoquedesaparezcaantemisojos.Alfinyalcabo,nodebedesermásqueuna ilusióncreadapormimenteexhaustayaburrida,porqueEriknopuedeestaraquí,nopuedehabersepresentadoparacortejarme.Sinembargo,nodesaparece.Estáerguidofrentealapuertadeentrada,vestidoconunasropastanextrañasquecasilohacenirreconocible.Sololohabíavistoconsuatuendodekalovaxiano:pantalonesajustados,túnicasysofocanteschaquetasdeterciopelo;peroahorallevaunatúnicabrocadaconlargasyampliasmangasquelellegaporlostobillos.Llevaunestampadodeintricadosdibujosdeanimalesyárbolesqueparecen pintados amano, y una gruesa faja anudada a la cintura. Sumelena,antaño larga y enmarañada, está peinada con gel hacia atrás y recogida en unmoñoalaalturadelanuca.Perocuandodetienelamiradasobremíymesonríe,setransformaderepente
enelmismoErikquerecuerdo.Seagachaenunagranreverencia.—ReinaTheodosia.No es la primera vez que me llama por mi nombre. También lo hizo en el
jardín, después de que le sugiriera que fuese en busca de su madre, Hoa, y
escapasedelacapital.Esevidentequemehizocaso.—¿Qué haces aquí? —pregunto mientras me pongo a su lado. Quiero
abrazarlo, pero sé que no debo, teniendo en cuenta quiénes nos acompañanahora.—Creíaqueeraobvio—contesta—.Hevenidoacompetirporvuestramano.
—Aunque lodicede formadesenfadada,veo ladudaquehay tras susojos, laincomodidad que descansa bajo esa apariencia pulcra y confiada. Si lo mirasdesdeelángulocorrecto, la ilusiónquehaconjuradosedesvaneceynoquedamásqueunmuchachoquejuegaalosdisfracesyrecitaunasfrasesquelehandado.—Señor—gruñeelreyEtristodesdesusillón—.¿Quiénsoisexactamente?—Oh, pero ¿dónde estánmismodales?—respondeErik. Se vuelve hacia el
rey,haceotrareverenciaysesacaunsobredelbolsillodelatúnica—.AcabodellegardeGoraki.ElreyEtristoresopla,perocogeelsobre.—Goraki está en ruinas —dice mientras lo abre y recorre el pedazo de
pergamino con la mirada—. Mandamos una invitación como una meraformalidad, pero todo elmundo sabe que allí no hay soberanos desde que loskalovaxianosmataronalúltimoemperadoryasushijos.—Eso es lo que todo el mundo pensaba —lo corrige Erik, mientras coge
distraídamenteunadelascopasdevinotintoquellevaunsirviente.Mepreguntosialguienmásloestarámirandoconlaatenciónsuficienteparaverquelacopale tiembla un poco en la mano, que el líquido oscuro se mueve como lasuperficiedeun estanquebajo la quenadaunbancodepeces—. Imaginad susorpresa cuando la hijamás joven del último emperador regresó tras estar enmanosde loskalovaxianosdurantedosdécadas.E imaginad la sorpresade suhijocuandoellaabdicóenél.Haceunapausa,peronadiedicenada.—Esehijosoyyo—añade—.Porsinohabíaquedadoclaro.—Os felicito —dice el rey secamente—. Pero sigue siendo un hecho que
Goraki es una tierra baldía sin tropas ni dinero. Estáis jugando con nuestrotiempo.Erikseencogedehombros,perosumiradarecorretodalasala.—Hemostraídolasumaquerequeríais,Alteza—anuncia,mirandodenuevoal
rey—.Selaentreguéavuestrohijo,cuandomediolabienvenidaconlasmismaspreguntas que vos formuláis ahora. La contó él mismo antes de permitirmeentrar a palacio. Tengo tanto derecho a estar aquí como cualquier otro
pretendiente.ElreyEtristoarqueaunadesusgruesascejasgrises.—¿Ycuántodinerohaquedadoenvuestrasarcastrasesegasto,emperador?Erikarrugaloslabios.—Losuficiente—contesta,peronoseextiendemás.Sevuelvehaciamíyme
ofreceelbrazo—.¿Podríarobarunminutodevuestrotiempo,reinaTheodosia?He de esforzarme al máximo para que, cuando acepto, no se me noten
demasiadolasganasquetengodedecirquesí.Sinembargo,laemociónquedaeclipsada cuandoVeneno deDragón nos sigue hasta una esquina apartada delpabellón.Lasmiradasde losdemáspretendientesnos siguen,peroningunadeellasestanoscuracomoladelrey.—Me alegro de volver a verte, Erik—le digo, mientras echo un vistazo a
VenenodeDragón,queestáunpasomásatrás.Nohaceningúnesfuerzoparaescondersudesaprobación.Mevuelvohaciaéldenuevo—.¿Odeberíallamaros«emperador»?—PuedesllamarmeEriksiyopuedollamarteTheodosia—respondeconuna
sonrisasombría—.Todoesteasuntodelostítulosesagotador,¿verdad?—Solocuandoestamosentreamigos—repongo—.LlámameTheo.—Vaya,puesyonopuedoacortarmásEriksinsonarridículo—comentacon
unsuspirodramático.Cuandollegamosalossofásquehayenlaesquina,sueltoelbrazodeEriky
medejocaerenunodeellos.—Siyahemosterminadoconloscomentariosingeniosos,¿quieresdecirmea
quéhasvenidoenrealidad?LabravuconeríadeErik se esfumacuando se sienta frente amíy se inclina
haciadelante,apoyandoloscodossobrelasrodillas.MiraaVenenodeDragón,quesesientaamilado.—¿Sepuedeconfiarenella?Noesunapreguntafácil,peronocreoquetengaquedecirnadaquemitíano
puedaoír.Además,sicreequeconfíoenellameserámásfácilesconderleotrossecretos.Asiento.—¿Cómo está Søren? —pregunta en voz baja—. Supongo que no está
acostumbradoaestarprisionero.—Aunquehablacontonoindiferente,perciboquetrassuspalabrashayunapreocupaciónreal.Afindecuentas,sonhermanos,ademásdeamigos.—Enrealidadfueunprisioneroexcepcional—explico,mientrasmeapoyoen
loslujososcojines.—¿Fue?—preguntaélconlosojosmuyabiertos.Sumáscaradeindiferencia
desaparecetodavíamás—.¿Noestará...?—Ya no está prisionero—aclaro. Veo cómo el alivio asoma a su rostro—.
Aquí tiene su propia habitación, y no lleva cadenas. No le recomendaría queintentaseescapar,perotampococreoquequiera.SilasnoticiassobreSørensorprendenaErik,lodisimula.—Vecturialocambió—dice—.Noscambióamuchos,perocreoqueaSøren
todavíamás. Lamayoría de los kalovaxianos no consideraban a los astreanospersonas, soloveíanarmas.Cuandodio laorden...—Se interrumpealverquemeestremezco.Nopuedoevitarlo.Noquierosaberquépasódespués.Noquierooírdetallesdeloshorrorososasesinatosquesufriómipueblo.NoquierosaberlomalqueSørensesintiócuandodio laordendemataracientosdeastreanosymilesdevecturianosinocentesquesoloprotegíansuhogar.—Y ¿cómo te sentiste tú, Erik cuando observaste a hombres y mujeres
astreanosobligadosadestruirseparaprotegerte?—lepregunto.Mivozescomolayescaqueesperaaserprendida.Éltardaunpocoencontestar.—Mealegrodequeporfinpodamoshablarconfranqueza,Theo—dicealfin,
envozbaja—.Despuésdehaberpasadotantosañosconloskalovaxianos,nomeresultafácilserhonesto,perolointentaré.—Respirahondo—.Cuandosucediólo de Vecturia, creo que yo ya me había insensibilizado ante el dolor de losdemás. Tenía nueve años cuando nos fuimos de Goraki, cuando vi cómo mihogar ardía hasta sus cimientos. E incluso antes de aquello, vi cómo loskalovaxianos trataban a mi pueblo del mismo modo que tratan ahora a susesclavosastreanos.Elkáiserpegabaamimadredelantedemí,ycuandointentórebelarse contra él me hizo mirar mientras un hombre le cosía la boca. Queestabainsensibilizadonoesunabuenarespuesta,peroeslaverdad.Sientoloquepasó,losientodeverdad,yharétodoloqueestéenmipoderparaquenovuelvaaocurrir.Estoytanasombradaqueenmudezco,peroVenenodeDragón,no.—¿Yquépoderesese?—lepregunta—.ElreyEtristotienerazón.EnGoraki
yanoquedanada.Notenéismássedascarasquevender,nimásbienes,segúntengoentendido.Tampocoesposiblequetengáisungranejército.Seestimaquemenosdedosmilgorakíessobrevivieronalainvasiónkalovaxiana.¿Esesacifraincorrecta?Erikno searredraante lamiradadeVenenodeDragón;debo reconocerle el
mérito.—Noloshecontadoyomismo—responde—.Perosí,esaestimaciónparece
cercanaalarealidad.—Entonces¿cómopensáishacerlo?—insisteella.Sinembargo,Eriknotieneunarespuesta.—Somosmásfuertesjuntos—dicemirándomeamí—.Nuestrospaísesunidos
contraloskalovaxianossonmásfuertesdeloqueseríamosporseparado.—Sí—respondoconunasonrisatriste—.Perosiguesinsersuficiente.
LaPhirena
Cuandollegoamihabitación,hagosonarlacampanillaparaquevengaMarial,quellegaunosinstantesdespués.Medirigeunamiradadeadvertenciamientrasmeayudaaponermeelcamisón,comosi sospechasequeestoy rompiendo lasreglas otra vez. Le dedico una sonrisa inocente amodo de respuesta, pero nocreoque laengañe.Tras loquemepareceunaeternidad,por finmehaceunarígidareverenciaysemarcha.Esperounosminutosysalgoalpasillo,dondemeencuentroconErik,quemeestáesperando.Estáapoyadoenlapareddeenfrentedemi puerta de brazos cruzados. Todavía luce esa túnica brocada de la cena,aunque ahora tieneun aspectounpocomásdesaliñado.Seha soltado el pelo,quelellegaaloshombros.—Terriblementedirectoportuparte,Theo—mesaludaconunasonrisilla—.
Miraquepedirleatupretendientequeseencuentrecontigoentuhabitación...—Fueradeella—locorrijo—.HepensadoquetegustaríaveraSøren.Lasonrisachulescadesaparecedesurostro.—Gracias—responde,peroensuvozhayunmatizdemiedo.—¿Quépasa?—lepregunto,mientrasloguíoporelpasilloendirecciónalos
aposentosdeSøren.—Sientoquehapasadounavidaenteradesdelaúltimavezquelovi,aunque
solohayansidounpardesemanas.Quizáyoseaunapersonatotalmentedistinta—admite.—Amí todavíamepareces túmismo—contesto—.Además,él tambiénestá
unpococambiado.—Esomepreocupatodavíamás—admite—.Loconozcodesdeeldíaenque
nació.Nomegustalaideadehabernosconvertidoendosdesconocidos.
RecuerdoeldíaqueBlaiseapareciódelanadaenaquelbanquete,hacemeses:eralaprimeravezqueloveíaenunadécada.Entonceseraundesconocidoparamí,peseaqueantañohabíamossidoamigosíntimos.—Esosepuedearreglarconfacilidad—lotranquilizo,estrechándoleelbrazo
—.Perohayqueempezarporalgúnsitio.DelantedelapuertadeSørenhayunguardiaquenisiquieraintentaesconder
sudesaprobaciónpormivisitanocturna.—ElemperadorhavenidoavisitaralprinzSøren—leexplicoconunadulce
sonrisa—.Secriaronjuntos.Elguardiagruñeconaireescéptico,perosehaceaunladoparaquepodamos
pasar.Levantolamanoyllamo.—Adelante—diceSøren,cuyavozsuenaamortiguadatraslapuerta.Abroyentroprimero.Está tumbadoen lacamaconun librodecubiertasde
cueroenlasmanos.Alverme,lodejaaunladoysesienta,confundidoyconelceñofruncido.—¿Theo?¿Quéhaces...?—seinterrumpecuandoErikaparecetrasdemí.Su
expresióncambiadelaconfusiónalaperplejidad.Seponedepie—.¿Erik?—Suvozesdubitativa,comosiseloestuvieseimaginando.Eriksonríecontimidezysefrotalanuca.—Hola,Søren.—¿Quéhacesaquí?—preguntaelkalovaxiano,ydaunpasohacianosotros.
Noesperaaqueleresponda:ledaaErikunabrazotanfuertequepodríainclusoquebrarleloshuesos.Trasunmomento,seapartayloobserva—.Y¿quéllevaspuesto?Erikseríe.—Esunalargahistoria—contesta,peroselacuentadetodosmodos.
Cuandohagoademándemarcharmeparaque seponganaldía,Erikmesiguehastalapuerta.—Mimadrequierehablarcontigo—medice.—¿Hoaestáaquí?—pregunto,sorprendida—.¿Porquénomelohabíasdicho
antes?Seencogedehombros.Pareceincómodo.—PenséquequizáelreyEtristoquerríaconocerla...alaconcubinaqueescapó
delkáiser.Noqueríasometerlaaesetipodeatenciónantesdelonecesario.PiensoenlaformaenlaqueelreyEtristoysufamiliametratarondurantela
cena,enmiprimeranocheaquí.—Hay gente que disfruta de regodearse en la desgracia de los demás —
respondo.—Lamayoría,segúnhepodidocomprobar.Pareceserunrasgopropiodelser
humano.—Dudaduranteunmomento—.Lehemosquitadolospuntos,asíqueahorapuedehablar.Perohapasadotantotiempoqueavecescuestaentenderla.Ysigueunpoco...—Seinterrumpeyniegaconlacabeza.—Pasar diez años bajo el yugo del káiser fue una pesadilla que no consigo
describir con exactitud —afirmo—. No me imagino cómo pudo soportarloduranteveinte.
Cuando abro la puerta de mis aposentos, Hoa me está esperando allí. Estáapoyada con delicadeza en el borde de la silla junto a la chimenea vacíadecorada con mosaicos, que imagino que solo tiene una función ornamental.Tiene la espalda recta como una tabla y lasmanos colocadas primorosamentesobre la falda.Lleva, comoErik, una larga túnicabrocada, pero la suya es decolor melocotón claro y la combina con una faja de seda roja anudada a lacintura.Lasampliasmangasparecenhaberengullidosusdelgadosbrazos,ysololasmanospálidascomohuesosestánvisibles.Llevaelpelonegrodecoradoconhilos de plata, aunque ahora lo luce suelto sobre los hombros en lugar derecogidoenelrígidomoñoconelquesiemprelavi.Yanollevapuntosenloslabios, pero los agujeros siguen estando ahí, tres arriba y tres abajo.Dudo secierrendeltodoalgúndía.Debe de oírme entrar, pero no levanta la vista. Tiene la mirada fija en la
chimenea,comosiesperasequeseencendieseunfuegoencualquiermomento.—Hoa—lasaludoconcautela.Aunqueséqueestádelantedemídeverdad,
parecetanefímeraquecasiesperoquedesaparezcasilaasusto.Perono lohace, sinoque sevuelveparamirarme.Aunque todavíanohabrá
cumplidoloscuarenta,parecemuchomayor,comosilehubiesenarrancadounadocenadevidas.Lakaiserinateníaesamismamiradaantesdemorir.Supongoqueesloqueelkáiserhacealasmujeres:lasconsume.Essusonrisaloquehacequemederrumbe,porquejamáslahabíavistoantes.
No creo que fuese capaz de sonreír cuando los puntos le cerraban la boca, yaunque lo hubiese sido, no tenía muchas razones para hacerlo. Es una pena,porquesusonrisaestanluminosaquepodríadespejarelcieloenunatormenta.—MiPhirena...—murmuraalponersedepie.
Es una palabra extraña, pero apenas la oigo. Me quedo paralizada, inclusocuandosemeacercayponelasmanosacadaladodemirostro.Mebesaenunamejillaydespuésenlaotra.Reparoenquepenséquejamásvolveríaaverla.Enmimenteesunespíritu,ya
estámuertayenterrada.Perono,noesasí:estáaquí,esdecarneyhueso,ynoséquédecirle.—Odioesteidioma—confiesaenkalovaxiano—.Mesabeabarroyamuerte,
peroeselúnicoquehablamoslasdos,¿verdad?—Nodeberíashabervenido—digo—.Deberíashaberte idomuy lejos, a un
lugardondeelkáisernopuedaencontrarte.Arquealascejas,delgadascomodoshilos.—Sieslobastanteseguroparati,tambiénloesparamí.—¿Y si no es seguro para mí? —pregunto—. El káiser ha ofrecido una
tentadorarecompensapormí,vivaomuerta.ElreyEtristomehaprometidoqueaquíestoyasalvo,peronosoytantontacomoparacreerqueesapromesaesunagarantía.Deberíasmarcharteaotrositio,adondealkáisernoseleocurrabuscar.Hoaenmudeceunossegundos.—Elmiedodapoderalosmonstruos—dicealfin—.Noletengomiedo;no
tieneesepodersobremí.Yano,miPhirena.Frunzoelceño.Eslasegundavezquepronunciaesapalabraextraña.Erikme
hadichoqueavecescostabaentenderla.Quizánoloheoídobien.—Phirena—repito,intentandoentenderla.—Es lo que siempre te llamé en mi mente—explica—.Me olvido de que
nuncameoíste.Tuvimosmuchasconversacionesduranteaquellosaños,perotúnuncapudisteoírninguna.Meconducehastalossillonesysesientaenelsofá.Tirademíparaquehaga
lomismo.—EnGorakisecuentaunaleyendasobreunpájarodefuego—continúa—.La
Phirena,quenuncamuere.Primeroestáhechadebrasas,yresplandece,nuevaybrillante, antes de que las llamas aparezcan. LaPhirena arde y brilla durantemuchos años, pero no hay fuego que arda para siempre.Al final se extingue,convirtiéndoseenunpájarodehumo, tenueyoscuro.Sequedaasíduranteuntiempo,avecesinclusosiglos,perosiemprellegaeldíaenelqueunrescoldodeélseprendeysuvidavuelveacomenzar.—¿Esunpájarodeverdad?—pregunto.Ellaseríe.—Esonolosé—admite—.Esuncuentoquecontamosalosniñosparaquese
entretengan.«VeabuscaralaPhirenamientrashablamosdecosasdemayores.Si laencuentraspodráspedirundeseo.»Tambiénesunaformade justificarelmal tiempo, o unamala cosecha. Se dice que laPhirena se ha convertido enhumo,peroqueprontovolveráallamearyquelasuertedeGorakicambiaráconella. A veces, la gente asegura haberla visto, pero creo que la mayoría no loconsideranmásqueunmito.Haceunapausaymeobserva,pensativa.—De todos modos, tú me recordabas a esa leyenda, con esos ojos tan
brillantes,tucoronadecenizasytumadre,lareinadeFuego.TodoelmundotellamabaseñoritaThora,peroparamísiemprefuisteladamadehumo.Sabíaqueeracuestiónde tiempoque tus rescoldosprendierandenuevo,quevolvierasaarderconelresplandorsuficienteparaescapardeél.Sientounnudoenlagargantayelescozordelaslágrimas.—Avecessentíaqueteodiaba—admito—.Queríaquehicierasalgo,queme
ayudaras, que me salvaras. No creo que me diese cuenta de que eras tanprisioneracomoyo.YhastaqueEriknomelodijo,nosupequeelkáiser...—meinterrumpo.Soyincapazdedecirlo,peroellaentiendeaquémerefiero.—Quecompartí su lecho—dice,yniegacon lacabeza—.No,esono suena
correcto.Suenaaqueyotuveelección,aunquesupongoquetúentiendesloquequieredeciresomejorquelosdemás.—Nometocó—leaseguro—.Nodeesemodo.Ellaexhaladespacio.—Siempremesentiréagradecidaporeso—reconoce—.Meatormentabaeldía
enque eso sucediera.Megustapensar que, de algúnmodo, lohabría evitado,quehabríaencontradolaformadesacartedeallíantesdequepasara,peronosésiesoesverdad.Paranosotrasnohabíaescapatoria,nohastaque túmisma telabrasteelcamino.Coloca unamano sobre lamía yme la estrecha. Sus dedos no sonmás que
huesos,comolosdelakaiserina,peroestáncálidos.Estávivayyotambiénloestoy,yaveceslakaiserinatienerazónyconesobasta.—Estoy orgullosa de ti, miPhirena. Quizá seas lo bastante valiente... Y lo
bastanteinsensataparatriunfar.
Pícnic
Lapalabra«pícnic»nosignificalomismoenSta’CriveroqueenÁstrea.Enmipaís,unpícnicerasinónimodeunamantaalasombradeunárbol,unacestaconcomidaparapicaryuna jarradezumode frutas; era sinónimodepasareldíaretozandobajoelsol.Sinembargo,enSta’Criveroestancomplicadocomotodolodemás.Laúnica
diferenciaconunbanquetetradicionalesqueunpícnicsecelebraenelexterior.Handispuestounapesadamesabañadaenoroconlujosassillasencimadeunadunadearena,enelexteriordelosmurosdelacapital.Unaampliatelaprotegealoscomensalesdelosimplacablesrayosdelsol,ydossirvientesquehaycercade nosotros mueven grandes abanicos de tela para que la temperatura seasoportable.Losplatosyutensilios son tambiéndoradosyestándecoradosconjoyas. La comida consiste en un menú de cinco platos que incluye un pavoentero,loqueresultaexcesivo,teniendoencuentaquesolosomoscuatro,tresdenosotros mujeres vestidas con los apretados corsés de los atuendossta’criverianos.Apenasnosdejanrespirar,asíquenimuchomenoscomer.ElcancillerMarzenhadispuestoesteencuentroprivadoconmigo,aunqueme
preguntocuántohabrápagadoalreyEtristoporello.SinofueseporlapresenciadeVeneno deDragón y deSallaColtania en calidad de carabinasme sentiríacomounacortesanacuyacompañíapuedealquilarseporhoras.—Estáis despampanante con ese color, reina Theodosia —me halaga el
cancillermientrasmellenalacopadeaguaconlimón,peseaquesololehedadounoscuantossorbitos.EchounvistazoalvestidoqueMarialhaelegidoparaeldíadehoy,queesde
gasa azulpálido.Estenuncaha sidomi color.Cress solíadecir queyo estaba
hecha de fuego y ella, de hielo, por la forma en que nos vestíamos: yo concolorescálidosyella,confríos.—Gracias—esloúnicoquesemeocurre.VenenodeDragónmedauncodazomásfuertedelonecesarioyseñalaconla
cabezaalcanciller,queaguardaexpectante.—Oh—exclamoaldarmecuentadeloquesemehaolvidado—.Vostambién
estáismuyapuesto,cancillerMarzen.Pero,porsupuesto,elcomentarioesdemasiadotardíoypocoentusiastayno
parecesincero.Sinembargo,nocreoqueimporte:elcancilleryaestáencantadodesobraconsupropiacompañía.Apenasmenecesitaamí.Seaclaralagargantaymiraamitíayasuhermanaantesdevolversuatención
denuevohaciamíydebajarlavoz.—Esperoconganaslaoportunidaddeconocerosmejor—añade,conuntono
devozquehacequeelcomentariosedeslicesobremipielcomosidegrasasetratara.—Yyoavos—respondoenuntonodevozneutral—.¿Noeseseelpropósito
deestasreuniones,canciller?¿Quenosconozcamosmejor?—Pordescontado—intervieneColtaniaconunasonrisacegadora,todadientes
blancosylabiosrojos.Recorredistraídamenteelbordedelplatodoradoconlosdedos,que lucenunamanicuraperfecta—.¿Sabéis?Marzenyyono teníamostodoestocuandoéramospequeños.—Coltania—diceelcanciller,conlavozcargadadeadvertencia.Peroellaseechaareíryledaasuhermanouncodazojuguetón.—Vamos, si el pueblo te eligió a ti es porque se identificaban contigo—le
espetaantesdevolversehaciamí—.Noscriamosenunagranja,siesqueselepuede llamarasí.Había animales, sí, pero lamayoría erandemasiadoviejosoestabandemasiadoenfermoscomoparaservirdemucho.—Losiento—contesto,porquemepareceloúnicoquepuedodecir.Ellaseencogedehombros.—Era laúnicavidaqueconocíamos—continúa—.Era lonormal.Mimadre
murió al dar a luz a un tercer bastardo, y eso resultó ser lomejor que podíapasarnos.—Coltania—repiteelcancillerconuntonomáscortante.Peroellaloignora.—Élnolocuentaasíensussentidosdiscursos,peroes laverdad—prosigue
—. Tras su muerte,Marzen y yo, que debíamos de tener nueve y diez años,respectivamente, nosmarchamos de aquella choza y nos fuimos a la ciudad a
probar suerte. Marzen siempre ha irradiado carisma. Se las arregló paraconseguir puestos de aprendiz, por encima de muchachos mucho máscualificados. Primero fue con un herrero, ¿verdad?—pregunta—. Llegabas acasasudadoyperdidodecarbón.Elcancillerasiente,aunquesumiradaparecedistante.—Yluegoconunplatero—añade.—Ninguno de esos dos oficios se te daba muy bien —opina ella con una
carcajada—.Perohicisteamigos.Esosíquese lehadadosiemprebien—nosdiceaVenenodeDragónyamí—.Peroamíno.Nosuelocaerbienalagente.—No les gustas —coincide Marzen, pero con amabilidad—. Dices lo que
piensasyesoloshacesentirseincómodos.Coltaniareflexionayluegoseencogedehombros.—Bueno —exclama—. A mí tampoco me gusta la mayoría de la gente
precisamenteporquenodicenloquepiensan.Peronosetratadeeso.—¿Ydequésetrata?—intervieneVenenodeDragóncontonoaburrido.Coltaniasonríedenuevo,peroestavezhayunmatizdedurezayferocidad.Ni
siquieramiraaVenenodeDragón,todasuatenciónestácentradaenmí.—A los demásgobernantes quehanvenido se lo dieron todo—responde—.
Suscoronas sonunderechodenacimiento,no se lashanganado.Ningunodeelloshasufridocomonosotros,asíquenadiepuedecomprenderosavostanbiencomonosotros.Nomeapartoantelaintensidaddesusojos,aunqueesloquequierohacer.Su
miradadesprendeunasuertedeavidez,comosiquisieratragársemeenterasiesoleasegurasequejamásvolveríaapasarhambre.Deberíaasustarme,peronoesasí. Reconozco esa mirada. Estoy segura de que ha sido también la mía másvecesdelasquepuedocontar.—Somoscomohermanas,¿nocreéis?—pregunta.Sitenemosencuentaquenohemoshabladomásdecincominutosentotal,la
palabra«hermanas»semeantojaunpocoexcesiva,perorespetosutáctica.Ellano puede saber que esa palabrame eriza la piel, queme recuerda a la últimachicaquemellamóhermana.MeobligoanopensarenCress,noaquí,niahora.Nopuedoecharlademenos,
ni tampocosentirmeculpable.Nomecabedudadeque,dondequieraqueesté,ellanomeechademenosamí.—¿Quésignificavuestrotítulo,SallaColtania?—lepreguntoparacambiarde
tema—.Heoídoquelosdemáslousan,perometemoquenosédedóndeviene.Ellasonríe.
—Soloesunaformadedirigirseamí,como«señorita»o«doña»—explica.—Esalgomásqueeso—seríeVenenodeDragón—.Esunaformahonorífica
orianí.Significaqueesunaexpertaensucampo.—Oh—repongo,sorprendida—.Nolosabía,SallaColtania.Ellaniegaconlacabeza.Sehasonrojado.—Esunaestúpidaformalidad.—Y¿enquécamposoisexperta?—En la ciencia—responde el cancillerMarzen—. Estudió con las mejores
mentes delmundo para aprenderlo todo sobre biología, química y otras cosasque no sé ni pronunciar.—Su sonrisa de falsamodestia es tan encantadora ymedidacomotodolodemásenél.—He de admitir que no sé mucho sobre ciencia —reconozco mientras me
inclinohaciadelante.—Es bastante aburrido —se ríe el canciller—. Ha ahuyentado a todos sus
pretendientes con sus charlas sobre componentes químicos. Es toda unahabilidad.—Unadelaquehagousoapropósito—replicaella,peroconunasonrisamás
cálida—.Nosotraslasmujeresdebemostenernuestrasarmasenestemundo,yaseanlasmentes,lospuños,lasartimañasolaslágrimas.Mipropiasonrisapareceahoramássincera.Levantomicopadevino.—Nopodríaestarmásdeacuerdo—digo.
—Él nome gusta—le confieso a Søren esa tardemientras paseamos por eljardíndelaterrazadepalacio.Mehacontadoqueestelugaresconocidoentodoelmundo.Entiendoporqué:
haymásfloresdelasquepuedonombrar;unprismadecoloresquenosabíaquepodíaexistirenlanaturaleza.Lorecorrencaminospavimentadosdeoroqueseretuercen en un verdadero laberinto de follaje y los rayos del sol penetran atravésdelasramasdelosárboles.Unacomplejareddetuberíasseextiendeporencimadel jardíncomoundosel,desdelaquedesciendeunflujoconstantedeneblina para contrarrestar la se quedad del aire de Sta’Crivero. Søren y yoestamossolos.—¿Elcanciller?—preguntaconelceñofruncido—.Noparecetanhorrible.Es
ambicioso,nohayduda,peroesonoesunrasgonegativo.—Noesnegativoensímismo—concedo,mientrasmedetengoaexaminarun
grupitodefloresblancasenformadeestrellas.Sonpreciosas,peronohuelenanada.MeincorporoymecojodenuevodelbrazodeSøren—.Perohayalgoen
él y en su hermana queme perturba. Son un equipo. Él es agradable y tienebuenaconversación,peroellaescomounperrodepresacuandoelencantodeélnoessuficiente.Nocreoqueningunodeellossepafuncionarsinelotro.—¿Creesquehayalgoinapropiadoentreellos?Tardounmomentoencomprenderquéinsinúa.Arrugolanariz.—No,porlosdioses,noqueríadecireso.Soloquesoncomolasdosmitades
destiladasdeunamismapersona.Sequedaensilenciounosinstantes.—Corríanalgunos rumores respectoa las eleccionesqueganó, aunqueestoy
seguro de que a mí me llegaron retorcidos y manipulados —confiesa concautela.—¿Quéclasederumores?Seencogedehombros.—Sobornos,amenazas...Losmásdescabelladoshablabandeasesinosasueldo.
Sedicequeella le allanóel caminohasta la cancilleríayqueestácubiertodesangreyavaricia.Perodudodelaveracidaddelamayoríadelasafirmaciones:enOriana tienenmuchosenemigos.Muchasde las familias ricasmásantiguastodavía se indignan al pensar queun joven advenedizohaya llegado al puestomásaltodelpaís.Losrumoressuelentenersolounapizcadeverdad,ytampocosiempre.—Creoqueeso lo sabemosmejorquenadie, si tenemosencuenta loque la
gentevadiciendosobrenosotros—apuntoentrerisas.Durante unmomento, parece que Søren quiera decir algo, pero al final solo
niegaconlacabeza,comosiestuvieseapartandoelpensamientodesumente.—¿Tienesalgúnfavorito?—mepregunta.Gruñoamododerespuesta,asíque
lareformula—.¿Hayalgunoquenoteparezcatanhorriblecomoesperabas?Piensoenlarespuesta.—Conozco a Erik, confío en él más que en los demás, y él aceptaría una
alianza sin matrimonio. Pero no conseguiríamos nada con ella: Goraki quedódemasiado debilitado tras la invasión kalovaxiana. No pueden protegerse a símismos,asíquemuchomenosdeclararlaguerraaotropaís.Aunqueyasabíaqueeracierto,semecaeelalmaalospiescuandoSørenno
mecontradice.—De entre los pretendientes que tienen el poder suficiente para ayudarme a
recuperarÁstrea,prefieroalarchiduque—continúo,aunquesolocondecirloenvoz altame entran ganas de vomitar—.Haptania tiene un ejército lo bastantegrandecomoparaayudarme,yélmetrataconmásrespetoquelosdemás.Creo
que,alargoplazo,podríamosseramigos.Sin embargo, soy incapaz siquiera de pensar en lo que significaría unir
nuestrospaíses,darleaélyasupatriaunapartedelcontrolsobrelamía.Søren reflexiona unos instantes y arruga la frente, concentrado. «Este es el
aspecto que tiene en el campo de batalla —pienso—, cuando inspecciona elterrenoypiensaenestrategias.»Cuandosevuelveparamirarmeconesamismaintensidad,sientounaleteoenelestómago.Porun instantemesientocomosivolviéramosaestarenÁstrea,antesdequenos traicionásemosysalásemos latierraquehayentrelosdos.«EsteeselaspectoqueteníaenVecturiaantesdedarlaordendeutilizarami
pueblocomoarma.»Apartolavista.—¿Existealgunaopciónquenoincluyaelmatrimonio?—leplanteo,aunque
séquesiasífuerayamelohabríadicho.Peronopierdolaesperanza.Él lopiensa.Pasamosbajo la sombradeunárbolyélalargaunamanopara
acariciarlashojas.—Hipotéticamente—dice—,siaceptaseslospocosguerrerosqueErikpuede
ofrecerte, más, quizá, el sesenta por ciento de la tripulación de Veneno deDragón que pudieras convencer de seguirte (y eso es ser optimista)... No, nobasta.Noesnilamitaddeloquenecesitas.Niuncuarto.Mefrotolassienesycierrolosojosconfuerza,comosiasípudieseaislarme
delarealidad.—Entonces supongo que elegiré al archiduque, a no ser que seme presente
otraopción.Élduda.—¿Ysi...ysiyofueseunaopción?—pregunta.Meechoareír.—Søren,noescosadebroma—contesto.Sedetienedegolpeymeagarradelbrazoconsusdedosencallecidos,deforma
quenotengomásremedioquemirarloalosojos.—Noestoy de broma.Ese era tu plan original cuando estábamos enÁstrea,
¿no?Dividiraloskalovaxianosparaquealgunosmesiguiesenamíyotrosamipadre.—Era un poco más complicado —repongo—. Y la otra parte del plan era
matarteparaqueestallaseunaguerracivil,porsitehabíasolvidado.Élhaceunamueca.—Esapartenomeapasiona.Niegoconlacabeza.
—La mitad de los kalovaxianos creen que eres un traidor, y la otra mitadpiensanqueerestandébilqueunamuchachatecapturó.¿RecuerdasloquedijoMattinenelbarco?Pensabaqueyotehabíahechizado.Estoyseguradequenoeraelúnicoquelocree.Reflexionaconunagranserenidadreflejadaensusfacciones.—Hayhombresjuntoalosquepaséañosluchandoquequizámeseantodavía
más leales a mí que a mi padre —insiste—. Puedo escribir una carta. Noperdemosnada.—Podemosperdersidiceanuestrosenemigosdóndeestamosyquéhacemos
aquí—apunto—.Elkáiser lehapuestoprecioamicabeza,Søren,ysi llegaasusoídosqueestoyaquínocreoqueniEtristoseacapazdeprotegerme,sobretodosiseenteradequetenemoslaintenciónderobarlesupartedemidote.—Podemosprobarporotrasvías—señala—.Podemosmandarlascartascon
diversosmensajerosparaquenopuedaninterceptarlas.—¿Yquésacaríamosdetodoeseesfuerzo?Unaspocasdocenasdeguerreros?
Siguesinsersuficiente.Enmudeceunosinstantes,perosumiradanopierdeintensidad.—Esquenoquieroquetengasquehacerlo—reconocealfin—.Noquieroque
tecasesconningunodeellos.—Y yo que pensaba que el archiduque te caía bien...—respondo, con voz
desenfadadayjuguetona—.Lotienesidealizado.—Esunguerrerobrillante—concedeSørenantesdebajarlavoz—.Peroeso
noquieredecirquetemerezca.Suspalabrasmedejansinrespiración,meaturdenymeenfurecenalavez.Al
finalprevalecelaira,porqueesmuchomássencilloasí.—Nosoyunpremioquenadiemerezca—leespetocondureza—.Puedeque
elreyEtristometrateasí,peroesperabamásdeti.—No lo decía en ese sentido—contesta, y suspira—. Pero ha sido... difícil
verlosatodoscompetirporti,aunqueséquesolosepeleanporunpaíslejano,porgemasypordinero.Hastaahoramehemordidolalengua,Theo,ynopiensovolveradecirotrapalabradespuésdeesto,teloprometo,perotienesquesaberquemeestávolviendoloco.Duranteunosinstantesnosemeocurreabsolutamentenadaquedecir.Pensaba
que estábamos en el mismo bando, que lo que hubo entre nosotros estabaenterrado a tanta profundidad que podíamos ignorarlo. No me gusta que merecuerdequehacemuypocotiempopensabaquemeestabaenamorandodeél,queinclusoahoratengaelpoderdeacelerarloslatidosdemicorazón,dedarlela
vueltaatodosmispensamientos.Alverquetardoenresponder,Sørendaunpasohaciamíymeagarraconmás
fuerza.Eloloramaderaymartodavíasiguepegadoasupiel,ypeseatodaslasrazonesporlasquenodebería,medescubroacercándomeaél.Subocaestátancercaquehueloelcafédesualiento,tancercaquesolotendríaquelevantarunpoco la cabeza para que sus labios se encontrasen con losmíos. El deseo dehacer precisamente eso me abruma, pero, en lugar de hacerlo, le pongo unamanoenelhombroyloapartodeunempujón.—Fingía,Søren—digoenvozbaja,aunquesoyincapazdemirarloalosojos
—.Fingítodoeltiempo.Tevi,supeloquequeríasymeconvertíeneso.Peroesanuncafuiyo.Aquellachicanoeramásquehumoyespejos.Élhaceunamuecadedolor,yentoncessecolocasumáscara.Daunpasoatrás
y me suelta el brazo. De repente, la piel que él tocaba está demasiado fría,inclusobajoelcalorsta’criveriano.—Como te he dicho—responde en tono cortante—, volveré amorderme la
lengua.Medejaallíplantadaeneljardín,sola.Lairaquesentíasedisipaalinstante,
peronoestoyseguradecómodescribir lasensaciónque lasustituye.Escomobajar por las escaleras pensando que hay un escalónmás de los que hay. Derepente,todomimundoparecetorcido.Nolehedichoningunamentira,esmás,puedequesea lomáshonestoque lehedichonunca,pero todasesaspalabrasteníanmalsabor.
Elentrenamiento
Laespadaqueesgrimeantemínoestáafilada,perosimegolpeadeverdadmedoleráde todosmodos.Agacho lacabezay levantounbrazoparaprotegerme.Lahojamedaunporrazosordoqueestoyseguraquemedejaráunmoratón.—¡Ay!—mequejoyapartolaespadadeArtemisia.Hemosvenidoamihabitacióndespuésdealmorzar.Porfinestamosdandouna
de esas lecciones de las que hablamos en elHumo.Mis aposentos no son elmejorsitio,contodosesosmueblestangrandesypesados,peronoslashemosarregladopara despejar un espacio lo suficientemente grandepara que las dospodamosmovernos.Nomehacíamuchas ilusiones respecto amis habilidadesconlaespada,aunqueesperabaqueArtemisiafueseunpocomásindulgentealprincipio.Pero no he tenido esa suerte. Ni siquiera quería que usáramos espadas de
entrenamiento,aunquemealegrodehaberinsistido.Sihubiesenestadoafiladasyamehabríamatado.Ahoraestoyenelsuelojuntoalachimeneayellaestádepiedelantedemí,conunamanoenlacaderaylaotrasujetandolaespadacomosifueseunaextensióndesubrazo.—Ahorayanotienesbrazo—diceaburrida—.Aunquenoeselqueusaspara
empuñar el arma, así que supongo que técnicamente todavía tendrías unaoportunidad.¿Unaoportunidad?Notendríaningunaniaunquetuviesecuatrobrazos.—Me rindo —le digo—. ¿Podemos empezar por el principio? ¿Cuál es la
posturaadecuada?¿Cómotengoquecogerlaempuñadura?Ellaarqueaunacejacondesdén.—Vale—acepta,conlavozcolmadadedesprecio—.Levántate.
Esmásdifícilhacerloquedecirlo.Yamehadejadosumarcaenlasdospiernasy en el brazo izquierdo. Cuando intento ponerme de pie, todosmismúsculoschillan.Almenosmeha traído unamuda de ropa delHumo; con uno demisrígidos y adornados vestidos sta’criverianos no creo que fuese capaz ni delevantar la espada. Es muchomás sencillo moverse conmallas y una túnica,aunquemecuestaimaginarmeluchandotodavíapeorqueahora.—Separa las piernas al ancho de los hombros—ordena Artemisia, que me
patealaspantorrillashastaqueseparolospieslosuficiente—.Adelantaunounpocoparamantenerelequilibrio.Lehagocaso,aunquemesientounpocoridícula.Ellameexaminaconmirada
crítica y luegome da un empujón con lamano que tiene libre.Me tambaleo,peromelasarregloparanoperderelequilibrio.Ellaasiente.—Noestámal—dice—.Ahoralevantalaespada.La obedezco y ella me coge la mano para ajustarme los dedos en la
empuñadura.Meresultaincómodo,peroahoralasostengoconmásfirmezaqueantes.Esmásgrandequemidagaymuchomáspesada,peroArtdicequeesunbuentamañoparaempezar.—Cuandotedefiendes,tienesquecruzarelcuerpoconlaespada.Imaginemos
que el ataque viene desde arriba.—Mecoloca lamanode formaque el armaquedaporencimademicabeza,paralelaalsuelo—.Luegoiránaportupiernaizquierda—continúa, y mueve la espada cruzando mi torso hasta que quedafrenteamipiernaizquierda,ligeramenteladeada—.Siatacasdesdefuera,soloconseguirásquetucontrincanteacerquemáslaespadaati,queesprecisamenteloquenobuscamos.—¿Nomepodríashaberexplicadotodoestoantesdellenarmedemoratones?Ellaesbozaunasonrisilla.—Creíqueayudaríanaquetetomaseslaclasemásenserio.¿Empezamosde
nuevo?—Supongoquenonosquedaotroremedio—aceptoysuspiro—.¿Nomevas
aenseñaraatacar?—Puesclaroquesí—contestayseencogedehombros—.Encuantolehayas
cogidoeltrucoalodedefenderte.Pasoapaso.Estavezconsigoesquivarunpardeestocadasantesdequemegolpeeenun
codoconlaespadacontantafuerzaquesientoeldolorentodoelcuerpo.Sueltoelarma,quecaealsueloconunrepiqueteo.—Meparecequeloestásdisfrutando—mascullo,aferradaaldoloridocodo.Artemisia no lo niega; le brillan los ojos. Me devuelve la espada con la
empuñadurapordelante.—Mimadrenoeraunaprofesoramuypaciente.Miaprendizajeconsistiósobre
todoenaprenderdemiserrores.—Bueno,situshabilidadessonelresultado,funciona—respondo—.Eresuna
delasmejoresespadachinasquehevistoenmivida.Puede que sea la primera vez que consigo que Artemisia sonría de forma
genuina,sinunaireburlónosarcásticooporladesgraciadealguienmás.Esunasonrisa pequeña y arisca, casi tímida, aunque esa no usaría esa palabra paradescribirlaaella.—Enrealidad,mimadrenuncasupomuybienquéhacerconmigo—confiesa
—. Pensaba que si conseguía ser lo bastante buena, lo bastante fuerte y dura,acabaríasintiéndoseorgullosademí.Perocreoqueesaposibilidadmurióconmihermano.Su hermano, el que falleció en las minas. El guardia que lo asesinó fue la
primerapersonaalaqueArtmató,aunque,sinduda,nofuelaúltima.—Losiento.Vuelveaencogersedehombros,perosenotaqueestátensaysusmovimientos
sonrígidosyviolentos.—De todos modos, por aquel entonces dejé de buscar la aprobación de mi
madre,asíquellegamosaunpuntomuerto.—Memiraconelceñofruncido—.Lachácharanovaahacerquemejores,¿sabes?Vamosotravez.Yopreferiríaseguirhablando,peroalzolaespadaycorrijomipostura,aunque
meempiezaatemblarelbrazoporelpeso.Estavez,cuandomeataca,parecehacerloconunadosisañadidadeímpetu,y
aunqueconsigopararelgolpe,sufuerzamehaceretroceder.Nomedatiempoarecuperarme,porquedaunpasoalfrenteyvuelveaembestirme,estavezenlacaderaderecha.Loparoy retrocedootropaso,pero semeenreda el pie en elbordedelaalfombraymecaigohaciaatrás,sentada.—¿Ayuda?—preguntomientrasmepongodepie—.¿Ayudapegarleaalguien
enlugardehablar?Mefulminaconlamirada.—¿Quieres probarlo? Si lucharas la mitad de bien de lo que hablas ya
habríamosmejoradounpoco.Meardenlasmejillas.—Sesuponequelasreinasdebenhablarmejordeloqueluchan—puntualizo
—.Algúndía,Ástreayanoestaráenguerraynecesitaráunalíder.—Mejortúqueyo—replica—.Otravez.
Gruño.—Necesitoundescansoyunvasodeagua—contesto—.Damediezminutos.Ellaaprietaloslabios.—Cinco—concede,aunque,porsuerte,dejalaespadaenelsueloysesienta
enelsofáquehemosapartadocontralapared.Medirijoalajofainayllenounvasodeaguaparacadauna.Lepasoelsuyoy
mesientoasulado.—Søren se está poniendo difícil.—Las palabras salen solas, pese a que en
realidadnoqueríadecirlas.Suconfesióneneljardíntodavíamepesasobreloshombros,ynotengoanadiemásconquienhablardeello.ConBlaiseyHeronnopuedo,deesonohayduda,ylasolaideadeconfiarenVenenodeDragónesridícula.Doy otro sorbo de agua y continúo—: Pensaba que todo estaba bienentrenosotros,peroayermedijoquenoqueríaquemecasaseconnadieporquetodavíasientealgopormí.Artemisiadaunlargotragodeaguaymemiradehitoenhitoporencimadel
bordedelvaso.—¿Y?—mepreguntacuandotermina.Selimpialasgotitasdeaguadellabio
superiorconlamanga—.Noesperarásquetepreguntecómotehacesentireso.No sé cómo enfatizar lo suficiente lo poco queme importan tus sentimientos,Theo.—Solo estaba charlando—digo,mientras intento disimular que estoy dolida
—.Esloquehacenlasamigas.Ellaseríeporlanariz.—No somos de esa clase de amigas—responde. Luegomemira fijamente,
comosipudieseveratravésdemí,hastaelcorazón—.Nosoyella,¿sabes?Nosoytuamigakalovaxiana.ArtemisiasabecómosellamaCress,peronotieneintencióndepronunciarsu
nombre.Casime alegra que no lo haga, porque no sé si podríamantener unaexpresiónneutral.Inclusoahora,titubeo.—Nohedichoquelofueras—replico—.Soloqueríadecirque...—Loqueme preocupe por Søren se limita al uso que pueda hacer de él—
aclara—.Siquieresquehablemossobre lasalianzasquepuedatenerconotrospaíses,osobrelainformacióndequedispongasobrelasestrategiasdebatalladeloskalovaxianos,teescucharédemilamores.Perosiquieresponertepoéticaconsusmúsculos, susojos,ovete a saberqué tonteríaque teparezcaatractiva, terecomiendoquetebusquesaotrapersona.O,mejoraún,queteloguardesparati.Tehaceparecerunachicadébildedieciséisaños,ynoesesalaimagenque
quieresdaraquienesrecurranaticomolíder.Suspalabrassemeclavanymeduelen.Dejoelvasodeaguasobrelamesay
recojolaespada.—Vamosotravez—ledigo.Sonríe,seponedepieyrecogesuarma.Vuelvoaperder,peroestavezme lasarregloparaatestarlecon torpezaunas
cuantasestocadasantesdequeellamedéunfuertegolpeenelhombro.—Esoestámejor—afirma,yasientesatisfecha—.Voyatenerqueirritartemás
amenudo.Resoplo.—Nocreoqueseaposible.Nosinterrumpeunfuertegolpeenlapuerta.Mequedoparalizadayelpánico
meembarga,peroArtemisiaseechaareír.—Tranquila—medice—.NoestamosenÁstrea.Noestamoshaciendonada
malo.Esbozounamediasonrisa.—Aun así —contesto—. No creo que luchar con espadas sea el tipo de
comportamientoqueelreyEtristocreequedebetenerunaseñorita.Ellaniegaconlacabeza.—Porlosdioses,menosmalquenotengoquepasarconéltantotiempocomo
tú.Creoquelomataría.Lodicedeformadespreocupada,peronopuedoevitarpreguntarmesilodirá
enserio.—Debedetenermásdeochentaaños—lecomentomientrasmedirijohaciala
puerta—.Noseríauncombatejusto.Abrolapuertaymeencuentroaunasirvientavestidaconununiformedelos
coloresdelrey,blancoynaranja,quedebedecostarmásdeloqueellaganaenunaño.Abremucholosojosalverloquellevopuesto.—¿ReinaTheodosia?—preguntaaturdida.—Sí,esasoyyo—respondoconunasonrisaqueesperoquelatranquilice.Sin
embargo,parecetenerelefectocontrario.Metiendeunacartaconmanostemblorosasylamiradafijaenelsuelo.—DeSuAlteza,elreyEtristo—añade.—Gracias—contesto,ylacojo.Sevaatodaprisaantesdequepuedapreguntarlesinecesitaalgomás.—Menuda ratoncita asustada —observa Artemisia desde detrás de mí. La
ignoroyabrolacartaconlauñadeldedomeñique—.¿Ybien?—pregunta.
Laleorápidamente.Esbastantecorta.—QueridareinaTheodosya.Haescritomalminombre—protesto.Ellaseencogedehombros.—Nocreoquehayasidoél.Supongoquelahadictado.Séqueesunanimiedad,yquenodeberíamolestarme,peromearrebataronmi
nombredurantediezaños.Ahoraquevuelveasermío,verlomasacradoduelemásdeloqueesperaba.Perocontinúo:—Ha llegado otro pretendiente con la esperanza de cortejaros. Esta noche,
durantelacena,conoceréisaljefeKapildelasislasVecturia.—¿El jefe de Vecturia?—pregunta Artemisia con el ceño fruncido—. Pero
debedetenermásdecienaños.¿Seráunodesushijos?—Noes eso loquedice—respondo, arrugandoel gesto—.Pareceque es el
jefeenpersona.Artemisiareflexionaunosinstantes.—Bueno—dice—. Supongo que pasa un poco como el niño príncipe, ¿no?
Dudoqueelhombreseacapazdeconsumar,asíqueporeseladopodríastenersuerte.—Consiguedecirloconunaexpresiónseria,peromedoycuentadequeseestáaguantandolarisa.Cojounode loscojinesdelsofáyse lo lanzo,pero,porsupuesto,seagacha
ágilmenteyloesquiva,riéndosetodavíamás.—Tampocoesquemevayaaservirdemucho—repongo—.Vecturianotiene
losrecursosnecesariosparaenfrentarsea loskalovaxianos,sobretododespuésde la batalla de hace unas semanas. Apenas pueden permitirse la suficientecomida,asíquenihablardeunejército.—Pero el jefe tambiéndebede saberlo—puntualizaArtemisia—. ¿Paraqué
venirhastaaquíypagartantosinotieneningunaposibilidad?—Nolosé—admito—.Perosupongoqueestanochelodescubriré.
Elasesinato
Marial ha tenido bastante trabajo para tapar las marcas que me ha dejado elentrenamiento conArtemisia, pero ahora apenas son visibles: están enterradasbajo tantas capas de cremas y polvos quemi piel no tiene un aspecto natural.Parezcounamuñecapintaday,además,picamuchísimo.—Parad quieta —me espeta Veneno de Dragón mientras nos dirigimos al
pabellónparacenar—.Y,porelamordelosdioses,intentadcontrolarosconelemperador.Meardenlasmejillas.—Erikesunamigo.—Unamigoinútil—replica—.Másosvaldríadedicarvuestrotiempoahacer
amigosnuevos.Meobligoareprimirunamalacontestación.—¿Quésabesdeljefevecturiano?—lepreguntoparacambiardetema.Ellaresoplacondesdén.—Esunviejodecrépitoybobo.Noqueréiscasarosconél.—Noquierocasarmeconnadie—lerecuerdo—.PeroporÁstreaharéloque
seanecesario.Ellamemiradereojo,sorprendidayconunamediasonrisa.—Buenachica—diceyabrelapuertadelpabellón.Nosabeelefectoqueesaspalabrastienensobremí.Nopuedesaberqueeran
lasmismasquemedecíaelkáisercuandohacíaalgoqueélaprobaba.Noeslomismo,losé,peroselepareceunpoco.Apartoesa sensacióny la sigoalpabellón iluminadoporvelas,que tieneun
aspecto casi idéntico al de anoche, con sofás y sillones dispuestos con gusto,
incontablescojincitosylámparasdepapelquecuelgandeltechodetela.Lospretendientestambiénestánenloslugareshabituales,peroestanocheson
más.HavenidolaemperatrizGiosetta,queestásentadaenunaesquinajuntoauna
joven con el cabello trenzado. También han venido algunos de los reyesesstenianos,todospelirrojos,queestándiscutiendosobrecuáldeellossepuedebeberelvinoquequedaenlabotellacontantaferocidadquetemoqueacabenagolpes. Erik y Hoa están sentados al otro lado de la sala con sus túnicastradicionales gorakíes, y un desconocido calvo, con la piel cobriza y narizaguileñaestásolocercadeellos.Llevaunquitónampliodecolormarrónquemerecuerda a los de estilo astreano, pero es mucho más sencillo, sin colores niadornos.Debe de ser el jefeKapil.Es tan viejo comoArtemisia sugirió, perolleva los añosmuchomejor que el rey Etristo. Pese a que será almenos unadécadamayor,susmovimientosgozandeunavivacidaddelaqueelreycarece.Todoslospretendientesseponendepiealverme,inclusoeljefeKapil,pesea
quetienequeapoyarsepesadamenteensubastónparahacerlo.Elúnicoquenose levanta es el reyEtristo, que está adormiladoen su silla.Rezoa losdiosesparaqueno sedespierte antesdeque termine lanoche.Si tengoquevolver aoírlollamarme«querida»nosésiserécapazdemordermelalengua.—Sentaos, por favor—digo con una sonrisa—. Los que no estuvisteis aquí
anoche,sabedquesetratadeunacenacasual.Soloesunaoportunidadparaquenos conozcamos un poco mejor y nos aseguremos de que nuestros interesescoinciden.—SeñaloaVenenodeDragónconlamano—.Mitíayyopasaremostiempocontodos,aunquesoismuchosyyosolosoyuna,asíqueigualtardamosunratito.Porsuerte,elreyEtristohatenidolagenerosidaddeofrecernosloquepareceundeliciosobanqueteyunabuenacantidaddevino.Elreysemueveunmomentoensusillaaloírsunombreyluegosevuelvea
dormir.SeoyenunasrisasyErikalzasucopadevino.—Salud—medice.—¿SaludamosaljefeKapilprimero?—lepreguntoaVenenodeDragón—.Es
elúnicoalquenoheconocidotodavía.—No,no—responde,moviendolamanocondesdén—.Empezaremosconlos
másimportantes.Venid,vayamosasaludaralaemperatriz.Lasigosinprotestar.Aunquepreferiríasaludaraljefeydescubrirporquéha
viajadohastaaquí, tambiéntengocuriosidadporcharlarmásconlaemperatrizGiosetta.Cuandollegamoshastaella,nossonríeyseponedepie,seguidaporlajoven
quehayasu lado.Llevandosvestidosa juegodesedadecolorverdeazuladoqueseajustanconeleganciaenunhombroydejanelotrodesnudo,conunestiloparecido al de los astreanos. Sin embargo,mientras los últimos son ligeros yamplios, estos sonmás ajustados y están tan adornados que parecenmás unaarmadura que un vestido. La emperatriz lleva la melena castaña y onduladasueltayadornadaconjoyas.—ReinaTheodosia—medice,yhaceunareverenciaquelamuchachaintenta
imitar—,ospresentoamihijayheredera,Fabienne.Sonríoalamuchacha,quemedevuelvelasonrisa.—Encantadadeconoceros—lecontestoantesdepresentarami tía—.Tenía
ganasdeconoceraotrasoberana—añadocuandonossentamos.Ellaseechaareír.—Sí,lacantidaddehombresquehayaquíesabrumadora,¿verdad?—comenta
—.Creoqueporesoharíamosbuenapareja.Meatreveríaadecirqueosrespetomuchomásqueelrestodelospresentes.—Nolodudo—repongo—.Perotengoalgunaspreguntas.Ellasonríe.—¿Os gustaría saber si nuestro acuerdo sería de naturaleza romántica? —
adivina. Asiento, mirando con incertidumbre a Fabienne, que no parecesorprendida—.Bien,yomesientoatraídatantoporhombrescomopormujeres.—Oh—respondo—.Yo...no.—Es una pena—dice—. Pero nunca he tenido problemas para encontrar el
amor,yestaríamásquedispuestaaaccederaunacuerdoplatónicosiesoesloquebuscáis.Sonrío y asiento, aunque la clave del asunto es que, pese a que podría estar
satisfechasinquecompartiésemosunlecho,dudoquefuesetancomprensivasilepidieramantenersoberaníaexclusivasobreÁstrea.Veneno de Dragón se pone de pie y dice que debemos ir a charlar con los
demás,asíquemedespidoeducadamentedeGiosettayFabienne.
Veneno de Dragón me sorprende. En lugar de llevarme con el archiduqueEtmond, los reyes esstenianos o el zar Reymer, como yo esperaba, se dirigehacia el jefeKapil. Él, cuando ve que nos acercamos, parece tan sorprendidocomoyo.Haceunesfuerzoparaapoyarseenelbastónyponersedepie,perolodetengo.—Deverdad,jefeKapil,noesnecesario—ledigomientrasmesientofrentea
él—.Nomegustanmucholasreverencias,ypuedopasarsinotra.Memiraconalivioenlosojosymecogelamanoparabesarmeeldorso.—Esunplacer conoceros, reinaTheodosia.Heoídohablar tantodevosque
mesientocomosiyanosconociésemos.Otravezesadesagradablesensación.Élhaoídohablarmuchodemí,perolo
únicoqueyosésobreélessunombre.Sinembargo,adiferenciadelosdemás,élnomemiraconcompasión.—Soisunajovenvaliente—mehalaga,sorprendiéndome—.Ysoyconsciente
dequetengounadeudadegratitudconvos.Tardounmomentoencomprenderporquésesienteagradecido:porinterferir
conlainvasiónkalovaxianadeVecturia.—Solo siento no haber podido hacer más —contesto—. Me enteré de que
quemaronvuestrasreservasdecomida.¿Cómoestávuestropueblo?Suexpresiónseensombreceyniegaconlacabeza.—Vecturiahapasadoporcosaspeoresquelahambruna;sobrevivirá.PuedequeVecturiasobreviva,peronotodossushabitantescorreránlamisma
suerte. Y fue Søren quien dio esa orden. Puede que le haya perdonado pormuchosdesuspecados,peroalgunosnomecorrespondeamíperdonarlos.—Ojaláhubiesealgoquepudierahacer—ledigo.—Bah—exclama,yseapoyaenelrespaldodelsofá—.Mepreocupamáslo
queyopuedahacerporvos.Trago saliva, recelosa del cariz que está tomando la conversación. Es lo
suficientemente viejo comopara sermi abuelo, y una alianza conVecturia nobastaríapararecuperarÁstrea.—Nopuedocasarmeconvos—ledigocontantaamabilidadcomopuedo.Seríebajitoymedaunosgolpecitosenlamanoconlasuya,queestáarrugada
yllenademanchasdeedad.—Losé,Majestad—conviene—.Notodoslosviejosbuscamosniñasesposas
parareencontrarnosconnuestrajuventudperdida.Aprovechébienmijuventud,pero ya hace tiempo que quedó atrás. No tengo ningún deseo de robaros lavuestra.—¿Aquéhabéisvenidoentonces?—interrumpeVenenodeDragón.Élnolamira;todasuatenciónestácentradaenmí.—Necesitabaconoceros—responde—.Necesitabamirarosalosojosydeciros
lomuchoquesientoqueVecturianoayudaseaÁstreacuandoloskalovaxianosatacaron.Pasarétodoslosdíasquemequedandevidapagandoporeseerror.Mesientoagradecidodequefueraismásvalienteymásbondadosaqueyo.
—Era la decisión correcta desde un punto de vista estratégico —repongo,incómodaconlaformaenquememira,comosifueseunaespeciedesalvadora.Nolosoy.—Enesecaso,fueunadecisiónvaliente,bondadosaytambiénsabia—declara
conunasonrisa—.Nodeseocasarmeconvos,reinaTheodosia,perotenéisunaalianza con Vecturia de todos modos, si así lo deseáis. Contad con nuestrosejércitos,porescasosquesean.No me hace falta preguntarle a Søren para saber que sí son muy escasos.
Fueron lo bastante fuertes para vencer a una facción de los guerreroskalovaxianosconlaventajadeestarensupropioterritorio,peronolobastantecomoparallevaracabounataque.Sinembargo,loqueestegestosignificaparamíesindescriptible.
EljefeKapilsemarchapocodespués:supaísnopuedepermitirsequepasemásdeunanocheenSta’Crivero.Sientoquehayatenidoquegastardineroporunaconversacióntancorta,peroélnoquierenioírhablardeello.Meprometequeseguiremosencontactoysellevamimanoaloslabiosparabesarla.Medescubrotristeporsumarcha.Cuandoseva,medirijohaciaelarchiduque
Etmond, y Veneno de Dragón no intenta disuadirme. Estoy segura de queaprobaríaelcompromiso:Etraliaesunpaísricoconunafuertepresenciamilitary supongoqueelhechodeque lacompañíadelarchiduquenomehagasentirasfixiadaesunbeneficioañadido.—Esperabatenerlaoportunidaddehablarconvosestanoche,Majestad—dice
elarchiduqueenvozbaja—.Me temoque todoesteasuntoes...Bueno,noesfácilparamí,ydudoqueloseaparavos.Esbozounadébilsonrisa.—Esabrumador,sí—admito.Susonrisaserelajaunpoco.—Mihermanomeenvió—reconoce—.Ycreoqueparaéleramásunaespecie
debromaqueotracosa.Nosoy...Nuncasemehadadobienhablarconlagente,¿sabéis?Ylasmujeres...—seinterrumpeyniegaconlacabeza—.Estoysegurodequecreequevolverérechazadoyavergonzado.Nolodiceparabuscarmicompasión;soloafirmaunhechoobjetivo.Antesde
quepuedadecirlenadaparatranquilizarlo,continúa:—Pero... ¿me equivoco al decir que no buscáis un compañero en el sentido
romántico?—pregunta.
VenenodeDragón sequedaquieta ami lado,pero la ignoroymeacerco alarchiduque.—No —respondo—. Tenéis razón. Pero el matrimonio parece ser la única
formaderecuperarÁstrea,yharéloquedebahacer.Por primera vez desde que lo conocí, el archiduque me mira a los ojos y
asienteantesdeapartarlavista.—Creoquepodemosayudarnoselunoalotro—diceenvozbaja—.Necesitáis
unejércitoparaderrotaraloskalovaxianosyyotengouno.—Vuestrohermanotieneunejército—puntualizaVenenodeDragón.Élniegaconlacabeza.—Mihermanollevalacorona,perosuejércitomeobedeceamí.Éllosabetan
biencomotodoelmundoyestásatisfechoconeseacuerdo.Alfinyalcabo,casinunca necesitamos usarlo.Hace años que no luchamos en ninguna guerra.Yopuedoconseguirtropasqueluchenporvos.—¿Cuántas?—inquiero.—Lassuficientes—contesta.Intentomantenermisexpectativasaraya,pero,peseamisesfuerzos,sientoun
estúpidorayodeesperanza.—¿Yquénecesitaríasacambio?—pregunto—.¿LasoberaníadeÁstrea?Élniegaconlacabeza.—No, no.Nada de eso.La idea de que la deEtralia recaiga sobremí simi
hermanonoconsigueengendrarunherederoyaeslobastantehorrible.No.Hacealgunosaños,eltheynvinoavisitarEtraliaymihermanoleregalómijuegodeajedrez preferido. Un conjunto de siglos de antigüedad, tallado en ónice y enhueso.Recuerdoeseajedrez.Loveíacuando ibaavisitaraCrescentia: lo teníanen
unaestanteríaamododedecoración,nuncaloutilizabanparajugar.—Mi hermano se lo regaló para agraviarme —continúa el archiduque— y
siempre me entristeció haberlo perdido. Según tengo entendido, el theyn estámuerto.—Queréis recuperar vuestro ajedrez —deduce Veneno de Dragón
pausadamente,conincredulidad.—Es una reliquia familiar —responde él—. La más valiosa para mí. —Se
yergueyesbozaunamediasonrisa tímida—.Y,además,haceañosqueEtralianoluchaenunaguerra.Creoquepodríaserundesafíointeresante.IntercambiounamiradaescépticaconVenenodeDragónyasiento.—Creoquepodríamosllegaraunacuerdo—acepto.
Esboza una amplia sonrisa y hace una señal a una sirvienta que lleva unabotelladevino.Eslamismamuchachaasustadizaquemehatraídoanteslacartadelrey.Aquípareceinclusomásincómoda:nossirvedoscopasdellíquidorojoconmanos temblorosas.VenenodeDragón lehaceungestoparaqueno lleneunatercera,puestoquesucopaaúnestámediollena.Cuandoelarchiduquemetiendeuna,fuerzounasonrisa.Enrealidad,séquenopuedobeberniunagotamás. No he comido nada en toda la noche porque el vestido me aprietademasiado,yyanotoqueelpocovinoquehebebidoyasemeestásubiendoalacabeza.—Porlasnuevasamistades—diceelarchiduqueEtmondmientrasalzasucopa
haciamí.Levanto lamía para brindar, pero cuando él se la lleva a los labios y da un
sorbo,yosolofinjodarlo.Hedecontrolarmeparanosaltarygritardealegría.TengoganasdetirarleelvinoenlacaraalreyEtristoydecirleexactamenteloquepiensodeél.Quierobailarhastaquemesangrenlospies.Porprimeravezenmuchotiempo,laesperanzaquevivedentrodemínoesfrágil.Seestáhaciendomásfirme,másfuerte.Abro la boca para dar las gracias al archiduque, pero antes de que pueda
pronunciar las palabras, él adopta una expresión de desconcierto. Se agarra lagargantaconlasmanosyabremucholosojos,presadelpánico.Seponedepiede repente,golpeando lamesa; lascopascaenal sueloyél sedesplomasobreellas.Todo elmundo se pone de pie, pero yo sigo confusa y perpleja.Veneno de
Dragón me agarra de la muñeca, me aparta y me hace daño al clavarme losdedosenlapiel.—¡Atrás!—gritaunavoz,quesealzasobrelosmurmullosdepánico.Coltania
sedirigecorriendohaciaelarchiduque.Semuevesorprendentementerápidoenesevestidotanpesado.Seagachacongracilidadjuntoaél,loponebocaarribaylepalpaelpecho.—Norespira.Tendréquehacerloporél.Se inclinasobreelarchiduqueypone los labiossobre lossuyos;alprincipio
pareceunbeso,peronoloes.Inflalasmejillasyluegoveocómoseinflanlasdeél.Despuésseapartayrepiteelproceso.MesueltodegolpedeVenenodeDragónyvoyhaciaellos,horrorizadaalver
que la piel del archiduque se torna de color púrpura. Siento que estoy en unsueño;mimenteesincapazdecomprenderloqueestásucediendoantemisojos.—Theo—me llamaunavoza travésde laneblina.EsErik,quedaunpaso
frente amíy tapaal archiduque.Mecogede loshombrosymezarandeaconsuavidad,peroapenaslosiento.Apenassientonada—.Theo,tienesqueirte.Esveneno,ypuedequehayamás.Elvino...¿Hasbebido?Encuentromivoz.—No—respondo,aunquemivoznoparecemía—.Nohebebidonada.Erikasiente,aliviado.—Tenemosquesacartedeaquíhastaqueseaseguro.Al fin lomiro a los ojos y comprendo lo que está diciendo y lo que no.Es
veneno,peroquizáelobjetivonoeraelarchiduque.Noessucabezalaquetieneunpreciodeunmillóndemonedasdeoro.Noesélaquienelkáiserquierevivoomuerto. Erik traga saliva con los ojosmuy abiertos. Los dos sabemos que,tardeotemprano,elkáisersiempreconsigueloquequiere,yqueningúndecretodelreyEtristopodrádetenerlo.Sinesperar respuesta,Erikme sacadel salónydejamosatrás el clamory el
pánico.
Protección
El trayectodevuelta amihabitaciónpasaenun remolino.Sigo impactada;nisiquierarecuerdohabersubidoenelelevador.Loúnicoenloquereparoesenloslatidoserráticosyatronadoresdemicorazón,quemeretumbanenlosoídos.Cuandollegamosamisaposentosyaheempezadoarecuperarlacordura,quesefiltracomolosrayosdeluzatravésdeladensidaddeunbosque.—Está muerto, ¿verdad? —le pregunto a Erik, aunque mi voz suena muy
lejana.Sequedajuntoalapuertaconaspectoinseguro.—Quizálohayasalvadolahermanadelcanciller—sugiere,peronocreoque
ningunodelosdoslocreadeverdad.Losdoshemosvistocómoalarchiduquese le ponía la cara de color púrpura, y Coltania ha dicho que no respiraba.Cuandovia lakaiserinacaerde laventanadespuésdelmaskentanz, unaparteestúpidayesperanzadademícreíaquesobreviviría,hastaquelevilacara.Pero,igual que la confianza, esta estúpida esperanza es algo que ya no puedopermitirme.EnesemomentomedoycuentadequeEriktambiénestámuyafectado.Sele
dabiendisimularlo; no envano, en el campodebatalla habrávisto lamuertemuchas veces. Sin embargo, esto es distinto: se suponía que el palacio era unlugarseguro.Sielkáiserpuedellegarhastamíinclusoaquí,¿habráalgúnlugarqueloseamientrasélsigaconvida?Aunquequizánohayasidoél.Lasalaestaballenademiembrosdelarealeza,
cadaunodeellosconsusconflictosysusenemigos.Elvenenonoteníaporquéser paramí. Sin embargo, ni siquiera al pensar eso se desvanece el rostro delkáiser,quemeacechadesdemimente.Sigosintiendosualientocalienteyebrio
sobrelapiel.Cincomillonesdemonedasdeorosimerecuperaconvida,perounmillónsimematan.Unmillónsiguesiendomucho.—Deberíaquedarmeunrato,hastaqueestemossegurosdequelaamenazaha
sidoneutralizada—diceErik.Derepente,mepreguntosisehabráenteradodelodelarecompensa.Durante un instante, me pregunto si puedo confiar en él, pero aparto esa
traicioneraideadeinmediato.SiErikfueselealalkáisernomehabríatraídoami habitación, sino que habría aprovechado la confusión para sacarme deSta’Crivero.Habríaoptadoporloscincomillonesdemonedasdeoro.Mehundoenelsofáyelrígidomaterialdemivestidocrujeconelpeso.—Me caía bien—le digo a Erik—. Al menos, mejor que los demás. Era...
torpe,peroamable.Nomemirabacomosifueseunasadodispuestoenlamesapara él. Y... yme ofreció su ejército, sinmás. Sin condiciones, sin pedir unapartedelamagia,sinmatrimonio,soloporunajedrezsuyoqueteníaeltheyn.Hastaquenoterminodehablarnomedoycuentadequeyaestoyhablandoen
pasado.Erikniegaconlacabezayagachalamirada.—Con la fuerza del ejército haptaniano podríamos haber eliminado a los
kalovaxianosenunmes.¡Unmes! Seme cae el alma a los pies. En unmes podría haber estado de
nuevoenÁstrea,sentadaeneltronodemimadre.Enunmes,podríamoshaberliberadoamipaís,yyohabríahechoqueelkáiserpagaseportodoloquenoshahecho.Todoloquesiemprehequeridoestabaalalcancedemimanoymelohanarrebatado.Cierrolosojos,peronohayformadeesconderlaslágrimasqueaparecen.Me
aprietolospárpadosyempiezoasollozar.«Estásllorandoportupropiapérdidayhayunhombremuerto—mereprendo
—.Eres tan egocéntrica como el káiser.» Pero ese pensamiento solome hacellorarconmásfuerza.Eric no sabe qué hacer (supongo que durante su adiestramiento no vio a
muchasmujeres llorando),pero, trasunos instantes, seacercaymeacaricia laespaldacontorpeza.Agradezcosuintentodetodosmodos.Seoyenunosestruendosospasosyunosgritosdepánicotraslapuerta.Todoel
palaciodebedeseruncaos.—¿Tienesunarma?—mepreguntaErikenvozbaja.Noapartalavistadela
puerta.Asiento,mepongodepieymedirijohacia lacama.Saco ladagaquehabía
metidobajoelcolchónyselaenseño.Éllaevalúaconlamirada.—Muybonita—afirma—.¿Sabesusarla?RecuerdomisclasesconArtemisia,perode repenteparecenestarmuy lejos.
Utilicé una hoja de otro tamaño que ni siquiera estaba afilada, y lo poco queaprendí en esa única lección ahora se me antoja inútil. Lo que Erik me estápreguntando es si soy capaz de defenderme si nos atacan. Eso no sería uncombateconespadasdeentrenamiento,sinounacuestióndevidaomuerte.—Mejorquelatengastú—contesto,seladoyymevuelvoasentarenelsofá.Él gira la daga en sus manos y recorre la empuñadura afiligranada con los
dedos.—Quédelicada.Creoquesemepartiráendossiintentousarla.Esbozounadébilsonrisa.—Esmásduradeloqueparece—respondo.Seoyenmáspasosfueradelahabitación,peroestaveznosealejan.Erikestá
entrelapuertayyoconlahojapreparada,perocuandoseabresehaceaunlado.Søreneselprimeroenentrar,seguidodeBlaise,HeronyArtemisia.Loscuatro
exhalanunsuspirodealivioalverme.—Nos hemos enterado de que han envenenado a alguien en la cena—dice
Blaise,jadeante—.Pensamosque...Notermina,peronohacefalta.—HasidoelarchiduqueEtmond—digo,ylescuentoloquehapasado.Sørentragasalivaymemiraalosojos.—No tiene sentido —replica en voz baja—. Haptania no tiene muchos
enemigos,yaunqueasífuera,asesinaraEtmondnoleserviríaanadiedemucho.YsialguienloquisieramuertoleshabríaresultadomuchomásfácilhacerloenHaptania,durantelosmesesquepasaenlosbarracones.EnSta’Criverohaymásseguridad.—Nadie ha dicho que lo hayan asesinado —repone Heron, levantando las
manos—.Nodeberíamossacarconclusionesequivocadas.Podríahabersidoporcausasnaturales.—OigualelvenenoeraparaTheo—sugiereArtemisia—.Essucabezalaque
tieneprecio.Eriklosmiraconelceñofruncidoyluegomemiraamí.—¿Yestosquiénesson?—mepregunta.—Ay, claro—digo, al recordar que Erik no conocía a Heron, Blaise y Art,
aunque ellos sí que lo habían visto de lejos. Los presento con rapidez y lesexplicoaquéhavenidoErikaSta’Crivero.
—Yonosénadasobrevenenos—lecontestaErikaHeroncuandotermino—.Peroséloquehevisto,yesamuertenoteníanadadenatural.Heronabremucholosojosperosoloasientedeformasolemne.—YnocreoqueEtmondfueseelobjetivo—opinaSørenmientrasmemira—.
Artemisiatienerazón.Detodaslaspersonasquehabíaenesasala,túeresquientienemásnúmerosdeserlo.—Todos los presentes son importantes en sus países—protesto, aunqueme
tiemblalavoz.—Importantes,sí—convieneArtemisia—.Peronoseestáninterponiendoen
losplanesdenadie,nisonrepudiados.Aningunodeellosloshabíanamenazadoenserio,ynimuchomenoshabíanofrecidounarecompensaporsuscabezas.—Quizánosepamosquiénhaadministradoelveneno,perosísabemosquién
hadadolaorden—añadeBlaiseenvozbaja.Elestómagosemeencogeymedavueltaspeseaquenohecenadonada,ymi
mente está abrumada por pensamientos en los que no quiero ni puedoobcecarme.Pensaba que aquí estaba a salvo, que el káiser no podría ponermeuna mano encima. Pensaba que jamás volvería a tocarme. Era una esperanzaestúpidayahorahamuertounhombreporculpadeella.Porculpamía.
Hasta medianoche no se oye un golpe seco y de talante oficial en la puerta.Todoshemosestadodemasiadotensosparahablar,aunqueArtemisiahainsistidoenaprovechareltiempoparapracticarunpocomás.Hasidomásdivertidoquenunca:todosobservabanydabansuopiniónsobremiposturaymitécnica.Pero,almenos,mehaservidoparadistraerme.Aloírelgolpetodoelmundosealarmaysacasusarmas.Artemisiacambiasu
espadadeentrenamientoporladeverdad.—Alaesquinadelfondo—meordenaBlaise,ymeapresuroaobedecerlo.El
corazónmelatedesbocado,aunquesoyconscientedeque,porlógica,unasesinonosemolestaríaenllamar.Porsupuesto,cuandoHeronabrelapuerta,soloesunodelosguardiasdelrey.
Sin embargo, inclusoél parece al límite:mira a todaspartes como si esperasequeloatacaranencualquiermomento.—ReinaTheodosia—dicemirándome.Silepareceextrañoqueestéhechaun
ovilloenunrincón, lodisimula—.Laamenazahasidoeliminada.Siacudísalsalón del trono junto al rey Etristo vos misma podréis ver al desalmadoresponsable.
Elinterrogatorio
Elguardiameconducehastaelsalóndeltrono.Søren,ErikymisSombrasnossiguendecerca.Debodeempezaraser inmunea laopulenciadeSta’Crivero,porqueapenasreparoenlosfrescosdelasparedes, lossuelosdemármolyloscandelabrosdoradosyornamentadosdelsalón.Loúnicoqueveoesuntronoenelcentro,tandescomunalquealprincipionisiquieradistingoladébilfiguradelreyEtristo.Estácasihundidoenunlujosocojíndeterciopelo.Caminoporelpasilloquehayentrelashilerasdeasientos.Notolamiradade
lospretendientessobremí.Debemosdeser losúltimosen llegar,porque todaslas sillas de la cámara de audiencia están ocupadas, excepto por unas pocasdelanteyunajuntoaladelegacióngorakíenlaquesesientaErik.¿Québuscatodaestagente?¿Dolor?¿Miedo?Aunquesientoambascosas,enrealidadestoysobre todo entumecida. Todos parecen desconfiados y recelosos, como siquienquieraquehayaenvenenadoalarchiduqueestésentadojustoasulado.Esunaideaterroríficaqueintentoapartardemimente.El guardia nos escolta hasta la primera fila de sillas.Nos sentamos; tengo a
SørenaunladoyArtemisiaalotro.—Aquí estáis, querida—dice el rey Etristo con su sonrisa condescendiente
habitual.Seyergueunpocoensutrono—.Mecomplaceanunciarosquehemosatrapadoalapersonaresponsabledelasesinatodelarchiduque.Asesinato.Así que estámuerto de verdad.El rayito de esperanza al queme
aferrabaseapagaporcompleto,semuere.Noloconocíalosuficientecomoparallorarsupérdida,nodespuésdetodaslaspersonasquemehanarrebatadoenestavida, pero su desaparición es como un golpe en las costillas de todosmodos.Aunque me odio por ello, lo que más lamento es la pérdida de su promesa.
Lamento lo cerca que he estado de recuperar Ástrea solo para que vuelvan aarrancármeladelasmanos.—¿Quiéneselresponsable?—pregunto.ElreyEtristodadospalmadasyotroguardiaentraporlapuertaquehaydetrás
del trono escoltando a una muchacha esposada. Tardo un momento enreconocerla: es la sirvienta de antes, la chica asustadiza que ha venido estamismatardeaentregarmelacartaylaquehaservidoelvinoparaelarchiduqueyparamí.Susojosestántodavíamáscolmadosdeterror;vanhaciatodaspartesenbuscadeunacaraamiga.Noencuentraninguna.Meaclarolagargantaymiroalrey.—Por descontado, confío plenamente en vuestro juicio, Alteza, pero ¿qué
animosidadpodríatenerestamuchachacontraelarchiduque?Elreyesbozaunalúgubresonrisa.—Querida,esoesprecisamenteloquehemosvenidoaaveriguar.—Sevuelve
hacia el canciller Marzen y su hermana—. Salla Coltania —dice—. TengoentendidoquenoshabéistraídounsuerodelaverdaddeOriana.Coltaniaseponedepieensusitio,queestá juntoasuhermanoenlafilade
detrásdelanuestra.—Asíes,Alteza—declaraconvoztemblorosa—.Cuandoviajamossiemprelo
tenemos a mano, por si necesitamos descubrir si algún desconocido pretendehacernosdaño.Pordescontado,jamásimaginamosnadasemejante.—Ninguno de nosotros lo imaginaba, querida —responde el rey con un
suspiro, y le hace un gesto para que se acerque—.Dejaré que lo administréisvos,yaquesoislaprofesional.Coltania se acerca a la sirvienta con un frasquito en lamano, y esta última
empieza a luchar de inmediato contra el guardia que la aguanta de lasmanosatadas,comosituvieraformadeescapar.Sinpoderevitarlo,recuerdoaElpisenuna situación similar. Sin embargo, ella no se merecía lo que había en aquelfrasco,mientrasqueestamuchachasí.Nolamatará,sololeharádecirlaverdad.¿Porquéseresistiríadeestemodosinotuvieranadaqueocultar?Coltanialeviertelapociónalafuerzaenlabocaylachicadejaderesistirse.
Serecuestacontraelguardiaquelasostieneyparpadea,desconcertada.—Tardaráunminutoenhacerefecto—leaclaraColtaniaalrey.Siesciertoqueessolounminuto,estesealargaduranteloquesemeantoja
unaeternidad.Porfin,Coltaniavuelveahablar,estavezalamuchacha.—Dinostunombre,porfavor—lepide.Lachicatragasaliva;comosiacabaradedespertardeunsueño.
—Rania—obedeceenvozbaja.Coltaniainspeccionasuspupilasyletomaelpulsoenlamuñeca,traslocual
asientemirandoalrey.—Podéisproceder—leindica.ElreyEtristoseinclinahaciadelanteconlamiradafijaenlamuchacha.—¿Hasenvenenadolacomidadelarchiduque?—pregunta.—No—respondecontonosoñolientoydistante,comosiestuviesealotrolado
deunmurodecristal—.Heenvenenadoelvino.Seoyeunmurmulloportodoelsalón;inclusomisSombrasmusitan.Alfiny
alcabo,yotambiénhebebidovino.Todoslohemoshecho.—¿Conqué?—inquiereelrey.Lachicamiraasualrededorantesdevolveramiraralrey.Lecuestamantener
laconcentración.—Conveneno—dice,convozconfundida—.Nosédequéclase.Conelque
medieron.—¿Quiéntelodio?—prosigueelrey.Ellatragasaliva.Elsuerodelaverdadhacequesetambaleeyqueseprecipite
hacialoslados,peroelguardialasostiene.—Elkáiser—contesta—.Loenvióelkáiserconelpago.Seoyenmásmurmullos,peroestavezcasinireparoenellos.Esjustoloque
esperaba, pero cuando lo confirmame siento como si hubiesendejado toda lahabitaciónsinaire.Casinooigoloquediceacontinuación.—Novaaparar—diceconlavozpastosa—.Nopararáhastaqueestémuerta.
—Alzalasmanosesposadasymeseñala.Siento que se abre la tierra bajo mis pies y casi me caigo de la silla, pero
Artemisiame coge del brazo para sostenerme. La chica se balancea conmásviolenciasobresuspies, inclusoelguardiatieneproblemasparasostenerla.Lacabezalecuelgaaunladoyalotro.ElreyEtristodirigeunamiradaaColtania.—¿Esestonormal?—pregunta.Laorianíestáperpleja.Daunpasohacialamuchacha,laagarradelabarbillay
le abre la boca.Murmura unas palabras entre dientes que no sé traducir, peroestoyseguradequesonmaldiciones.—Tienelalenguanegra.¡Escupe!—ordenaconvozcortante.La chica parpadea, confusa, pero obedecey escupe en el suelo.La saliva es
negracomoelalquitrán,perohayalgomásenella.Coltaniaseagacha,latocaysefrotaunpocolosdedos.Lamira,acercándoselamuchoalosojos.
—Sonpedazosdecristal—afirmamientrasselimpiaenelbordedelvestido.MiraalreyEtristo—.Unapastilladevenenoquedebíadetenerenlabocadesdeantes de que la arrestarais. Se la habrán dado para que la tomase si lainterrogaban—leexplica.«Entonces¿porquéselahatomadoahora?¿Porquénolohahechoencuanto
los guardias la han arrestado?» Pero antes de que pueda seguir esa línea derazonamiento,ungritodepánicodelreyEtristocortaelaire.—¿Aquéestáisesperando?¡Salvadla!Coltaniamiraalamuchachaymuevelacabezahacialosladoscontristeza.—Nopuedo—admite—.Estabamuertadesdeelmomentoquehamordidola
cápsula. No hay cura para lamuerteave. Le quedan solo unos instantes, y noestarálúcida.Nopodemoshacermásquedejarqueselalleve.Lachicaempiezaaecharunaespumanegraporlabocaysedesplomacontra
elguardiaentreconvulsiones.Ojalápudierapreguntarleporquélohahecho,sihasidosolopordineroosihasidotambiénpormaldad.Ojalápudieraentendercuálesestenuevojuegodelkáiser,estealquejuegadesdesutronoalotroladodelocéano.Perolavidayaabandonalosojosdelamuchacha,yyonosoycapazdevermoriraotrapersona.Rezoalosdiosesunaoraciónsilenciosaymepongodepie,seguidapormis
consejeros.Empiezoasalirdelasala,perolavozdelreyEtristomedetiene.—Unmomento,querida—dice,peseaqueestavezsuvozestádesprovistade
su empalagoso dulzor habitual. Está vez suena enfadado y asustado, como unanimalacorralado.Enelfondo,séqueesolohacepeligroso,peromeobligoavolvermehaciaéldetodosmodos.—¿Sí,Alteza?—pregunto.Enlugarderesponder,elreyseinclinahacialosguardiasylesmurmuraalgo
que no acierto a oír, señala hacia mí y se pone de pie. Sale del salón y losguardiasvienenhacianosotros.Tardounsegundomásdelacuentaenrepararenquedesenvainansusespadas.—PrinzSøren,porordendelreyEtristo,quedáisarrestadoporelasesinatodel
archiduqueEtmond.Sin pensar en sus armas ni en los pretendientes, que siguen aquí, me
interpongoentreellosyunaturdidoSøren.—El prinz Søren no es responsable del envenenamiento del archiduque—
declaro, pronunciando cada palabra con cuidado para que todos los presentespuedan oírme—. Si quisiera matarme, ya lo habría hecho. Ha tenido muchasoportunidades —continúo—. No recurriría a un arma tan cobarde como el
veneno,ysiasífuera,seguroquehabríatenidoéxitoylohabríaconseguido.Nopareceunagrandefensa,nisiquieraparamisoídos.—Iré por mi propio pie—interviene Søren en voz baja, mientras pone una
manosobremihombro—.Nohehechonadamalo,yestoysegurodequeelreyEtristosabráverlo.Da un paso hacia los guardias con las manos alzadas y visibles. Antes de
pensarenloqueestoyhaciendo,lecojolamanoyloobligoavolversehaciamí.Solo entonces recuerdo que no estamos solos, que hay una docena depretendientesquenosobservanyqueinterpretaránmuchodeunasimplecaricia,asíquelesueltolamanoenseguidaydejocaerelbrazo.—Tesacaremos—leaseguroenvozbaja—.Yalohiceunavezypuedovolver
ahacerlo.Sørenesbozaunafrágilsonrisa,peroalmenosfingecreerme.Losguardiasle
ponenunasesposasenjoyadasenlasmuñecasyselollevanarastras.
Ladetención
—¡Es un miembro de mi consejo! —le digo al rey Etristo. Me cuestapronunciar las palabras, de tan apretados que tengo los dientes—.Cuandomeprometisteisprotección, tenía la impresióndequeesaprotecciónseextendíaatodamicomitiva.Desde su sitio, tras un gran escritorio de mármol, el rey Etristo apenas se
molestaenmirarme.Suspiraatormentadoyponelosojosenblanco.Noesnadarespetuoso,peronomevecomoaunaigual,sinocomouncuerpodemujerquehablamuchomásdelonecesario.Nisiquierahaaccedidoarecibirmeantesdedesayunar,y eso significaqueSøren llevaochohoras encerradoenunacárcelsta’criveriana.—Como os he explicado ya varias veces, querida, no puedo garantizar la
seguridaddeaquellosquenorespetanlasleyesdeSta’Crivero.¿AcasoenÁstreaelasesinatonovacontralaley?Sientoqueelcalorsefiltraatravésdemipielhastaquemeardenlasmanos.
Lascierroendospuños,aunqueesonohacenadaparaaplacarlo.Elardorquecorrepormisvenasseincrementacadavezquemellama«querida».Meobligoarespirarhondo.Nomehavueltoapasarnadaparecidoalodeaquellassábanasquemadasdesdequenosfuimosdelbarco,soloelcalorocasionalenlasmanosylos brazos, y casi me he convencido de que me lo imaginé todo, pero enmomentoscomoesteséquenofueasí.Sientoelfuegoenmiinterioryséquesisaleahoraalasuperficie...Nopuedopermitirlo.—Porsupuestoquesí—respondo,obligándomeahablardeformatranquilay
neutral.MiroaHeron,BlaiseyArtemisia,queestándepiedetrásdemí,ymevuelvo de nuevo hacia el rey—. Pero una acusación tan grave requiere de
pruebas, y vos no habéis proporcionado ninguna excepto su linaje. Si eso esrazónsuficienteparaencarcelaraalguien,mesorprendequevuestrasprisionesnoesténabarrotadas.ElreyEtristojuntalosdedosdelasmanosencimadelescritorioydelmontón
depapelesquesospechoquesolofingíaleerparaevitarme.—Ahora mismo, mientras hablamos, Salla Coltania está enseñando a mis
apotecariosafabricarotradosisdesuerodelaverdad.Segúntengoentendido,ese procedimiento puede tomar algo de tiempo —explica—. Si con eso sunombre queda limpio, lo soltaré con la más humilde de mis disculpas, peronunca se es demasiado cauteloso con vuestra seguridad, querida. Sobre todoteniendo en cuenta que, según ha llegado a mis oídos, habría pasado variasnochesenvuestrosaposentos.Lainsinuaciónquesubyaceensuvozhacequemesonroje,ymealegrodeque
mis Sombras sean las únicas personas que lo han oído. Sin embargo, estoyseguradequeyahanempezadoacircular rumores, sindudaavivadospormisaccionesenelsalóndeltrono.Alfinyalcabo,meinterpuseentreSørenylosguardias.—Dosnoches—puntualizo,señaloamistresSombrasyañado—:juntoconel
restodemisconsejeros.Sideverdadmequisieramuerta,nohabríaencontradounmomentomejorquecuandoyoestabadormida.Lascomisurasdelabocadelreysecurvanprofundamentehaciaabajo.Porfin
memira.—Bien, enesecaso, lapocióndeSallaColtaniadeberíaabsolverlode todos
los cargos. En solo unos días estará en libertad—repite, como si le estuviesehablandoaunaniñapesada.Quierogritar,peroenlugardeesofuerzounasonrisa.—Muybien—digoconfirmeza—.Pero,comoelprinzSøreneramiconsejero
deconfianzaenasuntosinternacionales,nocreoqueseaadecuadoquemereúnaconningunodemispretendienteshastaqueestéen libertadparaaconsejarme.Supongoque,pordescontado,loentendéis.Deboprotegermispropiosintereses.El rey Etristo tiene pinta de querer abofetearme, pero, tras un segundo, se
colocaunamáscaradeafabilidad.—Si insistís, querida—repone—.Aunqueme preocupa que vuestra falta de
confianzaseapercibidacomoundesaire.Los hombres que pedían pruebas de mi virginidad se sentirán desairados
porquenoconfíoenellos.Laironíameharíareírdenoestartanenfadada.—No pretendo desairar a nadie, por supuesto —contesto con dulzura—.
Mientrastanto,megustaríapodervisitaralprinzSørenenlasmazmorrascuandomeplazcaparaasegurarmedequerecibeuntratojusto.Denuevo,laexpresióndelreysetornafríacomoelhielo.—Querida,ahorasoyyoquienempiezaasentirsedesairadoporvuestrafalta
deconfianza.Continúoconunasonrisapintadaenlacara.—Os repito que no es mi intención, Alteza. Pero es necesario, para mi
tranquilidad.El rey Etristo rechina los dientes, pero, tras lo que parece una eternidad,
asiente.—Deacuerdo.Meinclinoenunaligerareverencia,medoylavueltaysalgodelahabitación,
conmisSombrasalostalones.
Artemisia,Heron,Blaiseyyoapenas tenemos tiempodeacomodarnos enmisaposentos antes de que Veneno de Dragón irrumpa en la estancia, con unaexpresiónqueanunciatormenta.Poruninstantepiensoqueestáenfadadaporelarresto de Søren, pero, por supuesto, eso es ridículo. Si por ella fuera, aúnseguiríaenelcalabozodelHumo.—Nodeberíaispedirle audienciaal rey sinestaryopresente—meespeta—.
¿Tenéisideadeloestúpidaquelehabréisparecido?Dejoqueelvenenodesuvozmeresbaleporlapiel.—Elreyhaarrestadoamiconsejeroymeheencargadodelidiarconello—
contestoconfrialdad—.Meatreveríaadecirqueheconseguidomásdeloquehabríasconseguidotú,yaqueprácticamentebrincascuandoéltelopide.Retrocedecomosi lehubieradadounabofetada.Duranteunsegundoparece
quequieraarrancarmelapielatirasahímismo,peroyonomearredro.—MepreocupoporlosinteresesdeÁstrea—medice—.Yloqueleinteresaa
Ástreanoesqueinsultemosalaliadomáspoderosoquetenemos.Nopuedoevitarresoplar.—Noesunaliado—replico—.Silofuera,élmismonosdaríasustropas.Solo
seponedelladodequienpuedahacerleganarmásdinero.Sielkáiserestuvieradispuesto a pagar lo suficiente, nos entregaría sin pensarlo dos veces. Ahoramismo, la dote de mi matrimonio vale más, así que tengo algo de poder. Ypiensousarlolomejorquepueda.Sinohaceslomismo,laestúpidaerestú.—Theo...—susurraArtemisia,peronoprestoatenciónasuadvertencia.
LosojosdeVenenodeDragónestáncolmadosdeunafuriagélida.—Dejadnossolas—lesordenaamisSombrasconunavozpocomásaltaque
unsiseo.—Nuestrolugarestájuntoalareina—respondeHeronconfirmeza.Miro a la pirata a los ojos, impasible.En estosmomentos, nadamegustaría
másque tener amisSombras cerca,pero tengo la sensacióndequenoquerréquenadiemásoigaloquemitíatienequedecirme.—Marchaos—lespido—.Seráunmomento.—Theo...—meadvierteBlaise.—Idos—insisto.MisSombrasintercambianunasmiradasderecelo,perosalendelcuartoyme
dejanasolasconVenenodeDragón.Mentiríasidijeraqueyanoletengomiedo,perotengocuidadodenomostrarlo.Ellalohuele,ysealimentadeél.—El káiser ha intentado acabar con mi vida—le recuerdo cruzándome de
brazos—.Aquí,dondeelreyEtristomeprometióqueestaríaasalvo.Unhombreha muerto porque subestimó el poder del káiser, y en lugar de buscar a suverdaderoinfiltradohaarrestadoaSøren.Mientrastanto,quiendeverdadledioaesamuchachaelvenenosiguesuelto,yvolveráaatacar.Escuestióndetiempo.Aquínoestoyasalvo.—No—respondeconvoz inexpresiva—,no loestás.Peronoquieresestara
salvo.No consigo reprimir una carcajada, pero incluso yo me sorprendo ante lo
amargaquesuena.—¿Meestásdiciendoquequieroquemeasesinen?Continúaconunaexpresiónplácida.—Loqueestoydiciendoesquequieresserlareina,yesenoesunpapelconel
quevayasaestarasalvo.—Noquieroserlareina.Soylareina—lacorrijo—.Algoqueparecesolvidar
anoserquetepuedasbeneficiardeello.Ahoraesellaquienseríe.—Reina de un país que ya no existe—repone—.Una reina sin corona, sin
trono y sin ceremonia de coronación. ¿De qué te crees que eres reinaexactamente?¿Detressúbditosbobosquetesiguencomoamamápatoporqueunhombrelesdijoqueerasespecialyfuerontantontosqueselocreyeron?Doyunpasoatrás,peronohaterminadotodavía.—Estoy intentando ayudarte, pero eres demasiado testaruda y te crees
demasiado importante para entenderlo —prosigue, alzando la voz—. Por los
dioses,eresclavadaatumadre.Noeslaprimeravezquemediceneso,peroeslaprimeravezquemelodicen
amododeinsulto.—¡Nonombresamimadre!—Hastaquenoveosuexpresióndesorpresano
medoycuentadequehegritado.Sumiradasedesvíahacialapuertaconrecelo—.Mimadreeracincuentavecesmejorpersonaquetú—continúo,concuidadodenoalzarlavoz.Me mira durante unos segundos interminables y luego suelta una áspera
carcajada. Se dirige hacia el mueble bar y pasa unos instantes eligiendo unabotella. La descorcha y se llena una copa hasta casi el borde. Le da un largotragoconelquevacíacasiuncuarto,yluegovuelveamirarme.—No eres la primera persona queme lo dice, ¿sabes?—contesta—.Bueno,
quizá nadie había dicho eso de «cincuenta veces»; eso es un poco exagerado,perosícosasporelestilo.«Ponterecta,comoEirene.»«SonríecomoEirene.»«¿PorquénopuedessermáscomoEirene?»Creoquenopasóunsolodíaenqueno looyeraalmenosunavez.Al final, soloconoír sunombreme sentíacomosimeestuviesenclavandounclavoenelcráneoconunmartillo.Haceunapausaparabeberdenuevo,peroyoyaheoídosuficiente.—Ellanoteníalaculpadequeestuvierascelosa—repongo.Peroesolahacereírotravez.—Pues claroqueestaba celosa, peronomásque ellademí. «Kallistrade—
decía—qué suerte tienesdeno tenerquedar clasesdedecoro.»Y:«OjalánotuvieraquelevantarmealalbaparairasaludaralosGuardianesconmadre.»Y:«¿Porquénopuedopasarlatardemontandoacaballocomotú?»Mepedíaquelecambiaraelpuestomuyamenudo,aunqueyonuncaaceptaba.Ellanoqueríaserlaprincesaheredera,peroyotampoco.—Esoesmentira—replico—.Amimadreleencantabaserreina.VenenodeDragónseencogedehombros.—Esonopuedosaberlo—responde—.Memarchéantesdequelacoronarany
jamásvolví.Peroloquesíséesquenolegustabamuchoformarseparaello.—Da otro sorbo de vino, esta vezmás pequeño, ymemira pensativa—.Tienessuertedenohaberlaconocidodeverdad.Suspalabrassoncomounjarrodeaguafría.—¿Acabasdedecirquetengosuertedequemimadreestémuerta?—No,nohedichoeso—afirma,poniendolosojosenblanco—.Perodealgún
modoesagradablepoderpreservarlacontantapurezaentumemoria.Unamadreperfecta y una reina perfecta, brillante, amable y valiente. Para ti es casi una
diosa,¿verdad?Supongoquetodaslasniñassesientenasírespectoasusmadresenalgúnmomento.Sinembargo,siemprehayuninstanteenelqueesailusiónde perfección se hace pedazos y te das cuenta de que tu madre es solo unapersona,igualquetú,consusdefectos,consuspropiosviciosydebilidades.Túnunca tendrás esa epifanía y sí, creo que tienes suerte por ello. De algunamanera.Durante unos instantes parece tan triste que no estoy segura de si debo
abofetearlaopedirledisculpas,peroeserayitodevulnerabilidaddesaparecetanrápidocomohaaparecido,escondiéndosetrassumiradaduraeimpenetrable.—Según he oído, tumadre fue una buena reina—dice—.Cumplió con sus
obligaciones sin quejarse y la gente la quería, pero siempre será la reina queperdióÁstrea.—Eso no fue culpa suya —protesto—. No podía saber que llegarían los
kalovaxianos.VenenodeDragónvacilaporprimeravez,eltiempojustoparaquedistingaen
sumiradaquetieneunaelección.Entoncessearmadevalorparacontinuar.—Sí lo sabía—dice pausadamente—. Le mandé una carta meses antes del
ataqueparaadvertirledequeibanhaciaallí.—Mientes—respondo,perosemecaeelalmaalospies.Noquierooírlo,pero
tampocosoycapazdemarcharme.Ellameignorayprosigue:—Medijoqueeraunamentirosa.Queeraunavergüenzaporirnavegandopor
ahíyporllamarmepirata.Tengo una retahíla de insultos que quiero proferir, deseo negarlo todo, pero
ningunapalabra consigue llegar amis labios.Tengoque recordarmequedeborespirar.Trasunosinstantes,suexpresiónsesuaviza,apenasunapizca.—Quizá tendría que haber dejado que vivieras el resto de tu vida con esa
imagenpuraeincorruptadeella.—Notecreo—insisto,peseaqueunapequeñapartedemílohace.Alfinyal
cabo,notieneningunarazónparamentirme.Ellavuelveabeber.—Queríaamihermanacontodamialma,peseaqueparezcalocontrario.Era
micompletoopuesto,ytambiénmiotramitad.Peroeraunamujercondefectos.Hace una pausa y se termina la copa, para después mirarme con ojos
transparentes,tanferocesqueasustan,peronomepermitoapartarmedeellos.—Tumadrefueunareinamediocre—diceenvozbaja—.Túpodríasseruna
granreina.Sinolocreyera,noestaríaaquí.Peronoseráfácil,nitampocojusto.
Noloconseguirássinsacrificios,yestoycansadadequemetratescomoaunaenemiga solo por recalcarlo. Si no estás dispuesta a darlo todo porÁstrea, tuorgullo,tuindependencia,tusamigos...Nolarecuperarásjamás.Alverquenocontesto,dejalacopavacíaenlacredenciaysedirigehaciala
puerta.Ponelamanoenelpomoysedetiene.—Todoslossereshumanoscometenerrores,ytumadrenoeraunaexcepción.
Te quería mucho, y quería a Ástrea, y estoy convencida de que pensaba queestabahaciendolocorrecto.Erahumana,nimásnimenos.
Elsueño
PorprimeravezdesdequememarchédeÁstrea,noesel rostrocenicientodeCresselquemepersigueensueños.Esamimadreaquienveo,perono talycomo la recuerdo. La veo tal y como sería ahora, con las mismas arrugasalrededordelosojosylamismabocaquetieneVenenodeDragón.Supelonoes del mismo llamativo color caoba que era antes, aunque tampoco se le hapuesto gris. Simplemente, el color se ha apagado. Lo lleva por encima de unhombrorecogidoenunalargatrenza.Sobrelacabezadescansasucorona,peroenrealidadnoloes:esunadelascoronasdecenizasqueelkáisermeobligabaallevar.Aunqueestá sentadayquieta, loscoposdecenizacaensobresuquitónblanco.Memiraconojos tristesygraves,ycuandomehabla lohacecon lavozde
VenenodeDragón.—Losiento—dice.Esperoaquedigaalgomás,aquemeexpliqueporqué
hizo caso omiso de la advertencia de su hermana y permitió que loskalovaxianosnosconquistaran,porquédejó,conunasoladecisión,queÁstreaacabaseenruinas.Porquémedejócaerenmanosdeunhombrequeconvirtiómividaenunhorrorduranteunadécada.Perosoloesunsueño,ynopuedetenerrespuestasqueyonosepa,asíquelo
único que hace es disculparse, disculparse y disculparse hasta que por finmedespierto,conelsabordelascenizasenlaboca.Por la ventana veo que el cielo todavía está oscuro; solo lo iluminan las
estrellas y una rendija de luna, pero ya sé que esta noche no podré volver adormirme.MimentesiguesiendounremolinoenelquelaspalabrasqueVenenodeDragónhapronunciadosobremimadreserepitenunayotravez.
Artemisiaestádormidaalotroladodelacama,queestangrandequeellaniseinmutacuandomelevanto.RodeodepuntillaselgranbultoqueeselcuerpodeHeron, que no cabe entero en el sofá. Tanto Art como yo nos ofrecimos acambiarle el sitio, pero se negó. Y Blaise se habrá sentido inquieto y habrávueltoasuhabitaciónenalgúnmomentodelanoche.Recuerdo que me he quedado dormida con todos ellos a mi alrededor. No
tuvimos ninguna conversación sobre si debían o no quedarse a dormir:quienquieraqueestétrabajandoparaelkáisersiguesueltoynocreoqueningunodenosotrosconfíeenlosguardiassta’criverianos.Deberíadespertaraalgunodeellos,sobretodoporquealguienintentómatarme
anoche, pero no me parece bien obligarlos a despertarse a estas horas soloporqueyonopuedodormir.Además,quieroestarsolacuandovisiteaSøren.Delaformamássilenciosaquepuedo,mepongounabataycojomidagadesu
sitioenlamesilladenoche.Lametoentrelaprendaylafajaquellevoanudadaalacintura.Mepongolaszapatillasquehayjuntoalacamaysalgodepuntillas,cerrandolapuertatrasdemíconapenasmásruidoqueunsuspiro.Nodeberíairsola,peseallevarladaga(sobretodoporquedudoquepudiera
hacer con ella mucho más que blandirla de un lado a otro e intentar pareceramenazadora).Soloconcaminarporelpasillomesientoallímite;mirodetrásdemícadapocosminutoscomosifueseasalirotroasesinodeentrelassombrasencualquiermomento.Aunqueesobienpodríasuceder.Hasidounaideaestúpida,peroaunqueseaconscientedeellonoparezcocapaz
dedarmediavuelta.Llegoalelevadorysubo,aliviadadeveraotrapersona.Porloqueyosé,elmismooperariopodríaserelasesino.Sinembargo,siloes,
no tieneprisa:memirade forma inexpresivamientrasesperaaque ledigaundestino.—Plantaquince,por favor—digo.Es laplantaa laqueErikmehadirigido
antes,dondehanalojadoaladelegacióngorakí.Asienteconbrusquedadyempiezaamoverlamanivela.Elelevadordesciende
y,porsuavequeseael trayecto,nopuedoevitaragarrarmedelosbarrotesquehay a mi espalda. Por muchas veces que suba, no creo que llegue aacostumbrarme nunca. Por suerte, no tardamos mucho en detenernos con ungolpeyeloperarioabrelapuerta.Encuantosalgo, lacierrayelelevadorcontinúabajando,dejándomesolaen
unlugaroscuro, iluminadosolamenteporla luzdela lunaquesefiltraporlasventanas.Elpasilloqueseextiendeantemítienepuertasaamboslados,perono
tengoniideadecuálesladeErik.Camino despacio por el pasillo con la esperanza de encontrar alguna señal,
perotodaslaspuertasderoblesoniguales.Inclusolosdibujosgrabadosenellasy los pomos de cristal son idénticos. Estar sola de nuevo está empezando aponerme los pelos de punta: si un asesino quisiera atacarme, este sería elmomentoperfecto.Podríanhacersutrabajosinproblemasyluegoculpara losgorakíes,que,encima,noparecentenermuchosamigosenSta’Crivero.Ladeolacabezaymirolosquiciosdelaspuertasparaversisecuelaalgode
luzquemeindiquequehayalguiendespierto.Yaesmásdemedianoche,asíquela mayoría están a oscuras, pero al final encuentro una que no y llamo consuavidad.Sehaceunlargosilencio,peroentoncesoigounospasossuavesqueseacercan
ylapuertaseabreconuncrujido.Asomaungorakímenudoyenjutoconunacalvaresplandecienteyunasgafasredondasapoyadasenlapuntadeunanarizaguileña.Memira,irritadoyconelceñoprofundamentefruncido.Quizánoestémuycontentoporquelehayainterrumpidodeloqueseaqueestuviesehaciendo,peroalmenosnohaymuchasposibilidadesdequeseaelasesino.—Siento...Sientomolestarte—ledigo—.EstoybuscandoaEri...Quierodecir,
alemperador.¿Enquéhabitaciónestá?Frunce el ceño, ymedoy cuenta de que no entiende astreano.Abro la boca
pararepetirlelomismoenkalovaxiano,porqueprobablementelohabledespuésdehabersobrevividoalaocupación,peroélsemeadelanta.—Emperador—repite.Asientomuyaliviada.El hombre asoma al pasillo y señala al otro lado del elevador, pero hay
demasiadaspuertascomoparaqueyodistingaacuálserefiere.Éltambiéndebede darse cuenta, porque exhala un fuerte suspiro, sale de su cuarto yme guíahastalapuertaqueseñalaba,alaquellamaconmuchamásfuerzaymuchosmásgolpesdelosquehabríadadoyo.Detodosmodos,supongoqueesalgopositivo,porqueenunospocossegundosErikresponde,conlosojosmediocerradosdelsueño. Parpadeo y nos mira soñoliento unos instantes, como si estuvieseintentandoentenderlaimagenquetienedelante.—¿Tho... reina Theodosia? —pregunta en kalovaxiano—. ¿Maestro Jurou?
¿Quépasa?Elhombre—elmaestroJurou—frunceelceñoyselanzaahablartanrápido
en gorakí que no distingo ni una palabra. Y creo que Erik está en la mismasituación, porque solo se lo quedamirando fijamente y espera a que termine.
Cuandolohace,miraaErik,aguardandounarespuestaqueélnotieneniideadecómo darle. El hombre se da cuenta, carraspea indignado y vuelve hacia suhabitación,quecierradeunportazo.Erikseestremecealoírelgolpe.—VeoqueyahasconocidoalmaestroJurou—comenta.—Nosabíacuáleratuhabitación—mejustifico—.¿Quiénes?Abrelabocaparacontestar,peroentonceslacierrayfrunceelceño,pensando
encómohacerlo.—Esun...alquimista—dice—.ElmejordeGoraki, inclusoantesdelasedio.
Si te soy sincero, no estoy del todo seguro de qué hace, pero todo elmundoparece pensar que esmuy importante.Como ves, no hablo gorakí, aunquemimadre está haciendo todo lo que está en sumano para remediarlo.Hace algorelacionadoconeloro,creo.—Arrugamáselgesto,niegaconlacabezaycentrasumiradaenmí—.¿Aquéhasvenidoaestashorasdelanoche,Theo?—Nopodíadormir.—¿Yhasdecididocompartir tudesgraciaconmigo?Muyamabledetuparte,
peropreferiríaquenolohubierashecho—respondeconunbostezo.—QuieroiraveraSøren—aclaro—.Ycomoelkáiserlehapuestounprecio
amicabeza,nocreoqueseamuyinteligentequebajesolaalasmazmorras.—Sola,peronodesarmada—observamientrasseñalaladagaconlacabeza.—Es más para que se vea que otra cosa—admito—. Ya me viste ayer. Si
intentousarlalomásprobableesquemeacabehaciendodaño.—Estábien—diceconunsuspiro—.Dejaquecojamiespadaeiremosjuntos.
Amí tampocomeimportaríaveraSøren.—Vuelveaentrarenelcuarto,peroantes de que se cierre la puerta lo oigomascullar—:Aunquehabría preferidoesperaraquefuesededía.
Lamazmorra
LasmazmorrasquehayenlapartesubterráneadelpalaciodeSta’Criverosondeesaclasede lugaresqueno recibenmuchasvisitas.Dehecho,pareceun lugardelqueunonoesperaríasalirjamás.Alprincipio,cuandoselohemospedido,eloperariodelelevadorseharesistidoallevarnos,perocuandoleheinformadodequeelreymehabíadadopermisohaaccedidoaregañadientes.Sinembargo,noveíalahoradelargarse,yencuantonoshadejadoallíhaempezadoasubirdenuevo,antesinclusodequehubiéramoscerradolaspuertas.—No inspiramucha confianza—murmura Erikmientras echa un vistazo al
oscuro pasillo, iluminado únicamente por hileras de pequeños candelabros depared.Elairedeaquíabajoesdensoyrancioymeprovocanáuseas.Noquieroponerlenombreaesteolor.Noparecequeemanedenada—odenadie—vivo.Caminamos por el pasillo hasta que llegamos a una puerta de hierro que se
extiende desde el techo hasta el suelo y de pared a pared. En el lado dondeestamosnosotroshayunjovensta’criverianoapoyadoenlapared.Parecemediodormido,perocuandooyequenosacercamosse incorporade repente,con losojosmuyabiertosdelasorpresa.Parecetenerunosveinteaños,perotienelapielcetrinayunasoscurasojeras.Mepreguntocuándofuelaúltimavezquesaliódeaquí.—¿Qué hacéis aquí? —pregunta el muchacho, aturdido. Traga saliva y lo
intentaotravez—.Quierodecir,¿enquépuedoayudaros?—HemosvenidoaveralprinzSøren.ElreyEtristomehadadopermisopara
visitarlocuandomeplazca.Élarrugaelgesto,perplejo.—Peroestamosenmitaddelanoche—replica.
Meencojodehombros.—Así me place—repongo—. Soy la reina Theodosia y me gustaría que el
prisionero estuviera en una habitación segura y separada de los demás. ¿Hacomido?—Yo...Sí,Majestad—contesta.—Mealegraoírlo—digo—.Puedemostrarsealgotestarudoconesosasuntos.
¿Existeunahabitacióncomolaquehedescrito?—ElprinzSørenestáretenidoenunaceldadeaislamiento—nos informa—.
Esbastantecómodaparaserunacelda.Sinduda,eslomejorquehayaquíabajo,yestálejosdelosdemásprisioneros.—Creoqueservirá—lecomentoconunasonrisa—.¿Cómotellamas?—Tizoli —dice el hombre, y se apresura a hacer una reverencia. Cuando
termina se vuelve hacia la puerta y rebusca en la anilla de llaves que llevaenganchada en el cinturón. Necesita un par de intentos, pero al final abre lapuertaynosguíahaciaelinterior.
LaceldadeSørenesunpocomásgrandequeelcalabozodelHumo,yalmenostresvecesmayorquelamíaenÁstrea.Noestáesposadocomoenelbarco,asíquepuedeponersedepie,caminaryhacerloqueleapetezcaentreesascuatroparedes. Por desgracia, lo que quiere hacer es dormir: está como un tronco,acurrucadoenunrincóndeespaldasanosotros.—¡Søren!—gritoatravésdelosbarrotesdelapuertaporloquemeparecela
centésimavez,peroélsiguesinmoverse.MevuelvohaciaTizoli,queestádetrásdenosotros,dudandoentreirseoquedarse—.¿Seencuentrabien?—Yo... esto... diríaque sí,Majestad—respondemientrasmiranerviosoa su
alrededor.—No le pasa nada —interviene Erik—. Podría seguir durmiendo hasta en
mediodeunhuracán.Dehecho,noseríalaprimeravez.—SellevalasmanosalabocaparahacerbocinaygritaelnombredeSørentanfuertequemetengoquetaparlasorejas.Este,sinembargo,solosedalavueltayseacurrucamáscontralapared.—¿Nopodríasabrirlapuertauninstante?Lodespertamosdeunempujoncito
yvolvemosasalirenseguida—lepidoaTizoli,peroniegaconlacabeza,comotodaslasvecesqueselohepedidodesdequehemosllegadohacediezminutos,quedebendeserporlomenoscinco.Erik respira hondo, preparándose para volver a gritar, pero lo interrumpo
cogiendounbotóndelamangadesucapayarrancándolodeuntirón.—Pero¿quéhaces?—protestaErikmientrasmira laprendarasgadaconuna
expresióndeincredulidad—.¡Laacababadeestrenar!Mimadremevaamatar.Loignoro,meacercoalosbarrotesymetoelbrazo,conelbotónbienagarrado
enlamano.SelotiroaSørenalacabezacontodasmisfuerzasyledoyjustoenelcentrodelafrente.Esunbotónpequeño,perohasidosuficiente.Levantalamanoparaapartárselo,yentoncesabrelosojosynosmira,soñoliento.—Porfin—ledigo—.Duermescomosiestuvierasmuerto.Sørenseimpulsaparasentarse,todavíadesorientado.—Creoquesigodormido—admite—.¿Quéhacéisaquí?Y¿quéhoraes?—Casi el amanecer, diría—contesto antes de volverme hacia Tizoli—. ¿Te
importaríadarnosunpocodeintimidad?—lepido—.Iremosabuscartecuandohayamosterminado.Tizoli duda, pero tras un instante asientey seva.Espero aque suspasos se
alejenantesdevolverahablar.—Sí que han cambiado las tornas —le comento a Søren con una sonrisa,
aunqueestasituaciónnotieneningunagracia.Élmedevuelvelasonrisa,aunquenoparecedeltodosincera.—¿Hasvenidoarescatarme,Theo?—preguntaconironía.Niegoconlacabeza.—Están fabricando un suero de la verdad para ti, así que en cuanto te lo
administrendeberíasquedarenlibertad.PeroelreyEtristohadichoquepodríatardarunpoco.Asiente,aunquenoparecemuyconvencido.—¿Tenéis alguna idea de quién puede estar en realidad trabajando para mi
padre?—Ninguna—dice Erik con voz grave—. Podría ser literalmente cualquiera.
Malditasea,sisupieranquetenemoslamismasangreprobablementeestaríaaquícontigo.—Sí,mejorquesigasiendounsecreto—opinoysuspiro—.Porlomenoshe
podido aplazar el asunto de los pretendientes. Les he dicho que no podíareunirmeconnadieanoserquetúestuviesespresenteparaaconsejarme.Sørenresopla.—Seguroquetutíaestáencantadaconlaidea—repone.Lodice de broma, pero solo conoír lamención aVenenodeDragón seme
erizalapiel,yélsedacuenta.—¿Quépasa?—pregunta.
Yovacilo.—TengounapreguntasobreelasediodeÁstrea.—Respirohondoyvalorola
posibilidad de callarme. Puede que no quiera saber la respuesta—. Si noshubieran advertidode queveníais, ¿quéhabría pasado? ¿Habría sido como enVecturia?¿Habríaisdadomediavuelta?Søren frunceelceñoy lopiensa tanto ratoqueempiezoapensarquenome
contestaránunca,peroalfinalniegaconlacabeza.—Quizáhabría duradomás tiempo, o se habría convertido enunaguerra en
lugar de en un asedio, pero os habríamos vencido de todosmodos.Ástrea noestaba preparada para un ataque de esa envergadura, nunca habían tenido queenfrentarseaninguno.Losientosinoeslarespuestaquebuscabas.—Enrealidadsíqueloes—contesto—.Peronomehacesentirmejor.Les cuento todo lo que me ha dicho Veneno de Dragón y ellos dos me
escuchanmientrasmedesahogo.Cuandotermino,mispalabrassonapenasmásaltasqueunsusurro.—Siempre imaginéamimadrecomounareinaperfecta,peroesa imagenha
quedadodestruidaynosécómorecuperarla.Erik y Søren intercambian unamirada, pero es el segundo quien finalmente
habla.—Bueno, nuestro padre es el káiser—dice despacio—. No tenemosmucha
experienciaconilusionesrotasconfiguraspaternasomaternas.—Pero¿nohubountiempoenelqueloadmirabais?—lespregunto,mirando
primeroaunoyluegoalotro.Ambossequedanensilencio.—No—admiteSøren—.Inclusoantesdequeyoentendieraloquelehacíaa
losdemás,sabíaloquelehacíaamimadre.Norecuerdoniunapalabraamable.Sin embargo, sí que recuerdo cuando ella se empequeñecía de terror cada vezqueélseleacercaba,ycuandoseestremecíacadavezquesedirigíaaella,comosi la hubiese abofeteado.Vi ami padre comounmonstruodesde el principio.Simplemente, todavía no me había dado cuenta de hasta dónde alcanzaba sumaldad.Erikseaclaralagarganta.—Creoquehubountiempoenelqueyoaspirabaasercomoél—reconoce—.
Nodurómucho,perosí, lohubo.Élnuncamereconociócomoasuhijo,ynisiquieramedirigiónuncalapalabra,peronoeraningúnsecreto.Yolosabía.Ydeniñopensabaquesieramásgrande,másfuerte,mejor,mequerría.Teodiaba—lediceaSøren.
Estefrunceelceño.—¿Deverdad?Nolosabía.Erikseencogedehombrosyapartalavista.Laluzesdemasiadotenuecomo
paraasegurarme,perocreoquesehasonrojado.—Entonces no te conocía, tan solo sabía quién eras. Solo eras ese niño que
tenía todo lo que yo quería desesperadamente, y no parecías apreciarlo enabsoluto.Por supuesto que te odiaba.Pero cuando fuimos aprendices juntos ynos hicimos amigos lo comprendí.Creo que ese fue elmomento en el que serompieronmisilusiones,aunqueestoesdiferente.—No,creoqueloentiendo—lecomento—.Gracias.Sørensuspiraconfuerza.—¿Vasavolveralcampoderefugiadosahoraquenotienesquepreocupartede
lospretendientesduranteunosdías?—Supongoquesí—contesto,aunquepensarlomeemocionaymeaterraala
vez. Me encantó ayudar y hablar con otros astreanos, pero el sentimiento deculpa era casi insoportable. ¿Cómo puedo estar en el palacio del rey Etristo,comiendoplatosexquisitoshastaquesientoquemevaaexplotarelestómagoyluciendo vestidos que cuestan una fortuna mientras todos ellos están sucios,enfermosysemuerendehambre?Pero tengoque ir,porsupuesto.Sinohagotodo loqueestá enmimanoparaayudarlosnome loperdonaré jamás.Y, sinduda,nopodríallamarmesureina.SemeocurreunaideaymevuelvohaciaErik.—Tú tambiéndeberías venir—le sugiero—.Allí tambiénhaygorakíes, y si
vasasersuemperadordeberíasiraverlos.NocreoquesepanqueGorakivuelveaestarasalvoyquizáquieranregresar.Eriklopiensa.—No cuento con ello —admite, negando con la cabeza—. Está «a salvo»
relativamente,ylaverdadesquequizáesténmejoraquí.Lasolaideameprovocanáuseas.—Nodigasesohastaquenolohayasvisto—contestoyluegomiroaSøren—.
¿Hayalgoquenecesites?Éllomeditaunosinstantes.—Soloqueel tiempopasemás rápido.¿Tienesque iraalgúnsitioantesdel
desayuno?—No—respondo—.Podemosquedarnosunratomás.Sørenseestiraenelsuelosucioyseapoyaenlapareddeladrillos.—Bien—dice—.¿Quéteparecesidamosotraclasedeastreano?
—¿Ahora? —pregunto frunciendo el ceño—. Se me ocurren mejoresmomentosymejoreslugares.—Aquí puedo ser un alumno aplicado, ¿no ves que no hay nadie que me
distraiga?—contesta—.Yharáquedejedepensar enotras cosas, comoen laposibilidaddequeelreyEtristodecidaejecutarme.Semehaceunnudoenlagarganta.—Yojamáslopermitiría—leaseguro.Sørensonríe,aunquesololohaceconlabocaynoconlosojos.—Creoqueyahasobradobastantesmilagrospormí,Theo.Este talvezesté
fuera de tu alcance. —Se endereza—. Pero ¿ves? Me estás dando la razón.Necesitamosunadistracción.AErik tampoco levendríamal aprender algunaspalabras.—En realidad creo que intentar aprender dos idiomas a la vez solo me
confundiría—reponeesteconunbostezo.Seapoyaen lapareddelpasillo, secruzadebrazosycierralosojos—.Despiértamecuandotequierasir,Theo.Meloquedomirandoincrédula.—Noseráscapazdequedartedormidoasí,sinmás.Aunquesigueconlosojoscerrados,curvaloslabiosenunasonrisa.—Soymarinero.Puedodormirencualquierparte.Yodicelaverdadofingemuybien,porqueinclusoroncamientrasleenseñoa
Sørenalgunaspalabrasbásicas.«Yo»,«tú»,«tener»,«hacer»,«agua»,«pan».Esdifícildecircuántotiempopasaantesdequesalgaelsol,perocuandoErik
yyonosvamosdelasmazmorrasSørenparecedemejorhumor.Leprometemosvolverprontoavisitarlo,peronodalasensacióndequenoscrea.
Amor
Untorrentedegritosdepánicomerecibeencuantovuelvoamihabitación.—¡Pensábamos que estabas muerta! —exclama Heron, cuyos ojos,
normalmente tranquilos, arden con un resplandor ámbar—. ¿En qué estabaspensandoalirteenmitaddelanoche?—Yademás te has llevado la daga—añadeArtemisia—. ¿Querías ahorrarle
trabajoalasesinodelKáiser?—¡Tepodríanhabermatado!—diceBlaise.Lairairradiadeélcontantafuerza
quecasilapuedoverhirviendoenelaire.Letiemblanlasmanos,peronoparecedarsecuenta.Peroyosímedoycuenta,ytambiénHeronyArtemisia.Enesemomentosu
miedoysuiradesaparecen,aplastadosporlosdeBlaise.Elsuelobajomispiestiembladeformatansutilquepodríaatribuirloa lavibracióndelelevadorquehayalfinaldelpasillo,peronoeslamismaclasedetemblor.Zumba,comosilaspiedrashablasen,comositambiénaellaslesestuviesencontestando.—Blaise—digo,concuidadodehablarconsuavidad.Perocuandosusojosse
clavanenlosmíosveoquesumiradaesextrañaylejana,comosinomeviese.El temblor aumenta, hasta que los vasos que hay sobre lamesa empiezan a
repiquetear.Séquedeberíahaceralgo,odeciralgo,peroestoyparalizada,soyincapaz de hacer nadamás quemirarlo fijamente.Caenmotas de polvo sobrenosotros;lluevencomolohacíalacenizacuandoelkáisermeobligabaallevaraquellacorona.Artemisia es la primera en reaccionar. Cruza la habitación rápidamente, a
grandespasos,y ledaunasonorabofetadaen lacara.Elsonido reverberaporencimadeltemblor,peroaBlaisenoleafecta.
Yalohabíavistoperderelcontrolsobresuspoderesantes,perosiemprehabíaluchado por recuperarlo. Esto no había pasado nunca. No sé si sigue estandodentrodesupropiocuerpo.El jarrón que hay sobre el tocador se desplaza hasta el borde y se cae,
rompiéndose en pedazos y salpicándolo todo de agua y rosas inertes. He deagarrarme a la pared para mantenerme firme antes de dirigirme hacia Blaise,mientraselcorazónmelatedesbocado.Reparoderepenteenlopeligrosoqueesesto, no solo para Blaise, sino para todos nosotros. La altura de las torressta’criverianasesunpeligro.Conunterremotoagranescalaestamismapodríaderrumbarse, y el resto caerían como fichas de dominó y aplastarían toda laciudad.Sinoconsigo llegaraBlaise,podríadestruir laciudadyacabarcon lavidademilesdepersonas.—Blaise—repito,cogiéndolodeloshombros.Lapielleardeinclusoatravés
delatela,escomofuegocontramisdedos,peromeagarroaéldetodosmodos.Intento zarandearlo, pero está clavado en el sitio—. Por favor, Blaise. Estoybien.Se estremece y los temblores remiten ligeramente, pese a que siguen siendo
pronunciados.Siguensiendopeligrosos.Sinpensar, le rodeo el cuello con losbrazosymeaferro a él con todasmis
fuerzas, inclusocuandoelcalordesucuerposefiltraenelmío.Leacaricioelpeloyantesdeserconscientedeloquehago,lecantolananaastreanaqueélmecantócuandolonecesité:
Mipreciosoniño,CaminemosporlanieblaanuestrasuerteNosvamosalpaísdelossueños,Dondeelmundosevuelvesilvestre.Elhoyterminó,yaeshoradequelospajarillosvuelen.Elmañanaseacerca,paralosviejoscuervoseslahoradelamuerte.Sueñaconunlugardondetodoesposible,conunmundodesconocido.Mañanaharástussueñosrealidad,peroestanoche,miniño,sueñaconmigo.
Pocoapoco,elmundoquenosrodeasequedaquieto,peroBlaiseno.Élsiguetemblando,peseaquemerodeaelcuerpoconlosbrazosyentierraelrostroen
unladodemicuello.Medoycuentadequeestállorandocuandosientoelcalorylahumedaddesuslágrimascontralapiel.Pasaloquemepareceunaeternidadsinquenadiepronuncieniunapalabra,perosé loquepiensan, losécontantacertezacomoséloquepiensoyo.Blaiseyanocontrolasudon,ylasituaciónestáempeorando.Siestohubiera
duradounosminutosmáshabríapodidomatarnosanosotrosyaotrosmilesdepersonas.Notenemosformadedetenerlo.Blaisemesueltapocoapocoylevantalacabeza.—Tengoqueirme—musita—.Nopuedoquedarmeaquí.Nopuedo...—Sele
rompelavozantesdeacabarlafrase.Parte demí sabe que tiene razón. Aquí es un peligro para símismo y para
todoslosdemás.Sinembargo,nosoportolaideadedejarlomarchar.—No—digo,obligandoamivozaquenotiemble—.Loquehapasado...No
lohashechoapropósito.Artemisiasemequedamirando,incrédula.—Noimportasiesapropósitoono—repone—.Haestadoapuntode...—se
interrumpeyniegaconlacabeza—.Nomehabíadadocuentadequeestabatanmal.—Ninguno de nosotros se había dado cuenta —responde Heron—. Pero
sabíamosqueacabaríaasí.Elmaldelaminanotienecura.EslomismoqueSørenmedijoenelWås.Entoncesnolocreí,nodeverdad.
Todavíanoquierocreerlo,nisiquieraconlaspruebasantemisojos.—Nopuedeserelmaldelamina—repongo.Intentoparecersegura,aunque
derepenteyanoestoyseguradenada—.Silofuera,yaestaríamuerto.—Cierrolos ojosmientras busco una explicación—. Su don es poderoso, y por eso esinestable.Solotienesquepracticarcómocontrolarlo—ledigoaBlaise,peronoconsigoconvencerlos,amímenosqueanadie—Theo,yotampocoquieroirme,pero...—Blaisetragasaliva.—Puesnotevayas—lointerrumpo—Quédateylucha.Quédateconmigo.—
No pretendía decir la última frase, pero se me escapa antes de que puedadetenerla.Blaisememiraa losojosensilencioduranteuninstante.Veoensurostroel
choqueentresussentimientos.—Nuncalohabíasentidotanfuerte.Nosentíaquemicuerpofuesemío,solo
loobservabatodo,incapazdehacernada.—Tragasalivadenuevoyniegaconlacabeza. Tras lo que parece una eternidad, se vuelve hacia Artemisia con unamirada firme y resuelta—.La próxima vez que empeore así,Art,me clavarás
unadagaenelcorazón.Artemisiaabremucholosojos,yduranteunsegundoesperoqueseniegue.—Sicreesquevasahacerdañoaalguien,loharé—respondeconcautela.Blaiseasiente,perotodavíapareceinseguro.—Noséquémeestápasando—admite.—Quizáyahayaocurridoantes—sugiereHeron—.Talvezhayahabidootros
Guardianesconpoderesinestables.—Nuncaheoídounahistoriaasí—repongo.—No nos lo habrían contado —contesta Heron—. ¿Quién contaría esos
cuentosalosniños?EsciertoquetodoslosGuardianesqueconocídeniñacontrolabansusdones,
peroteníaqueserasíporfuerzasiteníanqueestartancercadelareina,¿no?LaideadequeexistieranotroscomoBlaisenuncasemehabíaocurrido,peroloquediceHerontienesentido.¿Cómonoshabríamosenteradodesuexistencia?Unpensamientosemecruzaporlamenteyseuneaotro,yunaideaestúpiday
desesperadaempiezaagestarse.—Erikyyo tenemospensadovolveral campode refugiadoshoypara llevar
máscomida—digo—.Esloqueestabahaciendoantes.HeidoconErikavisitaraSøren.Siquedanastreanosquesepanalgomássobreelmaldelamina,puedequeesténallí.—Esposible—respondeArtemisia,aunquenoparececonvencida.—¿Cuánta comida has conseguido reunir, Heron?—le pregunto.Me cuesta
hablarconnormalidadcontodoslosescombrosproductodelestallidodeBlaiseanuestroalrededor,peromeobligoahacerlo.Simeobcecoconlosucedidoycon lo que significa yo misma me volveré loca. Es un problema que deboresolver, eso es todo, y puedo encargarme de él a la vez que ayudo a losrefugiados.Meconcentroenlassolucionesynoenelproblema.Esloúnicoquehacequenomederrumbe.—Nolasuficiente—contestaHeron—.Perotampococreoqueseaposibleque
nosllevemoslobastanteparaalimentaratodossinquelonoten.Perosipasounpardevecesmásporlacocinadeberíaconseguirtodalaquepodemoscargar.Asiento.—Pueshazlo—digo—.ErikyHoatambiénvienen,hemosquedadoconellos
dentro de una hora. Art, ¿puedes ir a ver qué comenta la gente sobre elterremoto?Nocreoquenadiepiensequenohasidoporcausasnaturales,peroquieroestarsegura.Ambosasientenyseapresuranairse.Blaiseyyonosquedamossolos.
Me retuerzo lasmanos, nerviosa. Blaise y yo nos hemos esforzado tanto enevitarhablardesucrecienteinestabilidadqueahorayanosécómosacareltema.—No puedo quedarme en palacio, Theo —repite tras unos momentos de
silencio—.Puedomontarunatiendadetrásdelosmurosdelacapitallobastantelejoscomoparanohacerdañoanadie.Peroestarélosuficientementecercaparavenirentuayudasimenecesitas.—¿Mevasadejaraquísola?—pregunto.Élhaceunamuecadedolor.—Noseasasí—contesta—.Novasaestarsola.EstarásconHeronyArt.—Noeslomismo.Ellosnomevencomomevestú.Nomeconocíanantesde
quetodoestoempezara.Tenecesito,Blaise—semerompelavozyniegoconlacabeza—.Vamos antes al campo.Buscaremos información. Si después de esotodavíaquieresirte,notedetendré.Élniegaconlacabeza.—Nopodemospreguntaradesconocidossobreesto.Sialguienseentera...—Heron y Artemisia lo saben y no han hecho nada—puntualizo—. No te
tratandeformadistinta.—Porquesonmisamigos—repone—.PeroinclusoArtloharásiestovuelvea
ocurrir.Unosdesconocidosintentaríanmatarmeallímismo.—Bueno, pues no les diremos que eres tú. Haremos preguntas de forma
hipotética,porinterésgeneral.—Esimposiblequenoparezcasospechoso—protesta.—Entoncesesconderemosunainvestigaciónconotra—digo,ymesobreviene
unaidea—.PreguntaremosparaversialguiensabealgosobreloquelesucedióaCress,porqué recibióeldondeHouzzahdespuésdebeberseelEncatrio.Ypodemospartirdeahí.Blaisesuspiraconfuerza,peronoseniega,yesoyaesalgo.—Lo más posible es que no consigamos nada —comenta al cabo de un
momento,mientras juguetea con el brazalete con la gema de Tierra que le dihacemediavida.Lollevasiempreenelbolsillo,peroahoraleestádandovueltasenlasmanosdeformadistraída—.Elmaldelaminanotienecura.«Noeselmaldelamina»,quierodecir,peroyanoestoysegura.¿Quéesel
maldelamina,sinoundonconcedidoaalguienquenoescapazdemanejarlo?Quizá no sea tan distinto de ser bendecido.Tal vez sean las dos caras de unamismamoneda.Derepente,medoycuentade lopocoquesésobremipropiopaís.Aunqueahorasoymásadultaqueniña,nosémuchomássobrelosdiosesylasminasquecuandoteníaseisaños.
Blaise está agarrado al brazalete con tanta fuerza que se le han puesto losnudillosblancos.—Igualnodeberíasllevaresoencima—sugiero,mientrasseñalolajoyaconla
cabeza—.Puedequeloestéempeorando.Loagarraconmásfuerzatodavía.—No,ayuda—contesta—.Amenudolocanalizaenalgomanejable.Memuerdoellabioylovuelvoamirar.—Nopuedoperderte,Blaise—ledigoenvozbaja—.Siexistelamásmínima
posibilidaddequeteayudemos,tenemosqueaprovecharla.Alprincipio,élnoresponde;tienelamandíbulaapretada.Peroluegoasiente.—Estábien,Theo—accede—.Lointentaremos.Perosinonos llevaanada,
memarcharé.Unahorriblesensaciónsemeextiendeporelestómagosolodepensarlo,pero
asiento. Doy un paso hacia él, vacilante, y lo estrecho entre mis brazos. Alprincipio, tiene el cuerpo rígido y tenso, pero al final se ablanda yme abrazacomosiyofuesetanfrágilcomoloeraeljarrónantesderomperlo.—Te amo —le confieso, con la cara pegada a su hombro. Quizá lo esté
manipulando de nuevo, quizá estas palabras sean otra artimaña, la única armaquetengoamidisposición,peroesonolashacemenosciertas.Mesientobienaldecirlasenvozalta.Él sequedasin respiración,yunapartedemí se sienteculpable.Porciertas
queseanesaspalabras,séque loquemeha llevadoadecirlasaquíyahoraesmásretorcido.Ledigoloquenecesitaoírparaquemedéloquequiero.ApartoelsentimientodeculpaymeconcentroenBlaise,queestáaquí,depie
delantedemí.Blaise,quetienequeseguirluchandopaseloquepase.Blaise,lapersonasinlacualnosabríacómosobrevivir.Noquieroaprender.Sololoquieroa él, sano y feliz ami lado, preparado para recuperar nuestro hogar, salvar anuestropuebloyvengaranuestrospadres.—Yo también te amo, Theo—responde; su voz es apenasmás alta que un
susurro.Aunque ya lo sabía, sientomariposas en el estómago al oírlo.Me aparto un
pocoparamirarlo.—Puesqueniseteocurraabandonarme.Medaigualsi lamismísimaGlaidi
intentallevartealDespués.Lecontestas:«Hoyno».¿Mehasoído?Blaisetragasaliva.Tieneunnudoenlagarganta.—Teheoído—responde.Esas palabras no significan mucho; ambos sabemos que cuando la muerte
vieneabuscarnosnotenemoselección.Yahemosperdidoamuchagenteantesdequefuesesuhora.Sinembargo,esagradablefingirquetenemoscontrolsobreelloduranteunosinstantes.
Eldisfraz
Despuésdedesayunaryvestirnos,loscuatronosencontramosconErikyHoaenlaentradadepalacio.Elsolbrillatantoquenosciega,ytengoquetaparmelosojoscuandosalgodelapuertaprincipal.Artemisiamehainformadodequelasconsecuenciasdel terremotohansidomínimas,por suerte.Soloalgunosdañosestéticos en la torre de palacio, algunos cachivaches y baratijas rotos, unoscandelabrosdeparedquesecayeronyalgunasbaldosasagrietadas.NadaqueelreyEtristonopuedamandarrepararenseguida.«No ha sido nada... esta vez», pienso, aunque me obligo a apartarlo de mi
mente.—ReinaTheodosia—mellamaunavoz.Cuandosemeacostumbranlosojosa
laluz,veoqueessoloColtania,quellevaunvestidodesedarojaqueseleajustaalafiguraylerealzalascurvasdelacintura,lascaderasyelpecho.Aunquemesientoaliviadadequeseaellaynouncortesanosta’criveriano,me
sientomolesta.¿QuéhaceellapaseándosemientrasSørenestáencerradoenunamazmorra oscura? Debería estar trabajando en el suero de la verdad quedemuestresuinocencia.Nocreoqueestéavanzandomuchoconesevestido.—Hola,SallaColtania—saludo,forzandounasonrisa.Tiende lasmanos para coger lasmías y se inclina para darme dos besos en
cadamejilla.Seríealvermisorpresa.—Es como se saluda a los amigos en Oriana —explica—. Es una vieja
costumbre;losiento.—Nopasanada—respondo,aunquesientolosrestosdesupintalabiosrojoen
lasmejillas.Meaguantolasganasdelimpiármelo.Séquenoeslomismo,perome recuerda a cuando el káiser memarcaba con una huella de ceniza en los
banquetes.—¿Habéisnotadoel terremotodehaceunrato?Quémiedo.Peroahorahace
un día precioso. Marzen y yo íbamos a ir de pícnic otra vez, deberíaisacompañarnos. —Mira a mis Sombras, que están detrás de mí—. Vuestros...acompañantestambiénsonbienvenidos,porsupuesto.Fuerzootrasonrisa.—Hasidounterremotoaterrador,perotengoentendidoquesonfrecuentesen
estazona—contesto,aunquenosésiesoescierto.Coltaniafrunceelceño,perocontinúo antes de que le dé tiempo a cuestionármelo—. Es muy amable devuestraparte,perometemoque,alestarelprinzSørenencarcelado,hedecididono reunirme con ningún pretendiente. Al fin y al cabo, él es mi consejerodiplomáticoyprecisodesuorientaciónparaestosasuntos.Estoyseguradequeloentendéis.Noesunadecisiónquehayatomadoalaligera.Coltaniaenarcalascejas.—Nosabíaquesusconsejososerantannecesarios,Majestad—comento.Merío.—¿Porqué,sino,seríaunmiembrodemiconsejo?—Finjosorpresa—.Oh,
SallaColtania,nooshabréiscreídoesosrumoresquecirculanporahí,¿no?—pregunto.Pareceindecisaunmomento,yluegosuexpresiónsesuaviza.—¿Quérumores?—inquiereymeguiñaunojo.Cambiodetema.—Tengoentendidoque sois vosquien está ayudando los apotecariosdel rey
Etristoafabricarelsuerodelaverdad.—Sí,eslomínimoquepuedohacerparallegarhastaelfondodeesteenredo.
Despuésdeloquelesucedióalpobrearchiduque...¡Yloqueestuvoapuntodesucederosavos!—Fue una tragedia —respondo—. Me alegro de que cuenten con vuestra
ayuda.Convuestrashabilidadesparalaciencia,estoyseguradequeelnombredeSørenquedarálimpiocuantoantesypodremosvolveraloquenosocupa.Ellaladealacabeza.—Por supuesto, Majestad. Haré todo lo que pueda, aunque puede tardar
inclusounasemana,segúnladisponibilidaddealgunosdelosingredientesmásdifícilesdeencontrar.Ledoyunapretónenelbrazo.—Tengofeenvuestrotalento.Porfavor,disfrutaddevuestropícnicysaludad
a vuestro hermano de mi parte. Espero poder volver a pasar tiempo con el
cancillerMarzenyconvosmuypronto.Cuando nos alejamos de Coltania y bajamos por los escalones de palacio,
Artemisiasemeacerca,dejandoaBlaiseyaHeronunospasosmásatrás.—Soyincapazdedecirsitecaebienono—comenta.—Nocreosaberloniyo—admito—.Larespeto,cuantomenos.Mientras bajamos las escaleras, busco a Erik y a Hoa entre la multitud.
Deberían destacar con sus túnicas brocadas, pero no hay ni rastro de ellos.Cuando llegamos al último escalón se nos acercan dos figuras tapadas de lacabezaalospiesconunosropajesdecolorcrudo.Llevanlascapuchaspuestasysusrostrosestánensombrecidos.Alprincipiopiensoquedebendeserdosdelossacerdotes bindorianos, que siempre llevan ropas austeras y conservadoras,incluso bajo el sol abrasador, pero cuando uno de ellos se aparta un poco lacapuchaymedejaversurostro,veoqueesErik.YesosignificaquelafiguramásbajaquehayjuntoaéldebedeserHoa.—Menudo disfraz —le digo en kalovaxiano—. Aunque me parece poco
necesario.—Para ti es fácil decirlo—murmura—.Los sta’criverianos no escupen a tu
espaldaytellamanentacrusten.Frunzoelceño.—¿Entacrusten?—repito.Élsesonroja.—Meparecequees«losmalditos»en sta’criveriano.Parece serunamanera
genéricadereferirsea losgorakíes.Sevequenosculpandeese terremoto.Alparecer,hasidoelprimeroqueteníalugarenSta’Criveroensiglos.Meesfuerzopormantenerunaexpresiónimperturbable.—¿Enserio?—pregunto,yentoncesrecuerdoalgo—.Sørenmedijoque los
sta’criverianos creen que los refugiados están malditos y que los encerrarondetrásdeesosmurosparaquelamaldiciónnoseextendiera.Como si ser conquistado por el káiser y destruido por sus ejércitos
kalovaxianosfueseunaenfermedadquesepuedecontagiarentrepersonasydeunpaísaotro.Comosifuesetansencillo.—Puesentoncesnoosquitéislacapucha—leaconsejaHeronaErik,mientras
miraasualrededorparaasegurarsedequenadielohayavisto—.Almenoshastaquesalgamosdelaciudad.Eriksuspirayvuelveaponérsela,peronoantesdeguiñarleunojoaHeron.—Es una pena tener que esconderle al mundo una cara como esta, pero
supongoquetienesrazón.
Mientrascaminamosporlascallesdelaciudad,echounvistazoaHeronyveoqueselehapuestolacaradelcolordelamermeladadefresa.
Erik,HoayyonosquedamosatrásparaqueBlaise,HeronyArtemisiapuedannegociarporloscaballossinpreocuparsedequealguiennosreconozca.Lomaloesquesolopodremos llevarnos tres.Amíyameparecebien,porquede todosmodosnosémontar,peroErikparecemalhumoradoportenerquecompartiruncorcelconotrojinete.—Nomontocomopasajerodesdequeeraniño—protesta.—Si prefieres llevar tú las riendas, a mí no me importa —le dice Heron,
aunque parece tener problemas para mirarlo a los ojos mientras le habla—.Quierodecir...Siquierescabalgarconmigo.TambiénpuedesirconBlaise,oconArt,supongo,aunquedudoqueningunodeellostedejellevarlas.EriksequedasorprendidouninstanteymiraaHeroncomosinosupiesebien
quépensardeél.—Estábien—accedealfin—.Gracias.Heronseencogedehombrosyapartalavista.—EntoncesyollevaréaTheo—determinaArtemisiaenastreanoantesdeque
Blaisepuedaofrecerse—.Blaise,túllevarásaHoa.Hoaparececonfundida,yaqueloúnicoquehaentendidoessunombre.Selo
traduzcotodoenseguida.Hoa lo piensa unos instantes ymira a Blaise para evaluarlo. Luego asiente,
decidida.—Servirá—medice.—Pormuchoquenoscueste,creoquetendremosquehablarkalovaxianopara
que nos entendamos todos —propongo—. De lo contrario tendremos quetraducírselotodoaErikyHoa.Artemisiaponelosojosenblanco.—Odio este idioma—se lamenta en un kalovaxiano con un fuerte acento.
Pronunciamalalgunaspalabras—.Mesientocomosifueseunabusomás.Hoalamiracomosifueselaprimeravezquelave.—Losiento—sedisculpa.Sukalovaxianoesmásfluido,peroregular.AArtemisia le sorprende la disculpay semuestra algo avergonzada.Esuna
expresiónnuevaenella,ynopuedoevitardisfrutarlaunpoco.—Nopasanada—lecontestaaHoa—.Soloqueríadecirque...Noeracontra
ti.Solomeestabaquejando.
—Lohacemucho—leaclaroaHoa—.Notelotomescomoalgopersonal.Artemisia me fulmina con la mirada pero no protesta, solo me pellizca un
brazo.—Ygraciasaesovoyacabalgartodavíamásrápido—meavisa.Elestómagomedaunvuelcoalpensarlo.—Puestevomitaréencima—replico.Hoaseríe.Eslaprimeravezqueoigoesesonido:esunacarcajadamelódica
queme recuerda al canto de los pájaros a primera hora del día. Es un sonidohermoso.
Osho
La amenaza del vómito parece haber surtido efecto, porque el caballo casi sedeslizaporelllanoyextensodesierto,conArtemisiaalasriendas.Esellaquienlideraelgrupohastaquellegamosallí,peroalfinalresultaquelavelocidadnomemolestatantocomopensaba.Cuandonosdetenemos,Heron,BlaiseyErikdescarganlospaquetesdecomida
quehemoscolgadoalosladosdecadacaballomientrasHoa,Artemisiayyonosdirigimos hacia la puerta. No puedo evitar mirar atrás para observar a Blaisemientras camino, buscando restos del estallido de unas horas antes, pero estácomosiempre,algoquemereconfortaymedesconciertaalavez.Los guardias que hay apostados fuera son los mismos que en la ocasión
anterior,conlasmismasexpresionespétreasylasespadascurvasenvainadasenlascaderas.Casininosmirancuandonosacercamos.—Hemosvenidoa...—empiezoadecir,peromeinterrumpo.¿Quédijimosla
otra vez?—. A buscar mano de obra. Y hemos traído el pago de los últimostrabajos—añado,mientrasseñaloaloschicos,quecarganlacomida.Los guardias intercambian una mirada escéptica, pero parece que no les
importa lo suficiente como para acusarme de mentir. Uno de ellos suspira,molesto,yabrelapuertaparadejarnospasar.Unavezmás,escomodarsecontraunapareddeairecalienteyenrarecidoque
huele a enfermedad y podredumbre. Esta vez ya me lo esperaba, así que noreacciono, peroHoa no estaba preparada. Tose, le sobreviene una arcada y setapalabocaylanarizconunbrazoparaprotegersedelhedor.Susojososcurosse dirigen hacia todo el campo decrépito, a las casitas que se estándesmoronando,lascallessuciasylaspersonasconlaropahechajirones,algunas
tan flacasque loshuesos se lesmarcanbajo lapielcomosino fuesendeestemundo.Duranteunosinstantes,ensuexpresiónhayhorror,disgustoytristeza,perolo
esconde bajo una máscara de plácido estoicismo casi tan rápido como lo hamostrado.Derepente,loveo:veoesaotravidaquevivióantesdequeyolaconociera,la
de la hija del emperador, educada para enfrentarse a cada situación condiplomacia y la cabeza fría, sin ser jamás sentimental ni vulnerable. No mepuedocreerquejamáslavieradeotromodo.—Aquí hay refugiados de todos los países que los kalovaxianos han
conquistado —le explico—. Algunas familias han estado aquí durantegeneraciones. Hablan una especie de idioma mezclado, un batiburrillo depalabrasyfrasessacadasdeunpaísodeotro.YhayunconsejodeAncianosquerepresentanacadaunadelascomunidades.Nosvamosareunirconellos.Ungrupodeniños—losmismosde laúltimavisita—,vienencorriendocon
las manos tendidas y grandes sonrisas de dientes torcidos. No puedo evitarsonreírles,pormuchoquesuimagen,consuscostillassalidasycarassucias,merompaelcorazón.Memetolasmanosenlosbolsillosysacounpuñadodejoyasquehearrancadode losvestidosdemiarmario.Se lasvoydandoa losniños,quesemeagarranalafaldaymetirandelosbrazos.—¡Osho!—gritauno,ylosdemásseleunenenseguida.Empiezanacorearla
palabrahastaquesusvocesseconviertenenunasola.Horaseponerígida.Yonoséloquesignificaesapalabra,peroellasí.Seaclaralagarganta.—Prinzesina—medice—.OshoeralapalabraqueusábamosenGoraki,como
llamábamosalahijadelemperador.Eracomomellamabanentonces,yesloquete llamanahora,aunque túeresmásunaprinzesina.Ellos todavíano losaben,peroyaselodemostrarás.Pareceestarmuysegurademí,másdeloqueyonuncaloheestado.Sufrimos
launajuntoalaotradurantemuchosaños.Ellaeraunadesconocida,encerradatrassusilencioyladistanciaquemanteníaparaprotegernosalasdos,peroyonoeraunadesconocidaparaella: eraunaniñaa laquebañaba,vestíayacostabacadanoche.Meveíamásamíqueasupropiohijo.Ledoylamanoyselaestrechoconfuerza.Selellenanlosojosdelágrimas,
peroparpadeaparacontenerlasantesdequecaiganporsusmejillas.—OshoHoa—diceenvoztanbajaquecasinolaoigo.Pero,detodosmodos,
nomeestáhablandoamí; sonpalabrasquepronunciasoloparasusoídos,un
nombrequelearrebataronigualqueamímearrebataronelmío.—EstamosbuscandoalosAncianos—lesdigoalosniñosenastreano.Parpadean, confundidos, y se miran entre ellos. Probablemente solo han
entendidounapalabraodos.—¿Puedespreguntarlesdóndeestán losAncianosengorakí?—lepreguntoa
Hoaenkalovaxiano.Ellaasienteytraducemipregunta.Trasunirlaspalabrasastreanasygorakíes,
algunoslacomprenden;loveoensusrostros.Unade lasniñasmayores,que tendráunosnueveaños,meda lamanoyme
guía por las calles.Un chiquillomás pequeño, de unos cuatro,me coge de laotra. Me vuelvo para mirar a Hoa y Artemisia, y veo que los niños estánintentandodarleslasmanosaellastambién.Inclusolaexpresióndelasegundase suaviza un ápice cuando un niño le da la mano y le dedica una luminosasonrisaenlaquefaltaunapala.Nos llevan por las calles mugrientas; me detengo solo un instante para
asegurarme de que Blaise, Heron y Erik hayan podido entrar sin problemas.Están dentro, descargando los paquetes de comida mientras un grupo derefugiadosadultoslosmiranconojoshambrientos.Nosécómovamosadividirlacomidaquehemostraídodeformajusta,y,aunquepudiéramos,seguiríasinsersuficiente.Esunatiritaenunaheridaabierta,ynadamás.Bajo la vista hacia los dos niños que me cogen de la mano como si les
aterrorizaraquemeescapase.Tienequehaberalgomásquepuedahacer,peronosemeocurrequé.Nocreoquejamásmehayasentidotanimpotente,nisiquieracuandoeltheynestabadetrásdemíconellátigoenlamano.
Losniñosnosllevanalamismachabolaenlaqueestuvimoslaúltimavez.Justocuandoestamosfrentealapuertadeentrada,estaseabreyapareceTallah,conunamanoenlacaderayunaexpresióninescrutable.—Vosotros otra vez—protesta en astreano con su marcado acento. Mira a
ArtemisiayluegoaHoa—.Yhabéistraídoaotraamiguita.Estonoesunparquedondevenirajugar,¿sabéis?Sientoquemeardenlasmejillas.—Hemos traído tanta comida como hemos podido. Sigue sin ser suficiente,
peroes...estodalaquepodíamoscargar.Arruga la nariz y me mira con tanta intensidad que siento que me voy a
convertirenpiedraaquímismo.
—EstaesHoa—leinformoseñalandoamilado,alverqueTallahsequedaensilencio.Alcomprenderquelahepresentado,Hoaseyergueunpocomásylevantaun
pocolabarbilla.—OshoHoa—dice—.TaGoraki.VeounachispaenlosojosdeTallah.—Hubountiempoenelquejamáspenséqueconoceríaunaprincesayahora
parecequeosmultiplicáis.—Enrealidadsoyunareina—lacorrijo,peseaqueoigolavozdeVenenode
Dragónenmimente:«¿Dequétecreesqueeresreinaexactamente?».Apartolavoz,peroelfantasmadelamismanodesaparece.Tallahseríeyempujalapuertaparaabrirlamás.—Muybien,reina.Pasadlastres—nosindica,ymiraalosniñosparadecirles
algoqueno entiendomientras gesticula con lasmanos.Ellos se ríeny se vancorreteando,ynosotrasentramos.Todoslosancianosestánallí.Debendecompartirlacasa,porpequeñaquesea.
Sandrinestásentadoenuncolchónharapientoconunlibroenlasmanosalqueparecenfaltarlelamitaddelaspáginas.Cuandonosoyeentrarlevantalavistayarrugaelceño.—Majestad—dicemientrasseponedepie—.Penséqueyanoosvolveríamos
aver.Siento una oleada de culpa, aunque no sé cómo habría podido volver antes.
Quizánodeberíahabermeido.Pormagníficoqueseaelpalaciosta’criveriano,creoquemesientomáscómodaaquí,dondehaceralgopormipueblosignificadar comida y joyas y arreglar tejados en lugar de venderme a un soberanodesconocido de un país extranjero. Pero robar comida y arreglar tejados sonsolucionestemporales.Laúnicaformadeayudaraestagentedeverdadesdarlesunpaísalquepuedanllamar«hogar».—Lo siento—respondo—. Es difícil escaparse, pero hemos traído comida.
BlaiseyHeronestándescargándolajuntocon...otroamigo.Erik.Parececonfundido.—¿Estaveznohavenidoelprinz?¿Acasoloasustamos?—Noparecesentirlo
demasiado.Dehecho,creoqueunasonrisaempiezaaasomarasuslabios.—Hoyestáocupado.PeroestaesOshoHoadeGoraki.Suhijo,elemperador,
estáayudandoabajarlacomidacercadelapuerta.SandrinvuelvesuatenciónhaciaHoa,peroantesdequepuedadecirnada,otra
vozseleadelanta.
—Osho—dice un hombre casi sin aliento. Es gorakí: tiene el pelo negro,aunqueestancortoqueselevenalgunascalvas.Tieneelrostrodemacradoylosojosdeunprofundocolormarrón—.OshoHoa.Hoamiraperplejacómoélsedesplomaenelsueloasuspies.Cuandolevanta
lacabezapararepetirelnombredelamujermedoycuentadequeestállorando.Duranteunmomento,Hoanosabequéhacer,perotrasmirarasualrededorsearrodilla junto a él, le pone unamano sobre lamejilla y empieza a hablar engorakíenvozbaja.Laspalabrassedeslizanunadetrásdeotrasincosturas,comolasgotasdeaguaenunarrollo.Elhombreasienteconfervor,sindejardemirarlaa losojos.Trasunos instantes,Hoa seponedepiey locogede lamanoparaayudarloaincorporarse.Sumiradasehavueltodeacero.—No basta—me dice en kalovaxiano.No sé qué quiere decir hasta que se
aclara la garganta y lo vuelve a intentar—. Traer comida no basta. Tambiéndebemostraerlesesperanza.
Hoainsisteenverelcampoentero,yloúnicoquepuedohaceresseguirla.Nosécómoloconsigue:nosécómopuedemirartantodolorytantafealdadsinhacerniunasolamueca.Nosécómopuedequerervertodavíamás.Yoyanoquiero,solo quiero darmedia vuelta, irme y traermás comida dentro de unos días sipuedo, pero no quiero comprender este lugar tanto como ella. No puedosoportarlo.Sinembargo, lasigodecasaencasa,a lo largode todas lascalles,e intento
imitarsugracia,suformademantenerlacomposturaantetantamiseria.«También debemos traerles esperanza», ha dicho, como si eso fuese algo
materialquepodemostraerenunacestaconunlazo.Comosifuesetanfácildecompartirconlosdemás,conlomuchoqueyamecuestamantenervivalamía.CuandoselodigoaArtemisia,ellaniegaconlacabezayrepone:—La esperanza es contagiosa. Cuando tienes la suficiente, se extiende de
formanatural.
Mina
Cuando volvemos a casa de losAncianos, Sandrin está otra vez con su libro.Aunquelevantalavistacuandomeacercoaél,vuelveasulecturadeinmediato.Casi me parece de mala educación, pero intento no tomármelo como algopersonal.A juzgarpor lascondicionesen lasqueestáelvolumen,debedeseruna historia cautivadora. Con cuidado, me siento a su lado en el colchón yesperoaquetermine.Cuandolohace,poneunpedazodepapelparamarcarlapáginayloaparta.—¿Sabesleer?—mepregunta.Parpadeo.—Por supuesto —respondo, y me muerdo el labio—. Bueno, sé leer
kalovaxianoalaperfección.Tambiénséleerunpocodeastreano.Ensudía,miprofesora me dijo que para tener seis años iba muy avanzada, pero ahora...Bueno, no creo que esté al nivel de alguien de dieciséis. El astreano estabaprohibidoenpalacio.Nosemepermitíahablarlo,leerloniescribirlo.Aprietaloslabios.—Tendremosqueenseñaroscuandoseaelmomento.Nosécuándovoyapodersacartiempoparaeso,peronoselodigo.Esamable
porofrecerse,asíqueloaceptoconunasonrisa.—Tuamigaesbastantepopular—dice—.¿Dóndeestáahora?—Hoaestáayudandoadistribuirlacomida—contesto—.AlosAncianosles
preocupaba que hubiera disturbios, pero ha conseguido que la multitud estétranquilayorganizada.Élasiente.—Tieneundonpara lagente—afirma—.EnÁstreahabríamosdichoquees
unastoraka.—¿Unahijadelsol?—pregunto,pensandoenlaraízdelapalabra.—Alfinyalcabo,¿quiénnoamaalsol?Haypersonasquetienenesasuertede
energía.Atraenalosdemás,sehacenamigosdelosdesconocidosconunasolasonrisa—explica—.Vosnosoisunastoraka—añade.Deberíasentirmeofendida,peronopuedonegarquetienerazón.Yonotengo
eldonquetieneHoa.Nosoyunapersonafácildequerer.Meevalúaconlamirada.—EnÁstreacontábamosunahistoriaquetalvezrecordéisdevuestraniñez,la
delaconejayelzorro.Recuerdoalgunosfragmentos.Habíaunaconejaquequeríacomplaceratodo
elmundo,asíqueserevolcóenelbarroporuncerdo,sepegóunasplumasparaagradaraunpolloysepintómanchasenelpelajeparaimpresionaraunavaca.Luegoseencontróconunzorro.—El zorro le dijo que comomás le gustaría a él sería en una olla de agua
hirviendo—digo—.Laconejanolopensódosveces:saltó,yelzorrolacocinóvivayselacomióparacenar.Sandrinsonríecontristeza.—No es posible complacer a todo el mundo sin perderte a ti mismo —
concluye—.Yvosestáisrodeadadezorros.¿Quéosharíafeliz?—Noestansencillo—respondoconlavozteñidadefrustración—.Nosetrata
solo de mí, se trata de ellos. —Señalo a la puerta, a todos los refugiadoshambrientosquehayenelcampo—.YsetratadelagentedeÁstreaquesigueencadenada.Mifelicidadesirrelevantesielprecioeslasuya.Élsequedapensativo.—¿Yquéoscostarásalvarlos?—inquiere.—El precio es... —empiezo a decir, pero me interrumpo—. El precio es
casarmeconundesconocidoquetengaunejércitolosuficientementefuerteparaenfrentarsealkáiser.Esperoaquemeamoneste,aquemevuelvaadecirquelasreinasnosecasan,
peronolohace.Meacaricialamano.—Esunadecisióndifícil—concede.—Lo es—contesto con un nudo en la garganta. Parpadeo para contener las
lágrimas yme concentro en la razón por la que he venido a hablar con él—.Sandrin,¿conocesaalguienquesepaalgosobrelosGuardianes?Mesueltalamanoyseenderezaunpoco.—¿Quesepaquésobrelosguardianes?
Dudo,mientrasunaconfesiónsobreelestallidodeBlaiseasomaamislabios.Melatragoyelijomispalabrasconcuidado.—Mehiceamigadeunamuchachakalovaxiana.Bueno,pensabaqueéramos
amigas; no lo sé. No estoy muy segura de qué éramos. Antes de escapar, laenvenenéaellayasupadreconEncatrio.Élmurió,peroellasobrevivió.Sandrinseponetenso.—Sobrevivió—repite—.Peroyanoeslamisma.Niegoconlacabeza.—Ledejócicatricesyahoratiene...TieneeldondeHouzzah.Sandrinasimilaloquelehedichoconunaexpresióninescrutable.—Es imposible —continúo al ver que sigue en silencio—. Houzzah jamás
bendeciríaaunakalovaxiana.Habríadejadoqueelvenenoselallevaseypunto.Esbozaunasonrisatensaysombría.—Intentarcomprenderelrazonamientodelosdiosesestentaralalocura.—No—insisto—.Nocreoqueseaposible.Nocreoque...—meinterrumpo,
porqueno tengomásopciónque creerlo.Lovi conmispropiosojos.Sentí elcalorquesu tactodesprendíaen losbarrotesde laceldaquenosseparaba, tancalientequequemaba—.¿Quésepuedehaceralrespecto,entonces?—pregunto—.Unakalovaxianaconesaclasedepoder...Yahoratambiéneslakaiserina.—Notengounarespuestaparaeso—admite—.Ningunaquevosnosepáisya.Tragosaliva.—Quieresdecirquedebomatarla.Noes laprimeravezquemelodicen,perolaúltimavezCressera inocente.
Era solounamuchacha a laque legustaban losvestidosbonitosyquequeríacasarseconunprinz.Sigosintiendocomosiunamanomeestuvieseestrujandoel corazón, pero en esta ocasión es diferente. Sandrin tiene razón. En lomásprofundodemiser,yasabíaquemataraCresseralaúnicaformadedetenerla.Todasesaspesadillasquemehanestadoatormentandotienenelmismofinalyenélellaacabaconmivida.Y,pormuchoqueseansueños,séquehayalgodeciertoenellos.ApartoelpensamientoantesdequeSandrinsedécuentadelomuchoqueme
afecta.—Y...—meinterrumpodenuevo;nosécómoformularlasiguientepregunta.
Blaiseteníarazón:sialguiensospechadesuinestabilidadlomatarán.NosoytaninocentecomoparapensarqueSandrinesunaexcepción—.¿Algunavezsupistedealguienquesufrieraelmaldelaminaysobreviviese?—lepregunto.Elancianofrunceelceño.
—Esoesunacontradicciónensímismo.Elmalde laminacausa lamuerte,pordefinición.Sinoesasí,noeselmalde lamina.—Haceunapausa—.Sinembargo, supongo que la muerte es un final que todos compartimos, así quequizánoseaunarespuestajusta.¿Cuántotiempohace?—Noes...—contesto—.Esunapreguntahipotética.Nomecree,medoycuenta.Duranteunsegundoesperoqueinsistaparaquele
démásdetalles,peroacabapornegarconlacabeza.—Elmaldelaminanoesunaenfermedad,pormuchoquelotratemosdeese
modo.Lo causa lamagia de lasminas.Algunas personas pueden soportarla yotrasno—explica.—Dependedelasbendicionesdelosdioses—respondo,yasiento.Esosílosé.Élladealacabeza,pensativo.—Esaeslaexplicaciónmásaceptada,sí.Siemprehasidolaqueyoelegícreer,
perohayotrasmenospoéticas.Hayquien creequedependedeotros factores,como la sangre de una persona o su constitución. Quizá todo sea cierto, dealgunaforma.—Siestoesfilosofía,creoquenomegusta—contesto—.¿Cómopuedenser
ciertasambascosas?—Siemprehepensadoquecreerenalgoleconfierealgúntipodeverdad.En
estecaso,puedequejamástengamosunarespuestasegura,asíquelacreenciaeslaúnicaverdaddequedisponemos.Lafrustraciónseacumulaenmiinterior.—Esonoesunarespuesta,sonsolomáspreguntas—respondo—.¿Algunavez
supistedealguienquesufrieraelmaldelaminaysobreviviese?Memiraconrecelounosinstantesyniegaconlacabeza.—No—contesta—.Nuncahesabidodeningúncasodelmalde laminaque
durasemásdetresmesesantesdequeelafectadopereciera—admite.«Pereciera.»Esunapalabrabonita,másbonitaque«muriera».—¿Cómo es? —pregunto, pese a que no estoy segura de querer saber la
respuesta.Élmuevelacabezaaunladoyotro.—Unavezloviconmispropiosojos.Nofueenunabatalla,estoocurrióaños
antesdelasedio.Unpobrehombrehuyódeltemploasustadotrasdarsecuentadeque estaba loco. Ya entonces los mataban, incluso antes del asedio, aunquesupongo que conmás clemencia.De todosmodos se fue corriendo, presa delpánico,ypidióasiloenunpueblocercano.Nadiesalióheridocuandoperdióelcontrolporcompleto,peroaunasífueunaimagenterrible.Noquedómuchode
él,yelpuebloquedótotalmentearrasado.Esmejorquenosepáisnadamás,yesperoquenuncatengáisquesertestigodeello.Quiero insistir para queme démás detalles, peromemuerdo la lengua.No
quiero esas imágenes enmimente; no quiero ver que esomismo le sucede aBlaisecadavezquecierre losojos.Por terriblesqueseanmispesadillassobreCress,séquesonpreferiblesaeso.—¿Ysidurasemásdetresmeses?—lepregunto—.¿Ysialguiensobreviviera
alamina,tuvieraundon,comolotendríaunGuardián...peroavecesnopudieracontrolarlo?Sequeda en silencio de nuevo.Sumirada se pierde en la distanciamientras
buscaunarespuesta.—¿Espeligroso?—pregunta.Tardoendarleunarespuesta,aunquelasémuybien.Haceapenasunashoras
Blaiseestuvoapuntodedestruir lacapitalsta’criverianaalcompleto.¿Cuántagentehabríamuertoenunacatástrofeasí?Mehabríasorprendidoquequedasenadievivo.—Nohaynadieherido—contesto.Noesunarespuestacompleta,ySandrinparecedarsecuenta.Seponedepie
conungruñidoymetiendelamano.—Venid—dice—.Quieropresentarosaalguien.
Sandrin me guía por el laberinto de callejuelas. No hay nadie, pues todo elmundo está esperando cerca de la puerta su ración de comida, pero hay algodesconcertanteenese silencio.Másquenunca,pareceun lugarmuerto.Hedereprimirunescalofríoalpensarlo,ymeapresuroparaalcanzarlo.Alfinllegamosaotracasaconeltechodesmoronadoyunapuertaqueapenas
cubrelaentrada.Sinembargo,enlugardellevarmehacialaentrada,elAncianolarodeayllegamosaunpequeñoterrenodebarrosecodondecrecenunaspocasplantas escuchimizadas. Hay pimientos amarillos, berenjenas violetas y unosmelonesredondosverdepálido.Elcoloresunaagradablesorpresa.Cercadeljardínhayunamujerencorvadaconelpelocortoynegroqueintenta
avivar una débil hoguera. Encima de ella, suspendida de un palo de metaloxidado,hayunaolladehierrofundido.—Hola,Mina—lasaludaSandrinmientrasnosacercamos.Lamujersevuelve
para mirarnos. Tiene una expresión severa, pero se suaviza cuando ve alAnciano.
—¿Hasvenidoahaceralgoútil?—lepregunta,yseñalaconlacabezaunsacode yute lleno de boniatos naranjas y alargados que tiene al lado—. Hay quepelarlos.—Enrealidadhemosvenidoahablarcontigo—respondeSandrinyseaclarala
garganta—.Sobrelasminas.Algocambiaenlaexpresióndelamujer.—Puedeshablarypelaralavez—contesta—.Dameunmomento.Se vuelve hacia el fuego, extiende las manos y las retuerce en el aire. Las
pequeñas llamas crecen con sus gestos, hasta que empiezan a lamer la parteinferiordelaolla.Nohayherramientasnicerillas,soloella.—¡Eres una Guardiana! —exclamo. ¡Otra Guardiana! Y una de antes del
asedio,alguienqueentiendesupoderyalosdiosesmásqueHeron,ArtoBlaise.Y,además,¡unaGuardianadeFuego!Piensoencuandomismanossecalientan,yenelcosquilleo;recuerdocuandomedespertéyviaquellashuellascalcinadasenlassábanas.Quizátambiéntendrárespuestasparaeso.Minasevuelvehacianosotrosyestavezmemiraamí.—¿Quiéneres?—inquiereentonocortante.—EstaeslareinaTheodosia—leinformaSandrin.Ellaresopla.—NohayningunareinaTheodosia—replica,conlosojosclavadosenmí—.
Solounaprincesitaasustadabajoelyugodelkáiser.—Tecontéquelareinahabíavenido,¿teacuerdas?—comentaSandrin.—Claroquemeacuerdo;nadiehablabadeotracosaentodoelcampo.Esono
cambianada.Túnoeresuna reina—medice—.Nopuedesser la reinadeunpaísquenoexiste.EslomismoquemedijoVenenodeDragón,másomenos,peronohayacritud
ensuspalabras,solotristeza.—Sandrinmehadichoquepuedes ayudarme—le explico—.Y tiene razón.
No sabía que aquí quedaban Guardianes. Pensaba que los kalovaxianos losmataronatodosdespuésdelasedio.Miname sostiene lamirada unos instantes y luego la aparta y niega con la
cabeza.—NosoyningunaGuardiana,niña—dice.Frunzoelceño.—Peroteacabodever...—Has visto Guardianes de Fuego alguna vez, ¿no?—pregunta—. Los has
vistoencenderfuegosconunchasquidodesusdedos,loshasvistososteneruna
bola de fuego en las manos como si fuera un juguete, tocarla sin quemarsesiquiera.Asiento.DeniñaviaAmpeliohacertodoesoymás.Ellaseñalaelfuegoconlacabeza.—Esoes lomásquepuedohacer,yyameha supuestoungranesfuerzo—
explica—.¿QuésabesdelamagiadelosGuardianes?Meencojodehombros.—Enlascavernasquehaybajolosviejostemploshaymagia,enloqueahora
llaman«minas».Algunasde laspersonasquepasanun tiempoprolongadoallísonbendecidasporlosdiosesyrecibensusdones,comoeldondeFuego.Perolamayoríanoloson.Elpoderlosvuelvelocos.Lesardelapiel,noduermen,sudonsevuelveinestable...hastaquelosmata.Minaaprietaloslabios.—Esmásomenoscorrecto,aunqueloentiendesdeunaformabastantepueril.
Algoaproximado;reglasblancasonegras.Nohaynadaenelmundoqueseatansimple,ylamagialoesmenostodavía.—¿Quéquieresdecir?Sequedapensativaunosinstantesymiraasualrededorhastaqueunaideale
iluminaelrostro.Mehaceungestoparaquemeacerqueycuandoestoyfrenteaellasacauncuboylolevantaparaquepuedaverelaguaquehaydentro.—Es la última que queda de la que trajeron tus amigos la última vez que
vinisteis—cuenta—.Ahoraimaginaqueestaaguaeslamagiadelasminas.Estacantidadexactaeslaquesefiltradentrodecualquieraquepaseallíuntiempo.Yahoraimaginaqueestaollaesunadeesaspersonas.Echaelcontenidodelcuboenlaolla,quesellenaencasitrescuartaspartes.—Deestapersonadiríamosquehasidobendecida—expone—.Lamagialos
llena,peronolosdesborda.Silapersonafueseuncontenedormáspequeño,pordecirlo así, lamagia sería demasiada y sufrirían, como decimos, elmal de lamina.Frunzoelceño.—Pero eso no tiene sentido—repongo—. Tengo una amiga Guardiana que
tiene más o menos mi misma envergadura. Estoy segura de que gente máscorpulentahasufridoelmaldelamina.—Noserefierealtamañofísico—intervieneSandrin.—Es algo interno, algo incognoscible que lo determina, y que no está
relacionado con la genética ni con ningún otro factor, por lo que sabemosnosotros—añadeMina.
—¿Nosotros?—Antes del asedio estudiaba las cavernas con un grupo de personas que
sentíancuriosidad.Queríasaberquémehabíapasado—aclara.—¿Yquéera?—pregunta.Minamiradenuevolaolla.—Imaginaunaollamásgrande—dice—.Lamagiasigueestandoahí,perono
llenatantoaesapersona.Nopuedeinvocarlacontantafacilidad.Yopodíasentirlamagia, pero traerla a la superficie era difícil, y cuando lo conseguía apenasmerecíalapenaelesfuerzo.Laspersonascomoyonoéramoslobastantefuertespara servir como Guardianas, así que volvíamos a nuestras vidas. De algúnmodo,eraunavergüenza.Ningúndiosnoselegía,ni tampoconosmataba, tansolonosrelegaban.Anadielegustabahablardeello.Supongoqueesloquelesocurreamuchosdelosqueahoraestánenlasminas,queeslarazónporlaquenosehanvueltolocosperotampocotienenningúndon.Lamagiaestáenellos,peroenunaconcentracióndemasiadobajacomoparaquepuedanhacermucho,siesquepuedenhaceralgo.Meesfuerzoparaconseguirencontrarleunsentidoaloquedice.—Entonces,paraserbendecidoporlosdioses,¿tienesqueserunrecipientedel
tamañocorrecto?—inquiero.—Hayquiencreequelosdioseseligenaaquellosquesoncapacesdecontener
el volumen de magia —dice Sandrin—. Que son ellos quienes bendicen aalgunosindividuosynoaotros.—Y otros creen que es una cuestión más aleatoria e impredecible—añade
Mina,yseencogedehombros.—¿Nocreesquelosdiosestengannadaquever?—pregunto,sorprendida.Minatardaunossegundosencontestar.—No lo sé —admite—. Pero si pensamos que ellos eligen a quienes son
bendecidos, significa que también son responsables por todos aquellos que nosobreviven.Nocreoquelosdiosesseancapacesdetantacrueldad,ysiloson,noestoydispuestaaadorarlos.Quizáseaunsacrilegio,peroestoydeacuerdoconella.—Y¿quéhaydeunapersonaquetieneundon,undonpoderoso,peroqueno
puedecontrolarlo siempre, especialmente si está enfadada?¿Ysinoduermeysiempretienelapielcalienteperollevaasímásdeunaño?MinamiraaSandrin,queniegaconlacabeza.—Aseguraqueesunapreguntahipotética—explica.Minaresopladeformaburlonayseacercaalaolla.
—Bueno,sihablamosdeusar lamagia, imaginaqueesta llamaes laenergíaqueempleasparainvocarla.¿Quéharíaconelagua?—Hervirla—respondo,mientraspocoapocoempiezoaentender.—Sí.Enmicaso,cuantomásmeesfuerzoparausarmimagia,másfuertees.
Burbujea hasta el borde de la olla, igual que el agua hirviendo.UnGuardiáncorriente que usara su magia para grandes cosas, durante bastante tiempo, laharíallegarsolohastaelborde.Dicesquetuhipotéticoamigoesmáspoderosoque la mayoría, ¿no? Entonces, cuando usa su don con demasiada fuerza odurantedemasiadotiempo...—Elaguahirviendosobrepasaelborde—adivino.Ellaladealacabeza.—Leí sobre esa clase de personas en algunos escritos antiguos, pero nunca
conocíaninguna.Sandrinseaclaralagarganta.—Según las historias que he leído yo, aparecían en tiempos convulsos.Una
sequía en el este propició la aparición de unGuardián deAgua inusualmentepoderoso que consiguió producir el agua suficiente para saciar la sed de unpuebloenterosincansarse.Yunaño,unGuardiándeTierraconsiguióevitarunahambrunavolviendoahacerfértilunterrenoárido.Losacadémicosdestacaronquefuecomosilosdioseshubiesenrespondidoasusplegarias.—¿QuépasóconesosGuardianes?—pregunto.SandrinyMinaintercambianunamirada.—Usaronsupoderysalvaronamilesdepersonas—respondeél.—Hastaquehirvierondemasiadoyrebasaronelborde—terminaMina.Ahora mismo es demasiado en lo que pensar y todavía tengo muchísimas
preguntas,asíqueapartoaBlaisedemispensamientosymiroaSandrin.—Respecto a lo que hablábamos antes, el Encatrio... —digo—. ¿Está
relacionadoconesto?SéqueesaguadelaMinadeFuegoyquehaymásgentequehasobrevividoaél,pero¿cómo?—Esto ya escapa amis conocimientos—admiteMina, moviendo la cabeza
hacia los lados—. Pero, según tengo entendido, el Encatrio es una dosis demagiamuyconcentrada.Másqueelaguaquehabíaenelcubo,eldoble,quizá.Muypocospuedensoportarlo.—Pero si lo soportan, son tan poderosos como si hubiesen entrado en las
Minas—añadeSandrin.—Más —lo corrige Mina—. Es difícil saberlo sin hacerles pruebas, pero
imaginoqueseríaposiblequeesteamigohipotéticoy tuotroamigohipotético
estuviesenensituacionesmuyparecidas.Durante un solo segundo, no pienso en que esto significa que Cress sea
vulnerable,oinclusomáspeligrosa.Nopiensoencuántopoderdebedetener,niencuántaspersonaspodríaherir.Solopiensoenloquedebedeestarsufriendo,tantocomoBlaise.Piensoenqueojalápudieraayudarlajustoantesderecordarquenopuedo.—Una preguntamás—digo, obligándome a despejar las ideas—. ¿Cómo es
posiblequealguienquenuncahapuestounpieenlascavernas,ominas,yquenuncahayatomadoniunagotadeEncatrio...tengaundon?Sandrinpareceperplejo,peroveounachispaenlosojosdeMina.—Estapersona...—plantea—.¿Tendría(hipotéticamente,porsupuesto)máso
menostuedad?—Sí—respondo—.¿Porqué?¿Quétienequevereso?—Justo antes del asedio empezó a darse un fenómeno. Había rumores e
informes de niños con dones, dones pequeños, nada parecido al poder de unGuardián,nisiquieraalmío.Unamadremedijounavezqueelberrinchedesuhijohabíahechovolcarunvaso.Otra juróquesuhija lloróhastaquecayerontodaslashojasdeunodesusárboles.Erantodohistoriasquehabíanidodebocaenboca,o incidentesquepodríanhabersidocausadasporotrascosas,peroseempezaba a formar un patrón. Los kalovaxianos llegaron antes de quepudiéramosinvestigarlo.Podríahaberotraspersonascomoyo.Esaideameaturdeymereconfortaala
vez.—¿Descubristeisalgomásantesdequellegaran?—pregunto.Minaniegaconlacabeza.—Perosiesteamigohipotéticotuyoalgunavezquisieraencontrarrespuestas,
quizáyopodríaayudarlo.Unapartedemíquierepedirleayudadeinmediato,peromemuerdolalengua.
Noeselasuntomásurgente.Estoybien,ynohetenidomásarrebatosdesdeeldelbarco.Aunqueséquenoseráasí,nopuedoevitaralbergar laesperanzadequeloquefueraquemesucedíayahayadesaparecidoporsísolo.—Gracias—digoalfin.
Elsacrificio
Eltrayectodevueltaalacapitalesmásduroqueeldeida.Elsolbrillaenloaltodelcieloysucalorestanimplacablequesientoquemequemalapielinclusoatravés de la ropa.Amedio camino no nos queda otro remedio que parar a laescasa sombra que proyecta un grupo de grandes pedruscos.Artemisia usa sudonparaproducirunarroyodeaguaparaquebebamos,peroinclusosuspoderestitubean bajo este calor tan seco y el esfuerzo la deja jadeante. Se sienta y seapoyaenunaroca.—Solonecesitounosminutos—asegura,peroapenasconsigueacabarlafrase
antesdedormirse.Losdemásdecidimosdescansaralasombraydespertarlaenmediahora.Las
palabrasdeMinatodavíamepersiguen,ycuandoBlaisevaavercómoestánloscaballosaprovecholaoportunidadparaseguirlo,peseaquelaideadeapartarmedelasombraseacasiinsoportable.—¿Necesitasayuda?—lepreguntomientrasledaalosanimaleselaguaque
quedaparaquebeban.—No,yapuedoyo—contestasinmirarme—.Deberíasquedartealasombra.—Heencontradoaalguienenelcampo—ledigo.Laspalabrassemeescapan
antesdequepuedadetenerlas—.Aalguienqueestudiólasminasysumagia.Memiraconelceñofruncido.—¿Lehashabladodemí?—No—miento—.SolohepreguntadoporCrescentia,comotedije.Blaiseasiente,aunquesiguehabiendopreocupaciónensusojos.—¿Y?—pregunta.LehablosobreMinaylasteoríasqueellaySandrinmehancontadosobrelas
minas y los dioses.Lehablo del aguahirviendoy de lo que significa: quenotiene el mal de lamina y que si mantiene la calma y no usa su poder podráquedarsecomoestá.Ledigoquenoeselprimero,quehahabidootros,peroquetrabajaronhastalamuerte.Blaisesequedaensilenciomientrashabloyacaricialoslomosdeloscaballosparaextenderlesenelpelajeelaguaquehasobradoyrefrescarlos.Pongomimanosobrelasuyayselaestrecho,conunasonrisatananchaque
meduelenlasmejillas.—Loúnicoquetienesquehaceresnousartudon—resuelvo—.Estarásbien.
Sobrevivirás.PeroBlaisenoparecetanaliviadocomoyo.Curvalabocahaciaabajoyevita
mirarme.BuscoconlamiradaelbrazaletequelerobéaCressparadárseloaél,elquellevacientosdegemasdeTierradiminutas,peronoloencuentro.—¿Dóndeestáelbrazalete?—lepregunto.Semetelamanoenelbolsillodelospantalonesylosaca.Lasgemasmarrones
brillanbajolaluzdelsoldelatarde.—No deberías seguir llevándolo—insisto—. Incrementa tu poder. Erik me
contóquecuandomandabana losberserkersalcampodebatalla lesdabaunagemapara«llevarlosallímite».Entoncesnoloentendía,perocreoqueahorasí.Hagoademándequitárselo,peromeagarradelamuñecaparadetenerme.—Theo—mediceenvozbaja—,lonecesito.—Nolonecesitas—protesto—.Solotepondrápeor.Niegaconlacabezay,porfin,memira.—Meharámásfuerte—repone,conlavozapenasmásaltaqueunsusurro—.
¿No lo ves? Esos Guardianes de los que me hablas, los que eran como yo,aparecieronentiemposconvulsosyfueronlosúnicosquepudieronserdeayuda.Túmismalohasdicho.—Ymurieron—lerecuerdo.—Fueronhéroesquesirvieronasupaís—mecorrige—.Eseeselpropósitode
losGuardianes.Apartolamanoquemetieneagarrada.—Me loprometiste—oigoquesubomásymáselvolumendevoz,perono
puedo evitarlo—. Me prometiste que estarías bien, que haríamos lo quetuviéramosquehacerparaarreglarlo.—Para arreglarme—añade en voz baja—.Eso es lo que quieres decir. Para
arreglarmeamí.—Paracurartedeesoqueteestámatando—locorrijo.
Sequedaensilenciounlargorato,conlamiradafijaenlaarenaquehaybajosuspies.—¿Quiénsoyyosinmidon?—preguntaalfin,envoztanbajaquecasinolo
oigo—.Porqueesoesloquemepides.—Tudon—repitodespacio—.¿Eldonquecasinosmataatodosestamañana?Tieneladecenciaderuborizarse.—AmpeliomedijoqueyoeramásfuertequeningúnotroGuardiándeTierra
quehubiese conocido.Medijoque si podía controlarlo, cambiaría el cursodeestaguerra.QueayudaríaasalvaraÁstrea.—Peronopuedescontrolarlo—ledigoconmásdurezadelaquepretendía.Él
hace unamueca, como si lo hubiese abofeteado. Suavizo el tono de voz y lovuelvoaintentar—.Elcontrolquetienessobreélvaamenosenlugardeamás,y¿quiénquedaparaayudarte?Suexpresiónseendurece.Apartalavistademíysevuelvehaciaelcaballo.—Losdiosestienensusrazonesparahacerloquehacen.Tuvieronsusrazones
para hacerme esto a mí. Antes tú también lo creías, antes de que Søren teconvencieradequealgonomarchababienconmigo.Doyunpasoatrás.—Nose tratadeesoy lo sabes.Hoyhascausadoun terremoto,Blaise.Eres
peligroso,parati,paramíyparatodoslosqueterodean.Esonoesundon.—Quizá no sea un don para ti, Theo, pero lo será contra los kalovaxianos
cuandoporfinnosencontremosenelcampodebatallayliberehastalaúltimagotademipoder,seadelaclasequesea,donomaldición.Lousarécontraellosdetodosmodos.Suafirmaciónmedejasinaireenlospulmones.Imaginounaolladeaguaque
hiervehastarebosarla.—Eso sería un suicidio—le digo—. ¿Es eso lo que quieres? ¿Morir a los
diecisieteañosconvertidoenunarma?Sequedaensilenciounosinstantesycogeaire,tembloroso.—QuierosalvaraÁstrea—respondeal fin—.Noséquémepasóenaquella
mina,peromehizomásfuerte.MásquealosdemásGuardianes.Másdeloquepodríaserlonuncadeotromodo.Ysimeloquitas...Nomequedaránada.Intentocontenerme,perolaspalabrassemeescapandetodosmodos.—Metienesamí—leaseguro.Lodigoensusurros,ymivozcasisepierdeen
elimplacableairedeldesierto.Élniegaconlacabeza.—Teamo,Theo.Telodijeyeslaverdad.Peroprefieroqueestésasalvoentu
trono sin mí que pasar una larga vida contigo corriendo acobardados yescondiéndonosdelkáiser.—Notieneporquéser launao laotra—puntualizo,yrodeoelcaballopara
que no haya nada que nos separe—. Quiero tomar ese trono contigo al lado,igualqueAmpelioestuvoalladodemimadre.Sonríeconamargura.—Creo que no aprendiste nada de todas esas historias sobre los dioses que
tanto nos gustaban de niños —expone—. ¿No te diste cuenta nunca de quéteníanencomún?Niegoconlacabeza.—¿Monstruos,yhéroes,yactosestúpidosdevalentía?—pregunto—.¿Finales
felices?—Sacrificios—contesta—. El héroe nunca gana si no sacrifica aquello que
amaporlavictoria.Túloquierestodo,ynoestásdispuestaarenunciaranadaparaconseguirlo.Nia tu libertad,niamínialprinkiti.Pero,cuando llegueelmomento,creoqueyosíserécapazdesacrificarlosuficienteporlosdos.Blaiseporfinsedalavueltaparamirarme,aunquesuspensamientosestántan
bien escondidos tras sus ojos que me siento como si estuviese mirando a unextrañoenlugardealapersonaquemejorconozcoenestemundo.—Sinorenunciasatusgemasseguirássiendounpeligroparatodos—insisto.
Me cuesta que no me tiemble la voz, incluso cuando me obligo a decir laspalabrasmásdurasquehedichonunca—.Tienesqueirte.Elasombroyeldolorsoloasomanasurostrouninstante,antesdeocultarsede
nuevotrassuplácidaexpresión.Asiente.—LlevaréaHoahastalacapital,perodespuésdeesomemarcharé.Nomeiré
lejos. Acamparé a poco más de un kilómetro de los muros. Si me necesitas,puedesmandaraHeronoaArtapormí.«Yosiempretenecesito—quierodecirle—.Nohabríaconseguidoescapardel
káisersintusplanes.Noseríaunareina.Seguiríasiendounamuchachaasustadayacobardadaanteesetirano.Noséquiénsoysinti.»Peroesaspalabrasmuerenenmigarganta,sofocadasporelorgulloylaira.Me
recuerdoqueessuelección.Detodosmodos,élnoesperaunarespuesta.Sedalavueltaysedirigehacia
los demás con el cubo vacío, dejándome sola bajo el sol abrasador con elcorazónroto.
Lamáscara
Una vez oí a algunos soldados kalovaxianos que habían perdido algunaextremidad en la batalla decir que todavía podían sentirla, pese a que ya noestuvieraahí.AmímesucedelomismoconBlaise.Trasvolverapalaciosinél,sigosintiendosupresencia,ymesorprendocadavezquelobuscoyencuentrosolo a Heron y a Artemisia. Ellos también parecen sentir su ausencia, y esanoche, cuando nos retiramos todos amis aposentos, unmanto de silencio caesobrenosotros.Mientrasestoytumbadaenlacama,intentonoimaginaraBlaisesolotraslos
muros de la capital, obligado a soportar el calor sta’criveriano incluso en laoscuridad,amplificadoporelcalorqueardeatravésdesupropiocuerpo.Pero,porsupuesto,fracaso,yséquenoconseguirédormir.Sinembargo,estanochetampocoteníapensadodormir.Esta vez, cuando dejo aHeron yArtemisia dormidos para ir a ver a Søren,
escribounanotaparaquenosepreocupen.Mellevoladaga.Depocoservirá,peroestáafilada,yesocontarásillegaelmomentodeusarla.Oesoespero.CuandosalgoycierrolapuertaensilencioErikyameestáesperando,apoyado
en la pared del fondo con los brazos cruzados delante del pecho. Sigue sinparecer cómodo con sus ropas gorakíes, pero no puedo evitar pensar que conellastienemejoraspectoqueconaqueltrajekalovaxianoquenoeradesutalla.—¿Nopodemoshacerestodedía?—preguntaalverme—.Nomedigasque
noestásagotada.Yoalmenosdormíunpocoanoche,túnopegasteojo.Hasta que no lo dice no me doy cuenta. Tiene razón: con todo lo que ha
sucedidoenlosúltimosdías,loúltimoenloquehepensadoesendescansar.—Estoybien—ledigo—.Mañanapodrédormirhastatarde.ElreyEtristome
dio permiso para visitar a Søren cuando quisiera, puesto que sigue siendomiconsejero, pero me preocupa que si lo hago cuando está despierto busque elmododedetenerme.Ericseechaareír.—Megustaríavercómolointenta—comentayhaceunapausa—.Noeresla
mismaqueerasenÁstrea.Nodejasquenadietedigaloquetienesquehacer,nisiquieraatusamigos.Me encojo de hombros y echo a andar hacia el elevador. Él me alcanza
enseguida.—Siempretengoencuentaloquepiensan—respondo—.Pero,cuandosetrata
deSørennosabenserimparciales.Lotoleranycreoqueinclusolescaebien,dealgúnmodo,peroparaellosnodejadeserunkalovaxiano.Noconfíanenél.—¿Porquétúsí?—preguntaErik.Yo misma me lo he preguntado incontables veces y nunca he conseguido
darmeunarespuestasatisfactoria.Estaveznoesunaexcepción,perolointento.—Sørenmequiere,oalmenoscreequemequiere.Quizátodavíameconfunde
conThora,peroesonoimporta,porqueesesesentimientoloquealimentasusintenciones—explico—.Nomemalinterpretes:elodioquesienteporsupadrees real, y sus convicciones y el sentimiento de culpa por haber usado a losberserkerstambiénloson.—Mequedopensativaunosinstantes—.Perotambiénsécómopiensa.Sé loquequiere,enparticular loquequieredemí.Yporesoconfíoenélmásqueenel reyEtristooenningunode lospretendientes.MásinclusoqueenVenenodeDragón.Erikpiensasurespuestaunosinstantes.—¿Másdeloqueconfíasenmí?—inquiere.Lomirodereojo.—Sí—admito—.Confíoenquetienesbuenasintenciones,Erik,perosigosin
saber qué esperas conseguir con tu presencia aquí, y hasta que no lo sepaseguirássiendounenigma.—Megustabastanteserunenigma—diceconunasonrisa.TocamoslacampanillaparaquevengaelelevadoryEriksesientaapoyadoen
laparedaesperar,aunquesolovayaatardarunmomento.Tienepintadequererpreguntarmealgo,peronosabecómo.Esunainseguridadalaquenometieneacostumbrada, ya que suele enmascarar sus dudas con capas de falsafanfarronería.—¿Qué?—pregunto.Niegaconlacabezaymiraalsuelo.
—Nada.—Bueno, ahorame pica todavíamás la curiosidad. Venga, que no te voy a
morder.Vacilaunmomentomásycuandovuelveamirarmeselehapuestolacarade
colorrosa.—¿Sabessi...siaHeronlegustan...sileinteresanotroschicos?Noséquédudaesperabaquetuviese,perolapreguntaestaninesperadaquelo
únicoquepuedohaceresreírme,aunquenoestoyseguradeporqué.Alfinyalcabo,aHeronsí le interesanloschicos.Porlomenos,estuvointeresadoenunchico,y la formaen laqueantesmirabaaErikmehacepensarquenofueuncasoaislado.ElrostrodeErikseponetodavíamásrosa.—Solo es por curiosidad. A algunos chicos les pasa, ¿sabes? Igual que a
algunaschicaslesgustanlaschicas.—Esoya lo sé—contesto,yme lasarreglopara recuperar lacompostura—.
Perdona,nomereíadetiporeso.Esquemehasorprendido,esoestodo.¿Atitegustanloschicos?Seencogedehombros.—Laverdadesquecreoquemegustatodoelmundo.—Nolosabía—contesto.—Noesprecisamenteunodemistemasdeconversaciónpreferidos—asegura
—.Haygentequecreequemehace...antinatural.—Haygente que es necia—asevero, y entonces dudo—. ¿YSøren...?—me
interrumpo.Élasiente.—Creo que lo sabe desde hace tanto tiempo como yo.Ni siquiera tuve que
decírselo.Suspiro.—Como dudo que te guste que vaya por ahí hablando de tus asuntos
personalesadesconocidos,tampocotecontarélosdeHeron.Siquieressaberlo,pregúntaselotú.Erilsequedapensativo.—Quizálohaga—responde.Aprietoloslabios,pensandoenHeronysucorazónroto.Despuésdetodaslas
personasquehaamadoyperdido,nosésisobreviviríasilevolvieranaromperelcorazón.—Pero...tencuidado—leadvierto—.Mecaesbien,Erik,perosituvieraque
elegirentremisSombrasytú,laselegiríasiempreaellas.Élsemequedamirando.—Vaya—dice.—¿Qué?—Nada.—Se aparta de la pared y se pone de pie justo cuando el elevador
llega a nuestropiso—.Creoquehevisto a la verdaderaTheodosiabajo todasesasmáscaras.Yesmuchomássensibledeloquepensaba.
Impotencia
Eselmismoguardia,Tizoli,quiennosvuelveadejarentrarenlasmazmorras.Nosdeja ante la celdadeSørenyprometevolver en cuanto lo llamemos.Porsuerte,estavezyaestádespierto.Estásentado,apoyadoenlapareddelfondodelacelda,yparecequenosestabaesperando.Aunqueséquenoformularániunaqueja,eltiempoquellevaaquíabajohaempezadoahacermellaenél.Inclusobajo la tenue luz de la antorcha, su piel se ve cetrina y distingo unas oscurasojerasbajosusojos.Además,haempezadoaolerbastantemal.Sinembargo,cuandonosveselasarreglaparasonreír.—Teníalaesperanzadequevolvierais—dice.—Puesclaroquehemosvuelto—replico—.¿Cómoteestántratando?¿Tedan
suficienteaguaycomida?Søren hace un gesto con la mano para quitarle importancia, tal y como
esperaba.—Metratanbien—responde—.Medancomida,aguaytodoeso.—¿Yestavezsítelaestáscomiendo?—lepregunto—.¿Noestaráshaciendo
esetruquitoestúpidodenuevo?Se ríe, pero no es la carcajada sonora y profunda a la que me tiene
acostumbrada.—Estoycomiendomucho,ylaverdadesquecreoquepreferiríanquebebiera
menosagua.Frunzoelceño.—¿Qué quieres decir?—Entiendo que no quieranmalgastar comida: cuesta
dineroyrecursos.Peroelaguanocuestanada.—Sta’Criverosufreunasequía—meaclaraSøren,sorprendidoporlapregunta
—.¿Nolosabías?Haceañosquenollueve.—Peroconstruyeronlaciudadsobreunarroyo—contesto,recordandoloque
Veneno deDragónme contó cuando llegamos—. Por eso el aire aquí esmásfresco,yporesomehacenbañarmecadamañanaycadanoche.—Losarroyosseestánsecando—intervieneErik,yseencogedehombros—.
Peronocreoquequieranquelagentelosepa.SesuponequeSta’Criveroesunparaíso.—Entonces¿cómolosabestú?—lepregunto.Erikresoplaporlanariz.—Puedeque sea un invitadodel rey, pero sigo siendogorakí. Sabenqueno
valgonadaparaellos.¿Creesquegastaríanenmímásaguadelaestrictamentenecesaria?Midencadavasoquebebemosynoscobranporcadaunodeellos.¿Ylosbaños?Nadiedemicomitivasehabañadodesdeque llegamos,y,créeme,algunosdenosotrosestamosempezandoafermentar.Larevelaciónsequedaunpococoja,parecefaltarleunapiezaimportante.—Pero los sta’criverianos gastan muchísima agua. Solo el jardín debe de
necesitarcientosdegalonesaldía,pornohablardeloquegastarátodoelmundoenbeberyenbañarse.—No,loscortesanosutilizanmuchísimaagua—mecorrigeSøren—.Paralos
ciudadanosdeapieestámuyracionada.Heoídoaalgunosguardiasquejarse.Sta’Criveroparecetanlujosayopulentaporqueesaeslaimagenquequieren
dar,pero¿dequélesserviránsusvestidosenjoyadosysusornamentadastorrescuandonolesquedeaguaparabeber?—Odio este lugar—admito tras unos instantes—. Odio el palacio y a esta
gentesuperficialquesecomportacomosifuesenmejorquelosdemás,inclusocuando aquellos que viven a su alrededor pasan sed. Odio al rey Etristo y laformacomomellama«querida»,comosifueseunaniñaignoranteeincapazdetomar suspropiasdecisiones.Yodioesecampode refugiadosy loque lehanhechoaesapobregente.Yo...—meinterrumpoantesdeterminarlafrase.Sørenmemira,inseguro.—Theo...—diceenvozbaja—.IrseahoraseríauninsultoparaelreyEtristoy
paratodoelpaís.Eselúnicoaliadoquetienes.—Técnicamente,esonoesverdad—reponeErik—.MetieneamíyaGoraki.—YaVecturia—añado—.Eljefemedijoquepodíaconvocarloslapróxima
vezquelosnecesitara.Sørenniegaconlacabeza.—Granosdearenajuntoaunamontaña.
—¡Eso ya lo sé! —le espeto—. Sé que no es suficiente, que nunca serásuficiente. Sé que tengo que casarme con alguien que tenga un ejército máspoderoso. Es solo que... Me gusta imaginar una situación en la que pudieralargarmeydecirlealreyEtristoquesefueseafreírespárragos.Ambosmuchachossemequedanmirandounosinstantesconlabocaabierta.
Luego,ErikseechaareírySørenseleuneunmomentodespués.—¿Afreírespárragos?—preguntaErik—.¿Eslomejorquesetehaocurrido?—Creoqueno lehedichoanadieque sevaya a freír espárragosdesdeque
teníaseisaños—agregaSøren.—Dehecho,creoquemelodijisteamíytecontestéqueparecíasunbebé—
señalaErik,yambosseríentodavíamás.Meardenlasmejillas.—Es lo primero que se me ha ocurrido —me justifico—. ¿Qué le diríais
vosotros?Sørendejadereírselosuficientecomoparapensarlo.—YolediríaalreyEtristoque...queledieranmorcillas—explica,pensativo.Erikniegaconlacabezaychasquealalengua.—Siguesiendodeprincipiante—opina.—Puesaverquélediríastú—lodesafíaSøren.Erik lo piensa un buen rato, rascándose la barbilla con ademán pensativo.
Luegoesbozaunagransonrisa.—Yolediría:«ReyEtristo,permitidqueosbrindemimáshumildeinvitación
paracomerunaexquisitezconsistenteenescorpionesfritosbañadosenmeadoytripa de cerdo rellena de excrementos de escarabajo». —Lo corona con unaprofundareverencia.Medoblohaciadelanteconunaarcada,peroSørenprorrumpeencarcajadas
hastaqueseponecomountomate.Luegoyotambiénmeechoareír.OjaláErikpudiera decirle eso al rey Etristo de verdad, aunque fuera solo para que yodisfrutaraalverlelacaraenesemomento.Cuandoyanoshemoscansadodereírytenemoslosojosllenosdelágrimas,meacercoalosbarrotesquemeseparandeSøren.—Perosabesquenotedejaríaaquí,¿verdad?Niaunquenotuviesequesufrir
luegolasconsecuencias—señaloenvozbaja—.NomeiríasintiniaunqueelreyEtristomeprometieraunejércitodemillonesdesoldados.Élsonríecontristezaysemiralasmanos.—Podríashacerlo—dice.Nisiquieracuandoempezamosconnuestraclasedeastreanoconsigoolvidar
suspalabras,ymepreguntosi tienerazón.Sisepresentara laocasión,¿podríadejaraSørenatrás,pudriéndoseenestamazmorra?¿InclusosisignificarasalvaraÁstrea?Noestoyseguradecuáleslarespuesta,nitampocodecuálquieroquesea.
Horasdespués,cuandonosvamosdelasmazmorras,Erikestámuysilencioso,loquenoespropiodeél.Primeropiensoqueessoloporqueestácansado,ynoselopuedoreprochar—yomismaestoymediodormida—,perocuandolomirodereojoveoquetieneelceñofruncidoyestáensimismadoensuspensamientos.—¿En qué piensas?—le preguntomientras salimos del elevador, que se ha
detenidoenmiplanta.Sehaofrecidoaacompañarmehasta lapuerta,ynohesidolosuficientementeorgullosaparanegarme,teniendoencuentaquetodavíahayunasesinopululandoporaquí.Erik reacciona como si lo acabase de despertar de repente de un sueñomuy
profundo.—En nada —contesta, pero enseguida se da cuenta de que es obvio que
miente.Suspirayañade—:Soloestabapensandoenelcampoderefugiados.Nomeloquitodelacabeza.—Losé—respondo—.Yotampoco.Odiosentirestaimpotencia.Erikasiente.—Peroesraro,porqueellosnoloson,¿nocrees?Muchosdelosadultoshacen
trabajosfísicosparalossta’criverianos.Sonfuertes.Ynohabríansobrevividosino fuesen listos. En realidad, no creo que quieran compasión ni caridad. Soloquierenunaoportunidadparalucharporunavidajustayunlugaralquellamar«hogar»,igualquetodosnosotros.«Quierenluchar.»Laspalabrasresuenanenmimenteunayotravezhastaque
meparoenseco,ahogandoungrito.—¡Erik!—digo.Éltambiénsedetiene,sevuelveymemirapreocupado.—¿Todobien?Dimequeno tehanclavadoundardoenvenenadooalgoasí.
CreoquetusSombrasmeasesinaríansitepasaraalgobajomivigilancia.Lo acallo levantando una mano. Cada pieza del plan se va uniendo a la
siguientehastaqueempiezaa tenersentido.Hastaqueseconvierteenunplansólido.—¿Cuántosrefugiadoscreesquehayenesecampo?Élseencogedehombros.
—Unostresmil—estima.—Y¿sincontaralosniñosyalosancianos?¿Yacualquieraquenopuedao
noquieraluchar?¿Cuántosguerrerospotencialeshay?Cuandoempiezaaatarcabos,mesonríe.—Unosmil,puedequemás—calcula—.Nosonsuficientes,Theo,nisiquiera
conlosejércitosgorakíyvecturiano.—No,nosonsuficientesparaunaguerra—concedo—.Nosonsuficientespara
recuperarÁstrea.Pero¿bastaríanparaconseguirelcontroldeunamina?Frunceelceño,pensativo.—Quizáduranteuntiempo.Siatacamosporsorpresaysoloestánlosguardias
quehayandestinadoallí—dice—.Peroinclusoenesecasopodríamosaguantarsolounassemanas,hastaquelanoticiallegaseaoídosdelkáiseryenviasemástropas.Enesemomento,esaposiblevictoriaseríarevertidadeinmediato.Tienedemasiados hombres, demasiados guerreros entrenados. Ni siquiera con laventajadelelementosorpresaseríasuficiente.Compraríamosunpocodetiempo,esoestodo.—Tiempo—repito—.YlaMinadeFuego.Allíhayotrosdosmilquinientos
astreanos,másomenos.Ynonosquedaríamosmuchotiempo.Cuandoelkáiserenviasemástropasyanoshabríamosido.—A otra mina —añade Erik—. Para liberar a más gente y reclutar a más
guerreros. Si conseguimos hacernos con las cuatro minas podrías juntar unejércitoreal.—Todo el mundo tendrá elección —afirmo con firmeza—. Si no quieren
luchar, lesproporcionaremos toda laprotecciónquepodamosde todosmodos.Pero no creo que sea una decisión difícil, después de todo lo sucedido. Estánenfadados. Démosles la oportunidad de usar esa ira contra la gente que se loarrebatótodo.Erikasientedespacio,conunaexpresiónconcentrada.—Pero si nos vamos ahora, el rey Etristo no tendrá ninguna razón para
manteneraSørenconvida,anoserqueselodevuelvaalkáiserpordespecho—puntualiza.Solohaceunosminutos,élmismomehadichoquesitengolaoportunidadde
salvar aÁstrea debería dejarlo atrás si es necesario, pero ahora que seme hapresentadoséquenosoycapaz.—Puedoconseguirmásgente—diceErikalcabodeunmomento—.Hayotros
camposderefugiados,unoenTimmoreeyotroenEtralia.Puedequenoseantangrandes como este, pero aun así serán de un gran tamaño. Puedo ir e intentar
reclutaramásgente,oalmenosasegurarmedequenolostratantanmalcomoaquí.MetomaráalgunosdíasiraambosyvolveraÁstrea.EsotedarátiempoparasacaraSørendeesamazmorrayparaenviarleunmensajealjefeKapildeVecturiayaceptarsuoferta.Tendrásqueseguirjugandoaestejuegountiempomás.—Creo que puedo soportarlo —repongo secamente—. Después del káiser
deberíaserfácil.—Quizá lo sería si no hubiese también un asesino con el que lidiar —me
recuerda,nosinrazón.—Estarébien—digo,moviendolamanoconimpaciencia—.¿Cuándopodrías
irte?—Enunashoras—contesta—.Elrestodelosgorakíesestánpreparadospara
irsedesdequellegamos.NolesgustaSta’Crivero.Tras lo que me ha contado acerca de la forma en que los maltratan y les
escupen,nopuedoreprochárselo.—¿Cómo nosmantendremos en contacto?—le pregunto—.Espero que, por
losdioses,nadasalgamal,peroestaríabiendisponerdealgúntipodeplanparacomunicarnosporsiacaso.Erikasiente,conelrostrotensoypensativo.—Déjame hablar con el maestro Jurou—pide al cabo de unos instantes—.
Tienealgunosinventossobrelosquenohacontadonada,peropuedequealgunodeellosfuncione.—¿Qué clase de inventos? —inquiero, recelosa—. Dijiste que era un
alquimista,¿no?¿Nosignificaesoquefabricaoro?Élesbozaunasonrisamaliciosa.—Más o menos —responde—. ¿Cómo crees que le estoy pagando al rey
Etristoporelprivilegiodecompetirportumano?Duranteunossegundos,loúnicoquesoycapazdehaceresmirarlo.—¿ElmaestroJuroucreóoro?—aventuro.—Másomenos—repite—.Seleparecelobastanteparaengañaralrey,pero,
detodosmodos,puedequelailusiónnohubieseduradomuchomástiempo.Niegoconlacabeza.—¿Magiaociencia?—pregunto.Élseencogedehombros.—Porloqueheentendido,que,laverdad,esmuypoco,esunpocodeambas
cosas.
MoloVaru
Aunque nadame gustaría más que encerrarme todo el día en la habitación yplanear nuestra próxima huida de Sta’Crivero, me encuentro preparando unpaseoporeljardínconColtania.HainsistidomuchoconlainvitaciónytengolaesperanzadeconvencerlaparaquesedéconelsuerodelaverdadyasípodamossacaraSørendeprisiónloantesposible.Artemisiaestásentadaenunaesquinademihabitación,puliendosucolección
de dagas, que no deja de crecer, mientras Heron intenta arreglar uno de misvestidos. Por habilidoso que sea, esconder lasmuchas joyas que he arrancadoparadárselasalosniñosdelcamponoestareafácil.DespuésdeloqueSørenyErikmehancontadosobrelasequíadeSta’Crivero,
nopuedoevitarestarpreocupadaporArtemisia:sudondeAguapodríahaberlaconvertidoenunobjetivo.Sinembargo,ellaessolounamuchacha,alalarganopodríaservirlesdemucho,yelreyEtristotendríaquemostrarsudebilidad.Nomepareceprobablequelohagaporunarecompensatanpequeña.Encualquiercaso,mealegraqueprontovayamosamarcharnosdeestelugar.—RepítemequétedijoBlaisecuandolecontasteelplan—lepidoaArtemisia
desde mi sitio, a los pies de la cama y abrazada a un cojín que tengo en elregazo.Ellaponelosojosenblanco.—No sé cómo pretendes que lo cite con más exactitud de la que ya lo he
hecho.Hadicho:«Deacuerdo».—¿Esoestodo?¿Nadamás?—insisto.—Ha preguntado qué necesitabas que hiciera. Le he pedido que le diese tu
carta a alguien que pudiera entregársela al jefe vecturiano. Me ha dado las
graciasyhacogidolacarta,ademásdelacomidayelaguaquelehellevado.Yluegohevuelto—repite,convozcortanteeimpaciente.Esunaadvertenciaparaquenosigainsistiendo,perolaignoro.—Pero¿quéaspectoteníacuandolohadicho?¿Piensaqueesunabuenaideao
haaccedidoaregañadientes?Lanzaladagaalsuelojuntoaella,conungolpesordoquereverberaentodala
habitación.—Teníaaspectodetenercalor.Ysed.Noséquécontestaraeso.Partedemíquierepedirledisculpas,perosospecho
que lo hiciera me llamaría estúpida. ¿Por qué tendría que disculparme? ¿Pordejar que se marchase de palacio? Es peligroso y no tiene ningún deseo deponerleremedio.Loúnicoquepuedohaceresintentarasegurarmedequenolehagadañoanadiemás.Alguienllamaalapuerta,yHeronyArtemisiaseponendepieydesenvainan
susarmasantesdequeamímedétiempoaparpadearsiquiera.—Dudoqueunasesino semolestara en llamar—apunto,peroArtemisiame
hace un gesto para queme calle y va hacia la puerta. La abre igual que hacesiempre:apuntandoalreciénllegadoconlapuntadesudaga.Estavez,alotrolado de la hoja se encuentra un Erik bastante alarmado. Artemisia suspira alverlo(comosilaestuviesemolestandoalnointentarmatarme)ybajaelarmaaregañadientes.—Hola,Erik—losaludocuandoellasehaceaunladoparadejarlopasar—.
¿Estátodolistoparaelviaje?ÉlasienteymiraaHeronyArtemisia.—¿Estánenteradosdetodo?Artemisiaintervieneantesdequemedétiempoaresponder.—Yo creo que el plan es una estupidez, peroHeron dice que es valiente—
dice.Lamiroconelceñofruncido.—Mehasdichoquepensabasqueeraunbuenplan—protesto.—No,yonohedichoeso—replicaconun resoplido—.Loquehedichoes
quemeparecíaligeramentemejorquecasarteconalguienquenotengainterésenÁstreamásalládellenarselosbolsillos.—Bueno,viniendode ti, suenacomoun respaldoentusiastayvehemente—
ironizaErik.Para mi sorpresa, Artemisia se echa a reír. Su propia reacción parece
sorprenderle, y frunce el ceño antes de sentarse en una silla con respaldo alto
paraseguirpuliendosucoleccióndedagas.—Si alguno de vosotros quiere venir conmigo, no me importaría tener
compañía—añadeErikmirandoaHeron.Este lomira a los ojos, y puede que seami imaginación, pero creo que sus
mejillasadquierenuntinterosado.Tardatantoenresponderqueporunmomentopiensoquevaaacceder,peroalfinalniegaconlacabeza.—Nuestro lugar está junto a la reina —afirma. Y por egoísta que sea, me
alegrodequelodiga.NoséquéharíasinArtemisiaysinél.—Parecequenosoislosúnicosquepensáisasí—diceErikconunsuspiro,y
se vuelve hacia mí—. Mi madre ha decidido que también quiere quedarsecontigo.Estoyintentandonotomármelodeformapersonal.Sonrío.—Me alegro de tener aquí aHoa—admito—.Siento que apenas empiezo a
conocerla.Erikponelosojosenblanco.—Sí,ellahadicholomismodeti—responde,algomolesto—.Tambiéndijo
quelassirvientassta’criverianastevestíandeformademasiadochabacanaparaunareinayqueteníaquequedarseparaponerlefinaeso.Niegoconlacabeza.—Ya no esmi doncella y, comomadre del emperador, tendrámuchas otras
cuestionesqueatender,estoysegura.Erikseencogedehombros.—Eso pienso yo también, pero dice que el aspecto es importante para una
mujersoberana,másqueparaunhombre,yaqueesloprimeroporloqueselajuzga.Alparecer,necesitassuayudamásqueyo.Yesoesmuchodecir,yaqueeramitraductoradegorakí.Enarcolascejas.—Entonces¿cómotelasvasaarreglarsinella?Élfrunceelceñoyarrugaelgesto,concentrado.—En kava dimendanat—dice—. Eso significa o «estaré bien» o «tengo un
burrogordo».Peroqueríadecirloprimero.Todosmisburrosestánescuálidos.Merío.—Igualpodríaspedirlequeteescribaalgunasfrasesantesdeirte—sugiero.Asienteyluegodice:—Ay,casimeolvidodelmotivoporelquehevenido.—Semetelamanoenel
bolsilloysacadospepitasdeoroidénticas,cadaunadel tamañodemipulgar.Mepasaunayexplica—:EsunregalodelmaestroJurou.Sellamamolovaru.
—¿Eseseorofalsoquemedijistequefabricaba?—preguntomientraslevantolapepitaalaalturadelosojosylaobservoconatención.—No,esteesdeverdad.Loquepasaesqueloha...alterado,digamos.Apartolavistadelapiezadeoroylomiroaél.—Alterado¿cómo?Erikmuevelamanoconimpaciencia.—Mehaexplicadotodoeltediosoproceso,conlaayudademimadre,claro,
pero incluso traducido era incomprensible.La clave es que el oro es unmetalmaleable.Conlasuficientepresión...—Seinterrumpe,semetelapepitadeoroenlabocayledaunbuenmordisco.Notocómolamíacambiabajomisdedosycasisemecaedelsusto.Cuandola
levanto,veolasmarcasdelosdientesdibujadasenlasuperficiedeloro.—Pero¿cómo...?—empiezoadecir,peromeinterrumpo.Observoeloropor
todoslosángulos,esperandoquedesaparezca,peronolohace.—Engorakí,molovarusignifica«piedramimética».Loquelepaseauna,le
pasaalaotra.—Esoes...—Mequedomirandolapiedra—nosésiincreíbleoterrorífico.—Creoque ambas cosas—contestaErik.Mequita la piedray se la lanza a
Heron,quelacogecondestreza—.¿Podrásirechándoleunvistazo?Notienesquemorderla,porsupuesto.Conunaherramientalobastantecalientesepuedengrabarpalabrasenella.Tenlaenelbolsilloysinotasquesecalientasabrásquetengounmensajeparati.Yalainversa.—Esperfecta—ledigo.Eriksonríe.—Por gruñónque sea, elmaestro Jurou es una especie de genio—admite a
regañadientes.—Dalelasgraciasdemiparte—lepido—.Queestésasalvo,Erik.ÉlasienteymiraaArtemisiayHeronantesdedirigirdenuevosusojoshacia
mí.—Cuidademimadre.NosvemosenlaMinadeFuego.
Eltrato
CuandomeencuentroconColtania,el jardínestácasivacío.Solohayalgunosgrupitosdesta’criverianosquesepaseanconsussedasenjoyadasyadornadas,queparecendiseñadaspara competir con las flores exóticasquehayanuestroalrededor. Entre tantos colores, Coltania parece una flor particularmente letal:lleva un vestido negro de cuello alto que resalta su figura y la melena negrarecogidaenlapartedearribadesucabezaysujetaconunúnicopasador.Comodecostumbre,llevaloslabiospintadosdeunvívidorojo,laúnicanotadecolorensuatuendo.Cuandomeve,esoslabiosseextiendenenunasonrisaquereveladoshileras
dedientesblancosyrectos.—Aquí estáis —me saluda mientras viene hacia mí—. Empezaba a
preocuparme.—Perdón por el retraso—me disculpo—. Recibí la inesperada visita de un
amigo.Ellahaceungestoconlamanoparaquitarleimportancia.—Ahoraestáisaquí,yesoesloqueimporta—dicemientrasmedaelbrazoy
empiezaacaminarporunodelosmuchossenderosdeljardín.De repente, echo tanto de menos a Crescentia que me siento como si me
estuviesen retorciendo una daga en las entrañas. ¿Cuántas veces caminamosjuntasdelbrazo,igualqueahora,poreljardíngris?Charlábamosdetodoydenada, nos reíamos despreocupadamente y hacíamos bromas que nadie másentendía.Erafácil,yerasimple,yeraunamentira,perohayunapartedemíquedaríacualquiercosaporvolveraesosmomentos.«Coltania no es Crescentia», me recuerdo, aunque estoy segura de que esta
esperadar la impresiónde ser unamuchacha tonta de la alta sociedadquenotienemáspreocupaciónqueladeelegirunnuevovestidoparalapróximafiesta.Noseledamuybien.NosabequelaschicascomoCresssiempreescondenalgobajo la superficie,ya seaunamenteestratégica, amorpor lapoesíaounbuencorazónNo, Coltania creció observando a esas chicas desde la distancia, conresentimientoyansiasporhacerseconunavidacomo lasuya,asíquesolohaconseguidounaburdaimitacióndeloquecreíaqueeran.Peroyopuedojugarconesailusiónconbastantefacilidad.—Habéis sidomuy amable al invitarme a dar un paseo,Salla Coltania—le
digo,estrechándoleelbrazo—.SeguroqueestáisexhaustaportodoelesfuerzoqueestáisdedicandoalimpiarelnombredeSøren.¡Ypensarquesesuponíaqueesteviajedebíaserundescansodevuestrotrabajo!Esperoquenooshayamosimportunadodemasiado.Esoparececogerladesprevenida.—Enabsoluto,Majestad—responde—.Mealegrapoderayudarenlamedida
quepueda,osloaseguro.—Esoesmuyamabledevuestraparte—lecontestoconunasonrisatanancha
quemeduelelacara—.SéquesindudamesentirémuchomástranquilacuandoSørenestélibreypuedavolveraocuparmedeelegirunmarido.¿Cuántotiempofaltaparaqueelsueroestélisto?LasonrisadeColtaniatitubeaapenasunsegundo.Seledamuybienesconder
sus sentimientos, pero no lo suficiente. No tan bien como se le daría si lahubieraneducadoparaserobservadadesdepequeña,comoenelcasodeCress.Comoenmicasotambién,dealgúnmodo.—Fabricar este tipo de pociones lleva su tiempo, Majestad, y esto es muy
distinto demi viejo laboratorio.Aquíme las arreglo tan bien como puedo—responde.—Estoy segura—afirmo,mientras le acaricio el brazopara tranquilizarla—.
Pero¿hayalgoqueindiquecuándopodríaestarterminada?Coltaniatienelainteligenciadesopesarconcuidadosuspróximaspalabras.—Tardaráunpardesemanasmás—dice.—¿Nodijisteisqueunasemanalaúltimavezquehablamos?—lepregunto.Ellaseencogedehombros.—Los tiempos pueden ser muy complicados. Solo son estimaciones. Sin
embargo,mepreocupaquealgunospretendientesseimpacientensiosnegáisareunirosconellosdurantetantotiempo,teniendoencuentaeldineroquedebenpagaralreyEtristoporcadadíaquepermanecenaquí.
Lodicedeformadespreocupada,peropuedooíreldesafíoqueescondensuspalabras.Quieresabercuáldelasdosserálaprimeraenparpadear.Noseréyo.—Amítambiénmepreocupa—respondo—.Aunquesupongoquealguienque
muestre tanta impaciencia ante una decisión tan importante no sería la opciónadecuada,¿nocreéis?—Por supuesto, Majestad. La paciencia es de primordial importancia —
concede,devolviendolapelotaamitejado.Aprietolosdientes.—Pero es una lástima—repongo con un fuerte suspiro—. Justo el otro día
comentaba con mis consejeros que, antes de que tuvieran lugar todos estosinfortunios,estabapreparadaparaponerfinatodoesteasunto.Pordescontado,elreyEtristoquierealargarlotodoloposible...—añado,ybajolavozconaireconspirativo—.Yasabéiscómoes.Coltaniaasiente.—En Oriana hay una expresión que dice: «Ser avaricioso como un rey
sta’criveriano».Estaveznotengoquefingirunacarcajada,yColtaniatambiénseríe.—Muy cierto —convengo—. Y pensar que estaba a punto de aceptar la
propuestadematrimoniodelcanciller...Coltaniaseyerguedegolpe.—El prinz Søren estaba de acuerdo con mi decisión—añado—. De hecho,
podríadecirsequeeraunodelosmayoresdefensoresdevuestrohermano.—¿Deverdad?—replicaconvozseca—.Nuncamediolaimpresióndequeal
prinzlegustasemihermano.Habríaapostadoaquesufavorestabaconelpobrearchiduque, y eso si no tenía pensado presentarse élmismo como uno de loscandidatos,porsupuesto.Søren había dicho que el archiduque era lamejor opción si tenía que elegir
alguna,lorecuerdo,peronocreoquenuncadieraesaimpresiónenpúblico.—Por losdioses,no sé cuálde lasdos cosas esmás ridícula—repongocon
unacarcajada.PeroestavezColtanianoríeconmigo.—Circulaunrumorysientoquedeboalertaros,comoamiga—mediceenun
susurro—. Uno de los guardias de la prisión va contando que habéis estadovisitandoalprinzSørenenmitadde lanocheyqueosquedáisconéldurantehoras.Lamayoríadelagentenocreequeesoseaunareuniónestratégica.—LamayoríadelagentenodebededarsecuentadequesielprinzSørenestá
en prisión las reuniones deben celebrarse por la noche, cuando no está
abarrotada y ruidosa, y que como gran parte de esas reuniones se dedican aasegurarnos de que está bien alimentado y cuidado, es inevitable que seextiendanmásdeloqueloharíansilascircunstanciasfueranotras—leespeto,peroentoncesmecalmoyfuerzounasonrisa—.Esotrade lasrazonespor lasque estoy ansiosa por sacarlo de esa cárcel: para que no malgastemos tantotiempoypongamos fina todoesteasuntode lospretendientes.Pero temoquedossemanasestantotiempoquepodríancambiarmuchascosas,¿nocreéis?Coltaniafrunceloslabios.—¿Queréisdecirquesilainocenciadelprinzsedemostraseanteselegiríaisun
esposo?—pregunta—.¿Elesposoadecuado?Ahíestá:unsobornoligeramenteencubierto.Ellasabrájugar,peroyotambién
sé.Lamiroalosojosyasiento.Ellahaceunalargapausa.—Quizá podría acelerar el proceso para que podamos llegar a un acuerdo
oficial.Antesdequepueda responderle, nos interrumpenunosgritosque rompen la
frágilpazdeljardín.Reconozcounadelasvocesdeinmediato:eselreyEtristo.—¡Esinaceptable!—ruge,másaltode loque locreíacapaz—.Teníamosun
acuerdo,Reymer.Los sta’criverianos que pasean por el jardín también reconocen la voz y
desaparecendelavistadeinmediato;regresanalinteriorparaquepuedanhablaren privado. Parte de mí quiere hacer lo mismo, pero me temo que, si estáhablandoconelzarReymer,ladiscusióntienealgoqueverconmigo.—Por aquí—susurra Coltania, y me lleva a un bosquecillo con árboles de
gruesostroncosydensosarbustosquenosescondenporcompleto.Losarbustosmearañanymedesgarranelvestido,peroelcorazónme latecon tanta fuerzaqueapenaslonoto.MiroaColtania,queestáobservandoconlamiradaalertayundedoenloslabios,paraacallarmeantesdequesemeocurrahablar.Laobedezcoybuscounlugarentrelosarbustosdesdedondeyotambiénpueda
verelclarovacíodeljardín.Enesemomento,elzarReymerapareceennuestrocampo de visión, seguido por el rey Etristo, que camina mucho más lento yapoyadoenunbastónenjoyado.—No es seguro —susurra el zar, y se vuelve para mirarlo—. Primero el
archiduquey ahora esto...No arriesgarémividay la demipropiohijopor laínfimaposibilidaddequeesaantipáticareinasedigneahacerdeélunespososin poder alguno. ¡Ni siquiera un rey! Solo su consorte. Talin tiene otrasposibilidadesmuchomásatractivas.
Semeponeelpelodepuntaysemeaceleraelcorazón.¿Quéhaqueridodecircon«yahoraesto»?ElreyEtristoseechaareír,perosenotaquelacarcajadaesfingida.—Te perderás una joya muy poco común, Reymer —repone—. La reina
Theodosianoesungranpremio,nohayduda,peroelverdaderotesoroesÁstreay su magia. Ya has visto lo que pueden hacer esas piedras. Cuando loskalovaxianoshayan sidoderrotados, podrás controlar suventa.Ademásde lasgemasdeAgua,comoyadiscutimos.¡Las gemas de Agua! Esas palabras encajan: es la pieza que faltaba en el
rompecabezas.LoqueEtristoobteníaacambiodesermianfitrión.ElacuerdoqueteníaconVenenodeDragónnuncaconsistióenayudarme;nisiquieraeraacambio de dinero: era por el agua. Pero, antes de que pueda reflexionardemasiadosobreesanuevainformación,ladiscusióncontinúa.—Ese es tu problema, Etristo—dice el zar Reymer con desdén—. Siempre
quieresmás,másymás...Peroquieresdemasiado.Etraliayaeslobastanterica.ElreyEtristoescupeenelsuelo,juntoasusilla.—Nuncaseeslobastanterico—repone.—Sí,siloskalovaxianosestáninvolucrados—contestaelzar—.Esmejorno
contrariaralkáiser.Estosasesinatoshansidopruebasuficiente.«Asesinatos»,no«asesinato».Nohasidosoloelarchiduque.Elzarhadicho
«asesinatos». El corazón me da un vuelco, y mi mente da vueltas y vueltas,pensandoenquiénpuedehabermuertopormiculpaestavez.PiensoenBlaise,Artemisia y Heron, demasiado ocupados protegiéndome para guardarse lasespaldas.«Sielasesinopensóqueyoestabaenmihabitaciónyselosencontróaellos...»Noconsigoacabarelpensamiento.—Elkáiserquierealamuchacha.Notieneningúninterésenhacertedañoni
enconvertiraEtraliaenunpaísenemigo—replicaelreyEtristo.EstavezeselzarReymerquienseríe,conunacarcajadaquesuenaunpoco
histérica.Setapalacaraconlasmanosyniegaconlacabezaantesdedejarlascaerdenuevo.—Nopuedesestar tanciego,Etristo.Lachicanohasidoelobjetivodeesos
ataques.Sielkáiserlaquisieramuerta,yaloestaría.Elobjetivodelkalovaxianoson los pretendientes: está mandando un mensaje a cualquiera que piense enenfrentarse a él. Yo lo he oído alto y claro, y a ti te convendría escucharlotambién.Elreylevantalasmanos.—Bien, entonces. Vete. Vuelve corriendo a Etralia con el idiota de tu hijo,
como los cobardesque sois.Peronopienso reembolsarte el dineroqueyamehaspagado.Elrostrodelzarseponecomountomate.Daunpasohaciaelrey.—Esedineroesmío.Teníamosuntrato,Etristo.Megarantizastequelachica
elegiríaaTalin.Comonolohahecho,hegastadoesedineroenfalsaspromesasysemedevolveráantesdequemevaya,dentrodeunahora.Elreylofulminaconlamirada.Peseaqueelzaresmuchomásalto,nadielo
diríaalverlaintensidadqueirradiansusojos.—Yonohagotratosconcobardes—leespeta,casiescupiendolapalabra.ElzarReymerdaotropasohaciaél,evidenciandoladiferenciadealturaentre
ellos.—Tehaspasado lavidametidoenesa torre,Etristo, rodeadode tusmurosy
tusdesiertos.Nodeberíasdeciresapalabracomositalcosa.Nosabescómoesunaverdaderaguerra,yyoestaríaencantadodeenseñártelo.ElreyEtristosequedamudoporprimeravezdesdequeloconozco.—Quieroquesemedevuelvaeldineroenunahora,yluegomihijoyyonos
marcharemosdeestepalacio,antesdequeterminemosmuertostambién.Sinesperarrespuesta,elzarReymerdamediavueltayseva,furioso,dejando
alreyEtristosoloconunaexpresiónqueanunciatormenta.
Coltania y yo esperamos hasta que el rey se marcha del jardín para salir denuestro escondite entre los arbustos. Pese a quemimente es un remolino depánico trassaberdeestenuevoasesinato,ellaestábastante tranquila.Másqueeso:pareceestarhirviendodeunairasilenciosa.—Ese rufiánenjoyado...—masculla, con lamiradaclavadaenel lugarenel
queestabaelreyhaceunossegundos—.NomepuedocreerqueleprometieravuestramanoalzartrashaberleprometidolomismoaMarzen.Lamiroboquiabierta.—¿Esqueno loshabéisoído?Coltania,hahabidootroasesinatoy, según lo
quedecíaelzar,hasidootropretendiente.Podríaservuestrohermano.Despiertadesuensimismamientoymemira.—No—dice—.No,nopuedeserMarzen.Contratamoscatadoresdecomiday
másguardiasdespuésdeloqueleocurrióalarchiduque.Piensoenlosdemáspretendientes,peroenmifuerointernoyaséquiénhasido
envenenado.Al finyalcabo,sielasesinovadetrásde lospretendientesa losquehemostradomifavor,hayunaposibilidadnotoria.Antesdepoderindagar
másenesepensamientoyaestoycorriendoporeljardín,ignorandolosgritosdeColtania,quemepidequenocorra.
Víctima
Porunavez,anhelolasescaleras,porlargoquefueseeltrayecto,porqueasíalmenosnotendríaquequedarmequietayerguida,observandocómoincontablespisospasanpordelantedemíenelelevador.Sientoquecadaplantasesucedecentímetroacentímetro,cosaquedaamimentesiglosparapreguntarsequémeencontraréalllegar.Erik, muerto. Erik, sufriendo el mismo destino que el archiduque. Erik,
envenenado. Por mi culpa. Porque el káiser no quiere matarme a mí; quiereherirme,asustarme,jugarconmigoigualqueungatojuegaconunratónantesdedevorarlo.Laspuertasseabrenporfinenlaplantadelosgorakíes.Nisiquieraledoylas
graciasaloperariodelelevadorantesdeecharacorrerporelpasillo,queestáabarrotado. Cortesanos sta’criverianos se pasean por allí vestidos con suscoloridasropasyespeculansobrequépuedehaberpasado.Oigosolopequeñosfragmentosalpasar.«Quétragedia.»«Despuésdetodoporloquehanpasado...Estánmalditosdeverdad.»«ElmuchachoteníaunarelacióndemasiadoestrechaconlareinaTheodosia.»«Quizáellatambiénestémaldita.»«No, no, no», gritamimente, que ignora esas vocesmientras corro hacia la
habitacióndeErik.Justocuandoatisbolapuerta,unamanomecogedelbrazo.—Theo—mediceVenenodeDragónaloído,envozbaja—.Venconmigo,no
querrásmontarunaescena.Aunque sus palabras son duras, de su voz emana algo que no acierto a
distinguir, aunque tengo la impresión de que quizá sea algo parecido a la
amabilidad.Haymilesdecosasquequerríadecirlesobrenuestraúltimaconversación,pero
nada de eso importa ahora. Las palabras ya no importan.Me suelto y acelerocorrer,esquivandoaloscortesanossta’criverianos,ylaignorocuandomellamaporminombre.NomedetengohastaquenollegoalaentradadelosaposentosdeErik,donde
hay dos guardias apostados que evitan que los espectadores se acerquendemasiado.Cuandoporfinmedetengoanteellos,semiran,indecisos.—Dejadmepasar—lesordeno.—ReinaTheodosia, el rey nos dio órdenes específicas de que no se os...—
empiezaadecirunodelosguardias,peronomeesperoaquetermine.Loscojodesprevenidoscuandomeabropasodeunempujónylosapartoparaentrarenlahabitación.NohaynirastrodeErik.EsaHoaaquienveo,tumbadaenelsuelojuntoauna
mesa sobre laquedescansaun cuencodeuvas.Su cuerpo estádobladoenunángulopoconaturalytieneungrupodeuvasdesperdigadasalladodelamano.Sucuelloestátorcidohaciaelotrolado,ymemiraconunosojosvidriososquenovennadayunreguerodesangrenegraquenaceenlacomisuradesubocaabierta.Doy un paso atrás y me tapo la boca con la mano. Voy a vomitar. Voy a
desmoronarme.Nosécómopodrévolverareconstruirlospedazos.Estavezno.Derepente,tengosieteañosyellameabrazamientraselkáiserquemaeljardín
demimadre.Tengoochoañosyacabodedespertarmedeotrapesadilla en laqueveía cómoel theyn lamataba.Medespierto llorando, peroHoa está amilado con un vaso de agua y un pañuelo de tela, el único consuelo que podíadarmebajolavigilanciademisSombras.Tengonueveaños,diez,once,ymás,yella me aplica un ungüento con ternura y me venda los verdugones de miscastigos.Duranteunadécada,Hoasedesplazóporlaperiferiademivida,peronohaydudadequememantuvoasalvodelaúnicaformaenquepodía.Yyonohepodidohacerlomismoporella.Nomedoycuentadequeestoyenelsuelosollozandohastaqueunosfuertes
brazosmelevantan,ymedescubrollorandocontraunacamisetadealgodón.Semellevandelahabitaciónenbrazos,mealejandeHoayquierogritar,hacerqueestapersonamebajeparapodervolverconella,paraquedarmeconella igualque ella siempre se quedó conmigo, pero las palabras se me mueren en lagarganta,ahogadaspormáslágrimasdelasquecreíatenertodavía.Blaisemellevahastamihabitación.Unapartedemísabequenodeberíaestar
aquí,queespeligroso,perohavenidoyesoes loúnicoquemeimportaahoramismo.NadaexistemásalládemislágrimasydelaimagendeHoa,grabadaafuegoenmisrecuerdos.Medaigualporquéestéaquí,ylocalientequeestésupiel, mientras siga abrazándome. No consigo dejar de llorar, por mucho queintenteobligarmeacalmarlarespiración.Élbajamisinestablespiernasalsueloperomantieneunbrazoalrededordemis
hombros.—Alguien debería darle una bofetada —oigo que dice Artemisia, no sin
amabilidad—.Sisiguerespirandoasísevaadesmayar.SeoyeunsuspiroqueseparecemuchoalosdeHerony,comonopodíaserde
otro modo, se pone delante de mí, tapando todomi campo de visión. Pareceindeciso,yduranteunsegundopiensoquedeverdadvaaseguirelconsejodeArtemisia.—No—diceBlaise,quelomiraalarmado—.Heron,niseteocurra...—Sevaahacermásdañosinoselada—insisteella—.Hazlodeunavez.Heron losmiraaamboscon losojosmuyabiertosyal finmemiraamí.Se
armadevalorydaunpasohaciamí.Blaise semuevepara interponerse,peroArtemisialocogeporsorpresa,seabalanzasobreélylotiraalsuelo.Entonces,Heronmetocalamanoconsuavidadytodosevuelvenegro.
Me despierto en mi cama arropada por las mantas, y durante un dichosomomentonorecuerdolosucedido.Duranteunosinstantes,Hoasigueviva.Peroentonces la ilusión se desvanece y quiero escondermemás bajo las mantas ysumergirmeotravezenunsueñoprofundoquemehagaolvidar.—¿Te encuentras bien?—Lavoz deBlaise, baja y recelosa, interrumpemis
pensamientos.Miroalahabitacióniluminadaporlaluzdelalunayloencuentrosentado en el sofá, observándome. Heron está profundamente dormido en elsueloyArtemisiaestáalotroladodelacama,deespaldasamí.Meobligoaincorporarme.Mesientocomosialguienmehubiesegolpeadoen
la cabeza conun pedrusco; todo el cuerpomepalpita.Tengo la boca como sihubiesecomidoalgodón.—No deberías estar aquí —le contesto, ignorando su pregunta. De todos
modos,eraestúpida.¿Cómovoyaestarbien?Él niega con la cabeza, se levanta del sofá y viene al lado de la cama. Se
agachaymecuentaenvozbaja:—LehedadoaArtmisgemasparaquelasguarde,solohastamañana,cuando
memarchedenuevo.Habíavenidoalaciudadaporcomidaymeenterédelanoticia.Pensé...Noséquépensé.—Pensastequetenecesitaba—respondoenvozbaja.Medueleelcorazón—.
Ymealegrodequeestésaquí.Esaconfesiónse llevatodasmisfuerzas.«Meabandonó»,merecuerdo,pero
derepenteesoyanomeimporta,porquecuandolohenecesitadomehaelegidoamíantesqueasupoder.Ahoramismo,esoesloúnicoquecuenta.Blaisemedalamanoymelaestrechaconfuerza.Leardelapiel.—Podría perder el control, incluso sin las gemas. Si empiezo otra vez,
Artemisiahaaccedidoamatarmeantesdequelehagadañoanadie—dice.—Muyamabledesuparte—respondomientrasmironuestrasmanosunidas,
nuestros dedos entrelazados. Las yemas de sus dedos están ásperas yencallecidas,peromereconfortandetodosmodos.Noquierosoltarlonunca.RespirahondoymepreocupaqueempieceahablarsobreHoa.Noquieroque
lohaga.Nosoycapazdehablardeella todavía;me romperíaenpedazos.Sinembargo,comosiempre,Blaiseparecesaberloquepiensotanbiencomoyo.—VenenodeDragónhaintentadovenirantes;hadichoquequeríaasegurarse
dequeestabasasalvo,perolehedichoqueconnosotrosestabassegura—meinforma.Sueltounacarcajadatriste.—Seguroqueselohatomadomuybien—digo—.TeníauntratoconEtristo,
¿losabías?Poresonosestáayudando:acambiodeGemasdeAgua.Sequedaensilenciounosinstantesyluegoexhalaconfuerza.—Ojalápudierafingirmássorpresa.—Yalacreíacapazdemucho—continúo—,pero,dealgúnmodo,estoespeor.
Ampelioteníarazón.Elprecioporsuayudaesdemasiadoalto,Blaise.Yanolaquiero.Esperoquemelodiscuta,quemerecuerdequelanecesitamostantoellacomo
a su flota, que no habríamos llegado tan lejos sin su ayuda, por muchascondicionesquehubiera.Pero,paramisorpresa,asiente.—Cortemostodosloslazos,entonces—propone—.Cuentasconlosgorakíes,
losvecturianosy losrefugiados.LaayudadeVenenodeDragónnobastaparainclinarlabalanza,nideunladonidelotro.Esteplanviviráomoriráporsísoloencualquiercaso.Tragosaliva.—Podemoshablarlocon losdemásmañana.Nodeberíamoshacerplanes sin
ellos.Alfinyalcabo,eslamadredeArt—repongo.Respirohondoylehagola
pregunta cuya respuesta tantomeasusta—. ¿Qué lehapasadoaHoa? ¿Cómoha...?—peronopuedoterminarla.Semerompelavoz.Blaiseapartalavista;mehaentendidomuybien.—Segúnnuestrasconjeturas,lasuvaseranparaErik,perocuandosefue,Hoa
setrasladóasusaposentosy...—seinterrumpe,yyomealegrodequenoacabelafrase.—El káiser está asesinando a los pretendientes —contesto—. Yo no era el
objetivo.—Pero¿porqué?—preguntaconelceñofruncido—.Notieneningúnsentido.
Losmarineroskalovaxianosfueronmuyclaros:elkáisertequierevivaomuerta.Nogananadaatacándolosaellos.Niegoconlacabeza,quegritaamododeprotesta.—Porque,aunquemequieramuerta,meprefiereviva.Recuerdaladiferencia
entre las recompensas. Quiere que sufra. Quiere ser la persona que cause misufrimiento,aunquenopuedasostenerélellátigo.Blaiseasientedespacio.—Losiento,Theo—dicealcabodeunosinstantes.Laspalabras seme clavan en las entrañas comounpuñal, y semevuelve a
aparecerlaimagendeHoalaúltimavezquelavi,vacíaysinvida.—¿CómoselovoyacontaraErik?—planteoalospocossegundos,conlavoz
rota—.Acababaderecuperarlayyo...Medijoquecuidaradeellaynohesidocapazdehacerloniduranteunashoras.—No te culpará a ti —replica Blaise—. No podías hacer nada. Ha sido el
káiser...Siempreeselkáiser.—Noshaarrebatado lasmadresa todos,¿verdad?—lepreguntoenvozbaja
—.Ati,amí,aHeron...InclusoaSøren.YahoraaErik.Artemisiaeslaúnicadenosotrosquetodavíatienemadre.—Creoqueamítambiénmelaarrebató,sibiendeotromodo—confiesaella
derepente.Mepreguntocuántoratollevadespiertaysinoshabráoídohaceunmomento,
cuandohablábamosdesumadre,peroantesdequeselopuedapreguntarsedalavueltaparamirarme.SueltolamanodeBlaiseparapodervolvermehaciaella,y las dos nos miramos como si estuviésemos ante una especie de espejohechizado.Nonosparecemosennada,peroalmirarlaa losojosa la luzde laluna,veounfantasmadesimilitud.Ambasdebemosdetenerlosojosdenuestrospadres;noesunasimilitud física, sinounreflejodealgomásprofundo,deunfuegoquecreoqueambasheredamosdenuestrasmadres.
—Ella era diferente antes del asedio —continúa Artemisia—. Más blanda,supongo, aunque no creo que haya sido blanda nunca. Más feliz. No estabasiempretanansiosa,tanhambrienta;estabamenosenfadadaconaquellosquenolasaciaban.Peroluegoloskalovaxianosnoscapturaronamihermanoyamí,yyofuilaúnicaqueconsiguióvolvery...Nocreoquemelohayaperdonado.Duranteunosminutosnoséquédecir.Blaisetambiénsehaquedadomudo;se
concentraenelcubrecamaquehayamiladoytiradeloshilosdistraídamenteparaevitarmirarla.Creoquelepreocupaque,silohace,abriráunapuertaentreellosqueprefieredejarcerrada.—Nocreoqueestéenfadadacontigoporhabersobrevivido,Art—lecomento.
Pordurae inflexibleque seaVenenodeDragón,no la creocapazdealgo tancruel.—No—admite—. Pero nos atraparon por mi culpa. Yo fui la estúpida, la
insensata,yfueculpamíaqueterminásemosenesamina.Lomenosquepodríahaberhechoerasacarlodeallí,peronolohice.Esunmomentodevulnerabilidad tan raro enArtemisiaqueno sémuybien
cómo responder. Creo que hasta respirar demasiado alto bastaría para romperestamagiaqueparecehabernoshechizado.—Losiento—ledigoalfinal.Ellaseencogedehombrosysedalavueltadenuevo,quedandodeespaldasa
mí.—Nonecesito tucompasión—repone—.Peroelkáiser tambiéndestrozómi
familia,inclusoalosquesobrevivimos.Lodestrozatodo.ElvenenonoesalgonuevoenArtemisia.Impregnatodassuspalabrasyasíha
sido desde que la conozco. Irradia de todas susmiradas y hace que todos susmovimientos sean potencialmente letales. Pero, aun así, no creo que jamás lahayavistotanllenadeodiocomoahora.Meacercoaellayalargounamanoparaacariciarleelhombroconsuavidad.
Esperoquemeaparte,perotrasunossegundosseablandaydejaquelaestrecheentremisbrazos.Sevuelvehaciamíymeentierralacaraenelhombro.Nomedoycuentadequeestállorandohastaquenosientosuslágrimassobrelapiel.
Bolenza
Debodehabermequedadodormidadenuevo,porquelosiguientequerecuerdoes que alguien llama a la puerta con suavidad.Me incorporo y parpadeo paraquitarmeelcansanciodelosojos.HeronyArtemisiasiguendormidos,ajenosaestavisita,ynohayni rastrodeBlaise.Sientounapunzadadedoloraldarmecuentadequedebedehabersemarchado.Empiezana llamarotravez,asíquesalgodelacama,mepongolabataporencimadelcamisónyescondoladagadebajo,biensujetaalacadera.Voyhacia lapuertadepuntillasconcuidadodenodespertara losdemás.Sé
que un asesino no llamaría a la puerta, pero dudo antes de abrirla de todosmodos.—¿Quiénes?—murmuro.—Coltania—mecontestaunavozenunsusurro.Suspiro de alivio, pese a que la irritaciónme eriza la piel. Creo que ya he
tenidobastantedeColtania,ydesussobornosyregateos.Yahetenidobastantedefingirquequieroteneralgoqueverconelzalamerodesuhermano.Sinembargo,puedequetodavíalanecesiteparasacaraSørendelacárcel,así
queabrolapuerta.Coltaniaestá trasella,conelmismovestidonegrodecuelloaltoquellevaba
antesydostazasdetéenlasmanos.—Espero no haberos despertado —me dice, aunque sus palabras suenan
bruscaseindiferentes.—Pueslohabéishecho—respondo,salgoalpasilloycierrolapuertadetrásde
míparanodespertaramisSombras.Volveréalacamaantesdequemeechendemenos.
—Losiento—sedisculpa,aunquenoparecesincera—.Esqueestabadespiertay pensé en lo disgustada que debíais de estar después de lo que sucedió ayer.TengoentendidoquevosylaOshoteníaisunarelaciónmuyestrecha.«LaOsho.»SerefiereaHoa.Mealegrodequenohayadichosunombrede
pila;nocreoqueenestemomentopudierasoportaroírlo,sobretododebocadealguienquenolaconocía.«Y¿túsílaconocías?»,susurraunavozenmimente.—Estuvoamiladodurantecasitodamivida—comento,yalmenosesoesla
verdad.LaexpresiónempáticadeColtaniatitubeaantemirotundaafirmación.—Bueno, pensé que os vendría bien un té y una amiga con quien charlar.
¿Vamosapasearaalgúnsitioparanodespertaravuestrosconsejeros?«Yatengoamigosconquienhablar—pienso—.Amigosquenoquierennada
másdemí.»Perosoyyoquientodavíanecesitaalgodeella.NecesitoqueSørensalgadela
cárcel,asíquemeobligoacogerunadelastazas.—Esmuyamabledevuestraparte.Gracias,SallaColtania—digo,y la sigo
haciaelelevador—.¿Cómoestáisvuestrohermanoyvos?Apuestoaqueestáismuyafectadosportodolosucedido.—Hasidodifícil—admite—.Hemoshabladode laposibilidaddeseguir los
pasos del zar y marcharnos, pero Marzen ha decidido no hacerlo. Es muyvaliente.Loúltimoquemeapeteceesoírlarecitarotravezlasvirtudesdesuhermano.
Estoy demasiado agotada y demasiado triste para fingir que el canciller meimporta un bledo. Pero doy un sorbo de té y hago una mueca porque estádemasiado caliente y demasiado amargo. Se me queda el sabor en la bocaincluso después de tragarlo.Me recuerda al olor de lamadera, peromezcladocon el de la hierba después de una tormenta y con algomás que no consigodistinguir.Puedequesealomásasquerosoquehesaboreadonunca.—Losiento—sedisculpaColtaniaalvermiexpresión—.Nosabíaquétipode
téosgustaba,asíquepreparémipreferido.Parecequenotenemoslosmismosgustos.—Está bien—digo, aunque no lo está. Abre la puerta del elevador, la sigo
dentroylehagoungestoaloperarioconlacabeza—.Supongoqueestoymásacostumbradaalcafé.EnÁstrealobebíamosmuchomásdulce;tardaréunpocoenacostumbrarme.—Losgustosadquiridossuelenserlosmásdeliciososunavezlosadquieres—
opina—.Aljardín,porfavor—leindicaaloperario.Lapuertasecierraconunrepiqueteoyelhombregiralamanivela.Elelevadorempiezaasubir.Mellevolatazaalabocaporqueseríademalaeducaciónnohacerlo,perodoy
solounsorbitoconloslabiosapretados.—¿Mejor?—mepregunta.—Mejor—miento—.¿Habéisavanzadoconelsuerodelaverdad?—Me temo que no —responde, aunque, de nuevo, no parece sentirlo en
absoluto—. Con todas las emociones del día de ayer, no tuvimos tiempo detrabajarenello.«Emociones.»Resistoelimpulsodepegarle,ycasinoloconsigo.—ParamíesmásimportantequenuncaqueSørensalgadeprisión—insisto,
mientras intentopensar enunamentiraque le resulte atractiva—.Él teníaunarelaciónmuyestrechaconHo...ConlaOsho.—NisiquierayopuedopronunciarelnombredeHoa.Semequedaatascadoenlagarganta.—Estoyseguradequesedisgustarámucho—afirmaella.—Noessoloeso.¿Sabíasporquéelkáiserlamantuvoconvidatantotiempo?
¿InclusodespuésdeabandonarGoraki?—Heoídolosrumores.Sedicequeantañohabíasidomuyhermosa.«Antaño.»El desdén conque lo diceme exaspera.Es cierto queHoaya no
conservabasu juventud,queparecíamayorde loqueerayqueelkáiserhabíadejadosuhuelladeincontablesformas,peroalrecordarsuaspectoenelcampode refugiados pienso que era más hermosa que Coltania, pese a sus labiospintadosysugraciafelina.—Nocreoqueelkáiser seacapazdeamar,pero laobsesiónesotracosa—
añado,obligándomeacontinuar—.Cuandoseenteredequelahanmatadoaellaenlugardeasuhijo,seenfurecerá.EsimportantequeacabemoscontodoesteasuntodelmatrimoniocuantoantesyquenosmarchemosantesdequeelkáiserataqueSta’Crivero. Sé que ya lo he insinuado antes, pero permitidmeque seamuy clara: cuandoSøren esté en libertad, elegiré a vuestro hermano comomifuturoesposoytodosnosotrospodremosmarcharnosdeestelugarantesdequellegueelkáiser.Creoqueesloquemásnosconvieneatodos.Coltaniapiensasurespuestaunosinstantes.—Nopodríaestarmásdeacuerdo—responde,yseñalaconlacabezalataza
quetengoenlasmanos—.Esmejorqueosterminéiseltéantesdequeseenfríe.Miro el líquido verde. Sigo notando el sabor de los dos primeros sorbos, a
ramasyaherrumbre.Estavez,cuandomellevolacopaaloslabios,loscierroconfuerzacontraellíquidoamargo.
—¿Veis?Empiezaagustaros,¿verdad?—preguntaColtaniaconunasonrisa.El elevador se detiene con una sacudida y el té salpica por los bordes de la
taza.Sederramaenelsuelodelelevadorydejaunamanchadeunfeoamarilloen la moqueta de color crema. Qué no daría yo por una taza de café fuerte,especiadoydulce.—Vamos—diceColtania,tirandodemibrazolibreparasacarmedelelevador
—.Unpocodeairefrescoossentarábien.
El jardín está desierto a estas horas de la noche, y esome pone los pelos depunta.Sinembargo,apartedelpeligro,así,vacíoyoscuro,parecesacadodeunsueño febril, lleno de colores tenues y ahumados y de fragancias tanabrumadoras que siento queme emborrachan. Es suficiente paramarearme, yagarro la taza de té conmás fuerza. Todavía me queda la mitad y no quieroseguirbebiéndomelo,peroColtaniameobservacontantaatenciónquenoestoyseguradepodernegarme.EldestinodeSørensigueestandoensusmanos.Lamiroalosojosyfinjodarotrosorboconloslabiosapretados.—Delicioso—miento,peromeganounasonrisasuya.—Las flores son hermosas a la luz de la luna, ¿verdad? —me pregunta
mientras caminamos. Desliza los dedos sobre un arbusto lleno de capullosblancosquecasiparecenbrillar—.Lamayoríadelasfloressonmásbonitasalaluz del sol, pero hay algunas que prosperan por la noche, como estas, lasbolenzas. Es como se dice «flor nocturna» en yoxí. Tienen un componentenaturalquerecubresuspétalosyhacequebrillenasí.¿Noescurioso?—Sonpreciosas—convengo,aunquenotengoganasdehablardeflores.—Preciosas —repite—. Pero ese mismo compuesto puede extraerse de los
pétalosyhervirseenunlíquidoconcentradoquepuedeserletalsiseconsume.Loexplicadeformadesenfadada,peromedejasinaliento.Laspiezasencajan.
Laimagenserevelaconclaridad.—Nunca estuvisteis preocupada por vuestro hermano—digo despacio—.Ni
siquieracuandoelzardijoquehabíanasesinadoaotropretendiente.Yasabíaisquiéneraelobjetivo.Coltania no lo niega. Me mira y parpadea lánguidamente, como si ya se
hubieseaburridodelaconversación.—Pero¿porqué?—inquiero—.¿Porquétrabajarparaelkáiser?Seechaareírydaunpasohaciamí.Yoretrocedo,yunarbustomearañalas
piernasatravésdelabata.
—EnOrianacontamosuncuentoalosniñossobreunmonstruogrotescoquelossacarádelacamayseloscomerásiseportanmal.Elkáiserestumonstruo.Bastamencionarlo para que te asustes, y te necesitaba asustada, porque penséquetellevaríaatomarunadecisiónmásrápido.Elkáisersoloerauncuentoparaempujarteaelegir.—Peroaquellasirvientadijoquehabíasidoelkáiser—repongo—.Ledieron
elsuerodelaverdad.¿Oeramentira?Coltaniaseencogedehombros.—Dijolaverdadquesabía,ysolosabíaloquelehabíancontado:queelkáiser
estabadetrásdetodoyqueseríabienrecompensadaporayudarle.Recuerdoalachicadesplomándoseenelsueloyconvulsionandohastamoriry
memareo.—Pero ¿por qué el archiduque? —pregunto, alzando la voz con la vana
esperanza de que haya alguien en este jardín que me oiga. Alguien que meayude.Seencogedehombrosdenuevo.—Te oí hablar con el prinz Søren en este mismo lugar y decirle que el
archiduqueEtmondera tuprimeraopciónentre todos lospretendientes.El reyEtristomehabía prometido que elegirías aMarzen, pero temía que no tuvieratantocontrolsobreticomoélpensaba.Sioyóeso, tambiéndebiódeoír laconversaciónquesiguió,enlaqueSøren
medijoquemeamaba.Poresoestabatanseguradequehabíaalgoentrelosdos.—YporesoculpasteaSørendelasesinato—deduzco—.Poresoelsuerodela
verdadestátardandotanto.Nuncaempezasteafabricarlo,¿verdad?Ellaniegaconlacabeza.—Noqueríaquetuvierasdistracciones.Noqueríaquetomarassupropuestaen
consideración—contesta.Daotropasohaciamí,peroestaveznotengoadóndeir. Semenubla la vista y de repente la veodoble, hasta quevuelve a hacersenítida, a convertirse en una única figura con ojos brillantes y alerta. Unadepredadora.Yyoheestadodemasiadociegaparaverlohastaahora.Necesitohacerquesigahablandohastaqueyoconsigarecobrarlacalma.—Peronosdieronelmismovino—digo,intentandoconcentrarmepeseaque
mimenteesunremolino—.¿Cómosabíasquenomeenvenenaríayo?¿Estabaenlacopa?—No,enlacopano—contesta—.Demasiadascosaspodríanhabersalidomal;
enestepalaciohaydemasiadossirvientes.Nopodíacontrolarlosatodos.No,noenvenenéelvino,pero lepuseunasgotasdezumodefresas.Noerapeligroso
parati,peroelarchiduqueeraalérgico.Recuerdo que el rostro del archiduque se hinchó y se enrojeció, lo recuerdo
agarrándose la garganta. Recuerdo a Coltania respirándole en la boca paraintentarsalvarlo...Oesoparecía.—Noestabasintentandosalvarlelavida,¿verdad?—pregunto.—Me estaba asegurando de que nadiemás pudiera hacerlo. Se podría haber
recuperadoélsolosiyoselohubiesepermitido—explica.—Túllevabaselveneno—adivino.Sonríe, y sus labios rojos se estiran sobre susblancosdientes.Pormivisión
borrosa,duranteuninstantejuraríaquetieneunoslargoscolmillos.—Chica lista.Mi pintalabios estámezclado con bolenza destilada. No es la
primera vez que la uso con ese propósito y con los años he desarrollado unaresistencia.Recuerdo los rumores: lasmisteriosasmuertes de los rivales políticos de su
hermano.Sucaminosintrabashacialacancillería.Abrolabocaparahacerleotrapreguntaycomprarasíunpocomásdetiempo,
pero antes de poder hacerlo siento un dolor atroz en la cabeza y grito,derramandoelrestodeltésobreelcaminodepiedra.Ellíquidobrillaalaluzdelaluna.Coltaniameobservaunos instantes con curiosidad,hastaque el dolor seme
pasatanderepentecomohavenido.Cojoaireeintentobuscarunpensamientocoherente.—Lo siento —dice. Una vez más, no parece nada sincera—. Es un efecto
secundario del veneno. Pero no te preocupes. El dolor cesará cuando te dejeinconsciente.Mesobrevieneotraoleadadedolor.Sientocomosimeestuviesenpartiendola
cabeza en dos.Me doblo por lamitad y pongo lasmanos en las rodillas parasujetarme.Gritotanaltocomopuedo.Alguientienequeestaraquí,alguientienequeoírme.—¿Por quéme has envenenado amí?—le pregunto cuando el dolor remite
hastaconvertirseenunapalpitaciónsorda—.¿Quépuedessacardeello?—Oh, no te matará —me asegura—. Solo te hará... más fácil de manejar.
AhoraquesabemosqueeltratoqueEtristoteníaconMarzenyconmigonoeraexclusivo, no pienso arriesgarme más. No sería fácil sacarte a escondidas deSta’Criverosiestuvieraschillandoypataleando.«Sacarte de Sta’Crivero.» No me va a matar, pero que me secuestre no es
mucho mejor. Y si nadie ha venido después de mi último alarido, es porque
nadievaavenir.Sigonotandoladagaenlacadera,perosiyatendríaproblemasparaempuñarla
enperfectascondiciones,nomecabedudadequeenesteestadonoserécapaz.Me golpea otra oleada de dolor, esta vezmás fuerte, tanto que vomitaría si
tuviesealgoenelestómago.Pero,vacíocomoestá,solotengoarcadashastaqueeldolorvuelveamenguar.—Si hubieses bebido más té, como te dije, ya te habría hecho efecto—se
lamentaColtaniaconunfuertesuspiro,comosimidolorfueseunamolestiaparaella.Medesplomoenelsuelo;veopuntosnegros.Partedemíquiererendirseala
oscuridad,dejarquelarealidadsedesvanezcayasísalvarmedeotraoleadadedolor,peroluchocontraella.Meobligoaaferrarmealoqueestáocurriendoamialrededor,alosbordesafiladosdelaspiernasquehaybajomicuerpo,alosarañazosquelasramasmehacenenlaespalda.ElrostrodeColtaniaseavecinaporencimademí;meobservacomosifueseunespécimenmuyparticularquetodavíanoaciertaacomprender.Eldolorregresaymeclavolasuñasenlaspalmasdelasmanosparaanclarme
almomentopresente,untrucoqueusabaduranteloscastigosdelkáiserparanodesmayarme.Vuelvoagritar,eintentohacerlotodavíamásalto.—No teoiránadie—medice,perooigounospasosantesdeque termine la
frase.Me da un vuelco el corazón, pero la esperanza se esfuma cuando es elcancillerMarzenquienaparece.Nosmiraamíyasuhermana,impactado.—Coltania—diceperplejo—.Dijistequesoloibasahablarconella.—Hemos invertidodemasiadodinero en este ardid comopara arriesgarnos a
que fracase solo porqueuna chica no se decide.Teda su favor undía a ti, alprinzelsiguienteyalotroalemperador.¿Quiénsabeaquiénselodarámañana?—plantea,sinquitarmelavistadeencima—.Hehecholoqueteníaquehacer,Marzen, como hago siempre. Una vez la separemos de sus consejeros y susguardias se mostrará mucho más dócil. Pero tenías razón en una cosa,Theodosia:elkáiservendrácuandoseenterededóndeestás,ysupongoqueelzarloavisaráprontoenunvanointentodeganarsesufavor.Perocuandollegueyaharátiempoquenoshabremosido.Nosotrostemantendremosasalvo,¿noescierto,Marzen?Sinembargo,elcancillerno lamira.Tiene losojosclavadosmí,abiertosdel
asombro,ylamandíbuladesencajada.—Esto no es lo que habíamos planeado—protesta, más para sí mismo que
paranosotras.
—Los planes cambian, Marzen—le espeta—. Nunca te has quejado de miformadeproceder enelpasado;noveoporquéhabríasde empezar ahora.Eldolor terminarádentrodenaday sequedará inconsciente.Yomequedaré conella;túveaasegurartedequetodanuestracomitivaestépreparadaparairnosdeinmediato. Si seguimos aquí cuando alguien se dé cuenta de que hadesaparecido,notendremosescapatoria.Marzenpermanece inmóvilunmomento.Sequedaclavadoenelsitiocon la
mirada fija sobre mí. Me anega otra oleada de dolor que hace que sientaespasmosen todoel cuerpo.Vuelvoagritar, no tantopor la esperanzadequealguienmeoigasinoparaprovocaralgodeempatíaenél.Noobstante,lacompasiónquepuedaalbergarnobasta.Apartalavista,miraa
suhermanayasiente.—Aligera—diceél—.Sialguienseenteradeestononosdejaránsalirdeesta
ciudadconvida.Yentoncesseyergueysevaatodaprisasinnisiquieramiraratrás.Mi mente está cada vez más confusa. Los puntos negros crecen; el dolor
empeora.Nopodrésoportarlomuchomástiempo,perodebohacerlo.Novolveréa ser prisionera de nadie, no jugarán conmigo como si fuese un peón. Lasiguientevezquemegolpeaeldolor,meencorvohaciadelantey,mientrasgrito,metolamanoenelvestidoenbuscadelaempuñaduradeladaga.Laencuentro,pero no tengo energías. Apenas puedo sujetarla, por ligera que sea. No sé dedóndevoyasacarlafuerzaparausarla.Perohedehacerlo.No tengoelección.Cojo ladagacon tanta firmezacomo
puedo yme siento. Pongo los ojos en blanco y dejo quemi cuerpo se quedemuertoysedesplomecontraelarbusto.—Porfin—mascullaColtania.Oigosuspasoscadavezmáscercaynotoque
seagachajuntoamí.Empuñoconmásfuerzaladaga,queestáescondidaenunadoblezdelvestido.Elcorazónmelatedesbocado,esloúnicoquememantienedespiertayalerta.Solovoyatenerunaoportunidad.Recuerdo las clases deArtemisia: cómo sostener la hoja, dónde apuntar. La
recuerdoavivandomiira,peroahoranonecesitosusburlasmezquinas.ColtaniamatóaHoa.Visualizosucuerpotalycomoestabalaúltimavezquelovi,unaimagen que jamás me abandonará. Coltania la mató, y saber eso es el únicofuegoquenecesito.Cuando me coge por debajo de los brazos para levantarme, aprovecho la
oportunidadyleclavoladagaenlabarriga.No es el mejor lugar donde apuñalarla. No es el corazón, la garganta o el
muslo,dondeArtemisiamedijoqueleprovocaríaunamuerterápida.Esaszonasson difíciles de alcanzar desde este ángulo; sería complicado clavarla ahí conprecisión en mi estado actual. Apuñalarla en la barriga es fácil, aunque elproceso sea más lento. La hoja se desliza en el interior y corta la piel y elmúsculocomosinofuesenmásqueaire.Coltaniaahogaungritoamioídoyseapartademí.Memiraconlosojosmuy
abiertosycolmadosdepánico;estudiamirostro,esforzándoseporcomprenderloqueacabodehacer.Ledevuelvolamiradamientrassedesplomaenelsuelo,ycaigojuntoaella.Lavidatardamuchoratoenabandonarsusojos,peronoapartolavistahasta
quenosucede.
Conmoción
No sé cuánto tiempo pasa. Estoy paralizada, sentada al lado del cuerpo deColtania. Su veneno sigue circulando por mis venas; me nubla la vista y memarea,peroalmenoseldolorharemitido.Doygraciasalosdiosespornohaberdadomásdeunpardesorbos.ImaginoquemedespiertoenOriana,odecaminohaciaallí,sola.¿HabríandescubiertomisSombrasdóndeestaba?Quieropensarquesí,peronopuedoestarsegura.Mealegranotenerquedescubrirlo.Oigo un crujido detrás de mí y me vuelvo, pero el gesto me marea. Sin
embargo,nohaynadie,soloflores,árbolesy—ahoraloveo—,unbrilloenelairequelodelata.—Heron—digo,yme llevounamanoalcorazónparacalmar sus frenéticos
latidos.Heronsehacenítido.Memiraconlosojosmuyabiertosysefijaenelvestido
manchado de sangre, en Coltania, que está muerta a mis pies, y en laempuñadurademidaga,quesobresaledesubarriga.Veoqueunelospuntosqueledescubrenloocurrido,aunqueesimposiblequeentiendaelporqué.—Ellaeralaasesina—leexplico—.Peronotrabajabaparaelkáiser,solopara
símismayparasuhermano.Paraasegurarsedequeloeligieraaél.Secansarondeesperar,asíqueibanasecuestrarmeyaobligarmeacasarmeconél.Yo...—meinterrumpo—.Hehecholoqueteníaquehacer.LosojosdeHeronsiguentanabiertoscomolalunaquebrillaenelcielo,pero
asiente.—Vamos —dice, tendiéndome la mano. Se la doy y la estrecha entre sus
dedos;esunanclaqueahoranecesitodesesperadamente—.Estolocambiatodo.Esa afirmación se queda tan corta que casi me echo a reír. He pasado días
desconfiando hasta de mi sombra, convencida de que el káiser me habíaencontrado,dequejamásestaríaasalvodeél.Ypuedequeesoseacierto,peroahoramismonoloes,todavíano.Noeraelkáiser,eraunamujerbrillanteconmás ambición que sentido común. Solo unamujermuerta. Unamujer que hematadoyo.Todavíanosécómomehacesentireso;cuandopiensoenloquehehechonosientonada.Asíquedemomentonovoyapensarenello.—AlmenoselreyEtristotendráquesoltaraSøren—expongo—.Yentonces
nosiremos,talycomohemosplaneado.Heron me lleva dentro de palacio y hacia el elevador, donde nos espera el
mismo operario que antes. El hombre se queda mirando mi vestidoensangrentadoyloqueestoyseguraqueesunaexpresiónsalvajesindecirniunapalabra, aunque estoy convencida de que alertarán a alguien en cualquiermomento.EntoncesencontraránelcuerpodeColtaniay...—Nomecreerán—afirmo,másparamímismaqueparaHeron.Élcontestadetodosmodos.—Creoquehaybastantespruebasquerespaldantuversión.Niegoconlacabeza.—TambiénhabíamuchaspruebasparasacaraSørendelasmazmorras,peroel
rey Etristo no hizo caso porque no encajaban con la historia que necesitabacontar.Necesitabaqueestuvieraencarceladoparapoderusarlocomomonedadecambio —explico pausadamente—. Y ahora tendrá mucho que ganararrestándometambiénamí,sobretodoporquelamayoríadelospretendientessehanmarchado.Estáperdiendodinero.Estoypensandoenvozalta,peromedetengoymiroaloperarioconrecelo.El
corazónmelatetodavíaconmásfuerzaquecuandoColtaniaestabadepieantemí.Heron también lo estámirando, yhaperdido todo el color de la cara.Memiraalosojosyséqueestamospensandolomismo.Necesitamos más tiempo del que tenemos ahora y solo hay una manera de
conseguirlo.Heronactúacontantarapidezquecasinoloveo,sindudaconlaayudadesu
dondeAire.Rodeaelcuellodeloperarioconunbrazoantesdequeestetengatiempodereaccionarylepresionalatráquea.Elhombre,alresistirse,sueltalapalancayelelevadorseparaderepente,conunasacudidaquemerevuelveelestómago.EsmáscorpulentoqueHeronyluchacontraélcontodassusfuerzas,pero una expresión de placidez se ha adueñado del rostro de mi amigo, queaguantaconfirmezahastaque,alfin,elhombrecierralosojosysedesplomaensusbrazos.
Sin embargo, Heron no comete el mismo error que Coltania ha cometidoconmigo.Nodaporhechoqueestá inconsciente soloporquesehayaquedadoquieto.—¿Puedes encargarte de la palanca?—mepregunta sin soltar al operario—.
Deberíaserfácil,porqueestamosbajandoynosubiendo.Asiento;nocreosercapazdehablar.Meconcentroenlapalanca.Peseaqueel
elevador descienda, he de hacermucha fuerza para conseguir girarla. CuandoHeronmepidequepare,soloheconseguidobajardosplantas.—Salgamos por aquí y vayamos por las escaleras —propone, y suelta el
cuerpodeloperario.Abrelapuertaymehaceungestoparaquesalga.Solo entonces me atrevo a decir en voz alta la idea que hace rato que me
reconcome.—ElreyEtristohaperdidomuchodineropormí—ledigo—.Laúnicamanera
quetienederecuperarloesvendiéndonosamíyaSørenalkáiser.Heron debe de haber llegado a la misma conclusión, porque no parece
sorprendido.—Tenemosqueirnosdeinmediato—resuelve.Elcorazónsiguelatiéndomedesbocado,peroconsigoasentir.—Sí—respondo—.PeronosinSøren.
Cuando Heron y yo entramos en mi habitación a toda prisa, Artemisia estáesperandosentadaenunasillajuntoalachimenea.Sevuelvehaciamí,molestaen un principio, pero entonces se fija en mi vestido ensangrentado y miexpresióndepánico.Antes de que le dé tiempo a decir una palabra, le cuento todo lo que ha
sucedidodesdeque,hacesolounahora,mefuiconColtania.Mesorprende lotranquila que suenami voz, pese a que enmi interior lo único que siento espánico.—¿Qué tenemos que hacer, pues? —pregunta Artemisia con tono brusco
cuandotermino—.IraporSøren,avisaraBlaise...Losrefugiados.Tendremosque encontrar barcos suficientes para llevarlos y comida para alimentarlos.Tambiénarmaspara todosaquellosquequieran luchar.—Vacontandocon losdedosyconcadatareaqueenumerasemecaemáselalmaalospies.—Notenemostiempoparatodoeso—melamento,negandoconlacabeza—.
Nopodemoshacerlo...—No tan rápido—me interrumpe.Una sonrisa se le dibuja en el rostro, tan
anchaquelellegahastalosojos.EsunasonrisapocohabitualenArtemisia,ydatantomiedo como ella—.Por suerte para nosotros, en el puerto sta’criverianohaymuchos barcosmercantes de gran tamaño repletos de todo tipo de cosas,perosobretododearmasycomida.—Entonces, loúnicoquehayquehaceresiralpuertoyrobarunmontónde
barcos —dice Heron pausadamente, mirándola como si estuviera loca—. Esimposibleque loconsigamos.Solosomos tres, cinco, siconseguimos llamaraBlaiseyliberaraSøren,einclusoesoparecepocoprobableaestasalturas.—Seremos cinco, con Søren y Blaise —afirma Artemisia—. Pero tres de
nosotrossomosGuardianesyesdemadrugada.—Haceunapausaynosmira,primeroaHeronyluegoamí—.Elplanesunalocura,peropodríafuncionar.—YopuedoiraporSørensivosotrosvaisaporBlaiseylosbarcos—lesdigo
—. Hay tres mil refugiados, eso es lo que estimó Erik. ¿Cuántos barcosnecesitaremos?Heronniegaconlacabeza.—Necesitaríamos una flota, Theo —responde con voz grave—. Creo que
inclusoArtestarádeacuerdoconquenoesposible.Artemisiaduda,peroaprietaloslabiosyfrunceelceño,yséquelasombrade
unplanyaseestáformandoensumente.—¿Ysi...?—empiezaadecirHeron—.Séquenoqueremosnioírhablarde
ello, pero ¿y si nonos llevásemosa todos los refugiados?Solo los estaríamosarrastrando a una guerra en la que lamayoría de ellos no podrá luchar. Seríapeligrosoy...—No tan peligroso como quedarse aquí después de que el rey Etristo se dé
cuentadequemeheido,ydeque,depaso,herobadounaflotadebarcosylamano de obra más barata del país —apunto—. Si no nos los llevamos, losmatará. No pienso dejar a nadie atrás, quieran luchar o no. Art, ¿qué estáspensando?Suspirayniegaconlacabeza.—Hayunaopción,peroesunriesgo.Podríasalirnoseltiroporlaculata—me
advierte—.Necesitaríamoslaayudademimadreyladesutripulación.Niegoconlacabeza.—QuizámeentreguealreyEtristoellamisma—repongo.Contodoloqueha
ocurrido, casi me había olvidado de lo que he oído decir antes al zar—. LeofrecióGemasdeAgua,nosédequéforma.Poresoaccedióasermianfitrión.Sta’Criveroestáalbordedelasequía.Por un momento, parece que Artemisia va a negarlo, pero no puede. Sabe
mejorquenadiedeloquesumadreescapaz.—La necesitamos, Theo —insiste—. O Heron tiene razón. Nuestra única
oportunidadesdejaradosterciosdelosrefugiadosaquí.Sientoelardordelafrustraciónenmi interior.Todoseestádesmoronandoy
no consigo encontrar una salida que quiera tomar. Pienso en el cuerpo deColtania en el jardín. En unas horas, los sta’criverianos subirán para dar unpaseo matinal o para desayunar, y la encontrarán. Pero antes encontrarán alguardiadelelevador.NotardarámuchoendespertaryelreyEtristosolotendráque sumar dosmás dos.Dentro de poco estaré en esasmazmorras al lado deSørenyelkáiservendráabuscarnosalosdos.Se suponía que tendría más tiempo, pero ahora ya no hay nada que pueda
hacer.—Vamos,Art—digo—.Si tengoquedespertar a tumadrea estashoras,no
piensohacerlosola.
Cuando Veneno de Dragón abre la puerta, parece dispuesta a asesinar acualquiera que haya al otro lado.Con su camisón blanco y el pelo hecho unamarañaencrespadaalrededordelacara,surcadaporlasarrugasdelaalmohada,nosepareceennadaalaVenenodeDragónqueconozcoy—sisoysincera—temo.Quieropreguntarledirectamentepor lasGemasdeAgua,peromemuerdo la
lengua.Alfinyalcabo,ahoramismolanecesito.—Espero que tengáis un buen motivo para haberme despertado —dice,
fulminándonosaArtemisiayamíconlamirada.Artemisiamedauncodazoparasugerirmequeempieceahablar.—Bueno, pues resulta que acabo dematar aSalla Coltania en el jardín tras
descubrir que fue ella quien asesinó al archiduque y aHoa—le cuento. Seráruin, pero no puedo evitar disfrutar de su expresión impactada—. Estamosbastantesegurosdequecuandoencuentrensucuerpoyunoperariodelelevadorrecuperelaconciencia,elreyEtristomearrestaráyluegonosvenderáamíyaSørenalkáiserpararecuperarsedelaspérdidasquehayasufridoconeldesastrequeharesultadoserestabúsquedadeesposo.Comopreferiríaqueesonopasara,vamosairnosahoramismoyvamosaincautarunaflotadebarcosmercantesenelpuertoparapoderllevarnosalosrefugiadosaÁstreaparaliberarlaMinadeFuego. Ah, y Erik se reunirá con nosotros allí con refugiados de los otroscampos.¿Tegustaríaunirteanosotros?Esodeincautarbarcossetedabastante
bien.VenenodeDragónmemiraboquiabiertaunosinstantes.Empiezaahablar,se
interrumpeylovuelvea intentar.Repiteelgestounascuantasveceshastaqueporfinconsiguepronunciarpalabra.—¿Estás loca?—mepregunta.Nolohaceentonoacusador,sinoqueparece
sentirverdaderacuriosidad.—Estoydesesperada—respondo—.Supongoquenoestandistinto.Mitíaniegaconlacabeza,yparpadea,despejándosedelpocosueñoqueaún
tenía.—Estábien—conviene,suspirandoatormentada—.Teayudaréasalirdeaquí
yaconseguirlosbarcos,perodespuésdeesonocuentesconmigo.—Ma...Capitana—intervieneArtemisia.Seaclara lagargantaycontinúa—:
Me parece que... Creo que no es la elección correcta.No solo te necesitamospara robar losbarcos, tenecesitamos tambiénpara labatalla.Necesitamosquenosayudesavencer.ElanhelodelavozdeArtemisiaescomounpuñetazoenelestómago,peroa
VenenodeDragónnolaconmueve.Miraasuhijacomomiraríaacualquierotromiembrodesutripulaciónquesehubieseatrevidoacuestionarsudecisión.—ElreyEtristomehacontrariado,asíquememarchoyvoyallevarmeunos
barcosamododecompensación—dice.—¿Que te ha contrariado? ¿A ti? —replico, incapaz de contenerme. Las
palabrassalendisparadas,yséquesonunaestupidezinclusomientraslasdigo,perolohagodetodosmodos—.Esoesridículo.Dime,¿cuántasGemasdeAgualeofrecisteacambiodevendermealmejorpostor?Meaguantalamiradaconunaexpresiónimperturbable.—Leofrecílamina—contesta.Sientocaloren laspuntasde losdedos,perocierro lasmanosendospuños.
«Ahorano»,suplicoensilencio.—Noeratuya.Noerasquiénparaofrecérsela—replico.Elcalordelaspuntas
demisdedosseempiezaaextender,mesubeporlosbrazos,mehacecosquillasen lapiel. Intento ignorarlo, aprietomás lospuñosymeclavo lasuñasen laspalmasdelasmanos.Eldoloresunadistracciónbienvenida.Artemisiamemiradesconcertadaybajalavistahaciamismanos.VenenodeDragónseencogedehombros.—AlguienteníaquepensarenÁstrea—sejustifica, llamandoasí laatención
deArtemisia—.Sabíaquetúnoloharías,asíquelohiceyo.Unaminaacambiodenuestropaís.Uncuartodelpoderacambiodelresto.Fueunadecisiónfácil.
—No era tuya —repito con los dientes apretados—. No eres la reina, pormuchoquetegustepensarlo.Yosoylaherederademimadre.Túnoeresmásqueunapirata.Lodigocomouninsulto,peroaVenenodeDragónnoleafectaenabsoluto.—Etristo no sabe hacer la guerra —dice, apartando la vista de mí y
dirigiéndolaaArt—.Robarsusbarcosserácasifácil,yunavezescapemosnonos perseguirá. Pero no pienso meter a mi tripulación en medio del fuegocruzadodeunaguerraconKalovaxia,unaguerraquenopodemosganar.Y tútampocodeberías,Artemisia.ComoTheodice, al finyal cabono somosmásquepiratas.Hablacondureza,pero,porprimeravez,Artnoseestremecealoírla,sinoque
seyergueunpocomás.—LaMinadeAguamedestruyó,¿sabes?Ymevolvióareconstruirdesdela
nada.ElreyEtristonosemereceniunasolapiedradesusprofundidades.Haycosasporlasquemerecelapenaluchar,aunqueparezcaquenohayesperanzas.Yaunqueparatiyonoseaunadeellas,esperabaqueÁstreasílofuera.VenenodeDragónnolecontesta,sinoquememiraamí.—No quiero tu corona, Theo. Acabaría conmigo —afirma en voz baja—.
Siempre he hecho lo que he creído mejor para Ástrea, pero eso no incluyeprecipitarnos a una batalla para la que no estamos preparados.Conseguiré tusbarcos,peroluegonuestroscaminossesepararán.Noquedanadamásquedecir,asíqueasientoydoymediavuelta.Artemisiay
yonosvamossinmediarpalabrayoímoscómolapuertasecierraconfirmezatrasnosotras.Apenashemosrecorridomediopasillo,cuandoArtmecogedelamuñecaymeobligaaabrirelpuño.Ambasmiramoslapielrojadelapalmademimanobajolaluzdelasvelas.Quiero apartarla y esconderla, pero eso no serviría de nada.Art lo sabe; ya
debíadesospecharlo.Tragosaliva.—Haceuntiempoquemepasa—leconfiesoenvozbaja—.Alprincipioeran
pequeñascosas.Llamasqueparpadeabanalritmodeloslatidosdemicorazón,GemasdeFuegoquemellamaban...Peroescadavezmásfuerte.Parecesucedercuandoestoyenfadada.—Nolecuentoelpeorincidente,elquesucediótrasmipesadillaconCress.Al principio, ella no responde. Alarga una mano para tocar la piel, pero la
apartadeinmediatoysisea.—Estáardiendo—medice.—Yonolonoto—admito.Aunquetemíaquellegaseestemomento,contárselo
aalguienmesientabien.YmealegrodequeseaArt,loqueessorprendente.Vuelveatocarmelapalma,peroestavezsutactoesfresco.Escomometerla
manoenuncubodeaguafría,yesasensaciónsemeextiendeporel restodelcuerpo.Elcalorquecorrepormisvenasseapaga.—¿Losabealguienmás?—No—respondoenunsusurro—.Noquieroquelosepan.Esperoquemelodiscuta,perosolosuspira.—¿TodavíapuedessacaraSørendelamazmorra?—pregunta.Yoasiento.—Nomepasaránada.—Bien—replicaconbrusquedad—.Losproblemas,deunoenuno.
Liberación
Sørenestáensuposturahabitual,encorvadocontralapared.Levantalavistaaloírme.Lassombrasoscurasquehaybajosusojoscontrastanconlapalidezdesupiely,pesealacalidezdelaluzdelasvelas,tieneelrostrocetrino.Hacedíasquenosaledeestacelda,yloqueseaquecomenoloalimenta.Cuandoseahoradelucharnoestaráenplenaforma.Menosmalque,enunmal
día, sigue siendo mejor guerrero que la mayoría en sus mejores momentos.Esperoqueconesobaste.Tizolinosdejayvuelveasupuestoparaquepodamoshablarasolas.—Parecesmortífera,Theo—comentaSørenenvozbaja—.¿Hayalgunarazón
porlaquehayasvenidomuchomástardequedecostumbre?—Hahabidoalgunas...complicaciones—respondoconcautela.Sørendebedenotaralgoenmivoz,porqueexhalaconesfuerzoyseponede
pie.Mequitolacapaysacoelarmadedondelallevaba,atadaamiespalda.Lapesada espada kalovaxiana de hierro forjado no es tan ornamentada como lashojas astreanas, especialmenteahoraqueyano tieneGemasdelEspíritu en laempuñadora.RecuerdoqueSørenarrancólaprimeradeellasparadárselaalosGuardianesqueconocimosen lacárcelastreana,peroalguiende la tripulacióndelHumodebiódequitarelrestotrasdesarmarlo.Esbozaunasonrisaalverla.—Sturdax—dice,ymete lamanoentre losbarrotesparacogerla—.Pensaba
quenovolveríaaverlatrasdejarÁstrea.Seladoy,incapazdedisimularquelaescenameresultadivertida,peseaque
séquenoesmomentonilugar.—La tenía Veneno de Dragón, pero Artemisia la ha recuperado para ti —
explico—.¿Lepusistenombreatuespada?Élcasinimemira;centra todasuatenciónenelarma,queblandeenelaire
unas cuantas veces para probar. La mira con tanta ternura que no mesorprenderíaquelabesara.—Es diferente sin las piedras—comenta, pensativo, antes de reparar enmi
pregunta—. Y por supuesto que le puse nombre. Hemos pasado por muchojuntos a lo largo de los años. Me gusta más Sturdax que la mayoría de misamigos.Quizáinclusomegustemásquetú.—Espero que no sea verdad, porque estoy a punto de pedirmucho de ti—
digo.Élapartalavistadelarmaymemiraamí,conlamandíbulatensa.—¿Pordóndeempezamos?—pregunta.
Unosmomentosdespués, llamoaTizoliparadecirlequeestoy listapara irme.Cuandoseacercaporelpasilloconlasllavesenlamano,dudounossegundos.Detodoloquehehechoestanoche,odetodoloquevoyahacer,estaquizásealaúnicapartedelaquemearrepientodeverdad,yaqueestemuchachoes,conmuchadiferencia,elsta’criverianomásamablequeheconocido.Aunasí,meabalanzosobreélencuantomedalaespalda.Aunasí,lerodeoel
cuelloconlosbrazostalycomoHeronmehaenseñado,aprietocontodasmisfuerzasy ledoyunapatadaa las llavesque llevaen lamanopara lanzarlasalinteriordelacelda.CuandoTizoliporfincaederodillasycierralosojos,solomesientounpoco
mal.SigoagarradaaélhastaqueSørenabrelaceldayvienehacianosotrosconlaespadadesenvainadaypreparada.Sueltoalguardia,meapartodeélyobservocómo él, con la punta de la espada, le da en el hombro con toda la gentilezaposible.Elmuchachonosemueve,perosupechosubeybaja.—Nolohasmatado—mediceSøren,yaunqueyoyamehabíadadocuenta,
mealegraoírlaspalabras.Asientoydesenvainomidagadelacadera.—Casi está amaneciendo, y tenemos que irnos al campo antes de que el
palaciosedespierte—leadvierto.—Creo que tengo un déjà vu, Theo —comenta él—. Parece que fue ayer
cuandoyoterescatéatideunamazmorra.—Ladiferenciaesqueestaveznoconozconingúnpasadizosecreto—admito.Memiraconcautela.
—Entonces¿cuáleselplan?¿Salirporlapuertaprincipal?Esdenoche,perohabrágentedespierta.—Ya lo sé —digo mientras se me acelera el corazón—. Pero a los
sta’criverianoslesencantaelespectáculo.Démoslesuno.—SeñaloelcuerpodeTizoli con la cabeza. Lleva unos pantalones sencillos, una camiseta y unachaquetadeguardia—.Creoquetenéismásomenoslamismatalla.Søren se me queda mirando incrédulo, pero veo que su mente empieza a
trabajar.Asiente.—Datelavuelta.Pongolosojosenblanco,perohagoloquemepide.—¿Pudoroso,derepente?—lepregunto.—Nodemasiado—responde.Oigocómosequitalaropayloszapatos—.Pero
esmejorqueestéscentrada,noquierotenerlaculpadequepierdaselsentido.Nopuedoevitarresoplar.—Tienequehaberunmomentomejorparaloschistesmalos—replico.—Noséyo—contesta—.Correrparasalvarlavidanomeaterratantocomo
deberíacuandolohagocontigo.Yapuedesdartelavuelta.Lo hago, y lo primero en que reparo es que Tizoli y Søren no tienen en
absoluto lamismatalla.Lacamisetay lospantalones lecaben,esdecir,puedeabrocharlossinqueserompan,peroSørentieneelpechodemasiadoanchoytirade los botones de la camiseta, que se le abre, y se le ajusta por los brazos.Además, tanto las mangas como las perneras de los pantalones le quedan unpococortos.Éltambiénparecehabersedadocuentadelproblema,pero,másquepreocuparle,ledivierte.—¿Qué levamosahacer?—dice,mientras tirade lacamisetaenun intento
infructuosoparaquelequedemejor—.Tendráquefuncionar.Pero¿quévamosahacercontigo?Esfácilreconocerte.Recojolacapadelsuelo,melavuelvoaponerysubolacapuchaparaquemi
rostro quede escondido en las sombras. Él empieza a recoger la chaqueta deluniformedeTizoli,perolodetengo.—Puedequetodavíallamemoslaatencióndealguien—admito—.Tendremos
queasegurarnosdedarunbuenespectáculocuandoreparenennosotros.
Decidimos irpor lasescalerasen lugardecogerelelevadorysubimospor losdestartalados escalones, que parecen desmoronarse bajo nuestros pies. Con lainvención de los elevadores, hace tanto tiempo que no se usan que se están
rompiendo en pedazos. Sin embargo, a estas horas de la noche, no nosencontramosconotroguardiahastaquenollegamosalaplantaprincipal,yenesemomentoyanosestamoschocandoelunoconelotroy riendodemasiadoalto.ApoyocasitodomipesoenSøren,comosinopudieramantenermeenpieyosola,yélhacelomismoconmigo.Cualquier posibilidad de que nuestra proximidad haga resurgir viejos
sentimientos ha quedado totalmente anulada porque Søren todavía huele a lamazmorra: a moho, oscuridad y sudor rancio. Jamás pensé que me sentiríaagradecidaporunolorasí.Unguardianosgritaalgoensta’criverianoquesupongoquedebedeseruna
pregunta. Tiene la cara roja, parece enfadado y señala la puerta abierta de laescaleraquehaydetrásdenosotros,asíquesupongoquelapreguntadebedeseralgoparecidoa:«¿Quéhacíaisahíabajo,pardeidiotas?».PeroSørensílaentiende.Seyerguetodoloaltoquees,pavoneándoseycasi
perdiendo el equilibrio. Me pone un brazo alrededor de los hombros paramantenersedepie,meseñalayrespondealgoenelmismoidioma,juntandolaspalabrasparaqueparezcaquesehatomadounascopasdemás.Miraalguardiayenarcalascejasdeformasugerente,estoyseguradequeparadarleunaexcusalascivaquejustifiquenuestrapresenciaenlasmazmorrasyelhechodequeestécubiertodemugre.Elguardiamemiraconelceñofruncido,yyomehundomásenlaseguridad
de la capucha. Me dice algo que no entiendo, pero Søren interrumpe deinmediatoconunacarcajadaronca.Le dice algo al guardia, supongo que parecido a: «Es muy tímida y le da
vergüenzaqueladescubrandespuésdenuestroencuentroenlasmazmorras,asíque,sinoosimporta,nosvamos».Elguardialomiraconelceñofruncidoylecontesta,perolaúnicapalabraque
entiendoes«etraliano».Porlaformaenquelodice,medoycuentadequecreequeSørenvienedeEtralia.Supongoquetienelógica,yaquetantolosetralianoscomoloskalovaxianossonrubiosydepielclara.Sinembargo,estopodríaserproblemático,yaqueladelegacióndeEtraliasemarchóayerjuntoasuzar.PeroSørenmantienelacalmaysiguebalbuceandoensta’criverianoconlavoz
pastosa. Estoy segura de que añade algunas palabras etralianas para que seacreíble. Me acerca más a él y hace gestos muy exagerados hacia mí. Ojalápudieradecirlequesemoderaseunpoco.Elguardiacarraspeacon fuerzay lo fulminacon lamirada.Él respondecon
otraperoratapastosayjovial.
Trasloquemepareceunaeternidad,elhombreponelosojosenblancoynosdejairtrasgritarotraadvertencia,queseguroqueserá«ynadadeencuentrosenlasmazmorras»,oalgoporelestilo.Loobedecerédemilamores.Sinovuelvoaverotramazmorrajamás,habrásidodemasiadopronto.Søren y yo seguimos riéndonos y caminando haciendo eses hasta la entrada
principal, llamando la atenciónde las pocaspersonasque están levantadas tantemprano,sirvientas,cocinerosyrepartidores.Todosellosnosmiranyseríendenuestra estupidez; probablemente estén disfrutando al ver cómodosmiembrosdelaricaélitequeloscontrataquedanenridículo.Cuandoporfinsalimosdepalacio,meechoareírdeverdad.Sørentambiénse
ríe,y,peseaqueyanotenemosquefingir,seguimosapoyadoselunoenelotro.—Mehapreguntadoporqué seguíaaquí si los etralianos se fueronayer, así
que le hedichoquehepreferidoquedarmey casarme contigo—explica entrerisas—.Y entonces se ha enfadado y ha dicho que los extranjeros les estabanrobandolasmujeresalossta’criverianos.LehecontestadoqueloinvitabaairaEtralia, y que le presentaría a mis primas. Igual intenta encontrarme paratomarmelapalabra.Peseatodo,semeescapaunacarcajada.—Vamos—ledigo.Sinpensarlodosveces,ledoylamanoytirodeélporla
callevacía.—Estoteencanta,¿verdad?—mepregunta.—¿Correrparasalvar lavida?—lereplico,girandoelcuelloparamirarlo—.
¡Puesclaroqueno!—Elpeligro—aclara—.Tenerunabestiapisándotelostalones.Unpropósito.Piensoensupreguntaduranteunosinstantesymeencojodehombros.—Creo queme gusta actuar en lugar de esperar a que las cosas sucedan—
respondo—.Megustatenerunplanyseguirloenlugardeestaramerceddelasdecisionesdeotrapersona.—Peroestenoeraelplanoriginal,¿no?—insiste.Temíaquemehicieraesta
preguntadesdequelehedadolaespadaenlamazmorra.—No—admito.Mientras giramospor entre las calles, le cuento el planque
tracéconErik,y luego lode lamuertedeHoa, lodeColtania,elvenenoysucadávereneljardín.—Losiento—dicecuandotermino.Lomiro.—¿Elqué?—pregunto.—Meequivocaba.Estonotegusta—dice—.Estásconmocionada.Lohevisto
enelcampodebatalla,ensoldadosquehanvistoasusamigosmorirasuladooquehanmatadoporprimeravezyhanobservadocómolavidaabandonabalosojos de otro hombre. Siguen luchando porque deben hacerlo. La sangre corremáscalienteensusvenas;cadavezsonmásferoces,másfuertesymásagudosqueantes.Susmentesparecenconcentrarsesoloensobreviviralabatalla...perolabatallasiempretermina,ylaconmociónconella.Esoesloquesiento.Tragosalivayapartolavista.—Deberíamos darnos prisa—digo en voz baja—.Alejémonos de la ciudad
antesdequeelreyEtristomandeasusguardiasapornosotros.
Lahuida
SørenalquilauncaballodelestabloconeldineroquemehadadoArtemisia,ymientras el mozo lo ensilla aprovecha para asearse un poco con un trapohúmedo.Noconsiguequitarsetodalamugredelamazmorra,perolamejoríaesevidente. Se pone unamuda limpia de ropa que le ha comprado almozo. Esdemasiadogrande,peroalmenosesmáscómodaqueladeTizoli.Nosesperaunlargoviajeacaballoylaverdadesquenoséquéprefiero,que
huelaalamazmorraoquehuelaaél,asalyamaderaarrastradaporlacorriente,deunaformaquemedevuelveatiemposenlosqueesmejornopensar.Cuandoelmozodelestablotraeelcaballo,Sørenmeayudaasubirmeantesde
montardelantedemí.Lecogealhombrelasriendasdelasmanos,lassacudeyemprendemosel camino.Meagarrocon fuerzaa sucinturamientraselvientomeazotalapiel.Cuandoporfinsalimosdelaciudadmequitolacapucha.«Lo hemos conseguido», pienso emocionada. Hemos conseguido salir de la
ciudadantesdequedescubrieranelcuerpodeColtaniaydequeeloperariodelelevadorvolvieraensíycontaseatodoelmundolosucedido.Ahora,aunquelosdescubran,nadiepodrávenirtrasnosotrosatiempodealcanzarnos.Cuandoatencabos,daránporhechoquenoshemos ido igualque llegamos,conbarcosdelpuerto.Noselesocurrirámirarenelcampoderefugiados.MeagarroaSørenconmásfuerza.—¿Todobien?—mepregunta,conlavozcasiperdiéndoseenelviento.Asientoconlacabezapegadaasuhombro.—Notehabríadejadoallí,¿losabes?—ledigo.Duranteunmomentonorespondeycreoquenomehaoído.Escomprensible,
ya que el viento silba tanto que apenas puedo oír mis propios pensamientos.
Justocuandoyapensabaquenoobtendríarespuesta,medauna.—Nunca lo has hecho.Ni siquiera cuando eso te lo habría puesto todomás
fácil.Piensoenladecisióndesalvarlodelamazmorra,yenlofácilquehabríasido
dejarlo allí.Ya estaría en un barco conmis Sombras, nos habríamos ahorradomuchosproblemasyhabríamosevitadomuchos riesgos.Recuerdoel tratoquehice en elHumo con Veneno de Dragón y lo que sacrifiqué para sacarlo delcalabozo.RecuerdocuandoyomismaestabaenunoylepedíaBlaisequenomesalvara porque sabía que lo haría él, y sabía que podríamos usarlo en nuestrobeneficio.TeneraSørenenmividahacomplicadolascosas,peroahoramedoycuenta
dequenoquerríaquefuesediferente.Eneljardínledijequenopodíaamarmeporquenomeconocíadeverdad,y
todavíalopienso.Peroesonocambiaelhechodequeyosíloconozcoaél.Nocambiaelhechodequeestoyenamoradadeél.
Cuando los muros del campo de refugiados aparecen en el horizonte, ya hasalidoelsol;asciendedesdeeleste,aunquelaparteinferiortodavíaacaricialasdunasdearena.Brillalosuficienteparaqueveamosquenosomoslosprimerosen llegar: ya hay un grupo que se acerca a la entrada con las armasdesenvainadas.Desdetanlejos,elúnicodetallequedistingoeslamelenaazuldeArtemisia.Søren detiene el caballo encimade una duna de arena desde la que se ve el
campo y nos quedamos allí, contemplando la batalla que tiene lugar en ladistancia. Solo media docena de guardias corren hacia el muro desde susbarracones. Artemisia se encarga de uno con rapidez, pese a que tiene dosespadas y ella solo una. Primero le quita una de la mano de un golpe, perocuandoélinsisteenconservarlaotraellarespondecortándolelamano.Apartolavista,peseaquelosgritosdelhombreseoyendesdeaquí.—Acabarápronto;superanalosguardiasennúmero—metranquilizaSøren.
Desmontadelcaballoymeayudaabajaramí.Asiento.—Están aquí para mantener a los refugiados tras los muros—añado—. Su
tareaconsistíaenmanteneramilesdepersonasdesarmadasdentrodeunajaula,asíque,enrealidad,sonpocomásquepastores.Jamásseleshabríaocurridoquealguienlosatacaríadesdefuera.
Søren me mira, y debe de notar mi incomodidad cuando uno de nuestrosguerreros clava su espada en la barriga de otro guardia, atravesándolo porcompleto,porquedice:—Notienesporquémirar.Teavisocuandotermine.Duranteunmomento,considerolaposibilidaddenohacerlecaso.Alfinyal
cabo,yohedado laorden.Aunquenoestéenel fragorde labatalla, todaesasangreestáenmismanos.Lomenosquepuedohaceressertestigo.Pero,comohadichoSøren,elcombateterminaráprontoyhayotrascosasenquepensar.—Gracias—contesto,voyalotroladodelcaballoymequitolacapa.Mealiso
elvestidorojo,peroaunquenosirvedemucho;siguearrugadoysuciodelviaje.Perotendráquebastar.Sørenmemiraconlascejasenarcadas.—No sabía que fuésemos a un baile. Habría sido más práctico montar en
pantalones.—Artemisiamehadichoquetengoquetenercuidadoconlaimagenquedoy
—leexplico—.Necesitoquemesigan,yesmásprobablequesiganaalguienquepareceunareinaqueunasuciavagabunda.Sørenseríeporlanariz.—¿Sonesassuspalabrasexactas?Meencojodehombros.—Nolefalta razón—contesto—.Yacreenquesoyunaniñaqueno tieneni
ideadeloquehace.Memiraalosojosunosinstantes.Otroalaridocortaelaire.—Nosésitienemuchoqueverconelvestido—medice—.Puedequetedé
unaspectomásregio,peroesonoharáquetesigan.Semecaeelalmaalospies.—Entonces¿quélohará?—pregunto.Seencogedehombrosyapartalavistaparavolveramiraralcampo.—Nohacefaltaqueparezcasunareina.Eresunareina.Muéstralesalachica
brillantequeconsiguióescaparen lasnaricesdelkáiser, laquees tanvalientequeprotegeasugenteconsupropiavidaytanfuertequesiguedepie,peseallevar el peso delmundo sobre los hombros. Eres una reina, Theo, y si no tesiguieranestaríanlocos.Nomemiramientrasme lodice,y se loagradezco.Asínoveel efectoque
tienen sus palabras, no ve que hacen queme ruborice.Tras unmomento, voyhacia él y me yergo. Todos los guardias están tirados en la arena, muertos odesarmados,yeshoradeversitienerazón.
Refugio
Cuando Søren y yo llegamos a la entrada, los demás yame están esperando.HeronyArtemisiaestánelunoalladodelotroentreloscuerposdelosguardias,con las espadas todavía desenvainadas y ensangrentadas. Para mi sorpresa,VenenodeDragóntambiénestáallí.Penséquesequedaríaenelbarcoparanoformarpartede loqueconsideraunplanestúpido,peroaquíestá.Cuandonosacercamos,memirayentornaunpocolosojos.PeseaquetodavíasientoquelafuriaarderenmiinteriorcuandorecuerdoqueleofreciólaMinadeAguaalreyEtristo,meobligoaasentiramododeagradecimiento.Nohabríamosllegadotanlejossinsuayuda.MedirijohaciaHeronyArtemisia.Solohaceunashorasdesdelaúltimavez
quelosvi,peropartedemíquiereabrazarlosalosdos.Loúnicoquemeparaeslasangrequelesmanchalaropaylapiel.—Bienhecho—lesdigo—.¿Quéhapasadoenelpuerto?¿Habéisconseguido
suficientesbarcos?Artemisiaasiente.—Muchos—responde—.Comida,armas...todo.Mimadresiguesinestarmuy
deacuerdo,perosutripulaciónesmuchomásentusiasta.Creoquebastantesdeellosvendránconnosotrosalamina.Sonrío.—Esoesunamaravilla—contesto—.¿YBlaise?—Le pedimos que se adelantara para reunirse con los Ancianos —explica
Artemisia—.Haidoaextenderlestuofertaparaquetodospudieranpensarloyestarpreparadoscuandollegásemos.Asientoytragosaliva,nerviosa.
—Pues a los barcos, entonces. Ya veremos quién quiere luchar y quién nocuandotodosestemosasalvo.
CuandoHeronyunodeloshombresdeVenenodeDragónabrenlapuerta,veoquetodoelcampoyaestáreunidoenlascalles;losrefugiadosestánapretujadosentreellos,abrazadosconfuerzaasusseresqueridosycontodassusposesionesenpequeñoshatillosqueaprietancontrasupecho.Ningunode ellosparece tranquilo, ni siquiera cuandomeven entrar seguida
pormisSombras,Veneno deDragón y sus guerreros.Vinieron aquí buscandoseguridadyyohetraídolaguerraasuspuertas.Peroaquínoestánasalvo.ObservoalosAncianos,quelosguíanenunafilaquepasapornuestroladoy
saledelcampoquehasidosuúnicohogarduranteaños,décadasenlamayoríadeloscasos.Sientosusojossobremíasupaso,ymeyergounpocomás,mepongomásrecta.IntentoparecerunareinaantesderecordarloquemehadichoSøren.Nohayunaformadeparecerunareina.Reparoenqueheestadointentandoemularamimadre,quesiempreirradiaba
graciayseguridadensímisma,peroyonosoyella.Seríaestúpidasimesintierasegura, y nadie necesita mi gracia. Lo que necesitan es cobijo, comida y uncaminoqueseguir,yyopuedodarlestodasesascosas.Tendránquebastar.Sandrinseabrepasoentrelamuchedumbreyvienehaciaanosotros.Haceuna
reverenciadoblándoseporlacintura.Blaiselosigueaciertadistancia,conojososcuros y llenos de cautela. Las ojeras son más pronunciadas de lo querecordaba,ydesprendeunaenergíaquemesobresalta.Parecezumbarenelairequelorodea.—Majestad—mesaludaSandrin,llamandoasímiatención.Eslaprimeravezquemellamaasí,yeltítulosuenaextrañoensuslabios.No
sientoquemelohayaganadotodavía.—Sandrin—saludo,inclinandolacabeza—.Graciasportuayuda.Partiremos
encuanto todoelmundoestéabordo.No tenemos razonesparacreerque lossta’criverianosvayanaperseguirnos.Nosonmuydadosaluchar.Élasiente.—Hetransmitidovuestromensajeatodoelmundo—dice,mirandoaBlaise,
queestádetrásdeél—.Muchostodavíaloestánpensando.—Noesunadecisiónquepuedatomarsealaligera—concedo—.Habrámás
tiempodediscutirloenelbarco.Viajarásenelmismoqueyo,¿verdad?Juntoa
losdemásAncianos.Valoraríamuchovuestrosconsejosdeahoraenadelante.Parecesorprendido,peroasiente.—Lo haré encantado —responde. Me hace otra reverencia y se une a los
demásAncianos,quelideranalosrefugiadosquevansaliendodelcampo.Blaisesemeacercacuandosemarcha.Lagravedaddesuspensamientossele
notaenlamirada.Nosébienquédecir,asíqueledoylasgracias.—Me alegro de haber sido de ayuda —declara—. Artemisia pensó que la
batallaseríademasiadopeligrosaparamí.Hasidounadecisióninteligente,aunqueBlaisenopareceestarmuycontento.—Tenecesitabaaquí—ledigo—.¿Cómohaido?SéqueSandrinhadichoque
muchostodavíaloestánpensando,pero...Blaise sabe lo que le estoy preguntando, y una sonrisa triste asoma por las
comisurasdesuboca.—Creoque,paraaquellosquesoncapacesdeluchar,elprimerimpulsohasido
aceptar,ytambiéncreoqueeseimpulsoacabaráporpesarmásquesusdudas.Sonrío.Unrescoldodeesperanzaempiezaaarderenmiinterior.Élsopesasuspalabrasunosinstantes.—LehedadomisgemasaArt—anuncia—.Esdemasiadopeligrosoquesuba
abordoconellas.Se las ha dado aArt igual que hizo antes, para que se las guarde. No para
siempre. Las querrá de vuelta; intentará hacer algo noble y estúpido. Pero nohoy.Hoyestáaquí,asalvo,yessimplementeBlaise.Alarga los brazos yme envuelve en ellos. Su abrazo es demasiado caliente,
sobretodobajoelsolsta’criveriano,peroselodevuelvoconlamismafuerza.—Nos vamos a casa, Theo—memurmura al oído. Con su voz, la palabra
«casa»escomoelhilodeazúcar,dulceperodelicada.Resuenaenmimente inclusomuchodespuésdequemesuelte.Unapalabra,
unaoración;unapromesaquesevaacumplir.
Navegación
Dosmilpersonasdecidenluchar.Los quince barcos que la tripulación de Veneno de Dragón ha robado del
puertovanabarrotados,perohemosconseguidoquetodoelmundosubaabordo.Por apretados que vayan, creo que tienen más espacio que en el campo derefugiados.LaflotadeVenenodeDragónaceptaamuchosde losdesplazadosque no quieren o no pueden luchar, aunque no estoy segura de qué hará conellos.Quizánoconfíeenmitíaenmuchosaspectos.Nosiempreconfíoensulealtad,
ensujuicioniensuopiniónsobrelosdemás.Noobstante,hedecreerqueharálo correcto con estas personas después de haber fallado a tantas de ellas laprimeravez.Alfinyalcabo,ambasqueremoslomejorparaÁstrea,peseaquemuyamenudonoestemosdeacuerdoenquées.Cuando nos separamos, me resulta difícil no sentir una pizca de tristeza.
Tambiénmeha fallado amí, aunque enmenormedida.En cosas que podríanperdonarsesialgunavezmedieralaoportunidaddehacerlo.Sinembargo,esonoespropiodeVenenodeDragón.Ellanoquiereelperdóndenadie.Noquisoeldemimadreniquiereelmío;nisiquieraselohapedidoasuhija,aunqueArtsabebienquenodebeesperarnadadistinto.Estamos juntas en la popa del barco, contemplando a la pequeña flota
desaparecer enelhorizonte.Aunquenopierdo la esperanzadequedenmediavueltayseunananosotros,Artemisiasolopareceresignada.—Es lo que hace mejor —afirma al cabo de unos instantes—. Por eso ha
sobrevividotantotiempo.Sabecuándohuir.Otracapasubyacebajolaobjetividaddesutonodevoz,unacapaquequizáse
me habría pasado por alto hace unas semanas, cuando no la conocía tan biencomo ahora.No esperaba que sumadre se quedase, pero lo deseaba de todosmodos.—Losiento—ledigo.Seencogedehombrosenunmovimientobruscoysingracia,desprovistodesu
arrogancia habitual. Tiene la mandíbula tan apretada que me sorprende queconsigahablar.—Solounestúpidoperderíaeltiempocondeseosydisculpas—declara,pero
suspalabrasnosontanmordacescomodecostumbre.«Entonceslasdossomosestúpidas»,pienso,aunquenolodigoenvozalta.Art
no quiere hablar de esto, y no tiene por qué, así que no la presiono para queexpresesussentimientos;nisiquieraintentotocarlatalycomoamímegustaríasiestuvieraensulugar.Esonoesloquenecesita.Necesitaaalguienqueestéasuladoy,que,cuandosuslágrimasempiecenacaer,finjanodarsecuenta.Asíqueesoesloquehago.
Esanoche,mihabitaciónsemeantojademasiadosilenciosa.Meheinstaladoenlosaposentosdelcapitándelprimerbarco,quesonespaciosospara tratarsedeun camarote —cabe un escritorio, una mesa para comer y un catre—, perodespuésdelaenormehabitaciónqueteníaenSta’Crivero,semeantojapequeño.El estilo es simple y minimalista, sin los lujosos adornos y floriturassta’criverianos,peroesonoloechodemenos.Lamaderacurtidamereconforta,asícomolamantagastada,elescritoriotalladodeformarudimentariaylasillarígidacon laspatasdesiguales.Esunespaciocómodoyhogareño,yesoes loqueanheloahora,enlugardellujo.Sinembargo,elsilenciodejaespacioparademasiadospensamientos,paraque
demasiadaspesadillasse reproduzcandelantedemisojosantes inclusodequeconsigadormirme.Podríaestarllevandoaestaspersonasaunamatanza.Milesde personas podrían terminar muertas y sería debido a una decisión que hetomado yo. No sería tan diferente que yo misma les clavara una daga en elpecho.UnavezpenséqueSørenteníalasmanostanmanchadasdesangrequejamás
volveríanaestarlimpias,perolasmíasyanoparecenestarlomuchomás.MatéaAmpelioyaColtaniayomisma,pero¿cuántosotroshanperdidolavidapormí?Elpis,Hoa,elarchiduque,losGuardianesdelaprisióndeÁstrea,lasirvientaquereclutóColtania y cuyo nombre ni siquiera recuerdo. Incluso los guardias del
campoderefugiados.Sé que todas esasmuertes eran inevitables, pero la culpame reconcome de
todosmodos.Yaquíestoy,llevandotodavíaamásgente,amilesdepersonas,aunabatallaquenosésipodemosganar.Esestúpidoe irresponsabley...Yes laúnica formadeseguiradelante.Es la
únicaformadevolveracasa.Alguienllamaalapuertademanerasuaveyvacilante.Melevantodelestrechocatre,agradecidaporlainterrupción,mepongolabata
porencimadelcamisónymeatolafajaalacintura.Cuandoabrolapuerta,mesorprendoalveraSørenalotrolado.Noséquiénesperabaquefuera.¿Blaise?Comparte camarote con Artemisia, que ha prometido matarlo si empieza aperderelcontrol.Nosearriesgaráairsedesuladonisiquieraunmomento.Analizomissentimientos.¿MealiviaqueseaSøren?¿Habíaunapartedemí
quedesearaquefueseBlaise?Nolosé.LoúnicodeloqueestoyseguraesdequelapresenciadeSørenescomosiunrayomehubiesecaídoenlasentrañasymehubiesellenadodeunpeligrosocalor.Abromáslapuerta,lehagoungestoparaqueentreycierroconfirmeza.—¿Estás bien?—mepregunta en vozbaja—. ¿Después de lo deHoa, lo de
Coltaniaytodolodemás?Memuerdoellabioymevuelvohaciaél.Mispensamientosestánrepletosde
imágenes del cuerpo sin vida de Hoa y de los ojos de Coltania, cuando seclavaronenlosmíosdurantesuúltimoaliento.Meresultamásfácilpensarenlaorianí,asíqueentierroaHoaenmimenteymeconcentroenella.—¿Recuerdas lo que me dijiste cuando maté a Ampelio? —le pregunto
mientrasmesientoenelbordedelacama.Sørensequedadepiedelantedemíconelceñofruncido.Noséquéesperaba
queledijera,peronoeraeso.—Creoqueintentéreconfortarteyquedécomounidiota—dice.Esbozounamediasonrisa.—Sí—respondo—.Peroluegovolvisteasacareltema,yteníasrazón.Matar
nuncaesfácil,nisiquieracuandonoeslaprimeravezquelohaces.Nisiquieracuandonotieneselección,cuandoesendefensapropia.Temarca.Sørenmemiraalosojos.—Hicisteloqueteníasquehacer—afirma.—Losé—contesto,mirándomelasmanos.Piensoenmispróximaspalabras,
sopesosiesinteligentequelasdigaosiesmejorquemelasguardeparamí.Noencuentro una respuesta, pero al final me obligo a darles voz—. Pero en ese
momento, cuando le clavé la daga en la barriga, no estaba pensando endefenderme.Noestabapensandoen loquemesucederíasi fracasaba.PensabaenHoa,en loqueColtania lehabíahecho.Enquemehabíaarrebatadoaotrapersonamás.Cuandolamaténosolofueendefensapropia.Fuelarabialoquemeempujó.Lavenganza.Es una confesiónhorrible, incluso aquí, en un camarote silencioso enmedio
delocéano,peroSørenniseinmuta.Memiraalosojosconfirmezayseguridad,como si pudiese ver con claridad incluso las partesmás profundas demí, laspartes que me avergüenzan. Las que intento esconder de todos los demás,incluso de Blaise. Søren ve lo peor mí, la cobardía, las conspiraciones y lamanipulación. Lo ve todo y lo comprende. Me mira como si fuese su libropreferido, uno que ha leído de principio a fin incontables veces. Uno cuyossecretosyahadescubierto,peroalquesiguevolviendoapormás.SigosinestarseguradesisigosiendoThoraasusojos,odesisoyTheo,olas
dosjuntas,mezcladasydifuminadascomounaacuarela,peroenestemomentoélyyosomoslasdosúnicaspersonasenelmundoenteroynosomosThorayelprinz.SomosTheoySørenysientoquemeconocetanbiencomomeconozcoyomisma.Melevantoymeacercoaélhastaquesolonosseparanunoscentímetros.No
retrocede, pero tampoco se acerca, aunque se le corta la respiración.No haceningúnmovimientoparatocarme,sinoquedejalasmanosaloslados.Séquenolohará,porquelepedíqueseguardarasussentimientosparasí.Asíesmásfácil;esmásinteligentequedejemoslascosascomoestán.Esmi
consejeroymiamigo,yesoesloúnicoquepuedellegaraser.Peroahora,tancercadeél,mecuestarecordarporqué.MecuestarecordaraBlaise,queestáasolounoscamarotesdedistancia,diciéndomequemeamaba.Mecuestarecordaralkáiser,sentadoeneltronodemimadreconlaqueunavezfuemimejoramigaasulado.Mecuestarecordaralosmilesdepersonasquehandecididoseguirmealaguerra,personasquevenaSørencomounenemigo.—Søren...—pronunciosunombrepocomásaltoqueunaexhalación.Susojos seencuentrancon losmíos.Sondelmismoazulque losdelkáiser,
peroinclusoeseesunrecuerdolejanoahora,unfantasmaenlasprofundidadesdemimente.Tímidamente,alargounamanoparaacariciarlelamejilla.Necesitaunafeitado;
labarbadepocosdíasme rasca lapalmade lamano.Parecequequieradeciralgo, pero sea lo que sea, lo olvida cuandome pongo de puntillas y rozo suslabios con losmíos.Con esa caricia, todo su control desaparece y un instante
despuésmeestábesandoélamí.Conunamanomeacunaelrostromientrasquemeponelaotraenlacintura,anclándomeaél.Esunbesosuave,comolosquenosdimosenÁstrea,cuandorecorríamosahurtadillas los túnelesdepalacioeíbamosanavegaramedianoche,cuandotodavíaéramosdosdesconocidos.Peroyanolosomos.Yoloconozcoaélyélmeconoceamí,ylaspartesmásoscurasdenuestrasalmasencajan.El beso se hace más apasionado. Søren sabe al pan recién hecho y al vino
especiado que hemos cenado. El beso se vuelve ávido, nos devoramos, nosconsumimos,hastaqueyanoestoyseguradecuálessualientoycuáleselmío.Nuestros límites se difuminan, semezclan lasmanos, la piel, los labios y losdientes.Cuandosubocaseseparadelamíaquieroatraerlodenuevohaciamí,peroempiezadeinmediatoabesarmeenlamandíbula,enlamejilla,enlaoreja,ysientounescalofríoquebienpodríaserdefuego.—Theodosia...—susurrami nombre como si de un himno se tratase.Ya no
suena demasiado grande; encaja conmigo a la perfección, igual que su manoencajaenlacurvademicintura, igualquesubocaseamoldaa lamíacuandonosvolvemosabesar.
NotengoquepedirleaSørenquepaselanocheconmigo.Lainvitaciónflotaenelaire,muda,yéllaacepta,sequitalasbotasysemeteenlacamaamilado.Nosacurrucamosjuntosbajomimantadeshilachada;yoapoyolacabezaensupechoyélmerodeaconlosbrazos.—Simañanameencuentranaquí,lagentehablará—afirmaconunbostezo.—Yalosé—convengo.Escucholoslatidosdesucorazón,firmes,seguros,al
ritmodelosmíos.Atravésdelafinateladelcamisón,mehacedibujosenlaespaldaconlapunta
delosdedos.—Aqueldía,eneljardín,medijistequenovolvieseahablardeloquesentía
portiporquecreíasquenoeracierto—comentadespacio.—Søren...—empiezoadecir,peroélmeinterrumpe.—Déjame terminar, por favor—mepide, yhaceunapausa—.EnÁstrea, la
persona que eras... Thora. La deseaba. Quería protegerla de mi padre comojamáspudeproteger amimadre.Quería escaparme con ella y salvarnos a losdos.Eneso tenías razón.Pero loquesentíaentoncesesunasombrade loquesientoporti,Theo.Abrolabocaparavolverapedirlequesecalle,peroesaspalabrasmuerenen
migarganta.Por peligrosoque sea, quierooír lo quedice con tanta ansia quecasimeparteendos.—Noquieroprotegerte.Nonecesitoprotegerte.Paraesoyatienesaotros,ytú
misma lo has hecho ya bastantes veces.No quiero escaparme contigo; quieroestar a tu lado y luchar, luchar por algo que jamás pensé que querría, pero loquiero.Contigosoymásfuerte,ymásvaliente,ynoquierovolveravivirsiendocomoeraantes.Teamo,ynotienenadaqueverconlapersonaquefingíasser.Teamoati.—Yotambiénteamo—ledigoenvozbaja.Cuando sus respiraciones se hacen lentas y acompasadas, no puedo evitar
pensar en que Blaise me dijo esas mismas palabras hace apenas unos días.CuandoBlaiselaspronunció,fueronunbálsamoparaunaheridaquetodavíanomehabíainfligido.Sørenlasdicecomosiestuvierarompiendolascadenasquenosunenytuvieralaesperanzadequemequedaseconéldetodosmodos.
Laestrategia
Elbarcoenelqueviajamosvadetrásdelrestodelaflota.PeseaquerecorrimoseltrayectodeÁstreaaSta’Criveroenunasemana,tardamoseldobleenrodearla costa sudoriental de Ástrea, donde está la Mina de Fuego, y no hacemosningún esfuerzo por apresurarnos. Esas dos semanas son un frenesí deentrenamientoyestrategias; intentamosconvertiranuestrosdosmilrefugiadosen dos mil guerreros. Las armas y armaduras que saqueamos de uno de losbarcos sta’criverianos apenas son suficientes, pero tendrán que bastar, porqueestamañanahemos avistado tierra en el horizonte, la silueta de las colinas deÁstrea dibujada contra el sol naciente.No nos quedamuchomás tiempo paraesperar,entrenaryplanear.Aunque séque siyo intentara liderar el ejércitoharíamásmalquebien,me
resulta difícil no sentirme como un bebé consentido en una cuna acolchada.Sørendebedesentirsetodavíapeor,aunquenosehaquejadoenningunadelasnochesquehapasadoenmicamarote,enlasqueambosnoshemosacurrucadojuntosbajolasmantasparaaislarnosdelrestodelmundo.Queél lucharaseríademasiadoarriesgadoypotencialmenteconfuso: al serkalovaxiano, seríamuyfácilqueacabaseconunaespadaamigaclavadaenelcorazón.Detodosmodos,sientoqueelairequelorodeaestáimpregnadodesudecepción.Intenta compensarlo lanzándose de lleno a la estrategia. Como ha visto las
minasdesdeelpuntodevistadeuncomandantekalovaxiano,lainformaciónqueaportaesdeunvalorincalculable.InclusomisSombras,quepasaronañosallí,sesorprendenantelosdetallesdelailustraciónqueesbozaenelpergaminoqueheextendidosobremiescritorio.Søren,Blaise,Heron,Artemisiayyoestamosalrededordeél,tanjuntosquenuestroshombrossetocan.
—He dibujado círculos en todos los lugares donde habrá guardias —diceSøren.Miro su expresión sombría y luego el mapa. Haymás círculos que espacio
vacío.—Sonmuchos—añadealverqueningunodenosotrosdicenada.—«Muchos»esquedarsecorto—contestaArtemisia,yaprietaloslabios.—Hacerse con el control la mina no será tan fácil como en el campo de
refugiados —admite Søren—. Pero los superaremos en número y no se loesperarán,loquenosdaventaja.—¿Lasuficienteparacontrarrestarlasuya?Elloslucharánenunterritorioque
conocen,consusmuchosrecursos,conmásexperiencia,másfuerzaylaayudadelasgemas—intervieneBlaise.Sørenduda.—Quizá—responde.Quizánoessuficiente,peroesnuestraúnicaesperanza.Mefrotolassienesy
estudioelmapa.Señalolacostaypregunto:—Entonces¿nosacercaremosdesdeestadirección?Sørenasiente.—Pero será más efectivo si también mandamos un par de los barcos más
rápidosaquí,paraquevengandesdeestaotra—explica,señalandoalacostaquehayalotro ladode laMinadeFuego—.Deestemodo, atacaremosdesdedosfrentesytendránuncanalmenosdesdedondeavisaramipadre.Asiento.—¿Tenemoslossuficientesguerreros?—inquiero—.¿Osidividimosnuestras
fuerzas les serámás fácil acabar con nosotros, primero con unos y luego conotros?Sørenestudiaelmapaconelrostroarrugadodeconcentración.—Deberíamostenerbastantes—respondealcabodeunmomento.«Deberíamos.» Hay una razón por la que Veneno de Dragón no ha querido
participarenestabatalla.Esunriesgo,ungranriesgo.—Notendránnavíosvigilandolacostasudoccidental—agrega—.Perosíque
habráalgunosnavíospatrullandomásalnorte.Tenemosbarcossuficientesparaacabarconellos,peroesprobablequeperdamosalgunosde losnuestrosenelproceso.—Barcosquenopodemospermitirnosperder—repongoconelceñofruncido.
Derepente,semeocurreunaidea.MiroaHeronycontinúo—:¿Cuántopuedesextendertuinvisibilidad?
Reflexionaantesdecontestar.—Laverdadesquenuncaheintentadoocultaramásdeunpardepersonas.—¿Podríasocultarlaflotaentera?—pregunto,aunqueyamientrasdoyvoza
mipeticiónsoyconscientedequelarespuestanoseráesperanzadora.Heronfrunceelceño.—No—responde—.Peroquizápodríadifuminarnoslosuficienteparaquesea
difícilvernos,sobretodosijuegoconelreflejodelagua.Peronodurantemuchotiempo.Nolosuficientecomoparapasarporsulado.Artemisialadealacabezaconexpresiónpensativa.—SiHeronpuededifuminar la flota,yopuedomanipular lasmareasyhacer
que pasemos más rápido junto a la patrulla kalovaxiana. Quizá no podremosevitar que noten nuestra presencia antes de que pierda la invisibilidad, perocomomínimo podríamos sorprenderlos lo suficiente como paraminimizar laspérdidas.—HaceunapausaymiraaBlaise—.O...—añadeconcautela—quizápodríamosdestrozarsusbarcossindarleslaoportunidaddedispararniunsolocañonazo.BlaisemiraaArtemisiayabremucho losojoscuandocomprende loqueno
estádiciendo.Trasunosinstantes,asiente.—Puedo hacerlo —afirma, atento al efecto de sus palabras—. La madera
pertenecealatierra.Recuerdo aquel día en elHumo junto a Blaise, cuando lamadera de la que
estabahechoelbarcoempezóavibrardeformatanerráticacomoloslatidosdesu corazón.Recuerdo lomucho queme preocupé de que partiese el barco enpedazos.Artemisiatienerazón:sipudiésemosusaresocontralasembarcacioneskalovaxianas podríamos atestarles un fuerte golpe antes incluso de llegar a laorilla.Peroaunaltoprecio.—Esdemasiadopeligroso—repongo—.Nosabemosquétepuedehacerati,
pornohablardenuestrospropiosbarcos.Blaiseniegaconlacabeza.—Midoneselmásfuertequetenemos,Theo—asegura.RecuerdolaspalabrasdeMinaeimaginoaguahirviendoderramándosedeuna
olla.—Podríamatarte. Si conseguimos acercarnos a ellos con los dones deArt y
Heron,podemoshundirsusbarcossinmagia.Concañones.Ynoarriesgarnos.Artemisiacarraspea.—Podríamos —concede despacio—. Sería incluso fácil, pero aun así
tendríamosquepagarunprecio.Pormuchaventajaqueganemosalacercarnos
sin ser vistos, sufriríamos perdidas: guerreros, quizá incluso algún barco.Pérdidasquenonospodemospermitir.—Estotampoconolospodemospermitir—protesto.Duranteunmomento,nadiehabla.—Sí, sí podemos—dice Blaise, antes de mirar a Søren a regañadientes—.
ComoArtestaráocupada,laresponsabilidadrecaeenti,prinkiti.Siparecequeestoyperdiendoelcontrolymeconviertoenunpeligroparanuestrosbarcos,mematarásantesdequecausedaños.¿Entendido?SørenmemirayluegovuelveadirigirlamiradahaciaBlaise.—Entendido—contesta.—No—repito,estavezenvozmásalta—.Esdemasiadopeligroso.¡Podrías
morir,Blaise!Blaisetensalamandíbulayseencogedehombros.—Puedodarnosunaventajaquenecesitamosdesesperadamente.Miroalosdemásconlaesperanzadequealguienmássepronunciecontraesta
locura,perosoloencuentrosilencio,soloamigosquenosoncapacesdemirarmealosojos.Unaordenmebailaenlapuntadelalengua;séquepodríavolverausar mi corona como arma, por metafórica que sea. Podría ordenarle que sequedasealmargendeesto,quesemantuvieseasalvo,peroreprimoelimpulso.Haydecisionesquenomecorrespondeamítomar.—Mandaremosunboteparacontarelplana losdemásbarcos—resuelvo—.
¿Quépasarácuandolleguemosalaorilla?—Tú eras un comandante kalovaxiano —le dice Heron a Søren—. ¿Cómo
responderáncuandoataquemoslamina?Sørenreaccionaconnerviosismo.—Yo nunca fui destinado a las minas, pero, según tengo entendido, su
adiestramiento es diferente al de la mayoría de los guerreros. Aunque serdestinado allí siempre se ha visto como una especie de insulto. No serán losmejoreshombres;esoesreconfortante.—Lo sería si nuestro ejército no estuviese formado por refugiados con dos
semanasdeentrenamiento—reponeArtemisia.Sørennotieneuncontrargumento.Memiraydice:—Podríamos esperar. Cuando lleguen Erik y los vecturianos tendremosmás
guerrerosymásprobabilidadesdeganar.—Pero esperar también implica el riesgo de perder el elemento sorpresa—
respondo—.Silapatrullakalovaxianadescubrequenuestraflotanoestálejosdelacosta,seránellosquienesnosataquenanosotros.
SørenasienteysevuelvehaciaHeron.—Tú te has mantenido en contacto con Erik con ese oro —dice—. ¿Has
recibidomásnoticiassuyas?Heronniegaconlacabeza.—No desde la última vez que me comuniqué con él. Están volviendo de
Timmoreeyconsuerteestaránaquímañana,perotambiénpodríantardarunpardedías.Dependedeltiempo.Hay tantas variables, tantas decisiones con consecuencias que no se pueden
prever, tantascosasquepodríansalirmal...EstudioelmapadeSørencomosiallíhubierasecretosquedealgúnmodopudieradescubrir,peroessolounmapa,ynopareceestaranuestrofavor.—¿Cuálseríaelmejormomentoparaatacar?—lepreguntoaSøren.Élfrunceelceño.—Enel turnodenochehabráunnúmero reducidodeguardias—contesta—.
Asíquehabrámenoshombresdespiertosypreparadosparaluchar.Sinembargo,la oscuridad afectará más a nuestros guerreros que a los suyos, ya que loskalovaxianos entrenan en la oscuridad y saben cómo utilizarla contra susenemigos.Elalbaesnuestramejoropción.Habrá luzsuficienteparaver,perolos guardias todavía no habrán hecho el cambio de turno. Estarán cansados ypocopreparadosparaluchar.Pordescontado,conesosolocompraremosunpocodetiempohastaquelleguensusrefuerzos,queestarándescansados.—¿Ylosesclavos?—pregunto—.¿Dóndeestarán?—Algunosestaránenlasminas—respondeHeron—.Enelturnodenochehay
menos,peroloshay.Elrestoestaránenlasdependenciasdelosesclavos,aquí.—SeñalaaunlugarenelmapadeSøren,justoalladodelamina.Asiento.—En este asunto, confío en tu opinión—le digo a Søren—.Atacaremos al
alba.—Miro amis consejeros y añado—:Debe de ser la hora de cenar. Id acomer.Yatendremostiempodeseguirplanificandocuandoterminéis.Todos se levantan, arrastrando las sillas por el suelo demadera, peroyome
quedosentada.Estoydemasiadoestresadaparaprobarbocado,ynoquieroqueelrestodelbarcomeveaasí,insegurayasustada.—Blaise—lollamocuandoempiezanasalir—.Quédateunminuto,porfavor.Él se queda paralizado en la puerta y me mira antes de volver a entrar.
Artemisiatambiénseparayasiente,saledelcamaroteycierralapuerta,aunqueestoy segura de que se quedará esperando tras ella por si acaso. Pensarlomeponeenferma,ymesientoaúnpeorcuandomedoycuentadequeloagradezco.
Alprincipio,ningunodelosdoshabla;elaireentrelosdosestáenrarecido.Nohemos hablado mucho desde que abandonamos Sta’Crivero, aunque no estoysegura de quién evita a quién, ni siquiera de si lo hemos hecho a propósito.Hemosestadomuyocupadospreparando labatalla.Sin embargo,mientrasmepregunto si es intencional, caigo en la cuenta de que sí que ha habido tiempoparaqueSørenvengaamihabitacióntodaslasnochesyyomequededormidaentresusbrazos.MepreguntosiBlaiselosabe;estoyseguradequelosospecha.Meaclarolagargantaydigo:—Esteplannomegusta.Élsequedaensilenciounosinstantes.—¿Crees que a mí sí? —replica—. ¿Crees que me entusiasma la idea de
arriesgarasímivida?—Creo que te entusiasma la idea de ser un héroe. —Las palabras se me
escapanantesdequepuedadetenerlas.Blaisereculacomosilohubieseabofeteado.—Nohasidoideamía,Theo.YahasoídoaArtemisia,HeronySøren.Todos
creenqueeslamejoropción.Ytútambiénsabesqueloes.—Esonosignificaquequieraquelohagas—contestoenvozbaja.Sequedaahíplantadoduranteunmomentointerminable.—¿CreesqueGlaidimebendijoconsudon?—pregunta.—Minadijoque...—No tehepreguntado loquedijoMina,niSandrin, niHeronniArt.Tehe
preguntadoquécreestú.Memuerdoellabio.—Sí—admitoalcabodeunosinstantes—.CreoqueGlaiditebendijo.—Enesecaso,seríauninsultohaciaellanohacerusodeél—reponeconuna
sonrisatriste—.Estoesloquedebohacer.Dejaquelohaga.Niegoconlacabeza.—Nonecesitasmipermiso,Blaise—ledigo—.Losdemásestabandeacuerdo
contigo.Eraismayoría.—Eso no importa —responde. Parece estar luchando consigo mismo, pero
luegocogemismanosentrelassuyasylasaprietaconfuerza.Supielestámásfebrilquenunca,peroyoledevuelvoelgesto—.Simepidesquenolohaga,noloharé.Esunaofertacruel,ypartedemí loodiapor formularla,porqueno tengo la
respuestacorrecta.Nopuedodarlemibendición,nitampocodetenerlo.—Túteconocesbien—ledigo,y fuerzounasonrisa—.Sicreesquepuedes
hacerlo,yotambiénlocreo.
Fantasmal
Cuandonuestro barco se adelanta al resto de la flota, la luna nos proporcionatodalaluzquenecesitamos.Heron,BlaiseyArtemisiaestánenlaproa,hombrocontra hombro, y observan el horizonte, donde tres barcos kalovaxianospatrullanporlacosta.Sørenyyoestamosdetrás,observandoyesperandoloquesolopodemosllamar«milagro».SørentienelamanoenlaempuñaduradesuespadaylosojossobreBlaise.No
necesitopreguntarlesiserácapazdecumplirconloquelehapedidoquehagasipierde el control: séquenodudará en cumplir con su cometido con lamismaseguridadqueséque,silointenta,harétodoloposibleparadetenerlo.«¿Inclusosiponeatodoslosdemásenpeligro?»,susurraunavozenmimente,
perolaaparto.Nollegaráatanto.Nopuedellegaratanto.Todoslostripulantesdelbarcoquenoestándeserviciosehanreunidodetrás
deSørenydemíparaobservarlosalostres,yparecequetodoscontenemoslarespiraciónalavez,aguardandoelmomentoenelquealfinpodamosexhalar.Heron es el primero en empezar, aunque lo único que nos lo indica son sus
hombros,quese tensandelesfuerzo.Sinembargo,elefectoempiezaanotarsede inmediato: se extiende por el barco y sobre todos nosotros. Siento unhormigueoenlapielcomositodoelcuerposemeestuviesequedandodormido,igualquesiemprequehausadosudonconmigo.Echounvistazodetrásdemíycompruebo que los demás también lo notan. Algunos se miran el cuerpo,asombradosyperplejosalverqueempiezaadesaparecerantesusojos.Sin embargo, la sensación no es tan fuerte como cuando Heron me hacía
invisible solo a mí. Él solo no es lo bastante poderoso para conseguir quedesaparezca todoelbarco.Pero,graciasa sudonyal amparonaturalquenos
proporcionalanoche,vernosdeberíaserimposible.Artemisia es la siguiente. Ella tiene un talento para el espectáculo del que
Heron carece. La multitud congregada detrás de mí ahoga un grito cuandolevantalosbrazosylasmareasseaceleran.Unasuaveneblinademagiafluyedesusdedoscuandodirigenuestrobarcohacialosnavíoskalovaxianosquehayenelhorizonte,másrápidodeloqueyocreíaposible.Alaluzdelaluna,cadaunodesusmovimientosparecelíquido,cadaondulacióndesusbrazosyespasmodesusmuñecassonejecutadoscomosielmismoocéanolahubiesedadoaluz.Esparecidoaverlalucharconunaespada.Lamultitudmurmura,asombrada.Nuestrobarcosurcaelmaratodavelocidad,
propulsado por una marea perfecta. El plan está funcionando, siempre queArtemisia consiga acercarnos lo suficiente antes de que Heron se debilitedemasiadoparamantener la invisibilidad.Eso es lo que no sabemos, la teoríaquenohemospodidocomprobarantesdeponerlaenpráctica.Todosereduceaesto.HemosdeacercarnoslosuficienteparaqueBlaisepuedahacerusodesudon.Unapartepequeñayestúpidademídesea,por subien,que fracasemos,que
Heronnoconsigamantenerlainvisibilidad,queloskalovaxianosnosdescubranynosveamosabocados aunabatallamenosmágica.Así, almenos,Blaisenotendríaqueusarsudon.Notendríaquearriesgarasísuvida.Pero mis oraciones no obtienen respuesta. Las mareas de Artemisia nos
impulsanvelozmentehacia losbarcoskalovaxianos, y el dondeHeron resistehasta el momento en el que Blaise da un paso adelante. Le tiembla todo elcuerpo.Se sacadel bolsillo el brazalete con las gemas incrustadasy lo agarraconfuerza.Reparoenque,peseasualardeanterior,tienemiedo.Doyunpasohaciaélsin
pretenderlo,peroSørenmeagarradelbrazoconlamanoquetienelibre.—Está haciendo algovaliente—medice en vozbaja, sin apartar la vista de
Blaise—.Noselorobesahora.Unaprotestasealojaenmigarganta.Sørentienerazón.Peseaquepreferiría
queBlaisefueseuncobardeysiguieravivo,enlugardeservalienteymorir,laelecciónnoesmía.Asíquehagoloúnicoquepuedohacer:observar.Heronretrocedetambaleándose,totalmentevacíodeenergía,yArtemisiabaja
losbrazosparaatraparloysostenerloenpie.Lamagiadelosdossedesvanece,peroyanolanecesitamos.Losbarcoskalovaxianosestántancercaquedistingolassiluetasdelosmarinerosquecorrenporlascubiertas,tancercaqueoigosusgritos de pánico. Es demasiado tarde, aunque todavía no lo saben. Pronto se
daráncuenta.Blaise se aferra a la barandilla del barco; su cuerpo se tensa como si lo
estuviesen partiendo en dos. En nuestra embarcación reina un silencio tal queoigocadarespiracióndelamultitudquehaydetrásdemí,cadaolaquerompecontra el casco, cada maldición kalovaxiana y cada orden que se grita en ladistancia.Levantaunamanoylaextiendehaciadelante,haciaelcentrodelbarco.Bajo
la fina telade sucamiseta, losmúsculosde suespaldase tensancomosialgoestuvieseintentandoescapardedebajodelapiel.Seoyeuncrujidoquecortaelaire como un trueno, seguido de otro, y de otro, cada unomás fuerte que elanterior. Unos segundos más tarde lo veo: el casco del barco kalovaxiano separte, y de él se desprenden tablones de madera que caen al agua con unchapoteo. La tripulación grita mientras el barco roto se hunde, y suena unacampana.Unaalarmaparaalertaralosdemásbarcosdequehayproblemas.Eldelaizquierdaeselprimeroenoírla.Intentaniralrescatedelprimernavío,
peroBlaise está preparado.Levanta la otramano hacia ellos. El poder que seabrepasoensuinteriorestanfuertequehadeapoyartodoelpesodesucuerpoenlabarandillaparamantenerseenpie.Puedooírsusresoplidosygruñidosdedolorinclusoporencimadelcorodedestrucción.—Esdemasiado—lecomentoaSøren—.¡Nopuedeseguir!Peroantesdequeterminelafrase,elsegundobarcoempiezaaromperseigual
queelprimero,ysusrestossehundenenelmarnegrocomolatinta.Hannaufragadodosbarcosenemigossinquenuestrobandohayaperdidouna
solavida.Essuficiente.PeronoloseráparaBlaise, loséantes inclusodequevuelva su atención hasta el tercer navío, que, a diferencia de sus más nobleshermanos,nointentarescatarlos.Huye.—Podemos dejarlos marchar —le propongo a Søren, pero él niega con la
cabezasinapartarlavistadeBlaise.—Podríanirabuscarayudayvolver—responde—.Nopodemospermitirnos
eseriesgo.Blaisetambiéndebedesaberlo.Ledalaespaldaalosbarcoshundidosydirige
casitodasuatenciónalquehuye.Letiemblanloshombrosalrespirarhondo,yluego levanta lasmanos una vezmás.Grita tan alto, de forma tan brutal, quepodríapartirelmismísimocieloendos.Elpoderquefluyedesusmanosyquese dirige a ellos no es un rayo de luz; es un tornado que azota el aire sindirección.Notienerumbo,peronoporelloesmenosviolento.Elbarcoquehuyesellevalapeorparte:seconvierteenpolvo,enunabriry
cerrar de ojos no quedan de él más que astillas. Sin embargo, nuestraembarcaciónno sale indemne: empiezaa romperseporvariaspartes.Lagentechillaysetiraalsuelocubriéndoselacabeza.—¡Blaise!—grito,peromivozsepierdeeneltumulto.Unpedazodelmástil
que se erige sobremi cabeza se rompe y cae haciamí.Me quedo paralizada,incapazdemovermehastaqueunbrazomeapartadegolpe.—¡Que todo elmundo vaya a popa, a los botes!—me dice Sørenmientras
desenvainalaespada.Locojoporelbrazoconelquelaempuña.—No—niego,ylapalabramesaledelasentrañas—.Nosabeloquehace,no
puedes...—Miraatualrededor,Theo.Nosvaamataratodos—contestaél,señalando
el resto del barco con la otra mano—. Me lo ha pedido y pienso honrar mipromesa.Tragosalivaconlosojosanegadosenlágrimas.—Pues déjame hacerlo a mí —le pido con voz temblorosa—. Se lo debo,
Søren.MiraaBlaiseyluegoamí.Trasunsegundo,asienteymeponelaespadaen
lasmanos.—Recuerda:confuerzaysinvacilar.Quesearápido.Asiento. Solo cuando me da la espalda para acompañar a los asustados
pasajerosa lapopadelbarcomedoycuentadequees lomismoquemedijo,másomenos,cuandolepuseaélunadagaenlaespalda.Me armo de valor y doy un paso haciaBlaise, que sigue apoyado contra la
barandilla mientras su cuerpo tiembla y sus músculos se estremecen consacudidas y espasmos. Heron y Artemisia están cada uno a un lado, ambosdemasiadoexhaustosporsuspropiosesfuerzoscomoparahacernadamásquemirarloygritarsunombre,peseaquesusvocessepierdenentreelabrumadorestrépitodelosdestrozos.La hoja es más larga de las que he blandido en mis entrenamientos con
Artemisia;arrastrolapuntaporlacubierta.Elbarcoseinclinahaciaunlado,metropiezo yme apoyo en la espada como si fuese un bastón para no perder elequilibrio,peroentonceselbarcoseinclinahaciaelotro.Acadapasoquedoyhacia Blaise, siento quemi cuerpo se desplaza a través de arenasmovedizas,peronoapartolavistadeélysigoponiendounpieanteelotro.OigoaArtemisia,quegritaminombreenladistancia,perodalasensaciónde
queestéamilesdekilómetros.Todopareceestarmuy lejos.Escomosienel
mundosoloestuviésemosBlaise,yoylaespadaquellevoenlamano.Un rayo se dibuja en el aire que nos separa. Alargo unamano y le toco el
hombro,esperandocontratodaesperanzaquesucedalomismoquelaúltimavezymicariciabasteparaliberarlodelamagiadeGlaidi,odeloqueseaquelohaposeído.Sinembargo,cuandovuelveelrostrohaciamíysusojosseencuentranconlosmíos,veoquetrasellosnoquedanadadeél.MerecuerdanmásalosdeHoa,vidriososysinvida,cuandosualmayahabíaabandonadosucuerpo.Memiraperonomeve.—Blaise—susurrosunombre.Lacubiertaempiezaapartirsebajomispies;lasesquirlasdemaderasepelan
comolapieldeunafruta.EstonoescomoloquesucedióenSta’Crivero.Allíquedabalosuficientedeél
como para que yo pudiera hacerlo resurgir, pero ahora es más magia quehombre, es inalcanzable, insalvable.Me trago las lágrimas que amenazan conderramarseyalzolaespadaconmanostemblorosas.Mesientocomosivolvieseaestar frenteaAmpelio,con lapuntade lahoja
contrasuespalda.Entonceslomatéparaahorrarlemásdolor,parasalvarmeamímisma,paramantenervivalarebelión.¿Acasonoesestolomismo?Cierrolosojosconfuerzaparaquenosemeescapenlaslágrimas.Séloque
debohacer:clavarlelaespadaenelpecho,confuerzaysinvacilar,talycomomehaindicadoSøren.Respirohondoymepreparo.Cojoconmásfuerzalaempuñaduradelaespada.Melanzocontraél.Algomearrancalaespadadelamanoylafuerzamearrojaalsuelo.Tardoun
momentoencomprenderquéestásucediendo,perocuandolohagoescomosieltiemposeralentizara.ArtemisiatienelaespadadeSørenenlamano;laagarradelahojaenlugarde
laempuñadora.Elbordeseleclavaenlosdedosyelhierroforjadosemanchaderiachuelosrojos.EmbisteaBlaiseconungritoguturalqueapenasoigoyelcorazónme da un vuelco en el pecho, pero en lugar de apuñalarlo, levanta lapesadaempuñaduradibujandounarcoenelaireyledaenlacabezacontodoelpoderquelequeda.Ambossedesplomanenelsueloyelbarcosequedaquieto.
ConBlaiseinconscienteylaamenazaneutralizada,evaluamoslosdañosqueha
sufridoelbarco.Porsuerte,sehanlimitadoalaszonasqueestabanmáscercadeél:lacubiertasuperior,losmástilesylasbarandillas.Bajocubiertahayalgunosagujerosdelosquesaleagua,perosonfácilesdearreglar.—Sin velas no podremos irmuy lejos—me diceArtemisia cuando viene a
informarmesobrelosprogresosquehanhecho.Nolohevistoconmispropiosojos. CuandoHeron y Søren han traído el cuerpo inconsciente deBlaise a sucamarote,hace treshoras, losheacompañadoynomeheapartadode su ladodesdeentonces.—No tenemos que irmuy lejos—le recuerdo, sin apartar la vista del rostro
inmóvildeBlaise—.Estamosapocomásdeunkilómetrodelacosta.Podemosirbordeándola.Además,tenemoslosbotes.Artemisiaasiente,miraaBlaiseyluegoamí.—Hemosenviadounmensajealosotrosbarcosysereuniránconnosotrosallí.
Larecaladadeberíatenerlugarenunahora.Alverquenocontesto,continúa:—Deberíasdescansarunpoco,Theo.Vaaserundíamuylargo—meaconseja
conuntonosorprendentementeamable.Sinembargo,suspalabrasmeirritandetodosmodos.—¿CreesquesoycapazdedormirconBlaiseenesteestado?—leespeto—.
Puedequenunca sedespierte,Art, y...—seme rompe lavozy respirohondoantesdeobligarmeacontinuar—.Ysino fuerapor ti,ni siquieraexistiríaesaposibilidad.Laconfesiónsaleenunsusurro,perosequedaflotandopesadamenteenelaire
quenossepara.Notocómoelcolchóncedecuandosesientaamilado.—Creoqueestássobrestimandotupuntería—contesta.Séqueestáintentandoquitarlehierroalasunto,peroapenasescucholabroma.—¿Cómosabíasquelodetendríasdejándoloinconsciente?—lepregunto.Ellasuspira.—No lo sabía —admite—. Lo supuse. Una suposición peligrosa y sin
fundamento.Sinohubiesefuncionado,habríahecholoquemehabíapedidoylohabría matado. Es solo que... merecía la pena intentarlo. No quería... —seinterrumpeyhaceunapausa—.Noqueríaperderaotrapersona.—Yo tampoco—contestomientras niego con la cabeza—.Pero eso no hizo
quenointentasematarlocuandollegóelmomento.Artemisiamesorprendetocándomeelhombro.—Habíamásvidasenpeligro,Theo—diceconunasuavidadpocopropiade
ella—.Haspuestotupaíspordelantedetucorazónyesonoesalgoquedeba
avergonzarte.Blaiselohabríaentendido.Asiento,aunquesuspalabrassemeclavanbajolapielcomounaastilla.Porquesí,Blaiselohabríaentendido.Peroéljamáshabríahecholomismosi
yohubieseestadoensulugaryélenelmío.
Blaise abre los ojos un momento después, y en ese instante se relaja toda latensiónquemeoprimíaelcorazón.Parpadeadosvecesysusojosmarrónoscurosedetienensobremí.—Theo...—dice,yminombreescomounaoraciónensuslabios.Veocomo
los recuerdos regresan a su mente. Yame lo había contado cuando perdió elcontrolenSta’Crivero:puedeverlotodo,aunquesientequenoestáensupropiocuerpo.—¿Estántodosbien?—pregunta.—Nohahabidovíctimas—leinformo,yélrelajaloshombros,aliviado—.Y
hemos podido reparar los daños que ha sufrido el barco con facilidad. Prontollenaremoslosbotesparairhacialaorilla.Asiente y se sienta, no sin esfuerzo. Espero a que me pregunte qué ha
sucedido, cómoesposibleque siga convida.Si se acuerdade todo loquehapasado antes de que se quedase inconsciente, debe de acordarse demí con laespadaen lamano.Veo lacertidumbrereflejadaensusojos,en la inseguridadquemuestraalmirarme.Veolapreguntaqueseformaensuslabiosantesdequedecidaquenoquieresaberlarespuesta.Sacudelacabezacomosiintentaseaclararselasideas.—¿Haynoticiasdelosdemásbarcosqueesperamos?¿Delosvecturianosylos
gorakíes?—preguntaparacambiarauntemamásfácilypragmático.—No —respondo—. Pero vendrán. Y, aunque tarden, tenemos guerreros
suficientesparaaguantarhastaquelleguen.Sequedaensilenciounsegundoyluegodice:—¿Porquéconfíasenél?Lapreguntamecogepor sorpresa,peroesevidentequehacía tiempoque le
rondabaporlacabeza.—EntiendoqueconfíeseneljefeKapil—continúa—.Lehicisteunfavoryte
loestápagando.Pero¿Erik?¿Quéquiere?Nisiquieraloconocesdeverdad,¿noesasí?—Quiere lomismo que nosotros—contesto—. Lomismo que esperábamos
que quisieran los refugiados. Reconstruir nuestros países. Formar un hogar y
proteger a la gente que queremos. Y venganza, por supuesto. —Siento unaopresiónenelpechoalpensarenHoa.Eriktodavíanolosabe.Heronseofrecióaescribirlelanoticiaatravésdelapiezadeoro,perolepedíquenolohiciera.Haycosasqueesmejordecirenpersona.Blaise se echa a reír, pero sin mucha alegría. Hace una mueca, como si se
hubieseprovocadoundolordecabeza.—Venganza—repite,apoyándoseenelcabezaldesuestrechacama—.Noes
lamáspuradelasmotivaciones,¿nocrees?Suspalabrasmemolestan.—Lapurezadelasmotivacionesnoimporta.Loqueimportaessufuerza,yno
haymotivaciónmásfuertequelavenganza—replico.Élmemiraunlargorato.—Pareceunamaneramuykalovaxianadeverlascosas—observaalfin.Yahí
está:unacrítica,unaacusación.Blaise estabadispuesto amorir, estabadispuesto aqueSørenoArtemisia le
hundieranesaespadaenelpechoyacabasenconsuvida,porqueformapartedequienessonydeloquehacen.Peronodemí,nuncadebíseryo.Meencojodehombrosyapartolavista.—Quizálosea—respondoenvozbaja—.QuizáporesoErik,Sørenyyonos
entendemostanbien.Alostresnoseducóelkáiser,sibiendedistintasformas.No le desearía esa educación a nadie, pero no creo que se pueda decir deningunodelostresqueseamosdébiles.No es una disculpa, pero después de lo queme ha dichoArtemisia, no soy
capazdedisculparme.—Tepedíquenotearriesgaras,Blaise—continúo,sinpodermirarloalosojos
—.Pero tú insististe.Tú,Artemisia,HeronySøren.Pensasteisquemerecía lapena,quizátodavíalopenséis.Perohasestadoapuntodematarnosatodosyyohabríahecholoquefuesenecesarioparasalvarnos.—LepedíaSørenquelohicieraporunarazón—expone,convozbajaydura
—.Élyatieneunalmaoscura;hamatadoantesy...—Yyotambién—lointerrumpo,sobresaltándolo.—Noeslomismo.Ampelio...—Es exactamente lo mismo—digo con vozmás firme—.Maté a Ampelio
parasalvarmeamímismayparasalvaralarebelión.Estavezhabíalomismoenjuego,einclusomás.Habríamosperdidocientosdevidassihubieseesperadounosminutosmás.Antes intenté traertedevuelta,peroestabas idoynopodíaesperarmás.Asíquehice loque teníaquehacer, y si tú sigues insistiendoen
arriesgartuvidayladelosdemás,lovolveréahacer.Sequedaensilenciounosinstantesysemiralasmanos.—¿Me tienesmiedo,Theo?—pregunta envoz tanbajaque casi no looigo,
pesealsilencioquereinaenelcamarote.Abrolabocaparanegarlo,perolavuelvoacerrardeinmediato.—Sí—lecontestoconsinceridad—.Tetengomiedo.Estádolido,peronosesorprende.—Losiento.Esoesloúltimoquequiero.—Losé—convengo.Partedemíquiere estrecharle lamano,perounaparte
mayorsecontiene.Intentoinventarunaexcusaquelojustifique,perolaverdadesquenoquierotocarlo.Noquierosentirsupielardiente,nimirarloalosojosyverlotalycomoestabahaceunashoras,cuandonoeramásqueunrostrovacíoyunpoderterrorífico.Undesconocidoconelpoderdematar.Sí,letengomiedoynosécómonotenérselo.—Tepidoquemañananoparticipesenlabatalla—ledigo.Notoqueseletensatodoelcuerpo,peronomemira.—Yahas visto el poder que tengo,Theo. Imagina lo que podría hacer en el
campodebatalla.Losdiosesmehanconvertidoenunarma,ytienesqueusarmecomotal.Niegoconlacabeza.—Harásdañoademasiadosinocentesenelproceso.Blaiserespondeconlosdientesapretados.—Losdiosesnolopermitirían.—Quizápodríahabercreídoenelloantesdeloquehasucedidohoy—replico
—. Cuando recuperemos la Mina de Fuego, tomaremos la Mina de Tierra yrezaremosatodoslosdiosesparaqueallíhayaalguienquesepaquéhacer,cómoentrenarte para que aprendas a usar este don sin hacerte daño ni a ti ni anosotros.—Eresmi reina, Theo—contesta en voz baja—. Podrías ordenarme que no
participara.—Ya losé—admito—.No lovoyahacer.Pero te loestoypidiendo,ycreo
queharáslocorrecto.Semequedamirandounmomentomásconunaexpresióninescrutableyluego
asienteconbrusquedad.Cuando le dejo solo en el camarote y cierro la puerta tras demí, exhalo un
suspirodealivio.
Preparados
Losbotesnos llevanhasta lasorillasdeÁstrea.Nos llevanacasa.Aunquehaestadogobernadapormisenemigosdurantelamayorpartedemivida,alverlase me llena el corazón de alegría. Esas costas rocosas, las colinas verdes yonduladas que hay detrás, el cielo nocturno que se apaga poco a poco...Todoelloespartedemí,esmásprofundoque loshuesos, losmúsculoso lasangre.Ástreaesmíayyosoysuya.Hacenfaltaunadocenadeviajesparatrasladaratodoslosguerreros,siesque
selespuedellamarasí.AunqueSørenyArtemisiadicenquedurantelasúltimasdos semanas han entrenado bien, no dejan de ser civiles: son panaderos,profesores,alfareros...Algunosdeellostienenedaddeserabuelos,mientrasqueotros son jóvenesdehasta catorce años.Niños.O, almenos, eso serían enunmundo diferente, un mundo más justo. Todos ellos han querido luchar, hanentrenador con ahínco y se dirigen ahora a esta batalla conscientes de que esmuyposiblequenosalgandeellaconvida.Cuandoestotermine,seacomosea,habrátodavíamássangreenmismanos.
Loshabrématadoalmandarlosaestaguerra.—¿Cómo lo hacías? —le pregunto a Søren desde nuestro sitio. Estamos
sentados en unmontón de rocas desde donde observamos cómo los guerrerosforman filas.Élmemiraconelceño fruncido,asíquese loaclaro—.Cuandocomandabas batallones. Sabías que no todos sobrevivirían, incluso cuando losllevabasaunabatallaqueestabassegurodeganar.Sabíasquehabríabajasfueracualfueseelresultado.¿Cómopodíasmandarlosaluchardetodosmodos?Sequedapensativounos instantes,mientrasmira fijamente las tropasque se
forman.Suexpresiónesinescrutable,estátalladaenmármol.Hubountiempoen
elquepensabaqueélnoeramásqueeso,unacáscaraduraysinsentimientos,pero ahora sé que no. Sé que esa expresión es una suerte de armadura que seponecuandosesientevulnerable.—Supongoquenuncameconsiderésulíder,nisiquieracuandodabaórdenes.
Mis hombres y yo éramos un equipo y los respetaba lo suficiente como paracreer que conocían los riesgos y que estaban tomando una decisión. Y larespetaba.—Pero tú luchabas junto a ellos. No les pedías nada que tú mismo no
estuviesesdispuestoadar.Sinembargo,yolesheordenadoqueluchenmientrasme quedo mirando desde una distancia segura. —Me resulta difícil que laamarguranomeimpregnelavoz.Busco aArtemisia entre lamultitud. Sumelena azul destaca entre todos los
demás.Gritaórdenesyorganizaatodoelmundoengruposyfilas.Enotravida,¿podríahabersidotanfieracomoella?¿Podríahabermeenfrentadoaunabatallayabrirmepasoagolpedeespadaatravésdeunmardeenemigos,consusolturayconsugracia?Supongo que ese camino existió en algún momento para mí, pero hace ya
tiempoquedesapareció.—Tesiguena ti,Theo—diceSøren—.Nopuedes luchar juntoaellos,pero
puedesserlalíderquenecesitan,yparaserlodebesrespetarladecisiónquehantomado. Tú debes mandarlos a la batalla y hacer todo lo posible para que lamayoría de ellos vuelvan con vida.Y luego tienes que honrar a los caídos lomejor que puedas, y continuar con la lucha por unmundo en el que estaríanorgullososdevivir.Ambosnosquedamosensilenciounosinstantes.Creoquehaterminado,pero,
justocuandomedispongoadarlelasgracias,vuelveahablar.—Enrealidad,yonuncahiceeso—admite—.Losmandabaalabatallaylos
respetaba,esosíesverdad,peronocreoquejamásloshayahonradotalycomome hubiera gustado. Al fin y al cabo, nunca luchamos por nada en lo quecreyéramos.Íbamosalaguerrapormipadre,porqueélloordenaba.Moríanporsuavariciaysuseddesangreyyolopermitía.Esaculpaesmíaycargaréconellaparasiempre,perotúno.Seme hace un nudo en la garganta. Aunque aprecio sus palabras, no estoy
segura de que sean ciertas. Aunque ganemos, aunque consigamos recuperarÁstreaydestruiraloskalovaxianos,nocreoquejamásllegueeldíaenelquenome sienta culpable por cada una de las vidas que he perdido:Ampelio,Elpis,Hylla,Santino,Olaric,elarchiduqueEtmondyHoa.Ellos fueronelprincipio,
perocuandoacabeeldíadehoyyanoserécapazderecitartodossusnombres.«Esporelbiencomún»,merecuerdo.Lasmuertesdeunospocosporsalvara
lamayoría.EnÁstreahaymuchagenteesclavizada,muchaspersonasalasquepodemossalvar,peronosinestesacrificio.Pensar eso me hace sentir mejor, pero solo durante un instante, antes de
recordar que «el bien común» era como el káiser justificaba lamuerte de sussoldados.MevuelvohaciaSøren.—¿Tesiguepreocupandoserigualquetupadre?Apartalavistadedelejércitoymemira,pensativo.—Notantocomoantes,perosí,amenudomepreocupa—admite—.¿Porqué?Niego con la cabeza y aprieto los labios, como si así pudiera retener las
palabras,perosemeescapandetodosmodos.—Avecesyotambiénpiensoquesoycomoél.Mehamarcado,nosoloenmi
cuerpoyenmimente,tambiénenmialma.Avecesmepreocupaquemehayamoldeado.Arquealascejastantoquecasidesaparecenenelnacimientodelpelo.—Theo—mediceenvozbaja—.Nuncaheconocidoanadiequeseparezca
tanpocoamipadrecomotú.Elhechodequeesotepreocupe,dequetesientasculpable por mandar a tu pueblo a una batalla necesaria, solo lo demuestratodavíamás.—Pero...Meacallacogiéndomedelamanoyestrechándolaconfuerza.—Túnoeresquieneresdebidoamipadre.Eresquienerespeseatodoloque
tehizo,peseaqueintentóretorcertehastaconvertirteenalguiendistinto.Noleatribuyaselméritoaél.Sus palabras sirven de poco para aligerar el pozo negro que empieza a
adueñarse demi estómago, perome alegra oírlas de todosmodos. Le doy unapretónenlamano.—Tampocoesméritosuyoquetúseasquieneres,Søren—contesto.Élesbozaunamediasonrisaquenosereflejaensusojos.Supongoque,enrealidad,ningunodelosdoscreealotro.
Cuandoelsolnoesmásqueunalíneaenelhorizonte,mepongodepieantelastropasformadasenlaorilla.Mesientopequeña,peronopuedopermitirquesemenote, así quemeyergo todo lo altaque soye inspeccionoamisguerreros
comosideverdadmerecierasersucomandante.Habloconvozfirmeparasonarregiaysegurademímisma,comoalguienquemerecesulealtad.—Quierovolveracasa—empiezo—.Séquetodosvosotrosqueréislomismo,
sin importar cuál sea vuestro hogar.Y también sé quemuchos de vosotros notenéis un hogar al que volver, porque ya fue destruido por el paso de loskalovaxianos, ya lo arrasaron por completo, hicieron que vivir allí fueseinsostenible.Gorakimedaesperanzasdequelavidatrasunasedioesposible,de que vuestros países pueden ser reconstruidos. Y, si ese no es el caso, osofreceréunnuevohogarenÁstrea.Hagounapausaantesdecontinuar.—Hoy empieza nuestro triunfo contra los kalovaxianos—afirmo—.Hoy les
decimos que ya nos han pisoteado durante bastante tiempo, que nos hanarrebatado demasiado, que han destruido demasiado.Hoy les decimos basta yempezamosavengarnos.Seoyenvítoresentrelamultitud,ymeyergomástodavía.—Hoylesvamosaenseñardequépastaestamoshechos.¡PorÁstrea!—grito
—.YporGoraki,Yoxi,Manadol,Tiava,RajinkayKota.Hoynosponemosdepiejuntosylesenseñamosaloskalovaxianoslomuchoqueseequivocabanalpensarqueéramosdébiles.Estavez,losvítoressonensordecedores.
Losberserkers
La batalla empieza cuando el sol sangra en el horizonte. Se oyen gritos desorpresa,campanadasdealarma,metalchocandoconmetalyalaridosdedolor.Todo reverbera en las montañas que rodean el campo, y llega diez vecesamplificadoalacolinadesdelaqueobservo,flanqueadaporSørenyBlaise.No nos podemos acercar demasiado, pero la batalla puede cambiar en un
instanteydebemosestarlosuficientementecercacomoparavariarlaestrategiaypoder enviarunmensaje aArtemisiay aHeron.Hemosdeestar lobastantecercaparaordenarunaretiradasiesnecesario.No subimos demasiado alto, ya que ninguno lleva el atuendo adecuado para
escalarunamontaña.Yomehepuestootravezelvestidorojo,elmáspropiodereinaque tengo,mientrasqueBlaiseySøren llevansupesadaarmaduraporsilesnecesitanenelcampodebatalla.Nocreoqueseaelcaso,aunqueaningunolegustaquedarsealmargen.Incluso yo debo admitir que no es fácil quedarse mirando sin hacer nada.
Tenemos más guerreros que ellos, más de los que están preparados paraenfrentar. Bajo la neblinosa luz del alba, hemos cogido a los kalovaxianosdesprevenidos.Duranteunmomentoestamosganando;nuestroprecarioejércitoestá liquidando a guerreros entrenados y avanzando hacia la mina y elcampamentoquehayallado.Sinembargo,esemomentoterminaantesdequeelsolseseparedelhorizonte.Søren tenía razón: los kalovaxianos son lo suficientemente hábiles para
compensar la discrepancia en los números. Luchan con una precisión y unafuerzaquedelasquenuestrosguerreroscarecen.Sinembargo,creoqueSørennoestabapreparadoparalaenergíadenuestroscombatientes,paralarabiayla
desesperación que alimenta cada uno de susmovimientos y que los hacemásenérgicosyferocesdeloqueseesperadeellos.—Luchancomosisupieranquenovanasobrevivir—observaSørendesdemi
derecha,conlavozteñidadeasombro.—Luchancomosinolesimportasesobrevivirono—locorrigeBlaisedesde
elotrolado.Cadavezqueunodenuestrosguerreros cae, algo se retuerce enmi interior.
Lasprimerasvecesquesucederecitounaoraciónalosdioses,peroprontosondemasiados, demasiada sangre, demasiados cuerpos. Pronto se hace difícildiscernirquiénluchaparaquién.Sin embargo, estamos avanzando. La batalla se acerca a la mina y las
dependenciasdelosesclavoscentímetroacentímetro.Ambosestánrodeadosdepuertasdehierroforjadoconbarraconesparalosguardiasenelperímetro.Desdenuestraposiciónestratégicanosevemuchodelasdependenciasdelosesclavos,solotejadosplanosdehojalataydelgadasespiralesdehumo.«Suobjetivo seráproteger sus recursos: laminay los esclavos—dijoSøren
mientras planeábamos nuestro ataque—. Sabrán que vamos a liberarlos, ytambiénque,cuandoloconsigamos,habránperdidolabatalla.»Y tenía razón. Los kalovaxianos rodean el perímetro de la mina y las
dependenciasynoceden,inclusosiesoimplicaperdersusbarracones.Mientrasnuestro ejército los cerca, unos cuantos guerreros kalovaxianos entran en unedificioquenohabíavistoalprincipio.Espequeñoybajo,yestáseparadodellugar donde se alojan los esclavos y casi oculto tras lamina. La valla que lorodeatienepinchosenlapartesuperior,yelmetalbrilladeformaextrañabajolaluzdelsolconunresplandorrojoanaranjado.LamiradadeSørensedirigeadondelamíaytragasaliva.—EshierromezcladoconGemasdeFuegoaplastadas—afirma—.Unnuevo
descubrimiento; nunca lo había visto implementado en tanta cantidad. Esincreíblementecarodehacer.Noséquéguardaránahídentro,perodebedesermuyvalioso.—Quién, y no qué—lo corrige Blaise, y señala con la cabeza la puerta de
entrada del edificio. Los guardias han vuelto a salir, pero no van solos. Diezastreanosvantrasellos,tambaleándose,concadenasquelessujetanlostobillosyquehacenquesuspasossean lentosypesados.Seencogencuandolesda laluzdelsolylevantanlosbrazosparaprotegersedesusrayos.Sonastreanosvaliosos,paracuyaprotecciónloskalovaxianosgastaríanmucho
dinero.Aunqueno,noesexactamenteparaprotegerlos.
—Berserkers—digo,apenasenunsusurro.Blaisemeda lamanoyestavezcasi no noto lo caliente que tiene la piel. No puedo apartar la vista de esaspersonas.—Sabíamos que esto era una posibilidad, Theo —me comenta—. Estamos
preparados.Asiento,porquenoconfíoensercapazdehablar.Esciertoquesabíamosque
era probable que los kalovaxianos utilizaran a los berserkers que tenían en lamina,yesciertoque tenemosunplanparahacerles frente.Limitará losdañosquepuedancausaranuestroejército,perono los salvará.Yaunque séquenohayformadesalvarlos,semehaceunnudoenlagarganta.—Nopuedomirar—confiesoenvozbaja.—No tienes que hacerlo—contestaBlaise.Veo por el rabillo del ojo que él
tambiénhaempalidecido.—Pero deberías—interviene Søren. Traga saliva y se obliga a no apartar la
vistadelaescena.Entoncesmedoycuentadequeéleselúnicoquesabequéestamosmirando.Eselúnicoqueyahavistoalosberserkersenacción.—Notieneporquémirar—leespetaBlaise—.Creoquepuedeimaginárselo
perfectamentedespuésdehaberoídoloquetúhicisteenVecturia.Sørentieneladecenciademostrarseavergonzado.—Esimportanteentenderlo—declaraconfirmeza—.Verlo.—Esonoservirádenada—replicaBlaise,perohayunmatizdemiedoensu
voz.Letiemblalamanoconlaquecogelamía,yelaireasualrededorhierve.Leaprietoalamanoyelairesecalma,perosigueconlosojosmuyabiertosytemerosos.Entonceslocomprendo:noquierequelovea.Noquierequeveacómomorirá
sieseessudestino.Ynocreoqueélquieraverlo tampoco:es fácilaceptar lamuertecuandoesalgoabstracto,peroestoyseguradequeesmuchomásdifícilcuandoveselprocesocontuspropiosojos.—Theoesmásfuertedeloquecrees—insisteSøren.Sutononoesmordaz,
peroBlaiselointerpretaasí.Sevuelvehaciaélconlamiradacolmadadeodio.—Yasélofuertequees—leespetaconvozbajayamenazante—.Yalosabía
cuandotúpensabasqueeraunadébilflorecillaquenecesitabatuprotección.Sørennoresponde,perotensalamandíbula.Sellevaunamanoalaespadaque
lleva envainada en la cadera. Sé que ha aceptado la responsabilidad deArtemisia,quetieneinstruccionesrespectoaquéhacersiBlaiseseconvierteenunpeligroparanosotros.Solopensarlomeponeenferma.SørendebededarsecuentadequeBlaisesoloestáenfadadoynoespeligroso,porquedejalamano
quieta.—Ahora mismo creo que es una persona que puede tomar sus propias
decisiones—reponecontonoestable.Trago saliva y me obligo a mirar de nuevo el campo de batalla, a los diez
astreanosalosqueestánquitandolascadenas.Deliran,setambaleanytropiezancadapocospasos.Aunodeelloslefallanlaspiernasysecaealsuelo,perounodelosguardiasloobligaaincorporarsedeuntirón.—Están drogados —explica Søren en voz baja—. Así siguen siendo
manejables,ymásdispuestosaseguirórdenes.Loscomandanteskalovaxianoslesponengemasenlamano,queellosaceptan
conganas,igualqueunhombresedientoaceptaríaelagua.«Para llevarlos al límite», recuerdo que dijo Erik cuando me habló de los
berserkers.Sinembargo,nomedescribióelefectoque lasgemas teníansobreellos.Cuando las tocan,escomosialgoensu interiorvolvieraa lavida,algosalvajeeinhumano.Elairequelosrodeaseaviva.Conlasgemasenlamano,losberserkersdanunospasosvacilanteshaciami
ejército.Susmovimientossiguensiendolentosporelefectodelasdrogas,peroahora desprenden una energía antinatural. Dan sacudidas como si fuesenmarionetasmovidasporfuerzasinvisibles.Mi ejército vacila.No importa queya supiéramosque era probable que esto
sucediera, que todo el mundo haya recibido instrucciones al respecto. Noimporta que unas pocas docenas de guerreros tengan los arcos y las flechascolocados y listos para este preciso momento. A la hora de enfrentarse a él,dudan,ynopuedoreprochárselo.Alfinyalcabo,lasfigurasqueseacercanaellos no son berserkers. Eso es una palabra kalovaxiana para un conceptokalovaxiano.Nosonarmas,sinopersonas,personasenfermasquenecesitanunaayudaquenopodemosdarles.Solopodemosofrecerlesclemenciaenformadeflechaenelcorazón.—Disparad—murmuraBlaise sin aliento y sin despegar la vista de ellos—.
Disparadya.Søren,encambio,permaneceensilencio,conlamiradafijaenlaescena.Porfindisparanunaflechaqueseclavaenelcentrodelpechodeunhombre
berserker. Él la mira despacio, ralentizado por el efecto de las drogas. Sedesplomaenelsuelocomosiseestuviesehundiendoenelagua,ynoenelaire.Esedisparo rompeel hechizoy lo siguenotras flechas.Algunas fallan, pero
otrasalcanzansuobjetivo.Losberserkersvancayendounotrasotro;lasgemassecaendesusmanosysealejanrodandosinhacerdañoanadie.Loscuentoa
medidaquemueren,ymedaunvuelcoelcorazóncadaunadelasveces.Todosmuerenconmisericordia,hastaquesoloquedauno,unaniñaquenotendrámásdeochoaños.Arrastralospiescomosisehubieseolvidadodecómocaminar,yaunque estoy demasiado lejos para discernirlo con claridad, creo que estállorando.Las flechas se detienen, pero ella no. Da un paso y luego otro, y cruza el
campoqueseparalosdosejércitos.Sufiguraestandiminutaquecasinoseve.Incluso Blaise está en silencio ahora, aunque sé que todos lo estamos
esperando. Esperamos que una flecha llegue volando hasta el objetivo,esperamosquealguientermineconesto,quealguienacabeconsudesgracia.Peronadielohace.Nadieescapaz.Laniña llegaa lavanguardiayseparaenseco.Depie frentea losmilesde
guerreros armados parece todavíamás pequeña. Sin duda, demasiado pequeñaparahacerdañoanadie.Misejércitosretrocedentanrápidocomopueden,peroparamuchosnoessuficiente.Algoestalla.Ellaestalla.Unmomentoestáahí,unaniñaasustadayllorosa,y
alsiguienteesunaboladefuegoqueengulleyardasenterasdetodoloquehayasualrededor.Todosgritanalarder,peroellaesquiengritamásfuerte.Doyunpasoatrásyhedehaceracopiodetodamifuerzadevoluntadparano
apartarlavista,paranodejardemiraresaespantosaescenahastaquetermina,y,dealgúnmodo,loconsigo.Sigomirando,inclusocuandosientoquemematará.Elfuegoseapagatanrápidocomosehaencendido,yloúnicoquequedaesun
círculodequincemetrosdehierbaabrasadayunostreintacadáverescalcinados,incluyendounoqueesdemasiadopequeño.Voyavomitar.Mellevounamanoalabocayrespiroporlanarizhastaquese
mecalmaelestómago.—Podríahabersidopeor—diceSørenenvozbaja—.Podríahabersidomucho
peor.Séquetienerazón,pero,aunasí,hedelucharcontraelimpulsodeabofetearlo.Erikmehablódelosberserkers,mecontóloquesucedía,enquéseconvertían,
peronadapodríahabermepreparadoparalarealidad,paralasalvajehumanidaddelaspersonas,parasusllantoscuandoseenfrentanalamuerte.Mi ejército está tan impactado como yo y tardan en responder, pero los
kalovaxianosno.Aprovechannuestravacilaciónpara atacaryganan laspocasyardas que tanto habíamos luchado por ganar, antes de que mis soldados serecompongan.Perocuandocontraatacanestánmásenfadadosquenunca.
Labatalla
Labatallaprosigueconfuriadurantehoras,peroyanohaymásberserkersymesientoagradecidaporello.Séquetardarémuchotiempoencerrarlosojosantesdedormirsinveraesaniñallorosaenmispesadillas.Nosoylaúnicaqueestáafectada:Blaisenohapronunciadopalabradesdeentonces,aunqueahorapareceque,contratodopronóstico,estamosvenciendo.Elprogresoeslento,hemosdelucharporcadacentímetroqueganamos,perovamosavanzando.Cuando el sol brilla en lo alto del cielo llegamos a las dependencias de los
esclavos y unas pocas docenas de guerreros entran para liberarlos. Todavíaquedankalovaxianosqueluchancontodassusfuerzas,quizáunpardecientos,peroimaginoqueserendiránencualquiermomento,sobretodounavezseunanalcombatelosesclavosquequieranluchar.Portestarudosqueseanlossoldadoskalovaxianos,sabenreconocerunacausaperdidacuandolatienendelante.—¿Deberíamos empezar a bajar?—pregunto, pero Søren levanta unamano
conelceñoprofundamentefruncido.—Algonovabien—dice,mientrascontemplalatodavíaferozbatallacomosi
fuese un rompecabezas que no consigue resolver—. Ya deberían haberserendido.Notienesentido.—Haceunapausayselevatodoelcolordelacara—.Anoserquesepanquevienenrefuerzos.Niegoconlacabeza.—Esoesimposible,Søren—respondo—.Lossoldadosmáscercanosestána
díasdedistancia.Esimposiblequelleguenatiempo.Fruncemáselceñomientrasobservaelhorizonte,peroesBlaisequienalfinal
señalaalesteconundedo.—Allí—susurraconvozronca.
Miro donde señala y seme cae el alma a los pies.Allí, serpenteandopor lacordillera,seveotroejércitovestidodelrojokalovaxiano.—Notienesentido—digo,másparamímismaqueparaellos.Sørenaprietalosdientes.—ElreyEtristoavisóamipadre—adivina—.Eslaúnicaexplicaciónquese
me ocurre.Ató cabos, descubrió adónde nos dirigíamos y lo avisó. Tardamosbastanteenllegarhastaaquí.Unbarcorápidohabríapodidollegaralacapitalenlamitaddeltiempo.Mesientocadavezmásdesesperanzadamientrasobservoa las tropasquese
acercan,unlazorojodeaspectointerminabledesoldadosqueavanzanporentrelasmontañas.—¿Cuántoscreesquehay?—lepreguntoaSøren.Élmemirasinparpadear.—Demasiados.Asiento.Yameloesperaba,peroaloírlomeentranganasdevomitarotravez.—Tenemosqueretirarnos—decido—.Hemosliberadoalosesclavos,coneso
basta.Siguesiendounavictoriaynotenemosotraopción.Sinosquedamosnosmasacrarán.Sørenasiente,peroBlaiseesmásrápidoycorrealotroladodelacolina,hacia
elmar.Sehacesombraenlosojosparaprotegersedelsol.—Esperadunmomento—ordena—.Vienenbarcosennuestradirección.Semevuelveacaerelalmaalospies.—¿Barcos kalovaxianos?—pregunto, intentando mantener la calma. Si nos
tienenrodeadosportodaspartes,estamosacabados.Nohabremosperdidosolounabatalla,lohabremosperdidotodo.—No —responde Blaise al cabo de un momento que se me hace eterno.
Levantalavoz—.No,esassonbanderasgorakíes.¡Erik!Doygraciasatodosmisdiosesymeapuntomentalmentepreguntarlea
Erikporlossuyos,paradarleslasgraciastambién.—Y...—continúa Blaise,mirando en otra dirección—.Y haymás. Algunos
barcostienenbanderasvecturianas,y,Theo...CreoquetambiénatisboaVenenodeDragón.Me fallan laspiernas;mehabría caídoal suelodeno serporSøren,queme
sujetaconunamanoenelhombro.Tardounmomentoendarmecuentadequemeestoyriendo.Esunarisahistéricaydelirante,peromeríodetodosmodos.—¿Seránsuficientes?—lepreguntoaSøren.—Condoscamposderefugiadoshabremosreclutadomásomenoscuatromil,
más los guerreros que todavía tenemos, más los esclavos que acabamos deliberar,unosdoscientosvecturianosyla tripulacióndeVenenodeDragón...—enumera, mientras calcula mentalmente. Tras unos instantes, asiente—. Esposible.—Todavía podemos escapar—nos recuerda Blaise—. Podemos irnos todos,
reagruparnosyatacarotramina.Niegoconlacabeza.—Eso es lo que el káiser espera que hagamos —respondo—. Espera que
escapemosdeél,estáacostumbradoaquelagentehuya.Yseasegurarádequenotengamosotraoportunidaddeavergonzarlodeestemodo.Esahoraonunca.Blaiseasienteconmiradasombría.—Voyaavisaranuestroejército.Lesinformarédeloqueestápasandoyles
diréquearmenalosesclavosliberadosoquelosllevencuantoantesaunlugarseguro.Abrolabocaparaprotestar,peroséqueeslamejoropción.Yonopuedoir,y
si Søren aparece por allí con su pinta de kalovaxiano, es probable que acabemuertoantesdequemiejércitosedécuentadequenoestáconelenemigo.—Vuelveenseguida—lepido.Blaisesequedamirandolabatallaconelsemblanteserio.—No—dice,envozbajaperoclara,pesesinmirarme.Sientoquelapalabra
reverberaenladistanciaquenossepara,perocreoquesolomeloimagino.«No.No.No.»Derepente,reparoenqueBlaisenuncamehabíadichoeso.A
menudonoestádeacuerdoconmigo,ysueleargumentarsupuntodevistahastaque llego a lamismaconclusiónque él, peronuncamehabíanegadonadadeformatajante.—Blaise—digo, y doyunpasohacia él—.Después de lo que acabamosde
ver...—Despuésdeloqueacabamosdever,sémásquenuncadóndedeboestar.—
Lodiceenvozbaja,perosutonoesdeacero—.MequedarécercadeArtemisia.Si parece que pierdo el control, confío en que tome la decisión adecuada:matarmeodejarquemateatantosdeelloscomopueda.Doyunpasomáshaciaél,lepongolasmanosalosladosdelacarayloobligo
amirarme.—Blaise, no puedes hacerlo. No lo harás. Te lo ordeno. Te ordeno que te
quedesaquí.Comotureina,teloordeno.Noparezcolareinadenadie;medoycuentamientraspronunciolaspalabras,
pero en estemomento no lo soy. Solo soy una chica asustada rogándole a un
chicoalqueamaquenolaabandone.Loodio,peronopuedoparar.Blaisetragasalivaconlosojosclavadosenlosmíos.—No.—Parecematarlodeciresapalabra.Semeaneganlosojosenlágrimasyparpadeoparalibrarmedeellas,furiosa.
Nopiensopermitirquemeveallorarporél.—Silohacesnoteloperdonaréjamás—leespetoconrabia.Élapartalavista.—Yalosé—admiteenvozbaja,ymiraaSøren,detrásdemí—.Yasabesqué
tienesquehacersivesquevamosaperder.Aunquelaposibilidadseamínima.—Lallevarédevueltaalbarco—leprometeconvoztensa.Blaise asiente y se libera de mi abrazo con gentileza. Me mira durante un
instantequesemehaceeterno.—Teamo,Theo—dice.—Simeamarasnoharíasesto—leespeto,cadaunadelaspalabrastanafilada
comolapuntadeunadaga.Élretrocedecomosimispalabraslehubierancausadodañofísicoyentonces
medalaespalda.Mientrasbajalamontañanomiraatrásniunasolavez,aunqueestoysegurade
quemeoyegritarsunombrehastaquellegaabajo.
Erik yVenenodeDragón llegan apenas un instante después que los refuerzoskalovaxianos,ycuandolas tropasseenfrentanseproduceunacacofoníacomosalidadeunapesadilla.Elmetalrepicacontraelmetal,losalaridoscortanelaireylosgritosdelabatallasemezclanyseconfundenhastaqueyanoestoyseguradequiénlosprofiere.Todorebotayreverberaenlasmontañas,rodeándome.Laescena que se despliega ante mis ojos es una nube de cuerpos y sangre queparecenoterminarnunca,peroyosoloobservoaunafiguraenparticular.DeberíaserdifícildarconBlaisea tantadistancia,sinquetenganadaquelo
distinga de los demás, como el pelo de Artemisia, pero no lo es. Pese a lodemencialdelaescena,loencuentroconrapidez,espadaenmano,yunafierezaencadaunodesusmovimientosquemeresultaaterradora.Nopuedoparardesollozar,peroSørennomediapalabra.Parecetenermealgo
demiedo;mantieneunaciertadistanciayfingequenosedacuentadequelloro.Unaparte remotademícomprendequenoestáacostumbradoaveramujeresllorar.Cuandoporfinparo,seatreveahablarme.—Blaiseestemerario,peronoestúpido—dice.Aunquesuvozsuenacortante,
pareceintentarmostrarsecompasivo—.Estarábien.—No controla lo que pueda pasar —respondo mientras me seco los ojos.
Recuerdoel terremotodeSta’Crivero, locercaqueestuvodeperderelcontrolporcompletohastaqueloobliguéaalejarsedellímite.¿Quiénlotraerádevueltasi ahora le sucede lomismo?Artemisia le clavaráunaespadaen la espalda sicree que es más peligroso para nuestro ejército que para los kalovaxianos.Inclusocreeráqueesunactodepiedad.Sørenseencogedehombros.—Parecetenermáscontrolqueningúnotroberserkerqueyohayavisto.Que
hayatenidoalgunosdeslicesnosignificaqueusarsupoderlovayaamatar.Séquetienerazón,peronomeconsuelamucho.Blaisemehaabandonado,despuésdetodo.Despuésdetodaslaspersonasque
heamadoyheperdido,nopuedoperderloaéltambién.—Theo—mellamaSøren.—Estoybien—lecontestomientrasmesecolosojosdenuevo.—Noeseso—insiste,dubitativo—.Creo...creoquehavenidomipadre.Elimpactomesacademiensimismamiento.—¿Qué?—pregunto,parpadeandoparacontener las lágrimasque todavíano
hansalido—.Elkáisernuncaparticipaenlasbatallas.—No está luchando —comenta, mientras mira a la distancia con los ojos
entornados—.Estáobservando, igualquenosotros.YcreoqueCrescentiaestáconél.¡Cress!ElcorazónmedaunvuelcoycorroalladodeSørenparamirarenla
mismadirecciónqueél.—Allí—dice,señalando—.Enaquellacordillera,enlacolina.¿Losves?Losveo.Noes fácilpasarlosporalto enesas sillasornamentadasparacuyo
transportehabráhechofaltaunabuenaporcióndelejércitokalovaxiano.Inclusotienenuntoldodesedarojaencimaparaprotegerlesdelsol,comosiestuviesencontemplandoalguna festividaden lugardeunabatalla.Nodistingosuscaras,perotampocoimporta.—¿Porquéhanvenidohastaaquí?—lepregunto.Sørenpiensaunosinstantessurespuesta.—Porquelopusisteenridículoalescaparte.Porquequierevertedestruida.Semehaceunnudoenlagarganta.—Puesnoloverá—contesto—.Esunapenaquenoseasmáshábilconelarco
ylaflecha,Søren.Podríamosterminarconestoahoramismo.Élniegaconlacabeza.
—Aunquepudieradisparar,mipadrenoesestúpido.Estoysegurodequesehapuestotantaarmaduracomolehayasidoposible.Peronopodemospermitirquenosvea—dice,yseescondeenlasombradelamontaña,llevándomeconél—.Mandaríaasushombresaquíapornosotros.Asiento,mientraselcorazónmelateconfuerza.—Søren,¿puedesprometermeunacosa?Clavalavistaenmíperplejo,peroasiente.—¿Qué?Tragosaliva.—Si vienen a por nosotros, si ves que nos van a atrapar... Quiero que me
mates.Memiraconunosojoscomoplatos.—Theo,no—seniega.—Nopiensovolvera ser suprisionera,Søren.Puedeshacerlo túome tiraré
porlascolinas,aunquecreoqueserámásdolorosoquesilohacestú,poresotelopido.Mesostienelamiradaunlargomomento,peroalfinalasiente.—Siesnecesarioloharé—acepta,aunquenosésicreerlo.
Sørenyyonosacurrucamosjuntoscontralamontañadurantehorashastaqueelcampodebatallasequedaensilencio.—¿Haterminado?—pregunto.Sørenparececonfundido.—Nolocreo—contesta—.Esperaunmomento.Se tumba en el suelo y se arrastra hasta el borde de la colina paramirar al
campodebatalla.Luegomemiraamí.—Han sacado una bandera y la lucha ha parado—me informa con el ceño
fruncido.—¿Se han rendido?—pregunto, sorprendida. Ni en mis sueños más dulces
habíaimaginadoqueserindiesentanrápido.Peroélniegaconlacabeza.—Esunabanderaamarilla,parapedirunparlamento.Elkáiserquierehablar
conlalíderdenuestroejército.Quierehablarcontigo.
Elparlamento
Søren vendrá conmigo cuandome reúna con el káiser, aunque ningunode losdoslodiceenvozalta.Simplemente,lodamosporhecho.Éldicequelareunióntendrálugarenunlugarcerrado,probablementeenelbarracóndelcomandantedelamina,yquehabráunsologuardiadecadaunodelosejércitosapostadoenel exterior.Durante el tiempoquedure la reunión, ningunode los dos bandospodráderramarsangre.Aunqueyaséloquemeespera,noconsigolibrarmedelterrorquemeinvade
antelaideadevolveraestarenlamismahabitaciónqueelkáiser,unterrorquemehielaalasangre.Tendréqueestardenuevoensupresencia,oírsuvozyvercómomemira.Nosésisoycapazdehacerlo.Perodebohacerlo.Artemisia será nuestra guardia. Es posible que el soldado kalovaxiano la
subestime.Esperoquelohaga.—¿Llevasladaga?—mepreguntaSørenenvozbaja.Caminamoselunojunto
al otro por el campo de batalla ensangrentado, rodeados por un grupo deguardias,porsi loskalovaxianosnosatacanporelcamino.Losdosbandosdesoldadosestánseparados,cadaunoaunlado.Yanoluchanporquehahabidouncese de hostilidades, pero no se muestran en absoluto pacíficos. Están tensoscomolascuerdasdeunarcoynosobservananuestropaso,conlosojosllenosdeodiooesperanza,ovacíos.Asiento,palpandoellugardondellevoelarmaenvainadaenlacadera,bajoel
vestido.—Peronomedejaránpasarconella—digo.Pensarenestarindefensaanteel
káiserhacequemecuesterespirar.—Técnicamenteno—contestaél—.Peronoesperaránquevayasarmada,solo
mecachearánamí.Quédatela,peronolausesanoserqueseanecesario.Siloatacassinserprovocada,perderáselderechoasalirconvida.Asientoymetragoelmiedo.Artemisiamemira,impertérrita.—Eslahora—anuncia—.¿Estáspreparada?—No—contestoconsinceridad—.Perovamos.
Encuantoentramosenlosbarraconesdelcomandantesientoquelapresenciadelkáisermeasfixia.Posasusfríosojosazulessobremíyhacequesemeericelapiel.Meafectatantoquetardouninstanteendarmecuentadequenoestásolo.Sentadaasulado,conlamanocasiescondidabajoladeél,estáCrescentia,talycomo lavi laúltimavez,con lapielcenicientayelpeloblancoyquebradizo.LlevaunagargantillaconunaGemadeFuegoalrededordelcuellochamuscado,peronoesconde lodesfiguradoqueestá, sinoque loacentúa.Sobresucabezadescansaunacoronadeoronegroconllamasrubí.Sientounescalofrío al reparar enquees la coronademimadre.Verlabasta
paraquemeempiecenaarderlaspuntasdelosdedos,asíquecierrolasmanosendospuñosparasofocarlos.Cuando losojosdeCress se encuentrancon losmíosmeparoen seco,pero
Søren,conunamanosobremiespalda,meinstaaseguiradelantecongentileza,paraquenomeveanvacilar.Mesientoconcautelaenlasillaquehayfrenteaellos,ySøren,enlaquetengo
allado.Se hace un silencio entre nosotros. Parece que el primero que hable será el
primeroenperderalgo.Alcabodeunosinstantes,Sørenseaclaralagargantaysedirigealkáiser.—Tengoentendidoquedebofelicitarosporvuestraboda,padre—diceconuna
lúgubre sonrisaantesdevolversehaciaCress—.Ya ti, señoritaCrescentia, tedoymimássentidopésame.El káiser se pone rojo, peroCress es la primera en contestar. Su voz áspera
cortaelairecomouncuchillodesierra.—EskaiserinaCrescentia—locorrigeconfrialdad—¿Acasodebofelicitaros
tambiénavosotros?QuizáSørenhaya sido el primero en abrir la boca, pero esCrescentia quien
pierde,porqueenesemomentohamostradosudebilidad.Peseaestarenmediodeunabatalla,conbajasquesecuentanamiles,siguesiendounamuchachaaquienhandadocalabazas,enfadadaporhaberperdidoalchicoconquienqueríacasarse.Esopuedoutilizarlo.—Todavía no —respondo con una sonrisa empalagosa—. Cuando nos
casemos,seráenelpalacioastreano,despuésderecuperarlo.Cressaprietalamandíbula,peroapartolavistadeellayladirijoalkáiser.Me
tragoelterrorylasnáuseasquemeprovocasupresencia.—Creo que hemos venido a discutir los términos de vuestra rendición—le
digo,concuidadodemantener lavozfirmeyestable.Nopiensodejarquemeacobarde.Élresopla.—¡Mirendición!—repite,negandoconlacabeza.—Habéissidovosquienhapedidoesteparlamento;hedadoporhechoqueera
para discutir las condiciones—contesto—.Al fin y al cabo, os superamos ennúmero.—Las batallas no se ganan solo con números, estoy seguro de que lo sabes
bien, Søren—declara. Se dirige solo a su hijo, pese a que soy yo quien estáhablando.—Mesorprendequelosepáis—respondeSørensinalterarse—.Hacedécadas
delaúltimavezqueluchasteis,padre.Desdeentonceshancambiadomucholascosas.Elkáiseresbozaunatensasonrisa.—EstoydispuestoadejarquevuestrosejércitosabandonenÁstreaenpaz—
dice, apoyándose en el respaldo de la silla y observándonos—. Lo único quequieroacambioesavosotrosdos.Mepareceuntratomásquejusto.Dosvidasacambiodelosmilesquepereceránsiosnegáis.Está intentando apelar a nuestro honor, una táctica inteligente que, como lo
conozcobien,yahabíaprevisto.—No —respondo sin emoción—. Nosotros os permitiremos que vuestros
ejércitossevayanenpazsivosotrosytodovuestropuebloabandonáisÁstrea.Estanfalazcomosuoferta.Elkáiserjamásdejaríaquemisejércitosvivieran
siyomerindiera,y,sinduda,yonoaceptaréunarendiciónquenocomprendasumuerte.Amboslosabemos,perofingimosdetodosmodos.Elkáiserseríe.—Hemos llegado a un callejón sin salida, entonces —concluye, y mira a
Crescentia—.¿Loves,querida?Tedijequereunirnosconellosnonosllevaríaaningúnsitio.¿Cresssolicitóestareunión?Miro a Søren, que parece tan desconcertado como yo. ¿Qué esperaba ganar
Cressreuniéndoseconnosotros?Puedequehayasidopormeracuriosidad,pero,conociéndolacomo laconozco,nocreoqueseael caso.Supadreno laeducóparadejarsellevarporalgotaninsignificantecomolacuriosidad.No,aquíhayalgomásen juego,peromesientocomosiestuviesemirandoporunaventanaempañada,incapazdevermásquevagassiluetas.MequedoparalizadacuandoCressseponedepie.—Supongoquequeríaverlosporúltimavez—afirma.Exhalauntristesuspiro
ydaunpasohacianosotros.Sørentambiénseponetenso,comosiesperaseunataque.Ellalonotaysonríe,
comoungatoqueacechaaunratón.—¿Metienesmiedo,prinzSøren?—pregunta,ladeandolacabezaconademán
pensativo—.Ahorasoyunacriaturaaterradora,graciasaella.—Meseñalaconlacabeza—.Leofrecímiamistady,acambio,ellameenvenenó.¿Telohabíacontado?—lepregunta.—Meofrecisteuncollar—respondo,esforzándomepormantenerlavozfirme
—.Yonoeratuamiga,Cress.Eratumascota.Ponelosojosenblanco.—¡Qué dramática! —me reprende, mientras se pasea por la habitación
lánguidamente, deslizando los dedos por el escritorio y dejado un camino demaderaquemadaasupaso.Sientoquesemeaceleraelcorazónyelimpulsodehuir de la habitación es difícil de ignorar. Cuando ve mi reacción, sonríe,complacidaconsigomisma.Es la misma sonrisa que solía dedicarme desde el otro lado de una sala
abarrotadadegente,comosicompartiéramosunsecretoquenospertenecíasoloanosotrasdos.Elrecuerdoescomounpuñetazoenelestómago,peroloapartoymeconcentroenelpresente.—Supongoquedeberíadartelasgracias—mediceenvozbaja—.Esdignode
ver,¿nocrees?—Seexaminalosdedosconairepensativo—.Podríaquemarosalos dos solo con tocaros, ¿sabéis?Para cuando tu pequeñaguardia entrase, noquedaríanmásquecenizas.—Seechaareír.Lebrillanlosojosconunaalegríamalvada—.Seríaun finalbastante apropiadopara ti, princesadeCenizas, ¿nocrees?Acaricioladagaquellevoescondidabajolafalda,aunqueséquesisepresenta
elmomentodeusarlanomeservirádenada.Cuandoconsiguierasacarlayaseríademasiadotarde.Mepicanlosdedos,ymepreguntoquépasaríasinocontuvieramifuria,sidejasequeardieradentrodemíhastaquedemicuerponoquedaranmásquellamas,humoycenizas.Merecuerdoqueenfureceríaalosdioses;quemearriesgaríaaquedesplegaransuiracontraÁstrea.Quesignificaríanovolveraveramimadrenuncamás.PerocuandoobservoqueCress controla el fuegode laspuntasde susdedos
contantafrialdad,séqueellanoselopensaríadosvecesantesdeusarlocontramí. Y sé que, si lo intentara, haría todo lo necesario para detenerla. Comotambién sé que, al final, no sería suficiente. Al fin y al cabo, ella conoce supoder,sabecómocontrolarlo.Yohetenidodemasiadomiedodelmíoparahacerlomismo.El káiser sonríe a Cress como si fuese lomás hermoso que ha visto nunca,
comosiquisieraposeerla.Cressledevuelvelasonrisa,peroenlasuyahayalgoenfermizo,algooscuroypegajoso.Caminapor lahabitación,sedetienedetrásdeélyleponelasmanossobreloshombros.—Qué callada estás, ¿no? —me pregunta—. ¿No tienes ninguna respuesta
ingeniosaparaeso?Esporquesabesquepodríahacerlo,¿verdad?Encuentro mi voz y la miro a los ojos, aunque nada me gustaría más que
apartarmedeella.—Podrías. Pero te conozco, Cress —respondo, esperando contra toda
esperanzaestarenlocierto—.Noeresunaasesina.Entorna losojosyseestremece.Sindejardemirarme,mueve lasmanospor
loshombrosdelkáiserhastaquelerodeaelcuelloconellasypresionalosdedoselegantes y blancos como huesos en su garganta rojiza. Echa la cabeza de élhaciaatrásconsuavidadyloobligaamirarlaantesdebajarloslabioshacialossuyosydarleloqueapenaspodríallamarsebeso.Elkáisersedacuentadeloqueestáocurriendouninstantedemasiadotarde.
Cuandoseresiste,eltactodeellayaesdefuegoylequemalabocaylagargantaantes siquiera de que pueda gritar. El olor a carne quemada impregna toda lahabitación;estanpenetrantequememareo.Observohorrorizadaqueelcuerpodel káiser se convierte en cenizas bajo el abrazo de Cress, con el rostrocongeladoenunaexpresióndeagoníasilenciosa.Un grito muere en mi garganta. No consigo apartar la vista, dejar de mirar
como lavidaabandonasumirada.Llevabaañosesperandoesto.Habíasoñadocon vermorir al káiser conmis propios ojos, pero nunca pensé que sería así.Nuncapenséque,cuandoporfinsucediera,tendríamásmiedoquenunca.
Eloloracarnequemadasehacemásfuerteyhacequelabilismesubaporlagarganta.Søren se tapa lanarizcon lamangade lacamiseta; tiene lacara tanpálidaqueescasidelmismocolorquelaprenda,peroCressnoseinmuta,niporelolorniporloqueacabadehacer.Enmifuerointerno,medoycuentadequeno puede ser la primera vez que acaba con una vida, y me pregunto cuánmonstruosasehabráhechodesdequelaviporúltimavez.—Listo—medice cuando por fin quita lasmanos del cadáver del káiser—.
Ahora¿porquénovolvemosahablardeesascondiciones?Vadetrásdelescritoriodelcomandanteyrebuscaenloscajoneshastaquesaca
unabotelladevinomediollena.Lacolocasobrelamesa,semetelasmanosenlos bolsillos del vestido y de uno de ellos saca un pequeño cáliz cubierto deGemasdeFuegoydelotro,unfrasquitoconunlíquidoopalescente.Medaunvuelco el corazónal verlo.EsEncatrio, elmismovenenoqueusé
contraellaysupadre.—¿Dedóndehassacadoeso?—pregunto,conlavozapenasmásaltaqueun
susurro.Seencogedehombros.—Despuésdeloquemehizo,nomefuemuydifícildeducirquedebíadevenir
de la Mina de Fuego. A partir de ahí, fue cuestión de hacer las preguntasadecuadasyconseguirquelagenteestuviesemásdispuestaahablar.—Lostorturaste—digoconlavozrota.Sí,esmonstruosa,pero¿acasonoyo
fuiquienlaempujóenesadirección?Yolahiceasí.Cressponelosojosenblanco.—Si me hubiesen dicho lo que necesitaba saber no habría hecho falta. —
Descorcha el frasco de veneno y vierte unas gotitas en el cáliz—. Con esodeberíabastar—dice,aunquecreoqueestáhablandoconsigomisma.Despuéssirveelvino:llenaelcálizhastalamitadylomueveencírculosparamezclarlo.Loalzayvienehaciamí,yhedeobligarmeamantenerlacompostura.Sørenseponedelantedemí.—¿Quéhacesconeso?—preguntaalarmado.Cress,simplemente,lesonríe.—Te prometo que no se lo voy a dar a la fuerza. Solo se lo ofrezco. Se lo
beberáellasolita,hastalaúltimagota.—Y¿porquéharíaeso?—preguntoconvoztemblorosa.—Porquesilohaces,ordenaréamisejércitosqueseretiren.Podrásquedarte
con lamina y con los esclavos que has liberado. Bueno, tú no podrás, claro,porqueestarásmuerta,perotugentevivirá.
—Yaestamosvivos—contestaSøren—.Labatallanohaterminado.—Todavía—apuntaCress,quelomirafugazmente—.Peroterminarápronto.
Daigualquetengáismáshombres.Noestánentrenados,sondébiles.NotienenGemas del Espíritu. Aunque os las arregléis para ganar esta batalla, vuestroejércitoquedarámuymermadoysolocontrolaríaislaminaeltiemposuficienteparaqueyo trajeramás tropas.Volveríamosenunasemanayaplastaríamos loquequedasedevuestroejércitocomoaunescarabajodeunpisotón.—Haceunapausa y me sonríe. A diferencia de en mis pesadillas, no tiene los dientespuntiagudos, pero su expresión es igual de salvaje—. Es un intercambiomuysencillo,Thora.Tumuerte,oladelostuyos.Melaquedomirandoparalizada.Pareceunabromademalgusto,peronotiene
ningunagracia.Estáhablandoenserio.Meestáofreciendomipropiamuerteylollama«clemencia»,ynisiquieraseequivoca.Sielkáisernohubiesevenidoconrefuerzos,habríamosconservadolosuficientedenuestroejércitoparaviajara otra mina y enfrentarnos a otra batalla, pero Cress tiene razón: aunqueganásemosesta,elnúmerodebajasseríademasiadoalto.Seríanuestraprimerayúltimabatalla.Perosimebeboelvenenoquedaráesperanza.Nosoytanestúpidacomopara
creer que Cress dejará que mi ejército conserve el control sobre la Mina deFuegodemasiadotiempo,perosíqueseríasuficienteparatrazarotroplan,paraencontrarotraformadeluchar.Confíoenque,enmiausencia,Artemisia,Heron,ErikyBlaiseseguiránluchando.Nomenecesitan;esomismodijoArtemisiaenelpalacioastreano.Siyocaigo,larebelióncontinuará.Tengoquecreerenello.MiroaCressalosojos,medirijoaellarodeandoaSørenycojoelcálizque
tieneen lamano.Nuestrosdedosse tocanun instante.Esperabaque lossuyosestuvierancalientes,peroestánigualquelosmíos.—Theo,no—meruegaél—.Hayotroscaminos.—No—respondosinapartarlavistadeCress—.Noloshay.«Quizánomemate»,pienso;unaideafebrilydesesperada.Alfinyalcabo,no
mató aCress. La sangre deHouzzah arde enmis venas, he visto las pruebas.PeroloqueparecemásprobableesqueelfuegoqueyaposeoseaamplificadoporelEncatrioyque,comodecíaMina,miollasedesborde.Debería confiar en mis dioses, debería creer que no permitirían que eso
sucediera,quemeprotegerían.PeronoprotegieronaBlaise.Noprotegieronamimadre,niaAmpelio,niaElpis,niaÁstrea.Noconsigotenerfeenqueahoravayanaprotegermeamí.
Mellevoelcálizaloslabios,perohagounapausaantesdebeber.—Cress—digo.Solounapalabra.Solosunombre.Algocambiaensuexpresión,yduranteunmomentobreveyfugazcreohaber
alcanzado una parte de ella que creía perdida. Me sonríe igual que lo hacíaantaño, cuando éramos dos muchachitas tontas que cotilleaban juntas. Sinembargo,susonrisaseconvierteenunamuecadeavidez.—Bebe—ordena.CojolamanodeSørenporquenoquieromorirsola,yluegoinclinoelcálizy
bebo.El primer trago está caliente, pero es soportable.Los siguientesme abrasan.
Bebo tan rápido que el vino me gotea de las comisuras de la boca y mechamuscalapiel,peronomedetengo.Meterminohastalaúltimagota.Elardorempiezaenlagarganta.Esundolortanagudoquehacequemecaiga
de rodillas y borra el resto de pensamientos demimente. Ya nome importadóndeestoy,odequiéneslamanoquetengocogida,onadaqueexistafuerademicuerpo.Eldolorseextiendeyseretuerceatravésdemíhastaqueempiezoatemblar.Elsuelobajomispiesescomoelhielo.Unosbrazosmeenvuelvenconfuerza, pero pronto, demasiado pronto, desaparecen y me arrebatan el únicoconsueloquemequeda.Un grito corta el aire, pero no esmío.No puede sermío porque ni siquiera
puedoabrirlaboca.Se abre una puerta y entran algunas siluetas, demasiado borrosas comopara
quelasreconozca.Másgritos.Pánico.Sellevanarastrasamiconsuelo,quenodejadepataleary
gritar. Lo oigo también cuando ya no puedo verlo. Grita mi nombre. Grita:«¡Theodosia!».Pelo azul. Se agacha junto amí; su tacto es frío.Dosmanos que son como
agua sobremi piel, perome hacemuchísimomás daño del que jamás podríahacermeelfuego.Sielvenenomehaconvertidoenllamas,estomedisuelveenlanada,envapor.Todosevuelvenegro.
Lassecuelas
Medespiertoenunatienda.Labrillanteluzdelsolsefiltraentrelascosturasdeltecho.Mesientocomosimehubiesenfrotadolapielhastadejarlaencarneviva,todoslosnerviosmearden,peroeldoloryanomeresultaabrumador.Soycapazpensarpeseasentirlo.RecuerdoquebebíelvenenoyqueCressllamóagritosasuguardia.RecuerdoqueestesellevóaSørenarastrasyqueArtemisiavinoaayudarmeenlugardesalvarlo.Ruedoen el colchón raído,queme irrita lapiel.Gimoy cierro losojos con
fuerza.—¿Theo?—diceunavozdébilytemerosa.MeobligoaabrirlosojosyencuentroaArtemisiasentadaenelsueloallado
delcatre.Memiraconojossolemnesypreocupados.Ajuzgarporlasojerasquetiene,creoquedebedellevarbastantetiemposindormir.Intentosentarme,peromesobrevieneotraoleadadedolorymevuelvoatumbar,tapándomelacaraconlasmanos.Lapielquetococonlaspuntasdelosdedosestásuave,perobañadaensudor.
No es como la piel chamuscada y seca de Cress. Me toco también el pelo,esperando encontrar las puntas carbonizadas, pero está igual que siempreexcepto por un mechón. Cuando me lo llevo ante los ojos veo que escompletamenteblanco.Meestremezco.Peroestoyviva,yesomeanimaymedesconciertaalavez.Estoyvivapesea
quenodeberíaestarlo.Estoyviva,peronosoylamisma.Quizálapociónnomehaya deteriorado como a Cress, pero me ha cambiado. Antes el calor se meconcentrabaen lapuntade losdedosyseextendíapocoapoco,peroahora losientoentodaspartes,esunardorsordoyconstantequefluyepormisvenas.Sin
embargo,yanomeasusta.DespuésdehaberbebidoEncatrio,nocreoquenadapuedaasustarmedeverasnuncamás.—¿Cuántotiempollevodormida?—inquiero,aunquelavozsuenaáspera.Me
duelelagargantaalpronunciarcadapalabra.—Dosdías—respondeArt—.Loskalovaxianosseretiraron.Sukaiserinanos
entregóunpedazodepapel quediceque ahora lamina esnuestra, aunquenocreoquetengamuchovalor.—No—concierto,aunquemesorprendequeCresshayamantenidosupalabra.
Debedepensarqueestoymuerta—.¿YSøren?Laoigotragarsaliva.—Selollevaron.Dijeronqueerauntraidorkalovaxianoyquelespertenecía.
Erik intentó detenerlos, y también Heron y Blaise, pero Søren decidió ir conellosparaquenadiemássalieseherido.Soisunpardeidiotasdemasiadonobles—dice,peroelcariñoquehayensuvozesinconfundible.—¿Blaise?—pregunto—. Participó en la batalla. ¿Está...?—me interrumpo,
incapazdeterminarlafrase.—Está vivo —me informa ella—. Está por aquí cerca, pero dijo que no
querríasverlo.Noestoyseguradequeseequivoque.Nuestradiscusióntodavíaresuenaenmi
mente,yloveoirsesinimportarlasvecesquelesupliquéquesequedase.Peroestoy viva y él también lo está, y ambas cosas parecen un milagro, así que¿cómovoyaestarenfadada?—Mesalvaste—ledigoalrecordarqueusósudondeAguaconmigo.Deotro
modo,elvenenomehabríamatado,oalmenosmehabríadesfiguradocomoaCress.—Tú nos salvaste a todos —contesta, encogiéndose de hombros—. Era lo
menosquepodíahacer.¿Cómotesientes?Me lo pregunta como si no estuviese segura de querer saber la respuesta.
Porque no me pregunta por el dolor, esa respuesta ya la tiene: ha visto mismuecasyhaoídomisgruñidos.Meestápreguntandoporalgomásprofundo.—Másomenosigual—contesto,yaquenosécómoexplicarlodiferenteque
mesiento.Ellametocalamejilla.—Sigues teniendo la piel caliente—afirma—.Al principio pensábamos que
erafiebre,peroHeronnopudocurarte.Dijoqueeraotracosa.Tragosalivaymemirolapalmadelamanoconmásatención.ViloqueCress
eracapazdehacer.Sihedeenfrentarmeaellanopuedoseguirteniendomiedo.
Invoco las llamas, imagino que cobran vida enmismanos, pero algo no andabien. Puedo sentir el fuego dentro de mí, pero está enterrado a muchaprofundidad.Hedelucharparasacarloalasuperficie,peroalfin,conesfuerzo,apareceunapequeñallama.Artemisianosesobresalta,solomiraelfuegoconunligeroairedecuriosidad.—Yanoescomoantes—comenta—.Puedescontrolarlo.—Sí—asiento con el ceño fruncido—.Perono es como imaginaba.Esmás
débil.Asiente.—Bueno,ahorayano tienesqueesconderlo.Unareinaquesacrificósuvida
porelpueblosoloparavolveraponersedepie,más fuerte,comounaespeciede...—seinterrumpe;nodaconeltérminoadecuado.Peroyolorecuerdodeinmediato.—ComounaespeciedePhirena—digo.Ellaparececonfundida,asíqueselo
explico—. Es un pájaro de la mitología gorakí. Hoa me habló de ella. Setransformadecenizasahumoyluegoenfuego,unayotravez.—PensarenHoamehacesentirunaterribleangustia—.¿CómoestáErik?—pregunto.Pero antes de que pueda responderme la tienda se abre y entra Veneno de
Dragón.Al verme sonríe de verdad, aunque sigue habiendo algo salvaje en elgestoquenotienenadaqueverconcómorecuerdolasonrisademimadre.SeparecealadeArt.—Estásdespierta—observayasiente—.¿Cómoestás?Enlugarderesponder,vuelvoaencendermelamano.Verqueabrelosojosde
miedoyasombromealegramásdeloquedebería.—Séquenocreesenlosdioses,tía—ledigo—.Peroparecequeellossiguen
creyendoennosotros.Sequedaensilenciounlargomomento.—¿Duele?—preguntaalfin.Cierrolamanoyelfuegoseextingue.—Me duele todo —contesto—. He de darte las gracias. Sin ti, habríamos
perdidomuchasmásvidas.—Fue una buena batalla—afirma—. Lo que hiciste es admirable. Fue una
estupidez,peroadmirable.Asiento.SéqueeselmayorhalagoquepuedorecibirdeVenenodeDragón.Artemisiaseaclaralagarganta.—Mealegrodequevinieras—comentaenvozbaja.Ladurezadelaexpresióndelapiratasesuavizaunpoco,peronoparececapaz
de pronunciar palabra. La energía que reina en la habitación es tensa, tandelicada como una telaraña, pero cuando Artemisia y Veneno de Dragón semiranalosojosmilpalabrassilenciosassedeslizanentreellasymesientocomounaintrusa.La pirata me dijo que tenía suerte de que mi madre no hubiese vivido lo
suficiente para decepcionarme, pero siento un nudo en la garganta al darmecuenta de que eso también significa que jamás viviré unmomento como este.Jamás miraré a mi madre a los ojos y la perdonaré por ser humana, por serimperfecta.
Erik viene a verme cuandoArtemisia yVeneno deDragón semarchan.Llevaunacamisetainterior,unospantalonesyelpelosueltosobreloshombros,yasíparecemásjovendeloquees.YaledieronlanoticiadeHoa,yesperoquequienlohicierafueseamable.—Losiento—medisculpo,aunqueséquelaspalabrassoninsuficientes.Sesientaalladodemicatreymecogelamano.Sielcalorquedesprendemi
piellesorprende,lodisimula.Mepreguntosiyaseestarácorriendolavoz.—Elkáiseryanopodráhacerleaningunaotramujerloquelehizoaella.—Su
voz es fría como el acero—. No volverá a hacerle daño a nadie. Me habríagustadoquehubierapodidovivirenunmundoenelqueélnoexistiera,aunquefuerasoloundía.—Amí también—contestoyrespirohondo—.Matéa lamujerque lamató.
Podríadecirtequefueendefensapropiayquenotuveelecciónynoseríaunamentira,perotampocoloesquelamatéporloquelehizoaHoayquenuncamearrepentiré.Sequedapensativounosinstantesyluegoasiente.—Algúndíamegustaríaoírlosdetalles—comenta—.Perohevistodemasiada
muerteenlosúltimostiempos.Nisiquieraesameharíasentiralegría.Memuerdoellabio.—¿CreesqueSørenestámuerto?Erikmemiraalosojosdenuevo.—No—respondealcabodeun instante—.Esun traidor,y loskalovaxianos
no tienen piedad con los traidores, pero en este caso creo que Crescentia lomantendráconvida.Suposicióncomokaiserinaesprecaria.Nuncahantenidounamujergobernanteynolesgustarámucholaidea.Tienequecasarseconélparaconservareltrono.
Pensarlomeponeenferma,peroalmenosesosignificaquenolomatarán.Notodavía. Por feliz que me haga, no puedo evitar pensar que la muerte seríamisericordiosacomparadaconelinfiernoporelqueellaleestaráhaciendopasarahora.—Lorecuperaremosantesdequeesosuceda—ledigoaErik,comosifuera
asídefácil.Yéldebedesaberquenoloes,peroasiente.—Lorecuperaremos—repite,ymeestrechalamano.
Elcuerpodelkáiseryaestáquemado,perohacemosunapiraparaélde todosmodos. Ahora estoy junto a ella, lo bastante cerca como para tocar su pielchamuscada.Apenastengofuerzasparaestardepiemásdeunosinstantes,peromeobligoaconseguirlo.RecuerdoloqueledijeaBlaisehaceloquemepareceunavidaentera.«Cuando el káiser esté muerto, sea cuando sea, quiero quemar su cuerpo.
Quiero prenderle fuegoyomisma con una antorcha y quedarme amirar hastaquedeélnoquedenmásquecenizas.»Creíaquelamuertedelkáisermetraeríapaz,peroinclusoahora,almirarsu
cadáverysusojosvacíos,sientoquelapazestáakilómetrosdedistancia.«Mimadre era la reina de la Paz—piensomientras los hombres que están
construyendolapiraacabanymedejansolaconelcadáver—.Peroyonosoyesaclasedereina.»Le doy la espalda al káiser y miro a la multitud de refugiados y astreanos
liberadosquesehanreunidoparaverloarder.Quizáseaunbuenmomentoparapronunciarotrodiscurso,peronohanvenidoaeso.Blaisesemeacercaconlamiradagachayunaantorchaenlamano.Nomehamiradodesdequedespertéynoestoyseguradequererquelohaga.No cojo la antorcha.Me vuelvo hacia el káiser y levanto lamano.Una vez
más,tengoqueesforzarme,y,duranteunosinstantes,reinaunsilencioprofundoy expectante, hasta que la pequeña llama aparece, lamiéndome la palma de lamano.Pordébilquesea,bastaparaquelamultitudprorrumpaenmurmullosygritosahogados.Acerco la llama a la cama de paja que hay bajo el cadáver y observo cómo
prende.Los gritos ahogados de lamultitud se convierten en vítores.Artemisia tenía
razón: nome repudian por este nuevo poder; creen que es un nuevo don que
Houzzahmehadadopormisacrificio.Yquizálosea,peronoessuficiente.VielpoderqueteníaCress.Ellanotenía
que excavar para encontrarlo; estaba ahí, formaba parte de ella tanto como supiel,sustendonesysushuesos.Apenasoigolosvítores.Tengolamiradafijaenelcadáverdelkáiserynome
permito ni siquiera parpadear mientras las llamas lamen y prenden su yaennegrecidocuerpo.Soloentoncesreparoeneltenueresplandordelagemarojaquellevaenlagarganta,inconfundiblepeseaestarcubiertadecenizasyhollín.Esel colgantecon laGemadeFuegodeAmpelio.Meto lamanoenel fuego,cojolagemaylalibero.Blaise intenta apartarme del fuego, que no deja de crecer, pero no se lo
permito.Quiero verlo todo, quiero contemplar el momento en el que el káiser
desaparezca, convertido en nadamás que en cenizas. Sostengo el colgante deAmpelioconfuerzaysientoquesupoderinvocaelmío.«Mepondríaunacoronadeesascenizas»,pienso.Por fin, cuando las llamas son tandensasqueyanopuedoverlo,medoy la
vueltaymemarchosinmiraratrás.
Encuentro a Mina en uno de los barracones de los kalovaxianos junto a unmuchachoyunamuchachaunpocomásjóvenesqueyo.Hanapartadolasliterasalosladosdelahabitaciónparadejarungranespacioabiertoenmediodelsuelode piedra, donde los tres están de pie.Los observo unmomento sin ser vista,escondidaenlassombrasdelapuerta.—Muéstramelo,Laius—diceMinamientrasdejauncuencoenelsuelo,entre
losdos.Cuandolodeposita,sederramaunpocodeagua.Elmuchachotragasalivayseretuercelasmanosdetrásdelaespalda.Primero
piensoquedebedeserunodelosesclavosquehemosliberadodelamina,peroluegoreparoenlasmarcasquetieneenlosbrazos,dedondedebendehaberlesacadosangre.Es un Guardián. Los kalovaxianos debían de estar estudiándolo antes de la
batalla. Pensarlo me pone enferma. Echo un vistazo a la chica y enseguidadescubrolasmismasmarcas.¿Cuántoshabrá?Elchico,Laius,levantalasmanosconlaspalmastendidashaciaelcuenco.El
aguaasciendedeinmediatoyflotaenelairealaalturadelosojosenunaesferacristalinaperfecta.
Minaasiente.—¿Puedesconvertirlaenhielo?—pregunta.Laiusfrunceelceñoyseconcentraenlaesfera.Vacambiandoalaluzdelas
velashastaquelasuperficieseendureceysecongela;elhieloseextiendehastarecubrirlaensutotalidad.—Bien—diceMina—Ahorasuéltala.Laius baja las manos y la esfera cae al suelo de piedra, rompiéndose en
pedazos.—Perdón—musita.—Nopasanada—respondeMina—.¿Cómotesientes?Daunpasohaciaélparatocarlelafrente,ycuandolohacemedescubre.—Majestad—dice,inclinandolacabezaendirecciónamí.Laiusylamuchachahacenunatorpereverenciacuandoentroenlahabitación.—Mina —contesto, mientras sonrío a los chicos—. Has encontrado
Guardianes.Ellaaprietaloslabios.—Sí,diezentotal.Nuevesondefuego,comoGriselda.ALaiuslotrajeronde
laMinadeAguaparapoderestudiarlosjuntos.Laius,Griselda,¿permitiríaisquelareinaTheodosiaostocase?—¿Por qué? —inquiero con el ceño fruncido. Sin embargo, ellos parecen
entender lo que les pide y asienten. Mina me hace una señal para que meacerque.—Tocadleslafrente—meindica.Alargounamanohacia cadauno, recelosa.Supiel está caliente, como lade
Blaise.Y ahora que los veo de cerca, reparo en las ojeras que tienen bajo losojos,comosiambosllevasentiemposindormir.Minasedacuentadequelocomprendo.—¿Porquénovaisaporelalmuerzo?—sugiereaLaiusyGriselda—.Luego
seguiremosconlalección.Losmuchachossevancorriendo.Esperoaquesehayanalejadoparahablar.—Haymás—digo.No sé cómo llamarlos.Berserkers no se alejaríamucho,
perolapalabrapareceunasentenciademuerte.Minaasiente.—LosotrosochosonGuardianesenelsentidotradicionaldelapalabra,pero
jamáshabíavistohabilidadescomolasdeLaiusyGriselda.Soncomoelamigohipotéticoquedescribisteis.¿Siguesiendohipotético?Dudoantesderesponder.
—EsBlaise.EsunGuardiándeTierra.—Me lo figuraba. Vi lo que hizo con aquellos barcos. NingúnGuardián de
Tierradeberíasercapazdetanto.—Casilomató—repongo.—Peronolohizo—replicaella—.Noestavez.Notengorespuestaparaeso.—Leshasdichoqueestabasdandoclase.¿Esciertoolosestásestudiando?—
lepregunto.—Unpocodeambascosas,supongo—respondeconunfuertesuspiro—.Las
historias que yo había oído decían que era muy poco frecuente encontrarGuardianescomoellos.Habíainformesdeunoalsiglo,quizá.Ahoratenemosuntotaldetresynisiquierahemosvistolasotrasminas.¿Quiénsabecuántoshabráentotal?—¿Quéquieredecir?Ellaseencogedehombrosyechaunvistazoalapuertaporlaqueelchicoyla
chicaacabandesalir.—SilepreguntaraisaSandrin,osdiríaqueformapartedelplandelosdioses,
ytalveztengarazón.Perotalvezseaporquehayunmayorporcentajedegenteque entra en esas cavernas, así que hay más personas que tienen el espaciosuficiente para la cantidad exacta de poder que se les da. Quizá los diosestambién tenganalgoqueverconeso.—Desvía lamiradahaciamí—.Peronohabéisvenidoporellos,¿verdad?Dudoantesdenegarconlacabeza.Tiendolamanoconlapalmahaciaarribay,
tras unos momentos de concentración, aparece una pequeña llama que nosobresaledelamano.Minalaobservaconmiradapensativa.—Noesmucho—dicealcabodeunmomento—.Esmásquelomío,esono
puedonegarlo, pero si esto hubiesepasado antes del asedionohabría bastadoparaconvertirosenunaGuardiana.Cierrolamanoyextingolallama.—Crescentia...Lakaiserina, lamuchachaque tedijequebebióelEncatrio...
Ellarezumapoder.Loinvocacontantafacilidadcomorespira.Nisiquieratienequebuscarlo,simplementeestáahí.—Queréissabersiestáisasualtura,siospodéisenfrentaraella,peroyasabéis
larespuesta—comenta—.Vossoisunaollamediollenayellaestáapuntodedesbordarse.Trago saliva, decepcionada.Ya lo sospechaba, perome duele oírlo de todos
modos.
—TodaesagentemetratacomoaunaPhirenaqueharesurgidodelascenizas—afirmo con voz temblorosa—. Como si fuese la heroína que estabanesperando. Y no lo soy. No puedo protegerlos de ella, ni de ninguno de loskalovaxianos.Minatensalamandíbula.—Habéis sobrevivido a una batalla contra los kalovaxianos, pocos pueden
decirlomismo.Loshabéisprotegidohastaahora,¿quiéndicequenecesitáisundonparaseguirhaciéndolo?Lesonríoyledoylasgracias,peroenlomásprofundodemisercreoquelas
dossabemosqueseequivoca.Hemossobrevividoaesta luchaporquehemos tenidosuerte,ypocomás.La
próximavezquizánolatengamos.
Elcampodebatalla
Loskalovaxianossiemprehablarondeloscamposdebatallaconmásveneraciónque de sus templos. Incluso había una balada muy popular en la corte queversaba sobre una, con su «hierba pintada de rojo con la sangre de losenemigos», que hacía que un campo de batalla pareciera hermoso en suviolencia.AlcaminaralrededordelaMinadeFuegoylasruinasdeltemploqueseerigía
aquícuandoyoeraniña,séqueuncampodebatallanotienenadadehermoso.ErikymisSombras tambiénestánensilencio,aunqueagradezcosupresencia.Ahoramismoloúltimoquequieroesestarsola.Estoyrecuperandolasfuerzas,despacioperoconseguridad,ydisfrutodecadamomentoquepasofueradelacama.Comoen labaladakalovaxiana, lahierbaestáahoramásrojaqueverde.Sin
embargo,elpoemanomencionabaquelamayorpartedeellaestaríacubiertadecuerpos, o de partes de ellos, ni que sería imposible discernir a qué bandopertenecerían.Labaladanomencionabaeloloracarneendescomposiciónqueflotaríaenelaire,volviéndolopútridoynauseabundo.Labaladanomencionabaque,amigosoenemigos,todosseríanlloradosporgentedecarneyhueso.—Unapira—diceErik,queestáamilado,rompiendoasíelsilencio—.Esel
entierrotradicionalparalosguerreroskalovaxianos.—También para los astreanos—intervengo, sorprendida de que dos culturas
tandistintascomolasnuestrastenganalgoencomún—.¿Ylosdemás?Éldudayluegoniegaconlacabeza.—Alosgorakíeslosenterramos,perolosdemás...—A losyoxíes también los entierran—apuntaArtemisia, que está amiotro
lado—.Yalosbrakkanos.Latradiciónvecturianadicequesusguerrerosdebenserdespedidosenelmarenbarcosenllamas.—No podemos hacer eso —repongo con el estómago en un puño—.
Necesitamostodoslosbarcosquetenemos.Artemisiaasiente.—No sé cuáles son las costumbres de los demás, pero hay suficientes vivos
comoparadescubrirlo.—Son muchos —observa Heron, mirando a su alrededor. Además de la
pequeñazonadelimitadadondehemosmontadoel campamento, los cadáveresseextiendenantenosotroshastaalládondealcanzalavista.Haycientos,quizáinclusomiles.Nosécómovamosasaberaquépaíspertenececadacuerpo.Tragosaliva.—Volverán, y cuando lo hagan... —me interrumpo, incapaz de dar voz al
pensamiento.—Estaremospreparados—afirmaErik—.Hasidounavictoriaparanosotrosy
tieneun significadomás alláde la supervivencia.Noshemosenfrentado a loskalovaxianos.Ya no somos unamala inversión. Podemos pedir ayuda a otrospaíses,yestavezquizáconsigamoslasuficiente.—Quizá—repito.—Losdiosestehanbendecido,Theo—diceHeronconunamediasonrisa—.
Yalhacerlonoshanbendecidoatodos.Estándenuestrolado.Apartolavistadeél.NisiquieraHeronsabecuántotiempohacequetengoeste
don,cuántotiempohacequeseloescondo,olodébilqueesahoraquehasalidoa la superficie.Comomuchos otros, cree que ha sido una recompensa pormisacrificio.Esunabonitahistoria,peroesanosoyyo.MiroaHeronyArtemisia.—¿Cómoesparavosotros?¿Cómoossentísalserbendecidos?Intercambianunamirada,peroArteslaprimeraenhablar.—Escomobeberaguafríacuandohaceuncalorasfixiante—dice.—Amímehacesentir...lleno—añadeHeron—.Comosiestuvieraenpazcon
todoloquemerodea.Semecaeelalmaalospies.—Yonomesientoasí—admitoenvozbaja—.Yonomesientoaliviadanien
paz.Desdequesucedió,solomesiento...vacía.PiensoenCress,ensusojosdecarbónysutactoardiente.«Nuestroscorazones
sonhermanos—medijoenmipesadilla—.¿Quieresqueveamossiseparecen?»Quizá lo sean en el fondo.Quizá las dos seamos una abominación, pero no
quieroqueseaasí.Preferiríanotenerningúnpoderaesto,yesaesladiferencia
entrelasdos.—Yo nací con esto en la sangre —declaro con voz temblorosa—. Me lo
metierondentro.No loescogí,comohicisteisvosotros.—MiroaBlaise—.Tútampocoloescogiste—añado—.Se temetióa lafuerza,comounaespeciedeveneno.Blaisemeaguantalamiraday,aunquenodicequeestédeacuerdo, tampoco
protesta.—Yopertenezcoalpoder,peroelpodernomepertenece—continúo,yyano
metiemblalavoz.Derepente,esseguro,porqueyoestoysegura.CaminamosunpocomáshastallegaralaentradadelaMinadeFuego,queha
sidoevacuadayacordonada,comosialguienfueseaentrarporsupropiopie.Pero,porsupuesto,esoesexactamenteloquevoyahacer.Cuandomedetengofrentea laentrada, losdemásme imitan.Nodicennada
hastaquenoalargounamanoparaapartarlacuerda.Blaisemecogedelbrazoytirademí.Tienelapielmenoscalientedesdeque
entregósusgemas—denuevodeformatemporal—,perosigueestándolomásquelamía.—No—susurra.—Eslaúnicamanera—ledigo—.Losabestanbiencomoyo.Tútambiénla
sientes,esadesconexiónentrelapersonaqueeresyelpoderqueposees.Porquenolocontrolamos.Porqueesélquiennoscontrolaanosotros.—Entrar en esamina no te va a curar—repone—.Con todo el veneno que
correportusvenas,podríahacerterebasarellímite.Podríamatarte.—Sí, podría —concedo, mirando a Heron—. Pero no lo hará. Es la única
formadeelegirestepoder.Eslaúnicaformadeejerceralgodecontrolsobreél,decomprenderlo.Eslaúnicaformadeconvertirmeenlareinaquenecesitan.—Siento haberme ido, Theo—se disculpa Blaise con la voz rota—. Siento
haberrotomipromesa,y te juroque jamásvolveréa irmede tu lado.Peronohagasesto.Nomeabandones.Duranteuninstante,vacilo.—Tefuistea labatallaporqueesaes lapersonaqueeres—ledigo—.Yfue
unaestupidez,perotúsabíasqueeralocorrectoparati.Estoeslocorrectoparamí.Blaisenoresponde,peroseleaneganlosojosenlágrimas.Llevolasmanosa
sus hombros y me pongo de puntillas para rozarle los labios con los míos.Duranteun instante, sequedaparalizadode la sorpresa, pero enseguida sientoque se derrite contramí, queme estrecha la cintura entre los brazos como si
pudieraanclarmeaélyconvencermedequemequedase.Peronopuede,ymeobligoaapartarmeyamiraramisotrasSombras.—No sé cuánto tiempo estaré ahí dentro. Si los kalovaxianos regresan, me
dejaréisyhuiréis.¿Deacuerdo?Heronempiezaanegarconlacabeza,peroArtemisiaasiente.—Haréloqueseanecesario—declaraconfirmeza.MiroaErik.—Y cuando salga encontraremos la manera de rescatar a Søren. Y pienso
acabarloqueempecéconCress.Erikestámásserioquenunca.—Buenasuerte,Theo—medeseaenvozbaja.Conelcorazónlatiendodesbocado,lesdoylaespaldayentroenlamina.
Epílogo
La cordura se convierte en algo efímero; viene y se va hasta que ya no estoyseguradequépensamientossoncuerdosycuálesno.Nosédóndeestoy,niquéhagoaquí.OigolarisadeCress,sientosualientocomosifuerahumocontraminuca,perosiempreestáfuerademialcance.Esmimadrequienmeencuentraencogidacontraunapareddelacaverna,con
las manos ensangrentadas y la cabeza palpitante por la sed. Tiene el mismoaspectoquehaceunadécada,inclusoconelviolentocortequelecruzaelcuello.No corro hacia ella como siempre imaginé que haría, y ella tampoco pareceesperarlo.Tragosaliva.Tengolagargantaencarneviva,comosillevasehorasgritando.—¿EsestoelDespués?—lepregunto.Mimadredicequenoconlacabeza.—Todavíano,miamor—contesta, tendiéndomelamano—.Ven,haymucho
quehacer.Debería sentirme aliviada por no estarmuerta, pero no siento casi nada. Le
mirolamano,peronoseladoy.—Podríashaberdetenidoaloskalovaxianos—ledigo.Noseestremecealoírmiacusación,nitampocointentanegarlo.—MorícomolareinadelaPaz,ylapazmurióconmigo—respondealcabode
unmomento—.PerotúereslareinadelasLlamasylaFuria,Theodosia,yharásquesumundoarda.Ledoylamanoymellevaalasprofundidadesdelamina.
Agradecimientos
Escribirunlibrotienefamadeserunatareasolitaria,perosiesefueraelcaso,solotendríaquedargraciasamiordenadoryestosagradecimientosserían,porsuerte,muycortos.Pero, ¡ay!, delmismomodoquepara criar aunniñohacefaltaunaaldea,parapublicarunlibrohacefaltaunescuadrón,yyohetenidolasuertedecontarconelmejorescuadróndeeditoresdelmundo.GraciasaKristaMarino,mibrillanteeditora,porsermipersonadeconfianzay
mianimadoraynosoloporhacerdeesteunmejorlibro,sinoporhacerdemíuna mejor escritora. Y gracias a Beverly Horowitz, Barbara Marcus, MonicaJeanyatodoelmundodeDelacortePresspordarmeamíyamislibrosunlugarmaravillosoalquellamar«hogar».Graciasamisincreíblesagentes—LauraBiagi,JenniferWeltzyJohnCusick
—porconstruirynutrirmicarrera,yporayudarmeaconvertirlaenunsueñohechorealidad.Gracias ami publicista, Jillian VandallMiao, por su incansable apoyo y su
contagiosapositividad.YaElizabethWard,KateKeating,CaylaRasi,MalloryMatney, Janine Perez, Kelly McGauley, Alison Impey, Collen Fellingham,Tamar Schwartz, Stephanie Moss e Isaac Stewart por vuestro entusiasmo,dedicaciónyamabilidad.Y,porsupuesto,atodoslosdemásenRandomHousepordarlevidaaestelibroyaestaseriedeunaformaquesuperaconstantementemisimaginacionesmássalvajes.GraciasamiescuadróndeescritoresdeNuevaYork,por todas lasquedadas
exprés que me daban un empujón de productividad: Patrice Caldwell, LexiWangler, Arvin Ahmadi, Zoraida Cordova, Sara Holland, Sarah Smetana,KamillaBenko,LaurynChamberlain,MarkOshiro,JeffreyWest,JeremyWest,
KherynCallender,EmilyX.R.Pan,DhonielleClayton,BlaizeOdu,ChristinaArreola,MJFrankingyAdamSilvera.Gracias a KierstenWhite, E. K. Johnson, KarenMcManus,Melissa Albert,
JessicaCluess,AmandaQuain, JulieDaly,TaraSonin,SamiraAhmed,ShvetaThakrar,ClaribelOrtega,KatCho, Farrah Penn yLauren Spieller por vuestraamistadyvuestroapoyo.Graciasamipadreporhacerquemantengalospiesenlatierrayayudarmea
seguirconcentrada,yporanimarmesiempreasalirdemizonadeconfort,yaDenise por sus sabios consejos. Gracias a mi hermano pequeño, Jerry, porinspirarmesiempreyporhacermemejorpersona.GraciasaCaraSchaefferyaEmilyHechtporsermissalvavidasentiemposde
crisisyentiemposdejúbilo.Vosotrashacéisquelobuenoseamejorylomalo,unpocomenosmalo.Gracias a Jefrey Pollock,DeborahBrown y Jesse y Eden Polloc por sermi
familianeoyorquina.Yporúltimo,peronoporellomenosimportante,graciasaTI,porembarcarte
conmigoenelviajedeTheo.Nopodríahaberconseguidonadadeestosinti.
Princesa.Prisionera.Huérfana.Rebelde.Untronoarrebatado.Elladeberálucharpara
devolvérseloasupueblo.Llegalasegundapartede«Princesadecenizas».
Theoyanollevalacoronadecenizas,harecuperadosutítuloycon él, un rehén: Prinz Soren. El pueblo sigue bajo la terribledictaduradelKaiser,yellaestáamilesdekilómetrosdedistanciadesutrono.
Theo sabe que la libertad tiene un precio, pero está decidida aencontraruncaminoparasalvaralpueblosinperderseasímisma.
LauraSebastian escribe librosparaadolescentes sobrechicasque son fuertesen todos los sentidos. Siempre que puede, les añade a sus libros un poco demagiayunpuñadodedragones.Esautoradelatrilogíafantástica«Princesadecenizas».
Títulooriginal:LadySmokeEdiciónenformatodigital:octubrede2019©2019,LauraSebastian©2019,PenguinRandomHouseGrupoEditorial,S.A.U.TravesseradeGràcia,47-49.08021Barcelona©2019,ElenaMacianMasip,porlatraducción©2018,IsaacStewart,porlasilustracionesdelosmapasPublicado por acuerdo con Jean V. Naggar Literary Agency, Inc., a través de Intenational Editors’Co,BarcelonaDiseñodeportada:AdaptacióndeldiseñooriginaldeAlisonImpeyFotografíadeportada:BillelisPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyright estimula lacreatividad,defiendeladiversidadenelámbitodelasideasyelconocimiento,promuevelalibreexpresióny favoreceunaculturaviva. Graciasporcomprarunaediciónautorizadadeeste libroypor respetar lasleyesdelcopyrightalnoreproducirnidistribuirningunapartedeestaobraporningúnmediosinpermiso.AlhacerloestárespaldandoalosautoresypermitiendoquePRHGEcontinúepublicandolibrosparatodoslos lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) sinecesitareproduciralgúnfragmentodeestaobra.ISBN:978-84-17773-86-1Composicióndigital:leerendigital.comwww.megustaleer.com
Índice
Damadehumo
Prólogo
Sola
Asalvo
Lafamilia
Elconflicto
Laconfesión
Lascadenas
Juntos
Elfuego
Søren
Laclase
Elataque
Losrehenes
Mattin
Honor
Confianza
Etristo
Sta’Crivero
Elpalacio
Castidad
Eljuego
Lospretendientes
Ahurtadillas
Elcampo
LosAncianos
Marial
Encantadora
Goraki
LaPhirena
Pícnic
Elentrenamiento
Elasesinato
Protección
Elinterrogatorio
Ladetención
Elsueño
Lamazmorra
Amor
Eldisfraz
Osho
Mina
Elsacrificio
Lamáscara
Impotencia
MoloVaru
Eltrato
Víctima
Bolenza
Conmoción
Liberación
Lahuida
Refugio
Navegación
Laestrategia
Fantasmal
Preparados
Losberserkers
Labatalla
Elparlamento
Lassecuelas
Elcampodebatalla
Epílogo
Agradecimientos
Sobreestelibro
SobreLauraSebastian
Créditos