Dahil Melgar, La Nostalgia De Los Migrantes, Georgia Yris Bravo López, Los edificios siguen...

3
S U P L E M E N T O C U LT U R A L CENTRO INAH MORELOS 450 Enero 9, 2011 sigue... 4 DAHIL M. MELGAR TÍSOC 2 L a migración está cam- biando el paisaje de dis- tintas ciudades del mundo enuncia Shinji Hirai al ini- cio de su libro: Economía política de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migración transnacional entre México y Estados Unidos. Esta afirmación obliga a pensar en las múltiples redes y conexiones que La nostalgia de los migrantes 1 existen entre las migraciones, el desarrollo de las urbes y los imaginarios que han acompa- ñado a estos desplazamientos y transformaciones del espacio. Si volteamos la mirada en la histo- ria, para el caso mexicano pero también aplicable a otras regio- nes continentales, la emigración del campo a la ciudad promovida por la precarización del agro y el pujante y emergente desarrollo industrial en las urbes permitió consolidar el papel central y hegemónico de las ciudades a nivel nacional y micro-regional, no sólo en cuanto a las funciones políticas, económicas y produc- tivas que condensaban, sino tam- bién, dentro de la construcción de imágenes e imaginarios. Las ciudades en mayúsculas se capitalizaron como destinos deseables, en tanto ofrecían oportunidades de trabajo y mo- vilidad social únicas; también en ellas se podía encontrar una extensa oferta de productos y bienes de consumo, institutos e instituciones de educación e industrias culturales. Cuando el boom de pujanza económica y laboral frenó, la migración in- terna se comenzó a orientar hacia otras coordenadas urbanas en el extranjero, de manera particular hacia Estados Unidos. En este último país, la presen- cia de migrantes provenientes de diferentes coordenadas geográ- ficas y culturales complejizó la heterogeneidad cultural, étnica y racial de sus ciudades, no sola- mente a través de su recomposi- ción demográfica y la inserción de los migrantes y sus descen- dientes en las distintas esferas de la vida social, económica y política. También de manera fun- damental por la reproducción de prácticas y bienes culturales de sus lugares de origen, los cuales también circulan y se recrean en los lugares de destino. En la me- dida que la revolución tecnológica en los medios de comunicación y transporte inten- sificó y abarató la circulación de flujos de bienes, ideas y personas, permitió que los migrantes y sus des- cendientes reforza- ran a través de ellas, los vínculos sociales y simbólicos que los co- nectan con sus comuni- dades de origen. Cuando estos flujos por su in- tensificación y densidad, construyen un entramado complejo de redes de rela- ciones sociales, económicas y políticas multilineales que conectan, conjuntan y recrean a una comunidad dispersa entre múltiples espacios localizados en al menos dos Estados-nación, se les califica --de acuerdo a la definición de Glick Schiller et al.-- como transnacionales. Este tipo de vínculos, permiten obser- var que si bien inevitablemente se produce una incorporación a la sociedad receptora, ésta no debilita la participación ni la per- tenencia a la sociedad de origen, pues los migrantes no rompen, sólo redefinen sus ataduras 3 . Por lo tanto, se pueden mantener re- laciones sociales estrechas con el terruño y sentirse a la vez parte del país receptor. En este marco de aparente achicamiento de las distancias ¿por qué hay nostalgia a pesar de vivir en un mundo transna- cional?, 4 el autor responde esta pregunta a través de la idea de nostalgia entendida no solamente como subjetividad sensible, sino también, como parte de una eco- nomía política. La nostalgia toma ese cariz al ser utilizada como recurso eco- nómico, capital social y cultural, instrumento político y motor para la construcción y fortalecimiento de las conexiones transnacionales tanto por actores en el país recep- tor como en el lugar de origen 5 . Inspirado en las tres dimen- siones del espacio concebidas por Lefebvre: el espacio experi- mentado, el percibido y el imagi- nado. En su estudio, Hirai siguió la imagen del Jalostotitlán, un municipio en los Altos de Ja- lisco, a través su análisis como espacio imaginario, simbólico y físico. Al respecto, explica que el terruño imaginario representa la imagen mental de Jalostotitlán, esto es, el Jalos 6 que se imagina y recrea mentalmente a través de los recuerdos. Este espacio imaginario es el alimento que nutre las nostalgias e idealiza- ciones sobre el terruño, las cua- les están orientadas de manera importante por las coordenadas de edad y género. Para los hom- bres jóvenes migrantes y aún sus descendientes, Jalos representa un lugar mitificado a través de la valoración positiva sobre la belleza particular de sus mujeres y la posibilidad de infringir dis- tintas reglas de orden urbano; de manera particular, aquellas rela- cionadas a la organización de las fiestas, el consumo del alcohol y la música en altos decibeles, los cuales son altamente sanciona- dos en Estados Unidos. Jalos representa el lugar idó- neo para buscar esposa pues se piensa que las mujeres jalostoti- tlenses preservan la concepción tradicional sobre el matrimonio y los roles de género. En correspon- dencia, las mujeres del terruño también se sienten más atraídas por los hombres migrantes, lo cual lleva a preguntarnos si esto podría llegar a motivar algunos hombres jóvenes a migrar en busca de volverse también ellos más atractivos hacia las mujeres. Pierre Bourdieu, en su libro El baile de los solteros documenta la condición de soltería entre los campesinos primogénitos y la ironía que les juega el destino. A pesar de ser ellos los “privile- giados” sobre la herencia de la tierra y los bienes familiares, este destino los perfila a la soltería pues se vuelven menos atractivos que sus demás hermanos que migraron y se dedicaron a los oficios urbanos y cuentan con mayor poder adquisitivo e ideas que traen de la ciudad, las cuales son altamente valoradas. Jalostotitlán también permite volver a ser hombre, recuperar la masculinidad perdida y dismi- nuida por las normas de equidad de género, la incorporación de sus esposas e hijas al ámbito

description

La migración está cambiando el paisaje de distintasciudades del mundo enuncia Shinji Hirai al inicio de su libro: Economía política de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migración transnacional entre México y Estados Unidos.Tal como se esperaba, el último salvamento arqueológico realizado en este sitio permitió conocer más estructuras prehispánicas a través de las cuales podemos conocer un poco más del mismo, cuya ocupación data del Los edificios siguen hablando: nuevos hallazgos arquitectónicos en Zazacatla Preclásico Medio, Epiclásico y Posclásico Tardío, aunque hay materiales arqueológicos cerá

Transcript of Dahil Melgar, La Nostalgia De Los Migrantes, Georgia Yris Bravo López, Los edificios siguen...

Page 1: Dahil Melgar, La Nostalgia De Los Migrantes, Georgia Yris Bravo López, Los edificios siguen hablando: nuevos hallazgos arquitectónicos en Zazacatla. Articulos del Tlacuache 450 La

S U P L E M E N T O C U L T U R A L

CENTRO INAH MORELOS 450Enero 9, 2011

sigue... 4

Dahil M. Melgar Tísoc2

La migración está cam-biando el paisaje de dis-tintas ciudades del mundo enuncia Shinji Hirai al ini-cio de su libro: Economía

política de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migración transnacional entre México y Estados Unidos. Esta afirmación obliga a pensar en las múltiples redes y conexiones que

La nostalgia de los migrantes1

existen entre las migraciones, el desarrollo de las urbes y los imaginarios que han acompa-ñado a estos desplazamientos y transformaciones del espacio. Si volteamos la mirada en la histo-ria, para el caso mexicano pero también aplicable a otras regio-nes continentales, la emigración del campo a la ciudad promovida por la precarización del agro y el pujante y emergente desarrollo industrial en las urbes permitió consolidar el papel central y hegemónico de las ciudades a nivel nacional y micro-regional, no sólo en cuanto a las funciones políticas, económicas y produc-tivas que condensaban, sino tam-bién, dentro de la construcción de imágenes e imaginarios.

Las ciudades en mayúsculas se capitalizaron como destinos deseables, en tanto ofrecían oportunidades de trabajo y mo-vilidad social únicas; también en ellas se podía encontrar una extensa oferta de productos y bienes de consumo, institutos e instituciones de educación e industrias culturales. Cuando el boom de pujanza económica y laboral frenó, la migración in-terna se comenzó a orientar hacia otras coordenadas urbanas en el extranjero, de manera particular hacia Estados Unidos.

En este último país, la presen-cia de migrantes provenientes de diferentes coordenadas geográ-ficas y culturales complejizó la heterogeneidad cultural, étnica y racial de sus ciudades, no sola-mente a través de su recomposi-ción demográfica y la inserción de los migrantes y sus descen-dientes en las distintas esferas de la vida social, económica y política. También de manera fun-damental por la reproducción de prácticas y bienes culturales de sus lugares de origen, los cuales también circulan y se recrean en los lugares de destino. En la me-dida que la revolución tecnológica en los medios de comunicación y

transporte inten-sificó y abarató la circulación de flujos de bienes, ideas y personas, permitió que los migrantes y sus des-cendientes reforza-ran a través de ellas, los vínculos sociales y simbólicos que los co-nectan con sus comuni-dades de origen. Cuando estos flujos por su in-tensificación y densidad, construyen un entramado complejo de redes de rela-ciones sociales, económicas y políticas multilineales que conectan, conjuntan y recrean a una comunidad dispersa entre múltiples espacios localizados en al menos dos Estados-nación, se les califica --de acuerdo a la definición de Glick Schiller et al.-- como transnacionales. Este tipo de vínculos, permiten obser-var que si bien inevitablemente se produce una incorporación a la sociedad receptora, ésta no debilita la participación ni la per-tenencia a la sociedad de origen, pues los migrantes no rompen, sólo redefinen sus ataduras3. Por lo tanto, se pueden mantener re-laciones sociales estrechas con el terruño y sentirse a la vez parte del país receptor.

En este marco de aparente achicamiento de las distancias ¿por qué hay nostalgia a pesar de vivir en un mundo transna-cional?,4 el autor responde esta pregunta a través de la idea de nostalgia entendida no solamente como subjetividad sensible, sino también, como parte de una eco-nomía política.

La nostalgia toma ese cariz al ser utilizada como recurso eco-nómico, capital social y cultural, instrumento político y motor para la construcción y fortalecimiento de las conexiones transnacionales tanto por actores en el país recep-

tor como en el lugar de origen5. Inspirado en las tres dimen-

siones del espacio concebidas por Lefebvre: el espacio experi-mentado, el percibido y el imagi-nado. En su estudio, Hirai siguió la imagen del Jalostotitlán, un municipio en los Altos de Ja-lisco, a través su análisis como espacio imaginario, simbólico y físico. Al respecto, explica que el terruño imaginario representa la imagen mental de Jalostotitlán, esto es, el Jalos6 que se imagina y recrea mentalmente a través de los recuerdos. Este espacio imaginario es el alimento que nutre las nostalgias e idealiza-ciones sobre el terruño, las cua-les están orientadas de manera importante por las coordenadas de edad y género. Para los hom-bres jóvenes migrantes y aún sus descendientes, Jalos representa

un lugar mitificado a través de la valoración positiva sobre la belleza particular de sus mujeres y la posibilidad de infringir dis-tintas reglas de orden urbano; de manera particular, aquellas rela-cionadas a la organización de las fiestas, el consumo del alcohol y la música en altos decibeles, los cuales son altamente sanciona-dos en Estados Unidos.

Jalos representa el lugar idó-neo para buscar esposa pues se piensa que las mujeres jalostoti-tlenses preservan la concepción tradicional sobre el matrimonio y los roles de género. En correspon-dencia, las mujeres del terruño también se sienten más atraídas por los hombres migrantes, lo cual lleva a preguntarnos si esto podría llegar a motivar algunos hombres jóvenes a migrar en busca de volverse también ellos

más atractivos hacia las mujeres. Pierre Bourdieu, en su libro El baile de los solteros documenta la condición de soltería entre los campesinos primogénitos y la ironía que les juega el destino. A pesar de ser ellos los “privile-giados” sobre la herencia de la tierra y los bienes familiares, este destino los perfila a la soltería pues se vuelven menos atractivos que sus demás hermanos que migraron y se dedicaron a los oficios urbanos y cuentan con mayor poder adquisitivo e ideas que traen de la ciudad, las cuales son altamente valoradas.

Jalostotitlán también permite volver a ser hombre, recuperar la masculinidad perdida y dismi-nuida por las normas de equidad de género, la incorporación de sus esposas e hijas al ámbito

Page 2: Dahil Melgar, La Nostalgia De Los Migrantes, Georgia Yris Bravo López, Los edificios siguen hablando: nuevos hallazgos arquitectónicos en Zazacatla. Articulos del Tlacuache 450 La

Domingo 9 de enero de 2011el tlacuache 450 Domingo 9 de enero de 2011 el tlacuache 450

georgia Yris Bravo lópez

C omo se ha descrito a lo largo de una serie de artículos publicados en este suplemento, el sitio arqueológico de Zazacatla, localizado en el municipio de Xochitepec (Figura 1), fue un importante asentamiento del Preclásico Medio,

el cual ha tenido la desgracia de sufrir una serie de destrucciones desde el periodo prehispánico hasta hace unos años. Tal como se esperaba, el último salvamento arqueológico realizado en este sitio permitió conocer más estructuras prehispánicas a través de las cuales podemos conocer un poco más del mismo, cuya ocupación data del

Los edificios siguen hablando: nuevos hallazgos arquitectónicos en Zazacatla

Preclásico Medio, Epiclásico y Posclásico Tardío, aunque hay materiales arqueológicos cerá-micos del Preclásico Temprano. Los elementos arquitectónicos observados corresponden a siete diferentes estructuras, además de numerosos rellenos y pisos.

De estas siete estructuras, cinco son del Preclásico Medio (1000 – 400 a.C.), mientras que las otras dos son del Posclá-sico (1200 – 1521 d. C.), en el presente artículo haré referencia a las estructuras del Preclásico Medio, las cuales son las Estruc-turas 1, 2, 3, 4 y 5 (Figura 2). Las estructuras están en mal estado de conservación por varias cau-santes. A lo largo del Preclásico Medio, los mismos pobladores desmontaron algunas fachadas de los edificios para construir los

nuevos edificios, lo cual es la pri-mera causa de la destrucción de los edificios. Las siguientes ocu-paciones prehispánicas del área, tanto grupos epiclásicos como posclásicos reutilizaron las mis-mas piedras de las últimas etapas de los edificios del Preclásico Medio, afectando todavía más la arquitectura del sitio. Si, además, se agrega la destrucción moderna causada por agricultura, despie-dre en el terreno, relleno y ni-velación del mismo con cascajo durante la construcción de la au-topista, generando un terreno re-lativamente plano en donde antes había montículos, la destrucción del sitio resulta masiva.

La Estructura 1 es un gran basamento piramidal que sobre-sale de la superficie general del

terreno por 1.50m y consiste en rellenos colocados en diferentes momentos constructivos y de la cual sólo se encontró la fachada Este y parte de la fachada Sur. La fachada Oeste no fue locali-zada, cabe la posibilidad de que haya sido desmontada durante la época prehispánica, mientras

por rellenos del Epiclásico y del Posclásico. En uno de los mo-mentos más antiguos de la es-tructura hubo una estela lisa de piedra caliza cuyas dimensiones son 2.25m de alto por 1.20 de ancho y hasta 70cm de grosor, la cual posiblemente estuvo pin-tada con seres míticos o motivos rituales; para una etapa construc-tiva posterior a su uso se encon-tró frente a la estela un metate de piedra verde oscuro con restos de pigmento rojo, el cual se colocó a modo de ofrenda. La técnica constructiva de esta estructura es muy variada, ya que está cons-tituida tanto por muros rectos como muros en talud y muros de doble fachada, indicador ar-quitectónico que corresponde al periodo de modificación de la estructura. (Figura 5)

Figura 1. Ubicación de Zazacatla

Figura 2. Ubicación de las estructuras prehispánicas excavadas Figura 3. Fachada Este de la Estructura 1

Figura 4. Estructura 2

Figura 5. Estructura 3

La Estructura 4 consiste en un patio delimitado por muros rectos y de doble fachada en sus lados Este, Oeste y Norte, su temporalidad es del Preclá-sico Medio (Figura 6). De la Estructura 5, misma que tam-bién es del Preclásico Medio, no fueron encontrados muros, sin embargo, consta de un relleno masivo constituido por grandes piedras calizas y cantos rodados. La técnica constructiva utilizada en esta estructura es diferente a las otras estructuras del predio.

Si bien han sido denomina-das y descritas cinco estructuras, son más, ya que como se ha referido, en la época prehispá-nica los habitantes de Zazacatla desmontaron los antiguos edifi-cios para ser reutilizados tanto los espacios como los materiales

constructivos, por lo que cada estructura no es un solo edificio sino un conjunto de modifica-ciones y renovaciones de un es-pacio arquitectónico original. Ya que en Zazacatla hay abundancia de piedra caliza y travertino, el hecho de que los antiguos habi-tantes hayan desmontado las es-tructuras antiguas no implica un ahorro de trabajo y tiempo sino que podría tener implicaciones religiosas y espirituales e in-cluso políticas como parte de la dinámica cultural de renovación, con la finalidad de consolidar su estatus regional. Aunque las estructuras están en mal estado de conservación, permiten seguir conociendo el sitio arqueológico de Zazacatla, las cuales son evi-dencia de un poblado de gran envergadura como Chalcatzingo.

Figura 6. Estructura 4

se excavó un fragmento de la fachada Este. La fachada Norte no fue explorada, sin embargo, es posible que tenga las mismas características que la del lado Sur; mientras que al Oeste no se encontró muro, únicamente un relleno que no corresponde a la misma temporalidad en que fue construida la estructura, la cual es del Preclásico Medio. Este edificio fue construido con relle-nos de arcilla y piedras calizas con fachadas de muros rectos y en talud. Aunque su estado de conservación es mejor que la Estructura 1, de sus muros únicamente se conservaron dos hiladas de piedra. (Figura 4)

La Estructura 3 fue la que presentó mayor complejidad ar-quitectónica; se encontraron las fachadas Norte y Este, con creci-mientos posteriores. La fachada Norte fue explorada en su to-talidad, pero se pierde hace el Oeste; mientras que el caso de la fachada Este es similar, ya que se pierde hacia el Sur. Las fachadas Sur y Oeste no fueron encontradas. La inexistencia de estos muros así como la falta de continuidad de los otros se debe a la destrucción moderna. La complejidad arquitectónica de esta estructura radica en la gran actividad constructiva que muestra, ya que fue construida

y ocupada durante el Preclásico Medio, pero tuvo numerosas mo-dificaciones durante ese periodo además de haber sido cubierta

que la fachada Norte se encuen-tra en el predio colindante. La técnica constructiva observada es de rellenos de arcilla mezclada con gravas y piedras de caliza, contenidos por muros de cajo-nes constructivos cuyas fachadas son muros rectos formados por lajas de piedra caliza. Aunque, en términos generales, está en mal estado de conservación, sus dimensiones son un ejemplo de

gigantismo arquitectónico, ya que por lo menos tiene 140m de largo, por 40m de ancho y que desde su nivel de desplante es posible que haya tenido una altura mínima de 3.50m. Esta estructura fue edificada y ocu-pada durante el Preclásico Medio (Figura 3)

La Estructura 2 fue explorada en su lado Sur, encontrando gran parte de su fachada; también

Page 3: Dahil Melgar, La Nostalgia De Los Migrantes, Georgia Yris Bravo López, Los edificios siguen hablando: nuevos hallazgos arquitectónicos en Zazacatla. Articulos del Tlacuache 450 La

Domingo 9 de enero de 2011el tlacuache 450

Consejo editorial

Matamoros 14, Acapantzingo, Cuernavaca, [email protected]

www.lajornadamorelos/suplementos/el-tlacuache

Coordinación editorial de este número:

Gilberto lópez y rivas

Coordinación de producción: luis sánchez García

El contenido de los artículos es responsabilidad exclusiva de sus autores

Organo de difusión de la comunidad del Centro INAH Morelos

eduardo corona Martínez

hortensia de veGa nova

norberto González crespo

rafael Gutiérrez yáñez

paul hersch Martínez

Gilberto lópez y rivas

ricardo MelGar bao

luis MiGuel Morayta Mendoza

1 | La nostalgia...laboral, así como el marco jurí-dico que avala estos derechos en Estados Unidos. Muchos hom-bres esperan el retorno anual a México para “desquitarse” de las prohibiciones que se aplican so-bre su masculinidad el resto del año. Las mujeres perciben que los hombres cambian de acuerdo del lado de la frontera en que se encuentran. Una manera en que se exacerba esta reconquista de la masculinidad es a través del atuendo ranchero, pues al lle-gar a Jalostotitlán, “los hombres se disfrazan de rancheros”. Este atuendo representa un “disfraz” que se usa únicamente durante las actividades recreativas en el tiempo de ocio pues no forma parte de su cotidianidad ni tam-poco lo usarían en otros contex-tos; sin embargo, en Jalos se porta con orgullo pues lo ranchero les permite hipermasculinizarse.

Para los hombres jubilados de la tercera edad, permanecer en Estados Unidos los lleva a una ve-jez solitaria. La mayoría de ellos nunca aprendió inglés, por lo que las barreras del idioma impiden participar de las actividades y espacios de recreación para per-sonas de la tercera edad en dicho país. En Jalostotitlán, en cambio, se siente revalorizados pues aún juegan un papel social asociado al respeto que se tiene sobre la edad, así como pueden participar acti-vamente de múltiples actividades en el espacio público.

Para los migrantes es a través del retorno que pueden percibir y hacer público el cambio en su estatus social y económico por medio de su alta capacidad de consumo y los bienes, informa-ción y estilos de vida que traen de vuelta.

Se puede observar que la idea-lización y el deseo de retorno a Jalostotitlán son más fuertes entre los hombres que entre las mujeres. Regresar al terruño, aún temporalmente para las mujeres, representa volver a los viejos pa-trones de desigualdad de género, sufrir nuevamente de violencia física, la alcoholización de sus esposos y del inevitable encie-rro en casa. Para las mujeres su “vejez dorada” está en Estados Unidos, dónde pueden gozar de mayores libertades, pero tam-bién dónde se encuentran sus hijos y nietos a quienes idealizan cuidar en la vejez. Esto explica el porqué la mayoría de los mi-grantes que regresan anualmente son hombres jóvenes solteros o adultos mayores jubilados.

Debido a que el terruño ima-ginario no puede ser transmitido por sí mismo, tiene que pasar

al nivel de representación para ser visible7 y comunicado. Los objetos materiales relacionados al terruño sirven a este propó-sito: pinturas, grabaciones de los sonidos cotidianos, libros y can-ciones dedicadas e inspiradas en él, venta de productos locales, fotografías y videos, entre otros. Estas imágenes no hacen sino alimentar las nostalgias y senti-mientos sobre el lugar de origen y hacer del consumo de la nostal-gia un fenómeno colectivo.

Hirai apunta cómo lo imagi-nario delinea las representacio-nes simbólicas de Jalostotitlán, así como modela el terruño como espacio físico a fin de hacerlo co-rrespondiente al Jalos imagina-rio. La distancia con el terruño se da en términos geográficos pero también temporales, pues la mayoría de los migrantes dejó la comunidad cuando esta todavía era campesina. El paisaje de Ja-lostotitlán cambió por la dismi-nución de la actividad agrícola y pecuaria, la venta y reparto de las tierras, la urbanización, la emer-gencia de otros sectores econó-micos y la propia migración.

En la actualidad, Jalostotitlán es una ciudad a pesar de que románticamente los migrantes la sigan pensando en términos de un pueblo. En la medida que se ha romantizado las imáge-nes sobre la vida rural y estas no corresponden al Jalostotitlán contemporáneo, han proliferado distintos negocios y servicios que buscan satisfacer esta nos-talgia por el campo. En este pro-ceso, se observa un reestreno del pueblo, una neo-ruralización que no restaura el Jalostotitlán rural del pasado, sino las imágenes románticas que se han construido en los imaginarios colectivos. Cuando comenzó el auge de la migración hacia Estados Uni-dos, el rancho era visto como un espacio de atraso, en cambo el norte era como un espacio de progreso. Sin embargo, en el proceso migratorio […] [en la actualidad se observa que] los migrantes [desplazaron] el signi-ficado del campo y del norte.8

La nostalgia colectivizada ha-cia el terruño es utilizada por dis-tintos actores como capital social para vincular a los migrantes con su comunidad de origen. La Vir-gen de Asunción, santa patrona de Jalostotitlán, es el vínculo más fuerte bajo el cual se articula a la comunidad. Debido a que muchos migrantes no podían regresar a las fiestas patronales, se ingenió que la virgen fuera hasta ellos. En la actualidad existen varias replicas de la Virgen de Asunción: dos de ellas, fueron bautizadas como “las

peregrinas” pues circulan todos los años entre los hogares de los mi-grantes jalostotitlenses de la ciu-dad de Guadalajara y de Estados Unidos, respectivamente. Cuatro replicas permanecen de manera permanente en California. A la primera de ellas se le llama cari-ñosamente “la virgen indocumen-tada”, pues al igual que muchos migrantes, cruzó sin papeles.

Otra medida importante de ca-pitalización religiosa fue el estable-cimiento del Día de los ausentes, el cual se celebra el 16 de agosto de cada año. Esta celebración se superpone al inicio de las fiestas patronales en honor a la Virgen de Asunción. La creación de un día de los ausentes enmarcado en las fiestas patronales evidencia una estrategia de readaptación del ritual con el fin de vincular a los migrantes con la iglesia católica de su comunidad de origen. El reconocimiento que da la iglesia hacia de los migrantes jalosto-titlenses como ausentes permite que la adscripción religiosa se convierta también en un vehículo de reconocimiento comunitario. En este proceso la iglesia local obtiene un doble beneficio: por un lado cohesiona el tejido religioso a fin de evitar las posibles poro-sidades por las cuales penetre o se refuercen otras religiones. Lo que no es un asunto menor pues se ha observado que los migrantes son potenciales agentes para el cambio de orientación religiosa en las comunidades. Por otro lado, la iglesia local logra capitalizarse a través de las contribuciones eco-nómicas que donan los migrantes y sus familias.

Las iglesias en Estados Uni-dos también intentan captar a los migrantes a través de la incorpo-ración de la Virgen de Asunción a la capilla local y de la colabora-ción parroquial en la celebración litúrgica de sus festividades.

En la dimensión económica, los migrantes juegan un papel de-cisivo no solamente a través del envío de las remesas o la puesta en marcha de proyectos productivos de inversión conjunta de capitales entre los migrantes y los niveles municipal y estatal de gobierno9. El retorno regular de migrantes y su alta capacidad de consumo de servicios y de productos típi-cos también permite dinamizar las economías locales. Un impulso adicional sobre la economía jalos-totitlense se ha dado a través de la promoción turística de Jalos-totitlán dentro de la ruta cristera, aprovechando la vecindad con el santuario de santo Toribio Romo, protector de los migrantes indocu-mentados, el cual es visitado cada fin de semana por al menos 5,000

peregrinos. El turismo religioso permite buscar el flujo de turistas en cualquier situación, dado que en los momentos difíciles la gente va a los santuarios a pedir la solución de problemas y preocu-paciones, y cuando no hay proble-mas […] viajan para dar gracias a los santos y a la virgen. 10

La afluencia constante de peregrinos ha permitido que pro-lifere el comercio local, creando entre los habitantes fuentes de trabajo alternativo a la ganadería, la agricultura y la migración.

El deseo de consumo de los migrantes de productos típicos también permite el florecimiento en Estados Unidos de distintos negocios dedicados a satisfacer estas nostalgias, como el Nor-thgate Gonzalez Market, una fe-cunda cadena de supermercados fundada en 1980 por una familia de jalostotitlenses o el Xalos Bar.

El carácter transnacional tam-bién se refuerza por medio de las actividades filantrópicas de los clubes sociales de oriundos y la Fundación Jalostotitlán, a través de la inversión directa en infraes-tructura o de apoyos económicos a adultos mayores, familias de escasos recursos, niños enfermos y con “capacidades diferentes”.

En este aparente clima de bo-nanza, aparecen nuevas formas de desigualdad social, en tanto, una economía de remesas […] exa-cerba las desigualdades al “do-larizar” la economía local […] acentuando las diferencias de clase dependiendo de si se tiene o no a un [familiar] migrante y cuánto gana y envía.11 Esta nueva reconfiguración hace emerger una burguesía de las remesas y una clase baja transnacional com-puesta por aquellos que no reci-ben remesas ni tienen los medios suficientes para sustentar el viaje para migrar, pero deben comprar en una economía local dolarizada a pesar de ganar en pesos. 12 Ante este escenario, los pobres se han ido replegando cada vez más a la periferia de la ciudad. Esta invisibilidad de la pobreza, lleva a muchos migrantes a cuestionar como innecesarios los incentivos económicos que otorga la Funda-ción Jalostotitlán, pues para ellos en Jalos la migración acabó hace tiempo con la pobreza.

Es a través de estas múlti-ples dimensiones que Shinji Hirai aborda de manera holística las conexiones transnacionales entre Jalostotitlán y los distintos encla-ves de jalostotitlenses en Estados Unidos por medio del uso de la nostalgia como una economía po-lítica. Ésta se expande a través del espacio pero también en términos generacionales, pues la nostalgia

la viven y heredan los descen-dientes que aún sin conocer el terruño, se enlazan a él a través de la memoria de sus padres y las imágenes e imaginarios del te-rruño de los cuales ellos también participan. Sólo resta celebrar la aparición de este libro.

Notas1. Reseña del libro Economía po-lítica de la nostalgia: un estudio sobre la transformación del paisaje urbano en la migracion transna-cional entre Mexico y Estados Uni-dos de Shinji Hirai, investigador del Centro de investigaciones y Estudios Superiores en Antropo-logía Social, Unidad Noreste.2. Antropóloga Social. [email protected]. Itzigsohn y Gorguili, 20024. Hirai, 2009:315. Ibid., p. 456. Apócope de Jalostotitlán7. Ibid., p.1008. Ibid., p.1629. Los Programas 2x1 y 3X1 impul-sados por el gobierno mexicano, en el cual para el primer caso, por cada dólar invertido por los migrantes, el gobierno federal invertiría otro. En el caso del Plan de Desarrollo 3x1, por cada dólar, el gobierno estatal invertiría uno y el federal el segundo.10. Hirai, op. cit., p.25911. Castañeda 1996 citado en Smith, 2006: 7312. Smith, op. cit, p.73

Bibliografía- BOURDIEU, Pierre. 2004, El baile de los solteros: la crisis de la sociedad campesina en el Bearne. Coleccion argumentos, Barcelona: Editorial Anagrama.- GLICK SCHILLER, Nina; Linda Basch y Cristina Blanc-Szanton. 1992, “Transnationalism: A new analytic Framework for Under-standing Migration”, en Towards a transnacional perspective on Mi-gration, Annals of The New York of Sciences, vol. 645, pp. 1- 21.- HIRAI, Shinji. 2009, Economia politica de la nostalgia: un estudio sobre la transformacion del pai-saje urbano en la migracion trans-nacional entre Mexico y Estados Unidos. Mexico, D.F.: Universidad Autonoma Metropolitana, Uni-dad Iztapalapa.- ITZIGSOHN, José y Silvia Gor-guili Saucedo. 2002. “Immigrant incorporation and sociocultural transnationalism”, en Internatio-nal Migration Review vol.36 no.3, Estados Unidos de América, pp. 766-798. - SMITH, Robert. 2006, México en Nueva York. Vidas transnacionales de los migrantes mexicanos entre Puebla y Nueva York, México: UAZ-Miguel Ángel Porrúa.