Cuentos de Valores Humanos

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CUENTOS para trabajar en Clases DE VALORES HUMANOS SHANTI SHANTI SHANTI Cortesía Sra. Mirta Pedalino

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escuela para padres. educar con cuentos

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para trabajar

en Clases DE

VALORES HUMANOS

(SHANTI SHANTI SHANTI

Cortesa Sra. Mirta Pedalino

Valor Absoluto: VERDAD

Valor Relativo: AUTOCONOCIMIENTO

Edad Sugerida: DESDE 3 AOS

DOBI EL OSITO VALIENTE

Haba una vez un osito llamado Dobi, viva con su mam en el bosque, cerca del lago.

Una maana, la mam decidi cocinar para su hijo, su plato favorito, fideos con salsa.

Cuando Dobi se levant, el olorcito ya invitaba a mojar un pancito en la olla, cosa que mam impeda, siempre que llegara antes de que Dobi retirara la tapa. Esta vez lo logr, y arrebatando el pan de la mano de su hijo, puso en ella una canasta y le dijo:

Por favor, ve hasta el lago, y treme las hierbas que necesito para aromatizar la salsa.

Est bien dijo Dobi, mirando la olla con muchas ganas.

Tom el camino que llevaba al lago, de muy buen humor silbando una cancin.

De pronto oy que lo chistaban.

Mir hacia todos lados, sin ver a nadie

Chst, Chst.! Aqu arriba oso, Aqu!

Un mono, arriba de un rbol, lo llamaba Qu querra?

- Es a m? pregunt Dobi

Si, a dnde vas?-

Al lago, a buscar unas hierbas para mi mam.-

Y no tienes miedo de ir solo?

Por qu habra de tener miedo?

Porque en el lago vive un monstruo, feo, peludo y gritn

Cmo sabes eso?

Yo mismo lo he visto. Cuando llegues al lago asmate al agua y lo vers

El oso, sigui su camino, pero con algo de temor. Y si el mono deca la verdad?

Al llegar al lago, sus temores haban crecido durante el camino, se asom al agua, y al ver su propia imagen reflejada, se asust tanto que sali corriendo.

Lleg donde estaba el mono, y le dijo:

Tenas razn, lo vi. Era amenazante y sal corriendo.

El mono baj del rbol y busc un palo grueso y fuerte.

Toma esto le dijo Asmate sigilosamente y en cuanto lo veas, le pegas con el palo

Gracias, lo llevar y seguir tu consejo

Parti nuevamente, y al llegar y asomarse al agua, volvi a ver su reflejo blandiendo el amenazante palo.

Su temor aument, arroj el palo lejos de s y corri a su casa.

Al pasar por donde estaba el mono, ste le grit:

Qu pas? Le pegaste con el palo?

No grit el oso en carrera l tena un palo tambin.

Lleg a su casa asustado, sin las hierbas ni la canasta. Cont todo a su madre y ella le contest.

Dobi, ve otra vez al lago, y cuando veas al monstruo, sonrele, vers que el tambin te sonre.

No mami, tena un palo.

Hazme caso hijo, si tu no lo amenazas el tampoco lo har

El oso obedeci, no quera que su madre pensara que l era un cobarde.

Volvi a encontrarse con el mono, quien insisti con sus recomendaciones, pero Dobi slo quera recordar lo que su mam le haba dicho, si le sonrea, el monstruo tambin sonreira.

Lleg al lago, se asom al agua, sonri tmidamente, y vio su propia imagen sonriendo tambin.

Entonces sonri ms, y ms, hasta que rompi a rer a carcajadas. Entonces tom su canasta, que haba quedado tirada y comenz a recoger las hierbas para aromatizar la salsa.

(Recreacin sobre el argumento de un dibujo animado ruso.)

Mirta Pedalino

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: FE

Edad Sugerida: DESDE 3 AOS

EL NGEL DE LOS NIOS

Un niito que estaba por nacer, le dijo a Dios.

Seor, me enter que vas a enviarme maana a la Tierra. Dime, cmo vivir tan pequeo e indefenso como soy?

Entre muchos ngeles, escog uno para ti, que te estar esperando, y se encargar de cuidarte.

Pero Seor, aqu en el cielo no hago ms que cantar y sonrer, eso me basta para ser feliz

Tu ngel te cantar, sonreir todos los das, y t sentirs su amor y sers feliz

Cmo entender cuando la gente me hable? No conozco el idioma que hablan los hombres.

Tu ngel te dir palabras dulces y tiernas. Y con paciencia y cario te ensear a hablar.

Qu har cuando quiera hablar contigo?

Tu ngel te juntar las manitos y te ensear a orar

He odo que en la Tierra hay hombres malos. Quin me defender?

Tu ngel te defender, an a costa de su propia vida.

Pero estar siempre triste, porque ya no te ver

Tu ngel te hablar de M, y te ensear el camino para que regreses a m presencia, aunque Yo siempre estar a tu lado

En ese instante una gran paz reinaba en el cielo, pero ya se oan voces terrestres, y el nio presuroso, deca suavemente:

Dios mo, si ya debo irme, dime su nombre Cmo se llama mi ngel?

Su nombre no importa, tu slo le dirs mam.

Valor Absoluto: VERDAD

Valor Relativo: AUTO CONOCIMIENTO

Edad sugerida: 3 a 5 aos

LA ARAA SARA

En la rama de un rbol estaba Sara, la araa tejedora.

Punto arriba, punto abajo, punto derecho, punto revs...

Teja bufandas largas y sacos cortos. Teja frazadas de colores y gorros con pompn... Teja de da, teja de noche. Un da dijo:

Tejo y tejo todo el da. Estoy aburrida!

En ese momento, pas por all el grillo cantor con su guitarra.

Te cambio mis agujas de tejer por tu guitarra le dijo Sara.

Bueno! Contest el grillo y se alej tejiendo el aire.

Mientras tanto, Sara se qued tratando de tocar una cancin.

El grillo salt por todos lados y como el tejido lo aburra, fue hasta la flor amarilla, donde viva la abeja y le dijo:

Te cambio estas agujas por un frasco de miel.

Bueno! dijo la abeja y guard las agujas para tejer ms tarde.

El grillo se alej comiendo miel, sin cuchara y sin servilleta.

La abeja tom las agujas y se puso furiosa, porque los puntos se le escapaban.

Esto es un lo- dijo y sali volando.

Cuando lleg a la casa del caracol, lo encontr regando las flores de su jardn, con la regadera, y le dijo:

Te cambio unas agujas de tejer por tu regadera.

Bueno! dijo el caracol, y guard las agujas de tejer en su casita, mientras la abeja se iba contenta a regar su flor amarilla.

Cuando el caracol busc las agujas, se dio cuenta que no saba tejer, y como no le servan para nada, se las regal a una vaquita de San Antonio que pasaba por all.

Gracias!- le dijo la vaquita, pero a ella tampoco le eran tiles. Las guard bajo su ala, y sigui paseando, por las flores blancas, las flores rojas, las flores azules. De pronto oy que alguien lloraba desde una rama. Se acerc y vio que quien lloraba era la araa Sara.

Por qu lloras?- le pregunt.

Porque mis hijitos tienen fro, y no tengo con que tejerles un saquito.

Sorpresa! grit la vaquita de San Antonio, y sac las agujas de tejer de debajo de sus alas

Gracias! dijo la araita tejedora y le regal, a cambio la guitarra.

Tralal! Tralal! Tralalero, lero, la! cantaba la vaquita.

Mientras tanto, Sara empez:

Punto arriba, punto abajo.

punto derecho, punto revs

Fuente: Los cuentos de jardincito Autora: Edith Mabel Russo

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: AUTO ESTIMA

Edad Sugerida: 3 a 5 aos

PALMIRA

Justo en el medio de la plaza estaba Palmira. Una palmera altsima, preciosa, pero de mal carcter. Siempre estaba enojada, protestando y protestando.

En cambio el roble, que estaba a su lado, redondo, como un abrazo, se senta feliz. Los pajaritos lo haban elegido, para armar en l sus nidos.

Los pinos jugaban por las noches, a las escondidas con las estrellas y, durante el da, dorman la siesta, mientras el sol los acariciaba.

Estaban contentos todo el tiempo.

El sauce se diverta, formando con sus ramas, anillos en el agua cristalina de la fuente. En una palabra, todos los rboles eran felices. Palmira, la palmera, no.

Un da cuando se qued dormida, despus de protestar, durante horas y horas, los rboles decidieron reunirse para hablar del asunto.

- Esto no puede seguir as! dijo un pino muy enojado.

Yo ya no la soporto! agreg el sauce A veces me dan ganas de levantar mis ramas cargadas de agua y mojarla toda. As se le pasa el mal humor.

Otro pino dijo:

Si pudiera mudarme de plaza, lo hara hoy mismo.

Yo quisiera saber qu le pasa dijo el roble pero cada vez que quiero hablarle, se da vuelta y mira para otro lado

Qu le pasar? dijeron las flores Nosotras, desde aqu abajo, no nos enteramos de nada.

Conversaron tanto, que ninguno de ellos, se dio cuenta, que haba llegado la noche.

El cielo se salpic de estrellas, y apareci la luna brillante y redonda.

Cuando vio los rboles tan preocupados, se acerc y les pregunt:

Qu les pasa amigos? Qu caras tienen! Qu les preocupa?

Nos preocupa Palmira, no sabemos qu le pasa. Siempre est enojada dijeron todos juntos

Yo s qu le ocurre, porque por las noches, cuando ustedes duermen, ella habla conmigo.

Cuntanos por favor! Queremos saber qu le pasa.

Est enamorada.

Enamorada?

Si, est enamorada del roble. Y dice que el no la mira, porque siempre est despeinada.

Y quien la despeina?

El viento, y para colmo siempre se burla de ella, y le grita

Palmira, plumero

Palmira es el plumero del cielo!

Pobre Palmira! Tenemos que ayudarla

Yo s como hacerlo dijo el roble- mientras despertaba a los pajaritos que, como cada noche dorman en sus ramas.

Les habl en secreto, y mirando a sus amigos los rboles, les dijo:

Ahora, todos a dormir. Maana Palmira, tendr una sorpresa.

Apenas el sol empez a bordar su camino amarillo en el cielo, empezaron a llegar los pajaritos uno a uno. Cada uno traa en el pico, un broche de colgar la ropa. Volaron hasta la cabeza despeinada de Palmira, y armaron trenzas con sus ramas, sujetndolas con los broches de colores.

Palmira no lo poda creer, se vea hermosa. Hasta se puso a cantar.

Cuando el roble se despert, la vio tan linda y sonriente, que le tir un beso grande, verde y saltarn.

Desde ese da en la plaza, todo fue alegra. Llegaron pajaritos de todos lados, para piarles canciones romnticas al roble y a la palmera.

Estaban tan enamorados, que entrelazaban sus hojas, suspiraban y se escriban cartitas de amor.

Fuente: Los cuentos de jardincito Autora: Edith Maria Russo

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: COMPASIN

Edad sugerida: 3 a 5 aos

Palomina y Palomino adoptan un pichn.

Haba una vez, una paloma gris, de esas que a veces anidan en los balcones. Se llamaba Palomina. Un da decidi tener amigos; encontr a Palomino y empezaron la amistad.

Juntos buscaron comida, jugaron a las escondidas entre las ramas de los rboles, se baaron con las gotitas que escapaban de las fuentes, y por las maanas, tomaron agua de roco.

Cuando quisieron hacerse un nido, buscaron pajitas, encontraron clavos y se confundieron.

Un carpintero los haba olvidado en el techo de un edificio que estaba construyendo. Uno a uno, los amigos llevaron los clavos, hasta una lata de dulce vaca, que estaba en el balcn.

Y... patatn, patanado, nido clavado! Que es lo mismo que decir, hecho con clavos.

Pero... Sirven los nidos clavados? Pobre Palomina y Palomino! Era tan duro y fro, que pronto decidieron desarmarlo, y, uno a uno, devolvieron los clavos al carpintero.

Pasaron unos das, encontraron pelos de caballo, de los que se llaman crines, pajas, palitos, y plumas, y.. Para arriba, para abajo, terminado el trabajo! El nido listo.

Lo usaron? No. Un gorrin lo necesitaba para sus gorrioncitos, que tenan fro. Haran otro. Lo fabricaron, pero esta vez, se lo dieron a una paloma mensajera, que por tanto mensajear, no tena tiempo para hacerse uno.

Otro lo hicieron en el campo, junto a los yuyitos. Se lo prestaron a una perdiz, que nunca se los devolvi.

As fueron haciendo y regalando nidos, y ellos durmieron sobre ramas de los rboles.

Con tanto ir y venir, trabajar y trabajar, pas el tiempo y se olvidaron de poner los huevitos, de donde salen los pichones.

Cierta vez en un nido vecino, descubrieron palomitos. Cmo hacer para tenerlos ellos tambin? Ya eran viejecitos. Preguntaron pero nadie les dio razones. Los pichones nacen de los huevos, y ellos haban olvidado como fabricarlos.

Un da que el sol desparramaba sus rayos por todos lados, porque ninguna nube se los tapaba, en el suelo vieron un pichoncito sin plumas que apenas poda piar.

Curiosos bajaron hasta donde estaba el palomito que, con el pico abierto, peda comida

Como ellos recin haban comido unos sabrosos gusanitos, sacndoselos del buche le dieron de comer. Al da siguiente, y al otro, y al otro, sucedi lo mismo, entonces los palomos decidieron llevarlo con ellos hasta el nido.

Cuando el pichoncito pudo piar, bajito empez a decirle pap a Palomino, y mam a Palomina. Que alegra tuvieron! No haba salido de un huevito de ellos, y les deca pap y mam... Ya era su hijo!

Con unos bonitos gurug, gurug, as hablan las palomas, agradecieron a Dios, por habrselos enviado, y desde ese da fueron la familia de palomos ms feliz del mundo

Y colorn, color aromo, se acab el cuento de los palomos.

Fuente: Los cuentos de Jardincito Autora: Teresa Alvado de Lardizbal

Valor Absoluto: RECTITUD

Valor Relativo: CORAJE

Edad sugerida: 3 a 5 aos

El payaso Plin Plin

El payaso Plin Plin estaba muy, pero muy, triste. Cada vez que los chicos lo nombraban, era para recordar aquella tarde en que se pinch la nariz y empez a estornudar.

Yo hice cosas ms importantes en mi vida que pincharme la nariz! deca muy, pero

muy disgustado Por ejemplo, - se recordaba una vez se escap el tigre de su jaula, y yo no tuve nada de miedo, lo acorral con una silla y lo encerr nuevamente, para que ningn chico que vino al circo, corriera peligro.

Otro da, le quit una espina de la pata al elefante, para que no sufriera el pobrecito. Porqu entonces slo me recuerdan por algo tan insignificante como haberme pinchado la nariz. ?

Mientras daba vueltas y vueltas alrededor de un rbol, se haca esta pregunta una y otra vez.

Un ratoncito que viva arriba del rbol, lo escuch, y sali de su escondite.

Payasito Plin Plin, no me gusta ver a nadie tan preocupado. Por qu no me cuentas cmo fue que te pinchaste la nariz, a lo mejor entre los dos, entendemos por qu los chicos te recuerdan por eso, en lugar de por tus actos tan valientes? le propuso el inquieto ratoncito.

No creo que nadie pueda ayudarme pero por las dudas te cuento contest Plin Plin

Resulta que una tarde, cuando la funcin estaba por comenzar, me agach para sacarle brillo a mis enormes zapatos y zas!, Se me descosi la parte de atrs del pantaln. Tom una aguja y un pedazo de hilo, muy apurado porque tena poco tiempo. Como no tena mis anteojos, no poda enhebrar la aguja. Entonces para ver mejor, me acerqu ms y ms a ella, un poquito ms, y otro poquito ms, hasta que zas! Me pinch la nariz. El fuerte pinchazo me hizo estornudar veintitrs veces seguidas. Cuando pude parar de estornudar, sent que todos los chicos rean con ms ganas que nunca. Mir a mi alrededor y, con sorpresa, vi que alguien haba descorrido el gran teln que me tapaba. Los chicos haban visto todo!

Plin Plin estaba colorado de vergenza.

Ahora entiendo! grit el ratoncito muerto de risa. Uno puede olvidarse de un payaso

que encierra a un tigre o ayuda a un elefante. Pero Plin Plin, quin no se va a acordar de un payaso que se pincha su colorada nariz, con la punta de una aguja, en medio de una funcin de circo? Y para colmo con todo el pantaln descosido

Plin Plin tom al ratoncito entre sus manos, lo mir serio, y luego se larg a rer tanto como su amiguito.

Fuente: Los cuentos de jardincito Autora: Claudia Mazzeo

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: SolidaridadEdad sugerida: 3 a 5 aos

Maria Chucena techaba su choza

Otra vez ms, Chola, la chanchita, techaba su choza, y seguro que el viento pasara jugando y silbando y se lo llevara hasta las nubes, como si fuera un barrilete.

Al verla afligida, un techador que por all, pasaba, le dijo:

Qu pasa doa Chanchita? Est techando otra vez su choza, o techa la ajena?

No techador, no es la choza ajena. Estoy techando mi choza, porque el viento ha vuelto a pasar, jugando y silbando...

Oh!...Que calamidad, seora Chola!

Si, es un gran inconveniente, pues fjese usted, seor techador, que esta noche vendrn a visitarme, mis amigos Lucho, Pirucho, y Pucho, y seguramente se sentirn muy incmodos en una casa sin techo. Qu le parece amigo?

Mmmmm... Le dar una idea. Qu opina si le pedimos ayuda a Maria Chucena? Ella sabe techar a las mil maravillas su choza y la choza ajena.

Tiene razn... ! Usted cree que aceptar?

No se preocupe doa Chanchita... Vendr. Y mientras usted, prepara cosas ricas para sus invitados, nosotros compondremos su techo.

Y entonces vino Mara Chucena, con su escalera hecha con ramas de primavera. Y mientras Chola, haca la sopa, ella techaba la choza ajena, con muchas pajas y zunchos, con varios tallos de enredadera sin ningn pinche.

El techador sujet todo con tachuelas y moos de chala de choclo en las esquinas.

Y cuando el viento pas, jugando y silbando, frente a la choza de doa Chola, le dijo a las nubes:

No! Esta vez no la toco. Est muy linda!

En la primavera, las ramas de enredaderas florecieron y los pajaritos anidaron, cantando en el techo de la choza, que haba techado Mara Chucena.

Fuente: Los cuentos de jardincito

Valor Absoluto: VERDAD

Valor Relativo: CURIOSIDAD

Edad Sugerida: de 3 a 6 aosLA MONA DETECTIVE

Monona es una mona muy inteligente. Vive con su familia, en los rboles de la selva, comiendo frutas y brotes tiernos de las ramas.

Duerme la siesta en una camita que se hizo entre los rboles bien altos, a la sombra.

Cuando se levanta, juega a las moneras, con sus hermanos y primos monos, que siempre vienen a visitarla.

Pero a Monona, lo que ms le gusta es investigar. Se sienta pacientemente a estudiar las hormigas, para aprender la forma ordenada que tienen de trabajar.

Se va por las ramas bien lejos, buscando un panal de miel, y observa cmo las abejas la preparan, con el nctar que traen de las ms lindas flores de la selva.

Estudia a los pjaros, y ve como arman sus nidos y cuidan de los pichoncitos.

Mira con atencin, como camina la serpiente, que no tiene patas.

A veces, vuelve a casa con un picotn de abeja, o un chichn por caerse de alguna rama muy alta. Pero vuelve contenta, porque a ella le gusta curiosear.

No se conforma con lo que le cuentan los otros monos, le gusta saber. Si en la selva hubiera libros y Monona aprendiera a leer, ella solita podra escribir uno con todo lo que aprende observando pacientemente a los animales, las plantas, las nubes. Le gusta juntar flores de diferentes colores, y hojas de rboles y las guarda. Mira con atencin la marcha de los elefantes y no tiene miedo a los leones, porque ya sabe que ellos no pueden subir, adonde est ella.

Los otros monos le hacen burla, pero ella no les hace caso y se va de rama en rama, en busca de algo interesante para aprender.

Un da la mam de Monona, le hizo una gran torta de cumpleaos, cubierta de bananas, higos y cerezas. La dej sobre una piedra para que se enfre, mientras iba a buscar el dulce de leche para decorarla.

Cuando volvi, la torta ya no estaba ms. La busc por todas partes, y nada. Alguien la haba robado. Pero quin?

La noticia corri de boca en boca y cuando todos estuvieron enterados, comenzaron a preguntarse quin se haba llevado la torta de Monona.

Yo no fui- dijo uno

Yo tampoco dijo otro

Nadie fue? - pregunt Monona

Nadie! le contestaron todos

Entonces, yo voy a descubrir quien fue, ya vern- dijo Monona, y se puso a mirar muy seria el lugar de donde la torta haba desaparecido.

Era una torta muy grande, as que el que se la llev debe tener mucha fuerza, y tambin dos manos- pens

As que los pjaros no pueden ser. Si se la llev caminando, debera haber dejado huellas, y huellas de pies aqu no hay sigui pensando.

As que elefantes no pueden ser y jirafas tampoco. Tiene que haber venido por las ramas, colgndose de la cola o de los pies para poder llevar la torta con las manos

Dando vuelta y vueltas, alrededor de la piedra, Monona encontr pedacitos de fruta cada.

Aj, se fue por ac descubri.

Y siguiendo el rastro, lleg casi hasta el borde del bosque, hasta donde viven los gibones, que son monos, que son monos que viajan por los rboles, andando con manos y pies.

Y justo bajo un rbol encontr a dos monos gibones, relamindose de gusto, a punto de comerse la torta.

Piedra libre para mi torta de cumpleaos! - grit Monona, y los monos sorprendidos huyeron por los rboles.

Ac est mi torta, mami. Dijo Monona llegando a su casa.

Por ser tan estudiosa e inteligente, resolviste el misterio hija- le dijo su madre.

Que tengas un muy Feliz Cumpleaos! Y todos los monos aplaudieron

Fuente: Los cuentos de jardincito Autora: Lili del ValsValor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: FE

Edad Sugerida: DESDE 4 AOS

ALEGORA PARA AYUDAR A ENFRENTAR LA MUERTE

En el fondo de un viejo estanque, viva un grupo de larvas que no comprendan por qu

cuando alguna de ellas ascenda por los largos tallos de lirio hasta la superficie del agua, nunca ms volva a descender donde ellas estaban. Se prometieron una a otra, que la prxima de ellas que subiera a la superficie, volvera para decirles a las dems lo que le haba ocurrido. Poco despus, una de dichas larvas sinti un deseo irresistible de ascender hasta la superficie.

Comenz a caminar hacia arriba por uno de los finos tallos verticales y cuando finalmente estuvo fuera, se puso a descansar sobre una hoja de lirio. Entonces experiment una transformacin magnfica que la convirti en una hermosa liblula, con unas alas bellsimas

Trat de cumplir su promesa, pero fue en vano. Volando de un extremo a otro de la charca poda ver a sus amigas en el fondo. Entonces comprendi que incluso si ellas a su vez hubieran podido verla, nunca habran reconocido en esta criatura radiante a una de sus compaeras.

El hecho de que despus de esa transformacin que llamamos muerte no podamos ver a nuestros seres queridos, ni comunicarnos con ellos no significa que hayan dejado de existir.

Walter Dudley Cavert

Adaptacin para nios

Pablito volvi del colegio y como siempre, entr corriendo. Pas por la cocina le dio un beso grandote a su mam; colg el guardapolvo en su perchero, dej los tiles, y sigui su carrera hacia el patio de atrs, con el grito de todos los medioda en la voz:

-Tobi. Tobi! Ya llegu.-

Pero no sinti las patitas de Tobi sobre su pecho como siempre. Extraado volvi a llamarlo varias veces, sin advertir que su mam estaba tambin en el patio, detrs de l.

Cuando la vio, su expresin de tristeza, le cerr la garganta de angustia.

-Dnde est Tobi?-

Pero no esper la respuesta. Los ojos de su madre, se la haban dado, antes que las palabras entrecortadas que salan de sus labios.

Corri a su cuarto y se arroj sobre la cama a llorar amargamente.

La mam se sent a su lado, y lo dej llorar todo lo que necesitara. Cuando por fin Pablito pudo hablar, solo dijo:

-Por qu?

La mam por respuesta, tom el libro de cuentos que su hijo conoca tan bien, y ley.

En el fondo de la fuente que hay en la plaza del pueblo, vive una familia de larvas. Son muy unidas y se cuentan sus secretos y sueos. Un da una de ellas sinti un gran deseo de subir por un tallo de lirio, que creci en la fuente, y les dijo a sus amigas:

Ir hasta la superficie del agua, ver que hay fuera del estanque y volver a contarles.

Pero nunca regres. Las larvas no podan entender, como haba olvidado su promesa.

Al poco tiempo, una de ellas quiso repetir la aventura, pero antes prometi no hacer lo mismo que la que haba ido primero,

Yo volver, se los prometo. Cueste lo que cueste, volver!

Comenz a caminar por un fino tallo y cuando finalmente estuvo fuera, se puso a descansar

sobre una hoja.

El sol calent su cuerpecito, y empez a sentir, que cambiaba, que se desprenda de l.

Era una transformacin muy bella, ahora tena alas transparentes. Las agit y se dio cuenta que poda volar.

Mir a su alrededor, y un mundo desconocido atrajo su atencin.

Qu eran esas bellsimas cosas, agarradas de tallos como los que crecan en la fuente?

Pero si ahora tengo alas! Puedo volar y ver de que se trata. Se dijo

Al llegar se encontr con que alguien sala de adentro.

Quin eres? pregunt

Soy abeja, estoy recolectando nctar para hacer miel

Qu es esto?

Una flor.

Que hermosa! Donde yo viva no haba flores.-

Al decir esto, record su promesa de volver al fondo de la fuente, para contarles a sus amigas las cosas que haba visto en este nuevo lugar.

Chau abeja! Tengo que volver con mis amigas.

Vol de vuelta a la hoja de la que haba partido, desde all poda ver a sus amigas. Al dirigirse hacia el agua, se vio reflejada. Entonces comprendi, que no podra cumplir su promesa.

Sus amigas no hubieran reconocido este nuevo, bello y radiante cuerpo que ahora tena.

Adems estaba preparado para otro espacio, en el aire libre, no debajo del agua.

Sinti un poquito de pena, pero enseguida se dio cuenta, que llegara el da en que ellas tambin conoceran este otro lugar, fuera de las aguas de la fuente.

Pablito mir a su mam, y pregunt:

- Tobi estar en algn lugar mas lindo?

As es hijo, los cuerpos no duran siempre, pero el alma s.

Tobi tena alma?

Todos los seres, son creacin de Dios, y Dios esta en todo lo que cre y es eterno.

Podr querer a otro perrito, algn da?

Tu amor por Tobi, est an en tu corazn?

Si mami!

Bueno, no tienes mas que trasladarlo a otro perrito que lo necesite.

Pablito abraz fuerte a su mam, y sinti que su corazn se llenaba de ternura.

Mirta Pedalino

Valor Absoluto: RECTITUD

Valor Relativo: TRABAJO-ORDEN

Edad sugerida: Desde 6 aos

LA HORMIGUITA VICKY

Haba Una vez una hormiga que no quera trabajar. Vicky prefera mirarse las patitas, jugar y correr. Cualquier excusa era buena para no trabajar. Sin embargo se aburra mucho porque no tena con quien jugar, las otras hormigas, preferan trabajar cuando haba que hacerlo, y jugar cuando llegaba la hora de jugar.

Un da en que Vicky se haba ido al bosque, lleg al hormiguero, un hada hormiga voladora. Este hada explico al grupo, que estaba buscando la mejor hormiga del mundo, y que para ello iba a hacer un concurso, Cada hormiga, podra acumular puntos, si trabajaba, cuando fuera la hora de trabajar, jugaba en el momento oportuno, y si tambin tena muchos amigos. El hada vigilara el desarrollo del concurso

As, las hormigas se pusieron a trabajar, porque cada una de ellas saba, que poda ganar.

Parecan infatigables, sus finas patas estaban siempre en movimiento, no sentan el cansancio ni los calambres.

Cuando Vicky regres al hormiguero, encontr que haba mucho trajn. Nadie le habl, no haba tiempo. Todas las hormigas cantaban, sonrean, y transportaban provisiones. Ella se sinti un poco aislada. Al atardecer, por fin, logr saber lo que pasaba y porqu todo el mundo estaba tan agitado.

Entonces se dijo, que quera ganar el concurso y, sobre todo que era capaz de ganarlo.

Desde el da siguiente, nuestra hormiga acompa a las otras al trabajo. Al principio sus patitas se cansaron mucho porque Vicky, no estaba acostumbrada a jornadas tan largas.

Sin embardo, no se desanim, pues quera ganar el concurso y convertirse en la mejor hormiga del mundo.

Trabaj cuando deba trabajar y jug cuando era el momento de jugar. Consigui muchos amigos porque estaba siempre contenta y era muy agradable trabajar con ella.

Luego lleg el momento de la gran final. Todas las hormigas inscriptas en el concurso, estaban ansiosas. Finalmente el hada hormiga voladora, nombr a la ganadora:

-Por haberse esforzado mucho, y haber mejorado su rendimiento, nombro ganadora a la hormiga Vicky-

Todos aplaudieron. Se senta tan contenta y orgullosa de si misma! El hada , le entreg un certificado y tambin un secreto.

El hada le dijo: Sers siempre muy trabajadora, y cuando sientas que tus patitas estn cansadas, o te falta nimo, hars tres respiraciones profundas, y entonces te envolver una nube azul, que te dar fuerzas y el valor que necesites para continuar. Solo tu podrs ver esa nube. De este modo, seguirs siendo la mejor hormiga del mundo

Michel Dufour

Valor Absoluto: RECTITUD

Valor Relativo: CONCENTRACIN

RESPETO POR LAS REGLAS

Edad sugerida: DESDE 6 AOS

RAPIDN Y LA SIRENA

Rapidn era un pez pequeo y juguetn, que pareca todo de oro, porque cuando nadaba cerca de la superficie del mar, los rayos del sol se reflejaban en su cuerpo. Era muy inteligente, y tambin tena un corazn de oro. Todos lo queran y l era amable con todos los que lo rodeaban.

Sin embargo, le resultaba muy difcil quedarse quieto. Cuando estaba con sus amigos, y deba escuchar al Gran Delfn, que era el que enseaba todo respecto al mar donde vivan, no lograba dejar quietas, ni su cola, ni sus aletas. Se mova en todas direcciones, nadaba a izquierda o derecha, todo el tiempo sin parar.

Un da en que estaba especialmente inquieto, vio aparecer una sirena, que le hizo seas de que se acercara. Rapidn se sinti impresionado, porque aunque haba escuchado hablar mucho de sirenas, era la primera vez que vea una de verdad.

La sirena le habl con amor, le dijo que haba observado su necesidad de moverse continuamente. Rapidn le explic que haba intentado todo, pero no lograba controlarlo, era mas fuerte que el.

Entonces la sirena le pidi que moviera la cola, y luego la dejara quieta. Rapidn lo hizo sin problemas. Despus le pidi que hiciera lo mismo con las aletas, y pudo hacerlo.

La sirena le explico, que su cabecita era la que controlaba todo su cuerpo. Rapidn lo comprob, cada vez que pensaba, -cola qudate quieta la cola le obedeca.

Se puso muy contento, y le agradeci a la sirena sus consejos. Ella antes de irse, le dio otra enseanza muy valiosa. Le dijo que si quera que su cabecita tuviera an mas poder, solo tena que hacer varias respiraciones profundas y lentas varias veces al da, pero sobre todo cuando empezaba a ponerse inquieto.

Rapidn puso en prctica todo lo que la sirena le ense, saba que era una gran suerte haberla conocido. Pronto aprendi a controlarse y hacer bien todo lo que se propona.

El Gran Delfn le dio un diploma, por haber mejorado tanto en sus clases. Porque ya no estaba nervioso, y su aprendizaje era cada da mejor.

MICHEL DUFOR

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: AUTOACEPTACIN

Edad Sugerida: Desde 6 aos

EL SAPO VERDE

Humberto estaba muy triste, entre los yuyos del charco. Ni ganas de saltar tena. Y es que le haban contado, que las mariposas del jazmn, andaban diciendo que era un sapo feo, fecho, fesimo, re-feo.

Fecho, puede ser... - dijo mirndose en el agua oscura, - pero tanto como re-feo... Para m que exageran... Los ojos un poquito saltones, eso s. La piel, un poco gruesa, eso tambin. Pero, Qu sonrisa!

Y despus de mirarse un rato, le coment a una mosca curiosa, pero prudente, que andaba dando vueltas sin acercarse demasiado.

Lo que a m me falta, son los colores. No te parece? Verde, verde, todo verde Porque pensndolo bien, si tuviese colores sera igualito a las mariposas.

La mosca, por las dudas, no hizo ningn comentario.

Humberto se puso la boina, y sali corriendo al almacn de los Bichos.

Timoteo, uno de los ratones ms atento, que se viera nunca, lo recibi, como siempre, con muchas palabras.

Qu lo trae por aqu, Don Humberto? Anda buscando fosforitos para cantar de noche? A propsito tengo una boina a cuadros, que le va a venir de perlas.

Nada de eso, Timoteo. Ando necesitando colores.

Piensa pintar la casa?

Usted ni se imagina, Timoteo, ni se imagina

Y Humberto, se llev el azul, el colorado, el fucsia y el anaranjado. El verde no, porque Para qu puede querer el verde, un sapo verde?

En cuanto lleg al charco, se sac la boina, se prepar un pincel con pastos secos y empez: una pata azul, la otra anaranjada, una mancha amarilla en la cabeza, una estrellita colorada en el lomo, el buche fucsia. Cada tanto se miraba en el espejo del charco.

Cuando termin, tena mas colorinches, que la ms pintona de las mariposas. No le quedaba ni un pedacito de verde, igualito que las mariposas.

Estaba tan alegre, que salt tanto, que las mariposas del jazmn lo vieron y vinieron en bandada hasta el charco.

Ms que feo, re-fesimo! dijo una de pintitas azules, tapndose los ojos con las patas.

Feo, feo, feo! dijo otra, sacudiendo las antenas de las carcajadas

Un sapo no es una mariposa dijo otra

Lo nico que falta, es que quiera volar termin otra

Pobre Humberto! Y l que estaba tan contento, con su corbatita fucsia. Tanta vergenza sinti, que se tir al charco para esconderse, y se qued un rato largo en el fondo, mirando como las aguas le borraban los colores

Cuando sali, todo verde, como siempre, todava estaban las mariposas, volando y rindose.

Sapo verde. Sapo verde. le gritaban

Pero en eso, pas una calandria lindsima. Linda con ganas, requetelinda, tan linda que las mariposas, se callaron para mirarla revoloteando entre los yuyos. 1

Al ver el charco, baj para tomar agua, y peinarse las plumas con el pico. Lo vio a Humberto en la orilla, verde, triste y solo. Entonces dijo, en voz bien alta:

Que sapo tan buen mozo! Y qu bien le sienta el verde!

Humberto le dio las gracias, con una sonrisa gigante de sapo, y las mariposas, perdieron los colores de pura vergenza, y as anduvieron, caiduchas y transparentes todo el verano.

El sapo verde nunca mas se sinti feo, y alegraba siempre la laguna con su canto feliz.

Adaptacin Graciela Montes

Valor Absoluto: PAZ

Valor Relativo: UNIDAD

Edad sugerida: DESDE 6 AOS

El MILAGRO GUITARRERO

Esta es la historia de un rey petiso, grun y cascarrabias.

Aquel rey no quera risas, fiestas de cumpleaos, ni juegos. Si los chicos salan a la vereda, llevaban un caramelo piruln en la boca. Saben para qu? Para no gritar, rerse ni cantar buenos das su seora, mantantiru- liru-la. Se imaginan qu lugar ms triste?

Pero cierta vez, antes de dormirse un chico dijo a Dios:

Padre de la alegra: te pido que algn da podamos cantar remontar barriletes y jugar a las esquinitas..

Cuando Dios se enter del pedido, pens un ratito. Despus llam a un ngel que era msico, y que siempre andaba con su guitarra de ac para all.

Vas a viajar a la Tierra- le dijo Dios.

Y el ngel pens que tena que tocar en una guitarreada. Pero Dios sonri y contest:

Nada de eso, mi lindo. Tens que ensear a sonrer a un rey.

Claro el angelito se asust un poco.

Nada menos que a un rey! Me da susto, Dios...Siempre ayud a chicos, y con los

chicos todo es ms fcil...pero...a un rey...!

Entonces Dios sonri y explic.

No se ponga as, mi pequeo. Los poderosos son buenos... solo que a veces estn un

poco solos, eso es todo. Por eso, tal vez, tengas que regalarle...tu guitarra...

Mi guitarra? dijo el ngel- no me pidas eso...! Vos sabes lo difcil que es

conseguir una guitarra...No tengo ms remedio que drsela?

Y mirando la Tierra, Dios dijo:

La paz bien vale una guitarra, mi pequeo. Y... quin te dice, si haces bien las

cosas, por ah tens un premio a la vuelta...

Entonces el ngel guitarrero confi en Dios. Tuvo fe. Y esa misma noche parti hacia la Tierra. Al llegar escondi sus alas, y disfrazado de chico golpe la puerta del palacio.

Quin hace escndalo? Vocifer el rey desde su cama - Cmo se atreven a estas horas!

Soy yo, seor rey... brame...- dijo el angelito haciendo linda voz....

Justo cuando estaba soando que ganaba una batalla...! grit el rey revoleando los puos.

Por fin encendi la vela, se ech la capa de rey sobre el pijama, y se puso la corona. Despus abri pasadores, candados, cerraduras y cadenas, y se asom a la puerta. El angelito sonrea. Al verlo el rey grit:

Un chico! Yo slo recibo visitas importantes!

Hola, don rey... dijo el pequeo Buenas noches, Ests bien?

Ni siquiera sabes hacer la reverencia! dijo el rey tan enojado que casi se le cae la corona.

Vengo a hacerte un regalito. Para vos

Cmo? Regalitos...Regalitos a mi...? Al rey? Ay, que lindo... Pero, pasa de una vez, que hace fro.

Al entrar, el ngel vio que la casa del rey era un poco tristona. No haba ni una flor, imagnense. Las ventanas estn cerradas con trancas y cadenas. Haba retratos de seores enojados. Y en una jaulita bostezaba afligido un gorrin embalsamado.

Con razn no est contento. Vivs muy solo. No tens ni una maceta con un geranio!

Entonces el rey suspir, se quit la corona y se sent en el suelo. Mientras se rascaba la cabeza, habl despacito:

Y, para eso soy rey. Mi deber es estar siempre enojado. A m me ensearon que

la alegra es algo poco serio...

Nada de eso rey...! grit el ngel disfrazado - Al revs! Todos quieren quererte

Y vas a ver que lindo es querer a todo tu pueblo.

El rey qued pensativo. Al ratito dijo:

Este... ejem, ejem...! Vos... digo yo, seras capaz de quererme a m?

El ngel no lo pens dos veces. Ah noms le dio al rey dos abrazos suavecitos y como cinco besos juntos.

Y claro el rey petiso se puso colorado de gusto. Enseguida pidi ms.

Con los mimos, el rey haca fuerza para no sonrer. Pero no pudo al final lo venci el amor...y sonri!

Cuando sonri por segunda vez, se acord de un cantito que no cantaba desde que era chico. Cuando termin de cantar, el ngel le dijo:

Tom esta guitarra es par vos. Te pido que la cuides mucho...

En medio del silencio azul de la noche, el rey puls las cuerdas. Y se pudo escuchar un sonido muy dulce y melodioso.

Aquel sonido despert a las palomas blancas. Y las palomas blancas, alborotaron a las campanas. Y las campanas cantaron din, don, locas de contentas. Y entonces el sol obediente amaneci. Y la gente despert.

Al ver estos milagros, el rey se entusiasm y toc una chacarera doble.

Entonces la gente fue reunindose frente al palacio. Al terminar la msica son bien fuerte un aplauso. Y todos gritaban vivas y hurras a su rey.

Poco a poco, el monarca olvid guerras y pleitos. Sala en bicicleta por esos caminos del reino con la guitarra al hombro. All se iba a dar conciertos a su gente, que poco a poco aprenda a cantar

Desde aquel da la paz fue posible.

Y en el cielo funciona una fbrica de guitarras.

Carlos Joaqun Durn

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo AMISTAD

Edad Sugerida: DESDE 6 AOS

PIKY EL PUERCO ESPN

Piky era un puerco espn. Tena un aspecto muy gracioso. Pareca una bolita de espinas, con sus ojos brillantes y su hocico puntiagudo. Al verlo los dems animales del bosque solan acercarse a l, queriendo conocerlo. Pero cada vez, que alguno de ellos se le aproximaba, Piky se senta incomodo y de pronto, sin poderlo remediar, sus espinas se erizaban y zas! El otro animal terminaba con la nariz pinchada y la cara lastimada por las espinas.

Muy pronto, todos saban que no haba que acercarse a l, pues resultaba peligroso. Era imposible saber como iba a reaccionar.

Un da Piky se paseaba solo por el bosque, como de costumbre, y estaba muy aburrido. Le hubiera gustado mucho tener amigos para jugar con ellos, pero en cuanto vea otro animal ste sala huyendo rpidamente. Trat de correr tras ellos, para invitarlos a jugar, pero cuanto ms corra l, ms rpido escapaban los otros.

Ese da, Piky vio al lado de un rbol, a un animal que, extraamente permaneca inmvil.Era la liebre Orejas Largas, que estaba all descansando. Piky se aproxim lentamente, para no asustarla. Se sorprendi al ver, que Orejas Largas no hua, sin embargo estaba temblando.

Por qu te quedas all? le pregunt

No me hagas dao, te lo suplico.- Le dijo - Me he fracturado una pata!

Piky sinti que sus espinas se bajaban, pues no corra ningn peligro, y adems alguien lo necesitaba.

Me quedar contigo le dijo Te voy a ayudar, me encantar hacerlo.

Nuestro amigo se qued varios das con Orejas Largas, cuidndola y llevndole alimento y todo lo que necesitaba, hasta que su pata se cur. As, Piky tuvo un amigo, el amigo que tanta falta le haca.

Un da, Orejas Largas, le dijo a Piky:

Me voy, quiero volver a ver a mis amigos.-

Por qu no te quedas conmigo? Estamos muy bien aqu le dijo Piky mis espinas ya no se erizan cuando estoy contigo. Me vas a abandonar?

Al decir esto, nuestro amigo sinti, que sus espinas se enderezaban de nuevo, sinti enojo y miedo

Tranquilo, no te voy a abandonar dijo Orejas Largas Si quieres te presentar a mis amigos.

De acuerdo! dijo Piky emocionado Te espero aqu, Vuelve pronto! Y sus espinas se bajaron otra vez.

Y de ese modo, da tras da, Orejas Largas fue a buscar a sus amigos y, con mucho cuidado, ense a Piky, a no tener miedo, a acercarse a los dems a jugar y a dejar que lo acariciaran sin erizar sus espinas.

De vez en cuando, las espinas de Piky se erizaban sin avisar. En estos casos, Orejas Largas, lo invitaba a tranquilizarse rpidamente, y peda a los dems animales que no huyeran y que volvieran con el, precisamente para ayudarle a aprender a no erizar sus espinas. Poco a poco, nuestro puerco espn consigui permanecer tranquilo y mantener sus espinas a lo largo de su cuerpo. Cada vez tuvo ms amigos, que aprendieron a conocerlo y a apreciarlo.

Cuando termin la temporada, Piky irradiaba felicidad. Estaba rodeado de amigos, y todos queran pasear, jugar, o simplemente estar a su lado.

Michel Dufour

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: COMPASIN

Edad sugerida: DESDE 7 AOS

OLOR A CHURRASCO

Haba una vez un ngel que se llamaba Gorosito Cholele. Viva en un castillo todo de nubes, en compaa de otros angelitos.

Y mientras Tata Dios no los llamara para ningn mandado, los ngeles jugaban a las escondidas por el cielo, daban serenatas a la Virgen o remendaban nubes rotas.

Muy bien. Una tardecita de verano, Gorosito estaba pintando una nube con acuarela, cuando de pronto oy la gran voz de Dios.

Gorosito, hijo mo ...me os?

Imagnense. El corazn del ngel se alborot de alegra. No era para menos. Dios le hablaba

- Viva el cielo! grit Gorosito - Dios me llama!

Y dicho esto se larg por un tobogn celeste hasta llegar a su castillo. Entonces se estir la ropa, pein sus alas y se lav la cara.

Despus vol feliz hasta la gran casa del Padre.

Buenas y santas, mi Tata...Ave Mara pursima.. salud

Tata Dios estaba tomando un mate. Mir a Gorosito con mucho cario, y el angelito se llen de luz. Entonces Tata Dios, contest el saludo:

Sin pecado concebida... Venga para ac mi regaln. Lo ando necesitando para un mandado, sabe?

Siempre listo, mi Seor...! dijo Gorosito, haciendo el saludo scout.

As me gusta, mi hijo.

Me lleg la hora de ayudar a alguien? Hay que hacer algn mandado a la Virgen Mara?

Pero Tata Dios dijo que no con la cabeza, y seal la Tierra.

Ves aquella ciudad?

Cuando Dios seal el lugar, las nubes se corrieron obedientes. Entonces pudieron ver claramente aquella ciudad. Era bastante gris, la pobrecita. Estaba llena de casas, una encima de la otra. La gente andaba apurada, y mientras miraba el reloj de pulsera de reojo, entraba y sala de un lugar a otro. Las calles estaban llenas de autos y colectivos.

Ya veo mi Seor... coment el ngel. - Hay que plantar algn rosal?

De nuevo Tata Dios hizo que no con la cabeza.

Hay que ir a visitar un matrimonio que tiene....

Ya s...! Tienen un hijo, y yo voy a ser su ngel guardin....verdad?

Es un matrimonio sin hijos. Cuidan un perro pekins.

Gorosito abri los ojos as de grandes. Su corazn se asust. Acaso lo mandara a cuidar un perro pekins?

Entonces Dios vio la trompa de Gorosito, y sonri. Enseguida le dijo un secreto:

Bss...bss...bsss

A medida que Dios explicaba su plan misterioso, la cara del ngel se iba iluminando como

una naranja- Es que el plan de Dios siempre es un misterio. Muy pocos pueden descubrirlo.

Gorosito se entusiasm tanto, que ah noms le dio a su Tata un besote con ruido. Y como a Tata Dios le encantan los mimos, sent al ngel en sus rodillas como hacen los paps- y le dio tres abracitos y dos besos. Despus Gorosito parti.

Al llegar al lugar sealado por Dios, espi por la ventana. Entonces vio: Un perrito descansaba muy triste, sobre un almohadn de seda. A su lado tena dos chiches, un terrn de azcar y un plato de leche. Un seor rogaba al animalito:

Vamos hijito... toma un poco de leche... mira que est tibia... ya viene mamita con el churrasco.. no te hagas rogar..

Pero el perro miraba para otro lado, hacindose el orgulloso.

Por una hendija de la ventana, sali olor a churrasco. Entonces Gorosito, tom la punta del humo con olor a churrasco, y fue llevndola... llevndola... llevndola... All abajo, en la vereda, haba un chico.

No tena mam ni pap. Estaba solito en el mundo. Andaba por esas calles a la buena de Dios. Un da peda limosna.. otro da lustraba zapatos... y casi siempre tena hambre.

Pero justo en ese momento Oh, misterio del amor el chico, sinti un perfume muy rico. Era un olorcito a churrasco que lo hizo relamer de gusto. Fue... como si alguien invisible lo estuviera tomando de la nariz, y lo levantara por el aire... y lo pusiera en camino... y lo hiciera tocar el timbre.

Quin sos? Dijo el seor

Hola. Buen da...- dijo el chico sonriendo Tengo un poco de hambre...

Entonces el seor mir para adentro, y vio al perrito. Y mir para afuera, y vio al chico que sonrea. Y se le apret un poquito el corazn.

Ven, hijo. Pasa... dijo el seor.

Cuando el chico entr, el perrito se levant y se puso a hacerles fiestas. Claro, lo que pasaba es que el perro pekins, estaba harto de que lo confundieran con un cristiano.

l quera su lugar de perro en el mundo, que tanto.

Al or los ladridos juguetones, se asom la seora desde la cocina y vio: un perrito, un nio y un pap.

Cuenta la historia, que desde aquel da un chico, tuvo un hogar, una mam y un pap, y un perrito para jugar... y hasta un ngel guardin, que ustedes saben cmo se llama.

Y en el rostro de Dios padre, floreci una sonrisa. Una sonrisa de color caramelo.

Carlos Joaqun Durn

Valor Absoluto RECTITUD

Valor Relativo APROVECHAMIENTO DEL TIEMPO

Edad Sugerida: Desde 7 aos

LA ABEJA HARAGANA

Haba una vez, en una colmena, una abeja que no quera trabajar. Recorra las flores, una por una, para tomar el jugo, pero en vez de conservarlo para convertirlo en miel, se lo tomaba todo.

Era pues, una abeja haragana. Todas las maanas, apenas el sol calentaba el aire, la abejita se asomaba a la puerta de la colmena, vea que haca buen tiempo, se peinaba con sus patitas, y se echaba a volar, muy contenta del lindo da. Zumbaba de flor en flor, gustando de su rico juguito, entrando y saliendo de la colmena. As se pasaba todo el da, mientras las otras abejas trabajaban todo el da, para llenar la colmena de miel. La miel es el alimento de la abejitas recin nacidas.

Las abejas, son muy trabajadoras y responsables, y la falta de colaboracin de esta hermanita, comenz a molestarles.

En la puerta de la colmena, hay siempre abejas de guardia, para cuidar que no entren bichos. Estas abejas suelen ser muy viejas y con experiencia, un da detuvieron a la abeja haragana cuando iba a entrar.

Guardiana: -Compaera, es necesario que trabajes, porque todas las abejas debemos trabajar.-

Abeja haragana: - Hay, qu me dices? Yo ando todo el da volando, me canso mucho.- Guardiana: - No es necesario que te canses mucho, sino que trabajes un poco. Es la primera advertencia que te hacemos.

Abeja haragana: - Est bien, Est bien.! Maana traer juguito para todas.

A la tarde siguiente, la abejita golpea la puerta de la colmena

Guardiana: Hola compaera, Has trabajado hoy?

A. Haragana:- Maana lo har sin falta.

Guardiana: Hay que trabajar, hermana.

Y la deja pasar.

Vuelve a salir la abeja, pasea de flor en flor, y al volver, golpea otra vez la puerta de la colmena.

Guardiana: Hola compaera,has trabajado hoy?

A. Haragana: Uno de estos das lo har.

G. No es cuestin de que lo hagas uno de estos das, sino maana mismo. Recuerda que lo prometiste.

A. H:- Si, si. Ya me acuerdo que lo he prometido.

G. : Si recuerdas que lo has prometido, debes cumplirlo. Hoy te dejo entrar, pero si maana no traes ni una gota de juguito de flores, no podrs entrar.

Es mi ltima advertencia.

: El da siguiente se present soleado, pero al caer el sol un viento fro comenz a soplar. La abejita haragana vol apresurada a su colmena.

A. H: - Hay, hay que fro! Que linda y calientita debe estar mi colmena!

Llega y golpea la puerta

A. H:Abran, abran, que hace fro!

G.: No se entra!

A. H: Yo quiero entrar!

G.: Esta es la colmena de abejas trabajadoras! No hay lugar para las haraganas!

A. H.: Maana sin falta voy a trabajar!

G.: No hay maana para las que no trabajan.

A. H: Hay mi Dios va a llover! Me voy a morir de fro.

Golpeando la puerta.

A. H: Perdn! Djenme entrar!

G: Ya es tarde.

A. H: Por favor, tengo sueo!

G.: Es ms tarde an

A. H: Compaeras, tengo fro

G: Imposible.

A. H.Por ltima vez!Me voy a morir!

G.: No, no morirs. Aprenders en una sola noche, lo que es el descanso ganado con el trabajo. Vete

La abejita haragana, vol sin rumbo bajo la lluvia, temblando de fro y con sus alitas mojadas.

Cuando crey que ya estaba todo perdido, encontr un refugio en un rbol. Pero en el mismo lugar, se haba refugiado una vbora, que al verla se prepar para comrsela de un bocado. A las vboras les gustan mucho las dulces abejitas.

A. H.: Hay de mi! Adis mi vida!No me comas por favor, no me comas!

Vbora: Ja, Ja, Ja!Qu haces aqu a estas horas?!No debes ser muy trabajadora si an no has regresado a tu colmena.

A. H: Es cierto. No trabajo, y yo tengo la culpa de lo que me pasa.

V.:Siendo as, voy a quitarle al mundo un mal bicho como tu. Voy a comerte.

A. H: No es justo. No es justo que Ud. me coma porque es mas fuerte que yo. Los hombres saben lo que es justicia.

V. : Tu conoces a los hombres? Crees que los hombres que les quitan la miel, son ms justos? Perdname pero eres una tonta.

A. H.: No, no es por eso que nos quitan la miel.

V.: Y porque entonces?

A. H. Porque son ms inteligentes.

V. Ja, Ja, Ja! Bueno con justicia o sin ella te voy a comer

A. H.: Ud. Hace eso porque es menos inteligente que yo.

V:Yo menos inteligente que tu?

A. H: As es!

V: Pues bien, vamos a verlo!

A. H: Juguemos a las escondidas, si me encuentra me come.

V.: Y te crees inteligente? No puedes escapar de mis ojos. Mi vista es muy aguda y mi lengua veloz.

A. H.: Bueno, solo le pido que cierre por un momento los ojos y cuente hasta tres.

V.: Ahora si que estoy totalmente convencida que eres una tonta. En tan corto tiempo no podrs esconderte. Ni siquiera, podrs salir del rbol.

A-H.: Probemos.Deme aunque ms no sea, una oportunidad!

V.: Est bien.

. Lo que la vbora no saba, era que la abejita, haba observado que al lado del rbol que les serva de refugio, creca una planta de sensitiva. Esta planta tiene la particularidad, de cerrar sus hojas, alrededor de cualquier insecto que se la acerque. Y en cuanto la vbora cerr sus ojos y cont:

V: uno, dos, y tres.

La abejita haba desaparecido, envuelta por la hoja de la planta.

V.: Dnde ests?! No puede ser, hace un segundo estaba aqu. Es imposible que haya desaparecido. No hay lugar donde esconderse tan rpido.

:As la abejita se qued muy quietita, envuelta en la hoja de la sensitiva. Esper hasta que la vbora cansada de buscarla se qued dormida.

Fue la noche mas larga de su vida. Pero al salir el sol, mientras la vbora an dorma, vol rapidsimo a su colmena.

Golpe la puerta.

A. H: Hermanitas, he aprendido la leccin. Nunca mas me aprovechare de Uds., desde hoy trabajar todos los das, igual que las dems Yo us la inteligencia para salvar mi vida. Pero la inteligencia, no vale gran cosa si no va acompaada del trabajo.

Yo perda mi tiempo, volando de aqu para all. Me cansaba sin hacer nada til.

Me faltaba saber, que cuando uno cumple con su deber no se cansa, como cuando desperdicia su tiempo.

Tambin tuve que aprender, que cuando colaboramos todos, la tarea se hace ms liviana, aprendemos ms rpido, a la vez que nos conocemos y queremos ms.

Adaptacin : Mirta Pedalino Autor: Horacio Quiroga

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: AUTOESTIMA

Edad Sugerida: DESDE 8 AOS

LA HOJA DE PAPEL

Sobre un escritorio haba dos pilas de papel. De un lado estaban las pginas escritas, y del otro, las hojas en blanco. Y entre ambas pilas, la lapicera.

La lapicera mir las pginas escritas y dijo:

Han quedado preciosas! Todas llenas de letras. Ahora s que estn hechas unas hojas

realmente importantes.

Y nosotras? pregunt una hoja blanca del otro montn.

Ustedes? Por el momento, no son nada. Si yo les escribo algo, entonces s que ser otro cantar. Porque una hoja en blanco no tiene historia agreg solemnemente, la lapicera - Has entendido, charlatana? Y no me contradigas, o te borroneo.

A la hoja en blanco, se le escap un pequeo suspiro, blanco, como ella, y exclam:

Que triste es no tener historia!

Entonces, de pronto, se oy un shhhh.....

Pero no era de la lapicera imponiendo silencio. Era una rfaga de viento que entraba por la ventana, y que en un remolino, alz la hoja blanca y se la llev volando por la ventana abierta.

Miren lo que le pas a esa charlatana dijo la lapicera Aqu termina su historia.

Pero no era cierto.

La hoja vol sobre los techos de la ciudad, y a caballo del viento, lleg el parque donde revolote junto a los gorriones y las palomas.

Cuando el viento ya no sopl, la hoja baj y baj y qued abandonada sobre el csped del parque.

Aqu si termin mi historia! Se lament la pobre hoja.

Pero no fue as, porque al poco rato un chico la levant. Despus la pleg varias veces y por fin hizo con ella un lindo barquito. Despus se fue con su barquito a la gran fuente del parque.

La hoja de papel se convirti en hoja marinera. Recorri la fuente de una punta a otra, ida y vuelta. Corri con otros barcos de papel y les gan carreras.

Viva mi barco, es un campen! grit el nio.

Cuando se cans de jugar, lo sac del agua, y lo llev a su casa. Lo dej en un estante, cerca de la ventana para que se secara.

La hoja se aburra en el estante. Tena la esperanza de que pronto la sacaran de all. Pero un poco ms tarde, a su corazn blanco, le dio un vuelco, y volvi a decirse con gran tristeza:

Esta vez s que se termin mi historia!

Haba aparecido el chico, su dueo, con una gran cantidad de papeles. Todos de colores brillantes, papeles glas y papeles de seda.

Se olvidar de m se dijo la hoja - va a fabricar barcos de colores.

Pero se equivocaba. El chico estaba por hacer un barrilete. Quera hacer el barrilete ms lindo y grande de todo el barrio.

Lo hizo de papel de seda rojo. Alrededor le puso adornos de papel recortado, lilas, rosados, anaranjados y verdes.

Y en el centro? se dijo de pronto el chico - Qu color le pongo?

Prob todos los colores que tena, pero ninguno quedaba lindo.

Busc entre todos sus papeles pero no encontr el color... el color....qu color?

Mir a su alrededor y vio el barquito sobre el estante.

El barquito! La hoja blanca! dijo el chico - Blanco, me haba olvidado del blanco!

Tom entonces el barquito, lo despleg cuidadosamente, alis la hoja y la peg sobre el barrilete rojo, justo en el centro. Despus recort un crculo violeta, y lo peg a su alrededor.

Ahora parezco la luna se dijo la hoja blanca, cuando pas frente a un espejo, en las manos del chico que iba a remontar su barrilete.

Y all qued, blanca y linda entre tantos colores. Y vol muy alto en el cielo, como una verdadera luna.

BEATRIZ FERRO

Valor Absoluto: VERDAD

Valor Relativo: AGRADECIMIENTO

Edad sugerida: DESDE 8 AOS

DIOS SE MANIFIESTA EN CUALQUIER FORMA Y MOMENTO

En una escuela rural, los chicos, adems de las materias que estudian los alumnos de las ciudades, cultivan la tierra.

Pedro era un alumno que se destacaba, por los cuidados y esfuerzos con que trabajaba la huerta. Cuando maestros o visitantes lo alababan, Pedro senta mucho orgullo, y se vanagloriaba de su trabajo. El resto de los alumnos, con los que comparta la tarea en el huerto, guardaban silencio, pero con cierto fastidio por la actitud de Pedro.

En una ocasin un perro enfermo entr al huerto. Al verlo, unos alumnos alertaron al resto, para evitar que destrozara las plantas.

Pedro que estaba alejado, en ese momento, tom un palo y lo arroj al perro. Mas, en el momento en que el palo toc al perro, el animal se desplom y muri.

Todos miraron a Pedro, no podan comprender lo que pas.

Poco despus lleg, al lugar del hecho, el maestro, y pregunt:

Quin mat a este pobre perro?

Todos volvieron a mirar a Pedro. El maestro interrog directamente al chico.

Me puedes decir, por favor, quien mat este perro?

Debe haber sido la voluntad de Dios. Podra haber cado como fulminado, solo porque lo toc un pequeo palo?

Tan pronto el maestro, escuch esto, le dijo:

Todo el tiempo te vanaglorias por todo lo bueno que sucede en el huerto. Pero cuando sucede algo malo, culpas a Dios. Creo que tienes que modificar esta actitud. Ser ms humilde y agradecido con el amor de Dios manifestndose en la tierra. Y tambin ms compasivo con su manifestacin a travs de los animales.

Adaptacin : Mirta Pedalino

Fuente: Parbola del Discurso de Swami del 6 de Septiembre de 1984

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: SOLIDARIDAD, AMISTAD

Edad Sugerida: DESDE 8 A 11 AOS

Lara y Filomena.

Era una hermosa maana de sol. Desde el amanecer, el campo se llen de colores, perfumes y ruidos de los animales que comenzaban su diaria labor.

Tambin Mabel, la abejita, zumbaba de aqu para all. Entre las flores, muy alegre y feliz trabajaba sin parar.

Hum! que delicia de perfume! Cunto polen para llevar a mis hermanas.!

Y as sigui trabajando y cantando: - Lara, la, la, la, lara, lara, la, la...

Quin me llama?- pregunt Lara despistada, mientras pastaba las tiernas hierbas hmedas por el roco de la maana.

Mabel se le acerc revoloteando...

Solo cantaba, querida oveja - Le dijo a Lara y sigui tarareando: Lara, lara, la...

Mi nombre es Lara y cre que me llamabas...

Mucho gusto, Mabel. Me encanta cantar y tarareaba... Ahora si me perdonas, seguir libando, tengo que llegar a mi panal a horario, sino me quedar sin almuerzo.- explic Mabel y sigui entre las flores.

Que gracioso - dijo Lara - tu tarareas mi nombre... y solo por una letra casi somos IGUALES - y deletre - O-V-E-J-A, A-B-E-J-A - y comenz a reirse sin parar.

JA JA JA JA JA... Claro que no tan iguales, tu eres as... de chiquitita y yo GORDA y lanuda...

Bueno, mis hermanas y yo somos pequeas, pero trabajamos mucho para construir nuestro hogar, el panal esta lleno de dulce miel y muy limpio.-contest muy tranquila Mabel. - Y t, Qu haces? - pregunt la abejita.

Como hierbas y doy mi lana para cobijar al hombre del fro.- dijo Lara.

Qu bueno! Nosotras tambin brindamos miel y otros productos que el hombre utiliza para alimentarse y curarse. Entonces... - pens Mabel y exclam - Somos casi iguales! S, como hermanas.Y se hicieron muy amigas.

Lara ayudaba a Mabel a descubrir nuevos rincones con perfumadas flores y Mabel le traa deliciosa miel.

Un da... Lara correteaba siguiendo a Mabel y no se fij que se alejaba de su campo. De pronto, perdi de vista a su amiga y no supo muy bien para que lado ir.

Comenz a andar y andar... Empezaba a oscurecer. (El horizonte se pona como el fuego y las nubes parecan capullos rozados de algodn). Cansada, Lara bostez:

Ahhh...me echar a dormir aqu y maana temprano encontrar el camino a casa- Y se qued dormida...

Lara soaba con prados floridos, jugando con Mabel...Cuando despert asustada... Una voz desconocida, le gritaba:

Que haces aqu! Este no es tu lugar.

Oh me qued dormida y ya es de da! Me perd jugando con Mabel, mi amiga la abeja- explic Lara a la oveja que le pregunt gruona y sigui muy amable:

Hola!, soy Lara Cmo te llamas? Yo soy Filomena, y no creo en tus tontas historias, as que puedes marcharte inmediatamente. Oh! - exclam Lara - Porqu me tratas de ese modo? Podramos ser amigas...Tengo hambre y sed, y debo encontrar el camino de regreso a mi casa, te importara si tomo algo antes de irme? No acepto intrusos en mi campo, la hierba y agua son mas y no estoy dispuesta a compartirlas. As que, Vamos! Levntate y ve a tu casa.Cuando Lara escuch esto, sinti pena por Filomena y pens que una oveja que se comportara as, deba estar muy sola.

Bueno me marcho. Pero recuerda que el agua, el pasto, es de todos, y compartirlo nos da alegra.

Vete ya! - gru Filomena.

Lara se fue caminando despacio, anduvo largo rato y si bien tena hambre y sed, se distrajo contemplando el hermoso paisaje y disfrutando de la fresca maana soleada.

Por dnde quedar mi casa? - se pregunt, sin tener miedo, pues tena fe que pronto encontrara su lugar.

Por aqu! Ven!. Escuch que alguien le deca. Mabel, que alegra! - grit Lara, muy contenta al ver a su querida amiga - Me perd y... Si, si... - interrumpi Mabel - No importa, ya pas todo, aqu tienes un poco de miel, toma y vamos a casa.

Gracias! Es muy bueno tenerte de amiga. Vamos!

Regresaron juntas y as continuaron sus das trabajando, cantando y compartiendo lindos momentos.

Una tarde, cuando Lara volva con Mabel de ayudarla a buscar flores, observaron que en el cielo haban extraas nubes grises, que no eran de lluvia.

Parece humo... - comento Mabel.

S - afirm Lara - Qu habr ocurrido?A la maana siguiente nuestras amigas lo supieron, cuando vieron venir andando muy despacio, a una oveja negra, negra? Un momento, no, no era negra, ms bien gris, cubierta de holln.

La oveja gris, sucia, o, bueno, la oveja en cuestin..., se les acerco y Lara compasiva le dijo:

Oh pobrecita! Qu te pas? - todava no se haba dado cuenta de quien se trataba.

Snif, snif... -llorique la oveja - Mi campo se quem y tuve que huir. No qued nada. No tengo a donde ir, ni que comer. No te preocupes! Aqu somos todos amigos y t podrs encontrar cobijo- Adelant Mabel

S, s, claro - Aprob Lara, que ya saba que la oveja era, ni ms ni menos que Filomena! y agreg:

Puedes quedarte aqu y compartir casa y comida, solo que debers cumplir con nuestros reglamentos Ests de acuerdo? S, si, lo que tu digas. Qu debo hacer? Bien -dijo Lara- Primeramente aqu todos nos ayudamos y somos amables con los dems, procuramos el bienestar de todo el mundo. Compartimos lo que tenemos, trabajamos con alegra y agradecemos lo que se nos brinda.

Pareca tarea difcil para Filomena. Cumplir con todas esas reglas!. Cuando ella estaba acostumbrada a actuar de otra manera.

Sin embargo, ocurri un milagro...

A los pocos das de llegar, Filomena estaba en el camino de entrada al campo y encontr que all al costado haba un pjaro herido. Con mucho cuidado, lo tom con su boca y lo llev a donde darle agua y cobijo. Mabel la vio, y fue a buscar a Lara para avisarle:

Lara, estamos en una emergencia!. Filomena encontr un pjaro enfermo. vamos a ayudarla!

Dnde est? Si, si vamos.

Juntas ayudaron al bicho, que pronto se recuper y pudo volver a su nido.

Ahora las tres son muy amigas, trabajan, cantan y ren juntas.

Marta Brandes

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: AUTOCONFIANZA

Edad sugerida: DESDE 8 AOS

NO PUEDO?

En un pueblo alejado de las atracciones de la gran ciudad, la llegada de un circo es todo un acontecimiento. Toda la gente concurre, pues las funciones se programan por pocos das y el circo vuelve a partir.

Un hombre que concurra por primera vez a ver una funcin, qued muy impresionado con la actuacin del elefante. De que forma obedeca al entrenador, con qu fuerza levantaba pesos impresionantes, y a la vez, que gil demostraba ser en las pruebas de equilibrio sobre una sola de sus extremidades.

As pidi ver otra vez al elefante, ya fuera de la funcin.

Al verlo, no poda salir de su asombro, pues estaba atado a una pequea estaca de madera, clavada a unos pocos centmetros en el piso.

Pregunt entonces, porqu no la arrancaba y se iba. Las respuestas que recibi fueron muy variadas: aqu lo tratan bien, est cmodo, los chicos lo visitan, etc. Hasta que un viejo cuidador del circo le dijo:

Este animal, ha estado encadenado a esa misma estaca, desde que era muy chico, desde que era un beb. Y desde el primer da en que fue encadenado, trat, empuj, tir y sud, tratando de soltarse. Hasta que dijo No puedo, y no volvi a intentarlo.

Hoy mismo vive pensando que no puede, por eso no volvi a intentarlo poniendo a prueba su fuerza otra vez.

Todos somos un poco como el elefante, vamos por el mundo atados a cientos de estacas, que nos quitan libertad.

Vamos creyendo que hay muchas cosas que no podemos hacer, simplemente porque alguna vez, probamos y no pudimos. Grabamos el recuerdo de NO PUEDO, NO PUEDO Y NUNCA PODR.

LA NICA MANERA DE SABER, ES INTENTAR NUEVAMENTE PONIENDO EN EL INTENTO, TODA LA FUERZA Y TODO EL CORAZN

Se desconoce el autor

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: SOLIDARIDAD

Edad Sugerida: DESDE 8 AOS

LA NIA DEL PARQUE

Haba una vez, una niita sentada en un parque. Todos pasaban a su lado, pero nadie se detena a preguntarle que le pasaba.

Vestida con un traje descolorido, zapatos rotos y sucios, la pequea nia se quedaba sentada, mirando a la gente pasar. Ella nunca trat de hablar, no dijo una palabra. Muchas personas pasaron, pero nadie se detuvo.

Al da siguiente, decid volver al parque, para ver si la nia estaba ah.

Si, ah estaba. En el mismo lugar que ayer. Con la misma mirada triste en sus ojos. Decid acercarme a ella, y not que en su espalda haba una joroba. Me mir con una tristeza tan profunda que me lleg al alma.

Me sent a su lado y la salud. Me mir sorprendida y respondi a mi saludo, en voz muy baja. Hablamos hasta que los ltimos rayos del sol desaparecieron.

Cuando solo quedbamos, los dos y la oscuridad, le pregunt por qu estaba tan triste.

Con lgrimas en los ojos respondi:

Porque soy diferente

Lo eres respond con una sonrisa

Lo s

Pequea, ser diferente no es malo. T me recuerdas a un ngel, dulce e inocente.-

Ella me mir, sonri, y por primera vez, sus ojos brillaron con la luz de la alegra. Despacio se levant y dijo:

Es cierto lo que acabas de decir?

Si le respond eres como un pequeo ngel guardin, enviado para proteger a todos los que caminan por aqu.

Ella movi su cabeza afirmativamente, sonri, y ante mis ojos algo maravilloso ocurri. Su joroba se abri y dos hermosas alas salieron de ah. Entonces dijo:

Yo soy tu ngel guardin.

No saba que decir

Por primera vez pensaste en alguien ms. Mi misin est cumplida.

Porqu nadie se acerc a ayudarte?

T eres la nica persona que puede verme, porque soy tu ngel guardin.

De hoy en adelante, estars siempre a mi lado?

Siempre lo he estado, slo que t no lo advertas.

Despus de ese encuentro, mi vida cambi totalmente. No he vuelto jams a estar solo. Mi ngel guardin est siempre junto a m.

Autor desconocido

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: COMPASIN

Edad Sugerida: DESDE 8 AOS

DNDE EST LA PERFECCIN DE DIOS?

Algunos nios no concurren a escuelas comunes. Por alguna razn nacen con una capacidad de aprendizaje ms lenta que los dems.

Ellos concurren a escuelas especializadas, donde son ayudados hasta que alcanzan el nivel de los otros nios. A veces lo logran y otras no. Los que no alcanzan el nivel se quedan en estas escuelas, mientras que los ms aventajados pueden ser enviados a escuelas convencionales.

En una cena que se realiz en una escuela especial, estaba el padre de uno de los nios preparando un discurso, que jams olvidaran

Despus de la cena, todos los presentes, entre los que se hallaban, profesores, ayudantes y padres de todos los alumnos, se dispusieron a escuchar.

El hombre se levant, mir a los presentes y dijo:

Dnde est la perfeccin, en mi hijo Sebastin? Todo lo que Dios hace, est hecho a la perfeccin. Pero mi hijo no puede comprender cosas que otros nios, si entienden. Mi hijo no puede recordar hechos y figuras que otros nios si recuerdan.

Dnde est la perfeccin de Dios?

La audiencia qued sorprendida ante esta pregunta, viendo la cara angustiada del padre, y murmurando entre ellos.

Yo creo continu diciendo el padre que cuando Dios nos brinda un nio as al

Mundo, la perfeccin de l, est en la forma de reaccionar de la gente ante estos nios.

Cont entonces la siguiente historia acerca de su hijo Sebastin.

Una tarde, Sebastin y su padre paseaban por el parque, donde algunos nios estaban jugando ftbol.

Crees que ellos me dejen jugar pregunt Sebastin

El padre saba que su hijo no era para nada un atleta y que los nios no lo querran a l en su equipo.

Pero pens que Sebastin, quera sentirse parte de un equipo de normales . Entonces llam a uno de los nios y le pregunt si lo dejaran jugar.

El chico mir a sus compaeros de equipo sin obtener respuesta alguna de ellos. Tom l la decisin y dijo:

Estamos perdiendo 1 a 0, y el partido est a punto de terminar. Son muy buenos, es muy difcil que podamos

empatar. Lo dejaremos avanzar hacia el rea y le haremos algunos pases hasta que el refer d el pitazo final.

El padre estaba atnito ante la respuesta del chico y Sebastin sonrea satisfecho.

El equipo avanz hacia el campo contrario, cerca del rea le hicieron el pase a Sebastin que avanz confiado hacia el arco.

Uno de los defensores apenas roz a Sebastin, entonces el refer le otorg un penal.

Colocaron la pelota, y todos los chicos, de los dos equipos, alentaron a Sebastin para que pateara fuerte. As lo hizo, el arquero premeditadamente se arroj hacia el otro lado.

Todos los chicos lo alzaron en hombros y lo hicieron sentir un hroe, Sebastin logr empatar el juego para su equipo.

Aquel da dijo el padre de Sebastin, con lgrimas rodando por sus mejillas esos 22 nios mostraron con un gran nivel, la Perfeccin de Dios. Es curioso como gente simple y normal nos muestra lo maravilloso que es vivir en Dios y con Dios. Es curioso como tantas veces estamos preocupados por lo que las personas piensan de nosotros, en vez de preocuparnos acerca de lo que Dios piensa de nosotros.

Adaptacin de Mirta Pedalino Se desconoce el autor

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: FE- AUTOESTIMA-PACIENCIA

Edad sugerida: desde 8 aosNGEL DE LA LUZ

Como todo el mundo sabe, los ngeles saben ser buenos narradores. Se renen de vez en cuando, se sientan en ronda, y mientras toman mate de leche, cuentan aventuras y sucedidos.

De a uno por vez, cada uno relata el ltimo mandado que ha hecho para Dios.

Pero esta es la historia de un angelito sin historia. No tena nada que contar.

En serio que nunca Dios te pidi un favor? le decan

No... de veras... - deca el angelito avergonzado

Entonces se iba a sentar lejos, en el borde de la nube, y se pona a suspirar. Dios nunca me habla..., pensaba, y haca un puchero.

Finalmente, se secaba una lgrima, juntaba coraje y volaba hasta Dios.

Llamaba a las puertas de su casa: toc, toc...

Quin es?

Soy yo...- deca el angelito

Enseguida se abran las puertas. Se sentaba a los pies de Dios y deca:

Soy un ngel intil... nunca me encargas un trabajo...Nunca, nunca, Dios...Siempre pregunto y para mi no hay nada.

Y Dios, que no es muy amigo de andar contando por ah sus planes misteriosos, acariciaba al angelito y lo miraba con un montn de amor. Pero el angelito estaba tan impaciente, que no entenda el silencio de Dios.

Dos por tres repeta su visita, y dos por tres Dios despeda al angelito con unas pocas palabras:

Tenga paciencia, mi pequeito... Ya lo voy a meter en mis planes.

Pero el momento no llegaba. Y el angelito deca a sus hermanos:

Que le voy a hacer... soy un ngel intil...

Pero sucedi una noche, que a punto de dormirse el angelito se sobresalt.

Algo grande est sucediendo en la casa de Dios, estoy seguro.

Y volando se fue par all.

Cuando lleg vio que haba un revuelo general. ngeles, arcngeles y querubines entraban, salan, llamaban, llevaban mensajes y miraban de vez en cuando hacia un lugar de la Tierra

Tal vez me equivoqu... suspir el angelito lo que sucede es demasiado importante como para que Dios me necesite a m...

Ya estaba por volverse, cuando de pronto, Dios lo llam.

Venga a mi lado, mi angelito... Ha llegado su hora.

El corazoncito del ngel se puso como una bandada de palomas.

Al fin te acordaste de m, Seor! Dime qu debo hacer, y te aseguro que tratar de hacerlo lo mejor que pueda.

Entonces Dios seal una estrella desconocida.

La ves?

S, mi Seor, la veo. Es... hermosa!

Dios dijo:

La tuve reservada hasta hoy. Como vos, esper desde el principio. Tens que llevarla esta misma noche, hasta un lugar en la Tierra

Ni ms ni menos, el angelito era el elegido para llevarle luz al mundo en medio de la noche

Detrs de vos, irn todos los ngeles del cielo. Vos vas a abrirles camino en medio de la noche

El rostro del angelito sonrea como una mariposa de oro.

Y aquella noche quieta, parti la luz desde la casa de Dios Padre, rumbo a la oscuridad del mundo. Ya la luz fue llegando.

Y con la luz se acercaba el canto de los ngeles.

En la Tierra muchos vieron aquel prodigio. Eran reyes, chicos y pastores.

Todos estaban con la boca abierta. Se decan unos a otros:

Algo grande est por suceder...

Es un misterio...

Sigamos el camino de la luz, hermanos... comentaban.

Todos seguan la estrella. Por el cielo, los ngeles. Por la Tierra, pastores y reyes asombrados.

Y en la noche serena, el angelito que antes se crea intil llevaba la luz al mundo.

Los ngeles saban y por eso cantaban. Los hombres no saban, y por eso tropezaban asustados siguiendo la luz.

Por fin la estrella lleg al lugar sealado por Dios. Entonces los ngeles volaron hacia la gente reunida para decirle:

Paz, paz a la buena gente!

Paz, y mucho amor a los pequeos de Dios...

Esta es la noche que hizo el Seor...!

Esa noche los hombres vieron el rostro de los ngeles

La luz de la estrella invadi aquel lugar, que Dios haba elegido

Y no era un palacio, no. Era un simple corral.

Acurrucada, llena de luz, una mujer sonrea a su bebito recin nacido. Lo miraba y lo llenaba de mimos. Lo besaba pedacito por pedacito. Y el bebito se dejaba querer. Y un hombre fuerte cuidaba la familia.

All, en lo alto, Dios Padre no se perda nada. Miraba todo y sonrea lleno de amor.

Y al angelito?

Pues. Que nunca fue intil. Cambi de nombre. Fue el ngel de la luz para siempre.

Y, adems, aprendi a esperar en el silencio de Dios.

Carlos Joaqun Durn

Valor Absoluto: RECTITUD

Valor Relativo: ORDEN RESPONSABILIDAD

Edad sugerida: DESDE 9 AOS

BONY EL CONEJITO DESORDENADO

Bony es un conejito, que vive en el bosque con su familia. Es bastante desordenado y muy distrado.

En la escuela, la maestra coneja, lo reprende por no traer al aula, los tiles que necesita para hacer su tarea. Cuando no le falta la goma, es el lpiz, cuando no el sacapuntas o la regla.

Bony! dijo la maestra- Porqu no traes tus elementos para trabajar? Yo s que te los compraron a principio de ao.

Bony promete hacerlo, pero nunca recuerda, donde deja sus cosas.

Cuando llega a su casa, toma lo que necesita, de las cosas de sus hermanos, se trate de ropa o de tiles escolares.

Luego no las devuelve, porque no pone atencin, ni responsabilidad, igual que con lo que le pertenece.

Y vuelve a repetirse la historia en la escuela. Pero aqu la reaccin de los compaeros, no es como la de sus hermanos, que lo perdonan aunque se enojen.

En la escuela lo acusaron de ladrn, y no quisieron seguir siendo sus amigos, ni jugar en el recreo con l.

Bony se sinti muy triste y solo. Les explic, a su maestra y compaeros, que no era su intencin tomar lo que no era suyo y no devolverlo, sino que olvidaba donde lo pona.

Los compaeros no le creyeron.

Esa noche Bony, rez mucho, pidiendo a Dios que le diera una solucin.

Al da siguiente, al llegar a la escuela, se enter que la maestra, trajo al aula una lista, con las siguientes reglas:

Regla N 1: Los alumnos no deban prestar sus tiles, a quien no era capaz de cuidarlos y

devolverlos.

Regla N 2: Cada alumno deba estar atento al preparar su mochila, y no olvidar traer sus

tiles. Mantenerlos ordenados en su mesa.

Regla N 3: Si algn alumno pierde algo que un compaero le prest deber reponerlo.

Si no se supiera quien lo perdi, todos debern contribuir para reponerlo.

La Srta.Coneja puso un cartel de letras grandes y claras, enunciando las reglas.

Los das que siguieron, fueron un poco difciles para Bony. No es fcil cambiar hbitos de desorden y falta de responsabilidad. Pero aprendi a respetar la propiedad ajena.

Con el tiempo, se fue dando cuenta, que le daba menos trabajo aprender a ser ordenado, que enfrentar los problemas que el desorden le ocasionaba con sus hermanos y compaeros.

Por lo tanto, se esforz y lo logr.

Puso mucho empeo porque quera a sus hermanos y le gustaba que sus compaeros fueran sus amigos.

De all en ms, todos volvieron a confiar en l.

Mirta Pedalino

Valor Absoluto NO VIOLENCIA

Valor Relativo: UNIDAD

Edad Sugerida: desde 10 aos

REUNIN EN LA CARPINTERA

Hace muchos aos, en una carpintera, las herramientas llamaron a todas sus compaeras a una reunin, para arreglar sus diferencias.

El martillo, quiso ser el presidente, y dirigir la reunin. Pero las dems se opusieron. El motivo? Haca demasiado ruido! Y, adems, se pasaba el tiempo golpeando.

El martillo acept su culpa, pero pidi que fuera expulsado el tornillo. Haba que darle muchas vueltas, para que sirviera de algo.

Ante este ataque, el tornillo acept, pero a su vez pidi la expulsin de la lija. Hizo ver que era muy spera en su trato, y siempre tena fricciones con los dems.

La lija estuvo de acuerdo, con la condicin de que fuera expulsado el metro. Pues siempre se la pasaba midiendo a los dems, segn su medida, como si fuera el nico perfecto.

En eso, entr el carpintero, se puso el delantal, e inici su trabajo. Utiliz el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente la tosca madera inicial, se convirti en un bonito mueble.

Cuando la carpintera qued nuevamente sola, se reanud la deliberacin. Fue entonces cuando tom la palabra el serrucho, y dijo:

-Seores, ha quedado demostrado, que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. As que no pensemos ya, en nuestros puntos malos, y concentrmonos en la utilidad de nuestros puntos buenos.

Aceptaron entonces que el martillo era fuerte, el tornillo una, la lija era especial para afinar y limar asperezas, y el metro era preciso y exacto.

Se sintieron entonces un equipo, capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos,

Ocurre lo mismo con los seres humanos?

Es fcil encontrar defectos. Cualquier tonto puede hacerlo, pero encontrar cualidades, eso es para los espritus superiores, que son capaces de inspirar todos los xitos humanos.

Cuando tratamos con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los dems, es ah donde florecen nuestras mejores cualidades humanas.

Se desconoce el autor

Valor Absoluto: AMOR

Valor Relativo: EVOLUCIN

Edad Sugerida: desde 10 aosCRECER

Recuerdo que yo era una piedra que se desprendi de una roca.

Reposaba ese da sobre la arena a la orilla de un inmenso mar azul. Cada tanto me baaban las aguas y me volva brillante, lustrosa. Las olas me empujaban hacia un lado u otro, o me enterraban un poco en la arena. Cuando bajaban las aguas quedaba tendida al sol que me quemaba hasta hacerme arder.

Otras veces el viento me mova hasta que llegaba a chocar con otras piedras y el ruido que producamos formaba un canto que se una al coro de las olas.

No necesitaba nada, era solamente quedarme quieta y sentir el efecto que las aguas, el sol o las otras piedras me producan.

No puedo decir cuanto tiempo pas as, porque ni siquiera saba qu era el tiempo. Yo estaba ah, feliz, nada ms.

Hasta que una vez se desat una tormenta muy fuerte, las olas se alzaban varios metros por los aires y caan sobre la arena con furia. El ruido que produca el viento trataba de ganarle al rugido del mar. Arriba los relmpagos y truenos iluminaban la playa y la volvan azul, rojiza, ruidosa. Nada quedaba quieto en su lugar, era un ir y venir entre choques, luces y el ulular del viento aterrorizador. Recuerdo que rod y rod hasta que qued atrapada entre dos rocas. Aumentaron los truenos, el suelo temblaba, un fulgor anaranjad