Cuentamequetecuento Relatos Mes Septiembre2015

7/23/2019 Cuentamequetecuento Relatos Mes Septiembre2015

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Cuntame que te cuento

Relatos Septiembre 2015

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NDICE GENERAL

La insoportable levedad del ser de Miln Kundera2015-09-01Antonio M.Utrera ........................ 2

Sola2015-09-04Montse Martnez .............................................................................................. 3

Femenino, plural2015-09-08Isa Rodrguez.................................................................................. 4

Bancarizar la Naturaleza 2015-09-11Montse Martnez ............................................................... 6

Prioridades 2015-09-15Oliver Sacks ........................................................................................... 7

A dentelladas - 2015-09-18Azucena Muoz Gonzlez .................................................................... 8

Sensamiento2015-09-22Montse Martnez.................................................................................. 9

Volver - 2015-09-25Jess Ovidio Gmez ...................................................................................... 10

Sin mirar atrs (entrega final)2015-09-29Montse Martnez ...................................................... 11
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La insoportable levedad del ser de Miln Kundera 2015-09-01 Antonio M.Utrera

Un sombrero hongo en Praga

Alguien que quiera retratar el destino de Europa en los mrgenes de una historia de amor habr de

conformarse con el hecho de que su historia ser funesta y trgica, tan contradictoria e irrepetible en

la forma como intrascendente en el fondo: Einmal ist keinmal. Lo que slo ocurre una vez es como si

nunca hubiera ocurrido.

Tendr que contar con personajes infieles, dependientes y destructivos, que se autolesionen a cada

paso, y un filsofo que pierda la razn en Turn. Captar el desgarro de dos ciudades, Praga y Zrich

por ejemplo, y su devenir estar marcado por la sangre derramada, pongamos, en aquella primaverade 1968.

Con estos elementos Kundera defiende La insoportable

levedad del ser, una enorme novela aparecida en

nuestro pas en 1985, cuando el propio Milan era

todava un autor proscrito en la antigua

Checoslovaquia.

Un personaje de Mills imaginaba Praga con calles

estrechas y balcones a los que nunca se asomaba nadie,

una Praga deshabitada e inmvil, cercana al ideal

kafkiano. Quien visite la Praga de Kundera la ver llena

de adoquines sueltos y artistas que fotografan (y

desarman) soldados en primavera y que pintan frente a

un espejo mientras visten un sombrero hongo; una

Praga de cafs con camareras que leen a Tolstoi y donde se conspira y escribe manifiestos contra el

rgimen y la ocupacin rusa. Es una Praga, en fin, valiente y en movimiento.

Esta es la historia de amor entre Teresa, aquella camarera praguense que lea Ana Karenina y tomabalos libros como contrasea, y Toms, un cirujano que acabara siendo represaliado por el rgimen

comunista. Pero tambin es la historia de Toms y Sabina y de cmo Sabina se entendi a su vez con

Franz.

Una urdimbre de celos y sospechas, de sueos y augurios nefastos har que Toms y Teresa se

empujen mutuamente a tomar decisiones equivocadas, exilios suizos y regresos a la ciudad ms

hermosa del mundoen el peor de los momentos. Su historia es la del peso, la del eterno retorno

nietzscheano que les condena a repetir una y otra vez los mismos errores como si los estuvieran

cometiendo por primera vez, a interpretar un vaco que los une y los destroza a partes iguales.


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En el otro extremo de la balanza, la pluma, la insoportable levedad que encarnan Sabina y todas las

mujeres que no son Teresa y a las que va Toms como en busca de una misin de la que, luego

comprender, carece la vida, pues la existencia no admite revisiones ni enmiendas. Kundera nos

advierte del olvido y el kitsch que seremos en esta novela, obra cumbre de su produccin y clsico

ineludible de nuestros das.

El destino de Europa puede sintetizarse en una historia de amor. Del mismo modo, una historia de

amor, al menos si es Milan Kundera quien la cuenta, no dista mucho de un tratado de filosofa pues

hay en ella casualidades y quimeras que la tejen, hay bsqueda de libertad y hay tristeza.

@AntonioM_Utrera

Ttulo:La insoportable levedad del ser

Autor:Milan KunderaTtulo original:Nesnesiteln lehkost byti

Traductor:Fernando de Valenzuela Villaverde

Editorial:Tusquets

Nmero de pginas:327

Precio:12,30 euros

Ao edicin:octubre de 2014

Sola 2015-09-04 Montse Martnez

Anoche tocaron el timbre sin avisar de que vendran,

abr la puerta y se colaron dentro de la casa sin

decirme nada. Con destreza llenaron de silencio

todos los rincones, volvindolos ms sombros y

nostlgicos. Se apropiaron del hueco bajo los

muebles, de los programas de la tele, del color de laropa, de la risa, del fluir de la sangre y del oxgeno que

nutre mis pulmones. Me sent en la cama, desnuda

frente al espejo. A pecho descubierto y con el corazn

en relieve las dos visitantes brotaron calmas, una de

cada ojo. Sorb las lgrimas sin pensar que entonces, volveran dentro de m. No estaban saladas, mal

sntoma le dije a mis entraas, preprense para una digestin pesada.


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Femenino, plural 2015-09-08 Isa Rodrguez

Ao 2015, asesinan por primera vez, a mujeres que no haban asesinado nunca

y asesinan tambin, a las madres cuyos hijos han asesinado a otras mujeresasesinan a las madres cuyas parejas, o ex parejas, han asesinado a sus hijos

o a los que podran haber sido sus hijos,

o a los que nunca habran sido sus hijos,

pero las asesinan tambin a ellas.

Asesinan a los hombres que son iguales que las mujeres,

tambin asesinan a la verdad,

cuando insisten en que solo mueren,

aunque tambin lo hacen.

Mueren de miedo

cada vez que la noche que las acompaa a casa

comienza de repente a perseguirlas

mueren, de vergenza,

los hombres que aminoran su paso

cuando la joven de al lado acelera

y se gira constantemente confundindoles con alguno de ellos.

Mueren, de risa,

quienes no entienden nada

y confunden el humor con el amor a la violencia


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as que una chica atrapada en una vieta

muere tambin

Mueren, de impotencia, quienes intentan explicrselo

y de pena quienes lo ven todo,

hacen todo y no consiguen nada.

Y mientras tanto, los vecinos del quinto sobreviven,

ponen la msica un poquito ms alta

hablan ingls, alemn y empiezan a estudiar chino,

saben separar perfectamente la basura

en los tres contenedores de reciclaje

y corrigen a sus padres

cada vez que cruzan un semforo en rojo.

Los vecinos del quinto,

continan dibujando los corazones atravesados por una flecha.

A veces se salen de las lneas pautados al colorearlos y alguien los corrige.

Alguien que no se escandaliza de que sus nios quieran conquistar a otras personas.

Alguien que ha olvidado, o a quien no ha importado nunca,

que bajo este verbo y en nombre de alguna bandera

se hayan cometido las mayores barbaries de la historia.

Tampoco les explican

que amar no tiene que merecer la pena,

Y que lo nico que da pena

es saber que aprendern que querer es un verbo transitivo

pero, probablemente,

nadie les vaya a ensear que no tiene ningn objeto.

Probablemente, nadie.

Ao 2015,

Asesinan por primera vez, a mujeres que no haban asesinado nunca

Pero el sujeto, el verbo y el complemento directo

Siguen siendo los de siempre.

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Prioridades 2015-09-15 Oliver Sacks

Foto de Guenter Wieschendahl (Own Work--Eigenaufnahme) [Public domain], via Wikimedia Commons

De pronto me siento centrado y clarividente. No tengo tiempo para nada que sea superfluo. Debo

dar prioridad a mi trabajo, a mis amigos y a m mismo. Voy a dejar de ver el informativo de televisin

todas las noches. Voy a dejar de prestar atencin a la poltica y los debates sobre el calentamiento

global. No es indiferencia sino distanciamiento; sigo estando muy preocupado por Oriente Prximo,

el calentamiento global, las desigualdades crecientes, pero ya no son asunto mo; son cosa del futuro.

Oliver Sacks


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A dentelladas - 2015-09-18 Azucena Muoz Gonzlez

No siempre una pelcula conduce a otra pelcula. Ni un libro a otro libro. Ni un hombre a otro hombre,

supongo. A veces los caminos se cruzan y descubres que existe una escritora estadounidense que se

llama Francine Prose porque el personaje que interpreta Laura Linney en La familia Savage (The

Savages) siente que su vida se parece a uno de sus cuentos; o vuelves a ver Los mejores aos de

nuestra vida (The best years of our lives) porque a Paul Auster se le ocurre meter en Sunset Parka una

chica que escribe sobre ella para su tesis y porque lo nico que recuerdas de la primera vez que la

viste es a un hombre que tena dos garfios en vez de manos.

A veces los extras de un DVD ofrecen algo ms all de una simple ficha artstica y de otra tcnica, y los

de Mi vida sin m (My life without me) incluyen una entrevista a la directora, Isabel Coixet, en la que

comenta que se inspir en un cuento de Nancy Kincaid para escribir el guin, aunque la tal Nancy noescriba ni de lejos tan bien como Lorrie Moore. No tienes ni idea de quin es Lorrie Moore pero vas a

la biblioteca e inicias su bsqueda. Y as, de esta manera tan casual, te van llegando, a travs de las

estanteras y de los aos, sus cuentos y sus

novelas. Tus preferidos: Autoayuda (Self-help),

Anagramas (Anagrams), El hospital de ranas (Who

will run the frog hospital?),Al pie de la escalera (A

gate at the stairs). Daras tus dos manos por

escribir como ella, por poseer su sentido del

humor, su fuerza lrica, su dominio del lenguaje.

Seras incluso capaz de ponerte dos garfios y depasearte en actitud insolente, buscando bronca.

Total, qu ms te da, escribes como Lorrie.

A veces sientes que ests ms cerca de ella. No

porque la vida te d cien patadas, como a la

mayora de sus personajes, y seas capaz de

mantenerte erguida con elegancia, pese a ello. En

general, para qu nos vamos a engaar, t eres de

las que te hundes fcilmente y sin ningn sentido

del humor. No, es ms bien que, de repente, y

tambin por casualidad, justo en el momento en

que decides por primera vez en tu vida acoger a

una perra en tu casa, se traduce su ltimo libro de cuentos al espaol y aunque el ttulo escogido,

Gracias por la compaa, sea una adulteracin ms o menos comprensible del ttulo original en ingls,

Bark, la cosa sigue yendo de perros. O de algo parecido. De hombres divorciados y desorientados, de

mujeres engaadas, de parejas que se conocieron manifestndose por la paz y ahora solo desean

matarse, de personas que han perdido el lenguaje y acaban ladrando a la luna. La vida, en fin, la perra

vida, el nico sitio, pese a todo, en el que se puede comer un buen filete (Woody Allen ms o menos

dixit). A dentelladas.


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Sensamiento 2015-09-22 Montse Martnez

El peso del pasado me aplasta el esternn y el aire del futuro no puede entrar por mi nariz embotada.

Necesito descansar.

Escudrio los lmites del camino buscando un sitio amable donde atreverme y slo veo rocaspeliagudas y cardos obscenos. El miedo me amenaza desde adentro con voz histrinica, si te

parasno volversa levantarte. Con los ndices tapo los odos, como tantas veces hice de pequea y

como entonces, aprieto los ojos con fuerza envejeciendo por las comisuras de los parpados. Sin el

ruido exterior que tapa sus palabras lo escucho an ms fuerte. Ms all, las profundidades y espesura

del alma, me arraigan a las sombras que me habitan.

Y en vez de pararme, corro veloz, desprovista de sentidos.


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Y cuanto ms lo hago, ms rpido pasa todo, las personas, los lugares, la vidasin dejar de sentir la

presin de lo que queda atrs, que avanza al mismo ritmo que el latido de mi corazn explotadoni

tampoco la lejana de lo que est por venir, que no termina de dibujarse. Y cuando pienso que soy

imparable, me tropiezo, me desequilibro y a pesar de la contorsin imposible, acabo tirada en el suelo.

Asfixiada, triste y llena slo de presente.

Me duele todo y desde esa altura no reconozco nada; todo parece ms grande. Apresada en la quietud,

otros cuerpos me traspasan sin darse ni darme cuenta que ca. El vaco.

Ya no oigo voces dentro de m.

Me sumerjo en el silencio.

Escucho mi cuerpo.

Abro los ojos.Respiro.

Redescubro que tengo dos pies, que cuando lo decida y est preparada se pondrn a caminar para

llevarme a otros lugares. Y si las piernas no me responden, puedo ayudarlas apoyndome en otros

recursos, en mis brazos, en mi cuerpo, en la mano que me tiende el otro y que ahora, s puedo agarrar

porque confo. Y desde esta nueva perspectiva las cosas ya no son amenazantes.

Me dejo estar. Aqu y ahora. Esencia.

Volver - 2015-09-25 Jess Ovidio Gmez

Volver y recordar en cada pisada, dendritas y axones jugando con el barro y la arena. Volver donde

entonces no estabas, igual que ahora que tampoco ests y, sin embargo, recordarte. En cada paso.

Volver y sentir que aqu ya has estado, pero que en realidad no porque t eras otro. Eras otro agua,

igual pero distinta, ms joven; otro ro, ms fuerte; y otra era mi mirada, ms confiada. Porque nunca

es igual el agua en medio de una corriente; ni es igual, tampoco, el pez que la nada. Es desconfianza.

Volver y sentir que te pierdo en cada metro, en cada pedalada, en cada suspiro. Or otra vez el reloj

gritando en la torre. Toda la noche. Sentir cmo se pasa la vida a cuartos y a horas, y mientras en el

albergue alguien empieza a roncar. Otra vez.

Volver y descubrir que ya no quieres irte, nunca ms, ya no. Porque ya son muchos, demasiados.

Porque slo quiero buscar tus huellas y no tu camino, para que por fin sea de los dos.

23.59h. 22 de septiembre de 2015 en el albergue de peregrinos de Rionegro del Puente (otra vez).


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Sin mirar atrs (entrega final) 2015-09-29 Montse Martnez

Cuando lleg su mochila haba desaparecido, levant el revoltijo de camisetas liadas a modo de

almohada, su diario tampoco estaba. Ahora s, lo haba perdido todo. Mir a su alrededor en busca de

algo, de alguien; olfate en busca de esperanza. No se haba preparado para aquello. Haba vendido

el apartamento, roto las cadenas con el banco, renunciado a su trabajado, regal su pasado e hizo un

mercadillo online con los restos. Con una

mochila de cuarenta litros a cuestas, una

libreta en blanco y el desapego pegado en

el cuerpo comenz aquel viaje.

Con los ojos llenos de cirros clav lasrodillas en la tierra y comenz a cavar un

agujero. Se quit la alianza de la mano

izquierda, la enterr y con lo puesto,

continu su camino.

Leer Sin mirar atrs (entrega 1)

Leer Sin mirar atrs (entrega 2)
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