Consideraciones acerca de la funcionalidad pragmática … · xión, diferentemente especificada...

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CONSIDERACIONES ACERCA DE LA FUNCIONALIDAD PRAGMÁTICA DE LA TRADUCTOLOGIA Y DE SU DIDÁCTICA MIGUEL ANGEL VEGA Universidad Complutense de Madrid 1. TEÓRICOS Y PRAGMÁTICOS Hace ya dos siglos que comenzara lo que César Santoyo (1) califica de etapa de teorización de la actividad de transferencia lingüística. Este entu- siasta investigador de la historia de la traducción pone el límite inicial del proceso en 1791, fecha, discutible pero tan válida como las alternativas, en la que tiene lugar la publicación del ensayo de Tytler Essay on the Principies ofTranslation. De entonces acá, en trabajos científicos o simplemente erudi- tos y en la praxis académica se viene hablando profusamente, no sé si con acierto, de teoría de la traducción, de traductología, de ciencia de la traduc- ción, etc. De los años 60 a esta parte han proliferado los trabajos que tratan la traducción como objeto de investigación científica. Obras como las de Nida, Fedorov, Vázquez Ayora, García Yebra, Catford, Newmark y Wilss (2), entre otras muchas que incluyen estos términos en su título, han supuesto el impulso definitivo para que la naturalización tanto del con- (1) C. Santoyo: Teoría y crítica de la traducción: Antología, Barcelona, 1988. (2) E. Nida: Towards a science of Translating, Leyde, 1964. A.V. Fedorov: Principios de una teoría general de la traducción, Moscú, 1968. G. Vázquez Ayora: Introducción a la traductolo- gía, Washington, 1977. V. García Yebra: Teoría de la Traducción, Madrid, 1982. J.C. Catford: A Linguistic Theory of Translation: An Essay in Applied Linguistics, Londres, 1965. P. New- mark: Approaches to Translation, Oxford, 1981. W. Wilss: Übersetzungswissenschaft, Stuttgart, 1977. III ENCUENTROS COMPLUTENSES. Miguel Ángel VEGA. Consideraciones acerca de la funcionalidad...

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  • CONSIDERACIONES ACERCA DE LA FUNCIONALIDAD PRAGMTICA DE

    LA TRADUCTOLOGIA Y DE SU DIDCTICA

    MIGUEL ANGEL VEGA

    Universidad Complutense de Madrid

    1. TERICOS Y PRAGMTICOS

    Hace ya dos siglos que comenzara lo que Csar Santoyo (1) califica de etapa de teorizacin de la actividad de transferencia lingstica. Este entu-siasta investigador de la historia de la traduccin pone el lmite inicial del proceso en 1791, fecha, discutible pero tan vlida como las alternativas, en la que tiene lugar la publicacin del ensayo de Tytler Essay on the Principies ofTranslation. De entonces ac, en trabajos cientficos o simplemente erudi-tos y en la praxis acadmica se viene hablando profusamente, no s si con acierto, de teora de la traduccin, de traductologa, de ciencia de la traduc-cin, etc. De los aos 60 a esta parte han proliferado los trabajos que tratan la traduccin como objeto de investigacin cientfica. Obras como las de Nida, Fedorov, Vzquez Ayora, Garca Yebra, Catford, Newmark y Wilss (2), entre otras muchas que incluyen estos trminos en su ttulo, han supuesto el impulso definitivo para que la naturalizacin tanto del con-

    (1) C. Santoyo: Teora y crtica de la traduccin: Antologa, Barcelona, 1988. (2) E. Nida: Towards a science of Translating, Leyde, 1964. A.V. Fedorov: Principios de una

    teora general de la traduccin, Mosc, 1968. G. Vzquez Ayora: Introduccin a la traductolo-ga, Washington, 1977. V. Garca Yebra: Teora de la Traduccin, Madrid, 1982. J.C. Catford: A Linguistic Theory of Translation: An Essay in Applied Linguistics, Londres, 1965. P. New-mark: Approaches to Translation, Oxford, 1981. W. Wilss: bersetzungswissenschaft, Stuttgart, 1977.

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  • cepto como del trmino sea un hecho. Ambos, concepto y trmino, estn incorporados en una u otra versin, a la nomenclatura de planes de estudio y de instituciones docentes. As, por ejemplo, en el Informe Tcnico que, ela-borado hace unos aos como base de trabajo para un futuro Plan de Estudios de la especialidad, propona la traduccin como nueva rea de conocimiento, no slo se recoga el trmino entre las asignaturas llamadas troncales, sino que adems se ensayaba con criterios discutibles un acercamiento al mismo, ensayo que, viniendo de una instancia oficial, fijaba el trmino y el contenido del mismo de manera institucional: Lingstica aplicada a la tra-duccin. Como tal ha pasado posteriormente tal vez con demasiada preci-pitacin a figurar en el elenco de reas de conocimiento de nuestros estu-dios universitarios.

    Un examen somero de los trabajos cientficos del ramo, de los documen-tos oficiales y del tratamiento acadmico que obtiene esta rea de conocimie-nto pone de manifiesto una cierta imprecisin y desorientacin en su concep-cin o, en todo caso, una polivalencia del trmino. As, el programa de la EUTI de Granada propone el trmino de Teora y semntica de la traduc-cin, mientras que en nuestro Instituto, a propuesta de Garca Yebra, se recogi el trmino viudo y menos comprometido de Teora de la Traduc-cin. Santoyo, en una antologa de la que hemos hecho referencia anterior-mente, asocia Teora y Crtica. Por su parte, el terico checo de la traduc-cin Jifi Levy habla (3) de una ocupacin terica con la traduccin, en la que distingue un apartado general y otro particular. Mounin, otro terico pionero, hablaba de problemas tericos de la traduccin (4), arrimando esta rea al ascua de la lingstica general, no a la aplicada. Son todas ellas concepciones y opiniones que difieren bastante entre s en la escala de niti-dez conceptual y que sancionan la diversidad o, ms bien, la disparidad de formulados dentro del bando terico, es decir, entre aquellos que defienden la legitimidad de una teora rectora de la praxis translatoria. Un item comn a varias de estas escuelas, el de las figuras de la traduccin, ejemplifica per-fectamente esta disparidad de concepciones: mientras Nida registra tres tc-nicas o figuras de la traduccin (adicin, sustraccin, alteracin), Vinay y Darbelnet recogen siete (prstamo, calco, traduccin literal, transposicin, modulacin, equivalencia, adaptacin), Fedorov diez (concretizacin, gene-ralizacin, inversin, restructuracin, antonimia, cambio de voz, fusin, divisin, transformacin total, comprensin) y Newmark quince (transcrip-

    (3) J. Levy: Literarische bersetzung: Theorie einer Kunstgattung, Frankfurt, 1968. (4) G. Mounin: Les problmes thoriques de la traduction, Paris, 1963.

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  • cin, traduccin 1:1, sinonimia lxica, anlisis componencial, transposicin, modulacin, compensacin, equivalencia, parfrasis, expansin, reduccin gramatical, reformulacin, arreglos y mejoras, dupletas de traduccin).

    Estas divergencias en zonas, si se quiere, perifricas de la disciplina se comprueban tambin en las secciones nucleares de la misma, en su concep-cin bsica. El enfoque, por ejemplo, de la teora transformacional y el de la teora semntica slo se juntaran en el infinito catico de la elucubracin terica. Por su parte, la modelizacin del proceso difiere tanto de un terico a otro que cabe dudar de la unicidad del objeto que ambos consideran. As, por ejemplo, Garca Yebra habla de dos momentos del proceso traductor: comprensin y expresin. A su vez, esa comprensin supone un rapidsimo anlisis en tres tiempos: lxico-morfolgico, morfosintctico y ntico-extra-lingstico. Una descripcin a todas luces aceptable aunque contestada. Junto a esta versin, Hurtado Albir (5), propone, sobre la teora de los llama-dos processus gnraux de comprhension et d'expression, la siguiente etapi-zacin del proceso translatorio: comprensin, desverbalizacin, reexpresin y verificacin. Se trata de otro modelo cuyo valor descriptivo es aceptable. Por su parte, Vzquez Ayora propone el siguiente esquema: anlisis de ex-presin en trminos prenucleares, traslacin a oraciones prenucleares en la LD, transformacin de estructuras en expresiones estilsticamente apropiadas a la LD. De nuevo estamos ante una descripcin que aade una nueva pers-pectiva a ese mercado de modelos, que ms parece regido por la oferta que por la demanda.

    Y no slo las fases del proceso traductor, sino tambin la funcin misma se ven desde pticas o situaciones muy distintas. Mientras Ch. R. Taber y E. Nida definen la traduccin como la reproduccin en la lengua receptora del mensaje de la lengua fuente por medio del equivalente ms prximo y ms natural en lo que concierne al sentido y en lo que concierne al estilo, Chr. Nord propone la siguiente descripcin, muy diferenciada, de la funcin traductora: Traducir es la reproduccin funcional de un texto meta en cone-xin, diferentemente especificada segn el skopos pretendido o exigido, con un texto de salida teniendo en consideracin el deber de lealtad frente a las partes no traductoras implicadas en el proceso. La diversidad de complica-cin y de diferenciacin en estas concepciones salta a la vista. Bien es cierto que esta complicacin y confusin babilnica de conceptos tiene como subs-trato la complejidad del objeto descrito, que ha llevado a Barjudarov (6) a

    (5) A. Hurtado Albir: La notion de fidelit en traduction, Pars, 1990. (6) Barjudarov: Lengua y Traduccin, Mosc, 1975.

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  • afirmar: "La complejidad del objeto descrito y su carcter multifactico excluyen la posibilidad de un modelo nico universal que estuviera en condi-ciones de reflejar, de una vez, todos los aspectos del fenmeno estudiado en todas sus complejas relaciones... Sera ingenuo preguntar cul de los actuales modelos de traduccin es el correcto o verdadero". Delisle, terico modera-do si los hay, corrobora la dificultad de organizar la traduccin y su ense-anza: "Operacin abstracta de anlisis y sntesis, la actividad traductora no se deja fcilmente distribuir en secuencias como si de una actividad concreta se tratara" (7).

    Pues bien, a pesar de estas vacilaciones, falta de univocidad conceptual y dificultades de descripcin, basadas en la inquietud del objeto descrito, los tericos han pretendido una validez prctica para sus consideraciones, meto-dologas y constructos, que en parte identifican con la traduccin misma. Todos ellos se muestran unnimemente despectivos frente a lo que Mounin llama testimonios de los traductores y traductlogos histricos (Dolet, Lute-ro, Humboldt, Schleiermacher, etc.), cuyas orientaciones prcticas este lin-gista despacha de la siguiente manera: "En el mejor de los casos proponen o codifican impresiones generales, intuiciones personales, inventarios de experiencias, recetas de artesana. Al reunir, cada cual a su gusto, toda esta materia, se obtiene un empirismo de la traduccin, nunca despreciable, es cierto, pero un empirismo" (8). La traduccin, segn este lingista de la traduccin debe pasar por las horcas caudinas de una teora lingstica que sistematice el ejercicio de la misma. Delisle, afirma en la introduccin de su Analyse du discours: "Toute pdagogie supporte mal une trop forte dose d'empirisme" (9).

    Tal la actitud del terico. Qu hace el emprico de la misma? Desde siempre, teora y empira se. han mirado con recelo.

    Efectivamente, frente o, quizs, junto a esta posicin que considera la traduccin como objeto de la ciencia lingstica, se levanta la voz, a veces airada, del traductor de base que, por decirlo de alguna manera, no slo no pone en relacin causal el anlisis lingstico traductolgico con la calidad de la traduccin, sino que expresamente se remite al carcter artstico-intuiti-vo, emprico de la misma. Cualquiera puede constatar que concienzudos y exitosos traductores prescinden de consideraciones traductolgicas a la hora

    (7) J. Delisle: L'analyse du discours comme mthode de traduction: Thorie et Pratique, Otawa, 1984, p. 22.

    (8) Op. cit., p. 12. (9) Op. cit., p. 14.

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  • de realizar la trasferencia lingstica. Ese carcter intuitivo-artstico es invo-cado y reivindicado por gran nmero de traductores cuando se les interroga sobre la concepcin traductolgica que hayan podido adquirir en Ginebra, Mons, Heidelberg o Angers. Leandro Caballero (10) justifica esa actitud cuando afirma que normalmente el traductor de experiencia no puede reali-zar el anlisis lingstico-terico propuesto por Nida (anlisis, conversin, restructuracin), el ms sencillo de los enunciados, ya que no slo el tiempo limita la tarea traductora, sino tambin la pertinente eutrapelia laboral y la rentabilidad econmica. En una reciente visita realizada a los Servicios de la Traduccin de la CE, en Bruselas, con el fin de pulsar opiniones de los pro-fesionales cualificados acerca de los programas de formacin, llegamos a la conclusin de que la rapidez que hoy en da se exige al traductor en sus entregas aproxima su trabajo al del intrprete, lo que le obliga a prescindir de reflexiones tericas y metodolgicas y a dejar aparte en el acto de tradu-cir cualquier otro recurso que no sea sus conocimientos contrastivos de las dos lenguas y del tema, sobre los que har actuar su creatividad lingstica. Edmond Cary, en Comment faut-il traduire (11), citado por Mounin co-mo prototipo de esta corriente traductolgica, es explcito al respecto: la tra-duccin es una actividad creadora no susceptible de teorizacin, pensamiento del que, por otra parte, no ha sido ni mucho menos el primer formulador. Cary es el abanderado de una actitud, la del pragmtico de la traduccin, que hace del terico el eunuco de la traduccin: sabe muy bien cmo hacer-lo, pero no puede hacerlo. Son ellos, los pragmticos, los que aluden a esa esterilidad de la teora sobre el hecho de que son escasos los traductlogos que llegan a destacar en el ejercicio de la traduccin.

    Estas dos actitudes, si no contradictorias, s contrarias y que aqu vamos a denominar terica y emprica respectivamente, corresponden de una mane-ra aproximada al lingista no practicante y al traductor de experiencia. Utili-zando una expresin de la sociologa, la posicin teorizante sera la actitud oficial; la emprica, la real. Cul de ellas tiene razn?

    (10) L. Caballero: "Acerca de la teora de la traduccin e interpretacin", en Scori Nidia (ed.): Aspectos fundamentales de teora de la traduccin, La Habana, 1981, p. 10.

    (11) E. Cary: Comment faut-il traduire, Pars, 1958.

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  • 2. DUDA METODICA: CONCIENCIA REFLEJA O INTUICIN INCONSCIENTE

    As esbozados los dos campos, permtanme que por motivos de mtodo cartesiano, sume mi voz por unos momentos al grupo de los intuitivos o empricos y formule unos reparos que no propongo como aporas definitivas de la teora de la traduccin, sino como dificultades cuya solucin puede contribuir a una didctica de la traduccin ms prxima a la actividad real del profesional. Para ello voy a poner mis intenciones argumentativas sobre el terreno de los hechos formulando al respecto unas cuestiones cuya motiva-cin ha surgido en la prctica y en la didctica de la profesin.

    Efectivamente, qu traductor se atiene a las tres etapas sealadas por Nida a la hora de establecer la equivalencia y actuar como mediador lings-tico?, qu traductor reflexiona sobre el modelo translativo a emplear para un texto concreto? No es ms bien la inmediatez de ste la que se le impo-ne y le plantea una problemtica especfica que el traductor trata de resolver empricamente?, no es el proceso propuesto por el lingista una inversin de la realidad?, no es lo primero la solucin de un problema concreto y despus el modelo de esa solucin?

    Ensear a traducir, es como afirma Delisle "hacer comprender los procesos intelectuales por los que un mensaje dado se traspone a otra len-gua"? (12) No es eso, ms bien, ensear traductologa?

    La teora de la traduccin al uso al uso y no de uso es una lgica, un sistema de referencias internas cuya funcionalidad rectora es meramente interna, inmanente. El resultado de una traduccin realizada conforme a los principios de estos sistemas tericos puede ser coherente con el esquema previo de actuacin, lo cual no tiene por qu garantizar la correcin real del resultado, slo la coherencia interna del proceso. La calidad de una traduc-cin no depender del ajuste a la coherencia del sistema, sino del acierto en la equivalencia escogida desde una posicin de captacin inmediata.

    Ante una frase como he kissed his daughter on the mouth, traducida por "abraz tiernamente a su hija", traduccin propuesta por Vinay y Darbelnet como ejemplo de adaptacin y mencionada frecuentemente como objeto de reflexin, qu es ms vlido: la conciencia satisfecha del deber traductol-gico cumplido al haber realizado una figura concreta (la adaptacin) por-que se ha enseado al traductor que ante tales casos puede y debe prescindir de la literalidad, o el conocimiento, en el caso de que no pueda traducirse

    (12) Op. cit., p. 16.

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  • ms que como se propone, de las razones lxico-semnticas o culturales que motivan esa traduccin?, o el acierto, supuesto que no se pueda traducir literalmente, de la propuesta traductora? Es ms, el modelo de solucin obte-nido mediante la aplicacin de esas estrategias, tiene valor normativo? Ob-viamente, lo importante en el ejemplo aducido no es la figura realizada (si es una ampliacin, un eufemismo, etc.) sino saber las razones por las que no se puede traducir "l bes a su hija en la boca", razones que, en todo caso, sern aportadas por el conocimiento previo de las dos lenguas y de sus refe-rentes, no por el conocimiento traductolgico, sino por la habilidad y saber traductores, por la experiencia, incluso mundana, del traductor. Y esto de-jando aparte la cuestin de si una versin literal explicada no sera ms ade-cuada a la funcin de comunicacin intercultural de la traduccin, cuestin que en ltimo trmino se reduce a una cuestin de gustos.

    3 . DE LA TEORA DE LA TRADUCCIN A LA TRADUCCIN TERICA

    Vamos a seguir con nuestra duda metdica: Qu valor emprico-didcti-co tiene la primera de las cuatro reglas de la traduccin propuestas por Neu-bert (13): "Todo texto de la LP puede descomponerse en estructuras gra-maticales"? Bien examinada la afirmacin no deja de ser una verdad pura y en cuanto tal un supuesto de la traduccin ms que una regla. Qu valor didctico tienen esos excesos terminolgicos y conceptuales, esa jerga desa-rrollada en el intento de teorizacin o epistemologizacin de la actividad traductora muchas veces sobre un patrn lgico-matemtico y que la esoteriza desde el punto de vista didctico? No pretendemos negar valor cientfico a esa jerga, pero s el pragmtico-didctico que se le atribuye. El manejo de terminologa especializada en las clases de teora y en los talleres de traduccin (del que pueden ser buen ejemplo, escogidos al azar de una publicacin del ramo, los siguientes trminos: funciolecto subestndar, isoto-pas contextales, metasememas, traduxemas, catarsis estilstica) argotiza una actividad, la didctica de la traduccin que debe ser tan vital y orgnica co-mo la de las lenguas. Tanto el texto como su traduccin son actos de habla susceptibles de estudio anatmico, pero en cuanto tales, en cuanto actos de habla, son fisiologa lingstica. Tal vez a esto se deba el hecho, observado

    (13) Neubert: "Reglas para traducir", en Seori Nidia (ed.): Aspectos fundamentales de teora de la traduccin, La Habana, 1981, p. 57.

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  • constantemente a lo largo de mis aos de docencia en talleres de traduccin, de que los alumnos, frente a esta terminologa especializada, recurran, cuan-do un problema de anlisis les obliga a ello, a la terminologa tradicional. Sin embargo, a pesar de esa tendencia a la claridad y funcionalidad termino-lgica, en las Actas de unas jornadas semejantes a las que aqu nos congre-gan (14), se recoge un artculo que pretende que "el traductor, en conti-nua bsqueda de instrumentos de conscientizacin e instrumental izacin de su quehacer, pueda orientar su confrontacin con el texto a partir de una reflexin crtica operatoria desarrollada en las ltimas dcadas". Pues bien, estos propsitos, bienintencionados dentro de su barroquismo, sugeran posi-bles direcciones de investigacin semitica de la traduccin que contena pasajes como el siguiente:

    Para comprender la significacin de este triple anlisis se debe tener siempre presen-te la situacin de comunicacin en que un enunciador produce enunciados teniendo en cuenta a un enunciatario, enunciados que sern ledos e interpretados por un coenunciador, en un acto de co-enunciacin o enunciacin equivalente en base a los elementos de la enunciacin ajena que haya identificado...

    A este respecto se puede hacer valer el juicio de Cary: "Una abstraccin formal que no nos hace adelantar un paso en la realidad". Personalmente me permito dudar de que tales procedimientos de reflexin lingstica sirvan para instrumentalizar, es decir, facilitar la labor del traductor. Sin embargo, en aplicacin de esta teora de la traduccin cientfica y reglada se progra-man la mayora de los talleres de traduccin. En la publicacin antes men-cionada se recogan los resultados de los diferentes talleres del centro organi-zador de los Encuentros. En uno de ellos se haba propuesto un texto de contenido sociolgico, cuyo primer pasaje doy a continuacin:

    The black ghettos are overwhebningty made up of bw-income people, and poverty is the first fact of Ufe. This has encouraged the view that the ghetto subculture is lower-class culture or the culture of poverty, to use Osear Lewis' now fashionable phrase. Social scientists have discovered that lower-class groups in America share somewhat deviant orientations and ways of Ufe that we cali a subculture.

    (14) Se trata de las Actas del Primer Encuentro Nacional de Traductores, Universidad Ricardo de Palma, Universidad Femenina Sagrado Corazn, Lima, 1986. Los comentarios que hacemos al respecto no son tanto apuntes crticos cuando consideraciones que tratan de problematizar sobre hechos concretos, datos y actitudes frecuentes y, por supuesto, vlidos y encomiables en el campo de la traduccin y de su didctica.

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  • La traduccin personal del que les habla sera ms o menos la siguiente:

    Los ghettos negros estn predominantemente constituidos por gente de bajo poder adquisitivo y la pobreza es el primer dato de su vida. Esto ha reforzado la opinin d que la subcultura del ghetto es cultura de la clase baja o cultura de la pobreza, por utilizar la expresin, ahora de moda, de Oscar Lewis. Los socilogos han des-cubierto que en Amrica los grupos de clase baja comparten orientaciones y modos de vida desviados que nosotros llamamos subcultura.

    La traduccin de otro colega, no hispanoparlante, que se prest a verter, a ttulo experimental, al espaol el mismo texto, fue la siguiente:

    La gente que vive en los guetos negros tiene en su gran mayora sueldos bajos y la pobreza es lo primero que conoce de la vida. Esto ha propiciado la opinin de que la cultura del gueto es una subcultura, propia de las clases bajas, o cultura de la po-breza, si queremos utilizar la frase de moda de Oscar Lewis. Los socilogos han descubierto que en Amrica los grupos pertenecientes a las clases bajas comparten las orientaciones en cierto modo desviadas y modos de vivir que se suelen llamar subcultura.

    El texto-meta que propuso el taller de traduccin mencionado despus de:

    un minucioso trabajo de reflexin y anlisis lingsticos del texto, en el que se distinguan recursos morfo-sintcticos, disfemismos, eufemismos, metforas, terminologa, etc.,

    de numerosas apelaciones a toda la cohorte de lingistas y tericos de la traduccin (Bhler, Mukafovsky, Jakobson, Rei, etc.),

    y del manejo de una terminologa muy diferenciada (metatexto, intra-texto, focalizacin de interferencias),

    fue el siguiente:

    Los ghettos negros estn abrumadoramente compuestos por personas de escasos recursos, y la pobreza es la ms cruda realidad. Este hecho ha reforzado el criterio de que la subcultura del ghetto es la cultura de la clase baja o la cultura de la po-breza, para citar la frase de moda de Oscar Lewis. Los socilogos han descubierto que la clase baja de los Estados Unidos de Amrica comparte orientaciones y modos de vida algo descarriados a los que llamamos subcultura.

    Como se puede apreciar, el tenor del texto meta cientficamente obtenido no difiere mucho de las traducciones experimentales aportadas por nosotros y que se haban hecho:

    sin aplicacin verbalizada de teora, haciendo espontneamente caso omiso de la literalidad,

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  • con la realizacin, intuitiva, de figuras o tcnicas de traduccin. Sin apelar a Shakespeare con su "mucho ruido y pocas nueces", uno

    tiene la impresin de que resulta escaso el rendimiento de tanto esfuerzo dieciocho pginas de teora para una traduccin de treinta y nueve l-neas, impresin que se refuerza por la lectura de las conclusiones obteni-das en ese taller, todas ellas afirmaciones vagas y generales, de escaso con-tenido funcional. Ejemplo:

    Las ciencias humana y sociales determinan su metodologa y, por ende, su termi-nologa de acuerdo a las escuelas que norman sus disciplinas. Esto obliga al tra-ductor a imbuirse del conocimiento de tales escuelas, a fin de considerarlos en la traduccin de los textos (15).

    Pues bien, si ponemos en entredicho este modus procedendi, no lo hace-mos gratuitamente, sino por motivos pragmticos: el futuro traductor que se forma en nuestras instituciones tendr que poseer, cuando llegue al mercado laboral, una amplia experiencia textual y lingstica. Una teora o unas prc-ticas con demasiada carga terica que se coma gran parte del tiempo real, una prctica que se oriente con demasiada carga terica puede impedir el acervo emprico con que debe salir el alumno de la Escuela. Creemos con Delisle que, en el marco de una formacin universitaria, la enseanza de la traduccin debe ser algo ms que un ejercicio de traduccin colectiva o una sesin de correccin de un texto traducido. Ahora bien, es vlida una prc-tica tericamente morosa, una prctica que se demora en la teora?

    4. SOLUCIN FILOSFICA

    No pretendemos negar la validez lingstica de tales planteamientos, como tampoco negamos el valor epistemolgico de la antigua retrica, lla-mada por Barthes ayudamemorias, que, en todo caso nos ayudar a entender un poema, nunca a hacerlo. Slo dudamos de la eficacia prctica de los mis-mos. En gran parte de los casos en los que se practican estas tcnicas y pro-cedimientos, el texto meta se convierte en un producto de laboratorio, no necesariamente mejor que el resultado obtenido por la traduccin intuitiva.

    Teoras de este tipo pueden hacerse valer, no como un a priori normati-vo, como una idea platnica de la realidad traduccin, sino como una gene-ralizacin de procesos pragmticos que sirve de modelo descriptor de estos,

    (15) Ibid., p. 278.

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  • no de regla. La teora de la traduccin es viable como modelacin de la traslacin, no como potica normativa de sta. Pretender que una traduccin realizada mediante las tcnicas o figuras de la traduccin consigue una mejor calidad traductora que la realizada a impulsos de un anlisis intuitivo, de una reflexin no tecnolgica sino caracteriolgica, de un saber emprico no tec-nologizado es pretender calidad potica para un poema construido, en taller, sobre las figuras retricas.

    La teora de la traduccin tradicionalmente concebida es ms una traduc-tologa aplicada a la lingstica que a la inversa: una lingstica aplicada a la traduccin. La traduccin proporciona al lingista un caso tpico de valor ejemplar: las relaciones bilinges del lenguaje. As pues, la teora de la tra-duccin es, como ya se ha dicho en diferentes ocasiones, una traduccin (lingstica) de la traduccin que efectivamente puede tener determinados mbitos y momentos de validez (la traduccin automatizada, p. ej.), sin por ello constituirse en el universal de la operacin traslatoria.

    No queremos substraer la traduccin a la jurisdiccin del lingista. Nadie le niega a ste el derecho a establecer modelos sobre los diferentes actos de habla o tipos de discurso, con tal de que no exija para ellos el valor de la normatividad. En todo caso, los actos de habla son actos espontneos y en la translacin el texto meta es un discurso condicionado por las dos lenguas y culturas implicadas, en el que las dificultades de acomodacin a las condicio-nes se salvan, como en texto primario, ms o menos empricamente. Este plantear al traductor una problemtica concreta, dentro de la descripcin del modelo o al margen del mismo, que l intentar resolver intuitivamente, mediante ocurrencias o a partir de una Weltanschauung lingstica o de una filosofa de la traduccin. Pues al igual que la vivencia del mundo va mode-lando la filosofa, la visin del mundo de cada cual, tambin la experiencia traductora va construyendo una sabidura, una filosofa, una reflexin tra-ductolgica, valor que tienen las consideraciones que nos han dejado un Lutero, un Dolet, un Humboldt o un Littr.

    Esta reflexin traductolgica, que se podra llamar teora filosfica de la traduccin, dar estrategias aproximativas, contrastes de dificultad, criterios generales, pero nunca un modelo matemtico de traslacin de carcter impe-rativo. Los contenidos de esta filosofa de la traduccin, en dependencia de la sprachliche Weltanschauung de la que habla Gerd Wotjak, podran o de-beran hacer referencia al proceso dialctico que es la traduccin expresado en esas eternas dualidades o trinomios que son fidelidad - libertad, autor -texto - lector, cible - source, transferencia lingstica - transferencia cultural, acto lingstico - acto complejo, traslacin - reactivacin - recreacin, etc.,

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  • y que, por mucho esfuerzo de sistematizacin que sobre l se vierta, siempre seguirn existiendo. Cualquier opcin que se escoja ser vlida si el resulta-do es vlido. Y la validez es, en definitiva, una cuestin de perspectiva, de visin, incluso de esttica. Al menos en la traduccin del texto literario, habra que hacer valer la metfora musical: el traductor interpreta un texto como el director o el intrprete lo hace con una partitura. O la metfora del trujamn que explica a su manera el retablillo.

    El mtodo ensayo-error enunciado por el sovitico Shveitser, basado en la observacin y experiencia personal, en aproximaciones sucesivas al texto definitivo, nos parece una orientacin filosfica, sapiencial de mayor valor operativo que los declogos traductolgicos. No en vano se sigue hablando de la traduccin como artesana. Jifi Levy habla de gnero artstico; de fic-cin, Croce; de operacin sui generis, Cary; de forma propia, Benjamin. Todo ello indica que, junto a la concepcin tcnico-lingstica de la traduc-cin, habra que hacer valer la concepcin artstica y experimental de la misma. Es posible una ciencia de la traduccin que ensee a traducir a Goethe o a Joyce? No ser ms viable la creacin, en la formacin traduc-tora, de unos hbitos de recreacin textual a travs del trato con el autor, con sus cuadros poticos respectivos, con los textos respectivos? A este plan-teamiento responden, desde un criterio pragmtico y, consiguientemente, vlido esos assises (Arles, Lausanne, etc.) que programan encuentros mono-grficos tales como traducir a...

    Y no slo en los textos literarios. Tampoco en los textos finalistas los que pretenden la comunicacin inmediata de los contenidos la enseanza terico-lingstica de la traduccin nos parece la ms adecuada, pues, como hemos dicho, construye modelos de solucin cuya aplicacin no es cronol-gicamente rentable. Y este principio de la rentabilidad, obviamente junto al de la calidad, debe constituirse en criterio en la didctica de la traduccin.

    La pretensin, muy germnica, aunque no slo germnica, de una ber-setzungswissenschaft (Wilss, Neubert, etc.) (16) ms parece una utopa, al menos en lo que respecta a la traduccin humana. Las alternativas pro-puestas (oficio, metier, ambacht, mtodo, Kunst) son otras tantas opciones existenciales orientadoras del ejercicio profesional del traductor. Hace ms de cuatro siglos, Etienne Dolet habl ya de Manire de bien traduire d'une langue en aulire. Siglos despus Schleiermacher hablaba de los mtodos de traduccin. A pesar del tiempo transcurrido, los trminos nos parecen co-

    (16) Para Wilss, vase la nota (2); de Neubert, Seinantik und bersetzungswissenschafi: Grundfragen der bersetzungswissenschafi, Leipzig, 1968.

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  • rrectos. Efectivamente hay maneras, mtodos. Y eso debe ser la teora: m-todo, vitico. La ciencia tiende a la univocidad; la filosofa a la multiplici-dad. Hasta el presente los datos de la historia de la traduccin ms parecen abogar por la idea de una mltiple filosofa traductora y no una ciencia, unvoca, de la traduccin.

    Dije al principio que estos reparos a la teora y a la enseanza terica de la traduccin slo lo eran a ttulo metdico. No quise negar la validez en s misma de la sistematizacin epistemolgica de la actividad translatoria. Aho-ra bien, esa sistematizacin debe hacerse valer bsicamente como descripcin y no como norma, como modelo para armar, no como a priori platnico, como tarea aparte en la didctica de la traduccin. El conocimiento genera-lizado de los modelos obtenidos a travs de la teorizacin aportar un saber que ms que tcnica, ser enfoque, concepcin. Con estas reflexiones quise provocar una actitud de sospecha frente al imperialismo lingstico, expresa-do paradigmticamente por Kammisarov ("cualquier aspecto de la traduccin puede ser descrito en trminos de la lingstica"), que la mayora de las ve-ces proviene de personas totalmente ajenas al ejercicio real, y no didctico, de la traduccin. Y aqu habra que hacer valer la expresin de Schiller: "Wie kann jemals Erfahrung gegeben werden, die einer Idee angemessen sein sollte?" ("Cmo puede haber alguna vez una experiencia que sea ade-cuada a una idea?").

    Vlida nos parece la afirmacin de Garca Yebra cuando, mencionando el pasaje de la Metafsica aristotlica, afirma que hay que traducir pero hay que saber por qu se hace. Tambin por otro motivo habra que sacar a cola-cin al Estagirita: "en el medio, la virtud". Una actitud media entre el cien-tifismo a ultranza del lingista y el empirismo pragmtico del traductor nos pone en el justo medio. Dicho de otra manera: la traduccin y su didctica deben ejercerse desde la tcnica y el mtodo y la ocurrencia y la intuicin.

    La traductologa trmino especialmente antiptico no slo por su ca-rcter hbrido, sino tambin por uno de sus componentes lxicos: la logia debe ser una visin del proceso, de los problemas y soluciones que ste pre-sente, entendiendo visin en el sentido diltheyano que tiene en espaol el trmino cosmovisin. Y cualquier visin de este tipo del mundo, del len-guaje, de la traduccin ser siempre opcin y opcional, configuracin lgico-vivencial de la realidad que, en ltimo trmino, se resiste al cors del sistema. El principio, no traductolgico sino dogmtico, de Lutero me pare-ce el ms oportuno: el libre examen.

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