Conceptos Básicos Para El Análisis de Género
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1. Teoría y análisis de género
La denominación sistema sexo-género hace referencia al conjunto deprácticas, símbolos, representaciones, normas y valores sociales que lassociedades elaboran a partir de las diferencias sexuales.
Como en todo proceso, debemos comenzar llamando a las cosas por su
nombre.
La palabra sexo1 describe las diferencias biológicas entre hombres y mujeres,
teniendo en cuenta que éstas no determinan necesariamente los comportamientos.
El concepto género2 designa lo que en cada sociedad se atribuye a cada uno
de los sexos, es decir, aquello que como construcción social se considera femenino o
masculino. Por tanto, el género se refiere a las expectativas de comportamiento social
que existen para cada uno de los sexos en una época y lugar determinados. Designa
las formas y procesos que definen, limitan, y transmiten el conjunto de modelos
socialmente disponibles para que las personas lleguen a una identificación en términos
de hombre o mujer.
El concepto de género es una de las categorías principales de la teoría
feminista. Este concepto ha contribuido a desmontar la legitimación natural de la
desigualdad entre varones y mujeres.
Desde el ámbito filosófico, biológico, médico, jurídico, artístico, teológico, etc. la
principal forma de justificar que a mujeres y hombres se les hayan asignado
históricamente tareas distintas y que las mujeres, en dicha asignación, hayan estado
1 Conjunto de características y elementos que constituyen las diferencias entre machos y hembras. En laespecie humana, diferencias biológicas que hacen posible la reproducción de la especie. Son universales y, portanto, coinciden en todo tiempo y cultura. Las características que conforman el sexo no se aprenden, si se puedeneducar, pues se nace con ellas. (SIMÓN: 1999).
2 Los géneros son grupos biosocioculturales, construidos históricamente a partir de la identificación decaracterísticas sexuales que clasifican a los seres humanos corporalmente. Ya clasificados se les asigna de maneradiferencial un conjunto de funciones, actividades, relaciones sociales, formas de comportamiento y normas. Setrata de un complejo de determinaciones y características económicas, sociales, jurídicas, políticas y psicológicas, esdecir, culturales, que crean los contenidos específicos de lo que es ser hombre y ser mujer en cada época, sociedady cultura. (LAGARDE: 1992, 1993).
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en situación de subordinación con respecto a sus compañeros varones, ha sido el
recurso a la naturaleza.
Es decir, como mujeres y hombres somos “naturalmente distintos” (tenemos
características biológicas distintas), se ha considerado que tenemos que realizar
trabajos distintos, que nos corresponden por naturaleza, y que debemos movernos en
ámbitos sociales diferentes. Éste ha sido el discurso más frecuente delegitimación de la desigualdad.
El concepto de género surge a partir de la negación de que lo masculino y lo
femenino sean hechos naturales sin más. El género nos muestra que se trata de
construcciones culturales, establecidas sobre la base de la distinción entre ciertos
rasgos biológicos. Pero una construcción no es algo natural, sino algo elaborado
socialmente, y por tanto interpretado, por lo que la diferencia con respecto a lo natural
es clave. Y en esa construcción cultural tenemos una clave: lo que ha sidoconstruido socialmente puede cambiarse, transformarse, no tiene por qué ser así,
mientras que lo natural lo es “por naturaleza” y en esa base descansa su legitimidad y
poder.
Cuando el feminismo, a través de una categoría como el género, demuestra
que la desigualdad no es “tan natural” como se pensaba está abriendo el camino a la
transformación, al cambio, ya que la desigualdad ha perdido toda legitimación posible.
Si durante siglos las mujeres se encontraron con múltiples discursos que les
recordaban cuál era su papel natural en el mundo y lo que les correspondía hacer en
tanto que mujeres, la categoría crítica de género pone en entredicho esos discursos y
permite la acción hacia la igualdad; si no es por naturaleza por lo que mujeres y
hombres ocupan posiciones distintas no hay razón para conformarse con dicho
“destino natural”.
Se puede afirmar que en las personas existe una identidad sexual y otra de
género. La identidad sexual se adquiere en función de las características físicas,
mientras que la identidad de género se va asumiendo poco a poco, a través de lo que
se llama proceso de socialización, que es el que moldea a la persona según unos
patrones de conducta socialmente establecidos. Las instituciones y estructuras
sociales (familia, escuela, mercado laboral, medios de comunicación, publicidad, etc.)
se han encargado de reproducir, reforzar y controlar estos procesos de socialización.
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Son muchas las definiciones que se han dado desde la teoría feminista sobre el
género, pero en todas ellas es fundamental la distinción con respecto al sexo. El sexoharía referencia, como se ha mencionado anteriormente, a las características
anatómicas de los cuerpos, incluyendo la genitalidad, las características del aparato
reproductor y las diferencias hormonales y cromosómicas. El género designa la
elaboración cultural de lo que significa ser mujer y hombre, elaboración que se hace
sobre la interpretación del sexo. Es importante recordar que no se trata de un proceso
“neutro” e igualitario en el que se elaboren las esencias femeninas y masculinas, cada
una de ellas diferentes pero iguales. El proceso de construcción histórica del sistema
de género ha sido todo lo contrario, porque toda su elaboración estructura
organizaciones sociales basadas en la desigualdad, en la que las mujeres han
ocupado una posición de subordinación por el hecho de ser mujeres.
2. Estereotipos y roles
Los roles sociales nos ayudan establecer nuestros ideales como personas.
Debido a que estos roles se interiorizan, conseguir la satisfacción con nosotras
mismas y con nosotros mismos implica afanarse en cumplir esos modelos. El rol de
género3 determina cómo deben comportarse los hombres y las mujeres. De modo que
el rol tradicional de género para los varones establece que es su responsabilidad
proteger y mantener a las mujeres y a las niñas y a los niños. Mientras tanto las
mujeres deben dejarse proteger y limitarse a obedecer a la autoridad masculina.
A través del proceso de socialización todas y todos aprendemos a ser mujeres
y hombres y, por tanto, aprendemos cómo comportarnos en nuestro papel, las normas
sociales para cada una/o, el papel que nos corresponde, en definitiva, adquirimos
nuestros roles de género. Es especialmente importante aquí el papel que juegan las
3 Pautas de acción, valores y comportamientos asignadas de modo desigual a hombres y a mujeres,respectivamente, transmitidas por cada cultura y asumidas por las personas de uno y otro sexo en función delcontrato social de género. El rol de género masculino ha tenido asignada tradicionalmente la actividad y presenciapública, el poder y la responsabilidad, en tanto el rol de género femenino ha tenido asignada la actividad doméstica(que no privada) y de servicio a las personas, y la responsabilidad ineludible sobre la procreación y el cuidado en elámbito familiar.
Fuente: Guía de Orientaciones y Actuaciones en materia de Igualdad de Oportunidades entre mujeres yhombres en la Macaronesia. Instituto Canario de la Mujer, 2006.
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normas sociales, en la medida en que nos dicen cómo debemos actuar según el
género que nos corresponde y a la vez castigan todos aquellos comportamientos o
formas de ser que no cuadren con lo que se espera de nosotros/as en tanto que
mujeres o varones.
Recordemos además no sólo el carácter normativo que implican las
construcciones de género, sino su carácter impositivo. Una persona no elige el género
en el que se va a convertir; esa construcción se va elaborando e imponiendo desde
que nacemos y a través de todo el proceso de socialización sobre la base y la
interpretación que se hace de nuestros cuerpos. De todas las diferencias corporales
que nos distinguen, se privilegia la sexual, y sobre ella se articula, elabora e impone el
género que “nos corresponde” a cada cual.
3. Sugerencias para evitar estereotipos ydescripciones sexistas en el lenguaje
El lenguaje no sexista se define como aquel en el que mujeres y hombres se
encuentran igualmente visibilizadas/os y representadas/os, y en el que por tanto no se
ejerce discriminación alguna contra las mujeres. La utilización de este concepto parte
de la idea de que la utilización del lenguaje tiene repercusiones sobre aquellas
realidades que son designadas, confiriéndoles a éstas existencia y prioridad.
A través de la comunicación el ser humano puede transmitirse información,
sentimientos, pensamientos. Esto permite que las personas se relacionen entre sí.
La comunicación puede ser verbal, es decir, mediante la utilización de un
lenguaje hablado o escrito; o no verbal, en el cual se utilizan imágenes, gestos,
lenguaje corporal, etc. Este tipo de comunicación es muy utilizada en los medios de
comunicación, publicidad y expresiones artísticas.
Durante la infancia se enseña, principalmente, a utilizar códigos de la
comunicación verbal y no verbal, que son los instrumentos que sirven para
relacionarse con las demás personas y mediante los cuales se transmite de una
generación a otra la forma de ver el mundo y la cultura (ideas, comportamientos, etc.).
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El lenguaje es el medio de comunicación verbal por excelencia y se puede
definir como el instrumento principal mediante el cual se transmite conocimiento yse representa el mundo en que se vive. Es una herramienta que enseña a pensar
de un determinado modo y que sirve como vehículo para relacionarse.
Con respecto a los hombres y mujeres, el lenguaje identifica lo que es
femenino y lo que es masculino; lo que se nombra y lo que no se nombra; lo que está
permitido y lo que está prohibido. El lenguaje no es neutral, está lleno de matices y de
intenciones, y a través de él, cada sociedad determina un modelo de hombre y otro de
mujer que vienen establecidos por la historia y la cultura, dando lugar a los
estereotipos sexistas que hombres y mujeres van asimilando inconsciente y
sutilmente.
El lenguaje, por tanto, refleja el sistema de pensamiento colectivo y con él se
transmite una gran parte de la forma de pensar, sentir y actuar de cada sociedad. Esta
transmisión se realiza de manera inconsciente y además está implícita en el lenguaje
tradicional (refranes, chistes, canciones, lenguaje coloquial), en el escrito culto
(historia, literatura, diccionarios...), en el audiovisual (anuncios, vallas, carteles,
reclamos,...) y en el oficial (impresos, instancias).
El lenguaje representa la diferencia sexual dada en el mundo, y además el
lenguaje actual refleja las desigualdades entre hombres y mujeres, siendo obviada la
representación de las mujeres, dado que estas han permanecido durante siglos en
segundo plano y sin los mismos derechos que los hombres.
De ahí parte la iniciativa de utilizar un uso no sexista del lenguaje; no sólo de
luchar contra las discriminaciones que sufren las mujeres, sino de hacer visible la
presencia de las mujeres en el reflejo del mundo a través del lenguaje. Aunque hasta
ahora se ha incluido a las mujeres en la utilización del masculino genérico, en realidad
no se encuentran representadas en el mismo.
La evolución del lenguaje es continua y la Real Academia Española se hace
eco de ello, incluyendo nuevos términos en el Diccionario de la Lengua Española, que
se adecúan al tiempo en el que se vive (como por ejemplo, SIDA, kylobyte, ministra,
etc…).
Sin embargo, aún hoy en día gran parte de estos/as pensadores/as tienen
reacciones en contra de quienes critican el sexismo en el lenguaje y en contra de
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quienes introducen elementos como ”/as” o “@” para introducir la representación de
las mujeres en el lenguaje.
Sapir y Whorf, en 1929, señalaron que el lenguaje desempeña dos funciones:
simultáneamente amplía y limita la percepción de la realidad. Es decir, que el lenguaje
no sólo refleja los pensamientos del/la emisor/a, sino que los configura. El lenguaje
dibuja “mapas cognitivos y perceptivos” e indica qué es lo significativo.En realidad, fue
a partir de los diferentes estudios feministas cuando se empezó a cuestionar el
sexismo lingüístico, con la definición de género o patriarcado.
El lenguaje es libre y no debe imponerse, ya que en tal caso se corre el
riesgo de incurrir en una imposición excesiva de lo ‘políticamente correcto’,
siendo esta una postura ineficaz; sin embargo, debe un proceso de
concienciación para hacer un buen uso de él.
No se trata de crear nuevas reglas, y meramente sustituir las existentes,
se trata de invitar a pensar el mundo en primera persona, a partir de sí, de la
propia experiencia. Ana Mañeru afirma que «depende de lo que se quiera
representar y de si el procedimiento elegido vale para hacerlo. Es decir, si la
forma en que hablamos nos permite pensar el mundo en grande y no sólo
como es, sino también como puede ser, de otra forma».
No se trata de duplicar el lenguaje, al modo de una mera repetición
(niñas y niños, madres y padres...), ya que en este caso se representa a grupos
mixtos. Pero el término ‘hombre’ como plural hasta ahora utilizado pretendía
abarcar los dos géneros; sin embargo, el hombre no representa a la mujer. En
cambio, al utilizar el concepto ‘persona’ sí se incluye a ambos grupos.
Antes de los estudios feministas, ‘género’ era solamente un concepto
gramatical, una categoría más de la lengua que tenía su origen en la necesidad de
clarificar el sexo del referente, o bien por motivos puramente lingüísticos específicos
de cada familia de lenguas. Este hecho producía una contradicción: por un lado,
‘género’ era ‘sexo’. Por otro, era una categoría gramatical que cada idioma articulaba
de una manera propia.
Así pues, no siempre género gramatical masculino y femenino corresponde a
sexo masculino y femenino, pues todos los sustantivos de la lengua española poseen
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género gramatical y no todos sexo (felicidad, p. ej.). Los sustantivos animados sí
tienen esa correspondencia.
El androcentrismo es una visión parcial del mundo por la que se toma el
punto de vista masculino como único y universal, propio del género humano. Todo lo
que hace el varón se percibe como si lo hubiera hecho la humanidad (“Los
campesinos cultivan la tierra”, “El origen del Hombre”).
El sexismo, por el contrario, es una actitud caracterizada por el menosprecio y
desvalorización de lo que son o hacen (de la experiencia de) las mujeres (“No seas
nena”, “Eso es cosa de mujeres”).
De aquí se pasa al falso uso del “masculino genérico” como “neutro universal”,
ya que en español el masculino es el término gramaticalmente no marcado,
susceptible de tener un valor específico y uno genérico. El masculino asume el neutro,
frente al femenino idiosincrático. El femenino tiene siempre un valor restrictivo,
siendo el origen de las ambigüedades, ante la confusión entre sexo y género
gramatical.
Cuando nos referimos a sexismo léxico estamos refiriéndonos a la falta de
términos para designar actitudes, cualidades, valores o acciones que no se
corresponden con los roles o estereotipos tradicionales de cada sexo. Existen términos
que no poseen dual (amiga/amigo sí, p. ej.), es decir, que sólo se emplean para un
sexo: maruja, mujeriego, institutriz, caballerosidad, hombría...; y otros que son sólo
duales aparentes: hombre público/mujer pública; verdulero/a, solterón/a, un/a
cualquiera, fulana/o, perra/o.
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Vacíos léxicos: términos que no tienen equivalentes aplicados al otro sexo,
generalmente porque derivan de alguna cualidad generizada con origen en la desigual
atribución patriarcal de roles, que pretende que ciertas actitudes o comportamientos
sólo sean posibles para quienes pertenecen a un sexo (hombría, caballerosidad, viril,
frígida).
Clasificación sexista Ejemplos
Falso Genérico Abogados
Falso género común la médico
Asimetría o Duales aparentes: zorro
Vocablos ocupados alcaldesa, secretaria
Peyoración mujer pública
Marca generizada peluqueras/estilistas
Pares incorrectos varón/hembra
Vacíos léxicos Hombría, caballerosidad
Clasificación morfológica Ejemplos
Doble terminación Presidente/ Presidenta
Heteronimia Nuera /Yerno
Terminación común Víctima, fiel, pianista
Forma única Meretriz, arpía
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Recomendaciones del Instituto de la Mujer deCastilla-La Mancha
A. Evitar el plural masculino como genérico y la palabra hombre/s parareferirse a los seres humanos:
B. Utilización de abstractos, genéricos o metonímicos4:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Funcionarios Funcionariado
Vecinos Vecindario /Vecindad
Administrador Administración
Jefes Jefaturas
Los diputados El Parlamento
Traductores Traducción
4 Metonimia: Tropo que consiste en designar algo con el nombre de otra cosa tomando el efecto por la causa oviceversa, el autor por sus obras, el signo por la cosa significada, etc.; p. ej., las canas por la vejez; leer a Virgilio, porleer las obras de Virgilio; el laurel por la gloria, etc.
Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Los derechos del hombre Derechos Humanos
La Historia del hombre La Historia de la Humanidad
Los progresos conseguidos por loshombres
Los progresos conseguidos por laspersonas
Es beneficioso para hombres y animales Es beneficioso para seres humanos yanimales
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C. Anteponer el término persona:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Funcionarios Funcionariado
Vecinos Vecindario /Vecindad
Administrador Administración
Jefes Jefaturas
Los diputados El Parlamento
Traductores Traducción
D. Anteponer el término persona:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
El solicitante La persona solicitante
El infractor La persona infractora
El interesado La persona interesada
Los enfermos Las personas enfermas
E. Alternancia de masculino y femenino /Dobles formas:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Ciudadanos Ciudadanos y Ciudadanas
Usuarios Usuarias y usuarios
Funcionarios Funcionarias y funcionarios
Consumidores Consumidores/as
Licenciados Licenciadas/os
Los funcionarios los funcionarios y las funcionarias
El niño/a El/la Niño/a
Los ciudadanos y ciudadanas Los ciudadanos y las ciudadanas
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Castellano-manchegos y
castellano-manchegas
castellano-manchegas
Las trabajadoras y los trabajadores
seleccionadas/os
Las trabajadoras y los trabajadores
seleccionados
A veces pueden eliminarse los artículos:
Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
A los propietarios y las propietarias A propietarios y propietarias
F. Simetría jerárquica en el lenguaje:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Mujer pública/hombre público
Señorita /Señorito
Señor Pérez y Señorita López Señor Pérez y Señora López
Señorito Pérez y Señorita López Señor Pérez y Señora López
Señor Martínez y Luisa Señora Sánchez y Señor Martínez
Señor Martínez y su esposa Matrimonio Martínez-Sánchez
Pedro López el propietario y su mujer Luisa Sánchez y Pedro López, propietaria ypropietario (titulares de la propiedad)
María Santos señora de Señora María Santos
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G. Utilizar términos equivalentes para nombrar a mujeres y hombres (Ordende 22 de marzo de 1995, por la que se adecúa la denominación de los títulosacadémicos oficiales a la condición masculina o femenina de quienes los obtengan,B.O.E. 74/95 de 28 de marzo de 1995):Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
2 plazas de licenciados 2 plazas de licenciados/as
2 plazas de señoras de limpieza 2 plazas de limpiadoras/es
Se necesitan 3 ingenieros Se necesitan 2 ingenieros/as
Seleccionados Seleccionadas/os
H. No citar a las mujeres como una categoría diferente, excepto cuandoespecíficamente nos queramos referir a ellas:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Se convocan subvenciones para niñosmayores, jóvenes y mujeres
Se convocan subvenciones para
infancia, mayores, juventud y mujeres
I. Uso de pronombres sin marca de género o expresionesdespersonalizadas:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
El que hubiera solicitado Quien hubiera solicitado
Los que hayan quienes hayan
El solicitante Quien solicite
Todos pueden Cualquiera puede
Los traductores Traducido por
Los coordinadores han sido La coordinación ha estado a cargo de
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J. Fórmulas de tratamiento:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Don Don/Dña
Señor Señora/Señor
María Fernández, Jefe de Servicio María Fernández, Jefa de Servicio
K. Evitar el uso de la arroba (@):Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Desmplead@s Desempleadas y desempleados
L. Prueba de inversión:Ejemplo a evitar: Sustituirlo por:
Se impartirán cursos a funcionarios Se impartirán cursos a funcionarias
4. De la socialización diferenciada a ladiscriminación de género
Ya se ha comentado que el género es una construcción social, por tanto
socialización de género es el proceso por el cual los hombres y las mujeres van
aprendiendo las normas, costumbres, estereotipos y roles asignados por cada cultura
particular a unos y otras. El proceso comienza en la primera infancia y se va
consolidando a lo largo de los años.
Esta socialización de género es la que atribuye papeles masculinos y
femeninos y la que reparte ámbitos de actuación y parcelas de poder. Este proceso
tiene dos vertientes5: una colectiva, donde las personas se adaptan a las expectativas
que sobre ellas tiene la sociedad; y una vertiente individual, en la que cada una o cada
5 Curso “Igualdad de Oportunidades: aplicación práctica en el ámbito de empleo”. Instituto de la Mujer.
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uno de nosotras/os perpetuamos lo roles y estereotipos, en la práctica de nuestra vida
y transmitiéndolos a nuestros/as descendientes.
En esa interactuación entre el sujeto y el medio cobran especial relevancia los
agentes de socialización que contribuyen a diseñar y mantener los modelos de
comportamiento. Estos agentes, concebidos como elementos con capacidad de influir
en la sociedad, son múltiples y variados, pero destacando los más importantes
podríamos citar:
La familia
La escuela
Los medios de comunicación
El lenguaje
Las instituciones religiosas
Los grupos de iguales
En esa adscripción social o cultural las mujeres históricamente han salido
perdiendo; sin embargo lo positivo del sistema de género es que tiene posibilidad de
cambio aunque ello suponga afrontar una transformación muy significativa de nuestra
sociedad.
RecuerdaLa socialización es el proceso por el que la persona interioriza e integra los
valores y comportamientos del medio en el que vive.
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5. El enfoque de género: una lentenecesaria para observar la realidad
La dimensión, perspectiva o enfoque de género supone una nueva forma de
analizar la realidad. Se trata de ver cómo los hombres y las mujeres participan en las
políticas o decisiones que afectan a la sociedad y en qué medida dichas políticas les
afectan a unos y otras en función de su condición sexual. En definitiva, en el análisis lo
que se hace es un estudio de las relaciones de poder que operan entre hombres y
mujeres en la sociedad. Asumir la dimensión de género6 como categoría de análisis
nos permite visualizar con mayor claridad el sistema sexo-género vigente. Asumiendo
el enfoque de desarrollo desde esta perspectiva, comprobamos cómo los proyectos o
programas, lo planteen o no, tienen efectos a la hora de reforzar consciente o
inconscientemente este sistema o aportar un cambio al mismo.
El mejor mecanismo de intervención es aquel que parte de un diagnóstico
correcto. Esta nueva mirada con enfoque de género no se conforma con identificar
esas relaciones, sino que pretende propiciar un auténtico cambio en el sistema
eliminando toda posición de subordinación que vienen padeciendo las mujeres con
6 Guía metodología para incorporar la perspectiva de género en los proyectos y programas de desarrollo. Fuente:EMAKUNDE, InstitutoVasco de la Mujer.
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respecto a los varones, por tanto, en todas las fases de intervención se considerarán
las diferentes condiciones, posiciones y necesidades de mujeres y hombres.
En definitiva, una intervención con perspectiva de género es un proceso
continuo que se centra en el punto de partida (diagnóstico), en el desarrollo de las
políticas y en la evaluación de las mismas.
Orígenes. Del enfoque mujer al enfoque de género
En los años 70, a partir de la Década de la Mujer, se comenzó a visualizar la
posición clave de las mujeres en el desarrollo. Se reconoció que habían sido
marginadas del mismo y que para que éste tuviera éxito y fuera sostenible se debería
tener en cuenta el trabajo realizado por las mismas.
De esta manera surge el enfoque Mujeres en el Desarrollo (MED). Dicho
enfoque tiene por objetivo integrar a las mujeres de una manera funcional a una
estrategia de desarrollo dada. Es decir: el desarrollo necesita a las mujeres. Para esto
pone el énfasis en el papel productivo de las mujeres entendiendo su subordinación
por su exclusión del mercado. Tiende a considerar a las mujeres aisladamente,
buscando soluciones parciales y señalando sus necesidades a través de
intervenciones específicas o en proyectos con un "componente" de mujer. Estas
acciones han estado mayoritariamente enmarcadas en enfoques tradicionales
reforzando sus roles genéricos sin cuestionar la división social del trabajo. (Ver la
evolución del enfoque en los cuadros siguientes).
A finales de los 70, se comienza a cuestionar (por influencia de las
organizaciones de mujeres y de funcionarias de organizaciones internacionales) lo
adecuado de centrarse sólo en las mujeres. Comienza a incorporarse en el debate la
importancia de las relaciones de poder, del conflicto y las relaciones de género para
entender la subordinación de las mujeres. Este debate permitió paulatinamente pasar
de una concepción MED a Género en el Desarrollo (GED) y definir herramientas y
metodologías para la planificación.
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MUJERES EN ELDESARROLLO
GÉNERO EN EL DESARROLLO
ENFOQUE Mujeres centro del problema. Desarrollo de mujeres y hombres
TEMA CENTRAL Mujeres (y niñas). Relaciones entre hombres ymujeres.
PROBLEMA
Exclusión de las mujeres delproceso de desarrollo (siendo lamitad de los recursos humanosproductivos).
Relaciones desiguales de poder(riqueza y pobreza, hombres ymujeres) que frenan un desarrolloigualitario y la plena participaciónde las mujeres.
OBJETIVO
Desarrollo más eficiente. Desarrollo sostenible e igualitario,toma de decisiones compartidasentre mujeres y hombres.
SOLUCIÓN Integración de las mujeres en elproceso de desarrollo existente.
Empoderamiento de las mujeres.
Transformación de relacionesdesiguales.
ESTRATEGIAS
Proyectos de mujeres.Componentes de mujeres.Aumentar la productividadde las mujeres.Aumentar los ingresos de lasmujeres.Aumentar las habilidades delas mujeres para el cuidado delhogar.
Identificar y señalarnecesidades prácticas paramejorar condiciones de vida. Identificar y señalarintereses estratégicos.
CONSECUENCIAS
Este enfoque ha aumentadoa menudo la carga de trabajode las mujeres sin lograr unmayor poder económico. Lasmujeres no han sidoconsultadas sobre el tipo dedesarrollo e integración quebuscaban.Se da una “integración” en elmundo de los hombres sincambio en las relaciones depoder.
Las intervenciones se basanen los roles, lasresponsabilidades y poder delas mujeres y los hombres en lasociedad a la que pertenecen ylas necesidades resultantes decambiar su situación. Esfuerzo para mejorar laposición de las mujeres enrelación a los hombres demanera que beneficie otransforme la sociedad en sutotalidad.
Este proceso de incorporación de la perspectiva de género no es competencia
sólo de un organismo especializado, sino que debe implicar a todos los grupos de
influencia (políticos/as, Administración, organismos de igualdad, equipo de
expertos/as, agentes socioeconómicos, medios de comunicación, etc.).
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Todo este planteamiento será papel mojado a no ser que la acción directa e
individual de mujeres y hombres le otorgue la legitimación social y ciudadana que
requiere, como ciudadanos y ciudadanas de a pie.
Y será precisamente la toma de posición a nivel individual, la que posibilitará
asentar, a través de la negociación, los valores sociales que nos permitan desarrollar
una verdadera cultura democrática, compartiendo -mujeres y hombres- las
responsabilidades, las tareas y las funciones en los diferentes ámbitos de actuación,
compartiendo la vida.
Evolución histórica del concepto de igualdad entremujeres y hombres
El camino hacia la igualdad ha tenido diversas etapas, si bien el comienzo lo
podemos encontrar vinculado a los primeros movimientos feministas del siglo XVIII. El
mayor empuje o desarrollo tiene lugar en el siglo XX, con el movimiento sufragista en
principio, y con una nueva oleada de feminismo a partir de los años 70.
Las primeras etapas de las políticas de igualdad en el ámbito de las
instituciones internacionales y comunitarias se caracterizan por el reconocimiento
declarativo y normativo de la igualdad jurídica o formal.
Estos principios se van incorporando a los ordenamientos jurídicos nacionales
como prohibición de las discriminaciones, e incorporando medidas de garantías
jurídicas. No obstante, la evaluación de estas primeras iniciativas puso de manifiesto
que el reconocimiento formal de derechos era insuficiente, por sí solo, para erradicar
las discriminaciones por razón de sexo históricamente consolidadas.
Desde mediados del siglo XX, en una fase inicial se habla de la mujer en un
sentido abstracto y claramente estereotipado, y después se pasa a tratar la situación
de las mujeres en plural. Pero lo que es más importante es que se ha demostrado que
este no es un problema que afecte sólo a las mujeres, sino que es un problema que
influye y perjudica a toda la sociedad.
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6. El principio de igualdad entre mujeresy hombres
La igualdad es un derecho y un concepto que implica que todos los seres
humanos deben tener las mismas oportunidades con independencia del sexo, la etnia,
la ideología, la religión, o la clase social que tengan, para conseguir las mismas
condiciones de vida a nivel personal y social. Este principio garantiza lo que se ha
dado en llamar la igualdad formal que supone la prohibición normativa o legal dediscriminar a una persona por razón de cualquier rasgo físico, psicológico o cultural.
Este principio viene recogido expresamente en los artículos 9 y 14 de la Constitución
Española.
En definitiva, la igualdad formal garantiza a nivel legal los derechos humanos y
de ciudadanía de cualquier ser humano.
Sin embargo, aunque formalmente todos y todas somos iguales, a nivel
práctico o cotidiano la igualdad aún no es total ni está garantizada, ya que todas y
todos conocemos casos de discriminación por razón de sexo (laborales, sociales, de
orden familiar, etc.) y desigualdades de todo tipo (género, económicas, educativas,
políticas, etc.).
Como consecuencia de esta nueva y clara perspectiva se ha operado una gran
transformación que ha consistido en conseguir que el principio de igualdad sea un
objetivo en todas las políticas públicas y todas las acciones y ámbitos de la sociedad.
La igualdad es un concepto en expansión y comprensivo, pues la base de la que
surgió sigue siendo el eje de su desarrollo.
En el camino hacia la consecución efectiva de la igualdad se cambian los
términos y se llega a hablar de igualdad real para referirse al conjunto de medidas,
políticas y acciones necesarias para que la igualdad sea efectiva, intentando
transformar aquellos límites y obstáculos a nivel cultural, económico, político y social.
La igualdad se entiende como una relación de equivalencia, en el sentido de
que los sujetos tienen el mismo valor, y precisamente por ello son “iguales”. Que
tengan el mismo valor, claro está, no quiere decir que tengan la misma identidad ni
que sean uniformes.
Discrimin
ación indirecta
Discrimin
ación indirecta
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Con el nombre de Políticas de Igualdad se identifica al conjunto ordenado de
medidas e instrumentos de actuación política que se ponen en marcha con la finalidad
de corregir los desequilibrios originados por el modelo social androcéntrico, con el
objetivo de conseguir una igualdad de oportunidades real entre mujeres y hombres.
Las Políticas de Igualdad de Oportunidades se han estado desarrollando a
todos los niveles: internacional, europeo, nacional, autonómico, provincial y local; y
esta aplicación ha estado delimitada por la propia evolución del principio de igualdad y
por la creación y funcionamiento de organismos de igualdad, o unidades
especializadas en derechos de las mujeres.
Las políticas de igualdad de oportunidades han consistido fundamentalmente
en medidas para promover cambios en actitudes e iniciativas para promover la
presencia y participación de las mujeres.
Lo que aportan las políticas de Igualdad de Oportunidades es la utilización de
instrumentos de aplicación práctica para eliminar los obstáculos que impiden alcanzar
el objetivo de la igualdad real. Estos instrumentos son las acciones positivas, que
permiten resolver, en mayor o menor medida, algunas de las necesidades detectadas
que afectan a las condiciones de vida de las mujeres.
Las políticas de acción positiva han pretendido resolver algunas de las
desigualdades existentes, buscando garantías de que hombres y mujeres estén en un
mismo nivel, pero la persistencia de situaciones de desigualdad por motivo de género,
ponen en evidencia la necesidad de nuevas estrategias, métodos y planteamientos.
Las Acciones Positivas se están poniendo en práctica desde los años 70, como
pieza fundamental elaborada desde los poderes públicos para erradicar lasdiscriminaciones laborales que vienen sufriendo determinados grupos de población
por la pertenencia a un sexo, raza, etnia, origen geográfico o religión diferente a lo que
se considera como dominante patrón estándar (varón, blanco, occidental y de tradición
judeo-cristiana).
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¿En qué consiste la acción positiva?
La acción positiva consiste en realizar un tratamiento desigual, ante unasituación de desigualdad, favorable a quien parte de mayor desventaja social.
Las mujeres no son iguales en el punto de partida y esta desigualdad impedirá
que tengan las mismas posibilidades de llegar, al mismo tiempo, desde la aplicación
exclusiva de normas igualitarias.
Es imprescindible corregir esa situación de desventaja, por lo que tendremos
que diseñar un paquete de medidas específicas que les permitan estar situadas en la
misma posición de salida que los hombres y que, por tanto, garanticen la igualdad real
de oportunidades.
Las políticas específicas destinadas a las mujeres utilizan las acciones
positivas y la discriminación positiva como herramientas para conseguir la igualdad.
Las acciones positivas son medidas compensatorias temporales para favorecer
a las mujeres con el fin de compensar diferentes niveles de partida (por ejemplo, un
programa de formación para mujeres).
La discriminación positiva es una forma de acción positiva pero que no actúa
sobre los niveles de partida, sino directamente sobre los resultados (por ejemplo,
seleccionar a una mujer en lugar de a un hombre con las mismas cualificaciones para
un empleo).
La tipología de las acciones positivas puede ser muy diversa:
Políticas: Las cuotas de representación femenina en los partidos políticos
o la aplicación de la paridad, establecidas en las instituciones políticas:
Parlamento, Gobierno, Ayuntamiento, listas cremallera, etc.
Económicas: Subvenciones que favorecen la contratación de mujeres.
Culturales o educativas: Incorporación de lenguaje no sexista en los
libros de texto. Creación de estudios de la mujer.
Legales: Iniciativas judiciales para que no se discrimine a las mujeres.
Sociales: Empoderamiento de las mujeres.
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Bajo la acepción de “acción positiva” se incluyen todas aquellas medidas
puntuales o estrategias más amplias, cuyo objetivo es reequilibrar la desigualdad
existente entre hombres y mujeres y que abarcan desde una estrategia global —los
planes de igualdad de género o el establecimiento de estructuras como los
Organismos de Igualdad—, hasta medidas concretas en una empresa u organismo.
Las acciones positivas se pueden realizar con distintos objetivos:
Compensatorios: Son aquellas que intentan reparar un perjuicio causado
por la discriminación.
Distributivos: Se refieren a la capacidad de la acción positiva como
mecanismo de redistribución de los bienes.
Promociónales: Impulsan a las mujeres para que alcancen la igualdad de
oportunidades. Por ejemplo programas de formación de mujeres adultas.
Preferentes: Otorgan un trato preferente con el fin de evitar la
discriminación.
Diversificadores: Favorecen la diversidad de opciones de las mujeres
atendiendo a sus características específicas.
Las acciones positivas pueden ser directas o indirectas, en función de a quién
se dirigen:
Medidas directas: Se dirigen a las mujeres.
Medidas indirectas: Dirigidas al conjunto de la población aunque la
finalidad es favorecer a las mujeres.
Entre las características de las acciones positivas destacamos:
Son igualatorias. Tienen por objetivo acabar con la discriminación de las
mujeres sin atentar contra la situación de los hombres, salvo en lo que se
refiere a los privilegios adquiridos a costa de la discriminación de las
mujeres. Este concepto es muy importante porque la aparición de las
acciones positivas provoca numerosas polémicas, ya que parece que
provocan nuevas desigualdades. Sin embargo, para conseguir la igualdad
es necesario reconocer la desigualdad de partida.
Temporales. Se establecen a corto, medio o largo plazo de acuerdo con los
objetivos que se han fijado. Existen, en la medida que existe la
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discriminación. Si tomamos el ejemplo de una medida de acción positiva
dirigida a alcanzar un determinado número de mujeres en estudios
tradicionalmente considerados masculinos, los programas finalizarán cuando
el objetivo se haya conseguido.
Sistemáticas. La igualdad de oportunidades ha de conseguirse a través del
cumplimiento de objetivos que puedan ser evaluados.
Dinámicas y flexibles. Las medidas puestas en práctica no son fijas e
inmutables sino que tienen que ser revisadas e ir modificándose en función
de cómo evoluciona el colectivo al que se aplique.
En la Unión Europea se admite formalmente la existencia de medidas positivas
desde el año 2002. Hasta entonces, había habido una larga polémica social y jurídica
en torno a la licitud de corregir situaciones de discriminación o desigualdad mediante
medidas o acciones a su vez «discriminatorias», aunque se califique esta
discriminación como «positiva». Esto ha incidido en la decisión que tomarían los
gobiernos, en cuanto a su formulación y planteamiento formal.
Así, la U.E. recoge hoy explícitamente en su normativa el que los Estadosmiembros puedan mantener o adoptar acciones positivas, sin hablar
específicamente de mujeres, sino de «las personas del sexo menos representado» y
en referencia especial a la igualdad de trato de hombres y mujeres en el trabajo.
7. Políticas de igualdad deoportunidades entre mujeres y hombres
La necesidad de desarrollar políticas a favor de la igualdad entre mujeres y
hombres es un objetivo asumido por Naciones Unidas desde la década de los años
setenta.
Sin embargo, y sobre todo a partir de mediados de los años noventa, se hace
más evidente que las políticas destinadas únicamente al colectivo de mujeres no son
suficientes, y que por sí solas no consiguen modificar las condiciones sociales
estructurales en las que se apoya la desigualdad de género.
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Además, es evidente que la desigualdad de género no es un problema sólode las mujeres, sino de toda la sociedad.
Se abre paso, entonces, un nuevo enfoque para las políticas de igualdad,
basado en la transversalidad de género o mainstreaming de género, y que se
plantea con fuerza sobre todo a partir de la Cuarta Conferencia Mundial sobre las
Mujeres celebrada en Beijing en 1995 y en la Plataforma de Acción resultado de esta
Conferencia, que invita a los Gobiernos a “integrar la perspectiva de género en todas
las políticas para analizar sus consecuencias para las mujeres y los hombres antes de
tomar decisiones”.
La Comisión Europea y el Consejo de Europa definen el Mainstreaming deGénero como:
“La movilización de todas las políticas generales y medidas con el
propósito específico de lograr la igualdad, teniendo en cuenta, activa y
abiertamente, en la fase de planificación, sus posibles efectos sobre las
situaciones respectivas de hombres y mujeres” (Comisión Europea, 1996).
“La reorganización, mejora, desarrollo y evaluación de los procesos
políticos para incorporar, por parte de los actores involucrados normalmente en
dichos procesos, una perspectiva de igualdad de género en todos los niveles y
fases de las políticas” (Consejo de Europa, 1998).
El mainstreaming constituye una estrategia por la cual la igualdad degénero se coloca en el centro de las decisiones, actuaciones y presupuestospolíticos.
Se trata de tener en cuenta de manera sistemática las diferencias entre las
condiciones, las situaciones y las necesidades de las mujeres y los hombres en el
conjunto de todas las políticas de la comunidad, al nivel de su planificación, de su
desarrollo y de su evaluación.
La aplicación práctica o implementación del Enfoque Integrado de Género
dependerá, en gran parte, de:
La existencia de concienciación sobre la necesidad de su aplicación,
que permita profundizar en el conocimiento de las relaciones entre los
géneros y las políticas comunitarias destinadas a eliminar los desequilibrios
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y promover la igualdad real entre mujeres y hombres. Para que esta
concienciación exista es preciso partir de procesos de sensibilización que
hagan visible la persistencia de desequilibrios de género, sabiendo que
dichos procesos han de iniciarse desde la toma de posición a nivel individual
y personal.
La existencia de un compromiso firme que garantice su aplicación. Sólo
si se da esa toma de conciencia es posible establecer un compromiso firme
con la igualdad de género, y por ello con la aplicación del enfoque integrado
de género.
Y si bien el compromiso puede ser implícito, lo cierto es que no tendrá la
consideración de firme, si no es explicitado y materializado en hechos o actos visibles,
conocidos y generadores del propio proceso de aplicación del enfoque integrado de
género. Tanto en lo que se refiere al compromiso que se adquiere a nivel individual, a
nivel profesional o a nivel organizacional.
De hecho, cuando el compromiso se enmarca en el ámbito político, ha de
existir un acuerdo explícito adoptado en el órgano superior de toma de decisiones de
la Institución pública u organización política, profesional o social que se trate, ya que si
esto no es así, las garantías para iniciar y desarrollar este proceso de cambio no son
muy fiables.
Como ya se ha explicado anteriormente, el enfoque integrado de género
significa poner en marcha un proceso de cambio cultural que necesariamente
afectará a:
Los procedimientos de trabajo, tanto a nivel interno de la organización,
como a nivel externo, en cuanto a la relación de la entidad, organismo u
organización con la ciudadanía.
Los programas o actuaciones a desarrollar, tanto en la definición del ciclo
de formulación y desarrollo, como en el proceso de gestión y la composición
y funcionamiento de los comités o grupos de trabajo implicados.
La Comunidad en su conjunto, tanto en lo que se refiere a las situaciones
de mujeres y hombres como al sistema de relaciones de poder establecidas.
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Cómo se implementa el enfoque integrado de género
La metodología necesaria para Integrar la Perspectiva de Género en las
políticas generales implica articular un proceso que debe empezar antes de la
planificación de las políticas, para lo que es necesario:
1º. Conocer la situación (información).
2º. Saber a dónde se quiere llegar (objetivos).
3º. Planificar lo que hay que hacer (planificación).
4º. Valorar lo que se ha conseguido (evaluación).
Requisitos del enfoque integrado de género
La transversalidad no podrá aplicarse sin una serie de requisitos:
Voluntad política.
Conocimientos de planificación de políticas.
Sensibilización sobre género de las personas implicadas en la
elaboración de políticas.
Datos sobre hombres y mujeres y relaciones de género en diferentes
áreas.
Recursos materiales y humanos suficientes.
Mecanismos de control y seguimiento.
Ejemplo
Al estudiar un sector aparentemente neutro, como el de los transportes, un
examen más atento pone de manifiesto diferencias sustanciales entre mujeres y
hombres en cuanto a las modalidades de utilización y acceso a los medios de
transporte públicos y privados.
Las mujeres tienen acceso a un coche particular con menos frecuencia que los
hombres, y utilizan más los transportes públicos. En consecuencia, les importan
mucho las mejoras relativas a la disponibilidad y el coste de los transportes públicos.
Para ellas es importante un diseño de la red de transporte que permita un
acceso fácil a los servicios (centros de salud, colegios, comercios) y al trabajo. Estas
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desigualdades tienen implicaciones en cuanto a la participación de las mujeres y de
los hombres, respectivamente, entre los distintos grupos objetivos del sector del
transporte, y se ven influidas por el desequilibrio existente entre hombres y mujeres en
los niveles de responsabilidad de este sector.
En este sector hay diferencias entre los dos sexos en la distribución de losrecursos (por ejemplo, un coche privado) y las dificultades de tiempo (en la medida
en que un coche privado representa un ahorro de tiempo).
El proceso de decisión en la familia sobre la utilización de un recurso limitado,
como el coche familiar, puede estar influido por normas y valores sociales en cuanto a
la importancia relativa que se concede a las necesidades del marido y de la mujer,
respectivamente.
El diseño de la red de transporte público debe tener en cuenta los trayectos
que realizan las mujeres y su adecuación a las necesidades reales de mujeres y
hombres.
La estrategia del mainstreaming de género no pretende cambiar a las mujeres
para que se adapten a una sociedad en la que prevalezcan exclusivamente los
valores, usos y costumbres masculinas, sino que actúa para que la sociedad
globalmente cambie, de modo que pueda reflejar la vida de hombres y mujeres.
Pretende que la sociedad cambie para que pueda abordar la igualdad de
oportunidades entre los géneros.
Estrategia dual
La estrategia del mainstreaming de género nace con la intención de iniciarprocesos de cambio social, que requerirán su tiempo y que implican importantes
desafíos de la concepción de las políticas, en las instituciones responsables, en la
administración de los recursos y las relaciones interpersonales.
Estos cambios no se conseguirán fácil ni rápidamente, ya que serán necesarias
herramientas técnicas y recursos pero, además, una inmensa labor de concienciación
y sensibilización social para mitigar las resistencias al cambio. Y, por supuesto, será
imprescindible contar con una voluntad y compromiso político, profesional e individual
explícito.
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Un error que conviene evitar es contraponer las políticas específicas a la
transversalidad. Diferentes experiencias demuestran que, en ocasiones, se ha
utilizado el discurso del mainstreaming para suprimir recursos destinados a políticas
específicas para mujeres, con el resultado de que se han perdido los recursos y las
políticas específicas sin que en las políticas generales se haya incluido la dimensión
de género.
Por otra parte, y si no se han burocratizado, las áreas de mujer de gobiernos
municipales, regionales o nacionales actúan como instancias sensibilizadoras e
impulsoras de actuaciones en otras áreas, planteando estrategias de transversalidad.
Las políticas dirigidas específicamente a las mujeres, además de conseguir
mejorar situaciones concretas, sirven para dar visibilidad y sensibilizar sobre la
discriminación y la desigualdad de género.
Generalmente son la primera etapa de las estrategias de igualdad de género,
tanto desde el ámbito gubernamental, como desde los grupos y movimientos sociales.
Su existencia, por lo tanto, es muy necesaria. Hay que tener en cuenta,
además, que las experiencias sobre transversalidad de género todavía son escasas y
recientes.
Idea clave
No deben oponerse las estrategias de transversalidad y las políticas
específicas, sino hacerlas complementarias y coherentes entre sí. Por esta razón
ambas estrategias, mainstreaming y políticas específicas, complementan su acción
para avanzar en el alcance social, llegando así a constituir ambas una estrategia dual.
“Esto es lo que se llama estrategia dual”
En la estrategia dual, las acciones específicas (que satisfacen las
necesidades prácticas de las mujeres) y las acciones generales están dirigidas a
fomentar el equilibrio social, laboral y político entre hombres y mujeres, respondiendo
así a planteamientos estratégicos mediante la inclusión de objetivos de igualdad en
todas las políticas. De esta forma, acciones específicas y medidas generales se
convierten en dos estrategias complementarias para conseguir una misma meta: la
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igualdad de oportunidades y de resultados entre hombres y mujeres. La aplicación de
la estrategia dual requiere por tanto la complementariedad de los dos sistemas.
POLÍTICAS ESPECÍFICAS INTEGRACIÓN DEL PRINCIPIO DEIGUALDAD (MAINSTREAMING)
Mecanismos y actores sonespecializados en igualdad de género yposeen el conocimiento sobre los problemasdetectados al respecto.
También se habla de transversalidad,ya que la política de igualdad se convierte enel eje vertebrador de una nueva forma dehacer política.
Son directas y concretas. Intentancombatir problemas definidos directamentecausados por la desigualdad.
En la estructura organizativa implica atodos los agentes, tanto horizontal comoverticalmente, por ello es esencial laformación en género a todos los niveles.
Su estrategia es de acción más rápida,ya que dan lugar a cambios más pequeños.Suponen un importante avance, perolimitado al contexto y problema concreto delque se ocupan.
Es una estrategia a largo plazo, cuyaimplantación debe ser progresiva. Suaplicación debe ser flexible y adaptada a larealidad del ámbito donde se desarrolle.
8. El Marco Europeo para la Igualdad deOportunidades
La primera referencia a la igualdad entre hombres y mujeres se encuentra en
los orígenes de la Unión Europea y en el ámbito del empleo, igualdad de remuneración
a igual trabajo, en el Tratado de Roma firmado en 1957, que entró en vigor el 1 de
enero de 1958. En la Cumbre de París (1972), la Comisión propone al Consejo de
Ministros “crear una situación en la que se asegure la igualdad entre los hombres y las
mujeres en el mercado de trabajo de la Comunidad, mejorando las condiciones
económicas y psicológicas, así como la infraestructura social y pedagógica”.
Pero el movimiento para la consecución de la igualdad entre hombres y
mujeres en la Unión Europea se materializa efectivamente a partir de 1975 con el
Decenio para la Mujer donde se regula sobre las diferencias salariales, la igualdad en
el acceso al empleo, formación, promoción profesional y condiciones de trabajo,
igualdad en los regímenes legales y seguridad social, igualdad en actividades
independientes (incluida la agraria), mejorar el nivel de higiene y seguridad para
trabajadoras embarazadas o que acaban de dar a luz y la conciliación entre la vida
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familiar y profesional.
Dado que se hizo evidente que esto no bastaba para garantizar la igualdad
real, se promulgan programas de acción plurianuales que establecen actuaciones para
alcanzar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y posteriormente
alcanzar la igualdad de resultados. A través de estos programas se introducen,
primero las políticas de igualdad de oportunidades (I y II Plan), más tarde se añaden
las acciones positivas (III Plan) y finalmente el mainstreaming de género (IV y V Plan).
La igualdad en el Tratado Constitutivo de la Unión Europea:
La igualdad entre hombres y mujeres es un fin esencial de la Comunidad:
una misión y un objetivo.
Todas las actividades de la Comunidad se encuentran transversalizadas
por el principio de igualdad entre hombres y mujeres.
Se articula un mecanismo para que la Comunidad pueda luchar contra la
discriminación por razón de sexo.
Se regula la igualdad entre hombres y mujeres en las oportunidades en el
mercado laboral y la igualdad al trato en el trabajo en el artículo 137.
El principio de igualdad de retribución entre trabajadores y trabajadoras
para un mismo trabajo o para un trabajo de igualdad valor.
Reconocimiento de las Acciones positivas que lleven a cabo les Estados
miembros centrado en el ámbito laboral.
Directivas 2002/73/CE y 2004/113/CE.- En el año 2002 se adopta la
Directiva 2002/73/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de
septiembre de 2002 que regula la aplicación del principio de igualdad de
trato entre hombres y mujeres en lo que se refiere al acceso al empleo, a la
formación y a la promoción profesionales, y a las condiciones de trabajo.
En 2004 se adopta la Directiva 2004/113/CE, sobre aplicación del principio
de igualdad de trato entre hombres y mujeres en el acceso a bienes y
servicios y su suministro